historia del empresarismo en el nororiente de colombia tomo 3: regeneración y restauración

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1 Historia del Empresarísmo en el nororiente de Colombia Tomo 3 Luis Rubén Pérez Pinzón

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La colección “Historia del Empresarismo en el nororiente de Colombia” analiza el espíritu empresarial que motivó desde el siglo XVI a diferentes tipos de empresariado a poblar, transformar, civilizar e innovar en los territorios que conformaron los actuales departamentos de Santander, Norte de Santander, Arauca y sur del Cesar. El tomo 3 “Empresas educativas e innovaciones didácticas en Santander” presenta las inversiones públicas y privadas que las instituciones públicas y los empresarios importadores hicieron en el fomento y uso de los útiles escolares o los elementos didácticos que caracterizaron el lancasterianismo republicano, el pestalozzianismo radical, el confesionalismo mediático de la regeneración y los retos contemporáneos de las ciencias sociales.

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Page 1: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

1

Historia del Empresarísmo

en el nororiente de Colombia Tomo 3

Luis Rubén Pérez Pinzón

Page 2: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

HISTORIA DEL EMPRESARISMO EN EL

NORORIENTE DE COLOMBIA

Tomo 3. Empresas educativas e

innovaciones didácticas en

Santander

Luis Rubén Pérez Pinzón

Page 3: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

2

Historia del Empresarismo en el nororiente de Colombia

Tomo 3. Empresas educativas e innovaciones didácticas en

Santander.

Luis Rubén Pérez Pinzón

Primera edición

Abril 13 de 2015

La imagen de la portada sobre la provincia de Pamplona fue tomada de:

COLOMBIA, MINISTERIO DE CULTURA, BIBLIOTECA NACIONAL

DE COLOMBIA. Láminas de la Comisión Corográfica (1850 – 1859). [En

línea]. Bogotá: Biblioteca Nacional de Colombia, 2009. Disponible en:

http://www.bibliotecanacional.gov.co/recursos_user/exposicionesvirtuales/co

mision_corografica/exhibicion-laminas-primera-parte.html

ISBN 978-958-46-6354-2

Diseño, Edición y Publicación: Luis Rubén Pérez Pinzón

La reproducción total o parcial, en cualquier soporte o plataforma,

sólo se podrá hacer con previa autorización del autor.

Publicado en Colombia.

Page 4: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

3

Contenido

Tomo 1

1. EMPRESARIOS FUNDADORES

Pacificar la muerte: Orígenes espirituales y materiales de

Bucaramanga y su Área Metropolitana

2. EMPRESARIOS ENCOMENDEROS

Prácticas productivas y tecnológicas de los mineros en los

Andes nororientales

3. EMPRESARIOS MINEROS

Impacto de las innovaciones tecnológicas y las

transformaciones de la minería colonial neogranadina

Tomo 2

4. EMPRESARIOS RESTAURADORES

Las empresas políticas de los generales libertadores y el

revisionismo de los linajes dominantes

5. EMPRESARIOS REGENERADORES La familia Santos y las redes de poder entre las elites militares

y agroindustriales al sur de Santander

6. EMPRESARIOS REFORMADORES

La familia Ferrero y las redes de poder entre las elites

comerciales al norte de Santander

Pág.

7

169

239

7

43

263

Page 5: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

4

Tomo 3

7. EMPRESARIOS EDITORIALES

Útiles lancasterianos, didácticas pestalozzianas y

confesionalismo mediático en los Andes colombo-venezolanos

(1857 – 1957)

8. EMPRESARIOS TABACALEROS

Aportes de la producción agrícola tabacalera de Pamplona a la

consolidación de las reformas educativas neogranadinas (1819

– 1837)

9. EMPRESARIOS INSTRUCCIONISTAS

“Instrucción pública” e innovaciones didácticas radicales

durante el Estado Soberano de Santander (1857 – 1886)

10. EMPRESARIOS DIGITALES

Innovaciones y mediaciones en la formación de profesionales

en ciencias sociales y humanas a partir del uso de las TIC

Tomo 4

11. EMPRESARIOS CIGARREROS

Factorías coloniales, cosecheros parroquiales, empresarios

exportadores y mujeres cigarreras en la historia de los cigarros

santandereanos

12. EMPRESARIOS GANADEROS

La feria exposición del socorro y la cebuización del nororiente

de Colombia (1914 - 2014)

13. EMPRESARIOS INDUSTRIALES

Los ingenieros físico-mecánicos de Santander y su pertinencia

socio-productiva para Colombia

7

308

367

407

7

210

345

Page 6: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

5

Presentación

Empresario y empresariado tienen como raíz común la palabra

Empresa, la cual se asocia con toda forma emprender, y consigo,

apropiarse de retos y compromisos que se asumen como

difíciles, aventurados o riesgosos de alcanzar por la gente

común. El Empresarismo es entendido a su vez como la razón,

espíritu, motivación o convicción político­económica o socio-

cultural que ánima a los empresarios desde el riesgo y la

incertidumbre de éxito a través de sus empresas o al

empresariado a gestionar, invertir, planear, concesionar,

explotar y retornar con maximización de ganancias, el capital de

riesgo que no es presupuestado por las instituciones nacionales,

autorizado por los gobiernos estatales ni invertido por los

negociantes extranjeros o los empresarios tradicionales.

Ese empresarismo (o emprendurismo) que ha caracterizado la

actividad productiva de algunos empresarios y gremios les

permitió reconocer oportunidades de riqueza y transformar ideas

novedosas de negocios riesgosos en procesos productivos

exitosos que generaron cuantiosas ganancias, así como la

adaptación socioeconómica del entorno (o ecosistema

empresarial) a la demanda de materias primas, socios

territoriales, mano de obra e inversionistas externos requeridos

por las empresas en constitución y consolidación. A la par del

beneficio económico esperado y la satisfacción entre asociados,

el liderazgo innovador de los empresarios les permitió lograr el

reconocimiento social, la confianza inversionista, la seguridad

legal y la realización personal asociadas con nuevas formas de

poder económico y alianzas estratégicas con las élites locales.

Page 7: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

6

La colección “Historia del Empresarismo en el nororiente de

Colombia” analiza el espíritu empresarial que motivó desde el

siglo XVI a diferentes tipos de empresariado a poblar,

transformar, civilizar e innovar en los territorios que

conformaron los actuales departamentos de Santander, Norte de

Santander, Arauca y sur del Cesar. El tomo 1 “Empresas

Coloniales en las provincias de Pamplona y Girón” describe los

procesos de colonización territorial de las provincias indígenas e

hispánicas neogranadinas al ser fundadas ciudades, villas y

parroquias, y consigo, los procesos de financiación y

subsistencia del colonizador a través de instituciones

económicas como fueron la encomienda y mita minera. El tomo

2 “Empresas republicanas de los Generales-Presidente al sur y

al norte de Santander” analiza las empresas políticas, sociales,

económicas y culturales que emprendieron los Generales

Presidentes de Colombia durante los siglos XIX e inicios del

XX, centrando la atención en la influencia pública y los

intereses privados que defendieron los linajes asociados con los

generales de las familias Mosquera, Bolívar, Santos y Ferrero.

El tomo 3 “Empresas educativas e innovaciones didácticas en

Santander” presenta las inversiones públicas y privadas que las

instituciones públicas y los empresarios importadores hicieron

en el fomento y uso de los útiles escolares o los elementos

didácticos que caracterizaron el lancasterianismo republicano, el

pestalozzianismo radical, el confesionalismo mediático de la

regeneración y los retos contemporáneos de las ciencias

sociales. Finalmente, el tomo 4 “Empresas agroindustriales:

Oficios y profesiones del “Gran Santander” revisa el

protagonismo inversionista y las innovaciones productivas

promovidas por los empresarios asociados con la producción de

cigarros finos, ganados bovinos y productos industriales del

actual Santander.

Page 8: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

7

7. EMPRESARIOS EDITORIALES

UTILES LANCASTERIANOS, DIDÁCTICAS

PESTALOZZIANAS Y CONFESIONALISMO MEDIÁTICO

EN LOS ANDES COLOMBO-VENEZOLANOS

(1857 – 1957)1

“El ponderado ensayo de la Misión

Pedagógica Alemana, puesto en marcha

por los gobiernos federales en el siglo

pasado [XIX] dio resultados evidentes, estableció relaciones concretas entre dos

razas [americanos y europeos] que a la

postre se fusionaron, respetando la

autonomía y el carácter de cada región” (Gómez, 1985, p. 116)

INTRODUCCIÓN. El pensamiento tecnológico requiere que

las ciencias sociales como las humanidades propicien diálogos

discursivos de saberes entre sí como con las ciencias de la

información y la comunicación a fin de comprender como parte

de un proceso continuo de mejora y no como rupturas

1 Informe final del proyecto de investigación institucional titulado:

“Impacto de las tecnologías educativas empleadas para la solución de las

necesidades sociales y económicas en la región de Santander, 1857 – 1957”,

financiado por la Dirección de Investigaciones de la Universidad Autónoma

de Bucaramanga (Unab) como parte de la Convocatoria interna de

investigación 2010-2012. El resultado de ese proyecto fue el informe

publicado como el libro: “Historia de la Tecnología y la Didáctica educativa

en Colombia. Impacto de las tecnologías educativas empleadas para la

solución de las necesidades sociales y económicas en la región de Santander

(Colombia), 1857 – 1957” (Bucaramanga: Unab, 2011).

Page 9: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

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excluyentes las transformaciones socioculturales y político-

económicas que se han propiciado con cada uno de los objetos

tecnológicos que concebidos para el mundo productivo

rápidamente son adaptados e impuestos como objetos de

conocimiento necesario para poder ser y hacer en el mundo real.

A diferencia de los procesos de transferencia y renovación

tecnológica entre las máquinas mecánicas, eléctricas y

electrónicas que se dieron hasta hace un cuarto de siglo, en la

actualidad el pensamiento tecnológico se ha reducido a pensar el

mundo y las posibilidades de aprender a las herramientas

informáticas y de comunicación masiva despreciando o

segregando de las aulas el uso de las tecnologías “obsoletas” al

considerarse que el ser colombiano, el estudiante santandereano,

debe ser una persona que “vive digital”.

Esta investigación demuestra la continuidad funcional de la

tecnología didáctica considerada “obsoleta” al estar asociadas

con modelos pedagógicos superados, así como cuestiona el

materialismo tecno-dependiente fomentado las corporaciones

oligopólicas en alianza con los Gobiernos preocupados por el

desarrollo y la competitividad, demostrando así las razones

históricas que en Santander han conllevado a generar

continuidades o resistencias entre las diferentes tecnologías

empleadas en el aula de clase.

Para cumplir esas metas cognitivas las preguntas-problemas que

se han propuesto seguir son: ¿cuál fue el impacto en el

pensamiento como en las prácticas socioculturales de la

tecnología educativa que fue adquirida, incorporada y

normalizada en la región de Santander durante el período

comprendido entre 1857 a 1957?, así se ahonda en el

pensamiento de los visionarios de la nación al preguntarse

Page 10: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

9

¿Cómo fueron justificadas y consolidadas los proyectos

tecnológicos de nación asociadas con el progreso y desarrollo

obtenidos gracias a la adopción y el uso formal de tecnologías

educativas como la pizarra, el periódico, el manual, etc.?

Tareas transversalizadas por una premisa inicial de solución,

según la cual, el menosprecio y desuso de las tecnologías

educativas adoptadas y apropiadas ideológica como

procedimentalmente en la región de Santander como novedosas

y progresistas desde mediados del siglo XIX ha conllevado a

generar procesos de continuidad de los objetos tradicionales, la

sustitución impulsiva de máquinas para el aprendizaje acorde

con los cambios tecnológicos mundiales, por ejemplo en menos

de cincuenta años se pasó de la radio a televisión, video-

proyectores, multimedia, internet, microcomputadoras

telefónicas, o por el contrario, se han gestado movimientos de

resistencia ante la imposición consumista, mercantil y funcional

de las “nuevas tecnologías de la información y la

comunicación”.

Todo lo cual demuestra que las comunidades educativas están

condicionados o requieren procesos de sustitución,

alfabetización, revaloración y depreciación radical de los

objetos y prácticas que fueron considerados por las generaciones

ascendientes como útiles y necesarios para los procesos

educativos. Considerando lo anterior, la investigación fue

articulada al grupo de investigación Educación y Tecnología

(Edutec), dirigido por la Dra. Claudia Patricia Salazar, el cual

hace parte del Centro de Investigaciones Educación, Ciencias

Sociales, Humanidades, Literatura y Artes. [A partir de 2015 fue

fusionado al Grupo de Investigación Unab en “Pensamiento

Sistémico”].

Page 11: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

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Grupo al interior del cual se han realizado reflexiones sobre las

profundas transformaciones culturales que las tecnologías de la

información y la comunicación, específicamente las electrónicas

o digitales, han propiciado a nuestra civilización y consigo la

creciente brecha entre las naciones con infraestructura y

alfabetismo tecnológico en contrate con aquellas que no han

podido adecuarse a los cambios científico-técnicos que se han

dado a nivel global. De allí que el Grupo centre su atención en

la relación educación y tecnología a través de tres líneas de

investigación como son: educación virtual, incorporación de

TICs en educación presencial y pensamiento tecnológico en el

ambiente educativo.

La tercera línea, con la cual se relaciona de forma directa la

investigación, estudia particularmente la relación de los

procesos educativos y tecnología a partir de la enseñanza, el

aprendizaje y la caracterización del pensamiento tecnológico.

Para lo cual, se ha propuesto un “diálogo discursivo de saberes

relacionados con las ciencias, la tecnología, la Pedagogía, la

Psicología, la Sociología, la Informática entre otros saberes”2

que contribuya a orientar las preguntas y a validar las respuestas

que se obtengan con cada proyecto. Razón por la cual la línea

del Grupo busca “identificar las características de la educación

en tecnología y las condiciones necesarias para desarrollar el

pensamiento tecnológico en ese ámbito”3.

2 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BUCARAMANGA (UNAB).

Investigación: Edutec. [En línea]. Bucaramanga: UNAB, 2010. [Consultado

el 30 de noviembre de 2010]. Disponible en Internet vía:

http://draco.unab.edu.co/portal/page/portal/UNAB/investigacion/investigacio

n-en-sentido-estricto/inicio/grupo/descripcion?idgrupo=16 3 Ibíd.

Page 12: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

11

Estudiar el pensamiento tecnológico implica además

comprender los elementos epistemológicos y psicológicos que

caracterizan al “conjunto de acciones mentales de orden

cognitivo, pragmático, social comunicativo y deontológico que

realiza un individuo para solucionar un problema o una

necesidad en un contexto determinado, aplicando efectivamente

conocimientos, técnicas, procesos y procedimientos propios de

la tecnología que se evidencian en la materialización de sistemas

y/o la construcción del conocimiento tecnológico”4.

Al igual que los investigadores contemporáneos de la ciencia y

la tecnología, el grupo ha centrado su reflexión en las

tecnologías recientes o Nuevas Tecnologías de la Información y

la Comunicación (NTICs), así como en las nuevas estructuras

paradigmáticas de pensamiento que han propiciado en el ámbito

escolar y social, con lo cual, se desconoce o minimizan las

continuidades y resistencias históricas que otras tecnologías

educativas como han sido las pizarras (hoy “cuadernos de

apuntes”), los tableros de punzón ó tiza, las láminas de lectura

colectiva (hoy “posters”), los manuales escolares, el cine, la

televisión, etc., siguen teniendo y tendrán en los proceso de

enseñanza, aprendizaje y construcción de saberes en cada uno

de los niveles (preescolar, básico, medio y superior) de la

educación en Colombia.

Un ejemplo concreto de esas transiciones e imposiciones

históricas han sido las tecnologías educativas empleadas durante

doscientos años para celebrar, conmemorar, divulgar y renovar

4 EDUTEC. Proyecto: ¿Qué es y cómo se desarrolla el pensamiento

tecnológico?, 2003. [En línea]. GrupLAC, 2010. [Consultado el 30 de

noviembre de 2010]. Disponible en Internet vía:

http://201.234.78.173:8080/gruplac/jsp/visualiza/visualizagr.jsp?nro=000000

00000780

Page 13: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

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el imaginario de patria e independencia como se demuestra en el

artículo de revisión que dio origen a la presente investigación,

titulado “El papel bicentenario de los textos escolares en la

enseñanza del día de la independencia”5, por medio del cual se

develan los usos de tecnologías de instrucción pública como

fueron el discurso, el sermón, el periódico, el catecismo, la obra

artística, el manual de texto, el libro didáctico, el documental

cinematográfico, la serie televisiva, el programa de radio, etc.,

hasta llegar a los usos contemporáneos de páginas y portales

educativos administrados por el Estado para divulgar la nueva

versión institucional de un hecho histórico. Llegándose a pensar

en la aprobación en un nuevo manual oficial de historia de

Colombia de obligatorio uso en las instituciones oficiales como

se hizo desde 1910.

Las tecnologías que no hacen parte de las “N-TICs” son las

innovaciones heredadas de desarrollos industriales, procesos de

globalización económica, pensamientos progresistas y políticas

educativas adoptadas por el país, y específicamente en la región

de Santander, desde hace más de ciento cincuenta años por parte

de los gobiernos utilitaristas seguidores de la visión de F. P.

Santander y los maestros activistas que buscaban con la

incorporación de tecnologías mejorar las condiciones sociales,

culturales y productivas en la que vivían sus connacionales.

Considerando esas ausencias analíticas en la transición entre las

tecnologías tangibles, análogas, magnéticas y audiovisuales a las

5 PÉREZ PINZÓN, Luis Rubén. El papel bicentenario de los textos escolares

en la enseñanza del día de la independencia. En: Revista Docencia

Universitaria. Bucaramanga: Cededuis. Dic, 2008 [2010 - 2011]. Vol. 9, No.

1. Disponible en Internet vía:

http://ced19.uis.edu.co/sieduis/revista/publico/articulo_detalle.php?codarticul

o=581

Page 14: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

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tecnologías digitales que han sido incorporadas por el sector

productivo como por las autoridades estatales al pensar y

legislar una nación colombiana que “vive digital” para asegurar

la seguridad democrática e impulsar las “locomotoras” de la

prosperidad anhelada, ésta investigación demostrór ¿cuál fue el

impacto en el pensamiento como en las prácticas socioculturales

de la tecnología educativa que fue adquirida, incorporada y

normalizada en la región de Santander durante el período

comprendido entre 1857 a 1957?, así como ahondó en el

pensamiento de los visionarios de la Nación al preguntarse

¿Cómo fueron justificadas y consolidadas los proyectos

tecnológicos de nación asociadas con el progreso y desarrollo

obtenidos gracias a la adopción y el uso formal de tecnologías

educativas como la pizarra, el periódico, el manual, etc.?.

Dar respuestas a esas preguntas conllevó a un proceso de

acciones analíticas e investigativas que llevaron desde el campo

de la ciencia histórica y los estudios sociohumanísticos a

comprender el origen de las resistencias como de las aperturas

de las comunidades educativas contemporáneas al uso de nuevas

tecnologías que interconectan, instrumentalizan y mediatizan los

procesos de producción como de adquisición de conocimiento a

través de redes globales sobre las cuales las naciones y los

estados no tienen dominio o inherencia alguna. Con lo cual, las

nuevas generaciones de estudiantes asumen la incorporación y

uso masivo de las NTIC como medios liberadores e

hipermediáticos para acceder a múltiples informaciones y

saberes sin requerir la presencia de un aula de clase,

instrumentos escolares y a corto plazo la interacción social con

maestros ni estudiantes al promoverse de forma recurrente la

existencia de consejeros, tutores y compañeros “virtuales”.

Page 15: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

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De igual manera, la investigación contribuye a generar nuevo

conocimiento al lograr desde la interacción analítica entre

Tecnología – Educación – Historia develar miradas y proyectos

de región y nación paralelos a los acostumbrados y tradicionales

estudios de las ciencias humanas sobre la política, la guerra, la

economía, la ideología, la lucha de clases, etc., que se gestó con

los estados federales a mediados del siglo XIX y culminó con el

régimen militar dictatorial para apaciguar la violencia

bipartidista de mediados del siglo XX.

Empleando términos propios de la historia nacional de la

tecnología educativa, yendo desde la gestación de la educación

pragmática y utilitaria promovida por los liberales radicales

hasta la importación y uso productivo de de la radio y la

televisión pública con fines de masificación oficial de la

información y la instrucción. Constituyéndose así la

investigación en una de las primeras representaciones históricas

sobre el origen, transformación y consolidación de la tecnología

educativa en la región como en la nación cuyos primeros

beneficiados serán los estudiantes y docentes de la UNAB que

cursan carreras y postgrados asociados con la tecnología

educativa y las nuevas tecnologías de la información y la

comunicación.

Aportes a la academia que reafirman la importancia de un

“marco teórico y estado del arte” que partió de la premisa, según

la cual, los estudios que tradicionalmente se han realizado sobre

educación en la región de Santander, en el norte como al sur, se

han centrado en comprender y analizar el pensamiento político y

pedagógico de las autoridades y maestros descartando el papel

mediador y articulador que las tecnologías educativas han tenido

y siguen teniendo para poder en las aulas cumplir los maestros

con las metas de progreso que se proponen los gobernantes y

Page 16: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

15

legisladores en su afán por adoptar los exitosos modelos

educativos de las naciones más prosperas que pasaron de ser

colonias agropecuarias a centros de producción industrial y

tecnológica avanzada.

No obstante, autores como Carlos Botero han propuesto que en

el sentido contemporáneo que tiene la palabra “tecnología” en

Colombia, como en la región santanderana, sólo se puede

asegurar que el país ha contado con tecnología desde la segunda

mitad del siglo XX6 al ser presionado el Estado-Nación por los

países dominantes del eje democrático - capitalista a asumir una

“alianza para el progreso” cuyo componente central fue la

educación tecnológica a través de la tecnología educativa, así

como instituciones internacionales condicionaron su apoyo

financiero y cultural a las naciones en vías de desarrollo siempre

y cuando estuvieran dispuestas a comprar e incorporar las

nuevas tecnologías a los procesos educativos y productivos para

ser tan competitivas como las de las naciones altamente

industrializadas.

Valga recordar que el apoyo financiero y la transferencia

educativa brindada a la naciente Universidad Industrial de

Santander por parte de la Unesco y la Fundación Ford

simbólicamente concluyeron con la donación y puesta en uso

del primer computador IBM que se adquirió en Colombia con

fines académicos después de una década en la cual la industria

nacional a través de la Cervecería Bavaria habían importado y

puesto en uso desde 1957 la primera computadora IBM 650, a la

cual siguieron los proyectos de departamentalización

informática de otras organizaciones insignias de la economía y

6 BOTERO CHICA, Carlos. La formación de valores en la historia de la

educación colombiana. En: Revista Iberoamericana de Educación. S.l. S.f.

Disponible http://www.rieoei.org/deloslectores/932Botero.PDF

Page 17: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

16

el proyecto reciente de Estado-Nación como fueron Ecopetrol,

Empresas Públicas de Medellín, Fabricato, entre otras7.

La investigación de la instrucción y la educación en Santander

durante los tres períodos históricos que comprenden éste

proyecto como son el proyecto de educación federal radical, el

proyecto de educación nacional regeneradora y el proyecto en

educación religiosa y bipartidista excluyente ha sido objeto de

estudio por los historiadores académicos quienes han centrado

en su atención a través de sus artículos publicados en la revista

Estudio de la Academia de Historia de Santander en asuntos

heroicos como son los grandes maestros, los establecimientos

educativos y los grandes gobernantes.

Instituciones que promovieron los cambios políticos,

ideológicos, económicos, y por ende educativos desde los

orígenes del “Gran Santander” dando poca o nula importancia a

los objetos tecnológicos de enseñanza empleados por los

maestros, excepto cuando se rememora el Colegio de Paredes e

hijos de Piedecuesta donde se empleaba tecnología educativa

importada directamente de los Estados Unidos, especialmente

una imprenta y cámaras de fotografía con la cual se formaron

los empresarios editoriales descendientes de Victoriano Paredes.

Los historiadores profesionales, especialmente los autores de

trabajos de grado sobre los orígenes, transformación, secesión y

consolidación del actual Santander, si bien han pretendido

realizar estudios exhaustivos sobre los períodos históricos de la

historia santandereana anteriores a la dictadura y el frente

7 CELADA, Carolina. Historia de la tecnología en Colombia. [Blog].

Blogspot, 13 de abril de 2009. [Consultado el 30 de noviembre de 2010].

Disponible http://kharollcelada.blogspot.com/2009/04/historia-de-la-

tecnologia-en-colombia.html

Page 18: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

17

nacional, la mayor parte de su atención se centra en las luchas

políticas, las convicciones ideológicas, el determinismo

económico exportador, la lucha entre nacionalistas y liberales,

etc., y su impacto en las leyes, reformas e innovaciones

educativas. El interés de esos estudios se centra principalmente

en el pensamiento pedagógico transferido y adoptado de Europa

y los Estados Unidos antes que en el pensamiento científico –

tecnológico concebido, divulgado y asociado con efectos y

consecuencias de los instrumentos, estrategias y prácticas

empleadas por los docentes en las aulas.

Ejemplos de trabajos de grado asociados con el período federal

radical donde priman la reflexión del proyecto político, la fuente

oficial y el culto a los personajes o las instituciones antes que el

análisis de las realizaciones sociales y los cambios educativos

concretos son las monografías de historiadores de la UIS como:

“El proyecto educativo radical en Santander 1857-1885” (1997)

de Fernando López, “Autopercepción de un personaje público

santandereano: Victoriano de Diego Paredes” (2001) de Martha

García, “Debate sobre la instrucción pública en el Estado

Soberano de Santander 1868-1886 (2009) de Helia Chivatá, “La

profesionalización de maestros en la reforma instrucionista de

1870 en el Estado Soberano de Santander” (2010) de Rolando

Malte y “La mujer institutora en el discurso de la regeneración

de 1886 a 1899” (2011) de Diana González.

Sobre el período de la regeneración y la república conservadora

los análisis de los historiadores de la UIS centran su atención en

el papel concordatario de la educación y el protagonismo de las

comunidades religiosas católicas a través de trabajos como:

“Elementos políticos ideológicos de las reformas educativas de

la regeneración en Santander (1885-1920)” (1995) de Nury

Ortiz y Eduardo Villamizar; “Intransigencia eclesiástica en la

Page 19: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

18

diócesis de Nueva Pamplona durante la segunda mitad del siglo

XIX” (1995) de Eduardo Guevara Cobos y Esther Parra

Ramírez; “La participación de la iglesia católica y los hermanos

de las escuelas cristianas en las propuestas se organización de la

instrucción pública en Colombia (1890 - 1948)” (1997) de

Martín Gómez y Francisco Gómez, “Fray Saturnino Gutiérrez

Silva, O.P. y el ideal educativo femenino para Colombia a

finales del siglo XIX” (1999) de Gimena Gutiérrez, “Ignacio

Antonio Parra El obispo romanizador de la diócesis de Nueva

Pamplona“ (2004) de Nelson Parada Gómez y, “Hijas sanas de

padres enfermos: el Asilo de María Auxiliadora en el Lazareto

de Contratación 1920-1961” (2010) de Cristina Castillo.

Finalmente, sobre la república liberal, la violencia bipartidista y

la pacificación dictatorial los trabajos de grado se centran en

revisar los planes, estadísticas y resultados en cuanto a cobertura

y calidad de la educación impartida o regulada por las

comunidades religiosas, los conflictos con las “sectas”

protestantes y comunistas, a lo cual se suma el papel de las

fiestas patrias centradas en las instituciones educativas, como se

puede evidenciar en los trabajos de grado: “La patria y el héroe

en la historia de Colombia de Jesus Maria Henao y Gerardo

Arrubla una obra laureada en la conmemoración del centenario

de la independencia (1910)” (2006) de la historiadora UIS

Alejandra Constanza Barón, “Visión oficial de la educación en

Santander 1903 – 1948” (1999) de Enrique Mendoza, “Teatro

del 20 de julio: Historia de la representación patriótica del 20 de

julio en Colombia (1811-1910)” (1999) de Beatriz Rincón,

“Estudio histórico de la ciudad de Bucaramanga en la década de

1920 a través de sus instituciones” (2007) de María Fernanda

Reyes, “Sindicalismo y obras sociales de la acción social

católica en la ciudad de Pamplona 1956-1961” (2008) de Ivonne

Calderón y, “El misionero protestante y la práctica de

Page 20: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

19

evangelización - conversión la misión alianza evangélica en el

Norte de Santander 1944-1956” (2008) de Sofía Sierra.

Siendo conocido pero poco estudiado el papel de la visión

ideológica, mediática y europerizante de la educación laica

como clerical adoptada paralelamente desde mediados del siglo

XIX hasta mediados del siglo XX a través de los productos

culturales y editoriales de las imprentas, diferentes a los

periódicos usados como fuentes primarias y secundarias, un

conjunto de historiadores agrupados en un grupo de estudio

sobre la educación y la cultura (GETSH) optaron por estudiar de

manera sistemática el siglo XX a partir del manual escolar, el

cual fue asumido como medio y fin tecnológico de la educación

impartida o regulada por las comunidades religiosas

concordatarias que administraron la educación en Colombia

hasta el cambio constitucional de 1991.

Consecuente con ese proceso de reflexión sobre el manual de

clase como objeto tecnológico educativo de interés común

algunos historiadores de la UIS han presentados trabajos de

grado como: “La escritura de los manuales escolares de historia

en Colombia durante la segunda mitad del siglo XIX” (2008) de

Silvia Rocha, “Valores nacionales, textos escolares e instrucción

pública en las escuelas normales de Santander, 1886-1899”

(2006) de Jenny Beatriz Quijano, “El proyecto de construcción

de la memoria nacional a través de los manuales escolares de

ciencias sociales de octavo grado en Colombia entre 1984-1996:

representaciones sobre el siglo XIX” (2009) de Gabriel David

Samacá, “El proyecto de patria de los hermanos de las escuela

cristianas en Colombia 1920-1948” (2009) de Laura Victoria

Rivas, “Lecciones de geografía: encuentro y similitudes de dos

propuestas, el estado colombiano y los hermanos de las escuelas

cristianas 1921-1949” (2009) de Alejandro Aguirre y, “La

Page 21: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

20

enseñanza de la cívica: "criar hijos para el cielo y ciudadanos

útiles para la patria" 1948 – 1962 (2010) de Leidy Paola

Rangel”.

Sumándose a ese proyecto editorial el uso del periódico como

tecnología educativa para revindicar la representación social y

los procesos de remoralización de las mujeres al ser ellas las

madres, guías y primeras educadoras de cada nuevo ser humano,

de allí que sea recurrente encontrar títulos como” “Mujeres,

imágenes y representaciones en Santander 1920-1940” (2003)

de Diana Flórez, “Historia de las revistas de letras publicadas en

Bucaramanga en la primera mitad del siglo XX” (2003) de

Angélica Díaz, “Mujer y feminidad en la publicidad de la prensa

bumanguesa 1920-1940” (1906) de Edgar Alexander Rincón.

El análisis investigativo sobre el uso de los catecismos, libros,

manuales y prensa educativa como recursos tecnológicos

curriculares y extracurriculares de clase de uso tradicional desde

el siglo XIX finaliza con una reflexión sobre el impacto de la

radio como medio creativo, informativo, recreativo, educativo y

multimediático para las masas durante la primera mitad del siglo

XX quedando para una siguiente convocatoria de investigación

analizar el impacto de la televisión educativa y la incorporación

de tecnología educativa complementaria como han sido los

reproductores de video y los proyectores de imágenes, así como

comprender la transición y continuidad de las tecnologías

precedentes a la par de la imposición oficial de la tecnología

educativa asociada con los ordenadores (o computadores). Sobre

la tecnología educativa asociada con la radiodifusión un estudio

pionero sobre el tema es el trabajo de grado “Historia de la

radiodifusión en Bucaramanga: 1929 – 1960” (2004) de Carlos

Cogollo.

Page 22: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

21

Los objetivos de la investigación partieron del interés por

estudiar el impacto del pensamiento político-económico como

las prácticas socioculturales asociadas a la tecnología educativa

que fue adquirida, incorporada y normalizada en la región de

Santander durante el período comprendido entre 1857 a 1957 a

fin de reconocer el origen de las continuidades y resistencias

propiciadas por esas tecnologías al uso de las NTIC y la

sustitución gradual de la educación presencial por la virtual.

Para ello se dispuso cumplir con metas puntuales como fueron:

1. Identificar el impacto y continuidad que tuvieron durante la

primera mitad del siglo XIX los instrumentos tecnológicos

asociados con la pedagogía lancasteriana, específicamente el

tablero, la pizarra y los catecismos políticos del Estado que

conlleve a la delimitación de las causas del cambio liberal -

radical a ese modelo. 2. Analizar los efectos sociales, políticos

y culturales que generaron las tecnologías educativas

(periódicos educativos, fotografías, laboratorios de ciencias,

etc.) concebidas y promovidas por los liberales radicales a

través de casos exitosos como fueron el Colegio de Paredes e

hijos y las Escuelas Normales regentadas por la misión

pedagógica alemana encausando así las razones divulgadas por

los conservadores y nacionalistas al propiciar la clausura o

reforma de esos proyecto educativos considerados

desmoralizantes.

Tareas estructurales a partir de las cuales se propuso la

necesidad analítica de reconocer la continuidad y

transformaciones de la tecnología y la didáctica educativa del

siglo XIX a partir de tareas adicionales como: 3. Establecer los

propósitos ideológicos y los efectos educativos que tuvieron las

tecnologías nacionales y conservadoras de la regeneración

promovidas por las comunidades religiosas católicas al diseñar,

editar, imprimir, divulgar y comercializar manuales de estudio

Page 23: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

22

de uso obligatorio en las escuelas oficiales con el ánimo de

comprender las estrategias de moralización y fomento del

espíritu patriótico y; 4. Describir las características del

pensamiento liberal que propició el cambio político en las urnas

y la revisión de los principios socioculturales a través de las

aulas al apelar a tecnologías masivas de instrucción popular y

educación pública como fueron el periódico comercial y las

estaciones de radiodifusión.

El enfoque metodológico del proyecto correspondió con una

investigación básica que acorde con el alcance y profundidad de

los resultados esperados corresponde a la investigación

descriptiva. La hipótesis que se pretende demostrar denota que:

el menosprecio y desuso de las tecnologías educativas adoptadas

y apropiadas ideológica como procedimentalmente en la región

de Santander como novedosas y progresistas desde mediados

del siglo XIX ha conllevado a generar procesos de continuidad

de los objetos tradicionales como de resistencia ante la

imposición mercantil y funcional de nuevas tecnologías, lo cual

demuestra que las comunidades educativas requieren procesos

graduales de sustitución, alfabetización, revaloración y

depreciación radical de los objetos y prácticas que fueron

considerados por las generaciones ascendientes como útiles y

necesarios para los procesos educativos.

Para alcanzar cada uno de los tres primeros objetivos específicos

se siguieron procedimientos hipotético – inductivos por medio

de técnicas de análisis de contenido y la sistematización de la

información por categorías asociadas con cada una de las

tecnologías educativas que serán identificadas y analizadas en

los tres períodos históricos elegidos, específicamente las

pizarras, los periódicos escolares impresos, los manuales de

texto y la radio con fines educativos, desde cuatro perspectivas

Page 24: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

23

paralelas: el legislador o ideólogo, el gobernante o

administrador, el comerciante o promotor y el maestro o

ejecutor de las innovaciones tecnológicas educativas.

Los problemas y temas objetos de ésta investigación fueron

divulgados y publicados preliminarmente en el ámbito

institucional y académico por medio de un artículo de

investigación en la Revista Docencia Universitaria del

Cededuis, edición 2010-2011, titulado “El papel bicentenario de

los textos escolares en la enseñanza del día de la

independencia”. Para la divulgación y publicación de los

resultados en el ámbito regional y nacional se propuso el diseño

y publicación del actual informe en forma de libro impreso, a

través del cual se compila el total de los resultados de la

investigación, así como se espera sea donado o canjeado con los

centros, grupos y universidades.

7.1 LAS ESCUELAS DE ENSEÑANZA MUTUA COMO

EXPRESIÓN DE LA UNIFORMIDAD DEL ESTADO SOBRE

LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y LA INTEGRACIÓN DE LA

NACIÓN DURANTE LA “GRAN COLOMBIA”.

Las constituciones políticas de las repúblicas americanas han

sido y continuarán siendo el consenso y acuerdo al que llegan

los representantes de las comunidades provinciales congregados

como Nación para establecer los estatutos, reglas y condiciones

mínimas de convivencia bajo la regulación de un cuerpo

regulador denominado Estado.

Y si bien cada “norma de normas” redactada por los diputados

constituyentes ha pretendido reconocer y unificar la pluralidad

de intenciones, acciones, visiones y regulaciones morales que

Page 25: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

24

rigen a cada una de las comunidades representadas apelando a

las condiciones éticas y civilizadoras mínimas y necesarias,

denominadas por Jaime Jaramillo Uribe (1996, p. 18) como el

“orden jurídico y político” republicano, no menos cierto ha sido

que las garantías individuales, los postulados sociales y las

proyecciones estatales reflejan la materialización ideológica de

los vencedores de las contiendas electorales, o en su defecto de

los bandos victoriosos en las guerras civiles, al conferírsele al

vencedor el derecho y privilegio de modificar el orden

constitucional impuesto por el vencido.

La República de Colombia, creada el 17 de diciembre de 1819

por el Congreso de Angostura como consecuencia de la derrota

y huída del ejército realista que dominaba la capital virreinal de

la Nueva Granada después de los hechos de la Batalla de

Boyacá (7 de agosto de 1819), a través de su Constitución

Política dio coherencia, identidad y uniformidad al conjunto de

naciones liberadas por el ejército popular liderado por Simón

Bolívar al sustituirse el estado virreinal neogranadino

reconquistado por el ejército expedicionario de Fernando VII

(1815 – 1819) por un estado republicano, centralista, militarista

y tripartito concebido, según Jaramillo (196, p. 18), por todas las

provincias liberadas a través de “sus mejores hombres”, así

como se constituyó en el medio a través del cual los territorios

autonómicos de ese antiguo virreinato decidieron una década

después, muerto su presidente y libertador, constituirse en

repúblicas libres y soberanas denominadas, al igual que durante

el coloniaje español, como Venezuela, Ecuador y Nueva

Granada, a la cual se mantuvo agregada Panamá durante casi un

siglo a través de una legislación especial.

La Constitución expedida en la Villa del Rosario (Cúcuta) el 6

de octubre de 1821 ordenó transformar el gobierno del

Page 26: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

25

virreinato de la Nueva Granada en un Estado – Nación moderno,

acorde con las estructuras republicanas de los países más

prósperos y civilizados de Europa como Norteamérica, así como

permitió a los francmasones libertadores que se apropiaron del

poder estatal virreinal por la vía militar ser reconocidos,

aceptados y resguardados por otros Estados a cambio de la

contraprestación de bienes y servicios esperados del nuevo

orden por ingleses, estadounidenses, e incluso, por el Estado

Pontificio al requerir preservar su autoridad sobre las

instituciones, bienes y órdenes a través de la relación

concordataria denominada Patronato.

Durante una década, los militares asumieron el poder de facto al

entrar victoriosos en las provincias liberadas, y luego, de hecho

y en derecho al ser elegidos por los congresos constituyentes y

los congresos electorales al ser limitada la condición de elector

sólo a la minoría de ciudadanos libres, alfabetos y con rentas

propias que habían sobrevivido a la “purificación

reconquistadora”.

A ello se aunaba la necesidad de contar con militares que bajo la

condición de jefes provinciales, intendentes departamentales o

gobernantes centrales y supremos administrasen con disciplina

castrense los pocos recursos captados para la reconstrucción del

país, mientras otros expandían su ola libertadora del régimen

virreinal al mando del ejército libertador a lo largo y ancho de

las fronteras neogranadinas. La reconstrucción nacional para

garantizar la unificación estatal era una prioridad para los

generales – gobernantes ante el panorama de desolación y

pobreza que habían quedado las provincias después de una

década de revolución y contrarrevolución. Jaramillo (1996, p.

19) describió la situación por la que pasaba la naciente

República al expresar:

Page 27: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

26

El país había quedado devastado por la guerra. La ganadería y la

agricultura particularmente habían sufrido grandes pérdidas. La

burocracia estaba desorganizada y durante meses no recibía salarios.

El ejército y la marina estaban mal equipados y sin paga; el sistema

educativo prácticamente no existía; el nuevo estado carecía de

experiencia en el manejo de su política exterior, los caminos se

habían deteriorado hasta desaparecer en grandes proporciones del

territorio.

Así mismo se requería la reducción en el número de ciudadanos

ilustrados y capaces de administrar los diferentes ramos del

Estado al escapar a otros países, huir a lugares inhóspitos o

morir durante las guerras internas, a manos de los tribunales de

reconquista o durante las batallas finales de liberación. Con lo

cual, una de las primeras tareas que debían afrontar los oficiales

del ejército libertador a los que se les delegó tareas político-

administrativas fue reestablecer el cuerpo burocrático para

establecer el Estado dispuesto, así como buscar alternativas

educativas a corto plazo para contar con una generación de

ciudadanos letrados que fuesen aptos para elegir al sufragar, así

como para gobernar al ser elegidos por los sufragantes.

Mientras el General en Jefe del Ejército y Presidente del Estado

-Simón Bolívar- aseguraba la soberanía de la Nación

colombiana con la derrota y expulsión de los realistas españoles

y americanos asegurando las fronteras de la República en

Venezuela, Ecuador (desde el 11 de junio de 1824), Perú y el

Alto Perú (Bolivia), el Estado quedó bajo el mando del General

de División, Vice-Presidente interino de la República,

Intendente departamental8 y Gobernador provincial -Francisco

8 Los artículos cuarto y quinto de la “Ley sobre la organización y régimen

político de los departamentos, provincias y cantones en que se divide la

República” (8 de octubre de 1821) definieron a los intendentes como un

magistrado, “sujeto al presidente de la República, de quien será el agente

Page 28: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

27

de Paula Santander-, quien debía garantizar y administrar los

recursos y rentas para el ejército libertador en el frente de batalla

como para el establecimiento de las instituciones dispuestas por

la constitución de 1821, lo cual le tomó el mismo tiempo que a

Bolívar en asegurar la victoria bélica y la reorganización del

Alto Perú como “Bolivia”.

Sólo hasta que culminó la campaña de liberación nacional,

licenciado el ejército nacional al retornar victorioso del Perú,

asegurada la seguridad nacional por medio de milicias de

ciudadanos, contratadas misiones internacionales de pedagogos

y científicos que estableciesen instituciones y establecimientos

educativos y culturales para el mejoramiento industrial y

económico, que según Jaramillo (1996, p. 20) “iniciaron la

enseñanza de la medicina, las matemáticas y las ciencias

naturales”, aunado al incremento en los ingresos nacionales

fruto de la reactivación de las exportaciones y la importación de

recursos por medio de préstamos externos, entre otras

condiciones, presidente y vicepresidente pudieron centrar su

atención en el establecimiento de un sistema educativo que

contribuyese a la adopción y defensa del régimen republicano

por las nuevas generaciones de republicanos caracterizado por

escuelas de instrucción en primeras letras acordes con los

métodos de enseñanza más útiles y novedosos de las naciones

más prósperas, el restablecimiento de colegios y universidades

para garantizar la continuidad de los estudiantes promovidos en

natural e inmediato”, siendo apoyado por un “teniente letrado” en los casos

que fuese un militar o funcionario sin instrucción o experiencia en asuntos

administrativos. Y por tener la calidad “de jefe del departamento tendrá en

todo él las mismas facultades que se declaran a los intendentes de Méjico en

las cuatro causas de justicia, policía, hacienda y económica de guerra, por la

ordenanza e instrucción dada en Madrid a 4 de diciembre de 1786; la cual se

observará por todos los magistrados y súbditos de la República”.

Page 29: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

28

la escuela, así como el otorgamiento de títulos y grados para

garantizar la renovación profesional y burocrática del Estado –

Nación”.

Con el retorno del ejército libertador a las provincias de dónde

se habían reclutado sus batallones los generales – presidentes se

concentraron en concluir las tareas pendientes para la

consolidación de la constitución de 1821 desde sus perspectivas

políticas e ideológicas contrapuestas, y consigo, se marcó el

punto de resquebrajamiento y disolución de la República al

enfrentarse la visión centralista y neomonarquista del presidente

– libertador contra la experiencia federalista y utilitarista del

vicepresidente – administrador, acrecentada por los abusos de

autoridad y el desacato a las disposiciones centrales por parte de

los gobernantes de los departamentos de Venezuela (General

José Antonio Páez) y Ecuador (General Juan José Flórez)

quienes aprovecharon el enfrentamiento entre Bolívar y

Santander para desconocer la autoridad del Vicepresidente,

quien a su vez actuaba como Intendente (Gobernador de

gobernadores) de Cundinamarca (Nueva Granada).

La crisis secesionista fue afrontada por Bolívar al convocar en

abril de 1827 una infructuosa convención de los bandos

enfrentados a modo de Asamblea Constituyente en la ciudad

fronteriza de Ocaña, cercana a la ciudad de Rosario donde se

había proclamado la constitución colombiana, cuya

consecuencia fue la proclamación del Presidente como Dictador

(agosto de 1828) mientras que el Vicepresidente lideró una

conspiración militar que tenía como fin derrocar al dictador por

medio de un tiranicidio y reimponer la institucionalidad

constitucional (septiembre de 1828).

Page 30: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

29

Esa lucha de personalidades y visiones políticas contrapuestas

es resumida por Jaramillo (1996, p. 21 – 22) al describir los

cambios hechos por el Dictador a la administración de

Santander como fueron: “eliminó el cargo de vicepresidente,

desempeñado por Santander, dictó decretos económicos de

emergencia reconstituyendo impuestos abolidos y modificando

la tarifa aduanera en un sentido proteccionista, eliminó de la

educación la enseñanza de Bentham y disolvió las

organizaciones masónicas con el ánimo de apaciguar la

beligerante oposición de los medios católicos”.

Mientras Santander permanecía exiliado en la Gran Bretaña

como conspirador reafirmando del sistema educativo que había

concebido para los colombianos, Bolívar no pudo impedir que

venezolanos y ecuatorianos continuaran y consolidaran al

interior de sus departamentos la realización de Asambleas

Constituyentes que formalizaron su separación de Colombia

para constituirse en Repúblicas soberanas apelando a la

institucionalidad y el territorio interprovincial que habían tenido

durante el régimen virreinal al ser reconocidas como Capitanía o

Audiencia. Bolívar renunció a su condición de presidente y

dictador de los neogranadinos (1830), los generales Páez y

Flórez fueron elegidos presidentes de los nuevos Estados-

Nación que concibieron y lideraron (1831), así como los

Departamentos de Magdalena, Cundinamarca y Cauca

anexados al del Istmo (de Panamá) se constituyó en la

República de la Nueva Granada (1831 - 1832) siendo elegido el

general Santander como su primer Presidente (1832).

A su regreso al país, el General – Presidente centró su tarea

administrativa en reestablecer las instituciones prohibidas o

reformadas por el Dictador – Libertador, especialmente los

planes de estudios de los colegios y universidades orientados

Page 31: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

30

por el utilitarismo industrial británico, así como las escuelas de

primeras letras regidas por el método británico de enseñanza

mutua que buscaba la masificación de la instrucción para los

ciudadanos.

Considerando ese panorama de reconstrucción material,

reconstitución institucional y reconformación de las repúblicas

postcoloniales, se pretende “Identificar el impacto y continuidad

que tuvieron durante la primera mitad del siglo XIX los

instrumentos tecnológicos asociados con la pedagogía

lancasteriana, específicamente el tablero, la pizarra y los

catecismos políticos del Estado que conlleve a la delimitación

de las causas del cambio liberal - radical a ese modelo”. Para lo

cual, se dará respuestas a preguntas como: ¿cuál fue el papel de

las escuelas públicas de primeras letras denominadas de

“enseñanza mutua” (o lancasterianas) que adoptaron los

gobernantes republicanos para el restablecimiento del sistema

educativo de las provincias colombianas?, y consigo, ¿cómo

contribuyó el modelo educativo lancasteriano en la masificación

de la instrucción pública como estrategia de formación de

ciudadanos aptos para sufragar como para ser funcionarios

públicos de los cantones municipales o de las instituciones

provinciales, departamentales y nacionales en las Repúblicas de

Nueva Granada, Venezuela y Ecuador?

7.1.1 INFRAESTRUCTURA EDUCATIVA. Siendo

considerado a inicios del siglo XIX el lancasterianismo como el

modelo pedagógico con la tecnología educativa más novedosa

importada por las nacientes republicas posthispánicas, su

método de “enseñanza mutua” pasó a ser un siglo después la

educación “tradicional” más cuestionada e indeseada por los

promotores del activismo – postpestalozziano aunque su

resistencia y continuidad sigue vigente a través de programas

Page 32: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

31

nacionales como “Escuela Nueva” en los países andinos (o

bolivarianos) al caracterizarse sus gobiernos escolares

estudiantiles por la delegación de responsabilidades y el

reconocimiento de funciones académicas y disciplinares a

monitores y ayudantes de aula por parte de los maestros.

De allí que sea un programa basado en un modelo pedagógico

híbrido que integra la escuela unitaria (el maestro atiende todos

los grados y cursos de una escuela) con la escuela mutua (el

maestro se apoya en monitores, ayudantes o estudiantes

destacados para replicar conocimientos) y la escuela activa (el

maestro orienta los procesos de aprendizaje conceptual,

vivencial y colaborativo de los estudiantes al constituirse en el

centro de la enseñanza) para incrementar las cifras de cobertura

y calidad que los Estado-Nación presentan al mundo para

demostrar sus avances en la lucha contra el analfabetismo, y

consigo contra la pobreza material y la improductiva socio-

económica.

El éxito del lancasterianismo y la enseñanza mutua en los reinos

y colonias británicas a inicios del siglo XIX fue asumido por los

congresistas que configuraron el orden constitucional, legal y

jurídico de la República de Colombia, denominados así mismos

en el Cuerpo de Leyes de la República (1822, p. 2, 7) como “los

hombres de talentos superiores y de un ilustrado patriotismo”,

fue concebido el medio más expedito e inmediato para

garantizar que la Nación colombiana podía ser “para siempre e

irrevocablemente libre e independiente de la monarquía

española, y de cualquiera otra potencia o dominación

extranjera”.

De allí que fuera delegada a los militares – gobernantes la tarea

de asegurar esa condición de independencia y soberanía para

Page 33: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

32

afianzar “los bienes de su libertad, seguridad, propiedad e

igualdad” reconociendo y adaptando a la situación colombiana

los modelos políticos, económicos, jurídicos, financieros,

industriales, y especialmente educativos, de los Estados –

Nación más prósperos y poderosos del hemisferio occidental

que contribuyesen a superar el modelo cultural y productivo

hispánico heredado.

En contraprestación a los servicios de los ciudadanos en la

defensa de la patria, sacrificando incluso sus bienes y vidas, el

nuevo Estado debía asegurar a la nueva Nación de ciudadanos

los principios de libertad, seguridad, propiedad e igualdad

acordados por medio de “leyes sabias y equitativas” promovidas

y aprobadas por el Congreso Nacional (o poder legislativo) al

delegársele en el artículo 55 de la Constitución de 1821,

compilada en el Cuerpo de Leyes de la República (1822, t.1, p.

18), la atribución especial de “19. Promover las leyes de

educación pública y el progreso de las ciencias, artes y

establecimientos útiles; y conceder por tiempo limitado

derechos exclusivos para su estímulo y fomento”.

Los presidentes y ministros (secretarios de estado) como

ejecutores de esas leyes tenían la tarea de reestablecer y mejorar

el sistema educativo, promover las ciencias y las artes

descuidadas o menospreciadas durante el régimen colonial, y

especialmente, conceder licencias a los maestros, inventores,

científicos, etc. interesados en mejorar la educación como los

campos de conocimiento que tenían aplicaciones prácticas. De

allí que la Constitución de la República (1822, t.1, p. 40, 41),

insista en su articulado que “178. Ningún género de trabajo de

cultura, de industria, o de comercio será prohibido a los

colombianos; excepto aquellos que ahora son necesarios para la

subsistencia de la República, que se libertarán por el Congreso

Page 34: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

33

cuando lo juzgue oportuno y conveniente”, y consigo, para

prevenir la continuidad de las prácticas excluyentes en los

oficios, ciencias y artes se dispuso que: “181. Quedan

extinguidos todos los títulos de honor concedidos por el

gobierno español, y el Congreso no podrá conceder otro alguno

de nobleza, honores ó distinciones hereditarias”.

Para cumplir con todas esas obligaciones, el presidente S.

Bolívar y en su ausencia el vicepresidente F. Santander apelaron

a las funciones, deberes y prerrogativas conferidas por la

Constitución, al:

1. Adecuar la infraestructura necesaria para reestablecer

los centros de instrucción elemental como los de

formación secundaria y universitaria;

2. Mejorar las condiciones formativas y profesionales del

recurso humano contratado para educar que contribuyese

a transformar la estructura educativa heredada. Para lo

cual, la Constitución de la República (1822, t.1, p. 30),

autorizaba al poder ejecutivo para que: “120. Celebra

los tratados de paz, alianza, amistad, treguas, comercio,

neutralidad y cualesquiera otros, con los príncipes,

naciones ó pueblos extranjeros; pero sin el

consentimiento y aprobación del congrego, no presta ni

deniega su ratificación a los que estén ya constituidos

por los plenipotenciarios”, con lo cual, a la par de los

créditos financieros para el pago de la burocracia y la

compra de armamento, también se dio importancia a los

acuerdos y contratos con gobiernos, entidades y personas

extranjeras sobre educación, ciencias, artes y tecnología;

3. Adquirir y reproducir la tecnología educativa

necesaria para desarrollar los procesos subestructurales

Page 35: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

34

de instrucción, educación y formación profesional acorde

con el modelo pedagógico e ideológico adoptado por el

Estado, y consigo;

4. Justificar a la Nación el tipo de educación que se

buscaba impartir, aunado al tipo de ciudadano que se

buscaba instruir, educar y profesionalizar, acorde con la

infraestructura escolar, el modelo pedagógico y la

tecnología educativa reguladas y financiadas por el

Estado.

Respecto al acondicionamiento de la infraestructura educativa

necesaria para reestablecer el sistema educativo colonial

imperante y gradualmente establecer e imponer el sistema

educativo que debía caracterizar la República, una de las

primeras y más importantes gestiones de la “obra educativa” del

Vicepresidente Santander fue promover ante el Congreso de la

República (1822, t.1, p. 68) cuatro leyes consecutivas y

aprobadas el mismo 6 de agosto de 1821 mediante las cuales el

Gobierno se apropiaba de su condición de patrón, director,

gobernante y propietario de todos los colegios existentes en la

Nueva Granada y Venezuela desde el momento en que había

sido derrotado y expulsado el régimen virreinal fernandino.

Al asumir el Gobierno de los presidentes – Generales el

patronato y dirección de la educación civil y literaria de los

jóvenes de la naciente República (1926, t.7, p. 14 -15) a partir

de lo dispuesto en el Decreto del 5 de julio de 1820, los

libertadores asumían las obligaciones borbónicas de cuidado

paternal de la Nación al procurar el adelantamiento y perfección

gradual de los establecimientos y los estudios heredados del

régimen español, al unificar en una sola autoridad los métodos y

régimen de enseñanza que resultaban embarazosos y

Page 36: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

35

perjudiciales, así como garantizaban la continuidad

administrativa y financiera de los colegios – universitarios como

de los colegios – seminarios que habían estado bajo el dominio

de las órdenes religiosas, específicamente los predicadores

dominicos.

De allí que la primera de los cuatro leyes del 6 de agosto de

1821, mediante las cuales se legalizaba y validaba al Gobierno

Supremo como patrono educativo de la Nación, decretó aplicar

para la enseñanza pública los edificios construidos y regentados

como conventos menores (o provinciales) por las ordenes

monásticas residentes en el país.

Para ello se consideró que el régimen español había prohibido la

existencia de conventos con menos de ocho religiosos de misa

para su funcionamiento, y consigo para garantizar la disciplina

regular, la religión y la moral pública que debía caracterizar a

esas órdenes, excepto los hospitalarios, razón por la cual el

Estado republicano ordenaba la extinción de los mismos y

disponía que: “Art. 2º Los edificios de los conventos suprimidos

se destinarán con preferencia por el gobierno para colegios ó

casas de educación, y los restantes para otros objetos de

beneficencia pública. Todos los bienes muebles, raíces, censos,

derechos y acciones, que la piedad de los fieles había dado a los

mencionados conventos, se aplican para la dotación y

subsistencia de los colegios o casas de la educación de las

respectivas provincias a quienes pasarán con todos los

gravámenes impuestos por los fundadores”.

Así, en las capitales provinciales de carácter portuario,

comercial o minero donde se habían establecido esas órdenes y

sus conventos religiosos, el gobierno podía contar con edificios

y rentas específicas para reestablecer el sistema educativo que

Page 37: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

36

había sido gradualmente descuidado por los gobernantes al

centrar toda su atención en el reclutamiento de combatientes y la

financiación de la guerra. Con lo cual, las órdenes religiosas no

solo perdían el dominio de los edificios que habían construido y

administrado pues también el Estado les expropiaba de “todas

las redenciones de censos y enajenaciones de bienes muebles,

raíces, derechos y acciones pertenecientes a los conventos de

regulares”.

La ejecución de esas políticas asociadas con las nuevas fuentes

de infraestructura educativa por el nuevo patronato educativo y

eclesiástico asumido por los gobernantes militares se podía

comprobar con el establecimiento por decreto o ley nacional,

desde 1821 hasta 1826, de colegios provinciales (o casas de

enseñanza) en las principales ciudades y/o puertos marítimos,

fluviales, mineros y terrestres de los departamentos de la

República (1926, t. 7, p. 119 – 121) para lo cual se siguió el

mismo procedimiento: los gobernadores provinciales hacían la

solicitud del colegio al Gobierno nacional, el vicepresidente de

la República por Decreto ordenaba establecer el colegio en la

capital provincial usando como sede para el mismo uno de los

edificios conventuales abandonados o en desuso, y finalmente,

el colegio era reconocido como una casa de segunda enseñanza

dirigida por un rector, un vicerrector y un capellán.

Se ordenó impartir en esas casas cátedras asociadas con las

facultades menores universitarias (gramática, retórica, filosofía,

mineralogía, derecho, etc.), se cumplía el régimen interno y de

disciplina de los colegios de Bogotá (San Bartolomé y el

Rosario), se asignaban rentas específicas para su

funcionamiento, así como se ordenaba el establecimiento y

constitución de una escuela pública anexa al colegio que como

escuela de primeras letras aseguraba el número de estudiantes

Page 38: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

37

necesarios para garantizar la continuidad de la instrucción

primaria a la secundaria aunque sus directores y maestros

estaban condicionadas a sólo emplear como método de

enseñanza el denominado “lancasteriano” al ser considerado por

el Gobierno como el más moderno y útil para la necesidades de

la educación colombiana.

Si bien el Estado condicionaba la existencia y continuidad de las

comunidades religiosas hispánicas que habían cumplido tareas

de evangelización, inquisición, moralización y represión

ideológica al uso y aprovechamiento de los recursos comunales

con los que contaban, de igual modo, se reconocía la necesidad

de establecer y garantizar la financiación de “Colegios de

Ordenandos” de carácter diocesano o eclesiástico para

garantizar la formación de ministros católicos y la continuidad

de los servicios religiosos prestados en las capillas, iglesias y

catedrales atendiendo “el influjo que tienen los sacerdotes en la

dirección de las almas”.

Dicho colegio debía ser establecido en la capital de la República

(1824, p. 14 – 15) aprovechando para ello: “el edificio que

ocupaban los padres capuchinos, sus alhajas y parámetros, y los

libros de su biblioteca que juzgare útiles el poder ejecutivo, oído

el informe del discreto provisor, agregándose los restantes a la

biblioteca nacional”, aunado a los “huertos y solares del

convento referido” y “los réditos de algunas capellanías

eclesiásticas de jure devoluto, fincadas en esta provincia de

Bogotá, y el uno por ciento de las cofradías de esta diócesis”.

La regulación del Estado a las órdenes religiosas hispánicas que

habían sido fieles y leales al realismo como a la regencia desde

sus establecimientos neogranadinos, venezolanos y

ecuatorianos, se hizo manifiesta al decretarse que ningún

Page 39: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

38

colombiano, de ningún género, podía ser admitido o coaptado

como “novicio, donado o devoto” en monasterio de varones o

convento de mujeres antes de cumplir veinticinco años al ser

imprescindible para las autoridades de la República (1924, t.2,

p. 201) “conservar en su vigor la disciplina monástica de los

conventos y monasterios, y para que el establecimiento de unos

y otros no sea perjudicial a la República”.

La estrategia de secularización de la educación como del uso

colectivo de los bienes de las órdenes religiosas adoptada por el

Estado para beneficio de la instrucción de las nuevas

generaciones de colombianos debía ser tan obligante y

sistemática que sin importar la existencia de escuelas públicas o

privadas de primeras en cada parroquia, cantón o provincia, de

igual manera se debía proceder con la expropiación de los

edificios y rentas de los conventos con menos de ocho regulares.

Con lo cual, a la escuela de niños varones preexistente se podía

agregar el establecimiento de una escuela para niñas, o en su

defecto las rentas y bienes debían pasar a la administración de

los colegios provinciales o departamentales que se crearían para

dar continuidad a la educación elemental.

Para tal fin, el artículo 3 de la misma ley establecía que: “en las

provincias en que haya en la actualidad colegios ó casas de

educación dotadas competentemente, podrá fundarse otra en un

lugar proporcionado. De lo contrario, los bienes, casas y rentas

de que habla el artículo anterior se aplicarán a dar la suficiente

dotación a los colegios ya fundados, lo que hará el poder

ejecutivo previos los informes necesarios”.

Si bien a los conventos de monjas no se aplicó esa ley con la

misma regularidad que a los monasterios de varones, a las

religiosas y a sus conventos el congreso y las leyes de la

Page 40: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

39

República (1822, t.1, p. 69-70) las condicionaron a cumplir la

cédula y breve pontificio adoptado como decreto del patronato

real español mediante el cual se ordenaba usar sus edificios y

rentas para establecer al interior de los mismos “escuelas, ó

casas de educación para la niñas, facultando el sumo pontífice a

los muy reverendos arzobispos, reverendos obispos y demás

prelados, para hacer a las religiosas las dispensaciones

necesarias al establecimiento de las mencionadas escuelas y

casas de educación”.

El uso, secuestro y explotación de los bienes y recursos que

poseían las órdenes religiosas y las autoridades eclesiásticas

españolas había sido una práctica sistemática durante el período

de reclutamiento y financiación de los ejércitos populares

americanos. De allí que además de apropiarse de los edificios y

rentas de los conventos religiosos para establecer y financiar

escuelas de primeras letras, el Gobierno central también fue

autorizado por el Congreso General de la República (1822, t. 1,

p. 72) para apropiarse de otras rentas de la Iglesia con el fin de

financiar los colegios provinciales y sus escuelas anexas,

agregándose a ello los sobrantes de las rentas municipales de

propios o de los bienes incautados para las escuelas. Para ello se

decretó específicamente:

Art. 4. Los fondos para la dotación de los colegios ó casas de

educación de las provincias se compondrán:

1. De todas las capellanías fundadas en cada una de las provincias

para determinadas familias y en que se ignore quienes son los

llamados a su goce. Hecha la completa averiguación, requerirá el

gobierno de la provincia a la autoridad eclesiástica, cuando las

capellanías fueren colativas, a fin de que haga la aplicación, y la

verificará la potestad civil en las capellanías que fueren de legos;

pero los colegios y casas de educación cumplirán con todas las

cargas ó pensiones impuestas por los fundadores.

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40

2. De los sobrantes de los propios de los cabildos, después de

satisfechas las dotaciones de escuelas y demás gastos precisos

ordinarios o extraordinarios.

3. De las donaciones ó suscripciones voluntarias de los vecinos

pudientes e interesados en la educación de sus hijos, las que

promoverán los gobernadores y municipalidades.

4. De todos los demás fondos que con los conocimientos locales

escogiten los gobernadores y cabildos, cuyos proyectos dirigirán al

supremo gobierno de la República para su aprobación por la

autoridad competente.

Art. 5. Se autoriza al poder ejecutivo para que en las provincias

donde no resultaren rentas bastantes para el establecimiento de las

cátedras de que habla el artículo 2 [gramática, filosofía y

matemáticas], pueda asignar su dotación de los fondos públicos,

cuando lo permitan las necesidades preferentes de la guerra y el

crédito nacional, dando cuenta al congreso para su aprobación.

A los cabildos y alcaldes (ordinarios y pedáneos) de las

jurisdicciones municipales (pueblos) integradas en un cantón

bajo la autoridad de un jefe político se les delegó a su vez la

responsabilidad de mantener y garantizar la continuidad

funcional de la infraestructura que fuese destinada por los

gobernadores, intendentes o presidentes para garantizar la

prestación de la instrucción pública en sus localidades. Para ello,

la “Ley sobre la organización y régimen político de los

departamentos, provincias y cantones en que se divide la

República” (1822, t.1, p. 170), en el artículo 47 designó como

una función político-administrativa específica de los regidores

locales “4. Cuidar de todas las escuelas de primeras letras, y de

los demás establecimientos de educación que se paguen de los

fondos del común”.

La designación de responsabilidades directas y permanentes a

los representantes inmediatos a los vecinos y ciudadanos de

Page 42: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

41

cada localidad que legitimaba y reafirmaba la soberanía de la

nación demostraba a su vez que la educación para que fuese

realmente pública, para que beneficiara a todas las gentes del

público, requería la participación económica de todos los

componentes del pueblo como eran las familias pudientes a

través de sus miembros vivos (padres de familia con hijos

escolares) como muertos (capellanías de almas), los gobernantes

a través de las rentas públicas aportadas por la gente del común

al pagar tributos e impuestos para el funcionamiento local o

provincial, e incluso, las instituciones religiosas al ser colectoras

de rentas, donaciones y contribuciones de las gentes del pueblo

que al no ser empleadas para sus fines primigenios debían

retornar para su uso y beneficio a los contribuyentes.

La necesidad de una educación pública, para el público y

financiada por todos los actores de lo público acorde con las

propuestas de generales – presidentes y las decisiones de los

congresistas se hizo explicita y manifiesta por medio de la ley

que decretaba el “establecimiento de escuelas de primeras letras

para los niños de ambos sexos” (6 de agosto de 1821) al

condicionarse a los habitantes de las poblaciones de toda la

República (1822, t.1, p. 74) con más de cien vecinos, fuese

pueblo (aldea, caserío o viceparroquia), parroquia, villa o

ciudad, a establecer y financiar “por lo menos una escuela de

primeras letras” acorde con el método pedagógico unificado

para toda la Nación que fuese elegido y regulado por el

Gobierno central.

Para garantizar la contribución del pueblo al financiamiento de

esos establecimientos de interés y beneficio para todos los

habitantes de la República (1822, t.1, p. 74 - 76), se dispuso

concretamente una contribución forzosa regulada por las

autoridades judiciales cuando las rentas públicas fuesen

Page 43: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

42

insuficientes para pagar los gastos por arrendamientos, sueldos

de maestros, útiles escolares, etc. Explícitamente se estableció

en cuanto a rentas para las escuelas parroquiales o cantonales:

Art. 2. Para dotar en todo ó en parte las escuelas de primeras letras

se aplicarán con preferencia todas aquellas fundaciones ó rentas

especialmente destinadas en algunos lugares para tan importante

objeto, las que con mayor cuidado se fomentarán y asegurarán por

las autoridades y personas a quienes corresponda.

Art. 3. Las ciudades y villas que tuvieren asignados algunos propios,

sean cuales fueren, dotarán la escuela de los sobrantes de aquel

ramo, satisfechos que sean los gastos comunes.

Art. 4. En todas las ciudades y villas en que no alcanzaren los

propios, y en las parroquias en donde no haya alguna fundación

especial para la dotación de la escuela de primeras letras, la pagarán

los vecinos. Con este fin los reunirá el primer juez del lugar y

manifestándoles la importancia de aquel establecimiento, hará que

cada uno se comprometa a dar mensualmente cierta suma

proporcionada a sus facultades, consignándose tales ofrecimientos

en una lista legalmente autorizada.

Art. 5. Si de este modo no se complementare la cantidad necesaria

para la escuela, el cabildo en las ciudades y villas cabeceras de

cantón, y en las demás parroquias el primer juez del lugar, asociado

del cura y de tres vecinos que nombrarán, procederán a hacer un

repartimiento justo y moderado entre todos los vecinos que no

dependan de otro, aun cuando sean solteros, a proporción de las

facultades de cada uno, así como también se tendrá en consideración

para numerar la cuota del repartimiento, el número de hijos para

educar, que tengan los casados o viudos. Se exceptúan los pobres,

cuyos hijos se enseñarán gratuitamente. No se cobrará el

repartimiento sin la aprobación del gobernador de la provincia, el

que podrá reformar las injusticias y desigualdades que se cometan.

Art. 6. Será de cargo del primer juez de la ciudad, villa, parroquia o

pueblo, el exigir por sí, o por comisionados de su satisfacción, la

contribución para la escuela de primeras letras y satisfacer

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43

mensualmente al maestro la cantidad que le corresponda, sin que

este deba entenderse con ningún otro.

Art. 7. En los pueblos de indígenas, llamados antes de indios, las

escuelas se dotarán de lo que produzcan los arrendamientos del

sobrante de los resguardos, los que se verificarán según las reglas

existentes, o que en adelante se prescriban; pero si en el pueblo

residieren otros vecinos que no sean indígenas, ellos contribuirán

también para la escuela, del modo que se expresa en los artículos

anteriores.

Las rentas empleadas para la instrucción pública eran el

resultado de la suma de los fondos municipales, las donaciones

voluntarias y las contribuciones forzosas. Siendo involucrado el

público en los asuntos públicos al aportar y fiscalizar el uso de

las fundaciones, arriendos o tributos locales para la instrucción,

que de no ser suficiente se requería el aporte voluntario de los

vecinos que deseasen hacer donaciones mensuales concretas

acorde con un registro público llevado para tal fin. Y de ser

necesario, ante la imposibilidad de cubrir los gastos y sueldos

con lo obtenido en las instancias previas, haciendo un

repartimiento de la deuda pública entre todos los varones de la

localidad, acorde a sus ingresos y rentas económicas.

La condición de gentes libres e iguales otorgada por la

Constitución política a los indígenas les condicionó a también

asumir las responsabilidades necesarias para dar solución a sus

necesidades sin ser tratados como gentes inferiores con

territorios y privilegios especiales como sucedía durante el

régimen colonial. Fue por ello que la “Ley sobre extinción de

los tributos de los indígenas, distribución de sus resguardos, y

exenciones que se les conceden” (11 de octubre de 1821)

reafirmó la obligación de los indígenas en establecer y financiar

de sus propias rentas las escuelas de instrucción pública

dispuestas por el gobierno central al decretar el Congreso de la

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44

República (1822, t.1, p. 185) que “los resguardos continuarán

poseyéndose por los naturales, bajo las mismas reglas que se

han observado hasta ahora. Más en donde haya terreno sobrante,

ó que [no] sea necesario para el cultivo de las familias, deberá

arrendarse para satisfacer la dotación de la escuela de primeras

letras y estipendio de los curas, conforme a lo prescrito, o que

en adelante se prescriba”.

Otro sector al que el Estado prestó atención fueron las gentes

pobres quienes, al no contar con tierras comunes ni rentas

particulares, debían ser beneficiadas de la instrucción pública

más no coartadas a contribuir para su financiación, con lo cual

se reconocía la necesidad de reconocerlos como gentes

subsidiadas por la beneficencia y la solidaridad mutua de los

demás vecinos, preservando así las tradiciones hispánicas sobre

“pobres de solemnidad” y “caridad pública”.

A la protección y exención tributaria que el Estado republicano

promovió en favor de las gentes pobres, tanto blancos como

indios o mestizos (libres), se sumó la custodia y salvaguardia

que legalmente se dispuso para con los huérfanos hijos de los

soldados y oficiales venezolanos, neogranadinos y ecuatorianos

muertos en el campo de combate o en los patíbulos. Acorde con

el “Decreto sobre memoria de los muertos por la patria, y

consideración y recompensa a que son acreedores sus viudas,

huérfanos y padres” (13 de octubre de 1821), el Congreso

General además de reconocer el pago del “montepío militar o

ministerial, en conformidad de las leyes de España que se

conserva con vigor en Colombia” como pensión heredada de los

defensores de la independencia de la patria por parte de sus

deudos, estableció puntualmente para todos los habitantes de las

provincias de la República (1822, t.1, p. 218) que: “6. Entretanto

y siempre, el gobierno cuidará de que los huérfanos sean

Page 46: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

45

convenientemente educados gratuitamente en las escuelas y

colegios mandados establecer”.

Los huérfanos colombianos que obtenían los mayores méritos

académicos eran premiados al ser contratados como empleados

públicos siempre y cuando demostrarán haber heredado “las

virtudes de sus padres en los destinos para que tengan aptitud”,

así como los huérfanos de los combatientes extranjeros menores

de veintiún años obtenían por los servicios de sus padres la carta

de naturaleza como ciudadanos de la República (1824, p. 302)

acorde con el Decreto del 3 de agosto de 1824.

7.1.2 ESTRUCTURA DEL SISTEMA EDUCATIVO. La

tercera ley de la República (1822, t.1, p. 69-70) sobre educación

pública del 6 de agosto de 1821 sentó las bases del sistema

educativo que los generales – presidentes concibieron necesario

adoptar para la Nación durante la primera mitad del siglo XIX

apelando a las prácticas y tradiciones coloniales como a las

innovaciones pedagógicas de las naciones anglosajonas.

Para ello se rescató el ideario de los gobernantes y pensadores

ilustrados por contar en cada parroquia con al menos una

escuela de primeras letras y en cada provincia con “un colegio o

casa de educación” que tuviese anexa una escuela de primera

letras en la ciudad o villa donde fuesen establecidos, siempre y

cuando ese sitio se considerase conveniente “por su posición

central, salubridad de su clima, bondad de su temperatura,

existencia de edificios u otros motivos suficientes”.

Los colegios provinciales debían garantizar la continuidad de

los estudios básicos primarios a los secundarios a través de

cátedras en gramática (española, latina y principios de retórica)

y filosofía, aunado a los ramos de las matemáticas (aritmética,

geometría, cálculo, física, etc.) que fuesen más importantes o

Page 47: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

46

necesarios para las actividades productivas (comerciantes,

constructores, agricultores, mineros, etc.) de cada una de esas

provincias.

Los colegiales que aprobaban sus estudios secundarios en esas

cátedras podían cursar otras cátedras en facultades superiores o

mayores del conocimiento que les permitiese ingresar a las

universidades capitalinas previo examen de conocimientos.

Entre las cátedras que podían crear, verificar y financiar los

colegios podían estar: “una cátedra de derecho civil patrio, del

canónico y del natural y de gentes, una teología dogmática, o

cualesquiera otras que establezca la liberalidad de los

respectivos vecindarios con aprobación del supremo gobierno.

Tales estudios servirán para obtener grados en las respectivas

universidades, bajos las reglas que se prescribirán”.

Si bien las escuelas contaban con temas de instrucción

elementales que eran continuados y ampliados durante la

enseñanza secundaria de los colegios por medio de cátedras

específicas, la tarea educativa que debía promover en todo el

país el gobierno central debía centrarse en formar una nueva

generación de ciudadanos dedicados al “estudio de la

agricultura, del comercio, de la minería y de las ciencias

militares para la defensa de la República”, sin impedimentos

sociales de ninguna clase, especialmente los de ilegitimidad para

obtener los grados universitarios (Ley del 18 de abril de 1825).

La formación en cátedras útiles a las necesidades nacionales se

reafirmaba a su vez en la formación de las diferentes ramas o

armas de las fuerzas militares a cargo de la defensa, la custodia

o el transporte de los bienes de exportación a través de las costas

y mares de la República (1924, t.1, p. 176 - 177),

particularmente entre la marina, al promoverse el

Page 48: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

47

establecimiento de una Escuela de Nautica en la plaza de

Cartagena (Decreto del 28 de junio de 1822) para jóvenes

mayores de doce años financiados por el Estado al ser

provenientes de cada uno de los departamentos del país en

representación de los venezolanos (Orinoco, Venezuela, Zulia) y

neogranadinos (Boyacá, Cundinamarca, Cauca y Magdalena),

así como para aquellos que a su propia costa deseasen realizar

esos estudios.

La formación de los marineros colombianos se centraba en

“lecciones de aritmética y álgebra, de artillería, de geometría

especulativa y práctica, de geografía, de trigonometría rectilínea

y esférica, de cosmografía, de navegación, de dibujo, de idiomas

francés e inglés, y de las maniobras y faenas”. El modelo de esa

escuela de navegación fue ampliado al resto de puertos de la

República al ordenarse por el Decreto del 7 de mayo de 1825 el

establecimiento de escuelas de navegación para la formación

exclusiva de pilotos militares y comerciales aptos para la

conducción de los buques de la República.

Para formar las “mujercitas” se adoptó como Ley de la

República (1822, t.1, p. 69-70), el mismo día que la ley sobre

conventos de regulares, la legislación española promovida por el

decreto del 8 de julio de 1816 del Patronato Real, mediante la

cual se adoptaba la cédula y breve pontificio que prevenía y

ordenaba que “en todos los conventos de religiosas en que se

juzgara conveniente se abrieran escuelas, ó casas de educación

para la niñas, facultando el sumo pontífice a los muy reverendos

arzobispos, reverendos obispos y demás prelados, para hacer a

las religiosas las dispensaciones necesarias al establecimiento de

las mencionadas escuelas y casas de educación”. Así, al actuar

las religiosas como formadoras del género femenino se

aseguraba que las siguientes generaciones de colombianas

Page 49: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

48

respetaran y contribuyeran a la continuidad de “la moral pública

y la religión” al ser modelo de virtudes de cada hogar y familia

en los cuales se inspiraban los niños y niñas al actuar como

madres, tías, abuelas, madrinas, etc.

Si bien el Estado colombiano autorizaba a los prelados para que

en cumplimiento de las disposiciones del Pontífice romano

hiciesen entender y ordenaran a las religiosas “el importante

servicio que van a hacer a Dios y a la Patria, dedicándose con

gusto y con la actividad que es de esperarse de su amor a la

virtud y al bien público, a dar una completa educación a las

niñas y a las jóvenes”, el Congreso confirió al Gobierno

nacional las prerrogativas necesarias para unificar el sistema

educativo que debía regir la enseñanza de niños y niñas, fuese

impartida por religiosos ó laicos, para lo cual se debía formar

“los reglamentos para el gobierno económico de las escuelas y

casas de educación ya establecidas, o que se establecieren en los

conventos de religiosas, procediendo de acuerdo con los

ordinarios eclesiásticos en todo aquello en que estos deban

intervenir”.

7.1.3. SUPERESTRUCTURAS IDEOLÓGICAS. Al decretar

el Congreso General de la República de Colombia (1822, t.1, p.

67 - 78) el mismo 6 de agosto de 1821 las primeras cuatro

decisiones legislativas acerca de la educación pública de los

ciudadanos colombianos fue considerado importante expresar

que las decisiones asociadas con ese ramo demostraban el

interés de los nuevos legisladores y gobernadores por

“promover la instrucción pública como uno de los medios más

poderosos y seguros para consolidar la libertad e

independencia” al ser considerada la educación pública de los

niños como de la niñas de la Nación “la base y fundamento del

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49

gobierno representativo y una de las primeras ventajas que los

pueblos deben conseguir de su independencia y libertad”.

Formar a los colombianos para la defensa, goce y preservación

de su independencia requería a su vez no olvidar a los

venezolanos, neogranadinos y ecuatorianos que habían “muerto

por la patria” en nombre de los ideales aprendidos dentro y fuera

de las aulas. La “independencia” debía constituirse en un

discurso nacional aceptado sin cuestionamiento y asumido

dogmáticamente como una verdad incuestionable para quien se

dignase ser colombiano. De allí que a través del “Decreto sobre

memoria de los muertos por la patria, y consideración y

recompensa a que son acreedores sus viudas, huérfanos y

padres” (13 de octubre de 1821), el Congreso General de la

República reafirmarse la visión de Nación que desde los

campos de batalla se había concebido por militares y

legisladores para el naciente orden republicano.

Muertos los patriotas que habían luchado por la independencia

con arrojo y valentía se requería una nueva generación que

estuviese presto a morir por ella con razones y convicciones

suficientes, de allí que fuese importante para los promotores de

la segunda República (1822, t.1, p. 218) promover discursos

ideológicos nacionalistas y proteccionistas basados en la

solidaridad colectiva, la beneficencia mutua y la responsabilidad

social como el siguiente:

El Congreso General de Colombia: Penetrado de justo dolor por

la situación triste y desolada de las viudas, huérfanos y padres

de tantos hijos de Colombia, inmolados a la patria en los

campos del honor y en los patíbulos elevados por la crueldad

para castigar la virtud inminente del patriotismo: y considerando

por una parte no solo la justicia con que estos objetos de la

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50

compasión y gratitud nacional demandan los medios de

subsistir, de que fueron privados por los enemigos, sino las

obligaciones diferentes con que está comprometida hacia ellos

la República; y por otra, que las grandes atenciones del Estado

no dejan un sobrante con que socorrerlos durante la lucha

gloriosa que sostiene para afirmar la independencia, y

asegurarles su existencia y los medios de sostenerla en lo futuro.

Considerando también que la memoria de tantas víctimas no

puede quedar en el olvido a que quiso condenarla la bárbara

crueldad del despotismo, y que sus viudas y herederos tendrán

un consuelo en el recuerdo que de ellos se haga, y en la

esperanza que les ofrezca una resolución de la representación

nacional, ha venido en decretar y decreta lo siguiente:

1. Todos los colombianos muertos en los campos del

honor y de la gloria defendiendo la independencia de su

patria, son beneméritos de ella en grado eminente, y su

memoria debe conservarse fielmente en los anales de la

República.

2. Los que por sus servicios y su opinión perecieron en

los patíbulos, condenados en odio de la virtud con el

designio de afirmar la tiranía que se propusieron destruir,

son mártires de la libertad de la patria, y su memoria

debe transmitirse a la posteridad con la gloria de que es

digna.

3. Los que sirvieron con honor a la República y murieron

naturalmente sirviéndola, son dignos de las

consideraciones que les merecieron sus mismos

servicios, y de un recuerdo grato de sus conciudadanos.

Page 52: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

51

Las instituciones educativas establecidas en cada una de las

provincias de la Nación, fuesen escuelas, colegios o

universidades, debían asumir su condición de aparato ideológico

(y paralelamente represivo) del Estado al fomentar la memoria

científica, productiva y tecnológica con la instrucción de las

nuevas generaciones de ciudadanos en los conocimientos,

oficios y producciones promovidas por las naciones industriales

anglosajonas que servían de modelo a la colombiana, así como

debían promover grabar en la memoria histórica, social y

cultural de esos mismos ciudadanos el recuerdo y culto a los

patriotas beneméritos, mártires y recordados.

La reproducción de la memoria para la redefinición social del

deber ser nacional como para el mejoramiento productivo del

saber ser internacional, acorde con planteamientos como los de

Louis Althusser (2008), hacía de la instrucción y de las

instituciones de instrucción genuinos aparatos ideológicos del

Estado porque se promovía la reproducción de las relaciones de

producción acorde con el aparato y la ideología política

dominante, sometiéndose el vencido (las antiguas clases

dominantes) a la visión cultural, económica y educativa

impuesta por la clase vencedora (las elites militares, sus aliados

y patrocinadores) al promoverse la transición del vasallaje

hispanocatólico a la ciudadanía democrática basada en el

heroísmo patriótico y la prosperidad productiva, primando:

…la ideología que conviene al rol que debe cumplir en la sociedad

de clases: rol de explotado (con "conciencia profesional", "moral",

"cívica", "nacional" y apolítica altamente "desarrollada"); rol de

agente de la explotación (saber mandar y hablar a los obreros: las

"relaciones humanas"); de agentes de la represión (saber mandar y

hacerse obedecer "sin discutir" o saber manejar la demagogia de la

retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de la

ideología que saben tratar a las conciencias con el respeto, es decir

el desprecio, el chantaje, la demagogia convenientes adaptados a los

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52

acentos de la Moral, la Virtud, la "Trascendencia", la Nación, el rol

de Francia en el Mundo, etcétera.

Las instituciones educativas se constituían en las instituciones

de subyugación y represión ideológica de las familias

republicanas que gradualmente debían sustituir el influjo y

dominio moral de las instituciones religiosas de las familias

realistas. No obstante, esos cambios ideológicos debían ser

graduales y moderados para evitar la impopularidad de los

electores y la contrarrevolución de los ministros de la iglesia

católica. De allí que a pesar de ser contrarios al espíritu crítico,

individualista y utilitarista promovido por los altos funcionarios

militares y civiles del nuevo gobierno estatal, los generales

aprobaron, aceptaron y promovieron la existencia de los

denominados “Catecismos políticos”.

Cuestionarios memorísticos e incuestionables usados durante la

colonia para promover la ilustración, y las ciencias liberales,

para la defensa de la fe y el estado hispanocatólico por la iglesia

como por las instituciones monárquicas, así como para reafirmar

el dominio cesaropapista de los reyes borbones sobre sus

vasallos, súbditos y representantes en la metrópoli como en los

reinos de ultramar (catecismos regios). Durante la

Emancipación e Independencia compuestos para reafirmar la

razón de ser de nuevas instituciones socioculturales como eran

la ciudadanía representativa, los diputados provinciales, el

tripartismo estatal y el modelo revolucionario de república

democrática liberal.

Uno de los primeros y más divulgados catecismos

neogranadinos del período de la Independencia fue el

“Catecismo o Instrucción popular” publicado en 1814 por el

presbítero Juan Fernández de Sotomayor en la ciudad

independizada de Cartagena de Indias en 1814, razón por la

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53

cual, sus premisas se centran en el rechazo al dominio colonial

militar de los españoles peninsulares, y consigo, el

desconocimiento a todo título de dominio o heredad de la

corona española sobre los americanos.

Organizado didácticamente por medio del sistema de

“lecciones” que fue empleado y permaneció vigente hasta

mediados del siglo XX en los manuales escolares oficiales, la

primera lección de Fernández se centraba en el desconocimiento

de todo dominio del Rey y el Dios de los españoles europeos al

instruir y exigir a los adoctrinados en los dogmas de la

República al responder de memoria a cuestiones propias de la fe

en la soberanía republicana como: “Pregunta: ¿De quién

dependía la América antes de la revolución de España?

Respuesta: De sus reyes. Pregunta: Esta sumisión o

dependencia, ¿tenía algún fundamento en la justicia? Respuesta:

Ninguno tuvo en su principio. Pregunta: ¿Qué títulos se han

alegado para mantener esta dependencia? Respuesta: Tres, a

saber: la donación del Papa, la conquista y la propagación de la

religión cristiana".

La connotación de los catecismos durante la Liberación y

reconstitución del régimen republicano en cabeza de los

Generales-Presidentes estuvo asociada con la necesidad de

restablecer la instrucción pública y obligatoria de ciudadanos

libres dispuestos s a jurar lealtad y sumisión al nuevo Estado –

Nación impuesto por los vencedores del conflicto bélico –

político entre españoles americanos y europeos, como entre

funcionarios borbónicos y neoborbónicos. Para ello se apeló a la

experiencia didáctica obtenida con el “Catecismo Político” de

José Grau el cual fue empleado en los territorios libres e

independientes del Orinoco donde nació la República de

Colombia en 1819, siendo divulgado al resto del territorio

Page 55: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

54

nacional en 1822 al centrar su propósito en memorizar la

definición, características y estructura de la Constitución de

Colombia de 1821.

Catecismos mejorados en sus propósitos ideológicos como en

sus alcances didácticos, acorde con Javier Ocampo (1997), por

el “Manual del Colombiano” de Tomás Lander (1825) centrado

en los principio y garantías liberales defendidos por los

revolucionarios republicanos y estatuidos como dogmas

nacionales a través de las disposiciones constitucionales, “El

catecismo de moral” de Joaquín Lorenzo de Villanueva (1827),

las “Máximas republicanas, noticias sobre la geografía de

Colombia” que a semejanza de las máximas de Holbach fueron

publicadas en la cosmopolita y republicana New York en 1827,

hasta llegar a proyectos netamente neogranadinos como el

“Catecismo Republicano” de Cerbeleón Pinzón (1864), todos

los cuales reafirmaron la condición liberal y patriótica del

ciudadano colombiano como un “hombre” republicano,

virtuoso, honesto, sencillo, laborioso, decisivo, colaborador,

amante de la unión y comprometido con el progreso colectivo

desde su esfuerzo individual.

Siendo sustituidos gradualmente durante los regímenes liberales

europerizantes por los catecismos cívicos, urbanidad y buenas

costumbres, cuya obra más representativa fue el “Manual de

urbanidad y buenas maneras, para uso de la juventud de ambos

sexos, en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad

y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones

sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes

morales del hombre” del músico, pedagogo y diplomático

venezolano Manuel Antonio Carreño (Nueva York: Appleton &

Co., 1854) sugerido y suministrado como texto básico para las

clases de cívica en cada Estado por las autoridades radicales,

Page 56: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

55

dejando así en el desuso los manuales de urbanidad compuestos

por intelectuales conservadores como Rufino José Cuervo y Pio

del Castillo.

Si bien el Estado asumía como necesaria la tarea doctrinaria de

los catecismos compuestos y promovidos especialmente por los

curas párrocos y los presbíteros afectos al nuevo régimen

republicano, los gobernantes republicanos tomaron decisiones

que afectaban esa relación de codependencia con el clero

neogranadino como fue la absoluta prohibición y extinción del

Tribunal de la Inquisición (o del Santo Oficio) que había

censurado las ideas, obras y movimientos que cuestionaban los

dogmas de fe promovidos por el santo pontífice romano como la

divina autoridad soberana del monarca español. Con lo cual,

para la República de Colombia desde 1821 la prohibición y

censura de los libros y papeles impresos, como de sus autores,

dejaba de ser una responsabilidad de las órdenes religiosas

inquisitoriales para pasar a ser parte de las “prerrogativas de la

potestad civil” delegada en los poderes ejecutivo y judicial.

Argumentando en el cuerpo de leyes de la República (1822, t.1,

p. 79) las razones para prohibir la continuidad de esa institución

de represión ideológica y opresión judicial al apelar a la tortura,

así como la expropiación de sus bienes al pasar a ser parte de los

“fondos públicos”, los primeros legisladores asumieron que el

nuevo Estado debía reestablecer y controlar la relación patronal

con la iglesia católica al: “ser uno de sus primeros deberes el

conservar en toda su pureza la religión católica, apostólica,

romana, como uno de los sagrados derechos que corresponden

a los ciudadanos, y que influye poderosamente en el

sostenimiento del orden, de la moral y tranquilidad

pública”. Con lo cual, la moral religiosa de la Nación debía ser

Page 57: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

56

adaptada y articulada al ordenamiento civil decretado por el

naciente Estado.

Eexpectativas revolucionarias fundadas en los principios de

libertad, igualdad, fraternidad y seguridad, el Estado también

debía hacerse cargo del devenir de los sobrevivientes de la

guerra, especialmente los huérfanos. Es por ello que educar en

escuelas y colegios a las futuras generaciones de ciudadanos

colombianos, letrados y productivos era considerado por la

legislación de la naciente República (1822, t. 1, p. 74) una

necesidad filosófica al difundirse “la fuente y origen de todos

los demás conocimientos humanos”, y consigo, una obligación

de la gramática y el derecho (civil, patrio, canónigo y de gentes)

porque “…sin saber leer y escribir los ciudadanos, no pueden

conocer fundamentalmente las sagradas obligaciones que les

imponen la religión y la moral cristiana, como tampoco los

derechos y deberes del hombre en sociedad para ejercer

dignamente los primeros, y cumplir los últimos con exactitud”.

Todo ello bajo el precepto estatal, según el cual, el fin y

propósito de toda forma de educación pública en Colombia

debía ser la formación y el “estudio de la agricultura, del

comercio, de la minería y de las ciencias militares para la

defensa de la República”, siendo delegada a las autoridades

eclesiásticas que reconocían la relación patronal (o

concordataria) con el Estado la tarea de garantizar la formación

pública en religión y moral cristiana a través de sermones,

catequesis, visitas, confesiones, etc., a las nuevas generaciones

de colombianos católicos. Para tal fin, se dispuso, estableció y

fomentó la existencia de un colegio nacional de ordenandos en

la capitalina Bogotá, que sumados a los colegios – seminarios

existentes desde el período virreinal en las provincias de Santa

Marta y Cauca, debían ser acordes con las perspectivas

Page 58: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

57

ideológicas concebidas para la República (1824, p. 14) al

disponerse:

1. Que es un deber de toda República bien ordenada, proporcionar

los medios más eficaces para que los ministros de la religión tengan

las virtudes e instrucción que pide su sagrado ministerio, pues que

son los inspectores e institutores morales que deben combatir los

vicios, origen funesto de los crímenes;

2. Que desgraciadamente el gobierno español había descuidado esta

parte de sus obligaciones, y por lo mismo el clero nunca pudo

substraerse del ominoso influjo de las instituciones opresivas de la

corte de Madrid;

3. Que en fuerza de estas razones y por el influjo que tienen los

sacerdotes en la dirección de las almas, Colombia se halla en la

imperiosa necesidad de promover la ilustración y la regularidad de

costumbres de los que aspiren al ministerio del altar.

Esa división de las funciones institucionales y las tareas

moralizadoras del patronato eclesiástico: el Gobierno

moralizando los cuerpos útiles para hacerlos más aptos y

productivos mientras que la Iglesia moralizaba las almas para

corregir y disciplinar los vicios de los cuerpos, fue formalizada

al expedirse el 28 de julio de 1824 la Ley que “declara que toca

a la República el ejercicio del derecho de Patronato, tal como lo

ejercieron los reyes de España”.

Ley que reconocía la continuidad de la confesión católica,

apostólica y romana como la religión oficial de la República

(1824, p. 211 – 212), se garantizaba la continuidad del derecho

de patronato, tuición y protección del Estado colombiano sobre

la Iglesia americana en esa nueva Nación, así como se

formalizaba la celebración de un nuevo concordato a modo de

tratado internacional con la Santa Sede “que asegure para

siempre e irrevocablemente esta prerrogativa de la República, y

Page 59: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

58

evite en adelante quejas y reclamaciones”. Especialmente, al

intervenir y regular el Estado todos los temas y asuntos,

administrativos como judiciales, asociados con los

arzobispados, obispados, parroquias y monasterios de la Iglesia

Romana en Colombia a través del Congreso con sus cámaras y

el Gobierno con sus secretarías.

Siendo justificada esa inherencia del Estado en los asuntos de fe

de los ciudadanos, así como la protección y divulgación de una

solo una religión como la confesión de toda una Nación

considerando que “el gobierno de Colombia no solo debe

sostener los derechos que tiene como protector de la Iglesia,

sino también los que le competen en la provisión de beneficios

en razón de la disciplina, bajo la cual se establecieron la iglesias

de este territorio que hasta ahora no sufrido alteración”.

Las consecuencias inmediatas de esa relación concordataria

fueron la reafirmación financiación oficial de colegios religiosos

para formar nuevas generaciones de sacerdotes colombianos y la

instrucción en temas como la religión y la moralidad cívica

como parte de las cátedras de escuelas y colegios públicos a

cambio de la continuidad del manejo eclesiástico de las

instituciones religiosas del país, así como la pacificación,

evangelización y culturización de las tribus indígenas existentes

aún en las provincias más apartadas del país por medio de

misioneros dispuestos a motivarlos a abandonar su vida errante,

bárbara y nómada para constituirse en ciudadanos sedentarios,

productivos y tributantes de la Nación.

El Congreso y el Gobierno de la República (1824, p. 300 – 301)

dispusieron a través de la Ley del 3 de agosto y el Decreto del

18 de septiembre de 1824 que los indígenas que fuesen

civilizados y evangelizados obtendrían a cambio fanegadas

Page 60: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

59

proporcionadas de tierras baldías para cada tribu gentil siempre

y cuando permanecieran en las parroquias regidas y gobernadas

por el Estado colombiano, reafirmándose así la extinción de la

condición de “indios” tributantes, la prohibición de los

resguardos territoriales y los pueblos de doctrina para la

exclusión racial, siendo su reducción a la vida parroquial

financiada del tesoro público y no por coacción judicial o militar

como se acostumbró.

Para la evangelización de esas tribus los primeros misioneros y

sacerdotes en ser considerados fueron los “indios puros” quienes

acorde con lo dispuesto en el Decreto del 11 de marzo de 1822

debían ser admitidos en los colegios – seminarios de las

primeras y principales capitales político-administrativas del país

como eran Bogotá, Caracas y Quito, siempre y cuando fuesen

capaces de “leer y escribir correctamente” y demostraran ser

“los más aprovechados y de mejores disposiciones en las

escuelas de las parroquias” (de indios) ante los rectores. Esos

seminaristas debían ser becados por los colegios como por el

Gobierno acorde con su miseria y consideración sociocultural

porque para la República (1926, t. p. 76) era “muy importante el

sacar a los indígenas de Colombia del estado de abatimiento e

ignorancia en que se hallan, originado del sistema de legislación

española, y considerando que uno de los medios más poderosos

es el mejorar su educación”.

Con la reducción de los “naturales” a la vida parroquial y

municipal los eclesiásticos y misioneros obtenían el beneficio de

nombrar “párrocos, sean seculares o regulares, tanto a las

nuevas poblaciones como a las antiguas que carezcan de ellos”,

así como para financiar esas misiones parroquiales se les

asignaron “los paramentos y alhajas que no se necesiten en las

iglesias de los conventos suprimidos ó que no se hayan aplicado

Page 61: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

60

a otras iglesias, y en caso de que no haya en los conventos

suprimidos los parámetros necesarios, el poder ejecutivo hará

del tesoro público los gastos indispensables para el servicio del

culto en las misiones”.

El Congreso y el Gobierno o Poder Ejecutivo de la República

(1926, t. p. 76) a su vez ganaba en esa conversión de cristianos

como de ciudadanos al cumplir con sus deberes como cristianos

y republicanos al considerar que:

1. Que es uno de sus primeros deberes proteger la propagación del

cristianismo, y la civilización de las tribus de indígenas gentiles que

viven errantes dentro de los límites de su territorio;

2. Que por consecuencia de la guerra de independencia no ha sido

posible fomentar ampliamente las misiones establecidas a favor de

dichas tribus ni proveer de medios suficientes para establecer otras.

3. En fin: que actualmente hay varias capitanías o tribus que

manifiestas deseo de entrar en sociedad con los pueblos restantes

que se hallan bajo el gobierno de la República.

Moralizar a los varones blancos y libres a través de las aulas

urbanas como desde el púlpito rural a los indígenas y mestizos,

e incluso a las castas resultantes de los negros esclavos, debía

suceder paralelamente a la educación de las niñas y las jóvenes

al ser considerada una obligación prioritaria del Estado atender a

esa “porción considerable” de la población colombiana que

tenía un gran influjo en la sociedad, tanto en la formación de los

ciudadanos al actuar como madres como en la producción de los

bienes y rentas promovidos por el Estado al ayudar en las

labores productivas o domésticas del hogar. Aunado al

aprendizaje de artes y oficios manufactureros enseñados por las

monjas de los conventos como coser, cocinar, pintar, etc., como

parte de la formación elemental que debía recibir toda futura

Page 62: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

61

ama de casa (casada o soltera) a la par de la instrucción

elemental en gramática, derecho (religioso) y matemáticas

necesarias para el manejo de la economía familiar.

De allí que las mujeres en la vida privada (el hogar), a la par de

los varones en la vida pública (la calle), estaban llamadas a

difundir en la República (1822, t. 1, p. 67) toda forma de

ilustración entre todas las clases, a conocer sus deberes, y

consigo, a promover “el sostenimiento de la religión y de la

moral pública y privada”. Una forma usual de demostrar el

cumplimiento de esas responsabilidades tenía que ver con su

participación pública en las fiestas públicas de carácter nacional,

ya fuese como símbolos alegóricos de la Independencia y la

República o como devotas feligreses a cargo de los festejos

parroquiales anuales.

Otras de las consecuencias del restablecimiento del patronato

eclesiástico había sido el reconocimiento oficial de los días

religiosos de guardar (festivos) acorde con el calendario

eclesiástico que sumados a los días de conmemoración de los

hechos patrios más importantes de la independencia se

constituyeron en las fiestas patrias nacionales celebradas

anualmente, las cuales debían ser preparadas, celebradas y

conmemoradas por las autoridades religiosas y políticas de cada

territorio con la debida decencia y respeto. Ejemplo de ello eran

las obligaciones que debían cumplir los cabildos y alcaldes

municipales con las rentas de policía urbana, en cumplimiento

de la Ley de la República (1924, t. 2, p. 75) del 11 de abril de

1825, al deber destinar parte de ellas para el pago del maestro de

escuela de primeras letras como para el “gasto de las fiestas

nacionales, y de las festividades del santísimo Corpus Christi, y

del santo patrono de los pueblos, si se acostumbrare costearlas

de los fondos municipales”.

Page 63: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

62

La regulación estatal de las instituciones religiosas y la defensa

de la libertad de conciencia para los nacionales y extranjeros se

constituyó en un tema de interés central para el Congreso y el

Gobierno al pretender atraer inmigrantes anglosajones, y

especialmente al buscar adaptar a las necesidades colombianas

las innovaciones que en pedagogía y tecnología educativa se

habían adoptado por las naciones británicas y norteamericanas,

específicamente la Enseñanza Mutua. Al suscribirse el “Tratado

de amistad, comercio y navegación” entre el Reino Unido de la

Gran Bretaña e Irlanda y la República de Colombia (1924, t.2, p.

181 – 187) el Gobierno colombiano acordó por medio del

Decreto del 23 de mayo de 1825 que:

Artículo 12. Los ciudadanos de Colombia gozarán, en todos los

dominios de su Majestad Británica, una perfecta e ilimitada libertad

de conciencia, y la de ejercitar su religión pública o privadamente,

dentro de sus casas particulares o en las capillas o lugares del culto,

destinados para aquel objeto, conforme al sistema de tolerancia

establecido en los dominios de su Majestad. Asimismo los súbditos

de su Majestad Británica residentes en los territorios de Colombia

gozarán de la más perfecta y entera seguridad de conciencia, sin

quedar por ello expuestos a ser molestados, inquietados ni

perturbados en razón de su creencia religiosa, ni en los ejercicios

propios de sus religión, con tal que lo hagan en casas privadas y con

el decoro debido al culto divino, respetando las leyes, usos y

costumbres establecidas. También tendrán libertad de enterrar los

súbditos de su Majestad Británica que mueran en los dichos

territorios de Colombia, en lugares convenientes y adecuados que

ellos mismos designen y establezcan, con acuerdo de las autoridades

locales, para aquel objeto, y los funerales o sepulcros de los muertos

no serán trastornados de modo alguno, ni por ningún motivo.

Page 64: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

63

7.1.4 SUBESTRUCTURAS TECNOLÓGICAS. A la

definición de las fuentes de recursos, el sistema de instrucción y

las razones ideológicas por las cuales debían educarse los

colombianos, el Estado finalmente agregó el modelo

tecnológico que debía seguirse para formar a las nuevas

generaciones de ciudadanos tanto en Venezuela como en la

Nueva Granada y Ecuador. Para tal fin, el Supremo Gobierno

apeló a las atribuciones constitucionales otorgadas en cuanto a

la suscripción de tratados con otros Estados, instituciones

internacionales o personas dispuestas a transferir sus modelos

pedagógicos y la tecnología educativa desarrollada en sus países

de origen con el fin de contribuir al mejoramiento ideológico,

moral y productivo de las primeras generaciones de ciudadanos

republicanos capaces de leer, producir, elegir y tributar.

Un primer esfuerzo para atraer al país emigrantes ilustrados,

útiles y productivos que contribuyesen a moralizar e

industrializar el país acorde con los niveles de desarrollo y

civilidad alcanzados por las naciones anglosajonas fue la “Ley

sobre los modos de adquirir naturaleza en Colombia” (17 de

septiembre de 1821), ampliada por la del 4 de julio de 1823,

mediante la cual el Gobierno Supremo y el Congreso General de

la República (1822, t. 1, p. 89-91) dictaron “una regla uniforme

de naturalización para los nacidos fuera de Colombia que

quieran venir a establecer en su territorio, presentándoles las

ventajas que les ofrece un gobierno liberal, y convidándolos a

formar una sola familia con los naturales, privados hasta ahora

de su fraternidad y de la industria, de las artes, de los

conocimientos útiles, y de todas las bendiciones de que ella

los hubiera colmado”.

Para obtener la carta de naturaleza como ciudadano de

Colombia, los extranjeros debían estar dispuestos a renunciar a

Page 65: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

64

sus condiciones sociales o políticas contrarias a las repúblicas

liberales, así como aportar sus conocimientos y capitales para el

progreso del Estado-Nación colombiano. Para ello, debían

manifestar por escrito ante el cabildo de la ciudad de vecindad

su deseo de naturalizarse en el país, adquirir una propiedad raíz

rural mayor a mil pesos y cumplir tiempos de residencia o

casarse con una ciudadana colombiana. A lo cual se sumaba

dirigir al gobernador territorial “ofreciendo pruebas legales de

los motivos en que funda su solicitud, de su buena conducta, del

país de su anterior naturaleza, y de las personas que traiga

consigo”, y especialmente, estar dispuestos a renunciar “para

siempre los vínculos que los ligan a otro gobierno, y cualquier

título hereditario u orden de nobleza que tengan en su país; que

traigan algún género de industria u ocupación útil de poder

subsistir; y que en fin, se comprometan bajo juramento a

sostener, obedecer y observar la constitución y leyes de la

República”.

Para divulgar los progresos e innovaciones fomentados por los

extranjeros, para dar a conocer los alcances de sus gestiones y

decisiones, y especialmente para instruir al público general,

incluidos los estudiantes y maestros asociados con la instrucción

pública, el Estado colombiano reafirmó la necesidad borbónica

de masificar la información a través de la imprenta,

especialmente con la impresión de papeles de acceso público

como los periódicos, proclamas, manifiestos, avisos, etc. No

obstante, la nación colombiana si bien se había librado de la

censura editorial del régimen hispánico a través del Tribunal del

Santo Oficio, para el Estado republicano era necesario prevenir,

regular y castigar los abusos que se pudiesen cometer los

ciudadanos al avocar el derecho constitucional a la expresión

pública de sus ideas consagrado en la Constitución de 1821 de la

siguiente manera: “Art. 156. Todos los colombianos tienen el

Page 66: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

65

derecho de escribir, imprimir y publicar libremente sus

pensamientos y opiniones, sin necesidad de examen, revisión o

censura alguna anterior a la publicación. Pero los que abusen de

esta preciosa facultad sufrirán los castigos a que se hagan

acreedores conforme a las leyes”.

A través de la “Ley sobre la extensión de la libertad de la

imprenta, y sobre la calificación y castigo de sus abusos” (17 de

septiembre de 1821) se reglamentó ese artículo constitucional al

clasificarse los textos impresos por los colombianos en tres

tipos: Libros o impresos personales, Libros o impresos sagrados

(religiosos) y libros o impresos abusivos de carácter o interés

colectivo. Los libros personales no necesitaban censura previa

de no referirse a temas religiosos ni tenían que ser enjuiciados o

castigados sus autores y editores, ni prohibidas sus

publicaciones, de no ser considerados abusivos para la moral y

seguridad públicas. De tal modo, los libros sagrados sólo podían

publicarse de superar la censura y obtener la licencia respectiva

por parte de las autoridades ordinarias eclesiásticas, así como

los impresos sospechosos de abusar de la confianza pública

debían superar la censura y obtener la licencia de las autoridades

ordinarias ejecutivas o judiciales, después de someterse a juicios

públicos.

La tipificación de los textos e impresos abusivos del derecho a

la libertad de imprenta fue establecida por el Congrego de la

República (1822, t.1, p. 96-97) de la siguiente manera:

Art. 4. Se abusa de esta libertad:

1. Cuando se publican escritos contrarios a los dogmas de la religión

católica apostólica romana; los cuales se calificaran con la nota de

subversivos.

Page 67: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

66

2. Publicando escritos dirigidos a excitar la rebelión, o la

perturbación de la tranquilidad pública; los cuales se calificarán con

la nota de sediciosos.

3. Publicando escritos que ofendan la moral y decencia pública; los

cuales se calificarán con la nota de obscenos, o contrarios a las

buenas costumbres.

4. En fin, publicando escritos que vulneren la reputación o el honor

de alguna persona, tachando su conducta privada; los cuales se

calificarán con la nota de libelos inflamatorios.

Art. 8. No se calificará de libelo inflamatorio al escrito en que se

tachen los defectos de los empleados, con respecto a su aptitud o

falta de actividad y acierto en el desempeño de sus funciones. Pero

si en el impreso se imputaren delitos que comprometan el honor y la

probidad de alguna corporación, o empleado, con inculpaciones de

hechos que estén sujetos a positivo castigo, el autor o editor quedará

obligado a la prueba de sus imputaciones para salvar el escrito (si

fuere acusado) de la calificación de libelo inflamatorio.

Cada nota de calificación se dividía a su vez en tres grados

(primero, segundo o tercero), según la mayor o menor gravedad,

a partir de las cuales se sentenciaban a los autores y editores a

penas y multas que iban desde seis meses de prisión y 300

pesos de multa para los impresos que atentarán contra la religión

oficial, nacional y protegida (subversivos) o contra las

instituciones y poderes del Estado (sediciosos) de ser de primer

grado, 300 pesos de multa como fianza de 18 meses de cárcel

para los obscenos de primer grado, así como los libelos

inflamatorios de primer grado eran multados con 200 pesos y

tres meses de prisión. Siendo duplicadas las penas de cárcel para

quienes no pudieran pagar las multas.

De igual modo se ordenó que los textos o libros impresos que

fuesen distribuidos o comercializados entre el público debían ser

recogidos de ser censurados abusivos, siendo indemnizados con

Page 68: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

67

el retorno del precio pagado por parte de quienes devolvieran

esas publicaciones, así como aquellos a los que sólo se hiciese

censura a unas páginas o parte de los mismos debían expurgar y

editar las palabras, expresiones o abusos argumentales acorde

con el dictamen del juez respectivo.

Los libros obscenos e impúdicos eran señalados y prohibidos

por el Gobierno como contrarios a la autoridad del Estado al ser

el Patrono eclesiástico y educativo de la Nación, y consigo

defensor de la “profesión de la religión católica, apostólica,

romana”, por ser textos opuestos a los dogmas y moral de la

juventud, subversivos y obscenos, contrarios a la conservación

de la pureza de la religión y al “sostenimiento del orden y la

tranquilidad pública”, y consigo a la “tranquilidad interior”, así

como agentes desestabilizadores de la sociedad y las

instituciones al ser cuestionada y turbada la magnificencia de la

iglesia católica como ya sucedía en la España europea. De allí

que por medio del Decreto vicepresidencial del 31 de octubre de

1823 explícitamente se prohibió la circulación e introducción en

la República (1926, t.7, p. 174 – 175) de textos europeos como

la “Filosofía de Venus, la Teología portátil, el sistema de la

naturaleza, el origen de los cultos, el cristianismo descubierto y

la historia critica de Jesucristo”, ampliándose de tal manera la

lista de obras prohibidas desde 1822.

Si bien esos libros, sumados a los de utilitaristas como Bentham,

habían sido las piezas fundamentales de la insurrección

ideológica y confesional que experimentaban los españoles

europeos desde 1820 al emanciparse del yugo moral y cognitivo

centrado en los dogmas católicos, el Gobierno colombiano

representado por el vicepresidente y la facción liberal de

neogranadinos civilistas no consideraron entre los libros

prohibidos por el Estado colombiano las obras de Bentham al

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68

ser un autor citado desde la insurrección de 1810 y la redacción

de la constitución de 1821.

Por el contrario, se aprobó y decretó su consulta y estudio entre

los universitarios colombianos de derecho público por medio del

Decreto vicepresidencial del 8 de noviembre de 1825, mediante

el cual se autorizaba la enseñanza de los “Principios de

Legislación” de Bentham, e implícitamente sus demás obras

morales sobre la individualidad y la felicidad a través de la suma

e placeres cuestionando así la primacía y moralidad de la Iglesia

Romana basada en la vida de congregación y la noción del dolor

y el pecado constrictor.

Contrarios a esas decisiones, las facciones católicas seguidoras

de Bolívar amparadas en el artículo 299 del Plan de Estudios de

1826, mediante el cual los rectores, maestros y estudiantes

podían vetar y desusar parte o la totalidad de las obras liberales

que se consideraban subversivas o sediciosas al contrariar la

moral religiosa o civil de los colombianos, promovieron ante el

presidente y libertador el librar a la Iglesia y sus creyentes de

ese ataque por parte del mismo Estado, lo cual se concretó al

adjudicarse y ser reconocido Bolívar bajo la condición de

Dictador. Con lo cual, gran parte del fracaso o el rechazo a las

innovadoras políticas educativas de Santander tuvieron que ver

con la resistencia del vicepresidente y sus seguidores a eliminar

del Plan de Estudios a Bentham, reafirmándose esa condición

conflictiva al retornar Santander a la Nueva Granada como

Presidente en 1832, y consigo reestablecerse el estudio del

utilitarismo.

La necesidad de preservar el orden, la moral y la tranquilidad

pública de toda la República (1926, t.7, p. 450) a través de los

libros de enseñanza usados en cada aula, y por ende entre cada

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69

colegio y familia colombiana, se había delimitado en dicho plan

de la siguiente manera:

Artículo 229. Los autores designados en este decreto para la

enseñanza pública no se deben adoptar ciegamente por los

profesores en todas sus partes. Si alguno o algunos tuvieren

doctrinas contrarias a la religión, a la moral y a la tranquilidad

pública, o erróneas por algún otro motivo, los catedráticos deben

omitir la enseñanza de tales doctrinas, suprimiendo los capítulos que

las contengan y manifestando a sus alum-nos los errores del autor y

autores en aquellos puntos, para que se precavan de ellos, y de

ningún modo perjudiquen a los sanos principios en que los jóvenes

deben ser imbuidos.

Para reafirmar el papel e importancia de la imprenta y los

recursos impresos para la consolidación de las comunicaciones

del Estado como para el fomento de las publicaciones públicas

del Estado, específicamente los periódicos y libros de uso oficial

que posteriormente se constituirían en medios de instrucción

popular para las gentes comunes como de instrucción pública

para los colegiales y universitarios, el Congreso General

autorizó al Gobierno Supremo de la República (1822, t.1, p. 108

– 109) emplear 12000 pesos de los fondos públicos, incluidos

los bienes expropiados a la extinta inquisición, “para la compra

de una buena imprenta que sirva al gobierno supremo de la

Nación, y para la de los libros más necesarios al congreso sobre

legislación, derecho público, economía política y demás ramos

de la ciencia del gobierno, a fin de que sirvan al cuerpo

legislativo en su próxima reunión”.

El primer texto oficial que fue autorizado y dispuesto por el

Congreso y el Gobierno de la República para su publicación fue

la Constitución de la Nación, para lo cual se prohibió su

impresión por particulares al ser privilegio y responsabilidad del

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70

poder ejecutivo la divulgación y juramentación de la misma. Al

respecto se decretó (25 de septiembre de 1821) que:

Ningún impresor ni particular podrá imprimir o reimprimir la

Constitución de la República. Todas las ediciones que de ella se

hagan serán por orden y cuenta del gobierno supremo de la Nación.

Cualquiera que contravenga a esta ley, perderá todos los ejemplares

impresos y el duplo de su valor, que se aplica para los gastos de la

imprenta del gobierno. En la misma pena incurrirán los que

introdujeren ejemplares impresos en países extranjeros.

Al contar el Estado con su propia imprenta y publicaciones, se

generó una nueva clasificación a los tipos de impresos al

diferenciarse las impresiones particulares o editoriales de las

públicas u oficiales, entre las cuales se incluían las religiosas o

eclesiásticas al ser salvaguardas y protegidas por el patronato

eclesiástico asumido por el Gobierno colombiano en sustitución

del régimen vicepatronal virreinal. De allí que al ser

reestructurado y unificado el sistema tributario y aduanero de la

Nación, específicamente, los derechos coloniales de importación

en todos los puertos de la República al ser reducidos a un único

“derecho de importación” (28 de septiembre de 1821), se ordenó

pagar a partir de 1822 un 15% del costo total sobre el papel de

todas las calidades que era empleado para las impresiones

particulares, e incluso para abastecer a las autoridades

gubernamentales cuando escaseaba el oficial.

El papel era un insumo necesario no solo para los autores e

impresores pues era el medio e instrumento a través del cual se

formalizaban y protocolizaban los actos públicos y privados que

daban legitimidad y legalidad al Estado ante la Nación, siendo

tal su importancia que los falsificadores de papel oficial debían

ser juzgados al igual que los falsificadores de moneda. De allí

que Congreso y Gobierno de la República (1822, t.1, p. 189 -

190) preservaran el monopolio estatal sobre el papel sellado

Page 72: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

71

como fuente directa de ingresos y requisito indispensable para la

autentificación de los actos públicos y privados de los

ciudadanos.

Especialmente, ante los juzgados y tribunales civiles acorde con

los sellos primero (documentos judiciales y notariales mayores a

cuatro mil pesos, títulos de abogados, escribanos y empleados),

segundo (documentos judiciales y notariales menores a cuatro

mil pesos), tercero (documentos judiciales y notariales mayores

a dos mil pesos) y cuarto (documentos judiciales y notariales

menores a dos mil pesos, papel usado en libros de comercio y en

libros municipales de Cabildo y corporaciones), así como las

calidades de los mismos (clase o valor 1 a 4). Siendo excluidos

los cabildos de los pagos asociados con cada sello y clase papel

los “asuntos de los pobres de solemnidad probada y negocios de

oficio, que se escribirán en papel común”.

Sin embargo, para ser coherentes con las políticas de fomento de

la “instrucción pública y la agricultura e industria nacional” bajo

la responsabilidad de la Secretaría (ministerial) del Estado del

despacho del Interior, el Congreso y el Gobierno de la

República por medio de la “Ley sobre exención de derechos de

importación a varios artículos” decretó que, exceptuando las

impresiones censuradas o no autorizadas por el Gobierno

nacional:

Art. 1. Están exentos de pagar el derecho de introducción por los

puertos de Colombia:

1. Todos los libros impresos en cual idioma, mapas, cartas

geográficas, instrumentos y aparatos filosóficos, grabados, pinturas,

estatuas, colecciones de antigüedades, bustos y medallas.

Page 73: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

72

2. Las herramientas de agricultura, las plantas y semillas con las

máquinas y utensilios que conduzcan a mejorar el cultivo de

nuestras tierras, y a preparar y elaborar sus frutos.

3. Las máquinas y utensilios que de cualquier manera contribuyan a

facilitar la extracción y elaboración del oro, plata, platina, azogue,

cobre, hierro, acero y de todos los demás metales, semimetales, y

minerales.

4. Todas las máquinas y utensilios que puedan conducir a mejorar la

navegación de nuestros lagos y ríos, como también las conducentes

al fomento de nuestras manufacturas domésticas de lana y algodón.

5. Los instrumentos, utensilios y laboratorios correspondientes a

los ciudadanos o extranjeros profesores de cualquier arte liberal

o mecánica, que lleguen a los puertos de la República a establecerse

en su territorio y a ejecutar su profesión.

6. Las máquinas y aparatos de imprenta, tipos y tinta de

imprimir.

7. El oro, plata y otros metales preciosos amonedados o en pasta.

A la importación de bienes y materias primas se sumó la de

extranjeros, preferiblemente europeos y norteamericanos, que

enseñaran a los colombianos a emplear todos esos recursos para

el progreso industrial interno y la exportación de manufacturas a

los mercados internacionales aprovechando las materias primas

existentes, el potencial artesanal de los nacionales, y

especialmente, las habilidades mercantiles y los capitales

financieros de los inmigrantes.

A cambio de las exenciones tributarias, las cartas de

naturalización y las fanegadas de tierras de baldíos que el

Estado podía repartir entre esas poblaciones al ser esperados

especialmente “labradores y artesanos”, se esperaba obtener en

compensación un rápido proceso de civilización e

Page 74: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

73

industrialización de la República (1824, p. 6 - 7) al ser

justificada esa política inmigratoria en el Decreto del 11 de

junio de 1823 de la siguiente manera:

1. Que una población numerosa y proporcionada al territorio de un

estado, es el fundamento de su prosperidad y de su verdadera

grandeza;

2. Que la población de la República de Colombia, a más de nunca

haber correspondido a la vasta extensión de su territorio, en

consecuencia del bárbaro sistema que había adoptado el gobierno

opresor, primero exterminando la raza de los indígenas, y después

impidiendo la entrada a todas las naciones del mundo, ha sido por

último destruida en gran parte por la guerra a muerte y desolación

que ha sufrido por trece años;

3. Que la fertilidad del suelo, la salubridad del clima, las dilatadas

tierras baldías, y las instituciones liberales de la República permiten

y exigen una numerosa inmigración de extranjeros útiles y

laboriosos, que haciendo su propia fortuna aumenten la de esta

nación.

Entre esas oleadas de inmigrantes se esperaba la llegada de

maestros de escuelas, colegios y universidades como los

“profesores de cualquier arte liberal o mecánica” que eran

considerados primordiales para reorientar los procesos de

educación, civilización y productividad exportadora de la

Nación. Sin embargo, eran mayores los incentivos productivos

para los labradores y comercializadores, nacionales y

extranjeros, de materias primas de exportación como se puede

evidenciar en la Ley del 19 de mayo de 1824 mediante la cual se

declaraba “libres del pago de diezmos eclesiástico a todas las

nuevas plantaciones de cacao, café y añil, en los períodos de 10

años las primeras, 7 las segundas y 4 las terceras” al ser

consideradas esas plantaciones agrícolas “fuentes de la riqueza y

prosperidad de las naciones”. Aunado a la reducción en los

Page 75: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

74

impuestos de exportación a una única contribución inferior al

5% de su monto total (Ley del 20 de julio de 1824), siendo

ampliadas esas preferencias en años como en porcentajes

durante los siguientes lustros como estrategia agrícola para

sustituir la dependencia del tabaco.

Aseguradas las condiciones de infraestructura, estructura y

superestructura que eran necesarias para reestablecer la

instrucción pública y reformar el sistema o plan de estudios que

la caracterizaba acorde con el pensamiento liberal y el

ordenamiento democrático adoptado en la Constitución de 1821,

a los gobernantes militares neoborbónicos les resultaba

necesario definir y legislar sobre el método a través del cual

articularían los edificios incautados, las ciencias fomentadas, los

recursos instruccionales y las razones políticas e ideológicas que

justificaban la necesidad de formar ciudadanos letrados,

ilustrados y capaces de producir sus propias fuentes de renta. Al

ser inaceptable dar continuidad al plan de estudios borbónico

como a sus estrategias pedagógicas de origen medieval, la única

alternativa aceptable era adoptar y adaptar a la realidad

colombiana el sistema educativo británico, el cual era a su vez

empleado por los Estados Unidos de Norteamérica.

Las escuelas, colegios y universidades de carácter público,

financiadas y reguladas por las instituciones públicas del nuevo

Estado, se constituyeron en una tarea que los autodenominados

colombianos asumieron ante el fracaso de las políticas

virreinales para el establecimiento de ese sistema educativo

mientras fueron “españoles americanos”. Sin embargo, la escasa

población de hombres y mujeres letrados y licenciados para ser

maestros ante la purificación inquisitiva y el exterminio

reconquistador que caracterizó el restablecimiento del régimen

virreinal neogranadino entre 1816 y 1819 condicionó a los

Page 76: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

75

gobernantes a adoptar un método educativo que sirviendo para

masificar la instrucción en pocos años, -con lo cual se cumpliría

la meta constitucional de contar con ciudadanos letrados para

1840-, diese continuidad a la disciplina y responsabilidad

impuesta por el régimen castrense que caracterizaba al ejército

nacional de liberación, así como contribuyese a modernizar las

prácticas pedagógicas interprovinciales al emplear las

estrategias y recursos cuyo éxito había sido comprobado

internacionalmente por las naciones hemisféricas más prósperas

y poderosas.

La decisión a tomar debía considerar, en primer lugar, que el

nuevo Estado era resultado del triunfo liberador de las armas, y

siendo los hombres de armas quienes “renovaron y extendieron

el principio vital de la República” (Ley del 29 de septiembre de

1821), las decisiones, compensaciones y deseos de los jefes de

los ejércitos en su condición de gobernantes supremos o

territoriales debían prevalecer sobre la de los empleados y las

demás gentes civiles en asuntos como la educación.

En segundo lugar, era incuestionable desde la perspectiva de los

militares en el poder que a la formación del ciudadano letrado,

productivo, poliglota y patriota, fuese mujer u hombre, debía

sumarse la de soldados dispuestos a morir por la patria”, al

actuar como combatientes dispuestos a seguir las ordenes de un

superior inmediato en quien recaía la autoridad de adiestrarlo,

disciplinarlo, instruirlo y dirigirlo tanto en el campo de guerra

como cumpliendo funciones de policía a fin de garantizar la

salvaguarda de la soberanía del territorio nacional. Con lo cual,

el método a adoptar debía masificar y unificar a la población en

la disciplina y obediencia a la autoridad estatal tripartita

emulando así el régimen militar de estados mayores en el cual

habían sido adiestrados e instruidos los provincianos que

Page 77: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

76

conformaban el exitoso e invencible ejército libertador en plena

expansión sobre el Perú y el Alto Perú.

Una de las primeras decisiones que pretendían delimitar el

proceso de civilización, instrucción y disciplina de la población

colombiana con apoyo de inmigrantes expertos en ciencias y

artes liberales fueron los decretos del Congreso y el Gobierno de

la República (1824, p. 68 – 69) que aprobaron y reglamentaron

los contratos que había firmado el Ministro Francisco Antonio

Zea con los profesores Rivero, Boussingault, Roullin, Bourdon

y Goudet en París, en mayo de 1822, con el propósito de

establecer en Bogotá, como capital de la Nación, un Museo de

Historia Natural y una Escuela de Minería.

La adecuación de esos dos establecimientos de instrucción y

culturización del público requería a su vez procesos de

formación e instrucción pública de las nuevas generaciones de

ciudadanos, para lo cual, el museo y sus responsables debían

impartir cátedras asociadas con facultades mayores

universitarias en: Mineralogía y geología, química general y

aplicada a las artes, anatomía comparada, zoología,

antomología, conchología, botánica, agricultura, dibujo,

matemáticas, física y astronomía. La Escuela de Minería debía

impartir por su parte cátedras en: matemáticas simples y

aplicadas a las máquinas, física, mineralogía y geología,

explotación, química analítica y metalúrgica, geometría

descriptiva y dibujo.

Los estudiantes que fuesen elegidos, examinados y formados

gratuitamente por el Estado en esas ciencias durante tres o

cuatro años, en representación de los departamentos de la

República, obtendrían el título de “oficiales de minas” y

podrían ser contratados como empleados con sueldo de las casas

Page 78: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

77

de moneda, las minas explotadas por el Gobierno, los arsenales

y fuertes con la condición de “ingenieros de minas” o en las

explotaciones mineras de particulares, así como su formación y

accionar debían corroborar los esfuerzos y proyecciones del

Estado al reorientar la formación de los futuros ciudadanos de la

República (1824, p. 68-70) hacia los conocimientos útiles

demandados por los desarrollos industriales internacionales, que

acorde con el Decreto del 23 de julio de 1823 debían contribuir

específicamente a:

1. Que al paso que han sido ignoradas en estas regiones opulentas

las ciencias naturales, por una consecuencia precisa de la pésima

administración de su anterior gobierno, son absolutamente

necesarias para el adelantamiento de su agricultura, artes y

comercio, que son las fuentes productoras de la felicidad de los

pueblos;

2. Que ha venido ya la feliz oportunidad de que la República pueda

promover y difundir las referidas ciencias naturales, y por este

medio se logrará la ventaja de que no continúen ocultos en el mismo

lugar que los ha producido la naturaleza, los ricos metales, y otros

muchos objetos del reino mineral que abrigan en su seno nuestros

valles y montañas.

A esa contratación de extranjeros expertos en ciencias, técnicas

y tecnologías industriales demandadas por la República de

Colombia (1824, p. 90) se aunó el contrato suscrito entre

Francisco Antonio Zea y Carlos Cazar de Molina para que

estableciera y dirigiera, a partir de la imprenta nacional

adquirida e importada por el Estado, un establecimiento

litográfico donde “se copien las órdenes, planos, circulares, etc.”

requeridos con facilidad y prontitud por el Gobierno nacional.

Una segunda acción encaminada a fomentar la adopción de las

innovaciones pedagógicas y tecnológicas por parte de

inmigrantes fue el establecimiento del “Sistema de educación

Page 79: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

78

pública y enseñanza nacional” para la República de Colombia

(Ley del 18 de marzo de 1826) al distribuirse los niveles de

instrucción general, gratuita, común y uniforme en escuelas de

enseñanza primaria y elemental (parroquias y cabeceras de

cantón); colegios nacionales de segunda enseñanza elemental o

de las cátedras de las facultades menores (en las capitales

provinciales), universidades departamentales y centrales para la

enseñanza de ciencias generales y especiales asociadas con las

facultades mayores u educación superior (capitales

departamentales y antiguas capitales de los territorios

neogranadinos: Caracas, Bogotá y Quito). Siendo dirigidos esos

niveles y sus respectivos establecimientos por una Dirección

General de Instrucción Pública con sus respectivas

subdirecciones departamentales, así como debían contar con una

Academia Literaria Nacional con sus sociedades

departamentales.

En el caso particular de las escuelas primarias (o de primeras

letras) de las parroquias y cabeceras de cada cantón, para niños

y niñas, la atención del Sistema se centró en la enseñanza de los

fundamentos democráticos, cívicos, religiosos y económicos

que habían sido establecidos por la Constitución Política de

1821 como por la legislación reglamentaria de la misma. Los

componentes mínimos, básicos y primarios de la instrucción

general de los colombianos de la República (1924, t.2, p.230)

debían ser la enseñanza de: 1. Los fundamentos principales de la

religión; 2. Los primeros principios morales y de urbanidad; 3.

Leer y escribir correctamente, 4. Las primeras reglas de

aritmética; 5. Un compendio de la gramática y ortografía del

idioma castellano y; 6. El catecismo político constitucional. Para

alcanzar esas metas se requería contar con maestros licenciados

caracterizados por su probidad, patriotismo y suficiente

instrucción, previo “examen público y una rigurosa censura”, así

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79

como los estudiantes debían presentar “exámenes públicos y

generales a lo menos cada año, en diferentes días y actos”.

Sin embargo, el sistema educativo nacional no precisaba las

estrategias pedagógicas, didácticas y tecnológicas que debían

seguir y cumplir los maestros. De allí que el Congreso le

asignara al Gobierno la tarea de formar un nuevo Plan de

Estudios (18 de marzo de 1826), que descartando el uso del plan

hispanocatólico empleado durante el régimen virreinal ilustrado,

permitiese concluir el proceso de organización y arreglo de la

instrucción pública. Dicho Plan fue expedido el 3 de octubre del

mismo año, y se dispuso específicamente para las escuelas

primarias de las parroquias y cantones de la República (1926, T.

7, p. 401 – 407):

Artículo 4°. Para el día 19 de abril de 1827 se hallarán establecidas

escuelas de enseñanza mutua en todas las parroquias de las

capitales de provincia; para el 20 de julio del mismo año en todas las

de las cabeceras de cantón; para el 25 de diciembre del mismo en

todas las demás parroquias de la República. La elección de maestros

se hará por consiguiente con la debida anticipación; y establecidas

en cada parroquia las escuelas de enseñanza mutua, a ninguno será

permitido tener ninguna abierta donde se enseñe conforme al

antiguo vicioso método.

Artículo 12. Se observará exclusivamente en todas las escuelas, y

conforme se previene en los artículos 3°, 4° y 11º de este decreto el

método combinado de Bell y Lancaster. A este fin se remitirá a

cada intendencia, por sola una vez, el número necesario de

ejemplares de dicho método de la edición que se está haciendo en

esta ciudad, e igualmente se remitirá el número correspondiente de

tablas de lectura, de muestras para escribir y de los libros que hayan

de servir a las clases más aprovechadas. Todas estas tablas y libros

podrán reimprimirse en los departamentos según lo exija la

necesidad.

Page 81: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

80

El Decreto del Gobierno central dejaba explícita la oposición del

nuevo régimen al método escolástico español que había sido

gradualmente modificado por iniciativa de los virreyes

ilustrados neogranadinos, condicionaba a las “Juntas curadoras

de la educación” que se debían conformar en cada ciudad, villa

y parroquia con los padres de los niños y niñas de las escuelas a

exigir el uso del método dispuesto por el Gobierno Central en

las mismas, así como se delimitaba con precisión que el método

de instrucción primaria que debían seguir los maestros de

primeras letras de la República debía ser el mismo que el

adoptado por el sistema educativo británico en Europa como en

sus colonias asiáticas, es decir, el método de las escuelas de

enseñanza mutua concebido por Bell y divulgado de forma

innovadora por Lancaster a la par de las revoluciones políticas

que se llevaban a cabo en América.

Siguiendo las instrucción de los manuales de Lancaster, las

Juntas curadoras debían ser elegidas e instaladas ante los

alcaldes y/o los jefes políticos, siendo su primera tarea el

aseguramiento y continuidad de la infraestructura necesaria para

adecuar las aulas de clase de las escuelas primarias acordes con

los salones de clase lancasterianos existentes en el Reino Unido

y los Estados Unidos. De allí que el Decreto vicepresidencial de

F. Santander, con carácter de Ley de la República (1926, t.7, p.

402), describiera con suma especificidad cuáles debían ser las

dimensiones, características y recursos físicos que debían poseer

las escuelas lancasterianas de Colombia al ordenar a las Juntas

de padres como a las autoridades político-administrativas y

educativas cumplir con normas técnicas muy precisas como

eran:

Artículo 2. Nombrada e instalada la junta en el lugar más a

propósito, procederá a elegir en cada parroquia el lugar que sea más

conveniente para establecer la escuela; y desde luego, y con la

Page 82: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

81

cooperación de todos los vecinos de la parroquia, se procederá a

edificar y amueblar el salón, donde no lo haya aparente. En las

cabeceras de cantón, instalada que sea la junta, dará parte de ello a

la municipalidad, y en unión de ésta y a pluralidad de votos, se

elegirá lugar para el salón o salones de las diferentes escuelas que

haya de haber y se edificará y amueblará.

Artículo 3. La sala principal de cada escuela tendrá por lo menos y

donde sea posible, treinta y seis pies de ancho; habrá de ser

construida y estar de un todo amueblada y provista como para los

salones de enseñanza mutua se previene en el manual o método de

Bell y Lancaster, reimpreso en Bogotá. Contigua o a inmediaciones

de ella habrá otra en todo dispuesta y acomodada para escuela de

niñas, y en cuanto pueda practicarse y fuere necesario se introducirá

agua corriente en una y otra escuela.

El Plan de Estudios colombiano orientado para el caso de las

escuelas primarias (parroquiales como cantorales) por el método

de Lancaster lograba así fomentar procesos internos de

enseñanza mutua al conseguir que los estudiantes más

aventajados y talentosos sirviesen como monitores generales

del maestro al auxiliarlo simultáneamente y sustituirlo

temporalmente en la enseñanza de la lectura y escritura de las

primeras letras y los conocimientos útiles (monitores generales

de lectura, escritura y aritmética) como en la disciplina y la

pulcritud de las mesas, bancos y materiales móviles de escritura

al interior del aula (Monitor general de orden) al hacerse cargo

de pequeños grupos de estudiantes con dificultades o de grados

inferiores, cumpliendo así el rol de un “alumno – maestro”

fomentado por las escuelas normales lancasterianas. Los

monitores generales contaban a su vez con monitores

particulares o instructores de clase que les ayudaban a replicar

las instrucciones disciplinarias y cognitivas que impartía el

maestro a través de los monitores generales.

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82

También se fomentaba la solidaridad y responsabilidad mutua

de forma externa al involucrar a las autoridades

gubernamentales y a los padres o tutores de esos estudiantes en

la financiación, administración, vigilancia y evaluación de las

escuelas, los maestros, los estudiantes y el método

propiciándose así procesos externos de enseñanza mutualista

para con la sociedad civil al integrar a los ciudadanos y las

autoridades como representantes activos de la comunidad

educativa que tradicionalmente solo había podido estar

compuesta por los directivos, maestros, estudiantes y capellanes

eclesiásticos.

El espíritu cívico, la responsabilidad social y la enseñanza

mutua que los adultos debían aprender a fomentar y regular

entre sí como con los estudiantes, maestros y autoridades

educativas al intervenir en el direccionamiento de cada escuela

lancasteriana era evidente al delegar el vicepresidente Santander

funciones adicionales de fiscalización, supervisión y veeduría

ciudadana a las Juntas Curadoras de Educación de cada una

de las parroquias y cantones de la República (1926, t. 7 p. 403 –

404) como eran:

Artículo 7.° Además de las atribuciones que en los anteriores

artículos se dan a las juntas curadoras de la educación, será también

de su deber:

1° Excitar eficazmente a que todo el que no sepa leer, escribir y

contar, lo aprenda en las escuelas; visitar por sí o por medio de

alguno de sus miembros, y al menos dos veces por semana, la

escuela que está a su cuidado; alentar y estimular tanto a los

maestros como a los discípulos; presenciar en cuerpo y en las

cabeceras de cantón, en unión de las municipalidades, los exámenes

públicos de los niños; denunciar a la respectiva municipalidad, y en

los casos graves al público, las faltas que sus buenos consejos no

hayan conseguido corregir, proponer a la municipalidad y en unión

de ella al Gobernador de la provincia la remoción de los maestros

Page 84: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

83

que por cualquier motivo se hayan hecho indignos del inestimable

cargo de educar a la juventud; procurar la debida provisión, así

como autorizar los gastos necesarios, y cuidar de los utensilios de la

escuela o escuelas; administrar sus fondos, cuando esta

administración no pertenezca a otros por ley; comunicar a la

respectiva municipalidad y al Gobernador, y publicar en el periódico

más cercano el estado e inversión de estos mismos fondos; y velar

en la debida observancia del método de enseñanza mutua.

2° Comunicar a la subdirección de instrucción pública de cada

departamento, para que ésta lo haga a la dirección general, noticias

mensuales del estado y progresos de las respectivas escuelas, y las

de las reformas o mejoras que apoyadas en la experiencia se crean

convenientes.

3º Indagar, descubrir y hacer que se apliquen al sostén y fomento de

las escuelas las propiedades o rentas a que la ley o las disposiciones

de particulares hayan dado o dieren este destino, y procurar, en

cuanto está a su alcance, que todos aquellos fondos y rentas

produzcan lo más que sea posible, obrando en cuanto a esto en las

cabeceras de cantón con la respectiva municipalidad; requiriendo a

quien se deba para lo uno u 1o otro, cuando sea necesario, y dando

parte de estos requerimientos al gobernador de la provincia y a la

subdirección del departamento, quienes harán cumplir las leyes.

4° Promover, por cuantos medios estén a su alcance, el aumento de

los fondos y rentas de las escuelas, ya excitando a sus suscriptores

anuales u a otras donaciones, ya haciendo más frecuentes los

exámenes públicos de los niños, al fin de los cuales los que de éstos

se hayan distinguido más, se despedirán de la concurrencia

colocados a los costados de la arquilla o cepo que deberá fijarse a la

entrada de toda escuela primaria, y que tendrá la inscripción de

educación de los pobres.

5º Cuidar con la mayor escrupulosidad de la debida distribución de

premios en la escuela, y de su reducción en libros o utensilios que

exciten directamente al mayor aprovechamiento de los niños.

6º Conceder el título de patronos de la educación a los o a las que

contribuyan para el sostén de la escuela parroquial con diez pesos

Page 85: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

84

anuales; y cuidar de que a la entrada de la escuela se conserve fija

una lista, tanto de estos patronos como de todos los distinguidos

favorecedores de la educación pública.

Artículo 8° Todos los niños de cada escuela que sean hijos de padres

católicos concurrirán en cuerpo en los días de guarda a la misa

parroquial, precedidos por el maestro y uno de los miembros de la

junta curadora, y precedidos de un estandarte, que será su divisa,

que se asemejará a la bandera nacional y que tendrá la inscripción de

educación gratuita en..... (aquí el nombre de la parroquia a que

pertenece la escuela). Será un esclarecido premio el ser elegido para

llevar este estandarte, y se elegirá al efecto de entre los niños de la

misma escuela, aquel que a juicio del maestro, del monitor general

de orden y de los monitores generales de lectura, escritura y

aritmética, se hubiese distinguido y recomendado más en el curso de

los seis días anteriores.

Aunada a la uniformidad nacional en cuanto a la infraestructura,

financiación y supervisión del sistema parroquial o cantonal de

educación, el nuevo Plan de Estudios de 1826 decretó además

cuál debía ser la tecnología educativa que el Gobierno central

estaba dispuesto a financiar y suministrar a las escuelas y

colegios provinciales para la masificación y unificación

estructurada de la instrucción general de los colombianos, tanto

en primaria como secundaria, cumpliendo así la meta

constitucional de contar con ciudadanos letrados y productivos

en oficios o campos específicos de los conocimientos útiles para

1840.

En cuanto a las tablas de lectura (carteles o laminas colgantes)

se dispuso que: “conforme a la colección que se está ahora

imprimiendo en esta ciudad, contendrán, además de los

silabarios, lecciones de moral, religión, constitución del Estado,

urbanidad, principios de gramática y ortografía castellana y de

las cuatro reglas principales de la aritmética, tanto con respecto

Page 86: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

85

a números enteros como a decimales y denominados, y la regla

de tres”.

Para complementar el aprendizaje de la lectura y la escritura con

las tablas impresas, los estudiantes contaban además con

pizarras para escribir de forma rústica y correctiva con lápices

de acero y lápices de cobre entre los estudiantes principiantes,

así como lápices de carbón, plumas, tinteros de plomo, tintas

minerales y papel importado para fomentar la escritura

protocolaria entre los estudiantes avanzados y de mejor

aprovechamiento, en su mayoría monitores de los usuarios de

las pizarras, quienes a su vez tenían el privilegio de tocar la

campanilla metálica para dar inicio a las clases, así como pitos

(silbatos) para ordenar de forma disciplinada el cambio de

actividades siguiendo un régimen castrense interno.

En cuanto a los libros se debían seguir “el catecismo de moral”

por J. L. Villanueva, la “Carta de Jiverates a Demonico”, el

Catecismo de Fleuri, el Político Constitucional de Grau y la

Geografía de Colombia por Acebedo”, a través de los cuales se

garantizaba los temas de enseñanza obligatoria de la instrucción

primaria dispuestos en el sistema educativo. Sin embargo, el

Plan de Estudios de 1826 agregó a esos seis temas

fundamentales (religión, moral y urbanidad, lectura y escritura,

aritmética, gramática y ortografía castellana y, catecismo

político constitucional) de instrucción de los niños y las niñas a

través de las tablas y libros algunos otros temas necesarios para

garantizar la continuidad de los estudiantes al segundo (colegial)

y tercer (universitario) nivel de instrucción general de los

habitantes de la República (1926, T. 7, p. 405 - 406) a través de

las escuelas cantonales (establecidas y reconocidas desde 1821

hasta 1826 como colegios provinciales o casas de enseñanza)

como eran:

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86

Artículo 14. Además de lo que ha de enseñarse en las escuelas

parroquiales, se enseñarán en las que haya en las cabeceras de

cantón, compendios más extensos de gramática y ortografía

castellana y de geografía, los elementos de aritmética integral,

decimal y comercial que acaban de imprimirse en Bogotá, la

cubicación, la agrimensura por medio de triángulos proporcionales;

la geometría práctica por Hijosa; la cartilla de dibujo impresa para

las escuelas de Madrid, el catecismo de industria rural y económica

de Mora; y en las cabeceras de cantón donde se pueda y convengan

los catecismos de agricultura y de historia moderna del mismo Mora

y la de veterinaria.

Artículo 15. Estas mismas materias se enseñarán en las respectivas

escuelas de parroquia y de cantón, destinadas a niñas, a excepción

de la agricultura, agrimensura y veterinaria, y con adición de su

sexo, según está dispuesto en el artículo 25 de la citada ley [18 de

marzo de 1826], y conforme al método de enseñanza mutua para

niñas, que también se está imprimiendo en esta ciudad, y del cual se

distribuirá el número necesario.

La administración y suministro de los materiales didácticos

como de los recursos humanos necesarios para el uso y puesta

en funcionamiento en cada escuela parroquial o cantonal del

método lancasteriano recaía en la Dirección General de la

Instrucción pública a través de sus subdirecciones y

dependencias departamentales y provinciales. Siendo delegadas

a esa Dirección tareas precisas para la masificación y la

uniformidad de la instrucción primaria de toda la República

(1926, t. 7, p. 407) como eran:

Artículo 18.

2º. Aumentará, mejorará y completará las series de silabarios y

tablas de lectura mencionadas en el artículo 13; decidirá sobre los

modelos y mejoras que les pasen y sugieran las subdirecciones, y si

los aprueba, hará que se generalicen en toda Colombia.

Page 88: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

87

3º. Formará los catecismos o Compendios que no existan y sean

necesarios, elegirá y propagará los que ahora hay y se mandan

enseñar, sugerirá al Gobierno los que convenga sustituir a éstos, y

hará litografiar y distribuirá por sólo una vez y un número suficiente

las muestras o modelos de escritura de que hayan de usar en las

escuelas las clases que escriban en papel.

4º. Se hará dar cuenta mensualmente del estado de todas las

escuelas, promoverá en ellas el debido orden, impedirá la

introducción de abusos y velará que los fondos destinados a ellas

produzcan lo más que sea posible y que su producto se invierta

como debe ser.

5º. Concederá a los maestros la jubilación o premio de que se ha

hablado en el artículo anterior [Jubilación después de veinte años

continuos de servicio a “satisfacción y contento público”], y dará

cuenta de ello al Ejecutivo para los efectos convenientes.

Todas esas disposiciones evidenciaban a su vez que la imprenta

nacional adquirida por el Estado fue empleada especialmente

para producir, a la par de los libros y periódicos oficiales, toda

la tecnología educativa necesaria para hacer eficaz el nuevo

método por medio de impresos para los profesores (manuales

del método), los padres (copias de las leyes) y estudiantes

(libros y tablas de lectura). Siendo responsabilidad de las juntas

curadoras de las escuelas parroquiales y de las juntas directivas

de los colegios o casas de enseñanza parroquiales el contratar o

comprar los ejemplares que fuesen dañados o dejados en desuso

con la misma imprenta nacional o con los impresores

capitalinos.

El fomento del autoabastecimiento de recursos tecnológicos

educativos de carácter impreso también fue proyectado para las

universidades departamentales y centrales de la República

(1926, t.7, p. 428-429), las cuales debían tener bibliotecas

públicas para el acceso de los recursos de aprendizaje, así como

Page 89: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

88

cada una debía adquirir y administrar una imprenta “con el fin

de reimprimir correctamente los libros elementales, y de

proporcionarlos baratos a los estudiantes. Con su venta o con la

publicación de obras nuevas, se podrá también aumentar los

fondos de la universidad”.

Adicionalmente, para garantizar la eficacia del método

lancasteriano como la eficiencia de la tecnología educativa

impresa para tal fin, el Gobierno nacional dispuso en el mismo

plan el riguroso control a la asistencia regular y la puntualidad

permanente de los estudiantes como responsabilidad compartida

con los padres de familia, las juntas de padres y las autoridades

políticas como educativas. Para evitar interpretaciones o

adaptaciones provinciales se dispuso un único cronograma de

actividades escolares para toda la República (1926, t. 7, p. 404 –

405) mediante el cual se ordenaba que para garantizar la

masificación de la instrucción primaria de la población infantil

se debía:

Artículo 9. A estas escuelas se concurrirá todos los días, excepto los

domingos y fiestas enteras, los cuatro últimos días de la semana

santa durante las fiestas nacionales, desde la navidad hasta el

primero del año; y las horas de la escuela serán desde las ocho y

media hasta las once y media de la mañana, y desde las tres hasta las

cinco de la tarde. Mas las tardes de los jueves, pasada la primera

hora de escuela, se empleará el resto del tiempo en un paseo, en

bañarse y aprender a nadar, donde hubiere comodidad para esto

último, o en otros ejercicios saludables siempre a la vista y bajo la

dirección del maestro.

Artículo 10. Las mismas escuelas de que hasta aquí se ha hablado

estarán abiertas y en completa acción todos los domingos y fiestas

enteras durante dos horas, una por la mañana y otra por la tarde; en

dichos días concurrirán a ellas los niños y jóvenes que están al

servicio de alguno, los que están aprendiendo oficio, y los hijos de

los esclavos que sean menores de diez y seis años. Lo que aquí se

Page 90: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

89

dispone no impedirá, ni que éstos mismos concurran a la escuela en

el resto de la semana, ni que con ellos o con los otros concurran

todos los que no sepan leer, escribir y contar y quieran aprender,

cualquiera que sea su edad y condición.

Los estudiantes de educación primaria debían cursar 30 horas

semanales de clase, de lunes a sábado, así como de las 52

semanas anuales solo se autorizaba el receso de clases durante

dos semanas (semana santa, fin de año), que sumadas a los días

festivos podían llegar a representar un total de cuatro semanas.

Si bien los días de fiesta religiosa o patria eran reconocidos

como festivos en los cuales no se realizaban actividades

escolares, en la práctica los estudiantes y las escuelas

terminaban haciendo parte de las mismas al desfilar durante las

procesiones rituales o marciales, así como al integrarse a los

actos culturales asociados con las celebraciones religiosas como

con las conmemoraciones patrias. Especialmente, durante las

fiestas patronales de la Parroquia o las fiestas patrias de la

Nación en julio, agosto y diciembre.

Esa disciplina rigurosa en el cumplimiento de las jornadas

académicas de estudio, incluidos los niños trabajadores

(campesinos, artesanos, pobres) y esclavos que debían asistir al

menos a dos horas de clase dominicales de no poder hacerlo de

forma permanente entre semana, reafirmaba el interés

gubernamental por aumentar la cobertura de alfabetos y la

masificación en poco tiempo de la instrucción en ciencias

básicas para la primera generación de ciudadanos nacidos en

Colombia como una República libre y soberana. Siendo

integrados a ese proceso también los soldados menores de edad,

es decir menores de 25 años, que no conocían las primeras ni

habían recibido instrucción diferente a las diferentes labores y

ramas de la vida militar.

Page 91: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

90

El plan de estudios de 1826 ordenaba explícitamente a los

comandantes militares a establecer una escuela de primera letras

a la cual los soldados debían apartar y dedicar dos horas diarias

de clase, doce en la semana, para cumplir las mismas

actividades de alfabetización e instrucción recibidas por los

demás niños menores de 16 años de la República (1926, t.7, p.

405) como eran:

Artículo 11. Además de las escuelas primarias de

parroquia, de que se ha hablado, habrá una de la misma

especie en cada uno de los cuerpos de que se compone o

más adelante se compusiere el ejército. El jefe del cuerpo

designará el lugar de la escuela en alguna de las salas del

cuartel o con la misma tropa hará construir un salón a

propósito: él nombrará también el maestro a propuesta

de los capitanes en junta; el maestro tendrá el sueldo y la

consideración de sargento primero, y la República

proveerá por una vez a cada cuerpo de las pizarras,

lápices y silabarios necesarios; su conservación o

reposición queda a cargo del cuerpo; y será también de

su cargo proveer de papel, plumas y tinta a los que por su

aprovechamiento se hallen en estado de usarlo. El Estado

Mayor, todos los oficiales, y en especial los ayudantes

del cuerpo cuidarán de que en la escuela se observe

cumplidamente el citado método de enseñanza mutua.

Habrá diariamente dos horas de instrucción, que el

comandante distribuirá en el curso del día; y todos los

que no sepan leer, escribir y contar, y que no se hallen de

facción, concurrirán a ellas. El mejor estado de cada una

de las escuelas del ejército recomendará tanto al cuerpo

como su buena conducta en día de acción.

Page 92: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

91

7.1.5 LOGROS Y LIMITACIONES DE LA ENSEÑANZA

MÚTUA. Si bien las leyes y decretos de 1826 sobre instrucción

pública unificaban para toda la República el uso del método

lancasteriano como el único método aceptado para las escuelas

de primera y segunda enseñanza (colegios) con el fin de

masificar la instrucción general de los colombianos.

Esa decisión era la consecuencia de la experiencia legislativa

que desde 1820 había gestionado el vicepresidente Santander al

decretar la creación de colegios provinciales siempre y cuando

contaran con escuelas de primeras letras lancasterianas, siendo

el aprendizaje y la gradual masificación de ese método la

evidencia necesaria para condicionar en 1826 a todo las escuelas

parroquiales, cantonales o provinciales de Colombia a sólo

emplear el método de Lancaster combinado con el de Bell.

La formación de estudiantes usando el método y la tecnología

educativa lancasteriana se constituyó en una preocupación de tal

importancia para el Estado, que a la par de crear universidades

centrales en las primeras y más importantes ciudades del antiguo

virreinato neogranadino (Bogotá, Caracas y Quito) para obtener

los títulos y grados profesionales que no podían expedir los

colegios provinciales ni las universidades departamentales

empleando provisionalmente desde 1824 hasta 1826 el método

acostumbrado en los colegios religiosos de la capitalina Bogotá,

el 26 de enero de 1822 se decretó el establecimiento de las

primeras Escuelas Normales de la República (1926, t. 7, p. 53 –

54) en esas misma ciudades para la formación y el

licenciamiento de nuevos maestros de primeras letras expertos

en el “método lancasteriano o de enseñanza mutua en las

primeras ciudades de Colombia”.

Page 93: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

92

De cada provincia debía elegirse y enviarse a la capital del país

un “joven u otra persona de talento” para la formación gratuita

por parte del Gobierno en el método oficial de instrucción

pública.

La Normal lancasteriana de Bogotá fue establecida e inaugurada

el domingo 8 de septiembre de 1822 por el sacerdote

venezolano Fray Sebastián Mora Berbeo (1822 – 1824), quien

había aprendido el método adoptado en España desde 1819

durante el exilio al que lo había condenado el General

reconquistador Pablo Morillo. Siendo continuada su labor por el

pedagogo José María Triana, quien fue el primer maestro

colombiano en hacer y publicar (1827) un análisis comparativo

entre las ventajas del nuevo método fomentado por el Gobierno

republicano y el viejo método instruccional del régimen

virreinal hispanocatólico como se puede evidenciar en el Cuadro

1.

Al ser considerado un fracaso su método de masificación

instruccional para los pobres ingleses después de 20 años de

apoyo monárquico (1803 – 1823), la Normal de Caracas fue

establecida por el inmigrante J. Lancaster en persona al ser

autorizado y apadrinado por el presidente S. Bolívar para tal fin

(1824 – 1829), quien conocía sus logros y esfuerzos de forma

personal al conocerse en Inglaterra, así como contó con el

apoyo del francés Pierre Comettant para su difusión y

adaptación a las escuelas primarias en las provincias de

Maracaibo, Santa Marta, Cartagena y Panamá.

Page 94: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

93

CUADRO 1. VENTAJAS COMPARADAS ENTRE EL

MÉTODO HISPÁNICO - ESCOLÁSTICO Y EL MÉTODO

BRITÁNICO - LANCASTERIANO

Método Hispano - Escolástico

(Antiguas escuelas, Antiguo método)

Método Británico - Lancasteriano

(Nuevas escuelas, Nuevo método)

Los niños se ocupan de continuo sin fatigarse

pues se varían agradablemente sus trabajos

Los progresos en la escritura son seis veces

mayores

Se necesitaban tantos libros, cuantos niños

había en la escuela

Ahora basta uno para toda ella, aún cuando

sea de mil niños

De 50 niños, 49 estaban ociosos durante la

lectura, ellos fingían mirar el libro y se

entretenían en cualquier otra, cosa a pesar de

las amenazas y castigos

Más ahora todos leen, una noble emulación

los anima y no pierden un solo instante

En la escritura se les deban muestras que se

esforzaban a copiar pero no siendo

inspeccionados sino rara vez, lo hacían con

lentitud y negligencia

Al presente son inspeccionados cada seis

palabras o silabas que escriben

Antes los niños adquirían una escritura

desigual y siempre mala

Hoy es elegante y casi igual en todos

Era necesario que el maestro cortase las

plumas a cada instante

Hoy en día cada niño puede afilar su lápiz

En las antiguas escuelas, el proceso detenía

los procesos a los demás, o el maestro se

hallaba en la necesidad de darle diferentes

lecciones

En las nuevas escuelas a cada instante halla

su nivel en la clase que es capaz de

desempeñar

Por el antiguo método un niño después de

haber pasado dos o tres años en aprender a

leer se dejaba entregado a sí mismo para

Por el nuevo, Él escribe rápidamente lo que

lee porque su escritura es un deletreo mental

de lo que le dicta su monitor, de manera que

en un día deletrea en su pizarra de 156 a 160

Page 95: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

94

escribir palabras independientes de la lectura.

Los maestros se esforzaban y eran víctimas

de su celo

Ahora trabajan sin hablar

La ociosidad y la pereza no podían ser

remediadas por el antiguo método

Por el nuevo no son tolerables

Antes no se obtenía el silencio sino a fuerza

de golpes y terror

Y al presente lo es por el orden de las cosas,

sea para oír lo que se dice, se para oír el

dictado, sea para leer a su vez, corregir al

primero y ocupar su lugar

No se podía descubrir si los niños estaban

atentos

Ahora una ojeada basta para observar al que

está ocioso

Antiguamente la moral sólo estaba en

preceptos

Y hoy e halla en la práctica

El desorden era siempre el resultado del

método vicioso de enseñanza

Ahora el orden más perfecto se inspira en

todos los movimientos

Concluyo, pues, que un cuadro semejante no puede menos que arrebatar la atención de los

amantes de la juventud, pero si hay otro método que pueda mejorar el de la enseñanza mutua,

yo seré un panegirista, pues mi ambición se reduce a que se mejore cada día la instrucción

pública como que es la base de la felicidad de la República.

Tomado de: García Sánchez, B. (2007). P. 272 -273.

Concluida la liberación y unión del Ecuador a la República de

Colombia en 1824, el padre Mora se radicó en Quito con el fin

de fundar la Normal Nacional de esa ciudad primera y principal

de la república, contando con el apoyo de James Thomson como

representante y difusor del método a nombre de la Britihs and

Foreing School Society de Londres, quien después de propagar

el método en Argentina, Chile y Perú a través de Quito continuó

su labor hasta llegar a Santafé.

Page 96: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

95

Siendo coherentes con el Método de Lancaster, los primeros

normalistas que fueran examinados y aprobados en la capital del

país debían retornar a sus provincias de origen y establecer una

escuela normal en cada capital provincial para la formación y el

examen de los demás maestros de primeras letras en el

lancastereanismo cumpliendo así las metas de masificación y

unificación educativa dispuestas por el gobierno del

vicepresidente Santander.

El decreto estatutario de 1822 disponía puntualmente para el

mejoramiento de la “primera educación de los niños” de la

República (1926, t. 7, p. 54):

3. Luego de que las personas remitidas por los Gobernadores de las

provincias, previos los informes necesarios, hayan aprendido el

método lancasteriano, del que han de sufrir el competente examen,

regresarán a las provincias de su domicilio a servir la escuela del

lugar en que resida el Gobierno. Éste hará venir los maestros de las

parroquias para que se instruyan en el expresado método,

verificándolo primero con los de las más inmediatas y populosas, de

tal suerte que después de algún tiempo se establezca en todas ellas la

enseñanza mutua.

5. Los maestros que de las parroquias vayan a aprender a la escuela

normal de la provincia, disfrutarán por el tiempo de su permanencia

en ella el sueldo que les esté asignado, y si no alcanzare para

sostenerse, los Gobernadores cuidarán de que por los padres de

familia de la parroquia, interesados en la educación de sus hijos, se

les añada alguna pequeña gratificación que baste para sus alimentos.

Entretanto otras personas servirán interinamente en las escuelas.

De tal manera, el origen, destino y continuidad de las escuelas

de enseñanza mutua o primarias lancasterianas donde se

combinaban el método británico concebido por Andrew Bell

para las misiones asiáticas con el mejorado por Joseph Lancaster

desde 1798 para la instrucción del crecimiento número de niños

Page 97: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

96

pobres ingleses estuvo directamente ligado a la gestión y

fomento por parte del General Francisco de Paula Santander

como vicepresidente de la República de Colombia, y luego

como presidente de la República de la Nueva Granada.

De allí que los conflictos y desacuerdos gubernamentales con

otros caudillos, generales y gobernantes territoriales como

fueron Páez en Venezuela y Flórez en Ecuador desde 1826, los

enfrentamientos político-ideológicos con el presidente Bolívar

desde 1827, y finalmente su destierro en 1828 al fragmentarse y

enfrentarse la Nación entre el bando republicano, civilista y de

librepensadores liberales con el monarquista, militarista y de

católicos conservaduristas impidieron la consolidación de los

resultados de masificación instruccional y unificación

institucional a través del método lancasteriano. Razón por la

cual, solo hasta el retorno de Santander al país como presidente

de la República de la Nueva Granada entre 1832 y 1840 logró

dar continuidad y concreción al sistema educativo que había

concebido en compañía de congresistas seguidores de sus

ideales como eran los comisionados José Rafael Revenga,

Francisco Soto y Rufino Cuervo.

Con el fin de la vida existencial de Santander y la guerra de

sucesión partidista y presidencial entre los generales “supremos”

neogranadinos así mismo culminó y fue reevaluada la meta

instruccional que el Estado republicano se había trazado desde

la Constitución de 1821 para contar desde mediados del siglo

XIX con una población de ciudadanos letrados,

profesionalizados, productivos, útiles y capaces de tomar

decisiones políticas al sufragar.

La historiografía nacional e internacional sobre el sistema

educativo neogranadino centrado en el lancastereanismo ha

Page 98: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

97

planteado conclusiones puntuales sobre los alcances como sobre

las limitaciones de la enseñanza mutua entre los primeros

colombianos. Desde la perspectiva de la estadounidense Evelyn

Ahern (2004, p. 15), reafirmada por historiadores colombianos

como Pilar Moreno de Ángel, la educación basada en la ayuda

mutua entre estudiantes, maestros, padres de familia y

autoridades permitía concluir que en su etapa inicial de difusión

y establecimiento formal como República de Colombia el

vicepresidente había logrado:

En un balance de los resultados de la legislación de 1821, José

Manuel Restrepo, secretario de Estado y del Interior, Informaba en

1823 que toda la República se había beneficiado con ella: pero que

"la mayor dificultad para la creación de las escuelas había sido la

pobreza de los padres de familia que impedía el pago de la

educación en muchos lugares. Otro obstáculo no menor era la

carencia de textos y de maestros". La Insuficiencia de recursos

financieros había frustrado igualmente la fundación de las escuelas

femeninas en los conventos de monjas, en la mayoría de los cuales

no había aulas disponibles y las religiosas carecían del dinero para

construirlas.

Numerosas escuelas se abrieron entre 1820 y 1825 siguiendo el

método antiguo ó el lancasteriano. En Bogotá y sus alrededores

había en 1823 treinta y dos trabajando con el antiguo y once con el

lancasteriano; en la provincia de Neiva diez con el antiguo y en la de

Mariquita trece con el mismo. En la provincia de Antioquia había

dos lancasterianas y cuarenta y cinco con el antiguo. Para 1824

había cuarenta y tres en la provincia de Guayaquil; trece

lancasterianas y veintisiete tradicionales en la provincia de Tunja:

dos lancasterianas y otras treinta y dos en la del Socorro; una

lancasteriana y veintiocho antiguas en la de Pamplona; dos

lancasterianas y veinte antiguas en la de Casanare. En la provincia

de Guayana había diez escuelas. Y a pesar de que el territorio de

Venezuela había sido el reciente escenario de la guerra, siendo muy

difícil atender la orden de fundar escuelas, tenía de todas formas una

escuela lancasteriana y nueve con el método antiguo.

Page 99: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

98

El restablecimiento del sistema educativo santanderino durante

la naciente República de la Nueva Granada es así mismo

evaluado por Ahern (2004, p. 37) al expresar:

Desde el primer año de la administración de Santander, fue notoria

la acelerada actividad en la educación primarla. En la apertura del

Congreso de 1833, se informó que había 378 escuelas y 10499

alumnos, y al año siguiente Santander pudo comunicar que se

habían abierto otras 152 escuelas, con lo cual se alcanzaba un total

de 530 para todo el país —de estas 71 seguían el método de la

educación mutua. El número de niños matriculados era de 15.169

varones, y el de niñas 1.841, para alcanzar un total de 17.010

alumnos. Tan desproporcionada era la educación para las mujeres,

que por cada ocho escuelas para niños sólo una estaba destinada a

las niñas.

La primera vez que el gobierno destinó recursos del tesoro

nacional para ayudar a las escuelas elementales fue en 1834. En

aquella fecha el gobierno suministró pizarras, lápices, textos,

manuales de lectura y catecismos a las escuelas con el fin de

aumentar el número de alumnos en cada establecimiento. Se

esperaba obtener fondos adicionales con la cooperación de las

administraciones departamentales, provinciales y municipales.

En su mensaje al Congreso de 1835, Santander declaró que: “

...

en lo posible se esperaba cumplir con el deseo nacional de que

en la Nueva Granada no se encuentre una sola parroquia sin una

escuela competente. El logro de este fin, que no está lejano,

resulta muy halagador para el país...". Para Santander el objetivo

era claro.

En el mismo mensaje Santander informó que se habían fundado

75 nuevas escuelas, de las cuales 45 eran lancasterianas, y que el

número de alumnos se había incrementado a 20.931. Pidió

además que en el Código Nacional de Instrucción Pública

Page 100: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

99

propuesto al Congreso se diera preferencia a la formación

religiosa y moral de la juventud sin perder su carácter liberal.

Finalmente, al concluir su período presidencial, el balance de la

gestión educativa de Santander era resumido por Ahern (2004,

p. 38) desde las fuentes oficiales en las que se basaba su

investigación de la siguiente manera:

Unos pocos datos estadísticos ilustran los progresos alcanzados bajo

la presidencia de Santander. En 1837, a finales de su mandato, había

200 escuelas públicas lancasterianas y 850 tradicionales, públicas y

privadas, con una matrícula de 26.070 niños de ambos sexos. Estos

datos presentan un incremento de 672 escuelas y 15.571 estudiantes

desde que asumió el poder en 1833 —notable logro si se recuerda

que además de sus obligaciones corrientes, el país aún se encontraba

bajo el peso de la deuda de la revolución de 1810. En la sola

provincia de Antioquia había 115 escuelas y 3.658 alumnos, un

aumento de 7 centros y 698 alumnos frente al año anterior (61

escuelas eran públicas y 54 privadas, y del total de la matrícula 891

eran niñas).

Aunque en sí mismos los datos no impresionan mucho, ya que solo

una porción muy pequeña de los niños en edad escolar recibían

educación, el incremento sugiere un evidente progreso. Y si las

cifras se hubieran seguido duplicando cada cuatro años, el sueño de

Santander se habría hecho realidad. Aunque no se tiene información

sobre la calidad de la educación, el sólo hecho de que los

muchachos pudieran leer y escribir, los capacitaba para servirse de

periódicos y libros con el fin de formarse nuevas ideas y opiniones

dirigidas a lograr mejores cosas.

Al asumir la presidencia en 1837, Márquez esperaba continuar el

programa de Santander. Contaba con condiciones favorables dada la

paz reinante y la era de progreso en todo el país. Diecinueve días

después de su posesión, dirigió una circular a los gobernadores

alentándolos a fundar nuevas escuelas, campaña que contó con un

éxito inmediato. Así, para fines de agosto —sin contar las escuelas

de Casanare. Mariquita y Panamá, ni los establecimientos privados

Page 101: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

100

de Bogotá—, había en el país 1.052 escuelas con 25.577 estudiantes

(3.985 mujeres entre ellos).

Las cifras de crecimiento estadístico en el número de escuelas

lancasterianas establecidas como de niños y niñas alfabetizados

demostraban que el éxito o el fracaso del sistema educativo

estuvieron directamente relacionados con la gestión

gubernamental centralizada por el Gobierno nacional a través de

las Secretarias de Estado, así como la Dirección y

subdirecciones de Instrucción Pública apoyadas por las

sociedades filantrópicas, las academias y sociedades literarias, y

especialmente las Juntas de Padres. Frank Safford (1989, p.81)

demostró a través de las investigaciones realizadas entre 1965 y

1976 que esa relación era evidente al concluir sobre el método

lancasteriano adoptado en Colombia, y continuado

posteriormente en la Nueva Granada, que:

Los líderes colombianos de 1820 tuvieron que hacer frente al

problema de difundir la educación primaria partiendo de una

base muy endeble. Debido a que la instrucción primaria tenía un

alcance insignificante y a que su aparición era reciente —se

remontaba tan sólo a las postrimerías del periodo colonial—, el

número de ciudadanos aptos para enseñar en las escuelas era

muy reducido y los individuos lo suficientemente instruidos

como para hacerlo estaban, en su mayoría, ensimismados en los

complicados asuntos del gobierno republicano o en las

actividades comerciales. El gobierno de Santander trató de

obviar este problema adoptando el método lancasteriano de

instrucción mutua. Según este método, la enseñanza impartida

por los propios estudiantes debía ayudar, supuestamente, a

compensar la falta de suficientes instructores adultos.

Para introducir el sistema el gobierno colombiano trajo al país,

en 1820, al propio Joseph Lancaster (quien trabajó por corto

Page 102: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

101

tiempo en Caracas), al igual que a otros dos practicantes

extranjeros del mencionado método:

Durante las décadas de los años veintes y treintas, el sistema de

educación mutua fue considerado como la clave para una rápida

expansión educativa. En 1827, el 10.7% de la totalidad de las

escuelas primarias y el 18% de los estudiantes habían adoptado el

método lancasteriano; en 1835, el 18.8% de las escuelas y el 34.5%

de los estudiantes utilizaba el sistema. Mediante el empleo del

método lancasteriano y de la instrucción convencional, el gobierno

logró, hasta 1837, un progreso sustancial en la difusión de la

educación primaria. Partiendo de la insignificante base del período

colonial, en 1837 las inscripciones primarias habían alcanzado un

número superior a los 25.000 estudiantes, aproximadamente el

1.46% de la población nacional y un 8.7% de la población en edad

escolar (Safford, 1989, p.81).

Desde la perspectiva de análisis historiográficos

contemporáneos como el de Bárbara García Sánchez (2007)

sobre la historia comparada de la educación pública de

Colombia, al referirse a las escuelas lancasterianas se resalta el

papel integrador de la enseñanza mutua al lograr que maestros y

estudiantes pudiesen compartir con padres y autoridades la

planeación, administración y especialmente el seguimiento

riguroso de la evaluación tanto al ser examinados los maestros

como al ser públicamente presentandos los avances de los

menores en su ilustración científica, su instrucción lectoescritora

como en sus cambios actitudinales al asumir reglas y

compromisos disciplinares.

Desde la perspectiva de García, reconocible también en Arenh,

una de las principales innovaciones del mutualismo

lancasteriano fue demostrar los avances prácticos de las

promesas gubernamentales, manifestaba públicamente los

agradecimientos y satisfacciones de las Juntas de Padres, así

como los estudiantes asumían compromisos concretos con la

Page 103: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

102

Nación que los formaba gratuitamente para ser sus los futuros

ciudadanos y dirigentes del Estado. García Sánchez (2007, p.

285) expresaba:

La educación se convirtió en un nuevo escenario social en el que el

pueblo y el gobierno afianzaban y consolidaban el proyecto

republicano; las escuelas, espacios físicos que durante la guerra

fueron utilizadas como teatro de la muerte se "trocaron en loares de

alegría a la religión, a la virtud, a las ciencias, a nuestros gloriosos

libertadores, a la patria"324

. Los certámenes públicos se asumieron

como días de placer, de congratulaciones y de orgullo porque de esta

manera se demostraba que se estaba formando "honrados y u liles

ciudadanos".

El certamen público era la oportunidad real de demostrar

mutuamente que se estaba cumpliendo con el proyecto

republicano. De una parte el gobierno recibía toda la admiración de

sus gobernados por la magnífica obra de la educación; los curas

párrocos evidenciaban su poder de convocatoria, su liderazgo en

pueblos y provincias y su autoridad moral frente a la población; los

maestros demostraban su pericia en el arte de instruir y su

aprovechamiento en los cursos tomados en la Escuela Normal para

aprender el método lancasteriano.

Los jóvenes, niños y niñas presentaban al público sus destrezas

adquiridas, sus nuevos conocimientos, desde disertaciones

filosóficas hasta orgullosas planas que presentaban los niños de la

escuela elemental y los padres de familia observaban el adelanto de

sus hijos, dando fe al nuevo método implantado y al interés del

gobierno de ofrecer educación pública para todos.

Al compararse los alcances de la educación doméstica con la

instrucción pública probritánica, y ésta a su vez con la

instrucción privada que empleaba las viejas prácticas hispánicas

o las innovaciones francesas, se llegó a la conclusión que el

lancasterianismo colombiano cometió los mismos errores de la

experiencia británica al: radicalizarse en la formación

disciplinar seudomilitar; los castigos ejemplarizantes para los

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103

estudiantes pobres; la delimitación de los procesos de enseñanza

que no tenían continuidad al fragmentarse en las personalidades

y capacidades de los monitores quienes debían garantizar en

nombre del maestro la simultaneidad de conocimientos a leer,

escribir o cumplir con las actividades del aula; y especialmente,

al decaer en un mecanicismo instruccionista basado en la lectura

repetitiva de las tablas de lectura y la escritura en pizarras para

reafirmar conocimientos y generar procesos selectivos y

excluyentes entre los estudiantes al ser premiados los mejores

como monitores generales o particulares mientras que los demás

eran sometidos a castigos, menosprecios y discriminaciones

públicas.

Ese maquinismo masificador de la instrucción general

planificada por el Estado, unificador de las instituciones

educativas y sus planes de estudio, impositor de un método

novedoso que no logró arrancar y desarraigar las prácticas

educativas hispanocatólicas en las parroquias y provincias

distantes, regulador de las conductas de las gentes pobres

dependientes de la instrucción pública, y consigo, dispuestas a

someterse al nuevo orden ideológico y disciplinar de la Nación

(orden, pulcritud, obediencia y trabajo), etc., es cuestionado por

García Sánchez (2007, p. 271, 308) al expresar que:

Durante el período se consideraba que la excelencia del método

radicaba en que éste era puramente maquinal; en este sentido, "en la

niñez es tan fácil someterse a un rutina metódica y habitual, como

difícil hacer grandes esfuerzos de inteligencia y de aplicación. Es

necesario proporcionar las adquisiciones a las facultades, y no

colocar el objeto que se va conseguir más allá del alcance del

individuo. Mientras más insensible es el progreso, más seguro y

menos repugna y desanima la tarea". Esta concepción del método

como puramente maquinal concuerda con las ideas que se tenían en

esta época de la infancia, la cual se consideraba como una etapa en

que la niñez se asimilaba a unas tiernas plantas, que había que

Page 105: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

104

ayudar a enderezar o moldear a quienes no se les adjudicaba

propiedades de raciocinio, comprensión e inteligencia sino

mecanización y memorización, que se adquirían a través de un

progreso insensible.

…El sistema lancasteriano no ofreció un desarrollo pedagógico en el

sentido de la formación del hombre, del nuevo ciudadano que

requería la República o el sujeto moderno de una nación libre e

independiente. No. Sólo sirvió como una forma de administrar

masivamente la enseñanza de la lectura, la escritura y las

matemáticas a la población infantil de las clases pobres desde los

inicios de la República y hasta mediados del siglo XIX. El método

fue maquinal, insensible, fabril, en donde sólo se pronunciaban

órdenes que los niños y niñas debían obedecer, situación que no era

difícil de aprender, pues a ello se estaba acostumbrado desde la

época colonial; no había nada que pensar, nada que preguntar, nada

que analizar, pues el sistema estaba diseñado solo para obedecer.

¿Por qué se consideró que este sistema educativo formaría al

nuevo ciudadano? El proyecto de nación no tenía nada que ver con

el proyecto pedagógico que adoptó la República…

7.1.6 CONTINUIDADES Y RESISTENCIAS

DIDÁCTICAS. La enseñanza mutua lancasteriana oficialmente

fue reconocida desde 1876 como un sistema educativo superado

o mejorado por otras tendencias pedagógicas adoptadas en

Colombia como el unitarismo mejorado (1963), el activismo

(1978) o el constructivismo (1994). Sin embargo, la mayor parte

de las escuelas públicas rurales, así como las escuelas populares

en los barrios de invasión o subnormales de las principales

metrópolis de Colombia preservan por necesidad y tradición los

lineamientos curriculares básicos del lancasterianismo.

Las políticas nacionales de cobertura a la par del buen uso del

recurso humano docente han conllevado a que se exija la

dedicación de un docente rural por lo menos con 25 estudiantes

y el docente urbano por lo menos con 35. Ello condiciona a que

en las escuelas donde los grupos no alcanzan ese número los

Page 106: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

105

docentes deban hacerse cargo de dos hasta los seis grados de la

educación básica primaria (transición (grado cero) y cinco

grados básicos), así como el bachillerato rural se presta a través

de modalidades como la postprimaria donde ser preserva el

espíritu de la escuela unitaria con un maestro para varios grados

en todas las áreas fundamentales.

Algunas de las explicaciones sobre la continuidad en el siglo

XXI de las escuelas de enseñanza mutua promovidas por el

Estado mientras que la educación privada asegura un docente,

un curso y un aula por cada grado son expuestas por la

Fundación Escuela Nueva (2009, p. 33) al expresar:

Por enseñanza multigrado se comprende aquella que se realiza con

estudiantes de diferentes edades, grados y habilidades, en una o dos

aulas, donde uno o dos maestros trabajan simultáneamente con

varios grados de básica, debido a que el número de estudiantes y

maestros es insuficiente para formar cursos separados.

La escuela multigrado es un fenómeno universal que existe tanto en

países desarrollados como en países en vías de desarrollo. Funciona

especialmente en áreas territoriales rurales o urbano-marginales, de

baja densidad de población y de ubicación dispersa. Por ejemplo, en

China, hay 420.000 escuelas multigrado; en Finlandia, el 70% del

total de escuelas tiene menos de tres profesores y en Portugal, el

80%. En Colombia existen aproximadamente 20.000 escuelas

multigrado, lo que representaría un 60% del total.

De acuerdo con algunas investigaciones educativas, la organización

de las escuelas multigrado exige la modificación de las prácticas

tradicionales de enseñanza centradas en el docente, hacia la

promoción de procesos de aprendizaje centrados en el estudiante.

Después de doscientos años de fomento del lancasterianismo su

infraestructura también ha cambiado poco. Las aulas de clase de

las escuelas primarias adscritas al modelo y método pedagógico

denominado “Escuela Nueva” siguen siendo grandes salones de

Page 107: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

106

clase con múltiples ventanales, con una superficie promedio de

90 m2, en donde se agrupan cada uno de los grados alrededor de

los tableros de enseñanza, siendo ubicados en los rincones los

materiales de lectura y escritura, aunado a las láminas y mapas

colgados en las paredes para la lectura individual, grupal o

colectiva.

Los padres de familia siguen teniendo un poder de veeduría,

fiscalización y evaluación del sistema educativo al contar con

representantes ante las Juntas (Consejos) Directivas de las

instituciones, las “Juntas curadoras de la educación” han pasado

a denominarse desde 1994 “Comisiones de evaluación y

promoción”, así como los líderes de la comunidad a través de

las Juntas de Acción Comunal siguen teniendo un papel activo,

participativo y permanente en la edificación, amoblamiento,

dotación y mantenimiento de la infraestructura física de los

salones de clase.

A falta de atención por las autoridades municipales son a su vez

los encargados de adelantar las obras físicas para dotar a cada

escuela de agua canalizada por medio de mangueras desde los

aljibes o quebradas más cercanos, y consigo, construyen las

redes de aguas negras de los sanitarios por medio de mangueras

gruesas hasta las cárcavas más cercanas a falta de pozos sépticos

o sistemas de alcantarillado.

A semejanza de las explicaciones sobre las causas de la

decadencia y fracaso de las escuelas de enseñanza mútua en

Colombia después de la muerte de F. Santander y la adopción de

las reformas liberales de mediados del siglo XIX, aún siguen

estando vigentes los limitantes que en infraestructura,

concentración de la enseñanza en un solo docente y sus posibles

monitores, así como en pobreza y desinterés sociocultural se

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107

habían descrito hace doscientos años. La Fundación Escuela

Nueva (2009, p. 38) ha identificado como los principales

limitantes que han afectado a las escuelas multigrados factores

como:

Factores del aula y de las clases

• En las aulas hay niños de diferentes grados.

• A menudo los maestros tienen que preparar de tres a cinco clases

diarias.

• A menudo los maestros tienen que enseñar clases para las cuales

no están preparados.

• Los materiales, instructivos y útiles de enseñanza son escasos o

anticuados.

• Los recursos para el uso de los estudiantes (relacionados con los

medios y la biblioteca) son escasos.

• Falta apoyo para tratar las necesidades de los estudiantes.

Factores del docente y de la escuela

• Los maestros a menudo tienen muchas tareas administrativas,

extracurriculares y de mantenimiento de la escuela.

• Los maestros están aislados de las posibilidades de desarrollo

profesional.

• Los maestros tienen pocas posibilidades de capacitación en

servicio.

• Los grados de secundaria están localizados en áreas urbanas.

• Los recursos son escasos (útiles y materiales).

• Limitada información acerca del desarrollo profesional disponible.

Page 109: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

108

• No hay políticas definidas (un estilo administrativo más informal).

Factores socio-culturales

• Dificultades de los maestros para encontrar una vivienda

adecuada.

• La vida privada de los maestros está expuesta a la opinión pública.

• Aislamiento cultural y geográfico de la comunidad.

• Los servicios médicos regularmente están lejos de la escuela.

• Altas expectativas de los padres de familia respecto a la

participación del maestro en las actividades de la comunidad.

Una de las principales innovaciones de las Escuelas de

Enseñanza Mutua como eran la selección, formación y papel

activo de los monitores sigue siendo parte de las “escuelas

nuevas” de Colombia al organizarse las dimensiones

académicas, sociales y personales de aprendizaje en función de

los gobiernos escolares de aula a la par de la coexistencia de los

Consejos Estudiantiles dispuestos por la Ley General de

Educación de 1994.

A semejanza de los monitores generales promovidos por el

lancasterianismo para el auxilio, apoyo y sustitución temporal

del maestro, los gobiernos estudiantiles promovidos por el

Programa y la Fundación Escuela Nueva se constituyen en

mediadores imprescindibles para la organización,

funcionamiento y desarrollo de las diferentes actividades,

procesos y proyectos que se llevan a cabo al interior del aula.

Además de la autoridad absoluta y superior que representan el

director de la institución y el maestro de grado, los estudiantes

cuentan con unos representantes ante las instancias superiores

Page 110: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

109

de la institución educativa como son el “Presidente” y

“vicepresidente” quienes deben regular y coordinar las

actividades a realizar con ayuda de los líderes y ayudantes de los

comités de servicio social. Obteniendo a cambio una

calificación por desempeño social, así como apoyo y refuerzo el

desempeño académico de los demás estudiantes con la ayuda de

monitores o coordinadores por cada grado, quienes por el

reconocimiento de su servicio y solidaridad obtenían a cambio

altas calificaciones por desempeño social y personal.

Siendo entendidos los monitores como los estudiantes más

destacados que garantizaban bajo el régimen de la vara policiva

de castigo y rigurosos registros de denuncia y control (orden

rutinario de las actividades académicas a realizar, la disciplina al

interior del aula durante las horas de estudio y el refuerzo de

conocimientos por medio de actividades grupales o individuales

en ausencia del docente frente a las láminas o las pizarras, etc.),

los monitores del siglo XXI siguen cumpliendo tareas

semejantes de apoyo en el diligenciamiento de los registros de

aula (asistencia, disciplina, progresos académicos, sugerencias,

dudas, etc.) y refuerzo de los conocimientos impartidos en las

áreas o ciencias fundamentales por el maestro a cada grado

como se hacía desde finales del siglo XVIII.

Siendo evidencia de ello las responsabilidades, funciones y

atributos sugeridos para los monitores del Gobierno Estudiantil

por parte de la Fundación Escuela Nueva (2009, P. 138 – 139) al

recomendar:

Monitores o coordinadores

Forma de elección: Por el docente y los integrantes de cada grado

escolar o de cada curso.

Responsabilidades y funciones:

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110

• Orientar y coordinar las actividades de aprendizaje en cada

grado escolar o en cada curso.

• Representar a los compañeros y compañeras de su grado de

trabajo ante la Junta Directiva y/o Asamblea General.

• Coordinar y apoyar el trabajo curricular y el desarrollo de las

actividades de os grados o cursos, para facilitar el trabajo de

orientación que realiza el docente.

• Proporcionar a otros estudiantes del mismo curso los materiales

necesarios para el desarrollo de las clases y ayudarles, según las

orientaciones del maestro.

• Orientar a los compañeros del mismo curso sobre el buen manejo

de los libros y del autocontrol de asistencia.

• Dirigir las actividades de rutina, es decir aquellas que han

resultado necesarias para ser ejecutadas sistemáticamente, como la

entrada a las aulas de clase, entre otras.

Si bien los monitores lancasterianos, denominados

“instructores” en España y Francia, siguen siendo una estrategia

pedagógica válida para la autorregulación de los estudiantes y el

apoyo entre pares, en 1810 ya se reconocía y advertía sobre el

poder de la sanción moral y cívica en los que podía incurrir los

monitores al exceder las funciones tradicionales del estudiante

común llegando incluso a apelar al autoritarismo y el

despotismo que se deseaban cambiar. Lancaster (1810, P. 36,

39) expresó:

The monitor should have a continual eye over every one in the class

under his care, and notice when a boy is loitering away his time in

talking and idleness. Having thus seen, he is bound in duty to lodge

an accusation against him for misdemeanor. In order to do this

silently, he has a number of printed cards with different charges: as,

'I have seen this boy idle,' — 'I have seen this boy talking,' &c. &c.

This rule applies to every class, and each card has the name of the

Page 112: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

111

particular class it belongs to written on it. On shewing a printed

card as above, belonging to the first or sixth, or any other reading

class, it is immediately known who is the monitor making the

complaint and what is the fault complained of. This card is given to

the defaulter, and he is required to present it at the head of the

school — a regulation that must be complied with.

… The duty of a monitor as a substitute for an usher may either

relate, simply to order, or to instruction, as it would be of no service

over hundreds of children assembled to receive instruction under

the most efficient modes of tuition, were it not possible to keep them

in order. In general, on the old plan of teaching, the authority of the

master is merely personal: when he comes into school, fear

produces silence, pro tempore at least; when he goes out all is

bustle and confusion, and the ushers rarely regarded in his absence.

This originates in the personality of the master's authority. In the

army authority is vested in the system more than the person: — the

station more than the man commands obedience, and the

subordinate officer is as readily obeyed as his principal. The officer

of to-day may be superseded by the officer of to-morrow. An old

man of three score, or a boy of sixteen, gives the command, and

obedience, implicit obedience, follows. The order of war will not

become disorder by an application of it to peaceful purposes.

Si bien la tecnología educativa para la enseñanza y el

aprendizaje han cambiado a la par de los cambios tecnológicos

contemporáneos, los propósitos de los objetos e instrumentos de

estudio siguen siendo semejantes a los dispuestos por el sistema

educativo lancasteriano. Las aulas de clase siguen contando con

un reloj para medir y planificar el tiempo de entrada y salida de

las clases, así como para la duración y cambio de la lección

asociada con cada área fundamental de conocimiento.

Y si bien no se cuenta ya con una campanilla para anunciar el

inicio de las clases en la voz del monitor general encargado de

la disciplina y la lectura, así como un pito para suspender y

cambiar las lecciones por los monitores de escritura, aritmética

Page 113: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

112

y doctrina usando las láminas colgadas o las pizarras, la mayoría

de las instituciones educativas cuentan con timbres eléctricos o

campanas que cumplen con las mismas funciones.

De igual manera, las paredes de los salones siguen siendo

decoradas con láminas en las cuales se reproducen muestras de

lecturas impresas y pegadas sobre tablas delgadas del tamaño de

un pliego, preservándose con las mismas la difusión de las letras

del alfabeto, el silabario, los números, ejemplos de operaciones

básicas de aritmética, e incluso, doctrina cristiana. Por ejemplo,

bajo la premisa de que “un material pedagógico no es bueno ni

malo en sí mismo, depende del enfoque con el cual docentes y

estudiantes lo empleen”, el Ministerio de Educación nacional (p.

5) dotó en 1997 las escuelas públicas rurales y suburbanas con

un juego de láminas, plantillas, fichas, tarjetas, etc., a todo color

y plastificadas, en las cuales con imágenes icónicas, palabras e

imágenes – palabras se pretendía dotar de recursos didácticos al

docente para la enseñanza del alfabeto, las silabas y las palabras

culturales más representativas del idioma y las expresiones

infantiles.

Siendo entendida por el Ministerio de Educación (1997, p. 12)

la necesaria relación icónico–silábica–textual para la

alfabetización de los ciudadanos por hipótesis decimonónicas

como: “Letras y objetos son realidades diferentes. Hay letras

asociadas a objetos. Las letras se agrupan para referirse a

objetos. Hay letras diferentes. El conjunto de letras es finito (las

letras se repiten en diferentes palabras). Las combinaciones de

letras para formar palabras son múltiples. Las letras están

asociadas a sonidos. La escritura es una forma de

representación”.

Page 114: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

113

Mientras muchos niños de Colombia a falta de mesas

trapezoidales o sillas universitarias siguen sentados en “bancas”

colectivas acordes al grado, estatura o ritmo de aprendizaje, las

láminas entregadas en 1997 siguen aún colgadas de las paredes,

junto o sobre los tableros, mientras que las fichas y plantillas

permanecen guardadas en cajas de cartón como parte de un

completo juego de lotería, crucigrama y comodines empleados

por los maestros y maestras para realizar actividades lúdicas

complementarias con los niños más “adelantados”. Siendo el

propósito silábico final del Ministerio de Educación (1997, p. 9)

no “agotar todas las combinaciones silábicas del español con

estas palabras; el apoyo a la enseñanza de la lengua escrita y de

la lectura cuenta con la gran iniciativa del profesor y de los

niños, por lo que las restantes combinaciones aparecerán,

indefectiblemente, con el trabajo realizado en el aula”.

Las pizarras y los lápices de plomo donadas por el Estado para

impartir lecciones de escritura, lectura, aritmética y doctrina

durante las horas de la mañana y la tarde, evitándose así

comprar los costosos papel, tintas y tinteros, fueron sustituidas

por el uso masivo de cuadernos hechos con papel, lápices de

carbón destajados por los mismos niños, y finalmente

“lapiceros” de tintas minerales, los cuales aún cumplen las

mismas funciones de consignación de dictados para el

mejoramiento de la escritura y la práctica de la lectura,

contenidos doctrinales y científicos, así como problemas

aritméticos. Siendo su uso y bajo costo insustituibles por las

complejas y costosas máquinas de computo con las cuales se ha

pretendido sustituir las tecnologías decimonónicas en el afán del

Estado por alcanzar los índices de “desarrollo” de las naciones

desarrolladas acorde con las presiones y exigencias de la

industria informática y tecnológica mundial.

Page 115: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

114

Como parte de las innovaciones liberales en educación,

especialmente a través del activismo, se sustituyó el uso

académico de los libros especializados de conocimiento,

ubicados en las bibliotecas, en su mayoría manuales (tipo

catecismos impresos o donados por el Estado), dándose paso

desde finales del siglo XIX al uso de guías didácticas impresas

para cada grado y área. Textos que durante los últimos treinta

del siglo XX volvieron a ser impresas y entregadas

gratuitamente por el Estado a cada institución rural para ser

empleadas y facilitadas como parte de los bibliobancos de

recursos didácticos del Programa Escuela Nueva. Evitándose así

gastos anuales a las familias campesinas. Política no replicada

en el sector urbano al exigir las instituciones públicas o privadas

la compra anual de libros didácticos para cada área fundamental

a las editoriales privadas.

7.2 LAS ESCUELAS DE APRENDIZAJE ACTIVO Y SU PAPEL

EN LA EDUCACIÓN EN ARTES, OFICIOS Y PROFESIONES

ÚTILES DURANTE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA.

TECNOLOGÍA E INSTRUCCIÓN PÚBLICA EN

SANTANDER.

Cincuenta años después de ser fomentado y avalado por el

Estado neogranadino el método educativo lancasteriano fue

considerado inútil y opuesto al proyecto de progreso y

desarrollo industrial de la Nación por parte de la generación de

liberales que desde la perspectiva de las élites exportadoras de

monocultivos, artesanías y materias primas propusieron una

reforma radical a las visiones, nociones y proyecciones

educativas que habían sido decretadas por el General -

Presidente Francisco de Paula Santander y sus sucesores.

Page 116: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

115

Reforma que se concretó en el ámbito federal como estatal de

los Estados Unidos de Colombia en 1870 con el Decreto

Orgánico de Instrucción Pública Primaria, cuyo efecto tardío y

residual fue la guerra civil de 1876 (de las aulas o los colegios)

fomentada por el partido conservador y la Iglesia Católica en

defensa de la moral y la religión que habían sido parte de la

instrucción pública.

Las escuelas de enseñanza mutua como expresión del método

memorístico, simultaneo y colectivista, adoptado por el régimen

militar que gobernó la naciente República de Colombia, logró la

formación de un colombiano común desde la instrucción

primaria con virtudes e intereses liberales y democráticos, quien

comprendía y asumía sus obligaciones como buen católico y

buen ciudadano, pero estaba impedido a desarrollar su

individualidad, el autodescubrimiento práctico del mundo y el

goce de los placeres mundanos y anímicos fomentados por

corrientes ideológicas como el utilitarismo y el socialismo

utópico.

Historiadores como Jairo Ramírez (1998, p. 328) al indagar la

experiencia educativa de los estados federales colombianos,

específicamente en el Tolima como bastión del liberalismo

radical a la par de Santander, concluyó que con el Decreto de

1879 se “insinúo que la escuela debía prestar mayor atención al

entendimiento que a la memoria. Insinuación que parecía

dirigida a contrarrestar el uso del método simultáneo y mutuo (o

lancasteriano) implantando desde la independencia y favorecer,

en cambio, el método intuitivo y sensorial de Pestalozzi, uno de

los mejores representantes del naturalismo y el realismo

pedagógico europeo”.

Page 117: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

116

La respuesta a esa utopía escolar que liberaba al maestro de

instruir los temas asociados con la religión y la moral, delegaba

tales responsabilidades catequísticas y cívicas a los párrocos y

promotores del catolicismo y, concentraba todos los esfuerzos y

recursos de las escuelas, colegios y universidades en la

enseñanza de las ciencias útiles, fue una contrarrevolución

ideológica pasada por las armas que desde las parroquias y

provincias agropecuarias más distantes avanzó contra las

ciudades capitales y los núcleos urbanos desde donde las élites

comerciantes promovían la liberación de las ataduras

ideológicas tradicionales y financiaban instituciones escolares

donde cada individuo debía aprender a guiarse sólo por los

principios morales de la ciencia.

Para reafirmar sus posturas conservadoras sobre el orden

primigenio, los colombianos católicos también apelaron a

radicalizar su posición al hacer de las escuelas de enseñanza

mutua el símbolo de la resistencia popular a las innovaciones

laicizantes de las élites influenciados por el desarrollo

ideológico y material de ingleses, estadounidenses y alemanes.

En respuesta a las escuelas activistas radicales, los párrocos,

obispos y sociedades católicas abrieron escuelas lancasterianas

para reafirmar a través de sus maestros confesos y el

mecanicismo memorístico los dogmas de fe de la Nación y el

Estado que tradicionalmente se habían declarado católicos.

Esa reacción socio-cultural es descrita por Ramírez (1998, p.

336, 337-338) para el caso tolimense, como reflejo de las

acciones nacionales de los demás estados federales, de la

siguiente manera:

En aquel ambiente rural, atrasado, pastoril y de gran arraigo

religioso, la escuela radical era mirada según lo advirtió el propio

Gobernador Caicedo, como “una institución extraña” a las

Page 118: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

117

localidades. Esa escuela oficial formadora de ciudadanos y forjadora

de progreso para la felicidad material, no resultaba atractiva para los

moradores de las aldeas, que además temían que ella les arrebatara a

sus hijos de las faenas del campo. Preferían llevar a sus hijos a la

escuela parroquial que no era exigente en materia de tiempo y

además los preparaba para la felicidad eterna.

Seguramente que aquellos aldeanos debieron preguntarse ¿Para qué

enviar nuestros hijos a una institución que ofrece poner al niño en

contacto con el conocimiento sensorial y científico, si los párrocos

(como los de Pital y Agrado, por ejemplo) habían afirmado que “no

había más ciencia que la religión?”. Así las cosas, su conciencia

de padres, quedaba tranquila cuando enviaban sus hijos a la escuela

de la parroquia.

El aspecto diferenciador más visible entre la escuela científica

promovida por las élites liberales y la escuela pública y

caritativa para los pobres dependientes de las élites

conservadoras fue el costo y uso de recursos tecnológicos

educativos al requerir los activistas libros importados para uso

personal, laboratorios y talleres especializados mientras que los

mutualistas usaban sólo carteles, pizarras y punzones de carácter

colectivo y gran resistencia. Ramírez (1998, p. 337 – 338)

analiza esa confrontación económica y tecnológica entre los

bandos partidistas tolimenses al expresar:

La carencia de recursos [rentas oficiales y contribuciones

voluntarias] repercutió a su vez en la perpetuación del tradicional

método lancasteriano en la escuela del Tolima. Era éste más

económico que el intuitivo que exigía el uso de texto para los

alumnos. En cambio el simultáneo y mutuo, comentaba el

gobernador Leyva, sólo requería de unos cuadros que podrían ser

manipulados por todos los niños y permanecer colgados para

uso de otros en los años siguientes. Si a esto se agrega que las

normales del federalismo tardaron en graduar maestros idóneos para

el manejo de los nuevos métodos y que los educadores controlados

por el poder local poco hicieron por cambiar las viejas

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118

metodologías, fue a todas luces evidente el fracaso de la reforma en

materia de innovación metodológica de la enseñanza.

…En general, las escuelas del Tolima terminaron impartiendo

enseñanza religiosa como parte de su pensum, aferradas al método

de enseñanza simultáneo y mutuo, desprovistas de maestros que

manejaran el método sensorial e intuitivo, con grandes carencias en

edificios y materiales y con maestros manejados por el poder local,

y por lo tanto, carentes de identidad y compromiso con la reforma.

La educación aplicada, científica y práctica que debía contribuir

a la transformación social y económica de Colombia se

constituyó en una tarea legal e institucional emprendida por las

élites para todos los colombianos cuyos efectos finales sólo se

pudieron evidenciar al interior de un reducido número de

personas de esos grupos familiares y los grupos sociales

cercanos o dependientes de esas mismas “gentes superiores” al

estar dispuestos a cambiar sus nociones ideológicas, sus

prácticas educativas, y especialmente, el uso social del

conocimiento al fomentarse una educación orientada hacia un

conocimiento aplicable en la vida cotidiana o productiva de los

individuos acorde con los postulados profesionalizantes de los

estudios en ingenierías impartidos en los colegios universitarios

estatales y las universidades nacionales siguiendo el modelo

educativo estadounidense.

El fomento del estudio de las ciencias aplicadas en la formación

primaria y secundaria de los colombianos como fundamento

necesario para la elección y dedicación de los universitarios a

profesiones liberales, especialmente las ingenierías, se

constituyó en un sistema educativo estatal y en un plan nacional

de estudios concebido y propiciado explícitamente por las élites

sociales y económicas que ascendieron desde mediados del siglo

XIX al poder como gobernantes y legisladores tanto del Estado

federal como al interior de los estados soberanos motivados por

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119

el espíritu reformador y librecambista de gobiernos liberales

como el de José Hilario López.

Esa transición y sustitución de las élites militares que liberaron

y restablecieron el orden nacional por medio del régimen

republicano centralista a través de Generales – Presidente (1821

-1854) por las élites comerciales que propiciaron la liberación

económica, política y cultural de los colombianos con las demás

naciones del mundo a través de un régimen republicano federal

representado por los ideólogos políticos y los empresarios

exportadores más representativos del liberalismo radical ha sido

analizado por la historiografía colombiana, y especialmente por

autores como Frank Safford (1989), como la transición de las

instituciones y las prácticas culturales neoborbonicas (demo-

liberales) por las utilitaristas (científico-liberales). O en su

defecto, la transición del sistema de dominación monárquico -

virreinal regido por la clase denominada “españoles

peninsulares” por el sistema de dominación aristocrático –

republicano de la clase ministerial, y de este a su vez, al sistema

de dominación oligocrático – federal de la clase liberal

mercantilista.

Un fenómeno revolucionario y delimitador de los postulados y

pretensiones de la cuarta república colombiana (1853 – 1886)

que en palabras de Safford (1989, p. 22-23) es descrito de la

siguiente manera:

La Colombia del siglo XIX fue gobernada por una clase alta cuyos

valores eran muchos aspectos acentuadamente aristocráticos. Los

individuos que aspiraban a un status social rehuían el trabajo manual

y el sector alto tendía a tratar de obtener títulos de honor social

mediante el ejercicio de carreras jurídicas, políticas o literarias.

Existían, no obstante, tendencias contrarias. Importantes políticos de

la clase alta comprendieron los obstáculos que representaban

muchos de los patrones dominantes para el desarrollo económico y

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120

trataron de alterar, cuando menos, algunos de ellos. La élite política

orientada hacia el desarrollo trato de introducir varias formas de

educación técnica. Su propósito no era tan sólo el de proporcionar a

la sociedad las herramientas mecánicas para el progreso económico,

también esperaba inculcar mediante la capacitación técnica nuevas y

más prácticas orientaciones de valores, tanto en la clase alta como

en la baja. Tenía la esperanza de que la educación técnica hiciera

que los jóvenes de la clase alta desistieran de las carreras jurídicas,

literarias y políticas y los encauzara hacia actividades

económicamente más productivas.

El neoborbonismo de los españoles americanos que habían

optado emanciparse, independizarse y liberarse por la vía de la

“guerra a muerte” del régimen virreinal neogranadino y del

ejército expedicionario de pacificación y reconquista español

que lo respaldaba, siguiendo a Safford (1989), se caracterizó en

cuanto al fomento de los conocimientos técnicos y el estudio de

las ciencias aplicadas por decisiones políticas y el fomento de

valores culturales y morales como fueron:

1. La continuidad de las clasificaciones, roles y status

hispanocatólicos de los trabajos intelectuales realizados

por las clases superiores que podían acceder a los

colegios y universidades, nacionales o extranjeras, y

consigo a las nuevas visiones ético-científicas como a los

nuevos hallazgos técnico-tecnológicos de occidente

versus los trabajos mecánicos y agropecuarios

tradicionales aprendidos por las clases inferiores al

interior de los núcleos domésticos o por medio de

maestros artesanos a la par de la instrucción obligatoria

que se debía recibir en primeras letras por los maestros

lancasterianos, así como la dependencia ideológica de

los párrocos en su condición de maestros espirituales

responsables de la disciplina moral y espiritual de las

nuevas generaciones de ciudadanos.

Page 122: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

121

2. La presunción idealista de los liberales republicanos,

al igual que los virreyes ilustrados, en que el

mejoramiento y la ampliación de fuentes y recursos para

la educación formal eran solución suficiente pues se

concibieron sistemas y planes de estudio muy bien

intencionados y orientados al adaptar al contexto

neogranadino la experiencia británica y norteamericana

pero no se propició la estructura económica, la

infraestructura tecnológica ni la superestructura ética

necesaria para garantizar la ocupación y el ejercicio

profesional al alterarse las clasificaciones y exclusiones

tradicionales. Con lo cual, no fue dinámica la ampliación

ni el ascenso de la clase media por medio de empleos

lucrativos donde técnicos e ingenieros pudieran ejercer

de forma directa sus saberes para la Nación superando la

condición de ayudantes de los pocos profesionales

extranjeros que inmigraron y fueron contratados por el

Estado para las obras e inversiones públicas asociadas

con las vías de transporte para la exportación e

importación de mercancías y personas.

A ello se sumaba la incapacidad del Estado para seguir

endeudándose interna y externamente para realizar las

grandes obras de desarrollo regional o nacional que

empleasen la mano de obra calificada de la Nación, así

como los hacendados y comerciantes no se arriesgaban a

invertir sus escasos capitales privados en obras de

infraestructura o en proyectos agroindustriales de no

tener la seguridad de la ganancia segura y la rápida

recuperación de sus inversiones. Siendo ejemplo de esos

capitales de riesgo y empresas aventureras los proyectos

viales, comerciales y agroexportadores del empresario

alemán Geo von Lengerke en el Estado de Santander.

Page 123: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

122

3. Los Gobernantes republicanos, liberales como

conservadores, por medio de la unificación y

masificación de la instrucción general requerida por las

nuevas generaciones de colombianos se preocuparon en

dar continuidad al orden funcional profesional del

régimen virreinal, según el cual, los ciudadanos debían

formarse y aprovechar los beneficios de la educación

pública para constituirse en funcionarios y servidores

públicos, limitando así el fomento y el espíritu

emprendedor de las individualidades al ser más

importante aspirar a la vida burocrática o a una carrera

política basada en la producción de bienes y servicios

estatales. Con lo cual, sólo a través del triunfo electoral y

las reformas radicales promovidas desde mediados de

siglo (1847) por los liberales utilitaristas fue posible

promover un orden jurídico e institucional mediante el

cual debía darse más importancia al bien individual ó

gremial (la auto-superación productiva) que al bien

nacional ó colectivo ( la dependencia burocrática).

4. Las diferencias geográficas de las provincias

virreinales, transformadas en departamentos

republicanos y finalmente en estados federales,

conllevaron a la fragmentación de las fuentes de riqueza

de la Nación al encontrarse los puertos comerciales en el

litoral Atlántico, las extracciones mineras en el litoral

Pacífico y los Andes occidentales, los ganados de

abastecimiento urbano en la Orinoquía, así como la

producción agrícola y manufacturera en los Andes

orientales, con lo cual, la disparidad económica se reflejó

en las posibilidades e imposibilidades de cada territorio

para invertir sus rentas en instrucción pública. El efecto

inmediato de esas diferencias durante el período

Page 124: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

123

comprendido entre el restablecimiento del sistema

educativo de Santander (1835) y la ejecución del sistema

educativo acordado por el liberalismo radical de Murillo

y Salgar (1875) fue la cuadruplicación de la población

infantil atendida en las escuelas primarias de prósperos

Estados mineros como Antioquia o en populosos Estados

manufactureros como Cundinamarca, mientras que,

como se puede comprobar en el Apéndice 1, el promedio

nacional sólo alcanzó la duplicación de las cifras de

población instruida por las instituciones públicas,

específicamente en Estados comerciales como Bolívar,

Magdalena y Santander. Mientras que las regiones

esclavistas e indígenas de Cauca y Boyacá mantuvieron

estables sus cifras de colombianos instruidos en la

educación primaria (o primeras letras), sin importar su

raza (o pureza de sangre), género o condición social.

5. El proyecto económico trazado para la República si

bien promulgada la formación de colombianos útiles en

ciencias aplicadas y oficios prácticos para la

transformación de las abundantes materias primas

nacionales en productos de exportación del Estado, en la

práctica, los ciudadanos dieron continuidad y

expandieron el régimen económico heredado del

régimen colonial basado en la comercialización de

bienes y servicios, especialmente con la exportación de

materias primas como el tabaco y el cacao o la

importación de artículos de consumo asociados con

vestimentas, bebidas y objetos ornamentales. Con lo

cual, la mayoría de colombianos más prósperos y

exitosos de mediados del siglo XIX, formados para

durante al menos tres décadas para ser científicos,

técnicos o productores agroindustriales, fueron aquellos

Page 125: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

124

que amasaron o incrementaron grandes fortunas como

resultado de sus actividades comerciales de importación

y exportación, lo cual les permitió ganar el prestigio

social y el poder político necesarios para llegar a ser

elegidos presidentes de sus estados soberanos de origen

como del estado federal.

Ejemplos emblemáticos de esa élite comercial que llegó

a dominar el país fue el caso del santandereano Aquileo

Parra Gómez, quien sin ser militar, abogado, periodista

ni persona letrada (escritor) fue respaldado y promovido

por el partido liberal como el primer comerciante –

presidente de Santander, y luego de Colombia (1876 –

1878), cuyo principal mérito fue vencer a los políticos

conservadores y los obispos católicos que habían

promovido desde los estados occidentales una guerra

civil al oponerse a las reformas educativas secularizantes

de la instrucción pública que desde 1870 se habían

promulgado de forma obligante para todos los estados

soberanos.

La gran excepción de esa tendencia político - mercantilista

fueron las élites de Antioquia, formadas en el período colonial y

republicano para ser mineros, durante el período federal y

regenerador como ingenieros educados en universidades

nacionales o norteamericanas, y a lo largo del siglo XX como

ingenieros y administradores industriales en todos las áreas del

conocimiento y en todos los campos de la producción. Siendo

exaltada esa provincia y estado por autores como Safford (1989,

65) al describir las causas de su desarrollo económico e

industrial durante los siglos XIX y XX, así como su proyección

para el siglo XXI, al expresar:

Page 126: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

125

Antioquia fue la gran excepción. En todas las regiones del país había

hombres prácticos entre los miembros de la clase alta, hombres que

eludían la política, renegaban de ella y la consideraban la ruina del

comercio. Pero en la mayoría de las regiones, estos hombres eran

avasallados por las tormentas políticas. Sólo en Antioquia tuvieron

la fuerza suficiente para hacer que sus voces prevalecieran en gran

parte de los casos. En casi todas las demás regiones, una importante

fracción de la clase alta, frustrada en sus actividades económicas,

optó por la actividad política. Y la práctica de la política, con sus

secuelas de guerras civiles, inseguridad de la propiedad,

desorganización de mercados, fuga de capitales, altas tasas de

interés e instituciones económicas generalmente débiles, restringió

aún más las oportunidades económicas. Así pues, hasta el siglo XX

las carreras políticas siguieron siendo una opción obligatoria para

los jóvenes ambiciosos.

Si bien Antioquia y los antioqueños han sido la excepción a los

procesos de desarrollo industrial y la formación aplicada en

ciencias útiles en comparación al resto de provincias, estados y

departamentos de Colombia, éste ensayo pretende demostrar

¿Cuál fue el plan de estudios en ciencias útiles, prácticas y

aplicadas que los liberales centralistas, y posteriormente los

federalistas, promovieron para la formación de ingenieros

colombianos durante el siglo XIX?, y consigo, ¿Cómo fueron

adaptadas a las necesidades productivas regionales y al proyecto

civilizador liberal de las provincias neogranadinas nororientales

las políticas nacionales de formación en ciencias y profesiones

industriales (o aplicadas asociadas con la ingeniería?

7.2.1 FACULTADES PARA TRABAJADORES. Desde 1821

el Gobierno Supremo de Colombia en cabeza de los generales –

presidentes y libertadores había promovido constitucional y

legalmente un Estado dispuesto a transformar la Nación

interprovincial que habían creado a partir de la reivindicación

del proyecto en educación pública que no habían podido

materializar los virreyes neogranadinos al contar con la

Page 127: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

126

oposición o el rechazo de los dominicos, quienes

monopolizaban la educación universitaria. De allí que su

propuesta de educación sustituyese la educación en teología,

derecho y letras por un proceso de instrucción general que desde

las escuelas primarias se orientaran a la formación de

profesionales universitarios dedicados al “estudio de la

agricultura, del comercio, de la minería y de las ciencias

militares para la defensa de la República”.

La experiencia gubernamental de establecer colegios

provinciales con escuelas lancasterianas anexas desde 1821,

acordes con las necesidades instruccionales de cada territorio y

sin descuidar la enseñanza de las cátedras obligatorias

(facultades menores) que permitían el examen y continuidad de

los estudiantes hacia las facultades de estudios universitarios,

fue sistematizado en 1826 al delegar el Congreso al Gobierno la

facultad de planificar y decretar un único Plan de Estudios que

debía guiar la instrucción primaria, secundaria y superior de

toda la Nación.

En el caso de Antioquia, con la creación del colegio de Medellín

(9 de octubre de 1822), la vicepresidencia de la República

(1926, t.7, p. 119) en cumplimiento de la ley de 6 de agosto de

1821 había decretado la apertura de las cátedras obligatorias en

“gramática española, latina, y principios de retórica y otra de

filosofía”, así como autorizó la enseñanza y examen de los

estudiantes de esa provincia minera en “mineralogía” al contarse

con los recursos docentes y financieros para su conservación.

Igual privilegio del Gobierno de la República (1926, t.7, p. 136,

145) obtuvo el colegio de San Simón de Ibagué en la provincia

minera de Mariquita, así como el Santa Librada de Cali en la

provincia minera de Cauca al establecerse en cada uno de ellos

una cátedra de matemáticas y otra de mineralogía.

Page 128: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

127

En las provincias que conformaron el Estado de Santander, por

el contrario, la inclinación de las gentes superiores por los

estudios y las profesiones tradicionales en derecho, teología y

cánones, la ausencia de rentas públicas para establecer y

sostener más cátedras, y especialmente la dedicación de las

gentes a actividades artesanales y al comercio de abastecimiento

regional o internacional hacia las provincias mineras de la

República (1926, t.7, p. 147) limitaron los estudios superiores a

sólo una cátedra de filosofía en Pamplona (5 de marzo de 1823)

bajo la dirección del Obispo de Mérida.

En el caso de los colegios de Bucaramanga, Vélez y Socorro, la

falta de rentas propias y edificios conventuales adecuados para

su funcionamiento motivaron a las autoridades centrales de la

República (1926, t.7, p. 199) a trasladarlos, reducirlos y

congregarlos en un lugar equidistante, céntrico, seguro y

saludable para los estudiantes de esas provincias. Para tal fin fue

establecido el Colegio de San José de Guanentá (22 de mayo de

1824) en la villa comercial de San Gil con el fin de impartirse en

el mismo las cátedras básicas en Gramática y Filosofía, así

como “una cátedra de principios de legislación, donde se

enseñarán los del derecho político, natural, de gentes y civil por

el tiempo que asigne el plan de estudios”.

Una orientación curricular semejante a otros centros de

intercambio comercial y de conexión vial como la capitalina

Cartagena en cuyo colegio se establecieron las cátedras

obligatorias de gramática, retórica y filosofía, las cátedras de

interés tradicional en derecho y teología, así como cátedras de

fomento estatal para esos centros económicos en matemáticas,

medicina derecho económico e idiomas vivos.

Page 129: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

128

Al unificarse y reglamentarse en 1826 la diferencia entre los

colegios cantonales (“casas de enseñanza”) de los colegios

provinciales, se autorizó a los primeros a poder establecer

acorde a sus recursos cátedras de filosofía, ciencias naturales o

cualquier otra dispuesta en el sistema educativo colombiano

(Ley del 18 de marzo de 1826), así como a los segundos el

Gobierno les autorizó a través del Plan de Estudios (Decreto del

3 de octubre de 1826) de la República (1926, t.7, p. 407-408) a

establecer y examinar a los estudiantes de las escuelas y los

colegios provinciales en las cátedras mediante las cuales se

enseñaba ciencias útiles y prácticas necesarias para el ingreso de

las universidades departamentales o centrales (nacionales).

Entre esas cátedras se encontraban las de: dibujo; gramática

castellana y latina, lengua francesa e inglesa, principios de

geografía, cronología e historia; elementos de derecho

constitucional; Elocuencia y literatura; Principios de

agricultura y comercio; Filosofía o ciencias naturales

“escogiéndose los ramos de una utilidad más general”, así

como las cátedras asociadas con los cursos básicos ( o

facultades menores) exigidos para el ingreso a las universidades

estatales como eran: “el estudio y la aprobación en la gramática

castellana y en la lengua latina, y también en los cursos de

matemáticas y física, de lógica y metafísica, de moral y de

derecho natural, debe preceder a la matrícula de jurisprudencia y

teología”.

Las universidades de la República (1926, t.7, p. 413), fueron

reorganizadas a su vez como los claustros de las facultades

mayores del conocimiento, autorizadas para examinar y

conceder títulos y grados a los estudiantes promovidos en los

colegios o en esas mismas universidades como “bachiller,

licenciado y doctor en jurisprudencia, en medicina y en

Page 130: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

129

teología”, con lo cual se suprimían los grados genéricos que

otorgaban las universidades hispanocatólicas en Filosofía. Así

mismo, para garantizar la continuidad y uniformidad de los

estudios colegiales secundarios a los superiores universitarios a

cualquiera de las universidades de la República (1926, t.7, p.

430) las cátedras colegiales eran organizadas y agrupadas a

través de clases agrupadas en cinco conjuntos de ciencias: “1ª,

de literatura y bellas artes; 2ª, de filosofía y ciencias naturales;

3ª, de medicina; 4ª, de jurisprudencia; y 5ª, de teología”.

En el caso puntual de los estudios aplicados y prácticos que

darían origen a las escuelas y facultades de ingeniería de la

República (1926, t.7, p. 430) durante las siguientes décadas, la

segunda de esas clases de cátedras se caracterizaban porque:

“Artículo 143. La clase de filosofía o ciencias naturales

comprende las cátedras siguientes: una de matemáticas; una de

física general y particular; una de geografía y cronología; una de

ideología o metafísica, gramática general y lógica; y una de

moral y derecho natural. La historia natural comprenderá tres

cátedras: una de mineralogía, arte de minas y geognosia; otra de

botánica y agricultura y una de zoología. Una en fin, de química

y física experimental”.

Entendida la Física general y particular impartida en cada

universidad de la República (1926, t.7, p. 433, 435) como el

“conocimiento de los cuerpos por sus propiedades, por sus

efectos y por las leyes que arreglan sus movimientos”, su

enseñanza se debía realizar “en el gabinete de física para hacer

las experiencias y conocer el uso de los instrumentos físicos”.

Sin embargo, al ser el propósito del Gobierno llevarla al nivel

práctico y experimental que tenía en las naciones desarrolladas,

la educación en las cátedras de las facultades mayores debía

propiciar una innovación usual y desconocida para los

Page 131: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

130

colombianos como era centrar el conocimiento no en las

enseñanzas del catedrático ni en las colecciones de las

bibliotecas al primar en su aprendizaje la realización de

ejercicios prácticos de aplicación de los conocimientos teóricos

aprendidos por medio del trabajo experimental en los

laboratorios y gabinetes que cada universidad debía adecuar y

mejorar.

De allí que los estudios prácticos en ciencias naturales al pasar

de la condición general y particular (ó teórica) a la experimental

(o aplicada) debían caracterizarse por las condiciones propias de

la ingeniería promovida en occidente como eran:

Artículo 162. Química y física experimental. El catedrático de estas

ciencias las explicará en el laboratorio químico y gabinete físico.

Comprenderá la química general y la particular, analizando el mayor

número de cuerpos que fuere posible, con particularidad aquellos

que dan resultados útiles a la medicina y a las artes. El manual o

principios elementales de química teóricos y prácticos de Bouillon

Lagrange, servirán para esta enseñanza. Se consultarán los

elementos de química de Chaptal, de Fourcroi, Bernhotel, Lavoisier

y los anales químicos, prefiriéndose las traducciones en castellano.

La nueva nomenclatura química, según la clasificación de Tohnarp

por Caventou, y traducida por Lorente, será útil en esta clase, en la

que los profesores cuidarán siempre de seguir los nuevos

descubrimientos y la perfección que los sabios den a la química

y a la física experimental.

La tecnología educativa que debían usar los catedráticos de

física como de química en las universidades de la República

(1926, t.7, p. 429, 430) tantos los productos de los gabinetes, los

modelos de máquinas, los instrumentos físicos o químicos, etc.,

e incluso los sirvientes que debían atenderlos, debían ser

planificados en su adquisición y dirigidos en su uso de forma

directa por los catedráticos. Sin embargo, el uso e incremento de

los suministros que debían caracterizar esos centros de

Page 132: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

131

modelación y experimentación dependerían del

aprovechamiento y reconocimiento cultural que deberían tener

esas ciencias para el resto de la sociedad.

Para ello, el espíritu del plan de estudios de 1826 en cuanto a

conocimientos útiles y aplicados revalidó la necesidad de la

colaboración mutua entre todos los interesados en garantizar la

instrucción general y el bienestar colectivo. Puntualmente, el

vicepresidente Santander decretó: “Artículo 140. Aunque dichos

establecimientos no puedan tener al principio toda la perfección

a que se debe aspirar, siempre se comenzará la fundación, pues

ellos han de crecer apoyados por el celo de la dirección general

y subdirecciones respectivas, lo mismo que por los catedráticos

y alumnos de las universidades, que deben interesarse, y sin

duda se interesarán en su prosperidad con la que tanto ha

de mejorar la educación pública”.

Esas innovaciones en la formación científica y práctica de los

colombianos sólo eran un privilegio de los varones que pasaban

de los salones de las escuelas lancasterianas a las aulas de

cátedras de colegios, y de allí a las aulas de las universidades,

pues las niñas, las jóvenes y las mujeres menores de edad,

después de culminar los estudios de las escuelas primarias no

podían continuar su formación en los colegios y universidades,

excepto aquellas que gradualmente fueron graduadas como

maestras lancasterianas, y posteriormente como maestras de las

normales pestalozzianas.

Esa exclusión de la filosofía y las ciencias naturales para las

mujeres se reafirmó con la creación del Colegio capitalino de la

Merced (30 de mayo de 1832) mediante un Decreto de la

República (1926, t.7, p. 584 - 586) que reafirmó la enseñanza de

cátedras asociadas con los conocimientos básicos, la vida

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132

doméstica y las labores cotidianas que debían aprender todas las

mujeres para actuar como buenas madres, esposas hacendosas o

hijas solteronas antes que como productoras de bienes o

servicios agroindustriales. Específicamente se dispuso:

Artículo 3º. Habrá cinco cátedras, una para enseñar a leer, escribir

y contar; otra para enseñar las gramáticas española y francesa; otra

para el dibujo y labor propia del sexo; otra en que se enseñen los

principios de moral, religión, urbanidad y la economía doméstica, y

otra para enseñar los elementos de música vocal e instrumental. El

Gobierno podrá retirar dos o más cátedras, según lo tenga por

conveniente, y en seguida, según los adelantamientos qua vayan

haciendo las jóvenes y el aumento que puedan ir teniendo los

fondos, podrán establecerse cátedras de geografía, historia, literatura

y otras, en que se enseñen ramos igualmente útiles e importantes.

Artículo 8º. Para entrar a dicho colegio deberá practicarse ante el

gobernador una información que acredite buena índole y buen

comportamiento de la pretendiente, y no padecer enfermedad

contagiosa.

Artículo 10. Serán admitidas en este colegio todas las jóvenes que

tengan las cualidades indicadas en el artículo 8º, con tal de que no

bajen de cinco años, ni pasen de la edad de catorce; pero las que

hubieren entrado antes de esta edad podrán continuar después de

cumplida, por todo el tiempo que lo tengan a bien, hasta recibir

todos los conocimientos que puedan proporcionarse en este

establecimiento.

El fomento de las ciencias naturales y las demás clases de

cátedras universitarias en las provincias que constituirían desde

1857 el Estado de Santander (13 de mayo), solo se materializó

una década después de promulgado el Plan de Estudios de 1826

del Vicepresidente Santander por medio de la Ley del 30 de

mayo de 1835, durante el trienio final su administración como

primer presidente de la República de la Nueva Granada (1835 –

1837). A falta de un código que reformara y “arreglara” toda la

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133

educación pública neogranadina, se ordenó por medio de esa

Ley cumplir con números específicos de cursos para aprobar

cada una de las clases de cátedras (o facultades mayores)

universitarias que permitían obtener títulos y grados

universitarios para las profesiones públicas más demandadas

como eran jurisprudencia (cinco cursos o cátedras), medicina

(seis cursos) y Teología (cuatro cursos). Siendo posible que

cada estudiante cursara y aprobara al mismo tiempo dos o más

cursos de cualquiera de las tres diferentes clases reguladas.

Para garantizar la soberanía e igualdad de las provincias

confederadas en República (1925, t.5, p. 488) se decretó

específicamente que dichos cursos y clases podían cursarse y

“ganarse en todos los colegios de la República, en los cuales se

podrán establecer estas enseñanzas siempre que haya recursos

para ello”. De allí que las provincias del nororiente de la

República optarán por solicitar al Gobierno central a nombre de

los vecinos, los empresarios y las familias más pudientes el

establecimiento de colegios y la apertura de cursos o cátedras

asociados a cada una de esas clases o facultades en Vélez,

Socorro, Socorro-Guanentá, Pamplona y Pamplona-

Floridablanca, considerando para ello los beneficios económicos

y sociales que traía consigo la descentralización del monopolio

de títulos y grados que habían tenido las universidades

nacionales Central (Bogotá), del Magdalena y Popayán como

parte del proceso de reconfiguración nacional a partir del

régimen interprovincial neogranadino.

A esos claustros superiores se les confirió paralelamente el

privilegio de ser las únicas instituciones de la República que

podían impartir enseñanzas y otorgar grados y títulos en las

clases de estudios militares asociadas con las matemáticas puras,

la artillería y fortificación y, la instrucción práctica militar y

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134

ciencia de la guerra (Ley 29 de abril y decreto de 28 de junio de

1836), con las cuales se sentaron las bases para la constitución

del colegio militar nacional (1847), y consigo, la formación y

expedición de títulos oficiales en ingeniería civil, militar o

minera, como parte del modelo de escuela militar – politécnica

adoptado y adaptado por el último General – Presidente Tomás

Cipriano de Mosquera.

Acorde con lo dispuesto en las leyes y Decretos desde 1835

(1926, t.7, p. 649 – 650, 708-710, 766-768, 816 – 817, 818), al

colegio de la provincia de Vélez se le confirió la facultad de

enseñar, evaluar y aprobar de forma autónoma las cátedras en

jurisprudencia (1 de marzo de 1834), filosofía (29 de octubre de

1836), medicina (14 de noviembre de 1835), idiomas (lengua

inglesa y lengua griega) y literatura y bellas artes (26 de

noviembre de 1836), así como se dispuso que los cursos que

fuesen ganados por los estudiantes veleños de esas cátedras,

“con los debidos requisitos” (Decreto del 3 de octubre de 1826)

quedaban “habilitados conforme a la ley” (Ley del 18 de marzo

de 1826) para “obtener grados universitarios”.

Al colegio de Guanentá en la Provincia del Socorro se le

confirió la facultad de enseñar y examinar la cátedra en

medicina (14 de noviembre de 1835 y 29 de octubre de 1836) y

la de teología (11 de enero de 1838); al colegio del Socorro se le

confirió la facultad de enseñar la clase de Jurisprudencia (15 de

octubre de 1836) y, en la casa de estudios del presbítero doctor

Félix Girón en la parroquia de Simacota (11 de mayo de 1840)

se autorizó impartir de forma particular una cátedra de

gramática latina y otra de filosofía de forma pública y gratuita.

Al colegio de la Provincia de Pamplona, establecido y

organizado como establecimiento nacional de instrucción

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135

pública en la ciudad de Pamplona, se le facultó para enseñar

(junio 15 de 1835) las clases de jurisprudencia civil y canónica;

ciencias filosóficas (filosofía y moral), exactas y naturales,

específicamente en “matemáticas, física y agrimensura” como

en “dibujo y elementos de agricultura, geografía e historia” y;

cátedras en latinidad, gramática castellana e idiomas vivos como

parte de las clases (o facultades mayores) en literatura y bellas

artes.

Beneficiados por esa misma descentralización territorial e

instruccional los estudiantes de las familias de la provincia de

Pamplona en los cantones de artesanos y agroexportadores de

Girón, Piedecuesta y Bucaramanga (antigua provincia virreinal

de Girón) se les facultó (20 febrero de 1835) para establecer un

colegio provincial en la parroquia equidistante de Floridablanca

con el nombre de Colegio de Floridablanca. Institución en la que

cual se podía enseñar y examinar inicialmente en la clase de

literatura y artes con las cátedras de “gramática latina y

castellana y principios de dibujo linear”, las cátedras asociadas

con la clase de “ciencias filosóficas, exactas y naturales”, así

como una cátedra en derecho civil asociada con la clase de

jurisprudencia.

Si bien el colegio de Floridablanca, trasladado posteriormente a

Piedecuesta, gozaba de los mismos privilegios de los colegios

provinciales cercanos para examinar y otorgar grados, de forma

específica fue descrita su condición de institución intermedia

dependiente de la universidad central de la República (1926, t.7,

p. 710) al decretarse para el caso de las ciencias prácticas que:

“Artículo 9. Los cursantes de la clase de Filosofía del Colegio

de Floridablanca serán matriculados en el mismo colegio, y los

de facultad mayor lo serán en la Universidad Central, a cuyo

rector se enviarán todos los años por el del Colegio las listas

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136

respectivas, registrándolas en el libro de matrículas del citado

colegio cuando se hayan recibido los correspondientes

certificados. La justificación de los cursos que ganen los cursan-

tes, previos los estudios, asistencia y exámenes que exigen las

disposiciones vigentes, se hará en la forma prescrita por el

artículo 54 del decreto orgánico de enseñanza pública”.

Para financiar el establecimiento y continuidad del colegio

como de sus cátedras el Gobierno central aceptó la propuesta de

los empresarios de esos cantones en emplear parte de las rentas

del tabaco para la instrucción pública al seguir siendo el bien

económico y la fuente de riqueza socioeconómica más

importante de esos cantones, así como era un producto de

agroexportación resguardado, estancado y protegido

militarmente con guardias por el Gobierno por medio de

factorías provinciales, de las cuales, una de las más prósperas de

la República se encontraba en Piedecuesta y era abastecida con

el “oro humeante” cultivado y secado en esos cantones al ser

lugar de paso obligado del camino nacional a Santafé, Pamplona

y la costa caribe.

A diferencia de los demás colegios provinciales del país, el de

Floridablanca también tenía la particularidad de ser dotado,

financiado y administrado por los empresarios tabacaleros de

Piedecuesta y Girón demostrando así el espíritu emprendedor,

progresista y visionario resaltado por viajeros nacionales y

extranjeros que recorrieron esas provincias, especialmente por

Manuel Ancízar quien como corógrafo oficial (1850) describió

esas gentes como el modelo de la sociedad liberal utilitarista que

una década después se oficializó con la proclamación de los

Estados Unidos de Colombia (1863).

Page 138: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

137

El descuento directo de una parte de las rentas privadas del

tabaco por el factor provincial del Gobierno al comprar a los

empresarios tabacaleros sus cargas en cumplimiento de la

contribución voluntaria ofrecida y asegurada como fianza al

Estado demostraba los alcances del interés colectivo y la

relación armoniosa de ayuda mutua entre el gobierno y los

gobernados. En contraprestación, el Estado permitía a los

empresarios privados intervenir en asuntos gubernamentales

asociados con la recaudación, administración, regulación y uso

de esos ingresos de uso público por medio de una comisión de

empresarios confiables, personas respetadas o padres

reconocidos.

Para justificar el uso de las rentas nacionales como de las

contribuciones afianzadas por el gremio empresarial tabacalero

para financiar la instrucción pública provincial el presidente

Santander consideró y decretó el 20 de febrero de 1835 en

nombre de la República (1926, t.7, p. 709 – 710):

CONSIDERANDO

1.° Que para proveer a los gastos del nuevo establecimiento se ha

asegurado por escritura pública un fondo de dos mil doscientos

veinte pesos; los dos mil por los cultivadores de tabaco del cantón

de Girón, que se comprometen a ceder medio real por cada arroba

del género que introduzcan en factoría, mientras exista en la

cabecera de dicho cantón, habiéndose computado por el factor la

introducción anual en treinta y dos mil arrobas; y los doscientos

veinte por suscripción de varios vecinos, la mayor parte por espacio

de seis años.

2. Que por un vecino del distrito parroquial de Floridablanca se

ha cedido el terreno necesario para levantar en la cabecera de

dicho distrito el edificio del colegio.

Page 139: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

138

3. Que se cuenta por lo mismo con medios pecuniarios para

proceder al establecimiento del nuevo colegio, sin desmembrar las

rentas del que existe en la capital de la provincia.

4. Que igualmente se cuenta con profesores para el servicio de las

cátedras, y de un número considerable de alumnos para cursar

en ellas.

DECRETA

Artículo 1. Se establece en la cabecera del distrito parroquial de

Floridablanca, en el cantón de Girón de la provincia de Pamplona,

un nuevo colegio, con el nombre de colegio de Floridablanca.

Artículo 2. Son rentas del colegio de Floridablanca: 1., el producto

del medio real con que han ofrecido contribuir los cultivadores

de tabaco del cantón de Girón por cada arroba que introduzcan

en factoría; 2., el de las suscripciones y donaciones voluntarias

hechas o que se hicieren en adelante para sostenerlo; 3., las

adjudicaciones que se hagan en su favor por la cámara de la

provincia y por el concejo municipal de Girón.

Artículo 3. La contribución ofrecida sobre el tabaco en favor del

nuevo colegio, será cobrada de los introductores del género en

factoría por el factor, descontando su importe de las sumas que

debiera pagarles por las introducciones; dicho empleado tendrá sus

productos a disposición de la comisión administrativa provisoria

del mismo colegio.

Artículo 4. Esta comisión se formará de tres individuos vecinos del

cantón de Girón, qué designará el gobernador de la provincia, y sus

funciones serán: 1., recaudar los fondos pertenecientes al colegio; 2.,

Formar el proyecto para el edificio del colegio que debe construirse

en Floridablanca, y el presupuesto de los gastos de construcción; 3.,

dirigir los trabajos materiales de la citada obra, cuyo plan y

presupuesto de gastos deberán ser previamente aprobados por el

gobernador; 4.°, promover lo conveniente para que se lleve a efecto

en todas sus partes la fundación del colegio, y se aumenten los

ingresos de sus rentas; 5.°, llevar la cuenta de dichos ingresos y de

Page 140: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

139

su inversión, para presentarla con sus documentos a !a contaduría de

la provincia y a la cámara provincia en las épocas regulares.

Parágrafo único. Los miembros de esta comisión provisoria no

gozarán de emolumento alguno, pero deberán abonárseles los gastos

de recaudación y demás indispensables, suficientemente

comprobados en sus cuentas.

Artículo 5. Las rentas del colegio, deducidos los costos de su

recaudación, se invierten únicamente en la construcción del

edificio, en su mobiliario, y el pago de los superiores y

preceptores del establecimiento.

Un esfuerzo paralelo se había propiciado en Antioquia,

específicamente entre los empresarios mineros de Medellín, al

comprometerse con el establecimiento, dotación y financiación

de la cátedra de mineralogía y química, teóricas como

experimentales. Safford (1989, p. 161 y pp. 20) ha descrito las

características de ese esfuerzo de la empresa privada en

contribuir al fomento de la tarea educativa del Estado al

expresar:

Una región donde el conocimiento técnico parecía ser pertinente era

Antioquia, ya que la minería aurífera estaba experimentando allí un

crecimiento y un cambio técnico inducidos desde el exterior. En

1833 algunos líderes políticos provinciales iniciaron un esfuerzo

para lograr el establecimiento de cursos de química y mineralogía en

el colegio provincial de Medellín. Si bien fue la élite política de la

ciudad la que dio origen a la idea, ésta obtuvo un apoyo bastante

amplío en toda la provincia. Cuando los fondos públicos, reunidos

con gran dificultad y provenientes de una gran variedad de fuentes,

demostraron ser insuficientes para mantener una cátedra de química,

cerca de 225 ciudadanos de 21 comunidades aportaron

contribuciones para lograr este propósito.

[Nota 20: Los más notables investigadores [sic; ¿inversionistas?]

eran Juan de Dios Aranzazu, un gran terrateniente de los alrededores

de Rionegro, que fue gobernador en 1833; Su secretario Mariano

Page 141: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

140

Ospina, que pudo haber sido quien concibió la idea; el coronel Juan

María Gómez, que contrató al profesor de química en París [el

italiano Luciano Brugnelly desde 1838 a 1840]; Francisco A.

Obregón, sucesor de Aranzazu como gobernador, y un clérigo, el

Dr. Estanislao Gómez, que se hizo cargo de las donaciones privadas.

Entre las fuentes de fondos públicos que la provincia intentó utilizar,

se contaba un nuevo impuesto al oro que se llevaba a fundir (al

principio obstaculizado por los senadores de Antioquia en Bogotá) y

dineros que originalmente habían sido destinados para becas y

construcción de caminos].

Esos esfuerzos colectivos de iniciativa privada avizoraban las

tendencias liberales promovidas por los empresarios y

comerciantes que promulgaron reformas radicales a las

estructuras sociales, económicas y políticas de la Nación

Neogranadina para dar vida y configurar durante la segunda

mitad del siglo XIX a los Estados Unidos de Colombia, e

igualmente, permiten reconocer la resistencia y continuidad no

sólo de las escuelas tradicionales de orientación lancasteriana

que regulaban la práctica instruccional nacional pues en el

ámbito de los colegios y universidades, a pesar de la

descentralización provincial de las cátedras y la liberalización

de las condiciones para el otorgamiento de títulos en los

colegios, e incluso en escuelas privadas autorizadas legalmente

al estar bajo la dirección de connotados intelectuales, profesores

o científicos, la oferta oficial y por ende la demanda social o

particular seguían siendo las cátedras y títulos asociados con las

profesiones tradicionales en jurisprudencia, teología, medicina,

artes, y en último lugar las ciencias aplicadas.

Si bien fueron numerosos y continuos los esfuerzos del General

F. Santander y sus ministros durante la segunda (Colombia) y

tercera (Nueva Granada) República por garantizar desde el

Estado una instrucción general centrada en los conocimientos

útiles, en la práctica, la mayoría de los miembros de la Nación

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141

se orientaron por la preservación de las tradiciones y la

resistencia al cambio modernizador promovido por las élites

militares, las élites jurídicas y finalmente las élites comerciales

que ascendieron y se conservaron durante varias décadas en el

poder.

Explicaciones específicas para comprender las causas de ese

fracaso, y consigo, la postergación de una educación científica y

aplicada hasta los albores de la creación de la Universidad

Nacional de Colombia (19 de julio de 1867) por parte de los

liberales radicales, han sido planteadas por autores como

Safford (1989) al expresar que:

1. Existía la cuestión de lograr que las masas aceptaran la educación,

y especialmente, el problema de motivar a las familias campesinas

para que enviaran a sus hijos a las escuelas, Los campesinos de la

Colombia del siglo XIX manifestaban las mismas tendencias

conservadoras de los agricultores de pequeña subsistencia de

muchas culturas. Una economía agrícola estancada y una sociedad

altamente estratificada y dominada por lo urbano, desestimulaban a

los campesinos para invertir tiempo en la educación. La educación

no sólo representaba la pérdida inmediata del trabajo de un hijo, sino

también el riesgo de perder de manera permanente el trabajo de ese

hijo. Tampoco se podía esperar una retribución bajo la forma de un

empleo generador de un nuevo ingreso, porque un hijo educado a

medias y tal vez echado a perder para el trabajo agrícola seguiría sin

poder integrarse a la sociedad urbana dominante (p. 85).

2. La gran división de clases, entre una clase alta pequeña,

prestigiosa y alejada del trabajo físico, y una mano de obra

explotable y barata, proporcionó un fuerte y perdurable apoyo a la

creencia de que el trabajo manual era degradante. Según [el coronel

Anselmo] Pineda [Gobernador provincial de Panamá en 1843], aún

los jóvenes pobres, dominados por los valores de una sociedad

jerárquica, se resistieron al trabajo como algo humillante. Entre

los jóvenes acomodados, que tenían todas las posibilidades de evitar

el trabajo, la persistencia de las asociaciones negativas con relación

Page 143: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

142

a éste era todavía mayor. Por lo general, la juventud privilegiada

hizo frente con firmeza a todos los esfuerzos de sus padres para que

superaran el negativo significado social del trabajo físico (p. 114 –

115).

3. Los neogranadinos tenían la esperanza de que desestimulando el

ingreso de las generaciones jóvenes a las carreras legal-burocráticas,

podrían formar una nueva élite científico-técnica complementaria

que, en vez de comprometerse en aventuras políticas perturbadoras,

se encauzaría en un trabajo metódico y construiría la sólida

economía que se necesitaba para sustentar el Estado (p.150); …La

cuestión de motivar a la juventud par que se dedicara al estudio de

las ciencias estaba estrechamente relacionada con el problema del

débil apoyo institucional. Ya que el gobierno republicano no podía

ofrecer carreras seguras y bien remuneradas en el campo de las

ciencias, éste difícilmente podía ser muy atractivo, y tanto menos

cuando la alternativa era una carrera en el campo del derecho y de la

política (p.151); ...Los estudiantes no estaban muy interesados en la

ciencias puesto que en el contexto de su sociedad no parecían ser

muy prácticas, ya que por razones tanto económicas como

institucionales no había lugar para los profesionales científicos

(p. 187).

4. Los nuevos cursos era numéricamente escasos, su significación

fue reducida debido a que en muchas ocasiones no tenían relación

alguna con las carreras que posteriormente elegían los jóvenes. Las

clase de química interesaban a los estudiantes de medicina pero, por

lo demás, los nuevos cursos constituían tan sólo preliminares

inaplicables que era preciso aprobar para poder proseguir con el

estudio de las profesiones tradicionales, que continuaron siendo

los objetivos principales. Los neoborbones tuvieron éxito en

obstruir temporalmente el camino que conducía a las profesiones

liberales pero fracasaron al tratar de encauzar a los jóvenes de la

clase alta hacia nuevos rumbos. El esfuerzo por reorientar a la

juventud del país contribuyó finalmente a suscitar algo parecido a

una rebelión en contra de la autoridad neo-borbónica. A medida que

un número cada vez mayor de estudiantes se vio frustrado por los

minuciosos y continuamente cambiantes requisitos, las presiones en

contra del sistema se hicieron más fuertes (p.199).

Page 144: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

143

A la imposibilidad de ascenso y circulación de las clases

inferiores que habían sido educadas en artes y profesiones

liberales al resistirse las elites a perder su aristocrático status

quo, la división y diferenciación entre los títulos y las

profesiones discursivas y las aplicadas, la resistencia de los

estudiantes de la clase alta al trabajo físico y el

condicionamiento de la clase media y baja a no manufacturar

para poder ascender social y políticamente, la formación de

profesionales que renunciaran a la tradición social de ser

elegido, nombrado o contratado y pasar a ser parte de la

burocracia provincial o nacional, y especialmente, las

cambiantes condiciones, requisitos y modificaciones del plan de

estudios acorde con el bando o partido político que controlaba el

poder del Estado a través del Congreso con nuevas leyes o del

Gobierno con innumerables decretos, cuyo momento crucial se

dio en 1840 con la muerte del General F. Santander, la derrota

militar y electoral de sus sucesores políticos, y consigo, la

llegada al poder de los representantes de las elites católicas,

clasistas y bolivaristas que se investirían y proclamarían

oficialmente como el partido conservador colombiano a partir

de 1849.

Elites que asumieron como una de sus primeras tareas la

reforma al sistema educativo de 1826 que había sido

restablecido y mejorado en 1835 por los congresistas y ministros

santanderistas, fomentando por el contrario, el estudio de las

ciencias físicas y matemáticas solo desde el contexto general y

teórico del álgebra, la geometría y la física, y consigo, se

limitaron las libertades individuales de sentir y experimentar la

ciencia de forma personal acorde con los postulados sensualistas

y utilitaristas promovidos en las universidades y los colegios

“santanderistas”. Especialmente durante la presidencia del

ministro José Ignacio Márquez y el general Pedro Alcantara

Page 145: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

144

Herrán, funcionarios conservadores que reprimieron el estudio

individual y darse prelación a la moral a través de la

uniformidad ideológica y disciplinaria que se pretendía alcanzar

desde las escuelas y colegios al ser repatriados y empleados los

jesuitas como agentes educadores del Estado.

Los fundamentos de esa conservadurización de la educación se

habían delimitado con minuciosidad al llegar al poder José

Ignacio Márquez, y consigo al expedir la Ley del 16 de mayo de

1840, mediante la cual se derogaba el Plan de Estudios de 1826

y 1835, se prohibió a los maestros de los colegios y

universidades enseñar ideas contrarias a los deberes de la

constitución o a los dogmas y moral del evangelio,

específicamente las del utilitarismo asociados con las cátedras y

obras de Bentham. Para ello, no debían enseñar dos o más

cátedras, se les recomendaba componer sus propios textos de

enseñanza o usar los sugeridos por el Gobierno para las cátedras

en Jurisprudencia, Medicina y Teología, así como se les

condicionaba a ser vigilados y enjuiciados por los gobernadores

provinciales en caso de sostener en certámenes o cátedras de los

establecimientos de instrucción pública ideas contrarias a la

constitución y la religión oficial de la Nueva Granada.

Las cámaras provinciales de la República (1925, t.5, p. 568 -

569) debían asumir por su parte el control absoluto de los

colegios provinciales derogando los privilegios liberales que se

habían conferido a los gremios, empresarios y gentes comunes,

razón por la cual, se les ordenó centralizar y expedir las

ordenanzas y resoluciones necesarias para la recaudación,

administración y contabilidad de las rentas y fondos de los

colegios, y especialmente, decidir sobre todo aquello

relacionado con la enseñanza pública, “prefiriendo aquellos

ramos de las ciencias, matemáticas, físicas y naturales de

Page 146: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

145

una utilidad positiva (según las circunstancias de cada

provincia) y los idiomas vivos, la geografía y la historia”. Así

mismo, se autorizó a las Cámaras a destinar parte de las rentas

de los colegios para “hacer traer de países extranjeros

profesores, máquinas, instrumentos, aparatos, libros y todo lo

demás que se requiera para establecer la enseñanza práctica de

aquellas ciencias experimentales y ramos industriales, que

prometan más ventajas para la prosperidad de las respectivas

provincias”. Exceptuándose de la enseñanza de las ciencias

útiles los colegios seminarios al centrarse los estudios en las

“ciencias eclesiásticas” bajo la dirección de los prelados.

Si bien resultaba una innovación el fomento que debían dar las

Cámaras a las ciencias experimentales y aplicadas promovidas

desde 1826 en los colegios provinciales, esa misma Ley

promovía una contradicción formativa al decretarse, en el

artículo 16, que la educación superior de las universidades

nacionales ubicadas en Bogotá, Cartagena y Popayán quedaba

bajo la dirección del Poder Ejecutivo y “en ellas se enseñarán

de preferencia la jurisprudencia y la medicina” para los

estudios seculares, así como los seminaristas y sacerdotes tenían

el privilegio y el cupo preferencial para cursar la teología y

obtener títulos superiores al de bachiller al obtener grados como

licenciado o doctor (Ley de 15 de mayo de 1841).

Los estudiantes de los colegios provinciales que optaban

estudiar y examinarse en las ciencias naturales no tenían

oportunidades reales para continuar y ejercer sus estudios al dar

preferencia el Gobierno a las ciencias jurídicas, teológicas y

médicas que habían regido el conocimiento y la formación

profesional desde el régimen virreinal hispanocatólico bajo el

dominio académico de los Dominicos. Incluso, para poder

acceder a cualquiera de las facultades mayores de las

Page 147: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

146

universidades y ser promovido como licenciado o doctor se

requería haber aprobado las facultades menores de los colegios

y obtener el grado y título como bachiller en literatura y

filosofía. La severidad de la derogación del sistema y el plan de

estudios santanderino para las universidades y colegios se

formalizó al expedirse el decreto del 1 de diciembre de 1842

mediante el cual se impuso un régimen centralizado para toda la

República (1927, t.9, p. 609-610) a través de direcciones

generales externas, juntas de inspección territoriales y grandes

consejos internos.

Instituciones rectoras y de inspección cuya tarea instruccional,

antes que el fomento de los conocimientos teóricos y generales a

través de los cursos o materias de las ciencias matemáticas,

físicas o naturales propias de cada “Facultad de ciencias físicas

y matemáticas”9, debía ser la plena vigilancia, enjuiciamiento y

expulsión de cada uno los establecimientos públicos de

educación, tanto a los maestros que se negaran a “cimentar en

los alumnos el amor y respeto a la religión, a la moral y a la ley;

hacerles conocer desde temprano los funestos resultados de la

impiedad, de la inmoralidad, de la corrupción de las costumbres

9 Cada una de las series, secciones o conjuntos de cursos de la Facultad de

Ciencias Físicas y Matemáticas a partir de 1842 fue dividida en ocho cursos.

Cuatro básicos u obligatorios (Algebra y cálculo diferencial e integral; Física

experimental y química; Aplicación de el álgebra a la geometría y

trigonometría esférica y, Geometría descriptiva, con sus aplicaciones a la

perspectiva, las sombras y la cosmografía) y cuatro asociados con cada serie

de ciencias. Para las ciencias matemáticas esos cursos adicionales eran:

Secciones cónicas y estadística; Mecánica; Mecánica y arquitectura y,

astronomía. Para la sección en ciencias físicas por: Análisis químico;

mineralogía; química vegetal y animal y aplicaciones de la química a la

industria y; geología. Para las ciencias naturales se debían cursar: Botánica y

física vegetal; agricultura, teórica y práctica; anatomía general y comparada

y, zoología y fisiología.

Page 148: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

147

y de la insubordinación a la ley y al magistrado”, como a cada

uno de los estudiantes, maestros y empleados que “propagare o

permitiere doctrinas impías, inmorales o subversivas de orden

legal”.

En el caso de los estudiantes, una de las faltas más graves que

podían cometer era contrariar lo dispuesto en el artículo 114

mediante el cual se decretaba que “la enseñanza individual

queda expresamente prohibida en todas las universidades;

debiendo practicarse la enseñanza simultánea, que consiste en

que las lecciones y ejercicios de los cursantes que asistan a una

aula, sean los mismos para todos”.

Así mismo, los libros extranjeros que podían usar para estudiar

de forma simultánea y colectiva cada una de las cátedras debían

ser censurados y licenciados previamente por la Dirección

General de Instrucción Pública. La influencia de profesionales

extranjeros o formados en el exterior que desearan participar

como catedráticos o tutores en las universidades debían

acreditarlo y sufrir dos exámenes, uno verbal y otro escrito,

acorde con el programa de estudios de la facultad colombiana. Y

aquel que fuera excluido de ese examen por razones de

conveniencia para las universidades de la República (1927, t.9,

p. 641) podía “ser incorporado sin sufrir examen ni pagar

derechos, siempre que así lo proponga la junta de gobierno de la

universidad y lo apruebe el gran consejo de ella por el voto de

los dos tercios, por lo menos, de sus miembros”.

Las restricciones y controles para el fomento de las ciencias

experimentales en los colegios, y especialmente en las

universidades, se hacía mucho más evidente al regularse en

cantidad y calidad la adquisición, uso, inventario,

administración y aplicación de los espacios de práctica científica

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148

a través de los laboratorios, gabinetes y museos, jardines y

observatorios naturales. Los maestros antes que los estudiantes

eran quienes delimitaban y planeaban qué se debía poder

realizar como actividades prácticas de enseñanza sin importar

los intereses o expectativas individuales de aprendizaje de cada

estudiante en esos mismos espacios. Incluso, los ejercicios

gimnásticos y el uso del tiempo libre de los universitarios

durante las horas de clase también estaban limitados y

restringidos a actividades asociados con la moral, la urbanidad y

las buenas costumbres primando los juegos colectivos

tradicionales sobre los deportes de competencia y expresión

individual como eran “el trompo romano, la pelota, el baile, los

ejercicios militares, el manejo del fusil, y cualesquiera otros que

tiendan a mantener la salud y darle agilidad al cuerpo”.

La expresión social de la fuerza y el uso del cuerpo se

consideraba sólo una práctica ocasional o necesaria cuando “se

ejerciten en las operaciones de las artes mecánicas que exigen

agilidad y la aplicación de la fuerza”. Así mismo, las

expresiones estéticas del cuerpo y sus talentos debían ser

fomentadas durante las horas de recreo por los estudiantes

interesados a través de “la enseñanza de la música vocal e

instrumental, y del dibujo en sus diferentes aplicaciones”.

Ejemplos de indicaciones concretas para el manejo de la

tecnología educativa de cada uno de esos ambientes práctica de

enseñanza se disponían en el decreto reorganizador de las

universidades de la República (1927, t.9, p. 645 – 646) al

ordenarse que:

Artículo 359. En cada universidad habrá precisamente un

laboratorio de química con los útiles, reactivos y materias necesarias

para la enseñanza práctica de la química. El laboratorio estará a

cargo y bajo la responsabilidad del catedrático de la ciencia,

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149

quien recibirá y entregará por inventario todos los objetos que en él

se encuentren, y llevará una cuenta formal de lo que se consuma y

destruya.

Artículo 360. Habrá también un gabinete de física, en que se

conserven los instrumentos y máquinas destinados a la enseñanza de

esta ciencia. Estará a cargo y bajo la responsabilidad del

catedrático de física, que dará en él las lecciones experimentales; y

llevará una serie de observaciones meteorológicas que harán por si

mismos los cursantes.

Artículo 361. Para la enseñanza de la mineralogía habrá un gabinete

provisorio de rocas y minerales de todas las especies que se

consigan. Estará a cargo y bajo la responsabilidad del

catedrático respectivo.

Artículo 362. De todas las minas que actualmente se trabajan en la

República y de las que en adelante se registren, se remitirá a la

universidad del distrito por el gobernador de la provincia respectiva,

una muestra del mineral y otra de la roca en que se halle contenida

la veta o el depósito mineral, con una relación de su posición y

circunstancias. Esta remisión se hará sin perjuicio de la que está

prevenida se haga en la secretaría del interior.

Artículo 363. En cada universidad en que se establezca la enseñanza

de botánica y agricultura, habrá un jardín botánico y experimental,

que tendrá la extensión conveniente para su objeto. Está al cuidado

del catedrático de esta ciencia, quien dará en él lecciones

prácticas.

Artículo 364. El observatorio astronómico que debe haber en todas

las universidades en que se establezca la enseñanza de la astronomía

estará provisto de los instrumentos necesarios y bajo la inmediata

responsabilidad del catedrático en la ciencia.

A todo ello se aunó la reconcentración del interés financiero,

instruccional y político del Gobierno central por las Escuelas

Normales (26 de junio de 1842) en cada capital provincial para

la formación de maestros tan afectos y leales al Estado y la

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150

Religión como los sacerdotes egresados de los colegios –

seminarios, pasando los colegios para el fomento de las ciencias

naturales y las artes liberales a un segundo plano.

La década de avance científico y académico santanderista fue

finalmente derogada y estancada durante una década más al

preservarse los lineamientos educativos de esa Ley por los

artífices de la reforma de la Constitución de 1832 por la de

1843: los Generales–Presidentes Pedro Alcántara Herrán y

Tomás Cipriano Mosquera. Militares emparentados profesional,

política, social y económicamente e influenciados mutuamente

por las ideas y proyectos educativos de Mariano Ospina, en

nombre del cual finalmente se enfrentaron a muerte durante la

guerra de 1859 – 1860 como caudillos militares del oficialismo

conservador y el liberalismo emergente revitalizado y reforzado

con el tutelaje obtenido de Mosquera.

Juicios directos y concretos sobre la inutilidad de la instrucción

pública tradicional en las provincias agropecuarias, el fracaso

del sistema educativo reformado por los generales

conservadores y la inutilidad de las escuelas normales

lancasterianas que se habían promovido en las capitales

provinciales fue expresado por el corógrafo liberal Manuel

Ancízar (1853, cap. 10, p. 111-112) al expresar sobre su

experiencia en la Provincia de Vélez a finales de 1850 que:

Solo en el distrito de Moniquirá es lisonjero el estado de la

instrucción primaria: en los demás no alcanzan a sesenta los

educandos; por manera que la ignorancia cuenta con una mayoría de

98 individuos sobre cada 100; y aún hay que añadir muchos de los

que han concurrido a las escuelas, por cuanto salen muy mal

enseñados, y en breve olvidan la indigesta instrucción que

recibieron sin método y sin hacerles conocer cómo habrían de

aplicarla a los negocios. Generalmente, por lo que he visto en la

provincia, la tal enseñanza se reduce a fatigar la memoria de los

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151

niños con preguntas y respuestas que sobre religión, gramática y

aritmética aprenden al pie de la letra, y a la lectura y escritura, en

cuyo aprendizaje gastan tres o cuatro años. He presenciado los

exámenes de varias escuelas, y en todas he notado que a los niños se

les pregunta por una especie de catecismo rutinero que denominan

programa, fuera del cual no se puede preguntar nada, pues no

aciertan a responder; prueba de que la instrucción propiamente

dicha, que consiste en el ejercicio del entendimiento, no existe,

reduciéndose a un estéril recargo de la memoria con palabras

que para el alumno carecen de significación bien entendida. De

aquí procede que en saliendo de la escuela olvidan el necio

catecismo y con él toda la ciencia postiza que sacaron; y el padre de

familia que se ha privado de los servicios de su hijo durante cuatro

años, manteniéndolo en aprendizaje, se encuentra con un mocetón

que no acierta a sacarle una cuenta en el mercado ni a leerle una

carta, visto lo cual forma el propósito de no mandar los otros

muchachos a la llamada escuela, origen de gastos inútiles y de

hábitos de haraganería. Tal es la situación de la pretendida

enseñanza primaria, con raras excepciones: tal la base de esperanzas

con que contamos para realizar el sistema de elecciones por medio

del sufragio universal directo, único verdadero, siempre que se

apoye, no en la renta, sino en la instrucción, siquiera primaria, de los

sufragantes. Y lo peor es que las Escuelas Normales no han dado

hasta ahora los frutos que de ellas se aguardaban: la rutina y el

empirismo antiguos se perpetúan de unos en otros: la ciencia de

enseñar no ha penetrado todavía en nuestro país, y al paso que

vamos no penetrará en mucho tiempo.

Siendo complementada esa crítica sobre la inutilidad de la

instrucción pública primaria con el cuestionamiento a la

improductividad de la educación colegial y los títulos

profesionales universitarios consecuente con la misma, al ser

formados por el Gobierno trabajadores literarios e intelectuales

para una Nación en su mayoría agrícola y exportadora que

requería ante todo trabajadores técnicos, matemáticos y

manuales. Los cuestionamientos al régimen político-militar

conservador y la necesidad explícita de una reforma al

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152

reorganizado sistema educativo universitario son expresados por

Ancízar (1853, cap. 29, p. 375 – 376) al manifestar:

Hay un colegio en Tunja. La fecundidad del suelo, su partición en

pequeñas heredades y los variados climas que ofrecen las serranías

colosales de esta provincia, la predestinaron a ser agricultora:

guardan los cerros todos los metales, la sal y el carbón, elementos de

la vida y la riqueza, preciosas piedras de ornato y joyería, pero nadie

sabe conocer dónde se ocultan, ni sabe la manera de aprovecharlos:

oprimida la agricultura rutinera en los breves términos de cada

distrito parroquial, tropieza con los cerros que la impiden llevar

afuera los frutos permutables, y no hay quien sepa vencer estos leves

obstáculos y trazar un camino mercantil: las cordilleras que parecen

aislar la provincia, la abundancia de materias primas y de tintes

firmes y bellos, han hecho nacer el genio manufacturero entre los

tunjanos, y se les ve gastar las horas y talento industrial

adheridos a máquinas miserables y toscas con las cuales no

pueden producir sino artefactos lentamente fabricados, toscos

en labor, miserables en el precio. Ahora bien: ¿enséñase en el

colegio de Tunja, que gasta sobre tres mil pesos anuales, la

agricultura, la geología y la mineralogía, la ingeniería civil, la

química, la mecánica? No: allí se enseña latín, metafísica y

jurisprudencia! Noventa jóvenes aprenden a consumir sin producir,

y, por valerme de las palabras de Víctor Hugo, "al cabo de algunos

años de colegio recibirán diplomas literarios, es decir, libranzas

giradas por empleos contra el gobierno, que si no las paga al

vencimiento, le traerán litigios en forma de revoluciones".

Esos cobros sociopolíticos de los jóvenes graduados al Estado al

no poder asegurarles una ocupación profesional lucrativa y útil

acorde con los títulos y grados obtenidos se empezaba a vivir al

interior de las provincias más pobladas, prosperas y productivas

con el aumento en el número de abogados desempleados

dispuestos a cuestionar las decisiones tomadas en nombre de la

Nación por los gobernantes, a demandar al Gobierno para

obtener beneficios o asignaciones personales, y especialmente, a

promover a cambio de sus honorarios múltiples disputas y

Page 154: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

153

enfrentamientos entre los vecinos de las parroquias y las

provincias, etc. de allí que se les conociese por su frenética

actividad conflictiva como “tinterillos”.

Personajes indeseables por las élites productivas y letradas

como consecuencia de las tradiciones culturales de las familias

al promover carreras profesionales comunes entre sus

colegiales, así como por la falta de una política estatal orientada

a la reducción gradual en el número de grados y títulos

asociados con los oficios borbónicos tradicionales de los

“señoritos” (abogados y teólogos) y el fomento de un mayor

número de profesionales útiles y productivos para cada sociedad

provincial, especialmente médicos e ingenieros dedicados a las

actividades industriales y de infraestructura demandadas por la

Nación.

La conflictiva improductividad asociada con el excesivo número

de abogados y bachilleres letrados que encarnaban la condición

de tinterillos es descrita por Ancízar (1853, cap. 13, p. 158 –

159) para el caso de las parroquias manufactureras de la

Provincia del Socorro al manifestar:

Sobre este pueblo afortunado y tranquilo cayó de repente el azote de

los tinterillos. Uno de ellos preparó el campo y regó la simiente de

mil enredos, que su sucesor, más experto y audaz, ha hecho

fructificar copiosamente; y ora tramando por su propia cuenta, ora

empleando su infernal habilidad en fomentar las rencillas que no

faltan entre vecinos, ha creado tal cúmulo de causas criminales,

que la mitad de ellos se hallan comprometidos como reos de

imaginarios delitos, y la otra mitad como testigos, a quienes de

intento ha hecho perjurar para sumariarlos, si no le rinden

obediencia. Por último, no teniendo a quién encausar, desde el cura

para abajo, había levantado sumarios a San Joaquín y a la Virgen,

por contrabandistas de tabaco, valiéndose para ello de que en tierras

de la iglesia descubrió algunas matas de aquella planta. Por manera

que cuando estuvimos en Zapatoca se hallaban divididos los

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154

moradores en dos bandos enemigos: los secuaces del tinterillo, y sus

opositores o víctimas. Él ha sabido insinuarse en los negocios

cantonales y ha introducido una especie de policía chicanera, sin

cuya intervención y licencia no puede darse un paso, nadie puede

reunirse ni aun para la diversión más inocente. Confieso que el

influjo y predominio de esta polilla sobre un vecindario entero me

parecieron extraordinarios; pero cuando más adelante tuve ocasión

de contemplar la ruina de dos pueblos que fueron prósperos,

Mogotes y El Páramo, convertidos en campos de discordia y

desolación por otros malvados del mismo oficio, cesó mi admiración

y comprendí hasta dónde pueden llegar la candidez de nuestros

pueblos agricultores y la maldad de algunos hombres, en cuyas

manos las leyes destinadas a proteger la sociedad se

transforman en armas venenosas que la hieren por todas partes y

la matan.

7.2.2 TRABAJADORAS CON FACULTADES. La

oposición al retroceso educativo y paraborbonico fomentado por

los defensores de las tradiciones, las instituciones y los deberes

morales para con la República y la Religión en cabeza de los

Generales – Presidentes de tendencia bolivarista y conservadora

que llegaron al poder y reformaron el orden constitucional de

1832 como la legislación de 1821, si bien fue promovida por los

estudiantes liberales en las ciudades sedes de las universidades

estatales (Bogotá, Cartagena y Popayán), sólo con la reacción de

las gentes comunes y los empresarios particulares en las

provincias, el apoyo de las sociedades de artesanos al liderazgo

de los Generales – Presidente de tendencia santanderista y

liberal.

El triunfo electoral y militar nacional de los liberales en cabeza

del General José Hilario López (1849 – 1853) logró reestablecer

la orientación práctica y agroexportadora de la instrucción, así

como promoverían la reforma constitucional y estatal de la

Nación para constituirse en émulo de la sociedad y el gobierno

federalista de los Estados Unidos una década después.

Page 156: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

155

Una de las acciones reformadoras promovidas por el gobierno

liberal y descentralizador de López, al igual que los virreyes

borbónicos de finales del siglo XVIII, fue contratar y promover

una expedición científica nacional que permitiese realizar un

estudio corográfico de la Nación neogranadina, levantar la carta

geográfica y cartográfica de cada provincia, identificar las

materias primas y los productos de comercialización y

exportación, y especialmente, identificar el grado de civilidad,

ilustración y formación para el trabajo aplicado.

Bajo la dirección del geógrafo italiano Agustín Codazzi esa

Comisión Corográfica designó al colombo-cubano Manuel

Ancízar para que visitará y realizará el estudio corográfico de

las provincias nororientales, constituyéndose sus descripciones e

informes sobre las similitudes socio-culturales y político-

económicas de 1851 en piezas determinantes de la creación del

Estado de Santander al reagruparse esas provincias en una sola

entidad territorial acorde con la Confederación Granadina.

El reconocimiento por Ancízar de sociedades liberales cuyo

modelo económico y cultural se desarrollaba independiente a las

políticas y dinámicas de las elites capitalinas en el poder,

reflejos de un incipiente federalismo protonorteamericano y de

los resultados de una a instrucción práctica y manufacturera

endógena en las provincias del Socorro, Soto y Cúcuta

especialmente en los cantones de Socorro, San Gil, Piedecuesta,

Bucaramanga, Girón, San José y Rosario, han motivado a

historiadores como Safford (1989, p. 105, 108) a plantear

análisis comparativos como el siguiente:

Como en el caso de la Sociedad Filantrópica [de Panamá], algunas

de las dependencias provinciales cuyos miembros eran menos

eminentes y conocidos obtuvieron más resultados que la entidad

central de la capital [el Instituto Caldas, 1847 - 1849]. En la región

Page 157: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

156

de Santander, por ejemplo, se establecieron escuelas para la

instrucción del tejido de sombreros en Pamplona, Oiba y otras

localidades. A principios de la década de 1850, Barichara, una

pequeña ciudad de 4000 habitantes, mantenía ocho talleres en los

que cien muchachas recibían entrenamiento gratuito en el tejido

de sombreros de palma. Las escuelas de tejido de sombreros de

Santander ayudaron a introducir una nueva industria que, en la

década de 1850, empezó a reemplazar a la decadente manufactura

casera de tejidos de algodón y lienzos de la región. Al igual que en

el caso anterior de Panamá [sombreros de hoja de palma], la nueva

industria sombrerera proporcionó muy pronto un importante artículo

de exportación a la región. Aparte de los limitados resultados

obtenidos en el área de Santander, no existe ninguna evidencia de

que el Instituto Caldas haya tenido más éxito que sus predecesores.

… La población campesina de Santander, aun cuando en algunos

casos desconfiaba de la escuela primaria, respondió favorablemente

a la capacitación para la elaboración de manufacturas domésticas

que prometieran una compensación material inmediata [comercio

directo en el mercado local o regional].

Safford pasa por alto en sus análisis que el fomento social de la

manufactura del sombrero en las provincias que constituyeron

desde 1857 a Santander no era una actividad manual compartida

y anhelada por todos los sectores sociales, especialmente por los

trabajadores varones. Por el contrario, era una alternativa

excluyente y moralizadora a la que habían apelado los curas

párrocos y las sociedades de feligreses católicos de las

provincias neogranadinas al norte de Bogotá para prevenir la

prostitución y el madresolterismo de las mujeres solteras,

huérfanas o pobres sin posibilidades reales de subsistencia y

autosostenimiento, siguiendo así las estrategias disciplinantes de

los hospicios borbónicos y neoborbonicos.

De igual modo, Safford no logra reconocer las variedades y

diferencias de sombreros que los corógrafos describen al

mencionarse la producción o uso del sombrero fino de “ramo”

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157

(jipijapa o de Panamá) hecho con las fibras de la palma de

Jipijapa o paja toquilla para el uso de las elites mientras que el

resto las gentes comunes consumían de forma abundante los

sombreros de “nacuma” hechos de la palma común conocida de

igualmente manera como nacuma. La producción de los

sombreros panameños hechos de Paja fue iniciada en la

hacienda “La Venta” de Nariño por Juan Vivanco, empleando

paja toquilla traída de los sitios conocidos como Manabí y

Jipijapa en el Ecuador.

Siendo ampliada y continuada la producción al ser demandados

los sombreros en el valle intermedio del magdalena,

especialmente en Huila y Tolima donde se empezaron a elaborar

los más costosos y elaborados de todo el país, aunque los más

demandados fueron los santandereanos que si bien eran

comparados con lo de Guayaquil al ser más baratos, flexibles y

de poca duración al ser de baja calidad. Ejemplo de ello era que

mientras los durables sombreros tolimenses costaban 24 pesos la

docena, los antioqueños costaban 18 pesos y los santandereanos

sólo 5 pesos la misma cantidad.

El origen del tejido de sombreros de paja en la provincia de Soto

y su exorbitante crecimiento productivo al ser consumidos y

demandados por los mercados provincial, nacional e

internacional es explicado por Ancízar (1853, cap. 31, p. 397) al

relatar la siguiente crónica:

Por los años de 1820 a 22 el presbítero Felipe Salgar, virtuoso cura

de Girón, detuvo a un pastuso [Juan Solano, quien emparentó con la

familia Landinez según José Joaquín García], que acaso pasaba de

viaje y supo de él que en las cercanías había innumerables palmas

llamadas nacuma, cuyos cogollos preparados convenientemente

suministraban a los neivanos el material para tejer sus afamados

sombreros jipijapas. El buen sacerdote concibió al punto la idea de

proporcionar a las mujeres de su feligresía este nuevo medio de

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158

ganar la subsistencia, "porque, decía, donde vive el trabajo no entra

el pecado", y en efecto, logró que el pastuso permaneciera en Girón

hasta dejar enseñadas algunas jóvenes. De éstas pasó la ciencia a

otras y a otras, salvando en breve los límites de la parroquia y

extendiéndose a las demás, Si el santo ministro viviese, vería hoy la

suma de felicidad que su benéfica mano ha esparcido entre las

mujeres del pueblo, regularmente desheredadas de todo trabajo

productivo, por la invasión que ha hecho el hombre aun en los

oficios sedentarios.

La diferencia entre el fomento industrial con fines económicos

asociado a la producción fabril de sombreros por parte de los

historiadores y la coerción social con fines morales para con las

mujeres pobres o vagabundas que los empezaron a producir

acorde con las descripciones de corógrafos y viajeros se pueden

comprobar por medio de las apreciaciones que Manuel Ancízar

(1853, cap. 12, p. 134 - 135) hizo sobre las sombrereras

neogranadinas de los pueblos tejedores de las provincias del

Socorro y Pamplona, al expresar:

Gran número de ellas [las mujeres pobres del Socorro] no

encuentran dentro de la ciudad en qué ganar un jornal que alcance a

satisfacer las precisas necesidades de existencia, porque ignoran

muchos oficios lucrativos que en otros pueblos de la provincia en

que los ricos han costeado escuelas de artes para enseñanza de las

jóvenes, aseguran a éstas los medios de vivir honradamente. Así

abandonadas aquellas infelices a los azares de la suerte, sin ejemplos

buenos que imitar, sin consejo ni estímulo para el bien, se entregan a

los desórdenes, por cuya escala descienden rápidamente hasta parar

en una muerte prematura. Varias veces se ha intentado someterlas a

una policía perseguidora, y por decenas se las ha enviado a morir de

miseria y fiebres a las selvas del Chucurí, sin que por esto hubiesen

mejorado las cosas. Matar no es moralizar, además de que no

concibo con qué derecho pueda una sociedad cualquiera castigar los

desórdenes de que ella misma por su indiferencia es causante. Si los

vecinos pudientes del Socorro hubiesen tomado interés en la

educación industrial de las mujeres pobres, abriéndoles talleres

de oficios y enseñándolas el camino de la vida honrada, entonces

Page 160: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

159

tendrían derecho para pedir a las autoridades la persecución de

las holgazanas y viciosas, como una protección a las buenas

costumbres de la porción sana del pueblo, y como un remedio que

atajara la propagación del mal hasta sus propias familias; de otra

manera el castigo es iniquidad, y las persecuciones de la policía,

permaneciendo vigente la causa de las acciones punibles, llegarían a

convertirse en única y constante regla de gobierno, es decir, en la

más intolerable de las tiranías. Por ventura, no faltarán rutineros

apáticos que califiquen de teoría irrealizable la moralización de las

clases pobres, mediante la apertura de escuelas gratuitas de artes y

oficios; pero a éstos les contestaría yo con el ejemplo de Zapatoca,

donde no hay una mujer ociosa, no hay siquiera un niño que no

tenga empleadas todas las horas del día en tejer sombreros que

venden provechosamente los domingos en el mercado; les

contestaría también con el ejemplo de varios patriotas de Baríchara,

que establecieron a su costa nueve maestranzas de sombreros, en

que un crecido número de jóvenes eran enseñadas de balde, y

hallaron asegurada la subsistencia en la práctica de una industria

fácil, conforme con el vivir sedentario de la mujer, y que las pone a

cubierto de la triste alternativa de perecer en la miseria o entregarse

a los vicios para prolongar un poco la existencia física sobre las

ruinas de la moral. La ciudad del Socorro, grande y populosa,

comerciante y manufacturera por inclinación genial de su hijos,

situada en un lugar de tráfico bien activo, no debería tener miseria ni

mujeres envilecidas; no las tendría, si las personas ilustradas se

propusieran desarraigar la ignorancia industrial de las familias

jornaleras, cuya índole, naturalmente buena y laboriosa, solo

necesita de un poco de instrucción y un poco de consejo para

conservar y aprovechar sus laudables instintos.

La ocupación laboral, el adiestramiento manufacturero y el

condicionamiento moral de las mujeres comunes y pobres a

tener que dedicarse a la producción de sombreros de exportación

para obtener las rentas necesarias para su sustento sin tener que

depender de la beneficencia pública como los enfermos de los

hospitales o los niños de las escuelas, es refirmada por Ancízar

(1853, cap. 12, p. 149 -150) al llegar a Barichara e identificar la

existencia de mujeres “obreras” en el amplio sentido industrial

Page 161: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

160

de la palabra al reconocer que las mujeres eran capacitadas

técnicamente para realizar el trabajo de tejedoras obteniendo en

retribución por su pericia y volumen productivo una retribución

salarial quienes trabajan para una “empresa fabril” o la

administración directa de las ganancias por parte de aquellas que

producían de forma independiente sus sombreros de palma de

nacuma.

En palabras del corógrafo la producción agroindustrial que se

podía identificar en esa villa se caracterizaba por el siguiente

panorama tecnológico y productivo:

Mas no se han contentado los baricharas con mirar por la suerte de

los enfermos indigentes ni con atender a la instrucción de sus hijos

fundando escuelas en que 180 niños y 30 niñas reciben instrucción

primaria y educación religiosa, sino que han tendido una mano

protectora a las mujeres pobres, abriéndoles las puertas de ocho

talleres gratuitos, donde cien jóvenes aprenden a tejer

sombreros de nacuma (jipijapa), cuya venta semanal les asegura

la subsistencia independiente y honrada. Hay además, otra

maestranza de sombreros, establecida por un particular como

empresa fabril y como escuela, puesto que no solo concurren

obreras ya instruidas en la preparación y tejido de la nacuma, sino

aprendices que ensayan las fuerzas de su ingenio al amparo de la

tolerancia del empresario. Ciertamente interesaba el espectáculo de

tantas jóvenes sustraídas a la miseria y a la degradación,

reunidas en torno de la maestra, inclinadas sobre el blanco

manojo de nacuma en que sus dedos ágiles se ocultaban y

reaparecían incesantemente, dirigiéndose aquellas medias palabras

que la imaginación viva de las mujeres transforma en conversación

seguida, las unas serias y recogidas encendiéndose como la grana

cuando se las pedía que dejaran ver su labor, las otras bulliciosas,

comprimiendo la risa en sus inflados cachetes, hasta que la más

animosa disparaba sobre el visitador algún epigrama en voz baja,

que circulaba por el taller como chispa eléctrica y producía la

explosión de la antes aprisionada risa, todas ellas contentas con estar

ocupadas y teniendo delante de los ojos la esperanza de una

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161

ganancia segura, sin las amarguras de la servidumbre ni las zozobras

de un jornal insuficiente y precario. ¡Pobres hijas del pueblo, tan

dóciles y sufridas, tan fáciles de conducir por el buen camino y, sin

embargo, desamparadas en medio de la sociedad, que por lo pronto

se encarga de extraviarlas para después imponerles castigos por esos

mismos extravíos en que las sumergen a sabiendas los que debieran

protegerlas!

La actividad febril y fabril que caracterizaba a toda la provincia

del Socorro se podía reconocer incluso en la distante parroquia

de Zapatoca en donde las mujeres comunes, sin importar su

estado o condición social, se habían especializado en la

producción manufacturera de sombreros exportados al Caribe a

través del río Magdalena mientras que los hombres preservaron

sus prácticas comerciales y agropecuarias tradicionales.

Ese proceso productivo selectivo, continuo, refinado, mejorado

e innovador en sus formas y diseños, y consigo los efectos

moralizadores y disciplinantes para una sociedad centrada en

una ética incesante por el trabajo, el ahorro familiar y el

empoderamiento social de las mujeres como al ser la cabeza

económica y moral de cada familia (con o sin la presencia de

una figura paterna), son descritos por Ancízar (1853, cap. 12, p.

156 - 158) al expresar que:

Los hombres pasan la semana en las estancias cuidando y mejorando

sus labranzas, o andan en viajes de comercio por las ardientes

soledades del Opón o por los pueblos inmediatos. Las mujeres

viven encerradas en sus casas tejiendo sombreros de nacuma, en

cuya industria son tan hábiles, que no hay labor que no imiten ni

forma de gorra extranjera que las arredre. Todo lo intentan y en

todo salen bien. Es admirable la perseverancia de estas mujeres en

el trabajo, pues no lo dejan de la mano desde el amanecer hasta la

noche, y llegada ésta se reúnen diez o doce en casa de una amiga,

costean a escote un buen candil de aceite y sentadas en derredor

sobre esteras puestas en el suelo, siguen tejiendo parte de la

noche. Si por ventura llega visita, le procuran asiento y sostienen la

Page 163: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

162

conversación, pero sin alzar las manos ni los ojos del naciente

sombrero, que indispensablemente debe ser rematado y

blanqueado el sábado en la noche para venderlo el domingo en

8, 12 o 32 reales, según la finura de la obra. Llega el esperado día,

y desde temprano se las ve salir a misa vestidas de traje entero de

zaraza fina, pañolón decente, sombrero de reducidas dimensiones,

fino y blanquísimo, adornado con ancha cinta de lujo, y el breve pie

ceñido por la alpargata nueva y crujidora. Ni un vestido sucio, ni un

harapo de miseria mancha el cuadro animado que después de misa

forman en la plaza del mercado estas mujeres ejemplares y la

concurrencia de hombres vestidos de blanco, casi todos sin ruana,

descollando los tostados rostros por encima de los forasteros,

ninguno de los cuales les iguala en la talla, y pocos en el despejo del

semblante y del ademán. A las tres de la tarde cesa el comercio de

sombreros, cuyo valor anual se calcula en 31.200 pesos, las mujeres

vuelven a sus casas con manojos de nacuma y desde entonces

comienzan el sombrero que habrán de vender el otro domingo.

Para ellas no hay ociosidad, no hay paseos, y rara vez en el año

alcanzan la diversión del baile en la noche de un día de fiesta: sus

costumbres, como ya deja inferirse, son buenas y por extremo

sencillas; su trato amable y natural, y en el semblante llevan la

expresión de serenidad que nace del sentimiento de su valer y de la

satisfacción de no necesitar ajeno auxilio para cubrir los gastos

de la familia.

Ese proceso técnico y tecnológico de producción de los

sombreros, de la comercialización directa entre la tejedora y el

comerciante exportador, así como la formación y entrenamiento

de las futuras tejedoras es ampliado en su descripción por parte

de Ancízar (1853, cap. 31, p. 398 - 399), a partir de su

experiencia en los cantones de Girón y Bucaramanga, al

manifestar:

La tejedora permanece toda la semana en su casa, ora sentada en la

sala barrida y pulcra, sobre una esterilla momposina, cabe la cual

está una taza de agua para remojar la paja mientras confecciona la

copa del futuro sombrero, ora invisible terminándolo a puerta

cerrada, pero anunciando su afán y su esperanza con alegres

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163

cantares interrumpidos y variados cada rato, como quien tiene la

atención puesta en otra cosa.

Llega el sábado: el sombrero se ha terminado en mitad de la noche

anterior a la luz de un candil; la joven tejedora peina desde temprano

su cabellera de ébano, dividiéndola en dos trenzas magníficas que

deja caer a la espalda; ciñese a la breve cintura las enaguas profusas

de muselina o zaraza fina, no tan largas que al andar no descubran el

arqueado piececito metido al descuido en una alpargata blanca y

diminuta; cúbrele el firme busto una camisa de tela blanca, entre

opaca y transparente, ribeteada con flores y calados, obra de sus

incansables dedos, y puesto al desgaire un pañolón bien matizado,

sale despejada y risueña, ladeando en la cabeza el sombrero que para

sí ha tejido poco a poco los domingos con todo el primor de su arte,

teniendo escogida de antemano la brillante cinta que lo adorna, y se

encamina para la plaza en busca de los compradores de sombreros,

quienes la esperan sentados con aparente indiferencia en la esquina

de la tienda, y junto al taburete la rolliza mochila de reales,

elocuente aunque mudo reclamo.

El sábado es día de pocas ventas porque las tejedoras van, más bien

que a negociar, a explorar el campo del mercado calcular la

extensión de la demanda y contraminar la confabulación de los

mercaderes para no pasar de cierto precio mínimo. La tejedora no se

deja engañar por la indiferencia postiza de sus contrarios: sabe que

ellos deben completar con urgencia las partidas de sombreros

exigidas por los comerciantes de Cúcuta y opone los incalculables

ardides mujeriles al cómico estoicismo de los mochileros. Estos, que

de cierta hora en adelante comienzan a sobresaltarse, llaman, se

sonríen, dicen cariños, y cuando llega el domingo acaban por

sucumbir, olvidando sus pactos de oferta y tomando cuantos

sombreros alcanzan, antes que sus rivales se los lleven.

Triunfantes las hijas de Eva, como lo usan y acostumbran en

materias que les interesan, vuelven a sus casas con los manojos de

nacuma para la tarea siguiente, arman sus corrillos alegres, pasean

un poco y al empezar la noche empiezan también el sombrero de la

otra semana, sin perjuicio de... pero respetemos los asuntos de

aquellos ingenuos corazones. Sin el amor, sin el aura divina de los

íntimos afectos, ¿qué sería la vida?

Page 165: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

164

El protagonismo productivo de las jóvenes y mujeres excluidas

por decisión de los gobernantes y legisladores masculinos de la

educación pública en las facultades menores (secundaria) y

mayores (superior) de colegios y universidades al ser

determinadas culturalmente a ser únicamente objetos dedicados

al hogar al ser buenas hijas, esposas, madres y feligresas

empezó a cambiar, a la par de las reformas liberales radicales y

federales del Estado dominado por las élites comercial, al tener

la posibilidad de ser autosuficientes social y económicamente

con su trabajo manual despreciado por muchos de los varones,

incluidos los hijos de las familias comunes al ser instruidos y

letrados. Un ejemplo adicional a las sombrereras de las

parroquias del Socorro y Soto eran las sombrereras y cigarreras

de los centros de producción y comercialización del tabaco,

especialmente las de Piedecuesta en donde se hallaba la Factoría

provincial que había abastecido tradicionalmente el centro y

norte de la Nación.

En esa ciudad capital cantonal de la naciente provincia de Soto

las mujeres se diferenciaban radicalmente en sus actividades

productivas: las pobres y comunes tejiendo sombreros de

nacuma y torciendo cigarros de tabaco mientras que las ricas y

privilegiadas se encargaban de coser los finos vestidos

familiares y administrar la economía doméstica. Sin embargo,

compartían desde la infancia un vicio o hábito común como era

fumar, mascar y escupir por doquier el tabaco cultivado en la

provincia que era comercializado preferentemente en ese

cantón. Ancízar (1853, cap. 29, p. 156 - 158) expresaba

concretamente de las piedecuestanas comunes que eran:

…grandes fumadoras desde la infancia, en lo que, si es posible, les

ganan a los hombres, de genio independiente y alegre, y

naturalmente filántropas como lo requiere el clima. Los domingos,

día de mercado, sacan a lucir lo mejor parado de sus galas,

Page 166: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

165

anunciando su marcha desde lejos con el crujir del alzuidón que

suelen prodigar en las ropas; venden el sombrero de nacuma o

palma, tejido despaciosamente en la semana, y con el producto de

esta industria, que en el cantón alcanza nada menos que a 13.000

pesos anuales hacen sus compras, y después de haberse mostrado en

público entablan, al caer de la tarde, franca tertulia sentadas junto a

la puerta y del lado de la calle.

Ese monto total de ingresos por concepto del ramo de

manufacturas los explicaba Ancízar porque: “Los datos

recogidos en la jefatura política y entre los comerciantes, dieron

en este género de industria, peculiar a las mujeres, 2.000

sombreros de ramo que venden a 4 reales, 2.000 de caña a 2

reales, 2.000 de cuba a 6 reales, y 10.000 de nacuma (jipijapa)

que unos con otros se apreciaron a 8 reales. Total, 104.000

reales o 13.000 pesos, producción que cada día se hace mayor y

afianza el bienestar de las mujeres”.

Datos a los cuales se agregaban los recibidos por Ancízar (1853,

cap. 31, p. 397 – 398) sobre la producción de los cantones de

Girón y Bucaramanga, también pertenecientes a la Provincia de

Soto, al expresar que:

Cerca de 3.000 de ellas emplean sus manos en tejer anualmente

83.000 sombreros de calidades diversas en solo el cantón

Bucaramanga, los cuales, vendidos, les dejan 59.000 pesos de

utilidad neta, deducidos 20.000 pesos, valor de los cogollos de

nacuma y palma ordinaria. La mayor parte de esta cantidad la ganan

las tejedoras de la villa, habiendo mujer que realiza una renta de 200

pesos anuales, suficientes para cubrir los gastos de existencia, y

algunos de placer y regalo, en un país en que la manutención

abundante no cuesta más de 92 pesos al año. Así es que en este

gremio, interesante bajo muchos aspectos, se hacen notables el

esmero en el vestir de telas finas, y cierta dignidad en el porte y

modales, sugerida por el sentimiento de la independencia y el

laudable orgullo del propio mérito, modesto, inofensivo y callado,

no ese orgullo petulante de las mediocridades vanidosas que se

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166

agitan, y se pregonan, y oprimen a los demás con su enfadoso

individualismo.

Los cantones de Piedecuesta, Girón y Bucaramanga se

constituían en el mejor ejemplo neogranadino de una provincia

próspera por esfuerzo de los empresarios particulares y las

gentes comunes con un espíritu liberal e independiente

incuestionables, que de contar con un régimen político-

administrativo diferente al centralista podrían potencializar

muchos más esas riquezas con el trabajo manual de las mujeres

aprendido con maestras de escuelas, talleres o fábricas de

artesanías, así como con el trabajo aplicado de los varones al

cursar cátedras útiles desde su infancia para el mejoramiento de

la producción de sombreros como para el restablecimiento

técnico y tecnológico de ramos productivos abandonados o

atrasados como era el caso del oro, las mieles, los tabacos y los

cacaos.

Un panorama por mejorar por parte de una élite empresarial,

mercantilista y descentralizante dispuesta a fomentar los oficios

y las profesiones útiles acorde a las necesidades soberanas de

cada provincia, ante lo cual Ancízar (1853, cap. 32, p. 416)

concluye manifestando al finalizar su descripción corográfica

que:

Tiene la provincia de Soto un área de 249 leguas cuadradas, de ellas

113 desiertas. Los ríos Sogamoso y Lebrija le dan fácil acceso al

Magdalena, contra el cual se recuestan 64 leguas cuadradas de

tierras inmejorables para cría de ganados y plantaciones de café,

caña, cacao y añil, pero aun no desmontadas ni utilizadas. El oro, los

sombreros jipijapa, el tabaco y el cacao, que reunidos forman un

valor primitivo de 365.000 pesos en la producción anual, son la

riqueza exportable de la provincia y la medida de sus cambios con el

extranjero. Como se ve, la agricultura no concurre sino con dos

ramos, pudiendo suministrar cinco muy valiosos en el comercio

exterior: ella está en la infancia, lo mismo que la minería, cuyos

Page 168: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

167

rendimientos en el valle aurífero de Bucaramanga y Girón serían

centuplicados si surtieran de abundante agua los lavaderos, lo que

obtendrían con menos de 30.000 pesos de gasto; no hay espíritu de

asociación entre los empresarios, y esto los anula. En las 136 leguas

de territorio ocupado viven 54.758 individuos, resultando 402

habitantes por legua cuadrada, o bien, 220 respecto del territorio

total, relación que manifiesta la causa de hallarse todavía en

embrión la agricultura, y aun por nacer las artes que de ella se

derivan; pero también se infiere a priori que los medios de

existencia deben superabundar.

Una alternativa para alcanzar esas metas instruccionales y

productivas sugeridas por Ancízar se dio en la misma Provincia

de Soto un lustro después, al ser reconocido, autorizado e

inaugurado por el Gobierno central otras de las innovaciones

productivas y formativas promovidas por los empresarios

particulares con el apoyo de las gentes del común y las

autoridades locales como fueron los colegios privados de artes y

oficios profesionales para jóvenes varones siguiendo el modelo

laico, francmasón y utilitarista estadounidense.

Específicamente el colegio establecido, dotado e inaugurado el 1

de mayo de 1856 por Victoriano de Diego Paredes, un

funcionario y comerciante experto en las exportaciones de

sombreros y tabacos de Piedecuesta, hijo de una mexicana

casada con un prestigioso español peninsular que al contar con

el respaldo del virrey había administrado y trasladado a

Piedecuesta la factoría de tabacos de Girón, Presidente de su

Estado natal, y especialmente, Ministro de Estado del General -

Presidente J. H. López recordado y exaltado por Safford (1989,

p. 117) por haber tomado la decisión de cerrar la primera

Escuela de Arquitectura de Colombia establecida en Bogotá

porque “<<los alumnos no estaban en capacidad de recibir la

enseñanza teórica del arte>> y que las “nociones prácticas” que

adquirían no eran <<de tal naturaleza que merezcan gasto

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168

alguno del Tesoro nacional, pues que consisten en el trabajo

material de un jornalero común”.

El “Colegio de Paredes e Hijos”, ubicado en la ciudad de

Piedecuesta, fue resultado de la experiencia de Paredes como

ministro plenipotenciario y comerciante en los Estados Unidos

como en Europa, quien a la par de su carrera política y sus

negocios comerciales debía preocuparse por conocer el sistema

educativo norteamericano y europeo, y consigo elegir la mejor

elección para sus hijos, hijas y sobrinos mientras permanecían

residenciados en las ciudades por las que pasaban. De allí que su

esfuerzo de 1836 en Bogotá por establecer un colegio particular

sólo pudiese concretarlo veinte años después al contar con el

respaldo socio político, los recursos económicos, y

especialmente, el acompañamiento científico – técnico de sus

hijos mayores (Demetrio, Temístocles y Arístides) como

catedráticos e instructores de las clases y talleres aplicadas como

experimentales.

Ese colegio fue concebido entonces para constituirse en la

institución de instrucción aplicada que tendría para todo Soto,

Santander y Colombia “una importancia extraordinaria y de

efectos trascendentales en la provincia” por su proyecto liberal y

utilitarista de enseñanza, por la adecuación de las facultades y

escenarios de estudio de la educación anglosajona a la realidad

provincial, y especialmente, por la concentración de los

estudiantes en el estudio de las ciencias aplicadas y las artes

útiles. Marina González (1990, p. 46) al estudiar el epistolario

de Paredes encontró una carta del exministro y educador a don

Silvestre Serrano mediante la cual resumía los propósitos y

alcances individualizantes y sensualistas de su sistema

educativo.

Page 170: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

169

Puntualmente le manifestaba que su colegio particular, privado,

elitista y excluyente, cuya pensión anual costaba 200 pesos

fuertes en oro, estaba pensado para que: “los jóvenes aprendan

todo aquello que constituye una buena educación general, y

además algunas especialidades bien aprendidas para asegurar

con ellas la vida decentemente, y si el joven es talentoso y

curioso, quiero que cultive también su mimem [sic], aún en

ramos de puro gusto y distracción. Por eso me propongo abrir

cuantas puertas sea posible al que puedan entrar fácilmente por

ellas.... si el joven no fuera aventajado, aprenderá menos, pero

aprenderá lo que te sea más provechoso y aquello que es

indispensable a toda persona que pretende salir del vulgo de tos

ignorantes y bruscos".

Para garantizar ese plan de educación centrado en el estudiante,

en sus intereses juveniles como en sus aspiraciones laborales y

profesionales, el terreno y la casa quinta en los cuales fue

adecuado el colegio como espacio cerrado de formación para la

vida pública contaban, según González (1990, p. 46), con:

“edificios amplios, de vasta extensión, grandes jardines de

aclimatación y de estudio, baños magníficos, patios de gimnasia

y tennis court, laboratorio de química y física, biblioteca,

imprenta, litografía y fotografía, un vastísimo depósito de

muestras, textos, modelos, planos y grabados".

Con lo cual, los estudiantes al firmar el cumplimiento del

reglamento para internos y pensionados de ese colegio se

comprometían a permanecer recluidos de enero a octubre sin la

necesidad de tener que salir a las calles de la ciudad, ni

distraerse con las tradiciones y prácticas de las gentes comunes

de la provincia, al ser su principal preocupación de seis de la

mañana a ocho y treinta de la noche: cursar las cátedras

obligatorias dispuestas por el Gobierno central para poder ser

Page 171: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

170

examinados como bachilleres o poder continuar sus estudios

universitarios como licenciados y doctores; ejercitarse

corporalmente en los escenarios existentes dentro del colegio

(gimnasia, agilidad en el tenis, equitación) o fuera del mismo

(natación y equitación).

Reflejo del activismo productivo fomentado por los pedagogos

liberales los estudiantes podían además: realizar prácticas y

experimentos en los talleres y laboratorios; participar en la

producción de alimentos para el autoabastecimiento del colegio

a través de la huerta escolar y la clase de horticultura, productos

artísticos demandados por las familias principales y los viajeros

como eran retratos en fotografías, grabados, litografías, dibujos,

pinturas, etc., así como productos académicos de interés público

como el período “El Liberal” publicado en la imprenta de ese

colegio, siguiendo el proceso de producción de los hermanos

Paredes, quienes se constituyeron en algunos de los músicos,

fotógrafos, impresores, litógrafos, etc. más afamados de

Colombia, todo ello bajo la dirección ideológica, económica y

periodística de Paredes.

Para cumplir con su condición de Colegio, acorde con las

disposiciones oficiales, Paredes diseñó un plan de estudios

mediante el cual se impartían cursos a los estudiantes en las

cinco facultades o clases de cátedras dispuestas por el sistema

liberal (1826, 1835) como el conservador (1842) de instrucción

pública. En las memorias de Paredes, citadas por Gutiérrez

(1990, p. 47), se menciona que el Colegio durante sus cuatro

años de existencia ofreció públicamente a los interesados el

realizar cursos asociados con las clases de:

Moral, Religión y Urbanidad, Gramática Castellana,

Caligrafía; Idiomas Francés, Inglés, Italiano, Alemán y

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171

Latín para los que quieran; Gramática General, Retórica,

Mitología, dibujo y nociones de pintura;

Algebra, Geometría, Trigonometría y Agrimensura,

Lógica y demás ramos de Filosofía elemental; Aritmética

especulativa y aplicada al comercio; Teneduría de libros,

Geografía y Astronomía;

Ejercicios prácticos de litografía, daguerrotipo y

fotografía, taquigrafía, música vocal e instrumental,

higiene, historia, física, química, nociones de

minerología, arquitectura civil, Agricultura y nociones

especiales de Horticultura, y jardinería y Botánica;

Principios de Legislación, Legislación de la Nueva

Granada y procedimientos judiciales, Principios de

Economía Política, Ciencia Constitucional y

Administración, Derecho Internacional y Diplomacia,

Comercio y Estadística.

Siendo evidente en ese plan el deseo de los Paredes por

promover la enseñanza y uso de la arquitectura para contribuir

de forma directa en la realización de los amoblamientos urbanos

de las crecientes ciudades comerciales que emergían con

acrecentadas rentas fruto de las bonanzas de los monocultivos

de exportación, así como en los macroproyectos viales

(terrestres, fluviales y ferroviarios) que requería la provincia y la

Nación. Así mismo, el plan permite inferir el desinterés, rechazo

y oposición de los propietarios, el director como de los maestros

del colegio por la enseñanza directa o integrada a otras clases de

la teología, la religión y la moral eclesiásticas al ser contrarias a

sus postulados ideológicos y filosóficos públicamente

relacionados con el utilitarismo y la francmasonería, según los

cuales, la religión católica no podía ser la única ni universal del

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172

cristianismo, así como cada individuo debía sentir, vivenciar y

finalmente escoger el credo religioso más conveniente a sus

necesidades e intereses existenciales sin ser condicionado,

obligado ni persuadido para ello, especialmente por los maestros

y tutores como por los párrocos y capellanes.

La reacción de la institución eclesiástica como de las familias y

sociedades católicas de la parroquia, la provincia como del

Obispado de Nueva Pamplona fue una abierta oposición a la

continuidad y reconocimiento de esa institución educativa al

considerarse un centro de formación contrario a la moral

religiosa y al ordenamiento legal y constitucional,

reafirmándose así el rechazo católico al utilitarismo y a los

utilitaristas que los liberales-santanderistas habían sufrido desde

1826. La declaración de guerra ideológica y destrucción

material del “Colegio de Paredes” por parte de los católicos fue

liderada y protocolizada de forma tardía pero directa y

contundente por Juan Niño, Obispo de Nueva Pamplona, al

declarar en su pastoral de 1859, acorde con Gutiérrez (1990, p.

50), que los Paredes a través de su colegio pretendían

"adueñarse de la juventud con el fin de pervertirla bajo el

pretexto de ilustrarla".

Se les acusaba de contrarios a los dogmas de la religión de la

Nación y se invitaba a perseguirlos como herejes por los demás

católicos confesos y practicantes porque en los "colegios

regentados por el Sr. Paredes y su esposa, se da a los jóvenes

una educación religiosa que no es conforme con los dogmas y

preceptos de nuestra Santa Iglesia Romana y que todos los

superiores son protestantes, o por lo menos de muy dudosa

catolicidad". Abiertamente los declaró protestantes, y alentó a

sus feligreses a luchar contra esa fuente del mal que infestaba

las familias católicas del recién creado Santander porque “ser

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173

liberal, democrático, amigo del pueblo, o de la luces, es lo

mismo que ser protestante, y por lo tanto enemigo de

Nuestro Señor Jesucristo y la Iglesia”.

Siendo reafirmados esos supuestos ideológicos y culturales en la

tradición hispanocatólica que aún se preservaba en las

costumbres y las prácticas sociales de los neogranadinos,

reafirmadas por medio de las escuelas lancasterianas por los

neoborbonicos y conservadores, y descritas en plena reforma

instruccionista de 1870 a 1875 por Gil Colunje en el Diario

Oficial del 8 de febrero de 1873 (No. 2772), citado por Galvis

(2006, p. 56 – 57) al describir la difícil transición de la moral

religiosa a la ética civil de la siguiente manera:

Acostumbrados los padres de familia y los curas de almas a que los

maestros de primeras letras, a un tiempo con la cartilla y la pluma,

pusiesen en manos de los escolares el catecismo de la doctrina

cristiana, muchos no creen todavía ser ellos, padres y pastores, los

llamados a instruir y ejercitar a sus hijos y feligreses en su religión y

en su culto. Parecen no comprender que el institutor público,

llamado a enseñar a todos, no puede ser apóstol de un mismo credo

para todos, ni de un credo distinto para cada uno. Ni quieren

comprender tampoco que, siendo la escuela pública, en realidad, una

oficina pública, la Constitución no permite que en ella se exija o se

imponga ninguna religión.

El Obispo Niño se preocupó en reclutar y dotar un ejército de

católicos que a sangre y fuego desde la ciudad de Pamplona

llegaron a Piedecuesta liderados por su báculo para tomarse las

calles y casas a sangre y fuego con el fin de ocupar y destruir el

hereje establecimiento educativo, detener y enjuiciar a la familia

paredes y al reducido número de estudiantes que aún los

acompañaba, así como para hacer un escarmiento público a

todos aquellos que pretendían adoptar proyectos ideológicos que

separaban o menospreciaban el papel de la religión y la moral en

Page 175: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

174

la instrucción pública, fuese impartida en los colegios de los

gobiernos provinciales como por empresarios particulares a

través de sus colegios.

La pretensión de separar la enseñanza de las ciencias y moral

eclesiásticas de las ciencias y la moral naturales se renovó con el

decreto de Instrucción Pública expedido en 1870 por los

liberales radicales. Decreto mediante el cual se promovió la

enseñanza de la moral, religión y catequesis como una clase

separada de las demás cátedras y de directa responsabilidad por

parte de los párrocos, tenientes o sacristanes. Siendo una vez

más la reacción de los católicos mediada a través de los obispos,

quienes de forma tardía pero contundente por medio de la guerra

civil de 1876, el fomento de la regeneración ideológica y moral

de la nación al promover el triunfo militar y electoral de los

conservadores durante las siguiente guerras civiles y elecciones

presidenciales, y especialmente, a partir de pactos nacionalistas

y concordatarios como el promovido por Rafael Núñez, lograron

arrancar de raíz de las instituciones y de la sociedad el

liberalismo radical y laico con la reforma general al Estado y la

Nación al lograr el cambio de la constitución federalista y

secular de los Estados Unidos de Colombia (1863) por la

constitucional centralista y católica de la República de

Colombia (1886).

7.2.3 LAS FACULTADES DE LAS TRABAJADORAS. A la

par de la formación productiva de los varones en aulas de clase

católicas o seculares, con títulos y grados reconocidos por los

Gobiernos provinciales o nacionales, las mujeres también

encontraron la oportunidad de profesionalizar su actividad

laboral, y consigo emanciparse del determinismo doméstico

tradicional. Para ello debían estudiar y ser licenciadas como

Maestras Normalistas difusoras del método pestaloziano

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175

promovido en los Estados Unidos de Colombia por los

miembros de la misión pedagógica alemana. Específicamente

por el Pr. Alberto Blume, delegado para Santander con el fin de

dar cumplimiento al sistema federal y estatal de instrucción

pública decretado por los Congresos y Gobiernos tanto de la

República como de los estados soberanos desde 1870.

La instrucción para el trabajo y para la vida que se impartían en

las escuelas y colegios de varones, como en los talleres y

factorías para niñas, acorde con las descripciones de Ancízar

sobre las Provincias de Vélez, Socorro, Soto, Pamplona y

Cúcuta, aunado a las políticas educativas promovidas por los

legisladores y gobernantes de esas provincias confederadas y

unificadas como el Estado Soberano de Santander al

centralizarse y estatizarse desde 1868, por sugerencia del

presidente estatal Victoriano Paredes, el control de la educación

pública y sus tecnologías educativas al fracasar la liberalización

utilitaria de esos servicios al no ser capaz cada individuo o

territorio de asociarse a otros para satisfacer sus necesidades de

conocimiento, entre otras razones, conllevaron a que la

experiencia educativa de ese Estado fuese adoptada para todos

los Estados Unidos de Colombia a partir del influjo político y la

gestión instruccional que los hermanos Dámaso y Felipe Zapata

Vargas habían logrado durante dos décadas.

Los Zapata fueron los primeros bumangueses en importar al

Estado una imprenta particular con el fin publicar textos

educativos para la instrucción pública de los menores de edad,

así como publicaron y dirigieron periódicos (El Movimiento,

Debates, La Nueva Era) para la instrucción popular de los

adultos letrados, establecieron y dirigieron colegios en San

Cristóbal (Venezuela), Pamplona y Bucaramanga, así como al

ser nombrados funcionarios, supervisores y directores de

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176

instrucción pública advirtieron sobre la necesidad de liberar las

provincias del influjo educativo del lancasterianismo inglés y

sus estrategias mecanicistas simultaneas y memorísticas de

enseñanza para adoptar, por el contrario, el pestalozianismo

suizo con sus estrategias activistas, sensoriales y centradas en el

autoaprendizaje de los estudiantes.

El desarrollo manufacturero y agroexportador de las provincias

que habían sido confederadas como Santander, con una

estructura estatal tripartita propia (Asamblea, Presidente y

Corte), requería que las innovaciones instruccionales

promovidas por particulares o por las autoridades municipales

fuesen reconocidas y replicadas por todos los demás

santandereanos. Uno de los promotores de esos cambios

estatales como federales fue específicamente Dámaso Zapata

pues como señala Amparo Galvis (2005, p. 20):

A mediados de la década de 1860 empezaron a preocuparle a

Dámaso Zapata y a otros liberales de distintas facciones la escasa

incidencia del sistema educativo colombiano en el mejoramiento de

los individuos y de la sociedad. Veían que ni la iniciativa privada

ni el apoyo económico que otorgaban los gobiernos a la Iglesia

para que dirigiera y administrara la educación pública estaban

generando las modificaciones requeridas en los contenidos de

formación, en los métodos y en el comportamiento de los

educandos. Meritorios intentos orientados a mejorar la calidad de la

enseñanza, como los realizados por los generales Bolívar y

Santander y, más tarde, durante el gobierno de Alcántara Herrán,

por don Mariano Ospina Rodríguez, su ministro de educación, no

habían sido acompañados con la decisión política, los fundamentos

científico-pedagógicos ni el presupuesto necesarios para sacarlos

adelante. Por tanto, la comprensión sobre la realidad y las

competencias para el trabajo, que ya entrada la década del 1860

tenían los colombianos del común, eran rudimentarias y ajenas a las

exigencias que demandaba la cambiante sociedad.

Page 178: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

177

Los liberales con una visión utilitarista de la vida, con públicos

intereses agroexportadores de las materias primas y las

manufacturas nacionales e interesados en reformar y modificar

las costumbres sociales y las prácticas industriales de los

santandereanos como de los colombianos, no sólo recibieron el

epíteto o mote de “radicales” para diferenciarlos de los

demoliberales progresistas pero moderados pues llevaron a la

práctica, a costa de la vida y los intereses de la gente común, sus

proyectos de cambio como minoría y élite de comerciantes,

intelectuales y hacendados respaldados por el influjo de los

inmigrantes europeos que se residenciaron en el Estado.

En cuanto a la instrucción pública, considerada medio e

instrumento para la transformación ideológica de los espíritus y

el mejoramiento material de los cuerpos, se concibió la

necesidad de adoptar el sistema educativo que había llevado a

las naciones y estados del centro de Europa a su creciente

desarrollo social y económico, siendo reflejo de ello prósperas y

exitosas personalidades históricas provenientes de esos lugares

como el influyente empresario alemán Geo von Lengerke. Los

antioqueños harían lo propio pero adoptando como modelo el

sistema educativo y el modo de vida útil y productiva de los

ciudadanos norteamericanos.

Motivados por los europeos residentes en el Estado, orientados

por los europeos que llegaron al Estado como educadores de la

Misión Pedagógica Alemana y siguiendo los modelos europeos

de organización educativa tanto en sus métodos como en la

participación activa, mutua y solidaria de todos los componentes

de las comunidades educativas como eran las sociedades

democráticas, y posteriormente las sociedades didácticas, los

santandereanos justificaron su sistema educativo centrado en el

desarrollo de las individualidades y orientado a la formación en

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178

oficios y profesiones útiles a las nuevas generaciones, para lo

cual se necesitaba formar y contar con directores y maestros de

escuela dispuestos a cambiar su visión sobre el papel de la

educación y el conocimiento científico como fundamento del

desarrollo material y el progreso capital de las sociedades.

Características de una transformación educativa de fondo que

son resumidos por Galvis (2006, p. 35, 36) al expresar que:

… la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje que

ocurrían en la escuela sólo empezaría a producirse cuando el

maestro colombiano, imbuido por un ideal de formación

comprendido y aceptado, se convirtiera en un serio conocedor de

las ciencias y saberes que tenía bajo su responsabilidad, en un

hábil y creativo comunicador de esos conocimientos y en un

estudioso asiduo de la pedagogía, disciplina a la que le

correspondía comprender y ayudar a desarrollar.

… Motivaban por ello a los maestros a innovar los métodos a partir

de las características de sus alumnos. Para esto les pedían registrar,

con apoyo en instrumentos diseñados para el efecto, las

características individuales de los alumnos, sus actitudes, sus

comportamientos y los avances y dificultades que tenían en sus

procesos de aprendizaje.

Creían que en los primeros aprendizajes, en lugar de la exposición

del maestro, se debía poner al joven aprendiz en contacto directo

con la realidad y contribuir así a que éste afinara sus sentidos y

desarrollara la capacidad de hacer observaciones voluntarias y

profundas. Los maestros debían acompañar la exploración de los

objetos y eventos con preguntas inteligentes que ayudaran a conocer

elementos o funciones que los estudiantes no alcanzaran a

considerar y a entender poco a poco los cambios o transformaciones

que dichos objetos o fenómenos podían sufrir, si se ponían en

relación con otros. También se les insistía a los maestros en no

aprovechar sus preguntas, como muchos hacían, para inducir al

aprendiz inmaduro a sacar conclusiones amañadas sobre materias

abstractas, tales como las tocantes a la política partidista y al credo

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179

religioso. Esto inhibía, según explicaban con razón, la posibilidad de

aprender a pensar autónomamente, a partir de la observación de los

hechos; uno de los propósitos principales del sistema educativo

pestalozziano.

Para alcanzar esas metas, cuyo artífice era necesariamente el

maestro a cargo de cada escuela o curso de estudiantes, se

requería formar una nueva generación de normalistas que

superando y liberándose de las prácticas hispanocatólicas y

lancasterianas tradicionales pudiesen adoptar en su mayor

pureza y expresión el pestalozianismo europeo. Para tal fin,

desde 1870 y en cumplimiento de lo dispuesto en el Decreto que

reformaba la Instrucción Pública federal a partir de los avances

e innovaciones que habían adoptado y alcanzado algunos

estados, especialmente el de Santander, se promovió la

contratación de una misión pedagógica de maestros europeos,

pestalozianos, católicos e hispanohablantes, quienes debían

encargarse del establecimiento de escuelas normales activistas

en las cuales se materializara el espíritu de la reforma

instruccional al ser formada la nueva generación de maestros

pestalozianos que serían nombrados y contratados por el

gobierno estatal para la sustitución gradual de los maestros

lancasterianos y la modificación estructural de las escuelas de

“enseñanza mutua” con nuevas tecnologías educativas.

Valga señalar que el “Decreto Orgánico de la Instrucción

Pública Primaria” (1 de noviembre de 1870), publicado en el

periódico oficial de la instrucción pública de los Estados Unidos

de Colombia (1871, (1 – 3)) denominado “La Escuela Normal”

y pactado en su ejecución gradual por cada Gobierno estatal por

parte del Gobierno federal entre 1870 y 1875, había sido

concebido y redactado por el santanderano Damaso Zapata, con

el apoyo y respaldo ante el Congreso de su hermano Felipe

quien se desempeñaba como Ministro del Interior y Relaciones

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180

exteriores. Para ello apelaron a la experiencia educativa y

legislativa que se había tenido en Santander al centralizar el

Gobierno estatal la educación como un derecho y servicio

público al no ser posible que entre 1857 y 1861 las

organizaciones pudiesen organizar, financiar y mantener

instituciones para la autosatisfacción de sus necesidades e

intereses básicos, especialmente los educativos y sanitarios.

Los orígenes del exitoso experimento educativo de Santander

que fue adaptado y adoptado por el superintendente Zapata para

toda República al ser respaldado por el ministro Zapata, siendo

su hermano y jefe inmediato en nombre del presidente federal E.

Salgar, es resumido por Galvis (2006, p. 22) de la siguiente

manera:

Zapata también fue el inspirador de las normas sobre educación

expedidas por el Estado de Santander y por el gobierno nacional,

que sirvieron de soporte a la Reforma Instruccionista, como son: el

Acuerdo de marzo de 1866 del ayuntamiento del Socorro, que

reglamentó las escuelas públicas de instrucción; la Ley 36 de 1868

sobre instrucción pública, punto de partida de la organización

administrativa de la educación y de su administración y vigilancia

por el Estado; el código de instrucción pública del Estado Soberano

de Santander, CIPS, aprobado por la Asamblea Legislativa el 12 de

noviembre de 1868 mediante la ley 36, que comenzó a regir en

1869, con modificaciones en 1872 y 1873. En 318 artículos el CIPS

presentó el sistema de educación y enseñanza de las ciencias que

debía seguirse en las escuelas públicas mientras llegaba la misión de

profesores alemanes que vendrían a perfeccionar esta propuesta.

Para hacer más rápida la puesta en marcha del código, don Dámaso

escribió una amplia circular a los maestros explicando los principios

y normas que ayudarían a mejorar la educación, la cual fue

publicada en los números 673, 674 y 675 de la Gaceta de Santander.

A partir de 1870, el Decreto de los Estados Unidos de Colombia

(1871) ordenaba por su parte, y bajo la Dirección del mismo

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181

Zapata, que una de las tareas prioritarias de funcionarios y

agentes educativos debía ser el uso de más y mejor tecnología

educativa acorde con el modelo pestalozziano adoptado. Para

ello, se dispuso que la Dirección General de Instrucción debía

cumplir como una de sus principales tareas: “7º. Adoptar los

textos que han de servir para la enseñanza en las diferentes

escuelas; Adquirir los textos que se hayan ensayado con

buen éxito en los países donde la instrucción está más

adelantada, estudiarlos, y traducir y adoptar los mejores, o

hacerlos traducir i adaptar a las escuelas de la República;…

8º. Llevar la cuenta de los libros y demás elementos destinados a

la enseñanza que se distribuyan a los Directores de la

Instrucción pública de los Estados para las diversas escuelas de

los mismos Estados”.

Todo lo cual debía materializarse al interior de las aulas de clase

correcta y completamente dotadas, así como se debía “12º.

Procurar la formación de bibliotecas populares, y promover el

establecimiento de sociedades literarias y científicas e

industriales que fomenten la afición a la lectura y al trabajo”.

El avance de la instrucción útil y aplicada que se requería para

todos los estados unidos requería estar atentos y comprender

“los progresos de la instrucción en los demás países” para

“adoptar y poner en planta las reformas que sean aplicables a las

escuelas de la Nación”. Para comunicar esos avances, las formas

de adoptarlo en la República y los resultados de la adaptación de

los mismos en cada Estado se debía contar con un periódico de

instrucción pública denominado “La Escuela Normal”, al cual

estados como Santander complementaron desde la Escuela

Normal estatal y la sociedad didáctica de ese mismo territorio

con publicaciones periódicas de amplía circulación y

divulgación como “El pestaloziano”. Periódicos que debían

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182

servir para complementar y actualizar los conocimientos de los

maestros normalistas cursantes o egresados, así como para

ampliar las perspectivas pedagógicas y didácticas que podían

seguir en su instrucción popular, social o productiva al estar

dirigido y ser enviado gratuitamente a “las escuelas públicas de

la Nación, a los gremios de artesanos, a las sociedades

científicas y literarias y a las bibliotecas que se establezcan”.

De allí que los contenidos que debían caracterizar esa tecnología

educativa de difusión y circulación masiva fuesen establecidos y

delimitados con meticulosidad por Zapata al retroalimentar su

experiencia como maestro, impresor, funcionario y director de

periódicos para la instrucción pública de las gentes comunes,

letradas e iletradas. En el Decreto promulgado para los Estados

Unidos se disponía específicamente para el órgano oficial unas

líneas temáticas y editoriales precisas, adoptadas por los demás

periódicos de las direcciones generales y las escuelas normales,

como fueron:

Art. 12. La Escuela Normal será un repertorio de todos los asuntos

relativos a la enseñanza. En ella se publicarán además de los actos

oficiales:

1º. Escritos que tengan por objeto defender los intereses de la

instrucción pública y promover sus adelantos;

2º. Los trabajos más notables de las Sociedades de Institutores;

3º. Los informes de los Directores de la Instrucción Pública de los

Estados y las observaciones útiles que los maestros de escuela

comuniquen a la Dirección general, sobre métodos, textos y demás

asuntos relativos a la instrucción;

4º. Noticias detalladas acerca de la organización y marcha de la

instrucción pública en otros países;

5º. Los textos de enseñanza adoptados por la Dirección General.

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183

6º. Artículos sobre historia, geografía, estadística, legislación,

agricultura, comercio, literatura, idioma, etc. del país;

7º. Escritos que tiendan a vulgarizar conocimientos literarios, y

conocimientos científicos aplicables a la industria y a las artes;

8º. Ejercicios de composición y de recitación;

9º. Los programas de enseñanza formados por la Dirección General;

Art. 13. El periódico formará una verdadera escuela normal que

debe servir para completar la educación de los maestros,

dándoles toda clase (le instrucciones relativas a su profesión.

Art. 14. Todos los escritos no oficiales que se redacten, adopten o

traduzcan por la dirección general, y los que se remitan por

empleados o particulares para su inserción, serán previamente

examinados por el editor, a fin de que el periódico salga redactado

con toda la pureza y corrección de lenguaje y de estilo que exige el

objeto a que se le destina.

Art. 15. El editor explicará por medio de notas los términos

científicos y las locuciones que estén fuera del uso común y

vulgar, a fin de que sean fácilmente entendidos por todas las

personas a quienes se dirige el periódico.

Art. 16. La Escuela Normal debe contener los grabados que sean

necesarios para la mayor claridad e inteligencia del texto. En caso de

que estos grabados no puedan obtenerse por contrato, la Dirección

General establecerá una oficina de grabado anexa. El grabador dará

lecciones del arte a las personas que así lo soliciten de la Dirección,

y que a juicio de ella tengan las aptitudes necesarias para él.

Además de cumplir en sus territorios las funciones del Director

General federal, los Directores Generales de cada uno de los

estados debía preocuparse por garantizar la infraestructura física

de las escuelas y colegios, la estructura educativa centrada en

los maestros y sus recursos didácticos, y especialmente la

superestructura ideológica del modelo educativo adoptado por

Page 185: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

184

medio de los periódicos oficiales de educación, a través de los

actos públicos a los cuales asistían y participaban los

estudiantes, y especialmente al interior de las aulas al ser

orientados los ideales sociopolíticos de los estudiantes públicos

por parte de los maestros, especialmente los maestros

normalistas formados y en formación, los maestros por parte de

los directores y, los directores a su vez por los directores

generales.

De allí que cada escuela primaria, fuese elemental o superior,

debía constituirse en un escenario de formación que tenían por

“objeto formar hombres sanos de cuerpo y espíritu, dignos y

capaces de ser ciudadanos y magistrados de una sociedad

republicana y libre”. Siendo para ello necesario el “desarrollo

armónico de todas las facultades del alma, de los sentidos y de

las fuerzas del cuerpo”. Para la formación del cuerpo era precisa

la formación en “gimnástica y calisténico” durante “las horas

destinadas a la recreación, según reglas sencillas i favorables al

desarrollo de la salud i de las fuerzas de los niños”. Siendo

completados esos ejercicios corporales en las escuelas de

varones con “ejercicios gimnásticos, ejercicios y evoluciones

militares, con arreglo a los textos de instrucción del ejército

federal”, así como se les debía instruir en el arte de la natación

para cruzar ríos y lagunas a falta de puentes durante las guerras.

Para la formación del alma, la educación pública renunciaba a

su responsabilidad tradicional, heredada del hispanocatolicismo

y del neoborbonismo repubicano” de instruir a los estudiantes en

asuntos de fe, religión y moral cristiana, fuese católica,

protestante, ortodoxa o sectaria. Con lo cual, al no intervenir el

Gobierno federal ni el estatal en los asuntos de instrucción

religiosa se optaba por una moral “republicana” caracterizada

por:

Page 186: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

185

1. Directores y maestros debían procurar que “las horas

de escuela se distribuirán de manera que a los alumnos

les quede tiempo suficiente para que, según la voluntad

de los padres, reciban dicha instrucción de sus

párrocos o ministros” (Art. 36);

2. Los directores y maestros de las escuelas debían

promover la moral civil y la ética ciudadana antes que la

moral católica y los determinismos religiosos en la

formación de sus estudiantes. Los directores al “hacer los

mayores esfuerzos para elevar el sentimiento moral de

los niños y jóvenes confiados a su cuidado e instrucción;

y para grabar en sus corazones los principios de piedad,

justicia, respeto a la verdad, amor a su país, humanidad y

universal benevolencia, tolerancia, sobriedad, industria i

frugalidad, pureza, moderación y templanza; y en

general, todas las virtudes que son el ornamento de la

especie humana y la base sobre que reposa toda sociedad

libre. Los maestros dirigirán el espíritu de sus discípulos,

en cuanto su edad i capacidad lo permitan, de manera

que se formen una clara idea de la tendencia de las

mencionadas virtudes para preservar i perfeccionar la

organización republicana del Gobierno, y asegurar los

beneficios de la libertad” (Art. 31).

3. Los conflictos y asuntos entre estudiantes debían

dirimirse emulando en las aulas las instituciones de

justicia y solución de las pugnas para los ciudadanos,

primando así la justicia de los hombres sobre la

confesión y la constricción religiosa. Para ello, los

estudiantes debían ser instruidos y examinados en “los

derechos y deberes que tienen como colombianos”, así

como debían dirimir sus conflictos por medio de juicios

Page 187: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

186

mediados por jurados y tribunales estudiantiles para que

los estudiantes comprendieran la importancia de las

“garantías de la libertad civil y de la seguridad pública”,

así como “los atributos de la justicia, la magnitud de los

deberes de jueces, y la responsabilidad moral que ellos

imponen” (Art. 32).

4. Directores, maestros y padres miembros de las

“comisiones de vigilancia” disciplinaria debían conocer

y hacer seguimiento a las conductas morales de los

estudiantes tanto en su vida pública en los espacios de

interacción educativa (escuela, campos de recreo) y

social (iglesia, club, lugares de fiesta, etc.) como en su

vida privada a través de sus familiares, conocidos o

allegados cuando afectaba los intereses y conductas de

los demás. Cumpliendo así las disposiciones del Decreto

orgánico que les ordenaban: “vigilar incesantemente su

conducta no solo dentro de la escuela, sino fuera de ella,

excepto dentro de los límites de la casa paterna”;

Instruirlos para que “adquieran en sus maneras, palabras

y acciones, hábitos de urbanidad, y los ejercitarán en la

práctica de los deberes que el hombre bien educado tiene

para con la sociedad en que vive”, e informarse “con

toda exactitud de la posición social de cada uno de sus

discípulos, y de la carrera o profesión a que se le piensa

dedicar. Tales informes le servirán de base para las

conferencias i consejos particulares” (Art. 33 -34).

Para comprender y guiar correctamente “la carrera o profesión a

que se le piensa dedicar” cada estudiante, los directores y

maestros debían garantizar a esos futuros productores de bienes

y servicios una formación académica útil y suficiente para

alcanzar esas metas a través del pleno desarrollo y uso de sus

Page 188: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

187

sentidos ante los problemas y oportunidades de a vida. Los

estudiantes de escuela primaria elemental, tanto niñas como

varones, debían ser educados en materias básicas como “lectura,

escritura, aritmética, el sistema legal de pesas y medidas,

elementos de la lengua castellana, ejercicios de composición y

recitación, y nociones generales de higiene y de geografía e

historia patria. Además habrá en cada escuela una clase de

canto” (Art. 38).

Los estudiantes de primaria superior, tanto niñas como varones,

además de ampliar y perfeccionar sus conocimientos

elementales debían ser educados en materias útiles como:

“elementos de álgebra, de geometría y sus aplicaciones usuales,

especialmente el dibujo lineal; teneduría de libros, aplicada no

solo al comercio y a las oficinas públicas, sino a toda clase de

cuentas; nociones de física, mecánica, química, historia natural,

fisiología e higiene, elementos de cosmografía y geografía

general, y la historia y geografía especiales de Colombia (Art.

46). Siendo los conocimientos impartidos a los señoritos y

señoritas en su segundo nivel de educación primaria acordes con

las necesidades y oportunidades productivas del Municipio,

Departamento o Estado, aunado al “carácter e inclinación de los

alumnos, así como también las artes y la industria que estén más

generalizadas en la respectiva localidad, a fin de que el alumno,

una vez concluidos sus estudios, pueda sacar todo el provecho

apetecible de los conocimientos que haya adquirido” (Art. 48).

Para lograr esos tres tipos de formación en cada estudiante de la

Nación (corporal, moral y sensorial o intelectual) como para

cursar gradualmente los tres niveles de enseñanza dispuestos por

el Estado (primaria (elemental y superior), secundaria (Colegios,

seminarios o normales) y universitaria (estatal, nacional o

extranjera)) se requería de un método de enseñanza en el que

Page 189: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

188

primaran los principios pedagógicos activos de Rousseau y

Pestalozzi como eran: “1ª. La exposición ha de ser sencilla,

lógica y correcta; 2ª. No se adoptará ningún método que

tienda a producir el resultado de desarrollar la memoria a

expensas del entendimiento, ni a inculcar a los niños un

saber puramente mecánico; 3ª. Debe tenerse presente que la

inteligencia de los niños ha de cultivarse siguiendo una senda

tal, que los ponga en aptitud de descubrir por sí mismos las

reglas, los motivos y los principios de lo que se aprende” (Art.

62).

Cumplir con esas metas de calidad requería a su vez formar una

nueva generación de maestros normalistas que siendo acordes

con el modelo corporal, espiritual y sensorial del ciudadano

liberal y republicano fuesen a su vez capaces de afrontar la

orientación vocacional de los estudiantes hacia oficios y

profesiones acordes con las necesidades productivas de cada

Estado como de la unión de Estados. La Unión se comprometió

a formar desde Bogotá maestros idóneos por medio de una

Escuela Normal Central, que a su vez serviría como Escuela

Normal del Estado de Cundinamarca, desde la cual sus

egresados contribuyeran a mejorar las normales estatales y a

transformar las escuelas primarias.

Para ello, eran instruidos desde los dieciocho años y durante

cuatro años en materias semejantes a las facultades

profesionales universitarias por medio de cursos: “1º. De

Gramática superior; 2º. De Literatura castellana; 3º. De Francés

e Inglés; 4º.De Historia universal e Historia particular de

Colombia; 5º.De Algebra superior; 6º. De geometría,

Trigonometría i Topografía; 7º. De Astronomía, geografía

universal y Geografía particular de Colombia; 8º. De Dibujo

lineal; 9º. De Física y Química industriales; 10º. De Mecánica

Page 190: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

189

Industrial; 11º. De Historia natural; 12º. De Agricultura; 13º. De

Anatomía, Fisiología e Higiene; 14º. De Música y Canto; 15º.

De Gimnástica y calisténica” (Art. 116). De tal manera, los

normalistas nacionales egresados de esa escuela estaban

llamados a ser los directores de las escuelas y los colegios en los

que enseñaban los maestros egresados de las escuelas normales

estatales, o en su defecto, a ser preferidos por sus méritos a los

estatales.

Los estudiantes de las escuelas normales estatales, por su parte,

debían ser formados específicamente para atender como

maestros las necesidades educativas de los estudiantes de la

educación primaria de sus localidades de origen. Para ello,

debían estudiar durante tres años con mayor profundidad y

extensión las materias enseñadas en la educación primaria

superior expuestas anteriormente, así como recibir cursos en:

“1º. De traducción de las lenguas francesa o inglesa, o de

ambas si fuere posible; 2º. Cursos industriales o de aplicación

de las ciencias a las artes y oficios, de agricultura y de

Economía social y doméstica. Estos cursos destinados con

especialidad a los obreros que hayan recorrido los diversos

grados de la Instrucción primaria, tendrán lugar de preferencia

en los días y horas en que los trabajos de la clase obrera se

suspendan ordinariamente; 3º. Un curso normal de Pedagogía

en el cual las personas que tengan intención de consagrarse a la

instrucción, aprendan la teoría de la enseñanza y el empleo de

los métodos perfeccionados” (Art. 134). Así mismo, debían

hacer sus prácticas en las escuelas anexas y salas de asilos de

niños, y al graduarse, debían agremiarse a la Sociedad de

Institutores, a una Biblioteca circulante, e incluso a una

Sociedad Didáctica para la edición y publicación de los

periódicos educativos oficiales.

Page 191: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

190

Para cumplir con todas esas metas y retos educativos en cada

uno de los Estados, especialmente la formación de los maestros

normalistas nacionales como estatales, los hermanos Zapata,

Felipe en su condición de Ministro del Interior y Relaciones y

Dámaso en su condición de Director General subordinado del

Ministro, optaron por contratar una “misión pedagógica

alemana” de maestros católicos e hispanohablantes, expertos en

la teoría como en la práctica del método pedagógico promovido

por Pestalozzi. Cada uno de esos maestros fue contratado y

enviado a cada Estado de la Unión con la explícita tarea de

establecer o reorganizar las normales en las capitales estatales,

formar a la primera generación de maestros normalistas

pestalozzianos, y especialmente, asegurar el cumplimiento a

través de su propia gestión e innovación sociocultural del

Decreto de Instrucción Pública expedido por el Gobierno

Federal para el cumplimiento de los Gobiernos estatales, sin

importar sus posturas ideológicas ni su partido político.

Los maestros alemanes llegados a la República fueron

distribuidos para cada Estado, acorde con Galvis (2006, p. 26),

de la siguiente manera: “Antioquia: Gotthold Weis, C. Siegert y

J. Bothe; Bolívar: Julio Wallner; Boyacá: Ernesto Hotschick;

Cauca: Augusto Pankou; Cundinamarca: Alberto Blume y

Catalina Recaer [y Oscar Bobish]; Magdalena: Carlos Meisel;

Panamá: Ofrald Wirsing; Santander: Carlos Uttermann; Tolima:

Gustavo Radlack”. Uttermann era el más experto y

experimentado en la pedagogía de Pestalozzi pero al no

congeniar con los estudiantes y padres de familia entre 1871 y

1873 fue permutado finalmente por Blume, ganando

Cundinamarca al más experto de los maestros para dirigir su

Normal central y estatal mientras que Santander obtuvo al

maestro que dio continuidad a las políticas precedentes del

Director Zapata, así como demostró la importancia y necesidad

Page 192: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

191

del Decreto de Instrucción que habían concebido los Zapata,

especialmente la necesidad de obligar a niños y niñas a asistir a

las clases diarias bajo penas, sanciones y multas públicas.

La elección de maestros provenientes de Alemania antes que los

de otra Nación de Europa, o de los mismos Estados Unidos de

América que eran emulados por los estados colombianos,

además de estar directamente asociado con la presencia en el

Estado de influyentes empresarios alemanes como Geo von

Lengerke, Leo y Emilio Kopp, Hugo Biester, entre otros, fue

justificada por el Ministro Zapata, de acuerdo a Ramiro Gómez

(1985, p. 113), citando la obra de Ramón Zapata "De los

hombres que hicieron historia", se debió a que el Ministro

Felipe Zapata consideraba que “…en ese país es donde se halla

más adelantada la instrucción primaria y en donde rigen los

mejores métodos de enseñanza. No paré mientes en la religión

que ellos profesaron, porque no se trataba de que viniesen a dar

enseñanza religiosa, histórica o filosófica que pudiera tener

algún roce con las creencias de los alumnos, sino a formar

maestros y profesores de métodos para enseñar. Si hubiera

tenido necesidad de pedir albañiles, mineros, carpinteros u otros

industriales para las enseñanzas en Colombia, a nadie se le

habría ocurrido exigir que esos maestros fueran católicos,

protestantes, ortodoxos o musulmanes".

Sumándose a esas razones las preocupaciones del Cónsul

General en Berlín, Eustasio Santamaría, por descartar la

selección de maestros protestantes entre los abundantes y

excelentes pedagogos pestalozzianos alemanes para evitar

tropiezos y críticas de los católicos colombianos en la ejecución

del Decreto de Instrucción de 1870, optando por el contrario,

acorde con Malte (2010, p.136), en “buscar maestros católicos

teniendo como auxiliares dos obispos, los de Maguncia y

Page 193: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

192

Polonia, y el vicario católico y el prior de los dominicos de esas

ciudad”.

Acorde con el Decreto nacional, la Asamblea Legislativa de

Santander estableció en el Socorro, capital del Estado, la

Escuela Normal de Institutores (Ley 14 del 18 de octubre de

1871) para formar los maestros idóneos del Estado que estarían

a cargo de las escuelas primarias como maestros y/o directores,

bajo la dirección de Uttermann, contratado y dotado por la

Nación. Desde el 12 de Agosto de 1872 se estableció a su vez

una escuela primaria anexa para la práctica de los maestros

practicantes bajo la dirección de Blume, quien siendo

directamente contratado por el Estado servía a su vez como

profesor de pedagogía para los normalistas nacionales.

La ley 40 del 18 de octubre de 1872, sobre instrucción primaria,

dispuso a su vez la apertura de una Escuela Normal de

Institutoras en el Socorro (Art. 20) en pleno cumplimiento del

Decreto Orgánico Nacional de instrucción pública, la cual fue

establecida formalmente al expedirse el decreto de 27 de julio

de 1873 “…con el objeto de formar en ella maestras capaces de

regentar las escuelas elementales y superiores de niñas

conforme al sistema de enseñanza de Pestalozzi perfeccionado”.

Siendo ampliados esos avances educativos a Bucaramanga, que

con San José de Cúcuta se constituían en las capitales

comerciales y financieras del Estado, al decretar el Gobierno

nacional la creación de una tercera Escuela Normal de

Institutoras para el Estado Soberano de Santander por decreto

federal de 27 de agosto de 1874, la cual fue establecida por

decreto estatal del 28 de diciembre del mismo año, iniciando

labores el 15 de abril de 1875, por cuenta de la nación. Siendo la

Normal de Bucaramanga, la única Normal, Colegio o

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193

universidad de Santander que no fue cerrado ni clausurado

durante ni después de la guerra de 1876 en rechazo de los

católicos y conservadores al decreto nacional de los maestros

santandereanos, cumplido a cabalidad por la mayoría de

santandereanos.

Las maestras normalistas al ser las primeras mujeres

trabajadoras tituladas y calificadas por el Estado de Santander

para ejercer una profesión y recibir una asignación salarial del

Gobierno lograron liberarse del determinismo cultural a ser

solteronas, casadas, monjas o viudas recatadas pues asumieron

la condición de trabajadoras tan autónomas y libres de manejar

su tiempo e ingresos como las futuras sombrereras que seguían

siendo formadas en El Socorro en escuelas de primaria con

énfasis en el aprendizaje del tejido de las fibras naturales. Es

decir, mientras las estudiantes practicaban nuevas técnicas de

tejido de acuerdo a las clases de sombreros de Jipijapa

demandados, apropiándose de las ganancias de sus creaciones

vendidas en el mercado, la maestra cumplía con su labor

educativa, siguiendo a Gómez (1985, p. 41), al destinar “una

hora diaria para leerles obras sobre moral y urbanidad, mientras

ellas trabajaban”.

Al formar maestras activistas en las Normales, el Estado federal

como los estatales tenían la seguridad que esas mujeres serían

formadas y tendrían la capacidad suficiente para dirigir las

escuelas elementales y superiores de niñas, garantizando así su

igualdad laboral y productiva, así como se preservaba la

separación formativa de los géneros al asegurar con mujeres

morales, tituladas e instruidas la instrucción de las niñas y

mujeres para asumir el futuro rol como adultas con derechos,

deberes y responsabilidades civiles.

Page 195: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

194

Siendo reconocidas públicamente esas maestras por

Superintendentes e inspectores como la causa principal del

“ensanche de la instrucción primaria, al mismo tiempo que

mejorará la condición social de ella”. Siendo interpretada esa

condición novedosa y productiva de la “mujer estudiada” e

independiente por parte de Gómez (1985, p. 44) al señalar desde

su experiencia y perspectiva de la educación heredada del siglo

XIX en el siglo XX que:

La formación de la mujer para el magisterio, especialmente en la

enseñanza del sexo opuesto, constituyó otro adelanto de primera

línea. Llamada a inculcar las primeras ideas en las tiernas

inteligencias de los niños, encierra, por sí sola, un caudal de amor y

de ternura que la convierte en esposa, madre o hermana, aún en el

mismo recinto de la escuela. Es más abnegada que el hombre, con

mayor desprendimiento para prescindir del bullicio de la ciudad y

recluirse en un campo o en una aldea a difundir la instrucción. En

cambio los maestros en un pueblo pueden ser el blanco de las

intrigas del gamonal, las exigencias extravagantes de los padres de

familia, las prédicas de algún cura intolerante y fanático y de pronto

de las sandeces de tal cual alcalde intransigente, como también

pueden darse a la bebida o al juego.

Ejemplo de esos procesos de liberalización y profesionalización

de las mujeres maestras que se vivía en el mundo liberal y

republicano fue el viaje que hicieron desde Alemania dos

maestras contratadas con el resto de la misión pedagógica que

llegó a Colombia, de las cuales sólo una - Catalina Recaer- pudo

cumplir su contrato con le de Gobierno de Colombia al ser

nombrada como directora de la Escuela Normal de Señoritas de

Bogotá. Mujeres maestras que en compañía de los maestros

expertos en la conformación y funcionamiento de las normales

pestalozzianas permitieron que el método de enseñanza

adoptado por el Estado federal fuese plenamente ejecutado en

Santander en lo relacionado con el establecimiento de una

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195

Escuela Normal, la formación de maestros normalistas

sensoriales y activistas, y especialmente, la transformación del

espacio físico y la tecnología educativa de las escuelas

primarias.

De allí que con sus menajes personales y algunos instrumentos

musicales particulares, en el caso de Blume un violín de uso

didáctico y recreativo, fueron introducidos al país como parte

de la tecnología oficial indispensable para el pleno ejercicio de

su labor educativa, múltiples materiales didácticos

revolucionarios para la enseñanza sensorial, en sustitución de

los recursos didácticos empleados en las escuelas lancasterianas,

que según Rolando Malte (2010, p. 87), tradicionalmente habían

sido: “citolegias o cuadros de lectura y escritura, las pizarras, los

catecismos, los libros, los mapas, los tableros, los pupitres,

algunos implementos de laboratorio, los juegos, la odiada férula

y la campanilla con la cual se marcaba el ritmo de la actividad

educativa”.

Los recursos novedosos llegados con los alemanes estaban

conformados según el epistolario compilado por Gómez (1985)

por:

1. Útiles solicitados al Cónsul General en Berlín (22 de enero de

1872) por la Secretaria del Interior y Relaciones Exteriores:

“Material para la enseñanza de física; Modelos de potencias

mecánicas, de órganos de trasmisión del movimiento, de motores

hidráulicos y de máquinas de elevar el agua; Modelos del sistema

legal de pesos y medidas; Pequeño laboratorio químico y materias

primeras; Colección de formas cristalinas de madera; Necesario de

mineralogía y colección de 200 minerales de 6 centímetros;

Colección de 20 elementos mineralógicos en pequeños fragmentos

que se pueden mezclar para producir las rocas más comunes (en caja

con divisiones); Cartas geológicas iluminadas y colección

clasificada de 300 rocas; 200 fósiles característicos de todos los

terrenos; Colección de 100 muestras de geología agrícola, que

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196

forman la base de los terrenos cultivables y las sustancias que

pueden emplearse en su mejora; Modelos de instrumentos agrícolas;

Colección de de figuras y sólidos geométricos simples,

descompuestos y comparados; Colección de ensambladuras de

madera; Colección de cortes principales de piedras; Colección de

instrumentos de agrimensura; Material para geometría y dibujo

lineal; Pequeño gabinete de zoología y botánica; Material para la

enseñanza de geografía y cosmografía; Libros de consulta para los

maestros” (p. 26-27).

2. Útiles comprados y embarcados por el Cónsul General en Berlín

(22 de noviembre de 1874) al ser contratados y garantizado el viaje

de los maestros alemanes desde Bremen el 6 de enero de 1875:

“Cada una de las diez escuelas tendrán un piano y la música

necesaria para el aprendizaje de este arte civilizador, cien ejemplares

de tablas del sistema métrico de pesas y medidas con grabados, y

mil ejemplares del primer libro de lectura y escritura también con

grabados. Estos y las tablas los he apropiado a nuestro idioma a

instancia de los maestros que los creen de primera necesidad. Los

pianos cuestan muy poco y cada uno va en dos partes, de modo que

su transporte será muy módico” (p. 24).

A la par del mejoramiento de las escuelas primarias y las

escuelas normales de educación secundaria y vocacional, el

Estado de Santander también dio importancia a la continuidad

financiera y al plan de estudios de los colegios provinciales de

enseñanza secundaria creados y reestructurados a los largo del

siglo XIX como fueron los colegios – universitarios de San José

de Pamplona, San José de Guanentá en San Gil y Universitario

de Vélez (1873 – 1874).

En cumplimiento de la Ley estatal 36 de 12 de noviembre de

1868 fueron establecidos a su vez colegios de secundaria para

garantizar la continuidad educativa de los estudiantes

promovidos en las escuelas primarias (elemental y superior) en

cada una de las capitales de los departamentos de Cúcuta,

Ocaña, Pamplona, Soto, García Rovira, Guanentá, Socorro y

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197

Vélez, los cuales se constituirían desde 1871 en “Escuelas

Modelos” del Estado. La importancia de esas escuelas – modelo

y su énfasis en la educación industrial y aplicada se podía

reconocer en ciudades de creciente presencia de comerciantes y

empresarios fabriles extranjeros como Cúcuta (antes de su

destrucción en 1878), en donde, siguiendo a Malte (2010, p.

125) se impartían clases de ciencias naturales empleando “un

laboratorio de física, conformado entre otras cosas por máquinas

eléctricas, neumáticas, imanes, campanas, brújulas galvano-

métricas, esferas, termómetros, linternas, bobinas, prismas, y

otros aparatos tasados en más de $300 pesos”.

A todo esos esfuerzos por mejorar la educación secundaria,

incluidas las escuelas y colegios privados en las principales

ciudades comerciales, se sumó el establecimiento de

instituciones de educación en artes y oficios específicos acordes

con las necesidades locales como fueron una Escuela de Artes y

Oficios en la ciudad de San José de Cúcuta, así como el

“Instituto Agrícola de García Rovira", con sede en Concepción,

regentado desde 1880 por el agrónomo doctor José María

Gutiérrez de Alba.

A la par de las innovaciones educativas federales asociadas con

la formación en ciencias y profesiones industriales por medio de

la Universidad Nacional de Colombia establecida en

septiembre de 1867, y con el fin de garantizar la continuidad

educativa de los estudiantes de secundaria a la universidad,

asegurar el retorno productivo de esos profesionales a sus

departamentos de origen, y especialmente, cumplir las normas

sobre descentralización de la enseñanza universitaria, sus títulos

y grados, el Estado de Santander optó por la creación y

establecimiento de la primera Universidad de Santander. Para

lo cual, se eligió como primera ciudad sede de la misma a San

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198

Gil considerando sus recursos económicos, infraestructura

educativa y población escolar proveniente de Guanentá como

del Socorro.

Las presiones políticas y partidistas de los empresarios y

gobernantes de los prósperos Departamentos de Soto y Cúcuta

sobre la reubicación de la capital del Estado, sus instituciones y

servicios a una de las ciudades más prósperas e influyentes de

Santander, fuese Bucaramanga ó Cúcuta, condicionó al

presidente estatal A. Parra a reubicar la universidad de

Santander en la equidistante, transitada, productiva y saludable

ciudad de Piedecuesta. Para tal fin, fue empleando y adecuado el

edificio de la extinta Factoría de Tabacos, la cual estaba

ubicaba una cuadra al norte de donde había funcionado el

legendario “Colegio de Paredes de Hijos”.

La Universidad fue cerrada como consecuencia de la guerra de

1876, clausurada en 1880 ante la imposibilidad de pagar sus

crecidos gastos y costos por parte de un Estado en bancarrota

después de la guerra y ruina general ante la crisis en los precios

de las exportaciones, así como una década después fue

readecuado su edificio para servir como Colegio para señoritas

bajo la dirección de la comunidad dominica de la Presentación

en plena regeneración conservadora de las instituciones

centralistas e hispano-católicas con el fin de arrancar de raíz la

semilla de las discordias sociales y morales de la Nación.

El origen, plan de estudios y destino de ese primer intento de los

santandereanos por contar con una universidad propia para el

fomento de las ciencias, las artes y los oficios liberales fue

resumido por Gómez (1985, p. 48), a partir de los diarios

oficiales y las crónicas locales al relatar que:

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199

Durante la presidencia del doctor Narciso Cadena, en cumplimiento

de la ley 12 de 4 de octubre de 1873, aprobada por la Asamblea

Legislativa, se fundó la Universidad o Colegio Universitario en la

ciudad de San Gil, para enseñanza de Jurisprudencia, Ciencias

Naturales y Literatura y Filosofía, cuyos materiales didácticos,

laboratorios, gabinetes, aparatos de gimnasia, etc., se importaron de

la Casa Hachette y Compañía de París. El 4 de diciembre siguiente

se celebró el contrato de cesión del Colegio Guanentá con la

Municipalidad. El 22 de noviembre de 1874 el Presidente Germán

Vargas Santos y el Secretario General don Alejandro Gómez Santos

dictaron el decreto orgánico y el 1 de marzo de 1875 inicio labores

dirigida por el mencionado Dr. Cadena con una facultad de

Literatura y Filosofía. En cumplimiento de la ley 27 especial de

1875, el Presidente Aquileo Parra solicitó y obtuvo de la

Municipalidad de San Gil la rescisión de los contratos que existían

sobre residencia de la Universidad en dicha ciudad, quedando de

propiedad del Colegió Guanentá la magnífica colección de útiles

que se había pedido a Europa.

Por Decreto de 12 de febrero de 1876 ordenó que desde el 1° de

marzo siguiente quedase establecida en la ciudad de

Piedecuesta. Abierta el 10 de abril, con Escuela de Artes y Oficios,

clase de Pedagogía, algunos ramos de Ciencias Naturales y la

Facultad de Literatura y Filosofía, bajo la rectoría del doctor José

María Villamizar Gallardo y la subdirección de don Rafael Parga.

Suspendida definitivamente al terminar el año lectivo de 1879 y en

su reemplazo inaugurado un colegio femenino.

La derrota de los liberales en los campos de batalla, en las urnas

electorales, e incluso, en los negocios internacionales al decaer o

desaparecer la exportación de materias primas como el tabaco,

la quina y el café, entre otros factores, conllevaron a la gradual

pérdida de poder e influencia de los “radicales”, muchos de ellos

adoptaron el proyecto político del nacionalismo conservador,

para finalmente, con el cambio constitucional de 1886 adoptar la

regeneración de las instituciones de la República de Colombia

anteriores a la separación de la Iglesia y el Estado en 1853. En

Page 201: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

200

consecuencia se reestableció el Patronato estatal sobre la Iglesia

católica a través del Concordato de 1887, se devolvió a la

Iglesia católica colombiana el manejo moral, uniforme y

católico de la educación pública, con lo cual todos los maestros

y maestras debían ser católicos y enseñar como religión los

dogmas y catecismos de la Iglesia Católica Romana, así como se

le otorgó el control absoluto sobre la censura estatal a las

tecnologías educativas empleadas para la instrucción pública de

los estudiantes como para la instrucción popular del pueblo.

Siendo el mayor efecto de esa reforma revisionista la

desaparición, un lustro después, de todo vestigio de la reforma

instruccional de 1871, pues, siguiendo a Amparo Galvis (2006,

p. 57), “refieren los cronistas (Zapata R., 1961; Rodríguez, H.,

1969; Gómez R., 1985; Herrera y Low, 1990) que en 1892 ya no

existían en las escuelas de niños ni en las escuelas normales

colombianas maestros formados con la orientación pedagógica

aportada por la Misión Pedagógica Alemana y perfeccionada a

partir de las prácticas investigativas desarrolladas por los

maestros y maestras normalistas”.

7.2.4 CONTINUIDADES Y ADAPTACIONES

MEDIÁTICAS. El uso funcional que siguen teniendo el

lancasterianismo y el pestalozzianismo a través de la pedagogía,

la didáctica y la tecnología educativa de los materiales impresos

producidos por el Gobierno nacional de Colombia si bien

permiten dar respuesta a las preguntas de esta investigación

como son: “¿cuál fue el impacto en el pensamiento como en las

prácticas socioculturales de la tecnología educativa que fue

adquirida, incorporada y normalizada en la región de Santander

durante el período comprendido entre 1857 a 1957?, ¿Cómo

fueron justificadas y consolidadas los proyectos tecnológicos de

nación asociadas con el progreso y desarrollo obtenidos gracias

Page 202: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

201

a la adopción y el uso formal de tecnologías educativas como la

pizarra, el periódico, el manual, etc.?”.

Es necesario establecer los propósitos ideológicos y los efectos

educativos que tuvieron las tecnologías nacionales y

conservadoras de la regeneración promovidas por las

comunidades religiosas católicas al diseñar, editar, imprimir,

divulgar y comercializar manuales de estudio de uso obligatorio

en las escuelas oficiales con el ánimo de comprender las

estrategias de moralización y fomento del espíritu patriótico. Y

consigo, describir las características del pensamiento liberal que

propició el cambio político en las urnas y la revisión de los

principios socioculturales a través de las aulas al apelar a

tecnologías masivas de instrucción popular y educación pública

como fueron el periódico comercial y las estaciones de

radiodifusión.

PAREDES Y LA IMPRENTA COLEGIAL. A la par de la

formación y titulación profesional de los maestros en las

Escuelas Normales, la principal innovación del sistema

educativo impulsado por los liberales radicales en el poder fue

la concentración de sus esfuerzos e inversiones públicas en

renovar los recursos didácticos empleados en las escuelas

públicas, para lo cual se fomentó el desarrollo y la producción

de materiales impresos a través de las imprentas oficiales

durante la segunda mitad del siglo XIX, siendo continuado ese

esfuerzo estatal durante la primera mitad del siglo XX a través

de las imprentas públicas por medio de publicaciones periódicas

como la emblemática “Escuela Primaria” de Santander, así

como la publicación de textos y manuales de uso oficial

nacional por editoriales e imprentas de índole religiosa desde

Bogotá y Medellín.

Page 203: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

202

El primer gran proyecto educativo liberal de Santander estuvo

asociado con el colegio “Paredes e hijos”, establecimiento

privado fundado por Victoriano Paredes en Piedecuesta ante el

fracaso del colegio provincial de Pamplona en Floridablanca, y

posteriormente el colegio provincial universitario de Soto.

Dicho colegio se caracterizó por la enseñanza de la litografía y

tipografía como campo de conocimiento aplicado para el

desempeño profesional por medio de la imprenta con la que

contaba esa institución, aunque contradictoriamente se prohibió

el uso académico y la consulta de periódicos públicos por parte

de los estudiantes internos.

El papel de Paredes como pedagogo y educador, a la par de su

regular nombramiento como funcionario público a cargo de la

administración de tabacos, inició en Bogotá en 1836 al fundar

un establecimiento educativo para la educación familiar y liberal

de sus hijos, sobrinos y “cuarenta jóvenes más”. Sin embargo,

por no ser lucrativos los ingresos obtenidos al ser mínimas las

pensiones mensuales (diez pesos) y tener que asumir de esas

rentas los crecidos gastos por suministros asociados con “útiles

de escritorio, de dibujo, de matemáticas, etc.”, optó por vender

sus bienes y emigrar a los Estados Unidos y Europa con el fin de

“impulsar la educación de mis hijos y sobrinos, á visitar cuantos

establecimientos de educación pudiera, y a investigar todo lo

concerniente al ramo de tabacos y su comercio”.

Reafirmando así la tendencia de los empresarios antioqueños

más prestantes quienes también optaron por enviar a sus hijos a

estudiar y titularse en ciencias útiles y profesiones prácticas

fuera del país mientras que el resto de los neogranadinos

confiaban la educación y titulación de sus hijos en las

profesiones tradicionales (derecho, medicina, ingeniería civil y

militar) en las universidades capitalinas.

Page 204: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

203

Los resultados y beneficios de ese viaje por las naciones más

liberales, prósperas, industriales y civilizadas de mediados del

siglo XIX son resumidas por Paredes (1981, p. 134) en sus

Memorias al expresar:

El 18 de Febrero de 1844 partí con mi acompañamiento de jóvenes

dirigiéndome a los Estados Unidos y mientras que ellos se ocupaban

en algunos estudios, especialmente en el inglés, en que ya estaban

adelantados, yo me dediqué a visitar establecimientos de educación

y a investigar lo relativo al ramo de tabacos a cuyo efecto hice

varios viajes por diferentes Estados de la Unión. Pasados algunos

meses continuamos nuestra ruta hacia París donde establecimos

nuestra principal residencia. Los jóvenes que llevaba se consagraron

asiduamente a sus estudios, los que continuaron en una corta

residencia que hicimos en Inglaterra. Entre tanto yo viajaba por

España, Italia, Alemania, Holanda y Bélgica, siempre en pos de mis

indicadas investigaciones.

A su regreso a la Nueva Granada, Paredes centró desde 1847 sus

esfuerzos en la defensa de sus ideas políticas liberales y

santanderistas ante los intentos dictatoriales de los generales –

presidentes siendo congresista de la República y diputado de la

cámara provincial de Pamplona, para lo cual, realizó

“considerables esfuerzos por establecer en esta capital los dos

únicos periódicos que se vieron en ella por ese tiempo: El Aviso

y La América, de los cuales fui colaborador”.

A fines de diciembre de 1851, Paredes (1981, p. 146) retornó a

Estados Unidos con su familia como diplomático “encargado de

negocios” con el fin de “hacer allí algo bueno en favor de

nuestro país, ora porque creía que el viaje contribuiría

poderosamente a restablecer mi salud, y ya, en fin, porque podía

llevar conmigo a mis hijos para dar un nuevo impulso a su

educación”. Al retornar con su familia a Colombia, a través de

Santa Marta a mediados de 1855, un incendio en el buque que

Page 205: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

204

los transportaba conllevó a que Paredes (1981, p. 149) perdiera

“casi todo cuanto tenía pues nada venía asegurado”, debió

cargar con un hijo gravemente enfermo desde Ocaña hasta

Piedecuesta, así como debió aceptar una vez más que sus “hijos

abandonasen los estudios que habían emprendido para dedicarse

a trabajos que nos proporcionaron la subsistencia…”.

Los conocimientos pedagógicos de Victoriano Paredes y las

experiencias teórico-prácticas de sus hijos en las ciencias y artes

liberales más demandadas por las naciones librecambistas como

era el caso de los Estados Unidos de Colombia, los motivaron a

establecer en Piedecuesta un establecimiento educativo acorde

con el sistema educativo liberal anhelado y recomendado para el

país por personajes públicos como Agustín Codazzi y Manuel

Ancízar después de su “peregrinación” por todas las provincias

neogranadinas. Colegio considerado “centro de enseñanza

modelo” de toda la República al estar adecuado y ofrecer

formación aplicada en ciencias y actividades útiles al estar

dotado, acorde con las memorias de Francisco de Paula Borda

como uno de sus exalumnos, por: “Edificios amplios de vasta

extensión, grandes jardines de aclimatación y de estudio, baños

magníficos, patios de gimnasia y tennis court, laboratorios de

química y física, biblioteca, imprenta, litografía y fotografía y

un vastísimo depósito de muestras, textos, modelos, planos y

grabados".

Ante la ajetreada actividad política de Victoriano, el

funcionamiento instruccional del Colegio recayó en los

experimentados Demetrio, Temístocles y Arístides Paredes,

hijos de su primer matrimonio con Francisca Serrano, quienes a

la par de servir como profesores en los laboratorios y talleres del

Colegio iniciaron su actividad profesional como empresarios y

funcionarios en la producción fotográfica, litográfica y

Page 206: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

205

tipográfica de papelería oficial, papel moneda, billetes

comerciales, y especialmente papeles periódicos.

Trabajos artísticos con la rigurosidad profesional

estadounidense entre los cuales sobresalieron los retratos, las

tarjetas de visita, y los mosaicos sobre personajes, funcionarios

y héroes políticos que constituyeron en la fuente de ingresos

más rentable para Demetrio Paredes tanto en Piedecuesta como

durante su exilio en Bogotá desde 1861 al ser ocupado y

destruido el Colegio en octubre de 1860 por las tropas al mando

de Obdulio Estévez en respuesta de los católicos y

conservadores de Pamplona, agitados por el obispo José Luis

Niño, ante las provocaciones del “Lutero de Santander” a través

de las enseñanzas y métodos de estudio empleados en su

colegio.

Mientras que Temístocles siguió los pasos de su padre en la

política y los negocios tabacaleros y Arístides emigró a El

Salvador, Demetrio estableció con maquinaria importada la

principal empresa litográfica de Colombia para la producción de

papel moneda y papel sellado del país, incursionó en el Papel

Periódico Ilustrado, así como se constituyó en uno de los

principales retratistas del siglo XIX. Prestigio y recursos que le

permitieron incursionar en la recreación histórica y la

instrucción popular de las masas por medio de mosaicos sobre

los hombres y hechos insignias del Estado federal como del

soberano.

Actividad reconocida desde que en 1867 decidió reproducir con

un mosaico político-gubernamental, en formato de tarjeta de

visita, la alocución y posesión de su padre como presidente del

Estado de Santander a sus compatriotas. Siendo usada esa forma

novedosa de propaganda política a modo de retrato portátil para

Page 207: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

206

recrear a su vez a los Conjurados del 23 de mayo, a los Jefes

conservadores de La Garrapata, e incluso, para realizar

colecciones de gobernantes y secretarios del gobierno federal y

estatal como los reformistas pestalozzianos al mando del

Presidente Eustorgio Salgar desde 1870.

Abierto al público desde el primero de mayo de 1856, el

“Colegio de Paredes e Hijos” concebido y publicitado por

Victoriano Paredes (1981, p. 150; 1990, p. 47) justificó su

existencia y proyectó el modelo de educación civil, laica y

privada que caracterizó los Estados federales, soberanos y

radicales de la segunda mitad del siglo XIX considerando

postulados semejantes a los expresados por Ancízar en 1851

como eran:

- El colegio fue establecido en Piedecuesta por cumplir

con las condiciones básicas de higiene y salud pública

exigidos en Europa y los Estados Unidos al ser una

“bellísima localidad de suave temperatura y de una

salubridad sin igual sobre la tierra”

- El establecimiento de educación a fundar servía para

fomentar la instrucción liberal de los jóvenes de

Piedecuesta, la de todos los jóvenes del Estado de

Santander, e incluso, la de aquellos que desde otras

partes de la República concurrieron a formarse como

internos en esa localidad e institución.

- La centena de estudiantes para los que tenía capacidad

el establecimiento educativo debían estar dispuestos a

aprender de forma permanente, en cada momento del

día, la “buena educación general, y además algunas

especialidades bien aprendidas para asegurar con ellas la

vida decentemente”, así como podrían llegar a ser

Page 208: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

207

personas capaces de “salir del vulgo de los ignorantes y

bruscos”. Especialidades laborales entre las cuales la

más fomentada y para la cual se poseía la mayor

infraestructura estaba asociada con las artes gráficas

(litografía, tipografía, fotografía y encuadernación).

- Los anhelos de los padres de familia a favor de una

instrucción pública de alta calidad para el país se

complementaban con los esfuerzos de los ciudadanos

más ilustres y pudientes en ofertar los servicios de

instituciones educativas semejantes a las contratadas

para la formación de sus hijos, que en el caso de los

Paredes fueron ampliados con la participación laboral

y pedagógica de los cuatro hijos de Victoriano como

sus más “eficaces coadyuvantes” en las artes aplicadas

aprendidas y ejercidas profesionalmente durante su

estadía en el exterior. Demetrio, Temístocles y Aristídes

en las artes mecánicas asociadas con la sociedad

industria editorial y litográfica, así como la música al ser

miembros fundadores de la Sociedad Filarmónica de

Colombia, mientras Francisca hacía lo propio desde la

gramática, la caligrafía, la literatura y los idiomas con su

madrastra y hermanastras, siendo en 1885 la artífice de

manuscribir y corregir las memorias de su padre.

- Los colegios liberales neogranadinos debían seguir los

reglamentos, características y estándares de las

instituciones internacionales, razón por la cual el

“Colegio de Paredes e Hijos” fue organizado acorde con

la práctica que había adquirido el padre y los cono-

cimientos que habían recogido y practicado los hijos en

“los mejores establecimientos que en diversas épocas

visité y examiné en los Estados Unidos y en muchos

Page 209: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

208

países de Europa, procurando adaptar las enseñanzas á

las circunstancias especiales de nuestro país, y que

fuesen de utilidad y aplicación inmediatas”.

- Garantizando la defensa utilitarista de las libertades, el

Director y los profesores del Colegio se comprometieron

a respetar, afianzar y fomentar las creencias religiosas

católicas-apostólicas y romanas de los estudiantes

inscritos, a pesar de declararse públicamente “cristianos -

no romanistas”. Para ello, y con el fin de evitar todo

desvío o cuestionamiento de sus creencias, se dispuso en

los reglamentos del Colegio la práctica puntual de los

deberes y rituales, “haciéndolos asistir al templo en

todos los domingos y días feriados presididos por los

catedráticos y pasantes; haciéndolos confesar y

comulgar todos los años y rezar por la mañana y antes

de acostarse oraciones edificantes”.

Para evitar ser tachado su colegio como una institución

utilitarista, impía, liberal, librepensadora, masónica, etc., al

igual como había sucedido con los colegios y el sistema

educativo promovido por el presidente F. P. Santander, los

Paredes dispusieron como una obligación reglamentaria

adicional a cumplir por los estudiantes internos a través de su

régimen “monástico” de estudios de enero a octubre: “el

estudio de la moral cristiana, y el de la urbanidad por el tra-

tado extenso de Carreño, eran clases permanentes que se les

hacían á los estudiantes en todo el curso del año, y el estudio

de la filosofía moral se hacía por los textos de Balmes”. A lo

cual se aunaba la participación activa del colegio en los rituales

sacramentales semanales como en los ritos pascuales, así como la

familia Paredes hizo la donación del tabernáculo para el altar del

nuevo templo parroquial.

Page 210: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

209

Incluso, de forma simbólica su plan de estudios ofrecía en primer

lugar las cátedras tradicionales demandadas por los

conservadores y católicos, para luego ofertar sus materias en

idiomas, artes liberales, ciencias aplicadas, economía política y

diplomacia internacional como reflejo de los talentos y

actividades profesionales propias de los empresarios liberales de

mediados del siglo XIX cuyo mejor ejemplo era la historia

laboral y las responsabilidades estatales que había cumplido el

mismo Victoriano Paredes (1990, p. 47). Evidencia de ello se

puede reconocer en los últimos exámenes públicos llevados a

cabo en octubre de 1859 en cada una de las cátedras cursadas

durante el año acorde con su orden de importancia e interés

público:

Moral, religión y urbanidad, gramática castellana, caligrafía,

aritmética especulativa y aplicada al comercio, teneduría de libros,

geografía y astronomía, idiomas: francés, inglés, italiano, alemán y

latín para los que quieran, algebra, geometría, trigonometría y

agrimensura, lógica y demás ramos de filosofía elemental, gramática

general, retórica, mitología, dibujo y nociones de pintura, ejercicios

prácticos de litografía, daguerrotipo y fotografía, taquigrafía, música

vocal e instrumental, higienes, historia, física, química, nociones de

mineralogía, arquitectura civil, agricultura y nociones especiales de

horticultura, jardinería y botánica, principios de legislación,

legislación de la Nueva Granada y procedimientos judiciales,

principios de economía política, ciencia constitucional y

administración, derecho internacional y diplomacia, comercio y

estadística.

Los ejercicios prácticos de litografía resultaban ser los de mayor

reconocimiento por parte de las autoridades, los padres de familia

y los estudiantes no cursantes de los mismos pues a través del

taller de litografía del colegio se reducían costos de

funcionamiento y se obtenían ingresos adicionales con la

impresión de libros y textos de estudios empleados en el colegio,

Page 211: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

210

lo cuales eran preparados ó traducidos y editados por los

hermanos Paredes haciendo gala de su experticia como

impresores durante su segunda estadía en Estados Unidos.

La imprenta del colegio producía las circulares, prospectos e

informes que se enviaban impresos a los padres de familia, a lo

cual se aunaban otros servicios para el beneficio del colegio, de la

comunidad educativa como del público en general, especialmente

los empresarios extranjeros como eran la encuadernación de sus

libros comerciales, la producción de su papelería comercial, el

diseño y elaboración del papel moneda empleado por cada casa

comercial, así como la elaboración por medio de grabados,

daguerrotipos o la fotografía de sus retratos, tarjetas, mosaicos

familiares, campañas comerciales de productos importados, etc.

La pretensión de una educación práctica, especializada en campos

productivos y de interés general motivaba a su vez a los Paredes a

realizar a la par de los exámenes públicos anuales una exposición

industrial de los trabajos y proyectos realizados por los

estudiantes durante el transcurso del año, entre los cuales era

infaltable la exhibición de los trabajos de dibujo, los grabados

sobre piedra litográfica, planchas de zinc o láminas de aluminio,

así como conferencias o muestras comentadas sobre la

combinación de los aprendizajes en los laboratorios de química

con las clases de daguerrotipo al usar laminas plateadas de cobre

con vapores de yodo, el revelado con la reacción del mercurio

con el yoduro de plata y la fijación con hiposulfito de soda.

Siendo indagados durante los exámenes con pregunta como:

“¿Sobre qué principio está fundado el daguerrotipo?, ¿Cómo se

ejecutan los retratos al daguerrotipo?, ¿Qué importancia tiene el

azotato de plata en el arte fotográfico?”.

Page 212: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

211

Los esfuerzos del Colegio de Paredes e Hijos por propiciar el

progreso nacional sin alterar el orden cultural y las tradiciones

ideológicas provinciales, al dar igual importancia a la enseñanza

de las ciencias útiles y las artes liberales como a las tradicionales

cátedras en teología, derecho y literatura que caracterizaban la

educación colegial provincial neogranadina regulada e

intervenida por el clero católico conllevaron a que los esfuerzos

del pedagogo fuesen confundidos con las opiniones políticas del

militante liberal por parte del Obispo de Pamplona quien en

representación de los párrocos y feligreses católicos más

prestantes acrecentó los odios y persecuciones provinciales contra

los integrantes del colegio al declarar a su propietario, jefe y

director como el “Lutero de Santander”.

A ello se sumó que las ideas y experiencias utilitaristas y

librecambistas aprendidas por sus hijos e hijas en Estados

Unidos y Europa al actuar como profesores del Colegio, así

como el hecho de estar casado en segunda nupcias con la

británica Ann McGregor, motivaron al obispo a desacreditar de

forma contundente el establecimiento al considerar que allí se

impartía “una educación religiosa que no es conforme con los

dogmas y preceptos de nuestra Santa Iglesia Romana y que

todos los superiores son protestantes¸ o por lo menos de muy

dudosa catolicidad”.

Sin embargo, a los sermones dominicales y a la pastoral del

obispo “extremadamente insultante y desatentada contra los

directores del establecimiento y conminando á los padres de

familia que pusiesen allí sus hijos con los anatemas de la

Iglesia”, los provincianos liberales respondieron durante los seis

meses siguientes apoyando a los Paredes (1981, p. 151) con la

duplicación en el número de los alumnos internos que llegaron

hasta Piedecuesta desde diferentes puntos de la República. La

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212

respuesta conservadora en desagravio al desacato contra lo

dispuesto por el obispo fue la “bárbara irrupción que el

Presidente de la República [Mariano Ospina Rodríguez] hizo

en Santander el año de 1860, pues apenas llegadas sus tropas allí

se pretendió echar afuera del principal edificio del colegio a todos

los colegiales internos de diferentes provincias de la República, á

fin de ocuparlo por cuartel, habiendo en la ciudad otros muchos

edificios desocupados que podían haber servido para aquel

objeto”.

Anticipándose a las consecuencias de la intolerancia provincial

de los católicos conservadores como a la guerra civil que se

desencadenó en el centro de la República, el 19 de julio de 1860

Victoriano Paredes ante el notario de Piedecuesta vendió y cedió

a su suegra Fanny McGregor las casas (o edificios) que

conformaban el colegio, así como todos sus bienes y materiales

didácticos, especialmente los empleados para “la imprenta, la

litografía, los instrumentos, las máquinas y los demás útiles y

muebles”.

Invadida Piedecuesta tres meses después por el ejército

gubernamental y ante la resistencia de Paredes (1981, p. 151),

sus hijos y los estudiantes internos del Colegio, los ochocientos

soldados comandados por O. Estévez descerrajaron “las puertas

con barras y con hachas del edificio en que se hacían la

mayor parte de las clases del establecimiento el cual estaba

lleno de útiles para el servicio de él”, así como lo ocuparon

simbólicamente como su cuartel principal. Días después, “una

partida de forajidos servidores del Gobierno y de acuerdo con él

invadió el Colegio con bayoneta calada y con revólveres en mano,

amenazando de muerte a todos los estudiantes y Jefes del esta-

blecimiento y tomándome preso á mí, á mis hijos y á gran

número de los estudiantes, nos condujeron á una cárcel

Page 214: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

213

inmunda de Bucaramanga donde estuvimos las primeras cuatro

ó cinco noches á punto de ser asesinados”.

Durante los dos meses siguientes no sólo fue debilitada la

salud de los Paredes y sus estudiantes al empezar a padecer

algunos de ellos de disentería pues se cometieron toda clase de

desmanes y ataques contra su propiedad educativa. El balance

que hizo Victoriano Paredes (1981, p. 152-153) sobre los daños

y pérdidas sufridos durante el ataque focalizado de las tropas

gubernamentales sin una conclusión o demostración judicial

valida fueron resumidos en sus “Memorias” de la siguiente

manera:

Entre tanto fueron ocupados para cuarteles los dos edificios

mencionados y saqueadas o destrozadas todas las cosas que había

en ellos, tales como una magnífica imprenta (de la que solo se

escaparon algunos cajones de tipos que se habían trasladado á

otra parte), la oficina de encuadernación con todos sus útiles,

casi todo el laboratorio químico, que era de considerable valor;

todos los útiles y elementos pertenecientes á la clase de arquitectura

civil, así como los que correspondían á la de telegrafía y á la de

dibujo, pintura, mineralogía y música; la mayor parte de cuanto se

hallaba en la oficina de litografía y fotografía; la mejor parte de la

biblioteca del Colegio que se componía de cerca de 3.500 vo-

lúmenes, más de cuatrocientas resmas de papel de imprenta,

dibujo y de caligrafía, casi todos los útiles de dibujo y de

matemáticas & todo lo cual había costado más de 25.000 fuertes y

un almacén que contenía más de veinte y tres textos que se estaban

imprimiendo de los cuales una parte estaban concluidos y á tiro de

encuadernar, otros estaban al terminarlos además habían empezado

a imprimirse, almacén que fue arrasado completamente para

diferentes usos de la tropa; todo esto sin contar un número crecido de

caballos finos y otros muchos animales que se nos arrebataron.

El inventario de Paredes permite inferir a su vez la importancia y

dedicación que los productos impresos tenían al interior del

colegio al no solo contar con los servicios de imprenta, litografía,

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214

tipografía, fotografía y encuadernación pues de forma explícita el

empresario y pedagogo enuncia la producción editorial de textos

elaborados y comercializados a través de esa institución

educativa. Razón por la cual, el colegio se constituyó en el

laboratorio laboral y profesional con el cual los Paredes fue

reconocidos como impresores y editores de alta calidad a nivel

nacional, siendo el más dedicado y reconocido en esa actividad

Demetrio, el hijo mayor.

Pacificado Santander por los ejércitos de Mósquera y Trujillo,

impedida la pena de muerte para el expresidente Mariano Ospina

al abogar Victoriano Paredes por el respeto de su vida a pesar de

ser uno de liberales más afectados y arruinados por su represión,

los Paredes retornaron en 1862 a Piedecuesta con el propósito de

restablecer su Colegio por petición de sus amigos y seguidores.

Sin embargo, esa localidad había quedado desolada y

semidestruida después de la guerra, así como no se contaba ya

con la fortuna para readecuar los edificios ni para invertir una vez

más en los costosos materiales de estudio que habían sido

importados en el pasado. De igual manera, el ambiente electoral

asociado con la convención de Rionegro y la renovación de las

corporaciones legislativas motivó a Victoriano a centrar sus

esfuerzos en la actividad política para lo cual restableció la

producción editorial al redactar, dirigir y producir en su propia

imprenta los ejemplares gratuitos de su periódico “El Liberal de

Santander” a lo largo de 1862 y 1863, siendo los frutos de ese

accionar su elección como diputado estatal, senador federal y

posteriormente Presidente del Estado de Santander.

Entre tanto, Demetrio dedicó su atención en rescatar los bienes y

propiedades del extinto Colegio para lo cual pidió la ayuda al

respetado empresario alemán Geo von Lengerke quien les prestó

$24.000 pesos a cambio de darle como hipoteca la casa que

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215

había servido como local del colegio, sus jardines, la biblioteca,

el laboratorio químico, la imprenta y la litografía con todo su

mobiliario. Siendo finiquitada la existencia del colegio con el

remate de cada uno de esos bienes durante los siguientes años

por parte de Victoriano Paredes (1981, p. 156) al consagrarse “a

vender las pocas fincas raíces que me quedaban para pagar las

deudas del establecimiento y para comprar algunas mulas que

me aseguraran la subsistencia de la familia”.

A la par de publicar en la imprenta del colegio y con la ayuda de

B. Bermúdez el periódico gratuito “El Liberal de Santander”

(1862, No. 6), desde septiembre hasta noviembre de 1862,

paralelamente en ese periódico se ofreció al público la venta de

la misma “a precios sumamente módicos, por partes o por

junto”. Al respecto el Director del Colegio en Piedecuesta

invitaba a hacer las proposiciones para la compra de objetos

como: “Una imprenta completa con un gran surtido de tipos,

prensas para imprimir, para satinar y para encuadernar; máquina

para cortar papel, viñetas &a, &

a, galeras, componedores, papel

de diversas clases y cuanto puede necesitar el impresor, casi

nuevo todo. Un surtido de útiles y materiales de encuadernación,

prensas, telares, badanas, tafiletes, herramientas para dorar,

papeles jaspedados, cartones, &a, &

a. Un completo aparato

litográfico: prensa francesa moderna, piedras de Munich, mesa

de litógrafo, lápices para dibujo litográfico y abundante surtido

de tamices de bronce, tinta, barniz, piedra pómes, papel de

impresión, autográfico, de porcelana, &a.”.

Para el 25 de mayo de 1863 sólo quedaba por vender de esos

bienes del taller editorial el papel blanco, de colores y dibujo

avaluado en $500 pesos.

Page 217: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

216

El Colegio Paredes e Hijos surgió y fue reconocido en todas las

provincias neogranadinas por ser uno de los pocos

establecimientos educativos con los fondos y prestigio para

hacer llamativos avisos publicitarios en los periódicos

provinciales y nacionales; su base de formación laboral, sustento

y emprendimiento económico se centró en la producción

editorial de periódicos y libros, así como fueron las ideas y

posiciones políticas de los directores del Colegio a través de los

periódicos oficiales y particulares las que conllevarían a la

invasión, expropiación y exterminio de su existencia como el

más afamado y novedoso colegio liberal de mediados del siglo

XIX. Sumándose a esas contradicciones el hecho de producirse

al interior del colegio varias de los periódicos políticos de la

provincia mientras que a los estudiantes internos tenían

restringido leerlos o comentarlos al ser parte del reglamento la

prohibición a “la introducción y lectura en el Colegio de todos

los periódicos que se imprimían entonces en el país, a fin de que

los colegiales no se contaminasen del apasionado espíritu de

partido”.

Imagen tomada de: Gaceta de Santander. 17 de enero de 1858. (Aviso de Gobierno)

Page 218: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

217

BLUME Y LA IMPRENTA SOCIETARIA. El movimiento

cívico e intelectual que en Europa y Estados Unidos promovió

la necesidad de formar nuevos ciudadanos y trabajadores

capaces de realizar las actividades mecánicas y los trabajos

liberales demandados por el comercio de exportación y la

agroindustria, superando así la condición de cristianos alfabetos,

sumisos y productivos, promovido por el lancasterianismo.

Una década después del cierre del “Colegio de Paredes e Hijos”

dejó de ser el plan de educación propio de los establecimientos

educativos liberales de Piedecuesta o Cúcuta para constituirse

en el Sistema Educativo experimentado exitosamente en

Santander e impuesto a todos los Estados de la Nación

colombiana por los hermanos Felipe y Dámaso Zapata a partir

de 1870.

La educación de alta calidad acorde con los estándares

internacionales de los estados más prósperos y civilizados dejó

de ser un beneficio de las familias privilegiadas y acaudaladas

que podían pagar las matrículas y sobrecostos de la educación

en colegios privados para constituirse en una política de los

estados soberanos y federales con la cual se garantizaba por

igual a niños y adolescentes una instrucción pública suficiente

para adquirir los conocimientos y capacidades necesarios para

desempeñarse en los trabajos y oficios demandados por la

agroindustria y el comercio internacional promovido por los

inmigrantes europeos y estadounidenses en territorios como

Santander o Antioquia, a la par de garantizarse la educación

moral necesaria para que, en palabras de Amparo Galvis (2004,

p 6), fuese “preservada la humanidad de los valores

individualistas que la sociedad comercial sigilosamente

inculcara en el alma de los niños”.

Page 219: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

218

La historiografía conservadora y nacionalista de Colombia

consideró que las reformas educativas promovidas por los

pedagogos, legisladores y gobernantes liberales fueron la

imposición del liberalismo romántico, jacobino y utilitarista

rechazado múltiples veces por las élites neoborbónicas al

considerar que se sustituían los principios morales y civiles de la

educación hispanocatólica por la adopción de sistemas

educativos basados en la instrucción básica sustentada en piezas

informativas de carácter filosófico, científico y abstracto dando

libertad a los sensaciones, los placeres, los instintos y las dudas

sobre el orden sociocultural preestablecido.

Crítica a la cual los reformadores educativos, denominados

como “Pestalozzianos” por su adscripción a la pedagogía de

Pestalozzi a través de las escuelas normales regentadas por los

pedagogos alemanes desde 1870 hasta 1885 como por su

participación pedagógica en el periódico “El Pestalozziano”,

contrarrestaban al rechazar el mecanicismo lector escritor del

lancasterismo, la memorización catequística del

hispanocatolicismo, así como la ciega sumisión a la autoridad y

represión del maestro consecuente al régimen castrense sufrido

durante medio siglo de militarismo en cabeza de los generales-

presidente.

Reafirmándose esa pretensión al constituirse en los

“instruccionistas”, en los abanderados de la Reforma

Instruccional que desde Santander (1863) por iniciativa de

Victoriano Paredes (1981, p. 156) se concibió, impulsó e

impuso a toda la República (1870) hasta su reafirmación y

reimposición con la “Guerra de las Escuelas” (1876 – 1877),

quienes promovieron la unificación del sistema educativo en

función del desarrollo activo y sensible del estudiante,

cuestionaron y dieron por superados los sistemas educativos

Page 220: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

219

hispanocatólico y lancasteriano (o tradicional) promovidos

durante las cinco primeras décadas de la República, así como

con la diligente presencia de pedagogos alemanes como Carlos

Uttermann y Alberto Blume formaron a través de las escuelas

normales una nueva generación de maestros profesionales,

formados y titulados en el sistema educativo pestalozziano al ser

considerado el más acorde con las necesidades culturales,

sociales, económicas y laborales del nuevo ciudadano

colombiano quien estaba cada vez más relacionado con los

mercados internacionales y asociado con los empresarios

inmigrantes.

Para alcanzar la armonía social, la autorregulación académica y

el desuso del aprendizaje memorístico sobre, según Galvis

(2004, p. 8), “las ideas míticas del mundo y la sociedad que

habían sido impuestas a los colombianos por el clero católico” a

través de las escuelas de enseñanza mutua y sus represivas

tecnologías educativas centradas en la lectura grupal de láminas,

la escritura colectiva con pizarras y la sumisión a los castigos

públicos con férulas y tarjetas disciplinantes, era necesario

redescubrir la importancia y significado de los postulados y

reglas que por décadas se habían ensañado, el acceso del

conocimiento pasó de la apropiación de las verdades teórico-

hipotéticas expresados por el cura, el maestro o el jefe político

(gamonal) a la directa “observación de la estructura y funciones

de los objetos o fenómenos”.

Con la comprensión critica de los mismos finalmente podían

nombrarlos y memorizarlos como resultado de un aprendizaje

activo, inductivo, individual y sensorial centrado en los intereses

y expectativas de cada estudiantes antes que la consecuencia de

una enseñanza mecánica, deductiva, colectivista y emocional

centrada en los maestros acorde con los postulados y

Page 221: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

220

concepciones pedagógicas de los superintendentes, inspectores y

demás autoridades educativas.

Las “lecciones sobre las cosas” requerían, además de la

disposición al cambio por parte de los maestros y una actitud

inquisitiva e inductiva por parte de los estudiantes, la

divulgación y reconocimiento de las experiencias y acciones

consecuentes a prácticas y procedimientos particulares o

grupales a través de las tecnologías educativas de mayor acceso

y uso para entonces, pues después de ser una novedad

paradigmática inductiva el conocimiento debía ser normalizado

e institucionalizado de forma deductiva para que sus benéficos

usos se expandieran entre toda la población.

Los avances e innovaciones alcanzados ante los tableros como

en los salones de ejercicios escolares, las bibliotecas, las

huertas, los jardines, etc., y consigo, las formas novedosas

mediante las cuales los maestros podían lograr incitar a los

estudiantes a “descubrir por sí mismos las reglas, los motivos y

los motivos de lo que se aprende”, necesitaban ser publicadas,

divulgadas y diseminadas entre los maestros normalistas

activistas como entre aquellos tradicionalistas dispuestos a

buscar alternativas pedagógicas en sus tareas de moralización y

alfabetismo para los futuros jornaleros y feligreses de cada

parroquia. Siendo todos esos esfuerzos mediados por la premisa

según la cual no se podía hacer “creer al alumno que concluye

su carrera el día en que recibe el diploma, siendo así que es

entonces cuando la empieza”.

Para afrontar los “pestalozzianos” o “instruccionistas” de

Santander los cuestionamientos de los ideólogos, políticos y

pedagogos conservadores agremiados en “sociedades católicas”

que, como en el caso de Rufino José Cuervo (1853) citado por

Page 222: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

221

Galvis (2004, p. 92), consideraban a los reformadores

educativos liberales como “los falsos apóstoles de la civilización

que han desorganizado y anarquizado las enseñanzas

profesionales, han entregado a la ignorancia las escuelas

primarias”, también optaron por agremiarse y asociarse a través

de la Sociedad Didáctica de Santander (1875) presidida por el

director de la Escuela Normal, el pedagogo alemán Alberto

Blume.

A través de esa sociedad materializaron y exteriorizaron sus

esfuerzos, orientaciones y recomendaciones didácticas con la

publicación del periódico oficial de los maestros activistas

denominado “El pestalozziano” a la par de la participación y

orientación de esos mismos asociados en el periódico oficial de

divulgación de los avances y recomendaciones de la Instrucción

Pública en Santander nombrado “La Escuela Primaria”, emulo

de “La Escuela Normal” creada como la publicación federal de

los avances y logros de ese mismo ramo desde la llegada de la

misión pedagógica alemana, cuyo nombre y propósito

informativo fueron restaurados durante las repúblicas

conservadora como liberal durante la primera mitad del siglo

XX.

Las experiencias en aprendizaje activo y comprensivo

diseñadas, experimentadas y mejoradas por los pedagogos

alemanes, los docentes pestalozzianos colombianos y sus

discípulos de las escuelas normales se constituyeron en la

principal fuente de difusión y expansión a todo el Estado y la

República para lo cual en cada número de los periódicos

oficiales de instrucción pública sus directores y redactores se

propusieron dar a conocer a superintendentes, maestros y padres

nuevas formas de estimular los sentidos de los niños y niñas con

Page 223: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

222

estrategias novedosas en educación y aprendizaje lúdico

adaptadas de Europa o adoptadas de las experiencias nacionales.

En el caso de “El Pestalozziano”, reconocido como el

“periódico científico” de la Sociedad Didáctica de Santander

acorde con el lema “Instrucción profunda y buena educación

generalizadas: no podemos concebir otra más bella esperanza

para la humanidad”, los “estímulos positivos para que los

maestros ya graduados perseveren con decisión en el empeño de

perfeccionar sus aptitudes de institutores” se caracterizaron en

cada uno de sus treinta y un números de ocho páginas por la

división temática de su publicación decanal (los días cinco,

quince y veinticinco de cada mes) por parte de su director

Nepomuceno Serrano.

Los temas y secciones del “periódico científico” eran

especialmente: asuntos de política educativa, informaciones

editoriales y problemas de Estado ubicados en la sección “El

Pestalozziano” complementada por la sección “Inserciones”

sobre las escuelas “impías”; la sección “Pedagogía” en la cual se

insertaban recomendaciones didácticas para los maestros siendo

complementada por la sección “Didáctica”; la sección

“Instrucción Pública” con artículos sobre las reformas al sistema

educativo desde 1870, siendo complementada por la sección

“Legislación sobre Instrucción”; la sección “Literatura” con

textos didácticos para las clases y la lectura libre de los

estudiantes, la cual se complementaba con las secciones

“Variedades” y “Narrativa” al margen de las cuales se hacían las

explicaciones científicas y didácticas del caso como “notas de la

dirección” para su correcto uso y aprovechamiento en las aulas.

Se contaba con secciones especializadas en “Matemáticas”,

“Canciones” con su respectiva partitura como parte de la obra

Page 224: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

223

“Cancionero” de A. Blume y “N. Serrano más la sección

“Teodicea”. Finalmente, al igual que los demás periódicos

oficiales, se dedicaba una sección para la venta de pauta

publicitaria a modo de “Avisos” ó “Anuncios” al público

mediante los cuales se ofertaban los libros requeridos por los

estudiantes, las nuevas adquisiciones llegadas a las librerías de

la ciudad capital del Estado, instrumentos musicales ofertados

por A. Blume, la oferta de cupos y programas de estudio de los

colegios privados, e incluso, la venta de bienes públicos como

las acciones del Banco Santander o bienes privados como la

venta de bienes inmuebles como casas en la ciudad capital.

El papel político, ideológico, pedagógico y didáctico de los

periódicos como tecnologías educativas de alta demanda, uso

cotidiano y “centro moral” para los superintendentes,

inspectores, directores, maestros y maestras, las sociedades

católicas opositoras y finalmente los padres de familia desde la

segunda mitad del siglo XIX es advertido a sus suscriptores por

A. Blume, Pedro A. Gómez, Trino Posada y Tomás Várgas

como comisión revisora del periódico ante la Sociedad

Didáctica, así como por Nepomuceno Serrano como Director de

El Pestalozziano, al expresar en la editorial inaugural del 5 de

septiembre de 1875:

Nuestra humilde hoja va hoy sin pretensiones exageradas, aún sin

confianza en su dudoso mérito, a solicitar un asilo en el armario de

nuestros cofrades los profesores de la enseñanza, y en el de los

hombres de letras que deseen acaso cooperar en nuestra tarea

patriótica.

El nombre del periódico y el de la sociedad a cuyos intereses sirve,

son su mejor y más exacto programa. Seguimos sin embargo una

bandera política, si así puede llamarse, que sostendremos con

firmeza y con entusiasmo mediante el amparo de la paz; consiste

aquella en sostener el principio de que toda legislación y toda forma

Page 225: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

224

de gobierno son incompletas, son ineficaces, si la educación y la

instrucción de las masas no van a vanguardia de la ley preparando el

camino de la moral y del progreso.

Por lo demás, el carácter científico de esta hoja la pone a cubierto de

oposición por razón de opiniones religiosas o políticas.

El título de “El Pestalozziano” dado a esta hoja periódica, significa

solamente que deseamos honrar la memoria del gran pedagogo, y

que somos partidarios entusiastas de que su sistema de

enseñanza se arraigue en nuestro Estado con toda pureza.

La imprenta socorrana de Sandalio Cancino, en la cual se

publicaron los dos periódicos de instrucción pública del Estado

de Santander, a la par de la imprenta del Estado en la cual se

publicaba la “Gaceta de Santander”, la papelería oficial y los

trabajos litográficos especiales demandados por el Gobierno,

también fue empleada para la impresión y encuadernación de los

libros pedagógicos, libros didácticos y libros lúdicos que debían

hacer parte de las librerías y los salones de clase de las escuelas

primarias y normales, previa divulgación en periódicos oficiales

como “El pestalozziano”, entre los cuales tenían la debida

autorización y registro legal, según Galvis (2004, p. 81):

Libros pedagógicos (para el maestro)

- “Las Escuelas Reales de Alemania” de Alberto Blume,

- “Guía para la enseñanza de Lectura” de Alberto Blume

y Nepomuceno Serrano,

- “Guía para la enseñanza práctica de la contabilidad

según método de Pestalozzi” de Nepomuceno Serrano,

- “Sistema duodecimal” de Nepomuceno Serrano,

Page 226: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

225

- “Libro de Lectura” de Alberto Blume y Nepomuceno

Serrano

- “Compendio de Literatura para el uso de Maestros” de

Nepomuceno Serrano

- “Guía para la enseñanza de la aritmética” por Alberto

Blume y R. J. Carreño

- “Guía para la enseñanza del canto” por Alberto Blume

Libros didácticos (para los estudiantes)

- “Ejercicios para lecciones prácticas de deletreo en las

escuelas primarias” de P. A. Gómez,

- “Formulario Aritmético” de Nepomuceno Serrano,

- “Gramática castellana” del Presbítero Doctor Félix

Girón,

- “Cancionero” por Alberto Blume y Nepomuceno

Serrano

Libros lúdicos (lecturas morales para el tiempo libre de

los estudiantes)

- “Historia de un rosal. Cartas a una hermana” de F. F.

Noriega,

- “Paulina, o los plebeyos” de Nepomuceno Serrano,

- “El reloj de Strasburgo” de Alberto Blume,

- “El álbum de los niños”

Page 227: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

226

Los textos publicados por los pedagogos del Estado de

Santander no sólo demostraban la creación de textos acordes

con las materias básicas de enseñanza dispuestas en los planes

oficiales de estudio de las escuelas primarias (lectura, escritura,

aritmética, el sistema legal de pesos y medidas, los elementos de

la lengua española, los ejercicios de composición y recitación,

nociones de la organización política del Estado y, los derechos y

deberes del ciudadano), pues era explícita la relación

directamente proporcional existente entre las tres clases de

libros, especialmente los escritos por N. Serrano y A. Blume.

En ellos se reflejaba la intencionalidad de los instruccionistas

por estimular a los maestros a actualizarse con las nuevas teorías

y enfoques europeos, aplicar esas nuevas capacidades cognitivas

como procedimentales con los estudiantes y, generar acciones

de aplicación de los conocimientos y técnicas aprendidos entre

los estudiantes en su tiempo libre al realizar la lectura de textos

literarios escritos con una explícita intención de cuestionar la

moral dominante y plantear alternativas éticas. Opciones

acordes con el nuevo tipo de ciudadano, hombre como mujer,

concebido y promovido por los pestalozzianos al primar la

verdad experimental y la utilidad sensible ante la moral católica.

Los libros como los periódicos fueron a su vez concebidos por

Blume y Serrano para que los estudiantes aprendieran “a leer

con calma, claridad, comprensión y expresión” yendo

gradualmente de la lectura mecánica (o catequística) fomentada

en las escuelas tradicionales (lancasterianas), a la ideológica o

de la comprensión e interpretación de lo que se ha leído en

cuanto a las palabras y contextos, pasando por la estética como

expresión del sentimiento y el asombro, hasta llegar a la lectura

científica al lograrse una plena comprensión ortológica

(pronunciación), ortográfica, analítica, y sintética de los textos.

Page 228: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

227

De allí que todo producto tecnológico de carácter científico,

literario o informativo resultante de las imprentas oficiales

debiese contribuir a que los “alumnos” aprendieran a leer con la

mayor perfección posible, y consigo, a garantizar la

comprensión e interpretación de por lo menos la mitad de los

contenidos e informaciones de los textos y guías de las demás

ciencias y campos de conocimiento. Con lo cual, la correcta

enseñanza y el aprendizaje integral de la lectura como de la

escritura se constituían en los primero y más importantes frutos

del sistema de Pestalozzi fomentado en Santander como en el

resto de Estados de Colombia.

Un ejemplo concreto del uso de los periódicos científicos

oficiales como tecnología educativa útil para la enseñanza y el

aprendizaje de las ciencias básicas se puede evidenciar en el

número 3 de El Pestalozziano (septiembre 25 de 1875) al indicar

el pedagogo Pedro A. Gómez:

UNA LECCIÓN DE LECTURA I DE ORTOGRAFÍA

CASTELLANA.

LOS CANDIDATOS.

Preámbulo.

Para un puesto apetecido

Dicen que en cántara están:

Pedro, Alberto, Blas i Juan.

¿Cuál será el favorecido?

—Mis respuestas lo dirán.

1ª.

Page 229: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

228

El del triunfo será ALBERTO;

No Blas, que no es preferido.

Nunca Juan será elejido.

- I Pedro sí?—No: es muí tuerto.

2ª.

—¿El del triunfo será Alberto?

—No, BLAS; (que no es preferido.)

Nunca Juan será elejido.

—I Pedro sí ?—No: es muí tuerto.

3ª.

¿El del triunfo será, Alberto?

—No—Blas? Qué, no! ¿Es preferido

Nunca? JUAN será elejido.

—I Pedro sí......?—No: es mui tuerto.

4a

—El del triunfo será Alberto?

—No—Blas? —Qué'? no. Es preferido...

Nunca Juan será elejido.

I PEDRO sí.— No es mu i tuerto.

5ª.

—¿El del triunfo será Alberto?

Page 230: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

229

—No.—Blas?—Qué: no es preferido.

Nunca Juan será elejido.

—I Pedro sí? —No: es muí tuerto.

6ª.

—El del triunfo será Alberto,

( No?) Blas (que no es preferido

Nunca.) Juan será elejido.

I Pedro, si no es muí tuerto.

OBSERVACIONES

a los maestros de Escuela que quieran dar a los niños la anterior

lección.

Varios son los ejercicios prácticos que pueden hacerse con este

ensayo, en las clases de lectura i de ortografía, pero expondremos

sólo el siguiente.

El Maestro escribirá el preámbulo en el tablero, en presencia de la

clase i hará únicamente aquellos ejercicios necesarios para que los

niños comprendan su sentido, en relación con las seis respuestas

subsiguientes. Desde luego hará que ellos comprendan qué quiere

decir aquí " un puesto apetecido"; qué es estar en cántara, quiénes lo

están i para qué ; qué es ser favorecido &, &. Esto sin perjuicio de

hacer los demás ejercicios ortográficos del caso sobre los signos de

puntuación, letras mayúsculas i demás de dudosa ortografía &, & ;

pues importa que los niños sepan, por ejemplo, por qué son

mayúsculas las iniciales de cada ve.-so, de cada nombre propio &, i

porqué llevan tilde preámbulo, cántara, será i otros, i no la llevan las

otras voces ; por qué puesto, están, Blas, será, mis i respuestas van

con s, i apetecido, dicen i favorecido, van con c, &. &.

Análogos ejercicios deben hacerse respectivamente en las otras

estrofas.

Page 231: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

230

Entrase ahora en lo principal, que son los ejercicios con la 1ª.

respuesta o cuarteta, pues se trata nada menos que de demostrar a

los educandos, la importancia i poderosa influencia de los signos de

puntuación, las cuales se hacen palpables viendo la notable variedad

que producen en el sentido de lo escrito, con sólo variar tales signos

i dejando intactas las palabras.

El Maestro escribe en el tablero la 1ª. respuesta o cuarteta, en letras

bien lejibles, sin ningún signo de puntuación, pero dejando los

huecos suficientes para poner i borrar dichos signos. Así escrita, se

hace leer de los niños, haciéndoles notar con esmero la precisa

necesidad de tales signos, puesto que sin ellos, o no hai verdadero

sentido, o puede entenderse aquello de muí diversos modos, aun

contradictorios. Esto último se hará notar con cuidado.

Luego pone el Maestro en sus respectivos lugares los signos de

puntuación que trae la 1ª. respuesta o cuarteta, i hace leer con el

mayor esmero i comprender el sentido, de manera que los niños se

aperciban bien de que Alberto es el favorecido i los otros, no. En

seguida se, practica el análisis sintáxico, el lexigráfico, el

ortográfico, el ortolójico &a.

Borra luego el Maestro los signos de puntuación, dejando intactas

las palabras, i pone los que tiene la 2ª. respuesta: hace leer i notar el

cambio de sentido, puesto que ahora el elejido es Blas únicamente.

Luego el análisis.

Se hace lo mismo con la puntuación de cada una de las respuestas

3ª. 4ª. 5ª. i 6ª. dejando siempre intactas las palabras i haciendo notar

que, según la puntuación de la 6ª. todos los cuatro candidatos son

favorecidos i según la de la 5ª. no lo es ninguno.

En cada cambio de signos los niños deben leer con la mayor

propiedad; deben darle al diálogo la debida entonación, procurando

dar distinto tono de voz a cada interlocutor; i deben copiar una a una

todas las estrofas i después, leerlas todas de seguido para notar su

diferencia en conjunto.

Como el objeto principal de esta lección es hacer conocer a los niños

la necesidad e importancia de los signos ortográficos, a fin de que

Page 232: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

231

ellos vengan a persuadirse de que "la puntuación es el alma del

pensamiento escrito," se ha procurado que entren en este ensayo casi

todos los signos de puntuación ; así es que aparecen la coma, el

punto i coma, los dos puntos, e! punto final, el interrogante, la

admiración, el guión mayor, los puntos suspensivos, el paréntesis i

otros.

También debe hacerse notar a los alumnos: 1º. que el cambio de

algunos signos de puntuación presupone o exije el cambio de la

siguiente letra minúscula en mayúscula, corno sucede en las

respuestas 4ª. 5ª. i 6ª.; 2º. que el adverbio afirmativo si del último

verso de los cuartetos, se convierte en conjunción dubitativa o

condicional en la 3.a respuesta; i 3? que el adverbio negativo nunca

del tercer verso de los cuartetos, modifica al atributo "será elejido"

del misino verso en todas las respuestas menos en la 3." i 5," en las

cuales modifica al atributo “es preferido" del verso anterior.

De los errores que pueda tener este ensayo ortográfico deberá el

Maestro sacar partido en favor de la instrucción de sus alumnos.

Socorro, setiembre de 1875.

PEDRO A. GÓMEZ.

Aprender a leer y leer lo aprendido usando el sistema silábico

requería además un maestro dispuesto a alfabetizar los

estudiantes usando la tecnología educativa impresa facilitada

por el Estado actuando con eficacia, severidad, dulzura,

moderación, paciencia, firmeza al amonestar, pureza en la

expresión, gracia, mesura, elegancia, estilo, expresión, sencillez,

así como no debían usar dicciones, frases o explicaciones que

cayeran en la insulsez o la bajeza.

No se recomendaba ni permitía a los maestros públicos el uso de

la encíclica conocida como el “Syllabus” católico, mediante el

cual se permitía que a los estudiantes “se les enseñe a maldecir y

Page 233: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

232

a odiar la libertad, la razón y la instrucción pública” al primar

los principios y misterios romanistas, recomendándose a los

maestros una enseñanza religiosa informal y sin sumisión a los

concilios, bulas y encíclicas pontificias, al ser la enseñanza de

los mismos una obligación exclusiva de los sacerdotes en cada

templo.

La respuesta de los católicos y conservadores santandereanos

contra las autoridades, maestros, estudiantes y “escuelas impías”

fue de igual manera mediada por medio de sociedades de

maestros, funcionarios y padres de familia de las escuelas

católicas quienes a través de oraciones, artículos y cartas

publicadas en los periódicos parroquiales o provinciales,

autorizados y financiados por las autoridades diocesanas,

expresaron su drástica oposición a las sociedades democráticas

liberales, a las doctrinas utilitaristas y a las escuelas

secularizadas por los legisladores y gobernantes radicales al ser

minimizada la enseñanza de la religión y la moral católicas por

parte de los maestros normalistas titulados y contratados por el

gobierno liberal radical.

Entre esas publicaciones la más influyente y opuesta a los

instruccionistas de Santander fue “La Unidad Católica”,

promovida por las autoridades diocesanas de la Nueva

Pamplona, quienes desde 1874 declararon una abierta

persecución contra los católicos que se negaban a rechazar o

luchar contra las escuelas laicas financiadas o mejoradas por los

alemanes y sus aliados santandereanos, siendo amenazados los

feligreses que actuaban o se declaraban como “liberales” con

negarles la absolución, censurar sus libros y acusarlos por

corrupción moral de menores.

Page 234: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

233

CONCORDATO E IMPRENTA CONFESIONAL. La

preocupación de los instruccionistas liberales y radicales por

masificar las innovaciones pedagógicas y didácticas por medio

de las tecnológicas educativas existentes durante la transición

ideológica, científica, tecnológica e industrial del siglo XIX al

XX, específicamente a través de los productos editoriales

concebidos, diseñados e impresos por las imprentas públicas

como por las editoriales privadas, fue preservada y continuada

por las comunidades religiosas y los funcionarios de instrucción

pública a quienes se asignó la responsabilidad de diseñar,

censurar y producir de forma masiva para todas las escuelas y

colegios de Colombia los libros didácticos empleados por

docentes, estudiantes o público en general.

Si bien durante el siglo XIX, a la par de los periódicos

científicos y literarios, se habían publicado obras de interés

educativo, las mismas no estaban concebidas como textos

didácticos para el uso de los maestros y estudiantes en sus aulas.

Entre los libros de interés nacional empleados como textos de

lectura o escritura por los maestros de las escuelas

hispanocatólicas, lancasterianas y pestalozzianas se encontraban

las historias de la revolución e independencia de Colombia

escritas a modo de memorias o autobiografías por funcionarios

públicos como José Manuel Restrepo, Joaquín Posada,

Francisco de Paula Santander, José Hilario López, Manuel

Antonio López, José María Obando, José Manuel Groot e

incluso, el cuestionado Tomás Cipriano de Mosquera.

De igual manera, los promotores de la revisión reformista del

pasado como del presente decimonónico en cabeza de los

militantes del liberalismo europerizante escribieron textos de

interés general, especialmente compendios y manuales que

fueron adecuados a los planes de estudio de los colegios

Page 235: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

234

provinciales y las escuelas parroquiales anteriores a la

conmemoración del centenario de la independencia.

Entre las obras más reconocidas y difundidas se encontraban el

“Compendio histórico del descubrimiento y colonización de la

Nueva Granada en el siglo decimosexto” (ó “Historia de la

Nueva Granada (1970)) de Joaquín Acosta publicada en 1848;

las “Memorias para la historia de la Nueva Granada desde su

descubrimiento hasta el 20 de julio de 1810” de José Antonio de

Plaza publicada en 1850; El “Compendio de la historia patria”

del santandereano José María Quijano Otero de 1872 y; las

“Lecciones de historia de Colombia” (1908) de Soledad Acosta,

hija del mencionado Joaquín Acosta y esposa del influyente

escritor, político y jurista liberal José María Samper.

La obra de Soledad Acosta al ser presentada como edición

oficial de la Historia de Colombia del Ministerio de Instrucción

Pública desplazó y conllevo al desuso de la historia

neogranadina de José Antonio de Plaza que desde 1850 había

sido empleada en los colegios y escuelas estatales, acorde con lo

dispuesto por el Decreto de 25 de agosto de 1850. Sin embargo,

al ser seleccionada, premiada y reconocida como obra oficial de

la “Historia de Colombia” el manual escolar propuesto para la

educación secundaria por Jesús María Henao y Gerardo Arrubla

en 1910, previo reconocimiento de la Academia de Historia y el

Ministerio de Instrucción, se constituyó en la principal

innovación educativa del centenario al replantear los héroes

estatales y las visiones nacionales sobre la independencia de

Colombia, así como contribuyó desde las aulas a reafirmar la

importancia de la reforma constitucional y la reorganización

republicana del país con la caída del General - Presidente Rafael

Reyes y el gobierno del último General - Presidente Ramón

González Valencia.

Page 236: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

235

Constituyéndose sus versiones para enseñanza elemental

(Compendio de la Historia) y secundaria (Historia de Colombia

en Extenso) a lo largo de la primera mitad del siglo XX, en

palabras de Alejandra Barón (2006, p. 15) siguiendo a Martha

Herrera (2003), en el mejor ejemplo de “los modos de pensar de

una época, se constituyen en uno de los lugares de la memoria

social”, de cómo se “instrumentalizan una visión oficial de

mundo, seleccionan y manifiestan los intereses de una época,

proyectos sociales y políticos tangibles en las huellas de los

editores y autores, que circulan en un contexto complejo

articulando referentes para dar ideas de nación, patria e

identidad”.

Y si bien esos textos estaban directamente relacionados con la

historia, no es posible desconocer ni menospreciar el papel e

impacto que tuvo la publicación y difusión de la contraparte

geográfica, botánica, zoológica, biológica, demográfica,

sociológica y económica de Colombia a partir de la “Jeografía

física i política de las provincias de la Nueva Granada”

redactada por la Comisión Corográfica a partir de las

mediciones de Agustín Codazzi y las descripciones de Manuel

Ancízar (1851 – 1852), la “Geografía física y política de los

Estados Unidos de Colombia” confiada por T. Mosquera a los

hermanos Santiago y Felipe Pérez para dar continuidad a la

Comisión Corográfica (1862 – 1863), e incluso, la tardía

“Geografía económica de Colombia” financiada para cada

departamento de Colombia por la Contraloría General de la

Nación hasta antes de los hechos de 1948.

Para investigadores del tema y período como Silvia Rocha

(2008, p. 13) esos textos históricos y geográficos se

“…convirtieron en estrategias a través de las cuales se pretendía

impulsar el proyecto de construcción de la Nación, el que

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236

pasaba necesariamente por la existencia de una ciudadanía que

reconociera el poder de la escritura, erigida en el espacio de la

ley, de la autoridad, y en el poder fundacional y creador del

nuevo orden institucional Escribir manuales y compendios

históricos durante el siglo XIX representaba la materialización

del interés de los gobiernos por asimilar las corrientes de

pensamiento educativo, y determinar las estrategias para la

conformación ideológica, social, cultural y política de la

Nación”.

De igual manera, es importante resaltar la representación del

discurso de las Academias de Lengua e Historia a través de esos

textos, el deseo de los autores por superar y propiciar el desuso

de los catecismos políticos de la primera mitad del siglo XX, el

influjo del positivismo – historicista europeo y estadounidense

(por ejemplo William Prescot para J. Acosta) cuyos títulos

evidencian la preocupación por seguir concebir, construir y

aceptar la historia de fragmentos temporales asociados con los

regímenes político – administrativos que habían dominado el

territorio colombiano (períodos indígena, colonial,

independencia, república), así como sus fuentes analíticas

provenían de los –sacros- documentos oficiales españoles,

neogranadinos como colombianos, las crónicas religiosas

coloniales, las memorias de los funcionarios y protagonistas de

la historia patria, así como sus propias vivencias y testimonios

familiares ó personales.

La estrategia didáctica de los manuales de texto oficial

empleados en Colombia a partir de la selección, publicación y

reconocimiento de la “Historia de Colombia” de Henao y

Arrubla (1910) como el texto oficial de Historia Nacional

bipartidista, revisionista del impacto del proceso de

emancipación e independencia y sugerente de un discurso

Page 238: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

237

postrepublicano al ser superados los regímenes de los generales

– presidente10

procuró adoptar la interacción didáctica entre

autor-maestro-estudiante de los periódicos y libros de los

pedagogos pestalozzianos sin perder las rígidas estructuras

memorísticas, historicistas y cronológicas de los lancasterianos.

De allí que Rocha (2008, p. 105), rescatando las discusiones de

Germán Colmenares sobre las convenciones culturales de

Colombia, plantease que: “la forma misma de los relatos

históricos escolares explicaba la sacralización de los

acontecimientos, de los personajes y de las épocas históricas,

pues dotados estos textos de una trama y expresados en forma

narrativa, el argumento tendía a asumir una canónica inalterable.

En este sentido, al mismo tiempo que los manuales presentaban

los pasajes más representativos de la historia colombiana,

promovían el aprendizaje memorístico de sucesos inamovibles

en fechas y lugares”.

Mientras los instruccionistas a través de las imprentas

produjeron grandes cantidades de materiales litográficos como

cartas geográficas, mapas, pizarras, mapamundis, libros de

texto, etc., para la dotación de material didáctico a las escuelas

normales y primarias, aunado a la producción de periódicos

científicos y didácticos en los cuales se presentaban de forma

separada los textos de cada ciencia y arte, los autores y editores

10

Sobre el papel de los manuales escolares de historia en la interpretación del

centenario como del bicentenario de la independencia de Colombia ver el

artículo precedente y fundante de esta investigación titulado: Pérez Pinzón,

L. (2010 - 2011). El papel bicentenario de los textos escolares en la

enseñanza del día de la independencia. Revista Docencia Universitaria.

Bucaramanga: Cededuis. Vol 9 (2008). Disponible en:

http://www.myebook.com/index.php?option=ebook&id=34794

Page 239: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

238

de los libros oficiales de enseñanza desde 1887 se preocuparon

por articular las ilustraciones conservadas en los museos y las

colecciones particulares con los mapas, tablas, recuadros

biográficos, fragmentos dramáticos y textos literarios oficiales,

especialmente poemas, recitaciones, cantos e himnos, que

complementaban la narración o descripción de cada uno de los

capítulos o períodos historiogeográficos estudiados sobre

temáticas comunes como “la naturaleza, la producción los

adelantos democráticos, la riqueza étnica, el orgullo

independentista, la exaltación de la tradición hispánica, la fe

religiosa y la instrucción pública”.

Con las derrotas electoral, bélica y socioeconómica del proyecto

de Estado – Nación promovido por los liberales radicales

durante veinticinco años con las guerras de 1885 y 1895,

reafirmadas por la guerra de “Los Mil Días” la regeneración

conservadora, nacionalista, proteccionista y concordataria

afianzó y justificó la existencia de los periódicos parroquiales y

diocesanos para la defensa de la fe y la moral católicas, así

como al entregarse a las autoridades eclesiásticas diocesanas la

inspección y direccionamiento de la educación pública (1887),

al mismo tiempo se le confirió la autoridad para censurar la

publicación de los libros pedagógicos, didácticos, científicos y

lúdico-literarios del país.

Razón por la cual, los pedagogos laicos y liberales dejaron de

escribir y publicar libros para el uso de maestros y estudiantes

optando por dirigir sus esfuerzos a través de los periódicos

liberales, siendo asumida la tarea editorial educativa por los

intelectuales conservadores más prestigiosos, los presbíteros

diocesanos reconocidos por sus talentos artísticos, y

especialmente, los miembros de las comunidades religiosas que

Page 240: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

239

contaron con imprentas y librerías propias para la producción y

comercialización de sus textos educativos.

Ejemplos de ello fue el caso de la congregación de Hermanos

(no sacerdotes) de las Escuelas Cristianas (lasallistas) de

Medellín quienes después de importar y traducir textos

educativos católicos desde Francia como parte de la Colección

Bruño optaron a través de la “librería Stella” editar la Colección

La Salle de textos de geografía e historia bajo la dirección del

hermano Justo Ramón (Ramón Antonio González López, 1893-

1980), quien fue pedagogo, miembro de la Sociedad Geográfica

y la Academia Colombiana de Historia, director y catedrático de

la Escuela Normal de Bogotá. Sus más directos competidores en

la enseñanza como la industria editorial fueron los jesuitas

quienes a través del presbítero Félix Restrepo (1928) al no poder

seguir importando libros católicos de educación desde España al

iniciarse la “Guerra Civil Española” (1936) optaron por diseñar

y publicar textos moralistas y patrióticos como la cartillas de

lectoescritura “la alegría de leer”, la “cartilla de charry”, la

“urbanidad de Carreño”, la “Historia Patria” de Manuel José

Forero (1941), la “Historia Universal” de Rafael M. Granados

(1942) hasta su venta a la compañía editorial antioqueña de

Félix de Bedout a mediados del Siglo XX, transformándose en

la editorial Voluntad adscrita a la compañía editorial Carvajal.

Instruccionistas, lasallistas y jesuitas coincidían en el fomento

de la educación activa a partir de la relación cognitiva

observación-número-forma-lenguaje en rechazo de la catequesis

memorística de las “lecciones” pero no desacataban el uso

nacional del “método objetivo o pestalozziano” impartido desde

las Escuelas Normales cuya “observación sensible” sobre las

“cosas” era considerado desde 1886 como el método oficial de

enseñanza a seguir por los maestros colombianos, siempre y

Page 241: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

240

cuando las “cosas” de estudio y observación inductivas fuesen

acordes con el sistema educativo confesional, moralista,

unificado y nacionalista. De igual modo, promovían el uso

masivo de tecnologías educativas para la producción de

materiales didácticos de alta calidad para los estudiantes más

pobres.

Sin embargo, sus diferencias ideológicas y religiosas impidieron

que las comunidades religiosas pudiesen dar continuidad o

reconocerse como “pestalozzianas” al ser necesario cumplir y

defender dogmas educativos católicos confiados por el Estado a

las hermandades y sociedades católicas como eran: la

centralización de la enseñanza y la educación práctica en

función de la moral y la religión nacional, el cumplimiento de

los preceptos, manuales y guías morales de los santos

fundadores de cada una de las órdenes religiosas, así como el

riguroso acatamiento y cumplimiento de los principios y

doctrinas que regían las constituciones de sus congregaciones

monásticas.

Diferencias evidenciadas por Leidy Paola Rangel (2010, p. 34-

37), al rescatar la comparación que en 1923 hizo la Revista

Pedagógica (órgano de la Escuela Normal Central de

Institutores de Bogotá) al reconocer como principal diferencia

entre el instruccionismo laico pestalozziano y la educación

católica productiva de los Hermanos de las Escuelas Cristianas

(lasallistas) el hecho que Pestalozzi “no comprendió que los

niños pobres necesitan que se les capacite lo más pronto posible

para ganarse la vida. […ya que] “Pestalozzi es un gran institutor

y no un educador]””.

Desde finales del siglo XIX, a la par de la tarea educativa y

editorial emprendida por los intelectuales conservadores más

Page 242: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

241

connotados en favor del servicio a Dios, la Patria y la Sociedad,

los presbíteros de los colegios diocesanos dedicados a la

educación, así como los monjes y hermanos de las comunidades

religiosas encargadas de la instrucción pública de los

colombianos a través de proyectos expansivos y técnico-

productivos como las “escuelas cristinas”, asumieron de forma

protagónica y dominante la tarea de diseñar y publicar obras.

Libros y manuales que con la pretensión de impartir

conocimientos científicos y productivos reafirmaban los

principios religiosos y políticos del bipartidismo dominante

reafirmando así el clero católico su inquisitiva tarea de

inspección y censura de todos los textos didácticos impresos o

importados en Colombia, y especialmente, las características

ideológicas y morales de los manuales, compendios y libros

empleados por los maestros de las instituciones educativas

oficiales, aunado a la necesidad de vigilar y exigir que a través

de los mismos se cumpliesen los preceptos de la moral

regeneradora, los dogmas del catolicismo y los preceptos del

“alma nacional” dispuestos en la Constitución de 1886 como en

el concordato interestatal de 1887.

Si bien la tarea heredada de los instruccionistas por parte de los

regeneracionistas estaba orientada a unificar y fortalecer un

único, oficial e incuestionable sistema educativo basado en los

preceptos, orientaciones y metas dispuestas por las autoridades

educativas centrales a partir de planes de estudio comunes,

libros y recursos didácticos semejantes, concepciones

ideológicas y pedagógicas unificadas, perfiles docentes

preestablecidos, etc., para lo cual el discurso nacionalista y

regenerador del nuevo proyecto de Estado – Nación (centralista

y republicano) se cimentaba en la “igualdad e identidad”

educativa a la par de la “libertad y orden” institucional.

Page 243: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

242

Las comunidades religiosas directamente relacionadas con la

educación en su afán de cumplir con sus tareas doctrinales, sin

ser juzgadas por tradicionalistas u ortodoxas en sus estrategias y

recursos didácticos, optaron por adaptar al discurso católico y

nacionalista de los textos didácticos el activismo didáctico

propuesto por las nuevas corrientes pedagógicas encabezadas

por autores altamente influyentes para los pedagogos

colombianos, tanto liberales como conservadores, como fue el

caso del pedagogo belga Ovide Declory.

A partir de su principio “Escuela [nueva] para la vida, por la

vida, mediante la vida”, los autores de textos educativos como

las nuevas generaciones de maestros demandantes de los

mismos se motivaron a ubicar los fenómenos locales o

regionales en contextos nacionales y globales, se promovió el

descubrimiento de los conocimientos a partir de la observación

de los fenómenos naturales y los actos culturales comunes

propios de la cotidianidad, se institucionalizó al estudiante como

el centro y fin de los procesos educativos (“La escuela ha de ser

para el niño, no el niño para la escuela”) y por ende de la

tecnología educativa diseñada y producida para apoyar esos

procesos.

A partir de los centros de interés (talleres a partir de

personalidades e intereses homogéneos) y el juego lúdico se

reorientó el papel de la lectura y el uso de los libros, tipo

manuales o textos escolares, como objetos de consulta creativa,

recreativa y liberalizante con un alto interés y atractivo

sensorial para el estudiante pasando a un segundo lugar los

rigurosos tratados científicos, enciclopédicos, memorísticos y

disciplinantes acordes a las expectativas de supervisores,

directores y maestros formados en el positivismo imperante.

Page 244: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

243

El mayor aporte de Declory a los pedagogos e impresores

educativos fue fomentar los beneficios y bondades de los

manuales y textos escolares en los cuales primaba la “lectura

ideovisual” con frases sencillas y cortas complementadas con

múltiples recursos y anexos visuales que reafirmaban su

significado y contenido. Con lo cual, las imágenes alegóricas,

simbólicas, confesionistas y nacionalistas se anteponían en

número e interés a las explicaciones orales o las descripciones

escritas que pudiesen aportar los maestros sobre un mismo tema

a partir de los libros didácticos, a los cuales adicionalmente

podían acceder los estudiantes de forma inmediata y

permanente, en cualquier momento o lugar que deseasen, sin

esperar las jornadas horarias de apertura o cierre de las escuelas

y bibliotecas, las innovaciones periódicas de los editores ni la

mediación tecnológica de otros recursos como la radio, la

televisión o la internet durante las décadas restantes del siglo

XX.

Rocha (2008, p. 206-207, 210) identificó como características

diferenciales entre los libros oficiales de la segunda mitad del

siglo XIX y las cartillas didácticas de la primera del siglo XX el

que:

…los saberes escolares se construyeron de acuerdo a las

apreciaciones de los autores de los textos, sobre cuál era el saber

necesario que debía circular en la escuela, sin tener en cuenta las

experiencias y necesidades de la población estudiantil: no se

perciben diferencias entre los textos dirigidos a primaria y

secundaria, ni los dedicados al primer nivel tienen menos volumen

de lectura, un tipo de letra más grande, o un lenguaje más sencillo

que el usado en los textos para secundaria.

En los manuales consultados no hay recursos como mapas ni figuras

de héroes, de ahí que para el logro de las finalidades y objetivos de

la disciplina, se debía contar con el apoyo de otros saberes, los

Page 245: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

244

cuales debían ser presentados como conocimientos básicos que

ayudaran la comprensión de la disciplina estudiada.

… En la mayoría de los casos, se sugiere a los maestros hacer

consultas que amplíen la información contenida en el texto a partir

de la recomendación de obras específicas y la reproducción de la

bibliografía empleada en la elaboración de cada una de las partes del

manual.

Mientras los intelectuales bipartidistas de la segunda mitad del

siglo XIX se preocuparon por contribuir a la reconstrucción del

Estado Nación desde un orden central y católico común a partir

de libros escolares oficiales, o en su defecto con artículos y

lecciones publicadas en los masivos y económicos periódicos

escolares, que contribuyesen a la unificación de temas y

problemas de estudio; al uso público de objetos de culto y la

enseñanza de la moral y la urbanidad recomendadas por la curia

católica por medio de la “Exposición demostrada de la doctrina

cristiana” de Juan Buenaventura Ortiz, el “Catecismo de la

Doctrina Cristiana del Padre Astete”, la “Urbanidad de

Carreño”, las “Máximas y preceptos de moral, virtud y

urbanidad” de Manuel Zaldúa, entre otras obras que fomentaban

reglas morales y lecciones sobre las principales oraciones,

rituales y devociones de los católicos.

Las editoriales religiosas de la primera mitad del siglo XX

fueron quienes se encargaron de propiciar a bajos costo la

apropiación lúdica y la aceptación didáctica de esos contenidos

al armonizar los textos oficiales recomendados por el gobierno

como por el clero con una variada y armónica edición impresa

de ilustraciones y complementos ideovisuales acordes con la

representación artística del pasado, el espacio y la naturaleza

colombianas por medio de libros para cada grado o nivel de

enseñanza.

Page 246: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

245

Si bien para los pedagogos activistas el libro de texto era “un

buen auxiliar de la enseñanza” que afianzaba la relación maestro

– estudiante, para las autoridades gobernantes eclesiásticos y los

gobernantes bipartidistas los libros y periódicos debían

continuar cumpliendo su tradicional labor publicitaria e

instruccional decimonónica al imponerse y afianzarse a través

de los mismos los discursos político-ideológicos, las estrategias

de control económico y cultural legisladas, así como el sistema

de regulación moral y cívico de las élites sociales y estamentales

que se afianzaron en el poder a través de las denominadas

“repúblicas” conservadora (1886 – 1930) y liberal (1930-1946).

El libro se constituyó así en el medio oficial para la renovación,

sustitución ó revalidación de los discursos, valores, actitudes,

estereotipos, ideologías, mentalidades, imaginarios, creencias,

etc. que los grupos dominantes de forma explícita o implícita

esperaban fuesen adoptados, memorizados y vivenciados desde

las aulas de clase hacia los espacios públicos.

A falta de libros nacionales o extranjeros que sustituyesen las

obras creadas por los regímenes sociales y políticos precedentes,

aunado a la utilidad y uso regular de los mismos por los

docentes más expertos, finalmente fueron tolerados y aceptados

los manuales empleados desde década previas. Jenny Quijano

(2006, p. 34-35) ha demostrado, por ejemplo, que algunos de los

textos del instruccionista, liberal y laico alemán Alberto Blume

fueron empleados en Santander una década después de ser

desusados o prohibidos, en pleno régimen regenerador,

nacionalista, centralista y conservador, como fue el caso en

1889 de su “Cancionero” de temas religiosos y colombianos, así

como la “Guía para la enseñanza [de la música] en las escuelas”.

En 1896 se apeló al uso y consulta pública de su “Plan General

para la organización de las escuelas primarias de varones”

Page 247: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

246

compuesto y publicado en 1872, en el cual se presentaba el plan

de asignaturas a cursar en cada grado y nivel de enseñanza, así

como las estrategias pedagógicas, didácticas y evaluativos para

cada una de esas materias y grados.

Las intenciones, diseños y componentes didácticos de los textos

escolares con los cuales se civilizó y se regeneró la Nación por

parte de los liberales radicales como por los conservadores

regeneradores fueron finalmente redimensionados como objeto

de la “identidad nacional” por parte de las editoriales

confesionales que importaron de las naciones más católicas de

Europa (España, Francia, Italia) o diseñaron acorde a las

necesidades de las mayorías católicas de Colombia textos en las

áreas fundamentales de la formación del espíritu nacional como

eran la lectoescritura, las ciencias sociales y la morales tanto

religiosa (catecismos) como política (urbanidad, civismo) como

parte de los discursos ideológicos y estamentales asociados con

el “evangelio de la patria”. Es decir, con la vida, los servicios y

obras públicas, las ofrenda vital, caridad pública y las

enseñanzas morales de los mártires, héroes y caudillos

nacionales que despertaban el respeto, compasión, imitación y

anhelos de gloria entre los infantes y adolescentes al ser, en

palabras del General – Presidente Ramón González Valencia,

“los fundadores de nuestra nacionalidad” cuyas gestas habían

sido resumidas míticamente en el himno nacional.

La regeneración católica durante la república conservadora

avivó “el fuego sagrado del patriotismo”, así como del

nacionalismo y el proteccionismo en rechazo a la experiencia

librecambista e inmigratoria de los empresarios y aventureros

extranjeros que habían extraído y exportado lo mejor de las

materias primas, así como habían importado y promovido desde

mediados del siglo XIX modas, prácticas y costumbres que

Page 248: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

247

contrariaban las estructuras mentales y las costumbres culturales

hispanocatólicas arraigadas entre los parroquianos provinciales.

Estructuras y prácticas que serían nuevamente cuestionadas y

alteradas con la difusión y fomento de las ideológicas

contraculturales promovidas a través de la radio y la televisión

desde mediados del siglo XX.

Los pedagogos-editores del siglo XX además de estar

condicionados por el cumplimiento del método objetivo

pestalozziano y el método ideovisual activista debieron asumir

la composición de sus textos como obras científicas mediadas

por el planteamiento y reconocimiento de problemas de estudio

(cuestionarios de preguntas), explicar de forma ilustrada las

fases, etapas o pasos para el desarrollo de las actividades

resolutorias de esos problemas, así como llegar a conclusiones o

soluciones que fomentasen las causas pretéritas de decadencia y

las alternativas de desarrollo y prosperidad para los colombianos

en pro del “espíritu integridad nacional” que debían caracterizar

a cada uno de los directores, maestros y escuelas que

conformaron el sistema educativo de Colombia.

En palabras de Barón (2006, p. 88), el ideal nacional y los mitos

fundacionales de la nacionalidad eran consecuencia del

sentimiento nacionalista que “se obtenía a través de la

iconografía que aludía a la nación y de la enseñanza de la

historia, geografía y la cívica. Por consiguiente, en la primera

mitad del siglo XX, las llamadas ciencias sociales, se fueron

afianzando como saberes estratégicos, que encaminaban el

proceso de formación ciudadana, apoyados en los proyectos e

intereses de la clase dirigente del país”.

Los salesianos demostraron su capacidad de aportar a esos

procesos a través de la infraestructura y la producción litográfica

Page 249: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

248

que podían lograr con la ayuda de maestros y estudiantes a

través de sus talleres de artes y oficios, los jesuitas contaban con

la experticia misionera y las influencias sociopolíticas

necesarias para atraer y orientar los espíritus hacia la

uniformidad en el discurso nacional, patriota, cívico y católico

promovido por el Estado, pero fueron los hermanos lasallistas

quienes desde 1890 desde Medellín, Bogotá, Cúcuta y

Bucaramanga demostraron ser los más técnicos e innovadores

en la elaboración de textos escolares acordes con los planes de

estudio oficiales, con la firme intención de articular los avances

pedagógicos con los procesos de reflexión sobre los orígenes y

problemas en el devenir de los colombianos como Nación.

Sus obras no sólo evidenciaban las estrategias didácticas más

efectivas en la pedagogía de occidente, su interés en el progreso,

el saber y las transformaciones científico-técnicas de la

modernidad pues los contenidos y problemáticas de cada una de

las lecciones de los textos evidenciaban sus conocimientos y

actualización en los cambios políticos, económicos, sociales,

culturales, etc. que se deban en el mundo y que afectaban el

rumbo y la percepción que sobre sí mismos tenían el Estado

como la Nación colombianos.

La obra educativa como la producción editorial de las

comunidades religiosas si bien tenían como tarea defender los

principios de la regeneración nacionalista, centralistas y católica

no renunciaron en la defensa de dar continuidad a las

innovaciones pedagógicas, metódicas y didácticas que el

régimen liberal radical había promovido con sus reformas

educativas desde 1870. Para ello, siguiendo a Rangel (2010, p.

53) se compusieron, editaron y comercializaron textos de

filosofía por parte de los hermanos Alfonso Norberto, Martin

Carlos, Gilberto Fabián y José Penagos; En Cívica [Ciudadanía,

Page 250: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

249

Estado, Nación y simbología patriótica] los textos más

conocidos fueron los escritos por el hermano Florencio Rafael;

En Español, Literatura y Lenguas los del hermano Luis

Gonzaga; En Inglés los de los hermanos Alfonso Norberto,

Samuel Vargas, Mariano Jesús (Macario Giraldo) y Alfredo

Monroy; en Matemáticas los del hermano Néstor Suárez, así

como en Historia y Geografía los textos más conocidos y

divulgados fueron los del hermano Justo Ramón quien se

especializó didáctica, científica y editorialmente en la

composición de por lo menos treinta textos escolares en

Geografía y una docena en Historia para todos los grados y

edades, acordes con las reformas educativas del país.

Pestalozzianismo, lecciones sobre las cosas, textos ideovisuales

e innovaciones científicas fueron componentes comunes que

caracterizaron los textos oficiales, patrióticos, morales y

religiosos que fueron publicados por hermandades editoras

como los lasallistas. Ejemplo de ello es la “Geografía Superior

de Colombia” (1947) del hermano manizalita Justo Ramón,

quien como maestro, director y autor para las escuelas normales

se preocupó por articular los saberes de la ciencia dividida en

lecciones con los contenidos propuestos por sus colegas en otras

obras y manuales, especialmente las geografías físicas de F.

Vergara Velasco y las socioeconómicas de L. López de Mesa.

En los postulados activistas decimonónicos que hacían del texto

un instrumento perfeccionable de orientación y rectificación

antes que de imposición, memorización o limitación al

“dictado” de contenidos, la reafirmación didáctica de los

principios congregacionales lasallistas (abnegación, catolicidad,

uniformidad, economía e idoneidad) para la recristianización y

regeneración de las nuevas generaciones de colombianos, el

cumplimiento de los parámetros instruccionistas del Estado

Page 251: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

250

confesional sobre el uso de textos de origen nacional

previamente designados, seleccionados, inspeccionados y

censurados por las autoridades educativas dispuestos desde

1892. Erradicándose así pretensiones como el estudio y

enseñanza del evolucionismo o el comunismo en un país

católico confeso y defensor del creacionismo jerárquico a través

de rigurosas y cotidianas prácticas rituales.

A través de su obra también se dieron a conocer las discusiones,

revisiones y cuestionamientos interpretativos que sobre el

espacio y el territorio nacional eran comunes al interior de la

Sociedad Geográfica de Colombia, demostrando así la

idoneidad del autor en el campo de conocimiento que se había

especializado, siendo a su vez fiel al espíritu global e

internacional del saber científico que profesaba la congregación

francesa como organización “multinacional” con sede principal

en París sin limitar o condicionar los acuerdos y dinámicas de

cada país en donde era contratada.

Para Jorge Aguirre (2008, p. 119), desde los postulados del

hermano Alexis Marie quien consideraba la Geografía como la

“ciencia de la realidad”, es necesario “resaltar el carácter de

ciencia que le otorgaba la Congregación a la geografía, lo que

nos muestra que para ellos era una asignatura de importancia

vital; y segundo, el hecho significativo de ser reconocidos como

los que hasta el momento se encargaban de aportar ideas nuevas

a esta ciencia, historia que creemos no era desconocida por el

Hno. Justo Ramón”.

Desde la Geografía como desde la Historia, Memoria, materia

curricular, mentalidad y método debían articularse a su vez a las

expectativas instruccionales del Estado en su afán de fomentar

las escuelas de comercio exportador a partir de textos escolares

Page 252: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

251

sobre historia y geografía comercial, así como las escuelas

agroindustriales con el apoyo de textos sobre los productos

naturales y las industriales nacionales, muchos de ellos insertos

en los manuales sobre historia y geografía de Colombia. Todos

ellos complementados con textos relacionados con

observaciones y estudios meteorológicos que beneficiaran a las

futuras generaciones de comerciantes, agricultores como

industriales que caracterizaban la demografía social, económica

y productiva del país a través de capítulos sobre climatología,

orografía y geología.

Previa a la producción de los lasallistas, el gobierno nacional

había dado desde 1886 licencias de impresión y

comercialización de obras educativas de autores particulares,

por ejemplo de los santanderanos Carlos Martínez y José María

Quijano, así como había hecho compras masivas de ediciones

completas de textos preseleccionados para las escuelas de la

República dando la exclusividad a los mismos como autores,

obras y ediciones oficiales. En el caso de la Historia de

Colombia a Soledad Acosta (1897, 1907), como a Henao y

Arrubla (1910), aunque la de mayor fomento y uso fue el

Compendio de José María Quijano (1908), seguida por las

geografías de Ángel María Díaz con su “Geografía de

Colombia” (1887) y su “Compendio de la Geografía de la

República de Colombia” (1893), así como se benefició Carlos

Martínez con su “Curso de Geografía” (1916) para uso de las

Escuelas Normales.

A diferencia de los textos oficiales precedentes, como de los

manuales escolares de otras comunidades religiosas, los

lasallistas se preocuparon por garantizar que sus libros para la

enseñanza, desde los postulados de Pestalozzi y Decroly

fomentados por el Estado, incitaran a maestros y estudiantes a

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252

realizar actividades físicas al salir en exploración y observación

de las “cosas” y fenómenos que afianzaban la “educación

intelectual”, siendo empleadas esas interacciones a su vez para

propiciar la enseñanza e instrucción de la educación moral y

religiosa para la vida en comunidad.

A la par de proyectos educativos novedosos como el “Gimnasio

Moderno” de Bogotá, los lasallistas desde 1912 a través de la

producción exclusiva de manuales escolares para el Gobierno

nacional en aritmética, lengua francesa, solfeo, historia natural,

física y química, algebra, libros de lectura (silabarios), etc., la

mayoría de ellos compuestos a través de su editorial Bruño,

propiciaron paralelamente una gradual transformación de las

prácticas educativas al incitar a los agentes educativos a sentir,

observar, experimentar, y ante todo, socializar a través de la

lectura, las salidas, los talleres colectivos y la producción de

objetos prácticos de uso e interés colectivo.

Los manuales oficiales para cada lección, ciencia y curso (o

nivel de enseñanza) se constituyeron en microsistema y

microexpresión de las dimensiones educativas que promovían

los lasallistas en pro de la educación integral basada en la fe, la

ciencia, la moral, el trabajo y el ejercicio físico en cada una de

sus instituciones educativas, cuyas principales características,

siguiendo a Aguirre (2008, p. 124 – 125) eran las siguientes:

Por ser una congregación religiosa con carácter docente, la primera

educación que consideraban en importancia era la “educación

religiosa”. En el segundo grupo se consideraba la que llamaron

“educación intelectual”, donde tenían cabida las asignaturas de

aritmética y lengua castellana, ésta última dividida en tres aspectos,

la enseñanza de la escritura, de la lectura y la de relación. En tercera

instancia, crearon lo que dieron en nombrar como “educación

patriótica” la cual estaba compuesta por tres asignaturas. La primera

de ellas era la historia patria, la acompañaba la geografía nacional, y

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253

culminaba esta agrupación la instrucción cívica. Una cuarta

agrupación la encontramos en la llamada “educación práctica”

destinada a impartir y abarcar los conocimientos concernientes con

lo fabril y la agricultura, enseñanza que dependía de los lugares en

que se trataran de implementar. Y finalmente, encontramos el grupo

titulado “educación física y estética”, donde la congregación

valoraba el aspecto corporal del estudiante y lo capacitaba con el fin

de acostumbrarlo a la templanza y el trabajo arduo y cotidiano.

Al ser uno de sus postulados congregacionales el construir sobre

lo hecho por sus predecesores, además de insistir en la tarea

oficial de comprender la Nación, caracterizar el Territorio y

reconocer los orígenes del Estado republicano, los textos

lasallistas reflejaban su preocupación pedagógica por estimular

la imaginación a partir de la observación ideovisual, propiciar la

relación de las características y atributos de las cosas con la

memorización de sus nombres, distinciones y cualidades

comparadas con otras semejantes a partir de la “explicación,

descripción y representación” obtenidas de los maestros, para

finalmente garantizarse el afincamiento de los juicios y

argumentos expresados de forma escrita u oral al demostrarse

los efectos prácticos y la importancia productiva de cada ciencia

o campo de conocimiento mediado por los manuales y libros

oficiales de texto.

El actualizado contenido científico y las innovadoras estrategias

didácticas que caracterizaban los textos lasallistas no eran factor

suficiente de su éxito ante las autoridades estatales, su

equilibrada competencia con otras editoriales religiosas, como

de su creciente demanda por los maestros y estudiantes, de no

darse importancia a los materiales, diseños y la calidad que

caracterizaba la forma de los productos litográficos. De allí que

Aguirre (2008, p. 162 – 163) presente a modo de anécdota

personal el insistente interés del afamado autor lasallista hno.

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254

Justo Ramón en la calidad de los textos escolares que producía y

comercializaba su congregación, específicamente en su carta del

23 de octubre 1949, al expresar:

… continuando con el problema del papel llegó a afirmar que

"también me atrevo a pensar, que es un sistema principalmente

usado conmigo, no sé por qué razón, quizás, por que llego con

menos ínfulas a Stella" (la librería y casa editorial de la

Congregación). Pero no creamos que su interés por la presentación

del manual escolar y los insumos en él elaborado obedecía a una

simple inquietud interna. Argumentaba igualmente que se debía ser

más cuidadoso con este asunto, pues para el año de 1957 las casas

editoriales como Voluntad y los mismos Padres Jesuitas no

desmejoraban ni escatimaban esfuerzo alguno en el ítem señalado.

Lo cierto en todo esto es que aquel que tanto viajara para conocer

nuestro territorio, que tanto investigara para conocer los pliegues de

nuestro suelo, veía como ''solamente nosotros, en particular para las

Historias y Geografías, nos hemos mantenido en la ordinariez".

Situación que llegó a mortificar tanto al lasallista geógrafo, que sin

nostalgia alguna llegó a solicitar "mi relevo en materia de textos”.

Actitud por parte de Justo Ramón, que en vez de amainarse por

el arreglo esperado entre sus exigencias y la forma en cómo se

sentía tratado por algunos miembros de la Librería Stella, se fue

naciendo por el contrario más contradictoria para con dicha

institución. Y era que no encontraba la justificación que hiciera

válida a sus ojos, la edición en condiciones que el mismo

Hermano sentía desdibujada y poco atendida. No podía decirse

que sus obras no tenían salida comercial alguna, pues ya somos

advertidos precisamente "que el pedido que tienen las obras

ofrece amplio margen para costearlas en forma tal que no

desdigan ni del criterio pedagógico, social y comercial de un

comunidad docente". Muy acertadamente con esta afirmación

nos está diciendo Justo Ramón, que para el año de 1959, los

libros hechos, distribuidos y vendidos comercialmente por la

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255

Congregación se encontraban en un estado que podía

catalogarse como de prosperidad.

Pero con todo y esa bonanza, sentía el geógrafo lasallista que su

trabajo era claramente minimizado, editorialmente hablando,

pues a sus ojos y aún después de haber enviado la anterior

misiva, nada le hacía pensar lo contrario respecto a que "por lo

menos en las obras geográficas y en las históricas, Librería

Stella no solamente se ha fosilizado sino que ha decaído de la

anterior medianía". Era claro que en este momento sentía Justo

Ramón que el agravio pasaba de una simple bajeza técnica, o

falla administrativa estandarizada para todas las obras

lasallistas, a sentirse verdaderamente atacado o al menos

subvalorado en su trabajo.

Por lo anterior, no dudó en afirmarle al Hno. Rodulfo Eloy

cuando le fue entregada en sus propias manos la última edición

de su Geografía de Cundinamarca, que "ni para mi archivo

deseaba yo tener aquella edición". Afirmación que nos

muestra el cansancio no solamente investigativo de Justo

Ramón, sino también cierto deseo claramente manifiesto en

líneas anteriores, por si ya no volver al menos al ejercicio de la

docencia, si por lo menos esquivar ciertas aflicciones que a sus

ojos podían pesarle tanto, tan así, que en una especie de último

llamamiento pedía “que si no se adopta de una vez una línea

de conducción más decorosa en estas ediciones, se me releve

en absoluto de seguir atendiéndolas".

En su fondo como en su forma, los manuales de texto

compuestos, diseñados, editados y comercializados por la

Librería Stella en nombre de los lasallistas, y en particular del

afamado Hno. Justo Ramón, debían ser exactos en sus juicios

así como excelsos en su presentación pues además de cumplir

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256

con los criterios ideológicos, morales, pedagógicos y didácticos

dispuestos por el Estado debían contribuir desde la

sensibilización y reflexión ideovisual a la pacificación

bipartidista del país desde las aulas pues, acorde con Laura

Rivas (2008, p. 18), estudiar la historia, la geografía, la Nación

(tanto étnico-cultural como cívico-política), los símbolos

nacionales de la patria durante la primera mitad del siglo XX, y

especialmente con los hechos violentos de 1948, debían servir

en palabras de Justo Ramón para alcanzar la “<<cohesión

nacional que bastante falta le estaba haciendo al país debido a

los graves acontecimientos que en los últimos tiempos han

agitado a la República>>”.

Ejemplo de esas responsabilidades y obligaciones con los

principios constitucionales de la Nación, las exigencias

pedagógicas y didácticas del Estado, así como las

responsabilidades pastorales, cívicas, catequísticas y

evangelizadoras de la editorial religiosa en nombre de la

congregación lasallista, siguiendo a Rivas (2008, p. 125-126),

eran para el caso de los textos oficiales o comerciales de historia

patria de 1922:

1. Debe contener el conjunto de los hechos principales de nuestra

historia distribuidos en lecciones o capítulos. 2. Irá adornado con

ilustraciones escogidas en cuanto a verdad histórica y valor artístico.

3. Cada capítulo deberá principiar por un resumen de las ideas

principales contenidas en él. 4. A cada capítulo ha de servir de

complemento una lectura amena e interesante que desarrolle el

sentido de complemento una lectura amena e interesante que

desarrolle el sentido de los hechos principales e inspire gusto por los

estudios históricos. 5. Los períodos y épocas aparecerán después de

su desarrollo, en cuadros sinópticos. 6. Nunca debería aparecer un

texto de Historia sin ir acompañado de cartas geográficas para la

explicación de las guerras y transformaciones políticas. 7. Como

cualquier otro texto, debe ser de todo punto irreprochable en cuanto

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257

a moralidad y espíritu cristiano. 8. Sea cual fuere su valor

pedagógico, nunca deberá usarse el texto sin haber sido

explicado de antemano lo que en él deben estudiar los alumnos.

Las Escuelas Cristianas asumieron ese tipo de condiciones y

requisitos editoriales del Estado a través de obras emblemáticas

de los lasallistas como la “Historia de Colombia: Significado de

la obra colonial, independencia y República para autodidactas,

consulta de profesores y realización del programa de historia en

sexto año de Bachillerato” del Hno. Justo Ramón de 1948.

Texto educativo de interés y sugerencia oficial por medio de la

cual se pretendía contribuir a la atenuación del espíritu bélico y

el estudio de la cultura de los pueblos que conformaban la

Nación, así como afrontar la desmoralización general en que se

había decaído, fruto de las ideas imperialistas y comunistas que

habían penetrado al país, los centenarios odios políticos y

religiosos fomentados por los laicos desde las tribunas y

publicaciones públicas como por los clérigos desde los altares y

las publicaciones eclesiásticas, en nombre de la “patria, familia,

propiedad, orden y unidad religiosa”.

Los textos editados por comunidades religiosas como lasallistas,

además de perpetuar el prestigio e influencia pedagógica de esa

congregación en Colombia, se constituyeron en un intento tardío

por contener los cambios en los “circuitos de poder” y los

“capitales culturales” que se veían reflejados en el cambio de los

discursos, interpretaciones y descripciones por los autores de

textos didácticos, así como para enfrentar las reformas

secularizantes de la educación emprendidas desde mediados del

siglo XX.

Sus consecuencias inmediatas eran la pérdida del protagonismo

de la educación católica, cívica, nacionalista y moralizante

heredada de la constitución nacionalista y la legislación

Page 259: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

258

regeneracionista durante el revisionismo de la “república

liberal”, el desarrollismo de la dictadura militar y el

cientificismo universalista que caracterizó la legislación

educativa durante el frente nacional.

En ese ambiente de cuestionamiento ideológico y

enfrentamiento bélico al régimen sociopolítico dominante, los

procesos editoriales que habían caracterizado la producción de

manuales se fracturaron al anteponerse el fondo ideológico y la

economía política a la recursividad didáctica y a la calidad

litográfica. Si bien, acorde con Rivas (2008, p. 29 – 30), “…los

libros escolares constituyen la condensación en un objeto de

numerosos intereses, intenciones y regulaciones. Son la

resultante del trabajo y la participación del autor, del editor, del

diseñador, de la imprenta, del distribuidor, del maestro, de las

autoridades educativas, etc., y constituyen un fenómeno

pedagógico, pero también cultural, político, administrativo,

técnico y económico”, en el caso de la editorial lasallista desde

los hallazgos de Aguirre se ha demostrado que para mediados

del siglo XX existían diferencias y desacuerdos entre autor y

editor sobre la calidad de los productos editoriales que ponían

en juego tanto el prestigio de la editorial como el honor del

autor.

Producir un manual o texto escolar requería una sincronía de

acciones y decisiones previamente acordadas entre el autor y el

editor, las cuales no se podían prestar a malos entendidos o

decisiones unilaterales. Ejemplo de ello es la descripción que

hace Rivas (2008, p. 94) sobre el fallido proceso de producción

contratado para la publicación de una “Historia de Colombia”

para la “segunda enseñanza” (1937), acorde con los “modernos

métodos pedagógicos”, la cual debía ser compuesta por Germán

Arciniegas como texto oficial de los colombianos, dividiendo la

Page 260: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

259

memoria nacional en las estructuras conocidas (conquista,

colonia, independencia, república) de la siguiente manera:

“Dentro de las condiciones exigidas al autor de la obra estaban:

ocho meses para entregar el total de la obra, la dirección y

corrección de pruebas, y dirigir la parte gráfica y hacer el

índice cronológico, biográfico, de materias y sincrónico; a su

vez, el gobierno se comprometía a suministrarle dibujante,

fotógrafo y debía pagar al Contratista por precio del

derecho de edición de los 15000 ejemplares de la obra, la suma

de $2500 [pesos] moneda corriente, que se pagarían la mitad en

la entrega de la mitad de los manuscritos, y la otra mitad con el

total de la obra si lo hacía en el tiempo acordado”.

La imposición de los criterios del propietario, productor y editor

de los productos didácticos y culturales sobre las nociones y

convicciones de los autores como condicionante para la

financiación y realización de productos educativos se constituyó

desde mediados del siglo XX en una práctica recurrente en los

medios impresos que producían libros de interés general o

científico, materiales didácticos como láminas de lectura,

periódicos, manuales escolares, grabaciones audiovisuales y

finalmente, programas radiales o televisivos acordes con las

innovaciones tecnológicas adoptadas en el país con fines cívicos

y educativos.

Sin embargo, la imagen y gloria alcanzada por los pedagogos

que fueron autores de los manuales escolares estudiados por los

estudiantes colombianos fue significativa e indeleble en la

memoria de sus consumidores y usuarios. Ejemplo de ello,

siguiendo a Rivas (2008, p. 155), fue el periodista de “El Siglo”

quien escribía en 1977 sobre el Hno. Justo Ramón al

entrevistarlo: “¿Qué escolar de los años treinta – a los sesenta-

hubiera imaginado que el “Hermano Justo Ramón” era un ser

Page 261: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

260

humano de carne y hueso). De tanto ver su nombre en los

innumerables textos de historia y geografía que por fuerza

había que aprender de memoria, el nombre era algo

legendario y misterioso. No se sabía si correspondía a un

seudónimo, a un grupo de estudiosos expertos en la materia, a

un invento de la editorial para dar personalidad a sus

publicaciones”.

Factor de permanencia y memoria al cual se suma la

imposibilidad que ha tenido la producción historiográfica,

editorial y didáctica de los profesionales y pedagogos de la

“Nueva Historia” por componer libros y manuales que

sustituyan y renueven las estructuras didácticas como los

discursos analíticos propios del patriotismo centenarista de

Henao y Arrubla, así como el activismo católico y productivo

del Hermano Justo Ramón. Al respecto David Samacá (2009, p.

455) concluía en su investigación sobre los textos escolares

editados desde 1948 hasta 1996:

… esta revisión reafirma que para el período de estudio si había

trabajos históricos más allá de los artículos sintéticos y de

divulgación del “Manual de Historia de Colombia”, confirmando el

divorcio entre el conocimiento que se producía en las universidades

y las migajas que llegaban al mundo de la educación secundaria.

Tal situación obedecía entre otras razones a las dificultades que la

ciencia histórica experimentó en la década del ochenta, momento en

que sufrió una crisis de paradigmas tras el abandono de la historia

socioeconómica como el modelo a seguir. A ello se le suma que la

“Nueva Historia” nunca produjo un texto de divulgación [oficial]

que tuviera la fuerza suficiente para reemplazar al clásico de Henao

y Arrubla, puesto que el “Manual de Historia de Colombia”,

reeditado en la NHC de Planeta, pese a su éxito editorial no se

convirtió en el nuevo referente historiográfico para la historia

escolar.

Page 262: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

261

7.2.5 RADIOCADENAS E IMPRENTA MULTIMEDIAL.

Los valores socioculturales de la Nación colombiana

promovidos y afianzados a través de los medios impresos

también fueron incorporados por las tecnologías audiovisuales

que fueron promovidas y autorizados por los gobernantes del

bipartidismo dominante del Estado.

La radio, y sus complementos mediáticos denominados telefonía

y televisión, también debieron promover a través de sus

programas y formatos de información, recreación u opinión los

mismos valores socioculturales que desde las aulas maestros y

religiosos se preocupaban por perpetuar, y que acorde con Rivas

(2008, p. 114) eran: “1. Amor a la libertad democrática; 2. Fe

sincera y virtudes patriarcales; 3. Espiritualismo elevado y

noble”. Siendo cuestionados y censurados por las élites, los

grupos de presión socioeconómica y las instituciones morales

del Estado aquellos programas o comunicadores que se alejaban

o deformaban esos ideales que aseguraban el progreso material

y espiritual dispuesto y anhelado para la Nación colombiana

desde 1886.

Y aunque el instrumento de comunicación de las ideas y valores

a través de la radio eran la voz, los sonidos estereofónicos y la

música, las estructuras periodísticas y didácticas de los

periódicos políticos como de los manuales escolares fueron

preservadas al preocuparse los locutores, periodistas,

presentadores y comentadores radiales por la comunicación de

mensajes acordes a la mentalidad, idiosincrasia y prácticas

lingüísticas de sus oyentes. Al igual que los periódicos de los

instruccionistas o los manuales escolares de los lasallistas, los

nuevos medios de instrucción y comunicación debían seguir

haciendo sentir, vivir y revivir la Nación colombiana desde su

geografía, historia, cultura, sociedad y artes.

Page 263: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

262

La radio nació con la primera guerra mundial, se expandió con

el fomento de las telecomunicaciones inalámbricas terrestres,

marítimas y aéreas, se popularizó con las redes de

radioaficionados y se consolidó como la primera y más efectiva

forma masiva de comunicar cualquier tipo de información para

la explotación privada por sociedades comerciales constituidas

para tal fin, para la explotación nacional por parte de

departamentos, agencias o ministerios estatales, así como para

la explotación por una compañía de utilidad pública que bajo la

autorización y control del Estado podía contar con autonomía en

su administración y programación.

Del primer tipo son las cadenas radiales colombianas que han

pasado del espectro electromagnético a los canales virtuales en

la Internet como parte de la “radio virtual”, del segundo tipo son

la radiodifusora nacional, las emisoras de las fuerzas militares y

la cadena de emisoras universitarias constituida desde finales

del siglo XX, así como del tercer tipo son las emisoras

culturales y comunitarias promovidas desde el último cuarto del

siglo XX.

Acorde con Reynaldo Pareja (1984, p. 18), la primera emisora

oficial fue gestionada en 1924 al ser solicitada la importación de

los equipos necesarios a la par del mejoramiento de los servicios

de radiotelegrafía desde 1915 con el apoyo de la “Marconi

Wireless Co.”, los cuales sólo se completaron y pusieron en

funcionamiento en Bogotá con la inauguración de la primera

radiodifusora colombiana, “la emisora HJN”, el 7 de agosto de

1929, en el Teatro Caldas de Chapinero, durante el gobierno del

presidente Miguel Abadía Méndez, la cual fue ampliada,

repotenciada y renombrada como la Radio Difusora Nacional de

Colombia el 1 de febrero de 1940 bajo la responsabilidad del

Ministerio de Educación. Paralelamente en Barranquilla Elías

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263

Pellet Buitrago acondicionó los equipos necesarios con los que

el 8 de diciembre de 1929 inauguró la “Emisora HKD”, la cual

fue renombrada como “La Voz de Barranquilla”.

Condicionados por el Decreto 1132 de 1928 las emisoras

particulares que fueron creadas durante los siglos meses en las

demás ciudades del país sólo podían emitir programación con

fines experimentales pues la libre radio comercial no estaba

autorizada aún en el país ya que el Gobierno Nacional exigía a

los interesados en usar el espectro electromagnético colombiano

con fines privados y comerciales el contratar con el Estado su

reconocimiento, autorización, contrato de un interventor oficial

y pago de impuestos por concepto del 10% de los ingresos

obtenidos por las sociedades comerciales interesadas.

Eduardo Arias (1998) ha resaltado que la Radiodifusora

Nacional (HJN) “transmitía de lunes a sábado entre las 8 y las

10 de la noche. Además de música, a los oyentes se les ofrecían

conferencias, noticias de Colombia y el exterior, notas de la vida

diaria en Bogotá e información bursátil. En sus primeros

tiempos la emisora pasaba cuñas publicitarias que ayudaban a su

sostenimiento, una política que se cambió al llegar al poder la

administración liberal de Enrique Olaya Herrera, que consideró

que era deber del Estado sostener la emisora, como ha ocurrido

desde entonces con la HJN y su sucesora, la Radiodifusora

Nacional de Colombia”.

Sin embargo con la presión técnico-científico y sociocultural de

los radioaficionados que emitían desde sus emisoras

experimentales o independientes, aunado al nombramiento de

Daniel Samper Ortega como director de la Biblioteca Nacional y

encargado de la dirección de la HJN (1932 – 1933) la

propagación cultural y literaria asociada con los manuscritos,

Page 265: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

264

libros y periódicos de la biblioteca se transformó en la difusión

sonora de esos contenidos, con lo cual, siguiendo a Arias, la

Emisora oficial del Estado fue puesta al servicio de la cultura

nacional, para lo cual Samper Ortega dispuso que:

…los programas musicales se arreglarán de manera que el público

se vaya familiarizando poco a poco con los grandes maestros, y

todas las noches habrá conferencias sobre temas netamente

culturales: los problemas de la enseñanza primaria, secundaria y

universitaria, los institutos que influyen en la vida cultural y artística

del país, como la Biblioteca Nacional, la Escuela de Bellas Artes, el

Conservatorio y la Dirección Nacional de Bellas Artes. Serán

transmitidas también las conversaciones de la Academia de

Historia y las de las entidades que, como el Club Rotario y el

Centro de Estudios, abordan con frecuencia temas positivamente

interesantes para la construcción espiritual del país, así como

lecturas sobre temas científicos que sirvan para extender más allá

de los claustros los servicios de la Universidad"…"no dejar pasar

inadvertida ninguna efemérides para la historia, la cultura y el

arte colombianos, y ninguna de las más sobresalientes de otros

países.

Los esfuerzos de Samper Ortega fueron reconocidos por la

prensa liberal gobiernista como fue el caso de El Espectador al

manifestarse sobre el creciente interés e impacto comunicativo

de la Radio Nacional en uno de los editoriales de Marzo de 1932

al expresarse: “…Orientadas con un criterio razonable que

alternen el sentido práctico y el buen gusto, las estaciones

radiodifusoras pueden desempeñar en el desarrollo de la

cultura del país un papel tan importante como el de los

colegios y universidades; y acaso más ameno que el de éstos,

especialmente en las clases trabajadoras que no disponen de

dinero ni de tiempo para asistir a los establecimientos de

educación, oficiales o particulares, el radio llena una misión

didáctica cuyo alcance benéfico difícilmente podríamos meditar.

Esto precisamente es lo que hace imperiosa la necesidad de que

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265

en su empleo se proceda atendiendo no sólo a sus cualidades

amenas, sino ante todo, a su influjo educador”.

Paralelamente, las universidades estatales y confesionales

asumieron los retos educativos y culturales asociados con la

novedosa radiodifusión que se expandía por todo el país al crear

emisoras universitarias como fue el caso de la “Emisora

Cultural” de la Universidad de Antioquia (1933), la “Radio

Bolivariana” de la Universidad Pontificia Bolivariana (1948) y

la “Emisora Javeriana” de la Pontificia Universidad Javeriana

(1977) cuyo lema, según Rincón (1995, p. 18) era la emisora

“que nace y se hace en la universidad”. En Santander, la primera

emisora radial universitaria fue la “UIS AM”, inaugurada el 19

de mayo en 2002, seguida por la “UIS Stereo” en 2006.

Analistas del devenir de la radio universitaria en Colombia

como Rincón (1995) han considerado que los fines de esas

emisoras han sido la incorporación de estrategias publicitarias

endógenas para incrementar la imagen e identidad entre las

comunidades educativas, para explotar sociopolíticamente sus

aportes al desarrollo artístico y cultural de una región a cambio

de inversión y financiación oficial, demostrar a la sociedad el

cumplimiento de sus tareas misionales (docencia, investigación

y extensión), garantizar un laboratorio de prácticas permanentes

para los estudiantes de programas como Comunicación Social y

Periodismo, cumplir con las estrategias de divulgación y

comunicación exigidas por las normas de acreditación de

calidad y las instituciones de acreditación nacional e

internacional de la calidad educativas, así como para ganar el

prestigio y status que para entonces tenían las universidades que

contaban con sus propias emisoras.

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266

Generando todo ello en beneficios de posicionamiento,

recordación de marca e ingresos financieros de interés tan

importante como para las emisoras y cadenas comerciales al ser

la principal consecuencia de contar universidad con una emisora

radial propia el mejorar las ventas de servicios de sus diferentes

divisiones y departamentos, así como el incremento en el

número de estudiantes matriculados en los programas de

pregrado y postgrado.

La explosión de emisoras experimentales y de “perifoneo” que

iniciaron la radiodifusión de mensajes y pautas comerciales en

las principales ciudades del país desde inicios de 1930

condicionó al Gobierno de Enrique Olaya a expedir el Decreto

423 del 28 de febrero de 1931 mediante el cual se sustituyó el

contrato de redistribución de ganancias por el de una licencia

oficial de funcionamiento cuyo costo anual era de $200 pesos

para las emisoras comerciales y sólo $10 pesos para las

emisoras experimentales.

El cambio de política del Gobierno nacional se explicó como un

acto de retribución del recién elegido presidente liberal con las

pequeñas emisoras experimentales de los radioaficcionados de

Bogotá (HKC, Universal Radio Corporation de Alfredo Carreño

(14 de enero de 1930) y la HKM, Voz de Chapinero), Medellín

(HKO, Medellín Radio (futura “Voz de Antioquia”)) y Cali

(HKR de Enrique Oroya) que habían apoyado su campaña

electoral mientras la Radio-difusora Nacional había sido

condicionada y empleada para apoyar al candidato conservador

oficial, el General Alfredo Vásquez Cobo.

El modelo de radio comercial y oficial que fue adoptado en

Colombia fue el estadounidense, aunque las compañías

productoras de radiorreceptores de Alemania (Telefunken),

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267

Estados Unidos (Silver, RCA Víctor) y Holanda (Phillips)

entraron a competir entre sí con la financiación de emisoras

dedicadas a promocionar sus productos, así como otras

financiaron y orientaron la producción de programas radiales

entre las emisoras con mayor radioaudiencia en cada ciudad

capital. Razón por la cual, las emisoras experimentales

licenciadas como comerciales centraron su fuente de ingresos en

las pautas comerciales mientras que las oficiales quedaron

condicionadas a la financiación, programación y censura de los

gobiernos de turno. Así mismo se fomentó la presentación

informativa y musical con la ayuda de “discjockeys”, los

estribillos o fanfarrias que identificaban a cada casa comercial

(“jingles”), así como las contraseñas exigidas por las casas

comerciales para otorgar premios y beneficios.

Desde los primeros años los empresarios radiales, a cargo de la

producción, emisión como administración de los programas,

acorde con Pareja (1984, p. 20), “recurrían a la venta o arriendo

de espacios y horas, a precio fijo. Los interesados, los

contratistas individuales, a su vez aseguraban la financiación de

ese arriendo por los canjes publicitarios en especie. El mismo

sistema adoptaron también los dueños de las emisoras. Los

anunciadores preferían pagar en especie que en dinero en

efectivo. Los productos recibidos eran vendidos entre los

trabajadores de la empresa a menor precio. Cuando las emisoras

crecieron, las especies recibidas se utilizaron como premios de

los programas-concursos. Mecanismo similar al utilizado por la

radiodifusión norteamericana durante la Depresión”.

Ese sistema de dependencia del empresario pautante como de

extensas y repetitivas cuñas publicitarias a favor de los mismos,

conllevó a que los programas perdieron el control del contenido

licenciado por el Estado, y consigo, fueron en su mayoría

Page 269: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

268

intervenidas y reguladas por el Gobierno nacional una década

después. A los controles en los contenidos, se sumó la necesidad

de regular la relación costo-beneficio en las pautas, con lo cual,

los locutores dejaron de dedicar hasta quince minutos de pautas

comerciales entre programas para fragmentar la programación

con segmentos de pauta comercial cada cuarto de hora.

Los programas realizados en vivo, así como aquellos que fueron

diseñados por franjas al importarse la técnica de grabación

magnetofónica se caracterizaron durante las primeras décadas de

radiodifusión en Colombia, según Pareja (1984, p. 22) por:

…los gustos culturales de los dueños de las radioemisoras. Su

extracto social se reflejó en la inclinación por la música clásica,

música de cámara, opereta, zarzuela y las primeras adaptaciones del

teatro español (también fruto de una educación "selecta" basada en

el bachillerato clásico institucionalizado por los españoles, los

religiosos y los colegios privados). Los programas complementarios

eran también de tipo cultural tales como las poesías, los comentarios

de literatura, las conferencias tanto de tipo académico como las de

carácter religioso. Algunas emisoras nacieron con inclinación

"popular" expresadas con programas musicales de boleros, tangos y

algunas interpretaciones de conjuntos locales. Fue el caso de la "Voz

de la Víctor" fundada por Manuel J. Gaitán en 1933 que orientó su

programación hacia la música popular y la música típica

colombiana. Se puede afirmar que el género musical representaba

más del 80°/o de estas emisiones iniciales.

A la par de la tendencia nacional caracterizada porque cada

ciudad capital estableció en 1930 por lo menos una emisora

experimental de radiodifusión para el “perifoneo” local, el

Concejo municipal de Bucaramanga discutió ese mismo año el

proyecto de creación e instalación de una “Estación

Radiomicrofónica” bajo la responsabilidad del ciudadano

italiano Italo Amore, la cual debía ser ubicada en una plaza

pública, con un radio de seis cuadras a la redonda y para el

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269

beneficio de seis mil personas. Sin embargo, sólo desde 1934

por iniciativa de empresarios privados encabezados por

Francisco Bueno Sanabria, respaldados por las licencias y

reglamentaciones nacionales para la radiodifusión, la capital de

Santander pudo tener sus primeras emisoras radiales. Siendo

conocido y asumido ya por los periodistas locales que con el uso

de la radio se contribuía “realmente” al adelanto y el progreso

del Departamento, “ya que por medio de ella se harán conocer

de los propios y de extraños, nuestras industrias, nuestros

artistas y todo lo nuestro, tan poco conocido, y se establecerá

además el intercambio cultural de que tanto necesitamos”.

El 27 de octubre de 1935 hizo su emisión inaugural la “H.J.2.

A.B.D. Radio Bucaramanga” cuyos estudios fueron situados en

el Pabellón de Carnes de la Casa de Mercado por la sociedad

suscrita por los señores Francisco Bueno Sanabria, Vicente

Roberto Cadena y Héctor M.Cormick con la intermediación

técnica de la firma bogotana Radio Colombia S.A. Un año

después, el domingo 27 de septiembre de 1936, fue

inaugurada la segunda estación radiodifusora de Bucaramanga,

presentada como la “H.J.2.A.B.E. Broadcasting Santander” cuya

propiedad y licencia pertenecían a la la Sociedad Hijos de B.

Bueno Sucesores. La tercera estación radioemisora de

Bucaramanga fue la “Radio del Comercio”, liderada desde 1948

por el comerciante Manuel Serrano Gómez en asocio a su

hermano Norberto Serrano Gómez desde el teatro Garnica.

Desde la primera programación emitida durante las emisiones

de inauguración las emisoras de Santander definieron su

orientación hacia el fomente de las artes, la cultura y la

educación popular para lo cual se produjeron programas

musicales con artistas locales, programas de variedades,

informativos y comentarios culturales a cargo de los

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270

intelectuales más reconocidos de la ciudad como fue el caso de

la Conferencia dictada en la Radio Bucaramanga por el Doctor

Gustavo Serrano Gómez (12 de abril de 1938) gracias al

auspicio publicitario de las principales industrias y

establecimientos comerciales de la ciudad, como a las empresas

productoras y comercializadoras de los radiorreceptores,

especialmente la Casa de radios Philco.

También se propiciaron alianzas estratégicas entre los medios de

comunicación partidistas más influyentes de la ciudad como fue

el caso de la Radio Santander con el periódico Vanguardia

Liberal, quienes desde el 1 de junio de 1938 inauguraron “su

servicio de radio-periódico… todos los días de 11:00 a 1:00 de

la tarde, en ondas, corta 6.224 metros, larga 250 metros”. Sin

incumplir los decretos estatales sobre lectura de noticias de los

periódicos impresos por parte de los noticieros radiales, Radio

Bucaramanga también inauguró el 7 de septiembre de 1938 un

“Radio Periódico de la noche” a través de la “Estación HJ7

ABD 9.630 klc. HJ7 ABE 1.130 klc. Radio Bucaramanga S.A”,

garantizando así a los anunciantes publicitarios una efectiva y

masiva propaganda escrita como hablada de sus productos o

casas comerciales.

Además de los radio-noticieros que fueron incorporados a la

programación de las radios comerciales de todo el país,

especialmente durante la guerra con el Perú, la segunda guerra

mundial o durante la violencia bipartidista desencadenada por

“El bogotazo”, la radio oficial también centro su programación

en la difusión de las diferentes tendencias musicales, nacionales

y foráneas (clásica centroeuropea, boleros antillanos, tangos

sudamericanos), los programas científico-técnicos

musicalizados dirigidos y patrocinados por la Federación

Nacional de Cafeteros (19 de febrero de 191), así como en la

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271

difusión de los autores, obras y corrientes literarias más

importantes de Colombia como del resto del mundo, sin

renunciar a su pretensión de divulgar de forma preferente la

música “clásica”.

En Santander, y particularmente en los municipios de la

Provincia de Soto circundantes a la capitalina Bucaramanga, el

efecto de las ondas hertzianas sobre la cotidianidad de las

personas comunes era descrito por Carlos Cogollo (2007, p. 9),

siguiendo el periódico regional Vanguardia Liberal (mayo 23 de

1934) como la reconcentración sociocultural de las personas y

las familias alrededor de los aparatos amplificadores adquiridos

por las autoridades de cada Municipio para la divulgación de las

informaciones de Bogotá, con lo cual, “…los trabajadores al

dejar sus faenas al atardecer de cada día, pasen por la Alcaldía

para preguntar cuál es el programa y por la noche se reúnan en

la plaza a oírlo, dejando desiertas las tiendas de licores, lugares

obligados de citas en antes, para derrochar el dinero en

frecuentes libaciones con grave perjuicio para la salud pública e

individual”.

La Radiodifusión se constituyó así en un medio novedoso para

afianzar las estrategias de unidad y pacificación de la Nación

alcanzadas parcialmente a través de las imprentas, los púlpitos y

las aulas de clase, constituyéndose en la tecnología educativa

ideal para masificar la instrucción pública de todos los

ciudadanos en asuntos de fe, gobierno, religión, Estado y buenas

costumbres asociadas con el ideal de civilización espiritual y

progreso material dispuesto por las élites político-económicas

desde la regeneración.

La radio permitía a los colombianos alfabetos y analfabetos

acceder al unísono a temas y problemas del Estado – Nación sin

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272

la intermediación interpretativa del alcalde, el maestro, el jefe

del partido o el cura párroco, constituyéndose en el canal de

educación más efectivo para el fomento de las buenas

costumbres morales y productivas como literarias y musicales

para la integración de la nación en función de símbolos y

prácticas identitarias comunes.

Mientras el Gobierno Nacional a través de la Radiodifusora

emitía programas sobre el uso didáctico de los radioreceptores

con los que se empezaban a dotar las escuelas primarias del

país, uno de los principales logros de la radio comercial y sus

programas sobre las costumbres y el folclore musical popular, a

diferencia del espíritu refinado y europerizante de las emisoras

de música “clásica” y literatura “culta”, fue la aceptación y

difusión del mestizaje étnico y cultural de los colombianos

“como riqueza y no como degeneración de la raza”.

Para ello se apeló a la intelectualidad colombiana a través de

conferencias e incluso de concursos en vivo con los científicos y

académicos más reconocidos del país, quienes ante las preguntas

del público común lograron concebir y expresar a todo el país

conectado en cadena múltiples y patrióticas disertaciones acerca

del alma nacional, como fue el caso de los radioconcursos

académicos “Profesores al aire” (Emisora Nueva Granada de

Bogotá), los “Catedráticos informan” (Voz de Antioquia) y

“Pregunte usted – responda usted” emitidos desde 1941

siguiendo el formato del programa estadounidense “Information

Please”.

Cuando los profesores invitados no podían responder, se daba la

oportunidad a una persona del público que de hacerlo

correctamente obtenía un premio en dinero otorgado por los

patrocinadores de cada programa, el cual era acumulable de no

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273

ser resueltas las preguntas en cultura general redactadas para

estudiantes de educación secundaria y universitaria. Llegando a

ser tal su afluencia de público que, acorde con Pereira (1984, p.

47), “no tardaron en convertirse en rivales comerciales y de

audiencia” entre emisoras, cadenas y franjas horarias.

La programación de las cadenas radiales que se habían

constituido en el país al interconectar emisoras locales asociadas

dando origen a la capitalina y liberal Cadena Radial Colombia

(Caracol) en 1945 gracias a la iniciativa de los expresidentes

liberales Alfonso López y Alberto Lleras, así como los editores

del periódico “El Liberal”; la antioqueña y conservadora Radio

Cadena Nacional (RCN) en 1949 (transmisiones desde 1953)

por iniciativa de los empresarios Enrique y Roberto Ramírez

Gaviria y Rudesindo Echevarría y; la cadena radial vallecaucana

fomentada desde la “Voz de Pereira” y la “Voz de Cali” por

Bernardo Tobón de la Roche (Todelar con lemas como: “El

circuito del pueblo colombiano”, “la Radio es un vehículo de la

civilización para la gente civilizada”) en 1956, entre otras

cadenas como Nuevo Mundo, Súper, Olímpica, Colmundo, etc.,

los programas de la Radiodifusora Nacional también fueron

vetados y censurados por las autoridades gubernamentales al

considerar que sus contenidos afectaban la moral, el patriotismo

o el buen nombre y prestigio de las clases sociopolíticas ante los

radioescuchas.

Un ejemplo de la censura oficial a la radio oficial que se había

emitido por medio de concesiones comerciales a particulares

para financiar su producción, así como sus consecuencias

políticas en el control de la información oficial a los

colombianos, es presentado por Pareja (1984, p. 23) de la

siguiente manera: “En 1934 el gobierno intervino para ejercer

uno de los primeros actos de censura, de tipo moral, cuando

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274

clausuró la estación HJN por la supuesta inmoralidad del

programa "Los Josefinos" de los días sábados.

En septiembre de ese año la dirección de los programas de HJN

(Radio Nacional) fue transferida desde el Ministerio de Correos

y Telégrafos a la Biblioteca Nacional. Dos años más tarde se le

permitió funcionar de nuevo cuando fue transferida al

Ministerio de Educación donde estuvo ubicada hasta el año

1954, cuando el Presidente General Gustavo Rojas Pinilla la

trasladó al Palacio Presidencial a fin de ejercer sobre ella un

mayor control”.

La creciente intervención del Gobierno bipartidista de turno a la

programación comercial como a la oficial, así como las

pretensiones legislativas de algunos sectores por estatizar la

radio en Colombia para eliminar el riesgo monopólico y

paraestatal al que se había llegado en los Estados Unidos con las

tres grandes cadenas radiales existentes (NBC, CBS, ABC),

motivó a los empresarios y funcionarios radiales a exponer de

forma permanente su oposición a las decisiones

gubernamentales que contrariaban las libertades constitucionales

reafirmadas después de las reformas de 1936, así como la

Declaración de Derechos Humanos firmada por Colombia como

parte de la OEA y la ONU.

Ejemplo de ello fue la reacción ante las pretensiones de

“Organización de las Comunicaciones”, y consigo la

nacionalización de las cadenas radiales comerciales, dispuestos

en el Proyecto de Ley del 26 de julio de 1945, ante lo cual los

radiodifusores más importantes del país demostrando su

condición de grupo sociopolítico de presión presentaron el 8 de

agosto de 1945, siguiendo a Pareja (1984, p. 64 – 65), la

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275

siguiente declaración de rechazo a las pretensiones del Gobierno

Nacional:

MEMORÁNDUM PARA EL SEÑOR MINISTRO DE C.[Correos]

Y T.[Telégrafos]

Los suscritos radiodifusores, al agradecer muy atentamente al Señor

Ministro la invitación contenida en su Oficio No. 906 del 3 de

agosto, nos permitimos exponer algunos puntos de vista sobre la

materia.

1. Libertad de Industria: como estamos de acuerdo con el deseo

expresado en la circular del Señor Ministro, de que se ordene y

encause esta industria en forma que retribuya a las inversiones

comprometidas en ella, respondiendo al tiempo a los fines de la

cultura y progreso del país, nos permitimos insistir sobre la

necesidad de que reconozca la radiodifusión como industria libre,

aunque responsable, a fin de que haya una garantía para el capital

invertido en la misma.

2. Libertad de palabra hablada: pedimos libertad de palabra

hablada basada sobre la igualdad de derechos y responsabilidades

establecidas para la palabra escrita.

3. Reglamentación de la Radiodifusión: pedimos que como

nación democrática americana se organice y reglamente la

radiodifusión sobre principios similares a los existentes en los

Estados Unidos del Norte. (El modelo se quiso imitar hasta en la

legislación).

4. Licencias: pedimos que se restablezca el sistema legal de

Licencias, en lugar de la fórmula de contratos, que consideramos

lesivos y contrarios a expresas disposiciones legales vigentes. Es

decir, que se expidan licencias de funcionamiento, de acuerdo con lo

ordenado en la Ley 198 de 1936, en todo acorde con la sentencia de

la Corte Suprema del mismo año y tal como venía haciéndose hasta

1941.

5. Consejo Nacional de Radio: solicitamos el valioso apoyo del

Señor Ministro para un proyecto de ley mediante el cual se creará un

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276

Consejo o Junta Nacional en la cual tendrán representación los

intereses industriales y comerciales colombianos de radio, a cuyo

cargo estará todo lo relacionado con la expedición de nuevas

reglamentaciones, licencias, sanciones, acuerdos internacionales,

etc. Es entendido que en dicho Consejo el Gobierno tendrá

representación mayoritaria. (Subrayado del autor).

Firmantes:

"Radio Nutibara", Medellín, Ítalo Amore

"Voz de Bogotá", Gustavo Uribe Th.

"Voz de Antioquia", Luis Ramos

"Voz de Cúcuta", Alejandro Sánchez

"Radio Continental", Bogotá. Jaime Restrepo

"Emisora Nueva Granada", Roberto Ramírez

"La Voz de Medellín", Raúl Mejía

"Radio Pacífico", de Cali. Mario García Peña

"Ecos de Pasto". Mario García Peña

"Emisora Siglo XX", Medellín. Humberto Restrepo

El Ministro aceptó el memorándum y anuló el proyecto de ley,

retirándolo de la Cámara. Para lograr su posicionamiento y

reconocimiento en el mercado comercial, las emisoras

independientes como aquellas conectadas a las radiocadenas

nacionales además de sus estrategias de premios a la fidelidad

de los oyentes, optaron por difundir su nombre y prestigio por

medio de pautas comerciales impresas divulgadas por medio de

afiches en las vías públicas, así como volantes entre los

establecimientos comerciales de las diferentes sedes hasta donde

llegaba su cobertura.

Page 278: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

277

La Radio Nacional por su parte, al centrar su programación en la

música y la literatura también volcó su estrategia multimediática

complementaria con la edición y publicación de revistas

culturales en las cuales se divulgaba la programación radial, la

pauta oficial comunicada de forma sonora, así como las noticias,

resúmenes y artículos presentados en los programas radiales

más significativos.

Y aunque la mayor parte del país (60%) como de los

radioescuchas eran analfabetas en contraste con el centenar de

publicaciones impresas existente, con lo cual la publicidad

impresa podía tener un impacto comercial mínimo, el interés de

los empresarios comerciales como de los funcionarios oficiales

encargados de las diferentes emisoras era preservar y aumentar

el reconocimiento de sus emisoras y cadenas entre la gente del

común, cumpliendo así con fines burocráticos y electorales

dispuestos o con las metas de ingresos y popularidad

proyectadas entre los pautantes, quienes a su vez eran los

accionistas propietarios de las mismas como era el caso de la

“Voz de Antioquia” (futura RCN) fundada con capitales de la

Compañía Colombiana de Tabaco, la Fábrica de Hilados y

Tejidos del Hato (Fabricato), Café la Bastilla y las empresas de

Carlos Escobar, para lo cual compraron y reestructuraron la

emisora “Medellín Radio” de Rafael Angulo.

A la difusión y competencia comercial de productos se sumó a

su vez la competencia directa entre las principales emisoras y

cadenas en las franjas horarias de mayor recepción radial para lo

cual la programación fue reorientada como un procesos

industrial por áreas, departamentos y responsables directos con

el fin de retener, captar y controlar a las masas de oyentes

anónimos por medio de concursos musicales en vivo, programas

humorísticos costumbristas, las interpretaciones musicales por

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278

parte de grupos y orquestas musicales, la transmisión de eventos

especiales en vivo y en directo (misas, discursos, posesiones,

entrevistas, etc.), programas de deportes (partidos de fútbol,

carreras de ciclismo como la “Vuelta a Colombia”, carreras de

caballos, juegos deportivos, etc.), los programas políticos

pautados por los periódicos, líderes o representantes de los

partidos oficiales del país, programas en cadena radial para el

sorteo de las loterías departamentales o nacionales (“cadenas de

la suerte).

También se destacó el radioperiodismo con locutores lectores de

noticias que debían ser diferentes a los textos publicados por los

influyentes periódicos durante las doce primeras horas de

divulgación y comercialización de sus derechos editoriales

(Decretos 627 de 1934 y 2081 de 1939), las descripciones de

corresponsales desde los lugares de los hechos (por ejemplo el

accidente aéreo en el que murió Carlos Gardel), así como las

entrevistas periodísticas en vivo con los personajes que hacían

noticia cada noticia o semana.

En nombre de la “programación políticamente neutra”, exigida

después de 1948, fueron adoptados los modelos mexicanos y

cubanos con formatos de programas radiales como los

radioconcursos de talentos, los conciertos con estrellas

musicales nacionales e internacionales, los programas musicales

para hacer dedicatorias o enlaces románticos (por ejemplo la

“hora de los novios” de Radio Santafé), y especialmente, los

formatos de narración de capítulos de obras literarias a través

del radioteatro de textos universales como “Lazarillo de

Tormes” y “Ricardo III”, las radionovelas de obras

costumbristas nacionales o latinoamericanas, y los programas

humorísticos y didácticos para niños como “La Escuela de Doña

Rita”.

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279

El radioteatro al dejar de ser un formato de interés para cadenas

como Caracol, por la censura decretada por el Gobierno

nacional en 1953 como por su incursión en la televisión desde el

13 de junio de 1954, pasó a ser un formato exitoso para adultos

cuya principal promotora fue la Cadena Todelar, así como entre

los niños el radioteatro y la radiorepresentación novelesca

continuaron siendo promovidas por emisoras infantiles como

“Colorín Coloradio” de Caracol y los programas infantiles de las

emisoras radiales culturales en las principales ciudades capitales

de Colombia.

De forma directa e indirecta cada una de esas emisoras y

cadenas contribuyeron a la pacificación y unificación del país al

estar condicionadas a programar y difundir contenidos acordes

con el nacionalismo, el patriotismo, las buenas costumbres, la

moralidad católica y el espíritu capitalista del consumidor

trabajador y responsable con sus compromisos crediticios para

con aquellos empresarios que compraban pautas o espacios

publicitarios en la radio. El mejor ejemplo del cumplimiento de

esas tareas ideológicas fueron radionovelas producidas y

transmitidas por Caracol como “El derecho de nacer” y “El

ángel de la calle” escuchadas en familia, al anochecer, y con la

condición de mantener reunidos los miembros de cada hogar

alrededor del radiorreceptor para lograr alcanzar las emociones

y sensaciones preestablecidas por los guionistas como parte del

proyecto de moralización a distancia.

El oligopólico dominio publicitario de las cadenas radiales sobre

las emisoras independientes, así como el condicionamiento del

público a los “hábitos de consumo y necesidades personales

satisfechos por los productos que promocionaba la radio”

conllevó, en palabras de Alejandro Álvarez (2003, p. 63), a la

redefinición del “público consumidor” de radio por parte de

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280

proyectos paralelos a la radio comercial y a la radiodifusión

oficial tradicional como fueron la Emisora “HJCK, El Mundo en

Bogotá” y “Radio Sutatenza”, cuyo modelo de programas,

estructura ideológica y programación en favor de la “cultura

nacional” fueron continuadas y ampliadas por las emisoras

universitarias.

De acuerdo con Omar Rincón (1995, p. 17), la HJCK adoptó

desde el 15 de septiembre de 1950 como lema contrario al

modelo dominante de radio la frase “La emisora de la inmensa

minoría” lo cual demostraba el descontento de un sector de la

intelectualidad y el activismo político bipartidista,

específicamente por personajes como Eduardo Caballero

Calderón, Álvaro Castaño Castillo, Bernardo Romero Lozano y

Gloria Valencia de Castaño al comprar para cumplir tal fin la

“Radio Granadina”.

Para entonces la radio comercial como medio inmediato de

culturización y moralización nacional para las gentes comunes

se caracterizaba por la desmoralización productiva, la

indisciplina escolar, la “cursilería” y el “mal gusto”

sociocultural porque, citando Álvarez (2003, p. 68) un artículo

del antioqueño Fernando Cadavid (1959) y otro publicado en la

Revista antioqueña “Gentes” (1956):

“…las horas más pobres en categoría de las emisoras normales son

de 8 a 12 y de 2 a 6, la franja para amas de casa, jóvenes en edad

matrimonial y empleadas del servicio doméstico. Se remite nuestra

radiodifusión a presentar "radionovelas" —importadas, las más de

las veces, de países que no son la meca de la intelectualidad—;

programas musicales con canciones de ese género que apodamos

"romántico" y que llega, nada más, a ser un estribillo dulzón larga-

mente repetido; música "caliente", francamente insoportable en

horas que no corresponden a las audiciones de "bailables", etc.; y se

hacen, todavía, "correos amorosos" en los cuales usan “slogans” o

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281

frases tan cursis como "estamos dispuestos a celebrar un millón de

matrimonios"; sin contar aquí las dedicatorias musicales”.

“…Se quejan los padres de familia que ya no estudian sus hijos por

escuchar esas necedades de mal gusto. Se refieren a las radio nove-

las (...) en las cuales se observa una notoria ausencia de gusto, un

atentado contra la gramática, una violación de la literatura y un

desierto de ideas que pasma.

Hemos notado que algunas emisoras de Bogotá y Medellín —en

cambio en Manizales insisten y en Cali aumentan—han rebajado la

densidad de la cursilería. Nos referimos a la radio transmisión de

ciertos programas novelescos absurdos, todo lo cual ha hecho que

ciertas pasiones e instintos se propaguen y que la niñez, sobre todo,

se infecte del virus que inocula esa literatura pedestre, casi

vargasvilesca, que escriben algunos redactores de pacotilla para

ganarse unos pesos y para desacreditarse lo suficientemente como --

- escritores”.

La primera emisión de Radio Bucaramanga a las nueve de la

mañana del 27 de octubre de 1935 se caracterizó por un

programa artístico – cultural, divulgado previamente en el

periódico Vanguardia Liberal, mediante el cual se buscaba dar a

conocer los diferentes talentos y capacidades de los

santandereanos más influyentes de la capital santandereana.

Preocupación por el fomento de las artes y los artistas

santandereanos que fue continuada por la Radio Santander por

medio de programas dominicales como la “Hora artística y

cultural” cuyo principal interés era comunica entretenimiento

cultural, lúdico, musical recreativo y educativo a los

santandereanos sin contrariar las políticas gubernamentales ni

desestimular las inversiones de los periódicos y las

publicaciones impresas. Programación centrada en discursos,

disertaciones académicas, declamaciones, cantos, e

interpretaciones instrumentales que fomentaban a la par de la

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282

civilidad mundial y la nacionalidad colombiana lo más excelso

de la identidad interprovincial santanderana.

Una práctica formalizada, siguiendo a Carlos Cogollo (2007, p.

28 – 31), desde la inauguración de la Radio Bucaramanga con el

siguiente programa matutino:

- Himno Nacional

- Similia Similibus. Obertura y coro de la zarzuela del maestro

Temístocles Carreño, dedicada a las Provincias de Guanentá y

Zapatoca

- Discurso oficial del señor gobernador del departamento

- Guabina Santandereana, pieza oficial de la estación y que está

dedicada especialmente

a la Provincia de Vélez.

- Discurso del doctor Alfredo Cala Philips

- Pequeña sinfonía en sol mayor del maestro Alejandro Villalobos,

gentilmente dedicada por su autor a los municipios de Soto

- Saludo de los cónsules residentes en la ciudad

- Marcha “Adelante” de Luis Ignacio Osorio, dedicada a los

municipios de Barrancabermeja y Puerto Wilches

- Club Rotario Internacional, saludo de su presidente el Dr. Eduardo

Rueda Rueda

- La Joven Turquía, Marcha triunfal, señora Delia Cala de Moreno,

dedicada al Excelentísimo señor Presidente de la República

- Sociedad de Mejoras Públicas, saludo de su presidente Christian

Clausen

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283

- El Chocorazo, Bambuco del señor Honorio Lamus, dedicado a la

ciudad de Pamplona

- Recuerdo a los ausentes de Bucaramanga, Dr. Francisco Puyana

Menéndez

- Carmen - Habanera. Bizet. Piano y flauta, señorita Enriqueta

Ordoñez y señor Alberto Ordoñez M

- Club del Comercio, saludo de su presidente don Enrique Paillie

- Rayito de Sol, canto por los señores Carlos H. Agudelo y Juan

Moreno

- Recitación del Dr. Leonardo Martínez Collazos

- Homenaje a los Padres de mi Patria, de Victoriano Ordóñez

dedicado a la provincia de García Rovira.

- Música y músicos santandereanos: Gabriel Carreño

- Recitación del Dr. Gonzalo Carnevalli

- Marcha Palonegro del maestro T. Carreño, dedicada a la ciudad del

Socorro

- Saludo del señor Alcalde de la ciudad, don Valentín González

- Saludos de .Tribuna Liberal., señor Alberto Lamus Cáceres

- Minuet in G, piano y violín por los niños Enrique y Lucila Paillié

Ordoñez

- Vanguardia Liberal, saludo de su director

- Obertura Norma de Bellini, orquesta que dirige el maestro

Gamboa.

- La Borrachita, dúo de las señoritas Julia y Paulina Sarmiento

Peralta.

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284

- Saludo de “El Deber”.

- Vals Tierra Encantada. Orquesta de Cipriano Guerrero

- Saludo del señor director del “Oriente”.

- Bambuco El Trapiche, dúo señoritas Julia y Paulina Sarmiento.,

dedicado a la ciudad de Ocaña

- Saludo señor director de “El Duende”.

- Intermezzo Lluvia de Oro. O. Coger Orquesta

- Aire Libre. Saludo de su director

- Rumba Enamorada, Orquesta

- Serenata La Virgen de los Alpes, piano y violín por la señorita

Elvira Inmediato y el Señor Luis F. Gamboa

- Fantasía Pastorale, violín y piano señores Gamboa y Peña

- El deporte en Santander. Señor David Martínez Collazos

- Contaduría Departamental, saludos del señor Contralor

- La Leyenda del Beso, piano y flauta, Graciela y Alberto Ordoñez

Montero

- Un Viaje a Bogotá, Dr. Martin Carvajal

- La Mujer Santandereana, señorita Adela Bonilla Galvis

- Monografía de Bucaramanga, Dr. Luis Navas Prada

- Cabecita Loca, Pasillo señores Agudelo y Moreno

- Vialidad de Santander, Dr.Antonio Niño

- Gavota. Piano y violín por los niños Enrique y Lucila Paillié O.

- Disertación Dr. Luis Ardila Gómez

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285

- Música especial del Sindicato Departamental de Automovilistas

- Palabras del Dr. Edmundo Harker Puyana

- Guabina santandereana

- Recitación .Las Hadas. Poesía inédita del señor Christian Clausen,

recitada por su señorita hija Helga Clausen

- Cantando-Dúo por la señorita Marina Otálora y señor Agudelo

- Palabras del Dr. Josué Acosta

- Promulgación del F. C. Central del N. Dr, Luis García Cadena.

- Minería de Santander. Dr. Emilio Montoya

- Música y Canto Dr. Alberto Acosta Ortega

- Urbanización Dr. Mario Olarte

- Crónicas y Leyendas de Bucaramanga, Dr. Luis González Mutis

- Programa musical y artístico a cargo de las distinguidas damas de

nuestra sociedad, señora doña Matilde J. de Sorzano, señoritas doña

Marina Otalora Reyes, doña Elvira Inmediato y señores Agudelo y

Moreno.

Contrarios a ese ambiente radial caracterizado por la instrucción

consumista de los oyentes acorde con las expectativas

comerciales del anunciador y el deseo de mayores pautas por

parte del productor, los promotores de una radio crítica y afecta

al fomento de la cultura nacional representados por la “HJCK,

El Mundo en Bogotá” asumieron, acorde con Álvarez (2003, p.

66), su reclamo contra la radio comercial como un medio “que

no se preocupaba por elevar el nivel cultural del pueblo, con la

disculpa de que para tener audiencia había que complacer los

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286

gustos del público, y esto era condición para obtener el

patrocinio de los anunciantes”.

Al proponer desde sus primeras emisiones una programación

sonora que rescataba lo mejor de los libros, los periódicos, las

revistas, los manuales y las tertulias de los intelectuales

colombianos de la primera mitad del siglo XX. Su plan inicial,

siguiendo a Álvarez (2003, p. 65-66), era la transmisión de:

Música de los grandes maestros y espacios radiales de humor,

combinaciones de música y libretos especiales, dramatizaciones,

comentarios culturales, nacionales e internacionales. La parte co-

mercial tratada con discreción y sobriedad, buscando llegar al

oyente a través del anuncio circunstancial. Como modalidad

especial en este aspecto comercial se rechazó la cuña cantada,

objeto de debates y críticas en la prensa del país. Los propósitos que

guían a los empresarios de la nueva radio-emisora, tienen como

cuestión central la de darle a los programas un fondo cultural que

no excluye ni se halla en pugna, como se ha supuesto con mucha

frecuencia, con el aspecto comercial del negocio.

La prensa y la radio comercial cuestionaron su existencia al

negarse a la posibilidad de la comercialización de sus servicios

para financiar su funcionamiento y producción como una

empresa propia de las industrias de las telecomunicaciones,

previeron equívocamente la quiebra financiera de tan quijotesca

empresa en poco tiempo, menospreciaron el papel que podría

llegar a tener ante el público nacional e internacional hasta que

obtuvieron el premio Ondas en 1962, así como los sectores

socioculturales más liberales se pusieron a sus discursos

nacionalistas arropados por la europerización cultural (barroca y

romántica) propia de las élites intelectuales del centro del país.

Los gobiernos militares y civiles respetaron su condición de

radio apolítica y neutral desde su afán por la divulgación de la

Page 288: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

287

“cultura”, no censuraron sus programas y contenidos al no ser

controvertidos y peligrosos al preocuparse sus directores y

propietarios por preservar la “estabilidad y seriedad” de su razón

social desde la promoción y divulgación de públicos afectos a la

“música clásica y brillante” compuesta en épocas, contextos y

sistemas políticos ajenos a la realidad y problemática

colombianas. De allí que sus principales auspiciantes fueran el

sector económico más estable y elitista del país como eran los

bancos privados y las compañías de seguros al ser sus

dirigentes, funcionarios y clientes más importantes afectos a

esas expresiones socioculturales. Tendencia que bien se podría

comparar a la publicación y divulgación preferente de la revista

“Credencial Historia” entre los cuenta-habientes de tarjetas

bancarias asociadas a la marca internacional Credencial desde

1990 con el apoyo y aval del Banco de la República.

Las tareas y metas cumplidas por la Radiodifusión oficial desde

la capital del país como por las emisoras independientes y las

cadenas radiales desde las capitales departamentales si bien

tenían una cobertura nacional estaban concebidas para los

habitantes de las ciudades con capacidad de consumo,

especialmente los funcionarios, comerciantes, empleados y

trabajadores asalariados, con lo cual los obreros, jornaleros y

campesinos. Además de permanecer alejados de las

instituciones educativas para poder trabajar y subsistir de forma

gradual estaban siendo aislados de las redes de consumidores

mediáticos al no realizarse programas acordes con las

peculiaridades y “malos gustos” de su “cultura popular”, así

como por la carencia del suficiente número de radiorreceptores

en cada uno de sus hogares.

Para afrontar esas inequidades el cura párroco del Municipio de

Sutatenza, Boyacá, el presbítero José Joaquín Salcedo Guarín

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288

desde agosto de 1947 adaptó la tecnología radial a las necesidad

de su comunidad parroquial más distante, especialmente

aquellas familias que no podían cumplir con sus deberes rituales

y sacramentales semanales, adecuando un transmisor pequeño

que había construido con su hermano para la masificación de su

afición a la radiodifusión con fines experimentales y culturales.

El éxito de su novedosa innovación lo motivaron a adquirir

gradualmente los equipos y antenas más potentes del país, así

como a constituir la “Radio Sutatenza”, que al ser licenciada por

el Gobierno Nacional con el prefijo “HK7HM.”, emitió su

primer programa cultural el 16 de octubre de 1947, siendo

transmitido a Colombia y al mundo la interpretación musical y

vocal de un grupo de sus feligreses rurales de Sutatenza. A lo

cual siguieron la transmisión de catequesis doctrinales

complementarias de las eucaristías, y especialmente la

educación a distancia de los campesinos, obreros y demás

colombianos que representaban la mayoría analfabeta del país

empleado los métodos y estrategias de la educación formal

tradicional.

El interés y la audiencia nacional que tuvo la radio promovida

por el sacerdote de una parroquia andina con fines morales

como culturales para toda la Nación trajo beneficios directos a

los parroquianos de Sutatenza como la licencia del Gobierno en

1949 para emitir programas educativos y culturales con un radio

de 1000 Km de distancia, gracias a la donación que una año

antes le había hecho la Compañía General Electric de cien

receptores de radio y un transmisor de 250 vatios. El cual fue

sustituido por otro de 1 Kw, una nueva antena y varios

accesorios con tecnología de punta que les permitía operar en

las frecuencias de 1580 Kcs de la onda media y los 5060 Kcs de

la onda corta, banda tropical de los 60 metros.

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289

El Decreto 0159 de 1955 y la Ley 41 de 1961 declararon la

emisora con programación mayoritariamente religiosa e

histórica como un medio de comunicación de “Utilidad Común”

que desde la educación integral técnico-científica y la moral

religiosa anticomunista era útil para la pacificación y

unificación de los colombianos del campo con las gentes de la

ciudad después de la “violencia” bipartidista. La cual debía ser

exenta de cualquier tributación nacional o territorial al contar

con programación “neutral” no censurable, así como era

obligación del Estado auxiliarla de forma directa por medio de

sus presupuestos y ministerios nacionales.

Razones que sumadas a la popularidad e importancia que tenía

para las telecomunicaciones educativas y culturales asociadas

con la formación de los públicos no comerciales populares

conllevó a que 1968 fuese traslada a Bogotá, el sacerdote

fundador fue consagrado Monseñor y director permanente de la

misma, se amplió su cobertura a todo el país por medio de

emisoras y antenas repetidoras en ciudades intermedias,

logrando tener un poder y alcance como ninguna otra emisora

en el país. También contó con un cuerpo de más de mil

empleados financiados por las donaciones de la Iglesia Católica

alemana, así como su programación fue adscrita a “Acción

Cultural Popular”, con el fin de garantizar las actividades de

educación a distancia para los ocho millones de campesinos

analfabetas con los que contaba el país.

La mediación de la radiodifusión como estrategia efectiva para

la alfabetización, la formación o capacitación de los jóvenes y

adultos que por sus responsabilidades productivas, la carencia

de servicios públicos o que por sus distantes lugares de

ubicación no podían asistir a una escuela, colegio o centro de

formación se constituyó en una experiencia exitosa reconocida y

Page 291: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

290

apoyada internacionalmente por la Unesco, así como su modelo

educativo y político-ideológico fue replicado en Venezuela

(Radio Fe y Alegría) y Ecuador (Escuelas Radiofónicas

Populares).

Para poder cumplir con la capacitación en los cinco ejes

promovidos originalmente (salud, alfabetización, numeración,

trabajo y espiritualidad), especialmente al capacitar a los

campesinos y trabajadores de los suburbios urbanos en higiene,

primeros cuidados de salud, lectura y escritura, aritmética

elemental, mejora de la productividad agrícola, reconocimiento

de la dignidad humana y ciudadanía católica fue necesario

contar con instrumentos de articulación didáctica entre las

informaciones emitidas y las recepciones que debían seguir los

usuarios de la radio, con o sin la ayuda de un tutor.

Acorde con Pereira (1984, p. 90), además de distribuir

radioreceptores “Sutatenza” que sólo captaban la señal de la

emisora en todo el país, fue creada la “Editorial Andes” con el

propósito de producir materiales didácticos e instruccionales

como el periódico “El Campesino” (1958) distribuido los

domingos después de misa, el cual fue complementado con la

“Biblioteca del campesino” (1968 – 1971), la sección oficial de

respuestas a la abundante correspondencia de los campesinos,

una planta de grabación de acetatos y una prensadora de discos

para la masificación de los cursos y programas de

alfabetización, y especialmente, los manuales de texto para la

instrucción autodirigida por los estudiantes radiales desde 1955

como fueron la “Cartilla Básica” (Lecto-escritura y aritmética

inicial), “Nuestro Bienestar” (Higiene y salud comunitaria),

“Hablemos Bien” (Lengua castellana), “Cuentas Claras”

(Matemáticas), y “Suelo Productivo” (Técnicas y temas de

agricultura).

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291

La radio nacional de interés rural dividió su programación

matutina y vespertina en música, deportes, radionoticieros y

entretenimiento cultural para los campesinos en sus lugares de

trabajo ayudados por los receptores de transistores, así como la

programación nocturna se centraba en emitir las lecciones

educativas para los campesinos en sus lugares de residencia o en

los lugares de estudio donde se concentraban en torno a una

radiorreceptor común con ayuda de las cartillas, libros y

periódicos donados por el Estado. Paralelamente, en los centros

urbanos se fomentó desde 1971, siguiendo el mismo modelo e

instrumentos didácticos la educación y validación de la

educación secundaria a través del denominado “Bachillerato por

radio” para adolescentes desescolarizados y adultos que sólo

habían cursado la primaria, al ser su interés poder ascender

laboralmente cumpliendo el requisito de contar con un título

oficial como “Bachiller”.

En Santander, el fomento de la alfabetización y la educación

cultural a través de las emisoras estatales de radio fueron

asumidas y presentadas por la prensa escrita a inicios de 1954,

siguiendo a Cogollo (2007, p. 44), como demostración del

interés del Gobierno central por garantizar la alfabetización de

los colombianos, asumiendo que “la misión que la radio está

llamada a realizar en este orden de ideas y de principios, no

puede ser encarecida lo bastante ya que este portentoso medio

que la ciencia ha puesto al servicio del hombre, por el acceso

que tiene a todos los grupos sociales y por el creciente influjo

que ostenta en todo género de actividades, puede llevar a

campañas de singular trascendencia para la vida de los pueblos”.

Siendo las consecuencias de esas tareas llevar “a los

colombianos un mensaje de fe en los valores del espíritu y un

estímulo generoso a los mejores empeños de la inteligencia”,

Page 293: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

292

convirtiéndose la radiodifusión en “alta cátedra para propagar

las ideas del país en tópicos de tanta trascendencia y permite

aprovechar este maravilloso descubrimiento en servicio de los

más encumbrados intereses de la patria”. Así como desde los

esfuerzos de Radio Sutatenza, la alfabetización y capacitación

sociocultural de cerca de diez mil adultos quienes

“…aprendieron a leer y escribir en el Departamento de

Santander. Ahora nos referimos a la campaña de alfabetización

de adultos a través de la Acción Cultural Popular y Escuelas

Radiofónicas, en su primer año de labores, obra de verdadera

redención cultural. En el año que termina [1953] se compraron

550 aparatos de radio y se nombraron los inspectores para que

organizaran y controlaran las escuelas radiofónicas

departamentales y parroquiales. Dichas escuelas alcanzaron un

número de matriculados de 10.000 adultos, los cuales en su

mayoría aprendieron a leer y escribir”.

El agotamiento burocrático del modelo en radio crítica y social

después de más de un millón y medio de horas de programación,

la costosa producción de los materiales impresos como de los

programas radiales (27 millones de pesos anuales para 1967), la

reducción del público analfabeto interesado en la educación a

distancia, los malos manejos administrativos, la imposibilidad

de expandir sus redes a nivel latinoamericano, la

comercialización de sus franjas de entretenimiento al ser

patrocinadas desde 1970 las radionovelas histórico-religiosas de

la ACPO por la Compañía Colgate-Palmolive, entre otros

factores, conllevaron a manifestar al Gobierno Nacional su

desinterés por dar continuidad a la radiodifusión cultural de

“Radio Sutatenza” optando por vender su licencia y señal a la

Cadena Caracol en 1989, el modelo de formación cultural

aplicada y critica para los sectores culturales de Colombia fue

continuado por las emisoras culturales creadas en las ciudades

Page 294: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

293

capitales departamentales como fue el caso de la Emisora Luis

Carlos Galán Sarmiento, financiada por la Alcaldía de

Bucaramanga desde 1987.

Caracol sintetizó los propósitos de brindar educación popular

sobre temas socioculturales nacionales o universales por medio

de radiomagazines culturales dominicales como fue el caso de

“Monitor” (1954 - 2000), cuya franja temporal y público

objetivo fueron mucho más delimitados y sobredimensionados

al ser incorporados desde 2001 los programas de divulgación

histórico-cultural, a modo de narrativa oral casual con un

lenguaje científico vulgarizado, denominados la “Historia del

Mundo” bajo la presentación y dirección de la filósofa,

historista y guía turística internacional de “Viajes Hermes”:

Diana Uribe, ganadora del Premio Simón Bolívar al periodismo

cultural (2002). Demostrando así la “Cadena Radial

Colombiana” porque ha sido desde finales del siglo XX la

primera, más grande y más popular de todas.

El efecto implícito de la popularización de la ciencia histórica

desde temas y problemas anacrónicos asociados con los

cambios, coyunturas y tendencias sociopolíticas

contemporáneas ha sido la preservación de la difusión del

modelo centralista, patriótico y nacionalista de ciudadano, para

lo cual, el radioyente puede acceder a los programas emitidos

comprando los discos digitales grabados previo contacto

telefónico, así como puede escuchar de forma repetitiva algunos

programas de interés nacional e internacional a través de la

página de divulgación electrónica del programa como de la

cadena radial en la Internet. Por ejemplo al ser declarado por la

ONU el 2011 como el año mundial de la afrodescendencia se

emitió en pleno 20 de julio un programa sobre las causas de la

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294

esclavitud africana, el tráfico británico de esclavos y los

orígenes de los afrocolombianos.

Para el mercado editorial se publicaron a su vez productos

multimediales denominados “audiolibros” titulados la “Historia

de las Civilizaciones contada por Diana Uribe” (2008) y la

“Historia de las independencias contada por Diana Uribe”

(2010) editados por Aguilar con la autorización de la autora y la

cadena radial. Obras en las cuales se articulan las tecnologías

educativas de los últimos doscientos años en Colombia como

son las láminas de lectura ideográfica del lancasterianismo, los

textos didácticos impresos para la lectura ideovisual empleando

los métodos propios del activismo pestalozziano (biográfico,

cronológico, objetivo, comparado, etc.), así como las

orientaciones impresas a modo de índices y conjuntos de

actividades para la orientación y uso de todas las grabaciones

sonoras agrupadas en juegos de discos compactos para quienes

que desean adquirir toda la colección no disponible en Internet.

Si bien la radio de “Marconi” condicionó la expansión de la

telegrafía y la telefonía a inicios del siglo XX, desde mediados

del mismo siglo la radio fue condicionada por la televisión, así

como durante las dos últimas décadas la televisión ha sido

condicionada a depender y adaptarse a las innovaciones

tecnológicas de la Internet y los medios telemóviles consumidos

y demandados por las redes sociales.

Transiciones tecnológicas que desde la radio como fuente de la

prensa escrita y fundamento de la televisión, acorde con Álvarez

(2003, p. 83), se caracterizó porque: “…su período de auge

[1929 – 1954] habría de ceder el paso a la televisión. La radio

no le pudo hacer competencia a este medio, que volvió a

revolucionar el mundo de las comunicaciones. Ahora bien, lo

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295

que realmente le aportó la televisión a la radio fue la imagen. Es

decir, que el éxito de la televisión cabalgó sobre aquello que la

radio ya había logrado: transmitir masiva y simultáneamente

aquellos mensajes que se producían en el momento”.

CONCLUSIONES. Las escuelas públicas de primeras letras,

denominadas de “enseñanza mutua” (o lancasterianas) que

adoptaron los gobernantes republicanos como sistema educativo

de las provincias colombianas al concluir la guerra de liberación

del régimen virreinal de España y el restablecimiento del orden

republicano depuesto en 1816 fueron el medio fundamental del

patronato eclesiástico y educativo que adoptaron los militares

elegidos como gobernantes supremos de la República de

Colombia en su afán de masificar la instrucción general de la

primera generación de colombianos.

De igual manera ese sistema contribuyó a unificar las funciones

y procedimientos que debían cumplir cada una de las

instituciones, establecimientos, organizaciones y grupos sociales

asociados con la formación ciudadana de los niños y las niñas,

llevándose el rigor y la disciplina militar de los campos de

batalla a los salones de clase.

Patronato que se caracterizó por la reconversión de la

infraestructura religiosa para fines educativos y la adecuación de

locales públicos o privados como salones escolares acordes con

el modelo británico de educación mutua, la redefinición de la

estructura instruccional de la Nación con Maestros formados en

Escuelas Normales para poder obtener las licencias

gubernamentales necesarias para ejercer la actividad docente.

Aunado a un sistema y plan de estudios que desde la escuela

primaria y la instrucción colegial secundaria proyectaba la

formación universitaria de profesionales con títulos y grados en

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296

las diferentes áreas del conocimiento científico y productivo que

demandaba el Estado para incrementar sus rentas y ser tan

competitivo como las naciones anglosajonas.

También se propició la redefinición de la superestructura

ideológica sobre el sentido y razón de la educación pública y la

instrucción general por la que el Gobierno apostaba para contar

con una Nación letrada, productiva e ilustrada en los diferentes

asuntos del Estado, así como para contar desde 1840 con

ciudadanos electores o elegibles capaces para regir las

instituciones públicas de Gobierno nacional o provincial como

parte del relevo generacional proyectado por los generales -

libertadores.

Si bien el modelo educativo lancasteriano adoptado por el

Estado para la formación primaria de los colombianos, en su

mayoría huérfanos o pobres fue cuestionado por fomentar el

mecanicismo intelectual y disciplinario entre los estudiantes al

delegarse el papel cognitivo y disciplinar de los maestros en los

monitores generales y particulares de aula, fueron pocos o nulos

los avances en los “conocimientos útiles” esperados para el

desarrollo económico de la Nación.

La masificación de la instrucción pública desde 1821, por medio

de escuelas y colegios provinciales condicionados a adoptar el

método británico en reemplazo del método hispanocatólico,

cumplió su papel de propiciar el interés de todos los sectores

sociales en contribuir de forma mutua y solidaridad en el

mejoramiento de las condiciones de los hijos de la guerra bajo la

condición de huérfanos de los mártires de los campos de batalla

o pobres por la devastación e improductividad de los campos.

También se cumplió de forma aceptable la tarea constitucional

delegada al Poder Ejecutivo en cuanto a “Promover las leyes de

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297

educación pública y el progreso de las ciencias, artes y

establecimientos útiles; y conceder por tiempo limitado

derechos exclusivos para su estímulo y fomento”.

La naciente sociedad colombiana, especialmente las gentes

privilegiadas que habían sobrevivido en cumplimiento de las

innovaciones educativas impulsadas por el Congreso General y

el Gobierno Supremo de la República, debió: acatar la

sustitución de los maestros católicos, en su mayoría monjes,

sacerdotes o monjas, por normalistas lancasterianos formados de

forma mutua o colaborativa en las escuelas normales nacionales,

o en su defecto en las escuelas provinciales establecidas por los

normalistas nacionales; Acatar la expropiación de los bienes y

rentas de la Iglesia Católica sin uso social para financiar la

adecuación de las escuelas, el pago de los maestros y la compra

de la tecnología educativa que debía aumentar o reemplazar la

que fuese deteriorada (pizarras, lápices-punzones, etc.),

destruida (tablas de lectura, libros, etc.) o desgastada (tintas,

papeles, etc.); Contribuir de forma voluntaria o forzosa a aportar

las rentas faltantes para el sostenimiento de las escuelas, y

especialmente; hacer parte de los procesos de constitución,

funcionamiento, vigilancia y evaluación al ser los padres de

familia y las autoridades parroquiales, cantorales o provinciales

al conformar las Juntas Curadoras de la Educación que con las

subdirecciones de instrucción Pública, las sociedades literarias

provinciales, las sociedades filantrópicas locales, entre otras

organizaciones, debían vigilar que maestros y estudiantes

cumpliesen las metas constitucionales del Estado.

La sociedad ciudadana y letrada se constituyó en un factor

regulador y supervisor de la calidad y cantidad de educación

impartida al contribuir con sus contribuciones monetarias como

con sus recomendaciones disciplinaria en la formación de

Page 299: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

298

ciudadanos morales, respetuosos de su confesión religiosa,

instruidos en los rudimentos básicos de la lectoescritura, la

gramática y las matemáticas, y especialmente, hombres y

mujeres capaces de aprovechar los conocimientos que desde las

ciencias naturales y la economía política. Los cual les permitía

ser productivos y obtener una renta de ingresos permanente de

ingresos, cuya suma de virtudes y condiciones definían al

ciudadano colombiano y neogranadino esperado, es decir, al

hombre o la mujer resultado del “estudio de la agricultura, del

comercio, de la minería y de las ciencias militares para la

defensa de la República”.

Dos décadas después, el plan de estudios en ciencias útiles,

prácticas y aplicadas que los libertadores neoborbónicos, los

conservadores centralistas, los liberales federalistas y finalmente

el bipartidismo confesional promovieron para la formación de

profesionales en ciencias útiles hasta mediados del siglo XX fue

resultado de un proceso gradual de cambios y reformas

educativas acordes con los modelos pedagógicos derivados de

los proyectos y partidos políticos que regularon el Estado y la

Nación colombianas. Sin embargo, las facultades mayores de

educación heredadas del régimen virreinal continuaron siendo

las mismas al darse preferencia a las profesiones tradicionales

más demandadas por su prestigio y trabajo intelectual

(Jurisprudencia, Teología y Literatura - Artes), así como se

promovieron cátedras en artes manuales demandadas en cada

provincia eran la Medicina y las Ciencias Naturales.

Desde la educación secundaria impartida en los colegios, acorde

con la unificación de planes de estudios hecha por el Gobierno

central desde 1826, los estudiantes provinciales que esperaban

continuar sus estudios universitarios para obtener títulos y

grados debían ser enseñados y examinados en las cátedras

Page 300: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

299

obligatorias de cada facultad como eran: “dibujo; gramática

castellana y latina, lengua francesa e inglesa, principios de

geografía, cronología e historia; elementos de derecho

constitucional; Elocuencia y literatura; Principios de agricultura

y comercio; Filosofía o ciencias naturales “escogiéndose los

ramos de una utilidad más general”, así como las cátedras

asociadas con los cursos básicos ( o facultades menores)

exigidos para el ingreso a las universidades estatales como eran:

“el estudio y la aprobación en la gramática castellana y en la

lengua latina, y también en los cursos de matemáticas y física,

de lógica y metafísica, de moral y de derecho natural, debe

preceder a la matrícula de jurisprudencia y teología”.

La formación en ciencias naturales, con un denotado interés por

el uso aplicado y útil de las mismas varió en sus alcances y

pretensiones con el sistema educativo decretado por los

Generales-Presidentes que pretendía con un explícito espíritu

neoborbónico centralizar en las ciudades capitales los títulos y

grados a través de universidades departamentales y centrales (o

nacionales). Durante la descentralización del General-Presidente

F. Santander se promovió la titulación en los colegios

provinciales y con las políticas conservadoras o centralistas de

enseñanza simultánea se prohibió el aprendizaje individual

regulado por las universidades centrales, así como durante el

régimen federal al promoverse la formación y titulación

profesional por medio de colegios provinciales y universidades

estatales, etc. Finalmente, los Gobiernos centrales y federales

como los provinciales y estatales no pudieron cambiar las

prácticas e intereses personales y familiares enfocados en

profesiones honoríficas y trabajos que no implicaran actividades

manuales deshonrantes.

Page 301: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

300

El mejor ejemplo de ello fue el Estado de Santander, bastión del

liberalismo utilitarista y la francmasonería industrializante, cuya

universidad estatal (Universidad de Santander), tanto en su sede

de San Gil como la de Piedecuesta, no logró impulsar y

sobreponer la importancia de los estudios industriales y

aplicados sobre los demás conocimientos al continuar siendo

más importantes y demandados los cursos de las Facultades de

Jurisprudencia y Literatura - Filosofía que los de la Facultad de

Ciencias Naturales por parte de aquellos que añoraban ser

comerciantes o abogados antes que ingenieros.

Al determinismo sociocultural por los trabajos manuales y la

imposibilidad de poder desempeñarse lucrativamente en las

profesiones útiles, los santandereanos reconocieron

tempranamente como causa del fracaso formativo en ciencias

industriales la ausencia de la tecnología educativa necesaria para

fomentar esos aprendizajes con un cuerpo de maestros capaces

de superar el modelo pedagógico lancasteriano (simultaneo,

memorístico y mecanicista) por las nuevas pedagogías,

didácticas y formas de evaluar consecuentes a los métodos

individualistas, activistas y sensoriales asociados con la

adaptación de las propuestas pedagógicas de Rousseau y

Pestalozzi.

Si bien en su vida cotidiana, a través de la educación doméstica

impartida por los padres como por la instrucción productiva

impartida por las sociedades católicas para moralizar a través

del trabajo a las mujeres solteras y pobres, como era el caso de

las sombrereras de las provincias (y departamentos) del Socorro

y Soto, se propiciaron acciones concretas para la orientación de

los niños y las niñas hacia una educación que fomentase la

aplicación industrial de los conocimientos, la resistencia de la

mayoría de la población a esas formas explícitas de liberalismo

Page 302: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

301

utilitarista y secularizante condicionó a los liberales radicales a

decretar una polémica reforma a la instrucción pública primaria,

y por ende al sistema secundario y universitario.

Esa reforma al sistema educativo durante la segunda mitad del

siglo XIX por parte de los liberales radicales se enfocó en

adaptar los problemas productivos cotidianos a la formación

práctica y experimental de los estudiantes, buscándose desde las

aulas de clase la reflexión sobre las posibles soluciones a las

necesidades productivas regionales y al proyecto civilizador

esperado para las provincias neogranadinas nororientales

durante medio siglo. Para ello, se propició el cambio de método

de enseñanza, se fomentó la formación de una nueva generación

de maestros a través de escuelas normales pestalozzianas

dirigidas y orientadas por expertos maestros y maestras

alemanes y, se centró la formación sensorial de las nuevas

generaciones de ciudadanos en las ciencias naturales a la par

que las demás ciencias debían contribuir a la formación de los

aspectos corporales y morales (o espirituales).

También se fomentó la inserción laboral de las mujeres como

profesionales tituladas a través de maestras normalistas

(institutoras de primaria) en quienes recayó durante las

siguientes décadas la educación primaria y secundaria de los

colombianos y santandereanos al ser regenerada y moralizada la

Nación por medio del nacionalismo católico y conservador.

Siguiéndose así la premisa determinista, según la cual, la mujer

maestra como devota feligrés católica y recatada mujer de

virtudes era “más abnegada que el hombre, con mayor

desprendimiento para prescindir del bullicio de la ciudad y

recluirse en un campo o en una aldea a difundir la instrucción”.

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302

Educar a los futuros ciudadanos de la Nación requería dar

mayor importancia a los aprendizajes activos y al uso

permanente de los sentidos. De allí que la tecnología educativa

adoptada después de 1870 sustituyó gradualmente los recursos

didácticos y disciplinarios para el mecanicismo y la uniformidad

disciplinar lancasteriana como eran las “citolegias o cuadros de

lectura y escritura, las pizarras, los catecismos, los libros, los

mapas, los tableros, los pupitres, algunos implementos de

laboratorio, los juegos, la odiada férula y la campanilla con la

cual se marcaba el ritmo de la actividad educativa” adaptadas

del modelo británico a las prácticas educativas colombianas.

Los liberales radicales importaron para las Escuelas Normales, y

posteriormente al resto de escuelas y colegios, los instrumentos

del activismo pestalozziano como eran: pianos, violines, tablas

del sistema métrico de pesas y medidas, libros de lectura y

escritura, así como laboratorios y estantes debidamente dotados

para la enseñanza de cada una de las ciencias.

Finalmente, al finalizar cada uno de los capítulos se demuestra

que los enfoques pedagógicos, los modelos didácticos y los

instrumentos tecnológicos de enseñanza no desaparecieron entre

uno y otro régimen político-económico y sociocultural estudiado

pues a mediados del siglo XX aún era posible reconocer el uso

lancasteriano de las pizarras, los cuadernos, las láminas y los

manuales catequísticos de estudio en las aulas, aunado a los

periódicos científicos, los libros didácticos y los carteles

litográficos promovidos por los instruccionistas bajo la censura

o edición del clero.

De igual modo, fueron reorientadas y adaptadas esas tecnologías

“obsoletas” a nuevos medios de masificación de la

alfabetización, la instrucción y la capacitación patriótica y

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303

confesional de los colombianos, diferentes a las imprentas,

como fue el caso de la radio comercial y popular desde 1929, a

partir de la cual se fomentó el consumo público y privado de

radioreceptores importados por las compañías que financiaron la

consolidación de la radiodifusión nacional, así como la

televisión requirió de televisores y recientemente la Internet de

computadores y unidades móviles de telecomunicaciones

‘inteligentes’.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

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308

8. EMPRESARIOS TABACALEROS

APORTES DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

TABACALERA DE PAMPLONA A LA CONSOLIDACIÓN

DE LAS REFORMAS EDUCATIVAS NEOGRANADINAS

(1819 – 1837)11

“No hay instrucción sin escuelas o colegios. En estos lugares aún una

escuela de primeras letras en la que se

enseñe a leer y escribir son muy raras…

Que el maestro sea un sujeto de arreglada conducta y probidad, y que tenga método

para enseñar” (F. M. Valencia, 1802)

INTRODUCCIÓN. La independencia de la Nueva Granada ha

sido estudiada y representada tradicionalmente desde los

procesos insurgentes de la emancipación, la liberación bélica o

11

Artículo resultante de los proyectos de investigación institucional y

extensión interinstitucional titulados:

Luis Rubén Pérez Pinzón. Impacto de las tecnologías educativas empleadas

para la solución de las necesidades sociales y económicas en la región de

Santander, 1857 – 1957. Bucaramanga: Unab – Centro de Investigaciones en

Ciencias Sociales y Artes – Grupo Edutec, 2011. Informe final titulado:

Historia de la Tecnología y la Didáctica educativa en Colombia. Impacto de

las tecnologías educativas empleadas para la solución de las necesidades

sociales y económicas en la región de Santander (Colombia), 1857 - 1957.

Luis Rubén Pérez Pinzón. Mujeres cigarreras e identidad piedecuestana.

Piedecuesta: Alcaldía de Piedecuesta-Secretaría de Desarrollo Social-

Coordinación de Cultura, 2011. Informe final titulado: Mujeres cigarreras e

identidad piedecuestana. Historia económica y social del tabaco, los

cigarros y las cigarreras como Patrimonio Cultural Inmaterial del

Municipio de Piedecuesta, Santander, Colombia.

Page 310: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

309

la reconfiguración constitucional de sus instituciones al

constituirse en la República de Colombia. Ello ha conllevado a

minimizar el papel que tuvieron las transformaciones del

sistema educativo como de las tecnologías didácticas adoptadas

y fomentadas por los gobiernos republicanos desde 1810 para la

legitimización de su imaginario de nación interprovincial y la

divulgación del nuevo orden estatal acordado por las asambleas

y congresos de las provincias liberadas.

La historia agraria de las provincias neogranadinas que fueron

productoras y comercializadoras de tabaco durante la primera

mitad del siglo XIX permite identificar la continuidad de las

regulaciones borbónicas sobre la institución fiscal denominada

estanco, específicamente aquellas asociadas con el control

policivo de la oferta y la demanda de los cultivos, así como un

caso particular como fue el de la villa de Piedecuesta permite

reconocer los procesos republicanos de progreso y bienestar

material alcanzados con las bonanzas exportadoras, y consigo,

las propuestas de liberalización del estanco como del sistema

educativo promovidas por las familias productoras y

comercializadoras de tabaco más influyentes. En el caso

particular de Piedecuesta desde el liderazgo de administradores

de rentas, educadores liberales y ministros radicales como

Victoriano de Diego Paredes.

Los ensayos en pro de una nueva historia agraria para entender

los procesos económicos dinamizados por los ciclos de bonanza

agroexportadora, particularmente desde las propuestas de

autores como Jesús Antonio Bejarano12

, han planteado el

desconocimiento que se tiene en Colombia sobre los efectos

12

Jesús Antonio Bejarano, Ensayos de historia agraria colombiana, (Bogotá:

Fondo editorial CEREC, 1987)

Page 311: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

310

socioculturales de cultivos diferentes al café, sus dimensiones

regionales y locales, y particularmente, el desarrollo técnico que

desde los campos de cultivo como desde las aulas escolares se

impulsó para su mejoramiento al promoverse la transformación

de las prácticas y costumbres asociadas con su producción.

La “nueva historia” se ha caracterizado por centrar sus análisis

en los procesos económicos y sociales consecuentes a cada

objeto de estudio historiográfico. La producción de

monocultivos como el tabaco permite reconocer las luchas

sociales entre productores agravadas por los conflictos bélicos e

ideológicos de la primera mitad del siglo XIX, los consensos y

acuerdos comunitarios entre los beneficiados por las bonanzas

tabacaleras al fomentar obras de progreso y bienestar común

como fueron escuelas, templos, hospitales, colegios, etc., así

como el uso de la riqueza compartida por los pequeños

productores desde la productividad intensiva de sus minifundios

al emplearse como fondos comunes para el desarrollo

provincial.

La eficiencia de esa experiencia histórica fue reconocida en los

informes corográficos redactados por Manuel Ancízar al

peregrinar por los andes nororientales a mediados del siglo

XIX13

, constituyéndose sus descripciones en evidencias de las

tipologías del pequeño productor y el comerciante exportador

en oposición a la tendencia mayoritaria asociada con los

hacendados y los grandes exportadores. Para ese entonces

fueron identificadas categorías propias de los estudios en

13

Luis H. Aristizabal, “Ensayos de historia agraria colombiana”, Boletín

Cultural y Bibliográfico 12 (1987). Disponible en:

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti

3/bol12/historia.htm

Page 312: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

311

historia agraria como son: estructuras de propiedad, unidades de

explotación, formas de tenencia y distribución de los cultivos14

.

Desde el análisis histórico centrado en la caficultura colombiana

esa tipología diferenciadora entre las tierras, cultivos y empresas

agrícolas de los pequeños productores y propietarios respecto a

la economía terrateniente y hacendataria fue descrita por

Salomón Kalmanovitz al establecer que “en el oriente

santandereano y el occidente antioqueño se desarrollaron

vigorosas economías campesinas y artesanales”. Las cuales son

caracterizadas por sectores de distinto desarrollo técnico, la

ocupación de tierras de regular calidad y la inserción en el

mercado mundial acorde con la demanda y las bonanzas

asociadas a sus monocultivos15

. Así mismo, debieron resistir a

las presiones expansionistas y expropiadoras de los

terratenientes en su afán de ampliar las fronteras y tamaños de

las haciendas cafeteras desde las tierras cálidas hacia las frías al

cesar las bonanzas tabacaleras.

Así, la experiencia de regulación productiva y comercial del

tabaco aunado a los aciertos y errores en la exportación de ese

monocultivo por parte de los neogranadinos como por los

alemanes que dinamizaron su producción propiciaron la

continuidad de las políticas agrarias centralizadas, la

combinación y diversificación de negocios, y específicamente,

la búsqueda de métodos y modelos educativos que permitieran

la inserción y uso práctico de los conocimientos aprendidos en

las aulas de clase tanto en los campos de cultivo como en los

caneyes de secado, alisado, pesado y amarre.

14

Isabel Moll, “Los estudios de historia agraria en Mallorca”, Historia

Agraria Revista de agricultura e historia rural 1 (1990): 31 15

Salomón Kalmanovitz, “El desarrollo histórico del campo colombiano”,

Colombia hoy (Bogotá: Imprenta Nacional, 1996): 292 - 293

Page 313: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

312

La producción tabacalera en la Nueva Granada se consolidó

después de 1833 hasta que su propio dinamismo y desarrollo

justificaron las políticas antimonopólicas promovidas por

antiguos cultivadores y administradores del estanco de tabacos

de Piedecuesta y Girón. De forma constante las relaciones de

trabajo en provincias donde se encontraban los enclaves

tabacaleros fueron capitalistas, liberales y basadas en el mercado

regulado por el Gobierno central, las bonanzas externas y las

dinámicas internas propiciaron crecimientos considerables en la

población nativa e inmigrante, así como se reafirmaron los

ideales de la “revolución agrícola” promovida por los

gobernantes borbones y neoborbónicos16

al fomentarse desde las

políticas fisiocráticas la necesidad de educación pública,

instrucción útil y aprendizajes aptos para la vida.

Ideales respaldados por cada uno de los Generales – Presidentes

al expedir decretos y leyes en pro del fomento del desarrollo

agrícola articulado al progreso de las ciencias y las artes. Ese

fue el caso del presidente J. Márquez, quien desde la visión

civilista para la nueva República manifestó en 1839: "Tenemos

abundancia de letrados y de médicos que se aumentan de día en

día, pero carecemos de suficiente número de hombres instruidos

en las ciencias exactas y artes mecánicas, en la química,

mineralogía, botánica y agricultura, sin las cuales no podrán

desenvolverse del todo los gérmenes de la prosperidad"17

.

Las representaciones socio-culturales y los imaginarios político-

económicos asociados al proceso de cultivar, comercializar,

16

Frank Safford, El ideal de lo práctico. El desafío de formar una élite

técnica y empresarial en Colombia (Bogotá: Universidad Nacional – El

Áncora Editores, 1989), 81

17 Luis H. Aristizabal, “Ensayos de historia agraria colombiana”

Page 314: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

313

transportar y consumir de forma creciente los tabacos

producidos en los distritos de Piedecuesta-Girón, Ambalema,

Carmen de Bolívar, Mompox, entre otros, plantea a la historia

agraria de Colombia el reto de identificar los efectos sociales y

económicos de la explotación monopólica del monocultivo del

tabaco en las provincias elegidas para ello desde el período

colonial.

Con este artículo se describen las relaciones que se dieron entre

los efectos materiales de las bonanzas de exportación tabacalera

con las políticas centrales de transformación del sistema

educativo y el uso de nuevas tecnologías educativas promovidas

en todo el país para el mejoramiento de las habilidades de los

agricultores en las provincias andinas agroindustriales. Dando

así respuesta a las siguientes preguntas:¿Cómo influyeron los

conflictos sociopolíticos y las resistencias pedagógicas entre

reformistas y autonomistas de la instrucción pública en la

decisión de los empresarios por hacerse participes de la creación

de un Estado-Nación educado y productivo18

durante la primera

mitad del siglo XIX?; ¿Cómo incidieron las exigencias técnicas

de la producción agroexportadora en las reformas al sistema de

instrucción pública y las tecnologías educativas empleadas en la

República de la Nueva Granada entre 1819 y 1837?

8.1 IMPRENTAS REPUBLICANAS

La historia de la tecnología educativa se constituye en el estudio

de la incorporación y uso de instrumentos o dispositivos para la

reorientación y resignificación de los imaginarios de “progreso”

y “modernidad”, la comprensión de la hegemonía y coexistencia

cultural con medios tecnológicos impuestos o delimitados cuyo

fin fue la producción masiva representaciones oficiales,

18

Meri Clark, Conflictos entre el Estado, 34 (2007): 32-61

Page 315: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

314

gremiales o sociales sobre las comunidades “alfabetizadas” y

“civilizadas” anheladas por cada régimen sociopolítico, así

como el análisis comparado de los “procesos que afectan y

condicionan la comunicación, relacionados con desarrollos

históricos de la cultura y de la educación”19

de forma paralela o

complementaria a la historia de los medios de comunicación

masiva.

Los cambios tecnológicos que sufre cada sociedad permiten

evidenciar las luchas entre las fuerzas de dominación que

promueven el cambio, la “uniformidad” y el estancamiento de

toda innovación20

al decretarse el uso de modelos externos en

contraste con aquellas fuerzas que se resisten y promueven de

forma “autónoma” el uso de la tecnología en la educación

acorde con sus convicciones y contextos21

; los usos sociales con

los que se incorporan o se justifica la penetración y continuidad

mejorada de cada instrumento o dispositivo tecnológico como

reflejo de la “creatividad e innovación endógenas” adecuadas a

los mismos; la evaluación del riesgo, la eficiencia y la acción

racional a los procesos académicos y productivos de innovación

científico-tecnológica y desarrollo socioeconómico

consecuentes a la apropiación de instrumentos y dispositivos

19

Fabio López de la Roche, “Presentación del dossier sobre historia de los

medios de comunicación social y del periodismo en Colombia”, Historia

Crítica 28 (2005): 7-26. Disponible en:

http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/306/index.php?id=306 20

Mauricio Nieto, “Poder y conocimiento científico: nuevas tendencias en

historiografía de la ciencia”, Historia Crítica 10 (1995): 3-14. Disponible en:

http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/172/index.php?id=172 21

Meri Clark, “Conflictos entre el Estado y las elites locales sobre la

educación colombiana durante las décadas de 1820 y 1830”, Historia Crítica

34 (2007): 32-61. Disponible en:

http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/257/index.php?id=257

Page 316: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

315

tecnológicos dispuestos por las fuerzas dominantes22

; y

necesariamente, los efectos del uso curricular de las tecnologías

promovidas por cada régimen político-constitucional en “la

democratización de la sociedad, en el diálogo intercultural, en

una mejor relación informativa y cultural con el mundo y en la

superación de nuestras polarizaciones y desgarramientos

actuales”23

.

Esta reflexión se inscribe en la línea de investigación

denominada desde la educación virtual por el grupo de

investigación en Educación y Tecnología - Edutec24

de la Unab

como “pensamiento tecnológico”, cuyo propósito es fomentar

el diálogo discursivo entre las ciencias sociales y las

humanidades con las ciencias de la información y la

comunicación. Su fin es comprender como parte de un proceso

continuo de mejora y no como rupturas sincrónicas o

excluyentes las transformaciones socioculturales y político-

económicas que se han propiciado con cada uno de los objetos

tecnológicos que concebidos para el mundo productivo

rápidamente son adaptados e impuestos como objetos de

conocimiento necesario para poder ser y hacer en el mundo real.

Especialmente para la reconfiguración de los ideales de

civilidad y progreso en cada nación como han sido la imprenta

(siglo XVIII), las publicaciones periódicas, la telegrafía, la

telefonía (siglo XIX), la radio, la televisión (siglo XX), y

22

Manuel Medina, “Tecnografía de la ciencia”, Historia Crítica 10 (1995):

15-28. Disponible en:

http://historiacritica.uniandes.edu.co/view.php/173/index.php?id=173 23

Fabio López de la Roche, Presentación del dossier, 7-26. 24

Universidad Autónoma de Bucaramanga. Edutec (Bucaramanga: Unab,

2011),

http://www.unab.edu.co/portal/page/portal/UNAB/investigacion/investigacio

n-en-sentido-estricto/inicio/grupo/descripcion?idgrupo=16 (13 julio 2011)

Page 317: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

316

recientemente, la informática articulada a la internet (siglo

XXI).

Estudiar el pensamiento tecnológico implica además

comprender los elementos epistemológicos y psicológicos que

caracterizan al “conjunto de acciones mentales de orden

cognitivo, pragmático, social comunicativo y deontológico que

realiza un individuo para solucionar un problema o una

necesidad en un contexto determinado, aplicando efectivamente

conocimientos, técnicas, procesos y procedimientos propios de

la tecnología que se evidencian en la materialización de sistemas

y/o la construcción del conocimiento tecnológico”25

. De igual

manera, la investigación histórica en pensamiento tecnológico

contribuye a generar nuevo conocimiento al lograr desde la

interacción analítica entre Tecnología, Educación e Historia

develar miradas y proyectos de región y nación paralelos a los

acostumbrados y tradicionales estudios de las ciencias humanas

sobre la política, la guerra, la economía, la ideología, la lucha de

clases, etc.26

No obstante, es importante reconocer que expertos como Carlos

Botero han propuesto que en el sentido contemporáneo que tiene

la palabra “tecnología” sólo se puede asegurar que el país ha

25

Grupo Educación y Tecnología (Edutec). Proyecto: ¿Qué es y cómo se

desarrolla el pensamiento tecnológico?, 2003 (Bucaramanga: Unab, 2003),

http://201.234.78.173:8080/gruplac/jsp/visualiza/visualizagr.jsp?nro=000000

00000780 (13 julio 2011) 26

Luis Rubén Pérez Pinzón, Impacto de las tecnologías educativas

empleadas para la solución de las necesidades sociales y económicas en la

región de Santander, 1857 – 1957 (Bucaramanga: Unab – Centro de

Investigaciones en Ciencias Sociales y Artes – Grupo Edutec, 2011), Informe

final de investigación

Page 318: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

317

contado con tecnología desde la segunda mitad del siglo XX27

.

Desde entonces el Estado-Nación fue presionado por los países

dominantes del eje democrático - capitalista a asumir una

“alianza para el progreso” cuyo componente central fue la

educación tecnológica a través de la tecnología educativa, así

como instituciones internacionales condicionaron su apoyo

financiero y cultural a las naciones en vías de desarrollo siempre

y cuando estuvieran dispuestas a incorporar las nuevas

tecnologías a los procesos educativos y productivos para ser tan

competitivas como las naciones altamente industrializadas. Por

ejemplo, la Unesco al promover el uso de computadoras IBM en

las universidades públicas de Colombia.

Al establecerse las fuentes tributarias de recursos, el sistema de

instrucción y las razones ideológicas por las cuales debían

educarse los colombianos, el Estado finalmente agregó el

modelo tecnológico que debía seguirse para formar a las nuevas

generaciones de ciudadanos tanto en Venezuela como en la

Nueva Granada y Ecuador. Para tal fin, el Supremo Gobierno

apeló a las atribuciones constitucionales otorgadas en cuanto a

la suscripción de tratados con otros Estados, instituciones

internacionales o personas dispuestas a transferir sus modelos

pedagógicos y la tecnología educativa desarrollada en sus países

de origen con el fin de contribuir al mejoramiento ideológico,

moral y productivo de las primeras generaciones de ciudadanos

republicanos capaces de leer, producir, elegir y tributar.

Para divulgar los progresos e innovaciones fomentados por los

extranjeros, para dar a conocer los alcances de sus gestiones y

decisiones, y especialmente para instruir al público general,

27

Carlos Botero Chica. “La formación de valores en la historia de la

educación colombiana”, Revista Iberoamericana de Educación. 932 (s.f).

Disponible en: http://www.rieoei.org/deloslectores/932Botero.PDF

Page 319: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

318

incluidos los estudiantes y maestros asociados con la instrucción

pública, el Estado colombiano reafirmó la necesidad borbónica

de masificar la información a través de la imprenta,

especialmente con la impresión de papeles de acceso público

como los periódicos, proclamas, manifiestos, avisos, etc.

No obstante, la nación colombiana si bien se había librado de la

censura editorial del régimen hispánico a través del Tribunal del

Santo Oficio para el Estado republicano era necesario prevenir,

regular y castigar los abusos que se pudiesen cometer los

ciudadanos al avocar el derecho constitucional a la expresión

pública de sus ideas consagrado en la Constitución de 1821 de la

siguiente manera: “Art. 156. Todos los colombianos tienen el

derecho de escribir, imprimir y publicar libremente sus

pensamientos y opiniones, sin necesidad de examen, revisión o

censura alguna anterior a la publicación. Pero los que abusen de

esta preciosa facultad sufrirán los castigos a que se hagan

acreedores conforme a las leyes”28

.

A través de la “Ley sobre la extensión de la libertad de la

imprenta, y sobre la calificación y castigo de sus abusos” (17 de

septiembre de 1821) se reglamentó ese artículo constitucional al

clasificarse los textos impresos por los colombianos en tres

tipos: Libros o impresos personales, Libros o impresos sagrados

(religiosos) y libros o impresos abusivos de carácter o interés

colectivo. Los libros personales no necesitaban censura previa

de no referirse a temas religiosos ni tenían que ser enjuiciados o

castigados sus autores y editores, ni prohibidas sus

28

República de Colombia, Constitución de la República de Colombia,

(Rosario de Cúcuta: Bruno Espinosa Impresor del Gobierno General, 1821),

96. Disponible en: http://www.bdigital.unal.edu.co/213/2/345_-

_6_Capi_6.pdf

Page 320: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

319

publicaciones, de no ser considerados abusivos para la moral y

seguridad públicas.

Los libros sagrados sólo podían publicarse de superar la censura

y obtener la licencia respectiva por parte de las autoridades

ordinarias eclesiásticas, así como los impresos sospechosos de

abusar de la confianza pública debían superar la censura y

obtener la licencia de las autoridades ordinarias ejecutivas o

judiciales, después de someterse a revisiones y juicios públicos.

La tipificación de los textos e impresos abusivos del derecho a

la libertad de imprenta fue establecida por el Congrego de la

República de la siguiente manera:

“Art. 4. Se abusa de esta libertad:

1. Cuando se publican escritos contrarios a los dogmas de la religión

católica apostólica romana; los cuales se calificaran con la nota de

subversivos.

2. Publicando escritos dirigidos a excitar la rebelión, o la

perturbación de la tranquilidad pública; los cuales se calificarán con

la nota de sediciosos.

3. Publicando escritos que ofendan la moral y decencia pública; los

cuales se calificarán con la nota de obscenos, o contrarios a las

buenas costumbres.

4. En fin, publicando escritos que vulneren la reputación o el honor

de alguna persona, tachando su conducta privada; los cuales se

calificarán con la nota de libelos inflamatorios.

…Art. 8. No se calificará de libelo inflamatorio al escrito en que se

tachen los defectos de los empleados, con respecto a su aptitud o falta

de actividad y acierto en el desempeño de sus funciones. Pero si en el

impreso se imputaren delitos que comprometan el honor y la

probidad de alguna corporación, o empleado, con inculpaciones de

hechos que estén sujetos a positivo castigo, el autor o editor quedará

Page 321: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

320

obligado a la prueba de sus imputaciones para salvar el escrito (si

fuere acusado) de la calificación de libelo inflamatorio”29

.

Los libros obscenos e impúdicos eran señalados y prohibidos

por el Gobierno como contrarios a la autoridad del Estado

republicano al actuar como nuevo Patrono eclesiástico y

educativo de la Nación, y consigo, defensor de la “profesión de

la religión católica, apostólica, romana”. Se consideraban

además textos opuestos a los dogmas y moral de la juventud,

subversivos y contrarios a la conservación de la pureza de la

religión y al “sostenimiento del orden y la tranquilidad pública”,

y por ende a la “tranquilidad interior”, así como agentes

desestabilizadores de la sociedad y las instituciones al ser

cuestionada y turbada la magnificencia de la iglesia católica

como ya sucedía en la España europea.

Por medio del Decreto vicepresidencial del 31 de octubre de

1823 se prohibió explícitamente la circulación e introducción en

la República de textos europeos como la “Filosofía de Venus, la

Teología portátil, el sistema de la naturaleza, el origen de los

cultos, el cristianismo descubierto y la historia critica de

Jesucristo”, ampliándose de tal manera la lista de obras

prohibidas por el Gobierno desde 182230

.

Esos libros, sumados a los de utilitaristas como J. Bentham,

habían sido las piezas fundamentales de la insurrección

ideológica y confesional que experimentaban los españoles

europeos desde 1820 al emanciparse del yugo moral y cognitivo

centrado en los dogmas católicos. Por tal razón el Gobierno

29

República de Colombia, Cuerpo de leyes, I: 96-97 30

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento a los años de

1819 a 1835, (Bogotá: Imprenta Nacional, 1926), VII: 174 - 175

Page 322: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

321

colombiano representado por el vicepresidente F. Santander y la

facción liberal de neogranadinos civilistas no consideraron

necesario incluir entre los libros prohibidos por el Estado

colombiano las obras de Bentham al ser uno de los autores

citados por los republicanos insurgentes desde 1808 y por ser

manifiesta su influencia en la redacción de la constitución de

1821, así como en sus leyes reglamentarias.

Por el contrario, se aprobó y decretó su consulta y estudio entre

los universitarios colombianos de derecho público a partir de lo

dispuesto en el Decreto vicepresidencial del 8 de noviembre de

1825, mediante el cual se autorizaba la enseñanza de los

“Principios de Legislación” de Bentham, e implícitamente sus

demás obras morales sobre la individualidad y la felicidad como

parte de la suma de placeres, cuestionando así la primacía y

moralidad de la Iglesia Romana basada en la vida de

congregación y en la noción del dolor o el pecado constrictor

para dominar todo placer.

Contrarios a esas decisiones, las facciones católicas seguidoras

de S. Bolívar amparadas en el artículo 299 del Plan de Estudios

de 1826, mediante el cual los rectores, maestros y estudiantes

podían vetar y desusar parte o la totalidad de las obras liberales

que se consideraban subversivas o sediciosas al contrariar la

moral religiosa o civil de los colombianos, promovieron ante el

presidente y libertador librar a la Iglesia y sus creyentes de ese

ataque por parte del mismo Estado, lo cual se concretó con las

reformas educativas promovidas por Bolívar al declararse y ser

reconocido como Dictador.

De tal modo, parte del fracaso o el rechazo a las innovaciones

educativas demoliberales de F. Santander tuvieron que ver con

la resistencia del vicepresidente y sus seguidores a eliminar del

Page 323: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

322

Plan de Estudios a Bentham y los utilitaristas británicos,

reafirmándose esa condición conflictiva al retornar Santander a

la Nueva Granada y decretar como Presidente el

restablecimiento de los estudios utilitaristas.

La necesidad de preservar el orden, la moral y la tranquilidad

pública de toda la República a través de los libros de enseñanza

usados en cada aula, y por ende entre cada colegio y familia

colombiana al tener derecho a objetar incluso las decisiones

educativas del supremo gobierno, se había delimitado en dicho

plan de la siguiente manera:

“Artículo 229. Los autores designados en este decreto para la ense-

ñanza pública no se deben adoptar ciegamente por los profesores

en todas sus partes. Si alguno o algunos tuvieren doctrinas contrarias

a la religión, a la moral y a la tranquilidad pública, o erróneas por

algún otro motivo, los catedráticos deben omitir la enseñanza de

tales doctrinas, suprimiendo los capítulos que las contengan y

manifestando a sus alumnos los errores del autor y autores en

aquellos puntos, para que se precavan de ellos, y de ningún modo

perjudiquen a los sanos principios en que los jóvenes deben ser

imbuidos”31

.

Para reafirmar el papel e importancia de la imprenta y los

recursos impresos para la consolidación de las comunicaciones

del Estado como para el fomento de las publicaciones públicas

del Estado, específicamente los periódicos y libros de uso oficial

que posteriormente se constituirían en medios de instrucción

popular para las gentes comunes como de instrucción pública

para los colegiales y universitarios, el Congreso General

autorizó al Gobierno Supremo de la República emplear doce mil

pesos de los fondos públicos, incluidos los bienes expropiados a

31

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento VII: 450

Page 324: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

323

la extinta inquisición, “para la compra de una buena imprenta

que sirva al gobierno supremo de la Nación, y para la de los

libros más necesarios al congreso sobre legislación, derecho

público, economía política y demás ramos de la ciencia del

gobierno, a fin de que sirvan al cuerpo legislativo en su próxima

reunión”32

.

El primer texto oficial que fue autorizado y dispuesto por el

Congreso y el Gobierno de la República para su publicación fue

la Constitución de la Nación, para lo cual se prohibió su

impresión o reimpresión por particulares al ser privilegio y

responsabilidad del poder ejecutivo la divulgación y

juramentación de la misma. Al respecto se decretó desde el 25

de septiembre de 1821 que: “Ningún impresor ni particular

podrá imprimir o reimprimir la Constitución de la República.

Todas las ediciones que de ella se hagan serán por orden y

cuenta del gobierno supremo de la Nación. Cualquiera que

contravenga a esta ley, perderá todos los ejemplares impresos y

el duplo de su valor, que se aplica para los gastos de la imprenta

del gobierno. En la misma pena incurrirán los que introdujeren

ejemplares impresos en países extranjeros”33

.

La consecuencia de la importación de bienes y materias primas

para la educación fue la necesaria inmigración de extranjeros,

preferiblemente europeos y norteamericanos, dispuestos a

transferir su conocimientos y experiencias productivas en el uso

didáctico y productivo de esos recursos tecnológicos al

incentivar el progreso industrial interno como la exportación de

manufacturas a los mercados internacionales aprovechando las

materias primas existentes, el potencial artesanal de los

32

República de Colombia, Cuerpo de leyes, I: 108-109 33

República de Colombia, Cuerpo de leyes, I: 189 - 190

Page 325: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

324

nacionales, y especialmente, las habilidades mercantiles y los

capitales financieros circulantes. A cambio de ello, los

extranjeros debían recibir exenciones tributarias, cartas de

naturalización y fanegadas de tierras de los baldíos del Estado

de ser “labradores y artesanos”, propiciándose así relaciones de

mutuo beneficio cuyo consecuencia debía ser un rápido proceso

de civilización e industrialización de la República y el éxito de

la política inmigratoria dispuesta desde 1823.

8.2 INSUMOS DIDÁCTICOS

Una segunda acción encaminada a garantizar la moralización

cristiana y la disciplina para el trabajo entre las nuevas

generaciones de ciudadanos a partir de la articulación de

sacerdotes, normalistas y pedagogos extranjeros al “Sistema de

educación pública y enseñanza nacional” (Ley del 18 de marzo

de 1826) fue la distribución de los niveles de instrucción

general, gratuita, común y uniforme que se debía impartir en

escuelas de enseñanza primaria y elemental (parroquias y

cabeceras de cantón), en colegios nacionales de segunda

enseñanza elemental o para la instrucción en las cátedras de las

facultades menores (en las capitales provinciales) y en las

universidades departamentales y centrales para la titulación en

ciencias generales y especiales asociadas con las facultades

mayores o educación superior (capitales departamentales).

Esos niveles y sus respectivos establecimientos debían ser

dirigidos por una Dirección General de Instrucción Pública con

sus respectivas subdirecciones departamentales, las cuales

debían contar a su vez con la asesoría académica y tecnológica

de la Academia Literaria Nacional y sus sociedades

departamentales.

Page 326: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

325

En el caso particular de las escuelas primarias (o de primeras

letras) de las parroquias y cabeceras de cada cantón, para niños

y niñas, la prestación del sistema se centró en la enseñanza de

los fundamentos democráticos, cívicos, religiosos y económicos

que habían sido establecidos por la Constitución Política de

1821 como por la legislación reglamentaria de la misma, siendo

transversalizados esos saberes con una férrea disciplina

concebida como útil y necesaria para formar en la obediencia, el

respeto y la sumisión a los futuros trabajadores de ramos como

el tabaco.

Los componentes mínimos, básicos y primarios de la instrucción

general de los colombianos de la República debían ser la

enseñanza de: 1. Los fundamentos principales de la religión; 2.

Los primeros principios morales y de urbanidad; 3. Leer y

escribir correctamente, 4. Las primeras reglas de aritmética; 5.

Un compendio de la gramática y ortografía del idioma

castellano y; 6. El catecismo político constitucional. Para

alcanzar esas metas se requería contar con maestros licenciados

caracterizados por su probidad, patriotismo y suficiente

instrucción, previo “examen público y una rigurosa censura”, así

como los estudiantes debían presentar “exámenes públicos y

generales a lo menos cada año, en diferentes días y actos”34

.

Sin embargo, el sistema educativo nacional no precisaba las

estrategias pedagógicas, didácticas y tecnológicas que debían

seguir y cumplir los maestros. De allí que el Congreso le

asignara al Gobierno la tarea de formar un nuevo Plan de

Estudios (18 de marzo de 1826), que descartando el uso del plan

hispanocatólico empleado durante el régimen virreinal ilustrado

y de reconquista permitiese concluir el proceso de organización

34

República de Colombia, Codificación Nacional, II: 230

Page 327: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

326

y arreglo de la instrucción pública. Ese Plan fue expedido el 3

de octubre del mismo año, siendo dispuesto para las escuelas

primarias de las parroquias y cantones de la República:

“Artículo 12. Se observará exclusivamente en todas las escuelas, y

conforme se previene en los artículos 3°, 4° y 11º de este decreto el

método combinado de Bell y Lancaster. A este fin se remitirá a

cada intendencia, por sola una vez, el número necesario de

ejemplares de dicho método de la edición que se está haciendo en

esta ciudad, e igualmente se remitirá el número correspondiente de

tablas de lectura, de muestras para escribir y de los libros que

hayan de servir a las clases más aprovechadas. Todas estas tablas

y libros podrán reimprimirse en los departamentos según lo exija la

necesidad”35

.

La Ley y el Decreto hicieron explícito el interés del Gobierno

central por alfabetizar en el menor tiempo posible a todos los

menores de edad en los fundamentos de la religión, el lenguaje,

la aritmética y moral política dispuestos, regulados y

supervisados por el Estado, constituyéndose el sistema de

“monitores” en la -fabricación simultanea- de ciudadanos con

normas y habilidades básicas para la sumisión y aceptación del

régimen dominante, y especialmente, en la preparación de

generaciones de trabajadores letrados, leales y disciplinados

capaces de asumir las responsabilidades productivas que, en el

caso de la provincia de Pamplona, estaban asociados con los

cosecheros, comerciantes, factores y administradores de las

crecientes rentas públicas generadas por el tabaco en rama o

torcido (cigarros caseros).

Al imponer un único método y forma de organización de la

“alfabetización universal” por medio de las escuelas de

enseñanza mutua, el Gobierno central declaró además su

oposición a toda forma familiar, privada, parroquial o provincial

35

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento, VII: 401-407

Page 328: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

327

de educación que desconociendo las políticas centrales

perpetuase las estructuras sociales, raciales o didácticas del

método escolástico español36

. Así mismo, esas escuelas fueran

reguladas por las “Juntas curadoras de la educación” que se

conformaron en cada ciudad, villa y parroquia con los padres de

los niños y niñas como tributantes primarios de las escuelas,

siendo su principal función exigir y evaluar el uso del método

dispuesto por el Gobierno Central en las mismas sin

innovaciones, autonomías o excepciones territoriales.

También se limitó todo accionar de los empresarios

filantrópicos agremiados en las Sociedades de Amigos de la

Instrucción Primaria al no poder interferir o remplazar con sus

capitales privados cada una de las obligaciones de los

ciudadanos y funcionarios, así como se ordenó que el método de

instrucción primaria que debían seguir los maestros de primeras

letras de la República debía ser semejante al adoptado por el

sistema educativo británico en Europa y sus colonias asiáticas.

Es decir, el método de las escuelas de enseñanza mutua

concebido por Bell y divulgado de forma innovadora por

Lancaster y sus seguidores en toda América.

Siguiendo las instrucción de los manuales de Lancaster37

, las

Juntas curadoras debían ser elegidas e instaladas ante los

alcaldes y/o los jefes políticos, siendo su primera tarea el

aseguramiento y continuidad de la infraestructura física y

tecnológica necesarias para adecuar las aulas de clase de las

escuelas primarias acordes con los salones de clase

lancasterianos del Reino Unido y los Estados Unidos. De allí

que el Decreto de 1826 describiera con especificidad las

36

Meri Clark, Conflictos entre el Estado, 32-61 37

Joseph Lancaster, The British System of Education (London: J. Lancaster,

1810)

Page 329: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

328

dimensiones, características y recursos que debían poseer las

escuelas lancasterianas de Colombia bajo la responsabilidad de

las Juntas de padres.

Aunado a la uniformidad y “unidad” nacional en cuanto a la

infraestructura, financiación y supervisión del sistema

parroquial o cantonal de educación, cuyas inversiones debían

tener prioridad frente a otras necesidades públicas como los

arreglos de caminos, cárceles o iglesias, el nuevo Plan de

Estudios de 1826 decretó además cuál debía ser la tecnología

educativa que el Gobierno central estaba dispuesto a financiar,

suministrar y reproducir entre las escuelas parroquiales y los

colegios provinciales para la masificación y unificación

estructurada de la instrucción general de los colombianos. Se

cumplía así la meta constitucional de contar con ciudadanos

letrados y productivos en oficios o campos específicos de los

conocimientos útiles para 1840, especialmente en aquellos

ramos de los cuales se obtenían las rentas nacionales para

garantizar la educación pública.

En cuanto a las tablas de lectura (carteles o laminas colgantes)

se dispuso que: “conforme a la colección que se está ahora

imprimiendo en esta ciudad, contendrán, además de los

silabarios, lecciones de moral, religión, constitución del Estado,

urbanidad, principios de gramática y ortografía castellana y de

las cuatro reglas principales de la aritmética, tanto con respecto

a números enteros como a decimales y denominados, y la regla

de tres”38

.

Para complementar el aprendizaje de la lectura y la escritura con

las tablas impresas, los estudiantes contaban además con

pizarras para escribir de forma rústica y correctiva con lápices

de acero y lápices de cobre entre los estudiantes principiantes,

así como lápices de carbón, plumas, tinteros de plomo, tintas

38

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento, VII: 402

Page 330: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

329

minerales y papel importado para fomentar la escritura

protocolaria entre los estudiantes avanzados y de mejor

aprovechamiento, en su mayoría monitores de los usuarios de

las pizarras, quienes a su vez tenían el privilegio de tocar la

campanilla metálica para dar inicio a las clases, así como pitos

(silbatos) para ordenar de forma disciplinada el cambio de

actividades siguiendo un régimen castrense interno.

En cuanto a los libros se debían seguir “el catecismo de moral”

por J. L. Villanueva, la “Carta de Jiverates a Demonico”, el

Catecismo de Fleuri, el Catecismo Político Constitucional de

Grau y la “Geografía de Colombia por Acebedo”, a través de los

cuales se garantizaba los temas de enseñanza obligatoria de la

instrucción primaria dispuestos en el sistema educativo. Sin

embargo, el Plan de Estudios de 1826 agregó a esos seis temas

fundamentales (religión, moral y urbanidad, lectura y escritura,

aritmética, gramática y ortografía castellana y, catecismo

político constitucional) de instrucción de los niños y las niñas a

través de las tablas y libros algunos otros temas necesarios para

garantizar la continuidad de los estudiantes al segundo (colegial)

y tercer (universitario) nivel de instrucción general de los

habitantes de la República a través de las escuelas cantonales,

establecidas y reconocidas desde 1821 hasta 1826 como

colegios provinciales o casas de enseñanza. Entre esos temas y

materias debían considerarse: “Artículo 14. Además de lo que ha de enseñarse en las escuelas

parroquiales, se enseñarán en las que haya en las cabeceras de cantón,

compendios más extensos de gramática y ortografía castellana y de

geografía, los elementos de aritmética integral, decimal y comercial

que acaban de imprimirse en Bogotá, la cubicación, la agrimensura

por medio de triángulos proporcionales; la geometría práctica por

Hijosa; la cartilla de dibujo impresa para las escuelas de Madrid, el

catecismo de industria rural y económica de Mora; y en las cabeceras

de cantón donde se pueda y convengan los catecismos de agricultura

y de historia moderna del mismo Mora y la de veterinaria.

Page 331: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

330

Artículo 15. Estas mismas materias se enseñarán en las respectivas

escuelas de parroquia y de cantón, destinadas a niñas, a excepción de

la agricultura, agrimensura y veterinaria, y con adición de su sexo,

según está dispuesto en el artículo 25 de la citada ley [18 de marzo de

1826], y conforme al método de enseñanza mutua para niñas, que

también se está imprimiendo en esta ciudad, y del cual se distribuirá

el número necesario”39

.

La administración y suministro de los materiales didácticos

como de los recursos humanos necesarios para el uso y puesta

en funcionamiento en cada escuela parroquial o cantonal del

método lancasteriano recaía en la Dirección General de la

Instrucción pública a través de sus subdirecciones y

dependencias departamentales y provinciales. Siendo delegadas

a esa Dirección tareas precisas para la masificación y la

uniformidad de la instrucción primaria de toda la República

como eran: “Artículo 18. …2º. Aumentará, mejorará y completará las series de

silabarios y tablas de lectura mencionadas en el artículo 13;

decidirá sobre los modelos y mejoras que les pasen y sugieran las

subdirecciones, y si los aprueba, hará que se generalicen en toda

Colombia.

3º. Formará los catecismos o Compendios que no existan y sean

necesarios, elegirá y propagará los que ahora hay y se mandan

enseñar, sugerirá al Gobierno los que convenga sustituir a éstos, y

hará litografiar y distribuirá por sólo una vez y un número suficiente

las muestras o modelos de escritura de que hayan de usar en las

escuelas las clases que escriban en papel.

4º. Se hará dar cuenta mensualmente del estado de todas las escuelas,

promoverá en ellas el debido orden, impedirá la introducción de

abusos y velará que los fondos destinados a ellas produzcan lo más

que sea posible y que su producto se invierta como debe ser”40

.

Todas esas disposiciones evidenciaban a su vez que la imprenta

39

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento, VII: 405-406 40

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento, VII: 407

Page 332: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

331

nacional adquirida por el Estado era empleada para producir, a

la par de los libros y periódicos oficiales, toda la tecnología

educativa necesaria para hacer eficaz el nuevo método por

medio de impresos para los profesores (manuales del método),

los padres (copias de las leyes) y estudiantes (libros y tablas de

lectura). Siendo responsabilidad de las juntas curadoras de las

escuelas parroquiales y de las juntas directivas de los colegios o

casas de enseñanza parroquiales el contratar o comprar los

ejemplares que fuesen dañados o dejados en desuso con la

misma imprenta nacional o con los impresores capitalinos.

El fomento del autoabastecimiento de recursos tecnológicos

educativos de carácter impreso también fue proyectado para las

universidades departamentales y centrales de la República, las

cuales debían tener bibliotecas públicas para el acceso de los

recursos de aprendizaje, así como cada una debía adquirir y

administrar una imprenta “con el fin de reimprimir

correctamente los libros elementales, y de proporcionarlos

baratos a los estudiantes. Con su venta o con la publicación de

obras nuevas, se podrá también aumentar los fondos de la

universidad”41

. Adicionalmente, para garantizar la eficacia del

método lancasteriano como la eficiencia de la tecnología

educativa impresa para tal fin, el Gobierno nacional dispuso en

el mismo plan un riguroso control a la asistencia regular y la

puntualidad permanente de los estudiantes como

responsabilidad compartida con los padres de familia, las juntas

de padres y las autoridades políticas como educativas.

Para evitar interpretaciones o adaptaciones provinciales se

dispuso un único cronograma de actividades escolares para toda

la República, garantizando así la masificación de la instrucción

primaria de la población infantil y la administración de los

salarios de los educadores. Los estudiantes de educación

41

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento, VII: 428-429

Page 333: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

332

primaria debían cursar 30 horas semanales de clase, de lunes a

sábado, así como de las 52 semanas anuales solo se autorizaba

el receso de clases durante dos semanas (semana santa, fin de

año), que sumadas a los días festivos podían llegar a representar

un total de cuatro semanas. Si bien los días de fiesta religiosa o

patria eran reconocidos como festivos en los cuales no se

realizaban actividades escolares, en la práctica los estudiantes y

las escuelas terminaban haciendo parte de las mismas al desfilar

durante las procesiones rituales o marciales, al integrarse a los

actos culturales asociados con las celebraciones religiosas como

con las conmemoraciones patrias. Especialmente, durante las

fiestas patronales de la Parroquia o las fiestas patrias de la

Nación en julio, agosto y diciembre42

.

Esa disciplina rigurosa en el cumplimiento de las jornadas

académicas de estudio, incluidos los niños trabajadores

(campesinos, artesanos, pobres), indios y esclavos que debían

asistir al menos a dos horas de clase dominicales de no poder

hacerlo de forma permanente entre semana, reafirmaba el interés

gubernamental por aumentar la cobertura de alfabetos y la

masificación en poco tiempo de la instrucción en ciencias

básicas para la primera generación de ciudadanos nacidos en

Colombia como una República libre y soberana43

. Siendo

integrados a ese proceso también los soldados menores de edad,

es decir menores de 25 años, que no conocían las primeras ni

habían recibido instrucción diferente a las diferentes labores y

ramas de la vida militar.

42

República de Colombia, Codificación Nacional: Suplemento, VII: 405-406 43

Evelyn Ahern, El desarrollo de la educación en Colombia 1820 – 1850

[1947] (Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2004), 15. Disponible en:

http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/rce22-23_04arti.pdf

Page 334: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

333

8.3 INSTRUCCIÓN POPULAR

La educación en escuelas y colegios de las futuras generaciones

de ciudadanos colombianos, letrados y productivos fue

considerada una necesidad filosófica al difundirse a través de

ella “la fuente y origen de todos los demás conocimientos

humanos”, así como se constituyó en una obligación de la

gramática y el derecho (civil, patrio, canónigo y de gentes)

porque “…sin saber leer y escribir los ciudadanos, no pueden

conocer fundamentalmente las sagradas obligaciones que les

imponen la religión y la moral cristiana, como tampoco los

derechos y deberes del hombre en sociedad para ejercer

dignamente los primeros, y cumplir los últimos con exactitud”44

.

Las nuevas generaciones de docentes formadas en las Escuelas

Normales estatales debían centrar sus esfuerzos en enseñar los

rudimentos del progreso, la civilidad y moralidad pública a

través de los dispositivos tecnológicos con los que contaban

tradicionalmente en las aulas mientras que las nuevas

generaciones de sacerdotes formados en el colegio de

ordenandos o los seminarios provinciales se debían constituir en

“los inspectores e institutores morales que deben combatir los

vicios, origen funesto de los crímenes”, y de forma contraria a lo

dispuesto por el patronato del régimen borbón, debían

“promover la ilustración y la regularidad de costumbres”45

.

La formación para el ejercicio de la ciudadanía requería que la

política del Gobierno central articulara los medios de

moralización cristiana del clero durante los eventos de

44

República de Colombia, Cuerpo de leyes, I: 74 45

República de Colombia, Colección de Leyes dadas por el Congreso

Constitucional de la República de Colombia en las sesiones de los años 1823

y 1824 (Bogotá: Imprenta de Manuel María Viller – Calderón, 1824), 14

Page 335: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

334

convivencia pública46

con los instrumentos tecnológicos de

formación cívica del magisterio para la interacción privada,

siendo preciso emplear recursos y estrategias comunes que

permitiesen alcanzar los fines dispuestos por el Gobierno central

para “el sostenimiento de la religión y de la moral pública y

privada”47

. Las instituciones de educación e instrucción pública

se constituyeron en los medios directos de subyugación y

represión ideológica de las familias republicanas en nombre del

Estado al ser vigiladas las conductas de los padres a través de

los comportamientos de los hijos, así como los actos públicos y

privados de los hijos obligaban a los padres y demás familiares a

coexistir y cumplir con los postulados del nuevo régimen.

Al aprobarse e imponerse un único método de enseñanza para

todas las escuelas y colegios fueron los sacerdotes y curas

párrocos los más comprometidos en su continuidad, en formar a

los maestros como en el uso racional de los dispositivos

tecnológicos que se requerían en las aulas en concordancia con

el patronato eclesiástico renovado entre las autoridades

eclesiásticas y las constitucionales. Sin embargo, a la par del

patronato que fortalecía al clero fueron fomentadas o reguladas

por el Gobierno organizaciones filantrópicas privadas que

buscaban debilitar la inherencia y continuidad de ese mismo

clero en el sistema educativo secular como eran la Sociedad de

amigos del país, la Sociedad Francmasónica, las Sociedades de

Instrucción Primaria y las Juntas Curadoras, las cuales eran

reconocidas públicamente porque “promovían el desarrollo

industrial o comercial, organizaban asociaciones científicas,

46

República de Colombia, Codificación Nacional, (Bogotá: Imprenta

Nacional, 1924), II: 75

47 República de Colombia, Cuerpo de leyes, I: 67

Page 336: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

335

compraban libros y suministros, alquilaban las casas de las

escuelas y pagaban a los maestros”48

.

De tal manera, los cambios estructurales al orden educativo y

sociocultural prexistentes debieron ser graduales y moderados

para evitar la impopularidad de los electores y la

contrarrevolución de los ministros de la iglesia católica, siendo

ejemplo de ello el interés de los generales–presidentes por

aprobar, aceptar y promover la moralización de los ciudadanos

adecuando a los fines educativos republicanos dispositivos

tecnológicos de origen inquisitorial como eran los “catecismos”

y los “libros” censurados.

La tecnología educativa catequística fue eficaz para

contrarrestar el influjo de la reforma protestante en Europa,

expandir la evangelización por occidente, reafirmar el hispano-

catolicismo de los vasallos de la corona española en las indias

occidentales, así como para regular o cuestionar el influjo de las

innovaciones ilustradas al anteponerse las verdades reveladas en

el libro sagrado a cualquier innovación racional o

cuestionamiento empírico sobre los misterios y dogmas

protegidos por la fe.

La estructura de cuestionarios memorísticos y las respuestas

incuestionables dispuestas por un autor afín con la ideología

política de su censor editorial se constituyeron en el medio

inmediato y más recurrente para evangelizar a los

neogranadinos y demás colombianos. Se les debía enseñar

cuáles eran las causas y bondades de la transfiguración del

poder soberano de las colonias americanas en manos de los

48

Olga Zuluaga, El maestro y el saber pedagógico en Colombia 1821-1848,

(Medellín: Universidad de Antioquia, Facultad de Educación, 1984), 55-56

Page 337: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

336

reyes españoles a las de los ciudadanos gobernantes regulados

por un pacto constitucional.

Los catecismos del republicanismo fueron compuestos para

reafirmar la razón de ser de las nuevas instituciones

socioculturales como eran la ciudadanía representativa, los

diputados provinciales, el tripartismo estatal, la liberación de los

mercados y los ingenios, así como el modelo revolucionario de

república democrática liberal promovido por los

librepensadores.

Uno de los primeros y más divulgados catecismos

neogranadinos del período de la Independencia fue el

“Catecismo o Instrucción popular” compuesto y publicado en

1814 por el presbítero Juan Fernández de Sotomayor en la

ciudad de Cartagena de Indias. Sus premisas se centraban en los

ideales de la declaración de independencia absoluta de los

cartageneros (noviembre 1812) contra el régimen monárquico

borbón como eran el rechazo al dominio colonial militar de los

españoles peninsulares, y consigo, el desconocimiento a todo

título de dominio o heredad de la corona española o sus cortes

sobre los americanos49

.

Organizado didácticamente por medio del sistema de

“lecciones” que fue empleado y permaneció vigente hasta

mediados del siglo XX en los manuales escolares oficiales, la

primera lección de Fernández se centraba en el desconocimiento

49

Javier Ocampo, “Catecismos políticos en la Independencia. Un recurso de

la enseñanza religiosa al servicio de la libertad”, Revista Credencial Historia,

85 (1997). Disponible en:

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/enero1997/ener

o1.htm

Page 338: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

337

de todo dominio del Rey y el Dios de los españoles europeos al

instruir y exigir a los adoctrinados en los dogmas de la

República al responder de memoria a cuestiones propias de la fe

en la soberanía republicana como: “Pregunta: ¿De quién

dependía la América antes de la revolución de España?

Respuesta: De sus reyes. Pregunta: Esta sumisión o

dependencia, ¿tenía algún fundamento en la justicia? Respuesta:

Ninguno tuvo en su principio. Pregunta: ¿Qué títulos se han

alegado para mantener esta dependencia? Respuesta: Tres, a

saber: la donación del Papa, la conquista y la propagación de la

religión cristiana"50

.

La mediación tecnológica con la que se justificaba la impresión

y divulgación de los catecismos con fondos públicos,

especialmente entre los funcionarios del nuevo estado, estuvo a

su vez relacionada con la necesidad que se tenía de promover

ejercicios espirituales, actos de reflexión y la reafirmación de

sus convicciones ideológicas por parte de todos aquellos que

debían jurar en público y demostrar con sus actos privados su

absoluta sumisión al orden constitucional y legal impuesto a

partir de 1821. Mientras en las aulas se educaban a las nuevas

generaciones para defender y perpetuar esos ideales durante una

decena de años, en las demás instancias de la sociedad se

requerían acciones mucho más breves y eficaces de

adoctrinamiento republicano a través de medios como el sermón

parroquial, el discurso gubernamental, la proclama militar o la

lectura memorística de los catecismos oficiales.

50

Javier Ocampo, “Catecismos políticos en la Independencia. Un recurso de

la enseñanza religiosa al servicio de la libertad”

Page 339: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

338

Para tal fin se apeló a la experiencia didáctica obtenida con el

“Catecismo Político” de José Grau, el cual fue empleado en los

territorios libres e independientes del Orinoco donde nació la

República de Colombia en 1819, siendo divulgado al resto del

territorio nacional en 1822 ante las bondades de centrar sus

premisas didácticas en memorizar y reafirmar los principios,

características y estructura de la Constitución de Colombia de

1821.

Esos catecismos fueron mejorados en sus propósitos ideológicos

como en sus alcances didácticos, acorde con Javier Ocampo, por

medio de dispositivos catequísticos como el “Manual del

Colombiano” de Tomás Lander (1825) centrado en los principio

y garantías liberales defendidos por los revolucionarios

republicanos y estatuidos como dogmas nacionales a través de

las disposiciones constitucionales; “El catecismo de moral” de

Joaquín Lorenzo de Villanueva (1827); las “Máximas

republicanas, noticias sobre la geografía de Colombia” que a

semejanza de las máximas de Holbach fueron publicadas en la

cosmopolita y republicana New York en 1827, hasta llegar a

proyectos netamente neogranadinos como el “Catecismo

Republicano” de Cerbeleón Pinzón (1864).

Todos esos catecismos reafirmaron la condición liberal y

patriótica del ciudadano colombiano como un “hombre”

republicano, virtuoso, honesto, sencillo, laborioso, decisivo,

colaborador, amante de la unión y comprometido con el

progreso colectivo desde su esfuerzo individual51

.

Durante los regímenes liberales europerizantes de la segunda

mitad del siglo XIX el modelo republicano, centralista,

51

Javier Ocampo, Catecismos políticos, 85

Page 340: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

339

militarista, nacionalista y monoestatal de los primeros

catecismos fue sustituido con el uso de catecismos cívicos, de

urbanidad y buenas costumbres, cuya obra más representativa

fue el “Manual de urbanidad y buenas maneras, para uso de la

juventud de ambos sexos, en el cual se encuentran las

principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse

en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve

tratado sobre los deberes morales del hombre”52

del músico,

pedagogo y diplomático venezolano Manuel Antonio Carreño.

Manual sugerido y suministrado como texto básico para impartir

las clases de cívica en cada uno de los estados soberanos por las

autoridades federales y territoriales adscritas al liberalismo

radical, con lo cual, cayeron en desuso los manuales de

urbanidad compuestos por intelectuales conservadores y

nacionalistas como Rufino José Cuervo y Pio del Castillo.

8.4 LOS TABACALEROS

El centro de producción y acopio de tabaco más importante de

los andes neogranadinos durante la primera mitad del siglo XIX

estuvo asociado con la Provincia de Pamplona y surgió como

resultado de los capitales aportados por las familias productoras

de tabaco a orillas de los ríos Oro, Frío y Hato en su afán de

contar con una parroquia propia para cumplir con sus deberes

sacramentales, sin arriesgar sus vida cruzando ríos caudalosos y

para no descuidar los procesos de cultivo y recolección del

52

Manuel Antonio Carreño, Manual de urbanidad y buenas maneras, para

uso de la juventud de ambos sexos, en el cual se encuentran las principales

reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas

situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes

morales del hombre (Nueva York: Appleton & Co., 1854)

Page 341: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

340

tabaco al tener que dedicar días enteros de viaje para cumplir

con los rituales parroquiales en la ciudad de Girón.

La importancia que tenía la producción del tabaco del sitio del

Pie de la Cuesta [abreviado a Piedecuesta], aunado al hecho de

que en esa parroquia se hallaba establecida la real factoría de

tabacos que abastecía a toda la cordillera oriental neogranadina,

conllevó a que durante su proceso gradual de disolución

intervinieran en 1778 autoridades reales como el fiscal

Francisco Antonio Moreno y Escandón.

Funcionario que en nombre de la Real Audiencia pidió al virrey

penas y multas severas para los curas, alcaldes y vecinos que

por sus inconformidades sobre la ubicación de la fundación

entorpecieran la culminación de los edificios públicos y

privados de la moderna parroquia, la prosperidad particular de

las familias de cosecheros al dedicarse a acrecentar la disputas y

recelos entre sí, así como el incumplimiento de las metas

productivas de cosecha y transporte de cargas de tabaco

proyectadas para todo el “Reino”53

.

Prosperidad que contradictoriamente no se reflejaba en la

creación y sustento de obras públicas como escuelas, colegios u

hospitales. Actuando como cura párroco en interinidad Fray

Mateo Valencia expresó en 1802 a las autoridades virreinales

que la principal necesidad de las parroquias dedicadas a la

producción de tabaco como era el caso de Piedecuesta estaba

relacionada con la carencia de un sistema de instrucción acorde

a las necesidades productivas y comerciales de los cosecheros

porque:

53

Francisco Antonio Moreno y Escandón, Indios y Mestizos de la Nueva

Granada a finales del siglo XVIII (Bogotá: Banco Popular, 1985), 463 - 469

Page 342: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

341

“No hay instrucción sin escuelas o colegios. En estos lugares aún

una escuela de primeras letras en la que se enseñe a leer y escribir

son muy raras, que es donde más se pueden instruir desde la niñez en

los principios de nuestra religión… Para instruir a estas gentes se

había de poner una escuela en cada lugar, en la que se enseñaran los

principios de nuestra sagrada religión, leer, escribir, aritmética,

geometría y agricultura, y se obligasen, a lo menos a los padres

que gozan alguna comodidad, que tuvieran a sus hijos en la

escuela hasta que aprendieran todas las materias dichas, pues todas

son precisas para la instrucción de un buen labrador. Que el

maestro sea un sujeto de arreglada conducta y probidad, y que tenga

método para enseñar”54

.

Los efectos de la prosperidad particular compartida en pro del

bienestar colectivo sólo fueron reconocidas tres décadas

después por las autoridades reales al conferirse a la parroquia el

título y condición municipal como “Villa de San Carlos” en

1810, considerándose que sus vecinos ya contaban con los

recursos materiales y la idoneidad para ejercer los empleos

concejiles, sus cultivos de tabaco eran el ramo con el que se

sustentaba el comercio interior y exterior, así como se

reconocía que los terrenos y edificios donde estaban situadas la

iglesia, la cárcel, los ejidos y la factoría de tabacos de la

provincia habían sido comprados y donados por los vecinos

cosecheros.

Fue en ese ambiente de producción y comercialización del

tabaco bajo las regulaciones de los factores virreinales y

republicanos donde nació y creció el piedecuestano Victoriano

de Diego Paredes, quien se constituyó en el mejor ejemplo del

54

Archivo General de la Nación. “Poblaciones de Santander, Informe del

Cura de Piedecuesta, 1802”, Gobierno y administración colonial siglo

XVIII: fuentes para la historia de Santander ( Bucaramanga: Escuela de

Historia, 1996), 148 – 149

Page 343: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

342

cosechero y administrador de tabacos de la primera mitad del

siglo XIX, en el abanderado de la transformación del sistema

educativo colombiano al fundar colegios universitarios con

talleres de artes y oficios, así como en el principal promotor y

responsable de la abolición del monopolio estatal del tabaco

como parte de las reformas liberales, siendo Ministro de J. H.

López.

En sus memorias autobiográficas de 1885, V. Paredes se

presentó como hijo del Factor y Administrador de la Renta de

Tabacos de Piedecuesta-Girón, el español Pedro Antonio de

Diego Paredes, quien ocupó ese cargo hasta su muerte en 1805.

Aprendió los detalles de la tabacultura en compañía de su

madre y hermanos en las propiedades paternas ubicadas en el

valle de Guatiguará y a los veinte años fue nombrado

Interventor de la comisión principal de plantaciones de tabaco

del circuito de Girón, siendo enviado a desempeñar

parcialmente su comisión a Zapatoca al oponerse al

bolivarianismo del General José Félix Blanco, así como para

dar cumplimiento a los decretos presidenciales sobre factorías

de tabaco de 1822. Finalmente, fue nombrado por S. Bolívar

como interventor principal, cargo que rechazó al declararse

“liberal” y no aceptar encargos del dictador “godo”.

Apelando a las estrategias borbónicas de instrucción popular

para el uso de nuevas técnicas productivas en la extracción

minera, su mayor logró durante el tiempo que estuvo en

Zapatoca fue enseñar a los jóvenes y cosecheros de esa

parroquia la producción técnica del cultivo del tabaco acorde a

las prácticas agrícolas que había aprendido entre los factores de

Piedecuesta y Girón, lo cual implicaba reforzar los

conocimientos básicos en aritmética, lectura y escritura que se

requerían para cultivar y comercializar las cosechas.

Page 344: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

343

Al respecto dictó a su hija: “…me dediqué a enseñar a algunos

jóvenes todo lo que pude y tomé grande empeño en que no me

faltaran abundantes fondos de la Renta de tabacos para

suministrar al gremio de cosecheros, que era muy crecido,

adelantos en dinero para fomento de sus sementeras, siendo de

notarse que la Renta no perdió un real en los adelantos que hizo

ni tuvo que ejecutar por ellos a nadie”55

.

Los comisionados e interventores cumplían las mismas

funciones administrativas y policivas de los factores y guardas

del régimen virreinal al proteger una de las rentas fijas del

Estado (Ley 26 septiembre de 1827) de la cual se obtenían los

ingresos para el pago y sustento de los gastos públicos como

para la buena administración interna de las rentas nacionales.

Los administradores departamentales de rentas, los factores de

tabacos, los administradores de estanquillos y los comandantes

de los resguardos militares encargados de proteger las rentas y

factorías (Ley I del 3 de agosto de 1824) debían propiciar el

aumento en las cosechas de tabaco y prevenir el contrabando

aumentando el precio de las compras de tabaco hechas por los

factores a los cosecheros hasta en ocho reales (equivalentes a un

peso de plata) por arroba en las provincias productoras.

También debían disminuir el precio del tabaco vendido en las

factorías de las provincias no productoras, “allanar las casas u

hogares de un ciudadano a cualquiera hora del día, cuando

tengan denuncio de que en ellos se ha ocultado algún

contrabando de tabaco” fuese en hoja, cigarros o polvo (Decreto

del 1 de mayo de 1826) y, eximir a los cosecheros de tabaco

matriculados ante las factorías y estancos del Estado del pago

55

Victoriano de Diego Paredes, “Memorias”, Boletín de historia y

antigüedades LXVIII (1981): 117 - 118

Page 345: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

344

del impuesto colonial español denominado “alcabala” (10% del

costo del precio del bien) al que estaban obligados los demás

ciudadanos al realizar la compra-venta de cualquier bien

mueble o inmueble (Circular del 12 de marzo de 1828)56

.

Derrotada la dictadura del General-Presidente venezolano

Rafael Urdaneta Farías, y siendo afín con las políticas fiscales e

instruccionistas de J. I. Márquez, V. Paredes fue nombrado

comisionado principal de las plantaciones de tabaco en el

circuito de Girón, Contador de la Administración General y

finalmente Director de la Renta de tabacos. Durante ese período

su preocupación se centró en encontrar alternativas para pagar

el Estado a los cosecheros las deudas acumuladas al ser

usurpados los fondos de la renta por los revolucionarios, evitar

la ruina de los tabacultores al ser rematados sus bienes por los

agiotistas, y especialmente, prevenir el contrabando de tabaco al

desconfiar los cosecheros de las compras y los pagos puntuales

por parte del Gobierno central.

Los logros de la política agraria de producción y uso de las

rentas públicas para favorecer a los cultivadores de tabaco se

evidenciaron al prosperar los negocios de la principal renta

pública de la Nación, el incremento en las cosechas, el

mejoramiento en la calidad y variedad de las hojas cosechadas

en circuitos como el de Girón57

, las primeras exportaciones del

tabaco de mejor calidad a Panamá y el Caribe, y consigo, el

56

Luís Rubén Pérez Pinzón, Mujeres cigarreras e identidad piedecuestana.

Historia económica y social del tabaco, los cigarros y las cigarreras como

Patrimonio Cultural Inmaterial del Municipio de Piedecuesta, Santander,

Colombia (Piedecuesta: Alcaldía de Piedecuesta, 2011), 25

57 Victoriano de Diego Paredes, “Memorias”, 125

Page 346: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

345

nombramiento de V. Paredes como Contador General de la

Nación.

El interés del General-Presidente Francisco de Paula Santander

por mejorar la organización y las rentas del ramo de tabacos en

toda la República aunado al interés del Secretario de Hacienda

Francisco Soto por apoyar las innovaciones fiscales de los

funcionarios expertos aunado a las memorias y proyectos

propuestos por V. Paredes para emplear en todo el país el

modelo exitoso que se había promovido y validado en las

factorías del circuito gironés, conllevaron a la aprobación de la

legislación tabacalera de 1833 cuya ejecución estuvo a cargo de

la Dirección General del Ramo de tabaco establecida y

centralizada en Bogotá.

Paredes rechazó el ofrecimiento presidencial de constituirse en

el primer director del ramo y sugirió ser nombrado como

contador auxiliar. Cargo desde el cual tuvo la facultad para

intervenir y reorganizar la Factoría de Ambalema con el

propósito de asegurar el pleno abastecimiento y las rentas por

concepto del consumo de tabaco oficial en las provincias de

Panamá, Cartagena, Santa Marta y Mompox, e incluso, al

interior del país. Para ello empleó el modelo exitoso de

siembras, compras y transportes de la Factoría de Piedecuesta

que había concebido y puesto en ejecución durante una década

para garantizar el abastecimiento que desde el período colonial

se hacía a las provincias de Antioquia, Pamplona, Boyacá y

Bogotá.

Evidencias de los resultados de esa reorganización

administrativa y de sus efectos en la producción agraria de los

cosecheros del valle del Magdalena fueron expresadas por

Paredes en sus memorias al manifestar: “…estimulándolos a

Page 347: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

346

que emprendieran abundantes siembras para la próxima

cosecha, me contestaron que con mi buena voluntad lo harían,

pero que carecían de recursos para emprender siembras de

mucha consideración. Yo les prometí avanzarles dinero de

acuerdo con el sistema que había establecido en Zapatoca, e

incontinenti procedí a hacer la matricula, la cual ascendió a

once millones de matas de tabaco, cosa que me llenó de

contento, porque hasta entonces jamás había pasado de millón y

medio la matrícula de Ambalema”58

.

El dinamismo alcanzado en las siguientes décadas por la

producción y comercialización de los tabacos de Piedecuesta y

Ambalema fue descrito y representado en las crónicas y láminas

de la Comisión Corográfica a cargo de Manuel Ancizar59

. De

igual modo, en los relatos productivos de la novela “Manuela”

de Eugenio Díaz60

se describen las características y dinámicas

de la emigración campesina de los andes hacia los enclaves

tabacaleros de Ambalema en busca de mayores y mejores

oportunidades laborales al participar en la cadena de cosecha,

secado, alisado y prensado de los tabacos para el comercio

interior o exterior por compañías particulares de aliños creadas

para tal fin. Evidenciándose así porque a mediados del siglo

XIX se consideraba un negocio viable y rentable a largo plazo

que requería ser liberado de los estancos y restricciones

estatales.

Satisfecha la demanda nacional de tabacos y las rentas por el

consumo de ese ramo administrado por el Gobierno, regulada la

58

Victoriano de Diego Paredes, “Memorias”, 128 59

Manuel Ancízar, Peregrinación de Alpha por las Provincias del Norte de

la Nueva Granada en 1850 y 51 (Bogotá: Librería de Echeverría Hermanos,

1853), Capítulo XXX, XXXI 60

Eugenio Díaz, Manuela (Cali: Carvajal, 1967), Capítulo XX.

Page 348: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

347

producción y las cosechas por medio del sistema de matrículas

y contratos directos con los cosecheros y, garantizada la

comercialización de las mejores variedades y hojas de

Piedecuesta y Ambalema al ser creciente su exportación oficial

a los mercados de Inglaterra y Alemania, después de haber sido

muy estimadas las muestras enviadas a esos mercados, entre

otras condiciones, V. Paredes como Director General del ramo

propuso al presidente F. Santander y a su secretario F. Soto

después de siete décadas de existencia la necesidad de “abolirse

el estanco de tabaco, ya por ser un monopolio odiosísimo, ora

por los grandes rendimientos que debía procurar la libertad de

esa industria al Tesoro público y a los particulares, y sobre

todo, a la inmensa clase pobre de nuestro país”61

.

Propósito que solo pudo concretar una década después

unificando sus pensamientos como administrador de tabacos de

la Nueva Granada con sus experiencias y observaciones sobre

la libre producción y comercialización del tabaco en Estados

Unidos e Inglaterra entre 1844 y 1847. Siendo nombrado

Secretario de Hacienda en sustitución de F. Soto debió

demostrar a los GeneralesPresidentes T. Mosquera y J. López

por medio de artículos periodísticos, proyectos de ley y debates

parlamentarios las bondades de la libertad de la industria del

tabaco, así como las acciones de remate para controlar el

desfalco en las existencias estancadas al tener la convicción que

“...libre aquella industria, y teniendo como tiene, tanta

aceptación nuestro tabaco en los mercados de Europa, bien

pronto se exportará en grandes cantidades cuyos productos

acrecerán con su retorno al país los derechos de aduana”62

.

61

Victoriano de Diego Paredes, “Memorias”, 129 62

Victoriano de Diego Paredes, “Memorias”, 138

Page 349: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

348

Para liberar completamente esa renta y preservar la prosperidad

general alcanzada se requería promover el ingenio competitivo

y el emprendimiento productivo de las nuevas generaciones de

ciudadanos que desde las aulas habían sido formados en las

ciencias útiles durante dos décadas de ejecución de los decretos

y leyes sobre el nuevo sistema de instrucción y tecnología

educativa promovidas por F. Santander siendo vicepresidente y

presidente de la República. Innovaciones cuyos principales

beneficiados fueron los habitantes de las provincias tabacultoras

al demandarse mano de obra letrada capaz de atender los

negocios de los cosecheros y comerciantes de tabacos después

de formarse por medio de métodos rápidos y masivos afines

con el ideal constitucional de ciudadano.

V. Paredes había hecho lo propio al cambiar el régimen político

y ser destituido como Director General al establecer en Bogotá

un colegio para sus hijos, sobrinos y cuarenta jóvenes

provincianos miembros de familias cosecheras a quienes desde

1836 les impartía clases en todas las ciencias y les suministraba

para ello los útiles de escritorio, dibujo, matemáticas, etc. que

se requerían a costa de sus exiguos recursos63

. Colegio que

renació como el colegio universitario de “Paredes e hijos” en

Piedecuesta (1855) integrando sus experiencias educativas y los

aprendizaje de sus hijos en los colegios liberales y de artes

existentes en Panamá, Estados Unidos (New York) e Inglaterra

(Londrés).

63

Victoriano de Diego Paredes, “Memorias”, 133

Page 350: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

349

8.5 INSTRUCCIÓN PÚBLICA

La Constitución expedida en la Villa del Rosario de Cúcuta el 6

de octubre de 1821 ordenó transformar el virreinato de la Nueva

Granada en un Estado–Nación moderno acorde con las

estructuras republicanas de los países más prósperos y

civilizados de Europa y Norteamérica. Para ello, se debieron

superar limitantes financieros como la finalización de la

campaña de liberación nacional, el licenciamiento del ejército

nacional al retornar victorioso del Perú y la adopción de

políticas para asegurar la seguridad interna y la soberanía

territorial por medio de milicias de ciudadanos.

Reorganizadas las rentas públicas y reorientada la labor de los

presidentes e intendentes a la reconstrucción del país, una de las

primeras disposiciones decretadas fue garantizar la formación

de las nuevas generaciones de ciudadanos que debía remplazar

a los “mejores hombres”64

sacrificados heroicamente. Para ello

se contrataron misiones internacionales de pedagogos y

científicos con el fin de organizar instituciones culturales y

establecimientos educativos para el mejoramiento industrial y

económico de la Nación, los cuales “iniciaron la enseñanza de

la medicina, las matemáticas y las ciencias naturales”65

.

También se legisló sobre el fomento de la producción agrícola,

la reorganización de las finanzas públicas y se propició un

ambiente de seguridad y confianza institucional que contribuyó

al incremento en los ingresos nacionales a partir de la

64

Jaime Jaramillo, “Etapas y sentido de la historia de Colombia”, en

Colombia Hoy, coord. Jorge Orlando Melo, (Colombia: Presidencia de la

República, 1996), 19

65 Jaime Jaramillo, Etapas y sentido, 20

Page 351: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

350

reactivación del comercio interno, las exportaciones de

minerales o materias primas y la importación de recursos

financieros por medio de préstamos externos.

Presidente, vicepresidente, secretarios e intendentes pudieron

centrar su atención durante los siguientes años en el

establecimiento de un sistema instruccional soportado en

tecnologías educativas novedosas que contribuyese a la

adopción y defensa del régimen republicano por las siguientes

generaciones de ciudadanos. La tercera de las leyes sobre

educación pública, aprobada el 6 de agosto de 1821, sentó las

bases del sistema educativo que los Generales – Presidentes

concibieron necesario adoptar para la nación durante la primera

mitad del siglo XIX al integrares las prácticas y tradiciones

coloniales con las innovaciones pedagógicas de las naciones

anglosajonas, constituyéndose en el referente educativo a imitar

por los ciudadanos que debían alcanzar condiciones de progreso

y civilidad semejantes.

Fue rescatado el ideario de los gobernantes y pensadores

ilustrados por contar en cada parroquia con al menos una

escuela de primeras letras y en cada provincia con “un colegio o

casa de educación” que tuviese anexa una escuela de primera

letras en la ciudad o villa donde fuesen establecidos, siempre y

cuando ese sitio se considerase conveniente “por su posición

central, salubridad de su clima, bondad de su temperatura,

existencia de edificios u otros motivos suficientes”66

. Los

colegios provinciales debían garantizar a su vez la continuidad

de los estudios básicos primarios a los secundarios a través de

cátedras en gramática (española, latina y principios de retórica)

66

República de Colombia, Cuerpo de leyes de la República de Colombia

(Bogotá: Bruno Espinosa, 1822), I: 69-70

Page 352: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

351

y filosofía, aunado a los ramos de las matemáticas (aritmética,

geometría, cálculo, física, etc.) que fuesen más importantes o

necesarios para las actividades productivas (comerciantes,

constructores, agricultores, mineros, etc.) de cada una de esas

provincias.

Los colegiales que aprobaban sus estudios secundarios en esas

cátedras podían cursar otras cátedras en facultades superiores o

mayores del conocimiento que les permitiese ingresar a las

universidades capitalinas previo examen de conocimientos.

Entre las cátedras que podían crear, verificar y financiar los

colegios podían estar: “una cátedra de derecho civil patrio, del

canónico y del natural y de gentes, una teología dogmática, o

cualesquiera otras que establezca la liberalidad de los

respectivos vecindarios con aprobación del supremo gobierno.

Tales estudios servirán para obtener grados en las respectivas

universidades, bajos las reglas que se prescribirán”67

.

La liberalidad de los cosecheros empadronados como vecinos

de las parroquias y villas que tenían como principal actividad

económica el cultivo, cosecha y comercialización del tabaco se

reflejó en el renacer de las escuelas financiadas por los

ayuntamientos y donaciones particulares durante la primer

república neogranadina (1810-1816), y especialmente, en el

envío de los niños y niñas en edad escolar a las escuelas de

primeras letras al ser el acceso a las mismas universal, público,

gratuito y sin adquisición de útiles escolares al ser financiados y

aportados plenamente por los gobernantes. De tal manera, las

imágenes de niños y niñas sin comodidades dedicados a

actividades productivas de la tabacultura como alisar o coser las

hojas de tabaco, recreadas por los pintores de la Comisión

67

República de Colombia, Cuerpo de leyes, I: 69-70

Page 353: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

352

Corográfica al observar la cotidianidad de los cosecheros de

Ambalema68

, fueron escasas a su paso por la villa tabacalera de

Piedecuesta.

Se impuso como obligatoria la asistencia y permanencia en la

educación instruccional restringiendo así la educación

doméstica que tradicionalmente había sido impartida por las

familias más humildes a sus hijos al considerar que la condición

de pobres les condicionaba a impartirles únicamente los

rudimentos artesanales que habían heredado de sus ancestros69

.

Si bien las escuelas contaban con temas de instrucción

elementales, que eran continuados y ampliados durante la

enseñanza secundaria de los colegios por medio de cátedras

específicas, la tarea educativa que debía promover en todo el

país el gobierno central debía centrarse en formar una nueva

generación de ciudadanos productivos y generadores de riqueza

dedicados al “estudio de la agricultura, del comercio, de la

minería y de las ciencias militares para la defensa de la

República”, sin impedimentos sociales de ninguna clase,

especialmente los de ilegitimidad que habían limitado en el

pasado conferir o ejercer los títulos universitarios (Ley del 18

de abril de 1825).

Los resultados de esas disposiciones se evidenciaron tres lustros

después las familias de cosecheros y comerciantes de tabaco de

Piedecuesta, Girón y Bucaramanga al obtener del Gobierno

Central la facultad para establecer un colegio provincial en la

68

Luís Rubén Pérez Pinzón, Mujeres cigarreras e identidad piedecuestana,

15 69

Bárbara García Sánchez, De la educación doméstica a la educación

pública en Colombia: Transiciones de la colonia a la República (Bogotá:

Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2007)

Page 354: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

353

parroquia equidistante de Floridablanca con el nombre de

“Colegio de Floridablanca” (20 febrero de 1835). Allí sus

hijos continuarían sus estudios al impartirse en ese

establecimiento la clase de literatura y artes con las cátedras de

“gramática latina y castellana y principios de dibujo linear”, las

cátedras asociadas con la clase de “ciencias filosóficas, exactas

y naturales”, así como una cátedra en derecho civil asociada

con la clase de jurisprudencia, teniendo los bachilleres la

prerrogativa de continuar sus estudios en la Universidad

Central.

Para financiar el establecimiento y continuidad de ese colegio

como de sus cátedras el Gobierno central aceptó la propuesta de

los empresarios tabacaleros de esos cantones respecto a emplear

parte de las rentas colectadas en el estanco de tabaco para la

instrucción pública al seguir siendo el bien económico y la

fuente de riqueza socioeconómica más importante de esos

cantones. Para ello, se debía hacer “el descuento directo de una

parte de las rentas privadas del tabaco por el factor provincial

del Gobierno al comprar a los empresarios tabacaleros sus

cargas en cumplimiento de la contribución voluntaria ofrecida y

asegurada como fianza al Estado”. Demostrándose así los

alcances del interés colectivo y la relación armoniosa de ayuda

mutua entre el gobierno y los gobernados.

El Estado permitía en contraprestación a los empresarios

tabacaleros intervenir en asuntos gubernamentales asociados

con la recaudación, administración, regulación y uso de esos

ingresos de uso público por medio de una comisión de

empresarios confiables, personas respetadas o padres

Page 355: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

354

reconocidos”70

quienes actuaban como junta directiva. Así

mismo, los cosecheros particulares respaldaban con sus

inversiones el interés de las nuevas generaciones de

legisladores y gobernantes republicanos por “promover la

instrucción pública como uno de los medios más poderosos y

seguros para consolidar la libertad e independencia”.

Estadistas como empresarios para entonces compartían la

convicción que la educación pública de los niños como de las

niñas de la Nación eran “la base y fundamento del gobierno

representativo y una de las primeras ventajas que los pueblos

deben conseguir de su independencia y libertad”.

Formar a los colombianos para la defensa, goce y preservación

de su independencia requería a su vez no olvidar a los

venezolanos, neogranadinos y ecuatorianos que habían “muerto

por la patria” en nombre de los ideales aprendidos dentro y fuera

de las aulas. La “independencia” debía constituirse en un

discurso nacional aceptado sin cuestionamiento, asumido

dogmáticamente como una verdad incuestionable para quien se

dignase ser colombiano y divulgado por todos los medios

tecnológicos con los que contase el estado al deber estar listos

los hijos de la patria a morir heroicamente por las instituciones,

símbolos y principios de la República como ciudadanos

beneméritos, mártires o dignos de recuerdo71

.

Morir por la patria en los campos de batalla, condenados o

sirviendo hasta el último de los días en los despachos de sus

70

Luis Rubén Pérez Pinzón, Impacto de las tecnologías educativas

empleadas para la solución de las necesidades sociales y económicas en la

región de Santander, 1857 – 1957 (Bucaramanga: Unab, 2011), 74

71 República de Colombia, Cuerpo de leyes, I: 218

Page 356: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

355

instituciones debía constituirse en uno de los primeros y más

importantes preceptos o tareas formativas que de manera

explícita las instituciones educativas establecidas en cada una de

las provincias de la Nación debían asumir en su condición de

aparato ideológico (y paralelamente represivo) del Estado72

.

Se sumaban a esos fines constitucionales las tareas propias del

progreso anhelado como eran fomentar la memoria científica,

productiva y tecnológica de la nación, instruir a las nuevas

generaciones de ciudadanos en los conocimientos, oficios y

producciones promovidas por las naciones industriales

anglosajonas que servían de modelo a la colombiana. También

debían grabar en la memoria histórica, social y cultural de esos

mismos ciudadanos el recuerdo a los patriotas beneméritos,

mártires y recordados a través del culto público, institucional,

privado y personal.

8.6 OBSOLESCENCIA DE LA INNOVACIÓN

Las leyes y decretos de 1826 sobre instrucción pública

unificaron para toda la República el uso del método

lancasteriano como el único método aceptado para las escuelas

de primera y segunda enseñanza (colegios) con el fin de

masificar la instrucción general de los colombianos.

Esa decisión fue la consecuencia de la experiencia legislativa

que desde 1820 había gestionado el vicepresidente F. Santander

al decretar la creación de colegios provinciales siempre y

72

Sobre la justificación estatal y la reivindicación nacional de vivir o morir

en nombre de la patria por la vía bélica durante la primera mitad del siglo XX

ver además:

Luis Rubén Pérez Pinzón. Historiar la muerte: II Representaciones

sociopolíticas sobre el “buen morir por la patria” entre los revolucionarios

de Colombia (Bucaramanga: Ediciones UIS, 2013).

Page 357: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

356

cuando contaran con escuelas de primeras letras lancasterianas,

constituyéndose el aprendizaje y la gradual masificación de ese

método la evidencia necesaria para condicionar en 1826 a todo

las escuelas parroquiales, cantonales o provinciales de Colombia

a emplear sólo un método y tecnología educativa.

La historiografía nacional e internacional sobre el sistema

educativo neogranadino centrado en el lancastereanismo ha

planteado conclusiones puntuales sobre los alcances y las

limitaciones de la enseñanza mutua durante el régimen de F.

Santander. Desde la perspectiva de la estadounidense Evelyn

Ahern, reafirmada por historiadores como Pilar Moreno de

Ángel, la educación basada en la ayuda mutua entre estudiantes,

maestros, padres de familia y autoridades permitía concluir que

en su etapa inicial de difusión y establecimiento formal como

República de Colombia.

El vicepresidente F. Santander había logrado la aceptación y

masificación de un método y modelo nacional porque:

“En un balance de los resultados de la legislación de 1821, José

Manuel Restrepo, secretario de Estado y del Interior, informaba en

1823 que toda la República se había beneficiado con ella: pero que

"la mayor dificultad para la creación de las escuelas había sido la

pobreza de los padres de familia que impedía el pago de la educación

en muchos lugares. Otro obstáculo no menor era la carencia de textos

y de maestros". La Insuficiencia de recursos financieros había

frustrado igualmente la fundación de las escuelas femeninas en los

conventos de monjas, en la mayoría de los cuales no había aulas

disponibles y las religiosas carecían del dinero para construirlas”73

.

73

Evelyn Ahern, El desarrollo de la educación en Colombia 1820 – 1850

[1947] (Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2004), 15. Disponible en:

http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/rce22-23_04arti.pdf

Page 358: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

357

El restablecimiento del sistema educativo santanderino durante

la naciente República de la Nueva Granada se caracterizó

porque:

“Desde el primer año de la administración de Santander, fue notoria

la acelerada actividad en la educación primaria. En la apertura del

Congreso de 1833, se informó que había 378 escuelas y 10499

alumnos, y al año siguiente Santander pudo comunicar que se habían

abierto otras 152 escuelas, con lo cual se alcanzaba un total de 530

para todo el país —de estas 71 seguían el método de la educación

mutua… En su mensaje al Congreso de 1835, Santander declaró que:

“... en lo posible se esperaba cumplir con el deseo nacional de que en

la Nueva Granada no se encuentre una sola parroquia sin una escuela

competente. El logro de este fin, que no está lejano, resulta muy

halagador para el país..."”74

.

Al concluir su período presidencial, el balance de la

gestión educativa de Santander se evaluó de la

siguiente manera:

“En 1837, a finales de su mandato, había 200 escuelas públicas

ancasterianas y 850 tradicionales, públicas y privadas, con una

matrícula de 26.070 niños de ambos sexos. Estos datos presentan un

incremento de 672 escuelas y 15.571 estudiantes desde que asumió el

poder en 1833 —notable logro si se recuerda que además de sus

obligaciones corrientes, el país aún se encontraba bajo el peso de la

deuda de la revolución de 1810… Al asumir la presidencia en 1837,

Márquez esperaba continuar el programa de Santander. Contaba con

condiciones favorables dada la paz reinante y la era de progreso en

todo el país. Diecinueve días después de su posesión, dirigió una

circular a los gobernadores alentándolos a fundar nuevas escuelas,

campaña que contó con un éxito inmediato”75

.

Las cifras de crecimiento estadístico en el número de escuelas

74

Evelyn Ahern, El desarrollo de la educación, 37 75

Evelyn Ahern, El desarrollo de la educación, 38

Page 359: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

358

lancasterianas establecidas como de niños y niñas alfabetizados

demostraron finalmente que el éxito o el fracaso del sistema

educativo estuvieron directamente relacionados con la gestión

gubernamental centralizada por el Gobierno nacional a través de

las Secretarias de Estado, así como la Dirección y

subdirecciones de Instrucción Pública apoyadas por las

sociedades filantrópicas, las academias y sociedades literarias, y

especialmente las Juntas de Padres.

Frank Safford demostró las bondades de esas relaciones

interinstitucionales al expresar sobre el método lancasteriano

adoptado por el régimen neoborbónico de F. Santander, sus

secretarios y asesores como V. Paredes que: “Durante las décadas de los años veintes y treintas, el sistema de

educación mutua fue considerado como la clave para una rápida

expansión educativa. En 1827, el 10.7% de la totalidad de las

escuelas primarias y el 18% de los estudiantes habían adoptado el

método lancasteriano; en 1835, el 18.8% de las escuelas y el 34.5%

de los estudiantes utilizaba el sistema. Mediante el empleo del

método lancasteriano y de la instrucción convencional, el gobierno

logró, hasta 1837, un progreso sustancial en la difusión de la

educación primaria. Partiendo de la insignificante base del período

colonial, en 1837 las inscripciones primarias habían alcanzado un

número superior a los 25.000 estudiantes, aproximadamente el 1.46%

de la población nacional y un 8.7% de la población en edad

escolar”76

.

Desde la perspectiva de análisis historiográficos como el de

Bárbara García Sánchez77

, las escuelas lancasterianas lograron

76

Frank Safford, El ideal de lo práctico. El desafío de formar una élite

técnica y empresarial en Colombia (Bogotá: Universidad Nacional – El

Áncora Editores, 1989), 81

77 Bárbara García Sánchez, De la educación doméstica a la educación

pública en Colombia: Transiciones de la colonia a la República (Bogotá:

Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2007)

Page 360: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

359

que maestros y estudiantes pudiesen compartir mutuamente con

padres y demás autoridades la planeación, administración y

especialmente el seguimiento riguroso de la evaluación tanto al

ser examinados los maestros como al ser públicamente

calificados los avances de los menores en su ilustración

científica, su instrucción lectoescritora, el uso adecuado de los

dispositivos tecnológicos de aprendizaje como en sus actitudes

al asumir reglas y compromisos disciplinares acordes con la

moral pública y la defensa de la libertad e independencia patria.

Al compararse los alcances de la educación doméstica con la

instrucción pública probritánica, y ésta a su vez con la

instrucción privada que empleaba las viejas prácticas hispánicas

o las innovaciones francesas, se demostró que el

lancasterianismo colombiano cometió los mismos errores de la

experiencia británica como eran: radicalización de la formación

disciplinar seudomilitar; los castigos ejemplarizantes para los

estudiantes pobres; la delimitación de los procesos de enseñanza

que no tenían continuidad al fragmentarse en las personalidades

y capacidades de los monitores quienes debían garantizar en

nombre del maestro la simultaneidad de conocimientos a leer,

escribir o cumplir con las actividades del aula.

La decadencia del mecanicismo instruccionista se evidenció en

los excesos de la lectura repetitiva con los únicos dispositivos

tecnológicos aprobados y suministrados para la enseñanza como

eran las tablas de lectura y la escritura en pizarras, desde la

discriminante y violenta práctica pedagógica de reafirmar los

conocimientos desde la promoción de procesos selectivos y

excluyentes entre los estudiantes, y consigo, al ser premiados los

mejores como monitores generales o particulares mientras que

Page 361: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

360

los demás eran sometidos a castigos, menosprecios y

discriminaciones públicas por su desaplicación78

.

Esa dependencia y limitación en la tecnología educativa para

enseñar, el maquinismo masificador de la instrucción general

planificada por el Gobierno para cumplir con sus metas de

calidad y cobertura por provincia y parroquia, la unificación y

centralización de las instituciones educativas y sus planes de

estudio sin importar las necesidades y contextos provinciales,

así como la imposición de un método británico novedoso que no

logró arrancar y desarraigar las prácticas educativas de los

parroquianos hispanocatólicos son cuestionados por García

Sánchez al expresar que:

“El método fue maquinal, insensible, fabril, en donde sólo se

pronunciaban órdenes que los niños y niñas debían obedecer,

situación que no era difícil de aprender, pues a ello se estaba

acostumbrado desde la época colonial; no había nada que pensar,

nada que preguntar, nada que analizar, pues el sistema estaba

diseñado solo para obedecer. ¿Por qué se consideró que este sistema

educativo formaría al nuevo ciudadano? El proyecto de nación no

tenía nada que ver con el proyecto pedagógico que adoptó la

República”79

La mayor crítica al sistema lancasteriano al no alcanzar los fines

constitucionales de la educación neogranadina respecto al

fomento de las ciencias y el uso aplicado de los conocimientos

entre las artes y los oficios que garantizaban las rentas de la

Nación fue divulgada a toda la República por la Comisión

78

Bárbara García Sánchez, De la educación doméstica, 271, 308

79

Bárbara García Sánchez, De la educación doméstica, 271, 308

Page 362: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

361

Corográfica. Al referirse al atraso de las provincias que hacían

parte de los circuitos productores del tabaco neogranadino M.

Ancízar reclamaba una educación práctica, útil y acorde a las

necesidades productivas de cada provincia al expresar:

“…la tal enseñanza se reduce a fatigar la memoria de los niños con

preguntas y respuestas que sobre religión, gramática y aritmética

aprenden al pie de la letra, y a la lectura y escritura, en cuyo

aprendizaje gastan tres o cuatro años. He presenciado los exámenes

de varias escuelas, y en todas he notado que a los niños se les

pregunta por una especie de catecismo rutinero que denominan

programa, fuera del cual no se puede preguntar nada, pues no

aciertan a responder; prueba de que la instrucción propiamente

dicha, que consiste en el ejercicio del entendimiento, no existe,

reduciéndose a un estéril recargo de la memoria con palabras que

para el alumno carecen de significación bien entendida. De aquí

procede que en saliendo de la escuela olvidan el necio catecismo y

con él toda la ciencia postiza que sacaron; y el padre de familia que

se ha privado de los servicios de su hijo durante cuatro años,

manteniéndolo en aprendizaje, se encuentra con un mocetón que no

acierta a sacarle una cuenta en el mercado ni a leerle una carta,

visto lo cual forma el propósito de no mandar los otros muchachos a

la llamada escuela, origen de gastos inútiles y de hábitos de

haraganería”80

.

CONCLUSIONES. 1. La historia agraria de Colombia se ha

caracterizado por centrar su atención en la importancia de la

producción de café en las haciendas como en los minifundios

andinos, y consigo, ha condicionado la comprensión de los

períodos de guerras y violencia rural a los movimientos y

luchas entre terratenientes y campesinos.

80

Luis Rubén Pérez Pinzón, Impacto de las tecnologías educativas

empleadas para la solución de las necesidades sociales y económicas en la

región de Santander, 1857 – 1957 (Bucaramanga: Unab, 2011), 81-82

Page 363: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

362

El estudio de monocultivos que tuvieron una incidencia social y

económica en el desarrollo de la República como fue el caso del

tabaco durante la primera mitad del siglo XIX permiten acceder

a la comprensión de otros tipos de dinámicas político-

económicas y socio-culturales en donde el dinamismo

productivo y el liderazgo de los cultivadores conllevaron al

desarrollo material de provincias enteras, y consigo, a la

adopción de innovación locales que se constituyeron en

referentes nacionales de mejoramiento tributario, productivo y

de estímulo a la labor agrícola de los cosecheros y aliñadores.

El papel de los contextos socioproductivos de un monocultivo

como el tabaco al propiciar que los agricultores y comerciantes

se comprometieran con la adopción de nuevas prácticas

agrícolas, nuevos esquemas de crédito estatal basados en la

matrícula y venta anticipada de la cosecha, la búsqueda de

nuevos mercados de comercialización, y especialmente, el

apoyo brindado al liderazgo de los tabacultores descendientes de

administradores y productores, etc., permitieron velar por los

intereses de sus provincias y propiciar cambios radicales a nivel

nacional en la producción técnica, la organización

administrativa, la contabilidad fiscal y especialmente, el

redireccionamiento del sistema educativo hacia una instrucción

de conocimientos aplicados que permitiese la consolidación de

los procesos iniciados con los agricultores empíricos.

De allí la importancia de destacar los procesos de mejoramiento

y crecimiento material, político-administrativo y educativo

alcanzados en el circuito tabacalero asociado con la villa de

Piedecuesta a partir de la gestión y el compromiso de las nuevas

generaciones de ciudadanos liberales representados por

Victoriano Paredes. Empresario y funcionario tabacalero quien

se constituyó en el artífice de la transformación de la

Page 364: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

363

administración del estanco de tabacos hasta llegar a la

exportación oficial de tabaco de primera clase, así como fue el

principal impulsor y ejecutor de la abolición y desmonte del

monopolio estatal sobre el cultivo y comercio del tabaco.

No obstante, ni las acciones de perfeccionamiento técnico en la

cosecha ni la preparación de las nuevas generaciones de

agricultores y comerciantes para competir en un libre mercado a

partir de 1833 fueron continuadas y mejoradas al no lograr el

Gobierno central consolidar un sistema de instrucción pública

articulado a los ideales constitucionales y a las necesidades

productivas de las familias en cada provincia al anteponerse la

religión, la gramática y la historia patria al uso aplicado de la

lectura, la aritmética y la botánica en el cultivo de fuentes de

riqueza nacional como fue el caso del tabaco. Por el contrario,

se adoptó el régimen disciplinario lancasterista y sus tecnologías

catequísticas, memorísticas y represivas como la estrategia más

efectiva para la formación de ciudadanos letrados, leales,

patriotas y obedientes de las instituciones y la autoridad al ser

esos ideales los más apropiados y adecuados al imaginario

castrense de los Generales–Presidente que gobernaron al país

durante medio siglo.

De allí que los cosecheros de tabaco de Piedecuesta, Girón,

Bucaramanga y Floridablanca optaran por financiar su propio

colegio provincial pidiendo la enseñanza de las ciencias exactas

y naturales acorde a sus actividades productivas. V. Paredes

reafirmó ese interés del gremio tabacalero al crear y dirigir su

propio colegio universitario, el cual se caracterizó por la

enseñanza práctica basada en el aprendizaje a través de talleres

entre los cuales se encontraba una huerta agroindustrial.

Page 365: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

364

Ese interés de los cosecheros pamploneses por promover

instituciones educativas que fomentaran las ciencias asociadas

con la producción y la administración de sus cosechas

evidenciaba las contrariedades entre las necesidades productivas

y los programas de instrucción en las provincias tabacaleras a

mediados del siglo XIX. Deficiencias reiteradas por los

miembros de la Comisión Corográficas al demostrar las razones

por las cuales, a la par de las reformas liberales de las rentas e

instituciones públicas, se debía reformar el sistema educativo

oficial por ser contrario al proyecto de progreso y desarrollo de

la Nación concebido en la Constitución de 1821.

2. Los legisladores y gobernantes del estado colombiano

en el período comprendido entre 1819 y 1837 determinaron que

la formación de las primeras generaciones de ciudadanos

colombianos se debía caracterizar por la apropiación de las

tecnologías educativas y los métodos de enseñanza que había

permitido a las naciones anglosajonas alcanzar los niveles de

soberanía institucional, progreso material y civilidad social que

se anhelaban imitar y alcanzar por los nacientes estados –

nación constituidos a partir de la derrota de los ejércitos

españoles.

Solo desde el estudio científico y el uso de los medios

tecnológicos propios de la agricultura, el comercio, la minería y

las ciencias militares se podía garantizar “la defensa de la

República” al asegurarse –internamente- la existencia de nuevas

generaciones de ciudadanos capaces de producir los bienes y

servicios demandados por los connacionales, así como ellos

mismos estarían dispuestos a morir heroicamente por las

instituciones e ideales republicanos dispuestos en la carta

constitucional ante cualquier amenaza externa. Para ello se

configuró un sistema educativo que preservando algunos

Page 366: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

365

dispositivos e instituciones educativas del régimen borbónico

debía transformar el protagonismo social y productivo de los

ciudadanos sin importar su raza, condición o género pues

existía la convicción por parte de los legisladores y militares en

el poder que solo a través de una instrucción pública que

beneficiase a todos los sectores de la sociedad se contaría con

una de las estrategias y armas más eficaces “para consolidar la

libertad e independencia”.

La necesaria transformación de los imaginarios culturales y las

prácticas pedagógicas tradicionales conllevaron a su vez a la

unificación e imposición de un único sistema de enseñanza,

aprendizaje y uso didáctico de los medios tecnológicos con los

que se contaban siguiendo el método de “enseñanza mutua” de

Bell y Lancaster a partir de sus legendarios resultados en

Inglaterra, Estados Unidos y las colonias británicas. Así, la

concepción de la educación basada en la disciplina castrense, la

obediencia jerárquica y la masificación ideológica que

promovían los generales – presidente encontraron en el

lancasterianismo su pleno complemento al fomentarse el

mecanicismo memorístico a través de recursos como los

catecismos políticos, el sistema de penas o estímulos públicos a

partir del uso provechoso de los insumos y dispositivos

tecnológicos asignados para el aprendizaje colectivo mediado

por un monitor, la lectura pública de los libros dispuestos o

permitidos por el gobierno y la asignación personalizada de los

instrumentos tecnológicos para el aprendizaje a semejanza de la

logística militar asignada a cada combatiente.

La limitación de los recursos públicos para financiar la dotación,

aumento o renovación tecnológica de las escuelas y colegios, la

resistencia de las comunidades parroquiales a estudiar los libros

útiles y placenteros promovidos por las autoridades civiles al ser

Page 367: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

366

censurados por sus autoridades eclesiásticas, e incluso, la

discontinuidad y transformación del sistema educativo al

concluir el gobierno como la vida política del General F.

Santander quien lo había liderado y promovido conllevaron a

que la gran innovación pedagógica, didáctica y tecnológica

pasara a ser considerada una década después como uno de los

símbolos de la tradición y el atraso de la mayor parte de las

provincias neogranadinas por parte de los corógrafos que

describieron la confederación.

Page 368: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

367

9. EMPRESARIOS INSTRUCCIONISTAS “INSTRUCCIÓN PÚBLICA” E INNOVACIONES

DIDÁCTICAS RADICALES DURANTE EL ESTADO

SOBERANO DE SANTANDER (1857 – 1886)81

“Ser liberal, democrático, amigo

del pueblo, o de la luces, es lo

mismo que ser protestante, y por lo

tanto enemigo de Nuestro Señor

Jesucristo y la Iglesia” (Obispo de

Nueva Pamplona, 1859).

INTRODUCCIÓN. La rápida y masiva alfabetización

universal82

promovida desde 1826 a través de las escuelas de

enseñanza mutua83

exigía la mediación del aprendizaje

mecánico y memorístico por medio de monitores, libros,

81

Ponencia resultante de proyecto de investigación concluido, la cual fue

presentada como:

Luis Rubén Pérez Pinzón, Ciencia, tecnología y educación como pilares

fundantes de la nación colombiana. Innovaciones didácticas promovidas

desde el Estado de Santander (1857 – 1886) a los Estados Unidos de

Colombia. Presentada al eje 3 del 9 Encuentro Iberoamericano de Educación

(9 Eide) organizado por la Universidad Alcalá de Henares, Universidad

Estatal Paulista y Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga, 6

de noviembre de 2014. 82

Evelyn Ahern, El desarrollo de la educación en Colombia 1820 – 1850

[1947] (Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2004), 15. 83

Frank Safford, El ideal de lo práctico. El desafío de formar una élite

técnica y empresarial en Colombia (Bogotá: Universidad Nacional – El

Áncora Editores, 1989), 81

Page 369: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

368

carteles y pizarras84

. Después de dos décadas de ser empleadas

para instruir a los ciudadanos en los fundamentos del lenguaje,

la aritmética, la moral, la política y la urbanidad esas

tecnologías resultaban inútiles y retrogradas al ser reorientado el

proyecto nacional hacia la libre creación y comercialización de

los bienes y servicios ofertados por cada uno de los habitantes

de las diferentes de cada provincia acorde a las capacidades

productivas o las destrezas artesanales con fines de exportación.

La inutilidad del modelo pedagógico lancasteriano y los

obsoletos instrumentos tecnológicos que aún se empleaban en

1851 fueron descritos por Manuel Ancízar a su paso por las

escuelas parroquiales de las provincias andinas que dieron

origen al Estado de Santander al expresar que esos lugares “dan

pesadumbre por la carencia de útiles, lo desaliñado del local y la

falta absoluta de un método racional de enseñanza, en lo cual

influye decisivamente la carencia de útiles, contra la cual solo

un genio pedagógico podría luchar con buen éxito”85

.

Desde entonces, los empresarios y comerciantes liberales que

llegaron al poder en representación de la facción radical

monoexportadora asumieron como parte de sus reformas

civilizadoras para nacientes estados como el de Santander la

gradual sustitución del método “liberal” de las escuelas

tradicionales asociadas con el Lancasterianismo promovido por

el régimen educativo del General F. Santander.

Se garantizó la renovación didáctica de la dotación instrumental

de las escuelas públicas al reemplazarse los objetos de estudio

empleados por la “enseñanza mutua” (tableros, carteles,

84

Bárbara García Sánchez, De la educación doméstica a la educación

pública en Colombia: Transiciones de la colonia a la República (Bogotá:

Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2007) 85

Manuel Ancizar, Peregrinación de Alpha: por las provincias del norte de

la Nueva Granada en 1850 i 1851 (Bogotá:Echeverría, 1853): VII.

Page 370: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

369

pizarras, etc.) por las novedosas herramientas didácticas del

activismo instruccionista (libros de texto, periódicos didácticos,

talleres y laboratorios, etc.) que eran importadas desde Alemania

por el Estado Federal para las Escuelas Normales y las escuelas

de primeras letras que se transformaron en promotoras del

“Pestalozzianismo” de los “radicales”86

.

Esas acciones consecuentes a la reforma educativa nacional

promovida por el Gobierno federal a través del “Decreto

Orgánico de la Instrucción Pública Primaria” (1 de noviembre

de 1870)87

marcaron un hito en la historia educativa de

Colombia como en la historia de la guerra y los conflictos

armados bipartidistas al desencadenarse una guerra civil en pro

de su cumplimiento en 1876, así como se constituyen en

referentes para el estudio de la historia de la tecnología

educativa en Colombia.

Historia entendida como el campo de estudio que analiza la

sustitución, incorporación y uso de instrumentos didácticos,

dispositivos tecnológicos y métodos educativos que legitiman el

uso de nuevos accesorios mediadores de la enseñanza y el

aprendizaje con el fin de renovar los imaginarios de “progreso”

y “modernidad” preexistentes a partir de las novedades

tecnológicas promovidas por el mercado internacional como

desde los proyectos civilizadores promovidos por los nuevos

regímenes sociopolíticos que al llegar al poder se proponen

como meta mediata la transformación de las proyecciones

86

Nils Jacobsen, “Liberalismo tropical’: cómo explicar el auge de una

doctrina económica europea en América Latina, 1780-1885”, Historia

Crítica 34 (2007): 118-147. 87

UIS Archivo Histórico Regional. Estados Unidos de Colombia. “Decreto

Orgánico de la Instrucción Pública Primaria”. La Escuela Normal (1871)

Page 371: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

370

económicas y las estructuras educativas regionales o nacionales

para preservar su hegemonía en el poder88

.

Los cambios tecnológicos vivenciados por cada sociedad

permiten evidenciar las luchas entre las fuerzas de dominación

que promueven el cambio, la “uniformidad” y el estancamiento

de toda innovación89

al decretarse el uso de modelos importados

en contraste con aquellas fuerzas que se resisten al uso de la

tecnología acorde con sus convicciones, contextos90

y usos

sociales con los que se incorporan o se justifica la penetración y

continuidad mejorada de cada instrumento o dispositivo

tecnológico como reflejo de la “creatividad e innovación

endógenas”91

.

En el caso de la experiencia educativa de los estados soberanos,

las reformas educativas y la experiencia exitosa del Estado de

Santander permitió el fomento de nuevas generaciones de

ciudadanos, empleados y obreros capaces de desarrollar a partir

de nuevas didácticas sus habilidades productivas con fines

agroexportadores pero al ser impuesta esa experiencia regional

como una política federal obligatoria los estados más

tradicionales y conservadores al cambio de sus prácticas

religiosas, laborales y educativas promovieron la defensa de su

autonomía educativa como de su soberanía cultural a través de

la guerra civil de 1876.

88

Universidad Autónoma de Bucaramanga. Grupo de Investigación

Educación y Tecnología (Edutec): Línea de investigación Pensamiento

Tecnológico. (Bucaramanga: Unab, 2010) 89

Mauricio Nieto, “Poder y conocimiento científico: nuevas tendencias en

historiografía de la ciencia”, Historia Crítica 10 (1995): 3-14. 90

Meri Clark, “Conflictos entre el Estado y las elites locales sobre la

educación colombiana durante las décadas de 1820 y 1830”, Historia Crítica

34 (2007): 32-61. 91

Manuel Medina, “Tecnografía de la ciencia”, Historia Crítica 10 (1995):

15-28.

Page 372: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

371

Estudiar el pensamiento tecnológico implica además

comprender los elementos epistemológicos y psicológicos que

caracterizan al “conjunto de acciones mentales de orden

cognitivo, pragmático, social comunicativo y deontológico que

realiza un individuo para solucionar un problema o una

necesidad en un contexto determinado, aplicando efectivamente

conocimientos, técnicas, procesos y procedimientos propios de

la tecnología que se evidencian en la materialización de sistemas

y/o la construcción del conocimiento tecnológico”92

. De igual

manera, la investigación histórica en pensamiento tecnológico

contribuye a generar nuevo conocimiento al lograr desde la

interacción analítica entre Tecnología, Educación e Historia

develar miradas y proyectos de región y nación paralelos a los

acostumbrados y tradicionales estudios de las ciencias humanas

sobre la política, la guerra, la economía, la ideología, la lucha de

clases, etc.93

.

Autores como E. Ortega94

y C. Botero han propuesto que en el

sentido contemporáneo que tiene la palabra “tecnología” sólo se

puede asegurar que el país ha contado con tecnología desde la

segunda mitad del siglo XX95

al ser presionado el Estado-

Nación por el modelo estadounidense dominante al asumir una

“Alianza para el Progreso” cuyo componente central fue la

92

Universidad Autónoma de Bucaramanga, Grupo de Investigación

Educación y Tecnología (Edutec). Proyecto: ¿Qué es y cómo se desarrolla el

pensamiento tecnológico?, 2003 (Bucaramanga: Unab, 2003) 93

Luis Rubén Pérez Pinzón, Impacto de las tecnologías educativas

empleadas para la solución de las necesidades sociales y económicas en la

región de Santander, 1857 – 1957 (Bucaramanga: Unab – Centro de

Investigaciones en Ciencias Sociales y Artes – Grupo Edutec, 2011) Informe

final de investigación. 94

Elodia Ortega. “Qué es Tecnología Educativa”, Revista Educare 1 (2002). 95

Carlos Botero Chica. “La formación de valores en la historia de la

educación colombiana”, Revista Iberoamericana de Educación. 932 (s.f).

Page 373: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

372

educación tecnológica a través de la importación de máquinas y

dispositivos con fines formativos, así como instituciones

internacionales como la Unesco condicionaron su apoyo

financiero y cultural a las naciones en vías de desarrollo de estar

dispuestas a incorporar las nuevas tecnologías a los procesos

educativos y productivos para ser tan competitivas como las

naciones industrializadas.

Contrario a esa delimitación, este artículo propone dar

respuesta a interrogantes como son: ¿Por qué desde 1857

estados federales como el de Santander fueron presionados

interna y externamente a realizar reformas educativas centradas

en el perfeccionamiento docente y la renovación tecnológica de

los instrumentos y herramientas didácticas acorde a las

innovaciones europeas, especialmente las alemanas?, ¿Cuáles

fueron los beneficios e innovaciones que en el Estado de

Santander como en los Estados Unidos de Colombia se

obtuvieron con la importación desde Alemania de pedagogos,

instrumentos y materiales didácticos asociados con el

pestalozzianismo?, y consigo, ¿cómo incidieron los empresarios

alemanes y sus aliados gremiales de El Socorro, Cúcuta y

Bucaramanga en la reforma del sistema educativo, el modelo de

enseñanza instruccionista y el cambio de tecnología educativa

que desde el Estado de Santander fueron adoptados e impuestos

para todos los Estados Unidos de Colombia desde 1870?.

Para tal fin, se considera en primer lugar que la historiografía

sobre los estados federales colombianos, y específicamente los

trabajos de grado de los historiadores de pregrado y maestría de

la Universidad Industrial de Santander, si bien han continuado el

estudio sistemático e integral del Estado Soberano de Santander

acorde con la propuesta pionera de David Church Johnson96

,

96

David Church Johnson, Santander Siglo XIX: Cambios socioeconómicos

(Bogotá: Carlos Valencia Editores, 1984)

Page 374: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

373

ahondando para ello en temáticas como las bonanzas

económicas, las redes de transportes, las élites empresariales, las

innovaciones legislativas y el surgimiento de las instituciones

estatales contemporáneas, etc., en el caso particular de la

historia de la educación han centrado su interés solo en

comprender la importancia de las luchas políticas bipartidistas,

las convicciones ideológicas de las facciones liberales, el

determinismo económico exportador, la lucha entre

nacionalistas y liberales, la consolidación de la burocracia

magisterial, el impacto de las leyes, reformas e innovaciones

educativas97

, etc. Con lo cual, ha sido recurrente en esos trabajos

de investigación la minimización o desconocimiento del papel

innovador que tuvo la gradual importación y sustitución de la

tecnología educativa dominante para alcanzar las metas

propuestas del instruccionismo - pestalozziano promovido por el

radicalismo liberal.

9.1 ENTENDIMIENTO INTUITIVO ANTES QUE MEMORIA

Las escuelas de enseñanza mutua como expresión del método

memorístico, simultaneo y colectivista adoptado por el régimen

militar que había gobernado la naciente República de Colombia

había logrado a mediados del siglo XX a partir de la gestión del

General - Presidente F. Santander la adecuación de un sistema

de educación nacional y la formación de un ciudadano “básico”

instruido en la lectura, la escritura, el cálculo aritmético y las

97

Algunos de esos de trabajos de grado son: “El proyecto educativo radical

en Santander 1857-1885” (1997) de Fernando López, “Autopercepción de un

personaje público santandereano: Victoriano de Diego Paredes” (2001) de

Martha García, “Debate sobre la instrucción pública en el Estado Soberano

de Santander 1868-1886 (2009) de Helia Chivatá, “La profesionalización de

maestros en la reforma instrucionista de 1870 en el Estado Soberano de

Santander” (2010) de Rolando Malte y “La mujer institutora en el discurso

de la regeneración de 1886 a 1899” (2011) de Diana González.

Page 375: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

374

virtudes promovidas por las élites liberales y democráticos en el

poder en la mayor parte del país98

.

Un ciudadano moldeado para que fuese sumiso al gobierno

central, temeroso del aparato de represión militar y respetuoso

de sus obligaciones como buen católico a quien se le impedía

desarrollar de forma creativa y productiva su ingenio, el

autodescubrimiento práctico del mundo y el goce de los placeres

mundanos y anímicos fomentados por corrientes ideológicas

como el utilitarismo y el socialismo utópico que animaban el

espíritu revolucionario de mediados del siglo XIX al existir al

interior del régimen republicano neogranadino la censura y

prohibición de los textos contrarios a la moral católica y a la

defensa de la institucionalidad eclesiástica, especialmente los de

J. Bentham99

.

El estudio de la experiencia educativa de los estados federales

colombianos ha demostrado además que con el Decreto

instruccional de 1870 se “insinuó que la escuela debía prestar

mayor atención al entendimiento que a la memoria. Insinuación

que parecía dirigida a contrarrestar el uso del método simultáneo

y mutuo (o lancasteriano) implantando desde la independencia y

favorecer, en cambio, el método intuitivo y sensorial de

Pestalozzi, uno de los mejores representantes del naturalismo y

el realismo pedagógico europeo”100

. Así, el aspecto

diferenciador más visible entre la escuela científica promovida

por las élites liberales y la escuela pública y caritativa para los

98

Evelyn Ahern, El desarrollo de la educación en Colombia 1820 – 1850

[1947] (Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2004), 15-20 99

Meri Clark, “Conflictos entre el Estado y las elites locales sobre la

educación colombiana durante las décadas de 1820 y 1830”, Historia Crítica.

(2007) 34, 32-61 100

Jairo Ramírez, Historia social de una utopía escolar. La educación en el

Estado Soberano del Tolima 1862 – 1886 (Neiva, Colombia: Instituto

Huilense de Cultura, 1998) 328.

Page 376: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

375

pobres dependientes de las élites conservadoras fue el costo y

uso de recursos tecnológicos educativos al requerir los activistas

libros importados para uso personal, laboratorios y talleres

especializados mientras que los mutualistas usaban sólo carteles,

pizarras y punzones de carácter colectivo, gran resistencia y

fácil reposición101

.

Una alternativa para alcanzar las metas instruccionales y

productivas reclamadas por reformadores liberales como M.

Ancízar se dio en la Provincia de Soto un lustro después de su

visita a la misma través del colegio establecido, dotado e

inaugurado el 1 de mayo de 1856 por Victoriano de Diego

Paredes102

. El “Colegio de Paredes e Hijos” ubicado en la

ciudad de Piedecuesta fue resultado de las experiencias de V.

Paredes como ministro plenipotenciario y comerciante en los

Estados Unidos como en Europa, quien a la par de su carrera

diplomática y sus negocios privados se preocupó por conocer las

innovaciones metódicas y didácticas del sistema educativo

norteamericano y británico al elegir la mejor alternativa

instruccional para sus hijos y sobrinos mientras permanecían

residenciados en las ciudades del exterior.

Su intento de 1836 por establecer en Bogotá un colegio

particular solo pudo concretarlo veinte años después al contar

con el respaldo socio político, los recursos económicos, y

especialmente, el acompañamiento científico – técnico de sus

hijos mayores (Demetrio, Temístocles y Arístides) como

catedráticos e instructores de las clases aplicadas y los talleres

experimentales a partir de sus aprendizajes “útiles” en el

exterior. Para garantizar su plan de educación centrado en el

estudiante, en sus intereses juveniles como en sus aspiraciones

laborales y profesionales, el terreno y la casa quinta en los

101

Ramírez 337-338. 102

Safford 117

Page 377: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

376

cuales fue adecuado el colegio como espacio cerrado de

formación para la vida pública contaban con: “edificios

amplios, de vasta extensión, grandes jardines de aclimatación y

de estudio, baños magníficos, patios de gimnasia y “tennis

court”, laboratorio de química y física, biblioteca, imprenta,

litografía y fotografía, un vastísimo depósito de muestras,

textos, modelos, planos y grabados"103

.

Reflejo del activismo productivo fomentado por los pedagogos

liberales, los estudiantes colegios universitarios como el de

Paredes además de cursar las cátedras obligatorias dispuestas

por el Gobierno central para poder ser examinados como

bachilleres o poder continuar sus estudios universitarios como

licenciados y doctores podían: ejercitarse corporalmente en los

escenarios existentes dentro del colegio (gimnasia, agilidad en el

tenis, equitación) o fuera del mismo (natación y equitación);

realizar prácticas y experimentos en los talleres y laboratorios;

participar en la producción de alimentos para el

autoabastecimiento del colegio a través de la huerta escolar y la

clase de horticultura; Realizar productos artísticos demandados

por las familias principales y los viajeros como eran retratos en

fotografías, grabados, litografías, dibujos, pinturas, etc., así

como productos académicos de interés público como fue el

periódico “El Liberal” publicado en la imprenta colegial

siguiendo el proceso de producción de los hermanos Paredes104

,

quienes se constituyeron además en los músicos, fotógrafos,

impresores, litógrafos, etc. más afamados de Colombia. Todo

ello bajo la dirección ideológica, económica y periodística de

don Victoriano Paredes.

103

Marina González de Cala, “Establecimiento de educación Paredes e Hijos:

Piedecuesta 1856 – 1860”, Estudio (1990) 46 104

Victoriano Paredes, “Establecimiento de educación de Paredes de hijos”,

Gaceta de Santander. (1858) 22: 88

Page 378: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

377

La reacción de los gobernantes conservadores, las autoridades

eclesiásticas y las sociedades católicas de la parroquia, la

provincia como del Obispado de Nueva Pamplona fue una

abierta oposición a la continuidad y reconocimiento de esa

institución educativa al considerarse un centro de formación

contrario a la moral religiosa y al ordenamiento legal y

constitucional, reafirmándose así el rechazo católico a las

innovaciones pedagógicas y didácticas importadas del exterior

al ser fácilmente relacionadas con el utilitarismo y los

utilitaristas.

La declaración de rechazo ideológico y destrucción material del

“Colegio de Paredes” por parte de los parroquianos y soldados

católicos en plena guerra civil fue liderada y protocolizada de

forma contundente por Juan Niño, Obispo de Nueva Pamplona,

al declarar en su pastoral de 1859 que ese colegio pretendía

"adueñarse de la juventud con el fin de pervertirla bajo el

pretexto de ilustrarla"105

al estar dirigido y financiado por el

“Lutero de Santander”.

9.2 INSTRUCCIÓN PROFUNDA Y BUENA EDUCACIÓN

GENERALIZADAS

Durante los primeros años de existencia del Estado Soberano de

Santander las mejoras en los recursos tecnológicos empleados

en las aulas de clase permitían reconocer una gradual transición

entre las tradiciones didácticas lancasterianas promovidas

durante medio siglo, específicamente la escritura con pizarras y

la lectura con cuadros impresos para obtener la aprobación por

medio de exámenes orales, hacia el uso de recursos novedosos

en las aulas de clase como eran las impresiones sobre papeles

105

Victoriano Paredes, “Memorias de Don Victoriano de Diego Paredes”.

Boletín de Historia y Antigüedades. (1981) 68: 732, 103-165; González 50

Page 379: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

378

especiales con punzones, sellos, instrumentos de precisión y

libros impresos escritos y editados acorde a las necesidades

regionales o nacionales.

Ello se evidenció con la donación de bienes didácticos que los

pedagogos Juan Crisóstomo y José Hipolito Villar hicieron en

1864 a las escuelas de instrucción primaria de la próspera

ciudad de San Gil por intermedio de su Ayuntamiento al decidir

de manera testamentaria repartir entre el público el sobrante de

los útiles y enseres del moderno establecimiento de educación

privada que habían dirigido al ser los propietarios y docentes del

mismo. Entre los útiles legados en igualdad de cantidades para

la escuela de niños como para la de niñas se encontraban

botellas de tinta, plumas de acero y mangos para las plumas.

Para la escuela de niñas se dispuso como legado particular la

entrega de papel para dibujo en resmas, cuadernos de urbanidad,

lápices para dibujo, muestras de escritura, compases, tinteros de

vidrio y papel mantequilla en pliegos. Para la escuela de niños

se asignó un tablero de pana, ejemplares de la “Jeografía de la

Antigua Provincia del Socorro” y ejemplares usados de la

“Aritmética de Mora”106

.

También se promovió el cambio en el sistema de

reconocimientos y recompensas de carácter simbólico para los

estudiantes más aplicados propios del sistema tradicional al

promoverse la novedosa estrategia de otorgar premios

monetarios y regalos privados de carácter lúdico para los

estudiantes, acorde con los gustos e intereses propios de su

edad, a fin de incentivar su interés y continuidad en el sistema

educativo al contarse con el respaldo de mecenas permanentes

entre los comerciantes y empresarios más prósperos.

Ese fue el caso del mismo presbítero y pedagogo José

Crisostomo Villar quien para dar cumplimiento a los legados

106

Juan Villar, “Filantropía”. Gaceta de Santander. (1864) 212: 242

Page 380: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

379

piadosos de su hermano informó además a los miembros del

Ayuntamiento de San Gil que: “Para premiar a las niñas que se

distingan por su aprovechamiento y buena conducta, lo

siguiente: - Veinticuatro prendedores. - Un cartón con nueve

pares de tijeras. - Otro id. con cinco navajas. – Cuatro estampas.

– Una docena de láminas de modas. –Varios dechados. – Cien

premios de papel, valor de un centavo”107

.

A diferencia de esas innovaciones y transiciones promovidas por

los pedagogos particulares a través de sus casas privadas de

enseñanza, los funcionarios responsables de la instrucción

pública no estaban interesados ni condicionados a promover

cambios de fondo ni de forma al modelo tradicional

lancasteriano que era empleado en cada escuela pública, razón

por la cual al hacerse invitación pública a los comerciantes

importadores de origen nacional o extranjero para contratar con

el Gobierno de Santander la dotación de los útiles y enseres

“más indispensables” para las escuelas primarias de cada distrito

municipal se pidiesen concretamente los mismos instrumentos

representativos del sistema tradicional de enseñanza que habían

sido cuestionados por M. Ancizar108

.

Es decir: “4,000 pizarras finas, grandes y sólidas, con el espesor

suficiente para resistir al servicio de los niños; 5000 lápices de

pizarra de buena calidad; 500 colecciones completas de

muestras de escritura; 500 id. id. de cuadros de aritmética. 500

id. id. de cuadros de lectura, incluyendo en estos dos cuadros

nuevos y especiales cuyo contenido i modelo se darán por la

Secretaría Jeneral al contratista”109

. El Gobierno estatal con esa

inversión pretendía respaldar a los noventa y un distritos

107

Villar 242 108

Ancizar X 109

Estado de Santander, “Invitación a Contrata”, Gaceta de Santander (1864)

216: 254

Page 381: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

380

municipales en su tarea de establecer y preservar la existencia

de las escuelas primarias para niños y niñas, y consigo, les

permitía preservar esa condición político-administrativa al ser

dispuesto por la Constitución estatal el reconocimiento como

distritos sólo a aquellos que contasen con escuelas “liberales”.

Sin embargo, el Presidente y exprocurador del Estado Rafael

Otero se opuso a los efectos contra-utilitarios que esas acciones

paternalistas y centralizadoras representaban para el radicalismo

en Santander, así como advirtió sobre la incapacidad de la

mayoría de los ayuntamientos para sostener los establecimientos

educativos con sus propios recursos. Todo lo cual hacía

inminente a corto plazo la intervención y financiamiento estatal

de servicios y asuntos públicos como los de instrucción pública

a pesar de ser asuntos que solo debían interesar y ser financiados

por los mismos ciudadanos a través de sus municipios acorde

con la carta magna110

.

Otero expresó ante la Asamblea Legislativa, presidida por el

empresario Aquileo Parra, en su alocución de 1864: “No todas

estas escuelas son establecimientos perfectos; ni pueden serlo,

porque los cortos recursos con que en lo general cuentan los

distritos para sus necesidades de administración, no son

suficientes para proveerse de útiles de enseñanza ni para asignar

sueldos que sirvan de atractivo a los buenos directores”.

Sumándose a esa situación de atraso didáctico y tecnológico el

desinterés de los comerciantes nacionales y los extranjeros

importadores por contratar con el Gobierno los útiles

lancasterianos de enseñanza demandados para el

funcionamiento básico de cada escuela distrital, motivo por el

cual informó a los diputados que ante la falta de respuesta en el

110

Constanza Rey, “La agenda educativa del Estado Soberano de Santander”,

en El sistema jurídico en el Estado Soberano de Santander 1857 – 1886,

eds. Armando Martínez y Orlando Pardo (Bucaramanga: UIS, 2008) 3

Page 382: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

381

suministro de la totalidad de los útiles requeridos: “el Poder

Ejecutivo ha tenido por conveniente no aceptarlas, i ha

dispuesto hacer la adquisición por medio del Ministro

colombiano en los Estados Unidos del Norte, quien ofreció

prestar este servicio con mejores ventajas para el Estado”111

.

Esa alternativa tampoco fue efectiva pues seis meses después se

convocó a los comerciantes y empresarios a contratar con el

Gobierno: “500 colecciones completas de cuadros de aritmética.

500 id. id. de cuadros de lectura, incluyendo en estos dos

cuadros nuevos i especiales cuyo contenido i modelo se darán

por la secretaría general al contratista”112

. Cuadros como los de

aritmética eran una tecnología educativa demandada de forma

recurrente por los educadores razón por la cual los empresarios

que la adquirían o poseían hacían donaciones públicas

reconocidas por el Gobierno estatal como fue el caso de lo

donaciones hechas a las escuelas de Zapatoca113

.

El problema estructural no era la logística o el abastecimiento de

útiles sino la continuidad del sistema de instrucción y el método

educativo tradicional que los requería al no ser acordes con las

necesidades vitales de las nuevas generaciones de

santandereanos, por ser inútiles ante el influjo monopólico y las

inversiones privilegiadas que empezaban a hacer los

empresarios e ingenieros inmigrantes personificados en la figura

legendaria de Geo. von Lengerke114

. Ante ese panorama, el

111

Estado de Santander, “Instalación de la Asamblea Legislativa”, Gaceta de

Santander (1864) 232: 317 112

Estado de Santander, “Invitación a contrata”, Gaceta de Santander (1864)

247: 337 113

Estado de Santander, “Donación patriótica”, Gaceta de Santander (1864)

235: 331 114

Clara Tarazona y Cyntia Maldonado, “¿Espíritu visionario? Geo von

Lengerke: Proyectos comericales y de caminos en la segunda mitad del siglo

XIX”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura (2009) 36 (2)

Page 383: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

382

presidente R. Otero planteó a los diputados radicales y

moderados la necesidad de redefinir el papel de la instrucción

secundaria en la formación de ciudadanos aptos para ser

elegidos o nombrados en las magistraturas del Estado, así como

el perfeccionamiento civil y productivo de la sociedad por

medio de un plan de estudios cuyo resultado e impacto final

debía ser el establecimiento de la Universidad de Santander.

La materialización de esas reflexiones, peticiones y propuestas

se concretó con leyes como la del 4 de octubre de 1864

mediante la cual se estableció en todo el Estado la enseñanza

secundaria gratuita e intervenida por el Gobierno estatal en los

colegios de las ciudades más pobladas y pobres como fue el

caso de Pamplona y Vélez al deber impartirse diversidad de

materias como literatura y filosofía, ingeniería civil, física y

química, geología, mineralogía y botánica, principios de

agricultura, dibujo lineal e industrial y ciencias políticas. Con lo

cual, los recursos disponibles para la creación de la universidad

estatal fueron invertidos de manera prioritaria para financiar y

fortalecer los colegios en los cuales se formarían los bachilleres

que serían matriculados posteriormente como universitarios.

Los ayuntamientos de cada ciudad elegida debían asumir los

gastos del colegio a partir de los aportes tributarios y las libres

contribuciones o colectas de sus vecinos (“dejar hacer”)

mientras que el Gobierno estatal se encargaba en igualdad de

proporciones de los sueldos del personal como de la compra de

“instrumentos, libros, aparatos i útiles indispensables para las

enseñanzas”115

(“deber hacer algo”).

El pedagogo-presidente J. Villamizar por medio de decretos

concedió patentes de privilegio a sus colegas para publicar las

innovaciones didácticas que creaban al otorgarse derecho

115

Estado de Santander, “Lei de 4 de octubre de 1864”, Gaceta de Santander

(1864) 234: 325

Page 384: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

383

exclusivo a pedagogos como Pedro Alcántara Gómez para que

durante quince años publicara con exclusividad la obra de su

creación y propiedad titulada “Nociones de higiene para

instrucción de la juventud” con la posibilidad de poder

prorrogarse por quince años116

, sumado a las patentes otorgadas

a Adriano Páez por sus publicaciones tituladas “Benjamín

Franklin. Su sistema moral, su vida y sus obras. Escrito para las

escuelas del Estado S. de Santander”117

y “El libro de las

escuelas o textos para la enseñanza primaria en los estados de

Santander i Boyacá”118

.

La continuidad ideológica y partidista de las promesas de F.

Otero y J. Villamizar estuvieron a cargo de otro pedagogo-

presidente como fue Victoriano Paredes quien desde su retorno

al Estado como Diputado promovió ante la Asamblea desde sus

experiencias y expectativas educativas, compartidas por otros

diputados y pedagogos influyentes de Bucaramanga como eran

Dámaso y Felipe Zapata, la expedición de la Ley XI de 1866.

A través de la misma se decretaba intervenir y reglamentar la

instrucción pública de Santander al ordenar el gobierno central a

los gobiernos municipales la existencia de una escuela de niños

y otra de niñas en cada distrito con más de dos mil habitantes.

Esas escuelas debían contar con edificios sanos y espaciosos

adquiridos y mantenidos por cada cabildo municipal, así como

podían obtener rentas y usufructos para su mantenimiento de los

terrenos baldíos que fuesen dispuestos (Ley XXII de 1866) al

quedar demostrada la insuficiencia material y el interés

colectivo de los ciudadanos para organizarse y satisfacer sus

116

Estado de Santander, “Patente de privilegio”, Gaceta de Santander (1866)

326: 649 117

Estado de Santander, “Benjamín Franklin”, Gaceta de Santander (1867)

408: 062 118

Estado de Santander, “El libro de las escuelas”, Gaceta de Santander

(1867) 493: 631

Page 385: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

384

necesidades y servicios comunales de forma privada como se

había dispuesto en las constituciones estatales, y en especial, al

ser libertad y derecho de los padres de familia poder escoger,

sustentar o impartir la educación (pública o privada) más

conveniente para sus hijos.

El Estado representado de forma directa por el Presidente se

comprometía a seleccionar y pagar a los directores y maestros,

así como garantizaba el funcionamiento de esas escuelas al

comprometer hasta dos mil pesos del tesoro público para

dotarlas con los útiles necesarios como eran el mobiliario y

“…todos los libros, textos de enseñanza, pizarras i tableros,

cuadros, mapas, papel i demás útiles que sean necesarios para

facilitar la instrucción, i el acceso de los niños pobres a estos

establecimientos”119

.

Esas decisiones se constituyeron en el medio más indicado para

erradicar las dos causas que impedían el desarrollo de la

instrucción pública como eran: “1. Falta de buenos Directores

de las escuelas, por insuficiencia de los sueldos. 2. Falta de

útiles, textos i todo lo demás que se necesitan para la

enseñanza”120

. A partir de 1867 los principales beneficiarios de

esos aportes del Gobierno estatal fueron los directores, maestros

y estudiantes de los distritos municipales auxiliados por ser

pobres121

aunque a cambio debieron someterse a la supervisión

de las autoridades educativas representadas por los Jefes

Departamentales.

Colegios como el de Guanentá en la ciudad de San Gil al

conocer la asignación oficial de esos auxilios optaron por

119

Estado de Santander, “Ley XI (de 2 de noviembre de 1866) sobre

instrucción pública”, Gaceta de Santander (1866) 385: 880 120

Estado de Santander, “Leyes del Estado”, Gaceta de Santander (1867)

401: 004 121

Estado de Santander, “Decreto auxiliando a las escuelas de los distritos

pobres”, Gaceta de Santander (1868) 478:505

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385

contratar por anticipado con el alemán Geo von Lengerke la

compra y dotación de los útiles y textos que se requerían para su

funcionamiento considerando que era el principal y más

reconocido comerciante exportador de los departamentos al sur

de Santander122

.

V. Paredes dispuso además la reestructuración del periódico

oficial del Estado, la “Gaceta de Santander”, al duplicarse su

paginación y al dividirse sus secciones en Política y

administrativa, Judicial e “Instrucción Pública”. Siendo ésta

última reorientada para que propiciase el renacer y continuidad a

las tareas, temas y preocupaciones ilustrativas del periódico “El

Instructor Popular” cuya existencia había sido asumida entre

1863 y 1864 como un periódico semioficial123

aunque su

publicación a causa de las restricciones financieras de la guerra

y los alzamientos armados no pasó del número quince bajo la

dirección de Zoilo Villar124

.

Desde la visión de Paredes como editor, impresor, pedagogo y

promotor de un “periódico popular” durante la constituyente de

1863 era necesario que las imprentas públicas se constituyeran

en las tecnologías educativas fundamentales para el desarrollo

nacional al constituirse en un instrumento de divulgación y

fomento del progreso material y científico razón por la cual en

el periódico oficial de Santander se debían publicar artículos

relacionados con: la constitución y las leyes más importantes;

nociones sobre la profesión de los comerciantes, jornaleros y

demás industriales; métodos claros y sencillos para el cultivo y

beneficio de los productos de exportación; noticia sobre los

122

Estado de Santander, “Colegio de Guanentá”, Gaceta de Santander (1868)

485: 643 123

Estado de Santander, “Decreto del 10 de mayo de 1864”, Gaceta de

Santander (1864) 216: 253 124

Diego Calderón, “Economía política y educación liberal en el Estado de

Santander”, Revista Gestión & Región (2011) 11: 63-78

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386

descubrimientos más importantes en las ciencias y las artes

aplicables en Colombia y, todo lo concerniente a la instrucción

pública125

.

La divulgación de los rudimentos de las ciencias a través de las

imprentas públicas podían satisfacer las demandas de un pueblo

que “…desea instrucción positiva, pero no cuenta con recursos

para conseguirla. No hai en las clases pobres la indiferencia que

se les supone por el progreso i la civilización. Desean luz, es

decir, educación e instrucción”126

. Siendo reafirmado ese ideal

por el redactor de la Gaceta al manifestar que la sección en

Instrucción debía asemejarse a los “periódicos útiles”, sencillos

y baratos como el naciente “Boletín Industrial” de Bogotá, así

como su publicación estaba orientada a “las clases pobres, para

los que no han podido educarse en los colejios i que no tienen

recursos para instruirse por medio de la lectura…”127

.

9.3 INSTRUCCIÓN LAICA PARA CIUDADANOS

PRÓSPEROS Y MORALES

Las innovaciones legislativas que propiciaron el paso de los

métodos colectivos a los flexibles, de las enseñanzas

memorísticas a las prácticas y de los aprendizajes teóricos a los

intuitivos aunado a las innovaciones y experiencias educativas

exitosas obtenidas por los pedagogos santandereanos a través de

sus colegios públicos o privados marcaron la senda

transformadora a partir de la cual la instrucción pública en

Santander llegó a constituirse en el modelo a seguir

125

Estado de Santander, “La Gaceta de Santander Prospecto”, Gaceta de

Santander (1867) 401: 001 126

Estado de Santander, “Posesión del Presidente del Estado”, Gaceta de

Santander (1867) 374: 837 127

Estado de Santander, “Instrucción popular”, Gaceta de Santander (1867)

401: 004

Page 388: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

387

(Cundinamarca, Bolívar) o rechazar (Antioquia, Cauca) por los

demás Estados Unidos de Colombia128

.

El influjo político y la gestión instruccional más destacada y

reconocida fue la que lograron obtener después de 1866 los

hermanos Dámaso y Felipe Zapata Vargas ante los gobernantes

estatales y federales, al promover la consigna según la cual: “ni

la iniciativa privada ni el apoyo económico que otorgaban los

gobiernos a la Iglesia para que dirigiera y administrara la

educación pública estaban generando las modificaciones

requeridas en los contenidos de formación, en los métodos y en

el comportamiento de los educandos”129

.

Los Zapata fueron los primeros pedagogos en importar a

Santander una imprenta particular para publicar en

Bucaramanga textos educativos que sirviesen a la instrucción

pública de los menores de edad, así como publicaron y

dirigieron periódicos (El Movimiento, Debates, La Nueva Era)

para la instrucción popular de los adultos letrados, establecieron

y dirigieron colegios en San Cristóbal (Venezuela), Pamplona y

Bucaramanga. Al ser nombrados funcionarios, supervisores y

directores de instrucción pública en la ciudad y departamento de

Pamplona y El Socorro advirtieron sobre la necesidad de liberar

las provincias del influjo educativo del lancasterianismo inglés y

sus estrategias mecanicistas simultaneas y memorísticas de

enseñanza para adoptar, por el contrario, el pestalozianismo

alemán con sus estrategias activistas, sensoriales y centradas en

el autoaprendizaje de los estudiantes. Siguiendo así el influjo

agroindustrial y el atractivo civilizador que generaban los

128

Jorge Enrique González, Legitimidad y cultura. Educación, cultura y

política en los Estados Unidos de Colombia; 1863-1886 (Bogotá:

Universidad Nacional de Colombia/ Centro de Estudios Sociales, 2005) 129

Amparo Galvis de Orduz, Dámaso Zapata: maestro de maestros

(Bucaramanga: Editorial UNAB, 2005) 20

Page 389: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

388

inmigrantes alemanes residenciados en el eje vial y comercial

entre Cúcuta, Bucaramanga y Socorro130

.

Siendo Dámaso Zapata diputado de la Asamblea de Santander, y

sin renunciar a su condición de docente del Colegio de

Pamplona, promovió en asocio al presidente V. Paredes las leyes

y decretos de 1867 y 1868 que pretendían mejorar la instrucción

pública, las rentas para su sostenimiento, así como una gradual

transición del sistema educativo tradicional a las innovaciones

activistas del pestalozianismo que V. Paredes había estudiado y

vivenciado a través de la educación recibida por sus hijos en

New York. Los inmigrantes alemanes más prósperos e

influyentes daban testimonio de esa nueva pedagogía al ser

egresados de las escuelas prusianas en donde se empleaban,

razón por la cual, a partir de 1866 las escuelas municipales

intervenidas por el Gobierno estatal podían emplear la

pedagogía mutua o la secuencial.

Siguiendo las visiones y concepciones de los dos pedagogos y

empresarios educativos sobre el tipo de instrucción que se

requería para formar la nueva generación de ciudadanos

santandereanos entre las gentes pobres y comunes, correspondió

a Felipe Zapata en asocio al pedagogo Gregorio Villafradez la

redacción del Código de Instrucción Pública (Ley 36 del 12 de

noviembre de 1868), mediante el cual se dispuso de manera

radical e inmediata la sustitución del método oficial y

tradicional de enseñanza mutua (lancasteriano) por “una nueva

pedagogía, se observará el sistema de Pestalozzi”.

Sistema considerado el método más propicio para: “el desarrollo

armónico de todas las facultades del alma, de los sentidos i de

las fuerzas del cuerpo”, para evitar “desarrollar la memoria a

expensas del entendimiento i que inculque a los niños solamente

un saber mecánico”, para propiciar la “aptitud de descubrir por

130

Galvis 25

Page 390: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

389

sí mismos las reglas, los motivos i los principios de lo que se

aprender”, y especialmente, para garantizar la asistencia diaria y

la instrucción físico, moral, religiosa e intelectual de los

alumnos so pena de ser enviados por sus problemas de

disciplina, mal carácter, indocilidad o desmoralización a una

“escuela correccional” adscrita a la “escuela modelo” 131

.

Esas experiencias de los Zapata como legisladores y pedagogos

experimentados en la redacción de las leyes educativas de

Santander conllevaron a que Dámaso fuese nombrado el primer

Superintendente de Instrucción Pública de Santander (1870-

1872) y posteriormente Director de Instrucción de todo el país.

Felipe Zapata fue nombrado Secretario del interior del

presidente de Colombia y expresidente de Santander General

Eustorgio Salgar, promovió en el Congreso la aprobación como

ley federal del mismo código que había redactado para

Santander. Disposición divulgada en los periódicos federales y

de cada Estado soberano como el “Decreto Orgánico de la

Instrucción Pública Primaria” (1 de noviembre de 1870)132

.

Acorde con las innovaciones instruccionales de los Zapata, una

de las tareas prioritarias de los superintendentes, inspectores,

directores y docentes de las escuelas acorde al Código de 1868

como al Decreto de 1870 debía ser el uso de tecnología

educativa acorde con el modelo pestalozziano dispuesto. Para

ello, se dispuso que la Dirección General de Instrucción debía

cumplir como una de sus principales tareas: “7º. Adoptar los

textos que han de servir para la enseñanza en las diferentes

escuelas; Adquirir los textos que se hayan ensayado con buen

éxito en los países donde la instrucción está más adelantada,

131

Estado de Santander, Leyes i decretos expedidos por la Asamblea

Lejislativa del Estado de Santander en sus sesiones de 1868 (Bogotá:

Imprenta de Medardo Rivas, 1869) 132

Galvis, Damaso 22

Page 391: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

390

estudiarlos, y traducir y adoptar los mejores, o hacerlos traducir

i adaptar a las escuelas de la República”133

.

Responsabilidad que reflejaba la semejanza con las tareas

encomendadas al Superintendente de la instrucción pública de

Santander al disponerse desde 1868 como parte de sus deberes y

atribuciones: “10. Adoptar los textos que han de servir para la

enseñanza en las diferentes escuelas. 11. Adquirir los textos que

se hayan ensayado con buen éxito en los países en que la

instrucción está más adelantada, estudiarlos, i traducir i adoptar

a los mejores, o hacerlos traducir i adaptar a las escuela del

Estado. 18. Procurar la formación de bibliotecas populares”.

Sumándosele tareas complementarias de supervisión y

vigilancia como: “12. Llevar la cuenta de todos los libros i

demás elementos destinados a la enseñanza que se distribuyan a

los establecimientos de instrucción pública. 13. Formar o hacer

formar manuales sencillos i claros que espliquen los diversos

métodos de enseñanza, distribuirlos a los maestros e inspectores

i darles constantes instrucciones sobre la manera de aplicar

dichos métodos”.

El Superintendente a través de los inspectores debían asegurarse

que los directores contaran con un inventario entregado por la

Corporación municipal responsable de cada escuela mediante el

cual se describiera el estado del edificio y la habitación del

director, así como “el número, la calidad y el estado de las

mesas, bancas, tablas, libros, mapas, pizarras, muestras de

escritura, lapiceros y demás muebles y útiles de la escuela”134

.

De tal modo, para poder funcionar las escuelas debían contar

con los útiles y aparatos para la “enseñanza práctica de los

133

Estados Unidos de Colombia, La Escuela Normal. Periódico Oficial de

Instrucción Pública (Bogotá) Ene.1871: I - III. 134

Estado de Santander, Leyes i decretos expedidos por la Asamblea

Lejislativa del Estado de Santander en sus sesiones de 1868 Art. 267

Page 392: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

391

diferentes ramos de la instrucción” como eran el mobiliario,

libros, textos de enseñanza, pizarras, tableros, cuadros, mapas y

demás objetos heredados del método de enseñanza mutua; los

alumnos debían contar con “los libros, papel, tinta, lápices i

plumas preescritas para sus clases”, los cuales debían ser

suministrados y cobrados por los directores sin caer en la

especulación al publicar una lista de los precios aprobada

previamente por el inspector local en la puerta de la escuela.

Cada distrito municipal además de adquirir y dotar el edificio

para el funcionamiento de cada escuela o colegio debía invertir

1% de su ingreso anual por impuesto único en la formación y

dotación de una biblioteca para la lectura en cada escuela cuyos

libros y textos sugeridos por el Superintendente debían ser

comprados sólidamente encuadernados y empastados para

asegurar su conservación. Incluso, para poder contratar el

Superintendente la compra de las dotaciones estatales para las

escuelas y colegios con los comerciantes importadores,

especialmente con los extranjeros, debían cumplir con las

siguientes condiciones: “podrá celebrar contratos, por un

término que no exceda de dos años, con establecimientos

respetables de dentro o fuera del país, que se encarguen de

suministrar gradualmente, a medida que se necesiten, los libros i

útiles destinados al servicio de las escuelas del Estado. Dichos

contratos no podrán llevarse a efecto sino con la aprobación del

Presidente del Estado”135

.

Para estar atentos y comprender “los progresos de la instrucción

en los demás países”, así como para “adoptar y poner en planta

las reformas que sean aplicables a las escuelas de la Nación” se

dispuso la conformación de sociedades literarias y científicas,

así como el periódico oficial “La Escuela Normal” se constituyó

135

Estado de Santander, Leyes i decretos expedidos por la Asamblea

Lejislativa del Estado de Santander en sus sesiones de 1868 Art. 306

Page 393: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

392

en el instrumento didáctico recurrente para complementar y

actualizar los conocimientos de los maestros normalistas

cursantes o egresados, así como para ampliar las perspectivas

pedagógicas y didácticas que podían seguir en su instrucción

popular, social o productiva al estar dirigido y ser enviado

gratuitamente a “las escuelas públicas de la Nación, a los

gremios de artesanos, a las sociedades científicas y literarias y a

las bibliotecas que se establezcan”, haciendo de esos medios su

principal aparato de regulación laica y proselitismo político136

.

En el Decreto de Instrucción se disponían unas reglas editoriales

específicas como eran: la publicación de los actos oficiales

sobre instrucción, y consigo, “escritos que tengan por objeto

defender los intereses de la instrucción pública y promover sus

adelantos”; los trabajos, informes, noticias, textos, artículos,

etc., elaborados por los diferente sectores e instituciones de

instrucción; los “escritos que tiendan a vulgarizar conocimientos

literarios, y conocimientos científicos aplicables a la industria y

a las artes”, etc. Así, cada publicación pedagógica oficial debía

constituirse en una “verdadera escuela normal” caracterizada

por dar a los maestros lectores “toda clase de instrucciones

relativas a su profesión”, sugerir actividades didácticas que

antepusieron el entendimiento a la memorización para no

“inculcar a los niños un saber puramente mecánico”, y consigo,

cultivar de forma activa la inteligencia de los niños al ponerlos

“en aptitud de descubrir por sí mismos las reglas, los motivos y

los principios de lo que se aprende”137

.

El cumplimiento de esas metas pedagógicas y sus

complementos tecnológicos impresos en cada uno de los

136

Juan David Figueroa, “Jorge Enrique González. Legitimidad y cultura.

Educación, cultura y política en los Estados Unidos de Colombia; 1863-

1886”, Anuario de Historia Social y de la Cultura 34 (2007) 516 137

Estados Unidos de Colombia, La Escuela Normal I - III

Page 394: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

393

Estados, especialmente la formación de los maestros normalistas

dispuestos a “acompañar la exploración de los objetos y eventos

con preguntas inteligentes”138

, requirió otra innovación de los

hermanos Zapata inspirada en la contratación de agrónomos

extranjeros para los colegios agrícolas de Santander y en la

preocupación por adoptar los modelos educativos liberales más

exitosos de las naciones más adelantadas y civilizadas139

al

recomendar la selección y contratación de una “misión

pedagógica alemana” conformada por maestros católicos e

hispanohablantes, expertos en la teoría como en la práctica del

método pedagógico promovido por Pestalozzi.

La elección de maestros provenientes de Alemania y no de otra

Nación de Europa o Estados Unidos de América, además de

estar directamente asociada con la presencia en Santander de

empresarios alemanes como Geo von Lengerke, Leo y Emilio

Kopp, Hugo Biester, entre otros, quienes para entonces habían

conformado poderosas redes, sociedades y grupos

socioeconómicos que influían o regulaban todos los asuntos del

estado santandereano140

, fue justificada puntualmente por el

Ministro del Interior y Relaciones Exteriores Felipe Zapata

porque era en Alemania: “…donde se halla más adelantada la

instrucción primaria y en donde rigen los mejores métodos de

enseñanza. No paré mientes en la religión que ellos profesaron,

porque no se trataba de que viniesen a dar enseñanza religiosa,

histórica o filosófica que pudiera tener algún roce con las

138

Galvis, Damaso 35-36 139

Frédéric Martínez, “En busca del Estado importado: De los radicales a la

regeneración (1867 – 1889)”, Anuario de Historia Social y de la Cultura 23

(1996): 115 - 142 140

Tarazona y Maldonado

Page 395: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

394

creencias de los alumnos, sino a formar maestros y profesores

de métodos para enseñar”141

.

Sumándose a esas razones las preocupaciones del Cónsul

General en Berlín, Eustasio Santamaría, por descartar la

elección de maestros protestantes entre los abundantes y

excelentes pedagogos pestalozzianos alemanes para evitar

tropiezos y críticas de los católicos colombianos en la ejecución

del Decreto de Instrucción de 1870, optando por el contrario en

“…buscar maestros católicos teniendo como auxiliares dos

obispos, los de Maguncia y Polonia, y el vicario católico y el

prior de los dominicos de esas ciudad”142

.

Acorde con el Decreto nacional de 1870, la Asamblea

Legislativa de Santander estableció en el Socorro, capital del

Estado, la Escuela Normal de Institutores (Ley 14 del 18 de

octubre de 1871) para formar los institutores idóneos que

estarían a cargo de las escuelas primarias como maestros y/o

directores bajo la dirección de C. Uttermann, contratado y

dotado por la Nación. Desde el 12 de Agosto de 1872 se

estableció a su vez una escuela primaria anexa para la

ejercitación de los maestros practicantes bajo la dirección de A.

Blume quien siendo directamente contratado por el Estado de

Santander debía servir a su vez como profesor de pedagogía

para los normalistas nacionales.

Con sus menajes personales y algunos instrumentos musicales

particulares, en el caso de A. Blume un violín para su uso

didáctico y recreativo, fueron introducidos al país como parte

141

Ramiro Gómez, Profesor Alberto Blume: Misión pedagógica

alemana implantación de nuevo método de enseñanza en Santander y en

Colombia (Bucaramanga: Cámara de Comercio, 1985) 113. 142

Rolando Malte, La profesionalización de maestros en la reforma

instruccionista de 1870 en el Estado Soberano de Santander (Bucaramanga:

Universidad Industrial de Santander, 2010) 136. Informe final de trabajo de

grado en Historia.

Page 396: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

395

de la tecnología oficial indispensable para el pleno ejercicio de

la labor educativa de la Misión Pedagógica múltiples y

novedosos materiales didácticos para la enseñanza sensorial. Así

mismo, fueron gradualmente sustituidos los tradicionales

recursos de aprendizaje memorístico como eran las “citolegias o

cuadros de lectura y escritura, las pizarras, los catecismos, los

libros, los mapas, los tableros, los pupitres, algunos

implementos de laboratorio, los juegos, la odiada férula y la

campanilla con la cual se marcaba el ritmo de la actividad

educativa”143

.

Los recursos novedosos llegados con los alemanes estaban

conformados específicamente por los útiles solicitados al Cónsul

General en Berlín (22 de enero de 1872) por la Secretaria del

Interior y Relaciones Exteriores como eran: “Material para la enseñanza de física; Modelos de potencias

mecánicas, de órganos de trasmisión del movimiento, de motores

hidráulicos y de máquinas de elevar el agua; Modelos del sistema

legal de pesos y medidas; Pequeño laboratorio químico y materias

primeras; Colección de formas cristalinas de madera; Necesario de

mineralogía y colección de 200 minerales de 6 centímetros;

Colección de 20 elementos mineralógicos en pequeños fragmentos

que se pueden mezclar para producir las rocas más comunes (en

caja con divisiones); Cartas geológicas iluminadas y colección

clasificada de 300 rocas; 200 fósiles característicos de todos los

terrenos; Colección de 100 muestras de geología agrícola, que

forman la base de los terrenos cultivables y las sustancias que

pueden emplearse en su mejora; Modelos de instrumentos

agrícolas; Colección de figuras y sólidos geométricos simples,

descompuestos y comparados; Colección de ensambladuras de

madera; Colección de cortes principales de piedras; Colección de

instrumentos de agrimensura; Material para geometría y dibujo

lineal; Pequeño gabinete de zoología y botánica; Material para la

143

Malte 87

Page 397: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

396

enseñanza de geografía y cosmografía; Libros de consulta para los

maestros”144

A ello se sumaron los útiles comprados y embarcados para las

Escuelas Normales por el Cónsul General en Berlín (22 de

noviembre de 1874), a la par de contratar y garantizar el viaje

de un nuevo grupo de maestros alemanes asignados a cada una

de las Escuelas Normales creadas por la Unión o los Estados

desde antes de su partida de Bremen (6 de enero de 1875). La

experiencia didáctica de los primeros pedagogos alemanes

había hecho necesaria la compra y dotación de artefactos

específicos como eran: “…cada una de las diez escuelas tendrán

un piano y la música necesaria para el aprendizaje de este arte

civilizador, cien ejemplares de tablas del sistema métrico de

pesas y medidas con grabados, y mil ejemplares del primer

libro de lectura y escritura también con grabados. Estos y las

tablas los he apropiado a nuestro idioma a instancia de los

maestros que los creen de primera necesidad. Los pianos

cuestan muy poco y cada uno va en dos partes, de modo que su

transporte será muy módico”145

.

Los avances e innovaciones alcanzados con los tableros de

clase, en los salones de ejercicios escolares, las bibliotecas, las

huertas, los jardines, etc. durante los actos veintejulieros146

o las

exposiciones universales de interés científico-tecnológico, y

consigo, las formas novedosas mediante las cuales los maestros

podían incitar a los estudiantes a “descubrir por sí mismos las

reglas, los motivos y los principios de lo que se aprende”147

144

Gómez 24-25 145

Gómez 26-27 146

Martínez 122-123 147

Estados Unidos de Colombia, “Decreto Orgánico de la Instrucción

Pública Primaria”, La Escuela Normal. (1871)1-3, Art. 17

Page 398: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

397

necesitaban ser publicadas, divulgadas y diseminadas entre los

maestros normalistas activistas como entre aquellos

tradicionalistas dispuestos a buscar alternativas pedagógicas en

sus tareas de moralización y alfabetismo a través de medios

diferentes a los periódicos oficiales de instrucción pública.

Los “instruccionistas” de Santander requerían a su vez contar

con un medio impreso no oficial para contestar a los

cuestionamientos de los ideólogos, políticos y pedagogos

conservadores agremiados en “sociedades católicas” y

respaldados en el “Syllabus” pontificio que, como en el caso de

R. J. Cuervo (1853), consideraban a los reformadores liberales

como “los falsos apóstoles de la civilización que han

desorganizado y anarquizado las enseñanzas profesionales, han

entregado a la ignorancia las escuelas primarias”148

.

Los instruccionistas alemanes y sus discípulos santandereanos

al contar con el respaldo y autorización de los ministros Zapata

como promotores de la reforma optaron por agremiarse y

asociarse a través de la Sociedad Didáctica de Santander

(1875), presidida por el director de la Escuela Normal, el

pedagogo alemán Alberto Blume, así como materializaron y

exteriorizaron sus esfuerzos, orientaciones y recomendaciones

didácticas con la publicación del periódico oficial de los

maestros reformadores de Santander denominado “El

Pestalozziano”. No obstante, ello no implicó que los pedagogos

instruccionistas dejaran de participar en la publicación de

artículos y recomendaciones didácticas en el periódico oficial

de divulgación de la Instrucción Pública en Santander (“La

Escuela Primaria”) y en “La Escuela Normal”, máximo órgano

de divulgación de la Instrucción pública en Colombia.

148

Amparo Galvis de Orduz, An historical view of the pestalozzian

instructional reform in Santander, Colombia, 1868 – 1885 (Sarasota, Florida:

Argosy University, 2004) 92. Thesis for the degree of Doctor of Education.

Page 399: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

398

A la par de publicar los dos periódicos de instrucción pública del

Estado de Santander, la imprenta socorrana de Sandalio Cancino

también fue contratada para la impresión y encuadernación de

los libros pedagógicos, libros didácticos y libros lúdicos que

debían hacer parte de las bibliotecas, las librerías y los salones

de clase de las escuelas primarias y normales acorde a las

recomendaciones de las autoridades educativas, para lo cual

debían contar la autorización (patente), registro legal y el

compromiso de hacer divulgación pública de los mismos a

través de publicaciones oficiales con fines educativos como “El

pestalozziano”.

Entre los libros más divulgados y demandados por los

instruccionistas de las escuelas normales y los maestros de las

escuelas públicas se encontraban:

- Libros pedagógicos (para el maestro): “Las Escuelas

Reales de Alemania” de Alberto Blume; “Guía para la

enseñanza de Lectura” de Alberto Blume y Nepomuceno

Serrano; “Guía para la enseñanza práctica de la

contabilidad según método de Pestalozzi” de

Nepomuceno Serrano; “Sistema duodecimal” de

Nepomuceno Serrano; “Libro de Lectura” de Alberto

Blume y Nepomuceno Serrano; “Compendio de

Literatura para el uso de Maestros” de Nepomuceno

Serrano; “Guía para la enseñanza de la aritmética” por

Alberto Blume y R. J. Carreño; “Guía para la enseñanza

del canto” por Alberto Blume.

- Libros didácticos (para los estudiantes): “Ejercicios

para lecciones prácticas de deletreo en las escuelas

primarias” de P. A. Gómez; “Formulario Aritmético” de

Nepomuceno Serrano; “Gramática castellana” del

Presbítero Doctor Félix Girón; “Cancionero” por Alberto

Blume y Nepomuceno Serrano.

Page 400: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

399

- Libros lúdicos (lecturas morales para el tiempo libre de

los estudiantes): “Historia de un rosal. Cartas a una

hermana” de F. F. Noriega; “Paulina, o los plebeyos” de

N. Serrano; “El reloj de Strasburgo” de Alberto Blume;

“El album de los niños”149

.

Los textos publicados por los pedagogos del Estado de

Santander no sólo demostraban la creación de textos acordes

con las materias básicas de enseñanza dispuestas en los planes

oficiales de estudio de las escuelas primarias (lectura, escritura,

aritmética, el sistema legal de pesos y medidas, los elementos de

la lengua española, los ejercicios de composición y recitación,

nociones de la organización política del Estado y, los derechos y

deberes del ciudadano), al ser explícita los intereses editoriales y

didácticos de pedagogos como N. Serrano y A. Blume por crear,

divulgar y comercializar libros útiles de carácter pedagógico,

didáctico o lúdico.

Ellos reflejaban la intencionalidad de los instruccionistas por

estimular a los demás maestros a actualizarse con las nuevas

teorías y enfoques europeos, aplicar esas nuevas tendencias

cognitivas y procedimentales con los padres y estudiantes, y

finalmente, generar acciones de aplicación de los conocimientos

aprendidos entre los estudiantes en su tiempo libre al realizar la

lectura de textos lúdicos o literarios escritos con la explícita

intención de cuestionar la moral tradicional y plantear

alternativas éticas acordes con su nuevo tipo de ciudadano.

Los libros como los periódicos fueron a su vez concebidos por

Blume y Serrano para que los estudiantes aprendieran “a leer

con calma, claridad, comprensión y expresión” yendo

gradualmente de la lectura mecánica (o catequística) fomentada

149

Estado de Santander, El Pestalozziano 1 – 31 [El Socorro ] 1875 – 1876.

Galvis, An historical view 81

Page 401: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

400

en las escuelas tradicionales (lancasterianas), a la ideológica o

de la comprensión e interpretación de lo que se había leído en

cuanto a las palabras y contextos, pasando por la estética como

expresión del sentimiento y el asombro, hasta llegar a la lectura

científica al lograrse una plena comprensión ortológica

(pronunciación), ortográfica, analítica, y sintética de los

textos150

.

Todo producto tecnológico de carácter científico, literario o

informativo resultante de las imprentas oficiales contribuyese a

que los “alumnos” aprendieran a leer con la mayor perfección

posible, y consigo, a garantizar la comprensión e interpretación

de por lo menos la mitad de los contenidos e informaciones de

los textos y guías de las demás ciencias y campos de

conocimiento. Con lo cual, la correcta enseñanza y el

aprendizaje integral de la lectura como de la escritura se

constituían en los primeros y más importantes frutos del sistema

de Pestalozzi fomentado en Santander como en el resto de

Colombia.

La derrota de los liberales en los campos de batalla, en las urnas

electorales, e incluso, en los negocios internacionales al decaer o

desaparecer las bonanzas en la exportación de materias primas

como el tabaco, la quina y el café, entre otros factores,

conllevaron a la gradual pérdida de poder e influencia de los

“radicales”, muchos de ellos adoptaron el nacionalismo

regenerador de R. Nuñez, para finalmente, con el cambio

constitucional de 1886 adoptar la regeneración de las

instituciones de la República de Colombia anteriores a la

separación de la Iglesia y el Estado en 1853.

150

Pedro Gómez, “Una lección de lectura i ortografía castellana”, El

Pestalozziano. (1875) 3

Page 402: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

401

El mayor efecto de la reforma nacionalista, regeneracionista y

revisionista la contundente desaparición de todo vestigio

ideológico y anticlerical de la reforma instruccional de 1870 un

lustro después de entrar en vigencia el régimen conservador y

concordatario, y consigo, la adaptación de los maestros y sus

escuelas a las nuevas políticas de Estado como fue el caso de la

pedagoga Virginia Martínez, discípula y viuda de Blume, al

demostrar públicamente la adecuación de sus colegios en El

Socorro y Bogotá a las nuevas políticas, métodos y didácticas

públicas.

Siguiendo a A. Galvis: “…en 1892 ya no existían en las escuelas

de niños ni en las escuelas normales colombianas maestros

formados con la orientación pedagógica aportada por la Misión

Pedagógica Alemana y perfeccionada a partir de las prácticas

investigativas desarrolladas por los maestros y maestras

normalistas”151

.

CONCLUSIONES. El modelo educativo de enseñanza mutua

(o lancasteriano) adoptado por los Generales- Presidente para la

formación primaria de los primeros colombianos fue

cuestionado por fomentar el mecanicismo intelectual,

memorístico y disciplinario, así como por ser sus avances en los

“conocimientos útiles” esperados pocos o nulos para el

desarrollo económico de la Nación. Sin embargo, el modelo

cumplió el papel de propiciar el interés de todos los sectores

sociales por contribuir de forma mutua y solidaria en el

mejoramiento de las condiciones intelectuales de “los hijos de la

guerra” y décadas después de las gentes pobres que al no contar

con recursos ni oportunidades no podían constituirse en

ciudadanos prósperos e ilustrados.

151

Galvis Damaso 57

Page 403: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

402

El determinismo sociocultural en la realización de trabajos

manuales y artesanales que caracterizaba a los habitantes de las

provincias neogranadinas nororientales y la imposibilidad de

poder estudiar o desempeñarse lucrativamente en profesiones

liberales y útiles motivaron desde antes de 1857 a los

“santandereanos” a reconocer como causa de su fracaso

formativo y productivo en los ramos de las ciencias útiles e

industriales la ausencia de la tecnología educativa necesaria para

fomentar esos aprendizajes a través de un cuerpo de maestros

capaces de superar el modelo pedagógico británico dominante

por las nuevas pedagogías, didácticas y formas de evaluar

consecuentes a los métodos individualistas, activistas,

sensoriales y proactivas asociados con las propuestas

pedagógicas suizas y alemanas. De allí que en las provincias que

sirvieron de bastión electoral al liberalismo utilitarista y la

francmasonería industrializante surgieran instituciones

educativas como el Colegio de “Paredes e hijos”, los Colegios

departamentales y las Normales pestalozzianas, e incluso un

proyecto de “Universidad” para Santander.

La reforma al sistema educativo durante la segunda mitad del

siglo XIX por parte de los liberales radicales, acorde con el

nuevo estado nacional que fue parcialmente importado,

impuesto e incorporado (nueva moral, nueva escuela, nueva

iglesia, nuevo ejército)152

en estados soberanos como el de

Santander se enfocó en la adaptación de los problemas

productivos cotidianos a la formación práctica y experimental

de los estudiantes y buscó desde las aulas de clase la reflexión

sobre las posibles soluciones a las necesidades productivas

regionales y al proyecto civilizador esperado para las provincias

nororientales. Para ello, se cambió el método tradicional de

enseñanza basado en el saber memorístico para imponerse el

152

Martínez 140

Page 404: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

403

saber útil resultante de la realización de ejercicios morales,

intelectuales y productivos, se fomentó la formación de una

nueva generación de maestros a través de escuelas normales

pestalozzianas dirigidas por maestros y maestras traídos desde

Alemania y, se centró la formación sensorial de las nuevas

generaciones de ciudadanos en las ciencias naturales a la par

que las demás ciencias debían contribuir a la formación de los

aspectos corporales y morales (o espirituales) que debían

caracterizar a los santandereanos .

Educar a los futuros ciudadanos requirió dar mayor importancia

a los aprendizajes activos, las interpretaciones intuitivas y el uso

permanente de los sentidos por medio de tecnologías educativas

que después de 1870 sustituyeron gradualmente los recursos

didácticos y disciplinarios del mecanicismo intelectual y la

uniformidad disciplinar lancasteriana al importarse o

promoverse la creación estatal o nacional de útiles, artefactos y

dispositivos asociados con las innovaciones del activismo

pestalozziano como eran: pianos, violines, tablas del sistema

métrico de pesas y medidas, libros de lectura y escritura, así

como laboratorios y estantes debidamente dotados para la

enseñanza de cada una de las ciencias.

A ello se sumaron los productos impresos de las sociedades

didácticas lideradas por los pedagogos alemanes como fueron

periódicos, manuales y libros de uso pedagógico, didáctico o

lúdico para el mejoramiento de las habilidades de los niños, los

padres de familia y los maestros al ser aceptados como

mediaciones válidas para expandir el influjo de las escuelas

normales y las innovaciones de los pedagogos alemanes por

toda la Unión.

Page 405: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

404

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407

10. EMPRESARIOS DIGITALES INNOVACIONES Y MEDIACIONES EN LA FORMACIÓN

DE PROFESIONALES EN CIENCIAS SOCIALES Y

HUMANAS A PARTIR DEL USO DE LAS TIC153

“La máxima innovación metodológica

—y la más controvertida— en la

última generación ha sido,

seguramente, la aparición y expansión

de los métodos cuantitativos»,

descritos a veces irónicamente como

«Cliometría», es decir, las medidas de

la diosa de la historia” (P. Burke,

1996).

INTRODUCCIÓN. Las primeras década del siglo XXI se han

caracterizado por la divulgación global y gratuita de la

producción científico-social por medio de libros y revistas

virtuales, la publicación de las memorias de cada evento

académico al ser previamente producidas y compiladas en

formatos electrónicos universales, así como los profesionales

graduados y en formación apelaron a otros medios de

divulgación de sus inquietudes y saberes como páginas

electrónicas, blogs (tableros de discusión) y páginas personales

a través de las redes sociales de interacción internética (Pérez

153

Ponencia resultante de proyecto de investigación concluido, la cual fue

presentada como: Luis Rubén Pérez Pinzón, Innovaciones pedagógicas y

mediaciones científicas en la formación de profesionales en Ciencias

Sociales y Humanas de Colombia a partir del uso de las TIC. Presentada al

eje 2 del 9 Encuentro Iberoamericano de Educación (9 Eide) organizado por

la Universidad Alcalá de Henares, Universidad Estatal Paulista y

Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga, 6 de noviembre de

2014.

Page 409: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

408

Pinzón, 2006). Sin embargo, desde la perspectiva transicional

entre la vieja y la nueva historia el principal problema de las

ciencias sociales ha sido su tradicional instrumentalización

archivística sin formación teórico-conceptual, mediación

tecnológica ni una discusión analítica de las fuentes históricas.

Si bien a partir de 1987 se produjo la revolución tecnológica

representada por los computadores personales y los programas

ofimáticos producidos en Estados Unidos, los investigadores

europeos y latinoamericanos una década después no reconocían

aún el papel ni las posibilidades prácticas que la informática

tenía para el acceso, recolección y análisis comparado de las

fuentes históricas, especialmente la migración de los

documentos a repositorios virtuales resultado de la

digitalización de fondos y series archivísticas. De tal manera, los

únicos medios e instrumentos en los que se confiaba para

realizar toda investigación retrospectiva en ciencias sociales

eran los “…restos materiales de actividad humana, relatos

escritos, relatos orales, huellas de diverso género, documentos

administrativos, etc. El sitio clásico de la documentación

histórica, aunque en absoluto es hoy el único, ha sido el

archivo” (Aróstegui, 1995, p.17).

Al no poder construir sus fuentes, cada una de las

investigaciones en ciencias sociales realizadas en Colombia se

orientaron en función de los fondos que las que tenían

archivadas y organizadas. De tal manera, las técnicas de

recolección y análisis continuaron siendo las mismas prácticas

manuales usadas en los archivos; la construcción de narraciones

se redujeron a la trascripción de fragmentos significativos, así

como la construcción de bases de datos para el análisis

cuantitativo y la representación gráfica de las tendencias se

consideró una necesidad irreal, una preocupación futurista y un

exceso de los científicos postmodernistas al primar la

Page 410: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

409

representación discursiva sobre la reconstrucción serial (Pérez

Pinzón, 2006).

Esa irreconciliable separación entre la investigación cuantitativa

y la cualitativa, entre las ciencias sociohumanísticas y las info-

matemáticas, los relatos cientificistas y las tendencias

cliométricas, el discurso verbal y la inferencia estadística, etc.,

condicionaron a los científicos sociales tradicionales a expresar

con convicción su credo sobre los inalterables propósitos

teóricos, los fines metódicos y los medios narrativos de su

ciencia en soportes físicos. Sin embargo, J. Aróstegui (1995) en

la última parte de la obra monumental que orientó la formación

de los investigadores del pasado en América Latina reconoció

como una tercera y novedosa técnica historiográfica, a la par de

las cuantitativas (estadísticas) y cualitativas (tradición e historia

oral), el uso aplicado entre los historiadores europeos de las

técnicas informáticas (Aróstegui, 1995, p. 222, 223).

En los años sesenta los datos habían sido sistematizados por

medio de miniordenadores limitados en su uso por tarjetas

perforadas, durante los años ochenta se popularizaron los

micrordenadores u ordenadores personales con monitores y

microprocesadores cuyos datos eran guardados en discos fijos o

extraíbles (Shorter, 1977) y, los noventas se caracterizaron por

“aplicaciones en mayor escala, tales como grandes bancos de

datos, instalaciones en redes al servicio de las comunicaciones

científicas o del cálculo, etc.” (Aróstegui, 1995, p. 222; Burton,

1992). Sin embargo, las primeras generaciones de historiadores

formados en la “Nueva Historia” optaron por considerar la

relación funcional hardware-software tan solo como

herramientas opcionales para el procesamiento, ordenamiento y

presentación de datos y no como técnicas analíticas o

procedimientos historiográficos significativos (Aróstegui, 1995,

p. 222).

Page 411: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

410

La paradoja sobre el uso de la informática en la Historia al

poder ser ciencia auxiliar, técnica o solo una herramienta

prescindible reafirmó la discusión sobre la condición de ciencia,

arte o especulación instrumental que en si misma ha

caracterizado la Historia y los productos historiográficos. Uno

de los promotores de la Nueva Historia francesa, Enmanuel Le

Roy, había planteado desde 1968 que «El historiador del

mañana será programador”, lo cual condicionaba a los

investigadores del pasado al aprendizaje, incorporación y uso

riguroso de los recursos informáticos y los lenguajes de

programación informática como parte de sus investigaciones.

Exigencia reafirmada en Colombia al decretarse que a la par del

aprendizaje de la enseñanza de las ciencias sociales y la

formación para la investigación se requería adquirir

competencias en tecnología e informática para hacer aplicables

todos los productos y resultados investigativos.

10.1 REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA, REVOLUCIÓN

EDUCATIVA. Colombia es considerada en Latinoamérica una

de las repúblicas que después de 2002 ha logrado en poco

tiempo el cierre de la brecha digital que existía en cuanto a

acceso a la internet, uso de ordenadores informáticos, consumo

de productos digitales y alfabetismo informático. Cambios que

han requerido una transformación del sistema educativo al

cambiar las nociones y alcances de la tecnología al pasarse de la

formación en artes y oficios al uso técnico de las innovaciones

mecánicas y eléctricas empleadas para la producción industrial

en serie. Siendo esa decisión política cuestionada por obligarse a

todos los sectores a emplear los “cerebros electrónicos” en las

cadenas de producción como en la prestación de servicios

informáticos y ofimáticos.

Sin embargo, no se desconoce la existencia y continuidad de los

instrumentos y herramientas empleados para la producción en

Page 412: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

411

los sectores primarios de la economía, el uso de artefactos y

máquinas, así como la gradual adopción de los ordenadores

como herramientas necesarias para complementar o mejorar los

productos obtenidos en el pasado. Fue por ello que desde el

Ministerio de Educación Nacional de Colombia (Men) se

promovió entender la tecnología como el conjunto de productos

y artefactos resultado de las innovaciones humanas con los

cuales es posible “resolver problemas y satisfacer necesidades

individuales y sociales, transformando el entorno y la naturaleza

mediante la utilización racional, crítica y creativa de recursos y

conocimientos” (Men, 2008, p.5).

La inserción de los artefactos informáticos en la vida industrial,

académica y cotidiana conllevaba además a reconocer que la

tecnología pueden ser aquellos elementos tangibles que sirven

como herramientas productivas, así como pueden ser los

procesos mentales necesarios para alcanzar las habilidades

técnicas necesarias para operar, reparar o mejorar de forma

intangible cada una de las creaciones materiales. De tal manera,

Para el Ministerio de Educación de Colombia aún es necesario

que directivos, docentes, investigadores, padres de familia,

estudiantes, etc. diferencien las formas y posibilidades de la

tecnología al considerar que: “La tecnología incluye, tanto los

artefactos tangibles del entorno artificial diseñados por los

humanos e intangibles como las organizaciones o los programas

de computador. También involucra a las personas, la

infraestructura y los procesos requeridos para diseñar,

manufacturar, operar y reparar los artefactos” (Men, 2008, p. 5).

Toda forma de tecnología comprende artefactos, procesos y

sistemas y puede ser clasificada a partir de múltiples relaciones

y posibilidades como son la tecnología - técnica (saber hacer),

tecnología - ciencia (saber conocer), tecnología – innovación

(saber mejorar, inventar o descubrir), tecnología – diseño (saber

Page 413: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

412

solucionar), tecnología – ética (saber cuestionar) y tecnología –

informática (saber informarse).

La incorporación de la informática a los procesos de enseñanza,

aprendizaje, producción y divulgación de saberes

interconectados a través de una nueva generación de artefactos

resultado de la nanotecnología cibernética ha propiciado una

nueva revolución tecnológica que ha logrado la “mayor

incidencia en la transformación de la cultura contemporánea

debido a que atraviesa la mayor parte de las actividades

humanas” (Men, 2008, p. 6). Así, la tecnología no es la

informática pero la mayoría de los sistemas, programas,

aplicaciones y procesos informáticos pueden ser adaptados y

adecuados para el mejoramiento de las tecnologías manuales,

mecánicas, eléctricas y electrónicas existentes. Esa relación

entre tecnología e informática es explicada y justificada para el

contexto educativo y científico de Colombia de la siguiente

manera: “La informática se refiere al conjunto de conocimientos científicos y

tecnológicos que hacen posible el acceso, la búsqueda y el manejo

de la información por medio de procesadores. …la informática se

configura como herramienta que permite desarrollar proyectos y

actividades tales como la búsqueda, la selección, la organización, el

almacenamiento, la recuperación y la visualización de información.

Así mismo, la simulación, el diseño asistido, la manufactura y el

trabajo colaborativo son otras de sus múltiples posibilidades” (Men,

2008: p. 9, 10).

Al emplearse las herramientas tecnológicas informáticas no se

debe incurrir en la dependencia procedimental de los sistemas

operativos y sus respectivos programas al ser necesario que todo

uso y creación mediada por la tecnología reflejen el alfabetismo

tecnológico y la condición integral del usuario. Esto es,

apropiarse y hacer uso de las habilidades o competencias

tecnológicas asociadas con la flexibilidad y creatividad de los

Page 414: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

413

aprendizajes; el reconocimiento de la “naturaleza del saber

tecnológico como solución a los problemas que contribuyen a la

transformación del entorno”; hacer reflexiones críticas sobre la

relación tecnología y sociedad; vivenciar la naturaleza del

conocimiento, generación, apropiación y uso de las tecnologías

y, participar en la transformación y mejoramiento de su entorno

a partir de las dimensiones de todo elemento tecnológico como

son “el conocimiento, las formas de pensar y la capacidad para

actuar” (Men, 2008, p. 12).

Para el caso de los procesos de formación en Ciencias Sociales

(Historia, Geografía, Economía, Filosofía, Antropología,

Política, Sociología, Cívica, etc.) en la Educación Básica, Media

y Superior, así como para el fomento de los métodos y

metodologías de la investigación en las ciencias

sociohumanísticas, la relación entre conocimiento, tecnología e

informática está directamente relacionada con la “apropiación y

uso de las tecnologías” como con la “solución de problemas con

tecnología”. Para ello cada docente – investigador en ciencias

sociales como la Historia debe asumir la mediación de las

“máquinas inteligentes” considerando que su uso debe

contribuir a: “…la utilización adecuada, pertinente y crítica de la tecnología

(artefactos, productos, procesos y sistemas) con el fin de optimizar,

aumentar la productividad, facilitar la realización de diferentes

tareas y potenciar los procesos de aprendizaje, entre otros. …al

manejo de estrategias en y para la identificación, formulación y

solución de problemas con tecnología, así como para la

jerarquización y comunicación de ideas. Comprende estrategias que

van desde la detección de fallas y necesidades, hasta llegar al diseño

y a su evaluación. Utiliza niveles crecientes de complejidad según el

grupo de grados de que se trate” (Men, 2008, p. 14).

La experiencia e imaginario colectivo deben conllevar entonces

a la formación de estudiantes en competencias investigativas en

Page 415: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

414

Ciencias Sociales se debe caracterizar por el desarrollo de: “las

habilidades científicas y las actitudes requeridas para explorar

fenómenos y para resolver problemas. La búsqueda está

centrada en devolverles el derecho de preguntar para aprender”

(Men, 2004, p. 3). De tal manera, el uso de la tecnología

manual, mecánica, analógica o informática para la recolección,

procesamiento y análisis de los datos y testimonios históricos

recolectados, seleccionados y contrastados exige al investigador

pericia técnica en el uso de los artefactos y la interpretación de

los cómputos, valores interpretativos asociados con la

prevención del sesgo y la manipulación de los datos (memoria

histórica), así como análisis crítico de los acontecimientos y

hechos estudiados sin caer en las trascripciones literales o la “fe

ciega” en las fuentes documentales de origen oficial o

institucional (memoria oficial).

La formación científica, técnica y tecnológica de las futuras

generaciones de científicos sociales en Colombia ha sido

concebida desde la perspectiva de los sistemas educativos a

partir de competencias funcionales y productivas como el

resultado de apropiarse, ejercer y demostrar prácticas y

productos investigativos desde los niveles preescolar y básico

(primaria y secundaria).

A través de esos procesos formativos, las mediaciones

tecnológicas informáticas deben apoyar la relación analítica

entre la sociedad y el medio ambiente (Geografía, Economía), el

cumplimiento de los compromisos personales y colectivos

dispuestos por las normas y leyes (Política, Cívica y Urbanidad),

la comprensión de las fuentes, instituciones y problemas que

desde el pasado orientan las acciones del presente inmediato y

por venir (Sociología, Antropología), para finalmente: “asumir

las formas como proceden los científicos sociales para buscar

conocimientos, comprender la naturaleza cambiante y relativa

de los puntos de vista que los sustentan, y entender que son

Page 416: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

415

susceptibles de ser interpretados y controvertidos” (Men, 2004,

p. 28).

10.2 PERSPECTIVAS METÓDICAS Y METODOLÓGICAS. El

siglo XXI ha estado asociado con el uso de la informática en el

estudio de las ciencias sociales y la producción historiográfica.

Las tecnologías de la información y la comunicación han

contribuido a la liberación de los archivos y los documentos

depositados en los mismos al ser posible estudiar de forma

virtual o con soportes digitales largas series de datos o procesar

grandes volúmenes de informaciones para hacer análisis

descriptivos e ilustraciones estadísticas de las tendencias

históricas consecuentes al estudio cuantitativo y sistemático de

fuentes de carácter demográfico, testamentario, inmigratorio,

aduanero, electoral, etc. Tendencias concebidas desde los

primeros usos que se dieron a las computadoras corporativas de

la IBM como a los computadores personales producidos por

Apple para el desarrollo de investigaciones sociales. P. Burke,

en plena revolución ofimática y multimedial expresaba:

“La máxima innovación metodológica —y la más controvertida—

en la última generación ha sido, seguramente, la aparición y expan-

sión de los métodos cuantitativos», descritos a veces irónicamente

como «Cliometría», es decir, las medidas de la diosa de la historia.

Naturalmente, este enfoque tiene una larga existencia entre los

historiadores de la economía y los demógrafos históricos. Lo nuevo,

entonces y ahora, es su extensión a otros tipos de historia en las

décadas de 1960 y 1970. En EE UU, por ejemplo, existe una «nueva

historia política» cuyos cultivadores cuentan los votos emitidos en

las elecciones o en la actividad parlamentaria” (Burke, 1996, p. 30).

Los investigadores sociohumanistas de la vieja como de la

nueva escuela crítica han considerado que los resultados de los

ordenamientos informáticos de los datos pueden ser fácilmente

Page 417: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

416

falseados o sesgados, la lectura de los datos y gráficos

generados por los ordenadores resulta ser tan compleja y

limitada como los documentos ilegibles o en mal estado, existen

limitaciones teórico-conceptuales sobre cuáles datos estadísticos

son los más confiables y seguros de medir o emplear para

complementar las descripciones textuales, y consigo, se

reconoce la inexistencia de una nueva diplomática para la

lectura e interpretación de los documentos y archivos generados

en los soportes tecnológicos digitales e informáticos al ser

digitalizados la mayor parte de los archivos históricos del

mundo en sus soportes de papel manuscrito, grabado o impreso.

Una década después preocupaciones y contradicciones

semejantes, desde una fuente común como son las series

informáticas resultantes de los archivos testamentarios, fueron

expresadas por el argentino Raúl Molina Recio (2002) en su

ponencia “De la utilidad y los inconvenientes de la informática

para la Historia”.

Si bien no es posible que la objetividad informática de los

ordenadores promovida por los ingenieros y las corporaciones

tecnológicas excluya o supere la subjetividad hermenéutica de

los científicos sociales, la reflexión de los investigadores

usuarios de los ordenadores de información se ha centrado en

los beneficios y posibilidades “reales” que se pueden obtener.

Las máquinas y programas informáticos resultan ser muy útiles

para el análisis y la representación estadística de los datos

cuantitativos, e incluso el ordenamiento o la cuantificación de

las categorías cualitativas porque las series organizadas en bases

de datos, las ilustraciones estadísticas, las tablas y cuadros de

contenido, los árboles genealógicos, los resúmenes

esquemáticos, entre otros recursos, resultan ser más precisos,

confiables y editables cuando se hacen con los programas de la

ofimática.

Page 418: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

417

Los avances en la informática han propiciado además la gran

revolución liberadora de los científicos sociales al dejar de hacer

lecturas extensas y trascripciones inacabadas de las series

documentales al interior de los archivos y bibliotecas. A partir

de la masificación de las cámaras fotográficas digitales fue

posible con editores de imágenes capturar, editar, trascribir y

consignar en cada trabajo de investigación la totalidad o

fragmentos de los contenidos de un documento original.

Innovación instrumental que al incrementar la fidelidad de las

recolecciones de datos y el acceso directo a las mismas en

cualquier lugar y momento conllevó a reducir los tiempos de

permanencia en los archivos, la trascripción documental y la

edición de informes a la mitad del tiempo acostumbrado.

Cambios en las prácticas investigativas descrita de la siguiente

manera: “…hay que añadir las posibilidades que la fotografía digital nos

aporta para la reproducción de documentos. Un arma, hasta ahora

bastante alejada de nuestras posibilidades, que el abaratamiento de

los costes informáticos nos ha puesto a nuestro alcance hace

escasamente dos o tres años. Se trata de una nueva tecnología de

muy fácil manejo que nos permite, entre otras cosas, almacenar la

documentación tal cual para manejarla en nuestros centros de

trabajo y ahorrarnos bastantes horas de archivo y que, sin lugar a

dudas, va a suponer una importante revolución dentro del trabajo

histórico por la cercanía a nuestros propósitos” (Molina, 2002: 108).

La captura fotográfica de las piezas documentales seleccionadas

por el investigador y su análisis en casa o puesto de trabajo

personal, durante horas y días diferentes al riguroso horario de

los funcionarios de los archivos históricos y las bibliotecas

científicas redujo los costos de traslado y sostenimiento, redujo

la carga de trabajo, estrés y mal temperamento de los

archivistas, así como contribuyó a transformar y renunciar a las

técnicas manuales tradicionales de recolección de datos con

Page 419: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

418

fichas, entrevistas, cuadernos o tablas de diligenciamiento. Y

consigo, a trascribirlos y reorganizarlos confiando en la

interpretación o representación de los mismos.

Al transcribirse los datos en hojas de cálculo y bases de datos,

haciéndose una captura digital adicional del documento, se

garantizaba la absoluta fidelidad y autenticidad de la

información y las posibilidades de migrarla, copiarla o

emplearla para otros fines o proyectos. Ejemplo del cambio en

las prácticas metodológicas de los historiadores

latinoamericanos fue la experiencia piloto llevada a cabo en

1999 por Jorge Czajkowski y Fernando Aliata, arquitectos -

investigadores de La Universidad Nacional de La Plata, al

analizar cuantitativa y cualitativamente el espacio urbano y el

patrimonio arquitectónico de su entorno.

CONCLUSIÓN. Las investigaciones retrospectivas en ciencias

sociales hasta finales del siglo XX se caracterizaron por la

recolección de la información archivística como parte de un

ritual de trascripción manual o analógica de los documentos a

fichas de contenido o cuadernos de apuntes. La sistematización

de la información recolectada se reducía al ordenamiento

cronológico o temático y la digitalización de la misma

diferenciando las descripciones y narraciones del historiador con

los testimonios originales por medio de citas entrecomilladas y

referencias bibliográficas rigurosas.

El tiempo que se empleaba en esas operaciones inacabadas de

transcripción impedía al investigador del pasado poder

concentrarse en lo realmente útil y científico de su oficio como

era el contraste documental, las inferencias analíticas y la

interpretación crítica de las evidencias conservadas en los

documentos, testimonios y evidencias monumentales del

pasado.

Page 420: Historia del empresarismo en el nororiente de Colombia Tomo 3: Regeneración y restauración

419

En Colombia fue necesario acompañar la revolución tecnológica

global con una revolución educativa nacional, a partir de la cual,

los ciudadanos de las próximas generaciones lograrán

diferenciar y emplear los artefactos, procesos y sistemas que

caracterizaban su entorno productivo, así como deberán estar en

capacidad de integrar a partir de múltiples relaciones y

posibilidades a la tecnología - técnica (saber hacer) con la

tecnología - ciencia (saber conocer), la tecnología – innovación

(saber mejorar, inventar o descubrir) con la tecnología – diseño

(saber solucionar) y la tecnología – ética (saber cuestionar) con

la tecnología – informática (saber informarse).

Para el caso de los procesos de formación en Ciencias Sociales

en la Educación Básica, Media y Superior, así como para el

fomento de los métodos y metodologías de la investigación en

las ciencias socio-humanísticas, la relación entre conocimiento,

tecnología e informática deberá estar directamente relacionada

con la “apropiación y uso de las tecnologías” como con la

“solución de problemas con tecnología” para lo cual cada

docente – investigador en campos como la Historia deberá

apelar a la mediación de las “máquinas inteligentes” en sus

actividades pedagógicas como en sus proyectos investigativos.

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