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.regizn. Foto 1 Olivos gravemente defoliados por el repilo DOSSIER OLIVAR ENTRE OTROS FACTORES, SE HA CONSTATADO LA INFLUENCIA DE LA RESISTENCIA GENETICA DE CADA VARIEDAD Métodos culturales, químicos y biológicos de control del repilo En este artículo se resume la información sobre las principa- les medidas de control del repilo del olivo, si bien hay que resaltar que la lucha contra las enfermedades del olivo de- be contemplarse de forma integral, como un componente más del cultivo, con vistas a lograr una producción elevada y de calidad, pero con el mínimo impacto ambiental. Roca, L. F., Viruega, J. R., López-Doncel, L. M., Moral, J., Trapero, A. Grupo de Patologia Agroforestal. Departamento de Agronomía. ETSIAM. Universidad de Córdoba. E I repilo del olivo, causado por el hongo mitospórico Fusicladium ole- agineum (=Spilocaea oleagina o Cycloconium oleagineum), es la en- fermedad más común del olivar en el mun- do, ocasionando graves defoliaciones y pér- didas de cosecha si no se controla (foto 1). El diagnóstico de la enfermedad se basa en los síntomas y signos característicos (foto 2), por lo que no presenta dificultades (Tra- pero y Blanco, 2008). Sin embargo, en con- diciones desfavorables, las infecciones per- manecen latentes, sin mostrar signos ni sín- tomas visibles durante largos periodos de tiempo, por lo que su detección se realiza mediante el método de la sosa, que consis- te en sumergir las hojas en una solución de NaOH al 5% durante 20-30 min (Zarco et al., 2007). El patógeno es un biotrofo específico del olivo y acebuche que se desarrolla en la cutícula de los tejidos afectados donde completa su ciclo de patogénesis (figura 1), caracterizado por largos periodos de in- cubación o latencia, que pueden durar has- ta diez meses (Trapero y Roca, 2004). La lluvia, o humedad relativa próxima a satu- ración, y la temperatura (8-24°C, óptimo 15°C) son los factores climáticos determi- nantes de las principales etapas del ciclo de patogénesis. Ello, junto a la mayor sus- ceptibilidad de las hojas jóvenes, ha permi- tido establecer la primavera como el perio- do crítico para las infecciones en Andalucía (Viruega y Trapero, 1999). Si existen lesio- nes de invierno y la primavera se presenta fresca y lluviosa, la abundancia de esporas (conidios) en las lesiones y la existencia de hojas nuevas, que son más susceptibles y no están protegidas por fungicidas, dan lu- gar a infecciones severas. Estas infecciones permanecen latentes durante el verano, sin producir caída de las hojas, y constituyen la fuente principal de conidios para las infec- ciones del otoño-invierno siguiente (Trapero y Roca, 2004). Se trata, por tanto de epi- demias de desarrollo lento, mono u oligocí- clicas, cuya máxima expresión se presenta al final del invierno, aunque la infección principal ocurre en primavera. La estrategia general de lucha contra el repilo puede variar según las distintas zonas olivareras, debido a la complejidad de las epidemias, a su dependencia de las condi- ciones climáticas y a la incidencia de otras enfermedades o plagas. Por ello, se aconse- ja seguir las indicaciones de los Servicios de Sanidad Vegetal o de los técnicos del olivar (ATRIAs, APIs, ADVs, etc.) de la zona (Civan- tos, 1999). A continuación se resume la in- formación sobre las principales medidas de control, si bien hay que resaltar que la lucha contra las enfermedades del olivo debe con- templarse de forma integral, como un com- ponente más del cultivo, con vistas a lograr una producción elevada y de calidad, pero con el mínimo impacto ambiental. VidaRURAL (1/Marzo/2010)

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.regizn.Foto 1 Olivos gravemente defoliados por el repilo

DOSSIER OLIVAR

ENTRE OTROS FACTORES, SE HA CONSTATADO LA INFLUENCIA DE LA RESISTENCIA GENETICA DE CADA VARIEDAD

Métodos culturales, químicos ybiológicos de control del repiloEn este artículo se resume la información sobre las principa-les medidas de control del repilo del olivo, si bien hay queresaltar que la lucha contra las enfermedades del olivo de-

be contemplarse de forma integral, como un componentemás del cultivo, con vistas a lograr una producción elevaday de calidad, pero con el mínimo impacto ambiental.

Roca, L. F., Viruega, J. R., López-Doncel,

L. M., Moral, J., Trapero, A.

Grupo de Patologia Agroforestal. Departamento de Agronomía.ETSIAM. Universidad de Córdoba.

E

I repilo del olivo, causado por elhongo mitospórico Fusicladium ole-

agineum (=Spilocaea oleagina oCycloconium oleagineum), es la en-

fermedad más común del olivar en el mun-do, ocasionando graves defoliaciones y pér-didas de cosecha si no se controla (foto 1).El diagnóstico de la enfermedad se basa enlos síntomas y signos característicos (foto2), por lo que no presenta dificultades (Tra-pero y Blanco, 2008). Sin embargo, en con-

diciones desfavorables, las infecciones per-manecen latentes, sin mostrar signos ni sín-tomas visibles durante largos periodos detiempo, por lo que su detección se realizamediante el método de la sosa, que consis-te en sumergir las hojas en una solución deNaOH al 5% durante 20-30 min (Zarco et

al., 2007).El patógeno es un biotrofo específico

del olivo y acebuche que se desarrolla enla cutícula de los tejidos afectados dondecompleta su ciclo de patogénesis (figura1), caracterizado por largos periodos de in-cubación o latencia, que pueden durar has-ta diez meses (Trapero y Roca, 2004). Lalluvia, o humedad relativa próxima a satu-ración, y la temperatura (8-24°C, óptimo

15°C) son los factores climáticos determi-nantes de las principales etapas del ciclode patogénesis. Ello, junto a la mayor sus-ceptibilidad de las hojas jóvenes, ha permi-tido establecer la primavera como el perio-do crítico para las infecciones en Andalucía(Viruega y Trapero, 1999). Si existen lesio-nes de invierno y la primavera se presentafresca y lluviosa, la abundancia de esporas(conidios) en las lesiones y la existencia dehojas nuevas, que son más susceptibles yno están protegidas por fungicidas, dan lu-gar a infecciones severas. Estas infeccionespermanecen latentes durante el verano, sinproducir caída de las hojas, y constituyen lafuente principal de conidios para las infec-ciones del otoño-invierno siguiente (Traperoy Roca, 2004). Se trata, por tanto de epi-demias de desarrollo lento, mono u oligocí-clicas, cuya máxima expresión se presentaal final del invierno, aunque la infecciónprincipal ocurre en primavera.

La estrategia general de lucha contra elrepilo puede variar según las distintas zonasolivareras, debido a la complejidad de lasepidemias, a su dependencia de las condi-ciones climáticas y a la incidencia de otrasenfermedades o plagas. Por ello, se aconse-ja seguir las indicaciones de los Servicios deSanidad Vegetal o de los técnicos del olivar(ATRIAs, APIs, ADVs, etc.) de la zona (Civan-tos, 1999). A continuación se resume la in-formación sobre las principales medidas decontrol, si bien hay que resaltar que la luchacontra las enfermedades del olivo debe con-templarse de forma integral, como un com-ponente más del cultivo, con vistas a lograruna producción elevada y de calidad, perocon el mínimo impacto ambiental.

VidaRURAL (1/Marzo/2010)

CUADRO 1.

Susceptibilidad de cultivares de olivo al repilo causado por Fusicladium oleagineunr.

Categoría ' Cultivar

ASBlanqueta, Callosina, Cornicabra, Empeltre, Lechín de Granada, Manzanilla de Sevilla, Meski, Morisca, Ocal,Pajarero, Picholine marroquí, Picual, Verdial de Huévar, Verdial de Vélez-Málaga.

SAlunen() de Cabra, Changlot Real, Gorda! de Granada, Gordal Sevillana, Hojiblanca, Lucio, Manzanilla del Piquito,Morona.

MAlfafara, Arbequina, Bical, Cobrancosa, Manzanilla Cacerena, Manzanilla de Guadix, Morrut, Picudo, Royal deCazarla.

RBorriolenca, Chetoui, Escarabajillo, Gordal de Archidona, Leccino, Megaritiki, Racimal, Rapasayo, Temprano, Vallesa,Zarza.

ARArbosana, Cipress no, Dolce Agogia, Frantoio, Galega vulgar, Koroneiki, Lechín de Sevilla, Manzanita de Montefrío,Oblonga, Razzola.

'Evaluación realizada en inoculaciones artificiales y en el Banco Mundial de Germoplasma de Olivo del IFAPA de Córdoba.'AS= altamente susceptible, S= susceptible, M= moderadamente susceptible, R= resistente, AR= altamente resistente.

Foto Sintomas de repilo en hojas de olivo.

Métodos culturalesDebido a la importancia que tienen la

elevada humedad ambiental y el agua libreen el desarrollo de la enfermedad, son reco-mendables aquellas medidas culturales quefavorezcan la ventilación de los árboles, talescomo podas selectivas y marcos de planta-ción que eviten copas densas o muy juntas.En este sentido, los nuevos sistemas de cul-tivo superintensivos o en seto propician unmayor sombreado de los árboles, favorecien-do los ataques de repilo y obligando a in-

tensificar las medidas de control (Trapero,2007). Otro factor que influye significativa-mente en la severidad de las infecciones esel estado nutritivo del árbol. Así, se conoceque el exceso de nitrógeno y la deficienciade potasio y calcio favorecen la infección por

oleagineum (De Andrés, 1991; Trapero yBlanco, 2008). Por ello, se recomienda unafertilización equilibrada, no abusando de losabonados nitrogenados y evitando que nose produzcan deficiencias nutritivas (Traperoy Blanco, 2008).

Resistencia genéticaEn zonas endémicas y en campos donde

se den condiciones muy favorables para laenfermedad, es recomendable la elección devariedades poco susceptibles. Sin embargo,el predominio de los criterios de calidad yproductividad, así como la escasez de culti-vares resistentes con buenas característicasagronómicas, limitan las posibilidades deaplicación de esta medida (Rallo et al.,2005). No obstante, esta situación podríamejorar en un futuro próximo, ya que el des-arrollo de resistencia a F oleagineum estáincluido en el programa de mejora genéticadel olivo que se desarrolla en Andalucía y sehan identificado genotipos resistentes entrelas descendencias seleccionadas por carac-terísticas agronómicas (Alsalimiya, 2004).

En la última década, el desarrollo de unmétodo de inoculación apto para diferenciargenotipos (López Doncel eta!., 2000), juntocon las evaluaciones sistemáticas realizadasen el Banco Mundial de Germoplasma de

Olivo del IFAPA de Córdoba y en las descen-dencias del programa de mejora del olivo(Rallo et al., 2005), han permitido clasificarpor su resistencia al repilo más de 3.000 ge-notipos, destacando la elevada susceptibili-dad de los principales cultivares españoles(cuadro 1 y foto 3). Los mecanismos res-ponsables de la resistencia de las varieda-des de olivo a E oleagineum no son bien co-nocidos, habiéndose indicado caracte-rísticas estructurales, como el grosor ycomposición de la cutícula y, sobre todo,mecanismos bioquímicos relacionados conla formación y acumulación de compuestosfenólicos en la zona de infección, principal-mente derivados de la oleuropeína, un com-ponente habitual de las hojas y frutos delolivo (Tjamos eta!., 1993).

Las bases genéticas de la resistencia alrepilo también se desconocen, aunque exis-ten evidencias que apuntan hacia un alelorecesivo y estudios moleculares recienteshan identificado varios genes implicados enla resistencia del cultivar Lechín de Sevilla(Benítez eta!., 2005). En este cultivar se hacomprobado que la resistencia se expresaen los primeros momentos de la infección,reduciendo drásticamente el número de in-fecciones (Benítez et al., 2005), aunquetambién se ha observado una reducción de

(1/Marzo/2010) Vida RURAL El

\N„.. Epidermis

Hojasinfectadas en

el árbol

¿Reproducciónsexual?

Miceliointercelular

HojasInfectadas en

el suelo

Epidermis e.1.4?.e!

AnélidoMIcellointercelular

Conidlo

4

Cutícula

Conidios

I Periodo de incubación

"..^-

111

17k-2.

FIGURA 1.

Ciclo de patogenesis del repilo del olivo.

DOSSIER OLIVAR

la esporulación en las lesiones ya formadas,lo que demuestra que en el mismo cultivaroperan otros mecanismos de resistencia(Moral et al., 2005).

Métodos químicosLa eficacia contra la enfermedad de apli-

caciones foliares con fungicidas protectores,principalmente productos cúpricos, es bienconocida. En España, el tratamiento de repi-lo constituye una práctica más del cultivo enla mayoría de los olivares, realizándose al

menos dos aplicaciones antes de las lluviasotoñales o primaverales (Civantos, 1999). Noobstante, la frecuencia y momento de lasaplicaciones varía considerablemente con elnivel de infección existente, la susceptibili-dad del cultivar, lo favorecedor del ambientey la persistencia del fungicida. Por ello, se hadesarrollado un modelo de predicción de epi-demias, que está siendo validado en campoincluyendo diferentes cultivares y las princi-pales micosis aéreas (Trapero y Roca, 2004;Trapero et al., 2009). Este modelo asumeque la época crítica para realizar los trata-

mientos contra el repilo es la primavera, co-mo demuestran las investigaciones realiza-das en Andalucía (Viruega, 1999; Roca eta!.,

2004) y ha sido confirmado en otros países(Shabi eta!., 1994; Obanor eta!., 2008). Enesta época, el momento de comenzar los tra-tamientos y el número de aplicaciones vienedeterminado por el nivel de infección al finaldel invierno y por las condiciones meteoro-lógicas, pudiendo realizarse de O a 3 trata-mientos entre final de invierno y final de pri-mavera. Estos tratamientos van dirigidos prin-cipalmente a proteger la hoja nueva, aunquetambién ayudan a reducir el inóculo formadoen las lesiones foliares, sobre todo en el tra-tamiento de fi nal de invierno, cuando se al-canza la máxima producción de inóculo.Cuando se requiera más de un tratamiento,se recomienda reducir la dosis de fungicida yfragmentar las aplicaciones para protegermejor la hoja en desarrollo.

El factor determinante de los tratamien-tos otoñales es el nivel de infección al fi naldel verano. Si no es elevado (<1% de hojasinfectadas), los tratamientos pueden demo-rarse hasta la aparición de las primerasmanchas esporuladas, o incluso eliminarse,ya que si el otoño no es muy lluvioso las in-fecciones permanecen latentes hasta el in-vierno, después de la recolección de lasaceitunas. No obstante, la eliminación de lostratamientos otoñales debe realizarse sólocuando el cultivar sea resistente a la antrac-nosis causada por Colletotrichum spp., co-mo ocurre con el cultivar Picual. En el casode cultivares susceptibles a la antracnosis,como Hojiblanca o Picudo, el tratamientootoñal es crítico para el control de esta en-fermedad, aunque no resulte de utilidadcontra el repilo por el bajo nivel de infeccióndetectado al fi nal del verano.

Fungicidas más utilizadosEntre los fungicidas utilizados contra el

repilo hay que destacar los productos de co-bre (hidróxidos, oxicloruros, óxidos, sulfatos),aunque también se emplean compuestos or-gánicos (mancozeb, maneb, propineb), ge-neralmente mezclados con cobre. Dado que

son tratamientos preventivos, es necesariomojar muy bien con el caldo fungicida todala copa del árbol y preferentemente las r-a-mas bajas e interiores, que es donde másfrecuentemente se desarrolla la enfermedad.

40 Vida RURAL (1/Marzo/2010)

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La cantidad de cobre depositado en las ho-jas guarda una relación inversa con la seve-ridad de las infecciones, por lo que la dosisde aplicación es de gran importancia parauna adecuada protección de las hojas (Rocaet al., 2007). Como los períodos de infec-ción pueden ser relativamente largos, un fac-tor relevante para la eficacia de los fungici-das preventivos en campo es su persistenciao resistencia al lavado por lluvia. Estudiosrealizados en condiciones controladas y encampo, han puesto de manifiesto que exis-ten diferencias notables de persistencia en-tre fungicidas cúpricos, pero estas diferen-cias no dependen del tipo de sal o com-puesto cúprico, ni de la dosis aplicada, sinode la formulación comercial del producto(Marchal et al., 2003). Aparte de la posiblecontaminación ambiental por cobre, que de-be ser controlada, el efecto secundario máspreocupante de los tratamientos cúpricos essu fitotoxicidad. Sin embargo, no se han ob-servado defoliaciones o efectos significati-vos en el cuajado de frutos en olivos trata-

dos en primavera con diferentes formulacio-nes comerciales de cobre (Roca et al.,

2007). En cambio, es conocido que el co-bre puede penetrar en las hojas infectadaspor las aberturas producidas por el patóge-no y resultar fitotóxico, provocando una caí-da de las hojas con lesiones, por lo que re-sultaría beneficioso ya que contribuye a dis-minuir el inóculo disponible para nuevasinfecciones (Tjamos et al., 1993). Sin em-bargo, en investigaciones recientes, esteefecto sólo ha podido confirmarse para elsulfato de cobre puro, pero no para los dife-rentes fungicidas cúpricos comerciales eva-luados (Roca eta!., 2007).

Finalmente, al igual que ocurre con lasroñas de los frutales, el crecimiento cuticulardel hongo facilita la acción de productos pe-netrantes o sistémicos. Varios de ellos (dife-noconazol, dodina, kresoxim-metil, tebuco-nazol, trifloxistrobin) están registrados contrael repilo y podrían ayudar a mejorar la estra-tegia de lucha, sobre todo en primavera, porsu mayor efecto curativo. No obstante, se re-

comienda su aplicación en mezcla o alter-nancia con cobre para aumentar su eficaciay para evitar el desarrollo de resistencia enel patógeno (Trapero eta!., 2009).

Métodos biológicosLas medidas indicadas en los apartados

anteriores permiten un control satisfactoriodel repilo si se integran y aplican adecuada-mente. Ello ha propiciado que no se hayanrealizado estudios sobre otros métodos decontrol alternativos o complementarios (Tra-pero eta!., 2009). Sin embargo, en los últi-mos años, la necesidad de minimizar el im-pacto ambiental de los fungicidas, está im-pulsando la utilización de métodos decontrol biológico, como el uso de microorga-nismos antagonistas o productos de origennatural. Por ello, se han iniciado investiga-ciones al respecto en relación con el repilodel olivo, cuyos resultados más significativosse indican a continuación, aunque todavíano son de aplicación práctica en campo.

OLIVARDOSSIER

Respecto a los microorganismos antago-nistas, se ha evaluado el efecto de numero-sos aislados fúrigicos y bacterianos, proce-dentes de hojas de olivo, sobre la germina-ción de los conidios de E oleagineum ysobre la infección en plántulas inoculadas

artificialmente. De ellos, dos aislados bac-terianos, uno identificado como Bacillussubtilis, y varios aislados füngicos, principal-mente de los géneros Alternaria, Aureobasi-dium y Phoma, redujeron la germinación deconidios y la infección de las plántulas en

más de un 50% respecto a los testigos co-rrespondientes, pero no han resultado efica-ces en plantones de olivo en condiciones se-micontroladas (Roca eta)., 2009).

Asimismo, se han evaluado numerososextractos vegetales y productos comercialesa base de éstos. De ellos, extractos de cítri-cos, lentisco, olivarda, romero, saúco o to-millo, e incluso el extracto de hojas del cul-tivar de olivo Frantoio, resistente al repilo,han demostrado su eficacia frente a F olea-gineum, tanto in vitro como en plantonesinoculados. Sin embargo, estos productoshan resultado poco eficaces en los experi-mentos de infección natural en campo (Ro-ca eta)., 2009).

En algunos casos, el efecto de los micro-organismos o extractos vegetales parece es-tar relacionado con la inducción de resisten-cia, ya que no son activos frente al patógenoy actúan en hojas no tratadas con dichosproductos. Este fenómeno de inducción deresistencia sistémica en olivo ha sido tam-bién observado para diversos fitofortifican-tes comerciales, productos químicos orgáni-cos e inorgánicos, e incluso el propio cobre,lo que abre nuevas perspectivas para el con-trol del repilo (Roca eta)., 2006). •

Foto 3. Diferencias de susceptibilidad entre cultivares de olivo tras una grave epidemia de repilo.

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VidaRURAL (1/Marzo/2010)