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Grupo ACT Argentina Revista de ciencias conductuales-contextuales

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Grupo ACT Argentina

Revista de cienciasconductuales-contextuales

Horacio

N° 01 - 2015

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HoracioRevista de ciencias conductuales-contextuales

Distribución gratuita©2015 GrupoACTArgentina

www.grupoact.com.arLicencia Creative Commons 2.0

Contacto: [email protected]ón:

Fabián MaeroPaula José Quintero

Diseño: Fabián Maero

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ContenidosIntroducciónValidación emocional, qué es y cómo practicarlaActivación conductual en la vida cotidianaCrianza y conductismoFarmacología conductual¿Qué cuernos es el análisis funcional?La araña mental que afirma ser nosotrosLa psicoterapia como aplicación de los principios evolutivosEntrevista a Benjamin Schoendorff

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Horacio - N°1, 2015

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Introducción

¡Bienvenidos al primer número de Horacio, la revista irregular sobre terapias conductuales-contextuales!Este es un pequeño aporte desde Grupo ACT para difundir temas poco conocidos (o francamente poco interesan-tes), de las terapias conductuales-contextuales (o terapias de tercera ola, terapias de tercera generación, terapiasbasadas en mindfulness, como quieran llamarlas).La revista es gratuita (si han pagado por esto, pueden exigir que les devuelvan su dinero), pero sí aceptamos do-naciones en nuestra web www.grupoact.com.ar, para sostener los servidores web o incluso para que los autorespodamos darnos un lujo extravagante, tal como almorzar.Si tienen un artículo dentro de la temática que quisieran ver publicado aquí, pueden contactarnos a [email protected]. También pueden contactarnos allí por sugerencias de artículos, comentarios y demás.Esperamos que disfruten la lectura.

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o te preocupes.No es para tanto.Estas exagerando.No te podés poner así por eso.

No vale la pena estar triste.

Todos hemos recibido alguna vez comunicaciones simi-lares a éstas. Entonces, apenas las escuchamos, corre-mos a abrir la cajita de herramientas para “cambiar loque sentimos”, todos ilusionados, hasta que nos damoscuenta de que simplemente no podemos. La cajita re-sulta inútil, lo que sentimos es algo que no depende denuestra voluntad. Por supuesto que una vez que una emo-ción se ha disparado, contamos con varios recursos pa-ra elegir cómo responder a ella, pero esa es otra historia.Las emociones tienen siempre un disparador –un even-to que las precipita; que no podamos identificarlo des-de afuera no significa que la emoción surgió “de lanada”. Todos los seres humanos estamos preparados pa-ra experimentar todas las emociones ya que son partedel desarrollo evolutivo de nuestra especie y cumplenuna función. En este sentido no hay tal cosa como emo-ciones “buenas” o “malas”, “correctas” o “incorrectas”.Vamos a decirlo de entrada: todas las emociones que ex-perimente una persona son siempre válidas y tienen sen-tido.Demás está decir que la mayoría de las veces cuando al-

guien nos dice “no te preocupes, no es nada” está tra-tando de ayudar, de calmar, de aliviar. Sus intencionesson buenas pero probablemente provoque el efecto con-trario: hacernos sentir equivocados y dejarnos solos. Aesto le llamamos invalidar: comunicarle al otro que losiente es incorrecto, que debería sentir distinto, que noes comprensible lo que le pasa.Básicamente, lo que está detrás de la comunicación in-validante es la no aceptación de la experiencia emocio-nal del otro.Validar: una estrategia de Aceptación

Probablemente uno de los mayores aportes de la Tera-pia Dialectico-Conductual (DBT) haya sido la inclusiónde la Validación como una de las estrategias centralesdel tratamiento –si querés leer más sobre DBT clickaquí-. De hecho es una terapia que estimula la presen-cia de una “dialéctica” entre estrategias de validación(aceptación) y estrategias de cambio, mientras que lamayoría de las psicoterapias que conocemos están orien-tadas principalmente al cambio solamente.La validación por parte del terapeuta implica, de mane-ra resumida, comunicar al paciente que sus respuestasemocionales tienen sentido y son entendibles dentro desu historia y/o contexto actual (Linehan, 1993). El tera-peuta acepta las emociones del paciente y le comunicaesta aceptación. Aceptarlas implica identificar esas res-

Validación emocional¿qué es y cómo practicarla?

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puestas, tomarlas seriamente, sin desatenderlas ni trivia-lizarlas, con una actitud no juiciosa y describiéndolasde manera no peyorativa.Básicamente, cuando un terapeutaDBT utiliza estrategias de validaciónemocional lo que hace es alguna deestas cuatro cosas (o varias a la vez):1. Ofrece oportunidades para la ex-presión emocional: el terapeuta escu-cha, clarifica y valida las emocionessin juzgarlas, dándoles lugar. Esto implica lo contrarioa intentar controlar las emociones del paciente –inten-tar calmar las emociones rápidamente envía el mensajede que son algo que no tendría que estar ahí, algo de loque hay que deshacerse, justamente lo contrario a lo quese intenta al validar.2. Enseña habilidades de identificación y etiquetado deemociones: invita a observar con atención qué es lo quese está experimentando, a identificar los componentesde la emoción (disparadores, sensaciones corporales,impulsos de acción) y a poder nombrarlas.3. Lee las emociones: para esto es necesario que el te-rapeuta conozca bien al paciente y esté familiarizadocon su cultura y contexto. Leer las emociones implicaque con pocos elementos –como el evento precipitanteo cierta postura corporal- el terapeuta puede darse cuen-ta de cuál es la emoción que puede estar sintiendo el pa-ciente y comunicárselo a modo de hipótesis. Esto es casisiempre validante ya que comunica que la respuesta emo-cional del paciente es normal y entendible.4. Comunica la validez de la emoción: el terapeuta co-munica que esa experiencia emocional es comprensible.Existen dos tipos de comprensión que puede comuni-car. La primera es comunicar que la mayoría de las per-sonas responderían a la situación disparadora de laemoción de la misma manera. La segunda es comuni-car que la emoción es comprensible dadas sus experien-cias pasadas de aprendizaje –incluso cuando otroshubieran reaccionado diferente, es entendible dentro deese contexto.Validación en la vida cotidiana

Podemos definir entonces a la validación como una prác-tica de aceptación profunda de las emociones del otrosin juzgar, sin aconsejar, sin intentar cambiar nada enese momento. Cuando validamos, corroboramos la im-

portancia de lo que siente la otra persona y lo tomamoscomo algo legítimo. En definitiva: comunicamos quenos importa su experiencia.

No tenemos que estar de acuerdo pa-ra validar, ni pensar que nosotrosreaccionaríamos igual. Tampoco esnecesario que nos parezca lógica larespuesta emocional. Si asumimosque todas las respuestas emocionalesson producto de una historia de

aprendizaje y un contexto particular, podremos enten-der que son siempre válidas, aunque no comprendamosdel todo esa respuesta particular.Tenemos muy buenas razones para practicar validacióncon las personas que tenemos a nuestro alrededor. Lavalidación construye confianza y aumenta la intimidaden los vínculos, disminuye la sensación de aislamientoy alienta a que el otro experimente y acepte sus emo-ciones.La práctica de la validación suele generar también unaumento de la capacidad para la auto-validación emo-cional. Respetamos las emociones de los otros y tam-bién las propias, aceptándolas como parte de laexperiencia de ser humanos.¿Cómo la practicamos?

1) Prestando atención, escuchando al otro, mirándolo alos ojos: escuchar lo que dice atentamente, observar susgestos, su tono de voz, su postura corporal; estar atentoa lo que el otro expresa sin pensar en la respuesta quedarás.2) Aceptando con mente abierta la experiencia emocio-nal del otro: cualquiera que sea la emoción que está sin-tiendo, es su emoción, y puede incluso ser dolorosa peroeso es parte de la condición humana. Es importante ha-cer lugar a todas las emociones, todas tienen un sentido.3) Identificar las emociones del otro y dar una respues-ta empática sin aconsejar: aconsejar implica que algo dela situación debe cambiar, muestra que nos cuesta tole-rar la presencia de la experiencia emocional. Si la otrapersona no ha pedido consejo, darlo puede resultar in-validante ya que puede dejar ver que consideramos queel otro no sabe cómo resolver sus problemas.4) Ofrecer compañía: ofrecele permanecer a su lado du-rante la experiencia emocional; si no estás seguro de queeso es lo que el otro desea podés preguntar si desea es-

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No hay tal cosacomo emociones'buenas' o 'malas'

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tar solo, si quiere hablar sobre eso o si hay algo puntualque puedas hacer en ese momento. Es importante noemitir juicios ni valoraciones en esos momentos y estardispuesto a dar no lo que uno cree que es mejor sino loque es mejor desde la perspectiva del otro.Una de las razones por las que nos cuesta tanto validarlas emociones del otro es la ansiedad que sentimos porayudarlo a sentirse mejor –y, de paso, sentirnos mejornosotros. Nos cuesta hacer lugar a las emociones, en es-pecial cuando son dolorosas o displacenteras. Nos due-le que al otro le duela, que esté triste, que esté enojadoy nos cuesta tolerar estar ahí para simplemente acom-pañar. Pero el riesgo de querer ahogar rápido esas emo-ciones es alto: podríamos enseñar sin quererlo que lasemociones dolorosas no deberían estar ahí, cuando enrealidad son parte ineludible de la vida; podríamos es-tar comunicando que el otro no sabe cómo llevar unavida sin dolor, lo cual es en realidad una meta inalcan-zable.Para finalizar: no hay experiencias emocionales “posi-tivas” sin las “negativas”. Quien no está dispuesto a sen-tir y aceptar el dolor poco a poco va perdiendo lacapacidad para experimentar felicidad y alegría (Lucia-no Soriano & Salas, 2006). En este sentido, uno de losmejores regalos que podemos ofrecer es dar lugar a lasemociones del otro –y a las propias-, las que fueren, por-que todas contienen algo de verdad y de sentido y me-recen ser experimentadas completamente.Referencias

Linehan, M. (1993). Cognitive-behavioral treatment of borderline personality disor-der. NewYork: NY: Guilford Press.Luciano Soriano, M., & Salas, M. (2006). La terapia de aceptación y compromiso(ACT): Fundamentos, características y evidencia. Papeles Del Psicólogo, 27(2),79–91.

Publicado originalmente en Psyciencia

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os principios de activaciónconductual no sólo son útilespara depresión; son, despuésde todo, principios sobre

cuál es la mejor manera de cambiar lasacciones para vivir la vida que uno quie-re.Esta vez quisiéramos dedicar algo de tiempo a la apli-cación más amplia y cotidiana, más allá de la depresión,de los principios de activación conductual.

El jardín de los senderos que se bifurcanNo te confíes de las impresiones generales, muchacho, concéntrate enlos detalles.-Sherlock HolmesA cada momento hay una multitud de caminos a seguir.Nos despertamos, y elegimos entre un mate, café, té. Sitenemos que tomar un colectivo, elegimos una paradapara esperar (habitualmente la más cercana). Al me-diodía podemos elegir almorzar una ensalada, una ham-burguesa, o incluso pasar por alto el almuerzo.Innumerables pero muy pequeñas elecciones en el es-pectro de acciones posibles (pero incluso el Sahara estácompuesto de innumerables pero muy pequeños granosde arena).Habitualmente esas elecciones son automáticas, soste-nidas por hábito, por costumbre —e invisibles por su

automaticidad. Es por eso que el mo-nitoreo o registro cotidiano de conduc-tas —uno de los componentes básicosde todo abordaje de activación conduc-tual— puede resultar inesperadamen-te esclarecedor.Quizá sirva pensarlo así: ¿qué has he-

cho hoy, cómo has actuado lo largo del día, y qué cami-no trazan para tu vida esas acciones? Pero no en líneasgenerales, sino en detalle: ¿qué has hecho a las 9 de lamañana? ¿a las 10? ¿a las 11? Las planillas que utiliza-mos en BATD (se pueden descargar de www.batd.com.ar)pueden servir para hacer visible lo cotidianamente in-visible. El registro de nuestras acciones y elecciones sir-ve para hacernos concientes de los patrones de accióngenerales en nuestra vida.El registro tiene otro uso posible además del mostrarpatrones generales de acción. Hay una vieja pieza de sa-biduría en el análisis de la conducta: si quieren cambiaruna acción, lleven un registro detallado de ella: ¿bajoqué circunstancias sucede? ¿sucede siempre en ciertotipo de situaciones? ¿qué efecto tiene? ¿qué estímulosla facilitan?Por ello citamos a Sherlock Holmes al principio de es-ta sección (bueno, a Conan Doyle en realidad, pero Hol-mes es más reconocible): un error frecuente, de partede psicólogos y no psicólogos, es centrarse en las im-

Activación Conductual en lavida cotidiana

Fabián Maero

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"¿Qué has hecho hoy,a lo largo del día?"

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presiones generales en lugar de ser detallado. No es lomismo decir de manera general “estoy comiendo demás” que ser preciso: cuándo, bajo qué circunstancias,en qué momentos, qué efectos tiene, etc.No es casualidad que haya investigaciones que sugierenque meramente llevar un registro regular del peso e in-gesta es una excelente forma de prevenir el aumento depeso durante las fiestas de fin de año (fig.1).

Distinguir las piedras de la arena

Se cuenta a veces la siguiente historia:"Un profesor de filosofía llegó a su clase llevando al-gunos artículos. Cuando empezó la clase, tomó un fras-co grande de mayonesa y lo llenó con piedras de unoscinco centímetros, y les preguntó a sus alumnos si es-taba lleno. Todos dijeron que sí. Entonces el profesortomó una caja con guijarros y las echó dentro del fras-co. Sacudió ligeramente el frasco y los guijarros, máspequeños, cayeron en los espacios entre las piedras.El profesor volvió a preguntar a la clase si el frascoestaba lleno ahora. Los alumnos rieron y dijeron queahora sí, estaba lleno. El profesor tomó entonces unacaja con arena y la echó dentro del frasco. La arenallenó el resto del espacio en el frasco. El profesor di-jo “quisiera que reconozcan que este frasco represen-ta sus vidas. Las piedras son las cosas importantes,tales como familia, salud y relaciones. Los guijarrosson otras cosas un poco menos importantes, como eltrabajo y la escuela. La arena son las cosas más pe-queñas y las posesiones materiales. Si lo llenaran conarena al principio, no habría lugar para las piedritaso las piedras más grandes. Lo mismo aplica para susvidas. Si la llenan de cosas pequeñas, nunca tendránlugar para las cosas que son realmente importantes”Activación conductual usa el mismo principio: ¿cuálesson las piedras, cuáles los guijarros y cuál es la arenaen tu vida? Dicho de otro modo: ¿cuáles son tus valo-res, las cosas importantes, y qué tanto espacio estás ha-ciendo en tu vida para ellos? Fundamentalmente: de lasacciones y elecciones que has tomado hoy, ¿cuánto hasdedicado a las cosas que son realmente importante, ycuánto a las cosas que no lo son?

Paso a paso: no es la actividad, sino la historia.

En activación conductual siempre se enfatiza que todocambio tiene que ser pequeño, tan pequeño que pueda

llevarse a cabo con un mínimo de esfuerzo. Después detodo, modificar una conducta que ha sido cotidiana re-quiere no sólo el esfuerzo para hacerla, sino que impli-ca una lucha contra meses y años de refuerzos. Cuandouna persona con una larga historia de abuso de alcoholintenta dejar de beber, no lidia “tan sólo” con cesar laingesta, sino principalmente con años y años de hábi-tos. Porque el principal obstáculo a sortear no es la ac-tividad sino la historia, activación conductual proponeque al cambiar una acción los pasos sean tan pequeñoscomo se pueda.Un error frecuente al tratar de cambiar o instalar unanueva conducta es que se suelen poner metas enormesal principio: “estudiar dos horas todos los días” “ir algimnasio una hora tres veces por semana”, “practi-car piano una hora todos los días”. Por lo general, losresultados de plantear metas muy distantes de las posi-bilidades o de la rutina es que la actividad termina aban-donándose por completo.Si su meta es estudiar un poco más, hacer ejercicio, sermás sociable, etc., comiencen con los pasos que podríandar en su peor día. Sería así: en tu peor día, ¿cuántosería el máximo de esa actividad que podrías realizar?Supongamos que la actividad es hacer ejercicio. Si lomáximo que podrías hacer en tu peor día sería dar unavuelta a la manzana, bien, esa será la meta a alcanzar.Pero, este es el truco: todos los días. ¿Parece poco, no?Pero como dijimos, el obstáculo a sortear es la historiay la rutina, no el esfuerzo en sí de la actividad. Se trata

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Fig. 1. Boutelle et al, 1999. Comparativa de aumento de peso entre personasque registraron su ingesta y peso regularmente -línea entera-, versus personasque no lo hicieron -línea de puntos. El eje vertical es la media de cambio depeso en libras, el eje horizontal el es tiempo. Nótese particularmente lo que pasa

durante las fiestas (“Holiday”).

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más de cambiar rutinas que de hacer esfuerzos heroi-cos, no importa demasiado la intensidad.Sucede también que nos cuesta ser concientes del po-tente efecto de lo cotidiano: una vuelta a la manzana pordía suma 146 kilómetros en un año. Caminar a la si-guiente parada de colectivo en lugar de la más cercanason unos 40 kilómetros en un año.Una escritora de un popular sitio cómico narra lo quesucedió cuando luego de varios intentos frustrados a lolargo de su vida de correr cierta cantidad de kilómetros,tan sólo decidió salir a correr todos los días, aunque fue-ra una cuadra y volverse a su casa:“Cada vez que intenté hacer ejercicio antes, me mo-lestaba por lo mala que era haciéndolo, o me sentíaculpable y frustrada cuando no podía cumplir algunameta que me había impuesto al azar. De manera quedejé de correr porque me hacía sentir una mierda.No ponerme otra meta que no sea “No sé, salí y corréhasta que no quieras correr más”, tuvo un enorme im-pacto. No importaba si corría por cinco minutos. Elhecho de que mi respiración sonara como los sonidosque imagino emanan de las personas viejas teniendosexo era divertido. De pronto me encontré haciendoesto por diversión.(…) La parte importante es salir de la casa y tan só-lo ir. No importa un carajo si sólo hiciste dos cuadras,no importa un carajo si la mitad del tiempo caminas-te, no importa un carajo si sonás como un ave murien-do todo el tiempo. Al carajo. Estás ahí afuera, bien porvos”En ocasiones, el hábito sí hace al monje.

Si no puedes con ello, rómpelo en pedazos

Mientras que este título podría referirse a la mejor ma-nera de lidiar con varios artefactos electrónicos, en rea-lidad se refiere a un recurso de activación vinculado alanterior: descomponer actividades.La forma de plantear una meta puede contribuir a sucumplimiento o ser un obstáculo. Una forma útil de en-carar una meta compleja o que requiere mucho esfuer-zo es descomponerla en actividades más accesibles ypensarlas de manera independiente. Por ejemplo, “lim-piar el cuarto que más bien parece una demostracióndel principio de entropía” probablemente resulte unatarea más accesible si se divide en metas más breves:“este sábado juntar las cosas para tirar, el domingo

tan sólo doblar la ropa, el martes limpiar”.Esto ofrece algunas ventajas desde un punto de vistaconductual: en primer lugar, las actividades más pe-queñas son más fáciles de llevar a cabo que la meta fi-nal; en segundo lugar, es más probable que lasactividades pequeñas encuentren refuerzos positivos yaumenten la motivación a seguir; en tercer lugar, des-componer la actividad permite reducir la ansiedad porla tarea y hacerla menos aversiva.

Planificación y refuerzo social

Una vez que tenemos un buen registro de los patronesde conducta y conocemos los detalles de lo que quere-mos cambiar, una vez que pensamos en nuestros valo-res y prioridades, una vez que planteamos metas accesiblesy descompuestas en sus partes más pequeñas, el com-ponente que resta es el llevarlas a cabo. En activaciónconductual utilizamos varios recursos para esto: en pri-mer lugar, agendamos la actividad, a veces verbalmen-te, a veces por escrito. Considerar la actividad en elcontexto de la rutina diaria hace que tenga un tiempopropio dedicado. No es lo mismo decir “un día de es-tos voy a hacer los trámites en el Registro Civil”, queagendar “trámite en el Registro Civil”, para el jueves alas 9 de la mañana.En segundo lugar, si queremos cambiar algo, el apoyosocial puede ser una herramienta poderosa. Hacer pú-blico un compromiso o una decisión ayuda a su cum-plimiento, e incluir la ayuda de otras personas puedetener un enorme impacto. Un proverbio chino reza “has-ta una hoja de papel es más liviana si se levanta entredos personas“, y por eso utilizamos refuerzo social ypedidos explícitos de ayuda en el entorno. Instintiva-mente hacemos esto todo el tiempo con las actividadesque nos cuesta sostener: hay grupos de personas que sejuntan a correr o a andar en bicicleta, grupos de estudioen la facultad, grupos de pérdida de peso, de lectura,etcétera.

Resolución de problemas

Uno de los errores más frecuentes que he visto cometera terapeutas es echarle sutilmente la culpa al pacientecuando éste no realiza tal o cual actividad: un pacienteque no lleva a cabo una determinada actividad es por-que “no tiene motivación“, o porque “en realidad tantono le importa“, o (esta me suele sacar de las casillas),

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“se está autosaboteando“. Es comprensible, pocos tera-peutas están familiarizados con los principios de modi-ficación de conducta, pero clínicamente es una vía muerta.La perspectiva en activación conductual es bastante máscompasiva y pragmática: si alguien no hace algo quesería positivo para su vida es porque las alternativas re-sultan más apetecibles, o porque no hay refuerzo sufi-ciente para ello, ya sea porque no está vinculado a valorespersonales o porque realizarlo resulta aversivo. En lugarde echarle la culpa a la persona, vemos qué saliómal eintentamos resolverlo para el futuro.Skinner, un poco socarronamente, solía decir “la ratasiempre está en lo correcto“, y en cierto sentido es cier-to. Las acciones de ratas y personas son función de lashistorias de aprendizaje y del ambiente presente. Siem-pre se hace lo mejor (incluso podríamos decir, lo úni-co), que se podría hacer con las circunstancias presentes.Si queremos cambiar algo, necesitamos modificar esascircunstancias (digresión: siempre me he preguntadoqué tipo de contexto hace que una misma persona con-sidere, por ejemplo, a la criminalidad asociada a la po-breza como inevitable pero al considerar a un pacientediga que “en realidad no quiere cambiar“, como si nose tratara en ambos casos de acciones influenciadas porlas circunstancias)Por ello, en lugar de castigarnos o echarnos la culpa anosotros o a alguna condición interna (no tengo moti-vación, me falta autoestima, etc.), una mejor alternati-va es dar un vistazo a lo que sucede alrededor: ¿recordéla actividad? ¿era accesible? ¿podría reducir la intensi-dad? ¿busqué apoyo social? ¿podría cambiar la activi-dad o reducir la exigencia? ¿está vinculada con mis valores?

Cerrando

Los principios de activación conductual pueden ser ex-tremadamente útiles para la vida cotidiana, más allá desu aplicación para depresión clínica. No son garantía deque todo sea fantástico, claro está, tan sólo aumentanlas chances de que algo suceda.Y una invitación a modo de despedida: piensen en algoque sería positivo para su vida si lo hicieran, algo quequerrían cambiar en lo que hacen. Siendo que esta es laúnica vida que tenemos, ¿qué harían si fueran a vivir suvida a propósito, como si su vida les perteneciera?Quizá sea algo como hacer más ejercicio, retomar con-tacto con personas importantes para ustedes, aprender

algo nuevo, o lo que sea que se les ocurra. Tómense untiempo para considerar qué tan importante es, a cuál desus valores se asocia (este formulario puede resultar útil),y consideren cuál sería el paso más pequeño que podríandar hoy para acercarse a ello, una actividad muy pe-queña, realizable, pero que vaya en esa dirección. Pón-ganlo en su agenda, o pidan a alguien que se lo recuerde,y vean qué pasa cuando lo llevan a cabo.

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na madre refiere que está algo cansada detener que juntar la ropa de su hija adoles-cente del suelo y colocarla en el cesto de ro-pa sucia. Se queja cada día, a la par querepite la conducta de ordenar la ropa de su

hija. Refiere que ha hablado con ella muchas veces so-bre la importancia del orden en la casa y de la colabo-ración en el hogar por parte de todos los integrantes dela familia. Ha repetido estos contenidos a su hija infini-dad de veces, confiando en que la palabra logrará cam-biar algo de la situación que le genera tantaincomodidad. Pero nada cambia. La madre refiere en-tonces que su hija “no aprende” lo que ella intenta en-señarle.Pero curiosamente esta madre está, sin ser conciente deello, “enseñándole” a su hija. Lo que le enseña es pro-bablemente lo opuesto a lo que sus palabras intentanconseguir. Le enseña con sus conductas. Le enseña,podríamos arriesgar, que no es necesario que haga na-da diferente, ya que su ropa estará siempre ordenada ylimpia. A lo sumo la adolescente tendrá que tolerar es-cuchar a su madre quejándose, pero eso no parece sertan molesto comparado con el beneficio de tener su ro-pa lista sin mover un dedo.Estamos enseñando con nuestras conductas todo el tiem-po. Quizá hasta enseñemos a nuestros hijos conductasque no deseamos de su parte.Pensemos otra vez. Un padre refiere que ya no sabe có-mo lograr que su hijo deje de golpear a sus amigos. Suhijo tiene 6 años y cuando se encuentra con amigos enreuniones o cumpleaños su papá refiere que no puede

estar tranquilo hablando con los otros padres ya que confrecuencia ocurre un episodio en el que su hijo golpeaa un amiguito cuando no obtiene lo que quiere. El papále ha explicado muchas veces lo que suelen explicar lospapás en esas situaciones “que pegar está mal, que hayque pedir bien las cosas, que hay que respetar los tur-nos, etc”. También intentó hablar sobre lo que le pasaen esos momentos a su hijo preguntando “¿por qué hi-ciste eso?”. Este papá confía tanto en la palabra comola madre del ejemplo anterior, y es capaz de repetir elargumento acercándose al niño con calidez cada vez queun nuevo episodio ocurre. Este argumento repetido, queel niño a esta altura ya conoce de memoria, es seguidola mayoría de las veces por un aviso que dice más o me-nos así: “si ocurre de nuevo, nos iremos de la fiesta”.Curiosamente, cuando vuelve a ocurrir el padre vuelvea repetirle al hijo que no debe hacer esas cosas. Peronunca ha llegado a cumplir con el aviso; nunca se hanido de la fiesta efectivamente.De nuevo, el padre está enseñando con conductas pro-bablemente algo diferente a lo que quiere en realidadtrasmitir. Está enseñando, quizá, que la conducta de pe-gar no tiene más consecuencia que hacer hablar un po-co al padre, lo cual, debido a la reiteración de laconducta, no parece ser tan molesto para el niño.Estamos enseñando con nuestras conductas todo el tiem-po. Nuestras conductas son, en el ámbito de crianza,parte del contexto de la conducta de nuestros hijos.Nuestras respuestas son una parte de las consecuenciasde la conducta del niño.¿Cómo cambiar conductas?

Crianza y ConductismoAll you need is love y un poco de práctica

Paula José Quintero

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12Grupo ACT Argentina

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Asumimos que las conductas se repiten (las de los hi-jos y las de todos) debido a que tienen una función par-ticular en un contexto dado (una función deseable) y esafunción es definida por aquello queantecede a la conducta (lo que ocurrióantes) y aquello que es su consecuen-cia (lo que ocurrió después). Lo queocurrió antes de la conducta recibe elnombre de antecedente y lo que ocu-rrió después el de consecuencia. Losantecedentes y las consecuencias no son la conducta ensí, sino su contexto. El conductismo propone que parapoder cambiar las conductas, lo único que podemoscambiar de manera directa es el contexto de las mismas.Es decir: para que una conducta cambie, es necesariocambiar sus antecedentes o sus consecuencias – a vecesambos.Ninguno de los padres de los ejemplos es conductista.Jamás leyeron nada sobre la técnica de manejo de con-tingencias. De hecho quizá hasta les genere rechazo laidea de combinar crianza y conductismo. Sin embargo,ambos están utilizando refuerzos para comportamien-tos que no desean ver en sus hijos. Sus respuestas estáncumpliendo una función, lo sepan o no.Y la propuestaes entonces, ya que es inevitable aplicar contingencias,aplicarlas de manera que logren aumentar las conduc-tas que quieren ver en sus hijos: pueden ser conductasde respeto hacia otras personas, o de colaboración encasa, de amistad, de inclusión de personas diferentes, etc.La clave estaría entonces en aumentar la efectividad enla crianza y la definición de efectividad va a ser par-ticular en cada familia, con su cultura y sus valores. Lapropuesta es lograr aportar consecuencias reforzantespara las conductas que queremos aumentar y no apor-tarlas para las conductas que queremos disminuir.Detengámonos de nuevo. Notemos que cuando habla-mos de crianza no estamos mencionando el castigo co-mo la clave. Estamos hablando de reforzar conductasdeseadas y no reforzar las no deseadas. ¿Por qué? Por-que es el método que probó ser más efectivo. Si bien enla crianza de los hijos a veces se utiliza el castigo, lasinvestigaciones reportan que es menos efectivo que lautilización de refuerzos ya que no enseña conductas nue-vas –aspecto fundamental- sino que sólo marca “lo queno”, con altas chances de dañar la relación, de ser utili-zado de manera abusiva. Sí, pese a todos los mitos en-

torno al conductismo, desde allí no se recomienda lautilización de castigos. Para algunos puede ser una sor-presa.

Pero venimos mencionando refuer-zos y castigos y es necesario definir-los brevemente para asegurarnos deestar hablando de lo mismo.El reforzamiento es el proceso defortalecer (o aumentar) una conduc-ta a través de sus consecuencias (fun-

cionalmente llamadas aquí “reforzadores”). Comonotarán, un estímulo sólo puede considerarse un refuer-zo si logra mantener o aumentar la conducta que lo an-tecede. De modo que refuerzo no es equivalente apremio. Un premio puede aumentar o no la conductaque lo antecede. También notarán entonces que un estí-mulo puede ser reforzador de una conducta para unapersona y no para otra. Por eso si queremos aumentaruna conducta en nuestros hijos, tendremos que saber quéestímulos pueden funcionar como reforzadores y cuálesno para ellos. Hay una manera bastante sencilla de sa-berlo y es probando. Si doy una consecuencia que au-menta la conducta que deseo aumentar –si felicito a mihijo porque lo veo estudiando y eso genera que mi hijocontinúe estudiando o estudie con más frecuencia- en-tonces puedo asumir que, en parte, mi felicitación fun-ciona como un reforzador de la conducta de estudiar. Encambio si mi felicitación no genera ningún impacto obien hace que conducta de estudiar disminuya, puedodecir que no está funcionando como reforzador. Esto ex-plica en parte porque algunos padres refieren que “consus hijos estas cosas no funcionan”. Probablemente noestán encontrando los reforzadores adecuados para esapersona en particular. La madre del ejemplo inicial in-tenta disminuir la conducta de su hija de dejar la ropatirada en el suelo, pero lo que logra al levantarla ella ylavarla es reforzar dicha conducta.Y asumimos que laestá reforzando porque la conducta de su hija se man-tiene.El castigo es un método para disminuir una conducta através de sus consecuencias. De la misma manera queocurre con los refuerzos, un castigo puede llamarse cas-tigo sólo si logra disminuir la conducta que lo antece-de. Si la conducta no cambia, entonces no hubo castigoahí. De allí que cuando un padre dice “lo castigo perono le importa”, en realidad no está castigando la con-

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Lo único quepodemos cambiar es

el contexto

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ducta; su intención no produce el efecto deseado.Castigos y refuerzos se definen por el efecto que produ-cen, no por la intención de quienes los aplican.Y es defundamental importancia comprender que no se está re-forzando o castigando a los hijos (a las personas en sí)sino que se está reforzando o castigando conductas.Cambiamos conductas cambiando sus consecuencias.La propuesta es, como mencionamos, reforzar las con-ductas deseadas y no reforzar las no deseadas. ¿Cómoaplicaría esto a los ejemplos dados al comienzo? Quizála madre de la hija adolescente podría probar dejandode reforzar la conducta de su hija de dejar todo tirado,quizá probar con no juntar la ropa ni lavarla hasta tantoella la coloque en el cesto de ropa sucia. Quizá el padredel niño de 6 años podría probar dejando de hablar ama-blemente con su hijo explicándole por vez número cienqué eso está mal y retirándolo de la fiesta cuando apa-rece una conducta indeseada como pegar a un amigo.Como ven, esto no es una propuesta teórica sino prác-tica. Se trata de probar qué cambios generan cambiosen las conductas de nuestros hijos y cómo impactan pa-ra acercarnos más a lo que queremos lograr.Amigándonos con los refuerzos: qué son, qué no

son y cómo administrarlos

Refuerzos no significa figuritas, golosinas o una estre-lla dorada en un cuaderno: de hecho las figuritas, lasgolosinas o las felicitaciones pueden resultar en refuer-zos o no dependiendo del niño y del contexto. De mo-do que si no te gusta usar esas cosas con tus hijos, podésdejarlas de lado sin problemas.Los refuerzos se definen por sus efectos: un estímuloparticular puede ser un reforzador para una conductaparticular en un contexto particular, si fortalece el com-portamiento que lo precede. Así de simple. No es nece-sario que se vea como un premio o que sea placenteroo tenga mucho sentido para un observador externo.Reforzamiento implica cambio: puede ocurrir que unaconducta aumente porque se presente un estímulo ape-titivo (reforzamiento positivo) o porque disminuya unestímulo aversivo (reforzamiento negativo). Estas defi-niciones pueden sonar algo tediosas, pero sea el refuer-zo positivo o negativo siempre involucra un cambio y eseste cambio lo que es reforzante.Algunos reforzadores son más naturales que otros:Cuando se trata de reforzar conductas muchas personas

recurren a reforzadores artificiales (como dar dinero,por ejemplo). Pero de hecho, muchos reforzadores na-turales son más poderosos. Los reforzadores naturalesen este sentido son aspectos que provoca la conducta enuna situación, la conducta los hace aparecer naturalmen-te. Por ejemplo, si disfrutás leer, entonces leerás más amenudo. El refuerzo (el placer al leer) ocurre natural-mente cuando lees. Algunos expertos en crianza estánpreocupados por la proliferación del uso de refuerzosartificiales con los niños. Se recomienda preferir siem-pre la utilización de refuerzos naturales. De hecho loscomportamientos mantenidos por reforzadores natura-les son más propensos a persistir o aumentar y a ser ex-perimentados como libremente elegidos.El reforzamiento sucede, estés planificándolo o no: Jus-tamente como existen los reforzadores naturales, proba-blemente estés reforzando conductas particulares de tushijos, quieras o no.Determinados estímulos son reforzantes en determina-dos contextos: Los estímulos no son esencialmente re-fuerzos o no lo son. Son refuerzos en determinadocontexto. De esta manera un plato lleno de tu comidafavorita es probablemente altamente reforzante cuandotenés hambre, ¿pero luego de que terminaste de comerel plato? Probablemente no.Como padres, podemos aprender a encontrar estímu-los específicos reforzantes: Muchos reforzadores sonaprendidos. Cualquier cosa que pase al mismo tiempoque el reforzamiento puede convertirse en un reforzadorpor sí mismo, por ejemplo, los niños pueden encontrarque algunas frases sin sentido o algunos apodos que lesdan sus padres son reforzantes si sus padres usualmen-te los usan mientras les dan afecto.Si practicas estar presente para tu hijo con toda tu aten-ción, ser amoroso y amable con él; si practicás ser sin-cero y respetuoso de sus necesidades y de las tuyas; sicon frecuencia lográs tomar su punto de vista y poner-te en su lugar y validar sus emociones y deseos, enton-ces tendrás montones de reforzadores naturalesaumentando las conductas que querés fortalecer en tushijos. Eso no significa que no enfrentarás desafíos en lacrianza; todos los tenemos. Significa quizá que habrámenos frustración en la relación con ellos y más deseosde compartir tiempo y actividades juntos en el marco deun vínculo confiable y seguro.

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oy vamos a explorar una aplicación poco co-nocida del conductismo: Farmacología con-ductual. En particular, detengámosnos sobreel efecto que los programas de refuerzo pue-

den tener sobre un tema en extremo interesante: el efec-to de los psicofármacos.Como sabrán, los programas de refuerzo tienen un pro-fundo efecto en la conducta. Habitualemente los pro-gramas de refuerzo se clasifican en "programas derazón", en los cuales el refuerzo se obtiene según la ta-sa de respuestas (como por ejemplo, recibir una pagaluego de pintar 40 metros de pared), o programas de in-tervalo, en los cuales el refuerzo se obtiene luego de undeterminado lapso de tiempo (por ejemplo, recibir lapaga una vez por día).La investigación en psicofármacos generalmente sóloconsidera las propiedades bioquímicas de las drogas:qué neurotransmisor afecta, de qué manera, en qué áreacerebral, etc., pero rara vez se tiene en cuenta el contex-to en que las drogas son administradas. Cotidianamen-te, consideramos que un sedante es un sedante y unestimulante es un estimulante. Rara vez consideramosqué efecto tiene la historia de aprendizaje y el contextode quien consume esas drogas, porque un sedante es unsedante. Punto.Pero... hay más para contar en esta historia, hay pregun-tas muy interesantes para hacer.Y por suerte para no-

sotros (no sea que nos toque investigar), algunaspreguntas así fueron formuladas hace bastante tiempo:¿qué efecto tienen el ambiente y la historia de aprendi-zaje en el efecto de las drogas psicoactivas? Para res-ponder a eso, citaremos a Batman: “pronto Robin, allaboratorio”.Palomas, maíz y pentobarbital

Como decíamos, la investigación conductual en esta área(denominada Farmacología Conductual), tiene ya me-dio siglo de antigüedad. Veamos algunas de las investi-gaciones. Tengan paciencia, que el camino es arduo peroentretenido.En la década del 50 Peter Dews (1955), entrenó a variaspalomas para que picotearan una tecla bajo una tasa fi-ja (TF) o bien bajo un intervalo fijo (IF) de presentaciónde comida. Es decir, entrenó a las mismas palomas pa-ra que picotearan una tecla en dos situaciones distintas:en la primera condición de investigación las palomas re-cibían comida luego de picotear 50 veces una tecla(tenían que ganarse el pan a picotazos, dicho de otromodo); en el segundo caso, las palomas recibían comi-da cada 15 minutos, sin importar cuánto picotearan.La siguiente fase del experimento consistió en adminis-trar pentobarbital a las palomas, un barbitúrico que ha-ce algunos años se utilizaba como sedante. Las palomasque recibían comida cada cierto intervalo fijo de tiem-

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po mostraron una disminución en el picoteo, redujeronsu cantidad de respuestas. Esto es perfectamente espe-rable, si a ustedes les administraran pentobarbital intra-muscular probablemente también perderían por completolas ganas de picotear (no lo intenten en casa). Pero loasombroso del experimento es lo que sucedió con laspalomas bajo un programa de tasa fija, las que teníanque picotear para recibir comida: la tasa de picoteos au-mentó.Permítanme que lo repita y traten de estar sentadosmientras leen lo siguiente: al recibir un sedante (tan po-tente que se solía usar para realizar operaciones quirúr-gicas), esas palomas aumentaron su nivel de actividad.Dicho de otro modo, la misma droga funcionó como unsedante o como un estimulante según el tipo de progra-ma de refuerzo que se utilizara.Un dato adicional: Dews no observó ningún cambio con-ductual dependiente de la dosis recibida, los efectos des-criptos fueron los mismos con una dosis de 1 mg o unade 2 mg (si bien suponemos que al llegar al kilo y me-dio de pentobarbital tanto las palomas como Dews hu-bieran recibido un knock out técnico).Añadiendo a esto, Marc Branch, un investigador en es-te campo, relata que suele realizar demostraciones enlas cuales dos palomas son entrenadas en una jaula enla cual reciben refuerzo según el número de picoteos enun disco. Se administra pentobarbital a ambas palomas,con el efecto inmediato de que ambas se adormen; sinembargo, al poner a una de ellas en la jaula en la cualhabía recibido refuerzos según el número de picoteos,su tasa de picoteos aumenta luego de recibir el pento-barbital. Al sacarla de allí, vuelve a adormecerse; luegose repite lo mismo con la otra paloma, con idénticos re-sultados: al ponerla en la caja aumenta su tasa de res-puestas.Si nos detenemos en esto unos segundos, resulta fasci-nante. Son las mismas palomas, en jaulas que son muyparecidas (una es una jaula estándar, la otra es la jaulacon el mecanismo que entrega comida al ser picoteado),a sólo unos centímetros de distancia una de otra, palo-mas que han tenido la misma historia de aprendizaje ya las cuales se les administra la misma dosis de la mis-ma droga.Y basta con cambiarlas de jaula para que elefecto del pentobarbital pase de inhibitorio a excitatorio.¿Todavía siguen pensando que un sedante es siempre unsedante?

Citando a Branch (1984) :“El trabajo de Dews (…) indicó que las variables ambien-tales pueden modificar la manera en que las drogas influ-yen sobre actividades que son topográfica o funcionalmentesimilares”Esas variables ambientales se pueden describir utilizan-do varios principios conductuales. Luego de la investi-gación de Dews, investigaciones similares se dedicarona los efectos que otras variables ambientales tenían so-bre la administración de psicofármacos, tales como eltipo de estímulo discriminativo (Laties & Weiss, 1966),la historia de entrenamiento (Terrace, 1963), o la pre-sencia o ausencia de castigo (Geller & Seifter, 1960).Por ejemplo, McKearney (1974), demostró que la mor-fina producía incrementos en las respuestas que recibíanla presentación de una descarga eléctrica cada 5 minu-tos (intervalo fijo), mientras que disminuía las respues-tas que recibían la presentación de comida cada 5minutos. Es decir, la morfina aumentó las respuestas ba-jo control aversivo pero disminuyó las respuestas bajocontrol apetitivo (nota: "aversivo" y "apetitivo" son for-mas de hablar respecto a la función que tienen ciertosestímulos: un estímulo “aversivo” es uno “desagrada-ble” al cual el organismo busca ponerle fin, como porejemplo, encontrarse ciertos programas de televisión quese emiten por las noches, mientras que “apetitivo” es unestímulo “placentero” que generalmente buscaremos…como ciertos programas de televisión que se emiten porlas noches)Los efectos del ambiente al administrar drogas puedenser extraordinariamente complejos y sutiles. Byrd (1974),entrenó chimpancés para que oprimieran una tecla ba-jo dos programas de refuerzo distintos: uno en el cualse presentaba comida luego de presionar la tecla 30 ve-ces y otros en el cual se presentaba comida cada 30 mi-nutos. Pero Byrd introdujo un factor más: en unacondición de investigación, cada vez que se presionabauna tecla, se escuchaba un “click” audible, mientras queen la otra condición de investigación no se emitía soni-do alguno al presionar las teclas. Es decir, en una con-dición había un “feedback” auditivo (como el “bip” quese escucha al presionar las teclas en una pantalla táctilde celular). Luego de la fase inicial se administró clor-promazina (un tranquilizante). La clorpromazina au-mentó la tasa de respuestas bajo el intervalo fijo (recibircomida cada 30 minutos), pero no la tasa de respuestas

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bajo la tasa fija (presionar la tecla 30 veces).Y aquí vie-ne lo curioso: la adición del “feedback” audible poten-ció el aumento de respuestas en el programa de intervalofijo, pero no en el programa de tasa fija. (eso sí, todavíano hay investigaciones respecto a si la administración declorpromazina hace que las personas puedan soltar du-rante diez minutos su celular).Para ir cerrando

Ante todo, si han llegado hasta aquí, mis más sincerasfelicitaciones. O mis condolencias. El tema es arduo, losconceptos expuestos son poco conocidos y, honestamen-te, muy poco sexies en lo que a denominaciones se re-fiere (convengamos que “programa de refuerzo” no esun término muy “pop” que digamos). Ese es el asuntocon el conductismo: los conceptos son engañosamentesimples, y las conceptualizaciones parecen aburridas alprincipio, pero a la primera de cambio terminamos li-diando con construcciones de muy alta complejidad. Elanálisis experimental de la conducta proporciona unaserie de conceptos increíblemente útiles: los estímulosdiscriminativos en juego, los programas de refuerzo, sila conducta está bajo control aversivo o apetitivo, etc.Hasta donde sabemos, y como veíamos en las investi-gaciones con las palomas, esas variables pueden teneruna enorme y decisiva relevancia en el efecto que unadroga tiene sobre un ser vivo.Ahora bien, ¿cuál es la relevancia de todo esto para no-sotros? Para empezar, es un hecho que el consumo depsicofármacos está en aumento. El clonazepam, porejemplo, es ampliamente conocido y sobremedicado, yel repertorio de psicofármacos disponibles crece cadadía.Por un lado, los psicofármacos son una ayuda inestima-ble en los tratamientos de ciertos trastornos, y eso es in-negable. El problema es que prácticamente toda lainvestigación en esa área se centra solamente en las pro-piedades químicas de las drogas, en el efecto que pue-den tener, pero casi nunca se considera el rol delambiente y la historia de aprendizaje de quien consumeun psicofármaco. La Farmacología Conductual se ha es-tado ocupando de esto desde las primeras investigacio-nes de Dews, pero ha sido eclipsada por la investigaciónpuramente bioquímica de los psicofármacos.Y esa esla otra cara de la moneda: las propiedades químicas delos psicofármacos no son suficientes para explicar los

efectos que generan. Lo que sugieren las investigacio-nes conductuales hasta ahora, es que los efectos de unpsicofármaco van a estar fuertemente influenciados porel ambiente. Si ignoramos eso, lo que tenemos son da-tos parciales, insuficientes. Tenemos mala investigación,vamos.Por ejemplo, a menudo se observan reacciones paradó-jicas frente a los psicofármacos en los seres humanos,en donde al administrar un sedante (un barbitúrico, porejemplo), se genera un efecto excitatorio. Es posible quelas reacciones paradójicas de los medicamentos que aveces se observan en la clínica puedan ser parcialmen-te explicadas por los mismos fenómenos aquí descrip-tos. Lo que nos sugieren estas investigaciones es no sóloque los psicofármacos tienen efectos distintos en cadapersona, cosa que ya sabemos, sino que además, es po-sible esperar, para la misma persona, distintos efectosen distintos momentos, según el ambiente (los estímu-los discriminativos, el refuerzo o castigo, el programade refuerzo, etc.)El punto es, si queremos tener una comprensión másprofunda de cómo actúan los psicofármacos, es necesa-rio ampliar nuestra mirada. Abarcar el individuo, su con-texto y las interacciones entre ambos. Los principiosestán allí, las investigaciones están allí, necesitamos pa-sar la antorcha.Pero hay implicaciones más serias de estos principios.Consideremos el caso del abuso de sustancias, en par-ticular el abuso de heroína. Las personas que consumenheroína suelen desarrollar tolerancia a la droga, es de-cir, a medida que consumen, cada vez necesitan mayo-res cantidades de droga para obtener el mismo efecto.Ahora bien, las sobredosis suelen ocurrir al consumiren circunstancias en las cuales no se había consumidopreviamente. Es decir, las investigaciones (S Siegel, Hin-son, Krank, & McCully, 1982; Shepard Siegel & Ma-cRae, 1984) sugieren que la tolerancia está tambiénligada al contexto , con lo cual, cuando una persona queconsume cierta cantidad de heroína, cantidad a la cualestá habituada, consume en un lugar nuevo la mismadosis, puede ocurrir una sobredosis porque no hay tole-rancia desarrollada en ese contexto.Y como todo lo quehemos visto en este artículo, es cuanto menos, intrigan-te: es el mismo cerebro, la misma persona, la mismacantidad de droga, pero basta con cambiar el ambientepara que esa misma dosis, en ese mismo cerebro, resul-

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te en una sobredosis.Lo notable aquí, y lo que vale la pena rescatar, es quelos mismos principios que utilizamos para comprendery modificar la conducta nos permiten profundizar nues-tro conocimiento de las complejas interacciones entrepsicofármacos, conducta y ambiente, para hacer mejo-res preguntas, para conocer un poco más acerca de có-mo el mundo nos marca.Referencias

Branch, M. N. (1984). Rate dependency, behavioral mechanisms, and behavioralpharmacology. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 42(3), 511–522.http://doi.org/10.1901/jeab.1984.42-511Byrd, L. D. (1974). Modification of the effects of chlorpromazine on behavior inthe chimpanzee. The Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics,189(1), 24–32.Dews, P. B. (1955). Differential sensitivity to pentobarbital of pecking performan-ce in pigeons depending on the schedule of reward. J. Pharmacol. Exp. Ther., 113(4),393–401.Geller, I., & Seifter, J. (1960). The effects of meprobamate, barbiturates, d-amphe-tamine and promazine on experimentally induced conflict in the rat. Psychophar-macologia, 1(6), 482–492. http://doi.org/10.1007/BF00429273Laties, V. G., & Weiss, B. (1966). Influence of drugs on behavior controlled by in-ternal and external stimuli. The Journal of Pharmacology and Experimental The-rapeutics, 152(3), 388–96.McKearney, J. W. (1974). Effects of d-amphetamine, morphine and chlorpromazi-ne on responding under fixed-interval schedules of food presentation or electricshock presentation. The Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics,190(1), 141–53.Siegel, S., Hinson, R. E., Krank, M. D., & McCully, J. (1982). Heroin “overdose”death: contribution of drug-associated environmental cues. Science (NewYork,N.Y.), 216, 436–437. http://doi.org/10.1126/science.7200260Siegel, S., & MacRae, J. (1984). Environmental specificity of tolerance. Trends inNeurosciences, 7(5), 140–143. http://doi.org/10.1016/S0166-2236(84)80124-1Terrace, H. S. (1963). Errorless discrimination learning inthe pigeon: effects of ch-lorpromazine and impiramine. Science (NewYork, N.Y.), 140(3564), 318–9.

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no de los temas peor entendidos dentro delas terapias de tercera ola es el de análisisfuncional.Y es curioso que así sea porqueconstituye una idea central en tercera ola,

especialmente en las terapias de tradición más bien con-ductual (ACT, DBT, FAP, etc.).Veamos si podemos proveer una introducción general yrelativamente accesible de lo que significa el condena-do “análisis funcional” y así proveerlos de un tema deconversación que será la sensación de la próxima ravea la que asistan. Dense por avisados: el análisis funcio-nal es un tema extenso, aquí sólo vamos a dar un pano-rama general sobre algunas de sus implicaciones en laclínica más bien “cotidiana”.Análisis funcional, ¿para qué?

Antes que nada: análisis funcional en realidad es “aná-lisis funcional de la conducta“. Se trata de LA herra-mienta clínica básica de toda terapia de orientaciónconductual.En una primera aproximación, la idea del análisis fun-cional es simple: se trata de indagar, para una determi-nada conducta, las relaciones que tiene con ciertasvariables contextuales que la influencian. Dicho así, pa-reciera ser simple, ¿no?. Pero permítanme una digre-sión para explicar por qué es importante.Comúnmente, los abordajes psicoterapéuticos hacen

blanco en un contenido o conjunto de contenidos de lapsicología del paciente: cogniciones irracionales, emo-ciones negativas, complejo de Batman, contenidos re-primidos, baja autoestima, baja motivación, etc. Cadaterapia escoge su veneno. Luego se verá en la labor clí-nica si tal contenido es central o no, pero el asunto esque la terapia gira en torno a la presencia o ausencia dedeterminados contenidos psicológicos. Por eso, en lamayoría de los abordajes psicoterapéuticos, los proble-mas del paciente se pueden definir en términos de pre-sencia o ausencia de ciertos contenidos intrapsicológicos(ya sean aisladamente o como constelación de sínto-mas): este paciente siente ansiedad, este otro tiene pá-nico, este otro tiene trauma, y la terapia procede enconsecuencia, eliminando o corrigiendo el contenidoproblemático en cuestión.Para un terapeuta ACT/DBT/FAP , la información quesurge de un abordaje así no es necesariamente incorrec-ta: es insuficiente. Un contenido psicológico no bastapara describir un problema. Supongamos dos casos:1. un paciente siente ansiedad cuando tiene que hablaren público, sube al escenario y habla, prestándole aten-ción al público y conectado con lo que tiene para decir.2. otro paciente siente ansiedad cuando tiene que hablaren público, y gana la puerta cuando le toca el turno dehablar.En el primer caso, quizá no sea necesario hacer nada

¿Qué cuernos es el análisisfuncional?

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clínicamente (porque para ese hipotético paciente la an-siedad no constituye un obstáculo). En el segundo caso,es probable que se requiera algún tipo de intervención.Lo que marca la diferencia entre ambos casos es la re-lación entre dos eventos: el contexto (estar cerca del es-cenario y sentir ansiedad), y la conducta (hablar o salircorriendo).Y acá está el carozo de la aceituna: para lasterapias contextuales lo importante a la hora de analizare intervenir es la relación entre la conducta y el contex-to (ciertas variables del contexto al menos), no la merapresencia o ausencia de ciertos contenidos. Ningunaconducta tiene sentido para un terapeuta contextual sinesa relación.Una escena frecuente al supervisar es esta:– (Terapeuta supervisando): Esta paciente tiene ansie-dad.– (Yo): ¿Y?(Por decir esas cosas es que nadie quiere supervisar con-migo).No es que uno sea jodido (bueno, sí lo soy, pero no esel punto), es que la información “siente ansiedad” (o pá-nico, o pensamientos irracionales, o recuerdos intrusi-vos, etc.), es insuficiente. Necesitamos algo más deinformación, y esa información viene en términos de re-laciones funcionales entre la conducta y el contexto enque sucede: ¿en qué consiste la ansiedad para esa pa-ciente? ¿Qué conductas aparecen en el momento queempieza a experimentar eso? ¿Qué conductas cesan?¿qué consecuencias inmediatas tienen las conductas querealiza en el momento de tener ansiedad? ¿qué conse-cuencias a mediano y largo plazo, sobre sus valores yobjetivos de vida?La parte de describir la conducta en cuestión (en térmi-nos de intensidad, frecuencia, duración, etc.), es lo quellamamos “topografía” o análisis topográfico de unaconducta, es decir la descripción, en qué consiste talconducta. El DSM por ejemplo, es una colección dedescripciones topográficas (ciertos síntomas, con cier-ta frecuencia, con cierta intensidad, etc.).La parte de describir las relaciones entre esa conductay su contexto o ambiente es la parte de “función” o aná-lisis funcional de la conducta.La topografía es necesaria pero por lo general es insu-ficiente para intervenir. Como en el análisis de la con-ducta decimos que la conducta es función del ambienteo contexto, llamamos a estas relaciones “funcionales”,

y de allí viene lo de “análisis funcional”.Lo que llamamos habitualmente “análisis de la conduc-ta” consiste en una descripción de la topografía y de lafunción de una conducta. Ambas son necesarias, perohabitualmente, la parte de la función queda excluida enla psicología. Esta es una de las principales diferenciasentre las terapias contextuales y otros modelos: no seconsideran las experiencias psicológicas en sí mismassolamente, sino que también se analiza la función quetienen.Niveles de análisis funcional

El análisis funcional es como el lente de una cámara defotos: se puede alejar hasta abarcar una panorámica deuna montaña, o acercar lo suficiente para ver el pétalode una flor (lo sé, soy la envidia de García Lorca). Di-cho de manera menos poética, un análisis funcional pue-de hacerse de manera general o con mucho detalle.Cuánto es necesario abarcar es una cuestión puramen-te pragmática, que depende de cada caso.Un análisis funcional requiere que establezcamos las re-laciones entre tres eventos:1. Cuál es la conducta que nos interesa (conducta X)2. Cuáles son los antecedentes (qué está sucediendo enel momento que se emite la conducta X)3. Qué consecuencias tiene (qué pasa en el mundo y enla persona una vez que se emite la conducta X)La parte de antecedentes y consecuencias es lo que lla-mamos “contexto”. Ahora bien, contexto no significa“afuera” del organismo, sino “afuera” de la conducta.Como decía Skinner, “la piel no es una barrera muy im-portante”. Contexto es un término no espacial sino másbien temporal, que abarca:a) Antecedentes: todo lo que estaba pasando en el mo-mento de emitirse la conducta en cuestión, ya sea en elmundo físico o dentro del organismo en cuestión. En elcaso del orador huidizo que vimos antes, si la conduc-ta que nos interesa es que salió corriendo, el contextoes el escenario, la gente, la ansiedad, las luces, los pen-samientos, etc.b) Consecuencias: todo lo que sucede una vez que seemite la conducta, dentro y fuera del organismo. En elcaso del orador huidizo, al emitir la conducta de huidapodría ser que la ansiedad inmediatamente disminuya,aparece culpa, ya no hay público ni luces, etc.En la clínica, una forma simple de análisis funcional,

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Qué cuernos es el análisis funcional Horacio - N°1, 2015

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el equivalente a la foto panorámica de la montaña, podríaser algo así: ¿Qué estaba pasando, en vos y afuera, enel momento de salir corriendo? ¿y qué pasó después?Por supuesto, al preguntar de esta ma-nera estamos sacrificando detalles. Aveces puede ser útil, a veces no. Comomencionamos antes, es una cuestiónpragmática.Pero un análisis funcional tambiénpuede ser minucioso en extremo. En laotra punta del espectro, DBT utilizacomo herramienta básica el llamado “análisis en cade-na” (es un término de DBT, consiste en un análisis to-pográfico + un análisis funcional detallado, todavía nohe conseguido una buena explicación de para qué cuer-nos le cambiaron el nombre), para una autolesión pue-de expandir el contexto hasta abarcar qué tanto habíadormido el paciente el día anterior, si había estado con-sumiendo sustancias, si hubo eventos estresantes en losdías previos, y un largo etcétera. De esta manera, el aná-lisis funcional puede abarcar un contexto de incluso días.Por otra parte, un análisis funcional puede llevarse a ca-bo tanto sobre eventos que suceden fuera de sesión co-mo sobre eventos que suceden en sesión:

(Terapeuta): – Me da la impresión de que te desconec-taste de la sesión, desviaste la mirada y estás hablan-do poco.(Paciente): – Sí, me angustié y empecé a pensar en loque voy a hacer cuando llegue a casa.T: –Ah, ok, ¿y En qué momento empezaste a sentirteangustiado?P: – Cuando mencionaste a mi papá.T: – ¿Esto es algo que te pasa a menudo, digo, desco-nectarte cuando sentís eso?P: – Sí, pero termino estando colgado todo el día…T: – Entiendo, debe doler un montón, y parece quecuando te desconectás del malestar, te desconectástambién de tu vida, de lo que estás haciendo. ¿Te pa-recería bien si por esta vez, por un rato aquí, dedica-mos un rato a estar con esas sensaciones y ver en quéconsisten?En esta pequeña viñeta, verán que están los mismos ele-mentos de un análisis funcional más detallado: los an-tecedentes contextuales (el terapeuta mencionando alpapá, sentir malestar), conducta (desviar la mirada y de-

jar de hablar). Las consecuencias no están del todo es-pecificadas en la viñeta (aunque podrían preguntarse sinproblema), pero están implícitas: “desconectarse” pro-

bablemente alivie en cierta medidael malestar. Las últimas tres líneasrepresentan una pequeña induccióna una forma de aceptación: una invi-tación a estar sin defensa (acepta-ción), con sensaciones quegeneralmente son evitadas con cier-to costo (estar desconectado todo el

día).Entonces, un análisis funcional puede llevarse a cabo endos segundos o en cuarenta minutos, abarcar el contex-to ampliado o el contexto inmediato, abarcar conductasfuera de sesión o conductas en sesión, pero en su esen-cia, siempre incluye los mismos elementos: anteceden-tes, consecuencias, y su relación con la conducta.Cerrando

Por supuesto, hay mucho, muchísimo más para decir yaprender sobre el análisis funcional. En este artículo so-bre pretendimos dar un panorama general de lo que sig-nifica en la clínica cotidiana.Toda acción humana, toda conducta, tiene determinan-tes históricos y ambientales, distantes e inmediatos. Elanálisis funcional no es un trámite ni una formalidad;tampoco es algo que utilicemos de vez en cuando, co-mo si se tratara de una técnica en particular. Es un re-curso que utilizamos todo el tiempo, y es la mejorherramienta con la que contamos.Una herramienta que nos recuerda todo el tiempo quelas conductas no suceden en el vacío; como decía Or-tega y Gasset, “soy yo y mi circunstancia, y si no la sal-vo a ella no me salvo yo”. Nosotros diríamos que es laacción y su contexto, en un ida y vuelta múltiple y recí-proco.

Un análisis funcionalpuede llevarse a caboen dos segundos o en

cuarenta minutos

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o hace mucho tiempo, tal vez 200.000 añosatrás, una oscura clase de primates llamados“humanos” aprendieron una nueva artimaña.Aprendieron a relacionar eventos

arbitrariamente; aprendieron a tener una cosarepresentando a otra; adquirieron pensamientosimbólico.Hemos estado dominados desde aquella época.El comediante Emo Philips tiene un dicho que capturala situación en la que nos encontramos: “Solía pensarque mi mente era mi órgano más importante. Luego medi cuenta qué órgano estaba diciéndome eso”.La mente humana es increíblemente arrogante. Porquenuestras mentes pueden hablar acerca de cualquier cosa,y este órgano entre nuestras orejas piensa que lo sabetodo. Nuestra mente lógica, analítica, predictiva,solucionadora de problemas, sabe cómo vivir, sabe cómoamar, sabe cómo estar en paz.

No.

El lenguaje y la cognición descansan en la cima de unavasta cantidad de conocimiento experiencial, social,evolutivo y espiritual. Lo reclaman todo para sí,simplemente porque los símbolos pueden referirse a eseconocimiento (en cierto grado) y guiarlo (en ciertogrado). Es una ilusión tan poderosa, este finorecubrimiento de pensamiento simbólico reclamandopara sí mismo una sustancia y un poder que simplementeno tiene. Los reclamos de la mente son metafóricamenteequivalentes a los de la pintura reclamando ser la casacuyas paredes cubre.

Si quieres romper la ilusión, ayuda saber que, en lamayoría de los casos, tú estás sólo a dos o tres pasos de“no lo sé”. Toma como ejemplo un simple movimiento,como estirarte para tomar un lápiz. Pídele a tu menteque explique cómo lo hiciste usando palabras y nodemostraciones. Frente a cualquier respuesta dada, repitela pregunta.El diálogo será algo así:

Mente: yo sólo me estiré y lo agarré.Pregunta: oh ¿y cómo hiciste eso?Mente: primero, tensé mis tríceps.Pregunta: ok, y ¿cómo hiciste eso?(pausa larga)Mente: Ah… bueno, déjame mostrarte.

¡Tramposa! La mente analítica puede regular lo que yahaces, cierto, pero incluso cosas simples como estirarsefueron aprendidas de otra manera.Si esto llegara sólo hasta aquí, el costo sería limitado.Pero no hay nada que impida que este mismo procesose aplique a nuestro ser.Y ahí nos introducimos en algobastante más siniestro.Como una araña tejiendo su red, nuestra mente lógica,analítica, predictiva y solucionadora de problemascontinuamente crea historias sobre nuestras vidas, sobrequiénes somos, cómo somos, qué nos pasará y porqué.A medida que la historia crece, se puede volverimpenetrable y auto-sostenible. La historia acerca dequiénes somos nos cubre como una segunda piel. Laaraña, finalmente, se acerca a nuestros oídos y susurrael último engaño. El fraude final. “Soy tú”-musita.

La araña mental que afirma sernosotros

Steven C. HayesTraducción Paula José Quintero*

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¡Mentirosa!Miren, estoy agradecido de que tengamos pensamientológico y simbólico. Es una herramienta útil. Mientrasmiro ahora a mi alrededor (estoy volando en un avión a500 millas por hora tomando un café caliente), memaravillan las cosas que esta herramienta nos haayudado a construir. Pero ya es hora de sacarnos latelaraña de nuestros ojos. Necesitamos aprender a usaresta herramienta en vez de permitir que ella nos use anosotros.Aquellos que pertenecen a la comunidad de ACT (terapiade aceptación y compromiso) usan métodos de “defusióncognitiva” para facilitar la práctica contemplativa. Estosmétodos ayudan a la gente a darse cuenta del truco dela mente que tan fácilmente crea sufrimiento en nosotros.Prueba cada uno de los siguientes métodos, uno a la vez,durante la próxima semana. En cada caso comienza conun pensamiento difícil, enroscado, pegajosamente auto-referencial o juicioso.1. Reduce el pensamiento a una sola palabra. Pronunciaesa palabra en voz alta, tan rápido como puedas, por 30segundos. Mientras cae el significado, nota tambiéncómo se siente tu mandíbula. Nota el sonido. Nota cómoel comienzo y el final de la palabra se funden uno en elotro. Cuando termines, considera si realmente necesitaspelear, resistirte o ser comandado por lo que es, despuésde todo y a cierto nivel, un movimiento muscularaprendido y un sonido. Referenciar es un truco útil dela mente pero a veces vale la pena romper la ilusión.2. Escribe el pensamiento o el juicio sobre ti. Léelo, tratade conectarte con el ritmo que tiene. Luego agrega estasdos palabras al final: “… o no.” Léelo de nuevo. Notrates de decidirte entre las dos versiones.3. Descarga la aplicación “Songify” en tu teléfonocelular. Graba el pensamiento y reprodúcelo condiferentes tonos y melodías.4. Piensa como te sientes en los peores momentos enque estás enredado con ese pensamiento. Piensa en unmomento en que te sentiste igual, al menos en ciertogrado, siendo niño. Ahora cierra los ojos y ubica al niñofrente a ti. Tomate tiempo para observar el rostro delniño, su cabello, su ropa y sus zapatos. Observa lapostura del niño. Observa sus pequeñas manos. Ahorafocalízate en ese rostro. Has que el niño diga elpensamiento difícil en voz alta, como si el pensamientofuera del niño. Asegúrate de escucharlo con la voz del

niño. Mantente abierto a la intensidad del fenómeno. Sitú pudieras estar de hecho en ese momento ¿qué querríashacer o decir? Dilo o hazlo y asegúrate de que el niñolo reciba. Fíjate si esta imagen puede metafóricamentesugerirte cómo podrías darte un mejor trato cuando estospensamientos aparecen en ti.5. Durante el día siguiente, en cuanto notes que estasteniendo un pensamiento difícil de este tipo, reformúlalode esta manera: “Estoy teniendo el pensamiento de…”[luego agrega el contenido del pensamiento].6. Cierra los ojos y pon tu pensamiento difícil afuera, aunos pasos frente a ti. Luego responde a estas preguntas:¿Qué tan grande es? Permítele tener ese tamaño. ¿Dequé color es? Permítele tener ese color. ¿Qué formatiene? Permítele tener esa forma. ¿Qué tan rápido semueve? Permítele ir a esa velocidad. ¿Qué tan fuerte es?Permítele tener esa fortaleza. ¿Cuál es su textura?Permítele tener esa textura. ¿Cuánto pesa? Permíteletener ese peso. ¿Cuál es su consistencia interna?Permítele tener esa consistencia. ¿Cuánta agua podríacontener? Permítele tener esa capacidad.Ahora la pregunta es: ¿Hay algo en ese objeto de esetamaño, de ese color, forma, velocidad, fuerza, textura,peso, consistencia y capacidad que no puedas tener comolo que es (no como lo que dice que es)? Si encuentrasuna resistencia, juicio, rechazo u otras reacciones queevitan que lo hagas (tenerlo como lo que es), entoncespon esa reacción afuera, a unos pasos frente a ti y repiteel proceso.7. Escribe el pensamiento en una tarjeta y guárdalo enun bolsillo de tu pantalón, llevándolo contigo durante eldía mientras eliges ir a donde sea que elijas ir. Fíjate siesta metáfora física te sugiere como podrías llevar estepensamiento en tu viaje en la vida. No te abandonará…pero tal vez puedas invitarlo a que te acompañe en elpaseo.Mientras leo el periódico matutino y veo a otra personafamosa desmoronarse, me pregunto: ¿La araña mentalque reclama ser nosotros se ha cobrado otra víctima?En el mundo moderno parece que se está haciendo cadavez más difícil encontrar un lugar sólo para ser. Aprendera ubicarnos en un lugar que nos permita observar elpensar parece ser la clave para que aprendamos a usaresta herramienta en vez de que ella nos use a nosotros.

*Publicado originalmente en Psyciencia con permiso de Steven Hayes.

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n dato poco conocido es que la ciencia dela conducta tiene fuertes vínculos con lateoría de la evolución, al punto que puedeser considerada como una forma de ciencia

evolutiva aplicada a la conducta.En un artículo publicado recientemente, Hayes y Sand-ford (2015), proponen que la psicoterapia moderna (par-ticularmente los abordajes llamados “tercera ola”),pueden ser entendidos como la aplicación de ciertosprocesos evolutivos, y si me permiten, voy a hacer unarevisión de las ideas básicas en términos un poco másllanos. Dicho de otro modo, voy a hacer pedazos elartículo con la noble intención (pobremente ejecutada)de hacerlo entendible para los colegas. Si quieren rigu-rosidad sobre los temas o algo bien escrito, mejor va-yan a las referencias que dejamos al final.Principios básicos

Empecemos por el inicio, que es un buen lugar para em-pezar. Desde el punto de vista evolutivo, son las conse-cuencias de un cambio biológico las que influencianque ese rasgo se sostenga. No hay una intencionalidaden esto, sino que sucede que dentro de la amplitud derasgos que suceden aleatoriamente, algunos tienen me-jores chances en ese ambiente en particular. Por ejem-plo, el rasgo de un cuello más largo de las jirafas tienecomo consecuencia llegar a las ramas más altas de los

árboles en la sabana y esa consecuencia refuerza la re-tención y transmisión de ese rasgo. No hay intenciona-lidad alguna (la jirafa no desarrolla un cuello más largo“para” llegar a las hojas más altas).La ciencia de la conducta postula que los mismos prin-cipios controlan la selección y mantenimiento de unaconducta: en un laboratorio conductual, la conducta debajar una palanca emitida por una rata (conducta emi-tida inicialmente de manera azarosa), tiene como con-secuencia obtener comida, y eso hace que la conductase sostenga. En ambos casos son las consecuencias delambiente, la influencia del contexto, lo que explica laselección de rasgos biológicos o conductuales.Skinner lo escribió mejor:

“De la misma manera que los rasgos accidentales quesurgen en las mutaciones, son seleccionados por sucontribución a la supervivencia, así también las con-secuencias reforzantes seleccionan a las variacionesaccidentales del comportamiento”(Skinner, 1974)

Permítanme profundizar el paralelismo, y para ello, va-yamos primero a ver algunos puntos básicos. En la teoríade la evolución se involucran tres procesos:1.Variación: se requiere que haya diversidad genética.Por ejemplo, algunas jirafas tendrán cuellos un centíme-

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Fabián Maero

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tro más largo que otras, otras un centímetro más corto,etc.2. Selección: las consecuencias del ambiente actúan so-bre ese reservorio de rasgos, de manera que ciertos ras-gos obtienen mejores consecuencias que otros. Lasjirafas de cuello más largo acceden mejor a las hojas delos árboles.3. Retención (herencia): Los rasgos son transmitidos ala siguiente generación.Lo mismo, punto por punto, se puede aplicar al análi-sis de la conducta. Veamos:1.Variación: la conducta es fluida y variada. No haydos instancias de la conducta que sean topográficamen-te iguales. La conducta de un organismo varía constan-temente. Por ejemplo, al ensayar por primera vez unapartitura en el piano, se tocan teclas erróneas acciden-talmente todo el tiempo (incluso una vez que una par-titura se aprende, no hay dos interpretaciones iguales).2. Selección: las consecuencias del ambiente actúan so-bre ese repertorio de conducta, por lo cual algunas con-ductas se encuentran con mejores consecuencias queotras. En el caso de aprender a tocar una partitura en elpiano, la acción de tocar las teclas que coinciden con lapartitura es reforzado, mientras que las pulsaciones queno corresponden con la partitura son gradualmente eli-minadas.3. Retención: las conductas así reforzadas se integranen el repertorio de conductas del organismo, y son trans-mitidas a través de ciclos vitales a través de prácticassimbólicas y culturales (por ejemplo, el uso mismo departituras).En la época de Skinner existía una dificultad para inte-grar la perspectiva de la ciencia de la conducta y la evo-lucionista, porque en la ciencia evolutiva primaban lasposiciones geneticistas, es decir, las que consideran laevolución como un proceso que involucra exclusivamen-te a los genes (la posición de Richard Dawkins es unbuen ejemplo de eso).En la actualidad, sin embargo, se han desarrollado otrasaproximaciones a la teoría de la evolución, aproxima-ciones que van más allá de la supervivencia de los ge-nes y que permiten integrar la conducta de los seresvivos en los principios evolucionistas. Estos cambios in-volucran dos grandes aportes conceptuales.En primer lugar, la teoría de la selección multinivel quepropone que los mecanismos de la evolución funcionan

simultáneamente en múltiples niveles: en el nivel de losgenes, de las células, el organismo, las conductas del or-ganismo, y los grupos (véanse los trabajos de DavidSloan Wilson, por ejemplo Wilson & Wilson, 2008).Así, por ejemplo, una adaptación que mejora las chan-ces de supervivencia del grupo puede suprimir otrasadaptaciones que mejoran la supervivencia del indivi-duo (rasgos altruistas versus rasgos egoístas).Otro cambio relevante para nosotros de la teoría evolu-tiva fue la incorporación de que los procesos evolutivosno sólo se transmiten por el ADN, sino que hay otrasdimensiones en las cuales las adaptaciones se transmi-ten. Es el concepto de dimensiones múltiples: los cam-bios se transmiten en la dimensión genética, en laepigenética (transmisión de rasgos a través de cambiosque no involucran modificaciones del ADN), la dimen-sión conductual y en la dimensión simbólica (véanse lostrabajos de Jablonka para esto, por ejemplo Jablonka &Lamb, 2007).Tenemos entonces cinco conceptos clave: variación, se-lección, retención, múltiples niveles y múltiples dimen-siones. Veamos qué tienen que ver con lo que hacemosen las psicoterapias conductuales-contextuales.Evolución y psicoterapia

Como quizá sepan, la idea básica sobre la psicopato-logía en los modelos conductual-contextuales es esta:ciertos procesos básicos reducen la flexibilidad psicoló-gica de las personas. Desde esa perspectiva, podemosconsiderar que la psicoterapia involucra diversos proce-sos de cambio que pueden ser descriptos según los cin-co conceptos que detallamos en la sección anterior.Veamos uno por uno.Variación

Ciertos procesos conductuales reducen la variación yamplitud del repertorio conductual. Toda forma de psi-copatología puede ser descripta de esta manera: reduc-ción y rigidez en el repertorio de conductas. Por ejemplo,una persona con fobia a los perros tiene un repertoriorígido de conductas: cuando ve un perro, las únicas con-ductas que emite son de evitación o escape; no se pre-senta un rango amplio de conductas (jugar con el perro,acariciarlo, pasar al lado, silbarle, etc.). Lo mismo pasacon una persona con trastorno obsesivo compulsivo queante una contaminación, sólo emite conductas de evita-

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ción o escape.Y lo mismo pasa con un amplio espec-tro de cuadros psicopatológicos. Es por esto que Hayesy colaboradores propusieron como proceso central entoda la psicopatología la evitación experiencial (Hayes,Wilson, Gifford, Follette, & Strosahl, 1996).Hay dos procesos que contribuyen a la reducción del re-pertorio conductual: el control predominantemente aver-sivo de la conducta y la conducta con regulación verbalexcesiva (una revisión completa de estos procesos ocu-paría más espacio que el que tenemos en el blog, que-da para la próxima, pero véase Hayes & Ju, 1998) yHayes, Brownstein, Zettle, Rosenfarb, & Korn, 1986)Los procedimientos en psicoterapia se dirigen a reducirestos dos procesos. El procedimiento de exposición, porejemplo, que se utiliza en muchas formas de terapia, tie-ne como resultado el aumentar la variabilidad de la con-ducta frente a estímulos aversivos (y no, como se suelesostener, para eliminar la ansiedad). Los procedimien-tos de defusión, mindfulness y aceptación, por otro la-do, se dirigen a reducir la regulación verbal excesiva dela conducta.Es decir, las terapias contextuales se dirigen a aumentarla variación de la conducta mediante la reducción delimpacto de los procesos que estrechan repertorios.Selección

Citemos a Hayes y Sanford (2015) para este punto, por-que creo que no hay nada que añadir o agregar a lo quedicen:“Procesos tales como la evitación experiencial estre-chan los repertorios de conducta en parte porque im-ponen un criterio de selección disfuncional en el flujode conductas. Evitar pensamientos o emociones difíci-les lleva a la selección de cualquier acción que tem-porariamente los reduzca, desde supresión depensamientos a abuso de sustancias.Los procesos tales como identificación de valores oentrevista motivacional pueden ser vistos como cam-bios en el criterio de selección para la acción. Los va-lores son descripciones respecto a cualidades deseadasde la conducta. La clarificación de valores sirve comouna guía para seleccionar entre las acciones que con-tribuyen a esos valores y las que no. La mayoría delas intervenciones de tercera ola adoptan esos proce-sos, que en sí mismos han demostrado tener impactoconductual positivo.”

Retención

Las psicoterapias incluyen procedimientos para retenerlos cambios conductuales funcionales, a través de lapráctica de habilidades conductuales. La utilización deasignaciones para el hogar, o la prescripción de prácti-cas de mindfulness fuera de sesión tienen como objetofavorecer la retención de las conductas saludables (porllamarlas de alguna manera).Selección de niveles múltiples

Como vimos, la selección de niveles múltiples implicaque un rasgo puede seleccionarse porque es funcionalen un nivel, aunque no lo sea en otro (la cooperación enlas hormigas es provechosa a nivel grupal, pero no ne-cesariamente a nivel individual: a una hormiga atorran-ta probablemente le iría mejor). En este sentido, laterapia promueve selección de conductas que son másfuncionales a nivel de la persona considerada global-mente, aún cuando impliquen no ser la mejor opciónpara conductas más pequeñas. Por ejemplo, si sólo con-sideramos el nivel conductual de sentirse bien, el con-sumo de drogas es una buena opción. Pero siconsideramos el nivel de la persona globalmente, es pre-ferible la abstinencia, aún cuando se asocie a malestar.Multidimensionalidad

Hay evidencia de que la psicoterapia tiene impacto enla expresión epigenética vinculada al estrés. También sepuede notar la multidimensionalidad en los objetivos delas terapias contextuales, que incorporan no sólo la dis-cusión de temas en sesión, sino que crecientemente estánincorporando temas como la dieta, el ejercicio, sueño,recreación, relajación, soporte social, crecimiento psi-cológico, involucramiento en la comunidad, etc., queson importantes para la persona como un todo.Cerrando

Para cerrar citemos un largo párrafo del artículo de Ha-yes y Sanford:“Los problemas en el funcionamiento psicológico pue-den ser pensados como un estrechamiento o rigidez delos repertorios conductuales, vinculados a criterios deselección inapropiados, en un nivel o dimensión erró-neo, con insuficiente retención de variantes exitosasque podrían ocurrir en el contexto determinado. Lapsicoterapia busca invertir estos procesos. En las for-

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mas modernas de intervenciones contextuales basadasen la evidencia, las variaciones en la respuesta son lo-gradas a través de métodos tales como promover dis-posición a experimentar eventos privados indeseados,exposición a tales eventos, y el uso de métodos demindfulness para socavar la insensibilidad a la expe-riencia directa generada por la regulación por reglasverbales, a la vez que la atención al momento presen-te promueve mayor aprendizaje moldeado por contin-gencias.Criterios de selección más saludables son establecidosa través de clarificación de valores y fijar objetivos, ylas respuestas exitosas son retenidas a través de lapráctica. Se promueve mayor sensibilidad al contextoa través de atención conciente y atención flexible almomento presente. La selección multinivel se promue-ve a través de socavar conductas egoístas y enfocarseen el bien del todo, y el pensamiento multidimensionalse promueve a través de asegurarse que los blancosconductuales se ajusten a lo que sabemos respecto ala importancia de un estilo de vida balanceado y sa-ludable”

Dicho de otro modo, la parte de aceptación, mindful-ness y defusión de las terapias promueven la variación,mientras que la parte de cambio conductual y valorespromueve la selección y retención de las conductas, enun contexto multidimensional y multinivel.Lo interesante del asunto es verlo de esta manera per-mite investigar en qué medida los cinco procesos evo-lutivos son afectados por la psicoterapia; es decir, permiteuna forma distinta de evaluar los resultados e impactode la misma. Este es un tema extraordinariamente inte-resante —si se es lo suficientemente nerd— porque in-volucra considerar a la psicología y a la psicoterapia enparticular como algo completamente compatible con lasciencias de la evolución, sin perder un ápice de especi-ficidad ni de rigurosidad.El futuro está llegando…Referencias

Hayes, S. C., Brownstein, A. J., Zettle, R. D., Rosenfarb, I., & Korn, Z. (1986). Ru-le-governed behavior and sensitivity to changing consequences of responding. Jour-nal of the Experimental Analysis of Behavior, 45, 237–256.Hayes, S. C., & Ju, W. (1998). The applied implications of rule-governed behavior.In Learning and behavior therapy (pp. 374–391).

Hayes, S. C., & Sanford, B. T. (2015). Modern psychotherapy as a multidimensio-nal multilevel evolutionary process. Current Opinion in Psychology, 2, 16–20.doi:10.1016/j.copsyc.2015.01.009Hayes, S. C., Wilson, K. G., Gifford, E. V, Follette, V. M., & Strosahl, K. (1996).Experimental avoidance and behavioral disorders: a functional dimensional approachto diagnosis and treatment. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 64(6),1152–68.Jablonka, E., & Lamb, M. J. (2007). Précis of Evolution in Four Dimensions. TheBehavioral and Brain Sciences, 30, 353–365; discusssion 365–389.doi:10.1017/S0140525X07002221Wilson, D. S., & Wilson, E. O. (2008). Evolution “For the good of the group.” Ame-rican Scientist, 96, 380–389. doi:10.1511/2008.74.1

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enjamin Schoendorff es Magister en Neu-ropsicología y en Ciencias Cognitivas porla Universidad Pierre Mendes-France y laUniversidad de Lumiere, Francia y miem-

bro de la Asociación para la Ciencia Contextual-Con-ductual (ACBS). Psicoterapeuta especializado enTerapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y TerapiaAnalítico-Funcional (FAP) y Entrenador validado porla ACBS. Ha viajado alrededor del mundo brindandotalleres de formación clínica para terapeutas. Actual-mente vive en Quebec con su familia, donde realizaactividades clínicas y de investigación en el HospitalLouis Lafontaine.

—¿Qué fue lo que te decidió a estudiar psicología ypor qué has elegido esa orientación en particular?—Yo llegué tarde a la psicología. Mi trayectoria perso-nal empezó en las finanzas, luego de haber realizado es-tudios en filosofía, política y economía. Luego de unacrisis personal, pasé 10 años de mi vida produciendomúsica techno antes de elegir enfrentar mi “dragón per-sonal” de adicción a las drogas a través de la aceptacióny de la acción comprometida.Y a partir de ahí decidívolver a la universidad para estudiar psicología y entre-narme como terapeuta cognitivo-conductual. Mi interésdesde tiempo atrás por el mindfulness y mi compromi-so con la ciencia pronto me guió hacia ACT (Terapia de

Aceptación y Compromiso) y me convertí en uno de lospioneros de ACT en Francia, escribiendo el primer li-bro de ACT de auto-ayuda en francés en 2009. La Te-rapia de Aceptación y Compromiso “le habla” a miexperiencia personal más profunda y satisface mi com-promiso con las prácticas basadas en la evidencia. Mástarde me encontré con FAP (Terapia Analítico-Funcio-nal); FAP realmente me ayudó a entender la importan-cia de las dimensiones interpersonales y progresé demanera asombrosa en mis relaciones terapéuticas conmis clientes y en mis relaciones de la vida cotidiana.

—¿En qué se diferencia tu técnica y la teoría que teguía de la psicoterapia convencional? ¿Qué hace queACT sea única?—Desde mi punto de vista, hay tres elementos que ha-cen que ACT sea única. Primero, pone el foco de aten-ción en el momento presente adaptando de maneraflexible las técnicas del mindfulness a la mayoría de laspoblaciones clínicas. Segundo, ofrece una forma nove-dosa para lidiar con experiencias privadas indeseadas:haciendo lugar a emociones y sensaciones incómodasy dolorosas (aceptación) y distanciándonos de los pen-samientos que nos “atrapan” a través de la defusión. Ter-cero, hay un foco en valores y en utilizar lo que es másimportante para la persona para motivar y reforzar la ac-tivación conductual y el cambio. Estos tres elementos

Entrevista a BenjaminSchoendorff

Paula José Quintero

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convierten a ACT en una forma más humanística y exis-tencial de terapia cognitivo-conductual, lo que represen-ta en gran medida su atractivo para terapeutas y clientes.Respecto a la ciencia, ACT mantiene un alto compro-miso con basar la práctica clínica en estudios empíri-cos, principios básicos e investigación experimental yen el desarrollo de la Teoría de los Marcos Relaciona-les, la cual constituye un paso más allá del análisis dela conducta verbal de Skinner en 1957 dando cuenta demanera novedosa de los procesos verbales respaldándo-se en la investigación experimental básica.

—¿Cuál es el mayor mito acerca de la psicoterapia?—¡Oh, esa es una elección difícil de hacer! ¡Hay tantos!Si tengo que elegir uno diría: la idea de que uno tieneque encontrar la causa de raíz de sus problemas en suhistoria personal antes de lograr avanzar. ACT nos mues-tra que conectándonos con nuestros valores y con ac-ciones que nos llevan hacia lo que es importante,podemos recuperar una vida rica y satisfactoria, aúncuando la gran pregunta del “¿Por qué?” permanezcasin responderse.

—¿Cuál es la parte más difícil y desafiante de ser psi-coterapeuta? ¿Y la más gratificante?—Lo que resulta un desafío para mí como terapeuta esmantenerme flexible en todo momento y constantemen-te volver a la experiencia del cliente más que a mis pro-pias ideas o teorías. La parte más gratificante es ver amis clientes florecer una vez que han empezado a invo-lucrarse en conductas que los acercan a lo que es im-portante para ellos en la vida.

—¿Cuál parece ser el obstáculo más grande para losclientes en psicoterapia?—Eso depende de cada cliente, pero diría que unobstáculo común es que los clientes están más acos-tumbrados a escuchar lo que les dice su mente en lugarde lo que les muestra su experiencia (lo que en ACT lla-mamos “defusión cognitiva”). Esto significa que ellosquedan frecuentemente atrapados en estrategias que nofuncionan para cambiar cómo piensan o sienten. Otrogran obstáculo es el impacto que tiene su propia luchaprivada contra lo que sienten, en sus propias relacionesinterpersonales, incluída la relación terapéutica. Por lotanto el terapeuta tiene que permanecer atento de no fu-

sionarse con lo que el cliente dice y también prestar mu-cha atención a las dimensiones interpersonales de lalucha del cliente, a medida que aparecen en la relaciónterapéutica.

—En tu opinión: ¿Cuáles son las cualidades más im-portantes de un psicoterapeuta?—Flexibilidad, autenticidad, compasión y la habilidadde conectar con el cliente tratando de no quedar atrapa-do en el contenido de las historias que limitan el com-portamiento valioso del cliente. Y también ladisposición a mostrarse vulnerable.

—¿Qué es lo que primariamente facilita el cambio te-rapéutico? ¿Cuál crees que es la intervención más po-derosa de ACT para generar cambio?—De nuevo: depende. Desde el punto de vista de ACT,el aumento de la flexibilidad, la habilidad de sostenerlos pensamientos con liviandad y actuar al servicio devalores es la clave. De modo que, en cualquier momen-to dado, la intervención más poderosa será aquella quemejor promueva flexibilidad en ese momento particular.En general encuentro que referir al cliente al diagramade la Matrix (1) puede constituir una intervención po-derosa en tanto que ayuda al cliente a notar si está atra-pado en la lucha contra su sufrimiento o se estáacercando hacia lo que es importante para él, de unamanera que es una intervención que minimiza la inter-ferencia del terapeuta y así maximiza el aprendizaje delcliente.

—Has creado un enfoque muy interesante integrandointervenciones de ACT y de FAP. ¿De qué manera creesque FAP puede mejorar las intervenciones de ACT yviceversa?—ACT y FAP comparten las mismas raíces filosóficase históricas (ambas se desarrollan dentro del contextua-lismo funcional). ACT es un gran modelo de cómo in-teractuamos con nuestras experiencias privadas y cómonuestros modos de interacción pueden, en ciertos con-textos, influenciar nuestra conducta. En términos gene-rales, el modo en que interactuamos con las experienciasprivadas puede o bien empujarnos a actuar para cam-biar esa experiencia – alejarnos de ella- o bien inspirar-nos a actuar en la dirección de nuestros valores vitales–acercarse a lo que es importante-. ACT se basa en la

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Teoría de los Marco Relacionales, un elegante modelode cómo estos procesos son el resultado del funciona-miento normal de la inteligencia verbal. Así pues ACTes en gran medida una terapia enfocada en los procesosintrapersonales. Como tal, es un modelo muy podero-so. Por momentos, sin embargo, algunas intervencionesde ACT pueden sentirse como invalidantes por parte delcliente y enviar tanto al terapeuta como al cliente denuevo “a sus mentes”. FAP, por el otro lado, se focalizaen la relación y en reforzar en el momento presente elcomportamiento relacional más operativo. De maneraque FAP se focaliza en los procesos interpersonales.Ahora bien, ambos enfoques consideran que el modo enque interactuamos con nuestra experiencia interna y conotras personas, fue aprendido a través de interaccionesinterpersonales. De modo que al integrar herramientasde FAP a la terapia ACT, podemos usar mejor la rela-ción como un contexto social en el cual aprender am-bos, es decir, un modo más útil de interactuar connuestras experiencias internas y con los otros. Además,prestar atención a los efectos del comportamiento delterapeuta en el cliente y viceversa, como sugiere FAP,ayuda a la terapia a permanecer en “contacto con la tie-rra” y el cliente siente que se encuentran en el núcleodel trabajo más que en la teoría del terapeuta.

—Si hubiese una cosa que desearías que tus clientessepan acerca de la psicoterapia o de la enfermedadmental ¿Cuál sería?—Que ellos no están “rotos” o defectuosos, que no haynada que tenga que ser añadido o removido de ellos an-tes de que puedan tener una vida rica y significativa.También me encantaría que sepan que la terapia se tra-ta de ayudarlos a acercarse a la vida que quieren a travésde sus propias acciones más que tratarse de “deshacer-se de” o de interpretar sus síntomas.

—Hoy en día la depresión genera mucha preocupa-ción; algunos incluso hablan de una “epidemia”. ¿Quéfactores (sociales y psicológicos) crees que están in-fluenciando la actual prevalencia de la depresión?—Tengo la sensación de que los factores que más estánejerciendo influencia sobre ésto son sociales y cultura-les. En el plano social, no puedo evitar pensar que an-teponer las ganancias por sobre las personas tiene unimpacto directo sobre la salud mental. La gente siente

que no tiene control sobre su vida cuando son objeto defuerzas económicas sin rostro que son presentadas co-mo realidades insuperables más que como eleccionespolíticas. También creo que la cultura del “sentirse bien”tiene mucho por lo que responder. Somos constantemen-te bombardeados con mensajes que dicen que tenemosque sentirnos bien para vivir bien. Empezamos a com-parar nuestra experiencia interna con lo que los otrosmuestran para el afuera y encontramos que estamos “de-seando”. ACT y FAP pueden ayudar al demostrarnosque podemos experimentar eso al “actuar bien”, es de-cir, en línea con nuestros valores de manera efectiva; nospodemos mover hacia vidas más significativas, inclusocuando habrá días en que nos sintamos bien y días enque nos sintamos no tan bien.

—¿Cuál de los libros que has leído recientemente so-bre salud mental, psicología o psicoterapia te pareciómuy bueno?—Como era de esperar, los dos libros que más valorocomo terapeuta son: el libro original de ACT y, más aún,la versión revisada de 2011. También recomiendo, sindudas, el libro original de FAP (1991) y la Guía Clíni-ca de FAP (2008). Estos libros son la piedra angular demi práctica clínica.Y un libro que estoy leyendo en es-te momento y que recomendaría es “Intervenciones Bre-ves para el Cambio Radical” de Strosahl, Robinson yGustavsson (2012), que es un libro acerca de interven-ciones breves de ACT escrito por tres clínicos increíbles.

—¿Cual crees que es la investigación más emocionan-te que se está realizando en este momento en el cam-po del contextualismo funcional?—Estoy entusiasmado con la investigación en las fron-teras de la Teoría de los Marcos Relacionales (TMR):sus aplicaciones en el campo del autismo para ayudar aniños autistas a desarrollar un comando del lenguajemás flexible, sus aplicaciones en el aumento del desem-peño intelectual y, finalmente, sus aplicaciones en elcampo de la investigación de la cognición implícita. SiTMR da una cuenta viable de la cognición humana, tie-ne que tener aplicaciones más allá de psicoterapia clí-nica. Es en estos dominios así como también a través deACT, que la TMR demostrará su utilidad para el cam-po más amplio de la psicología. Respecto a investiga-ción clínica, estoy particularmente interesado en los

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estudios centrados en los procesos. No es suficiente sa-ber que la Terapia A y la Terapia B son efectivas. Quie-ro saber qué procesos están involucrados para quepodamos refinar una Terapia C que focalice directamen-te los procesos clínicos significativos. Muchos investi-gadores en ACT y FAP comparten esta perspectiva demodo que podemos esperar de nuestra comunidad deinvestigación algunos hallazgos interesantes en el futu-ro cercano.

—¿Cuál es el mejor consejo que puedes ofrecer a nues-tros lectores sobre cómo llevar adelante una vida sig-nificativa?—Simplemente notar, observar en el momento presen-te si lo que haces está al servicio de orientarte hacia loque es importante para ti o al servicio de alejarte deaquello que no quieres pensar o sentir.

(1) La Matrix, creada por Kevin Polk, es un diagrama sencillo pa-ra trabajar sobre los 6 principios de ACT para aumentar la flexibi-lidad psicológica

Publicado originalmente en Psyciencia

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