Jubilarse vienede júbilo

Guía para

Vivir Mejor

Jubilarse vienede júbilo

Me llamo Txomin. Tengo 67 años y llevo 2 jubilado. Tengo dos hijas y tres nietos. Me dan vueltas en la cabeza muchas ideas; unas buenas, otras menos buenas y alguna que… bueno, mejor olvidar. Un amigo me ha animado a escribir mis pensamientos en esta especie de diario. No sé ni por dónde empezar. Ya veremos lo que sale.

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Me llamo Txomin. Tengo 67 años y llevo 2 jubilado. Tengo dos hijas y tres nietos. Me dan vueltas en la cabeza muchas ideas; unas buenas, otras menos buenas y alguna que… bueno, mejor olvidar. Un amigo me ha animado a escribir mis pensamientos en esta especie de diario. No sé ni por dónde empezar. Ya veremos lo que sale.

Mi nombre es Carmen. Tengo..., bueno, 66 años. Y estoy jubilada. Aunque muchas mujeres nunca nos jubilamos del todo. Siempre hemos tenido una doble jornada laboral. Ahora que estoy jubilada no sé cómo va a ser mi vida. Tengo tres hijos y dos nietas. Me han invitado a escribir un diario para contar cómo voy avanzando. A ver si lo sé hacer.

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Siempre me producía mucha inquietud que me recordaran que me iba a jubilar. Los últimos meses de trabajo fueron un sinvivir. Me hacía muchísimas preguntas, aunque deseaba que llegara el momento. Treinta y cinco años en la empresa ya eran suficientes como para merecer un descanso y poder dedicarme a hacer lo que quisiera. Pero trataba de imaginar el futuro y sólo veía un gran vacío. A menudo me despertaba con pesadillas en las que aparecía un precipicio, y yo manteniendo a duras penas el equilibrio sobre él. También sentía unagran felicidad: ¡por fin, podré hacer lo que quiera con mi tiempo!

Lo cierto es que los primeros días, e incluso los primeros meses, me sentía desorientado. No sabía qué hacer, la casa se me caía encima, veía la calle llena de personas extrañas, los lugares me parecían distintos a como los veía cuando salía del trabajo y los fines de semana no tenían nada de excepcional.

Al final del primer año, leyendo un periódico me fijé en lo que llamaban “esperanza de vida”. Si las cosas iban bien, ¡me quedaban un montón de años por delante! Es decir, dispondría de muchos años para disfrutar. Esta certeza fue como un chasquido en mi mente que me hizo saltar de la butaca y decirme a mí mismo: “¡menuda suerte!”.

Pensé que era importante que nuestras vidas, la de mi esposa y la mía, tuvieran un nuevo sentido. Que diéramos un cambio e hiciéramos de nuestras vidas, de nuestra casa, de nuestra familia, del barrio y de MI

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nuestro gran hogar para vivir mejor, disfrutando de cada momento, de cada iniciativa,… en definitiva, de la buena vida.

Seguramente tendremos que cambiar nuestro ritmo de vida, ampliar nuestro círculo de amistades, buscar nuevas aficiones que sean gratificantes y que nos ayuden a mantenernos en actividad y con una buena calidad de vida.

Decidimos hacer interesante esta nueva etapa. Pensar en cómo organizarnos y en cómo mantener nuestro cuerpo y nuestra mente activos. Pensar en nosotros dos y hacer una apuesta no sólo por vivir juntos, sino por apoyarnos, ayudarnos y darnos cariño. Recuperar antiguas amistades de las que nos habíamos alejado sin apenas darnos cuenta. Cuidar nuestro cuerpo y disfrutar de una alimentación equilibrada que nos proporcione la energía necesaria.

En fin, que la jubilación no dejara sin sentido nuestras vidas, sino que nos permitiera descubrir todo un mundo de nuevas posibilidades.

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Abre un mundo nuevo de posibilidades en nuestras vidas.

Nos permite organizarnos a nuestro gusto.

Ayuda a recuperar amistades.

Nos anima a vivir en nuestro hogar de formas nuevas.

Es un tiempo para apoyarnos mutuamente, ayudarnos y abrirnos a las demás personas.

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MI JUBILACIÓN Carmen¡Quién me iba a decir que me iba a jubilar! La verdad es que estaba deseando que llegara el momento. También es cierto que lo temía, porque me conozco. Pensaba que iba a ser una explosión de alegría y me vi los primeros días encerrada en casa, ¡haciendo limpieza general!

Cuando estaba todo el zafarrancho montado me dije a mí misma y le dije a Tomás, mi marido, a quien había convertido en chico de los recados y peón de apoyo: ¡Esto no puede seguir así; para esto no me jubilo! Si a eso acompañamos la gesticulación, los trapos al aire y todos los cacharros por el suelo, aquello me sonó como un grito revolucionario.

Fue el momento en que decidí que debíamos dar un cambio en nuestras vidas. No podía ser que la jubilación nos llevara a encerrarnos en casa a hacer una y otra vez las tareas del hogar. Y que, encima, como teníamos más tiempo, nos dedicáramos a más tareas. ¡Esto no era lo que había esperado con tantas ganas!

Así que nos decidimos a dar un cambio, a buscar un nuevo sentido a nuestra vida: ¿qué hacer con ella?, ¿cómo, respetando el ritmo de cada cual, construir un futuro en el que nos sintamos a gusto?

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También pensamos en nuestra salud, que era bastante buena; en cómo mantenernos en actividad, en prevenir enfermedades y deterioros que pueden ir apareciendo con la edad; en hacer de nuestro tiempo libre una ocasión para crecer y realizarnos; en cómo sacar el máximo partido a nuestras pensiones… ¡Uf! ¡La revolución estaba en marcha!

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La JubilaciónPara pensar

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Nos permite ampliar nuestros intereses.

Es un tiempo para hacer de nuestra vida una experiencia divertida, instructiva, de crecimiento personal.

Nos da ocasión de sacar partido a nuestros recursos económicos mediante una buena organización.

Nos ofrece la oportunidad de cuidar la salud de nuestro cuerpo y nuestra mente.

Nos invita a pensar en cómo enriquecer nuestro tiempo y combinar la actividad y el descanso.

La JubilaciónPara pensar

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La jubilación es un tiempo nuevo lleno de posibilidades.

Las oportunidades están ahí; sólo hay que descubrirlas y mirar la vida con otros ojos.

Las personas mayores tenemos todo el derecho a dar a nuestra vida un nuevo sentido.

No podemos aceptar que nuestro futuro sea un tiempo dedicado a lamentarnos o para ocupar de cualquier manera. Somos dueños de nuestro tiempo y en él podemos crecer, ser felices y disfrutar.

Podemos continuar aprendiendo, vivir nuevas experiencias, tomar el control sobre nuestras vidas, cuidarnos bien, alimentarnos de manera racional, sin prisas, cultivar nuestro cuerpo y nuestra mente… En definitiva, querernos.

La jubilación es un tiempo para disfrutar de la buena vida, para gozar de una vida de calidad.

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PARA ACTUARSi aún no los conoces, visita los Centros culturales de tu municipio.

Acude a los Centros sociales e infórmate de las actividades que organizan.

Repasa tu agenda y señala las amistades con las que has perdido el contacto.Infórmate sobre las actividades físicas y/o deportivas a disposición de las personas adultas.

Piensa en actividades que te gustaría realizar: excursiones, coleccionismo, leer, escuchar música, cantar en un coro, salir a andar con amigas y amigos…

Contacta con el Servicio de Información y Orientación para Personas Mayores de los Servicios Sociales del Ayuntamiento.

© EDEX 2020Dirección: Roberto Flores • Autoría: Rafael Mendia • Diseño: estudionuvola.esISBN: 978-84-9726-557-7 • D.L.: BI-3476-09 • Todos los derechos reservados

Vivir Mejor es una colección de doce guías centradas en todo aquello que una persona mayor puede hacer para cuidarse, cuidar a las personas con las que comparte su tiempo y participar de forma activa en la vida social.

En cada guía, un hombre y una mujer imaginarios narran en primera persona su experiencia relacionada con el tema del que se trate (la salud, la amistad, el amor, la familia, etc.). A continuación se presentan diversas propuestas para pensar y para actuar.

El contenido de la guía que tiene en sus manos se centra en la experiencia de la jubilación.

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