hebe uhart: “escribir es una actividad solitaria, medio misteriosa”

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CIUDADANOS Otro 15 fatal: la tormenta causó tres muertos y caos en Capital CIUDADANOS Las fotos y videos de la tormenta en Córdoba CIUDADANOS Desesperante: madre e hija fuerron arrastradas en medio del temporal CIUDAD EQUIS 11/02/2016 11:58 Hebe Uhart: “Escribir es una actividad solitaria, medio misteriosa” Hebe Uhart es una leyenda viva de la literatura argentina. Además de sus estupendos relatos, la autora bonaerense se ha dedicado en los últimos años a las crónicas de viaje. Sus concurridas clases de taller literario se condensaron hace poco en un libro esencial. “La gente privilegia el rol del escritor y lo convierte en una entidad platónica”, dice Uhart. Por Alejandro Duchini H ebe Uhart (Moreno, Buenos Aires, 1936) no tiene un perfil masivo, pero cuenta con el reconocimiento reverencial de sus colegas y de una gran cantidad de lectores. Sus cuentos no paran de recibir elogios. El fundamental Relatos reunidos (Alfaguara), publicado hace unos años, lo demuestra. Sus libros de crónicas son material de culto: Viajera crónica, Turistas (que ya va por la tercera edición) y el reciente De la Patagonia a México, todos publicados por Adriana Hidalgo, sirven como herramienta para introducirse en su mundo. Ni hablar de sus míticos talleres de escritura que dicta en su departamento. Tanto interés generan sus enseñanzas que hasta tienen libro propio: la escritora Liliana Villanueva reflejó su experiencia como alumna en el también reciente Las clases de Hebe Uhart (Blatt & Ríos), que transita su cuarta edición. –Usted estuvo en Córdoba, ¿no? –Sí, hace como dos años. Me invitaron a una Feria del Libro. Hay provincias que conozco muy bien. Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe. –En su libro “Viajera Crónica” le dedica un texto detallado a la provincia. –Córdoba es muy variada. Tiene la zona de Capilla del Monte y San Marcos Sierras, que son muy particulares. Córdoba capital es otra cosa. A media hora de auto, hay montaña. Es un privilegio. Nosotros, en este conurbano enorme que es Buenos Aires, no tenemos esa suerte. Además, los cordobeses tienen dos corrientes contrapuestas: una progresista, con las fábricas de aviones, los gremios, las movidas de estudiantes; y otra vertiente muy clerical, religiosa. También me gusta que es el centro de estudios para muchos riojanos, catamarqueños y peruanos que se sienten más cómodos o contenidos que en Buenos Aires.

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Hebe Uhart es una leyenda viva de la literatura argentina. Además de sus estupendos relatos, la autora bonaerense se ha dedicado en los últimos años a las crónicas de viaje. Sus concurridas clases de taller literario se condensaron hace poco en un libro esencial.

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Page 1: Hebe Uhart: “Escribir es una actividad solitaria, medio misteriosa”

CIUDADANOS

Otro 15 fatal: la tormentacausó tres muertos y caosen Capital

CIUDADANOS

Las fotos y videos de latormenta en Córdoba

CIUDADANOS

Desesperante: madre e hijafuerron arrastradas enmedio del temporal

CIUDAD EQUIS 11/02/2016 11:58

Hebe Uhart: “Escribir es una actividad solitaria,medio misteriosa”Hebe Uhart es una leyenda viva de la literatura argentina. Además de sus estupendos relatos, la autora bonaerense se ha

dedicado en los últimos años a las crónicas de viaje. Sus concurridas clases de taller literario se condensaron hace poco en un

libro esencial.

“La gente privilegia el rol del escritor y lo convierte en una entidad platónica”, dice Uhart.

Por Alejandro Duchini

Hebe Uhart (Moreno, Buenos Aires, 1936) no tiene un perfil masivo, pero

cuenta con el reconocimiento reverencial de sus colegas y de una gran

cantidad de lectores. Sus cuentos no paran de recibir elogios. El

fundamental Relatos reunidos (Alfaguara), publicado hace unos años, lo

demuestra. Sus libros de crónicas son material de culto: Viajera crónica, Turistas

(que ya va por la tercera edición) y el reciente De la Patagonia a México, todos

publicados por Adriana Hidalgo, sirven como herramienta para introducirse en su

mundo. Ni hablar de sus míticos talleres de escritura que dicta en su

departamento. Tanto interés generan sus enseñanzas que hasta tienen libro

propio: la escritora Liliana Villanueva reflejó su experiencia como alumna en el

también reciente Las clases de Hebe Uhart (Blatt & Ríos), que transita su cuarta

edición.

–Usted estuvo en Córdoba, ¿no?

–Sí, hace como dos años. Me invitaron a una Feria del Libro. Hay provincias que

conozco muy bien. Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe.

–En su libro “Viajera Crónica” le dedica un texto detallado a la provincia. 

–Córdoba es muy variada. Tiene la zona de Capilla del Monte y San Marcos Sierras,

que son muy particulares. Córdoba capital es otra cosa. A media hora de auto, hay

montaña. Es un privilegio. Nosotros, en este conurbano enorme que es Buenos

Aires, no tenemos esa suerte. Además, los cordobeses tienen dos corrientes

contrapuestas: una progresista, con las fábricas de aviones, los gremios, las

movidas de estudiantes; y otra vertiente muy clerical, religiosa. También me gusta

que es el centro de estudios para muchos riojanos, catamarqueños y peruanos

que se sienten más cómodos o contenidos que en Buenos Aires.

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Uhart se sienta de espaldas al balcón de su departamento del barrio porteño de

Almagro. Acaba de traer dos pocillos pequeños con café. Mientras bebe el suyo,

también fuma. Se la nota de buen humor. Tiene ganas de hablar e invita: “Ponete

cómodo”. A sus casi 80 años sigue inquieta. A pocas semanas de esta entrevista

tiene planificados más viajes. Serán para su próximo libro, De aquí para allá, que

saldrá en octubre. Tratará sobre distintas comunidades indígenas de Argentina,

Colombia, Perú y Ecuador. “Me queda reunirme con los bolivianos de Liniers y

hacer otro viaje a Rosario”, aclara sobre este trabajo. “Dos viajes cortitos y lo

termino”.

–¿Para qué viaja?

–Para aprender. Hay cosas que no sabía que existían. Este último año aprendí

muchísimo. Incluso en el Ecuador, donde conocí a los indios otavalos. Con ellos no

sabés si estás en el pasado o el presente. Usan trajes típicos, pero no les falta el

teléfono celular. Tienen camionetas que llaman doble cabina: son las 4 x 4.

Aprendieron a exportar. Están en todo el mundo. Aprendieron a leer y a escribir

para que los blancos no los estafen. Me sigue apasionando viajar. Sobre todo si

son viajes que sorprenden. Uno me dijo que tiene una empresa de calzados pero

con un leve toque indígena.

–En sus crónicas refleja con exactitud la expresión de los lugareños. ¿Cómo lo

logra?

–Yo escucho. Es fundamental escuchar. Una escucha cuando algo le llama la

atención. Con el tiempo, si una hace varios libros de viajes se aprende a sacar

provecho hasta de donde no se puede sacar mucho. Cualquiera que escriba, si

quiere hacer personajes, tiene que saber cómo hablan los lugareños. Flannery

O’Connor contaba sobre sus alumnos del sur de los Estados Unidos que “todos los

textos que me mandaron están escritos en el lenguaje neutro de la televisión”.

Como diciendo “no registraron el habla local”. Aquello que no se registra del habla

de los otros tiene que ver con los prejuicios. El prejuicio de que hablan mal, y si

hablan mal, no los registrás. O con la impaciencia. Hay mucha gente prejuiciosa

que cree que los más humildes o indígenas hablan mal. En vez de escuchar, se

hace un juicio de valor. Existe un porcentaje de rechazo. Si superás ese rechazo y

tenés paciencia, podés escuchar lo que dicen. Hablan de acuerdo a su contexto.

Hay que tener en cuenta a esa gente en su contexto. Así aprendo.

–¿En qué momento escribe los textos? ¿Viaja con computadora?

–A veces escribo en el momento. Pero no llevo computadora. Llevo papel, un

anotador. En general, en esos lugares alejados el tiempo es largo, entonces voy

pensando y anotando y me traigo todo arreglado. Recién después me meto en la

computadora.

Taller y humor

–¿Por qué sigue dando clases?

–Porque me gusta. Me gustan los alumnos porque por ellos me entero de cosas

que no me enteraría de otra manera. Por ejemplo, aprendí lo que es el síndrome

de Peter Pan, el de los varones que no maduran. Tienen 40 años pero con una

mente de 18. Quieren seguir viviendo con los padres. Tenía un alumno de Quilmes

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que contaba que sus amigos tenían 30 y pico de años y tocaban música los fines

de semana sin conocer de música. Su vida era eso. Ni una carrera, nada. Fui

averiguando y me enteré de que existía tal cosa. 

–¿Qué le significa que sus talleres tengan un libro propio, como el que escribió

Liliana Villanueva?

–A ella le significa mucho porque va por la cuarta edición. El lunes me trajo un

poco de plata, como si fuera coautora. ¡Y no lo soy! Las clases las di yo, pero el libro

lo hizo ella. Me significa un asombro que se venda tanto. Además tengo mucha

oferta de taller, seguramente por ese libro.

–¿Por qué pasa eso?

–La gente es un poco insensata. Hay muchos buenos talleres. Pero a uno le gusta

ese taller determinado y todos quieren ir. Son un poco cholulos. Buenos Aires

siempre fue cholula. Antes eran cholulos de los políticos, desde el siglo XIX. Ahora

de los actores, que en otros años eran mal vistos. Entonces todos los sectores

sociales consideraban que tenían alguna relación con un miembro del gobierno. El

cholulismo de Buenos Aires tiene que ver con la necesidad de pertenecer. Los

adolescentes son cholulos. La gente quiere venir porque les habrá gustado el

libro, que está bien escrito. Pero hay muchos talleristas importantes, variados.

"Cualquiera que escriba, si quiere hacer personajes, tiene que

saber cómo hablan los lugareños".

–¿Para qué sirve un taller?

–Después de 20 años, no sé para qué. Puede servir como estímulo. Pero un

estímulo también puede ser un golpe en la cabeza. Yo les digo a mis alumnos que

no piensen que serán escritores. Que van a leer, sí, porque en cada clase les

preparo algo diferente. Si uno quiere ser escritor, se supone que se va a leer. Pero

no deja de ser un estímulo. Hay gente que viene muchos años y otros se van

enseguida. Es placentero. Arman grupos en los que se quieren entre ellos. No

estoy tan segura del resultado. Ahora, que les hace bien, les hace bien. Tengo

grupos de muy buenos escritores, que van sacando libros. Tener un grupo es

tener un lugar de pertenencia.

–En sus textos aparece el humor. 

–El humor es bueno porque distiende. Si no compartís el humor, te excluís. El

humor va más rápido que los otros razonamientos. Me parece algo interesante lo

del humor. Las parejas tienden al libreto dramático: “¡Me voy!”. “¿Te vas?”. Y lo

corre hasta la puerta. Y si en vez de eso le dice “bueno, andá y traeme

medialunas” se acaba todo. Porque son roles complementarios. Eso distiende. Los

políticos deberían tener humor. ¿No tendrían que tener más humor las

discusiones? Se volverían más humanas. El humor además es una vuelta de

aceptación de lo que te toca. Si considerás con humor una situación que te pasó,

la superás. Las chicas jóvenes están hechas de “él me dijo”, “yo le dije”. Todo eso

es una cosa de una densidad que cuando la mirás a la distancia resulta graciosa.

No en el momento. O los mecanismos de los monólogos internos. “Antes de

llamarlo me corto un brazo”, decía una conocida maestra mía. ¡Mirá vos! ¡Se corta

un brazo! Eso, a la larga, te provoca risa. 

–¿Hasta cuándo escribirá?

–Voy a pensar si sigo escribiendo. No creo eso de que uno si no escribe se muere y

esas cosas. Creo que se pueden hacer muchas cosas. Mientras tenga ganas de

hacerlo, lo haré. Claro que no hay escritores sino gente que escribe. La gente tiene

a la figura del escritor como algo extraordinario, especial. Un escritor es un rol.

Cuando escribe, escribe. Cuando no, paga los impuestos, cuida las plantas, es

padre. Pero la gente privilegia el rol del escritor y lo convierte en una entidad

platónica. Se presta porque escribir es una actividad solitaria, medio misteriosa.

Es una actividad rara leer, escribir, de solitario. Eso se mitifica. Pero no todos los

libros que se escriben tienen valor. ¡Hay cada cosa que se publica!

De la Patagonia a México

Hebe Uhart

Page 4: Hebe Uhart: “Escribir es una actividad solitaria, medio misteriosa”

Adriana Hidalgo

256 páginas

$ 210 

Las clases de Hebe Uhart

Liliana Villanueva

Blatt & Ríos

168 páginas

$ 170

Hebe Uhart

APARECEN EN ESTA NOTA

TEMAS De la Patagonia a México Las clases de Hebe Uhart

Page 5: Hebe Uhart: “Escribir es una actividad solitaria, medio misteriosa”

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