¿CONSTRUÍMOS SOBRE EL PAPEL LO QUE REALMENTE REFLEJAMOS EN NUESTRO QUEHACER PEDAGÓGICO?

“Es posible construir, sobre el papel, programaciones Primorosas y ser un mal profesor.

Planificar la enseñanza, es algo más que establecer Objetivos, contenidos, métodos y criterios de evaluación;

Significa pensar, valorar y tomar decisiones que valgan la pena”. ANGULO, F Y BLANCO

Con palabras de este mismo autor quiero recordarles que la educación cumple una

función social única, con la que se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, y a

los demás bienes y valores de la cultura; de ahí que la educación tenga un carácter

social y público y estamos en la obligación de brindar un servicio de calidad en una

sociedad democrática como la nuestra. Es precisamente, por ello, que el sistema

educativo está sometido a valoración, seguimiento, crítica y mejora continua. Hago la

introducción de mí escrito con estas afirmaciones, porque precisamente quiero

hablarles del currículo: parte esencial del PEI, que permite la previsión de las cosas

que hemos de hacer para posibilitar la formación de los educandos.

En efecto, el problema del currículo es un problema educativo y eso significa que se

plantea y resuelve desde opciones educativas”. Pero esto no es así, el Estado

necesita tenerlo todo controlado e ir “creando” individuos según su conveniencia, lo

que delimita al mismo tiempo la acción profesional de cada docente, no sabiendo

éstos que pueden o no pueden hacer cada uno dentro del aula, es decir qué y el cómo

deben enseñar?.

Lo que quiero decir, es que pese a que la elaboración del currículo se realiza teniendo

en cuenta las necesidades e intereses de los niños, debe estar sustentado bajo unos

parámetros nacionales llamados Lineamientos Curriculares. Luego entonces, ¿hay

una verdadera autonomía en la construcción de éste? ¿Refleja nuestro quehacer

pedagógico lo que plasmamos en un papel?

Estas y otras preguntas se las deben formular todos los docentes, ya que como

profesionales deben tener planificado lo que pretenden hacer en su aula, porque la

enseñanza es una actividad intencional y por ello el profesor ha de tener unos

propósitos e intenciones, aunque no por ello, se tiene que aferrar a estos como si

fueran la única misión a lograr y donde la enseñanza fuera el medio para conseguir

ese fin.

Pero la realidad es otra, cuando nos enfrentamos a un aula de clase con 30

estudiantes con expectativas e intereses total mente diferentes nos damos cuenta que

muchas veces las estrategias, metodologías y temáticas planteadas, no son realmente

las pertinentes en ese contexto. Entramos entonces, a jugar un papel fundamental en

la creación de un currículo, que tenga cierta flexibilidad y estar siempre abierto y

sujeto a cambios. No quiero decir con esto que hay que desconocer los estándares y

lineamientos curriculares, todo lo contrario, que conociéndolos perfectamente,

podamos adecuarlos a las necesidades educativas del contexto en el que nos estemos

desenvolviendo. Porque de nada sirve, crearlos al pie de la letra, cuando lo que

estamos desarrollando en el aula con los estudiantes, es totalmente diferente.

No olvides pues, que el currículo se refiere al conjunto de objetivos, contenidos,

criterios metodológicos y de evaluación que orientan la actividad académica

(enseñanza y aprendizaje) ¿cómo enseñar?, ¿cuándo enseñar? y ¿qué, cómo y

cuándo evaluar? Sin desconocer el contexto, los intereses y necesidad educativas

reales de la población a la que se le prestan el servicio.

DINA LUZ MEJÍA NARVÁEZ

LICENCIATURA EN PREESCOLAR

FUNDACION UNIVERSITARIA LUIA AMIGÓ