exorcismus missionalis
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exorcismus missionalis:
Señor, Dios todopoderoso,misericordioso y omnipotente, Padre,Hijo y Espíritu Santo, expulsa de él todainfluencia de los espíritus malignos.
Padre, en el nombre de Cristo te pidoque rompas toda cadena que losdemonios tengan sobre esta persona.
Derrama sobre él la preciosísima sangrede tu Hijo. Que su sangre inmaculada yredentora quebrantetoda atadura que exista sobre su cuerpoy su mente.
Todo esto te lo pedimos por intercesiónde la Santísima Virgen María. SanMiguel arcángel, intercede, ven en suayuda.
En el nombre de Jesús ordeno a tododemonio que pueda tener algunainfluencia sobre él, que salga parasiempre. Por su flagelación, por sucorona de espinas, por su cruz, por susangre, por su resurrección, ordeno atodo espíritu maligno que salga.
Por el Dios verdadero, por el Dios santo,por el Dios que todo lo puede, te ordenodemonio inmundo que salgas en elnombre de Jesús, mi Salvador y Señor.Amén.
En
efecto, la enfermedad se entiende como
medio de unión con Cristo y de
purificación espiritual y, por parte de
aquellos que se encuentran ante la
persona enferma, como una ocasión
para el ejercicio de la caridad. Pero no
sólo eso, puesto que la enfermedad,
como los demás sufrimientos humanos,
constituye un momento privilegiado
para la oración: sea para pedir la gracia
de acoger la enfermedad con fe y
aceptación de la voluntad divina, sea
para suplicar la curación.
La oración que implora
Obviamente, el recurso a laoración no excluye, sino que alcontrario anima a usar los mediosnaturales para conservar y recuperar lasalud, así como también incita a loshijos de la Iglesia a cuidar a losenfermos y a llevarles alivio en elcuerpo y en el espíritu, tratando devencer la enfermedad. En efecto, "esparte del plan de Dios y de suprovidencia que el hombre luche contodas sus fuerzas contra la enfermedaden todas sus manifestaciones, y que seemplee, por todos los medios a sualcance, para conservarse sano". (17)