hijos de la derrota (en situaciones de discapacidad)

José María Olayo noviembre 2012 olayo.blogspot.com

Hijos de la derrota

(en situaciones de discapacidad)

José María Olayo enero 2013 olayo.blogspot.com

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José María Olayo noviembre 2012 olayo.blogspot.com

En situaciones de discapacidad sobrevenida suele ser habitual el desplome de pilares indispensables para vivir la vida con decisión, determinación y valentía ...

José María Olayo enero 2013 olayo.blogspot.com



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… la seguridad en uno mismo, autoestima, capacidad de reacción,ilusión y pasión, se desvanecen hasta casi desaparecer y dan paso a la pasividad, el pesimismo y la inacción en todas sus variantes vitales...




… convirtiendo la vida en un viaje constante al fin de la nada, sin derecho a un futuro porque no se cree en la belleza de los sueños ni en las propias capacidades.




Nos convertimos en hijos de la derrota, incapaces de tener y sostener la vida, atrincherados de forma permanente en en el territorio de los silencios incómodos ...




… allí donde la soledad es autoimpuesta y las oportunidades para crecer en la vida se reducen a la mínima expresión, incapaces de darle vuelta al calcetín de la imaginación para descubrir nuevos caminos y formas de fluir con los demás.




Hijos de la derrota porque somos incapaces de administrar la esperanza, asentados como estamos sobre una colosal falta de seguridad e incertidumbre; las luces se apagan y no se pueden ver las personas que están ahí fuera dispuestas a ayudarnos ...




… inmóviles ante los acontecimientos y oportunidades que cada día pasan pordelante de nuestras narices, impasibles ante los abrazos y afectos que se nos brindan, impávidos y maniatados por nuestros propios miedos prefabricados ...




… incapaces de ensanchar el “nosotros” porque somos nadie y nos sentimos ninguno; convirtiendo nuestra vida en una constante llamada en espera, sin tono ni timbre, sin saldo ni tema de conversación ...




… cerrando cualquier horizonte, eliminando cualquier posibilidad de recibir el aliento del otro, convirtiendo en desaconsejables e imposibles la influencia y el compromiso.




Los hijos de la derrota acaban por convencerse de que con los demás no se incrementan las posibilidades de existir y de ser, que tú no eres alguien y utilizan la renuncia a la relación como coartada para la parálisis ...




… sus recuerdos carecen de sentido y contenido y convierten la ausencia en algo más que una simple distancia; la apatía le come el terreno a la fantasía, y la impotencia hace lo propio con el ingenio...




… llegados a ese punto, la vida es una máscara permanente de mentiras y tensiones, la ternura cede ante la tristeza y las certezas se convierten en heridas de una guerra que un mismo ha comenzado.




La peor derrota, se dice, es no intentarlo y ahí radica el quid de la cuestión: hay que levantar el vuelo y mirar más allá del propio espejo, observar la pérdida como mera pausa y analizar todo lo que aún se puede hacer y se sabe hacer ...




… y la mejor noticia es que nunca estás solo, siempre hay alguien ahí fuera para quien tú eres alguien importante; juntos, tienes más fácil descubrir que la pérdida forma parte del vivir ...




… que a lo largo de la vida se ganan y se pierden competencias, amistades, ilusiones, pasiones y miedos; cada crisis es una buena oportunidad para cambiar y aprender, cada tropiezo, una fuga a otras certezas y aventuras ...




… así es la vida, siempre existe algún temor, pero hay que ser generosos con ella para decirle sí a cada reto, derrochar emoción y pasión, sabiendo que lo importante no es la cantidad, sino la densidad y la intensidad.




La vida nunca te derrota, eres tú el que te derrotas, el que acaba convenciéndose de que ya no vale la pena, que el tiempo pasado fue mejor y ya no volverá jamás, que las fuerzas te abandonan y los temores ahogan los impulsos ...




… dudas de todo, renuncias a tu identidad, reniegas de tus compromisos adquiridos, abandonas toda esperanza y llegas a convencerte de que el futuro ha dejado de ser una dimensión en el tiempo que te queda ...




… te ahogas en un vaso de agua y eres incapaz de equilibrar la balanza de afectos y esfuerzos, salir al encuentro, acomodar la paciencia de la espera, mirar con otros ojos, aprender a llenar vacíos.




Vive la vida porque solo te queda esta, eres el tiempo que te resta y el autoengaño es la más elaborada de las mentiras; toma aire, la vida es encontrarnos y reconocernos y lo peor no es estar solo, sino ignorarlo ...




… apuesta fuerte porque la puerta está abierta y esperando, establece un pacto de honestidad contigo mismo, necesitas el espejo de los demás para descubrir que en cada semilla hay un bosque latente ...




… toda persona reacciona de forma distinta, dependiendo del contacto que establece, busca amigos, haz alianzas, conviértete en una persona potente y solvente, utiliza esos cien mil millones de neuronas que están esperando instrucciones para ponerse en acción ...




… no esperes más, da el paso, cruza ya el umbral de tus miedos, repasa la lista de tus deseos, realiza el inventario de impulsos y sentimientos, adquiere compromisos realistas y factibles ...




… dale una oportunidad a los demás para que se acerquen a ti y poder incrementar el humor y el entusiasmo: una alianza es una cadena de voluntades para lograr, unidos,mucho más que separados.



hijos de la derrota (en situaciones de discapacidad)

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