entrevista inédita de abraham bojorquez
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Entrevista realizada a Abraham Bojorquez.TRANSCRIPT
En memoria al genio y la ternura de
Abraham Bohorquez
Entrevista - Mazo de 2009
“No había sido el único loco que había estado
pensando diferente, sino hay muchos locos como
yo que creen que otro mundo nuevo es posible.”
Por Jorge Carlos Ruiz De la Quintana
- Bolivia es un país donde el 62% de la población se reconoce como
perteneciente a una comunidad indígena/originaria. Sin embargo, esta
realidad no es bien vista por las élites “blancoides”, que poseían el poder
hasta hace poco. Según tu criterio, con la llegada de Evo Morales al poder,
¿cuáles son las principales transformaciones que el país está viviendo?
Agradecerte por esta entrevista. Yo creo que estamos viviendo un momento muy
importante en la historia boliviana. Tiene que ver mucho con cambios muy
profundos y tiene que ver también con el cambio de identidad cultural. El primer
cambio que yo podría mencionar tiene que ver con cómo la gente se siente
identificada con un presidente indígena. A partir de eso se va retomando el tema
de la identidad cultural, que también es clave para poder avanzar en un proceso
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de cambio. Porque si una persona no tiene identidad cultural es como una persona
sin nombre ni apellido en la ciudad, ¡no existes!
Entonces nosotros... Yo, por ejemplo, me siento parte de las comunidades
originarias, porqué yo soy descendiente de una madre de pollera. Al mismo tiempo
intentamos aportar con la música, recuperando las músicas de las comunidades
originarias y hablando en aymara. Agarrando un elemento que para nosotros tiene
mucho que ver con el Hip Hop y los pueblos originarios, que siempre han estado
en constante lucha, sin decir revolución. Las comunidades originarias no han dicho
revolución, siempre han estado resistiendo culturalmente, eso es lo más
importante. Yo creo que es un primer paso, pero muy clave y fundamental para
que este proceso no se pueda derrumbar fácilmente.
No lo van a poder derrumbar, porque hay estrategias políticas como decir: “este es
un proceso Masista”, lo quieren minimizar; pero cuando hacen eso ellos mismos
se están auto-engañando, pues no es real. Este es un proceso de las
comunidades originarias, un proceso de los movimientos sociales, un proceso de
los jóvenes...
Si te das cuenta, en la ciudad de El Alto, los jóvenes han dado el pecho a la bala
para sacar a un personaje que era la imagen del modelo neoliberal. Ha sido
sacado con gran participación juvenil. A partir de ese momento los jóvenes ya se
sienten tomados en cuenta. Porqué los jóvenes siempre han sido vistos como
personas que no tienen una idea clara de la política, o no pueden ser partícipes
porque no tienen mucha experiencia. Cosas así se han ido rompiendo en la ciudad
de El Alto, una ciudad que está en constante crecimiento, donde hay pobreza, hay
miseria; donde también es un lugar de romper esquemas. Un lugar donde puedes
ver una señora vendiéndose su fresco de k'isa, haciéndole la competencia a la
Coca-Cola. Un lugar donde te dicen: “vamos a comer a los agachaditos”. Donde
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vas a comer un th'impu con chuño... no se pues... una sajta con tunta, cosas así;
que le hacen competencia al Burger King y todas esas cosas.
El Alto es una ciudad muy loca, que se la puede caracterizar por tener una
diversidad cultural. Creo que nosotros, y yo como joven, me siento parte de esa
diversidad cultural. Yo en este momento me siento... no se si estará bien... un
aymara contemporáneo, agarrando un Hip Hop muy nuevo para nosotros, pero al
mismo tiempo cantando en aymara y yo me siento bien. Aunque me digan indio de
mierda o lo que sea, yo me cago, porque yo me siento bien. Soy un joven rebelde,
pero un rebelde con causa, un rebelde con constante propósito de construcción;
pues yo creo que eso es lo correcto desde mi punto de vista.
O sea, valorar la identidad cultural, valorar nuestras tradiciones culturales; porque
ahí está la respuesta frente a una verdad única, a una verdad absoluta. Porque si
es que yo voy a creer todo el tiempo en que la globalización y la globalización...
debo darme cuenta de que la globalización es una forma de dominación, una
globalización que es una globalización capitalista, una globalización que te dice
que los productos pueden pasar, pero no las personas. Para los productos no hay
fronteras, pero para las personas sí hay fronteras. Entonces es una globalización
que nos quiere manejar como ovejitas de un lado a otro lado. Eso pasa cuando tú
no tienes identidad cultural, pero cuando tú tienes identidad cultural dices: ¡Ah! !
no, no, no, esperame! Yo dentro mi cultura esto practicamos también... A ver
escúchenme... Por aquí podemos avanzar... Yo propongo esto.... De esta manera
tienes donde apoyarte, cuando tú crees y tienes una identidad cultural. Por eso es
muy importante la identidad cultural.
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- ¿Cuál crees que es el origen de la fragmentación de nuestra sociedad, de
esta división de la población boliviana, que ha relegado a las comunidades
indígenas/campesinas/originarias a vivir en un enclaustramiento dentro de
su propio país, mientras los “otros” disfrutan de todos los beneficios?
Yo creo que tiene que ver mucho con esa cuestión de la colonización, esta
cuestión de decir: “nosotros somos blancos y somos superiores”. Entonces creo
que se ha manejado mucho esa estructura occidental de dominación, que llega al
limite de aislar al que no es como vos; o que económicamente no tiene la
capacidad de ser de tu nivel, de tu estatus. Por tanto se logra fragmentar, se arma
divisiones. Al mismo tiempo, estas divisiones se van fortaleciendo en diversos
niveles en el ámbito histórico y tienen que ver mucho con los presidentes tuvimos,
que decían antes: “Hay que eliminar al indio, porque el indio es el que perjudica el
desarrollo, el progreso; este indio siempre nos va perjudicar”. Pero parece que es
una visión muy errada, yo veo más bien al desarrollo como la destrucción; un
desarrollo que no tiene un norte, que no tiene un sentido cabal, sino tiene una
forma de destrucción. Claro ejemplo son los tiempos que vivimos ahora, un tiempo
de cambios climáticos donde las granizadas ya no caen del tamaño normal, sino
del tamaño de un huevo. Eso tiene que ver con la falta de respeto a esas
comunidades originarias que siempre han estado en contacto con la naturaleza.
Tiene que ver mucho con esta nueva colonización que ahora nos plantean, una
colonización más subliminal, a través de los medios de comunicación.
Al joven se lo agarra mostrando un modelo de joven en la tele. Te muestran un
joven simpático, con sus lentes, con buena ropa de marca y quieren alejarlo de la
realidad y su identidad cultural. Todo eso tiene que ver con nuevas colonizaciones
y con nuevas formas de dominación. Estamos en este tiempo como robotizados,
donde de una u otra manera se siguen armando niveles de clases y se sigue
aislando a la gente que piensa diferente. Entonces vivimos robotizados porque te
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dicen que comer, que tomar, como vestirte, como comportarte... Hay otro nivel de
dominación que te aisla, pues si tú no te vistes como éste, tú no eres tomado en
cuenta. Del mismo modo, si tú eres mujer y no estas flaquita, nadie te va mirar.
Son cosas que nos van metiendo todos los días en la cabeza. Todos los días
nosotros somos baleados con pura falsedad, y esto viene desde la educación.
Que tal si en los libros de historia nos contaran historias verdaderas de nuestros
ancestros y de nuestras comunidades, que nos hablaran de Tupac Katari y
Bartolina Sisa. Pero simplemente nos hablan de Cristóbal Colón, ¡gran
descubridor de América!, en todos los libro está; pero no nos cuentan la otra
historia.
La otra historia es que Cristóbal Colón era un verdadero ladrón y que se robaba el
oro y la plata por montón... cosas así... Entonces, desde la lógica del vivir mejor te
dicen: “tené tu mejor celular”, “tené tu mejor computador”; que contrasta con lógica
del vivir bien, que consiste en que tu estés bien con tu espíritu, en que estés en
contacto con la naturaleza.. Por esto la gente blanca, la gente que nos ha ido
sometiendo, en el tiempo de la colonización, han querido tapar esto. Pero si te das
cuenta, en tanto tiempo, en tantos años de dominación, no han logrado
eliminarnos; entonces aquí hay algo más poderoso de todo lo que ellos nos
plantean. Desde mi punto de vista creo que hay un temor a este otro saber, a este
otro conocer... y cuando tu tienen miedo tienes que eliminar al otro. Y en este
tiempo se vive con esa idea de eliminar al otro, porque tienes un temor. Mientras
en las comunidades originarias la idea no es eliminar al otro, la idea es que nos
complementemos unos a los otros. Esa es la gran diferencia y la gran riqueza que
existe.
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- En relación a tu carrera artística, es sorprendente para muchos que hagas
Hip Hop y además Hip Hop en aymara, en un país donde la lenguas
originarias son mal vistas. ¿Cómo empezó tu carrera? y ¿cómo se dan estas
opciones en tu vida artística?
El inicio ha sido por el 96, 97, 98. Yo estaba viviendo en el Brasil, vivía cerca de
las fabelas y el rap era muy fuerte por esos lados. Y ha llegado un momento que
yo me he identificado con ese rap brasileño, porque parecía que decían mi
historia, porque parecía que contaban mi vida. A partir de eso nace la curiosidad,
pero jamás de cantar en grande escenarios, la idea siempre ha sido solamente
disfrutar la música como con cuates, amigos, ahí en el barrio, lo que vivíamos
entre nosotritos nomás. Sin embargo se da la posibilidad de poder retornar al país.
Yo me he tenido que ir del país por motivos económicos, yo vivía económicamente
una situación muy difícil, y me he tenido que ir a mis 12 años, yo era muy
chango... Pero creo que ese sufrimiento me ha ayudado un poco a poder
visualizar más allá de mi alrededor, de ver más allá de lo que yo estaba viviendo y
lo que yo estaba haciendo. Cuando se da la oportunidad de que yo pueda volver a
Bolivia, en Bolivia me quedo, conozco a otros amigos que estaban también
metidos en el Hip Hop y a partir de eso decidimos poder organizar un grupo que
se denomina hasta ahora: “Ukamau y qué”. Desde ahí iniciamos, desde el nombre,
intentando romper las cosas... Ukamau y qué... en aymara es eso; dice: “Así es y
qué”. ¡Así es y qué, es nuestra realidad!!! Nos planteamos hacer una música con
contenido social, desde el inicio hemos dicho: Haremos un poco de hacer pensar
a la gente. En la tele vemos pura macanas, en la radio pura música comercial; que
“Cervecita negra, cervecita blanca” o “Veneno para olvidar”. Porqué no hacemos
otra cosa más real, más del barrio podemos hacer. Y ya que he vivido un poco en
el Brasil, trayendo un poquito de lo que yo he aprendido.
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Entonces decidimos: ¡Positivo, sí, lo lograremos! Empezamos, pero no había un
lugar donde podamos difundir nuestra música. Íbamos ha rogarnos para cantar a
los bares, pero en los bares nos silbaban; nos decían: Ya no queremos saber de
estos problemas, yo de mi casa me estoy viniendo para escaparme de problemas
y ustedes aquí nos cantan los problemas del país. No por favor, está bien lo que
están cantando, pero canten algo más... no se... “Cervecita negra, cervecita
blanca”. Por este motivo ha habido un momento que nos ha dado un bajón bien
jodido y hemos pensado en hacer música comercial. ¡Puta así!!! Decíamos: no
podemos llegar a esta gente, y ¡queríamos llegar a la gente! Pero poco a poco se
nos han ido abriendo nuevos espacios. Uno de esos espacios ha sido el Wayna
Tambo, un lugar donde nos han dado mucha cobertura, y donde nos ha dado la
oportunidad de poder expresar en ese momento lo que nosotros estábamos
queriendo mostrar al público. Si no hubiera sido aquello yo creo que ahorita
estaríamos cantando otros temitas más comerciales.
A partir del Wayna Tambo se nos ha abierto unas puertas donde se pueda difundir
nuestra música, porque tiene mucho que ver el contenido que le damos nosotros.
El Hip Hop es muy directo, es muy fácil, es nuestro lenguaje de la calle nomás,
como de changos. Entonces fácil el otro capta, no es difícil, ni cosas medio
difíciles de entender. Así poco a poco hemos ido ganando un publico al principio y
de ese nivel a ido a las personas mayores, donde yo no me daba cuenta todavía
que el impacto era muy fuerte; cuando tú estabas cantando, ahí en la calle, y
parecía que note daban importancia.
Ha habido un momento que para mi ha sido muy exitoso, cuando nos ha invitado
la FEJUVE para cantar en homenaje a los caídos de “Octubre negro”. El impacto
ha sido muy fuerte, porque al principio teníamos que cantar dos temas, pues todos
los grupos sólo cantaban dos temas. Comenzamos cantando el tema del “Fusil
Metralla”, hablando de Goni y de todas esas cosas que ha pasado. Resulta que
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ese público eran puras personas mayores y decían: Bueno... Hip Hop... changos...
agrarrando cosas de afuera... ¡aj! Pero nuestro segundo tema era en aymara, el
tema se llama “wilamasis mayastasiñani”, que significa “hermanos de sangre nos
uniremos”. Entonces ya he podido observar que en el rostro de las personas había
otro panorama. Yo siento cuando en el publico hay una energía. Yo transmito una
energía y al mismo tiempo la gente me rebota otra energía, hay un juego entre el
público. En ese momento yo sentía una energía, en ese momento parecía que yo
no estaba cantando, parecía que había otras voces que me apoyaban; había una
fuerza muy increíble. La gente ha logrado sentirse parte de lo que yo estaba
diciendo en aymara.
Para mi ha sido un logro muy positivo y muy constructivo, porque a partir de eso
hemos logrado consolidarnos como un grupo que, de una u otra manera, rompe
esquemas; pero rompe unos esquemas para construir cosas que han intentado
destruir, o que ya estaban por destruirse y queremos arreglarlo para volver a darle
fuerza. Al comienzo era muy difícil, incluso para el propio movimiento Hip Hop.
Ellos no podían aceptar que nosotros estemos cantando en aymara, los mismo
jóvenes nos decían: ¡No pues chango, cómo vas a cantar en aymara, lo estás
jodiendo el Hip Hop, el Hip Hop tienes que cantar en ingles!
Todo eso igual nos han dejado en dudas, pero nosotros hemos seguido dándole y
poco a poco ha ido agarrando cuerpo. Por ejemplo en el 2003, cuando
cantábamos el “Fusil Metralla”, al principio no tenía mucha fuerza; pero después
con las cosas que han ido pasando hemos ido agarrando más fuerza y más
fortaleza. Y tiene que ver también con el tema de la identidad el poder cantar en
aymara, que al principio nosotros inconscientemente hemos ido haciendo, pero
poco a poco nos hemos ido educando y autoformando. De esta manera tanto ha
sido el poder de la música que ahora, en este tiempo, ya pues ha causado otro
impacto. Un impacto del que yo mismo me admiro y me quedo desconcertado,
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porque aquellos jóvenes que nos decían: No hermano, no cantes en aymara, lo
estas jodiendo; ¡ahora son ellos los que están cantado en aymara! Entonces,
hemos logrado dar un pasito muy importante.
Sabemos que el racismo esta fuerte también, pero de una o de otra manera se
rompen los esquemas. Los jóvenes de ahora son rebeldes y dicen: yo canto en
aymara y qué, qué siempre me van hacer, yo soy esto. Hay jóvenes que desde la
escuela les han ido cortando y se han venido a la ciudad. En el campo sólo se
hablaba aymara, pero llegas a la ciudad y en la escuela te prohibían hablar en
aymara; tenías que hablar en castellano y los mismo alumnos se hacían la burla.
Así desde la misma escuela nos han ido volviendo conformistas, nos han ido
cortando nuestra libertad de pensar. Esos jóvenes han ido creciendo, pero ya no
pudiendo hablar aymara, o quechua, o guaraní... sino han ido creciendo hablando
solamente el castellano. Entonces fueron cada vez aislándose más de su cultura.
Pero cuando tú ya ves cantar a alguien en aymara y ves con sus lluch'us, o si ese
joven no canta en aymara, pero se pone su lluch'u con mucho orgullo, eso es una
forma de resistir a esta cuestión colonizadora, que está muy profunda en nosotros
y tiene que ver mucho con la educación... con nuestra formación... con la forma de
vida que nos van planteando en la ciudad.
Yo creo que de una y otra manera, el proceso que vive nuestro país es un proceso
histórico y único, que al mismo tiempo es respaldo por los pueblos
latinoamericanos. Porque este proceso que estamos viviendo aquí, lo están viendo
como una luz de esperanza para la liberación de todas las comunidades
originarias, no solamente en Bolivia sino en Latinoamérica. Es por eso que se
están rompiendo las fronteras imaginarias que nos ha puesto el sistema y que
cada vez nos ha querido alejar. ¡Ya no hay fronteras! La gente se viene aquí y
dice: hermano yo estoy apoyando el proceso, que necesitan, yo se hacer esto,
mira esto con esto... puedo. ¡Puta, te llena de alegría cuando escuchas esas
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voces! Vos dices: no había sido el único loco que había estado pensando
diferente, sino hay muchos locos como yo que creen que otro mundo nuevo es
posible; como dicen los hermanos zapatistas. ¡Y es posible! Cuando uno tiene
ganas y voluntad de cambiar, yo creo que todo es posible... todo es posible
hermano.
- El año pasado en la ciudad de Sucre, el 24 de Mayo sucedió uno de los
capítulos más indignantes de nuestra historia. La humillación de
campesinos en frente de la “Casa de la Libertad” nos demuestra una vez
más lo lejos que estamos de superar el racismo ¿Qué puedes decirnos en
relación a estos hechos?
Es muy penoso el tema del racismo y yo creo que está presente en nosotros
mismos. A veces inconscientemente uno, o cualquiera de nosotros, actúa de esa
manera. Es que tiene que ver mucho con este tema de la colonización, que está
muy profundo en nosotros. Eso de valorar lo de afuera y odiar lo nuestro que
tenemos... Mezclando un poco la cosa... Por ejemplo, el tema de la industria en
Bolivia, con este problema de la ropa usada; la gente dice: No, nosotros
preferimos lo de afuera... o que esto que el otro... que es buen material y buena
costura... Pero toda esa costura y esos pantalones que se ponen es pues mano de
obra barata, o mano de obra de la gente boliviana que esta viviendo en el exterior
y está enriqueciendo a esa gente de poder. De esta manera han roto la industria
nacional, entonces prefieren lo otro y desde ahí estamos totalmente colonizados.
El tema que estamos viviendo ahora, justamente en este proceso de cambio, es el
tema de la descolonización. Pero aquello que se ha vivido en Sucre es muy de
lamentar, porque se ha visto a la misma gente morena golpeando a sus mismos
hermanos morenos. Sin embargo todo esto tiene que ver con un tinte político. Allá
había racismo, pero no era tan profundo, no era tan jodido... como golpear y matar
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al hermano campesino, como se ha hecho en Pando. Si te das cuenta, mirá que
tan profundo ha llegado ese odio hacia el indio; alimentado por los medios de
comunicación, alimentado por los partidos políticos... Estamos como retornando
hacia atrás y decir que el indio nos perjudica al desarrollo y al avance.
El tema del racismo, que se ha podido observar no solamente en Sucre, también
en Pando, en Santa Cruz, en Cochabamba, tiene que ver con una estrategia
política fascista y nazi; ¡pero totalmente desubicada!!! ¿Golpear a una persona de
tu mismo color? Yo me pongo a pensar en el imaginario de esa persona que
golpea ¿que se estará creyendo no? Dirán: Yo soy superior que este moreno...
Muchas veces da rabia, pero las comunidades originarias han sabido manejar bien
fríamente el interés del poder de la derecha fascista, que quería que esas
comunidades originarias reaccionen y aquí se arme una guerra campal. Así
entonces el poder de los EEUU pueda ingresar con paso de parada y vengan a
decir: ¡Como se van a pelear entre bolivianos! Nosotros les vamos a defender.
Son casos como lo que ha pasado en Colombia, con la guerrilla y los militares.
Es una estrategia política a la que las comunidades indígenas no han caído, y esto
tiene que ver con el hecho de que las comunidades te dicen: “ven, sete parte”; no
te aislan, te dicen: “sete de la comunidad”. Mientras la lógica occidental que está
practicando la derecha es pues más egoísta, más egocentrista y dice: “yo, yo, yo
soy el único”. Aquí, no hay nosotros, no hay el jiwasa que dicen en aymara.
Entonces son cosas muy diferentes y desde mi punto de vista una estrategia de la
derecha muy desubicada de la realidad... muy desubicada del panorama.
¿Porque la gente no ha reaccionado? Ha actuado de una manera muy humana y
ha dicho: No vamos a reaccionar, y hasta como Jesucristo, golpéenme la otra
mejilla. Pero esto tampoco se puede quedar así, tiene que ser un tema de
discusión y de debate... de seguir descolonizándonos... seguir buscando
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equilibrio... igualdad! Esto nos tiene que ayudar a repensar, a mirar cómo
realmente estamos viviendo. ¡Mirá cuanto racismo todavía había existido!, había
estado tapado nomás; pero tampoco no nos tiene que asombrar, porque nosotros
también somos parte de ese racismo.
¿Qué se puede hacer al respecto? Yo creo que al respecto tenemos que ir
trabajando cada uno de nosotros desde nuestros rincones, para buscar ese
equilibrio que las comunidades nos plantean. Las comunidades no han
reaccionado porque han dicho: ya estamos en el poder, hagan-nos lo que hagan-
nos, ya estamos en el poder y no vamos a joder este poder. Es como cuando tú te
pones a pelear con una persona y se insultan y vos has ganado; entonces él te
dice: Aj por maricón me has ganado. Pero tú dices: Yaps, pero te hemos ganado.
No reaccionas, te sientes victorioso y esa es la respuesta de las comunidades. Por
eso yo te digo que ellos ven a este proceso muy claro... muy claro está para las
comunidades originarias. Éste es el momento donde ellos si se sienten
visibilizados, ya que por mucho tiempo han estado aislados, humillados; pero
ahora están de igual a igual.
Yo creo que la oligarquía, el poder blanco, el poder elitista... lo que más le duele
es que un indio pueda hacer lo que ellos no han podido hacer. Eso es lo que más
les duele. Nos han dicho: No se puede nacionalizar los hidrocarburos. Entonces
entra el presidente y se nacionaliza los hidrocarburos. Todos los anteriores
gobiernos hablaban de la coca: hay que erradicar la drogadicción, pero todo eso
se quedaba en un tipo de simple discurso; como nosotros decimos: pajpaquería
nomás. Pero cuando tú ves a un indígena hablando de la coca, es pues otro
panorama, porque ese señor a convivido con eso. Por tanto es otro nivel, un nivel
de esperanza, que no sólo nosotros estamos viendo eso, sino el mundo esta
viendo; porque las comunidades originarias son la reserva moral del mundo y eso
es muy importante. Así como se está derrumbando el modelo capitalista... se está
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derrumbando el modelo neoliberal... todos sus modelos se van a derrumbar. Aquí
creo que tenemos que partir por respetar todos esos modelos que han sido
pisoteados y hay rescatar las cosas que nos puedan servir. ¿Para qué? ¡Para la
vida!
Estos señores que han golpeado y han agredido en Sucre, en Santa Cruz, en
Pando están confundidos, están muy colonizados. ¡La lucha no es pues para
eliminar al otro! ¡La lucha es por la vida! ¿Por qué? Desde mi punto de vista todos
queremos vivir bien... blancos, morenos, negros, mestizos... Entonces, si vos
estás loco nomás de querer eliminar al otro... ¡no pues! No vas ha poder vivir bien.
Por eso más bien hay que ir respetando y respetar al otro, ir construyendo cosas y
formar nuevas políticas; políticas que ayuden a generar la vida, no políticas que
ayuden a destruir la vida.
Lamentablemente el sistema simplemente reproduce el capital pero no reproduce
el ser humano, ¡no le interesa! Necesitamos un otro sistema que reproduzca la
vida humana, que de más valor al hombre, a la mujer, a los niños, al mundo...
Porque éste es el único mundo que tenemos, no tenemos otro mundo; porque si
este mundo se acaba el rico, el podre, todos vamos a morir. Tanto la vida del
pobre, tanto la vida del rico, tanto la vida del negro, del banco, del aymara, del
indio, del urbano... están corriendo un riesgo fatal en este momento, y el riego es
la vida. Nos están mareando la cabeza para pelearnos entre nosotros. Al hombre
lo marean para que entre ellos mismo se arme la pelea, dice una de nuestras
letras.
- Existen como dos discursos predominantes en el contexto actual. Por una
parte unos defienden el ideal del mestizaje como la respuesta a todos
nuestros problemas. Uno de los íconos de este discurso es Carlos Mesa,
quien encumbra el ideal del mestizaje como un ejercicio resolutivo a todas
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nuestras diferencias. Por otra parte está otro discurso que aboga por la
identidad cultural, aboga por reencuentro con lo propio y con uno mismo.
¿Tú que opinas de esto? Es decir, ¿cuál de los caminos nos conduce a buen
término? ¿cuál de los caminos es el mejor o ambos son válidos? ¿qué
podemos esperar de los que se sienten mestizos y que podemos esperar de
los que buscan reencontrarse con lo propio?
Creo que convivimos en una realidad en la que tiene que respetarse las
diversidades culturales. Cuando planteas mestizaje nomás, estás ya eliminando a
la otra parte, mientras la otra propuesta tiene que mucho ver con vivir en
complementariedad. Mestizo me suena a occidentalizado y tiene un tinte racista,
por tanto yo partiría por el otro ejemplo más bien... de respetar la diversidad
cultural. En todos los niveles hay una riqueza, entonces de cada lugar ir
extrayendo cositas que puedan ayudar a poder vivir bien, no ayudar a vivir mejor.
¡Ese es el tema! Porque el punto es tener más puntos de encuentro. Muchas
veces falta conocernos los unos a los otros y es que siempre nos andan diciendo
que hay una verdad absoluta, una verdad única; y es el peor error en que un ser
humano puede caer.
Hay que ir profundizando y partir desde la posibilidad de ir construyendo juntos...
todos... Entonces se puede lograr avanzar en nuevas posibilidades. Yo veo que en
este tiempo la gente está más egoísta, estamos más egoístas, muy materialistas,
pensando sólo en nosotros y ahora; pero no estamos pensando en los niños.
¿Qué vamos a dejar a los niños que vienen después de nosotros? Por eso te digo
que debemos tener nuevas políticas de respeto a la naturaleza, al ser humano, a
todo ser vivo. Nuevas políticas que ayuden a reproducir las cosas, sino cada vez
vamos a ir de peor en peor.
Todo esta cambiando en este tiempo, el tiempo avanza más rápido, los días pasan
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más rápido. ¿Por qué? ¡Es que algo está pasando! Por ahí decían las
comunidades originarias: Éste es el tiempo del Pachakuti, éste es el tiempo de
ordenar nuestra casa, el tiempo de buscar el equilibrio, éste es nuestro tiempo. Así
decían los abuelos. Entonces yo también creo que ¡éste es nuestro tiempo... de
todos nosotros... del ser humano! Y si no lo logramos, es que cómo si ahorita
tienes la oportunidad de hacer lo que siempre has querido hacer, pero si no lo
logras tú nunca más lo vas a volver a tener. Por eso es muy importante apostar
por una cuestión más de igualdad, de equilibrio. Yo creo que por ahí sí se puede
avanzar. Porque si vas a ir viendo que vos eres de otro colorcito, que yo soy más
blanco, o yo soy mestizo, o yo soy q'ara, o yo soy indígena... todas esas cosas...
nos vamos cada vez siempre desuniendo.
La cuestión es buscar formas de que nos puedan unir y buscar cosas que se
puedan ir tejiendo. Porque todo se teje y todos nos complementamos, pero
todavía no está claro ese tema de la complementariedad. Así, un ejemplito te
pongo... En la ciudad, digamos de La Paz, se traen de las comunidades a los
brujos en tiempos de Alasitas. Entonces viene un tipo económicamente bien, o que
vive en la zona sur y está bien, entonces dice: Me voy a comprar un autito, pero
que me lo ch'alle ese brujito. O la señora de pollera, que está ahí con su
sombrero, su pollera y cargado su wawita entonces dice: Me comprare dólares,
pero que me lo ch'alle el viejeito. ¡Te das cuenta, estamos pues complementados!
Es que estamos engañados por esos imaginarios que te decía: vos eres blanco,
yo soy negro; o vos eres chileno, yo soy boliviano y tenemos el problema del mar.
Todas esas cosas son temas que han ido rompiendo nuestra unidad de ser
humano y yo creo que hay que avanzar más bien en buscar puntos de encuentro
para reconstruir este mundo.
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