hacia el estudio empírico de los comportamientos

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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin Cientfica

    Fernando Jeannot RossiHacia el estudio emprico de los comportamientos

    Anlisis Econmico, vol. XIX, nm. 40, primer cuatrimestre, 2004, pp. 49-72,Universidad Autnoma Metropolitana Azcapotzalco

    Mxico

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Anlisis Econmico,ISSN (Versin impresa): [email protected] Autnoma MetropolitanaAzcapotzalcoMxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

  • Hacia el estudio emprico de los comportamientos 49

    Fernando Jeannot Rossi*

    Hacia el estudio empricode los comportamientos

    Resumen

    Este artculo aborda tres asuntos. En primer lugar, el enfoque institucionalista actualizadodel comportamiento econmico. En segundo lugar, de qu manera se refuerza esa institu-cionalidad a travs de crticas recientes a la teora estadstica de la toma de decisiones quesuele adjudicarse al comportamiento econmico. Y, en tercer lugar, cmo la economa ex-perimental de Kahneman y Smith conduce a revalorar los componentes institucionales enlas estructuras de mercado.

    Palabras clave: institucionalismo, comportamiento, toma de decisiones, economa experi-mental, mtodo emprico.Clasificacin JEL: B15, C91, B41.

    * Profesor-Investigador del Departamento de Economa de la UAM-Azcapotzalco, miembro del SNI([email protected]).

    Anlisis EconmicoNm. 40, vol. XIXPrimer cuatrimestre de 2004

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    Introduccin

    El comportamiento econmico consiste en la reaccin de los agentes respectivos(empresas, familias y gobierno) ante las motivaciones o incentivos del mismo g-nero. Esta reaccin es vinculante, interactiva, eventualmente cooperativa, entre lossujetos. Los comportamientos reiterados (hbitos, costumbres, convenciones), danlugar a instituciones o reglas del juego que, a su vez, condicionan a los comporta-mientos posteriores. Por lo tanto, el comportamiento es la respuesta de un agenteeconmico ante una motivacin o incentivo que se registra en determinado escena-rio institucional y que puede observarse empricamente.

    La lgica del comportamiento econmico se refiere a los actos de pro-duccin, intercambio, consumo, ahorro o de inversin como sucesos humanos decierta regularidad y estilo, que colocan a los sujetos individuales en relacin con lanaturaleza o con otros individuos. Estos sucesos acaecen dentro de un periodo detiempo, implican riesgos e incertidumbres y requieren decisiones que dan lugar nosolamente a procesos aleatorios, sino tambin a diversos comportamientos difcil-mente reductibles al prototipo neoclsico de comportamiento, el cual se eleva a unnivel de abstraccin que lo hace anacrnico. Por el contrario, la lgica de la accin,o racionalidad real, o comportamiento institucionalista, se deduce de los actos querealizan los agentes econmicos en un escenario determinado, el cual est consti-tuido por la configuracin institucional, o estructura de Estado/mercado, que co-rresponda al mbito nacional del caso.

    A partir de estas precisiones conceptuales, abordamos a continuacintres asuntos. En primer lugar, un enfoque institucionalista actualizado del compor-tamiento econmico, en donde damos poca importancia a la divisin entre viejo ynuevo institucionalismo. En segundo lugar, de qu manera se refuerza esa institu-cionalidad a travs de crticas recientes a la teora estadstica de la toma de decisio-nes, que suele adjudicarse al comportamiento econmico. Y, tercero, cmo laeconoma experimental conduce a revalorar los componentes institucionales en lasestructuras de mercado.

    1. La perspectiva institucional de los comportamientos econmicos

    Recordemos que el comportamiento neoclsico tiene lugar en un universo de em-presas y familias, pero no de gobierno, el cual puede representarse por un equili-brio, en tanto que escenario donde las diversas fuerzas econmicas se compensan yneutralizan. En esta situacin, las empresas no estn motivadas a cambiar sus pla-nes, por lo que existe compatibilidad entre sus proyectos, mientras que los agentes

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    econmicos individuales enfrentan repetidamente las mismas situaciones de elec-cin, en trminos de precios y cantidades con base en preferencias estables. Indivi-duos y empresas maximizan utilidades o beneficios; en particular y si las empresasno lo hacen, sern eliminadas del mercado, por lo que la maximizacin micro escondicin del equilibrio macro. Empresas y familias estn bajo la gida del meta-frico subastador o secretario de mercado. Con respecto a lo anterior, suele decirseque este subastador sintetiza a las instituciones; sin embargo, creemos que no es asy que, en realidad, el subastador o secretario de mercado representa al vaco insti-tucional que postula la economa formal. Los que defienden esta idealizacin delos comportamientos econmicos (la coordinacin de mercado en funcin de unamano invisible o secretario imaginario del mercado), pretenden que aun cuando lashiptesis pueden ser irreales, el comportamiento neoclsico podra verificarse ex-perimentalmente por medio de las previsiones respectivas.

    Entonces, la hipottica neoclsica interpreta al comportamiento econ-mico a partir de una y slo una racionalidad, consistente en maximizar el bene-ficio personal o empresarial por medio de decisiones, acordes con las opcionesdisponibles en una cosmovisin que podemos llamar el utilitarismo micro, poroposicin al utilitarismo macro que profesaron los clsicos de la economa. Comolos agentes poseen una escala de preferencias que no vara con el tiempo, es naturalsuponer en paralelo, que el comportamiento es totalmente secular porque no estdeterminado por aspectos raciales o religiosos u honorficos; es decir, que el com-portamiento es independiente de todo el contexto socio cultural en donde acta elagente. Con esta clase de reduccionismos es posible resolver problemas decisorioscomplejos, merced a razonamientos lgicos simples, adquiridos sin aprendizaje yde acuerdo a informacin que se obtiene gratuitamente tomndola de flujos quecirculan en forma transparente. Para identificar a los comportamientos, basta quelos agentes decidan mecnicamente, de acuerdo a precios y cantidades en un siste-ma de equilibrio general donde las reglas del juego no existen y, por lo tanto, noafectan la toma de decisiones.

    Fruto de una actitud postmoderna (Jeannot, 1996: 52) la economa delpresente en general, y particularmente el enfoque institucionalista, sugiere que unade las actualizaciones imprescindibles ser la deconstruccin del actor racionalpostulado por la escuela neoclsica. Entonces:

    [...] la actividad optimizadora ser reconocida como un caso especial entre un conjuntoms grande de posibles formas de comportamiento y se les exigir a todas ellas dar expli-caciones viables de su origen y evolucin (Hodgson, 2001: 37).

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    Esto significa que la actitud postmoderna no sustenta la imposibilidad deencontrar lgicas consistentes como la del empresario schumpeteriano o, por elcontrario, la del rentista, sino que considera invlida la racionalizacin neoclsicaortodoxa del prototipo nico basado en la racionalidad substantiva.

    An dentro de la misma escuela liberal, existen diferentes formas de juz-gar al comportamiento econmico. En efecto, mientras que von Mises y la escuelaAustriaca apelan a la praxeologa, Becker generaliza el prototipo neoclsico haciacualquier actividad humana. Este ltimo realiza su proyeccin basado en el su-puesto de la estabilidad de las preferencias y del comportamiento maximizador delindividuo que logra el equilibrio de mercado; hiptesis mecanicista propia de lallamada economa positiva. Como parte de una divergencia ideolgica, que no co-incide en ningn sentido con las propuestas de Fukuyama sobre el fin de los con-flictos del mismo gnero, y si bien, la apologa del mercado ha sido un objetivodoctrinario que ha concitado el esfuerzo de numerosos pensadores liberales, nohay convergencia de la escuela Austriaca (Mises) con la escuela de Chicago (Becker),en lo que hace al anlisis y la prospectiva del comportamiento econmico. Lapraxeologa de von Mises no se desvincula tan drsticamente del fundamento realo emprico como lo hacen Becker o Friedman.

    Mises se basa en conceptos antropolgicos que permiten comprender todofenmeno humano a partir de una entidad del mismo carcter que acta, responde,se desplaza o queda paralizada eventualmente. Recurriendo a la fuente original(Mises, 2003: 1), podemos anotar que la praxeologa es una teora de la accinhumana referida a las regularidades prevalecientes en la secuencia e interdepen-dencia de los fenmenos del mercado.

    Con una ptica de utilitarismo micro, Mises se refiere a un individuoque realiza intercambios intrapersonales o interpersonales, siempre guiado por eldeseo de maximizar su utilidad. Cuando el sujeto realiza una transaccin de mer-cado, cede bienes que valora menos, para recibir otros bienes que valora ms. Encambio, cuando el intercambio es intrapersonal, normalmente existe una prefe-rencia temporal por el presente. Los precios y las cantidades quedan subordina-dos a la praxeologa. Vecina de esta ltima, surge la nocin de catalaxia.Recordemos que el concepto de catalaxia o economa crematstica o pecuniaria,tiene su origen tanto en el liberal von Mises como en el institucionalista Commons,quien la ubica como una forma bsica del comportamiento colectivo (Corei, 1995:29). Coincidiendo con estos autores, Hayek propuso tal denominacin para unaciencia de los intercambios pecuniarios, y Buchanan la adopt. Esta denomina-cin identifica a la economa con una ciencia de los intercambios exclusivamentemonetarios, pero en nada se opone a la praxeologa como ciencia bsica del com-

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    portamiento econmico, por lo que no es admisible asimilar al liberalismo eco-nmico con el monetarismo.

    La postulacin de Becker, por otra parte, se centra en la generalizacindel irreal prototipo neoclsico como base explicativa de todo comportamiento hu-mano, y generaliza la mecnica maximizadora para explicar cualquier comporta-miento de ese tipo, hasta que arriba a proponer una visin economicista de lasociedad. Este planteamiento hipottico no solamente falla en la explicacin de losprecios, sino que es cuestionable en tanto reduce a la persona al mero resultado deun clculo de coste-beneficio mecanicista menospreciando factores humanos comolas influencias interpersonales, la imitacin, los prejuicios y tantos otros condicio-nantes del comportamiento econmico real.

    Con una perspectiva diversa a la sustentada por la escuela Austriaca o lade Chicago, el comportamentalismo o behaviorismo afirm que el anlisis experi-mental de la conducta demuestra claramente que lo decisivo para el bienestar deindividuos y colectividades no es la cantidad de bienes, como lo podra sugerir unamstica de los equilibrios parciales a la Becker o un utilitarismo micro tipo vonMises, sino la relacin fundamental entre bienes y comportamiento. Por eso es queel bienestar nunca puede ser universal ni atemporal, sino que est ligado a las con-diciones de tiempo y lugar que contienen las instituciones y, sobre todo, al tipo decomportamiento correspondientes a determinados agentes econmicos. sta es lainterpretacin conductista que nos parece ms fructuosa para encaminarnos desdelos comportamientos tericos hacia los reales.

    El behaviorismo se caracteriza por enfocar pragmticamente el estudiode la conducta. Recordemos que el pragmatismo se opone al teoricismo o raciona-lismo pues considera que las teoras se validan empricamente, pero no por su con-sistencia formal. Fundado en 1913 por John Watson, quien prolong en los sereshumanos los estudios del comportamiento animal, el pragmatismo vincula muy decerca los fenmenos psquicos a reacciones del organismo por medio de una iden-tificacin de la conciencia con la conducta, al considerar que la unidad fundamen-tal de esta ltima es el nexo entre estmulo y reaccin. El concepto econmico mshabitual del comportamiento se centra, precisamente, en esta vinculacin del est-mulo con la reaccin de los agentes respectivos. Este acercamiento entre psicolo-ga y economa se dirige especficamente al institucionalismo porque el behaviorismomoderno ha modificado la frmula original estmulo-reaccin, introduciendo va-riables intermedias como el hbito y otras similares, las cuales no son otra cosa quecomponentes institucionales. Con lo que deseamos reiterar que la relacin estmu-lo-reaccin de los agentes econmicos est condicionada fuertemente por las insti-tuciones.

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    Los determinantes constituyen la variable independiente y, al mismo tiem-po, los estmulos que provocan determinada reaccin del agente. A manera de ejem-plo, pueden ser demogrficos (edad, sexo, etctera) o sociales (nivel de ingreso,clase o grupo social, etctera) o culturales (nivel de instruccin, adhesin religiosa,etctera). La actitud es una variable intermedia en esta secuencia bsica. Da raznde las diferentes reacciones individuales que responden al mismo estmulo: de acuer-do a los hbitos y las costumbres un rabe no saciar la sed con cerveza, pero unoccidental s. El comportamiento es el resultado emprico, objetivo y verificableque se produce como respuesta al estmulo.

    Contra la falta de realismo en las hiptesis y contra el carcter especula-tivo de la propuesta neoclsica, el conductismo o behaviorismo propone un mtodode observacin basado en los indicadores externos al sujeto, que difiere ntidamen-te del comportamiento neoclsico. Los conductistas consideran que el prototipo deindividuo econmico no es un hedonista racional, sino que est influenciado por sumedio ambiente y sus instintos, ambos racionales o irracionales conjunta o alterna-tivamente. Los partidarios de este enfoque recuperan una forma particular de hacerpraxeologa, al mismo tiempo que rechazan la concepcin de la economa comouna ciencia de la lgica pecuniaria, crematstica, monetarista (catalctica) que seaexcluyente: la economa tendra como objeto de estudio al comportamiento huma-no correspondiente desde un punto de vista objetivo y experimental. Es en esteltimo sentido, que se sitan los trabajos de comportamentalistas actuales comoDaniel Kahneman o experimentalistas como Vernon Smith.

    Una idea esencial que proviene del institucionalismo originario (Veblen,Commons, Mitchell) sera identificar el comportamiento econmico con los hbi-tos y las costumbres (Hodgson, 2001: 5). Estas conductas son observables empri-camente, tal como lo requiere un enfoque behaviorista, pero no necesitan apelar auna psicologa del instinto, la cual es ms especulativa que experimental. En todocaso, el institucionalismo se acercara mucho ms al utilitarismo macro de los cl-sicos, que al utilitarismo micro de los neoclsicos. Sin embargo, y en cuanto a laempresa, destaca la obra de Cyert y March (1992) como aplicacin del enfoquecomportamentalista a la microeconoma.

    El esquema bsico del behaviorismo

    Determinantes Actitudes Comportamiento

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    La forma de especulacin que actualmente llamamos bsqueda de losfundamentos micro de la macroeconoma, no es otra cosa que un utilitarismo micro.Recordemos que estos pretendidos fundamentos consisten en una justificacinde las relaciones macroeconmicas por medio de las elecciones racionales (en elsentido de la racionalidad substantiva idealizada por los neoclsicos), llevadas acabo por los individuos que constituyen una sociedad econmica. A fin de evadir laapora que representa la enorme diversidad de individuos que componen toda so-ciedad verdica, se recurre a un agente representativo, el cual se supone significati-vo de un gran conjunto; por ejemplo: la sociedad est compuesta por dos agentesrepresentativos, un joven y un viejo o que la misma sociedad puede representarse,solamente por Robinson Crusoe, quien es a la vez productor y consumidor, etc.Estos fundamentalistas del individualismo ni siquiera le reconocen identidad a Vier-nes, con lo que procede la sospecha de etnocentrismo.

    De cualquier forma, las justificaciones micro de la macro evalan estaltima con base en las elecciones individuales y racionales de los componentes dela sociedad. Individuales no en el sentido de los individuos reales, sino de persona-jes de fbula a los cuales los modelistas le adjudican atributos reales y racionalesen el sentido de la hipottica racionalidad substantiva.

    Los fundamentos microeconmicos de la macroeconoma representancomportamientos situados en un vaco institucional. La justificacin de las relacio-nes macro a partir de individuos racionales, se reduce a un estricto mnimo el n-mero de agentes, por lo cual, los que proponen esta forma de comportamiento,ignoran el problema de la coordinacin social y, al mismo tiempo, recurren a fbu-las adaptadas donde se supone un marco institucional irreal. Contra este tipo dejustificaciones micro de la macro, el teorema de Sonnenschein (1972: 549) de-muestra su imposibilidad: a partir del comportamiento maximizador de las fami-lias y las empresas en competencia perfecta, es imposible deducir las condicionesde sus ofertas y demandas (una condicin sera, por ejemplo, que la derivada de lademanda de un bien con respecto a su precio sea negativa). Si esas condicionesquedan indeterminadas, las funciones de demanda neta (demanda menos oferta),pueden tomar cualquier forma. Si estas formas pueden adquirir cualquier configu-racin, en el caso general no habra ni un equilibrio nico ni fuerzas tendientes arestablecer el equilibrio.

    Ntese entonces que se invalidan criterios seeros tanto de la teora comode la poltica econmica neoclsicas. Cuando los agentes actan de acuerdo a ex-pectativas racionales, se presupone un individuo originario de la accin que espreeminente con respecto a las reglas del juego especficas y, an ms, que maximizasin fallos a su utilidad esperada.

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    Este individualismo metodolgico omite el metajuego inicial que nadiepuede suponer analizado por una secuencia de juegos repetidos, aun infinitamente.El metajuego difiere del juego porque es un conflicto por el establecimiento de lanorma, pero no un conflicto dentro de la norma. Los comportamientos propios delescenario de metajuego (Jeannot, 1997: 31) son esencialmente conflictivos, en tan-to que muestran un estado subdesarrollado en la configuracin del capital organi-zacional.

    Como es conocido, una funcin esencial de las instituciones es permitirla resolucin de los conflictos en forma pacfica, entre otras razones, porque ladivergencia se plantea sobre el zoclo de normas compartidas. En cambio, duranteel metajuego real por el que transitan todas las evoluciones institucionales, el in-cremento de las tensiones interpersonales conduce a desactivar las redes decompatibilizacin entre los individuos, y a debilitar en el mismo sentido una baseinstitucional de por s endeble. El conjunto se orienta por ello hacia la negociacinde una nueva etapa institucional, no por la mgica intervencin de manos invisibleso subastadores de mercado, sino por los comportamientos reales que conducen aperfeccionar, o no, el capital institucional. La diversidad de intereses y de valoresque prevalece durante el metajuego, lo que es un elemento epistemolgico esencialen la nocin de conflicto, se magnifica por la carencia de normas compartidas queden una funcionalidad de equipo al conjunto social.

    Se hace difcil la convergencia hacia un nuevo estado de desarrollo insti-tucional que permita avanzar en la competitividad y el bienestar. La situacin esmucho ms tensa porque los agentes negocian sin cuadro normativo; precisamente,la negociacin se refiere al cuadro normativo mismo, lo que conforma enteramenteuna situacin de metajuego situada hasta en el nivel de los valores. En caso de queesta negociacin sobre las normas abarque un periodo de tiempo ms o menosextenso, pero que d como resultado la convergencia en una nueva fase institucio-nal estable, con respecto a las reglas del juego, se lograr la conformidad de loscontendientes y con ello un funcionamiento de equipo, el cual es ms que nuncaindispensable en las economas mundializadas del presente. La carencia de marconormativo comn promueve los comportamientos especulativos (oportunismo con-tractual), pero no los productivos (auto cumplimiento del contrato).

    La teora del comportamiento neoclsico fue criticada por su reduccio-nismo econmico implcito, y por las decisiones econmicas las cuales no son nilineales ni mecnicas. Igualmente, porque la esttica comparativa resultaba insufi-ciente para dar fundamentos analticos de peso, con lo que se justifica una formula-cin evolutiva que se apegara ms a la mutacin de los comportamientos acaecidosen la realidad. Descartada una posicin reduccionista, haba que pasar a un enfoque

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    institucional que, a su vez, no se limitara a las instituciones formales, porque lainteraccin entre estas ltimas y las informales resulta crucial, particularmente enlos mercados emergentes, donde los comportamientos se encuentran definidos engran medida por la gravitacin de la informalidad.

    Distinta de una sociedad gobernada por la informalidad, una economacontractualista debe contar con el autocumplimiento de los contratos y unajuridicidad eficiente y eficaz que valide y haga cumplir los derechos de los partici-pantes; los de propiedad por supuesto que, pero tambin los humanos.

    2. Teoras estadsticas de las decisiones

    Un comportamiento real es aquel que se verifica empricamente: en cambio, uncomportamiento racionalizado es aquel bosquejado por un investigador creyenteen que el conocimiento de la realidad se basa en la razn, eventualmente estadsti-ca, pero no en los hechos. La utilizacin del como si (as if) es una aplicacin delracionalismo metodolgico que sustenta el individualismo del mismo carcter. Sibien este ismo no puede aplicarse a los clsicos de la economa, fueron losneoclsicos quienes con posterioridad, adscribieron la economa al racionalismometodolgico, tanto en la versin de la economa positiva (Friedman), como en lateora pura (expectativas racionales y utilidad esperada).

    Desde una posicin empirista, la paradoja de Allais (1953) consiste enuna serie de experiencias por medio de las cuales se constata que las decisiones delos sujetos son incoherentes con la teora de la utilidad esperada, porque la incerti-dumbre no puede analizarse en trminos de esperanza matemtica. Antes deKahneman y coautores, Maurice Allais haba refutado la propuesta de la utilidadesperada de Neumannn-Morgenstern-Savage, afirmando que es necesario formu-lar una funcin especfica de probabilidades con respecto a diversas tomas de deci-siones bajo riesgo. Estas argumentaciones fueron retomadas centralmente porKahneman y Tversky.

    A Kahneman y Tversky les otorgaron el Nbel por haber introducido eneconoma avances de la investigacin psicolgica, especialmente en lo que respec-ta al juicio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre (Real AcademiaSueca de Ciencias, 2002). En efecto, sus experimentos permitieron refrendar laparadoja de Allais, en el sentido de cuestionar a la teora de la utilidad esperada queera y es usada mayoritariamente por la corporacin de los economistasneoclsicos. Esta teora de la utilidad postula que los individuos son capaces deordenar perfectamente todos los estmulos que enfrentan y elegir entre ellos paramaximizar su satisfaccin. Ello implica que los comportamientos estarn funda-

  • mentados en una racionalidad perfecta, libre de afectividad y costumbres, quepone en acto una mecnica decisional igualmente ptima.

    En la psicologa cognitiva tambin se habla de racionalidad, pero, y par-ticularmente en el enfoque behaviorista, esa racionalidad no carece ni de hbitos,ni de costumbres, ni de emociones. La racionalidad est presente en todo compor-tamiento o conducta relativa a determinados motivos o incentivos. En general, elcomportamiento es racional cuando puede alcanzar sus objetivos, dadas las carac-tersticas del ambiente econmico donde se sita el sujeto (instituciones externasal mismo), y las restricciones que condicionan a su toma de decisiones (institucio-nes internas al mismo). Por ello es que los aportes de Kahneman y Tversky noprueban la irracionalidad de los comportamientos, sino que los mismos no coinci-den con la racionalidad propuesta por la teora de la utilidad esperada, al mismotiempo que abren la puerta al anlisis institucional. En un sentido teleolgico oprocesal, von Mises (2003: 8) destaca que lo racional o irracional est en funcinde los fines buscados o de los medios utilizados, lo cual tambin induce al anlisisinstitucional de los valores y fines o de los instrumentos y procedimientos.

    Habra que recordar que el criterio de la utilidad esperada permite clasifi-car las canastas de bienes u otro tipo de objetos (papeles financieros) sometidos alazar, y de la misma manera que lo hace la relacin de preferencia con respecto abienes no aleatorios o reales. Se rotula como utilidad porque el sujeto se interesa ensu clasificacin ordinal o cardinal y esperada, porque trata de variables aleatoriasque se caracterizan por su esperanza matemtica. Esta utilidad esperada implica elconocimiento de todos los estados de naturaleza de la economa, los cuales estngenerados por seres humanos, pero no son meras variables exgenas, como unterremoto.

    La teora de la utilidad esperada se resume en una ecuacin que supone laexistencia de una funcin u de valor real de la riqueza w para un sujeto determina-do. Si la alternativa de accin a se corresponde con las probabilidades pi de losdiferentes niveles wi de riqueza, y si la alternativa de accin b se corresponde conla probabilidad qj el sujeto preferir a a b si y solamente si:

    >i

    ii

    i )wi(uq)wi(up (1)

    Por el contrario, la teora prospectiva de Kahneman y Tversky postula laexistencia de dos funciones, de manera tal que el sujeto prefiere la accin a a la b siy solamente si:

    58 Jeannot

  • >i

    ii

    i )wi(q)wi(p (2)

    Donde:(wi) = (wi wo) es la variacin de la riqueza con respecto a un nivel de

    riqueza (wo) que puede ser la riqueza inicial o esperada. Hay tres diferencias entrelos dos modelos:

    1) Segn la teora prospectiva (Kahneman y Tversky, 1992: 17), al individuo no leinteresa el valor final de la riqueza, sino sus variaciones (w), con respecto alnivel de referencia. Muchas veces ese valor de referencia es el nivel actual deriqueza del individuo que puede inducir el statu quo o no tomar ninguna deci-sin. Pero tambin el nivel de riqueza puede referirse a un nivel de riquezadeseado. En general, la teora prospectiva sostiene que existen dos etapas en latoma de decisiones bajo riesgo. La primera que sirve para referenciar las prdi-das o ganancias probables con respecto al nivel de riqueza, y la segunda consis-tente en una evaluacin que aplica la ecuacin (2).

    2) La funcin de valor en un cuadrante donde x son las ganancias y y los valores,toma la forma S, cncava en caso de ganancias y convexa en caso de prdidas,de acuerdo a una sensibilidad decreciente a las variaciones en uno y otro senti-do. Tambin est deformada cerca de cero porque es ms rgida para las prdi-das pequeas que para las ganancias pequeas. Por otra parte, la funcin u en lateora de la utilidad esperada es siempre cncava.

    3) La funcin de ponderacin es una transformacin de las probabilidades p y qexaminadas. Esta funcin crece en forma montona con discontinuidades cercade 0 y 1, de manera tal que otorga ms peso a las probabilidades dbiles ymenos peso a las probabilidades fuertes.

    Compendiando los tres elementos esenciales de esta teora llamadaprospectiva (porque es referida a decisiones con resultados futuros, pero distintade la utilidad esperada; Kahneman y Tversky, 1992: 758), vemos que los indivi-duos evalan las acciones bajo riesgo segn sean los datos de la presentacin delproblema. La mayor rigidez, con respecto a las pequeas prdidas que con respectoa las pequeas ganancias, implica que las elecciones estn condicionadas por laaversin al riesgo. Segn el decremento de la sensibilidad marginal a las variacio-nes de la funcin, los sujetos devienen hostiles al riesgo en lo que concierne a lasganancias, porque aprecian las grandes ganancias menos que proporcionalmente, yal mismo tiempo, ms inclinados al riesgo con respecto a las prdidas, porque

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  • 60 Jeannot

    aprecian las grandes prdidas ms que proporcionalmente. Como la funcin deponderacin sobreestima las probabilidades dbiles y subestima las ms fuertes,estara coincidiendo con la paradoja de Allais.

    La previsin o anticipacin de los sucesos es intrnseca al proceso detoma de decisiones; pero como introduce el factor temporal, toda decisin de estetipo se impregna de riesgo e incertidumbre. El porvenir puede ser considerado porel sujeto como probabilisable (riesgoso), o como insumiso al clculo de probabili-dades (incertidumbre). Puesto que la teora de la utilidad esperada sigue siendopredominante en la economa de la toma de decisiones en situacin de incertidum-bre, es posible deducir que buena parte de los economistas continen utilizndolaporque es una forma de solucionar el problema de la incertidumbre por medio deargumentaciones estadsticas que eliminan la indeterminacin.

    Por otra parte, y en psicologa del conocimiento, la tesis que prevalececonsidera al ser humano como una entidad que codifica e interpreta consciente-mente la informacin disponible, aunque tambin y de una manera menos cons-ciente, a otros factores que influyen sobre sus decisiones, como la forma de percibirlos fenmenos, las emociones, los recuerdos de decisiones anteriores con las con-secuencias respectivas, el temor, los complejos, la arrogancia, la avaricia y la impa-ciencia (Shefrin, 2001: 75).

    Por todo ello es significativo tener presente que las encuestas y experien-cias de Kahneman y otros autores (1990: 23), sealan que en el mundo real lossujetos toman decisiones sin recurrir a las leyes de las probabilidades ni, particular-mente, se refieren a la teora de la utilidad esperada; sino que, por el contrario,utilizan razonamientos de descubrimiento sumarios (heurstica selectiva) o reglasde sentido comn. La mayora de los sujetos encuestados asignan las mismas pro-babilidades a sucesos pequeos o grandes, sin considerar que la mediana de lavarianza desciende cuando crece el universo de datos.

    La teora prospectiva (Kahneman et al., 1990: 163), explicara entoncesalgunas regularidades que aparecen como anomalas para la teora econmica tra-dicional, como la proporcin de sujetos que contratan seguros pequeos pero muycostosos cuando adquieren electrodomsticos, o la resistencia a reducir el consu-mo cuando el ingreso permanente bajar. Por otra parte, los sujetos detestan mslas prdidas, en relacin a un nivel de riqueza dado, que desean las ganancias conrespecto al mismo nivel. As, Tversky y Kahneman estimaron que el valor atribui-do a una prdida moderada, es el doble de aquella que se adjudica a una gananciade la misma importancia. Ello significara que las preferencias de los sujetos pare-cen estar caracterizadas por una fuerte aversin por los quebrantos (riesgofobia).

  • Hacia el estudio emprico de los comportamientos 61

    En determinada oportunidad, constituyeron un grupo de 100 estudiantesque perciban una remuneracin promedio de $3,000. Los organizadores hicieronsuponer a los estudiantes que adems de sus ingresos normales se les entregaba acada uno $1,000 para jugar en el experimento. Kahneman y Tversky solicitaron alos jugadores elegir entre (a) la certidumbre de una ganancia de $250 y (b) unaprobabilidad de P = 0.25 o sea 25% de probabilidades de ganar $1,000 o sea unaprobabilidad de 75% de no ganar nada. Ms del 90% optaron por (a), a pesar que lacomparacin de las esperanzas matemticas demuestra que (a) y (b) tienen la mis-ma esperanza de ganancias igual a $250. Los sujetos demostraron un comporta-miento instintivo, pero no racional ni encuadrado en las teoras estadsticas de lasdecisiones, aunque s guiado por el criterio conservador y popular de ms valepjaro en mano que cien volando.

    Ms tarde y al mismo grupo se le ofreci un plus de $2,000 para otro juego.Deban elegir entre (c) certeza de perder $750 y (d) perder $1,000 con una probabili-dad de 0.75, o no perder nada con una probabilidad de 0.25. Ms del 80% de losencuestados optaron por el riesgo (d) en lugar de la certeza (c), siendo que las dosopciones propuestas tenan la misma esperanza de ganancia: en (c) se ganaba $2,000$750 = $1,250 lo cual representa lo mismo que la alternativa (a) del primer caso. Elriesgo afrontado en los dos casos daba una ganancia de $1,000 con una probabilidadde 0.75 y una ganancia de $2,000 con una probabilidad de 0.25. En general, lossujetos se comportan segn una racionalidad limitada porque no tienen clara con-ciencia de todos los resultados posibles, y porque padecen una fobia al riesgo natural-mente irracional con respecto al prototipo neoclsico de comportamiento.

    Experimentalmente pudo constatarse que los inversionistas califican comomejor al promotor que logra ganancias mayores que el ndice del mercado (IPC, porejemplo), durante dos aos seguidos, aun cuando un estudio estadstico pormenori-zado no avalara, con el clculo de probabilidades respectivo, la evaluacin de esosinversionistas. Con base en estas realidades es que nacieron las finanzascomportamentales, actualmente desarrolladas por otros autores (Shiller, 2003 yThaler, 1999).

    Igualmente, se demostr la primaca del sentido comn con respecto alos datos estadsticos. Sobre una poblacin de individuos donde la mayora eravendedores de comercio, los encuestadores daban verbalmente las caractersticasde cada individuo al encuestado para que lo clasificara como vendedor de comercioo como miembro del parlamento. Cuando un individuo elegido al azar se caracteri-zaba como interesado en la poltica, inmediatamente era clasificado como miem-bro del parlamento, aun cuando el dato estadstico de la composicin de la poblacindebera haber inducido a los encuestados a ser ms cautelosos en la designacin.

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    Los avances recientes en la teora de la toma de decisiones, bajo el riesgoque hemos resumido recientemente, avalan el trnsito de la racionalidad substanti-va a la racionalidad procesal. Mientras la primera ha sido postulada y desarrolladapor la escuela neoclsica, hasta alcanzar su punto culminante en la teora de lasexpectativas racionales, la segunda proviene de Simon y la racionalidad limitada,as como del behaviorismo o comportamentalismo econmicos. Esto se debe, entreotras causas, a las verificaciones empricas que lograron tanto la economa experi-mental como la teora prospectiva de Kahneman y Tversky. Estos ltimos vincula-ron sistemticamente a sus experimentos con la psicologa cognitiva. Actualmente,esta rama se desarrolla paralelamente a la informtica, la inteligencia artificial y lalingstica. Por lo que la obsolescencia de la racionalidad substantiva tiene comocontraparte a la vigencia y la evolucin de este conjunto de disciplinas.

    Los progresos de la ciberntica y la teora de la informacin cambiaron elespectro de alternativas que se ofrecen a la psique, tanto con respecto al presente en latoma de decisiones econmicas como con respecto al futuro respectivo, muchas ve-ces totalmente incierto. Intensamente vinculados con esta mejora de la informtica,los estudios sobre la inteligencia artificial progresaron en la representacin del pen-samiento humano sin pretender abarcar toda su dimensin, sino una parcialidad de lamisma. Y, finalmente, los perfeccionamientos en la psicologa del lenguaje, particu-larmente los referidos a la estructura gramatical, identificaron las capacidades here-ditarias que hacen posible tanto el aprendizaje lingstico, como las alternativas deevolucin para el comportamiento y la simbologa de comunicacin.

    Ciertos supuestos simplificadores de la escuela neoclsica y la racionali-dad substantiva como la certidumbre, la omnisciencia o la autonoma absoluta delsujeto econmico, se hicieron insostenibles, precisamente desde el punto de vistaracional, aunque la dominacin ideolgica del neoclasicismo haya perpetuado ladifusin de los prejuicios correspondientes.

    Es en este ltimo sentido, que el sujeto persigue como finalidad excluyentela obtencin de la utilidad o el beneficio mximo. Dentro del planteamiento normati-vo habitual, pero no descriptivo o emprico, se hace abstraccin del ambiente econ-mico particular, donde acta el sujeto, pretendiendo que las tcnicas formales (clculodiferencial, programacin lineal, etc.), permiten construir una teora solvente, la cualpuede ser irreal pero que ser validada por las predicciones que permite formular.

    Nadie demostr fehacientemente que esas predicciones fueran atinadas;por el contrario, buena parte del descrdito que ostenta hoy la economa se debe alos numerosos yerros predictivos que se cometieron. No es que los sujetos no bus-quen maximizar sus utilidades o sus beneficios, sino que los procesos respectivosno coinciden con las teoras formales, mecnicas, reduccionistas, que sustenta la

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    economa estndar (para una opinin contraria y antiinstitucionalista vase Mises,2003: 10). A fin de no caer en simplificaciones excesivas del comportamiento,como lo hace la escuela neoclsica, habra que tener en cuenta que la:

    [...] bsqueda de eficiencia computacional es una pesquisa de racionalidad procesal, mien-tras que las matemticas computacionales constituyen una teora normativa de este tipode racionalidad (Simon, 1986: 45).

    Ello porque hay problemas de optimacin que superan las capacidadescomputacionales como consecuencia de una verdadera explosin combinatoria. Enel plano positivo, entonces, se trata de abandonar la pretensin de encontrar solu-ciones ptimas, para conformarse con arribar a buenas soluciones o solucionessatisfactorias dentro del mbito de la racionalidad limitada.

    La vinculacin del sujeto con la realidad, es lo que permite caracterizarsu inteligencia, pero no su alejamiento en pos de la mecanizacin de los comporta-mientos econmicos. Las condiciones humanas para pensar surgen fundamental-mente de una organizacin serial (Simon, 1986: 59). Claro est que las computadoraspueden resolver mucho ms rpido que el ser humano estas series de problemas;pero tanto la mquina como el sujeto reconocen smbolos, los almacenan, compa-ran, copian y eventualmente producen. Aunque y a pesar de esta versatilidad delactor, la enorme complejidad de lo real, sitan a dicho actor inapelablemente enuna capacidad modesta de razonamiento, la cual se contrapone a las capacidadesmgicas que le atribuye la racionalidad substantiva. La heurstica del jugador deajedrez no es exhaustiva, sino limitada.

    Con base en aptitudes y vocaciones, el ajedrecista almacena esquemasde movimientos por medio de un largo y paciente aprendizaje que le permitetomar decisiones competitivas, no porque sean las ptimas o de first best, sinoporque son satisfactorias con respecto a las capacidades tambin limitadas deladversario. An el ganador de la partida aplica una heurstica selectiva en fun-cin de su adiestramiento personal (donde nadie puede ignorar el valor de lasherencias), del medio competitivo (calidad del rival), y de la innovacin que eltriunfador realiza con respecto a los esquemas de movimientos almacenados ensu mente. Este ltimo aspecto es el que hizo posible el triunfo de ciertosajedrecistas sobre la computadora.

    Las previsiones hechas bajo la restriccin de incertidumbre, no implicanslo tratar de imaginar atinadamente los escenarios futuros, sino tambin una seriede procedimientos destinados a mitigar la incertidumbre misma; por ejemplo: ac-ciones intelectualmente profundas para mejorar los datos disponibles, tanto con

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    respecto a ellos mismos como con respecto a los modelos previsionales que sepuedan utilizar, o arreglos contractuales destinados a amortiguar los errores deprevisin como sucede en los seguros, o acciones destinadas a neutralizar el poderde los competidores como la diferenciacin de productos o las franquicias.

    Si la teora de las expectativas racionales fuera pertinente, los agenteseconmicos reaccionaran a los estmulos a partir de una informacin exhaustiva,habran decidido, despus de realizar depurados anlisis tcnicos, actuar como in-dividuos promedio o agentes representativos o habran actualizado su informacinsin desmayo para conducirse en consecuencia, y hasta podran haber tomado susconocimientos de la misma fuente utilizada por el modelador econmico. Todasestas precisiones muy poco complicadas y muy fciles de constatar, tendran quehaber hecho entrar rpidamente en descrdito a la teora de las expectativas racio-nales. Ello no sucedi porque:

    [] durante ms de veinte aos los economistas han estado fascinados por los as llama-dos modelos de expectativas racionales, los cuales suponan que todos los participantestienen la misma (si no perfecta) informacin y que actan de manera perfectamente ra-cional, que los mercados son perfectamente eficientes, que el desempleo nunca existe(excepto cuando es provocado por la avaricia de los sindicatos o por salarios mnimos delos gobiernos), y en los que nunca hay un racionamiento del crdito. El que estos mode-los hayan predominado especialmente en las universidades estadounidenses, a pesar de laevidencia contraria, es un testimonio del triunfo de la ideologa sobre la ciencia. Desgra-ciadamente, los estudiantes de estos programas universitarios son quienes ahora diseanlas polticas de muchos pases y estn tratando de implementar programas basados en lasideas que se acostumbra llamar fundamentalismo de mercado (Stiglitz, 2002).

    La economa es una ciencia destinada a explicar la gnesis y el desarrollode las instituciones, al mismo tiempo que sus potencialidades y sus falencias po-seen como fin el bienestar de los individuos y las colectividades. Las institucionesexisten tanto en el mundo exterior como en nuestras mentalidades, por lo que malpodramos desvincularlas de los procesos causales (Kahneman y Tversky, 1990:117), que afectan a las decisiones: no existe ninguna clase de equilibrio. La racio-nalidad procesal nos induce a analizar las formas de comportamiento reales que losindividuos pensantes desarrollan al interior de ambientes econmicos determina-dos quienes, al mismo tiempo, los determinan. Por lo tanto y actualmente, muchosfactores coinciden en revalorar al behaviorismo econmico y a dejar de lado a esesosas perdido en una muchedumbre de sosas que es el prototipo neoclsico.

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    3. Experimentos microeconmicos del mercado

    La economa experimental verifica o no principios de la teora econmica enforma micro dentro de situaciones controladas y con personas reales. Constituyeun test de comportamientos individuales en escenarios diferentes de los sociales.Dentro de esta forma de anlisis, se le otorg el Nbel a Vernon L. Smith porhaber hecho de las experiencias en laboratorio un instrumento de anlisis econmi-co emprico, particularmente en el estudio de diferentes estructuras de mercado(Real Academia Sueca de Ciencias, 2002).

    Como es conocido, la fsica, la qumica o la biologa utilizan asiduamen-te la forma experimental; por lo que nada impide que la economa haga lo propiosin necesidad de recurrir a las especulaciones de la economa positiva; de all quesea cada vez ms negativo y hasta anticuado el prejuicio que asimila los experi-mentos en economa con algo imposible, impracticable, carente de sentido. Sinoponerse a la ortodoxia predominante, la economa experimental practicada hastaahora, tiende a revalidar el conocimiento neoclsico bajo condiciones controladas(Smith, 2000: 67). Con esta postura cientfica, se logra progresar sobre el carcterespeculativo del comportamiento econmico postulado por la ortodoxia, la cualslo podra haber alcanzado status cientfico (hiptesis verificables, pero no espe-culativas), si, por ejemplo, los individuos poseyeran en su frente un utilmetro queregistrara fehacientemente su funcin de utilidad (calculadora relmpago, segnVeblen). Con la economa experimental se abate el carcter especulativo de la teo-ra neoclsica y se pone en prctica la observacin conductista o behaviorista.

    Los recientes trabajos experimentales refuerzan la vertiente praxeolgicade la economa, eventualmente catalctica, propuesta, ms que trabajada, por Mises,Hayek y Buchanan (Mises, 2003). Esta praxeologa se concentra en analizar emp-ricamente las distintas formas de intercambio, al mismo tiempo que desplaza de sucentro de atencin el problema operativo de medios escasos con respecto a finesmltiples. En general, la prueba emprica en la economa tiene como punto departida esencial el relevamiento de datos. A partir de stos, se realizan las experien-cias macro econmicas, donde las variables no estn controladas, o las experien-cias micro, donde estn controladas. Al igual que la astronoma o la meteorologa,la macroeconoma trabaja con variables no controladas. En cualquier caso, el plan-teamiento de ceteris paribus representa un error estocstico en la teora respectiva,hasta el punto que, muchas veces, se justifican los malabarismos de los econometristaspretextando el carcter no experimental de la economa (Hey, 1996: 67).

    Los sujetos convocados para realizar tales experiencias, habitualmentetienen suficiente familiaridad con la teora econmica neoclsica, con econometra

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    elemental, anlisis de datos, diseo de programas y vinculacin con la gente. Perolas ambiciones de la economa experimental no se limitan a meros estudios decasos, porque mediante simulaciones en computadora, laboratorios o en escala real,pretende incrementar el valor predictivo de la economa; esta vez basada en com-probaciones reales muy diferentes de las especulaciones propias de laautodenominada economa positiva en realidad especulativa de Friedman y otrosautores de la misma corriente de pensamiento.

    La metodologa real que utilizan los economistas neoclsicos comprendeuna serie de etapas durante las cuales es posible detectar su carcter especulativo,pero no positivo. En primer lugar, se delimita un objeto de estudio. En segundolugar, se aceptan un conjunto de supuestos relativos a las reglas del juego (institu-ciones) y a las funciones objetivos de los jugadores. De esta forma, no solamente sehace un estudio antiinstitucionalista, sino que se especula sobre el comportamientoreal de los participantes. En tercer lugar, se deducen conclusiones con base en lalgica matemtica. En cuarto lugar y eventualmente en un momento futuro, la teo-ra elaborada puede ser sometida a la prueba emprica. Y all empiezan las incon-sistencias del mismo carcter, aunque no pertenecientes a la lgica del modelo,porque en la realidad no existe el ceteris paribus, ya que los datos fueron relevadoscon otras finalidades, pues estos son opacos, etc. En quinto lugar, se est compro-bando no tanto la teora en s misma, sino una prueba combinada de la teora conalgunos supuestos sobre las variables estocsticas adicionales. En sexto lugar, seapela a la utilizacin de un lenguaje cerrado que combina la expresin formal (ma-temtica), con una redaccin abstrusa que sirve de parapeto a la identificacin delas contradicciones o falencias del planteamiento respectivo. Al mismo tiempo, elalto grado de abstraccin alcanzado sirve de inmunizante con respecto a las crticaspertinentes (Hey, 1996: 21).

    Dentro del mbito micro econmico, las primeras experiencias de VernonSmith (2000: 98), buscaron verificar un postulado bsico de la economa neoclsica,la cual plantea que, en concurrencia perfecta el precio de mercado establece unequilibrio entre la oferta y la demanda en el nivel donde el valor correspondiente aun bien por el comprador marginal, es el mismo que aquel atribuido por el vende-dor marginal. La experimentacin respectiva se hizo, en primer lugar, designandoal azar de vendedores y compradores. En segundo lugar, cada uno de los jugadoresestimaba valor del mismo bien de una manera diferente, expresada como el valorde venta ms bajo posible y el valor de compra ms alto posible (llamado precioaceptable). En tercer lugar, se determinaba el precio de equilibrio como aquel queaceptan el mismo nmero de compradores que de vendedores. En cuarto lugar, elresultado fue que el precio de equilibrio experimental coincidi con el terico. En

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    quinto lugar y reforzando la validez de la teora, numerosas experiencias posterio-res coincidieron en el mismo resultado, por lo que habra que manejar con precau-cin la idea de que los experimentos invalidan a la teora neoclsica.

    Otra de las experiencias ms citadas de Vernon Smith (1991: 45), se refierea las subastas o licitaciones, las cuales tienen aplicacin en los mercados de materiasprimas, acciones u otros papeles financieros, y en las privatizaciones realizadas pormedio de la atribucin de derechos de radio difusin. Recordemos que existen cuatroclases de subastas: 1) la inglesa, donde los compradores anuncian precios de ms enms elevados hasta que ninguna sobrepasa al ltimo anunciado, 2) la holandesa quese inicia con una oferta elevada y el rematador baja el precio hasta que un compradoracepta el ltimo anunciado, 3) la del mejor precio en sobre cerrado y 4) la del segun-do mejor precio en sobre cerrado. Los resultados obtenidos por Smith fueron que unvendedor puede obtener el mismo precio en la inglesa o en la del segundo mejor. Encambio, no se obtienen resultados equivalentes entre la holandesa y la del mejorprecio. La inglesa y la del segundo precio logran un precio de venta promedio en elnivel ms elevado, seguido hacia abajo por la del mejor precio y la holandesa.

    Hoy en da, disponemos de una amplia experiencia en materia de privati-zaciones que no se reduce, ni de lejos, a las subastas, sino que comprende unaamplia gama de convenciones institucionales, por lo que la concentracin en lassubastas parece implicar una opcin liquidadora del sector paraestatal.

    Los experimentos tambin se refirieron al sector pblico (Smith, 1991:101). En efecto, la experiencia del public goods game hace que cada participantereciba $10. Cada uno de los jugadores debe decidir independientemente de otrocunto invertir en un recurso comn que produce un rendimiento r que regresa aljugador. Si la tasa r es del 100%, existe una estrategia muy remunerativa porquecada jugador dobla su capital y est motivado a dar los $10; pero si aparece unoportunista que no aporta nada y recibe su retorno, sera, por ejemplo, que en pre-sencia de 4 jugadores por cada peso invertido, solamente 50% regresa a cada juga-dor. Se comprob que si el juego es de una sola ronda (one shot game) muchosjugadores invierten por lo menos la mitad de su capital; pero si hay muchas rondas,tambin las inversiones se elevan a por lo menos la mitad del capital individual,aunque tiendan a disminuir hacia el final de la experiencia. El escenario micro,naturalmente, hace mucho ms ntido tanto al retorno como a los aportes que po-dran involucrar bienes pblicos. Las crticas ms habituales a la economa experi-mental se presentan a continuacin:

    a) Los sujetos conocedores de la teora neoclsica se comportarn como prescribela teora, y los experimentadores inducirn ciertos comportamientos en los su-

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    jetos. Smith y sus colegas no aclaran que la experiencia procede al conocimien-to de la teora neoclsica. Lo ideal sera que el experimentador no conociera lateora, ni tampoco los encuestados. A pesar de su aparente objetividad, elsubjetivismo gravitante en la economa experimental, pondra en acto verdade-ras estrategias inmunizadoras de la crtica analtica para, en cambio, revalidar ala teora sustentada, pero no para destacar sus yerros. Se habla del efecto deEdipo, porque no se ve la realidad, sino solamente la teora progenitora. Estetipo de crtica se avalara por el hecho de que los individuos, en general, no sontan egostas como presupone las teora, salvo en el caso de que los encuestadossean economistas (Stiglitz, 2002).

    b) El experimento no funciona porque el mundo real es mucho ms complicadoque lo que pueden encerrar cuatro paredes y un espacio de algunos metros cua-drados. Ante ello, los experimentalistas se defienden aclarando que no buscanreproducir al mundo, sino a la representacin que de l hacemos. Al mismotiempo, todos sabemos que si el experimento es ftil es porque la teora as lo es(supuesto del padre perfecto o excedente consumidor, etc.).

    c) Los experimentos colocan a los participantes en un ambiente completamente arti-ficial que no les da oportunidad de aprender, as es poco probable que un sujeto,en una situacin tan irreal pueda indicar lo que l hara en la realidad. Cabe desta-car, sin embargo, que toda la teora neoclsica supone que los sujetos maximizanutilidades o beneficios en cualquier circunstancia; as como que el aprendizajepuede verse a travs de la repeticin de la experiencia. Claro est que muchodepender el significado de los resultados del diseo de la experiencia misma.

    d) Como el experimento es artificial, los sujetos se comportan de la misma forma.Cierto, pero toda teora especulativa (economa positiva) es tambin artificial.

    e) Las motivaciones pueden divergir de las prescriptas por el experimento, ya que,por ejemplo, los participantes pueden asistir solamente para ganar una remune-racin, aunque ella fuera pequea y tal como sucede en el mundo real.

    f) La economa experimental micro se adapta a la metodologa del individualismometodolgico y la racionalidad substantiva, pero menos a otras metodologas,aunque hasta ahora poco se ha experimentado en el campo holstico o de laracionalidad limitada.

    g) Muchos pensadores (Joan Robinson, entre ellos) creyeron que los economistasno pueden utilizar la experimentacin, sino que deben limitarse a los resultadoshistricos o postfactuales, porque se encontraban pensando en cierto tipo deexperimentaciones, pero no en todas. An as, hoy sabemos que las polticasmacroeconmicas entraan la aplicacin de estrategias y tcticas en gran medi-da experimentales.

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    h) La generalizacin de resultados slo puede admitirse cuando ellos son los mis-mos, no importa cual sea el lugar de la experiencia y la coordinacin de lamisma.

    i) Fruto de cierta cortedad de miras, es muy raro que se hagan experiencias paratestar los resultados de otro experimentador, as como no se leen o menospre-cian por anticipado los artculos de colegas de otra escuela.

    j) No es imprudente emplear una buena dosis de relativismo para apreciar conjusticia a la escuela experimental. Nuevamente, esta actitud relativista es propiade la ideologa postmoderna, la cual no traduce las regularidades en leyes defuncionamiento.

    k) El origen de los participantes no deja de importar. Se menciona habitualmenteque un japons nacionalizado estadounidense, deviene mucho ms gastador ymenos ahorrista que lo que era en su pas natal.

    l) Las pruebas que coinciden con la teora neoclsica no tienen el grado de genera-lidad suficiente como para avalar el comportamiento universal y atemporal quepropone esta escuela.

    m) Si hay dos teoras rivales, la experiencia no certifica que una es la mejor, peroempieza a transferir la carga de la prueba a la menos comprobada.

    n) Hay dos clases de experimentadores: aquellos que hacen lo que los tericos ledicen que hay que hacer, y los que prueban sus propias ideas con la experiencia.La objetividad y la imparcialidad brillan por su ausencia.

    Como sumario de todas estas crticas enunciadas, podemos decir quedurante una primera instancia la economa experimental fue rechazada en bloque.A consecuencia de ello, los experimentadores incorporaron buena parte de la crtica,y actualmente estamos en una situacin donde se critica ms la explotacin de losresultados que el mtodo en s mismo. De todas maneras y contrariamente a ciertasinterpretaciones muy en boga con motivo del otorgamiento del Premio Nbel, no hayque esperar que la escuela experimental est configurando el Talmud de la economa,por ejemplo para dar razn de todos los fenmenos que corresponden al mercado,donde los aspectos colectivos de los usos y las costumbres que configuran las institu-ciones son tan importantes como las reacciones individuales a los incentivos.

    Conclusiones

    Cada individuo toma decisiones condicionado por las instituciones, al mismo tiem-po que esas decisiones individuales van haciendo evolucionar a las instituciones,sin que exista ningn determinismo ni en un sentido ni en el otro, porque no se trata

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    de comportamientos lineales, sino de comportamientos reales, convencionales, partefundamental del capital organizacional que posee la comunidad respectiva. Un ejem-plo de lo anterior es la forma diferente de interpretar los comportamientos queconducen a la formacin de precios. Mientras el comportamiento neoclsico expli-ca tal formacin de magnitudes, recurriendo a las nociones universales, atemporalesy mecnicas de la oferta y la demanda, los institucionalistas entienden a los precioscomo convenciones sociales, basadas en estructuras de mercado especficas donde,por supuesto, pueden existir regularidades en los precios y las cantidades ofrecidasy demandadas.

    El enfoque institucional de los comportamientos no busca construir unateora universal, atemporal y mecanicista basada en una sola forma de racionali-dad. As, la potencialidad cognitiva del institucionalismo en el estudio de los com-portamientos es significativa porque:

    [...] las instituciones son ideas subjetivas en las mentes de los agentes, a la vez que estruc-turas objetivas que estos enfrentan. Los conceptos gemelos de hbito e institucin puedenayudarnos a superar el dilema filosfico entre realismo y subjetivismo en ciencia social.El actor y la estructura, aunque distintos, estn conectados en un crculo de interaccin einterdependencia recprocas (Hodgson, 2001: 24).

    Con una perspectiva behaviorista, pero no institucionalista, Kahneman ycoautores, han observado reiteradamente que las decisiones de los sujetos utilizancriterios aproximativos, nociones de sentido comn, emociones, y otros elementosheterodoxos que no encajan fcilmente en el clculo de probabilidades planteadopor la economa tradicional. Especialmente, ellos constataron que los individuosson mucho ms sensibles al grado de desviacin de un resultado, con respecto a unnivel de referencia que al resultado en s mismo. Cuando los sujetos se sitan enuna serie de decisiones bajo riesgo, ellos justifican cada eleccin en prdidas oganancias aisladas, ms que en los resultados de conjunto sobre su patrimonio. Conel agregado que la mayora de los sujetos sienten mayor aversin por las prdidascon respecto a un nivel de referencia, mientras que estn menos propensos a lasganancias con respecto a ese mismo nivel; todo lo cual contradice la maximizacinde la utilidad esperada y remite a consideraciones institucionales de los hbitos ylas costumbres respectivos. Se trata de identificar la afectividad del sujeto en esce-narios decisionales bajo riesgo especficos, empricos, verificables, pero no de re-mitirlo a un prototipo racionalizado en funcin de las leyes de probabilidades.

    Con respecto al carcter especulativo de la economa neoclsica, la co-rriente experimental tiene el mrito de someterse a una forma de prueba emprica

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    de los fenmenos microeconmicos. Pesando cada vez ms en el mercado de loseconomistas, este enfoque ha tratado diversos temas con respecto a los cuales he-mos visto algunos ejemplos en pginas anteriores. Vale la pena recordar que exis-ten otras formas de experimentacin como los tests economtricos, las encuestas ysondeos o la experimentacin social, los cuales no han sido trabajados por VernonSmith y sus colegas. Ni en los ensayos behavioristas de Kahneman, ni en las expe-riencias de Smith se admite a priori la racionalidad sustantiva que fundamenta laespeculacin neoclsica; por el contrario, se somete la teora a la prueba empricaen determinadas condiciones. Ninguno de ellos otorga validez a supuestos agentesrepresentativos, tal como lo hacen los practicantes de los llamados fundamentosmicro econmicos de la macro economa, por lo que es clara la tendencia a abando-nar el razonamiento especulativo en pos de la validacin factual. De esta forma, lastcnicas matemticas y estadsticas vienen en auxilio de los conceptos hechos teo-ras, pero no a la inversa.

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