feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios...

60
FEIJOO Y LA CRISIS DEL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL EN EL SIGLO XVIII i. EL PADRE FEIJÓO Y SU TIEMPO. Cuando en nuestros tiempos de escolar nos servía de guía y oráculo para nuestras lecturas el inventario que hizo Menéndez y Pelayo de la "ciencia española", ya advertimos con extrañeza el singular corte que las fechas de edición mostraban en nuestra literatura po- lítica hacia fines del siglo xvn y comienzos del XVIII. Aquel rico caudal del pensamiento español, que con razón enorgullecía al ilustre polígrafo, disminuía pri- mero su volumen y se secaba después, corno si durante treinta o cuarenta años se hubieran cegado las fuen- tes del ingenio hispánico. La lectura o la glosa de las Universidades no era ya digna, por lo visto, de cua- jarse en la letra impresa, y aquellos otros escritos li- bres y un tanto farragosos del barroco español habían dejado de lucir la gracia de sus "empresas" c "blaso- nes". Los pintorescos vejámenes en que se celebraba a los doctorandos y los memoriales y representaciones en que se hacen presentes a Su 'Majestad los males del reino son el triste resumen de la obra de las aulas y de los ingenios políticos de la época. Nada más expresivo que la legislación sobre im-

Upload: others

Post on 16-Apr-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJOO Y LA CRISISDEL PENSAMIENTO POLÍTICOESPAÑOL EN EL SIGLO XVIII

i. EL PADRE FEIJÓO Y SU TIEMPO.

Cuando en nuestros tiempos de escolar nos servíade guía y oráculo para nuestras lecturas el inventarioque hizo Menéndez y Pelayo de la "ciencia española",ya advertimos con extrañeza el singular corte que lasfechas de edición mostraban en nuestra literatura po-lítica hacia fines del siglo xvn y comienzos del XVIII.

Aquel rico caudal del pensamiento español, que conrazón enorgullecía al ilustre polígrafo, disminuía pri-mero su volumen y se secaba después, corno si durantetreinta o cuarenta años se hubieran cegado las fuen-tes del ingenio hispánico. La lectura o la glosa de lasUniversidades no era ya digna, por lo visto, de cua-jarse en la letra impresa, y aquellos otros escritos li-bres y un tanto farragosos del barroco español habíandejado de lucir la gracia de sus "empresas" c "blaso-nes". Los pintorescos vejámenes en que se celebraba alos doctorandos y los memoriales y representaciones enque se hacen presentes a Su 'Majestad los males delreino son el triste resumen de la obra de las aulas y delos ingenios políticos de la época.

Nada más expresivo que la legislación sobre im-

Page 2: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

presiones y las razones en que los reyes fundan susdecretos para seguir la curva de este descenso. Feli-pe IV, en 1627, ha de disponer que "se ponga particu-lar cuidado en no dejar que se impriman libros no ne-cesarios o convenientes, ni de materias que deban opuedan excusarse, o no importe su lectura, pues yahay demasiada abundancia de ellos y es bien que sedetenga la mano y que no salga ni ocupe io superfluoy de que no se espere fruto y provecho común"; loslibros sobran y abruman hasta sugerir esta peregrinaidea de una censura de su calidad y provecho. En 1762,Carlos III ha de imaginar, por el contrario, toda clasede arbitrios para "fomentar y adelantar el comerciode los libros de estos reinos", recurriendo, entre otrasmedidas extremas, a la limitación de los privilegios yal levantamiento de las tasas que regían desde los tiem-pos del Rey prudente (1). El testimonio de Semperey Guarinos no puede desecharse, aun reconociendo loque hay en él de intento de adular al monarca enton-ces reinante: "Luego ^-dice— que esta nación fuertey gloriosa fue declinando de aquel punto de su gran-deza, a que la había elevado la prudencia de sus reyes,se vio también ir eclipsando el brillo de su instruccióny literatura, de suerte que a principios de este sigloapenas le quedaba más que una confusa memoria delo que había sido" (2).

El lector que tenga conocimiento de las polémicasen que va envuelto el estudio de Feijóo creerá que conesta presentación nos afiliamos entre aquellos que re-

(1) Novísima recopilación, libro VIII, tít. XVI, leyes IX y sigs.(2) Sempere y Guarinos, Ensayo de una Biblioteca española de los

mejores escritores del reinado de Carlos III, 1785, Imprenta Real, vol. I,pág. 2. . . ;

Page 3: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

saltan la figura del benedictino sobre un fondo de "ig-norancia, barbarie y fanatismos". Nada más lejos denuestro ánimo. Creemos con el maestro santanderinoque Feijóo no estaba solo y que España no se hallabacuando comenzó a escribir en aquel "misérrimo esta-do", que ponderan los fanáticos defensores del monjegallego. Feijóo, en el mundo de los cultos, fue unoentre muchos, aunque quizá el capitán y el pionero, yen cuanto al "vulgo" ignorante y supersticioso, sobrecuya densidad se especula con el testimonio de la obradel benedictino, téngase en cuenta que si en España seprestaba fácil credulidad a falsos portentos sobrenatu-rales, en Francia, luz del siglo, no había inconvenienteen dar estado oficial y fijar el protocolo de milagroshumanos, si quien pretendía realizarlos era la testacoronada y casi divinizada de Luis XIV (3). Por lodemás, escritor tan poco sospechoso como D. Vicentela Fuente no tuvo empacho en pintar el tiempo que aFeijóo le tocó vivir como "una época de transición,decadencia y mal gusto", en que el país vivía en unestado de "atraso y postración" (4), y en nuestros días,J. M. Cossío, en polémica con las afirmaciones de Me-néndez y Pelayo, cree que en definitiva hay que llegara la conclusión de que los últimos años del siglo xvny primeros decenios del XVIII representan "el bachemás profundo de la progresión de la vida social y deladelantamiento intelectual españoles" (5).

(3) Véase, en el mismo Feijóo, Cartas eruditas, I, 25.(4) En el prólogo a las Obras escogidas del Padre Fray Benito

Jerónimo Feijóo y Montenegro, 1863, en Biblioteca de Autores Españo-les, vol. 56, pág. VII.

(5) J. M. Cossío, "Introducción a la lectura del Padre Feijóo", enEscorial, núm. 4, pág. 199. Sobre este mismo punto polemizó con Me-néndez y Pelayo la Condesa de Pardo Bazán en "Feijóo y su siglo", en

75

Page 4: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

1 UIS SÁNCHEZ AÜESTA

Y tal es nuestra opinión. Si en rigor no puede ha-blarse de un "misérrimo estado" de la cultura espa-ñola de la época, sí es justo señalar este prolongado"bache" que se extiende, aproximadamente, desde lasegunda mitad del reinado de Carlos II hasta bienavanzado el de Felipe V. Y aceptarlo así no sólo co-rresponde a la apreciación de un hecho que se percibeen todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos),sino que al mismo tiempo nos permite explicar la evo-lución del pensamiento político español. Por lo demás,el fenómeno tiene sobradas causas históricas para quepueda extrañarnos; más bien lo inexplicable sería queen tales fechas hubiera lucido el ingenio español. Y a

• quien lo dude bástele observar que el mismo Feijóo,con plena madurez de sus dotes intelectuales, viviógran parte de ese bache histórico en recogido silencio,que no quebró hasta que las condiciones políticas sehicieron más propicias a la labor literaria y científica,a los cincuenta años de su vida. Recordemos sólo lavergonzosa inepcia de los últimos años del reinado deCarlos II, con sus historias de hechizos reales y ende-moniados al servicio de los partidos, los intentos de re-partir la Monarquía española, la larga Guerra de Su-cesión, con perfiles de guerra civil, y hasta el cambiode dinastía que tanto había de influir en las costumbresy el espíritu de la época, abriendo una crisis de todaslas valoraciones. No es azar que los ingenios más dis-tinguidos de la época inmediata sean críticos o refor-madores, sin entrar aquí a discutir el valor de las^nue-vas ideas que aportan. Recuérdese a IVillarroel, a Lu-

Obras completas, vol. IX ("De mi tierra"); véase, en especial, pági-nas 149-160.

74

Page 5: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FE1JÓ0 Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

zán, a Isla, a Feijóo mismo, y, hasta en fecha un pocotardía, a Jovellanos y Moratín.

En realidad, más que de ausencia cabría quizás ha-blar de silencio expectante. Y ese silencio no iba a serinfecundo para el pensamiento español. Como de unameditación en el retiro, vendrá el nuevo siglo con unriguroso examen de conciencia y un nuevo horizontede problemas y fórmulas. Yo no digo con ello que loque los españoles pensaran después fuera más hondoo más original; más bien tengo para mí lo contrario.Pero sí que tuvieron el valor de percibir que determi-nados temas habían dado ya de sí todo su jugo y vol-vieron los ojos hacia nuevos problemas y hacia nuevasfórmulas de entenderlos. La idea más genial puede tor-narse ridicula si dos siglos se empeñan en insistir sobreella, alambicándola, sutilizándola y haciendo toda cla-se de juegos malabares del pensamiento sin salir delmismo tema. Obras cada vez más flojas de fondo yde forma venían girando con tonta insistencia alre-dedor de las mismas ideas matrices del pensamientoespañol del xvi, sin añadirles un tilde de profundidadni brillantez, ya porque el pozo hubiera perdido aquelrico venero, ya porque los canjilones estuvieran tandeteriorados que más bien perdían el agua que carga-ron en la vuelta del siglo precedente. Puesto el pen-samiento español en el trance de consunción o renova-ción, claro está que al orientarse necesariamente haciaesta última había de recibir la influencia de cuantoestaba en el ambiente como consecuencia de la nuevasituación política. Esto explica el giro cada vez másacentuado hacia las ideas francesas que culmina enla explosión de principios del xix. Feijóo está en estecurso del pensamiento; pero no como se le concibe ha-

75

Page 6: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

bitualmente, nadando sin reservas a favor de la co-rriente. Es, sin duda, un pensador crucial, como corres-pondía a su época, un pensador que separa dos tiem-pos y que tiene por ello huellas del pasado y anunciosde lo venidero. Como crítico va a sacar el debe y haberpara llevarlos a cuenta nueva; ésta es, desde luego, unade sus significaciones fundamentales. Pero hay otraque ordinariamente se pierde y que es aun más tras-cendente: Feijóo va a intentar esta renovación sin se-pararse de las matrices del pensamiento español. Estoes lo que le distingue de los enciclopedistas que apa-recen como herederos suyos, pero que más bien le arro-llaron y desvirtuaron. Y para ello hay muchas razo-nes, aunque quizá puedan parecer ingenuas las mássimples y poderosas. Feijóo, en primer lugar, no hasido contemporáneo, sino en época muy tardía de suvida, de los genuinos enciclopedistas franceses (el cé-nit de Voltaire, Montesquieu y Rousseau es hacia me-diados del xvni, cuando Feijóo ha publicado ya todosu Teatro critico); Feijóo no admira a Francia, másbien se previene frente a ella, para dar toda su devo-ción a la cultura y el pensamiento inglés (6); Feijóo,

(6) Véase Feijóo, Cartas eruditas, IV, 13. Es curioso advertir queesta anglofilia de Feijóo es una constante de su pensamiento que apa-rece ya en sus primeros escritos; así, en su Teatro crítico, II, 15, y, engeneral, en toda su obra por la reiteración de sus referencias a autoreso doctrinas inglesas. Quiza sea exagerado hablar de una francofobia deFeijóo a la vista de su admiración por Descartes y otros pensadoresfranceses cuyo estudio recomienda (Cartas eruditas, II, 14), junto conel de la lengua francesa (Cartas eruditas, V, 25 y 26), pero es indiscuti-ble que no vaciló en atacar con crudeza personajes e instituciones galosen términos que incluso podían despertar recelos a sus contemporáneos.Un corresponsal de Feijóo, con ocasión de una de las "cartas eruditas"en que da rienda suelta a estos sentimientos, le previene que "los fran-ceses (residentes en Madrid) se quejan amargamente" (Cartas eruditasde D. Agustín de Hordeñana y del Rdo. P. Feijóo, Manuscrito de la

76

Page 7: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

por último, tenía una fe sincera y la solidísima forma-ción religiosa que sus hábitos y sus largos años de ma-gisterio teológico permitirían suponer, si no tuviéra-mos el testimonio de su propia obra (7).

Por eso Feijóo no debe interesarnos sólo en el cua-dro de su tiempo, sino también por lo que pueda apor-tar a la configuración del nuestro. Porque la épocaque se abre con Feijóo no es sólo la del 'siglo xvm,sino también la del xix y el xx. Si esa época ha ter-minado ya, es un hecho tan de nuestros días ese finalde un período histórico que carecemos de perspectivahistórica para enjuiciarlo con certeza e imparcialidad.De la influencia de Feijóo en las ideas y en las re-formas del siglo XVIII hablaremos después con más de-tenimiento, aunque creemos que no costará al lectorgran trabajo aceptarlo como hipótesis provisional. Loque sí extrañará más es esa ilación hasta nuestros días,porque estamos un poco acostumbrados a pensar lossiglos como compartimientos estancos a favor de cier-tos hechos históricos (guerra de la Independencia, no-venta y ocho), cuya influencia desde luego no cabe des-conocer. Bastará, sin embargo, hacer notar al lectorla viveza apasionada con que las generaciones poste-riores han reaccionado frente al benedictino, en unainterminable polémica que llega hasta nuestros días,para tener por cierta esta continuidad y actualidad desu espíritu (8).

Biblioteca Nacional, sig. 1715, folios 5 vuelto y/8). Feijóo dedicó unode sus discursos a analizar las causas de la antipatía entre franceses yespañoles (Teatro crítico, II, 9).

(7) Véase la nota 41.(8) Frecuentemente se ha relacionado a Feijóo con generaciones

muy posteriores a su tiempo. Así, Morayra (El Padre Feijóo y sus obras,Sempere, Valencia, pág. 230) le encuentra notable parecido con los cons-

77

Page 8: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

1UIS SÁNCHEZ AGESTA

2. LA DIVISORIA DE DOS ÉPOCAS.

Para desengaño de errores comunes escribió Fei-jóo, según reza el título de cada uno de sus volúmenes.Y debemos reconocer que esta expresión llana y unpoco pedestre responde efectivamente al propósito delos primeros escritos políticos de Feijóo y se mantienea lo largo de toda su obra, incluso en las Cartas eru-ditas, como una especie de tónica general. Lo que élcombate en el campo político y el cómo lo combate nodiscrepa gran cosa del propósito y la técnica con quearremete su empresa en otras materias .Y por estatarea de desengañar el error aparece Feijóo vinculadoal siglo precedente. Su materia son creencias políti-cas de ese siglo que Feijóo considera dignas de serincluidas en ese índice de los errores comunes con queamonesta a sus'contemporáneos.

Pero al mismo tiempo descubrimos en Feijóo unasegunda significación que rebasa ese propósito inicial.No me refiero sólo a los escritos últimos de Feijóo enque salta de la "teórica" a, la "práctica", para propo-ner medidas concretas de gobierno o propugnar orien-taciones políticas, que muchas veces inspiraron inclu-so la política de los monarcas o de sus ministros, sinoa ese otro matiz menos perceptible en que, rebasandosu propósito de combatir y desterrar los errores co-

tituyentes de Cádiz, y Entrambasaguas (P. Jerónimo Feijóo, Antolo-gía, 1942, Mol. I, pág. 25) insiste en el mismo juicio, que a la verdad noes muy afortunado. Pardo Bazán y Concepción Arenal lo consideran deviva actualidad en la España critica que va desde Isabel II a la Restau-ración, y hombres de la generación del 98, o emparentados con ella, ,1ohan» estudiado con amor de hijos espirituales del benedictino; entreotros, Azorín y Gregorio Marañón. (Véase la nota 41.)

78

Page 9: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESP/VÑOL

muñes, le vemos afrontar con cierta extensión, origi-nalidad y gracia un problema, trazando sobre las mis-mas líneas en que enjuicia el pasado perspectivas haciael futuro. Necesariamente, de esta otra significaciónde su obra deriva que Féijóo haya de ser interpretadoeomo el hito en que la literatura política toma unanueva dirección. Por su naturaleza crítica habrá, sí,que comprenderlo en función del pensamiento anteriorque critica, pero esa misma actitud nos dice que si suobra fue eficaz (y sabemos que efectivamente lo fue),habrá que entenderla como el último capítulo de unaépoca y el primero de la siguiente. Y ese carácter dedivisoria entre dos vertientes está manifiesto en sus te-mas y hasta en su misma forma de tratarlos. Feijóomismo, que tiene conciencia plena de esta naturalezacrucial de su obra, hace el epitafio de toda la litera-tura política precedente, proclamando su inutilidadpráctica y la vacuidad de su concepción (9).

Toda la literatura política del siglo xvn y hastaparte no pequeña de la del xvi había tenido un expresointento pedagógico. Basta hojear sus títulos o sus de-dicatorias para advertir este destino de sus enseñan-zas. Son libros para el príncipe o sus ministros, escri-tas unas veces de propio encargo para su formación,otras con un propósito oficioso y cortesano y algunavez como un mero pretexto retórico, pero siempre fie-les a lo que era una especie de canon literario de laépoca. Alguna vez se ha observado que falta entre estosescritores políticos del xvu, o cuando menos escasea,la obra del profesor que da forma escrita y sistemá-tica a sus enseñanzas y la del pensador que con ma-

(9)) Feijóo, Teatro crítico, V, 10.

Page 10: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SANdlEZ AGESTA

yor o menor valor teórico, práctico o utópico proyec-ta su pensamiento sobre una realidad para determi-narla. Es decir, están ausentes de esta tarea del xvnel pensamiento especulativo y el conocimiento teóricoy sólo hace acto de presencia el pedagógico moral. Fei-jóo se cruzará en este camino señalando la vacuidaddel propósito. Tales libres "hacen políticos de corrillo,no de gabinete. Sirven" para hablar, no para obrar.Sólo enseñan unas reglas generales que cualquier hom-bre de buen entendimiento alcanza a verlas sin el li-bro." Y fuera acaso (que no lo creemos así), fueraefecto del ambiente histórico, o fuera consecuencia deesta crítica de Feijóo, ya no volverá a aparecer estegénero en la literatura española, si no es como unacuriosidad arcaizante o erudita. Feijóo ha sellado latumba de todo un estilo literario de pensamiento polí-tico. Después de Feijóo ya no encontramos más "avi-sos", "emblemas" ni "blasones"; antes bien, el pensa-miento político se expresará en la nueva forma queFeijóo ha acuñado y hasta a veces con sus propiostítulos: Cartas, discursos (10).

Feijóo con ello ha dado una nueva fórmula, sen-cilla en la palabra, directa y natural en el párrafo,asistemática, pero ordenada y monográfica en la com-posición; amena y original en la exposición, de lo que

(10) Este título de 'Cartas" se hace una rúbrica común en la lite-ratura de la época, tuvieran o no las composiciones que se cubrían coneste nombre verdadero carácter epistolar. Conocidísimas son las "Cartas"de Cabarrús y Campomanes, y el mismo Jovellanos no es ajeno a estafórmula de composición literaria, aunque a veces prefiera el equiva-lente más humanista, pero descentrado de la época, de la "epístola", quetambién utiliza Moratin. El término "Discurso", aunque es también unatitulación característica de la época, responde otras veces, como los de"Memoria" o "Informe", al hecho real de que-el texto se escribió paraser pronunciado en alguna de las sociedades o academias del xvni.

So

Page 11: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJOO Y EL PENSAMIENTO POUTICO ESPAÑOC

va a ser uno de los módulos de expresión dei pensa-miento político hasta nuestros días. Más claro, Feijóoha fijado el ensayo como nueva forma literaria de ex-presión política. Quien recuerde el estilo neo-escolásticode nuestros teólogos del Siglo de Oro y la fórmulabarroca del xvu advertirá el profundo giro que Fei-jóo ha impreso en la composición del pensamiento po-lítico. Con ello ha acuñado una de las formas de estiloque son hoy todavía canon del pensamiento. La otra,habitual en nuestros días a lo que se denomina pen-samiento científico, el sistema, aunque tiene ya su cla-ve en los tratados de iustitia et ture de nuestros clási-cos, va también a revivir en ese siglo xvm, "crítico,sistemático y fenoménico". El ejemplo más caracterís-tico es la obra de Pérez Valiente, admirador de Fei-jco ( n ) , que pensó escribir un "Teatro político" yacabó ordenando sus ideas en un "Apparatus", en unsistema.

Pero no sólo importa para comprender este carác-ter crucial de Feijóo esta nueva fórmula de composi-ción del pensamiento, sino el balance de ¡temas con queel benedictino va separando las dos épocas. Como de-cíamos, hay en él la huella del pasado y el anuncio delo'venidero. Del pasado hay en él, por ejemplo, el temade Maquiavelo. Y lo recogemos especialmente comoejemplo por lo que tiene de significativo para esta in-terpretación el que su juicio sea el definitivo cierre deun problema. Y esto es así, no porque lo agote con laprofundidad y extensión de su estudio (ni siquiera,según nos confiesa, ha leído el original), sino sencilla-

. (i i) Pérez Valiente, Apparatus iuris publici hispanici, 1751, véaseel prólogo.

6 8 l

Page 12: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

mente porque le da el espíritu de un tiempo nuevo, des-haciéndolo al darle una proporción humana que lo dejainhábil para ser tratado en muchas decenas de años.Otras veces, Feijóo da a los problemas una dimensiónnueva que transforma totalmente sus términos. Tal,por ejemplo, el tema de la tiranía que se enlaza a ladiscusión del heroísmo y del príncipe conquistador.

Junto a éstos aparecen ya los temas genuinos dela nueva época y en éstos sorprende la actualidad desu pensamiento. Esos temas son todavía nuestros te-mas. Basta simplemente enumerarlos. Uno de ellos,imperialismo y pacifismo; otro, tomado del siglo ante-rior (de Saavedra), pero transformado y vuelto pro-féticamente hacia el futuro, nacionalismo. Y si éstosno bastan, cuéntense sus temas políticos económicos (laley agraria del xvm, la desamortización del xix, lareforma agraria del xx) y su polémica en pro del enal-tecimiento del trabajo. Y un último, central en toda suobra: decadencia de España.

He aquí algunos de los temas que Feijóo pone encirculación para dos siglos. Ya no nos extrañará laviveza apasionada con que se le discute y nos será fá-cil aceptar esa actualidad de su pensamiento.

3. LA RAZÓN CRÍTICA.

El pensamiento político de Feijóo representa unamanera propia enteramente vinculada a su idiosincra-sia personal y al carácter de toda su obra. Habrá quizáfragmentos en que rinda tributo a los cánones de laliteratura política de los siglos precedentes, pero su in-tención dominante está vinculada a la tarea que anun-

82

Page 13: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

cia el título de su obra más conocida: Teatro críticouniversal, crítica varia que salta de unos a otros cam-pos del saber, que entra y sale en todos los temas sinun método riguroso, pero con un propósito claro. Aho-ra bien, lo que nos interesa en esta manera de hacer,desde un punto de vista histórico y para explicar elviento polémico que levantaron sus escritos, no es estavaria y casi caprichosa selección de temas, que res-ponde todavía en mucho al espíritu del barroco (sobretodo en los títulos de sus primeros discursos, apreta-dos como "empresas" o "lemas"), sino el espíritu crí-tico de depuración y liquidación de que están ani-mados.

Si valoración es crítica, es claro que la crítica po-lítica era género no ya conocido, sino corriente en elpensamiento político español. Por su misma tendenciaética estudiaba cada institución dándonos su medidadesde un horizonte de valoraciones trascendentales yen el mismo campo de la política histórica, en la va-loración de hechos o de instituciones concretas, todauna escuela que tiene por maestros a Quevedo y Gra-cián había trazado con pluma llena de ironía, y aveces hasta de sarcasmo, un camino real para la crí-tica, abierto con el hacha y el fuego de la sátira. Encierto sentido podría parecer que Feijóo se limita arecorrer este mismo camino, pero en su estilo mismoadvertimos ya que hay algo nuevo y trascendente. Aunsiendo, como se ha observado (12), una de sus fun-

(12) Concepción Arenal ("Juicio critico de las obras de Feijóo", enRevista de España, tomo LV, 1877, pág. 115) enjuicia muy agudamenteel estilo del benedictino: "En los escritos como en las personas —dice—hay diferentes géneros de belleza; la del estilo de Feijóo viene princi-palmente de la energía, y no es que le falte gracia, pompa y galanura,no; es abundante y armonioso; pero su carácter distintivo es la fuerza:

83

Page 14: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

damentales características el vigor dialéctico, tiene unno sé qué de enseñanza, de corrección y doctrina quele separa netamente de la acritud burlona de la sátira.

Y es que Feijóo está realizando un nuevo estilo depensamiento político: la crítica. Estilo en cierta ma-nera coherente con su idiosincrasia de hombre estu-dioso y retirado de la vida activa, de espectador re-flexivo del pensamiento y el obrar ajenos, y con el ca-rácter de su tiempo, abrasado con la fiebre de liqui-dación y renovación que entrañaba el cambio dinástico.A ello se unen una serie de circunstancias que permi-ten transformar la sátira, que era un juego audaz conlo ilícito, en crítica como función pública aprobada.Circunstancias, unas personales, como su prestigio cre-ciente, y el afecto de la familia real, que le permitendar a su voz inflexiones de consejo o de magisterioque corrige o advierte errores; otras políticas, el cam-bio mismo de dinastía, que permite destacar los viciosde la vida española de los siglos anteriores y hasta losdel presente, si en cierta manera se pueden considerarcomo consecuencias de la etapa que le precedió.

Feijóo mismo nos dice que esta crítica es novedadde su tiempo. "Cincuenta años ua, y aun menos, queni aun en las más cultas asambleas se oían las vocesde crítica, sistema, fenómeno, y hoy están atestadoslos pueblos de críticos, sistemáticos y fenoménicos."Pero novedad extendida con tanta bulla y profusiónque la España del 1740 está ya "hirviendo de críticos"y "desdichada la madre que no tiene algún hijo crí-tico". El racionalismo bajo esta fórmula de la razón

cortado, conciso, sentencioso, pone en relieve el pensamiento con los,claroscuros de la espontánea antítesis, medio eficaz de persuasión..."De persuasión, esto es, de consejo o enseñanza.

84

Page 15: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÍíOl.

censora del rigor, discriminadora de la verdad, impla-cable disecadora de toda ingenuidad o espontaneidademocional que se aparte de sus severos cánones, se haabierto amplio camino del brazo de esa otra fórmulade la razón unificadora que es el sistema. Los espa-ñoles, con Feijóo, han abandonado la divagación ima-ginativa y sensitiva del barroco para hacerse siste-máticos y críticos, y. hasta han adquirido el gusto poresa otra racionalidad positiva de los hechos, haciéndose''fenoménicos", como dice con cierta gracia Feijóo (13).

Con tanta prisa se han hecho críticos, que ni aunhan tenido tiempo para entender lo que la crítica sea.Un corresponsal del P. Feijóo interesa de éste una acla-ración sobre este tema, pues a muchos oyó hablar delarte crítico y de reglas críticas, y preguntando a lostales qué arte o reglas eran ésas, no hubo uno que lesatisficiera en esta cuestión. Feijóo recuerda a su co-'rresponsal que es moda hablar cada uno de lo que noentiende. Pero, al parecer, no era tan fácil de enten-der ese arte, pues Feijóo mismo empieza confesándo-nos que, si se habla con propiedad, no hay arte críticani reglas de ese arte.

Burla burlando, nos da Feijóo unas cuantas ideasde lo que entiende por crítica y de las condiciones conque se ha de realizar. La crítica es "juicio recto de loque se debe afirmar, negar o dudar en una materia",y como tal no depende de reglas, sino de un buen usode la razón natural y el entendimiento. No es la crí-tica, sino el crítico, lo que interesa al P. Feijóo. Conlas solas reglas de la crítica no habrá buen crítico;no porque esas reglas en sí no sean justas e idóneas,

(13) Cartas eruditos, II, 18.

85

Page 16: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

sino porque no son otras que las que naturalmente per-cibe todo mediano entendimiento. Si falta el ingenio,aun sabidas las reglas de la crítica, se ceñirán o seextenderán indebidamente. Nunca dará los puntos jus-tos o afinados "quien no tuviere aquella perspicacianativa que yo llamo tino intelectual, por más presentesque tenga en la memoria las reglas de la crítica".

Pero las prendas intelectuales, ese tino y sano en-tendimiento que se apoya simplemente en la razón na-tural, no son bastantes para formar el crítico. Hacenfalta también prendas morales de la voluntad. Y entreellas, dos que interesan sobre todo a Feijóo y que nosayudan a comprender su temperamento: sinceridad ymagnanimidad. Por la primera el escritor ha de escri-bir lo que siente, aunque hiera o contradiga la opiniónde su patria, partido o comunidad; por la segunda hade desafiar la opinión del vulgo, no temiendo estrellar-se en polémicas y censuras de los que apoyan las opi-niones comunes.

Estas des cualificaciones no están por un azar ce-rrando lo que Feijóo pensaba de la crítica, sino queson como el coronamiento y síntesis de lo que el bene-dictino aprendió en la experiencia de su vida. F,n ellas'se trasluce un amargado filo defensivo, que es casicomo una confesión general al fin de su obra. Que elcrítico escriba lo que siente, aunque contradiga la opi-nión de su patria, partido o comunidad; que desafíela opinión del vulgo sin temer estrellarse en las polé-micas y censuras de los que apoyan las opiniones co-munes. Esto lo pudo escribir Feijóo en cabeza de suobra, y efectivamente lo escribió (14), y fue entonces

(14) Teatro critico, I, i.

86

Page 17: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

algo así como un programa o una intencón; pero tam-bién lo pudo escribir, y también efectivamente lo hizo,al fin de su carrera, y entonces no sólo expresa la fide-lidad a aquel propósito, sino el balance melancólico deuna vida. La crítica, y Feijóo advierte claramente quecon estas cualiñcaciones está casi haciendo su biogra-fía y su excusa, debe poseer estas dos cualidades, por-que sólo así puede cumplir su misión cultural, socialy nacional. Que no es otra que sacudir la inercia delerror y arrancar su cizaña, aunque tenga hincadas sus .raíces no sólo en la temible opinión del vulgo, sino enla tierra obcecada de los intereses de partido, comu-nidad o patria. Nada vale la rectitud del juicio, que essu base intelectual, si no va acompañada de esta pu-reza de intención y del valor casi heroico que es pre-ciso para conservarla.

4. EL MITO Y LA RAZÓN CRÍTICA POLÍTICA.

La crítica está así concebida como una ciencia prác-tica a la que imprime carácter su intención operante,su voluntad de producir un efecto. Y como una cienciapodríamos decir radicalmente política, en cuanto tien-de a remover el espíritu de un pueblo, a formar o areformar una opinión con un tono polémico. No espreciso que sus objetos sean definidamente políticos;ella en sí misma tiene este carácter en cuanto pro-yecta su acción sobre un orden cuyos fundamentos es-pirituales ataca o defiende. No queremos ni podemosprecisar en este momento la eficacia real que desdeeste punto de vista tuvo la obra de Feijóo; pero ella,de sí misma, nos muestra la fuerza penetrante y la agu-

87

Page 18: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

deza polémica con que debió actuar en el siglo xvniespañol.

Feijóo no era ni podía ser en manera alguna unteórico de la política. Si hay algo que Feijóo aborrece,es la pura especulación teórica en cualquier ciencia queesté encaminada a regir la conducta humana. Las pa-labras con que anteriormente le hemos visto enjuiciaruna ciencia de la crítica no son un juicio particular,sino una sentencia universal que reitera ante todo in-tento de regulación casuística de la conducta huma-na. Un entendimiento y una voluntad sana son bas-tantes a descubrir los principios fundamentales de laconducta en cualquier forma de actividad práctica. Yen la política no sólo no aprovecha el conocimientoteórico, sino qué más bien daña; el hombre que es ca-paz de ejecutar con destreza las ideas propias sólo sehace más pesado con la carga de las ajenas. Si hayuna ciencia que "hace alguna figura en la teórica,es inútil para la práctica". Los romanos conquistaronel mundo sin libros y lo perdieron después que lostuvieron. "Los libros —concluye— que de intento tra-tan de política, y proceden por conclusiones, empre-sas o aforismos, sólo enseñan unas reglas generalesque o cualquier hombre de buen entendimiento alcanzasin verlas en el libro, o admiten tantas limitaciones enlos casos particulares que, dadas en aquella generali-dad, vienen a ser absolutamente inútiles" (15).

Y, sin embargo, Feijóo, sin entretenerse en fijaresos principios que da por presupuestos como conte-nido de la razón natural, va a hacer ciencia prácticade la política; pero no una casuística, sino una ciencia

(15) Teatro crítico, V, 10.

88

Page 19: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FE7JÓ0 Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

crítica. Esta intención no es otra que la que Feijóoreconoció que daba carácter y unidad a toda su obra."El objeto formal será siempre el mismo; los mate-riales han de ser muy diversos", decía el ilustre bene-dictino en el prólogo de su primer volumen. Y ese ob-jeto formal es la empresa crítica un poco quijotescade deshacer errores, herir aberraciones y denunciarsupersticiones en todos los campos del saber y el obrarhumano, medidos con la tabla de la razón.

Quien se tome la molestia de recorrer los títulosde los varios discursos y cartas de Feijóo advertirá lainsistencia tópica del benedictino en una especie de te-mas. La astrología, los duendes, las artes divinatorias,la magia, los "saludadores", las fábulas y los falsosmilagros, los sátiros y la alquimia, los tesoros escon-didos y hasta la taumaturgia monárquica de la época,todos los elementos de creencia irracional con que loshombres rellenan los huecos de su saber del mundo ysatisfacen su necesidad de ilusión y esperanza preterna-tural son combatidos sañudamente por Feijóo con elsoplo helado de la razón. Feijóo lució en esta tarea uningenio verdaderamente notable y fue ésta una de lascausas a que debe la celebridad entre sus contemporá-neos. Es, si se quiere, un don a la larga triste, pero, sinembargo, curioso y casi apasionante; por lo menos, talfue el juicio de quienes convivieron con el benedictino.Feijóo parece poseer una varita mágica cuyo sortile-gio estuviera invertido, para hacer familiar y sencillotodo lo extraño y maravilloso. En él mismo esta tareade explicar llegó a ser un hábito del que tenemos lasn?ás curiosas confidencias; así, la de aquel fantasmanocturno que persiguió hasta descubrir que era su pro-pia sombra, o la de las arañas de San Benito, que se

89

Page 20: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA •

detenían al oír invocar al Patrón de su Orden, peroque él pudo- comprobar que detenían su marcha sim-plemente conmovidas por cualquier grito de la voz hu-mana.

Claro está que estas trivialidades fueron simplespasatiempos, pero son muy significativos para enten-der el carácter de la obra y del autor. Porque fue estamisma técnica de observación y de reducción de lo apa-rentemente maravilloso a procesos racionales la que Fei-jóo empleó también «i sus más empeñadas empresasde desenmascaramiento de falsos milagros o falsos por-tentos. Con ello Feijóo quiere aclarar ese extraño mun-do de supersticiones, hechizos y fábulas con que secierra el siglo xvu. ¿Y quién se atreverá a discutirla razón'y hasta la justicia que le acompaña en esteimpulso? ¿Pero quién no percibirá también la signifi-cación dieciochesca y racionalista que revela la cons-tancia de este propósito?

Cuando Feijóo se vuelve con esta actitud a temaspoliticos, es fácil prever las consecuencias. El "mito"es la superstición y la milagrería política, la creenciairracional con que los hombres llenan los huecos desu saber. Contra el mito político se revolverá Feijóocon su crítica implacable y a veces hasta destemplada,para volver a poner las cosas en su sitio y restablecerla claridad de la razón (16). Puesto que el mito es cá-

(16) Maraiíón (Las ideas biológicas del Padre l-'cijóo, 1934) haadvertido y subrayado esta acción de la razón contra el mito- en laobra del Padre Feijóo, pero la interpreta torcidamente. El hrcho lesugiere un expresivo titulo para su capítulo VII, "La razón contra lamilagrería y contra los mitos sociales", pero bajo ésta se limita a expo-ner una miscelánea anecdótica de las polémicas de Feijóo contra losfalsos portentos. En el capítulo XXXII vuelve a insistir sobre el tema,pero desenfoca el problema al marcar sólo la acción revolucionaria que

Page 21: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJOO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

lido y apasionado, su crítica será fría y racional; poreso a veces su palabra parece un soplo helado, comocuando analiza y congela el sentimiento nacional. Pues-to que el mito es popular y mayoritario, error quenace en la "gran turba dé los necios", en el "vulgo";su crítica estará con la razón de pocos, con "el águilasola que ve mejor el sol que el ejército de lechuzas".Por eso a veces Feijóo nos parece soberbio, demasiadohenchido de desprecio, queriendo volar demasiado soloy demasiado cerca del sol.

Muchas veces nos sentimos tentados a creer, porla energía y conciencia con que los mitos políticos apa-recen en nuestro tiempo, donde han adquirido el carác-ter de creaciones políticas deliberadas, casi de "mitosracionales" constituidos reflexivamente a través de lapropaganda, que sea el mito un volumen político exelusivamente actual. En realidad, todas las épocas hantenido sus mitos y en ellos se han apoyado casi todoslos movimientos políticos eficaces y las institucionesduraderas. Pero dentro de esta constante universal hahabido épocas más propicias al mito que le ofrecíansu campo roturado y abonado para aceptar la simientede cualquier creencia irracional. Y ninguna entre ellascomo el barroco, prendido en un mundo de imágenesy metáforas que con su riqueza plástica herían la ima-ginación a través de los sentidos. Delante de cada idea

el mito puede realizar y no la acción conservadora que normalmentecumple. Con ello se pierde, y casi se invierte, la percepción de la acciónpolítica que cabe atribuir a este aspecto de la obra del benedictino. Si elmito es revolucionario, Feijóo, combatiendo mitos, aparecería como unconservador; el juicio contrario es tan común que no vale la pena dediscutir esta hipótesis. Los mitos nuevos son revolucionarios, pero losque se han asentado con un orden cooperan a su conservación; la revo-lucionaria en este segundo caso es más bien la crítica que los destruye.

Page 22: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

1UJS SÁNCHEZ AGESTA

se había colocado una imagen, cada razonamiento sehabía embebido en una figura, cada nombre se habíatransformado en un símbolo y cada símbolo había sidoexaltado por la imaginación a una significación tras-cendente. ¡Qué campo se abría ante aquel Quijote dela razón!...

El mayor caudal de lo que Feijóo llama errorescomunes son estos mitos contra los que ha de enfilarsu lanza. Crecen en la credulidad popular con el fuegode las pasiones y el soplo de la imaginación. Esa cre-dulidad fácil del vulgo, su curiosidad por lo prodigio-so y su parcialidad nacional es el campo propicio detoda revelación milagrosa. Es el vulgo —dice Feijóo—patria .de todas las quimeras (17). No hay monstruoque en el caos confuso de sus ideas no halle semillapara nacer y alimento para durar. El sueño de un in-dividuo se hace fácilmente delirio de toda una. región.

v Sobre el eco de una voz mal entendida se fabrica en bre-ve tiempo una historia portentosa. Una falsa aparien-cia, si la toca el fuego de las pasiones y la aviva laimaginación, puede bastar para formarlos. Porque laimaginación "es una potencia potentísima en nosotros.Siendo tanta la fuerza que experimentamos en nues-tras pasiones, por lo común vienen éstas a ser comoinválidas si no las anima el influjo de la imaginativa...Ella, según las representaciones que da a los objetos,hace que los ojos viertan lágrimas, que el pecho exhalegemidos, que el cuerpo se resuelva en sudores, que lacólera avive sus llamas, que la sangre acelere sus círcu-los, que el corazón padezca sus deliquios, el cerebrofrenesíes, las venas o arterias rompimientos, los ner-

(17) Teatro critico, III, 5 y 6.

92

Page 23: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑ01-

vios mortíferas convulsiones..." (18). Casi en vano lu-cha la razón contra esta "violenta intrusión de los de-rechos del entendimiento", porque al vulgo halágale loadmirable, no lo verdadero, y una vez preocupado deesas creaciones de su propia imaginación suele estarciego y sordo para las verdades más patentes.

A Feijóo no le arredra la dificultad del empeño yuno tras otro va ensartando esos mitos en su lanza.Cuando Feijóo los sorprende los fija con segurodiagnóstico. Son' falsos dioses, deidades imaginariasa las que los hombres rinden un culto injusto. PeroFeijóo no ha advertido al combatir la imaginación, laspasiones y la credulidad popular en el orden político,la trascendente consecuencia que esta labor crítica po-día realizar. Porque haya un duende o un alquimistade más o de menos, no se quiebra el mundo; pero elque a la vida política se la desnude de su manto heroi-co, o a los monarcas de su hálito sobrenatural, o a lasnaciones del amor apasionado de los hombres, sí puedetransformarlo. La vida .política, aun en la progresivaracionalización de nuestro tiempo, vive sólo en un mar-gen muy limitado de razón. Son las creencias y laspasiones quienes le dan densidad y solidez histórica, yquien cree deshacer un mito y alumbrar la verdad,muchas veces sólo conmueve el orden para sacar a luzen un parto accidentado una nueva creencia irracional.Los mitos políticos pueden ser revolucionarios, peroson también conservadores del orden social. Cuandomenos, son soportes auxiliares de un-orden y éste seresquebraja a medida que cede la adhesión popular aaquellas creencias en que se apoya. Quien destruye la

(18) Carlas eruditas, TV, 8.

93

Page 24: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

quimera está en peligro de destruir también las institu-ciones que aquélla protege. Siempre conservan algo desu verdad aquellas duras palabras de Hobbes: "En unEstado donde han tenido acogida general doctrinas fal-sas, las verdades contrarias pueden ser generalmente

nocivas."

5. E L MITO DE MAQUIAVELO Y LA NATURALEZA

DEMONÍACA DEL PODER.

Maquiavelo es el primer tema político que apareceesbozado en las páginas del Teatro crítico universal.Ahí estaba abierto a la curiosidad de Feijóo, como unaprimera inquetud que era una de esas cuestiones vul-gares en las que todos opinan, en una palabra, comoun "error común" que era preciso desengañar, y casipodríamos decir como el primero de los errores comu-nes políticos. Pero, en realidad, no es un error, sinodos, lo que el benedictino combate. El primero es elmaquiavelismo en sí mismo, que todos abominan y to-dos siguen, la "razón de estado", deidad vana, mito;el segundo es el mito de Maquiavelo, príncipe del mal,cuando "la práctica del mundo no se tomó de la doctri-na de Maquiavelo, antes la doctrina de Maquiavelo setomó de la práctica del mundo" (19).

Con respecto al primer tema sigue Feijóo la co-rriente tradicional española, a la que tantas veces lehemos de ver vinculado, pero con una específica origi-

(19) Sobre este tema véanse fundamentalmente los .discursos "Lapolítica más fina" y "Maquiavelismo de los antiguos" (Teatro crítico,i, 4, y v, n) .

94

Page 25: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FE1JÓ0 Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

nalidad. Frente a esta razón de Estado, Feijóo nosva a mostrar por vez primera una reacción que nosólo corresponde a todo el sentido de su obra, sino queviene a ser una especie de técnica, y casi más que téc-nica, una fórmula con que se enfrenta a toda una es-pecie de temas políticos. No sólo es falsa y vacua lallamada razón de-Estado, sino que el sentido llano yracional de Feijóo .tampoco hace de ella la estimacióndemoníaca con que Rivadeneira, llamándola "razón deSatanás", la había dado casi la proporción de un mitode maniqueísmo político. Para el benedictino es "sóloun fantasma ridículo o ídolo vano, que con nombre dedeidad se da a adorar al ignorante vulgo".

Pero donde se nos manifiesta ya el Feijóo genuino,en el que los temas cobran matices nuevos, es. en esasegunda posición del problema a que nos hemos refe-rido. Es cierto que Maquiavelo, enseñando lo que en-seña, peca contra la razón y la justicia; pero no essiquiera un gran pecador, un príncipe del mal que sem-brara la ciencia de la tiranía y la política mendaz entrelos hombres. El buen benedictino nos confiesa que nopuede tener la risa cuando oye tales discursos a hom-bres que han tenido bastante enseñanza para razonarcon más exactitud.

"El maquiavelismo —dice Feijóo— debe su primeraexistencia a los más antiguos príncipes del mundo, ya Maquiavelo sólo el nombre. Su raíz está en nuestranaturaleza y no ha. menester siglos, momentos le bas-tan para explicar su maligna fecundidad como se pre-sente la ocasión. Ni más ni menos que es natural alhombre la pasión de dominar, lo es también la de am-plificar la dominación. El ambicioso que asciende alprincipado no por eso siente saciada su ambición. Siem-

95

Page 26: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

pre desea hacer mayor el mando, ya en extensión res-pecto de los subditos ajenos, ya en intensidad (Feijóodice "intensión") respecto de los propios". El giro estan original como sustancioso. Porque advierta el lec-tor que en este párrafo, que Feijóo documenta a lo largode todo un discurso con ejemplos históricos, lo que seniega es la maldad genial de Maquiavelo, pero no laexistencia de la pasión misma en que el maquiavelismose apoya. Al contrario, ese destronamiento del Ma-quiavelo satánico está fundado en la vulgaridad delas máximas y pasiones cuya difusión e impulso sele atribuye. Esto que llaman política refinada —diceFeijóo en otro lugar— "no es más que una escoriade la política, una producción de ingenios groseros queno pasan de la superficie de las cosas".

Hay un maquiavelismo, pero éste es pura y sim-plemente una pasión común de la naturaleza humana:la pasión de dominar y la de amplificar la dominación.El buen sentido de Feijóo nos muestra aquí su realismocristiano. Hay pasiones en la naturaleza del hombreque muestran "su maligna fecundidad como se pre-sente la ocasión". La naturaleza humana y la ocasiónforjan las tentaciones. ¡Y qué tremenda tentación, quéocasión para desbordar las pasiones de nuestra natu-raleza es el poder! De ocasión próxima de pecar (in-culpable, si lo es por necesidad) califica Feijóo su de-tentación, recordando la casuística de sus licencias deconfesor. Y refuerza su juicio, rememorando aquellasentencia, que con razón llama terrible de San JuanCrisóstomo: "Imposible me parece que ninguno de losque gobiernan se salven" (20).

(20) Teatro crítico, I I I , ir.

96

Page 27: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FE1JÓ0 Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

Con ello, Feijóo cierra el tema de Maquiavelo enla literatura política española; en el sentido literal deltérmino, porque después de él no vuelve a producirseninguna obra en que se estudie este problema. Primeroha deshecho el "ídolo vano" de la razón de Estado,trazando un paralelo de política y política, en'la mismadimensión humana de su éxito temporal; después seha cruzado en el camino de la grandeza satánica deMaquiavelo, comprendiendo el maquiavelismo comopasión humana que encuentra su ocasión. Y no sólohay que destacar la sorprendente originalidad de estatesis, pese a su sencilla apariencia, sino mostrar cómose desvela con ella una nueva y más legítima suges-tión: la naturaleza demoníaca del poder. Demoníacaen el más genuino sentido, en cuanto el ejercicio del po-der, "ocasión próxima de pecar", es campo propiciodel Tentador.

6. E L HÉROE Y EL PRÍNCIPE CONQUISTADOR.

De esta consideración del maquiavelismo va a ex-traer Feijóo una de sus doctrinas más discutidas: lacondenación del príncipe conquistador (21). El eje deesta nueva tesis de Feijóo es la relación entre maquia-velismo y tiranía, de acuerdo con la corriente tradi-cional española que había considerado el maquiavelis-

m o Sobre este tema véanse fundamentalmente el discurso "La am-bición en el solio" (III, 12) y dos ,de sus cartas eruditas: "Paralele' deCarlos XII y Alejandro Magno" y "Paralelo de Luis XIV y Pedro I"(I, 20,, y III, 19). Como aclaración a esta última carta puede verse lacorrespondencia de Feijóo con D. Agustín de Hordeñana, que se con-serva en manuscrito en Ja Biblioteca Nacional '(sig. 1715).

97

Page 28: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

mo como una corrupción del poder. Y no es un acasoque Feijóo combata esta tiranía proponiendo un su-mario de máximas para la educación del príncipe, quepodríamos decir que es también el último estudio es-pañol sobre este tema. Aquí Feijóo aparece tambiénvinculado al pensamiento que le ha precedido.

Pero inmediatamente descubrimos el sello personalde Feijóo con la sugestión de un nuevo tema. Si arre-mete contra la tiranía, -es porque ésta se vela en un"error común" más, con dimensiones de mito político:el del príncipe conquistador, a quien el mundo da "elmás injusto culto", príncipe a quien, aun el que nolo adora como deidad lo celebra como héroe. La ambi-ción de poder, tentación demoníaca del solio, pasiónmaquiavélica de la naturaleza humana, puede engen-drar una doble corrupción. Una es la tiranía propia-mente dicha, ambición de poder que se expande sobrelos propios subditos, "atando con más pesadas cade-nas la libertad..., transfiriendo el vasallaje a esclavi-tud" ; Feijóo la condena y desprecia, pero como de paso,porque es una conducta vil y viciosa que igualmentecondena y desprecia el común de los hombres, y que,por consiguiente, carece de toda falsa seducción mí-tica. Pero otra es la ambición de poder del príncipeconquistador, tiranía sobre los vecinos, que fácilmente,sin embargo, carga sobre los propios, nos advierte Fei-jóo, "pues en los* excesivos tributos se malogran lashaciendas y en las porfiadas guerras las vidas". Y enésta fulmina Feijóo su condenación, destemplada enla palabra, acre y sin piedad en la intención, porquees en esta tiranía del príncipe conquistador, falseadapor la gloria, donde el benedictino ve brillar el res-

Page 29: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEJJÓO Y EL. PENSAMIENTO POLÍTICO

plandor del mito. El tirano es sólo tirano; el conquis-tador injusto puede pasar por héroe.

Los héroes verdaderos —dice Feijóo— son hechu-ras de la virtud, y así se deben rechazar como contra-hechos o adulterinos cuantos se fabrican en la oficinade la ambición. Hombre grande y malo es contradic-ción manifiesta. En este caso Feijóo no contiene lasganas de reir, como frecuentemente nos refiere que hade hacer ante los errores vulgares.* Más bien pareceque a duras penas logra contener la expansión de suira. Sus expresiones, de dureza creciente, rebasan todolímite: "... esos grandes héroes que pregona con cla-rines la fama, nada más fueron que unos malhechores-de alta guía. Si yo me pusiese a escribir un catálogode los ladrones famosos que hubo en el mundo, en pri-mer lugar pondría a Alejandro Magno y a Julio César."

Para ayudar al lector a formar su juicio hay querecordar en relación con estos discutidos pasajes doshechos indudables. Primero, que con ello no hace Fei-jóo sino desenvolver, sin duda en una nueva y origi-nal posición, las relaciones entre tiranía y maquiave-lismo, que había venido a ser un patrimonio del pen-samiento político español; segundo, que estos pasajesestán, no ya inspirados, sino casi podríamos decir tra-ducidos de San Agustín. Unas líneas más abajo repro-duce Feijóo una famosa anécdota, referida por elsanto que autentifica esta relación, la del pirata queimpugnó a Alejandro, para obtener su gracia, una puradiferencia cuantitativa entre sus respectivas hazañas;tres-páginas después aparece ya el Obispo de Hiponacitado por su nombre. ¿Y quién no identificara como

99

Page 30: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

agustiniana la expresión "gavilla de ladrones" aplica-da por Feijóo al Imperio romano? (22).

Ello no nos releva, sin embargo, de marcar lo quetiene de específico esta posición. Incluso desde el puntode vista histórico de lo que Feijóo debió a su tiempoy de loque éste lé adeudó a él. Ya aquella lamentaciónde que "los excesivos tributos malogran las haciendasy las porfiadas guerras las vidas" parece escrita pen-sando en el agotamiento español, no sólo por las gue-rras de la Casa de Austria, sino también por las delprimer monarca de la Casa de Borbón. Con seguridadpuede afirmarse que Feijóo tenía presente una inten-ción de paz para España al redactar este discurso (23).Pero hay otro matiz que resulta más simpático desta-car. En el filo de esa distinción entre el verdadero héroey el tirano ambicioso va construyendo Feijóo parale-los históricos prácticos a lo largo de sus Cartas erudi-tas. Luis XIV se ve así enhebrado en esta condena-ción de los falsos héroes, "azotes de Dios", "pestes desus reinos", "astros malignos", "enemigos de todos loshombres". La consecuencia se establece con veinteaños de plazo, pero uno se siente tentado a pensar sino sería el Rey Sol, cuya ambición había padecido Fei-jóo como español, el modelo original sobre el que setrazó la imagen de los injustos principios conquista-dores. Soto Mame, con la más enconada intención, asílo insinúa ante Fernando VI.

(22) San Agustín, De civitate Dei, IV, 4 y 6.(23) Así se deduce .de la correspondencia de iFeijóo pon D. Agustín

de Hordeñana a que nos hemos referido anteriormente, en nota. (Véasela nota 41.)

IOO

Page 31: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FE1JÓ0 Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL l

7. EL MITO CARISMÁTICO DEL ABSOLUTISMO.

En el mismo discurso en que condena la exaltacióndel príncipe conquistador aborda Feijóo el motivo tra-dicional de la educación del príncipe. Las máximas quehan de informar esta educación están tomadas delacervo del pensamiento español; son en su sustancia laquintaesencia de esa amonestación cristiana para prín-cipes que toda una escuela española había opuesto alas doctrinas europeas del maquiavelismo y la sobe-ranía ilimitada. Pero si se analiza punto por punto elcatálogo de máximas que Feijóo nos ofrece, se ad-vierte en su detalle y en su conjunto una caracterís-tica digna de destacarse. Feijóo parece especialmentepreocupado de convencer a los príncipes de lo que noen balde figura como primera de sus máximas: que elrey es hombre como los demás, hijo del mismo Padrecomún, igual por naturaleza y sólo desigual por la for-tuna. Este principio, junto con la inevitable reitera-ción de la falsa gloria del príncipe conquistador y unahermosa insistencia sobre la dependencia del rey paracon Dios que le obliga a los deberes de su oficio, es elmotivo central que norma esta educación política delos príncipes.

Feijóo quiere con esta educación prevenir en el.príncipe las tentaciones de la ambición. Pero junto aeste propósito expreso, e íntimamente vinculado a él,se adelanta a un primer término otra intención, tanconforme con la psicología de Feijóo y hasta con elcarácter de toda su obra que no puede atribuirse alacaso. Si Feijóo insiste en que el rey es hombre comolos demás, igual por naturaleza y sólo desigual por la

101

Page 32: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

fortuna, es porque quiere despojar a los reyes de todoel hálito sobrenatural que la literatura del absolutis-mo y la soberanía había proyectado sobre la humani-dad de los monarcas. Feijóo, en el estudio de la ambi-ción como pecado del poder, ha tropezado con otro mitomás: el "soberano", dios de la tierra. Expresamentenos lo recuerda al condenar entre las representacionesque los ministros aduladores hacen a sus príncipesaquellas que afirman: "Que las leyes y costumbres sonlimitativos indignos de la soberanía; que un monarcatanto se hace más expectable cuanto reina más absolu-to; que la medida justa de la autoridad real es la volun-tad del rey; que tanta mayor exaltación logra el soliocuanto a mayor profundidad se ve abatido el pueblo;que, en fin, un rey es deidad de la tierra, y tanto esfuer-zan esta máxima que cuanto es de su parte procuran ol-vidarle que hay otra deidad en el cielo" (24). :Y enotro lugar condena a Hobbes con estas palabras: hom-bre "que quiso quitar la deidad al Rey del cielo paraconstituir deidades los reyes de la tierra" (25).

A la caza de mitos políticos del xvn hubiera sidodifícil que Feijóo no se hubiera tropezado con esta di-vinización de la realeza que acompañó a la doctrinade la soberanía de raíz protestante. Pero el tema esbo-zado nada más en las líneas que hemos recogido ganatoda su intensidad en una de las Cartas eruditas de tí-tulo pintoresco. Aquella en que diserta sobre la virtud

(24) Véanse sobre este tema el mismo discurso a que nos hemosreferido anteriormente ("La ambición en el solio", Teatro crítico, III, I2)jy la carta erudita "Sobre la virtud curativa de los lamparones atribuidaa los Reyes de Francia" (Cartas eruditas, I, 25). Están también relacio-nadas con el tema de la educación del Príncipe las paradojas tercera ycuarta de sus "Paradojas políticas" (Teatro crítico, IV, 1).

(25) Teatro crítico, IV, 13, párr. 17.

IO2

Page 33: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

curativa de los lamparones atribuida a los reyes deFrancia. Poder milagroso de los reyes para sanar...¡ Estupendo mito para la pluma hecha lanza de Feijóo!Con ciertos dejos de humor refiere puntualmente elrito de estas curaciones carismáticas y registra la uni-versalidad de la afirmación. También los reyes ingle-ses curan los lamparones y la "gota coral", y los mis-mos reyes españoles, según ciertos autores, no sólosanan los lamparones, sino que extienden su virtud ala expulsión de demonios de los cuerpos de los energú-menos. Con indudable agudeza y buen sentido discuteel hecho no cerrando todas las posibilidades de su acep-tación. Pero esta vacilación prudente se ve con clari-dad que no responde a sus convicciones, y aunque nonos confiese aquí que le tientan las ganas de reir, se veaflorar una sonrisa socarrona a sus labios. En unalínea pedida deja caer sobre estos reyes taumaturgosun irónico calificativo que tiene en su pluma un terri-ble valor. Reyes curanderos... (26).

(26)' Esta misma intención, encaminada a despojar las institucionespolíticas de toda sanción sobrenatural, se manifiesta en su polémicasobre la Sagrada Ampolla de Reims con que se consagraba a los mo-narcas franceses (Cartas eruditas, I, 26). Aunque no puede negarse larazón que le acompaña en muchas de estas criticas, no puede menosde subrayarse también el peligroso efecto político que habían de produ-cir a la larga, privando a las instituciones de la sanción sobrenatural conque se reafirmaban. Por lo demás, este afán de despojar la Historia,particularmente si es la historia de Francia, de todo elemento portentosoo sobrenatural degenera en una verdadera manía racionalista, que lelleva a hacer apreciaciones discutibles y a veces hasta de dudoso gusto.Inaceptables son, sin duda, ni aun a título de referencia de otros auto-res, las noticias maliciosas con que discute el crédito de la Doncella deOrleáns (Teatro crítico, I, 16, párr, 44, y IV, 8, párr. 82). En parte, hayque atribuir estos excesos a su prejuicio contra la creencia común, quelo mismo le lleva a combatir la gloria excesivamente buena de CristóbalColón que la excesivamente mala del Papa Alejandro Borgia ^Teatrocritico, IV, 8, párr. 39 y 40).

«03

Page 34: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

I.UIS SÁNCHEZ AGESTA

8. LA DECADENCIA DE ESPAÑA. COTEJO DE NACIONES

Y PASIÓN NACIONAL.

Junto a esta serie de motivos que acabamos de exa-minar, que giran alrededor del concepto de la políticay la condenación del maquiavelismo, puede distinguir-se otra serie de temas, muy deshecha por la mismanaturaleza de la obra de Feijóo, pero, sin embargo,con una cierta unidad de propósito. En esta serie pue-den comprenderse los ensayos que dedicó a estudiar lasdiferencias nacionales y la pasión nacional y aquellosotros que abordan temas concretos de. la vida políticareferidos a su preocupación central de la decadenciaespañola. La tesis que establece una unidad de pensa-miento entre unos y otros estudios podría sintetizarseasí: Los hombres y las naciones son iguales en cuanto-a la esencia de su naturaleza; sólo hay entre ellos dife-rencias históricas. Hay, pues, que rechazar el pesimis-mo de una incapacidad española, porque históricamen-te aparezca España como una nación más atrasada enciertos ámbitos de la cultura. Es sólo una diferenciahistórica que en la Historia misma hay que enmendaratacando las causas de ese mal para recobrar el nivelque los españoles han perdido "por defecto de apli-cación".

El "cotejo de naciones", como Feijóo llama al pro-blema de las diferencias nacionales, es un tema que elbenedictino toma también de la literatura del siglo pre-cedente. En el siglo xvn había surgido como un temavivo de favor progresivo la teoría de las diferenciasnaturales entre los pueblos. La doctrina está en evi-dente relación con la consolidación definitiva del que-

104

Page 35: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

brantamiento de la unidad europea y expresa simple-mente la conciencia de este fraccionamiento que hadado al mundo occidental una fisonomía característica.

La posición de Feijóo frente a este tema, aunqueexpresa a veces con vacilaciones en los varios- discur-sos en que insiste sobre él, revela, sin embargo, unaconvicción última. No hay por naturaleza diferenciasen la calidad de ingenio y de ánimo de los distintospueblos. No son de especie distinta los hombres quecomponen los distintos pueblos. Y el argumento en queFeijóo funda esta convicción es tan genuinamente his-pánico como uno de los ejemplos históricos con quelo apoya: la igualdad de naturaleza de todos los hom-bres que reconocen un mismo Padre común, igualdadcomprobada y practicada por los españoles en el des-cubrimiento y colonización de América. Todos los hom-bres son iguales por naturaleza y sólo se dan entrelos pueblos diferencias históricas de desenvolvimientoy progreso.

Paralelo a este mismo problema y como una con-secuencia de él aparece otro de los temas más discu-tidos de Feijóo. Consecuencia de la conciencia de estasdiferencias nacionales y de las diferencias raciales aque el "error común" las atribuye, es la hipertrofia delamor a la Patria, que se transforma en un "afecto de-lincuente", la pasión nacional. En Feijóo aparece asíenlazado el viejo concepto romano del amor patrio aesa incipiente conciencia nacional y al nacionalismoque ha de ser su última evolución. Y Feijóo arremetecon sus armas más hirientes a esta nueva deidad glori-ficada por el error común, que es la Patria inmodera-damente exaltada con "pasión nacional".

La técnica con que Feijóo combate esta nueva "dei-

105

Page 36: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

dad imaginaria" es la misma que habitualmente le he-mos visto aplicar. Ayudado de "la luz de la razón",abre el proceso de los impulsos que animan aquelloscorazones que parecen dispuestos a inmolarse como víc-timas de esta falsa deidad. Y con desagradable delec-tación va descubriendo el más bajo egoísmo en los he-chos históricos más simbólicos del amor nacional. ¿ Quéqueda, pues, de éste? Un afecto humano vulgar: elegoísmo como amor de la propia conveniencia. Y lavanidad que nos interesa en que nuestra nación se es-time superior a todas porque a cada individuo tocaparte de su aplauso. En esta posición radicalmente ra-cionalista, Feijóo se inclina a aceptar que la unifor-midad de idioma, religión y costumbres hace grato elcomercio con los compatriotas y desapacible con losextraños. Pero si el hombre debe algo a la repúblicade que es miembro no es porque nació en ella, sinoporque compone su sociedad. De tal manera, dice ex-tremando el argumento, que transferido a otro domi-nio distinto de aquel en que ha nacido, contrae respectoa él la misma obligación y debe mirar a esta repúblicacomo su Patria. Aunque con reservas, está muy cercade aquel "apotegma de muchos sabios gentiles" paraquienes "todo el mundo es Patria" (27).

(27) Pueden verse sobre estos temas sus discursos "Mapa intelec-tual y cotejo de naciones" y "Amor a la Patria y pasión nacional" (Tea-tro crítico, II, 15, y III, io)( y aquella de sus cartas eruditas en queconsidera "Si en las prendas del ingenio exceden unas naciones a otras"{Cartas eruditas, IV, 13). Otros varios discursos y cartas podrían rela-cionarse con este tema; muy sugestivo es aquel, por ejemplo, en queestudia comparativamente las lenguas francesa y española destacandoel valor de la lengua como elemento de cohesión y diferenciación (Tea-tro crítico, I, 15): "Primero —dice Feijóo— se quita a un reino lalibertad que el idioma. Aun cuando se cede a la fuerza de las armas,lo último que se conquista son lenguas y corazones."

106

Page 37: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

Poco simpática es, sin duda, esta dureza fría conque deshace en egoísmo y vanidad uno de los más no-bles sentimientos, extremando esa implacable preven-ción de las pasiones míticas de la humanidad, y de in-tento hemos recogido estos pasajes para que no se creaque escamoteamos el pensamiento de Feijóo en suscaras no gratas. Y, sin embargo, ¿cómo no destacarla genial intuición del benedictino para acusar uno delos mitos políticos de más arrolladora fuerza y de másincontenible peligrosidad? (28). Todavía está muy le-jano, cuando Feijóo escribe estas páginas, el siglo delracismo y el nacionalismo, pero Feijóo parece haberadivinado dónde terminaría la curva ascendente deaquella línea que empezaba a dibujarse. Por lo demás,del enlace de esos dos problemas que acabamos de ana-lizar es de donde Feijóo va a derivar su actitud opti-mista, serena y combativa con relación al problema dela decadencia española. Falsa es la pasión nacional por-que no hay diferencias entre los pueblos, porque noexisten razas privilegiadas ni pueblos cuyas calidadesde ánimo e ingenio sean superiores a los demás. Porconsecuencia, tampoco hay pueblos que padezcan unainferioridad o una incapacidad natural. Todos loshombres son iguales por naturaleza. Sin parcialidadesque ofuscan la serenidad de la crítica, sin "pasión na-cional", hay que plantear el problema de las causas yremedios de la decadencia de España.

(28). Véase en contraste el estudio del Padre Messinco frente almito nacionalista del siglo xx, "L'amore ed il servicio della nazione", enCivilta Cattolica, 2164. Una glosa crítica de las ideas de Feijóo sobreeste tema puede verse en Pérez de 'Ayala, Política y toros, 1918, pági-nas 35-63-

107

Page 38: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

9. LA ESPAÑA GOTOSA DE FEIJÓO. j

Muchas veces se ha advertido incluso para censu-rarlo, los amplios conocimientos del movimiento cul-tural extranjero que poseía el P. Feijóo. Pues bien, enestas asomadas al pensamiento universal había apren-dido el benedictino lo que quizá otros ingenios tan vi-vos como el suyo no podían percibir por faltarles lainformación y la posibilidad del contraste. A saber: eldesnivel notorio de nuestra evolución científica en cier-tas ramas del conocimiento humano, especialmente enlas disciplinas físicas y matemáticas, así como el con-cepto peyorativo que apoyándose en éste y otros he-chos, había difundido sobre España en el mundo la yamadura leyenda negra. Los dos puntos aparecen ex-presamente estudiados por Feijóo en sus escritos. Elprimero de una manera general a lo largo de todas susobras y más concretamente en un discurso que dedicóa estudiar las causas del atraso de las ciencias natu-rales en España; el segundo aparece con voz doloridaen cabeza de sus discursos sobre las "glorias de Es-paña", ¡como un error común que era preciso com-batir! "Nuestra pereza o nuestra desgracia —dice—de un siglo a esta parte ha producido este injuriosoconcepto de la nación española; error que el debidoafecto a la Patria me mueve a impugnar y es justosalga a este Teatro por tan común" (29).

(29) Los estudios claves sobre este problema de la decadencia deEspaña, no por su valor intrínseco, sino por ser en ellos 'donde el hechose aborda más directamente, son sus discursos sobre las "Glorias deEspaña" (Teatro crítico, IV, 13 y 14) y su carta sobre 'las "Causas delatraso que se padece en España en orden a las ciencias naturales (Cartaseruditas, II, 16). Mucho más interesantes son sus estudios sobre aspectos

108

Page 39: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

Pero Feijóo no sólo sabe de la leyenda negra conque se infama a España, sino que "tiene ante sí estarealidad histórica de la decadencia española. El mismoha vivido ese triste siglo de desventuras políticas ymilitares, desde la iniciación de las campañas de Ri-chelieu hasta el fin de la Guerra de Sucesión, que pue-de decirse que es el precipicio de nuestra decadencia onuestra derrota. Por eso Feijóo, aunque cante las glo-rias de España, sabe bien que es lección de un siglo aotro siglo, pero que los españoles de su tiempo; aunquetienen igual "cuanto es parte de la- naturaleza", por"defecto de aplicación" han desmerecido de aquellagrandeza. Iguales son los hombres en cuanto a la esen-cia de su naturaleza, pero cambiantes en el curso desu destino histórico. Y aquella España que él vive yama ignora las ciencias que están construyendo lospueblos que se adelantan a recoger el cetro de la cul-tura y la política europea, está empobrecida por largasy asoladoras guerras, por el menosprecio del trabajo,por el abandono de las fuentes de riqueza, por unadespoblación creciente y por el vicio que corroe a susmás fundamentales instituciones. "El descuido de Es-paña lloro porque el descuido de España me duele—dice con una voz salida del corazón—. ¡ Cuan dife-rente es este siglo de los pasados! ¡ Gotosa está Espa-ña! Los pobres pies de este reino padecen grandes do-

parciales del mismo problema «jue se indican en él texto a continuación.Conviene advertir frente a quienes consideran exageradas las diatribasde Feijóo contra el estado cultural de su época, que ya Saavedra Fa-jardo, en un pasaje recordado por Azorín, habia subrayado el menos-precio y olvido de sus contemporáneos por aquellos ámbitos de la culturaque iban a regir la nueva época que se abre entre el XVII y el x r m :"Las matemáticas —dice Saavedra— son aborrecidas y menospreciadasde todos y sus instrumentos sirven en las librerías, no al entretenimiento,sino a la vista y ornato..." (República literaria, ed. de Sanz, pág. 28 y sigs.).

109

Page 40: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

lores, y de míseros, debilitados y afligidos ni puedensustentarse a sí mismos ni sustentar el cuerpo..."

La pluma de Feijóo empieza a aproximarse a temasvivos de la España histórica que el benedictino vivió.Con ese mismo azar de temas que van saltando al co-rrer de la pluma, que corresponde a la concepción ge-neral de la obra de Feijóo, van apareciendo en el Tea-tro crítico una serie de temas que tienen dentro de suvariedad ese lazo común: crítica de las causas que handeterminado la decadencia española y proyectos pararemediarla. No hay un plan general y a veces las mis-mas primeras líneas que justifican el estudio del temamuestran su carácter ocasional. Un amigo le preguntó;alguien le consultó sobre un proyecto. Por eso no de-ben considerarse estos discursos como un ensayo quepretenda agotar el tema y ni siquiera como un examende las causas fundamentales, sino más bien como unaactitud general frente a un vario complejo de proble-mas. Él mismo índice de éstos podría mostrar ese ca-rácter asistemático y casi casual, aunque claro está quedebemos aceptar que su atención se orientaría hacialos problemas que considerara fundamentales.

10. INJUSTA Y RECTA NOBLEZA. EL ENALTECIMIENTO

DEL TRABAJO.

Lo que pudiéramos llamar técnica de Feijóo ape-nas se desvía un punto en estos nuevos temas. Casipodríamos decir que en tantas reiteraciones va per-diendo vigor y degenerando en un amaneramiento deestilo. Feijóo nos va a denunciar una nueva especiede "idolatría política" y va a examinar para comba-

no

Page 41: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEJJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

tirla las pasiones humanas que han creado ese cultoidolátrico (30). El "culto a la nobleza", como error co-mún, ha de tener su fuente en creencias y sentimientosvulgares. De una parte, en la vanidad; de otra, en .lacomún preocupación por la herencia de la sangre, plas-mada incluso en mil expresiones populares.

Pero bajo este molde teórico revienta aquí el juiciopráctico histórico con un vigor inusitado. Porque este"culto a la nobleza" no es un vicio cualquiera, sino unvicio específico de la España de su tiempo. Los ejem-plos no son ya sólo de otros tiempos o de países re-motos. Como muestras de la adulación y la vanidadfundada en la prosapia, recuerda Feijóo la labor de ungenealogista que emparentó al Duque de Lerma conAdán a través del rey de Troya y el peregrino Eneas ;para mostrar la artificiosidad de ese falso culto Fei-jóo recogerá ese curioso mundo español de los hidalgospobres y ociosos que tan acres pullas inspiraron a lapluma de D. Francisco de Ouevedo.

Y a medida que desciende desde el problema teóri-co al juicio histórico, su diatriba se hace más violentay acre. "En mi concepto —dice— el animal más con-tentible del mundo es un hombre que de nada sirve en.el mundo; que sea rico, que sea pobre, que alto, quehumilde, que noble, que plebeyo. ¿Qué caso puedo yohacer de unos nobles fantasmones que nada hacen todala vida, sino pasear calles, abultar corrillos y comerla hacienda que les dejaron sus mayores?" Quizá hayaalgo que discriminar en este juicio de Feijóo, inclusodesde el punto de vista histórico, pero tenga presente

(30) Véanse sobre este tema sus discursos "Valor de la nobleza einflujo de la sangre" y "Honra y provecho de la agricultura" (Teatro-critico, IV, 2 y VITT, 12).

I I I

Page 42: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

sel lector que en aquella hora de España el trabajo eratacha de deshonor, y la nobleza heredada y no conva-lidada, mérito permanente y hasta título de exenciónde las cargas tributarias (31).

El tema se va, sin embargo, insensiblemente des-viando desde la actitud crítica a una nueva posiciónreformadora que va a reiterar en muchos temas Fei-jóo. Las valoraciones en que se funda su crítica notienen ya sólo el carácter de una posición de partida.A la nobleza de sangre Feijóo opone el honor de lavirtud y el trabajo no sólo como un término de com-paración, sino como una proyección positiva de refor-ma social. Y este programa de reforma social, quehoy puede parecemos trivial porque es el aire mismoque respiramos, representa en su ambiente una verda-dera revolución. Feijóo lo proclama con frases tanagudas y sentidas que alguien ha visto en estos pasa-jes las expresiones de un agitador social de nuestrotiempo (32). Dése honor a los hombres y a los oficios

(31) El texto de la Cédula de 18 de marzo de 1783 refleja tan expre-sivamente ese mundo de prejuicios sociales frente al trabajo que no nosresistimos a ofrecer parte de su texto: "tuvo a bien Su Magestad dedeclarar como se declara, que no sólo el oficio de curtidor, sino tambiénlas demás artes y oficios de herrero, sastre, zapatero, carpintero, y otrosa este modo, son honestos y honrados; que el uso dellos no envilece lafamilia, ni la persona del que los ejerce, ni los inhabilita para obtenerlos empleos municipales de Ja república en que estén avecindados losartesanos o menestrales que los ejerciten; y que tampoco han de perju-dicar las artes y oficios para el goce y prerrogativas de la hidalguía...".Las leyes 6 y 9, del título I, del libro IV del 'Ordenamiento 'Real, y la2 y 3, tít. 6, y la 9, tít. 15, Jibro IV de la Novísima recopilación, procla-maban la "deshonra legal" de los oficios que llamaban "bajos, viles ymecánicos"; sobre los privilegios de la nobleza véanse, en cambio, eltít. II del libro VI de la Novísima recopilación.

(32) Concepción Arenal, lugar citado, pág. 410: "No se ha tomadobien la filiación del socialismo, que hoy no es nuevo, ni lo era en tiempode Feijóo, cuyos pensamientos parecen a veces más bien fermentar bajo

112

Page 43: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FT.IJÓO Y F3. PEN-SAMIF.NTO POrÍTICO ESPAÑOL

en la medida que sirven a Dios y a la república. Y conel honor déseles la justicia de una retribución que lesproporcione lo preciso para su sustento y abrigo. Lapluma de Feijóo, inflamada por la justicia y la mise-ricordia, traza unas páginas cuya belleza y vigor nopuede suplir ningún comentario ni paráfrasis, paradescribirnos la miseria del pobre laborioso junto a laopulencia del noble ocioso. Con textos bíblicos y acen-tos que no desmerecen de los textos traza el, paralelode la justicia sobrenatural que ha de reparar esta in-justicia humana. Bienaventurados los pobres y loshambrientos. ¡Ay de los ricos y de los hartos! Perotambién bienaventurados los misericordiosos que sedesprenden de sus riquezas para aliviar la condicióndel pobre.

Aunque Feijóo haya proyectado concretamente es-tas razones sobre el trabajo agrícola, por considerarla miseria del labrador y el abandono de la agriculturacomo una de las causas de la decadencia española, tie-nen, sin embargo, tanto en su sentido como en el valorgeneral con que se proponen, un alcancé más amplio:El tema, tan moderno y tan antiguo para el pensa-miento cristiano del enaltecimiento del trabajo, queFeijóo deja abierto hasta nuestros días.

I I . FEIJÓO RFORMADOR E INFLUENCIA DE SUS IDEAS.

Conforme avanza Feijóo su obra y crecen su cré-dito y sus relaciones políticas, se agolpan en su pluma

el gorro frigio del agitador popular que bajo la capaila del monje. Ensu celda pensaba y sentía en ocasiones como han pensado y sentido unsiglo después los que en las plazas públicas excitaban las masas..."

Page 44: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

los más varios temas de reforma política administra-tiva y social, que hemos de limitarnos a indicar so-meramente para no dar una extensión desmesurada aeste estudio. Numerosos escritos dejó sobre reformade los estudios y hasta sobre organización de la ense-ñanza que forman un cuerpo compacto, en que signemuy de cerca el pensamiento de Vives, adicionado conobservaciones personales deducidas de la experienciade su magisterio; sobre la crisis y fomento de la agri-cultura española se extendió en escritos como el quehemos citado anteriormente y en otros en que llega acaer en medidas de verdadero arbitrismo, que por cier-to tuvieron un eco legislativo; también le preocupa-ron el problema demográfico de la despoblación espa-ñola y la eterna cuestión de los vagos y mendigos;extensa y sentidamente estudió los vicios de la admi-nistración de justicia, que debían ser graves por la in-sistencia con que esta institución padeció la sátira delos escritores políticos del xvn; a propugnar la orga-nización hereditaria de los oficios, por cierto en con-traste con las ideas del siglo xvni, favorables a la li-bertad de trabajo, dedicó también unas páginas; la per-secución del bandidaje, la erección de hospicios, la me-nor edad criminal y la abolición de la tortura fueron,por último, entre otros, objeto al par de su crítica yde su arbitrismo reformista (33).

(33) Sobre reforma de Jos estudios véase: Teatro crítico, VII, n ,12, 13, 14; VIII, 3; Cartas erxiAitas, II, 16, 23; III, 31, entre otros estu-dios. Sobre el problema agrario: Teatro crítico, VIII, 12 y 13. Sobre elproblema demográfico y la vagancia y mendicidad: Teatro crítico, VI, 1,paradojas 8 y 9; VIII, 13; y Cartas eruditas, V, 12. Sobre administraciónde justicia: Teatro critico, III, 11, y Carias eruditas, III, 21. Sobre orga-nización hereditaria de los oficios: 'Teatro crítico, VI, 1, paradoja 7.Y, por último, robre persecución del bandidaje, erección- de hospicios,

114

Page 45: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEJJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

Hemos aludido en varias ocasiones a la influenciapráctica que ejercieron estas ideas de Feijóo, y horaes ya de dar alguna indicación de hasta dónde se ex-tendió su alcance. Millares dice que la obra del bene-dictino nos hace comprender mejor las causas del re-nacimiento cultural de nuestra Patria durante el rei-nado de Carlos III. En realidad, no fue sólo un revul-sivo que agitara la inquietud intelectual de los espa-ñoles, sino que esta influencia se manifiesta, aunqueésta no sea quizá su más feliz consecuencia, en la con-tinuidad de ciertos temas políticos y en ciertas medi-das de reforma de algunas instituciones sociales o ad-ministrativas.

En cuanto a la reforma de la enseñanza, el criteriomenos propicio a aceptar esta influencia de Feijóo ha-brá cuando menos de reconocer que hay un sugestivoparalelo histórico entre la obra del benedictino y lacreación o refundición de nuestras instituciones de en-señanza, especialmente en aquellas materias cuya im-portancia y ausencia de nuestros centros culturales sehabía subrayado por aquél. Los colegios y escuelas decirugía se establecen en España por doquier o se re-funden sus estatutos para mejorar la organización desus enseñanzas (1748 en Cádiz, 1764 en Barcelona,1780 en Madrid); el Jardín Botánico de Farmacia,Química y Botánica crece al par que un Gabinete deHistoria Natural (1776); se lleva el cultivo de las ma-temáticas a las escuelas militares de Avila y Ocaña,a los Colegios de Guardias Marinas y al Colegio deArtillería de Segovia (1764); la primera cátedra de

minoridad criminal y abolición de la tortura, véanse, respectivamente,Cartas eruditas, III, 23, 24; Teatro crítico, VI, i, paradojas 5 y 10.

115

Page 46: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

Química se fundará en 1787, y en el último tercio delsiglo se dan varias medidas encaminadas a una reor-ganización general de la enseñanza universitaria.

Las medidas que Feijóo propone para fomento dela agricultura, enaltecimiento del trabajo y regenera-ción de la nobleza son quizá las que más influyen elpensamiento y la acción política de la generación dela segunda mitad del xvm. De su crítica de. la noblezaociosa va a derivar la política que tiende a la aboli-ción de los mayorazgos. Cabarrús, al criticar la noble-za y propugnar esta abolición, expresa pensamientosque parecen recogidos del discurso correspondiente de,Feijóo ("valor de la nobleza e influjo de la sangre")."¿ Qué origen, sin embargo, tuvo un error tan groserocorno universal ? —escribe el Conde a Jovellanos—. Laignorancia más completa de la Física como de la Meta-física, la que hizo atribuir a la sangre virtudes de queno es susceptible..." (34). Y Jovellanos llevará estasmismas críticas a su discurso "Sobre el establecimientode un Montepío para los nobles de la corte" a su "In-forme sobre la ley Agraria" y hasta a sus dos sátirasa Arnesto. Las disposiciones legislativas que reflejanpuntualmente las ideas de Feijóo se sucederán, aun sinaludir a sus efectos más remotos, en las leyes desvincu-ladoras. Así, en 1775 una Real Cédula recoge pun-tualmente el proyecto esbozado por Feijóo en su discur-so "La ociosidad desterrada y la milicia socorrida", dis-poniendo que los mendigos válidos y robustos se apli-quen a los servicios de guerra y marina. Y en 1781 unanueva Cédula insiste sobre la idea apuntándola ya ala nobleza ociosa: "todos los nobles que sean aprehen-

(34) Cabarrús, Cartas, ed. Madrid, 1820, pág. 231.

Page 47: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

didos por vagos y malentretenidos (por estar entre-gados a la holgazanería y mendicidad) se destinaránal servicio de las armas en calidad de soldados distin-guidos". Y más expresiva aun, y desde luego de mu-cha mayor importancia social, la disposición dictadaen 8 de mayo de 1783 a instancias de la Sociedad Eco-nómica, que reconoce la nobleza de los oficios, facili-tando la distinción de hidalguía a los que los ejercen ydisponiendo sea considerado como tacha el abandonoinexcusado de su ejercicio (35).

Sus consideraciones sobre la agricultura abrenotro índice de problemas, en parte relacionados con elanterior, y su correspondiente serie de esfuerzos dereforma administrativa. Las Reales órdenes comuni-cadas al Consejo por la Secretaría de. Hacienda en losaños 1766 y 1767, a instancias de Campomanes^ taninfluido por Feijóo, y la de 15 de julio de 1788 sobrecercamiento de los terrenos dedicados a las labores

(35) Ver el Extracto puntual de todas las pragmáticas, cédulas, pro-visiones, circulares, autos acordados y otras providencias publicadas enel reinado del S. D. Carlos III, publicado por D. Santos Sánchez en 1789(volumen II). La última disposición a que aludimos en el texto es laanteriormente citada en nota y fue consecuencia de un movimiento polí-tico literario fecundo en disertaciones sobre la "honra y deshonra legal"por designarlo con el título de la más notable de estas disertaciones, lade D. Antonio Xavier Pérez y López, publicada en 1781 (Madrid); esindudable que la raíz de este movimiento ha de referirse a Feijóo ysu discurso sobre la "Honra y provecho de la agricultura". En la Orde-nanza de Vagos, de 7 de marzo de 1775, llamada en su época "Ordenanzade levas", se reproduce literalmente el proyecto de Feijóo esbozado ensu discurso "La ociosidad desterrada y la milicia socorrida" ; esta Orde-nanza tuvo una amplísima y eficaz aplicación: según el testimonio deSempere, nada más que en la provincia de Granada se recogieron seismil vagos para el Ejército. Sobre la historia de este problema y suextensión en el siglo xvm véase: Sempere y Guarinos, Policía de Españaacerca de \os pobres, vagos y malentretenidos, en Biblioteca EspañolaEconómico-Política, tomo I, Madrid, 1801.

117

Page 48: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

agrícolas, muestran dos diversas direcciones de estapreocupación por la defensa de la agricultura que elbenedictino ha sembrado en España. El hito más co-nocido es el famoso informe sobre la ley Agraria queemite Jovellanos' por encargo de la Sociedad Econó-mica de Madrid. Ya el tema mismo mostraría esteinflujo, pero más curioso es aún notar que muchas delas ideas que Jovellanos desarrolla son las que habíaesbozado Feijóo (36).

Otros muchos aspectos podrían señalarse de in-fluencia en el pensamiento y en la política legislativa.de la época (37), pero queremos limitarnos únicamentea esos tres que hemos esbozado, porque no sólo fueronaquellos en que ejerció una influencia más positiva, sinoque además esos tres temas, reforma de los estudioscon especial intensificación de las ciencias físicas y ma-temáticas, enaltecimiento del trabajo y defensa de laagricultura, son aún tres temas vivos de la políticaespañola que nos ayudarán mejor a comprender el"tino intelectual" y la actualidad de Feijóo.

(36) Tales, por ejemplo, las ideas que Feijóo apunta y Jovellanosdesarrolla sobre riegos e instrucción de los labradores. Como ya hemosdicho, es más laxa la relación que hay que establecer con la políticadesamortizadora, que también aparece propugnada por Jovellanos. Véasesobre este tema: Sempere y Guarinos, Historia de los vínculos y ma-yorazgos, 2.* ed., 1874, Madrid, especialmente el capítulo XXVIII, pá-gina 122 y sigs.

(37) Campomanes, Cartas polílico-ecotwmicas, 1788 (publicadas porRodríguez .Villa en 1878), manifiesta esta influencia de Feijóo no sólo enla diatriba contra la nobleza de su Carta quinta (en especial, pág. 262), sinotambién en su estudio de los vicios de la administración de la justicia,en su Carta primera. Curioso es advertir como sello de esta influencia elempleo de términos tales como "vara de Astrea" (págs. 19-20 y 205) quetienen una indiscutible impronta feijoniana.

Page 49: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO V EL PEKSAMirNTO POLÍTICO ESPAÑOL

12. EL PADRE FEIJÓO Y EL SIGLO xvni ESPAÑOL.

A nadie puede reprocharse la fecha en que nacióo murió y, sin embargo, gran parte de la polémicaalrededor de la obra de nuestro benedictino es muchasveces pura cuestión de fechas. Veinticuatro años tienecuando comienza el siglo XVIII y en los dos primerostercios de este siglo discurre lo más maduro de su vida.¡Y cuánto ha pesado en los juicios sobre el P. Feijóoesta concreción temporal de su vida!

No es que su tiempo sea ajeno a su obra. No; élvivió profundamente las inquietudes y los afanes desu hora, hasta tal punto que no podríamos entenderloni valorizarlo sin este encaje histórico. Cuanto defien-de y cuanto ataca —dice uno de sus críticos— nos hacecomprender con mucha mayor claridad que la Histo-ria lo que era la España del siglo XVIII. El maestrobenedictino, podríamos añadir, fue siempre actual;apenas si miró al pasado ni al futuro sino para com-prender u obrar con más ahinco en el presente. Y pre-cisamente por eso el sambenito del siglo XVIII parececaer sobre sus hombros como si le estuviera hecho ala medida. Si él fue hombre de su tiempo, con su tiem-po ha de ser juzgado.

Hay, sin embargo, en esta afirmación dos injustoserrores. El primero la generalización de una unidadcronológica, el siglo XVIII, que no es tan simple comola facilidad de la expresión insinúa. Hay por lo menosJos claras etapas de pensamiento en el siglo XVIII (de-jando al margen la distinción de las corrientes que secruzan), y una es la de Feijóo y otra la de los enci-clopedistas ; los problemas que separan netamente a es-

119

Page 50: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

tas dos generaciones son los aportados por Rousseauy Montesquieu cuando media el siglo. Pero hay tam-bién, y .éste es el segundo e injusto error, muchas ma-neras de estar en un tiempo. No es posible juzgar a loshombres con su tiempo, sino con relación a su tiempo.

No debemos preguntarnos para enjuiciar a Feijóoqué fue el siglo xvín, sino qué fue Feijóo en relacióncon su tiempo, con todo su tiempo, con el siglo xvn enque nació y cuya herencia hubo inevitablemente de re-coger, y con el XVIII, que él vio nacer y al que dejó supensamiento. Qué significó Feijóo en el ámbito de estecompás histórico, ya lo hemos visto en las páginasprecedentes. Su obra es el balance crítico de viejos ynuevos temas que separan dos épocas. Y el sino deFeijóo es el propio de toda crítica reformadora, cuyoriesgo está en que difícilmente se detiene en sus lími-tes una vez que su acción destructiva ha sido puesta enmovimiento. Si de Feijóo puede decirse, en términosgenerales, que rara vez desbordó la medida, cierto estambién que no puede decirse lo mismo de quienes, sinprecisión, se consideran corno sus continuadores. Tales el riesgo de la crítica que precede y acompaña a todareforma; su tendencia a hipertrofiarse y convertirse enrevolución. La Historia no nos regatea sus lecciones.De reformas necesarias han surgido las tres grandesrevoluciones de que es heredera la angustia y la des-orientación de nuestro tiempo: la revolución protes-tante, la revolución liberal y la revolución social. Sóloel tiempo puede darnos la serenidad necesaria paradiscriminar la reforma justa y el aluvión revoluciona-rio; pero, aun contando con él, no es difícil que con-fundamos a los reformadores con revolucionarios. Por-que en la primera de esas revoluciones no nos dejó

1 2 0

Page 51: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL FEVSAMUNTO POLÍTICO ESPAÑO¿

de su mano la Providencia y supimos definir reformay revolución y fijar la diferencia en los cánones deTrento, nadie confunde a nuestros reformadores hu-manistas con revolucionarios, aunque un Vives fueraamigo devoto de Erasmo y toda una escuela teológicaespañola afrontara con originalidad inquietante los te-mas más trascendentes. Pero en la revolución liberalnos falló ese destino providencial, y sin mucho tactohistórico es difícil discriminar revolucionarios y re-formadores.

Ramiro de Maeztu, el pensador que ha tratado conmás dureza la revolución española del siglo xvín, fle-tando para ella y su herencia una rúbrica de ignomi-nia, la "antipatria", es, sin embargo, el crítico que hadesvelado con más insistencia esta discriminación en-tre reforma y revolución para los españoles de aqueltiempo. "Mucho de lo que dijeron tenía que decirse",dice en un pasaje. "Mucho bueno hizo el siglo XVIII.

Nadie lo discute", vuelve a insistir. "Es natural quetratáramos de cubrir nuestros defectos, poique los pue-blos buscan su integridad espiritual, como si algún ins-tinto superior inspirase a las naciones el pensamientode Herder sobre la necesidad de equilibrio." "El hechoes que a mediados del siglo XVIII echamos de menosalgo esencial en el espíritu nuestro... hacia 1750 nospersuadimos los españoles de que algo muy importantenos faltaba" (38). Pero falló el genio español a en-cauzar la reforma y al entrar, en tropel las ideas'ex-tranjeras por las puertas que abrieron nuestros abue-

(38) Ramiro de Maczlu, Defensa de la Hispanidad, 4." ed., págs. 26,45 y 27O y sigs. Esa misma fecha, 1750, que Maeztir señala subraya laoriginalidad precursora de Feijóo, que inicia su campaña critica cincolustros antes.

121

Page 52: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

los, lanzados por esos mundos en busca de lo que Es-paña no tenía y necesitaba, los primeros movimientosde reforma dejaron paso a la revolución.

¿ Cómo poder precisar los matices de la reforma quese perdió en el aluvión revolucionario, si están tan fun-didos los tiempos, las ideas y los hombres? Carlos IIIestá reformando y revolucionando al mismo tiempo;el revolucionario Campomanes toma a veces palabrasprestadas del reformador Feijóo para los trances mássignificativos de la revolución; el reformador Jovella-nos, amigo de un Cabarrús y hasta cierto punto deun Campomanes, aparece fundido con los prohombresde la revolución. ¿Qué habría dicho Feijóo mismo sis'u vida se hubiera prolongado hasta principios del xix ?Quizá él mismo se sentiría abrumado por no poder dis-tinguir la reforma que él intentó de la revolución quehabían realizado quienes en cierta manera se presen-tan como sus continuadores. Pero hoy, ya casi a dossiglos de distancia, podemos medir los espacios de esaperspectiva y discernir y meditar la reforma, que, fun-dida a veces con la revolución, sembró Feijóo en lavida española del siglo xvm.

13.. FEIJÓO ANTE ESPAÑA.

Esta misma actitud crítica y reformadora que estan esencial a su obra, que sin ella perdería su signifi-cación, nos sirve para calibrar más justamente la po-sición de Feijóo ante España. ¿Fue Feijóo, en reali-dad, un ingenio poco español, censor de lo propio y ad-mirador de lo extraño? El que en esa tarea crítica seorientara fundamentalmente hacia los temas que afec-

122

Page 53: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJÓO Y EL PENS.'-.VIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

taban al conocimiento experimental de la naturaleza,como aguijón para los ingenios españoles de su tiem-po, quebrando así en cierta manera la tradición cien-tífica española y proponiendo a la admiración de suscontemporáneos ciencias surgidas en otros climas, y elque en esa tarea hubiera de recordar nombres como losde Newton, Galileo y Huygens y encomiar a Bacon,fundó ya en su tiempo esa aviesa leyenda, alimentadapor el odio implacable de sus enemigos. "No acabo deadmirar —decía Soto Marne— el violentísimo impul-so que agita la pluma de V. R., tan en agravio de laliteratura española." Y en cuanto a la novedad de suciencia, el mismo Feijóo hubo de explicar por qué noconsagraba sus desvelos al estudio de la Teología.

Innegable es esta actitud polémica de Feijóo, nosólo en ese campo de las ciencias matemáticas y natu-rales, sino, como hemos visto, en el mismo nuestro desu pensamiento político. Recordemos las condenacionestajantes con que enjuicia toda la literatura política in-mediatamente anterior y hasta, puestos a precisar ma-tices, observemos también que, aun donde se había pro-ducido más en consonancia con su pensamiento la lite-ratura política del XVIÍ, ha de reafirmar su autoridadcon una fuente extranjera. No deja de ser chocanteque para la condenación de Maquiavelo, tema predi-lecto y casi cansado de puro repetido en el pensamientoespañol, cite a Bacon y exponga su doctrina como quienexpone una novedad, o que al estudiar las diferenciasnacionales ofrezca el cuadro de un oscuro autor ale-mán y silencie a Saavedra, a quien tiene, sin embargo,tan presente en el pensamiento que reproduce algunode sus párrafos. Quizá fue snobismo, prurito de va-nidad o simple despreocupación unida a una admira-

123

Page 54: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

ción sin restricciones por ciertos pensadores extran-jeros, ingleses sobre todo. Pero, sea lo que fuere, esindudable que este dato afea a veces su obra y le daun pique de extranjerización intelectual.

Y, con todo, no vacilamos en afirmar la sinceridady sobre todo la espontaneidad de su patriotismo¡ porqueéste se manifiesta un poco a contrapelo y casi contrasu propia voluntad. Feijóo tiene el prejuicio raciona-lista de no enturbiar su crítica de parcialidades de Pa-tria, partido o comunidad, llevado a ese extremo, ma-niático a que llevó todos sus prejuicios intelectuales.Yo tengo para mí por seguro, y en esto estoy de acuer-do con Marañón, que nunca habría escrito sus discur-sos sobre las "glorias de España" sin el incidente conel Infante que los provocaron. No, no es ese amor deadulación fácil, que podrá ser respetable, porque unpoco así es el amor de las madres, la vena del patriotis-mo de Feijóo. Su amor es aquel que ante una llagano la disculpa ni la disimula, sino que no vacila en apli-car los remedios más ásperos para sanarla. Es eseamor, más verdadero y más difícil, que se niega a re-conocer lozanía en lo corrompido y hermosura en lodeforme. A Feijóo no le gustaba España porque laamaba sin amor ciego, sino con ojos muy agudos paraver. Y no silencia su daño, sino que lo clama, para quelo tuerto se enderece y lo turbio se purifique.

Así fue el amor a España de Feijóo, mil veces másfecundo que las adulaciones tópicas de alguno de suscontemporáneos. Feijóo asistió al agotamiento del pen-samiento clásico español, a los tratos para repartir Es-paña entre las potencias, a quince asoladores años deguerra civil y al desmembramiento de Gibraltar; en unapalabra, a la consumación definitiva de la derrota o la

124

Page 55: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FEIJOO Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

decadencia española. Si Feijóo adulara o cantara laperfección de la España de su tiempo, yo me negaría aconsiderarlo como un ingenio digno y sincero. Peroa Feijóo le "dolía" España, y de aquí la acritud conque denuncia la miseria y la mengua de la España quevivió.

14. EL IDEAL DEL PADRE FEIJÓO.

Digamos, para terminar, que Feijóo no fue uri crí-tico continuador que depura lo existente para volver arecobrar una dirección y un nivel anterior, sino un crí-tico reformador que aspira a imprimir en el orden yel pensamiento un nuevo sentido. El último fundamen-to del pensamiento de Feijóo debe buscarse, como he-mos indicado con reiteración, en el mismo pensamientocristiano español, especialmente en su dimensión uni-versalista (39), y vivísima es la huella de Juan LuisVives en sus temas y hasta en la manera de tratarlos.Del tratado de Concordia et discordia puede derivarsesu ideal de paz; el De cura pauperum influyó sin dudaen sus temas sociales, y ¿quién no identifica como vi-vista su actitud ante el problema de renovación de lasciencias? Ahora bien, a este sedimento de sus lecturasespañolas y de su formación eclesiástica sumó lo apren-dido y asimilado en la literatura extranjera e imprimiósobre ambas formaciones el sello de una concepciónpersonal de la vida, sin duda en contraste con el espí-

(39) Esta dimensión universalista de su pensamiento destacan ennuestros días Marañen (obra citada, pág. 46) y (Montero Díaz, en sunota "A propósito de un libro de Marañen", en 'Boletín de la Univer-sidad de Santiago de Cotnpostela, núm. 23, enero-marzo 1935, pág. 214.

125

Page 56: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

LUIS SÁNCHEZ AGESTA

ritu misionero, militar y europeo de la España de Ios-siglos precedentes.

No vamos a insistir en lo extraño que pudo asimi-lar, ni en las fuentes de que se sirvió, porque algoqueda ya indicado sobre este punto y Feijóo nos lorefiere puntualmente en cada pasaje. Más bien nos in-teresa destacar ese sello de su idiosincrasia personal,del que quedó marcadísima huella en su pensamiento'político. Y en esta idiosincrasia del benedictino distin-guimos como primera faceta ingrata una frialdad in-telectual, de la que participan esa extremada y maniá-tica imparcialidad y ese prurito por deshacer toda emo-ción y todo afecto del que no quepa una explicación"racional". Pero junto a ésta hallamos esa otra fazmás noble y simpática de Feijóo, que nos permite ali-nearlo, sin rubor, entre los clásicos de nuestro pensa-miento. Y curioso es advertir que cuanto se adelantaa un primer término esta otra inspiración de su plumase deshace aquella frialdad y se hincha su palabra desentimiento.

Este noble ideal de Feijóo está encarnado en la vida,sencilla que atesora su virtud sin asperezas ni aparien-cias ruidosas; en los espíritus mansos y misericordio-sos que saben, sin embargo, mostrar los quilates de sualma en el toque de las grandes ocasiones. Delicioso,y valiosísimo para fijar este carácter, es aquel pasajeen que reprueba al santón que confunde el ceño y elescrúpulo con la virtud y nos ofrece como contraste alsabio, justo y discreto Tomás Moro, "abierto, dulce,,urbano, festivo..., sin el menor resabio de austero", quefue, sin embargo, el mismo, maltratado que favorecido,prisionero de Estado que canciller de Inglaterra, el mis-mo en la cárcel que en el solio, pero que "en la adver,-

126

Page 57: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

FE1JO0 Y EL PENSAMIENTO POLÍTICO ESPAÑOL

sidad hizo visible todo su corazón, del cual la mayory mejor parte estaba antes oculta..." (40). ¿Se com-prenden ahora las diatribas de Feijóo contra el "noblefantasmón", el soberano "deificado", el político ambi-cioso o el héroe injusto? Con delectación repite nues-tro benedictino la enseñanza evangélica: Beati mites,beati misericordes, beati pacifici. Bienaventurados losmansos, los misericordiosos y los pacíficos. Y fue eseideal de paz, de sencillez y misericordia el que encarnóen su vida y en su obra y hasta el que cualifica a vecesla sencilla gracia de su estilo (41). ,

Luis SÁNCHEZ AGESTA.

(40) Teatro critico, IV, i.(41) El presente ensayo es un resumen parcial del prólogo del volu-

men dedicado al pensamiento político del P. Feijóo en la colección dela B. E. D. E. P., de próxima aparición. Alli pueden encontrarse docu-mentadas y razonadas algunas afirmaciones que en este ensayo puedenparecer formuladas con ligereza.

Page 58: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que
Page 59: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que

N O T A S

Page 60: Feijóo y la crisis del pensamiento político español en el ... · en todos los testimonios (incluso en ese mismo inven-tario de Menéndez y Pelayo a que nos referíamos), sino que