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L A H ISTORIA VIVA : P ÁGINA DE H ISTORIA Y A NTROPOLOGÍA . HTTP :// HISTORIACONMAYUSCULAS . WORDPRESS . COM / Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 1 El nacimiento del Santo Oficio Germen y desarrollo de la Santa Inquisición Diego Torrico Díaz-Meco (medievalista) [email protected] 21 de noviembre de 2014 R ESUMEN Aun a día de hoy a muchos de nuestros lectores se le erizará el vello al oír hablar de la inquisición, muchos quizá piensen en los malévolos Bernardo Gui (El Nombre de la Rosa) o el padre Emilio Bocanegra (Las Aventuras del Capitán Alatriste), quizá a algún que otro les venga a la cabeza el famoso sketch del grupo cómico Monty Python, sin embargo lo que cualquier lector pensará, a fin de cuentas, es en las hogueras de fe, en la tortura, en el fanatismo y, curiosamente ligado a las mismas, en el medievo. Se ha solido confundir en muchas ocasiones la brutalidad de la inquisición moderna con la inquisición medieval, aun tan rudimentaria que en ocasiones le resulta difícil incluso hacer un daño efectivo a aquellos que atacan a la doctrina. El objetivo de este artículo es resumir de forma básica el funcionamiento de la primitiva inquisición, sus fundamentos, los procesos intentando no obviar ningún dato por muy truculento que pueda resultar. Me gustaría por último animar al lector a introducirse en la cabeza de un hombre del medievo, a día de hoy matar por fe nos puede resultar una auténtica barbaridad, vemos en las noticias los asesinatos sumarios del Estado Islámico y nos cuesta comprenderlo, nos encontramos en la época “civilizada” decimos. En ningún momento de este brevísimo ensayo legitimaremos los asesinatos realizados por el Santo Oficio pero quisiera que, en última instancia, el lector pueda entender que no solo responden al fanatismo o al gusto de la sangre por la sangre. La lucha contra la herejía anterior a la Inquisición Ya desde el concilio de Nicea en el 325 (solo 12 años después de la regulación del cristianismo en el Edicto de Milán) quedaron bien fijados los principios de la ortodoxia cristiana, podríamos decir que anteriormente la espiritualidad cristiana tenía numerosas

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L A H I S T O R I A V I V A : P Á G I N A D E H I S T O R I A Y A N T R O P O L O G Í A . H T T P : / / H I S T O R I A C O N M A Y U S C U L A S . W O R D P R E S S . C O M /

Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 1

El nacimiento del Santo Oficio

Germen y desarrollo de la Santa Inquisición

Diego Torrico Díaz-Meco (medievalista)

[email protected]

21 de noviembre de 2014

RESUMEN

Aun a día de hoy a muchos de nuestros lectores se le erizará el vello al oír hablar de

la inquisición, muchos quizá piensen en los malévolos Bernardo Gui (El Nombre de la

Rosa) o el padre Emilio Bocanegra (Las Aventuras del Capitán Alatriste), quizá a algún que

otro les venga a la cabeza el famoso sketch del grupo cómico Monty Python, sin embargo

lo que cualquier lector pensará, a fin de cuentas, es en las hogueras de fe, en la tortura, en el

fanatismo y, curiosamente ligado a las mismas, en el medievo.

Se ha solido confundir en muchas ocasiones la brutalidad de la inquisición moderna

con la inquisición medieval, aun tan rudimentaria que en ocasiones le resulta difícil incluso

hacer un daño efectivo a aquellos que atacan a la doctrina. El objetivo de este artículo es

resumir de forma básica el funcionamiento de la primitiva inquisición, sus fundamentos, los

procesos intentando no obviar ningún dato por muy truculento que pueda resultar.

Me gustaría por último animar al lector a introducirse en la cabeza de un hombre

del medievo, a día de hoy matar por fe nos puede resultar una auténtica barbaridad, vemos

en las noticias los asesinatos sumarios del Estado Islámico y nos cuesta comprenderlo, nos

encontramos en la época “civilizada” decimos. En ningún momento de este brevísimo

ensayo legitimaremos los asesinatos realizados por el Santo Oficio pero quisiera que, en

última instancia, el lector pueda entender que no solo responden al fanatismo o al gusto de

la sangre por la sangre.

La lucha contra la herejía anterior a la Inquisición

Ya desde el concilio de Nicea en el 325 (solo 12 años después de la regulación del

cristianismo en el Edicto de Milán) quedaron bien fijados los principios de la ortodoxia

cristiana, podríamos decir que anteriormente la espiritualidad cristiana tenía numerosas

L A H I S T O R I A V I V A : P Á G I N A D E H I S T O R I A Y A N T R O P O L O G Í A . H T T P : / / H I S T O R I A C O N M A Y U S C U L A S . W O R D P R E S S . C O M /

Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 2

formas de vida y estilos, sin embargo, una vez se fija la norma, quebrantarla supone incurrir

en la herejía.

Es el arrianismo la primera herejía condenada por la Iglesia, sin embargo, en estos

momentos la Iglesia no necesita aun de un tribunal propio para juzgar las desviaciones de la

fe, tampoco el poder suficiente, es dependiente del poder imperial, que se convertirá en el

adalid en la lucha contra estos rebeldes, nos referimos a los arrianos anteriormente citados,

los donatistas, los priscialianistas (siendo Prisciliano la primera víctima de la Iglesia

ejecutado mediante el brazo secular) o los monofisitas entre otros1.

Podríamos decir que los responsables de velar por la rectitud de la norma eran pues

los jefes de estado, así lo definía San Isidoro de Sevilla cuando decía: “los príncipes son los

responsables de la paz dado que Dios les confió su Iglesia”, observemos que no habla del

emperador de Constantinopla, habla del conjunto de príncipes y reyes del espectro

europeo, reyes como pueda ser Clovis en Francia, bautizado en el año 496 o el rey visigodo

Recaredo, quien rechaza el arrianismo en pos del catolicismo en el concilio de Toledo del

año 5892.

Algo pasa, sin embargo, a partir del año mil. El más o menos importante miedo

milenarista, a pesar de no tener la relevancia que hemos solido considerar, marcó

determinantemente el devenir de las herejías que poblarán Europa en la Plena Edad Media.

Hemos de decir que las primeras herejías de las que hemos hablado no se preocupaban más

de la estructura religiosa o los cultos sino más bien de dejar clara la persona de Jesucristo,

su grado de divinidad o el grado de parentesco con Dios.

Ante el supuesto fin del mundo, numerosos hombres intentaron lanzar un mensaje

al pueblo, muchos de ellos fueron tomados por locos, sin embargo su mensaje anunciaba

ya el mensaje de las nuevas herejías que estaban por llegar, un ejemplo de ello lo tenemos

en la villa de Vertus, al noreste de Francia, donde un tal Leutard comenzó a oponerse a las

riquezas de la Iglesia y por tanto a su organización, así como al culto regulado, apostaba

por una limpieza del espíritu y por la abolición de los cánones establecidos, atacando por

tanto a los Padres de la Iglesia3.

1 Laurent Albaret. L’inquisition, Remparte de la foi? (Evreux : Decouvertes Gallimard, 1998), página 14-15 2 Ibídem. Página 17 3 DUBY, Georges Duby, L’an Mil (Saint-Amand: Gallimard, 1980). Página 154-155

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 3

También en Orleans surgirán reacciones heréticas que mantienen un elemento muy

importante en común, el maniqueísmo, una corriente de carácter oriental que cree, por así

decirlo, en los opuestos, es decir, si existe una fuerza basada en el bien, Dios, es necesario

que exista una fuerza basada en el mal, o lo que es lo mismo, el Diablo, ambos poderes

conviven en armonía dado que tendrían teóricamente el mismo poder, entendemos que

supone un problema importante poner al Demonio al mismo nivel que Dios. Quizá lo más

relevante de estos herejes es que pertenecen al mismo seno de la Iglesia, son hombres

versados que sencillamente se preguntan si todo lo que dice la Biblia es verdad dada las

numerosas contradicciones que en ella encontramos4.

Curiosamente, este grupo de canónigos representa un cambio ejemplar en el modus

operandi de la Iglesia, frente a las sanciones anteriores que solían caracterizarse por la falta

de rigor, estos monjes serán condenados a la hoguera. En referencia a las condenas,

podemos decir que, dentro de la brutalidad que suponían, no eran comparables a la muerte,

cuando no se recluía al hereje en un monasterio, que solía ser lo más habitual, se puede

hablar de la quema de los ojos al rojo, extraerlos o bien, dado que es un crimen de palabra,

se le arrancaba o se le quemaba la lengua o bien se le amputaba un labio; se trata de castigos

que dejan una marca en un sitio concreto, la gente reconocería rápidamente al criminal y

conocían su delito dadas las marcas que tenía5.

Es de añadir, además, que a principios del siglo X la Iglesia se ha ido introduciendo

paulatinamente en la vida cotidiana e incluso íntima de los feligreses. Se hace presente la

figura del indagador, responsable de la “inquisitio” primitiva, en busca más bien del pecado

individual que de la herejía. Es por ello que encontramos obras como el Decretum de

Burchard, un compendio de 148 preguntas en la que los fieles, jurando ante Dios, deben

responder preguntas no solo personales sino también de sus allegados. La Iglesia ya es

consciente de que es más fácil confesar el pecado ajeno que el propio6.

Hace falta aún un movimiento herético a gran escala para que la Iglesia se ponga

manos a la obra, por otra parte, en los albores del siglo XI y al menos hasta bien entrado el

XII la Iglesia, como ya hemos visto en otros artículos, está demasiado ocupada en

4 Ibídem página 153-158 5 Javier Leralta, “Hacer justicia en la Edad Media: de la picota al cadalso” National geographic historia, número 105 (2012). páginas 18-19 6 George Duby. Damas del siglo XII. Eva y los sacerdotes. (Madrid: Alianza Editorial,1998). Página 23-25

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 4

disquisiciones internas ¿Cómo puede pretender que el pueblo respete a la institución si ni

siquiera los reyes cristianos atienden a sus dictados?

Si atendemos al nacimiento de las nuevas y grandes herejías podemos decir que a

partir del siglo XI el renacimiento de las ciudades o la renovación de los caminos entre

otros aspectos trajeron consigo cambios sociales muy notables, aparecían nuevos

personajes que ganaban relevancia y poder como puedan ser los comerciantes en un tiempo

en que la usura estaba terminantemente prohibida, dichos personajes eran cada vez más

ricos, al tiempo que las ideas viajaban de una punta a otra de Europa a una velocidad de

vértigo (me gustaría recordar que el hombre del medievo es conocido como el homo viator),

la Iglesia por su parte no se encontraba mejor: simonía, nicolaismo, corrupción y un nivel

de riquezas incontrolables; el pueblo requería una nueva religiosidad con un mayor

contenido espiritual y un seguimiento exhaustivo de las escrituras, las cuales exaltan la

pobreza como la vía a seguir en relación a la purificación del alma:

“Y todo el que deje casa, hermanos o hermanas, padre o madre, o hijos o campos

por mi causa recibirá el cien por uno y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán los

últimos, y los últimos los primeros” Mateo 19:29-30

En este contexto ascético en busca de la pobreza material comienza el movimiento

que hace entender a la Iglesia de forma definitiva que necesita un tribunal para persuadir o

condenar a la herejía, nos referimos a la herejía valdense. Este herejía encabezada por

Pedro Valdo supuso una de las críticas más feroces a las riquezas de la Iglesia (que no a su

organización), más aún tras el III Concilio de Letrán en 1179, momento en que se escinde

una buena parte del grueso de la Iglesia. El distanciamiento con la Iglesia fue parejo a la

radicalización del movimiento, la Iglesia no tenía más opción que acabar con ellos fuera

como fuese. Así el año 1184 el papa Lucio III en el decreto Ad abolendam, emitido en el

sínodo de Verona condena el movimiento dejando a todos sus miembros excomulgados;

lejos de extinguirse, el movimiento continúa e incluso se escinde en movimientos más

extremistas o más moderados como puedan ser los Humiliati7.

Sin embargo, lo más importante aquí es que la Iglesia está viendo como nacen

movimientos que no solo rechazan su autoridad sino que se están organizando como

iglesias propias, los valdenses comparten espacios e incluso similitudes religiosas con los

7 GARCÍA DE CORTÁZAR, José Ángel García de Cortázar, Historia religiosa del occidente medieval (años 313-1464), (Madrid: Akal, 2012), Páginas 344-345.

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 5

cátaros, el norte de Italia y el sur de Francia se están convirtiendo en un hervidero de ideas

y tendencias que ponen en serio peligro la autoridad del papa, precisamente en un

momento en el que no puede parecer débil ante nadie.

Inocencio III y la cruzada albigense. El germen de la inquisición

Es sin lugar a dudas el movimiento albigense el que despierta definitivamente a la

Iglesia. Esta herejía nacida en el sur de Francia, en Albi, propugna la pobreza como los

valdenses, sin embargo, van un paso más allá, crean una iglesia propia. La cataría sigue

siendo a día de hoy uno de los movimientos religiosos más complejos de la historia, su

organización en creyentes y perfectos había conseguido atraer, no solo a los más humildes,

también numerosos nobles se pusieron de su parte ante un estilo de vida que predicaba la

indulgencia, la pobreza, el perdón y la igualdad8. Visto así, parece que no tienen mucho

peligro y en efecto, no lo tenían, eran hombres humildes que predicaban la pobreza

material, con unos modos de vida rigurosos y extremadamente respetuosos (tenían

terminantemente prohibida la violencia, sea del tipo que fuera, incluso en señal de defensa),

sin embargo, en una Francia dividida y con una dinastía, la Capeto, que busca consolidar

todo el territorio y un papado en pleno auge, podríamos decir que no pudieron tener peor

suerte.

Ya hemos visto que los cátaros, lejos de ser una amenaza militar o política, eran

gente pacífica, apegada a una vida religiosa basada en la buena convivencia y el respeto y

como tal, en un primer momento se intentó buscar la salida pacífica. Sin embargo las

misiones comandadas por algunos clérigos que tendrían su resonancia en la historia como

pueda ser Santo Domingo de Guzmán (fundador de la orden dominica) acabaron en

fracaso tras el asesinato en 1208 del legado del papa Pierre de Castelnau (quien, lo más

seguro, no fue asesinado por los cátaros); el acontecimiento fue la excusa perfecta para que

el papa propusiera la intervención armada en la zona de Albi9

El grueso cruzado, concentrado ante las puertas de Beziers en el año 1209, se

prepara para el asalto mientras el abad de Citeaux, Arnaldo Amalric, inspira a las tropas

con la celebérrima frase “matadlos a todos y que dios escoja a los suyos”. Toda la

población cae víctima del fanatismo de estos cruzados, también caerá Carcassonne, quien

8 Es importante señalar que las mujeres tienen un papel ejemplar en esta herejía, pudiendo, al contrario que en la Iglesia, ejercer el sacerdocio y la prédica tanto como los hombres. 9 Emilio Mitre. La Iglesia en la Edad Media (Madrid: Editorial Síntesis, 2010). Página 102

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 6

depone las armas sin necesidad de luchar, convirtiendo al comandante de la expedición,

Simon de Monfort en el señor del Mediodía

La corona de Aragón, ligada a los condados catalanes tras el casamiento de Pedro

Berenguer IV y Petronila en 1137, se había convertido en la valedora de los territorios de

los condados entre los que se incluía el Rosellón. El rey del momento, Pedro II, titulado “el

Católico”, había sido coronado por el papa en 1204 como legítimo rey de Aragón y vasallo

del papa, este monarca había participado activamente para la causa cristiana habiendo

estado presente incluso en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, sin embargo cuando el

papa predica la cruzada contra los albigenses el rey ha de ponerse al frente de sus tropas en

defensa de estos indefensos herejes, muriendo en la batalla de Muret en el 121310. La

muerte de este rey al que bien podríamos clasificar como cristianísimo deja entrever

fácilmente hasta qué punto estuvo politizada esta guerra, sin embargo, este texto del

arzobispo de Narbona al rey de Aragón puede que nos aclare mejor la cuestión:

“No queremos ocultar a vuestra real serenidad que, si decidís dejar a alguno de

vuestros hombres para defender dichas tierras, serían de derecho excomulgados y les

declararíamos públicamente excomulgados como defensores de heréticos”11

Sin embargo, en el tema que nos ocupa, podemos decir que lo más importante de la

cruzada albigense no será más el ataque directo, sino la represión posterior, la búsqueda de

los cátaros que aún quedan vivos, se necesita una institución presente en todo el mundo

cristiano que, apoyada por la población local, de caza a los herejes o a cualquiera que

quebrante la ley divina dictada desde Roma.

El nacimiento del Santo Oficio

El papado, ya desde la época de Gregorio VII, ha visto como ciertos movimientos

herético han sido reprimidos por el propio pueblo, sin necesidad de utilizar el brazo

político, la brutalidad de estas manifestaciones populares que llevan a la hoguera a

numerosos herejes en Soissons en 1114, en Lieja en 1135 o en Colonia en 1144 han dejado

10 Eduardo Manzano Moreno. Historia de España “volumen 2. Épocas medievales”, (Barcelona: Crítica, 2010), página 214 11 Emilio Mitre, Textos y documentos de época medieval (análisis y comentario), (Barcelona: Ariel Practicum, 2011), Páginas 126-127

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 7

en evidencia que el pueblo está de parte del papa y que si es necesario le ayudará en la lucha

contra la herejía12, la ayuda del pueblo será fundamental con la inquisición.

Sin embargo, a la Iglesia no le basta con el apoyo incondicional del pueblo, necesita

el apoyo del clero local así como de las autoridades, es por ello que se requerirá dicha ayuda

en los concilios de Montpellier (1062) y Toulouse (1119), donde se hablará no solo de qué

hacer contra la herejía sino de cómo condenarla. Finalmente en el concilio de Tours en

1163 el papa Alejandro III deja asentadas las bases respecto a la actuación contra la herejía:

el hereje será excomulgado13, encarcelado y sus bienes será confiscados14.

Aún queda por dejar claro quién puede incurrir en herejía y por qué, cuestión

aclarada en el III Concilio de Letrán (1179) y en el concilio de Verona (1184), del cual nace

el Edicto de Verona, una lista de condenas apropiadas según el grado de herejía15.

Como ya hemos dicho, la iglesia ya tiene las sentencias, los grados de herejía y las

condenas pero aún falta una institución responsable. De este modo, aprovechando la aun

importante presencia del catarismo en el sur de Francia, se pide al papa Gregorio IX la

creación de una universidad en Toulouse que se haga responsable de formar a los religiosos

en la lucha contra la herejía16.

Es de añadir que en estos momentos están naciendo nuevos movimientos

religiosos, hablamos de las órdenes mendicantes, unas órdenes nacidas, como pueda ser el

caso de la orden franciscana, bajo las premisas de la pobreza voluntaria promovida por los

cátaros pero añadida a la obediencia incondicional al papado, saben que no pueden ir más

lejos y acaban por convertirse en las herramientas del papado en la lucha contra la herejía;

dominicos en un primer momento y franciscanos después se convertirán en el brazo

judicial del tribunal del Santo Oficio17. Las órdenes mendicantes, amén de su carácter

caritativo, tienen una naturaleza misional, van de un lado a otro, es demasiado arriesgado

para el papado confiar en la iglesia local en una empresa tan peliaguda como pueda ser

condenar sin ningún tipo de pudor a los fieles que cada domingo acuden a misa a las

12 Laurent Albaret. Op.cit. Página 20-21 13 Recordemos que la excomunión no solo supone el hecho de quedar excluido del seno de la Iglesia sino también la conversión del excomulgado en un paria social al que ni siquiera ampara la ley, queda excluido de todo tipo de relaciones o acuerdos y, por así decirlo, se queda solo. 14 Laurent Albaret. Op.cit. página 22 15 Ibídem. Páginas 22-23 16 Ibídem. Página 30 17

Emilio Mitre. La Iglesia en la Edad Media. Op.cit. Página 103

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 8

hogueras de la fe, es necesario contar con unos adeptos al papa que viajen sin parar y que

no tengan vínculos con los condenados.

Ya tenemos por tanto un quien, un cómo y un responsable, solo falta un nombre y

una institucionalización. Así, en abril de 1233 la bula Ille humani generis de Gregorio IX da

luz verde a la creación del tribunal del Santo Oficio, regida en un primer momento, como

hemos dicho, por la orden de los dominicos, responsables por el momento de penas leves

por así decirlo como pueda ser reservarse el derecho de excomunión o la exhumación de

los restos de alguien sospechoso de pertenecer al movimiento cátaro18

El proceso inquisitorial

A la hora de hablar del proceso judicial que acomete la Inquisición muchos podrán

decir que era arbitrario, rápido y sin piedad, diríase que el fuego estaba asegurado para

prácticamente cualquier persona. Sin embargo, esto es solo la superficie del complejísimo

proceso.

La inquisición tenía derecho a tomar declaración a toda persona mayor de edad (en

equellos momentos 14 años los hombres y 12 las mujeres). En un primer momento,

cuando los inquisidores llegan a la ciudad o a la aldea se abre un periodo de gracia para que

todo aquel que crea que ha cometido algún acto contradictorio a los cánones eclesiásticos

se confiese, recordemos que Dios lo perdona todo y básicamente, a menos que los hechos

sean demasiado delictivos o heréticos no supone penas demasiado duras (multas,

peregrinaciones forzosas, porte de cruces…)19.

De este modo, una vez acabado el periodo de confesión voluntaria, se comenzaba

la investigación de aquellas personas que hubieran sido acusadas por sus vecinos. En este

primer momento, la inquisición toma al acusado preso y sus acusadores permanecen en el

anonimato, se le preguntaba al reo por qué creía que estaba ahí, comprensiblemente el reo,

desconcertado, muchas veces hablaba antes de tiempo y sin precaución; sin embargo,

muchos resistían esta presión psicológica, es entonces cuando el inquisidor ofrece al

acusado redactarle una lista de sus enemigos o de las personas que él cree que le pueden

haber delatado, en caso de que se demostrara que una de las personas de la lista ha hecho

18 Laurent Albaret. Op.cit. página 32 19 Antoni Dalmau. ”El fin de la Iglesia Clandestina. El ocaso de los cátaros” National Geographic Historia, Número 116 (2012). Página 71

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 9

de dedo acusador por motivos personales podríamos decir que está en serios apuros: el

perjurio se condena con la muerte20.

Sin embargo, existían muchos casos en los cuales el acusado no da con las personas

que le han acusado, es entonces cuando comienza el interrogatorio. Es aquí cuando

podemos hablar de tortura, pero matizando ciertas cuestiones. Para empezar, la tortura se

utilizó desde un primer momento, pero resultaba ineficaz, solo se conseguían falsos

testimonios, incluso la Iglesia sabía esto, no será hasta el pontificado de Inocencio IV

cuando se pongan ciertas reglas a la hora de torturar a un sospechoso mediante la Bula Ad

Extirpenda (1252); a partir de este momento se prohíbe al inquisidor o al torturador llevar el

castigo a la mutilación de un miembro así como a la efusión de sangre durante el proceso.

Me gustaría añadir también que no serán pocos inquisidores los que crean que la tortura

resultaba contraproducente, hablamos de personajes que conocían bien el oficio como

pueda ser el teólogo e inquisidor Nicolas Eymerich, autor del tratado Quaestiones sunt fallaces

et inneficaces21.

Ahora podemos hablar de condenas. Hemos de decir, ante todo, que la variedad era

la norma, tanto como los casos, eran muy específicas y la hoguera nunca fue la norma.

Hablamos sobre todo de condenas laxas entendiendo que la muerte era la pena máxima,

nos referimos a simples penitencias eclesiásticas que podían llegar desde un número

determinado de oraciones a comprar el perdón, los casos de herejía comprendían, por su

parte, dos respuestas, por un parte el hereje confeso que se había arrepentido al redil era

condenado a la reclusión en un convento de dos formas distintas en relación a lo

recalcitrante de su herejía, podía ser un monje más en el convento y vivir extramuros o bien

vivir en reclusión en intramuros.

El hereje que no se arrepentía de su “desviación” religiosa era condenado a muerte,

la hoguera el método más utilizado, quizá el lector puede preguntarse por qué siempre el

fuego, la respuesta es simple: el fuego purifica.

He venido a traer fuego a l tierra, ¡y cuanto deseo ya que arda! Tengo que recibir un bautismo de

dolores, y estoy angustiado hasta que se realice. Lucas, 12:49-50

20 Miguel Á. Ladero Quesada. Historia Universal “Volumen II: la Edad Media”. (Barcelona: Vicens Vives, 1994), página 544 21

Laurent Albaret. Op.cit. Página 51

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 10

¿Podemos decir que las condenas son arbitrarias? Podemos decir que son abusivas

desde nuestra óptica basada en los derechos humanos, pero no arbitrarias, no responden a

la lógica del inquisidor sino a una norma. En efecto, la inquisición desde sus inicios lleva

nutriéndose de obras escritas por famosos legistas pertenecientes a la Iglesia en busca de

regular la situación con respecto a los reos, los procesos, además, quedaban registrados por

escrito y había numerosos ejemplos de cómo actuar en ciertos casos imponiendo penas

semejantes, podríamos decir que el Santo Oficio era, por así decirlo, bastante metódico22.

En la lucha contra la herejía: dulcinismo, espirituales, wyclifismo, husismo y

brujería.

Sabemos perfectamente que las herejías plenomedievales y bajomedievales son más,

la variedad entre las mismas es tal y tan fascinante que bien podríamos dedicar un artículo a

cada una de ellas, pero esperamos que el lector entienda que debemos acotarnos en cierta

medida en lo referente al contenido; es por ello que he decidido incluir sino las más

famosas (el dulcinismo y los fraticellis aparecen en el Nombre de la Rosa), las más

resonantes en el tiempo.

Como ya hemos dicho, una vez nacida la inquisición y establecido su aparato, es

necesario que comience su funcionamiento de facto. Habíamos visto que en un primer

momento la respuesta inmediata es contra los muchos cátaros que han escapado de las

llamas, sin embargo, poco a poco, la inquisición irá ampliando su jurisdicción hasta poder

tratar a todo aquel que se desvía de las directrices cristianas.

Me gustaría ser lo más preciso posible, la Edad Media es una época, por así decirlo,

supersticiosa; quiero decir, si un mal cae sobre la comunidad, lo más seguro es que no tenga

una causa científica, sino que Dios en persona ha decidido castigar a esa población, el

incumplimiento de la doctrina por uno solo de los fieles puede condenar al resto.

Añadamos a este factor las numerosas sequías, malas cosechas o enfermedades que

asolaban a las poblaciones de forma repentina y sin una explicación factible a sus ojos.

Quizá así pueda entender mejor el lector como puede ser que la gente se acusaran unos a

otros sin ningún tipo de pudor, añadamos a este coctel la dosis suficiente de odios o

22 Me gustaría invitar al lector a leer el sublime libro de Umberto Eco, el Nombre de la Rosa, ciertamente el autor abusa un poco del fuego, pero podemos decir que, en resumidas cuentas, el proceso inquisitorial del que son víctimas Salvatore, Remigio y la joven es bastante fiel a la realidad.

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Diego Torrico Díaz-Meco| El nacimiento del Santo Oficio 11

rencillas pasadas entre los vecinos y tendremos la combinación perfecta de miedo con la

que la inquisición supo jugar de forma impecable.

De este modo, tras la caída de los cátaros y el advenimiento de las nuevas órdenes

religiosas que propugnaban en esencia lo que ya habrían hecho los habitantes de Albi, es

decir, una mayor pobreza material por parte del clero en pos de una mayor riqueza

espiritual tal y como decía San Francisco, entendemos que la Iglesia debe estar atenta dado

que la amenaza aún no ha acabado y, si bien Francisco de Asís se mostró adepto al papa y

no se reveló contra la doctrina, lo cual le valió una rapidísima beatificación (dos años

después de su muerte) en busca de crear una unión indisoluble de los franciscanos con

Roma23, no fueron pocos los que optaron por ir un paso más allá de la doctrina del

fundador de la orden franciscana, quiero decir ¿Por qué conformarse con despojarse

personalmente de los bienes que nos atan a la vida terrenal mientras los más ricos y las

anquilosadas jerarquías eclesiásticas permanecen inamovibles al respecto? Muchos místicos

y religiosos de la época entendieron que era necesario “salvar” al pueblo tanto si quería

como si no, aceptando el uso de la violencia en algunos casos. Nos referimos a personajes

como Dulcino de Novara o Ubertino da Casale.

En referencia al famoso Ubertino da Casale y a su orden, los espirituales, incluimos

esta herejía dentro de los movimientos de pobreza nacidos tras la muerte de San Francisco

de Asís. Ubertino, monje franciscano inspirado en las ideas de Pedro de Juan Olivi en las

que afirmaba que era más recomendable seguir las directrices del santo pobre que del

opulento papa, reafirmando al mismo tiempo una pobreza que debía ser absoluta ante el

supuesto apocalipsis al que se enfrentaría la humanidad en no mucho tiempo; cómo

podemos imaginar, aunque en vida Olivi no fue condenado, tras su muerte en 1298,

especialmente durante el pontificado de Juan XXII su memoria fue perseguida hasta límites

indescriptibles, llegando a condenar a todos aquellos que apoyaban su tesis como puedan

ser los beguinos de la Provenza. Ubertino da Casale, discípulo de Olivi, reafirmó aún más el

discurso de su maestro e incluso logró ganarse el apoyo de los grandes representantes de la

orden como pueda ser el de Michel de Cesena, consiguiendo que finalmente el papa

considerase heréticas las posturas de los espirituales. Sin embargo, los espirituales, sobre

todo los máximos representantes, no morirán en el fuego, es más, tendrán ocasiones de

explicar sus pretensiones al entrar en el ámbito académico recién nacido en París, la

23

Alvaro Pombo. Vida de San Francisco de Asís, (Barcelona: Planeta, 1996). Página 41

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universidad de la Sorbona será el hervidero ideal para que las ideas de algunos seguidores

de la doctrina como pueda ser Guillermo de Ockham o Marsilio de Padua hicieran una de

las críticas más feroces a las riquezas de la Iglesia permaneciendo, sin embargo, en la

legalidad24.

No tendría tanta suerte otro franciscano posterior, Dulcino de Novara, fundador

del movimiento dulcinista. Este discípulo de Joaquin de Fiore, reafirmó las edades

propuestas por su maestro, supuestamente hacia finales del siglo XIII la Iglesia habría

entrar en la época de la ecclesia spiritualis que daría pie a principios del siglo XIV a la etapa de

salvación, el status sactorum, momento en que el Espíritu Santo descendería a la tierra dando

comienzo al apocalipsis, era necesario salvar a la cristiandad aunque ni siquiera ella

quisiera25. Sabemos poco de Dulcino y buena parte de lo que de él sabemos procede del

inquisidor Bernardo Gui, quien dio una descripción del personaje surrealista, basada en lo

pecaminosa que era su vida desde bien antes de su nacimiento (su padre era un cura

acusado en su momento de ladrón haciéndole huir a la secta de Segarelli); sin embargo, es

probable que perteneciera a una familia rica y que hubiera recibido estudios de la Biblia.

Dulcino, a la muerte de Segarelli, se convierte en el líder de los Hermanos Apostólicos

emigrando en 1303 a las montañas Derentino, donde conoce a la polémica Margherita di

Trento. Cruzar las montañas y comienza la prédica entre la población, lo que le valió a la

secta la excomunión y el lanzamiento de una cruzada por el papa Clemente V, la cual

estaría comandada por el obispo de Vercelli. Finalmente, los dulcinistas, fuertes en el

monte Rubello, son derrotados y pasados a cuchillo casi inmediatamente, no así Dulcino y

Margherita, capturados para ser puestos disposición de la justicia inquisitorial, siendo

torturados y ejecutados en Biella en junio de 1307. Resulta curioso observar como los

ideales de Dulcino basados en la destrucción de la jerarquía eclesiástica, el sistema feudal o

la búsqueda de la igualdad se convirtieron en referentes durante la Revolución Francesa así

como en una inspiración para escritores como Friedrich Nietzsche, que le definió como el

prototipo del superhombre26.

Avanzando en el tiempo, hacia finales del siglo XIV, encontramos a Juan Wycliff,

profesor de la universidad de Oxford englobado en el contexto del Cisma de Occidente o

la Guerra de los Cien Años. Este erudito inglés, lejos de los planteamientos mantenidos por

24 José Á García de Cortazar. op.cit. página 405-407 25 Ibídem. Página 484 26

http://es.scribd.com/doc/242538416/Dulcino-pdf

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los franciscanos radicales antes vistos, atacó directamente al papa y a la organización

eclesiástica en libros como De Eucharistia o De Ecclesia, pudiendo destacar de todos ellos

la obra De Dominio Divino, donde se atacaba sin contemplación al poder temporal del que

hacía el papado de Avignon; a su juicio el papa, como vicario de Dios, debía ganar su poder

mediante una vida virtuosa, no adquirirlo directamente mediante la elección. Uno de los

puntos más importantes de su doctrina fue la traducción de la Biblia al inglés, afirmando

que debía ser una lectura abierta a todos los creyente27s. Se considera a Wycliff como el

inspirador de las revueltas llevadas a cabo en 1381 por los lolardos, animados por los

llamados poor priests y que llevarían al sabio a retractarse de su doctrina antes de su

muerte, en 1384.

Acabamos con Juan de Hus, rector de la universidad de Praga. Inspirado por las

palabras de Wycliff, intentó llevar un paso más allá la crítica del inglés al reivindicar una

mayor virtud por parte del papado, quien en estos momentos está sacando auténtica

rentabilidad del sistema de indulgencias, afirmando que su posición es menos importante

que el corpus que supone la Iglesia, compuesto por sus fieles. Juan de Hus es excomulgado

en 1412, ni siquiera tiene la opción de defenderse en el Concilio de Constanza, donde es

arrestado y puesto a disposición del tribunal del Santo Oficio, que le condena a la hoguera

en 1415. Como hemos visto, el papado intentó continuamente acabar rápido con el líder de

las revueltas, pensando que su muerte o su caída en desprestigio traerá consigo el final de la

herejía, en el caso del husismo es precisamente al contrario. La muerte del maestro de Hus

trae consigo la explosión de la revuelta ante la promulgación de los Cuatro Artículos de

Praga, que aboga por la sanción de los pecados (es decir, contra la venta de indulgencias), el

retorno a una Iglesia pobre, el reconocimiento del checo a la hora de la prédica y la

comuión a los laicos. El movimiento husita se compuso por numerosos grupos, algunos

más calmados como los calixtinos o los utraquistas y otros más radicales como los

taboristas; unidos estos tres movimientos Europa estaba perdida, y así lo pareció cuando el

líder Juan Zizka atacaba sin tregua a Moravia, Silesia o Hungría, incluso después de su

muerte en 1424, los husistas lograron derrotar en Domazlice a Julio Cesarini al frente del

27 Covadonga Valdaliso. “Contra el monopolio de la fe. Herejías Medievales” National Geographic Historia, número 15 (2005). Página 74

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ejército católico. Es finalmente la desunión entre los calixtinos, más moderados y los

taboritas lo que traerá consigo la derrota en Lipany en 1434.28

Epilogo. La inquisición española: la instrumentalización de la religión

Incluso a día de hoy muchos creen que nuestra inquisición fue la más violenta, la

más sanguinaria y, realmente, no van descaminados, nuestro tribunal del Santo Oficio llevó

a muchos conversos, judeizantes, protestantes y herejes a las hogueras de la fe, sin

embargo, es importante añadir que no quemó más brujas que las hogueras alemanas, ni

expulsó a más judíos que el rey de Portugal entre otros.

¿Cómo puede ser que en el último territorio en el que se establece la inquisición,

Castilla, resulte ser el más truculento a los ojos de la historia? Bueno, es sencillo, nuestra

inquisición difiere a la del resto de Europa. El Santo Oficio se introduce en España el 1 de

noviembre de 1478 mediante la bula Exigit sincerae devotionis emitida por el papa Sixto

IV. Antes de la introducción en Castilla, la institución ya estaba presente en Aragón pero su

relevancia no es excesiva, la particularidad del caso castellano es el excesivo protagonismo

de los reyes dentro del tribunal, pudiendo designar a dos o tres clérigos afines a su causa,

los responsables serán fray Miguel de Morillo y fray Juan de San Martín, ayudados por el

capellán López del Barco y el consejero Ruiz de Medina29.

Ya hemos visto anteriormente como la inquisición se ocupaba de purgar la herejía,

sin embargo, de eso a comenzar a juzgar a todos aquellos que no pertenecieran al seno de

la Iglesia, en especial a los judíos, hay un paso muy importante, es ahí donde radica la

diferencia de nuestra inquisición, es un tribunal instrumentalizado. En efecto, si podemos

definir a los Reyes Católicos mediante una palabra esa es, sin duda, la unidad, los reyes han

conseguido unificar el territorio en una misma corona delimitada en dos territorios, han

acabado la reconquista, la solo queda la unidad religiosa, me gustaría remitirme a las

palabras del profesor Alvar Ezquerra: “no se puede defender que los Reyes Católicos

28 Emilio Mitre. La Iglesia en la Edad Media. Op.cit. páginas 210-213 29 Vicente Á. Álvarez Palenzuela (coord.). Historia de España en la Edad Media. (Barcelona: Ariel Historia, 2007). Páginas 899-900

L A H I S T O R I A V I V A : P Á G I N A D E H I S T O R I A Y A N T R O P O L O G Í A . H T T P : / / H I S T O R I A C O N M A Y U S C U L A S . W O R D P R E S S . C O M /

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fueran racistas o alto similar (…) era necesario homogeneizar en la verdadera fe a la

sociedad”30.

En muy poco tiempo desde la institucionalización de la inquisición en Castilla, el

tribunal, establecido en Triana comienza a recibir multitudes de judaizantes, muchos de

ellos son enviados a la hoguera en el campo de Tablada, muchos más son encarcelados; la

respuesta desproporcionada hace que Sixto IV dé marcha atrás y revoque la bula, sin

embargo ya es demasiado tarde, los reyes han observado lo efectiva que ha resultado la

inquisición, así lo demuestra la designación en 1483 de Tomás de Torquemada como

inquisidor general en Aragón, Cataluña y Valencia, precisamente el mismo año en que se

prohíbe la residencia de los judíos en Sevilla, Cádiz y Córdoba; quizá el lector pueda

entender ahora como la expulsión de los judíos a partir del 31 de marzo de 1492 no fue una

cuestión orquestada de forma improvisada, sigue unos pasos y unas directrices que bien se

podrían remontar hasta las Cortes de Madrigal en el 1476.

En este aspecto hemos podido ver bien como la inquisición, más que servir a la fe

y, sobre todo, a su soberano, el papa, responde más bien a los intereses de los monarcas.

Estos nuevos inquisidores, aun utilizando los procedimientos clásicos de la inquisición

hasta ahora vista, se han caracterizado por la crueldad indiscriminada (se ha hablado de

hasta dos mil ejecuciones y catorce mil enjuiciados31), se busca el más puro terror en busca

de nuevas acusaciones, ni siquiera el característico periodo de gracia les ha sido suficiente.

Parece que nuestro país lleva acostumbrado a funcionar en extremos ya desde la Edad

Media, desde una convivencia más o menos amigable entre las tres religiones hasta un

miedo indiscriminado entre todos y la búsqueda de la pureza de sangre, siendo árbitro de

este juego la monarquía y su brazo religioso armado, la inquisición española.

Conclusión

A lo largo del artículo hemos analizado de forma muy somera y resumida como

puede nacer y desarrollarse una institución como es la Santa Inquisición, sin embargo, si

alguna intención me movió realmente a escribir este artículo fue que el lector entendiera, en

la medida de lo posible, como una institución semejante se mantuviera viva y reafirmara su

apoyo popular con cada ejecución.

30 Alfredo Alvar Ezquerra, Isabel la Católica. Una reina vencedora, una mujer derrotada, (Madrid: Temas de hoy Historia, 2002). Página 95 31

MANZANO MORENO, Eduardo. Op.cit. Página 648

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Como ya he dicho, vivimos en una sociedad marcada por las leyes, es necesario

atender a los derechos humanos para que todos podamos convivir en armonía, sin

embargo, hoy atendemos más a la razón que al corazón, cosa que no sucedía en la Edad

Media, donde la religión primaba por encima de la ciencia, y es que, dado que un rayo caía

por deseo de Dios, también por deseo de Dios cayó sobre occidente la Peste Negra en

busca de purgar los pecados de la humanidad. El temor a Dios era tal que no existía ningún

tipo de problema en delatar a un vecino, a un amigo, si con ello mantenías tu vida espiritual

inmaculada dado que, como sabemos, la vida terrenal era un mero paso hacia la vida eterna

y habría que rendir cuentas a Dios sobre si te comportaste como un buen cristiano en todo

momento. Desde un punto de vista más pragmático, era menos probable ser acusado si

acusabas tu antes, la confianza con la Iglesia podría llevarte a ser amigo del santo oficio, un

ser casi intocable, si bien un chivato.

Por último, me gustaría hacer hincapié en el último punto expuesto, el paso de la

inquisición medieval a la inquisición moderna, hemos observado cómo se pasa de una

inquisición que tarda incluso meses en dictar sentencia respecto a un caso anodino a una

inquisición que manda a la hoguera sin ningún tipo de remilgo, esa será la tónica de la etapa

moderna, es importante comenzar desde un punto de vista más popular a poner las cosas

en su lugar y no cargar con todas las culpas a la misma etapa de siempre.

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