Nº438,50€

ValmayorEdiciones S.L.

AZAY CONSERVACIONISMO

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ENDAS DE

portada 43:36.qxd 06/04/2010 11:46 Página 3

sia central siempre desper-tó la curiosidad de los occi-dentales, y en Armada

Expediciones no hemos sido la excep-ción. Sus grandes espacios abiertos, suanclaje en el pasado, duras montañas,acogedores habitantes y también mag-

níficos trofeos de caza, han producidoen mí ese efecto llamada, del que tantose habla cuando algo despierta el inte-rés de los humanos.

Numerosos viajes guiando cazadoresa Kirguizia, Mongolia, Tayikistán,Kamtchatka, China… han hecho que

Caza mayor

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Roque Armada, director de Armada Expediciones

Casi al final de la ruta de la seda

Allá... en el Gobi

A

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esta agencia de caza conoz-ca en profundidad esosduros y exóticos destinos.

En esos parajes visitadospor los lobos y el viento, fuedonde un grupo de clientesy buenos amigos extreme-ños me pidieron que orga-nizase y guiase una nuevacacería. Nos pusimos encamino al desierto de Gobisiguiendo los pasos de RoyChapman Andrews. Esteamericano, que llegó a serel director del Museo deHistoria Natural de NuevaYork, encontró los mayoresyacimientos de fósiles dedinosaurios hallados hastala fecha. Sus increíbles aventuras y lasmás increíbles fotografías de los años20 en largas caravanas de antiguoscoches modelos For-T, habían abierto elinterés de este grupo de duros cazado-res de montaña por conocer tan exóti-cos paisajes.

Un largo viajeEl grupo lo componían: Joaquín,

caballero portugués y escritor de boni-tos libros de caza, Ángel, cirujano expe-rimentado en cuyas manos siempre con-

fías en caso de cualquier problemamédico, Antonio, ingeniero y buen com-pañero de aventuras cinegéticas yDomingo, el benjamín del grupo, durísi-mo cazador y experto tirador de largadistancia. Algunos de ellos ya conocíanMongolia en la zona del Altai y leshabía causado tan buena impresión quedecidieron repetir país y adentrarse enlas soledades del Gobi detrás de susibex y carneros.

En octubre pasado iniciamos el largoviaje vía Berlín, Moscú y finalmente,Ulan Bator o Ulaanbaatar, como la lla-

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Nuestro campamento estaba formadopor tres yurtasbastante confortables.

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man sus naturales; esta ciudad era sólouna más en nuestro derrotero, puesseguimos, ya por tierra y en todo terreno,la mejor forma de ver los países, hacia elsur, a la Puerta del Gobi, como se conocea la ciudad de Dalandzadgad. Una vezallí aún quedaban unas dos horas decoche al campamento. Éste lo formabantres yurtas o gers, calientes confortablesy acogedoras, aunque carentes de duchao retrete. Aquí cabe una aclaración: losoccidentales usamos la palabra yurta,que es turcomana, para describir la tien-da circular de fieltro, aunque su nombreen Mongol es ger, pero por practicidad eneste breve escrito la hemos llamado yllamaremos con el primer término.

La ciudad de Ulan Bator nos recuerdala España de 1940 ó 50, pero el resto delpaís produce la sensación de volver alsiglo XIII en la época en la que pasóMarco Polo por la Ruta de la Seda; cara-vanas de camellos, carreteras sin asfal-tar, ausencia de cuartos de baño, aun-que algunas de las yurtas tengan yagrupos electrógenos y televisión conantena parabólica.

Las armasHabida cuenta que en Mongolia no

hay problemas para importar nuestraspropias armas, y que estamos ante unpaís muy seguro, los compañeros opta-ron por llevar sus rifles. Había trescómodos Blaser 95 en calibre 7 mm.Remington Mágnum, con buena rasantey prácticos sin duda para viajar en susmaletas desmontados. Yo, más tradicio-nal, me decanté por uno de mis favoritosdesde hace tiempo, un Steyr-Mannlicherstutzen, calibre .270 Winchester, corto ymanejable, muy cercano a aquellos Man-lincher del 6,5 que tanto usaron los pri-meros cazadores deportivos de estaszonas en las postrimerías del siglo XX.Este rifle con muchos corzos y rebecosen su haber, es como una prolongaciónde mi brazo y como decía aquel maestrode las armas y caballero de la caza quefue Eduardo Trigo, “conocía el oficio”.

Domingo, más joven y de mente másabierta, llevaba un Blaser equipado conun visor Zeiss de 6 a 24 aumentos contorreta de corrección vertical de tiro,

Domingo a camello en el

campamento deDalandzagad.

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según las distancias y bípode Harris.Domingo como yo digo, “había hechobien los deberes“ pues no se fiaba delas correcciones de altura que indicanlas tablas de tiro, que pueden variar enfunción del largo del cañón, altura delmontaje, estriado, etc., y realmente

había comprobado las caídas de susbalas Sirocco Bonded a 250; 300; 350 y400 metros. Estas caídas apuntadas enuna tabla y pegadas al visor le permi-ten corregir los clics necesarios ensegundos, y conseguir increíbles agru-paciones a 300 y 400 metros reales de

Domingo en sucama dentro de la yurta.

Joaquim yAntonio en lasmontañas del desierto de Gobi.

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Domingo deMérida con su

bonito ibex del Gobi.

distancia. Estas pruebas a distanciasreales son el secreto, muy poco practi-cado en España, del tiro a larga distan-cia en Asia Central, tan importante yque no paro de recomendar para teneréxito en las cacerías de ibex y carnerosasiáticos.

De todos modos, en Mongolia los dis-paros, como se verá, son a distanciasmás normales que en otros destinosasiáticos y aptos para cualquier riflecon buena rasante tipo .270, 7 mm ó 300y cartuchería moderna. Otros paísescomo Kirgizia o Tayikistán, sí que exi-gen disparar a esas largas distancias sise quiere tener éxito en esas duras y cos-tosas cacerías.

Los cazaderos del GobiOctubre es un muy buen mes para la

cacería del ibex, dado que la proximidaddel invierno les hace sacar su mejor peloporque, aunque la división de estacionescoloque a este mes en el otoño, allí ya sesiente el frío glacial. La temperaturaque tuvimos fue de entre 0 y -10 gradospor las mañanas , aunque luego duranteel día templa y con buena ropa se aguan-ta bien en torno a 0 ó 5 grados positivos.

El viaje es de 14 días, si bien muchosse utilizan para desplazamientos, nodebemos olvidar que éstos suelen lle-var bastante tiempo, por ejemplo 16horas “cabalgando” en un Toyota parallegar al campamento de Gobi enDalandzagad. En los viajes a Mongolia,siempre doy prioridad a la cacería delibex y del argali y, si quedan díaslibres, vamos al norte, a la frontera deSiberia en busca de lobos y los dificilí-simos corzos siberianos.

El desierto presenta un área inmensadonde se puede ver mucha vida animal,lo que parece un contrasentido, porqueesa vegetación extremadamente ralasoporta a muchas especies. Es una cace-ría de semi-montaña, si cabe el término,pues el desnivel sobre la llanura delGobi es de unos 300 metros en laspequeñas cordilleras dispersas por lainmensidad del desierto donde habitanlos ibex y argalis. La altura total sobreel nivel del mar está en torno a los 2.000metros y, por tanto, no presenta ningúnproblema como pueden hacerlo otrascacerías asiáticas.

En general las quebradas lomas delGobi, no presentan disparos difíciles y nose sobrepasa los 200 metros de distancia

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si se sabe recechar y esconderse con elterreno; allí se puede llevar a cabo unacacería muy deportiva; aunque los guíasmongoles tienden a cazar demasiadoayudándose desde los coches. Quierodestacar la deportividad de DomingoContreras que mató un representativoargali del Gobi de 39 pulgadas en unrececho a pie. El primer día habiendotenido la oportunidad de tirar desde elcoche un pavo de 42”, que le carearon losguías mongoles la rechazó, prefiriendocazar a pie. Los mongoles no lo entendie-ron muy bien, pues no es normal que uncazador prefiriera caminar para lograrsu trofeo y rechace un trofeazo conayuda del coche. Como dicen en Franciachapeau, Domingo.

Para al cacería del ibex nos levantába-mos aún de noche y cada uno con suequipo se dirigía a una pequeña cordille-ra que a veces están a 10 ó 20 kilómetrosdel campamento. Allí se abandona elcoche y se gana altura hasta la cima enlo que se suele emplear un par de horas

de subida. No es muy duro físicamente ycualquier cazador con algo de experien-cia en montaña con algunos rebecos ymachos puede realizarla sin problemas.

Una vez desde la cima se gemelahasta que se descubre algún ibex inte-resante y luego se le entra desde arribacomo dictan las más puras normas delrececho. Recuerdo aquellas enseñanzasde uno de mis maestros de rececho enmontaña; Félix Ipas, guarda mayor dela reserva de los Valles, siempre decía,“sarrio remontado, sarrio matado.“Pues bien, esta teoría se aplica igual debien en el Pirineo Aragonés que en eldesierto del Gobi. Otro asunto son lascacerías en Tayikistán o Kirguiziadonde por la altura de sus cimas a másde 5.000 metros es casi imposibleremontar los ibex y marco polos, peroeso ya es otra historia…

A la vuelta al campamento por las tar-des, se aprovecha para tirar algunagacela de cola blanca y en este caso nohay más remedio que aceptar la ayuda

Domingo deMérida con subonito Argali

del Gobi, conseguido enun deportivo

lance.

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del coche en las inmensas planicies deldesierto.

En tres días de caza todo el grupo con-siguió sus ansiados ibex y gacelas yemprendimos el rumbo a Ulan Bator aintentar la difícil caza del lobo. Nos fui-mos en dirección norte, hacia Rusia auna zona próxima al lago Baikal en lafrontera de Siberia, pero del lado mon-gol, donde se encuentra el monasterio deAmar-bayash-Galand, uno de los pocosque sobrevivieron a la política estalinis-ta de los años 30. Es un área excelentepara estos animales, dado la gran canti-dad de caballos que hay en la misma,pues a los lobos les encantan, sobre todo,los potrillos por la gran cantidad degrasa que tienen. Por esta razón loslobos no gozan de la simpatía de losmongoles que aman a sus cabalgadurascomo un pueblo que llegó a conquistar elmayor imperio de la historia con GengisKan y todo a caballo. Allí combinábamosla cacería de lobo con los de corzo sibe-riano, pero debo decir que ambos sonmuy difíciles de ver y más aún decobrar. Me atrevería a afirmar que loscorzos apenas salen cinco minutos porla mañana y otros tantos por la tarde,motivo por el cual Antonio sólo logró

tirar un bonito ejemplar en esos incre-íbles bosques boreales con nieve hastala rodilla acompañado por su guía,Tolva, ya conocido de otras cacerías,pero no lo cobró.

Para los lobos registrábamos por lasmañanas los restos de animales muer-tos por ellos, organizando auténticascarnicerías sobre vacas y caballos conla esperanza de tirar uno. Así, a prime-ra hora de la mañana apenas con luzconsiguió tirar Joaquín Branco un pre-cioso lobo colmando una de sus aspira-ciones en este bonito viaje a Mongolia.Nuestro magnífico amigo y cirujanoÁngel llegó a tirar otro en malísimascondiciones corriendo y tapándose y, apesar de buscarlo mucho, no lo pudimoscobrar. Este trofeo en ningún sitio delmundo es fácil, ni siquiera en Mongoliadonde se estima que llegan a entrar50.000 desde Siberia en invierno y esti-mo que un 50 % es lo máximo que pode-mos dar de éxito a esta cacería.

Un día en Ulan BatorDespués de esta bonita cacería des-

cansamos un día en Ulan Bator en elpequeño y acogedor Hotel Edelweis,

El autor duranteun descanso en

la cacería de lobos,

calentándose con un té.

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JoaquimBranco, de

Portugal, conel equipo de

caza y su ibexdel Gobi.

Los lobosson trofeosdifíciles de

cobrar, aún enMongolia,donde hay

tantos.

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haciendo compras y visitando susinteresantes museos y templos. Laciudad fue fundada en 1639, inicial-mente como un monasterio budistaambulante, pues se trataba de variasyurtas empleadas para la oración. Elnombre original de la capital actualera Örgöö o Urga cambiándose duran-te la época comunista al actual, quequiere decir el Héroe Rojo, en Honoral guerrero Sumar que consiguió laindependencia del país de China aprincipios de 1920. Al principio lacapital se asentó en el valle del lagoShireet Tsaggan, a unos 250 km. delactual emplazamiento. Desde 1778 sehalla en el valle del río Tuul.

A los cazadores-viajeros que quieran irpor aquellas tierras les recomiendo quedejen unos días libres para visitarla, asícomo sus alrededores. Los motivos de talrecomendación son varios, pues tendre-mos mucho que ver, desde el MuseoCinegético donde hay varios récords delmundo de Argali de increíbles cornamen-tas. El museo Historia Nacional donde seencuentran los dinosaurios que halló RoyChapman Andrews y los primeros huevosde dinosaurios también encontrados porél. Otra bonita visita es el Monasterio deGandan con un buda recubierto de oro de23 metros de altura. (es importanterecordar que en 1930 el gobierno comu-nista de Khorloogiin Choibalsan por

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influencia del camarada Stalin destru-yó casi todos los templos asesinando amás de 10.000 monjes y fundiendo elBuda original de este monasterio paracomprar armas). Pero este monasterioaunque cerrado, subsistió y fue rea-bierto en 1994 fabricándose un nuevobuda de 23 metros a imagen del quehabía mediante donaciones de fervien-tes budistas de todo el mundo. ElMuseo de Bellas Artes encierra unacolección exquisita de esculturas enmetal de la escuela de Zanabazar,rollos de pinturas o tankas, sin olvidarlas máscaras de papel para la danzaritual Team, anterior al budismo ytambién prohibida en la época comu-nista y ahora recuperada.

Después de varias visitas y com-pras de su magníficos jerséis de casi-mir, alguna buena cena y variasduchas, emprendimos el regreso aEspaña con un hermoso álbum derecuerdos y también algunos bonitosibex, argalis y lobos, de ese intere-sante y exótico país que es Mongolia.

Antonio en un bonito restaurante tipico de yurtas

en Ulan Bator.

El monasterio de Amar-Bayas-Galant, en elnorte del pais, zona de caza de lobos.

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