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Beto Romero

Hacia una teoría

del espacio teatral

CARICIA

S. En los teatros

Mocha Graña y Segura.

Grupo Magia Teatro de

Arte. Dirigido por José

Carlos Urteaga. La zona de

representación de las puertas

posee un doble estatuto

contradictorio de realidad

y no realidad construido

a partir de las propias

convenciones que el ET

plantea en la creación del

texto de representación.

UN ACERCAMIENTO AL ESPACIO TEATRAL

Y AL DISEÑO ESCÉNICO

En todo hecho teatral, la vida toma el

escenario, se apropia del espacio, lo hace suyo y en este proceso de ocupación se descontextualiza a sí misma. Creo que esta afirmación no puede ser negada, ya que toda experiencia parte de la vida misma, la vida vivida por nosotros o vivida por otros, o si quieren vivida por nosotros a través de la experiencia del otro. Sin embargo esta vida no es la misma en la escena, es una vida descontextualizada, una vida extracotidiana, otra vida que se crea a sí misma, paralela, alterna, efímera.

Cualquier experiencia nuestra se da en un espacio y en un tiempo. Por lo tanto, el espacio teatral es único para cada experiencia, tan efímero como la situación dramática, existe en ese momento en una

realidad compartida y vivencial, luego solo existirá en el recuerdo del registro emocional, intelectual o tecnológico. Esa realidad potente y fugaz, en una existencia compartida entre escena y público, es el núcleo de su esencia, su fuerza y también su debilidad.

Hace poco veía a mi hijo maravillarse mientras armábamos una de esas pistas de carreras para autitos con sus recorridos helicoidales, curvas imposibles y rampas a no sabes dónde, pero cuando la pista fue atravesada por el autito y lo vio girar 360° sin caerse, entrar a una curva sin salir disparado y saltar una rampa que lo lleva al inicio del circuito, su sorpresa, su alegría y su placer llegaron a tal punto que la maravilla inicial quedó al nivel de apatía. Inmediatamente en

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mi cabeza se encendió una luz: “Exactamente de esa manera es que el espacio teatral se tiene que comportar”.

Pues sí, el espacio de la escena puede ser muy impactante, muy plástico, visualmente muy innovador, pero es cuando los personajes lo atraviesan, lo usan, lo viven, cuando este tiene que estallar, estallar para el público. Pero ojo, al igual que la pista de carrera, en la que lo genial es ver al autito desplazarse en maniobras imposibles, el espacio teatral me debe llevar siempre al actor, al agente primordial de este hecho artístico que llamamos teatro, entablando relaciones de comunicación con el público.

Otro elemento, mencionado un tanto tangencialmente, pero no menos importante es el tiempo, afirmamos ya que toda experiencia se da en un tiempo, la teatral no escapa a la regla, sin embargo su extra cotidianeidad la hace muy particular, y aquí hablamos de una primera triada (encontraremos muchas a lo largo de esta investigación), el tiempo de la escena, el tiempo de la experiencia del actor y del público y el tiempo de la realidad extra escénica, es decir la del mundo real.

Esta reflexión sobre el tiempo me conduce ineludiblemente a configurar otra triada para el espacio: el espacio de la escena, el espacio de la experiencia de diálogo que alberga a la escena y al público y el espacio real cotidiano, extra escénico que contiene a todos.

Más adelante iremos desarrollando

estos puntos que por ahora sirven para delinear el marco sobre el cual abordaré el tema del espacio teatral para luego pasar a la

creación de este espacio, es decir al diseño escénico.

¿Por qué es necesario desarrollar una teoría del

espacio teatral?

Hablar del espacio en el teatro puede

parecer obvio, ya que toda actividad humana se da, sucede, se desarrolla en el espacio. La noción del espacio se aprehende a través de la experiencia (experiencia que incluye necesariamente la temporalidad), y es a través de esta experiencia que nos manejamos en el espacio más intuitiva que conscientemente.

El texto dramático utiliza personajes cuya presencia hace necesaria la existencia de un espacio (1). La representación tiene sentido a partir de la presencia del actor y esta presencia solo puede entenderse en el espacio.

“Medea Deconstruida” dirección Beto Romero.

Texto dramático y espacio teatral

El texto dramático (TD)

probablemente sea el único texto que contiene virtualmente su propia representación, está compuesto por la suma del texto literario (TL) y el texto espectacular (TE); el primero de ellos contiene la fábula y el segundo las indicaciones para ser representado. Dentro de estas indicaciones encontramos las espaciales, temporales, proxémicas, objetuales, etc. Estas dependen de las convenciones teatrales de la época, del sentido de teatralidad del autor y de lo que el autor quiera imponer al director para su realización, para situarla en un espacio y en un tiempo compartido y presente para los espectadores.

La puesta en escena o el montaje exige la construcción de las acciones

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dramáticas y esta construcción exige espacialización. Concluyo: para que el TD (que es igual a TL + TE) se transforme en texto de representación (TR) necesita ser espacializado, es en esta espacialización que los diferentes agentes que intervienen en la producción de sentido del hecho teatral encuentran el terreno común.

Aquí un esquema que nos permite entender y enmarcar los procesos de transposición y creación del espacio teatral dentro del ámbito de la comunicación, proceso que parte del Texto Dramático (TD) hacia el Texto de Representación (TR) en lo que denominaremos la dramaturgia del espacio.

EL DISEÑO ESCENOGRÁFICO

“La composición escénica será la

primera obra de arte monumental... El camino lleva por dos campos: a la derecha está la utilización abstracta y emancipada del color en forma geométrica; a la izquierda, la utilización más real, casi paralizada por las formas externas, del color en forma corpórea. Al mismo tiempo, existe la posibilidad de avanzar hacia el límite derecho o hacia el

izquierdo, y traspasarlos. Detrás de ellos y a la derecha: la pura abstracción; y a la izquierda: el puro realismo. Entre ambos extremos: la libertad sin límites, profundidad, amplitud, riqueza de posibilidades y, más allá, campos de abstracción pura y realismo. Todo está hoy al servicio del artista por circunstancias especiales. Hoy vivimos una libertad solo posible en el comienzo de una gran época. Al mismo tiempo está misma libertad es una de las más grandes no libertades, ya que todas estas posibilidades nacen en, entre y detrás de los límites de una sola e idéntica raíz: de la llamada categórica de la necesidad interior.”(Kandinsky, De lo

espiritual en el arte, 1952)

“Las Troyanas” dirección Beto Romero.

“…es la ciencia y el método del

escenario y el espacio teatral.(…) La escenografía es una escritura en un espacio de tres dimensiones. (...) concibe su función no ya como ilustración ideal y unívoca del texto dramático, sino como dispositivo propicio para iluminar (y no ya para ilustrar) el texto y la acción humana, para figurar una situación de enunciación (y no ya un lugar fijo), y para situar el sentido de la puesta en escena en el intercambio entre un espacio y un texto. “(Patrice Pavis)“… una auténtica dramaturgia del espacio, concebida como un medio activo y no un soporte pasivo de la acción. Integra el sonido y la luz y pone en relación estrecha las artes de la escena (teatro, danza, opera, variedades, circo, etc...) con las artes del espacio - tiempo (arquitectura, pintura, escultura, dibujo, fotografía, etc...) a los fines de una representación o de una presentación.” (Juan Ruesga).

El diseño escenográfico que nace como una rama de la arquitectura, es hoy una disciplina independiente en continua evolución que se extiende sobre varios

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sectores del diseño. Aspectos tales como el diseño, la decoración, el diseño técnico de escenarios, el vestuario y la iluminación, son todos artes cuyos límites son casi indistinguibles: lo necesario para crear la escenografía de una obra teatral, una película, un espectáculo de televisión, un show de modas, una exposición, una fiesta y un concierto, entre muchas otras; la reunión de todo esto se conoce como Diseño Escenográfico. (Diseño Escenográfico, Nuova Academmia di Belle Arti, Milán.)

PRIMERA CONSIDERACIÓN

EL ESPACIO TEATRAL

El paso del siglo XIX al siglo XX marca una diferencia en el uso del espacio teatral, ya no se concibe como fondo o contexto para desarrollar una acción, adquiere un lenguaje propio, busca su propia expresión como sistema de signos autónomos que se integran en la representación con los demás en este arte total que llamamos teatro. El teatro deja de ser ilusión para dar paso a la convención.

El espacio teatral se concibe como una totalidad que involucra activamente la escena y la sala, modificándose constantemente y planteando nuevas soluciones arquitectónicas. Se empieza a hablar de la unidad estilística, que se refiere a la forma como se articulan todos los componentes de una representación, y no como comúnmente se entiende, refiriéndose únicamente al aspecto plástico-formal de la escenografía.

El espacio teatral deja de “ilustrar” las acciones para “iluminar” la escena, creando sentido en el intercambio entre espacio y texto. No solo es el lugar del discurso, también significa y se experimenta.

“Tartufo” dirección Pablo Ozuna.

SEGUNDA CONSIDERACIÓN

EL ESPACIO TEATRAL COMO OBJETO

DE DISEÑO

Características 1. Necesita una metodología para su

objetualización. Esta metodología corresponde a la disciplina del diseño escenográfico o escénico.

2. Cumple con las triadas básicas del

objeto de diseño:

3. El ET contiene espacios intra y

extra escénicos, es decir engloba los espacios de la producción de la representación, de la representación y del público, y el espacio que los contiene.

4. Como objeto de diseño tiene

consumidor final (usuario), que en el caso particular del et es doble, ya que es usado simultáneamente por los actores y por el público.

TERCERA CONSIDERACIÓN

CLASIFICACIÓN DEL ESPACIO

TEATRAL:

• Espacio dramático • Espacio escenográfico • Espacio escénico • Espacio lúdico

ESPACIO DRAMÁTICO

De naturaleza abstracta y conceptual, es el espacio representado en el texto, es invisible y se construye en la imaginación, a fin de crear el marco donde evolucionan las acciones. “Comprende no solo los signos de la representación, sino toda la espacialidad virtual del texto, incluso lo que está previsto como extra escénico”. Por su naturaleza, no es necesaria la puesta en escena para la proyección de este espacio, pues es posible construirlo a partir de la lectura del texto, de entender su estructura dramática, de la proyección de los

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esquemas actanciales y del reconocimiento de las didascalias. En extremo podría convertirse en un espacio altamente conceptual. Punto de partida valioso, pues a partir del entendimiento de este espacio se puede esbozar la utilización y distribución dinámica del espacio escénico, a la vez que nos permite identificar signos que merezcan ser objetivados en el escenario.

Veamos como ejemplo la puesta de Señorita Amelia, realizada por el grupo Geniecillos Dominicales, dirigida Víctor Meza, en el Teatro Mocha Graña.

“Señorita Amelia” dirección Víctor Meza.

ESPACIO ESCENOGRÁFICO

“…el teatro no es más ni menos que el momento efímero en el cual se produce una relación entre actores y espectadores”. ( Buenaventura, 1985) Este es un espacio concreto, físico, que involucra el espacio de representación (espacio escénico) y el espacio del público (sala), su importancia reside en que espacializa y condiciona las relaciones entre sala y escena, entre el público y la acción. Un ejemplo lo tenemos en el montaje de Función Velorio, con el grupo Hazme Compañìa, que dirigí conjuntamente con el autor de la obra, Aldo Miyashiro.

ESPACIO ESCÉNICO

Es el espacio de representación, concreto, perceptible, adquiere sentido por el espectáculo, es el aquí y ahora, es el signo de la realidad representada. Signo en tanto es un lugar concreto percibido por el público (significante) pero también es el espacio sugerido por ese lugar concreto, remitiéndonos a lo que simboliza (significado). Este espacio nace como producto del trabajo dialéctico entre escenógrafo y director, cuyo punto de partida y entendimiento es la lectura del espacio dramático.

“Atahuallpa, intentando otra mirada” dirección Beto Romero.

Como dice Anne Ubersfeld: “Es en el

espacio, precisamente por ser en gran medida un no dicho del texto, una zona particularmente poblada de vacíos, lo que constituye propiamente la gran carencia del texto teatral, donde se produce la articulación texto-representación.”

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“Caricias” dirección José Carlos Urteaga.

ESPACIO LÚDICO

Es el espacio que se define a partir del actor, a través de sus acciones (kinesis) y de sus relaciones espaciales (proxemia). El espacio para ser entendido debe ser experimentado, vivido; el público realiza el ejercicio de comprender el espacio de la escena a través de las evoluciones de los personajes, de aquí que el actor se convierte en el eje principal del entendimiento del espacio escénico, creando un espacio lúdico o gestual que se reconstruye en cada representación. Se convierte entonces en el instrumento escénico por excelencia, que estando a disposición del actor y del director, se presta a todas las convenciones y manipulaciones.

“La rebelión de los villanos” dirección Beto Romero.

“Las sillas” dirección Jorge Sarmiento

“Los hijos de los perros no tienen padre” dirección Aldo Miyashiro.

“Las alegres comadres de Windsor” dirección José Carlos Urteaga.

NOTAS (1) Miguel Niño Rojas, “Principios que rigen los signos”, pág. 43 (2) Charles Jenk, “El lenguaje de la arquitectura – 1.2 El signo arquitectónico”, pág. 80 (3) Fernando De Toro, “Semiótica del teatro”, pág. 153 (4) Anne Ubersfeld, “Semiótica teatral”, pág. 108 (5) Anne Ubersfeld, “Diccionario de términos claves del análisis teatral”,