geografía y desarrollo -...

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FIGURA 2

Zona Núcleo Reserva Integrot de la Bi6sfera Montes Azules

En Zona de amortIguamiento condicionado

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REVI~TA DEL COLEGIO MEXICANO DE GEOGRAFIAA,C.

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REVI~TA DEL COLEGIO MEXICANO DE GEOGRAFIAA,C,

FIGURA 2

Zona Núcleo Reserva Integral de la Bi6sfero Montes Azules

o Zona de amortiguamiento condicionado

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VOLUMENI NUM.I0

a FRAGILIDAD DE LA FRONTERA ENTRE MEXICO y GUATEMALA a DETERMINACION y ANALISIS DE LA IMPORTANCIA ECONOMICA DE LAS CIDDADES MEXICANAS

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICR

GEOGRRFIR E INFORMRTICR

COLEGIO MEXICANO DE GEOGRAFIA Á.e.

1994

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¡ Selva Lacandona

DR © 1994, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática Edificio Sede Av. Héroe de Nacozari Núm. 2301 Sur Fracc. Jardines del Parque, CP 20270 Aguascalientes, Ags.

Geografía y Desarrollo Revista del Colegio Mexicano de Geografía, A.C. Ano 6, Volumen 1, Núm. 10, 1994

Impreso en México ISSN 0187-6562 (Editor) ISBN 970-13-0450-0 (Coeditor)

GEOGRAFíA Y DESARROLLO REVISTA DEL COLEGIO MEXICANO DE

GEOGRAFÍA, A.C.

DIRECTORA FUNDADORA: SOFÍA PUENTE LUTEROTH

DIRECTOR: LUIS CHIAS BECERRIL

SUBDIRECTOR: ALVARO SÁNCHEZ CRISPIN

EDITORES: LAURA MADEREY RASCÓN, OMAR MONCADA MAYA Y MARIO ARTURO ORTIZ

CONSEJO EDITORIAL:

WILHELM LAUER (Alemania) CLAUDE BATAlLLON (Francia) HORACIO CAPEL (España) WILLIAM DOOLITLE (Estados Unidos) AURORA GARCÍA BALLESTEROS (España) ERDMANN GORMSEN (Alemania) Ma. TERESA GUTIÉRREZ DE MAC GREGOR (México) MILTON SANTOS (Brasil) MOSHE INBAR (Israel)

GEOGRAFIA y DESARROLLO es la revista oficial del Colegio Mexicano de Geografía, A.c. Se publica semestralmente con un tiraje de 2 000 ejemplares y es impresa por el Instituto Nacional de Estadís­tica, Geografía e Informática (INEGI). Los artículos publicados en la revista son responsabilidad de los autores y no reflejan la opinión del Colegio ni del INEGI. El material publicado puede reproducirse parcial o totalmente siempre y cuando Se de el debido crédito a los autores y a la revista.

GEOGRAFÍA Y DESARROLLO publica resultados de investiga­ción y trabajos teóricos originales sobre cualquier aspecto de la Geo­grafía Humana y Física. Está incluida en el Índice de Revistas Científicas Mexicanas de Excelencia (de CONACYT) y se encuentra indizada en el Boletín Bibliográfico del Instituto Alemán de Ultramar.

Las suscripciones deben solicitarse mediante el envío por correo certificado de un giro postal a nombre de Geografía y Desarrollo A.c., Instituto de Geografía UNAM, Circuito Exterior, Ciudad Universita­ria, Coyoacán, 04510, MEXlCO, D.F.

Los precios de la suscripción anual para la Repúhlica Mexicana son los siguientes:

Para las instituciones: 50 nuevos pesos. Para el público en general: 40 nuevos pesos. Para estudiantes: 30 nuevos pesos. Precio por ejemplar: 12 nuevos pesos.

Los precios para otros países son los siguientes: Para las instituciones: 50 dólares. Para el público en general: 40 dólares. Para estudiantes: 30 dólares.

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CONTENIDO

AÑo 6, VOL. 1, No. 10, ABRIL 1994 ISSN 0187-6562

EDITORIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V

ARTíCULOS

FRAGILIDAD DE lA FRONTERA ENTRE MEXICO Y GUATEMALA Consuelo Soto y Alicia Soto . . . . . . . . . . . . . .. 3

DETERMINACiÓN Y ANÁLISIS DE LA

IMPORTANCIA ECONÓMICA DE LAS CIUDADES MEXICANAS Carmen Valverde Valverde e Ignacio Kunz Bolaños . . . . . . .

PARTICIPACIÓN DE LA MUJER MEXICANA EN LA EDUCACION SUPERIOR y LA INVESTIGACIÓN GEOGRÁFICA Juana María Rodríguez Moya ...... .

FRANCISCO DE ULLOA O LA IV Y ULTIMA EXPEDICIÓN MARÍTIMA INDIVIDUAL DEL SIGLO XVI Ma. Luisa Rodríguez Sala y Ma. Eugenia Cué

NON·METALLIC MINING IN CONTEMPORARY MEXICO: A GEOGRAPHICAL INTERPRETATION Alvaro Sánchez Crispín y Ma. Teresa Sánchcz Salazar

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37

53

CALCULO DE UNIDADES CALOR Y HORAS FRIO EN EL SISTEMA DE INFORMACION CLIMATICA DE MICHOACAN (SICM)

Eduardo Antaramián Harutunián ........ " 63

NOTAS, RESEÑAS Y EVENTOS

BREVE REFLEXIÓN ACERCA DEL VALOR ACTUAL DE LA GEOGRAFÍA HUMANA . . . . . . . . . . . . .. 77

XIV CONGRESO NACIONAL DE GEOGRAFIA y ESTADISTICA ....... 79

V ENCUENTRO DE GEÓGRAFOS DE AMÉRICA LATINA .... , . . . . . . . . .. 81

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EDITORIAL

Desde su fundación, noviembre de 1986, el Colegio Mexicano de Geografía A.C. (antes conocido como Colegio Mexicano de Geógrafos Posgraduados) se propuso entre sus objetivos, editar una revista de excelencia académica que permitiera conocer el desarrollo y estado actual de la geografía mexicana. Con esa idea, un destacado grupo de geógrafos posgraduados inició la publicación de la revista Geografia y Desarrollo, logrando en unos cuantos años que nuestra aportación a la cultura nacional sea valorada y reconocida.

La calidad de los trabajos publicados permitió que el Comité Dictamidador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYf), incluyera a Geografia y Desarrollo en el índice de Revistas Mexicanas Científicas de Excelencia, distinción que nos honra y compromete a seguir produciendo cultura y conocimiento científico de alta calidad.

Otra muestra del reconocimiento logrado, la constituye el Convenio de Cooperación que se firmó recientemente, entre el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) Y el Colegio Mexicano de Geografía A.C .. Este convenio nos permitirá, entre otras cosas, duplicar el tiraje de la revista y ampliar su distribución hasta tener una cobertura territorial prácticamente nacional y ampliar el intercambio con los colegas en instituciones científico geográficas del extranjero. Aspectos importantes para consolidar e1liderazgo académico de nuestra revista.

Como puede advertirse, con la publicación de este número, Geografía y Desarrollo inicia una nueva etapa de amplias perspectivas académicas en las que, la nueva mesa directiva del colegio y de la revista desea hacer participe a todos los profesionistas de la geografía.

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~SCHIA- BECERRIL - DIRECTOR DE LA REVISTA

GEOGRAFÍA Y DESARROLLO, abril 1994 v DE

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FRAGILIDAD DE LA FRONTERA ENTRE MÉXICO Y GUATEMALA

RESUMEN

Consuelo Soto Mora y Alicia S oto Mora 1

En este trabajo se analizan las condiciones que determinan la fragilidad de la frontera sur de México, así como el impacto de la población en el deterioro de los recursos naturales de la región.

ABSTRACT

In this paper we analyze the conditions that determine the fragility in the south frontier of Mexico. Also, we examine the population impact in the deterioration over the regional natural resources, mainly the Lacandonian Forest.

INTRODUCCIÓN

La destrucción de la selva tropical en la zona fronteriza de México y Gua­temala es inquietante por el daño que sobre e~ equilibrio ecológico se mani­fiesta de manera alarmante.

El deterioro ecológico no es el único problema que preocupa. Un número impresionante de colonias campesi­nas han invadido, a partir de 1960, las antiguas zonas madereras, muchos de estos asentamientos nacieron de una ocupación espontánea y anárquica. Estos nuevos pobladores de la selva son mestizos e indígenas, tanto de México como de Guatemala (DE vos, 1988).

En la frontera México-Guatemala, la selva se deteriora a razón de 25 mil hectáreas anuales (CIRT, 1992), siendo los principales factores de perturba­ción y degradación los siguientes:

1. El aprovechamiento selectivo del recurso forestal; la extracción de vo­lúmenes superiores a los autorizados y los deficientes programas de recu­peración.

2. La inmigración de grupos de refu­giados y campesinos, sin considerar

la fragilidad del ecosistema y su capa­cidad de sustentar a una población en constante crecimiento.

3. La construcción de la carretera fronteriza y caminos de acceso para las zonas en que se realizan actividaM

des forestales y petroleras, que pro­pician el asentamiento de nuevos grupos humanos.

Los refugiados guatemaltecos son en su gran mayoría, campesinos indí­genas provenientes del noroeste de Guatemala y más específicamente de los departamentos de Huehuetenan­go y Quiché, enclavados en la región montañosa. Todos ellos pertenecen al tronco lingüístico maya-quiché del cual representan en distintas proporM

ciones a los grupos: kanjobal, mam, chuj, chol-lacandón, quiché, cakchiM quel y kekchi. Desde luego hay que considerar también al grupo de los ladinos o mestizos.

La infraestructura de la zona de ori­gen de los refugiados es muy limitada, carecen de vías de comunicación, de obras de electrificación y riego. Las actividades económicas regionales son fundamentalmente de carácter agropecuario, mientras la industria

1 Investigador del Instituto de Geografía, UNAM

ocupa un lugar mínimo, al igual que las actividades extractivas, a pesar de contarse con diversos recursos natu­rales y minerales. Todos estos facto­res son los que determinan la fragilidad de la frontera entre MéxiM

co y Guatemala.

EL MODELO DE ANÁLISIS

Atendiendo a la relación que guarda la población de la zona fronteriza MéxicoMGuatemala con los recursos naturales, ésta puede dividirse en di­ferentes categorías:

1. Los integrantes del ecosistema o sea los habitantes nativos e indígenas refugiados de las comunidades agrí­colas y de los campamentos improvi­sados. Dada su escasa capacidad adquisitiva, dependen forzosamente de la recolección de biomasa y otros recursos de su entorno para satisfa­cer muchas de sus necesidades (DAS­

MANN, 1988). Su acceso a los bienes materiales ha sido limitado, pero dis­ponen todavía de una gran variedad de especies vegetales y animales que les proporcionan: alimentos, forra­jes, abonos orgánicos, medicinas, ma­teriales de construcción, utensilios y herramientas.

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Esta base de recursos tiende a agotar­se por la disminución general de la biomasa, que contrasta con el aumen­to del número de depredadores del ecosistema. Esto es debido a que la diversidad de los recursos vegetales y animales es menor y, sobre todo, a que se niega a los integrantes del eco­sistema el acceso a gran parte de tales recursos. Estas personas tienen un cierto acceso a los productos manu­facturados, pero dada su escasa capa­cidad adquisitiva esto apenas compensa la pérdida de su base tradicional de re­cursos.

2. Los refugiados. Privados del acce­so a los recursos que requieren para vivir en sus lugares de origen, en Gua­temala, los inmigrantes al ecosistema han dado lugar a la segunda categoría de la población. Muchas de estas per­sonas son reubicadas en nuevas áreas de colonización; otras, emigran a los centros urbanos, aunque pocos de ellos consiguen incorporarse a la in­dustria o al sector de los servicios y acaban por instalarse en los tugurios de los suburbios de las ciudades. Es­tos marginados urbanos, que no dis­ponen de gas, ni electricidad, ni de la leña que puede recogerse libremente en el bosque, crean una importante demanda de leña comercial. Puede decirse que tanto los integrantes nativos del ecosistema como los re­fugiados constituyen el sector de sub­sistencia.

3. La tercera categoría está integrada por personas que podrían llamarse omnívoras. Estas consumen toda cia­se de recursos y se destacan por de­predar el medio ambiente así como por su elevado consumo. Son relevan­tes, desde el siglo pasado las compa­ñías madereras que explotan las especies preciosas; Petróleos Mexi­canos, con la construcción de cami­nos de acceso para las áreas de exploración y explotación; los terra­tenientes que amplían los desmontes para abrir tierras para el ganado; y el Estado Mexicano que designa áreas para colonizar y ubicar a los refugia-

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dos procedentes de Guatemala. To­das estas categorías poblacionales, de una u otra forma degradan el ambien­te y agotan los recursos naturales.

GENERALIDADES

La zona fronteriza Una región fronteriza puede definir­se como el área en la cual se manifies­tan los efectos de una línea política que señala el límite de soberanía (RAFFESI1N, 1973). Este autor señala que la frontera ejerce diversos efectos. El efecto directo se mani­fiesta por su trazado; las variaciones de ésta modifican la dinámica espa­cio-temporal de las relaciones de una colectividad. La dinámica de una línea fronteriza, originada por diversos acontecimientos políticos, determina, a menudo, la destruc­ción de un sistema que anteriormen-

GOLFO DE

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te se encontraba articulado y provoca la aparición de dobles funciones que se explican por la interrupción de la comunicación entre dos ronas.

Así, una modificación del traza­do origina una reorganización del es­pacio para hacer frente a las nuevas condiciones. El efecto directo puede tener también por origen una muta­ción en la función de la frontera, ge­neralmente se trata de un cambio a nivel de la función fiscal.

La frontera ejerce también efectos en tanto yuxtapone dos tipos diferentes de soberanía política; esto es, dos estruc­turas de organización específicas, por ejemplo: agrícolas, industriales, co­merciales, etc. En este caso el efecto indirecto de la frontera no es causado por el trazado sino por la soberanía que distingue un área de decisiones de otra.

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Fuente: Carta Altimétrica, Instituto de Geografía, 1959.

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Por último, la frontera ejerce efec­tos de interferencia o discontinui­dad ya que implica la presencia de aduanas o casetas de vigilancia que no sólo rompen la continuidad del espacio geográfico, sino la de los es­pacios sociales caracterizados por re­glas y normas diferentes que rigen en cada país.

Algunos rasgos morfológicos de la zona En esta zona fronteriza de distinguen dos grandes regiones: las tierras altas ~ las tierras bajas. Las múltiples dife­rencias geológicas, topográficas, eda­fológicas, ecológicas, etc. se hacen presentes en las formas de subsisten­cia, de organización social, en los mo­dos de producción y, en suma, en las condiciones de vida de las poblacio­nes que las ocupan.

El noroeste de Guatemala es la re­gión más sinuosa de ese país, buena parte de ella se localiza dentro del macizo montañoso conocido con el nombre de Altos Cuchumatanes con alturas que sobrepasan los 3 mil me­tros sobre el nivel del mar. Esta re­gión presenta una sucesión de

cumbres, barrancas, colinas y valles por donde bajan corrientes de agua.

Entre ellas se citan los ríos Ixcán, Chajul y Chijoy, afluentes iniciales del río U sumacinta el cual bordea por el sur y este a la Selva Lacandona y en buena parte sirve de límite natu­ral entre México y Guatemala (Figura 1 ).

De manera general, puede señalarse que las montañas calizas de la Alta Verapaz y de los Altos Cuchumata­nes, situados en Guatemala, se pro­longan hacia el oeste penetrando en territorio mexicano donde se les co­noce con el nombre de Sierras del Norte de Chiapas. Asimismo, las montañas graníticas de la Sierra de las Minas y Chuacús, se prolongan hacia el oeste con el nombre de Sierra Madre de Chiapas(Figura 1).

Entre estos dos sistemas montaño­sos se han formado una serie de de­presiones, entre las cuales se citan el lago lzabal y la Depresión Central de Chiapas (Vivó, 1976).

Las tierras bajas de la región fron­teriza, se hallan representadas por la

SELVA LACANDONA

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FRAGILIDAD DE LA FRONTERA ENTRE MÉXICO Y GUATEMALA

gran loza caliza que constituye la pe­nínsula de Yucatán y que penetra en el Golfo de México. Se caracterizan a su vez y a diferencia con la región anterior, por la ausencia de forma­ciones orográficas importantes; las serranías del Puc o la de Maxcanú son elevaciones que apenas alcanzan los 300 metros. El carácter calizo del subsuelo introduce también otros elementos distintivos, como la ausen­cia de corrientes superficiales provo­cada por la permeabilidad de la formación geológica y la pobreza de los suelos.

Entre estos dos grandes sistemas, y participando parcialmente de una y otra, se sitúa una área central que si bien es de tierras bajas y de selva tro­pical, tiene como característica la presencia de grandes corrientes flu­viales como el Río Usumacinta y sus afluentes y suelos más fértiles y desa­rrollados que los de la Península de Yucatán.

Población La mayoría de la población que habi­ta en esta región es indígena y se sitúa entre los 1500 y 2800 metros, de ma­nera que su ambiente es dominado por climas templados y fríos. Como es de suponerse, la vegetación tam­bién varía con la altura, siendo de chaparral xerófilo en los desfiladeros calurosos, cambiando a bosques de pino y zacatón a medida que aumenta la altitud; en las partes más altas, bru­mosas y húmedas durante todo el año, se desarrollan bosques de pino, ce­dros, cipreses y amplias praderas.

El patrón de asentamiento maya fue controlado por dos fuerzas opuestas que se contrarrestaban. Por un lado, las fuerzas centrípetas que atraían y asentaban a la población en núcleos y que eran representadas por los cen­tros cívico-ceremoniales y por contro­les políticos, religiosos y económicos que regulaban el uso del suelo. Por otro lado, las fuerzas centrífugas que al actuar dispersaban a la población a consecuencia del sistema de cultivo

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de roza que practicaban y a la pobre­za de los suelos, lo que determinó el relativo nomadismo agrícola, gene­ralizado en las culturas prehispáni­cas.

La población de esa región es emi­nentemente rural. Hacia 1991, el 77.3% de sus habitantes se ubicaba en localidades catalogadas bajo este ru­bro; el 64.3% de la población era in­dígena; el 55.3% era analfabeta; el 64.3% no hablaba castellano.

Para ese mismo año, sólo ell.6% de su población se encontraba afiliada a instituciones de seguridad social; el 83.3% de las viviendas no poseían energía eléctrica y el 70.1% no dispo­nía de agua corriente (MESSMACHER,

1990).

Como respuesta a la problemática si­tuación de Guatemala, desde 1982 se da el éxodo de campesinos indígenas hacia México, provenientes especial­mente del noroeste de ese país, los cuales huyen de la represión (FEDER,

1983). Los escasos ejes de comunica­ción y las contadas ciudades hacen que más de 90 campamentos de refu­giados se instalen en la selva tropical.

La distribución de los refugiados se hace tanto en las cercanías de los cen­tros poblados como en los espacios desmontados que les proporciona el gobierno de México y aún en ejidos y comunidades indígenas relativamen­te próximas o emparentadas a las co­munidades indígenas de Guatemala.

lA DEVASTAOÓN DEIASELVA

U no de los espacios conflictivos actuales del área maya, donde la depredación y la lucha por los recursos naturales entran en pugna es la Selva Lacandona. La Región Selva, dentro de la división regional del Estado de Chiapas en México, es una área donde la lucha por el espacio adquiere distintas manifestaciones por los grupos que buscan explotar

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sus recursos (LINARES 19 7 6); (ARIDJIS 1990).

En la figura 2 puede observarse la localización de los pueblos, colonias y ejidos, establecidos no sólo en las áreas de Amortiguamiento Condi­cionado y Restringido, sino también en las Zonas Núcleo, sobre todo en el sur, en la zona Marqués de Comillas. Además, puede verse el recorrido de la carretera que ha sido construída en la zona fronteriza del sur, la que in­dudablemente repercutirá en un mo­vimiento de población más intenso, tanto de colonización de mexicanos como de guatemaltecos que seguirán esta vía para establecer nuevos nú­cleos de población.

En la década de los años 70, el go­bierno mexicano comenzó a promo­ver la migración de indígenas de los Altos de Chiapas a la zona que actual­mente se conoce como Comunidad Lacandona. A partir de entonces, las corrientes migratorias mantienen un elevado ritmo de crecimiento de la población que propician el deterioro y devastación de las áreas arboladas al desmontar terrenos selváticos para convertirlos en terrenos agrícolas.

A últimas fechas, promovida por el gobierno mexicano, se inicia en for­ma intensa la colonización de la zona de Marqués de Comillas, parte sur de la Selva Lacandona, por mestizos e indígenas, tanto de Chiapas como de diferentes partes del país, asimismo, se da la inmigración de guatemalte­cos, incursiones de guerrilleros y gru­pos paramilitares de Guatemala.

Paralelamente, en Comunidad La­candona y Marqués de Comillas se inicia la búsqueda de yacimientos pe­trolíferos y la construcción de la ca­rretera fronteriza del sur, lo cual agudiza el conflicto por los recursos naturales de Lacandonia (PEMEX,

1986). Se debe mencionar que es in­quietante la irreversible destrucción de la selva tropical y, con ello, el de­sequilibrio ecológico de la zona. Los

agentes de devastación en gran escala son: madereros, campesinos y gana­deros, los que constituyen tres vías de penetración, que desde 1970 han avanzado inexorablemente sobre la reserva forestal de Lacandonia (DE

vos, 1980).

Puede decirse que en esta década la dinámica de la explotación de los re­cursos forestales de la selva aunada a la desorganizada colonización, ha­bían jugado un papel subordinado frente a los intereses en torno a su depredación. Es así que, el uso inade­cuado del suelo, ya ha comenzado a manifestarse en su parte norte y en un futuro cercano serán impactadas otras áreas de la selva (SEDUE, 1990).

Esta situación caótica que prevale­cía fue agravada por dos aconteci­mientos que ejercieron una gran influencia en la orientación del pro­ceso de colonización: los yacimientos petroleros de la zona de Marqués de Comillas y la entrada abrupta, masi­va, de instituciones nacionales inter­nacionales cuyos objetivos políticos, sociales o comerciales han impactado de manera diversa las relaciones so­cioeconómicas de la población ( GON­

ZÁLEZ, 1983).

Desde el punto de vista político el carácter fronterizo de la zona comen­zó a tener cierta importancia cuando en los años sesenta se formaron las principales guerrillas guatemaltecas. En 1976, los trabajos petroleros atra­jeron movimientos de tropas pero la verdadera militarización ocurrió en 1980, año en que se fortalecieron las guerrillas y la persecución de campe­sinos guatemaltecos al sur de la fron­tera mexicana.

La reacción ante estos sucesos fue la de continuar con la construcción de la carretera fronteriza del sur que se había interrumpido, y la intensifica­ción de los programas de coloniza­ción y desarrollo de Marqués de Comillas. Esto permitió un control ideológicos y político de la población

asentada en la franja fronteriza. En 1992, Marqués de Comillas contaba ya con 19 centros de población ejidal y fue repartida más de la mitad de su área (GERHARD, 1989).

En 1982, las erupciones ocurridas del volcán Chichonal, en el estado de Chiapas, dejó a miles de indígenas sin tierra y sin hogar. Varios cientos de familias zoques afectadas, fueron trasladadas a la Selva Lacandona pa­ra ocupar una colonia agropecuaria, recompensando a sus antiguos pro­pietarios ofreciéndoles tierras en Marqués de Comillas, (SIGRID,

1987).

Existen aproximadamente 200 mil personas involucradas en la desfores­tación de la Selva Lacandona. A una tasa de crecimiento anual de 4.5%, en tan sólo 20 años rebasarán los 400 mil habitantes, esto sin considerar la amenaza de otras migraciones. Los conflictos sociales siguen presentes entre las comunidades, sobre todo entre la comunidad lacandona y la zona fronteriza y con frecuencia sus integrantes abren nuevas áreas fore­stales para asentarse allí, de manera que la selva continuará degradándose inexorablemente.

La) REFUGIADOS GUA1EMALTECDS

La tensión en el área centroamerica­na ha provocado un fenómeno migra­torio hacia México. Dentro de estos grupos de inmigrantes se puede men­cionar a los grupos indígenas ya cita­dos, los cuales se han asentado provisionalmente en el Estado fron­terizo de Chiapas.

Para dar asistencia a estos grupos de asilados o refugiados el gobierno mexicano creó el 22 de julio de 1980 una comisión intersecretarial con carácter permanente para estudiar las necesidades de los refugiados, la cual se denomina Comisión Mexica­na de Ayuda a Refugiados (co­MAR).

FRAGD..IOAD DE LA FRONTERA ENTRE MÉXICO Y GUATEMALA

Esta comisión está encargada de pro­poner las relaciones e intercambios que procedan con las organizaciones internacionales que persiguen igua­les o similares objetivos como es el caso del Alto Comisionado de las Na­ciones Unidas para Refugiados (AC­

NUR), que proporciona asesoría y fondos para llevar a cabo proyectos de asistencia.

En 1984, los refugiados se encontra­ban dispersos en 92 campamentos a lo largo de 300 km en algunos muni­cipios de la frontera sur del Estado de Chiapas.

Para su asistencia se creó una Comi­sión de Ayuda a Refugiados (co­MAR), en la ciudad de Comitán, cerca del límite fronterizo, con el fin de proporcionar a los refugiados asis­tencia consistente en: alimentación, refugio, salud, vestido y enseres me­nores. Esta asistencia presentó un al­to costo logístico por la misma topografía de la zona que obligaba al uso de helicópteros, lanchas y vehícu­los de doble tracción.

Dicha población tenía una movili­dad frecuente dando por consecuen­cia censos diferentes mes a mes en cada uno de los campamentos. Sien­do para México una nueva experien-

CUADRO 1. RELACION DE CAMPAMENTOS Y

NUMERO DE REFUGIADOS EN MUNICIPIOS

FRONTERIZOS DEL ESTADO DE CIllAPAS

MUNICIPIO CAMPAMENTOS PERSONAS

FRONTERA 21 4952

COMALAPA

AMATENANGO 4 1576

DE LA

FRONTERA

LA TRINITARIA 17 9 S8lI

LA 1 86

INDEPENDENCIA

MARGARITAS 36 16891

OCOSINGO 13 19413

TOTAL 92 52506

FUENTE: COMISION MEXICANA DE AYUDA A

REFUGIADOS, MA YO, 1984.

cia de asistencia a refugiados en zo­nas selváticas y montañosas, con gru­pos de diversas etnias del tronco maya, con diferentes dialectos y gra­ves problemas de salud, se estableció como primer paso un Programa de Asistencia inmediata, que compren­día los rubros de alimentos, aloja­miento y salud.

En el mes de mayo de 1984, el go­bierno de Méxio decidió reubicar a los refugiados guatemaltecos en los estados de Campeche y Ouintana Roo, para evitar cualquier tipo de fricción en la frontera, así ~omo para resolver los problemas de tipo laboral que les permitiera incorporarse a una vida digna y productiva.

En el estado de Quintana Roo se inició el proceso de reubicación, acondicionando un centro de recep­ción temporal en el pueblo de Nicolás Bravo, el cual se localiza a 71 kilóme­tros al oeste de la ciudad de Chetumal. Ese centro se utilizó principalmente co­mo punto de descanso para los refu­giados quienes estuvieron sujetos a un largo viaje que se inició en Chia­pas. El primer asentamiento para re­fugiados se erigió en un lugar denominado Los Lirios, el cual se en­tregó por parte del estado de Quintana Roo y posteriormente otro asentamiento denominado Maya-Balam (Figura 3).

En el estado de Campeche se hizo lo mismo, el centro de recepción fué la Ciudad de Campeche y de ahí los ins­talaron en los módulos Pich y Cana­sayab situados hacia el sur de la Ciudad de Campeche.

En lo que respecta a la salud, se apreciaba entre los refugiados, enfer­medades respiratorias, gastroenteri­tis, parasitoris intestinal, infecciones de la piel y ojos, tuberculosis, paludis­mo y desnutrición. Cabe señalar que en estas regiones existía poca infraes­tructura de salud por su escasa pobla­ción. En el aspecto de nutrición, los grupos más vulnerables son niños, ancianos y enfermos, debido a que

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llegaron de Guatemala con escasos alimentos; teniendo que desmontar, sembrar y criar, en forma mínima, pequeños animales domésticos, por lo que no tuvieron acceso a alimentos adecuados de manera inmediata, has­ta que comenzó a operar la COMAR o hasta que llegaban a los centros de asistencia.

De acuerdo con algunos estudios es­tadísticos y diagnósticos de salud re­alizados en los campamentos de refugiados guatemaltecos que fueron evacuados del Estado de Chiapas, se encontró que las enfermedades por diarreas se presentaban en un núme­ro de 355 casos por cada mil habitan­tes; de parasitosis en 263 casos por mil habitantes; de fiebres en 240 ca­sos por mil habitantes, en las cuales se considera al paludismo y algunas enfermedades del tracto respirato-

REUBICACION DE REFUGIADOS

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Estaciones de apoyo para la reubicación

Módulos de reubicación

Campamentos de refugia_ dos en los municipios.

rio, como principales; 50 casos por mil habitantes de tuberculosis pulmo­nar, encontrándose principalmente en la población económicamente activa, es decir, en mayores de 15 años, que comprende al 44.5% de la población en estudio, y de una desnutrición in­fantil de 30 por cada cien niños, pri­mordialmente de primer grado y en 1 a 2 por cada cien niños en tercer gra­do. Además se encontró que la mayor parte de la población es gente joven menor de 13 años, con un porcentaje de menores de 1 año de 1.2%; de 1 a 4 años de 17.5% y de 5 a 14 años, 37%, haciendo un total de 55.7% (COMAR,

1984).

DISCUSIÓN

Existe una preocupación por la fragi­lidad que presenta el modo de utili­zar la selva tropical húmeda -último

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Fuente'. COMAR, 1984

reducto de América del Norte- con criterios de sustentabilidad para man~ tener a la vez la producción de bienes y servicios y la diversidad biológica. Toda solución a este problema impli~ ca necesariamente la sol ución del conflicto inherente de intereses entre los usuarios habituales del entorno, por una parte, y los gobiernos y las empresas que tienen sus intereses en el área fronteriza, por la otra.

Estos conflictos son difíciles de re­solver por los valores tradicionales y expectativas completamente diferen~ tes de las partes involucradas. Para los nativos tradicionales de la selva, ésta es una fuente de recursos que les ha sustentado en el pasado y deberá seguir sustentándoles en el futuro. Asimismo, es posible que vean la tie­rra y la selva como su hogar espiritual, un lugar de connotaciones religiosas que forman parte de la cultura de los indígenas mayas. En cambio, las com­pañías madereras ven a la selva sim­plemente como una fuente de ingresos derivada del corte de made­ra, cuyo valor lo dan los precios de los mercados internacionales. En dema­siados casos, el explotador se desinte­resa de la tierra una vez que ha terminado la tala. La explotación ma­derera y la llegada de refugiados y colonos, tuvo consecuencias negati­vas importantes para los usuarios tra­dicionales del área fronteriza mexicana, los que fueron expulsados, en su ma­yor parte, de sus tierras ancestrales.

Algunos se adaptaron al nuevo estilo de vida, pero la mayoría de ellos no lo hicieron; la malnutrición y las enfer­medades proliferaron, y se registró un descenso de la población. Algunos agricultores, que carecían de tierras, se han beneficiado de la apertura de tierras agrícolas a costa de la selva; pero a eXJ.'ensas del grupo lacandón, que no parece haber ganado mucbo.

Está fuera de discusión que la explo­tación de los recursos del área deben crear oportunidades económicas via­bles a largo plazo. Esto significa que

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la selva debería regenerarse natural­mente, y que se debería aplicar un sistema de silvicultura para que pu­diera mantenerse un ecosistema, re­lativamente estable. En algunos casos, los imperativos económicos pueden obligar a establecer una plan­tación forestal o un cultivo agrícola en parte de los terrenos talados; para estas posibilidades deberá preverse una metodología antes de comenzar la tala. De aquí se desprende, que si se planea una industria forestal a lar­go plazo, deberá llegarse a un acuer­do con las poblaciones detentadoras de los terrenos que habrán de utili­zarse, así como la organización de o los caminos de acceso, antes de que se dé comienzo a la tala.

Es un proceso conocido que la gente suele servirse de los caminos abiertos por la explotación forestal, para ins­talarse en los lugares e iniciar, a su vez, la explotación agrícola. En mu­chos casos, la tala se realiza delibera­damente como medio de financiar la construcción de vías de acceso y el aclareo de terrenos con miras a esta­blecer una nueva explotación agríco­la.

Las consecuencias de la inmigra­ción no regulada pueden ser extre­madamente nocivas para las pequeñas comunidades, cuyos habi­tantes vivían antes completamente aislados en la selva, y si no se procede con una cuidadosa planificación, las poblaciones nativas pueden verse ex­cluídas de todas sus tierras. Por otra parte, sin un control de la inmigra­ción de refugiados guatemaltecos, es difícil prestarles la asistencia que re­quieren y ubicarlos en áreas protegi­das.

COROLARIO

La presión demográfica en el área se hace patente desde el siglo pasado, cuando los indígenas del noroeste de Guatemala emigraban anualmente a México a desempeñar un trabajo asa­lariado ligado con las plantaciones de

café. Nunca como ahora se ha hecho sentir presión sobre los escasos re­cursos del área, provocando que las transferencias temporales de pobla­ción pierdan ese carácter y se obser­ve, cada vez más, la permanencia de los trabajadores temporales en el área de sus nuevos trabajos.

Junto a este proceso demográfico de expulsión y de búsqueda de nuevas perspectivas, se ha dado un proceso de violencia que, iniciado en los años setenta, ha desembocado, en la últi­ma década, en campañas represivas dirigidas especialmente a las zonas indígenas, en donde se despoja a la población de la escasa tierra que to­davía les pertenece. Por ello, no es extraño que a partir de 1981, se ini­cien corrientes migratorias de refu­giados hacia México y que buena parte de éstas sea de indígenas, espe­cialmente aquellas provenientes de los departamentos guatemaltecos ale­daños.

El gran volumen de población indí­gena, aunado a su alta densidad, a la injusta y desigual participación que tiene en la distribución de la tierra, de los recursos y de la riqueza, son factores todos que inciden de manera relevante en el clima de inestabilidad política y social de Guatemala, y si a esto se agregan los mecanismos de expulsión por la fuerza y el despojo de las escasas tierras to~avía disponi­bles por las comunidades indígenas, entonces el marco de violencia pare­ce incrementarse. Los campamentos de reacomodo y los nuevos centros de colonización abiertos en la selva para los refugiados guatemaltecos, provo­can perturbaciones irreversibles. La diversidad de especies tanto vegetales como animales que alcanzan cifras im­portantes, irán sucumbiendo paulati­namente ante el embate de los grupos humanos si no se toman medidas enér­gicas para proteger esta gran reserva forestal.

La Selva Lacandona ha resentido el impacto de su destrucción, la pobla-

FRAGILIDAD DE LA FRONTERA ENTRE MÉXICO Y GUATEMALA

ción colonizadora ya está asentada en esta parte del trópico y los movimien~ tos migratorios se suceden constante­mente. Enormes extensiones boscosas se han convertido en potre­ros y campos agrícolas, los cuales, por su fragilidad ecológica, jamás volve­rán a regenerar la selva alta siempre verde que en esas zonas eran la vege­tación dominante.

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2. FUNDAMENTOS TEORICO METODOLOGICOS DE LA PLANEACION DEL ESPACIO

SOFlA PUENTE LUTfEROTH 1992

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