en torno al anallsis formal de la llrica griega

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EN TORNO AL ANALlSIS FORMAL DE LA LlRICA GRIEGA Demasiadas veces se habla de métrica griega, a secas, sin tener presente que más de la mitad de la producción poética de la Grecia antigua incluía música, canto y también, en ocasiones, danza. El género griego, que hoy abarcamos bajo la definición de lírico, tuvo, en realidad, divisiones bien claras desde su nacimiento. Tenemos por un lado los versos recitados: ele- gía y yambo; y, por otro, los versos cantados, en los cuales se conjugaba el ritmo de la palabra con el de la música: mélica monódica y mélica coral. La evolución cultural, que de la épica narrati- va condujo a la formación de un tipo de versifica- ción capaz de contener la expresión de ideas y de sentimientos personales, llegó, entre la gente de estirpe jonia, a inventar el pentámetro, cortando en ársis del tercero y sexto metro el hexámetro dactílico. La alternancia de un hexámetro y un pentámetro dio el dístico elegíaco, que, mante- niendo la nobleza de la épica, bajó su contenido de un mundo de dioses y héroes a un mundo de sim- ples seres humanos. En dístico elegíaco se cantan los más diversos intereses y afectos del hombre: la nueva lxP€TT¡ , el amor, el vino, las deslumbrantes ideas de los Ij>VOLÓACYyOL. El ritmo ascendente de este ver- sificar mantiene buena parte de la solemnidad cul- ta del ¡.lÉ'yCi.POV regal. Pero hay poetas que descubren una manera de ritmo más cercano al habla diaria, más sencillo y Dra. Clara Corne/i de Jiménez también más picante; son los yambógrafos. El rit- mo, francamente descendiente, siendo su base el pié yámbico, refleja con mayor ductilidad lo real de la vida común y corriente. En cambio, fueron dos estirpes distintas a la jonia las que inventaron las mélicas: eolios y do- rios. La vida de los pastores -los r'olios entre ellos y sus vecinos de Asia Menor- es sin duda solitaria y contemplativa; el pastor vive en constante con- tacto con la naturaleza y sus sonidos: el viento, el agua, los pájaros; al tratar de expresarse, lo hará basándose en ese conjunto de elementos que han llegado a interiorizarse en él, a través de muchas generaciones. Este fenómeno se aprecia bien en Al- ceo y Safo, cuyas imágenes poéticas y formas es- tróficas llevan ritmos de aguas en calma o en tem- pestad, de vientos apacibles o arremolinados. Su raza, la eolía, es, pues, la creadora de la mélica monódica, la poesía griega más parecida a la de nuestros días; la forma está ligada a la música y es sumamente variada; sus metros fueron llamados, por los antiguos, logaédicos, es decir, composicio- nes de palabras cantadas. Por otra parte, el grupo dorio, cuya organiza- ción social fue, desde sus inicios, de tipo comunita- rio, produjo "lo que más respondía a dicha organi- zación, esto es, la mélica coral, que cobraba vida en las palestras, clubes, comedores públicos y fies- tas religiosas, aunque estas fueran propias de toda

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EN TORNO AL ANALlSIS FORMAL

DE LA LlRICA GRIEGA

Demasiadas veces se habla de métrica griega, asecas, sin tener presente que más de la mitad de laproducción poética de la Grecia antigua incluíamúsica, canto y también, en ocasiones, danza.

El género griego, que hoy abarcamos bajo ladefinición de lírico, tuvo, en realidad, divisionesbien claras desde su nacimiento.

Tenemos por un lado los versos recitados: ele-gía y yambo; y, por otro, los versos cantados, enlos cuales se conjugaba el ritmo de la palabra conel de la música: mélica monódica y mélica coral.

La evolución cultural, que de la épica narrati-va condujo a la formación de un tipo de versifica-ción capaz de contener la expresión de ideas y desentimientos personales, llegó, entre la gente deestirpe jonia, a inventar el pentámetro, cortandoen ársis del tercero y sexto metro el hexámetrodactílico. La alternancia de un hexámetro y unpentámetro dio el dístico elegíaco, que, mante-niendo la nobleza de la épica, bajó su contenido deun mundo de dioses y héroes a un mundo de sim-ples seres humanos.

En dístico elegíaco se cantan los más diversosintereses y afectos del hombre: la nueva lxP€TT¡ ,el amor, el vino, las deslumbrantes ideas de losIj>VOLÓACYyOL. El ritmo ascendente de este ver-sificar mantiene buena parte de la solemnidad cul-ta del ¡.lÉ'yCi.POV regal.

Pero hay poetas que descubren una manera deritmo más cercano al habla diaria, más sencillo y

Dra. Clara Corne/i de Jiménez

también más picante; son los yambógrafos. El rit-mo, francamente descendiente, siendo su base elpié yámbico, refleja con mayor ductilidad lo realde la vida común y corriente.

En cambio, fueron dos estirpes distintas a lajonia las que inventaron las mélicas: eolios y do-rios.

La vida de los pastores -los r'olios entre ellosy sus vecinos de Asia Menor- es sin duda solitariay contemplativa; el pastor vive en constante con-tacto con la naturaleza y sus sonidos: el viento, elagua, los pájaros; al tratar de expresarse, lo harábasándose en ese conjunto de elementos que hanllegado a interiorizarse en él, a través de muchasgeneraciones. Este fenómeno se aprecia bien en Al-ceo y Safo, cuyas imágenes poéticas y formas es-tróficas llevan ritmos de aguas en calma o en tem-pestad, de vientos apacibles o arremolinados. Suraza, la eolía, es, pues, la creadora de la mélicamonódica, la poesía griega más parecida a la denuestros días; la forma está ligada a la música y essumamente variada; sus metros fueron llamados,por los antiguos, logaédicos, es decir, composicio-nes de palabras cantadas.

Por otra parte, el grupo dorio, cuya organiza-ción social fue, desde sus inicios, de tipo comunita-rio, produjo "lo que más respondía a dicha organi-zación, esto es, la mélica coral, que cobraba vidaen las palestras, clubes, comedores públicos y fies-tas religiosas, aunque estas fueran propias de toda

Grecia. Así al canto y a la música se añadió, enocasiones, también la danza. La medida, el ritmode la mélica coral no podía ser tan elástico como elde la logaédica: alargamientos, reducciones detiempos y pausas no dependían aquí del estro deuna sola persona. Como el ejército tenía parte im-portantísima en la vida de la polisdoria, tambiénhabía canciones expresamente compuestas para elmomento de la batalla, para el ataque: son las€J.l(3aT€PIlX o canciones de asalto, de concitadoritmo anapéstico.

- El verso, lógicamente, fue anterior a los inten-tos de medirlo. De entre muchas definiciones, da-mos aquí la de Varrón, que, según nos parece, per-mite apreciar los varios elementos formales delmismo: "Versus est verborum junctura, quae perarticulo s et commata et rythmos modulatur in pe-des'?:.es decir, que el verso es un trozo de dicciónpoética, en la que los elementos primeros dispues-tos en inciso s rítmicos ofrecen la posibilidad de sermedidos en piés. El autor, pues, supone el elemen-to métrico al ritmo formado por los incisos (corn-mata). En efecto, los antiguos, al basarse en la can-tidad para medir la duración del flujo rítmico, es-tablecieron ttes medidas elementales:

a) xpÓVOC; 7rPWToc; (lat. mora) o tiempoprimero, para la música.

b) ~Pax€fcx OVAA~i7 (lat. brevis) osílaba breve, para la dicción poética.

e) Or¡J.l€LoV (lat. signum) o signo o movi-miento, para la danza.

Pronto el tiempo primero y la sflaba breve seconfundieron, y a su vez, el signo quedó identifica-do con ellos, en relación con la danza.

La métrica entonces esta fundada en el ele-mento vocálico de cada palabra, por su duración, yla sílaba breve es la unidad métrica. Es decir, queno puede ser dividida y se expresa con el signo VAristoxeno la definió como b (xpÓVOC;)v7roJ.lr¡8€vOc; TWV pv{} J.lt~OJ.l€VWV 8VVCXTOc;wv· 8too.P€{}f¡VCXl

(aquel tiempo que no puede ser dividido por algu-no de los que se pueden ritmizar); y AristidesQuintiliano como 7rPWToc; - J.lEV ovv eor«xpÓVOC; aTOJ.lOC; "oa: eAÓ!)(taT~

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(el tiempo primero que es indivisible y mínimo).La sílaba larga se expresa con el signo.

Cierto grupo de silabas de cantidades alternasforma un pié y uno o más piés forman unJ.l€TPOV o metro.

Siendo el metro la unidad de medida de unperíodo rítmico o de un verso cuantitativo, el"WAOV "ÓJ.lJ.lCX (inciso), per se, es la medidatambién de un período rítmico en la poesía canta-da. Desde los análisis antiguos, que tenían a sudisposición también la música, y más tarde, al estarésta perdida, en el estudio formal del verso se llegóa una fusión o confusión de J.lErpOV y "WAOV,aunque los tratadistas insistan en la función ritmo-musical de este último.

Sobre esta base es posible hacer una divisióngeneral de la lírica griega separando 1as formas¡"CXTa J.lErpOV Y "aTa pv8 J.lOÚC; ,teniendopresente, desde luego, que existe una tercera, quees como de enlace entre ambas, siendo más cercanaa la segunda que a la primera, la logaédica.

La métrica es completamente abstracta; hayquienes la piensan como una escritura musical, quesugiere un ritmo, sin tomar en cuenta la tonalidadmusical en que hay que cantar cada sílaba. Su estu-dio se realiza en forma inductiva, tratando de re-montar desde las formas del ritmo de la poesía alos esquemas generales del mismo.

De entre las lenguas indoeuropeas, sólo la grie-ga usó las cantidades de las sílabas para medir losmetros de los versos. El latino, que anteriormentea ser Roma conquistada culturalmente por Greciaversificaba independientemente de tales cantida-des, quedó fascinado con la experiencia del sistemagriego. Fue así como los autores del siglo 1. a. C.resultaron excelentes poetas, al usar ya magistral-mente los esquemas métricos de la Hélade. Las di-ficultades con que se encontraron no deben habersido pocas, si se compara la reducida ductilidad dela lengua latina con aquella tan especial de la grie-ga; bastará con recordar los nombres de Horacio,de Catulo y del Virgilio de las Bucólicas

Los estudios sobre métrica, del Renacimientoen adelante, han tratado de reconstruir los' ritmosmusicales griegos sobre base métrica, siendo ésta laúnica alternativa posible a falta de la música. Co-mo bien puede imaginarse, no existe unidad decriterios y de resultados sobre la poesía «or«

pv8JlOVc; en cuanto a sus medidas, locual no significa que los esfuerzos realizados hayansido vanos. Lo que sí revela es que una ciencia detal poesía no existe en realidad, pues no hay datoscomprobables como enla poesía "cxrCx uérpov,

Un breve resumen histórico de los estudios so-bre métrica griega nos lleva desde el siglo VI a.C.hasta nuestros días.

A Laso de Hermión, el maestro de Píndaro, loconsigna la tradición como estudioso de música einstrumentalización, según citas de Aristoxeno deTarento y otros.

Glauco de Reggio (Va. C.) ha llegado hastanosotros a través del De Música de Plutarco. Da-món de Atenas, de la edad de Pericles, pone derelieveel valor ético de la educación musical, comopuede leer en .sus fragmentos. Arquitas de Tarentose ocupó principalmente de armonía, pertenecien-te a la escuela pitagórica, que tanto impulsó losestudios sobre la música en general. Platón mismoen sus obras nos da noticias musicales, esparcidas eindirectas, aunque no técnicas. Aristóteles se ocu-pa de música y métrica en La Poética en La Retóri-ca y en el libro octavo de La Política; existe tam-bién una obra, apócrifa, sobre problemas musica-les. Aristoxeno de Tarento, discípulo de Aristóte-les, sistematizó las teorías métricas y musicales dela edad clásica; sus obras, Elementos Rítmicos yElementos Armónicos están traducidas a varios i-diomas. De Aristoxeno existen también fragmen-tos de tratados sobre la música, el canto, los instru-mentos, los coros y la danza trágica. .Este autorconstituye en realidad la fuente más rica para lasinvestigaciones.

En la era helenística y romana los estudiossobre métrica de la lengua griega pertenecen a va-rios y famosos autores, amén de los escolio s aHomero, Teócrito, Píndaro, los trágicos y los có-micos. Recordamos entre ellos a Heliodoro ( 1a.C.), gramático de la escuela alejandrina, de cuyaobra sólo tenemos noticias por los escolios a Aris-tófanes. Sin embargo, la tradición lo considera,junto a Aristoxeno y a Hefestión, el máximo estu-dioso de métrica.

Dionisio de Halicarnasso, retórico del tiempode Augusto, escribió acerca de la composición delos verbos; por una confusión debida a la Suida, nosabemos si identificarlo o no con Dionisio el J 0-

ven, a quien se atribuyen varios textos sobre histo-ria de la música, educación musical y conocimien-tos rítmicos.

Plutarco (I d.C.) entre otros méritos, tienetambién el haber escrito un tratado: De Música ,fuente preciosa para la historia de la música y de lapoesía musical. Hefestión (II d. C.) fue sumamenteapreciado, como arriba dijimos, por su tratado demétrica.

Los escritores latinos sobre métrica y música'se basaron en los tratados griegos; es a través deellos que nos es posible integrar las lagunas de la'tradición helénica en este campo.

Recordamos a Marco Terencio Varrón, gramá-tico y métrico, cuya obra conoció San Agustín;Mario Plotio Sacerdos (III d.C.), quien escribió ElArte Gramatical; Marciano Capella, que tuvo comofuente a Aristides Quintiliano; Cicerón en el DeOratore y Boecio en el De Institutione Musica

De los escasos documentos .musicales que po-seemos enumeramos:

l. Vv. 338-343 del Orestes de Eurípides, re-cogido de un papiro.

2. Dos himnos délficos, grabados en el en-chape marmóreo del Tesosro de los ate-nienses en Delfos (n a.C.)

3. El epitafio de Sícilo, grabado en una co-lumna de una tumba en Aidini, Asia Me-nor (I a.C.)

4. Vv. 1-5 de la primera Pítica de Píndaro,de dudosa interpretación.

5. Himno cristiano (IV siglo).

Desde el Renacimiento hasta hoy se han mul-tiplicado los estudios sobre métrica griega; al finalde este trabajo se incluye una lista de los autoresmás significativos en este campo.

Los elementos que en todo tiempo han funda-mentado los estudios de métrica son las obras delos poetas. Pero aquí también no sabemos hastaqué punto las transcripciones han sido fieles; pue-den haber fallado por varias razones: por ejemplo,por errores involuntarios de los transcriptores, opor pretensiones de los mismos en el sentido dequerer corregir una escritura que les pareció mala odudosa.

Existe además una marcada escasez de mate-rial poético. Pensemos que para estudiar los ritmoslogaédicos disponemos de algunas poesías de Alceo

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y Salfo y de varios, pero pequeños fragmentos delos mismos poetas. De tal base se han ido sacandolos caracteres fundamentales de los ritmos eolios,ayudándose con las noticias de los musicólogos ymétricos antiguos, no siempre dignas de crédito.

No obstante las dificultades apuntadas, tene-mos resultados altamente positivos.

Sabemos, en efecto, que la gran variedad decombinaciones que pueden ofrecer esos ritmos, ha-cen posible distintas formaciones estróficas, de e-fecto ora simplem!nte gracioso, ora profundamen-te sugestivo; su reelaboración la reencontramostambién en Catulo y Horacio.

Los ritmos eolios, de los cuales se han ofreci-do numerosas soluciones o pseudosoluciones, pue-den ser agrupados, según su posible escansión, dela siguiente manera:

a) trocálco-coriámbicos.b) logáedicos.e) de ritmo ascendiente o descendiente.d) de silabismo bloqueado.e) de unidades métricas aglutinadas.

Tales agrupaciones han sido analizadas porCaria Del Grande en su texto La Métrica Griega ;

Recordemos en primer lugar que la lírica grie-ga tiene dos grandes divisiones formales: poesíarecitada por un lado y poesía sincronizada con lamúsica para ser cantada, y a veces también bailad a,por otro.

Pasamos luego a una definición del verso se-gún Varrón, para dar como razón principal del ver-so el ritmo. Explicamos cómo ese ritmo se midiósegún unidades correspondientes en sus cantidadespara la sílaba, el tiempo musical y el movimientode la danza, haciendo notar que tales unidades no.necesariamente resultaban idénticas. De lo anteriorinferimos que.ial haberse perdido la música, se fun-dió o se confundió la medida silábica con las otrasdos para hacer un análisis formal de toda la lírica.·Sin embargo, para los estudios de métrica, hay que

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pero ninguna de ,Uas satisface al autor, por lo cualél sustenta un procedimiento ec1éctico, según lascomposiciones que se tomen en estudio.

La razón de esta toma de posición, nos pareceque reside en ti hecho de que los ritmos eoliosforman una categoría intermedia entre metros yritmos (Jogáedicos, como.arriba dijimos), y, proba-blemente modulados en la edad más antigua, fue-ron pasando a la categoría de versos recitados, esdecir asinartetos o fuera de isocronía.

Sin embargo, en los ritmos eolios la iteraciónde los cola silábicos y la brevedad del sistemaestrófico, casi siempre dan una medida bastantesegura del colon; puede ser dudosa la interpreta-ción del período formado por los cola, pero estosse conocen y constituyen un dato seguro.

En cambio, en los ritmos de la mélica coral notenemos ninguna medida cierta de colon, así que elproblema es, a todas luces, más complicado y po-dríamos decir que insoluble, por lo menos hastaahora. Quienes han investigado esos ritmos se hanvalido de distintos métodos, pero, generalmente, sehan acogido a los estudios antiguos tradicionales;queremos decir que no hay innovaciones notablesni adelantos significativos.

RESUMEN

dividir la lírica griega en dos grandes partes: KCXTO!J..lÉT pov, KCXTO! pve J..lOú<; . correspondencia a ladivisión hecha en el primer párrafo.

Creímos oportuno incluir un esquemático re-sumen histórico de los estudios realizados sobremétrica en los tiempos antiguos, porque ellos sonla base de los modernos también.

Afirmamos que si la métrica griega del versorecitado es hasta cierto punto de fácil investiga-ción, no podemos decir lo mismo para el versocantado y bailado. Se sabe que música y danza,mucho más que la palabra, pueden estirar o enco-ger medidas, a veces aún no proporcionalmente;está claro, por ejemplo, que las pausas, que provo-

can la continuación del sonido emitido, no tienenla misma duración cuando se trata de una palabradicha o de una cantada.

De ninguna manera negamos el valor de losestudios realizados sobre poesía KcxTapuB ¡..LOú<; ; alabamos más bien el esfuerzo de quie-

1. Pighi, Giovanni Battista. Studi di.ritmica e metrica. Ed.Borrega d' Erasmo. Torino, 1970.

2. Gentili, Bruno, Lírica greca qrcaica e tardo arcaica. EnIntroduzione allo studio della cultura classica. Ed.Marzorati. Milano, 1972.

3. Gentili, Bruno, La métrica dei Creci. Ed. G. D' Anna,

.nes se han entregado a desentrañar sus elementos.

Unicamente queremos poner sobre aviso acerca dela relatividad de todas las teorías sobre la misma yauguramos que se llegue algún día a obtener algúnnuevo dato, que haga más viable la investigación.

Bibliografía.

Messina, 1966.4. Salvatore, Armando. Língua e metrica latina. Ed. Li-

breria Scientifica Editrice. Napoli, 1972.5. Del Grande, Carlo . La metrica greca. En Enciclopedia

classica. Vol. V, tomo 11. Ed. Societá Editrice Inter-nazionale. Torino, 1960.

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