guerra de las malvinas y la literatura.pdf

Upload: tomas-moro

Post on 31-Oct-2015

77 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Guerra de Malvinas y la literatura...

    Introduccin

    Desconozco si los autores que voy a comentar conocen la propuesta que Julio Cortzar, en 1978,dirigi a los exiliados latinoamericanos. Es necesario -dice Cortazar- encaminarse hacia unanueva toma de la realidad (Cortazar 1984:21). Esta, sin embargo, solo es posible bajo unacondicin: la autocrtica rigurosa. Que la conozcan o no, lo cierto es que en la literatura sobreMalvinas, el proceso autocrtico que sugera Cortzar parece estar en plena marcha. Cul es,cul puede ser el papel desempeado por la literatura dentro de este proceso? Eso es lo que voy atratar de examinar. Qu significa el hecho de que la literatura se coloque consciente oinconscientemente ante el problema de los valores o disvalores de la realidad nacional? Significa-esta sera una primera respuesta- interferencia, interferencia entre dos escalas de valores: losticos y los estticos. Estamos pues, tericamente ante un problema mucho ms amplio que el dela autocrtica. Por eso lo que sigue no puede ser ms que una primera aproximacin.

    El inters que la literatura argentina de (pos)guerra ha suscitado no se explicara si la respuesta delos escritores hubieran sido tan solo polticas. Como siempre, hay obras ms o menos logradas.Pero en general, los autores que escribieron sobre Malvinas supieron evitar la trampa mspeligrosa de toda literatura comprometida: someter la literatura a la poltica y afirmar de estemodo la supremaca de la poltica sobre la literatura. Los autores de Malvinas conocieron esteprincipio y han sabido alejarse de la poltica y enarbolarse detrs de un discurso autocrtico, enmuchos casos severo y corroedor.

    Nuestra base es un corpus de diez textos, cinco novelas, cuatro cuentos y una novela corta. BeatrizSarlo (1987: 38) seala que construir un corpus es inevitablemente una operacin que privilegiaformas de significar, tipologas, temas ideolgicos. La eleccin de nuestro corpus haexperimentado dicha operacin de seleccin. El objetivo de este trabajo es analizar las distintaspercepciones de la guerra que tuvieron los escritores argentinos durante estos 25 aos y cmo serepresent -y representa- la guerra de Malvinas a travs de la literatura. Lo interesante es observarcmo fueron evolucionando -o no- distintos tpicos: la figura de los soldados argentinos, de losenemigos, de las islas y los isleos.

    Contexto de produccin de los escritores

    La mayora de los escritores que vamos a analizar han producido despus de la guerra, a finales dela dcada del 80 y durante todos los 90. Una excepcin la constituye R. Enrique Fogwill(1994) con su novela Los pichiciegos, escrita en 1982, plena guerra de Malvinas. Tambin vamosa estudiar algunos textos de Belgrano Rawson (2007), escritor que estuvo en Malvinas y que, en2007, -con motivo de 25 aniversario de la guerra- visit las islas y escribi tres nuevos relatosmuy interesantes: La casa de John, Darwin y El misil.

  • Sin embargo, la literatura de Malvinas no se agota en los noventa, ni queda relegada como un temaexclusivo de los que la vivieron, sea en las islas o desde el continente. Escritores jvenes -que parael momento de la guerra eran apenas unos nios- retoman este tpico. Es el caso de Patricio Pron(2007) con su novela Una puta mierda, donde lleva la autocrtica y el absurdo a un extremo que,incluso, incomoda al lector.

    Todas estas novelas se escribieron en democracia. Solo Los pichiciegos, de Fogwill (1994) seescribi durante la dictadura, o lo que quedaba de ella. No obstante, la novela de Fogwill circulen forma de manuscritos hasta su primera edicin en 1983 .

    La literatura sobre Malvinas es, relativamente escasa y poco leda. En alguna medida este hecho seexplica por lo sensible que contina estando la sociedad argentina respecto a este tema. Si durantelos noventa, la causa de Malvinas pareca casi olvidada, hoy a vuelto a resurgir con ms fuerza. Laidea de la guerra justa, pero mal manejada, es una idea vigente aun hoy.

    La autocrtica que plantea la literatura moviliza al lector, rompe los mitos de los hroes deMalvinas y de nuestra queridsimaperla austral. Tergiversaciones del himno de Malvinas comolas que hace Carlos Gamerro (2004) en su novela Las Islas, no son fciles de leer en Argentina.Por ejemplo:

    (...)-Tras un manto de neblinas/ No las hemos de olvidar / Las Malvinas, argentinas...

    Yo mova los labios, mecnicamente, discretamente alternando la segunda lnea a nos las hemosde olvidar, y salt, tambin automticamente, cuando termin y todos empezaron conel que nosalta es un ingls (...). (p. 284) [la negrita es ma]

    Habiendo, apenas, delineado el contexto de produccin y de recepcin de estos textos, consideropertinente comenzar el anlisis de los ejes temticos expuestos en la introduccin.

    La figura de los soldados argentinos

    Dos versiones de la guerra circularon en Argentina: la versin triunfalista y la del lamento. Laprimera es la que se construy durante la guerra. Frases como la de Videla nuestra banderanunca ser atada al carro de los enemigosperduran hasta la actualidad en el imaginario colectivo.La versin del lamento viene despus, se consolida una vez perdida la guerra. Es la versin quecrea vctimas. Anti-imperialista y anti-militarista, los soldados de Malvinas ya no son soldados,son los grandes hroes, guerreros de la causa americana.

    Estos dos discursos no se oponen, trabajan en una estructura binaria. Son los grandes relatosargentinos, megatextos, desde los que se escribe la historia sobre Malvinas.

    Dentro de un contexto dominado hasta el da de hoy por estas dos versiones, la literatura es la que

  • no se ata al carro de los grandes megatextos. La literatura aborda el tema de la guerra deMalvinas desde la posmodernidad: los grandes relatos son deconstruidos, no hay relatos queexpliquen toda la realidad.

    Con esa perspectiva posmoderna Fogwill (1994), en 1982, plena guerra, escribe su novela LosPichiciegos . Los pichis son una colonia de sobrevivientes, de desertores, de la que se hanausentado todos lo valores, excepto aquellos que puedan traducirse en acciones que permitanconservar la vida. Si el nudo de la guerra es liquidar al enemigo, el nudo de la colonia de los pichises evitar, a toda costa, que esto suceda con ellos. Los pichis parecen, a primera vista, una tribu. Sinembargo, su lazo es efmero: durar lo que dure la vida de cada uno de ellos. No poseen unaidentidad propia, los une la necesidad. Su memoria juntos se remonta a la invasin de Malvinas.Comparten, a lo sumo, chistes, ancdotas contadas en la oscuridad de su trinchera-refugiosubterrneo. La guerra ha destruido en ellos la idea de nacin. De esa nacin, lo nico queconservan los pichis es la lengua, que los diferencia de los otros, del no yo (Todorov 1982), losingleses. Pero estos ingleses, no son enemigos, son -literalmente- los proveedores de los pichis,con ellos comercian comida, cigarrillos, gas, etc. Los pichis no son hroes, sino anti-hroes:pcaros en Malvinas.

    Fogwill muestra la paradoja de la guerra. La guerra de Malvinas fue para la dictadura militar unaocasin para intentar la construccin de una identidad nacional indispensable a la supervivenciapoltica de su rgimen.

    Los pichis, cobardes desertores, no mueren en el campo de batalla. Fogwill no intenta mostrar alos Hroes de Malvinas, al contrario, desmitifica esta figura. Sarlo (1994) seala al respecto:

    (...) la novela no quiere demostrar nada y sus personajes no estn en condiciones ideolgicas nidiscursivas para reflexionar. Los pichis carecen absolutamente de futuro, caminan hacia la muerte(...)

    Y as es, los pichis mueren en su encierro subterrneo, envenenados por una fuga de gas. El pichique cuenta la historia es el nico que se salva, y admite que Si lo recuerda bien, llor un poco.La novela de Fogwill, escrita en plena guerra, muestra stas verdades. En la guerra no existe laidea de nacin, los bandos estn desdibujados, los pichis comercian, como en un mercado depulgas, con los ingleses. El enemigo no existe.

    Con casi diez aos de diferencia entre un texto y otro, Rodrigo Fresn (1998) publica Lasoberana nacional. En este cuento, convergen tres historias distintas. En primer lugar, se narra laexperiencia de Alejo un soldado argentino, de familia mitad inglesa, que se encuentra con unGurka. Alejo habla un perfecto ingls, conversa y fuma con el Gurka. Despus de discutir -entrminos amistosos- quin es prisionero de quin, el Gurka se empea en que l es el prisionero.(...) YO-SOY-TU-PRISONERO- Repiti pronunciando con maysculas y golpendose el pechocon la mano abierta. Intent convencerlo de que no le convena. (...) (p.2). Cuando el Gurka tratade ayudar a su nuevo amigo argentino a levantar el arma, sta se dispara sola. En el cuartelargentino reciben a Alejo, asesino del monstruo, como un hroe.

  • La segunda historia es la de un soldado argentino, que viaj a Malvinas, como voluntario, paratener la posibilidad de entregarse prisionero a los ingleses y poder viajar a Gran Bretaa a cumplirsu sueo: ser telonero de los Rolling Stones.

    En el ltimo caso, Fresn narra la historia de un soldado que viaj a Malvinas con el objetivo deconvertirse en hroe. En Argentina, su realidad es otra: mat a su mujer y al amante de sta.

    Tres historias que desmitifican la imagen de los hroes que luchan por la patria. Cada uno tienesus intereses personales, muy alejados de ladefensa de la soberana nacional. Los motivos paraestar en Malvinas oscilan desde la mala suerte de Alejo, que fue convocado a la Colimba , hasta elinters frvolo del segundo por irse a Inglaterra para ver a los Rolling y quizs convertirse entelonero. El tercer soldado es el nico que tiene la meta de convertirse en hroe, pero solo para queno lo condenen por asesino cuando vuelva al continente.

    A estas tres historias lo nico que las une es la situacin espacio-temporal: Malvinas y el sargentoque les toc en suerte, el sargento Rendido.

    En la Novela Las Islas de Carlos Gamerro (2004), la visin de los soldados argentinos es mscruda an. Es difcil poner en pocas palabras la visin de la guerra que se presenta en esta novela,de ms de 600 pginas en su primera edicin, en 1992. Como el propio autor reconoci, la novelafue concebida como un policial negro, en donde la figura del detective es reemplazada por la de unHacker. La accin transcurre en 1992, Felipe Flix, el hacker, es contratado por el empresarioFausto Tmerlan para hacer un trabajo. Su hijo Csar ha cometido un crimen; tir, en un episodiobastante confuso, a un hombre desde las alturas de la torre vidriada de sus oficinas. La misin quele encarga Tmerlan a Felipe es clara: violar los archivos de la SIDE y conseguir los nombres delos 25 testigos que vieron el crimen desde el edificio del frente antes de que los enemigos deTamerln aprovechen la tontera cometida por su hijo para ponerlo en aprietos. Despus de queFelipe acepta el trabajo, que har por diez mil dlares, se produce el primer encuentro con losex-combatientes de Malvinas y el tema de la guerra. Para ingresar a los archivos de la SIDE,donde Felipe prest servicios, se le ocurre cumplir una vieja promesa que le haba hecho a unmilitar veterano de Malvinas que trabaja all: hacer un videogame de la guerra.

    Gamerro (2005) asegura:

    (...) Tambin tropec con la dificultad al intentar contar la historia militar de Malvinas: lasarmas, las batallas, los barcos... Nada ms aburrido en una novela; nada adems ms alejado de laexperiencia de un soldado cuya perspectiva de la guerra era la que le ofreci durante dos meses unpozo de zorro. La solucin, nuevamente, provino del imaginario tecnolgico que rega la novelaen su totalidad: contar la guerra de Malvinas convirtindola en un videogame, que adems estarreglado para que ganen siempre los argentinos (...) (p.1).

    En Gamerro aparece de nuevo la idea de la guerra sin sentido, de los soldados que luchan porsobrevivir. El videogame se convierte en la nica posibilidad que tienen los ex-combatientes de

  • recuperar, aunque sea virtualmente, las islas. Un pasaje dramtico en la novela ocurre cuando unode los ex-combatientes llama a Felipe desesperado porque el videogame no funciona bien, y acabade perder, de nuevo, contra los ingleses.

    En Gamerro, todo es simulacin, farsa. Otro ejemplo es el captulo La vigilia , donde lasimulacin se lleva al extremo. Los ex-combatientes se renen en ocasin del cumpleaos de unode ellos. El pastel tiene forma de islas y sabe a turba. No es una gesta es una ingesta. Simulan unanueva invasin, en los Bosques de Palermo. Otro de los soldados, verdadero ex-combatiente, luceun nuevo uniforme que compr en la galera que atraviesa subterrneamente la Avenida 9 de Julio.Un soldado verdadero, con uniforme falso, a eso se reduce ser veterano de Malvinas. Gamerroaleja y vuelve, simula y no lo hace.

    Emiliano, uno de los ex-combatientes que est en el Borda, dice:

    (...) Sabs por qu, diez aos despus, seguimos disfrazndonos de esta manera,reunindonos para organizar expediciones imposibles, reconstruyendo hasta el segundo cado unode aquellos das que lo mejor sera olvidar? Estamos infectados, entends, la llevamos en la sangre,y nos morimos de a poco, como los chagsicos. No las vistes, son iguales que plipos? Cadaao que pasa, se extienden un poco ms, como esas manchas en la pared. Trauma de guerra,trauma de guerra, no es tan fcil. Estamos enamorados hasta la mdula, y las odiamos. Fetichistas,adoramos una foto, una silueta, una bota vieja. No es verdad que hubo sobrevivientes. En elcorazn de cada uno hay dos pedazos arrancados, y cada mordisco tiene la forma exacta de lasislas (...) (p.337)

    As, Gamerro nos introduce en una historia que, con muchos toques de ciencia ficcin, poseeconstantes raccontos hacia julio de 1982. La guerra se sigue viviendo como trauma, la idea devolver, de tomar las islas de nuevo, sigue estando presente. Son ex-combatientes que no dejaronde estar all, en Malvinas, que hablan un lenguaje distinto al de los dems. Las Islas cuenta laguerra que se sigue librando en cada ex-combatiente a diez aos del enfrentamiento real.

    Siguiendo esta lnea de la simulacin, podramos nombrar un texto de Juan Forn (1992),Memorndum Almazn. Cuenta la historia de un sobreviviente de Malvinas, mudo, que llega apedir trabajo a la Embajada Argentina en Chile. Consigue el puesto, y va ganando cada vez msaceptacin en dicha institucin. El ex-combatiente se maneja solo con papelitos, all escribe lo quequiere o necesita decir. Hasta que un da, en una fiesta, cocinando unos langostinos, se quema conaceite caliente y empieza a gritar con inconfundible acento chileno. l es un impostor, elverdadero Almazn est totalmente loco, y perdido en la Cordillera de los Andes. Por eso elchileno tom la identidad del ex-combatiente y, como saba que en Argentina los veteranos deMalvinas estaban olvidados, dese probar suerte en Santiago de Chile. Otra historia donde ya nisiquiera hay veterano reales, todo es un simulacro. El verdadero veterano es el que est loco, fuerade la realidad, el verdadero Almazn contina en Malvinas.

    El ltimo texto a analizar es el cuento de Eduardo Belgrano Rawson (2007), Darwin. Solo unamencin basta para comprobar que la visin es la misma. Aqu, la trama es distinta, la constituyen

  • las reflexiones de un soldado argentino, enterrado en Malvinas, que habla desde su tumba.Recuerda la guerra, a sus compaeros Llamarada Fernandez y al Ruso, mientras turistas detodo el mundo visitan el cementerio. Piensa en posibles epitafios para sus amigos y en quin habrganado la guerra. El narrador habla de los Gurkas, de los isleos, de los turistas que siempre llegany que, parados frente a las lpidas-cruces, juran que el prximo ao se irn de vacaciones a LasCanarias.

    Malvinas aparecen como tema recurrente hasta despus de la muerte, es el trauma de la guerra unavez ms. Ahora desde la perspectiva de un cadver argentino enterrado en Darwin, FalklandsIslands.

    A partir del anlisis de estos textos, podemos volver a formularnos la pregunta cmo sepercibi desde la literatura al soldado argentino que combati en Malvinas? Las conclusiones sonlas siguientes:

    Desmitificacin de los hroes, en ningn texto sobre Malvinas los soldados argentinos serepresentan como hroes. La figura de los hroes de Malvinas se difunde a travs del discursooficial , del testimonio de los ex-combatientes y del cine, por ejemplo, con la pelcula Los chicosde la guerra de Bebe Kamn (1984).

    La literatura muestra soldados egostas, desertores, veteranos trastornados, vctimasinnecesarias. En algunos casos, como en Mamorndum Almazn, ya ni siquiera se cuenta lahistoria de un soldado argentino, sino la de un impostor chileno.

    Para los escritores argentinos la guerra no tiene sentido, la causa justa que se promueve desde eldiscurso oficial no existe. Los soldados argentinos son enfermos, los agobian los traumas intilesde una guerra igualmente intil.

    Los enemigos

    Como postulamos en el apartado anterior, la literatura sobre Malvinas deconstruye los grandesrelatos sobre la guerra. En lo que respecta a las representaciones del o los enemigos, sucede lomismo.

    Si el discurso oficial mostraba a los ingleses como los enemigos, ilegtimos propietarios de lasislas, piratas usurpadores. La literatura, en cambio, mostrar a los otros enemigos: los militares.De nuevo la autocrtica, en este caso, exacerbada.

    Es necesario retomar la novela Los Pichiciegos, de Fogwill (1994). Los Pichis en su esconditesubterrneo discuten la cifra de muertos durante la dictadura. A cuntos mand a fusilar Videla?Diez, quince mil, no importa, muchos. Recuerdan tambin a Firmenich y a la poca en que Chileeracomunista. Los Pichis no hablan de los cados en la guerra, ellos estn en la guerra pero a la

  • vez no estn. Sobreviven y la culpa de su penuria la tiene los militares, no los ingleses. LosHarriers sobrevuelan el refugio de los pichis, pero ellos slo comentan las distintas formas en quelos militares torturaron y mataron a los subversivos. Si los fusilaron, si los tiraron al ro con losaviones de la marina, etc. El no-luchar de los pichis se convierte en una lucha contra los militares.La guerra por la patria que los llev a Malvinas no existe. La guerra est en el continente, ellosson una excusa apenas. El miedo es el motor de accin de las pichis: el miedo a la realidad que lestoca vivir y el miedo al miedo, que no desaparece nunca.

    En La soberana Nacional, Rodrigo Fresn (1998) tambin establece quines son los enemigos. ElGurka con quien se encuentra Alejo no es el Gurka-monstruo que circulaba en el imaginariocolectivo. Al contrario, la escena en la que ni el Gurka ni Alejo quieren ser captores el uno del otroes, hasta cierto punto, conmovedora, por decirlo de algn modo. El sargento Rendido es quienaparece ridiculizado. Es un pobre sergordo, milico y con ese nombre. Rendido, dice el soldadofantico de los Rolling Stones, est ms o menos a cargo de nosotros (...) . De nuevo sedenuncia esa falta de conduccin, carencia de preparacin para la guerra.

    Patricio Porn (2007), en su novela Una puta mierda, exacerba esta critica de los militares hasta elabsurdo. En un episodio el un soldado herido est en el hospital y un militar llega con una listapara saber quin es el internado. El oficial se tropieza antes de entrar, tienen que ayudarlo. Luegotodo se transforma en una verdadera comedia de enredos. El oficial tiene una lista, su ayudanteotra. En ninguna de las dos listas est el herido, pero si hay nombres de soldados muertos, o degente que nunca estuvo en Malvinas. El quid pro quo dura ms de cuatro pginas. Hasta que eloficial, cansado, pregunta:(...) Me pueden decir quin es el responsable de estos registros?,el oficial escupi restos de madera y grafito. Usted seor, respondi el primer ayudante (...)(p.56).

    La crtica es clara, de nuevo el oficial incompetente, masticando lpices, tropezndose. Aqu losingleses no aparecen. Patricio Pron describe una guerra en la que nadie sabe bien por qu se pelea.El enemigo es invisible y desconocido. Novela blica tragicmica donde las bombas quedansuspendidas en el aire, los abatidos pueden pertenecer a uno u otro bando, los personajes llevannombres de figuras literarias. Adems los militares usan el dialecto ibrico, ni si quiera hablancomo argentinos. Esto deviene en imposibilidad de ubicar el campo de batalla. Prondesterritorializa la accin. Esta novela es una escritura sobre las distintas escrituras de Malvinas.

    La ltima novela que podemos analizar en este apartado es A sus plantas rendido un len, deOsvaldo Soriano (1986). Como explica el autor en la nota introductiva, el ttulo es un verso (de laversin antigua) del Himno Nacional Argentino: el len que se rinde es el Reino Unido,derrotado en las fracasadas invasiones inglesas de 1806 y 1807. La novela cuenta la historia de unCnsul argentino en Bongwusti, un remoto pas de frica, que libra su propia batalla contraInglaterra. La accin transcurre, lgicamente en 1982. Al mismo tiempo, en Europa nace unaconspiracin para convertir a Bongwusti en una Repblica socialista. Otro argentino participa enella y ambos compatriotas, junto a otros inolvidables revolucionarios, configuran una tramadelirante. Como Soriano dijo en una ocasin, la novela termina siendo una novela de aventuraspolticas en frica, ambientada en plena guerra de Malvinas. El personaje principal es un cnsul

  • que empieza a preguntarse qu hara el general San Martn en su lugar. El contexto se completacuando un grupo de africanos quieren hacer una revolucin del desorden.

    El pas es inventado. No tiene mar: es la miseria total. Lo nico que tiene es un lago, con una islitaenfrente donde est el prostbulo. A ese pas sin futuro, Soriano le transpone la realidad argentina.Y la idea que seguimos teniendo de frica como el fin del mundo se une con ese otro fin delmundo que son las Malvinas. En esta novela, no hay combatientes, la guerra se contempla desdelejos, los hroes se construyen lejos del campo de batalla, mientras libran, a su vez, otras batallas.

    En este punto podemos preguntarnos Quines fueron los verdaderos enemigos? Si el discursooficial afirma que fueron los ingleses, la literatura tiene a abolir esta idea.

    Los enemigos fueron los militares, el gran enemigo fue, ms bien, la dictadura. En este sentido,los textos que hablan sobre Malvinas son todava textos de narrativa poltica en contra del procesomilitar.

    La imagen de los ingleses casi no aparece, y si lo hace, no son antagonistas. Si seguimos aClaude Bremond (1970), los ingleses se convierten en aliados de los argentinos.

    Las islas y los isleos.

    Los escritores argentinos no han olvidado que las islas no estn ni estuvieron desiertas. Mucho seha discutido sobre los derechos de autodeterminacin de los Kelpers y sobre el status colonial queles ha otorgado Inglaterra, hasta no hace mucho tiempo.

    No obstante, la vida de los isleos ha sido siempre, no solo para los argentinos, sino tambin paralos ingleses, un misterio. Habitantes de unas Islas remotas, polmicas, testigos de la guerra, esmuy poco lo que sabemos de ellos. Los escritores argentinos, desde la autocrtica de un pas quehasta el da de hoy no deja de reclamar unas islas ocupadas por gente que no se siente argentina,han tratado de reflejar lo que pudo o puede sentir un habitante de Falklands.

    En este sentido, la novela de Ral Vieytres (1999), Kelper, es bastante crtica. Un relato policial,lleno de crmenes, mentiras y traiciones. Cul es la delgada frontera que separa a un hroe deun asesino? Se pregunta Bresley, tpico exponente de de la poblacin Kelper: un estanciero quecuida de sus ovejas y su familia y que se refugia en el alcohol y los ocasionales servicios de unaprostituta filipina para huir de la monotona; un defensor acrrimo del capitalismo inglsconvencido de que el reclamo argentino es completamente absurdo:

    (...)- Traidores enreguistas!- me puse rojo de ira- Ese Catcher debera haber sido expulsadode la isla mucho tiempo antes de que lo mataran! Ustedes mismos deberan haberlo hecho,capitn! Fjese, los argies argumentan que las Falklands les pertenecen, aunque jams habitaronaqu! En funcin de qu? De las malditas doscientas millas marinas? Gran Bretaa queda

  • mucho ms cerca de Francia que las Falklands de la Argentina, pero a ningn francs se leocurrira reclamar la soberana de Inglaterra! Los cimientos de la nacin son culturales! (...)(p.188).

    Con argumentos bastante cuestionables, la novela ve el enfrentamiento armado desde laperspectiva de un Kelper que vive recluido en su isla y para quien los argentinos continan siendouna amenaza. El personaje central de la trama es el estereotipo de Kelper que imagina Vieytes. As,Bresley -el protagonista- es un hombre que pretende estar aislado, que no quiere que las cosas semuevan, quiere ser siempre el mismo a toda costa, y si tiene un perro nuevo le va a poner elmismo nombre que el perro anterior.

    Cabe destacar el registro que utiliz autor para redactar Kelper. El texto est escrito en castellanoneutro. Ms bien, como si fuese una traduccin al castellano, un castellano totalmente distinto alde los argentinos.

    Desde este tipo de enfoque que intenta reproducir o imaginar la visin que tuvieron y tienen loskelpers de la guerra, el cuento de Eduardo Belgrano Rawson (2007), La casa de John, constituyeuna obra ineludible. El relato tiene como protagonista a John, un isleo que estuvo en Malvinasdurante la guerra, junto a su esposa y sus pequeos hijos. En su casa, una de la casa ms resistentede las islas, se refugiaron otros isleos. Pero la penltima noche de la guerra John narra la muertede varios de ellos, tras un ataque llevado a cabo por un militar ingls infiltrado en el EjrcitoArgentino. Dos aos despus de la guerra, John se traslada a Inglaterra con su familia, pero nologran sentirse cmodos.

    (...) Un buen da se present se present la oportunidad de volver a Malvinas para seguirenseando. Los chicos estaban entusiasmados, pues apenas tenan memoria de su vida enSudamrica (...).

    En el cuento de Belgrano Rawson, los personajes no son Kelpers orgullosos como lo era Bresley,por ejemplo. Hay un problema de identidad, los nios apenas recuerdan su vida en Sudamrica. Las Malvinas son Sudamrica? El nuevo restaurante en Falklands se llama Malvinas House, yJohn admite que le gusta ms ir a Buenos Aires y perderse en la calle Florida, que estar en Londres.

    (...) Un da, John estaba con su hija en la vereda, mirando a los argentinos que marchaban amontones, cuando ella le pregunt: Son hombres malos?No, dijo John.Son hombresatrapados en una mala situacin Es lo que John Fowler pensaba entonces y todava sostiene.Estaban todos compartiendo una situacin triste e innecesaria (...).

    Inclusive el narrador cuenta un episodio en el que un soldado argentino, Miguel Savage, se llev un pulver de una granja vaca cuando estaba en las islas, durante la guerra. Luegoaclara que, cuando John lo conoci, muchos aos ms tarde, Miguel haba vuelto a las islas paradevolver el pulver.

  • De nuevo los bandos se desdibujan. Los kelpers solo ven vctimas y se sienten ellos mismosvctimas innecesarias.

    Lgicamente estos textos son solo ficcin, nadie sabe realmente lo que sucedi y sucede en lasMalvinas/Falklands Islands.

    Conclusin

    Dice Karl Kohut (1989:9):

    (...) La literatura forma parte del campo social. Por eso la alternativa literatura o poltica es tansolo aparente. Lo que cambia son las relaciones entre ambos trminos. En una poca en que lapoltica pretende dominar la totalidad de la vida, reprimiendo la libertad, la literaturanecesariamente se politiza ms. El problema de los escritores consiste entonces, en evitar laapropiacin, en mantener cierto margen de autonoma, para que la literatura siga siendo libertad.El mrito ms grande de la literatura argentina de los ltimos decenios consiste en que sus autores,defendiendo la libertad literaria, resistieron la represin y combatieron por la libertad de todos(...).

    En este contexto, y tras un anlisis de las obras estamos en condiciones de afirmar que la literaturasobre Malvinas cumpli un rol fundamental desde el inicio. Es gracias a esa libertad, a esacapacidad de mantener su autonoma respecto a la poltica, que el proceso autocrtico llevado acabo por la literatura signific deconstruir los grandes relatos de la guerra. Aunque deconstruirimplique aceptar una realidad dolorosa y hacer un mea culpa.

    Este trabajo no pretende ni pretendi incurrir en el catlogo. La intencin fue mostrar lapercepcin de la guerra que tuvieron los escritores argentinos. El corpus fue significativo, aunquemuchos textos bastante difundidos no fueron analizados. Es el caso de La causa justa deLamborghini, La flor Azteca de Nielsen o Bandera en los balcones de Daniel Ares, por nombrarsolo unos cuantos ejemplos.

    Tampoco intentamos argumentar a favor de Argentina, ni de Inglaterra, ni de los Kelpers. Alcontrario, a travs del anlisis literario tratamos de mostrar cmo los bandos se desdibujan. Nohay hroes ni culpables.

    Debemos recordar que la crtica hacia los militares en muchos casos es una crtica que trasciendeal mal manejo de la guerra, es una crtica hacia la dictadura, a los aos de terror vividos en el pas.La guerra solo fue el comienzo del fin para los militares argentinos.

    Con seguridad podemos afirmar que el tema de Malvinas no ha terminado de contarse. Laliteratura seguir narrndolo, desde nuevas aristas, con nuevas preguntas y, quizs, nuevasrespuestas.

  • Por ahora la tarea es empezar a leer y a difundir esta literatura, aunque las heridas no hayansanado an. Tal vez en el futuro llegue el momento en que dejemos de hacer memoria, yempecemos a darle lugar a la historia. Ser entonces cuando estos textos se conviertan encondicin sine qua non para interpretar y comprender nuestro pasado.

    Hecho por Lilaluis