ensayo historia de la pedagogía

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS LICENCIATURA EN EDUCACION BASICA CON ENFASIS EN CIENCIAS SOCIALES HISTORIA DE LA PEDAGOGIA SERGIO ANDRES RODRIGUEZ CRUZ/20131155020 CONCEPCIONES DE LA PEDAGOGÍA, DE LA ENSEÑANZA, EPISTEMOLOGÍA Y PEDAGOGÍA, PAPEL SOCIAL DEL PROFESOR Por Una Política De La Reivindicación Y El Reconocimiento En La Educación Del Siglo 21 “Con el pecho hinchado por un desconocido y delicioso contento, olvide las lecciones tediosas y los discursos tristes del maestro; disfrutaba al mirar los campos a lo lejos y los alegres milagros de la tierra primaveral” Arthur Rimbaud (poema sueños del escolar) La universidad y la escuela como instituciones del proyecto moderno se desmoronaron, se perdieron, se desgarraron, se fragmentaron. Y lo que de ellas nos queda no es más que una masa amorfa de proyectos y ensueños que se nos dibujan extemporáneos, resultado del agotamiento y la disgregación de una lógica totalizadora, reglada y dominante (estado-nacional) a una que sin pretenderlo y sin totalizarlo aparentemente lo “diluye todo” (el mercado) (Corea, Lewkowicz, 2004) esta es la coyuntura de descomposición actual, razón matriz tras la profunda desazón pedagógica, la crisis de sentido que atraviesa la profesión docente en la actualidad (IDEP, 2011/ malestar del maestro) y las coyunturas que hoy tienen a la universidad pública y en nuestro caso especifico a la universidad distrital francisco jose de

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el ensayo presenta un debate en torno a la pedagogía

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDASLICENCIATURA EN EDUCACION BASICA CON ENFASIS EN CIENCIAS SOCIALESHISTORIA DE LA PEDAGOGIASERGIO ANDRES RODRIGUEZ CRUZ/20131155020

CONCEPCIONES DE LA PEDAGOGA, DE LA ENSEANZA, EPISTEMOLOGA Y PEDAGOGA, PAPEL SOCIAL DEL PROFESOR

Por Una Poltica De La Reivindicacin Y El Reconocimiento En La Educacin Del Siglo 21

Con el pecho hinchado por un desconocido y delicioso contento,olvide las lecciones tediosas y los discursos tristes del maestro;disfrutaba al mirar los campos a lo lejos y los alegres milagros de la tierra primaveralArthur Rimbaud(poema sueos del escolar)

La universidad y la escuela como instituciones del proyecto moderno se desmoronaron, se perdieron, se desgarraron, se fragmentaron. Y lo que de ellas nos queda no es ms que una masa amorfa de proyectos y ensueos que se nos dibujan extemporneos, resultado del agotamiento y la disgregacin de una lgica totalizadora, reglada y dominante (estado-nacional) a una que sin pretenderlo y sin totalizarlo aparentemente lo diluye todo (el mercado) (Corea, Lewkowicz, 2004) esta es la coyuntura de descomposicin actual, razn matriz tras la profunda desazn pedaggica, la crisis de sentido que atraviesa la profesin docente en la actualidad (IDEP, 2011/ malestar del maestro) y las coyunturas que hoy tienen a la universidad pblica y en nuestro caso especifico a la universidad distrital francisco jose de caldas entre la espada y la pared o la posibilidad de un cambio profundo para el beneficio de todos.

Con lo anterior no se busca desvalorar los aportes que la historia como ciencia puede brindar para la comprensin de la realidad, ya que si se seala que la lgica mercantil es imperante no se debe olvidar que el mundo est globalizado de forma asimtrica, y que este no es un fenmeno nuevo, como lo podemos encontrar en mltiples ejemplos de empresas polticas, cientficas y militares con objetivos iguales en la historia de la humanidad, de modo que no es posible apartar el aspecto cultural y social de nuestro contexto (evitando caer en el provincialismo) del proceso global, ya que ambos representan las dos caras de la misma moneda (Sacristn) .

Ciertamente en la actualidad la globalizacin y la mercantilizacin han sufrido una acentuacin exponencial, lo que ha revolucionado el orden y funcionamiento de la sociedad es decir su carcter institucional, esta premisa al contrario de las posturas posmodernistas (casi siempre viciadas por el determinismo u en su defecto el relativismo), busca resaltar el papel fundamental del anlisis histrico, para la construccin de propuestas en resistencia a dicha operatoria, paro lo que es necesario buscar espacios de contencin, caminos alternos a las demandas, estrategias y velocidades del mercado para resignificar y reedificar la escuela nueva y la pluriuniversidad Como escenarios habitables, posibles y necesarios para el fortalecimiento de la epistemologa y la praxis pedaggica.

Para comprender con mayor precisin lo anterior basta sealar que el estado deja de ser esa totalidad articulada dadora de sentido lo que causo que su paradigma de funcionamiento (instituciones disciplinarias y la relacin analgica institucional) as como el tipo de subjetividad producida (subjetividad socialmente instituida: ciudadana), en este concepcin se agotaran. Lo que implica que sera un error reducir el papel de la escuela a un aparato ideolgico del estado dominante, que reemplazara la iglesia en esa misma funcin. (Althusser 1969) en cuanto a que la lgica mercantil (consumo) a diferencia de la lgica estatal, no busca generar ningn tipo de operacin sobre lo excluido socialmente, es decir si en la modernidad se tena como fin reprimir y controlar desde la reclusin en las diferentes instituciones, en la actualidad no se procura depurar a lo excluido de sus componentes antisociales, sino que se intenta depurar la sociedad de sus elementos antisociales (Lewcowicz).

Ahora bien si en la sociedad contempornea no hay ni ciudadanos, ni sentido comn (desde la repeticin y la permanencia), ni subjetividad socialmente instituida, ni hbitos de disciplinamiento y de normalizacin, ni mucho menos reclusin, entonces cmo es posible pensar la escuela (ya no como institucin) si esta misma est asentada a priori sobre estos principios que inventaron el alumno como una condicin especifica y naturalizada? Y por otro lado Cmo es posible articular una praxis pedaggica desde la re significacin de la escuela y la universidad sin que estas mismas sean excluidas y desdibujadas por este incontenible monstruo que es el mercado?

Es menester para un maestro en formacin tantear el terreno que va a pisar, y ms aun empezar desde ya a formular sus propias herramientas metodolgicas y epistemolgicas para lograr un actuar pedaggico congruente con el marco de este devenir no reglado, considero un buen camino partir por generar las propias reglas del juego para dar respuesta no definitiva ni absoluta porque no hay tal cosa a estos interrogantes que aqu nos plantebamos, es decir apostar por una cuarta tradicin pedaggica, que articule y contenga experiencias en una ecologa de saberes y posturas nuevas, no como un dispositivo de alienacin enajenado de nuestras coyunturas sociales, polticas y culturales.

La escuela necesita una poltica de la reivindicacin y el reconocimiento, de un maestro que se reinvente en su misma profesin, que desde la resistencia, la exclusin y la fuga se permita generar situacin, contener el flujo por instantes haciendo recortes de significaciones dadas en el reconocimiento del otro y el suyo propio (Maturana), cumplir con lo que lo que la sociedad contempornea exige y requiere de l, una transformacin que devuelva la vida por que como lo sealo Comenio en algn momento la educacin es para eso, para la vida y este camino solo puede andarse si entre todos reunimos esfuerzos para la consolidacin de una pedagoga prospectiva del reconocimiento, no de la negacin ni el enajenamiento as como tampoco de la represin y el disciplinamiento.

As que es posible si no es que necesario rastrear los modos de operacin de la fluidez para comprender las causales fundamentales de estos procesos determinantes y desde la decisin subjetiva contrarrestarlos, ya que como lo seala Lewcowicz se trata de reinventarse o desaparecer.

La situacin de la universidad distrital, no es ms que otra muestra del agotamiento del sistema social estatal como lgica activa, ya que si se hace un paneo histrico encontramos que las universidades pblicas fueron fundamentales como institucin en el proyecto moderno ya que estas cumplan un rol determinante como mediadoras entre el estado y la sociedad, mantenan la construccin a largo plazo de los proyectos nacionales y gracias a su principio de autonoma posibilitaban el pensamiento crtico constituyndose a si mimas como entes activos para los grandes procesos de subjetivacin, pero con la dinmica del devenir no reglado a la que hoy nos enfrentamos todas estas circunstancias han cambiado, y como lo seala el profesor Boa ventura ocurre: un desplazamiento desde un ethos pblico hacia otro ms corporativo y privatizante, perfilado por las demandas de mercantilizacin de sus actividades acadmicas vis a vis la expansin de la industria, la introduccin de una racionalidad empresarial para evaluar su desempeo y la promocin de universidades privadas, () la universidad no pudo evitar que la racionalidad empresarial y mercantil la socave al legitimar y utilizar en su interior los discursos sobre criterios de calidad, competitividad y eficiencia en su evaluacin y acreditacin en circunstancias de proliferacin de universidades privadas, de precarizacin de la situacin de sus docentes con la reduccin de presupuesto universitario, y de difusin de la idea de que la educacin superior es un bien de consumo y no un derecho Razn matriz que nos explica como la crisis de institucionalidad, hegemona y legitimidad en la universidad, obedece a la operatoria de la mercantilizacin de la educacin, que como ya hemos visto con anterioridad excluye, fragmenta y diluye cualquier estrategia de pensamiento y de intervencin que no trabaje sobre el reconocimiento de las subjetividades fragmentadas y que no se sustente y opere en un modo de modo situacional-autnomo, es decir espacial y temporalmente aparte de dichas dinmicas

Uno de los fenmenos de los ltimos tiempos ha sido por un lado la amnesia inducida y por el otro la falta de rigurosidad en el abordaje de la historia

genealoga del actuar humano, la urdimbre de las pasiones, ideas, operatorias memoria individual y colectiva homogenizacin del pasado valor de la memoria determinismo, relativismo patrimonio cultural, modos de produccin inevitabilidad historica

la enseanza de la ciencia de la historia en nuestras escuelas, liceos y universidades. Es la preponderancia del triste manual en nuestra produccin de lectura corriente, en que la obsesin de una enseanza mal concebida sustituye a la verdadera sntesis, ha escrito Bloch. El historiador no se hace slo en las bibliotecas, sino tambin en los archivos. En sus viajes, en sus vivencias y en su edad.

no queremos una escuela en la que se aprende a sobrevivir desaprendiendo a vivirAmos Komensk

Ser docente en la era de la fluidez es un reto que no solo pone a prueba el saber pedaggico o el conocimiento y dominio de determinado campo. No, ser docente en esta nueva lgica de la fragmentacin y la dilucin implica adquirir la capacidad de resignificar la profesin misma, una suerte de ingenio de resistencia prospectiva que nos permita entendernos con las alteraciones del medio y la novedad, desde la construccin de herramientas capaces de pensar en las transformaciones actuales, en la subjetividad contemporanea y las estrategias de subjetivacin (Lewkowicz, 2003), abriendo paso a un nuevo actor en una nueva escena : el maestro contemporneo; como un ser contingente, integrador y gestor de cambio.

Ahora bien, si consideramos la educacin como un proceso instantneo y transformador que se da en la interaccin entre dos o ms individuos (Maturana, 2009), y que la percepcin y por ende el aprendizaje dependen tambin del contexto social (Brunner, 1984), es menester si no es que obligatorio identificar qu y cmo los elementos de esa sociedad de consumo se reflejan en nuestro contexto y de qu modo son incongruentes con lo que deseamos, enseamos y ensayamos como docentes. Esto sin duda alguna representa uno de los retos ms grandes en el campo de la educacin, el de generar situacin en la fragmentacin, hacindole frente al bombardeo multimedia tico, a la comunicacin en la era del aburrimiento a la interlocucin que parece desquebrajada (perdida de un cdigo compartido) (Corea, Lewkowicz, 2004), se requiere como se sealaba al principio del documento de un nuevo maestro y obviamente de una nueva escuela.

Asi como se hace imprescindible reivindicar la vida, la experiencia de lo cotidiano, lo cercano, reivindicar al otro desde uno mismo reconocindonos como sujetos sociales histricamente constituidos, con una herencia cultural determinada, porque somos residentes, hijos, hermanos, padres, compaeros y amigos. No se debe permitir que estos mecanismos de enajenacin e invisibilizacin permeen y penetren las mentes de los estudiantes, en mi opinin se debe partir por dejar sentado que las verdaderas experiencias son nicas e irrepetibles y que todos los procesos de educacin aun dentro de un mismo pas, ciudad, regin inclusive barrio estn diferenciados, y que cada uno a su modo puede generar situacin.

En eso falla nuestro sistema educativo actual, en su pretensin de abarcar el todo de estar a nivel con los pases desarrollados, en donde por medio de unos mecanismos a mi parecer muy limitados y en muchos casos ajenos e incomprensibles, hacen segn ellos evaluacin de procesos de aprendizaje, como si de por si el absurdo de nuestra sociedad colombiana no reflejara que hace falta ms que un aumento de mano de obra altamente calificada para la vida laboral, o unos despampanantes niveles de razonamiento abstracto y lgica matemtica. (Sin nimos de despreciar estos procesos ya que indudablemente son elementales para cualquier sociedad as como para el desarrollo pleno de las facultades humanas).

A mi parecer hay otros procesos muchsimo ms bsicos que se nos escapan y sin los cuales no es posible trascender, es mas considero que de nada sirve cumplir un currculo de excelencia acadmica si no se sabe reconocer al otro como un otro valido en convivencia (Maturana, 2009) o en palabras de Jaime Garzn: nadie debera llevar por encima de su corazn a nadie ni hacerle mal en su persona aunque piense y diga diferente, yo tambin estoy convencido de que si entendemos eso salvamos nuestro pas, desde nuestras bases culturales, desde esta poltica educativa de la reivindicacin y el reconocimiento ya que como lo muestra nuestro mismo desarrollo ontogenetico y filogentico antes de aprender a hacer uso de los smbolos se aprende a interactuar desde el juego mismo. Y surge la pregunta ser que el sistema educativo colombiano permite y estimula en toda su potencialidad esta facultad inherentemente humana que posibilita el fenmeno social y qu Humberto Maturana define como el amor?, es mas Se puede hablar de un nico sistema (en operacin) nacional de educacin? O ser que como en algn momento lo sealo Nietzsche los conocedores no se conocen a si mismos?

Lo importante aqu es que: el mundo ya no es ni ser lo que fue, y no se trata de pensar en un pasado mejor, ni un futuro de gloria, sino de encontrar situacin para construir escuela ese espacio de conocimiento por y para nosotros (todos las personas) mismos, tal vez no como ciudadanos pero tampoco como simples usuarios o consumidores, partiendo de estas nuevas circunstancias como colombianos y de cmo se sealaba al inicio de este documento resignificando nuestra profesin, entender que es nuestro deber encontrar situacin hacer fuga si es necesario, (Duschatzky et. Al) (Lewkowicz, 2003), ya que si no lo hacemos nosotros, Quin? Teniendo siempre en mente que as como un profesor puede ser un gestor de cambio, tambin puede ser un arma de destruccin masiva desde dnde nos estamos parando?

Por qu es necesario que haya un trnsito hacia la pluriversidad en la concepcin de la pedagoga y de la epistemologa desde nuestra formacin docente?

La escuela como campo o espacio de concentracin y confluencia de experiencias, como la resignificamos?

Cmo resignificar el concepto de escuela mas all de considerar la misma como un aparato ideolgico del estado?

Cul es el papel social del profesor?

Esta sacudida al sistema social y la lgica operante de la modernidad, no solo implico la disolucin de determinadas prcticas sociales si no que (en trminos de este siglo) reformateo y sustituyo el software de interaccin humana; en otras palabras se desbanco la comunicacin (cada del cdigo compartido) y se podra decir que con ella la capacidad de instituir subjetividad, ya que el estado ahora funciona simple y llanamente como una limitada forma de articulacin simblica.

Si consideramos la educacin como un proceso instantneo y transformador que se da en la interaccin entre dos o ms individuos (Maturana, 2009), y que la percepcin y por ende el aprendizaje dependen tambin del contexto social (Brunner, 1984), es menester si no es que obligatorio identificar que elementos de nuestra sociedad son incongruentes con lo que deseamos, enseamos y creemos en el terreno educativo y como los sistemas en interaccin (meso, exo, micro, maso) en tiempos de la fluidez se han modificado, ergo las herramientas pedaggicas as como los docentes mismos tambin, necesariamente en resistencia a las demandas multimediaticas del mercado.