historia de la medicina en pasto

16
María Fernanda Ibarbo Estupiñán. HISTORIA DE LA MEDICINA EN PASTO De antemano un agradecimiento especial para el Doc. José María Corella Hurtado, ya que el escrito de a continuación se encuentra inspirado y algunos párrafos fueron tomados tal como a parecen en su obra la senda de los médicos en Pasto. “La historia es cuestión de supervivencia. Si no tuviéramos pasado, estaríamos desprovistos de la impresión que define a nuestro ser”. Robert Burns La anterior frase resume lo que realmente la historia significa e implica y mucho más la enfocada en la medicina, ya que implícitamente esta adquisición de conocimientos a través de la historia ha proporcionado actitudes críticas respecto al proceso de aprehensión de nuevos conocimientos y destrezas. Pero si realmente se quiere tener conciencia de lo que medicina ha significado para las sociedades a través de la historia, se debe recordar lo que el famoso historiador Henry Sigerist, decía al respecto “la medicina es el estudio y la aplicación de la biología en una estructura de la humanidad, que es al mismo tiempo, histórica, social, económica y cultural. Ya entrando en contexto de la Cuidad de Pasto, el desarrollo de la medicina regional ha sido producto de un sinfín de acontecimientos que poco a poco fueron proporcionando espacios, actividades, procedimientos e intervenciones que han posicionado a esta carrera, aunque la definición más certera sería ESTILO DE VIDA, en el lugar donde se

Upload: maria-fernanda-ibarbo-estupinan

Post on 21-Jul-2015

87 views

Category:

Education


11 download

TRANSCRIPT

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

HISTORIA DE LA MEDICINA EN PASTO

De antemano un agradecimiento especial para el Doc. José María Corella Hurtado, ya que

el escrito de a continuación se encuentra inspirado y algunos párrafos fueron tomados tal

como a parecen en su obra la senda de los médicos en Pasto.

“La historia es cuestión de supervivencia. Si no tuviéramos pasado, estaríamos

desprovistos de la impresión que define a nuestro ser”. Robert Burns

La anterior frase resume lo que realmente la historia significa e implica y mucho más la

enfocada en la medicina, ya que implícitamente esta adquisición de conocimientos a

través de la historia ha proporcionado actitudes críticas respecto al proceso de

aprehensión de nuevos conocimientos y destrezas.

Pero si realmente se quiere tener conciencia de lo que medicina ha significado para las

sociedades a través de la historia, se debe recordar lo que el famoso historiador Henry

Sigerist, decía al respecto “la medicina es el estudio y la aplicación de la biología en

una estructura de la humanidad, que es al mismo tiempo, histórica, social, económica y

cultural”.

Ya entrando en contexto de la Cuidad de Pasto, el desarrollo de la medicina regional ha

sido producto de un sinfín de acontecimientos que poco a poco fueron proporcionando

espacios, actividades, procedimientos e intervenciones que han posicionado a esta

carrera, aunque la definición más certera sería ESTILO DE VIDA, en el lugar donde se

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

encuentra actualmente. Sin embrago antes de hablar acerca del desarrollo como tal de la

medicina se hace necesario conocer cómo es que esta se instauro en Pasto y para esto

hay que repasar un poco de historia, por que como dijo un gran pensador: quien no

conoce su historia está condenado a repetirla.

Todo comienza con la civilización Inca, la cual es considerada hasta ahora como la

base fundamental que dio cabida a los médicos en Colombia, según la academia

nariñense de historia, la aparición de la medicina pastusa fue pujante, emprendedora, la

cual ocupa un sitio preponderante en el escenario no solo local si no nacional.

En al ámbito de la aparición de medicamentos hay que tener en cuenta acontecimientos

desde el periodo de descubrimiento, en el cual se encontraron 4 drogas o sustancias

activas superiores obtenidas de los vegetales, como: la quina, el curaré, la coca y el

tabaco.

La quina; considerada como el remedio milagroso del nuevo mundo, un medicamento

febrífugo, tónico y antiséptico extraído de la corteza de la kin-kina, se emplea

principalmente como tónico en polvos, extractos, jarabes, tintes, vinos, entre otros, y al

exterior en infusión o cocimiento para el lavado de heridas y ulceras. Contiene diversos

alcaloides de los cuales los más importantes son 4 antipalúdicos: la quinina, la

quinidina, la cinconina o conconidina. Utilizada antes del descubrimiento del nuevo

mundo en las poblaciones indígenas de Ecuador y Colombia para tratar el paludismo.

El curare; fue utilizado por los aborígenes quienes untaban este veneno en la punta de la

flecha y producía la muerte por parálisis de la musculatura general. Conocida también

como “muerte volátil” o “muerte azul”.

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

La coca; la utilizaban los incas para tener vigor y valentía en sus faenas diarias y al

aplicarla localmente producía anestesia de los tejidos. Luego vino de destilación de su

alcaloide nocivo: los chasquis (correo de los incas) eran unos hombres que manbeaban

coca y podían correr hasta 30 kilómetros diarios para entregar el correo.

El tabaco; hace unos 2000 años los nativos americanos usaban el tabaco como

alucinógeno en las ceremonias religiosas y como ofrenda a los espíritus que adoraban y

al consumo de esta se le conoció como “borrachera seca”.

En el territorio nariñense permaneció el uso hasta la actualizada de una bebida

denominada yagé conocido por los indígenas también como ayahuasca, su principio

activo es la banesterina, los indios la usaban con varios fines: como alucinógeno y

embriagante, mezclado con otros alcaloides le aducen propiedades videntes, pero

sobretodo la usaban para limpiar el aparato digestivo.

También se usaban otras plantas en menor medida como: al bálsamo del Perú, el

Quenopodio, la Ipecacuana, Higueronia, la Pilocarpina, entre otros.

En el tiempo de conquista también cabe resaltar el intercambio de enfermedades entre

las poblaciones aborígenes y los españoles, entre ellas se encuentran: la sífilis la cual

fue transmitida de indígenas y españoles y de los españoles a indígenas sarampión,

fiebre amarilla y cólera, las cuales acabaron con tribus enteras.

Entrando en contexto, inicialmente la cuidad de Pasto carecía de escuelas de medicina

por lo que los jóvenes se veían obligados a dejar su tierra, su familia e incluso su país

para ir en busca de este sueño, la facultad de medicina de la Universidad Central de

Quito fue una de las más apetecidas debido a la cercanía y las características socio-

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

culturales de la región pastusa. Pero esto no fue nada fácil teniendo en cuenta sobre

todo las grandes falencias y dificultades de los caminos o carreteras, en esos entonces,

la panamericana que se conoce hoy en día no existía, ya que solo comenzó a funcionar

de la década de los 50-60 en adelante.

Otra gran proporción de estudiantes decidieron irse a chile, un viaje extremo e infinito

por la lejanía existente entre los 2 países.

Algunos jóvenes también se iban a Buenos Aires, eran kilómetros de viaje, además

jugaba el factor dinero, ya que aquí las cosas parecían más caras y por ende más

dificultad para establecerse e iniciar una carrera universitaria, en este lugar.

Muchos fueron hasta Bogotá que en esos entonces las facultades de medicina existentes

eran, de la Universidad Javeriana, del Rosario y Nacional, pero la travesía hasta llegar a

Bogotá era inconsolable demorando 2 días en llegar al rio Patía atravesándolo a

hombros de los patianos, de aquí cuatro días hasta Popayán y desde aquí tomaban tren

que los llevaba hasta Armenia. Todo se facilitó un poco cuando en la primera mitad del

siglo XX se creó el expreso nacional y las flotas magdalenas que duraban 24 horas

completas, sin embargo la incomodidad aún se percataba.

La población indígena de pasto presento un descenso demográfico hacia la mitad del

siglo XVII debido a enfermedades contagiosas como la VIRUELA Y EL

SARAMPION.

Antes la medicina que predominaba era la empírica en toda su expresión, aquí hacían su

intervención curanderos, parteras, sobadores, tocadores y rezanderos, utilizando ritos de

curación para realizar limpias, barridas, sonidos, paralenguajes, soplos y danzas.

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

El consumo de carnes era bastante limitada y no existían métodos adecuados de

reproducción y cuidado de los animales por lo que aumentaba el riesgo de

enfermedades, entre la dieta predominante en esta década se encontraban: Sango de

maíz, chara de cebada, poliada de harina, arneada de maíz, sopa de quinua, morocho,

tortillas de harina de maíz o trigo, maíz tostado, canchape, champus, locro de papa y

cuy.

Dentro de las bebidas más consumidas estaba la chicha y en menor medida la avena. La

bebida alcohólica más famosa era aquella a base de chapil.

En cuanto a normas de higiene el primer acueducto se construyó en 1869 mediante una

acequia desde las faldas del volcán galeras arriba de Genoy. En aquella época la mayor

incidencia de urgencias correspondía al abdomen agudo y las complicaciones

obstétricas. En consecuencia los traumatismos ocupaban un renglón secundario. Debido

entonces al uso de unturas, hierbas, brebajes la morbimortalidad era más alta, en cuanto

al manejo de fracturas para estos tiempos se empleaban largas inmovilizaciones que

corrían el riego de secuelas y mortalidad mayor. Los sufrimientos de estas

enfermedades eran horribles debido no habían analgésicos, antibióticos ni lugares

adecuados para la atención.

El primer hospital que existió en la cuidad de Pasto estaba localizado en lo que

actualmente se conoce como Casa Posada, la cual sirvió de hospital hasta mediados del

siglo XIX, y en honor a este la calle se denominó “calle del hospital”, en aquel

momento se llamó centro de atención de pacientes: LA MADRE DE DIOS, aunque

después tomó el nombre de HOSPITAL ASUNCIÓN DE PASTO.

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

Volviendo un poco a los siglos 50-60 la mayoría de la gente se moría secundaria a mala

higiene por falta de tratamiento de aguas y a las terapias primarias por falta de drogas

adecuadas. Cabe resaltar el gran acontecimiento generado el 4 d julio 1616 por el

Volcán Galeras, cuando generó gran cantidad de humo, cenizas y azufre que puso a los

pastusos a respirar aromas azufrados de fetidez inadmisibles. Hablando de

contaminación ambiental en estos entonces en Pasto existía el alcalde de agua, una

persona encargada de cuidar y velar por que mantener limpias las acequias y los caños,

esto fue un gran avance en la disminución de la morbimortalidad en Pasto, ya que desde

aquí se comenzaron a proponer estrategias, actividades e intervenciones en pro del

mejoramiento ambiental y por ende de la salud.

A partir de 1810 las circunstancias sociales de las batallas de independencia

ocasionaron el aumento de traumatismos por armas de fuego y armas cortopunzantes,

en este mismo año aparecieron endemias tropicales traídas por estas tropas generando

un periodo de mayor morbimortalidad por graves enfermedades e infecciones en la

historia de Pasto.

En 1821 se habla de algunos hospitales o casa de atención de enfermos en las guerras de

la independencia, entre ellas y de gran relevancia la batalla de Bomboná o el saqueo que

el batallón Rifles cometió contra la cuidad de Pasto en la famosa Navidad de 1822.

En 1843 el crecimiento demográfico de la región era lento debido a las cruentas guerras

de la independencia, en este año llego a Pasto el primer medico nariñense especializado

en urgencias quirúrgicas, fue el doctor Manuel Francisco Erazo a quien la Universidad

Santo Tomas de Aquino de Quito le otorgo con honores el título de médico cirujano.

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

Además fue el primer bacteriólogo y denominado el precursor de la bacteriología

nariñense.

En 1868 el doctor que desempeñaba a la sazón el cargo de médico cirujano del ejército,

fue nombrado en enero 11 director para que iniciase en el colegio académico la facultad

de medicina.

Otro médico ilustre de la época que merece exaltación en este escrito fue el doctor

Enrique Arsenio Miranda, quien terminó sus estudios de medicina en la Universidad

Central de Quito y fue nombrado medico de palacio por el presidente de la republica

Eloy Alfaro, en el año 1901. Durante la guerra civil, estuvo sirviendo como médico de

estado al mando del general Velasco, donde alcanzó el grado de mayor, fue director del

hospital San Pedro, profesor de la Universidad de Nariño, de la norma de occidente y

médico de la campaña contra la Lepra; médico del batallón Boyacá, policía

departamental y cárcel judicial, murió en pasto en 1920 a los 64 años de edad en la

famosa epidemia de tifo, contagiado con la misma.

En 1875 se habla de un hospital llamado “VELA” el cual después fue llamado

HOSPITAL SAN PEDRO por el obispo de pasto y el primer patrono del mismo Pedro

Vela Figueroa, mediante el decreto 18 de febrero1886 rigiendo este desde la diócesis de

Pasto; garantía del benefactor de asegurar un buen futuro para el hospital. Más tarde las

religiosas Vicentinas se hicieron cargo del hospital San Pedro y fueron ellas, francesas

unas y otras colombianas, quienes impartieron sus conocimientos a quienes fueron sus

colaboradores. Su primer director fue el doctor Patrocino Moncayo quien laboró junto

con las primeras Vicentinas vinculadas. Este hospital debió soportar los rigores de la

guerra de los mil días, la época de la violencia política y los conflictos internacionales

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

con Ecuador. Este estaba provisto por una botica que donó el doctor Zarama, las

enfermedades dominantes eran: la tuberculosis y la fiebre tifoidea.

Las hermanas de la caridad oriundas de Europa fueron las encargadas inicialmente del

funcionamiento, quienes dieron gran prestigio a sus servicios y honraron a su patrono.

El voluntariado de las damas rosadas ha sido un pilar fundamental en su albergue en

Pasto.

Algo muy curioso fue que en el hospital en 1945 fueron robadas las salas de cirugía,

según Sor Isabel, los ladrones aprovecharon el paso del rio Pasto o blanco para entrar a

las salas de cirugía, violando unas ventanas e hicieron un robo gigantesco. En 1956 el

hospital como tal y sus instalaciones se trasladaron a Toro Alto, al occidente de la

cuidad.

Fue condecorado por motivo de sus 100 años de fundación por el ministerio de salud.

Otra institución de salud creada en estos tiempos fue el Orfelinato que actualmente se

conoce como HOGAR SAN JOSÉ DE LAS MADRES BETHLEMITAS y funciona en

la región de Mijitayo frente a las instalaciones de Coca-Cola.

Ser médico en el siglo XX constituía un honor, una dignidad y colocaba a los

profesionales en un sitial importante dentro de la sociedad. Inclusive los mismos

estudiantes de medicina ocupaban desde ya, aun siendo estudiantes el papel de médicos

encumbrados. El cuerpo medio presente a comienzos del siglo XX en la cuidad de Pasto

estaba integrado por: Miguel y Primitivo Caicedo, Ulpiano Hinestroza Lara, Anibal

Bonilla, Lucindo Almeida, y Enrique Miranda. Los doctores Camilo Ancipodisto

Álvarez y Patrocinio Moncayo de Tuquerres. El doctor Erasmo del valle H. del

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

departamento del Magdalena y el doctor Miguel W. Angulo dentista, natural de

Popayán, además del doctor Juan Arturo quien está apunto de coronar sus estudios en

quito.

En 1915 se fundó otra institución de salud que hasta los días de hoy presta sus servicios

a la comunidad pastusa, ella es el HOSPITAL PSIQUIÁTRICO SAN RAFAEL, este

tuvo su inicios bajo la directriz del Hermano Piña, el cual tuvo que buscar de forma

exhausta, ya que no se contaba en la región con médicos psiquiatras, el terreno en el

cual se encuentra este hospital fue una donación del doctor Rafael Chávez, y su

inauguración como hospital fue en 1932.

Para prestar servicios médicos el hospital incorporó a su plantel un grupo de

prestigiosos profesionales, entre los que se contaban el medico ecuatoriano Dr. Enrique

Delgado, el Dr. Jorge Rosero Pastrana, como cirujano consultor el Dr. Segundo N.

Recalde, en igual calidad, el Dr. Hernando Groot como laboratorista clínico y a la

cabeza de este grupo, como director científico el Dr. Julio Moncayo Candia, quien llena

toda una brillante época de la psiquiatría Nariñense y Colombiana.

Inicialmente el hospital fue dotado no solo para la atención de enfermos mentales, sino

para la asistencia de enfermos somáticos y de cirugía. Allí se efectuaron no pocas y

delicadas intervenciones quirúrgicas y fue muy importante la ayuda que prestó el

hospital cuando prácticamente se habilitó como hospital de sangre, durante las

actividades bélicas con el Perú.

Otras organizaciones de carácter salud fueron: Clínica Gavilanes Lasso; en esta clínica

presuntamente se aplicaron las primeras cesáreas. en 1936 se describe la primera

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

organización: Unidad Sanitaria de Pasto de Bomboná, la cual dio capital importancia a

la atención materna e infantil y se puso en funcionamiento consulta prenupcial, consulta

prenatal, consulta del niño sano y enfermo y atención domiciliaria de partos integrada

por 1 medico, 2 enfermeras y 2 sirvientes.

De esta unidad sanitaria estaba a cargo el Doctor Luis Enríquez Benavides quien era

además director Departamental de Higiene y A.P, médico cirujano de la Universidad

Central de Quito, exsecretario de gobierno, director de educación pública y diputado a

la asamblea.

Para 1935 se crea la secretaria de higiene departamental cuyo director fue el Doctor

Carlos Vela.

En la década de los 40 se fundó la Clínica Vallejo Salazar, por el Doctor Rafael

Vallejos Salazar, el cual se convirtió en el primer cirujano en traer las agujas de

Reverdin desde París, además en esta clínica operaba el doctor Ángel Sáenz, quien

venía de Bogotá y era Oftalmólogo.

En 1936 llegaron a pasto 2 médicos oriundos de Sandona de apellidos Meza; Jorge y

Jesús con el fin de operar a su madre, la cirugía fue exitosa y posteriormente fundaron

una clínica en pasto llamada Clínica de los Hermanos Methza o club de los partos.

En 1948 y debido al prestigio de que gozaba la comunidad de las madres hospitalarias

del Sagrado Corazón de Jesús, quienes se encargaban de obras de beneficencia para

mujeres enfermas mentales, llegó a los oídos del Padre Manuel Zarama quien tuvo la

idea de crear el Hospital Psiquiátrico de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro e hizo

gestiones para que las hermanas viniesen a Pasto desde España.

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

Durante de la primera mitad del siglo, se fundan en pasto varias clínicas, entre ellas la

del Doctor Segundo Recalde. Otra fue la clínica Maridiaz en 1950 de la cual fueron

fundadores los Doctores Fernando Mora España, Luis Días del Castillo, Guillermo

López Delgado, Jaime Zarama Otero, José María Salazar Albán y Efrén Caviedes

Arteaga.

En 1952 se funda el HOSPITAL INFANTIL LOS ÁNGELES por intención de un

grupo de nobilísimas damas entre ellas Aline D´Silva de Vallejo Salazar, Laura Luján,

Leonor Miranda, Josefina Guerrero, Martha Gavilanes y Aída Calderón, quienes

organizaron actividades para recolectar fondos para tan noble propósito.

En el año 1953 un grupo representante de médicos funda la CLÍNICA FÁTIMA.

Doctor Luis López Portilla, Miguel Guerrero Ruiz, entre otros. Inicialmente las

hermanas carmelitas terciarias de Tuquerres se hicieron cargo de la fundación que

comenzó a ejercer en 1955. En esta clínica de realizo la primera trepanación craneana

practicada por el Doctor Luis López Portilla.

En 1976 es fundada la Sociedad Nariñense de Anestesiología siendo fundador y

presidente el Doctor Luis Adalberto Erazo, esta ha sido a través del tiempo, desde su

creación hasta nuestros días ejemplo de organización, lucha y cumplimiento.

En 1970 da comienzo a sus labores el centro fundación de atención especial

“CEHANI” por entusiasmo y bajo la dirección de la Señora María Isabel Arroyo y

colaboradoras.

Y finalmente en 1968 se firma la escritura para la construcción del HOSPITAL

DEPARTAMENTAL. Y solo para 1977 se inaugura oficialmente y en forma definitiva

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

en Hospital Departamental y en este mismo año se practica la primera cirugía: los

cirujanos fueron: Doctor Guillermo Zarama y Tirso Benavides, anestesiólogo; José

María Corella, además este año se abre el servicio de urgencias coincidencialmente con

la llegada de 400 pacientes intoxicados con Parathion. En 1978 los doctores Guillermo

Zarama, cirujano y José María Corella, anestesiólogo; realizan el primer injerto Aorto-

Femoral en el Hospital Departamental. En este mismo año también se realiza el primer

simposio de pediatría organizado por la Sociedad Nariñense de Pediatría.

Para 1979 se funda la Asociación Nariñense de Ginecología y Obstetricia con la

presencia del Doctor Fernando Cardona Arango, en cuanto a los socios fundadores son

muchos entre ellos se destaca en Doctor Ricardo Zarama, el Doctor Eduardo Villacis,

entre otros. En este mismo año en Doctor Pablo Hernández realiza el primer remplazo

de cadera en Pasto y Nariño.

En 1979 se funda la Asociación Nariñense de Oftalmo y otorrinolaringología teniendo

como fundadores a: Vicente Unigarro Huertas, Luis Olmedo Salazar Pantoja y Fabio

Urbano Buchelly.

Algunas mujeres médicas que ejercen en Pasto en 1974; Leonor Rojas, Mady

Fuerbringer, Carmenza Escobar, Elmira Rueda, Edilma Bastidas, entre otras.

De aquí en adelante la medicina en pasto se fue cada vez actualizando, y vinculando al

mundo competente y riguroso de la medicina nacional. En 1993 mediante decreto 401

se crea el Instituto Departamental de Salud de Nariño en remplazo del servicio

seccional de salud. A demás en este año se realiza la primera cirugía laparoscópica para

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

colecistectomía en Nariño en el Hospital Departamental por el Doctor Guillermo

Zarama.

El 24 de abril de 1994 se inaugura la Unidad de Oncología en el Hospital

Departamental.

Para 1995. 2 doctores basados en su infinita experiencia y perspectiva de la medicina en

la cuidad de Pasto publican el libro “La Medicina de Nariño en el Siglo xx” estos

fueron: Doctor Ricardo Zarama y Doctor Leonardo Matta. En este año también se

culmina la construcción de la sede de la dirección seccional Nariño del instituto

Nacional de Medicina Legal y Ciencias forenses, son Víctor Hugo Moncayo Caicedo y

el Doctor Miguel Darío Martínez Vélez los funcionarios más antiguos con más de 17

años de trabajo y testigos de la enrome transformación institucional forjada con

veracidad.

Aparecen muchas entidades prestadores de servicios así como instituciones promotoras

de salud, las cuales tiene gran apogeo en nuestro medio, brindando algunas excelentes

nivel de atención a la población pastusa y otras no tanto pero bueno lo esencial de

describir estas situaciones es que pesan en quienes las leen y reconocen y puede que así

se generen cambios para bien.

La primera Universidad en la región que abrió sus puertas a la formación de médicos

fue la UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA, para 1996 comenzando

labores a la cabeza de la facultad el Doctor Jaime Cabrera y con un cadáver traído del

hospital Clarita Santos de Sandona se inician los estudios de Anatomía en la UCC.

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

La facultad después del Doctor Jaime Cabrera, se vio de cierta forma bendecida tras la

llegada de un Doctor con calidad humana, una persona de enorme bondad e infinita

sabiduría el cual supo direccionar esta facultad y convertirla en lo que es hoy en día,

una facultad competitiva la cual saca muy buenos médicos comprometidos con el

desarrollo de la sociedad y con criterios políticos, este ser maravilloso no podría ser otra

persona diferente al Doctor, ARMANDO CORAL BURGOS.

La facultad cuenta con instalaciones propias en la sede Torobajo, con laboratorios para

ciencias básicas, clínicas, de investigación y de cirugía experimental, además cuenta

con los más prestigiosos médicos de la cuidad, los cuales se caracterizan por tener

reconocimiento por calidad y calidez humana.

Actualmente la cuidad de Pasto cuenta con 3 facultades de medicina en las

universidades: UNIVERSIDAD DE NARIÑO, UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE

COLOMBIA Y LA UNIVERSIDAD SAN MARTIN.

Son muchos los médicos que no aparecen en los escritos y actas de fundaciones e

instituciones de salud, pero que ejercieron su labor silenciosa sin esperar

reconocimientos ni galones, ellos merecen igual reconocimiento.

Poco a poco con el tiempo, fue ganando aceptación el concepto de que el médico no

solo debe curar sino también evitar que las personas se enfermen y que sea obligación

de las escuelas de medicina desarrollar buenos programas de educación para la salud

aparte de enseñar a diagnosticar y tratara la enfermedad.

A través del tiempo y gracias a los conocimientos adquiridos se llevaron a la práctica,

por las autoridades de salud en diferentes países, una serie de para cuidar la salud,

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

gracias a los cuales poco a poco se ha venido mejorando los servicios de prevención y

atención de la enfermedad en todo el mundo.

Para eso hay que entender que la protección de la salud es algo complejo y no consiste

únicamente en tener buenos médicos, hospitales o incluso buenas campañas

preventivas. Para lograr la salud se requiere de una serie de condiciones que

transcienden en mucho el campo medico e incluso el de la salud pública.

Por tanto todo lo anterior articulado con la creación de conciencia pública de la

responsabilidad compartida que tenemos las personas, las familias, la comunidad y el

gobierno de cuidar la salud a lo largo de toda la vida, es en esencia lo más importante.

Los innumerables éxitos alcanzados a través de los siglos por la medicina para proteger

la salud, han dado grandioso resultados de los cuales actualmente gozamos de su

utilidad debido a los avances en el diagnostico mediante técnicas endoscópicas y

arteriográficas, para ver lesiones de diversas partes de cuerpo, además de la aparición

de la radiografía no invasiva como el ultrasonido, la tomografía, la resonancia

magnética y la gammagrafía. En cirugía, los procesos en todos los campos han sido

espectaculares en especial en la cardiaca, así como en los trasplantes, la cirugía

laparoscópica y la aparición de la cirugía robótica.

Sin más se terminará este escrito con una frase célebre de Hipócrates, padre de la

medicina, el cual decía: “el hombre debe saber que solo del cerebro proceden la alegría

y las penas”.

María Fernanda Ibarbo Estupiñán.

Referencias

1. José María Corella Hurtado. La Senda de los Médicos en Pasto, Aproximaciones

Históricas al Desarrollo de la Medicina en la Cuidad. Pasto Nariño. 2000.

2. Miranda Canal, N. "Apuntes Para la Historia de la Medicina en Colombia".

Ciencia. Tecnología Y Desarrollo, Vol. 8. Nos. 1-4. Bogotá, Enero-Diciembre,

1984.

3. Eslava Castañeda Jc. Una Mirada a la Historia de la Medicina en Colombia. Tomo

I: "Prácticas Médicas en Conflicto 1492-1782". Reseña. Revista Gerencia y

Políticas de Salud. 2008; 7(17): 187-90.