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FILOSOFIA
Universidad Autónoma Metropolitana IZTAPALAPA
CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES "
Etica y estCtica en el sentido de la
vida en la filosofía de Wittgenstein
T E S I N A
LICENCIADO EN FILOSOFIA
SILVIA ALICIA NAVARRO TORRES
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE
P R E S E N T A
Asesor: Mtro. Guillermo Zambrana Castañeda y
MEXICO, D. F.
A mi madre
Porque no sólo me dio la vida, también me mostró su sentido y desde que se fue busco afanosamente y cada día un motivo más para seguir viviendo corno ella lo hizo .. . apasionadamente
A mi padre
Por todo tu amor, paciencia y comprensión. Por tu infinito apoyo en los tiempos difíciles Te quiero
Con profundo agradecimiento a la Dra. Laura Hernández por invitarme a penetrar en el mundo de Wittgenstein.
¡NDlCE
I . PENSAMIENTO, LENGUAJE Y MUNDO
1.1 El sujeto como limite del mundo
1.2 El sujeto metafísico
I I . LO MíSTICO
2.1 Dios
2.2 Felicidad 1
2.3 La muerte
111. LA VOLUNTAD
3.1 Voluntad y fe
IV. RELACIóN ENTRE ÉTICA Y ESTÉTICA
4.1 Las maravillas de la naturaleza
4.2 Relación ética-estética
V. DEL TRACTATUS LóGICO PHILOSOPHICUS A LA
CONFERENCIA SOBRE ÉTICA
Conclusiones
Bibliografia
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Ludwig Wittgenstein es un personaje fascinante de la primera mitad de
nuestro siglo, parteaguas de la filosofía moderna y piedra de toque para la
lingüística pues en las lnvesfigaciones Filosóficas hace una magnífica descripción
de los juegos del lenguaje y sus usos. Su inclinación ética e intelectual se refleja
en sus obras filosóficas que, encarnan de modo original y desgarrado el espíritu
europeo en un mundo en el que nada sólido permanecía bajo los pies. En su
búsqueda del sentido de la vida, y a través de el Tractatus Lógico-Philosophicus,
otorga un lugar a la ciencia dentro del mundo. Un mundo contingente el cual se
compone únicamente de lo que acaece. “El mundo es todo lo que acaece”.’ En
este mundo solo puede decirse aquello que tenga referencia en \os hechos y sea
susceptible de traducirse en una fórmula lógica. Pero esto no me dice nada sobre
la vida, sobre su sentido. Porque de aquello que realmente afecta al ser humano,
de lo que es realmente importante está prohibido hablar, ya que al hacerlo de
nuestros labios sólo brotarán sinsentidos. Pues el sentido del mundo no pertenece
al mundo, no es un hecho. La ética, la estética y la religión son sobrenaturales, no
las encontramos dentro del mundo sino inmanentes a él.
Todo lo anterior lleva a Wittgenstein a la creación de un ideal ético en el
que verdad, belleza y bondad se ven como sinónimos en una y la misma cosa: el
2
sentido de la vida Pero "de lo que no se puede hablar hay que callar".' Sin
embargo, Wittgenstein no se resigna al silencio, valiéndose de la metafora como
medio para expresar aquello que lícitamente no podria ser dicho, muestra los
rasgos de su ética y plantea una nueva forma de ver el mundo y de ver la vida.
Wittgenstein representa la transgresión de los límites, el hombre que centra
al hombre mismo como frontera, sin saber hasta dónde se encuentra en los
terrenos de lo indecible y hasta dónde inmerso en lo inefable, en lo meramente
mcstrable. En su,búsqueda del sentido de la vida se aferra a la noción de ética
como punto de partida y apoyo incondicional de sus investigaciones. Sosteniendo
que ética y estética son la misma cosa.
Para comprender la perspectiva de Wittgenstein con respecto al sentido del
mundo es necesario presentar en primera instancia los fundamentos de su
filosofía, por tal motivo el trabajo inicia con los conceptos de Pensamiento,
Lenguaje y Mundo Ya ubicados en el mundo de lo decible podremos hacer
referencia a lo que por definición sólo es mostrable y clarificar acerca de los temas
que dan sentido a la vida. Entonces a la manera Wittgensteiniana, habremos de
arrojar la escalera una vez que llegamos a la cima y tenemos la total visión del
mundo. Tal es la intención del presente trabajo: contar con una clara visión sobre
los conceptos de ética y estética en la filosofía de Wittgenstein y la relación que
con el sentido del mundo y de la vida tienen.
Y parafraseando a Manuel Cruz en la introducción de la Conferencia sobre Ética
termino con esta frase De lo que no se puede hablar, lo mejor es escribir.
' Ihrd Aforismo 7
Lenguaje y pensamiento no pueden darse por separado, sino formando un
binomio que nos figurará la realidad y todo cuanto pudiera tener sentido en el
mundo de lo decible, ¡ .e . , en el mundo de las posibilidades lógicas. Wittgenstein
desarrolla en su Tractatus Logico-Phdosophicus (TLP) una teoría del pensamiento
a través de una teoría del lenguaje. Ante la imposibilidad de delimitar los alcances
del pensamiento, realiza un análisis del lenguaje para trazar los limites de lo
pensable sobre la base de que sólo aquello que pueda ser expresado en lenguaje
lógico podrá ser pensado; y todo aquello que no pueda referirse o reducirse a una
fórmula lógica no tendrá espacio en el pensamiento y pasará a formar parte del 1
conjunto de los sin-sentidos
El lenguaje expresa la totalidad de los hechos, los hechos, asi como las
fórmulas verbales que los describen componen el mundo real. El pensamiento
solo puede expresar -"mediante el lenguaje- hechos que han acaecido en el
mundo, de tal manera que cuando Wittgenstein traza los límites del lenguaje, está
también trazando los limites de la realidad. Todo aquello que está fuera de esta
delimitación, que no tenga como referencia un hecho que sea el caso en el mundo
y que pueda ser expresado mediante una fórmula lógica, deberá ser tomado como
un sin-sentido.
El Tractatus es una investigación cuya tarea quiere precisar las condiciones
lógicas que hacen posible la expresión, en el lenguaje, de los hechos del mundo;
no una descripción de realidades metafísicas más allá de éI, pero también es una
investigación ética en un sentido muy amplio, porque lo que verdaderamente
importa a Wittgenstein esclarecer son justo las condiciones de posibilidad de todo
S
enunciado de valor. Y en este punto, la condición de posibilidad es una manera de
captar el mundo, un sentido del mundo como un todo limitado, sub especie aeferni
en la callada contemplación mística (TLP 6.45). Sobre este tema volveremos más
adelante
Puesto que el lenguaje refleja la totalidad de los hechos del mundo y del
pensamiento, podemos concluir que pensamiento y mundo se emparejan de tal
manera que sus limites son los mismos. Ya que el lenguaje del mundo posible
puede reducirse a fórmulas lógicas, reflexionemos en el siguiente argumento:
"El mundo es todo lo que acaece." "Lo que acaece, el hecho, es el darse efectivo de estados de cosas." "El estado de cosas es una conexión de objetos (cosas)." "Los objetos forman la sustancia del mundo "
Del argumento anterior se deriva claramente que el mundo no es más que el
conjunto de hechos, cosas ,que en éI acaecen, así como todas las conexiones
que entre ellos puedan darse. Observemos ahora el argumento del lenguaje:
"La totalidad de las proposiciones es el lenguaje." ' "La proposición es una figura de la realidad " "La proposicion mas sencilla, la proposición elemental, afirma el darse efectivo de un estado de cosas." "Los signos simples usados en la proposición se llaman nombres " '" "El nombre significa el objeto. El objeto es su significado." "
' WIr'fGf':NSTEIN, Ludwig. Tracrufus /.o~rc~o-I'ltilo.s~~pplticus. Ed. Alianza. 1989. A h iw1o I
' Ihrcl. Aforismo 2.
' Ihrd. Aforismo 2.01
' Ibid. Aforismo 2.02 I
' Ibrd. Aforismo 4.001
Ihrd Aforismo 4.021
Ihid. Aforismo 4.2 1
"' Ihrd. Aforismo 3.202
I ' Ihrd. Aforismo 3.203
6
De lo anterior deducimos que las proposiciones del lenguaje se refieren a
objetos del mundo, su significado está dado por el objeto que en el mundo refiere
al lenguaje, el cual me permite traducir los objetos y hechos del mundo real y
posible en proposiciones lógicas que expreso a través del lenguaje. Los límites de
ese lenguaje lógico serán los límites del pensamiento y édos quedarán trazados
por el sujeto quien es capaz de pensarlos y expresarlos.
El que una teoría del lenguaje pueda constituirse en teoría de la realidad se
debe a que lenguaje y mundo tienen un elemento común: su forma. La forma
lógica del lenguaje puede descubrirnos la forma lógica de la realidad porque
ambas son una y la misma.
*
Para trazar un limite es necesario tener en cuenta ambos lados del mismo,
pero el pensamiento no puede salirse de su propio dominio y acceder a lo
impensable. En consecuencia, el único modo viable de delimitar los dominios del
pensamiento y con esto marcar también los limites del mundo, será a través de su
expresión; esto es, el lenguaje .
La discusión sobre lo que se puede pensar se convierte asi en una
investigación acerca de lo que se puede decir, pues la prueba palpable del
pensamiento es el lenguaje, de tal manera que el lenguaje refleja el pensamiento,
tornando el pensamiento en espejo de la realidad, es decir, del mundo. Así,
llegamos a la conclusión de que el estudio del lenguaje se constituye como
condición necesaria y suficiente del conocimiento del mundo.'*
La teoría del lenguaje constituye entonces el punto de partida del Tractatus,
delimitando al unísono: pensamiento, mundo y lenguaje.
1.1. EL SUJETO COMO LíMITE DEL MUNDO
“Los limites de mi lenguaje significan los límites de mi m ~ n d o . ” ’ ~
Si el lenguaje refleja los hechos del mundo, y me refiero a todos los hechos,
y a su vez el mundo no es más que el conjunto de los hechos, los límites de
lenguaje y mundo coincidirán de manera necesaria. El lenguaje sólo llegará hasta
donde llegue el mundo y viceversa, allá donde el lenguaje no pueda llegar
tampoco llegará el mundo, ya que no hay hecho que no pueda ser figurado en una
proposición
La lógica llena el mundo; los límites del mundo son también sus limites ,
Por tanto, no podemos decir en la lógica lo siguiente: esto y esto hay en el
mundo, aquello no, pues esto presupondría, aparentemente, que excluimos
ciertas posibilidades, y ello no puede ser el caso, porque, de otro modo la lógica
tendría que rebasar los límites del mundo, si es que efectivamente pudiera
contemplar tales límites también desde el otro lado.
“Lo que no podemos pensar no podemos pensarlo; as¡ pues, tampoco
podemos decir lo que no podemos pen~ar . ” ‘~
TLP Aforismo 5.6 lhid Aforismo 5.62
8
Con este afortsmo queda claramente explicado por qué lenguaje y mundo
coinciden en sus límites; y esto es porque ambos se rigen por las mismas leyes;
las de la lógica. Ahora bien, la lógica tampoco puede traspasar los limites, ya que
ningun hecho lógico puede quedar fuera del mundo. La lógica no puede
determinar el mundo desde fuera, pues para salir del mundo tendria que salir
fuera de ella misma. La lógica puede trascender la esfera de los hechos efectivos
--de la verdad--- pero no de los hechos posibles -4e l sentido-. Lo que está
fuera del mundo es sin-sentido y por consiguiente alógico y la lógica no puede
acceder a lo que no esté regido por sus propias leyes. 9
La lógica determina desde dentro lo que está contenido en ella, pero no
puede establecer qué es lo que no contiene; siendo el lenguaje la expresión del
pensamiento, resulta obvio que no se puede decir aquello que no puede ser
pensado Lo que mi lenguaje delimite será necesariamente mi mundo, el mundo
que hay para mí, que yo puedo conocer y que está compuesto de los hechos que
mis proposiciones pueden describir. En consecuencia, el mundo que el lenguaje
" m i I e n g u a j s limita es mi mundo. Este es el argumento solipsista que contiene
la estructura fundamental del Tractatus y que le impide trascender a lo mistico. El
mundo se constituye sólo por aquello que es pensable y a su vez por lo que puede
expresarse de manera lógica por el lenguaje y quien realiza todo este proceso es
el sujeto; y más específicamente aún, el sujeto soy yo, entonces el mundo tiene
una delimitación más clara; pues el mundo se tornará en mi mundo, y el lenguaje
en mi lenguaje, y pasaré así a formar parte de esa delimitación conviertiendome
como sujeto, en límite y no en parte del mundo mismo. S610 cuando me
reconozco como límite del mundo puedo acceder a lo mísitico, pues entonces
estoy en posición de contemplarlo. Es posible que no pueda explicarlo pero se me
muestra y lo comprendo. Estamos hablando ya de un sujeto metafísico.
El problema del solipsista es que al negar la existencia de lo que no sea el
mismo y sus experiencias, es incapaz de señalar lo que según éI no existe, pues
está fuera de su mundo. AI no existir nada más que su mundo, el solipsista ha de
trazar sus límites desde dentro, con lo que carece de punto de comparación
exterior.
Entonces aquí surge la necesidad de un sujeto metafísico quien sí pueda
contrastar las cosas que existen en su mundo lógico con aquellos sinsentidos que
también forman parte de éI y que son necesarios para darle una delimitación más
clara; al respecto Pilar López de Santa María nos dice: "Lo que el solipsismo
supone en el Tractatus es una transposición lingüística de la postura kantiana
según la cual la forma de la experiencia es subjetiva en un sentido trascendental o
metafísico, ya que el sujeto que impone sus estructuras mentales a la experiencia
es el sujeto metafísico, distinto del sujeto empírico que forma parte del mundo.
Pero, el lenguaje es mi lenguaje, el único que yo entiendo, y de ahí que el sujeto
metafísico, el que entiende y usa un lenguaje, constituya el límite de 10 real."'5
10
1.2. EL SUJETO METAFíSICO
La concepción del sujeto metafísico como limite del mundo se desarrolla en
estrecha conexión con el solipsismo. Sólo lo contingente puede ser descrito, pero
el solipsismo es inefable debido a su carácter de verdad necesaria; es una verdad
que únicamente se muestra por que el yo solipsista queda fuera del dominio de
los hechos y consecuentemente no puede ser expresado. 1
Ahora que hemos llegado a este punto es necesario distinguir que en el
Tractatus encontramos dos sujetos diferentes: el sujeto empírico y el sujeto
metafisico. por lo que se hace necesaria una clara explicación de qué refieren
cada uno de ellos.
El sujeto empírico es el yo en el cual radica el pensamiento de las
proposiciones y que en cuanto hecho forma parte del mundo y puede ser
conocido empíricamente. El yo empírico pertenece al mundo, es el que piensa las
proposiciones y representa los hechos. Pero el yo empírico no es un objeto simple
del mundo y , puesto que la única sustancia del mundo son los objetos simples,
¿qué es entonces el sujeto empírico? El yo debe concebirse como pensamiento o
sucesión de pensamientos. de tal manera que si el mundo no es más que la suma
de sus hechos, el sujeto pensante no es más que la suma de sus pensamientos.
Entonces al hablar del sujeto empírico no podemos evitar su carácter complejo
aun cuando se encuentra formando parte del mundo donde no existen más que
proposiciones simples.
Quien piensa y forma figuras de los hechos es el sujeto empírico, pero e!
sujeto metafísico es quien compara esos pensamientos con la realidad a fin de
determinar su verdad o falsedad. En ese sentido, el sujeto metafísico tiene
conocimiento, aunque el suyo es un conocimiento de lo que sólo se puede
mostrar y no describir. Porque los sin-sentidos no forman parte de la ciencia ni de
la lógica, no pertenecen al terreno de los hechos, no acaecen y por tanto sólo
pueden ser mostrados.
Encontramos que el sujeto metafisico es el sujeto del solipsismo, el cual se
encuentra en el límite del mundo pero que no es de naturaleza pensante sino
volente. Cabe ahora cuestionarnos ¿cómo puede un sujeto, cuya naturaleza no es
pensante sino ética, limitar al mundo a través de su lenguaje? El lugar que ocupa
el sujeto metafísico en el Tractatus puede considerarse análogo al de la lógica,
ésta limita al mundo, pero al mismo tiempo no pertenece a éI por que es
necesaria. Es condición de posibilidad de todo decir pero no dice nada.
El sujeto metafísico es condición de posibilidad del lenguaje y del
pensamiento, pero no piensa ni forma representaciones lingüístic.as. Quien piensa
y utiliza las proposiciones es el sujeto empírico, pero el fundamento ultimo de su
pensamiento y de su lenguaje se encuentra en el sujeto metafísico. Es éI quien
constituye la intencionalidad del pensamiento y el lenguaje del sujeto empirico. De
la misma forma que la lógica presta al sentido su aspecto formal, el sujeto
metafísico, en virtud de su condición ética, le proporciona su contenido m& pleno.
12
No he de vivir para siempre:
déjame, que mis dias son un soplo
¿Qué es el hombre para que le des importancia,
para que te ocupes de éI, 1
para que le pases revista por la mañana
y lo exatnines a cada momento?
¿Hasta cuándo no apartaras de mi la vista
y no me dejarás ni tragar saliva?
Si he pecado, ¿qué te he hecho7
Centinela del hombre.
¿por qué me has tomado como blanco
y me he convertido en carga para ti?
Job.
CAPíTULO II
LO M~STICO
13
Lo que Wittgenstein pretendía en el Tracfatus no era otra cosa sino marcar
los límites del pensamiento a través del lenguaje, encontrando en su empresa un
obstáculo insalvable, esto es, la necesidad de considerar ambos lados del lírnite.
Ya ubicados en esta problemática, nos adentramos en los terrenos de lo decible y
lo indecible, que será la medida justa para dar la pauta y delimitar en dónde se
ubican cada uno de nuestros pensamientos "dentro aquellos que puedan ser
formulados mediante una proposición lógica y fuera del mundo los que no sean
susceptibles de tal condición" de tal manera, es necesario introducir una nueva
categoría para aquello que no podamos cualificar o explicitar: lo irefable.
"Lo inexpresable, ciertamente, existe. Se muestra. es lo mistlco."'6
Lo inefable es lo que está más arriba, lo que, por así decirlo, envuelve al
mundo y de ese modo lo limita y configura. Lo inefable es aquello que rodea
nuestro mundo lógico, ocupa el terreno de lo trascendente y como característica
última y principal no es decible sólo mostrable. Otra equivalencia de esta
inefabilidad es lo místico; el concepto de lo místico se refiere en el Tractatus al
sentido del mundo en su totalidad: no a cómo sea el mundo sino a que el mundo
sea, a su existencia. Esta necesidad de ver lo extramundano como algo místico
responde de algún modo a la eterna pregunta existencialista: ¿por qué el ser y no
la nada?
"" - I(' 7LP Aforismo 6.522
14
' No corno sea el mundo es lo mistlco slno que sea " l i
"La vwón del mundo sub speoe aeterm es su vrslón corno-todo-limitado El sentlmlento del mundo como todo lmtado es lo rnistlco
Podemos ahora definir al Tractatus Lógico-Philosophicus como una teoría
de lo decible y lo indecible; el hecho de que Wittgenstein pretenda hablar de lo
que sólo puede ser mostrable. es decir, de lo místico, se debe a que es eso lo que
a éI le preocupaba fundamentalmente.
La tarea que plantea el conocimiento de los hechos es la búsqueda de por
qué hay un munqo y cuál es su sentido. Cuando escribió el Tractatus se propuso
abarcar todos los hechos que conforman el mundo, dándoles sentido a través de
formas lógicas, buscando así el argumento original que motivara la creación y
razón del mismo. Sin embargo encontró que este mundo construido de meros
hechos constaba de una aridez terrible e inhumana. Tuvo entonces la necesidad
de recurrir a aquello que a pesar de no ser parte del mismo, pero que por estar
por encima de éI, como envolviéndolo, es lo que le da sentido: lo místico.
AI asombrarse de que el mundo exista, aun sin argumentos de necesidad y
universalidad, el filósofo está adoptando una postura de misticismo. Y es sólo
entonces cuando podrá comprender el sentido de la vida y del mundo. A eso nos
remite la penúltima entrada del Tractatus, misma que da la clave para el
esclarecimiento de la intención de todo el libro.
Mis propostclones esclarecen porque quien me entiende las reconocc al final como absurdas, cuando a traves de ellas sobre ellas -- ha salido fuera de ellas (Tiene, por así decirlo. que arrojar la escalera después de haber subido por ella ) Tiene y e superar estas proposiciones; entonces ve correctamente el mundo.
Siguiendo las indicaciones, tiraremos la escalera constituida por todo lo que
acaece en el mundo, subir por ella significa salir del mundo. Situándonos en el
limite pasamos a un estado de conciencia que nos permitirá ver el mundo en su
totalidad, sin olvidar, claro, la magia que lo envuelve, la forma en que
interpretemos ese aspecto místico será el sentido que le daremos a ese conjunto
de hechos que se llaman vida. El tener conciencia del todo nos permite tener una
perspectiva personal y así poder definir qué sentido dar a la propia vida,
convirtiendo así el mundo en mi mundo. De esta manera el sujeto se constituye en
límite del mundo, condición sin la cual le sería imposible mirar ambos lados del
mismo.
Analicemos ahora a qué se refiere lo místico más específicamente y cuál es
su relación con el mundo. “La cuestión general acerca del sentido se concreta
para Wittgenstein en tres temas fundamentales a los que dedica una breve parte
de sus investigaciones: se trata de las cuestiones acerca de Dios, la muerte y la
felicidad”20 El motivo es porque estos son los problemas que afectan al hombre y
para los cuales no hay solución, ya que no pueden siquiera ser planteados
l 9 I L P Aforismo 6.54
‘ ‘I Or (’ i t. LOPEZ DE SANTA MARíA. p. 87
2.1 DIOS
'Dios no se revela en el mundo ""
Esto dice Wittgenstein en su Tractafus, pero el que no encontremos a Dios
en ningún hecho del mundo no significa que no existe. Por el contrario, no se
revela porque está implicito en todos los hechos del mundo, es decir, el que el
mundo exista es Dios. Si Dios no se revela en el mundo, es únicamente porque
Dios es, según Wittgenstein, el sentido del mundo. El problema del mundo
consiste precisamente en que está ahi, en que los hechos ocurren t
independientemente de mi voluntad. En la medida en que el mundo me es dado
me hace sentir de alguna manera dependiente de algo que es ajeno a mí, ese
algo no es más que el sentido de que los hechos acaezcan. De tal manera que
Dios es el mundo independiente de mi voluntad.
Sin embargo, el hombre puede hacerse independiente del mundo
renunciando a ejercer alguna influencia sobre él. Si la voluntad desiste de cambiar
unos hechos que le son impuestos y no tiene la facultad de cambiar y se dedica
sólo a alterar los limites del mundo, i.e su visión como un todo, entonces puede
darle su propio sentido, hacer que el mundo sea su mundo. Todo lo anterior
tendria como objetivo final hacer que el sujeto llegue a ser el sentido del mundo.
Wittgenstein era un hombre sumamente religioso pero poco ortodoxo. La
suya fue una religión ética que, al igual que la etica misma, constituye una actitud
que afecta a la persona y sólo a ella.
? ' T1.P Afoorisnio 6.437
17
"Creer en Dios quiere decir comprender el sentldo de la vida Creer en Dios quiere decir ver que con los hechos del mundo no basta Creer en Dios quiere decir ver que la vida tiene un sentido."22
La religión pertenece al dominio de lo inexpresable, el lenguaje sólo puede
entrar en la religión como un componente o manifestación suya, no como una
descripción. Dios pertenece a lo místico porque no necesita el lenguaje para
expresarse, porque la fe no reconoce reglas ni necesita explicaciones. El creyente
simplemente cree, no se cuestiona, no duda. El concepto de Dios no puede
cuestionarse porque no hay explicación que convenza; Dios se muestra y el sujeto
interpreta sus manifestaciones esa es una actitud mística.
2.2 FELICIDAD
El premio a las buenas acciones es la felicidad. Pero éSta no puede ser
entendida como una consecuencia que ocurra posterior a una acción moral, sino
como algo implícito 4'nmanente- a ella. Puesto que la felicidad se identifica con
la bondad moral, ser feliz será equivalente a ser bueno. La felicidad se encuentra
intimamente ligada con la ética de tal manera que los buenos son aquellos que
tienen una visión feliz del mundo; es decir, los que viven de acuerdo con el mundo
por haber hecho suyo el sentido del mismo.
En el Diario Filosófico encontramos la siguiente consigna:
"¡Vive Feliz!"23
WII'I'GENSTEIN. 1,udwig. Dlario Filoscjfico. Ed. Ariel. p. 128 / h id . p. 129
18
La cual tiene el mismo valor que un imperativo categórico, al menos así lo hace
sentir Wittgenstein al usar tal frase como conclusión de sus argumentos. Sin
embargo, le atormentaba demasiado el tema de la felicidad, quizá por su carácter
perfeccionista o por que no podía negar la terrible depresión que le acompañaba.
Más adelante en el Diario Filosófico encontramos la forma idónea para ser feliz y
podemos observar que finaliza con la misma sentencia de la cita anterior
"LCómo puede el ser humano asplrar a ser feliz SI no puede resguardarse
Por la vtda del conocirnlento. precisamente La buena conciencia es la felicidad que procura la vida del conocimiento. La vtda del conocirnlento es la vlda que es feliz, a pesar de la miseria del
Sólo es fellz la vlda que puede renunciar a las amenidades de este mundo. lVwe F e l i ~ m e n t e l " ~ ~
de las mlsq'as de este mundo?
mundo
Y qué quiere decir con conocimiento, ¿conocimiento de qué?; precisamente
se refiere al conocimiento de nuestras limitaciones. Cuando el sujeto se hace
consciente de que no puede influir sobre los hechos del mundo y los acepta como
son entonces adopta una actitud contemplativa, ética. Deja de luchar contra las
adversidades y las miserias del mundo aceptando que no puede cambiar los
hechos y que le es imposible tener alguna influencia en el mundo fáctico; pero al
adopta la actitud contemplativa no se resigna simplemente a que as¡ son las
cosas. Su actitud ética consiste en transgredir los limites de ese mundo, al
interpretar los hechos bajo una perspectiva que le permita ser feliz aún a pesar de
lo que acaece. La felicidad es el estado pasivo de quien a renunciado a querer y
19
se limita a ver. De aquel que, ante un mundo impuesto que no puede remediar, se
limita a contemplarlo logrando ignorar la miseria del mismo De esta forma
modifica los límites no los hechos. Lo Único que cambia es su visión del mundo,
no el mundo en sí, El mundo del hombre feliz será por consecuencia un mundo
feliz.
2.3 LA MUERTE
Hablemos ahora de la muerte; este fue un tema muy importante para
Wittgenstein sobre todo por que sus primeros manuscritos ( N Diario Filosófico)
fueron concebidos durante la Primera Guerra Mundial, cuando se hallaba
prisionero. El hecho de tener latente el peligro de muerte, además de que en su
propio ámbito familiar tuviera que sufrirla tan cercanamente, ya que tres de sus
hermanos se suicidaron, motivaron el que tratara de buscar un sentido para tal
evento
La muerte entra en lo místico porque no es un hecho del mundo sino su
cese
"Al igual que en la muerte el mundo no cambia smo que cesa La muerte no es un acontecimiento de la vlda No se vlve la muerte Si por eternidad se entiende, no una duración temporal infinita. sino intemporal, entonces vive eternamente quien vive en el presente.7825
El hombre feliz, el hombre bueno no tiene miedo de la muerte, porque para
éI no hay muerte. Porque aunque la muerte no sea un hecho del mundo, su raíz
TLP. Aforismos 6.43 1 y 6.431 I
está en el mundo. El tiempo pertenece al mundo y está marcado por la sucesión
de los acontecimientos. Pero desde el momento en que el sujeto se torna en limite
del mundo se independiza de éI, los hechos dejan de afectarle y con ellos también
el tiempo. Para el sujeto como límite del mundo no hay temporalidad ni muerte El
hombre feliz no vive en el tiempo sino en un continuo presente, y ya no es inmortal
sino eterno.
A Wittgenstein no le preocupa la inmortalidad entendida como
permanencia, sino el que no haya ni antes ni después de la muerte, lo que
significa que no haya muerte. El problema de la muerte no se soluciona con otra
vida, sino con la supresión de la misma muerte.
Dios, felicidad y muerte no son en última instancia más que tres maneras
de plantear un mismo problema. el problema de la vida, que es el que configura la
actitud ética. Toda la temática de lo mistico se resume, pues, en la ética. ÉSta es
para Wittgenstein una tendencia prohibida pero al mismo tiempo inevitable: el
hombre no puede conformarse con conocer los hechos y describirlos en
proposiciones, porque el mundo es esencialmente incompleto. El conocimiento de
los hechos no resuelve nada al contrario, plantea problemas, ya que el mundo
muestra algo que queda fuera de éI y que, por asi decirlo, se nos escapa de las
manos. La tendencia hacia lo místico surge porque el conocimiento científico nos
deja insatisfechos. Pero esa insatisfacción no está infundada sino que son 10s
hechos mismos los que nos empujan fuera de ellos, apuntando a lo que está más
arriba. Aunque lo mistico quede fuera del mundo, sigue haciéndose presente en 61
mediante la dimensión del mostrar, invitando al hombre a traspasar los limites que
21
el lenguaje le impone. En esa tendencia a ir más allá del limite consiste la actitud
ética.
Para Wittgenstein lo místico es inefable, no por absurdo sino por
importante. El mundo debe ser visto como vida, la vida es el mundo visto
éticamente - como un todo - y el mundo no puede ser visto en su conjunto mas
que a través de la perspectiva ética. De ahí que mundo y vida sean una y la
misma cosa. La cual sólo puede apreciarse mediante la contemplación mística
que nos conducirá a una actitud ética al transgredir los limites.
22
"Cualquier hecho del mundo es independiente de mi voluntad."26
Esta sentencia nos habla de la contingencia del mundo, de nuestra
existencia, pues si mi voluntad no afecta los hechos del mundo y ya que no puedo
explicarme el por qué del mundo, de su existencia, de sus misterios, entonces
ocurre que tanto el mundo como mi ser pudieron haber sido de otro modo o
simplemente no ser . De modo que cualquier cosa que pertenece al mundo no se
halla al alcance de mi voluntad, es decir, no puedo modificarla, escapa a mis
deseos. Sin embargo, la voluntad va más al!á de los hechos del mundo, no se
expresa en ellos pero se nos muestra en la visión que tenemos del mundo mismo:
en la visión que cada sujeto tiene de su mundo.
Recordemos al sujeto como límite del mundo, parteaguas del mundo de lo
decible y del mundo de lo mostrable, a pesar de su abrumadora contingencia.
Para Wittgenstein la representación de este sujeto es una mera ilusión, en cambio
el sujeto volitivo existe, pues es el instrumento de la ética; "de no existir la
voluntad, no habría tampoco ese centro del mundo que llamamos el yo, y que es
el portador de la é t i ~ a . " ~ ' El sujeto volitivo es piedra de toque de la ética, pues es
sólo por sus decisiones que podemos hablar de buena o mala voluntad y por ende
de actitudes éticas. La ética, como ya lo he subrayado anteriormente, no es una
ciencia, es una actitud hacia el mundo que nos rodea, de ahí que puede haber
buena o mala voluntad, ¡.e., buena o mala actitud, todo depende del sujeto a
pesar, nuevamente, de su contingencia.
74
Pero ¿qué papel juega la voluntad en la ética? AI alterarse la voluntad, y
hablo de buena o mala voluntad, no se está cambiando en sí ningún hecho del
mundo o de sus límites. nada se altera, lo Único que se modifica es la visión total
del mundo como tal para el individuo. La voluntad determina la manera global en
que se da el mundo, pues aun cuando no pertenece a éste lo envuelve por fuera
de sus límites de manera análoga al sentido del mundo, es decir, la voluntad no
está en el mundo como un hecho, se halla fuera de éI y todo lo que está fuera del
mundo forma parte de su contorno. 1
Mas no habiendo encontrado otro método para explicar aquello que no
forma parte del mundo de lo que acaece " l o indecible- tendremos que valernos,
como se ha hecho hasta el momento, de la vía negativa como lo afirma Villoro.28 Y
ya que no podemos decir de manera lícita qué es la voluntad tendremos que
conformarnos con decir lo que no es y atenernos a lo que se pueda captar de la
mostración. Como si al intentar realizar un retrato sólo atinásemos a dibujar los
trazos de un bosquejo casi invisible. Tal es el caso de la mostración de la voluntad
en el mundo.
La voluntad no es un hecho que acaece en el mundo de la facticidad, no es
un objeto, pues la voluntad sólo afecta los límites del mundo pero no al mundo en
sí. La voluntad no puede describirse a través de proposiciones lógicas, pues como
no pertenece al mundo de los hechos tampoco está en el ámbito de lo decible y
sóio puede ser mostrable. La importancia o valor de la voluntad no reside en cómo
2s
sea esta voluntad sino en el simple hecho de su existencia, cDmo algo
indescriptible pero característico del sujeto; del sujeto ético.
La voluntad es el fundamento y la condición sin la cual no podría darse la
ética en el mundo, no como parte de éI sino como límite --desde fuera-" como
sentido de la existencia del sujeto volente. Así pues, la voluntad como la ética y
otros términos; entre ellos la estética y la religión, el amor, la felicidad e incluso la
muerte pasan a formar parte de la larga lista de los sinsentidos, de los cuales es
imposible hablar ( en el sentido estricto de la lógica) y sólo podenlos esperar que
se nos muestren no como u'n hecho que acaezca en el mundo sino como una
experiencia del de tal manera que para mostrar lo ético en el mundo y
en el sujeto se requiere de una actitud, de una voluntad, mismas que nos
retroalimentarán la experiencia y la visión de nuestro mundo, y hará que cada
sujeto capte la vida según su voluntad.
AI comprender la función de los sinsentidos, éstos nos parecen inutiles,
pues no modifican el mundo ni la vida, no cambian algo, pero nos dan visión del
mundo a través del sentimiento y la voluntad; hemos subido, pues, la escalera y
como un lastre inútil es menester deshacernos de ella. Cuando decimos que
comprendemos los sinsentidos estamos aceptando que lo bueno y lo malo no son
cualidades ni consecuencias de acción alguna en el mundo, sólo puederl
apreciarse en la voluntad que se tiene hacia éste y de la forma como el mismo se
presenta al sujeto. Cuando se aprecia la voluntad corno tal (sin intervenir en
absoluto los resultados que de una "buena" acción se esperen) se es t i realmente
26
en condiciones de ser bueno, ser ético y ser feliz; tres palabras que para
Wittgenstein constituyen sinónimos del sentido que puede tener la vida para cada
ser humano.
El valor de la voluntad no es contingente ni puede ser accidental, stno que
lo encontramos absolutamente necesario, de ahi que no pueda formar parte de
este mundo de contingencias y tengamos la necesidad de buscarlo fuera del
mundo. Lo que ocurre en el mundo es éticamente irrelevante, lo que puede haber
de bueno o de malo en mi voluntad tiene que estar manifiesto en mi voluntad
misma sin depender de los resultados que se obtengan en el mundo a través de
mis determinaciones. Las acciones de mi voluntad - b u e n a o mal+ no alteran
los hechos, sólo afectan los límites del mundo haciendo que estos crezcan o
decrezcan
1
Entonces cuando Tomasini habla de la impotencia de la voluntad', que
expresó Wittgenstein como un fracaso en sus investigaciones, no se refiere a otra
cosa que a la frustración de tratar de introducir los valores en el mundo, pero seria
imposible que algo necesario y que tiene su valor en sí mismo como la ética y la
voluntad, tuviera una conexión con el mundo de los hechos que, como ya se
mencionó más arriba, son completamente contingentes.
Resumiendo; Wittgenstein no considera a la voluntad ni a la ética como
conceptos maniqueos, en función de bueno y malo. Mucho menos con
consecuencias de premio o castigo por nuestras acciones. Simplemente la ética
2 1
es una actitud hacia el mundo que se manifiesta en la voluntad y que permanece
de manera intrínseca en todo sujeto pensante.
3.1 VOLUNTAD Y FE
"Cuando se bene fe puede prescmdirse de la verdad "
F Nietzsche.
Cuando Frazer pretende explicar que los ritos y ceremonias tienen que ver
con un estilo de vida salvaje y en cierta medida tonto, puesto que refiere a
actitudes casi animales, Ludwig Wittgenstein simplemente muestra que la
actividad humana está llena de estas prácticas, añade que debe salvarse esa
parte salvaje que habita en cada uno de nosotros. Los rituales no pueden
explicarse, sólo describirse, no pueden juzgarse como acertados o erróneos
simplemente debe decirse as¡ es la vida h ~ m a n a . ~ '
El ritual es la representación del deseo de algo, no va más allá, obtiene su
satisfacción en sí mismo y no espera que suceda algo más. Cuando realizamos
una ceremonia o rito es porque tenemos fe en éI, por eso lo llevamos a cabo,
sabemos que no acaecerá alguna otra cosa, como cuando besamos la imagen del
amado, no creemos que ese beso llegue hasta éI, el ritual mismo es el beso que
satisface nuestro deseo, que lo representa.
" Confrontar L. Wittgenstein, C'onlenfurios sobre / u Ramr Doruciu. Ed. UNAM 1985 pig. 13
28
X"
Sólo cuando hay fe existe la magia y si no hubiera magia no habria ritual.
La fe en el ritual es lo más importante porque ésta lleva implícita una pasión y
debemos recordar que la vida misma es pasión, colores, magia
El amor es visto como un rito, pues no le satisfacen las hipótesis ni puede
explicársele, sólo se le puede sentir y vivir; vivir con pasión y fe, tal vez
dolorosamente pero nunca de una manera tibia. “Lo que caracteriza al respeto es
lo ceremonial “-caliente o frí- por oposición a lo casual -tibio“
La vida no se fundamenta en la verdad sino en la fe, as¡ el hombre que
busca la cura de sus males en una limpia o una sesión en la que el sacerdote
1
invoca a los espíritus para que alivien al creyente, no se haya en un error, éI tiene
fe y no hace falta más. El saber la verdad no le ayudará, pero su fe podria
salvarle. No puede calificarse a los rituales de correctos o incorrectos, los rituales
simplemente son.
Así, tampoco la magia puede explicarse, descansa siempre en la idea del
simbolismo y del lenguaje. El ser humano está inmerso en una serie de ritos, los
mama desde el momento mismo de su nacimiento y los arrastra hasta su ultima
morada. Las concepciones mágico-religiosas que lo acompahan dan en muchas
ocasiones sentido a su existencia. Estas prácticas no se cuestionan, se realizan
en tanto cumplen su función, que es la satisfacción en sí mismas del deseo que
representan; como cuando un hombre agobiado por sus culpas se confiesa, no
espera con este acto alcanzar el cielo, sólo se ve liberado de un peso y eso lo
29
hace feliz, es decir que el rito de la confesión lleva su fin en sí mismo. Diríase que
los rituales no son medios sino fines.
Por otra parte, estas prácticas rituales conllevan algo de místico y
misterioso, quizás a esto se deba el que algunas personas no puedan
comprenderlo, carecen de la posibilidad de asombro que despierta en quienes
realizan tal ritual
Quien no sea capaz de asombrarse con la magia del amanecer difícilmente
podría comprender los ritos que celebran los hombres cuando el sol está próximo
a salir. De tal modo que "los hombres actuales serían más primitivos si creen que
la aclaración de la ciencia puede superar el asombro ... para asombrarse, el
hombre -y quizá los pueblo- debe d e ~ p e r t a r . " ~ ~
Solo el asombro es capaz de dejarnos admirar las distintas perspectivas para
comprender, incluso para aceptar, un ritual. Cada perspectiva es significativa para
quien la ve significativa (esto no quiere decir que se ve distinta a como es). Así, en
este sentido todas las perspectivas son igualmente significativas.34
Si el asombro es la vida, cuando ya no nos asombramos estamos
empezando a vivir la muerte. La idea no es que tengamos que asombrarnos de
todo a cada momento y nos convirtamos en animales ceremoniales. Es
simplemente la observación de que nos demos tiempo para asombrarnos de que
el cielo sea, que el mundo exista a pesar de la inminente contingencia y que el ser
humano sea capaz de asombrarse de transformar el sentido del mundo haciendo
uso de su voluntad.
'' Wittgenstein. Ludwig. Ubsevaciones Ed. Siglo,KYI, p. 20 14 Wittgenstein, L . Comenrarios sobre Ir Rama Doruda. Ed. UNAM 1985 p. 3 1
En los capítulos anteriores se ha abordado, aunque no directamente. e¡
tema de la ética en la filosofía de Wittgenstein. De modo que considero lo más
adecuado empezar por dar un esbozo general de la concepción que el autor tiene
de la estética.
De manera general el término estética se usa para designar la ciencia
(filosófica) del arte y de lo bello. El arte y lo bello son términos que se entrelazan y
confunden en la filosofía moderna, terminando por mezclarse al hablar de
estética. Esta definición que asocia belleza con estética fue acuñada por
Alexander Baumgarten durante el siglo XVIII. Sin embargo, Wittgenstein va más
allá al concebir la estetica como una actitud, de ahí que se le vincule con el
concepto de “forma de vida” y que a pesar de ser esencial al ser humano, no
pueda expresarse con palabras y sólo se muestre a los sentidos.
“En el arte es difícil decir algo que sea tan bueno como no dear nada.”35
Esta es una frase típica de la filosofía de Wittgenstein, particularmente de
sus primeros trabajos como lo podemos apreciar en el Tractatus, en el cual podría
tomarse como una verdad absoluta. Ya se ha mencionado que la ética se
identifica con la religión al pertenecer ambas al ámbito de lo místico, igualando su
condición al ser también ambas indecibles y únicamente mostrables. De igual
modo, Wittgenstein considera que la estética se identifica con la ética de una
manera mística, indecible y atemporal. No pertenece al mundo, se circunscribe a
61 de igual forma que el sujeto y la ética; no tiene pasado o futuro, vive en un
eterno presente que le otorga la facultad de asombrar. La estética, al igual que la
étlca y la religión, elevan al hombre a un nivel superior, distante, sereno y feliz,
abstrayéndole de los aconteceres y de la cotidianidad.
Lo bello, lo bueno y lo verdadero coinciden en lo absoluto, en el todo, en lo
mistico. Cuando se renuncia a las amenidades del mundo por una vida feliz y
absolutamente pura a través del conocimiento, en el no-tiempo y en el no-espacio;
encontramos como su más claro y directo ejemplo de vida la contemplación
estética.
*
lsidoro Reguera hace una importante consideración para aclarar los
términos que usa Wittgenstein en sus conversaciones sobre estética, donde arte,
estética y filosofia son cosas distintas: "el arte es la obra de arte, la estética es el
hablar sobre el arte y la filosofía es el hablar sobre el hablar sobre el arte."36
El arte seria una práctica; la estética, un lenguaje sobre esa práctica y la
filosofía un metalenguaje sobre ese lenguaje. La estética intentaría describir y
explicar el arte; la filosofía, analizar y criticar ese lenguaje sobre el arte, apuntando
a su sentido, significado y verdad.
Cuando Wittgenstein habla de estética no se refiere al arte, hace una crítica
filosófica sobre el lenguaje del arte. Con su análisis lingüístico pretende limpiar de
telarañas metafisicas "como el concepto de belle- el interior y el exterior del ser
humano, y de esta manera preparar al hombre para una vida y una forma de
pensar diferentes.
Pero lo importante, tanto en la realización de la obra de arte por parte del
artista, como en su contemplación por parte del espectador, no son los
sentimientos supuestamente íntimos que les embargan, ni el lenguaje con que
pretendan describir esas emociones, sino sus reacciones prácticas, qué hacen o
qué quieren hacer con las palabras que dicen
El lenguaje estético no es importante por su significado -que por principio
no lo tiens- sino por su papel como acto de habla en el propio proceso de la
creación o contemplación artistica; no por su contenido lingüístico sino por su
referencia como reacción espontánea consecuente en el proceso total del arte.
Porque con este acto de no-reflexión, sino de reflejo, las palabras se convierten
en acciones. Las palabras que expresan un sentimiento o critica posterior a la
experiencia estética de la contemplación se transforman en actitudes no en
fórmulas. De lo anterior podemos concluir que la estética constituye un fenómeno
intelectual complejo y, por consiguiente, indefinido.
Las palabras que llamamos expresiones de juicios esteticos juegan un
papel muy complicado, pero muy definido en lo que sería la cultura de un periodo.
Para describir su uso o más aun para comprenderlo es necesario describir y
comprender una cultura, debido a esto en cada época se juega un juego
completamente diferente.
El significado de una palabra no es más que su uso en el lenguaje: un
término lingüístico se va llenando de significado, se hace concepto, por los
diferentes e innumerables usos que se hacen de éI en los juegos linguísticos. Esa
es toda la realidad de los significados y nada más, algo interior al juego de
34
lenguaje y al juego de la vida al que responde éste: una regla del juego. Creación
del lenguaje y de la vida del hombre
Esto es lo que sucede con los sentimientos y sensaciones estéticos. Se
encuentran inmersos en un marco conceptual, subordinados a los valores
culturales de la sociedad que los emplea, de ahí su complejidad, misma que surge
de la diversidad cultural y también de ahí la observación de lo inútil que puede ser
la creación de estándares para lo inefable, lo indecible, lo importante.
Por eso, en los análisis estéticos, no habría que partir de las palabras e
imágenes hacia ningún sitio, por el contrario: sólo lo que hay delante de ellas es lo
que les da sentido, es decir, ellas mismas pertenecen al trasfondo, al entorno (lo
Único con lo que contamos), a la vida misma; son acciones humanas en una
trama " e n un juegcr- social que es lo que importa, pues su uso es lo que da
sentido y signficado. De ahí que Wittgenstein diga cosas como estas: "No
partimos de determinadas palabras, sino de determinadas ocasiones y
acti~idades."~' "Nos concentramos, no en las palabras bueno o bello, que
generalmente no significan nada, no son más que sujeto y predicado (Esto es
bello), sino en las ocasiones en que son dichas, en la situación enormemente
complicada en que se localiza la expresión estética, en la cual la expresión
estética ocupa un lugar casi insignificante.1138 Por eso en estética IO más
importante es lo que se llaman reacciones estéticas, es decir, las palabras
adquieren distintos sentidos según el modo y la ocasión en que sean dichas, los
37 lbid. página I O0 " lhrd página I7
3s
gestos que las acompañan también denotan significados diferentes a las mismas
palabras, por eso es indecible, porque estas palabras se convierten en reacciones
en actitudes las cuales sólo son mostrables.
En estética, pero también en general, el mejor modo de describir
sentimientos es describir reacciones.
Las palabras en estética se refieren a una realidad conceptual, dada por el
uso que se hace de ellas en cada grupo cultural, Wittgenstein considera que es
necesario un cambio en el modo de ver las cosas, en el modo de pensar y por
supuesto en el modo de vivir. Jugar mil juegos diferentes hasta que en uno de
ellos algo en nuestro interior haga click, como si ese sonido o una luz nos indicara
que hemos encontrado lo que estamos buscando, que estamos viviendo una
experiencia estética. Cuando descubrimos esa luz, ese click en nuestro interior
damos paso al asombro. Ésa es la experiencia estética: vivir el asombro de algo
nuevo. Y ésa, diría Wittgenstein, es la forma más autentica de existencia, el que
deja de asombrarse ante la belleza de la vida está empezando a morir, porque la
vida es pasión, un continuo asombrarse, hacer click.
4.1 LAS MARAVILLAS DE LA NATURALEZA.
Podría decirse: el arte nos muestra las maravillas de la naturaleza. Se basa
en el concepto de maravilla natural. (El capullo que se abre. ¿Qui: es lo hermoso
en ello?) Se dice: “ive cómo se abre!”39
O p ( ‘ i t . Observaciones, p. 103
36
En la cita anterior apreciamos la importancia que le da al asombro en el
proceso de la experiencia estética; es así de simple como se resumiría su teoría
acerca de lo bello y de la estética: lo bello es natural y por consiguiente original.
Un juicio estético pretende explicar cómo puede darse el hecho de la
perplejidad que sentimos cuando nos desconcierta una experiencia artistica. La
explicación estética debe justificar la perplejidad estética, debe justificar porqué
una obra de arte me satisface. encaja en algo que podríamos llamar mi gusto, la
capto; debe justificar el porqué de esa intima seguridad y satisfacción de que iEso
es!, de que está lograda o he aprehendido su esencia. "La explicación correcta es
la que produce un click ''40 La que satisface, se trata de una explicación por
motivos o porqués y no por causas. Esta explicación posee tres características
7
fundamentales que la acercan al quehacer filosófico:
1 ) Acuerdo. Exige consenso o acuerdo pero no con los demás hombres,
sólo con el que tiene la experiencia estética. Conformidad con la experiencia y con
la aceptación suya, como explicación, por parte unicamente del sujeto mismo de
la experiencia en cuestión; este es el punto clave que le da valor explicativo, el
que uno la sienta como tal; los síntomas son la satisfacción, el click, el encaje. En
estética hay que dar una explicación que se acepte.
2) Persuasión. Se trata de persuadir, de convencer a la gente, o incluso a si
mismo, del valor explicativo de algo y no de creer que hemos descubierto algo
identificable y concreto, que explica el asunto y en lo que todos se pueden poner
absolutamente de acuerdo. La experiencia estética es personal; como si
3 7
habláramos de un lenguaje privado, sólo el que lo siente puede entenderlo, pero
al tratar de explicarlo parece como si hablara balbuceando y sólo otros que tengan
una experiencia similar podrían compartirla, mas nunca de manera enteramente
igual. Porque cada sujeto siente y piensa de forma singular y el mundo se muestra
diferente a los ojos de cada uno.
3) Comparación de casos. Para ello hay que comparar casos
incansablemente, poner ejemplos diferentes, intentar descripciones diferentes;
hasta que algo encaje, haga click, satisfaga, quite la perplejidad, persuada y
convenza.
Y no se puede ir más allá de la facticidad de los hechos: supuestas
sensaciones o sentimientos oscuros " e l click, el encaje, la satisfacción-- que se
expresan con un ¡ah!, ¡oh!, iqué bello!. No hay fundamentación ni explicación
última alguna más que la constatación de un hecho definitivo: el de ser humanos
y reaccionar así.
Lo que hace Wittgenstein con su filosofía es intentar persuadir de que se
vean o se miren las cosas de otro modo, nada más. Cuanto está haciendo es
cambiar el estilo de pensar y todo lo que está haciendo es persuadir a la gente de
que cambie su modo de pensar, el modo de pensar y el modo de vida.
4.2 RELACIÓN ÉTICA-ESTÉTICA
Para Wittgenstein el filosofar no es sólo un acto de investigación es una
actividad tendente al esclarecimiento y comprensión del ser humano. Esto se
38
puede lograr si analizamos la forma que tenemos de ver las cosas, la manera en
que captamos el mundo. "Esta labor minuciosa, que para Wittgenstein se asemeja
al trabajo de la arquitectura, trabaja del corazón hacia dentro porque consiste en ir
al encuentro de uno mismo. La autenticidad no es el logro de la inteligencia, pues
ella aún no nos salva de la superficialidad; el verdadero filósofo necesariamente
debe ser profundo, el camino que emprende es el de las intensidades, no el de las
razones.""
Wittgenstein desprecia a la ciencia, que no debe confundirse con la
sabiduría, pues considera que es como una ceniza gris que nos encubre las
brazas y los colores que simbolizan las pasiones y la vida misma. La ciencia es
algo frio que me señala las causas de los fenómenos naturales del mundo pero no
puede decirme nada más, no me habla acerca de la vida. En cambio la religión, es
multicolor y caliente, al igual que la ética y la estética; son parte de la vida, no
forman parte de los hechos del mundo, son el sentido del mundo. Hago aquí la
puntuación de que Wittgenstein anhela la sabiduría, pues piensa que es la única
forma de encontrar la felicidad, de luchar contra la miseria y todo aquello que
escapa a nuestro dominio. En cambio la ciencia, en su afán por explicar el mundo,
sólo lo reduce a fórmulas y teoremas perdiendo de esta forma toda la magia, el
misterio y la poesía que puede existir en los hechos del mundo que aún no son
explicables, como la contingencia, como los rituales, como las pasiones.
1
Sólo tiene sentido la vida cuando me reconozco como parte de ella y esto lo
consigo a través del asombro. Poder sentir la experiencia del asombro es la
actitud ético-estética fundamental y tiene un carácter de belleza y bondad que nos
acercan a lo divino, a lo místico, a Dios, pero tiene un compromiso de autenticidad
que pactó cuando hizo sus propias reglas para poder explicar al mundo: no
intentar hablar con sentido donde sólo pueden mostrarse las cosas. De lo que no
se puede hablar lo mejor es mostrar.
Mejor aún de lo que no se puede hablar lo mejor es contemplar. Cuando
buscamos el sentido de la vida nos dejamos llevar por un impulso ético y estético
que nos conduce a la contemplación: en ética; cómo puedo ser feliz aún con las
miserias de este mundo, aceptando que nada puedo hacer para remediarlas, sólo
trabajar en mí mismo. AI reconocer mis fallas y corregirlas estoy ya mejorando mi
mundo que finalmente es el mundo. E n estética; no cabe decir que algo sea bello
o feo, lo importante es la experiencia estética, misma que sólo se logra por medio
de la contemplación. Y lo que es bello ya es por sí mismo bueno y verdadero.
El filósofo debe seguir ese impulso hacia'la contemplación porque lo más
auténtico para éI es ver al mundo como un todo, la experiencia mística de lo
absoluto. Es en ese todo que ética y estética encuentran su equivalencia.
Wittgenstein pretende involucrarnos en el trabajo sobre nosotros mismos,
haciendo una introspección para mejorar nl;estra visión del mundo hasta lograr un
mundo feliz. E n tanto que al buscar en mi interior y al hablar conmigo mismo sólo
puedo ser honesto estoy adoptando una actitud ética. AI mismo tiempo, al corregir
mis fallas con honestidad, estoy creando una obra de arte, mi vida y adopto una
actitud estética. Así la vida es el punto de encuentro entre ética y estética.
40
En el presente apartado pretendo mostrar que existe una línea conductora
o de seguimiento que nos lleva del pensamiento del Wittgenstein autor del Diario
Filosófico y del Tractatus Lógico-Philosophicus al mismo que escribió los
Comentarios Sobre la Rama Dorada de Frazer y que en 1930 dio la Conferencia
sobre f t ica en Cambridge. Hago hincapié en que no pretendo hablar de los dos
Wittgenstein que varios autores manejan como “el primer Wittgenstein” que
escribió el Tractatus y “el segundo Wittgenstein” creador de las Investigaciones
Filosóficas. Mi objetivo es captar el rostro de un sólo Wittgenstein, atormentado y
perfeccionista al cual le importaban la ética y las cuestiones fundamentales de la
vida por sobre todas las cosas.
Sólo estamos autorizados a hablar de los hechos que se identifican con lo
accidental, con lo contingente. Nada que escape a eso puede ser dicho, por más
convencidos que estemos de su existencia. Así el orden que creemos encontrar
en el mundo cuando hacemos ciencia es el resultado de una proyección nuestra
sobre él. Pero la ética no es un hecho, por no pertenecer al terreno de la
contingencia. Y es muy escaso lo que de ella puede decirse. Existe un lugar para
lo místico, la religión, la ética y la estética que está fuera del mundo de los hechos
y las contingencias; y es eso sobrenatural, ese terreno de lo indecible, lo que
coordina la realidad. Así las cosas, lo más viable es decir de las Conferencias
sobre Ética lo que el mismo Wittgenstein predicó del Tractatus en una carta
enviada a Ficker: “mi trabajo consta de dos partes: lo que está expuesto en éI más
todo lo que no he escrito. Es esa segunda parte precisamente la más
importante "" Para Wittgenstein lo verdaderamente importante no es decible, ya
que no puede traducirse en fórmulas lógicas, lo mismo ocurre con la Conferencia
sobre Ética, a través de su disertación pretende llevar a su auditorio a vislumbrar
qué es la ética o al menos cómo la concibe él.
"Pretendo conseguir el mismo tipo de efecto que logro Galton al tomar en la
misma placa varias fotografías de rostros diferentes con el fin de obtener la
imagen de los rasgos típicos que todos ellos compartían ... de este modo si
ustedes miran a través de la gama de sinónimos que le voy a presentar espero
que serán capaces de ver los rasgos característicos de la é t i ~ a " ~ ~
*
Como podemos apreciar en la cita anterior, Wittgenstein sigue fiel a su
regla de no hablar de lo indecible, los sinsentidos y se atiene sólo a 10 que sus
escuchas puedan captar de la conferencia para elaborarse cada uno un perfil de
Io que es para éI la ética. La ética es la investigación sobre lo valioso o lo que
realmente importa, la ética es la investigación acerca del significado de la vida, o
de aquello que hace que la vida merezca vivirse, o de la manera correcta de vivir.
La ética no es algo coercitivo, no es un conjunto de reglas que conlleven
premios y castigos. Quien actúa con buena voluntad no espera recibir un premio
ya que el premio mismo es saber que se hizo lo correcto y que se actuó
éticamente, de igual forma quien actúe con mala voluntad no recibirá un castigo,
pues el castigo está ya implicito en el malestar o cargo de conciencia que pudiera
tener.
Cuando al hacer alusión al Tractatus, Wittgenstein expresa que lo que
realmente le importa no ha podido ser escrito, se nota una clara semejanza con su
intento de sobreponer múltiples sinónimos para tratar de explicitar sus
convicciones sobre ética en su conferencia; no puede dar una definición pero
pretende hacer una imagen de sus pensamientos La ética es algo muy respetable
en cuanto representa una tendencia del espíritu humano. Sin embargo, no puede
ser una ciencia ya que no aumenta nuestro conocimiento en ningún sentido. ¿Qué
podemos hacer entonces con respecto a la explicación de la ética?
No queda otra alternativa. Wittgenstein no se resigna al silencio, no
renuncia a pensar la acción humana. Sólo una cosa puede hacerse con la ética:
mostrarla.
Expresamos o tratamos de expresar juicios de valor, no en cualquier
momento sino en aquellas circunstancias en que tiene sentido hacerlo. AI menos
esto es lo que se halla implícito en el Tractatus. Allí no estaba desarrollado, pues
difícilmente podria estarlo dadas las ideas que entonces sostenía acerca del
lenguaje y del sentido En el Tractatus distingue entre voluntad buena o mala y
voluntad de la que tengo experiencia (como cuando deseo mover una parte mi
cuerpo y lo hago). En su Diario Filosófico escribió: “la voluntad es una toma de
posición del sujeto frente al mundo”44 y bien pudo haber escrito frente a la vida.
Esta posición no está muy distante de lo que en su Conferencia sobre ,%a
expone, y nuevamente acatando sus propias reglas dice que el mundo esta sólo
compuesto de hechos y que aun cuando alguien pudiera conocer todos 10s
44
hechos del mundo no seria capaz de explicar cientificamente qué es la ética ya
que de alguna extratia manera se involucran los sentimientos, la voluntad.45
Podemos apreciar que existe similitud entre la concepción de la ética en el
Tractatus y en la Conferencia sobre ,!%a, aunque en esta segunda ya más
desarrollada pero jamás perdiendo de vista la esencia de la ética como algo
inefable pero también inherente al espíritu humano.
Pasemos ahora a los Comentarios sobre la Rama Dorada de Frazer
"Para entertier cualquier jutcio de valor tenemos que saber algo de la cultura, y qulzá de la religión, en cuyo marco se ha formulado, y tambt6n acerca de las particulares circunstancias que lo motivaron, ?ué habia hecho el sujeto en cuestion, cuál era el asunto cuando hablé de e l 'I4
Elegí precisamente este fragmento de la Conferencia sobre Ética para que
sea más evidente la conexión que existe entre los dos textos, ya que ésta sería la
fundamentación que sustenta todo el argumento de la critica a Frazer en su obra.
En La Rama Dorada, Frazer expone los diferentes rituales que se realizan
en grupos de diversas partes del mundo, llegando a la conclusión de que estas
prácticas sólo son propias de salvajes. En sus primeras lineas, Wittgenstein
argumenta lo siguiente: "hay que descubrir la fuente del error, pues de otra
manera no nos sirve de nada oír la verdad." 47 La fuente del error está en que
Frazer descontextualizó los rituales estudiados, observó todo bajo su perspectiva
inglesa y olvido que cada ritual surge de una cultura. Los rituales tienen mucho
que ver con la magia, con la religión y con el misticismo, es decir, con todo aquello
45
que está fuera de los límites del mundo fáctico y todos ellos florecen en el marco
de una cultura. No cabe lugar para las explicaciones en los ritual, 3': &tos sólo son
actos de fe, se cree o no se cree pero no puede convencerse a nadie con una
explicación
"Toda explicación es una hipótesis Pero a quien lo intranquiliza el amor, una explicación hipotética le ayudará poco. -No lo tranq~ilizará-."~~
Es decir que los rituales no tienen explicación y no la necesitan, el ritual es
la representación de un deseo y cuando se lleva a cabo el deseo ha sido cubierto.
No hace falta más, los rituales al igual que todo lo sobrenatural llevan su fin en si
mismos.
La magia descansa en la idea del simbolismo y del lenguaje, la
representación de un deseo y como consecuencia la representación de su
satisfacción.
Wittgenstein alude a la estrechez de vida espiritual de Frazer al ser incapaz
de comprender una forma de vida diferente de la suya, ya que utiliza el estilo de
vida inglés de su tiempo como parámetro para comparar las culturas que estudia
en La Rama Dorada, cataloga a todos los rituales que no van acorde con ella de
absurdos y salvajes y no alcanza a comprender el significado o simbolismo que
para algunos pueblos tiene el practicar ceremonias antes del amanecer para que
el sol suba a los cielos.
"El hombre es un animal ~erernon ia l . "~~
46
Por consiguiente está lleno de rituales comunitarios "como asistir a
determinadas ceremonias--~ y privados ---como puede ser besar la fotografía del
ser amado cuando se le añora+ al entender un ritual estamos entendiendo una
forma de vida. En rnuchas ocasiones son estos rituales los que dan sentido a la
vida; entonces encontramos el hilo conductor que nos transporta desde el
Tractatus y el Diario filosófico hacia la Conferencia sobre Ética y los Comentarios
sobre la Rama Dorada, aun cuando los primeros escritos tienen una diferencia de
más de una década con los segundos en la concepción de su autor. 1
Así llegamos a la conclusión de que al menos en el aspecto de la ética
existe un sólo Wittgenstein pues sigue siendo el eje central de sus pensamientos
con respecto al sentido de la vida, entendiendo vida y mundo como uno sólo. Los
ritos forman parte de la vida y de su sentido, el ritual es una expresión de asombro
ante los fenómenos de la naturaleza y del ser y la forma más ética de ver el
mundo es a través del asombro. Y de igual manera que con los juicios de valor,
realizamos rituales no en cualquier momento sino en aquellas circunstancias en
que tiene sentido hacerlo.
El hombre realiza ritos en tanto es capaz de asombrarse de los diversos
fenómenos o "misterios" que le rodean, lo hace por una profunda convicción y
también por consenso. Los rituales subsisten gracias a que hay un número de
gente que los realiza y transmite; esto se debe a que corresponden a una
inclinación general de la gente. Un ritual no puede ser inventado sin más, ya que
se perdería la práctica de éste o tendria que ser modificado hasta encontrar esa
41
inclinación general que lo haga vigente y satisfactorio para la cultura en la cual ha
surgido.
Cuando un ritual nos impresiona es porque aún tenemos capacidad de
asombro. Y el que me den una hipótesis sobre el mismo no eliminará mi
impresion, simplemente no hace falta la explicación, cada sujeto es capaz de
elaborar su propia hipótesis y seguir disfrutando de su asombro. El rito satisface
una necesidad, la explicación no. El rito va acompañado de magia, de misterio, de
respeto y fe. AI tratar de dar una explicación del mismo se pierden todos estos
elementos. Por esa razón debemos salvar al salvaje que todos llevamos dentro,
dejemos que aflore para poder vivir con pasión.50
Una y otra vez aparece en Wittgenstein la comparación de nuestra forma
de vida y nuestro lenguaje con el lenguaje y la forma de vida de los salvajes. Sus
lenguajes primitivos y sus hipótesis ceremoniales son la expresión de una
ambición estética; al usar las metáforas en su lenguaje y al crear simbolismos con
sus ritos a través de los cuales podemos comprender el mundo y nuestra vida
están creando una obra de arte. Recordemos que el sentido de la vida se halla en
la verdad, la virtud y la belleza, sinónimos todos para Wittgenstein.
El lenguaje mismo es una de esas prácticas surcadas por mitos y
analogías. "La magia descansa siempre en la idea del simbolismo y del
leng~aje"~' , y si en los ritos mágicos puede observarse la práctica de un lenguaje
mímico, esos mismos procesos y cambios de significado pueden descubrirse en
nuestro lenguaje ordinario: "cuando se le llama lobo del grano a aquello que se
SO Confrontar. Wittgenstein. L. C'onten/nrios sobre la Rmrtr L)OVOdU, de. UNAM. pp.37-47 " íhid. p. 15
oculta en el último haz, pero también al haz mismo e incluso al hombre que lo
hacina, en todo esto reconocemos un proceso lingüistico que nos es muy
conocido"52. Ese proceso es el de la metáfora.
Para Wittgenstein, el desacierto de Frazer radica en interpretar las
creencias lnáglcas de los salvajes como meros "errores" La magia no involucra
explicación alguna que pueda ser evaluada como verdadera o falsa; pone de
manifiesto un deseo. Y la representación de un deseo, como escribe Wittgenstein,
es ella misma, la representación de su c~mp l im ien to .~~
El hombre es, en cierto modo, un animal ceremonial; sus actos y sus
palabras no pueden ser explicados en ningún sentido: "aqui sólo se puede
describir y decir: así es la vida humana".54 Allí radica nuestro primitivismo, nuestro
salvajismo. Metáforas, mitos y juegos de lenguaje revelan una falta de
fundamento que no impide, sin embargo, la convivencia entre hombres. El
lenguaje primitivo no es sino una muestra de cómo el lenguaje humano reposa en
un modo de existir en el mundo, en una forma de vida. Hay un empleo ritual y un
empleo pragmático de las palabras. Trazar los límites de esos dos empleos
significa volver a la palabra tribal, al hombre tribal y a lo primitivo. El espectáculo
de lo sagrado se revela, entonces, en nuestra propia vida nosotros somos los
salvajes.
En la conferencia sobre ética se pide que interpretemos aquello que no
puede ser dicho por pertenecer al terreno de los sinsentidos. Y sin embargo es
Ibid p. 29 Ibld. p I5
"' lhtd pp I 3 y 21
fundamental a nuestra existencia El mundo no cambia sólo nuestra perspectiva
de él. En la medida en que seamos sujetos capaces de asombrarnos y realizar
rituales así como de vivir de manera correcta 4 t i c a - nuestra existencia.
Este modo de salvajismo no revela una ignorancia o pobreza de cultura, es
más bien el despertar del hombre a la vida y al asombro Tiene su base en las
representaciones simbólicas y ceremoniales, mas no en el error. “Hacia la
madrugada, cuando el sol está a punto de salir, es cuando los hombres celebran
los ritos del amanecer, pero no en la noche, sino que entonces simplemente
prenden
CONCLUSIONES
Pensamiento, Lenguaje y Mundo representan la realidad; el individuo es
centro y parteaguas de la misma. El sujeto no pertenece al mundo, es su límite,
no es parte de lo que acaece, no es contingente. El sujeto existe necesariamente,
ya que de lo contrario el mundo, su mundo, no podría existir. AI situar al sujeto
corno límite se adueña de la realidad, se apropia del mundo entrando así en
relación con éI . Sin embargo, el sujeto no puede a voluntad modificar los sucesos
del mundo, su voluntad nada puede contra la imperante contingencia del mundo
de los hechos. Sólo la voluntad ética es capaz de cambiar no al mundo sino sus
límites, por tratarse de una voluntad sobrenatural que no pertenece al mundo pero
lo delimita. Esta voluntad ética emana del sujeto en tanto se hace consciente de
su impotencia para cambiar lo que acaece, al entrar en actitud contemplativa está
ya en condiciones de modificar la visión que tenga de los hechos.
Como se puede observar a lo largo de la lectura no existe un Wittgenstein
dividido en su pensamiento al tratar los temas sobrenaturales. Hay una linea de
continuidad en su filosofía y en su actitud frente al mundo: apegarse a una ética
absolutamente personal y congruente con la forma de vida. Esta forma de vida
está completamente conectada con toda una estructura mental sostenida por
creencias, ritos, riqueza cultural y conocimientos. No se le puede analizar
aisladamente, es necesario ubicarla en su contexto para poder comprender la
forma de vida de cada ser humano.
51
Dado que en el lenguaje lógico no podemos expresar nada que nos ayude
a entender el mundo ni la vida, se hace necesario el uso de la metáfora como
lenguaje de lo místico.
Lo místico no tiene explicación hipotética, no la necesita. Esta más allá de
todos los hechos, de la contingencia y de la objetividad. Para lo místico sólo hace
falta pasión y fe. Esos dos sentimientos combinados con la magia que despiertan
en el espíritu humano los ritos que a diario realizamos dan congruencia y sentido
a nuestras vidas.
Ética y estética son una y la misma cosa: visión y sentido del mundo.
Ambas llevan implícita la voluntad de ser y hacer mejor al mundo -"mi mundo",
pues en la medida que mi vida sea buena y bella mi mundo tenderá a crecer o
decrecer. Esa es la base del solipsismo. Hablamos del sujeto y su mundo, su
pensamiento y su lenguaje. Sólo así se sitúa al sujeto como límite, como dador de
sentido a su propia existencia. El hombre que es feliz tendrá en consecuencia un
mundo feliz, el hombre infeliz accederá a un mundo igual.
AI referirnos a los rituales se habló de ciertos rituales colectivos, lo cual
podría parecer una contradicción con la teoría solipsista. El hecho es que no
podemos negar que el ser humano vive en sociedad, pertc-nece a una cultura y
actúa con base en ella. Es ahí donde surgen los primeros rituales que el hombre
realiza, aprendidos en el seno familiar y en el ámbito que le rodea. La teoría
solipsista nos remite al sentido que cada sujeto le da al mundo y a la vida, cada
perspectiva es válida para quien así lo experimenta, aun viviendo en comunidad,
la forma de ver el mundo es indiscutiblemente personal. De esa manera
5 2
aprehende al mundo y a la vida y los hace propios, pudiendo entonces tener
influencia sobre éI, no cambiando los hechos del mundo "eso es imposible-
sino la visión que de ellos puede tener
Haz de tu vida una obra de arte, a pesar de las contingencias del mundo,
busca una vida feliz, pletórica de colores y de pasión. Déjate envolver por la magia
de la creacion y de la naturaleza para disfrutar cuanto puedas el milagro de la
existencia. Cumple con la finalidad del espíritu humano teniendo una vida buena,
bella y verdadera. Simplemente acata el imperativo de la ética: .I
;Sé feliz!
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