Gian Piero Cherubini Zanetel

CONVENCIÓN REGIONAL DE CULTURA 2015

Puerto Varas

CULTURA. ESPACIO DEL ENCUENTRO.

Gian Piero Cherubini

2015

El entendido dice algo que por sabido se calla y por callado se olvida.

Arq. Alberto Cruz C.

1.- Una de las características del territorio, es que está sometido a una constante transformación, de la cual forman parte los seres humanos que lo habitan, quienes lo han transformado, a la vez que han sido transformados por este, en un proceso cíclico, de constante retroalimentación.

Es en el territorio, en un ambiente físico y biológico en donde surge y se crea la cultura, la que, en términos generales tiene una base territorial o paisajística, entendiendo el paisaje en su sentido de interacción entre los ecosistemas que contiene, así como al territorio despojado de sus aspectos administrativos.

La interacción entre los hombres, que está en la base de la creación cultural, ocurre en el espacio, sea este geográfico, urbano o arquitectónico, y en este ocurrir en el espacio, este es construido, entendiendo esta construcción como el resultado de la acción transformadora de la sociedad.

El poeta mexicano Octavio Paz (1914-1998) escribió en uno de sus tantos ensayos que “la arquitectura es el testigo insobornable de la historia porque no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones…”

Extendiendo esta idea a la ciudad y al paisaje, esta construcción o alteración, es el reflejo material de una cultura determinada, síntesis no sólo de conocimientos técnicos de construcción, sino que también de aquellos relacionados con el clima, la producción de la tierra, así como de valores estéticos.

Al revisar la historia de la arquitectura, de la ocupación del territorio, o de la transformación del paisaje es posible darse cuenta de la constante modificación que sufre el medio ambiente, la que puede ser continua o discreta, dependiendo del tipo de sociedad y del carácter de los encuentros que se producen en un territorio específico.

2.- En este proceso transformador ha tenido un rol importante el encuentro entre mundos diferentes, separados en el espacio y en el tiempo, con procesos y desarrollos disímiles.

LA COATLICUE MAYOR, DIOSA EN EL SIGLO XV, DEMONIO EN EL XVI, MONSTRUO

EN EL SIGLO XIX, Y ACTUALMENTE OBRA DE ARTE.

Estos encuentros han tenido diversos matices e intensidades. Encuentros que han permitido nuevas realidades de la que se han apropiado los hombres que se han visto involucrados en ellos, dando paso a nuevas

escenarios culturales, en los cuales se ha incorporado lo que en ese momento se creía bueno o mejor, y se ha desechado lo que se creía malo o de ningún interés, produciendo verdaderos saltos en el desarrollo.

Este es un proceso en el que los distintos actores han participado de forma diversa. A esta diferencia, Octavio Paz la llamó “otredad”, la que no supone superioridad ni inferioridad, sino que solamente diferencia, relación que es biunívoca, o con doble sentido, la que hay que asumir y comprender para poder darle su justa cabida en la historia y poder enfrentar con serenidad los desafíos que nos depara el futuro.

3. En el principio el ser humano vivió sometido a las condiciones del ambiente obteniendo con mucho esfuerzo lo que necesitaba, principalmente alimento y refugio, para lo cual recorrían el territorio incesantemente.

A esta etapa de sumisión, siguió otra, de adaptación a los ritmos de la naturaleza y el proceso de sedentarismo el que generalmente se asocia. Después, desde las ciudades, aprendió a controlar la energía hidráulica, eólica y fósil, junto con la revolución urbana. Finalmente acumuló suficientes conocimientos como para someter a la naturaleza.

4. Hoy en día la globalización es la culminación de este proceso de movimiento y cambio continuo al que está sometido nuestro quehacer y el de todo el planeta, momento que también está destinado a transformarse, en este proceso de “culturización” del mundo, entendiendo la cultura como la manera en que se manifiesta, o se realiza, el quehacer transformador del hombre, tanto teórico como práctico.

El mundo de hoy, de la globalización, según Marc Augé, está caracterizado por la transformación acelerada de la realidad, a ritmos que se vuelven vertiginosos.

Estos se manifiestan en tres aspectos. El primero es la modificación de la percepción del tiempo, como una sobreabundancia, en donde el exceso de información en “tiempo real” produce la pérdida de significado del

acontecimiento histórico, así como una necesidad de encontrarle sentido a la vida y a la historia.

El segundo aspecto es un redimensionamiento de la idea del espacio, en donde ha cambiado la escala de apreciación del mismo. El planeta se ha vuelto pequeño y cercano, tanto por la digitalización de las comunicaciones de masas, como por el aumento de la velocidad de los medios de transporte, produciendo una multiplicación de las referencias icónicas. A esto se suma el crecimiento de las concentraciones urbanas y el movimiento de población lo que ha traído como consecuencia la multiplicación de los “no lugares”, o lugares de la transitoriedad, los que no logran constituirse en algo importante para la existencia de las personas.

El tercer aspecto trata de la revalorización del individuo a partir de esta nueva relación con el espacio y del tiempo, producto de la tendencia a la homogeneización. La individualización, el rescate de las identidades locales, la búsqueda de diferenciarse, son parte de este aspecto.

Todo esto ha traído como consecuencia la perdida de significado del entorno, del concepto de lugar y de la identidad, produciendo un imaginario abstracto, universal, neutro e indefinido, el cual, por supuesto está en transformación.

El territorio es dinámico y receptor de una actividad humana que es por esencia también es dinámico.

5.- De acuerdo a lo expresado se propone una reflexión sobre la prehistoria y la historia de la ocupación del territorio de nuestra región, con los vacíos e imperfecciones con que la conocemos, como el reflejo de esta actividad transformadora y de los encuentros entre los hombres.

Esta ocupación se propone en cuatro momentos, diferenciados por los encuentros que señalaron un destino diferente. Esta se inicia con la entrada de los hombres al continente.

El primer encuentro sucedió con la llegada de los españoles a la zona. La anexión a la República de Chile no tuvo efectos especiales, salvo la

decadencia de un periodo que empezaba a tomar fuerza. La llegada de los colonos alemanes a mediados del siglo XIX significó la incorporación de la zona a la economía nacional y por ende al país. El último encuentro es uno de carácter más filosófico, pues se trata de la llegada del progreso del siglo XX y sus iconos más destacados, como fue el ferrocarril.

La exploración y la ocupación productiva, que significó la transformación del paisaje y la construcción de la arquitectura que cobijó a los hombres, son los principales resultados de este proceso.

Estos elementos son la clave para comprender la cultura local y la identidad de los pueblos que ocupan y han ocupado la región.

6. Los hombres entraron al continente americano en grupos pequeños, en tres oleadas migratorias aprovechando los deshielos en los periodos interglaciares sucedidos entre 50.000 y 10.000 años atrás. Lo hicieron caminando por áreas despejadas, fáciles de controlar, siguiendo las playas, remontando los ríos y arroyos, en el transcurso de miles de años. En uno de estos, el estero Chinchihuapi, un grupo de los descendientes de los primeros americanos armó un campamento hecho con maderas y cubierto con pieles. Un campamento que es el reflejo de la existencia de una cultura de la madera, anterior a las culturas líticas que caracterizaron a los pueblos precolombinos que dominaron el concierto americano.

Este grupo de nómades recolectores recorrió la cuenca del río Maullín entre la costa y la base de los glaciares, siguiendo el curso principal del río y los arroyos tributarios, identificando lugares de productividad natural que le permitía abastecerse de alimentos, intercambiando productos con otros grupos similares.

A esta cultura, llamada “de Monteverde”, le siguieron los pueblos canoeros que ocuparon el seno de Reloncaví y el mar interior de Chiloé y seguramente las cuencas hidrográficas de los ríos Maullín y Bueno. Estos fueron los antecesores de los pueblos de recolectores y horticultores semisedentarios, esparcidos en torno a las riberas de lagos y playas, con los que se encontraron los conquistadores españoles en la segunda mitad del siglo XVI.

Estos grupos explotaron las características naturales del paisaje de acuerdo a los ritmos de las estaciones y de los ciclos productivos de la tierra.

Organizados en pequeños grupos, seguían protocolos sociales y religiosos precisos, con espacios sagrados fijos en el territorio, en donde se congregaban cada cierto tiempo, lo que les permitió homogeneizar su cultura.

OCUPACIÓN PRECOLOMBINA. LLEGADA DEL HOMBRE SIGUIENDO PLAYAS Y RÍOS.

ESQUEMA DE LA OCUPACIÓN MAPUCHE.

Se ha especulado sobre la influencia recibida de pueblos polinésicos o asiáticos en las practicas de navegación, o culinarias. Especulaciones que se refieren a encuentros que seguramente definieron algunas particularidades de estos antiguos pobladores de la región, pero que difícilmente marcaron su consolidación.

7.- La llegada de los españoles a la región a mediados del siglo XVI, fue uno de los tantos encuentros entre culturas diversas que se sucedieron en el continente americano, después de la llegada de Colón a fines del siglo XV.

Llegaron al seno del Reloncaví y a Chiloé por el valle central, a pie y a caballo, y después en embarcaciones de madera. Fundaron las ciudades de Valdivia (1552), Osorno (1558) y Castro (1567). En el sur de Chile la formación de núcleos urbanos fue un hecho inédito, considerando que Santiago fue fundado sobre un asentamiento incaico preexistente. Estas ciudades se ubicaron en lugares con presencia de indígenas, como sucedió con

la ciudad de Valdivia, lo que en cierta medida permitió que tempranamente los habitantes originarios, menos belicosos que los de la zona central, comenzaron un enriquecedor intercambio comercial y social con los recién llegados. Sin embargo, otros grupos, acosados por los soldados se alejaron del territorio, dejándolo abandonado, como sucedió con las costas del seno del Reloncaví.

LAS CIUDADES Y EL ABANDONO DEL TERRITORIO INTERIOR, CARACTERIZAN LA

OCUPACIÓN DEL PAISAJE EN LA ÉPOCA HISPÁNICA

Desde Valdivia, Osorno, y Castro se inició una nueva manera de entender el territorio, a partir de la ciudad, como base estratégica que concentró la población, centro de intercambio, en torno al cual se organizó el territorio.

La ruina de las siete ciudades dividió en dos el territorio de la Gobernación de Chile. Chiloé fue un lugar de refugio de una nueva cultura. Se fundaron dos nuevos poblados: Calbuco (1602) y Carelmapu (1603); y se profundizó la identificación de la región con el mar, medio de conexión y de abastecimiento de alimentos.

La refundación de Valdivia (1644) como plaza fuerte, la dejó aislada de la Gobernación de Chile, reducida al área de la ciudad, sin poder ocupar más allá de sus límites, pero en contacto con los grupos originarios que estaban en las cercanías, con quienes interactuaron pacíficamente.

De estos intercambios surgió un nuevo grupo social que se nutrió de los conocimientos y hábitos de los grupos originaros, creando sus propios elementos culturales, adaptándolos de los que tenían los grupos que le dieron forma. En este periodo fue de gran importancia la misión evangelizadora llevada adelante por los regulares de la Compañía de Jesús, y la misión circular que en la zona de Chiloé, tuvo la singularidad de realizarse por mar.

La acometida de los jesuitas en la zona de Valdivia, en la segunda mitad del siglo XVIII abrió las posibilidades de ocupar, por parte de los “chilenos”, territorios productivos, hasta ese entonces desocupados. Iniciaron un proceso que continuó después de su extrañamiento, ocurrido entre los años 1767 y 1769.

A fines del siglo XVIII las exploraciones permitieron la refundación de Osorno (1796) y la reapertura del Camino Real que permitiría la asistencia por tierra a las fortalezas de Valdivia, desde Osorno y Chiloé.

También se consolidó la explotación maderera de los bosques cercanos a las costas del seno de Reloncaví y del archipiélago de Chiloé, principalmente con el alerce, para exportarlo al virreinato del Perú. Otro recurso productivo de gran aceptación fue el de los jamones de Chiloé.

La anexión a la naciente república los años 1820 y 1826 produjo pobreza y decadencia en la región. Se pidieron animales y cosechas para financiar las campañas, recursos que no se devolvieron. Se acabó el intermitente comercio con el virreinato del Perú. Prácticamente abandonados por un gobierno que no lograba organizarse, en la zona sur se instauró un régimen de subsistencia.

A mediados del siglo XIX, comparándola con la zona central, la región de los lagos presentaba una realidad económica precaria y de subsistencia, sin incentivos reales para su desarrollo.

8.- En este contexto, algunos empresarios extranjeros promovieron la colonización con personas provenientes de los reinos, principados y estados

que en aquel entonces formaban la confederación alemana, tarea a la que se sumó el estado.

De estos colonos, en Valdivia se concentraron los intelectuales e industriales, mientras en la colonia de la laguna, lo hicieron agricultores y artesanos. Estos aplicaron y enseñaron nuevas formas de trabajar la tierra, de practicar los oficios artesanales, como la onstrucción, con nuevas herramientas que hacían más eficiente el trabajo. Surgieron nuevos emprendimiento que requirieron el desarrollo de la producción agrícola, ganadera y forestal, como las cervecerías, la producción de aguardientes y el trabajo de los cueros.

En la fontilauna, proliferaron los conjuntos rurales, teniendo la casa patronal como centro en torno a la cual se organizaban las actividades y áreas productivas de acuerdo a la optimización de dos conceptos, la periodicidad del uso y la proximidad.

LA OCUPACIÓN PRODUCTIVA DEL TERRITORIO DEL LAGO LLANQUIHUE Y LA

CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA ARQUITECTURA, SON RASGOS FUNDAMENTALES DE LA ÉPOCA GERMANA.

La ciudad enclave de Puerto Montt, fundada como puerto cabecera de la colonización, se convirtió en un centro prestador de servicios receptivos, de cambio de medios de transporte y de administración, tranformandose en un centro de irradiación de nuevos elementos culturales, entre ellos de la arquitectura.

Estos nuevos chilenos se adaptaron a las duras condiciones geográficas y climáticas adaptando su forma de vida, sus conocimientos e imágenes, replicando de la mejor manera posible lo que habían dejado atrás.

Prontamente empezaron a llegar embarcaciones del archipiélago de Chiloé para conocer las novedades y para comercializar sus productos. La actividad de la colonia atrajo gente de Osorno y Chiloé, tanto así que quince años después, en 1860, menos del 10% de los habitantes de la región eran originarios del norte de Europa.

En torno al lago Llanquihue y a los caminos que unían las ciudades antiguas y nuevas surgieron nuevos poblados que concentraron el comercio y la pequeña industria, como lo fueron Puerto Montt, Puerto Varas, Frutillar, Puerto Octay, Cancura y Llanquihue. La dicotomía entre rural y urbano empezó a marcar la cultura, tanto como aquella entre culto y popular.

Fueron treinta años de un proceso creativo, de gran originalidad en la adaptación de conocimientos, que aportó nuevas imágenes e ideas que transformaron profundamente el territorio y la sociedad. La población local concentrada en las ciudades de Valdivia, Osorno, Calbuco, Ancud, Castro y en las localidades del mar interior de Chiloé despertaron de su letargo sumándose a este proceso, desplegando todas y cada una de sus capacidades sean estas intelectuales o prácticas. Con esto se produjo un nuevo aporte para la configuración de la cultura local, con nuevos conocimientos y formas de expresarse, que se reflejaron en la estructura agrícola y ganadera y en la arquitectura.

9.- Durante el siglo XX aumentó la conectividad con el resto del país, lo que permitió tener conciencia de la real dimensión geográfica de la región.

El ferrocarril ocupó el valle central y llegó a Puerto Montt, Con ello se fundaron nuevos poblados: Purranque (1911), Casma (a partir de 1924), Corte Alto (1936), Pellines, Frutillar alto (1940). El ferrocarril, símbolo del progreso, también conectó Ancud con Castro.

Aumentaron y mejoraron las carreteras, así como lo hizo el transporte marítimo. El avance colonizador hacia el antiguo camino real permitió la aparición de nuevos poblados: Río Frío (1909), Fresia (1928), Los Muermos (1943).

También se ocuparon los sectores cordilleranos de Chiloé continental, hoy Palena. La penetración por el río Futaleufú llevó a la formación del poblado homónimo (después de 1920), y al de Chaitén (1933). En la década de los setenta del siglo pasado la construcción de la carretera austral incentivó el fortalecimiento de antiguos caseríos como Cochamó, así como la formación de nuevos centros poblados, como Rio Puelo (¿?),Hornopirén (1978), Villa Santa Lucia (1982), entre otros.

AUMENTO DE LA CONECTIVIDAD, EXPLOTACION DE LOS RECURSOS NATURALES Y

GLOBALIZACION.

Se configuró una región que tiene 4 grandes áreas. La primera gravita en Osorno, e incluye el entorno del camino Real, con una impronta agrícola y ganadera. Le sigue una zona de servicios de transporte y turismo, con concentración industrial que abarca las ciudades de Puerto Montt, Puerto Varas y Llanquihue. El archipiélago de Chiloé es otra área, con una cultura agrícola de pequeñas parcelas, de baja producción, que centra su futuro en el turismo y la salmonicultura, cuyo futuro se verá marcado con la construcción del puente sobre el canal de Chacao. Finalmente el territorio de Palena en donde se desarrollan actividades de turismo con fines especiales y explotación primaria de los recursos naturales.

El paisaje de bosque siempreverdes del valle central se transformó profundamente, dando paso a un mosaico de praderas para cultivo y los parques para pastoreo, los que se adaptaron a la forma de las parcelas entregadas.

El objetivo de la colonización decimonónica de ocupar y transformar en productiva una parte de territorio nacional se cumplió cabalmente.

10.- Como ha sucedido siempre con los nuevos y antiguos medios de comunicación, con ellos viajó el conocimiento y la cultura. Se conocieron nuevas realidades. Las personas entraron en contacto. Las diferentes culturas se confrontaron. Todo esto se acrecentó con la llegada de la radio y de la televisión, que permitió el acercamiento a realidades diversas.

EN EL PROCESO HISTÓRICO LA MIRADA HACIA AFUERA A TENIDO CONSECUENCIAS

EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CULTURA, ALEJÁNDOLA DE LOS VALORES QUE LA ANCLAN AL TERRITORIO.

Las ciudades crecieron, surgieron nuevas formas de migración. Se profundizó la diferencia entre una sociedad culta y cosmopolita y otra popular

más centrada en lo local. La primera se concentró en las ciudades. La segunda en las áreas rurales.

Esto se vio reflejado en la arquitectura que acogió nuevos modelos formales, nuevas tecnologías y materiales ajenos a la realidad local, configurando una nueva manera de relacionarse con el entorno, sea este urbano o rural.

En este proceso de interacción se creó un mosaico de culturas diversas que comparten un mismo territorio, así como comparten imaginarios comunes, y particularidades que los identifican, con una apertura a conocimientos universales cada vez mayor, pero también con un cuestionamiento legítimo acerca de los valores que construyen nuestra identidad como habitantes de esta región.

Si bien es cierto que compartimos elementos comunes que nos identifican, también hay otros, principalmente geográficos, que nos diferencian.

11.- El avance de los tiempos ha traído como consecuencia la pérdida de la relación íntima con el medio ambiente. La explotación de los recursos naturales, el paisaje entendido como objeto de consumo turístico, son señal inconfundible de los nuevos tiempos.

Como se dijo anteriormente, el territorio y la identidad se comienzan a ver de manera cada vez más abstracta.

En este contexto, los valores propios que nacen de la relación con el territorio, que identifican a una comunidad local como producto de su propia historia, entran en pugna con los de la globalización.

12.- En este breve resumen de la historia del hombre y su relación con el territorio de la región de los lagos, que está lejos de ser exhaustivo, hemos tratado de resaltar algunos hechos significativos.

Antes que nada, el territorio regional no ha estado exento del proceso de transformación producto de las necesidades de sustento cotidiano, así como de su utilización productiva., lo que ha traído como consecuencia la modificación del paisaje y la construcción de una arquitectura cuyos parámetros formales la han anclado al territorio.

En este contexto, el territorio ha sido un importante factor de la definición de la identidad local, y por lo tanto de la cultura.

Así mismo, la transformación del territorio no ha estado exenta de los encuentros entre culturas diversas, lo que ha significado un aporte que no siempre se ha internalizado adecuadamente, especialmente por la carencia de la experiencia previa que significa su conocimiento.

El avance transformador producido por el crecimiento desmedido, a veces confundido con el desarrollo, se ha transformado en una amenaza para el patrimonio, no solo arquitectónico y paisajístico, sino que también cultural.

11.- Hoy en día, el rol que cumplen los actuales medios de comunicación y las redes sociales, re-propone una vieja pregunta a la que siempre debemos estar dispuestos a responder.

Esta es: ¿Cómo seguir siendo puertomontinos, sin dejar de ser contemporáneos?

Bibliografía básica

Augé, Marc. 1992. Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Quinta reimpresión en español de Editorial Gedisa S.A. Barcelona.

Berg Costa, Lorenzo; Cherubini, Gian Piero. 2009 Ocupación, Arquitectura y Paisaje. Región de los Lagos. 15000 años de historia. Edición Universidad de Chile y Universidad de los Lagos. 232 p. 22x24. ISBN 978-956-11-2039-6.

Cherubini, Gian Piero. 2015. Notas para una historia de la arquitectura en Puerto Montt. El dilema entre el ser y el querer ser en la arquitectura local y el alejamiento de la identidad. En Weibel Fernández, Hugo y Hernán Delgado (Compiladores). 2015. Tradición y modernidad: Territorio, ciudad y arquitectura en el concierto sur y sur austral americano. ISBN: 978 – 956 – 8709 – 62 – 4. Pp. 17-50.