ficción de modernidad

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  • La ficcin

    de modernidad

    La cultura, entendida como las formas de

    hacer, pensar y sentir de los individuos

    miembros de una sociedad, es uno de los

    determinantes de la pobreza. Esta dimensin

    de la pobreza recurrentemente es dejada de

    lado por las dificultades de verificacin

    emprica que supone el manejo de variables

    que, hasta hace poco, no podan ser mensura-

    bles. El desarrollo de las tcnicas de medicin

    y de procesamiento de datos ha permitido

    que lo que hasta hace poco se mantuvo en el

    campo de las hiptesis o del anecdotario, hoy

    puede ser abordado con mayor objetividad. El

    artculo que a continuacin se presenta es un

    resumen de los primeros resultados arrojados

    por un estudio de campo que recogi infor-

    macin de ms de 14.000 familias venezola-

    nas, en el cual se tratan de establecer las

    conexiones explicativas entre las creencias y

    las preferencias valorativas de la cultura de la

    sociedad venezolana, sus disposiciones para la

    produccin, el xito econmico y la situacin

    material.

    Mikel de Viana, s.j.

    Cultu

    ra

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    El mdulo Factores culturales y pobreza de lainvestigacin La pobreza en el subdesarrollo. Unestudio interdisciplinario de aproximacin a lascausas y posibles soluciones al problema de lapobreza en Venezuela, parte de la hiptesis se-gn la cual, las creencias y los modos de evalua-cin o preferencias valorativas caractersticos dela cultura dominante de la sociedad venezolanaafectan las disposiciones y capacidades de los in-dividuos para el xito econmico, para la pro-duccin y la productividad, constituyndose enfactor interviniente en la causacin del complejoproblema de la pobreza de la mayor parte de lasociedad.Circula un amplio anecdotario acerca de las rela-ciones entre la cultura venezolana tradicionalo popular y la pobreza. Ese anecdotario suponeque la sociedad venezolana no llega a ser prspe-ra y productiva por la presencia de elementos cul-turales (creencias colectivas, valores, normas,conductas ms o menos institucionalizadas) quebloquean conductas individuales y modos de fun-cionamiento propios de una sociedad productiva.Ahora bien, esta particular relacin entre el fac-tor cultural y la pobreza, hasta ahora, no habasido sometida a prueba emprica en Venezuela.Evidentemente, por s solos, los factores cultura-les no son decisivos de las condiciones concretasde vida de una colectividad. Ms bien, constitu-yen un componente del complejo sistema de fac-tores causales y condicionantes de la vida mate-rial de la colectividad: desde las estructurascognoscitivas y motivacionales de los individuos,las creencias, los esquemas valorativos y las nor-mas que de ellos se desprenden, condicionan laaccin individual, de modo que, a mediano y lar-go plazo, incentivan determinadas conductas ydesestimulan otras.La interdisciplinariedad del enfoque de la presenteinvestigacin se deriva de la conviccin de que lacausacin y la solucin del problema de lapobreza incluye necesariamente tanto a los fac-tores estrictamente econmicos, como a los pol-tico-institucionales y a los culturales; aunque nin-guno de estos factores, considerado aislada o ex-clusivamente, es suficiente en orden a la explica-cin de la pobreza.Por lo que toca a los factores culturales, como seha indicado en otro lugar de esta publicacin (Cf.Espaa, Luis Pedro, Un mal posible de superar,

    p.9), aun en el caso de que se alcanzara un cre-cimiento econmico apreciablemente superior alritmo de crecimiento poblacional, y las interven-ciones poltico-institucionales del Estado contrala pobreza fueran acertadas, si no se produce lamodernizacin de las estructuras culturales de lamayor parte de la colectividad venezolana, es se-guro que una fraccin apreciable de la poblacinpermanecera excluida de los beneficios colecti-vos y que la evolucin conveniente de las varia-bles asociadas con el bienestar social se deten-dra ms pronto que tarde.En otras palabras, la modernizacin de la culturavenezolana es fundamental para el mantenimientoy la sostenibilidad de condiciones sociales en lasque la pobreza material ha sido razonablementesuperada.

    EL FACTOR CULTURALLa cultura aporta los parmetros que dan sentidoy regulan las conductas individuales, y se estruc-tura al menos en tres planos o niveles: las creen-cias, las estructuras valorativas y los sistemasnormativos.

    LAS CREENCIAS

    Los individuos, en su interaccin con el entornosocial donde el proceso de socializacin des-empea una funcin primordial asimilan infor-maciones que terminan ensamblndose en unarepresentacin o modelo mental de la realidad.El modelo o mapa de la realidad integra, formadoun todo congruente, un conjunto de creencias, esdecir, afirmaciones que se consideran verdaderasy que son nuestras interpretaciones de la expe-riencia.Conviene destacar el papel activo del individuocomo procesador de informacin: el modelo derealidad es construdo o elaborado, y no mera-mente asimilado o copiado pasivamente. Esemodelo o mapa de la realidad acta como regula-dor y determinante tanto de los procesoscognoscitivos como de la misma accin del indi-viduo. Las creencias son como filtros que afectanla percepcin que tenemos del mundo, de los de-ms y de nosotros mismos: constituyen el sustratoms profundo de una cultura; sobre ellas se cons-truye el complejo de las estructuras valorativas yde las normas de accin.Interpretamos el mundo con ayuda de los mapas

    Mikel de Viana, S.I

    Socilogo, Ms. Filosofa y

    Telogo Moralista.

    Profesor de la UCAB.

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    de la realidad que hemos recibido en el procesode socializacin y que fueron diseados a partirde experiencias del pasado. Lo ms fcil y frecuen-te es el uso de los mapas prefabricados, que sebasan en las experiencias del pasado de los miem-bros de la colectividad. Por este motivo, la gentevive en el pasado mucho ms de lo que solemosimaginar; no puede maravillarnos que los cam-bios mentales sean normalmente ms lentos yse produzcan con cierto rezago respecto a los cam-bios en la llamada cultural material.En el mbito de nuestra investigacin hemos pres-tado atencin a las creencias referidas a la atribu-cin de causalidad: aqullas por las cuales los indi-viduos se explican los cambios que se produ-cen en la realidad que viven. Se llama foco olocus de control a la instancia a la cual el in-dividuo atribuye la causalidad de la ocurren-cia de cambios o transformaciones en la real-idad que l vive. En trminos generales, es po-sible distinguir entre foco de control externo yfoco de control interno.a. La nocin de foco de control externo est aso-ciada a la creencia de que la ocurrencia de cam-bios en la realidad es independiente de la capaci-dad, voluntad y conducta del individuo. Los cam-bios en la realidad son percibidos como conse-cuencia del azar, el destino, la suerte o de la ac-cin y control de otros agentes ajenos; o al me-nos, son cambios impredecibles e incontrolablesdebido a la gran complejidad de las fuerzas querodean al individuo.La creencia en el locus de control externo estasociada a otras creencias como por ejemplo: laimpermeabilidad de la realidad respecto a las ini-ciativas del individuo, la complejidad hasta el pun-to de irresolubilidad de los procesos de la reali-dad, la injusticia de las relaciones sociales.b. La nocin de foco de control interno est aso-ciada a la creencia en que la ocurrencia de cam-bios en la realidad depende, para su aparicin ydesarrollo, de la propia accin. La nocin de focode control interno est asociada con creenciascomo por ejemplo: la capacidad de intervencinpersonal sobre la realidad, un mundo en el quelas dificultades y problemas tienen solucin, laposibilidad de un orden de relaciones justo, queresponde a las intervenciones de los individuos,los asuntos pblicos pueden ser dirigidos mediantela accin y presin de los interesados.

    Como veremos ms adelante, la nocin de focointerno de control est asociada a las precon-diciones mnimas de modernidad y el procesode modernizacin cultural est ntimamente aso-ciado a la presencia y desarrollo de las creenciascorrespondientes al foco interno de control.

    LAS ESTRUCTURAS VALORATIVAS

    Las estructuras valorativas estn constituidas porlos valores propiamente dichos, y por los modosde evaluacin o preferencias valorativas. Los va-lores son condiciones abstractas o estados de co-sas altamente apreciados en una determinada cul-tura. Los modos de evaluacin o preferenciasvalorativas, por su parte, son las reglas emplea-das para evaluar individuos, objetos, situacionesy acciones. Toda relacin social expresa preferen-cias valorativas. Gracias a los modos de evalua-cin o preferencias valorativas, el mismo valorpuede ser percibido de modo distinto en contex-tos culturales diversos. El proceso de evolucincultural permite descubrir nuevas relaciones en-tre valores y hacer reajustes a su jerarquizacin.En la perspectiva de nuestro estudio no hemosprestado atencin a los valores propiamente di-chos. Nos parece poco til en orden a nuestrospropsitos la cuestin acerca del contenido de losvalores, es decir, la pregunta acerca de qu es al-tamente apreciado culturalmente: es perfectamen-te posible que culturas muy diferentes afirmenvalores muy semejantes. Lo realmente decisivoson los modos de evaluacin o preferenciasvalorativas que establecen las relaciones entrevalores y su correspondiente jerarquizacin. Losclsicos de la antropologa cultural solan decirque las culturas difieren ms en el grado o nivelde organizacin y complejidad que en sus conte-nidos. En relacin con las estructuras valorativasse puede afirmar anlogamente, que difieren msen los modos de evaluacin o preferenciasvalorativas que en el contenido de los valores.Los modos de evaluacin o preferencias valo-rativas han sido tipificadas en un conjunto de cin-co dicotomas.a. Afectividad Neutralidad afectiva:Esta dicotoma se refiere a la autodisciplina delsujeto, y concretamente, al modo en que manejalas gratificaciones de sus deseos y necesidadessubjetivos. En el tipo afectividad los actores danprioridad a la satisfaccin de sus deseos y necesi-dades subjetivas persiguiendo la gratificacin in-

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    mediata de los mismos, y prescindiendo de la pon-deracin de las consecuencias a mediano y largoplazo. En el tipo neutralidad afectiva, el actorpondera las consecuencias de su accin en elmediano y largo plazo, inhibe la expresin de sussentimientos e impulsos subjetivos y difiere lasgratificaciones inmediatas en aras de gratificacio-nes futuras, de carcter objetivo.b. Particulartismo Universalismo:Esta dicotoma se refiere al modo en que se eva-lan las situaciones. El particularismo es la pre-ferencia valorativa que prescribe actuar en fun-cin de lealtades particulares. El universalismoes la preferencia valorativa que prescribe actuaren funcin de principios y normas universales yabstractas.c. Adscripcin Desempeo:Esta dicotoma se refiere a los criterios emplea-dos para la valoracin de los actores sociales. Laadscripcin es la preferencia valorativa queprescribe evaluar a los actores en funcin desu posicin social y las relaciones en las queparticipan, es decir, independientemente de losmritos individuales. El desempeo, por suparte, prescribe evaluar a los actores socialesen funcin de sus habilidades, logros y desem-peos individuales.d. Difusividad Especificidad:Esta dicotoma se refiere al modo como los acto-res enfrentan sus roles. La difusividad es la prefe-rencia valorativa que prescribe enfrentar los pro-pios roles actuando como personas totales, sindistinguir espacios, tiempos y contextos (pblicovs. privado, personal vs. profesional, individual vs.colectivo). La especificidad, en cambio, prescri-be el enfrentamiento de los roles en trminos dededicaciones fragmentarias y claramente delimi-tadas, distinguiendo efectivamente espacios, tiem-pos y contextos.e. Orientacin hacia s Orientacin hacia la co-lectividad:Esta dicotoma se refiere a la autodisciplina delsujeto y especialmente a los intereses que se privi-legian en la actuacin social. La orientacion ha-cia s prescribe la atencin prioritaria a los pro-pios intereses, que privan sobre los colectivos. Laorientacin hacia la colectividad establece la prio-ridad de los intereses colectivos (comunitarios,organizacionales, corporativos, polticos) sobre lospropios en contextos pblicos.

    En las sociedades tradicionales con reducidonmero de miembros, economas de subsistenciay estructuras sociales simples que parecen exten-sin de los vnculos naturales de la familia y losgrupos primarios de pertenencia, son claramen-te dominantes los modos de evaluacin o prefe-rencias valorativas de afectividad, particularismo,adscripcin, difusividad y orientacin hacia s.En las sociedades modernas de dimensiones ma-sivas, economas altamente productivas y estruc-turas sociales de creciente complejidad, los es-pacios pblicos o colectivos son creados contrac-tualmente, es decir, no aparecen como prolonga-cin de los espacios privados del parentesco y lapertenencia primaria, sino que estn pautadosinstitucionalmente. En esos mbitos pblicos ocolectivos, es decir, en las instituciones moder-nas son dominantes los modos de evaluacin opreferencias valorativas de neutralidad afectiva,universalismo, desempeo, especificidad y orien-tacin hacia la colectividad. Los modos de eva-luacin o preferencias valorativas de afectividad,particularismo, adscripcin, difusividad y orien-tacin hacia s, no desaparecen de las sociedadesmodernas, sino que en ellas quedan cuidadosa-mente limitados al mbito de la vida privada y losgrupos primarios de pertenencia.

    MODERNIZACIN CULTURALComo hemos indicado, la modernizacin de lacultura venezolana es fundamental para el man-tenimiento y la sostenibilidad de condiciones so-ciales en las que la pobreza material ha sido razo-nablemente superada. Pero hay un conjunto decondiciones mnimas de modernidad:a. El uso de la racionalidad instrumental, del quedepende la consideracin de posibilidades yviabilidades objetivas.b. El establecimiento de una relacin con la natu-raleza centrada en el sometimiento transforma-dor mediante la ciencia y la tecnologa aplicadasa la produccin material.c. El establecimiento de una tica universalista.d. El establecimiento de sistemas de normas abs-tractas que constituyan las reglas de juego de losespacios pblicos (derecho, mercado, etc.).Estas condiciones mnimas de modernidad estnasociadas tanto con un sistema de creencias ca-racterizado por el foco interno de control comopor el establecimiento de los modos de evalua-

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    cin o preferencias valorativas de neutralidadafectiva, universalismo, desempeo, especificidady orientacin hacia la colectividad en los mbitospblicos o colectivos institucionalizados.Conviene tener presente que los dos ltimos si-glos de la historia de Venezuela pueden ser revi-sados en la perspectiva de los reiterados intentosde inducir desde las lites ilustradas o desde elEstado rentista el proceso de modernizacin.El resultado de esos intentos, a fines del s. XX,ciertamente no es una sociedad moderna en elsentido convencional de la expresin, sino otrapreada de tensiones y discontinuidades, edifica-da sobre una matriz cultural hbrida que condi-ciona todos los modos y planos de relacin, alpunto de que los espacios pblicos institucio-nalizados, bajo las apariencias modernas, en rea-lidad funcionan segn la lgica de los modos deevaluacin y preferencias valorativas pre-modernas.Para ejemplificar lo dicho, consideremos la distri-bucin de la poblacin del rea metropolitana deCaracas y la Regin Central del pas1 en relacin aun ndice que mide internalidad o externalidad delfoco de control.

    Tabla No.1 Creencias: Foco de Control

    Poblacin mayor de 18 aos para 1997-98

    Regin Central y Gran Caracas

    Continuum Bipolar

    C. Externo 31,10% 87,70%

    C. Externo Moderado 56,60%

    C. Interno Moderado 11,60% 12,30%

    C. Interno 0,70%

    En la columna de la derecha han sido aadidos losporcentajes para consolidar dos tipos polares. El87,7% de la poblacin presenta creencias que indi-can predominio de foco externo de control decausalidad; apenas 12,3% presentan predominio defoco interno de control. Estos datos indican queprcticamente nueve de cada diez individuos es-tn convencidos de que los cambios en su entornovital responden a causas que escapan de su con-trol. Semejante creencia se traduce en fenmenoscomo el bloqueo de la iniciativa individual, escasa

    motivacin para la participacin en procesos co-lectivos, dificultad para vincular esfuerzos perso-nales con logros, desconocimiento del mrito indi-vidual, creencia en que el mundo es problemtico,complejo, irresoluble e injusto.En el caso de la cultura dominante en la socie-dad venezolana, a la creencia correspondiente alfoco externo de control estn asociadas otrascreencias bsicas acerca de la realidad que re-fuerzan aquella:a. Que la sociedad venezolana es rica por dispo-ner de recursos naturales abundantes.b. Que todo ciudadano tiene derecho a disfrutarde bienestar social independientemente de susprestaciones a la colectividad en trminos de pro-duccin y participacin en la vida colectiva.d. Que la democracia es un medio para alcanzarfines particulares, y no un fin en s mismo en cuan-to forma para resolver del modo ms equitativoposible los conflictos de intereses en una socie-dad de masas pluralista.e. Que el modo de establecer relaciones equitati-vas en la sociedad es la intervencin estatal (de-mocracia intervencionista) y no la accin aut-noma de los actores de la sociedad civil.f. Que el papel del Estado debe caracterizarse porel asistencialismo paternalista y populista, en lu-gar de ser rbitro garante del orden abstracto derelaciones.g. Que a los derechos reconocidos no les corres-ponden como contraparte derechos y obligacio-nes simtricos.Algo semejante sucede con los modos de evalua-cin o preferencias valorativas. Se construy unndice que mide el predominio de modos o prefe-rencias tradicionales y modernas. El cuadro 2presenta la distribucin de la poblacin del reametropolitana de Caracas y la Regin Central delpas en relacin a dicho ndice:

    Tabla No.2 Modos Valorativos

    Poblacin mayor de 18 aos para 1997-98

    Regin Central y Gran Caracas

    Continuum Bipolar

    Moderno 0,40%

    Moderno Moderado 13,40% 13,80%

  • Es llamativo que apenas el 0,4% de la poblacinmanifiesta preferencias valorativas modernas.Cuando se agrupan los porcentajes en dos cate-goras polares, encontramos porcentajes semejan-tes a los relativos a creencias: el 86,2% manifies-ta preferencias valorativas dominantemente tra-dicionales y slo 13,8% modernas.El cuadro 3 pretende la construccin de unatipologa a partir de las evidencias sobre creen-cias y preferencias valorativas. Evidentementehay una asociacin consistente entre preferenciasvalorativas tradicionales y foco externo de con-trol. Casi ocho de cada diez individuos (78,5%),que convencionalmente denominamos fatalis-tas, presentan predomino de la creencia en laexternalidad del control y preferencias valorativastradicionales. Este grupo representa al ampliosector de la poblacin que padece severos obst-culos culturales para acceder a la modernidad, ycon ella, hacer viables y sostenibles conductas enla direccin de superacin de la pobreza. El 8,8%de la poblacin, que denominamos eclcticospresentan predominio de la creencia en laexternalidad del control, pero preferenciasvalorativas modernas. Un porcentaje semejante,el 7,3%, ha sido denominado familistas, y estconstitudo por individuos con predominio deinternalidad del control y preferencias valorativastradicionales. Finalmente, slo el 5,5%, a quie-nes aqu se denomina racionalistas, cuentan conlos pre-requisitos culturales de la modernidad:internalidad de control y preferencias valorativasmodernas.

    El cuadro 4 muestra cmo se distribuyen estoscuatro tipos culturales por estatos socio-econ-micos. Al menos dos aspectos son llamativos: losporcentajes de fatalistas (externalidad del con-trol y preferencias valorativas tradicionales) seincrementan a medida que se desciende en la es-tratificacin social, en tanto que sucede precisa-mente lo inverso con los porcentajes de racio-nalistas; por otra parte, no debe pasar inadver-tido el elevado porcentaje de fatalistas, casi lamitad (47,3%) en el estrato alto. Este dato indicala notable extensin de los obstculos culturalesa la modernizacin, incluso entre los sectores no-pobres de la sociedad.

    Tabla No.3 Tipologa General:

    Creencias y Modos Valorativos

    Poblacin Mayor de 18 aos para 1997-98.

    Regin Central y Gran Caracas

    Creencias: Foco de Control

    Modos

    Valorativos Control Externo Control Interno

    Tradicional 78,50% 7,30%

    (Fatalistas) (Familistas)

    Moderno 8,80% 5,50%

    (Eclcticos) (Racionalistas)

    Fuente Encuesta Determinantes Culturales,1997-98

    Clculos Propios.

    Tabla No.4 Tipologa por estratos Socioeconomicos. Poblacin Mayor de 18 aos para 1997-98.

    Regin Central y Gran Caracas

    Tipos Culturales

    Estratos Fatalistas Eclecticos Familistas Racionalistas Total

    Alta 47,34 14,66 11,56 26,44 4,1

    Media 63,16 11,14 12,78 12,92 17,8

    Baja 78,48 9,72 7,79 4,01 33,9

    Pobre 86,73 7,12 4,13 2,02 34,2

    Pobreza Extrema 90,42 4,67 4,73 0,19 10

    Total 78,5 8,78 7,27 5,45 100

    Fuente Encuesta Determinantes Culturales,1997-98

    Clculos Propios.

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    Un ltimo dato: el cuadro 5 presenta la distribu-cin de dos variables cruzadas. Por un lado, laautopercepcin -cmo se percibe el sujeto- y porotro la alterpercepcin -cmo percibe al prome-dio de los dems individuos-. Aparecen cuatrotipos: en primer lugar, el tipo adaptativo moder-no, integrado por individuos que se auto-perci-ben como modernos y perciben tambin comomoderno al promedio de los dems miembros dela sociedad; este tipo agrupa al 40% de los indivi-duos. Ntese la disonancia de estas percepcionescuando se comparan con los datos de los cuadrosanteriores. El segundo tipo en relevancia cuanti-tativa, es el llamado desarraigado que alcanzaal 30% de los individuos y que est integrado poraqullos que se auto-perciben como modernospero que piensan que el promedio de los demsindividuos es tradicional. El tipo denominadoadaptativo tradicional rene al 19% de los indi-viduos que se perciben tradicionales y percibenal resto de modo semejante. Finalmente, el tipoms reducido, los alienados que se considerantradicionales en medio de una sociedad a la queperciben como moderna.

    INTERVENCIONES DIRIGIDASAL CAMBIO CULTURAL MODERNIZADOREl motor fundamental del proceso modernizadorde la cultura dominante en Venezuela no puedeser un agente externo, sino las expectativas y de-mandas de libertad, igualdad -los dos componen-tes del proyecto democrtico occidental- y equi-dad que son una constante histrica y tienen cuer-po en el momento actual: esas expectativas y de-mandas no son viables sino a travs de la moder-nizacin cultural.

    El reiterado fracaso histrico en el logro de lasexpectativas y demandas de libertad, igualdad yequidad ha generado un desencanto que hace in-verosmil la factibilidad del proceso y que refuerzala creencia en la externalidad del control sobre larealidad. Este hecho impone como condicin lacreacin o consolidacin y mantenimiento deexperiencias exitosas de modernizacin que evi-dencien la posibilidad del proceso, lleguen a sersocialmente visibles y puedan ser consideradaspor la colectividad como logros propios.En el intento de hacer socialmente visibles lasexperiencias exitosas de modernizacin es preci-so modificar el estilo propio de los gobiernos ve-nezolanos: lo que debe hacerse socialmente vi-sible no son obras materiales, sino experienciasculturales, institucionales, organizativas, ciuda-danas; deben ser presentadas como experienciasculminadas y no como promesas o proyectos fu-turos; y debe evidenciarse que su protagonista esla colectividad y no el gobernante o algn indivi-duo particular.Las intervenciones dirigidas al cambio culturalmodernizador tendran que crear y rescatar ins-tituciones -espacios pblicos- en las que los mo-dos de valoracin o preferencias valorativas secaracterizaran por la neutralidad afectiva, el uni-versalismo, el desempeo, la especificidad y laorientacin hacia la colectividad.El cambio modernizador de la cultura dominanteen la sociedad venezolana, evidentemente, impli-ca un proceso educativo. Ahora bien, de ningnmodo debe pensarse que ese proceso educativoconsiste en la asimilacin o aprendizaje de deter-minados contenidos. Dicho provocativamente,no se trata de ensear valores. De lo que setrata es de establecer una tica universalista yde construir rdenes abstractos de relacionessociales.Toda la enseanza de contenidos es perfecta-mente intil si los individuos no quedan inclui-dos en espacios institucionales que funcionanen trminos de una tica universalista y unorden abstracto de relaciones. Lo decisivo noes lo que se ensee sino cmo se ensee.Lo que est en juego no son unos valores nue-vos, sino el modo de percibir los valores, sujerarquizacin en los distintos espacios -priva-do y pblico o colectivo- y las estrategias dedecisin en cada mbito.

    Tabla No.5 Autopercepcin y Alterpercepcin

    Poblacin Mayor de 18 aos para 1997-98.

    Regin Central y Gran Caracas

    Alterpercepcin

    Autopercepcin Tradicional Moderno

    Tradicional 19,00% 11,00%

    (Adapt. Tradicional) (Alienados)

    Moderno 30,00% 40,00%

    (Desarraigados) (Adapt. Moderna)

    Fuente Encuesta Determinantes Culturales,1997-98

    Clculos Propios.