hojas del foro 4

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CRr.{CiON Y LLCTuR{ l: el G¿'n,rc,,C,.í.i , lu, ] -L C,-\ DT- úKADC Co* tíníe Kamó o en bl" g cre=dot contra L.G"nzÁlez J.á" la fuentc l-orcto G.A $eniamín L. GustaíoA. f. J.Afamargo J.ACoi*t"o" T. f. brrb¿rt f',Ma*lnez G"=rdo f. g;¡ou l.Ílár", Ótt=.Jr,f"g"l J. M"rínas C'lgi""i^" C.Gond" J.L.ryd!q"", L fficsa contra cr,.do,. n Kodrf guez =né§,BrE Rs C rF A t Ro - I q v i r Rrl o D E z * $+=-

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Literatura, ensayo, ilustración, poesía.

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Page 1: Hojas del foro 4

CRr.{CiON Y LLCTuR{ l:

el G¿'n,rc,,C,.í.i , lu,

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Co*tíníe

Kamó

o enbl" g cre=dot contra

L.G"nzÁlezJ.á" la fuentc

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Page 2: Hojas del foro 4

tLCS-. -úI{

-

G erardo F ernández C añedo

Page 3: Hojas del foro 4

ADtrñÜ

Escritor: Todo escritor deja dos obras: una, la escrita, otra, la imagen que queda de é1.

|orge Luis Borges

Es cribo p ar a sobreaiair

como quien necesita compnrtir un secreto.

Al Berto

La literaturA, cotno dijo para siempre Paaese, es una defensa contrq las ofensas de

la aida; creo que también intuí entonces que escribir erq una forma nuerfi y más

hondn de leer.Javier Cercas

Hay muchas cosas de las que escribir, pero no de las que hablar.

Charles Bukowski

Uno nunca termina de leer, aunque los libros se acaben, de la misma mnnera que

uno nuncn termina de r¡ioir, aunque la muerte sea un hecho cierto.

Roberto Bolaño

En nuestros díns, tres ocurrencins y una mentira, hacen a un escritor

Lichtemberg

A muchos poetas les perturba que las palabras tengan además un significado,

Stanislaw lerzy Lee

Laprecisión es la únicn elegancia de lalengua.

Arcadi Espada

El realismo es una cornryción de la realidad.

Wallace Stevens

Hay que tener mucha mieda para escribir bicn.

Una rersistaliterariano debe tener actualida.d, sino pasado.

Vicente Núñez

Page 4: Hojas del foro 4

DL LF-ALIO\ \ -LL i L"A DL -A blbllo-l ( ¡ Dl úsADO

Número Cuatro. Invierno de2007

Dirección:Fernando Menéndez

Consejo de redacción:Ferna¡do Flórez VillaranzoXosé Lluis Rodríguez AlberdiGustavo Adolfo Femández Fernández

Administración:fosé Luis Rodrlguez Tamargo

Diseño y maquetación:Gustavo Adolfo Fernández Fernár.dez

Diseño del logotipo del Foro:

José Luis Rodríguez Tamargo

Publicación estacional (trimestral) dedifusión gratuíta

500 ejemplares

D.L.: A3-01487-2006

Edita:Biblioteca Municipal de Grado "ValentínAndrés Alvater"C/ Cerro de la Muralla s/n33820 Grado (Asturias)98575 [email protected]/ grado/

Asociación Cultural "Valenffn Andrés"[email protected]

Aula de las Metáforas "Femando Beltrán"auladelasmetaf [email protected]

Subvenciona:cajAstur

Concejalía de Cultura del Ayuntamientode [email protected]

Filmación e impresión:Gráficas SUMMA S.A. (Llanera)

Iluskaciones interiores:

José Luís Rodríguez Tamargo

Javier Marinas

No está permitida la reproduccióntotal o parcial de los textos,ilustraciones e imágenes incluídosen esta revista s¡n elconsentimiento previo de susautores.

PortadaIlustración de ]. L. Rodríguez Tamargo

Ilustración2/

El abrevadero3/

Gerardo Fernández Cañedo

Inventario de TtansparenciasS/El pionero Lenin. Una aproximación literaria a un piratadel dial radiofónico

Fernando Flót ez Fernández-Villaranzo

Arte10/ Como en el Génesis,ltz contra tiniebla y creador contra

creadorRamón Rodríguez

Narrativa12/El conse4e

1,4 / Eneste preciso instante

L8/Concentración19/La tierra2O/Nunca significa2L/ Corazón de flores

22/Prét-a-porter23 / Lajovencita del violín24/ Lejos

Poesía

25/Poerna radical26/Elnilo tras la ventana

26/Sinpalabras27 /Neutral28/Héroe anónimo

Gustavo Adolfo Fernández

]osé Antonio TamargoEstefanía González

Estefanía GonzalezEstefanía González

|uan Antonio ContrerasFernando Martínez Alvarcz

Benjamín LiryezÓscar L. Nogal

Eduardo MesaCarlos IglesiasCarlos Iglesias

Carlos Granda BustoTeresa Fernández -B arb 6n

Carta de amor29/ Elanuncio

Ilustración31/

Contraportada

Bijou

]uan de la Fuente

Ilustración de Loreto Gonzílez Ñvarez

Page 5: Hojas del foro 4

Ü DTTKANSTAKLNCIAS

Ll n e ro [-.nín.Unu a

l¡t.raría a un p írata d.l ái'u

ptoI Proxr

I r, d

,,rnaclon,rtoronlco

A todos los que alguna aez dejaron flotarsu imaginación en la inmensidad del éter

os individuos bajaban despavoridos de

Ia buhardilla de una casa de la calleCimadevilla, en Grao. Corrían como si

en ello les fuese la vida mientras, desde 1o altode la escalera, una voz atronadota, con el talantebelicoso de un dios enojado,lanzaba anatemas.

Era un dios furioso que, con ira jupiterina,golpeaba eI pasamanos como un tambor,acompasando la armonía desmañada de losbalaustres de bronce. Flotaba sobre aquelestruendo el urgente zapateado (una fuga endos movimientos: allegro grazioso al principio yallegro agitato en el vibrante remate) que percufaen los crujientes peldaños de madera acribilladospor la carcoma.

Algunas puertas se entreabrierondiscretamente y la escalera se inundó de uncóctel de tufillos: el dulzón y liviano del potajede repollo, el rotundo y enérgico de la fabadacon compango, el aceitoso de los calamaresfritos; desde el primero fluía un aroma a tortillacon tropiezos de chorizo. Así que quienesasomaron prudentemente la nariz pudieron oler1o que se cocinaba en el vecindario y sus ojos

presenciar una escena no demasiado corriente:un par de sujetos de barriga cervecera, bigote a

lo Jorge Negrete y traje de 'El Corte Inglés'haciendo eslalon hasta el portal. Llevabanmaletín y paragaas. Sin ningun género de dudaseran vendedores de libros o funcionarios.

La voz de trueno/ como urra arfiel1azabíblica multiplicada en mil ecos por el hueco de

F ernando F lór e z F ern ánde z-Vill ar anz o

Ia escalera, gritó entre juramentos que no viene

al caso detallar: " iLa príxima vez venís con el

delegado del Gobierno o no abro!". Luego, unportazo estremeció los cristales del edificio.

Pero, antes de continuar -paciente lectorque estimulas mi autoestima leyendo estas lÍneas

esbozadas con mejor voluntad que logroestético -, me veo obligado, e fl justacorrespondencia, a hacerte una confidencia.Verás: al releer los tres páruafos precedentes

recuerdo algo que me enternece. Y es que, sinpremeditación (te 1o juro por mi musa favorita:Calíope), he empezado esta historia por el final.Sí, y 1o he hecho como en los guiones de esos

filmes que arrancan trepidantes y después, en

la pantalla, aparece sobreimpreso un texto más

o menos de este tenor: "equis años antes ..." , yla película da un salto en el tiempo paÍaÍrarcarlos antecedentes que inevitablementedesembocarán en la impetuosa secuencia delprincipio.

Pues bien, comprensivo lector, es cierto,me he apropiado de tal técnica narrativa que

me deslumbró en lejanas y transparentes tardes

de domingo y cine. Tardes que recupero delalmacén en penumbra donde se amontonan los

recuerdos. Cuando nosotros vestíamos pantalóncorto y ellas falditas de tergal con dibujos de

gatos y flores; cuando podías volar hasta donde

tu imaginación quisiera llevarte porque tussueños no tenían límites; cuando durante la

Page 6: Hojas del foro 4

a);ffilhs,;FoRo 6

función del'Teatro-Cine Parke' devorábamoskilos, muchos kilos de pipas'Churruca'y en el

descanso mascábamos chicles 'Bazoka'; cuandoel. bueno (el almibarado Gary Cooper) nosalentaba a elegir Ia senda dela mansedumbre yel malo entre los malos (el demasiado humano

Jack Palance) era el ejemplo de la peraersidad;

cuando en la ardiente oscuridad de la sala queoLia a desinfectante, sudor, colonia de lavanday goma de regaliz, el deseo indescifrable se

agazapaba en el pecho y, a mi lado, la niña de

coletas rubias y lacitos de color rosa se movíainquieta, y yo -maldita sea- no me atrevía a

experimentar con aquellos dedos gordezuelosque se movían nerviosos sobre elbrazo de labutaca, y mis manos sudaban, sudaban,sudaban...

Hecha Ia anterior aclaracióry y después de

pagñ tanmelancólico peaje, intercalo la frasecilla

de marras (el texto sobreimpreso en la pantalla)y sigo con mi relato.

Nueve años antes...

...a1 ver entrar a la reencarnación de

Vladimir llich Lenin, un impulso irrefrenableobligó a Fernando Trueba a invitar al reciénllegado a sentarse a la mesa compartida conÓscar Ladoire y algunos miembros del equipode rodaje. Acababa de llegar a Oviedo paradirigir un filme de bajo presupuesto. Aúnfaltaban varios años para 'Belle Epoque', eI

Oscar y los momentos de gloria en Hollywood.Ahora, en 1982, era un director novel que se

abria camino rodando una película sin grandes

pretensiones. 'Sal gorda' -ese era el título de

la cinta-, aunque llegaría a gozar en su estreno

de alguna crítica favorable, en realidadpertenecía a un género que consume vorazmenteun público poco exigente que va al cine a

desternillarse de risa.

Una hora después de tan providencialencuentro, y sin casting previo, la reencamaciónde Lenin entraba en el reparto. Allí mismo, en

I NVLNTAKI O D L TKANSTAKLNCfAS

el comedor de'Casa Contado', se bosquejó el

papel del tor¡arich, que daba a la comedia cierta

fragancia leninista. Todo quedó sellado con una

copa de orujo (que no de vodka) y un apretónde manos. Así, de manera tan fácil y espontánea,

y sin recibir lecciones en el 'Actor's Studio' niempollar método Stanislawski alguno, ArmandoFernández, el doble deLenin, todo un personaje

barojiano que bien pudiera haber nacido en el

caserío deLabraz y no en Bayo, simplementepor la cara (la cara de Vladimir Ilich Ulianov,claro), entró en la historia del séptimo artesiguiendo los pasos de un electricista llamadoPaco Rabal o de un tal Harrison Ford, ebanista

nacido en Chicago y avecindado en Wisconsin.

Un profeta de las ondas

Pero Armando, una de tantastransparencias que abarrotan mis recuerdos, me

interesa en este inventario más como profeta de

las ondas y pionero de la radio en Grao quecomo actor de cine. Y aunque no triunfó en lagran pantalla ni gozó de la confianza de PedroAlmodóvar ni tampoco de la del recientemente

carbayonizadoWoody Allen (hay alcaldes que se

idolatran a sí mismos fomentando la imaginería

en hornos de fundición), sus excelentes doteshistriónicas quedaron probadas en Ia irrepetible'Radio Santana' (homenaje al festejo más telúricode los moscones. Aunque el azar al tejer sus

tramas hila sorprendentes coincidencias: laproductora cinematográfíca fundada porHumphrey Bogart en1941, también se llamaba

Santana).

Aquella fue la primera radio pirata de lacomarca, y consiguió emitir durante casi dosaños. Toda una pequeña };.azañ,a, porque a

principios de los noventa las emisoras sin licencia

no disfrutaban en el dial de patente de corso.

Según mi colega Carlos Murias, su locutoriotenía cierto aire de sacristÍa rural. Instalado en

una habitación con ventana a la calle La Pedrera,

encima de la cafetería 'luval', diariamente,

Page 7: Hojas del foro 4

I

TKANSTAKLNCIAs

entre las once de la mañana y la una delmediodía, con la encendida retórica de unpredicador en Semana Santa, la voz de Leninllegaba a las cuatro esquinas del valle con sus

homilías laicas que sólo se volvían apocalípticascon tres cuestiones: la música modema, el alcaldey las vacunas.

Vivía ilusionado con recuperar el estiloBoby Deglané de los programas clásicos.Añoraba Ia radio espectáculo de los cincuentay principios de los sesenta,la radio de lámparasque se escuchaba en las cocinas de la Españaprofunda (aquella caja embutida en una fundade cretona, con dial de vidrio donde se leíannombres de ciudades extranjeras, y allado elinseparable voltímetro). La radio de'Matilde,Perico y Periquín, Pepe Iglesias el zorro (quesiempre acababa con el mismo estribillo: "...yde Fernández nunca más se supo"), losanuncios de Cola-Cao y las novelas deGuillermo Sautier Casaseca. En el fondo, y apesar de sus facciones, clavadas a las delpatriarca comunista, que é1 ante el espejo se

esmeraba en acentuat, era un reaccionarioirremediable. Entre sermón y sermón, a

micrófono cerrado, mientras la garbosa voz deEstrellita Castro hacía cabalgar y cortar el vientoa su jaca por Grao y cercanías, los ojos se lehumedecían. Entonces, acariciaba la perilla,suspiraba y le decía a su monaguillo Murias:"Catlos, tenemos que hacerlo. Sí, un programamusical en directo, en el'Rada', con el públicosentado en las butacas de la platea".

El programa nunca llegó a emitirse, peroya tenía tífulo, un tífulo adecuado a su contenido:'Los principales de los cuarenta', retruécano delprograma musical que más odiaba: 'Los cuarentaprincipales'. De los votos de 1a audiencia (se

irfal-iaun jamón de Tineo entre quienes llamasen)saldría un anacrónico hit-parade. Y es quenuestro radiopredicador, sin remordimientos,renunciaba a los oyentes que aún no habían

arnorbzado los cincuenta tacos. En aquella radiopara pensionistas el relojya no marcaba la hora,como aún sigue irnplorando Lucho Gatica consu voz empapada de nostalgia.Erauna burbujaen la que el tiempo se había detenido. Fingíaestar quieto; quieto como los troncos de losolmos del parque, como los macizos pilares delPuente Grao. Tan sólido, tan imperturbable.Fingía la promesa de eternidad leída un día enlos ojos castaños de la chica soñada. Pero losolmos se talan o los pudre la grafiosis, y a lospilares de un puente los puede arrastrar unariadao demoler cualquier obra pública. De aquía la eternidad, decía usurpando el título deZinnemann. Siempre las películas. ¿Existe algomás romántico y retrígrado que congelar eltiempo?

Morir con las botas puestas

'Radio Santana' murió con las botaspuestas, en plena emisión. La audiencia asistióen directo a su agonía. Fue una intervenciónquirurgica desalmada sin anestesia ni calmantes,muy poco artesana y gratuitamente encarnizada.

No. Fue peor. Una autopsia envivo y en directo.Me explico Lenin estaba emitiendo una de sus

homilías, en las que se mezclaba 1o humano con1o divino, desde el nuevo locutorio instalado enla calle Cimadevilla, cuando sonó el timbre.Como aquélla era un radio muy natural y pocoaparente, que emitía al desnudo, dijo por elmicrófono: "Queridos amigos están llamando aIa puerta, voy a ver quien es. Vuelvo en unmomento". Así era aquel fenómeno de Iacomunicación: había conseguido crear un vÍnculode complicidad con sus oyentes. A veces, decía:"Os dejo durante tres minutos con AntonioMachín y 'Angelitos negros'. Voy a mear yvuelvo". O al mediodía: "Me rugen las tripas.Mientras bajo a 'Juval' a comer un pincho ytomar un café quedáis en compañía de unasmaravillosas canciones de'Los Panchos', no os

mováis de este punto del dial".

Page 8: Hojas del foro 4

áFIoiAE ¿,FoRo I

Pues bien, ei locutor fue a abrir 1a puerta.

A los pocos segundos en 1as radios de Grao yalrededores se oyó un murmullo de voces en

segundo plano que se acercaba. Ya al iado de1

micrófono se escuchó aLenin decir: "Yo les dejo

pasar para que inspeccionen lo que quieran,pero porque traen el mandamiento de entradadel Juzgado" .Y alavoz de un desconocido: "Si

quiere ver la documentación se 1a enseño, soy

el inspector Calabácez. de Comunicaciones, y

J IiVE NTAKI O DL TKANSTAKLN CIAS

de radio y ahora hasta televisiones". "Bueno,

no se vaya por las ramas, esta emisora debe ser

clausurada".

Hacía unos segunCos que se oía un ruido.Era como el sonido rrretálico de algo que se está

destorniilando. ,A.1 parecer, enfrascado en e1

diálogo con el inspector, Lemin se habíadespistado y no vigilaba los movir¡ientos de

Margarínez. Y de pronto, 1a voz delradiopredicador enfurecida'. " iEh, oigal ¿Qué

,.-sÉW-#'--.-;é#á3 É ?ɧ.á* ¿:a; #Fy

{'é té. §§&{; §{ té €}*É*ái r# *#e rÉ#.fÁ #*aé

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Viñeta de homenaje a "Lenin" publicada en E! Progeso Asturianoen 1996. (Guión de Fernando Flórez y dibuios de Marinas).

este es mi ayudante MargaríÍlea" . Y Armando:"Biert, bien...no hace falta. Ustedes dirán". Yel inspector: "¿Sabe usted que la Ley prohíbeemitir sin licencia, y que la infracción de 1a

norma se sanciona con el cierre, 1a bonfiscación

del equipo y una multa que puede ascender a

un mil1ón de pesetas?" ."Oiga, yo no soy ningúnforajido, simpiemente entretengo a ia gente, no

hago como Polanco y otros que, si no tenían ya

bastante con los periódicos, acapararr' emisoras

cojones está haciendo? ¡No toque el equipo,mecagiien...!" Y Calabácez: "Tranquilícese,hombre, estamos siguiendo el procedimiento.E1 equipo va a ser confiscado...." Después

mucho barullo, y finalmente silencio. Bueno,

en realidad, en el 107.8 de 1a FM, se oyó el

crepitar de 1a onda portaciora. Un sonidodeprimente. Vacío de contenido humano. Sin

voces ni música. La soledad radioeléctrica del

éter.

Page 9: Hojas del foro 4

ÁKIÜDLTKANSTAKLNCIAS

Los últimos instantes

Lo que ocurrió en el locutorio después delapagón de 'Radio Sar'úanta' , sólo 1o saben ellocutor y los inspectores. Armando FernándezLenin, el pionero de 1a radio local en Grao, hace

años que pertenece a ese éter cuya voz lantasveces cruzó hacia un destino que sólo se desvelaa los iluminados. Ya pertenece al sueño universalde los inconformistas, de los que necesitanevadirse de las oscuras y húmedas mazmorrasde la rutina diaria. Es parte de ese polvo cósmico

al que tarde o temprano todos retornaremos.En cuanto a Calabáce z y ll;4lar gañnez, los imaginoperdidos por alguna ignota covachuela, encualquiera de los innumerables recodos queforman al enroscarse sobre sí mismas lasAdministraciones cuando sufren de obesidadmórbida. Só1o dispongo de la versión de CarlosMurias, que reproduce la que le contó el propioLenin. ¿Qué quieren? Así están escritos los librosde historia. O ¿qué pensaban, que se escribensolos?

Si no engañó con alguna aventura del estilo

de '¡Encontradlol' , un esbozo de novela en elque un escogido grupo de científicos y hombresde acción de varios países recibían instruccionesen Washington -por supuesto - pararealizaruna importante y peligrosa misión: la búsquedaen la selva amazónica de un misteriosoespécimen de cuyo sistema inmunoiógicodependería la seguridad del mundo en el futuro(algunos folios de este proyecto narrativo queLenin fotocopió en'Colorines' es posible que yoaún los conserve en casa); si no engañó, digo,al crédulo Murias con alguna piadosa patrafla,los últimos instantes de aquel bergantín quenavegaba sin pabellón por los maresembravecidos de1dial radiofónico, fueron más

o menos así:

Lenin.- iQue no toques el equipo! ¡Aquíel que va a cortar algo soy yo, pero los güeaos

de algún cabrón! ¡Ahora verás...!

Y revolviendo en un cajón abarrotado de

,-HoiÁúi

cables, pilas de petaca y cintas de casete de

Paquita Rico, Conchita Pique r, J or ge Sepúlveday demás personal de1 futuro hit-parade, sacó

un enorme vergajo con el que golpeóviolentamente sobre una mesa y con la otramano esgrimió un destornillador de los deestrella con el que apuntó hacia el acojonadoIl[;Iargarínez.

CaLabácez.- No intente nada de 1o que se

pueda arrepentir. Se está usted resistiendo ados agentes de la autoridad.

Lenin.- La autoridad. Así que vosotrossois la autoridad, eh. Pues ahora voy yo a

demostrar quien manda en mi casa.

Y se lanzó sobre los inspectores que comogamos echaron a correr por el pasillo y bajaronlas escaleras de tres en tres y hasta de descansillo

en descansillo. Desde arriba Lenin, como en los

tiempos de'Sal gorda', muy metido en el papeldel personaje perseguido por los cuerposrepresivos (¡lástima que Fernando Trueba nofuese testigo de la escena!), siguió golpeandoviolentamente con la verga de toro sobre eI

pasamanos mientras ies gritaba a losfuncionarios saltarines: "¡La próxima vez veníscon el delegado del Gobierno o no abro!"

No hubo próxima vez. 'Radio Santana'estaba muerta. Le habían extendido el certificadode defunción en directo y alabrava. Lo quesiguió: aquella radio guerrillera con la que emitíaen Oviedo desde un coche escondido en lasfaldas del Naranco, fue el epitafio. Los jubiladosdel parque aún le recuerdan. Yo también.

Cuando enciendo la radio 1o evoco consus facciones producto de un plagio, aquellasfacciones que fascinaron un día a un jovendirector de cine en'Casa Conrado'. Lo evocodelante del micrófono, como en la viñeta de

]avier Marinas que publicamos hace diez años

en el'Progreso Asturiano' con motivo de sumuerte.

Carajo, como se acaba todo. InolvidableLenin.

Page 10: Hojas del foro 4

I

r*HoiAB *,FoRo t c

omo en el Génesis, al fin se han abierto

los cielos y ha surgido la tierra. La capilla

de Sant Pere o del Sanfsimo Sacramento

en la Catedral de Palma ya es visible. Según el

Génesis Dios concluyó su obra en siete días;

Miquel Barceló, dios menor, ha necesitado siete

años porque no descansó en la fecha final sino

que por diversos avatares sus pausas fueron

intermedias entre etapas creativas. Dios, el

primer día, separólaluz de Ia oscuridad; Barceió

esperó alúltimo momento para colocar los cinco

grandes vitrales que tamizanlaluz que penetra

en la Capilla de Sant Pere. Dios, en el segundo

día, separó las aguas de la tierra; Barceló, por

el contrario, ha creado un mar de tierra. En los

días intermedios, Dios colocó en 1o creado las

plantas, el sol, la luna, las aves, el resto de

animales, los peces, todas las cosas y, finalmente,

el hombre. Barceló, en esos años intermedios

ha estado pensando, como siempre lo ha venido

haciendo a 1o largo de su trayectoria, en e1

hombre. Parece que Dios, humanista revelado,

y Barceló, ateo declarado, se hayan enfrentado

hasta que en el espacio sagrado, donde tantos

sacrificios incruentos se suceden, se ha

producido uno más: el del enaltecimiento de la

divinidad a través de la obra del hombre. La

capilla de Sant Pere es un ejemplo más de los

muchos que tantos artistas, a 1o largo de todas

las épocas, han llevado a cabo, siempre dentro

de una condición creativa contemporárrea,

tratando de interpretar, desde Ia no creencia,

uno de los grandes interrogantes de lahumanidad: ia existencia de los dioses.

AKTE

Ramón Rodríguez

A partir de dos milagros, el de Iamultiplicación de los panes y los peces y latransformación del agua en vino, creará una

impresionante y descomunal cerámica con

vocación de pintura en la que una sucesión de

elementos, nada enigmáticos pero sí que un

tanto chocantes en sus conjunciones, conforman

unmundo simbólico que envuelve al espectador,

lo impregna y 1o satura de tal modo que hasta

quienes no creen encuentran en ese abigarrado

ambiente un lugar en el que reflexionar, un

ámbito en el que encontrar un pequeño resquicio

por el que se puede ver algo de la abstrusa

dimensión del hombre cuando se enfrenta a lo

hermético. Barceló, al contrario que Dios que 1o

consiguió todo con un soplo, ha tenido que

enfrentarse a la materia, según sus propias

palabras, a puñetazos para sacarle aquellos

atributos que perseguía en su particular creación.

lJna creación que, como la que naffa el Genésis,

como la que es característica inseparable del

artista mallorquín, se nos presenta plena de

interrogantes y, tTr.a vez más, con la eterna

disyuntiva de la vida y la muerte como uno de

sus temas capitales.

Los recursos formales y expresivos, sean

soplo o puñetazo, aplastamiento o alisado,

arrastre o estallido, arruga o acumulación,

unidos a los procedimientos técnicos empleados,

tendrán la virtud de convertir 1o consuetudinario

en sagrado y lo real en fantástico hasta cerrar

el círculo y transformar 1o evidente en misterio

y 1o inicial en final. Son los hombres, que

e"mo e n e I Génesís,luz contratíníebl" y contra creaáorcreaáo,

Page 11: Hojas del foro 4

AKTL

necesitan alimentarse, beber y entrar en contacto

con 1a tierra y no los dioses que de nada precisan,

quienes se nos descubren en las paredes del

gran soporte cerámico. Y hasta el artista, el

hombre, se transfigvrará, dejando su propiaimpronta en el barro, en ese Dios que es taninvisible como la esencia de la obra de arte, de

cualquier obra de arte y al que Barceló ha

querido representar, si elio es posible, con una

ausencia, con un vacío que se hace expresión

de lo inexpresable yenunciación de 1o místico

que se eleva, desprendido

de un símbolo tan poco

agradable como Ia cruz,sobre un cúmu1o de

calaveras. De nuevo el

constante discurso de

Barceló: vida y muerte.

Partíamos de dos

milagros narrados en los

evangelios, pero lasanalogías entre obra yhechos bíblicos no dejan de

sorprendernos en cada

fragmento de la obra. Dios,

en algún momento, separó

las agllas para que unpueblo entero pucliese trasladarse y Barceló

corona su obra con ul1a g::an ola marina -hechade tierra- para que e1 hombre se sienta como

sumergido, recogi.lo i- ensimismado en las

profundidades c1e ia cap1ll3.. Barceló, ateo

declarado, no ha duda¡o en oirecerle al creyente

el pan y el vino tauinatulqiccs, e1 ¡r.in de 1a

perpetuación v el .,-irLo .1e, saclriicio. Y 1a

composición está replg¡¿ cle p-s¡ss, pulpos r'

medusas; peces como represer-ltación i-ie1 Clisto

,-HoiAS r,FoRo 1 I

de los primeros tiempos cristianos y pulpos que

lo son tanto del desarrollo vitai mediante las

espirales de sus tentáculos como, por extraño

que parezca, del Cristo eucarístico de aquéllos

mismos momentos, mientras que las medusas

con sus movimientos propulsivos y su estatismo

en tras aguas son el perfecto icono de la antinomia

atracciónf repulsión o de la indiferencia qus

tanto se da en nuestro tiempo con relación a ias

creencias. Y no debe escapársenos que peces,

puipos y medusas, al ser

animales de lasprofundidades, s€

transmutan en los nexos

entre el agua y la tierra que,

en esencia, tema y material,

no es otra cosa que la propia

obra que Barceió, como dios

menor/ nos propone.

Como en el Cénesis, donde

el Dios creador emplea toda

su energía en separar laluzde la oscuridad, este otrodios meno r la utilizar á par a

modificarla desde la materia

y, a su través, originar no ya

animales o aguas, plantas o

semil1as, frutas o

contenedores de espirituosas bebidas, sino una

nueva y colosal creación. Quizá por ello, tras el

apasionado enfrentamiento de los dos creadores,

el uno interpretando lo hecho por el otro, algún

representante de ia curia haya podido decir,

desorientándose al perder de vista 1o que es una

de los mayores glorificaciones que ei arte

contemporáneo hay¿ podido ofrecer a 1os

creyentes, eu€ lo inaceptable es que un ateo

suplante a Dios.

Page 12: Hojas del foro 4

:ffiffr8;rüRo lL

Ll conSe ,JC

¡Qué cosa más extraña! -pensó doña

Maruja- Eranya las ocho de la mañana pasadas

y Pepe, el conserje, aítr:. no había abierto las

puertas del Ministerio.

Marujita siempre era la primerafuncionaria en llegar y presumía de respetar

escrupulosamente su horario de trabajo, aunque

realmente se pasaba toda la jornada laboralleyendo novelas de misterio y anotando en su

agenda los fallos de sus compañeros para luego

informar de todo ello alSr. Ministro. Y eso era

precisamente lo que estaba haciendo en ese

momento, pues ya le tenía ganas al Pepe.

A las nueve menos cuarto llegó doña

Aurora, que se encontró a Marujita leyendo

apoyada en la puerta del Ministerio.

-ZQué pasa?- le preguntó.

-Ya ves, que está cerrado-contestó al tiempo

que miraba la hora en su reloj de pulsera ysacaba la agenda del bolso.

-¿Dónde está entonces Pepe?

-Ni idea chica, pero cuando se entere el Sr.

Ministro se le va a caer el pelo.

- ¡Vaya falta de seriedad tiene este Pepe!-comentó Aurora.

- ¡Ni que Io digas!- apostilló la otra.

-Bueno, yo me voy entonces a tomar uncafetito, ¿te apuntas?

- ¡Huy no!, que estoy acabando un capítulomuy interesante.

Cuando Aurora se hubo alejado apenas

media docena de pasos, Marujita, que ya nopodía aguantar más, sacó su móvily marcó con

Gust ats o Adolfo F ernández

gran ansiedad el número de1 Sr. Ministro que

sin embargo no contestó a la llamada.

Entre las nueve y las once menos veinte

fueron llegando el resto de funcionarios del

Ministerio. La mayoría, al encontrarse la puerta

cerrada, dieron media vuelta y se volvieron a

sus casas más contentos que unas castañuelas.

Otros se fueron directamente a su cafetería

preferida.

Marujita era la única que seguía al pie

del cañón, aunque desesperada al no poder

contactar con el Sr. Ministro. Decidió entonces

llamar directamente al Sr. Presidente, pero éste

le dijo que no le molestara con tonterías. Nunca

le había interesado demasiado aquel Ministerio

y estaba demasiado ocupado con su políticainternacional, con varios temas urbanísticos,

que eran los que más satisfacción le daban, ycon un ambicioso proyecto para pintar de rojo

el césped de todos los campos de futbol del país.

Por suerte Marujita también tenía el

móvildel Sr. Alberto, elVicepresidente, que se

personó de inmediato en el Ministerio y movilizó

a unos cuantos gendarmes que infructuosamente

trataron de localizar alguna copia de las llaves.

Continuaron llamando repetidamente al teléfono

de Pepe y del Ministro, e incluso el Jefe de los

gendarmes acudió, personalmente y con las

sirenas del coche patrulla a todo volumer¡ aI

domicilio del conserje, pero allí no había nadie.

Ya era en torno a la una cuando por finel Vicepresidente logró hablar con el Ministro.

Page 13: Hojas del foro 4

-t

NAKKATIVA

-Oy" IVlanolo, -le dijo - ¿sabesdónde demoniosestá Pepe que noaparece porningúniado?

- ¿Quién es ese

Pepe? -le contestó

el Ministro.

- ¡Coño, no mejodas, el conserje de

tu Ministerio!

- ¿Quién, esepequeñajo ycanoso?

-Sí, hombre, sí, el

mismo.

-Ab pues ni idea,

¿por qué me lopreguntas?

Tras poner al Ministro al corriente de 1a

situación, éste último quedó en acudir deinmediato al Ministerio, no en balde vivía aI

lado mismo. Así, dos horas después llegó a laspuertas del edificio ministerial para hacerse

cargo personalmente de 1a crisis. ElVicepresidente se había marchado ya y sóloquedaba allí la fiel Marujita que, no se sabe cómo,se había agenciado una banqueta y estabaya a

punto de terminar la novela.

-Hola, Marujita, ¿dónde está todo el mundo?

-Se han ido, Sr. Ministro, pero aquí estoy yopara 1o que usted necesite.

- ¿Tampoco está la jef a del servicio?

- No, Sr. Ministro, recuerde usted que leconcedió permiso para trabajar desde casa.

- ¿Y por qué no habéis avisado a Gonzalo quedebe tener una copia de las llaves?

-Mire usted, Sr. Ministro, es que Gonzalo hace

casi dos año y medio que se pasó a la empresaprivada.

,-HoiAE,FoRo i 1

-Vaya por Dios, a ver, dame el teléfono de

Pepe, que siempre 1o tiene que resolver todouno mismo.

En aquella ocasión respondió a la llamadauna mujer que, entre sollozos, apenas alcanzó a

decir que su marido, Pepe el conserje, habíafallecido y acababan de enterrarlo.

-¿Y no podría usted acercarse un momentitohasta el Ministerio para traernos las llaves? -le espetó el Ministro.

Cuando por fin lograron entrar en elMinisterio, cayeron en la cuenta de que nadiesabía donde se encendían las luces nidesactivar la alarma que cada vez sonaba conrnás fuerza.

Con carácter de urgencia se reunió el

Consejo de Ministros que, por unanimidad y apropuesta dei propio Presidente, decidió demoierel edificio, clausurar aquel Ministerio y crear ensu lugar otro de Nuevas Tecnologías.

Page 14: Hojas del foro 4

t

?:ffi61ffi';,FüRo r+

ecir que un pueblo no ha cambiadonada en los últimos cuarenta años

suena a tópico. Pero es la impresiónque siento cuando, tras cuarenta años de

ausencia, regreso al pueblo y compruebo quenada ha cambiado. Que todo sigue igual que

aquella lejana y lluviosa tarde de octubre cuando

vi el pueblo por última vez.El Orbayu sigueconservando la misma fisonomía de cuarentaaños atrás, con las mismas veinte casas de todaIa vida, prácticamente idénticas. No hay casas

nuevas y 1as existentes no han sido reformadas,

así que mantienen la apariencia de siempre,todas construidas con bloques de piedra sinrevoque, con techo a dos aguas cubiertos de

tejas negruzcas salpicadas de verdín, y los dos

ventanucos con cristales siempre sucios de hollÍnque sobresalen del tejado en su parte frontal.Todas üenentres plantas diskibuidas de idéntica

forma. En la planta baja está la cocina, que ocupa

la mitad de la planta, el comedor, que ocupa la

otra mitad, y el horno, situado al final delterrado que forma el suelo de la galería de laprimera planta, en 1a que están los dormitoriosy la acristalada galería, que se extiende a lo largo

de una de las paredes laterales de la casa, que

en unas está ala derecha y en otras alaizquierda.

En Ia galería,luminosa en esta mañana de

agosto, está mi abuela haciendo calceta, sentada

en su mecedora de toda la vida, que ella mueve

acompasadamente y al hacerlo chirría una de

las tablas del suelo, siempre la misma tabla,exactamente la quinta contando desde la pared.No me 1o ha dicho, pero está tejiendo un jersey

parami, el mismo jersey azul con rombos rojosque estrené el invierno del último año que pasé

en el pueblo. Cuando entro en la galería, levanta

f osé Antonio Tamargo

la vista del tejido y me mira a través de losquevedos que heredó de mi bisabuelo y gue,

como siempre, lleva en la punta de la nariz.Viste de negro, de riguroso luto por mi abuelo,

muerto muchos años antes de yo nacer, cuando

la guerra. Tiene el pelo blanco recogido en unalto moño, el mismo que ha usado desde que

tengo uso de razón. Me mira por unos segundos

con sus ojillos vivaces. Luego vuelve la vista a

las agujetas y yo hago 1o que quiere que haga,

sentarme en el suelo, frente a ella, y sostener el

ovillo de lana. A1 acercarme, siento su olorcaracterístico, formado por una abigarradamuestra de aromas caseros, dulces y sutilesunos, acres y fuertes otros. Es su olor y 1o

reconocería entre mil olores diferentes. Es una

de las pocas cosas que me llevé de ella cuando

marché para América. Un olor que he guardado

en Ia memoria a 1o largo de estos cuarenta años,

como uncordónumbilical que me ha mantenido

unido a mi abuela pese a la distancia. Uno de

los tantos motivos que tengo para volver.

En el rellano de la escalera, entre la primeray la planta bqa, está el cuarto de baño; la tercera

planta es el desván, donde hay dos pequeñas

habitaciones, que solo se usan para dormircuando hay romería, que es la única vez aI aflo

en que toda la familia que no vive en El Orbayusuele reunirse, y es donde dormimos todos los

primos, niños y niñas juntos. Es cierto que estoy

describiendo mi casa, pero todas sonprácticamente iguales, unas mayores, otrasmenores, pero la distribución es la misma. Todas

tienen una cuadra y un hórreo; y todas con su

huerta en la parte trasera. Así ha sido siempre

y así sigue siendo cuarenta años después.Aunque paÍezca un tópico.

F ,"'' este precíso ínstanteI

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7qilv4

Mi fo, que es quien heredó la casa cuandonos marchamos para América, no ha hechoreformas en estos cuarenta años. Ni siquiera laha pintado, pues encuentro en una de lasparedes de mi habitación la mancha dehumedad en forma de perro que siempre haestado ahí. Yo hasta le puse nombre a ese perroimaginario, con el que tantas veces jrgré en miinfancia sobre todo en las largas convalecencias

del sarampión, las paperas, la rubéola y todasesas enfermedades propias de la niñez."Leal".Así 1o bauücé. Le puse el nombre de mi primerperro/ que murió ya viejo atropellado por uncarro. Hasta en la cama está la marca de micuerpo, como si en estos años nadie hubieradormido en este colchón. La toco y la sientotibia al tacto. También está, sobre Ia mesita de

noche,la foto de mi primera comunióry en unmarco de latón dorado, que ha perdido lustreen una buena parte de é1y con el cristal salpicado

de cagadas de mosca.

En el cajón superior de la mesilla encuenko

¡lgunos de los objetos que fui atesorando en mi-/ lejana infancia: una pequeña navaja con la

empuñadurarajada, tres canicas de colores, unade ellas bastante maltratada, un trozo de vela,los dos casquillos de bala que encontré en elmonte, mis dientes de leche meüdos en una caja

de cerillas, varios clavos, dos o tres llaves viejas,

un pedazo de cordel, el ojo de cristal de unamuñeca, una colección incompleta de cromosdel Real Madrid, un cromo de Federico MarfnBahamontes vistiendo un maillot amarillo, eI

rosario y el misal de la primera comunión. Enel cajón de abajo, colocadas sobre la colecciónde revistas ilustradas de El Coyote quepertenecía a mi padre y que yo heredé el díaque las encontré llenas de polvo en una caja en

el desváru están mis primeras madreñas. El díaque me las compraron me hicieron tanta ilusiónque hasta dormí con ellas. El Coyote fue mi

héroe durante varios años, hasta que en mi vidaapareció El CapitánTrueno y sus amigos CrispÍn

y Goliat. Cuando nos marchamos para Américame lIevé conmigo mi colección de revistas de

El Capitán Trueno, que allá releí varias veces.

Y dejé en la mesita de noche las de El Coyote,

definitivamente relegado como héroe.

Tampoco ha cambiado nada laplaza delpueblo, solo que antes, cuando era un crío,laveía mayor, casi tanto como veo ahora un campo

de fútbol, pero en realidad es minúscula, uncuadrado de apenas treinta metros por cadalado, con su suelo cubierto de piedras que el

tiempo ha ido gastando y en compensaciónpuliendo. Veo que siguen ahí los tres baches

que están en Ia plaza desde que yo tengo uso

derazón, en el mismo sitio donde siempre han

estado. Incluso permanece hoy tan seca comohace cuarenta años la fuente situada en el centro

de la plaza, una fuente común y corriente,idéntica a la de cualquier pueblo. Tambiénpermanecen inalterables los exteriores de laplaza. Su lado norte 1o delimita la estrecha yserpenteante carretera quq subiendo y bajandomontañas, une Avilés con Grado y de paso elrosario de pequeños pueblos de montañaalineados a ambos lados de la carretera.Cruzándola está la taberna de Esteban, en laplanta baja de una casa de tres alturas, idénüca

a las demás del pueblo, aunque un poco mayor.Estebaru que estableció la taberna en la plantabaja muchos años antes de yo nacer, convirtiólas dos plantas superiores en vivienda; así quees la única de todo el pueblo que no tiene desván,

pues en el espacio reservado a desván fueronconstruidos los dormitorios y en la primeraplanta, donde en el resto de las casas están losdormitorios, está la cocina, el comedor y lahabitación de La Loca, que está sentada comotodos los días a esta hora en su silla de ruedas,que Esteban ha sacado al balcón de la primera

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¿"HGjA8 "FORO

1 6

planta, para que La Loca coja un poco de aire,

como hace siempre.

A mí LaLoca me da miedo, como a todos

los niños del pueblor pües sabemos que es una

bruja come niños. Para los mayores de E1

Orbayu, La Loca no está loca, es simplemente

una parapléjica que no puede mover ninguna

parte de su cuerpo, condenada a estar postrada

toda la vida en su cama o en la silla de ruedas.

Ni siquiera puede hablar. Pero los niños sabemos

que no es verdadr eüe La Loca sí está loca, que

es una bruja y que puede caminar, pero que

sólo lo hace de noche, cuando todos duermen

en el pueblo y ella sale montada en su escoba

a robarse los niños. Sé que soy el próximo, que

me la tiene jurada, pues siempre que Paso Porla plaza se me queda mirando con esos ojos

suyos que parecen estar muertos, pero que

brillan con destellos rojizos, igual que los ojos

del diablo que aparece en las ilustraciones de

los libros de historia sagrada que nos lee Don

Lorenzo, el cura del pueblo. Me mira y, cuando

yo la miro a ella, entonces estira su dedo índice,

largo y huesudo, me señala con é1 y luego lo

lleva a su cuello y hace un gesto elocuente,

indicando que me coftarála cabeza; yo bajo la

vista, hago la señal de la cruz y corro como alma

en pena, tratando de llegar a la casa 1o más

pronto posible. Entro a la cocina y veo a mimadre amasando el pan.

-La Loca me quiere matar. -Le digoacercándome a elIa y apretándome contra su

regazo. Ella me mira y en sus ojos veo reproche.

-Te he dicho mil veces que Jesusa -asíse llama La Loca-no está loca, y no me gusta

que la llames así. -Entonces el reproche de sus

ojos se transforma en burla- ¿Y de dónde sacas

tu que te quiere matar?

-Porque me 1o ha dicho -Le respondo.

NAKKATIVA

Esta vez la burla desaparece de los ojos de mi

madre. Me toma por los hombros y me obliga

a mirarle a la cara.

-No sé de dónde tú sacas esas cosas/ Tonfr.

Bien sabes que ]esusa no habla, que es muda,

muda y paralítica. No me gusta que cuentes

mentiras, eso es un pecado muy grande y si

sigues pecando, arderás en el infiemo. -Me dice

mi madre, zarandeándome, pero apenas un poco.

- No me 1o dice con palabras - lerespondo-. Pero me hace así con el dedo -imito el gesto de La Loca. Entonces mi madre,

en lugar de ponerse más seria, quita sus manos

de mis hombros, sonríe y se concentra en la

masa del pan.

-Tienes cada cosa, si jesusa no se puede

mover. Ni los pies, ni las manos, ni los dedos,

nada. Tú 1o sabes, no sé entonces por qué

inventas esas cosas.

Entro a la taberna. Mi padre está jugando

al tute con Evaristo, Sebastián y Manolón el del

Molino, en Ia misma mesa de siempre, la que

está más cerca de la ventana. Cada uno de ellos

con un vaso de tinto medio lleno al alcance de

la mano. Por la cara que tiene, sé que mi padre

y Evaristo, que juegan en pareja, están ganando.

Padre me mira a través del humo de su cigarrillo,

siempre colgando de su labio inferior, sonríe y

me saluda con la mano,luego me hace un gesto

con la cabezahacia el mostrador, donde Esteban

se afana en limpiar con un paño un vaso de

cristal, como si en lugar de secarlo, pretendiera

darle brillo. Al verme, deja el vaso en la vasera

situada en la pared del fondo y cuando regresa

al mostrador trae en una de sus manos unpaquete de galletas María.

Miro hacia la mesa donde mi padre juega

alabaraja. Pero no está allí, ni él ni ninguno de

sus compañeros de partida. La mesa estávacía,

Page 17: Hojas del foro 4

como vacía está la taberna. Camino hacia el

mostrador de madera y observo su pulidasuperficie. Y ahora, tal como hace cuarenta

años, veo los redondeles oscuros que han idodejando en ella los vasos en los que los

parroquianos bebían el vino barato que les

servía Esteban; y también las quemaduras de

las colillas en el borde externo del mostrador.

No tengo que contar ni unas ni otras. Ya las

conté cuando era niño y sé que hay exactamente

veintidós redondeles y sesenta y siete

quemaduras.

Laplaza está vacía, como todo elpueblo,

quizás sea por el bochorno de este atípico día

de agosto, demasiado caluroso para Asturias,

que obliga a todos en el pueblo a recogerse en

sus casas. Camino hasta los bancos de piedra

cubiertos de verdínr ![ü€ están adosados a la

pared de la iglesia,y me siento en uno de ellos,

a la escasa sombra que proyecta el estrecho alero

del templo. Es el mismo sitio en que nos

sentábamos cuando éramos niños para espiar

a La Loca y, con la osadía que nos daba la

distancia, burlarnos de ella, que permanecía

sentada e indiferente a todo, como undesmayado muñeco de San Juan.

La campana repica de pronto y me provoca

un sobresalto, quizásporque me había quedado

amodorrado a la sombra del alero de la iglesia,

acariciado por una tenue brisa, o quizás porque

Ia campana toca a difuntos, anunciando con sus

espaciadas campanadas que alguien ha muerto

en El Orbayu.

El cortejo fúnebre 1lega a Laplazacuando

todavía sigue repicando la campana. Mi padre,

Sebastián, Evaristo y Manolón sostienen el

féretro, detrás, va mi madre, mi abuela, mis

tíos y mis tías y los demás adultos del pueblo,

todos vestidos de riguroso luto. Está en el

entierro hasta La Loca, sentada en su silla de

ruedas, que empuja Esteban. Cierran la marcha

fúnebre los niños. Me acerco a ellos y me

incorporo al cortejo. Caminamos en silencio,

andando muy despacio. Mienlras, la campana

sigue tañendo. Cruzamos laplazay avanzarnos

hacia el cementerio, en cuya puerta está Don

Lorenzo, alto y flaco, con su sotana negra

mecida por la brisa. "Se parece a la muerte",

pienso al verlo, "rtada más que le falta laguadafla". A1 llegar el féretro a la puerta del

cementerio, Don Lorenzo se pone al frente de

la comitivay cruzarrros el camposanto hasta

una tumba recién abierta casi al final del mismo.

Depositan el féretro en el suelo y Don Lorenzo

pronuncia el responso, mientras rocía con agua

bendita el ataítd, que tiene abierta la parte

superior de la fapapara que los deudos vean

por úItima vez aldifunto. Concluido el sermór;

todos pasan frente al féreúo y echan una última

mirada al cadáver. Yo soy elúltimo de la fila.

Cuando me acerco y miro al interior del

sarcófago, me veo a mí mismo muerto, pero sé

que eso es imposible porque yo estoy a varios

miles de kilómetros de distancia de aquí, en

una luminosa ciudad caribeña, en cuyocementerio y en este preciso instante, me están

enterrando.

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2;HoiÁ8 "Fons t I

Estefanía González

("ncentracíónI

- Es un libro que estoy leyendo, que me revuelve,

me dan ganas de clavarme cosas punzantes.

- ZQué libro es?

- No te lo diré.

- ¿Por qué?

- Porque sabrías demasiado. Me avergonzaria.

- A mí me llena de paz el que estoy leyendo.

- ¿Cuáles?

- No, no, no te 1o diré.

- ¿Por qué?

- Porque también tengo intimidad.

- Perfecto. Me daré la vuelta y no te miraré. Si

crees que me importa, estás muy equivocada.

Sé que 1o dices porque yo no te he dicho el mío'

Ay, he comido demasiadas anchoas. Las tengo

a todas nadando en el estómago, anudándose.

II

Querida hormiguita:

¿Recuerdas cuando te observaba ftabaiar?Siempre has sido tan delicada. Refulgías en

medio de las otras blandengues, dura y metálica.

Yo fui el primero que te vi. Estaba siempre tan

excitado por aquella época, sin direcciÓn, sin

saber cómo verterme afuera. No había nada que

me excitara más que verte CONCENTRADAen los descansos, con fus libros. La concentración

me puede, siempre me ha podido, no puedo

contenerme ante la concentración, necesito tomar

un instrumento y descerrajar algo, tengo esa

necesidad. Queridita, queridita flor. Nunca me

perdonarás. La añoranza de verte en la cadena

de montaje, utilizando las manos/ taninmensamente seria, me llena de ansiedad.

¡Cuánto me has dado!

Ahora sé cuando se estropeó todo. Tú me

suplicaste que te hablara de eIla, y gritaste de

libertad. Sé que te produce tanto dolor que

mencione sus muslos que no podrás ni llorar.

Eres una pobre ingenua si crees que me importas

en absoluto, siempre has sido una pobreingenua. ¡Lee! ¡Lee tu mierda de libros ymuérete! Y su garganta, y sus ojos, y su culo ysu omb1igo...

Te quiere,

No te quiere. ¡No te quiere!

ru

Ella entra, seria y dura. Es de metal, es igual

que una hormiga de metal, casi no habla. Su

cara de lado es lisa, de una pureza que nunca

he visto. Cuando expulsa el humo del cigarrillo,

con su pelo liso tras la oreja, es como una niña.

Lee el periódico y después se sienta en el grupo

de los gemelos. Creo que sale con un gemelo,

no sé cual, pero jamás la he visto tocar a nadie.

]amás me mira cuando me pide algo, y no

permite que le toque la mano al darle el cambio.

Sin embargo, cuando sale, tambaleándose, casi

cayéndose, apoyándose en los respaldos de las

sillas, ¡oh!, me mira y me saca la lengua siempre

seria. Se va antes que los otros, quizá porque

aguanta menos. A veces se cae en Ia puerta, yyo la recojo, y llamo a un taxi, y espero con ella

a que llegue el taxi, y la beso, y la toco por todas

partes, todo 1o que quiero. Si vomita la tomo,

por los hombros y la vapuleo y la insulto. Ella

nunca recuerda nada.

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L" tíerra

I

Están tomando el sol. Todo huele a cremabronceadora. Un refresco de naranja caliente,con moscas, perfuma toda la zorrat y el cloro, yla hierba, y la tierra, y elplástico. Hay que llorarcon esa combinación.

- Bueno, chica, pues así son ias cosas, si tú sueñas

que te follas a fu madre es porque te la quieresfoIlar.

- Soñé que follaba contigo.

- Vaya. Sabes que los sueños son la realizaciínde nuestros deseos. Es que quieres follarconmigo.

- ¿Estás loca?

- No, es así aunque tú no 1o reconozcas. Eres

una reprimida. Seguro que te gustó el sueño.

- Imbécil. Soy la persona menos reprimida que

conozco. Soy tan poco reprimida que mis sueños

no sólo no necesitan disfraz sino que ellosmismos son con seguridad metáforas de algo

mucho más inocente. Si sueño que follo a mimadre, no es que quiera follar a mi madre, es

que probablemente quiero ser una niña o algo

así.

- Anda ya. No te 1o crees ni tú. Eres unapervertida.

- Y tú eres grosera y anormal.

II

Está tomando el sol sobre una ladera húmeda.Está vestida porque es el principio del verano

y no tiene ni siquiera una toalla. Quiere ponerun poco morenas las piernas, al menos. Lee

tumbada boca arriba, tapando el sol con ellibro,pero la claridad la ciega. Se da la vuelta, se pone

boca abajo, el libro sobre la hierba. Lloviódurante la noche y la tierra blanda exhala vapor.

Devez en cuando se da un manotazo et:.

una pierna para espantar algún insecto, perosuelen ser sólo hierbajos que se le han quedado

pegados y la brisa agita. Acerca cada vez rnás

los ojos a la hierba, echa el libro allado, pone

Iacabeza sobre las manos y mira por debajo del

brazo a la gente que hay tomando el sol, en

bikini, con cremas, oye sus voces lejanas. Pega

Ia cara al suelo e inhala. Suda y empieza a

babear. Escarba con la nariz y la boca en lahierba tupida, prueba los tallos tiernos, llega a

la tierra esponjosa y negra, y muerde, se llenala lengua de tierra, la mezcla con su saliva,empuja, empuja, como un cerdo buscandotrufas, mete una mano,la otta, y empieza anadar. Crawl: unbrazo, otro, como un topo,ondeando el cuerpo, como un gusano, grrando,

como Esther Williams en el negro humus. Llega

albúnker y hace un alto en el camino. Es unapequeña ermita en medio de la tierra,verdaderamente en medio (ríe), un buen refugtopiensa que 1o recordará para otras veces, para

cuando haga falta. Está fresco y la luz aítnfunciona, luz anaranjada de los años 40. Se ha

dejado el libro arulba.

En la superficie todos los viejos se hanpuesto a golpear furiosos los macizos de florescon su bastón.

r--

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-l

,'Hoig8,FoRo zc I..IAKKATiVA

N " nca sígní{íca

I

Pero ya no te quiero. Quiero alejarme. Quieroque te conviertas en un cadáver. Quiero estar

en brazos de otros hombres, que vean como se

estira mi espalda cuando hacemos el amor yque me lleven a casa cuando esté cansada. Les

prepararé un chocolate caliente y me acurrucaré

en el sofá a ver como 1o beben y si estánincómodos bajo mi mirada. Lo siento, pero yano te quiero ver nunca más. Nunca signífica nosólo durante unos años, ni siquiera una vida.Nunca significa en toda la eternidad, mientrasel sol exista, o mientras el universo exista, antes

de que se contraiga y se convierta en un puntode densidad infinita. Nunca es eso. Es que quieroque desaparezcas de mi recuerdo, que aquellastardes que pasamos juntos sin apenas salir de

la pensión, en Creta, desaparezcar-r,:ro sólo de

mi mente, sino también de la tuya, que nopermanezcan en nadie, ni en ti ni en mí, y portanto, escucha bien 1o que te digo, por tanto, nohayan ocurrido jamás. Ni siquiera nuestrasreconciliaciones, después de que dejaras las

marcas de tus dedos en mis brazos en la locurade los celos, ni siquiera aquellas reconciliaciones

maravillosas en que yo te juraba que siempre

estaría contigo, siempre sería tuya, de nadiemás, nunca, ni siquiera aquellas reconciliaciones

permanecerárt, es decir, no habrán existido. Yono habré existido parati, y tú no habrás existidoparamí

il

Es la segunda chica que conoce a la que su novioasesina. Perdóru ya no la conoce, qué estupidez.

Está finita, muerta, ida, cómo va a conocerla si

no está. Si hubiera sabido cuando estaba vivaque iba a ser asesinada, podría decir que conocía

a una chica que iba a ser asesinada por su novio.

De todos modos, a ella la muerte no le parece

un asunto grave. No le indigna, io que sería de

esperar, el egoísmo de los novios, a quienes

considera una especie de accidentes, fenómenos

imprevisibles, ocurrencias de Ia naturaleza,como cuando cae un rayo en un árbol por latarde, antes de que haya siquiera empezado a

llover, y 1o hace arder, o como cuando se

desprende un trozo de montaña y aplasta uncoche, y un niño que quería ser arquitecto muere.

La irrita sobre todo recordar cuánto le disgustó

é1 cuando 1o conoció, cuando volvieron deGrecia. Ella flotaba calle arrTba y calle abajo

acompañándolo. No era él el que la acompañaba

a ella, que había vivido siempre en esta calle,

sino ella la que lo acompañaba a é1. Só1o pudohuír de un tío dominante una vez.La segundano 1o consiguió. Sonreía como una niña cuando

algo la entusiasmaba. Quizá no habría sidoasesinada de esa manera que le da vergüenzaimaginar si hubiera sido más precavida, comono existirían las películas de terror si lospersonajes no fueran temerarios. No se

acostumbra a que mueran los alegres, no soporta

pensar que Eva sea sólo un recuerdo, y dentrode poco no sea ni siquiera eso. En un par de

generaciones no habrá sido nunca nada. Ladulce Eva.

m

Estamos regulando su insomnio. Hemos dejado

Ia cocina llena de insectos, pero ella no io sabe.

Cuando despierte los encontrará. Creerá que

sueña. Subirán por sus piernas. Yo estaré fuera.Si empieza a tomar psicofármacos, no tendrásíndrome de abstinencia. Mañana comentamosdependiendo de 1o que sea. Sobre todoimpídanle hacer trizas las fotografías de la niña.

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^HoiÁs "Fono' i r

'¿.I

C"razón d . {lar.,s

o fui a mirar por la ventana, no bajé a

telefonear a nadie, no pregunté a lavecina si Rosario había dejado un

fuan Antonio Contreras

pecho, ya verás como entre los dos salimos deesta, clarealahtz entre las ramas de la acacia,unbrazo que casi no existe debajo de la mangael relente en la maleta, el paraguas negro, Rosariome sigue sumisa a pesar de la incomodidad delos corchetes de su faja, un cortejo de difuntosbajo la lluvia dirigiéndose hacia donde resido,árboles alargados, escamosos, entre columnasgriegas y un jardín de plástico decolorado, hola

luarr, hola un corazónde flores junto alalápida,las bombillas que se apagan como si estuvieranfundidas, ¡déjame solo!, ¿dónde estabas?, berreo,

se aprefuja contra mí, un hedor brutal le sale de

la boca, 1os hombros derrotados, le pican losjuanetes de mula, tiemblo, estornudo, pretendolevantarme con esfuerzo, vibramos al unísono,mi cara delgada en su cuerpo encendido, losárboles en sombra, solLoza,le tiro de los pelosde la nuca para aüandar la gargarúa, siente elmetal en su piel, Ie corto el alarido, estallan loscartílagos, el cuchillo tropieza en el hueso, ungruup intenta salir de laaberfixa, tiembl4 parece

pretender levantarse con un esfuerzo,los ojos

se agrandan hacia mí, las grajas gfazr.ar.excitadas,la corona nos mira con su lazo negroy violeta, el cuerpo de Rosario sobre micabeza,entre la neblina,la arenilla de los cipreses entrelos dedos de los pies, una mancha oscura,lenta,nos pega indiferente.

Arrastro su cuerpo hasta el tabuco, a laentrada, ala izquierda, cerca de la hornacinacon los perros de porcelana que me miran todala noche. Las botas con una costra de barro. Lasluciérnagas tiritan entre 1a pinochatransformando las flores de plástico.Lacabezapor poco se suelta. Voy a por la carretilla. Laazada en su interior. Los codospelados,deshechos como trocitos de bizcocho.La subo, le pego un puntapié ala puerta, doy

recado parami, no llamé a la poli ni al hospital,esperé con las manos en los bolsillos por el frío,atento a cualquier rumor de ella en el pasillosin los botines, estará bajolafarola, con su bocaroja y pechos ateridos, la rama de acaciagesticulando con el sagrado corazÍnde la dueñade la pensióry el viento levantando hojas, mequedé sentado en el camastro solitario, lahabitación dentro del espejo, lrrr corazón de

Jesús tan destrozado como yo, si me llego a

separar de ti me cuelgo, una grieta en el techo,

y me tumbé de bruces y no consegriaparar, sino fuera porque extendía elbrazo y la recordaba,olía su sudor,los restos de su útero en el orinalcon paños, se oye la llave de la puerta y entraen la habitación vacilante, como laluz del techo,como las cascarillas de la pared, pasados unossegundos, se derrumba y su pecho de varillases un estertor que se abre y se cierra, se abre yse cierra, no llores Rosario, le caliento los pies,me acurruco con ella, echo la colcha, con lafalange del dedo doblado le acaricio la sien,vientre contra vientre, su aliento en mi cuello,las chinches salen de las rendijas,la patrona se

santigua al salir del portal, fuiega el escalón dela entrada, buenos días, buenos días, olor arehogado, pasos con una amplitud de plomo,una motocarro cargando muebles, calle Carretasa Puerta delSo1, un viento punzante como unalacrán, bostezos en el metro, bocas vacíasrechinan por el túnel, silencio, como aquel díaen el gallinero, si me llego a separar de ti mecuelgo, luz turbia, respirando como un peffosediento, micabeza por encima volando, por elbosque agitado de antenas, sin paÍar, no tepreocupes, no te atosigues, no te 1o tomes tan a

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7Z

laluz y Ia bajo. Busco l,a caja de herramientas.

Clic, clic, recorto el somier con los alicates.

Encajo a Rosario, mi Rosario. Me pincho ysangro. La ropa se le desgarra en el somier. Meacuesto a su lado. Las piernas, las rodillas, lacara blanca. Los ojos como algodones que nopestañean. Le acaricio los carflagos desgarrados

con el dedo índice. Todavía babean sangre. Le

recorto las pestañas con la podadora para que

se vean mejor 1o falsos que son. Quiero que me

presten atención, se interesen por mí, conversen

conmigo. Le pongo el corazón de floresocultándole la horrible hendidura de la que

asoman cabos de nervios y músculos. Porque

eres mujer y las mujeres no podéis andar porahí cosiéndonos a disgustos. Grumos de grasa

no roja, blanquecina, pegados a los mechones

cortados del cuello. Le cojo la cabeza. Huele a

tierra mojada. Ya no te irás. Puedes hablar con

los ángeles de mármol. ¡Qué bien que vas aestar aquí! La cubro con el colchón. El alientode los cipreses atraüesa el ventanuco. Me chupo

el dedo no vaya a ser que me dé eltétanos. ZQuépodía hacer yo?, me disculpo. Me tumbo en la

cama. Remeto los faldones de mi camisa pordentro. Apago laluz. Olisqueo a Rosario (no

me molesta ahí abajo): un olor dulce, como el

de las manzanas que asaba mi madre, con su

escote, sus labios rojos, sus uñas rojas, sus cejas

susütuidas por una curva alápiz. Un olor ú:Jzóncomo el perfume a granel que compraba en la

esquina de casa. Cierro los ojos. Me duermo.

,iF6(o

h

I

tÉT

I

I rét-u-?orter

lfileres en sus ojos. Veo alfileres en sus

ojos; elementos de visión punzante conlos que hace el pespunte de mi

indumentaria: escudriña el más nimiodesarreglo.

Mientras, su hablar, de frases cortas. Nose puede exigir demasiado a una mente ocupadaen procesar a la mitad de su capacidad.

Otoñea la conversación: el tiempo. "Yaestá aquí elfinal del verano".

Y a la vez, sus ojos precisos como bisturíeshacen escrutinio del borde de mi cuello, comointentando discernir elnúmero de puestas demi camisa.

Su parloteo de relleno continúa sobre unaposible reunión en septiembre, entretanto suvista decide a su cerebro a preguntarse si miszapatos habrán sido limpiados hoy.

El esfuerzo de su conversación no tieneque ver con el interés de su observación.

F ernando M artínez Á17) ar ez

"Ese cinturón ¿se 1o había visto?", se

desprende de su gesto, cuando su sonrisaforzada refiere fechas posibles para unencuentro. Si, quizá la última semana deseptiembre.

Un " ¿está rozado el puño de esa

chaqueta?" tÍas sus ojos. Pero el "Pretendemos

hacer un homettaje..." entre sus labios.

Me siento desnudo, como el cliente quepide prestado a un banco.

Violentado por su atrevimiento hiriente,ofendido por su altanería ostentosa: apocadopor mi propia humildad.

Al volver a casa me pregunto cómo habríasido nuestra conversación, cómo habría sido siviviéramos en un mundo en el que todosestuvieran desnudos.

¿Con qué podrÍa é1llenar la mitad vaciade su vida?

Page 23: Hojas del foro 4

-l

,-l{rüffifuriiffi

Hace unos años, estando destinado en plantilla oolante de Zona del Narcea, lleaaba unos días apoyando ala oficina de Grado y, rutinariamente, me iba econtrando gente, siernpre la misma gente, algunos personajespintorescos como " Quique", que paraguas en mano recitaba de aiaa ooz oersículos del Apocalipsis o aquella" joaencita" que lleoaba un estuche de oiolín. Esto me hizo pensar en una historia que podría llegar a pasfiralgún día. No pretendo con ella más que arrancñr una sonrisa.

L" jove ncíta d"l víolínBenjamín López

or las mañanas, cuando me dirigía a laCaja para comenzar mi trabajo coincidíainvariablemente en la calle con los

mismos tipos: la señora flaca de los dientesamarillos, el individuo de los bigotes, de enormebNngay piemas "piü71o" ,elde la guamicionería,siempre con su paso apresurado, el gordo depantalones de mahóru boina y alpargatas, losdos guardias civiles en su viejo Nissan Patrol,el chalado del paraguas, el empleado deljuzgadocon su maletín y sus gafas torcidas, el médicocon su puro, etc.

A veces algunos de estos tipos se renovabany a veces desaparecían definitivamente, comole ocurrió al calvo de las patillas, a quien en unprincipio yo admiraba por parecerrne un hombreelegante y al cual luego desprecié, a raíz dehaberlo visto comiéndose un churro por la calle.

No recuerdo ahora en qué época empezaríayo a coincidir con la jovencita del violín. Sé queal verla con su estuche negro debajo delbrazome emocioné. Me enternecía saber que en unaépoca tan materialista, existía una personadispuesta a aprender a tocar un instrumentotan delicado y tan demodé.

Era francamente guapa la tal jovencita ¡Quéojos tan negros y profundos tenía! y que aúnresaltaban más con aquella cabellera rubia,sedosa y abundante ¡Cuánta simpatía, cuántaluz había en su mirada! iQué pechos tandesarrollados! Yo, en ocasiones, me preguntaba:

iQué necesidad tendrá de aprender a tocar elviolín esta preciosidad? Pero ya se sabe quesiempre hay gente romántica e idealista, no todovan a ser fondos de inversión, planes depensiones o préstamos al consumo.

El violín, cuando se sabe tocar, es uninstrumento que suena divinamente. Por cierto,

¿seria Tino el afortunado profesor de música?Todas las mañanas nos cruzábamos los dos,

casi a la entrada de la Caja. Yo me la imaginabainterpretando alguna delicada melodía de Vivaldio de Sarasate,lacabeza inclinada sobre el hombrocorrespondiente al violín, la sedosa cabelleracayéndole a 1o largo de la espalda. No dejaba deresultar bonito que una joven de su atractivo se

dedicase a un arte tan espiritual.Para desgracia mia, dejé de verla

repentinamente; de pronto, desapareció. Yopensé, a pesar de todo, muchas veces en ella

¿Dónde estaría? ¿A qué se dedicaria? ¿Por quéno salía ya con su violín, como todas lasmañanas? ¿Se habría fatigado a mitad delcamino? ¿Habríaterminado su aprendizaje? Unamañana, recién abierta la oficina, estaba yo enlacajacontando billetes de cinco euros, cuandoa través de los cristales la vi descender de unautomóvil en compañía de un sujeto con la caracubierta por un antifaz, quiery ¡oh, extrañeza!,llevaba el estuche negro del violÍn en las manos.Entraron precipitadamente, gritando:

-iQué nadie se mueva! ¡Todo el mundo conlas manos en la nuca menos el cajero!

Sin que yo pudiera darme cuentaexactamente de cómo ocurrió todo, el sujetoabrió el estuche, sacó una metr alleta y,apuntándome a la caÍat me ordenó:

-Pon en ese cabás todo el dinero que hayen la caja o te salto la tapa de los sesos.

Me miraba fijamente a traves del antifaz,mientras yo, fajo tras fajo, iba poniendo los billetesen el cabás que me presentaba portentosamenteabierto la inefable jovencita del violín.

Aprovechando el descanso nocturno, a

veces/ no sólo medito sobre mi felicidad.

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,-HoiAB, FoKo z+ NAKKATIVA

Óscar L. Nogal

la tierra y objetos de metal. No, ya no las

hacemos, imposible. Ni siquiera en verano el

pueblo le preocupa a alguien. ¿Paraqué?. Ahora

sóio quedamos tres y en invierno nadie. Me

quedaría solo, pero ya estoy demasiado viejo

y los hijos no me dejan quedar en invierno. Almenos se preocupan por mí. Muchas veces

peleo con ellos, pero son buenas personas yme limito a pasar unos días, dar una vueita,recordar otros tiempos. A veces bajo, me tomo

un chato de vino y me dedico a comentar el

fútbol en la tasca. Pero moriré aquí. Eso sí, me

enterrarán en este pueblo. No me pongan esa

cara,la muerte no es algo malo No, no me da

miedo. Morir aquí no me 1o quitará nadie...Les estoy distrayendo. ¿Así que no van? Es 1o

mejor. Entonces vengan conmigo, les invitoa a1go. No es problema. Me gusta tener gente,

Muy bien, síganme. Luego les doy una vuelta

por el pueblo, a pesar de todo tiene cosas

interesantes. Mañana, si quieren, vengantempranou eu€ a 1o mejor me animo a hacer el

camino con ustedes. La Cruz tiene una vista

hermosa sobre los valies; me parece que allímis padres me llevaron ei día de mi cornunión.

Sí, hace mucho tiempo.

ry:@

L1"u

sí que vienen a visitar la Cruz delNorte. Sí, van bien, pero quedan unos

dos kilómetros. Ya van un poco tarde

para poder volver de día; no les aconsejo que

sigan. Además, por el camino no se puede casi

pasar de 1o mojado que está. Hay casi medio

metro de barro. No les conviene ir, no... , si al

menos llevaran madreñasr p€ro con esos

zapatos.../ vamos que no creo que vayan allegar muy lejos. Quédense por aquí, echen un

ojo al pueblo. Sí, claro que este pueblo se puede

visitar, pueden darse una vuelta por donde

quieran, pero todo está más muerto que vivo.Hay buenas casas, pero ya ven que se les caen

los techos a casi todas. Vacías. No hay nadie

que las cuide, normal, a ia gente joven no les

interesa conservarlas y los que emigraron no

quieren volver aqui, prefieren los pueblos del

valle o comprarse incluso una casa donde no

tienen familia pero sí un supermercado. Ellos

se 1o pierden. Nunca se encuentra nada más

hermoso que el pueblo donde naciste, aunque

esté en el Infierno. Hombre, claro que aquí

había mucha vida, hacíamos unas fiestas muyfamosas a principios de Julio, cuando

talábamos un árbol y coLgábamos regalos de

-,?.É;?=¿=¿iar.q¿u;t;:

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,^Hdie8;

F". ma ,uáícalEduardo Mesa

Mejor compartir la cabina que el móvilMejor marearse que estar sereno

Mejor contaminado que impolutoMejor quemado que quemándose

Mejor darse al pasto que darse al pistoMejor la nuera que la suegra

Mejor la patata que el petate

Mejor la tarde que la mañana

Mejor la ventana que la puertaMejor la cárcel que la indiferenciaMejor el llanto que que la lloreraMejor la llave que elllaveroMejor mi abuelo que el tuyoMejor la melancolía que el no querer verte más

Mejor la apatía que la empatía

Mejor la victoria que el ganar de cualquier manera

Mejor el lecho que el trecho

Mejor la soledad que la compañía solitariaMejor la cabeza que el corazónMucho Mejor Allen que KubrickMejor el momento que la vida entera

Mejor negarse que retractarse

Mejor nunca que tardeMejor el plantón que la visita inesperada

Mejor la fea Wapaque la guapa fea

Mejor la indignación que la hibernaciónMejor la escapada que el regreso

Mejor Gerardo que MiguelMejor el pecho tuyo que ese lunar que tienes, cielito lindo, junto a la boca

Mejor la nata que la florMejor el plante que el desplante

Mejor sumar en negativo que restar

Mejor el fin que el inicio,Sobre todo, de esto que escribo

Page 26: Hojas del foro 4

Ll " íño trau l, ve ntana

La

los

mil

Todavía e1 tiempo no era esa cicatriz en tufelicidadllevaba máscara. El amor se parecía a jugaralfombra azul y a oscuros susurros, suspendidosaire. Las calleseran manos enlazadas que no acababan nunca/que acudían a tus dedos para beber la ternura. Túabrazo más allá de las agujas.

Ahora sólo soy una sombra que se niega a vender sus recuerdos, yque aún sigue abra zándote desde ese arrasado bosque marino quesiempre veo en tus ojos.

Carlos lglesias

luna sembró su duda sobre

cristales;

ratas acudieron a comérsela.

Entretanto el niño,tras la ventana,

se sacudió las últimasmigajas de corazón;

sintió los pequeños dientesclavados en la luna;y descubrió,

de pronto,que su sanSre

era invisible.

S¡* prl"b ras

Pienso en días desaparecidos, que tus labios expulsan como bocanadas de humo.

mejilla. Tampoco 1a

aI parchís en unasobre habitaciones de

y solares con gatosy yo éramos un

a D.F.

Page 27: Hojas del foro 4

F 5W, r-HoiA$;

N. utralCarlos Granda Busto

Hoy se libra de nuevo la batalla.

La lucha diaria. El combate, la pelea.

Hoy se enfrentan de nuevo la ilusión y la apalía,

el amor y la envidia,

los malos deseos y los odios buenos.

Hoy continúa la refriega, los nervios se tensary

los corazones se encogen, se aprietan los puños,

las puertas se cierran.

Hoy la trifulca se desata.

Los cobardes contra los valientes.

Los ciegos contra los sordos.

Los hijos del padre contra los demonios.

Cuatro hijos de puta contra todos.

Los salvajes contra los domesticados.

Los que hablan contra los que sienten.

Los que mienten contra los que viven.

Los que sueñan contra las pesadillas.

Hoy se libra de nuevo la batalla.

Ytuyyoy tantos otros

sin saber de qué lado ponernos.

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ffffiffi!íf6ñ,.2s

I

LJ, , .

I Ieroe anon¡mo

T er e s a F ernández-B arb ón

EI anciano camina a duras penas

Por el parque, cargando su tiempo acumulado

A ritmo de fatiga. Con paso vacilante

Y quebrado, deja atrás las distancias.

¡Ahí va un superviviente! Inclinad l,a cabeza

Ante é1, jóvenes renuevos; ante su cuerpo quebrado

La plata que adorna su frente

Es la huella de una lucha

Con sus victorias y sus derrotas

Escondidas bajo el polvo del anonimato

Poneos en pie y rendid homenaje

A este héroe anónimo de cuerpo achacoso,

Azotado por los avatares y la soledad

Porque ha tenido el valor de estar vivo.

Mirad, como se aleja de todo y de todos,

sin ruido, como una sombra tenue

Vitoreado sólo por el clamor

Sigiloso del viento.

Page 29: Hojas del foro 4

ffi bLAMoR

(fexto gn^áo, á.1z (ertame'-, d . (artas d. {ror "5r,",laleniln")

Bijou

FfL_t anun cto

e miro en el espejo. A mis sesenta y

seis no estoy tan mal. Nariz chatita,

mentón afilado y ojos grandes,(castaños), pestañas espesas. Pocas arrugas me

pueblan Ia tez y mis labios son carnosos. Boca

grande y dientes perlados. Todavía los conservo

todos. Es importante subrayar ésto porque a miedad existen bastantes desdentadas que han

tenido que visitar al dentista para ponerse unos

buenos implantes o dentadurapostiza. Pechos

turgentes que no supera ni el mejor Wonder-Bra. ¡Es que estoy hecha toda una actrizHollywoodiense! Ni que decir tiene que ni una

venita, por pequeña que sea, en las piernas. Nonecesité nunca medias de descanso, ni las estoy

necesitando. Calzo un treinta y siete. Si lo miras

bien, es un buen número, teniendo en cuenta

que a los hombres no les gustan las mujeres con

el pie excesivamente grande. Mis manos son

delgadas y con dedos largos. Uñas no muylargas y casi siempre sin pintar, excepto en

ocasiones especiales: me las arreglo a la francesa.

Me gusta vestir un tanto casual aunque a veces

1o vintage me chifla. ¡Qué le vamos a hacer, fuiuna chica algo alocada en mi juvenfud! Ahora

soy un tanto más comedida. Dicen que con los

años se gana en experiencia vivida y te cambia

el comportamiento; aunque he de decir que

conservo un espÍritu joven. Me gustan el pescado

y la verdura. Practico una vida de lo más

saludable: mucho deporte, he dejado el tabaco

a un lado hace más de veinte años y nunca he

bebido nada de alcohol. Me gustan los animales

y en casa tengo un perro. No le doy importancia

al pedigree, excepto en los seres humanos. Tengo

el pelo castaño y no demasiado largo. Ya se sabe

que a cierta edad el cómo 1o lleves puededelatarte. Mi signo del zodiaco es Libra. Soy

apasionada y puedo llegar a imponerme con

mis decisiones pero también aceptaría otras

opiniones.Soy detallista. Me gusta regalar en

fechas señaladas y no acepto un no porrespuesta. Soy amante de Ia música dandopreferenciaalaclásica y no desprecio una buena

banda sonora. Disfruto con los musicales en

directo. El teatro me transporta a atmósferas

insospechadas y es tal el grado de concentracióru

que me siento estrella en cada representación

teatral. Me gusta querer y que me quieran. Soy

fiely, aunque para nada vanidosa, puedo llegar

a ser un tanto egocéntrica. Sé aceptar las virfudes

y también los defectos de la persona amada. No

soy para nada celosa y busco calor fraternal ycómplice en la otra persona.

Abstenerse curiosos y viejos lobos de mar.

Interesados dirigirse a la calle Amor no69 1oE

de esperanza.

Con experiencia de tres años en las

relaciones personales, desearía contraer amistad

(duradera) a ser posible, con caballero alto,

moreno, buena planta; no más de sesenta años

(para edad, basta la mía...) qr" sea amante de

los animales, se implique hasta Ia médula en

Page 30: Hojas del foro 4

,*HoiAS "FoRo ,c

proyectos conjuntos y aleatorios de suma

importancia para la pareja, que sea cuidadoso

y al mismo tiempo sepa comprender al polo

opuesto. Que sea generoso y tenga en mente

grandes proyectos. Me ofrecería para ayudar

en 1o que fuera posible para llevarlos a efecto.

Dotado de graninnovacióry debería

mirar al futuro con

grandes expectativas

sin dejar de lado las

funciones básicas en

toda pareja: Cuidar

y respetar a su igual,

mimarla hasta el

punto de saberofrecerle en todomomento unacalidad de vidaespecial... Por miparte, estaríadispuesta a

corresponder a lapersona elegida para hacerle sentirse en un

mundo confortable e idóneo donde sólo

conviviríamos ambos. Abstenerse oportunistas

e intransigentes que pudiesen dar al traste con

la relación. Amplio don de gentes: Es importante,

debido a la alta calidad social por parte de la

contrayente. Aunque pueda parecer una

presuncióry estaría dispuesta a prestarme como

guía virtual para la adquisición de

conocimientos, en caso de que el contrayente

adoleciese de escaso nivel cu1tural. Soy mujer

tradicional a la que le gustan los pequeños

detalles que harían el día a día en toda pareja.

Estoy tan emocionada y nerviosa que aitn a

pesar de mantenerme en esta incertidumbre,

podría, a grandes rasgos, adivinar quién va a

ser el candidato. Estaría encantada de poder

entrevistarme con usted en días previos al

comienzo de Ia fulgurante amistad que nos

llevará por senderos de dicha y ventura. Ruego

a la mayor celeridad se

pongan en contacto con la

que suscribe en 1a

dirección anteriormente

indicada. Abstenersebromistas y aspirantes.

Una masiva participación

de este género, supondría

la retirada dei anuncio de

cualquier puntoinformativo. Piensa que

puedes iniciar una bonita

amistad que podríaderivar en un plantel de

acciones f ormativas,amatorias y por qué no,

monetarias. Pensarlo

requiere, taTvez, algún tiempo. Para que te hagas

una idea de como puedo ser, adjunto fotografía.

No me hace mucha justicia por 1o que considero

oportuno un encuentro informal paratr entrando

en harina. Si estás solo, crees que la vida ya no

tiene sentido o si has tenido algin desengaño

reciente, ¡engánchate al amor y libérate!

acudiendo a nuestra particular reunión. ¡No te

arrepentirás!

Recuerda: No existen horas brujas si

paramos el reloj del amor. Dale cuerda y verás

como en cuestión de segundos te cambia la vida.

Siempre tuya...

Estrella.

Page 31: Hojas del foro 4

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Page 32: Hojas del foro 4

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Concejalía de Cultura

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