8/14/2019 Francisco Gil Craviotto, Dingo y Platero cumplen cien aos

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FRANCISCO GIL CRAVIOTTO

DINGOYPLATEROCUMPLEN CIEN AOS

Francisco Gil Craviotto

Juan Ramn Jimnez Octave Mirbeau

Dingo,la ltima novela de Octave Mirbeau, yPlatero y yo, el libro estrella de Juan Ramn

Jimnez, aunque escritos en dos lenguas distintas el !rimero en "rancs, el segundo en es!a#ol$, y

a muc%os &ilmetros de distancia el uno del otro, tienen sin embargo un !unto que los une y

%ermana' en ambos casos el !rotagonista de la obra es un animal' un !erro, en el !rimer caso( un

asno, en el segundo) * otro m+s' ambos animales, si vivieran, cum!liran a%ora los cien a#os)-unque la di"erencia de edad es mnimaDingovino al mundo un !oco antes, mayo de ./.0, y

Platero, si bien a!areci un 1avance2 en la revista 13a 3ectura2 en ./.0, no se !ublic en "orma de

libro, %asta unos meses des!us, ya entrado ./.4)

-n %ay otros !untos de coincidencia' en ambos libros el lector asiste a una e5altacin de la

naturaleza ecolgica y buclica en Mirbeau( lrica y !antesta en Juan Ramn$, en ambos casos

encontramos una mirada com!asiva y dolorida %acia los dbiles, los olvidados y los que su"ren, y

un marcado toque social $en Mirbeau insistente y denunciador( en Juan Ramn, m+s resignado y

evasivo$, y, "inalmente, los dos libros terminan, e5actamente igual, con la muerte y entierro del

animal !rotagonista) 6n detalle curioso' en ambos libros a!arece una mu7er tuberculosa) 8ra en

aquellos a#os la en"ermedad incurable y terrible) 8ste es el retrato que Mirbeau nos o"rece de sutsica'

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Lina Laureal es rubia, de un rubio demasiado rubio, de un rubio tintado. An no se ha

peinado, pero est muy maquillada. Sus ojos son de una gran dulzura. Seguro que ha sido guapa.

Lo sera an si no tuiese la de!orma"i#n del ment#n, los prpados "ados, la mirada "ansada. $%&

'o estaba sentado !rente a ella. 'o, que ea su nu"a delgada, sus manos !rgiles y mal laadas, sus

pu(os "asi des"arnados bajo la piel "asi transparente, no tena duda de su en!ermedad. )uando

Lina tosa su hermana lanzaba sobre ella una mirada apiadada. $%& *e "uenta una historia tonta

y trgi"a de un gato en"ontrado, pare"ida al "uento que intenta una ni(era adorme"ida paradormir a un ni(o. +ose iolentamente y su "ara se "ongestiona. $&

* ste el que Juan Ramn nos o"rece de la suya'

-staba dere"ha, en una triste silla, blan"a la "ara y mate, "ual un nardo ajado, en medio de

la en"alada y !ra al"oba. Le haba mandado el mdi"o salir al "ampo a que le diera el sol de aquel

mayo helado, pero la pobre no poda. $%& La oz pueril, delgada y rota, se le "aa, "ansada, "omo

se "ae, a e"es, la brisa en el esto. 'o le o!re" a Platero para que diese un paseto. Subida en l,

/qu risa la de su aguda "ara de muerta, toda ojos negros y dientes blan"os0

9ero, si en lugar de dirigir la mirada a los libros, la dirigimos a sus autores, tambin

encontramos, a !esar de las evidentes di"erencias, algunos as!ectos que se re!iten en ambos

escritores' los dos estudiaron en los 7esuitas Octave Mirbeau en el colegio :an Francisco Javier de

;annes, , Juan Ramn en :an 3uis Gonzaga del 9uerto de :anta Mara , y ambos,

terminado el bac%illerato, iniciaron la carrera de ?erec%o, que ninguno de los dos termin) * otro

detalle curioso' aunque educados en los 7esuitas, ninguno de los dos se mantuvo dentro de la

ortodo5ia catlica' Mirbeau se declar decididamente agnstico y Juan Ramn evolucion %acia un

!antesmo lrico que ya se %alla !resente en el libro 19latero y yo2)

:in embargo la conce!cin y !arto de los dos libros "ue muy di"erente) Mientras que Juan

Ramn se %allaba en !lena y e5ultante 7uventud, Mirbeau ya %aba !asado el umbral de una

!rematura ve7ez llena de dolencias y ac%aques) @asta tal !unto se intensi"icaron stos que tan slo

!udo escribir los oc%o !rimeros ca!tulos de su libro, el octavo ni siquiera com!leto) Aodo el resto

es obra de un 1negro2' el escritor 3eon Bert%, entonces 7oven !romesa de las letras "rancesas y a#os

des!us re!utado escritor al que -ntoine de :aint$85u!ery le dedic su obra m+s "amosa' 18l

9rinci!ito2) 3eon Bert% logr de tal manera ada!tarse al estilo y !ensamiento de Mirbeau que, si

%oy no su!iramos que los ltimos ca!tulos no son del maestro, di"cilmente lo notaramos)

ncluso, !ara contarnos la muerte de ?ingo, ec% mano a te5tos antiguos de Mirbeau sobre la

muerte de otros !erros que l %aba tenido en eta!as anteriores)

=astan los oc%o ca!tulos que escribi Mirbeau !ara que lector actual com!renda el grado dedece!cin y asqueamiento del escritor "rancs) Mirbeau est+ de vuelta de todo y %a !erdido la "e en

todo' %ombres, instituciones, !artidos, 7usticia, %onores, etc) :u !erro Dingo, !rotagonista de la

obra, es tambin el ltimo re"ugio del autor ante la maldad y la idiotez %umana) 3a crtica moderna

es!ecialmente :amuel 3air$ %a visto en esta novela el testamento literario y autobiogr+"ico de

Mirbeau)

- !esar de su !esimismo, el libro tiene !+ginas inolvidables, algunas de ellas de un lirismo

sobrecogedor) =aste, como e7em!lo, este "ragmento sobre los !erros vagabundos'

Peque(os "hu"hos "allejeros, llegados de no se sabe d#nde, na"idos no se sabe "#mo,

siempre al azar de los "aminos, al a"e"ho de las "arretas bohemias y de los "ir"os trotamundos.

Peque(os "hu"hos irrespetuosos, des"arados, testarudos y "#mi"os, "on sus "olas rid"ulas, "omotrompetas, "omo sa"a"or"hos o plumero, a"aso sin "ola, ya peludos, ya "alos. Peque(os "hu"hos

ladronzuelos, libertinos y gru(ones, que ladran en argot y les gusta armar la bron"a.$&

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8n cambio Juan Ramn se %allaba en su me7or momento) 8n !oesa %aba llegado a una

!er"eccin di"cilmente su!erable y este libro, autntica "iligrana desde el comienzo al "inal, no %ace

m+s con"irmar la calidad de su !rosa) =aste como e7em!lo estas lneas con las que se inicia el

relato'

Platero es peque(o, peludo, suae1 tan blando por !uera, que se dira todo de algod#n, que

no llea huesos. S#lo los espejos de azaba"he de sus ojos son duros "ual dos es"arabajos de "ristal

negro. Lo dejo suelto y se a al prado y a"ari"ia tibiamente, rozndolas apenas, las !lore"illas

rosas, "elestes y gualdas... Lo llamo dul"emente2 3Platero4, y iene a m "on un trote"illo alegre,

que pare"e que se re, en no s qu "as"abeleo ideal...

Como ya %e se#alado antes ambos libros terminan con la muerte del animal !rotagonista)

?ingo muri vctima de la "iebre amarilla, en"ermedad de la que, segn el veterinario del !ueblo, de

cada mil !erros, se salva uno) ?ingo no tuvo la suerte de ser ese !rivilegiado animal) Muri a los

diecisiete das de iniciarse la en"ermedad) Fue enterrado !or Flamant un vagabundo amigo delescritor$ y, cuando Mirbeau, agradecido, intent !asarle unas monedas, el buen %ombre, aunque

!obre, las rec%az) 1Do, se#or, no, de ninguna manera2) * el novelista a#ade'

' su oz le temblaba de emo"i#n. 5ams 6lamant, "on tan po"as palabras, me haba di"ho tanto.

)arg# sus herramientas a la espalda, se !ue en silen"io y desapare"i# detrs de la "asa.$&

) * as nos cuenta Juan Ramn la muerte de 9latero'

A medio da, Platero estaba muerto. La barriguilla de algod#n se le haba hin"hado "omo elmundo, y sus patas, rgidas, rgidas y des"oloridas se eleaban al "ielo. $%& Por la "uadra en

silen"io, en"endindose "ada ez que pasaba por el rayo de sol de la entanilla, reoloteaba una

bella mariposa de tres "olores.

?ingo y 9latero cum!liran a%ora los cien a#os y, detalle e5traordinario, %oy, al leer ambos

libros, nadie dira que !or ellos %a !asado, con todos sus das y sus noc%es, un siglo) Conservan el

!rstino encanto del !rimer da) 8l don de la eterna 7uventud, tan vedado a los !obres %umanos,

avaros, los dioses lo guardaron, !ara las obras maestras)

Araduccin del autor)