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PROGRAMA DE RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE EQUIPOS DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD FILOSOFÌA Y LETRAS INFORME FINAL Y RESULTADOS DEL PROYECTO Titulo del Proyecto: Una genealogía del Estado y el porvenir de la democracia como modos de lo político. Res (CD) Nº: 4807 Director: María Eva Carrizo Co- Director (consignar si corresponde): Sebastián Chun A- Desarrollo del Proyecto (este punto no deberá exceder las 4 [cuatro]páginas) 1. Cumplimiento de los objetivos inicialmente planteados. 1- La publicación de la que partimos fue “El Manifiesto Comunista” de Marx y Engels, donde se afirma que el Estado de derecho no es más que una junta de accionistas que intensifica y vela por la continuidad de las relaciones de explotación capitalista que son la infraestructura de la sociedad burguesa. El Estado aparece aquí como garante de las relaciones de dominio que se realizan en la esfera productiva. El programa que se seguiría de este análisis consistiría en transformar las relaciones sociales de producción pero lograr también que aquel Estado que posibilitaba la perpetuación del orden establecido sea tomado por las masas organizadas en vistas a controlar el aparato leguleyo a su favor. Es decir, previo al momento en que se daría en y para sí la realización del socialismo, habría que establecer un Estado de transición, cuya forma de gobierno sería la dictadura del proletariado a fin de que el Leviatán no ponga trabas a la paulatina socialización de los medios de producción. En cualquier caso, lo que importa para la delimitación de nuestro problema es que el Estado de derecho no se mide ya solamente desde el punto de vista jurídico y de gobierno sino sobre todo como una instancia de poder y del ejercicio de la dominación de clase (ya sea la clase burguesa en el Estado de derecho o el proletariado en el Estado transicional). El problema que hereda esta perspectiva es el de un profundo cuestionamiento de la supuesta relación mecánica entre estructura económica

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PROGRAMA DE RECONOCIMIENTO DE INVESTIGACIONES NO ACREDITADAS PROGRAMACION 2003-2004

PROGRAMA DE RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE EQUIPOS DE INVESTIGACIN DE LA FACULTAD FILOSOFA Y LETRAS

INFORME FINAL Y RESULTADOS DEL PROYECTO

Titulo del Proyecto: Una genealoga del Estado y el porvenir de la democracia como modos de lo poltico.Res (CD) N: 4807Director: Mara Eva CarrizoCo- Director (consignar si corresponde): Sebastin ChunA- Desarrollo del Proyecto (este punto no deber exceder las 4 [cuatro]pginas)

1. Cumplimiento de los objetivos inicialmente planteados.1- La publicacin de la que partimos fue El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, donde se afirma que el Estado de derecho no es ms que una junta de accionistas que intensifica y vela por la continuidad de las relaciones de explotacin capitalista que son la infraestructura de la sociedad burguesa. El Estado aparece aqu como garante de las relaciones de dominio que se realizan en la esfera productiva. El programa que se seguira de este anlisis consistira en transformar las relaciones sociales de produccin pero lograr tambin que aquel Estado que posibilitaba la perpetuacin del orden establecido sea tomado por las masas organizadas en vistas a controlar el aparato leguleyo a su favor. Es decir, previo al momento en que se dara en y para s la realizacin del socialismo, habra que establecer un Estado de transicin, cuya forma de gobierno sera la dictadura del proletariado a fin de que el Leviatn no ponga trabas a la paulatina socializacin de los medios de produccin. En cualquier caso, lo que importa para la delimitacin de nuestro problema es que el Estado de derecho no se mide ya solamente desde el punto de vista jurdico y de gobierno sino sobre todo como una instancia de poder y del ejercicio de la dominacin de clase (ya sea la clase burguesa en el Estado de derecho o el proletariado en el Estado transicional).

El problema que hereda esta perspectiva es el de un profundo cuestionamiento de la supuesta relacin mecnica entre estructura econmica y superestructura ideolgica. Supuestamente una transformacin de las relaciones sociales al interior de las fbricas producira (en el supuesto de que esos procesos de transformacin fuesen masivos) un momento revolucionario que se alzara con el poder. Esta toma del poder instaurara un Estado transicional que sera un mero pasaje a la sociedad libre. Durante el siglo XX y con la memoria a flor de piel respecto del derrotero de los movimientos de transformacin y la degeneracin de la revolucin rusa (burocratizacin y eternizacin del Estado de transicin) y las experiencias fascistas de Italia y Alemania, la pregunta es cmo fue posible que estando dadas las condiciones concretas para la transformacin de la sociedad, se recayera en burocratizaciones y en experiencias fascistas.

La burocratizacin de la revolucin rusa y el fascismo ser la preocupacin de varias de las herencias marxistas durante el siglo XX. Por ejemplo: la burocratizacin es el problema que recorre la publicacin Socialismo o Barbarie, de Castoriadis y Le Fort entre otros. Una pregunta parecida en torno al devenir fascista de las experiencias revolucionarias acompaa las posturas del estructuralismo marxiano de Althusser. Por lo dems, la experiencia del fascismo en Italia y en Alemania gua en cierto sentido las reflexiones tericas de la Escuela de Frankfurt; y el motivo por el cual, estando dadas las condiciones para un salto revolucionario no obstante se obstruye en experiencias fascistas o burocratizadas, ser parte del estudio de Gramsci. Se trata entonces de tres filiaciones o linajes especficos: el linaje francs de Althusser, el linaje italiano de Gramsci y el linaje alemn de la escuela de Frankfurt. El Estado como dominio de clase y la herencia de las experiencias revolucionarias frustradas obligarn a muchos de estos autores a buscar las razones de la sedimentacin profunda del dominio capitalista.

En Althusser la respuesta se orienta a considerar que el dominio ideolgico era mucho ms fuerte de lo que se haba pensado. El Estado ya no es solamente una junta de accionistas que sanciona leyes y reprime el movimiento obrero sino una prctica incesante de penetracin y produccin de subjetividad en toda la sociedad. El dominio estatal se ejercer entonces bajo un doble aspecto: represin directa (en momentos de levantamiento) pero sobre todo mediante el moldeo de las formas de ser bajo la ideologa burguesa. Esta produccin de subjetividad opera bajo instituciones donde cada individuo forja una manera de ser, una prctica de vida profundamente burguesa. Estas instituciones son aparatos destinados a producir sujetos que reproducen la ideologa dominante. La escuela, los institutos de formacin, el trabajo, etc., funcionan como aparatos ideolgicos de Estado que garantizan la reproduccin de lo existente. En Gramsci el Estado aparece tambin como garante de lo que sucede en la estructura econmica pero agudiza su dominio a travs de instituciones especficas (dentro de la sociedad civil: la escuela, los medios, los partidos, etc.) que hegemonizan el sentido comn bajo los preceptos de la vida burguesa. Y en Frankfurt, el dominio capitalista se arraiga en toda una racionalidad, que comienza en los albores de Occidente, y que ha provocado toda una cultura de instrumentalizacin de uno mismo y de los otros. Aparatos ideolgicos de Estado, hegemona y racionalidad instrumental son los modos en que estos tres linajes han intentado comprender el fenmeno por el cual las revoluciones proletarias han devenido en mquinas fascistas.2- Para la posicin schmittiana todo otro, por el mero hecho de ser otro, se vuelve inmediatamente un enemigo. Como bien seala Derrida, la distincin privado/pblico y la exclusividad del ltimo sobre lo propiamente poltico, que en un principio pareceran dejar de lado la eventualidad de un conflicto dentro del orden dado, se rompe cuando se manifiesta la posibilidad del enemigo interno, es decir, de aquella puesta en cuestin de la norma que surgira de aquellos que son invisibles dentro de la misma. Enemigo ya no es el extranjero, sino cualquier otro, extranjero en su propio lugar de nacimiento, sin voz ni rostro, cuya heterogeneidad se manifiesta, se da; motivo por el cual para Schmitt se volvera imperioso combatirla. Ya desde otra perspectiva, la necesidad de pensar al otro conformando desde siempre la identidad de cualquier sujeto poltico, lo que en Derrida se conoce como la lgica autoinmunitaria, nos invita a inventar una poltica que rompa con la relacin hostil hacia el enemigo, abriendo as la posibilidad de la justicia, entendida como hospitalidad incondicional hacia la singularidad del otro. Incluso la decisin soberana, aquella que Schmitt pretenda signo del sujeto soberano, es siempre la decisin del otro en m, ya que para ser tal debe romper con la lgica del sujeto moderno. Finalmente, aunque Schmitt pretendiera que su concepto de lo poltico estuviera ms all de cualquier figura Estatal, Derrida critica precisamente la filiacin ineludible entre el sujeto soberano como instancia de cierre sobre s y el Estado como institucionalizacin del mismo. A su vez, su anlisis de la democracia por venir invita precisamente a pensar en la posibilidad de una poltica ms all de toda estatalidad, es decir, en un sujeto poltico constantemente abierto a la llegada del otro.Segn Miguel Abensour, el joven Marx que escribi entre 1842 y 1844 piensa lo poltico simultneamente de dos maneras contrarias: lo poltico como la sociabilidad humana en general y lo poltico como lo referido al Estado. La democracia parece relacionarse especialmente con el primer concepto de lo poltico y ser incompatible con el segundo. Es decir, si hay democracia, el demos emerge como sujeto total del proceso social, apareciendo en forma transparente y auto-coincidente con la sociedad.

Bajo esta perspectiva, el estado poltico es, pues, una objetivacin que deviene alienacin: siendo un momento y un producto de la vida del demos, se eleva a forma independiente y ordenadora de esa vida. La nica va de escape segn el joven Marx consiste en reducir aquel momento alienante a la concrecin de su sujeto real. Dicha reduccin mina las bases de esa alienacin, haciendo posible que emerja la democracia como lo propiamente poltico.

La poltica democrtica que debe suceder a la reduccin, pues, consiste en eliminar todo resto de exterioridad en la autodeterminacin popular. Lo poltico reducido se esparce en todas las esferas sociales y en el pueblo como sujeto absoluto de su propia vida social total. Una vez que la esfera poltica no se impone exteriormente al resto, toda la vida comunitaria es poltica y se determina a s misma en y por esa politicidad. As, toda alienacin que el sujeto pudiera padecer es superada: el pueblo se identifica con el proceso social de conjunto, llegando a ser absolutamente autnomo, esto es, a vivir toda su existencia segn su propia ley. Este demos total no conoce pasividad alguna: no hay rasgo de su vida que no sea producto de su propio movimiento auto generante. Vive en la pura espontaneidad, la pura presencia a s mismo y en una autoconciencia transparente y plena. A diferencia de Maquiavelo y Montesquieu, que valoran la conflictividad como un elemento de la dinmica social, Marx aspirara a la comunidad de la total homogeneidad y la auto-identidad.

Esta concepcin de la democracia es, por lo anterior, moderna. Est concebida en el horizonte de la subjetividad como fundamento y ms an, del sujeto absoluto como pura identidad consigo. La autonoma absoluta que promete tiene obvios rasgos de negacin del conflicto, olvido de la diferencia y forclusin de la finitud. La conclusin de Abensour es categrica: el enigma de la poltica que la democracia vendra a resolver es deudora de otro enigma ms grande que Marx no pudo superar: el de la autonoma expuesta por su propio devenir a caer en la heteronoma por no haber contemplado a la alteridad y pretender expulsar la finitud.

Castoriadis comparte la misma pregunta de Abensour, pero desplaza un concepto y una referencia terica. La referencia desplazada es Marx, y el concepto en cuestin no ser ya simplemente el de democracia sino el de autonoma. No hay manera de extirpar del arsenal de conceptos marxianos su ineludible hegelianismo. El verdadero problema para Castoriadis es la heteronoma instituida. Dicho problema estara cifrado en el momento en que las instituciones se autonomizan de lo social apareciendo como absolutamente opacas a la produccin humana o, en todo caso, completamente ajenas. Sin embargo, la pretensin de volver todo lo ajeno a la esfera de lo propio implica el deseo de control y el dominio de todo devenir. Se tratara del paralelo a nivel social de la conquista psictica del ello a nivel individual. Una sociedad donde lo social se reconoce por completo en sus instituciones acabara con la dinmica histrica misma y hasta con la poltica.

La autonoma, lejos de ser la instancia que reenviara todo el mbito de la sociedad a la autodeterminacin absoluta del sujeto, provocando en reino de dios en la tierra, consistira en una continua reelaboracin, una infinita reelaboracin del discurso del otro. Freud reemplaza al joven Marx. Las relaciones sociales no pueden ser completamente transparentes ni es deseable una armona total entre los sujetos y sus instituciones. Castoriadis sostiene que la distancia entre lo social y lo poltico institucional no es una carencia sino una determinacin conceptual afirmativa de la existencia en sociedad. Que lo social emerja e irrumpa en las instituciones es condicin sine qua non de la dinmica histrica. No se trata entonces de postular un ideal regulador al cual nos sera imposible llegar pero hacia el cual hay que tender (esto sera un nuevo modo del mistificacin), sino que se tratara del trabajo continuo de habitar esta distancia necesaria, a fin de que las relaciones sociales no devengan heternomas. Esto es, impedir que una parte de la sociedad se erija como la totalidad del movimiento social e imponga su posicin sin posibilidad de que esas determinaciones puedan ser alteradas; all donde la ley le corresponde absolutamente al otro: la heteronoma como ley absoluta del otro.

La autonoma sera entonces la continua reelaboracin de la relacin con los otros, con uno mismo y con las instituciones. As como a nivel individual la relacin con el lenguaje, con el inconsciente, es decir, con lo otro, no implica de por s alienacin, sino que, por el contrario, son condicin de posibilidad de la existencia de la vida psquica (el otro como condicin de posibilidad de la mismidad), la mera relacin con las instituciones no implica en lo ms mnimo alienacin. Solamente una cierta manera de relacionarse con las instituciones determina la medida de la heteronoma. All donde ya no nos es posible reenviar una decisin a instancias de alterabilidad social, all donde lo que hay es solamente una orden estatal o las determinaciones impersonales del mercado; recin all las instituciones se autonomizan y devienen alienantes. Las instituciones son constitutivas de la dinmica histrica: no hay institucin sin proceso instituyente y a la inversa, no hay proceso instituyente sin instituciones.

As como en el psicoanlisis no se trata de eliminar el discurso del otro sino de reinterpretarlo de modo tal que nos sea posible el enunciado el otro es mi otro, la relacin con la institucin debera correr derroteros similares de continua reinterpretacin. La subjetividad poltica que Castoriadis postula estara caracterizada como un sujeto colectivo plural capaz de estar a distancia de s, de la pura homologacin consigo pero tambin con el otro. El proyecto que busca afirmar la autonoma poltica no puede realizarse sin sostener al mismo tiempo la bsqueda de la autonoma del otro.

A los ojos de Castoriadis, el enigma de la poltica sealado por Abensour no puede ser afrontado sin una transformacin terica y prctica de la herencia revolucionaria: la otredad como condicin de posibilidad de la autonoma y el ejercicio de la democracia como prctica incesante de transformacin de lo instituido. 3- Carl Schmitt ha encontrado la esencia de lo poltico en la prerrogativa soberana. En su libro Teologa poltica I afirma que es soberano quien decide el estado de excepcin, el cual no est determinado por la norma. Quien declare la suspensin de la ley, la puesta en suspenso de un orden determinado, por propia iniciativa, de manera original e incondicionada, se ser el soberano.

A pesar de esta definicin, Schmitt seala que el soberano tiene como fin la reinstauracin del orden. Por lo tanto, este momento de apertura hacia lo otro, hacia lo ms all de la norma, se vuelve un riesgo necesario para lograr el cierre del universal que rige el orden dado. Ante el peligro de disolucin de la normalidad dada, que se manifiesta con la aparicin de lo otro, el soberano decide hacer visible eso otro, nombrndolo y a su vez excluyndolo del orden, para as intentar fagocitarlo o borrarlo de la escena poltica. El otro trae consigo la posibilidad de otro orden, poniendo as en riesgo el estado de cosas vigente, que a ese otro lo dejaba en lo oculto, ms all de todo horizonte de posibilidad.

La obra central de Schmitt es El concepto de lo poltico, donde encuentra la esencia de la poltica en una distincin entre un nosotros y un los otros, que tambin estar determinada por la decisin soberana. La especfica distincin poltica a la cual es posible referir las acciones y los motivos polticos es la distincin de amigo (Freund) y enemigo (Feind). [...] El enemigo es simplemente el otro, el extranjero (der Fremde) y basta a su esencia que sea existencialmente, en un sentido en particular intensivo, algo otro o extranjero, de modo que en el caso extremo sean posibles con l conflictos que no puedan ser decididos ni a travs de un sistema de normas preestablecidas ni mediante la intervencin de un tercero y por eso . [] Slo quien toma parte de l directamente puede poner trmino al caso conflictivo extremo; en particular slo l puede decidir si la alteridad del extranjero en el conflicto concretamente existente significa la negacin del modo propio de existir y si es por ello necesario defenderse y combatir para preservar el propio, peculiar, modo de vida.

Reforzando la lgica ya analizada, encontramos aqu al a-normal investido de la categora de enemigo, slo por expresar lo otro de la norma. El habitante del des-orden pone ante m un modo de vida extrao, que me interpela, ponindome en peligro. Este riesgo est determinado por la particularizacin de mi universal, la cada del fundamento que sustentaba el edificio social, distribuyendo roles, dando voz y luz a algunos, borrando hasta las sombras de otros. En este caso tambin corresponder al soberano determinar quin es el enemigo, hacerlo visible, declarndolo fuera del orden que resguarda al mundo de los amigos, haciendo as que su vida pueda ser arrebatada, por slo presentarse como una virtual puesta en cuestin de mi universal. Leemos en Schmitt: el Estado como unidad poltica decisiva ha concentrado en sus manos una atribucin inmensa: la posibilidad de hacer la guerra y por consiguiente a menudo de disponer de la vida de los hombres [...] La tarea de un Estado normal consiste sin embargo, sobre todo, en asegurar en el interior del Estado y de su territorio una paz estable [...] Esta necesidad de pacificacin interna lleva, en situaciones crticas, al hecho de que el Estado, en cuanto unidad poltica, determine tambin por s mismo, mientras exista, al . Para la posicin schmittiana todo otro, por el mero hecho de ser otro, se vuelve inmediatamente un enemigo. Como bien seala Derrida, la distincin privado/pblico y la exclusividad del ltimo sobre lo propiamente poltico, que en un principio pareceran dejar de lado la eventualidad de un conflicto dentro del orden dado, se rompe cuando se manifiesta la posibilidad del enemigo interno, es decir, de aquella puesta en cuestin de la norma que surgira de aquellos que son invisibles dentro de la misma. Enemigo ya no es el extranjero, sino cualquier otro, extranjero en su propio lugar de nacimiento, sin voz ni rostro, cuya heterogeneidad se manifiesta, se da; motivo por el cual para Schmitt se volvera imperioso combatirla. Ya desde otra perspectiva, la necesidad de pensar al otro conformando desde siempre la identidad de cualquier sujeto poltico, lo que en Derrida se conoce como la lgica autoinmunitaria, nos invita a inventar una poltica que rompa con la relacin hostil hacia el enemigo, abriendo as la posibilidad de la justicia, entendida como hospitalidad incondicional hacia la singularidad del otro. Incluso la decisin soberana, aquella que Schmitt pretenda signo del sujeto soberano, es siempre la decisin del otro en m, ya que para ser tal debe romper con la lgica del sujeto moderno. Finalmente, aunque Schmitt pretendiera que su concepto de lo poltico estuviera ms all de cualquier figura Estatal, Derrida critica precisamente la filiacin ineludible entre el sujeto soberano como instancia de cierre sobre s y el Estado como institucionalizacin del mismo. A su vez, su anlisis de la democracia por venir invita precisamente a pensar en la posibilidad de una poltica ms all de toda estatalidad, es decir, en un sujeto poltico constantemente abierto a la llegada del otro.2. Principales resultados obtenidos (sintetice los principales aportes logrados en el marco de esta investigacin).

Jurdico-institucionalmente, la interrogacin sobre el Estado remite a la soberana como facultad para trazar la distincin entre amigos y enemigos. Carl Schmitt encuentra la esencia de lo poltico en la prerrogativa soberana. Quien declare la suspensin de la ley, por propia iniciativa, de manera original e incondicionada, se ser el soberano. Sin embargo, el soberano tiene como fin la reinstauracin del orden. Por lo tanto, este momento de apertura hacia lo otro, hacia lo ms all de la norma, se vuelve un riesgo necesario para lograr el cierre del universal que rige el orden dado. A partir de aqu Derrida seala la necesidad de pensar al otro conformando desde siempre la identidad de cualquier sujeto poltico, abriendo as la perspectiva de una poltica que rompa con la relacin hostil hacia el enemigo, construida sobre la posibilidad de la justicia, entendida como hospitalidad incondicional. Y aqu Derrida critica precisamente la filiacin ineludible entre el sujeto soberano como instancia de cierre sobre s y el Estado como institucionalizacin del mismo. A su vez, su anlisis de la democracia por venir invita precisamente a pensar en la posibilidad de una poltica ms all de toda estatalidad, es decir, en un sujeto poltico constantemente abierto a la llegada del otro.

La biopoltica, por su parte, estudia las transiciones mediante las que la vida es vuelta objeto de administracin poltica, y las tecnologas del yo mediante las cuales los hombres son subjetivados en su existencia as administrada. En el derrotero de nuestro trabajo la relacin entre el sujeto y la historia es intrnseca. Hay pues un proceso de formacin y emergencia del sujeto que solamente puede pensarse con eficacia si se lo concibe en concomitancia con las prcticas sociales que lo constituyen. Justamente este es uno de los proyectos fundamentales de la tarea filosfica que Foucault se impuso.

Si la constitucin histrica y social del sujeto puede presentarse como uno de los temas fundamentales de la investigacin foucaultiana, es porque solamente all se dejan pensar los dispositivos de poder no representativos que modulan polticamente el cuerpo social. Es el anlisis efectivo de estos procesos lo que nos permitir la emergencia de las siguientes preguntas-problema que tomamos prestado de Susana Murillo y que cifran los efectos polticos de dicha impronta terica: cules son las condiciones de posibilidad de este orden social? () qu efectos produce dicho orden?.B- Produccin del Proyecto Seale las publicaciones y / o presentaciones a reuniones cientficas, congresos, o jornadas acadmicas, que hayan realizado el director o los miembros del equipo en el perodo que se informa y en relacin con la investigacin acreditada.

1- Chun, Sebastin, Del conflicto de las facultades a la universidad sin condicin, Octubre de 2010, IV Jornadas de Filosofa Alemana Filosofa, Universidad y Repblica, Universidad Nacional del Litoral - Expositor

2- Chun, Sebastin, Medios, filosofa y poltica en el pensamiento de Jacques Derrida, Septiembre de 2010, I Jornadas sobre Discursos Sociales Ideologa y Cultura Popular, Universidad Nacional de La Matanza - Expositor

3- Chun, Sebastin, Literatura y democracia por venir, Junio de 2010, III Jornadas de Filosofa Poltica: justicia, equidad e igualdad, Universidad Nacional de Mar del Plata Expositor

4- Chun, Sebastin, Polticas de la muerte: de la lgica soberana a la democracia por venir, A Parte Rei. Revista de Filosofa, n 67, Enero 2010, Madrid, http://serbal.pntic.mec.es/. ISSN 1137-8204.

5- Pinacchio, Ezequiel, La enunciacin de la barbarie: un recorrido por la primeras obras de Rodolfo Kusch en Actas del Congreso internacional de lengua y literatura: Voces y letras de Amrica Latina y del Caribe. Facultad de Lenguas - Universidad Nacional de Crdoba. Crdoba, Argentina. Junio, 2010.

6- Pinacchio, Ezequiel, Todo siempre lo mismo? De-colonialidad, Pueblos y Estado en Bolivia. en Dialctica, revista de filosofa y teora social, ao xviii, nm. 21, buenos aires, primavera 2009.

7- Pinacchio, Ezequiel, Continuidades y rupturas entre el pensamiento anti-imperialista latinoamericano de los 60 y 70 y el pensamiento descolonial en IX Jornadas nacionales VI Latinoamericanas Hacer la Historia. El pensar y el hacer en Nuestra Amrica, a doscientos aos de las guerras de independencia. Octubre, 2010. Escrito junto a Snchez San Esteban, Santiago.

C- Otras actividades de divulgacin de resultados, transferencia y actividades de extensin realizadas a partir de los trabajos de investigacin

Completar exceptuando lo informado en el item B

D- Formacin de Investigadores

Especifique los avances en la formacin de integrantes del equipo .

Sebastin Chun. Licenciado en Filosofa, Febrero de 2010, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad de Buenos Aires. Tesis: La democracia por venir como poltica aportica de la deconstruccin. Directora: Mnica B. Cragnolini. Nota: 10 (diez)

Deber enviar por correo electrnico a [email protected] - el informe en una versin no posterior al Word 2003 y 1 (una) impresin firmada por el Director o Codirector del proyecto en folio A4 en la oficina 10 del primer piso de Posgrado (Presecretara de Investigacin).En el caso de publicaciones o produccin de cualquier tipo se presentar fotocopia de la primera hoja significativa o su equivalente En todos los casos consignar: Ttulos, ciudad / pas de edicin, Editorial, ao, volumen / tomo, pginas, ISSN o ISBN, si cuenta con referato.

Para las publicaciones electrnicas consignar: Ttulo de la pgina, ciudad / pas de edicin, Editor / compilador / editorial, ao de edicin, link (URL), Autor /es.

Para la presentacin a Jornadas y Congresos consignar Ttulo; organizadores, ciudad / pas de realizacin y fecha del evento

Consigne tesis o tesinas de grado o posgrado dirigidas, en curso o finalizadas, sealando el nombre del tesista, la institucin y el perodo.