Franco Volpi: EntrevistaGonzalo Mrquez Cristoentrevist al filsofo italiano para el No. 19 de la revistaComn Presencia

Es el desierto que avanza(Fragmento)

Usted fue galardonado con el Premio Nietzsche y adems fue recientemente elegido para celebrar en el lago de Silvaplana tan caro al genial filsofo alemn el deslumbrante acontecimiento de la filosofa conocido como el Eterno Retorno de lo MismoNietzsche es un escritor y pensador sin par. No slo por la calidad esttica y la profundidad terica de su obra, sino porque registr, como un sismgrafo sensible, las convulsiones de nuestra poca. La crisis de los valores, el agotamiento de los ideales de la tradicin vetero-europea y la muerte de Dios. La bsqueda de nuevos recursos simblicos y otros fenmenos culturales, encuentran en sus escritos un primer anlisis. Por eso Nietzsche ha proyectado su sombra sobre la cultura contempornea y no ha dejado de atormentar la auto-comprensin de nuestro tiempo, suscitando entusiasmos y atrayendo anatemas, inspirando posturas, estilos y modas culturales, pero provocando al mismo tiempo reacciones y rechazos radicales. Nietzsche es uno de aquellos escasos pensadores de los que no podramos decir que son verdaderos o falsos, sino que estn vivos o muertos. Miro a veces mi mano, escribe en el medio de su exaltacin, y pienso que tengo en la mano el destino de la humanidad: lo divido invisiblemente en dos partes, antes de m, despus de m. Fue un magnfico profeta, y sigue estando vivo en nuestros das, ms que nunca.

Mara Zambrano afirm que una cultura depende de la calidad de sus dioses. Si evocamos el lamento de Heidegger dos mil aos sin un solo dios, es pertinente afirmar que este arrasamiento imaginario ya nunca podr recobrar su tiempo luminoso?Lo particular de la crtica de Nietzsche, corrosiva y disolvente, es que no fue mera descripcin, sino que contribuy a acelerar el estado de crisis que describa y que, en cuanto maestro de sospecha, hizo difcil construir y edificar nuevas certidumbres despus de l. El resultado es conocido: es el desierto que avanza, el agigantamiento de la sombra de lo que l llama nihilismo, la poca de los dioses huidos y del nuevo dios que an no se vislumbra en el horizonte.

Desde que Plutarco recoge el grito: El gran Pan ha muerto, hasta lo que Len Bloy denomina el retiro de Dios, varios pensadores han descrito lo que sera la orfandad de lo divino. Cules momentos de aquella descomunal finitud recuerda con ms asombro?

El instante que me parece determinante es el principio de la Edad Moderna cuando con la nueva cosmologa materialista cambia la posicin del hombre en el universo. Una escalofriante constatacin de Pascal mide esta profunda metamorfosis: Hundido en la infinita inmensidad de los espacios que ignoro y que me ignoran, anota Pascal, me espanto. Este preocupado lamento seala el desarraigo metafsico del hombre, pues en el universo simplemente fsico l ya no puede habitar y sentirse en su casa como en el cosmos antiguo y medieval. El universo es percibido ahora como una angosta celda en la cual el alma se siente cautiva, o bien, como una infinitud que la inquieta. Frente al eterno silencio de las estrellas y a los espacios infinitos que le permanecen indiferentes, el hombre est solo consigo mismo. Est sin patria. Cierto, Pascal opone resistencia a esta nueva condicin: detrs de la necesidad natural cree todava que un dios escondido lo gobierna. El hombre es, s, una nada aplastada por las fuerzas csmicas, pero puede, en cuanto piensa y cree, sustraer su contingencia al condicionamiento de las leyes de la Naturaleza proclamndose ciudadano de otro mundo, el del espritu. Pronto tambin Dios se eclipsar. Y cuando Dios se retira, cuando la trascendencia pierde su fuerza vinculante, el hombre abandonado a s mismo reclama su libertad. El problema es que esta libertad es una libertad desesperada e infunde ms angustia que plenitud de ser. Y el hombre moderno debe convivir con eso.

Hegel, Nietzsche, Foucault y Derrida presagiaron el fin del hombre, como concepto, como sujeto filosfico. Dado que el superhombre no se vislumbra en ninguna latitud, quiz estamos condenados a un mundo de sub-hombres como pensaba Camus?Cuando Dios muere, el hombre se animaliza. El problema aparece en el Divino Marqus de Sade con toda su crudeza. Su disoluta obra representa la ms coherente antropologa negativa, es decir, la tentativa ms drstica de imaginar un mundo completamente desposedo de Dios. El mundo de la extrema finitud. Abandonemos entonces las ilusiones: el hombre es un animal que a veces imagina ser hombre. (...)

(Versin completa en el libroGrandes entrevistas de Comn Presencia.Coleccin Los Conjurados, Bogot, Colombia.

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