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ENRO 2008 Año XXVI. Nº 207 SMA - Sociedad de Misiones Africanas (Pasa a pág. 2) El P. Camille Seké, formador de catequistas SIGUEN FORMANDO PARTE DE LA TIERRA Muchas son las cosas que me sor- prendieron al volver de África, des- pués de cinco años de pastoral en la sabana. Algunas fueron agradables, las menos, y otras frustrantes. Recuerdo con dolor las preguntas que, seguramente los más sinceros y valientes, me planteaban con tonos despectivos: “¿Y esos salvajes se con- vierten? ¿Son salvajes, verdad?” Terminé por responder: No, creo que el que realmente se ha convertido he sido yo. Y es verdad, me he convertido viendo con qué seriedad se acercan a lo sagrado, qué respeto tienen a la vida y cómo viven sus relaciones personales, sin prisas ni materialis- mos superficiales. Me he convertido oyendo las risas de los niños man- chados de polvo y tierra, disfrutando del juego bajo los rayos del sol y con una imaginación desbordante, sin maquinitas ni televisores. Me he convertido oliendo el aire fresco de la mañana y la pesadez del mediodía con los aromas de la naturaleza, sin humos de fábricas ni coches. Me he convertido rezando con los cristia- nos que penetran en el misterio de Cristo desde su sencillez y su pobre- za, acompañando a los catequistas que desean conocer la Palabra de Dios para amar mejor a Jesús, sin parafernalias ni pomposidades. No, no creo que sean salvajes por- que no tienen la técnica que deshuma- niza, ni el asfalto que oculta la tierra, ni el dinero que nos divide. Los recuerdo mucho más humanos que nosotros, porque, a pesar de sus defec- tos (como los nuestros), no se divor- ciaron de la naturaleza y siguen for- mando parte de la tierra. Dos años después de mi ordenación tuve una meningitis, lo pasé mal y , cuando me repuse, pasé unos meses de convale- cencia en el obispado de mi diócesis. Ya curado, mi obispo me anunció que me habían nombrado director del Centro de Formación Catequistas de Gogunú. Consideré esta oportunidad que se me ofrecía como un privilegio: el de poder descubrir a Cristo dentro de mi cultura con los catequistas. Ya me había dado cuenta hasta qué punto la contribución de los catequistas a la labor de evangelización es decisiva. ¿QUIENES SON ESTOS CATEQUISTAS? Son jóvenes casados o solteros de entre 16 y 39 años, movidos todos por una fuer- te voluntad de servir a las comunidades que los envían. El curso comienza en abril y termina a primeros de diciembre. Las comunidades y los misioneros los proponían y yo los entrevistaba para comprobar su nivel de lectura y escritura en lengua bariba y sus motivaciones Estamos en un contexto de primera evangelización y algunos jóvenes llegan con mucha motivación pero con muy pocos conocimientos: apenas sabían rezar el Padre Nuestro. EL PROGRAMA DE FORMACIÓN Un primer eje de la formación que impartimos consiste en una iniciación a la historia de la salvación y a la historia de la Iglesia, es decir una presentación del con- tenido de la Biblia (los cinco primeros libros, los libros históricos, los profetas, la sabiduría del pueblo judío y el estudio de la vida de Jesús en San Lucas, la vida de las primeras comunidades de los Hechos, las persecuciones y el crecimiento de la Iglesia.... ). El Padre Camille Camille Seké, sacerdote de la diócesis de Natitingou (Benín) ha sido director del Centr o de Formación de catequistas de Gogunú. Allí se forman los catequistas de lengua bariba de todo el Norte de Benín. Desde hace dos años estudia der echo canónico en Madrid, vive con nosotros en la SMA y le hemos pedido que nos cuente su experiencia.

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ENRO 2008Año XXVI. Nº 207

SMA - Sociedad de Misiones Africanas

(Pasa a pág. 2)

El P. Camille Seké, formador de catequistas

SIGUEN FORMANDOPARTE DE LA

TIERRAMuchas son las cosas que me sor-

prendieron al volver de África, des-pués de cinco años de pastoral en lasabana. Algunas fueron agradables,las menos, y otras frustrantes.Recuerdo con dolor las preguntas que,seguramente los más sinceros yvalientes, me planteaban con tonosdespectivos: “¿Y esos salvajes se con-vierten? ¿Son salvajes, verdad?”Terminé por responder: No, creo queel que realmente se ha convertido hesido yo.

Y es verdad, me he convertidoviendo con qué seriedad se acercan alo sagrado, qué respeto tienen a lavida y cómo viven sus relacionespersonales, sin prisas ni materialis-mos superficiales. Me he convertidooyendo las risas de los niños man-chados de polvo y tierra, disfrutandodel juego bajo los rayos del sol y conuna imaginación desbordante, sinmaquinitas ni televisores. Me heconvertido oliendo el aire fresco dela mañana y la pesadez del mediodíacon los aromas de la naturaleza, sinhumos de fábricas ni coches. Me heconvertido rezando con los cristia-nos que penetran en el misterio deCristo desde su sencillez y su pobre-za, acompañando a los catequistasque desean conocer la Palabra deDios para amar mejor a Jesús, sinparafernalias ni pomposidades.

No, no creo que sean salvajes por-que no tienen la técnica que deshuma-niza, ni el asfalto que oculta la tierra,ni el dinero que nos divide. Losrecuerdo mucho más humanos quenosotros, porque, a pesar de sus defec-tos (como los nuestros), no se divor-ciaron de la naturaleza y siguen for-mando parte de la tierra.

Dos años después de mi ordenacióntuve una meningitis, lo pasé mal y, cuandome repuse, pasé unos meses de convale-cencia en el obispado de mi diócesis. Yacurado, mi obispo me anunció que mehabían nombrado director del Centro deFormación Catequistas de Gogunú.Consideré esta oportunidad que se meofrecía como un privilegio: el de poderdescubrir a Cristo dentro de mi cultura conlos catequistas. Ya me había dado cuentahasta qué punto la contribución de loscatequistas a la labor de evangelización esdecisiva.

¿QUIENES SON ESTOSCATEQUISTAS?

Son jóvenes casados o solteros de entre16 y 39 años, movidos todos por una fuer-te voluntad de servir a las comunidadesque los envían.

El curso comienza en abril y termina aprimeros de diciembre. Las comunidades

y los misioneros los proponían y yo losentrevistaba para comprobar su nivel delectura y escritura en lengua bariba y susmotivaciones Estamos en un contexto deprimera evangelización y algunos jóvenesllegan con mucha motivación pero conmuy pocos conocimientos: apenas sabíanrezar el Padre Nuestro.

EL PROGRAMA DEFORMACIÓN

Un primer eje de la formación queimpartimos consiste en una iniciación a lahistoria de la salvación y a la historia de laIglesia, es decir una presentación del con-tenido de la Biblia (los cinco primeroslibros, los libros históricos, los profetas, lasabiduría del pueblo judío y el estudio dela vida de Jesús en San Lucas, la vida delas primeras comunidades de los Hechos,las persecuciones y el crecimiento de laIglesia.... ).

El Padre Camille

Camille Seké, sacerdote de la diócesisde Natitingou (Benín) ha sidodirector del Centr o de Formación decatequistas de Gogunú. Allí seforman los catequistas de lenguabariba de todo el Norte de Benín.Desde hace dos años estudia der echocanónico en Madrid, vive connosotros en la SMA y le hemos pedidoque nos cuente su experiencia.

El P. Camille Seké, formador de catequistas(Viene de la pág. 1)

Un segundo eje es la litur gia. Loscatequistas aprenden a rezar y a organi-zar la comunidad. Ellos serán los encar-gados de presidir la celebración de losdomingos, entierros, veladas, etc.Ninguna precaución sobra: lecciones,ejercicios, pruebas, prácticas, todos losmétodos de aprendizaje contribuyen acapacitar a estos jóvenes para el buenservicio de las comunidades.

La catequesis es el tercer aspecto de laformación con la presentación de los tresaños de iniciación a la vida cristiana y depreparación al bautismo: el recorrido y laexperiencia catecumenal. Los dos últimosmeses hacen prácticas de presentación dediferentes temas de catequesis. Me impre-sionaba siempre lo exigentes que eran con-sigo mismos.

Todos cultivan la finca del Centro y losmatrimonios suelen tener una pequeñahuerta para cultivar hortalizas. Los quequieren pueden seguir una formación decostura o de carpintería.

DE LA LIBERTAD DE LAALDEA A UNA VIDA DECORTE MONÁSTICO

Los primeros días cada uno llega a laoración o a clase sin ninguna preocupa-ción por la puntualidad, vienen uno trasotro sin preocuparse por la hora. Echande menos a los suyos que se quedaron en

sus casas es el momento de ir animandoa algunos y de dar cuantas explicacionessean necesarias. Tres meses después, yahan cogido el ritmo y estos problemasdesaparecen.

Cada uno tiene su turno para dirigir laoración con su grupo de animación litúr-gica, luego en clase hacemos una eva-luación para que mejoren. Poco a pocose dan cuenta de la importancia de supapel, viven la oración con mucha fe ypreparan las celebraciones con sumocuidado.

LA MITAD VIENEN CON SUMUJER ¿CÓMO LO VIVENESTAS PAREJAS?

Antes de venir al Centro los casados tie-nen que vencer la oposición de la familiade la mujer que no quiere ver marchar a suhija lejos del pueblo. Si tienen niños, traena los dos más pequeños y viven en un blo-que de pequeñas casas para que cada fami-lia tenga su espacio, un salón y una habita-ción, cocina y baño.

Nuestra preocupación es favorecer lavida de la familia. Mientras los jóvenessiguen su proceso de formación sus muje-res reciben una iniciación a la catequesis,aprenden cantos religiosos, a escribir , aleer y a coser. También quiero subrayar eldescubrimiento progresivo por parte de lasparejas de la importancia de una vida depareja basada en el dialogo y la cercanía,cosas que la cultura no permite siempre.

Tan importante como vivir una vida conmayor intimidad que en el pueblo y descu-brir juntos la fe es para los catequistas sen-tirse apoyados por sus esposas en su trabajo.

MUJERES CATEQUISTAS

Hace siete años, tuve la suerte de acogera la primera mujer que vino a formarsecomo catequista. Vino de Banikoara, la

Dos catequistas leyendo en una celebración

Las mujeres que no saben aprenden a leer (Pasa a pág. 3)

SMA - Sociedad de Misiones Africanas Página 2

SMA - Sociedad de Misiones Africanas Página 3

El P. Camille Seké, formador de catequistas(Viene de la pág. 2)

parroquia actual de Rafael, Al año siguien-te, recibí dos de Nikki (Mari y Natalie), dosde Perere (Pascaline y otra Mari de Ñesi).En realidad no es fácil para una mujer lle-var la animación de una comunidad en unacultura de tinte machista como la bariba.Ha sido una experiencia muy bonita ver aestas parejas apoyándose durante las clasese intercambios y enfrentarse juntos a la rea-lidad de la formación.

LA VUELTA AL PUEBLO

La vida en el Centro es muy diferente dela realidad que van a encontrar en sus pue-blos. Viven en un ambiente que evoca elde los Hechos de los Apóstoles marcadopor la vida común, la propiedad común, eltrabajo comunitario, la oración y la forma-ción. De regreso al pueblo van a enfrentar-se de verdad a las dificultades que conlle-va liderar una comunidad: conciliar ladiversidad de puntos de vista, a veceshacer frente a la oposición manifiesta delos no creyentes o de creyentes de otrasconfesiones, discrepancias con el cura, einfinidad de situaciones que pondrán aprueba su buen juicio, sentido de iglesia eimaginación.

Durante el último mes, or ganizamostalleres de reflexión para llamar la atenciónsobre lo que llamábamos, “los demonios”:las tentaciones que dificultan el trabajo y el

testimonio del catequista y que destruyenla comunidad tal como el alcoholismo, laludopatía, las malas compañías, cosas quedañan la vida de fe y de servicio a la que seinició durante su formación.

COLABORACIÓN EN LASPARROQUIAS

Aunque la mayoría no han terminadoellos mismos su tiempo de catecumenado,preparan a la gente para recibir el bautis-

mo insistiendo sobre la calidad del testi-monio y la relevancia del compromiso¡Qué ambiente más bonito cuando ves a uncura rodeado de sus catequistas en la reu-nión de formación mensual para prepararlos comentarios de la Palabra! Eso siempreme hace soñar a lo que era la vida de lascomunidades apostólicas.

¿QUÉ ME HA APORTADOESTA EXPERIENCIA?

La experiencia en el centro de forma-ción de catequistas ha sido el períodomás bonito de mis ocho años de sacerdo-te. Doy las gracias a Dios por habermehecho conocer esta vida de los más sen-cillos, de los más pequeños, sin bautizar,sin nada de lo que muchos utilizamoscomo criterios para “medir” la fe, peromás entregados, más testigos. De allítambién viene mi contacto con losmisioneros SMA de España que me invi-taban para la preparación de los fielesantes del bautismo, emisiones a la radio,iniciación a la cultura bariba, y de todoello puedo decir que he aprendidomucho: “Dios sigue haciendo maravillascon los humildes y su reino avanza ycrece. Son ‘apóstoles no bautizados’pero entregados a su misión”. Es unaexperiencia que me invita a la contem-plación de la vida de las comunidades delos Apóstoles.

La vuelta al pueblo

Mujeres ensayando cantos religiosos

SMA - Sociedad de Misiones Africanas Página 4

El baile expresa todos los sentimientos

¡Manos a la obra! ¡Los niños ayudan a los niños!Este mes celebramos la “infancia misionera”.

Queremos que sea un gran movimiento que abar-que a todos los niños del mundo para que partici-pen en la construcción de la Iglesia universal yque anuncien, ellos también, el Evangelio a losque no lo han oído. Con motivo de esta celebra-ción esperamos también que “se abran las venta-nas de las comunidades cristianas para que entreel aire fresco y rejuvenecedor de las misiones”.

Invitamos a los niños a interesarse por losdemás niños en otros países, a ver lo que les pue-den enseñar.

Poner manos a la obra es dejar de estar sentadosin hacer nada o mirando la tele sin más. Ponermanos a la obra es preguntar a otros ¿Qué es lo quepodemos hacer nosotros? ¿Rezar? ¿Buscar dinero?¿Pedir que alguien nos venga a hablar de otrosniños del mundo? ¿Invitar a otros niños a participaren juegos que les hagan conocer a Jesús?

Son muchas las cosas que podemos hacer .¿Cuál vamos a hacer? ¿Quién nos puede ayudarpara hacerlo? ¡Manos a la obra! Nos pregunta-mos cómo lo vamos a hacer y nos ponemos enmarcha…

¿Cómo lo vamos a hacer? Aquí va el decálogodel niño misionero que nos describe las actitudesfundamentales del niño misionero.1. UN niño misionero mira a todos los hom-

bres con ojos de hermano.2. UN niño misionero conoce a Jesús, ama

como Jesús, no se avergüenza de hablar deJesús.

3. UN niño misionero reza todos los días a suPadre Dios por sus hermanos, los niños detodo el mundo y quiere que conozcan a suMadre, la Virgen.

4. UN niño misionero siempre dice “Gracias”.5. UN niño misionero goza de poder dar y de

que los otros también puedan gozar al darlea él.

6. UN niño misionero siempre está contento deservir.

7. UN niño misionero sabe que su persona esmás necesaria que su dinero.

8. UN niño misionero es generoso, aunque lecueste.

9. UN niño misionero busca soluciones y lasencuentra.

10. Un niño misionero siempre piensa en “nos-otros”.

Coreografía infantil en el atrio de la iglesia de Per eré

En la fiesta de la SMA el 8 de diciembre:Una monja de la comunidad se cruzó conmigo en los pasillos y le dije:- menudo jaleo le hemos traído hoy a la casa.- ¡No, si es muy bonito! He estado en misa y me ha recordado a los primeros cristianos. Cuando el padre empezó al principio a nom-

brar a unos y a otros y a dar noticias de las comunidades de aquí y de allí pensé: “mira, como en las cartas de San Pablo”.

SMA - Sociedad de Misiones Africanas Página 5

La hermana Pascualina

LA HERMANA PASCUALINAHará trece años que murió Pascualina

pero nunca olvidaré aquel día: su cuerpotendido a orilla de esta pista infernal deNikki, el funeral a lo grande y loscomentarios de la gente. Todo el mundoquería a Pascualina.

Era de un pueblecito de los montes delcentro d e I talia, e n l a p rovincia d elAquila. Hoy no queda nadie de su fami-lia en el pueblo. Emigraron todos aAustralia escapando a la miseria.

UNA MUJER SENCILLA, DEPUEBLO

Pascualina nació en una familia delcampo, no fue a la escuela de pequeña,tenía que ayudar a su madre en casa y enlas tareas del campo. Adolescente, ibadonde el párroco que le enseñó a leer y aescribir. Y se fue a buscar mejor suerte alnorte de Italia. Allí se puso a servir yencontró trabajo donde las monjas alber-tinas en Turín. Limpiaba las clases delcolegio y le entró el gusanillo de la voca-ción: se hizo monja y se quedó ayudandoen un sitio y otro. Estudió algo de teolo-gía hasta que le propusieron ir a fundar laprimera casa de la congregación en Áfri-ca. Allí se fue con dos hermanas más;aprendió el francés que llegó a hablarmuy bien y también el bariba.

IBA CON UNASHERRAMIENTAS DE LO MÁSSENCILLO

A Pascualina, todo el mundo la recuer-da a pesar de que los años han pasado.Era muy pequeña de estatura e iba siem-pre con un enorme sombrero que parecíaque la aplastaba más. Llevaba en la manouna bolsita de tela, era su tesoro: las agu-jas para hacer punto, algún ovillo delana, un libro de cantos religiosos baribasy unos evangelios. Estas eran como susherramientas universales, de las quenunca se separaba.

Se iba de casa en casa, saludando sincansarse, hablando con unos y otros,escuchando y particpando discretamenteen las conversaciones. Quizás esta dis-creción era una costumbre que le queda-ba de aquellos años de sirvienta, humil-de, callada y obediente, cualidades queintegró en su vocación de religiosa. Aveces recordaba que su maestra de novi-cias le decía que “una buena religiosa esantes que nada una mujer cabal”. Ellaguardó los rasgos de su carácter, de sufamilia y de la vida que le tocó vivir y lospuso al servicio del Evangelio. Todo elmundo r ecuerda v erla s entada e n u nbanco pequeño, comiendocon la gente y echándoseatrás discretamente cuandohabía terminado, mientrasotros del grupo seguíancomiendo.

SE AGRUPABA LAGENTE A SUALREDEDOR

Parecía tan inofensivaque ninguna puerta que sele cerraba. Pero, a dondeiba, poco a poco se agrupa-ban las mujeres: una veníaa enseñarle su recién naci-do, otra a preguntar cómohacer punto, otra con unproblema familiar y ya seformaba un corro. No eraamiga de dar solucionespara resolver los problemassino de escuchar y car garcon los problemas de losdemás llevándolos a su ora-

ción. La gente la quería por su sencillezy paciencia. Ella se ofendía cuando algu-no hablaba con despecho de aquellagente, “su gente” de los pueblos bariba.Decía: ”Se parecen tanto a los de mi pue-blo: callados, orgullosos, enamorados desu campo y de la vida…”

FUE “NUESTRA MADRE”

Muchas veces, después de su muerte,la gente me ha dicho: “ella no ha tenidohijos pero nosotros somos sus hijos. Ellanos ha criado, nos ha enseñado el cami-no para ir a Dios. De haber sabido quenos iba a dejar tan pronto, la hubieramosescuchado más”.

No ha construido nada, no ha hechonada grande a los ojos de los hombrespero quizás ha vivido y enseñado este“amor que no pasará” y por eso todo elmundo la recuerda.

Quiero subrayar otro rasgo extraordi-nario en su vida: no fue a la escuela,aprendió las cosas poco a poco. Desdeluego, ella multiplicó sus talentos, y¡más del ciento por uno!

François du Penhoat, SMA

Los Magos, Pascualina utilizaba dibujos para sus catequesis.

PERSONAJE DE LA MISIÓN

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En la casa de mi Padre hay un lugar para todos (Jn 14,2)Rezamos por nuestros difuntos.

Antonio Moure Cortés, falleció el 25 de diciembre de 2007.

Los primeros miércoles de mes, en nuestra casa de Asura, celebramos la Eucaristía por nuestros amigos ycolaboradores difuntos.

Un niño es una bendición

Este año, el lema de la infancia misionera es “Manos a la obra”. Se pide a todos los niños cristianos que apoyen con todassus fuerzas la obra de la misión. Ya lo decía el Papa Benedicto en su carta a los niños: “La amistad con Jesús es un dontan hermoso que no se puede tener sólo para uno mismo. Quien r ecibe este don siente la necesidad de transmitirlo a losdemás; y de este modo, el don compartido no disminuye sino que se multiplica.”

Orantes por la Misión: “Manos a la Obra”

Jesús acoge a los niños y los muestracomo modelos para entrar en el Reino delos cielos: Recemos por todos los niños delmundo.

DAR LAS GRACIAS PORTODOS LOS NIÑOS

• ¡Demos gracias al Señor por todos losniños del mundo! Vosotros, padres yabuelos, dar gracias por los hijos y nietos,por su vivacidad, su alegría, su frescura ysu dinamismo que sacan a los mayores desu rutina y de su vida tranquila.

• Demos gracias al Señor por nuestrosniños españoles ¡que tienen la vida a lavez tan fácil y tan complicada! Lo tienentodo pero sus jornadas son un maratón

entre el cole, las clases de baile, eldeporte o el ordenador.

• Demos gracias por todos estos niños quetrabajan en el campo o en el taller desdepequeños con sus padres y están orgullo-sos de ello. Viven una vida a la vez duray sosegada pero no van al cole.

• Demos gracias por todos los niños que sedesenvuelven para sobrevivir , entreexplotación, iniciativa personal y solida-ridad de la pandilla. Algunos son libres,otros casi esclavos. A todos, la vida les haespabilado y los hace madurar deprisa.Padre, todos son tus hijos, cada uno

tan distinto, pero ¡son nuestra vida y elfuturo del mundo! De verdad, te damosgracias por todos ellos.

Jesús, acógelos y bendícelos como lohas hecho con los que se acercaban a ti.

PIDAMOS POR ESTOS NIÑOS

• Por los nuestros, para que sean solida-rios, que no se encierren en su “mundovirtual”, que estén atentos a los demás yque descubran a Jesús.

• Por los niños que trabajan, aún conpocos años de edad, con su familia. Queel Señor empuje a personas de buenavoluntad a enseñarles a leer y a escribir.

• Por los niños de la calle, traviesos ydesenvueltos que sobreviven en unmundo hostil, Que el Señor les acompa-ñe y les encuentre una familia y unasituación estable.

• Por todos los niños enfermos en todo elmundo, los que no tienen ninguna esperan-za, que están en una situación de guerra, enun campo de refugiados. Pidamos al Señorque los alivie y les devuelva la esperanza.

• Por todos los niños que no conocen elcamino de Jesús. Que el Espíritu los ilu-mine y les haga encontrar a otros niñosque les puedan indicar este camino.

QUE SEAN MISIONEROS

En muchos países, los niños son los pri-meros misioneros. No tienen ni miedo nivergüenza de hablar de su fe, se comunicane intercambian experiencias, son curiosos ytratan de ver lo que los otros viven.

Padre, haz que todos los niños seanmisioneros de verdad. Que vayan a anun-ciar el Evangelio con valentía y que lovivan también.

Padre, abre nuestros corazones y hazque nos hagamos un poco niños, nos-otros también, que dejemos nuestras cer-tezas, afirmaciones, costumbres rutina-rias que nos impiden abrirnos a ti.

Padre, haz que los niños nos convier-tan también a nosotros!.

Africanas. Más de 14 artículos se publi-caron en este Diario barcelonés enmenos de un mes.

Al fin pudo Papetard entrevistarse conel Obispo de Barcelona, Monseñor PalauTermes, quien le dio todo el apoyo posibleautorizando tres funciones religiosas en laparroquia de Nuestra Señora de Belén yasistiendo él mismo para dar ejemplo alpueblo catalán.

En Barcelona Papetard encontró unintérprete apasionado por las misiones, elpadre Oliveró quien le acompañaría almenos siete años por todas las regiones deEspaña, halló personas influyentes quefacilitarían sus posteriores viajes a Madridy al norte de España, y no faltaron orado-res de postín como el padre Call deValdemia que predicaron a favor de laSMA. Pronto Cataluña suministró las pri-meras vocaciones españolas como el padreBartolomé Sarrá, vinculado a la SMAdurante más de veinte años, el padre Falcó,el Hermano Isidoro Mass y otros.

AGRADECIMIENTO DE HOYY DE AYER

Es así como comenzó la animaciónmisionera de la Sociedad de MisionesAfricanas en España y así continuamoshoy. Recorriendo las ciudades, pueblos yparroquias de la geografía española con unespíritu itinerante que no deja de sorpren-dernos por tanta y tanta gente que acoge yaprecia el trabajo misionero en África. Poreso queremos hoy reconocer , 150 añosdespués, la figura del padre Papetard, y darlas gracias a todas esas personas que tantoayer en Cataluña, como hoy en tantosotros sitios, se ilusionan, apoyan y tomancomo suyo el trabajo misionero de loscompañeros en África. Gracias a todosporque es así como la familia misionera dela SMA vamos caminando y creciendojuntos en la fe.

Mariano Calle.

unos meses antes por Marion Brésillac.Papetard sufría fuertes dolencias estoma-cales y su salud le impidió desarrollar sutrabajo en África, por lo que se dedicó a laAnimación Misionera en Europa y sobretodo en España.

A finales de 1857 estaba en París, y sedisponía para viajar a Inglaterra, dondequería promocionar la Sociedad deMisiones Africanas, enviado por Brésillac.Sin embargo en el momento de emprenderel viaje, sus dolencias se agravaron y porprescripción médica tuvo que desplazarsea un lugar más cálido, a Perpignan en elsur de Francia. Una vez allí y debido a lacercanía con la frontera española, Papetardpropuso a Brésillac, intentar dar a conocerla SMA en España. Fue entonces cuandorecibió la autorización de Brésillac y llegóa Barcelona un 23 de marzo de 1858. LaProvidencia quiso que en lugar deInglaterra fuese España el destino de suviaje y el lugar donde viviría su vocaciónmisionera durante 10 años.

CATALUÑA PUERTA PARA ELDESARROLLO DE LA SMAEN ESPAÑA

Estaba avanzada la cuaresma y pró-xima la celebración de la Pascua.Papetard tuvo que esperar un par desemanas para que los eclesiásticos deBarcelona pudieran recibirle y explicarasí el motivo de su visita a Cataluña. Noobstante durante este tiempo de espera,fue El Diario de Barcelona quien dio aconocer la visita de Papetard y todo loconcerniente a la Sociedad de Misiones

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150 años de la SMA en España

Diario de Barcelona

Playa de Ouidah donde desembarcaron los primeros misioners

LA VIRGEN MARÍA Y ELPADRE PAPETARD

La figura del padre Papetard es dignadel mayor de los reconocimientos por eltrabajo de primera presentación en Españade la Sociedad de Misiones Africanas(SMA), allá por el año 1858.

Jean Nicolas Adolphe Papetard nació en1818 en Pierry, al Nordeste de Francia. Hizo lacarrera militar como su padre. Cuando fueenviado al campo de batalla a Argelia, vivíauna fuerte indiferencia religiosa muy común enla sociedad de mediados del s. XIX. Su madrecristiana piadosa, le regaló una medalla de laVirgen Milagrosa que no tuvo más remedioque aceptar por respeto. Ya en el sitio deConstantina (norte de África), sufrió un impac-to de bala en el pecho que fue a parar a la meda-lla que su madre le regaló, salvándole la vida.Papetard interpretó este hecho como fruto de lacasualidad. Poco después, ya de vuelta a París,le sobrevino una tormenta teniéndose que refu-giar en la iglesia de N.D. des Victoires. Alentrar en la iglesia escuchó al padreDesgenettes quien hacía un discurso explican-do los favores que la Virgen había concedido aaquellos que portaban la medalla de laMilagrosa. Fue entonces cuando el bueno dePapetard explicó su caso al padre Desgenettessufriendo una profunda conversión y acabócambiando las botas y el sable de militar por lasotana y abrazó la vocación sacerdotal.

LA PROVIDENCIA Y ELVIAJE A CATALUÑA

Ya de sacerdote se adhirió a laSociedad de Misiones Africanas, fundada

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La lluvia, el gallo y el cesto

Edita: SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS (S.M.A.). Director: José Antonio Ferrer Administración: François du Penhoat.Suscripción: 4 €.C/. Asura, 34 - 28043 MADRID Tel.: 91 300 00 41 • Fax: 91 388 56 58.E-mail: [email protected] gwww.misionesafricanas.orgDep. Legal. M-38.305-1983

¡Cuidado con los sembrador es de ciza-ña! La arr ogancia no arr egla nada. Estoes lo que nos enseña este cuento. Caer ensus trampas puede tener grandes conse-cuencias. La amistad será la primera vic-tima.

En otro tiempo, la lluvia y el gallo erangrandes amigos. A la lluvia le gustaba ir avisitar al gallo y viceversa. La amistadentre ambos era la admiración de todos.No podía pasar un día sin que se viesen.

Un día que el gallo iba a casa de la llu-via, se encontró por el camino al cesto quele preguntó:

- ¿Dónde vas, hermano gallo?- Voy a visitar a mi amiga, le respondió.- Pero, ¿quién es tu amiga?- No me ves pasar todos los días.

¿Dónde quieres que vaya, sino a casade mi amiga la lluvia?

- Si no te importa, me gustaría conocer-la.

Se fueron caminando juntos hasta laresidencia de la lluvia. El encuentro fuemuy entusiasta. Al despedirse, el cesto dijoa sus compañeros:

- Vuestra amistad me gusta mucho,aceptaríais que me uniera a vosotros?

Los dos amigos aceptaron con muchogusto.

Un día el cesto fue a decirle al gallo: - ¿No crees que la lluvia es una preten-

ciosa?. No le importa decir a quienquiera escucharla que: “Nada se meresiste. Cuando caigo como un torna-do, lleno y desbordo todo lo queencuentro en mi camino” ¡Desdeluego, vaya caradura! ¡Incluso los ríos!Yo, el cesto, afirmo lo contrario: afir-mo que soy capaz de mantenerme enpie haga lo que haga.

El gallo asentía con la cabeza, viendoque el asunto se ponía serio. El cesto pro-siguió:- Sí, haga lo que haga, es incapaz de relle-

narme y menos todavía desbordarme.Le he lanzado un desafío y hemos fija-do la fecha. Te hemos elegido a ti, decomún acuerdo, para que seas testigo yjuez. Es necesario que la verdad salga ala luz: ¿Quién tiene razón de los dos?

Llego el día de la cita. El cielo se volviónegro y lluvia comenzó a caer , arreciaba

una lluvia densa y abundante. Cuanto másse enfurecía, más derecho estaba el cesto,imperturbable. El agua que debía haberlorellenado se escapaba por sus agujeros. Alfinal del día, se notaba el cansancio de lalluvia que se calmó un poco.

El gallo, como juez imparcial, se puso acantar:

- ¡La lluvia es una mentirosa! ¡la lluviaes una mentirosa!

Cuando la lluvia escuchó el canto delgallo, la lluvia se encolerizó. Dobló susesfuerzos para vencer al cesto hasta elpunto de devastar las ciudades y los pue-blos. Por todas partes el mismo paisaje dedesolación: cosechas desvastadas, casashundidas y caminos deshechos.

Mientras, el cesto se balaceaba alegre-mente por encima de los raudales, yendo yviniendo al gusto de las corrientes.

A partir de este día empezaron las inun-daciones que hacen estragos en el país delos hombres. Pues la lluvia no ha olvidadoel desafío que le lanzó el cesto. Sigue bus-cando la forma de vencerle.

El gallo tampoco pierde ocasión paraburlarse de la lluvia. Cada vez que la llu-via cesa canta a voz en grito:- ¡La lluvia es una mentirosa! ¡La lluvia

es una mentirosa!

La gente de nuestra región utiliza esteproverbio:

“La amistad entre dos personas es prefe-rible a la amistad entre tres.” Siempre hayun tercero para venir y meter el veneno dela envidia.

Cuento kabyè contado por LouisKenimam (N’Djakada-Ouaké)

“Un amigo fiel es un apoyo fuerte;Quien lo encuentra, ha encontrado untesoro.Un amigo fiel no tiene precio, no sabrí-amos estimar su valor.Un amigo fiel es un bálsamo de vida,Lo encontrarán aquellos que temen alSeñor”.

(Si 6, 14-16)1.

1 Guichard, M. (2004) D’une sagesse à l’autre. Contesde la Donga (Bénin) et Bible se rencontrent. Imprimerie

Gutenberg. Cotonu, Bénin. Page. : 98-100

La estación de lluvias.