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  • Epistemologa de las Ciencias. El punto de partida del conocimiento (1999) CIAFIC Ediciones

    Conocimiento, ciencia e imaginacin en el platonismo Francisco Garca Bazn*

    I. Conocimiento, Ciencia y Tcnica

    Voy a comenzar leyendo un pasaje del libro del filsofo neoplatnico Jmblico de Calcis que vivi entre mediados del siglo III y comienzos del IV (240-326), Sobre la ciencia comn de la matemtica (Per ts koins mathematiks epistme), o sea, la enseanza de aquello que es comn a lo matemtico, a las cuatro ciencias o epstemai, porque el contenido del pasaje no slo interpreta la doctrina bsica de Platn al respecto e indica su origen pitagrico, sino tambin porque al mismo

    * Naci en Mlaga (Espaa) en 1940, es argentino naturalizado. Licenciado en Filosofa por la UBA y Doctor en Filosofa por la Universidad del Salvador. Formacin de postgrado en Roma con Antonio Orbe, S.J. (1972-1974) como becario externo del CONICET. Investigador Principal del CONICET con ingreso en la Carrera del Investigador en 1974. Ha sido docente en la Facultad de Filosofa y Letras de la UBA (1966-1973) y Universidad del Salvador (1974-1985). Desde 1987 es Profesor Titular de la Escuela de Graduados de la Univ. Argentina J.F. Kennedy y desde 1989, Decano de su Departamento de Filosofa. Ha publicado ms de 100 artculos de investigacin en Sudamrica, Europa, EE.UU. y la India. Autor de una docena de libros, entre ellos: Gnosis. La esencia del dualismo gnstico2 (1978); Plotino y la gnosis (Bs. As. 1981); Neoplatonismo y Vednta (Bs.As. 1982); Neo-platonismo-Gnosticismo-Cristianismo (Bs.As. 1986); Orculos Caldeos. Numenio de Apamea, fragmentos y testimonios (Madrid 1991); Plotino. Sobre la trascendencia divina (Universidad Nac. de Cuyo 1992); El cuerpo astral (Barcelona 1993); Textos gnsticos. Biblioteca de Nag-Ham-madi I (Madrid 1997). Premio Consagracin en Humanidades de la Provincia de Buenos Aires (1990) y Premio Konex en Metafsica e Historia de la Filosofa (1997).

    Conocimiento, ciencia e imaginacin en el platonismo Francisco Garca Bazn, pp.45-67

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    tiempo la lanza hacia el futuro con toda su rica complejidad. Dice el texto en cuestin:

    "Tambin es necesario hablar, despus de [haber mostrado que la filosofa es la nica entre todas las tcnicas y las ciencias que permite al hombre alcanzar su propio fin] sobre el criterio de verdad de las matemticas todas, cul sea su naturaleza y que diversos modos de operar tenga en s. Comenzando, por lo tanto, desde arriba, o sea, con el mtodo mismo de la divisin, hagamos una exposicin didctica completa.

    Pues bien, todos los entes inteligibles (noet) se dividen en dos clases: los inteligibles propiamente dichos y los posibles de conocerse por ciencia (epistet), es decir, los deducibles (t dianoet). Los inteligibles son primeros (prta), pero los deducibles, segundos e inferiores. A su vez hay otra clase de sustancias, las de los sensibles (aisthet), de stas algunas son sensibles en sentido propio, las que asimismo son opinables (doxast), pero otras, conjeturables (eikast). Opinables y sensibles en sentido propio son los cuerpos particulares, por ejemplo, las piedras, los leos y los cuatro elementos y stos son los primeros entre los sensibles. Despus de stos hay otros sensibles dbiles y desemejantes (ouk hmoios) a ellos, pero que vienen detrs de los primeros. stos son sus sombras; porque las sombras siguen a los cuerpos y si no tuvieran algo otro puesto debajo (hypobeblemnon), tampoco se mostraran. Por consiguiente, son imgenes (edola) las sombras, y los reflejos [33] en las aguas y en los espejos, en la medida en que existen en otros y no en s mismos y tampoco son manifestaciones por particin en dos de otros cuerpos, sino algo que se hace accesible como cuerpos diferentes, los que mostrndose se ocultan. Por esto en cuanto al gnero son sensibles, puesto que caen bajo la sensacin, pero son ms propiamente conjeturas y creencias (pisteut) que realidades (hypostat), algo dicho crdulamente (kat pstin) sobre cosas que nada pueden indicar

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    (apodeiktikn); en otros trminos, por adquisicin (eis paradochn) de cosas recibidas (paralambanomnon) a partir de la creencia en los que las producen. Efectivamente, las sombras no poseen la perceptibilidad (to antilktikn) desde s mismas, sino desde los cuerpos en que son accesibles y en los que al descansar se muestran. Semejante creencia, por lo tanto carece de fundamento; efectivamente, si a estos sensibles les faltara el espejo, o el agua o aquello sobre lo que apoyarse, nada quedara del conjunto. Las sombras estn ms sujetas a carecer de solidez en s mismas y, en cambio, a apoyarse en otro que los cuerpos, que tambin son opinables y fundan su ser en el aparecer (doken). En realidad tambin los deducibles se parecen a las sombras, ya que tienen la (misma) relacin con (lgon chonta) los entes posibles de conocerse por ciencia y los inteligibles que los conjeturables tienen con los sensibles y los opinables. Porque las ideas, que son las sustancias que realmente son, el intelecto las posee como por contacto (oioni kat epaphn), pero los entes deducibles, como son las entidades geomtricas, se ven por la deduccin cuando todava no se ha aproximado a ellos directamente ni por intuicin (epibol), sino a lo largo del discurso (di lgou) ms que por vecindad con ellos y por decir como inteligibles que han cado (katinton) desde las ideas como en sus conjeturas e imgenes. [34] Tambin las conjeturas dentro de los sensibles caen dentro de las sombras, porque mientras que los sensibles son accesibles por s mismos por los sentidos por visin directa, las sombras, a su vez, se ven en otro, sobre otro y por medio de otro. La sombra, en efecto, no existe en s misma, sino o en aquello sensible en lo que se apoya que es por s mismo, o en el espejo o en las aguas, que son sensibles por s mismos. De este modo, por consiguiente, tambin las entidades matemticas parecen manifestarse como imgenes [cuya realidad est en las ideas] (t mathematik, hsper en tais idais oike phantzesthai), y que tienen el fundamento (epreisma) en stas. Porque no se las debe pensar como venidas desde los sensibles por abstraccin (kat apharesin),

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    al contrario, descendiendo a partir de las ideas poseen su carcter de imagen desde ellas al adquirir tanto tamao como al manifestarse como imgenes (phantzesthai) en la extensin (distesis). Porque la debilitacin que aparece en las imgenes sensibles y la carencia de sostn en s est en correspondencia con los inteligibles en relacin con la masa (nogkon) y la extensin (distaton), pero puesto que esto tiende hacia lo que carece de masa y de divisin, entonces parece que el ente matemtico descansa en la privacin de partes propia de las ideas, as como parece que las sombras residen en la dureza de los seres sensibles. Por lo tanto como los deducibles estn separados de los inteligibles, as tambin la razn (dinoia) est separada de la inteleccin. Por este motivo Brotino en su libro sobre el Intelecto y la razn... Y ms difanamente Arquitas en su libro Sobre el intelecto y la sensacin distingue los criterios (del conocimiento) de los entes y presenta el propio de las matemticas con estas palabras: 'En nosotros mismos, dice, en relacin con nuestra alma, hay cuatro tipos de conocimiento, intelecto (nos), ciencia, opinin y sensacin, dos de ellos, intelecto y sensacin, estn en el comienzo del discurso racional, los otros dos, ciencia y opinin, al trmino. Lo semejante es siempre cognoscible por lo semejante. Es claro, por consiguiente, que nuestro intelecto puede conocer a los inteligibles, la ciencia a lo que puede ser conocido por ciencia, la opinin a lo opinable y la sensacin a los sensibles. Por esto la razn debe mudar de lo sensible a lo opinable, de lo opinable a lo que se puede conocer por ciencia, y de estos ltimos a los inteligibles. Una vez que estas cosas estn de acuerdo (symphon) entre s, por ellas es posible contemplar la verdad (altheia). Hechas estas distinciones es necesario pensar las cosas que vienen despus. Como, en efecto, se puede dividir una lnea en dos partes e igualmente cada una de ellas del mismo modo en dos partes segn la misma relacin, as tambin se puede dividir lo inteligible respecto de lo visible, y a su vez se puede dividir cada uno de stos distinguindose entre s en claridad y oscuridad; del

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    mismo modo, una seccin de lo sensible est constituida por las imgenes reflejadas en las aguas y en los espejos y la otra, a su vez, est constituida por las cosas de las que stas son imgenes, o sea, las plantas y los animales. En relacin con lo inteligible, [37] sin embargo, la seccin que corresponde a la de las imgenes est constituida por los gneros matemticos: los gemetras, en efecto, una vez establecidos como presupuestos (hypothmenos) lo impar y lo par, las figuras y las tres especies de ngulos, parten de ellos para tratar el resto, y dejan a un lado, como si las conocieran, a las cosas reales, y no tienen que dar razn (lgon didmen) de esto ni a s mismos ni a los dems; se sirven de los sensibles, es cierto, pero sin indagarlos, y construyen sus razonamientos no en funcin de stos, sino del dimetro y de su cuadrado. La otra seccin, en fin, es la de lo inteligible, sobre la que se ejercita la dialctica. sta, en efecto, afirma hiptesis (hypotsias) en el sentido verdadero del trmino, no como presupuestos, sino como principios y puntos de apoyo para llegar hasta lo incondicionado (anypothto) que es el principio de todo, y una vez alcanzado hacer de nuevo el camino del descenso hasta el fin sin utilizar nada sensible, sino slo las formas puras de stos. En estas cuatro secciones es necesario tambin distribuir bien los estados (pathes) del alma, y llamar inteleccin (nasis) al que est en lo ms alto, razn (dinoia) a la que viene despus de inmediato, creencia (pstis) a la tercera y conjetura (eikasa) a la cuarta"1.

    1 Cf. De comm. mathem. scientia 32,8- 37,19. Vase Giamblico, Il numero e il divino. A cura di Francesco Romano. Testo greco a fronte, Milano, 1995, 96-103. La referencia a la alegora de la caverna poco antes, 28,1-6 (ibdem, pgs.92-93). Sobre Jmblico cf. J.N. Dillon, "Iamblichus of Chalcis (ca. AD 240-325), en W. Haase (ed.), Aufstieg und Niedergang der rmischen Welt 2,36.2, Berlin-N.Y., 1987, 862-909 y los vls. colectivos: H.J. Blumenthal & E.G. Clark (eds.), The Divine Iamblichus, London, 1993; H.J. Blumenthal & J.F. Finamore (eds.), Syllecta Classica 8. Iamblichus: The Philosopher, The University of Iowa, 1997.

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    Cuando Platn en su vejez2 ha expuesto en la Carta VII las cinco formas de la aparicin del crculo3: tres correspondientes al mbito sensible (nombre, diseo y definicin gentica), en la mente o alma, entendindolo con sus notas y propiedades, y en lo inteligible como arquetipo, est enseando sintticamente lo mismo4.

    El ncleo completo de la exposicin comn con lo expuesto por Jmblico, se desarrolla en la Repblica al final del libro VI y comienzo del VII5. Aqu Platn hace silencio sobre el origen pitagrico de la enseanza, pero se relaciona interna y estratgicamente el ejemplo de la lnea, sus partes y proporciones con la alegora de la caverna y, por lo tanto, pone

    2 Sobre el problema del autor cf. L. Edelstein, Plato's Seven Letter, Leiden, 1966, 1-4. 3 "En todos los seres se distinguen tres elementos que permiten adquirir la ciencia de ellos, sta, la ciencia es el cuarto. Es necesario colocar en quinto lugar el objeto verdaderamente cognoscible y real. El primer elemento es el nombre, el segundo la definicin, el tercero, la imagen, el cuarto la ciencia. Un ejemplo para comprender el pensamiento. Crculo algo dicho cuyo nombre es lo mismo que lo que acabo de decir. En segundo lugar su definicin compuesta de nombres y verbos... En tercer lugar el dibujo que se traza y que se borra... Pero el crculo en s, al que se refieren todas estas representaciones no experimenta nada similar, porque es totalmente otro. En cuarto lugar la ciencia, la inteleccin y opinin verdadera relativas a estos objetos. Constituyen una sola clase y no residen ni en los sonidos proferidos, ni en las figuras materiales, sino en las almas... De estos elementos es el intelecto el ms afn y semejante al quinto elemento, los otros se alejan ms. Todo esto, adems, expresa tanto la cualidad como el ser de cada cosa, por medio del dbil auxiliar que son las palabras. De esta suerte ningn hombre razonable se arriesgar a confiar sus pensamientos a tal vehculo, especialmente cuando ha quedado fijo como sucede con los caracteres escritos". 4 Cf. 342Bss., texto traducido en la n. 3. 5 506B-534C y ver F. Garca Bazn, Plotino. Sobre la trascendencia divina: sentido y origen, Mendoza, Universidad Nacional de Cuyo, 1992, 189 ss.

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    de relieve la triple dimensin epistemolgica, gnoseolgica y ontolgica de los pasajes, para retornar finalmente al comienzo del problema planteado que supera, en realidad, a las tres dimensiones explicadas, o sea, de qu naturaleza debe ser el conocimiento del Bien, "ms all de la esencia" y "por encima de la inteleccin", para que l no se confunda con el conocimiento de la ciencia, del placer o de cualquier otra cosa semejante.

    Pero en estos mismos pasajes se completa tambin la enseanza epistemolgica ratificndose que al mbito de la ciencia corresponde slo el conocimiento que no es opinativo por provenir de afuera (dxa-dchomai), sino establecido o afirmado sobre s mismo (epistme-ep-hstemi): aritmtica, geometra, armnica y astronoma, actividad no inteligible, sino intelectiva, combinacin experiencial de inteleccin (nesis) y opinin verdadera (aleths dxa), los dos puntos de partida directos del conocimiento de lo real, y de deduccin, su forma vaca y mediata. De aqu deriva el mtodo mismo de conocimiento, segn Platn:

    "Apenas cuando se han frotado cada uno de ellos contra los otros, nombres, definiciones, percepciones visuales e impresiones, y cuando se ha discutido con demostraciones amistosas, haciendo uso tambin de las preguntas y de las respuestas sin rivalidad, brilla sobre cada uno de los objetos el discernimiento (phrnesis) y el intelecto (nous), intensifi-cndose en el mayor grado que es humanamente posible"6.

    A partir de aqu se abren dos caminos, los que el platonismo siempre ha seguido cultivando. Se puede ascender en el gusto, inclinacin o amor a la sabidura, "la ciencia de la verdad de los seres", que es la actividad del filsofo o dialctico, que se esfuerza por pensar la totalidad simultnea del Intelecto (di-lektiks), para poder extraer de aqu las definiciones ms precisas, abarcativas y finalmente universales. Plotino ilustra

    6 Carta VII 342E.

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    esta alternativa superior del siguiente modo al comienzo del tratado "Sobre la dialctica":

    "Y poniendo fin a la divagacin por lo sensible, instlase en lo inteligible, y all, desechando la falsedad, se emplea en alimentar el alma en la llamada 'llanura de la verdad', utilizando la 'divisin' platnica para la discriminacin de las formas, utilizndola tambin para la determinacin de la quididad y utilizndola asimismo para la determinacin de los gneros primarios. Y, entrelazando intelectivamente las formas derivadas de aquellos hasta haber recorrido todo el reino inteligible y desenlazndolas por la va inversa del anlisis hasta llegar a un principio, entonces es cuando, estando sosegada del modo como all se est en sosiego, sin afanarse ya por nada una vez reducida a unidad, se dedica a contemplar, cediendo a otra tcnica la llamada 'disciplina lgica' sobre proposiciones y silogismos"7.

    Pero tambin, la otra alternativa anunciada, es posible descender desde las ciencias a las tcnicas que pueden aportar los medios correctos de uso para el mantenimiento del mundo sensible y sus contenidos y que por necesidad intrnseca son inseparables de las ciencias.

    Plotino, por ejemplo, precisando las explicaciones epistemolgicas de Platn registradas en el contexto de la Rep mencionado y al final del Sofista, ya deja establecido que en la medida en que las tcnicas productivas (arquitectura, agricultura, medicina, arte de gobernar, etctera) o las artes de imitacin, las que en la actualidad denominamos "artes" a secas, ms se internan en su composicin en hacer intervenir elementos del mundo cambiante, menos creativas y cientficas y ms frgiles son. A la inversa cuanto ms ascienden, ms se aproximan a la ciencia y a lo que es inteligible. Vale la pena recordar el pasaje de las Enadas:

    7 En I,3 (20), 4, 10-20.

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    "Por consiguiente Estn all los productos tcnicos y las tcnicas? Cuantas dentro de las tcnicas son de imitacin, la pintura y la escultura y la danza y la pantomima, que toman para su composicin elementos de aqu y emplean un modelo sensible e imitan los perfiles y los movimientos y transfieren a s las simetras que ven, no sera razonable remontarlas a lo inteligible (eki), salvo que remonten por la razn humana. Pero si una destreza (hxis) parte de la simetra de los vivientes para desde aqu observar la de los vivientes en general, sera tambin una parte de la potencia que all observa y contempla la simetra universal en lo inteligible. Y ciertamente toda msica, puesto que las intuiciones (nomata) que tiene son sobre el ritmo y la armona sera del mismo modo, igual que el arte que contiene lo referente al nmero inteligible. Pero en cuanto a las tcnicas que producen objetos sensibles, por ejemplo, la arquitectura (oikodomik) y la carpintera, en tanto que emplean las simetras, sera posible que tomen sus principios de all y de las capacidades de discernir (phrnesis) inteligibles, pero puesto que mezclan stos con lo sensible no seran totalmente inteligibles, salvo en el hombre. Tampoco hay ciertamente all agricultura (georgia) que colabore con la planta sensible, ni medicina (iatrik) que contemple la salud de aqu o que tenga que ver con la fuerza y buena complexin corporal; porque la potencia inteligible es diferente y la salud, de acuerdo con la cual todos los que viven permanecen imperturbables y capaces. La retrica, la estrategia, la economa, la tcnica de gobernar (basilik), si alguna de ellas comunica nobleza a las acciones, si hubieran contemplado lo inteligible, toman una parte para su ciencia de la ciencia inteligible. Pero la geometra perteneciendo a los inteligibles debe ordenarse all igual que la sabidura (sopha) perteneciendo al ms alto nivel del ser. Esto es suficiente sobre las tcnicas y sus productos"8.

    En relacin con las observaciones desarrolladas que vinculan y subordinan la tcnica a la ciencia, es notable la reflexin de 8 En V,9 (5),11.

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    Jmblico que llega a denominar a la poltica "epistme politik", ciencia poltica, en la medida en que ocupndose del "cuidado y la conservacin (sotera) de la ciudad" es dirigida por el gobernante idneo, que habiendo hecho el aprendizaje de los cuatro grandes mathmata, aviva en su alma, en su mente, lo que cada una de las ciencias aporta: orden y arreglo, la aritmtica; coordinacin de las figuras, la geometra; ritmo, la armnica y disposicin y distribucin, o sea, plan de desarrollo y previsin, la astronoma. Lo que el gobernante aprende con la ciencia acadmica no es un diseo o modelo de la ciudad ideal, lo que resultara un contrasentido, sino que lo que incorpora es una formacin interior relacionada con los principios de orden y las relaciones mltiples y flexibles que permiten proyectar por medio de la accin poltica el boceto de la construccin arquitectnica y estable de un rgimen apto para la convivencia y felicidad de colectividades humanas que desarrollan la existencia en un mundo en el que el tiempo es "imagen mvil de la eternidad"9.

    El modelo inspirador y mediador lo ha proporcionado en este momento la arquitectura con sus xitos tecnolgicos, ya que Vitruvio en Sobre la arquitectura I,2,1, la caracteriza del siguiente modo:

    "La arquitectura consiste en el orden (ordo) que en griego se denomina txis, la disposicin (dispositio) que los griegos llaman dithesis, el buen ritmo (eurythmia), la simetra, la decoracin y la ejecucin (distributio) en griego oikonoma" .

    Sustrada de la formulacin la decoracin, nota propia de la arquitectura, resta lo comunitario, el nmero (orden), la proporcin de las figuras (coordinacin geomtrica), la proporcin de los intervalos (armnica) y tres formas de la simetra o medicin conjunta: el movimiento propio ordenado

    9 Cf. "Aspects of Political Philosophy in Iamblichus", en H.J. Blumenthal & E.G. Clark (eds.), o.c., 65-73.

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    en espacio y tiempo, extensin y magnitud, disposicin y distribucin, la esfrica o astronoma.

    Pero Cundo es este ideal posible en el nivel tcnico? Cuando el artesano o artista (techntes) es capaz de imitar a la naturaleza. Es decir no a los productos naturales, no a los seres sensibles particulares en su exterioridad y conformacin, sino al lgos natural (physis) y los lgoi naturales (lgoi spermatiki). O sea, se debe recurrir a la fuente productiva, al modo de producir de la naturaleza que produce merced a su sabidura superior cuya actividad no toma sus principios imitando a sus productos particulares, sino a partir de un orden interior prefigurativo y formador que los precede. En este caso, sin entrar en contradiccin con ella, la corrige si fuera necesario en sus desvos y la puede perfeccionar parcialmente, amplindola con su colaboracin. Porque: "Las tcnicas no imitan simplemente lo visible, sino que se levantan rpidas (anatrchousin) hacia las razones de donde proviene la naturaleza"10. En ambos casos el artista y el tcnico actan como autnticos cosmetlogos.

    II. La Imaginacin, la Ciencia y la Tcnica En este momento es cuando aparece precisamente la

    funcin necesaria de la imaginacin. Aristteles ha examinado largamente en el libro III del De

    anima III y asimismo en De memoria et reminiscentia y De somniis la vinculacin de la phantasa (imaginacin) con la sensibilidad en relacin fundamentalmente con la percepcin y el conocimiento correcto, pero marcando tambin sus posibilidades de degenerar en deformaciones de la percepcin, en ilusiones y en fantasear quimrico. Pero hay algo ms: tambin ha reconocido que la representacin de los objetos de la matemtica y de la filosofa no son comprendidos en el 10 Plotino, En V,8 (31) 1 al final y ver F. Garca Bazn, Plotino y la gnosis, Bs.As., 1981, 82-84.

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    mbito de la sensacin junto con su materia, sino que son contemplados a travs de imgenes sin materia y que, finalmente, a travs de la metfora la imaginacin como una funcin cognoscitiva diversa de la sensacin, aunque inseparable de ella, y de la inteligencia, abre su propio campo entre estas dos facultades del alma en el arte, la tica y la metafsica.

    El peripatetismo del Liceo restringido al cosmos con Aristteles, ha seguido, en cambio, la ruta del peripatetismo original, el acadmico, en casi dos milenios de platonismo11.

    Ya hemos odo las palabras de Jmblico al comienzo de la exposicin cuando se expeda sobre las entidades matemticas y la imaginacin. En su respuesta a las preguntas de Anebo corrigiendo las deficientes respuestas que le dio Porfirio, dice con mayor amplitud:

    "Por lo tanto puesto que el intelecto contempla los seres, pero el alma encierra en s las razones de todo lo que se genera, es razonable que conozca de antemano lo que vendr en las razones que lo preceden. Y realiza una anticipacin incluso ms completa que sta, cuando une a los universales, de los que ha sido separada, las partes de la vida y de la actividad inteligible, porque se colma entonces desde los universales del saber total al punto de que alcanza lo ms a menudo posible por sus pensamientos lo que se lleva a cabo en el mundo. Pero no es sino cuando se ha unido tambin a los dioses segn semejante actividad separada cuando recibe las ms verdaderas perfecciones de las intelecciones, gracias a las que emite una verdadera profeca; a partir de aqu [igualmente] lanza desde arriba los principios ms autnticos de los sueos divinos. Pero si el alma enlaza a las potencias ms fuertes lo intelectivo y divino de ella, entonces tambin sus manifestaciones imaginarias (phantsmata) sern ms puras,

    11 Cf. M. Marin, "Il ruolo dell'immaginazione nell'ambito della psiche secondo Aristotele", en Salesianum 59 (1997) 409-441.

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    tanto en lo que se refiere a los dioses, como a las sustancias incorpreas en s o en general a lo que concurre a la verdad sobre las realidades inteligibles. Si, por otra parte, remonta los discursos de los seres a sus causas, los dioses, saca de ellos una potencia y un conocimiento analgico (gnsis analogizomnes) de cuanto era y ser, contempla todo el tiempo, observa las obras de lo que sucede en el tiempo y participa en el orden de los dioses, en su cuidado y xito conveniente; cura a los cuerpos enfermos, dispone hacia el bien lo que entre los hombres va mal y desordenado y a menudo trasmite (paraddomi) los inventos de las tcnicas y la distribucin de los derechos y de las disposiciones legales"12

    Se subraya, entonces, una concepcin de la imaginacin como facultad activa que involucra una doble capacidad de representacin, productiva y reproductiva (Plotino) o dos facultades de imaginar: una activa (gr. phantnomai ligada a phanomai (raz PHAN), lat. imagino): ofrecer una imagen, manifestarse o mostrarse, relacionada con la actividad pura del inteligir, reflexionar o especular; pero asimismo del querer y sentir que acompaa a todo acto de la vida mental o psquica. La inteleccin (nesis) y la reminiscencia (anmnesis) son sus fuentes de legitimacin cognoscitiva. O bien paciente (gr. phantzo, raz PHANT, lat. imaginor): "ser manifestado", "ser mostrado", que reconoce el otro polo del origen del conocimiento, la sensacin emprica. Porque, en realidad, nuestro conocimiento, como hombres de carne y hueso y mentes -noias o carentes de inteleccin que ven la realidad invertida, comienza por la sustancia primera, que es prioritaria en el orden del conocimiento de los sentidos, pero concluye en la sustancia segunda, que es ciertamente segunda, porque se nos esconde en el conocimiento inmediato del mundo de la vida. Todos los continuadores de este segundo momento de la historia del neoplatonismo inaugurado por Jmblico, Siriano y Proclo, en Atenas, y Amonio de Hermias, su asistente Juan 12 De mysteriis III, 3, Ed. Des Places 102.

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    Filopono, Olimpiodoro, Damascio y Esteban en Alejandra, con sus matices propios, han trasmitido esta enseanza de la doble posibilidad de la imaginacin. Doble sentido que persiste en el vocablo phntasma: aparicin, visin espontnea interior o representacin pasiva que llega del exterior. En el primer casi se trata de un reflejo creativo en la mente por presencia operante de lo arquetpico y que la torna apta para captar particularmente el orden universal oculto, de ordenacin matemtica y origen trascendente y poder corregir, gracias a ello, las manifestaciones sensibles deformadas, y poder asimismo moderar y modificar los accidentes categoriales e individuales, intercambindolos en los seres compuestos en su aplicacin a las formas y sustancias, como lo realizan las artes y las ciencias y las tcnicas que muestran al ser o hacen efectiva la verdad tanto en el plano de lo bello, como en el de la contemplacin y lo til.

    Difiere de este modo la autntica creatividad imaginaria, tanto de la imaginacin sensoperceptiva, simple o compleja, cuyos mecanismos en relacin con la impresin, la sensacin, la representacin, la memoria y la actividad de las funciones lgicas, volitivas y afectivas no violenta, como de las fantasas quimricas originadas en la arbitrariedad por deficiencias en la sensopercepcin motivadas por la invasin de autopercep-ciones dbiles, confusas, delirantes, esquizoides o directa-mente alucinatorias13.

    III. Conclusiones Es esta concepcin de una doble imaginacin la que a travs

    del cultivo reflexivo de los neoplatnicos alejandrinos se ha hecho presente en el neoplatonismo creacionista de rabes

    13 Ver la sntesis y discusin expuesta por H.J Blumenthal en Aristotle and Neoplatonism in Late Antiquity. Interpretations of the De anima, London, 1996.

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    (Alfarabi y Avicena) y de judos (Isaac Israeli y Salomn ibn Gabirol) anteriores al siglo XIII.

    No es esta la ocasin para poder ofrecer hacer ni siquiera someramente una breve historia del tema en las filosofas neoplatonizantes islmica y juda de la Edad Media y de las posteriores polmicas aristotelizantes que basadas en Alejandro de Afrodisia y Temistio, han alentado a Averroes, a Maimnides y a San Alberto Magno y a Toms de Aquino, para introducir otras concepciones de lo real, pero s, al menos, podemos ilustrarlo con un ejemplo.

    Las analogas por equivalencia (macrocosmos-microcosmos) y por isomorfismo (modelo-imagen) que Salomn Ibn Gabirol ha retomado en su Fons vitae, persisten en esta misma tradicin confirmatoria del afn por justificar el todo seminal como precedente a las partes desplegadas ordenadamente y el apoyo del proceso analgico en entidades intermediarias que sirven de nexo en el todo continuo al compartir la naturaleza de las dos esferas prximas que vinculan14. La salida y el retorno, el progreso y el regreso, el descenso del alma y su ascenso e incluso la creacin y la escatologa constituyen el cuadro dinmico surgido de un saber tradicional ms alto, el mito y la Escritura, en el que el conocimiento, la imaginacin y la ciencia se fundamentan, sin que se rehse la justificacin racional.

    14 Cf. J. Schlanger, La philosophie de Salomon Ibn Gabirol, Leiden, 1968, 140-141.

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    DILOGO - Dr. Puyau: Es muy interesante esta exposicin. En esa poca los procedimientos de la geometra ya eran muy conocidos; ya se haba sistematizado. Qu significa en el lenguaje de Jmblico, que las nociones comunes o koinai ennoiai seran los axiomas, eran por s evidentes, en cambio que los postulados, las "aitemata" seran conocidos de otra manera y las conclusiones que obtenemos de ellos seran conocidos de otra manera? - Dr. Garca Bazn: S, efectivamente. En esa poca se ha desarrollado la geometra, sobre todo a partir del siglo III antes de Cristo, en el Museo de Alejandra. Pero se ha desarrollado y al mismo tiempo se ha sacado de la aritmtica algn tipo de analoga a la que se le da preferencia y que cambia todo el sentido justamente de esta tradicin. Y por eso la retoma de nuevo Jmblico. La expresin de las "comprensiones comunes", en realidad no la utiliza Jmblico porque sabe que su proveniencia es estoica y que esto se ha hecho en un mbito en relacin con la 2 Academia y la "Stoa" que produce algunas confusiones mentales. l cuando habla de concepciones, en relacin con el mundo inteligible, siempre habla de lo que tiene que ver con el "noets", etc.

    Ahora, el otro punto s que es interesante advertirlo: el que tiene que ver con las matemticas, en un desarrollo autnomo, que ha tratado de interpretar a la filosofa. Esto se da claramente en el siglo III con Eratstenes de Cirene, bien conocido en la tradicin matemtica. El cual directamente, si bien -y por eso lo recuerda Jmblico ac en la Introduccin a la Introduccin a la Aritmtica de Nicmaco-, si bien existen por lo menos, segn los antiguos, tres tipos de analogas, la aritmtica, la geomtrica y la armnica, la matemtica, y a partir de Eratstenes, ha tomado como modelo de analoga la geomtrica. Desde luego que basndose en el mismo Timeo, en uno de los aspectos del Timeo de Platn. Aqulla que registra como la de 1, 3, 9, 27; 1, 2, 4, 8, etc., hasta se llega a decir -lo dice Plutarco- "la construccin del mundo, s, es de acuerdo a la del demiurgo, porque Dios mismo geometriza". Y cuando Celso, discutiendo con los cristianos -y esto lo recuerda Orgenes- dice, "bueno, y aqullo, la analoga de los gemetras, que todos conocemos", ratifica la universalidad que ha adquirido la simplificacin de las relaciones.

    Aqu tenemos la historia misma de los vnculos de la filosofa con la ciencia. La ciencia que comienza a trabajar y que trata de interpretar a la filosofa desde la ciencia. Y aqu tenemos la historia misma de la filosofa que a su vez recupera su sentido. Y todo ello sobre un autor

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    fundamental que es Platn. Y Eratstenes, la tradicin, lo recoge, justamente, y se ve que es una tradicin ya sesgada, ya inclinada. Y llaman a Eratstenes el "Segundo Platn"; un "Segundo Platn" que ha empobrecido al original.

    El concepto de analoga restringido a la analoga geomtrica, l es quien lo ha popularizado. Con la popularidad que da la fuerza de la misma ciencia; los xitos de la ciencia, en este caso el del Museo de Alejandra en donde todos los cientficos estn reunidos. Pero despus la filosofa va siguiendo por otro camino. Entonces qu es lo primero que dicen los pitagricos? Se toman para responder direcatmente los textos. Y Jmblico dice, pero, claro, este Timeo, que en realidad, Platn se las arregl como pudo para conseguirlo -es el mismo caso tambin con Espeusipo y Filolao sobre el Tratado sobre los nmeros- se las arregl como pudo para conseguir ese librito de Timeo de Locri y el resumen que haba hecho algn otro, y una vez que lo tuvo, lo expuso, pero sin explicar mucho su origen. Y despus ese mismo material se manipulea, pero en otro orden. Y se toma como modelo lo que todos conocemos a Euclides y sus Elementos. Despus avanza la ciencia y refuta a Euclides. Pero lase a Jmblico y van a ver que ste por lo menos est refutado quince veces, exponiendo las equivocaciones que ha cometido en relacin con la filosofa de la matemtica. - Dr. Puyau: Recuerdas algunas? - Dr. Garca Bazn: No todas. Ya sera meterme del todo en la matemtica. Estn en el texto Sobre la Introduccin a la aritmtica de Nicmaco (por ejemplo, 20, al final; 23, 18 ss.; 30 al final; 74 al final), que ahora podemos leerlo. Es muy interesante para esto mismo que estamos haciendo ac, las relaciones de las ciencias y la filosofa. En aquel caso los cientficos van a la filosofa, la restringen, y despus queda como la caracterizacin propia de una verdad filosfica, la que da el cientfico. - Dr. Puyau: Euclides ya tena elementos platonizantes. Se considera que la definicin que l da de punto: lo que no tiene partes. - Dr. Garca Bazn: S. Aqu aparece otro tema muy interesante. De las tres analogas, la ms importante, evidentemente, la ms rica, es la analoga armnica. La idea de analoga en ese momento se ve claramente que ms que tener que ver, en ltima instancia, -aunque tiene que ver con eso- con la persistencia de la proporcin -en toda analoga tenemos el mantenimiento de una proporcin-, a lo que le ponen nfasis es al hecho de que el medio sea el que garantiza esa permanencia de la proporcin. En realidad, no hablan de analoga,

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    hablan de mediedad, hablan de "mesotes" porque ah est la fuerza, y desde luego que de ah derivan propiedades, algunas que conocemos, como es el caso de la progresin geomtrica; el producto de los medios igual al producto de los extremos, y en la armnica tambin los exponen. Pero sas son propiedades que derivan de la naturaleza ntima de lo que es la analoga. Pero desde luego que, mientras que en la construccin del mundo, la analoga geomtrica es muy importante, tambin lo es la armnica; una porque tiene que ver con la figura, fundamentalmente -la coordinatio de la geometra-, y la otra, porque tiene que ver con los intervalos, sta s que es importante. Porque en realidad, como el trmino medio, en este caso, supera al anterior por una fraccin y el posterior al trmino medio es superior por la misma fraccin, supera a ese trmino medio por la misma fraccin (por ejemplo: 2, 3, 6; 3 supera a 2 en 1/2 como 6 supera a 3 en 1/2). El tema son las fracciones. De ah que se dijera, entonces, que de la analoga armnica surgen en ltima instancia todas las series de figuras musicales y los acordes, bsicamente, en donde se da la simultaneidad de los sonidos. Y de ah, entonces, que en esa concentracin se puede llegar incluso a lo que decan los pitagricos "la msica de las esferas", que es la ms perfecta y que es inaudible, pero que lo ha sido por el manejo de las analogas armnicas.

    Uno ve la importancia en la construccin del mundo de estos dos tipos de analoga: la progresin geomtrica y la analoga armnica. Pero se da cuenta tambin de que en el fondo la ms fuerte de todas es aquella que para nosotros es la ms simple: que son las razones aritmticas. Y ah viene la respuesta a tu pregunta. Porque 1, 2, 3, 4, la tetraxts pitagrica, en realidad son los elementos del nmero completo y perfecto que es la dcada, la suma de los cuatro. Pero, eso tiene una cantidad de interpretaciones de carcter no solamente cosmolgico, sino al mismo tiempo tico, teolgico, etc. Est hasta en los indios, a travs de la relacin, justamente, del "yuga" perfecto, el perodo perfecto, que est marcado por 1 en relacin con el dado, el 2, el 3 y el 4 que indican la decadencia. Pero la generacin de las realidades, de la lnea, del plano y del slido, estn vinculados a este tipo de progresin y a estos cuatro nmeros fundamentales. Del punto, carente de medida, surge la lnea como 2; de la lnea, el plano, como 3; del plano la pirmide perfecta que es la que utiliza Platn en relacin con los tringulos equilteros, y al mismo tiempo los slidos perfectos. Esa es otra lnea que est ah. Entonces se ve que la progresin de carcter aritmtico resulta que es la que tiene mayor amplitud e importancia.

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    En ese sentido Euclides habla de "elementos" y lo lamentable es que despus sigue la historia y, directamente, lo que se toma en relacin con la matemtica son cada vez ms resmenes y no se toman los textos originalmente. Y ah aparece este gran autor que es Pappus y que es fundamental en el gran resumen que ha hecho. Grande, digo, por el xito que ha tenido. Por otra parte lo que aparece tambin es un poco del empobrecimiento que Aristteles- hace tambin del tema con la clasificacin de las analogas y de su uso, ya que la remite fundamentalmente a lo que tiene que ver con las semejanzas y sta es la geomtrica, la que incluso la aplica a la metfora. Pero eso no es porque Aristteles -ahora sta de la que hablo es la tradicin neoplatni-ca- haya empobrecido, no a la analoga -es porque se ha quedado en un plano de la realidad que es el que tiene que ver con el mbito de lo csmico. Por eso en las escuelas neoplatnicas se estudia primero lgica, despus se comenta a Aristteles, que se ha dedicado a la fsica, y despus se asciende- propiamente a la metafsica y a la teologa con el comentario de los dilogos platnicos. Por eso, en realidad el "peripatetismo", creado por Platn, tiene dos aspectos, el Acadmico y el del Liceo. - Dr. Puyau: Pero Aristteles le da primaca a la analoga de atribucin. - Dr. Garca Bazn: S, pero aqu ya cambiamos, aqu ha cambiado la terminologa. De dnde viene esta terminologa? - Dr. Puyau: Se trata de un primer analogado; se es bueno con referencia al primero, se es bueno porque se desciende aph'erios. El uno ah es el platnico, seguramente. - Dra. Archideo: Una cosa es la analoga de proporcionalidad, que es la de Aristteles, sin duda, y otra es la analoga de atribucin que es la relacin de la participacin que establece Platn entre ese mundo de las ideas y el mundo en el cual vivimos. - Dr. Garca Bazn: Yo creo que la aclaracin est bien. El problema ac es la terminologa. La terminologa que ha llegado a la Edad Media y que ha sido reelaborada y que viene por va rabe y juda y que es de origen neoplatnico, y que tiene que ver en el fondo con los neoplatnicos de Alejandra, que son los traducidos. Y ha sido fundamental ah Juan Filopn y toda la polmica que ha sostenido, justamente, sobre la eternidad del mundo contra Proclo, Aristteles, etc.

    Plotino tiene un texto precioso que nos aclara mucho, incluso, dira, la historia de los pormenores del tema este de la analoga en la Edad Media. Plotino se refiere a la analoga bajo tres conceptos. l dice -no se

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    est refiriendo a la analoga de carcter matemtico-, que el fuerte est dado por la semejanza. Si hablamos, por ejemplo del hombre, tenemos dos tipos de semejanzas simultneas: Scrates es semejante a Pericles -en tanto que son hombres-, Scrates tiene su semejanza con Pericles por semejanza con el hombre en s. En el primer caso hay reciprocidad (analoga de proporcin) y en el segundo, no (analoga de atribucin). En realidad Plotino lo hace en relacin con las virtudes. Esos son los tres conceptos que se manejan filosficamente. Eso s es lo que tiene que ver con Platn. Ahora que se llame "de proporcin", "de atribucin", yo dira que ms all de los nombres estn los conceptos. Y despus lo otro que tambin aparece con Cayetano, ah mismo Plotino, porque est refutando a Aristteles, ah y en las Eneadas sobre las categoras dice: hablar de la sustancia en el mundo inteligible, hablar de la sustancia en el mundo sensible se trata de homnimos, se trata de equvocos. Qu legitimidad ha tenido Aristteles para hablar de las categoras en la forma como ha hablado, en lo cual ha hecho mal la clasificacin y no ha visto ni siquiera la legitimidad racional que se le pueda atribuir?. Ah aparece el tema de los equvocos, pero que es tradicin, en este caso, neoplatnica, tambin. - Dr. Puyau: La palabra "sano" en el lenguaje aristotlico, no habra un primer analogado que es el cuerpo sano. La salud del "humor", se dice por relacin a la salud del cuerpo, creo que es la salud del aire, el aire es sano tambin. El problema era que la salud estaba en el primer analogado, propiamente, y en los dems no. Es el problema que se plantea con Surez con la analoga de atribucin intrnseca que l inventa, me imagino, porque no existe antes de l ese trmino, analoga de atribucin intrnseca. Pero entonces, la sustancia sera propiamente ente y los otros son entes por relacin a la sustancia, si admitimos la analoga de atribucin? - Dr. Garca Bazn: Da la impresin de que ya en la interpretacin filosfica cristiana de este momento, se han combinado ideas de Aristteles por una parte, con ideas del neoplatonismo. Por eso es una cuestin de terminologa, en cuanto a la filosofa cristiana. Los griegos esto lo tienen muy claro. Cuando discute en la Enada sobre las virtudes esta temtica, Plotino, lo dice claramente: "la justicia como virtud es una purificacin", o sea tiene que ver con el mbito inteligible. Nunca se puede confundir el hombre justo con la justicia, pero s los hombres justos son dismilmente justos, pero son justos, y aparecen las tres analogas. - Dr. Puyau: Pero hay analoga o no?

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    - Dr. Garca Bazn: La hay en relacin del modelo con la imagen y la hay entre las imgenes. Lo que a Plotino no le pasa por la cabeza hablar, en el fondo, porque entiende las cosas de otra manera, es de la "analogia entis", de la equivocidad. Lo mete en el discurso, pero como algo grave dicho por l, como aquello mismo que utiliza Aristteles: el caballo pintado y el caballo de la realidad. Pero es importante recuperar el sentido prstino de las palabras. La analoga como mediacin -eso es una cosa-; la analoga como constancia de la proporcin, y lo ms fuerte que es lo que permite entenderlo ontolgicamente, y la analoga como lo que dice la etimologa "Ana-logos" -una razn que retorna, una razn que se levanta. Igual que en "anmnesis", un "an", que indica una memoria que retorna, a un poder de retencin que no tiene cuando no est bien ejercitada en los sujetos individuales, pero que se puede alcanzar. Pero es siempre esa idea de "retorno". Eso se hace nada ms que a travs de los nmeros, y las proporciones desaparecen, pero est constantemente presente. - Dra. Archideo: La analoga del ser, que la trata especialmente todo el mundo medieval, y en especial Santo Toms, no es una analoga en la cual ellos no tengan en cuenta los neoplatnicos -por lo menos Santo Toms-, Platn mismo y Aristteles. Entonces en ellos la "analogia entis", no es porque la inventaron, sino porque estn teniendo en cuenta la analoga platnica, neoplatnica y lo que Aristteles tambin toma, aunque no le gusta mucho por razn de la participacin, ms que por la analoga misma. - Dr. Garca Bazn: La filosofa juda, rabe y la cristiana estn transformando estos conceptos y sobre todo los estn poniendo claramente al servicio de la concepcin de la creacin. - Dra. Archideo: Y adems porque les ponen un orden distinto, lo ontolgico y lo lgico. En el orden ontolgico es bien evidente que hay una analoga de atribucin, como primera; en el orden lgico podra darse primero la proporcionalidad. Y si llegamos hasta nuestros das en el tema de la creacin el neo-tomismo de Fabro nos dice que la nocin de creacin es un "juicio sinttico a posteriori" -en Partecipazione e causalit- para Santo Toms, aunque obviamente Santo Toms no lo expresa en estos trminos pero as la interpreta. - Dr. Garca Bazn: Pero hay una tendencia que permite un poco la ruptura que es aqulla de apoyarse literalmente en los textos de Aristteles, que eso es propio de la interpretacin. La primera interpretacin fuerte es islmica, es de la tradicin rabe (Averroes), desde luego, basndose en algunos autores peripatticos (al-Farabi,

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    Avicena). Pero Aristteles ha sido visto hasta ese momento como un neoplatnico. De ah que aparezca en los textos de Plotino. Hay una seleccin de textos de Plotino en rabe, y directamente -mal llamada Pseudo-Teologa de Aristteles- se la aplican a Aristteles. Entonces, eso daba una legitimidad interna a elaborar los trminos de acuerdo con otro sentido, pero haciendo real filosofa. Por eso les deca la importancia de los dos mil aos de neoplatonismo porque se ha metido ah, se ha infiltrado. - Dr. Gratton: Quera simplemente ver si, desde mi informacin como cientfico, he entendido algo. No tengo familiaridad con estos textos ni con su anlisis. Estoy equivocado si de la lectura, sobre todo de la primera parte de Jmblico, deduzco -l habla de matemtica- que hay una gran diferencia con la aplicacin de la matemtica, la explicacin del mundo como la podemos encontrar en Arqumedes, por ejemplo, el caso ms claro, pero tambin en Eratstenes, por ejemplo, que t has nombrado, y estas concepciones y filosofas que ms bien parecen apoyarse en una especie de numerologa o del empleo de elementos geomtricos para hacer ciertas analogas, no en la forma moderna de aplicacin de la matemtica para la explicacin del mundo? Si puedes hacer un comentario. - Dr. Garca Bazn: S. Justamente en la crtica que hacen, distinguen muy bien lo que tiene que ver con el "lgos" y el "logisms", el clculo, lo distinguen perfectamente de lo que es hablar de los primeros principios que permiten el clculo. Lo importante primero en el nmero -eso lo dice Jmblico- es ver lo primero de todo, el hecho que debajo del nmero estn los conceptos de lo par y de lo impar; de lo ilimitado y lo limitado; del uno y la multiplicidad. La filosofa de la aritmtica, la aritmologa primero se dedica a esto, y despus de ah saca otras consecuencias. Y el clculo, como en el caso de la lgica, que como Plotino advierte, no es cosa del dialctico, sino que ser tema, en el caso de los pitagricos, claramente, no de los "acusmticos" sino de los matemticos. Porque el nmero en ltima instancia, y eso ya es muy anterior, lo vemos a comienzos del siglo I con Moderato de Gades, el nmero y la aritmtica tienen el valor de enigma, igual que la gramtica. Son las ciencias ms rigurosas que nos permiten comprender aquello que est ms all y que, en ltima instancia, siempre que se utilizan o siempre que queremos hablar de ellos, como son elementos, ya los estamos utilizando en aquello que decimos acerca de ellos, porque son inefables. Los buenos maestros, para ensear a los nios, le ensean gramtica, en realidad, para que vean otra cosa, de lo cual no se puede decir nada. Y los

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    buenos matemticos hacen tambin eso, ensean la aritmtica para que el nio aprenda las cosas primeras, que de por s son inefables, porque ya estn incluidas en los mismos nmeros. Por eso no se olviden de que ellos estn tratando con letras y nmeros al mismo tiempo. La letra es como "stoichea", "stoicheum", como elemento, es decir tiene simultneamente un carcter gramatical y un carcter aritmtico. 1999 CIAFIC Ediciones Centro de Investigaciones en Antropologa Filosfica y Cultural Federico Lacroze 2100 - (1426) Buenos Aires e-mail: [email protected] Direccin: Lila Blanca Archideo ISBN 950-9010-20-0

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    I.Conocimiento, Ciencia y TcnicaII.La Imaginacin, la Ciencia y la TcnicaIII. ConclusionesDilogo