grabados carmelitas en el convento de san josé de sevilla

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Grabados carmelitas en el Convento de San José de Sevilla María Teresa RUIZ BARRERA Sevilla I. Introducción. II. Iconografía cristífera. III. Iconografía mariana. 3.1. La Virgen del Carmen. 3.2. Otras advocaciones de conventos carmelitas. IV. Iconografía de santos carmelitas. V. Iconografía de santos, beatos y venerables carmelitas descalzos. 5.1. Santa Teresa de Jesús. 5.2. San Juan de la Cruz. 5.3. Beatos y Venerables. VI. Conclusiones. Santa Teresa y el mundo teresiano del Barroco, San Lorenzo del Escorial 2015, pp. 677-694. ISBN: 978-84-15659-31-0

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Grabados carmelitas en el Convento

de San José de Sevilla

María Teresa RUIZ BARRERA Sevilla

I. Introducción.

II. Iconografía cristífera.

III. Iconografía mariana.

3.1. La Virgen del Carmen. 3.2. Otras advocaciones de conventos carmelitas.

IV. Iconografía de santos carmelitas.

V. Iconografía de santos, beatos y venerables carmelitas descalzos.

5.1. Santa Teresa de Jesús. 5.2. San Juan de la Cruz. 5.3. Beatos y Venerables.

VI. Conclusiones.

Santa Teresa y el mundo teresiano del Barroco, San Lorenzo del Escorial 2015, pp. 677-694. ISBN: 978-84-15659-31-0

I. INTRODUCCIÓN

La Orden del Carmen, origen de la advocación mariana del mismo nombre, proviene de la reunión de varios ermitaños que vivían en el Monte Carmelo (Palestina), junto a “la Fuente de Elías”, siguiendo unas normas dictadas por el Patriarca de Jerusalén, a finales del siglo XII y principios del XIII. Habiendo levantado una capilla dedicada a Santa María se les conoció como «Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo» o Carmelitas1. La Reforma del Carmelo, obra de Teresa de Jesús (1515-1582) imprimió mayor fuerza a la orden.

Santa Teresa de Jesús llegó a Sevilla el 26 de mayo de 1575, acompañada

de unas pocas monjas. Su estancia no le sería fácil y no guardó buenos recuerdos de ciudad tan populosa y “pecadora”. Tampoco se adaptó al calor, pues la época de su permanencia no fue la mejor entonces como no la es ahora. Fundó el convento de san José en 1575, en una casa alquilada que no le gustó. Su hermano don Lorenzo de Cepeda, a su regreso de Indias, les compró otra en la antigua calle de la Pajarería (actual calle Zaragoza). Diez años más tarde, con el permiso de san Juan de la Cruz la comunidad se trasladó a su actual sede en el barrio de Santa Cruz, parte de la antigua judería2. Guarda en gran estima el convento de san José, popularmente conocido como “Las Teresas”, numerosas reliquias destacando entre ellas el único retrato de la fundadora pintado en vida por el carmelita fray Juan de la Miseria o el manuscrito original de “Las Moradas”.

El archivo conventual conserva casi un centenar de grabados religiosos

de diversa temática, hojas sueltas en papel, calcográficas la mayoría, que las religiosas han reunido en dos álbumes. Hemos seleccionado casi cincuenta de tema carmelita, siendo veintiuna estampas las dedicadas a santa Teresa3.

1 MARTÍNEZ, I., O. Carm., «La advocación del Carmen. Origen e iconografía», en Advocaciones

Marianas de Gloria, Actas de XX Simposium, San Lorenzo del Escorial 2012, p. 772. 2 Para el estudio del convento puede consultarse, CANO, Mª. L., El convento de San José

del Carmen de Sevilla: las Teresas. Estudio histórico-artístico. Sevilla, 1984; VARIOS, Iglesias y conventos de Sevilla, Sevilla 2007, t. V, pp. 135-136.

3 Agradezco a la comunidad la solicitud y el interés mostrado hacia la investigación.

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La importancia de los grabados como fuente artística está ya muy asentada en el estudio iconográfico reconociéndose su relevancia como origen y propagación de los modelos artísticos entre ciudades y países.

II. ICONOGRAFÍA CRISTÍFERA

El único grabado efigia al Ecce-Homo del convento de carmelitas

descalzas de san José en Granada4. La imagen escultórica es obra próxima a Bernardo de Mora y sigue las pautas iconográficas de la escuela granadina. Se conserva en la llamada “Celda de la Santa Madre”. El convento fue fundado por la venerable Ana de Jesús, coadjutora de santa Teresa5. Un arco floral enmarca la figura de Cristo, en las zonas laterales y superior. Se le representa en el momento de orar al Padre antes de su crucifixión en el Gólgota, con un busto prolongado hasta las caderas, cubierto tan solo por el paño de pureza. La cabeza se gira suavemente hacia la izquierda. Cuello y manos entrelazadas se hallan atados por una gruesa soga, que se extiende hasta las caderas y el paño de pureza. La corona de espinas y las huellas de la flagelación junto con las heridas sangrantes son los signos del comienzo de la Pasión. El aguafuerte se halla firmado por Luengo, es decir, por Juan Ruiz Luengo en 1774 que trabajó en Granada, principalmente temática religiosa6, siendo uno de los grandes maestros de su época y en palabras de Francisco Izquierdo, “el primer puntillista del mundo artístico”7.

III. ICONOGRAFÍA MARIANA 3.1. La Virgen del Carmen

Su iconografía más frecuente será la de Virgen Eleúsa o de la ternura y el de la Hodegetría que representa a la Virgen señalando al Niño que lleva en

4 Mide 165 x 115 mm. La leyenda inferior reza así: “Verdadero Retrato del Santísimo

Ecce-Homo, que se benera en el Convento/de Madres Carmelitas descalzas del Señor San Joseph de la Ciudad/de Granada. Se abrió esta lamina a debozion de sus devotos por/Año 74 y sus muchos portentos y milagros”. Al nombre de Luengo se une el dibujo de una granada como símbolo, firma habitual del grabador.

5 El convento se fundó en 1584. Se trasladaron seis años más tarde al actual edificio, en principio moradas del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba, VARIOS, Guía artística de Granada y su provincia, Sevilla 2006, pp. 194. 193.

6 PÁEZ, E., Repertorio de grabados españoles en la Biblioteca Nacional, Madrid 1981-1985, t. III, p. 68. No se cita esta estampa. ESTEVE, F., Historia del grabado, Madrid 1993, pp. 258-259.

7 IZQUIERDO, F., Grabadores granadinos (siglo XVI al XIX), Granada 2007, p. 37.

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su regazo como el verdadero Camino. Ambos modelos suelen mezclarse. La visión de Simón Stock o Entrega del Santo Escapulario de la Virgen a este santo de la orden llevará implícita la sacralidad del hábito carmelita y que la propia Virgen lo vista8. Treinta y tres grabados o estampas marianas conservados son de la Virgen del Carmen. En este breve estudio tan solo destacamos nueve.

Un anónimo autor del siglo XVIII grabó a la Virgen, erguida y con el

Niño sujeto en su brazo izquierdo siguiendo el esquema habitual en las imágenes marianas hodegetrias independientemente de la concreta advocación que tengan. Madre e Hijo sostienen sendos escapularios. Ella viste capa y hábito propios de la descalcez carmelita y el Niño, larga túnica. Coronas de tipología imperial ostentan en sus cabezas. Dos querubines flanquean al grupo materno-filial en la zona superior y sendos jarrones de azucenas en la inferior. Una gargantilla de perlas ciñe el cuello de María9. Interesante es la anónima litografía decimonónica que efigia a Nuestra Señora del Monte Carmelo de Palestina. Líneas mixtas y flores enmarcan la imagen de la Virgen, sentada sobre nubes, con un vestido ricamente bordado al igual que la túnica del pequeño Jesús. Ambos poseen coronas imperiales. La Madre sostiene un escapulario carmelita y el Hijo, una esfera del mundo crucífera10. Amador firma en el s. XIX una discreta estampa11, en la que la Virgen y el Niño repiten el esquema compositivo más habitual, erguida sobre nubes y vestida al uso carmelita, con corona imperial aureolada de estrellas en este caso, y escapularios del Carmelo en su diestra, mientras Jesús se presenta medio desnudo. Una orla ovalada los enmarca. En la zona superior se centra por una guirnalda floral y en la inferior por la cartela identificativa de la imagen y el nombre del autor.

José Rico (1787-1827) es uno de los buenos grabadores en cobre residentes

en Madrid y pertenecientes a las primeras décadas del siglo XIX, que efigian a la Virgen y a su Hijo girados hacia su derecha. Viste Ella al uso carmelita y el pequeño Jesús, un ligero paño de pureza. Ambos portan escapularios de la orden. Haces de luz y doce estrellas rodean la corona imperial de la Virgen y un nimbo crucífero, el rostro del Niño12.

8 MARTÍNEZ, I., O. Carm., «La advocación del Carmen. Origen e iconografía», en o.c.,

pp. 775. 785. 9 Mide 190 x 130 mm. “Nuestra Santissima Madre del Carmen. En la casa de la Profesa”,

es la inscripción inferior. 10 Mide 150 x 95 mm. La inscripción inferior es: “Verdadero retrato de la milagrosa

efigie de/Nuestra Señora del Carmen/según se venera en el monte Carmelo de Palestina”. 11 Mide 95 x 70 mm. Se relacionan varios grabadores con este apellido en el siglo XVIII,

PÁEZ, E., o.c., t. I, p. 38. 12 Mide 94 x 73 mm. “NTRA. SRA. DEL CARMEN” es la inscripción así como la firma del

autor “José Rico f.”. Para notas del autor, PÁEZ, E., o.c., t. III, p. 22.

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Del grabador sevillano José María Martín (1769-1853) se conservan cinco estampas13. Destacamos una en que una cenefa floral corona la orla ovalada que enmarca las figuras de María del Carmelo y de Jesús. El esquema es el mismo ya descrito en otros grabados y responden a las líneas predominantes a principios del siglo XIX, comunes a otras iconografías marianas14. Otras dos, con nimias diferencias entre sí, efigian a la Virgen de medio cuerpo sobre nubes, sosteniendo en su derecha escapularios carmelitas y en la izquierda a Jesús, semidesnudo. Como es habitual, una corona imperial realza la imagen mariana y tres potencias la del Niño15.

En el mismo siglo XIX el zaragozano Manuel Navarro, que trabaja en

Madrid a las órdenes de Carmona16, graba una Virgen del Carmen, en la que un marco cuadrangular rematado por una guirnalda floral realza al grupo materno-filial. María se efigia casi de cuerpo completo, ligeramente ladeada hacia su izquierda para ver a su Hijo, a su vez dispuesto en actitud frontal pero amorosa respecto a su Madre. Un ligero velo cubre en parte a Jesús y el hábito, escapulario y capa carmelitas a la Virgen. Se la identifica por el escapulario de la orden en cuestión, que porta en su diestra. Doce estrellas realzan la corona imperial que ciñe sus cabellos17.

Al siglo XVIII y de autor anónimo podemos adscribir una buena estampa

en la que numerosos ángeles y querubines rodean al grupo materno-filial que, sedente sobre nubes, extiende su escapulario a las ánimas que entre llamas esperan su salvación en el Purgatorio18. Es bien conocido que esta iconografía es la más representativa y popular.

3.2. Otras advocaciones de conventos carmelitas

El sevillano Diego de san Román y Codina19 abre “nuevamente” a finales

del siglo XVIII, una estampa representando a la imagen mariana del convento de Carmelitas Descalzos de Écija. Un buen dibujo nos la muestra sedente sobre un monte, con las manos entrelazadas y en actitud orante. Un cuchillo atraviesa su pecho. La realza corona imperial, media luna con el anagrama de su nombre y la ráfaga flamígera que, además, está formada por nubes y doce

13 Mide 138 x 95 mm. PÁEZ RÍOS, E., o.c., t. II, pp. 177-179. 14 Mide 100 x 70 mm. 15 Mide 120 x 87 mm. 16 PÁEZ RÍOS, E., o.c., t. II, pp. 280-282. 17 Mide 80 x 50 mm. Esta es la inscripción de la leyenda inferior: N. S. DEL CARMEN.

Firma Amador F. 18 Mide 200 x 135 mm. 19 PÁEZ RÍOS, E., o.c., t. III, pp. 112-119. No cita esta estampa.

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querubines y un angelito (lám. 1)20. La talla original es anónima napolitana (1763-1766) y fue elegida como cotitular dolorosa de la Hermandad de la Sagrada Mortaja y María Santísima de la Piedad, fundada en 1989 en el antiguo templo del Carmelo descalzo de Écija21.

IV. ICONOGRAFÍA DE SANTOS CARMELITAS

Por respeto a la creencia popular, iniciamos este epígrafe con los tres grabados sobre el profeta Elías (s. IX a.C.)22. El primero, de autor anónimo23 adscrito al siglo XVIII, le representa calvo, barbudo, vestido con túnica y manto de piel de cabra, con la espada flameante en su diestra, y una atípica corona sobre su cabeza y un libro en su otra mano. Dicha espada alude a la llama del cielo que desciende mientras invocaba sobre el monte Carmelo, a la rueda de fuego de su ascensión24. Una figura recortada y coloreada de san Elías, impresa por un autor desconocido también del siglo XVIII, se adhiere al papel25. Se le representa con espada en alto, cabeza nimbada y libro en la izquierda. Luce su habitual capa de piel caprina sobre la túnica. Responde a la acostumbrada iconografía, tal y como se muestra en la imagen escultórica del templo conventual con la que comparte similitudes y época. Más interesante es el que firma F. José, que podemos fechar a finales de la misma centuria26. Dios Padre se aparece a Elías, penitente en una cueva. No faltan la espada, que yace en el suelo, ni el cuervo que sobrevuela la cueva con un pedazo de pan para alimentarle dos veces al día.

San Alberto de Sicilia o de Trápani (Trápani, h. 1240-1306), llegó a

ser provincial de la orden y fue canonizado en 147627. Gran predicador y taumaturgo, fundó varios conventos y escribió algunos tratados, por desgracia

20 Mide 146 x 110 mm. La inscripción inferior es: “Verdadero Retrato de N. S. de los Dolores,

que se venera en el/Convento de Carmelitas Descalzos de Ezija”. “Nuevamente por Codina”. 21 MARTÍN, M., «Hermandad Sacramental de Nuestra Señora del Carmen, y Cofradía de

Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz en el Misterio de Su Sagrada Mortaja y María Santísima de la Piedad», en Misterios de Sevilla, Sevilla 1999, t. IV, pp. 107. 102. Fue restaurada en 1991 por Manuel Ramos Corona que sustituyó sus originales manos entrelazadas. La ráfaga del grabado es un transunto fiel de la real que realizada en plata aún se conserva.

22 SPADAFORA, F., “Elías profeta, santo”, en Santos del Carmelo, (Roma 1972) Madrid 1982, traducción por Jesús Mª Carrión, O. Carm., pp. 190-214.

23 Mide 91 x 68 mm. 24 Para su iconografía puede consultarse, RÉAU, L., Iconografía de la Biblia. Antiguo

Testamento, en Iconografía del arte cristiano, (Barcelona 1995), Barcelona 1999, t. I /vol. 1, pp. 400-404.

25 Mide 145x 75 mm. 26 Mide 168 x 120 mm. 27 RÉAU, L., Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento, en o.c., t. II / vol. 3, pp. 49-50.

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desaparecidos28. Es representado por el granadino Luengo en 1721, inscrito dentro de una orla ovalada sobre una especie de peana semioculta por la cartela arrocallada que deja ver la inscripción. Su figura de tres cuartos gira hacia su derecha, al igual que el rostro, caracterizado por facciones jóvenes y barbilampiñas. Viste como fraile de la orden carmelita. Con su diestra bendice y porta en su otra mano un crucificado entre dos tallos de lirios, su principal atributo. Se le adjudica el patronazgo de abogado de las calenturas y de las parturientas29.

Similar estructura presenta un anónimo grabado de la centuria décimoctava

que efigia a san Anastasio mártir. Era un soldado del ejército de Cosroes e impresionado por la santa Cruz llevada a Persia por su rey, se bautizó. Se le supone monje en Jerusalén durante años y de regreso a su patria, halló la tortura y la muerte por estrangulamiento, el 22 de enero de 628. Su cuerpo fue transportado a Palestina, Constantinopla y Roma30. Una orla ovalada circunda la figura prolongada del santo y se dispone sobre la peana que también posee en su frente una cartela mixtilínea. Un nimbo aureola la cabeza, en parte cubierta por la capucha carmelita, y el rostro, de tres cuartos, gira hacia su izquierda denotando un aspecto físico maduro y barbado. Grilletes sobre sus manos y la palma de martirio en su diestra son símbolos alusivos a su cautiverio y su martirio31.

El venerable P. Presentado fray José Ortíz de santa Bárbara, fue un carmelita

que ingresó en la Casa Grande sevillana. “Exemplarisimo en virtudes” falleció en el mismo convento en 1785. Fernando Selma, uno de los grandes maestros del siglo XVIII talló su anciana efigie en cobre. Fiel a la tipología de retrato funerario sostiene entre ambas manos un crucifijo32.

28 RUOCCO, R., “Alberto de Sicilia o de Trapani, santo” en, Santos del Carmelo…, o.c.,

pp. 219-222. 29 Mide 138 x 96 mm. La inscripción es “S. Alberto Carmelita/Abogado de las Calenturas

y dellas/Mugeres que están de Parto/Año de 1721”. “Luengo en Granada” (una granada como símbolo).

30 http://carmelnet.org. 31 Mide 155 x 110 mm. Posee una leyenda inferior con la siguiente inscripción: “Vera

Effigies/ S Anastasii Martiris Carmelitae / cuius aspecto fugari demones morbosque/curari Acta secundi Concilii Niceni testantur”.

32 Mide 300 x 190 mm. La cartela inferior devela información sobre fray José Ortíz: Verdadero Retrato del V. P. Presentado Fr. Josef/Ortiz de Santa Barbara, exemplarisimo en virtudes, que/murió en su Convento Casa Grande del Carmen de Sevilla/el día 3 de Octubre de 1785. A los 87 Años de su Edad. F. Selma lo grabó. Se cita en PÁEZ, E., o.c., t. III, p. 140. Conocemos un ejemplar citado por VARIOS, Fernando Selma. El grabado al servcicio de la cultura ilustrada. abr.-may. 1993, Calcografía Nacional, Madrid, junio-julio 1993, Museu Sant Pius V, Valencia. Barcelona 1993, p. 23. Otro ilustra un sermón del Beato fray Diego José de Cádiz (Sevilla, 1786), MARTÍNEZ, I., O. Carm., Los carmelitas en Sevilla. 650 años de presencia (1358-2008), Sevilla 2009, pp. 454-455.

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V. ICONOGRAFÍA DE SANTOS, BEATOS Y VENERABLES CARMELITAS DESCALZOS

5.1. Iconografía de Santa Teresa de Jesús

El conjunto de estampas teresianas conforma el corpus más numeroso de

las conservadas en el convento, tras las de la Virgen del Carmen. El retrato que realizara fray Juan de la Miseria en 1576 en Sevilla es el punto de partida de las primeras imágenes físicas de Teresa de Jesús y de las numerosas pinturas y grabados que desde pocos años después de la muerte de santa Teresa se fueron dirigiendo a los conventos y a los fieles como vehículo propagador de su devoción33.

Así pues traemos a estas páginas uno de los grabados calcográficos, de

autoría anónima, y de rasgos populares, fiel a la tipología del retrato de santa Teresa: erguida, en busto prolongado y en posición de tres cuerpos, en actitud orante ante una cruz que reposa sobre una mesa. Completan la escenografía el Espíritu Santo en forma de paloma y una filacteria con el Salmo 88 (“Misericordias Domini in aeternum cantabo”)34.

Interesante y conocido es el grabado titulado “Santa Teresa y Juan de la

Cruz como escritores de la Orden del Carmelo bajo la protección de Elías, que surca el cielo con su carro de fuego”. La inscripción “Unus spiritus, et una fides erat in eis” se lee en la zona superior. Aunque sin firma de autor, el ejemplar es de mano del maestro Gregorio Fosman, del siglo XVII35. Con gran calidad son representados asistiendo a la visión de Elías arrebatado en un carro de fuego conducido por dos caballos, su discípulo y profeta Eliseo36, santa Teresa y san Juan de la Cruz. En el manto de piel de cabra que arroja Elías y recoge Eliseo, dispuesto de forma alargada sobre las cabezas de los santos se lee “Pallium Eliae Spiritus” (El espíritu del manto de Elías). En el mar se aprecian cuatro barcos -uno con un remero-, tres monstruos marinos y una Inmaculada sobre tres nubes verticales. Los reformadores portan plumas y libros. El grabado significa unir la reforma con los inicios de la orden carmelitana bajo la protección de María Inmaculada. En su origen debió formar parte de

33 PINILLA, M. J., “La Ilustración de los escritos teresianos: grabados de las primeras

ediciones”, en BSAA Arte, LXXIV (2008) 188-189. 34 Mide 170 x 160 mm. 35 Mide 190 x 130 mm. Hay dos ejemplares, uno de ellos recortado. Para datos y obra del

autor, GARCÍA, B., El grabado del libro español, Valladolid 1984, t. II, p. 304. ESTEVE, F., o.c., pp. 180-182.

36 RÉAU, L., Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento, en o.c., t. 1/ vol. 1, p. 410. SPADAFORA, F., “Eliseo profeta, santo”, en Santos del Carmelo…, o.c., pp. 289-296.

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un libro de oraciones, pues la frase “absoluciones y bendiciones” puede leerse en su parte posterior.

De la santa reformadora del Carmelo destacaremos las siguientes estampas.

De autor anónimo y discreto dibujo dieciochesco, se presenta la santa rezando arrodillada. Una mesa con un tintero y una pluma se dispone ante ella y un libro a sus pies. “Conócete a ti mismo y no sentirás la pasión del orgullo, ni buscarás que te aplaudan” es la inscripción que puede leerse en la parte posterior37. La misma composición se repite en la estampa decimonónica que editara Riera en Barcelona pero enmarcada en una orla floral propia de la época38.

Interesante y conocido es también el anónimo grabado que se realizó por

devoción de un arzobispo de Zaragoza, según nos revela la leyenda inscrita en la cartela inferior. Don Juan Sáenz de Buruaga y Ortiz de Landaluce (Berricano, Álava, 1707-Zaragoza, 1777), fue obispo de Lugo (1762-1768) y de Zaragoza (1768-1777)39. La santa se representa de medio busto en el momento de la transverberación como remate de la representación de su corazón, como indica la filacteria que lo recorre lateralmente: “Copia veridica del corazón de Sta Theresa de Jesus segun su tamaño / y figura: se venera en el Real Convento de Carmelitas Descalzas de Alva”. Palmas y flores adornan la orla que envuelve el corazón de santa Teresa. Una supuesta peana enmarca la inscripción relativa a las indulgencias concedidas por el arzobispo a quien rezare devotamente ante esta reliquia (lám. 2)40. En función de su gobierno puede fecharse el grabado entre 1768 y 1777. Es una imagen basada en la reliquia conservada en Alba de Tormes y fue muy difundido a principios del pasado siglo.

La iconografía de santa Teresa de Jesús como doctora de la Iglesia es el

tema más representativo de la fundadora. El primer ejemplo pertenece al prolífico grabador sevillano José María Martín. En la estampa de finales del siglo XVIII, una orla ligeramente ovalada con cinta de flores en la zona superior y cartela, igualmente floreada, en la inferior, enmarca a la santa recibiendo la inspiración del Espíritu Santo en forma de paloma. Ella viste como monja de su orden y sobre la toca luce el bonete de doctora de la Iglesia, apareciendo erguida sobre nubes, con la pluma en su diestra y el libro en su mano

37 Mide 56 x 50 mm. 38 Mide 65 x 45 mm. La inscripción es Riera editor - Robador 24 y 26 Barcelona. 39 http://es.wikipedia.org/wiki/Juan Saenz de Buruaga. 40 Mide 170 x 115 mm. “El Ilustrisimo Señor don Juan Saez y Buruaga Arzobispo de

Zaragoza, con/cede 80 dias de Indulgencias, rezando un Padrenuestro/y Ave Maria â esta Imagen de Santa Theresa de Jesus” es la inscripción aludida.

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izquierda41. Parecidos esquema compositivo e iconografía, aunque sedente, se presenta en otra estampa anónima, también del siglo XIX y de menor calidad42. En la siguiente, santa Teresa se sienta ante una mesa dispuesta a escribir inspirada por el Espíritu Santo. Completan la escena, una estantería llena de libros y un marco cuadrangular con sus célebres versos “Nada te turbe /Nada te espante/Quien a Dios tiene/Nada le falta”. El dibujo del grabado original es bueno aunque anónimo, y lo fechamos a finales del siglo XIX43. En otro grabado, fechable h. 1900 con inscripción en francés, español e italiano -Sainte Thérèse de Jésus / Sta. Teresa de Jesús – Sta. Teresa di Gesú-, la santa se integra en una arquitectura que simula ser un claustro. Erguida, con la pluma y un libro entre sus manos, inspirada por el Espíritu Santo, mira embelesada a un crucifijo, a cuyos pies yacen libros. Por detrás se escribe una invocación a la santa44. El medio busto de la fundadora y la Paloma, que representa al Espíritu Santo, dibujados en la estampa anterior se efigian en otra que, además tiene impresa la siguiente oración: “Dadme hijos mios, todos los días un cuarto de hora de oración y os prometo el cielo”45. Esta representación del Espíritu Santo en forma de paloma se inspira en la que se halla en el verdadero retrato conservado en las carmelitas descalzas de Sevilla46. A la moda decimonónica, una estampa de la santa reformadora realizada en la casa litográfica valenciana de Sanchis, se realza por marco de puntas de encajes en papel y la presenta con un buen dibujo escribiendo ante una estantería llena de libros. En primer plano un ángel - niño sostiene una calavera, alusiva a la penitencia y a la caducidad de la vida47.

Como hemos visto un esquema iconográfico común se repite una y otra

vez y sus diferencias estriban en la presentación corporal - erguida o sedente- y los versos teresianos que acompañan la efigie de la santa. Su aspecto físico es juvenil y más o menos hermoso, muy alejado del verdadero retrato, aquel del que dijera la propia Teresa de Jesús que fray Juan de la Miseria la había pintado, vieja, fea y legañosa.

La Transverberación de la santa, tema celebérrimo en su iconografía, es

el motivo escogido por un anónimo grabador del siglo XVIII que, con trazos

41 Mide 120 x 78 mm. 42 Mide 124 x 82 mm. 43 Mide 105 x 75 mm. 44 Mide 118 x 76 mm. 45 Mide 118 x 76 mm. 46 PINILLA, M. J., “La Ilustración de los escritos teresianos: grabados de las primeras

ediciones”, en o.c., pp. 188-189. Desaparece la filacteria con el Salmo 88. 47 Mide 105 x 75 mm. La inscripción inferior reza: Sta. Teresa de Jesus. Litografia

Sanchis. Valencia.

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populares y a color, presenta a la fundadora en una estancia cuyo cortinaje rojo ayuda a la ambientación al igual que el altar, donde se dispone un crucifijo hacia el cual, genuflexa, mira extasiada. Le acompaña una oveja de cuya boca parte una filacteria latina, “Coronaberis”. La santa tiene su corazón entre las manos y desde él hasta Cristo parten flechas48, siendo una variante popular de la transverberación. Más clásica es la vesion que firmara G. Antonelli en Roma, en el siglo XIX. Representa a un ángel sosteniendo a una santa Teresa desmayada a la que va a traspasar su corazón con la conocida flecha49. En la misma centuria trabaja el editor parisino L. Turgis quien firma una estampa funeraria con los célebres versos teresianos –“Vivo sin vivir en mí/Y tan alta vida espero,/Que muero porque/No muero”50. En este eje vertical se disponen desde la zona superior a la inferior, un corazón con cruz y corona de espinas en torno suyo, la santa representada de medio cuerpo con las manos cruzadas sobre el pecho y mirada elevada; el aludido texto y por último, la transverberación mostrando a Teresa de Jesús de cuerpo entero, arrodillada y con los brazos elevados hacia el cielo mientras un joven ángel le lanza la flecha que herirá de amor místico su corazón.

5.2. San Juan de la Cruz (Fontiveros, Ávila, 1542- Úbeda, Jaén, 1591)

El joven carmelita conoce a santa Teresa y deseosos de una reforma en la

vida religiosa, ambos aúnan sus espíritus para llevarla a cabo. En 1568 funda el primer convento reformado de la rama masculina en Duruelo (Ávila). Son tres los grabados que representan en solitario al fundador51.

El apellido Klauber -“I.X. Klauber Sc”- firma la estampa dieciochesca de

mayor calidad52. La firma se corresponde con los hermanos Joseph Sebastian (Augsburgo, h. 1700-1768) y Johan Baptist (Augsburgo 1712-h. 1787) que, junto con sus descendientes, forman parte de la escuela alemana de grabadores de Augsburgo del segundo tercio del siglo XVIII. Ambos hermanos crearon una editorial católica para imprimir sus obras. Se aprecian las siglas “C.P.S.C.M”, es decir, “Cum privilegio Sacrae Caesareae Majestatis”53. Como relevante

48 Mide 105 x 750 mm. 49 Mide 125 x 10 mm. La leyenda inferior dice “In Roma presso G. Antonelli in Piazza di

Sciarra, nº233/S. TERESA VERG.”. 50 “L. Turgis Paris, Pl. 2003. 60, rue des Écoles”, es la leyenda inferior. Mide 125 x 10 mm. 51 MACCA, V., “Juan de la Cruz, santo”, en Santos del Carmelo…, o.c., pp. 320-351. 52 Mide 88 x 70 mm. 53 THIEME-BECKER, Allegemeines lexikon der Bildenden Künstler, Leipzig 1927, t.

XX, p. 411. BÉNÉZIT, E., Dictionnaire critique et documentaire des peintres, sculpteurs dessinateurs & graveurs, Paris 1966, t. V, p. 262.

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característica de su estilo es apreciable el gusto rococó que evidencian en sus obras, muy extendidas por Europa, incluida España, e Hispanoamérica54. Una gloria se abre paso en medio de un fondo arquitectónico y Jesucristo resucitado se aparece a un arrodillado san Juan que abraza la Cruz de Cristo. Símbolos pasionarios como la columna, la lanza, las tenazas, los clavos, el martillo… se disponen a nuestra izquierda (lám. 3). Los otros dos grabados en cobre se fechan en el siglo XIX. Uno de ellos, firmado por F. Grillo, representa al santo sedente sobre nubes, asistiendo a la visión de un ángel que le muestra una cruz55.

5.3. Beatos y venerables

Sor María Ana de san Bartolomé (Almendral, Ávila, 1549-Amberes, Bélgica,

1626), ingresó en el Carmelo Descalzo de san José de Ávila en 1570 siendo la primera lega de la Reforma. Discípula predilecta y secretaria de santa Teresa la acompañó en sus fundaciones. Una vez fallecida la santa se trasladó a Francia donde hubo de profesar como religiosa de coro y fundó varios conventos, entre ellos los de París, Pontoise y Tours y, en 1612, creó el primer convento descalzo femenino en Flandes. Benedicto XV la beatificó en 191756. Su “Vera Efigie” firmada por Verbruggen en el siglo XVIII, se inserta en una mandorla, presentando medio cuerpo prolongado y rostro de tres cuartos; es su actitud orante con un rosario entre sus manos; dos querubines, una calavera y un crucifijo completan la escena. Ciertos detalles denotan una calidad que no es visible en el discreto dibujo de su rostro, probablemente basado en algunas copias de la mascarilla funeraria57.

N. Sangiorgi, fechable en el siglo XVIII, muestra asimismo en un dibujo

correcto a santa Catalina de Cristo58. La inscripción nos revela que esta joven noble fue fundadora en Barcelona. Era pariente de santa Teresa y llevó una vida muy edificante. Murió en Barña, en 1594 a los 49 años tras una vida de

54 CARRASCO, M. J., “Un grabado de Klauber sobre el Padrenuestro", en Boletín Oficial

del Obispado de Huelva, LV 391 (enero-marzo 2008) 75-88. 55 Mide 135 x 95 mm. 56 MACCA, V., “Ana de san Bartolomé”, en Santos del Carmelo…, o.c., pp. 226-227. 57 Mide 93 x 63 mm. “Vera Efigies/Ven. M. Annae A S Bartholomaeo/S M Theresiae

amitis individuae ac ultra 100/miraculis ab ordinariis aprobatis darae”. Una anónima estampa fechada a principios del siglo XX conserva una reliquia de esta venerable. La figura y aspecto fisico se inspiran en esta antigua.

58 Mide 170 x 110 mm. “V.M. Catalina de Cristo,/Fundadora de las Carmelitas Descalzas de Barcelona na/cida de nobles padres en Madrigal; esclarecida en virtudes,/principalmente en amor de Dios; consanguínea de santa Teresa, y/regalada con favores Divinos: después de varios trabajos y/enfermedades murió en Barña, año 1594 á los 49 años de su edad,/famosos en milagros, cuyo cuerpo manando suavisi/mos olores permanece incorrupto”.

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milagros, su cuerpo estaba incorrupto en la fecha que se abre la lámina. El grabado la efigia de semicuerpo prolongado y rostro joven y bello, en posición de tres cuartos. Presenta breves inscripciones - “Christo meo”- junto al crucifijo que porta en su diestra; “Iucernan” sobre el corazón con llamas en sus manos y, en el reverso de su izquierda, “Paravi”. En la filacteria superior: “Do cuiste / me Domine á juventute mea”.

En 1791 el grabador real Bernardo Albiztur59, abre en Madrid una lámina

efigiando el “Verdadero Retrato de sor María de la Encarnación”, beatificada por Pío VI en 5 de Junio del mismo año. El grabado se halla en la biografía escrita por el carmelita descalzo Bartolomé Moriani (Roma, 1791), traducida al castellano y editada el mismo año en Madrid60. En la parte posterior puede leerse, “Yo labre mi salvasion siendo religiosa lega en tu misma religión. Mira la gloria que llega quien cumple su vocasion”. Aunque se la llama fundadora en Francia, no lo fue, pero sí ayudó a crear los primeros conventos. Bárbara Avrillot (1566-1618), esposa del vizconde de Villemor, Pedro Acarie, y madre de seis hijos, tras el destierro al que Enrique IV les condena por católicos, leyó las obras de santa Teresa, h. 1601. A continuación decide ayudar a fundar en su país, lográndose su anhelo en 29 de agosto de 1604 con seis carmelitas descalzas. Al frente estaban Ana de Jesús y Ana de san Bartolomé, discípulas de la Reformadora. Una vez viuda ingresa en religión como hermana de la observancia, en el convento de Amiens. Murió en el de Pontoise el 18 de abril de 161861. La monja, de joven y dulce rostro eleva extasiada su mirada hacia el cielo. En su mano derecha muestra una cruz plana, en la cual se apoya o besa un angelito. Este grabado inspiró a otros como el que firma Manuel Peleguer en el siglo XIX con la siguiente inscripción: “La B. Maria de la Encarnacion / Abogada de muertes repentinas”. Repite el esquema compositivo con la aportación de tres querubines en la zona superior, próximos al haz de luz que ilumina a la monja y una corona de espinas sobre su toca blanca62.

Fray Francisco de Jesús (Los Hinojosos, Cuenca, 1529-1601), llamado

«El Indigno» por su extrema humildad, fue discípulo de san Juan de Ávila y

59 PÁEZ, E., Repertorio de grabados españoles...,o.c., t. I, pp. 20-22. 60 Mide 200 x 130 mm. “Verdadero Retrato de la B. -escudo carmelita- Maria de la

Encarnacion, / fundadora en Francia de las Carmelitas Descalzas. murió en Pon/toise el 16 de Abril de 1622, y habiendo florecido en multitud de/milagros, asi en vida como en muerte, fue beatificada por/N.S.S.P. Pio VI en 5 de Junio de 1791”. PÁEZ, E., o.c., t. I, p. 21.

61 GÉSUS MARIA, F. di, OCD, “María de la Encarnación”, en Santos del Carmelo…,

o.c., pp. 386-389. 62 Mide 100 x 70 mm. De esta venerable existió una imagen escultórica en el templo. Pero

en el pasado del siglo XX, se la transformó en santa Teresita de Lisieux, según información oral de la comunidad.

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misionero por tieras andaluzas y castellanas. Rector de las Escuelas de Baeza, en febrero de 1575 conoció a santa Teresa y a san Juan de la Cruz, que fundó el Colegio Carmelita descalzo de esa ciudad andaluza. En diciembre de 1581, con cincuenta y seis años, ante el provincial fray Jerónimo Gracián, recibió el hábito e hizo el noviciado en Sevilla como hermano lego. Felipe II como rey de Portugal mandó carmelitas descalzos para las misiones del Congo y Angola. Fray Francisco se unió a la tercera expedición (1584), única en llegar a esas tierras africanas. Ordenado sacerdote a las 59 años, bautizó a más de cien mil nativos siendo el gran predicador en el reino católico del Congo. De regreso a España en 1587 vive en el convento de Madrid hasta que muy enfermo, regresa a su pueblo natal donde murió el 10 de junio de 160163. Verhelst lo efigia dos siglos después como un hombre mayor, dispuesto en figura completa y el rostro de perfil que contrasta con el cuerpo, de tres cuartos, y los brazos dispuestos en gesto imperioso sosteniendo en alto un crucifijo en su diestra. A sus pies se coloca un arpa, símbolo de la música y de las danzas que desde joven él dedicaba al Santisimo en las fiestas del Corpus. El frondoso paisaje alude a un milagro. Un día, uno de los nativos se burló del cristianismo y señalándole un árbol seco y roido dijo: «Si haces que este árbol viejo se llene de fruto en este mismo instante, creeré en tu religión». El misionero, rezó al cielo, se acercó al árbol seco, le bendijo con la señal de la cruz, y mandándole en nombre de Dios que diese fruto, floreció con grandes hojas en todas sus ramas. La conversión fue numerosa. La palabra “Credite”- Creed” se inscribe en la piedra bajo su manto, encima del arpa y bajo su mano izquierda. “Credite quae Servus / Dei praedicat” -«Creed lo que os predica este Siervo de Dios»-, puede leerse bajo su brazo derecho. Al igual que ocurriera con los Kluber, la religión católica del artista y su ciudad se incluyen en la estampa, “Cath. del et Sc Aug V” 64.

Por último traemos a este breve estudio un grabado de fray Juan de Jesús

María (Calahorra, 1564-Roma, 1615). Profesó en 23 de enero de 1583 a los 19 años en el convento de Pastrana, fundado por san Juan de la Cruz. En 1585, antes de terminar sus estudios le destinaron a Italia porque querían extender la reforma. En Génova fue ordenado sacerdote. Redactó las constituciones de la orden descalza, pues en 1593 es orden autónoma y llegó a ser el tercer

63 NIÑO JESÚS, F. del, OCD, Fr. Francisco el Indigno, apósitol del Congo, de la orden

de los Carmelitas Descalzos (1529-1601), Madrid 1934. Fue enterrado en la capilla de santa Teresa del convento de san Hermenegildo, de Madrid y después, en el claustro de la sacristía.

64 Mide 260 x 180 mm. La cartela inferior está en latín: V.P.F. FRANCISCUS a IESU, cui humilitas INDIGNI/cognomen adjecit, in Regno Congri ultra 100 hominum mil/lia baptizavit Missionari, Virtutib, ac mirabilibus plene/Apostolicus. Aetate provectus obiit Matriti 10 Iuny 1601. Verhelst Cath. del et Sc Aug V. Posiblemente el grabado sirviera para el frontispicio de alguna biografía del venerable.

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General. Su cuerpo incorrputo permanece en el convento donde murió, san Silvestre de Montecompatri, cerca de Frascati65. Grabado asimismo por Verhelst en el siglo XVIII66, se presenta ante el espacio físico que plantea una estantería repleta de libros. El fraile -de rostro maduro y de corta barba- se nos muestra en figura completa de tres cuartos, arrodillado, con una cruz en su diestra, ante una mesa recubierta por un tapete. Un papel y dos coronas se disponen en la mesa. Una frase latina simula estar saliendo de la boca del fraile. Del cielo dos filacterias latinas iluminan a cada corona: “Hic est qui custodit” y “Coronas Novitiorum”. Junto a su pluma “In hac”. VI. CONCLUSIONES

Hemos querido estudiar parte de la numerosa colección que de estampas

sueltas posee el convento de monjas carmelitas descalzas de Sevilla. Treinta y cinco son las que hemos comentado, mínimamente, en estas páginas. La mayoría se adscriben a los siglos XVIII y XIX. Veintitrés se hallan firmadas. Entre los artistas destacan Gregorio Fossman, el único del siglo XVII, y otros grandes maestros como Ruiz Luengo, Selma y Albiztur. También buenos conocedores de su oficio y populares en su época como los sevillanos José M.ª Martín o San Román y Codina. La propagación de las devociones carmelitas o carmelitanas no sólo proceden de distintas ciudades españolas como Granada, Madrid o Sevilla sino también de Alemania bajo la firma de los hermanos Kluber o Verhelst así como de Italia con G. Antonelli o N. Sangiorgi.

Las grandes figuras del arte del grabado se unen a otras de segunda fila y

menor entidad artística para conformar todas una interesante colección que supone una “pieza” más, aunque de menor valor, dentro del patrimonio artístico del convento de “las Teresas”. Tras cinco siglos de historia las carmelitas descalzas de san José continúan haciendo presente en Sevilla el carisma de santa Teresa de Jesús, dedicadas a la vida contemplativa.

65 ABAD, F., Juan de Jesús Maria. el calagurritano de las grandes gestas, Burgos 2003,

pp. 19-25. 66 Mide 233 x 183 mm. La inscripción reza así “V.P.F. IONNES a IESU MARIA, Hispanicae

Congregrationis Filius, Italicae, Praepositus Generalis III. Vitae Sanctitate, ac doctrina in orbe, maxime in urbe cele/bris. Apud Tusculum obiit 29. May 1615. Aetatis 52. Ejus corpus post 142. Annos manet incorruptum”. Verhelst Cath. del et sc A V. Creemos que es posible que esta estampa sirviera también para ilustrar la biografía del fraile y propagar sus virtudes.

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Lámina 1.

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Lámina 2.

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Lámina 3.