esguince y otros percances

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Esguince y Otros Percances. Lleva tiempo aceptar que un esguince es para siempre. Uno va aprendiendo a vivir con esa duda en el tobillo, oscilando en los brocales o en los desfiladeros. Comprender que en el origen de todo esguince nunca falta una buena metida de pata y que la amenaza de una recaída siempre estará asociada a cualquier movimiento en los bordes, contribuye a elaborar una adecuada consciencia del percance. Y repetir el mantra que dice con la pata coja pero con la frente en alto también puede servir de gran ayuda. Algunos eruditos consideran que el famoso talón de Aquiles no fue otra cosa que un esguince de tobillo mal curado, pues resulta que uno no sabe, o se entera ya muy tarde, que cuando se tiene un esguince es necesario guardar reposo, inmovilizar la pata por un tiempo. Lo que pasa es que después del percance nos zampamos una caja de analgésicos y al día siguiente pateamos la calle y nos olvidamos que el percance continúa incubando esa molestia en torno al maléolo externo, esa molestia que nos acompañara durante toda

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Esguince y Otros Percances

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Page 1: Esguince y Otros Percances

Esguince y Otros Percances.

Lleva tiempo aceptar que un esguince es para siempre.

Uno va aprendiendo a vivir con esa duda en el tobillo, oscilando en los

brocales o en los desfiladeros.

Comprender que en el origen de todo esguince nunca falta una buena

metida de pata y que la amenaza de una recaída siempre estará asociada a

cualquier movimiento en los bordes, contribuye a elaborar una adecuada

consciencia del percance. Y repetir el mantra que dice con la pata coja pero con

la frente en alto también puede servir de gran ayuda.

Algunos eruditos consideran que el famoso talón de Aquiles no fue otra

cosa que un esguince de tobillo mal curado, pues resulta que uno no sabe, o se

entera ya muy tarde, que cuando se tiene un esguince es necesario guardar

reposo, inmovilizar la pata por un tiempo.

Lo que pasa es que después del percance nos zampamos una caja de

analgésicos y al día siguiente pateamos la calle y nos olvidamos que el percance

continúa incubando esa molestia en torno al maléolo externo, esa molestia que

nos acompañara durante toda la vida y más aún los días húmedos y más aún si

corremos sobre la arena detrás de una pelota y más aún si nos toca hacer de

grulla y quedarse quieto, en silencio, vigilando el horizonte.

“Compañero Paciente”

Si por un paso en falso usted se ha doblado la pata y le duele y se le

inflama porque se le desgarran los ligamentos, deberá considerar que tiene un

esguince de tobillo, siendo recomendable que remoje la pata en una ponchera

con agua salobre caliente y deje de ensayar maromas o de bailar frente al

espejo.

…No abuse de su esguince y otros percances…