f a l s o
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pps que corre por la red siendo solo una inocentadaTRANSCRIPT
¡¡El gran HOaX!!
¡¡tHE big HOaX!!J.Lorea
Stonehenge: La Gran Mentira
National Geographic destapa el fraude de
Stonehenge
¡Terminaremos por no creer en nada!.
La revelación que hace la revista National Geographic en su número de enero va a poner patas
arriba el mundo de la Arqueología y abrirá el año 2010 con uno de los mayores escándalos científicos de la historia. En un artículo titulado “Stonehenge, the big hoax”, adelantado en la edición digital de EEUU, el arqueólogo Mike Parker Pearson pone
encima de la mesa las pruebas que demuestran que el 90% de las piedras que hoy vemos en Stonehenge
no pertenecen a la formación original y fueron colocadas en sucesivas “restauraciones” como parte de un gran montaje. Y para atestiguarlo, aporta la correspondencia entre los autores del engaño y las
autoridades británicas desde el año 1898 en adelante.
Entre la documentación aportada por Parker Pearson hay cartas, planos, bocetos del proyecto y una colección de fotografías que hasta ahora no habían visto la luz. En muchas de ellas puede observarse a los operarios al
servicio de Su Majestad levantando con grúas las pesadas piedras y colocándolas unas sobre otras para simular una
gran formación de megalitos. “Debemos construir algo grande”, aseguraba el ingeniero jefe en una misiva de
febrero de 1901, “un monumento que ponga Gales en la mente de todos y haga palidecer los hallazgos del
continente [franceses]”.
El autor del artículo, el profesor Parker Pearson, lleva más de diez años dedicado al estudio de este monumento y es el primero en reconocer, con cierto sonrojo, que él mismo ha sido víctima de un montaje de proporciones colosales que ha durado más de cien años. Pearson se topó con la primera pista mientras realizaba un análisis rutinario de
la base del altar central, durante uno de los muchos trabajos que ha realizado en la zona.
Como parte del análisis, su equipo analizó esta roca y el resto del círculo central que aparecen
en los pocos grabados del monumento anteriores al siglo XX y las comparó con el conjunto. El resultado les dejó sin aliento:
cerca del 90% de las grandes rocas de dolerita presentaban una variedad de feldespato
incompatible con las rocas de las colinas de Preseli, de donde proceden los megalitos más
antiguos. En otras palabras: algo no encajaba en el puzle de Stonehenge.
Intrigado por los datos, Pearson comenzó a indagar sobre la historia de la excavación y empezó a atar cabos. Revisó los
primeros planos de Stonehenge, la documentación primigenia y llegó hasta un misterioso personaje llamado William Gowland, que había trabajado en una primera “restauración” del monumento en
1901. Después de dos años, la investigación le llevó hasta una vieja mansión en Amesbury, perteneciente al propio Gowland, y a varias casas en el entorno de Stonehenge, donde encontró todas
las claves para desmontar el engaño.
Los documentos oficiales reconocen a William Gowland como el ingeniero que ayudó en 1901 a restaurar parte de la formación y a levantar la piedra 56, en la parte oeste
del gran Trilithon, pero la realidad es que añadió al menos una docena de piedras más y tramó el plan para que en los años posteriores se añadieran decenas de ellas sin
conocimiento de la opinión pública.
“La cabeza me daba vueltas”, escribe Parker Pearson en National Geographic. “Había decenas de cartas entre Gowland y alguien del gobierno
que firmaba como 'Mr. H' en las que detallaban un meticuloso plan para convertir la zona en un foco de
atracción basado en la cultura druida, y que debía mantenerse en el más absoluto secreto".
Por lo que se deduce de las notas, el plan fue tramado por el círculo de amistades de Gowland, que incluía a Alfred Harvey (muy bien situado en las más altas esferas de la administración y posible 'Mr. H') y varios poetas de poco
renombre y especialmente interesados por la historia británica.
De pie, en el centro, William Gowland posa junto a varios de los
artífices del engaño (1901)
"Será como un sueño druida", escribía el poeta Milton Partridge en una carta a Gowland. "Debéis hacer algo a la
altura de sir Walter Scott, digno del Rey Arturo". En otro de los documentos, firmado por un amigo astrónomo de
Gowland, Douglas Byron, se presentan varios mapas del cielo de Gales durante el solsticio de verano y la disposición
que deben tener las rocas para conseguir el alineamiento. "Es una planificación concienzuda", insiste Parker Pearson, "se tomaron tiempo de pensar hasta en el último detalle".
“Las fotografías acabaron de convencerme”, asegura Pearson. Algunas estaban en las casas y otras se las han proporcionado fuentes del gobierno británico, que siguen
desde hace meses su investigación y que, aunque no se han pronunciado, tampoco han negado los hechos.
La investigación de Pearson revela que hubo tres "restauraciones" sucesivas, en 1901, 1919 y 1920, y una
última en 1958, en las que se añadieron rocas y monolitos falsificados y se ocultó la información a la sociedad británica. Las pruebas fotográficas y documentales muestran que todo fue una gran mentira aunque, como dice Pearson, “parece
increíble que algo tan evidente haya tardado tantos años en salir a la luz”.
La documentación original tardará varias semanas en ser publicada, pero las pruebas que presenta National Geographic
en este número especial de enero parecen tener suficiente contundencia como para hacer tambalearse el mito de
Stonehenge y cuestionar la forma en que ha trabajado la Arqueología en los últimos años.
* Gracias a Walter Mills, de la edición estadounidense de National Geographic, por haberme dado permiso para
ofreceros un adelanto :-)* Actualización 1.00 a.m.: Parece que la afluencia de visitas
ha tirado temporalmente la web de National Geographic. Seguramente volverá en unas horas :-(
Stonehenge: La Gran Mentira
¡¡COMPlEtaMEntE FalSO!!
Anda circulando por ahí este pps, que simplemente fue una broma para el dia
de los Santos Inocentes y para evitar que siga el error, aquí os mando las
disculpas del autor de la broma.
http://www.fogonazos.es/2009/12/asi-la-lie-parda-con-el-hoax-de.html
J.Lorea
Sí, eso que veis aquí es un tuiteo desde la cuenta oficial de la revista National Geographic en el que desmiente que exista ningún artículo sobre el fraude de Stonehenge en su página. Lo que empezó siendo una ocurrencia para el Día de los Inocentes ha terminado alcanzando unas dimensiones que ni yo mismo podía prever, hasta el punto de que la revista ha tenido que salir a explicarlo.
Efectivamente, la entrada "National Geographic destapa el fraude de Stonehenge" es falsa de principio a fin. La idea se me ocurrió el año pasado, pero una gripe me impidió escribir el texto y lo tuve que posponer. Las fotografías, pese a lo que algunos habéis pensado, son reales, no se trata de ningún truco de Photoshop. Lo único que añadí fue el marco negro y el logo de National Geographic, para añadirle credibilidad. (Seguir leyendo)
La broma se me ocurrió leyendo la propia revista, un número de 2008 donde aparecía una de las fotos de las grúas. Las imágenes corresponden a las sucesivas restauraciones que se han hecho del lugar, pero por supuesto NO se han añadido piedras falsas. Todo es una invención.
Para darle verosimilitud añadí personajes reales a la trama. Mike Parker Pearson es un arqueólogo experto en Stonehenge (espero que el hombre me perdone) y William Gowland, el malvado ingeniero que empezó el plan, existió y colaboró en la restautración de 1901, pero todo lo demás es mentira. La historia de los falsos poetas se me ocurrió contemplando la imagen de los tipos merendando junto a las piedras, me recordaron al típico grupo de chiflados con ganas de cambiar el mundo.