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Entrada: El Señor os dará su Espíritu Santo. Ya no temáis, abrid el corazón. Derramará todo su amor (bis). El transformará hoy vuestra vida, Os dará la fuerza para amar. No perdáis vuestra esperanza, Él os salvará. El transformará todas las penas, Como a hijos os acogerá, Abrid vuestros corazones a la libertad. Interleccional: Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la paz de la tierra. Comunión Oh Señor, envía tu Espíritu Que renueve la faz de la tierra. Oh, Señor, que mi alma te bendiga, Oh Dios, tú eres santo, vestido de esplendor y belleza. Es el viento quien lleva tus mensajes Oh Dios, por los espacios; y tienes un esclavo en el fuego. Con los frutos que vienen de la tierra, Oh Dios, nos alimentas; Tú haces germinar el pan nuestro. Salida Anunciaremos tu Reino, Señor, (bis). Reino de paz y justicia, Reino de vida y verdad. Tu Reino, Señor (bis). Reino de amor y de gracia, Reino que habita en nosotros. Tu Reino, Señor (bis) Iglesia de San Pablo. Dominicos. Valladolid.- Tel. 983 351 748 http://sanpabloysangregorio.dominicos.es HORARIO DE MISAS. Diarios: Mañana: 8:00, y 13:15. Tarde: 19:30. LAUDES: 07:55 h.- ROSARIO: 19:55 h.- VÍSPERAS: 20:30. Festivos . . . . Mañana: 9:30, 11:30, 12:30, 13:30. y sus vísperas. . . . Tarde: 19:30 y 20:30 IGLESIA DE SAN PABLO. VALLADOLID 15 de mayo de 2016. Solemnidad de Pentecostés Papa Francisco en el “angelus del domingo” “¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días! Durante la Última Cena, antes de enfrentar a la pasión y la muerte en la cruz, Jesús promete a los apóstoles el don del Espíritu Santo, que tendrá la tarea de enseñar y de recordar sus palabras a la comunidad de los discípulos. Lo dice el mismo Jesús: « El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho» (Jn 14,26). Enseñar y recordar. Y esto es lo que hace el Espíritu Santo en nuestros corazones. 1.- En el momento en el que está por regresar al Padre, Jesús preanuncia la venida del Espíritu que ante todo enseñará a los discípulos a entender cada vez más plenamente el Evangelio, a recibirlo en su existencia y a hacerlo vivo y operante con el testimonio. Mientras está por confiar a los Apóstoles –que quiere decir, enviados– la misión de llevar el anuncio del Evangelio por todo el mundo, Jesús promete que no se quedarán solos: el Espíritu Santo, el Paráclito, estará con ellos , a su lado, es más, estará en ellos, para defenderlos y sostenerlos. Jesús regresa al Padre pero sigue acompañando y enseñando a sus discípulos mediante el don del Espíritu Santo. 2.- El segundo aspecto de la misión del Espíritu Santo consiste en ayudar a los Apóstoles a recordar las palabras de Jesús. El Espíritu tiene la tarea de despertar la memoria, recordar las palabras de Jesús. El divino Maestro ha comunicado ya todo aquello que pretendía confiar a los Apóstoles: con Él, Verbo encarnado, la revelación es completa. El Espíritu hará recordar las enseñanzas de Jesús en las diversas circunstancias concretas de la vida, para poderlas poner en práctica. Es precisamente lo que sucede todavía hoy en la Iglesia, guiada por la luz y la fuerza del Espíritu Santo, para que pueda llevar a todos los hombres el don de la salvación, o sea el amor y la misericordia de Dios. Por ejemplo, cuando ustedes leen a diario -como les aconsejo- el Evangelio, pidan al Espíritu Santo: “Que yo entienda y que yo recuerde estas palabras de Jesús”. Pero antes hacer aquella oración al Espíritu, que está en nuestro corazón: “Que yo recuerde y que yo entienda”. ¡No estamos solos: Jesús está cerca de nosotros, en medio de nosotros, dentro de nosotros! Su nueva presencia en la historia ocurre mediante el don del Espíritu Santo, por medio del cual es posible instaurar una relación viva con Él, el Crucificado Resucitado. 3.- El Espíritu, difundido en nosotros con los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, actúa en nuestra vida. Él nos guía en la forma de pensar, de actuar, de distinguir qué cosa es buena y qué cosa es mala; nos ayuda a practicar la caridad de Jesús, su darse a los demás, especialmente a los más necesitados. (Sigue en la pag 3ª)

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Entrada: El Señor os dará su Espíritu Santo. Ya no temáis, abrid el corazón. Derramará todo su amor (bis).

El transformará hoy vuestra vida, Os dará la fuerza para amar.

No perdáis vuestra esperanza, Él os salvará. El transformará todas las penas,

Como a hijos os acogerá, Abrid vuestros corazones a la libertad.

Interleccional: Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la paz de la tierra.

Comunión

Oh Señor, envía tu Espíritu Que renueve la faz de la tierra.

Oh, Señor, que mi alma te bendiga, Oh Dios, tú eres santo, vestido de esplendor y belleza.

Es el viento quien lleva tus mensajes

Oh Dios, por los espacios; y tienes un esclavo en el fuego.

Con los frutos que vienen de la tierra, Oh Dios, nos alimentas; Tú haces germinar el pan nuestro.

Salida

Anunciaremos tu Reino, Señor, (bis). Reino de paz y justicia, Reino de vida y verdad. Tu Reino, Señor (bis).

Reino de amor y de gracia, Reino que habita en nosotros. Tu Reino, Señor (bis)

Iglesia de San Pablo. Dominicos. Valladolid.- Tel. 983 351 748

http://sanpabloysangregorio.dominicos.es

HORARIO DE MISAS. Diarios: Mañana: 8:00, y 13:15. Tarde: 19:30.

LAUDES: 07:55 h.- ROSARIO: 19:55 h.- VÍSPERAS: 20:30.

Festivos . . . . Mañana: 9:30, 11:30, 12:30, 13:30. y sus vísperas. . . . Tarde: 19:30 y 20:30

IGLESIA DE SAN PABLO. VALLADOLID

15 de mayo de 2016. Solemnidad de Pentecostés

Papa Francisco en el “angelus del domingo”

“¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días! Durante la Última Cena, antes de enfrentar a la pasión y la muerte en la cruz,

Jesús promete a los apóstoles el don del Espíritu Santo, que tendrá la tarea de enseñar y de recordar sus palabras a la comunidad de los discípulos.

Lo dice el mismo Jesús: « El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho» (Jn 14,26).

Enseñar y recordar. Y esto es lo que hace el Espíritu Santo en nuestros corazones.

1.- En el momento en el que está por regresar al Padre, Jesús preanuncia la venida del Espíritu que ante todo enseñará a los discípulos a entender cada vez más plenamente

el Evangelio, a recibirlo en su existencia y a hacerlo vivo y operante con el testimonio. Mientras está por confiar a los Apóstoles –que quiere decir, enviados– la misión de llevar

el anuncio del Evangelio por todo el mundo, Jesús promete que no se quedarán solos: el Espíritu Santo, el Paráclito, estará con ellos, a su lado, es más, estará en ellos, para defenderlos y sostenerlos. Jesús regresa al Padre pero sigue

acompañando y enseñando a sus discípulos mediante el don del Espíritu Santo.

2.- El segundo aspecto de la misión del Espíritu Santo consiste en ayudar a los Apóstoles a recordar las palabras de Jesús. El Espíritu tiene la tarea de despertar

la memoria, recordar las palabras de Jesús. El divino Maestro ha comunicado ya todo aquello que pretendía confiar a los Apóstoles: con Él, Verbo encarnado, la revelación es

completa. El Espíritu hará recordar las enseñanzas de Jesús en las diversas circunstancias concretas de la vida, para poderlas poner en práctica. Es precisamente lo que sucede

todavía hoy en la Iglesia, guiada por la luz y la fuerza del Espíritu Santo, para que pueda llevar a todos los hombres el don de la salvación, o sea el amor y la misericordia de Dios.

Por ejemplo, cuando ustedes leen a diario -como les aconsejo- el Evangelio, pidan al

Espíritu Santo: “Que yo entienda y que yo recuerde estas palabras de Jesús”. Pero antes hacer aquella oración al Espíritu, que está en nuestro corazón: “Que yo recuerde y que yo entienda”. ¡No estamos solos: Jesús está cerca de nosotros, en medio de nosotros, dentro de nosotros! Su nueva presencia en la historia ocurre mediante el don del Espíritu Santo,

por medio del cual es posible instaurar una relación viva con Él, el Crucificado Resucitado.

3.- El Espíritu, difundido en nosotros con los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación, actúa en nuestra vida. Él nos guía en la forma de pensar, de actuar, de distinguir qué cosa es buena y qué cosa es mala; nos ayuda a practicar la caridad de

Jesús, su darse a los demás, especialmente a los más necesitados. (Sigue en la pag 3ª)

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Palabra de Dios

De los Hechos de los Apóstoles 2,1-11

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuerte-mente, y llenó toda la casa donde se encon-traban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.

Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:

“¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa?

Entre nosotros hay partos, medos, elamitas, y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de

Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos habla de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua”.

Palabra de Dios.

Salmo resp. R. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice alma mía, al Señor. ¡Dios mío, qué grande eres!

Cuántas son tus obras, Señor; la tierra está llena de tus criaturas.

Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven

a ser polvo; envías tu aliento,

y los creas, y repueblas

la faz de la tierra.

Gloria a Dios para siempre,

goce el Señor con sus obras. Que le sea agradable mi poema y yo me alegraré con el Señor.

Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos: nadie puede decir: “Jesús es el Señor” sino por el Espíritu Santo. Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu, hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.

Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios

Santo Evangelio según san Juan Al anochecer de aquel día, el primero de la

semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

“Paz a vosotros”. Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discí-pulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”.

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”.

Palabra del Señor.

1216 * 2016

LA EXPERIENCIA MEDIEVAL DE LA ORDEN DE REDICADORES en Europa, Castilla y Valladolid.

Conferencias:

Instituto Superior de Filosofía. Plaza San Pablo, 4. Valladolid

Miércoles, días 18. A las 19:00 h. Dª DIANA OLIVARES MARTINEZ

Más allá del Museo Nacional de Escultura El Colegio de San Gregorio,

fundación dominica.. Viene de la pág 1ª... ¡No estamos solos!

Y la señal de la presencia del Espíritu Santo es también la paz que Jesús dona a sus discípulos:. Ella es diferente de aquella que los hombres se desean e intentan realizar. La paz de Jesús brota de la victoria sobre el pecado, sobre el egoísmo que nos impide amarnos como hermanos. Es don de Dios y señal de su presencia.

Cada discípulo, llamado hoy a seguir a Jesús cargando la cruz, recibe en sí la paz del Crucificado Resucitado en la certeza de su victoria y en la espera de su definitiva venida. Que la Virgen María nos ayude a recibir con docilidad el Espíritu Santo como maestro interior y como memoria viva de Cristo en el camino cotidiano”. (ZENIT. Cdad del Vaticano. 08/05/16)