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FOLKZUM [pic] El Ocaso de los Dioses Primera Parte Los Hijos de Mara [pic] FOLKZUM

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El Folkzum "Los Hijos de Mara" cuenta la historia de tres Dioses que han heredado el universo tras la guerra de los maximos Poderes del Et-Zuloth, aquello que engloba todos los mundos. "Los Hijos de Mara" cuenta los amores, pasiones y deseos de los Dioses y sus hijos que seguiran su camino en otro tiempo. "Los Hijos de Mara" cuenta las luchas entre Heills, Namidian y Killme por mantener el poder en Balbania, la tierra mortal donde habitan los hombres y otras criaturas.

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FOLKZUM[pic]

El Ocaso de los Dioses

Primera ParteLos Hijos de Mara[pic]

FOLKZUM

Maximil iano Bravo

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Esta pequeña recopilación de Cuentos esta especialmente dedicada a mis amigos: Hector, Rodrigo, Nehuen,Marcos, Alejandro, Matias “Defy” y mi hermana. Que fueron las personas que primero se interesaron porestos cuentos llegándolos a querer (creo) tanto como yo. Si no hubieran confiado en un sujeto que hacia elruido de un Songoton probablemente esto no hubiera sido igual.Solo tengo una cosa para decirles: “¡Vuelve a Vendor!”

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FolkzumLa Caida de los DiosesPrimera Parte

Los Hijos de MaraSegunda Parte

La Prole del Kelleth

Tercera ParteLa Ultima Guerra Santa

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La historia que paso a contar se ha reproducido muchas veces. De mejores y peores manerassegún la época y el autor. Hablo del mito más famoso en nuestro país, sino del continenteBalbanes: Folkzum, la caída de los Dioses. Dicha obra se ha maltratado a lo largo de diversosperiodos y fue usada cientos de veces en discursos políticos de toda ideología, porquelamentablemente se permite a cualquiera decir casi cualquier cosa hoy en día.El Folkzum se presenta casi siempre en Himburgo como una leyenda para niños, autores comoRichard Fillon, Drewy Rultz y la preciosa Mary Scout, han logrado adaptaciones muy buenaspara los pequeños y sus padres. Tampoco debemos olvidar los atributos que nuestras abuelas lesdaban a los personajes, pues el Folkzum suele trasmitirse de manera oral antes que en letras.Lamentablemente pocos o ninguno se ha emprendido en la aventura de contarlo en su totalidad.Sin embargo es comprensible, pues es de muy larga extensión y los personajes van y vienen conel viento. Pero es preciso (o al menos se le debe a este relato) una recopilación que intente darleun buen comienzo y un buen final. Ya que se acostumbra (desgraciadamente) a comenzar elFolkzum con el nacimiento de Balabord en Villgrade, que es lo mismo que mirar una películadesde la mitad y eso hace el final menos impactante. Deja también pocas respuestas a sus másdevotos fanáticos.A mis colaboradores y a mi nos ha tomado ocho largos años de trabajo poder reunir todas lasversiones sobre los distintos acontecimientos. Fue una ardua labor verificar todas las fuentes,descartando auellas más recientes. E aquí una lista de los libros que hemos obviado y las razonesde nuestro rechazo:1) The Book of Himburgish Mitology, Ronald Adams.2) Vlainds and judes, Karl Krupp3) About Arod, Bilingord and Balabord, Gene Shannon4) The Fields of Strickland Francis Atenuar5) By the Way of Sigmund, By Squall Lockedhart

1) The Book Of Himburgish Mitology es un buen libro para niños, allí presenta la historia demanera amena. Aunque ha obviado muchos de los combates principales entre Dracidas y Vlainds,principalmente el sitio a Allion, que es esencial para conocer esta historia.

2) Vlainds and Judes en su afán por encontrar un sustento mitológico aceptable al NacionalSocialismo de Hellens, el autor (miembro del partido) afirma que estos eran los primeroshombres de la raza Aria que fundaron reino en Hellens. Realza la imagen de los Vlainds hasta elhartazgo obviando muchas partes y con el vomitivo mensaje en que los Judíos son los culpablesde la muerte de Balabord en Strickland, cosa que ningún otro relato parece compartir ni de lejosni de cerca.

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3) About Arod, Bilingord and Balabord Gene Shannon logró una buena obra con respecto almito del rey Arod de Tarcun. Sin embargo ella misma declaro en el Blondon Mirror :“Me tometantas libertades como el whisky me permitió”

4) The Fields of Strickland Atenuar comienza la historia a partir de la llegada de los Vlaindsal país de Himburgo, sin dar muchas razones a su existencia o exilio de Landesia. Se focalizóprincipalmente en la llamada “ultima batalla”, que por otra parte no fue el final de los Vlainds

5) By the Way of Sigmund Squall Locharted escribió tal libro agigantando la figura deSigmund por sobre todas las demás, regalando muchas hazañas imaginarias e improbables alhéroe Jethi. Algo similar a lo que hizo Nehuen Palacios con “Why Sigmund`s order is full of crapand Bilingord rules” Sin embargo ambos han cooperado en este libro.Echas estas aclaraciones presentamos nuestro relato, que no pretende tener la verdad final sobreeste asunto, sino una temporalidad más o menos correcta y una correlatividad entre cada cuento,traer luz sobre asuntos que no se destacan en otros libros y dar nuestra versión sobre ciertaspreguntas frecuentes como la muerte de Balabord, Los Hijos de Killme, y Elartes.Los AutoresMaximiliano BravoFrisa Asha ChernovaJhon Still (Mitrill para los amigos)Mona Carla SimonovaPatricio ReyColaboradoresNehuen PalaciosSquall LockedhartRichtard VelmontSu Excelencia Barbara Bravo, Regente de la nación Helleniana.Agradecimientos a:Biblioteca Nacional HellenianaBiblioteca Nacional LandesianaClub pomposo HimburguesBiblioteca El duende hincha pelotasUniversidad de LambridgeUniversidad Pallance EmperadorCirculo libre de Historiadores GriebosBiblioteca Nacional de Salef del NorteBiblioteca Nacional de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas de BrusiaMuseo nacional de Historia de MosguFundación FerdinandFundación por la preservación del casco histórico Dargia y Asociados

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Casa de Empeño “Dragones Negros”MI5H.I.S (Himburgish Intelligence Service)Cementerio nacional a los caídos, Saint Custer, Himburgo.Tilknia CorporationSindicato nacional Helleniano de Blondies y criaturas mitológicas.Unión por la preservación del Bosque de Hosmusilias.Gremio Nacional Himburgues de espectros, duendes y hadas de Tieglin.Santa iglesia de San Jorge, HellensNuestra Señora de Blondres, Himburgo

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Los Cinco Mundos del Et‐Zuloth

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prımera parteLos Hijos de Mara

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La Piedad de EleianaNuestra historia comienza en un tiempo tan lejano como el tiempo mismo, allá en los días que nisol ni luna andaban el cosmos, cuando los Dioses comenzaban a prestar particular atención a esabola suspendida en el vació a la que llamaron Nia y más tarde, a su tierra agreste, fría y peligrosa,Balbania.Sí, aquellos eran días de novedades, cambios. Algunos sutiles otros sorprendentes. Porque los dospoderes más grandes de todo el universo se trenzaban en lucha. Por un lado estaba Mara, lamadre de toda criatura viviente, señora del día y veladora del balance. Sus hijos: los tres diosesHeills, Namidian y Killme. Detrás de ellos venían sequitos de guardianes y en último lugar deesta cadena los Hombres. Aun jóvenes, pero más fuertes que hoy en día.A toda esa fuerza, que no era poca, se enfrentaba lleno de orgullo Harmir, el Dios del Caos y de lanoche, de igual fuerza que Mara a quien declaró la guerra por ser rechazada su oferta decasamiento a la diosa. Y desde ambos lados se preparaban todo tipo de armas para unenfrentamiento que duraría innumerables años de grandes victorias y amargas derrotas. Pero deeso se habla largo y tendido en “El Comienzo de la Noche” por lo que no nos detendremosdemasiado aquí.Fue en estos tiempos que en Balbania, antes de que cualquier Dios engendrara raza o hijo alguno,habitaban los Ignotos. Y tal es su nombre pues su procedencia es desconocida incluso por Mara.Nadie los vio venir, ni nacer. Simplemente allí habitaban y eran felices incluso cuando la tierraestaba fría y oscura.Los Ignotos eran seres maravillosos capaces de tomar cualquier forma y andaban en el mundocomo espíritus salidos de la tierra, potestades accidentales en la gran creación del universo queMara y Harmir llevaron a cabo. Y fue cuando Mara dio vida a los hombres que estos dos gruposse conocieron, al tomar los ignotos la forma de hermosos hombres o mujeres con largas alasblancas. Por darles cobijo, amor y amistad, los hombres les tomaron por aliados y en algunos (yesto es preciso recalcarlo) algunos casos, les reverenciaron como Dioses. Porque los Ignotos noordenaban nada a nadie y todo hacían por amistad, piedad o bondad.El Reino de Notiel (primer nación humana) estrechó con ellos relaciones y esto puso a Mara muycelosa, pues sus hijos predilectos, los caballeros Notielienses, hablaban mejor de los Ignotos quede ella; por que las leyes de Mara eran muy estrictas para con los hombres de Notiel, quieneshabían jurado dar la vida en combate para defender al mundo de las maldades de Harmir. Paracolmo de males, el Dios de la noche ya había asentado fortaleza en la tierra y sus preparativospara la guerra habían dado frutos, cooptando a algunos Ignotos y transformándolos en horriblesdemonios de poderes incalculables.Cuando el reino de los hombres estaba en su plenitud y Notiel era todo aquello con lo que Marahabía soñado y su poder de temer, le exigió a los Ignotos restantes lealtad. Pero los Ignotos no

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reverenciaban a nadie, porque ellos a ningún conocido debían nada. Por lo que se negaronrotundamente, aunque ofrecieron amistad para con los hombres de Notiel.Sin embargo Mara era inflexible y su ira terrible. Creyó que tarde o temprano Harmir llevaría através de mentiras a los Ignotos de su lado y Notiel caería bajo sus impías llamas. Por lo tanto leordeno al rey de Notiel Aredhel que hiciera la guerra contra los Ignotos y les encerrara hastaque le juraran lealtad.Los hombres quedaron entre la espada y la pared, pues aunque amaban a los Ignotos su lealtadestaba sujeta a Mara y de lo contrario serian severamente castigados por los Dioses, así que sinotra opción, marcharon a la guerra.He aquí que la diosa del día también les exigió a sus hijos los Dioses que fueran al combate. PeroKillme y Heills se negaron; sólo Namidian respondió a dicho llamado y marchó con los hombresde Notiel a la montaña de tres picos de Situn, que era la morada de los Ignotos.Es por tanto, en este garrafal error de Mara que se da el verdadero comienzo de la historia sobrelos Jethis y los Vlaind. Porque Namidian sentía vergüenza de lo que iba a hacer y no llevó a labatalla estandarte alguno ni se identifico como Dios. Solo tomó la forma de un hombre y cabalgóal lado del rey como su escolta.Las fuerzas de los Ignotos eran comandadas por dos grandes caudillos, Alvor e Igrrisen. Esteúltimo era el más hermoso y poderoso de todos ellos. Y la Ignota Eleiana, igual de preciosa, leseguía a donde fuera. Incluso si Igrrisen se enfrentaba en batalla contra tantos y peligrososenemigos.A los pies de la gigantesca montaña se enfrentaron entonces ambos ejércitos y no vio nunca elmundo una batalla tan inmensa ni tan significativa. El viejo orden contra el nuevo. Eran losDioses o los Ignotos, no había lugar para ambos dicen. Envueltos en sus fulgentes armadurasambos grupos chocaron allí y se derramo sangre, se desgarraron pechos y se quebraron costillas.Los Ignotos alcanzados por las flechas caían del celeste como estrellas que se apagan a medidaque descienden en la oscuridad del mundo. Y todo lo bueno que pudo haber sido el mundo, y todala belleza que pudo haber existido se perdió por capricho de Mara. Y me animo a decir que no fuela última vez.Ya en retirada los Ignotos, Eleiana salió desesperada a ayudar al buen Igrrisen que luchaba comofiera cercada por cazadores, blandiendo Brisa y aplastando yelmos entre el éter cargado de sangrey ceniza. Fue en un pequeño risco de la gran montaña que Eleiana intentaba abrirse paso,lanzando al vació a los desafortunados enemigos que se cruzaban en su camino. Aredhel, no lejosde allí con Namidian a su lado decidió intervenir, pues él sólo podía medir fuerzas con tan altaIgnota.Aredhel se plantó delante de ella y la derrotó con facilidad, pues Eleiana estaba cansada yangustiada al saber que estos acontecimientos eran inevitables. Cuando el rey levantó su afilada

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hoja para rematarla en el suelo la mano de Namidian lo detuvo.– Este enemigo ya esta derrotado mi señor, apresúrese a la cima donde Igrrisen y Alvor esperan.El rey, tal vez influenciado por los poderes de Namidian o por la belleza de aquella angélicamujer bajó su espada y subió a la loma.El Dios, que pocas cosas conmueve, se maravillo ante la Ignota. En el suelo resbaloso por lasangre, con las cenizas danzando entre él y ella, su vestido blanco corrupto por las heridas de sucuerpo. Y sus ojos verdes llenos de piedad lamentándose por su infausto destino, convencieron aNamidian de que debía llevarla a resguardo.Tomó a la muchacha, que yacía dormida en sueños oscuros, y caminó el largo trayecto desdeSitun hasta el mar oriental que besaba los pilares de la montaña. Y vio que en la cumbre ya sedesgarraban en lucha los hombres y los Ignotos. Supo entonces que el tiempo se le estabaacabando y que debía llevar a Eleiana hasta sus aposentos en el Ramkkara para evitar que fueraencerrada con sus hermanos.Usando sus divinas fuerzas hizo de un madero un gran barco, se subió al mismo y huyó de labatalla de Situn. Pero el mar estaba revuelto, porque todos los cimientos del mundo conocidotemblaban por la furia de Igrrisen. Y las olas no dejaban en paz a la embarcación, que sebamboleaba como una ínfima hoja envuelta en un tornado terrible.Puso este viaje a prueba todas las fuerzas del Dios y finalmente, tras andar a oscuras por maresextraños llegó a las costas de Ramkkara.Sin embargo, tal había sido el esfuerzo para Namidian que al poner sus pies sobre la tierra cayómoribundo y jadeante. Dicen que entonces una gaviota de esas playas tan llenas de beatitud seposó en los hombros de Eleiana y esta despertó en la tierra extraña y fría de quien la habíasalvado. Vio al que fuera su enemigo en la misma forma que Namidian la contemplo. Y como lamayor virtud de aquella mujer era la piedad, bajó del bote y beso a Namidian para que esterecuperara fuerzas. Al abrir los ojos el Dios se encontró con ella y yacieron en esa playa duranteun tiempo que no se puede contar, hechizados y atravesados por el duro destino; mientras que delotro lado del océano Igrrisen quedaba encerrado para toda la eternidad y el mundocambiaba…otra vez.

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El amor entre Namidian y Eleiana era grande, tanto que este dedico gran parte de esos años aocultar la procedencia de la Ignota, haciéndola pasar por una creación suya. Para ello Eleianadebió esconder sus alas debajo de sus larguísimos cabellos castaños claro y vistió y actuó en laforma que los Dioses lo hacen.Por esto, cuando Namidian anunció su casamiento y Mara pregunto quien era la muchacha, elinventó el cuento que tomando barro de las playas de occidente había dado vida a esta hermosamujer. A la que cambió el nombre por Flare Whotan. Mara, muy preocupada en la guerra contraHarmir no le prestó mayor atención al asunto.Pero, mientras en Balbania los Poderes máximos estaban muy ocupados matándose entre si,Eleiana andaba con el semblante gris. Porque a pesar de que el palacio del Ramkkara erahermoso y su esposo la amaba con devoción, ella, tan acostumbrada a estar rodeada de hermanos,se sentía irremediablemente sola. Y Namidian, que todo quería para ella, era incapaz de verlasufrir.Una noche, cuando las estrellas estaban más brillantes que otras veces, la llevó a pasear por loshermosos ríos que andan serpenteando por las tierras del señor. – Elige la que quieras y te ladaré. Le dijo Namidian. Pero Eleiana no parecía muy animada con la oferta. Por lo tanto, suesposo llevó el bote a Balbania y este navegó por los cielos sin ser visto por las criaturas. –Escoge la tierra que más te plazca, yo la conquistare por ti. Pero Eleiana no tenia ambiciones dereina, ni deseos de gobernar otras voluntades. Ya en desespero por animarla Namidian fue haciala forja de los Dioses. Pidió al Guardian Turak que le mostrara la más hermosa joya que el habíalogrado. Este le mostró un precioso collar, lleno de joyas y metales preciosos. – Pagare lo que seasi quieres este collar único. Pero Eleiana tampoco quería collar alguno.Cuando regresaban a Ramkkara, ya entristecido Namidian por su infructuoso actuar Eleianahabló. Y en ese entonces nadie sabía que cuando Eleiana habla, habla el destino y sus palabrasdan comienzo a muchas cosas que ella no puede detener. Hizo una leve mueca con sus ojoslagrimeando, pero cerró la boca como si estuviera por dejar escapar una maldición.Namidian le insistió que hablara mientras el bote andaba entre los más hermosos astros de laprofunda y vieja noche Balbanesa. Y el viento suave de ese verano acariciaba a ambos suscabellos. El dios, se armó de valor como pocas veces y dijo entonces: “Sea lo que sea, solo pídelo.Sea la desgracia para mi si no lo haces” y le tomó de las manos con la dulzura del sincero amante.

­ Quiero tres hijos, uno varón, otra mujer y luego otro varón. Y abrazó a Namidian con elrostro apesadumbrado en llanto. Y el Dios no supo porque lloraba Eleiana hasta que fue muytarde. Pero ella hablaba el destino y tal vez algo conciente de esto, Namidian se sometió a tal deallí en adelante.Por supuesto que el Dios estaba dispuesto a darle a Eleiana lo que deseaba, sean tres, cinco o milniños. Pero si ya era una falta grave a su Madre el casarse con una Ignota, más aun crear con ellaprogenie. Sin embargo la mente y corazón de Namidian en aquel entonces eran más puros, pues

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las vicisitudes del poder aun no le infectaban como veneno. Y sonriendo acostó a Eleiana en ellecho del barco y le hizo el amor muchas veces.Al cabo de nueve meses nació el primer hijo de ambos al que llamaron Norim y no mucho mástarde llegó la preciosa Dargia. Pero el tercer varón no aparecía aun y Eleiana no sabia decirporque o no deseaba decirlo. Más allá de este obstáculo, ella amo a ambos niños con entregaabsoluta; y Namidian transformó Ramkkara en un lugar lleno de júbilo. Pensando en que algúndía alguien descubriría la verdad sobre sus retoños, planto un árbol en el jardín de su palacio.Este se llamó Rigguno y de sus frutos creo tres bellos y fuertes Guardianes: Amarak, Drakkar yOmar. Estos se encargarían de cuidar a los Príncipes y serian sus más fieles soldados yembajadas.

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Un Dios llamado Heills“DE TODOS LOS DIOSES DEL ESSEA ERA HEILLS EL MÁS PODEROSO, SEGUIDO POR NAMIDIAN Y LUEGO KILLME” TThhee BBooookkOOff HHiimmbbuurrggiisshh MMiittoollooggyy

La Afirmación anterior es la más común a la hora de retratar al dios que habita en Altonav, granpalacio construido con sus tremendas fuerzas. Sin embargo pocos autores se han preocupado enexplicar la razón de esto. Jhon Sifield dice en “A look into the Essea” que Heills era el mas fuertepor ser el primero en tomar consciencia de si mismo y desarrollar ego y deseo. Sin embargo espoco probable que el Deseo de Heills sobre otras voluntades lo haya hecho crecer en poder porvoluntad propia, de lo contrario Namidian y Killme le hubieran seguido en tal actitud. Más alláde esto, un relato de origen Salefiano datado en el año 1535 explica el incremento de sus fuerzasde la siguiente manera. El texto ha sido adaptado lo mejor posible a nuestra lengua.

Unlukaff el Dragón de FuegoEn el Essea, la gran tierra que comparten los Dioses sobre las estrellas, habitaban Heills,Namidian y Killme. Todos ellos hijos de Siggena (nombre dado a Mara por los Salefianos) y ella,en su sabiduría había dado a los tres Dioses iguales fuerzas y capacidades. Tal como ella eraidéntica a Harmir en virtud.Un buen día Mara puso a sus tres hijos a labrar el campo de la gran tierra. Pero, para desgraciade la madre, solo Killme se aboco a esa tarea con la atención e importancia necesaria. PorqueNamidian y Heills andaban ociosos. Mara les llamó a su palacio de Hielo más allá del mundoconocido y les preguntó a sus dos hijos porque holgazaneaban mientras Killme labraba conesfuerzo su tarea.Heills fue el primero en hablar, porque ya tenía en su corazón el deseo de hacer valer susopiniones y deseos: “Yo no labrare el campo para que otro lo utilice. Sólo trabajare en el mió, quenadie cuidara por mi si lo pido”. Mara retuvo su enfado en aquella conferencia y le pareció belloque Heills fuera un Dios inteligente. Y se sonrió como quien escucha aun niño decir palabras deadulto.“Pero este campo será tuyo también Heills, pues a ninguno de mis hijos dejo yo sin tierra nitecho. Caminaras por el, beberás de sus aguas, y serás pastor de tus rebaños cuando estos lleguen.Y tu destino esta atado a aquel campo que hoy te pido que labres. Si actúas bien, si enseñas a miscriaturas, si les proteges del gran enemigo, entonces tarde o temprano cuidaran de tu tierra conel placer de quien devuelve un favor”Pero, debido a que el orgullo de Heills era más grande que su sabiduría, y no había cultivado laatención, tan importante para todos los seres, contesto: “¿Porque debo compartir aquello que hicecon mis propias manos? ¿No es acaso debido a nosotros que hoy Nia es hermosa y sus aguas

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cristalinas? ¿No se debe a los Dioses toda la gloria que baña las tierras de costa a costa? Regalasa criaturas menores cosas que en sus mentes no podrían apreciar, pues su entendimiento es tancorto como la brizna de la hierba a comparación de nosotros, la enaltecida progenie de Mara. Escomo entregar a ciego una pintura maravillosa. Porque los Hombres destruirán todo esto con suambición, guerrearan sobre el mundo quemando el trigo, mancharan con sangre los verdespastos y pisotearan brutalmente las más bellas flores; si eso les da a cambio un poder que creeráneterno, cuando su vida es tan corta”Pero Mara no quiso escuchar hablar a Heills sobre cosas que en verdad no conocía, pues solo enla mente de Killme y de ella estaban los hombres, su destino y sus conductas. Por lo que ordeno aHeills que trabajara de todas formas alejando de su corazón esos deseos tan egoístas.El Dios, obstinado y enfadado con su madre maduró en su cabeza la idea de que cada Diostuviera su propia tierra en algún otro lugar que no fuera Balbania. De esta forma podrían hacerlas cosas como ellos deseaban. Tal idea compartió con Namidian. Sin embargo a ambos lesfaltaban fuerzas como para crear un mundo invisible a los ojos de los hombres y que fuerainalcanzable. Y Heills pensó seriamente como incrementar sus fuerzas.Algún tiempo después preguntaron a Killme, quien era el más sabio de los tres: “Dime hermano,tu que eres el más cercano a Mara y quien mejor comprendes sobre Nia y sus cosas. ¿Cuál es lacriatura más poderosa de este mundo, que no sea hijo de Mara ni artificio de Harmir? Y Killme,que no sabía que tramaban sus hermanos contestó: “La Criatura más poderosa que he visto enestos años vive en el centro de la tierra y su nombre es Unlukaff, terrible Dragón de fuego, queencierra la virtud de la creación, que otros llaman el fuego de la vida”(N/A:Y en verdad era cierto. Así como antes hablamos de los Ignotos, esta claro que Unlukaffdebió haber sido algún tipo de Ignoto de inmenso poder. Sus llamas eran generadoras de vida yno de muerte en algún tipo de orden pre divino que se dice existió cuando Mara y Harmirlabraban el universo. )Heills decidió entonces que se robaría aquel fuego. Fue donde la herrería de los Dioses y labrópara sí una lanza llamada Gritun que tenía la única capacidad de atrapar la esencia y poder de susenemigos. Y buscó por la larga tierra algún volcán por donde llegar al centro de la tierra.Dio con una gran gruta llamada Aluth Mostross (Puerta al inframundo) y engalanado en unaarmadura de plata y gran yelmo alado se precipito por la boca del mismo. Sin embargo su cascoalado le daba el poder de flotar a su voluntad y comenzó su oscuro viaje a las fauces de Nia.De las cosas que vio allí, entre la oscuridad y los vapores poco se puede decir. Aunque sin dudafue una travesía difícil ya que en esas profundidades innumerables criaturas peligrosas habitaban.Se dice que se trabo en lucha muchas veces contra monstruos que nunca habían visto la luz deldía y otros muchos huyeron de su fulgente armadura, que venia como el Sol en el aurora dondesólo la noche habitaba.

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Tras mucho andar dio por fin con un túnel de gran envergadura y desde este se podía escuchar elgruñido de la terrible criatura. Notó, para su sorpresa, que toda la abertura estaba labrada enjoyas preciosas de todo tipo de colores. Sin dudarlo arrancó una de la roca y al tomarla entre susmanos advirtió que se había hecho invisible incluso a sus ojos.Ya seguro de que no seria descubierto por el gran dragón fue hasta su madriguera.Sin embargo para su desgracia, los ojos colorados de Unlukaff le detectaron con facilidad. “Pobreintento para ser un Dios. Yo soy Unlukaff el Dragón de fuego y a mis ojos ninguna roca de estacueva te hace invisible, pues a nada soy ciego, ni siquiera a la esencia de la vida, que hombres yDioses conocen pero no pueden ver”Ya sin tapadera, Heills guardase la piedra y presentó ante su enemigo la terrible lanza, de puntaafilada y acero brillante. Allí entonces se trabó en lucha con el gran dragón, pero Unlukaff erainteligente, como cualquiera de su especie y esquivó la punta de aquella preciosa arma muchasveces.Como si un meteoro le hubiese impactado en la barbilla, el Dragón le asestó terrible garrasodejándole espantosa cicatriz al Dios. Y más tarde con la punta de su larga cola le arrancó su ojoderecho. Y Heills cayó al suelo ya magullado y derrotado. Pero la ambición de Unlukaff era másgrande que su cuidado. Por lo que abrió sus fauces y se trago a Heills, quien inteligentemente seaferro a su lanza. Una vez Gritun rasgó su estomago la lanza le succiono toda vida y todo fuego.De esta manera Heills triunfó sobre el terrible Unlukaff, aunque obtuvo de aquella trifulcaterribles quemaduras en todo el cuerpo, y desde aquel tiempo no se desnuda. Se dejó la barbapara disimular las horribles cicatrices en su barbilla y finalmente su rostro quedo adornado porun parche.Pero, a pesar del terrible costo Heills volvió donde Namidian y le anunció su triunfo en secreto. –Ahora en mí vive el fuego de Unlukaff. Ahora puedo crear yo el mundo donde desee habitar bajomis reglas.Así ambos se abocaron a la tarea y crearon el plano del Kelleth, donde habitan desde entoncesestos dos Dioses y, para que este fuera invisible a los ojos de los Hombres rompieron aquellapiedra de la cueva y desperdigaron su esencia por sobre todo aquel mundo. Es por esto que loshombres sólo pueden acceder a las tierras de Heills y Namidian por mandato de ellos o una vezmuertos. Heills creó una isla muy grande y hermosa que llamo Agerner y, con las nuevas fuerzasque robó a Unlukaff se construyó a sí mismo gigantesco palacio y con su fuego dio vida a doshijos; que fueron Shannon y Dargil. Pero al reparar que el fuego de Unlukaff era limitadoresguardo para si la mayor parte en una vasija que custodian cien Dragones, todos nacidos delmismo fuego.Namidian creo, sobre verdes océanos del Kelleth una isla más pequeña, pero levanto allí terriblefortaleza que hace temblar el corazón del más valiente y la llamó Ramkkara, donde más tardehabitó con Eleiana y sus hijos.

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Es por esto que Heills se ganó el titulo del Dios más fuerte del Essea luego de Mara; porque robóel fuego de la vida y sus fuerzas incrementaron de manera terrible desde aquel encuentro.Aunque, al ser fruto de su ambición la adquisición de tal poder; Mara le lanzó esta profecía: “Loque has concebido con malsana ambición sólo puede despertar la ambición de otros, como laenvidia de terceros. Sea tu camino por tanto el del deseo sin reparo, aquel fuego que robastedeberás devolver tarde o temprano y será para mi gloria aquel día y no para la tuya”De lo que Mara hablaba, Heills no supo, pero lo descubriremos en los relatos subsiguientes;porque ni todo el poder de los tres Dioses juntos podría separarlos de su destino que era uno y yaandaba como estaba escrito.

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El escape de Shannon y AsinniaComo se dijo, Heills tuvo dos hijos, que fueron desde entonces los príncipes más bellos del Essea.Shannon era el mayor y tenía el semblante recio, los ojos verdes y los cabellos largos, claros yondulados. Dargil era aun más bello que su hermano mayor, de cabellos negros y ojos oscuros.Pero inquieto y curioso, porque era un muchacho incansable en toda actividad y pronto Argenarle resultó pequeña en comparación a Balbania.Cuando llegase este a la adultez, Dargil, quiso marcharse de la isla para andar los largos camposmortales y conocer todas las criaturas que allí habitaban. Pero Heills no estaba de acuerdo, puestemía por la vida del príncipe. Entonces hubo discordia entre ambos, y el amor que se tenían seperdió en parte por esto. Sin embargo, Heills terminó por aceptar, con la condición de que Dargille trajera noticias desde Balbania.Así quedaron solos Heills y Shannon. Este fue desde entonces su más prolífico alumno y muchascosas le revelo el Dios a su hijo, que fue su consejero en todas las cuestiones y embajada cada vezque era necesario.Cierto día, Heills decidió enviarlo como representante al Ramkkara, pues deseaba discutir conNamidian una cuestión menor. Mas le advirtió a su hijo con estas palabras “Si vas donde mimagnánimo hermano compórtate como lo haces conmigo, porque Namidian es rápido para lafuria y lento para el olvido” y con tal consejo partió el precioso príncipe en una barca hacia elRamkkara.Arribó entonces Shannon a las costas pedregosas de la tierra de su tío. Y como era un príncipeimportante fue recibido por las Adrias, que son las guardianas de Namidian nacidas del árbol deRigguno. Y, al ser este su primer contacto con la hermosa gente, se asombro al ver tantasmujeres, de distintos colores de cabello y piel. Entre el precioso sequito, cargado con regalos parael joven, estaba Asinnia la Adria del viento. Cuyos cabellos eran tan azules como el firmamentoen el ocaso y sus ojos como las aguas en lo profundo. Ambos se sonrojaron al momento delsaludo protocolar y luego se marcharon cada uno a sus asuntos. Pero el corazón de Shannonquedo flechado, y doliente anhelaba volver a verla.Shannon habló en la inmensa cámara del trono sobre lo que su padre deseaba informar al severoNamidian. Y cumplida la rutinaria tarea, el Dios le invitó, junto a su esposa, a caminar por lashermosas sendas del Ramkkara, la de bellos jardines.En este paseo, Shannon diviso en una colina inmensa estructura de veintitrés columnas y techodorado que refulgía a la luz de Mara. Como la belleza de tal recinto era grande no pudo evitarpreguntar que era aquello. Namidian le contesto orgulloso:

­ Tal es el Sagrario de los guardianes y las Adrias. Allí se depositan todos los tesoros que loshombres me envían y todo cuanto considero precioso en el se guarda para mi gloria.

­ En Malí, mi padre no atesora ninguna ofrenda, pues a su imagen el más excelso regalo es

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insignificante. – Contesto arrogante el buen Shannon.Namidian se turbo ante su insolente respuesta y dijo apresuradamente:

­ A mi tamaño poder y sabiduría, todo lo que se guarda en el Sagrario es tambiéninsignificante. Pero a mi esposa le gustan, por eso las conservo.Mas, Flare Whotan se encontraba allí y se enfado ante las mentiras de su esposo. Le dijo portanto a su marido:

­ Si es así, que escoja el príncipe cualquiera de las cosas que se encuentran en el sagrario comoregalo de amistad. Porque a ti, ¡oh gran Namidian! Esos tesoros son como gotas de lluvia queintentan llenar un pozo sin fondo.Namidian, sin cuidado, aceptó lo que su esposa decía y acompañaron al joven príncipe hasta elhermoso sagrario de veintitrés escalones y veintitrés columnas.Una vez dentro, el corazón del príncipe se maravilló ante la increíble cantidad de tesoros, viejos ynuevos. Bandejas de plata, perlas preciosas, joyas de valor incalculable, argentas espadas ydorados broches. Sin embargo Shannon no era la clase de príncipe que gusta de llevar talesadornos, y tornó sus ojos a las Adrias, que vivían en el sagrario y se reunían en torno aNamidian, expectantes por ver que ocurría.Tras un largo silencio, dijo el buen Shannon:

­ De todos tus tesoros, que te son insignificantes gran Namidian, escojo a Asinnia, la Adria delviento. Pues de todo lo que aquí se guarda es sin duda lo más hermoso.Un gran clamor se levanto entonces en el recinto, pues pedir la mano de una Adria (cuando sontodas tan amadas por Namidian) era sin duda una provocación. Manteniendo las formas el señordel Ramkkara le pidió que escogiera cualquier otra cosa que no fuera una de sus Adrias. Sinembargo Shannon se negó tres veces.Ya muy furioso el Dios le dijo a su sobrino:

­ ¡Esto es un insulto!, ni mi hermano podría reclamar para él la mano de cualquiera de mishijas o Adrias. Te encerrare en la torre más alta del Ramkkara hasta que escojas cualquier otracosa.Dicho esto, la guardia del palacio tomo prisionero al buen príncipe y lo llevó a la fría torre norte,de estrechas paredes y gélidos muros. Asinnia contuvo sus lágrimas en frente del dios, pero pordentro ya sufría una gran congoja. Para evitar cualquier posibilidad de escape, Namidian partióde un rayo la barca en la que había llegado el príncipe y se retiro a sus aposentos muy enfadado.En la noche, mientras el dios y Flare Whotan compartían el mullido lecho, esta le dijo:

­ Se, esposo, que tu furia es difícil de controlar una vez que se manifiesta. Y que tu ánimo estan cambiante como las mareas del Ramkkara. Pero tened en cuenta que Shannon no es sólo unembajador, sino el hijo de tu hermano, un gran Dios al que se le debe respeto. ¿Por qué no le

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damos un trato más adecuado a su persona?

Namidian dudó por un largo tiempo y finalmente accedió a que su esposa se encargara de hacerde la estadía de Shannon algo más noble. Whotan decidió que Shannon fuera atendidopersonalmente por la más hermosa princesa del Essea, que es Dargia. Y que durmiera en lahabitación de huéspedes sin guardias. Aunque sobre el se mantenía una estrecha vigilancia.Cuando la preciosa Dargia llevó por primera vez la comida al cuarto de Shannon, vio a estesumido en profundo dolor. Y, animada por la belleza del príncipe sintió mucha pena por el.Entonces le interrogó acerca de la disputa con su padre y Shannon, lagrimas por medio contestotodas sus preguntas.Sin decirle nada, siquiera al príncipe, Dargia caminó bajo el secreto de la noche hasta el sagrario.Llevó consigo una damajuana de buen vino e invito unas copas a la triste Asinnia. Y esta le relatocuanto amaba ella a Shannon y que tan grande era su deseo de estar con el desde que llegara alRamkkara. Dargia la insto a escapar de allí junto con Shannon. Pero el Adria le dijo “como puedohacer tal cosa, ¡oh! Princesa tan hermosa! Si no tengo barca ni alas para cruzar los terribles maresque rodean esta isla.”Dargia, cuyo padre le negaba la libre elección de amantes desde que llegara a la adultez, no pudoevitar ya conmoverse. Por lo que se tajeo una de sus blancas manos y arrojo su sangre sobre lacopa diciendo: “Esta en mi sangre el don de cambiar de forma mi cuerpo, como objetos según miparecer. Bebe esta copa con mi sangre y podrás tener las alas que te hacen falta. Mas manténtodo en estricto secreto.”Asinnia tomó de la copa de cristal hasta que el vino se acabara y luego Dargia le aconsejo:“Ahora solo cierra tus ojos e imagina que de tu espalda nacen preciosas alas blancas” Y la Adriaasí hizo. De su bella espalda crecieron entonces las hermosas alas.Sin perder un segundo, en la hora más oscura de la estrellada noche, Asinnia voló hasta laventana del buen Shannon y, tomándolo por los brazos escaparon juntos planeando sobre elocéano en dirección a las tierras de Heills. Nadie vio esto excepto la bella Dargia, que desde lacosta soñaba algún día marcharse, volando sobre sendos mares y estrellados cielos.

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BarbaboldEl Dios Olvidado

De todas las deidades que se presentan en el Folkzum es Barbabold el más misterioso y difícil deencontrar en las leyendas. Sus intervenciones suelen ser muy breves y mas allá de la historia quele da comienzo, no se ha profundizado en su futuro tras el robo del árbol de Rigguno.Sin embargo, nosotros nos hemos propuesto echar luz sobre todos estos personajes y relatosextraños que son dejados de lado a la hora de contar el Folkzum. Por lo que incluiremos aquí unanarración sobre este Dios­Guardian. El mismo se apoya en el “Minuserra Rolok” libro central enla formación de los sacerdotes del imperio Salefiano; el cual, tomaba a Tanis (nombre dado aBarbabold) como un dios central en su panteón, por ser el Dios de las aguas y los vientos. Cosasque en un pais desertico como el mencionado son indispensables.A pesar de que las culturas Salefiana e Himburguesa se han re­encontrado en los tiemposmodernos, los Mitólogos Himburgueses y Landesianos no pueden evitar sentir rechazo poraquella cosa tan extraña y lejana al modo de pensar Occidental. Tampoco (lamentablemente) sehan dedicado a estudiar aquella rica cultura en profundidad tildada de “Barbara y Sanguinaria” enépocas menos felices de la historia.Por lo tanto, sin más pre ángulos presentamos todo cuanto hemos podido recavar del mito deTanis, el Dios Guardian, que robo el árbol de Rigguno y se transformo en un poderoso Dios.

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Tanis UnsignioUn Nuevo Dios en el Kelleth

Del árbol de Rigguno, primeros que otros, crecieron cuatro frutos. De estos emergieron Amarak,Drakkar, Omar y Tanis. Y fueron ellos los primeros guardianes divinos, a quienes Namidianenalteció como a sus más estrechos servidores y les engalano con preciosas armaduras coloradas,que fulguraban cuando la luz les alcanzaba, como joyas preciosas.A cada uno les encomendó importantes tareas, aquellas que servidores de menores fuerzas noserian capaces de cumplir. A Amarak, por ser el más poderoso, se le encargó ser el Patriarca detodos los guardianes y las Adrias (nombre femenino para las guardianas de Namidian). Drakkarfue destinado a proteger con recelo la excelsa figura de la hermosa Dargia y a dar su vida por ellasi era necesario. Al Sabio Omar se le ordeno educar en la lucha y las artes al joven Norim. Yfinalmente al blondo Tanis se le encomendó la protección del gran árbol de Rigguno, dondenacían, cada mes, hermosas Adrias o fortisimos Guardianes.Así fueron las cosas por un tiempo en el bien aventurado reino de Namidian. Y todos losGuardianes habitaban en el Sagrario, donde cada noche se celebraban increíbles fiestas en honoral Magnanimo, se bebía buen vino y se comía deliciosa carne de pingues bueyes. Y todos sedivertían mucho cada noche, menos el pobre Tanis, que estaba obligado a cuidar el Arbol todoslos días por toda la eternidad.Tal fastidiosa tarea era menester para Namidian, pues Rigguno era un árbol único en el Kelleth eirrepetible. Y de el podían emerger infinitamente seres maravillosos que al gran Dios le fueranútiles. Sin contar con que Heills ya miraba con cierta ambición tal mágico elemento natural. Pues,mientras él se había limitado sólo a la creación de sus dos hijos, ya decenas, ya veintenas deguardianes, andaban por el Ramkkara y el Kelleth. Y la progenie de Namidian crecía y Heillsdesconfiaba.Las Semillas de aquella desconfianza germinaban en el corazón de Heills. Porque, aunqueShannon era muy fuerte y Dargil también, los guardianes del Ramkkara vestían aquellaspreciosas Armaduras y tenían en sus manos armas maravillosas que de la forja de Kulum nodejaban de salir. Por lo tanto Heills le ordenó a Shannon que le trajera un fruto de Rigguno, así elpodría plantarlo en Malí y quedar en igual condición con respecto a su hermano.Partiose Shannon hacia el Ramkkara en el más estricto secreto, y tras cruzar los terribles maressu pequeño bote alcanzo las costas en mitad de la cerrada noche. Luego anduvo muy cuidadosohasta dar con las murallas de la tunante fortaleza. Y se maravillo al notar que andaba con muchasuerte, pues todos los Guardianes se encontraban en ese entonces celebrando una gran fiesta enel Sagrario.

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Esa misma noche, Tanis estaba acostado sobre Rigguno. Posición en la que había pasado losúltimos doscientos años de su existencia y se había acostumbrado a mirar las celebraciones desdelejos. Pero en esta ocasión parecía que la fiesta era mucho mayor que en otras veces, y losGuardianes estaban tirando la casa por la ventana. Mirase en torno de si el buen Guardian derubios cabellos y pensó: “Si en doscientos años nadie ha venido a robar los frutos, dudo que estanoche alguien lo intente” y se marcho a ver que hacían sus amigos en el Sagrario.Viese esto Shannon, no lejos de allí, y celebro a sus adentros la partida de Tanis, que ya eratemido en esos tiempos. Con gran destreza y rapidez llegó el príncipe al tronco del severo árbol.Vio en su copa todos esos hermosos frutos llenos de vida y poder. Las luces del sagrario doradose derramaban sobre sus hermosas hojas. Y tal visión llenó el corazón de Shannon de ambición.“Si mi padre me ha ordenado traer solamente un fruto, y con eso ya esta satisfecho, ¡Que tantom­çás me felicitara si llevo el árbol entero!, además de esa forma evitaremos esperar a que lasemilla crezca.” Pero en verdad el príncipe se engañaba a si mismo, pues solo deseaba para elaquellas jugosas frutas.Cuando intento sacar de cuajo Rigguno, este lleno de vida, hablo de pronto: “¡oh príncipeambicioso! Pretendes alejarme de mi hogar para llevarme a tierras extrañas, lejos de mis hijos yde mis amos. Deberé combatirte para evitar que lo hagas” E inmediatamente las largas ramas deRigguno comenzaron a golpear al pobre príncipe, que apaleado, no podía creer lo que sucedía.Rama tras rama, hoja por hoja, azotaban a Shannon. Quien no sentía dolor pero si se enfadaba.

­ ¡Si no te detienes, te mostrare de lo que soy capaz, malvada planta!.Pero, el pobre árbol continuaba defendiéndose como podía de las manos del príncipe. Hasta queShannon ya muy furioso y cansado, se alejo para que las ramas no lo tocaran e invocando lospoderes que guardaba en su interior serrucho de un verde rayo el tronco del indefenso Rigguno.El relámpago fue tan fuerte y luminoso que cegó a muchos en Ramkkara, excepto claro esta a loscuatro guardianes. “¡Idiota!” le grito Amarak a Tanis cuando este llegaba para entrar a la fiesta“Ahora alguien ha atacado el árbol, ¡Ay de ti si no lo detienes de inmediato insensato guardián!”Lleno de vergüenza, Tanis corrió como el viento hasta su puesto de guardia y tan rápido corrióque formo un camino del Sagrario al Ramkkara que persistió por muchos años.Al llegar, Tanis sólo vio el tocón del árbol y el rastro que dejase su tronco, que era arrastrado porShannon hacia su bote, no lejos de allí. Sin dudarlo aceleró sus pasos en aquella dirección y yaescapando por las costas vio el bote del príncipe y la copa de Rigguno sobre el.Como Tanis era especialmente fuerte en el manejo del agua, el aire y la tormenta (por ello se loreverenciaba en el desértico Salef, donde las lluvias son tan importantes) corrió sobre las olashasta arribar al bote del príncipe de Malí. Ya en pie de guerra le dijo: “Ambicioso perro de Heills,soltad lo que no te pertenece” Pero Shannon, sin ánimos de trenzarse en interminables sermonessobre quien era cada uno y cual mas poderoso (como suelen hacer en muchos relatos estospersonajes) le disparo igual rayo que a Rigguno y tal surcase el eter electrizando las aguas en

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rededor y provocando gran alboroto en las costas del Ramkkara.Tanis, de iguales fuerzas, le resistió y se envolvieron en una terrible lucha sobre la pequeña barca.Donde no faltaron golpes de puño como martillos sobre el acero fundido, ni disparos de divinaluz el uno sobre el otro. Titánica fue la lucha entre ambos, mientras negra tormenta formaba elguardián entre las tierras de Heills y Namidian para que el bote no progresara en su avance.Pero los fulminantes se vieron también desde Argener; por lo que Asinnia, portadora de níveasalas, Salió en rescate de su amado esposo. Y llegó en su auxilio para facilitarle la huida. Sinembargo, tanta vergüenza sentía Tanis por su error, que puso todas sus fuerzas para que en elocéano se levantara impresionante ola, de tantos metros que su borde alcanzo a Asinnia y aShannon cuando escapaban por los aires, cayendo ambos al agua. Así salvo Tanis los frutos delpoderoso árbol. Y, como era noble, dejo que las aguas llevaran a sus contrincantes a las tierras deHeills con vida, mas derrotados.Sobre el bote, Tanis se disponía a regresar triunfante al Ramkkara. Pero de inmediato recordócuan grande era la furia de Namidian con estas cosas. Y supo que al arribar seria terriblementecastigado y encerrado en la torre norte por quien sabe cuanto tiempo. Y al ver los hermososfrutos desparramados por la nave, pensó que seria mejor marcharse del Ramkkara para habitaren algún hogar propio y secreto. Al ser el muy versado en las aguas pudo navegar con buenosvientos hasta alcanzar una isla de mediano tamaño al norte, tan fría y caprichosa en terreno quenadie la había tenido en cuenta en muchos años.Encalló en sus costas decidido a hacer de aquel un hogar. Pero la batalla y el viaje le habíantomado mucho de sus fuerzas. Fue entonces que comió el primer fruto de los veinte que tenia. Ymientras trabajaba se los devoraba como desayuno, almuerzo y cena. Aumentando así susenergías, al punto que cuando estuvo satisfecho, ya su fuerza, conocimiento y sabiduría secomparaban con los de los Dioses. Y con los tres frutos restantes creo progenie, tales fueron:Rigen de cabellos colorados y el primero, Sítiva, su hermosa esposa de largos cabellos negros yojos azules y Filsen, su hijo menor.Sobre la montaña más alta, que era un risco que daba a los helados mares del Kelleth, construyopara si una torre donde habitó desde entonces con su esposa, hijos y nietos. Y tal isla fueconocida luego como Vasslorg, el dominio de Tanis Unsignio; que significa Tanis el respetado.Porque, obviamente los tres guardianes Divinos fueron en su búsqueda y tras muchos años deandar de aquí para allá, dieron con Vasslorg, mas ya no eran rival para las fuerzas de Tanis. Paraprotegerse de eventuales problemas con sus vecinos, Tanis levanto vientos fuertes, tormentas degranizo y junto aun mas los hielos que rodeaban la isla. Esto provoco que fuera casi inaccesiblepara cualquiera.Al ser incapaces de reprenderlo sin mediar una intensa lucha Heills y Namidiandebieron aceptarlo a regañadientes como un nuevo Dios en el Kelleth.

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Rebelión en el EsseaEl nuevo Orden

En algún momento de estos incontables años; Mara se tomó un buen respiro en medio de latitánica batalla contra el todo poderoso Harmir. Pero, fiel a su temple, no se quedo ociosa en supalacio de Daringus en el Essea. Como toda madre, peleada o no con sus hijos quiso saber en queandaban los muchachos. Preguntó entonces a Killme, siempre a su lado, que acontecía en lastierras del Kelleth; donde sus hijos reinaban como poderosos Dioses, sobre enaltecida prole.

­ Mis hermanos, Heills y Namidian, no han estado holgazaneando mi señora Divina. Grandesreinos y bastos palacios han construido en su nombre. En dicho lugar han tenido varios hijos,algunos nacidos del vientre de esposas y otros surgidos por el fuego de la vida, que robaron aUlukaf, el dragón de Fuego.

­ Con que han creado todo un mundo nuevo…eso es algo que debo ver. Tal vez me equivoqueal tratar de enseñarles sobre Balbania e imaginar que la amarían como yo la amo. Mas, si es ciertolo que dices ¡Oh sabio hijo!, es posible que ellos se hallan valido de mis palabras para crear laobra propia y no mejorar la ajena. Eso también me llena de felicidad, pues con ellos habrá futuro,estando yo presente o no estándolo.La Gran Diosa, madre de todas las cosas decidió que viajaría al Kelleth a observar con suspropios ojos todo cuanto sus hijos habían logrado. Y ordeno a Turak que preparase para ella ungran carro lleno de adornos y guirnaldas, tirado por pingues corceles. Turak se encomendó a latarea de crear tal carro.Mientras el gran guardián estaba en la ardua labor, llegose el buen Shannon de visita. Pues coneste tenia mejor amistad que con los demás seres del Essea. Al ver el tremendo carro quepreparaba Turak, sus ojos se llenaron de asombro. Por lo tanto pregunto:

­ Dime buen amigo, ¿Quién viajara en tal excelso transporte y hacia donde? Pues pareciera quela misma Mara fuera a ser transportada por el. ¿Acaso dejaras el Essea para dar un paseo por labuena Balbania?

­ El carruaje es para Mara misma, pues desea visitar a sus hijos en el Kelleth y ver cuanto hanhecho; que según cuentan es maravilloso.

­ La tía viene a visitarnos..­Dijo Shannon con el temor atragantándole la garganta.­ Pues sí; ve y dile tal cosa a Heills y Namidian, que estarán contentos con la noticia. Parece

que la madre de todos quiere hacer las pases con ellos.­ ¡Claro!, iré a darles la noticia. Y tan raudo como el viento se marchó al Kelleth.

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Shannon voló lo más rápido posible hacia el palacio de su padre y subió las largas escalinatas deltemplo como si lo persiguiera el propio Tremor. Abrió los altos y broncíneos portones de lacámara del trono y alerto así a Heills:

­ Padre, Mara vendrá a visitarnos en persona, aquí al Kelleth ya prepara raudo Carruaje paraabordar a nuestras tierras.En este momento se preguntaran “¿Por qué tanta alarma?” y bueno, claro que hay una buenarazón para que los Dioses estén alarmados. Porque pasaron muchos años desde que Tanis huyóde Ramkkara y algunas cosas habían cambiado bastante en el Kelleth.Lo primero que trajo bastantes problemas fue la unión entre Shannon y Asinnia. Porque Heillsno deseaba que su gente se mezclara con la de Namidian y reprendió severamente a su hijo poraquella grabe falta. Mas, ante el amor natural que se tenían, acepto la unión. Pero acordó junto aNamidian que esta seria la primera y última vez que se daba una relación así.¿Por qué?, digamos que en un principio el Fuego de Unlukaf le sentó bien al poderoso dios deArgenar. Sin embargo, tal y como Mara le advirtió; pronto temió que otros quisieranarrebatárselo. Y desconfiaba mucho de su hermano Namidian, que le gustaba tener muchos hijosfuertes y guerreros. Mientras el sólo tenia a Shannon, porque Dargil ya no vivía con el. Heills noera la clase de Dios que le gusta tener cientos y cientos de siervos a su alrededor; pero disfrutaestando seguro de que nadie va a venir a quitarle lo que le pertenece. Y producto de la codiciaque habia despertado en el aquel misterioso fuego, usaba lo minimo indispensable paraconservarlo siempre para sí.El verdadero problema era que el magnánimo, no estaba interesado en obtener mas hijos comoShannon, sino que desde hace muchísimos años deseaba Balbania. Primero se resistió a la idea yformo su bonita tierra tal como el deseaba. Pero a pesar de que el Kelleth era la residencia de losDioses, y que el Essea era tan hermoso como este, ninguno de los planos, altos o bajos, tenía“aquello” que si albergaba la poderosa Balbania. Pues, dicha tierra fue hecha por fuerzas ymentes muy superiores y crearon cosas y seres que excedieron sus planes originales. Balbaniatenía una vida propia, un orden que excedía a los poderes, pues estaba allí antes de que Mara oHarmir pensaran en ella. Y sorprendía a todos, siempre surgía algo nuevo ahí abajo y aquello eratan perfecto como la tierra misma que lo albergaba.

Heills ansiaba, más que otra cosa, conocer dicha magia, aquel poder eterno, lejano y sin nombreque seguiría existiendo aun si los Dioses todos desaparecían de la faz de la tierra, en algunoslugares se refiere al mismo como “Motor primario”; esa estructura superior que englobaba todaslas cosas, de la cual Heills también era parte al igual que cada uno de los seres habitantes en eseespacio universal.

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El Divino pensaba día y noche en esto: Si el, que era el más fuerte de todos los Dioses, pudierasalirse de ese circulo…¿Quién podría si quiera atreverse a decirle algo? Ni siquiera el poderosoTremor seria una amenaza para él. Y tal como Mara le anuncio, el fuego de Unlukaf le consumióla mente, porque tal poder le superaba a su cuerpo y a su alma.Desde entonces, temía a Mara y a sus ojos penetrantes. Pues ella seria capaz de leer en suspensamientos una vez lo viera. Namidian, por otra parte, estaba bastante emocionado con la ideade su hermano y se sentía igual de avergonzado por esa hambre voraz.Sucedió que, poco después de que Shannon elevara la noticia, llegó la gran madre a las tierras desus hijos y bebieron y comieron conversando. A pesar de que los Dioses usaron todos sus poderespasa disimular lo que tenían dentro, tal cosa era imposible. Por lo que al terminar el banqueteMara les hablo así:

­ Hijos, no veo en sus ojos la misma mirada que tuvieron al nacer. Como tampoco el semblantecristalino que lleva Killme, quien mejor ha comprendido mis enseñanzas. Ambos están atrapadosen el deseo, que comenzó con buenas intenciones, pero degenero en una ambición malsana. Yo lescomprendo, porque si el propio Harmir fue capaz de equivocarse, ustedes más aun. El fuego queHeills robó al Dragón Unlukaf no esta hecho para uno sólo, ni para dos, ni para tres. Pues ni mipropio cuerpo podría sostenerlo dentro tanto tiempo sin alterar mis pensamientos. Aquella llamaimperecedera ha de ser repartida en seres más pequeños hasta que cada uno tenga su pequeñallama dentro. Como yo he hecho con mi luz en las criaturas que habitan la buena Balbania. De locontrario, si lo hubiera guardado todo para mí (como Tremor hizo en parte) obraría y pensaríaigual que ustedes. De ambos, Namidian le ha dado mejor uso, pues entre muchos disgrego lallama que le concediste. Pero tú, Heills, has sido muy mezquino. Insto a ambos a que tenganmuchos servidores, tantos y tan bellos como deseen hasta que el fuego se acabe y con el ladiscordia.Pero, las palabras de Mara estaban cayendo en oídos sordos. Pues ni a Namidian ni a Heills lesinteresaba entregar lo que se habían ganado en justa batalla. A los ojos de Heills, el habíasacrificado su cuerpo para obtener tal fuerza y hacer con ella lo que quisiera. Sus heridas eran laprueba de ello. Y Mara ahora le pedía que la entregara libremente para la continuación de susplanes.

­ No es justo Madre. A través de gran batalla conseguí yo este premio. Y haré con el lo quedesee. Tus planes no me incumben, pues mi deseo es otro. Me he ganado el fuego de Unlukaf yno lo entregare a ti o a cualquiera que me lo pida.

­ Pero no es para mi Hijo.­ Dijo Mara muy Seria. – Es para todos aquellos que habitamos estemundo, desde la roca hasta el dios. Pues ese fuego pertenece a Balbania y no a ti.

­ Patrañas. Siempre andas quitándole todo a todo el mundo. Excepto al buen amado Killme,quien sólo dice lo que quieres escuchar. Mientras nosotros nos mantenemos al margen de ladisputa entre ti y Harmir, vivimos aquí en paz y obramos según nos parece. Tenemos un poco delibertad y tú vienes a cercenarla con palabras engañosas.

­ ¡Lo mismo hiciste con los Ignotos!­ Dijo Namidian ya enfadado. – Todo aquello que no esta

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ligado a ti, o alineado según te parece termina maldito o alejado de tu luz. ¿Con que derecho noscondenas? Nos has dado la vida y tenemos la libertad de hacer con ella lo que mejor nos parezca.Tus actitudes se acercan peligrosamente a las de Harmir, quien no concibe disidencia entrepropios y ajenos.La discusión continúo un rato bastante largo, con reproches de un lado y del otro. Y llego a unpunto tan álgido donde ya ninguna de las partes escuchaba razones. Mara, ya muy enfadada consus hijos levantó su mano derecha, lista para pulverizar todo atisbo de poder que diera a sus hijosy ellos se plantaron para combate abierto.Turak, boquiabierto y sorprendido se preparó para llamar a los guardianes de Mara y alertar alEssea todo de que una Rebelión se ponía en marcha. Pero Shannon se le interpuso ante el carrojunto con todos los Guardianes y Adrias de Namidian.Fuera del palacio, se trenzaron ambos sequitos en horrísono combate, y dentro de el Mara y losDioses lucharon sin cuartel. ¿Con que palabras se puede describir una cosa así? Los guardianesdel sagrario todos acosando a Turak y los pocos que lo seguían. Mara y los Dioses derrumbandoel palacio de Heills con golpes y ataques cada vez más furiosos. Y abajo, donde moraban loshombres y otras razas, la tierra temblaba desgarrando los campos, eructando fuegos ydesmoronando montañas sobre ciudades.El cielo estallaba, relámpagos, rayos y truenos sacudían todo el Essea, gritos de ambos lados,todos desesperados. Maldiciones e invocaciones. Y tras cinco días seguidos de lucha sin cuartelTurak tuvo que flaquear y fue expulsado del Kelleth por Shannon y su flamígera espada.Mientras Mara, ya sin poder contener a los Dioses, las Adrias, los Guardianes y demás cayofatigada. Rápidos, como los asaltantes cuando escapan con el botín, los Dioses la encerraron enun sarcófago sellado con un hechizo de eterno sueño, antiguamente destinado para el encierro deTremor cuando la guerra acabase y que todos los Dioses en conjunto habían preparado.Y así fue que Mara pasó al largo letargo. Aun no se puede asegurar que los Dioses le vencieran, yse dice que en verdad, conocedora de muchísimas cosas como era, pensara que era lo mejor. Puesdifícilmente no viera este golpe venir. No por nada a Heills y Namidian les fue como les fue másadelante. Lo cierto es que Mara permaneció en ese sarcófago muchos años, enviando sólo sutilesacciones a través de sus servidores a la tierra.Heills y Namidian instauraron un orden tiránico, y persiguieron a los Guardianes de Mara, perocuando se atrevieron a mostrarle un solo diente a Tremor, este reacciono de tal manera que Losdos hermanos, simplemente se quedaron en el molde. Pues sus planes estaban pensados a futuro.Una vez Tremor fuera derrotado (por acciones sutiles de Mara y las razas de Balbania) ellos sequedarían con toda la torta. O al menos, eso creían en aquellos turbulentos días. Su momentovendría con el tiempo del hombre, y ya sin nadie que les dijera que hacer esperaron pacienteshasta que llegara el momento en que sus hijos bajaran a la tierra a dar la ultima lucha.

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Una Semillita llamada Pirtv­MvPoco después de que el Essea quedara en manos de Heills y Namidian; Killme ideo un plan parapermanecer a su lado, y, cuando fuera propicio, vengarse de ambos. Después de todo siempre fueel mas inteligente de todos los Dioses. Y era muy consciente de que no podría sacar a sushermanos a las trompadas.La noche siguiente al derrocamiento de Mara, Killme fue donde los Dioses y les dijo que estabamuy contento con lo que habían hecho. Y los Dioses no le creyeron demasiado, pero Killme era asus ojos un debilucho que no representaba ninguna amenaza, aunque su conocimiento les seriaútil y lo dejaron tranquilo por un tiempo.Pero Killme estaba más que dispuesto a demostrarle a sus hermanos que el les seria fiel. Y tuvoque idear alguna forma de hacerlo sin perjudicar a sus amados Hombres y Bultures de Balbania.Killme estaba en verdad aterrorizado por lo sucedido, pues sin Mara, Tremor podría tomar todaBalbania y destruirla en poco tiempo.Tras una muy larga deliberación de su parte, se reunió en secreto con el Rey de Notiel, Balker, yle ordenó que tomara toda la tropa que tuviera y atacara la fortaleza de Harmir. Balker protesto,diciendo que esto era un suicidio. Pero Killme le confeso que el ya había ideado un plan perfectopara sacar de la cancha a Tremor de un golpe y ganarse la confianza de sus hermanos al mismotiempo. Y Balker confió en el y preparo el ataque.La historia de la Ardamariell, la batalla en que Tremor cae por primera vez se cuenta en otrolibro, por lo que no entraremos en detalles sobre esta cuestión. Sin embargo contaremos comofue que Killme convenció a sus parientes de que jugaba para su bando.El Dios le dijo a sus hermanos que el temía por el poder que Tremor estaba ganando en la tierra,y que no tardaría mucho en ir a buscarlos a ellos dos. Por lo que el crearía una cosa llamada Solque iluminaría la tierra de la misma manera que lo hacia la luz de Mara, durante doce horas yque su luz seria tan brillante que Harmir sólo podría esconderse en alguna cueva de Balbania,dando muchos años a los demás seres para prepararse para una guerra sin cuartel yeventualmente derrotarlo para siempre.Los Dioses creyeron cada palabra de lo que Killme decía y si tenia ganas de sacrificarse por esospueblos inferiores, mejor para ellos. Pues también temían lo que podría suceder con Tremor unavez derrotados los hombres. Así fue que Killme robó la Esfera del Balance (una esfera que Mararegaló a los hombres para iluminar la tierra) que había quedado en manos de Tremor. Mientraslos Notielienses asaltaban su fortaleza, el Dios lanzo la misma al cielo y en ella puso casi todassus fuerzas y buenos deseos. Por lo que nació el sol y con la pálida luz de Mara que esta contenía

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apareció la luna.Tan fuerte era el efecto de aquel resplandor abrasante, que la mayoría de los siervos del enemigohuyeron del campo de batalla, o se convirtieron en llamas andantes por el calor. Y Tremor creyóque la propia Mara venia a por el y se escondió bajo la tierra, de donde no salio por muchísimosaños, pues la luz del sol se iba durante la larga noche, pero la luna persistía. Y aunque Tremorintentara taparla por completo, solo podía lograrlo por corto tiempo.Mientras cada ser de bondad le agradecía esto al pobre Killme, y los hombres festejaban el finalde una larguisima contienda, los Dioses le felicitaron y no sospecharon de el por mucho tiempo.Sin embargo, el trabajo de Killme había sido demasiado para el. Pues casi muere pasándole suenergía a la esfera. Y quedo un poco…bueno sí, bastante loco. De ese día en adelante sólo planeosu juego maestro para arrancarles de las manos a sus hermanos el reino celestial paradevolvérselo a Mara. Y le pareció conveniente esconderse por un tiempo en las regiones másalejadas y retorcidas del Et­Zuloth (el todo que engloba todos los mundos).Fue así que el sabio Killme se metió en el plano de la Gran Sombra, que es el mundo que rodea atodos los demás, como una tela que envuelve la existencia. Allí busco a una vieja amiga, tan viejacomo el propio mundo. ¿Qué quien vivía en un lugar tan horripilante como ese? Bueno, digamosque no todos los Ignotos fueron apresados por Arcon, pues unicamente se condeno a los queparticiparon de la terrible batalla.Muchos de ellos, que habitaban en otras regiones debieron, lamentablemente, refugiarse en esteplano desconocido para la inmensa mayoría de los hijos de Mara. Pero, al ser Killme el más sabiode sus servidores sí había tenido un asiduo contacto con estas criaturas. El Dios fue en busca dela reina Maihai, que gobernaba a los Ignotos del Norte.Llegó al desolado páramo donde ella y sus poquísimos servidores se lamentaban vivir en elmundo de las sombras. Y, tan cansado y arruinado estaba el pobre Dios, que tan pronto como losencontró se desvaneció. Maihai, sintió una gran lastima por el y noto el rencor y el odio que leestaba consumiendo la mente.Mientras el dios yacía en el suelo, ella y su sequito de Ángeles caídos, extrajeron de su pudientecorazón aquella violencia contenida en tantos años de lucha solitaria. Y de aquella energía tannegativa y retorcida solo pudo emerger un ser igual de espantoso. Una sombra tan alta como supadre, de ojos colorados como el magma de un volcán, y una fuerza indetenible. Maihai lo llamó“Pirtv Mv” que se pronuncia Pirti Miv. Su nombre tan extraño no proviene de la lengua divina,sino del raro lenguaje Ignoto. Significa Horror.Killme, que había jurado venganza a sus hermanos, estuvo bastante contento con aquella bestiade fuerza bruta y lo adoptó como su hijo, y lo educó y lo amó. Al acosarlo la soledad en la GranSombra, sabiendo que era peligroso quedarse mucho tiempo con sus hermanos, decidió reinar enaquel gran espectro negrusco. Cuyo cielo esta cubierto por los más horripilantes nubarrones y

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sus relámpagos verdosos laceran el suelo desquebrajado.La hermosa Maihai se casó con el y tuvo otros dos hijos. Una bellísima niña de alas negras ytremolante casco llamada Uptunar, Guerra y luego otra niña, de sentido del humor bastantenegro, Aspota: Muerte. Killme y Maihai le dieron a sus hijos el carro que llevó a Mara hasta elKelleth el día de la rebelión y estos tres hermanos, liderados por Pirtv Mv, estarían destinados ano otra cosa que hacer reventar el Essea, cuando la venganza de Killme llegara. Y para eso, nofaltaba mucho tiempo, a cuenta de Dioses.

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La Saga De Dargil & DargiaY llega un nuevo tiempo…de estrellas

Las cosas en el Kelleth ya andaban muy caldeadas, como se aprecia en relatos anteriores. Heills yNamidian desconfían el uno del otro, vigilan a los siervos de cada uno; y a su vez, sus súbditosestán dispuestos a dar la vida por el Dios al que le juraron lealtad. Se acerca, a los tumbos ypaso cansado, un nuevo tiempo. Pero todos saben que no será sinónimo de paz, o de amistad o deamor. Y tal periodo no puede comenzar de otra forma que con una tragedia. Que marcara a fuegotodo el Folkzum durante los subsiguientes relatos. No los Dioses, sino, sus hijos bajaran a latierra y cosecharan lo que siembren, para mal o para bien.

***Dargia No Ama a Pirtv MvBalbania ha cambiado muchísimo desde el último relato. Los máximos poderes, Mara y Harmir sepreparan para la última gran guerra, se acerca el cataclismo. Cada bando ha tenido magnificasvictorias y pesadas derrotas. El tiempo de los grandes héroes, de las maravillosas razas nohumanas y la lucha entre Día y Noche llega a su fin. Mara, dormida por Heills y Namidian soloes capaz de enviar sutiles ordenes a los suyos. Tremor, señor de la noche, se prepara para lallegada de Finas, destinado a vencerlo.Poco o nada importa a los Dioses del Kelleth todo esto (Excepto por Killme), Heills y Namidianllevan muchos años esperando a que los altos poderes se maten el uno al otro definitivamente.Pues, Mara dormida no es una amenaza para sus planes y, si Tremor es derrotado, todo cuantoambos crearon quedara para ellos. Los hombres que se rebelaron ante estos dos grandes Diosesno sobrevivirán a la batalla, o no emergerán de ella con la fuerza suficiente para quitarles nada.Balbania sería el botín de los que nunca arriesgaron mucho por obtenerla, hasta ahora.A pesar de tener un sequito mayor, una hermosa esposa y un inmenso palacio, Namidian sentíaque le harían falta fuerzas para detener el avance de Heills, si este se diera. Por lo que necesitabaalgún aliado que pudiera controlar pero que le fuera útil. El único Dios del Kelleth dispuesto aeso (y no mucho mas) era el querido hermano Killme, el más sabio y amado por Mara, aunquetambién el menos fuerte. Dios al que recurrían ambos hermanos sólo cuando necesitaban algo,pues en verdad le celaban su cercanía a Mara y despreciaban su saber. Cosa que ellos nuncaalcanzarían.Namidian viajó en persona junto a todos sus guardianes donde Killme residía y le ofreció unaalianza; como prueba de su voluntad le dijo: “Hermano Killme, tanto como yo sabes que el pérfidoHeills ansia todo lo que nos pertenece. Se acercan tiempos difíciles y debemos estar unidos. Comoprueba de mi buena voluntad y lealtad a esta alianza daré mi posesión más preciada a tu hijo, elexcelso Pirtv Mv. Y tal cosa no es otra que mi amada hija Dargia, la princesa más hermosa detodas, en este mundo o en cualquier otro” Y a Killme esto le pareció bien. Y a su hijo Pirtv Mv le

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resulto ventajoso más que bueno.Pero Namidian no tenía en cuenta una pequeña cosa. Porque a pesar de sus tremendas fuerzas, elmagnánimo Dios del Ramkkara no imaginaba que su hija pudiera estar en desacuerdo con estaunión, de claro objetivo político.Dargia era una princesa que nada le importaba menos que los tratos de su padre y tíos. Ella habíanacido con un espíritu noble, rebelde y libre. No ansiaba conquistar otros seres, ni ser la reina detodo el Kelleth. Simplemente quería que su severo padre la dejara casarse con el que ella quisiera.Y por esta razón se veía asiduamente con el Guardian Drakkar.Drakkar era un joven vigoroso, sensible y bondadoso que la acompañaba desde su nacimiento eiba donde ella quisiera, le cumplía todos los caprichos que se le permitía y trasgredía muchos delos dictados de Namidian por complacer a la princesa, de la cual se enamoro cuando esta creció.No deben existir las palabras adecuadas para describir lo mucho que Drakkar amaba a la hija delDios. Como tampoco se podría encerrar en poema alguno lo atribulado que tenia el corazón porello, pues obviamente le estaba prohibido tocarla.Drakkar y Dargia llevaban saliendo algunos meses. Se encontraban en secreto en la salida delRimenso, el río de verdes aguas que circundaba graciosamente la bella tierra de Ramkkara.Todas las tardes, cuando caía el ya nacido Sol, se sentaban en los bordes de la corriente, mojabansus pies y hacían el amor bajo la sombra de los árboles. Y de esto nadie sabía. Además, Drakkarhabía jurado silencio ante la situación, según la princesa le pidió.Dargia había mantenido la imagen de nena de papá durante muchos años. Sólo su madre Eleianasabia de lo que ella hacia fuera del palacio, y aunque no lo aprobara, no creía justo reprenderlapor ello; después de todo Drakkar era un buen joven para ella y nadie había pedido su mano,hasta ahora.Cierta tarde, Namidian regresó de la casa de Killme con todo su sequito de Adrias y Guardianes.Monto un gran banquete en las afueras del Sagrario y, con bombos y platillos anuncio la grannoticia. Dargia se casaría con Pirtv Mv el próximo año. Drakkar y Dargia se quedaron tanhelados que no dijeron más palabra que “¡Huuuuuuuuuuuu!” Según Namidian, el plazo que setomaba para la preparación del casamiento era el apropiado para semejante Boda; pues en verdadhace muchísimo años que ninguno de la enaltecida prole se comprometía en Matrimonio. Y todosparecían muy contentos en la bien aventurada Ramkkara y hasta Heills se conmovió con lanoticia y dijo al buen Shannon: “Tal vez una boda entre los hijos de los Dioses, aligere lastensiones”Pero Dargia no lo veía así. Primero que nada, solo había visto a Pirtv Mv una vez, y no le causola mayor impresión. El hijo de Killme era un ser oscuro y bastante retorcido, de pocas palabras yseñor de la guerra en los mundos subalternos. ¿Qué clase de vida podía tener una luz tanpreciosa como Dargia, con tal ensombrecido personaje? Decididamente no era lo que ella queríapara la vida, ella deseaba casarse con Drakkar y como estaba bastante crecida, no tenía ningún

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problema en desafiar los designios de su padre, al menos en secreto.

Ahora bien esta pareja no fue la única que sintió desazón por tal anuncio. Tzoloko, guardián delsol estaba que ardía (valga la redundancia). Pues de todos los Guardianes del sagrario era el unode los más bellos y siempre había pretendido a la princesa; pero Dargia jamás le dio, si quiera, lapalabra. Y al estar siempre siguiéndole los pasos supo rápidamente que tenía algo con Drakkar.Dos días pasados al anuncio de la boda, Tzoloko siguió a Dargia durante la noche a la corrientedel Rimenso. La princesa había arreglado un encuentro secreto con Drakkar, para comunicarleuna importante decisión. Ella quería escapar del Ramkkara con el hacia Balbania y vivir felices enel mundo mortal. Pero, para su sorpresa Drakkar se negó a acompañarla.Sí, Drakkar amaba a Dargia por sobre todas las cosas. Pero era conciente de dos cuestiones nomenores. La primera: Dargia no lo amaba de verdad, estaba encaprichada con el, porque era elúnico hombre que seguía todas sus ordenes y lo consideraba (como hacen los Dioses) unapertenencia natural de sus dominios. La Segunda: Drakkar era uno de los guardianes más viejosdel Ramkkara, había viajado cientos de veces a Balbania y tenia muy presente que la enaltecidaprogenie no tiene lugar permanente allí, como si la propia tierra les rechazara. ¿Por qué?Drakkar no lo sabia, sin embargo, imaginaba que había una clara razón para que los Diosesvivieran en un lugar y los mortales en otro.

­ Sea mi regalo de despedida para ti el barco que utilizara Tanis, mientras vivió aquí. Es unabarca especial que puede llevarte a donde desees, solo con el pensamiento. Te mostrare dondeesta; ¡Sigueme!

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En El Paroxismo De Las CosasTonante tormenta arrasaba las aguas del mar occidental, movía las mismas según su antojo yacosaba, como homicida demonio, a la pequeña pero noble barca en la que Dargia pretendía huir.Ya se podía ver a lo lejos la costa del oeste, toda enrarecida bajo la lluvia inclemente de lahecatombe celestial. Corriente para los mortales de esa zona, extraña y sombría para los hijos delos Dioses.De la luz y pasividad, del letargo virtuoso que viese Dargia en el Ramkkara, poco o nada había enBalbania. Tierra caprichosa en el invierno y el otoño. Con mares largos, peligrosos y de severotemple. Pero ella, con la hidalguía de su extirpe seguía camino, tratando de alcanzar la ansiadaplaya para atrancar su bajel.Relámpagos de tintes verdosos eran disparados por los inclementes nubarrones y el agua seagitaba al recibirlos; la perlosa espuma de la mar embravecida se estrellaba contra los bordes dela barca, empapando toda a la princesa. El viento gélido de otoño occidental ya le mordía losmiembros, le debilitaba sus manos sobre el pequeño timón que ella sostenía con la fuerza de ungigante. Pero de a poco, a pesar de la resistencia de natura, ella avanzaba.Un poco más cerca de las negras playas, repletas ellas de bruma, el barco fue disparado por unasúbita ola de malicioso proceder, intentando llevar el bajel por sobre las aguas y arremeterlecontra las duras rocas.Volase entonces el mástil fuera del barco, desgarrase sus velas el viento. Hasta que los jirones seperdieron en el horizonte ennegrecido y las tablas de buena madera crujieron como si el propioHarmir las triturara con sus manos de hierro. La lluvia cayó con la violencia de las flechasdisparadas por los dioses, y el granizo se desparramó por sobre las costas con la furia depequeñas bestias.Pero, a pesar de las calamidades sufridas, el casco de la cóncava nave llegó a las playas de todasformas. Por propia acción de la homicida tormenta, y su viento cómplice, ya vencida la princesa,ya rendido su destino a las fuerzas superiores que ni si quiera los Dioses comprenden; la ultimacometida del mar la catapultó a las lodosas playas.Así llegó Dargia, la de cabellos como el ardor del sol, a la tierra de los mortales. Primera de laextirpe de Namidian en hacerlo.

Desdichada y pérdida se encontraba la hija del gran dios. Pues Balbania le era larga ydesconocida a sus verdosos ojos. Sin embargo, aunque el cielo se estuviera desplomando sobreella y su pequeño cuerpo, subió por extraño y sinuoso camino, hacia la cima de los riscos. Y en lacúspide de los mismos se encontró con un enorme bosque, al que los hombres llamaron

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Fordgord, de altos y viejos pinos. Con tantos años como sólo un Dios podría decir.Buscando refugio de la lluvia, Dargia anduvo muchas horas sola, yendo de aquí para allá.Contemplo desde las rocas costeras la inmensa fuerza que albergaban las tierras mortales, paraella prohibidas. Y se alegró su corazón al comprender, por fin, porque eran para todos tanespeciales y amadas. En cada tramo de camino, en cada brizna de hierba que volaba a través deléter, estaba una virtud que le era ajena y maravillosa. El Ramkkara parecía un reino provenientedel ensueño de algún melancólico poeta, a comparación de estos nuevos pagos que ella andabacuriosa.Con su abrigo gris, de broche de plata, cubriose su cabeza y anduvo descalza. Sintió por primeravez el frió, el hambre, la verdadera angustia. Todas aquellas sensaciones que excepto por Killme,los Dioses habían despreciado. Pero Dargia, allí, en tan desdichada situación para cualquiera, sealegró. Porque se sentía viva, como si todo lo anterior a este momento hubiera sido una ilusiónpasajera.La tormenta se alejó, y vio Dargia al fulgente Sol descender sobre las aguas verdosas del oeste,regando con sus rayos la tierra, besándola con el calor de una matrona gentil, y coronando elmundo todo en broncínea tonalidad. No había dios que pudiera hacer aquello, no había tierra enel Keleth o en el Essea que presentara tal espectáculo. Arriba la luz siempre era tenue, fría,descorazonada. Pero aquí, en el paroxismo de las cosas, todo lo que la rodeaba estaba lleno devida y perpetua beatitud. Fue en ese momento que cualquier deseo de regresar al Kelleth seesfumo de su atribulado corazón.

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Una Canción a lo lejosDargil, hijo de Heills vivía desde hace muchos años en Balbania. Y de ella estaba tan enamoradocomo de todas sus extrañas criaturas. Tenía una buena relación con los hombres. A menudo lesayudaba en pesadas tareas; y se comenta que andaba cerca de Fordgord como orgulloso cazador.Dargil no era como su padre u hermano, le gustaba la vida simple y agreste. Tenía una casapequeña, pero acogedora. Tenía ropas humildes pero abrigadas, tenía una exultante belleza, peroandaba solo.Dargil no despreciaba a las mortales que caían a sus pies, pero pensaba que el enredarse con ellaspodía ser problemático; sobre todo porque ellas morirían a la larga, cuando les deviniese elpesado sueño de la muerte. Mientras que el estaría en la tierra por siempre. El único mortal conel que tenía un asiduo contacto era con un pequeño llamado Arthargo. A quien le enseño a cazary a luchar contra las criaturas de la noche.Una mañana el jovencito llegó corriendo a su casa, toco la puerta excitado, como si lo persiguieraun vacuo fantasma. Dargil Salió ya preparado, con su arco y sus certeras flechas. Pero sesorprendió por lo que le dijo el joven Arthargo: ­¡Una barca Dargil!, ¡Una barca se estrelló contralas rocas! Rápido, vamos a auxiliar al pobre infeliz que se las tragó.

­ Arthargo, no te burles del nefasto destino de ese pobre hombre.­ Perdón maestro.­ Quédate aquí y prepara algo de mate para el, también busca comida. Yo iré a ver que pasa. –

Le dijo el bondadoso Dargil al joven Arthargo.Monto en su caballo, de buena crianza y sangre y partió, raudo como el céfiro hacia las costas.Bajó los riscos que precedían a las playas, pero en ellas sólo encontró los restos de un trágiconaufragio, y pensó que había llegado ya tarde cuando descubrió unas pisadas pequeñas queascendían por el sendero norte. También se asombró al encontrar, enredada entre los espinos deuna flor, pedazos de tela celeste. Una pieza cara y bien labrada.Junto al caballo siguió los rastros de las huellas por el sendero y anduvo entre rocas y matorralesde negras hojas. Finalmente logro divisar un rastro que se dirigía al bosque de Fordgord. Seapeo sobre el caballo y alcanzo a ver un ligero resplandor en medio de la tarde declinante. Peroya la noche estaba pronta y en la oscuridad seria inútil continuar con la búsqueda, sin contar losmuchos peligros que se volvían latentes durante la nocturnidad.Allí, mientras descansaba observó la luna y las estrellas, impaciente por ver la cara del solascendiendo sobre las colinas y recomenzar la noble tarea. Porque Dargil era hijo de Heills y algoen su pecho le indicaba que aquello que buscaba era importante y no solo un naufragio casual. Ymientras guardaba vigilancia, celoso de aquello que lo rodeaba, le pareció escuchar una canciónde voz acongojada, que se debatía entre la belleza y la pálida tristeza que mostraba la poderosaLuna.

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Rodeando el negro mundoEscucho voces gentiles,Se llaman unas a otrasCon la añoranza deUn feliz encuentroYo aun busco la tuyaEntre yuyos y desiertosDe caras frías, y negros cielos.Sí del tormentoso horizonteLlegara tu canto, yo le responderíaCon igual ahínco. Alzando mi vozSobre el terror del norte.Y todavía lo espero, entre yuyosY desiertos, contando los díasQue sin ti, ya tengo.

Ese canto, se elevaba a las estrellas, supo Dargil. Y se levantaba entre los muros de la nocheclara, donde las constelaciones se reunían. Un eco de plata dejaba en aquellas cosas que tocaba ytodas las fieras de en rededor lo escuchaban atentas, como si hablara la tierra, y meciera su cuna;con la sonrrisa amable de una madre piadosa. Dargil, envuelto en el sopor que producía lamelodía, se quedó dormido y tuvo buenos sueños.Y esto se debía a que aquella canción estaba siendo cantada por Dargia, que recordaba a su madreEleiana, quien le cantaba aquella vieja tonada Ignota cuando ella era tan solo una niña.En la jornada siguiente, a Dargil lo tomo por sorpresa el radiante mediodía. Y se perturbo porpensar que había perdido tiempo precioso. Sin embargo, tan rápido como sus ligeros pies lepermitieron, se puso en marcha nuevamente. Ahora, a la luz poderosa del buen astro pudo seguirmejor el rastro dejado por Dargia y cabalgo rápidamente hacia los lindes del bosque deFordgord.¿Cómo decir que encontró allí tendida a la más hermosa princesa sin desmerecer su belleza y susvirtudes? Porque cuando Dargil arribó con su gran corcel a los limites del bosque, encontró,tendida sobre un colchón de verde hierba, a la magnánima hija de Namidian. Con una tiara deplata que le surcaba la altiva frente, de nobleza y blancura inmaculada. Sus corta cabellera sefundida en la tierra fértil, derramando oro sempiterno sobre los desgraciados pagos mortales, yregalando luz a las sombras del bosque. Y el cuerpo perfecto y níveo recogido sobre su vestidoceleste; con el semblante calmo del buen sueño.

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Atrapado en un hechizo quedase Dargil, contemplando la arrasadora belleza de la muchacha, quedormía paciente a pocos metros de el. Deleitando a sus ojos con esta pieza caída del Kelleth. Tanfrágil como un copo de nieve y tan fuerte como el resplandor de cientos de estrellas, que abrazancon el calor del sol.Sintiendo que estaba robando una visión que era para algún tercero, se le acercó, y con cada pasoque daba sentía que su corazón pudiente se estrujaba ante la magnifica mujer. Torpemente,privado de su usual destreza por el embriagante sentimiento, cortó una de las ramas que yacíacerca de la muchacha, perturbándole el largo sueño. Y ella, sin sorpresa ni temor en su preciosorostro, abrió sus grandes ojos verdes que se encontraron con los de el en un instante cruel. Elsilencio reino entre ellos por breves segundos, y sus corazones se unieron bajo eterno lazo eimperecedera ternura.Así se cumplía el destino para la prole de los Dioses en Balbania. En un medio día extrañamentehermoso del oeste, mientras las sirenas de la costa presenciaban el inesperado encuentro ycuchicheaban entre ellas a medida que se alejaban hacia la mar, rociada por la luz de un nuevotiempo…de estrellas.

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Y el Kelleth, explotaPero el destino se cumplía de formas menos agradables en el Kelleth. Tzoloko no había estadoocioso desde el día en que escuchó la conversación entre Drakkar y Dargia. Muy por el contrario,su mente, cercada por los celos y el odio hacia el guardián, lo llevaron a escandalizar todo elRamkkara.Al día siguiente de la huida de Dargia, subió uno a uno los escalones del gran salón de Namidian,haciendo eco sus pasos en la bastedad del pomposo recinto. Vestido con la dorada armadura delguardián del Sol, entró en medio de una asamblea que oficiaba el Dios y grito: ­ ¡Dargia se haescapado! Y Drakkar lo ha permitido. ¡Oh magnánimo padre! ¡Infausto es el día en que leconfiaste tan hermoso regalo, en vez de entregarlo a mis seguras manos! Yo, que de todos losGuardianes del Sagrario soy el mas fuerte y me mido en la lucha con Ungil, Adria de la Guerra,me ofrezco a ir en búsqueda de la niña y castigar al pérfido Drakkar por su irreparable actuar.Pasaron casi dos segundos de incredulidad y silencio en la cámara del trono. Todos losGuadianes y las Adrias elevaron un gesto de sorpresa y angustia hacia el abovedado techo.Namidian, miró asombrado a su esposa, pues de sus verdísimos ojos caían lágrimas silenciosasbajo su semblante orgulloso. ­ ¿¡Tu sabias de esto Eleiana!?

­ ¡Pues claro, magnánimo!­ ¿¡Y porque no abriste la boca!?­ Dijo Namidian ya enfurecido y arrojando relámpagos por los

ojos.­ ¡Porque te has vuelto un imberbe tirano y déspota que juega con la vida de sus hijos como si

fueran piezas de ajedrez!­ Grito de pronto Eleiana sacudiendo los aires en rededor.Namidian se quedo congelado por un segundo; no por el contenido de las palabras de Eleiana,que hablaba el destino, sino porque Eleiana jamás elevaba la voz.El Dios, hecho una furia, levantase de su trono y camino hasta el avergonzado Drakkar. – Y tú,tú, ¡mi más amado hijo! Te atreviste a infringir las leyes que dicte. ¿Por qué cae sobre mi casa lainfausta desobediencia? ¿Por qué me haces daño egoísta guardián, cuando yo te he engalanadocon esa armadura y esas fuerzas?

­ Por que el amor es ciego, Esposo. Y Drakkar fue preso de sus sentimientos. Tú le entregastela tarea de cuidar y proteger a tu más amada hija, mas le reservaste el derecho de amarle. ¿Cómopuede uno cuidar a alguien tan bien sin sentir por esa persona algún cariño? – Dijo Eleiana

­ Tú no sabes de lo que hablas mujer. Calla antes de que las llamas que mi cuerpo hacenenardecer terminen por quemarte.Luego se volteo dirigiéndose a Amarak:

­ ¡¡Amarak!!, encierra a tu hermano. Yo le daré un castigo ejemplar. Le quitaría la vida de noser porque le considero como un hijo. Y tu Tzoloko, y apresúrate a dar con Dargia en las tierrasmortales.

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Mientras tanto, abajo, Dargil y Dargia ya se habían presentado el uno al otro. Y ella le comentóporque estaba en Balbania. Dargil, se ofreció a darle refugio en su humilde casa, no lejos delbosque y ella se subió a su buen corcel, partiendo juntos al hogar del príncipe.Al arribar, Arthargo había acondicionado el lecho para recibir al refugiado. Y cuando vio venir aDargil con la princesa sobre la silla de su caballo su calma fue arrebatada por el asombro.Arthargo esperaba algún marinero hambriento y no una princesa de semejante linaje. Y fue esteel único mortal que la viera en ese entonces.Dargil acostó a Dargia sobre su cómoda cama y le aconsejo que durmiera, pues necesitaba unlargo descanso después de la larga travesía en el mar, que incluso para los hijos de los Dioses estan problemática. Y Dargia volvió a dormir placidamente al calor de la fogata de Dargil.Mientras toda la tierra yacía en profundo sueño, y las estrellas titilaban a lo lejano, Dargil invocóa su hermano Shannon.Y este, que también dormía en la Isla de Malí fue despertado por un oscuro presentimiento. Aloír a su hermano llamándolo, viajó a la velocidad del rayo a la casa de su hermano en el mundomortal. Transportado por los poderes del adria del viento, Asinnia, alcanzó su destino ensolemne vuelo.Dargil le comentó que había encontrado a Dargia en el bosque, y que la amaba con locura ydeseaba casarse con ella. Pues no había visto ser mas magnifico en la tierra y su soledad en elmundo mortal lo acosaba en las frías noches de invierno. Pero Shannon, que ya había escuchadorumores en el Kelleth (llevados por las sirenas tal vez) de lo sucedido, le dijo:

­ No dejes que tu pasión por esa mujer ciegue tu buen juicio hermano mió. A Dargia la buscacon esmero el Ramkkara entero. Namidian desea casarla con Pirtv Mv, el severo hijo del nefastoKillme para el perjuicio de nuestro santo padre. Si te casas con ella…

­ ¡Habrá amistad entre nuestro padre y el suyo! Tal y como fue antes.­ Las cosas han cambiado mucho desde que te fuiste Hermano. Ahora nuestro padre y

Namidian se disputan todo cuanto existe. Y no seria razón para el asombro que una guerraavecine. Los planes de Namidian para esta tierra son oscuros, pasa horas en su recinto abovedadodel Ramkkara imaginando distintas formas de entorpecer los designios de nuestro amado padre.Busca dejar una extirpe en la tierra que asole los campos y los conquiste en su nombre. La uniónentre tú y esa muchacha no llega en buena hora. Namidian no te lo permitirá.

­ ¡Pero ella vino aquí escapando de los ardides de su padre, y desea ser libre de escoger amante!Démosle nuestro apoyo. Seguramente, si nuestro progenitor la adoptara como familia (como hizocon Asinnia) Namidian lo pensaría dos veces antes de arrebatarla.Dargil leyó la tristeza de su hermano cuando este así le dijo:

­ Nuestro padre no esta interesado en que eso suceda.­ Entonces déjame solo, hermano. Como antes, me las arreglare por mi cuenta. No pienso

permitir que esta hermosa criatura sea sometida a tal negro padecer.­ ¡Recapacita ya Dargil!­ Grito Shannon airado – ¡Solo desgracias puedo ver para nosotros si

no lo haces! Las cosas están muy tensas arriba como para andar jugando a los novios.

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­ ¿Jugando? ¿y que hiciste tu cuando te llevaste a Asinnia contra la voluntad de Namidian?­ Eran otros tiempos. Hermano, por el amor que te tengo, aléjate de esa mujer, devuélvela a

donde pertenece. ¿O acaso te ha embrujado como a tantos otros en el Ramkkara? son famosas lashistorias que circundan en torno de la bruja blanca. ¿Qué te ha dicho para que te vuelvas taninflexible?

­ Vete fuera de mí vista hermano. Me avergüenza que no puedas comprender lo que sucedecuando dos personas se aman y creas que todo en este mundo es una cuestión de intereses. Dile ami padre que no devolveré lo que por propia voluntad ha venido a mi y que luchare porconservarlo.

Aunque Dargil no lo supiera, la buena princesa estaba despierta, y a través de la ventana pudoescuchar todo cuanto Shannon dijo acerca del Kelleth. Y no pudo más que enternecerse alescuchar las nobles palabras de Dargil. A la luz de las velas de aquella pequeña habitación,recordó que en toda su existencia a nadie de su prole le había interesado lo que ella deseaba,excepto tal vez el pobre Drakkar, pero que seguía sus ordenes porque era su deber.Ahora un perfecto desconocido como era Dargil, abogaba por su cuidado y libertad. “¡Quenobleza!” pensaba “comprarse tantos problemas por mi…” y así pensó aquella noche y lasiguiente y la siguiente, hasta que, ya sin poder evitar lo inevitable, se enamoro perdidamente deél.En esos días de otoño rondaron juntos aquellos largos campos y en la intimidad de la obscuranoche hicieron el amor sobre la colina de Rolksgard a la luz del sol, desde donde Dargiacontempló la magnificencia del occidente, sus largos y sinuosos ríos, los inmensos bosques,repletos de criaturas y el mar. Dargia nunca pudo desentenderse del mar, le tenía fascinada e ibaa nadar con Dargil asiduamente allí.Así que mientras Dargia vivía una vida de ensueño en tierras misteriosas y pasaba los mejoresdías de su vida, Tzoloko se encontraba empecinado en su búsqueda. Había llegado a Balbania unasemana después de que Shannon charlara con Dargil. Y estaba muy ansioso por dar con la mujer,quien pensaba estaría confundida y frágil. Una buena oportunidad para conquistarla, al menos ensu trenzada mente.Aun en el oeste del continente la gente recuerda la leyenda del caballero de oro. Pues Tzolokoandaba por los campos con su gran carro blanco, adornado de oro y plata. Sus magníficoscorceles asolaban los caminos en busca de la princesa y pedía información a cambio de dinero.Pero, al estar Dargil y Dargia en una zona bastante escondida de los hombres esto no le fue fácil.Hasta que se topó con un joven guerrero cerca del valle de Vendor. Arthargo, pensando que esteera un buen amigo de Dargia, le dijo donde encontrarla y este, raudo como el viento, partió haciala casa de los buenos amantes.Ya envalentonado por su resentimiento y la humillación que supuso la preferencia de Namidian

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por Drakkar, salio disparado con sus corceles arrasando los campos verdes, arrancando las floresy partiendo las rocas bajo los cascos de Tuma y Sejiro sus corceles.Dargil y Dargia estaban fuera de la casa juntando maderas para el hogar cuando vieron venir sutremolante casco dorado y orgullosos corceles rasgando el éter. Dargil le ordenó a su amada queentrara en la casa y le esperó, con la paciencia del campeón a las puertas de su humilde hogar.El carro de Tzoloko no se cuido de las flores o el jardín de la casa delantera y muy adrede loarruinó con sus nefastas ruedas. Descendió ya con la nobleza y terror del sol que guardaba yparecía una torre de oro coronada por la luz de los astros. Sus cabellos rubios se deslizaron haciaabajo cuando quitase su casco magnifico y sus ojos celestes amenazaron al buen príncipe.

­ Campesino humano. Me envía Namidian, señor que gobierna en el Ramkkara y rige la tierratoda. Se dice que en tu casa se refugia su hija, Dargia. ¿Por qué no la traes ante mí para quequede bajo mi segura custodia? El señor Namidian es generoso con aquellos que siguen susdictados.Dargil, más vivo que muchos otros hijos de los Dioses, se dio cuenta que Tzoloko no loreconocía, pues Dargil no llevaba las ropas usuales de su casa, como tampoco guardaba el aspectode príncipe de Argenar, sino mas bien parecía un Cazador de buena presencia y vitalidad.

­ Si, aquí esta la mujer que buscas, magnifico Guardian. Iré a traerla.Dargil ingresó a la casa y le dijo a Dargia que le siguiera el juego y que no se preocupara. Laprincesa, aun temerosa por lo que sucedería salio lentamente de la casa con Dargil detrás.

­ Tus niñerías han traído gran alboroto en el Ramkkara y en el Kelleth Todo, eres unavergüenza para la enaltecida prole. Súbete, te llevare con tu padre. – Dargia, le hechó una ultimamirada a su amado y se subió al poderoso carro.

­ Toma campesino, por tus buenos servicios. Y una onza de oro cayó de las manos de Tzoloko,quien dio rienda a los corceles y se marchó al sur.Tan pronto como Dargil perdió de vista a Tzoloko fue en busca de su caballo y sus armas. Se ciñola argenta espada en el cinturón y cabalgo con su corcel en dirección al sur, tal y como Tzolokohabía hecho. Pero no iba en busca de Dargia, sino a la casa de un viejo amigo, que vivía en elKelleth.

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La Magia de SítivaMientras Dargia era llevada contra su voluntad al Ramkkara, y esperaba ansiosa ver a Dargilvenir a rescatarla, el príncipe de Argenar se elevaba sobre los cielos con su buen Pegaso. Pues,tales criaturas fueron creadas y criadas por el. Claro que no andaba volando con su tan especialmontura por Balbania: Isino, su caballo blanco con manchas marrones, era especial, podía hacersepasar por un caballo cuando era necesario y desplegar blanquísimas alas, si el hijo de los Diosesasí lo requería.Y con sus emplumadas extremidades Isino se remonto hasta los más encumbrados cielos endirección a Vasslorg, las frías cumbres del Dios olvidado del Kelleth, pero que Dargil siempretenía muy presente. Porque Tanis era un señor amable y comprensivo. Al amar tanto el mar,Dargil le había elevado diversos rezos y obtuvo una estrecha relación con Filsen, su hijo menor.Por el horizonte perturbador del mundo de los Dioses vino volando Isino y proyectaba sombrasobre las verdes aguas del mundo bienaventurado. Descendió sobre el risco, que comoprotuberancia, se levantaba en la gran isla. Y Aterrizó levantando gran polvareda entre lossúbditos, que se llenaron de asombro por la extraña visión.Al verlo desde la torre, Filsen corrió a su encuentro, puesto que su corazón siempre se alegrabamás al ver al joven príncipe, que tanto le había enseñado en otros tiempos. Dargil le habló conmucha preocupación sobre el asunto de Dargia y le urgió a que le ayudara a rescatarla. PeroFilsen estaba bajo las órdenes de su padre y debieron preguntarle a este primero.Tanis se conmovió mucho al escuchar todo lo sucedido con la pobre Dargia, a quien conocíadesde su nacimiento, y le pareció espantoso el destino que su padre deseaba darle. Además, conlos largos años que llevaba en Vasslorg, Tanis se había planteado como objetivo ser distinto a losmoradores del Kelleth. Era un Dios realmente bondadoso y preocupado sobre las cosas quepasaban en el. Dijo, tras escuchar cuanto Dargil relato:

­ Es una noble y arriesgada tarea la que se plantean. Son jóvenes y son impetuosos, eso lemolesta a los Señores del Essea. Mas, a mi me parece que debemos renovar los votos con loshombres y entre nosotros también. Irán con mi bendición, a vuestros corceles protegeré con unanube de tormenta que cubrirá los cielos del Kelleth. Mas, te ruego buen Dargil, que cuides de mihijo Filsen, quien es más joven y más inexperto que tu. Os haré para ambos magnificas armas, sies que en algún combate se trenzan, les protegerán. Mi esposa las confeccionara para ustedes,pues ella conoce muchos secretos de la forja.Acompañados por el bondadoso señor, este los llevó a las salas más recónditas de su palacio. Enellas ardía un fuego azul sobre las antorchas, y todo tenía un dejo de zafiro electrizante, como losrelámpagos que comandaba Tanis. En una gran cámara, rodeada y adornada por magnificascolumnas, de capiteles hermosamente trabajados y cristales preciosos engarzados, estaba Sítiva,la hermosa esposa del señor.

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­ Yo soy Sítiva, la Reina de Vasslorg. Dijo la Diosa de larguisimos bucles negros como laoscura noche sin estrellas y los ojos del mismo color que el fuego de las antorchas. De vestido tanclaro como el pálido amanecer y el rostro repleto de la juventud y las virtudes de los hados.

­ Fabricare para ustedes, con los secretos que manejo (que se esconden en tiempos anteriores alos poderes) las armas que me pidan. Y a cada uno regalare uno de mis aretes. Para que siemprepuedan saber donde se encuentra el otro y así no perderse en el duro camino que tienen pordelante.La gran maestra Sítiva sujetó los aretes de Zafiro, de igual color que sus grandes ojos, a unascadenas. Luego, para Dargil hizo una espada destellante, cuya hoja siempre reflejaría la luz delsol para cegar a los enemigos. Labró también para el una cota de mallas y un escudo negro yredondo. Y para su amado hijo Filsen, Forjo una armadura negra y gris, tal y como su padreusaba.Ya ataviados en las caras prendas, vestidos como príncipes que van a ardua batalla a lugareslejanos del mundo, les despidieron en la cima del monte. Como ultimo regalo, a Filsen se le dioun Grifo, para que pudiera volar de la misma manera que Dargil con Isino.

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Los Planes de NamidianEl sol se encontraba en el poniente cuando el gran carro de Tzoloko llegó a Ramkkara. Dargiaestaba atenta a cualquier posibilidad de escape, pero no era una buena idea luchar con el guardiándel sol. Por lo que, durante el viaje estuvo tristemente tranquila.Al arribar los guardias de su padre la enviaron derechito a la torre más alta del palacio, el mismolugar donde se encerró a Shannon algunos años atrás. Un salón frió y austero, nada parecido a susofisticada habitación en el los niveles más abajo. Pero no se crean que Dargia se la pasó llorandoy abogando porque el gran Dargil viniera a su rescate. Sino que imaginaba la manera de salir deallí lo más rápido y limpiamente posible.Rogar a Namidian no era ya una opción, cuando el carro de Tzoloko pasó en frente de el y deEleiana, su mirada enunciaba un fuerte rencor, mientras que su madre lloraba avergonzada porcomo estaban tornándose los acontecimientos.Aquella noche fue fría y silenciosa. El júbilo del Ramkkara había desaparecido. Y a partir de esedía comenzaron a caer graciosos copos de nieve desde las arremolinadas nubes. El largo inviernoal que el alma de Namidian se sometía comenzaba. Pronto los campos verdes exultantes de vida yjúbilo se desvanecieron bajo un blanco telón de frialdad y orgullo. La mar vibrante que besaba laspedregosas costas de la isla se volvió hostil. Con poca de la gracia que supieron vestir ydesvanecido su amable proceder, los mares se agitaron como en perpetua tormenta. Y el techodel sagrario ya no brillo a la luz del radiante sol, sino que enfermo bajo la pálida luz de un díaaciago y tormentoso.Eleiana escuchaba el llanto callado de su hija del otro lado de la oscura puerta de madera y sedebatía entre el deber y el amor. El tiempo del tercer barón se acercaba, aquel cuyo destino iríapor la misma senda de su severo progenitor. Abrió las puertas y entro con el paso cansado de losIgnotos. Abrazo a su hija enredada en llanto furtivo:

­ Madre…no…no me encierren entre sombras por segunda vez. Porque he visto las cosas másmaravillosas abajo, donde moran los mortales. Si cometí faltas no fue para la ofensa de Namidian,sino para que reaccione. Si este trato da a sus hijos primeros, si el así comprende la vida y el amorcon quienes lo hemos rodeado y protegido, ¿Qué hará entonces con los hombres?

­ Así se dan los acontecimientos mi hijita, así quiso el destino que la luz que me trajiste en elparto de esa mañana soleada de enero, se escape de mis manos. Pero no te confundas Dargia, notodo esta dicho, ni siquiera los designios de tu padre.

­ ¿Y cuales son ahora sus deseos?­ Que mañana a primera hora te cases con Pirtv Mv, quien llegara esta misma noche al palacio,

junto a su padre Killme. Luego vivirás con ellos y tendrás hijos, esos hijos juraran lealtad aNamidian y descenderán al mundo para que este se enfile detrás de su imagen.

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­ ¿Por qué no casa a otra con ese horrible personaje? ¡hay tantas Adrias a la altura de aquellamisión!

­ Porque tu, amada hija, estas maldita por el vientre del que saliste. Pues a través de míobtuviste el don, ese que nos distingue de la prole de los demás dioses y que regalaste a Asinniacon ternura. Tal cosa será decisiva a la hora de la guerra contra tu tío, como parece que esta seavecina.

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A Namidian se le escapa Dargia(Por segunda vez)

La pálida luz del un nuevo día se vertía sobre los nevados techos del Ramkkara, cuyos vientosfuertes sacudían los estandartes preparados en el patio para la boda. Debajo, la guardia deNamidian se preparaba para recibir con honores a la pareja. El apuro al que suscito el Dios paraque se llevara a cabo el casamiento hizo que la preparación del compromiso fuera algoimprovisada. No había en el patio ni grandes pabellones ni una enorme mesa para el festínposterior, como tampoco cuantiosos invitados.La expresión de disgusto en la princesa era clara para todos los presentes y Eleiana aun lesusurraba al oído a su esposo que terminara con esta locura, mientras este se paraba sobre unatarima para comenzar con los ritos correspondientes. Namidian no le hablaba a su otrora amadaEleiana y le dirigía ademanes con desprecio para que se callara.En el otro extremo del jardín, Killme también le susurraba cosas a su hijo de tremolante casco,acompañado por sus dos bellas hermanas. Killme estaba particularmente molesto, no le gustabaque las cosas se apresuraran de esa manera, y el hecho de haber tenido que viajar de urgencia alRamkkara le molesto bastante. Además, algo en esa cabeza le decía que algún inesperado sucesoacontecería y que Namidian no le había dicho toda la verdad sobre el asunto.

­ Si hay problemas, mantente al margen hijo. Le susurro mientras le colgaba del cuello a PirtvMv una joya que su madre había labrado para el.

­ Sigo tus ordenes, padre. Le contesto con su voz cavernosa el poderoso campeón de la Gransombra.Y en medio de todo eso, Tzoloko se rascaba nervioso la barbilla, se fijaba en sus ropas o seacomodaba el pelo. Nunca había querido traer a Dargia para que se casara con el hijo de Killme,sino que la deseaba para el y estaba presenciando en vivo y en directo como iba a perderla parasiempre. No imaginaba que Namidian adelantaría la boda.Sonaron las trompetas rompiendo el incomodo silencio, y acallando los murmullos de las Adrias.Dargia ingresó por la puerta principal al jardín acompañada de su hermosísima madre. Los coposde nieve le besaban el cuerpo y caían graciosamente sobre la diadema plateada que llevaba. Ibasostenida por su madre que caminaba hacia el altar como si ella sintiera también un mal augurio.Dargia andaba con la cabeza gacha, concentrándose en la alfombra que tenia debajo.Hasta a Pirtv Mv le produjo repulsión la inflexibilidad de Namidian. A el Dargia le parecía muybonita, pero no tenía gran interés en casarse. Killme jugaba con sus collares nerviosamente. Unrayo de luz dorada atravesó los cielos, rompiendo por un instante el largo invierno y como

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certera espada ilumino el cuerpo de la princesa, sus ojos verde mar centellaron en el recintoazulado por la mañana moribunda. El viento se detuvo, o se contrajo.Eleiana dejo a Dargia en la plataforma y se acomodo al costado del severo Dios. Le dijo entonces:­ Mirad bien esposo mió y recordad este día, pues vendrá a tu mente muchas veces, si alguna vez,reflexionas.Shannon estaba entre los presentes y se aliviaba sabiendo que al final, su hermano habíaabandonado esa loca idea de casarse con la muchacha “A lo largo, será para bien” pensabamientras tamborileaba con los dedos sobre el mango de su espada.Muy de a poquito, casi como un murmullo, comenzó a soplar una brisa, pero que era fresca ytraía dulces fragancias como de flores. –Pase lo que pase, no te muevas. Le dijo Killme a su hijo.Mientras Namidian comenzaba a hablar y a decir esas cosas que se dicen en los casamientos, laleve brisa se aceleró como por obra de los hados y las nubes grises del Ramkkara se volvieronnegras, negras como la noche del mundo subalterno, como las paredes severas del inframundo. Yel viento se convirtió súbitamente en un vendaval que traía ecos de una fría región del Kelleth.Aquí y allá estallaron truenos con relámpagos en sus sienes. Ya muchos de los Invitados nopudieron hacer la vista gorda al terrible temporal y miraban asombrados a los cielos, súbitamenteempenumbrados por el señor de la tormenta.Dos pequeñitos y casi inidentificables puntos negros se aparecieron en el horizonte dirigiéndosea gran velocidad sobre la enardecida mar. Y esos puntos se hicieron grandes en tamaño encuestión de segundos. La atribulada expresión de Tzoloko se transformo en una de asombro,dispuesta a sacar de su garganta un alarido de alarma mientras llevaba sus manos a su arco yflecha. Killme, sin dar aviso a nadie se lanzó al suelo cubriendo a su hijo. Y antes de quecualquiera pudiera reaccionar, incluso el Magananimo, Isino, el Pegaso de Dargil voló rozandolos campos del jardín arrastrando tras de si gran polvareda. Dargil, con la destreza de un águilarapiñera tomo con sus fuertes brazos a la princesa y se alejo, custodiado por Filsen.

­ ¡Dargil! Grito Tzoloko – Mil veces maldito hijo de los Dioses!­ y disparó sin pensarlo dosveces sus flechas, que arrasaron con los cielos, pero que Filsen detuvo con el escudo que le dierasu madre a Dargil. Y estas rebotaron como si chocaran contra los muros de una fortaleza. YTzoloko fue raudo al carruaje de buenos corceles. Dentro suyo Killme se reía, igual que su hijo.Filsen, que era el único que podía actuar (debido a que Dargil intentaba subir a Dargia a suPegaso) hizo una segunda pasada sobre los techos del severo Ramkkara, cuya defensa toda sepreparaba para derribar a los intrusos con asesinos pensamientos.– ¡Guardias, Guardias! Gritaba enfurecido Namidian mientras mandaba de una patada a Amarak

a que persiguiera al súbito ladrón.Filsen desenvainó la espada que Sítiva le diera a Dargil y esta centelló en el aire como si el solfuera descubierto de un velo negro. Arrasase la luz toda visión de los arqueros que dispararon las

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flechas a cualquier lado, clavándose muchas en las torres o el tejado, rompiendo ventanas orasgando banderas. Los corceles de Tzoloko se asustaron y el carro entero voló por los aires,partiéndose sus ruedas y escapándose el oro y plata engarzado. Humillado, el guardián, dio surostro con el pantanoso suelo de la costa.Namidian, enardecido como nunca en toda su existencia, tomo por los brazos violentamente a suesposa, Eleiana: ­Tu prole puede volar, usa tus alas y trae a nuestra hija, ¡YA!

­ No usare mis alas para encarcelar en la oscuridad a mi hija. No soy un perro de caza, soy sumadre.

Desperado, sintiendo que todo el Kelleth se le caía encima, Namidian miro en torno de susAdrias y Guardianes, pero ninguna tenia la capacidad de vuelo, excepto por Assinnia, que ahoravivía con Heills. Finalmente, como ultimo recurso, corrió hacia donde se encontraba Shannon:

­ Sobrino, si aun te interesa la buena relación que tenemos con tu padre, vuela y trae a mi hijade vuelta. Heills estará de acuerdo con que esto es una locura. Ve, vamos, ¡vuela!, ¡vuela!

­ Ya he advertido a mi hermano sobre esto, el no quiso escuchar. Hace tiempo que no sigue losdesignios de nuestro padre.

­ ¡Si tu no lo haces! Puedo asegurarte que mi prole lo hará, sea hoy o dentro de cien años, peroDargil pagara por esta insolencia, ¡Secuestrar a mi hija el día de su boda!

­ Ella estuvo con el por propia voluntad Namidian. No fue un secuestro, sino más bien unrescate a su manera de verlo. Y a mi padre ya no le interesa lo que haga Dargil, quien esta lejosde su amor.

Namidian se alejó de allí pateando las mesas y sillas en rededor con tremenda furia. Puteandolargo y tendido a cada una de las adrias y los guardianes y los Dioses y quien sabe que mas.Entró en la cámara del Trono y cerró las puertas atronadoramente.

­ Ya puedes abrir los ojos, amada, estamos en casa. Le Dijo Dargil a la princesa, que se habíadormido placidamente sobre su espalda mientras volaban sobre Isino. Ella observo Balbaniadesde las alturas, las cumbres de las montañas Bredalo estaban apenas iluminadas por los últimosretazos del ocaso, azulado y oscuro. Las colinas ya eran sombras entre otras sombras y sobre elrío Ninianal la luna reflejaba su argenta figura. Filsen les escoltaba por la derecha, entre lasnubes, con su grifo al que llamó Umuna.Bajo las primeras estrellas de la tarde ambos descendieron sobre Cam Marder, una región dealtas colinas pedregosas que precedía a las montañas Bredalo en su cara sur. Se demoraron unpoco descansando del largo viaje y la noche avanzo gentilmente sobre el mundo.

­ No es bueno que estemos en campo abierto amigos. Tzoloko volverá sobre nosotros tan

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pronto como repare su carro y el sol emerja del naciente. El no solo desea cumplir con lospropósitos de mi padre, sino que esta obsesionado conmigo. Vendrá en busca de venganza.­ DijoDargia

­ Conozco bien esta región, podemos ocultarnos en los bosques de Eclar Dul. Aprovechemos elvelo nocturno mientras podamos, pero debemos ser rápidos. Dijo Dargil.Y dicho esto retomaron vuelo hacia los inmensos bosques de Eclar­Dul, de largos pinos de flacostroncos y orgullosas copas. Una vez allí Dargil y Dargia fueron casados por Filsen, quien oficiode sacerdote representante de Tanis. Y tuvieron una hermosa noche de bodas bajo las pálidasestrellas del oeste y el murmullo de aquellos inveterados árboles.

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•El Zafiro de FilsenYEl Final de Esta Saga

El carro de Tzoloko fue reparado por los Guardianes, para que este pudiera viajar nuevamenteen búsqueda de Dargia. Pero esta vez, Namidian envió al oeste de Balbania varios espías, desdeguardianes y Adrias, hasta animales que a el le servían, como las águilas. A estas alturas, lo únicoque le importaba era vengarse de su sobrino, que lo había humillado públicamente. Le dijo aTzoloko que como Dargia ya no podría ser casada con Pirtv Mv (porque esta se le había rebeladoabiertamente) ahora el podría casarse con ella, siempre y cuando Dargil pagara por su acción.“Incluso la muerte de este es una opción” le dijo al guardián. Terminado el carruaje, todos losespías se pusieron en camino para comenzar la cacería. Pero todo esto llevo al menos una semana.

Entre tanto Dargia la estaba pasando muy bien con su amante y ahora esposo. Vivíanhumildemente en una pequeña casa al lado del río Samlard. Y pasaban las tardes entre losbosques de Eclar­Dul, jugando, cantando, comiendo y haciendo el amor. (¿Alguien necesita algomás?)

Filsen, por otra parte, estaba muy emocionado con el mundo mortal, al que nunca habíavisitado antes. Por ello, se iba de la casa a dar largas recorridas en aquellas infinitas y misteriosastierras, conociendo sus seres y hablando con ellos. A menudo visitaba el lago Peñaroth, cuyaespejada superficie reflejaba las estrellas. Y cada noche de aquel otoño se bañaba en sus oscurasaguas. Luego, usando el zafiro que su madre le dio, volvía con Dargil. Era por esto que a Filsenno le preocupaba perderse en el inmenso follaje desconocido. Pues el Zafiro le daría lalocalización del otro, idéntico a este, que llevaba Dargil. Guiando su instinto como por arte demagia.

Una de esas tantas noches que Filsen visitaba el Peñaroth, fue avistado por una compañía detrasgos. Las tierras occidentales, sobre todo en esos tiempos, estaban repletas de criaturas comoestas, pues, aunque fue beneficiado con una belleza indecible, los Dioses nunca le prestaronmucha atención al oeste del continente y este estaba abandonado a su suerte. Las vagabundascriaturas lo confundieron con un Talada (Elfos pálidos de cabellos negros que vivieron en eloeste durante muchos años). Y estos malvados trasgos se regodearon, porque los elfos Taladaeran muy pocos en esos tiempos, era casi imposible ver más de uno en la vida. Y siempre teníanlindos tesoros para robar, objetos viejos y mágicos.

Dicen que mas que su aspecto físico, lo que traiciono a Filsen fue el destello de su colganteZafiro a la luz de la luna, que Sítiva le regalo antes de marcharse de su casa. Llenos de ambición,

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los trasgos salvajes del oeste le tendieron una emboscada escondiéndose entre los pinos delbosque, cerca del camino de regreso.

Filsen caminaba entonces por el accidentado sendero cuando siete orcos le salieron alencuentro con espadas y lanzas en lo alto, gritando y aullando. Filsen los vio venir, desenvaino suespada confiado en que la mera luz de esta los ahuyentaría. Sin embargo era de noche y la espadano tenía ni un poco de luz que reflejar en ese entonces.

Con los trasgos tan cerca, Filsen no tuvo otra opción que luchar y lo hizo con gran valentía,estocándolos en el vientre o cortando sus deformes cabezas. En cuestión de minutos los enemigosestaban hechos papilla en el suelo y Filsen huía despavorido hacia la casa de Dargil, sinpercatarse de que la flecha de un orco rezagado le había arrancado la cadena con el zafiro, quecayó al suelo sin que el príncipe lo notara. El orco, sólo y asustado no se animo a acercársele yescapo entre los bosques.

Ungil, Adria de la guerra y servidora de Namidian, espiaba las alturas en busca de la princesa aldía siguiente, el primer día de invierno de aquel año.Iba con la forma de una inmensa águila de largas alas marrones. Surcaba los azulados cielos conel instinto asesino del depredador y ningún detalle se le escapaba a sus violáceos ojos. Quiso eldestino que esta viera el resplandor del zafiro a la luz del amanecer de esa triste mañana. Bajó yexaminó los cuerpos de todos esos orcos desparramados (sic) por el suelo, con sus miembrospudriéndose a la luz del nuevo sol. Tomó la joya e inmediatamente se percato de que era el quellevaban los usurpadores el día de la boda. Y como relámpago, voló en busca de Tzoloko paraadvertirle sobre el hallazgo. Naturalmente, al poco tiempo ambos se pusieron en marcha a la casade Dargia, guiados por el zafiro.Entre tanto, recién a las primeras horas del amanecer pudo Filsen encontrar el camino deregreso, porque no llevaba colgado su objeto mágico y había estado dando vueltas en círculo todala noche. Primero buscando su collar y luego, rendido, tratando de encontrar la serpenteantesilueta del Río Samlard.Tzoloko y Ungil se posaron como águilas en rededor de la casa de Dargil y Dargia. Se alegraronal notar que estaban solos y despreocupados nadando en el poderoso cauce. El matutino baño dela pareja fue su perdición, pues Dargil se quito el zafiro y lo dejó en la casa unas horas antes. Detenerlo puesto hubiera sabido que Tzoloko venia hacia el y podría haber evitado ser descubierto.El Guardián del Sol, lleno de rencor y de odio; con las ultimas palabras de Namidian en sucabeza, volvió a su forma original y preparo una saeta envenenada. Luego busco una posición detiro en la orilla oriental del Río, mientras Ungil se acercaba a la casa por los bosques con unaflecha encendida.

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La Adria de la guerra, tensó su arco con marcial determinación, dispuesta a hacer lo que lehabían enseñado, seguir órdenes de Namidian, por extrañas que estas le parecieran. Disparó suflecha flamígera y esta dio directamente en la casa precaria, la cual comenzó a encenderse enllamas de terrible voracidad. El fuego seria el anzuelo para facilitar el disparo de Tzoloko.Dargia vio las llamas y asustada se separó de su esposo para apagar el terrible incendio. Y tanpronto como la princesa salía del río y Dargil se erguía sobre las rocas para ir tras ella, Tzolokodescargó la mortífera saeta, que rompió el eter como cristal estalla tras ser impactado por unaroca. Dorado y maligno viajo el funesto acero y se clavó de lleno en las espaldas del buenpríncipe, quien resbalo de las rocas por el impacto y cayó de lleno al agua. Tzoloko desenvaino suespada y se preparo para ultimarlo una vez este saliera.Dargia, por otro lado, se encontró con la terrible Ungil, en toda su gloria guerrera, comopesadilla en noche trémula. Quien mostró su lanza centelleante al sol rojo del poniente y leordeno que no se moviera. Pero Dargia, entendiendo la situación, tomo un madero encendido eintento combatirla.Esta vez le toco a Filsen estar en el paroxismo de las cosas, pues llegó guiado por el fuego ydesesperado arribó a la orilla oriental del Samlard, ya manchado por la sangre del buen Dargil.Tzoloko estaba de espaldas a el, y Filsen, tomado por la furia y la culpa le aplasto el tremolantecasco dorado con su argenta espada, saliendo sus sesos y ojos eyectados al suelo. Así murióTzoloko, el loco y sombrío guardián del sol.Como su padre, Filsen tenía la capacidad de ordenar las aguas a su antojo y abrió el torrente pararescatar a sus amigos. Tomó a Dargil del fondo y lo llevó a tierra firme. Luego, fue en auxilio deDargia, quien daba bravo combate al Adria de la guerra, que intentaba por todos los mediosencerrarla en una red.

­ Ya estas condenado Filsen, habéis matado a precioso hijo de Namidian, no quieras continuarcon esta locura y suelta las armas.El buen Filsen cargó contra el Adria de la guerra con la hidalguía de los héroes y se trabaron enencarnizado combate donde ambos terminaron muy heridos. Pero ya cansado Filsen cedió por uninstante, Ungil, con sabiduría y reparo, le hirió en la pierna con su brillante lanza. El hijo deTanis cayó al suelo gritando por su dolor y desgracia. Ungil, lanzo la red sobre Dargia yvolviendo a transformarse en terrible águila marrón la llevo aprisionada al Ramkkara.Dargil aun vivía y lamentó estar mortalmente herido. Tan pronto como se repuso, Filsen intentoir hacia el Grifo para perseguir al Adria, pero los animales habían muerto de manera horrenda enel incendio de la casa. Humillado y derrotado fue donde Dargil y lloró a su lado muchas lagrimas.El buen príncipe ya se encontraba a vísperas del largo sueño de la muerte. Tomó las manos deFilsen y le hizo prometer que cuidaría de Dargia en medida de lo posible:

­ La hermosa princesa del Ramkkara no permanecerá encerrada mucho tiempo, porque no hay

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muro que pueda contener el destino. No muy tarde volverá a escapar, y cuando ese momentollegue, deberás estar a su lado.

Aspota, la Diosa de la muerte, hermana de Pirtv Mv, se apareció delante de Dargil, aunque soloel podía verla. Ella seguía la historia con mucha atención, pues era inaudito todo lo que estosseres habían hecho por amor, y fue Dargil la victima más difícil de tomar. El príncipe, que la veíaradiante al atardecer, le dijo:

­ Antes de tomarme, Inflexible deidad, te pido que no lleves mi alma al frió inframundo. Puesno puedo imaginar peor castigo que pasar una eternidad separado de Dargia. Si algún privilegioconcedes a los hijos de los Dioses, te ruego dulce dama del fin, que de mí alma hagas centellantesestrellas, como diamantes radiantes iluminados por el amor que yo tengo. Pues Dargia sabráreconocer en ellas mi rostro y jamás se sentirá sola, ni en el más frió calabozo o estéril desierto.Y todos aquellos que adolecen la soledad, bajo estos nuevos astros, sentirán cobijo al resguardode mi pálido semblante.Conmovida hasta la medula, Aspota hizo como Dargil le pidió. Elevó su alma al firmamento yesta subió como una lluvia de meteoros que asciende a los encumbrados cielos. Dejó en el oestepreciosa constelación, que desde entonces usaron los hombres como guía, o de secreta confidenteen las noches cuando acucia la soledad.Filsen, partido por el dolor, puso el cuerpo de Dargil sobre una barca que el mismo preparo, loenvolvió en la armadura que Sítiva le forjo. Dejo entre sus manos el zafiro que se le entregara yla espada a sus pies. También puso en la misma las armas del terrible Tzoloko. Y dejó que eldulce cause del Samlard lo llevara de regreso a su tan amado mar, por donde había venido unadulce tarde de verano y por donde se marchaba en el ocaso de un triste invierno.En Balbania, ya pronta al cataclismo entre Mara y Harmir, Filsen sólo aguardo. Tal como Dargille ordeno, rondo la tierra esperando a que la hermosa Dargia escapara de su cautiverio, comoharía, cuando la piedad de Eleiana le salvara de su perpetuo encierro. Pero esa es otra historiaque continua en otro tiempo.

FIN

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Uno para todos y todos para míY

“La Fiesta interminable”No será la ultima vez que veamos a Dargia, eso ténganlo por seguro. Tal y como le dijo sumadre, ni siquiera los designios de su padre eran inamovibles para las oscuras fuerzas que rodeanel mundo todo. A las que los Dioses, empecinados, trataban de controlar. Porque creían que enverdad tales entidades no existían y que no había nada más allá del poder de los Dioses. Buenohubiese sido que Heills y Namidian hablaran más asiduamente con los hombres, quienescomprendían aquel “hablar de la tierra” y no creían en casualidades, sino en señales.

Pero pocos años más tarde del asunto de Dargil y Dargia los poderosos del Kelleth (exceptoKillme) estaban de fiesta. Mientras toda la tierra había quedado supurante por sus heridas de latitánica batalla, con los mares revueltos, países enteros tragados, incendios del tamaño demontañas y hombres huyendo del cataclismo que sobrevino tras la caída de Harmir; Los Diosesdel Kelleth destapaban champagne y celebraban la nueva hora.

¡Al fin! Después de esperar más de 1000 años, mirando la historia como si fuera la tele einterviniendo apenas un poquito, esa vieja hija de puta, madre castradora y perfida, y el tipo esedel caos se habían muerto, ido, para siempre, chau, bye, c´est finí. Fin. ¿Y quien podía culparlos?(Bueno sí, muchos) Pero a medida que pasaba el tiempo y la espera se transformó en una obsesivaambición tan largo tiempo controlada era hora de festejar. “¡Larga vida al rey!” Dijo Namidianmientras abrazaba afectuosamente al perdonado Drakkar o besaba la frente de su hijo Norim.Aquella fecha, fue elegida como el festejo del “recomienzo”.

­ ¡Que visión!­ pensaba Namidian – Todas esas tierras, campos, ríos, mares, cielos, almas,vidas…todo en la palma de mi mano. ¡Ja! ¡Persevera y triunfaras!, Sí, larga vida al rey.

­ O, Los reyes, esposo mío. Dijo Eleiana con su característica templanza.­ ¿A que te refieres?­ Pregunto Namidian.­ Bueno, no eres el único… ¿Heills no es un Dios también? ¿No tienen acaso el mismo derecho

a reclamar tus hermanos?Entre tanta exaltación por la noticia Namidian y Heills casi se olvidaron de que no había Uno,sino tres. Mara no era ninguna tonta, ni siquiera “dormida”. No había escogido el número dehijos a tener porque le pareciera pintoresco, ni por capricho de madre primeriza. Sí, eran tres,había que repartir las cosas entre la trinidad divina que quedaba.

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Ah, pero claro esta que ni Namidian ni Heills querían quedarse con un tercio de las cosas. Paraeso, se hubieran quedado en el Kelleth jugando a la guerrita divina entre ellos. Ahora querían serlos protagonistas, los severos poderes que dirigieran las mentes, almas y destinos de aquellosseres tan maravillosos (o más útiles que maravillosos para ellos) que eran los hombres. Unalastima que los otros “bichos”, como nombraban a las razas no humanas no hubieran sobrevividoen gran numero a la cataclismica batalla.Pero los hombres eran mejores que esos bichitos, por que los humanos se parecían más a ellos ytenían deseos similares. Adoraban cualquier cosa “rara” que les tirara pan y agua en el desierto, oque encendiera con un relámpago una fogata en su nombre. O dictarle un par de apuntes conmensajes profeticos a algún flaco perdido en el bosque, con eso bastaba para impresionar amuchos de esos dulces “salvajes”. En otras palabras, algo magnifico para lo que estabanacostumbrados los Dioses: poco trabajo y grandes beneficios.Claro que los hombres no siempre fueron unos brutos, durante el tiempo que duro la contiendaentre Mara y Harmir lograron cosas asombrosas. Pero el mundo estaba dado vuelta de pies acabeza, y sólo muy pocos de entre los humanos podrían rescatar aquella sabiduría, que se perdióbajo el manto de una oscuridad de profunda ignorancia.La nueva primavera para Balbania llegó de la mano de estos dos muchachos, contentos comonene con chiche nuevo, junto a Killme, que hacia lo que podía para salvaguardar algunas cosas delpasado. Esos fueron sin duda los mejores años de su reinado.Cuando los hombres estaban en desespero por auxilio, y Mara no respondía a su llamado (o ya lahabían olvidado) no tuvieron otra opción que empezar a cultivar una religión en torno deaquellas figuras antes secundarias. En distintos puntos de Balbania se erigieron preciosostemplos, lo mejor se sacrificaba para que ellos rociaran con providencia los reinos de los nuevosreyes. ¡Y las guerras eran tan fructíferas!, sí, por cada una, enormes carros cargados de oro, plata,vírgenes, mancebos, deseos, ruegos…todo eso un día tras otro, iba a parar al Sagrario deNamidian a través de sus enviados que secretamente recogían los sacrificios y ofrendas.Por una simple reparación de un campo quemado, o el rebrote de los bosques, más y más premiosllegaban. Una virgen salvada por la gracia de los Dioses= Carro llegando. Una enfermedadcurada a ultimo momento a algún rey= carro llegando. Una batalla que se concedía a algún uotro bando= carro llegando. ¡Que divertido era ser Dios! Se dice que en esa época, Norim, el hijodel magnánimo del Ramkkara se lanzaba sobre la montaña de oro que su padre había conseguido.Las Adrias vestían mejor que nunca, todos tenían permitido bajar a la tierra y enamorar algún/amortal y llevarla a casa. Y mientras más se reparaban los daños creados por los máximospoderes, mayor era el número de seguidores para cada Dios. Y cuando los Humanos volvieron atener cultos bien preparados y complejos ritos religiosos…ah, eso fue el paradigma de lapopularidad: Templos, rezos nuevos y bonitos, libros, leyendas que nunca habían sucedido (comoNamidian creando las montañas oscuras, que fueron quemadas por Harmir) otros, más osados, leatribuyeron a Heills la creación de la vida (¿?), también estuvieron los que distinguieron entrebuenos y malos, según la calidad o austeridad de los favores que recibían. De pronto, el parche y

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las cicatrices del dios de Argenar fueron reemplazados por la imagen de un sujeto recio, de barbavaronil y los dos ojos en su lugar.Ahora Namidian era el Dios y Señor del Occidente (aunque ya había sido nombrado así por losBarngianos), todo el oeste lo reconocía como tal. Y hasta un imperio, Mindigrado lo tenía en suestandarte. Ahora los Guardianes y Adrias ya casi no podían trepar por la pila de maravillas queexcedían el tamaño del Sagrario, y se lanzaban en trineo por las monedas de oro. ¡Ese fue un buenverano! Mientras los idiotas de abajo se destrozaban a palazos los unos a los otros por un campode 2 kilometros que tal vez…(tal vez) fuera fértil…Los Dioses la pasaban en grande. Pero unbuen día, el oro y las reliquias que habían sobrevivido a los tiempos antiguos, se acabaron.

­ Se acabo señor. Dijo Shannon entrando en el recinto de su padre una mañana.­ ¿Cómo?­ Pregunto Heills mientras miraba los increíbles movimientos de vientre de una

bailarina salefiana. ­ ¡Deja que la chica haga lo suyo!­ Hay que volver al trabajo señor. Dijo Shannon mirando al suelo, avergonzado.­ Solo dame un minutito con mi amiguita, ¿si? Tu padre tuvo mucho trabajo estos años.­ Dijo

Heills mientras se derretía por la sonrisita de la odalisca.­ No hablo de la bailarina señor, no hay mas… ¿no entiendes padre?­ ¿A que te refieres? Le respondió en un susurro Heills

­ Dinero…comida…se acabo, los hombres están en la ruina. Hemos descuidado los otrosaspecto de gobierno y….

­ ¿Y?­ Hay tres naciones en guerra civil, un imperio que somete a los pueblos bárbaros del oeste y

otro, del desierto que ha crecido una enormidad. Responden a Tanis y lo tienen como centro deculto.

­ Pero nosotros tenemos a Mindigrado, no te preocupes hijito.­ Señor, todo el oeste se prepara para levantarse contra Mindigrado. Y las colonias salefianas

han comenzado a unirse contra Salef.­ ¿Y quien esta con esos rebeldes, Namidian, Norim?­ No señor, no llevan ningún Dios en sus estandartes.

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La DespedidaKillme estaba parado junto al carro de su hijo, rodeado por la desgracia de la Gran Sombra. Loscorceles estaban dispuestos a marchar, pero el Gran Dios (y creo que se ganó ese titulo) no quisoirse de inmediato. Su hijo, el siniestro Pitrv Mv aguardaba paciente.

Maihai lloraba lágrimas de plata mientras esperaba que su marido partiera. A pesar de ladiscusión de la noche anterior, se negaba a dejarlo ir. Se negaba a abandonar todos sus sueños yesperanzas. Tan largo había sido el sueño, tan bellamente había cantado el arroyo, hace años,años que se perdían en la bastedad del tiempo vivido.

Sus alas larguisimas estaban caídas sobre el agreste suelo terroso. Killme le tomaba la manocon dulzura, mirando dentro de aquellos ojos infinitos, recordando cada momento que estuvieronjuntos y el día en que, una mañana soleada Balbanesa, se cruzaron por primera vez. Las hojas delbosque de Fordgord, antes doradas, cayendo entre ellos. Los rayos del sol atravesando losespacios entre troncos, en aquella eterna primavera que ahora parecía tan vieja y difusa.

­ Nada es para siempre, eso ya lo sabe tu prole. Le Dijo Killme, con la garganta tomada por latristeza. Dicho esto, le besó dulcemente los labios y le acaricio los cabellos. Tomo uno de susaretes y se subió, con el gesto recio de un paladín, al carro de Pirtv Mv y sus hermanas.Los tres se elevaron hacia la tumultuosa barrera de nubes que ocupaba el firmamento de la granSombra. ¿Quien diría que en semejante lugar, donde toda esperanza se pierde en un instante ydonde no brilla otra cosa que la tonante desolación, hubo un gran amor, que comenzó hace tantosdías, como vieja es la tierra?La hora de Killme había llegado. Esperó lo más que pudo a que los hombres se reagruparannuevamente, a que despertaran sus conciencias y sus pudientes corazones, y que floreciera enellos el deseo de vivir bien. Esperó a que Heills y Namidian se sintieran tan inamovibles delEssea, como montaña en su sitial.Maihai no lloraba porque Killme se marchara, sino porque no tenia pretendido volver, por muchoque su amoroso corazón se lo pidiese. El señor de la Gran Sombra había llamado a una reuniónde urgencia en el palacio de Namidian. El propósito del encuentro era supuestamente un granregalo sorpresa a los nuevos emperadores del mundo, sus hermanos.Claro que ninguno de ellos se negó o desconfió de esto. Killme había probado estar de su lado,sea en su inacción o en su consejo. Y no iban a perder la oportunidad de recibir un regalosorpresa de este. Todos estaban invitados, inclusive Tanis y su hermosa esposa. Quienes yaestaban bajo aviso de la sorpresa. Pirtv Mv, Aspota y Uptunar también conocían en profundo deque se trataba, pues hace mucho tiempo venían preparándose para el gran acontecimiento.

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El gran carro de Pirtv Mv pasó por las regiones de Balbania, siempre en ascenso. Allí el Dios viotodos esos maravillosos lugares que amó y conoció. Que conoció como ninguno de sus hermanosu otro Dios. La argenta mañana, las estrellas de zafiro, el alba de bronce, que le recordaba a losojos de Maihai, acaso la mas hermosa de las Ignotas junto a Eleiana. Vio en los ríos, de oscurasaguas y serpenteante silueta, cada poema que se había escrito o escribiría, vio los amores de susamigos, las pasiones encendidas de sus hijos Anuri. Lo duro y roñoso de la vida y lo mágico yhadesco de la misma. Como un niño que vuelve de unas largas vacaciones, alzó su mano y sedespidió de los pinos, las colinas, los lagos y las montañas ya coronadas por el fulgente amanecer.Y el carro se perdió allende los mares occidentales, raramente calmos.

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Tumbas o FloresEn la gran sala del trono de Namidian todos esperaban ansiosos a que Killme se decidiera arevelar su regalo. Pero este insistía a que estuvieran todos presentes, y como muchos se habíandemorado, se alzo una gran expectativa en torno al asunto. Tras largos días de marcha, llegaronpor fin cada uno de los seres habitantes del Essea, El Rammkkara, las tierras de Heills e inclusiveel Mostross (Inframundo). Por lo que debieron mudar el lugar de la reunión a las afueras delSagrario. Sitiva y Tanis enviaron a su hijo Filsen en representación, pues dijeron estar muyocupados para asistir.Killme subió los escalones del edificio mientras el sol le besaba su plateada diadema. Vestía de laforma en que se presentaba a los hombres, un hombre alto de largos cabellos negros y hermosorostro, ceñido por una nariz aguileña. Hizo un silencio, y miro al cielo.

­ De todos los regalos que puedo darle yo a mis hermanos, se me ocurren muchos. Acaso miles,pues tan grande es su poder, su sabiduría y su belleza, que merecerían todos los arcones de oroposibles, y todas las joyas fabricadas y todas las alabanzas que a nosotros se nos pudiera ocurrir.Los Dioses aprobaron estas palabras con mucha alegría, al igual que otros cercanos a ellos.

­ Sin embargo, ni todas estas cosas juntas podrían ponerse en la balanza ante mi regalo, austedes hermanos y a los presentes. Porque es un agasajo hecho para compartirse…Los Dioses aprobaron estas palabras, imaginando que el regalo seria algún campo bellamentetrabajado por el dios, o alguna de sus rarezas. De igual forma aprobaron esto quienes losrodeaban.

­ Es un regalo que se escapa hasta del corazón más ruin. Incluso del amurallado y abovedadopalacio de los Dioses. Y seguirá escapándose cada vez que alguien quiera atraparlo,transgiversarlo­ Dijo subiendo la voz y gesticulando con sus manos. Tomando ya la presenciadel noble dios que era, mientras el sol cubría sus espaldas como una capa de maravillas. –Esconderlo, mutilarlo o confundirlo. Ese regalo, mis señores, es la verdad. Una verdad essuficiente para derribar estos castillos y dar por tierra esas montañas que habéis construido conla más ruin traición a su propia prole, a sus hermanos y a sus hijos. Y desplazar, con justicia, elmito sobre el cual han montado esta farsa. La falaz y cobarde mentira, de que son ustedes losdueños de lo que hicieron otros. Contare por tanto, como fue que se instauro este orden de tiraníay como se sostiene sobre las tumbas de viejos mártires de todas las razas, incluso debajo de losgastados huesos de Dargil y la ruina prematura de Dargia.Bajo las bocas abiertas de asombro por sus hermanos, incapaces de reaccionar ante la oratoria delbien amado Killme, todos los seres del Essea, escucharon la verdad que Heills y Namidian sehabían encargado de tapar. Como ambos habían tramado y ejecutado el golpe contra Mara y laforma de encubrirlo“¡Y los Guardianes del mundo fueron encerrados y quemados vivos en los

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fértiles campos de Notiel!” Dijo entre otras cosas Killme. Y nadie podía creer lo que escuchaban.“El engaño a los hijos de Mara fue cubierto por las onzas de oro con los que algunos Guardianes“divinos” se llenaron la boca, entre ellos: Amarak, Drakkar, Omar, (Siguió a esto una larguisimalista de nombres) Las Adrias y los demás Guardianes que no habían participado de esto semiraban consternados. Killme seguía, denunciando crímenes a montones, con el detallepuntilloso de un fiscal. Culmino diciendo:

­ Es ahora, ¡Ho, herederos de este enfermo mundo! No mañana, que deben elegir sin demora sidesean en verdad formar parte de esta conspiración. Es este momento, en que el sol besa loscampos, y los pájaros le cantan a su somnoliento emerger, que deben reclamar lo que lespertenece. Se les ha dicho que no pueden casarse entre ustedes, les han confiado secretos que nisiquiera yo conozco, y estoy seguro que guardan penas y resquemores de la larga noche que atodos nos cubrió ese fatídico día en que se arrebato el precioso legado de una madre, de la cualustedes también son hijos. ¿Van a morir por esta mentira? ¿Irán a la guerra por ella? ¿Estándispuestos a abandonar amores, deliciosos momentos en compañía de amigos? ¿Están listos paradejar morir sus sueños?. Si es así adelante, que vuestros seres se estrellen contra las murallas deambición que levantaron vuestros Dioses. ¡Que toda buena acción se pulverice y pierda bajo lasucia bandera de dos traidores! Por que les advierto, como bien hizo Mara alguna vez: Ningunaempresa que pretenda el total control de aquello que no puede ser sometido lleva a buen puerto.Sólo acarrea al lento desangrar de nuestros hijos futuros. ¡Bajad ahora a Balbania si os parecebien!, llenadla de hijos hermosos. Y con cada mañana que pase, se degeneraran por estos dos susdeseos, se trastocaran sus hermosas virtudes y de este periodo solo quedaran tristes cancionesque, como una amarga leyenda se recordaran para siempre. Y entonces el Sol saldrá libre de suscadenas para secar las lágrimas vertidas, y hacer crecer verdes pastos sobre las negras tumbasque se extenderán por el mundo todo. Ese es el único futuro al que los Dioses pueden llevarlos.Es suya la elección, tumbas o flores.

Tan pronto como los Dioses recompusieron la compostura (pues varios segundos estuvieroncallados y anonadados. Se levantaron ­¡Guardias!. Gritaron los dos. ­ ¡Encerrad a este Dios portraición y difamarnos!­ Después de semejante discurso, no tenían nada para decir. Solo seremitieron a ladrar como perros furiosos sedientos de sangre. No todos los guardias acudieron asu llamado, otros si, tal vez por miedo, tal vez por ingenuos. Killme no se resistió al arresto, sabiaque era inútil. Su semilla germinaría, tarde o temprano así sería. No esperaba una rebelión en eseinstante. Killme siempre pensaba a largo plazo.Tomando apuradamente un martillo, Heills dijo: ­ Yo te sentencio, Killme, al encierro de por vidaen el más oscuro rincón de la tierra, bajo el cargo de traición y sedición. Y golpeo muchas vecesel martillo, lleno de furia y de impotencia. Killme y otros que se le sumaron por propia voluntad,fueron entonces llevados a la cueva subterránea más espantosa que los Dioses encontraron. Sushijos, fueron dejados libres por pedido de Eleiana, quien hizo reflexionar a Namidian al final delasunto. Pues ellos no habían dicho palabra alguna. Antes de ser encerrado, Killme le dijo unaspalabras al oído a su hijo, en ese momento nadie supo cuales eran, pero trascendió que fue solouna palabra “Saiga”

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Así fue que Killme quedo atrapado en una oscura prisión bajo la tierra, sellada con la magia delos Dioses. Y allí pasaría muchos años, para la tristeza de Maihai y la alegría de sus hermanos.

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La Elección de ShannonY

El final del ciclo de los DiosesPirtv Mv se puso en acción tan pronto como su padre hubo sido encerrado. Corrió a su carrojunto con sus hermosas hermanas, Aspota y Uptunar. Volaron tirados por aquellos negruscoscorceles hacia su destino, que no era otro que Vasslorg. Donde Tanis y Sitiva esperaban ansiosossu llegada para vestirlos con las armas que habían forjado hace algunos años junto a su padre conhomicida propósito.

Los corceles de Pirtv Miv arremolinaban el eter a medida que avanzaban sobre la marembravecida de las cercanías de Vasslorg. Lo acompañaban los truenos de las eternas tormentasque cubren esos extraños horizontes. Debía cumplir con el ultimo y más importante recado de supadre, que no había estado ocioso en los últimos tiempos, sino preparando terrible batahola quesacudiría todo el Kelleth.

Cuando llegaron a la isla de Tanis era ya de noche, y a la luz de las estrellas brillaba sobre elblanco palacio del Dios. Ya en sus puertas aguardaba la servidumbre para cambiar rápidamente alos tres hijos del ahora caído Killme. Apresurados por la falta de tiempo, por la impotencia de nopoder actuar durante la reunión. Se dispusieron en fila para que Sítiva les engalanase con lasarmas que ella había forjado, en su herrería secreta de luz azulada.

De esta manera Aspota, la gran diosa de la muerte adornó su arrolladora y siniestra presenciacon una armadura negra como el vació. De altas hombreras que fulgían a la luz de la luna y suscabellos rubios derramados en torno de sus salientes pechos. Un mandoble con inscripciones enla lengua de los Dioses y un rubí rojo en el terrible casco, que se levantaba sobre sus ojos azulescomo una montaña de pesadilla que arremolina las nubes y lanza tunantes rayos. Así se preparóAspota, diosa de la muerte, para la guerra.

A Uptunar, Diosa de la guerra y la forja, se la vistió también con armas nuevas y mágicas,creadas por las fuertes y poderosas manos de la esposa de Tanis. La Diosa de largos buclescastaños y ojos tan dorados como la miel, llevó consigo un bellísimo arco, que brillaba como siminúsculos diamantes le cubrieran la superficie. Largo y bien labrado con un sobre relieve desinuosa belleza. Su cuerda estaba hecha de plata y sus flechas eran también de ese material.Capaces de atravesar cualquier armadura, sea divina o humana. Sobre sus níveos hombros seposo una larga capa roja, y coronando su hermoso y delicado semblante una tiara dorada.

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Por ultimo, al siniestro Pirtv Mv se le entregó en sus manos la espada Saiga. Forjada por Tanis,Sitiva y Killme. Arma crucial para el buen desempeño de esta empresa. Una túnica oscura comola noche cerrada le cubría el cuerpo enorme y su tremolante casco plateado que provocaba pavora sus enemigos le consagro la figura.

De esta manera los tres hermanos partieron, raudos como remolino, a las tierras de Heills. Conlos corceles ataviados para el infame combate y los ojos encendidos en un rojo furioso, cruzaronla noche como estrella fugaz. Mientras Tanis y Sitiva rezaban por su venturoso regreso.

Ya las luces del potente sol alcanzaban con sus filosos rayos las costas de Argenar y elhorizonte estaba repartido entre azules del cielo y blancos de nubes como gordo algodón. Sobreaquel céfiro pintoresco, como labrado por fino artista, apareciese el terrible carro de Pirtv Mv,avanzando a velocidades indecibles y rasgando las aguas de los mares a su paso, comocortándolas con la guadaña de la muerte. Sus hermanas, con su belleza a las primeras luces delalba preparaban las terribles armas de la venganza.

Shannon estaba despierto y al ver esto y reconocer a los terribles enemigos que se acercabancon miradas asesinas, le ordeno a Asinnia que volara rauda a despertar a Heills, y que le dijeraque este nuevo a amanecer había traído guerra. Asinnia no se demoró un segundo y posiciono susalas para volar, pero en el momento del despegue, Uptunar tensó su maravilloso arco mientras elcarro se acercaba a las costas y tonante rayo de por medio, mientras se lanzaba impresionantetormenta entre los guerreadores Dioses, la saeta Salió disparada del argento arco como cometaen los cielos oscuros, que a su paso desprende del firmamento las estrellas y resplandecientesastros. La saeta, bien apuntada y bien fabricada, cruzó la distancia entre enemigos tanrápidamente que Asinnia no pudo verla venir, ni siquiera sentirla. Y el acero le ingresó por laespalda y le atravesó el bellísimo cuerpo clavándose victoriosa contra la hierba manchada desangre.

Una vez estuvo el carro ya sobre Argenar, descendió rápidamente y los tres hermanos saltarona la isla como ejercito que viene al abordaje de una barca. Shannon, desenbaino su espada eintento darle combate a Pirtv Mv. Pero entre ellos dos (y como estaba convenido) Aspota seinterpuso. Y con su ingente mandoble dorado por la luz del amanecer dio de lleno con la hoja enel costado del buen Príncipe, que cayó abatido en el suelo.

Así Pirtv Mv quedo sólo para ingresar en el palacio, cuyas puertas abrió como si un cañón lashubiera tirado de un disparo. Ingresó a la cámara del trono donde el Dios dormía y alzó suespada sobre la espalda expuesta del Dios dormido, y la clavo de lleno contra su cuerpo, dejandomás de la mitad de la hoja dentro.

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Al despertar de manera tan horrible, Heills, dejo escapar un grito horrísono que sacudió todo elKelleth. y llamó desesperado por auxilio. Pero, al ser mezquino en años anteriores, y al no querertener muchos servidores creados del fuego de Unlukaf como Mara le dijo, nadie acudió en suayuda, pues Dargil había muerto, Shannon estaba herido y Asinnia moribunda.

El príncipe intentó levantarse cuando escucho el grito de su padre. Humillado y empapado porla terrible tormenta que desgarraba los cielos de Argenar, se tomó la herida con las manos eintento ir a por el. Sin embargo noto entonces que Asinnia ya se debatía entre la vida y la muerte.Pues al ser ella una Adria sí podía morir tanto en cuerpo como en alma. Horrorizado por estodudo a quien ayudar primero. Mientras que Pirtv Mv salía caminando del palacio de su padre conla espada vertiendo sangre en los blancos mármoles de las escaleras.

Aspota hizo lo que tenia que hacer:Su impresionante figura se poso sobre el desesperado Shannon, con una sonrisa de suficiencia o

de cinismo le dijo:­ Elige, buen príncipe, que alma deseas salvar. Pues de lo contrario me llevare a ambos. Y te

doy a escoger pues me produce congoja tu situación. ¿Qué alma, es para ti más preciosa, Shannonhijo de Heills?

­ Infausta muerte, ¡no deberías hacerme elegir! ¡¿Que clase de horrenda tortura propicias a unherido?! Escoger entre su progenitor y su amada…,te maldigo cien veces Aspota.

­ Elige, Shannon. No hay tiempo. Tan pronto como se abran los cielos debo llevar a alguno delos dos al Essea. Donde permanecerán para siempre, recuperándose de sus heridas pero presos desu espíritu. Tal y como Mara. ¡Elige Shannon!

­ Escojo a Asinnia. Dijo finalmente el príncipe, sintiendo que el corazón se le caía del pecho. –Salva a mi esposa, ella es inocente y nada tiene que ver con todo esto. Aunque llevare la culpa poreste asunto toda mi larga existencia…Aspota fue entonces hasta el palacio donde se encontraba el moribundo Dios. Al verla venir desdela puerta de su abovedada habitación, con su mandoble en mano, trazado por los rayos del sol queingresaban a través de las largas ventanas Heills sintió por primera vez en su vida el terror de lamuerte, como también un profundo arrepentimiento. Y al igual que con Dargil, sólo el podíaverla ahora, pues Aspota se preparaba para llevarlo al Essea, donde duermen los Dioses abatidosen batalla, y algunos quedan allí por siempre, pues no logran juntar las fuerzas para regresar almundo de la vida.

­ ¡Espera negra muerte!, Aguarda, aguarda, oh desdicha hija de Killme que en mis másprofundas quimeras apareces. Dejad que este Dios, desgraciado y vil, haga algo por este mundoantes de marcharse.

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­ A la muerte no le interesa el arrepentimiento. Dijo Aspota levantando su mandoble sobre sucuerpo.

­ ¡Entonces deja que la sobrina que eres, emerja de esa fría y retorcida apariencia. Escucha, simi comportamiento os juzgas criminal, entonces debes condenar igual a Namidian, quien vivirápara someterlos a todos ustedes. Mucho mal alcanzara la tierra tras mi muerte, no puedesnegarlo. No puedes hacer la vista gorda a que terribles enemigos yacen detrás de los velos que anuestros ojos Mara puso. Porque no todo conocemos de Balbania, ni siquiera nosotros, sustonantes Dioses. Dejadme protegerla con mi sangre, permitidle a este traidor que vierta el fuegode Unlukaff sobre la tierra toda antes de que indeclinable juicio me arrastre al mundo de lasánimas penosas.Heills, atravesado de dolor, fue en busca de la vasija donde la flama imperecedera estabaguardada. Y camino, con sus manos en el vientre sangrante, bajando las escaleras con el peso delsopor de la muerte. Escoltado por la invisible diosa. – Shannon, hijo que me ha traicionado por laamada que yo rescate y protegí. Tomad este fuego, lanzadlo a Balbania como lluvia deprovidencial vida y que la esencia del terrible dragón habite en ella por siempre, como el aire quecorre entre los recovecos de una casa. Para que de el germine la esperanza a tal desdichadomundo mortal­Y mientras Aspota se disponía a arrebatarle la vida al Dios, para llevarlo al lugar de las tristesÁnimas, le susurro: ­ Dentro de unos años, te señalare desde mi prisión a un varón. Tal debeseducar y cuidar hasta que cumpla los 18 años, entonces dejad que siga el camino y la misión, quea través de un sueño le revelare.­ Y cuando el avergonzado dios termino de decir esto, lainflexible espada de Aspota cayó sobre el y devino en sus ojos el negro sueño de la muerte.

FIN

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La historia continua en la segunda parte del Folkzum, donde el tercer varón deNamidian nace en la Tierra para llevar a cabo los planes de su padre mientrasKillme se desespera por salvar a los hombres y Shannon encuentra a los elegidos porHeills para llevar a cabo la ultima resistencia contra el Ramkkara.

Sera aquella ultima guerra la que sellara por siempre el destino de los moradoresdel Kelleth, como así también la de su extirpe hasta el final de los tiempos.

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