historia

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Enseñanza y aprendizaje de la Historia en la Educación Básica Serie: Teoría y Práctica Curricular de la Educación Básica ISBN: 978-607-467-051-6

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  • 1. ISBN: 978-607-467-051-6Serie: Teora y Prctica Curricular de la Educacin BsicaEnseanza y aprendizajede la Historiaen la Educacin Bsica

2. Enseanza y aprendizaje de la Historia en laEducacin BsicaSerie: Teora y Prctica Curricular de la Educacin Bsica 3. Secretara de Educacin PblicaAlonso Lujambio IrazbalSubsecretara de Educacin BsicaJos Fernando Gonzlez SnchezDireccin General de Desarrollo CurricularLeopoldo F. Rodrguez GutirrezDireccin General de Desarrollo de la Gestin e Innovacin EducativaJuan Martn Martnez BecerraDireccin General de Materiales EducativosMara Edith Bernldez ReyesDireccin General de Educacin IndgenaRosalinda Morales GarzaDireccin General de Formacin Continua de Maestros en ServicioLeticia Gutirrez Corona 4. Enseanza y aprendizaje de la Historia en laEducacin Bsica 5. Enseanza y aprendizaje de la Historia en la Educacin Bsica fue elaborado por laDireccin General de Desarrollo Curricular, que pertenece a la Subsecretara de Edu-cacin Bsica, de la Secretara de Educacin Pblica, con la colaboracin de la Uni-versidad Pedaggica Nacional.Coordinacin generalLeopoldo F. Rodrguez GutirrezNoem Garca GarcaCoordinacin acadmica por la Secretara de Educacin PblicaErnesto Lpez OrendainFelipe Bonilla CastilloCoordinacin acadmicaJosefina Zoraida VzquezAutoresJoaqun PratsUniversidad de Barcelona, espaaJuan SantacanaUniversidad de Barcelona, espaaLaura H. Lima MuizUniversidad pedaggica nacional-ajUsco, MxicoMa. del Carmen Acevedo ArcosUniversidad pedaggica nacional-ajUsco, MxicoMario Carretero RodrguezUniversidad aUtnoMa de Madrid y Flacso-argentinaPedro Miralles MartnezUniversidad de MUrcia, espaaVernica Arista TrejoMaestra de edUcacin secUndaria, MxicoLectores Coordinacin editorialCarlos Betancourt CidGisela L. GaliciaFrancisco Alfonso AvilsHctor Hugo Merino Snchez Diseo de interioresManuel Ceballos RamrezLourdes Salas AlexanderMara Teresa Jarqun Ortega Diseo de portada Marisol G. Martnez Fernndez Correccin de estilo y formacin Leticia Dvila Acosta Marisol G. Martnez Fernndez Primera edicin, 2011 D.R. Secretara de Educacin Pblica, 2011Argentina 28, Centro, CP 06020Cuauhtmoc, Mxico, D. F. ISBN: 978-607-467-051-6 Hecho en Mxico MATeriAl grATuiTo/ProhibidA su VenTA 6. ndicePresentacin9Introduccin 111. Por qu y para qu ensear historia? 211.1. El valor formativo de la historia 211.2. Las funciones de la historia en nuestras sociedades 251.3. los fines generales de la historia como materia educativa 321.4. La historia como materia escolar en la educacin primaria 401.5. La historia como materia escolar en la educacin secundaria 451.6. Contribucin de la historia al perfil de egresode la educacin bsica 511.7. Nuevas perspectivas sobre la enseanza de la historia 541.8. Qu historia ensear631.9. Qu tipo de contenidos histricos deberan incluirseen los procesos de aprendizaje 672. Comprensin y aprendizaje de la historia732.1. Investigaciones cognitivas sobre la habilidadpensar histricamente732.2. La comprensin de los conceptos histricos752.3. La representacin del tiempo histrico812.4. La solucin de problemas histricos 86 7. 2.5. Razonamiento e inferencias en la solucinde problemas histricos 892.6. El uso de imgenes como parte de los problemas histricos932.7. La construccin y el uso de narrativas histricas en la escuela992.8. Construccin de identidades y aprendizajede narrativas histricas 1063. Cmo se ensea la historia en la educacin bsica 1093.1. El enfoque en la enseanza de la historia 1093.2. la planeacin de actividades de aprendizaje(unidad didctica-secuencia didctica) 1173.3. Estrategias y recursos didcticos para la enseanzay el aprendizaje de la historia1233.4. La historia y el uso de las nuevas tecnologasde la informacin y la comunicacin1313.5. evaluacin del aprendizaje y de la enseanza1464. El docente y la enseanza de la historia1594.1. el papel del maestro y la enseanza/aprendizajede la historia 1594.2. Necesidades de formacin y actualizacin continuade maestros en servicio1705. Articulacin curricular en la educacin bsica1835.1. La articulacin curricular en la educacin bsica.Asignatura de Historia 183Bibliografa 195 8. PresentacinLa Secretara de Educacin Pblica (SEP) edita la coleccin Teora y prc-tica curricular de la educacin bsica, para continuar apoyando la consolida-cin de la Reforma Integral de la Educacin Bsica (RIEB). Su propsitoes impulsar la comprensin de los enfoques, campos formativos, asig-naturas y contenidos del currculo nacional, apoyar la enseanza en losdistintos campos formativos y asignaturas en los tres niveles de la educa-cin bsica (preescolar, primaria y secundaria) y, al mismo tiempo, conver-tirse en una herramienta til para fortalecer la actualizacin y formacincontinua de los y las docentes en los distintos espacios disciplinares de laeducacin bsica.Con esta serie, la SEP pretende establecer un dilogo entre la produc-cin vanguardista del conocimiento y su aplicacin sistemtica en las es-cuelas de educacin bsica, como una va ms para promover aprendiza-jes pertinentes que contribuyan al logro del perfil de egreso y al desarrollode competencias para la vida al final de este trayecto formativo.Los ttulos que conforman la coleccin han sido cuidadosamente ela-borados por especialistas a nivel nacional e internacional en los diferen- 9 9. tes campos que integran el currculo de educacin bsica, a fin de apoyarla comprensin de los procesos de transformacin curricular que en elmarco de la RIEB experimentan docentes, directivos, personal tcnico yde apoyo, as como alumnos en los jardines de nios y en los planteles deeducacin primaria y secundaria. Asimismo, se abordan temas relativos a los campos formativos del cu-rrculo nacional de la educacin bsica de las siguientes asignaturas segnsu distribucin en los planes y programas correspondientes: Matemti-cas, Ciencias, Formacin Cvica y tica, Historia, Geografa, Artes, y Edu-cacin Fsica. En cada volumen se presenta un panorama actualizado deldesarrollo de las didcticas de las asignaturas as como sus enfoques peda-ggicos y las sugerencias para su tratamiento en cada nivel educativo. La coleccin Teora y prctica curricular de la educacin bsica se sumaa otras acciones de produccin de materiales y desarrollo de actividadesde actualizacin con el compromiso de fortalecer la formacin continua delos docentes de educacin bsica, mediante la promocin del anlisis y dis-cusin de temas de apoyo didctico relacionados con el tratamiento de loscontenidos de aprendizaje y sus enfoques, a fin de contribuir a mejorar lacalidad de la educacin bsica en Mxico.Secretara de Educacin Pblica 10 10. IntroduccinEnseanza y aprendizaje de la historiaen la educacin bsicaSe reconoce que para que Mxico sea competitivo en un mundo globalizado laenseanza tendr que darle prioridad a las ciencias y a las matemticas de mane-ra de ser capaz de generar sus propias tecnologas; sin embargo, no deben descui-darse las otras materias bsicas. La enseanza de la historia es importante por serla memoria de la humanidad que nos introduce en la evolucin de la civilizacin ylos logros del gnero humano. Este saber ha acompaado a los hombres desde eldespegue de su vida, y la memoria de sus experiencias y descubrimientos permitela acumulacin del conocimiento y su avance continuo. A medida que la vida y lacultura de los seres humanos se hicieron ms complejas, el registro del pasadotambin se transform. Es natural que los primeros registros fueran sencillos, ya demanera oral, ya a travs de pinturas, como las rupestres, o mediante grandes pie-dras recordatorias de hechos especiales. Al aparecer la escritura, se hizo un recuen-to de mitos y acontecimientos en estelas y rollos o cdices.La necesidad de guardar noticia de las obras humanas responda sin duda a laconciencia de la limitacin inexorable de la muerte, que empujaba a los hombresa dejar noticia de su paso por la Tierra. Como es aparentemente el nico ser queno slo tiene conciencia de s, sino que reflexiona sobre s mismo, el ser humanodesde muy antiguo empez a preguntarse por el sentido de la vida e interpret de 11 11. diversas formas su pasado. En las primeras explicaciones del pasado y del cambiocontinuo de las cosas se mezclaron relaciones reales y mticas, que lentamente setransformaron en intentos por explicar las causas profundas de los hechos humanosy hasta deducir leyes de su comportamiento. Tambin ha habido momentos delpasado y del presente en que se le niega valor a la historia y hasta se le ha consi-derado daina. No obstante, su necesidad hace que siga presente, puesto que loque somos, nuestras actitudes vitales, valores y creencias estn determinadas porlo que hemos sido, es decir, por nuestra historia. de ah la afirmacin de Jos ortegay Gasset: El hombre no tiene naturaleza tiene historia.Desde la antigedad clsica, a la instruccin histrica se le dieron atribucionesprcticas. Como los recuerdos del pasado le daban a los individuos un sentido depertenencia a un grupo determinado, pronto a la historia se le adjudic una estre-cha relacin con el ejercicio del poder. As, se le consider maestra de la vida,por tanto indispensable para la formacin de los gobernantes. Los gobernantesmexicas, por ejemplo, se percataron de la importancia de las relaciones histricas:decidieron quemar los cdices que explicaban sus viejos mitos fundadores paracambiarlos por otros que pudieran inyectar unas metas ambiciosas a sus miembrospara impulsarlos a la conquista de otros pueblos.la transmisin de una versin simplificada de la historia, en forma de mitos ocrnicas, y despus de historias, siempre form parte de la socializacin de los indi-viduos, a travs de una trasmisin oral y rituales conmemorativos que contribuan afortalecer los lazos de unin entre los miembros de un grupo. stos han sido suma-mente fuertes en algunos pueblos; como el judo, que a pesar de haber sido dis-persado desde los tiempos tempranos del Imperio Romano, sus miembros pudieronmantener su sentido de pertenencia a travs de los siglos.la utilidad de la historia adquiri nuevos objetivos con las revoluciones atlnticasde los siglos xViii y xIx, puesto que abran el camino al poder y a la eleccin de go-bernantes para la mayora de los pobladores. La historia entonces deba respondera una meta: contribuir a la transformacin de sbditos en ciudadanos y, en razn12 12. del nuevo pacto social, convertir pueblos heterogneos, que haban sido sbditosde un monarca, en naciones unificadas por el idioma, el sistema gubernamental, lasleyes y el deseo de un futuro compartido. Fue entonces urgente trasladar al nuevogobierno la lealtad que se haba tenido al monarca, tarea que se le iba a conferiral recuento de la saga libertaria. Por eso Juan Jacobo Rousseau pensaba que losnios deban aprender toda su historia, conocer todo evento y hroe importanteque le diera a sus almas la formacin nacional y dirigir sus opiniones y gustos de talmanera, que sean patriticos por inclinacin, por pasin, por necesidad.1la necesidad de construir estados-nacin a partir de las viejas monarquas mul-tinacionales transform a la historia en vehculo de legitimacin de las revolucionesy en instrumento para educar cvicamente al pueblo. De esa manera, la instruccinhistrica pas a servir al Estado, transmitiendo una visin del pasado que subrayarala gesta revolucionaria y el nuevo sistema poltico. la confluencia de la formacinde Estados-nacin con el liberalismo y el romanticismo llev a los historiadores aempearse en descubrir el origen de las naciones, inaugurando en ese procesoel patriotismo histrico con la acuacin de hroes e interpretaciones que seranutilizadas por polticos y maestros. Este uso de la historia se consolid en la segundamitad del siglo xIx hasta convertirla en una forma de exaltar el patriotismo.En el mundo hispnico esta tendencia se inici con la constitucin espaola de1812, que estableci al patriotismo como una obligacin de todos los espaoles.En Mxico, esa prctica se iba a fortalecer con la independencia. Los fundadoresde la Repblica, conscientes de la heterogeneidad de la poblacin mexicana,consideraron conveniente la unificacin de los sentimientos nacionales. Jos MaraLuis Mora estaba convencido de que para convertir a los mexicanos en verdaderosciudadanos era necesario que aprendieran el catecismo poltico y la historia.2 CarlosMara de Bustamante busc en el pasado prehispnico y la gesta independentista1J. J. Rousseau (1953: 176-177).2Escuelas laicas. Textos y documentos, Mxico, Empresas Editoriales, 1949, pp. 44-45. 13 13. las acciones heroicas de nuestros mayores merecedoras de ser imitadas, ade-ms de acuar los primeros hroes y mitos de la nueva nacin.3 Bustamante con-cibi un Mxico existente desde el principio de la historia, al que le haba sucedidola conquista espaola, misma que la independencia vengaba ahora. Esta visinesencialista pasaba por alto que Mxico haba resultado de ese pasado y que eraalgo en continuo cambio, como todo lo histrico. Las culturas prehispnicas eranun componente de la nacin, pero la conquista haba dado nacimiento a algodistinto que, al madurar, se haba independizado.el reacomodo social y poltico que produjo la independencia y las amenazasexternas provocaron que slo hasta la victoria definitiva de la repblica pudieranestablecerse un gobierno ms o menos estable y un sistema educativo. Benito Ju-rez, sebastin lerdo de Tejada y Porfirio daz iban a impulsar la educacin pblicay la enseanza de la historia patria. Pero a pesar de la derrota de los conser-vadores, las diferencias ideolgicas hicieron aparecer dos versiones de interpreta-cin escolar del pasado mexicano: las que favorecan el pasado prehispnico yrechazaban el virreinato, y las favorables a ste y que aun llegaban a denigrar alas culturas originales. Las dos posiciones eran absurdas y fueron combatidas porel grupo de grandes pedagogos que apareci durante el porfiriato, quienes se die-ron cuenta de que estaban forjando dos naciones. Justo sierra, como historiadory como ministro de Instruccin Pblica, promovi una interpretacin de la historiacomo un proceso evolutivo del pueblo, sin negar ninguna etapa. Pero la Revolu-cin mexicana vino a revivir la cuestin de los orgenes, favoreciendo el indige-nismo, y fue hasta mediados del siglo xx cuando se institucionaliz la visin de unMxico mestizo.La profesionalizacin de la historia a partir de los aos cuarenta del siglo xx y lacreciente influencia de la historiografa extranjera mexicanista que estaba libre delos maniquesmos hispanistas o indigenistas, empezaron a producir interpretaciones3Carlos Ma. de Bustamante (1835: 1).14 14. ms interesadas en explicar los procesos sociales, econmicos, polticos y culturalesdel pas, y lentamente comenzaron a influir en la historia enseada en la escuela.Esto estuvo a tono con los esfuerzos internacionales para moderar los nacionalismosperniciosos, a los que se culp de las dos guerras mundiales.los excesos maniqueos mexicanos han influido en decisiones desafortunadas,aunque fueron menos nocivos que los excesos nacionalistas en otras partes delmundo. El orgullo de las naciones se expres en diversas formas en el mundo.Mientras los ingleses interpretaron su colonialismo como el cumplimiento de car-ga histrica para civilizar pases brbaros,4 los franceses definieron a su nacincomo el centro de la civilizacin y desarrollaron un patriotismo con el lema lapatria es la nacin que debemos amar, honrar y servir con toda la energa ytoda la devocin de nuestras almas5 que tambin deba extender sus dominiospor el mundo. Consolidados como Estado ms tarde, los alemanes desarrollaranla interpretacin paranoica que en alguno de sus textos defina a su pas comoun pas rodeado de enemigos.6estas posiciones hicieron que desde el fin de la Primera guerra Mundial empe-zara a reflexionarse sobre las consecuencias de las prdicas nacionalistas, lo queno impidi que la dura paz impuesta en 1918 produjera la segunda guerra Mundial.Este hecho patrocinara el nacimiento de las Naciones Unidas y una de sus depen-dencias, la UNESCO, la cual se empe en promover una nueva enseanza de lahistoria que moderara los nacionalismos negativos. Se han hecho progresos, peroes difcil eliminar las posiciones nacionalistas de los textos escolares.Tampoco es fcil adoptar una posicin ante el nacionalismo. La conquista delactual territorio mexicano fue hecha en buena parte por indgenas tlaxcaltecas yalgunos otros ya aculturados que permitieron penetrar la tierra chichimeca. En este4Jonathan Scott (1926: 206).5Gabriel Compayr (1955: 25).6Edward Reisner (1922: 209). 15 15. territorio dividido en reinos, gubernaturas y capitanas logr imponerse un gobiernocentralizado en gran parte desde la Ciudad de Mxico. los espaoles introdujeronplantas y animales de tiro y carga que aligeraron la movilidad y el transporte, y evan-gelizaron a los pueblos indgenas, quienes con la conquista perdieron la coherenciade sus culturas. La convivencia de esa nueva poblacin durante una administra-cin de tres siglos gener costumbres, relaciones y smbolos que crearon lazos deunidad, semillas de un sentimiento nacional. Sin embargo, el grado en que Mxicoha llegado a ser un Estado-nacin es el resultado del esfuerzo deliberado del go-bierno a travs de la educacin.Aunque la migracin y la globalizacin han cambiado algunas metas, la iden-tidad de los pueblos contina siendo conveniente, lo que hace que la transmisinde la historia tenga que seguir cumpliendo esa tarea. Muchos grupos sostienen quedebe excluirse la enseanza de la historia, sin considerar que incluso para mostrarlas diferentes interpretaciones de los hechos hace falta partir de una visin generaldel pasado. es en la educacin secundaria cuando los jvenes pueden explorarversiones distintas de los eventos conflictivos del pasado, de manera que formensus propios juicios y desarrollen el espritu de tolerancia, indispensable para la convi-vencia. En ese estadio de la enseanza, los alumnos pueden analizar documentosque les permitan darse cuenta de la complejidad de los eventos y comprenderpor qu hay interpretaciones contrastantes.Una razn de que la historia que se ensea en la escuela est entre las asig-naturas ms rechazadas, es porque se centra en el relato poltico y blico, dandocuenta de cambios de gobierno, guerras y actos heroicos, pero pasando por alto losprocesos sociales, econmicos, y culturales fundamentales para comprender elcomplejo histrico. sin duda hay personalidades que le imprimieron carcter a unapoca, como el caso de Napolen, pero siempre hay un contexto que favorece elque estos personajes puedan descollar. una historia explicativa debe incluir los diver-sos aspectos de la vida de modo que involucre a los jvenes y no los atosigue conlos simples nombres y fechas. la enseanza debe mostrarles la complejidad de la 16 16. conducta humana, para que comprendan el mundo en el que viven y prepararlospara los cambios que traer el futuro y a los que tendrn que adaptarse. La enseanza de la historia en la escuela es importante, como nos recuerdaMarc Ferr: No nos engaemos: la imagen que tenemos de otros pueblos y hastade nosotros mismos, est asociada a la historia tal como se nos cont cuando ra-mos nios. ella deja su huella en nosotros toda la vida.7 Eso hace urgente purgar ala enseanza de la historia de las viejas confrontaciones estriles. los historiadores ylos maestros deben comprender el pasado y explicarlo, no regaarlo. Lo que pas,nos guste o nos disguste, ya pas y ha dado forma a lo que somos.El siglo xxI es un mundo globalizado en el que cualquier evento llega a nosotrosgracias a las vas de comunicacin en el momento en que sucede. Por eso es msfcil hoy comprender que la historia de Mxico ha estado siempre inmersa en lahistoria universal, y si ignoramos esto no comprenderemos su verdadero sentido. Esono obsta para desterrar el europeocentrismo todava imperante, lleno de prejuiciosraciales y culturales.Uno de los retos del maestro de Historia hoy en da es el presentismo de losjvenes, quienes viven bajo la influencia de la televisin; esto fuerza al docente aingeniarse para despertar el inters de los estudiantes y persuadirlos de la utilidade importancia de la historia. Un buen camino es comentar con ellos los aconte-cimientos del momento y hacerlos pensar en sus antecedentes, de manera quecomprendan que la explicacin requiere el conocimiento del pasado. La inmersinen un mundo con novedades tecnolgicas constantes ha hecho a los jvenes in-munes a la curiosidad por el pasado, que parece tan lejano, o bien, como sostieneSartori, la primaca de la imagen, de lo visible sobre lo inteligible, conduce irreme-diablemente a un ver sin entender, y a mermar en forma significativa la capacidadde un pensamiento abstracto.87Marc Ferr (1990: 9).8Giovanni Sartori (1998).17 17. La tarea de educar se ha hecho cada da ms exigente. Las transformacio-nes sociales, la expansin del conocimiento y de los medios de comunicacin, ascomo la competencia econmica dentro del mundo globalizado, ejercen granpresin sobre la escuela, ya que preparar a los mexicanos del presente y del futurose ha convertido en una prioridad. Todos sabemos que la explicacin del milagrode los tigres asiticos y de India es la excelente educacin que el Estado pro-porciona a su poblacin. La educacin en China y Japn siempre ha sido buena,aunque quiz demasiado dura en cuanto a tiempo de clases, de estudio y de exi-gencias, pero el resultado est a la vista. Los pases que han logrado el progreso detoda su poblacin privilegian las matemticas y las ciencias, sin descuidar las otrasmaterias. incluso Vietnam, que sufri una devastacin de dcadas de lucha porla independencia y consolidacin en un Estado, se ha recuperado y gracias a loslogros educativos ya entr al mercado internacional.Mxico tuvo mejores momentos en el sistema educativo y decay por diversasrazones. la explosin demogrfica ha servido de explicacin dominante, aunque esmenos convincente cuando nos damos cuenta que sta tambin afect a Chinay a la India sin que haya sido obstculo para su transformacin. Lo cierto es queMxico aparece siempre en los ltimos lugares de los informes sobre la educacinde los pases de la ocde, hecho que se ha convertido en un reto para el sistemapoltico y deba ser un acicate para los maestros que pueden impulsar la transfor-macin del sistema educativo mexicano.La memorizacin de datos que dominaba la educacin hace tiempo es, desdeluego, totalmente inoperante para el mundo de hoy. Ahora lo importante es ensear alos alumnos a aprender, a buscar informacin por los diferentes medios a su alcance,a discriminar la til de la intil, a ordenarla y utilizarla para que puedan enfrentar unfuturo cambiante. El sistema educativo dista de contar con todos los medios tecno-lgicos convenientes, pero ello no hace menos urgente que los maestros se prepa-ren para su utilizacin, para aprovechar recursos como internet, excepcional para elaprendizaje y la enseanza. 18 18. Desde luego, conocimientos y mtodos de enseanza no parecen estar a laaltura del gran reto que enfrenta el pas. Dado que el conocimiento se transformaconstantemente a una velocidad increble, no es fcil para los profesores mante-nerse al da. Eso obliga a los programas de actualizacin y formacin de maestrosa ser renovadores y hacerlos capaces de utilizar los nuevos medios de informacin.El libro que se presenta aqu, Enseanza y aprendizaje de la historia en la educacinbsica ser un auxiliar til para que los maestros reflexionen sobre los nuevos progra-mas y el sentido de la enseanza de su materia. El libro consta de cinco apartados.Los dos primeros son en realidad tericos y responden a las cuestiones esenciales:Por qu ensear historia y la comprensin y aprendizaje de la historia. los in-vestigadores Joaquim Prats y Juan Santacana analizan la construccin del conoci-miento histrico; la concepcin del tiempo cultural predominante en Occidente, ascomo las funciones de la historia y sus fines como materia educativa, de esta mane-ra plantean la funcin que tiene en la educacin secundaria y su contribucin a laformacin de la ciudadana, en la participacin poltica para construir una sociedadlibre y estable, en desarrollar el pensamiento crtico y en fomentar el pensamientodeductivo y la inteligencia emocional. Don Mario Carretero aborda por su parte lacomprensin y el aprendizaje de la historia analizando los conceptos y los mtodosutilizados, el uso de imgenes, la elaboracin de narraciones, y el aprendizaje denarrativas histricas al servicio de la construccin del Estado-nacin en el sigloxix.este apartado hace referencia especial al aprendizaje de la historia, el problemade la capacidad cognoscitiva de los nios y la necesidad de elegir un tratamientodidctico adecuado para superarlo. Las dos partes incluyen una rica bibliografa degran utilidad para aquellos maestros que quieran adentrarse en los temas.los otros tres apartados se refieren a los problemas prcticos de la enseanzade la historia. el tercero, desarrollado por los especialistas Vernica Arista, laura limay Pedro Miralles, aborda el tema de Cmo se ensea la historia en la educacinbsica. empieza por hacer una reflexin acerca de las diferentes corrientes deinterpretacin histrica del ltimo siglo y medio: positivismo, historicismo, marxismo y 19 19. la Escuela de los Annales. De ese punto de partida se plantean la planeacin de lasactividades del aprendizaje y el manejo del espacio en la enseanza de la historia,el conocimiento a fondo de los programas, las estrategias y recursos didcticos, eluso de nuevas tecnologas y el peliagudo problema de la evaluacin, que incluyealgunas sugerencias tiles para llevarla a cabo. La cuarta parte, redactada porLaura Lima y Carmen Acevedo, aborda el tema El docente y la enseanza dela historia e intenta una respuesta al problema de por qu ensear historia? Larespuesta es variada y va de la formacin de una conciencia histrica para la com-prensin del presente, el favorecer con la enseanza la formacin de una actitudcrtica y constructiva en los alumnos, as como la comprensin de sus races cultura-les y la de otras culturas, contribuir al desarrollo de facultades mentales e introduciral alumno en la metodologa histrica. las autoras reflexionan ampliamente sobrela necesidad de actualizacin de los maestros, puesto que las evaluaciones dis-ponibles muestran que la enseanza contina siendo tradicional y memorista, sinla necesaria contextualizacin de personajes y eventos, y hacen una sntesis muyimportante de los principales problemas que enfrentan los nios en el aprendizajede la materia. En la ltima parte, Articulacin curricular en la educacin bsica.La Historia, Laura Lima aborda las reformas recientes de la educacin bsica, parasubrayar el sentido y los objetivos que pretenden y sus planteamientos prioritariospara lograr las competencias que se persiguen. Borda ampliamente sobre la articu-lacin del programa de Historia en educacin primaria con preescolar y secunda-ria, y analiza el sentido de los temas que cada uno incluye.Aunque haya algunos temas tericos que los historiadores pueden objetar, elcontenido sin duda ser un eficaz instrumento para poner al maestro frente a losretos de la enseanza de la historia y permitir que adquiera conciencia de las pre-guntas que debe enfrentar y de las respuestas que le plantean los expertos. Josefina Zoraida Vzquez, el colegio de Mxico20 20. 1. Por qu y para qu ensearhistoria?Joaquim Prats, Universidad de BarcelonaJuan Santacana, Universidad de Barcelona1.1. El valor formativo de la historiaLa historia, entendida como materia escolar, no debe concebirse como un cuer-po de conocimientos acabados, sino como una aproximacin al conocimientoen construccin. Dicho acercamiento deber realizarse a travs de caminos queincorporen la indagacin, la aproximacin al mtodo histrico y la concepcinde la historia como una ciencia social y no simplemente como un saber erudito o sim-plemente curioso. Por ello, es importante definir la historia para ser enseada comoun cuerpo de saberes que no solamente incorpora lo que ya conocemos graciasa los historiadores, sino que adems nos indica cmo se construye el conocimientoy cules son los procesos y las preguntas que debemos formularnos para llegar atener una idea explicativa del pasado. en el presente captulo se intentar definirel valor formativo y educativo de esta disciplina y determinar a travs de quelementos se pueden alcanzar los fines didcticos que incorpora.21 21. La historia, una materia manipulable: la llamada memoria histricaPocas personas discuten el papel que la historia desempea en nuestras socieda-des occidentales. En efecto, la concepcin del tiempo que ha ido generando lacultura occidental como un proceso lineal y progresivo, dotado de un principioy un final ha facilitado el desarrollo de una concepcin de la historia dotadaasimismo de un origen, un desarrollo y un final. sin embargo, esta concepcin deltiempo es eminentemente cultural y no todas las civilizaciones perciben el tiempohistrico de la misma forma; podramos plantear la existencia de un tiempo cclico,sin principio ni final, tal como han hecho muchas culturas, entre ellas la india, queadmite la reencarnacin, entendida como el mito del eterno retorno. De hecho, laaparicin de nuestra concepcin lineal del tiempo y, por lo tanto, de la historia sevincula con el desarrollo de la idea de progreso y con el anlisis del comportamien-to de las sociedades a lo largo del tiempo.Quizs porque nuestra concepcin del tiempo es lineal, en Occidente el papelde la historia no es materia de debate. de ah que se haya utilizado para justificarlas acciones de los humanos, para demostrar la preeminencia de unos sobre losotros, como herramienta de lucha para superar las etapas de un pasado indigno,y para justificar el poder. en realidad somos sociedades histricas. sin la historia, loshumanos seramos extraordinariamente ms pobres; resulta inimaginable concebiruna sociedad culta que desconoce o no se plantea sus orgenes como especie,grupo o pas.La historia es una materia que, manoseada, adulterada, amordazada, falseadao enaltecida, siempre ha sido utilizada. En los ltimos aos se habla en algunos pasesde recuperar la llamada memoria histrica en la educacin de los escolares. Perono hay que confundir la memoria histrica con la correcta enseanza de la historia.99Vase nmero monogrfico sobre la memoria histrica en ber. Didctica de las ciencias sociales, geografa e historia, nm. 55, enero-febrero-marzo, Barcelona, 2008. 22 22. la controversia cientfica se centra en la distincin que debe realizarse entrememoria e historia. La posicin ms aceptada es la que seala que la memoria his-trica, en lo que tiene de memoria, es un proceso estrictamente individual, biogr-fico, y que, por tanto, no puede ser tildada de conocimiento histrico ms que pordenominacin. No obstante, algunos relatos individuales pueden tomar contactocon lo que denominamos historia cientfica, pero no asimilarse a sta.De hecho, memoria e historia poco tienen que ver una con otra, aunque solamen-te lo fuese por escala. La posicin por tanto ms defendida entre los historiadoreses que no debera confundirse la historia cientfica con la memoria histrica. la raznque se esgrime es que la historia cientfica es una trituradora de memoria, la digie-re y produce conocimiento. La trituracin de las memorias no se produce por ladistancia en el tiempo, sino por la aplicacin de mtodo y teora sobre el dato, elrecuerdo, el comentario, el vestigio o la fuente. Nunca los hechos fueron realmentecomo se recuerdan.de ah que, al definir la historia que queremos ensear, sea preciso tener encuenta no slo el uso que se le da al trmino memoria histrica sino la existenciade unos museos que se autodenominan Museos de la memoria. Son conceptosque surgen en latitudes muy diversas: Argentina, Chile, El Salvador, Sudfrica, In-dochina y toda Europa. Su funcin es la de recordar, y su nacimiento siempreva precedido por un pasado ms o menos traumtico para la poblacin civil. Esevidente que nacen como una suerte de memoriales reparadores que mantienenvivo el recuerdo de la barbarie y luchan para evitar la impunidad de sus autoresintelectuales o materiales.Sin embargo, conviene recordar, ante esta avalancha de emplazamientospretendidamente educadores en el conocimiento del pasado, que la historia aensearse debe contar con requisitos que, ligados a la frialdad del anlisis, sirvenpara reflexionar de la manera ms objetiva posible sobre el pasado; especialmenteacerca de aquellos acontecimientos que estn ms cercanos en el tiempo. Silos historiadores utilizan documentos para objetivar el pasado buceando en archi-23 23. vos polvorientos, al abordar un tema en el que, de algn modo, estn implica-dos resultar difcil desprenderse de las connotaciones interpretativas ideolgico-emocionales, pero el esfuerzo de consideracin entre el sujeto (el investigador) y elobjeto (lo investigado), as como la aplicacin del mtodo histrico, atemperarnmuy significativamente la parcialidad o la implicacin emocional e ideolgica. Dicho de otra forma, la tarea del historiador debe tender al anonimato y a laobjetivacin en la explicacin. Lo que interesa es explicar lo ocurrido, no consti-tuirse en juez moral del pasado. Y esta funcin no puede realizarse sin despojarsede implicaciones emocionales del presente y, menos todava, de interpretacionespersonalistas o interesadas para justificar un proyecto poltico. De todas formas, la memoria de los hechos pasados es un estmulo para elpensamiento histrico, al que reta a construir su comprensin, contextualizacin,interpretacin y, como consecuencia, explicacin. Un gran error es utilizar la disciplina histrica para transmitir consignas polti-cas o ideolgicas, sin respetar el carcter cientfico del anlisis historiogrfico. enmuchos pases existen propuestas institucionales consistentes en la utilizacin deacontecimientos y efemrides histricas que pretenden justificar ideas sobre elpresente, generalmente de carcter nacionalista, o legitimar realidades polticasactuales. En ocasiones, los gobiernos y algunos polticos se esfuerzan en potenciarmitos y epopeyas histricas que parecen reforzar sus propias tesis sobre la concep-cin del Estado o las relaciones internacionales. Esta manipulacin, probablemen-te inconsciente en algunos casos, se produce a travs del fomento de centenarios,celebraciones y otros eventos. El problema reside en que estas acciones institucio-nales, por su propia intencionalidad, naturaleza y formato comunicativo en que sepresentan, suelen ofrecer una visin poco objetiva de lo que conmemoran.10 Ellono significa que se eviten campaas o celebraciones de efemrides, pero stasdeberan servir para acercar la historia a los ciudadanos, escolares incluidos, y mo-10 Joaquim Prats (1997: 53 y ss).24 24. tivarles en el deseo de conocer el pasado y aprender las lecciones que puedanmejorar el presente.Al mismo tiempo, los gobiernos utilizan la historia en su contexto escolar yse aprovechan de su poder en cuanto ordena e inspecciona el sistema, para in-tentar configurar la conciencia de los ciudadanos, intentando as ofrecer una visindel pasado que sirva para fortalecer sentimientos patriticos, sobrevalorar gloriasnacionales o, simplemente, crear adhesiones polticas. En estos casos la utilizacinde mitos, tpicos o visiones xenfobas y excluyentes pueden llegar a convertir estadisciplina en un elemento antieducativo.11 1.2. Las funciones de la historia en nuestras sociedadesla escuela se sirve de la historia con finalidades formativas. sin embargo, esta dis-ciplina es percibida socialmente de manera diferente en funcin de los contex-tos culturales, al margen de las necesidades o exigencias que podemos defenderdesde la educacin. La historia, al igual que ocurre con la religin, existe en todaslas sociedades humanas; ambas constituyen dos universales culturales. Sin embar-go, el concepto de historia que han desarrollado las distintas culturas, al igual queel concepto de religin, puede diferir en el espacio y en el tiempo. Existen much-simas concepciones de la historia, aun cuando entre nosotros la historia es unadisciplina cientfica de carcter comparativo que analiza todas las sociedades a lolargo del tiempo.Naturalmente nuestras sociedades han utilizado recursos muy variados paratransmitir la historia: en el pasado las sociedades europeas se valieron de la literatu-ra pica; otras culturas se han servido de la tradicin oral, como es el caso de numerosassociedades grafas. Desde la Ilustracin, buena parte de Occidente se ha valido11 Sobre el debate de las humanidades en Espaa, que tuvo una amplia repercusin meditica, he manifestado mi posicin en J. Prats (1999). 25 25. de la escuela o del museo, de la misma forma en que la sociedad estadunidenseusa hoy en da el cine y la televisin para mostrar su historia de libertad y esclavitud,sus luchas emancipadoras y de colonizacin de tierras, y tambin sus mitos. En rea-lidad, este tipo de instrumentos comunicativos de la historia se inscriben en marcosmucho ms complejos de polticas culturales que no es posible analizar aqu. sinembargo, s es viable y necesario abordar las posibles funciones de la historia ennuestras sociedades:12 La funcin patritica, de refuerzo del sentimiento de autoestima de un colectivo. La funcin propagandstica, de lanzamiento de mensajes positivos sobre un rgi-men o sistema. La funcin ideolgica, que consiste en introducir ideas o sistemas ideolgicos atravs de la museografa. La funcin de memoria histrica, que consiste en mantener vivos determinadosrecuerdos. La funcin cientfica. La funcin pseudodidctica. La funcin para el ocio cultural. La historia como materia idnea para la educacin. dichas funciones se manifiestan sobre todo en la escuela y en los museos dehistoria. Ambas instituciones educativas, hijas de la ilustracin, tienen funcionesparecidas.12 Conviene recordar que ya desde hace aos se viene discutiendo en los ambientes acadmicos acerca de los usos sociales de la historia. Una aportacin ya clsica fue la de M. I. Fynley (1984), Uso y abuso de la historia. Temtica que ha contado con numerosas aporta- ciones de historiadores, tanto del mbito hispano como europeo.26 26. La funcin patritica de la historiaComo ya es sabido, en el mundo clsico se entenda por historia la disciplina lite-raria que formaba parte de la expresin pica de la cultura helnica. En el mundomedieval y siglos posteriores, la historia era una parte ms de la explicacin bblica.Los ilustrados del siglo xViii la caracterizaron como un instrumento de comprensindel necesario cambio y evolucin de la sociedad, ligndola a la idea de progreso.Pero, si exceptuamos algunos casos, la historia no formaba parte sustancial de losestudios acadmicos.La funcin patritica de la historia es obvia; la enseanza de la historia comomateria en las escuelas y museos de historia nace en la Revolucin francesa conel objetivo de mantener vivo el sentimiento nacional-revolucionario. en la medidaen que la Revolucin fue combatida, el concepto de nacin francesa se asoci alde nacin en armas y el ejrcito tom el relevo de la funcin patritica de escuelasy museos. los ejrcitos nacionales surgidos de las revoluciones monopolizaron latarea de convertir a los hijos de la patria en hombres dispuestos a defenderla. Estaidea es la que desarroll el concepto del ejrcito como formador de valores patri-ticos de la ciudadana.En el siglo xIx la historia es incorporada en casi todos los pases europeos comomateria en la primera y segunda enseanza, al tiempo que se crean los estudiosuniversitarios de esta especialidad. A partir de este momento, comienzan a darselos primeros debates sobre el carcter que debe tener esta disciplina una vez lle-vada a las aulas escolares. En la mayora de los casos, la enseanza de la historiapas a ser una forma de ideologizacin para transmitir ideas polticas y sentimien-tos patriticos. La consolidacin de los Estados liberales y el surgimiento de los na-cionalismos acarrearon consigo un inters por parte de los gobiernos por fomentarel conocimiento de la historia nacional como medio para afianzar ideolgicamen-te la legitimidad del poder, as como para cimentar y estimular el patriotismo delos ciudadanos.27 27. La funcin propagandstica de la historiaLa funcin propagandstica de la historia no tiene una importancia menor y real-mente se introduce de forma eficaz en la enseanza escolar. la historia entendidacomo arma propagandstica fue una idea que desarrollaron especialmente los re-gmenes totalitarios del siglo xx, pero su uso no es exclusivo de stos. Se manifest denumerosas formas pero fue especialmente evidente en los museos. El fascismo ita-liano desarroll en profundidad este concepto, cuyo punto culminante tena queeclosionar en 1942. Aqul tena que ser el ao cumbre para la cultura de propagan-da del fascio; en efecto, en 1940 se inaugur en roma el enorme edificio que debaalbergar el ms importante museo del fascismo, fuente de imgenes y contenidosde la enseanza desde las primeras letras a la universidad.13 Ni qu decir tiene quela Alemania nazi, los museos soviticos de la URSS o el Museo de la Revolucin de laChina maosta o el museo de El lamo, en Texas, as como la mayora de regmenestotalitarios intentaron lo mismo, con mejor o peor fortuna.La funcin ideolgica de la historiaLa funcin ideolgica de la historia es una de las ms importantes; dicha funcin esmuy distinta a la patritica o a la propagandstica. La tarea de la historia desde laperspectiva ideolgica consiste en inculcar a los ciudadanos que el sistema polticosocial en el que se desenvuelven es el mejor posible, lo cual no impide reconocerque utpicamente podran existir otros similares, pero difcilmente mejores. esta fun-cin queda reflejada de forma muy paradigmtica en el modo en que se presentael pasado de pueblos como el estadunidense, cuyo mensaje podra resumirse, enprimer lugar, en la presentacin de las aportaciones que el pueblo estadunidensele ha dado a la humanidad con su ingenio, sus inventos y sus innovaciones tec-13 En las salas de este nuevo museo haba que exponer un gran nmero de excelentes reproducciones, monumentos y obras de arte de todas las provincias romanas. El material tena que estar ordenado de forma didctica, ilustrando de forma clara la idea de que el imperio fascista era el heredero natural del imperio de los csares. ste era el mensaje de propaganda que el imperio fascista quera transmitir: asociar su gloria a la de Augusto!28 28. nolgicas. Dichos inventos han sido autnticos elementos del cambio que se haoperado en el mundo entre 1700 y 1980. en segundo lugar, al transmitir el mensajede ser un pas construido entre todos, gracias al esfuerzo de gente de orgenes di-versos, resulta ser una autntica nacin de naciones, erigida sobre el respeto de lasidentidades de cada grupo.La funcin de la historia como recuerdo prximo del pasadoLa historia tiene tambin una funcin como rescatadora de la memoria social, queconsiste en mantener vivos determinados recuerdos. Esta funcin suele reservarse aciertos espacios histricos, tales como campos de concentracin, campos de trin-cheras o en la historia antigua, las catacumbas romanas. Sin embargo, los museoscuya funcin esencial es memorialista son los museos judos y del holocausto. loshay de muy diversos tipos.14 Todos estos memoriales se sirven de recursos muy efectistas, crean entornosenvolventes muy emotivos, utilizan el control de la luz y, sobre todo, la imagen foto-grfica y cinematogrfica en combinacin con objetos reales y magnficas esce-nografas. Quizs modelo de todos ellos sea el de Verdn, en Francia. el memorialest en Fleury-devant-Douaumont15 y constituye un lugar para recordar y evocarms que recorrer.La funcin cientfica de la historiaLa funcin cientfica de la historia consiste en intentar difundir los mtodos y tcni-cas de anlisis a travs de los cuales conocemos el pasado. De este modo la utili-zacin del mtodo cientfico en la historia exige, entre otras cosas, la utilizacin de14 Un museo memorial muy interesante es el Museo del Levantamiento, de Varsovia, abierto al pblico en el ao 2004. Este equipamiento, moderno y efectista, sumerge al visitante en el ambiente reinante en la ciudad durante el levantamiento contra la ocupacin alemana. Se trata de un museo memorial que acta a travs de la exposicin de cartas de amor, diarios personales, objetos originales, armas y una magnfica seleccin fotogrfica y de secuencias cinematogrficas. Se trata de uno de los mejores equipamientos europeos en su gnero.15 Vase http://www.verdun-douaumont.com 29 29. hiptesis, explicaciones y generalizaciones. Las explicaciones pueden realizarse atravs de mtodos comparativos y mediante la construccin de modelos. De estemodo el pasado puede investigarse con tcnicas muy variadas en la medida enque la historia es la vida. De ah que su campo de estudio sea la totalidad de las ac-tividades humanas: desde la estadstica a la arqueologa pasando por la paleogra-fa. Pocas tcnicas escapan al grueso de mtodos que utiliza la historia. As pues,la historia tiene o puede tener una funcin cientfica de primer orden. sin embargo,aun cuando los mtodos pueden ser muy variados, los ms frecuentes y conocidosson los que intentan explicar la historia ms remota, en especial la prehistoria y laprotohistoria, ya que este tipo de estudios requieren habitualmente del concurso demuchas disciplinas auxiliares de la historia.La funcin pseudodidctica de la historiaLa historia puede desempear tambin una funcin aparentemente didctica,ejemplificante, de gran contenido moral. incluso cuando la historia de los humanosno haya sido siempre un ejemplo de comportamiento, los moralistas han utilizado lahistoria para mostrar ejemplos de cmo deberamos comportarnos y ejemplos decmo no deberamos comportarnos. Esta funcin de la historia, hoy en cierto desuso,suele ser invocada en circunstancias excepcionales y en absoluto puede decirseque haya desaparecido del bagaje intelectual de los historiadores. Actualmente hayinvestigadores que, sirvindose de mensajes profticos, intentan culpabilizar a los go-biernos o a otros actores sociales de determinadas situaciones, para exigir de estemodo cambios de comportamiento, anunciar catstrofes o invocar principios.La funcin de la historia para el ocio culturalLa historia tambin es un importante factor de ocio y de turismo cultural; los huma-nos viajamos de extremo a extremo del mundo para conocer monumentos o es-pacios histricos; visitamos ciudades e intentamos conocer su pasado, entramos enmuseos y nos sumergimos en sus objetos, vemos cine o televisin y nos trasladamos 30 30. a escenarios del pasado, y todo ello lo hacemos como un elemento ms de ocio.Somos consumidores de productos histricos en cantidades crecientes, ya seanbuenos o malos, verdaderos o falsos. Ello es as porque tenemos una determinadaconciencia histrica y porque es imposible prescindir totalmente del pasado. Seapues por una razn o por otra, la historia cumple una funcin de ocio cultural.La historia como materia idnea para formar y educara nios y jvenesla potencialidad formativa de la historia hace que sea posible la reflexin sobre elconjunto de la sociedad en tiempos pasados con el objetivo de ensear a com-prender cules son las claves que residen detrs de los hechos, de los fenmenoshistricos y de los procesos.16 Cuenta con un importante poder formativo para losfuturos ciudadanos ya que, si bien no muestra cules son las causas de los proble-mas actuales, posibilita la exposicin de las claves del funcionamiento social en elpasado. es, por lo tanto, un inmejorable laboratorio de anlisis social. la historia,como ejercicio de anlisis de problemas de las sociedades de otros tiempos, ayudaa comprender la complejidad de cualquier acontecimiento, de cualquier fenme-no social-poltico actual y de cualquier proceso histrico mediante el anlisis decausas y consecuencias. Aqu radican sus mejores posibilidades formativas. Sirve para educar e instruir, pues debe superarse la ya obsoleta contraposi-cin educacin versus instruccin. Nadie se atrever a sostener seriamente quela autonoma tica y cvica del ciudadano puede fraguarse en la ignorancia detodo aquello que es necesario saber. Nos podemos preguntar lo siguiente: cmovan a transmitirse valores morales y ciudadanos sin recurrir a informaciones hist-ricas, sin dar cuenta de las leyes vigentes ni del sistema de gobierno establecido,sin hablar ni entender otras culturas y pases, sin emplear algunas nociones de in-formacin filosfica y sin haber descodificado la magia de la tecnologa? o sensu16 Sobre qu es la historia, vase el reciente libro de E. Moradillos (2009), Las caras de Clo. Una introduccin a la historia. 31 31. contrario: cmo puede instruirse a alguien en conocimientos cientficos sin teneren cuenta valores tan humanos como la curiosidad, la exactitud o el deseo dealcanzar la verdad?17 En un tiempo en que el conocimiento se diluye ante la falsa contradiccininstruccin-educacin, la historia es cada vez ms necesaria en la formacin paradesarrollar un criterio y una visin crtica del presente. La historia, entendida comodisciplina cientfica, es un medio idneo para ensear y aprender a realizar an-lisis sociales (en el sentido ms amplio). Permite estructurar todas las dems disci-plinas sociales y hace posible la incorporacin de muchas situaciones didcticasque posibilitan trabajar las diversas habilidades intelectuales y la potenciacin deldesarrollo personal. Por lo tanto, puede afirmarse que la historia es una materiaque debe ocupar un lugar preeminente en el currculo educativo general.1.3. Los fines generales de la Historia como materia educativaLa Historia, como disciplina acadmica, es una de las materias educativas quemayores posibilidades posee para la educacin y la instruccin de la juventud.Debe ser, por lo tanto, respetada y enseada correctamente en nuestros planesde estudio de educacin primaria y secundaria. esta afirmacin no se basa en laidea corporativista de los que enseamos historia en el sistema educativo, sino quese sostiene en la comprobacin, cada vez ms rigurosa, de los grandes beneficiosque comporta su adecuada enseanza y las transformaciones que experimentanquienes la aprenden.1817 F. Savater (1997).18 En este apartado no se ofrecen referencias bibliogrficas, ya que su estructura bsica y sus contenidos proceden del trabajo que se est realizando en seno del grupo de investigacin dhigecs de la Universidad de Barcelona. Pueden encontrarse avances en los documentos policopiados de Joaquim Prats que sirven de material de clase en el Mster de Investigacin en Didctica de las Ciencias Sociales y del Patrimonio de la citada universidad. 32 32. Los cuatro grandes mbitos que determinan sus posibilidades en el proceso deenseanza/aprendizaje son los siguientes: Facilita la comprensin del presente. Contribuye a desarrollar las facultades intelectuales. enriquece otros temas del currculo y estimula las aficiones para el tiempo libre. Ayuda a adquirir sensibilidad social, esttica, cientfica, etctera.Veamos cada uno de estos aspectos, que pueden considerarse de carctergeneral y aplicable en su adecuado nivel, en todas las etapas educativas, delas primeras a las ms avanzadas, y en la propia enseanza universitaria.Facilita la comprensin del presentees un tpico consolidado el afirmar que la historia sirve para comprender el pre-sente. Pero, como es bien sabido, la historia no es la ciencia social que estudia elpresente, como lo hacen la geografa, la economa, la sociologa, la politologa uotras disciplinas sociales que tienen como finalidad analizar el mundo actual. dehecho, lo que intenta explicar la historia es el pasado y es sta su finalidad principal.Por qu se dice con tanta seguridad que sirve para entender nuestro presente? Unerror habitual es el que se deriva del llamado historicismo, que considera toda reali-dad como producto de un devenir histrico, obviando el componente contempo-rneo que tiene toda situacin actual. Pero s es cierto que toda visin del presente,estudiada con las ciencias sociales que lo analizan, se enriquece y se explica, engran parte, cuando se posee una perspectiva histrica que contextualiza en eltiempo, en el espacio y en una determinada realidad social cualquier fenmenoe incluso acontecimiento. Por esta razn podemos afirmar que la historia, aunqueno explica el presente, facilita, en gran medida, su comprensin, y ello por las ochorazones siguientes: 33 33. 1. Permite analizar, en exclusiva, las tensiones temporales. 2. Estudia la causalidad y las consecuencias de los hechos histricos. 3. explica la complejidad de los problemas sociales. 4. Permite construir esquemas de diferencias y semejanzas. 5. Estudia el cambio y la continuidad en las sociedades. 6. Potencia la racionalidad en el anlisis de lo social, lo poltico, etctera. 7. Ensea a utilizar mtodos y tcnicas de la investigacin social. 8. Ayuda a conocer y contextualizar las races culturales e histricas. Por todas estas virtudes didcticas, el estudio histrico es el que ms posibilida-des ofrece para educar a los estudiantes en la creacin de una mirada racionaly fundamentada de su entorno local, nacional y global. La historia es el conoci-miento social que mejor permite entender el funcionamiento de las sociedades, loque constituye un elemento fundamental para enfrentarse a la comprensin delpresente. Si es enseada en toda su potencialidad los escolares aprendern a serciudadanos conscientes y lcidos a la hora de valorar y analizar los problemas con-temporneos que nos envuelven. Veamos, a continuacin, cada uno de estos as-pectos teniendo en cuenta su poder formativo y educativo.1. Permite analizar en exclusiva las tensiones temporales, ya que estudia como objeto fun- damental las tensiones que se producen en un campo de fuerzas. Cualquier proceso histrico se basa en tensiones de todo tipo, siempre totalmente entrelazadas e inter- dependientes. Estas tensiones son de carcter social, ideolgico, poltico, generacio- nal, econmico, etctera. Muchas de ellas tienen larga presencia, algunas incluso de carcter secular, como puede verse en el campo de las relaciones internacionales. El seguimiento de estas tensiones proporciona claves para la explicacin de problemas de todo tipo.2. Estudia la causalidad y las consecuencias de los hechos histricos. Como bien saben los historiadores, uno de los principales retos de la investigacin histrica es determinar34 34. las causas que explican los fenmenos, los procesos o los grandes acontecimien- tos. Esta causalidad suele estar ligada a factores estructurales de cada momento histrico. un estudio de la causalidad histrica desmitifica las visiones inmediatistas y personalistas que predominan entre los escolares e incluso entre los adultos poco formados. As, el estudio de la historia ensea a distinguir entre motivos, causas prxi- mas y causalidad estructural. De la misma manera permite determinar con gran precisin y de manera casi exclusiva las consecuencias de los acontecimientos y de los hechos humanos.3. Explica la complejidad de los problemas sociales. Una de las tendencias ms habituales al valorar los hechos y acontecimientos es el reduccionismo o el simplismo en los anlisis. los historiadores son conscientes de la complejidad y la multicausalidad que explican cualquier proceso, por lo que el anlisis sobre la realidad pasada o presente es, necesa- riamente, complicado. Comprobar lo complejo es un buen aprendizaje para combatir las visiones simples en los anlisis y valoraciones de los problemas actuales, al tiempo que estimula las visiones matizadas y comprensivas de los conflictos y los fenmenos sociales.4. Permite construir esquemas de diferencias y semejanzas, o lo que es lo mismo, determi- nar aquellos rasgos que son comunes a culturas aparentemente distintas y los que de- terminan las diferencias. estos esquemas de semejanzas y diferencias se deben emplear tanto en visiones sincrnicas como diacrnicas, permitiendo comprobar por una parte los cambios y permanencias entre momentos histricos distintos y, por la otra, entre cul- turas y civilizaciones coetneas. Dicho de otra forma, muestra lo diverso en una misma poca o en pocas distantes en el tiempo, determinando en qu son semejantes cultu- ras y civilizaciones y en qu no lo son. En un mundo tan crecientemente multicultural y lleno de tensiones internas entre culturas y tradiciones distintas, el ejercicio de determi- nar los rasgos que caracterizan a las sociedades y los momentos de desarrollo histrico posee un gran poder formativo.5. Estudia el cambio y la continuidad en las sociedades. Analiza los momentos de cambio y sus caractersticas, determinando lo que hay de revolucionario en sentido etimolgi- co o episdico sin producir autnticos cambios fundamentales en las sociedades.35 35. la posibilidad de analizar y distinguir cambios de pervivencia permite formar un juicio interesante para analizar y poder distinguir las transformaciones actuales de nuestro mun- do, discriminando lo que es simplemente una moda de lo que es un cambio social o cultural. ejercicios de este tipo permiten tener una visin ecunime de lo que constituye las herencias del pasado, distinguindolas de las innovaciones.6. Potencia la racionalidad en el anlisis de lo social, lo poltico y, en general, de la vida humana. Una de las principales aportaciones que han hecho los historiadores es fundar sus afirmaciones en evidencias y basar sus anlisis en el pensamiento racional. ello no implica renunciar a la emotividad o, como veremos ms adelante, a la creacin de una actitud sensible hacia los problemas humanos. Pero el ejercicio de la racionalidad en los asuntos relacionados con las personas, con las comunidades y con los fenmenos sociales, como se realiza en el caso de la historia, es la mejor escuela para formar ciuda- danos razonables, que rechazan los excesos emocionales y la formacin de opiniones demasiado afectadas por una alta subjetividad o por una politizacin extrema en el anlisis de temas actuales.7. Ensea a utilizar mtodos y tcnicas de la investigacin social. La enseanza de la histo- ria, en los diferentes niveles educativos, se vale de gran parte de las tcnicas que utilizan las ciencias sociales: representacin estadstica, cartografa, anlisis documental, anlisis iconogrfico, etctera. Que el alumno trabaje de forma activa en clase, proponiendo la resolucin de problemas o empleando el discernimiento, la clasificacin y la utilizacin de tcnicas hace que se incorpore este nivel de alfabetizacin (literacy) que prepara al alumnado para emplear el lenguaje del conjunto de las ciencias sociales. Adems, si el planteamiento didctico supone una simulacin del trabajo del historiador en las unida- des didcticas que se establezcan en cada nivel educativo, la enseanza de la historia servir tambin para introducir al alumnado en el mtodo cientfico que la caracteriza. esta aproximacin al mtodo cientfico histrico supone un aprendizaje muy relevante para saber cmo se produce el conocimiento de lo social y cmo se formula.8. Ayuda a conocer y contextualizar las races culturales e histricas. Potencia el sentido de identidad y el compartir valores, costumbres, problemas, etctera, con sus conciu- 36 36. dadanos. Adems, sirve para contextualizar su identidad con otras, situndola en m-bitos ms generales. La cuestin de la consecucin del sentido de identidad es pro-blemtica. Justamente lo sealado respecto a la posible utilizacin de la historia comomecanismo de adhesin identitaria de carcter irracional, tan utilizada por los naciona-lismos, estara en contradiccin con la idea de una enseanza de la historia educadora.En algunos programas escolares se contina apostando por la nacin como un enteanterior y superior a las personas que la integran, que justifica su inmanencia remon-tndose a un pasado lejano como fundamento de un discurso teleolgico. una visinhistrica con esta orientacin dificulta, como mnimo, la comprensin de dos aspectosesenciales en la formacin histrica de una ciudadana del siglo xxI: por un lado, que losautnticos protagonistas de la historia sean la gente, los pueblos y, por otro, que los ele-mentos bsicos de la cultura y de las actuales realidades sociales y polticas participende un pasado comn y de unos procesos similares en la mayora de pases iberoame-ricanos, con las correspondientes relaciones e interconexiones con las metrpolis quedominaron durante siglos gran parte del continente.Parece conveniente que, a travs del estudio de la historia nacional y univer-sal, se tenga la oportunidad de conocer las relaciones histricas continuas entrelos mbitos locales, nacionales, regionales y del conjunto de la comunidad ibero-americana y mundial. Por ello, es loable la idea de promover programas e inicia-tivas que fomenten la historia con una visin amplia y ajena al excesivo localismo.Y, como consecuencia, que se vayan produciendo transformaciones en los pro-gramas escolares a fin de que la historia comn, con todas sus vicisitudes, estpresente como un punto de reflexin crtica que fortalezca las seas nacionales,entendidas como integrantes de una identidad ms vasta que es patrimonio delconjunto de la humanidad. 37 37. Contribuye a desarrollar las facultades intelectualesLas cognitive abilities o habilidades intelectuales se adquieren en la vida ordina-ria de las personas. en los mbitos escolares deben trabajarse y potenciarse encualquier proceso de enseanza y aprendizaje. si se proyectan como objetivosalcanzables a travs del trabajo en las diferentes reas curriculares los avancesque experimenten los educandos pueden ser espectaculares. Todas las eda-des permiten trabajar el desarrollo de las habilidades intelectuales y todas lasmaterias del currculo las deben incluir. El estudio de la historia desde edadestempranas es un excelente medio para desarrollar el intelecto; especialmentealgunas de las abilities ms interesantes en el desarrollo intelectual de las perso-nas. Trabajar la historia desde el planteamiento que considere este aprendizajecomo un proceso activo de descubrimiento y de indagacin requiere trabajaren las aulas observaciones racionales, entre las que destacan la capacidad declasificar, comparar, analizar, describir, inferir, explicar, memorizar, ordenar lasideas, etctera.una de las ventajas ms importantes que pueden conseguirse a travs de ladidctica de esta materia es la posibilidad de acelerar y provocar el desarrollodel pensamiento formal en edades anteriores a las que algunas de las escuelas dela psicologa evolutiva tienen establecido. Por todo ello, puede afirmarse que la his-toria ayuda a conformar la mente mediante un estudio disciplinado y sistemtico,de ah que el desarrollo de las capacidades intelectuales deba ser incluido comouno de sus principales objetivos.Enriquece otros temas del currculo y estimula las aficionespara el tiempo librela historia, junto con la geografa, tiene la posibilidad de constituirse como eje queestructura diversas ciencias sociales, por lo que, a travs del estudio de estas dis-ciplinas, se producen acercamientos a las diversas perspectivas de conocimientosocial: actividad econmica, antropologa, derecho y poltica, expresin artstica, 38 38. etctera. Como consecuencia, es posible aproximarse a numerosos temas cu-rriculares si se parte del estudio histrico. Junto a esta posibilidad, el conocimien-to histrico ofrece contexto a muchas otras disciplinas: literatura, matemticas,ciencias naturales, etctera. Son varias las tendencias didcticas que intentanaproximarse a las distintas disciplinas desde el inicio de los procesos histricos decreacin del conocimiento.Pero no debe perderse una de las posibilidades ms interesantes de una bue-na didctica de la historia en el mbito escolar. Se trata de fomentar el gusto y laprctica de la indagacin por el pasado; misma que es muy frecuente del ociocultural en los pases ms avanzados. Gran parte de los estudios de historia local sedeben a sociedades de historiadores aficionados que dedican parte de su tiempoa esa actividad. Junto a esta prctica tan extendida entre la gente comn quetiene inquietudes culturales, resulta evidente el gusto y la demanda de actividadesrelacionadas con el conocimiento del pasado: de museos a parques temticos ocentros de interpretacin, adems de la existencia de una creciente aficin por lalectura de revistas histricas u obras de divulgacin y canales de televisin especia-lizados en cuestiones de historia.Sirve para adquirir sensibilidad (o conciencia) respectoa las formaciones socialesPor ltimo, hay que referirse a un mbito que no por su imprecisin conceptual dejade ser fundamental en las posibilidades educativas del estudio de la historia. Nosreferimos a la adquisicin de sensibilidad por los temas sociales. Cuando utilizamosesta expresin nos referimos a una fuerza de conocimiento que implica pasin, em-pata y racionalidad: supone una mirada afectuosa y racional. La sensibilidad esuna explosiva combinacin de racionalidad y pasin, de teora y sentimiento. Pen-sar con sensibilidad es la evidencia de cun profunda y misteriosa es la capacidaddel conocimiento, pues combina inteligencia y deseo, enriqueciendo as la per-cepcin. Por ello, la sensibilidad posee una gran fuerza que aparentemente pare- 39 39. ce irracional, pero que es capaz de aposentar certezas de difcil fundamentacin.19la combinacin de inteligencia y sensibilidad es la clave del aprendizaje ms inte-resante y productivo, en el sentido ms amplio de la palabra. No debe confundirsela acepcin que damos aqu al trmino sensibilidad con la infantil sensiblera que,desgraciadamente, est demasiado presente en los mbitos educativos. La sensibilidad es el mejor medio de llegar al compromiso cvico y a la miradams interesante sobre los problemas sociales. La historia es la maestra fundamentalpara poder cultivar esta dimensin tan importante de la educacin. 1.4. La historia como materia escolaren la educacin primariaEs frecuente escuchar y ver por escrito que se discute el papel formativo de la histo-ria en la educacin preescolar y primaria, es decir, antes de la adolescencia. Paracuestionar su papel formativo se suele aducir que los nios difcilmente concep-tualizan el tiempo y que, por lo tanto, no pueden comprender el pasado. Tambinsuele afirmarse que el conocimiento del pasado precisa de una fuerte capacidadde abstraccin, ya que la historia habla frecuentemente de mundos que ya no exis-ten y son una entelequia, una idea, a menudo abstracta. Y, por ltimo, hay quiencuestiona el estudio de la historia en esta etapa amparndose en una supuestaformacin pragmtica. Por este motivo ha habido en el pasado y todava hay en el presente siste-mas educativos que no incluyen la historia en los estudios de preescolar y primaria.Ciertamente no niegan su importancia, pero la disuelven en un confuso magmade conocimientos variopintos que nada tienen que ver con el estudio ordenadodel pasado. De esta forma, enmascarada en un mar de conceptos ms o menosrevueltos, la historia desaparece como materia educativa.19 Sobre este concepto y sus posibilidades en el conocimiento vase I. Izuzquiza (2003). 40 40. Es por este motivo que pueda resultar vital que la sociedad y sobre todo losdocentes se planteen seriamente si la historia tiene o no un papel formativo en laenseanza primaria.20 Existen realmente argumentos para incluir esta disciplina enlas etapas educativas correspondientes al periodo infantil y primario? Entre los 4-5aos y los 10-12 aos se producen los procesos de aprendizaje ms importantes delos seres humanos; son los periodos en los cuales el cerebro desarrolla la concep-cin espacio-temporal, las etapas en las que se desarrolla intensamente nuestrainteligencia emocional, y los momentos en que se crean estereotipos en la menteque perduran a lo largo de toda la vida. Periodos en los cuales se desarrolla nuestracapacidad de induccin y nuestras primeras deducciones.La funcin formativa del estudio del tiempoEstructurar en el cerebro los conceptos temporales es fundamental; sin adquirir es-tas nociones no es posible ordenar los conceptos que se van construyendo pos-teriormente. As, es preciso que las nociones del antes y del despus; del primeroy el segundo, del ahora, el ayer o el maana sean adquiridas lo antes posible, enedades tempranas, de forma clara y lo ms rigurosa posible. ordenar el eje tempo-ral de la propia vida es fundamental a partir de los cuatro o cinco aos. ste es elprimer rol que desempea la historia en la educacin de los nios de estas edades.Pero no se limita a ello su funcin; todo lo relativo a la ordenacin del tiempo endas, semanas, meses, aos o siglos forma parte de este mismo entramado. los ejercicios relacionados con el tiempo son aquellos que ejercitan los con-ceptos de antes y despus, primero y segundo, ayer, anteayer, hoy y maana y,en general, el calendario; ya sea mediante los conceptos de semana, mes, ao;primavera, verano, otoo e invierno, etctera. Hay otro papel que la historia desempea en la etapa primaria: nos referimosal de contribuir a crear mecanismos de tipo identitario que sean superiores a los20 L. Wood y Y. C. Holden (1995).41 41. del propio grupo familiar. Para los humanos es importante sentir que forman partede un grupo; este sentimiento suele generarse por el estudio de la historia. Ella nosintroduce en la idea de complejidad social; sin su conocimiento es difcil ir ms allde la tribu.los ejercicios apropiados para el desarrollo de estos mecanismos identitariosson aquellos que ayudan a definir el grupo familiar: padre, madre, abuelos, herma-nos y hermanas o primos, entre otros, as como el concepto de amigos y amigas,pueblo o barrio, mi ciudad, comunidad de lengua, comunidad de pas, etctera.Por otra parte, la historia proporciona en esta etapa de la vida un hbito y unapoyo clave para la imaginacin; es evidente que la imaginacin puede tenerotros puntos de inters como, por ejemplo, el futuro o la ciencia ficcin, pero slola historia proporciona una base real, casi materializable, que aporta vestigios yevidencias que transportan a los nios a territorios y situaciones que despiertan supleno inters.Para fomentar el desarrollo de la imaginacin es importante introducir imge-nes del pasado, explicar historias a partir de situaciones vividas, reales o imagina-rias, disfrazarse, jugar a juegos similares a los de rol, pero adaptados a la edad,etctera.Tambin la historia ayuda a que los nios conozcan el relato, diferenciandoas lo real de la ficcin; es decir, distinguiendo aquello que ocurri de aquello queforma parte del cuento, de la invencin.La historia en esta edad tiene un papel formativo de carcter tico o moral,ya que permite mostrar diferentes actitudes ante un hecho e introducir a los niosy nias en el ejercicio de empata, de ponerse en el lugar del otro. La capacidadde empatizar es una de las ms importantes que se desarrollan en esta etapa; lahistoria, por su propia naturaleza, contribuye a dicho desarrollo.As, la historia en la etapa primaria debe perseguir la consecucin de los si-guientes objetivos didcticos: 42 42. Estructurar en las mentes de los infantes los conceptos temporales. Crear en los nios elementos que los identifiquen en una comunidad lo ms ampliaposible. Ser un potente recurso para estimular la imaginacin creativa basada en hechosreales. Constituir un importante factor diferenciador de lo real frente a la ficcin. introducir a los nios en el ejercicio de la empata.A travs de la enseanza de la historia se pueden conseguir otros objetivosformativos que tambin conviene enumerar. En primer lugar, al igual que sucedecon los cuentos, la historia obliga a los alumnos a ordenar los relatos, a identificara los personajes, a caricaturizarlos y, sobre todo, a memorizar. sirve, en segundolugar, para que conozcan datos, fechas, lugares y personajes del pasado que, enciclos de estudio posteriores, cobrarn una significacin. no todo lo que se estudiedebe ser especialmente significativo, ya que el uso de la memoria, como habilidadintelectual bsica, es muy atractivo para ellos y puede ser de gran ayuda en fa-ses posteriores; por ejemplo, en la secundaria, en la que se estudian fenmenosque requieren el conocimiento de informaciones sobre personajes, series crono-lgicas, relatos de acontecimientos o pequeas historias de la vida cotidiana delos hombres y mujeres del pasado. es en esta fase posterior cuando muchos de losaprendizajes tendrn su mxima expresin significativa, ya que proporcionarnlos elementos necesarios para comprender explicaciones histricas complejas.Es evidente que todos estos papeles formativos de la historia podran ser susti-tuidos por otras disciplinas. As ha de ser, ya que la historia tiene o juega un papelformativo junto con otras reas de conocimiento o bien en la formacin social.Por ejemplo, la historia permite emitir juicios sobre acciones o personas; cuando unnio exclama ante una situacin histrica que se le haya planteado que no hayderecho o que esto no es justo, est dicindonos dos cosas muy distintas: en laprimera expresin nos plantea que hay algo que no se ajusta a una norma que l 43 43. cree establecida el derecho mientras que en la segunda expresin nos diceque la norma no es justa, es decir, que no da a cada cual lo que le pertenece. Enambos casos se parte del planteamiento emptico, en el que el nio se sitaen la posicin de un personaje o un colectivo del pasado. este aspecto queahora ejemplificamos es propio de la historia, pero no es exclusivo de ella; una si-tuacin similar se puede plantear segn el anlisis de la realidad prxima o lejana,en el que se producen situaciones que inducen al estudio de los comportamientoso de sus consecuencias de forma similar. El entrenamiento que permite el estudiode la historia contribuye poderosamente al planteamiento de situaciones similaresa las que hemos comentado.El papel ldico de la historia en la educacin primariaFinalmente resta por plantear una ltima cuestin: la historia puede cumplir un pa-pel ldico en el sentido ms agradable y, a la vez, ms educativo posible. No esaceptable que una materia que despierta tanta curiosidad e inters si el maestroutiliza una metodologa didctica adecuada se construya necesariamente sobreel aburrimiento en la clase o en el estudio. La historia, por su naturaleza, narra lavida de las personas en sociedad y esta temtica no tiene por qu ser cansada ymontona. En la medida que la historia asume relatos apasionados y apasionantesde la aventura humana, tiene un componente fascinante y ldico. Si la historiapierde este componente, es incompleta. La enseanza de la historia en esta etapaha de contribuir al ocio inteligente, es decir, la prctica del ocio o tiempo libre queimplica incremento en la preparacin cultural erudita y, en el mejor de los casos,potenciacin del conocimiento por parte de nuestros escolares; en todo caso, nin-gn docente tiene derecho a transformar la historia, que es la vida, en un relatomuerto y tedioso, sin aplicacin en el presente ni inters por el pasado. Prueba de loque decimos es la inmensa cantidad de juegos en formato multimedia que utilizanla temtica histrica como uno de sus mayores atractivos. La clase de historia paralos nios debe aspirar a ser un lugar lleno de inters, donde se resuelvan enigmas44 44. y donde se satisfaga la curiosidad natural de todo ser humano por lo pasado y susformas de vida.ejercicios muy tiles en esta etapa, y de gran contenido educativo de baseldica, son las lneas del tiempo; se trata de construir ejes temporales mediante ob-jetos o dibujos: la historia de la iluminacin que se inicia con una vela, le sigue la luzde aceite, la de petrleo, la elctrica, etctera. Lo mismo sucede con la historia delvestido; utilizando recortables o similares puede ilustrarse. Tambin puede plasmar-se la historia del transporte, desde el transporte sobre animales primeras formasde transportar objetos hasta la astronutica; especialmente interesante puedeser la historia de la alimentacin, ya que la comida est muy relacionada con lasdistintas materias primas que van apareciendo.1.5. La historia como materia escolar en la educacin secundariaLa educacin secundaria suele coincidir con la adolescencia. Cul es el papel dela historia en la formacin de los adolescentes? Es evidente que la historia entre losadolescentes puede cumplir las mismas funciones que hemos visto en la etapa an-terior, ya que la conceptualizacin del tiempo no es una tarea que nuestro cerebrorealice solamente en la infancia; como tampoco la empata es exclusiva de esaetapa ni tampoco el desarrollo de la imaginacin o el sentido de pertenencia a ungrupo. Sin embargo, la historia cumple otras funciones ms y tiene otro papel en eldesarrollo de la mente de los adolescentes.El pensamiento hipottico deductivoQuizs el rol ms importante es el que desempea en el desarrollo del pensamien-to hipottico deductivo. La etapa adolescente protagoniza un gran desplieguede ambas facultades. Los adolescentes necesitan desarrollar ciertamente elpensamiento hipottico deductivo y aplicarlo de forma automtica a situaciones 45 45. cotidianas. La enseanza de la historia, si se realiza correctamente, es una pode-rosa aliada en esta tarea. En efecto, la historia es la interpretacin del pasado; enla deduccin y el anlisis de las causas y de las consecuencias de los hechos laformulacin de hiptesis es inevitable, ya que el conocimiento histrico es, sobretodo, de carcter hipottico. La demostracin del pasado resulta siempre difcil.El historiador, ante un hecho cualquiera, rene las fuentes disponibles, las analiza,genera hiptesis explicativas o interpretativas e intenta justificarlas o probarlas, peroraramente lo consigue. el ncleo duro de la investigacin histrica son justamentelas bases documentales en las que se apoyan las hiptesis.Precisamente la adolescencia se caracteriza por esta necesidad de desarrollarplenamente el pensamiento hipottico deductivo; por lo tanto, desde el punto devista del desarrollo de la mente, la enseanza de la historia desempea este papel.Por supuesto, si la enseanza de la historia resultara exclusivamente memorstica,tanto la disciplina misma como los docentes que la imparten desaprovecharanuno de los factores educativos ms importantes que tienen a su alcance.iniciar a los alumnos en la formulacin de hiptesis es una tarea compleja,pero realizable a partir de investigaciones concretas, llevadas a cabo en museoso publicadas en revistas de historia. si tomamos, por ejemplo, una momia prehis-pnica de la que se tenga suficiente informacin, el ejercicio consistira en plan-tearle al alumno todas las posibilidades a partir de preguntas elementales. Quinera? era hombre o mujer? Qu edad pudo tener al morir? Cmo era? Quindumentaria solan llevar puesta? Qu sabemos de las causas de su muerte?Hay otras momias parecidas a sta? Ante este cmulo de cuestiones hay que irsuministrando pautas de anlisis, pistas para la investigacin que lleven a la for-mulacin de una hiptesis coherente que puede coincidir o no con la planteadaen el museo o en la revista de referencia. en todo caso, al final hay que contrastarlos resultados. 46 46. El pensamiento crtico y la enseanza de la historiaSi la formulacin de hiptesis es uno de los puntos fuertes que ha de tener la en-seanza de la historia entre los adolescentes, el otro punto es, tal como hemosdicho, el desarrollo y la estructuracin del pensamiento crtico. Los adolescen-tes ya se caracterizan en cierto modo por unas pautas de comportamiento queponen de manifiesto la necesidad de ejercer esta forma de actividad mental:suelen ser rebeldes, aparentemente dscolos, nada les parece suficiente, el mundoadulto que les rodea resulta, a sus ojos, absurdo, etctera. stas y otras manifes-taciones del comportamiento adolescente esconden a menudo una necesidadde desarrollar el pensamiento crtico. Cmo ayudar al desarrollo de este tipo depensamiento? Naturalmente la historia se convierte en leyenda sin la aplicacindel pensamiento crtico. Las fuentes de la historia, sean escritas o sean orales, nosiempre resultan verdicas; memorias, declaraciones, cartas, discursos y misivasque son los materiales con los cuales reconstruimos el pasado, responden aintereses particulares de quienes los generan. A menudo se hallan influenciadospor las circunstancias en que se escribieron y no es infrecuente que, simplemente,tergiversen la verdad.La historia es una disciplina que sin anlisis crtico no existira. Por lo tanto, ense-ar y aprender historia es estimular el pensamiento; tambin en este punto sucedeque, cuando los docentes renuncian a ensear el anlisis crtico de las fuentes, enrealidad no ensean historia sino una narracin mtica y frecuentemente adultera-da del pasado. Por lo tanto, stas son las dos principales funciones que ha de tenerla historia en la formacin de la etapa adolescente. El desarrollo del pensamientocrtico en Historia puede y debe hacerse a partir de tcnicas elementales de crticade textos; en estos casos los anlisis consisten en plantear cuestiones tales como:quin lo escribi? Para qu y para quines lo escribi? Cundo y dnde se escri-bi? En qu bando, faccin o ideologa se hallaban el autor o autores del texto?Todos estos interrogantes, que constituyen la base del anlisis crtico de textos, de-beran necesariamente formar parte del mtodo que la escuela ensee.47 47. Interpretar, o la visin polidrica del pasadoEstas habilidades que hemos comentado constituyen una parte del papel forma-tivo de la historia; sin embargo, esta disciplina puede ir mucho ms all. La historiasiempre es interpretada por quien la analiza, y dicha explicacin puede tener uncarcter fuertemente subjetivo. incluso nuestra propia historia, la personal, es di-lucidada de forma muy diferente en funcin de la persona que la interprete. Losmismos hechos merecen a veces comentarios dispares. Por lo tanto, del pasadono hay una sola versin; en realidad la historia es polidrica. Se trata de un mismopoliedro, pero segn la cara por la que se mire parece diferente siendo siempreel mismo. La historia puede ser analizada desde pticas diversas y sus anlisis, auncuando aparentemente sean divergentes, pueden responder a la realidad, es de-cir, pueden ser verdicos. Y en este punto subyace el papel formativo ms impor-tante de la historia: ensea que ante cualquier situacin hay distintas versiones yque antes de descartar una explicacin hay que intentar verificar si se trata de unaversin falsa o slo de un enfoque diferente, pero verdico.Un mismo hecho puede ser analizado de formas muy diversas segn la na-cionalidad de quien lo analice o de acuerdo con la condicin social del analista.Es muy diferente que sea un patrn o un obrero quien lo haga, y hay que tenerpresente que ambos parten de visiones muy diferentes del mundo y de la realidad.Comprender que ambas coexisten es imprescindible y corresponde a los alumnosvalorar la tica o la moralidad de las razones; pero esta valoracin forma partedel entramado tico-moral de quien juzga y no de la historia. la enseanza de lahistoria requiere del adolescente el saber comprender que los hechos pueden seranalizados desde muchos puntos de vista y que, adems, pueden ser todos vlidos,incluso cuando moralmente nosotros no los aceptemos. La funcin de la historiaes comprender el pasado, saber las causas y los motivos que tuvimos los humanospara actuar de una forma determinada. 48 48. La historia que no se puede buscar en internetFinalmente, hay que decir que la historia no nos proporciona respuestas sin que sele formulen preguntas; la historia es un poderoso aliado en la tarea de interrogar-nos sobre nosotros mismos como grupo social. Sin embargo, las respuestas de lahistoria siempre responden a preguntas. Saber qu ocurri o cmo ocurri; cono-cer el porqu de las acciones humanas en el pasado, o los motivos que tenemospara actuar y diferenciarlos de las causas que desencadenaron un proceso for-ma parte de la tarea de la historia. Y esto tambin debe incluirse en el currculo.Ensear al adolescente a saber formular preguntas es quizs la tarea ms difcildel docente.Durante siglos la tarea de los profesores ha consistido en ensear al alumna-do a responder a las cuestiones que se le planteaban. Hoy, en la era de internet,lo ms importante no es que encuentren respuestas con los buscadores de la red. Loms importante es que aprendan aquello que no puede ser buscado en internet:a menudo en esto consiste formular preguntas. Es fcil hallar respuesta a la fechadel descubrimiento de Amrica o de la cada de Constantinopla a manos de losturcos; ms difcil es formularse cuestiones sobre estos hechos. Y la historia es unadisciplina que, como otras muchas, comparte la tarea de intentar ensear a di-ferenciar entre las preguntas que son posibles y las que no lo son; las que tienenrespuesta y las que carecen de ella.En efecto, el historiador puede preguntar siempre sobre las causas de los he-chos, e intentar diferenciarlas de los motivos que tenemos los humanos para ac-tuar. Causas y motivos siempre proporcionan preguntas lcitas, con respuesta o sinella; sin embargo la historia, como cualquier otra ciencia social, nunca puede darrespuestas a aquellas preguntas que hacen referencia a lo que no existi. Si toma-mos como ejemplo la fsica, podemos preguntar sobre la naturaleza de la corrienteelctrica y las respuestas se basarn en el anlisis fsico de la misma, pero no pode-mos preguntar a la fsica si en una habitacin hay fantasmas, ya que previamentedeberamos poder mostrar cul es la naturaleza fsica de un fantasma. De forma 49 49. similar opera la historia ya que el historiador no puede proporcionar respuestascientficas a lo que hubiera pasado si, por ejemplo, hitler hubiera muerto en elfrente de guerra en 1918 cuando era cabo. la pregunta no es correcta cientfi-camente, puesto que este hecho nunca sucedi.El papel de la historia en el desarrollode la inteligencia emocionalEn la etapa de secundaria la historia puede ser muy importante como factor dedesarrollo de la inteligencia emocional. En efecto, la enseanza de la historiapuede contar con diversas vertientes; por una parte hay que ensear aquello queocurri, analizando o descubriendo sus causas, as como el complejo entramadode consecuencias. Este tipo de conceptos suele contribuir al desarrollo del pen-samiento analtico e hipottico deductivo. Sin embargo, hay otra vertiente, queafecta a la inteligencia emocional y que se refiere a la posibilidad de intentar com-prender no slo las causas de los hechos que a menudo son generales y abstrac-tas sino los motivos y las razones que tienen las personas para actuar. El anlisis delos motivos permite plantear preguntas insospechadas. Estas preguntas que nadatienen que ver con las causas de los hechos, ya que stas sobrepasan fcilmentela escala individual suelen tener respuestas individuales y obligan a ponerse en ellugar del otro. naturalmente, esta clase de ejercicios de raz emptica resulta muyimportante para el desarrollo de la inteligencia emocional, pero debe realizarse deforma muy rigurosa, con fuentes primarias, cartas, diarios personales, etctera. As,por ejemplo, es difcil ponerse en el lugar de Ana Frank, la nia alemana que fuevctima de la persecucin nazi a causa de su origen judo, sin leer al mismo tiemposu famoso Diario.Esta suerte de anlisis posee adems un inters formativo innegable; no sloen el campo de las emociones, sino tambin desde la ptica de la metodologade trabajo, ya que introduce a los alumnos a un tipo de anlisis casi antropolgico,con resultados muy beneficiosos.50 50. El desarrollo de la inteligencia emocional mediante el uso de materiales his-tricos es, adems, un campo frtil, ya que permite la prctica de juegos de rolhistricos: uno de los instrumentos ms eficaces para aprender historia en la etapaadolescente.1.6. Contribucin de la historia al perfil de egreso de la educacin bsicaAl finalizar la enseanza obligatoria, se espera de los adolescentes que respondan aunos perfiles que tericamente fueron definidos por la sociedad, que contribuy consu esfuerzo colectivo a la obra educadora. Y, naturalmente, en este perfil deseable lahistoria debera tener un papel capital. Razn de ello es que esta disciplina suele ocu-par un espacio central en una formacin de calidad, que d madurez a los alumnosy los haga conscientes de sus derechos y deberes. De todas las disciplinas acadmi-cas, quizs sea la historia la que ms pueda aportar a este ideal comn. La historiamtica suele emplearse para manipular el pensamiento colectivo, generar identi-dades xenfobas, desarrollar nacionalismos agresivos y violentos, justificar matanzasy guerras, y generar unos valores colectivos chauvinistas y excluyentes. Sin embargo,para poder utilizarla como un arma perversa al servicio de intereses espurios es nece-sario antes desposeerla de todo aparato crtico, amputarle partes esenciales, mitificarpersonajes que en vida fueron sdicos, asesinos o seres faltos de toda humanidad.La historia y la parbola de FaustoPor estas razones se puede asegurar, sin miedo a equivocarse, que los pensamien-tos totalitarios y las aberraciones del sentido comn, que padecen en ocasioneslos pueblos y las colectividades, slo son posibles cuando el cuerpo social, esto es,la gran mayora de los ciudadanos, ha sido desposeda previamente del conoci-miento crtico de su propio pasado y del pasado de los dems pueblos. De ah quecualquier intento de envilecer la poltica suela ir precedido de la aniquilacin de51 51. la historia como disciplina cientfica. en esta tarea de adoctrinamiento la historia esun material que est de ms, estorba, y slo se puede permitir que sobreviva si estal servicio del envilecimiento del poder. no ha existido jams una dictadura o untotalitarismo que no se haya inspirado en supuestos valores histricos, previamentecastrados y manipulados.esta reflexin es pertinente en nuestros tiempos, en los cuales, desde sectorestecnocrticos, se intenta adelgazar y homogeneizar el conocimiento histrico delos ciudadanos en aras de una supuesta eficacia educativa; se invoca la necesi-dad de formar a tcnicos, a trabajadores especializados o a personas que estnal servicio de la produccin y se reduce la enseanza de la historia a una especiede disciplina pseudocientfica, sin mtodo y carente de estructura interna. Cmosi fuera posible disponer de buenos cientficos sin la presencia subyacente de unosbu