hay una ruptura en la transmisión valórica que no satisface a nadie. charles melman

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Hay una ruptura en la transmisión valórica que no satisface a nadie Charles Melman Entrevista realizada por el diario El Mercurio en el mes de Agosto del año 2005, publicada en la sección Artes y Letras meses más tarde. Como un maestro que aprende a pensar, el prestigioso psicoanalista e investigador francés analiza en la presenta entrevista los dilemas del hombre actual; la búsqueda de satisfacción personal, el desdibujamiento de los límites y la nueva moral. “Existe un nuevo tipo de derecho que está comenzando a emerger, y que es el derecho a la satisfacción personal”, sostiene. Roberto Brodsky (Entrevistador) Psiquiatra, psicoanalista y miembro fundador de la Asociación Lacaniana Internacional, el francés Charles Melman convocó a una verdadera corte de seguidores durante masivas conferencias dictadas durante su breve visita a Chile en Agosto pasado, invitado por el Grupo Psicoanalítico Plus. Autor de una infinidad de artículos especializados y de los libros Nuevos estudios sobre la Histeria, El Complejo de Colón, La invención del objeto ‘a’ por Jacques Lacan, entre otros libros, su última obra indaga en los alcances de la nueva cultura globalizada sobre la estructura psíquica de los individuos: El hombre sin gravedad, un volumen donde la experiencia clínica y la reflexión cultural apuntan a un diagnóstico sobre la perplejidad del mundo que nos ha tocado vivir. Jovial, dueño de una experiencia profesional que lo lleva a no desencantarse fácilmente, a sus 73 años Melman apela con valentía por un retorno a Freud y al esquema clásico, aunque siempre en función de los dilemas actuales: muerte de lo sacro, exacerbación del objeto, caída de las prohibiciones y consecuente aparición de un nuevo malestar en la cultura. El tiempo de los desenfrenos se echa sobre el diván.

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Entrevista realizada por el diario El Mercurio en el mes de Agosto del año 2005, publicada en la sección Artes y Letras meses más tarde.

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Hay una ruptura en la transmisin valrica que no satisface a nadie

Hay una ruptura en la transmisin valrica que no satisface a nadie

Charles Melman

Entrevista realizada por el diario El Mercurio en el mes de Agosto del ao 2005, publicada en la seccin Artes y Letras meses ms tarde.

Como un maestro que aprende a pensar, el prestigioso psicoanalista e investigador francs analiza en la presenta entrevista los dilemas del hombre actual; la bsqueda de satisfaccin personal, el desdibujamiento de los lmites y la nueva moral. Existe un nuevo tipo de derecho que est comenzando a emerger, y que es el derecho a la satisfaccin personal, sostiene.

Roberto Brodsky (Entrevistador)

Psiquiatra, psicoanalista y miembro fundador de la Asociacin Lacaniana Internacional, el francs Charles Melman convoc a una verdadera corte de seguidores durante masivas conferencias dictadas durante su breve visita a Chile en Agosto pasado, invitado por el Grupo Psicoanaltico Plus. Autor de una infinidad de artculos especializados y de los libros Nuevos estudios sobre la Histeria, El Complejo de Coln, La invencin del objeto a por Jacques Lacan, entre otros libros, su ltima obra indaga en los alcances de la nueva cultura globalizada sobre la estructura psquica de los individuos: El hombre sin gravedad, un volumen donde la experiencia clnica y la reflexin cultural apuntan a un diagnstico sobre la perplejidad del mundo que nos ha tocado vivir.

Jovial, dueo de una experiencia profesional que lo lleva a no desencantarse fcilmente, a sus 73 aos Melman apela con valenta por un retorno a Freud y al esquema clsico, aunque siempre en funcin de los dilemas actuales: muerte de lo sacro, exacerbacin del objeto, cada de las prohibiciones y consecuente aparicin de un nuevo malestar en la cultura. El tiempo de los desenfrenos se echa sobre el divn.

-Usted habla de una nueva economa psicoanaltica en relacin a los lmites, que en nuestra poca estaran completamente rebasados. Siendo as, qu podemos esperar del tratamiento psicoanaltico y de su prctica, entendida como un vnculo social, es decir de unos respecto de otros?

Ocurre que la prctica de Freud influenci profundamente nuestra evolucin cultural, y con esto quiero decir que contribuy en mucho a la modernizacin de las costumbres y a la expresin del deseo en cada uno de nosotros. Es normal entonces que el psicoanalista remita a la sociedad lo que son las condiciones actuales de su malestar. Usted seguramente conoce la obra de Freud llamada El malestar en la cultura. All Freud subraya que el malestar en la cultura tendra su origen en una represin excesiva de los deseos, y en particular de los deseos sexuales. Podramos decir que hoy en da el malestar den la cultura est ligado expresin excesiva, sin lmites ni barreras, de esta expresin. En la medida en que cada uno de nosotros depende en su vida privada de la costumbres de la civilidad porque nadie vive en soledad, cada uno depende del otro y est estrechamente vinculado con las condiciones generales- me parece legtimo y normal que el psicoanalista remita a los ciudadanos hacia aquello que est en su inters, aquello que l estima que son las condiciones actuales de su malestar.

-Antes el psicoanlisis sola decir que cada cual se construa sobre una ausencia, pero resulta que hoy este proceso se lleva a cabo sobre la hiper presencia: del deseo, del principio del placer, de la satisfaccin. La pregunta es qu podemos esperar cuando usted afirma la existencia de este nuevo malestar. Cmo es que el individuo podr encontrar cierto equilibrio?

El malestar actual est ligado al hecho de que existe una suerte de liberacin de los goces llammoslo as- pero se trata de goces autorizados y preescritos, por decirlo de alguna manera y que deben ser comnmente compartidos. Hasta hace un tiempo haba ideales que deban ser compartidos, pero hoy en da son los goces los que deben ser comunes. Es decir no se trata del deseo singular de cada uno, sino de la anulacin del deseo propio para poder as participar en cierta forma de esta comunidad que se le impone, y con la cual debe compartir los goces reconocidos como buenos.

-Pero eso debera ser visto como un logro de la liberalidad; prohibido prohibir, seamos realista y pidamos lo imposible...No eran stas las consignas y los sueos de Mayo68, junto a los de toda una generacin de pensadores franceses?

Es, a mi juicio, el error de los pensadores de Mayo 68: haber credo que la libertad acordada a los deseos llevaran al mismo tiempo a una mayor libertad poltica, es decir que reducira y minimizara el lugar ocupado por el poder poltico, el cual hoy se mantiene intacto. No hemos visto en ninguna parte que haya sucedido de otra manera. Pero sa era la idea de los pensadores de Mayo 68. hoy es muy claro que al mismo tiempo aquello iba a provocar la servidumbre y la dependencia, en particular de los ms jvenes, hacia objetos, deseos y satisfacciones de todo orden, que, dira yo, los compromete en una nueva forma de alineacin. Dicho de otro modo, y sta es la cuestin que he querido subrayar, acaso es el objeto quien debe ser nuestro verdadero amo y guiar nuestras existencias?. Cada uno puede responder como mejor quiera, pero no es falto de inters hacer la pregunta.

-De acuerdo al esquema de esta nueva economa que usted seala podemos decir que el hombre est ms solo?

Podemos decir que efectivamente estamos ms solos, salvo si imaginamos esta nueva economa psquica como una soledad multiplicada, colectiva. Hay un italiano, cuyo nombre ahora se me escapa, que escribi un libro llamado La masa solitaria, en donde plantea de qu manera cada uno de nosotros participa en las mismas tareas, las mismas obligaciones, las mismas satisfacciones, va a ver las mismas pelculas, lee los mismos libros y, sin embargo, vive solo porque la posibilidad de compartir con el otro se ha vuelto muy difcil, porque la relacin con nuestro semejante ya no es evidente.

-En la conferencia de la Biblioteca Nacional usted habl de las personas que van a practicar patinaje a lugares especialmente acondicionados para esto, y en donde la particularidad era que nadie se topaba ni se relacionaba con el del al lado. Sin embargo, en toda actividad humana es necesario un liderazgo. Es un tema recurrente en los mbitos de los negocios, pero tambin en los polticos.?Cul es el origen y la necesidad de que exista semejante autoridad?

El problema surge cuando imaginamos la reivindicacin de la libertad como lago ms serio de lo que es, en circunstancias que en realidad y desgraciadamente lo que buscamos es slo un gua, es decir alguien que nos indique la forma de orientar nuestra vida en cada momento, ya que tener que crear e inventar cada vez la conducta propia, con su propio camino y sus modos, es algo extremadamente difcil y peligroso. Es necesario ser un gran poeta o un gran artista para atreverse a tomar semejantes riesgos, ya que en ocasiones son riesgos que conducen a una soledad definitiva. En la medida en que no logramos encontrar en nosotros como s lo hace un animal- ciertas normas y reglas de conducta que nos eviten interrogarnos sobre nuestra manera de ser y de conducirnos, de responder y de solucionar los problemas sociales, morales y conyugales que tenemos, entonces en esa misma medida aspiramos a un jefe. El cual se convertir en nuestro Fhrer...Y podemos darnos cuenta lo fcil que resulta para el lder encontrar apoyo popular. Es lo que Freud quiso sanar en cada uno de los pacientes que trat. Es lo que el psicoanlisis ofrece y propone, a travs de lo que la teora llama la resolucin de la transferencia: slo habrs sanado el da que hayas podido desprenderte del afecto que tienes por esa instancia que has visto surgir en tu palabra, y que mas. Para Freud, somos adultos en la medida que podemos apartarnos de esta instancia.

-Pero hoy en da esta instancia fantasmal est completamente sobrepasada por los objetos, o por la comunidad de objetos donde el individuo se deposita.

Bueno, usted est abordando otro aspecto de la cura psicoanaltica, cul es precisamente la discusin y el anlisis en el proceso de cura de este objeto que orienta al sujeto, que es su deseo y no ya la instruccin de un jefe o un padre, pero que al mismo tiempo es una instruccin realizada por el objeto que organiza su deseo, y que Lacan llam el objeto a (objet petit a, en francs, y que no se refiere a un objeto del mundo, sino a un testigo que abre el campo del deseo, la ilusin y la falta). En la cura psicoanaltica, entonces, se tratara de encontrar primeramente cul sera el objeto que hace que yo me conduzca de esta manera, piense de esta otra, responda de este modo y cometa siempre los mismos errores, me enamore siempre de las misma s mujeres, etc. El trabajo de una cura para aislar este objeto consiste en permitir relativizar esta dependencia; no renunciar a ella, porque, adems, a qu precio habra que hacerlo? .Es decir, no existen buenos y malos objetos, slo existen objetos. Pero podemos en todo caso relativizar esta dependencia, dejar de ser un esclavo ciego y ser ms bien un esclavo de ojos abiertos. Admitirlo: s, estoy hecho de esta forma, es esto lo que me orienta. Se trata, mal que mal, de un paso muy importante.

-No se declara enemigo del mercado, entonces?

El mercado se ha transformado en nuestro banco de locura. Lamento tener que decir esto, pero acabo de leer en la prensa chilena de qu manera el pas se organizaba en funcin de una meta de crecimiento del 5% para el primer semestre. Uno no puede sino felicitarse de esta meta, pero permtame exponer la siguiente pregunta: el crecimiento apunta a un 5%, bien, pero para el hombre que regresa en la noche a su casa, para la mujer que vuelve de su trabajo, cuando ambos van a reencontrarse con sus hijos, qu habr cambiado para ellos esta situacin? . en sus relaciones de vida social y en su toma de posicin poltica qu habr cambiado para ellos? Acaso tendrn, por efecto de esta elevacin del PIB, una vida privada de mejor nivel, ms apropiada a su condicin humana? Acaso sus relaciones conyugales van a mejorar? Se respetarn ms ahora que antes? Podrn acaso quererse de mejor forma, lo suficiente o de otra manera?. Finalmente, acaso la vida poltica que tengan de aqu en adelante va a ser ms feliz?, ya que la vida poltica, usted debe saberlo mejor que yo, puede provocar desgracias y hacer desdichadas a las personas Sabemos acaso de algn ejemplo en alguna parte donde exista una vida poltica que sea dichosa?. Vivimos, entonces, en medio de un progreso econmico notable, de un avance tecnolgico y cientfico fantstico, pero en nuestras vidas privadas, y en nuestra vida pblica, y en nuestra vida poltica, enfrentamos los mismos problemas y las mismas dificultades de siempre.

-Cunta responsabilidad tiene este desequilibrio entre tecnologa y desarrollo humano en los dilemas morales y jurdicos que enfrentan hoy distintas sociedades, sea por terrorismo poltico, escndalos de pedofilia o corrupcin pblica?. Da la impresin, incluso, de que nunca se resolvieron los viejos problemas y ahora tenemos otros nuevos encima.

Es cierto. Ocurre que la familia tradicional, fundada en la transmisin de un cierto nmero de valores como la dignidad, el honor, la honestidad, el gusto por el trabajo, el deseo de inscribirse en una filiacin y en una tradicin, todos estos valores, hoy en da valen nada. Para un joven, su familia ya no es el lugar desde el cual construirse para la vida. Por el contrario; es olvidndose de todos esos valores cmo podr convertirse en el gngster que hace falta ser para tener un logro social, y no me atrevo a decir poltico. Hay, entonces, una ruptura en la transmisin valrica, ruptura que sufren tanto padres como hijos, y que no satisface a nadie. Al regresar cada da a la casa, los nios les dicen a sus padres: ustedes estn viejos, fuera de lugar, han sido completamente sobrepasados, ya no dan ms. Y los padres los comprenden perfectamente, pero no estn capacitados para ayudarlos, no saben cmo ayudarlos, ya no saben incluso si transmitirles sus valores es bueno para ellos. Posiblemente, se dicen, es mejor dejarlos como estn.

-Y simultneamente se da un cruce de roles Cmo explicar ese fenmeno de los jvenes viejos y, al revs, de los viejos jvenes, ansiosos de una nueva adolescencia en sus vidas?

Es absolutamente cierto que al interior de la moderna organizacin de la sociedad, la figura del maestro tiende a desaparecer. O ms bien, dira que existe una tendencia a la nivelacin igualitaria de los individuos en democracia, lo que yo llamo la nueva forma de democracia, que es cuando en las sociedades industriales avanzadas todo el mundo participa de los mismos goces. Ya no existe el goce de los ricos y el goce de los pobres, sino que todo el mundo posee los mismos objetos o mas o menos, y participan de las mismas satisfacciones. Es una sociedad sin precedentes. Nunca antes se haba visto esto. En esta situacin, la figura del maestro desaparece, puesto que hay una suerte de equiparidad en los goces. No obstante, existen evidentemente familias que guardan el culto de la jerarqua y se muestran fuertes a la hora de educar a los hijos y hacerles entender que a pesar de todo este igualitarismo, se trata de una falsa igualdad, y que el futuro sonre a los maestros del maana o del presente. Es decir, dira que hay all una suerte de engao que se ofrece a la poblacin, dejndole creer que estamos en una sociedad perfectamente igualitaria. Todo el mundo tendr su auto, su departamento, su aparato de TV, las mismas vacaciones, realizar los mismos deportes, etc.

-Explica esto la bsqueda de nuevos territorios prohibidos y la transgresin de las costumbres?

Hay una respuesta fcil para su pregunta, pero que sin embargo es suficientemente slida: la nueva moral que nos ha sido propuesta es precisamente aquella de la satisfaccin que no conoce prohibiciones ni lmites. Dicho de otra manera, existe un nuevo tipo de derecho que est comenzando a emerger, y que es el derecho a la satisfaccin personal, a la satisfaccin individual, en donde las leyes deben estar para defender ese derecho. Por ejemplo, si yo soy homosexual y me quiero casar, hace falta que la ley reconozca mi derecho. Si a m me resulta satisfactorio estar casado como homosexual, la ley debe reconocerme ese derecho. Si quiero educar nios al interior de mi pareja homosexual, tambin estoy en mi derecho, puesto que se es mi placer y mi satisfaccin. Es lo que est ocurriendo en los pases ms avanzados: la ley tiende a proteger la satisfaccin.

-Pero esa situacin anuncia tambin el fin de la diferencia homosexual, como de cualquier otra. Toda singularidad queda aplacada con la satisfaccin y el derecho que la legaliza.

Es la globalizacin total de las costumbres alrededor de ese mismo eje: el derecho de cada uno a realizar su propia satisfaccin. Es lo que hace que la pedofilia sea una de las figuras de esta nueva moral. Es una figura que nos escandaliza, porque nosotros mismos no estamos muy claros sobre ese derecho, y decimos: ah no, en este punto s que hay un lmite. Pero, por qu decimos que sobre este punto hay un lmite?. Tengo una idea al respecto que vale lo que vale, pero se me ocurre que es porque sabemos que nosotros mismos contribuimos a que nuestros nios ingresen muy prematuramente a la vida sexual y tengan muy rpido acceso a todas esas satisfacciones, que son las de un adulto. Ellos estn siendo adultos cuando son todava muy jvenes. A los 25 aos ya han pasado por todas las experiencias, han hecho todos los recorridos.

-Desde esta perspectiva, qu queda para el psicoanalista?

Lo que queda?. Algo curioso, una cosa completamente insospechada, y que evoqu muy rpidamente la otra noche en la Biblioteca Nacional. Resulta que antes uno iba al psicoanalista porque estaba neurotizado, es decir porque existan prohibiciones para vivir un deseo que era personal. Hoy en da los jvenes siguen yendo al psicoanalista y yo recibo a bastantes- pero cada vez me asombro de nuevo al verlos venir Por qu lo hacen?. Es fcil: quieren saber lo que desean, cul es el deseo de ellos mismos, el propio. Es decir, ya no se trata de levantar una prohibicin, sino de descubrir lo que quieren en la vida.

-An as, este nuevo escenario que supera con mucho al individuo que Freud analiz.

Por supuesto, y en primer lugar porque ya no interesa ms a l sujeto. Es el gran problema del computador, que rechaza cualquier singularidad. Para poder utilizar un PC, para poder comunicarse a travs suyo, es necesaria la conformidad, ser el individuo que el computador ha previsto. Y si usted no est conforme con esto, el computador no se pondr en marcha. Slo hay una experiencia diferente al respecto, y lo digo al paso porque me parece gracioso, y que es el chat o cruce conversacional a travs de los mensajes enviados por SMS. Todava no podemos saber las consecuencias que tendr, porque all cada uno inventa su propia escritura, pero su invencin est en funcin de aquel a quien se le escribe. Pero hay que esperar lo que el otro ser capaz de descifrar, y esto tambin es algo muy interesante.

-Es optimista al respecto?Completamente. Admiro a los jvenes, tal como los veo: son emocionantes, corajudos. Les ha tocado algo muy difcil.