envolventes metálicos anatol uri sheila.pdf
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Trabajo realizado por: Anatol Graur,
Oriol Garces Espachs y Sheila
Pedrera Alvarez
Professor: Rosa Maria Capdevila
Roig
22/11/2013
Índex
Introducción………………………………………………………………………1
Los metales………………………………………………………………………...2
Materiales………………………………………………………………………….3
Juntas entre elementos metálicos………………………………………………...6
Despiece de revestimientos metálicos…………………………………………….9
Durabilidad……………………………………………………………………….11
Fachadas metálicas………………………………………………………………16
Análisis constructivo…………………………………………………………......22
El futuro de los revestimientos metálicos……………………………………….26
Bibliografía……………………………………………………………………….26
1
La revolución industrial impulsa los principales cambios que sufre la arquitectura en la segunda
mitad del S. XIX. Trae consigo los nuevos materiales de construcción, como son el hierro, el acero
laminado, el hormigón armado o el vidrio. Con éstos se construirán lugares funcionales surgidos de
las necesidades de la nueva sociedad capitalista e industrial.
El empleo de los nuevos materiales arquitectónicos se difundió a través de las Exposiciones
Universales, que eran eventos que organizaban los distintos estados para mostrar los avances de la
ciencia y la técnica propias de su país.
A lo largo del siglo XX los metales han sido utilizados como revestimiento exterior de la
arquitectura. A la fundición, material con el que se construyeron las clásicas fachadas de Nueva York
o Paris, le sucedió primero el acero, después el aluminio y el acero inoxidable y últimamente el
titanio. Además tanto el cobre, como el bronce o el zinc, materiales clásico del revestimiento de
cubiertas, siguen siendo utilizados en la arquitectura contemporánea.
Los cerramientos metálicos se han convertido en una solución especialmente adecuada a la
arquitectura contemporánea: permiten la resolución homogénea de cubiertas y cerramientos, ofrecen
la posibilidad de construir complejas volumetrías y también soluciones de pendientes muy bajas en
cubiertas; ponen a disposición del proyectista una amplísima oferta de texturas, tonalidades, dibujos,
resaltes, etc., y enlazan con los valores de la arquitectura industrial, caracterizados por la efectividad
de sus soluciones, que se incorporan ahora a todas las tipologías.
Los materiales metálicos, utilizados tradicionalmente como material de cobertura, ofrecen un amplio
repertorio de soluciones para la ejecución de envolventes continuas en edificación.
El presente trabajo ofrece un estudio completo y actualizado del tema tratado, expuesto en un
lenguaje comprensible para la persona al margen de su especialización.
Introducción
2
En la naturaleza existe una considerable cantidad de metales, pocos de los cuales se encuentran en
forma nativa. Estos metales se pueden encontrar químicamente combinados con otros elementos,
formando compuestos minerales.
Dichos compuestos padecen una serie de transformaciones, tanto físicas como químicas, para separar
la parte rica en metal de la otra que la acompaña. A posteriori, los metales obtenidos se utilizan para
la fabricación de piezas útiles para la industria.
El número de tipos de aleaciones y metales utilizados como consecuencia en industria, es muy
extenso. Por lo tanto, en el presente trabajo se mencionaran y se hará un estudio solo de los
materiales utilizados como revestimientos metálicos de los edificios.
Criterios de selección
A la hora de elegir un material para su posterior uso como revestimiento metálico intervienen
muchos factores diferentes, y por tanto, hay que estudiar el problema bajo diferentes criterios de
selección.
1. Propiedades mecánicas:
Resistencia (a la tracción, compresión, flexión, torsión y cizallamiento)
Dureza
Deformabilidad
Tenacidad
Maleabilidad
Elasticidad
Dilatación térmica
2. Propiedades químicas:
Resistencia a la oxidación
Protección inicial
Mantenimiento posterior
3. Cualidades estéticas (color, textura y forma)
4. Puesto en obra:
Tecnología de colocación (manipulación, fijación, etc.)
Medios auxiliares (transporte, grúa, maquinaria, etc.)
Personal cualificado
5. Disponibilidad
6. Coste
7. Impacto ambiental
Los metales
3
Aceros
Acero de baja aleación
El acero utilizado en la construcción es una aleación de hierro con otros
componentes con el objetivo de mejorar algunas de sus características
físicas. El contenido de carbono suele estar entre 0.15% y 0.25%. El
acero puede contener además otros metales: manganeso, magnesio,
sílice, cobre níquel, cromo. La dureza y la resistencia del acero están en
proporción directa con el contenido de carbono, mientras que su
ductilidad y soldabilidad lo están en proporción inversa.
Acero Cor-Ten
La principal característica del acero Cor-Ten o weathering steel es su
resistencia a la corrosión. A diferencia del acero convencional, la capa
superficial que se forma como consecuencia de su oxidación lo protege
evitando que la corrosión se propague. El acero Cor-Ten es una aleación
de hierro con carbono (0.15% a 016%), cromo (0.5% a 1%) y cobre
(0.3% a 0.49%).
Acero inoxidable
Ofrece una gran resistencia a la corrosión. Es una aleación de hierro con
carbono y contiene además otros componentes dependiendo del tipo –
Aleación 304: cromo (18% a 20%), níquel (8% a 12%), carbono
(0.08%). Manganeso (2%), sílice (1%). – Aleación 3416: cromo (16% a
18%), níquel (10% a 14%), carbono (0.08%), manganeso (2%), sílice
(1%), molibdeno (2% a 3%). La presencia de molibdeno en la aleación
316 otorga al acero una resistencia superior a la corrosión, siendo
adecuado para utilizarlo en ambientes marinos o en medios ácidos. La
superficie del acero inoxidable tratada químicamente por inmersión en
un medio ácido, puede adquirir colores diferentes al habitual de este
material: bronce, azul, oro, rojo, púrpura o verde en función del tiempo
de tratamiento.
Aluminio
El aluminio corriente es una aleación de aluminio puro con otros
componentes: cobre, manganeso, sílice, zinc y magnesio. En función del
proceso tecnológico utilizado para la fabricación de un producto -
laminación en frió, vaciado, extrusión o forja - se escoge la aleación de
aluminio más adecuada. La superficie del aluminio suele protegerse
mediante una oxidación previa- anodización-. Este tratamiento puede
Materiales
Fachada de placas
de acero cortén
estampado de 3,2 mm de
espesor.
Museo K en
Shiogama, Japón. Hitoshi
Abe, 2005.
El revestimiento
recrea las planchas
industriales de acero
utilizando un estampado
a mayor escala.
Envolvente metálica
formada por paneles de
acero, paneles
perforados de aluminio y
chapas perfiladas de
aluminio. Teatro Agora
en Lelystad (Países
Bajos). UNStudio, 2007
4
proporcionar al aluminio un color diferente a su color natural. La superficie de aluminio también
puede recubrirse con un termolacado.
Cobre
En construcción se utiliza usualmente cobre puro (99.8%). Es un material maleable, blando y de fácil
fusión. La superficie de cobre tiende a adquirir a la intemperie una pátina verdosa. Como dicha
pátina no se adquiere rápidamente, y depende de las condiciones de humedad del ambiente, así como
de la limpieza previa de la superficie, se suele crear de forma artificial sometiendo al cobre a la
acción de agentes ácidos.
Bronce
Es una aleación de cobre y estaño (Cu 80% a 90%, Sb 20% a 10%), aunque también puede llevar
pequeñas proporciones de zinc, aluminio y plomo. Existe una gran cantidad de aleaciones de cobre
comercializadas, entre ellas las que podíamos definir como bronces. Cada aleación adquiere un color
característico y es adecuada para unos procedimientos de conformado – extrusión, laminación,
vaciado – determinados. Al igual que el cobre, las aleaciones de bronce tienden a adquirir pátinas
gris verdosas, y también pueden crearse artificialmente.
Zinc
En construcción se utiliza en forma de aleación de zinc (99%), cobre (0.7% a 0.9%) y titanio (0.08%
a 0.12%). Al igual que el cobre y el bronce, ha sido utilizado tradicionalmente en el revestimiento de
cubiertas. Las mansardas de los edificios del Plan Haussman de París estaban revestidas de zinc.
Debido a la maleabilidad de este material, se ha utilizado mucho en el pasado en el recubrimiento de
elementos arquitectónicos singulares. La superficie de zinc se oxida en la atmósfera adquiriendo una
tonalidad gris clara, y también pueden crearse pátinas artificiales.
Titanio
Ha sido el último tipo de metal en ser utilizado como revestimiento de fachadas y cubiertas. Aunque
se comercializa desde los años cincuenta del siglo XX, hasta el presente siglo no se había empleado
como material de revestimiento. Se produce en hojas con espesores que van de 0.38 a 6.35mm y
anchos hasta 1.245 mm. El titanio, al igual que el acero inoxidable, admite tratamientos superficiales
por baño electrolítico que le permiten adquirir diversos colores según el voltaje aplicado: plata, oro,
oro pálido, oro intenso, oro oscuro, púrpura o azul. (continua en pág. 6)
Panel de acero inoxidable compuesto para
revestimiento de fachada de 4 mm de espesor
Detalle de revestimiento
de chapa de cobre de Young
Memorial Museum, San
Francisco. 2005
Las chapas están
troqueladas y perforadas
individualmente de acuerdo
a fotografías procesadas
digitalmente de los árboles
del parque en que se ubica
el edificio.
5
Cúpula de plomo. Catedral de Burgo en Osma
Revestimiento de paneles de
fundición de bronce.
American Folk Art Museum,
Nueva York. Tod Williams y
Billie Tsien, 2001.
Cubierta de zinc ejecutada mediante juntas con listón
Despiece en bandas horizontales,
con junta vertical, discontinúa, de
chapas de titanio de 0,38 mm sobre
superficies de doble curvatura.
Museo Guggenheim Bilbao.
Frank Gehry, 1997.
6
El titanio se oxida en contacto con el aire protegiéndose de la degradación, siendo hoy en día el
metal con mayor resistencia a la corrosión entre los utilizados en construcción.
Plomo
El color natural de plomo nuevo es un plateado metálico claro, bastante parecido a zinc natural.
Expuesto a la intemperie este color pierde su brillo gradualmente, a la vez que se oscurece algo con
el tiempo para acabar en un color gris metálico. El color del metal se evoluciona más despacio en
fachada que en cubierta, pero al final ambos llegan a los mismos colores, tardando
aproximadamente 2 años y un año respectivamente para alcanzar su estado de madurez.
Respecto a los revestimientos de cubierta de los otros metales se emplean, los del plomo no
presentan las características “aguas” u ondulaciones en la chapa. Esto es debido a que el plomo se
asienta muy bien sobre el soporte, causa de su elevado peso y espesor, y nula resistencia mecánica.
Esto produce una sensación visual contundente y robusta.
Otras características
El plomo es extremadamente maleable, capaz de cubrir cualquier forma. Tiene varias cualidades que
le hacen especialmente adecuado para revestir cubiertas y fachadas:
Muy buena resistencia a la corrosión y por lo tanto una buena durabilidad estimada como sigue – ambiente industrial/marino entre 60 y 80 años, en ciudad 100 años, en una ubicación
rural superior a los 120 años.
No requiere mantenimiento alguno o limpieza
Reciclable 100% sin límites de ciclos, existen amplios recursos.
Se suelda bien sin embargo es importante emplear el metal de aportación y decapante correctos.
Es compatible con otros metales habitualmente empleados en la construcción, como el acero, el aluminio, el zinc y el cobre.
Una fachada o una cubierta metálica están construidas con un conjunto discreto de elementos más o
menos grandes, por lo que la continuidad del material se interrumpe linealmente y debe ser
restablecida con un adecuado diseño de la junta entre dichos elementos. Así mismo, algunas técnicas
constructivas unen las chapas metálicas a un soporte mediante fijaciones pasantes, por lo que
también se producen interrupciones del revestimiento metálico, en este caso puntuales.
Los metales tienen coeficientes de dilatación térmica altos, superiores a los de los materiales pétreos
aunque inferior a los de los materiales de síntesis. Por ello, las juntas entre los elementos metálicos
del revestimiento, así como las fijaciones de éstos al soporte, deben permitir las deformaciones
térmicas que se produzcan en dicho revestimiento.
Juntas entre elementos metálicos
7
Tanto el aire como el agua tienden a penetrar por las juntas, pudiendo
alterar el confort del ambiente interior y degradar la construcción. Las
acciones que pueden provocar la entrada de agua por las juntas son: la
gravedad, la capilaridad, la tensión superficial, la energía cinética de las
gotas de lluvia, la presión del viento y la diferencia de presión entre el
ambiente exterior y el interior. Actualmente se utilizan soluciones
similares al papel tipo kraft (que se situaba entre el revestimiento
exterior y la estructura) pero con materiales más duraderos y permeables
al vapor de agua.
Para reducir el riesgo de la entrada de agua en el edificio a través de las
juntas se siguen varias estrategias:
Juntas engatilladas:
El engatillado es una técnica que consiste en hacer los plegados y
engarces necesarios entre las chapas a unir, de manera que se
impida el paso del agua hacia el interior aunque ésta venga
impulsada por el viento. En las cubiertas clásicas de cobre,
plomo o zinc, la impermeabilidad se conseguía con este tipo de
unión. Cuanto más maleable es el material de la cubierta, más
fácil es la realización del engatillado. El engatillado crea un
laberinto entre las dos chapas a través del cual no puede
infiltrarse agua. Además, permite la libre deformación térmica de
la chapa.
En la construcción de las fachadas y cubiertas actuales de cobre
o zinc se utilizan las mismas técnicas de engatillado con pocas
variaciones, dando lugar a juntas seguras si están bien realizadas.
La pendiente mínima de una cubierta de zinc con uniones
engatillas es de 5%, según las recomendaciones de empresas del
sector, aunque el Código Técnico de la Edificación establece una
pendiente mínima del 10% para este tipo de cubiertas.
Las juntas que siguen la pendiente de la cubierta suelen
realizarse con listón o alzadas, mientras que las juntas
perpendiculares a las anteriores suelen realizarse con un
engatillado simple o doble. En fachadas se utilizan juntas
alzadas. Otra de las ventajas de este tipo de juntas es que la
fijación de la chapa a su soporte se realiza sin necesidad de
perforarla: se introducen unas patas del mismo material por
debajo del revestimiento, la pata se fija al soporte y se une con
las chapas que se engarzan en el engatillado.
En los engatillados
planos (A), las presiones
exterior e interior están
equilibradas en la junta.
A la derecha (B),
solución de barreras al
paso del agua en juntas
abiertas entre paneles.
Los pliegues hacia el
exterior impiden el paso
a la humedad con presión
de viento.
Mecanismos de
penetración de agua:
A- Energía cinética
B- Tensión superficial
C- Gravedad
D- Capilaridad
E- Capilaridad con ayuda
de presión
F- Diferencias de presión de
aire
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Juntas solapadas:
Las juntas entre placas perfiladas metálicas se resuelven
generalmente mediante solape. Este método se utiliza
tanto en las juntas paralelas a la pendiente de la cubierta como en las perpendiculares. La longitud del solape
viene determinada por la pendiente de la cubierta. En
cubiertas de poca pendiente, la longitud de solape debe
ser importante para evitar que el agua que desciende con
poca velocidad penetre en el interior del revestimiento,
bien sea por capilaridad, por diferencia de presiones
entre el exterior y el interior, o por la acción del viento.
En los casos en que es imposible dar a la cubierta la
pendiente adecuada, es preciso reforzar la
impermeabilización de la junta con uno o dos perfiles de
estanqueidad.
Las chapas onduladas y grecadas suelen fijarse a la
estructura inferior mediante tornillos autotaladrantes. El
tornillo debe situarse en una cresta y no en un valle de la
chapa de cubierta, al objeto de reducir los riesgos de
entrada de agua. Además debe estar previsto de una
arandela de estanqueidad en el encuentro con la chapa,
así como un capuchón de estanqueidad.
Juntas resueltas mediante tapajuntas adicional:
Algunos tipos de paneles de chapa resuelven las juntas
paralelas a la pendiente de la cubierta con tapajuntas,
que suele ser un perfil abierto clipado o los bordes de
los paneles. En este caso, la junta queda perfectamente
impermeabilizada, y los tornillos que fijan los paneles al
soporte quedan protegidos por dicho tapajuntas,
eliminando de esta manera el riesgo de entrada de agua
a través de ellos. No obstante, la junta perpendicular a la
pendiente de la cubierta – junta transversal – no puede
resolverse de la misma manera, ya que el tapajuntas
impediría la evacuación del agua. Por tanto dicha junta
se resuelve por solape, como en el caso anterior.
El CTE prescribe una pendiente mínima para paneles
galvanizados de 5%, un valor muy bajo si se tiene en
cuenta que la estanqueidad de la junta transversal se
resuelve tan solo mediante un doble sellado, y por tanto
su estanqueidad está comprometida con la calidad,
durabilidad y buena ejecución de dichos sellados.
Juntas longitudinales y de
borde en cubierta.
A- Junta alzada con engatillado
doble. Pendiente ≥ 3o
B- Doble junta alzada angular
con tapajuntas. Pendiente ≥ 25o
C- Junta de listón alemana
D- Junta de listón belga
Realización de junta alzada con
engatillado doble y fijaciones
móviles que mejoran la libre
dilatación de las chapas.
Detalle del tornillo de
fijación provisto de
arandela de
estanqueidad.
9
Reducción de longitud de juntas y de perforaciones de
placas:
El riesgo de entrada de agua en una cubierta de chapa metálica
disminuye si se reduce la longitud de las juntas y el número de
fijaciones que perforan la chapa. En paneles de chapa tipo
sándwich, una buena opción es la utilización de paneles de gran
dimensión, de manera que sólo aparezcan dos juntas
transversales: en el encuentro del panel en la cumbrera y en el
alero; de esta manera las juntas transversales, más problemáticas
en relación a su estanqueidad, se eliminan.
Existen empresas que fabrican bandejas metálicas de gran
longitud en la propia obra mediante un proceso de laminado en
frío a partir de bobina de aleaciones de acero o aluminio. Con
este procedimiento se pueden fabricar bandejas continuas de
hasta 100 m. Las juntas entre bandejas, es decir las paralelas a la
pendiente, son juntas alzadas y se resuelven mediante un
engatillado realizado industrialmente. La fijación de la bandeja al
soporte se realiza mediante una pieza engarzada en un
engatillado, que permite movimientos térmicos a la bandeja y
evita perforar la chapa.
Colocación de una membrana impermeable:
El CTE indica que cuando una cubierta inclinada no alcanza la pendiente mínima requerida,
se debe colocar una membrana continua por debajo de dicha cubierta que garantice su
impermeabilidad. En algunas ocasiones, la forma del edificio impide que el agua se desplace
de una manera eficiente por la superficie de la cubierta hasta los imbornales. Puede haber
superficies casi horizontales en las que el riesgo de entrada de agua sería importante. En este
caso, no hay más remedio que ser redundante, aunque el problema estriba no tanto en la
pureza de la solución como en la dificultad de garantizar la continuidad de la membrana, ya
que las fijaciones de la cubierta de chapa hacen peligrar su estanqueidad.
Hoy en día se puede revestir con elementos metálicos prácticamente cualquier superficie
arquitectónica. Las actuales herramientas informáticas permiten plantear superficies arquitectónicas
complejas. Ahora es posible parametrizar dichas superficies a partir de programas como Catia o
Rhinoceros, e incluso se puede determinar el despiece exacto de los elementos que subdividen dicha
superficie, o lo que lo mismo, materializarlos con ayuda de máquinas dirigidas a través de control
numérico. Pero construir el revestimiento de una superficie es algo más. Además de adaptar los
elementos a la geometría de dicha superficie, se deben fijar al soporte de la misma con el objetivo de
que sean estables frente a las acciones eólicas.
Arriba, soluciones de
engatillado para juntas
transversales de cubierta.
Debajo, esquema
constructivo del
encuentro entre una junta
engatillada transversal y
una alzada longitudinal
Despiece de revestimientos metálicos
10
Así mismo, se deben concebir sus juntas para que el revestimiento mantenga la estanqueidad
requerida y pueda dilatarse o contraerse térmicamente sin alterar excesivamente su tersura original.
Despiece en cuadricula
Se utiliza en el revestimiento de superficies planas. Los elementos que constituyen el revestimiento suelen ser cuadrados o rectangulares, en forma de planchas, paneles o bandejas,
y con juntas verticales y horizontales continuas. Las juntas entre elementos pueden ser
abiertas, confiando en una cámara posterior la evacuación del agua que pudiera entrar, o bien
ser específicas del panel o bandeja.
Despiece en bandas verticales, horizontales e inclinadas
Se utiliza en el revestimiento de superficies planas y superficies de simple o doble curvatura.
Los elementos que constituyen el revestimiento suelen ser rectangulares o trapezoidales. Se
mantiene la continuidad de la junta vertical, horizontal o inclinada coincidiendo con la
dirección predominante del despiece. Los elementos pueden ser planchas, paneles y chapas.
En superficies de doble curvatura, los elementos utilizados deben tener capacidad de
distorsionarse para poder adaptarse con facilidad a la superficie, lo que dificulta el uso de
paneles rígidos. Las juntas dependen en cada caso del tipo de elemento empleado.
Despiece en escalera
Similar al anterior, no es tan exigente en la precisión del despiece, ya que la escalera disimula
los posibles errores. Se utiliza en el revestimiento de superficies planas y de simple o doble
curvatura. Los elementos que forman el revestimiento pueden ser planchas o chapas. En
superficies de doble curvatura, ya sean sinclásticas o anticlásticas, deben tener capacidad de
distorsionarse para adaptarse con facilidad a la superficie. Las juntas se resuelven por
engatillado, soldando en el trasdós del elemento piezas complementarias para poder realizarlo
adecuadamente.
Despiece en escamas
Es utilizado frecuentemente para revestir cubiertas y fachadas con piezas de madera, piedra,
cerámica o fibrocemento. Se suelen emplear piezas de pequeño formato, rectangulares o
rómbicas, en algunos casos con esquinas achaflanadas para facilitar la colocación. La
estanqueidad se consigue a partir de un generoso solape entre dichas piezas, de manera que,
tanto las juntas paralelas a la pendiente de la cubierta como las perpendiculares a ella, queden
suficientemente protegidas. Este tipo de despiece también se utiliza con materiales metálicos,
La estructura y la piel
del Experience Music
Project en Seattle
(F.Gehry, 2000) fueron
desarrollados y
fabricados con ayuda
del programa Catia.
Esquema del despiece
en escamas de acero
inoxidable utilizado
por Frank Gehry en el
edificio Peter B. Lewis,
Case Western
University, Cleveland,
2002.
11
especialmente con piezas de zinc estampadas imitando las escamas de un pez. Las medidas
suelen ser 35 x 22 cm, y la impermeabilidad se consigue por solapamiento entre piezas.
Debido a las pequeñas dimensiones de las escamas, con este despiece se pueden revestir sin
dificultad superficies con formas complejas.
Despiece en diamante
Surge como alternativa a los despieces con pequeños elementos hexagonales propios de los
revestimientos pétreos o cerámicos. La simplificación constructiva de la junta ha conducido
en este caso a usar formatos cuadrados o rómbicos. Es utilizado en el revestimiento de
superficies planas y de simple o doble curvatura. El formato pequeño de los elementos
posibilita su adaptación a la forma de la superficie. Sueñen ser de chapa y utilizan las juntas
engatilladas para resolver las uniones entre ellas.
Despiece aleatorio
En ocasiones se buscan despieces que rompan con un orden y una simetría determinados. El
ejemplo más significativo lo constituye el revestimiento de acero inoxidable de Experience
Music Project de Frank Gehry. En este caso, además de la complejidad que supone la
fabricación de las piezas trapezoidales diferentes que constituyen el revestimiento, se une la
necesidad de soportarlas mediante una estructura interior de aluminio con el objetivo de
alcanzar la forma curva deseada y al mismo tiempo cumplir con las exigencias básicas de
impermeabilización, permitir los movimientos térmicos y posibilitar el montaje en obra.
Los metales se degradan en contacto con la atmósfera, alterando su aspecto y sobre todo,
experimentando una importante reducción del espesor original. En términos termodinámicos, se
puede decir que los metales, que han sido obtenidos de diferentes minerales a partir de complicados
procesos de reducción, tienden a alcanzar un estado estable con menos energía interna, y de ahí que
se conviertan de nuevo en óxidos.
La degradación se produce por corrosión. En la superficie del metal se genera zonas con diferente
potencial eléctrico, lo que conlleva la migración de electrones de una zona a otra, dando lugar a una
serie de reacciones electroquímicas que tienden a disgregar la superficie del metal.
Para que se produzca corrosión en una superficie metálica es imprescindible la presencia de agua o
aire con una humedad relativa superior a 60%. El incremento de la humedad relativa del aire provoca
un incremento de la velocidad de corrosión de los metales. Determinadas características del aire,
como su riqueza en cloruros por la proximidad al mar, o en compuestos de azufre por estar en un
ambiente industrial o urbano contaminado, favorecen igualmente la velocidad de corrosión.
En los revestimientos metálicos también se produce la llamada corrosión galvánica, que se genera
cuando dos metales con potencial eléctrico diferente se ponen en contacto. Este fenómeno ocurre,
Durabilidad
12
por ejemplo, cuando el material de las fijaciones de las chapas tiene diferente potencial eléctrico que
el material de la chapa. El resultado es similar al producido por la corrosión electrolítica: el metal
con inferior potencia eléctrico sale perjudicado frente al de mayor potencial.
En algunos metales, la corrosión electrolítica genera sobre su superficie pátinas protectoras que
consiguen reducir los procesos de corrosión. Este fenómeno se produce en metales como cobre, zinc
o plomo, y de ahí la tradición constructiva de utilizarlos como impermeabilizantes de cubierta.
Sin embargo, no todos los metales tienen este comportamiento tan favorable ante la corrosión, y no
pueden ser utilizados sin protección. La cantidad de energía que se consume en el proceso de
obtención del metal puro a partir del mineral, generalmente con poca mena y mucha ganga, es
elevada, por lo que la regla más básica de sostenibilidad obliga a conservar los metales y evitar que
se disuelvan de nuevo en la naturaleza.
Métodos de protección contra la corrosión y la oxidación
Protección por recubrimiento
Crear una capa o barrera que aislé el metal del entorno. Dentro de este tipo de protección podemos
hallar:
Recubrimientos no metálicos
Pinturas y barnices - es económico y exige que la superficie esté limpia de
óxidos y grasas.
Plásticos - son muy resistentes a la oxidación y son flexibles, pero apenas
resisten el calor. El más empleado es el PVC.
Corrosión galvánica. Potenciales de diferentes metales y aleaciones.
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Esmaltes y cerámicos - tiene la ventaja de resistir las altas temperaturas y el
desgaste.
Recubrimientos metálicos Inmersión – se recubre el metal a proteger en un baño de metal fundido. El metal al
solidificar forma una fina capa protectora. Los metales más empleados son estaño,
aluminio, plomo y zinc.
Electrodeposición – en este caso se hace pasar corriente eléctrica entre dos metales
diferentes que están inmersos en un líquido conductor que hace de electrolito. Uno de los
metales será aquel que hará de ánodo, el cual se oxidará y sacrificará. El otro metal, el
que se desea proteger, hará de cátodo y ambos estarán inmersos en el electrolito.
Protección por capa química
Se provoca la reacción de las piezas con un agente químico que forme compuestos en su superficie
que darán lugar a una capa protectora.
Cromatizado – se aplica una solución de ácido crómico sobre el metal a proteger. Se forma una capa de óxido de cromo que impide su corrosión.
Fosfatación – se aplica una solución de ácido fosfórico y fosfatos sobre el metal. Se forma una capa de fosfatos metálicos que la protegen del entorno.
Aceros
Acero de baja aleación
Se comporta mal frente a la corrosión cuando no está protegido. La
pérdida de espesor depende de las características ambientales del
emplazamiento. El acero de baja aleación tiene un potencial electrónico
relativamente bajo, siendo atacado por corrosión galvánica, si carece de
protección, por los metales con potencial eléctrico superior,
especialmente el cobre y sus aleaciones. Por el contrario, en contacto
directo con el aluminio o el zinc, puede degradar a éstos por corrosión
galvánica.
La protección de productos de acero de baja aleación se puede realizar
por galvanización en caliente, electrozincado, metalización,
recubrimientos de pintura o sistemas dobles de galvanización y pintura.
Tanto la galvanización como el electrozincado protegen el acero
mediante una superficie exterior de zinc. Ésta actúa como material de
sacrificio, ya que su velocidad de corrosión es muy inferior a la del
acero. La durabilidad de la protección será proporcional al espesor de la
capa de zinc.
La galvanización en caliente permite alcanzar mayor espesor de la capa
de zinc. La norma EN/ISO 1461 sobre galvanización especifica unos
espesores mínimos para diferentes grosores de chapa de acero.
La protección de chapas de acero para el revestimiento de fachadas y
cubiertas se suele realizar con sistemas dobles consistentes en una
Una piel ondulante
de chapa de acero
inoxidable envuelve la
Torre Beekman en Nueva
York. Frank Gehry, 2010.
Corrosión en los
bordes. Defecto frecuente
en las chapas de acero
protegidas con
recubrimientos
termolacados.
14
galvanización previa y una protección de pinturas de tipo orgánico a base de resinas de PVC
(vinílicas), PVDF (fluoradas), PUR (poliuretano), EP (epoxi) o SP (poliéster) entre otras. El espesor
de la capa protectora de pintura, cuando es aplicada industrialmente es de 40 a 60 µ en función de la
durabilidad que se desea dotar a la chapa de acero.
Acero Cor-Ten
Es un acero patinable. Cuando está a la intemperie se produce sobre su superficie una pátina u
oxidación que le hace más resistente a la corrosión. Se suele colocar sin ningún tipo de protección,
aunque es necesario tener en cuenta que, tanto en fachada como en cubierta, las escorrentías de agua
pueden disolver la pátina y provocar ensuciamientos no previstos, por lo que en ocasiones se le
aplica un recubrimiento orgánico transparente.
Acero inoxidable
Presenta una magnifica resistencia a la corrosión atmosférica. En ambientes costeros, no obstante,
pueden producirse pequeñas corrosiones puntuales debido a la presencia de cloro en la atmósfera. En
estos casos, es preciso utilizar hacer de aleación S 316 con presencia de molibdeno. Otra de las
consideraciones a tener en cuenta es que el calor de la soldadura provoca en el acero inoxidable
cambios en su composición química que lo hacen más vulnerable a la corrosión. En tales casos se
debe optar por un acero S 316 L o 304 L (de bajo contenido en carbono).
El acero inoxidable no provoca la degradación, por corrosión galvánica, de otros metales como el
aluminio o el acero galvanizado, por lo que su uso como material de unión de metales diferentes es
perfectamente aceptable.
Aluminio
Presenta buena resistencia a la corrosión atmosférica. La pátina superficial que se forma lo protege;
como la formación natural de esta pátina es lenta, se recurre a crearla artificialmente, oxidando la
superficie a través de un baño electrolítico o anodización.
Los espesores del anodizado oscilan entre 5 y 25 micras dependiendo de la agresividad del ambiente.
Las atmósferas marinas ricas en cloro, pueden corroer el aluminio. A diferencia de la corrosión en
otros metales, que produce una disminución uniforme del espesor, en el aluminio se manifiesta como
Tornillo de fijación de chapas metálicas de
cubierta, debilitado por la corrosión.
Delaminación. Defecto
frecuente en las chapas de
acero protegidas con
recubrimientos termolacados.
15
una serie de picaduras. La mejor opción para evitarla
es el sellado de poros de la superficie anodizada.
Al aluminio también se le puede aplicar
recubrimientos termolacados. El espesor de la capa
puede oscilar entre 25 y 50 micras dependiendo del
material constitutivo del recubrimiento, que puede ser
poliéster, PVDF, PUR, PE, plastisol o silicona.
El aluminio puede experimentar corrosión galvánica
debido a su bajo potencial eléctrico. En atmósferas
marinas, por ejemplo, no es aconsejable el contacto
directo del aluminio con el zinc.
Cobre y bronce
Presentan una magnifica resistencia a la corrosión
atmosférica. La pátina superficial que se forma protege
de la degradación tanto al cobre como al bronce. Como en el caso de otros metales, la pátina
protectora se puede crear artificialmente al ser tratada a la superficie con una disolución ácida,
adquiriendo el color verdoso característico.
Tanto el bronce como el cobre tienen un potencial eléctrico alto, por lo que su contacto directo con
otros metales, como acero, aluminio y zinc, provoca la rápida corrosión de éstos. También se puede
producir corrosión cuando el óxido de cobre o de bronce, arrastrado por el agua de escorrentía, se
deposita sobre la superficie de estos metales. Hay que tener presente que tanto el cobre como el
bronce son atacados por materiales bituminosos y por algunos productos utilizados en tratamientos
de madera.
Zinc
Presenta una buena resistencia a la corrosión atmosférica. La pátina superficial que se forma, que es
un carbonato de zinc, se adhiere a la superficie e impide su degradación. Como en casos anteriores,
la pátina se puede crear artificialmente mediante inmersión en soluciones ácidas.
Las atmósferas húmedas y con alto contenido en SO2 dificultan la formación de la pátina,
incrementando la velocidad de corrosión del zinc. Lo mismo puede ocurrir en la cara inferior de una
cubierta de zinc no ventilada. En este caso, la humedad del aire que pueda existir en el intersticio
entre la chapa de zinc y el tablero de soporte, así como la insuficiencia de CO2, provoca que la pátina
no pueda formarse, iniciándose la corrosión desde el interior. De aquí la necesidad de intercalar entre
la chapa de zinc y su soporte un drenaje que permita la circulación del aire por debajo de la cara
interior de la chapa.
El zinc es un metal con un potencial eléctrico muy bajo, por lo que, en contacto con otro metal,
puede experimentar un proceso de corrosión galvánica, sobre todo en atmósferas húmedas y con
presencia de cloruros. El zinc también es atacado por los materiales bituminosos y algunos productos
químicos contenidos en los tableros de madera.
Fachada y cubierta de chapas de cobre de
800 x 400 mm e= 0,6 mm engatilladas y grapadas
sobre tablero de 27 mm protegido por una lámina
separadora.
Vivienda unifamiliar en el cantón de Los
Grisones, Suiza. Gigon/Guyer Architekten, 2007.
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Titanio
Presenta una extraordinaria resistencia a la corrosión atmosférica. La pátina superficial que se forma
lo protege de la corrosión. No le afecta la presencia de cloruros ni de compuestos de azufre. El
espesor de las chapas de titanio del Museo Guggenheim Bilbao es solamente de 0.38 mm, lo cual
indica su enorme resistencia a la corrosión. La utilización de este material en todo tipo de prótesis
ortopédicas es la mejor garantía de su buen comportamiento a largo plazo.
Llamamos fachada a todo tipo de cerramiento exterior en contacto con el aire, cuya inclinación
superior sea superior a 60o respecto a la horizontal. Las características principales de una fachada son
la resistencia al impacto, la estanqueidad al agua, la confortabilidad térmica y acústica y la
iluminación.
El titanio es un material
con alta resistencia a la
intemperie. Denver Art
Museum. Daniel Libeskind,
2006.
Fachadas metálicas
Elementos de una fachada metálica.
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Soporte
Es el elemento constructivo resistente situado detrás del revestimiento, que transmite los esfuerzos de
éste a la estructura del edificio, o que forma parte de ella, y que presenta una deformabilidad
acumulada compatible con la libre deformación de los componentes del revestimiento.
Aislamientos
El aislamiento debe cumplir los siguientes requisitos:
No ser higroscópico
Ser impermeable
Estar aplicado de forma continua
Ser inalterable en el tiempo
No ser putrescible
Tiene que ser compatible con el material del anclaje
Los aislantes térmicos ofrecen una alta resistencia al paso del calor por
conducción. Ejemplos de aislantes térmicos pueden ser las lanas
minerales (lana de roca y lana de vidrio), las espumas plásticas derivadas
del petróleo (poliestireno expandido, polietileno expandido, poliuretano
expandido), reciclados como los aislantes celulósicos a partir de papel
usado y lana de oveja, vegetales (paja, virutas de madera, fardos de paja,
corcho natural, etc); entre otros.
El aislamiento acústico se refiere al conjunto de materiales, técnicas y
tecnologías desarrolladas para aislar o atenuar el nivel sonoro en un
determinado espacio. Para aislar, se usan tanto materiales absorbentes,
como materiales aislantes. Al incidir la onda acústica sobre un elemento
constructivo, una parte de la energía se refleja, otra se absorbe y otra se
transmite al otro lado.
Existen diversos factores básicos que intervienen en la consecución de
un buen aislamiento acústico:
Factor másico. El aislamiento acústico se consigue principalmente
por la masa de los elementos constructivos: a mayor masa, mayor
resistencia opone al choque de la onda sonora y mayor es la
atenuación. Por esta razón, no conviene hablar de aislantes acústicos
específicos, puesto que son los materiales normales y no como
ocurre con el aislamiento térmico.
Factor multicapa. Cuando se trata de elementos constructivos
constituidos por varias capas, una disposición adecuada de ellas
puede mejorar el aislamiento acústico hasta niveles superiores a los
que la suma del aislamiento individual de cada capa, pudiera
alcanzar. Cada elemento o capa tiene una frecuencia de resonancia
que depende del material que lo compone y de su espesor. Si el
sonido (o ruido) que llega al elemento tiene esa frecuencia producirá
la resonancia y al vibrar el elemento, producirá sonido que se
sumará al transmitido.
Polietileno expandido
Poliestireno expandido
Lana de oveja
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Por ello, si se disponen dos capas del mismo material y distinto espesor, y que por lo tanto
tendrán distinta frecuencia de resonancia, la frecuencia que deje pasar en exceso la primera capa,
será absorbida por la segunda.
Factor de disipación. También mejora el aislamiento si se dispone entre las dos capas un
material absorbente. Estos materiales suelen ser de poca densidad (30 kg/m3 - 70 kg/m3) y con
gran cantidad de poros y se colocan normalmente porque además suelen ser también
buenos aislantes térmicos.
Así, un material absorbente colocado en el espacio cerrado entre dos tabiques paralelos mejora el
aislamiento que ofrecerían dichos tabiques por sí solos. Un buen ejemplo de material absorbente
es la lana de roca, actualmente el más utilizado en este tipo de construcciones.
Acabados exteriores
Chapa metálica (perfilada, perforada, trenzada, etc.) – lámina delgada de metal.
Paneles sándwich – es principalmente utilizado como aislante térmico, acústico, impermeabilizante y como cerramiento. Destaca por ser un producto resistente y ligero lo que
permite utilizarlo con un mínimo esfuerzo.
Bandejas perfiladas para ser engatilladas o clipadas.
Accesorios
Perfilería intermedia.
Fijaciones – deben reunir las siguientes características: Capacidad para soportar las fuerzas del viento y el peso.
Transmitir dichas cargas a los elementos portantes.
Evitar que la humedad se acumule en zonas concretas, actuando como goterón y, que
en todo caso, no tienda a caer sobre el muro soporte.
Alto grado de resistencia a la corrosión.
Cierres estancos
Juntas de sellado
Roturas de puente térmico – zona donde se transmite más fácilmente el calor que en las zonas aledañas. Puede deberse a:
Diferente conductividad de los materiales.
Diferente espesor de los materiales.
Cuestiones geométricas.
Persianas de lamas
Lana de vidrio Poliuretano expandido Lana de roca
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Tipología de fachadas
Fachada simple o piel de acabado - se define como la constituida por
una chapa nervada o grecada fijada sobre perfiles de soporte metálicos.
El tipo de chapa seleccionada cumplirá las exigencias mecánicas y
resistentes solicitadas en proyecto así como la estanqueidad frente al
agua.
Fachada panel sándwich “in situ” - Consiste en la superposición de
dos chapas de acero grecadas de 0.6 mm de espesor, entre las que se
intercala un perfil (omega) separador galvanizado y una manta aislante
de fibra de vidrio de 80 mm de espesor.
Todo este proceso de ensamblaje se realiza en obra (in situ). El
agradable acabado interior conseguido con esta solución, hace
innecesaria la instalación de falsos techos.
Las chapas se fijan al entramado de las correas y de los perfiles
separadores, mediante tornillos auto-roscantes y/o auto-taladrantes. Su
distribución se hace coincidir con las grecas superiores a fin de
garantizar la estanqueidad de la cubierta, a la vez de asegurar su
comportamiento frente a las dilataciones.
Cuando la longitud de los faldones de la cubierta (más de 12m) obliga a
afrontar la cubrición en más de un tramo, la estanqueidad de los solapes
se resuelve con una junta de sellado especial.
La fachada panel sándwich “in situ” puede ser:
Con subestructura
Grandes luces sin subestructura
Curvada
Fachada panel sándwich prefabricado – es el conjunto formado por
dos caras exteriores de chapa de acero, conformadas en frio y unidas
entre sí por un núcleo central aislante de espuma rígida de poliuretano
expandido, adherido durante el proceso de fabricación, que los hace
autoportantes.
Los paneles se fijan al entramado de las correas mediante tornillos auto-
roscantes que quedan ocultos.
Fachada panel sándwich bandeja – similar al “in situ”, sólo que la
cara interior está formada por bandejas autoportantes de chapa, que se
distribuyen horizontalmente. Su principal ventaja reside en el hecho de
que no requiere el montaje de ninguna estructura auxiliar de fachada.
Además, debido a la ausencia de grecas en el perfil de estas bandejas, se
consigue un limpio y agradable acabado interior.
Las bandejas se fijan a los pilares con clavos, mientras que la chapa
exterior se fija sobre la bandeja con tornillos auto-roscantes.
Fachada simple
Fachada panel sándwich
“in situ”
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Fachada engatillada
Fachada panel arquitectónica – se fabrica totalmente liso. Su uso es especialmente recomendado
para edificaciones de vivienda, edificios civiles y edificios de oficinas y fachadas de naves
industriales.
Fachada deploye
Fachada panel composite – eficaz, económico y sostenible para recubrimiento de fachadas de
edificios. Formada por dos láminas de aluminio unidas por un núcleo de resinas termoplásticas. Es
compuesto por una capa exterior de aleación de aluminio lacado con pintura PvdF (polivinilo
fluorado) que ofrece una gran resistencia a la corrosión y al envejecimiento. El núcleo interior está
formado por dos resinas termoplásticas (polietileno).
Esta unión de materiales dotan el panel de excelentes propiedades mecánicas: alta resistencia a los
choques, elevada rigidez y reducido peso. Es un producto diseñado y probado para integrarse en
edificaciones de elevadas prestaciones térmicas y acústicas.
Fachada panel sándwich
prefabricado
Fachada deploye
Fachada de panel composite Fachada panel sándwich
bandeja
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Fachada ventilada – implica la presencia de una cámara de aire en todo el muro, lo que facilita la
transpiración de la fachada, protege la edificación de la infiltración de agua de lluvia y evita la
condensación intersticial.
Se organiza a partir de una estructura que sustenta las distintas capas, manteniendo la distancia entre
el muro del edificio y la fachada, además de ser el soporte de los elementos o placas que recubren el
exterior.
El sistema de fachadas ventiladas cubre los exteriores de los edificios, permitiendo que a través de
uso de energías pasivas se logren los distintos recintos interiores.
Fachada no ventilada – esta solución protege la fachada de condensaciones con la colocación de
una barrera de vapor por debajo del aislante térmico. Esta barrera tiene la función de eliminar la
posibilidad de que haya filtraciones de aire húmedo procedentes del interior del edificio a través del
aislante hacia partes frías de la cubierta, y condensarse. Su buen funcionamiento es fundamental, con
lo cual es importante que tenga un soporte continuo que facilite su colocación y el perfecto sellado
de sus juntas.
¿Fachada ventilada o no ventilada?
La fachada ventilada funciona bien con todos los metales. Es obligatoria cuando revestimos con zinc
o plomo. Es apto para todas las fachadas, elimina puentes térmicos en la intersección con el forjado,
y disipa el calor en verano. Los sistemas de paneles casi siempre son ventilados.
Sin embargo, cuando el coste adicional para ventilar la fachada es significativo, cuando el grosor
total de la fachada es muy limitado, o cuando la fachada tiene muchas ventanas y su ventilación
resultaría poco práctica, la fachada no ventilada con su barrera de vapor será la mejor opción.
Fachada ventilada en
junta alzada sobre
lámina transpirable
sobre chapa grecada
sobre bandejas
estructurales rellenos
de aislante.
Fachada ventilada
en junta alzada
sobre lamina
transpirable sobre
tablero sobre
perfilaría metálica,
aislante entre
perfiles.
Fachada ventilada
en junta plana sobre
lamina transpirable
sobre tablero sobre
omega, aislante
entre omegas.
Fachada ventilada en
panel de fachada
sobre perfilería
metálica anclada a
pared, aislante entre
perfiles.
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Museo de Planificación de Hong Kong / 10 Design
La firma 10 Design recientemente dio a conocer su diseño para el museo de planificación urbana, el
cual pretende ser un hito verde, en el noreste de China. El masterplan incluirá una biblioteca, centro
científico y un centro de recreación, donde cada edificio será un ejemplo de tecnología y diseño
sustentable. El diseño del museo considera una fachada suavemente esculpida que refleja el paisaje
que lo rodea. Inspirado por elementos náuticos de la zona costera de la ciudad, la cubierta curva
asemeja una ola o una ballena, el cual se ilumina en la noche mediante luces alimentadas por celdas
fotovoltaicas.
La fachada de la propuesta consta de pantallas de zinc las que han sido recubiertas con una capa
nano-fotovoltaica de Dióxido de Titanio, el cual otorga un brillo especial a la superficie exterior
mientras que la protege de la contaminación. Esta combinación autosustentable
remueve rápidamente la suciedad y previene los daños en la superficie al mismo tiempo que reduce
los costos de mantenimiento por muchos años.
La fachada interior de aluminio también es protegida con un recubrimiento polímero especial que
aumenta la aislación térmica y previene que entre el agua y humedad. Los
arquitectos también apostaron por un sistema de enfriamiento y calentamiento pasivo minimizando
las fachadas este y oeste y evitando los accesos hacia los vientos del norte.
Análisis constructivo
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Dear Ginza / Amano Design Office
El cliente es una empresa promotora que buscó un terreno en Ginza para la construcción de un
edificio comercial y de oficinas. La obra se encuentra en una calle secundaria pero ubicada en el
centro de la ciudad; el desafío de los arquitectos era atraer a más personas a esta calle.
Teniendo en cuenta los puntos de vista desde el interior, la utilización de una fachada de vidrio
pareció inútil, ya que el paisaje exterior no es muy atractivo. Por lo tanto, se usó una estructura de
doble piel, que se compone de un muro cortina y una capa de metal perforado. La fachada se
convierte en una parte de la decoración interior y evita la necesidad de persianas o cortinas. Mediante
el uso de una doble piel, se reduce la necesidad de aire acondicionado y la carga de limpieza de los
vidrios.
El diseño de la fachada irregular se determinó mediante un cálculo de diseño para evitar formas
arbitrarias y lograr formas aproximadas de la naturaleza. En medio de un barrio de arquitectura
modernista, con formas horizontales, verticales y geométricas, el edificio genera una imagen de
extrañeza, atrayendo la atención de los transeúntes.
Los paneles perforados individuales son irregulares y tienen diferentes ángulos y formas, pero todos
caben dentro de un tamaño estándar, lo que resulta en un excelente rendimiento material. La
iluminación LED instalada en el interior de la doble piel entretiene a los transeúntes con diferentes
programas dependiendo de la temporada.
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Rooftecture OT2 / Shuhei Endo
El terreno está ubicado en una calle relativamente concurrida y está rodeado de edificios por tres
lados, excepto el norte. El cliente quería que la fachada garantizara la iluminación y la ventilación
necesaria, pero a la vez ser moderadamente cerrada desde el exterior.
La casa utiliza el acero de chapa perforada para su fachada principal hacia la calle. Así se asegura la
privacidad hacia el interior pero la luz y la brisa entran generosamente. La parte central de la escalera
es un espacio agradable en el que el viento fluye a través de una claraboya que se puede abrir.
Las perforaciones en la placa de plegado y las variaciones en su forma, permiten que el interior se
ilumine de diferentes maneras, produciendo una gran variedad en el patrón de la fachada también al
exterior. El espacio luminoso del atrio conecta visualmente los diferentes niveles. Los miembros de
la familia en los diferentes pisos permanecen conectados entre sí a través de este espacio.
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Titanic visitor Centre, Belfast, Irlanda del Norte / Todd Architects
Abrió al público en abril del 2012, fecha en que se conmemoraron los 100 años de la tragedia del
gigantesco buque de pasajeros, llegando a ser uno de los edificios de mayor importancia de Irlanda
del Norte.
Desde el exterior, el edificio destaca por su impresionante fachada revestida en diferentes paneles de
aluminio anodizado, dan la sensación de que el programa se desarrolla al interior de un iceberg.
Estos paneles fueron realizados por Spanwall, empresa irlandesa que venció la competencia
internacional para la construcción e instalación del revestimiento.
Se trata 6.200 metros cuadrados de una piel tridimensional, que da movimiento a este edificio de
gran escala, otorgando una imagen reflejo de su exterior, tomando los colores del cielo: azulados o
grises.
En este caso, la piel se ideó en la etapa de proyecto, pensando en ella como un elemento fundamental
y característico del edificio y sin un catálogo de por medio. Así se llamó a concurso para la creación
e implementación de los paneles, dónde la empresa y tecnología se pone al servicio de los arquitectos
y el objetivo del proyecto.
Un gran iceberg agrietado tras un fuerte encuentro o el reflejo del gélido mar nórdico, son
algunas percepciones que podría tener un visitante al centro. De esta manera el edificio habla de lo
que ocurre en su interior, manifiesta a través de su piel el sentir de una fría tragedia.
El centro de visitantes, de 6 pisos, tendrá nueve galerías interpretativas e interactivas que contarán la
historia del Titanic desde su concepción y construcción, hasta el embarque, la travesía y su trágico
final.
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Los metales sin duda se seguirán utilizando como material de revestimiento de la arquitectura. La
ligereza de las chapas, la ausencia de poros de las superficies metálicas, la imagen industrial que
confieren a la arquitectura, así como las diferentes texturas y colores que admite, son razones
suficientes que aseguran su perdurabilidad.
Ahora bien, al igual que otros materiales de construcción, los metales deberán optimizar su uso para
cumplir con las nuevas exigencias y sensibilidades de la sociedad. Entre ellas la sostenibilidad.
El hierro y el aluminio son abundantes en la naturaleza. Por el contrario, existen pocas reservas de
cobre, zinc o estaño, por lo que las aplicaciones de estos últimos no deberán ser banales o
caprichosas. Por otra parte, en la obtención de los metales de primera fusión se consumen
importantes cantidades de energía, la mayor parte no renovable, y se pueden generar abundantes
residuos que participan en la degradación general del medioambiente. Los metales que se utilicen
como revestimiento exterior deberán garantizar su durabilidad y buen comportamiento constructivo a
largo plazo, así como su reciclado al final se su vida útil.
TECTÓNICA 32 envolventes metálicas
http://www.aparejadoresmadrid.es/archivos/jornadaes/81/sistemas_de_cerramiento_m
et%C3%A1lico_y_su_evoluci%C3%B3n_ii.pdf
http://www.archdaily.mx/
http://www.hunterdouglas.com/
http://www.quintametalica.com/
http://www.anuri.com/bandeja.html
El futuro de los revestimientos metálicos
Bibliografía