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Fundación Produce Sinaloa, A.C.

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Estrategias para un manejo integrado

de mosca blanca y geminivirus en tomate

Edgardo Cortez Mondaca1

1Investigador de entomología. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP)-Centro de Investigación Regional del Noroeste (CIRNO)-Campo Experimental Valle de El Fuerte.

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Índice Introducción ....................................................................................7

Antecedentes …………………………………...…….........................9

Resultados........................…………………………..........................14

Conceptualización e importancia del MIP………………………...20

Descripción y biología de mosca blanca......................................23

Generaciones de mosca blanca en el norte de Sinaloa..............23

Monitoreo de mosca blanca….……………………........................24

Estrategias para el manejo de mosca blanca..............................27

Bibliografía…..................................................................................41

Agradecimientos............................................................................44

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IntroducciónEn la temporada primavera-verano 2005, la disponibilidad de agua propició la siembra de alrededor de 3 mil 400 hectáreas (ha) de soya, en condiciones adversas, ya que ante la falta de semilla de las varie-dades recomendadas (Héctor, Esperanza y Cajeme), se sembró, prác-ticamente, toda la superfi cie con el material Hutcheson, altamente preferido por la mosca blanca. La problemática originada por esta plaga en soya no se hizo espe-rar: en julio, a dos meses de la fecha de siembra del cultivo, una alta cantidad de parcelas establecidas estaba severamente infestada por la plaga (Figura 1). A la postre, el rendimiento regional promedio de grano de soya fue ligeramente superior a 1.0 tonelada por hectárea (t/ha); sin embargo, hubo parcelas con rendimientos apenas por arriba de los 500 kilo-gramos por hectárea (kg/ha) y algunas con pérdida total de la produc-ción. En octubre de 2005, asesores técnicos de cultivos hortícolas en el valle de Guasave alertaron a las autoridades de la Secretaría de Agri-cultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), sobre elevadas poblaciones de mosca blanca y sobre un daño drástico en cultivos de tomate y tomatillo; reportaban, ya, siniestros totales de parcelas establecidas más de un mes antes de la fecha recomendada de siembra (septiembre). El daño apreciado en los cultivos mencionados era directo por el efecto de la plaga, como insecto fi tófago2, pero más que nada por la enfermedad viral trasmitida por el vector3.2Animales que se alimentan de plantas.3Organismo capaz de adquirir, conservar y transmitir a una planta un agente patógeno que eventualmente infectará y provocará en ella una enfermedad.

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4Estado patológico de las plantas que se manifi esta por el color amarillento que ad- quieren sus partes verdes.5Organismo que ataca a otro organismo vivo y es capaz de causarle una enfermedad.6Virus de la hoja amarilla rizada del tomate, por su traducción al español.7Familia de virus que infectan plantas.8Vegetación que invade cultivos y prados. En general, se aplica a las malas hierbas.9Organismo en cuyo interior, se desarrolla o mantiene un germen, es capaz de comuni-carlo a otros.10Perteneciente o relativo a la prevención y curación de las enfermedades de las plan-tas.

11Disposición de las venas o nervios en la hoja.12Con este nombre se le conoce en Estados Unidos (EU) a la fl or de noche buena, en honor a Joel Roberts Poinsett, primer Embajador estadounidense en México que la in-trodujo a EU en 1825.13De fi siología: Estudio del funcionamiento de los órganos y tejidos vegetales de las plan-tas.14De morfología: Estudio de la forma de un organismo.

Los reportes señalaban la presencia de síntomas virales poco co-munes, que incluían principalmente achaparramiento de plantas, clo-rosis4 del follaje, hojas curvadas de los bordes hacia adentro y reducida producción de fruta. Posteriormente, el patógeno5 involucrado, causa principal de la pro- blemática, fue identifi cado como el Tomato Yellow Leaf Curl Virus6 (TY-LCV), un begomovirus (Geminiviridae7). Finalmente, el inconveniente originó una superfi cie de tomate afecta-da de 6,100 ha (Figura 2). En tomatillo, se reportaron 4 mil 800 hectáreas infectadas (Figura 3), con pérdidas parciales y totales. El cultivo de frijol, también establecido en el ciclo otoño-invierno 2005-2006, presentó una reducción promedio de rendimiento por el orden de 30%, por efecto de la mosca blanca-geminivirus (Figura 4), en prácticamente toda la superfi cie establecida en la región. En el análisis de la problemática se identifi caron los siguientes facto-res involucrados: a) Temperaturas elevadas y humedad relativa baja. b) Ausencia de lluvias generalizadas y abundantes. c) Cultivos y plantas arvenses8 hospederos durante el verano. d) Presencia generalizada de reservorios9 del insecto y del geminivi-rus. e) Relajado manejo fi tosanitario10 sistemático por parte de los produc-tores, en el que sobresalió: 1. El establecimiento de hortalizas afectadas en fechas muy tempra-nas (desde agosto). Esto repercutió en las sucesivas fechas de siem-bra. 2. La producción de plántula de dudosa sanidad, con semilla de igual calidad. 3. Los insectos son algunos de los organismos más especializados, mejor adaptados y evolucionados en el planeta, entre los que se dis-tingue la mosca blanca. La mayoría de los 16 biotipos conocidos de mosca blanca (Bemisia tabaci) pueden ser vectores de 60 virus de plantas del género gemini-virus, closterovirus, nepovirus, carlavirus, potyvirus y un virus de ADN en forma de varilla. La transmisión de geminivirus, del género begomovirus, llamados ahora begomovirus, es la más importante, ya que causa pérdidas en el

rendimiento del cultivo, que va de 20 a 100%. Los begomovirus, como el TYLCV, causan diferentes síntomas, como mosaicos amarillos, venación11 amarilla o engrosada, hojas rizadas o enchinadas y achaparramiento. El cultivo de tomate es, particularmente, susceptible a muchos be-gomovirus, que, en la mayoría de los casos, exhiben síntomas de hojas enchinadas. Estos síntomas originaron su caracterización inicial como Tomato Yellow Leaf Curl Virus (TYLCV), que en la temporada 2005-2006 pro-vocó cuantiosas pérdidas en tomate, tomatillo y frijol en Sinaloa. El objetivo del presente documento es proporcionar, a productores y técnicos, información relevante sobre la biología y ecología de la mos-ca blanca en el norte de Sinaloa, las estrategias implementadas a nivel regional y a nivel predio en cultivos de tomate para reducir las pobla-ciones de mosca blanca y geminivirus transmitidos, para hacer posible que el estado continúe con la siembra y producción de tomate.

AntecedentesA partir de 1981, en el Valle Imperial en California y Arizona, la mosca blanca mostró un comportamiento que hizo pensar que se trataba de un nuevo biotipo, potencialmente más peligroso que Bemisia tabaci (Gennadius). En 1986 se corroboraron las sospechas anteriores y, a la “nueva” mosquita se le denominó biotipo “B” o biotipo poinsetia, por atacar preferentemente a esta planta, poinsettia12 (Euphorbia pulcherrima Willd. ex Klotzsch), conocida comúnmente como nochebuena. En 1992 se sugirió que la nueva mosca blanca podría ser una nueva especie. Para 1993 se propuso el nombre de mosca blanca de la hoja plateada (MBHP), como referencia a la tonalidad del síntoma que causa en las hojas de cultivos de calabaza y otras cucurbitáceas. Uno de los argumentos para señalar que se trataba de una especie y no de un biotipo era que aunque B. tabaci y el supuesto biotipo “B” copulaban entre sí, no había descendencia. En 1994, con base a diversos estudios fi siológicos13, morfológicos14 y de comportamiento, se llegó a la conclusión que se trataba de una nueva especie, a la que se le nombró Bemisia argentifolii Bellows y Perring. El nombre de la especie se deriva del latín argenti, que signifi ca plata y de la voz folii, de folio, que signifi ca hoja.

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Estas dos palabras, al unirse, forman la construcción “hoja plateada”. Desde 1991, la mosca blanca ha sido un problema serio de diversos cultivos en el noroeste de México. Entre los cultivos más afectados están: Algodonero; diferentes hor-talizas, como las cucurbitáceas, en general; así como el ajonjolí y la soya. En 1994, el norte de Sinaloa sufrió daños severos por esta plaga en los cultivos de tomate de cáscara; papa; tomate; calabaza y, sobre todo, en soya, cultivo del que se rastrearon 5 mil 664 hectáreas (ha), de 45 mil 329 establecidas, por el daño provocado por mosca blanca como fi tófago. A partir de la problemática de la temporada 2005-2006 en cultivos de tomate, tomatillo y frijol, principalmente, de diciembre de 2005 hasta la fecha, de manera ininterrumpida, se implementó la campaña emer-gente contra mosca blanca en el estado de Sinaloa. La estrategia de manejo implementada contra esta plaga se basó en la realizada por personal del Instituto Nacional de Investigaciones Fores-tales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en el noroeste del país -Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur-, con la creación de grupos de seguimiento para la campaña contra el insecto a nivel regional. La campaña emergente contra mosca blanca se constituyó en fe-brero de 2006, con la creación de tres grupos a nivel estatal: 1. Grupo ofi cial: Constituido por las autoridades del sector agrícola, con el propósito de dar a conocer a la sociedad las actividades de la campaña contra la mosca blanca begomovirus y para hacerse de los recursos económicos para la ejecución de las actividades de la cam-paña. Aquí, se realizó la autorización de acuerdos del grupo técnico, en los Consejos Distritales de Desarrollo Rural Sustentable, y la divulgación de acuerdos del grupo técnico. 2. Grupo técnico: Encargado de analizar y dar seguimiento a la cam-paña contra mosca blanca, desde el punto de vista técnico-científi co. Está integrado por personal de las dependencias, instituciones y or-ganismos de productores como: SAGARPA, Comité Estatal de Sanidad Vegetal del Estado de Sinaloa (CESAVESIN), INIFAP, Juntas Locales de Sanidad Vegetal (JLSV), Distritos de Desarrollo Rural, Asociaciones de Agricultores, Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES), Servicio Nacional de Inspección y Certifi cación de Semillas (SNICS), Universidad de Occidente, Instituto Politécnico Nacional-Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (IPN-CIIDIR) y agrícolas productoras de hortalizas. También lo conforman asesores técnicos particulares. 3. Grupo operativo: Encargado de ejecutar las acciones, con el fi n de reducir las poblaciones de mosca blanca-begomovirus en el norte de Sinaloa, principalmente. Constituido por personal de las Juntas Locales

de Sanidad Vegetal del norte del estado y técnicos de los módulos de riego.

Acciones periódicas del grupo técnico • Reuniones semanales de análisis e información del seguimiento de la campaña. • Presentación y análisis de datos de trampeo regional de mosca blanca y de cultivos hospederos. • Presentación de información sobre avance de destrucción de socas y cultivos-focos de infestación. • Presentación de información sobre relación de cultivos hospede-ros de mosca blanca extemporáneos, en el área de infl uencia de cada Junta Local de Sanidad Vegetal.

Acciones de capacitación y divulgación del grupo técnico • El grupo técnico acordó las técnicas de muestreo en cultivos hospederos de mosca blanca y los criterios de interpretación y de-cisión. • Se realizaron prácticas de campo, cursos-taller, simposios sobre técnicas de muestreo de mosca blanca-begomovirus. • Realización de cursos de acreditación de asesores técnicos ca-pacitados en el muestreo y monitoreo de insectos transmisores de fi -topatógenos en hortalizas. • Elaboración de trípticos sobre la campaña contra la mosca blanca en cultivos agrícolas y en plantas de ornato, por las Juntas Locales de Sanidad Vegetal. • Promoción y autorización de trabajos de investigación, enfocados al manejo de mosca blanca begomovirus. • Publicación de acuerdos sobre acciones contra la mosca blanca begomovirus, en diferentes medios de comunicación masiva (radio, periódico y TV).

Principales acuerdos del grupo técnico • Inicio e incremento de la reproducción de crisopa en laboratorios de las Juntas Locales de Sanidad Vegetal y en compañías agrícolas, para su autoconsumo. • Ejecución de liberaciones masivas de crisopa (Chrysoperla carnea Stephens) en cultivos en pie de primavera-verano, en bordos de cami-nos, drenes y canales, para promover su presencia y actividad. • Autorización sólo de siembra de maíz, sorgo y pastos en el ciclo de siembra primavera-verano 2006. • Ventana libre de hospederos preferidos por la mosca blanca, de junio, julio y agosto, en el estado de Sinaloa (incluye acciones de diagnóstico de vector infectivo, diagnóstico de presencia de plantas hospederas de mosca blanca-begomovirus y destrucción de éstas).

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15Lugar donde se siembran y manejan los vegetales que luego han de trasplan-tarse.

• Análisis y propuestas para la elaboración de un dispositivo nacional de emergencia contra la mosca blanca. • Elaboración de documento para regular las actividades de inverna-deros, productores de plántula de hortaliza, de acuerdo con la norma NOM-081-FITO-2001. • Prohibición de establecimiento de almácigos15 de planta de cultivos hospederos de mosca blanca. • Promoción de la implementación del Manejo Integrado de Plagas (MIP), basado en el control biológico, cultural, mecánico, legal y quími-co, este último de acuerdo al manejo de grupos toxicológicos, a nivel de predio. • Supervisión, por grupos operativos, de cultivos hospederos en campo abierto e invernadero. • Elaboración de propuestas de investigación por instituciones lo-cales (INIFAP, CIIDIR y Universidad de Occidente). • Autorización de establecimiento de cultivos hospederos de mosca blanca begomovirus, sólo con propósitos de investigación y/o vali-dación. • Regulación de la introducción y movimiento de plantas en el es-tado. • Coordinación con la Dirección de Salud Municipal para promover el combate de la mosca blanca en parques, jardines, invernaderos y casas habitación. • Reglamentación de permiso de siembra para propiciar un adecuado establecimiento y manejo de cultivos hospederos de mosca blanca be-gomovirus, que incluye: a) Diagnóstico de virus en semilla y planta para trasplante, con el con-siguiente comprobante de análisis de virus. b) Fecha de siembra adecuada. c) Contar con un asesor técnico acreditado. d) Aprobación del productor para que el cultivo se destruya, en caso de convertirse en un foco de infestación-infección. e) Destrucción oportuna de soca, etcétera.

Validación de un programa de manejo integrado de Mosca Blanca-Geminivirus (MB- Geminivirus). Se realizó en las instalaciones del INI-FAP-Campo Experimental Valle de El Fuerte, latitud 25° 45´ 39.1” y lon-gitud 108° 48´ 42.9”, en Juan José Ríos, Sinaloa, en el subciclo agrícola otoño-invierno 2007-2008. Se probaron dos tratamientos: 1. Validación de un programa de MIP de MB-Geminivirus, de acuerdo con resultados de estudios desarrollados por diferentes autores. 2. Manejo convencional de mosca blanca-geminivirus.

Tácticas implementadas en la parcela de validación del programa de MIP de MB-Geminivirus: • Establecimiento de cultivos asociados y cultivos trampa (cilantro y sorgo forrajero). • Eliminación del terreno de cultivo y áreas adyacentes de plantas reservorios de MB-Geminivirus. • Selección de genotipo de tomate, con alguna característica de re-sistencia a MB-Geminivirus: Híbridos Seri® (en aproximadamente mil 100 m2) y los materiales 287 y 288, de Sanson Seeds® (en unos mil 400 m2). En la parcela testigo se trasplantaron 3 mil m2 con el híbrido CDX-152 y en el resto de la superfi cie (cerca de mil m2) se estableció el Sun 6200, ambos susceptibles al Virus de la hoja amarilla rizada del tomate (TYLCV, por sus siglas en inglés). • Producción de plántula en invernadero, libre de geminivirus. • Tratamiento de plántulas, en pretrasplante, con insecticidas sis-témicos (Imidacloprid, 3 mililitros por mil plantas). • Fecha de siembra (trasplante): 26 de octubre de 2007 . • Monitoreo y supresión de mosca blanca con trampas amarillas de impactación. • Detección y eliminación de plantas infectadas con geminivirus an-tes del incremento de la población de mosca blanca. • Aspersión de insecticidas biorracionales (extractos botánicos, aceites, jabones, entomopatógenos16), al detectar un promedio de un adulto de mosca blanca en la tercera hoja del estrato apical. • Liberaciones masivas de crisopa cada 15 días, con presencia de inmaduros de mosca blanca. • Conservación de enemigos naturales presentes (crisopa, catarinita gris y catarinita rosada, chinche pirata, chinche ojona, chinche pajiza y chinche asesina, entre otros). • Aspersión de insecticidas selectivos (sistémicos, reguladores de crecimiento e inhibidores de la alimentación), al detectar un promedio de dos adultos de mosca blanca en la tercera hoja del estrato apical. Se recomienda sólo una aplicación de insecticida químico sintético convencional (Endosulfan), ésta se debe realizar casi al fi nal del desa- rrollo del cultivo. • El resto del manejo agronómico, igual que en la parcela testigo, se realizó de acuerdo al manejo comercial del cultivo. Las variables medi-das fueron: 1. Número promedio de adultos de mosca blanca capturados en to-mate, en charolas con agua jabonosa, y de adultos presentes en plan-tas, mediante muestreo directo, de acuerdo a la técnica binomial nega-tiva. Ambos muestreos se realizaron dos veces por semana, desde el estado de plántula hasta la cosecha.16 Organismo causante de enfermedades en los insectos.

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17Animales que se alimentan de insectos.18Familia de insectos que se alimentan de plantas.

2. Número de plantas y frutos con síntomas de geminivirus. 3. Número promedio de adultos de insectos benéfi cos comunes, cap-turados en charolas de agua en dos muestreos semanales. Se utilizó un diseño completamente aleatorio, con tres y cuatro repeti-ciones, de acuerdo con la variable determinada, y una comparación de medias por Tukey (0.05%). Además, se comparó el número y costo económico de la aplicación de insecticidas.

ResultadosI. Aplicación de insecticidas y costo. En la parcela de validación se realizaron seis aspersiones de insecticidas, dirigidas al control de mos-ca blanca, la mayoría de tipo biorracional, además de tres aplicaciones para el control de otros insectos plaga (Cuadro 1). También se efectuaron siete liberaciones de crisopa (Chrysoperla carnea Stephens), para el control biológico de inmaduros de mosca blanca y seis liberaciones de tricograma, para prevenir la presencia de gusano del fruto (Heliothis spp.) El costo total de estas acciones de control (sólo se consideran los insumos) fue de 4 mil 746 pesos. En la parcela testigo se realizaron 11 aspersiones contra mosca blanca, una aplicación contra grillo y una más contra gusano soldado (Spodoptera exigua Hübner) (Cuadro 2). El costo total de los insecticidas aplicados en la parcela testigo fue de 12 mil 928 pesos, una diferencia de 8 mil 182 pesos, un poco menos del doble de lo que se invirtió en la parcela de validación. La inversión en la parcela de validación se incrementó notoriamente por el costo de la semilla de los híbridos tolerantes: La semilla necesa- ria para la parcela testigo tuvo un costo de mil 100 pesos por hectárea, mientras que en la parcela de validación costó alrededor de 8 mil 800 pesos por hectárea (diferencia de 7 mil 700 pesos). A pesar de eso, con la reducción en el costo de los insecticidas uti-lizados en la parcela de validación del programa Manejo Integrado de Plagas (MIP) -de 8 mil 182 pesos- se cubrió la diferencia del costo de la semilla, con lo que restaron, a favor del tratamiento MIP, 482 pesos.

II. Incidencia poblacional de mosca blanca y de insectos benéfi cos. En el muestreo de mosca blanca a través del desarrollo del cultivo, en dos muestreos semanales, no se detectó diferencia signifi cativa (P>0) entre los tratamientos, respecto al número promedio de adultos de mosca blanca capturados en trampas de charolas de agua, ni para el número promedio de adultos de mosca blanca contabilizados en plan-tas (Cuadro 3). Respecto a la fauna benéfi ca, principalmente entomófaga17 y abejas

(polinizadoras), las poblaciones monitoreadas fueron signifi cativa-mente diferentes (P<0.05), en todos los casos más abundantes en la parcela de validación (Cuadro 4). Sólo lisifl ebus (Aphidius testaceipes Cresson) fue signifi cativamente más abundante en el tratamiento testigo, se ignora porqué, sin em-bargo, la presencia de este parasitoide está asociada a la presencia de áfi dos18, presentes en forma abundante en la parcela testigo (datos no incluidos).

III. Número de plantas y frutos con síntomas de geminivirus. En el número promedio de plantas con síntomas de geminivirus (Cuadro 5) se detectó diferencia signifi cativa entre tratamientos (P<0.05), los híbri-dos tolerantes a geminivirus corroboraron esa característica, al mostrar el menor número de plantas con síntomas, especialmente los híbridos Seri y 288, de Sanson Seeds®. En el número promedio de frutos afectados también se observó dife-rencia signifi cativa (P<0.05) (Cuadro 6). Sun 6200 presentó la mayor cantidad de frutos con síntomas de TY-LCV; enseguida se ubicaron, en un mismo grupo estadístico, los híbri-dos CDX, Seri y 287, de Sanson Seeds®. La menor cantidad la mostró 288, aunque no se diferenció estadísti-camente de los otros híbridos tolerantes (Cuadro 7).

Cuadro 1. Insecticidas aplicados en tomate para control de mosca blanca y otros insectos plaga en parcela de validación de programa de Manejo Integrado de Plaga de MB-Geminivirus.

Fecha Insecto plaga Insecticida Dosis por

hectárea

Costo por hectárea en

pesos31 de octubre de

2007Mosca blanca

y pulgón Plennum 405 gramos 555.00

7 de noviembre de 2007

Mosca blanca y pulgón Saf-T-Side 10 litros 463.00

8 de noviembre de 2007

Grillo y gusano trozador Salvadrín 10

kilogramos 312.00

13 de noviembre de 2007

Mosca blanca y pulgón Plennum 405 gramos 555.00

14 de noviembre de 2007

Gusano soldado Biobit 750 gramos 315.00

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Cuadro 2. Insecticidas aplicados en tomate para control de mosca blanca y otros insectos plaga en parcela con manejo convencional del Método Integrado de Plaga de MB-Geminivirus.

Fecha Insecto plaga Insecticida Dosis por

hectárea

Costo por hectárea en

pesos1 de noviembre

de 2007Mosca blanca

y pulgónEndosulfan más Actara

2 litros 0.5 litros

190.00 2,133.00

7 de noviembre de 2007

Mosca blanca y pulgón

Endosulfan más Plennum

2 litros 405 gramos

190.00 555.00

8 de noviembre de 2007

Gusano trozador y grillo Salvadrín 10

kilogramos 312.00

24 de noviembre de 2007

Mosca blanca y lepidópteros

Karate zeón más

Clorpirifos

0.5 litros 1 litro

180.00 125.00

4 de diciembre de 2007

Gusano soldado Biobit 750 gramos 315.00

21 de diciembre de 2007

Lepidópteros y mosca blanca

Tricograma más crisopa

10 pulgadas2 4 cm3

51.00 120.00

31 de diciembre de 2007

Lepidópteros y mosca blanca

Tricograma más crisopa

10 pulgadas2 4 cm3

51.00 120.00

18 de enero de 2008

Mosca blanca y lepidópteros Crisopa 4 cm3 120.00

1 de febrero de 2008

Mosca blanca y lepidópteros

Crisopa más tricograma

4 cm3 10 pulgadas2

120.00 51.00

18 de febrero de 2008

Mosca blanca y lepidópteros

Crisopa más tricograma

4 cm3 10 pulgadas2

120.00 51.00

20 de febrero de 2008 Mosca blanca Bioissa más

Saf-T-Side1.5 litros 3 litros

120.00 150.00

27 de febrero de 2008

Mosca blanca y gusano del

fruto

Ultradux más Biobit

2 litros 0.75 litros

270.00 235.00

28 de febrero de 2008

Mosca blanca y lepidópteros

Crisopa más tricograma

4 cm3 10 pulgadas2

120.00 51.00

4 de marzo de 2008

Mosca blanca y pulgón

Bioissa más Endosulfan

1.5 litros 2 litros

120.00 190.00

21 de marzo de 2008

Mosca blanca y lepidópteros

Crisopa más tricograma

4 cm3 10 pulgadas2

120.00 51.00

Suma $4,746.00

12 de diciembre de 2007

Gusano soldado Lannate 0.3 kilogramos 101.00

12 de enero de 2008

Minador de la hoja, mosca

blanca y pulgón

Agrimec 0.5 litros 0.5 litros

1,920.00 148.00

22 de enero de 2008

Minador de la hoja,

lepidópteros y mosca blanca

Endosulfan más Karate

zeón

2 litros 0.5 litros

190.00 180.00

1 de febrero de 2008

Lepidópteros y mosca blanca

Endosulfan más Karate

zeón

2 litros0.5 litros

190.00 180.00

19 de febrero de 2008

Pulgón y mosca blanca Actara 0.6 gramos 2,600.00

29 de febrero de 2008

Pulgón y mosca blanca

Endosulfan más Talstar

2 litros 0.5 litros

190.00 148.00

4 de marzo de 2008

Pulgón y mosca blanca

Agrimec más Talstar

0.5 litros 0.5 litros

1,920.00 148.00

12 de marzo de 2008

Mosca blanca y gusano del

frutoLeverage 0.3 litros 378.00

20 de marzo de 2008

Mosca blanca y lepidópteros

Applaud más Endosulfan

1 litros 2 litros

760.00 190.00

Suma $12,928.00

La presencia de mosca blanca fue reducida en los dos tratamientos. El efecto del programa de Manejo Integrado de Plaga (MIP) de mosca blanca se refl ejó en el número de plantas y frutos con síntomas de TYLCV, probablemente por el empleo de genotipos resistentes a MB-Geminivirus. Además, el uso de insecticidas biorracionales permitió mayor abun-dancia de fauna benéfi ca. El tratamiento de MIP fue más económico que el control químico de mosca blanca.

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Cuadro 3. Número promedio de adultos de mosca blanca capturados en tomate, en charolas de agua, y contabilizado en plantas en dos muestreos semanales.

Tratamientos I* II* III* IV* Suma MediaMosca blanca capturada en charola

MIP MB-Geminivirus 0 2 0 0 2 0.5 a

Testigo 0 0 0 0 0 0 aMosca blanca contabilizada en plantas

MIP MB-Geminivirus 11.5 8.1 10.5 13.5 43.6 10.9 a

Testigo 8 10.1 12.6 11.6 42.3 10.6 aMedias con la misma letra no difi eren estadísticamente (prueba Tukey al 0.05).*Repeticiones del diseño experimental utilizado.

Cuadro 4. Número promedio de insectos benéfi cos adultos captu-rado en tomate, en charolas de agua, en dos muestreos semanales.

Especies/tratamientos I* II* III* IV* Suma Media

Catarinita café/Validación 3 2 0 2 7 1.75 a

Catarinita café/Testigo 4 0 0 1 5 1.25 b

Catarinita anaranjada/Validación 4 1 0 1 6 1.5 a

Catarinita anaranjada/Testigo 0 0 0 1 1 0.25 b

Mosca Taquinidae/Validación 2 5 12 10 29 7.25 a

Mosca Taquinidae/Testigo 6 4 2 10 22 5.5 b

Abejas/Validación 3 7 21 16 47 11.75 aAbejas/Testigo 9 1 1 3 14 3.5 bMosca Sirfi de/

Validación 4 6 0 5 15 3.75 a

Mosca Sirfi de/Testigo 0 1 0 2 3 0.75 b

Lisifl ebus/Validación 16 12 21 25 74 18.5 b

Lisifl ebus/Testigo 14 50 43 27 134 33.5 a

Medias con la misma letra no difi eren estadísticamente (prueba Tukey al 0.05).*Repeticiones del diseño experimental utilizado.

Crisopa/Validación 10 4 3 0 17 4.25 a

Crisopa/Testigo 0 1 0 0 1 0.25 b

Cuadro 5. Número promedio de plantas con sintomas de geminivi-rus contabilizado en surcos de 10 metros lineales, en dos muestreos semanales.

Tratamientos I* II* III* Suma Media

CDX 152 7.7 8.1 11.1 26.9 8.96 a

Sun 6200 9.8 5.5 6.5 21.8 7.26 ab

Seri 1 1.8 2.5 5.3 1.76 b

287 Sanson Seeds 3.8 5.3 6.3 15.4 5.13 c

288 Sanson Seeds 2.8 2 1.3 6.1 2 c

Medias con la misma letra no difi eren estadísticamente por la técnica de diferencia mínima signifi -cativa (prueba DMS) 2.7259*Repeticiones del diseño experimental utilizado.

Cuadro 6. Número promedio de frutos con síntomas de geminivi-rus contabilizado en surcos de 2 metros lineales, en dos muestreos semanales.

Tratamientos I* II* III* Suma Media

CDX 152 5.05 7.34 5.57 17.96 5.98 b

Sun 6200 15.72 13.07 6.66 35.45 11.81 a

Seri 4.53 3.12 3.12 10.77 3.59 bc

287 Sanson Seeds 2.08 1.71 1.87 5.66 1.88 bc

288 Sanson Seeds 0.41 0.57 0.57 1.55 0.51 c

Medias con la misma letra no difi eren estadísticamente (prueba Tukey al 0.05).*Repeticiones del diseño experimental utilizado.

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Cuadro 7. Peso de fruta que presentó el virus de la hoja amarilla rizada del tomate (TYLCV, por sus siglas en inglés).

Híbrido Fruta afectada en kilogramos por hectárea

Sun 6200 9,103CDX 152 4,852

Seri 2,762287 Sanson Seeds 1,684288 Sanson Seeds 354

Conceptualización e importancia del MIP. La selección, integración e implementación de tácticas para el manejo de organismos dañinos, dentro del Manejo Integrado de Plagas, se da en un enfoque de siste-mas con diferentes niveles de integración, puede ser: a) Al conceptuar la integración de varios procedimientos para el manejo de un organismo dañino en un cultivo. b) En contra de un complejo de organismos dañinos que afecta a un solo cultivo. c) En contra de un complejo de organismos dañinos que afecta a varios cultivos y/o productos. d) En contra de un complejo de organismos dañinos que afecta a un cultivo en un agroecosistema total (región agrícola). Esto último es lo ideal, ya que con algunas plagas de importancia principal es el único nivel de integración en el que se puede tener éxito sustancial, no obstante, es válido hablar de un MIP a nivel predio (par-cela), debido a que los programas de MIP son inacabados e imperfec-tos y, por lo mismo, dinámicos y perfectibles. Es decir, el programa de MIP terminado no existe, pero debe imple-mentarse aquél que incluya la tecnología generada, factible de aplicar y tener éxito. Algunos estudiosos cuestionan la baja adopción que ha tenido el MIP, posiblemente eso se deba, por una parte, a que los productores, asesores técnicos e investigadores no cuenten con un programa com-pleto, un MIP terminado (que no existe como un producto fi nal), vali-dado y demostrado, para ponerlo en práctica y, por otra parte, porque todavía no se entiende cabalmente su fi losofía. Además, no es sencillo, en el sentido que implica conocimientos es-pecializados e interdisciplinarios. Ante dicha situación, no han faltado propuestas de nuevas fi losofías de manejo de plagas. Desde los años 90, algunos autores propusieron el Manejo de Plagas Ecológicamente Basado o Manejo Integrado de Cultivos, que se trata

del mismo MIP, pero con un enfoque de sistemas a nivel de cultivo. En los últimos años se propuso el Manejo Agroecológico de Plagas, en el que, principalmente, se propone la diversifi cación de los siste-mas de producción, basados en la premisa de que en los ambientes no afectados por el hombre no existen las plagas. Los autores que señalan la limitada adopción del MIP indican que, en la mayoría de los casos, a lo más que se llega es a basarse en los plaguicidas, como primera herramienta de manejo. Sin embargo, métodos de control de plagas como el control bio-lógico; resistencia de plantas; control cultural y otras herramientas ecológicas, que no proponen el uso de plaguicidas, han ido evolucio-nando poco a poco, para ubicarse como estrategias básicas dentro del manejo de plagas, para, así, tomar el lugar que les corresponde, como parte básica de la fi losofía del Manejo Integrado de Plagas (MIP) y, en lo particular, como tácticas de manejo de organismos nocivos. El adjetivo “integrado” (no integral) se refi ere a que la selección de estrategias se hace a priori: El diseño de un programa de MIP se debe hacer con todo el tiempo de antelación, de tal forma que cuando se aplique se trate, ya, de un paquete de tácticas integradas. Cuando no se programa con antelación y sobre la marcha se defi nen las estrategias de manejo requeridas, se recurre, inevitablemente, al empleo del control químico (la última medida de control que se debe implementar), casi siempre antes que la mayoría de las estrategias. Sin embargo, el programa MIP debe ser fl exible, para hacer los ajus- tes necesarios sobre la marcha. Se deben anticipar acontecimientos imprevistos, prever la posibili-dad de fracasos y obrar con cautela, sobre todo estar conciente de la complejidad del ecosistema y de los cambios que pueden ocurrir dentro de él. Uno de los casos exitosos y representativos del MIP en México es, precisamente, el que se dio en el último lustro de la década de los 90, en la campaña contra la mosca blanca en el noroeste del país (Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur) y que recientemente, a partir del año 2006, se ha repetido con éxito contra la misma espe-cie plaga, en la región del Valle del Yaqui, y en el norte y centro de Sinaloa. En este último caso se implementó el MIP para el manejo del insecto más geminivirus, transmitidos en tomate, tomatillo y frijol. Mediante la operación de grupos de seguimiento para la campaña, a nivel regional, y con el establecimiento de diferentes medidas para reducir el riesgo de altas poblaciones de plaga en el norte de Sinaloa, fue posible reanudar la explotación agrícola de cultivos altamente preferidos por la plaga entre ellos tomate, tomatillo, cucurbitáceas, en general, frijol para grano y soya, en condiciones de producción prácti-camente normales.

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Figura 1. Cultivo de soya, variedad Hutcheson, afectado por mosca blanca.

Figura 2. Planta de tomate infectada con geminivirus.

Figura 3. Planta de tomatillo con geminivirus.

Figura 4. Frijol afectado por geminivirus, transmitido por mosca blanca.

Figura 5. Adulto y huevecillos de mosca blanca.

Figura 6. Ninfas de última fase de mosca blanca.

Figura 7. Frijolillo con sínto-mas de virus.

Figura 9. Chiquelite. Figura 8. Malva blanca con síntomas de virus.

Descripción y biología de mosca blancaLos adultos miden, aproximadamente, 1.5 milímetros (mm), tienen el cuerpo de color amarillo, alas que descansan sobre el cuerpo y están cubiertos por una especie de polvillo ceroso de color blanco (Figura 5). Las hembras depositan cientos de huevecillos, generalmente por el envés de las hojas; tienen forma alargada, como un diente de ajo; el extremo basal es de forma redonda y la parte superior es más aguda. Recién depositados, los huevecillos son transparentes y brillantes; miden 0.186 mm de largo por 0.089 mm de ancho, a medida que se acerca su eclosión se tornan de color oscuro. Las ninfas19 son de forma oval. Vista dorsalmente, su cuerpo es más ancho en la parte anterior que en la posterior y son aplanadas, como escamas (Figura 6). Las ninfas de primer instar presentan patas y antenas. Son de tamaño ligeramente mayor al de los huevecillos y de color blanco translucido. Las ninfas de último instar miden cerca de 1 mm de largo; son de color amarillo, con dos puntos de color rojo oscuro, que son los ojos del adulto, próximo a emerger. Los adultos emergen de la cutícula del último instar ninfal o pupa, a través de una ruptura en forma de “T”. La cópula inicia de 12 a 20 horas después de la emergencia. Puede ocurrir en diversas ocasiones en el periodo de vida, que en las hembras puede ser de 60 días y de 9 a 17 días para los machos. La duración del ciclo de vida, de huevecillo a adulto y de cada etapa fenológica, difi ere de acuerdo a la temperatura ambiental. La fase de huevecillo transcurre de cinco a nueve días; los tres pri- meros instares ninfales duran de dos a cuatro días y el último instar transcurre en seis días, lo que depende de la temperatura.

Generaciones de mosca blanca en el norte de SinaloaDe acuerdo al requerimiento térmico de la mosca blanca, de 316 uni-dades calor (UC) acumuladas entre 10 y 32.2oC, en el norte de Sinaloa se pueden presentar 16 generaciones discretas (no traslapadas20) del insecto, en un año completo (Gráfi ca 1). La duración, en días, de cada generación varía de acuerdo a la tem-peratura. De fi nes de diciembre a mediados de abril, la mosca blanca puede requerir de 32 a 39 días para desarrollarse de huevecillo a adulto, mien-tras que de la segunda semana de julio hasta la segunda semana de octubre, el ciclo de vida completo puede durar de 16 a 17 días.

19En los insectos con metamorfosis sencilla, estado juvenil de menor tamaño que el adul-to, con incompleto desarrollo de las alas.20De traslapar: Cubrir total o parcialmente algo con otra cosa.

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21Cambios morfológicos visibles que se presentan durante el desarrollo de un organismo.

siguientes a la salida del Sol. 2.Iniciar la inspección del adulto de mosca blanca en plantas, al me-nos 10 surcos dentro del cultivo, con selección de plantas en desarrollo normal, separadas 5 metros entre sí. 3.Seleccionar y voltear, cuidadosamente, la hoja del quinto nudo apical (contando de arriba hacia abajo) del tallo principal. Si la planta presenta menos de cinco hojas, se revisa la más desarrollada. 4.Las hojas con tres adultos o más se consideran infestadas -no es necesario contar el número exacto de insectos-; una hoja con menos de tres adultos no se considera infestada. 5.Se inspeccionan 50 hojas (por cada 30 hectáreas o menos) en dos series de 25 hojas, en dos sitios diferentes del lote, recorriendo el cul-tivo en forma diagonal o en zigzag, en la superfi cie del lote. 6.Se calcula el porcentaje de hojas infestadas con la siguiente ope- ración: Porcentaje de hojas infestadas = hojas infestadas x (100)/hojas muestreadas 7.Se selecciona el umbral de acción, de acuerdo al Cuadro 8.

Umbral de adultos por

hoja

Porcentaje de hojas

infestadas Criterio:

5 57En general, se recomienda

el umbral de acción del 70% de hojas infestadas (igual a siete adultos por hoja),

para la ejecución del control químico.

6 647 708 759 7910 82

Consideración: De acuerdo al desarrollo y vigor del cultivo, a la pro- ximidad del algodonero con otros cultivos hospedantes de mosca blanca, a la presencia de fauna benéfi ca y a las condiciones climáticas específi cas del sitio del cultivo, el umbral de acción puede ser mayor o menor.

II. Técnica de muestreo binomial negativa para mosca blanca en melón, sandía y calabaza: 1.Inspeccionar el cultivo dos veces por semana, durante las dos horas siguientes a la salida del Sol. 2.Iniciar la inspección del adulto de mosca blanca en plantas, al me-nos 10 surcos dentro del cultivo, con selección de plantas en desarrollo

7Gráfi ca 1. Número promedio de genera-ciones de mosquita blanca en el norte de Sinaloa.

La corta duración de las generaciones del insecto en verano, en com-binación con la alta capacidad de reproducción -cerca de 300 hueve-cillos por hembra-, explica porqué sus poblaciones se incrementan explosivamente en verano, cuando cuentan con refugio y alimento su-fi ciente. En caso de que el insecto sea vector de geminivirus, el umbral de acción es 1 adulto de mosca blanca o más (Cuadro 11).

Monitoreo de mosca blanca Esta práctica es de suma importancia, puesto que permite conocer el desarrollo de la fenología21 de un insecto y de su densidad poblacio-nal en el agroecosistema (cultivo y medio ambiente), explicarlo y pre-decirlo. Finalmente, es mediante el monitoreo que se debe tomar la decisión de implementar o no una medida o acción de control. Es muy importante la técnica de muestreo, pues, en suma, conforma el monitoreo y el criterio de decisión a tomar para que el manejo de la plaga sea uniforme entre los entomólogos, dedicados a la asesoría técnica, y los productores agrícolas. En diferentes cultivos, el muestreo y los criterios de decisión ya están bien defi nidos, ejemplo:

I. Técnica de muestreo binomial negativa para mosca blanca en algo-donero: 1.Inspeccionar el cultivo dos veces por semana, durante las dos horas

Cuadro 8. Selección para el umbral de acción.

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normal, separadas 5 metros entre sí. 3.Se selecciona la hoja del cuarto nudo apical (de la punta de la guía hacia el tallo) o la hoja más desarrollada, si la planta tiene menos de cuatro nudos. 4.Hoja con un adulto o más se considera infestada y con cero adultos, no infestada. 5.Se muestrean 200 hojas por lote (por cada 20 hectáreas o menos). Se inspeccionan 50 hojas en cada cuadrante del lote. 6.Se calcula el porcentaje de hojas infestadas con la siguiente operación: Porcentaje de hojas infestadas = hojas infestadas x (100)/hojas muestreadas 7.Se selecciona el umbral de acción, con el Cuadro 9.

Umbral de adultos por

hoja

Porcentaje de hojas

infestadas Criterio:

1 o menos 41 a 50En general, se recomienda

el umbral de acción del 70% de hojas infestadas (igual a tres adultos por hoja),

para la ejecución del control químico.

De 1 a 2 51 a 60De 2 a 3 61 a 70De 3 a 4 71 a 80De 4 a 7 81 a 907 o más 91 a 100

Consideración: De acuerdo al desarrollo y vigor del cultivo, a la pro- ximidad del algodonero con otros cultivos hospedantes de mosca blanca, a la presencia de fauna benéfi ca y a las condiciones climáticas específi cas del sitio del cultivo, el umbral de acción puede ser mayor o menor. Se recomienda estar al pendiente de las inmigraciones de mosca blanca, desde el trasplante del cultivo, mediante el establecimiento de trampas de impactación (trampas de cartulina color amarillo, con pega-mento entomológico), en los márgenes de éste, sobre todo por donde arriban los vientos dominantes y en partes que colinden con cultivos hospederos del insecto. Lo anterior, con el propósito de registrar la llegada del insecto, el sitio por dónde arriba, la cantidad relativa y el incremento en la inmigración de esta plaga. Las trampas colocadas en estacas deben estar, siempre, ligeramente más altas que el cultivo, para facilitar que el insecto las localice más fácilmente. Se puede utilizar una trampa cada 50 metros.

Otra técnica para monitorear adultos de mosca blanca es mediante charolas de plástico amarillas, con agua jabonosa. Se colocan las charolas en diferentes sitios de los márgenes, unos cuantos metros (3 ó 5) dentro del cultivo; igual que para el caso de trampas amarillas con pegamento (de impactación). Las charolas de-ben estar siempre, ligeramente arriba del dosel del cultivo y colocadas, entre sí, cada 50 metros de distancia. La inspección de las trampas de impactación o de charolas con agua jabonosa debe realizarse frecuentemente, si es posible a diario. El Grupo Técnico para la Campaña contra Mosca Blanca, del estado de Sonora, elaboró dos formatos para el muestreo, uno para anotar los resultados de la inspección en cada predio (Cuadro 10) y el otro para ilustrar la forma en que se realiza el muestreo en la superfi cie del cul-tivo y defi nir criterios de porcentaje de infestación de la plaga (Cuadro 11). Estos formatos también se pueden utilizar en Sinaloa.

Estrategias para el manejo de mosca blancaPara aspirar a tener un manejo satisfactorio de la mosca blanca de la hoja plateada (MBHP), es necesario realizar éste de manera integrada, ya que ninguna práctica de control por sí sola es sufi ciente para ob-tener un control efectivo. Además, se requiere que la implementación de las medidas fi to- sanitarias sea a nivel regional, al considerar la secuencia de cultivos hospedantes preferidos, establecidos a través del año completo. No es factible controlar adecuadamente esta plaga en uno o unos cuantos lotes, ni en sólo una determinada época del año. Por esto, se necesita de la participación de todas las instancias involucradas con la sanidad vegetal, principalmente de los productores agrícolas.

Cuadro 10. Formato para anotar los resultados de la inspección de mosca blanca en predios de cultivos hospederos.

Cuadro 9. Criterios de selección del umbral de acción.

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Dentro de las medidas de combate contra la mosca blanca, las más importantes, indudablemente, son las orientadas a prevenir su elevado desarrollo poblacional, especialmente aquellas prácticas que se implementan a escala regional (periodo de siembra recomendado, destrucción oportuna de socas, ventana libre de hospederos preferi-dos, producción de plántula en invernadero, etcétera) por encima de las estrategias a nivel predio. Las medidas de control correctivas, generalmente implementadas a nivel predio, como las aplicaciones de insecticidas -cuando ya se tiene una elevada población de la plaga-, a lo mucho logran reducir (unos cuantos días) su incidencia y daño, pero pronto se recupera con las fuertes migraciones del insecto. Naturalmente, todas las tácticas tienen importancia y contribuyen, en menor o mayor grado, al manejo de la plaga. A continuación se enlistan y explican tácticas o estrategias de manejo para la mosca blanca, algunas de ellas derivadas de resultados de in-vestigación, obtenidos en los últimos años. Estas estrategias deben ser seleccionadas, combinadas y ejecutadas de acuerdo a la situación particular de cada cultivo, de cada lote, de cada productor, etcétera, y como ya se mencionó, en la medida de lo posible, a nivel regional:

1. Selección de áreas de siembra o trasplante del cultivo donde la mosca blanca ha sido menos problemática. Por razones ecológicas, propias de algunos organismos como los insectos, siempre hay luga- res o áreas preferidas en donde, generalmente, las poblaciones

prosperan mejor. Esto puede estar infl uido por condiciones de clima y/o de vegetación, principalmente. Este insecto es favorecido por temperaturas altas y baja hume-dad relativa; tiene una amplia variedad de hospederos cultivados (ornamentales y silvestres), en donde se reproduce a lo largo del año. Es importante evitar establecer el cultivo cerca de otros cultivos hos-pederos, altamente infestados por el insecto y geminivirus de mayor desarrollo, ya que al sobrevenir la madurez fi siológica de éstos, la plaga emigra en busca de otro hospedero preferido. Los hospederos más cercanos y jóvenes son los que mayor captación de la población emigrante registran.

2. Eliminación de plantas arvenses o plantas voluntarias de culti-vos hospederos de MB-Geminivirus, en la periferia del cultivo a esta blecer. Es necesario eliminar con anticipación las plantas arvenses o cultivadas (voluntarias hospederas de MB-Geminivirus) -al menos unos 100 metros alrededor de la superfi cie a sembrar o trasplantar-, en cana-les de riego y áreas adyacentes a las parcelas y mantenerlas así durante el desarrollo del cultivo. Estas malezas pueden ser frijolillo (Rhynchosia minima L.), malva blanca (Sida sp.), chiquelite (Solanum nigrum L.), chual cenizo (Cheno-podium album L.), quelite o bledo (Amaranthus sp.), estafi ate (Parthe-nium Hysterophorus L.), correhuela (Convolvulus arvensis L.), golon-drina (Euphorbia serpens Kunth.), tomatillo silvestre (Physalis sp.), lengua de vaca (Rumex crispus L.), verdolaga (Portulaca oleracea L.), borraja (Sonchus oleraceus L.), trebolillo (Melilotus indicus L.), girasol (Helianthus annus L.), entre otras. (Ver fi guras 7, 8 y 9).

3. Siembra en el periodo de siembra recomendada. Las fechas de siembra se defi nen mediante pruebas experimentales, al seleccionar el periodo de tiempo en el que el cultivo muestra su mejor desarrollo y producción, debido a que en ese intervalo se presentan las mejores condiciones abióticas22 (climáticas: Temperatura, luz, humedad, etcé-tera) y bióticas23, con un apropiado equilibrio poblacional de los insec-tos plaga y los enemigos naturales (Gráfi ca 2). El periodo de siembra del cultivo de tomate, así como del tomatillo, es del 1 de septiembre al 31 diciembre. Cabe señalar que trasplantes entre el 1 y 15 de septiembre reducen la fecundación de la primera y segunda fl or en tomate, por altas temperaturas (mayores a 28oC).

22Se refi ere al componente o factor del medio ambiente que carece de vida pero que condiciona la existencia de seres vivos en un determinado sitio.23Los organismos bióticos son, en biología o ecología, aquellos que comparten un mismo ambiente en un tiempo determinado.

Cuadro 11. Formato para ilustrar la forma de realizar el muestreo en cultivos hospederos de mosca blanca y el criterio para defi nir el por-centaje de infestación.

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24Asociación entre organismos que resulta dañina para uno de ellos.

4. Selección de híbridos de tomate con algún mecanismo de resis-tencia a MB-Geminivirus. La resistencia genética es una de las características más deseables en los cultivares agrícolas y es parte fun-damental dentro de un programa de manejo integrado de plagas. La posibilidad de detectar mecanismos de resistencia a MB-Gemini-virus se basa en la premisa de que, de manera natural, todas las espe-cies de plantas y demás organismos poseen un sistema de defensa inmunológico natural, que en menor o mayor grado le proporcionan la capacidad de rechazar, eliminar y/o soportar el ataque de organismos consumidores primarios. Los principales mecanismos de resistencia en las plantas son no pre- ferencia (por parte de los insectos plaga), tolerancia y antibiosis24. En el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP)-Campo Experimental Valle de Culiacán (2006) se evaluaron diversos híbridos experimentales y comerciales de tomate, para observar la respuesta a enfermedades causadas por geminivirus. Dieciocho genotipos mostraron características de resistencia, entre éstos, los híbridos comerciales fueron: Horus®, Loreto®, Guerrero®, Seri®. Un año después se mencionan los híbridos Tyto 10®, Tyto 12®, Tyto 28® y H-42902®, con cero incidencia de TYLCV. Los tres primeros materiales ya habían sido reportados, en 2006, como tolerantes por el Campo Experimental Valle de Culiacán (CEVA-CU), pero todavía como híbridos experimentales. Existen otros genotipos que en el comercio se manejan como resis-tentes (tolerantes), entre ellos uno conocido como Gavilán®. Cabe señalar que la característica de resistencia a geminivirus no es un

Gráfi ca 2. Importancia de la fecha de siembra en el desarrollo y pro-ducción de los cultivos agrícolas (Mendoza et al., 2003)

impedimento para la colonización y reproducción de la mosca blanca en el híbrido; por ello, lo ideal sería tener híbridos resistentes a gemini-virus y que, a la vez, no sean preferidos por la mosca blanca. De ese modo, la reproducción del insecto en ellos sería reducida, igual que el daño provocado por la enfermedad.

5. Selección de semilla y planta libre de virus. Además de adquirir semilla certifi cada, en ocasiones es necesario verifi car con un es-pecialista que ésta se encuentre libre de virus y/o al menos guardar siempre una muestra de la semilla utilizada. En la temporada 2006-2007 y 2007-2008, algunos laboratorios del es-tado de Sinaloa se han encargado de diagnosticar semillas, para veri-fi car que se encuentren libres de virus y otros patógenos que puedan transmitirse a través de ella. Del mismo modo, en cuanto a la plántula que se va a trasplantar, es importante realizar el diagnóstico, en este caso más dirigido a gemi-nivirus, ya que en el invernadero -o en donde se produzca la plántula- existe el riesgo de que se infecte.

6. Producción de planta de tomate en invernadero. Toda la planta de tomate que se vaya a trasplantar debe provenir de un invernadero au-torizado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), de acuerdo con la norma NOM-081-FITO-2001. Este lugar debe contar con las especifi caciones para su funciona-miento, como tener puerta doble; malla, calibre 40x40 ó 50x25 pulga-das, para excluir mosca blanca, áfi dos y paratrioza; el invernadero debe estar limpio de plantas arvenses (malezas) o cultivadas voluntarias al-rededor y dentro de las naves de producción de la planta, etcétera. Bajo presiones de población alta de mosca blanca y geminivirus no se recomienda la siembra directa del cultivo de tomate. La información sobre la densidad poblacional del insecto, a través del año, puede ser consultada en la ofi cina más cercana de la Junta Local de Sanidad Vegetal.

7. Establecimiento de barreras vivas y cultivos asociados en super-fi cie de cultivo. El establecimiento de barreras vivas de plantas en los márgenes de los cultivos hortícolas, en Sinaloa y otras regiones agríco-las, es una práctica común. Como otras estrategias del método cultural de control de plagas, és-tas, por sí solas, ofrecen poco benefi cio, pero en conjunto con otras es como impactan positivamente en la fi tosanidad. La barrera viva puede ser de sorgo forrajero o de maíz, de cuatro a seis surcos y debe establecerse con anticipación sufi ciente, para que cuando se trasplante el tomate, la barrera tenga ya una altura de

-Efecto positivo de factores bióticos (enemigos natura-les) y abióticos (clima)

-Balance favorable de enemi-gos naturales/plagas,-Balance favorabletemperatuca -Luz -Humedad

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1 metro o más. Por otra parte, también se sugiere establecer plantas de cultivo aso-ciadas, que tienen un efecto de repelencia o disuasivo sobre insectos como mosca blanca o, bien, que sirven para distraer al insecto, para que se le difi culte encontrar el cultivo de tomate. Generalmente, las especies de plantas que se emplean con este propósito son aromáticas, como el cilantro, que de acuerdo a estudios, ayuda a reducir la presencia de mosca blanca en plantas de tomate y la infección de virus.

8. Aplicación de insecticidas sistémicos a plántulas de tomate, pre-vio a la salida de invernadero y después del trasplante. Alrededor de cinco días antes de la salida de la planta del invernadero -para su esta-blecimiento defi nitivo en campo-, se recomienda tratarla con insectici-das sistémicos que la protejan de las primeras poblaciones de adultos de mosca blanca. Generalmente se utiliza el insecticida Imidacloprid (Confi dor®) a 3 ml por mil plántulas. Otros insecticidas sistémicos que se pueden emplear son el Clothiani-dim (Clutch®) o el Thiametoxam (Actara®), ambos productos neoni- cotinoides. Para prevenir a resistencia a estos insecticidas es necesario utilizar insecticidas de diferentes grupos toxicológicos en rotación, de acuerdo al modo de acción (IRAC: Comité de Acción de la Resistencia a Insecti-cidas. Sitio en Internet: www.irac-online.org). Una opción puede ser el insecticida Forato (Thimet®). Si las poblaciones de adultos de mosca blanca son altas, al momento del trasplante -lo que se puede verifi car en las barreras físicas de las bandas amarillas o con trampas de impactación (cartulinas amarillas con pegamento) o en charolas con agua jabonosa-, se puede aplicar inyectado a chorro (drench), en la base de las plantas, un insecticida sistémico, para lo que se emplea una aspersora manual sin boquilla o adoptada con un dispositivo inyector.

9. Empleo de barreras físicas de plástico amarillo. Los insectos homópteros, en general, son atraídos por longitudes de onda, de inter-media a larga (resultado del refl ejo de la luz en colores amarillo-verde) y repelidos por longitudes de onda corta, emitidas por colores alumi-nio-blanco. El establecimiento de plásticos de color amarillo con pegamento en-tomológico, en los márgenes de la superfi cie del cultivo a proteger, es una forma de trampa de impactación, donde insectos -como mosca blanca y otros de tipo chupador- son atrapados. Esta técnica también funciona como herramienta de muestreo, ya que en estas barreras podemos observar por dónde arriba la población

plaga, la especie de la que se trata, el día y la cantidad relativa de la inmigración. El momento oportuno de establecer las barreras trampa es a partir de que se trasplante el cultivo, pero hacerlo uno o dos días antes ayuda a conocer si ya hay presencia de vectores al inicio de la temporada. Sólo se recomienda el empleo de estas barreras cuando, previa-mente, se haya establecido barrera de trampa viva. La banda amarilla se debe colocar por la parte externa, o sea, por el lado contrario a donde se establecerá el cultivo. Lo anterior es porque como el plástico amarillo es un atrayente, si no hay barrera viva de una altura sufi ciente, la mayoría de la población de insectos que arribe iría a parar al cultivo.

10. Empleo de cubiertas fl otantes. En cultivos altamente redituables, como tomate u otras hortalizas, se pueden utilizar cubiertas de poli- propileno (Agribon®), cuando el riesgo de infección por geminivirus u otros virus transmitidos por otros insectos vectores -como los áfi dos- es alta, desde el inicio del desarrollo del cultivo. El material y la mano de obra para instalarlo, y después retirarlo son costosos, por lo tanto, se recomienda en situaciones de alto riesgo de infección.

11. Empleo de acolchado plástico. Al igual que en las barreras trampa físicas, en esta técnica se emplea el efecto de la atracción o rechazo de las longitudes de onda, por lo que se recomienda el acolchado del cultivo con material de color aluminio, de preferencia, o blanco. Conforme se desarrolla el cultivo, la exposición del acolchado es menor, sin embargo, para cuando ya no queda expuesta superfi cie del mismo, el cultivo ya se ha desarrollado lo sufi ciente, de tal modo que le permite escapar a la presencia de la plaga vector-virus en las primeras e intermedias etapas fenológicas.

12. Detección y eliminación de plantas infectadas con geminivirus an-tes del incremento de la población de mosca blanca. Durante el primer mes de establecido el cultivo, la inspección, detección y eliminación -al menos una vez por semana-, de plantas con síntomas de virus, ayuda a detener el avance de la enfermedad en el cultivo. La disposición de las plantas eliminadas debe ser adecuada; éstas se recogen y se entierran, de preferencia en un lugar retirado de los lotes agrícolas.

13. Incremento de la densidad del número de plantas por hectárea. Ésta es una medida preventiva relacionada con la acción anterior (de-tección y eliminación de plantas con virus). El propósito es que en el caso de requerir la eliminación de una cantidad importante de plantas,

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no se afecte signifi cativamente la población recomendada. Se considera adecuado incrementar la densidad de plantas de 3 a 5%.

14. Aplicación de hongos entomopatógenos y liberación de crisopa. Durante las primeras etapas de desarrollo de los cultivos es muy im-portante tratar de incrementar y mantener las poblaciones de organismos benéfi cos y, en contra parte, evitar la selección de resis-tencia en individuos de mosca blanca y otros insectos plaga (pulgones, trips, gusanos, etcétera). Los entomopatógenos, si es posible, deben aplicarse por la tarde o por la mañana, muy temprano. Se recomienda utilizar marcas comerciales de insecticidas formulados con cepas locales, adaptadas a las condiciones propias de la región. Las liberaciones de crisopa se recomiendan a partir de que se detec-ten los primeros huevecillos de mosca blanca, en la tercera hoja apical del estrato superior de las plantas. Se recomienda liberar alrededor de 4 cm3 de huevecillos de crisopa por hectárea, cada semana o dos veces por semana, cuando la coloni-zación se incremente.

15. Aplicación de aceites, jabones, extractos vegetales, entomopató-genos, reguladores de crecimiento y otros insecticidas biorracionales. Las aspersiones de insecticidas biorracionales son una alternativa efec-tiva cuando el riesgo fi tosanitario es manejable: Cuando la población de mosca blanca en el cultivo de tomate es reducida, menor a 60% de hojas infestadas con adultos (menos de 3 adultos por hoja) y baja inci-dencia de inmaduros. Estos insecticidas poseen diferentes ventajas, como el reducido efec-to negativo sobre la fauna benéfi ca, la reducida o nula selección de resistencia a insecticidas y el costo económico, cuando es necesario realizar aplicaciones frecuentes. Otros insecticidas sintéticos de reducida acción contra enemigos naturales, por su modo de acción (en comparación con los insectici-das convencionales de amplio espectro) son, como bloqueador de la alimentación, el Pymetrozine (Plenum® 50 GS); reguladores de creci-miento, como Buprofesin (Applaud® 40 SC) y Pyriproxyfen (Knack®) que por su especifi cidad o por ser sistémicos pueden ser utilizados también como biorracionales. Se recomienda utilizar el bloqueador de la alimentación, principal-mente, al detectar el arribo de poblaciones de adultos de mosca blanca u otros insectos chupadores vectores, posiblemente virulíferos, al ini-cio del desarrollo del cultivo, en el primer mes. Se recomienda utilizar los reguladores de crecimiento cuando se registren las primeras poblaciones de inmaduros de mosca blanca, so-

los o en mezcla, con otros insecticidas biorracionales como aceites, jabones, extractos o entomopatógenos.16. Control biológico por conservación de enemigos naturales. El aprovechamiento de los entomófagos de la mosca blanca, presentes en forma natural en tomate, en el norte de Sinaloa, se logra al evitar al máximo la aspersión innecesaria de agroquímicos en general y sobre todo, de insecticidas de amplio espectro, así como al proporcionar a los enemigos naturales ciertas condiciones que los favorezcan, que los atraigan y los retengan. Esto último se puede lograr con el establecimiento de plantas con fl oración llamativa, coloración y aroma, que brindan el néctar para la alimentación de los adultos de estos organismos; algunas espe-cies de plantas de ese tipo son el cilantro, la canola, la manzanilla y la mostacilla. Las especies de enemigos naturales de mosca blanca en Sinaloa son: 1. Chinche pirata (Orius sp. Hemiptera: Anthocoridae), que se alimen-ta de adultos, huevecillos y ninfas de la mosca blanca (Figura 10). 2. Chinche ojona (Geocoris sp. Hemiptera: Lygaeidae), que se ali-menta de huevecillos y ninfas de mosca blanca (Figura 11). 3. Chinche pajiza (Nabis spp. Hemiptera: Nabidae), que ataca ninfas y adultos de mosca blanca (Figura 12). 4. Chinche asesina (Zelus spp., y Sinea spp. Hemiptera: Reduvidae). Depredador generalista, que también ataca huevecillos y ninfas de mosca blanca (Figura 13). 5. Crisopa (Chrysoperla carnea y Ch. comanche. Neuroptera: Chryso- pidae). Importantes depredadores de mosca blanca en los diferentes estados de desarrollo de los inmaduros (huevecillos y ninfas) (Figura 14). 6. Catarinita gris (Olla V-nigrum = O. abdominales. Coleoptera: Co- ccinellidae). Esta catarinita, igual que los depredadores anteriores, se alimenta vorazmente de larvas y adultos de ninfas y, probablemente, también de huevecillos de mosca blanca (Figura 15). 7. Catarinita rosada (Coleomegilla maculata DeGeer. Coleoptera: Co- ccinellidae). Se alimenta vorazmente de larvas y adultos de ninfas y, probablemente, también de huevecillos de mosca blanca (Figura 16).

Figura 10. Chinche pirata.

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Figura 11. Chinche ojona. Figura 12. Chinche pajiza.

Figura 13. Chinche asesina. Figura 14. Crisopa.

Figura 15. Catarinita gris. Figura 16. Catarinita rosada.

Figura 18. Eretmocerus eremicus.Figura 17. Encarsia porteri.

Entre los parasitoides que atacan a la plaga mencionada en el cultivo de tomate, se citan dos especies de avispitas: Encarsia sp. (Figura 17) y Eretmocerus eremicus (= E. californicus Howard. Hymenoptera: Aphelinidae) (Figura 18).

17. Elaboración de un programa de control químico, de acuerdo al modo de acción de los grupos toxicológicos de insecticidas, para el manejo de la resistencia de mosca blanca. Los factores que pro-mueven la resistencia de los insectos a los insecticidas son: 1. El uso abundante de insecticidas (presión de selección). 2. Los insecticidas modernos son moléculas orgánicas, que con un pequeño cambio en la estructura, una vez dentro del insecto, pierden su poder tóxico, aunque hay algunos con los que sucede lo inverso. 3. Los insecticidas órgano-sintéticos tienen un solo sitio de acción (en contraste con los insecticidas biorracionales, como los botánicos y los biológicos). 4. La demanda de productos agrícolas con apariencia perfecta. 5. Los programas masivos de erradicación de plagas. Se incluyen las campañas o combate de insectos vectores. El Comité de Acción de la Resistencia a Insecticidas (IRAC, por sus siglas en inglés; con sitio en Internet: www.irac-online.org) presenta una interesante propuesta para el Manejo Efectivo de la Resistencia a Insecticidas (MRI) de los insectos, basada en el Modo de Acción (MoA) de los insecticidas, que es una guía rápida y práctica para la selección de insecticidas o acaricidas25, en un programa de MIP. Para esto, agrupa juntos insecticidas naturales y sintéticos, en una clasifi cación de 26 grupos de insecticidas -de acuerdo al MoA-, subdivi-didos en 42 subgrupos, 10 de ellos incluyen insecticidas comúnmente utilizados contra mosca blanca:

Insecticidas que actúan sobre el sistema nervioso: Grupo 1. Inhibidores de la Acetilcolinesterasa: Carbamatos, como Al-dicarb y Oxamil (1A) y Fosforados Forato, Clorpirifos y Metamidofos (1B). Grupo 2. Antagonistas de los canales de cloro, a través de receptores GABA, como Endosulfan (2A).Grupo 3. Moduladores de los canales de sodio: Piretroides, como Bi-fentrina, Cypermetrina, Cyalotrina, etcétera (3). Se incluyen las piretri-nas.Grupo 4. Agonistas del receptor nicotínico de la acetilcolina, neonicoti-noides (4A), como Confi dor, Clothianidim y Actara.

25Plaguicida destinado a combatir los ácaros que atacan a las plantas.

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Insecticidas que inhiben la síntesis de la quitina (tipo I):Grupo 6. Inhibidores de la biosíntesis de la quitina (homóptera), como el Buprofesin (16).

Insecticidas que interfi eren con la metamorfosis:Grupo 7. Mímicos de la hormona juvenil, como Pyriproxifen (7C).

Insecticidas que actúan como bloqueadores de la alimentación:Grupo 9. Compuestos de acción desconocida, como Pymetrozine (9B).

Insecticidas que inhiben procesos metabólicos:Grupo 12. Inhibidores de la fosforilación oxidativa, disruptores de la formación de Adenosín trifosfato (ATP), como Diafenthiuron (12A).Grupo 23. Inhibidores de la síntesis de lípidos, como Spiromesifen (23).

Otros grupos de insecticidas contra mosca blanca:Grupo 18. Agonistas de la ecdysona/disruptores de la muda, como la azadiractina, compuesto activo insecticida más importante del nim (18B). Insecticidas como la cytrolina (aceite), los ácidos grasos (jabo-nes), entomopatógenos que actúan contra mosca blanca y otros ob-tenidos a base de vegetales o botánicos. La estrategia para el Manejo Efectivo de la Resistencia a Insecticidas, de acuerdo con IRAC, es la alternación, o secuencia (rotación) de com- puestos de diferentes modos de acción (MoA) en ventanas o bloques de aplicaciones (periodos de tiempo), defi nidas por el estado de desar-rollo del cultivo y la biología de la plaga de interés. Esta estrategia asegura que la selección de compuestos dentro del mismo grupo de MoA sea reducida. En este sentido, la recomendación, a nivel regional, es utilizar al principio (en pretrasplante) insecticidas sistémicos (subgrupos 1A, 1B o 4A); aplicados a la raíz de las plántulas. Continuar con insecticidas asperjados, que impacten lo menos po-sible a la fauna benéfi ca (aceites, jabones y extractos vegetales), antes de que el insecto colonice el cultivo (presencia de inmaduros) y/o apli-caciones de insecticidas que bloquean la alimentación, como el Pyme-trozine (9B), cuando se corra el riesgo de que el insecto actúe como vector de virus. Después, cuando el insecto inicie la colonización del cultivo, se pueden emplear insecticidas que interfi eren con la metamorfosis (7C), los que inhiben procesos metabólicos (12A y 23), insecticidas que inhi-ben la síntesis de la quitina (16), aceites y/o entomopatógenos. Las aspersiones (aplicaciones foliares) de insecticidas de amplio es-pectro (1A, 1B, 2, 3 ó 4A) deben dejarse como última opción,

sobre todo los piretroides y piretrinas (3). Éstos deberán aplicarse hasta después de la mitad del desarrollo del cultivo; se deberán usar en una sola ocasión por temporada o, si es posible, prescindir de ellos. Es importante no alternar insecticidas de subgrupos cercanamente relacionados y, mucho menos emplear uno del mismo subgrupo, más de una ocasión, para una misma generación del insecto plaga. No se recomienda el empleo de mezclas de insecticidas, sólo se de-ben realizar cuando se justifi quen, como cuando se requiera el control de dos o más especies plaga. En todo caso, las mezclas deben efectuarse con insecticidas de dife-rentes subgrupos, cuando sean compuestos que, al combinarlos, se incremente la toxicidad, o cuando sean insecticidas que se comple-menten al atacar diferentes estados de desarrollo o diversas partes del organismo del insecto, etcétera.

18. Establecimiento de la ventana libre de hospederos preferidos por mosca blanca. La ventana fi tosanitaria, como también es llamada, se defi ne como un periodo libre de hospederas preferidas por la mosca blanca, con el propósito de eliminar, hasta donde sea posible, el alimen-to del insecto y, de esta forma, reducir sus poblaciones al máximo. Esta medida de tipo regional es una de las que mayor impacto tiene sobre la población plaga. Su primera implementación, para el combate de mosca blanca, se hizo en el Valle de Mexicali, Baja California en 1994. En el estado de Sinaloa, el periodo libre de hospederos preferidos de mosca blanca se estableció del 1 de junio al 31 de agosto, cuando se presentan altas poblaciones del insecto. En ese tiempo transcurren seis de las 16 generaciones que la mosca blanca puede desarrollar en el año. La ventana no es un periodo de inactividad, al mismo tiempo se realiza un diagnóstico de plantas reservorios de mosca blanca y de vi-rus, y su destrucción por grupos operativos [Comité Estatal de Sanidad Vegetal del Estado de Sinaloa (CESAVESIN), Juntas Locales de Sani-dad Vegetal (JLSV), módulos de riego, etcétera]. Además, en ese periodo, empresas vendedoras de semilla envían a diagnosticar la semilla que ofertan, los dueños de invernaderos mandan a diagnosticar la plántula que producen, los laboratorios de diagnóstico elaboran los diagnósticos de semilla y de plantas y los productores realizan actividades tendientes a iniciar con las mejores condiciones la siguiente temporada agrícola (eliminación de plantas arvenses alre- dedor de la superfi cie próxima a trasplantar, establecimiento de barreras vivas, preparación del terreno, entre otras). Durante la ventana fi tosanitaria, la mosca blanca y otros insectos pla-ga buscan refugio y sobreviven en plantas arvenses, jardines y plantas de ornato en casas habitación de áreas urbanas y suburbanas.

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Es importante el combate de la plaga en plantas de ornato, mediante la poda o la eliminación de plantas altamente infestadas o con la aspersión de insecticidas domésticos, como las soluciones ja-bonosas, de preferencia líquidas, para esto se agrega una o dos cucha-raditas soperas por litro de agua.

19. Eliminación de socas y focos de infestación. Mediante el control legal, que debe residir principalmente en autoridades fi tosanitarias y organismos de productores, es importante eliminar cultivos abandona-dos, que son un foco de infestación, por un inadecuado control de la plaga y/o que ya se cosecharon. Es recomendable que, inmediatamente al terminar la cosecha, se realice una aspersión de un insecticida -en mezcla con un herbicida de contacto-, para abatir las poblaciones de los insectos vectores y elimi-nar el cultivo (como reservorio de plagas y enfermedades), sobre todo cuando el cultivo presente elevada incidencia de plantas con síntomas

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AgradecimientosEl autor agradece las aportaciones, para el presente folleto, de los inte-grantes del Grupo Técnico para la Campaña contra Mosca Blanca del Norte de Sinaloa.