grm la palma

por Xavier Martínez i Edo

La Palma

10 INDISPENSABLES

18 y La Palma La Palma y 19

de la población de Los Sauces, o bien desde el propio núcleo de Los Sauces a través de la carretera que lleva hasta el Centro de Investigación e Interpretación de Los Tiles. La primera opción es quizás la más recomendable, porque desde la llamada Casa del Monte puede iniciar-se una caminata no excesivamente exigente hasta los dos puntos que culminan la excursión: los nacientes de Marcos y Cordero. El camino es especialmente excitante porque exige atravesar más de una docena de túneles excavados para el paso de un pequeño canal de agua (imprescindible llevar una linterna) y recorre rincones fascinantes. Quienes no se conformen con dar media vuelta al llegar a los nacientes, la continuación por el mismo sendero les llevará a descender por el barranco de los Tilos hacia el bosque y la cascada de los Tilos para ir a finalizar la ruta en el citado Centro de Interpretación, lo que requiere al menos cinco horas de marcha.

La Caldera de Taburiente monopoliza en gran medida la imagen que se suele tener de la isla antes de visitarla. Pero en las laderas exteriores de Taburiente hay también parajes espectacu-lares, impresionantes; y entre ellos sobresalen Los Tiles. Forman parte del Parque Natural de las Nieves y fue el primer sector de la isla cataloga-do por la Unesco como Reserva de la Biosfera.

El Parque Natural de las Nieves abarca una extensa superficie del noreste de la isla que corresponde a

la ladera exterior de Taburiente, desde las crestas de la Caldera hasta unos 300 m de altura aproximadamente. Descienden por la extrema pendiente diversos barran-cos, uno de los cuales, el barranco del Agua, especial-mente acantilado y profundo, guarda en su interior la mejor representación de los bosques de laurisilva de todo el archipiélago, quizás más espectaculares incluso que los de Garajonay en la vecina isla de La Gomera. Las calderas de Marcos y Cordero, separadas por el Lomo Corto, constituyen las cabeceras del barranco del Agua, que en un recorrido de tan solo 9 km salva un desnivel de más de 1.800 m.

El bosque de laurisilva conforma un frágil ecosistema heredado de la época terciaria, presente hace miles de años en la cuenca mediterránea pero que ya solo se conserva en estas islas atlánticas. Se trata, pues, de un patrimonio natural de excepcional valor, especialmente desde el punto de vista de la flora y la fauna: tiles (que dan nombre al lugar), laureles, aceviños, madroños, fa-yas y brezos son las principales especies arbóreas que lo componen, mientras que en el húmedo sotobosque destaca la presencia de numerosas especies de hele-chos, algunos de ellos gigantes, monumentales, lo que pone bien de manifiesto la humedad del lugar. Su fauna incluye especies endémicas de gran rareza, como las palomas turqué y rabiche, entre otras aves, así como numerosos invertebrados.

No importa, de todas formas, no ser un experto en fauna y flora. El sendero que remonta el barranco (PR LP6) permite disfrutar de unos parajes fabulosos con los bosques de tilos, los helechos agarrándose a las verticales paredes de basalto, la insólita presencia de grandes cantidades de agua, la extrema frondosidad de algunos tramos... Un espectáculo que, pese a ser mucho menos conocido, es para quienes vienen aquí incluso mejor que la visita a la Caldera.

Es posible adentrarse al lugar por dos puntos: bien desde el caserío de Las Lomadas, que se halla cerca

Los Tiles

InfoCentro de Investigación e Interpretación de Los Tiles G 922 451 246.F Todos los días de 8.55 h

a 17 h, de julio a octubre hasta las 17.30 h.

H Fayal-brezal en el Parque Natural de las Nieves.

10 INDISPENSABLES

de la población de Los Sauces, o bien desde el propio núcleo de Los Sauces a través de la carretera que lleva hasta el Centro de Investigación e Interpretación de Los Tiles. La primera opción es quizás la más recomendable, porque desde la llamada Casa del Monte puede iniciar-se una caminata no excesivamente exigente hasta los dos puntos que culminan la excursión: los nacientes de Marcos y Cordero. El camino es especialmente excitante porque exige atravesar más de una docena de túneles excavados para el paso de un pequeño canal de agua (imprescindible llevar una linterna) y recorre rincones fascinantes. Quienes no se conformen con dar media vuelta al llegar a los nacientes, la continuación por el mismo sendero les llevará a descender por el barranco de los Tilos hacia el bosque y la cascada de los Tilos para ir a finalizar la ruta en el citado Centro de Interpretación, lo que requiere al menos cinco horas de marcha.

La Caldera de Taburiente monopoliza en gran medida la imagen que se suele tener de la isla antes de visitarla. Pero en las laderas exteriores de Taburiente hay también parajes espectacu-lares, impresionantes; y entre ellos sobresalen Los Tiles. Forman parte del Parque Natural de las Nieves y fue el primer sector de la isla cataloga-do por la Unesco como Reserva de la Biosfera.

El Parque Natural de las Nieves abarca una extensa superficie del noreste de la isla que corresponde a

la ladera exterior de Taburiente, desde las crestas de la Caldera hasta unos 300 m de altura aproximadamente. Descienden por la extrema pendiente diversos barran-cos, uno de los cuales, el barranco del Agua, especial-mente acantilado y profundo, guarda en su interior la mejor representación de los bosques de laurisilva de todo el archipiélago, quizás más espectaculares incluso que los de Garajonay en la vecina isla de La Gomera. Las calderas de Marcos y Cordero, separadas por el Lomo Corto, constituyen las cabeceras del barranco del Agua, que en un recorrido de tan solo 9 km salva un desnivel de más de 1.800 m.

El bosque de laurisilva conforma un frágil ecosistema heredado de la época terciaria, presente hace miles de años en la cuenca mediterránea pero que ya solo se conserva en estas islas atlánticas. Se trata, pues, de un patrimonio natural de excepcional valor, especialmente desde el punto de vista de la flora y la fauna: tiles (que dan nombre al lugar), laureles, aceviños, madroños, fa-yas y brezos son las principales especies arbóreas que lo componen, mientras que en el húmedo sotobosque destaca la presencia de numerosas especies de hele-chos, algunos de ellos gigantes, monumentales, lo que pone bien de manifiesto la humedad del lugar. Su fauna incluye especies endémicas de gran rareza, como las palomas turqué y rabiche, entre otras aves, así como numerosos invertebrados.

No importa, de todas formas, no ser un experto en fauna y flora. El sendero que remonta el barranco (PR LP6) permite disfrutar de unos parajes fabulosos con los bosques de tilos, los helechos agarrándose a las verticales paredes de basalto, la insólita presencia de grandes cantidades de agua, la extrema frondosidad de algunos tramos... Un espectáculo que, pese a ser mucho menos conocido, es para quienes vienen aquí incluso mejor que la visita a la Caldera.

Es posible adentrarse al lugar por dos puntos: bien desde el caserío de Las Lomadas, que se halla cerca

Los Tiles

InfoCentro de Investigación e Interpretación de Los Tiles G 922 451 246.F Todos los días de 8.55 h

a 17 h, de julio a octubre hasta las 17.30 h.

H Fayal-brezal en el Parque Natural de las Nieves.

VISITA A ❙ SANTA CRUZ DE LA PALMA

y BARRIO DE SAN SEBASTIÁNHay que salir de la plaza de España por la escalina-ta que queda entre el Ayuntamiento y la fuente, que constituye el arranque de la calle Van de Walle. Justo en la intersección de Van de Walle con la calle Pérez Volcán se halla el magnífico edificio del siglo xviii que antaño albergara la panera o alhóndiga, o sea, el pósito de granos de la ciudad. Hoy es la sede de la sociedad La Cosmológica. Creada a finales del siglo xix bajo la influencia de los postulados darwinistas, y con la vo-luntad de reunir elementos y conocimientos referidos tanto a la historia natural como a la sociedad insular, esta sociedad se convirtió en una de las instituciones científicas más prestigiosas de Canarias. A principios del siglo xx, gracias a aportaciones particulares, se creó la biblioteca Cervantes, que cuenta con uno de los fondos bibliográficos y documentales más valiosos del archipiélago.

Vandewalle acaba donde comienza la calle San Se-bastián, que hay que remontar sin perder detalle de las típicas casas abiertas al exterior por ventanas de celosías. La calle conserva todo el tipismo isleño. Des-emboca en la plaza de San Sebastián, donde se halla la ermita del mismo nombre. Es pequeña, modesta, de notable verticalidad. Data del siglo xvi y da nombre a todo este barrio que nació en torno al antiguo camino que comunicaba Santa Cruz con las Breñas y Los Llanos de Aridane. En su interior pueden verse varias escultu-ras flamencas y americanas de los siglos xvi, xvii y xix, entre las que destacan las del santo titular y la de santa

dos elementos heráldicos: los escudos de La Palma y del gobernador Jerónimo Salazar, que era quien gobernaba la isla en aquella época.

En cambio, la estatua de bronce que luce el centro de la plaza no es renacentista, sino neoclásica, dedi-cada al sacerdote Manuel Díaz, párroco de El Salvador en la segunda mitad del siglo xix y benefactor del arte en la isla.

Más que nada por su balcón acristalado, otro de los edificios más vistosos de la plaza es la casa Monte-verde, que también tiene fachada en O’Daly. El edificio, del siglo xvii reedificado en 1922-23 por Pelayo López Martín-Romero, actualmente alberga la sede de la Uni-versidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y en la planta baja hay una sala de exposiciones del Cabildo Insular. Las bellas casas solariegas de los Kábana, los Massieu y los Gisla Guiselín completan la plaza.

Balcones prohibidosLos balcones de la Avenida Marítima de Santa Cruz son típicos de la arquitectura canaria. Sin embargo, prácticamente tan solo los hay en esta ciudad, al menos en tanta concentración y elevado número. Ello es debido a que durante mucho tiempo su construcción estuvo prohibida. Los reyes Católicos ordenaron derribarlos y Carlos V prohibió realizarlos. En 1585 Felipe II envió una cédula a los regidores de la isla de La Palma ordenando “no construir saledizos, ni corredores, ni balcones ni otros edificios algunos que salgan a las dichas calles fuera de la pared”. En todas las islas se aplicó esta prohibición a rajatabla, y por ello apenas podemos ver hoy los típicos balcones en las ciudades del archipiélago. ¿Y en La Palma? Aquí no se prestó atención alguna a la cuestión “porque no se recibió nunca la pragmática”. Según las Epistolares de La Laguna, el velero correo procedente del puerto de Sevilla se hundió durante la travesía. Y La Palma tiene balcones.

I Edificio en la plaza de San Sebastián (izquierda) y sede de la sociedad La Cosmológica (derecha).

B B2Ermita de San Sebastián

VISITA A ❙ SANTA CRUZ DE LA PALMA

y BARRIO DE SAN SEBASTIÁNHay que salir de la plaza de España por la escalina-ta que queda entre el Ayuntamiento y la fuente, que constituye el arranque de la calle Van de Walle. Justo en la intersección de Van de Walle con la calle Pérez Volcán se halla el magnífico edificio del siglo xviii que antaño albergara la panera o alhóndiga, o sea, el pósito de granos de la ciudad. Hoy es la sede de la sociedad La Cosmológica. Creada a finales del siglo xix bajo la influencia de los postulados darwinistas, y con la vo-luntad de reunir elementos y conocimientos referidos tanto a la historia natural como a la sociedad insular, esta sociedad se convirtió en una de las instituciones científicas más prestigiosas de Canarias. A principios del siglo xx, gracias a aportaciones particulares, se creó la biblioteca Cervantes, que cuenta con uno de los fondos bibliográficos y documentales más valiosos del archipiélago.

Vandewalle acaba donde comienza la calle San Se-bastián, que hay que remontar sin perder detalle de las típicas casas abiertas al exterior por ventanas de celosías. La calle conserva todo el tipismo isleño. Des-emboca en la plaza de San Sebastián, donde se halla la ermita del mismo nombre. Es pequeña, modesta, de notable verticalidad. Data del siglo xvi y da nombre a todo este barrio que nació en torno al antiguo camino que comunicaba Santa Cruz con las Breñas y Los Llanos de Aridane. En su interior pueden verse varias escultu-ras flamencas y americanas de los siglos xvi, xvii y xix, entre las que destacan las del santo titular y la de santa

dos elementos heráldicos: los escudos de La Palma y del gobernador Jerónimo Salazar, que era quien gobernaba la isla en aquella época.

En cambio, la estatua de bronce que luce el centro de la plaza no es renacentista, sino neoclásica, dedi-cada al sacerdote Manuel Díaz, párroco de El Salvador en la segunda mitad del siglo xix y benefactor del arte en la isla.

Más que nada por su balcón acristalado, otro de los edificios más vistosos de la plaza es la casa Monte-verde, que también tiene fachada en O’Daly. El edificio, del siglo xvii reedificado en 1922-23 por Pelayo López Martín-Romero, actualmente alberga la sede de la Uni-versidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y en la planta baja hay una sala de exposiciones del Cabildo Insular. Las bellas casas solariegas de los Kábana, los Massieu y los Gisla Guiselín completan la plaza.

Balcones prohibidosLos balcones de la Avenida Marítima de Santa Cruz son típicos de la arquitectura canaria. Sin embargo, prácticamente tan solo los hay en esta ciudad, al menos en tanta concentración y elevado número. Ello es debido a que durante mucho tiempo su construcción estuvo prohibida. Los reyes Católicos ordenaron derribarlos y Carlos V prohibió realizarlos. En 1585 Felipe II envió una cédula a los regidores de la isla de La Palma ordenando “no construir saledizos, ni corredores, ni balcones ni otros edificios algunos que salgan a las dichas calles fuera de la pared”. En todas las islas se aplicó esta prohibición a rajatabla, y por ello apenas podemos ver hoy los típicos balcones en las ciudades del archipiélago. ¿Y en La Palma? Aquí no se prestó atención alguna a la cuestión “porque no se recibió nunca la pragmática”. Según las Epistolares de La Laguna, el velero correo procedente del puerto de Sevilla se hundió durante la travesía. Y La Palma tiene balcones.

I Edificio en la plaza de San Sebastián (izquierda) y sede de la sociedad La Cosmológica (derecha).

B B2Ermita de San Sebastián

EXCURSIONES POR LA ❙ ISLA DE LA PALMA

EL NORTE DE LA ISLA

misma linde con el mar abierto. Es uno de los lugares de la isla que no hay que perderse.

En el camino, cerca de la desembocadura del barran-co del Agua, hay un viejo tapiche (molino de rodillos que giran en sentido contrario) utilizado para extraer la melaza de la caña de azúcar.

Por otro lado, Puerto Espíndola, junto al Charco, es un buen lugar para sentarse a degustar algún plato de pescado. Fue antaño un activo puerto comercial desde el que se exportaban hacia Europa los productos de esta rica zona agrícola del noreste de la isla (sobre todo azúcar) y se embarcaban productos hacia América, para convertirse posteriormente en un modesto refugio de pescadores.

serva la mejor representación de bosque de laurisilva en Canarias, además de ejemplares de tiles (o tilos), grandes masas de helechos, y numerosos endemismos palmeros. Hay en el lugar un Centro de Investigación e Interpretación, y desde allí el mismo sendero PR LP 6 permite subir por el barranco hasta la cabecera de los nacientes, por una ruta distinta a la que parte desde Las Lomadas.

y CHARCO AZUL QLos Sauces es el mayor núcleo urbano de este sector de la isla. Fue fundado por emigrantes catalanes que se instalaron aquí previendo las posibilidades agrícolas que ofrecía la zona. Y este origen explica que la iglesia esté bajo la advocación de la Virgen de Montserrat.

Asentado sobre un lomo en lo alto de la localidad se halla El Regente, un molino hidráulico para la produc-ción de gofio a gran escala, construido en 1873 para aprovechar la riqueza acuífera de la zona y muy bien conservado. En la actualidad alberga el Museo Etno-gráfico del Gofio, un centro de información turística y una tienda de artesanía local.

El núcleo urbano de Los Sauces no tiene mayor in-terés. Desde aquí hay que buscar la sinuosa carretera que desciende entre platanales y ñameras hasta las piscinas naturales del Charco Azul.

El lugar es realmente curioso, y muy tentador para tomar un baño. Se trata de unas piscinas naturales crea-das por la erosión marina sobre la frágil roca volcánica, pero que paradójicamente contienen agua dulce en la

Molino El RegenteD Los Molinos, 33.G 922 451 554.F De lunes a viernes de 10 h

a 14 y de 16 h a 18 h; sábado y domingo de 11 ha 17 h.

I Costa acantilada del norte de la isla de la Palma.

H Piscinas naturales del Charco Azul.