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2001: BALANCE Y PERSPECTIVAS POLÍTICAS “EN RÍO REVUELTO... NADIE Publicación mensual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/Flacso-Guatemala Nueva época, No. 1, febrero de 2001 EDITORIAL Hace cuatro años, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO-Gua- temala, inició una publicación mensual, centrada en el análisis de la coyuntura política y social. Diálogo ofrecía un aporte a la reflexión durante aquel difícil período que se iniciaba inmediatamente después de la firma de la paz, en diciembre de 1996. Han transcurrido cuatro años desde aquella memorable fecha en que se suscribió la paz y desde que FLACSO abrió diálogo como su publicación mensual. Desde enero de 1997 hasta enero del 2001, se han editado 44 números cubriendo igual cantidad de temas, en los que connotados cientistas sociales y especialistas de distintas materias, tanto nacionales como extranjeros, sintetizaron sus interpretaciones y aportes dirigidos a sectores de la sociedad guatemalteca que aspiran a estar informados y a debatir sobre los problemas seculares del país. En su momento, diálogo sustituyó la productiva y fructífera labor de la Revista Polémica, cuya edición había empezado en Costa Rica. Hoy damos un paso adelante al convertir nuestra publicación en un suplemento dominical y mensual, que circulará gracias a la hospitalidad de elPeriódico, al apoyo de Magna Terra editores y al aporte financiero de la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional –ASDI–. A través de esta nueva forma de circular, diálogo aspira a cubrir a un número sensiblemente mayor de lectores y cumplir así con uno de nuestros principales objetivos: difundir conocimientos relacionados con las ciencias sociales y propiciar la reflexión y el debate sobre temas relevantes y que conciernen a la sociedad guatemalteca. Esperamos que con su lectura y opinión nos ayuden en esta labor. CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO Víctor Gálvez Borrell, Director Virgilio Álvarez, Coordinador Académico Walda Barrios/Silvel Elías/Gisela Gellert/Irene Palma/Edgar Pape/Jorge Solares/Edelberto Torres-Rivas CONSEJO HONORARIO Alain Touraine, Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París, Francia. Alejandro Portes, Johns Hopkins University, USA. Volker Lühr, Freie Universitat Lateinamerika- Institut. Berlín, Alemania. Mitchell A. Seligson, University of Pittsburgh, USA. Guy Hermet, Instituto de Ciencias Políticas, París, Francia. © Hugo de León Secretario General de FLACSO Wilfredo Lozano Director de FLACSO - Guatemala Víctor Gálvez Borrell Suscripciones: FLACSO - Guatemala 5a. avenida 6-23, zona 9 Tels: (502) 362-1431 al 33 Fax: (502) 332-6729 Correo electrónico: [email protected] Página web: http://www.geocities.com/athens/rodes/9162 Diseño, edición y diagramación: Magna Terra editores es una publicación de FLACSO - Guatemala y de elPeriódico. E l análisis de la situación política actual muestra que muchos de los problemas que confronta la administración Portillo/ FRG, son similares a los que caracterizaron a los gobiernos de la transición a la democracia, desde el inicio de ésta en 1986. No ob- stante, también resaltan otros, con especificidades y matices propios. El deslinde en todo caso, no siempre resulta fácil. Es por ello que el interés de esta reflexión sobre la coyuntura crítica que se está constituyendo en Guatemala, no puede limitarse al análisis exclusivo de la administración que principió el 14 de enero del 2000. Estamos frente a una situación producto de la acumulación secular de problemas no resueltos y de raíces profundas. Por momentos, se tiene la sensación contradictoria de que las dificultades actuales son magnificadas por algunos medios de comunicación, que ejecutan una feroz oposición, ruidosa y que reacciona ante los excesos verbales del presidente y la ineficiencia de su administración y no frente a la inacción del Estado y la situación política nacional, que es, en su conjunto, la que atraviesa un mal momento. Es necesario entonces examinar ese trecho en una perspectiva mayor para responderse a la pregunta ¿cómo se encuentra Guatemala al inicio de este siglo?

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Publicación mensual de FLACSO Nueva época, No. 1, febrero de 2001 / 1

2001: BALANCE Y PERSPECTIVAS POLÍTICAS

“EN RÍO REVUELTO... NADIE

Publicación mensual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/Flacso-Guatemala Nueva época, No. 1, febrero de 2001

EDITORIAL

Hace cuatro años, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO-Gua-temala, inició una publicación mensual, centrada en el análisis de la coyunturapolítica y social. Diálogo ofrecía un aporte a la reflexión durante aquel difícilperíodo que se iniciaba inmediatamente después de la firma de la paz, en diciembrede 1996.

Han transcurrido cuatro años desde aquella memorable fecha en quese suscribió la paz y desde que FLACSO abrió diálogo como su publicaciónmensual. Desde enero de 1997 hasta enero del 2001, se han editado 44números cubriendo igual cantidad de temas, en los que connotados cientistassociales y especialistas de distintas materias, tanto nacionales comoextranjeros, sintetizaron sus interpretaciones y aportes dirigidos a sectoresde la sociedad guatemalteca que aspiran a estar informados y a debatir sobrelos problemas seculares del país.

En su momento, diálogo sustituyó la productiva y fructífera labor de laRevista Polémica, cuya edición había empezado en Costa Rica. Hoy damos unpaso adelante al convertir nuestra publicación en un suplemento dominical ymensual, que circulará gracias a la hospitalidad de elPeriódico, al apoyo de MagnaTerra editores y al aporte financiero de la Agencia Sueca para el DesarrolloInternacional –ASDI–.

A través de esta nueva forma de circular, diálogo aspira a cubrir a unnúmero sensiblemente mayor de lectores y cumplir así con uno de nuestrosprincipales objetivos: difundir conocimientos relacionados con las cienciassociales y propiciar la reflexión y el debate sobre temas relevantes y queconciernen a la sociedad guatemalteca.

Esperamos que con su lectura y opinión nos ayuden en esta labor.

CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSOVíctor Gálvez Borrell, Director

Virgilio Álvarez, Coordinador AcadémicoWalda Barrios/Silvel Elías/Gisela Gellert/Irene Palma/Edgar

Pape/Jorge Solares/Edelberto Torres-RivasCONSEJO HONORARIO

■ Alain Touraine, Escuela de Altos Estudios en CienciasSociales, París, Francia. ■ Alejandro Portes, Johns Hopkins

University, USA. ■ Volker Lühr, Freie Universitat Lateinamerika-Institut. Berlín, Alemania. ■ Mitchell A. Seligson, University ofPittsburgh, USA. ■ Guy Hermet, Instituto de Ciencias Políticas,

París, Francia.

© H

ugo

de L

eón

Secretario General de FLACSO

Wilfredo LozanoDirector de FLACSO - Guatemala

Víctor Gálvez BorrellSuscripciones: FLACSO - Guatemala 5a. avenida 6-23, zona 9

Tels: (502) 362-1431 al 33 Fax: (502) 332-6729Correo electrónico: [email protected]

Página web: http://www.geocities.com/athens/rodes/9162Diseño, edición y diagramación: Magna Terra editores

es una publicación deFLACSO - Guatemala y deelPeriódico.

El análisis de la situación política actual muestra que muchosde los problemas que confronta la administración Portillo/FRG, son similares a los que caracterizaron a los gobiernos de la

transición a la democracia, desde el inicio de ésta en 1986. No ob-stante, también resaltan otros, con especificidades y matices propios.El deslinde en todo caso, no siempre resulta fácil. Es por ello que elinterés de esta reflexión sobre la coyuntura crítica que se estáconstituyendo en Guatemala, no puede limitarse al análisis exclusivode la administración que principió el 14 de enero del 2000. Estamosfrente a una situación producto de la acumulación secular de problemasno resueltos y de raíces profundas. Por momentos, se tiene la sensacióncontradictoria de que las dificultades actuales son magnificadas poralgunos medios de comunicación, que ejecutan una feroz oposición,ruidosa y que reacciona ante los excesos verbales del presidente y laineficiencia de su administración y no frente a la inacción del Estado y lasituación política nacional, que es, en su conjunto, la que atraviesa unmal momento. Es necesario entonces examinar ese trecho en unaperspectiva mayor para responderse a la pregunta ¿cómo se encuentraGuatemala al inicio de este siglo?

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EL SISTEMA FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales -FLACSO- es el programade formación en ciencias sociales más importante del continente. Cuentacon unidades académicas en diez países de América Latina, realizaactividades de investigación, docencia, extensión, asesoría y publicaciones,y mantiene estrecha colaboración con instituciones científicas, tanto decarácter nacional como internacional.

A iniciativa de la UNESCO, la FLACSO se constituyó en 1957 como unorganismo de carácter internacional, intergubernamental, de carácter re-gional y autónomo. La Facultad se organizó, inicialmente, en Santiago deChile, en donde se ofrecieron los primeros cursos de posgrado. A partirde 1973 se produce el crecimiento institucional de la FLACSO, habiéndosecreado unidades académicas en Argentina, Chile, Ecuador, Brasil, CostaRica, México, Guatemala, República Dominicana, Cuba y El Salvador. Estecrecimiento ha obedecido al interés de los países latinoamericanos poradherirse al Acuerdo General de constitución de la Facultad. Sus órganosde gobierno y su estructura interna están establecidos en dicho Acuerdo.La sede del sistema FLACSO es la Secretaría General, que se encuentra enSan José, Costa Rica, desde junio de 1979.

FUNCIONES● Asegurar la formación de especialistas en ciencias sociales en

América Latina, a travésde cursos de posgrado y especialización.● Realizar investigaciones en ciencias sociales sobre asuntos relativos

a la problemática latinoamericana.● Difundir en la región latinoamericana y con el apoyo de los gobiernos

y otras instituciones, conocimientos en ciencias socales, sobre todo,el resultado de sus propias investigaciones.

● Colaborar con universidades e instituciones similares de enseñanzae investigación en América Latina.

● Realizar todas las actividades académicas relacionadas con lasciencias sociales que apunten al desarrollo e integración de lospaíses del continente latinoamericano.

FLACSO-GUATEMALAFLACSO inició actividades en Guatemala en 1986 y fue reconocidaformalmente, a través del Decreto 96-87 del Congreso de la República. Deacuerdo con dicha regulación, su propósito es cooperar en el desarrollo delas ciencias sociales en el país, en los campos de la investigación, docenciasuperior, asistencia técnica, difusión y publicaciones especializadas.

FLACSO-Guatemala tiene un carácter multidisciplinario en el campo delas ciencias sociales y trabaja en colaboración con universidades, centros einstituciones de investigación, así como con entidades gubernamentales,al igual que con instituciones internacionales de similar carácter. Sinabandonar su vocación nacional, FLACSO-Guatemala también se involucraen tareas de investigación y docencia que tienen como ámbito la regióncentroamericana.

Existen tres categorías de unidades académicas de FLACSO en AméricaLatina: los proyectos (cuando se inician actividades), los programas (cuandose consolidan tales proyectos) y las sedes académicas (cuando el desarrolloalcanzado por la actividad docente y de investigación así lo justifica). Guate-mala se convirtió en Sede Académica el 29 de septiembre de 1998, cuando laPresidencia de la República ratificó el acuerdo inicial suscrito con la FacultadLatinoamericana de Ciencias Sociales. Ello le permitió elevar el nivel de losprogramas y las certificaciones académicas que extiende a sus estudiantes,en beneficio de la mayor calificación del recurso humano del país.

© Hugo de León

EN EL TERRENO DE LAS APARIENCIAS

En la medida en que avanza la década, la sociedad guatemalteca parececaminar hacia un despeñadero. Hay quienes tienen la impresión de queen el timón del gobierno no hay nadie o que hay muchos y de ahí laerrática dirección del camino. Dos factores críticos se conjugan. Poruna parte, los inesperados errores políticos y en cadena de quienesdetentan el poder; por el otro, los efectos del atraso político y culturaldel conjunto de la sociedad guatemalteca, esa poderosa inercia de lopremoderno que está contenido en el Estado contrainsurgente y en lasfuerzas sociales y políticas que lo hicieron posible y que se resisten adesaparecer. La explicación que se propone, mas allá del nivel de lasapariencias en el que parecieran quedarse retenidos numerososcolumnistas de la prensa escrita, es que la crisis tiene un aspectocoyuntural, ciertamente, pero que corresponde al mismo tiempo alcarácter estructural, excluyente e inequitativo de la sociedadguatemalteca, a las fuerzas políticas y económicas, algunas de cuyasélites dirigentes actúan en el escenario de la crisis, como si 36 años nohubieran sido suficientes para cambiar. El gobierno Portillo se mueveen el interior de una crisis de la que resulta ser coautor y víctima.Probablemente en este nudo resida la verdadera naturaleza de lo queestá sucediendo.

La paradoja de la experiencia guatemalteca se arrastra desde1982, porque la opción democrática no surgió como expresión de fuerzaspolíticas organizadas que lucharon desde abajo y con éxito frente a ladictadura militar. La apertura política inicial fue parte del juego de laguerra y estuvo dictada por su propia lógica. La decisión de abandonarel gobierno y “retornar a los cuarteles” que tomó la cúpula militar,coincidió con un repliegue casi continental de las fuerzas armadas enaquellos países en los que funcionaban regímenes autoritarios. En estesentido tuvo una inspiración foránea, pero también fue una pieza funda-mental de la estrategia dirigida a disminuir, en el límite, la virulencia delconflicto. En un tour de force institucional se razonó que legitimando elpoder autoritario y la represión con gobiernos civiles libremente electos,la guerrilla perdería sus “banderas” y se alcanzaría la victoria políticasobre los insurrectos.

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LAS TAREAS INCONCLUSAS

Dentro de este contexto contradictorio, el Estado contrainsurgente nose desmontó con la victoria de Vinicio Cerezo en 1985. Los interesesdemocráticos tardaron mucho más en poder organizarse y, cuando lohicieron, la cuota de sangre se había ampliado, ya que la guerra perosobre todo la represión, duraron hasta 1996. Lo que pocos previeronfue que la presencia de políticos civiles en el gobierno y la decididapresión internacional, facilitarían el fin del conflicto armado. Conbalbuceos iniciales en 1987, con mayor voluntad política en 1991 y converdadera decisión en 1996, concluyó el proceso de negociación y sefirmó la “paz firme y duradera”. El juego electoral y la participaciónsocial y política contribuyeron lenta pero indefectiblemente, a cambiarel escenario bélico y al silencio de las armas. El conflicto fue substituidogradualmente por la competencia partidaria, por el debate público, pormecanismos de concertación, por el ejercicio de los derechos políticosy por la práctica de varias consultas electorales. Desde 1985, Guate-mala entró de manera zigzagueante en un desarrollo democrático quedebió acelerarse cuando las negociaciones de paz culminaron el 29 dediciembre de l996.

La administración que suscribió formalmente la paz perdió, sinembargo, la oportunidad histórica de convertirla en el cimiento de laconsolidación democrática. Ello sucedió, en parte, porque el PAN, ÁlvaroArzú y su equipo más próximo, estaban más interesados en fortalecerel proyecto de gobierno y garantizar la continuidad del partido en elpoder, que la democracia a través de una apertura política multipartidistay de una mayor participación social, que en todo caso, podrían hacerlesperder el control del gobierno o generar tensiones entre interesespoderosos. Se desperdició así una oportunidad única y la fuerza políticay moral que tenía en aquel momento quien firmó la paz. En lugar deconvocar a la sociedad guatemalteca en un proyecto de largo plazo, dereconstrucción y reconciliación nacional, se monitorearon los “beneficiosde la paz” a través de la publicidad y se intentó diferir la ejecución devarios de los compromisos contemplados en sus acuerdos, apuntalandola “imagen del régimen”, para lo cual el ex presidente Arzú contó con lamirada complaciente de la opinión internacional.

El interés inmediatista, el aprovechamiento publicitario y el temorde avanzar y profundizar en las reformas, hicieron que Arzú y el PAN

dejaran perder la posibilidad de fortalecer la democracia. Se olvidaronde que la negociación, aunque limitada en sus actores, había sido elresultado de un largo y accidentado proceso en el que participaron otrosprotagonistas, para convertir la paz en un éxito partidista y conseguir,así, réditos electorales en 1999. Al hacerlo, también dejaron una pesadaherencia para las futuras administraciones. Ello lleva a pensar que laadministración del PAN tenía una concepción “gerencial” de la paz: lamisma serviría para mejorar la gestión pública, pero no para reconstruirun nuevo Estado y una nueva sociedad.

Algunos ejemplos bastarían para mostrar lo indicado, así como ladebilidad democrática de Arzú y el PAN: no se jugaron a fondo conocasión de la reforma constitucional para elevar a ese rango losprincipales compromisos de los acuerdos de paz. Los cambios bienpudieron haberse decidido en 1997 y la suerte de la consulta popularde mayo de 1999 hubiera sido otra, pues la administración de Arzúgozaba todavía en aquel año de mayor prestigio. En su lugar se retrasarony el PAN, como partido, adoptó una actitud titubeante y temerosa deperder simpatías para las elecciones generales de 1999, cuando intuyóque las fuerzas del rechazo estaban trabajando más y mejor que las delapoyo. Tampoco se tomaron medidas oportunas para desmontar elEstado Mayor Presidencial y para investigar y procesar a los

sospechosos de integrar las redes del crimen organizado (el casoMoreno tuvo un carácter publicitario y espectacular y perseguía másbien ganar un caballo en el ajedrez electoral que se avecinaba, queatacar efectivamente la impunidad). No hubo voluntad de introducir unareforma al sistema tributario y alcanzar en el plazo previsto el 12% queestipulan los acuerdos de paz, ante el temor de afectar algunos interesesde grandes fortunas que podrían ser de utilidad en la campaña políticade 1999. Fue igualmente mediocre la actitud frente a lasrecomendaciones de la Comisión de Esclarecimiento Histórico y conun carácter simbólico, el presidente Arzú se negó a recibir personalmenteel histórico documento, en el memorable acto del Teatro Miguel ÁngelAsturias, en febrero de 1998. El asesinato de monseñor Gerardi y suesclarecimiento, planteó un desafío puntual al gobierno que éste nosupo enfrentar y decidió “dejar para el próximo” su solución.

La elección de Alfonso Portillo dentro de este contexto, fue unaexpresión del desencanto y de la culminación de la serie decontradicciones propias de la transición a la democracia con guerrainterna (1986-1996). Las cuatro administraciones de la transiciónarrastraron consigo los efectos negativos de esta contradicción:reactivación de partidos políticos, elecciones y promesas de ampliaciónde la democracia por una parte, con represión, violaciones a los derechoshumanos y defensa a ultranza de los intereses gestados durante ellargo régimen autoritario (1954-1985) por la otra. Durante la transiciónse intentó la construcción democrática pero sin fuerzas políticasdemocráticas que la respaldasen. Esta aseveración es aplicable tanto alas fuerzas conservadoras como a la insurgencia, durante el procesode negociación y después de la firma de la paz.

La crisis que se vive no es sólo la de un gobierno sino la delEstado que no se ha reconstituido y por ello, más que problemas decoyuntura, los que están aflorando son contradicciones que se originanen las herencias del atraso, en los demonios del pasado y en unareconciliación que aún no llega. Si se dice que el gobierno actual agudizaese largo proceso crítico, es porque ha magnificado las dificultadespreexistentes de la política heredada y ha sumado varias causas propias:

●EL PRESIDENTE PORTILLO PARECE SER VÍCTIMA DE SU PROPIA BIOGRAFÍA. Du-rante un período de su juventud, transcurrida en el exilio, tuvo unareconocida militancia de izquierda, pero ahora fue el candidato de unpartido político de difícil clasificación ideológica. El FRG es unaformación de base caudillista, que incluye una mezcla abigarrada defuerzas conservadoras, de grupos confesionales, de militares yparamilitares, de algunos grupos empresariales y de desprendimien-tos de la antigua izquierda. Su sola ubicación como partido dederecha, como usualmente suelen señalar algunos analistas, esinsuficiente para dar cuenta de sus características. Portillo fue electopopularmente, con un amplio apoyo ciudadano, pero sin programapartidario claro y con un discurso “multiusos”, que durante lacampaña electoral y actualmente, sigue siendo calificado de populista.El carácter populista se acrecienta a través de una oferta electoraldesmesurada, emocional, complaciente y variable según el público,pero que encuentra dificultades para concretarse.

● EL GOBIERNO ES RESULTADO DE UN EQUILIBRIO INESTABLE Y SUS INICIATIVAS SON

MULTICÉFALAS. El mandatario identifica su administración como pluralistapues en la misma aparecen personalidades de la derecha económica,militantes del partido oficial, líderes de organizaciones populares,algunos políticos oportunistas, tecnócratas, así como figuras de la

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izquierda en reposo ideológico. Es útil recordar que estas últimasfueron llamadas por vínculos de amistad y que su participación hasido a título personal y sin ninguna conexión orgánica, pero que conello han contribuido en parte al desconcierto del resto de la izquierda.Cuando esto ocurre, más que de pluralismo ideológico se trata deuna sumatoria de nombres particulares que tienden indefectiblementea verse superados por la dirección que impone el equipo dirigente,por lo general, el núcleo duro del partido de gobierno. Ello es muydistinto, por ejemplo, de los casos de las coaliciones de gobierno deotras democracias del primer mundo, en las que se ha decidido deantemano integrar un gabinete y cada uno de los participantes aceptacolaborar y mantener sus vínculos claros con su organización deorigen, mientras dure la coalición.

En el interior de esta difícil cohabitación se distingue, no obstante,la importancia del grupo afín al partido oficial (que también domina elCongreso de la República) y del vicepresidente de la República, frenteal resto de funcionarios que no tiene este origen militante. La razón essimple: el presidente Portillo es el jefe del gobierno pero no el líder delpartido en el poder, lo que explica el comportamiento peculiar de laactual administración, distinto del de las otras de la transición, en lasque el presidente también lideraba al partido oficial, incluyendo el casode Serrano Elías, a pesar que no contaba con mayoría parlamentaria.1

No obstante lo anterior, también existen diferencias en el seno del FRG,que no son fáciles de identificar pero que tienen que ver con los orígenesde la militancia partidista y que no fueron visibles por la personalidad deRíos Montt, fundador y su líder indiscutido, pero que aparecieron encuanto los dividendos del poder estuvieron a la mano. Dentro de uncontexto como el descrito, es explicable pero no por ello justificableque existan dificultades para alcanzar una dirección unificada de gobierno,más allá de las declaraciones de política.2 Una composición tan disímil ycon tantas fuerzas centrífugas como las que aparecen en el gobierno,dificulta el trabajo de la administración pública. El gobierno debe gobernarporque para eso fue electo, pero parece que el estilo gerencial delpresidente también contribuye a dificultar las cosas.

¿UNA DEMOCRACIA “ENFERMA” O “PASMADA”?

La gradual consolidación democrática que debió darse una vez firmadala paz no se ha producido. Ello confirma lo ya señalado en el sentidoque en Guatemala está ocurriendo una transición democrática sinactores democráticos. El análisis que se hace a continuación es unintento por responder a la pregunta ¿hacia dónde nos estamosmoviendo? Un proceso democrático puede avanzar con mayor o menordificultad, respaldado por actores que lo apoyan y que están convencidosde que la democracia, a pesar de sus limitaciones o imperfecciones, esla mejor forma de gobierno posible. En la teoría política reciente, elloestá previsto, pero también lo está que puedan ocurrir reversiones orestauraciones autoritarias, es decir, retrocesos al antiguo orden. Obien que se produzca una situación intermedia, ambigua, esencialmentecontradictoria, que sucede cuando la transición se empantana, cuandosiguen funcionando algunas de sus instancias y principios (partidos

políticos, elecciones, autoridades electorales, división de poderes, etc.)pero se van vaciando de contenido, porque la democracia no segeneraliza ni interiorizan sus valores cuando no se revitalizan los partidosy la clase política, cuando las personas pierden la confianza y hasta laesperanza, porque no se asumen ciudadanos y no se sientencomprometidos ni capaces de influir en el Estado. En suma, cuando lapolítica se percibe como un “mal necesario” (pero cada vez menosnecesaria y cada vez más execrable). Esa situación es grave porquerevela una debilidad esencial de las fuerzas democráticas yparalelamente, un renovado vigor de los actores con asideros en elpasado autoritario. Para efectos locales, correspondería denominar aesta situación la de una democracia que se enferma o que se pasma yparece detenerse desorientada, sin saber qué rumbo tomar. Algunosde los rasgos que se exponen a continuación podrían considerarse comoparte de los riesgos de que esté ocurriendo en Guatemala un procesode este tipo.● LA VOLATILIDAD DEL ENTUSIASMO ELECTORAL Y DEL APOYO POLÍTICO CIUDADANO.

El comportamiento político de los guatemaltecos parece estardominado, a lo largo de la transición democrática, por una conductaguiada por el ensayo-error para escoger al candidato de sus simpatíasen cada consulta electoral y por una mutación muy rápida en el apoyoconcedido al equipo ganador que está iniciando el gobierno. Elloesconde descontento y frustración, que fundamentan una peligrosatendencia a la pérdida de confianza y credibilidad en las institucionesdemocráticas y en la política en general. Este doble comportamientoprincipió con la administración demócrata cristiana, cuando elcandidato ganador obtuvo 68% de los votos y el partido consiguió lamayoría en el Congreso y 66% de las alcaldías. El descontento conVinicio Cerezo empezó a hacerse palpable durante el segundo año,conoció dos intentonas de golpe de Estado y su partido apenasobtuvo el 17% del favor del electorado en las siguientes elecciones.Serrano Elías alcanzó el 60 % de los votos en 1991, pero eldescontento era tal en mayo de 1993, que el gobernante optó porun fallido golpe de Estado para enfrentarlo y su partido quedóprácticamente eliminado en la siguiente contienda electoral. El PAN

sufrió un proceso semejante al pasar del 51.2% de los votos en1995 para perder con 32% en 1999.

1 La excepción fue la administración de De Léon Carpio, que careció de un partido oficial y de un grupopartidista en el Congreso por las circunstancias excepcionales en las que asumió el poder.2 Un ejemplo de estas dificultades se encuentra en la política de descentralización que ha producido unlargo y enconado desgaste entre las instancias y los responsables de ponerla en práctica durante elprimer año de gobierno. Otro más reciente es el de los efectos de la reducción del presupuesto queprodujo la desaparición de varias secretarías de gobierno, a pesar de que el propio presidente asistió alas reuniones con los diputados para discutir dicho presupuesto, a finales del 2000.

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El proceso anterior muestra que el ciudadano ensaya en cadaoportunidad, al escoger a un candidato y a una formación políticadistintos, que vota más por castigo que por opción, pero que tambiénparticipa cada vez menos en las respectivas contiendas electorales.3

El otro efecto de este comportamiento de prueba y error, es el rápidodesencanto con el candidato ganador, luego que éste principia ahacer gobierno. Ello provoca que en las siguientes elecciones, supartido político prácticamente se eclipse. La historia de lo ocurridoen 1999 y de la administración actual, confirman este comportamiento(aunque se desconoce obviamente cuál será el desenlace y la suertedel FRG en la contienda electoral del 2003). Pero lo que estásucediendo es que se está peligrosamente acortando el tiempo enel que aflora el desencanto. En efecto, luego de haber obtenido el68% de los votos en las elecciones de 1999, el presidente Portilloregistró un sensible descenso de su popularidad, a juzgar por lasencuestas que se realizaron casi al inicio de su administración.

Lo anterior guarda relación con los enormes retos que existen parareducir la pobreza y con la persistencia de los déficit socialesacumulados desde décadas y que los años de la guerra acrecentaron;con las limitaciones de un Estado ya de por sí débil para cumplir susfunciones de promoción del bien común, pero que quedó aún másfrágil luego de la “década perdida” y del conflicto armado interno; ycon la magnitud de las promesas electorales ampliamente difundidasdurante la última contienda. Esto confirmaría lo indicado al inicio deeste ensayo, en el sentido de que los problemas obedecen a unadoble clave: la existencia de restricciones propias del Estadoguatemalteco y los problemas magnificados por la actualadministración. En todo caso, el “desencanto con el gobierno” tiendea trasladarse al resto de las instituciones, contribuye a ladesvalorización de la política, estimula la inercia del ciudadano, asícomo las veleidades autoritarias.

● LAS DEBILIDADES DE LA OPOSICIÓN POLÍTICA Y DE SUS CANALES DE EXPRESIÓN. Elpanorama a lo largo del año 2000 confirma la tendencia en el sentidoque la arena política se ha trasladado de los partidos a lasorganizaciones sociales y ello, a pesar de la atomización, debilidad,desarticulación y resultados limitados que tales organizacionesconsiguen. Existe coincidencia en la mayoría de los análisis que sehan realizado en el país, sobre las deficiencias de los partidospolíticos, su escasa implantación y el limitado apoyo y credibilidadque generan en la población.4 En este sentido, son los actores quecon más dificultad han logrado su reconversión desde el inicio de latransición democrática hasta la fecha. Pero en el caso de los partidosde oposición que tienen representación parlamentaria, la situaciónmuestra signos innegables de inanición. En efecto, como expresiónde su derrota electoral, el PAN entró en crisis y un sector de susdiputados se separó integrando el “bloque unionista”. En enero de2001, sin embargo, algunos de los fundadores de dicho bloqueanunciaron también su retiro de éste. La izquierda parlamentaria,por su parte, también ha dado muestras de división y la escisión dela ANN y la diáspora de sus diputados por el surgimiento de diferenciasirreconciliables entre sus directivos, es sólo cuestión de tiempo.

Confirmarían así la apreciación según la cual la izquierda en Guate-mala se asemeja a los restos de un naufragio. Todo lo anterior no hahecho sino acelerar la fragmentación de la oposición al FRG, ahoramás dividida que nunca. Y los partidos que han empezado aorganizarse o reorganizarse, lo hacen con el interés puesto en elhorizonte inmediato de las elecciones generales de 2003.En estos momentos, quienes convocan, denuncian y movilizan laopinión pública son organizaciones sociales y ONG vinculadas a ladefensa de los derechos humanos, a las que se añaden tambiénalgunos medios de comunicación social. Sus demandas son decarácter sectorial, generalmente motivadas por decisiones puntualeso escándalos gubernativos, como el caso de la ley de bebidasalcohólicas, la movilización para evitar la acelerada aprobación dealgunas reformas legales importantes, como la relativa a partidospolíticos o para garantizar transparencia en la selección de candidatosa la Corte de Constitucionalidad por parte de los cuerpos electorales.Los resultados en este sentido son diversos. Los plantones frenteal Congreso para protestar por el caso de la ley de bebidasalcohólicas, mostraron una escasa capacidad de convocatoria y lasdificultades para garantizar su persistencia. El éxito en retrasar laaprobación de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticosfue mayor y resta por ver si se obtienen resultados en cuanto a latransparencia del proceso de selección para el caso del tribunalconstitucional. Frente a estas organizaciones también existen lasque presionan para evitar que el Código de la Niñez cobre vigenciay se aprueben salarios mínimos, las que pugnan por incrementar laspenas de determinados delitos o que se oponen a la educaciónbilingüe y a los programas de salud reproductiva por ejemplo,indicando que defienden de esta forma la democracia, en su versiónconservadora. En todo caso, son agrupaciones que estánprotagonizando la acción política ante la manifiesta deficiencia de lafunción que les correspondería a las formaciones partidistas.

Lo anterior parece ser una consecuencia no esperada del propioproceso de negociación y de paz. En efecto, la negociación facilitóen la práctica, lo que la transición a la democracia había tan sólopotenciado: el surgimiento y ampliación de organizaciones socialesde diversos matices e intereses sectoriales y gremiales. A lastradicionales agrupaciones sindicales, estudiantiles, campesinas yempresariales conocidas en Guatemala desde décadas, vinieron aañadirse otras cuyo número y dispersión creció sensiblemente desdela década de 1990: organizaciones indígenas, de mujeres, de micro,pequeños y medianos empresarios, de derechos humanos, deacompañamiento y desarrollo, etc. Tales agrupaciones recibieronun importante apoyo de organismos bilaterales y multilaterales decooperación y muchos de ellos se caracterizaron por su especialidadterritorial (el occidente y norte del país), temática o enfoque de trabajo(participación comunitaria y autogestión).Este incremento en el número de organizaciones sociales no correparalelo, sin embargo, con la existencia de una acción concertadaentre ellas. En forma paradójica a lo que ocurría en la década de1980 (en la que funcionaban menos organizaciones sociales peroun vasto movimiento popular), en la actualidad se cuenta unapluralidad de agrupaciones de diverso tipo, pero no existe unmovimiento social vigoroso y tales asociaciones aparecen muydesarticuladas entre sí.

● LOS PELIGROS DEL RETORNO AL PASADO. Para complicar aún más la situacióny la incertidumbre, el clima de inseguridad ciudadana se ha teñidorecientemente de un fenómeno que no es del todo nuevo, pero queparece haber cobrado fuerza. Se trata de una manifestación deviolencia, que por el tipo de organización o de sujetos a quienes

3 Desde la cifra récord de participación electoral registrada para las elecciones a Asamblea NacionalConstituyente en 1984 (78.1%) hasta las generales de 1995 (37% para la segunda vuelta), el descensoen la asistencia a las urnas ha sido evidente. Dicha proporción se elevó levemente para la consultaelectoral (40.4% en la segunda vuelta). Esta tendencia al descenso en la participación ciudadana debeno obstante matizarse, por los problemas de un padrón electoral envejecido, que registra altasobreenumeración (cifra de muertos y migrantes no descontados).4 ASIES-Universidad de Pittsburgh, La cultura democrática de los guatemaltecos, 1998. PNUD-IIDH-CAPEL, Eldesafío democrático, reflexiones de las sociedades centroamericanas ante el resultado delLatinobarómetro, 1997.

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afecta, hace sospechar un retorno a los viejos procedimientosintimidatorios del régimen autoritario. En efecto, algunos casos desecuestro y los ataques a agrupaciones de derechos humanos, ONG

de mujeres y asociaciones partidistas que se registraron durante lasegunda mitad del año 2000, provocaron la sensación de que seestaban reeditando las ominosas prácticas que en los años de laguerra fueron responsables de la crisis de las organizacionespopulares y llevaron a tantos guatemaltecos y guatemaltecas al exilio.Aunque los hechos ocurridos son ambiguos y no puede asegurarseque obedezcan a una estrategia de este tipo, han contribuido al climade inseguridad que vive el ciudadano común y que los ofrecimientosgubernamentales de ésta y de la administración anterior, no hanlogrado atajar. Y es que una democracia sin seguridad y sin plenagarantía de los derechos humanos, es una democracia debilitada yfrágil. El problema es complejo porque no se resuelve sólo con máspolicías, aunque una policía civil eficiente sea una condición necesaria,pero no suficiente para ello. Es necesario que el sistema de seguridady justicia funcione en forma integrada y coordinada para beneficiodel ciudadano, lo que implica que el Ministerio Público, los tribunalesde justicia y el ministerio del interior mejoren su eficiencia ycoordinación. El fenómeno de los linchamientos pende como elsímbolo de la barbarie en la que puede hundirse la sociedadguatemalteca, si sus sistemas de seguridad y justicia no reaccionan.

● LA INDEFINICIÓN DEL PROCESO DE RECONVERSIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS. Elaño 2000 ha sido testigo de la forma como se ha complicado elproceso de reconversión de la estructura militar del Estado, que veníaproduciéndose de manera paralela a la democratización política y alas negociaciones de paz y que, paradójicamente, se frenó duranteel propio gobierno que firmó el Acuerdo de Fortalecimiento del PoderCivil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática. A niveldeclarativo, las intenciones de la administración actual de avanzaren las transformaciones institucionales que ajusten las misiones,funciones y estructuras militares a los requerimientos de un Estadodemocrático y de derecho, parecieran ser más enérgicas que aquellasambiguas que caracterizaron los últimos años de la administracióndel PAN. Los hechos muestran sin embargo, una situación confusa,marcada por la ausencia de acciones concretas, por la existencia devisiones contrapuestas sobre el tema en el interior del gobierno ypor el fortalecimiento de sectores militares reacios a una redefiniciónde tales misiones, funciones y estructura de la institución armada.De hecho, la compleja estructura de alianzas del gobierno actual hapermitido que resurjan en la arena política militares en retiro –algunosde los cuales fueron purgados de la institución por problemas decorrupción o por su oposición al proceso de negociación de paz– yque se sitúen en posiciones de poder que les otorgan la capacidadde incidir y decidir en cuestiones relativas a las fuerzas armadas, lapolítica de seguridad del Estado y las relaciones de éstas con lasociedad y con el Estado. Es una situación que en el interior delejército causa desconcierto y molestia, según lo han señaladoalgunos militares en medios de comunicación y que va en contra delos intereses de su modernización y profesionalización.Guatemala vive una situación inédita en su historia política reciente:el surgimiento de un poder militar extrainstitucional, cuya influenciasobre las fuerzas armadas es consecuencia de su asociación con laadministración política y que forcejea con la estructura institucionalde mando en torno a temas cruciales para el ejército, estableciendosus propias alianzas con sectores militares de alta y civiles dentro yfuera de la administración. Embarcada en un proceso detransformación, inevitable ante el anacronismo que representa el

Estado contrainsurgente, sin una clara orientación gubernamentalque apunte objetivos precisos y legítimos y con una estructura demando debilitada y fraccionada, la institución armada continúa en labúsqueda de una definición de su sentido y misión en esta nuevaetapa de la vida nacional.Es evidente que las fuerzas armadas ya no son lo que fueron antañoy que ya no ocupan los espacios de intervención y control del Estadode las décadas de los setenta y ochenta. Resulta igualmente cierto,que los años de la transición a la democracia y de la negociaciónpara alcanzar la paz, así como los fenómenos de la globalización, laredefinición de alianzas internacionales y las transformacionesgeopolíticas del mundo contemporáneo, han influido en el nacimientode una “mentalidad militar distinta”, que no se correspondenecesariamente con el estereotipo que se manejaba en aquellos años.Baste el pase forzoso a retiro de todo el generalato, por decisión dela nueva administración, para ejemplificar el alcance de las últimastransformaciones políticas que han tenido lugar. Este cambio, sinembargo, está lejos de ser suficiente: ni la institución militar se hatransformado total ni plenamente (nuevos valores, nuevas funciones,nuevas estructuras), ni se han gestado con aceptación y legitimidadlas formas de control que deben garantizar –como ocurre concualquier otra institución pública– que su funcionamiento respondaa los intereses de un Estado democrático y de derecho, que estáaún por construirse en el país.A inicios de 2001, el ejército parece encontrarse aún en una situaciónde autonomía relativa que es peligrosa para la democracia: no controlaal poder político, pero tampoco es controlado efectivamente por éste.Desde tal situación y ambigüedad, son factibles opciones diversasy contradictorias. Por una parte, continuar avanzando en latransformación hacia una institución moderna, ajustada a losrequerimientos de defensa de un Estado democrático, profesional yapolítica, subordinada al orden legítimamente constituido. Perotambién se puede retroceder hasta la reconstitución del ejército comopoder político, con creciente capacidad de veto y como actorprotagónico, involucrado en las más diversas áreas de la vida políticay social del Estado, como parte de una reversión autoritaria.5

El reto de la actual administración es forjar una política que asegurey oriente la transformación institucional en dirección de laprofesionalización y apoliticidad de las fuerzas armadas, en el contextode una gobernabilidad precaria y de una cultura política híbrida,marcada por fuertes rasgos autoritarios en sus concepciones sobreel poder, su ejercicio, la función del Estado y la cotidianidad. Lapregunta es si podrá alcanzarlo, superando así algunas de sus propiascontradicciones.

Y ¿QUÉ ESPERAR DE LA ECONOMÍA?

En este campo, la situación no parece muy alentadora. En efecto, losdesequilibrios heredados de 1999 con tasas de interés altamentevolátiles, la caída en los flujos de recursos externos y lo más grave, el

5 En este sentido, varios análisis coinciden en los riesgos de retorno al pasado que representan lasalianzas de militares en retiro y desplazados de puestos de mando, con civiles de tradición autoritaria ygolpista, pero se ha pasado por alto el fenómeno de inestabilidad que también representan otros gruposque estuvieron vinculados a las fuerzas armadas y que se sienten desprotegidos y hasta traicionadospor no haber recibido los “dividendos de la paz”: ex miembros de la Policía Militar Ambulante,discapacitados de guerra, desmovilizados del ejército y ex patrulleros de las PAC. Son un contingentenumeroso, no articulado entre sí pero muy crítico del proceso de paz y susceptible de movilizarse y dereaccionar agresivamente frente a determinadas situaciones que les afecten o de conducirse dentro deuna renovada cultura autoritaria. Las denuncias sobre participación de ex patrulleros en casos delinchamientos, son un ejemplo de ello.

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deterioro en las expectativas de los agentes económicos, siguenlatentes. Esta tendencia está fuertemente influida por la incertidumbre,la pérdida de confianza en la moneda y la política económica, ya quelas medidas de ajuste restrictivas iniciadas por las autoridadeseconómicas para disminuir los efectos de dichos desequilibrios, nopresentan mayores indicios de afirmarse o consolidarse. Por el contrario,el crecimiento de las reservas, la disminución en las tasas de interés yla estabilidad del tipo de cambio, constituyen avances que chocan conel hermetismo del sistema bancario privado cuya cartera de créditos noha respondido adecuadamente para reactivar la producción, congruentescon las señales de la política monetaria. Por su parte, el gobiernocentral mantiene una continuada insuficiencia de ingresos y una bajacapacidad de ejecución, que le imposibilita poner sus propios apoyospara consolidar los esfuerzos de estabilización.

La situación anterior mantiene un retraimiento de la inversiónprivada y reactiva nuevas amenazas de inestabilidad en la generaciónde empleo e ingresos, sin que pueda alejarse el temor de los riesgosheredados de la crisis bancaria y la quiebra de financieras en que salieronperjudicados miles de ahorrantes y que contribuyó a desprestigiar a laadministración del PAN, que a ojos de los afectados no hizo nada paragarantizar la salvaguarda de sus derechos frente a las quiebrasfraudulentas de las “financieras”. Situados en el contexto extraeco-nómico de la crisis, la relación riesgo-país es un agravante pues alcontrario de lo sucedido en otros años, las tasas de interés a nivelesaltos no están atrayendo capitales del exterior, sino que más bienproducen el congelamiento de inversiones. Y si a ello se agrega lapersistencia de los bajos precios de los principales productos deexportación, la baja ejecución del crédito externo y la fatiga de lasdonaciones, es previsible que crezcan las presiones sobre el tipo decambio y se expanda la especulación, con una fuerte depreciación delquetzal y por consiguiente, una ola inflacionaria que afectaría a la mayoríade la población.

ALGUNAS CONFUSIONES E INCONGRUENCIAS

También existen confusiones que contribuyen a dificultar la situación.La primera consiste en considerar que la economía de mercado tieneuna autonomía total y que las inversiones se distorsionan por laintervención del Estado. Tal creencia apunta a descapitalizar a este últimoy a rechazar básicamente cualquier intento de cambios en la tributaciónque afecte la inversión (como aparece en el fondo de la petición dirigidapor algunas agrupaciones al Congreso de la República, de someter aconsulta cualquier emisión de nuevos impuestos, por ejemplo).

Otra confusión es que la economía debe orientarse primordial-mente hacia lo global, subestimando la formación del mercado interno,lo que dificulta contar con estrategias de fomento empresarial y deinversiones que piensen y actúen nacional y localmente. Por último yque parece ser parte del consenso, que el pacto fiscal deberíapreocuparse fundamentalmente de elevar la eficiencia y lo peor, quetienda a considerarse que los tributos al consumo son impuestosneutrales.

Como parte de algunas incongruencias en la política económicapuede citarse el hecho de que mientras prevalecen exigencias dereducción del presupuesto, también existe en el gobierno una tendenciaa que el sector público debería compensar por la vía de las inversiones,el decaimiento del sector privado. Ello ha dado lugar a aumentospresupuestarios y al rompimiento de los compromisos consensuadosen el pacto fiscal, pues el gobierno se anticipó con un paquete diferente,negando con ello uno de los avances ganados por el sector privado deelevar elIVA.6 La alteración a la ley de bebidas alcohólicas por parte delorganismo legislativo, rompió los puentes de diálogo con la sociedadcivil agravando la situación. Este tema y la solicitud de antejuicio queprovocó, se ha convertido en uno de los problemas de mayor tensiónentre el Organismo Legislativo y el Judicial. El problema que alimenta lacoyuntura reside en que mientras el Estado no logre resolver el temafiscal, piedra angular para el financiamiento de las exigencias de unademocracia y la economía nacional se mantenga en ese relativo “puntomuerto’’, los escenarios de la ingobernabilidad pueden acrecentarse.

Frente a una situación como la descrita en el campo político yeconómico, una posibilidad es “amarrar” las diferencias que subsistena nivel de la gestión pública, en torno a un programa rector, un únicoproyecto de gobierno y alcanzar así, certeza en el nivel superior de ladefinición política. Ello permitiría pasar luego a las acciones urgentesde modernización y eficiencia administrativa que se requieren para laejecución, dentro de un marco de las prioridades (pues no se puedehacer todo dentro de la administración pública). Se trata, sin embargo,de una elección por partida doble, pues no bastaría tan sólo con un plansi éste no va acompañado de las decisiones y acciones necesariaspara reanimar a la administración pública y enfrentar su tradicionalburocratismo.

Otra opción podría consistir en reducir la heterogeneidad queexhibe la administración, lo que significaría redefinir la lógica de lasalianzas y los compromisos (los gobiernos de todas las latitudes lostienen y sería ingenuo pretender negarlos). La cuestión es, entonces,el alcance y sentido de estas nuevas alianzas. Algunos analistas hanrecomendado, por ejemplo, que el presidente rompa con su partido.Ello además de ser suicida, resultaría peor que la enfermedad, pues

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6La posición gubernamental en cuanto a no aumentar dicho impuesto, contradice las resoluciones delpacto pero gana adhesiones por parte de aquellos sectores de la sociedad civil que durante lasnegociaciones no estuvieron de acuerdo con tal medida.

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VÍCTOR GALVEZ B.GISELA GELLERT

GUATEMALA: EXCLUSIÓN

SOCIAL Y ESTRATEGIAS

PARA ENFRENTARLA

SANTIAGO BASTOS

PODERES Y QUERERES

HISTORIAS DE GÉNERO

Y FAMILIA EN LOS SECTORES

POPULARES DE LA CIUDAD

DE GUATEMALA

Este texto trata sobre la formaen que se dan las relaciones depoder en los hogares populares deciudad de Guatemala, unasrelaciones que están mediadas porlos patrones que impone ladiferencia de género. En unascondiciones en que conseguir losrecursos de cada día es unaprioridad básica, las mujeresresultan sobrecargadas de trabajoy responsabilidad, mientras losvarones suelen ejercer la autoridaddentro del hogar aunque muchasveces descuiden la obligacióneconómica.

Los documentosque se incluyen enesta publicaciónfueron preparados

CUADERNOS DE

CULTURA FISCALCuenta connueve tomos,como su edi-ción original.Estos textosp r e t e n d e nllevar la discu-

Coloquio internacionalECONOMÍA, MODERNIDAD Y

CIENCIAS SOCIALES

“LA CRISIS DEL CAPITALISMO”¿EXISTEN OTRAS ALTERNATIVAS?

Immanuel WallersteinDirector Instituto Fernand Braudel,

Universidad de Binghampton, Nueva YorkProfesor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París,

FranciaBolívar Echeverría

Profesor, Universidad Nacional Autonóma de México –UNAM–Edelberto Torres-Rivas

Profesor Investigador FLACSO-Guatemala y asesor del PNUDCarlos Antonio Aguirre Rojas

Profesor-investigador, Universidad Nacional Autonóma de México –UNAM–

como insumos para el Informe deDesarrollo Humano 2000, Guate-mala, la fuerza incluyente delDesarrollo Humano, preparado porel Sistema de Naciones Unidas.Ambos enfatizan algunas de lasrespuestas sociales de la poblaciónque sufre la exclusión social.

sión del tema fiscal a los más diversosy amplios sectores. El esfuerzo estáorientado a proporcionar herramien-tas de análisis en un debate másamplio, es decir, la sociedad civil, sinla necesidad de la especialización y elconocimiento académico.

produciría la parálisis de la acción pública, en la medida en que elFRG

tiene mayoría en el Congreso y el resto de la oposición parlamentaria,como ya se señaló, exhibe niveles tales de división que la haceprácticamente inútil como fuerza política. La redefinición de las alianzaspuede lograrse en un marco realista y con una buena dosis deimaginación. No obstante, parece ser que el presidente ha optado máspor los cambios limitados de gabinete que por una estrategia dereanimación a fondo (la tradicional cirugía mayor de que se habla).Cualesquiera de estas opciones u otras podrían ensayarse, pues existela sensación de que es urgente recuperar el tiempo perdido a lo largodel primer año, para lo cual los primeros meses del año 2001 seránmuy importantes.

Es necesario evitar que crezca la insatisfacción, dados los nivelesde pobreza y exclusión que prevalecen en Guatemala y que puedencomprometer seriamente la gobernabilidad democrática o reeditar losrumores y el nerviosismo que se produjo durante el último trimestre delaño 2000, sobre intentos de desestabilización y complots, tan típicosen la cultura política de los guatemaltecos, pero tan dañinos para elfuncionamiento de la democracia y para la reactivación económica. “Enrío revuelto... nadie gana”.

El conjunto de signos negativos descritos a lo largo de este ensayose inscribe dentro del enfoque de análisis inicial, en el sentido que másque una crisis gestada durante el año 2000, estamos en presencia deun fenómeno de arrastre estructural, cuya resolución no dependeexclusivamente de la voluntad de la administración, sino de la de todoslos actores sociales que con mayor o menor grado de poder yresponsabilidad están en capacidad de sacar al país de este aparente“ojo de remolino” en el que se encuentra. Ello supone que aún y cuandola estrategia dirigida a alcanzar acuerdos o pactos de carácter nacionalhaya sufrido un grave desgaste, no debe olvidarse que en unademocracia, las decisiones trascendentes no las toma únicamente elgobierno. Y aunque no parece existir receptividad para que tales diálogosse produzcan, éstos siguen siendo los instrumentos idóneos para elacercamiento y la discusión de los enfoques diversos. Resta ver si aúnes posible relanzarlos y bajo qué circunstancias se rescata sucredibilidad.

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