gracia 03 01 vida de la gracia

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VIDA DE LA GRACIA, 1 VIDA DE LA GRACIA, 1 La gracia es una participación de la vi de Dios. Se puede describir como un nuevo nacimiento, origen de una nueva criatura: sin dejar de ser la misma per humana, comienza a vivir en un orden qu excede por completo sus capacidades na- turales. evo nacimiento consiste en participar de la vida di bio que experimenta la persona con la gracia es una era divinización. La gracia nos introduce en la int vida trinitaria. Gr 30 de 75

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VIDA DE LA GRACIA, 1VIDA DE LA GRACIA, 1

La gracia es una participación de la vidade Dios. Se puede describir como unnuevo nacimiento, origen de una nuevacriatura: sin dejar de ser la misma personahumana, comienza a vivir en un orden queexcede por completo sus capacidades na-turales.

Ese nuevo nacimiento consiste en participar de la vida divina.El cambio que experimenta la persona con la gracia es unaverdadera divinización. La gracia nos introduce en la intimidadde la vida trinitaria.

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VIDA DE LA GRACIA, 2VIDA DE LA GRACIA, 2

La unión del alma y del cuerpo constituye una unidad sustancial quees el hombre. El hombre no es un alma que inhabita en un cuerpo.En cambio, por la gracia, Dios sí inhabita en el hombre, pero noforma con él una realidad sustancial: la persona humana sigue siendodistinta de las Personas divinas. Por eso la gracia (la vida sobrena-tural) se puede perder sin perder la vida natural.

Cuando se habla del pecado como muerte del alma,el vocablo muerte significa la pérdida de la vida deDios en el alma y de las virtudes sobrenaturales.Tal ruptura no altera la realidad sustancial de lapersona, que es lo que sucede, por el contrario,cuando se rompe la unión del alma con el cuerpo.

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VIDA DE LA GRACIA, 3VIDA DE LA GRACIA, 3

La gracia es un modo de vida. Es toda la vida laque queda informada por la vida de Dios, porqueel hombre, en estado de gracia, está divinizado,es decir, metido verdaderamente en Dios, intro-ducido a participar de la vida divina.

El hombre en gracia experimenta un cambio real: queda endiosado(San Josemaría). Los Padres de la Iglesia califican esta elevacióndel hombre como una auténtica divinización. Es un don que superala medida de la razón o la fuerza de la voluntad. Nadie puedelograrlo como resultado de un despliegue de las posibilidadesespirituales de la naturaleza humana.

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VIDA DE LA GRACIA, 4VIDA DE LA GRACIA, 4

La divinización no significa una disolución de lo humano en lodivino, al estilo de un planteamiento panteísta. No implica unapérdida de identidad personal. Al contrario, cuanto más se viveen Dios, más se enriquece la personalidad humana.

Con la gracia, se comienza ya en esta vida elproceso que culmina en la vida eterna, que esla vida perfecta con la Santísima Trinidad, conla Virgen María, San José, los ángeles y todoslos bienaventurados. El cielo es la realizaciónde las aspiraciones más profundas del hombre,el estado supremo y definitivo de dicha.

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VIDA DE LA GRACIA, 5VIDA DE LA GRACIA, 5

CCE 1999: “La gracia de Cristo es el don gratuitoque Dios hace de su vida infundida por el EspírituSanto en nuestra alma (...): es la gracia santifican-te o divinizadora, recibida en el Bautismo. Es ennosotros la fuente de la obra de santificación”.

CCE 2000: “La gracia santificante es un don habitual, una disposi-ción estable y sobrenatural que perfecciona al alma para hacerlacapaz de vivir con Dios, de obrar por su amor”.

No es algo puramente externo (Lutero), ni una simple afinidadmoral o afectiva con Cristo (Pelagio).

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VIDA DE LA GRACIA, 6VIDA DE LA GRACIA, 6

La gracia es divinización. No es una “cosa” que se interponga entreel alma y Dios: es el don del Espíritu Santo que nos introduce en lavida de la Trinidad Santísima.

La participación de la vida divina que recibimos como un don esta-ble, consiste en la participación en la vida del Hijo, de Cristo. Yvivir la vida de Cristo nos lleva al Padre y al Espíritu Santo.

El modo en que Dios nos concede participar desu vida y nos hace miembros de su familia es lafiliación. “Mirad qué amor tan grande nos hamostrado el Padre: que nos llamemos hijos deDios, y lo seamos” (1 Jn 3, 1-2).

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VIDA DE LA GRACIA, 7VIDA DE LA GRACIA, 7

Al adoptarnos, Dios Padre podría haberlo hechode muchas maneras. Ha querido hacerlo de laforma más alta, que es introducirnos en la Fi-liación del Verbo. Nos hace “hijos en el Hijo”,configurados a la imagen del Hijo.

La filiación adoptiva humana lleva consigo sólo la relación jurídicay moral. La filiación adoptiva respecto a Dios es muchísimo más:supone cambio, generación real, nuevo nacimiento, verdadera divi-nización. Por ella somos Dios por participación en la Filiacióndel Hijo. Es con relación a la Filiación del Hijo por lo que la nuestrase llama adoptiva. Él es Hijo por naturaleza.

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VIDA DE LA GRACIA, 8VIDA DE LA GRACIA, 8

La filiación divina puede y debe ser el fundamento de la vidaespiritual: un cristiano deberá vivir la unidad de vida de unhijo de Dios, actuará con la libertad de los hijos de Dios, suoración es la de un hijo de Dios, y lo mismo su trabajo, alegría,dolor, etc.

Saber que “el cristiano está obligado a ser alterChristus, ipse Christus, otro Cristo, el mismoCristo” (San Josemaría, Es Cristo que pasa 96),orienta decisivamente nuestra vida, nuestromodo de corresponder a la acción divina, quees la única capaz de hacernos más y más elmismo Cristo, y en Él, más y más hijos de Dios.

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VIDA DE LA GRACIA, 9VIDA DE LA GRACIA, 9

Es Cristo mismo el que nos ha revelado que podemosidentificarnos con Él. La imagen a la que recurre enla parábola de la vid y del sarmiento expresa la dis-tinción (el sarmiento no es la vid), pero también launión estrechísima: toda la vida del sarmiento pro-cede de la vid.

“Seguir a Cristo: éste es el secreto. Acompañarle tan de cerca, quevivamos con Él, como aquellos primeros doce; tan de cerca, quecon Él nos identifiquemos. No tardaremos en afirmar, cuando nohayamos puesto obstáculos a la gracia, que nos hemos revestidode Nuestro Señor Jesucristo” (San Josemaría, Amigos de Dios 299).

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