finalmente, tack aseguró que la situación existente adujo que en...

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Finalmente, Tackaseguróquelasituaciónexistente entrePanamáyEstadosUnidoscontinuaba"potencialmente explosivaycapazdeponerenpeligrolapazinternacional" . Adujoqueennueveañosdenegociacionesnosehabía pasadodelpuntoinicial .Encambiosíselogródesarrollar "unlenguajefloridoyengañosoparamantenerelmismo estadodecosas" .Concluyóadvirtiendo :"hastaelpresentelo quesehapretendidohaceresvendernosunaediciónrevisa- da,corregidayaumentadadelTratadode1903,yesoel pueblopanameñonolovaaaceptarjamás" .(509) EnocasióndeconmemorarseeldíaInternacionalparala EliminacióndelaDiscriminaciónRacial,específicamenteel 21demarzo,enlasesionesdelConsejosedeliberóextensa- mentesobreestetema .Ensudiscurso,elrepresentantede PanamáAquilinoBoyd,nosólosepronunciócontrala políticadel apartheid, sinoqueatacótodaformadecolonia- lismoyneocolonialismoyseñalóqueenlaZonadelCanal tambiénsepracticabaladiscriminaciónendiversasmane- ras,asaber :enasuntosdeempleosysalarios,segregación racial,educaciónyvivienda .Dioejemplosespecíficosde cadaunoypusoadisposicióndelosmiembrosdelCongreso elmaterialgráficoqueavalabasudenuncia,sibienconside- rabaqueunsimplepaseoporlaZonadelCanalpodíaservir parademostrarsuspalabras .(510) 6-Nuevasdemandasyotrasparticipacionesenla O .N.U. Cuando,enoctubrede1975,laRepúblicadePanamáfue elegidanuevamentemiembronopermanentedelConsejode Seguridad,desdeestaaltatribunacontinuósolicitandoel apoyointernacionalparasuluchareivindicatoriaanteEsta- dosUnidosporrazóndelCanalinteroceánicoyelterritorio cedidoparalosfinesdelavíaacuática .DurantelaXXXI AsambleaGeneraldelaO .N .U .celebradaenoctubredelaño siguienteyenlaquenuestropaísocupóunadelasvicepre- sidencias,unavezmássepusodemanifiestolasolidaridad deotrasnacionesconlacausapanameña .Asílodemostra- 362

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Finalmente, Tack aseguró que la situación existenteentre Panamá y Estados Unidos continuaba "potencialmenteexplosiva y capaz de poner en peligro la paz internacional" .Adujo que en nueve años de negociaciones no se habíapasado del punto inicial . En cambio sí se logró desarrollar"un lenguaje florido y engañoso para mantener el mismoestado de cosas" . Concluyó advirtiendo : "hasta el presente loque se ha pretendido hacer es vendernos una edición revisa-da, corregida y aumentada del Tratado de 1903, y eso elpueblo panameño no lo va a aceptar jamás" . (509)

En ocasión de conmemorarse el día Internacional para laEliminación de la Discriminación Racial, específicamente el21 de marzo, en la sesiones del Consejo se deliberó extensa-mente sobre este tema. En su discurso, el representante dePanamá Aquilino Boyd, no sólo se pronunció contra lapolítica del apartheid, sino que atacó toda forma de colonia-lismo y neocolonialismo y señaló que en la Zona del Canaltambién se practicaba la discriminación en diversas mane-ras, a saber : en asuntos de empleos y salarios, segregaciónracial, educación y vivienda. Dio ejemplos específicos decada uno y puso a disposición de los miembros del Congresoel material gráfico que avalaba su denuncia, si bien conside-raba que un simple paseo por la Zona del Canal podía servirpara demostrar sus palabras . (510)

6- Nuevas demandas y otras participaciones en laO.N.U.

Cuando, en octubre de 1975, la República de Panamá fueelegida nuevamente miembro no permanente del Consejo deSeguridad, desde esta alta tribuna continuó solicitando elapoyo internacional para su lucha reivindicatoria ante Esta-dos Unidos por razón del Canal interoceánico y el territoriocedido para los fines de la vía acuática. Durante la XXXIAsamblea General de la O .N.U. celebrada en octubre del añosiguiente y en la que nuestro país ocupó una de las vicepre-sidencias, una vez más se puso de manifiesto la solidaridadde otras naciones con la causa panameña . Así lo demostra-

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ron los discursos de los Ministros de Relaciones Exterioresdel Perú José de la Puente Rabdill de El Salvador MauricioBorgonovo .

El primero, indicó que al conmemorarse el Sesquicente-nario del Congreso Anfictiónico de Panamá, resultaba opor-tuno que "América latina los otros países hermanos delTercer Mundo vuelvan los ojos a Panamá para expresarle susolidario apo o a sus esfuerzos por lograr el control soberanode la Zona del Canal". Añadió que la situación existente enesta República constituía "un residuo anacrónico obstácu-lo a un entendimiento entre la personalidad colectiva deAmérica Latina América del Norte" . Igualmente favorablespara nuestro país fueron las palabras del Canciller salvado-reño, quien se identificó con el propósito de Panamá "poralcanzar el ejercicio de la plena soberanía sobre su principalrecurso económico-geográfico, el Canal interoceánico" .Recordó, además, el oneroso gravamen del Tratado de 1903que pesaba en detrimento de la República, en especial lacláusula de perpetuidad en la administración de la Zona delCanal. Sostuvo que el reloj de la historia estaba marcandopara Panamá "la hora de resarcimiento de sus Intereses le-sionados" . Más aún, afirmó : "el mundo actual ha manifes-tado su repulsa a los enclaves coloniales por ello favoreceel esfuerzo encomiable de Panamá por satisfacer la legítimapretensión de eliminar toda cláusula que contraríe la sobe-ranía sobre la totalidad de su territorio" .

Por último, agregó el Canciller Borgonovo, que los resul-tados de la reunión del Consejo de Seguridad en 1973,todavía no habían desembocado en un "honroso acuerdo",particularmente por la campaña electoral en Estados Uni-dos, en la cual no faltaron expresiones que amenazaban conretrasar el proceso de entendimiento, incluso las buenasrelaciones existentes en el hemisferio . Pese a esta situaciónnegativa, el Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvadorexpresó el deseo de su país, a efectos de que, en un breveplazo, se conclu eran las negociaciones para el nuevo Trata-

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do del Canal en términos acordes con las aspiraciones delpueblo panameño .(511)

Como veremos, el Tratado Torrijos-Carter, sólo eliminóalgunas de las causas de conflicto entre Panamá EstadosUnidos, además de que las enmiendas, condiciones, reservasentendimientos, introducidos por el Senado norteamerica-

no después del plebiscito celebrado en Panamá, modificaronsustancialmente algunos puntos importantes en la letraespíritu de dicho pacto. Peor aún, la le pública 96-70 del 27de septiembre de 1979, emitida por el Congreso estadouni-dense, acentuó las violaciones al Tratado del 7 de septiembrede 1977 cuando lo puso en vigor . En consecuencia, Panamáno solo protestó a nivel de Gobiernos, sino que nuevamenterecurrió a los foros internacionales para denunciarla actitudnorteamericana, tal como lo hizo el 6 de agosto de 1984, elMinistro de Relaciones Exteriores O dén Ortega D. ante elEmbajador de Estados Unidos Everett Briggs , poco des-pués, en un discurso que pronunció en ocasión del XXXIXperíodo de sesiones de la Asamblea General de la O .N.U .(512) En fecha más reciente, similar planteamiento realizó elentonces Presidente de la República Eric . A. Delvallle duran-te la XLI Asamblea de este Organismo Mundial . (513)

Aunque no atañe directamente a los problemas Interna-cionales de Panamá, es preciso mencionar el respaldo brin-dado por nuestro país a la República Argentina en el Consejode Seguridad a raíz del conflicto suscitado con la Gran Bre-taña en relación con las Malvinas . En este sentido, sedestacan las exposiciones de Jorge E. Illueca durante lassesiones del 3 de abril 23 de ma o de 1982, donde dejóclaramente fijada la posición de Panamá contra todo Intentode dominación extranjera apeló a la solidaridad latinoame-ricana para que se le reconociera a la Argentina sus legítimosderechos sobre las islas en disputa. Criticó, además, abier-tamente la política intransigente de Inglaterra con la colabo-ración de Estados Unidos que, de esta manera, echaba portierra los principios consignados en el Tratado Interamerica-no de Asistencia Recíproca . Asimismo, propuso, sin éxito, un

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Pro ecto de Resolución en el cual se exhortaba al Reino Unidoa ponerle fin a su actitud hostil apartándose de toda amenazao uso de la fuerza, al tiempo que colaboraba con la Repúbli-ca sudamericana en la descolonización de las Malvinas lasotras islas en discordia . (514)

A más de lo anterior, es preciso tener presente que JorgeE. Illueca ocupó el cargo de Presidente del XXXVIII periodo desesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, quese inició en septiembre de 1983 . Asimismo, Panamá, desdeinicios de los años ochenta, ha desempeñado diversos pues-tos de relevancia en dicho Organismo Internacional, entreotros: en la Comisión de Derecho Internacional; el Comitépara la eliminación de todas las formas de discriminaciónracial; Comisión de Desarrollo Social ; Subcomisión de pre-vención de la discriminación protección de las minorías ;Comisión de Estupefacientes; Comité sobre la prevención deldelito lucha contra la delincuencia ; Consejo de la Organi-zación de las Naciones Unidas para la Agricultura laAlimentación (F .A.O .) ;

Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (O.I.E.A)

; Consejo deAdministración de la Organización Internacional del Trabajo(O.I .T .) ; Consejo de la Organización Marítima Internacional(O.M.I .) ; Junta de Desarrollo Industrial de la Organización delas Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial(O.N .U.D .I) ; Comité Especial para mejorar la eficacia delprincipio de la no utilización de la fuerza en las relacionesinternacionales ; Comité para la eliminación de la discrimina-ción de la mujer ; Junta Ejecutiva del Fondo de las NacionesUnidas para la Infancia (UNICEF) Grupo Intergubernamen-tal de Trabajo de expertos en normas internacionales deContabilidad presentación de informes (514 bis) .

J.- PANAMA EN EL T.I.A.R. Y EN LA O.E.A. : SUSRELACIONES CONTINENTALES .1.- En Río de Janeiro, Bogotá Washington

Acorde con la recomendación incluida en la segundaparte delActa de Chapultepec, a mediados de 1947 se celebró

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en Río de Janeiro la Conferencia Interamericana para el man-tenimiento de la paz seguridad del Continente . A la misma,asistió por nuestro país, una comisión presidida por RicardoJ. Alfaro e integrada, igualmente, por José E . Lefevre, JoséGuillermo Batalla Abdiel Arias . Además de otros funciona-rios de menorjerarquía, en condición de asesores, tambiénconcurrieron Renato Ozores, Harmodio Arias, Luis CarlosAlemán Antonio Zubieta .

Como se recordará, el 2 de septiembre de 1947, Panamá,al igual que otros 19 Estados del Continente, firmó elTratadoInteramericano de Asistencia Recíproca (T .I .A.R) . En estaoportunidad, correspondió a Ricardo J . Alfaro presidir laSegunda Comisión establecida para adoptar las medidasnecesarias en casos de amenazas o actos de agresión . (515)La Asamblea Legislativa de Panamá ratificó el Tratado de Ríode Janeiro, mediante la Le No. 73 de 19 de diciembre de1947 . (516)

Dos días antes del procedimiento de ratificación, a raíz dela firma del Convenio Filós-Hines, estudiado en páginasatrás, el Gobierno de Enrique A. Jiménez invocó la solidari-dad continental plasmada en el T.I.A.R., a fin de justificarante la ciudadanía exaltada, la prolongación de la presenciaestadounidense en 134 sitios de defensa en territorio pana-meño (517). Como vimos, en esta ocasión el pacto multilate-ral no sirvió para detener el movimiento nacionalista queobligó a la Cámara Legislativa a rechazar el controversialConvenio de Bases .

Entre finales de marzo comienzos de abril de 1948, sellevó a cabo en Bogotá la IX Conferencia InternacionalAmericana. Concurrieron 21 Estados del Continente ladelegación de Panamá la encabezó el Ministro de RelacionesExteriores Mario De Diego, a quien acompañaron comoEmbajadores, Roberto Jiménez, Ricardo J . Alfaro EduardoChiari. Como delegados, con categoría de Ministros Plenipo-tenciarios, asistieron Narciso Gara P., Pedro MorenoEmilio Clark, entre otros.(518) El conocido "Bogotazo"

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Interrumpió esta conferencia en la segunda semana dedeliberaciones, pero surgieron de su seno dos documentos desuma importancia: la Carta de la Organización de EstadosAmericanos (O.E .A .) el Tratado de Entendimiento Pacífico,también denominado "Pacto de Bogotá" . Igualmente, seaprobaron un buen número de resoluciones, acuerdos,declaraciones, recomendaciones, votos mociones que re-sultaría largo detallar . Su lista completa aparece en laMemoria del Ministerio de Relaciones Exteriores de 1948a cu a consulta remitimos . (519)

De conformidad con lo estipulado en el T .I.A.R. la Cartade la O.E.A. -modificada a principios de 1967 mediante unProtocolo de Enmiendas- Panamá participó hasta esafecha en las conferencias panamericanas, las reuniones con-sultivas de Ministros de Asuntos Exteriores del Consejo dela Organización, al igual que en otros encuentros organis-mos especializados. Recibió, asimismo, asesoría técnicaapo o financiero de algunas instituciones como el InstitutoInteramericano de Ciencias Agrícolas, la Organización Pan-americana de la Salud el Instituto Panamericano de Geografía e Historia (I

.P.G.H .) .

Panamá, como veremos, en 1959 Invocó la solidaridadcontinental establecida en el T .I .A.R. recurrió a la media-ción de la O.E.A., durante la crisis con Estados Unidos deenero a abril de 1964 . Apartir de octubre de 1968, el régimenmilitar, en ocasiones, adoptó actitudes de abierta crítica alorganismo regional . Por último, en 1977, en la sede de laO .E .A en Washington, se firmaron los Tratados Torrijos-Carter en años posteriores, desde la Tribuna Interamerica-na, Panamá ha denunciado las violaciones a este pacto porparte del Gobierno estadounidense .

Es indudable que, en un principio, los mecanismosfijados por la O .E.A . el T.I.A.R. dieron muestras de sueficacia en la solución de los problemas que se suscitaronentre los Estados miembros . Así sucedió en la controversiaentre Costa Rica Nicaragua, a finales de 1948 ; Haití con la

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República Dominicana, al ano siguiente, entre ésta últimanación con Guatemala Cuba, para mencionar algunoscasos relevantes . (520) No ocurrió lo mismo cuando, confor-me a lo dispuesto en la O.N.U., durante la Cuarta ReuniónConsultiva de ministros de Asuntos Exteriores, celebrada enWashington en 1951, a instancias de Estados Unidos sediscutió sobre la Guerra de Corea la posible participaciónde las naciones latinoamericanas en el conflicto . Cierto esque se proclamó el apo o de la O.N.U ., pero bajo la condiciónque el T .I.A.R. no era aplicable en actos de agresión perpetra-dos contra posesiones militares de Estados Unidos situadasfuera del Continente americano . En consecuencia, sóloColombia llegó a enviar tropas a Corea del Norte . (521)Panamá se mostró anuente a cooperar, si bien su gesto nopasó de las formalidades diplomáticas . (522)

2.-Anticomunismo en Caracas

Cuando, en marzo de 1954, se efectuó en Caracas laDécima Conferencia Interamericana, uno de los puntossustanciales propuestos por Estados Unidos se refería alcaso de Guatemala bajo el Gobierno del Coronel JacoboArbenz, cu as medidas nacionalistas, en particular la refor-ma agraria, lo ubicaban como un propulsor de las ideas de laizquierda . El Secretario de Estado John Foster Dullespropuso acciones inmediatas contra el país centroamericano

que, además, se aprobara una resolución destinada aponerle freno al avance del comunismo internacional enLatinoamérica. Sin mencionar a Guatemala, la proposiciónde Dulles fue aprobada por abrumadora ma oría, exceptopor Argentina México que se abstuvieron de votar ciñéndo-se al principio de no intervención. (523)

A la sazón, Cecilia Pinel de Remón, Embajadora Extraor-dinaria Plenipotenciaria en Misión Especial, en el discursoque pronunció el 9 de marzo, sostuvo que la posición dePanamá frente al problema en discusión era "perfectamenteclara" de "definición mu sencilla" . A su entender, así comoel país istmeño antaño había combatido al fascismo el

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nazismo, ahora se oponía al "despotismo impío de la UniónSoviética para exclusivo beneficio del imperialismo ruso" .

A continuación, señaló que internamente el Gobierno deJosé Antonio Remón venía aplicando medidas legales contrael comunismo internacional, al tiempo que hacía denodadosesfuerzos para erradicar el analfabetismo, fomentar la edu-cación en sus diversos aspectos, proteger a la infanciaamparar a la mujer . También se preocupaba por construirviviendas higiénicas baratas, preservar la salud de lapoblación crear mejores condiciones de trabajo incremen-tando el desarrollo de las fuentes de riqueza. Aunque enestas últimas tareas se avanzaba con lentitud, si era suficien-te para cerrarle el paso "en gran medida a los agentescomunistas" .

No obstante lo anterior, la Embajadora Extraordinariaadvirtió que existía en Panamá una "fecunda base para quela propaganda roja envenene las conciencias", cual era la dis-criminación racial laboral existente en la Zona del Canal,todo ello en detrimento de los obreros panameños. Por eso,como complemento a la propuesta estadounidense, CeciliaPinel abogaba para que se tomaran medidas a fin de "abolirla discriminación racial en América como forma efectiva paracombatir el comunismo internacional" . (524)

Por su parte, el Ministro de Relaciones Exteriores JoséRamón Guizado, en la quinta sesión plenaria de la aludidaconferencia de Caracas, sostuvo que la delegación panameñano vacilaba "en pronunciarse condenando con energía lasmaquinaciones que puedan pro ectarse encaminadas a ladestrucción de las más caras esencias que informan nuestraconvivencia en el indispensable clima de libertad de respetoa los derechos individuales" . Estimaba necesario que cadapaís adoptara las precauciones más oportunas para supropia defensa ante "la amenaza mencionada cu a gravedades preciso encarecer" . A su vez, Panamá reafirmaba su"permanente adhesión al principio de la no intervención de

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un Estado o un grupo de Estados en los asuntos internos oexternos de cualquier otro" .

Sólo envirtud del principio en mención, Panamá se sumóa los países que dieron su aprobación a la ponencia de losEstados Unidos . Incluso Guizado llamó la atención en elhecho de ponerle fin a la situación colonial a que estaban so-metidas Importantes porciones de la geografía americana . Ala vez, era preciso arribar a fórmulas específicas para reafir-mar en su totalidad los derechos de las naciones del Hemis-ferio sobre sus respectivas aguas jurisdiccionales, así comola facultad para explorar explotar las riquezas de susplataformas continentales . Al igual que Cecilia Pinel, elMinistro de Relaciones Exteriores, se refirió a los problemaseducativos, de salud a la discriminación racial económica,en general a la imperante en la Zona del Canal de Panamá,en particular . Sobre este último asunto, Guizado añadió quese hacían gestiones ante la Casa Blanca . Por otra parte,estimaba conveniente la revisión del "Pacto de Bogotá" parahacerlo más "positivo operante". Aludió, además, a lasnuevas negociaciones que Panamá en ese entonces, adelan-taba con Estados Unidos respecto al Tratado del CanalInteroceánico con la esperanza "en que la nación más pode-rosa de la tierra le hará justicia" . (525)

Como vemos, en la Décima Conferencia Interamericanade Caracas, al tiempo que la delegación de Panamá se adhirióa la campaña estadounidense contra el comunismo interna-cional, -actitud acorde con los lineamientos de la "GuerraFría"- aprovechó la oportunidad para poner al descubiertola situación colonial que se daba en la Zona del Canal enperjuicio de los ciudadanos panameños . Ponerle término aeste estado de cosas constituía un objetivo básico en el nuevoTratado que se negociaba, al punto que, como apuntamos,poco antes en el seno de la 37a . Conferencia Internacionaldel Trabajo, similar denuncia había hecho el representantede Panamá Eligio Crespo .

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3.- La Reunión de Presidentes en Panamá, en1956.

Para conmemorar el 130 aniversario del Congreso Anfictiónico, el Consejo de la O.E.A acordó celebrar una sesión en

Panamá, a mediados de 1956 . Además de ello, por iniciativadel Jefe del Ejecutivo panameño Ricardo M . Arias E ., dieci-séis Presidentes en ejercicio otros cuatro que habíanresultado electos en las Repúblicas americanas, se reunieronen la Ciudad de Panamá del 21 al 22 de julio de ese año .

Resulta irónico que ciertos principios sobre los derechoshumanos, consignados en el principal documento suscritoentonces por los mandatarios americanos, mejor conocidocomo "la Declaración de Panamá", no estuviesen acordes conla realidad de los países que ellos representaban . Bastamencionar los nombres de algunos de los firmantes deldocumento: Anastasio Somoza ; Héctor Bienvenido Trujillo ;en representación de Rafael Leonidas Trujillo ; FulgencioBatista; Marcos Pérez Jiménez Alfredo Stroessner.

En "la Declaración de Panamá", en primer término, seseñaló que el destino de América era desarrollar una civiliza-ción que hiciera "reales efectivos el concepto de la libertadhumana, el principio de que el Estado existe para servir nopara dominar al hombre". Se indicó, igualmente, que elanhelo de la humanidad era alcanzar "niveles superiores ensu evolución espiritual material el postulado de que todaslas naciones pueden vivir en paz con dignidad" . Del mismomodo, la plena realización del destino de América era insepa-rable al desenvolvimiento económico social de sus pueblos .Esto hacía necesario, por un lado, intensificar los esfuerzosnacionales , por el otro, la cooperación interamericana a finde procurar " "la solución de los problemas económicoselevar las condiciones de vida del continente" .

No podía faltar, en "la Declaración de Panamá", la exal-tación a la O .E.A. como garante de la paz entre los Estadosmiembros factor de seguridad de las naciones del Continen-

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te . Por ende, era loable obtener una leal colaboración entreestos paises robustecer los organismos interamericanos .Simultáneamente, se atacó a los regímenes comunistas enestos términos: "En un mundo en que la dignidad de lapersona, sus derechosfundamentales los valores espiritua-les de la humanidad están gravemente amenazados confuerzas totalitarias, ajenas ala tradición de nuestros pueblossus instituciones, América mantiene el designio supremo

de su historia : ser baluarte de la libertad del hombre de laindependencia de las naciones" .

Por último, en el documento que venimos comentando, sehicieron votos por una "América, unida, fuerte generosa" .Así, no solo tendría que promoverse el bienestar del Conti-nente, sino contribuir a lograr para el mundo "los beneficiosde una paz fundada en la justicia en la libertad que permitaa todos los pueblos, sin distinción de raza o credo, trabajarcon honor fe en el porvenir" .(526)

Con mucho acierto, se advirtió que esta Declaracióncarecía de vigor en lo referente a brindar soluciones sociales

económicas, sin cu a puesta en práctica la igualdadjurídica de los Estados era una ficción .(527) No obstante, lamisma crítica puede hacerse respecto al "Pacto de Bogotá"este vacío se puso en evidencia a lo largo de otros encuentrosinteramericanos .

Quirós por ello, el Presidente de Estados Unidos DwightD. Eisenhower, propuso a sus homólogos latinoamericanosque cada uno designara un representante especial con elobjetivo de preparar conjuntamente recomendaciones desti-nadas a hacer de la O .E.A. un instrumento eficaz "en losaspectos de colaboración que atañen al bienestar del indivi-duo" . Estos representantes harían sugestiones prácticas entemas económicos, financieros, sociales técnicos que laOrganización podía adoptar . Esta propuesta fue aceptadacomo resultado se constitu ó el Comité Interamericano deRepresentantes de los Presidentes .

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Del 17 al 19 de septiembre de 1956, el mencionadoComité se reunió por primera vez en Washington . Presidióestas sesiones Milton S . Eisenhower, en tanto que fue elegidocomo Vicepresidente el representante de Panamá José IsaacFábrega. Otras reuniones se celebraron en enero, abrilma o de 1957. Para examinar las proposiciones formuladaspor los comisionados, se formó un Comité interno dividido,a su vez, en cuatro subcomités . El temario de discusiones secentró, como era de esperarse, en los aspectos económicosfinancieros, inclu endo en los mismos la agricultura eIndustrialización. Se estudió, además, asuntos relacionadoscon la salud pública seguridad social, educación coope-ración técnica, energía nuclear, relaciones públicas ogani-zación. Las recomendaciones finales del Comité Interameri-cano, pese a su condición de órgano independiente, se some-tieron a la consideración de la O .E.A. (528) . Quizás esteinforme sea uno de los resultados más significativos delencuentro de Presidentes en Panamá, desde el punto de vistapráctico, es decir, puntualizó los cruciales problemas deLatinoamérica para que su organismo representativo lebuscara soluciones .

Por invitación del Secretario de Estado norteamericano,los Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicasamericanas se reunieron informalmente en Washington, el23 24 de septiembre de 1958 . El objetivo fundamental eratratar asuntos de sumo interés para fortalecer la solidaridadeconómica del Continente . Se aprobó, asimismo, la denomi-nada "Operación Panamericana" propuesta por el Presidentedel Brasil Juscelino Kubitschek cu o propósito era impulsar el ritmo de desarrollo en la región . A su vez, quedaron es-tablecidas las bases para la creación del Banco Interameri-cano de Fomento se constitu ó el "Comité de los 21", queposteriormente sesionó en Washington Buenos Aires. JulioErnesto Heurtematte, fue designado en este Comité especialen condición de Embajador Extraordinario Plenipotencia-rio. (529) Finalmente, el "Comité de los 21", después de dosaños de trabajo, en 1960, dio a conocer un documento de

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trabajo conocido como "Carta de Bogotá", que sería la basede la Alianza para el Progreso .

4: La invasión de mercenarios cubanos en 1959

A mediados de abril de 1959, el Presidente Ernesto De laGuardia Jr., alertó a la ciudadanía sobre los operativos deuna invasión de mercenarios extranjeros que, contratadospor desafectos a su Gobierno, planeaba zarpar de Cuba conel objeto de "derrocar los poderes constituidos, crear el caosen los distintos órdenes de la vida panameña satisfacerdescontroladas ambiciones de poder lucro". (530) LosJefesde Misión de los Estados americanos también fueron infor-mados el Ministro de Relaciones Exteriores Miguel J .Moreno Jr., hizo entrega de una nota alusiva al Encargado deNegocios a .i. de Cuba, Ricardo Plaño J . Se solicitó alGobierno cubano que impidiera la pro ectada expedición, encumplimiento de la Convención sobre Deberes Derechos delos Estados aprobada en la Sexta Conferencia Internacionalcelebrada en La Habana en 1928 . El Embajador de Panamáen Cuba, recibió instrucciones para que, de común acuerdocon las autoridades de la isla, adoptara las medidas necesa-rias a fin de no permitir la salida de las naves invasoras condestino al territorio panameño .

Aunque el Encargado de Negocios de Cuba aseguró quesu Gobierno "se pronunciaría en evitación (sic) de que se pro-dujeran los hechos denunciados", el 24 de abril un contin-gente de 97 mercenarios, la gran ma oría cubanos, desem-barcó del Ma aré en Pla a Colorada, en las costas de SanBlas , posteriormente, estableció su centro de operacionesen Nombre de Dios . El Gobierno de Ernesto De la Guardia,al tiempo que se propuso rechazar esta invasión, solicitó elapo o de las Repúblicas americanas directamente porconducto de la O.E.A. Colombia envió dos fragatas dosaviones de caza para custodiar las costas del Istmo ; Ecuadorfacilitó dos aviones, mientras que Guatemala puso a dispo-sición de Panamá un avión con voluntarios pertrechosmilitares. Dos pilotos guatemaltecos participaron en las

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operaciones de patrulllaje volando aviones de propulsión achorro de la fuerza aérea de Estados Unidos . Al fracasar lamediación de dos oficiales cubanos para que los mercenariosdepusieran las armas ante la posibilidad del arribo de otrosdos buques con refuerzos para los invasores, el Embajadorde Panamá en la O.E.A., Ricardo M . Arias E ., solicitó laintervención de este organismo invocando el Artículo 6to . delT.I.A.R

Constituido en órgano de consulta provisional, el Conse-jo de la O.E.A. designó una Comisión Investigadora Especialque, en el escenario de los acontecimientos, debía ponerse alcorriente de los hechos denunciados. La misma estuvointegrada por los Embajadores Fernando Lobo, del Brasil,quien la presidió ; John C . Dreir, de los Estados Unidos,actuó como Vicepresidente

; César Barros Hurtado, de Argentina, Jorge Hazera, de Costa Rica Juan Plate, del Paragua .

Desde su arribo a Panamá, el 29 de abril, la Comisióninició una Investigación minuciosa , tras diversas reunionescon altos funcionarios del Gobierno de Ernesto De la Guardiae interceder para lograr la rendición de los mercenarios,rindió un minucioso informe a la O .E.A. El texto de estedocumento lo reproducimos en la Antología de este estudio,razón por la que nos exoneramos de detallar su contenido .(531)

Sí conviene reiterar que las gestiones de la Comisión an-tedicha resultaron efectivas para evitar los planes de inva-sión contra nuestro país, al tiempo que puso a prueba la so-lidaridad americana . No obstante, se suscitaron friccionesentre el régimen de Fidel Castro con el Gobierno de Panamá .Desde un principio, los mediadores cubanos propusieron,como única medida para evitar el derramamiento de sangre,que los invasores se rindieran a condición de permitírseles elretomo a su país, incluso sin retenerles el armamento. Porsupuesto, esta propuesta fue rechazada aunque inicial-mente el Gobierno de la Habana se mostró dispuesto acooperar a fin de encontrarle una salida pacífica al problema

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-máxime cuando la denuncia de Panamá en la O .E.A. no sehizo a nivel de gobiernos, es decir, relacionando a losinvasores con Castro- una vez se rindieron éstos salieron ala luz las divergencias . Al parecer, el Primer Ministro de Cubadeclaró en Río de Janeiro que era "vergonzosa" la actitudpanameña de acudir a la O .E.A. para repeler la invasión desólo 80 hombres . Con posterioridad, manifestó en La Haba-na que él no quería que se diera la sensación de la fortalezadel Gobierno de Panamá a costa de ciudadanos cubanos aquienes se les negaba su liberación . (532)

Ante estas declaraciones, el Ministro de Relaciones Exte-riores Miguel J . Moreno Jr., en un comunicado de prensa,señaló que era "evidente un contraste notable entre la actitudque había manifestado el Doctor Castro durante los días enque se produjo la invasión del territorio panameño porciudadanos cubanos procedentes de Cuba, cuando condenóesa agresión anunció medidas encaminadas a impedir quese repitieran nuevos desembarcos, la posición que ahoraadopta al tratar de lograr la repatriación inmediata dequienes hollaron el suelo patrio" .

A continuación, el Canciller panameño replicó con dure-za a las afirmaciones del Primer Ministro cubano, al indicarque éste "se había ahorrado las explicaciones que ahora estádando al pueblo cubano habría evitado el verse requeridocasi a diario a justificar expresiones que lesionan el senti-miento de la República de Panamá no están a la altura desus propósitos de revolucionario si, con los elementos re-cursos que tenía a la orden, se hubiese mostrado diligentepara impedir a su debido tiempo el inexplicable ataque a lanación panameña". Sostuvo que nadie podía negar ellegítimo derecho que tenía Panamá de mantener la integri-dad de su soberanía . En consecuencia, la invasión perpetra-da por extranjeros, independientemente de su número,constituía "una ofensa gravísima de la cual sólo puede darsecuenta quien sabe justipreciar los atributos inherentes a lanacionalidad" .

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Dos razones -añadió el Ministro de Relaciones Exterio-res- justificaban la actitud del Gobierno panameño debuscar el apo o de la O.E.A., a saber: el sentido humanitariopropio de un régimen democrático el propósito de prevenirun serlo conflicto internacional . Este último objetivo debióser previsto por Castro "para no lamentarse de la suerte desus compatriotas en esta loca aventura" . Del mismo modopodía haberse evitado "las expresiones hirientes que a cadamomento está lanzando contra un país que a través deltiempo ha mantenido hacia Cuba su fraternal siempreprobado afecto" .

Por todo lo anterior, la Cancillería de Panamá estimabaoportuna la intervención de la O .E.A. Esto demostraba quela a uda continental no estaba reñida con la independencia,dignidad soberanía de la nación panameña. Además, conel gesto del organismo regional, quedó establecido un prece-dente de respaldo a los gobiernos legítimos, ratificándose elrespeto al orden a la paz . Así, al calificarse de "vergonzosa"la iniciativa del Gobierno panameño, lo mismo cabría decir delas otras naciones que le habían dado su respaldo, entre lasque se contaba la propia Cuba . (533)

Después de la visita del Subsecretario Técnico de Estadode Cuba Dr. Eric Agüero, quien llegó como Embajador enMisión Especial, en junio de 1959 la administración deErnesto De la Guardia convino en autorizar el retorno de losintegrantes de la fallida invasión. Algunos panameñosimplicados también fueron puestos en libertad provisionalotros se mantuvieron en detención preventiva hasta el pro-nunciamiento de los tribunales competentes. En síntesis,fue un caso extraño ventilado en la O .E.A. en el que,repetimos, no hubo denuncias de un gobierno contra otro,pero que permitió darle ma or amplitud al Artículo 6to. delPacto de Río .

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S.- Entre el anticomunismo el principio de nointervención : de Santiago de Chile a Punta delEste

Al aumentar las tensiones en el Caribe, en particular araíz del ascenso de Fidel Castro al poder en Cuba la actitudagresiva del dictador Rafael Leonidas Trujillo contra elGobierno de Venezuela, a propuesta del Brasil, Chile, PerúEstados Unidos, se celebró en Santiago de Chile, en agosto de1959, la Quinta Reunión de Consulta de los Ministros deRelaciones Exteriores . En consecuencia, los dos temascentrales fueron : la situación de tirantez internacional en laregión del Caribe el ejercicio efectivo de la democraciarepresentativa el respeto a los derechos humanos .

Como bien observa un estudioso de las relaciones inter-nacionales, en las deliberaciones por realizarse, se planteabala solución al espinoso problema de las dictaduras existentesen República Dominicana, Nicaragua Paragua . La dis-untiva era si tales regímenes debían ser eliminados por laacción conjunta de los países americanos o bien si semantenían bajo el amparo del principio de no intervención .Quedó de manifiesto que mientras Estados Unidos se inclinópor lo último, la ma oría de las naciones latinoamericanasabogaron por el fortalecimiento de las instituciones gobier-nos democráticos. (534)

A favor del principio de no intervención, la defensa de lademocracia representativa el cumplimiento de la justiciadentro de los límites de cada país, se pronunció en Santiago,el Ministro de Relaciones Exteriores de Panamá Miguel J .Moreno, Jr . Sugirió que no se tomaran decisiones precipi-tadas que podían afectar la imagen el prestigio de la O . EAEra necesario restablecer un clima de confianza respetorecíproco entre las naciones americanas para así poderacudir con dignidad a la XIV Asamblea General de lasNaciones Unidas . Su llamado a la concordia continental losustentaba en la Declaración de La Habana de 1940, el Actade Chapultepec el Tratado de Río . Recordó el caso de la

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reciente Invasión a su país cómo quedó demostrado ante elmundo la vigencia de las normas de derecho. Por ende, eraconveniente evitar la repetición de actos que constituíandesconocimiento del respeto a la soberanía la independen-cia política de los pueblos. No podía consentirse que taleshechos vergonzosos ofensivos a la conciencia de América,se convirtieran en la norma de conducta entre los paísesamericanos. Representaban, además, un paso atrás en elproceso de civilización cultura del Continente, porque ellodaría lugar a las intervenciones prepotentes de los Estadospoderosos sobre los más débiles . En todo caso, las accionesconjuntas contra un determinado país debían ajustarse a lospreceptos del Derecho Internacional .

Observaba el Canciller de Panamá que para el manteni-miento desarrollo normal de las relaciones internacionales,era indispensable la seguridadrespeto, dentro de cada país,de las instituciones democráticas . Esto significaba,

igualmente, la satisfacción plena de los derechos humanoseldesarrollo material espiritual de los pueblos . Pero, a su vez,las respuestas a las necesidades internas requerían de lacooperación internacional, principalmente en el campo eco-nómico .

Precisamente por las anteriores razones, Miguel J. More-no Jr. llamó la atención sobre la peculiar experiencia de Pan-amá. La vida económica de esta República se veía afectadapor las interpretaciones el incumplimiento de algunos delos compromisos contraídos con Estados Unidos . En efecto,en virtud de la construcción del Canal, en cu o territorioPanamá era el soberano desde siempre, se habían mantenidoestrechas relaciones con la poderosa nación del Norte . Noobstante, era de lamentar que toda la buena disposiciónmostrada por Panamá de nada había servido para superarsituaciones que le eran francamente perjudiciales .

"Percibimos todavía ho como en el pasado -denunció elMinistro de Relaciones Exteriores de Panamá- una anuali-dad exigua; nuestra economía se ve afectada por la compe-

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tenia desleal que las actividades comerciales de la Zona delCanal hacen al mercado nacional, favorecidas por la impor-tación libre de impuestos aduaneros, que abarca no sóloartículos de primera necesidad, sino aún de lujo, que enninguna forma caen bajo el limitado renglón de los abastosque son indispensables en un área militar" . Más aún,advirtió que en la Zona del Canal los empleados obrerospanameños no recibían "el trato a que tienen derecho envirtud de los convenios entendimientos celebrados entrePanamá los Estados Unidos, no obstante las representacio-nes que el Gobierno panameño ha hecho ante el IlustradoGobierno de Washington" . En consecuencia, seguía sincumplirse el principio universal de "Igual salario por igualtrabajo", una norma de justicia que debía imperar en todademocracia .

Pese a la especial circunstancia de que las actividades delCanal interoceánico dependían de un Departamento delGobierno estadounidense que no dirigía las relaciones Inter-nacionales, Moreno señaló que su país continuaría luchandopor los derechos de que era titular, entre estos por elmejoramiento de las condiciones de los empleados trabaja-dores panameños en la Zona del Canal. Panamá, con todo,abrigaba la confianza que sus reclamaciones fuesen atendi-das se diera cumplimiento a los compromisos concertadoscon Estados Unidos .

Al cerrar su participación, el Canciller panameño sostuvoque su país acogería con beneplácito cualquier proposiciónque se hiciera en el seno del cónclave, siempre que la mismarepresentara "una contribución al mantenimiento de laarmonía entre las naciones de América al robustecimientodel sistema interamericano". (535)

Un total de 17 resoluciones fueron aprobadas en laQuinta Reunión de Consulta . Se destacan, entre éstas, la"Declaración de Santiago de Chile", que enunciaba algunosprincipios atributos del sistema democrático en América .Se solicitó al Consejo Interamericano de Jurisconsultos la

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elaboración de un Pro ecto de Convención sobre el ejercicioefectivo de la democracia representativa . Asimismo, se pro-puso la realización del estudio de la relación jurídica entre elrespeto de los derechos humanos la práctica efectiva de lademocracia representativa . Igualmente, se recomendó laformulación de casos específicos que representaban violacio

nes al principio de no Intervención (536).

A solicitud del Gobierno de Venezuela, se celebró en SanJosé, del 16 al 21 de agosto de 1960, la Sexta Reunión deConsulta de Ministros de Relaciones Exteriores . De acuerdocon el artículo 6to . del T.I.A.R., dicho Gobierno pidió seconsideraran los actos de intervención agresión perpetra-dos por el régimen de Rafael Leonidas Trujillo contra elGobierno de Rómulo Bethancourt, al que incluso se habíaintentado asesinar. Se debatió intensamente sobre el Infor-me de la Comisión Investigadora que el mes anterior setrasladó a Caracas a informarse de los hechos denunciados .

Como resultado de las deliberaciones, el Organo deConsulta resolvió la ruptura de las relaciones diplómaticasde todos los Estados miembros con la República Dominica-na, así como establecer la interrupción parcial de las relacio-nes económicas con este país . Inicialmente, esta medida sóloimplicaba la suspensión inmediata del comercio de armasotros implementos de guerra . Con posterioridad, el Consejode la O.E.A. determinaría si se aumentaban estas sanciones .Del mismo modo, estaba facultado para dejarlas sin efecto,desde el momento en que la República Dominicana a nofuese "un peligro para la paz seguridad del Continen

te"(537).Nuevamente le tocó a Miguel J.Moreno Jr.representar a Panamá en esta cumbre diplomática .

No fue hasta principios de 1962 cuando se levantaron lassanciones contra la República Dominicana . Y en cuanto a laSexta Reunión de Consulta, como apunta una publicación dela O.E .A., fue la primera vez que ésta se hizo en aplicación delTratado de Río. (538)

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San José también fue sede de la Séptima Reunión deConsulta de Ministros de Relaciones Exteriores, del 22 al 29de agosto de 1960 . Fue solicitada por el Gobierno del Perú .Cuatro objetivos básicos que resumían temas discutidos encónclaves anteriores, constituían el temario : fortalecimientode la solidaridad continental del sistema interamericano,en especial ante las amenazas de intervención extraconti

tiental; cooperación interamericana conforme a los princi-pios normas de la O .E.A. destinados a la "defensa de lasinstituciones democráticas americanas contra las activida-des subversivas de cualquier organización, gobierno, o desus agentes dirigidas en contra de dichas instituciones ;consideración de los factores económicos sociales quemotivaban la inestabilidad política en el Hemisferio o Inten-sificación de la acción colectiva para promover la elevacióndel nivel de vida de las zonas subdesarrolladas en América" .Por último, se trataría el candente problema de las tensionesinternacionales existentes en el Caribe a fin de "asegurar laarmonía, la unidad la paz de América"(539) .

A decir verdad, a Estados Unidos le interesaba particu-larmente poner sobre el tapete la infiltración soviética enAmérica a través de Cuba en la cumbre de San Joséencontró la oportunidad para ello. No obstante, los países la-tinoamericanos, en su ma oría, no se mostraban anuentes arespaldar a la nación del Norte en su disensión con Cubatampoco estaban dispuestos a compartir acciones coercitivas contra el régimen de Castro(540) .

Ante el estado de gravedad de las relaciones internacio-nales, el Ministro de Relaciones Exteriores de Panamá en suintervención en San José, abogaba por un ma or espíritu decomprensión tolerancia para mantener la solidaridad con-tinental. A su criterio, la tensión prevaleciente en el Cariberequería deponer actitudes encontradas utilizar un lengua-je claro preciso a fin de encontrar la salida adecuada .Observaba que en el conflicto entre Estados Unidos Cubaera preciso aceptar la existencia de dos derechos, que ennada se contraponían, sino más bien estaban vinculados

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mutuamente se apo aban. Primero, el derecho soberano detodo pueblo , en el caso específico, de la nación cubana, aser el árbitro de su destino . Segundo, el derecho de lacomunidad de Estados americanos, a que Cuba cualquierEstado del Continente, exclu ese la posibilidad de recurrir ala intervención de potencias extrañas para la solución de losproblemas que afectaban a las naciones americanas .

A la luz de lo anterior, sostenía el Canciller panameño queera inadecuado ignorar el derecho a la libre determinación delos pueblos por el sólo hecho que un gobierno en particularinspirara "poca confianza o ninguna simpatía" . En otraspalabras, las actuaciones de un gobierno que no contara conel aplauso de la O.E.A., no era excusa para actos intervencio-nistas directos o indirectos, siempre que el ejercicio delderecho soberano del Estado en cuestión no violara losderechos de otro u otros Estados ni provocara perturbaciónen el orden internacional .

Por ende, era preciso identificarse con los problemas deCuba buscarle soluciones mediante los buenos oficios delas naciones americanas . La mediación de la O.E.A., en elconflicto entre Cuba Estados Unidos debería estar revestida de la ma

or imparcialidadjusticía. No obstante, Moreno

advirtió que ningún pueblo americano necesitaba de laa uda de potencias extrañas para resolver sus asuntos. Almismo tiempo, no le convenía a Estados Unidos ignorar lasjustas reclamaciones de los pueblos de América .

Insistió Moreno que para consolidar la democracia en lospaíses americanos , en consecuencia, prevenir "el peligrodel comunismo", era imperativo brindarle a estos pueblos losbeneficios que representaban la liberación del hambre, lasenfermedades de la ignorancia. Para esto se requería unestudio minucioso de las condiciones económicas del Hemis-ferio, impulsarla cooperación internacional , de manera es-pecial, la a uda de Estados Unidos . Pero tal apo o no debíahacerse por generosidad o piedad, sino porque convenía atodas las naciones del Continente . Así, la cooperación

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internacional en todos los órdenes tenía que estar revestida"del respeto a la dignidad nacional de todos cada uno de lospaíses: de los que están en capacidad de proporcionarla delos que tengan la honrosa necesidad de recibirla". Reiteróque en ningún caso dicha cooperación había de autorizar laintervención en los asuntos internos del país que se beneficiacon ello . La a uda económica a un país no debía entrañar eldesconocimiento del derecho a la libre determinación de lospueblos, ni del derecho permanente que estos poseían sobresus recursos naturales .

A propósito de esto último, Moreno hizo la observaciónque en el caso de Panamá, su posición geográfica debía serfuente de entrada para su desarrollo económico . Por esoconstituía un acto de justicia que el Canal interoceánico,construido en territorio panameño, pasara en su totalidad ala jurisdicción soberana de la República . Tampoco Panamápodía aceptar pacientemente que continuara la injustificadadiscriminación en materia de salarios contra los trabajado-res panameños en la Zona del Canal . Por último, Morenopresentó "ante la conciencia de América" reunida en SanJosé, el sentimiento que hería la dignidad de la República porél representada, cual era que la bandera panameña fueseizada con regularidad en la Zona del Canal como símbolo fe-haciente de la soberanía de Panamá en esa franja de territo-rio. La demora en dar satisfacción a esta justa reclamaciónera un foco de tensión en las relaciones panameño-nortea-mericanas "absolutamente necesario extirpar, en beneficiode la tranquilidad en el Caribe para bien de la paz en elContinente americano" .

Retornando al tema central de la Reunión de San José, alfinalizar su exposición, el Canciller de Panamá invitó a sushomólogos americanos a encontrar una solución que repre-sentara un nuevo elemento de cohesión de esperanza parala Comunidad Internacional del Continente . Por consiguien-te, debía condenarse la intromisión del comunismo enAmérica, así como también toda pretensión soviética "deponer los pies meter las manos en nuestro mundo ameri-

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cano, libre digno". Del mismo modo, debía condenarse todaintervención, extracontinental e intercontinental, en losasuntos internos de cada uno de los Estados americanos .Pero esa actitud, a su vez, debía estar revestida "de laserenidad la ecuanimidad necesarias para que surja deestos escaños una fórmula que deje en pie el espíritu desolidaridad que ha estado siempre presente en la vida derelación de los pueblos de América" . (541)

Digna de resaltar resulta esta política exterior de Pa-namá, consistente en sumarse, en gran medida, a los linea-mientos trazados por Washington, pero criticando a la vezsus desatinos respecto a las relaciones entre los dos países .Así se puso de manifiesto en Caracas, como vimos, en lossucesivos encuentros interamericanos . Por tanto, no habíauna sumisión ciega hacia Estados Unidos, pese al alto gradode influencia de la poderosa nación del Norte en la vida inter-nacional de nuestra República desde 1903 en adelante .

Dentro de este contexto, Panamá suscribió la denomina-da "Declaración de San José", el resultado más relevante dela Séptima Reunión de Consulta de Ministros de RelacionesExteriores. En este documento se condenó enérgicamente laintervención o amenaza de la misma, aún cuando ésta fuesecondicionada por una potencia extracontínental en los asuntos de las Repúblicas americanas . Más aun, se declaró quela aceptación de tal amenaza por parte de un Estado ameri-cano, ponía en peligro "la solidaridad la seguridad ameri-cana", lo cual obligaba a la O.E.A. a desaprobarla rechazarcon similar energía. Asimismo, se rechazó "la pretensión delas potencias sino-soviéticas de utilizar la situación política,económica o social de cualquier Estado americano, porcuanto dicha pretensión es susceptible de quebrantar launidad continental de poner en peligro la paz seguridaddel Hemisferio" .

Hasta aquí, la "Declaración de San José" podía significarun triunfo para la diplomacia estadounidense . Pero tambiénlos países latinoamericanos se preocuparon de reafirmar, en

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dicho documento, el principio de no intervención de unEstado en los asuntos internos o externos de otro . Reitera-ron, además, que cada Estado tenía el derecho "de desenvol-ver libre espontáneamente su vida cultural, políticaeconómica, respetando los derechos de la persona humanalos principios de la moral universal , por consiguiente, que

ningún Estado americano puede intervenir con el propósitode imponer a otro Estado americano sus ideologías o princi-pios políticos, económicos o sociales" .

Ajustándose a lo acordado en la Reunión de Consulta deSantiago de Chile, la "Declaración de San José" reafirmó queel sistema interamericano era incompatible con toda formade totalitarismo. También señaló que la Declaración sólolograría la plenitud de sus objetivos si se ceñía a los princi-pios enunciados en la Declaración de Chile . Proclamó,igualmente, que todos los Estados miembros de la O .E.A .tenían la obligación de someterse a la disciplina del sistemainteramericano "voluntaria libremente convenida". Sostu-vo que "la más firme garantía de su soberanía su indepen-dencia política" provenía de la obediencia a las disposicionesde la Carta de la O.E.A.

En sus puntos finales, la "Declaración de San José"abogaba por la solución pacífica de las controversias entrelos Estados participes de la Organización regional . Reafirmó,en definitiva, su fe en el sistema interamericano su confian-za en la O.E .A ., cu os objetivos de paz justicia excluían todaposible agresión ; al tiempo que fomentaban la solidaridadentre sus miembros, así como robustecían su colaboracióndefendían su soberanía, su integridad territorial su inde-pendencia política, máxime cuando la O .E.A. era una garan-tía para su evolución desarrollo . (542)

A grandes rasgos, debemos tener presente un hecho his-tórico, sin precedentes en América latina . Después que elrégimen de Fidel Castro se inclinó abiertamente hacia laUnión Soviética proclamó la nacionalización de empresasnorteamericanas en Cuba, las relaciones con Estados Uní-

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dos, como era lógico, se deterioraron totalmente . Porprimera vez, se desafiaba la hegemonía estadounidense en elContinente americano por parte de un pequeño país tradicio-nalmente sujeto al imperialismo del Coloso del Norte serompía la separación de los bloques de poder enunciada enla Doctrina Monroe, así como la no intervención de un Estadoextranjero en América . Además del bloqueo económico, alapar de medidas militares como la frustrada invasión de laBahía de Cochinos, en 1961, el Gobierno de John F . Kennedcreó la Alianza para el Progreso, un vasto plan de a udasocio-económica destinada a volcar millones de dólares enAmérica Latina para así contrarrestar la influencia quepodían tener en la región los cambios radicales de la revolu-ción cubana .

A comienzos de 1961, en su discurso inaugural, elPresidente John F . Kenned lanzó la idea de la Alianza parael Progreso, en estos términos : "A nuestras Repúblicashermanas al Sur de nuestras fronteras le ofrecemos unagarantía especial : convertir las buenas palabras en buenoshechos, en una alianza para el progreso, para a udar a loshombres libres a los gobiernos libres a arrojar las cadenasde la pobreza" . (543) Dos meses después, el mandatario es-tadounidense comprometió oficialmente la cooperación desu país ante representantes de las Naciones Latinoamerica-nas con el propósito de "satisfacer las necesidades básicasdel pueblo americano en casas, trabajo tierras, sanidadescuelas" . (544)

Así las cosas, en agosto de 1961, el Consejo EconómicoSocial Interamericano de la O .E.A. llamó a una reunión de

representantes de las Repúblicas americanas en Punta delEste. El objetivo fundamental era elaborar un plan especí-fico de acción conforme a los lineamientos planteados porKenned . Como bien apunta un especialista en las relacio-nes interamericanas, el resultado de este cónclave se plasmóen dos Importantes documentos, a saber : una declaraciónque establecía pautas para el desarrollo el robustecimientode las instituciones democráticas; el Impulso al desarrollo

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económico social; la desaparición del analfabetismomejoras educativas : la garantía de salarios justos buenascondiciones de trabajo ; establecimiento de programas sani-tarios ; le es de contribución reforma agraria ; lucha contrala inflación búsqueda de la estabilidad fiscal el apo o a laempresa privada. El otro documento, conocido como la"Carta de Punta del Este", abogaba por la necesidad de llevara efecto profundos cambios económicos, sociales políticosen todos los órdenes, El propósito fundamental de largoalcance, era el desarrollo de economías autosuficientes enLatinoamérica. Esto iría de la mano con los programascooperativos para hacerle frente a las fluctuaciones económi-cas dimanadas de la tradicional dependencia hacia losmercados internacionales. Proponía, igualmente, la concer-tación de acuerdos de integración económica para la crea-ción de un Mercado Común Latinoamericano . (545)

Con este trasfondo, se convocó la Octava Reunión deConsulta de los Ministros de Relaciones Exteriores que tuvolugar en Punta del Este, Urugua , entre finales de Diciembrede 1961 principios de enero del año siguiente . El temacentral era considerar las amenazas a la paz a la indepen-dencia política de los Estados americanos que pudiesensurgir de la intervención de potencias extracontinentales en-caminadas a quebrantar la solidaridad americana . En otraspalabras, examinar la pugna entre Estados Unidos Cuba,a la luz de la infiltración soviética en la isla .

En esa ocasión, le tocó a Galileo Solís, en su condición deMinistro de Relaciones Exteriores, exponer los puntos devista de Panamá en Punta del Este. Sin rodeos, Solís sostuvoque el único peligro extracontinental confrontado por Lati-noamérica era el del comunismo. Desafortunadamente, a sucriterio, respecto al "peligro comunista", parecía asomarseuna grave e incauta tendencia de restarle importancia . Parademostrar que la consideración del problema con los totali

tarismos no era nada nuevo, hizo un amplio recorrido de losdistintos encuentros interamericanos desde la Conferenciade Buenos Aires en 1936, hasta la reciente Reunión de

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Consulta de San José . I.os resultados no eran halagadoresdemostraban un resquebrajamiento del sistema interame-

ricano, sobre todo en relación con las medidas que debíanadoptarse para atajar la "infiltración comunista" en tiemposmás cercanos. Advirtió que cuando tal peligro era lejano paraAmérica, las decisiones declaraciones eran "precisasenérgicas". Pero ahora que el mismo estaba vivo en el senode la comunidad internacional hemisférica, las respuestasresultaban "vagas, evasivas, teóricas sin eficacia práctica" .En ese sentido, la cumbre de Punta del Este constituía unaespecie de prueba porque estaba en juego la existenciamisma del sistema interamericano .

Se lamentó, el Canciller panameño, de las distintas ten-dencias que habían aparecido en el seno de dicho sistemael hecho que las decisiones tenían que tomarse en formaunánime . Explicó , a su real saber entender, en quéconsistía el "peligro comunista" cómo lograba hacerse delos resortes del poder . Adujo que para enfrentarse a lainfiltración, era preciso no sólo elevar el nivel material de losmedios económicos, sino también la educación, los valoresmorales espirituales .

A este respecto, Solís exaltó el Programa de la Alianzapara el Progreso que perseguía "la elevación simultánea delos niveles económicos materiales con la elevación de losniveles espirituales, morales culturales". Por consiguien-te, representaba "el ma or esfuerzo el mejor coordinadopara inmunizar a las grandes masas populares latinoame-ricanas contra el flagelo del comunismo, porque de este modose podrá destruir el medio propicio en que este flagelo puedemedrar". Esto, a su entender, explicaba el beneplácito conque las naciones latinoamericanas habían recibido a laAlianza para el Progreso, porque veían en la misma "la mejorsalvación para sus instituciones democráticas" . Es más,vaticinó que del éxito del Programa de Kenned , dependeríacon mucho, el futuro inmediato el rumbo que habría deseguir la América Latina en su desenvolvimiento histórico .Así, para Solís : "El novedoso programa de la Alianza para el

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Progreso representa, sin duda alguna, un saludable viraje dela política de los Estados Unidos de América hacia la AméricaLatina, tan saludable para la gran nación del Norte, comopara sus hermanas al Sur del Río Grande". Estaba por versesí tal viraje se convertiría en "un paso firme definitivo per-manente" hacia la superación de todos los problemas entreEstados Unidos vecinos del Continente .

Tal posición optimista de Solís incluía también las rela-ciones entre Panamá la nación del Norte. Panamá espera-ba, en consecuencia, una revisión total en las mismas paraencontrar la plena satisfacción a los derechos justos inte-reses de cada parte . Más aún, sí estas aspiraciones pana-meñas resultaban defraudadas, estaba claro que la Alianzapara el Progreso no podría tener éxito permanente en el restode Latinoamérica .

Volviendo sobre el tema central de la Octava Reunión deConsulta, el Canciller de Panamá afirmó que no había naciónlatinoamericana que pudiese jactarse "de estar inmunizadacontra el peligro comunista". Panamá, particularmente, era"blanco directo de las campañas de infiltración comunistacon su secuela de tentativas de agitación subversión"contra las cuales venía luchando con éxito . Calificó como"crimen de leso panamericanismo" retractarse de los princi-pios interamericanos contra el totalitarismo , en especial,contra el comunismo internacional .

Con estas palabras, que reproducimos en toda su exten-sión, Solís enunció oficialmente la posición de nuestro paísen tomo al tema que se debatía en Punta del Este : "Panamáreafirma su fe inquebrantable en los principios normas dela democracia representativa

: reafirma su rechazo inrevoca ble de toda ideade todo sistema totalitarios, sobre todo delcomunismo que es enemigo irreconciliable de las libertadespúblicas, de las prerrogativas individuales del hombre delos derechos humanos : reafirma su convicción de que elContinente Americano debe quedar cenado, permanentemente a toda implantación de sistemas o regímenes comu-

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nistas o de cualquier otra forma de totalitarismo ; reafirma suconvencimiento de que dondequiera que surjan brotescomunistas o totalitarios dentro del Continente, deben ellosser aislados sometidos a tratamientos que conduzcan a sudesaparición; reafirma su adhesión indefectible a la másestrecha solidaridad interamericana, de modo que los pro-blemas de cada nación se vean sientan como problemas detodas que todas aporten siempre su esfuerzo su coopera-ción para encontrar soluciones justas a los problemas decada una de ellas ; reafirma su fe indeclinable en que la uniónla solidaridad de todas las naciones interamericanas lle-

vará al Continente a la realización de los más altos destinosen la historia de la humanidad" .

Al finalizar su exposición, el Canciller panameño serefirió a los principios de no intervención de la libredeterminación de los pueblos . Con respecto al primero,aclaró que el mismo no se violaba si se adoptaban medidaspara el mantenimiento de la paz la seguridad, tal como seespecificaba en la Carta de la O .E.A. el Tratado de Río . Encuanto al segundo, resultaba claro que para que pudiesetener aplicación, se hacía necesario que los pueblos tuviesenlibertad para dirigir sus destinos . Si no la tenían, la puestaen práctica del principio en mención se tomaría en el derechode cualquier gobernante o dictador arbitrario del poder deautodeterminarse, la cual, evidentemente, no podía ser lainterpretación correcta de dicho postulado . (546)

Como se recordará en la Declaración de la O.E.A. enPunta del Este, suscrita por Estados Unidos las nacioneslatinoamericanas, el 31 de Diciembre de 1961 quedó demanifiesto la condena a la intromisión del comunismo en losasuntos internos de los países del Continente . Entre otrascosas, se indicó que el Gobierno de Cuba se identificaba conlos principios de la ideología marxista-leninista había esta-blecido "un régimen político social fundado en esta doctri-na" aceptaba "la a uda militar de las potencias comunistasextracontinentales, e inclusive la amenaza de Intervenciónarmada de la Unión Soviética" . Más aún, se afirmó que las

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vinculaciones del Gobierno cubano con los países del bloquechino-soviético eran "ostensiblemente incompatibles con losprincipios normas que rigen el entorno regional en espe-cial el de la seguridad colectiva establecido por la Carta de laOrganización de Estados Americanos el Tratado Interame-ricano de Asistencia Recíproca" . En consecuencia , se declaróque Cuba se había colocado "voluntariamente fuera delsistema interamericano" su situación requería "la máscontinua vigilancia por parte de los países miembros de laO.E.A. que deberían informar al Consejo de "todo hecho osituación capaz de poner en peligro la paz seguridad delContinente" .

En síntesis, en Punta del Este, se resolvió que la adhesiónde cualquier miembro de la O .E.A. al marxismo-leninismoiba contra el sistema Interamericano que "el alineamientode tal Gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad

la solidaridad del Hemisferio" . El Gobierno de Cuba sehabía identificado con aquella ideología , en consecuencia,era "incompatible con los principios propósitos del SistemaInteramericano" . Tal situación, por ende, excluía al régimende Fidel Castro de la organización regional . (547) Parecía queal fin Estados Unidos había logrado superar los escollos que,a lo largo de los encuentros interamericanos, le salían alpaso, en su enfrentamiento con la revolución cubana .

Al año siguiente, en octubre de 1962, la subordinacióndel bloque de naciones latinoamericanas respecto a la polí-tica exterior de Estados Unidos, quedó nuevamente demanifiesto cuando se suscitó la crisis provocada por el em-plazamiento de misiles soviéticos en Cuba. Washington,invocando el Tratado de Río, instó a una reunión urgente delConsejo de la O.E .A. Este, constituido en Organo de Consul-ta provisional, recomendó el desmantelamiento del sistemaofensivo de la U.R.S.S . levantado en Cuba apo ó lasmedidas que adoptara Estados Unidos para impedir nuevosenvíos de material bélico . Incluso, algunas Repúblicas lati-noamericanas se sumaron a las fuerzas navales norteameri-

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canas que establecieron el bloqueo, mientras otras ofrecie-ron enviar tropas la utilización de sus bases territoriales .

Cuando Krushchev convino en desmantelarlos emplazamientos nucleares otros elementos de guerra, a cambio dela suspensión del cerco a Cuba el compromiso de EstadosUnidos de no invadir la isla, se encomendó a una misión dela O.N.U. para comprobar sobre el terreno la promesa delPremier Soviético . La misma no pudo realizarse ante lanegativa de Castro a cualquier supervisión internacional . Dehecho, continuó la estrecha colaboración entre la U .R.S.S .Cuba, razón por la que el boicot económico estadounidenseno surtió el efecto esperado de la caída del régimen castrista .Es más, no sólo un buen número de naciones europeasprosiguieron comerciando con Cuba, sino también algunospaíses latinoamericanos como Brasil, México, Chlle, BoliviaUrugua mantuvieron sus relaciones diplomáticas con el

Gobierno comunista de La Habana . (548)

En otro orden de cosas, cabe mencionar que, en virtud dela Resolución LXIV de la Conferencia de Caracas, se dispusola celebración de la XI Conferencia Interamericana en Quito,durante el transcurso de 1960. No obstante, la misma seaplazó en varias oportunidades. En cambio, del 5 al 13 deseptiembre de ese año, se llevó a cabo en Bogotá el tercerperiodo de sesiones de la Comisión Especial del ConsejoInteramericano Económico Social (C.I .E.S .), para estudiarlas medidas de cooperación económica interamericana . Elresultado más sobresaliente de este encuentro fue la aproba-ción, el 6 de Octubre, del "Acta de Bogotá". Por otro lado, afinales de 1960, se realizó en Washington la Reunión Espe-cial de Representantes Gubernamentales de Alto Nivel parafortalecer al C .I.E.S. A la misma asistieron delegados deveinte países americanos las recomendaciones finalesfueron adoptadas por el Consejo de la O .E .A. Asimismo, enagosto de 1961, se celebró en Punta del Este, la ReuniónExtraordinaria del C,I .E.S. a nivel Ministerial . En todoscada uno de estos encuentros interamericanos estuvieronpresentes delegados de Panamá . (549)

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6 . Actuación de la O .E.A. durante la crisis entrePanamá Estados Unidos en 1964 .

Horas después de iniciarse la brutal agresión de lasfuerzas armadas de Estados Unidos acantonadas en la Zonadel Canal contra el pueblo panameño, el 9 de enero de 1964el Ministro de Relaciones Exteriores Galileo Solís envió uncablegrama al Presidente del Consejo de la O.E.A., JuanBautista Lavalle, para que, envista de la gravedad urgenciade la situación, se sirviera reunir de inmediato al Organo deConsulta. Se harta lo anterior, de conformidad con lodispuesto con los Artículos 6 9 del T.I.A.R. a fin de acordarlas medidas destinadas a contener la agresión, así como paramantener la paz la seguridad del Continente . (550)

Mientras la Comisión Interamericana de Paz -formadapor Argentina, Colombia, República Dominicana Venezue-la- actuó como mediadora en el conflicto, la solicitud delGobierno de Panamá al Consejo de la O .E.A. se mantuvo ensuspenso. Pero al no tener éxito las gestiones de dichaComisión, por conducto del Embajador representante en elOrganismo regional, Miguel J . Moreno Jr., Panamá, el 29 deenero, reiteró su petición de convocatoria para una reuniónurgente de los Ministros de Relaciones Exteriores del Hemis-ferio . En esta ocasión, el Gobierno de Roberto F. Chiari, nosólo pidió se adoptaran medidas para asegurar el manteni-miento de la paz garantizar que no se repitieran los actosde agresión, sino también lograr que el Gobierno estadouni-dense pagara indemnizaciones por los daños perjuiciosocasionados a la República .

A raíz de la solicitud presentada por Panamá, el Consejode la O.E.A., celebró dos sesiones extraordinarias, el 31 deenero el 4 de febrero. En la primera fecha indicada, MiguelJ. Moreno Jr. efectuó un detallado recuento de los actos deagresión del ejército norteamericano, cu o saldo trágicoascendía a 21 muertos más de 200 heridos . A ello se añadióel cierre del Puente de las Américas la Carretera Transíst-mica, lo que implicó una flagrante violación a la soberanía

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territorial de la República . Nada justificaba semejanteproceder. Más aún, señaló: " . . .Panamá ha demostrado através de 60 años de relaciones con los Estados Unidos, porrazón del Canal, su buena fe, su lealtad para con el aliado queocupa esa franja de su territorio que se denomina Zona delCanal. Panamá ha defendido sus derechos, respetandosiempre el principio superior de la solidaridad continental .Ningún país del mundo, ningún país de América, puede tenermejores pruebas de nuestra lealtad a ese principio, que losEstados Unidos. A pesar de nuestras diferenciasen el campode nuestras relaciones no ha podido señalarse de parte de unpanameño un acto de sabotaje en la Zona del Canal. Nohemos vacilado nunca en la defensa de nuestros derechos,pero lo hemos hecho dignamente sin posiciones mezquinas .Ya comprenderá la América entera lo que significa paraPanamá que a su conducta de aliada amiga se le ha acorrespondido con una agresión sin justificación alguna : quela reclamación de sus derechos ha a encontrado comorespuesta la voz de la metralla . Los pueblos de América nopueden dejar de considerar el pago que Panamá ha recibidopor su lealtad por su amistad sincera para los EstadosUnidos de América" .

Observó Moreno que lo que pudo haberse solucionadopor medios policiales había dado origen "a un exagerado des-pliegue de poderío militar por parte de una Gran Potencia,que hizo alarde de su fuerza ante un pueblo inerme". Losestudiantes panameños sólo pretendían que el pabellónnacional ondeara en un territorio perteneciente a la Repúbli-ca. Su movimiento había sido de reacción espontánea antela noticia de que los estudiantes del Colegio Superior deBalboa izaron la bandera de Estados Unidos no hicieron lomismo con el emblema de Panamá . Al intentar los estudian-tes panameños que en dicho colegio se cumpliera con loacordado por los dos gobiernos en enero de 1963, se encon-traron con la soberbia de la población de emigrados, a la quellamaban zoneítas, la cual se creía superior a los panameñososcuros de piel, que en casa ajena, querían tener másderechos de los que a le habían sido concedidos . Peor aún,

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tal soberbia fue respaldada por el ejército con el uso de lafuerza .

Moreno advirtió que la agresión armada no podía consi-derarse como un acto irreflexivo o precipitado el cual debíaimputársele a la soldadesca irresponsable . De haber sidoasí, no se habría llegado a los extremos denunciados ni podíahaber causado las víctimas que causó . Estaba claro que lospolicías soldados obedecieron órdenes superiores paracontinuar la represión, una vez ésta se inició . De allí que losdaños las muertes que resultaron durante los luctuosossucesos del 9 10 de enero, eran responsabilidad delGobierno de Estados Unidos .

"I.o que Panamá presenta ante ustedes es la causa de lajusticia", señaló Moreno. Y a renglón seguido apuntó :"Esperamos que el veredicto de América le haga honor a sucondición de Continente de la libertad la justicia. ElContinente americano es una fuerza de balance en la políti-ca internacional ; pero para mantener esa condición enalte-cedora es necesario que se haga justicia en su propio suelo .La agresión (. . .) no puede ser instituida como medio desilenciar las justas reclamaciones de los pueblos. El pueblode Panamá ha demostrado que no está dispuesto a resignar-se con la injusticia, que no aceptará que se acalle su voz conel fuego de las metrallas . Para que esto suceda, seríanecesario que desapareciera la nación panameña" .

Sostenía Moreno que el caso de Panamá era el caso deAmérica. No era concebible que el Panamericanismo, cu acuna era el Istmo, pereciera para darle paso a la instituciónde la fuerza como instrumento de política internacional . Erapreocupante para Panamá que las relaciones con EstadosUnidos tuviesen como fundamento las medidas coercitivas .Esto no seria tolerable para América el Mundo. Por eso, laexperiencia dolorosa sufrida por Panamá en los primerosdías de enero de 1964, constituía una advertencia para laO.E.A. En consecuencia, si a esta República no se le hacíajusticia, era de temer que la fe la esperanza de los pueblos

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latinoamericanos se derrumbara totalmente perjudicando laconvivencia pacífica en América . Añadía, con mucha lógica :"Lo ocurrido en Panamá debe incitar a la meditación sobre elfuturo de la solidaridad continental . Si es la fuerza la que vaa regir en lo futuro, las soluciones de los conflictos quepuedan surgir en nuestros países los Estados Unidos, habremos sepultado para siempre el sistema jurídico america-no que representa un patrimonio valioso para la comunidadcontinental . Pensemos que las instituciones del DerechoInternacional Americano constitu en la defensa de la Amé-rica débil . Su justa aplicación en el caso de Panamá ha derobustecerlas" .

Con el uso de la fuerza -dijo Moreno- Estados Unidoscontravino el Tratado de Asistencia Recíproca . Peor aún, lasfuerzas armadas norteamericanas permanecían en actitudde alerta para reprimir al pueblo de Panamá en el ejercicio desus derechos. Por tanto, la agresión no había cesado, sinoque estaba latente saldría a la superficie tan pronto comolos panameños exigieran el cumplimiento de las obligacionescontraídas por los Estados Unidos en la República . ¿Podíanlos países latinoamericanos abandonar a Panamá en estasituación? Moreno reiteraba su llamado de solidaridad a lospaíses hermanos de América para que condenaran el ataqueperpetrado por las fuerzas armadas estadounidenses contraPanamá. De su actitud dependería la suerte que correría elprincipio de la igualdad soberana de los Estados grandespequeños, débiles poderosos .

Por último, Moreno hizo la advertencia sobre la posibletergiversación de los hechos, esto es, que el ejército nortea-mericano apareciera como el agredido o que actuó en legítimadefensa. Lo cierto era que nadie en el mundo lo creería .Bastaba con tener presente que Panamá ni siquiera teníaejército , por consiguiente, no estaba en capacidad deagredir militarmente a Estados Unidos, ni a ningún otro paísgrande o pequeño. Tampoco era posible que los estudiantes,"con piedras recogidas en el momento, al borde del camino,lograran atemorizar a la ma or potencia del mundo, hasta

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obligarla a tomar medida alguna más allá de las normales dePolicía para restablecer el orden público mantener latranquilidad social" . No obstante, no había "nada máspeligroso que un pueblo chico acorralado, sobre todo cuandoese pueblo es noble es patriota cuando su acción estámovida por la voluntad heróica de defender sus derechos" .(551)

En verdad, nos detuvimos extensamente en esta partici-pación del Embajador Moreno en la O.E.A ., porque demues-tra a plenitud la posición patriótica asumida por el Gobiernode Roberto F. Chiari ante las medidas de fuerza empleadaspor Estados Unidos. Apenas si es necesario recordar que,tras los trágicos sucesos de enero de 1964, por primera vezen su historia, Panamá rompió relaciones diplomáticas conla poderosa nación del Norte . Ya vimos, por otra parte, las de-nuncias que se elevaron ante el Consejo de Seguridad de lasNaciones Unidas .

De momento, en virtud de un Pro ecto de Resolución pre-sentado por el Embajador Moreno, la O .E.A. acordó convo-car, constituirse actuar provisionalmente como Organo deConsulta, de acuerdo con lo dispuesto en el T.I .A.R., al igualque Informar al Consejo de Seguridad de la O .N.U. el texto dela decisión adoptada. En tal condición, el Consejo de laO.E.A ., en la sesión formal del 7 de febrero, aprobó por 15votos a favor, ninguno en contra

las abstenciones de ColombiaChile, una Resolución en base al Artículo 4 de la Cartade la Organización, los principios enumerados en el T .I.A.Rel Acta de Chapultepec, así como las manifestaciones de los

representantes de Panamá Estados Unidos, para que lostrágicos sucesos del 9 10 de enero fuesen objeto de ampliainvestigación. En dicho documento se exhortaba a ambosGobiernos a abstenerse de ejecutar ningún acto que pudieratener como consecuencia el quebrantamiento de la paz enPanamá. Se creaba, al mismo tiempo, una Comisión Generalintegrada por todos los miembros del Consejo actuando pro-visionalmente como Organo de Consulta, con excepción delos representantes de las partes en conflicto .

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Respecto a las atribuciones de la citada Comisión Gene-ral, éstas serían las siguientes : investigar plenamente deinmediato los hechos ocurridos en Panamá los días 9, 10siguientes de enero, a la vez que rendiría al Organo deConsulta el informe pertinente sobre los esfuerzos desple-gados por los Gobiernos de Estados Unidos Panamádurante los días subsiguientes para encontrarle solución alconflicto. Del mismo modo, propondría a las partes endisputa procedimientos destinados a garantizar que no sequebrantaría la paz, mientras se estuviera tratando de hallarla salida adecuada . Igualmente, la Comisión, teniendo encuenta las causas de la controversia, debería auxiliar a lospaíses involucrados en su búsqueda de una solución justa .Sobre el particular, también elevaría el correspondienteinforme al Organo de Consulta . Tenía, además, facultadespara crearlas comisiones especiales que estimara necesariaspara el cumplimiento de su cometido. Finalmente, el Consejode la O.E.A. pedía a los Gobiernos americanos al SecretarioGeneral de la Organización que brindara amplia cooperacióna fin de facilitar los trabajos de la Comisión General . (552)

Para dar cumplimiento a los tres primeros objetivos de laanterior Resolución, la Comisión General, el 8 de febrero,designó una Comisión que debía trasladarse a Panamá. Lamisma estuvo integrada por los Embajadores, Juan Plate,delParagua , quien la presidió ; Ilmar Penna Marinho, de Brasil ;Vicente Sánchez Gavito, de México; Emilio N. Oribe, deUrugua Gonzalo J . Facio, de Costa Rica . Dos días des-pués, la mencionada Comisión arribó a Panamá de Inme-diato celebró una conferencia de prensa dando a conocer lospropósitos de su misión .

Ciertamente, la Comisión aludida realizó un trabajo mi-nucioso , para tal efecto, se reunió tanto con altos funciona-rios del Gobierno de Roberto F. Chiari como con autoridadescivilesmilitares de la Zona del Canal, entre éstas, el GeneralAndrew P. O'Meara, Jefe del Ejército en el Arca del Caribequien dirigió las operaciones militares los días 9, 10 11 deenero ; el General Robert J. Fleming Jr ., Gobernador de la

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Zona del Canal, el Coronel David S . Parker, Vice-Goberna-dor de este territorio . A su vez, los miembros de la Comisión,en tanto que se ocupaban de la investigación de los hechosdenunciados por Panamá, efectuaron gestiones con el propó-sito de encontrar alguna fórmula conciliadora que posibilita-ra el restablecimiento de las relaciones diplomáticas laapertura de negociaciones para resolver los problemas pen-dientes entre Panamá Estados Unidos. Pero en esta tarea,la Comisión tropezó con un escollo entonces insalvable quehabía hecho fracasar a la anterior, Comislón Interamericanade Paz, a saber: mientras Panamá Insistía en abrir negocia-ciones con el objetivo de encontrar las soluciones factibles,Estados Unidos se aferraba a admitir únicamente discusio-nes. (553)

Debemos recordar que el Gobierno de Panamá, el 4 defebrero de 1964, presentó a la delegación de la ComisiónGeneral del Consejo de la O .E.A. una narración exhaustivade los sucesos del 9, 10 11 de enero, cu o texto reproduci-mos en la Antología de este estudio . A pesar de habersecompenetrado en detalle de los hechos, la labor de la citadaComisión no pasó de las buenas intenciones, ante todo porel obstáculo arriba señalado . Envista de este fracaso, decidiótrasladarse a Washington para proseguir su labor concilia-dora.

Tras una serie de conversaciones, la Delegación Especialentonces representada por el Presidente de la ComisiónGeneral del Consejo de la O .E.A., encontró una luz en elcamino, cuando el 12 de marzo de 1964, los representantesde los Gobiernos de Panamá Estados Unidos dieron aconocer su aceptación al texto de una Declaración Conjuntaen español e Inglés. En la misma, se indicaba que las partesen discordia convenían en "restablecer relaciones diplomáti-cas a la brevedad posible para procurar la pronta eliminaciónde las causas de conflicto relativas al Canal de Panamá paratratar de resolver otros problemas existentes entre ellos, sinlimitaciones o precondiciones de ninguna especie". Dichodocumento también señalaba que, dentro de los 30 días

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siguientes al restablecimiento de las relaciones diplomáti-cas, ambos Gobiernos nombrarían "Embajadores Especialescon poderes suficientes para llevar a cabo discusionesnegociaciones con el objeto de llegar a un Convenio justoequitativo que elimine las antedichas causas de conflictoresuelva los demás problemas referidos" . Estaba claro quecualesquiera convenios que resultaran estarían sujetos a losprocedimientos constitucionales de cada pais .(554)

A pesar de este documento, pronto surgieron problemascon motivo de la redacción de sendas declaraciones quehabían de hacer los Presidentes de Panamá Estados Unidosrespecto al Convenio acordado . En efecto, el 16 de marzo,el Presidente L ndon B. Johnson, en un discurso que pro-nunció en la sesión especial de la O .E.A., convocada parainaugurar la Comisión Interamericana de la Alianza para elProgreso, afirmó que en las diferencias con Panamá, laposición de Estados Unidos, "es clara lo ha sido desde elprimer momento en que nos enteramos de los disturbios (deenero de 1964) . Los Representantes de los Estados Unidosse reunirán con los de Panamá en cualquier momento, encualquier lugar, para discutir cualquier punto, para trabajarjuntos, para cooperar mutuamente, para someter a análisislas cuestiones, para estudiar considerar todos los proble-mas comunes, para un recíproco intercambio de opiniones,anhelos preocupaciones, para encaminarnos a solucio-nes que sean justas equitativas, sin tener en cuenta lamagnitud, la fuerza o la riqueza de las dos naciones" .

Pero, acto seguido, Johnson aclaró que Estados Unidosno pedía a Panamá que aceptara condiciones previas antesde reunirse . Tampoco el Gobierno norteamericano intentabaaceptar ninguna. Tal tarea no podía iniciarse, hasta tanto nose reanudaran las relaciones diplomáticas . Pero EstadosUnidos estaba dispuesto a ello, si tal era la posición dePanamá. Y advirtió: "Hasta este momento, no creo que ha ahabido un verdadero entendimiento entre los Presidentes delos dos países". Es más, sostuvo que en los informes deprensa se indicaba que el Gobierno de Panamá entendía que

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el texto en estudio obligaba a Estados Unidos "a revisarredactar de nuevo el Tratado de 1903". Sobre este punto,Johnson enfáticamente expresó : "No nos hemos comprome-tido a tal cosa no pensaríamos hacerlo hasta que sereanuden las relaciones diplomáticas amenos que se llegueaun arreglo justo satisfactorio" . (555)

Tales declaraciones del mandatario norteamericano pro-dujeron consternación en las altas esferas de la O .E .A . elmismo día en que aparecieron, el Presidente Roberto F .Chiari comunicó al Embajador Miguel J . Moreno dr. que elGobierno consideraba que el texto de la Declaración Conjun-ta era claro preciso. Manifestaba, asimismo, su disposicióna cumplir lo convenido en dicho documento, tan pronto comoel Gobierno de Estados Unidos manifestara, a su vez, queestaba dispuesto a cumplirlo . En vista de que las palabrasdel Presidente Johnson implicaban una desautorización a surepresentante en la O.E .A., el Presidente de Panamá, por suparte, daba su consentimiento al texto de la aludida Decla-ración Conjunta. (556)

Se dio inicio así a una nueva ronda de negociaciones enla que participaron el Embajador Juan Bautista Lavalle,Presidente del Consejo de la O.E .A., los Embajadores deEstados Unidos Panamá ante esa organización, EllsworthBunker Miguel J. Moreno Jr.,respectivamente . Se alcanzóel éxito esperado cuando, el 23 de marzo, en otras declaracio-nes, el Presidente Johnson resaltó las estrechas relacioneshistóricas entre Panamá Estados Unidos por razón delCanal interoceánico . Destacó, igualmente, la colaboraciónprestada por Panamá durante la Segunda Guerra Mundial .Puntualizó, además : "Estamos plenamente conscientes deque las demandas que hace el Gobierno de Panamá lama oría del pueblo panameño no surgen de malicia o del odiohacía los Estados Unidos de América . Es, por lo tanto,nuestra obligación, como aliados compañeros, la de reexa-minar estas demandas satisfacerlas, cuando el satisfacer-las sea tanto justo como posible" .

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Esta vez, Johnson se mostró dispuesto a negociar a nivelde Embajadores representantes especiales . A estos se lesencomendaría la responsabilidad de buscar una soluciónque reconociera "las demandas razonables de Panamáproteja los intereses de todas las naciones americanas en elCanal. Aún no podía determinarse, antes de las reuniones,la mejor manera de arribara dicho arreglo . Sin embargo, lasinstrucciones que recibirían los representantes del Gobiernonorteamericano, no impedirían ninguna solución que fuese"justa se sujete a los procesos constitucionales pertinentes"de los dos gobiernos .

Johnson abrigaba la esperanza que sobre esta base sepodía comenzar a resolver los problemas mutuos para asíavanzar "al encuentro de los verdaderos enemigos de estehemisferio : el hambre la ignorancia, la enfermedad lainjusticia" . Tenía la certeza que el Presidente Chiari compar-tía estos puntos de vista, porque a pesar de los desacuerdosde criterios, "los valores e intereses comunes que nos unenson muchos más fuertes más duraderos que las diferenciasque ho nos dividen". (557)

Si bien el Presidente de Panamá el 29 de marzo, expresóque en muchos aspectos las apreciaciones de su homólogonorteamericano eran constructivas ambos países se encon-traban vinculados "mu de cerca por el común interés de lavía interoceánica", tal como había quedado en evidenciadurante las dos grandes guerras mundiales, no era menoscierto que ambas Naciones habían tenido "serias dificultadesdebido a las cláusulas contractuales existentes desde 1903que lesionan la dignidad de Panamá" . Anotó que sí el Canalexigía la convivencia sincera de panameños norteamerica-nos, sí para las dos naciones implicaba derechos deberes,no alcanzaba a comprender porque se eludía "la necesidad deir al fondo de la cuestión para erradicar las causas delconflicto, sin precondiciones ni limitaciones, animados am-bos Gobiernos por el deseo de solucionar, una vez por todas,las diferencias los problemas que afectan las relaciones

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amistosas sinceras que deben tienen que prevalecer entreambos pueblos, precisamente por la existencia del Canal . . ."

Chiari reconocía el acierto de las declaraciones de John-son, en el sentido de que no había malicia ni odio en losreclamos de Panamá, porque eran justos sinceros. Si elmandatario estadounidense se mostraba dispuesto a resta-blecer las relaciones diplomáticas designar representantesespeciales para solucionar las divergencias, el Presidente dePanamá se adhería a ello, sí tal iniciativa conducía a unconvenio justo equitativo . De allí que reiterara su apo o ala fórmula anunciada por la O .E.A. Se llegaría así "a unasolución clara, a una definición precisa de las obligacionesde los derechos de las dos Naciones, para resolver de estaforma todos sus problemas diferencias", lo cual traería con-sigo "un clima de sincera estrecha convivencia, indispensa-ble para la seguridad continental, la estabilidad del sistemademocrático" . Mientras esto ocurría se llenaban losrespectivos trámites constitucionales, resultaba obvio quecada parte cumpliría sus deberes obligaciones destinadasa no entorpecer las operaciones del Canal interoceánico .(558)

Ambas declaraciones, sin duda, allanaron el camino parael entendimiento entre los dos Gobiernos . Fue así como elPresidente de la Comisión General del Consejo de la O.E.A .,en su condición de Organo de Consulta Provisional, anuncióen Washington, el 3 de abril de 1964, el texto de unaDeclaración Conjunta firmada por los representantes de losGobiernos de Panamá Estados Unidos, Miguel J. MorenoJr. Ellsworth Bunker, respectivamente . En este históricotrascendental documento se indicaba que, de conformidad

con las amistosas declaraciones adjuntas de los Presidentesde Panamá Estados Unidos del 21 24 de marco, quecoincidían "en un sincero deseo de resolver favorablementetodas las diferencias de los dos países" reunidos bajo laPresidencia del Consejo, luego de reconocer la valiosa coope-ración prestada por la Organización de los Estados America-nos a través de la Comisión Interamericana de Paz, así como

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de la Delegación de la Comisión General del Organo deConsulta, los representantes de ambos Gobiernos habíanacordado :

"1 . Restablecer relaciones diplomáticas ;2. Designar sin demora Embajadores Especia

les con poderes suficientes para procurar lapronta eliminación de las causas de conflictoentre los dos países, sin limitaciones niprecondiciones de ninguna clase ;

3. En consecuencia, los Embajadores designa-dos iniciarían de inmediato los procedimientos necesarios con el objeto de llegar a unconvenio justo equitativo que estaría sujetoa los procedimientos constitucionales decada país" . (559)

Esta Declaración, escrita en español e inglés, constitu óel punto culminante de la participación de la O .E.A. en elconflicto que se suscitó entre Panamá Estados Unidos a raízde los sangrientos sucesos de enero de 1964 . No obstante,todavía quedó pendiente ante el Consejo de la O.E.A., ladenuncia de agresión presentada por Panamá ante el Orga-nismo regional, así como la solicitud de convocatoria delOrgano de Consulta en aplicación del T .I .A.R.(560) De todosmodos, la Declaración Moreno-Bunker marcó un hito en eldevenir de las relaciones de Panamá con Estados Unidos porrazón del Canal interoceánico . En adelante, la República es-taría en capacidad de exigir la abrogación del nefasto TratadoHa -Bunau- Varilla dar inicio a las negociaciones de otropacto bajo condiciones más justas equitativas, cu a ratifi-cación dependería de los procedimientos constitucionales decada parte . Nunca más, el Gobierno estadounidense podíainvocar la lesiva Convención del Canal Ístmico de 1903 parallegar a un entendimiento con la pequeña República istmeña .Desafortunadamente, como veremos, los objetivos básicosde la mencionada Declaración no se lograron plenamente enlos posteriores arreglos con el poderoso imperio del Norte .

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7. Nuevos encuentros interamericanos: deCaracas a Punta del Este .

A principios de noviembre de 1963, fue descubierto en lascostas venezolanas un cuantioso cargamento de armasprocedente de Cuba . El Representante de Venezuela ante elConsejo de la O.E.A., Enrique Tejera París, solicitó, díasdespués, al Presidente de este Organismo, la convocatoriainmediata del Organo de Consulta, de conformidad con elArtículo 6 del T.I.A.R. El Gobierno venezolano pidió seconsideraran las medidas que debían adoptarse "frente a losactos de Intervención agresión del Gobierno de Cuba queafectan la integridad territorial la soberanía de Venezuela,así como la vigencia de sus instituciones democráticas" .

Ante la solicitud del Representante de Venezuela, elConsejo de la O .E.A. aprobó una resolución mediante la cualconvocó al Organo de Consulta , una vez constituido éste,designó la Comisión que se encargaría de investigar ladenuncia in situ . La misma estuvo integrada por el Emba-jador Rodolfo A. Weidman, de Argentina, quien la presidió ;Alfredo Vásquez Carrizosa, de Colombia ; Gonzalo J. Facio, deCosta Rica; Félix Polleri Carrió, de Urugua , el Representante de Estados Unidos, Ward P . Allen. El 18 de febrero de1964, esta Comisión rindió su informe indicando que laRepública de Venezuela había sido objeto de "una serie deactos auspiciados dirigidos por el Gobierno de Cuba,encaminados a subvertir sus instituciones a derrocar alGobierno democrático de Venezuela por medio del terroris-mo, sabotaje, asaltos guerrillas" . Añadía que formaba partede esta política de agresión, "la campaña de propagandasistemática hostil, realizada por órganos de difusión queestán bajo el control del Gobierno de Cuba". En ésta seincitaba al pueblo venezolano a la rebelión , a la vez, se ledaba apo o directo a los movimientos subversivos . Ademásde lo anterior, también se suministraba fondos se adoctri-naba en Cuba a numerosos venezolanos, quienes posterior-mente retornaban a su país para actuar en movimientos dedesestabilización del Gobierno . Por ende, el cargamento de

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armas descubierto en la Península de Paraguaná, constituíauna prueba evidente de la intervención del régimen de FidelCastro en Venezuela . (561)

Como resultado del informe aludido, el Consejo de laO .E.A ., en su condición de Organo de Consulta Provisional,acordó, en sesión celebrada el 26 de junio de 1964, convocara la ÍX Reunión de Consulta de Ministros de RelacionesExteriores que tuvo lugar al mes siguiente en el Palacio de laUnión Panamericana, en Washington .

A la sazón, le correspondió al Ministro de Relaciones Ex-teriores, Dr. Galileo Solís, presidir la delegación de Panamá,que también estuvo integrada por Humberto Calamar!, Artu-ro Morgan Morales, Elo Benedetti, Miguel A. Corro Henrique Kouran , entre otros .

Bajo el título: "Aplicación de medidas al actual Gobiernode Cuba", la ÍX Reunión de Consulta de Ministros de Relacio-nes Exteriores aprobó una Resolución basándose en elPro ecto presentado por las delegaciones de Colombia, CostaRica Panamá . El considerando del citado documentoseguía, al pie de la letra, el Informe de la Comisión Especial,esto es que la República de Venezuela había sido "objeto deuna serie de actos auspiciados dirigidos por el Gobierno deCuba encaminados abiertamente a subvertir sus institucio-nes derrocar al Gobierno democrático de Venezuela pormedio del terrorismo, sabotaje, asaltos guerrillas." Ademásque los referidos actos, pugnaban con "los principiospropósitos del sistema Interamericano" .

En virtud de lo anterior, por amplia ma oría, se aprobódeclarar, en primer término, que los hechos comprobadosconstituían "una agresión una intervención por parte delGobierno de Cuba en los asuntos internos de Venezuela". locual afectaba a todos los Estados miembros . En consecuen-cia, se acordó que los Gobiernos de los Estados americanosno mantuvieran relaciones diplomáticas ni consulares con elGobierno de la Habana. Del mismo modo Interrumpirían

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todo intercambio comercial, directo o indirecto, con el régi-men de Castro, excepto los alimentos, medicinas equipomédico. A la vez, suspenderían todo transporte marítimo,salvo el necesario por razones humanitarias . No obstante, sefacultaba al Consejo de la O.E.A. para que, mediante el votoafirmativo de los dos tercios de sus miembros, dejara sinefecto las medidas adoptadas, una vez que cl Gobierno deCuba hubiese dejado de constituir un peligro para la pazseguridad del Continente . Pero, a renglón seguido, seadvertía al régimen castrista que "de persistir en la realiza-ción de actos que revistan características de agresión eintervención contra uno o más de los Estados miembros dela Organización, estos preservarían sus derechos esencialesde naciones soberanas, mediante el uso de la legítimadefensa en forma individual o colectiva, la cual podía llegarhasta el empleo de la fuerza armada, mientras el Organo deConsulta no tome las medidas que granticen la paz laseguridad continentales" .

Se instaba, por último, en la Resolución aludida, a losEstados no miembros de la O.E .A ., que simpatizaban con losideales del sistema Interamericano, para que examinaran laposibilidad de demostrar su solidaridad en el logro efectivo delos propósitos enunciados. Ígualmente, se instruía al Secre-tario General de la O .E.A. a transmitir el texto del documentoaprobado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,conforme a lo dispuesto en el Artículo 54 de la Carta de laO .N.U. Al someterse la Resolución citada ala votación global,fue aprobada por 15 votos afirmativos : en tanto que México,Bolivia, Chile Urugua se pronunciaron de manera negativa

no hubo abstenciones.(562)

Tal como lo había hecho en exposiciones anteriores antela Reunión Consultiva de la O .E.A. Galileo Solís efectuó unminucioso balance sobre la evolución de los encuentros delos Ministros de Relaciones Exteriores del Continente, desde19,36 a la fecha . Se detuvo en el análisis de lo que significa-ban los actos de intervención agresión, a la luz del TratadoInteramericano de Asistencia Recíproca, se adhirió al

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informe presentado por la Comisión investigadora en el casode Venezuela .

Afirmó el Canciller que Panamá cumpliría con absolutafidelidad lo que le correspondería respecto al T.I.A.R. o bajocualesquiera otros tratados o instrumentos del sistemaregional donde quiera que se produjese el caso de agresiónarmada o no . Por eso, Panamá estaba ahora con Venezuelapor esto estaría también "con cualquier otra hermana del

Continente que sea víctima de agresiones que caigan bajo losclaros compromisos de solidaridad continental colectivaestablecidos en los pactos del sistema regional interamerica-no" .

Para Galileo Solís la agresión del Gobierno de Cubacontra Venezuela, no era sino "el aviso o preludio de agresio-nes similares de que pueden ser víctimas otras naciones delContinente, aún aquellas que piensan que están librestodavía de tal peligro, porque la consigna comunista es ladestrucción del sistema de la democracia representativa quees la base de nuestro sistema regional los enemigos de estesistema pueden asestar sus golpes, en todo momento, dondecrean que han de tener éxitos más rápidos o causar resulta-dos más espectaculares o desconcertantes" .

Era conveniente, añadía Solís, mantener la solidez delsistema interamericano, porque esto equivalía a preservarlos gobiernos democráticos. Aclaró que al hacer su a lacausa de Venezuela defenderla como causa. propia, Panamáno buscaba alentar o provocar divisiones, disensiones o dis-tanciamientos en el seno de la gran familia interamericana .Todo lo contrario, miraría con aprehensión si esto sucedíano escatimaría esfuerzo, cooperación o servicio alguno quepudiesen llevar a entendimientos que, "haciendo plena jus-ticia a Venezuela dentro de los Tratados vigentes contribu-endo a liberar a todas las hermanas del Continente de la

agresión de la infiltración comunista, mantengan incólu-menes los vínculos de solidaridad fraternal americana" . Así,por encima de las diferencias momentáneas de opinión,

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debía prevalecer la cohesión de la hermandad continental .De esta última dependía "el porvenir, el progreso la felicidadde todos los pueblos americanos" .(563)

Afínales de 1964, tuvo lugar la Primera Conferencia Ín-teramericana Extraordinaria que se convocó para resolver elproblema de la admisión de nuevos miembros a la O .E.A., es-pecíficamente las antiguas posesiones, recién emancipadas,del Reino Unido de la Gran Bretaña en el Hemisferio Occiden-tal. Designado por el Ministro de Relaciones Exteriores dePanamá, asistió a dicha cumbre Humberto Calamar! . Formaron parte de la Delegación Frank Morrice, Representante Alterno de Panamá en el Consejo de la O .E.A. ; Miguel A .Corro, Cónsul General en Washington, otros .

En esta oportunidad, el Representante de nuestro país,propuso que como la admisión de nuevos miembros, espe-cialmente aquellos Estados consituídos en territorios quehabían estado sujetos al régimen colonial, no se contempla-ba en la Carta de la O.E.A., debía incluirse un Protocoloadicional como solución jurídica al problema. No obstanteque varías delegaciones apo aron la tesis panameña, laConferencia se pronunció en favor de una Resolución esta-bleciendo las condiciones requisitos necesarios para laincorporación de los nuevos Estados al seno de la O .E.A. TalResolución pasó a conocerse con el nombre de Acta de Washington.(564)

Si la opinión pública mundial, en enero de 1964, seconmovió ante la sangrienta represión del ejército estadou-nidense contra el inerme pueblo panameño, la cruentaintervención de los infantes de marina en Santo Domingo, enabril del año siguiente, revivió tiempos que a se creíansuperados en las relaciones del Ímperio del Norte con susvecinos latinoamericanos . Tal acto representó el retomo a lapolítica del "big stick" antaño esgrimida porTheodore Roose-velt .

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Tras el derrocamiento del Gobierno Constitucional dellíder popular reformista Juan Bosch, acaecido el 25 deseptiembre de 1963, a sólo seis meses de su mandato, laJunta Militar que le sucedió tuvo que enfrentarse a la repulsapopular al boicot militar económico del Gobierno deEstados Unidos . Pronto esta actitud de Washington variócon el ascenso de L ndon B. Johnson a la Casa Blanca . Losmilitares golpistas se comprometieron a convocar eleccionesen 1965 dieron paso a una Junta Civil presidida por DonaldReíd Cabral. Pero el descontento en todos los niveles fue enaumento , en abril de 1965, el Coronel Francisco CamañoDeñó encabezó una sublevación armada las calles de SantoDomingo se convirtieron en escenario de una enconadaguerra civil . So pretexto de proteger las vidas propiedadesde los ciudadanos norteamericanos en la isla, la administra-ción de L ndon B . Johnson envió fuerzas de apo o altambaleante régimen de Reíd Cabral . En al acción participa-ron más de 20,000 hombres sólo después de esta medidacoercitiva, Washington apeló a la O .E.A. para que examinarala conflictiva situación de la República Dominicana . (565) Lasolicitud formal, no obstante, fue hecha por el Gobierno deChile .

Así, con el temario centrado en «la grave situación creadapor la lucha armada en el República Dominicana", se celebróen la Sede la Unión Panamericana, en Washington, a princi-pios de ma o, la Décima Reunión de Consulta de Ministrosde Relaciones Exteriores . Merecen destacarse, por el cinismoque entrañaba, las palabras que pronunció el Delegado deEstados Unidos Ellsworth Bunker, en la sesión inaugural dela cumbre: "las fuerzas norteamericanas han sido enviadasa la República Dominicana con el propósito netamentehumanitario de salvar vidas en modo alguno ello involucraviolación a los principios de no intervención" . La verdad eraque la administración de Johnson temía que la anarquíapolítica en Santo Domingo desembocara en la toma del poderpor los comunistas . Acusaciones en este sentido, hizo ladelegación norteamericana en el seno de la O .E.A, a fin dejustificar la intervención armada .

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