emily la de luna nueva - lucy maud montgomery.pdf

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Alquedarhuérfana tras lamuertedesupadre, la temperamentaly rebeldeEmily Starr descubre que en realidad no está sola. Todo un mundoinesperadodefamiliayamigoslaaguardaenlagranjaLunaNueva.Allí,suprimoJimmy laanimaadedicarsea laescritura,susevera tíaElizabeth ledará una lección de amor y vida y Emily, dotada de una capacidadextraordinaria para comprender los secretos de las cosas que la rodean,lograráresolverunmisterioqueledaráaunhombresolitariolaoportunidaddevolveraamar.

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LucyMaudMontgomery

EmilyladeLunaNuevaEmilyladeLunaNueva1

ePubr1.4Titivillus30.12.14

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Títulooriginal:EmilyofNewMoonLucyMaudMontgomery,1923Traducción:DianaTrujillo

Editordigital:TitivillusePubbaser1.2

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AlseñorGeorgeBoydMacmillan,deAlloa,Escocia,enreconocimientodesulargay

estimulanteamistad.

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CAPÍTULOUNO

Lacasadelahondonada

Lacasadelahondonadaquedaba«aunkilómetrodecualquierparte»,segúndecíalagentedeMaywood.Estabasituadaenunpequeñovallecubiertodehierbayparecíano haber sido construida, sino haber crecido allí como un gran hongo castaño. Sellegabaporun largocaminoverdeyestabacasioculta a lavistaporuncírculodeabedules jóvenes. Desde aquella casita no se veía ninguna otra, pues el puebloquedabaalotroladodelacolina.EllenGreenedecíaqueeraellugarmássolitariodelmundoyjurabaquenosehabríaquedadoallíniunsolodía,denoserporqueledabapenalaniña.

Emilynosabíaquesecompadecíandeellani sabíaquequeríadecir lapalabrasoledad.Ella teníacompañíasuficiente.Estabanpapa,MikeySaucySal; laSeñoraViento siempre andabapor los alrededores y había árboles:AdányEva, y elPinoGalloylasamistosasseñoritasabedules.

Y, además, estaba «el destello». Ella nunca sabía cuando aparecería y laexpectativalamanteníaemocionadayatenta.

Emilyhabíasalidoacaminarbajolafríaluzdelatardecer.Durantetodasuvidarecordaría intensamente aquel paseo, tal vez por una cierta belleza misteriosa quehuboen él, tal vezporque«el destello» llegóporprimeravez trasvarias semanas,aunquemásprobablementeporloquesucedióalregresardelpaseo.

Habíasidoundíagrisyfríodeprincipiosdemayo,conunaamenazade lluviaquenollegabaacumplirse.Papáhabíaestadotodoeldíarecostadoeneldivándelasalita.Había tosidomuchoy casi no había dirigido la palabra aEmily, lo cual eraalgomuyinusitadoenél.Habíaestadocasitodoeltiempoconlasmanoscruzadas,ycon los grandes ojos azules, oscuros y hundidos, fijos en el cielo nublado que sedivisaba entre las ramas de los grandes abetos del jardín delantero. Llamaban aaquellos abetosAdán yEva por un gracioso parecido queEmily había encontradoentre suposicióncon referenciaaunpequeñomanzanoquehabíaenmediode losdosylaposicióndeAdányEvayelÁrboldelaCienciaenunodeloslibrosdeEllenGreene.ElÁrbolde laCienciaera idénticoalmanzano,yAdányEvaseerigíanaambosladosdeéstetanrígidosyerguidoscomolosabetos.

Emilysepreguntóenquéestaríapensandosupadre,peronuncalomolestabaconpreguntas cuando él teníamucha tos. Sólo deseaba tener alguien conquien hablar.Aquel día Ellen Greene tampoco quería hablar. No hacía más que gruñir, lo quequería decir que Ellen estaba molesta por algo. Había gruñido la noche anteriorcuandoelmédicohabíahabladoensusurrosconellaenlacocina,yhabíagruñidoaldarleaEmily,antesdequesefueraalacama,panconmelaza.AEmilynolegustaba

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elpanconmelaza,pero se lo comióporquenoquería lastimar los sentimientosdeEllen. No era frecuente que Ellen le diera algo de comer antes irse a la cama y,cuandolohacía,eraporque,poralgunarazón,queríaconferirleunfavorespecial.

Emilyesperabaqueelataquedegruñidossedisiparadurantelanoche,comoporlogeneralocurría,peronofueasí,demodoquenopodíaesperarcompañíadeEllen;aunque laverdadesqueEllen tampocoeraunagrancompañíaenotrosmomentos.Unavez,enunarranquedeexasperación,DouglasStarrlehabíadichoaEmilyque«EllenGreene era una gorda perezosa sin lamenor importancia», y, cada vez queEmilymirabaaEllen,despuésdeesafrase,pensabaqueladescripciónleencajabaalasmilmaravillas.

Asípues,Emilyseencogióenelviejosillónde respaldoalto,cómodoy raído,dispuestaaleerElviajedelperegrinodurantetodalatarde.EmilyadorabaElviajedel peregrino de John Buyan. Cuántas veces había recorrido el camino recto yestrecho con sus personajes Cristiano y Cristiana, aunque nunca las aventuras deCristianalegustabantantocomolasdeCristiano,quizáporqueconCristianasiemprehabía un montón de gente. Ella no ejercía ni la mitad de la fascinación que elpersonaje intrépidoysolitarioqueseenfrentaba, totalmentesolo,a lassombrasdelValleOscuroyalencuentroconApollyon.Laoscuridady losdiablosnosonnadacuandounotienecompañía.Pero…estarsola…¡ah,Emilyseestremecíaantelaideadeunhorrortanemocionante!

CuandoEllenanuncióque lacomidaestaba lista,DouglasStarr ledijoaEmilyquefueraacomer.

—Yonoquierocenarestanoche.Mequedaréaquíadescansar.Ycuandovuelvastendremosunaconversacióndeverdad,duendecito.

Le sonrió con su hermosa sonrisa de siempre, la sonrisa llena de amor que aEmilysiempreleparecíatandulce.Cenócontenta,aunquelacomidanoerabuena.Elpanestabapastosoyelhuevomediocrudopero,cosaextraordinaria,lepermitieronteneraSaucySalyMikesentadosasu lado,yEllengruñíasólocuandoEmily lesdabapedacitosdepanconmantequilla.

Miketeníaunaformamuybonitadesentarsesobrelaspatastraserasycogerlospedacitos de pan con las patas delanteras, y Saucy Sal tenía su truco: le tocaba eltobilloaEmilycasicomounapersonacuandotardabaenllegarleelturno.Emilylosqueríaa losdos,peroMikeerasupreferido.Eraungatogrisoscuroprecioso,conunosojosinmensoscomolosdeunalechuza,yeramuysuave,tanpeludoygordo.Sal siempre estaba delgada, por más comida que se le diera no engordaba jamás.Emilylaquería,peronolegustabatantoacariciarlaomimarla,porsudelgadez.Sinembargo,habíaenellaunaextrañabellezaqueaEmilylegustaba.Eragrisyblanca,muyblanca,ymuybrillante,conunacaritalargaypuntiaguda,grandesorejasyojosmuy verdes. Era una luchadora temible y vencía a los gatos forasteros al primerasalto.Laintrépidaguerreraatacabainclusoaperrosylosderrotabaporcompleto.

Emily adoraba a sus gatitos. Los había criado ella misma, como decía con

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orgullo. Una maestra de la Escuela Dominical se los había regalado cuando eranpequeños.

«Un regalo vivo esmuy bonito—le decía a Ellen—, porque sigue haciéndosecadavezmásbonito».

PerolepreocupabamuchoelhechodequeSaucySalnotuvieragatitos.—Noséporquénotienegatitos—ledijoaEllenGreenecontonoquejumbroso

—.Lamayoríadelosgatostienentantosgatitosquenisabenquéhacerconellos.DespuésdecenarEmily fueaver a supadrey lo encontródormido.Sealegró

mucho; sabía que su padre no había dormido casi nada en las últimas dos noches,pero se sintió un poco desilusionada porque no iban a tener una «conversación deverdad».Lasconversaciones«deverdad»conpapáeransiempretandeliciosas.Peroentoncesloquepodíahacer,comosegundaalternativa,erasalirapasear.Unpreciosoysolitariopaseoenelatardecergrisdelajovenprimavera.Hacíatantotiempoquenosalíaacaminar.

—Ponteunacaperuzayvuelveenseguidasiempiezaallover—leadvirtióEllen—.Túnopuedespermitirteellujodecogerfríocomootrosniños.

—¿Porquénopuedo?—preguntóEmily, algo indignada. ¿Porqué a ella iba anegársele«darseellujodecogerfrío»siotroschicossípodían?Noerajusto.

Pero Ellen se limito a gruñir. Emily masculló algo entre dientes sólo parasatisfacersusoídos:«¡Eresunagordaperezosaquenovalesnada!»;ysubióabuscarsucaperuza,adesgana,porqueleencantabacorrerconlacabezadescubierta.Sepusoladesvaídacaperuzaazulsobre la larga trenzadecabellosbrillantesmuynegros,ysonrióconcomplicidadasuimagendelespejitoverde.Lasonrisacomenzabaenlascomisurasde labocayseextendíasobresu rostro lenta, sutil,maravillosamente,oesopensabasiempreDouglasStarr.Eralasonrisadesumadre,JulietMurray,ahoramuerta,laquelohabíaatrapadoyconquistadocuandolavioporprimeravez,muchotiempoatrás.ParecíaelúnicorasgofísicoqueEmilyhabíaheredadodesumadre.Entodolodemás,pensabaél,ellaeracomolosStarr:losojosgrandesygrises,conundestello de púrpura, las pestañas largas y las cejas negras, la frente blanca y alta(demasiadoaltaparaserconsideradabella),losrasgosdelicadosdelrostroovaladoylabocasensible,ylasorejitascasipuntiagudas,parademostrarquepertenecíaalastribusdelpaísdelosduendes.

—MevoyapasearconlaSeñoraViento,querida—dijoEmily—.Ojalápudierallevarte conmigo. ¿Sales algunavezde este cuarto?LaSeñoraVientova a salir alcampo esta noche. Es alta y brumosa y viste vaporosas ropas de seda gris que seagitanasualrededor,ytienealascomolosmurciélagos,conladiferenciadequesepuedevera travésdeella,y losojos resplandecientescomo lasestrellasquemiranentresuslargoscabellossueltos.Puedevolar,peroestanochevaacaminarconmigoporloscampos.Esunagranamigamía,laSeñoraViento.Laconozcodesdequeyoteníaseisaños.Somosviejasamigas,peronotantocomotúyyo,pequeñaEmilydelespejo.Nosotrassomosamigasdesdesiempre,¿verdad?

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Arrojó unbeso a la pequeñaEmily del espejo, y laEmily que semiraba en éldesapareció.

LaSeñoraVientolaesperabaafuera,agitandolasbriznasdehierbaqueseerguíanrectoenellechosituadodebajodelaventanadelasalita,balanceandolasinmensascopasdeAdányEva,susurrandoentre lasverdesramasbrumosasde losabedules,jugandoconelPinoGallodedetrásdelacasa,querealmenteparecíaungallograndeyridículo,consuinmensacolaarracimadaylacabezaechadahaciaatrás,listoparacantar.

HacíatantotiempoqueEmilynosalíaacaminar,queestabalocadealegría.Elinviernohabía sido tan fríoy lanieve tanespesaqueno lahabíandejado;enabrilhabíallovidoyhechomuchoviento,porloqueenaquelatardecerdemayosesentíacomounaprisionerareciénliberada.¿Adóndeiría?¿Porelarroyoohastalosabetosatravésdeloscampos?Emilyeligióloúltimo.

Adorabalosabetosquehabíamásalládelalargapradera.Eraunlugarmágico.Allí,másqueenningúnotrolugar,Emilyseencontrabamáscercadelaesenciadehadaconsustancialaelladesdesunacimiento.Nadiequelavieradeslizándoseporelcampodesnudolahabríaenvidiado.Erapequeñaypálida,ibapobrementevestidayavecestemblabadentrodesudelgadachaqueta;perohastaunareinahabríadadocongusto su coronaa cambiode las fantasíasy los sueñosmaravillososdeEmily.Lasbriznasdehierbamarróncongeladaeranhebrasdeterciopelo.Elviejoabeto,nudoso,llenodemusgoymediomuerto,debajodelcualsedetuvounmomentoparamirarelcielo,eraunacolumnademármolenunpalaciodelosdioses;lasdistantescolinasensombraseranlasmurallasdeunaciudaddeensueño.Y,encuantoacompañeros,ellateníaatodaslashadasdelcampo,puesaquípodíacreerenellas:lashadasdeltrébolblancoydelascandelillas,laspersonitasverdesdelahierba,loselfosdelosabetosblancosjóvenes,duendesdelvientoydeloshelechossilvestresydeloscardos.Aquípodíasucedercualquiercosa,cualquiercosapodíavolverserealidad.

YelbosquecillodeabetoseraunlugarespléndidoparajugaralesconditeconlaSeñora Viento. Allí ella era totalmente real; si conseguías saltar con la rapidezsuficiente al otro ladodeungrupode abetos (claroquenunca eraposible), podíasllegar a verla y sentirla y oírla.Ahí estaba, ése era el borde de su capa gris…no,estabaallá, riendoen lacopade losárbolesmásaltos,y lacaceríacomenzabaotravez,hastaque,súbitamente,parecíaquelaSeñoraVientosehabíaido,yelatardecerquedaba envuelto en un silenciomaravilloso: se abría una repentina hendija en lasnubesarracimadaseneloesteyaparecíaundeliciosolagodecielo,pálido,deunrosaverdoso,conunalunanueva.

Emilysedetuvoamirarlocon lasmanosenlazadasy lacabecitamorenavueltahaciaarriba.Teníaquevolveracasayescribirunadescripcióndeloqueveíaenelcuadernoamarillo,donde loúltimoquehabía escrito era:«BiografíadeMike».Lahermosura de lo que estaba viendo le causaría dolor hasta el momento de poderescribirlo. Entonces se lo leería a papá. No debería olvidar que las ramas de los

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árboles de la colina se cruzaban como un delicado encaje negro en el cielo rosaverdoso.

Yentonces,poruninstantegloriosoysublime,percibió«eldestello».Emilylollamabaasí,aunquesentíaquelapalabranolodescribíaconexactitud.

Nopodíadescribirlo,nisiquieraasupadre,quesiempreparecíaalgo intrigadoporello.Emilynuncahabíahabladodel«destello»connadiemás.

Desdequeteníausoderazón,Emilysiemprehabíapensadoqueestabamuy,peromuycerca,deunmundodeunamaravillosabelleza.Entreésteyellasólohabíaunadelgadacortina;nuncapodíadescorrerlacortina,peroaveces,duranteunmomento,elvientolaagitabayentonceseracomosivislumbraraelencantadorreinodelotroladoyoyeraunanotademúsicacelestial.

Aquelmomentollegabaenrarasocasiones,ydesaparecíarápidamente,dejándolasin aliento por su increíble belleza. Ella no podía evocarlo, ni emplazarlo, nisimularlo,pero sumagiapermanecíaenelladurantedías.Nuncaocurríadosvecescon la misma cosa. Aquella noche se lo habían dado las ramas oscuras que serecortabancontraelcielodistante.Podíallegarconunanotaalta,violenta,delvientonocturno; con una sombra ondulante que caía sobre un campo maduro; con ungorriónquesehabíaposadoenelalféizardesuventanaenmediodeunatormenta;conelcántico«Santo,santo,santo»enlaiglesia;conunatisbodelfuegodelacocinaalvolverasucasaunaoscuranochedeotoño;conelazulfantasmalde laspalmasescarchadas en una ventana en el crepúsculo, con el feliz hallazgo de una palabranuevacuandoellaescribíauna«descripción»dealgo.Ysiempre,cuandolellegaba«el destello», Emily sentía que la vida era algo maravilloso y misterioso, de unabellezaeterna.

Volviócorreteandoalacasadelahondonada,enmediodelcrepúsculocadavezmásprofundo,entusiasmadaconlaideadevolveracasayescribirsu«descripción»antes de que la imagen de lo que había visto se borrara. Sabía exactamente cómoempezaría:laoraciónparecíaformarsesolaensucabeza.«Lacolinamellamóyalgoenmílerespondió».

EncontróaEllenGreeneesperándolaenelumbralhundidodelfrentedelacasa.Emilyestabatancolmadadefelicidadqueenaquelmomentoamabatodo,inclusolascosasgordasquenovalíannada.EchólosbrazosalrededordelasrodillasdeEllenylas abrazó. Ellen miró, sombría, su carita extasiada, donde el entusiasmo habíaencendidounruborderosassilvestres,ydijo,conunprofundosuspiro:

—¿Sabesquetupadretienesólounaodossemanasdevida?

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CAPÍTULODOS

Vigiliaenlanoche

EmilysequedóinmóvilymirólacaraanchaycoloradadeEllen.Sequedótanquietacomosisehubieraconvertidoenpiedra.Sesentíacomosifueradepiedra.EstabatanaturdidacomosiEllen lehubiera infligidoungolpe físico.Elcolor se le fuede lacarita, las pupilas se dilataron hasta ocultar el iris y los ojos se convirtieron enlagunas de negrura. El efecto era tan extraño que hasta Ellen Greene se sintióincómoda.

—Te lodigoporque creoqueya eshoradeque lo sepas—dijoEllen—.Hacemeses que le vengo insistiendo a tu padre para que te lo diga, pero él lo dejabasiempreparamásadelante.Yo ledigo:«Ustedsabecómose toma lascosasmuyapechoy,siundíasecaemuertoderepenteyellanoestápreparada,esaniñasufriráuna gran impresión. Tiene el deber de prepararla», y él me replica: «Todavía haytiempo,Ellen».Peronuncahadichoniunapalabra,ycuandoanocheeldoctormeconfesóqueelfinalpuedellegarencualquiermomento,inmediatamentedecidíqueyoteníaquedárteloaentender,paraprepararte.¡Caramba,niña,nopongasesacara!Alguienseocuparádeti.Lafamiliadetumadreseharácargo,aunquesóloseaporelorgullodelosMurray.Novanapermitirquealguiendesupropiasangresemueradehambreotengaqueiravivirentreextraños,aunquesiemprehanodiadoatupadrecomosifueramalahierba.Tendrásunabuenacasa,mejordelaquetienesaquí.Notienesporquépreocuparte.Yencuantoatupadre,tendríasqueagradecerqueporfinpuedadescansarenpaz.Sehaestadomuriendominutoaminutoenlosúltimoscincoaños.Sehamantenidovivoporti,perohasufridomuchísimo.Lagentedicequeselerompióelcorazóncuandomurió tumadre; fue tanderepente…cayóenfermaysemurió en tres días. Por eso quiero que sepas lo que va a pasar, para que no teimpresionescuandollegueelmomento.¡Porelamordelcielo,EmilyByrdStarr,notequedesahíparadaconesacara!¡Meimpresionas!Noereslaprimeracriaturaquequeda huérfana ni serás la última; trata de ser razonable. Y, cuidado, no vayas amolestaratupadreconloqueacabodedecirte.Ahoraentra,saldelrocíoquetevoyadarunagalletitaantesdequeteacuestes.

Ellen bajó del escalón para darle la mano. A Emily le volvió la facultad delmovimiento: si en ese momento Ellen la tocaba, gritaría. Con un chillido súbito,agudo, amargo, evitó la mano de Ellen, atravesó el umbral y subió corriendo laescaleraoscura.

Ellensacudiólacabezayvolvióalacocinaarrastrandolospies.—Bueno,yohecumplidoconmideber—reflexionó—.Élibaaseguirdiciendo

«haytiempo»ylodejaríapasarhastaquesemurierayentoncesnohabríamanerade

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controlaraesaniña.Ahoratendrátiempoparahacersealaidea,yenunoodosdíasseresignará.Tengoquereconocerquetienecarácter,loqueesunasuerteportodoloque he oído decir de los Murray. No les será fácil amedrentarla. Tiene el mismoorgullodeellos,yesolaayudará.¡CómomegustaríadecirlesalosMurrayqueélseestámuriendo!Peronomeatrevo.Quiénsabe loqueescapazdehacer.Bueno,heaguantado aquí hasta el final y nome arrepiento. Pocasmujeres lo habrían hecho,viviendocomoseviveaquí.Esunavergüenzacómohacriadoaesaniña,nisiquieralamandabaalaescuela.Bueno,yolehedichomuchasvecescuáleramiopinión…notengoningúnremordimientodeconciencia;esoesunconsuelo.¡Eh,Sal,apártatedeenmedio!¿YdóndeestáMike?

EllennopodíaencontraraMikeporqueestabaarriba,acurrucadoenlosbrazosdeEmily, que estaba sentada a oscuras en su camita. En medio de su angustia y sudesolación,habíaunciertoconsueloensentir lapiel suaveyesacabeza redondayaterciopelada.

Emilynolloraba;mirabafijamenteenlaoscuridad,tratandodehacerfrentealoquelehabíadichoEllen.Nolodudaba,algoledecíaqueeraverdad.¿Porquénosemoríaellatambién?Nopodríaseguirviviendosinsupadre.

—SiyofueraDios,nopermitiríaquesucedierancosascomoésta—dijo.Sintióqueeramuymalodeciralgoasí;unavezEllenlehabíadichoquenohabía

nadapeorqueecharlelaculpadealgoaDios.Peroaellanoleimportaba.Talvezsierabienmala,Dioslaharíamoriryentoncesellaysupadreseguiríanjuntos.

Peronoocurriónada…sóloqueMikesecansódequeloapretaratantoysefue.Emily se quedo sola, con un dolor ardiente que parecía haberla inundado porcompletoyque,sinembargo,noeraalgofísico.Jamáspodríadeshacersedeél.Noloremediaría escribiendo en el viejo cuaderno amarillo. Allí había escrito cuando sehabíaidosumaestradelaEscuelaDominical,ycuandoteníahambreantesdeirseadormir,ycuandoEllen ledecíaquedebíadeestar locaparahablardeMujeresdelVientoydedestellos;despuésdeescribirsobreestascosas,dejabandedolerle.Perosobreestonopodíaescribir.Nisiquierapodíaacudirasupadreenbuscadeconsuelo,comohizocuandosequemótantolamano,aquellavezquesindarsecuentacogióelatizadoral rojovivo.Supadre lahabía tenidoenbrazos toda lanoche, contándolecuentos, y eso la ayudóa soportar el dolor.Pero, comohabíadichoEllen, papá semoriríadentrodeunaodossemanas.EmilysintiócomosiEllenselohubieradichohacíaaños.SeguroquenopodíahacermásdeunahoraquehabíaestadojugandoconlaSeñoraVientoenlospáramosymirandolalunanuevaenelcielorosaverdoso.

«Eldestellonovolverájamás,esimposible»,pensó.Sin embargo, Emily había heredado de sus grandes antepasados algunas

cualidades:lafuerzadepelear,desufrir,decompadecer,deamarprofundamente,dedisfrutar,deresistir.Esascualidadesestabandentrodeellayasomabanensusojosdeungrispurpúreo.Enaquelmomentosulegadoderesistenciacorrióensuayudaylasostuvo.Nodebíapermitirquesupadresupiera loqueEllenlehabíadicho,podría

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ofenderlo.Teníaqueguardarelsecretoparaellayquererasupadre,ay,tanto,enelpocotiempoquetodavíalotendríaconsigo.

Looyótoserenelcuartodeabajo.Teníaqueestarenlacamacuandoélsubiera.Sedesvistiócontodalavelocidadquelepermitieronsusdedoscongeladosytrepóalacama,quesehallabajuntoalaventana.Lasvocesdelasuavenochedeprimaveralallamabansinqueellaleshicieracaso;laSeñoraVientosilbabajuntoalalero,peronolaescuchaba,pueslashadashabitansóloenelreinodelaFelicidad;alnoteneralmanopuedenentrarenelreinodelDolor.

Permaneció allí, fría, sin lágrimas e inmóvil cuando su padre entró en lahabitación. Qué despacio caminaba, qué despacio se quitaba la ropa. ¿Cómo eraposible que ella no se hubiera dado cuenta antes? Pero no tosía. Ah, ¿y si Ellenestuviera equivocada? ¿Y si…? Una esperanza absurda le atravesó el corazónoprimido.Dejóescaparunsonido.

DouglasStarrseacercóalacama.Emilysintiósuamadacercaníacuandoélsesentóenlasillajuntoaella,consuviejabataroja.¡Ay,cuántoloquería!¡Nohabíaen todoelmundootropadre comoél, nopodíahaberhabido jamásotro igual, tantierno,tancomprensivo,tanmaravilloso!Siemprehabíansidocompañeros,sehabíanqueridomucho…,eraimposiblequetuvieranquesepararse.

—¿Estásdormida,Ojazos?—No—susurróEmily.—¿Notienessueño,preciosa?—No,no…tengosueño.DouglasStarrlecogiólamanoylaapretóconfuerza.—Entonces tendremosnuestra conversación, cariño.Yo tampocopuedodormir.

Quierodecirtealgo.—¡Ay, ya lo sé, ya lo sé!—exclamóEmily—. ¡Ay, papá, ya lo sé! ¡Me lo ha

dichoEllen!DouglasStarrguardósilenciounmomento.Entoncesdijo,enunsusurro:—Esaviejatonta…¡esaviejagordaytonta!—comosilagorduradeEllenfuera

un agravante para su tontería. Por última vez, Emily tuvo una esperanza. Tal vezfueratodounterribleerror,nadamásquepartedelatonteríadeEllen.

—Noes…noescierto,¿verdad,papá?—murmuró.—Emily,hija—dijosupadre—,nopuedolevantarte,notengofuerzas,peroven

ysiéntateenmisrodillas,comoantes.Emilysaliódelacamaysesubióalasrodillasdesupadre.Éllaenvolvióensu

viejabataylaabrazóconfuerzaapoyandosucaraenlasuya.—Hija querida, queridísima Emilina, es verdad—dijo—. Pensaba decírtelo yo

mismoestanoche.YahoraesaridículadeEllentelohadicho,alobestia,seguro,ytehahechomuchodaño.Tieneelcerebrodeunmosquitoy la sensibilidaddeunavaca. ¡Qué los chacales se sienten sobre su tumba!Yo no te habría causado daño,cariño.

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Emilyluchóportragaralgoquequeríaahogarla.—Papá,nopuedo…nopuedosoportarlo.—Sí,puedes,y loharás.Vivirásporquecreoquehayalgoquedebeshacer.Tú

tienesmi talento, pero con algo que yo nunca he tenido. Triunfarás allí donde yofracasé,Emily.Nohe sido capazde dartemucho, cariño, perohe hecho lo quehepodido.Creoqueteheenseñadoalgo,apesardeEllenGreene.Emily,¿teacuerdasdetumadre?

—Unpoquito,cosas,comoretazosdeunsueño.—Cuandomurió teníasapenascuatroaños.Nuncahehabladomuchodeella…

nopodía.Peroestanoche sivoyahacerlo.Ahoranomeduelehablardeella… laverémuypronto.Noteparecesaella,Emily,exceptocuandosonríes.Encuantoalresto,erescomotuabuelay tocaya.Cuandonacisteyoquería llamarteJuliet, igualquemamá,peroellasenegó.Dijoquesi teponíamosJulietyoprontoempezaríaallamarlaaella«mamá»paradistinguiraunadeotra,yesoellanoibaaconsentirlo.Decía que una vez su tíaNancy le había dicho: «Laprimera vez que tumarido tellame "mamá" se termina el romanticismo». Por eso te pusimos el nombre de mimadre,quedesolteraeraEmilyByrd.Atumadre,Emilyleparecíaelnombremáslindodelmundo,porquenoeranadacomún,eravivazyencantador,decía.Emily,tumadreeralamujermásdulcedelmundo.

LetemblólavozyEmilyseapretómáscontraél.—La conocí hace doce años, cuando yo era subdirector del Enterprise de

Charlottetown y ella cursaba el último año en Queen’s. Era alta, rubia y de ojosazules.SeparecíaunpocoatutíaLaura,peroLauranuncafuetanguapa.Teníanlosojosmuyparecidos,ylavoz.ErandelosMurraydeBlairWater.Nuncatehehabladomuchodelafamiliadetumadre,Emily.VivenenlaviejacostanortedeBlairWater,enlaGranjadelaLunaNueva,yhanestadoallídesdequeelprimerMurrayllegódelViejoMundo,en1790.Elbuqueenelqueviajó se llamaba laLunaNuevayél lepusoesenombreasugranja.

—Esunnombreprecioso,lalunanuevaestanbonita—dijoEmily,interesadaporunmomento.

—Desdeentonces,siemprehahabidounMurrayenlaGranjadelaLunaNueva.Sonunafamiliaorgullosa;elorgullode losMurrayesproverbialen lacostanorte,Emily.Bien,teníanalgunascosasdelascualesenorgullecerse,esonosepuedenegar,perolollevabandemasiadolejos.Lagentedellugarlosllama«loselegidos».

Crecieron,semultiplicaronysediseminaronportodaspartes,perodelafamiliaoriginaldelaGranjadelaLunaNuevaquedanmuypocos.SólotustíasElizabethyLauravivenahoraallí,conunprimo,JimmyMurray.Nosehancasado.NopudieronencontraranadielobastantebuenoparaunaMurray,segúnsedecía.TutíoOliverytutíoWallacevivenenSummerside;tutíaRuthenShrewsburyytutíaabuelaNancyenPriestPond.

—Priest Pond, «La charca del cura» qué nombre tan interesante, no es bonito

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comoLunaNuevaoBlairWater,peroesinteresante—dijoEmily.Sentíalosbrazosdesupadreque la rodeabanyelhorrorhabíadesaparecido.Duranteun rato,habíadejadodecreerenél.

DouglasStarracomodómejorlabataalrededordesuhija,besólacabezamorenaycontinuó.

—Elizabeth, Laura, Wallace, Oliver y Ruth son los hijos del viejo ArchibaldMurray y su primera esposa. A los sesenta años, él volvió a casarse, con unamuchachamuy jovencita, quemurió al nacer tumadre. Juliet era veinte añosmásjovenquesumedia familia,como los llamaba.Eraguapayencantadoray todos laquerían,lamimabanyestabanmuyorgullososdeella.Cuandoseenamoródemí,unpobre periodista sin nada en elmundomás que su pluma y su ambición, hubo unterremoto en la familia. El orgullo de los Murray no podía tolerarlo de ningunamanera.Novoyarepetirtetodo,perosedijeroncosasqueyonuncapudeolvidarniperdonar.Tumadre se casó conmigo,Emily, y los de laLunaNueva no quisieronsaber nadamás de ella. ¿Puedes creer que, incluso así, ella jamás se arrepintió dehabersecasadoconmigo?

Emilylevantóunamanoyacariciólamejillahundidadesupadre.—Porsupuesto,¿cómoibaaarrepentirse?Porsupuestoque ibaapreferirtea ti

antesqueatodoslosMurraydelalunaquefuera.Supadrerió,yrevelóundejedetriunfoensurisa.—Sí, creoqueasí lo entendía ella.Y fuimos tan felices…¡AyEmilina!Nunca

hubodospersonastanfelicesenelmundoentero.Túfuistelahijadeesafelicidad.Recuerdo la noche en que naciste, en la casita de Charlottetown. Eramayo, y unviento del poniente arrastraba unas nubes plateadas sobre la luna. Había algunasestrellas. El jardincito (todo lo que teníamos era pequeño, salvo nuestro amor ynuestrafelicidad)estabaoscuroytodoflorecía.Yocaminabadearribaabajoporelsenderoentre los lechosdevioletasquehabíaplantado tumadre,y rezaba.El estepálidocomenzabaa resplandecercomounaperla rosadacuandoalguienvinoymedijo que tenía una hija. Entré, y tu madre, pálida y debilitada, sonrió con aquellasonrisa apacible ymaravillosa que yo tanto quería y dijo: «Tenemos… el… únicobebé…queimporta…enelmundo…,miamor.¡Imagínate!».

—Cómomegustaría quepudiéramos recordar las cosasdesdequenacemos—dijoEmily—.Seríafabuloso.

—Creo que tendríamos muchos recuerdos desagradables —replicó su padre,riendo—.Nohadesermuyagradableacostumbrarseavivir…,nomásqueadejardevivir.Peronosparecióqueatinotecostabamucho,porqueerasunaniñamuybuena,Emily.Tuvimoscuatroañosmásdefelicidadhastaque…¿recuerdascuandomuriótumadre,Emily?

—Recuerdoelfuneral,papá,lorecuerdomuyclaramente.Túestabasenmediodeunahabitación,conmigoenbrazos,ymamáestaba justoantenosotros,acostadaenuncajónnegro,largo.Ytúllorabasyyonosabíaporqué,ymepreguntabaporqué

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mamáestabatanblancaynoabríalosojos.Ymeinclinéyletoquélamejilla;¡ay!,estabatanfría…Meestremecí.Yalguienenlahabitacióndijo:«¡pobrecita!»,yyomeasustéyescondílacaracontratuhombro.

—Sí,lorecuerdo.Lamuertedetumadrefuemuyrepentina.Mejornohablemosdeeso.TodoslosMurrayvinieronalfuneral.LosMurraytienenciertastradicionesyvivenmuyestrictamentedeacuerdoconellas.Unadeellasesqueparalailuminaciónno ha de usarse nada más que velas en la Luna Nueva y la otra es que no debellevarseningunarencillamásalládelamuerte.Cuandoellamurió,vinieron.Habríanvenidodurantesuenfermedadsisehubieranenterado;esohayquereconocerlo.Yseportaronmuybien,ah,muybien,porcierto.NopornadaeranlosMurraydelaLunaNueva.TutíaElizabethsepusosumejorvestidodesaténnegroparaelfuneral.Paracualquier funeral que no hubiera sido de unMurray se habría puesto su segundovestido,ycasinopresentaronobjecionescuandodijequetumadreseríaenterradaenlaparceladelosStarr,enelcementeriodeCharlottetown.AellosleshabríagustadollevarlaasupropiocementerioenBlairWater(tienenuncementeriopropio,¿sabes?),nadadecualquiercementerioparaellos.PerotutíoWallaceadmitió,generosamente,queunamujerdebeperteneceralafamiliadesuesposotantoenlamuertecomoenlavida.Yentoncesseofrecieronahacersecargodetiycriarte,a«darteellugardetumadre».Yomeneguéaentregarte.¿Hicebien,Emily?

—¡Sí,sí,sí!—susurróEmily,abrazándolomásfuerteconcada«sí».—LeadvertíaOliverMurray,quefuequienmehablósobreti,quemientrasyo

viviera no me separaría de mi hija. Me dijo: «Si alguna vez cambias de idea,avísanos».Peronocambiédeidea,nisiquieratresañosdespués,cuandomimédicomealertódequedejaraeltrabajo.«Sino,tedoyunañodevida—medijo—.Silodejas,yvivestodoloquepuedasalairelibre,tedoytres,posiblementecuatro».Fueun buen profeta. Vinimos aquí y hemos tenido cuatro preciosos años juntos, ¿no,cariño?

—¡Sí,ay,sí!—Esos años y lo que te he enseñado son el único legado que puedo dejarte,

Emily.Hemosvividoconlapequeñarentavitaliciaquemedejóenherenciaunviejotío, un tío quemurió antes de casarme con tumadre.Ahora el capital pasa a unasociedaddebeneficenciayestacasitaesalquilada.Desdeunpuntodevistamaterial,hesidounfracasado.Perolafamiliadetumadreseharácargodeti,losé.ElorgullodelosMurraylogarantiza.Ynopuedenevitarquererte.Talveztendríaquehaberlosmandado llamar antes, quizá tendría que hacerlo ahora. No obstante, yo tambiéntengomiorgullo;losStarrnocarecenporcompletodetradiciones,ylosMurraymedijeron cosas muy duras cuando me casé con tu madre. ¿Quieres que mande unmensajealaLunaNuevaylespidaquevengan,Emily?

—¡No!—dijoEmily,casiconviolencia.No quería que nadie se interpusiera entre ella y su padre durante los pocos y

preciososdíasquelesquedaban.Laidealeparecíarepugnante.Yaerabastantemalo

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quetuvieranquevenirdespués.Peroentoncesyanadaleimportaríamucho.—Seguiremosjuntoshastaelúltimomomento,pequeña.Nonossepararemosni

unminuto.Y quiero que seas valiente.No debes tenerlemiedo a nada, Emily. Lamuerte no es terrible.El universo está lleno de amor, y la primavera llega a todaspartes;lamuerteescomoabrirycerrarunapuerta.Tambiénhaycosashermosasdelotroladodeesapuerta.Allíencontraréatumadre,hedudadodemuchascosas,peronunca de eso.A veces he temido que seme adelantara tanto en los caminos de laeternidadquenolograraalcanzarla.Peroahorasientoquemeestáesperando.Ylosdosteesperaremosati,nonosapresuraremos,vagaremoslentamentehastaquenosalcances.

—Quisiera…quemellevarasporesapuertacontigo—susurróEmily.—Dentrodeuntiempoyanolodesearás.Todavíatienesqueaprenderlobuena

queeslavida.Ylavidatienealgoparati,lopresiento.Veasuencuentrosintemores,querida.Séquenolosientesasíenestemomento,peroyarecordarásmispalabras.

—En este momento—dijo Emily, que no podía ocultarle nada a su padre—,sientoqueyanoquieroaDios.

Douglas Starr rió con la risa que a Emily más le gustaba. ¡Era una risa tanquerida!Contuvoelalientodelaemoción.Sintióqueéllaabrazabaconmásfuerza.

—Sí,claroque loquieres,cariño.UnonopuedenoquereraDios.ÉlesAmor.ClaroquenotienesqueconfundirloconeldiosdeEllenGreene.

Emily no supo exactamente qué quería decir su padre. Pero de pronto se diocuentadequeyanoteníamiedo,dequesupenayanoestaballenadeangustia,ydeque su corazón ya no albergaba ese dolor insoportable. Sintió como si el amor larodeara, exhalado por una especie de Ternura invisible que lo abarcaba todo. Nopodíasentir temorniamarguradondehabíaamor,yelamorestabaentodaspartes.Su padre cruzaría aquella puerta, no…, iba a descorrer una cortina, esa idea legustabamás,porqueunacortinanoestandurani tanrápidacomounapuerta,ysedeslizaríadentrodeesemundodelcual«eldestello»lehabíadadoindicios.Élestaríaallí, en aquella belleza, nuncademasiado lejos deEmily.Soportaría cualquier cosaaunquesólofueraporsentirquesupadrenoestabademasiadolejos…,sóloalotroladodeaquellacortinaoscilante.

DouglaslatuvoenbrazoshastaqueEmilysequedódormidayentonces,apesardelodébilqueestaba,laacostóenlacamita.

—Amaráprofundamente,sufriráterriblemente,tendrámomentosgloriososquelacompensarán, como yo los he tenido. Que así como la traten los parientes de sumadre,asílostrateDiosaellos—murmuró,conlavozcortada.

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CAPÍTULOTRES

Losparientes

DouglasStarrviviódossemanasmás.Enañosposteriores,cuandoeldoloryahabíaabandonadosumemoria,Emilypensóquehabíansidolasdossemanasmáspreciosasde sus recuerdos. No fueron semanas tristes sino hermosas. Y una noche, cuandoestaba tendido en el diván de la salita, con Emily a su lado en el viejo sillón derespaldoalto,cruzó lacortina;sefue tan tranquilayfácilmentequeEmilynosupoque sehabía idohastaquedepronto sintióel extraño silenciode lahabitación;nohabíamásrespiraciónquelasuya.

—¡Papá…papá!—gritó.EntoncesllamóaEllen.EllenGreenelescomentóalosMurray,cuandoéstosllegaron,queEmilysehabía

portadomuybien, considerando las circunstancias.Claroquehabía llorado toda lanoche y no había pegado ojo; ninguno de los vecinos de Maywood que fueron,bondadosamente,aayudar,pudieronconsolarla.Perocuandollególamañanahabíaderramadotodassuslágrimas.Estabapálida,calladaysumisa.

—Así es como ha de ser—dijo Ellen—; éste es el resultado de haber estadopreparada como corresponde. Tu papá se enfureció tanto por haberte avisado quedesdeaquelmomentodejódesercortésconmigo,yesoqueseestabamuriendo.Perono le guardo ningún rencor. Yo cumplí con mi deber. La señora Hubbard te estáhaciendounvestidonegro;estarálistoparalahoradelacena.Lafamiliadetumadrellegaestanoche.Hanmandadoun telegrama,yestoydecididaaque te encuentrenvestidadeunamanerarespetable.Ellossonricosyseharáncargodeti.Tupadrenodejóniuncentavo;aunquenohaydeudas,esohayquereconocérselo.¿Hasidoaverelcadáver?

—¡No lo llames así!—exclamóEmily, encogiéndose.Era horrible que llamaraasíasupadre.

—¿Porquéno?¡Quécriaturamásrara!Esuncadávermuchomáshermosodeloque esperaba, dado lo desmejorado que estaba. Siempre fue un hombremuy bienparecido,aunqueunpocoflaco.

—EllenGreene—dijoEmilydepronto—,sisiguesdiciendo…esascosas…demipadre,¡temandarélamaldiciónnegra!

EllenGreenelamiró.—Noséaquéterefieres.Peroésanoesmaneradehablarme,despuésdetodolo

quehiceporti.QuelosMurraynoteoiganhablandoasíonovanaquerertenernadaquevercontigo.¡Lamaldiciónnegra,caramba!¡Vayagratitud!

AEmilyleardieronlosojos.Eraunaniñapequeña,solitaria,yteníanecesidaddeamigos.PeronosearrepentíadeloquelehabíadichoaEllenynoibaasimularque

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sí.—Venaayudarmealavarlosplatos—leordenóEllen—.Teirábienteneralgo

enqueocuparlamente,asínoirásporahíechándolemaldicionesalagentequesehagastadolasmanoshastaloshuesosporti.

Emily,conunaelocuentemiradaalasmanosdeEllen,fueabuscarelpañoparalosplatos.

—Tusmanossongordasyrollizas—ledijo—.Nosetevenloshuesos.—¡No seas impertinente! Es espantoso, con tu pobre padre muerto. Pero si te

llevatutíaRuth,yatecuraráesacostumbredecontestar.—¿MevaallevarlatíaRuth?—Nolosé,peroseríalomejor.Esviuda,notieneanadieyesmuyrica.—CreoquenoquieroirconlatíaRuth—dijoEmilycondecisióntrasreflexionar

unmomento.—Bueno,lomásprobableesquenoseastúlaqueelija.Tendríasqueagradecer

quetedenunhogarenalgúnlado.Recuerdaquenoeresdemasiadoimportante.—Soyimportanteparamímisma—exclamóEmily,conorgullo.—Novaasernadafácilcriarte—mascullóEllen—.Enmiopinión,tutíaRuthes

laindicada.Ellanoconsentirátantatontería.EsunabuenamujerylamejoramadecasadelaIslaPríncipeEduardo.Sepodríacomerenelsuelodesucasa.

—Yonoquierocomerenelsuelo.Nomeimportaqueestesuciosielmantelestálimpio.

—Bueno, susmanteles también están limpios.Tiene una casamuy elegante enShrewsbury, con ventanas salientes y unmarco demadera trabajada alrededor deltecho.Esmuyelegante.Seríaunbuenhogarparati.Ellateenseñaríaatenerunpocodesentidocomúnyteharíamuchobien.

—Noquieroaprenderatenersentidocomúnniquemehaganmuchobien—gritóEmily,temblando—.Quiero…quieroquemequieran.

—Bueno,peroparaquelagentetequieratienesqueportartebien.Túnotieneslaculpa; es tu padre quien temalcrió. Yo siempre se lo decía, pero él se limitaba areírse.Esperoqueahoranoestéarrepentido.Elcasoesqueeresrara,EmilyStarr,yalagentenolegustanlosniñosraros.

—¿Porquésoyrara?—preguntóEmily.—Hablasdeunamanerarara, tecomportasdeunamanerararayavecestienes

unaspectoraro.Yparecesmayordeloqueeres,aunqueesonoesculpatuya.Espornohaberestadoconotrosniños.Yosiempreinsistíaatupadreparaquetemandaraalaescuela,aprenderencasanoeslomismo,peroélnomehacíacaso,porsupuesto.Nodigoquenotengaslosconocimientosaprendidosenlibrosquehayquetener,esono: loque te faltaesaprenderasercomo losdemásniños.Enciertosentido,seríamejorque te fueras con tu tíoOliver, porque tieneunagran familia.Perono tienetantodinerocomolosotros,demodoquenoesprobablequeseaélquienterecoja.TutíoWallacesí,yaquesecreeeljefedelafamilia.Sólotieneunahija,yamayor.

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Perosuesposatienelasaluddelicada,oesodice.—MegustaríaquemellevaralatíaLaura—dijoEmily.Recordabaquesupadre

habíadichoquelatíaLauraeraparecidaasumadre.—¡La tía Laura! Ella no tiene opinión en ese tema, la quemanda en la Luna

NuevaesElizabeth.JimmyMurraydirigelagranja,perotengoentendidoquelefaltauntornillo.

—¿Quétornillolefalta?—preguntóEmily,curiosa.—Ah, tiene algo que ver con la cabeza, niña. Es un poco tonto, un accidente

cuandoera joven, dicen.Le estropeó la cabezao algo así.Elizabeth tuvo algoquever,nosébienqué.Nocreoquelosde laLunaNuevaquierancomplicarse lavidacontigo.Sonmuyrígidos.SiguemiconsejoytrataagradaratutíaRuth.Séamable,ycompórtate,yasítalvezlecaigasbien.Yaestá,yaestántodoslosplatos.Ahorasubeynomolestes.

—¿PuedollevaraMikeyaSaucySal?—preguntóEmily.—No,nopuedes.—Mehacencompañía—rogóEmily.—Compañíaonocompañía,nopuedesllevártelos.Estánfuerayfuerasequedan.

Nolosquierometidosdentrodecasa.Acabodefregarelsuelo.—¿Porquénofregabaselsuelocuandopapávivía?—preguntóEmily—.Aélle

gustabanlascosaslimpias.Entoncescasinuncalofregabas.¿Porquélohacesahora?—¡Escuchadla!¿Mevoyaponerafregarelsuelotodoslosdías,conmireuma?

Vearribayacuéstateunrato.—Voy arriba, pero nome voy a acostar—dijoEmily—.Tengomucho en que

pensar.—Hay una cosa que yo te aconsejaría—dijo Ellen, decidida a no perder una

oportunidaddecumplirconsudeber—,yesquetearrodillesylepidasaDiosquetehagaunaniñabuena,respetuosayagradecida.

Emilysedetuvoalpiedelaescaleraymiróhaciaatrás.—PapámedecíaquenotuvieranadaquevercontuDios—dijo,congravedad.Ellen emitió una especie de gemido, pero no se le ocurrió ninguna respuesta a

aquellaherejía.Apelóalmundoentero.—¿Cuándosehaoídosemejantecosa?—YosécómoessuDios—dijoEmily—.ViSudibujoenellibroquetienesde

AdányEva.Llevapatillasyusacamisón.Nomegusta.MegustaelDiosdepapá.—¿YcómoeselDiosdetupadre,sisemepermitelapregunta?—replicóEllen,

consarcasmo.EmilynoteníaideadecómoeraelDiosdesupadre,peroestabadecididaano

dejarseamilanarporEllen.—Esclarocomolaluna,rubiocomoelSol,yterriblecomounejércitoconuna

bandera—dijo,triunfante.—Bueno,túsiempretienesquetenerlaúltimapalabra,yateenseñaranmodales

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losMurray—dijoEllen,renunciandoaladiscusión—.Sonpresbiterianosestrictosynotienenningunadelasideasespantosasdetupadre.Subearriba.

Emilysubióalahabitaciónquedabaalsur;sesentíamuysola.—Ahoranohaynadiequemequiera en elmundo—dijohaciéndoseunovillo

sobrelacama,juntoalaventana.Peroestabadecididaanollorar.LosMurray,quehabíanodiadoasupadre,nolaveríanllorar.Sentíaquelosodiabaatodos,exceptotalvezalatíaLaura.Quégrandeyvacíohabíaquedadoelmundodepronto.Yanohabíanadainteresante.NoimportabaqueelpequeñomanzanoentreAdányEvasehubieraconvertidoenunabellezarosadaynívea,quelascolinasquehabíadetrásdela hondonada fueran de seda verde, envueltas en una aureola púrpura, que losnarcisos hubieran florecido en el jardín, que los abedules estuvieran recubiertos decintasdeoro,quelaSeñoraVientosoplaraunasjóvenesnubesblancasatravésdelcielo.Enesemomentonadadetodoaquelloteníaelmenorencantonirepresentabaelmenor consuelo para ella. Su inexperiencia le hizo creer que jamás volvería a sercomoantes.

—Peroleprometíapapáqueseríavaliente—susurró,apretandolospuños—,yloseré.YnopermitiréquelosMurraysedencuentadequelestengomiedo,¡nolestendrémiedo!

Cuandoellejanosilbatodeltrendelatardesonódetrásdelascolinas,elcorazóndeEmilycomenzóalatirconfuerza.Apretólasmanosylevantólacara.

—Porfavor,ayúdame,Diosdepapá,noDiosdeEllen—dijo—.AyúdameaservalienteyanollorardelantedelosMurray.

Al poco rato, abajo se oyó el ruido de ruedas y voces; voces altas, decididas.Entonces aparecióEllen, jadeandode subir las escaleras, conel vestidonegro, unaprendahorrible,delanamerinabarata.

—Porsuerte,laseñoraHubbardlohaterminadojustoatiempo.NoquisieraquelosMurraytevieransinunvestidonegronipor todoelorodelmundo.Nopodrándecir que no he cumplido conmi deber. Están todos aquí: los de la LunaNueva,Oliverysuesposa,tutíaAddie,Wallaceysuesposa,tutíaEvaylatíaRuth,queenrealidadeslaseñoraDutton.Yaestá,lista.Ahoraven.

—¿Nopuedoponermemicollardecuentasvenecianas?—preguntóEmily.—¡Diosdelcielo!¡Cuentasvenecianasconunvestidodeluto!¡Quévergüenza!

—¿Teparecemomentoparapensarenvanidades?—¡No son vanidades! —exclamó Emily—. ¡Papá me regaló las cuentas en

Navidad,yquierodemostraralosMurrayquetengoalgo!—¡Bastadetonterías!¡Vamos,tedigo!Avercómoteportas,delaimpresiónque

lescausesdependenmuchascosas.Emily bajó rígida delante de Ellen y entró en la sala. Había ocho personas

sentadasencírculo,ydeinmediatosintiólamiradacríticadedieciséisojosextraños.Estabamuy pálida y fea con su vestido negro; las sombras púrpura que le habíanquedado de tanto llorar le hacían los ojos demasiado grandes y hundidos. Estaba

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desesperadamente asustaday lo sabía, peronopermitiría que losMurray se dierancuenta.Levantólacabezayseenfrentócongallardíaaladifícilprueba.

—Él—dijoEllen,haciéndolagirar—estutíoWallace.Emilyseestremecióytendióunamanofría.SupodeinmediatoqueeltíoWallace

nolegustaba:eraoscuro,adustoyfeísimo,concejashirsutasyfruncidasyunabocasevera,despiadada.Teníabolsasdebajode losojosypatillasmuycuidadas.Emilydecidió,enaquelprecisoinstante,quenolegustabanlaspatillas.

—¿Cómoestás,Emily?—preguntófríamente;conlamismafrialdad,se inclinóhaciaadelanteylediounbeso.

Una repentina oleada de indignación inundó el alma de Emily. ¡Cómo osababesarla, él, que había odiado a su padre y repudiado a su madre! ¡No quería susbesos!Rápidamente,sacóelpañuelodelbolsilloyselimpiólamejillaultrajada.

—¡Caramba! ¡Caramba! —exclamó una voz desagradable del otro lado de lahabitación.

El tíoWallaceparecióapuntodedecirmuchísimascosas,peronoseleocurrióninguna. Ellen, con un gruñido de resignación, empujó a Emily hacia la siguientesilla.

—TutíaEva—dijo.La tía Eva estaba sentada, envuelta en un chal. Tenía la cara inquieta de los

enfermosimaginarios.LeestrechólamanoaEmilyynodijonada.Emilytampoco.—TutíoOliver—anuncióEllen.AEmilylegustóbastanteelaspectodeltíoOliver.Eragrande,gordo,coloradode

carayteníaunairejovial.Ellapensóquenolemolestaríaqueélledieraunbeso,apesardesuásperobigoteblanco.PeroeltíoOliverhabíaaprendidolaleccióndeltíoWallace.

—Tedoyunamonedaporunbeso—susurró,simpático.Unabromaera la ideadeltíoOliverdeseramableysimpático,peroEmilynolosabía,ynolegustó.

—Yonovendomisbesos—dijo,levantandolacabezaconaltivez,comopodríahaberhechocualquieradeaquellosMurray.

El tíoOliver rió;alparecer,aquelloenvezdeofenderlo lodivirtiómuchísimo.PeroEmilyoyóuncarraspeoalotroladodelahabitación.

La tíaAddie era la siguiente.Era tangorda, coloradadecaray jovial comosuesposoylediounbuenapretónalamanoheladadeEmily.

—¿Cómoestás,querida?—preguntó.El«querida»conmovióaEmilyylaablandóunpoquito.PeroelsiguienteMurray

lacongelóotravez,alinstante.EralatíaRuth;EmilysupoqueeralatíaRuthantesde que Ellen se lo dijera, y supo que había sido la tía Ruth la que había dicho«caramba»yhabíacarraspeado.Conocíalosheladosojosgrises,loscabellosopacos,castañosyrepeinados,elcuerpomacizoydeescasaaltura,labocadelgada,fruncida,despiadada.

LatíaRuthletendiólapuntadelosdedos,peroEmilynolatocó.

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—Dalelamanoatutía—dijoEllenenvozbajairritada.—Ellanoquierequeledélamano—dijoEmily,contodaclaridad—;asíqueno

selavoyadar.LatíaRuthvolviólamanodespreciadaasufaldadesedanegra.—Eresunaniñamuymaleducada—dijo—.Peroeradeesperar,obviamente.Emily sintió escrúpulos. ¿Había dejado mal la imagen de su padre con su

comportamiento?Talvez,despuésdetodo,tendríaquehaberleestrechadolamanoalatíaRuth.Peroyaerademasiadotarde,Ellenlahabíahechoavanzar.

—Éste es tu primo, James Murray —dijo Ellen, con el tono de disgusto dealguien a quien no le gusta la tarea que tiene entremanos y está ansioso por queterminepronto.

—El primo Jimmy, el primo Jimmy—dijo el otro. Emily lomiró fijamente yquedóencantadaconél,deinmediatoysinreservas.

Jimmyteníalacarapequeña,sonrosada,deduende,conunabarbagrisbifurcada;los cabellos rizadosy abundantes,nadaparecidosal estiloMurray, erancastañosybrillantes;ylosojosgrandesycastañoserantanbondadososyfrancoscomolosdeunniño.LediounfuerteapretóndemanosaEmily,aunque,mientraslohacía,miróconunamiradainterrogativaaladamaqueestabafrenteaél.

—Hola,gatita—dijo.Emilycomenzóasonreírle,perosusonrisafue,comosiempre,dedesarrollotan

lento,queEllenlahabíacambiadodelugarantesdequeéstaterminaradeflorecer,yfue la tía Laura la que se vio beneficiada con ella. La tía Laura se sobresaltó yempalideció.

—¡LasonrisadeJuliet!—dijo,casisinaliento;latíaRuthvolvióacarraspear.La tía Laura no tenía nada que ver con ninguno de los que estaban en la

habitación.Eracasiguapa,derasgosdelicadosycabelloslaciosyclaros,conalgunaqueotracana,peinadosenapretadastrenzasrecogidasenlacabeza.PerofueronlosojoslosqueganaronaEmily.Erandeunazultanazulqueeradifícilrecuperarsedelaimpresión.Y,cuandohabló,lohizoconunavozsuaveyhermosa.

—Pobrepequeña—dijo,rodeóaEmilyconunbrazoylediounabrazo.EmilydevolvióelabrazoysesalvóporpocodequelosMurraylavieranllorar.

La salvó el hecho de que de pronto Ellen la empujara hacia un rincón junto a laventana.

—YellaestutíaElizabeth.Sí,aquéllaeralatíaElizabeth.Nocabíalamenorduda:lucíaunvestidoderaso

negro,almidonado, tanrígidoyfinoqueEmilyestabaseguradequeseríaelmejorque tenía.AEmily legustó.Pensara loquepensase la tíaElizabethdesupadre,almenoslehabíaprofesadolamuestraderespetodeponersesumejorvestido.YlatíaElizabeth era muy elegante, con su altura, su delgadez, su austeridad, sus rasgosnítidosyunmoñomacizodecabelloscastañosgrisáceosdebajodelacofiadeencajenegro.Perolosojos,deunazulacerado,erantanfríoscomolosdelatíaRuth,ylos

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labioslargosydelgadospermanecíanapretadosconseveridad.Bajosumiradafríayobservadora,Emilyseescondiódentrodesímismaycerrólapuertadesualma.LehabríagustadocaerlebienalatíaElizabeth(queerala«jefa»delaLunaNueva)peronopodíahacerlo.

La tíaElizabeth leestrechó lamanoynodijonada, laverdaderaquenosabíaexactamentequédecir.ElizabethMurraynosehabríasentidointimidadaantereynigobernadorgeneralalguno;elorgullodelosMurraylahabríaasistidoenesetrance.Sin embargo se sentía turbada en presencia de aquella niña extraña, que mirabadirectamentealosojosyqueyahabíademostradosercualquiercosamenosdócilyhumilde. Aunque Elizabeth Murray no lo habría admitido jamás, no quería serdespreciadacomoleshabíapasadoaWallaceyaRuth.

—Veasentarteenelsofá—ordenóEllen.Emily se sentó en el sofá con los ojos gachos: era una figurita frágil, oscura,

indomable.Doblolasmanossobrelafaldaycruzólostobillos.Quevieranqueteníamodales.

Ellen se retiró a la cocina, agradeciendo a las estrellas que aquello hubieraterminado.AEmilynolegustabaEllen,perosesintióabandonadacuandoellasefue.AhoraestabasolaanteelestradodelaopiniónMurray.Habríadadocualquiercosaporestarfueradeesahabitación.Sinembargo,enlomásprofundodesucabeza,seformaba la intención de escribirlo todo en su cuaderno. Sería interesante. Losdescribiríaatodos;sesabíacapazdehacerlo.TeníaunapalabraexactaparalosojosdelatíaRuth:«grisescomopiedras».Eranigualquepiedras,igualdeduros,fríoseimplacables.Entoncesundolorleatravesóelcorazón.Supadrenopodríaleernuncaloqueellaescribieraenelcuaderno.

A pesar de todo, quería escribirlo. ¿Cómo describiría los ojos de la tía Laura?Erantanhermosos…decirsóloqueeran«azules»nosignificabanada,habíacientosdepersonasconojosazules,¡ah!,yalotenía:«lagosazules»;si,esomismo.

¡Yenaquelmomentovino«eldestello»!EralaprimeravezdesdelaespantosanocheenqueEllenlaesperóenlapuerta.

Ellacreíaqueyanoacudiría,yahora,enaquelmomentoylugartanpocoadecuados,habíaacudido.Vio,conojosquenoeran losdelsentidode lavista,elmaravillosomundodetrásdelvelo.Elvalorylaesperanzainundaronsupequeñaalmafríacomounaoleadadeluzrosada.Levantólacabezaymiróasualrededorconintrepidez,con«desfachatez»,segúndiríamástardelatíaRuth.

Sí,losdescribiríaatodosycadaunodeellosenelcuaderno;ladulcetíaLaura,elagradableprimoJimmy,elviejoadustodeltíoWallace,eltíoOliverdecaradeluna,laaltivatíaElizabethyladetestabletíaRuth.

—Esa niña parece muy delicada —dijo la tía Eva, de pronto, con su voztemblorosaymonótona.

—Bueno,¿quéotracosasepodíaesperar?—dijolatíaAddie,conunsuspiroqueaEmilyleparecióqueocultabaalgúnsentidocalamitoso—.Esdemasiadopálida,si

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tuvieraunpocodecolornoseveríatanmal.—Noséaquiénseparece—dijoeltíoOliver,mirandoaEmilyconatención.—NoesunaMurray,esoesevidente—dijolatíaElizabeth,contonodecididoy

desaprobatorio.«Hablandemícomosiyonoestuviera»,pensóEmily,mientrasseleinflamabael

corazóndeindignaciónantetantaindecencia.—TampocosediríaqueesunaStarr—opinóeltíoOliver—.Yolaveomásbien

parecidaalosByrd.Tieneelcabelloylosojosdesuabuela.—Tiene la nariz deGeorgeByrd—dijo la tíaRuth, en un tono que no dejaba

dudasacercadesuopiniónsobrelanarizdeGeorge.—Ylafrentedelpadre—dijolatíaEva,tambiéncriticando.—Tienelasonrisadesumadre—dijolatíaLaura,perotanbajoquenadielaoyó.—YlaslargaspestañasdeJuliet,porqueJulietteníapestañasmuylargas,¿no?—

dijolatíaAddie.Emilyhabíallegadoallímitedelatolerancia.—¡Mehacéissentircomosiestuvierahechaderetazos!—exclamó,indignada.LosMurray la miraron. Tal vez sintieron algo de vergüenza pues, después de

todo,ningunodeelloseraunogroytodoseran,másomenos,humanos.Alpareceranadieseleocurríanadaquedecir,peroelpesadosilenciofueinterrumpidoporunarisitadelprimoJimmy,unarisitabaja,llenadediversiónydesprovistademalicia.

—Tienesrazón,gatita—dijo—.Enfréntateaellos,defiéndete.—¡Jimmy!—loreprendiólatíaRuth.Jimmysecalló.LatíaRuthmiróaEmily.—Cuandoyoeraunaniña—dijo—,nuncahablabaamenosquesemedirigieran

lapalabra.—Pero si nadie hablara hasta que le hablaran, no habría conversaciones —

argumentóEmily.—Tampoco era respondona—continuó la tíaRuth, con seriedad—.En aquella

época las niñas eran bien educadas. Éramos amables y respetuosas de nuestrosmayores.Nosenseñabanaestarennuestrositio;yesohacíamos.

—No creo que se haya divertido mucho—dijo Emily, y en seguida gimió deespanto. No había querido decirlo en voz alta, sino sólo pensarlo. Pero teníamuyarraigadalacostumbredepensarenvozaltaconsupadre.

—¡Divertirme!—dijo la tía Ruth, irritadísima—.Yo no pensaba en divertirmecuandoeraunaniña.

—Ya lo veo —dijo Emily, seria. La voz y los modales eran perfectamenterespetuosos,porqueestabaansiosapor compensar su error involuntario.Pero la tíaRuth parecía con ganas de tirarle de las orejas. Aquella niña la estabacompadeciendo, insultándola al tenerle lástima, a ella, por suniñez impecable.Eraintolerable,especialmenteenunaStarr.¡YaquelodiosodeJimmyyaseestabariendo

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otravez!¡Elizabethtendríaquereprimirlo!Por suerte, en ese momento apareció Ellen Greene para anunciar que la cena

estabalista.—Tútienesqueesperar—lesusurróaEmily—.Nohaysitioparatienlamesa.Emilysealegró.SabíaquebajolamiradadelosMurraynocomeríaniunbocado.

Sustíosytíassalieronconrigidez,sinmirarla,todosmenoslatíaLaura,quealllegara la puerta se volvió y le lanzó un beso furtivo. Antes de que Emily pudieradevolvérselo,EllenGreenecerrólapuerta.

Emily se quedó sola en la sala, que estaba cubriéndose de las sombras delcrepúsculo.El orgullo que la había permitidomantener el tipo en presencia de losMurraylaabandonódeprontoynotóquellegabanlaslágrimas.Fuederechahacialapuertacerradaal finalde la sala, laabrió,yentró.El féretrodesupadreestabaenmedio de la pequeña habitación que había sido un dormitorio. Estaba cubierto deflores:losMurrayhabíanhecholoquecorrespondía,enesocomoentodolodemás.La gran ancla de rosas rojas traídas por el tíoWallace se erguía agresiva sobre lamesitadelacabecera.Emilynopodíaverlacaradesupadreacausadelalmohadóndejacintosblancos,deunperfumeespeso,colocadosobreelvidrio,ynoseatrevíaamoverlo.Peroseacurrucóenelsueloyapoyólacabezacontraellustrosoataúd.Allílaencontrarondormidacuandovolvierondecenar.LatíaLauralalevantóydijo:

—Voyallevaraestapobrecriaturaalacama,estáagotada.Emilyabriólosojosymiróasualrededorconojossomnolientos.—¿PuedollevaraMike?—preguntó.—¿QuiénesMike?—Migato,migatogris.—¡Ungato!—exclamólatíaElizabeth,indignada—.¡Novasallevaraungatoa

tudormitorio!—¿Porquéno?Porunavez…—rogóLaura.—¡Porsupuestoqueno!—dijolatíaElizabeth—.Ungatoenellugardondese

duermeesdelomásantihigiénico.¡Meextraña,Laura!Llevaaesaniñaalacamayque tenga suficiente ropa.Esunanoche fría.Peronoquierovolveraoírhablardedormircongatos.

—Mikeesungatolimpio—dijoEmily—.Selavatodoslosdías.—¡Llévalaalacama,Laura!—dijolatíaElizabeth,ignorandoaEmily.LatíaLauraserindió,dócilmente.LlevóaEmilyarriba,laayudóadesvestirsey

la acostó.Antes de quedarse dormida del todo, Emily sintió algo, suave, peludo ycalentito,queseenrollabaronroneandojuntoasuhombro.LatíaLaurahabíabajado,habíabuscadoaMikeyselohabíatraído.LatíaElizabethnuncaseenteróyEllenGreenenoosóarticularniunapalabradeprotesta,pues,¿noeraLauraunaMurraydelaLunaNueva?

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CAPÍTULOCUATRO

Cónclavefamiliar

Alamañanasiguiente,Emily sedespertóalalba.Por laventanabajay sincortinaentrabaelesplendordelamaneceryunadébilestrellablancasedemorabaenelcieloverdecristalinosobreelPinoGallo.Undulceyfrescovientomatinalsoplabaenlosaleros.EllenGreenedormíaenlagrancamayroncabamucho.Aexcepcióndeaquelruido,lacasitaestabamuysilenciosa.EralaoportunidadqueEmilyhabíaesperado.

Bajo de la cama con cuidado, atravesó el cuarto de puntillas y abrió la puerta.Mike se desperezó en la alfombra, se levantó y la siguió, restregándose contra sustobillos congelados.Casi con culpa, Emily bajó la escalera vacía y oscura. ¡Cómocrujíanlosescalones!¡Sedespertaríantodos!PeronoapareciónadieyEmilybajó,semetióenlasalayexhalóunlargosuspirodealivioalcerrarlapuerta.Fuehacialapuertadelotroextremocasicorriendo.

El almohadón de flores de la tía Ruth seguía cubriendo el vidrio del féretro.Emily, apretando los labios enungestoque ledabaun extrañoparecidocon la tíaElizabeth,levantóelalmohadónylodejóenelsuelo.

—¡Ay,papá,papá!—murmuró,llevándoselamanoalagargantaparaquenolesubiera ese algo que la atragantaba. Estaba allí, temblando, una pequeña figuravestidadeblanco,mirandoasupadre.Éseseríasuadiós.Debíadespedirseahoraqueestabansolos,nopodríahacerlodelantedelosMurray.

Supadreestabatanhermoso…Todaslaslíneasdeldolorhabíandesaparecido;surostroparecíacasieldeunmuchacho,anoserporloscabellosgrises.Ysonreíaconunasonrisatanbella,traviesaysabiacomosideprontoélhubieradescubiertoalgohermoso,inesperadoysorprendente.Ellahabíavistomuchassonrisashermosasenlacaradesupadremientrasvivía,peroningunacomoaquélla.

—Papá,nollorédelantedeellos—susurró—.EstoyseguradequenoavergoncéalosStarr.NodarlelamanoalatíaRuthnofueavergonzaralosStarr,¿no?Porqueenrealidadellanoqueríahacerlo.Ay,papá,creoquenolegustoaninguno,aunquepuedeserquealatíaLauralegusteunpoco.Yahoravoyallorarunpoquito,papá,porquenopuedocontenermesiempre.

Apoyó la cara sobre el vidrio frío y sollozó amarga pero brevemente. Debíadecirle adiós antes de que alguien la encontrara. Levantó la cabeza ymiró larga yseriaeladoradorostro.

—Adiós,papaítoquerido—susurró,ahogada.Se secó las lágrimasque la cegabanypuso en su lugar el almohadónde la tía

Ruth, ocultando a sus ojos la cara de su padre para siempre. Luego saliósigilosamentedelahabitación,decididaallegarrápidamenteasudormitorio.Juntoa

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lapuertacasisediodenaricesconelprimoJimmy,queestabasentadoenunasillaantelapuerta,envueltoenunainmensabataacuadrosyacariciandoaMike.

—Oye—murmuró,dándoleunapalmadita enelhombro—.Teoíbajary teheseguido. Yo sabía lo que querías hacer. He estado sentado aquí para que no tesorprendieranadie.Toma,cogeestoyvuelvecorriendoalacama,gatita.

«Esto» eraunpaquetede caramelosdementa.Emily lo cogióy salióvolando,avergonzada de que el primo Jimmy la hubiera visto en camisón. Detestaba loscaramelos dementa—no los comía nunca—, pero la bondad del primo Jimmy alregalárselosprovocóunestremecimientodedeleiteasucorazón.Yademáslahabíallamado«gatita»yesolegustaba.Habíacreídoqueyanadiesedirigiríaaellaotravez con nombres cariñosos. Su padre le decía muchos apodos cariñosos:«corazoncito», «queridita», «Emilina», «corderito», «dulcecita» y «duendecito».Teníaunoparacadaestadodeánimoyaellatodosleencantaban.EncuantoalprimoJimmy,erabueno.Silefaltabaalgo,noeraelcorazón.Leestabatanagradecidaqueunavezasalvoenlacamaseobligóacomerunodeloscaramelos,aunquelehizofaltatodosuvalorparatragarlo.

El funeral fue aquella tarde. Por una vez, la solitaria casita de la hondonadaestuvo llena de gente.Llevaron el féretro a la sala y losMurray, comodeudos, sesentaronrígidaydecorosamentealrededor,Emilyentreellos,pálidaymuymodositaconsuvestidonegro.Estabasentadaentre la tíaElizabethyel tíoWallaceynoseatrevía ni a pestañear. No había otro Starr presente. Su padre no tenía demasiadarelaciónconsusparientesvivos.LagentedeMaywoodfueymirósucaramuertaconunalibertadyunacuriosidadinsolentequenohabríanosadomostrarcuandovivía.AEmily no le gustó quemiraran así a su padre. No tenían derecho; no habían sidobuenosconélcuandovivía,habíandichocosasdurasdeél,avecesEllenGreenelashabía repetido. Cada mirada que caía sobre su padre hería a Emily, pero siguiósentada,quieta,sindemostrarnada.LatíaRuthdijodespuésquejamáshabíavistoaunacriaturatanabsolutamentedesprovistadesentimientosnaturales.

Cuandoterminóelservicio, losMurrayse levantaronydesfilaronalrededordelataúdparalacorrespondientemiradadedespedida.LatíaElizabethcogióaEmilydelamanoytratódearrastrarlaconellosperoEmilylaretiróynegóconlacabeza.Ellayasehabíadespedido.Porunmomento,latíaElizabethparecióapuntodeinsistir,perosiguióavanzando, sola,unaMurrayhasta los tuétanos.Nosepodíahacerunaescenaenunfuneral.

DouglasStarrseríallevadoaCharlottetownparaserenterradojuntoasuesposa.LosMurray iban todos, pero Emily no.Vio la comitiva cuando subió por la largacolinacubiertadehierba,atravésdelalloviznagrisquecomenzabaacaer.Emilysealegródequelloviera;muchasveceshabíaoídoaEllenGreenedecirquéfelizeraelcadáver sobre el que caía la lluvia; y eramás fácil ver que su padre se iba en esaneblinagris,suave,buena,queatravésdeunsolresplandecienteyrisueño.

—Bueno,hayqueadmitirqueelfuneralhasalidobien—dijoEllenGreeneasus

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espaldas—.Sehahechotodoloquesedebíahacer.Situpadrelohavistodesdeelcielo,Emily,estoyseguradequeestarásatisfecho.

—Noestáenelcielo—dijoEmily.—¡Diosmío!¡Estaniña!—Ellennopudodecirmás.—Todavíanoestáenelcielo.Estáencamino.Dijoqueesperaríayqueiríamuy

despacito hasta que yo también me muriera, para que pudiera alcanzarlo. Esperomorirmepronto.

—Estámuymal,peroquemuymal,decireso—replicóEllen.Cuandodesaparecióelúltimocoche,Emilyvolvióalasalita,sacóunlibrodela

biblioteca y se hundió en el sillón de respaldo alto. Las mujeres que estabanlimpiandosealegrarondequeestuvieraquietaynolasmolestara.

—Québienquepueda leer—dijo la señoraHubbard,abatida—.Algunasniñasno guardan tan bien la compostura. Cuando se llevaron a su madre, Jenny Hoodgritabaydabaalaridos.LosHoodsongenteconmuchosentimiento.

Emily no leía. Pensaba. Sabía que los Murray volverían por la tarde, y queprobablemente entonces se decidiera su destino. «Hablaremos del asunto cuandoregresemos» oyó decir al tío Wallace aquella mañana después del desayuno. Elinstinto ledecíaquéera«elasunto»,yhabríadadounadesusorejitaspuntiagudaspara oír la conversación con la otra. Pero no le cabía ninguna duda de que laobligaríanairse.Demodoquenosesorprendiócuando,alatardecer,Ellenledijo:

—Serámejorquesubas,Emily.Tustíosvendránaquíahablardeltema.—¿Noquieresqueteayudeaprepararlacena?—preguntóEmily,quecreíaque,

siestabalacocina,podríapescaralgunapalabra.—No.Molestarásmásdeloquepuedesayudar.Vamos,vete.Ellensalióde lacocina,sinesperaraversiEmilyse iba.Emilysepusodepie

condesgana.¿Cómopodríadormiraquellanochesinosabíaquéibaasucederle?Yestaba segura de que, comomucho, no le dirían nada hasta al día siguiente por lamañana.

Sumiradaseposósobrelamesaoblongaquehabíaenmediodelahabitación.Elmantel era de proporciones generosas y caía en pliegues hasta el suelo. Hubo unrelámpago de medias negras sobre la alfombra, un fugaz movimiento de tela yluego… silencio. Emily, debajo de la mesa, acomodó las piernas y se colocó,triunfante.Oiríaloquesedecidieraynoseenteraríanadie.

Nunca lehabíandichoqueespiarnoseconsiderabaunaactividadprecisamentehonorable,dadoque,envidadesupadre,nuncasehabíapresentadolaocasiónparatal enseñanza, y ella pensaba que era por pura suerte que se le hubiera ocurridoesconderse debajo de lamesa.Hasta podía ver, si bien confusamente, a través delmantel.Elcorazón le latíacon tanta fuerzaque temióque laoyeran;nohabíaotrosonidosalvoelcroarlejanodelasranasenmediodelalluvia,queseoíaatravésdelaventanaabierta.

LosMurray entrarony se sentaronpor la habitación.Emily contuvo el aliento.

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Durante algunos minutos nadie habló, aunque la tía Eva suspiró extensa ypesadamente.EntonceseltíoWallaceseaclarólagargantaydijo:

—Bien,¿quéhacemosconlaniña?Nadieteníaprisaporresponder.Emilypensóquenohablaríannunca.Porfinla

tíaEvadijo,gimoteando.—Esunaniñatandifícil,tanrara.Yonolaentiendo.—Yo creo—dijo la tíaLaura, tímidamente—que tiene lo que podría llamarse

temperamentoartístico.—Esunaniñamalcriada—dijolatíaRuth,muydecidida—.Siqueréissabermi

opinión,vaacostarmuchotrabajoenderezarla.Lapequeñaespíadedebajodelamesavolviólacabezayledirigióunamirada

despectivaalatíaRuthatravésdelmantel.«Yocreoquetúestásbastantetorcida».Emilynoosósiquieramurmurarlaspalabras,perolasformóconloslabios,locualconstituyóungranalivioyunasatisfacción.

—Estoydeacuerdocontigo—opinólatíaEva—,yyo,almenos,nomesientocapazparasemejantetarea.

Emilyentendióqueestoqueríadecirqueel tíoWallaceno tenía intencionesdellevárselaysealegró.

—Laverdad—dijoel tíoWallace—esque tendríaque llevársela la tíaNancy.Tienemásbienesterrenalesqueningunodenosotros.

—¡AlatíaNancynoseleocurriríallevárselaylosabesbien!—exclamóel tíoOliver—.Además,estádemasiadoviejaparaocuparsedecriaraunaniña,tantoellacomoesaviejabrujadeCaroline.Porlasalvacióndemialma,nocreoqueningunade las dos sea humana. Amíme gustaría llevarme a Emily, pero, en realidad, nopuedo.Tengounafamilianumerosaquemantener.

—Noesprobablequevivatantocomoparacausarmolestiasanadie—afirmólatíaElizabeth,tajante—.Probablementemueradetuberculosis,comosupadre.

«¡Nomemoriré,nomemoriré!»,exclamóEmily,oalmenoslopensócontantoímpetu que casi parecía que lo había dicho. Ya había olvidado que quería morirprontoparaalcanzarasupadre.Ahoraqueríavivir,sóloparadejarmalalosMurray.«No tengo lamenor intención demorirme. Voy a vivir durante siglos, y seré unaautorafamosa,¡yaverás,tíaElizabethMurray!».

—Esciertoqueesunacriaturamuyflacucha—admitióeltíoWallace.Emily alivió sus sentimientosultrajadoshaciéndoleunamueca al tíoWallace a

travésdelmantel.«Sialgunaveztengouncerdo,levoyaponertunombre»pensó,ysesintiómuysatisfechaconsuvenganza.

—Peroalguientienequecuidarlamientrasviva—advirtióeltíoOliver.«Semereceríanquesímemurieraparaquesufrieranterriblesremordimientosel

resto de sus vidas», pensó Emily. Luego, en la pausa que siguió, se imaginódramáticamentesufuneral,seleccionóaquienesllevaríanelataúdytratódeelegirelverso del himno que quería que grabaran en su lápida. Pero antes de que pudiera

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decidirlo,eltíoWallacecontinuóhablando.—Bien, no estamos llegando a ninguna parte. Tenemos que ocuparnos de la

criatura…«Megustaríaquenomellamaras"lacriatura"»,pensóEmily,conrencor.—… y alguno de entre nosotros tiene que darle un hogar —prosiguió el tío

Wallace—.La hija de Juliet no debe quedar amerced de extraños. Personalmente,creoquelasaluddeEvanolepermiteocuparsedecriaryeducaraunacriatura…

—Unacriaturacomoella—precisólatíaEva.EmilylesacólalenguaalatíaEva.—Pobrecita—dijolatíaLaura,condulzura.AlgocongeladoenelcorazóndeEmilysederritióenaquelmomento.Leencantó

quelallamaran«pobrecita»contantaternura.—Nocreoquetengasquesentirtantapenaporella,Laura—dijoeltíoWallace,

con decisión—. Es evidente que tiene muy pocos sentimientos. No la he vistoderramarunalágrimadesdequellegamosaquí.

—¿Os habéis dado cuenta de que ni siquiera ha queridomirar a su padre porúltimavez?—preguntólatíaElizabeth.

Depronto,elprimoJimmysepusoasilbar,mirandoeltecho.—Estantoloquesientequetienequeocultarlo—dijolatíaLaura.EltíoWallacegruñó.—¿Noteparecequetendríamosquellevárnoslanosotras,Elizabeth?—prosiguió

Laura,contimidez.LatíaElizabethsemovióincómodaenlasilla.—No creo que estuviera contenta en la Luna Nueva, con tres viejos como

nosotros.«¡Síqueloestaría,sí!»,pensóEmily.—Ruth,¿ytú?—preguntóeltíoWallace—.Vivessolaenunacasamuygrande.

Tevendríabienteneraalguienqueteacompañara.—Nomegustaesaniña—dijolatíaRuth,cortante—.Esastutacomounavíbora.«¡Claroqueno!»,pensóEmily.—Con una educación prudente y cuidadosa, muchos de sus defectos pueden

curarse—dijoeltíoWallace,pomposamente.«¡Noquieroquemeloscuren!».Emilyestabaenfadándosecadavezmásdebajo

de la mesa. «A mí me gustan mis defectos más que sus…, sus… —buscómentalmente la palabra adecuada y entonces, triunfante, recordó una frase de supadre—,¡susabominablesvirtudes!».

—Lodudo—espetólatíaRuth,mordaz—.Loqueestáenloshuesossalehacialacarne. En cuanto a Douglas Starr, creo que fue verdaderamente vergonzoso de supartemorirseydejaraesacriaturasinuncentavo.

—¿Lohizoapropósito?—preguntóelprimoJimmy,suavemente.Eralaprimeravezquehablaba.

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—Fueunfracasado—exclamólatíaRuth.—¡Mentira,mentira!—gritóEmily,sacandoabruptamente lacabezapordebajo

delmantel,entrelaspatasdeunextremodelamesa.Por un instante, losMurraypermanecieron tan inmóviles y callados como si el

exabrupto los hubiera convertido en piedra. Luego, la tía Ruth se levantó, avanzóhacia la mesa y levantó el mantel, detrás del cual Emily se había retirado,consternada,aldarsecuentadeloquehabíahecho.

—¡Levántateysaldeahí,EmilyStarr!—ordenólatíaRuth.«Emily Starr» se levantó y salió. No parecía muy asustada: estaba demasiado

enfadadaparaasustarse.Selehabíanoscurecidolosojosyteníalasmejillasrojas.—¡Quéhermosa!¡Quéniña tanhermosa!—dijoelprimoJimmy.Peronadie lo

oyó.LatíaRuthteníalapalabra.—¡Eresunaespía,sinvergüenza!—exclamó—.AhíestálasangredelosStarr,un

Murrayjamáshabríahechounacosaasí.¡Habríaquedarteazotes!—¡Papá no era un fracasado! —gritó Emily, ahogada de la ira—. No tiene

derechoadecirqueeraunfracasado.Nadiequehayasidotanqueridocomoélpodríaserlo.Yonocreoquea ti tehayaqueridonadie.Asíquetúeres lafracasada.Ynovoyamorirmedetuberculosis.

—¿Tedascuentadequeeresculpabledealgomuyvergonzoso?—lepreguntólatíaRuth,blancaderabia.

—Quería oír qué pensabais hacer conmigo—exclamó Emily—. No sabía quefueraalgotanmalo;nosabíaqueibaisadecircosastanhorriblesdemí.

—Losqueescuchanaescondidasnuncaoyennadabuenodesímismos—dijolatíaElizabeth,imponente—.Tumadrejamáshabríahechoeso,Emily.

El valor había abandonado a Emily. Se sentía culpable y desgraciada, ay, tandesgraciada…Nolosabía,peroalparecerhabíacometidounpecadoimperdonable.

—Vearriba—ordenólatíaRuth.Emilysefue,sinprotestar.Peroantesdeirsemiróasualrededor.—Mientras estaba debajo de la mesa —confesó— le hice una mueca al tío

WallaceylesaquélalenguaalatíaEva.Lodijoconpesar,deseandosersinceraconsusfaltas,perocontantafacilidadnos

entendemosmal los unos a los otros, que losMurray en realidad creyeron que seestabapermitiendoellujodedecirunaimpertinencia.Cuandosecerrólapuertatrasella,todos,exceptolatíaLaurayelprimoJimmy,sacudieronlacabezaygimieron.

Emilyfueasudormitorioenunestadodeamargahumillación.SentíaquehabíahechoalgoquelesdabaalosMurrayelderechoadespreciarla…,yademásdecíanquelasangreStarrhabíasalidoalasuperficie.Encima,nisiquierahabíaaveriguadocuálseríasudestino.

MiródesconsoladaalapequeñaEmilydelespejo.—Yonosabía,nolosabía—murmuró—.Peroahoralosé—añadióresuelta—,y

nunca,nuncavolveréahacerlo.

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Porunmomentopensóquesearrojaríasobrelacamaallorar.Nopodíasoportartodoeldolory lavergüenzaquelequemabanelcorazón.Peroentonces,sumiradacayó sobre el cuaderno amarillo que estaba sobre su mesita. Un minuto después,Emilyestabasentadasobrelacama,alestiloturco,escribiendoconentusiasmoenelviejocuadernoconunpedacitodelápiz.Amedidaquesusdedosvolabansobrelosrenglonesborrososselecolorearonlasmejillasylevolvióelbrilloalosojos.Olvidóa losMurray,aunqueestabaescribiendosobreellos;olvidósuhumillación,aunqueestaba describiendo lo ocurrido; durante una hora escribió sin pausa a la luzmortecinadesuhumeantelámpara,sindetenerse,salvoaquíyallá,paramirarporlaventanalabellezadelanocheneblinosamientrasbuscabaenlacabezaunapalabradeterminada,ycuandolaencontrabasuspirabafelizyseguíaescribiendo.

Cuando oyó que los Murray subían la escalera guardó el cuaderno. Habíaterminado;habíaescritounadescripciónde todo lo sucedidoydel cónclavede losMurray,yhabíaconcluidoconunpatéticadescripcióndesupropiolechodemuerte,con losMurray de pie, a su alrededor, rogándole que los perdonara. Al principiodescribióalatíaRuthderodillas,enunaagoníadesollozosllenosderemordimiento.Luego, detuvo el lápiz, «la tía Ruth jamás se sentiría tan mal por ninguna cosa»pensó,ytachóelrenglón.

Escribiendo, el dolor y la humillación se diluyeron.Sólo estaba cansada y casifeliz.Había sido divertido buscar palabras que encajaran con el tíoWallace y quésatisfacciónexquisitadescribiralatíaRuthcomo«unamujercitarechoncha».

—Megustaría saberquédiríanmis tíos si supieran loquedeverdadpiensodeellos—murmuró,mientrasseacostaba.

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CAPÍTULOCINCO

Eldiamantecortaeldiamante

Los Murray habían ignorado expresamente a Emily durante el desayuno; cuandoterminarondecomerlallamaronalsalón.

Estabantodos(lafalangeentera),yaEmilyseleocurrió,almiraraltíoWallacesentadoalsolde laprimavera,quedespuésde todonohabíaencontrado lapalabraadecuadaparaexpresarsucaracterísticogestohosco.

La tía Elizabeth estaba de pie junto a lamesa, seria, con unos papelitos en lamano.

—Emily—dijo—,anochenopudimosdecidirquiéntellevaría.Debopuntualizarque,despuésdeobservar tucomportamiento,ningunodenosotrostienedemasiadasganasdequedarsecontigo…

—Ay,Elizabeth—protestóLaura—.Es…eslahijadenuestrahermana.Elizabethlevantólamano,enungestodereina.—Estoy hablando yo,Laura.Ten la bondad de no interrumpirme.Comodecía,

Emily, no pudimos decidir quién se ocuparía de ti. De modo que acordamos,siguiendounasugerenciadelprimoJimmy,queresolveríamoslacuestiónechándolaa suertes.Tengonuestros nombres aquí, escritos en estos papelitos.Cogerás unoyaquelcuyonombreestéescritotedaráunhogar.

LatíaElizabethextendiólospapelitos.Emilytemblabacontantaviolenciaquealprincipio no pudo coger ninguno. Era espantoso, parecía que tenía que decidir supropiodestinoaciegas.

—Cogeuno—dijolatíaElizabeth.Emilyapretólosdientes,irguiólacabezaconelairedequiendesafíaaldestinoy

cogióunpapel.La tíaElizabeth lo tomóconunamano temblorosay losostuvoenalto.Enélestabasupropionombre:«ElizabethMurray».LauraMurrayse llevóelpañueloalosojos.

—Bien, ya está—dijo el tío Wallace, levantándose aliviado. Voy a tener quedarme prisa si quiero tomar el tren. Claro que, en lo que hace a los gastos, yocontribuiréconmiparte,Elizabeth.

—EnlaLunaNuevanosomosmendigos—soltólatíaElizabeth,confrialdad—.Yaquemehatocadoamíllevármela,haréloquehagafalta,Wallace.Novoyaeludirmideber.

«Yosoysudeber—pensóEmily—.Papádecíaqueanadielegustaloqueesundeber.DemaneraquenuncalevoyagustaralatíaElizabeth».

—Tienesmás orgulloMurray que todos nosotros juntos, Elizabeth—rió el tíoWallace.

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Todoslosiguieronfuera,todosexceptolatíaLaura.EllaseacercóaEmily,queestabadepie,sola,enmediodelahabitación,ylacogióenbrazos.

—Mealegrotanto,Emily,tanto—susurró—.Notepreocupes,pequeña.Yoyatequiero,ylaLunaNuevaesunlugarprecioso,Emily.

—Tiene…unnombrebonito—dijoEmily,luchandoporcontrolarse—.Yo…yoquería…irmecontigo,tíaLaura.Creoquevoyallorar,peronoesporquenoquierair.Mismodalesnosontanmaloscomopensáis, tíaLaura,yanochenomehubierapuestoaescucharsihubierasabidoqueesonosehace.

—Yaséqueno—dijolatíaLaura.—PeronosoyunaMurray,¿sabes?Entonces las palabras de tía Laura sonaron muy extrañas… en labios de una

Murray.—¡Graciasalcielo!ElprimoJimmysiguióaEmilycuandoéstasaliódelahabitaciónylaalcanzóen

el pequeño vestíbulo.Miró cuidadosamente a su alrededor para asegurarse de queestabansolosysusurró:

—TutíaLauraesespecialistaenhacerempanadademanzana,gatita.Emilypensóque«empanadademanzana»sonababien,aunquenosabíaquéera.

LesusurróalprimoJimmyunapreguntaquenuncasehabríaatrevidoahacerlealatíaElizabeth,nisiquieraalatíaLaura.

—PrimoJimmy,cuandohaganempanadaenlaLunaNueva,¿medejaránrebañarelmoldeycomermelamasacruda?

—Laura,sí;Elizabeth,no—susurróelprimoJimmy,solemne.—¿Y poner los pies en la estufa cuando seme enfríen? ¿Y comer una galleta

antesdeirmeadormir?—Lamisma respuesta que antes—dijo el primo Jimmy—. Yo te recitaré mis

poesías. Son muy pocas las personas a las que se las recito. He compuesto milpoemas. No están escritos, los tengo todos aquí. —El primo Jimmy se señaló lacabeza.

—¿Esmuy difícil escribir poesía?—preguntó Emily,mirando al primo Jimmyconunnuevorespeto.

—Es tan fácil como hacer rodar un leño, si encuentras suficientes rimas —contestóelprimoJimmy.

Aquellamañanase fueron todos,menos losde laLunaNueva.La tíaElizabethanuncióquesequedaríanhastaeldíasiguienteparaempaquetary llevarseaEmilyconellos.

—Casi todos losmuebles sonde la casa—dijo—,demodoqueno tardaremosmucho tiempoen terminar.Sólohayque recoger los librosdeDouglasStarr y suspocaspertenenciaspersonales.

—¿Cómollevaréamisgatos?—preguntóEmily,preocupada.LatíaElizabethlamiró.

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—¡Gatos!Novasallevarteningúngato,señorita.—¡PerotengoquellevarmeaMikeyaSaucySal!—exclamóEmily,desesperada

—.Nopuedodejarlos.Nopuedovivirsinungato.—¡Tonterías!EnlaLunaNuevahaygatosenelcampo,peronoentrannuncaen

lacasa.—¿Atinotegustanlosgatos?—preguntóEmily,incrédula.—No,nomegustanlosgatos.—¿Notegustaacariciaraungatogordo,suaveybueno?—insistióEmily.—No,preferiríatocarunavíbora.—Hayunapreciosamuñecadeceradetumadreencasa—dijolatíaLaura—.Le

harévestidos.—Nomegustanlasmuñecas,nohablan—exclamóEmily.—Losgatostampoco.—¡Cómo que no!Mike y Saucy Sal hablan. ¡Ay!, tengo que llevármelos. Por

favor,tíaElizabeth.Yoadoroaesosgatos.Ysonlosúnicosseresquemequedanenelmundoquemequieren.¡Porfavor!

—¿Qué es un gato más o menos en cien hectáreas? —dijo el primo Jimmy,tironeándosedelabarba—.Llévalos,Elizabeth.

LatíaElizabethreflexionóunmomento.Noentendíacómoalguienpodíaquereraungato.LatíaElizabetheraunadeesaspersonasquenuncaentiendenunacosaamenosqueselesexpliqueconmuchaclaridadyselesmetaenlacabeza.Entoncespuedenentenderlo,perosóloconelcerebroynoconelcorazón.

—Puedesllevarteunodetusgatos—dijoporfin,conelairedequienhaceunagranconcesión—.Sólouno.No,nodiscutas.Serámejorqueaprendasdeunavezportodas,Emily,quecuandoyodigoalgo,asíes.Yabasta,Jimmy.

El primo Jimmy se guardó algo que iba a decir, se metió las manos en losbolsillosysilbómirandoeltecho.

—Cuando es no, es no, típico de los Murray. Nacimos todos con esa manía,gatita,ytendrásquesoportarla,ademástútambiénlatienes,ymucho.YdicenquenoeresunaMurray…EresunaStarrsóloenapariencia.

—No es cierto, yo soy toda Starr, quiero serlo—exclamó Emily—. Ay, pero¿cómopuedoelegirentreMikeySaucySal?

Era un problema serio. Emily se enfrento a él todo el día, con el corazónoprimido.Ella queríamás aMike; de eso no le cabía duda, pero no podía dejar aSaucySal amerceddeEllen.Ellen siemprehabíaodiado aSal, peroMike le caíabastantebienyconélseríabuena.EllenibaavolverasucasadeMaywoodyqueríatenerungato.AúltimahoradelatardeEmilytomósuamargadecisión.SellevaríaaSaucySal.

—Mejor llévate almacho—dijo el primo Jimmy—.Así no tendrás problemasconlosgatitos,Emily.

—¡Jimmy! —dijo la tía Elizabeth, severa. A Emily le llamó la atención la

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severidad.¿Porquénosepodíahablardegatitos?PeronolegustabaqueaMikelollamaran«elmacho».Dealgunamanerasonabainsultante.

Tampocolegustólaconmociónylasprisasporempaquetar.Añorabalaantiguatranquilidadylasdulcesconversacionesconsupadre.SesentíacomoalejadadeélporinflujodelosMurray.

—¿Quéesesto?—preguntólatíaElizabethdepronto,deteniéndoseunmomento.Emily la miró y vio con espanto que la tía Elizabeth tenía en la mano el viejocuaderno,queloabría,queestabaleyéndolo.Emilydiounsaltoyagarróellibro.

—No puedes leer eso, tía Elizabeth —exclamó, indignada—, es mío, mipropiedadprivada.

—Vayaarrogancia,señoritaStarr—dijolatíaElizabeth,mirándola—,permítemequetedigaqueyotengoderechoaleertuslibros.Ahorayosoyresponsabledeti,novoyapermitirnadaocultooclandestino,quequedeclaro.Evidentemente,tienesalgoahíqueteavergüenzaqueveanyquierosaberquées.Dameesecuaderno.

—No estoy avergonzada de él —exclamó Emily, retrocediendo, apretando supreciosocuadernocontraelpecho—.Peronoquieroquetú…ninadie…lovea.

LatíaElizabethseleacercó.—EmilyStarr,¿nooyesloquetedigo?Dameesecuadernoenseguida.—¡No, no! —Emily se volvió y salió corriendo. Nunca permitiría que la tía

Elizabeth leyera su cuaderno. Corrió hacia la cocina, quitó la tapa y metió elcuadernoenelfuego.Elcuadernocomenzóaarderalegremente.Emilyloobservó,destrozada.Leparecíaquepartedesímismasequemabaconél.PerolatíaElizabethnodebíaverlonunca,nodebíavertodaslascosasquehabíaescritoylehabíaleídoasupadre, todas las fantasías sobre laSeñoraViento, sobre laEmilydel espejo, susdiálogos con los gatos, lo que había escrito la noche anterior sobre los Murray.Observócómosearrugabanycontorsionabanlashojas,comosiestuvieranvivas,yluegocómoseponíannegras.Unrenglónescritoapareciócontodaclaridad.«LatíaElizabethesmuyfríayaltiva».¿YsilatíaElizabethhubieraleídoaquello?¡Ysiloestaba leyendo ahora! Emily miró, temerosa, por encima del hombro. No, la tíaElizabeth había regresado a la habitación y había cerrado la puerta con lo que, encualquieraquenofueraunaMurray,sehabríaconsideradounportazo.Elcuadernoyaeraunmontoncitodeshilachadosobreloscarbonesblancos.Emilysesentójuntoalacocinaylloró.Sentíaquehabíaperdidoalgodeunvalorincalculable.Eraterriblepensarquetodosaquellostextostanqueridosyanoestaban.Nuncapodríavolveraescribirlos,almenosnoigual,y,aunquepudiera,noseatrevería,nuncaseatreveríaaescribir nada si la tíaElizabeth tenía queverlo.Supadre nunca insistía enver suscosas. Le gustaba leérselas, pero si ella no hubiera querido, él nunca la habríaobligado.Depronto,conlaslágrimasquelebrillabanenlasmejillas,Emilyescribióunalíneaenuncuadernoimaginario.

«LatíaElizabethesfríayaltiva,ynoesjusta».A lamañana siguiente,mientras el primo Jimmy ataba las cajas en la parte de

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atrás del coche de doble asiento y la tía Elizabeth le daba a Ellen las últimasinstrucciones,Emilysedespidiódetodo:delPinoGalloydeAdányEva(«Mevaisaextrañar tanto cuando me haya ido; no habrá nadie aquí para quereros» dijo,melancólica),delarejaenformadearaña,delosvidriosdelaventanadelacocina,del viejo sillón de respaldo alto, del lecho de césped, de los abedules plateados.Luego subió a la ventana de su antiguo dormitorio. A Emily siempre le habíaparecido que aquella ventana se abría a un mundo de maravilla. En el cuadernoquemadohabíauntextodelqueellaestabaespecialmenteorgullosa:«Descricióndelpaisage desde mi bentana». Se había sentado allí a soñar; por las noches searrodillaba allí y rezaba. A veces las estrellas brillaban a través de esa ventana, aveceslalluviagolpeabacontraella,aveceslospequeñosgorrionesylasgolondrinaslavisitaban,avecesunaromafrescoentrabaporelladesdeelmanzanoylaslilas,aveceslaSeñoraVientoreía,suspiraba,cantabaysilbabajuntoaella:Emilylahabíaoído en las noches oscuras y en las violentas tormentas blancas del invierno.A laSeñoraVientono ledijo adiós,pues sabíaque laSeñoraVientoestaría en laLunaNuevatambién,peroledijoadiósalaventanayalacolinaverdequehabíaamado,yasustierrasyermashabitadasporlashadasyalapequeñaEmilydelespejo.PodríahaberotraEmilydelespejoen laLunaNueva,peronosería lamisma.Quitóde laparedlafotodelvestidodebailequehabíacortadodeunarevistademodasyselaguardó en el bolsillo. Era un vestido precioso, todo de encaje blanco y ramos decapullos,conunacolalarguísimadevolantesdeencajequeseguramenteeratanlargacomotodaunahabitación.Emilysehabíaimaginadomilvecesasímismaconaquelvestido,flotando,hechaunareinadebelleza,enunsalóndebaile.

Abajolaesperaban.EmilysedespidiódeEllenGreeneconbastanteindiferencia;nuncalehabíagustadoEllenGreeney,desdelanocheenquelehabíadichoquesupadreibaamorirse,lahabíaodiadoytemido.

EllenasombróaEmilyestallandoensollozosyabrazándola,pidiéndolequenolaolvidarayllamándola«miniñaadorada».

—Yonosoytuniñaadorada—dijoEmily—,peroteescribiré.¿VasaserbuenaconMike?

—Creoqueteduelemásdejaraesegatoqueamí—sollozóEllen.—Ah,claro,porsupuesto—dijoEmily,sorprendidadequeaalguienlellamara

laatención.Tuvoque recurrira todasudeterminaciónparano llorarcuandosedespidióde

Mike,queestabahechounovilloalsolenlahierbaquehabíadetrásdelacasa.—Tal vez te vuelva a ver algún día —susurró mientras lo abrazaba—. Estoy

seguradequelosgatitosbuenosvanalcielo.Luegopartieron en el coche de asientos dobles y toldo con flecos que siempre

usaban los Murray de la Luna Nueva. Emily nunca había viajado en algo tanespléndido.Nuncahabíaviajadomucho.Unaodosvecessupadre lehabíapedidoprestadoalseñorHubbardsuviejacalesaconelponigrisparairaCharlottetown.La

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calesaeraruidosayelponilento,perosupadrelehabíahabladodurantetodoelviajeehizodelcaminounaverdaderamaravilla.

ElprimoJimmyylatíaElizabethsesentarondelante,ellamuyarroganteconsumantoysucofiadeencajenegro.LatíaLaurayEmilyocuparonelasientodeatrás,conSaucySalenunacanastaentrelasdosmaullandoasustada.

Cuandoibanporelcaminodecésped,Emilymiróhaciaatrásypensóquelaviejacasita marrón en la hondonada tenía un aire desdichado. Habría querido volvercorriendo, para consolarla.A pesar de su determinación, se le llenaron los ojos delágrimas;perolatíaLauraestirósucálidamanoenguantadaporencimadelacanastadeSaucySalytomóladeEmily,dándoleunapretóníntimoycomprensivo.

—Ay,tequieromucho,tíaLaura—susurróEmily.YlosojosdelatíaLauraeranmuy,peromuyazules,yprofundos,ybondadosos.

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CAPÍTULOSEIS

La«LunaNueva»

Emilyencontrómuyagradableelviajeatravésdeaquelmundoflorecientedejunio.Nadie hablaba mucho; hasta Saucy Sal se había resignado al silencio de ladesesperanza; de vez en cuando el primo Jimmyhacía un comentario,más para símismo, al parecer, que para otra persona. A veces la tía Elizabeth le respondía; aveces,no.Ellasiemprehablabatajantementeynoutilizabapalabrasinnecesarias.

SedetuvieronacomerenCharlottetown.Emily,quenohabíatenidoapetitodesdelamuertedesupadre,nopudocomerlacarnequelacamareradelaposadalepusoenfrente.Anteello, la tíaElizabeth ledijoalgoaloídoa lacamarera,quese fueyvolvióalpocoratoconunabandejaderodajasblancasdepollofríoacompañadasdeunpreciosoadornodelechugacortadafinita.

—¿Puedescomerteeso?—preguntólatíaElizabethconseveridad,comoquiensedirigeaunreoquecompareceanteuntribunal.

—Loprocuraré—murmuróEmily.Enesemomentoestabademasiadoasustadaparadecirmás,pero,cuandohabía

logrado tragar parte del pollo, su cabecita había decidido que había un tema queaclarar.

—TíaElizabeth…—dijo.—¿Qué?—contestólatíaElizabeth,dirigiendosusojosazulacerodirectamentea

losojosturbadosdesusobrina.—Quisieraqueentendieras—prosiguióEmily,hablandodeformamuycorrectay

atildadaparaasegurarsedequelacomprendieranbien—quesinomehecomidolacarne asada no es porque nomeguste.No tenía nada de hambre; y he comido unpocodepolloparacomplacerte,noporquemegustemás.

—Losniñosdebencomer loque se lesdaynodespreciar la comidabuena—replicólatíaElizabeth,contonosevero.AsíqueEmilysintióque,despuésdetodo,latíaElizabethnohabíaentendido,ysesintiódesdichada.

Despuésdecomer, la tíaElizabeth leanuncióa la tíaLauraqueharíanalgunascompras.

—Tenemosquecomprarlecosasalacriatura—dijo.—Por favor, no me llaméis «la criatura»—exclamó Emily—. Me hace sentir

comosinopertenecieraanadie.¿Notegustaminombre,tíaElizabeth?Amamálegustabamucho.Además,nonecesito«cosas».Tengodos juegoscompletosderopainterior,aunqueunoestáremendadoy…

—Chitón—soltóelprimoJimmy,dándoleunasuavepataditaaEmilypordebajode la mesa. El primo Jimmy sólo quería decirle que era mejor dejar que la tía

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Elizabethlecomprara«cosas»cuandoestabadehumor,aunqueEmilypensóquelareprendía por mencionar la ropa interior y se sumió en sus pensamientos. La tíaElizabethsiguióhablandoconlatíaLauracomosinohubieraoído.

—Nodebeusaresevestido tannegroordinarioenBlairWater.A travésdeesatelasepodríacolarharinadeavena.Esunatonteríaobligaravestirdenegroaunacriaturadediezaños.Lecompraréunbonitovestidoblancoconuncinturónnegro,yotro de algodón, a cuadros blancos y negros, para la escuela. Jimmy, dejamos a lacriaturacontigo.Cuídala.

El método del primo Jimmy para cuidarla fue llevarla a un restaurante de laesquinayatiborrarladehelado.Emilynuncahabíatenidomuchasoportunidadesdetomar helado y no fue necesario insistir, a pesar de no tener apetito, para que secomieradoscopasllenas.ElprimoJimmylamirabaconsatisfacción.

—NosirvedenadaquetecomprecosasqueElizabethpuedaver—dijo—.Peroellanopodráverloqueestádentrodeti.Aprovechalaoportunidad,quesóloelcielosabecuándotendrásotra.

—¿NuncacoméisheladoenlaLunaNueva?ElprimoJimmynegóconlacabeza.—Atu tíaElizabethno legustan lascosasmodernas.En lacasavivimoscomo

hacecincuentaaños,aunqueenlagranja, tienequeceder.Enlacasa…velas;enlavaquería…lasgrandesollasdesuabuelaparaponer la leche.Pero,gatita, laLunaNuevaesunlugarmuybonito,apesardetodo.Algúndíategustará.

—¿Hayhadas?—preguntóEmily,esperanzada.—Losbosquesestánllenosdehadas—respondióelprimoJimmy—.Yeljardín

estállenodeaguileñas.Lasplantamosapropósito,paralashadas.Emilysuspiró.Desdelosochoañossabíaqueyanohabíamáshadasenningún

lado,peronohabíaabandonadodeltodolaesperanzadequeaúnquedaranunaodosenlugaresanticuadosylejanos.¿YdóndeencontrarlasconmásprobabilidadqueenlaLunaNueva?

—¿Hadasdeverdad?—interrogó.—Bueno,debessaberquesiunhadafuesedeverdad,noseríaunhada—dijoel

primoJimmy,muyserio—.¿Osí?Antes de que Emily pudiera reflexionar las tías regresaron y pronto estuvieron

todos otra vez en camino. Atardecía cuando llegaron a Blair Water: un atardecerrosadoqueinundabadecolorlalargacostaarenosadelmaryhacíaresaltarelcaminorojo y la colina oscurecida por los abetos con fugaz nitidez. Emily miró a sualrededory elnuevoentorno legustó.Divisóunagrancasablancaqueasomabaatravésdeunvelodealtosárbolesviejos(nopequeñosabedulesreciénsalidosdelatierra sino árboles que habían amado y sido amados por tres generaciones), unespejitodeaguaplateadaquebrillabaatravésdelosabetososcuros(elestanque,elBlairWater que daba nombre al lugar, ella ya lo sabía), y la alta aguja dorada yblancadeunaiglesiaqueseerguíaporencimadelosbosquesdearces,enelvalle,

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alláabajo.Peronofuenadadeestoloqueleprodujo«eldestello».Estevinoconlarepentinavisióndelaventanaalta,preciosa,yamistosa,queespiabaatravésdelashiedras del techo y sobre la que asomaba una luna nueva, real, dorada y esbelta.EmilyestabafascinadaconelpaisajecuandoelprimoJimmylalevantó,lasacodelcocheylallevóalacocina.

Emilysesentóenunbancolargodemadera,queestabalisocomoelsaténporlosaños y los fregados y observó a la tía Elizabeth encendiendo velas aquí y allí engrandescandelabrosdelatónresplandeciente:enelestanteentrelasventanas,sobreel aparadoraltodonde lashilerasdeplatosblancosyazules comenzabanahacerleguiños para darle una amistosa bienvenida, sobre la larga mesa del rincón… Amedida que las encendía, mágicas «velas de conejos» se encendían fuera de lasventanas,entrelosárboles.

Emilynuncaanteshabíavistounacocinacomoaquélla.Teníaparedesdemaderaoscura y el techo bajo, atravesado por vigas negras de las que colgaban jamones,tocino, ramitosdehierbas,mediasycalcetinesnuevos,ymuchasotrascosascuyosnombresyutilidadesEmilynoconsiguióadivinar.Elsuelopulidoeradeunblancoinmaculado,peroatravésdelosañoslastablashabíansidotanrestregadas,quelosnudosdelamaderaseelevabanportodaspartescomounbonitorelieve,yfrentealacocinalastablashabíancedido,haciendounaespeciedeextrañopozo.Enunrincóndeltechohabíaungranagujerocuadradoque,alaluzdelasvelas,parecíanegroyamenazador,ylediomiedo.Algopodíasurgirdeprontodeunagujerocomoésesiunonosehaportadodeltodobien.Ylasvelasarrojabanunassombrasvacilantesyextrañas…EmilynosabíasilegustabalacocinadelaLunaNuevaono.Eraunlugarbastanteinteresanteypensóquelegustaríadescribirloensuviejocuaderno,sinolohubiera quemado. De pronto Emily se sorprendió temblando y al borde de laslágrimas:

—¿Tienes frío?—preguntó la tía Laura, cariñosa—. Estas nochecitas de juniotodavíasonfrías.Venalasalita,Jimmyencendiófuegoenelhogar.

Emily,luchandocondesesperaciónparanoperderelcontroldesímisma,fuealasalita. Era mucho más alegre que la cocina. El suelo estaba cubierto de alegresalfombras rayadas tejidas en casa, la mesa tenía un mantel rojo brillante, en lasparedeshabíaunpreciosopapelconundiseñodediamantes,ylascortinaserandeunmaravilloso damasco rojo pálido y tenían grandes dibujos de helechos blancosestampados.Eranmuy finas, imponentesy típicamenteMurray.Emilynuncahabíavistocortinascomoaquéllas.Perolomásbonitodetodoeranlosreflejosamistososdelalegrefuegoque,desdelachimenea,suavizabalafantasmagóricaluzdelasvelasconunalgocálido,rosadoydorado.Emilycolocólospiesdelantedelfuegoysintióque revivía su interés por lo que la rodeaba. ¡Qué maravillosas puertas de vidrioemplomado que cerraban los aparadores de la loza a ambos lados de la repisa delhogar, negra y pulida! ¡Qué graciosas sombras arrojaba el adorno tallado sobre elaparador de la pared de atrás! «Parecía el perfil de un negro», pensó Emily. ¡Qué

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misteriospodíanocultarsedetrásdelaspuertasdecristalconcortinitasdechinédelabiblioteca!LoslibroseranlosamigosdeEmilydondequieraquelosencontrara.Fuedeunsaltohacialabibliotecayabriólapuerta.Pero,nadamásverloslomosdeunoslibrosbastantegordos,apareciólatíaElizabeth,conunjarrodelecheyunplatocondostortitasdeharinadeavena.

—Emily—dijolatíaElizabeth,severa—,cierraesapuerta.Recuerdaqueahoranodebeshurgarenlascosasquenotepertenecen.

—Yocreíaqueloslibroslepertenecíanatodoelmundo—replicóEmily.—Los nuestros no—espetó la tíaElizabeth, y logró transmitir la impresión de

que los librosde laLunaNuevapertenecíanauna razadiferente—.Aquí tienes lacena,Emily.Estamostodostancansadosquenovamosaprepararcomida.Comeyluegonosiremosalacama.

Emilybebiólalecheytragólastortitasdeharinadeavena,sindejardemirarasualrededor. ¡Qué empapelado tan bonito, con las guirnaldas de rosas dentro de losdiamantes dorados!Emily se preguntó si podría «verlo en el aire».Lo intentó…aver…ahí está aunmetrode susojos, unpreciosodibujodehadas, suspendidoenmitaddelairecomoenunapantalla.AlosseisañosEmilydescubrióqueposeíaeseextrañodon.Medianteundeterminadomovimientodelosmúsculosdelosojos,quenopodíaexplicar,reproducía,enelaire,unaréplicadiminutadelempapeladodeunapared,lososteníaallíylomirabatodoeltiempoquequisiera,lomovíahaciaatrásyhacia adelante, a cualquier distancia que quisiera, haciéndolo más grande o máspequeño amedida que lo alejaba o lo acercaba.Cuando entraba en una habitaciónnuevadecualquierparteeraunadesusdiversionespreferidas:«verelempapeladoenel aire».Yelde laLunaNuevaera el empapeladodehadasmásbonitoquehabíavistoensuvida.

—¿Qué miras con esos ojos? —preguntó la tía Elizabeth, que reapareció depronto.

Emilyseencerróensímisma.Nopodíaexplicárselo;latíaElizabethseríacomoEllenGreeneydiríaqueestaba«chiflada».

—No…nomirabanada.—No me contradigas. Estabas haciendo algo con los ojos —respondió la tía

Elizabeth—.Novuelvasahacerlo.Tedaunaexpresiónmuyrara.Ven,vamosarriba.Vasadormirconmigo.

Emilydioun respingodeangustia.Ellapensabaquedormiría con la tíaLaura.Dormircon la tíaElizabethparecía todounproblema.Sinembargo,noseanimóaprotestar. Subieron al gran dormitorio sombrío de la tía Elizabeth, donde elempapelado era oscuro, lúgubre y jamás podría transformarse en una cortina dehadas;habíaunacómodaalta,negraconunpequeñoespejodevaivén, tanaltoqueallínohabríaEmilydelespejo;lasventanasmuycerradasconcortinasverdeoscuro;también había una cama alta con un dosel verde oscuro, un colchón inmenso yalmohadasaltasyduras.

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Emilysequedóinmóvil,mirandoasualrededor.—¿Porquénotedesvistes?—preguntólatíaElizabeth.—No…nomegustadesvestirmedelantedeti—balbuceóEmily.LatíaElizabethmiróaEmilyconsusojosfríosatravésdelasgafas.—Quítatelaropa,enseguida—ordenó.Emily obedeció, temblando de ira y de vergüenza. Era espantoso tener que

quitarselaropamientraslatíaElizabethlaobservaba.Eraunultrajeindecible.Peoraún era decir sus oraciones delante de la tía Elizabeth. Emily pensó que no teníamuchosentidorezarenesascondiciones.ElDiosdesupadreparecíamuylejanoyella sospechabaque elDiosde la tíaElizabeth erademasiadoparecido al deEllenGreene.

—Méteteenlacama—dijolatíaElizabeth,abriéndola.Emilymirólaventanaocultaporlacortina.—¿Novasaabrirlaventana,tíaElizabeth?LatíaElizabethmiróaEmilycomosihubierasugeridoquitareltecho.—¿Abrirlaventanaparaqueentreelairedelanoche?—exclamó—.¡Claroque

no!—Papáyyosiempreabríamoslaventana—exclamóEmily.—Conrazónmuriódetuberculosis—soltólatíaElizabeth—.Elairedelanoche

esveneno.—¿Quéairehaydenochequenoseaelairedelanoche?—preguntóEmily.—Emily—dijolatíaElizabeth,confrialdad—,métete…en…lacama.Emilysemetió.Peroeraabsolutamenteimposibledormiracostadaenaquellacamahondaquese

la tragaba, con una nube de negrura encima y ni un atisbo de luz, y con la tíaElizabethacostadaasulado,larga,rígidayhuesuda.

«Mesientocomosiestuvieraenlacamaconungrifo—pensóEmily—.Ay,ay,voyallorar,séquevoyallorar».

Luchódesesperadamenteyenvanoporcontenerlaslágrimas,peroacabaríanporsalir. Se sentía completamente sola en aquella oscuridad, en medio de un mundoextrañoyhostil,puesahorasíparecíahostil.Yhabíaunsonidomisteriosoytristeenelaire,lejano,peronítido.Eraelmurmullodelmar,peroEmilynolosabíayledabamiedo.¡Ay,sucamita,ensucasa!¡Ay,lasuaverespiracióndepapáenlahabitación!¡Ay, la danza amiga de las estrellas conocidas que brillaban a través de la ventanaabierta!¡Teníaquevolver,nopodíaquedarseallí,allíjamáspodríaserfeliz!Peronoteníadonderegresar,nicasa,nipadre.Ungransollozolebrotódelpecho,seguidodeotro,yluegodeotro.Nosirviódenadaapretarlasmanosylosdientes,nimorderselapartededentrodelasmejillas:lanaturalezaconquistóelorgulloylaresoluciónehizoloquequiso.

—¿Porquélloras?—preguntólatíaElizabeth.Adecirverdad, la tíaElizabethestaba tan incómoday turbadacomoEmily.No

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estabaacostumbradaadormirconnadie;noqueríadormirconEmilymásdeloqueEmily quería dormir con ella. Pero le parecía absolutamente imposible que la niñadurmiera sola en uno de los grandes dormitorios de la LunaNueva, y Laura teníaproblemasparadormir,cualquiercosa ladesvelaba; losniñossiempredanpatadas,segúnhabíaoídodecirElizabethMurray.DemodoquenoquedabamásremedioquellevarseaEmilyadormirconellay,habiendosacrificadosucomodidadparacumplircon su desagradable deber, he aquí que aquella criatura difícil y desagradecida noestabacontenta.

—Tepreguntéporquéllorabas,Emily—repitió.—Nostalgia…creo—sollozóEmily.LatíaElizabethsemolestó.—Bonitacasateníasparasentirnostalgia—dijo,cortante.—Noera…noeratanelegantecomolaLunaNueva—sollozóEmily—,pero…

estabapapá.Echodemenosapapá,tíaElizabeth.¿Túnotesentistemuysolacuandomuriótupadre?

Involuntariamente,ElizabethMurrayrecordólaavergonzadasensacióndealivioque sofocó cuando murió el viejo Archibald Murray, aquel viejo de buen porte,intolerantey tiránico,quehabíamanejadoa su familiaconmanodehierro toda suvidayquehabíahechodesdichadalaexistenciaenlaLunaNuevaduranteloscincoañosdeinvalidezquefueronlosúltimosdesuvida.LosMurrayquelesobrevivieronsehabíanportadodemaneraimpecable:lloraroncondecoroypublicaronunaesquelalarga y halagadora. Pero ¿había habido un solo sentimiento genuino de dolor quesiguieraaArchibaldMurrayalatumba?AElizabethnolegustabaaquelrecuerdoyseenfadoconEmilyporevocarlo.

—MeresignéalavoluntaddelaProvidencia—dijo,confrialdad—.Emily,tienesqueentenderquedebesseragradecidayobedienteymostrartureconocimientoporloque se hace por ti.No voy a tolerar lágrimas ni quejas. ¿Qué habrías hecho si nohubierastenidofamiliaqueseocuparandeti?Respóndeme.

—Supongoquemehabríamuertodehambre—admitióEmily,imaginándosedeinmediato una dramática imagen de sí misma muerta, exactamente igual a lasimágenesdeunarevistademisionerosqueteníaEllenenlaquesalíanlasvíctimasdeunahambrunaquetuvolugarenlaIndia.

—No exactamente, pero te habrían enviado a un asilo donde probablementehubieraspasadohambre.Nosabesde loque tehas salvado.Hasvenidoaunbuenhogardondesetecuidaráyseteeducaráadecuadamente.

AEmilyno legustódel todoesode«se teeducaráadecuadamente».Perodijo,conhumildad:

—YoséquehassidomuybuenaaltraermealaLunaNueva,tíaElizabeth.Peronotemolestarémuchotiempo,¿sabes?Prontoseréadultaypodréganarmelavida.¿Cuálcreesqueeslaedadparaqueunapersonapuedaseradulta,tíaElizabeth?

—Notienesporquépensareneso—dijolatíaElizabeth,tajante—.Lasmujeres

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Murray nunca se han visto en la necesidad de ganarse la vida. Lo único que tepedimosesqueseasunaniñabuenayagradecidaytecomportesconlaprudenciaylahumildadquecorresponde.

Aquellosonabahorriblementeduro.—Sí,tía—dijoEmily,decidiendodeprontosertanheroicacomolasniñasdelas

historiasquehabíaleído—.Talvezdespuésdetodonoseatandifícil, tíaElizabeth—yenesemomentoEmilyrecordóalgoquehabíaoídodecirunavezasupadreylepareció que era una buena oportunidad para utilizarlo—, porque, ¿sabes? Dios esbuenoyeldiablopuedeserpeor.

¡Pobre tíaElizabeth! ¡Recibir el impactode semejante discurso enmediode lanoche,yde labiosdeunapequeña intrusanodeseadaensuordenadavidayensutranquilacama!¡Noesdeextrañarsequedarádemasiadoparalizadapararesponder!Luegoexclamó,horrorizada:

—Emily,novuelvasadecireso.—Está bien—dijo Emily, dócil—. Pero—agregó, desafiante y en voz baja—

seguirépensándolo.—Y ahora —precisó la tía Elizabeth—, quiero decirte que si tú estás

acostumbradaacharlartodalanoche,yono.Teordenoqueteduermasyesperoqueobedezcas.Buenasnoches.

Eltonodel«buenasnoches»delatíaElizabethhabríaestropeadolamejornochedelmundo.PeroEmilysequedómuyquietecitaynollorómás,aunquelaslágrimassilenciosas rodaron por susmejillas en la oscuridad durante un buen ratomás. Sequedó tan quieta que la tía Elizabeth pensó que se había dormido y se durmiótambién.

«Me pregunto si habrá alguien despierto en el mundo, además de yo—pensóEmily,sintiendounasoledadangustiosa—.¡SialmenostuvieraaquíaSaucySal!NoestancariñosacomoMikeperoesmejorquenada.¿Dóndeestará?¿Lehabrándadodecomer?».

LatíaElizabethlehabíadadoalprimoJimmylacanastaconSaucySalconunimpaciente:«Aquítienes,ocúpatedelgato»,yJimmyselahabíallevado.¿Dóndelahabíapuesto?TalvezSaucySalseescaparaalaantiguacasa;Emilyhabíaoídoquelosgatossiemprevuelvenasucasa.Deseóqueellapudierasalireirseasucasa;seimaginóasímismayasugatacorriendoporloscaminososcuros,iluminadosporlasestrellas,hasta lacasade lahondonada,volviendoa losabedules,aAdányEva,aMike, al viejo sillón de respaldo alto, a su cama y a la ventana abierta donde laSeñora Viento le cantaba y al amanecer uno podía ver el azul de la niebla en lascolinas.

«¿Llegarálamañanaenalgúnmomento?—pensóEmily—.Talvezlascosasnoparezcantanmalasdemañana».

Y entonces oyó a la Señora Viento en la ventana; oyó el murmullo débil ysusurrantedelabrisadeunanochedejunio,íntimo,querido,amistoso.

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—¡Ah!Estásahí,¿verdad,querida?—susurró,extendiendolosbrazos—.Ay,mealegro tantodeoírte.Mehacessentir tanacompañada,SeñoraViento.Ahorayanomesientosola.¡Y«eldestello»tambiénhavenido!TeníamiedodequeenlaLunaNuevanovinieranunca.

DerepentesualmaabandonólaprisióndelasofocantecamadeplumasdelatíaElizabethyellúgubredoselylasventanasselladas.SalióalairelibreconlaSeñoraVientoylasotrasgitanasdelanoche:lasluciérnagas,lasmariposas,losarroyos,lasnubes.Alolargoyaloancho,anduvoenunensueñoencantadohastaquellegóalacostadelossueñosyquedóprofundamentedormidasobrelaalmohadagordaydura,mientraslaSeñoraVientocantabasuaveyseductoramenteenlahiedraquecubríalaLunaNueva.

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CAPÍTULOSIETE

«ElLibrodelAyer»

Aquellosdosprimerosdías—sábadoydomingo—enlaLunaNuevapermanecieronenelrecuerdodeEmilycomodosdíasmaravillosos,plenosdeimpresionesnuevasy,engeneral,deliciosas.Siesciertoque«contamoseltiempoporloslatidosdenuestrocorazón»,Emilyviviódos años en lugardedosdías.Todo fue fascinantedesde elmomentoenquebajóporlalargaescalerapulidayentróenelsalóncuadrado,llenode una suave luz rosada que entraba por los paneles de vidrio rojo de la puertadelantera.Emilymiróencantadaa travésde lospaneles.Quéextraño,contemplabaunfascinantemundorojo,conunextrañocielorojoqueparecía,pensóella,elcielodelDíadelJuicioFinal.

EnlaviejacasahabíaunciertoencantoqueEmilysintióintensamenteyalcualreacciono, aunqueerademasiadopequeñapara comprenderlo.Eraunacasaqueenotrostiemposhabíaalbergadoanovias,madresyesposasvivaces,ylaatmósferadesusamoresydesusvidastodavíalatíaenella;elrégimendesolteronasdeElizabethyLauranolahabíaanulado.

«Ay,laLunaNuevamevaaencantar»,pensóEmily;asombrada.LatíaLauraestabaponiendolamesaparaeldesayunoenlacocina,quealaluz

delsolmatutinoseveíaclarayalegre.Hastaelagujeronegrodeltechohabíadejadodeseramenazadorysehabíaconvertidoenunaentradacomúnycorrientealaltillodelacocina.YenelumbraldeareniscarojaestabasentadaSaucySalacicalándosetan satisfecha como si hubiera vivido toda su vida en laLunaNueva.Emily no losabía, pero aquellamañana Saucy Sal ya había probado a fondo las delicias de labatallaconsusparesy leshabíaenseñadoa losgatosdelgranerocuálerasu lugarparaqueenelfuturonohubieradudas.ElgrangatoamarillodelprimoJimmyhabíarecibido una buena zurra y se había quedado sin varios pedazos de su anatomía,mientrasqueunapresumidagatanegra,quesedabamuchosaires,habíadecididoquesiesaintrusagrisyblancadecaralargaquehabíasalidoquiénsabíadedóndeibaaquedarseenlaLunaNueva,ellano.

Emily tomóaSalenbrazosy labesóconamor,provocandoelhorrorde la tíaElizabeth,quellegabadelacocinaexteriorconunplatodetocinochisporroteante.

—Quenovuelvaavertebesaraungato—ordenó.—Ah,estábien—accedióEmily,debuenhumor—.Sólolabesarécuandonome

veas.—Nomehacegracia tu impertinencia, señorita.Novas adarlebesos aningún

gato.—Pero, tíaElizabeth, yo no le he dado un beso en la boca, por supuesto, sino

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entrelasorejas.Esbonito,¿noquieresprobarlo?—Es suficiente, Emily. Ya has hablado bastante. —Y la tía Elizabeth avanzó

majestuosamentehacialacocina,dejandoaEmilytristeduranteunmomento.SintióquehabíaofendidoalatíaElizabethynoteníalamenorideadeporquénicómo.

Pero la escena que se presentaba ante sus ojos era demasiado interesante parapreocuparsemuchomásporlatíaElizabeth.Unaromadeliciosoveníadelacocinaexterior, una construcción pequeña, con un techo inclinado donde en el verano seponíaelgranfogón.Estabacubiertadelúpulo,comocasitodaslasedificacionesdelaLunaNueva.Hacialaderechaestabaeljardín«nuevo»,preciosoenesemomentoqueestabaflorecido,sibiendespuésdetodoeraunlugarbastantecomúnycorrienteyaqueelprimoJimmy lohabíacultivadodeunamaneramuymodernay teníagranoplantadoenlosampliosespaciosabiertosentrelasrectasfilasdeárbolesqueparecíantodosiguales.Perodelotroladodelcaminodelgranero,justodetrásdelpozo,estaba«eljardínviejo»,dondedecíaelprimoJimmyquecrecíanlasaguileñasyqueparecíaser un lugar hechizado donde los árboles habían crecido siguiendo su exclusivavoluntad y habían adoptado formas y tamaños originales, donde la hiedra azul seenrollabaalrededordesusramasylasrosassilvestresseamontonabansobrelacercagris.Unpocomásallá,cerrandoelpanoramaentre los jardines,habíaunapequeñaelevación cubierta de inmensos abedules blancos, entre los cuales estaban losgranerosdelaLunaNueva.Y,delotroladodeljardínnuevo,unpreciosocaminorojoserpenteabacolinaarribahastaqueparecíatocarelintensoazuldelcielo.

El primo Jimmy venía de los graneros, trayendo rebosantes baldes de leche, yEmilycorrióconélhasta la lecheríaquequedabadetrásde la cocinaexterior.Ellajamáshabíavistoniimaginadounlugartanprecioso.Eraunpequeñoedificioblancocomo la nieve en medio de un grupo de altos abetos. Grandes cojines de moho,parecidosaratonesdeterciopeloverde,salpicabaneltechogris.Habíaquebajarseisescalones de arenisca, bordeados de helecho, abrir una puerta blanca que tenía unpanel de vidrio y bajar tres escalonesmás.Y entonces te encontrabas en un lugarlimpio,húmedo,fresco,conoloratierra,conpisodearcillayventanascubiertasconeldelicadoesmeraldadejóveneslúpulos,alrededorhabíaanchosestantesdemadera,dondeestabanlosampliosyllanosrecipientesdebrillantecerámicamarrón,llenosdelechecubiertaconunacapadecrematangrasientaqueeraamarilla.

LatíaLauralosesperaba;colólalechedentrodeunosrecipientesvacíosyluegoquitolanatadealgunosdelosqueestabanllenos.AEmilyleparecióquequitar lanatadelalecheeraunatareafascinanteyansiópoderintentarloella.Tambiénansiósentarseallímismoyescribirunadescripcióndeaquellapreciosaestanciapero,ay,no tenía su cuaderno. Aunque podía escribirlo en la cabeza. Se acuclilló en untaburete de tres patas en un rincón oscuro y se dispuso a hacerlo, tan quieta queJimmyyLauraseolvidarondeella,sefueronyluegotuvieronquesalirabuscarladurante un cuarto de hora. Esto retrasó el desayuno e hizo enfadarmucho a la tíaElizabeth.Sinembargo,Emilyhabíaencontradolafraseexactaparadefiniresa luz

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verde,claraynoobstantepálidaquellenabalalecheríayestabatansatisfechaquenoleimportóelairetormentosodelatíaElizabeth.

Despuésdeldesayuno, la tíaElizabeth informóaEmilyquedeallí enadelanteunodesusdeberesseríallevarlasvacasapastartodaslasmañanas.

—Jimmynotieneanadiequeleayudeenestosmomentosyleahorraráalgunosminutos.

—Y no tengas miedo—agregó la tía Laura—, las vacas conocen tan bien elcamino que irán solas. Lo único que tienes que hacer es seguirlas y cerrar losportones.

—Notengomiedo—dijoEmily,aunquesilotenía.Nosabíanadadevacas,peroestabadecididaaquelosMurraynosospecharanqueunaStarrestabaasustada.Asífueque,conelcorazónlatiéndolecomounmartinete,salióvalientementeydescubrióqueloquelatíaLauralehabíadichoeraverdadyquelasvacasnoerananimalestanferoces,despuésdetodo.Echaronaandarmuyseriamenteyellaselimitóaseguirlas,primeroatravésdeljardínviejoyluegoatravésdelaplantacióndearcesyporunsenderoretorcidocubiertodehelechos,dondelaSeñoraVientoronroneabayespiabapordetrásdelosarboles.

Emilysedetuvoenelportóndelpastizalhastaquesusojosávidosabsorbierontodalageografíadelpaisaje.Laviejapraderaseextendíaanteellaenunasucesióndepequeñosmontículosverdes,justohastalaorilladelfamosoBlairWater,queeraunestanquecasiredondoconorillasondulantessinhierbaniárboles.MásalláestabaelvalledeBlairWater, llenodecasasy,másallá todavía, lagranextensióndelgolfoblanco.AEmily leparecíauna tierraencantada,desombrasverdesyaguasazules.Enun rincóndelpastizal, separadoporunviejomurodepiedra,habíaunpequeñocementerio privado donde estaban enterrados los Murray. Emily quería ir aexplorarlo,perolediomiedocruzarelpasto.

«Iréencuantotengamásconfianzaconlasvacas»,decidió.Hacia la derecha, en la cima de una pequeña colina empinada cubierta de

abedulesyabetosjóvenes,habíaunacasaquedesconcertóeintrigóaEmily.Eragrisy estaba castigada por el tiempo, pero no parecía vieja. No la habían terminadonunca;eltechoestabaterminadoperolasparedesno,ylasventanasestabantapiadas.¿Porquénolahabíanterminado?Ibaaserunacasapreciosa,alaquesepodríahaberamado, una casa donde habría habido hermosos sillones, fuegos acogedores,bibliotecas y preciosos gatos gordos y ronroneantes en rincones inesperados; allímismolepusopornombrelaCasaDesilusionada,ypasomuchotiempoterminandolacasa,amueblándolacomocorrespondía,einventandoalaspersonasylosanimalesmáspropiciosparavivirenella.

Hacialaizquierdadelapraderahabíaunedificiodeunestilomuydiferente:unacasagrande,vieja,cubiertadehiedra,detechoplano,conventanasenlasbuhardillasyaspectogeneraldedejadezyabandono.Unparquegrandeyenmarañado,llenodearbustosdescuidadosydeárboles,seextendíahastaelestanque,dondeunosenormes

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saucesseinclinabanhaciaelagua.EmilydecidiópreguntarlealprimoJimmysobrelascasasalaprimeraoportunidad.

Pensóque,antesderegresar,debíasaltarelcercodelapraderayexplorarciertosenderoque se adentraba en el bosquede abetos y arces.Lohizoy descubrió quellevabadirectoalaTierradelasHadas,alolargodelaorilladeunpequeñoarroyoanchoyprecioso,eraunsenderosilvestremaravilloso,bordeadodehelechosquesemecían y hacían señas, con violetas encantadas bajo los abetos blancos ysorprendentesparajesbellosencadacurva.Aspiróelaromadelosabetosblancosyvioelbrillode las telarañas en las ramasaltas,y en todaspartes lasdanzasde lasluces y las sombras encantadas. Aquí y allá las ramas de los arces jóvenes secruzaban haciendo una cortina para los rostros de las ninfas del bosque; Emily losabíatodosobrelasninfas,graciasasupadre,ylasgrandessábanasdemusgoquehabíadebajodelosárboleseranlechosparaTitania.

—Ésteesunodeloslugaresdondecrecenlossueños—dijoEmily,feliz.Deseó que el sendero continuara hasta el infinito, pero al final se apartaba del

arroyoy, al atravesarunavieja cercademaderamohosa, se encontró en el «jardíndelantero» de la Luna Nueva, donde el primo Jimmy podaba unas reinas de losprados.

—Ay, primo Jimmy, he descubierto un caminito precioso —dijo Emily, sinaliento.

—¿UnoquesaledelbosquedeJohnelAltivo?—¿Noesnuestrobosque?—preguntóEmily,algodecepcionada.—No, pero tendría que serlo.Hace cincuenta años el tíoArchibald vendió ese

pedazodetierraalpadredeJohnelAltivo,elviejoMikeSullivan.ÉlconstruyóunacasitacercadelestanqueyallívivióhastaquesepeleóconeltíoArchibald,loquesucediócasi en seguida,por supuesto.Entonces semudódelotro ladodelcamino,queesdondeviveahora.Elizabethhaintentadocomprarlelatierra,ofreciéndolemásdeloquevale,peroJohnelAltivonoquierevender,pordespecho,yaquetieneunabuenagranjayesepedazono lesirvedemucho.Sóloapacentaunascuantasvacasjóvenesenverano,yloqueestabalimpioseestállenandodebrotesdearces.EsunaespinaqueElizabethtieneclavadayseguiráteniéndolamientrasJohnelAltivosigaatadoasurencor.

—¿PorquéledicenJohnelAltivo?—Porqueesaltoyaltivo.Peronotepreocupesporél.Quieroenseñartemijardín,

Emily.Esmío.Elizabethesamayseñoradelagranja,peromedejael jardín,paracompensarporhabermetiradoalpozo.

—¿Ellahizoeso?—Sí.Nofueadrede,claro.Éramospequeñosyyoestabadevisita.Loshombres

estabanponiéndoleunbrocalnuevoalpozoylimpiándolo.Estabaabiertoynosotrosjugábamosalpilla-pillaalrededordeél.YopusefuriosaaElizabeth,nomeacuerdoquéledije,aunquenoeranadadifícil,yameentiendes,yellaquisopegarmeenla

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cabeza.Yolavivenir,retrocedíparaesquivarlaymecaídecabeza.Nomeacuerdodenadamás.Enel fondonohabíamásquebarro,peromedicon lacabezaen lasparedesdepiedra.Mesacaroncreyéndomemuerto,conlacabezallenadecortes.Lapobre Elizabeth estaba…—el primo Jimmy sacudió la cabeza, como para dar aentenderqueeraimposibledescribircómoestabalapobreElizabeth—.Alpocoratoreaccioné, casi comonuevo.Según lagente,noquedédel todobien,pero lodicenporquesoypoetayporquenuncameinquietopornada.LospoetassontanescasosenBlairWaterque lagenteno losentiende,y lamayoríade laspersonasse inquietanportantascosasquecreenqueunonoestábiensinohacelomismo.

—¿Merecitaríasalgunadetuspoesías,primoJimmy?—preguntóEmily,ansiosa.—Cuandoelespíritume lopida, loharé.No tienesentidopedírmelocuandoel

espíritunomeimpulsaaello.—Pero¿cómovoyasabercuándoelespíritutelopide,primoJimmy?—Porqueme pondré a recitarmis composiciones por propia voluntad. Pero te

diré algo: el espíritugeneralmenteme incita a hacerlo enotoño, cuandohiervo laspatatasparaloscerdos.Recuérdaloynotealejesdemíentonces.

—¿Porquénoescribeslaspoesías?—Elpapel esmuyescasoen laLunaNueva,Elizabetheconomizaconalgunas

cosasinsignificantes,yelpapeldecualquiertipoesunadeellas.—Pero¿túnotienesdineropropio,primoJimmy?—Ah,Elizabethmepagabien.PeromeponetodoeldineroenelBancoymeda

unos pocos dólares de vez en cuando. Dice que no se me puede confiar dinero.CuandovineatrabajaraquíparaellamepagóafindemesyyofuiaShrewsburyameterloenelBanco.Enelcaminomeencontréconunvagabundo,unpobrehombredesamparadoqueno teníauncentavo.Ledimidinero. ¿Porquéno?Yo teníaunabuenacasa,untrabajofijoyropasuficienteparaquemeduraraaños.Supongoquefue lomás tonto que hice enmi vida, y lomás hermoso. PeroElizabeth nunca loentendió.Desdeentonces seocupademidinero.Peroveny teenseñarémi jardín,quedespuéstengoqueiraplantarrábanos.

El jardín era un lugar hermoso, que justificaba el orgullo del primo Jimmy.Parecíaunjardínqueningunaheladapudieramarchitaryenelquenopudierasoplarningún viento fuerte; un jardín evocador de cien veranos desaparecidos. Estabarodeado por un alto seto de abetos recortados, espaciados a intervalos por altosálamosdeLombardía.Elladonorteestabacerradoporunafiladeabetos;asuspiescrecíaunalargafiladepeonías,esplendidascongrandesfloresrojascontrastandoconlaoscuridaddeaquéllos.Enmediodeljardíncrecíaungranabeto,ybajoélhabíaunbancodepiedra,hechoconpiedrasdelacosta,alisadasporellargotrabajodelvientoydelasolas.Enelrincóndelsudestehabíaunenormelechodelilas,recortadasparasemejar un gran árbol inclinado, gloriosamente coronado de púrpura. Un cenadorcubiertodehiedraocupabaelrincónsudoriental.Yenelrincónnororiental,justoenellugardondeelampliosenderorojobordeadodecéspedyadornadoconcaracolas

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demarrosadascontinuabasucaminohaciaelbosquedeJohnelAltivohabíaungranreloj de sol de piedra gris. Emily nunca había visto uno y se quedó mirándolo,fascinada.

—Tutatarabuelo,HughMurray,lotrajodeEuropa—explicóelprimoJimmy—.No hay ninguno tan bonito en las Provincias Marítimas. Y el tío GeorgeMurraycompróesascaracolasenlasIndias.Eracapitán.

Emilymiróalrededor,encantada.Antesusojosinfantileseljardínerapreciosoylacasaespléndida.Éstateníaungranporchedelanteroconcolumnasgriegas,queseteníanpormuyelegantesenBlairWaterycontribuíanengranmedidaajustificarelorgullo de losMurray.Unmaestro de la escuela había dicho que le daban un aireclásicoalacasa.Adecirverdad,elefectoclásicohabíasidoparcialmentesofocadoporlahiedraquetrepabaportodoelporcheypendíaenfestonesverdepálidosobrelashilerasdemacetascongeraniosqueflanqueabanlosescalones.

AEmilyselehinchóelcorazóndeorgullo.—Esunacasanoble—dijo.—¿Ymijardín?—preguntóelprimoJimmy,celoso.—Dignodeunareina—dijoEmily,conuntonoserioysincero.El primo Jimmy asintió, contento, y entonces un extraño sonido le brotó de la

gargantayunamiradararaleaparecióenlosojos.—Hayunembrujosobreestejardín.Lasplagasnoloatacany1osgusanospasan

delargo.Lasequíanoosainvadirloylalluviacaeaquísuavemente.Emilyretrocedióunpaso,involuntariamenteyledieronganasdesalircorriendo.

PeroelprimoJimmyyahabíavueltoasereldesiempre.—Elcéspedquerodeaelrelojdesol¿notepareceterciopeloverde?Mehadado

muchotrabajo, te loaseguro.Eneste jardín tesientescomoentucasa.—ElprimoJimmyhizoungestogeneroso—.Teconfierolibertadsobreél.QuetengassuerteyqueencuentreselDiamantePerdido.

—¿ElDiamantePerdido?—preguntóEmilyconcuriosidad. ¿Qué seria aquellotanfascinante?

—¿Nunca has oído la historia? Te la contaré mañana, en la Luna Nueva losdomingos son días de no hacer nada. Tengo que ir a plantar los rabanitos ahora oElizabethsaldráabuscarme.Nodicenada, sólomemira.¿Algunavezhasvisto laverdaderamiradadelosMurray?

—CreoquelavicuandolatíaRuthmesacódedebajodelamesa—dijoEmily,conpesar.

—No,no.Ésaera lamiradadeRuthDutton:desdén,maliciay lamásabsolutafaltadecaridad.OdioaRuthDutton.Seríedemipoesía,aunquejamáshaoídounverso. El espíritu nunca me lo pide cuando Ruth está cerca. No sé de dónde lasacaron.Elizabethesexcéntrica,peroessólidacomounanuez,yLauraesunasanta.PeroRuthestácarcomidaporlosgusanos.EncuantoalamiradadelosMurray,yatedaráscuentacuandolaveas.EstanconocidacomoelorgullodelosMurray.Somos

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unarazarara,perotambiénlasmejorespersonasquehanexistido.Mañanatecontarédenosotros.

ElprimoJimmycumpliósupromesamientraslastíasestabanenlaiglesia.EnuncónclavefamiliarsehabíadecididoqueaqueldomingoEmilynoiríaalaiglesia.

—No tiene nada apropiado que ponerse —dijo la tía Elizabeth—. Para eldomingopróximoleconseguiremosotraropa.

Emilysedesilusionóalsaberquenoiríaalaiglesia.Laiglesia,enlascontadasocasionesenquehabíaido, lehabíaparecidosiempreunlugarmuyinteresante.EnMaywoodquedabademasiadolejosparaquesupadrefueracaminando,peroaveceselhermanodeEllenGreenelashabíallevadoalasdos.

—TíaElizabeth—preguntó,pensativa—,¿teparecequeDiosseofenderámuchosimepongomivestidonegroparairalaiglesia?Claroqueesbarato,creoqueEllenGreenelopagóconsupropiodinero,perometapadelospiesalacabeza.

—Lasniñaspequeñasquenoentiendennadadebenrefrenar la lengua—dijo latíaElizabeth—.NoquieroquelagentedeBlairWaterveaamisobrinavestidaconropa tanhoscacomoesevestidonegrode lanamerina.Y si lopagóEllenGreene,tenemosque devolverle el dinero.Tendrías que habérnoslo dicho antes de que nosfuéramosdeMaywood.No,hoynovasa ira la iglesia.Mañanapuedesponerteelvestidonegroparairalaescuela.Locubriremosconundelantal.

Emilyseresignóaquedarseencasaconunsuspirodedecepciónpero,alfindecuentas,fuemuyagradable.ElprimoJimmylallevóacaminarhastaelestanque,leenseñóelcementerioyleabrióelLibrodelAyer.

—¿Porqué losMurrayestánenterradosaquí?—preguntóEmily—.¿Esverdadquesondemasiadoimportantesparaquelosentierrenconlagentecomún?

—No, no, gatita.No llevamos nuestro orgullo tan lejos.Cuando el viejoHughMurray se instaló en la Luna Nueva, no había más que bosques en kilómetros ykilómetrosa la redondayningúncementeriomáscercanoqueeldeCharlottetown.PoresoalosviejosMurraylosenterrabanaquí;despuésseguimoshaciéndoloporquequeríamosyacerconlosnuestros,aquí,enlasverdesorillasdelantiguoBlairWater.

—Esopareceunversodeunpoema,primoJimmy—dijoEmily.—Yloes,esunversodeunpoemamío.—Megustalaideadeuncementerioexclusivocomoéste—dijoEmily,decidida,

mirando alrededor con aprobación el césped aterciopelado que bajaba hasta elestanqueazul,lospropiossenderos,lastumbasbiencuidadas.

ElprimoJimmyrió.—YpensarquedicenquenoeresunaMurray—dijo—.Murray,ByrdyStarr,y

untoquecitodeShipleyparacompletarlo,sielprimoJimmynoseequivoca.—¿Shipley?—Sí,laesposadeHughMurray,tutatarabuela,eraunaShipley,inglesa.¿Sabes

cómollegaronlosMurrayalaLunaNueva?—No.

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—Iban aQuebec, no tenían lamenor intención de quedarse en la Isla PríncipeEduardo.Fueunviajemuydifícilyselesestabaterminandoelaguapotable,asíqueel capitán de la Luna Nueva desembarcó aquí para aprovisionarse de agua. MaryMurrayhabíaestadoapuntodemorirseenlatravesíaacausadelosmareos,noserecuperóentodoelviajeyelcapitán,apiadándosedeella,lepermitióbajaratierraconloshombresypisarsuelofirmeduranteunaodoshoras.Ellabajómuycontentay, cuando estuvo abajo, dijo: «Aquí me quedo». Y se quedó. Nada pudo hacerlacambiar de idea. El viejo Hugh, que entonces era el joven Hugh, claro, intentopersuadirla,legritó,laamenazóydiscutió,yhastadicenqueterminóllorando,peroMarynosemovía.Alfinélcedió,hizobajarsuspertenenciasy tambiénsequedó.AsífuecomolosMurrayllegaronalaIslaPríncipeEduardo.

—Mealegrodequehayasidoasí—dijoEmily.—LomismolesucedióalviejoHughconelcorrerdeltiempo.Peronuncadejó

dedolerle,Emily,nuncadejódedolerle.Nuncaperdonódecorazónasuesposa.LatumbadeMaryestáahíenelrincón,eslaquetienelalosaroja.Veymiraloqueélhizoinscribir.

Emily corrió, llena de curiosidad. En la gran losa había grabado uno de esosepitafios largos de otros tiempos. Pero debajo del epitafio no había un verso de laBiblia ni un salmo piadoso. En letras claras y nítidas, a través de los años y delliquen,seleía:«Aquímequedo».

—Asífuecómosevengó—dijoelprimoJimmy—.Fueunbuenesposoparaella,yellafueunabuenaesposaquelediounabuenafamilia,yéljamásvolvióaserelmismodespuésdesumuerte.Perolootrolohabíaatormentado,hastaquealfintuvoquesaliralasuperficie.

Emilyseestremeció.Dealgunamanera,pensarenaquelviejoantepasadolúgubrecon su rencor persistente contra la persona más cercana, a quien más quería, erabastanteaterrador.

«MealegrodesersólomedioMurray»,dijoparasí.Yenvozalta:—Papáme dijo que era una tradición de losMurray no llevar ninguna disputa

másalládelamuerte.—Así es ahora, pero surgió de este hecho, precisamente. La familia de él se

horrorizó,imagínate.Fueunescándaloconsiderable.Algunostorcieronelsignificadoy dijeron que Hugh no creía en la resurrección y se habló de que el tribunal lodiscutiera,perodespuésdeuntiempolashabladuríascesaron.

Emilysaltóaotralosacubiertadeliquen.—ElizabethBurnley,¿quiénfue,primoJimmy?—LaesposadelviejoWilliamMurray.EraelhermanodeHughyvinoaquícinco

añosdespuésqueél.SuesposaeraunagranbellezayhabíasidomuycortejadaenelViejoMundo.AellanolegustabanlosbosquesdelaIslaPríncipeEduardo.Añorabasu país, Emily, lo añoraba de una manera escandalosa. No se quitó el sombrerodurante semanas después de llegar, y caminaba de un lado a otro con el sombrero

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puesto,exigiendoquelallevarandevueltaasucasa.—¿Noseloquitabaparaacostarse?—preguntóEmily.—Nosésidormía.LacuestiónesqueWilliamnoquisollevarladeregresoyal

cabodeltiempoellasequitóelsombreroyseresignó.SuhijasecasóconelhijodeHugh,demaneraqueElizabethfuesólotatarabuela.

Emilymiró la tumba verde hundida y se preguntó si algún sueño de su tierrahabíaperturbadoeldescansodecienañosdeElizabethBurnley.

«Eshorribletenernostalgia,yolosé»,pensó,solidaria.—ElpequeñoStephenMurrayestáenterradoahí—prosiguióelprimoJimmy—.

Lasuyafuelaprimeralosademármoldelcementerio.Erahermanodetuabueloymurióalosdoceaños.Él—dijoelprimoJimmy,solemne—,sehaconvertidoenunaleyendadelosMurray.

—¿Porqué?—Erahermoso,inteligenteybueno.Noteníaniunsolodefecto,demaneraque,

claro,nopodíavivir.Dicenquejamáshubounniñotanhermoso.Yencantador.Todoelmundoloquería.Yahacenoventaañosquemurió.NiunodelosMurrayvivosenla actualidad llegó a conocerlo, y sin embargo hablamos de él en las reunionesfamiliaresyesmásrealquemuchosdelosvivos.Yaves,Emily,tuvoquehabersidoun niño extraordinario, pero terminó en eso.—Yel primo Jimmy señalo la tumbacubiertadecéspedylalosablancayprolija.

«Me pregunto —pensó Emily—, si alguien se acordará de mí noventa añosdespuésdemimuerte».

—Esteviejocamposantoestácasilleno—reflexionóelprimoJimmy—.Apenashay lugar enaquel rincónparaElizabethyLaura,yparamí.Nohay lugarpara ti,Emily.

—Yonoquieroquemeentierrenaquí—replicóEmily—.Mepareceespléndidotener un cementerio como éste en la familia, pero a mí me van a enterrar enCharlottetownconpapáymamá.Hayunacosaquemepreocupa,primoJimmy,¿atiteparecequememorirédetuberculosis?

ElprimoJimmylamirómuyserioalosojos.—No—contestó—, no, señora gatita. Tienes mucha vida, que te llevará muy

lejos.Noestásdestinadaamorir.—Yocreolomismo—dijoEmily,asintiendo—.Yahora,primoJimmy,¿porqué

esacasadeahíestádesilusionada?—¿Cuál?Ah,lacasadeFredClifford.FredCliffordcomenzóaconstruiresacasa

hacetreintaaños.Ibaacasarseysunoviaeligióellugar.Ycuandolacasaestabaasícomotúlaves,ellalodejó,Emily,ensupropiacaraloabandonó.Nopusieronniunclavomás.FredsefuealaColumbiabritánica.Todavíaviveallá,casadoyfeliz.Peronoquierevenderleeseterrenoanadie,poresoyocreoquetodavíaleduele.

—Me damucha lástima esa casa.Ojalá la hubieran terminado.Quiere ser unacasaterminada,todavíaquiereserlo.

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—Quizá,peronocreoquejamáslosea.FredteníagotasdesangreShipley.UnadelashijasdelviejoHughfueabuelasuya.YeldoctorBurnleydeesagrancasagristienemásqueunasgotas.

—¿Éltambiénesparientenuestro,primoJimmy?—Primocuadragésimosegundo.UnaprimadeMaryShipleyerasubisabuelaolo

quefuere.EraenelViejoMundo;susantepasadosvinierondespuésquelosnuestros.Esunbuenmédicoperountiporaro,muchomásraroqueyo,Emily,ysinembargonadie dice que a él le falta un tornillo. Es ridículo ¿no? Él no cree en Dios, porejemplo,yyonosoytantonto.

—¿EnningúnDios?—EnningúnDios.Esunateo,Emily.Yestáeducandoa suhijapequeñade la

misma manera; a mí me parece una infamia, Emily —dijo el primo Jimmy,confidencialmente.

—¿Ylamadrenoleenseñaotrascosas?—Lamadre…murió—respondióelprimoJimmy,conunaextrañavacilación—.

Hace diez años—añadió, con tonomás firme—. Ilse Burnley es una buena niña,tieneelcabellocomolosnarcisosyojoscomodiamantesamarillos.

—Ay, primo Jimmy,me prometiste queme hablarías delDiamante Perdido—exclamóEmily,entusiasmada.

—Seguro, seguro.Bien, está en alguna parte cerca del cenador o dentro de él.HacecincuentaañosEdwardMurrayysuesposavinierondevisitadesdeKingsport.Ellaeratodaunadama,cubiertadesedasydiamantes,comounareina;aunquenoeraninguna belleza. Llevaba un anillo con una piedra que había costado doscientaslibras,Emily.Eso eramuchísimodineropara queunamujer lo llevara en el dedo,¿no?Cuandoserecogíaelvestidoparasubirlosescalonesdelcenador,resplandecíaensumanoblanca,perocuandolosbajóyanolotenía.

—¿Ynuncaloencontraron?—preguntóEmily,sinaliento.—Nunca, y no porque no lo hubieran buscado. Edward Murray quería que

derribaran el cenador, pero el tío Archibald no quiso ni oírlo, porque lo habíaconstruido para su novia. Los dos hermanos discutieron y ya no se reconciliaronjamás.Todos losmiembrosde la familia sehandedicadoenunmomentouotro abuscarelanillo.Casitodospiensanquesecayóentrelasfloresolosarbustos.Peroyosélaverdad,Emily.YoséqueeldiamantedeMiriamMurrayestátodavíaenelcenador.Enlasnochesdelunalohevistorefulgir,refulgiryllamar.Peronuncaenelmismolugary,cuandovoyabuscarloyanoestá,yloveoriéndosedesdeotrolugar.

Otra vez apareció aquello fantasmal, indefinible, en la voz o en la mirada delprimo Jimmy que provocó en Emily un súbito escalofrió en la espalda. Pero leencantaba la manera en que él le hablaba, como si ella fuera una adulta, y leencantabalahermosatierraquelarodeabay,apesardelapenaporsupadreyporlacasitadelahondonada,quepersistíasiempreyledolía tantoporlasnochesquesualmohada semojaba con lágrimas secretas, comenzaba a alegrarse otra vez por el

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atardecer,por lascancionesdelospájarosy las tempranasestrellasblancas,por lasnoches de luna y los vientos silbantes. Sabía que la vida allí sería maravillosa,maravillosa e interesante, con cocinas exteriores, lecherías llenas de nata, senderosjunto al estanque, relojes de sol, Diamantes Perdidos, Casas Desilusionadas yhombresquenocreíanenningúnDios,nisiquieraenelDiosdeEllenGreene.EmilyesperabaverprontoaldoctorBurnley.Teníamuchacuriosidadporvercómoeraunateo.YyahabíadecididoqueencontraríaelDiamantePerdido.

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CAPÍTULOOCHO

Lapruebadelfuego

Alamañanasiguiente,latíaElizabethllevóaEmilyalaescuela.LatíaLaurahabíapensadoque, yaque faltaba sólounmespara lasvacaciones, novalía lapenaqueEmily«comenzaraelcurso».PerolatíaElizabethaúnnosesentíacómodaconunapequeña sobrina correteando por la Luna Nueva, hurgando insaciable en todo, yestabadecididaaqueEmilyfueraalaescuelaparasacárseladeenmedio.LapropiaEmily,siempreávidadenuevasexperiencias,estabamuydispuestaair,peroapesardetododuranteelcaminoardíaderebeldía.LatíaElizabethhabíaencontradoenelaltillo de laLunaNueva un espantoso delantal de algodón y una cofia igualmenteespantosadeváyaseasaberquién,yobligóaEmilyaponérselos.Eldelantaleraunaprendalargayparecidaaunabolsa,decuelloaltoyconmangas.Eraalgoindigno.Emilynuncahabíavistoaunaniñapequeñaconundelantalconmangas.Serebelóhasta el punto de llorar para no ponérselo, pero la tía Elizabeth no iba a tolerartonterías.EmilydetectóentonceslamiradadelosMurray,y,entonces,guardódentrodelalmasussentimientosrebeldesydejóquelatíaElizabethlepusieraeldelantal.

—Era de tu madre cuando era pequeña, Emily —dijo la tía Laura, paraconsolarla,yconbastantesentimentalismo.

—Entonces—replicóEmily,nadaconsoladaynadasentimental—,nomeextrañaqueseescaparaconmipadrecuandocreció.

LatíaElizabethterminódeabotonareldelantalyledioaEmilyunempujoncitonomuycariñosoparaapartarladesí.

—Pontelacofia—leordenó.—Ay,porfavor,tíaElizabeth,nomehagasusaresacosatanhorrible.Sindesperdiciarmáspalabras,latíaElizabethcogiólacofiayselaatóaEmilya

la cabeza. Emily tuvo que rendirse. No obstante de las profundidades de la cofiasurgióunavozdesafiante,sibientrémula.

«Almenos,tíaElizabeth,nopuedesdarleórdenesaDios»,decía.En todo el caminohasta la escuela, la tíaElizabeth estabademasiado enfadada

parahablar.LepresentóaEmilya laseñoritaBrownellysefue.Laclaseyahabíaempezado,demodoqueEmilycolgólacofiaenunpercheroenelporcheyfuehaciaelpupitrequeleasignólaseñoritaBrownell.Yahabíadecididoquelamaestranolegustabaynolegustaríanunca.

EnBlairWaterlaseñoritaBrownellteníafamadebuenamaestra,principalmentedebido al hecho de que imponía una estricta disciplina y mantenía un «orden»excelente. Era una persona delgada, de edad media, rostro sin colores, dientesprominentesquemostrabacasiensutotalidadalreír,yojosgrises,vigilantesyfríos,

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másfríosaúnquelosdelatíaRuth.Emilysintióqueaquellosdespiadadosojoscolorágatalaatravesabanhastalomásprofundodesupequeñaalmasensible.Emilypodíaser muy intrépida, pero en presencia de una naturaleza que instintivamente sentíacomohostilalasuyaseencogíamásderepulsiónquemiedo.

Durante toda la mañana, fue blanco de curiosas miradas. La escuela de BlairWater era grande y había almenos veinte niñas que teníanmás omenos su edad.Emily las miraba a todas con curiosidad y pensó que eso de susurrar entre ellastapándoselabocaconlamanoyecharmiraditaseramuymalaeducación.Depronto,sesintiódesdichada,nostálgica,ysola;queríaasupadre,suantiguacasaylascosasqueamaba.

—Laniñade laLunaNuevaestá llorando—susurróunaniñadeojosnegrosalotroladodelpasillo.Yentoncesseoyóunacruelrisita.

—¿Quétepasa,Emily?—preguntódeprontolaseñoritaBrownell,acusadora.Emilyguardósilencio.NopodíadecirlealaseñoritaBrownellloquelepasaba,

sobretodocuandousabaesetono.—Cuando le hago una pregunta a una de mis alumnas, estoy acostumbrada a

recibirunarespuesta.¿Porquélloras?Se oyó otra risita del otro lado del pasillo. Emily levantó los ojos y, dado su

apuro,recurrióaunadelasfrasesdesupadre.—Esunasuntoquemeconciernesolamenteamí—dijo.UnamancharojaaparecióenlashundidasmejillasdelaseñoritaBrownell.Sus

ojoslerelampaguearonconunfuegohelado.—Duranteelrecreotequedarásdentrocomocastigoportuimpertinencia—dijo,

perodejótranquilaaEmilyelrestodeldía.AEmilynoleimportóenlomásmínimoquedarsesinrecreopues,agudamente

sensiblecomoeraalentorno,sediocuentadeque,poralgunarazónquenoalcanzabaa comprender, la atmósfera de la escuela le era antagónica. Las miradas que ledirigíannoeransólocuriosassino,además,maliciosas.Noqueríasalira jugarconaquellasniñas.NoqueríairalaescueladeBlairWater.Peronolloraríamás.Sesentómuyderechaymantuvolosojossobreellibro.Deprontounbisbiseobajoymalignollegódelotroladodelpasillo.

—¡SeñoritaOrgullito!¡SeñoritaOrgullito!Emilymiróalaotraniña.Susojosgrandes,firmesydeunpurpuragrisáceose

encontraron con unos ojos redondos, parpadeantes, negros que se clavaron sinamilanarse; había algo en ellos que intimidaba e impresionaba. Los ojos negrosparpadearonmientrassudueñacubríalaretiradaconotrarisitayunasacudidadelatrenzacorta.

«Aéstapuedodominarla»,pensóEmily,consensacióndetriunfo.PerolauniónhacelafuerzayalmediodíaEmilyseencontrósolaenelpatiode

juegos frente a una multitud de caras poco amistosas. Los niños pueden ser lascriaturasmáscruelesdelmundo.Tiendenaprejuzgaralforasteroysondespiadados.

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EmilyeraunaforasterayunadelosorgullososMurray:dospuntosensucontra.Yhabía en ella, a pesar de ser pequeña y de llevar delantal y cofia de algodón, unaciertareserva,unadignidadyunrefinamientolosdemáspercibían.Ylosmirabaconexpresióndesdeñosabajoloscabellosnegros,enlugardecomportarsecontimidezyvergüenza,comocorrespondeaunaintrusaaprueba.

—Eres orgullosa—dijo Ojos negros—. Ay, caramba, aunque lleves botas conbotonesvivesdelacaridad.

Emily no había querido ponerse las botas abotonadas. Quería andar descalza,comohacíasiempreenverano.PerolatíaElizabethlehabíadichoqueningunaniñadelaLunaNuevahabíaidojamásdescalzaalaescuela.

—¡Eh!,miradquedelantaltaninfantil—rióotraniñaderizoscastaños.Esa vez Emily se ruborizó. Aquél era el punto vulnerable de su armadura.

Encantada por su éxito en buscarle las cosquillas, la niña de los rizos volvió aintentarlo.

—¿Esacofiaesdetuabuela?Hubouncoroderisitas.—Ah,no,seponecofiaparanoestropearseelcutis—dijounaniñamayor—.Ése

eselorgullodelosMurray.MimadredicequelosMurrayestánpodridosdeorgullo.—Ereshorrible—soltóunachicarechonchaybaja,casitananchacomoalta—.

Tieneslasorejascomolasdelosgatos.—Noséporquéerestanorgullosa—dijoOjosnegros—.Eltechodetucocinani

siquieraestárevocado.—YtuprimoJimmyesunidiota—dijoRizoscastaños.—¡Mentira!—exclamó Emily—. Tienemás juicio que cualquiera de vosotras.

Podéisdecirloquequeráisdemí,peronovaisainsultaramifamilia.Sidecísunasolapalabramássobreellos,osecharémaldeojo.

Nadieentendióquéqueríadecir,loquehizoquelaamenazafuesemásefectiva.Produjo un breve silencio. Pero entonces el tormento volvió a comenzar bajo unaformadiferente.

—¿Sabes cantar? —preguntó una niña delgada y pecosa, que, a pesar de sudelgadezysuspecas,lograbasinembargosermuybonita.

—No—dijoEmily.—¿Sabesbailar?—No.—¿Sabescoser?—No.—¿Sabescocinar?—No.—¿Sabeshacerencaje?—No.—¿Sabeshacerganchillo?

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—No.—Entonces,¿quésabeshacer?—preguntólaPecosacontonodesdeñoso.—Séescribirpoesía—respondióEmily,sin lamenor intencióndedecirlo.Pero

en aquelmomento supo que podía escribir poesía. Y con esta extraña e irracionalconvicciónllego¡«eldestello»!Allímismo,rodeadadehostilidadyrecelo,luchandoasolaspormantenersuposición,sinapoyoniventaja,llegóelmaravillosomomentoen el que su alma parecía deshacerse de las cadenas de la carne y saltar hacia lasestrellas.EléxtasisylafelicidaddelrostrodeEmilyasombraronyenfurecieronasusenemigas.LotomaronporunamanifestacióndelorgullodelosMurray.

—Estásmintiendo—dijoOjosnegros.—Una Starr nomiente—respondió Emily. «El destello» se había ido, pero la

sensaciónde elevaciónpermanecía.Lasmiró a todas conuna fría indiferencia queporunmomentolasdominó.

—¿Porquénomequeréis?—preguntóEmily,sinmás.No hubo respuesta. Emily miró directamente a Rizos castaños y repitió la

pregunta.Rizoscastañossevioobligadaaresponder.—Porquenoerescomonosotras—murmuró.—Niquisieraserlo—precisóEmily,despectiva.—Ah,claro,eresunadelosElegidos—seburlóOjosnegros.—Porsupuestoquesí—replicóEmily.Sefueendirecciónalaula,victoriosaenestabatalla.Sinembargo,lasfuerzasqueseleoponíannoerantanfácilesdevencer.Cuando

sehuboido,hubomuchossusurrosyconspiraciones,unacharlaconalgunosdelosvarones, y la entrega de lápices adornados y goma de mascar como pago de unservicioprestado.

Unaagradablesensacióndevictoriaylosrestosdel«destello»ayudaronaEmilyapasar la tarde,apesardelhechodeque laseñoritaBrownell la ridiculizóporsusfaltasdeortografía.LaseñoritaBrownelleramuyadictaaridiculizarasusalumnas.Todaslasniñasdelaclaseserieron,exceptounaquenohabíaestadoporlamañanayque,enconsecuencia,sehabíasentadoatrás.Emilyhabíaestadopreguntándosequiénsería.Tambiéneradistintadelasotraschicas,peroenunestilototalmentediferentealdeEmily.Eraalta,ibamalvestida,conunvestidodemasiadolargodeunatelaarayasdescolorida,ydescalza.Loscabellosespesosycortos,revoloteabanalrededorde la cabeza como hilos de oro brillante; y sus ojos resplandecientes eran de uncastañotanclaroytraslúcidoquecasiparecíaámbar.Teníabocagrandeylabarbillapronunciada.Tal vez no se la pudiera llamar guapa, pero su rostro era tan vivaz yanimado,queEmilynopodíaapartarlosojosdeella.YfuelaúnicachicadelaclasequenorecibióniunsarcasmodelaseñoritaBrownell,aunquecometiótantoserrorescomoelresto.

Enelrecreo,unadelasniñasseacercóaEmilyconunacajaenlamano.EmilysabíaqueeraRhodaStuartylaencontrabamuydulceybonita.Rhodahabíaformado

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partedelgrupoquelarodeóalmediodía,peronohabíadichonada.Llevabaunfrescovestido de algodón rosa; tenía unas trenzas de color castaño brillantes y suaves,grandesojos azules, la boca comounpimpollo, rasgosdemuñecayvoz suave.Sipodíadecirsequelaseñoritateníaunapreferida,ésaeraRhodaStuart,yéstaparecíamuyqueridaporsugrupoymuymimadaporlasotrasniñas.

—Estoesunregaloparati—dijo,dulcemente.Emily tomólacajasin recelo.LasonrisadeRhodahabríadesarmadocualquier

sospecha.Emilysesintiófelizyansiosamientrasquitabalatapa.Entonces,conungritó,arrojólejoslacajaysequedópálidaytemblorosadelospiesalacabeza.Enlacajahabíaunaserpiente;sivivaomuerta,nolosabíanileimportaba.Emilysentíaporlasserpientesunarepulsiónyunhorroralquenopodíasobreponerse.Sóloconverlasquedabaparalizada.

Uncoroderisitasresonóenelporche.—¡Sehaasustadodeunaserpientemuerta!—seburlóOjosnegros.—¿Puedesescribirunpoemasobreeso?—dijo,riendo,RizosCastaños.—¡Osodio!¡Osodio!—gritóEmily—.¡Soismezquinasyodiosas!—Insultar no es propio de una dama—dijo la Pecosa—.Yo pensaba que una

Murrayestabaporencimadeeso.—Simañanavienesalaescuela,señoritaStarr—dijoconintenciónOjosnegros

—,cogeremosesaserpienteytelapondremosalrededordelcuello.—¡Meencantaríaverlo,aversiosatrevéis!—exclamóunavozclaraysonora.

Deunsalto,laniñadelosojoscolorámbaryloscabelloscortossepusoenmedio—.¡Meencantaríavercomolohaces,JennieStrang!

—Éstenoesasuntotuyo,IlseBurnley—murmuróJennieconhosquedad.—Ah¿no?Nomecontestesasí,Ojitosdecerdo.—IlseseacercóaJennie,que

retrocedía, y sacudió el puño bronceado por el sol ante su cara—. Si te pillomortificandootravezaEmilyStarrconesaserpiente,yolaagarrarédelacolaytecruzaré la cara con el bicho. Ten cuidado, Ojitos de cerdo. Ahora ve, recoge esapreciosaserpienteytíralaenlabasura.

Jenniefueylohizo.Ilseencaróalasotras.—Fueratodas,ydespuésdeestodejareistranquilaalaniñadelaLunaNueva—

dijo—.Simeenterodequeosseguísmetiendoconella,oscortarélasgargantas,osarrancaréloscorazonesyossacarélosojos.¡Sí,yoscortarélasorejasymeadornaréelvestidoconellas!

Acobardadas por esas feroces amenazas, o por la personalidad de Ilse, lasperseguidorasdeEmilysefueron.

IlsesedirigióaEmily.—Noleshagascaso—dijocondesdén—.Estáncelosasdeti,esoestodo,celosas

porquevivesen laLunaNuevayvasenuncochecon lacapotaadornaday llevasbotasabotonadas.Sitesiguenmolestando,dalesunbofetón.

Ilse saltó lacercay seadentróenelbosquedearces sinvolverlaamirar.Sólo

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quedabaRhodaStuart.—Emily, losientomuchísimo—dijo,entornandosusgrandesojosazules—.Yo

nosabíaquehabíaunaserpienteenlacaja,telojuro.Laschicasmedijeronqueeraunregaloparati.Noestásfuriosaconmigo,¿verdad?Porquemecaesbien.

Emilyhabíaestadofuriosayheridayhumillada.Peroaquelatisbodeamistadlaconmovióalinstante.Enseguida,Rhodayellacaminabandelbrazoporelpatio.

—VoyapedirlealaseñoritaBrownellquetedejesentarteconmigo—dijoRhoda—.YomesentabaconAnnieGregg,perosefueaotropueblo.Tegustaríasentarteconmigo,¿verdad?

—Me encantaría—contestó Emily con calidez. En ese momento era tan felizcomo desdichada se había sentido antes. Ahí estaba la amiga de sus sueños. YaadorabaaRhoda.

—Tenemos que sentarnos juntas —dijo Rhoda, con aire de importancia—.PertenecemosalasdosmejoresfamiliasdeBlairWater.¿Sabesquesiamipadrelereconocieransusderechos,estaríasentadoeneltronodeInglaterra?

—¡DeInglaterra!—exclamóEmily,demasiadoasombradaparaserotracosaqueuneco.

—Sí.DescendemosdelosreyesdeEscocia—explicóRhoda—.Poresononostratamosconcualquiera.Mipadretieneunatiendayyovoyaclasesdemúsica.¿TutíaElizabethtedejaráasistiraclasesdemúsica?

—Nolosé.—Tendríaquehacerlo.Esmuyrica,¿no?—Nolosé—volvióadecirEmily.DeseabaqueRhodanolehicierasemejantes

preguntas. Emily pensaba que no era buena educación. Pero, sin duda, unadescendiente de los reyes Stuart tendría que saber más que nadie las reglas deurbanidad.

—Tieneuncarácterespantoso,¿no?—preguntóRhoda.—¡No,deningunamanera!—exclamóEmily.—Bueno, casi mata a tu primo Jimmy en uno de sus ataques de furia—dijo

Rhoda—.Esoescierto,melocontómamá.¿PorquénosecasatutíaLaura?¿Tienenovio?¿CuántolepagadesueldotutíaElizabethatuprimoJimmy?

—Nolosé.Bien—dijo Rhoda, bastante desilusionada—. Supongo que no hace tanto que

estásenlaLunaNuevaparahaberaveriguadoesascosas.Perosupongoquehadesermuydiferentedeloqueestásacostumbrada.Tupadreerapobrecomounarata,¿no?

—Mipadreeraunhombremuy,peromuyrico—dijoEmily,seria.Rhodasequedómirándola.—Yopensabaquenoteníauncentavo.—Ynolotenía.Noobstante,lagentepuedeserricasindinero.—Nomeimaginocómo.Pero,detodosmodos,túvasaserricaalgúndía;dice

mamáqueprobablementetutíaElizabethtedejetodosudinero.Poresoamínome

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importaqueestésviviendodecaridad,yotequieroyvoyaseguirsiendotuamiga.¿Tienesnovio,Emily?

—¡No! —exclamó Emily, sonrojándose terriblemente y escandalizada antesemejanteidea—.Sólotengoonceaños.

—Ah,ennuestraclasetodastienennovio.ElmíoesTeddyKent.Leestrechélamano después de haber contado nueve estrellas durante nueve noches sin fallarninguna.Sihaceseso,elprimermuchachoalqueledaslamanodespuéstienequesertunovio.Peroesmuydifícil.Amímecostótodoelinvierno.HoyTeddynohaidoalaescuela,haestadoenfermodurantetodoelmesdejunio.EselmuchachomásguapodetodoBlairWater.Tútambiéntienesquetenernovio,Emily.

—Nihablar—declaróEmily,irritada—:Nomeinteresannadalosnoviosynolotendré.

Rodhasacudiólacabeza.—Ah,supongoquecreesquenohaynadiea tualturaporquevivesen laLuna

Nueva.Bueno,sinotienesnovionovasapoderjugaralassillitas.Emilyignorabaporcompletoelmisteriode lassillitasynole importaba.Fuera

comofuese,nopensabatenerningúnnovio,yvolvióaafirmarlocontantadecisiónqueRhodaconsideróprudentecambiardetema.

Emily se alegró cuando sonó la campana. La señorita Brownell accediógraciosamente a la petición de Rhoda y Emily trasladó sus pertenencias al nuevoasiento.Rhodanodejódesusurrardurantetodalaúltimahoray,comoconsecuencia,Emilyrecibióalgunasreprimendas,aunquenoleimportó.

—Laprimerasemanadejuliovoyadarunafiestadecumpleaños,ysitustíastedejanvenir,teinvitaré.PeroaIlseBurnleyno.

—¿Notegusta?—No.Esinsoportable.Yademáselpadreesateo;yellatambién.Enlosdictados

siempreescribe«Dios»con«d»minúscula.La señoritaBrownell la reprende,peroella lo siguehaciendo.LaseñoritaBrownell está interesadaeneldoctorBurnleyypor eso no la castiga. Peromamádice que no lo conquistará, porque él odia a lasmujeres.Amínomeparecedecentetratarconesagente.Ilseesunaniñamuyraraytiene un carácter espantoso. Igual que su padre.No tiene ninguna amiga. ¿Yno tepareceridículoesecortedepelo?Emily,tútendríasquellevarflequillo.Eslaúltimamodayatitequedaríabienporquetieneslafrentealta.Estaríashechaunaverdaderabelleza. Tienes un cabello precioso y tus manos son hermosas. Todos losMurraytienenlasmanosbonitas.Ytienesunosojostandulces,Emily.

Emilynuncahabíarecibidotantoscumplidosensuvida.Rhodalehacíaunelogiotrasotrocomoquienaplicayesoconunaespátula.Emilyquedóaturdidaysefuedelaescuelaasucasa,decididaapedirlealatíaElizabethquelecortaraunflequillo.Siellolaconvertíaenunabelleza,teníaqueconseguirlo.Ytambiénlepediríapermisoala tía Elizabeth para ponerse las cuentas venecianas para ir a la escuela al díasiguiente.

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«Asílasotrasniñasmerespetaránmás»,pensó.ApartirdelcrucedecaminosenqueseseparódeRhoda,siguiósola,ysedispuso

arevisarlosacontecimientosdeldíaconlasensacióndeque,despuésdetodo,habíamantenidobienaltalabanderadelosStarr,aexcepcióndeunrevéstemporalconelasuntodelavíbora.Laescuelaeramuydiferentedeloqueellahabíaesperado,peroasíeslavida,comolehabíaoídodeciraEllenGreene,habíaqueconformarseconloqueéstadaba.RhodaeraencantadorayhabíaalgoenIlseBurnleyquehacíaquelecayerabien;yencuantoal restode lasniñas,Emilysevengódeellas imaginandoque las colgabana todas enhileraporhaberlamatadodeun susto conunavíbora,entoncesdejódesentirresentimientohaciaellas,aunquealgunasdelascosasquelehabían dicho siguieron doliéndole amargamente durante algún tiempo.No tenía unpadre a quién contárselas, ni cuaderno dónde escribirlas, de modo que no podíaexorcizarlas.

No tuvo laoportunidad inmediatadepedir su flequillo,puesen laLunaNuevahabíavisitaysustíasestabanocupadaspreparandounacenamuysofisticada.Cuandotrajeronelpostre,Emilyaprovechólaocasiónquelebrindabaunsúbitosilencioenlaconversacióndelosmayores.

—TíaElizabeth—dijo—,¿puedodejarmeflequillo?—No.Nomegustan losflequillos.De todas lasmodas tontasdehoyendía,el

flequilloeslamástonta.—Ay,tíaElizabeth,déjamecortarmeelflequillo.Meconvertiríaenunabelleza,

melodijoRhoda.—Haríafaltabastantemásqueunflequilloparaconseguireso,Emily.Nohabrá

flequillos en la Luna Nueva, excepto los de las vacasMolly. Ellas son las únicascriaturasquedebenusarflequillo.

LatíaElizabethmostróunasonrisatriunfantealamesa:sólosonreíaencontadasocasiones,cuandopensabaquehabíasilenciadoaalguienridiculizándolodemaneraexquisita.Emilysediocuentadequeerainútilañorarunflequillo.Labellezanolellegaría por ese lado. Era realmente unamezquindad por parte de la tía Elizabeth.Exhalóunsuspirodedesilusiónydescartólaideaporelmomento.Habíaotracosaquequeríasaber.

—¿PorquéelpadredeIlseBurnleynocreeenDios?—preguntó.—Porloquelehizolamadre—respondióelseñorSladeconunarisita.Elseñor

Slade era un anciano gordo y jovial con abundantes cabellos y patillas. Ya habíadichoalgunascosasqueEmilynocomprendióyquealparecerpusieronasuseñorialesposaenunasituaciónmuyembarazosa.

—¿QuélehizolamadredeIlse?—preguntóEmily,interesada.Entonces la tía Laura miró a la tía Elizabeth y ésta le devolvió la mirada.

EntoncestíaLauradijo:—Veadardecomeralospollitos,Emily.Emilysepusodepiecondignidad.

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—Podéis dejar claro que no se debe hablar de la madre de Ilse y obedeceré.Entiendoperfectamenteloquequeréisdecir—dijo,altiempoquedejabalamesa.

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CAPÍTULONUEVE

Undestinoespecial

Emilyestuvosegura,desdeelprimerdía,dequenolegustaríalaescuela.Sabíaquetenía que ir para tener una educación y estar preparada para ganarse la vida, perosiempre sería lo queEllenGreene llamaba«una cruz».En consecuencia,Emily sesintióatónitacuando,despuésdevariosdíasdeiralaescuela,sediocuentadequeleestaba gustando. La señorita Brownell no mejoró, pero las otras niñas ya no laatormentaban;esmás,observoconasombro,quederepenteparecieronolvidartodolosucedidoylasaludabancomoaunadeellas.Laaceptaronenelgrupoy,aunqueenalgunapeleapudieraapareceruncomentarioburlón sobredelantales infantilesyelorgullodelosMurray,nohubomáshostilidad,niveladaniabierta.Además,Emilyeramásquecapazdeburlarsedeellasamedidaqueibaaprendiendomássobrelasniñas y sus puntos débiles, y podía exponerlas a una ironía tandespiadadaque lasotras pronto aprendieron a no provocarla. Rizos castaños, cuyo nombre era GraceWells, la Pecosa, cuyo nombre era Carrie King, y Jennie Strang se hicieron muyamigassuyas,yJennieleenviabachicleypapelsecantedesdeelotroladodelpasillo,enlugarderisitas.Emilylespermitióatodasentrarenelpatioexteriordeltemplodesuamistadpero sóloRhoda fue admitida al altar íntimo.Encuantoa IlseBurnley,despuésdel primerdía novolvió a aparecer. Ilse, según le explicóRhoda, iba a laescuelasiteníaganasy,sino,noiba.Supadrenuncaseocupabadeella.EmilyteníaganasdesabermásdeIlse,peronoparecíaprobablequefueraasatisfacersudeseo.

Sin darse cuenta, Emily estaba recuperando la alegría. Ya se sentía parte deaquella antigua cuna de su familia. Tenía una altísima opinión de los Murray; legustaba imaginárselos en la Luna Nueva: la bisabuela sacándoles brillo a suscandelabros y haciendo queso; la tía abuela Miriam deslizándose en busca de sutesoro perdido; la nostálgica tía bisabuela Elizabeth, paseando con el sombreropuesto;elcapitánGeorge,elintrépidoybronceadomarino,volviendoacasaconlascaracolasmarinas de las Indias; Stephen, el amado por todos, sonriendo desde lasventanas;supropiamadresoñandoconelpadredeEmily,todosleparecíantanrealescomosiloshubieraconocidoenvida.

Todavíateníamomentosterriblesenloscualeslaacometíaeldolorporsupadre,ytodoslosesplendoresdelaLunaNuevanopodíanahogarlaañoranzaporlasuciacasitadelahondonadadondesehabíanqueridotanto.EntoncesEmilyhuíaaalgúnrincónescondidoyllorabacontodaelalma,paraemergerdespuésconlosojosrojos,loquesiempreparecíamolestaralatíaElizabeth.ÉstasehabíaacostumbradoateneraEmilyenlaLunaNueva,peronosehabíaacercadoalaniña.AEmilyledolía,perola tía Laura y el primo Jimmy la querían y además tenía a Saucy Sal y a Rhoda,

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camposcolor crema llenosde tréboles, suaves árbolesoscuros recortados encieloscolor ámbar, y la locamúsica que hacía la SeñoraViento entre los abetos blancoscuando soplaba directamente desde el golfo; sus días se volvieron intensos yatrayentes,plenosdepequeñosplaceresydeleites,comodiminutoscapullosdoradosquecomenzabanaabrirseenelárboldelavida.Sihubieratenidosuviejocuaderno,oalgoequivalente,habría estado totalmente satisfecha.Despuésde supadreera loquemásañoraba;hacíaresponsableatíaElizabethdesuincineraciónforzosaycreíaqueno laperdonaríanunca.Noparecíaposibleconseguirnadaque lo reemplazara.ComohabíadichoelprimoJimmy,elpapeldeescribir,decualquiertipo,eraescasoen la LunaNueva. Rara vez se escribían cartas y, en tal caso, una hoja de libretabastaba.EmilynoseatrevíaapedirloalatíaElizabeth.Habíamomentosenlosquesentíaqueestallaría sinoescribíaalgunasde lascosasque leocurrían.Encontrabaunaespeciedeválvuladeescapeescribiendoensupizarraenlaescuela,perotardeotemprano tenía que borrarla, lo que dejaba a Emily con una gran sensación depérdida.AdemásexistíaelpeligrodequelaseñoritaBrownelllaviera.Eso,pensabaEmily,seríainsoportable.Sussagradasobrasnopodíansercontempladasporlosojosdeningúnextraño.AvecesselasdejabaleeraRhoda,aunqueéstalairritabaconsusrisitasantesusvuelosliterariosmásdelicados.EmilypensabaqueRhodaestabatancercadelaperfeccióncomopuedeestarlocualquierserhumano,perosudefectoeranlasrisitas.

Hay,empero,undestinoqueconformalospropósitosdelasjóvenesseñoritasquenacenconelcosquilleodeescribirenlapuntadelosdedosy,asudebidotiempo,esedestino le concedió a Emily el deseo de su corazón, además, cuando más lonecesitaba. Tal cosa sucedió el día, el aciago día, en el que la señorita Brownelldecidió enseñarle a la clase de quinto, con el ejemplo además de con el precepto,cómodebíaleerselaCancióndelacorneta.

Enpie sobre la tarima, la señoritaBrownell, queno carecíade cierta habilidaddeclamatoria,leyólostresmaravillososversos.Emily,quetendríaquehaberestadohaciendouna sumadentrodeunadivisión,dejó el lápizy escuchó, fascinada.Ellanunca había oído la Canción de la corneta pero ahora la oía, y la veía, veía elresplandor entre rosado y rojo cayendo sobre las cimas nevadas y los castillos enruinas, las lucesquenuncahubosobre tierranimarextendiéndosesobre los lagos,oía los ecos bravíos que sobrevolaban los valles color púrpura y los desfiladerosneblinosos,yelmerosonidodelaspalabrasparecíadespertarunexquisitoecoensualma, cuando la señorita Brownell llegó a «Cuernos de la tierra de las hadas quesuenandébilmente»,Emilyseestremeciódedeleite.Estabafueradesí,Olvidótodolo que no fuera lamagia de aquella línea inigualable, se puso de pie de un salto,dejando caer ruidosamente la pizarra al suelo, corrió por el pasillo y cogió a laseñoritaBrownelldelbrazo.

—Ay,señorita—exclamóconapasionadaseriedad—,leaotravezeseverso.¡Porfavor,léalootravez!

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LaseñoritaBrownell,súbitamenteinterrumpidasuexhibicióndeclamatoria,miróhacia abajo y se encontró con una carita extasiada, levantada hacia ella, donde losgrandesojoscolorpúrpuragrisáceobrillabanconelresplandordeunavisióndivina,ylaseñoritaBrownellseenfadó.Seenfadóporlarupturaasuestrictadisciplina;seenfadó con la imprevista muestra de interés de un átomo de tercer grado cuyaatencióntendríaquehaberestadoconcentradaenunadivisión.LaseñoritaBrownellcerróellibro,cerróloslabiosyledioaEmilyunasonorabofetadaenlamejilla.

—Ve a tu asiento y ocúpate de tus asuntos, Emily Starr —dijo la señoritaBrownell,consusfríosojosveladosporlafuria.

Emily,arrastradaasíalatierra,volvióasuasientoatontada.Lamejillagolpeadaestabaroja,perolaheridahabíasidoenelcorazón.Unmomentoantesenelséptimocielo y ahora esto: ¡dolor, humillación, incomprensión!No podía soportarlo. ¿Quéhabía hecho para merecerlo? Nunca en su vida le habían dado una bofetada. Ladegradación y la injusticia le carcomían el alma. No podía llorar (era «un dolordemasiado profundo para lágrimas»). Después de la escuela se fue a su casaahogando laangustiade laamargura, lavergüenzayel resentimiento,unaangustiaque no tenía salida, pues en la Luna Nueva no se atrevía a contar nada. La tíaElizabeth diría seguramente que la señorita Brownell había hecho lo correcto y nisiquieralatíaLaura,buenaydulcecomoera,laentendería.SesentiríadolidaporqueEmilysehabíaportadomalenlaescuelayhabíatenidoquesercastigada.

«¡Ay,sipudieracontarletodoapapá!»,pensóEmily.Fue incapaz de cenar, pensaba que nuncamás sería capaz de comer.Y, ¡cómo

odiaba a esa injusta y odiosa señorita Brownell! ¡Jamás la perdonaría, jamás! ¡SihubieraalgunamaneradevengarsedelaseñoritaBrownell!Emily,quesentadaalamesadelacenaenlaLunaNuevaparecíapequeña,pálidaycallada,eraunvolcánhirvientedesentimientosheridos,dedesdichaydeorgullo,¡ay,deorgullo!Peoraúnque la injusticia era el aguijón de la humillación por lo que había sucedido. Ella,Emily Byrd Starr, a quien nadie antes le había levantado la mano, había sidoabofeteadacomounanena traviesadelantede toda laescuela.¿Quiénpodía toleraralgoasíyseguirviviendo?

Entonces intervino el destino, conduciendo a la tía Laura a la biblioteca de lasalitaparabuscarunacartaquedeseabaver.LlevóaEmilyconsigoparaenseñarleunaextrañacajaderapé,vieja,quehabíapertenecidoaHughMurrayy,buscándola,levantóungranmontóndepapelpolvoriento,unpapeldecolorrosafuerte,dehojasextrañamentelargasyestrechas.

—Es hora de quemar estos impresos—dijo—. ¡Qué cantidad! Hace años queestánaquí,acumulandopolvo,ynosirvenparanada.Enotrotiempopapáatendíalaoficinadecorreos,aquí,enlaLunaNueva,¿sabes,Emily?Enaquellaépocaelcorreollegabasólotresvecesporsemana,ycadaunodeesosdíasveníaunadeesaslargashojasrojas,«planillasdecartas»sellamabanentonces.Mamásiemprelasguardaba,aunqueunavezusadasyanoservíanparanada.Perovoyaquemarlasenseguida.

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—Ay, tíaLaura—susurróEmily, tan desgarrada entre el deseoy el temor, queapenaspodíahablar—.Nolasquemes,dámelasamí,porfavordámelasamí.

—Pero,querida,¿paraquélasquieres?—Ay,tiíta,lapartedeatrásespreciosaparaescribir.Porfavor,tíaLaura,seríaun

pecadoquemaresepapel.—Quédatelas,querida.PeroserámejorqueElizabethnolasvea.—Nolasverá,nolasverá—murmuróEmily.Recogió con ambos brazos su precioso tesoro y subió corriendo las escaleras

hastalabuhardilla,dondeyateníasu«esconditepredilecto»,enelcualsuincómodohábitodepensarencosasamilesdekilómetrosdedistancianopodíamolestaralatíaElizabeth. En el rincón de la ventana que daba al tejado siempre se movían lassombras, suave y acompasadamente, y hermosos mosaicos dibujaban el suelodesnudo.DesdeallíveíaporencimadelascimasdelosárboleshastaBlairWater.Delasparedescolgabansuavesovillosregordetes,listosparahilar,ymadejasdehilo.Aveces, la tíaLaurahilabaen lagran rueca,enelotroextremode labuhardilla,yaEmilyleencantabaelruiditoquehacía.

Seacurrucoalladodelaventana;eligió,sinaliento,unahojaysacódelbolsilloun lápiz de grafito.Una trozo de cartón le sirvió de escritorio; comenzó a escribirfebrilmente.

«Queridopadre»yentoncesvertiósudescripcióndeldía,desuéxtasisysudolor,escribiendo abstraída de todo hasta que el atardecer se convirtió en un mortecinocrepúsculo iluminadopor las estrellas.Los pollos se quedaron sin comer, el primoJimmytuvoqueirélmismoabuscarlasvacas,aSaucySalnadielerepusolalecheylatíaLauratuvoquelavarlosplatos,¿quéimportaba?Emily,eneldeliciosoajetreodelacomposiciónliteraria,eraajenaatodaslascosasmundanas.

Cuandohubocubiertolapartedeatrásdecuatroimpresos,yanohabíasuficienteluz para seguir escribiendo. Pero había vaciado su alma, que quedó una vez másliberada de pasiones malignas. Incluso sentía una extraña indiferencia hacia laseñoritaBrownell.Emilydoblólasplanillasyescribióenlapartedefuera:

SeñorDouglasStarrCaminodelcielo.

Entoncesfuedepuntillashastaunviejoygastadosofádeunrincón,searrodillóyguardósucartaylashojasenunaespeciedeestanteformadoporunamaderaclavadatransversalmente debajo del sofá. Emily la había descubierto un día en que estabajugandoenlabuhardillayhabíapensadoqueeraunesconditeidealparadocumentossecretos.Nadielosencontraríaallí.Teníapapelsuficienteparaunoscuantosmeses,habríacientosdeesaspreciosashojas.

—¡Ah!—exclamóbajando,danzarina,lasescalerasdelabuhardilla—.Mesientocomosiestuvierahechadepolvodeestrellas.

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DesdeentoncespocasfueronlastardesenlasqueEmilynoseescabullíahacialabuhardillaparaescribirleunacarta,largaocorta,asupadre.Eldolorquedaba,perodespojadoderencor.Escribirlehacíaparecerqueélestabacerca,ylecontabatodo,con su sinceridad característica: sus triunfos, sus fracasos, sus alegrías, sus penas,todoquedabaregistradoenlos impresosdeungobiernoquenohabíaeconomizadotantoelpapelcomolohizomásadelante.HabíaunmetrocompletodepapelencadahojayEmilyescribíaconletrapequeña,aprovechandocadacentímetro.

MegustalaLunaNueva.Esseñorialyespléndida—lecontabaasupadre—.Yme parece que somosmuy aristokráticos, porque tenemos un reló desol. No puedo evitar sentirme orgullosa de todo. Me temo que tengodemasiadoorgulloyporesotodaslasnocheslepidoaDiosquemequitelamayorparte,perono todo.En laescueladeBlairWaterauno loacusandeorgulloconmuchafazilidad.Siunacaminaderechayconlacabezaerguida,esunaorgullosa.Rhodatambiénesorgullosa,porqueelpadretendríaqueserel Rey de Inglaterra. ¿Cómo se sentiría la reina Victoria si lo supiera? Esmaravilloso tener una amiga que sería princesa si cada uno tuviera susderechos.QuieroaRhodacontodaelalma.Estandulceytanbuena.Loquenomegustasonsusrisitas.Ycuandoledijequepodíaverelempapeladodelapareddelaescuelaenelairemedijo:«mentira».Medoliómuchísimoquemimejor amigame dijera eso. Yme doliómás cuandome desperté en lamitad de la noche yme acordé.Y además tuve que quedarme despierta unratolarguísimo,porqueestabacansadadeestaracostadadeunladoymedabamiedodarmevueltaporquelatíaElizabethvaadecirquememuevomucho.

NomeaniméacontarleaRhodadelaSeñoraVientoporquesupongoqueesosíesunaespeciedementira,aunqueamímeparecemuyreal.Ahoralaoigocantandoeneltechoalrededordelasgrandeschimeneas.Aquínotengoninguna Emily en el espejo. Los espejos son todos demasiado altos en lashabitacionesen lasqueheestado.Noheestadoenelmirador.Estásiemprecerrado.EraelcuartodemamáyelprimoJimmydicequesupadrelocerródespués que ella se fue contigo y la tía Elizabeth lomantiene cerrado pararespetar la memoria del padre, aunque el primo Jimmy dice que la tíaElizabeth se peleaba con el padre, que a veces era un escándalo cuando élvivía,aunquenuncaningúnextrañoseenteróporlodelorgullodelosMurray.Yomesientoigual.CuandoRhodamepreguntósilatíaElizabethusabavelasporqueeraanticuada,lerespondí,conorgulloqueno,queeraunatradicióndelosMurray. El primo Jimmyme contó todas las tradiciones de losMurray.SaucySalestámuybienyeslareinadelgraneroperosiguesinquerertenergatitosyyonoentiendoporque.LepreguntéalatíaElizabethymedijoquelasniñaspequeñasnotienenquehablardeesascosasperoyonoentiendoquetienendemalolosgatitos.CuandolatíaElizabethnoestá,latíaLaurayyo

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entramosaSaucySalenlacasaclandestinamenteperocuandolatíaElizabethregresamesientoculpableydeseonohaberlohecho.Peroalavezsiguientevuelvoahacerlo.Esomeparecemuyraro.NotengonoticiasdemiqueridoMike.LeescribíaEllenGreeneylepreguntéporél,perocuandomecontestóni lomencionó,aunquesímecontótodolodesurumatismo.Comosiamímeimportarasurumatismo.

Rhoda va a hacer una fiesta de cumpleaños y me va a invitar. Estoyentusiasmada.Túsabesqueyonunca fuiauna fiesta.Piensomuchoenesecumpleañosymeloimagino.Rhodanovaainvitaratodaslasniñas,sinoaalgunas preferidas. Espero que la tía Elizabethme deje ponerme el vestidoblancoyunbuensombrero.Ay,papá,clavéaquellafotopreciosadelvestidodebailedeencajeenlapareddelcuartodelatíaElizabeth,comolateníaencasaylatíaElizabethlaarrancóylaquemóymeriñopordejarmarcasenlapared.Yoledije:«tíaElizabethnotendríasquehaberquemadoesafoto.Yoquería tenerla para cuando crezca, para hacerme un vestido igual para losbailes».YlatíaElizabethmedijo:«¿Túesperasiramuchosbailes?Sisemepermitelapregunta»,yyoleconteste:«Sicuandosearicayfamosa»,ylatíaElizabethreplico:«Sicuandolalunaestéhechadequesoverde».

Ayer vi al doctor Burnley cuando vino a comprarle huevos a la tíaElizabeth.Medesilusionóporqueescomolasdemáspersonas.YocreíaqueunhombrequenocreeenDiosseríadistinto.Tampocodijomalaspalabras,comoyoquería,porquenuncaheoídoanadiedecirmalaspalabrasy tengocuriosidad.TieneojosgrandesyamarilloscomoIlseylavozfuerteyRhodadicequecuandoseenfureceseoyensusgritosen todoBlairWater.Hayunmisterio sobre lamadrede Ilsequenopude averiguar.El doctorBurnley eIlse, viven solos. SegúnRhoda, el doctorBurnley dice que no quiere tenerningúndemoniodemujerensucasa.Esunafraseperversaperosorprendente.La vieja señora Simms va a prepararles el almuerzo y la cena, después semarchayellossepreparaneldesayuno.Eldoctorlimpiadevezencuandolacasa,mientrasIlsenohacenadamásqueandarporahí.Eldoctornosonríenunca,diceRhoda.DebesercomoelReyEnriqueSegundo.

MegustaríahacermeamigadeIlse.NoestandulcecomoRhoda,peroamímegusta.PeronovienemuchoalaescuelayRhodadicequenotengoquetenerotraamigamásqueaellaporquesinosevaamorirdedolor.Rhodamequiere tantocomoyoaella.Lasdosvamosa rezarparaquepodamosvivirtodalavidajuntasymorirnoselmismodía.

La tía Elizabethme prepara el almuerzo para que lo lleve a la escuela.Nuncamedaotracosaquepanconmanteca,perocortarebanadasgruesasyla manteca también y además no tiene aquel gusto horrible que tenía lamantecadeEllenGreene.YlatíaLauraMedaunagalletitaounpastelitodemanzana cuando la tía Elizabeth no la ve. La tía Elizabeth dice que los

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pastelitos de manzana no son buenos para mí. ¿Por qué las cosas mejoresnuncasonbuenas,papá?EllenGreenesiempredecíalomismo.

MimaestrasellamaseñoritaBrownell.Nomegustalospuntosquecalza.(ÉsaesunafrasemuyatrevidaqueusaelprimoJimmy.YaséquefrasenoseescribeasíperoenlaLunaNuevanohaydiccionarioysuenaigual).Esmuysarkastica y le gusta dejar en ridículo a todos. Entonces se ríe de uno demanera muy desagradable. Pero la perdoné por haberme pegado y al díasiguiente le llevéun ramode florespara contentarla.Lo recibió conmuchafrialdady lodejómarchitarseencimade suescritorio.Enuncuento,habríalloradosobremihombro.Nosésisirvedealgoperdonaralagente.Sí,sirve,unosesientemáscómodo.Túnunca tuvistequeponertedelantal infantilnicofiaporqueerasvarónyporesonopuedesentendercomomesiento.Ylosdelantalessondeunatelatanfuertequenosegastanyfaltanañosparaquemequedenpequeños.Perotengounvestidoblancoparairalaiglesiaconuncinturón de seda negra y un sombrero de paja blanca con lazos negros ysandaliasdecabritiyanegros,ymesientomuyelegantecuandomevistoasí.Ojalá pudiera cortarme un flequillo pero la tía Elizabeth no quiere ni oírhablar del tema. Rhoda me dijo que tengo ojos hermosos. Ojalá no me lohubiera dicho. Yo siempre sospeché que mis ojos eran hermosos pero noestabasegura.Ahoraquelosétengomiedodeestarsiemprependientedequelagentesedécuenta.Tengoqueirmeaacostaralasochoymediaynomegusta perome quedo sentada en la camamirando por la ventana hasta queoscurezeyasímevengodelatíaElizabethyescuchoelruidodelmar.Ahorame gusta, aunque siempre me da un poco de tristeza, pero es una tristezahermosa. Tengo que dormir con la tía Elizabeth y eso tampoco me gustaporquesimemuevoaunqueseapocodicequetengohormigasenelcuerpoperoreconocequenodoypatadas.Ynomedejaabrirlaventana.Nolegustaelairefresconilaluzdentrodelacasa.Lasalaesoscuracomounatumba.UndíaentréylevantétodaslaspersianasylatíaElizabethsehorrorizóymedijoqueeraunasinvergüenzaymemiróconlamiradaMurray.Eracomosihubieracometidouncrimen.Mesentítaninsultadaquevinealabuardillayescribí en una de las planillas una descrición de mí misma ahogándome yentoncesmesentímejor…LatíaElizabethmedijoquenopodíaentrarotravezenlasalasinpermiso,peroyonoquieroir.Letengomiedoalasala.Entodas lasparedeshaycolgados retratosdenuestrosantepasadosynohayniunasolapersonaguapaentretodos,esceptoelabueloMurrayqueparecebuenmozoperomuyenfadado.Elcuartodehuéspedesestáarribayestanlúgubrecomolasala.LatíaElizabethpermitequesólolagentedistinguidaduermaenél.Amímegustalacocinadedíaylabuardillaylacocinadefueraylasalitayelvestíbuloporlapreciosapuertarojadelfrenteymeencantalalechería,peronomegustanlosotroscuartosdelaLunaNueva.Ah,meolvidabadel

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armariodel sótano.Meencantabajarymirar laspreciosas filasdebotesdejaleasydulces.ElprimoJimmydicequeesunatradicióndelaLunaNuevaquelosbotesdedulcenopuedenestarnuncavacíos.CuántastradicionestienelaLunaNueva.Esunacasamuyespaciosaylosárbolessonpreciosos.AlostresálamosdeLombardíadelportóndeljardínlespuselasTresPrincesasyalcenadorlepuseLamoradadeEmily,yalgranmanzanodelportóndeljardínviejolepuseelArbolQueRezaporquelevantasuslargasramasigualitoqueelseñorDarecuandolevantalosbrazospararezarenlaiglesia.

LatíaElizabethmedioelcajoncitomásaltodeladerechaensucómodaparaponermiscosas.

Ay, papá querido, he hecho un gran descubrimiento. Ojalá lo hubierahechocuandoestabasvivoporquecreoquetehabríagustadosaberlo.Puedoescribir poesía. A lo mejor la habría escrito hace tiempo si lo hubieraintentado.Perodespuésdelprimerdíadeclasepenséquepormihonorteníaqueintentarloyesmuyfácil.HayunlibritodetapasnegrasenlabibliotecadelatíaElizabethquesetitulaLasestacionesdeThompsonydecidíquevoyaescribirunpoemasobreunaestaciónylosprimerostresversosdicen.

Ahorallegaelotoñomadurodemelocotonesyperas.Seoyeelcuernodelcazadorentodalatierraylapobreperdizaleteandocaealsuelo.

Claroqueen laIslaPríncipeEduardonohaymelocotonesy tampocooínuncaelcuernodeningúncazador,peroenpoesíaunonotienequeajustarsedemasiadoaloshechos.LlenéunahojaconmipoemaycorríaleérseloalatíaLaura.Yopensabaque se iba aponer contentísimade teneruna sobrinaque escribiera poesía pero lo tomó con mucha frialdad y me dijo que noparecía poesía.Esclamé que era verso libre.Muy libre dijo la tíaElizabethsarcásticaaunqueyonolehabíapedidosuopinión.Perocreoquedeahoraenadelantevoyaescribirconrimaparaquenohayaerroresyvoyaserpoetisacuandocrezca,yvoyaserfamosa.Tambiénesperosercomounasílfide.Laspoetisas tienenque ser como sílfides.El primo Jimmy tambiénhace poesíaperonolaescribe,laguardaenlamente.Yoleofrezíregalarlealgunasdemisplanillas (porque esmuy bueno conmigo) perome dijo que era demasiadoviejoparaaprenderhábitosnuevos.Todavíanooíningunapoesíasuyaporqueel espíritu no se lo ha pedido pero tengomuchas ganas y lamento que noengordenaloscerdoshastaelotoño.ElprimoJimmymegustacadavezmás,menos cuando le da por hablar ymirar raro.Me asusta pero nunca le duramucho.HeleídomuchosdeloslibrosdelabibliotecadelaLunaNueva.UnahistoriadelareformaenFrancia,muyreligiosaytriste.Unlibrogorditoquedescribe los meses en Inglaterra y el que te dije antes, Las estaciones de

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Thompson.Megustaleerlosporquehaymuchaspalabrasbonitas,peronomegustanaltacto.Elpapelestanásperoygruesoquemedaescalofríos.Viajesen España, muy fascinante, con un papel lisito y brillante, un libro demisioneros en las Islas del Pacífico, con láminas muy interesantes por lospeinados de los jefes paganos. Después de que se hicieron cristianos secortaron el pelo y a mí me parece una lástima. Los poemas de la señoraHemans.Meapasionalapoesíaytambiénlashistoriasdeislasdesiertas.RobRoy,unanovela,perohabíaleídomuypoquitocuandolatíaElizabethmedijoquenopodíaseguirleyéndolaporquenodeboleernovelas.LatíaLauramedijoquelaleyeraaescondidas.NoveoporquénoestábienobedeceralatíaLauraperomedanosequéy todavíano lohehecho.Unprecioso librodeTigres,llenodeláminasyhistoriasdetigresquemehacenreírymorirmedemiedo.ElCaminoreal,tambiénrelijiosoperomásdivertidoasíqueesbuenoparaleerlosdomingos.ReubenyGrace,unahistoriaperononovelaporqueReuben yGrace son hermanos y no hay boda.ComoKaty y Jim el alegre,igual que la anterior pero no tan emocionante y trajica. Las poderosasmaravillasde lanaturaleza queesbuenoyenseña.Alicia en el paísde lasmaravillas, queesdelicioso,y lasMemoriasdeAnzonettaB.Peters que seconvirtió a los siete y se murió a los doze. Cuando alguien le hacía unapreguntaellacontestabaconelversodeuninnoreligioso.Esofuedespuésdeconvertirse. Antes de eso hablaba en cristiano normal y corriente. La tíaElizabethmedijoque tengoque tratardesercomoAnzonetta.CreoqueyopodríaserAliciabajocircunstanciasmásfavorablesperoestoyseguradequejamáspodrésertanbuenacomoAnzonettaycreoquetampocoquieroserloporqueellanosedivirtiónunca.Cayoenfermanadamásconvertirseysufrióhorriblemente durante años. Además, estoy segura de que si me pongo ahablareninnosalagente,haríaelridículo.Unavezlointenté.Elotrodíalatía Laura me preguntó si prefería franjas azules en lugar de rojas para lasmedias del invierno que viene y yo le contesté como contestó Anzonettacuandolehicieronunapreguntaparecida,perodiferente,sobreunabolsa.

Jesús,tuvirtudylasangredetucorazón,sonmibelleza,mivestidoson.

Y la tía Laura dijo que estaba loca y la tía Elizabeth dijo que erairreverente. Yo sabía que no podía funcionar. Además, Anzonetta no pudocomer nada durante años porque tenía ulcera en el estómago y a mí meencantacomerbien.

El viejo señorWales de Derry Pond Road se está muriendo de cáncer.JennieStrangdicequelaesposatienelistalaropadeluto.

HoyescribíunabiografíadeSaucySalyunadescripcióndelcaminoenel

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bosquedeJohnelAltivo.Lasvoyaponerjuntoaestacartaparaquepuedasleerlas.Buenasnoches,papáadorado.

Tumásobedienteyhumildeservidora.EmilyB.Starr.

P.D.Creo que la tía Laurame quiere.Me gusta queme quieran, papáquerido.

E.B.S.

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CAPÍTULODIEZ

Penasenaumento

Hubomuchoentusiasmoenlaescueladurantelaúltimasemanadejunio,causadoporlafiestadecumpleañosdeRhodaStuart,quesellevaríaacaboaprincipiosdejulio.La carga de ansiedad era increíble. ¿Quiénes serían invitadas? Ése era el graninterrogante. Algunas sabían que no las invitaría, pero la mayoría sentían unaincertidumbre verdaderamente terrible. Todo el mundo le rendía honores a EmilyporqueeralamejoramigadeRhodaypudieraserquetuvieraopinióneneltemadelaelecciónde las invitadas.JennieStrang llegóalextremodeofrecerleaEmilyunhermoso plumier con un espléndido retrato de la Reina Victoria en la tapa si leconseguíauna invitación.Emilyrechazóelsobornoyrespondióconaltivezquenopodía interferirenunasunto tandelicado.ConaquelasuntoEmilyseestabadandoaires.Ella estaba segura de ser invitada.Rhoda le había hablado de la fiesta hacíasemanas y la había comentado con ella. Sería algo grandioso, con un pastel decumpleañosrecubiertodeunacapadeazúcarrosayadornadocondiezvelitasrosaaltas,conheladoynaranjas,einvitacionesescritasenpapelrosaconbordesdoradosenviadasporcorreo(estoúltimohabíasidoañadidocomotoquededistinción).EmilysoñabanocheydíaconlafiestayyateníaelregaloparaRhoda:unapreciosacintaparaelpeloquelatíaLaurahabíatraídodeShrewsbury.

Elprimerdomingodejulio,enlaEscuelaDominical,Emilyseencontrósentadajunto a Jennie Strang. Por lo general, se sentaba con Rhoda, pero ésta se habíasentadotresasientosmásadelanteconunaniñitadesconocida,unaniñitavestidadesedaazul,quelucíaunsombrerodepajagrandeyadornadoconunacoronadefloressobre sus elaborados cabellos rizados, medias de encaje blanco en las piernasregordetasyunflequilloque le llegabahasta losojos.Noobstante, tantaplumanolograbahacerdeellaunaveverdaderamentehermosa;noeraguapaysuexpresióneradedisgustoydesdén.

—¿QuiéneslaniñaqueestásentadaconRhoda?—susurróEmily.—Ah,esMurielPorter—respondióJennie—.Esdelaciudad.Havenidoapasar

lasvacacionesalacasadesutíaJaneBeatty.Yolaodio.Amínuncasemeocurriríaponermeunvestidoazulconunapiel tanoscuracomolasuya.Pero losPortersonricosyMurielestáconvencidadequeesmaravillosa.DicenqueRhodayellasehanhechoíntimas;Rhodasiempreandadetrásdecualquieraque,segúnella,estáenunaposiciónelevada.

Emilysepusotensa.Nopensabaescucharcomentarioscríticossobresusamigas.Jenniepercibiósureacciónycambiódetono.

—Detodasmaneras,yomealegrodequeRhodanomeinviteasufiesta.Soyyo

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laquenoquiereirsivaaestarMurielPorter,dándoseaires.—¿Cómosabesquenotevaainvitar?—preguntóEmily.—Bueno,porquelasinvitacionessalieronayer.¿Nohasrecibidolatuya?—No…—¿Yatieneslacorrespondencia?—Sí,laharecogidoelprimoJimmy.—Bueno,talvezlaseñoraBeecherseolvidódedársela.Probablementetellegue

mañana.Emilyestuvodeacuerdoenqueeraprobable.Perounaextrañayfríasensación

dedesolaciónhabíainvadidotodosuser,enlacualnotuvopocoqueverelhechodeque,despuésdelaEscuelaDominical,RhodasealejóconMurielPortersindignarseamiraranadiemás.El lunes, lapropiaEmily fueal correo,peronohabíaningúnsobre rosado para ella. Aquella noche lloró hasta quedarse dormida, aunque noabandonólaesperanzahastaquepasóelmartes.Entoncestuvoqueenfrentarsealaespantosa verdad, que ella… Emily Byrd Starr, de la Luna Nueva, no había sidoinvitada a la fiesta de Rhoda. Era increíble. Tenía que haber un error. ¿No habríaperdidolainvitaciónelprimoJimmyenelcaminoderegresoacasa?¿Oseríaqueala hermana mayor de Rhoda, que escribió las invitaciones, se le había pasado sunombre?¿O…?LasdesdichadasdudasdeEmilyfueronresueltasdefinitivamenteporJennie,queseleacercóalsalirdelcorreo.Habíaunaluzmaliciosaenlosojoscomocuentas de Jennie. Aunque a Jennie le gustaba bastante Emily, a pesar delencontronazoeldíaenqueseconocieron,legustabaversuorgullohumillado.

—AsíquedespuésdetodonoteinvitanalafiestadeRhoda.—No—admitióEmily.Fue un momento muy amargo para ella. El orgullo de los Murray había sido

dolorosamentepisoteadoy,pordebajodelorgullodelosMurray,habíaotracosaquehabíasidoprofundamenteherida,peroqueaúnnohabíamuerto.

—Bueno, enmiopiniónha sidoun actomezquino—dijo Jennie, sinceramentesolidariaapesardesusecretasatisfacción—.¡Ydespuésdetodoslosaspavientosquehacía contigo! Pero eso es típico de Rhoda Stuart. Es una falsa, por los cuatrocostados.

—Yonocreoque sea falsa—dijoEmily, lealhasta laúltima trinchera—.Creoquehayunerrorenquenomehayaninvitado.

Jenniesequedómirándola.—Entonces, ¿no conoces la razón? Pero si Beth Beatty me contó la historia.

MurielPorterteodiayledijoaRhodaquesiteinvitaba,ellanoibaairasufiesta.YRhodaestabatanlocaporteneraunaniñadelaciudadensufiestaqueleprometióquenoteinvitaría.

—MurielPorternomeconoce—murmuróEmily—.¿Cómopuedeodiarme?Jenniesonrióconairedesabihonda.—Eso te lo digo yo. Se muere por Fred Stuart, Fred lo sabe y la hizo sufrir

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elogiándote.LedijoqueeraslaniñamásdulcedetodoBlairWateryquequeríaquefuerassunoviacuandocrecieras.YMurielsepusotanfuriosaycelosa,queobligóaRhodaaquenoteinvitara.Yo,entulugar,noledaríaimportancia.UnaMurraydelaLunaNueva estámuy por encima de esasmiserias. En cuanto a queRhoda no esfalsa, te digo que sí lo es. Caramba, si te dijo que no sabía que había una víboradentrodelacajayhabíasidoideasuya.

Emily estaba demasiado abrumada para responder. Se alegró de que Jennietuvieraqueseguirporotrocaminoydejarlasola.Corrióasucasa,temiendonopodercontener las lágrimas antes de llegar. La desilusión por no ir a la fiesta y lahumillación por la ofensa se diluían ante la angustia de la fe traicionada y laconfianzaviolada.SuamorporRhodahabíamuertoyEmilysufríacontodaelalmaeldolordelgolpeque lohabíamatado.Era la tragediadeunacriatura,ypor tantomásamargayaquenadiepodríacomprenderla.LatíaElizabethledijoquelasfiestasdecumpleañoseranunatonteríayquelosStuartnoeranunafamiliaconlaquelosMurraysehubierantratadonunca.YnisiquieralatíaLaura,aunquelaconsolóylareconfortó, se dio cuenta de lo profunda y dolorosa que había sido la herida, tanprofundaydolorosaqueEmilynisiquierapodíaescribirleasupadresobreella,ynotuvomaneradedesahogarlaviolenciadelaemociónquesacudíasuser.

Al domingo siguiente, Rhoda estaba sola en la Escuela Dominical, pues laenfermedaddelpadredeMurielPorterlahabíahechoregresaralaciudad;yRhodamiróaEmilycondulzura.PeroEmilypasóporsuladoconlacabezamuyaltayeldesprecioencadarasgo.Nuncavolveríaa tenernadaqueverconRhodaStuart,nopodía.AúndespreciabamásaRhodapor intentarreanudar laamistad,ahoraquelaniña de ciudad por quien la había sacrificado se había ido.No era porRhoda queguardabaluto,sinoporunaamistadquehabíasidotanqueridaparaella.Rhodahabíasido dulce y buena, al menos en la superficie, y Emily había hallado una intensafelicidadensuamistad.Ahorasehabíaterminadoyellajamás,jamáspodríavolveraquereranadieoaconfiarenalguien.Éseeraelaguijón.

Aguijónqueloenvenenabatodo.Emilyteníaunanaturalezaque,inclusodeniña,noserecuperabaconfacilidadniolvidabaungolpesemejante.AndabacomoidaporlaLunaNueva,perdióelapetitoyadelgazó.OdiabairalaEscuelaDominicalporquepensaba que las otras niñas se regodeaban con su humillación y su separación deRhoda. Tal vez existía un sentimiento de aquel tipo, pero Emily lo exagerabamorbosamente.Sidosniñassusurrabanosereíanjuntas,ellapensabaquehablabanyque se reían de ella. Si alguna hacía con ella el camino de regreso de la escuela,Emilypensabaqueeraporlástima,porquenoteníaningunaamiga.DurantetodounmesEmilyfuelacriaturamásdesdichadadeBlairWater.

«Creoquemeecharonmaldeojocuandonací»,reflexionaba,desconsolada.LatíaElizabethteníaunaideamásprosaicaparaexplicarlalanguidezylafalta

de apetito de Emily.Había llegado a la conclusión de que los espesos cabellos deEmily«lequitabanfuerzas»yqueseríamuchomásfuerteysesentiríamuchomejor

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si se los cortaban. Para la tíaElizabeth decidir era actuar.Unamañana le informófríamenteaEmilydequeibana«vaciarle»loscabellos.

Emilynopudocreerloqueoía.—Nomeestarásdiciendoquemevasacortarelpelo,tíaElizabethexclamó.—Sí,esoesexactamenteloqueteestoydiciendo—sostuvolatíaElizabethcon

firmeza—.Tienesdemasiadopelo,especialmenteparaelverano.Estoyseguradequeporesohasestadotandecaídaúltimamente.Ynadadelágrimas.

PeroEmilynopodíacontenerelllanto.—Nomelocortestodo—rogó—.Sólounflequillogrande.Algunasdelasniñas

llevanflequillosqueempiezanenlacoronilla.Asímequitaríaslamitaddelpeloyelrestonomequitarádemasiadafuerza.

—Nadadeflequillos—dijo la tíaElizabeth—.Yate lohedichomuchasveces.Voyacortarteelpeloparaquesoportesmejorelcalor.Algúndíameloagradecerás.

Emilysesintiócualquiercosamenosagradecida.—Esmiúnicabelleza—sollozó—,juntoconmispestañas.Supongoquetambién

mecortaráslaspestañas.La tía Elizabeth desconfiaba de aquellas pestañas largas, herencia de la joven

abuelamaternadeEmily,noeranlobastanteMurrayparaaprobarlas,aunquenoteníaplanesparaellas.Peroelcabellodebíacortarsey la tíaElizabeth, tajante, ledijoaEmilyqueaguardaraallímientrasibaabuscarlastijeras.

Emilyaguardó,sinesperanzas.Debíaperdersushermososcabellos,loscabellosdelosquesupadrehabíaestadotanorgulloso.Coneltiempovolveríanacrecer(silatíaElizabethlopermitía)perotardaríanaños¡y,mientrastanto,ellaseríaundesastre!La tía Laura y el primo Jimmy habían salido; no tenía a nadie a quien recurrir;aquellacosahorribleibaasuceder.

La tíaElizabethvolvió con las tijeras, que cuando las abrióhicieronun ruiditorevelador,ruiditoque,comoporartedemagia,pareciódesatarunafuerzaformidableyextrañaenelalmadeEmily.Sevolviódespacioyseenfrentóasutía.Sintióquelascejasselejuntabandeunamanerapococomúnenella,sintióalgoquelesurgíacomodelasignotasprofundidadesdeunairresistiblefuentedeenergía.

—TíaElizabeth—dijo,mirandodirectamentealosojosdelaseñoradelastijeras—,nomevasacortarelpelo.Ynoquierohablarmásdeltema.

AlatíaElizabethlesucedióalgoinsólito.Sepusopálida,dejólastijeras,parecióatónitaunmomentoantelaniñatransformadaoposeídafrenteaellayentonces,porprimera vez en su vida, ElizabethMurray se volvió y salió corriendo, literalmentecorriendo,hacialacocina.

—¿Quépasa?—preguntóLaura,quellegabaenaquelmomento.—Vi…apapá…mirándomedesdesucara—murmuróElizabeth,temblando—.

Ymedijo:«ynoquierohablarmásdeltema»,consusmismaspalabrasdesiempre.Emily laoyóycorrióalespejodelaparador.Había tenido,mientrashablaba, la

extrañasensacióndeestarusandolacaradeotrapersonaenlugardelapropia.Ahora

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la sensación se desvanecía, pero Emily alcanzó a vislumbrarla, la miradaMurray,seguramente.Conrazónhabíaasustadoa la tíaElizabeth, laasustabaaellamisma.Menosmal qué ya había desaparecido. Se estremeció, corrió a su escondite en labuhardillaylloró,perosupoqueyanolecortaríanelcabello.

Y así fue. La tía Elizabeth no volvió a mencionarlo. Pero durante varios díasparecióevitaraEmily.

Unhechobastantecuriosofueque,apartirdeaqueldía,Emilydejódeafligirsepor su amigaperdida.Depronto, el asuntodejóde tener importancia.Era comosihubiera sucedido hacía tanto tiempo que nada quedaba del hecho, salvo el merorecuerdocarentedeemoción.Emilyprontorecuperóelapetitoylaanimación,volvióaescribircartasasupadreydescubrióquelavidavolvíaaserbella,ensombrecidaapenas por el misterioso presentimiento de que la tía Elizabeth había quedadomortificadaporsuderrotaenelasuntodelpeloyquetardeotempranosetomaríalarevancha.

LatíaElizabeth«setomólarevancha»esamismasemana.Emilyteníaqueiralatienda abuscar algo.Eraundíademuchísimocalor y se le habíapermitido andardescalzaporlacasa,peroahorateníaqueponersebotasymedias.Emilyserebeló,hacía demasiado calor, había demasiado polvo, no podía caminar casi un largokilómetroconbotasabotonadas.LatíaElizabethfueinexorable.NadieibaaveraunMurraydescalzofueradesucasa,ytuvoqueponérselas.PeroapenasEmilytraspasóel portón de la LunaNueva se sentó, con toda deliberación se quitó las botas, lasescondióenunagujeróenelterraplénysefuedescalza.

Cumplió el recado y volvió, con la conciencia tranquila. Qué hermoso era elmundo, qué suave el azul del gran espejo redondo de agua de Blair Water, quéglorioso elmilagro de los botones de oro en el campo húmedo que había bajo elbosquedeJohnelAltivo.Alverlo,Emilysequedóinmóvilycompusounpoema.

Botóndeoro,flordorada,veotusonrienterostroplácidosaludar,lacabezainclinada,sinpensarentiempooespacio.

Encamposcenagososocaminostransitadosoenelcuidadojardínenflor,exhibestuspétalossuavesysatinadosycubresdelvalletodoverdor.

Hastaallí,todobien.PeroEmilyqueríaotraestrofapararedondearelpoemademaneraapropiadayladivinainspiraciónparecíahaberdesaparecido.Caminóhacialacasaenunestadodeensoñacióny,paracuando llegóa laLunaNueva,ya tenía laestrofaylarecitabaparasímismaconunaagradablesensaciónderealización.

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Regalastubellezaentodaspartes.Estésdondeestés,entodoslados.Ysiempre,botóndeoro,seráslaflorpreferidadelosamados.

Emilyestabamuyorgullosa.Ésteerasutercerpoemay,sinduda,elmejor.Nadiepodíadecirqueeraverso libre.Debíacorrera labuhardillaaescribirlo.Pero la tíaElizabethlaesperabaenlosescalonesdelaentrada.

—Emily,¿dóndeestántusbotasytusmedias?Emilyregresódelasnubesconundesagradablesobresalto.Sehabíaolvidadopor

completodelasbotasylasmedias.—Enunagujeroalladodelportón—dijo,sinmás.—¿Hasidodescalzaalatienda?—Sí.—¿Apesardequetedijequeno?AEmilyleparecióunapreguntasuperfluaynocontestó.PeroalatíaElizabethle

habíallegadosuturno.

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CAPÍTULOONCE

Ilse

EncerraronaEmilyenelcuartodehuéspedesyledijeronquesequedaríaallíhastalahoradeirsealacama.Envanorogóquenoleimpusieransemejantecastigo.Tratódequelesaliera lamiradaMurraypero,alparecer,almenosensucaso, lamiradanoveníaavoluntad.

—Ay,nomeencierresahísola,tíaElizabeth—imploró—.Séquemeheportadomal,peronomeencierresenelcuartodehuéspedes.

La tíaElizabeth fue inexorable.Sabíaqueeraunacrueldadencerraraunaniñahipersensible como Emily en aquella habitación lúgubre. Pero pensó que estabacumpliendoconsudeber.Nosediocuenta—yniporunmomentolohubieracreído—dequeenrealidadestabadesahogandosupropioresentimientohaciaEmilyporsuderrotaysumiedoeldíadelaamenazadelcortedepelo.LatíaElizabethcreíaqueenaquellaocasiónlahabíaespantadounparecidofamiliarsurgidodeunasituacióntensa,yestabaavergonzada.ElorgullodelosMurrayhabíaresultadolastimadoporaquellahumillaciónyeldolorsólodisminuyocuandoechólallavedelapuertadelcuartodehuéspedesantelacarapálidadelaculpable.

Emily, muy pequeña, sola y perdida, con los ojos llenos de un miedo que nodeberíatenercabidaenlosojosdeunniño,seacurrucócontralapuertadelcuartodehuéspedes.Asíeramejor.Asínopodíaimaginarselascosasquehabíaasusespaldas;porquelahabitacióneratangrandeyoscuraqueunopodíaimaginarseunmontóndecosashorribles.Sutamañoyoscuridadlallenabandeunterrorcontraelquenopodíaluchar.Desdequeteníaconcienciahabíatenidopánicoaquelaencerraransola,enlasemipenumbra.No ledabamiedo laoscuridadal aire libre,peroaquellapenumbrallenadesombras,deencierro,hacíadelcuartodehuéspedesunlugaraterrador.

Laventanaestabacubiertaporunapesadacortinaverdeoscuro,reforzadaporunapersianacerrada.Lagrancamaconbaldaquín,queseproyectabadesdelaparedhaciaelcentrodelahabitación,eraalta,rígidaytambiéncubiertadepesadatela.Cualquiercosa podía saltar hacia ella desde esa cama. ¿Y si una gran mano negra salía deprontodeallí,atravesabaelcuartoy laagarraba?Lasparedes,comolasde lasala,estaban adornadas con retratos de los parientes fallecidos. Había tantos Murraymuertos… Los vidrios de los retratos devolvían el desagradable reflejo de losespectraleshilosdeluzqueluchabanporabrirsecaminoatravésdelasmaderasdelapersiana.Ylopeoreraque,alotro ladode lahabitación,en lomásaltodelroperonegro,habíaun inmensobúhoblancoártico,embalsamado,que lamirabaconojossobrenaturales. Cuando lo vio, Emily gritó y volvió a acurrucarse en su rincón,aterrorizada por el ruido que ella misma había hecho en aquella gran habitación

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silenciosayllenadeecos.Deseóquealgosaltaradeesacamaypusierafinasusdías.«¿QuésentiríalatíaElizabethsimeencontraranaquímuerta?»,pensó,vengativa.A pesar delmiedo, comenzó a dramatizarlo y sintió el remordimiento de la tía

Elizabeth con tanta intensidad que decidió que sólo estaría inconsciente y querecuperaría el conocimiento cuando todo el mundo estuviera lo suficientementeasustadoyarrepentido.Peroenaquellahabitaciónhabíanmuertopersonas,docenasdepersonas.SegúnelprimoJimmyeraunatradicióndelaLunaNuevaque,cuandounmiembrodelafamiliaestabacercadelamuerte,lollevabanrápidamentealcuartodehuéspedes,paraquemuriera rodeadodeunentornodesuficientemagnificencia.Emily los veíamuriéndose en esa horrible cama. Sintió que le sería imposible novolver a gritar, pero logró contenerse. Una Starr no podía ser cobarde. ¡Ay, aquelbúho!¿Ysiapartabalosojosycuandovolvieraamirarlodescubríaquehabíasaltadosilenciosamente del ropero y venía hacia ella? Emily no se atrevía a mirarlo, pormiedoaqueesosucediera.¡Cómosemovíanloscortinajesdelacama!Sintiógotitasdesudorfríoenlafrente.

Entoncesocurrióalgo.UnrayodesolentróporunagrietadelapersianaycayódirectayoblicuamentesobreelretratodelabueloMurray,queestabacolgadosobrelachimenea.Erauna«ampliación»alcarboncillocopiadadelviejodaguerrotipoquehabíaenlasala.Conelreflejo,lacarapareciósalirdelaoscuridadhaciaEmily,consulúgubreceñoextrañamenteexagerado.TodorestodevalorabandonóaEmily.Enunespasmodepánicoquenopudocontrolaratravesólahabitacióncorriendocomounaloca,hacialaventana,descorriólascortinasylevantólapersiana.Unbenditosolentróenlahabitación.Fuerahabíaunmundosano,afable,humano.Y,maravillademaravillas,allímismo,apoyadacontraelalféizardelaventana,¡habíaunaescalera!Porunmomento,Emilyestuvoapuntodecreerqueeraunmilagroparafacilitarsufuga.

Esamañana,elprimoJimmysehabíatropezadoconlaescalera,queestabatiradabajolosabetosbalsámicos,detrásdelalechería.Estababastantepodridayéldecidióqueerahorade tirarla.Lahabíaapoyadocontra lacasaparaasegurarsedeverlayacordarsedetirarlacuandoregresaradelpajar.

En menos tiempo del que lleva escribirlo, Emily había levantado la ventana,trepado al alféizar y subido a la escalera.Estaba tan decidida a escapar de aquellahabitaciónhorriblequenotuvoconcienciadelosescalonespodridos.Cuandollegóalsuelo,saliócorriendoporentre losabetosbalsámicos,saltó lacerca,semetióenelbosque de John el Altivo y no paró de correr hasta que llego al sendero, junto alarroyo.

Allísedetuvoatomaraliento,exultante.Sesentíaplenadeunainmensaalegría,mezcladadeundeleitemágico.Quedulceeralabrisadelibertadquesoplabaentreloshelechos.Habíaescapadodelcuartodehuéspedesysusfantasmas;habíaextraídolamejorparteposibledelamezquindaddelatíaElizabeth.

«Mesientocomounpajaritoqueseescapadelajaula»,sedijoasímismayse

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pusoabailardealegríarecorriendosusenderodehadashastaelfinal,dondeencontróaIlseBurnley,subidaaunacercademadera,conloscabellosdeoropálidoformandoun destello de luz contra los oscuros abetos blancos que se arremolinaban a sualrededor.Emily no la había visto desde aquel primer día en la escuela y volvió apensarquejamáshabíavistoanadiecomoIlse.

—Caramba,EmilydelaLunaNueva—dijoIlse—,¿adóndevascorriendo?—Meheescapado—contestóEmilyconfranqueza—.Meportémal,bueno…un

pocomal,y la tíaElizabethmeencerróenelcuartodehuéspedes.Yonomehabíaportadotanmal,nofuejusto,asíquesalíporlaventanaybajéporlaescalera.

—¡Quémalditasinvergüenza!Notecreíatanvaliente—dijoIlse.Emily contuvo el aliento. Era muy feo eso de que la llamara «maldita

sinvergüenza».PeroIlselodijoconadmiración.—Creoquenofuevalentía—dijoEmily,excesivamentesinceraparaaceptarun

cumplido que no merecía—. Estaba demasiado asustada para quedarme en aquelcuarto.

—Bueno,¿yahoraadóndevas?—preguntóIlse—.Tienesqueiraalgúnlado,nopuedesquedartefuera.Vieneunatormenta.

Eraverdad.AEmilynolegustabanlastormentas.Ylaconciencialeremordía.—Ah—dijo—.¿CreesqueDiosmandalatormentaparacastigarmeporhaberme

escapado?—No—respondió Ilse, desdeñosa—. Si hay un Dios, no se va a tomar tanta

molestiaporunanadería.—Ay,Ilse,¿túnocreesquehayaDios?—No lo sé. Papá dice que no existe Pero, en ese caso, ¿cómo se hicieron las

cosas?HaydíasenquepiensoquehayDiosydíasenquepiensoqueno.¿Porquénovienesacasaconmigo?Nohaynadie.Yomesentía tansolaque lomande todoaldiabloymevinealbosque.

IlsebajódeunsaltoyletendióaEmilyunamanoquemadaporelsol.Emilylacogióylasdoscorrieronpor lapraderadeJohnelAltivohasta laviejacasadelosBurnley,queparecíauninmensogatogriscalentándosebajolosúltimosrayosdesolque las espesas nubes que amenazaban tormenta todavía no habían ocultado. Elinterior estaba lleno de muebles que en un tiempo debieron de haber sidoespléndidos,peroeldesordeneraimpresionanteyunagruesacapadepolvolocubríatodo.Nada parecía estar en su sitio; la tíaLaura sin duda se habría desmayadodehorrordehabervistolacocina.Peroeraunlugarestupendoparajugar.Nohabíaquepreocuparse por desordenarlo. Ilse y Emily se lo pasaron en grande jugando alesconditeportodalacasahastaquelostruenosfuerontanfuertesylosrelámpagostanbrillantesqueEmilyquisoacurrucarseenelsofáyconcentrarseennoperderelvalor.

—¿Notedanmiedolostruenos?—lepreguntóaIlse.—No,sóloletengomiedoaldiablo—respondióésta.

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—Pensabaquetampococreíaseneldiablo,Rhodamedijoquenocreías.—Ah,claroqueexisteeldemonio,dicepapá.EnquienélnocreeélesenDios.Y

siexisteeldiabloperonohayunDiosparamantenerloaraya,¿tepareceextrañoquele tengamiedo?Escucha,EmilyByrdStarr,megustasunmontón.Mehasgustadodesde el primer día. Yo sabía que pronto te aburrirías de esa tonta de sangre dehorchata, esavíboramentirosaqueesRhodaStuart.Yonomientonunca.Papámedijounavezquesimepillabadiciendounamentira,memataba.Quieroqueseasmiamiga.Simesientocontigo,irétodoslosdíasalaescuela.

—Está bien —dijo Emily con indiferencia. Ya basta de sentimentales votosrhodianosdedevocióneterna.Aquellaetapahabíapasado.

—Ymecontaras cosas.Amínadiemecuentanada.Y te contarecosasa ti—añadióIlse—.Pero…¿teavergonzarasdemíporquemiropaesrarayporquenocreoenDios?

—No.PerosiconocierasalDiosdemipadre,creeríasenÉl.—No,nocreería.Además,hayunsoloDios,siesquehayalguno.—Nolosé—dijoEmily,perpleja—.No,nopuedeser.ElDiosdeEllenGreene

notienenadaqueverconelDiosdemipadre,yeldelatíaElizabethtampoco.Creoque elDios de la tíaElizabeth nome gustaríamucho, pero, almenos, es unDiosdigno. El de Ellen, no. Y estoy segura de que el Dios de la tía Laura también esdistinto,buenoyagradable,peronotanmaravillosocomoeldepapá.

—Bueno,noimporta,nomegustahablardeDios—dijoIlse,incómoda.—Amísí—dijoEmily—.CreoqueDiosesun temamuy interesante,yvoya

rezarporti,Ilse,paraquepuedascreerenelDiosdepapá.—¡Niseteocurra!—gritóIlse,aquien,poralgunamisteriosarazón,laideanole

gustabanada—.¡Yonoquieroquenadierecepormí!—¿Túnuncarezas,Ilse?—Ah,devezencuando,cuandomesientosola,denoche,ocuandoestoyenun

aprieto.Peronoquieroquenadiemásrecepormí.Sitepillohaciéndolo,EmilyStarr,tesacolosojos.Ytampocoseteocurrahacerloamisespaldas.

—Estábien,norezaréporti—soltóEmily,cortante,molestaporelfracasodesuofrecimientodebuenavoluntad—.Rezaréportodaslaspersonasqueconozco,peronoporti.

Porunmomento,parecióqueaIlseestotampocolegustaba.PeroserióyledioaEmilyunabrazodeoso.

—Bueno,estábien,pero,porfavor,quiéreme.Amínadiemequiere,¿sabes?—Tupadretienequequererte,Ilse.—Nome quiere—dijo Ilse, muy segura—.A papá no le importo un comino.

Creoqueavecesledarabiahastaverme.Amímegustaríaquemequisiera,porquecuandoquiereaalguienesmuybueno.¿Sabesloquevoyasercuandoseamayor?Voyaserde-cla-ma-do-ra.

—¿Quéeseso?

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—Unamujerquerecitaenlosconciertos.Lohagobárbaro.¿Túquévasaser?—Poetisa.—¡Demonios!—exclamóIlse,alparecer impresionada—.Nocreoqueescribas

poesía—agregó.—Pues claro que sí—replicó Emily—.He escrito tres poemas:Otoño,Versos

paraRhoda(aunqueéseloquemé)yPalabrasaunbotóndeoro.Ésteúltimolohehechohoyyesmí…miobramaestra.

—Recítamelo—ordenóIlse.Nada reacia, Emily repitió orgullosa sus versos. No le molestaba que Ilse los

oyera.—EmilyByrdStarr,¿túhassacadoesodetucabeza?—Sí.—¿Lojuras?—Lojuro.—Bien—Ilseexhalóunlargosuspiro—,creoqueerestodaunapoetisa.ParaEmilyfueunmomentodegranorgullo,esmás,unodelosmomentosmás

importantesdesuvida.Sumundohabíaalcanzadounareputación.Peroahorahabíaque cambiar de tema. La tormenta había pasado y se había puesto el sol. Era elcrepúsculoyprontooscurecería.Teníaque regresar a casay entrar enel cuartodehuéspedes antes de que descubrieran su ausencia. Era espantoso pensar en volver,peroteníaquehacerlo,sinodeseabaquecosaspeoreslesucedieranamanosdelatíaElizabeth.Enaquelmomento,bajo la inspiraciónde lapersonalidadde Ilse,estaballenadevalor.Además,prontollegaríalahoradeirsealacamaylaliberaríandesuencierro.VolviósaltandoasucasaatravésdelbosquedeJohnelAltivo,queestaballenodelasluceserrantesymisteriosasdelasluciérnagas,atravesócuidadosamentelosabetosbalsámicosyseparóenseco,aterrada.¡Laescaleranoestaba!

Emilydiolavueltaalacasaendirecciónalapuertadelacocina,sintiendoquesedirigíaasuperdición.Pero,porunavez,elcaminodeltrasgresorselehizofácil.LatíaLauraestabasolaenlacocina.

—Emily, querida, ¿dedónde sales?—exclamó—.Estaba apuntode subir paradejartesalir.Elizabethdijoqueyapodíashacerlo;sehaidoalareunióndeoración.

LatíaLauranoconfesóquehabíaidovariasvecesdepuntillashastalapuertadelcuartodehuéspedesyqueelsilenciolahabíahechodesesperarse.¿Noestaríalaniñainconsciente del miedo? Ni siquiera durante la tormenta permitió la implacableElizabethque se le abriera lapuerta.Yaquí estaba la señoritaEmily, sin lamenorpreocupación, apareciendo al atardecer, después de todo el sufrimiento de la tíaLaura.Porunmomento,hastaéstaseenfado.Pero,cuandooyólahistoriadeEmily,suúnicopensamientofueagradecerquelahijadeJulietnosehubierarotoelcuelloenesaescalerapodrida.

Emily sabía que había salidomejor parada de lo quemerecía. Sabía que la tíaLauraguardaríaelsecreto.LepermitióqueledieraaSaucySalunplatoenterodesu

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comida favoritay a ella lediounagrangalletapara luegometerla en la camaconmuchosbesos.

—Notendríasquesertanbuenaconmigo,porquehoymeheportadomal—dijoEmily, entre bocados deliciosos—. Creo que he avergonzado a los Murray por irdescalza.

—Yo, en tu lugar, escondería las botas cada vez que pasara por el portón—sugirió la tíaLaura—.Peronomeolvidaríadevolveraponérmelasal regresar.LoqueElizabethnosepanolaharásufrir.

Emilyreflexionósobreaquelcomentariohastaterminarlagalleta.Entoncesdijo:—Estaría bien pero no voy a hacerlo más. Creo que debo obedecer a la tía

Elizabethporqueellaeseljefedelafamilia.—¿Dedóndelohassacado?—preguntólatíaLaura.—Demicabeza.IlseBurnleyyyovamosaseramigas,tíaLaura.Amíellame

gusta,siemprepenséquemegustaríasiteníalaoportunidaddecharlarconella.Creoquenuncamásquerréaunaamiga,peroellamegusta.

—¡PobreIlse!—exclamólatíaLaura,suspirando.—Sí, supadreno laquiere. ¿Noesespantoso?—dijoEmily—.¿Porquéno la

quiere?—Laquiere,enserio.Élcreequenolaquiere.—Pero¿porquécreequenolaquiere?—Eresdemasiadopequeñaparaentenderlo,Emily.Emilyodiabaqueledijeranqueerademasiadopequeñaparaentenderalgo.Sabía

que podía entender perfectamente bien si los adultos se tomaran el trabajo deexplicarlelascosasenlugardehacerselosmisteriosos.

—Ojalápudiera rezarporella.Peronosería justo, sabiendoqueellanoquiere.Noobstante,yosiemprelepidoaDiosquebendigaamisamigos,yellaseráunodeellos, así que a lo mejor sirve para algo. Tía Laura, ¿se puede decir la palabra«maldito»?

—¡No,no!—Qué lástima —dijo Emily, muy seria—, porque es una palabra muy

impresionante.

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CAPÍTULODOCE

TansyPatch[1]

EmilyeIlsepasaronunosespléndidosquincedíasdediversiónantesdesuprimerapelea.Fueunapeleaterrible,surgidadeunatontadiscusiónsobresiharíanunsalónono en la cabaña que estaban construyendo en el bosque de John el Altivo. EmilyqueríahacerloeIlseno.ÉstaperdiólosestribosenseguidaytuvounatípicarabietaBurnley.CuandoseenfadabaIlseteníaunvocabulariomuyfluido,ylaandanadadeinsultantes«palabrasdediccionario»quelearrojóaEmilyhabríahechotrastabillaracasitodaslasniñasdeBlairWater.PeroEmilysesentíademasiadoasusanchasconlaspalabrasparadejarseamilanarasícomoasí;ellatambiénseenfadó,peroconunestilofrío,digno,Murray,queeramuchomásexasperantequelaviolencia.CuandoIlsesedeteníaparatomaralientoenmediodesusdiatribas,Emily,sentadasobreunagran piedra con las rodillas cruzadas, los ojos negros y las mejillas coloradas,interponía pequeñas réplicas sarcásticas que enfurecían aúnmás a Ilse.Ésta estabaenrojecida y los ojos eran de un fuego oscuro y fulgurante. Las dos estaban tanpreciosasenmediodesufuriaqueeracasiunalástimaquenoestuvieranenfadadasparasiempre.

—No se te ocurra pensar, mocosa quejica, que me vas a dominar a mí, sóloporquevivesenlaLunaNueva—gritóIlse,comounultimátum,pataleando.

—Notengointencionesdedominarte,novoya juntarmecontigonuncamás—replicóEmily,desdeñosa.

—Mealegrodedeshacermedeti,eresunabípedaorgullosa,altanerayengreída—exclamó Ilse—. No vuelvas a dirigirme la palabra. Y tampoco andes diciendocosasdemíportodoBlairWater.

Esto era insoportable para una niña que nunca «decía cosas» de amigas oexamigas.

—No voy a decir cosas sobre ti—espetó Emily, con intención—. Sólo voy apensarlas.

Estoeramuchomás injuriosoque laspalabras,yEmily losabía. Ilse sevolvióloca. ¿Quién sabe qué cosas espantosas podría pensar Emily de ella en cualquiermomento?IlseyahabíadescubiertolofértilqueeralaimaginacióndeEmily.

—¿Tecreesquemeimportaloquepienses,serpienteinsignificante?Sinotieneselmenorsentidocomún.

—Perotengoalgoqueesmuchomejor—replicóEmily,conunaenloquecedorasonrisadesuperioridad—.Algoquetúnopodrástenerjamás,IlseBurnley.

Ilseapretólospuños,comosiquisierademoleraEmilyconlafuerzafísica.—Siyonosoycapazdeescribirmejorpoesíaquetú,meahorco—desprecióla

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otra.—Teprestaréunamonedaparaquetecompresunacuerda—dijoEmily.Ilselamirófuriosa,vencida.—¡Vetealdiablo!—dijo.Emilyselevantóysefue,peronoaldiablo,sinoalaLunaNueva.Ilsealiviósu

furiaechandoabajolastablasdelarmariodelavajillaypateandohastahacerpedazossus«jardinesdemusgo»,ytambiénsefue.

Emilysesentíamuymal.Heteaquíotraamistaddestruida,unaamistadquehabíasidoagradabley satisfactoria. Ilsehabía sidounacompañeraespléndida,deesonocabíaduda.Despuésdeserenarse,Emilyfuealaventanadelabuhardillaallorar.

—¡Quédesdichada!¡Pobredemí!—sollozaba,dramáticaperosinceramente.Peronosintió lamismaamarguraqueensurupturaconRhoda.Lapeleahabía

sidofranca,abiertayclara.Nolehabíandadounapuñaladaporlaespalda.ClaroqueIlseyellayanopodríanvolveraseramigas.Nosepuedeseramigadeunapersonaquetellamamocosaybípeda,yserpiente,yquetemandaaldiablo.Eraimposible.Además,Ilsenopodríaperdonarlajamás,porqueEmilyeralobastantesinceraparaadmitirqueellatambiénlahabíainsultado.

Sin embargo, cuando a lamañana siguiente Emily fue a la cabaña dispuesta arecoger su parte de platos y maderas rotas, allí estaba Ilse, dando los brincos,trabajando duro, con todos los estantes otra vez en su lugar, el jardín de musgorehechoyunhermososalónquesecomunicabaconlasaladeestarpormediodeunarcodeabetorojo.

—Hola.Ahí tienes tusalón;esperoqueahoraestéscontenta—dijo,conalegría—.¿Porquéhastardadotanto?Penséquenoibasallegarnunca.

Despuésdeunanochetrágica,durantelacualhabíaenterradosusegundaamistadylloradosobrelatumba,aquellodesconcertóaEmily.Noestabapreparadaparaunaresurreccióntanrápida.EncuantoaIlse,parecíaquelapeleanohubieraexistido.

—Pero eso fue ayer—prosiguió Ilse, asombrada, cuando Emily, no sin ciertadistancia, hizo referencia a la pelea. Ayer y hoy eran dos cosas completamentediferentes en la filosofía de Ilse.Emily lo aceptó, pues se dio cuenta de que no lequedaba más remedio. Ilse, era obvio, de vez en cuando no podía evitar aquellasrabietas, ni tampoco ser alegre y afectuosa entre una y otra. Lo que asombraba aEmily,enquienlascosasestabandestinadasadolerduranteuntiempo,eraqueIlseparecía olvidarse de una pelea apenas ésta terminaba.Que la llamaran serpiente ycocodriloeinmediatamentedespuéslaabrazaranyalabaranfuedesconcertantehastaqueeltiempoloconvirtióenalgonormal.

—Enlosperíodosentreunapeleayotra,¿nosoylosuficientementebuenaparacompensar? —preguntó Ilse—. Dot Payne nunca tiene rabietas. ¿A ti te gustaríatenerladeamiga?

—No,esdemasiadoestúpida—admitióEmily.—YRhodaStuart nunca pierde los estribos, pero ya tuviste tu experiencia con

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ella.¿CreesqueyopodríahacerteloquetehizoRhoda?No,sobreesepuntoEmilynoteníaningunaduda.FueraIlseloquefuese,eraleal

ysincera.Y,comparadasconIlse,RhodaStuartyDotPayneeran«comolaluzdelalunay

laluzdelsolycomoelaguayelvino»olohabríansido,siEmilyhubieraconocidodeTennysonalgomásquelaCancióndelacorneta.

—Nosepuedetener todo—dijoIlse—.Yotengoelcarácterdepapáyyaestá.Esperaaverloaélenunadesusrabietas.

Hastaelmomento,Emilynolohabíavisto.Habíaidomuchasvecesalacasadelos Burnley, pero en las pocas ocasiones en que el doctor Burnley estaba, sólo lededicabaunacortésinclinacióndecabeza.Eraunhombremuyocupadopues,fuerancuales fuesen sus defectos, su habilidad era incuestionable y su clientela, extensa.Juntoallechodelenfermoeratandelicadoycomprensivocomobruscoysarcásticoenotrassituaciones.Sialguienestabaenfermo,nohabíanadaqueeldoctorBurnleynofueracapazdehacer;pero,cuandoésteserecuperaba,parecíaperdertodointerésen su persona. Había pasado todo el mes de julio tratando desesperadamente desalvarle la vida aTeddyKent, deTansyPatch.Teddyya estaba fuera de peligro ylevantado,pero sumejoríanoera lobastante rápidacomopara satisfacer aldoctorBurnley.UndíaabordóaIlseyEmily,queibanporlapraderahaciaelestanqueconcañas de pescar y una lata llena de unos gusanos gordos y asquerosos (de estosúltimos se ocupaba sólo Ilse) y les ordenó que fueran a Tansy Patch a jugar conTeddyKent.

—Estásoloydeprimido.Idaanimarle—dijoeldoctor.Ilsenoteníaganasdeir.LegustabaTeddy,peroalparecernolegustabatantola

madredeTeddy.Emily,ensecreto,noeratancontrariaalaidea.HabíavistoaTeddyKentunasolavez,en laEscuelaDominical,eldíaantesdequecayeragravementeenfermo,ylehabíagustado.Porlovisto,aéllehabíagustadoella,porqueEmilylohabíasorprendidovariasvecesmirándolacontimidezatravésdelosbancosquelosseparaban. Era muy atractivo, pensaba Emily. Le gustaron sus cabellos castañososcurosyespesos,losojosazules,lascejasoscuras,yporprimeravezseleocurrióque podría ser bonito tener un amigo varón. No un «novio», por supuesto. Emilyodiabala jergade laescuelasegúnlacualunniñoerael«novio»deunaniñasi ledabaunlápizounamanzanaolaelegíaconfrecuenciadecompañeraparalosjuegos.

—Teddyesbueno,perosumadreesrara—leexplicóIlsecaminodeTansyPatch—.Nuncasale,nisiquieraparairalaiglesia,aunqueyocreoqueesporlacicatrizque tiene en la cara.No son deBlairWater, viven enTansy Patch desde el otoñopasado.Sonpobresyorgullososypocagentelosvisita.PeroTeddyesencantador,asíque,silamadrenosmirararo,noleharemoscaso.

La señora Kent no las miró de ninguna manera rara, si bien las recibió conbastante frialdad. Tal vez ella también había recibido órdenes delmédico. Era unamujer diminuta, con una enorme masa de pelo castaño claro, suave y fino, ojos

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oscurosy tristes,yunagrancicatrizque lecruzabaelpálido rostro.Sin lacicatrizhabríasidoguapa,yteníaunavoztansuaveeinseguracomoelvientoenlahierba.Emily, con su instintiva capacidadparamedir a lagentequeconocía, sintióque laseñoraKentnoeraunamujerfeliz.

Tansy Patch quedaba al este de la CasaDesilusionada, entre BlairWater y lasdunasdearena.Casitodosloconsiderabanunlugardesnudo,solitario,abandonado,peroaEmilylepareciófascinante.Lacasitademaderaestabasobrelacimadeunapequeña colina, sobre la cual crecía voluptuosa la hierba lombriguera, ostentosa yaromática, y se levantaba abruptamente al lado de un camino principal. Una rotacerca de alambre, casi ahogada por las rosas silvestres, limitaba el terreno; y unportoncito torcido y destartalado daba acceso desde el camino. En la ladera de lacolinahabíanpuestopiedrasamododeescalerahacialapuertadelantera.Detrásdela casa había un viejo granero y un campo de trigo, de un verde cremoso, quedescendía por la colina hacia Blair Water. Delante había una galería rodeada porbrillantesamapolasrojasqueerguíansuscopasencantadas.

Teddynodisimulólaalegríadeverlasypasaronunatardemuyagradablelostresjuntos.Cuandoterminólatarde,enlapielolivaclaradeTeddyhabíacolores,ylosojosazuloscurobrillabanmás.LaseñoraKentprontoreparóenestasseñalesy lespidióalasniñasquevolvieranconunaansiedadque,sinembargo,nollegabaasercordialidad. Pero, para ellas,TansyPatch había resultadoun lugar encantador y sealegraríandevolver.Duranteelrestodelasvacacionesnohubodíaenquenofueran,especialmentedurantelaslargastardes,vaporosasydeliciosasdeagosto,cuandolasmariposas blancas bailoteaban sobre la plantación de hierba lombriguera y elatardecer dorado se diluía en un crepúsculo púrpura, encima de las lejanas laderasverdes, y las luciérnagas encendían sus linternas de duendes junto al estanque.CuandojugabanenTansyPatch,TeddyyEmilysolíanformarequipoyeran justosrivalesparalaágilyvivazIlse.Otrasveces,Teddylasllevabaalaltillodelgraneroyles enseñaba su pequeña colección de dibujos. A las dos niñas les parecíanmaravillosos,sinsaberenlomásmínimohastaquépuntoloeran.ParecíamágicoveraTeddytomarunlápizyuntrozodepapely,conunosrápidostrazosdesusdelgadosdedososcuros,crearundibujodeIlse,deEmily,odeHumooBotóndeOro,alosquesólolesfaltabahablar…omaullar.

Humo y Botón de Oro eran los gatos de Tansy Patch. Botón de Oro era undelicioso cachorro gordo y amarillo. Humo era un gatazo azul grisáceo y unaristócratadesdelapuntadelhocicoalapuntadelacola.Nocabíalamenordudadequeteníapedigrí.Losojoseranesmeraldaylapielespesa.Loúnicoblancoqueteníaerasupreciosapechera.

Emily pensaba que, de todas las horas agradables pasadas en Tansy Patch, lasmejores eran aquellas en las que, cansados de jugar, los tres se sentaban en losescalonesdelagaleríaenmediodelmisterioyelhechizodeaquellatierradenadie,entrelaluzylaoscuridad,cuandoelbosquecitodeabetosdetrásdelgraneroparecía

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formado por hermosos árboles oscuros y fantasmales. Las nubes del poniente sevolvíangrisesyunagranlunaamarillayredondaselevantabasobreloscamposparareflejarse en el estanque, donde la SeñoraViento enmarañabamaravillosas luces ysombras.

La señora Kent nunca los acompañaba, aunque Emily tenía la inquietantesensacióndequelosobservabaaescondidasdesdedetrásdelapersianadelacocina.TeddyeIlsecantabancancionesdelaescuela,IlserecitabayEmilycontabacuentos,osesentabanenunsilenciosatisfecho,cadaunoancladoenelsecretopuertodelossueños,mientraslosgatosseperseguíanentreellos,comolocos,porlacolinayporelsembrado,dandovueltasyvueltasalacasacomoposeídos.Aveces,saltabansobrelosniñosporsorpresaparaalejarsedenuevodeunsolosalto.Losojoslesbrillabancomogemasylascolassemecíancomoplumas.Palpitabanconunavidanerviosa,furtiva.

—Ay, ¿no es bonito estar vivo… así?—preguntó Emily una vez—. ¿No seríahorriblenohabervividonunca?

Noobstante,laexistencianocarecíaporcompletodenubes,deesoseocupabalatíaElizabeth.Ésta sólo permitía las visitas aTansyPatchprotestandoy porque lashabíaordenadoeldoctorBurnley.

LatíaElizabethnoquiereaTeddy—escribióEmilyenunadesuscartasasupadre,quesemultiplicabanrápidamenteenelestantedelviejosofádelabuhardilla—.Laprimeravezque lepedípermisopara ira jugarconTeddymemiróconseriedadymepregunto:«quiéneseseTeddy.NosabemosnadadelosKent.Recuerda,Emily,quelosMurraynosetratanconcualquiera».Lecontesteque«yosoyStarr,noMurray,túmismalodijiste».Queridopadreyonoquiseserimpertinente,perolatíaElizabethdijoqueloeraynomehablóenelrestodeldía.Ellacreeríaquefueuncastigomuycruel,peroamínomeimportómucho,sóloquenoesmuyagradablequelapropiafamiliamantengaun silencio desdeñoso hacia una. Pero desde entonces me deja ir a TansyPatch porque el doctor Burnley tiene una extraña influenzia sobre la tíaElizabeth. Yo no lo entiendo. Rhoda me dijo una vez que la tía Elizabethesperaba que el doctor Burnley y la tía Laura formalizaran algo (lo quesignifica,comotúsabes,casarse)peronoescierto.UnatardevinolaseñoradeThomasAndersona tomarel té. (LaseñoradeThomasAndersonesunamujer grande y gorda, y su abuela fue unaMurray y no hay nadamás quedecir de ella).Le preguntó a la tíaElizabeth si creía que el doctorBurnleyvolveríaacasarseylatíaElizabethdijoqueno,quenovolveríaacasarseyqueaellanoleparecíabienquelagentesecasaraporsegundavez.LaseñoraAndersondijo«aveceshepensadoquepodríahabersecasadoconLaura».LatíaElizabethledirigióunamiradaaltiva.NopuedonegarqueavecesestoymuyorgullosadelatíaElizabeth,aunquenomeguste.

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Teddy es un niño muy bueno, papá. A tí te gustaría. ¿Tí lleva acento?Hace unos dibujos preciosos y algúndía será un artista famoso, y entoncespintarámi retrato. Guarda los dibujos en el altillo del granero porque a sumadrenolegustaverlos.Ysabesilbarcomolospájaros.TansyPatchesunlugar muy estraño, espezialmente de noche. El crepúsculo me encanta.Siemprenosdivertimosmuchoenelcrepúsculo.LaSeñoraVientoseescondeentrelahierbalombriguera,comounhadachiquititaylosgatossonlocosydivertidos.Sonde laseñoraKentyTeddyno losmimamuchoporque tienemiedodequeellalosahogue.UnavezleahogóungatitoporquepensóqueTeddyloqueríamásqueaella.Perono,porqueTeddyestámuyapegadoalamadre.Lelavalosplatosylaayudacontodoeltrabajodelacasa.Ilsedicequeenlaescuelalosniñosledicennenitaperoamímeparecemuynobleyvaronilporsuparte.ATeddylegustaríaquelamadreledejaratenerunperro,peroellanoquiere.YocreíaquelatíaElizabetheraunatirana,perolaseñoraKentesmuchopeorenalgunascosas.ClaroqueellaquiereaTeddyylatíaElizabethamínomequiere.

Pero a la señora Kent Ilse y yo no le gustamos. Nunca lo dice, peronosotras lo sentimos. Nunca nos invita a tomar el té, y nosotras siemprehemos sidomuyamables conella.Creoqueestá zelosadenosotrasporqueTeddynosquiere.Teddymedioundibujopreciosodel lagodeBlairWater,perome dijo que esmejor que lamadre no se entere porque se pondría allorar. La señora Kent es una persona muy misteriosa, muy parecida a laspersonas que salen en los libros. Amíme gustan las personasmisteriosas,peronodemasiadocerca.Susojossiempretienenunmiradacomodehambre,aunque tienemucho para comer.Nunca va a ningún lado porque tiene unacicatrizenlacaradeunavezquesequemócuandoexplotóunalámpara.Amísemecongelólasangreenlasvenas,queridopapá.CuántomealegrodequelatíaElizabethusevelas.AlgunasdelastradizionesdelosMurraysonmuysensatas. La señora Kent es muy relijiosa, según lo que ella considera serrelijiosa.Rezahastaduranteeldía.Teddydicequeantesdequeélnacieraenestemundo,vivíaenotrodondehabíadossoles,unorojoyunoazul.Losdíaseran rojos y las noches azules.No sé de dónde sacó la idea pero amímeresultaatractiva.Ydicequeenlosarroyoscorríamielenlugardeagua.«Peroqué hacías cuando tenías sed», le pregunté. «Ah, allí nunca teníamos sed».Peroamímeparecequeamímegustaríatenersedporquecuandounotienesedelaguafríaesdeliciosa.Amímegustaríavivirenlaluna.Debedeserunhermosolugarplateado.

Ilse dice que Teddy tendría que quererla más a ella porque es másdivertidaqueyo,peronoescierto.Yo tambiénsoydivertidacuandonomeatormentamiconziencia.YocreoqueIlsequierequeTeddylaquieramásaella,peronoesunaniñazelosa.

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Me alegra poder contarte que la tía Elizabeth y la tía Laura, las dos,apruebanmiamistadconIlse.Estanpocofrecuentequeapruebenlomismo.Ahorame estoy acostumbrando a pelear con Ilse y nomemolestamucho.Además, puedo pelearmuy bien cuando seme sube la sangre a la cabeza.Peleamos más o menos una vez por semana, pero nos reconziliamos enseguiday Ilsediceque seríamuyaburridonopelearsenunca.Yopreferiríaque no nos peleáramos, pero uno nunca sabe que puede enfurecer a Ilse.Nuncaseenfadadosvecesporlomismo.Medicecosasespantosas.Ayermedijo que era un cocodrilo mugriento y una víbora desdentada. Pero no memolestómuchoporqueyosabíaquenosoymugrientanidesdentada.Yoaellano le digo insultos porque eso no es propio de una dama pero entonces lesonríoya Ilse laenfurecemuchomásquesi lehicieramuecasopatearaelpiso, como hace ella, y por eso lo hago. La tía Laura dice que debo tenercuidadodequenosemepeguenlaspalabrasquediceIlseyquedebodarleunbuen ejemplo porque la pobre niña no tiene a nadie que la cuide comocorresponde.Amímegustaríapoderusaralgunasdesuspalabrasporquesonmuy impresionantes.Ella lasaprendedesupadre.Yocreoquemis tíassonmuyespeziales.Unanoche,cuandoelreverendoDarevinoatomarelté,yousélapalabrasementalenlaconversación.DijequeIlseyyoteníamosmiedodeatravesarlospradosdelseñorJamesLeedondeestáelviejopozoporqueallí había un toro semental enfadado. Cuando el señor Dare se fue, la tíaElizabethmeechóunabroncaespantosaymedijoquenovolvieraausaresapalabra nuncamás. Pero durante el té ella había estado hablando de tigres(hablandodemizioneros) y yono entiendopor qué es peor hablar de torosque de tigres. Claro que los toros son animales ferozes, pero los tigrestambién. La tía Elizabeth dice que yo siempre las hago pasar vergüenzacuando hay visitas. Cuando vino la señora Lockwood, de Shrewsbury, lasemana pasada, estaban hablando de la señora de Foster Beck, que es unarecién casada, y yo dije que el doctor Burnley había dicho que le parecíadiabólicamente guapa. La tía Elizabeth dijo EMILY con un tono horrible.Estabapálidadeira.«EldoctorBurnleydijoeso—insistí—,yosólorepitoloqueéldijo».Y lodijoeldíaqueyomequedéacomerconIlseyeldoctorJameson,deShrewsbury,estabaallí.AquellatardevialdoctorBurnleycogerunadesusrabietasporalgoquelaseñoraSimmshabíahechoensuoficina.Fuehorrible.Susgrandesojos amarillos destellabany se puso a patear unasilla, tiró un felpudo contra la pared y arrojó un florero por la ventanadiciendocosashorribles.Yomesentéenelsofáamirarlo,faszinada.Erataninteresantequemediopenaquesecalmara,loquehizoenseguida,porqueélescomoIlse,noestámuchoratoenfadado.PeroconIlsenoseenfadanunca.Ilsedicequeaella legustaríaqueseenfadara,seríamejorporqueseríaunamaneradeprestarleatención.Ellaescasitanhuérfanacomoyo,pobrecita.El

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domingo pasado fue a la iglesia con su viejo vestido azul, que está tododesteñido.Estabarotopordelante.CuandollegamosacasalatíaLauralloróydespués habló con la señora Simms porque no se atrevió a hablar con eldoctor Burnley. La señora Simms se enfadó y dijo que a ella no lecorrespondía ocuparse de Ilse, pero que ella había hecho que el doctorBurnleylecompraraaIlseunpreciosovestidodemuselinaestampadayqueIlse se lo había manchado con huevo, y que cuando la señora Simms lareprendió por ser tan descuidada, Ilse se puso furiosa, fue arriba y rasgó elvestido demuselina y la señora Simms dice que ella no va a hacersemalasangreotravezporunaniñacomoellayqueahoranolequedamásremedioqueponerseelviejovestidoazulpero la señoraSimmsnosabíaqueestabaroto.Entoncesyo llevéelvestidode Ilsea laLunaNuevay la tíaLaura loremendóydisimulóelsieteconunbolsillo.IlsedijoquerompióelvestidodemuselinaundíaenquenocreíaenDiosynoleimportabaloquehacía.UnanocheIlseencontróunratónen lacamay¿sabes loquehizo?, losacóyseacostó.Ay,quévaliente.NoesciertoqueeldoctorBurnleynosonríenunca.Yolohevistosonreíraunquenoamenudo.Sonríeconloslabios,nadamás,peronoconlosojos,yesomehacesentirincómoda.Másbienseríeconunarisasarcásticamuyfea,comoeltíodeJollyJim.

Aqueldíanosdieronsopadecebada,muyaguada.LatíaLauramedacincocentavosporsemanaporlavarlosplatos.Sólo

puedogastaruncentavoylosotroscuatrotengoquemeterlosenlahuchaquehayenlarepisadelachimeneadelasalitadeestar.Lahuchaesunsapodelatónsentadoencimadeunacaja,yhayquemeterlasmonedasdeunaenunaporlaranura.Elsaposelastragaycaenenlacaja.Esfaszinante.(Nodeberíaescribir faszinante otra vez porque tú me dijiste que no utilice la mismapalabracondemasiadafrecuenciaperonosemeocurreotraparadescribirtanbienmis sentimientos). El sapo es de la tía Laura perome dijo que puedousarloyo.Yo laabracé.Claroquea la tíaElizabethno laabrazonunca.Esmuyríjidaymuyhuesuda.LeparecemalquelatíaLauramepagueporlavarlosplatos.YotiembloalpensarloquediríasisupieraqueelprimoJimmymedioundólarenterolasemanapasada,sinquenadiesupieranada.

Quisieraquenomehubieradadounacantidadtangrande.Mepreocupa.Es una responsabilidad muy grande. Además, es muy difícil gastarlo conprudenziasinquelatíaElizabethseentere.Esperonotenernuncaunmillóndedólares.Estoyseguradequemeamargaríaporcompleto.Eldólarlotengoescondidoenelestantedelascartasylopuseenunsobreviejoyescribí«elprimoJimmyMurraymedioesto»porqueasísimemueroderepenteylatíaElizabethloencuentrasabráqueloobtuvedeunamanerahonrada.

Ahoraquelosdíassonmásfrescos,latíaElizabethmehaceponermelacamisetadefranelagruesa.Laodio.Mehacegorda.PerolatíaElizabethdice

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que tengo que ponérmela porque tú temoriste de tuberculosis.Me gustaríaquelaropapudieraseralmismotiemposanaybonita.HoyleíelcuentodeCaperucitaRoja.El lobomeparecióelpersonagemás interesantede todos.Caperucitaeraunaestúpidapordejarseengañartanfácilmente.

Ayerescribídospoemas.UnoeracortoytituladoVersosauna florecitaazulrecogidaenelViejoJardín.Aquíestá:

Dulcefloreciya,tuumilderostrohaciaelcielosiempreelevadoydelcieloelreflejodelrostroqueda,entuojoazul,atrapado.Lasreinasdelpradosonaltasybellas,laflordepajarillaeshermosatambiénperomipobreentendimientonoaellassinoati,miflorazul,tedaelvictoriosolaurel.

Elotropoemaeralargoyloescribíenunahoja.SellamaElMonarcadelBosque. ElMonarca es el abedul grande del bosque de John elAltivo.Esebosquemegustatantoqueduele.Entiendesesetipodedolor.AIlsetambiénlegustayjugamosallícasitodoeltiempoquenoestamosenTansyPatch.Enél tenemos tres caminos. Los llamamosElCamino delHoy, elCamino delAyeryelCaminodelMañana.ElCaminodelHoyestá juntoalarroyoy lollamamos así porque ahora es precioso. El Camino del Ayer está entre losrestosdeunosárbolesqueJohnelAltivocortóylollamamosasíporqueanteseramuybonito.ElCaminodelMañanaesunsenderopequeñoenelclarodelosarzesylollamamosasíporquealgúndía,cuandolosarzescrezcan,serámuybonito. Pero ¡ay!, papá querido nomehe olvidado de los arbolitos decasa.Siemprepiensoenellosantesdeirmeaacostar.Peroaquísoyfeliz.Noesmalo ser feliz, verdad papá. La tía Elizabeth dice queme recuperémuyrápidodeañorarmiviejacasaperomuyamenudoyoañoropordentro.MehiceamigadeJohnelAltivo. Ilseesmuyamigadeélysiemprevaaverlotrabajar en su taller de carpintería.Eldicequeyahizo suficientes escalerascomoparairalcielosinayudadelsacerdoteperoesunabroma.Enrealidades un católico muy devoto y va a la capilla de White Cross todos losdomingos. Yo voy con Ilse aunque tal vez no debería ir, ya que él es unenemigo de mi familia. Es un hombre de un porte muy digno y modalesrefinados,muyamableconmigo,aunqueamínosiempremegusta.Cuandolehagounapreguntaenseriosiemprehaceunguiñoalcontestarme.Esoesunaofensa.Claroquenuncalehagopreguntassobretemasderelijión,peroIlsesí.Aella legusta él, perodiceque sería capazdequemarnos a todos en la

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hoguerasituvierapoderparahacerlo.Selopreguntóaél,directamente,yélmehizounguiñoamíydijo:«ah,noquemaríamosalindasniñasprotestantescomovosotras.Sóloquemaríamosa lasfeas».Fueunarespuestafrívola.Laesposa de John elAltivo es unamujer buena y nada orgullosa. Parece unamanzanitarojaarrugada.

Los días lluviosos jugamos en casa de Ilse. Podemos deslizarnos por labarandillayhacer loquequeremos.Anadie le importaaunque,sieldoctorestá en casa tenemosque jugar en silencio porque él no soporta los ruidos,excepto losquehaceél.El tejadoesplanoysubimosaél saliendoporunapuertadelabuardilla.Esmuyemozionanteestareneltejadodeunacasa.Laotra noche hicimos un concurso de alaridos para ver cuál de las dos podíapegaralaridosmásaltos.Mesorprendióquefuerayo.Unonosabeloqueescapazdehacerhastaquenolointenta.PeronosoyódemasiadagenteylatíaElizabethseenfadómucho.Mepreguntóporquéhabíahechosemejantecosa.Esunapreguntararaporquemuchasvecesnoséporquéhagoalgunascosas.A veces hago cosas para averiguar que siento cuando las hago. Y a vecesporquequierotenercosasemozionantesparacontarlesamisnietos.Esmalohablardetenerhijos.Descubríqueesmalohablardetenernietos.Unatardecuando teníamos visitas la tía Laura me dijo, muy suavemente: «en quépiensastanseria,Emily»,yyoleconteste:«estoyeligiendonombresparamishijos.Voyatenerdiez».YdespuésdeirselavisitalatíaElizabethledijoalatíaLauraconmuchafrialdad:«creoqueserámejorqueenlosucesivo,Laura,nolepreguntesaesaniñaenquépiensa».NomegustaráquelatíaLauranomepreguntemás,porquecuandotengounpensamientointeresantemegustacompartirlo.

Lasemanaquevieneempiezaotravez laescuela. Ilse levaapedira laseñoritaBrownellsipuedosentarmeconella.YovoyahacercomosiRhodanoestuvieraallí.Teddytambiénvaa ira laescuela.EldoctorBurnleydicequeyaestábienypuedeirperoalamadrenolegustalaidea.TeddydicequeaellanuncalegustóqueélfueraalaescuelaperoquesealegradequeélodiealaseñoritaBrownell.LatíaLauradicequelamaneracorrectadeterminarunacartaaunamigoqueridoesafectuosamentetuya.

Asíqueafectuosamentetuya.EmilyByrdStarr.

P.D.Porquetúerestodavíamiamigomásquerido,papá.IlsedicequeellamequiereamímásqueanadieenelmundoydespuésaunpardebotasdecuerorojoqueleregalólaseñoraSimms.

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CAPÍTULOTRECE

UnahijadeEva

LunaNuevaerafamosaporsusmanzanasyeseprimerotoñodelavidadeEmilyeljardín«viejo»yeljardín«nuevo»dieron,losdos,unacuantiosacosecha.Enelnuevoestabanlasmanzanascontítuloyprosapia;yenelotro,lassilvestres,ignoradasporlos catálogos,que tenían sin embargoungustodeliciosoycaracterístico.Nohabíaprohibición alguna con respecto a lasmanzanas yEmily tenía libertad para comertodas lasquequisieradecualquierclase: laúnicaprohibicióneraquenose llevaraningunaalacama.LatíaElizabeth,conrazón,noqueríasucamallenadesemillasdemanzana,yalatíaLauraledabapánicoquealguiencomieramanzanasaoscuras,pormiedoaquesetragaraungusano.Porlotanto,Emilytendríaquehabersidocapazdesaciarampliamenteencasasuapetitodemanzanas,perohayunrasgoextrañoenlanaturalezahumanaenvirtuddelcualelsabordelasmanzanaspertenecientesaotroes siempre ampliamente superior al de las propias, como bien lo supo la astutaserpientedelEdén.Emily,como lamayoríade laspersonas,poseíaese rasgoy,enconsecuencia,creíaquenohabíamanzanasmásdeliciosasquelasdeJohnelAltivo.ÉlteníaporhábitotenerunalargafilademanzanasenunadelasvigasdesutallerysedabaporsentadoqueellaeIlsepodíanservirseagustocadavezquevisitaraneseencantadorlugarpolvorientoyalfombradodeserrín.TresvariedadesdelasmanzanasdeJohnelAltivoeransuspreferidas:las«carasucia»,queparecíancomosituvieranlepra, pero eran de una delicia insuperable por debajo de la piel manchada; lasmanzanitasrojas,apenasmásgrandesqueuncangrejo,deunrojooscuroybrillantescomo el satén, con ese gustito tan dulce y fuerte, y las grandes manzanas verdesdulces, que por lo general eran las que más les gustaban a los niños. EmilyconsiderabaperdidoaqueldíaenqueelsolseponíasinquelavieracomiéndoseunadelasgrandesmanzanasverdesdeJohnelAltivo.

Enelfondo,EmilysabíaalaperfecciónquenotendríaqueiralafincadeJohnelAltivo.Claroquejamásselohabíanprohibido,sencillamenteporqueasustíasjamásse les ocurrió que una habitante de LunaNueva pudiera olvidar de esamanera elantiguo y queridomalentendido entre las casas deMurray ySullivan de hacía dosgeneraciones. Era una herencia que cualquier Murray hubiera honrado de formainnata.PerocuandoEmilysalíaconesapequeñapariadeIlse,lastradicionesperdíanfuerzabajoelembrujodelas«rojas»ylas«carasucia»deJohnelAltivo.

Unatardecerdeseptiembre,Emilyentróensutaller.Sesentíasola;habíaestadosola desde el regreso de la escuela, pues sus tías y el primo Jimmy habían ido aShrewsbury tras prometer estar de vuelta antes de la noche. Ilse tampoco estaba,porque el padre, influido por la señora Simms, la había llevado aCharlottetown a

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comprarleunabrigodeinvierno.Alprincipio,aEmilyleencantóestarsola.SesentíamuyimportanteporestaracargodeLunaNueva.SecomióelalmuerzoquelehabíadejadolatíaLauraenelarmariodelacocinadefuerayfuealalechería,dondequitólanataaseisinmensasollasllenasdedeliciosaleche.Nodebíahaberlohecho,perosiempre había anhelado hacerlo y era ésta una oportunidad demasiado buena paradejarlapasar.Lohizoperfectamentebienynadiellegóaenterarsenunca,puesambastíassupusieronquelaotralohabíahecho,demodoquejamáslareprendieron.Ellono apunta a dejar sentada ninguna moraleja, por supuesto. En una historia comocorresponde, Emily habría sido descubierta y castigada por su desobediencia oimpulsadaaconfesarporunaconcienciaculpable,perolamento(odeberíalamentar)tenerquedecirquelaconcienciadeEmilyjamáslamolestóenlomásmínimosobreese punto. Sin embargo, esa noche estuvo destinada a sufrir por una causacompletamentediferente,paraequilibrartodossuspequeñospecados.

Cuando terminó de quitar la nata, ponerla en el gran recipiente de piedra yrevolverlabien(Emilytampocoseolvidódeeso)yasehabíapuestoelsolytodavíanohabíavueltonadieacasa.AEmilynolehacíagracialaideadeentrarenlacasonaoscura y llena de ecos, demodo que se encaminó al taller de John elAltivo, queencontró vacío, aunque el cepillo en lamitad de unamadera indicaba que John elAltivohabíaestado trabajandoallíhastahacíapoco ratoyprobablementevolvería.Emily se sentó sobreun troncomuygrandeymiró a su alrededor averquépodíacomer.Habíaunahilerademanzanasrojasy«carasucia»sobreunadelasparedesdel taller, pero ninguna de las verdes dulces, y Emily sentía que en ese precisomomentoloquequeríaeraunadulceynootracosa.

Entonces fuecuandoviouna, inmensa, la«dulce»másgrandequeEmilyhabíavisto en su vida, solitaria en uno de los escalones de la escalera que llevaba a labuhardilla. Subió, se apoderó de lamanzana y se la comió.EstabamordisqueandomuyfelizloquequedabadelcorazóndelamanzanacuandoentróJohnelAltivo.Lehizoungestoconlacabezaydirigióunamiradaalparecerindiferenteasualrededor.

—Fui a comer algo —dijo—. Mi esposa no está así que he tenido quepreparármeloyo.

Se puso a cepillar la madera en silencio. Emily estaba sentada en la escaleracontando lassemillasde lagranmanzanadulce (sepodíaadivinar lasuertepor lassemillas)escuchandoalaSeñoraVientoquesilbaba,traviesa,atravésdeunagujerodelabuhardillaycomponiendouna«DescripzióndeltayerdeJohnelAltivoalaLuzdeunaLámpara»,quemástardeescribiría.EstabaperdidaenlabúsquedamentaldeunafraseapropiadaparadescribirlaabsurdasombraalargadadelanarizdeJohnelAltivoque se proyectaba en la paredde enfrente cuando Johngiró en redondo tansúbitamenteque la sombrade sunariz saliódisparadahaciaarribacomouna lanzainmensaqueapuntabaaltechoypreguntó,convozsorprendida:

—¿Dóndeestálagranmanzanadulcequehabíapuestoenlaescalera?—Ay…yo…melahecomido—tartamudeóEmily.

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JohnelAltivosoltóelcepillo,levantólosbrazosymiróaEmilyconexpresióndehorror.

—¡Diosnosampare,niña!¡Nopuedeshabertecomidoesamanzana!¡Dimequenotecomisteesamanzana!

—Sí,melahecomido—dijoEmily,incómoda—.Nomeparecióquefueranadamalocomérmela,y…

—¡Qué no era nada malo! Escuchadla, por favor. ¡Yo envenené esa manzana,para las ratas!Me están haciendo la vida imposible y decidí acabar con ellas. ¡Yahoratúvienesytecomeslamanzana!¡Tienevenenocomoparamataraunadocenacomotúenmenosquecantaungallo!

John elAltivo vio una cara blanca y un delantal de algodón que atravesaba eltaller como un relámpago y salía a la oscuridad. El primer impulso de Emily fuellegardeinmediatoasucasa,antesdecaersemuerta.Corrióacampotraviesa,cruzóelbosqueyeljardínyentróenlacasa.Éstatodavíaestabaensilencioyaoscuras:nohabíallegadonadie.Emilypegóungritodeangustia,cuandovinieranlaencontraríanrígida, fría, probablemente con la caranegra, y todoen estequeridomundohabríaterminadoparasiempre, totalporhabersecomidounamanzanaque,segúnella,eraperfectamentenaturalcomerse.Noerajusto,noqueríamorir.

Pero moriría. Desesperada, sólo ansiaba que llegara alguien antes de morirse.SeríaterriblemorirsolaenaquellaLunaNuevatangrande,taninmensaytanvacía.Noseatrevióairaningúnladoenbuscadeayuda.Yaestabademasiadooscuroylomás probable era que se cayera muerta en el camino. Morir fuera, sola, en laoscuridad,ay,esoseríademasiadohorrible.Noseleocurrióquepudierahacersealgoparasalvarla;pensabaquesisetomaveneno,eselfinal.

Encendióunavelaconlasmanostemblándoledelmiedo.Todomejoróunpoco;esmásfácilenfrentarsealascosasconluz.YEmily,pálida,aterrorizadaysola,yaestabadecidiendoqueteníaqueafrontarloconvalor.NodebíaavergonzaralosStarry losMurray. Apretó lasmanos frías y trató de dejar de temblar. ¿Cuánto tiempopasaríaantesdequesemuriera?,pensó.JohnelAltivohabíadichoquelamanzanalamataríaenmenosquecantaungallo.¿Quésignificabaeso?¿Cuántotardabaungalloencantar?¿Morirdolería?Teníalavaganocióndequeelvenenodolíamucho.¡Ah,yhacía apenas un momento había sido tan feliz! Pensaba que iba a vivir años y aescribirgrandespoemasyserfamosacomolaseñoraHemans.LanocheanteriorsehabíapeleadoconIlseytodavíanosehabíanreconciliado…yanosereconciliaríannunca. Ilse se sentiría tan mal después…Debía escribirle una nota perdonándola.¿Tendríatiempo?¡Ay,teníalasmanosheladas!Talvezyaseestabamuriendo.Habíaoídodecirohabíaleídoquealaspersonasselesenfríanlasmanoscuandoseestánmuriendo.Sepreguntósiseleestaríaponiendolacaranegra.Cogiólavelaysubiócorriendolasescalerashaciaelcuartodehuéspedes.Allíhabíaunespejo,elúnicodelacasacolgadolobastantebajocomoparaqueellapudieraverseenélsiloladeabaunpoquitodeabajo.Normalmente,Emilysehubieramuertodelsustodesólopensar

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enentrarenelcuartodehuéspedesalaluzmortecinayvacilantedeunavela.Peroelgran terrorhabíaabsorbido todos losdemás.Miró la imagendesurostro,entre loscabellos negros y brillantes, a la luz que se elevaba sobre el fondo oscuro de lahabitaciónensombras.Ay,yaestabapálidacomolosmuertos.Sí,ésaeralacaradeunamoribunda,nocabíalamenorduda.

Algo brotó dentro de Emily y se apoderó de ella, algo heredado de su buenaestirpe.Dejódetemblaryaceptósudestino,conamargura,peroserena.

—No quiero morirme pero, si ha de ser así, lo haré como corresponde a unaMurray—dijo. Había leído una frase parecida en un libro y le pareció más queapropiadaa lascircunstancias.Yahoradebíadarseprisa.Teníaqueescribir lanotapara Ilse.PrimeroEmily fue a lahabitaciónde la tíaElizabeth,para asegurarsedequesucajoncitodelextremosuperiorderechodelacómodaestabaordenado;luegovolópor laescalerade labuhardillaasurincóndesiempre.Elgranespacioestabacubiertodesombrasagazapadas,escurridizas,quesearremolinabanalrededorde lapequeñaisladeluzdébildelavela,peroahoranoledabanmiedo.

«Ypensarquehoymesentítanmalporquemicamisetaestabaarrugada»,pensó,mientras cogía una de sus queridas hojas, la última sobre la que escribiría.No eranecesarioescribirleasupadre(loveríapronto),peroIlsedebíarecibirunacartasuya,ay,querida,afectuosa,alegreytemperamentalIlseque,justoeldíaanterior,lehabíagritado epítetos insultantes y que estaría toda la vida atormentada por losremordimientos.

Queridísima Ilse —escribió Emily con la mano algo temblorosa pero loslabiosapretados—.Mevoyamorir.MeenvenenéconunamanzanaqueJohnelAltivohabíadejadoparalasratas.Novolveréaverteperoteescriboparadecirtequetequieroyquenotienesquesentirtemalporqueayermesoltarasqueeraunzorroyunarmiñosedientodesangre.Teperdono,asíqueno teatormentes.Ymearrepientodehabertedichoquenovalíalapenanisiquieradespreciarteporquenoescierto.TedejotodamipartedelosplatosrotosdelacabañayporfavordespídemedeTeddy.Yanopodráenseñarmecómoponerlosgusanosenel anzuelo.Leprometíqueaprenderíaporquenoqueríaqueme tuviera por una cobarde, perome alegro de no haber aprendido porqueahorasécómosesienten losgusanos.Todavíanomesientomalperonosécuálessonlossíntomasdeenvenenamiento;JohnelAltivohadichoquehabíasuficiente como paramatar a una docena como yo enmenos que canta ungallo,asíquenomedebedequedarmuchodevida.SilatíaElizabethnoseopone, tedejomicollardecuentasvenecianas.Es laúnicaposesiónvaliosaquetengo.NopermitasquenadielehaganadaaJohnelAltivoporqueélnoqueríaenvenenarme,fueculpamíaporsertangolosa.Talvezlagentepiensequelohizoapropósitoporqueyosoyprotestanteperoestoyseguradequenoesasíyporfavordilequenosemartiriceconlosremordimientos.Creoque

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ahorame duele el estómago así que supongo que se acerca el fin.Adiós yrecuerdaaaquellaquemuriótanjoven.Tuamigadelalma.

Emily.

Mientrasdoblabalahoja,Emilyoyóelruidoderuedasenelpatiodeabajo.Unmomento despuésElizabeth yLauraMurray se encontraban, en la cocina, frente aunapequeñacriaturaderostrotrágico,conunavelachorreandoceraenunamanoyunahojarosadaenlaotra.

—Emily,¿quépasa?—exclamólatíaLaura.—Meestoymuriendo—dijoEmily,solemne—.Mehecomidounamanzanaque

JohnelAltivohabíaenvenenadoparalasratas.Mequedanpocosminutosdevida,tíaLaura.

LauraMurray se dejó caer sobre el banco negro con unamano en el corazón.ElizabethsepusotanpálidacomoEmily.

—Emily,noestarásfingiendo¿verdad?—preguntóconfirmeza.—No—exclamóEmily, indignada—.Eslaverdad.¿Teparecequeunapersona

queseestámuriendosepondríaaactuar?TíaElizabeth,porfavordaleestacartaaIlse, y por favor perdóname por todas las veces que me he portado mal, aunquemuchasvecesno erapormala, como tú creías, yquenomeveanadiedespuésdemuertasimepongonegra,ymenosquenadieRhodaStuart.

LatíaElizabethsehabíarecuperadoya.—¿Cuántohacequetehascomidolamanzana,Emily?—Unahora,másomenos.—Sihaceunahora tehubierascomidounamanzanaenvenenadaahoraestarías

muertaosintiéndotemuymal…—Ah—exclamóEmily,transformadaenunsegundo.Unadulceylocaesperanza

lealeteóenelcorazón.¿Habríaunaoportunidadparaella,despuésdetodo?Entoncesañadió,desolada:Perosentíundolorenelestómagocuandobajabalaescalera.

—Laura—dijolatíaElizabeth—,llevaaestaniñaalacocinadefueraydaledeinmediato una buena dosis demostaza con agua.No le va a hacer ningún daño ypuedehacerlebien,sihayalgodeciertoenestahistoria.Voyabuscaralmédico,talvezhayaregresado,perodecaminopasaréaveraJohnelAltivo.

LatíaElizabethsalió,yatodaprisa;dehabersetratadodeotrapersonasehabríadichoquesaliócorriendo.EncuantoaEmily,bueno,latíaLauraledioelvomitivoenseguidaydosminutosdespuésEmilynoteníadudasdequeseestabamuriendo,ydeseabaque,cuantoantesfuera,mejor.CuandovolviólatíaElizabeth,Emilyyacíatendida en el sofá de la cocina, blanca como la almohada que tenía debajo de lacabezaytandébilcomounliriomarchito.

—¿Eldoctornoestaba?—preguntólatíaLaura,desesperada.—Nolosé.Nohaynecesidaddellamaraningúndoctor.Comosupusedesdeel

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principio,hasidounabromadeJohnelAltivo.HaqueridodarleunsustoaEmily,paradivertirse… loque él consideradiversión.Vaya a la cama, señoritaEmily.Temereces lo que te ha pasado por haber pisado la casa de John el Altivo y nomedespiertasningunalástima.Hacemuchoquenopasabatanmaltrago.

—Pero amímeha dolido el estómago—gimióEmily, en quien elmiedoy lamostazaconagua,combinados,habíanapagado,temporalmente,todocarácter.

—Acualquieraquecomamanzanasdesdequeselevantahastaqueseacuestaletienequedolerelestómago.Estanochenotevaadolermás,seguro.Paraesotevaaservirlamostaza.Cogelavelayvete.

—Bueno—dijoEmily,poniéndosedepie tambaleante—.OdioloquehahechoesemalditodeJohnelAltivo.

—¡Emily!—dijeronlasdostíasalunísono.—Selomerece—dijoEmily,vengativa.—¡Ay, Emily, esa palabra que has dicho!—La tía Laura parecía curiosamente

molestaporalgo.—¿Qué?¿Quétienedemalomaldito?—preguntóEmily,asombrada—.Elprimo

Jimmylousasiemprecuandoseenfadaporalgunacosa.Hoylohadicho,hadichoqueesamalditavacasehabíaescapadootravezdelpastodelcementerio.

—Emily—dijolatíaElizabethconairedequienseveentrelaespadaylaparedyadoptalasoluciónmásfácildeundilema—,tuprimoJimmyeshombre,ycuandoestánenfadadosloshombresusanciertasexpresionesquenosonapropiadasparalasniñaspequeñas.

—Pero¿quétienedemalomaldito?—insistióEmily—.Noesunamalapalabra,¿verdad?Ysinoloes,¿porquénopuedodecirla?

—Noesuna…unapalabrapropiadeunadama—precisólatíaLaura.—Estábien,entoncesnoladirénuncamás—dijoEmily,resignada—,peroJohn

elAltivoesunmaldito.La tíaLaura se rió tantodespuésdequeEmily se fuera que la tíaElizabeth le

advirtióqueunamujerdesusañosdeberíatenermáscriterio.—Elizabeth,nomenieguesquehasidodivertido—protestóLaura.ConEmilyfueradelahabitación,Elizabethsepermitióunasonrisaalgoagria.—Le he cantado unas cuantas verdades a John el Altivo; te aseguro que lo

pensarádosvecesantesdevolveradecirleaunacriaturaqueestáenvenenada.Hicequemontaraencólera.

Agotada,Emilysequedódormidaapenassemetióenlacama,perosedespertóunahoradespués.LatíaElizabethaúnnohabíavenidoaacostarse,demodoquelapersiana todavía estaba levantada y Emily vio una estrella amistosa que le hacíaguiños.Alolejos,elmargemía,seductor.Ay,quéagradableeraestarsolayviva.Lavidavolvíaatenersaborcillo,«mássaborcillo»,comodecíaelprimoJimmy.Podríatenerlaoportunidaddeescribirmáshojas,ypoesía.Emilyyaveíaunmetrodeversostitulados«Pensamientosdealguiencondenadoaunamuertesúbita»,ypodría jugar

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conIlseyTeddy,recorrerlosgranerosconSaucySal,observaralatíaLaurabatiendolanatay ayudar alprimo Jimmyenel jardín, leer libros en laMoradadeEmilyycaminarporelCaminodelHoy,peronovisitarel tallerdeJohnelAltivo.Decidióque nunca más tendría nada que ver con John el Altivo después de su diabólicacrueldad.Estabatanindignadaconélporhaberlaasustado,despuésdehabersidotanbuenos amigos, además, que no pudo volver a dormirse hasta que no compuso unrelatodesumuerteporenvenenamiento,enelqueJohnelAltivoerajuzgadoporsuasesinato,condenadoamuerte,luegocolgadodeunahorcatanaltacomoél,enunaescenaqueEmilypresenciaba,apesardehabermuertoporsuculpa.Cuandoporfincortólasogayloenterróenunaceremoniainfamante(mientrasaellalecorríanlaslágrimasporlasmejillasporlapenaquesentíaporlaesposadelmuerto),loperdonó.Despuésdetodo,noeratanmaldito.

Aldíasiguienteloescribiótodoenlabuhardilla.

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CAPÍTULOCATORCE

Elcalderodeljardín

En octubre, el primo Jimmy comenzó a hervir las patatas para los cerdos, nombrepoco romántico para una ocupación tan romántica, o así le parecía a Emily, cuyoamorporlohermosoylopintorescofuecolmadocomonolohabíasidojamásenloslargosatardeceresfrescosyestrelladosdefinaldeañodelaLunaNueva.

Enunrincóndelviejojardínhabíaungrupodeabetosrojosybajoellossecolgóuna inmensa olla sobre un círculo de grandes piedras, una olla tan grande quecómodamente se podría haber hervido un buey en ella.Emily creía que era de lostiemposde los cuentos dehadasyquehabía sido la olla de algúngigante, pero elprimo Jimmy ledijoque tenía apenas cien añosyque el viejoHughMurray se lahabíahechoenviardesdeInglaterra.

—Desde entonces la hemos usado para hervir las patatas para los cerdos de laLunaNueva—dijo—.LagentedeBlairWaterpiensaqueesanticuada,ahoratodostienen hervideros con calderas empotradas, pero mientras Elizabeth sea la jefa enLunaNueva,seguiremosutilizandoestaolla.

Emilyestabaseguradequeningunacalderaempotradapodíatenerelencantodelaviejaolla.AyudóalprimoJimmya llenarladepatatasdespuésde regresarde laescuela y luego, cuando terminaron de comer, el primo Jimmy encendió el fuegodebajodelaollayestuvodandovueltasalrededortodalatarde.Avecesavivabaelfuego(aEmilyesapartedelafunciónleencantaba)enviandogloriosaschispashacialaoscuridad;avecesrevolvíalaspatatasconunpalolargoyparecía,consuextrañabarbagrisysupantalónenterizoconcinturón,unviejognomouotrosersalidodeunahistoriadelastierrasdelnortequerevolvíaelcontenidodeuncalderomágico,ya veces se sentaba junto a Emily sobre la piedra de granito, cerca de la olla, y lerecitabasupoesía.AEmilyesoera loquemás legustabapues lapoesíadelprimoJimmyerasorprendentementebuena,almenosenalgunaspartes,yelprimoJimmytenía «un público apropiado, sin bien exiguo» en esta delgada jovencita de rostropálidoyansiosoyojosfascinados.

Formabanunaextrañaparejayerantotalmentefelices juntos.LagentedeBlairWaterconsiderabaqueelprimoJimmyeraunfracasoyundébilmental.Peroélvivíaenunmundoidealdelcualnadiesabíanada.Habíarecitadosuspoemasasímilesdeveces,mientras hervía las patatas de los cerdos; para él, los fantasmas demuchosotoñosseocultabanenlostroncosdelosabetos.Eraunafigurarara,ridículacuandose inclinabaarrugado,descuidado,gesticulandocon torpezamientras recitaba.Peroerasuhora:yanoera«elsimpledeJimmyMurray»,sinounpríncipeensu reino.Durante un breve momento era fuerte, joven, espléndido y hermoso, un maestro

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acreditadodelapoesíaanteunmundoatentoyextasiado.Ningunodesusprósperosysensatos vecinos de Blair Water había vivido jamás un momento igual. Él no sehubieracambiadoporningunodeellos.Emily,escuchándolo,sentíavagamenteque,denohabersidoporaqueldesdichadoempujónquelomandodentrodelpozodelaLunaNueva,aquelhombrecitoextrañoqueestabaasuladopodríahaberseerguidoenpresenciadereyes.

Pero Elizabeth lo había empujado dentro del pozo de la Luna Nueva y, comoconsecuencia,hervíapatatasparaloscerdosyrecitabaaEmily,quetambiénescribíapoesíayadorabatantoaquellosatardeceresquenopodíadormirsecuandoseibaalacama sin antes haber compuesto unapequeñadescripción. «El destello»venía casitodos los días por una cosa u otra.LaSeñoraViento danzaba o ronroneaba en lasramasquesemovíansobreellos;Emilynuncahabíaestadotancercadeverla.Elairefresco estaba lleno del agradable olor de las piñas de abeto que el primo Jimmyarrojaba dentro de la olla.El gatito peludo deEmily,MikeII, saltaba y jugueteabacomounpequeñoyencantadordemoniode lanoche.Elfuegoresplandecíaconunhermosocolorrojoyembrujabalaoscuridad;habíapreciosossonidossusurrantesentodas partes; la «gran oscuridad inmensa» se extendía alrededor de ellos, llena demisteriosquelaluzdeldíanorevelabajamásy,porencimadetodoaquello,elcielopúrpurasecubríadeestrellas.

AlgunosdíastambiénibanIlseyTeddy.EmilysiempresabíacuandoveníaTeddyporquealllegaréstealviejojardín,silbabasu«llamada»,laqueusabasóloparaella,unallamadagraciosayquerida,queeracomotresclarasnotasdepájaros,laprimeraentonomedio,lasegunda,másalta,ylatercera,bajísima,dulceysostenida,comolosecosenlaCancióndelacornetaqueeramásclarayllegabamáslejosmientrasmoría.AquellallamadasiempreproducíaenEmilyunefectoextraño:leparecíaquecasilequitabaelcorazóndelcuerpo,yteníaqueseguirla.Estabaseguradeque,conaquellastresnotasmágicas,Teddypodíasilbarledesdeelotroladodelmundo.Cadavez que lo oía, cruzaba corriendo el jardín y le decía a Teddy si el primo Jimmyqueríaque fueseono,porquesólociertasnocheselprimoJimmyqueríaaalguienmás que ella. Nunca les recitaba su poesía a Ilse o a Teddy, aunque les contabacuentosdehadas, ohistoriasde losMurraymuertosy enterrados en el cementeriojuntoalestanqueque,aveces,erantanescalofriantescomoloscuentosdehadas.Ilsetambiénrecitaba,ylohacíamejorallíqueencualquierotrolado.YavecesTeddyseechabaenelsuelojuntoalagranollayhacíadibujosalaluzdelfuego,dibujosdelprimoJimmy revolviendo laspatatas,dibujosde IlseyEmilybailandode lamanoalrededordelaollacomodospequeñasbrujas,dibujosdelacaritavivazybigotudade Mike que espiaba desde el otro lado de la olla, dibujos de rostros extraños ydifusosquesearremolinabanenlaoscuridadfueradesucírculoencantado.Pasabanunasveladasmaravillosas,allí,loscuatroniños.

—Ay,Ilse,¿notegustaelmundodenoche?—preguntóunavezEmily,extasiada.Ilsemiró,feliz,asualrededor.LapobreyabandonadaIlse,queencontrabaenla

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compañíadeEmilyloquehabíabuscadoconansiadurantetodasucortavidayque,inclusoenaquelmomento,seveíaarrastrada,porelamor,aalgoqueerapartedeloquelecorrespondíaporderecho.

—Sí—dijo—.YsiemprecreoquesíhayDioscuandoestoyaquí.Cuandolaspatatasestuvieronhechas,elprimoJimmylesdiounaacadaunode

ellosantesdeañadirleselsalvado.Elloslaspartieronenpedazosenplatosdecortezadeabedul,lasrociaronconsalqueEmilyhabíaguardadoenunacajitabajolasraícesdelabetomásgrandeylascomieronconalegría.Nohahabidobanquetedelosdiosestandeliciosocomoaquellaspatatas.LuegollególabondadosavozargentinadelatíaLaurallamándolosatravésdelaheladadelanoche.IlseyTeddysalierondisparadoshacia sus casas y Emily cogió a MikeII y lo encerró para pasar la noche en laseguridadde laperreradeLunaNueva, quehacía añosqueno albergaba aningúnperro pero que todavía se mantenía cuidada y se pintaba con la cal todas lasprimaveras. A Emily se le habría partido el corazón si le hubiera pasado algo aMikeII.

Selohabíaregaladoel«ViejoKelly»,elvendedorambulantedeollas.ElViejoKelly hacía treinta años que, cada quince días, desde mayo a noviembre, recorríaBlairWater,encaramadoenelasientodeunacarretarojobrillanteydetrásdeunponirojo,llenodepolvo,lento,coneseandaryeseaspectotanpeculiardelosponisdelosvendedoresambulantes;unadejadezplácidaysinprisa,comosihubieraencontradomuchos problemas en su vida y los hubiera superado a pura paciencia y fuerza devoluntad. Desde la carreta rojo brillante se oía un cierto murmullo y un tintineometálico,amedidaqueavanzaba,ydosinmensasollasdehojalata,rodeadasdesogasreflejabanlaluzdelsolcontantapotenciaqueelViejoKellyparecíaelsolradiantedeunpequeñosistemaplanetariopropio.Cuatroescobasnuevasque salíanpor lascuatro esquinas daban a la carreta la apariencia de una carroza triunfal. Emilydeseaba,ensecreto,subiralacarretadelViejoKelly.Pensabaqueteníaqueserunadelicia.

ElViejoKellyyellaerangrandesamigos.Aellalegustabasurostrocoloradoysin barba bajo el sombrero hongo, los bondadosos ojos azules y traviesos, loscabelloshirsutosyrubiosylabocacomoapretada,tancómica,cuyaformasedebíaenpartealanaturalezayenparteatantosilbar.Siempretraíauncucuruchodepapelcon«gotasdelimón»paraellaounpalodecaramelomulticolorquelemetíaenelbolsillo cuando la tía Elizabeth no miraba. Y nunca se olvidaba de decirle queesperabaqueprontoellaempezaraapensarencasarse,porqueelViejoKellycreíaquelamejormaneradecomplaceraunacriaturadelsexofemeninodecualquieredaderabromearconellasobreeltemadelmatrimonio.

Undía,enlugardecaramelos,sacódelcajóntraserodelacarretaungatitogordoygrisyledijoqueeraparaella.Emilyrecibióelobsequiofascinadapero,cuandoelViejoKellysehubo idoconsu tintineo, la tíaElizabeth ledijoquenohacían faltamásgatosenlaLunaNueva.

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—Ay, por favor, déjame quedármelo, tía Elizabeth —rogó Emily—. No temolestaráparanada.Yotengomuchaexperienciaencriargatos.Ynecesitotantoungatito…SaucySalseestáconvirtiendoenunasalvaje;nodejadecorrerconlosgatosdel granero y no puedo estar con ella como antes, además, ella nunca fue muymimosa.Porfavor,tíaElizabeth.

La tíaElizabethno teníaganasdehacerleningúnfavoranadie.Además,aqueldía estaba de muy mal humor; nadie sabía por qué. Cuando estaba así eracompletamenteirracional.Noquisoatenderarazones;latíaLaurayelprimoJimmytuvieronquecallarse laboca,yéste recibió laordende llevaralgatitogrisaBlairWateryahogarlo.AnteunaordentancruelEmilysepusoallorar,locualofuscóaúnmásalatíaElizabeth.EstabatanenfadadaqueelprimoJimmynoseatrevióallevaralgatitoensecretoalgranero,comohabíaplaneadoalprincipio.

—Llevaeseanimalalestanque,arrójaloyvuelveadecirmequeyalohashecho—ordenóElizabeth,irritada—.Esperoquesemeobedezca.LaLunaNuevanosevaaconvertirenunasiloparalosgatosquelesobranalViejoJockKelly.

ElprimoJimmyhizoloqueleordenabanyEmilynoquisocomer.Despuésdelalmuerzosalió,triste,poreljardínviejoycruzólapraderahastaelestanque.Porquéibaallí,nolosabía,perosentíaquedebíair.Alllegaralaorilladelacaletadondeelarroyo de John el Altivo desembocaba en el estanque Blair Water, oyó unosmaullidos lastimeros y allí, anclado sobre una isla de hierba seca, había undesdichadoanimalito,conlapielempapadapegadaalosflancos,temblandobajoelvientodelfrescodíaotoñal.LaviejabolsaenlacualelprimoJimmylohabíametidoflotabahaciaelcentrodelestanque.

Emily no se detuvo a pensar, ni a buscar una madera, ni a considerar lasconsecuencias. Se metió en la caleta hasta las rodillas, vadeó el arroyo hasta elmontóndehierbaycogióalgatito.Hastatalpuntoardíadeindignación,quenosintióel frío del agua ni luego del viento cuando volvió corriendo a laLunaNueva.Unanimalquesufríaoeratorturadosiemprelainundabadeunacompasióntangrande,que la sacaba de sí. Entró como una tromba en la cocina exterior donde la tíaElizabethestabahaciendobizcochos.

—TíaElizabeth—exclamó—,despuésdetodo,elgatitonosehaahogadoymelovoyaquedar.

—Porsupuestoqueno—dijolatíaElizabeth.Emilymiróasutíaalacarayvolvióasentiraquellaextrañasensaciónquesintió

cuandolatíaElizabethhabíatraídolastijerasparacortarleelpelo.—Tía Elizabeth, este pobre gatito tiene frío y hambre y se siente muy

desgraciado.Hasufridodurantehoras.Novasahacerqueloarrojenotravezalagua.LamiradadeArchibaldMurrayestabaensusojosyeltonodeArchibaldMurray

ensuvoz.Aquellosucedíasólocuandolomásprofundodesuserseveíasacudidopor una emoción especialmente intensa. En aquel momento estaba llena decompasiónyfuria.

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Cuando Elizabeth Murray vio a su padre mirándola desde la carita blanca deEmily,serindiósinluchar,pormásqueluegosepusierafuriosaconsigomismaporsudebilidad.Erasuúnicopuntovulnerable.TalvezelfenómenonohabríasidotanextrañosiEmilysehubieraparecidoalosMurray.PeroverlamiradadelosMurraysobrepuesta de pronto como una máscara en rasgos extraños le provocaba unaimpresiónnerviosacontralaquenopodíaluchar.Unfantasmasalidodesutumbanolahabríaamilanadoconmayorrapidez.

LediolaespaldaaEmilyensilencio,peroéstasupoquehabíaganadosusegundavictoria.ElgatitogrissequedóenlaLunaNueva,engordóysepusopreciosoylatíaElizabeth nunca le prestó lamenor atención, salvo para echarlo de la casa cuandoEmilynoandabacerca.PeropasaronsemanasantesdequeEmily fueraperdonadarealmente,loquelahacíasentirmuyincómoda.LatíaElizabethpodíasergenerosaenlavictoria,peroeramuydesagradableenladerrota.EraunaventajaqueEmilynopudieratenerlamiradadelosMurraysegúnsuvoluntad.

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CAPÍTULOQUINCE

Tragediasvarias

ObedeciendolaordendelatíaElizabeth,Emilyhabíaerradicadodesuvocabulariolapalabra «toro semental». Pero no hacer caso de la existencia de los toros no loseliminaba,nisiquieraenelcasodeltoroinglésdelseñorJamesLee,quehabitabalagranpraderaaloestedeBlairWateryqueteníaunafamaterrible.Ciertamente,eraunanimalimponenteyavecesEmilyteníaunossueñoshorriblesenloscualeseltorola perseguía y ella no podía moverse. Y un frío día de noviembre sus sueños seconvirtieronenrealidad.

HabíaunpozoalfinaldelapraderaquedespertabalacuriosidaddeEmilyporqueelprimoJimmylehabíacontadounahistoriaterriblequeteníaqueverconél.Hacíasesenta años, dos hermanos que vivían en una casita construida cerca de la costahabían cavado el pozo.Era un pozomuyprofundo, consideradouna curiosidad enaquella tierrabaja,cercadelestanqueyelmar; loshermanoshabíancavadotreintametroshastaencontrarunmanantial.Luegopusieronpiedrasalasparedesdelpozo.Peroeltrabajonocontinuó.ThomasySilasLeediscutieronporunatrivialdiferenciadeopiniónsobrequétipodebrocaldebíanponerley,enelcalordeladiscusión,SilaslepegóaThomasconelmartilloylomató.

Elbrocalnoseconstruyónunca.SilasLeefueapararalacárcelporhomicidioyallímurió.Lagranjapasóaotrohermano,elpadredelseñorJamesLee,quecambiólacasaalotroextremodelapraderaytapóelpozo.ElprimoJimmyagregóquesesuponíaqueelfantasmadeTomLeeseaparecíaenelescenariodesutrágicamuerte,peroélnopodíaasegurarlo,aunquehabíaescritounpoemasobreeltema.Yeraunpoemamuytétrico,quelecongelólasangreenlasvenasaEmilyconundeleitellenodepavorcuandoélse lorecitóunanocheneblinosa juntoa lagranolladepatatas.Desdeentonces,Emilyhabíaqueridoverelviejopozo.

La oportunidad le llegó un sábado en que estabamerodeando sola por el viejocementerio.Más allá del cementerio estaba la pradera de los Lee y al parecer nohabía señales del toro ni dentro ni cerca. Emily decidió hacerle una visita al viejopozoyechóaandarporlapraderacontraelvientonortequesoplabadesdeelgolfo.LaSeñoraVientoeraunagiganteesedíaylevantabapoderososremolinosalolargodelacosta,pero,amedidaqueEmilyseacercabaalasgrandesdunas,éstasformabanunpequeñopuertodecalmaalrededordelviejopozo.

Emilylevantóconserenidadunadelasmaderasquelocubrían,searrodillósobrelasotrasymiróhaciaabajo.Porsuerte,lasplanchasdemaderaeranfuertesynomuyviejas,delocontrariolajovendoncelladelaLunaNuevapodríahaberexploradoelpozomásafondodeloquedeseaba.Perotalcomoestabanlascosas,pocopudover

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de él, pues unos inmensos helechos crecían entre las piedras de las paredes y secerraban, ocultando a la vista sus tenebrosas profundidades. Algo decepcionada,Emilypusolamaderaensulugarycomenzóavolverasucasa.Nohabíadadodiezpasoscuandosedetuvoenseco.EltorodelseñorJamesLeesedirigíadirectamentehacíaellayestabaamenosdeveintemetrosdedistancia.

El cercado de la costa no estaba lejos de las espaldas de Emily, que, de habersalidocorriendo,podríahaberloalcanzadoatiempo.Peroeraincapazdecorrer,comoescribióaquellanocheenunacartaasupadre,estaba«elada»de terrorynopodíamoverse,comonohabíapodidomoverseensussueñossobreestemismohecho.Esposiblequealgoterriblehubieraocurridoenesemomentoylugardenoserporciertomuchachoqueestabasentadosobre lacerca.Habíaestadosentadoallí todoelrato,mientrasEmilymiraba dentro del pozo, sin que ella lo viera, y en aquelmomentobajódeunsalto.

Emilyvio,osintió,uncuerpoquepasabaasuladoatodavelocidad.Eldueñodelcuerpocorrióhastasituarseatresmetrosdeltoro,arrojóunapiedracerteraalacarapeluda delmonstruo y salió corriendo a toda velocidad y en ángulo recto hacia lacerca.El toro,ofendido, sevolvióconun rugidoamenazadoryarremetiócontraelintruso.

—¡Corre!—legritóelmuchachoaEmilyporencimadelhombro.Emily no corrió.A pesar del terror, algo en ella no le permitía correr hasta no

cerciorarsedequesugalantesalvadorhabíalogradoescapar.Élllegóalacercajustoatiempo.Entoncesynoantes,Emilytambiéncorrióysaltólacercajustocuandoeltoro ya corría por la pradera hacia ella, evidentemente decidido a pillar a alguien.Temblando,Emilycaminóporentrelaaltahierbadelasdunasdearenayseencontróconelmuchachoenlaesquinadelacerca.Sedetuvieronysemiraronunmomento.

ElmuchachoeraundesconocidoparaEmily.Teníaunacaraalegre,descarada,derasgosnítidos,conagudosojosgrisesymuchosrizososcuros.Llevabatanpocaropacomo permitía la decencia y algo en la cabeza que aspiraba a ser un sombrero.AEmilylegustó;nohabíaenélnadadelsutilencantodeTeddy,peroposeíaunafuerteatracciónyacababadesalvarladeunamuerteespantosa.

—Gracias—dijoEmily,tímidamente,mirándoloconsusgrandesojosgrisesqueparecíanazulesbajolaslargaspestañas.Eraunamiradamuyefectivaquenoperdíanadadesueficienciaporelhechodeserabsolutamenteinconsciente.NadielehabíadichotodavíaaEmilyquéseductoraeraesamirada,súbitaytímida.

—¿Noestremendo?—dijoelmuchachoconsoltura.Semetiólasmanosenlosbolsillos rotos y miró a Emily tan fijamente, que ella bajó los ojos, confusa,provocandounefectomayorconsuspárpadosmodestosylaspestañassedosas.

—Esespantoso—dijoella,estremeciéndose—.Ymediomuchomiedo.—¿Enserio?Yyoquepensabaquéteníasmuchovalorporquedarteparadaallí,

mirándolofrescacomounalechuga.¿Cómoestenermiedo?—¿Túnuncahastenidomiedo?—preguntóEmily.

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—No,noséloquees—respondióelmuchachoconindiferenciayalgodeorgullo—.¿Cómotellamas?

—EmilyByrdStarr.—¿Vivesporaquí?—EnlaLunaNueva.—¿DóndeviveJimmyMurrayelSimplón?—Noesunsimplón—exclamóEmily,indignada.—Ah,estábien.Yonoloconozco.Perovoyaconocerlo.Voyapedirleempleo

comoayudanteparaelinvierno.—Nolosabía—dijoEmily,sorprendida—.¿Enserio?—Sí.Yotampocolosabía,hastaahora.Lasemanapasadaélselopidióalatía

Tom,peroentoncesyonoquería.Ahoracreoquesí.¿Quieressabercómomellamo?—Claro.—PerryMiller.VivoconlaviejabrujademitíaTomenStovepipeTown.Papá

eracapitándebarcoyyonavegabaconélantesdequesemuriera,naveguéportodoslados.¿Vasalaescuela?

—Sí.—Yono,noheidonunca.LatíaTomvivemuylejos.Además,creoquenome

gustaría.Peroahoracreoquevoyair.—¿Nosabesleer?—preguntóEmily,curiosa.—Sí,unpoco,yséhacercuentas.Papámeenseñabacuandovivía.Despuésno

me preocupé mucho, prefiero pasear por el puerto. Es muy divertido. Pero si medecidoairalaescuelaaprenderéenunabrirycerrardeojos.Supongoquetúeresmuyinteligente.

—No,nomucho.Mipadredecíaqueyoeraungenio,perolatíaElizabethdicequesoyrara,nadamás.

—¿Quéesungenio?—No lo sé muy bien. A veces es una persona que escribe poesía. Yo escribo

poesía.Perryselaquedómirando.—Caramba.Entoncesyotambiénvoyaescribirpoesía.—Nocreoquepuedas—dijoEmily,algodesdeñosa,debeadmitirse—.Teddyno

puede,yélesmuyinteligente.—¿QuiénesTeddy?—Unamigomío.—HabíaundejedealtivezenlavozdeEmily.—Pues —precisó Perry, cruzando los brazos sobre el pecho y frunciendo el

entrecejo—,voyadarleuncoscorrónenlacabezaaeseamigotuyo.—Novasahacertalcosa—advirtióEmily.Estabamuyindignadaycasiolvidó

porunmomentoquePerrylahabíasalvadodeltoro.Hizoungestoconlacabezaycomenzóadirigirseasucasa.Perrytambiénsevolvió.

—VoyairaveraJimmyMurrayporlodelempleoantesdeirmeamicasa—

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aclaró—.No te enfades.Si noquieres que le déun coscorrón, no se lo daré.Perotienesquedecirmequeyotambiéntegusto.

—Claroquemegustas—dijoEmily,comosinopudieracuestionarse.LedirigióaPerrysulentasonrisaflorecienteyasíloredujoaunaservidumbresinesperanzas.

Dos días más tarde, Perry Miller estaba instalado como ayudante en la LunaNueva,yenquincedíasaEmilyleparecióquehabíaestadoallídesdesiempre.

LatíaElizabethnoqueríaqueelprimoJimmylocontratara—leescribióa su padre—, porque él es uno de losmuchachos que una noche del otoñopasadohicieronunacosamalísima.Cambiarontodosloscaballosqueestabanatadosal zercoundomingopor lanocheduranteuna reunióndeoración,ycuandosaliótodalagentelaconfusiónfueterrible.LatíaElizabethdijoquenoerasegurotenerloencasa.PeroelprimoJimmyreplicóqueeramuydifízilconseguir ayudante y que le debíamos algo aPerrypor haberme salvado lavida. Entonces la tía Elizabeth zedió y le permite sentarse a la mesa connosotros, pero al atardecer tiene que quedarse en la cocina. El resto denosotros estamos en la salita de estar, aunque amíme dejan ir a ayudar aPerryconsuslecciones.Ledejanusarsólounavelaylaluzesmuyescasa.Tenemos que cortar el pabilo todo el rato. Esmuy divertido despabilar lasvelas.Perryyaeselprimerodesuclase.Estáeneltercerlibro,aunquetienecasi doce años. El primer día de clase la señorita Brownell le dijo algosarcásticoyélechólacabezahaciaatrásysoltóunacarcajadalargayfuerte.La señorita Brownell le pegó pero no volvió a ser sarcástica con él. No legusta que se rían de ella, me doy cuenta. Perry no le tiene miedo a nada.Cuandolamaestralepegocreíquenoibaairmásalaescuela,peroéldijoqueunapequeñezcomoésanovaaimpedirletenerunaeducación,yaquelotienedecidido.Esmuydecidido.

La tía Elizabeth también es muy decidida. Pero ella dice que Perry esempezinado.LeestoyenseñandogramáticaaPerry.Dicequequiereaprenderahablarbien.LedijequenotienequellamarviejabrujaasutíaTomperoéldicequesíporqueellanoesunajovenbruja.DicequeellugardondevivesellamaStovepipeTownporque lascasasno tienenchimeneassino tubosquesalen de los tejados, pero que algún día va a vivir en unamansión. La tíaElizabeth dice que yo no tendría que ser tan amiga de un muchachocontratado.PeroPerryesbueno,aunquesusmodalessonrudos.LatíaLauradize que son rudos. Yo no sé lo que quiere decir pero supongo que quieredecirquesiempredizeloquepiensayquecomelashabasconelcuchillo.AmímegustaPerry,perodeunmododistintodecomomegustaTeddy.¿Noesextraño,queridopapá,cuántasmanerashaydequeauno leguste lagente?MeparecequeaIlsenolegusta.Seburladesuignoranciaylomiraconlanarizlevantadaporquellevaremiendosenlaropa,aunquelaropadeellano

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estámuchomejor.ATeddynolegustamucho;hizoundibujomuygraciosodePerrycolgadoporlostobillosdeunpatíbulo.LacaraparecíaladePerryperonodeltodo.ElprimoJimmydicequeesunacaricaturayserió,peroyono me animé a enseñárselo a Perry porque me da miedo de que le dé uncoscorrónaTeddy.SeloenseñéaIlse,quesepusofuriosaylopartióendos.Noentiendoporqué.

Perry dice que puede recitar tan bien como Ilse y que también podríahacerdibujos,siquisiera.Meparecequenolegustaquealguienpuedahacernadamejor que él. Pero no puede ver el empapelado en el aire, como yo,aunquelointentahastaqueamímedamiedoquesehagadañoenlosojos.Puede hacer discursosmejor que ninguno de nosotros.Dice que quería sermarino como el padre pero que ahora cree que cuando seamayor va a serabogadoyvaairalparlamento.Teddyvaaserartistasilamadrelodeja,eIlsevaa seruna recitadoradeconciertos, eso tieneotronombreperono sécómo se escribe, y yo voy a ser poetisa. Creo que somos un grupo muytalentoso.Talvezesunavanidazdecireso,queridopapá.

Anteayerpasóalgohorrible.Elsábadoporlamañanaestábamosdiciendonuestras oraciones, todos arrodilladosmuy solemnes en la cocina. YomiréunavezaPerryyélmepusounacaratancómicaquemereíenvozalta,nolopudeevitar. (Pero lo terribleno fueeso).La tíaElizabethseenfadómucho.Yono dije quePerrymehabía hecho reír porque teníamiedode que, si lodecía,loecharan.EntonceslatíaElizabethdijoquedebíacastigarmeyquenomedejaríaira lafiestadeJennieStrangesatarde.(Fueunagrandesilusiónperoesotampocofueloterrible).PerryestuvofueratodoeldíaconelprimoJimmy y cuando volvió a casa por la noche me dijo, con una cara feroz:«quién te ha hecho llorar». Yo le dije que había llorado (un poquito, nomucho)porquenomedejabaniralafiestaporquemehabíareídoenmediodelasoraciones.YPerrysefuederechoahablarconlatíaElizabethyledijoque yo me había reído por culpa suya. La tía Elizabeth dijo que de todasformasyonotendríaquehabermereído,perolatíaLaurasemolestómuchoydijoquemi castigohabía sidodemasiado sebero,ydijoqueme iba adejarllevarsuanillodelaperlaalaescuela,ellunes,comocompensación.Yomepusemuycontenta,porqueesunanillopreciosoyningunadelasotrasniñastiene uno igual. El lunes por la mañana, apenas se terminó de pasar lista,levanté la mano para hacerle una pregunta a la señorita Brownell pero enrealidad era para mostrar el anillo. Fue una muestra de soberbia y mecastigaron.EnelrecreoCoraLee,unadelasniñasgrandesdesexto,mepidióprestadoelanilloporunratito.Yonoqueríaprestárseloperoellamedijoquesinoseloprestabalediríaatodaslasniñasdemiclasequememandaranaldestierro (queesalgohorrible,queridopapá,porqueunose sientecomounparia). Entonces se lo presté y ella lo tuvo hasta el recreo de la tarde y

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entoncesvaymedicequelohabíaperdidoenelarroyo.(Estoesloterrible).Ay, papá querido, me puse como loca. No me atrevía a volver a casa yenfrentaralatíaLaura.Lehabíaprometidoqueibaatenertantocuidadoconel anillo…Pensé en ganar algo de dinero para comprarle otro pero cuandohicecuentasenmipizarraviquetendríaquelavarplatosduranteveinteañosparareunireldinero.Llorédedesesperación.PerrymevioydespuésdeclasefueahablarconCoraLeey ledijo:«oentregaseseanilloose lodigoa laseñoritaBrownell».YCorameloentregó,muymansaydijo:«yoseloibaadar después. Era una broma» y Perry le dijo: «no le gastes más bromas aEmilyporquesinoyotevoyahacerunabromaati».¡Esmuyreconfortantetenerunpaladínasí!TiemblodesólopensarloquehabríapasadosihubieravueltoacasaylehubieradichoalatíaLauraquehabíaperdidoelanillo.PerofueunacrueldaddeCoraLeedecirmequelohabíaperdido,siendomentira,yatormentarmeasí.Yonoseríatancruelconunaniñahuérfana.

Cuandolleguéacasamemiréenelespejoparaversisemehabíavueltoelpeloblanco.Medijeronqueavecespasa.Perono.

Perrysabemásgeografíaquecualquieradenosotrosporquehaestadoencasitodoelmundoconsupadre.Despuésdeterminarconsusleccionesmecuentaunashistoriasfaszinantes.Hablahastaqueseconsumelavelayluegosubealaltillodelacocinaporelagujeronegroconelcabodelavela,porquelatíaElizabethnoquieredarlemásdeunavelapornoche.

Ayer Ilse y yo nos peleamos sobre si preferíamos ser Juana de Arco oFrancesWillard.Noempezamoscomounapeleasinocomoundebate,peroterminóenpelea.YopreferíaserFrancesWillard,porqueestáviva.

Ayertuvimoslaprimeranevada.Yolehiceunpoema.Aquíva.

Porlanievelosrayosdelsolsedeslizaban.Latierraesunanoviasinpar,deslumbrante,derramandodiamantes,deblancoataviada,nohubonuncanoviatanhermosaybrillante.

Sela leíaPerryyélmedijoquepodíaescribirpoesía igualdebuenayrápidamentesoltóésta.

Mikesefuealasnueveandandoporlanieve.

«Noparecetanbuenacomolatuya».Amínomelopareceporquepuededecirse igual en prosa. Pero cuando se habla de novias sin par ydeslumbrantesenprosa,suenararo.Mikehabíadejadounahileradepequeñas

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huellas atravesando el patio del granero y eran preziosas, pero no tanpreziosas como lashuellasquedejaron los ratones sobreunpocodeharinaqueselehabíacaídoalprimoJimmyenelsuelo.Eranunascositaspreziosas.Parecíanpoesía.

LamentoquehayallegadoelinviernoporqueIlseyyonopodemosjugarmás en nuestra cabaña del bosque de John el Altivo hasta la primavera nifuera, enTansy Patch.A veces jugamos enTansy Patch, dentro de la casa,perolaseñoraKentnoshacesentirraras.Sesientaamirarnosdurantetodoelrato.AsíquenovamosamenosqueTeddynoslopidamucho.Ymataronalos cerdos, pobrecitos, así que el primo Jimmy ya no les hierve nadamás.Perohayunconsueloporqueahorano tengoqueponermecofiapara el solpara ir a la escuela. La tía Laurame hizo una caperuza roja preciosa, concintas, que la tía Elizabeth miró con desprezio y dijo que eran unaextravaganzia.LaescuelamegustacadadíamásperonomegustalaseñoritaBrownell.No es justa.Nos dijo que al que escribiera lamejor redacción leregalaría una cinta rosa para utilizarla desde el viernes por noche hasta ellunes.YoescribíLahistoriadelosarroyossobreelarroyodelbosquedeJohnelAltivo,todassusaventurasysuspensamientos,ylaseñoritaBrownelldijoque seguramente la había copiado y le dio la cinta a Rhoda Stuart. La tíaElizabethdijo:«desperdicias tanto tiempoescribiendo tonteríasbienpodríashaberte ganado esa cinta».Estabamortificada (creo) porque yo deshonré laLunaNueva por no ganar la cinta pero yo no le dije lo que había pasado.Teddydicequeunbuendeportistanuncasequejaporperder.Yoquieroserunabuenadeportista.AhoraRhodameresultadetestable.Dicequelellamalaatención que una niña de la Luna Nueva sea novia de un muchachocontratado.EsoesunatonteríaporquePerrynoesminovio.Perryledijoqueteníalalenguamáslargaqueelsentidocomún.Nofuealgomuyamableperoes cierto.Undía en claseRhodadijoque la luna estaba al este deCanadá.PerrysoltóunacarcajadaylaseñoritaBrownelllohizoquedarseenelrecreo,peronoledijonadaaRhodapordecirunacosatanridícula.PerolopeorquedijoRhodaeraquemehabíaperdonadoporlaformaenquelahabíatratado.Eso me hizo arder la sangre en las venas porque yo no le hice nada quemerecieraperdón.Aquiénseleocurre.

Hemosempezadoacomerelgranjamónqueestabacolgadoenelrincónsudoestedelacocina.

ElpasadomiércolesporlanochePerryyyoayudamosalprimoJimmyahaceruncaminitoentrelosrábanos,enelprimersótano.Tenemosqueirporélhastaelsegundosótanoporqueahoralapuertadefueraestábloqueada.Fuemuy divertido. Pusimos una vela en un agujero de la pared que hacía unassombraspreciosas,ypodíamoscomertodaslasmanzanasquequisiéramosdelbarrilgrandequeestáenelrincónyelespíritulepidióalprimoJimmyque

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recitaraalgunosdesuspoemasmientrassacabalosrábanos.Estoy leyendo La Alhambra. Pertenece a nuestra biblioteca. A la tía

Elizabethno legustadecirquenoesun libroapropiadoparaque lo leayoporqueeradesupadre,peronocreoquelegustequeloleaporquetejeconmucha furia y me mira por encima de los anteojos. Teddy me prestó loscuentosdeHansChristianAndersen.Meencantan, aunqueamí siempre semeocurreunfinaldiferenteparaLaReinadelasNievesydeesemodosalvaraRudy.

Dicen que la señora de JohnKillegrew se tragó el anillo de bodas.Mepreguntoporquélohabráhecho.

ElprimoJimmydicequevaahaberunelipsedesolendiciembre.EsperoquenointerfieraconlaNavidad.

Tengo las manos agrietadas. La tía Laura me las friega con grasa decorderotodaslasnochescuandomevoyalacama.Esdifízilescribirpoesíacon las manos agrietadas. Me pregunto si la señora Hemans habrá tenidoalgunavezlasmanosagrietadas.Labiografíanodicenada.

JimmyBalltienequeserministrocuandoseagrande.SumadreledijoalatíaLauraqueloconsagrócuandoestabaenlacuna.Cómolohabráhecho.

Ahoradesayunamosalaluzdelasvelasymegusta.Ilse vino a casa el domingo por la tarde y fuimos a la buhardilla y

hablamosdeDios,porqueesapropiadoparalosdomingos.Tenemosquetenermuchocuidadoconloquehacemoslosdomingos.EsunatradicióndelaLunaNuevaquelosdomingossonsagrados.ElabueloMurrayeramuyestrizto.ElprimoJimmymecontóunahistoria sobreél.Siemprecortaban leñaparaeldomingo la noche del sábado, pero una vez se olvidaron y el domingo notenían leña para preparar la comida, así que el abueloMurray dijo: «no sepuedecortarleñalosdomingos,muchachos,perosepuederomperunpoquitoconlapartedeatrásdelhacha».IlsetienemuchacuriosidadporDiosaunqueno cree en Él casi nunca y no le gusta hablar de Él pero de todas formasquiere averiguar cosas. Dice que le parece que lo querría si lo conociera.AhoraescribeSunombreconDmayúsculaporqueesmejorasegurarse.YocreoqueDiosescomomi«destello»,sóloque«eldestello»duraunsegundoy Dios dura siempre. Hablamos tanto que nos entró hambre y yo bajé alarmario de la salita de estar y cogí dos bizcochos.Me olvidé de que la tíaElizabethmehabía dichoquenopodía comer bizcochos entre las comidas.Nofuerobar,fueolvidarme.Ilseseenfadóydijoqueyoeraunajacobita(quéserá eso) y una ladrona y que una cristiana no le robaría bizcochos a unapobretíaanciana.AsíqueseloconfeséalatíaElizabethyellamedijoqueno iba a darme bizcochos con la comida. Fue duro ver a los demáscomiéndoselos.MeparecióquePerrycomíaelsuyomuyrápidoperodespuésdelalmuerzomellamófueraymediolamitad,quemehabíaguardado.Lo

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había envuelto en el pañuelo, que no estabamuy limpio, perome lo comíporquenoquiseherirsussentimientos.

LatíaLauradicequeIlsetieneunasonrisamuybonita.Mepreguntosiyotambiénlatendré.MemiréalespejoenelcuartodeIlseysonreíperoamínomepareciómuybonita.

AhoraquelasnochessonfríaslatíaElizabethsiempreponeunbotellóndeginebrallenodeaguacalienteenlacama.Amímegustaapoyarlospiesenelbotellón.Paraesoesparaloúnicoqueloqueusamosahora.PeroelabueloMurraylousabaparaguardarginebradeverdad.

AhoraquehallegadolanieveelprimoJimmyyanopuedetrabajareneljardínysesientemuysolo.Amíel jardínmeparecetanbonitoeninviernocomoenverano.Hayunoshoyuelosyunascolinasdiminutaspreciosasdondelanievehacubiertoloscanteros.Ylosatardeceressonrosadosyalaluzdelalunaescomounatierradeensueños.Amímegustamirarporlaventanadelasalita de estar y ver las «velas de los conejos» flotando en el aire y mepregunto en qué pensarán las raíces y las semillitas que están debajo de lanieve.Yme da un escalofrió demiedomirar a través del cristal rojo de lapuertadelantera.

Hay un hermoso flequillo de chorlitos en el alero de la cocina exterior.Pero en el cielo tiene que haber cosas mucho más hermosas. Hoy estuveleyendo la historia de Anzonetta y me hizo sentir relijiosa. Buenas nochesparaelmásqueridodelospadres.

Emily.

P.D.Esonoquieredecirqueyotengaotropadre.Essólounamaneradedecirmuymuyquerido.

E.B.S.

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CAPÍTULODIECISÉIS

JaquealaseñoritaBrownell

Emily e Ilse estaban sentadas en un banco lateral, en la escuela de Blair Water,escribiendopoesíasobresuspizarras,esdecir,EmilyescribíapoesíaeIlselaleíaamedidaquelaotralaescribíaydevezencuandosugeríaunarimacuandoEmilyseatascaba. A decir verdad, hay que admitir que no tenían por qué estar haciendoaquello. Tenían que estar «haciendo sumas», que es lo que la señorita Brownellsuponíaquehacían.PeroEmilynuncahacíasumascuandoensucabecitamorenasemetía la idea de escribir poesía, e Ilse odiaba la aritmética por una cuestión deprincipios.LaseñoritaBrownellestabadandoclasedegeografíaalotroladodelaula,laagradableluzdelsollasbañabaatravésdelventanalytodoparecíapropicioparavolarcon lasmusas.Emilyestabaescribiendounpoemasobreelpanoramaque seveíadesdelaventanadelaescuela.

Hacíamuchotiempoquenoselespermitíasentarseenelbancolateral.ÉsteeraunprivilegioreservadoaaquellosalumnosquesehabíanganadoelfavordelosojosfríosdelaseñoritaBrownell.PeroesatardeIlselohabíapedidoparaellayEmily,yla señoritaBrownell lashabíadejado,pornoocurrírseleninguna razónválidaparapermitírseloaIlseynegárseloaEmily,queeraloquelehabríagustado,puesteníaunadeesasnaturalezasmezquinasquenoolvidanniperdonanunaofensa.ElprimerdíadeescuelaEmilyhabíasidoculpable,oalmenosasíloveíalaseñoritaBrownell,deimpertinenciaydesacato,yencimahabíatenidoéxito.Esoseguíaatormentandoala señorita Brownell y Emily sentía el veneno enquistado en varios gestos sutiles.Nuncalaelogiaba,eracontinuamenteblancodelsarcasmodelaseñoritaBrownellylospequeñosfavoresquerecibíanotrasniñasnuncaletocabanaella.Demodoqueestaoportunidaddesentarseenelbancolateraleraunaagradablenovedad.

Habíaventajasen sentarseenelbanco lateral.Seveía toda laescuela sin tenerque volver la cabeza, y la señorita Brownell no podía acercarse sigilosamente pordetrásparaverloqueestabanhaciendo,pero,aojosdeEmilylomejoreraquepodíamirar «el bosque de la escuela» y contemplar los viejos abetos rojos dondejugueteabalaSeñoraViento,loslargosflecosdemusgogrisverdosoquecolgabandelasramas,comobanderasdelaTierradelosDuendes,lasardillitasrojasquecorríanporelcerco,ylasmaravillosassendasdenieveblancadondecaíanmanchasdeluzsolar como charcos de vino dorado. Y había un claro entre los árboles por dondepodía verse,más allá del valle deBlairWater, las dunas y el golfo.Aquel día lasdunasestabansuavementeredondeadasyrelucíanensublancurabajolanieve,pero,másallá,elgolfoeradeunazuloscuroyprofundoygrandesmasasblancasdehieloresplandecientes, como pequeños iceberg flotando.Mirar le provocaba a Emily un

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placerinexpresable,peroquedebíaintentarexpresar.Comenzósupoema.Seolvidópor completo de los quebrados: ¿qué tenían que ver los numeradores y losdenominadores con aquella nieveblanca, el azul celestial, las copasoscuras de losabetoscontrauncieloperladoylasetéreassendasboscosasdeperlasyoro?Emilyseperdióensupropiomundohasta talpuntoquenoseenteródeque losalumnosdegeografía sehabían idocadaunoa suasientoyque la señoritaBrownell, alver laabsortamiradadeEmilyclavadaenelcielomientrasbuscabaunarima,seacercabasuavementeaella.Ilseestabadibujandoenlapizarraynolavio,delocontrariolehabríaavisado.EmilysintiódeprontoquelequitabanlapizarradelasmanosyoyóalaseñoritaBrownellquedecía:

—Supongoqueterminastelassumas,Emily.Emilynohabíaterminadoniunasolasuma,sinoquehabíacubiertosupizarrade

versos,versosquelaseñoritaBrownellnodebíaver,¡nodebíaver!Emilysepusodepie de un salto y se aferró, desesperada, a su pizarra. Pero, con una mirada demaliciosasatisfacciónenloslabiosdelgados,laseñoritaBrownelllalevantófueradelalcancedelaniña.

—¿Quéesesto?Nopareceser…precisamente…quebrados.Versossobrelabista(vista con b) desde la ventana de la escuela de Blair Water. Caramba, niños, alparecertenemosunaflorecientepoetisaentrenosotros.

Las palabras eran inofensivas pero ¡ay, esa odiosa sonrisa despectiva que tono,quedesprecio,queburlaescondían!AEmilylecruzaronelalmacomounlatigazo.Paraella,nohabíanadamásterriblequelaideadequesusqueridos«poemas»fueranleídosporojosintrusos,fríos,despiadados,desdeñosos…yextraños.

—Por favor, por favor, señorita Brownell —tartamudeó, sintiéndose muydesgraciada—,porfavornoloslea,losborraré,harélassumasenseguida.Peroporfavornoloslea.No…noesnada.

LaseñoritaBrownellrióconcrueldad.—Eresdemasiadomodesta,Emily.Esunapizarrallenadepoesía.Fijaos,niños,

poesía. Tenemos una alumna en esta escuela que escribe poesía. Y no quiere quenosotrosleamosestapoesía.MetemoqueEmilyesmuyegoísta.Estoyseguradequetodosvamosadisfrutardeestapoesía.

EmilyseencogíacadavezquelaseñoritaBrownelldecíapoesíaconeseénfasisdedesprecioyunaodiosapausaantesdepronunciarlapalabra.Muchosdelosniñosrieron,enparteporquedisfrutabanviendoauna«MurraydelaLunaNueva»enunasituación difícil y, en parte, porque se daban cuenta de que la señorita Brownellqueríaqueserieran.RhodaStuartsereíamásaltoquenadie,peroJennieStrang,quehabíaatormentadoaEmilyelprimerdíadeclase,senegóareíryencambiomirabaalaseñoritaBrownellconelentrecejofruncido.

La señoritaBrownell sostuvo en alto la pizarra y leyó para todos el poema deEmily, con un sonsonete nasal, con entonaciones y gestos absurdos que lo hacíansonarmuyridículo.LosversosqueaEmilylehabíanparecidohermosísimossonaban

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fatal.LosotrosalumnosserieronmásquenuncayEmilysintióqueeldolordeesemomento no se le borraría jamás del corazón. Las fantasías que le parecieron tanhermosas cuando las pensaba, mientras escribía, estaban siendo destrozadas ypisoteadas,comomariposaslastimadasymutiladas.ImágenesdeunsueñodehadascanturreólaseñoritaBrownell,cerrandolosojosysacudiendolacabezadeunladoaotro.Lasrisitasseconvirtieronensonorascarcajadas.

«¡Ay!—pensóEmily,apretandolospuños—.Ojalá…ojaláquelosososquesecomieronalosniñosmalosenlaBibliavinieranyselacomieranausted».

PeroenelbosquedelaescuelanohabíabuenosososreparadoresdeinjusticiasylaseñoritaBrownellleyóel«poema»hastaelfinal.Seestabadivirtiendodelolindo.Ridiculizar a sus alumnos siempre le proporcionaba un gran placer y cuando elalumno era Emily, de la Luna Nueva, en cuyo corazón y alma siempre habíapercibidoalgofundamentalmentediferentedesimisma,elplacereraexquisito.

AlllegaralfinalledevolviólapizarraaunaEmilydemejillasrojas.—Tomatu…«poesía»,Emily—espetó.Emilycogiólapizarra.Noteníaamanoningúnborrador,perosepasólalengua

confuriaporlapalmadelamanoyborrópartedelapizarra.Otrolametónyelrestodelpoemadesapareció.Había sidodeshonrado,degradado,debíadesaparecerde lafazdelatierra.HastaelfindesusdíasEmilynoolvidóeldolorylahumillacióndeaquellaexperiencia.

LaseñoritaBrownellvolvióareír.—Quépenaborrartantapoesía,Emily—dijo—.¿Quéteparecesiahorahaceslas

sumas?No son poesía, pero estoy en esta escuela para enseñar aritmética, no paraenseñarelartedeescribirpoesía.Veteatuasiento.¿Sí,Rhoda?

PuesRhodaStuarthabíalevantadolamanoychasqueabalosdedos.—Perdóneme,señoritaBrownell—dijoconunaclaranotadetriunfoenlavoz—,

pero Emily Starr tiene un montón de poesías en el escritorio. Esta mañana se laestuvoleyendoaIlseBurnleymientrasustedcreíaqueestudiabanhistoria.

PerryMiller se volvió y un delicioso proyectil compuesto de papelmascado yconocidocomo«píldoraescupida»volóporelaireyledioaRhodaenelmediodelacara.PerolaseñoritaBrownellyaestabajuntoalpupitredeEmily,alquellegódeunsalto,antesquelamismaEmily.

—¡Nolostoque,notienederecho!—balbuceóEmily,desesperada.PerolaseñoritaBrownellteníael«montóndepoesía»enlasmanos.Sevolvióy

caminóhacia lapizarra.Emily la siguió.Aquellospoemaseranmuyqueridosparaella.Loshabíacompuestodurantelosdiversosrecreoslluviososenlosquehabíasidoimposiblesalirajugaryestabanescritosenlospedacitosdepapelquelessobrabanasus compañeros. Iba a llevárselos a casa aquel mismo día para copiarlos en lasplanillas.Yahoraaquellaodiosamujeribaaleérselosatodaaquellaclaseburlonaydesdeñosa.

PerolaseñoritaBrownellsediocuentadequenoteníatiempoparatanto.Debía

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contentarseconleerlostítulos,conalgunoscomentariosapropiados.Entretanto,PerryMilleraliviabasussentimientosbombardeandoaRhodaStuart

conpíldorasescupidas,lanzadascontantahabilidadqueRhodanopodíaadivinardequé parte de la clase provenían y no podía por ende acusar a nadie. Las píldorasestropearon bastante su disfrute del apuro que estaba pasando Emily. En cuanto aTeddyKent,quenohacíalaguerraconpíldorasescupidassinoquepreferíamétodosde venganza más sutiles, estaba ocupado dibujando algo en un pedazo de papel.Rhodaencontrólahojasobresupupitrealamañanasiguiente.Enélseveíaunmonopequeñoyflaco,colgadodelacoladelaramadeunárbol,ylacaradelmonoeralacara de Rhoda Stuart. Al verlo, Rhoda se puso furiosa pero, en aras de su propiavanidad, rompió el dibujo en pedacitos y no dijo nada.No sabía queTeddy habíahechoundibujoparecido,enelquelaseñoritaBrownelleraunmurciélagoconairedevampiroyselohabíapuestoenlamanoaEmilycuandosalíandelaescuela.

—El diamante perdido: un cuento romántico, —leía la señorita Brownell—.Versosparaunabedul,amímásbienmeparecenversossobreunpapelmuysucio,Emily,Versosescritossobreunrelojdesolennuestrojardín, lodicho,Versosamigatopreferido, otro ronroneo romántico, supongo,OdaaIlse, «Tu cuello es de unprodigioso resplandorperlado»,difícil, yodiríaque el cuellode Ilse estáquemadopor el sol,Descripzión de nuestra sala, El canto de las bioletas, espero que lasvioletascantenconmenosfaltasdeortografíaquetú,Emily,Lacasadesilusionada…

Loslirioslevantansuscopasblancasparaqueliiiibenlasabejas.

—¡Yonoloescribíasí!—gritólatorturadaEmily.Versos a un pedazo de brocado en el cajón de la cómoda de la tía Laura,Un

adiós al irme de casa, Versos para un abeto rojo, «Aleja el calor, el sol y elresplandor, es bondadoso el árbol que cavila»…¿estás segura de que sabes lo quequieredecir«cavilar»,Emily?,PoemasobreelcampodelseñorTomBennett,Bistadesde la ventana de la tía Elizabeth, tienes puntos de «bista»muy firmes, Emily,Epitafio para un gatito ahogado,Meditaziones ante la tumba de mi tatarabuela,pobreseñora,Amispájarosdelnorte,VersoscompuestosenlaorilladeBlairWatercontemplandolasestrellas,ajá…

Incrustadasconincontablesgemas,esasestrellastandistantesyfrías,tanreales.

No intentes hacer pasar por propios esos versos, Emily. No puedes haberlosescritotú.

—¡Sí, los he escrito yo!—Emily estaba blanca de humillación—.Yhe escrito

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otrosmuchomejores.De pronto, la señoritaBrownell estrujó los papelitos arrugados que tenía en la

mano.—Yahemosperdidosuficiente tiempoconestas tonterías—dijo—.Vuelvea tu

asiento,Emily.Se acercó a la estufa. Por unmomento Emily no se dio cuenta de cuál era su

propósito.Pero,cuando la señoritaBrownellabrió lapuertecitade laestufa,Emilycomprendió y se lanzó hacia adelante. Agarró los papeles, arrancándoselos de lamanoalaseñoritaBrownellantesdequeéstapudieraagarrarlosconmásfuerza.

—Nolosquemará…nolosquemará—susurróEmily.Seguardólospoemasenelbolsillodesu«delantalinfantil»ymiróalaseñoritaBrownellconunaespeciedeserenaira.LamiradaMurrayestabaensusojosy,aunquealaseñoritaBrownellnola afectaba tanto como a la tía Elizabeth, también le provocó una sensacióndesagradable,comodehaberdespertadofuerzasconlascualesnoseatrevíaaseguirjugando.Esaniñaatormentadaparecíacapazdetirárseleencimacondientesyuñas.

—Dameesospapeles,Emily—dijo,peroconciertavacilación.—Noselosvoyadar—replicóEmily,tronando—.Sonmíos.Notienederechoa

quitármelos. Los escribí durante los recreos, no quebré ninguna regla.Usted…—Emily miró desafiante a los helados ojos de la señorita Brownell—, usted es unapersonainjustaytiránica.

LaseñoritaBrownellsedirigióasuescritorio.—EstanocheiréalaLunaNuevaacontarletodoestoatutíaElizabeth—dijo.Al principio, Emily estaba demasiado conmocionada por haber salvado su

preciosapoesíaparaprestardemasiadaatenciónalaamenaza.Peroamedidaquelaemociónfuedesapareciendo,sevioinundadaporuntemorfrío.Sabíaqueleesperabaunmomentodifícil.Pero,almenos,nolequitaríansuspoemas,lehicieranaellaloquelehicieran.Apenasllegóacasadespuésdelaescuelafuevolandoalabuhardillaylosescondióenelestantedelviejosofá.

Teníaunasganas inmensasde llorarperonoquería.LaseñoritaBrownell ibaavenir y la señorita Brownell no debía verla con los ojos rojos. Pero le ardía elcorazón.Habíanprofanadoel templo sagradode su sery se sentía avergonzada.Yaúnnohabíaacabadotodo,deesoestabasegura.ErainevitablequelatíaElizabethsepusiera del lado de la señorita Brownell. Emily se encogió al pensar en lo que leesperaba,contodoeltemordeunanaturalezasensibleydelicadaqueseenfrentabaalahumillación.Nolehabríatemidoalajusticia,perosabíaqueeneltribunaldelatíaElizabethylaseñoritaBrownellnoseleharíajusticia.

«Ynopuedoescribirleapapá»,pensó,suspirando.Lavergüenzaerademasiadohondaeíntimaparaquepudieraescribirsobreella,demodoquenohallóalivioparasudolor.

Eninvierno,enlaLunaNuevanosecenabahastaqueelprimoJimmyterminabasustareasyestabalistoparanomoversedelacasa.AsíqueEmilypudoquedarseen

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labuhardilla,sinquenadielainterrumpiera.Desdelaventana,mirabaunaescenadecuentodehadasqueenotromomentole

habría encantado.Detrás de las blancas colinas lejanas, el crepúsculo rojo brillabaentrelosarbolesoscuroscomounagranfogata;habíaundelicadoencajeazulhechode las sombras de los árboles por todo el jardín cubierto de nieve; un resplandorrojizo, pálido y etéreo en todo el cielo del sudeste; y al finalmente, apareció unapreciosalunanuevahechaunarcoplateadoporencimadelbosquedeJohnelAltivo.PeroEmilynoencontrabaplacerennadadetodoaquello.

Al fin, vio a la señorita Brownell acercándose por el sendero, bajo las ramasblancasdelosabedules,consuandarmasculino.

—Si vivierami padre—dijoEmily,mirándola—, te irías de este lugar con lasorejasgachas.

Pasaronlosminutos,ycadaunodeelloslepareciómuylargo.Porfin,subiólatíaLaura.

—Emily,tutíaElizabethquierequebajesalacocina.La voz de la tía Laura sonaba bondadosa y triste. Emily logró a duras penas

contenerunsollozo.OdiabaquelatíaLaurapensaraquesehabíaportadomal,pero,enaquelmomento,nopodíaconfiarensímismaparaexplicarnada.LatíaLauralacomprendería y su comprensión la haría desmoronarse. Bajó lentamente las doslargasescalerasdelantedelatíaLaurayentróenlacocina.

Lamesaestabapuestaparalacenayhabíanencendidolasvelas.Lagrancocinadevigasnegrasparecíatétricayfantasmagórica,comosiemprealaluzdelasvelas.La tíaElizabeth estaba sentada,muy rígida, junto a lamesa y tenía una expresióndura en el rostro. La señorita Brownell estaba sentada en la mecedora; sus ojospálidosrelumbrabandemaliciosotriunfo.Parecíahaberalgofunestoyvenenosoensu mirada. Tenía, además, la nariz muy colorada, lo que no añadía nada a susencantos.

El primo Jimmy, con su peto gris, estaba sentado sobre una caja de madera,silbando,mirando hacia el techo, se parecía a un gnomomás que nunca. Perry noestabaporningún lado.Emily lo lamentó.LapresenciadePerry, que estabade suparte,habríasidoungranapoyomoral.

—Lamento comunicarte, Emily, que he estado escuchando cosas muy malassobretucomportamientoenlaescuelahoy—dijolatíaElizabeth.

—No,nocreoquelolamentes—dijoEmily,muyseria.Ahoraquehabíallegadoelmomentodelacrisis,sesintiócapazdeafrontarlacon

serenidad,esmás,capazdeinteresarseconcuriosidad,porencimadetodoeltemoryla vergüenza subterráneos, como si parte de ella se hubiera separado del resto yestuviera absorbiendo con interés las impresiones y analizando los motivos ydescribiendo las escenas. Pensó que, cuando escribiera aquella escena, no debíaolvidarladescripcióndelasextrañassombrasquelavela,muycercaydebajodelanariz de la tía Elizabeth, arrojaba en el resto de su cara, produciendo un efecto

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cadavérico.Encuantoa la señoritaBrownell, ¿podíaellahaber sidoalgunavezunbebé,unbebéconhoyuelos,gordo,sonriente?Erainconcebible.

—Amínomehablesconimpertinencia—leadvirtiólatíaElizabeth.—Yave—dijolaseñoritaBrownell,significativamente.—No quiero ser impertinente, pero no lo lamentas —insistió Emily—. Estás

enfadada porque piensas que he avergonzado a la Luna Nueva, pero en parte tealegrasporquehayalguienqueestádeacuerdocontigoenquesoymala.

—Quéniñatanagradecida—dijolaseñoritaBrownellalzandolosojosalcielo,dondeseencontraronconunavisiónsorprendente:porel«agujeronegro»asomabalacabeza dePerryMiller y en su cara había unamuecamuy irrespetuosa y traviesa.Cara y cabeza desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, dejando a la señoritaBrownellmirandoeltechocomounatonta.

—Tehasestadoportandomalenlaescuela—dijolatíaElizabeth,quenohabíavistolaescena—.Meavergüenzodeti.

—Nomeportétanmal,tíaElizabeth—dijoEmily,confirmeza—.Fueasí…—Noquierosabermásdelasunto—cortólatíaElizabeth.—Perotienesqueoírme—exclamóEmily—.Noesjustoescucharsólolaversión

deella.Meportéunpoquitomal,peronotantocomoelladice.—¡Niunapalabramás!Yaheescuchadotodalahistoria—dijolatíaElizabeth,

severa.—Ha escuchado unmontón dementiras—soltó Perry, sacando súbitamente la

cabezaotravezporelagujeronegro.Todossaltaron,hastalatíaElizabeth,quedeinmediatoseenfadómástodavía…

porhabersaltado.—¡PerryMiller,bajainmediatamentedeesealtillo!—ordenó.—Nopuedo—dijoPerry,lacónico.—¡Enseguida,tedigo!—Nopuedo—repitióPerry,haciéndoleunguiñoaudazalaseñoritaBrownell.—¡PerryMiller,baja!Amímevasaobedecer.Todavíasoyelamadeestacasa.—Estábien—dijoPerry,jovial—.Sinotengomásremedio.Sebalanceóhastatocarconlosdedosdelospieslaescalera.LatíaLaurapegóun

gritito.Todoslosdemásquedaronmudos.—Acababadequitarmelaropamojada—explicóPerry,riendo,balanceandolas

piernasparaencontrarunapoyoenlaescaleramientrasseapoyabaenlosbordesdelagujero negro con los codos—.Me caí en el arroyomientras les daba agua a lasvacas.Ibaaponermealgoseco,pero…comoustedmedijoquebajara…

—Jimmy—implorólapobreElizabethMurray,rindiéndosealadiscreción.Ellaeraincapazmanejarestasituación.

—¡Perry, sube a ese altillo y ponte la ropa inmediatamente!—ordenó el primoJimmy.

Las piernas desnudas subieron y desaparecieron. Desde el fondo del agujero

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negroseoyóunarisitatanalegreymaliciosacomoladeunjilguero.LatíaElizabethexhaló un suspiro compulsivo de alivio y se volvió a Emily. Estaba decidida arecuperareldominioyhabíaquehacerlebajarlacabezaaEmily.

—Emily,arrodíllateaquí,delantedelaseñoritaBrownellypídeleperdónportuconductadehoy—dijo.

Las pálidas mejillas de Emily se pusieron rojas. No podía hacer algo así; lepediríaperdóna laseñoritaBrownell,peronoderodillas.Arrodillarseanteaquellamujercruelquelahabíalastimadotanto…noibaahacerlo,nopodíahacerlo.Todasunaturalezaserebelócontrasemejantehumillación.

—Arrodíllate—repitiólatíaElizabeth.LaseñoritaBrownellestabacomplacidayexpectante.Seríamuysatisfactoriover

a esta niñaque la habíadesafiado arrodillada ante ella comounapenitente.Nuncamás,pensabalaseñoritaBrownell,podríaEmilymirarlaalosojosconesatemerariamiradaquehablabadeunalmaindomableylibre,cualquieraquefueseelcastigoqueseinfligieraasucuerpooasumente.ElrecuerdodeaquelmomentonoabandonaríajamásaEmily,nuncapodríaolvidarquesehabíaarrodillado,rebajándose.EmilylosintiócontantaclaridadcomolaseñoritaBrownellypermanecióobstinadamentedepie.

—TíaElizabeth,porfavordéjamequetecuentemiversióndelahistoria—rogó.—Yaheoído todo loquequería oír sobre este asunto.Harás loque te ordeno,

Emily,oserásunapariaenestacasahastaquelohagas.Nadietedirigirálapalabra,ni jugará contigo, ni comerá contigo, ni tendrá nada que ver contigo hasta quemehayasobedecido.

Emilyseestremeció.Erauncastigoquenopodríasoportar.Silaaislabandesumundo, sabía que tarde o temprano tendría que claudicar. Bien podía claudicar enaquelmomentopero¡ay,quédolor,quévergüenza!

—UnserhumanonodebearrodillarseantenadiequenoseaDios—dijoelprimoJimmy,inesperadamente,sindejardemirareltecho.

Un cambio súbito y extraño se produjo en el rostro orgulloso y airado deElizabethMurray.Sequedómuyquieta,mirandoalprimoJimmytantotiempoquelaseñoritaBrownellhizoungestodeirritadaimpaciencia.

—Emily—dijo la tíaElizabeth, en un tono diferente—,me he equivocado, novoy a pedirte que te arrodilles. Pero debes pedirle disculpas a tu maestra; yo tecastigarédespués.

EmilyllevólasmanosalaespaldayvolvióamiraralaseñoritaBrownellalosojos.

—Lamentocualquiercosamalaquehayahechohoy—dijo—,ylepidoquemeperdone.

LaseñoritaBrownellsepusodepie.Sesentíadespojadadeunlegítimotriunfo.Fueracualfueseelcastigo,ellanotendríalasatisfaccióndepresenciarlo.Teníaganasde pegarle a «Jimmy Murray el simplón». Pero no debía traslucir lo que sentía.

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ElizabethMurray no era del consejo de la escuela, pero era la contribuyente másimportanteyteníamuchainfluenciaconelconsejo.

—Te perdonaré si en el futuro te portas bien, Emily —dijo con frialdad—.Consideroquenohehechootracosaquecumplirconmideberexponiendoelasuntoantetutía.No,gracias,señoritaMurray,nopuedoquedarmeacenar,quierollegaracasaantesdequeoscurezca.

—Dios guarde a todos los viajeros—dijo Perry, contento, bajando la escalera,estavezconlaropapuesta.

LatíaElizabethloignoró;noibaatenerunaescenaconunmuchachocontratadoantelaseñoritaBrownell.EstaúltimasalióylatíaElizabethmiróaEmily.

—Emily, esta noche vas a cenar sola en la despensa, y sólo pan y leche.Ynodirásunapalabrahastamañanaporlamañana.

—Pero¿nomeprohíbespensar?—dijoEmily,ansiosa.La tía Elizabeth no respondió, sino que se sentó, altiva, a lamesa de la cena.

Emilyfuea ladespensaacomersupancon leche,consolándoseconelolorde lasdeliciosassalchichasquecomíanlosotros.AEmilylegustabanlassalchichas,ylasla de Luna Nueva eran lo mejor en salchichas. Elizabeth Burnley había traído larecetadeInglaterraysusecretohabíasidocuidadosamenteguardado.YEmilyteníahambre.Perohabíaescapadodeloinsoportable;lascosaspodríanhabersidopeores.Deprontose leocurrióqueescribiríaunpoemaépicoa imitacióndeElcantardelúltimo juglar. El primo Jimmy se lo había leído el sábado anterior.Comenzaría elprimercantoenseguida.CuandoLauraMurrayentróenladespensa,Emilyestaba,conelpanylalechesinterminaryloscodosapoyadosenelarmario,mirandohaciala nada, moviendo apenas los labios y con una luz en los ojos que nunca habíaexistidoen la tierranienelmar. Inclusohabíaolvidadoelaromade las salchicha.¿AcasonoestababebiendodelafuentedeCastalia?

—Emily—dijolatíaLaura,cerrandolapuertaymirandoamorosamenteaEmilyconsusbondadososojosazules—,amípuedescontarmeloquequieras.LaseñoritaBrownell no me gusta y no creo que no te falte razón, aunque está claro que nodeberías escribir poesía cuando tienes que hacer cuentas. Y en esa caja hay unasgalletitasdejengibre.

—No quiero hablar con nadie, querida tía Laura, soy demasiado feliz —dijoEmily,soñadora—.Estoycomponiendounaepopeya,sevaallamarLadamablancayyahehechoveinteversos,ydossonbellísimos.Laheroínaquiereingresarenunconventoyelpadrelediceque,silohace,nuncapodrá

Delavidavolveraabrirlapuerta,siteencierras,comoenvidamuerta.

Ay, tía Laura, al componer esos versos me vino «el destello». Y ya no meinteresanlasgalletitasdejengibre.

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LatíaLauravolvióasonreír.—Tal vez no ahora, querida. Pero cuando se te haya pasado el momento de

inspiración, no estará demás que recuerdes que las galletitas de esa caja no estáncontadasyquesontanmíascomodeElizabeth.

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CAPÍTULODIECISIETE

Epístolasvivientes

Queridopadre:

Tengo algo muy emocionante que contarte. He sido la heroína de unaaventura.LasemanapasadaIlsemepidióquemequedaraunanocheconellaporquesupadrenoestabaynoregresaríahastamuytardeeIlsemedijoqueno teníamiedo pero que se sentíamuy sola.Así que pedí permiso a la tíaElizabethparair.Noteníamuchasesperanzas,queridopapá,dequemedejarair,porqueno leparecebienque lasniñaspequeñaspasen lanoche fueradesuscasasperomesorprendióymedijo,conmuchabondad,quesí.Ydespuéslaoídecirenladespensa«esunavergüenzaqueeldoctordejeaesacriaturatantasvecessoladenoche.Estámuymalporsuparte».Yla tíaLauradijo:«esepobrehombreestádesorientado.Acuérdatequenoeraasíantes,conlaesposa…»yjustocuandoseestabaponiendointeresantelatíaElizabethlediouncodazoa la tíaLauray ledijo:«chitón, lasparedesoyen».Yoséquesereferíaamíaunquenosoyunapared.Comomegustaríaaveriguarloquehizolamadre de Ilse.No dejo de pensar en eso cuandome acuesto.Me quedodespiertaun rato largopensando. Ilseno tiene idea.Unavez lepreguntó alpadreyélledijo,convozdetrueno,quenovolvieraamencionaraesamujerensupresencia.Yhayotracosaquemepreocupa,además.NodejodepensarenSilasLee,elquematóasuhermanoenelviejopozo.Quémalsetuvoquesentiraquelpobrehombre.Yquéquieredecirdesorientado.

FuiacasadeIlseyjugamosenlabuhardilla.Amímeencantajugarallíporquenotenemosquetenercuidadoyserordenadascomoenlanuestra.Labuhardilla de Ilse estámuy revuelta yme parece que hace años que no selimpia.Elcuartodelostrastosespeorqueelresto.Estácerradoconmaderas,enunextremodelabuhardilla,yestállenoderopaviejaybolsasytraposymueblesrotos.Nomegustaelolorquetiene.Lachimeneadelacocinasubeporahíy tienecosascolgadasalrededor(o tenía).Porque todoestoesenelpasado,queridopapá.

Cuando nos cansamos de jugar nos sentamos en un viejo baúl y nospusimosacharlar.«Estoespreziosoduranteeldía—ledije—,perotienequeserterribledenoche».«Hayratones—dijoIlse—,arañasyfantasmas».«Yonocreoenlosfantasmas—ledijedespectiva—.Noexisten».(Aunquetalvezsí haya, querido papá). «Yo creo que esta buhardilla está embrujada», dijoIlse.«Tonterías»,dijeyo.Túsabes,queridopapá,queunapersonadelaLuna

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Nuevanopuedecreerenfantasmas.Peroyomesentíamuyrara.«Hablaresfácil—dijo Ilseempezandoaenfadarse (aunqueyonoestabahablandomaldesubuhardilla)—,pero túnoerescapazdequedarte solaaquídenoche».«Nomemolestaríaparanada»,ledijeyo.«Entoncestedesafíoaquelohagas—dijoIlse—.Tedesafíoaquesubasaquíalahoradedormiryqueduermasaquí toda la noche».Ahímedi cuenta de que estaba en un aprieto queridopapá. Es una tontería alardear. No supe qué hacer. Era horrible pensar endormir sola enesabuhardillapero sino lohacía Ilseme lo echaría encaracadavezquenospeleáramos,ypeor aún, se lo contaría aTeddyy él iba acreerquesoyunacobarde.Entoncesdije,conorgullo:«LoharéIlseBurnleyy además no me da nada de miedo». (Pero sí me daba, por dentro). «Losratonescaminaránporencimadeti—dijoIlse—.Ah,yonoestaríaentulugarpornadadelmundo».FueunamezquindadporpartedeIlseponerlascosaspeor de lo que estaban. Pero me di cuenta de que me admiraba y eso meayudómucho.SacamosunviejóncolchóndeplumasdelcuartodelostrastoseIlsemediounaalmohadaylamitaddesuropa.Yaestabaoscuroyellanoquiso volver a subir a la buhardilla. Entonces yo dije mis oraciones conmuchaatenciónycogíunalámparaylasubí.Ahoraestoytanacostumbradaalas velas que la lámparame puso nerviosa. Ilse dijo que parecíamuerta demiedo.Metemblabanlasrodillas,queridopapá,peroporelhonordelosStarr(ydelosMurray)continué.MehabíadesvestidoenlahabitacióndeIlse,asíque en seguida me metí en la cama y apagué la lámpara. Pero no pudedormirme durante un largo rato. La luz de la luna hacía que la buhardillapareciera tétrica.Yo no sé exactamente lo que quiere decir tétrico peromeparecequeasíestabalabuhardilla.Lasbolsasylaropaquecolgabandelasvigasparecíancriaturas.Penséqueno teníaporquéasustarme.Losángelesestán aquí. Pero después me pareció que podía tenerles tanto miedo a losángelescomoacualquierotracosa.Yoíaalasratasylosratonespaseándoseporallí.Pensé«ysiunaratamepasaporencima»,yentoncespenséquealdíasiguienteescribiríaunadescripzióndelabuhardillaalaluzdelalunaydemissentimientos.Alfinoíllegaraldoctorydespuéslooíenlacocinaymesentímejorynohabíapasadomuchoratocuandomequedédormidaytuveunsueñoespantoso.Soñéqueseabríalapuertadelcuartodelostrastosyunenormeperiódico salíaymeperseguíapor toda labuhardilla.Ydespués seprendíafuegoyyoolíaelolordelfuegoclaritoclaritoyjustoentoncesgritéyme desperté. Estaba sentada en la cama y el periódico no estaba pero yoseguíanotandoolorahumo.Miréhaciaelcuartodelostrastosysalíahumoyvi fuego por entre las grietas de lamadera.Grité con toda la fuerza de lospulmones y salí corriendo a la habitación de Ilse y ella fue corriendo adespertaralpadre.Éldijo«mierda»peroselevantóenseguidayentonceslostresnospusimosasubirybajarcorriendo lasescalerasde labuhardillacon

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cubosdeagua;lodejamostodohechoundesastretremendoperoapagamoselincendio.Eranlasbolsasdelanaqueestabancolgadascercadelachimeneaquesehabíanincendiado.Cuandoterminótodo,eldoctorsesecóelsudordesumasculinafrenteysoltó:«quéatiempo.Unosminutosmásyhabríasidodemasiadotarde.Hicefuegocuandolleguéparaprepararmeuntéysupongoqueunachispaprendiófuegoalasbolsas.Aquíveoquehayunagujerodondecayóelyeso.Tendríaquehacerlimpiartodoestelugar.Cómodescubristeelfuego,Emily».«Estabadurmiendoenlabuhardilla»,dije.«Durmiendoenlabuhardilla —dijo el doctor—, como… qué… qué hacías ahí». «Ilse medesafió—dije—.Medijoquemeibaadarmuchomiedoquedarmedenocheyyo ledijequeno.Mequedédormidaymedespertéynoteolorahumo».«Pequeño diablillo», dijo el doctor. Yo creo que esmuy feo que te llamendiabloperoeldoctormemirócontantaadmiraciónquemeparecióqueerauncumplido.Élhablararo.Ilsedicequelaúnicavezqueledijoalgobonitofueenunaocasiónenque ledolía lagargantayél ledijo:«pobreanimalito»yparecíaque ledaba lástima.YoestoyseguradequeIlsesesientemuyperomuymalporquesupadrenolaquiereaunquehacecomoquenoleimporta.Pero, ay, papá, tengo más para contarte. Ayer salió el Weekly Times deShrewsburyyenlasNotasdeBlaircuentantodolodelincendioenlacasadeldoctor y dice que fue afortunadamente descubierto a tiempopor la señoritaEmilyStarr.Nopuedodecirteloquesentícuandoviminombreeneldiario.Mesentífamosa.Ynuncaantesmehabíanllamadoseñoritaenserió.

El sábado pasado la tía Elizabeth y la tía Laura fueron a pasar el día aShrewsburyynosdejaronalprimoJimmyyamícuidandode lacasa.NosdivertimosmuchísimoyelprimoJimmymedejóquitar lanatade todas lasollasdeleche.Perodespuésdecomervinieronvisitasinesperadasynohabíaningúnpastelenlacasa.Fuehorrible.NuncahabíapasadoenlosanalesdelaLunaNueva.Ayer a la tíaElizabeth le dolió unamuela todo el día y la tíaLaurasehabíaidoaPriestPondavisitaralatíaabuelaNancy,asíquenosehizopastel.Yorecé,mepuseacocinarypreparéunpastelconlarezetadelatíaLauraysalióbien.ElprimoJimmymeayudóaponerlamesayservirlacomida, y yo serví el té y no derramé ni una gota en los platillos.Habríasestadoorgullosodemí,papá.LaseñoraLewissesirvióunasegundaporcióndepastelydijo:«reconoceríalospastelesdeElizabethMurrayaunquemelossirvieranenplenaÁfrica».Yonodijenadaporelhonordelafamilia.Peromesentímuyorgullosa.HabíasalvadoalosMurraydeladeshonra.CuandolatíaElizabethllegóacasayseenterópusocarararayprobóunpedazoquehabíaquedadoydijo:«bueno,hayalgodelosMurrayenti».Eslaprimeravezquela tíaElizabethme elogia.Le sacaron tresmuelas así que ya no le doleránmás.Me alegro por ella.Antes de irme a dormir cogí el libro de rezetas yelegítodaslasquemegustaríahacer.Puréreal,Salsaespumosa,Susanasde

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ojosnegros,Cerdoencarroza…Nombrespreciosos.Veo unas nubes blancas vaporosas y muy bellas encima del bosque de

JohnelAltivo.Megustaríavolarycaerenzimadeellas.Nopuedocreerquesean húmedas y fofas como dice Teddy. Teddy grabómis iniciales con lassuyasenelMonarcadelBosqueperoalguienlastachó.NosésifuePerryoIlse.

La señorita Brownell ahora casi no me pone buenas notas en buencomportamientoylosviernespor lanochela tíaElizabethseenfadamuchopero la tía Laura lo entiende. Escribí una descripzión de la tarde en que laseñorita Brownell se burló de mis poemas y la puse en un sobre viejo, yescribíelnombredelatíaElizabethenelsobre,queguardéentremispapeles.Simuero de tuberculosis, la tíaElizabeth lo encontrará y sabrá la verdad ylamentaráhabersidotanhinjustaconmigo.PeronocreoquemevayaamorirporqueestoymuchomásgordayIlsemedijoqueoyóquesupadreledecíaala tía Laura que yo sería guapa si tuvieramás colores. Esmalo querer serguapa,queridopapá.LatíaElizabethdicequesíycuandoyolepregunté:«atitegustaríaserguapa,tíaElizabeth»,pareciómolesta.

La señoritaBrownell le tiene rabia a Perry desde aquella vez y lo tratamuymalperoélesdócilydicequenoquierearmarlíosenlaescuelaporquequiereaprenderyprogresar.Insisteenquesusrimassontanbuenascomolasmíasyyoséquenoyesomeesaspera.Sien laescuelanoprestoatenziónsiempre la señorita Brownell dice: «supongo que estás componiendo…poesía, Emily», y entonces todos se ríen. No, no todos. No debo exajerar.Teddy,Perry,IlseyJennienoseríennunca.EsgraciosoqueahoramegustetantoJenniecuandolaodiétantoelprimerdíadeclase.Despuésdetodo,notieneojosdecerdito.Tieneojoschiquitosperosondivertidosybrillantes.Esmuyqueridaenlaescuela.AlqueodioesaFrankBarker.Mequitóellibronuevodelecturayescribiócongrandesletrasenlaprimerapágina.

NoosesrobarestelibritopueselnombredesudueñatieneescritoycuandomueraselSeñordirá:«Ellibroquerobaste,¿dóndeestá?».Ycuandodigas:«Nolosé»,elSeñortedirá:«Puesalinfiernove».

NoesunpoemaeleganteyademásnosehablaasídeDios.Yoarranquélahoja y la quemé y la tía Elizabeth se enfadó y ni siquiera cuando se loexpliqué se aplacó su enfado. Ilse dice que después de esto aDios lo va allamarAlá.Amímepareceunnombremásbonito.Esmuysuaveynosuenatansevero.Peromeparecequenoesmuyrelijioso.

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20deMayo.

Ayerfuemicumpleaños,queridopapá.ProntoharáunañoquelleguealaLuna Nueva. Me parece como si hubiera vivido siempre aquí. He crecidocincocentímetros.ElprimoJimmymemidióconunamarcaenlapuertadelalechería. Mi cumpleaños fue muy bonito. La tía Laura hizo un pastelriquísimoymeregalóunacamisablancapreciosaconunvolantebordado.Lehabía pasado una cinta azul pero la tía Elizabeth se la hizo sacar. Y la tíaElizabethmeregalótambiénelpedacitodebrocadodecolorrosaqueteníaenel cajón de su cómoda.Yo lo quería desde que lo vi pero nunca pensé quepudierasermío.Ilsemepreguntóquéibaahacerconélperonovoyahacernada.Lovoyatenerenlabuhardillaconmistesorosylomiraré,porqueeshermoso.La tíaElizabethme regalóundiccionario.Ha sidoun regaloútil.Creo queme tiene que gustar. Pronto vas a ver cómomejoro la ortografía,espero.Elúnicoproblemaesque cuandoestoyescribiendoalgo interesantemeentusiasmotantoqueesespantosotenerquepararparabuscarunapalabrayvercómoseescribe.Miré«cavilar»ylaseñoritaBrownellteníarazón.Yono sabía lo que quería decir. Rimaba bien y yo pensaba que quería decircontemplar o ver pero quiere decir pensar. El primo Jimmy me regaló uncuaderno grandote y grueso. Estoy muy orgullosa de él. Será maravillosoescribir en él. Pero seguiré usando las planillas para escribirte a ti, queridopapá,porquepuedodoblarlasdeunaenunayhacercomoquesoncartasdeverdad.Teddymeregalóundibujomío.LopintóconacuarelasylepusodetítuloLaNiñaSonriente.Parezecomosi estuvieraescuchandoalgoquemehacemuyfeliz.Ilsedicequemefavorece.Mehizomásguapadeloquesoyaunquenomásdeloqueseríasipudieradejarmeelflequillo.Teddydicequecuando crezca me hará un autentico retrato. Perry se fue caminando hastaShrewsbury para comprarme un collar de perlas y lo perdió. No teníamásdineroasíquesefueasucasaaStovepipeTown,lepidióunagallinaasutíaTomymelaregaló.Esunchicomuypersistente.Todosloshuevosquepongala gallina son paramí y podré vendérselos al vendedor ambulante. Ilsemeregaló una caja de caramelos.Voy a comer uno solo cada día para quemeduremás.Yo quería que Ilse cogiera alguno pero dijo que no porque seríamezquino ayudar a comer un regalo que hizo y yo insistí y entonces nospeleamos.Ilsemedijoqueerauncuadrúpedomaullador(locualesridículo),tantontaquenomedabacuentanidequeteníaqueentrarenmicasacuandoempezaba a llover. Y yo le dije que no era tan tonta como para no tenermodales, por lo menos. Ilse se puso tan furiosa que se fue a su casa perodespuésselepasóyvolvióacenar.

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Estanocheestá lloviendoyparececomosipiecezitosdehadasbailaransobreeltejadodelabuhardilla.SinohubierallovidoTeddyhabríavenidoaayudarme a buscar elDiamante Perdido. Seríamaravilloso que pudiéramosencontrarlo.

El primo Jimmyestá arreglando el jardín.Medeja ayudarlo y tengounlechodefloresparamí.Porlamañana,loprimeroquehagoessalircorriendoavercuántohancrecidolasfloresdesdeayer.Laprimaveraesunaestacióntanfeliz,¿nopapá?LasPersonitasAzulesrodeanelcenadorportodaspartes.AsíescomoelprimoJimmyllamaalasvioletasyamímepareceprecioso.Tiene nombres así para todas las flores. Las rosas sonReinas, los lirios dejunioson lasDamasde laNieve, los tulipanesson losAlegres, losnarcisossonlosDoradosyelasterdelaChinasonMisAmigosRosados.

MikeIIestáaquí,sentadoenelalfeizarde laventana.Mikeesungatitoesmito.«Esmito»noestáeneldiccionario.Esunapalabraqueheinventadoyo. No se me ocurría ninguna palabra que describa a MikeII así que lainventé.Quieredecir suave,brillanteypeludito, todoenunapalabrayalgomástambiénquenoséexplicar.

La tíaLaurameestá enseñandoa coser.Diceque tengoque aprender ahacerundobladilloenmuselinasinquesenote(tradición).Esperoquealgúndíameenseñeahacerencaje.TodoslosMurraydelaLunaNuevahansidofamosasporhacerencaje(mejordicholasMurray).Ningunadelasniñasdelaescuelasabehacerlo.La tíaLauradicequemevaahacerunpanuelodeencaje cuando me case. Todas las novias de la Luna Nueva han tenidopanuelosdeencajeexceptomimadre,queseescapóparacasarse.Peroatinoteimportóquenotuviera,verdad,papá.LatíaLauraahoramehablaunpocodemimadreperonocuandolatíaElizabethestácerca.LatíaElizabethnuncamenzionasunombre.La tíaLauraquiereenseñarme lahabitacióndemamápero aún no ha podido encontrar la llave porque la tía Elizabeth la tieneescondida.LatíaLauradicequelatíaElizabethqueríamuchoamamá.Seríadeesperarquequisieraalahijademimadre,no.Perono.Mecríaporqueessudeber.

1deJunio.

Queridopapá:

Hoyhasidoundíamuy importante.Heescritomiprimeracarta,quierodecirlaprimeracartaquedeverdadvaairporcoreo,alatíaabuelaNancyque vive en Priest Pond y esmuy vieja. Ella le escribió a la tía Elizabethdiciendoquedevezencuandoyopodríaescribirleaunapobrevieja.Metoco

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elcorazónyquiseescribirle.LatíaElizabethdijo:«despuésdetodopodemosdejarlaquelaescriba».Ymedijo:«tienesquetenercuidadoyescribirleunacarta bonita y yo la leeré después de que la escribas. Si causas buenaimpresiónalatíaNancypuedequehagaalgoporti».Yoescribílacartaconmucho cuidado pero cuando termine no parecíamía.No podía escribir unabuenacartasabiendoquelatíaElizabethibaaleerla.Mesentíaparalizada.

7deJunio.

Queridopapá,micartanocausóbuena impresióna la tíaabuelaNancy.NomecontestoperoleescribióalatíaElizabethdiciéndolequeyodebíaserunaniñamuyestúpida.Mesentí insultadaporqueyonosoyasí.PerrydicequeledanganasdeiraPriestPondyzurrarlelabadanaalatíaabuelaNancy.Ledijequenodebehablarasídemifamiliayademásnocreoquezurrarlelabadanaalatíaabuelalehagapensarquenosoyestúpida.(Noséloqueeslabadanadelaspersonasnicomosezurra).

TerminetrescantosdeLadamablanca.Tengoa laheroínaenclaustradaenun convento y no sé cómo sacarla porqueno soy católica.Supongoquehabríasidomejortenerunaheroínaprotestanteperonohabíaprotestantesenlosdíasdelacabayería.ElañopasadoselopodríahaberpreguntadoaJohnelAltivoperoesteañonopuedoporquenohevueltoahablarledesdequemegastoaquellahorriblebromadelamanzana.Cuandomeloencuentroporelcaminomirohaciaadelanteconlamismaaltivezqueél.Lepusesunombreamicerdoparavengarme.ElprimoJimmymehadadouncerdito.Cuandosevenda,eldineroseráparamí.Voyadarlepartealosmisionerosyelrestolopondréenelbancoparamieducación.YopensabaquesialgunavezteníauncerdolollamaríaWallace.Peronomepareceapropiadoponerlealoscerdoselnombredeuntío,aunqueeltíonomeguste.

Teddy,Perry,IlseyyojugamosaquevivimosenlosdíasdelacabayeríayIlseyyosomosdamiselasendesgraciarescatadasporgalantescabayeros.Teddyhizouna armadura espléndida conunasmaderasdeunbarril viejoyentonces Perry hizo una mejor con pedazos de calderas achatadas amartillazosyconunaolla rotadeyelmo.Aveces jugamosenTansyPatch.Este verano tengo la fea sensación de que lamadre de Teddyme odia. Elveranopasadosimplementenomequería.HumoyBotóndeOroyanoestán.Desaparecieron misteriosamente durante el invierno. Teddy dice que estásegurodequesumadrelosenvenenoporqueélseestabaencariñandomuchoconellos.TeddymeestáenseñandoasilbarperolatíaLauradicequenoespropiodeunadama.Hay tantascosasdivertidasquenosonpropiasdeunadama… A veces casi desearía que mis tías fueran ateas como el doctor

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Burnley.ÉlnuncasepreocupaporsiloqueIlsehaceespropiodeunadamaono.Perono,noserianbuenosmodalesserunaatea.NoseríaunatradicióndelaLunaNueva.

HoyleheenseñadoaPerryquenotienequecomerconelcuchillo.Quiereaprendertodaslasreglasdelaetiquetayyoleayudoaaprenderarecitarparaeldíadel examende laescuela.Yoqueríaque leenseñara Ilseperoella sepusofuriosaporqueélmelohabíapedidoantesamíynoquiso.Perotendríaqueenseñarleella,porqueesmuchomejor recitadoraqueyo.Yomepongodemasiadonerviosa.

14deJunio.

Queridopapá,ahoradamoscomposiciónenlaescuelayhoyheaprendidoqueenlaspreguntashayqueponerunossignosasí¿?,ycuandosedicealgoconvehemenciasepone¡!Tengoquerevisartodasmiscartasyañadírselas.La señorita Brownell es sarcástica pero enseña cosas. Lo escribo porquequieroserjustaaunquelaodie.Yesinteresante,aunquenoesbuena.Escribíunadescripziónsuyaenunaplanilla.Megustamásescribirdelagentequenomegusta.EsmásbonitovivirconlatíaLauraqueconlatíaElizabeth,peroesmejorescribirdelatíaElizabethquedelatíaLaura.PuedoescribirsobresusdefectosperomesientomalaydesagradecidasidigoalgomalodelaqueridatíaLaura.LatíaElizabethguardótuslibrosbajollaveydicequenomelosvaadarhastaquenoseamayor.Comosiyonofueraacuidarlos,queridopapá.Dicequenoporquedescubrióquecuandoestabaleyendounohiceunpuntitocon lápiz debajo de una palabra hermosa. Al libro no le hizo nada, papá.Algunasde laspalabraseranumbría,perlado,almizcle,moteado, intervalos,cañada,frondoso,pastoril,esplendor,quebradizo,marfil.Todasestaspalabrasmeparecíanbellísimas,papá.

La tía Laura me permite leer su ejemplar de El viaje del peregrino lodomingos.A la gran colina del caminodeWhiteCross le puse laMontañadeliciosaporqueeshermosa.

Teddymeprestótreslibrosdepoesía.UnoeradeTennysonyaprendílaCancióndelacornetadememoriaparatenerlasiempre.OtroeradelaseñoraBrowning. Es hermoso. Me gustaría conocerla. Supongo que la conocerécuandomemueraperopuedefaltarmuchotiempo.ElotroeraunsolopoemallamadoSoharbyRustum.Cuandome fuiaacostarmepusea llorarporellibro.LatíaElizabethmepreguntó:«¿porquémoqueas?».Yonomoqueaba,estaballorandodepena.Meobligoaexplicárseloyentoncesdijo:«Tútienesque estar loca». Pero nome pude dormir hasta que no le encontré un finaldiferente,unfinalfeliz.

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25deJunio.

Queridopapá:

Hahabidounasombraoscurasobreestedía.Semehacaídounamonedaenlaiglesia.Hizounruidoterrible.Yosentíquetodoelmundomemiraba.La tía Elizabeth se enfado mucho. Enseguida a Perry se le cayó la suya.Despuésde la iglesiamedijoque lohizoapropósitoporquepensóquemesentiríamejor, peroyonome sentímejorporque temíque lagentepudierapensarquesemehabíacaídootravezamí.Loschicoshacencosasmuyraras.Esperoqueelministrono lohayaoídoporquemeestáempezandoagustar.Antesdelmartespasadonomegustabamucho.Sushijossontodosvaronesysupongoquenocomprendemuybienalasniñaspequeñas.VinodevisitaalaLunaNueva.LatíaLauraylatíaElizabethhabíansalidoyyoestabasolaenla cocina. El señor Dare entró y sentó encima de Saucy Sal, que estabadurmiendo en lamecedora. Él estaba cómodo pero Saucy Sal no.No se lesentóencimade lapanza.Sihubierasidoasícreoque lahabríamatado.Sesentósobrelaspatasylacola.SalmaullóperoelseñorDareesunpocosordoynolaoyóyamímediovergüenzadecirlealgo.PeroentroelprimoJimmyen el momento en que él me preguntaba si yo sabía mi catecismo y dijo:«¿Catecismo? Por todos los cielos, hombre, escuche a ese pobre animalito.Levántese si es cristiano».Entonces el señorDare se levantó y dijo: «Diosmío,quenotable.Meparecíaquesemovíaalgo».

Medieronganasdecontártelo,queridopapá,porquemepareciódibertido.Cuando el señorDare termino de hacerme preguntas, yo pensé queme

tocaba a mí y quería preguntarle algunas de las cosas que hace años quequierosaber.LepreguntésiaélleparecíaqueDiossepreocupabaporcadapequeñacosaqueyohacíayseleparecíaquemisgatosiríanalcielo.Élmedijo que esperaba que yo nunca hiciera cosasmalas y que los animales notienen alma. Y yo le pregunté por qué no debe ponerse vino nuevo en lasbotellasviejas.La tíaElizabeth lohacecon suvinodedientede leóny lasbotellas viejas sirven tanto como si fueran nuevas.Me explicó con muchabondadque lasbotellasde laBiblia se llamabanodresy estabanhechosdepielesysepudríancuandoeranviejos.Mequedomuyclaro.DespuésledijequeestabapreocupadaporquesabíaqueteníaqueamaraDiosporencimadetodas las cosas peroquehabía cosas queyo amabamásque aDios.Élmepregunto: «¿qué cosas?». Y yo le dije: «las flores, las estrellas, la SeñoraViento,lasTresPrincesasycosasporelestilo».Sonrióymedijo:«peroesascosassonpartedeDios,Emily,comotodaslascosashermosas».Yenseguidameencariñéconélyyanomesentítímida.Eldomingopasadodiounsermón

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sobreelcielo.Meparecióunlugaraburrido.Yopiensoquetienequesermásinteresante.No sé lo que voy a hacer cuando llegue al cielo, porque no sécantar.¿Medejaranescribirpoesía?Perolaiglesiamepareceinteresante.Latía Elizabeth y la tía Laura siempre leen laBiblia antes de que empiece elservicioperoamímegustamiraramialrededoryveratodaslaspersonasypreguntarme en qué estarán pensando. Es muy bonito oír el frufrú de losvestidos de seda cuando avanzan por los pasillos. Ahora está de moda elmiriñaqueperolatíaElizabethnolousa.AmímeparecequelatíaElizabethquedaríagraciosaconunmiriñaque.LatíaLaurausaperomuypequeño.

Tuhijaquetequiere,

EmilyB.Starr.

P. D. Papá querido, me encanta escribirte. Pero no recibir nuncarespuesta…

E.B.S.

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CAPÍTULODIECIOCHO

ElpadreCassidy

La consternación se había apoderado de la Luna Nueva. Todos estabandesesperadamentetristes.LatíaLauralloraba.LatíaElizabethgruñíatantoqueeraimposible vivir con ella. El primo Jimmy andaba como distraído y Emily dejó depreocuparseporlamadredeIlseyelfantasmaarrepentidodeSilasLeecuandoseibaalacamaysededicabaahoraaesenuevoproblema.PuestodosehabíaoriginadoporsufaltadeobedienciaalatradicióndelaLunaNuevadenovisitaraJohnelAltivo,yla tíaElizabethno teníapelosen la lenguapara reprochárselo.Si ella,EmilyByrdStarr,nohubieraidoacasadeJohnelAltivo,nuncahabríacomidoaquellamanzanadulcey,sinohubieracomidoaquellamanzana,JohnelAltivonolehabríagastadoningunabromay,siélnolehubieragastadounabroma,latíaElizabethjamáshabríaidoadecirlecosasduras,típicamenteMurrayy,silatíaElizabethnolehubieradichocosas duras, típicamente Murray, John el Altivo no se habría ofendido ni habríaquerido vengarse y, si John el Altivo no se hubiera ofendido ni hubiera queridovengarse, nunca se le habría metido en la altiva cabeza cortar el hermoso bosqueubicadoalnortedelaLunaNueva.

Puesexactamenteaaquelpuntoloshabía llevadoa todosaquellaprogresióndejuego infantil tipo «La rana que estaba jugando en el agua». John el Altivo habíaanunciadopúblicamente,encasadelherrerodeBlairWater,queapenasterminaralacosechaibaatalarelbosquecortandotodosycadaunodelosárbolesylosbrotes.LanoticiallegóenseguidaalaLunaNuevaydejóasushabitantestanconmocionadoscomolohabíanestadohacíaaños.Asusojoseratodaunacatástrofe.

Elizabeth y Laura apenas podían creerlo. Era inconcebible.Aquel gran bosqueespesoyprotector,deabetos rojosyárbolesdemaderadura,habíaestadosiempreallí,moralmentepertenecíaa laLunaNueva,nisiquieraJohnelAltivopodríaosarcortarlo.Peroéste tenía la reputacióndehacer loquedecíaque ibaahacer;eraunrasgoqueformabapartedesualtivez:sidecíaqueibaahaceralgo,lohacía.

—LunaNueva seráuna ruina—gemía lapobre tíaLaura—.Quedaráhechaunespanto;todasubellezadesaparecerá,yquedaremosexpuestosalvientodelnorteyalastormentasdelmar,siemprehemosestadoprotegidosyresguardados.Yel jardíndeJimmytambiénsevaaperder.

—EsoeselresultadodehabertraídoaquíaEmily—dijolatíaElizabeth.Aunsiendo indulgenteconella,deciresoeraunacrueldad,unacrueldadyuna

injusticia, pues su lenguamordaz y su sarcasmo estiloMurray habían tenido tantoqueverenelasuntocomoEmily.PerolodijoyparaEmilyfuecomounapuñaladaque le atravesó el pecho y dejó sumarca durante años. La pobre Emily ya estaba

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suficientementeangustiada.Sesentíatandesgraciadaquenopodíacomernidormir.ElizabethMurray,apesardesufuriaysutristeza,dormíacomountroncotodaslasnochespero,juntoaellaenlaoscuridad,conmiedodemoverseovolverse,yacíaunadelgada criaturita cuyas lágrimas, que le corrían en silencio por las mejillas, nolograríanaliviaruncorazónhechopedazos.PorqueEmilysentíaqueteníaelcorazónhechopedazos,quenopodíaseguirviviendoysufriendoasí.Nadiepodía.

EmilyhabíavividolosuficienteenlaLunaNuevaparaqueselehubierametidoenlasangre.Talvezhastahabíanacidoconella.Entodocaso,cuandollegóalacasa,seadaptóasuatmósferacomounguante.Laqueríacomosihubieravividoenellatodasubrevevida,amabacadapalitoypiedrecita,cadaárbolycadabriznadehierba,cada clavo del piso de la cocina, cadamontoncito demusgoverde del techo de lalechería,cadaaguileñarosadayblancaquecrecíaeneljardínviejo,cada«tradición»de su historia. Para ella pensar que, en gran medida, echarían abajo toda aquellabelleza era una agonía. ¡Y pensar en que se perdería el jardín del primo Jimmy!Emilyadorabaaqueljardíncasitantocomoél;hacercrecerlasplantasyarbustosqueno soportaban el invierno en ningún otro lugar de la Isla Príncipe Eduardo era elorgullodelavidadesuprimo:siquitabanelamparodelaparednorte,todomoriría.Sehacíadifícilpensarenelbosquemismo,talado;elCaminodelHoy,elCaminodelAyer y el Camino del Mañana, borrados de la faz de la tierra; en el imponenteMonarca del bosque sin su corona; la cabaña donde ella e Ilse habían pasadomomentostanmaravillosos,destruida;entodoaquelhermosolugar,íntimo,llenodehelechos,arrancadodesuvidadeunramalazo.

¡Ay,JohnelAltivohabíaelegidoyplaneadomuybiensuvenganza!¿Cuándocaeríasobreelloselgolpe?TodaslasmañanasEmilyprestabaatención,

angustiada, de pie en el escalón de piedra de la cocina, para ver si escuchaba elsonido de las hachas en el claro aire de septiembre.Todos los atardeceres, cuandoregresaba de la escuela, temía comprobar que la obra de destrucción hubieracomenzado.Sufríayseangustiaba.Habíamomentosenqueleparecíaquenopodríaya soportar lavida.Todos losdías la tíaElizabeth ledecíaalgo, echándole toda laculpa,ylapobreniñasevolviómuysusceptibleconeltema.CasideseabaqueJohnelAltivocomenzaradeunamalditavezyterminaracontodo.SiEmilyhubieraoídoalguna vez la historia clásica deDamocles, se hubiera solidarizado con él de todocorazón.Sihubieratenidoalgunaesperanzadequepudieraservirdealgo,sehabríatragado el orgullo de los Murray, el orgullo de los Starr y cualquier otro tipo deorgullo, y habría ido de rodillas a rogarle a John elAltivo que detuviera sumanovengativa.Sinembargo,estabaseguradequenoserviríadenada.JohnelAltivonohabíadejadodudaalgunadesuamargadeterminaciónalrespecto.EnBlairWatersehablabamuchodeltema;unossealegrabanmuchodelgolpequesedescargaríasobreelorgulloyelprestigiodelaLunaNueva,otrossosteníanqueeraunaconductabajaysuciaporpartedeJohnelAltivo,pero todosestabandeacuerdoenquesehabíaprofetizado que sucedería, tarde o temprano, cuando la vieja enemistad entre los

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Murray y los Sullivan, alimentada durante tres generaciones, llegara a su fininevitable.LoúnicosorprendenteeraqueJohnelAltivonolohubierahechoantes.Siempre había odiado a ElizabethMurray, desde que iban a la escuela, cuando lamordacidaddeElizabethsehabíacebadoconél.

Undía,EmilysesentóallorarenlaorilladelestanquedeBlairWater.LahabíanmandadoacortarlasrosasmarchitasdelatumbadelaabuelaMurrayy,trasterminarsu tarea, no tuvo valor para volver a la casa, donde la tía Elizabeth estabaamargándolelavidaatodoelmundoporqueellamismaestabaamargada.Perryhabíadichoqueeldíaanterior,en laherrería,JohnelAltivohabíaafirmadoqueel lunesporlamañanacomenzaríaatalarelbosque.

—¡Nopuedosoportarlo!—sollozabaEmily,hablándolesalosrosales.Unaspocasrosastardíasasintieron;laSeñoraVientopeinaba,agitabaysacudíala

espesa hierba verde donde los orgullosos Murray, hombres y mujeres, dormíanserenos,impasiblesaviejasenemistadesypasiones.Elsoldeseptiembrebrillabaconunaluzsuaveyserenasobrelosviejoscamposlabrados,yelaguaazuldelestanquedeBlairWatersusurrabaylamíasuavementelasorillasbordeadasdearbustosverdes.

—NoentiendocómoDiosnodetienelamanodeJohnelAltivo—dijoEmily,conpasión.SindudalosMurraydelaLunaNuevateníanderechoaesperaraquellodelaProvidencia.

Teddy llegaba silbando por la pradera y las notas de su tonada soplaban porencimadelestanquedeBlairWatercomogotashechizadasdesonido.Saltólacercadelcementerioyencaramósucuerpodelgadoygrácil,deformairreverente,sobrelalosaplanadel«Aquímequedo»delabisabuelaMurray.

—¿Quépasa?—preguntó.—Todo —contestó Emily, algo enfadada. Teddy no tenía por qué estar tan

contento.EllaestabaacostumbradaarecibirmássolidaridadporpartedeTeddyylairritabanorecibirla—.¿NosabesqueJohnelAltivovaaempezaratalarelbosqueellunes?

Teddyasintió.—Sí.Me lo contó Ilse. Pero, escucha, Emily, seme ocurrió una cosa. John el

Altivonoatreveráacortarelbosquesielcuraledicequenolohaga,¿verdad?—¿Porqué?—Porqueloscatólicostienenquehacerloqueloscuraslesdicen,¿no?—Nolosé.Yonosénadadeloscatólicos.Nosotrossomospresbiterianos.Emilysacudiólacabeza.SesabíaquelaseñoraKenteradela«iglesiaanglicana»

y,aunqueTeddyibaa laEscuelaDominicalPresbiteriana,esehechono ledabaunlugarmuyprominenteentreloscírculosdelos«presbiterianosnatos».

—SitutíaElizabethvaaWhiteCrossahablarconelpadreCassidyylepidequedetengaaJohnelAltivo,talvezlohaga—insistióTeddy.

—LatíaElizabethjamásharíasemejantecosa—dijoEmily,convencida—.Estoysegura.Esdemasiadoorgullosa.

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—¿Nisiquieraparasalvarelbosque?—Nisiquieraparaeso.—Entonces supongoquenohaynadaquehacer—dijoTeddy, algo alicaído—.

Mira,mira loquehehecho.UndibujodeJohnelAltivoenelpurgatorio,con tresdiablitos que le clavan tridentes al rojo vivo. Lo copié de uno de los libros demimadre,el InfiernodelDante,creoqueera,peropusea JohnelAltivoen lugardelhombredeldibujo.Teloregalo.

—No lo quiero. —Emily estiró las piernas y se levantó. Estaba más allá delestadioenelqueinfligirtorturasimaginariasaJohnelAltivopudieraconsolarla.Yalohabíamatadodevariasmanerasterriblesdurantesusvigiliasnocturnas.Peroselehabíaocurridounaidea,unaideaaudaz—.Ahorametengoqueiracasa,Teddy,eslahoradelalmuerzo.

Teddyseguardóeldibujorechazado,queenrealidaderauntrabajomagníficosialgunodelosdoshubieratenidolacapacidaddedarsecuenta,enelcuallaexpresióndeangustiaenlacaradeJohnelAltivoenelmomentoenqueundiablitotraviesolopinchaba con un tridente habría sido el dolor de cabeza de más de un artistaconsumado.Se fuea sucasadeseandopoderayudaraEmily; eraundisparatequeunaniñacomoEmily,conesossuavesojoscolorpúrpuragrisáceoyunasonrisaquelehacíapensarencosashermosasquenopodíanexpresarseconpalabras, sufriera.TeddyestabatanpreocupadoqueleagregómásdiablosaldibujodeJohnelAltivoenelpurgatorioyalargóconsiderablementelosdientesdelostridentes.

Emilysefueasucasaconunrictusdedeterminaciónenlaboca.Comióloquepudotragar(quenofuemucho,porquelacaradelatíaElizabethhabríaechadoportierrasuapetito,dehaberlotenido)yseescabullódelacasaporlapuertadelantera.El primo Jimmy estaba trabajando en el jardín, pero no la llamó.Aquellos días elprimoJimmyestabasiempretriste.EmilysedetuvounsegundoenelporchegriegoymiróhaciaelbosquedeJohnelAltivo,quesemecíaverdísimoyhermoso.¿Ellunesporlanocheseríaunterrenoprofanadodetoconesdeárbol?Impulsadaporestaidea,Emilyarrojóelmiedoy ladudaalvientoycomenzóacaminarcondeterminaciónpor el sendero.Al llegar al portón, giró a la izquierda por el largo camino rojo ymisterioso que subía laMontañaDespreciable. Nunca había cogido aquel camino,que ibaderechoaWhiteCross.Emily ibaa la iglesiaaveralpadreCassidy.Eranunos tres kilómetros hasta White Cross, y Emily sintió que los había cubiertorápidamente,noporquefueraunhermosocaminoconvientosyhelechossilvestres,llenode conejitos, sinoporque temía loque la esperaba al llegar.Había tratadodepensarloquediría,cómolodiría,perolefallabalainventiva.Nosabíacómoeranloscuras católicos, y no tenía idea del mejor modo de dirigirse a ellos. Eran másmisteriososyenigmáticosque lospastores.¿YsielpadreCassidyseenfadabaconellaporatreverseairapedirleunfavor?Talvezeraalgomuymalo,desdecualquierpuntodevista.Yprobablementenosirvieradenada.SeguramenteelpadreCassidysenegaríaahablarconJohnelAltivo,queeraunbuencatólico,mientrasqueella,en

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opinióndelcura,eraunahereje.Perolamenorposibilidad,porremotaquefuese,deimpedir lacalamidadquesecerníasobre laLunaNuevahacíaqueEmilyestuvieradispuesta a enfrentarse a todo elColegio deCardenales.Con unmiedo espantoso,nerviosísima, la idea de regresar ni se le pasó por la cabeza. Sólo lamentaba nohabersepuestoelcollardecuentasvenecianas.PodríanhaberimpresionadoalpadreCassidy.

AunqueEmilynohabíaestadonuncaenWhiteCross,reconociólacasadelcuracuandolavio.Eraunahermosaresidenciarodeadadeárboles,cercadelagrancapillablanca,conunaresplandecientecruzdoradaenlaagujaycuatroángelesdorados,unosobre cadaunade las agujasmáspequeñasde las esquinas.AEmily leparecieronpreciosos, relucientes a la luz del sol, y deseó que ellos pudieran tener algunosángelesenlasencillaiglesiablancadeBlairWater.Noentendíaporquéloscatólicostenían todos los ángeles. Pero no había tiempo para pensarlo, pues, en aquelmomento,seabriólapuertayaparecióladoncella.

—¿Está…elpadre…Cassidy?—preguntóEmily,algotemblorosa.—Sí.—¿Puedo…verlo?—Adelante—contestó la criada. Evidentemente, no había dificultad en ver al

padreCassidy,ningunaceremoniamisteriosa,comohabíaesperadoEmily,paraquelepermitieranverlo.Lahicieronpasaraunahabitación llenade librosy ladejaronallí mientras la criada iba a buscar al padre Cassidy que, según le dijo, estabatrabajandoeneljardín.Aquellosonabamuynaturalyalentador.SielpadreCassidytrabajabaeneljardín,nopodíasertanterrible.

Emilymiróasualrededorconcuriosidad.Estabaenunahabitaciónmuybonita,consillasacogedoras,cuadrosyflores.Nohabíanadaalarmanteniextrañoenella,aexcepción de un inmenso gato negro sentado sobre una de las estanterías. Era unanimal de veras enorme. Emily adoraba a los gatos y siempre se había sentidocómodaconellos.Peronuncahabíavistounocomoaquél.Consutamañoylosojosdorados,insolentes,incrustadoscomogemasvivasenlacaradeterciopelonegro,noparecíaperteneceralamismaespeciequelosgatitosbonitos,mimososyrespetables.ElseñorDarenuncatendríaenlarectoríaunanimaldeestetipo.ElmiedoalpadreCassidyvolvióaapoderarsedeEmily.

Y entonces entró el padre Cassidy con la sonrisamás encantadora delmundo.Emilyloobservóconsumiradafrancadecostumbre(osudon)ynovolvióatenermiedo.ElpadreCassidyeraunhombregrande,anchodeespaldas,ojosycabelloscastaños,yteníalacaratanbronceada,debidoasuinveteradacostumbredeandarsinsombrerobajoel solmás inclemente,que la tezeramuymorena.Emilypensóqueparecíaunagrannuezmarrónrebosantedesalud.

ElpadreCassidylamirómientrasleestrechabalamano;Emilyestabaenunodeesosmomentosenquelabellezaseapoderabadeella.Laansiedadhabíadadoasusmejillaslatonalidaddelasrosassilvestres,laluzdelsollehabíadejadoloscabellos

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negros resplandecientes y sedosos, y los ojos eran suavemente oscuros y límpidos,pero fueron las orejas lo que el padre Cassidy se inclinó a observar. Emilyexperimentóunmomentodepavorpensandosilastendríalimpias.

—Tienes las orejas puntiagudas —dijo el padre Cassidy con un susurro deentusiasmo—.¡Orejaspuntiagudas!Encuantotehevistohesabidoqueveníasdelatierrade lashadas.Siéntate,elfo,siesque loselfossesientan;siéntateydame lasúltimasnoticiasdelacortedeTitania.

Emilysesentíaahoraenterrenoconocido.ElpadreCassidyhablabasuidioma,yademás con voz suave y gutural, redondeando las vocales ligeramente, comocorrespondíaaunverdadero irlandés.Peroellasacudió lacabezaconpena.Con lacargadesupropósitoenelalma,nopodíajugarelpapeldeembajadoradelReinodelosElfos.

—SoysóloEmilyStarr,delaLunaNueva—dijo;seapresuróaañadirrespirandohondo,puesnodebíaengañar,nodebíallevarbanderasfalsas—,ysoyprotestante.

—Yunaprotestantemuybonita—dijoelpadreCassidy—.Peromedesilusionas.Estoyacostumbradoalosprotestantes,losbosquesdelosalrededoresestánllenosdeellos,perohacecienañosdelavisitadelúltimoelfo.

Emilysequedómirándolo.ElpadreCassidynopodíatenercienaños.Noparecíatenermásdecincuenta.Aunquetalvezloscurascatólicosvivieranmásqueelrestodelagente.Nosupoexactamentequéresponder,yentonces,dijo,vacilante:

—Veoquetieneungato.—Estonoesexacto—precisóelpadreCassidy,negandoconlacabeza,ygimió

—:Elgatometieneamí.Emily renunció a intentar comprender al padre Cassidy. Era agradable, pero

incomprensible.Lodejóasí.Ydebíairderechaalgrano.—Ustedesunaespeciedepastor,¿no?—preguntó, tímidamente.Nosabíasial

padreCassidylegustaríaquelollamarapastor.—Algoparecido—asintióelcuraconafabilidad—.Ytedaráscuentadequelos

pastoresyloscurasnopuedendecirpalabrasfeas.Tienenquetenergatosparaquelohagan por ellos.Nunca conocí a un gato que supiera decir palabras feas con tantadelicadezayeficaciacomoelChico.

—¿Así se llama? —preguntó Emily, mirando al gato negro con respeto. Noparecíamuysegurohablardeélensupresencia.

—Asísellamaélasímismo.Mimadrenoloquiereporquelerobalanata.Amínomemolestaquelohaga,no,loquenosoportoescómoselavalacaradespuésdecomérsela.Ah,Chico,tenemosunhadadevisita.Entusiásmateporalgo,algunavez,telosuplico,sébuenecito.

Chicosenegabaaentusiasmarse.LehizounguiñoinsolenteaEmily.—¿Tienesideadequécosasselepasanporlacabezaaungato,elfo?—preguntó

elcura.Qué preguntas tan raras hacía el padre Cassidy. Pero Emily pensó que sus

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preguntas legustaríanmássino fueraporqueestaba tanpreocupada.Depronto,elpadreCassidyseinclinóporencimadelamesaydijo:

—Ybien,¿quétepreocupa?—Soymuydesgraciada—respondióEmily,conuntonoconmovedor.—Lo mismo le sucede a muchísima gente. Todo el mundo es desgraciado en

algún momento. Pero las criaturas que tienen orejas puntiagudas no deberían serdesdichadas.Estosólodeberíasucederlesalosmortales.

—Ay,porfavor…porfavor—Emilysepreguntócómodebíadirigirseaél.¿Seofenderíasiunprotestantelollamaba«padre»?Perodebíaarriesgarse—.Porfavor,padreCassidy,tengounproblemamuygrandeyvineapedirleunfavorinmenso.

Emilylecontótodalahistoriadesdeelprincipioalfin,laviejaenemistadentrelosMurrayy losSullivan, su interrumpidaamistadconJohnelAltivo, lamanzanadulce, las desdichadas consecuencias y la amenazadevenganzade John elAltivo.Chico y el padre Cassidy la escucharon con idéntica seriedad hasta que terminó.Entonceselgatolehizounguiño,peroelpadreCassidyjuntósuslargosdedos.

—Ajá—dijo.«Eslaprimeravez—reflexionóEmily—,queoigoaalguiendecir"ajá"fuerade

unlibro».—Ajá—volvióadecirelpadreCassidy—.¿Ytúquieresqueyoimpidaeseacto

inicuo?—Si puede—contesto Emily—. Ay, sería tan maravilloso que pudiera… ¿Lo

hará?¿Lohará?ElpadreCassidyjuntólosdedosaúnconmáscuidado.—MetemoquenopuedoinvocarelpoderdelPapaparaimpediraJohnelAltivo

quedispongadesupropiedadlegal,¿sabes,elfo?Emilyno entendió la alusión alPapa, pero sí entendióque el padreCassidy se

negaba a utilizar el poder de la Iglesia sobre John el Altivo. Entonces, no habíaesperanza.Nopudoevitarquelaslágrimasdeladecepciónlebañaranlosojos.

—Ay, vamos, querida, no llores —imploró el padre Cassidy—. Los elfos nolloran,nopuedenllorar.MepartiríaelcorazóndescubrirquenopertenecesalarazadelasPersonitasVerdes.PuedesdecirqueeresdelaLunaNuevaydeclarartedelareligión que desees, pero eso no quita que pertenezcas a la Edad de Oro y a losantiguosdioses.Poresodebosalvaresebosqueverdeparati.

Emilylomiró.—Creoqueesposible—continuóelpadreCassidy—.Creoquesivoyahablar

conJohnelAltivoytengounacharlafrancaconél,puedohacerloentrarenrazón.JohnelAltivoyyosomosbuenosamigos.Esunapersonarazonablesisesabecómotratarlo,queeshalagandoadecuadamentesuvanidad.Leplantearé,nocomoelcuraaunmiembro de su parroquia, sino de hombre a hombre, que un irlandés de buenacepa no se empecina en una pelea con mujeres y que ninguna persona sensatadestruiría, por simple resentimiento, esos árboles hermosos y antiguos que han

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tardadomediosigloencreceryquenopodríanserrepuestos.ElhombrequecortaunárbolasínosiendoabsolutamentenecesariodebesercolgadotanaltocomoHamanenunahorcahechadelamaderadeesemismoárbol.

EmilypensóqueescribiríaesaúltimafrasedelpadreCassidyenelcuadernodelprimoJimmycuandollegaraacasa.

—PeronovoyadecirleesoaJohnelAltivo—terminódiciendoelpadreCassidy—.Sí,EmilydelaLunaNueva,creoquepodemosdarporhechoquetubosquenoserátalado.

Depronto,Emily se sintiómuycontenta.Por alguna razón teníaunaconfianzaabsolutaenelpadreCassidy.EstabaseguradequeélharíabailaraJohnelAltivoenlapalmadesumano.

—¡Ay,nuncaterminarédeagradecérselo!—exclamóconsinceridad.—Escierto,asíquenodesperdiciesaliento.Yahoracuéntamecosas.¿Haymás

detuespecie?¿Cuántohacequeeresquieneres?—Tengodoceaños,ynotengohermanos.Ycreoqueeshoradequemevayaa

micasa.—Nosinantescomeralgo.—Ah,gracias,yahecomido.—Hacedoshorasyluegohicisteunacaminatadetreskilómetros.Nomedigas

nada. Lamento no tener néctar ni ambrosía a mano, la comida de los elfos, y nisiquieraunplatitodeluzdeluna,peromimadrehaceelmejorpasteldeciruelasdelaIslaPríncipeEduardo.Ytenemosunavacaquenosdanata.Esperaaquíunmomento.NoletengasmiedoaChico.Avecescomeprotestantespequeños,sisontiernecitos,peronuncasemeteconlosduendes.

Cuando el padre Cassidy regresó, lo acompañaba su madre con una bandeja.Emilyesperabaaunaseñoratambiéngrandeymorena,perolamadreeradelomásdiminutaqueesposibleimaginar,yteníasedososcabellosblancos,bondadososojosazulesymejillassonrosadas.

—¿No es la madremás dulce del mundo?—preguntó el padre Cassidy—. Latengoparamirarla.Claroque(elpadreCassidybajólavozhastaunsusurro)hayalgoextrañoenella.Yohevistoaestamujerinterrumpirsecuandohacelalimpiezadelacasa,salirypasarlatardeenelbosque.Comotú,creoquetienetratoconlashadas.

LaseñoraCassidysonrió,lediounbesoaEmily,dijoqueteníaqueiraterminarsusconservasysalió.

—Ahorasiéntateaquí,elfo,séhumanadurantediezminutosycomeremoscomodosamigos.

Emilyteníahambre,unasensaciónfamiliar,agradable,quehacíaquincedíasqueno experimentaba. El pastel de ciruelas de la señora Cassidy era lo que habíaanunciadosureverendohijo,ylavacaquedabanatanoeraningúnmito.

—¿Ahora qué piensas de mí? —preguntó súbitamente el padre Cassidy alencontrarlosojosdeEmilyclavadosenél,examinándolo.

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Emily se sonrojó. Estaba preguntándose si podría pedirle otro favor al padreCassidy.

—Creoqueustedesmuybueno—dijo.—Soy muy bueno —precisó el padre Cassidy—. Soy tan bueno que haré

cualquier cosaquemepidas, porquemeparecequehayotra cosaquequieres quehaga.

—Heestadoenunapurodurantetodoelverano.Elasunto—afirmóEmily,conmuchasobriedad—esquesoypoetisa.

—¡Dios santo!Eso síquees serio.Nosé sipuedoayudarte. ¿Cuántohacequeestásafectada?

—¿Seestáburlandodemí?—preguntóEmily,seria.ElpadreCassidytragóalgoquenoerapasteldeciruelas.—¡Quélossantosnomelopermitan!Esquemeimpresionaste.Recibirlavisita

deunadamade laLunaNueva,unelfoyunapoetisa todoenuna solapersonaesdemasiado para un pobre sacerdote como yo. Sírvete otra porción de pastel ycuéntamelotodo.

—Elasuntoeselsiguiente.Estoyescribiendounaepopeya.De pronto el padre Cassidy se inclinó hacia adelante y le dio un pellizquito a

Emily.—Quería saber si eres de verdad —explicó—. Sí, sí, estás escribiendo una

epopeya,continúa.Creoquemeherecuperado.—Laempecélaprimaverapasada.AlprincipiolepusedetítuloLadamablanca,

peroselohecambiadoporLahijadelmar.¿Nolepareceuntítulomejor?—Muchomejor.—Yaheterminadotrescantos,ynopuedoavanzarporquehayalgoquenoséy

nopuedoaveriguar.Metienemuypreocupada.—¿Quées?—Mi epopeya—dijo Emily, devorando con diligencia el pastel de ciruelas—

trata de una muchacha hermosísima y de alta alcurnia que fue secuestrada a suspadresverdaderoscuandoerapequeña,ycriadaenlachozadeunleñador.

—Unodelossieteargumentoscapitalesdelmundo—murmuróelpadreCassidy.—¿Qué?—Nada.Unamalacostumbredepensarenvozalta.Continúa.—Tieneunenamoradodealtolinaje,perolafamiliadeélnoquierequesecase

conellaporquenoesmásquelahijadeunleñador…—Otrodelossieteargumentos…discúlpame.—…entonceslomandanaTierraSantaenunacruzadayllegalanoticiadeque

lomataronyentoncesEditha(ellasellamaEditha)semeteenunconvento.Emily se interrumpió para comer un bocado de pastel de ciruelas, y el padre

Cassidyreanudólahistoria.—Yahorasuenamoradoregresavivitoycoleando,aunquecubiertodecicatrices

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deheridashechasporlosinfieles,ysedescubreelsecretodelnacimientodeellaporla confesión que hace en su lecho demuerte la vieja nodriza y por unamarca denacimientoqueellatieneenelbrazo.

—¿Cómolosabía?—preguntóEmily,azorada.—Ah, lo he adivinado, soy muy bueno para adivinar cosas. Pero ¿cuál es tu

preocupación?—Nosécómosacarladelconvento—confesóEmily.Penséqueustedpodíasaber

cómopuedohacerlo.ElpadreCassidyvolvióajuntarlosdedos.—Bueno, vamos a ver. No es sencilla la tarea que te has impuesto, jovencita.

¿Cómoestán las cosas?Edithaha tomado loshábitosnopor suvocación religiosasinoporquecreequese lehapartidoelcorazón.LaIglesiaCatólicanoliberaa lasmonjasdesusvotosporqueellascreanquehancometidounerror.No,no,tenemosquetenerunarazónmejor.¿Edithaeslaúnicahijadesuspadresverdaderos?

—Sí.—Ah,entonceslasalidaesclara.Sihubieratenidohermanos,habríastenidoque

matarlos,locualescomplicado.Bueno,entonces,ellaeshijaúnicayherederadeunafamilianoblequeduranteañoshamantenidounaenemistadamuerteconotrafamilianoble,lafamiliadelenamorado.¿Túsabesloqueesunaenemistaddeesetipo?

—Porsupuesto—dijoEmily,desdeñosa—.Esoyalotengoenelpoema.—Mucho mejor. Esa enemistad ha partido al reino en dos y sólo puede

remediarsemedianteunaalianzaentrelosCapuletoylosMontesco.—Ésosnosonlosnombres.—No importa. Así pues, se trata de un asunto de interés nacional, con

consecuenciasde largoalcance,por lo tanto,puedeapelarse alSumoPontífice.Loque necesitas —prosiguió el padre Cassidy, asintiendo con gravedad—, es unadispensadeRoma.

—Dispensanoesunapalabrabonitaparaponerenunpoema—replicóEmily.—Sin duda. Pero las jovencitas que quieren escribir poemas épicos, que sitúan

susescenasentiemposycostumbresdehacecientosdeañosyqueeligenheroínasdeuna religión desconocida para ellas, tienen que estar preparadas para toparse conalgunosobstáculos.

—Ah,creoquepodréarreglármelas—dijoEmilycontenta—.Yseloagradezcomuchísimo. No sabe qué alivio es para mí. Ahora terminaré el poema en unassemanas. En todo el verano no he escrito una línea. Claro que he estado muyocupada.IlseBurnleyyyoestamoshaciendounidiomanuevo.

—Haciendoun…perdóname.¿Hasdichoidioma?—Sí.—¿Qué tiene el inglés de malo? ¿No tienes suficiente con él, criatura

incomprensible?—Ah, sí. Por eso estamoshaciendounonuevo.Enprimavera, el primo Jimmy

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trajo variosmuchachos franceses para ayudarlo a plantar patatas.Yo también teníaqueayudar,eIlseveníaaacompañarme.Yeramuydesagradableescucharaaquelloschicoshablando francésynoentenderniunapalabra.Lohacíanparamolestarnos.¡Erantrabalenguas!EntoncesIlseyyodecidimosinventarunidiomanuevoqueellosnocomprendieran.Hemosprogresadomucho,ycuandolleguelacosechadelapatatapodremoshablarentrenosotrasyellosnoentenderánniunasolapalabrade loquedigamos.¡Serámuydivertido!

—Nome cabe lamenor duda. Pero dos niñas que se tomen todo el trabajo deinventar un idiomanuevo sólo para vengarse de unos pobres críos franceses…mesuperas—dijo el padreCassidy, impotente—.SóloDios sabe lo que harás cuandocrezcas.Serásunarevolucionariaroja.TiembloporCanadá.

—Ah,peronoesun trabajo,esdivertido.Y todas lasniñasde laescuelaestánfuriosas porque nos oyen hablar y no pueden entender nada. Podemos contarnossecretosdelantedeellas.

—Siendoloqueeslanaturalezahumana,yacaigoenquéconsisteladiversión.Aver,unejemplodetuidioma.

—NatmillanostedolmanbotetaShrewsburyfernastapoolitanos—dijoEmily,muysueltadelengua—.Esosignifica:«ElveranopróximovoyairalosbosquesdeShrewsburyacogermoras».Elotrodía,enelrecreo,selogritéaIlseenelcampodejuegosy¡ah!,sequedarontodosmirándonos.

—¿Mirándoos?Meloimagino.Amímismosemesalenlosojosdelasórbitas.Aver,unpoquitomás.

—Mo tral limorituri seb ad limo trene.Mo bertral sebmo bertrene das stenmuertosetingsetra.Esoquieredecir:«Mipadreestámuertoymimadre también.Mis abuelos hace mucho que están muertos». Todavía no hemos inventado unapalabrapara«muerto».Creoqueprontopodréescribirmispoemasenmi idiomayentonceslatíaElizabethnopodráleerlossilosencuentra.

—¿Hasescritootrospoemasademásdetuépica?—Ah,sí,aunquesoncortos,perotengodocenas.—Ajá.¿Tendríaslagentilezadedeleitarmeconalgunodeellos?Emilysesintiómuyhalagada.YnolemolestabaqueelpadreCassidyoyerasu

queridaobra.—Le recitaré mi último poema —dijo, aclarándose la garganta con aire de

importancia—.SellamaSueñosdelanoche.El padre Cassidy escuchó con atención. Después del primer verso hubo un

cambioensucarazabronceadaycomenzóajuntarlosdedos.Cuandoterminó,Emilybajólaspestañasyesperó,temblando.¿YsielpadreCassidydecíaqueeramalo?No,no podía ser tan descortés. No obstante, si se burlaba como había hecho con laepopeya,ellasabríaloqueesoqueríadecir.

ElpadreCassidynohablódeinmediato.ElprolongadosuspensofueterribleparaEmily.Teníamiedodequenopudieraelogiarloynoquisieraherirsussentimientos

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hablandomaldeél.DeprontoSueñosdelanocheleparecióhorrorosoysepreguntócómopodíahabersidotantontacomopararecitárseloalpadreCassidy.

Claroqueerahorroroso.ElpadreCassidylosabía.Perodetodasmaneras,paraunaniñatanpequeña…larimayelritmoeranimpecables,yhabíaunverso,sólounverso,«laluzdeestrellasdébilmentedoradas»,yporesesoloversoelpadreCassidydeprontodijo:

—Sigue,sigueescribiendopoesía.—¿Esoquéquieredecir?—preguntóEmily,sinaliento.—Quieredecirqueconeltiempoconseguiráshaceralgo.Algo,noséqué,pero

sigue,sigue.Emilyestabatancontentaqueteníaganasdellorar.Eranlasprimeraspalabrasde

aliento que recibía de alguien, sin contar a su padre, y un padre puede tener unaopinión demasiado parcial. Esto era diferente. Hasta el final de su lucha por serreconocida,Emilyjamásolvidóel«sigue»delpadreCassidyyel tonoenelquelodijo.

—LatíaElizabethmereprendeporescribirpoesía—dijo,pensativa—.OpinaquelagentevaapensarquesoytansimplecomoelprimoJimmy.

—Elcaminode lagenialidadnuncaes fácil.Pero, comeotropedazodepastel,comeparademostrarmequehayalgohumanoenti.

—Ve, merry ti. O del re dolman cosey aman ri sen ritter. Eso significa «no,gracias.Tengoqueirmeacasaantesdequeoscurezca».

—Tellevaréatucasa.—Ay, no, no. Es muy amable —ahora el inglés le bastaba a Emily—, pero

prefierocaminar.Es…esunbuenejercicio.—Eso quiere decir —dijo el padre Cassidy con un brillo en los ojos— que

debemoscuidarnosdelaancianaseñora.Adiós,¡yquesiempreveasunrostrofelizentuespejo!

Emilyestabademasiadocontentaparasentircansancioenelcaminoderegreso.Parecíanotar burbujasde alegría en el corazón, burbujas relucientesyprismáticas.Cuando llegó a la cima de la gran colina y miró hacia la Luna Nueva, sus ojosestabansatisfechosyllenosdeamor.Quéhermosaeralacasa,envueltaenlaslucesde los viejos árboles. Las puntas de los abetos más altos recortaban sus siluetaspúrpuracontraelrosadoyelámbardelcielonoroccidental.Atrás,BlairWatersoñabaenplateado.LaSeñoraVientohabíaplegadosusneblinosasalasdemurciélagoenunvalledecrepúsculo,yelsilenciocubríaalmundocomounabendición.Emilyestabaseguradequetodosaldríabien.ElpadreCassidyloarreglaríadealgunamanera.

Ylehabíadichoque«siguiera».

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CAPÍTULODIECINUEVE

Amigosotravez

Ellunesporlamañana,Emilyescuchóconmiedo,pero«nielruidodelhachaodelmartillopoderososonaron»enelbosquedeJohnelAltivo.Aquellatarde,deregresoacasadespuésde laescuela,elmismoJohnelAltivo laalcanzóensucarroy,porprimeravezdesdelanochedelamanzana,sedetuvoyledirigiólapalabra.

—¿Mepermitequelalleve,señoritaEmilydelaLunaNueva?—dijo,afable.Emily subió, sintiéndose algo tonta.Pero John elAltivoparecíamuyamistoso,

mientraslehablabaasucaballo.—AsíquelerobasteporcompletoelcorazónalpadreCassidy—dijo—.«Laniña

másencantadoraquehevistoenmivida»,medijo.Bienpodríasdejar tranquilosalospobrescuras.

EmilymiróaJohnelAltivoporelrabillodelojo.Noparecíaenfadado.—Yamímepusisteenunbuenaprieto—continuó—.Soy tanorgullosocomo

cualquierMurraydelaLunaNuevaytutíaElizabethmedijomuchascosasquesememetieronenlasangre.Tengovariasdeudasviejasquesaldarconella.Demaneraquedecidísaldarlastalandoelbosque.Perotuvistequeirtúyhablarconmicurayahora seguro que no me atreveré a cortar una ramita para encender la estufa eninviernosinpedirlepermisoalPapa.

—Ay,señorSullivan,¿novaacortarelbosque?—Tododependedeusted,señoritaEmilydelaLunaNueva.NoleexijaaJohnel

Altivoqueseademasiadohumilde.Nomepusieroneseapodopormidocilidad.—¿Quéquierequehaga?—Bien,primeroesqueolvidemosporcompletoelasuntodelamanzana.Yque,

para demostrármelo, de vez en cuando vengas a charlar conmigo, como el veranopasado.Caramba,queosechodemenos,atiyaesachifladadeIlse,quetampocohavueltoporqueestáconvencidadequetetratémal.

—Claroqueiré—dijoEmily,dubitativa—,silatíaElizabethmelopermite.—Dile que si no te lo permite cortaré hasta la última rama del bosque. Eso la

convencerá. Y hay una cosa más. Tienes que pedirme formalmente y con muchaamabilidadquetehagaelfavordenocortarelbosque.Silohacesbiennotocaréniunárbol.Perosino,losecharétodosabajo,digaloquedigaelcura—concluyóJohnelAltivo.

Emilyconvocóensuayudatodossusencantos.Juntólasmanos,miróatravésdelaspestañasaJohnelAltivoysonriótanlentayseductoramentecomosabía,yEmilyteníaunaconsiderablesabiduríainstintivaalrespecto.

—Porfavor,señorJohnelAltivo—dijo—,¿querríadejarmeesequeridobosque

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quequierotanto?JohnelAltivosequitóelsombrerodefieltroviejoyarrugado.—Porsupuesto.Unirlandésquesepreciedetalsiemprehaceloquelepideuna

dama.Claroqueesoesloquenosarruinalavida.Estamosamerceddelasfaldas.Sihubierasvenidoantesadecírmelo,nohabrías tenidoque ircaminandohastaWhiteCross. Pero cuidado, que tienes que cumplir con tu parte del trato.Las rojas estánmadurasyalascarasucianolesfaltamucho,ytodaslasratassehanidoalcielo.

EmilyentróenlacocinadelaLunaNuevavolandocomounremolino.—TíaElizabeth,JohnelAltivonovaacortarelbosque,mehadichoquenolova

acortar,perotengoqueiraverlodevezencuando,sitúnoteopones.—Supongo que a ti te daría lo mismo que me opusiera o no —dijo la tía

Elizabeth,perosuvoznosonabatancortantecomodecostumbre.Noibaaadmitircuánto la aliviaba la noticia de Emily, aunque su actitud se suavizó de maneraconsiderable—.Hayunacartaparati.Quierosaberloquedice.

Emily cogió la carta. Era la primera vez que recibía una carta de verdad porcorreoyseestremeciódeentusiasmo.Estabadirigida,engruesasletrasnegras,ala«SeñoritaEmilyStarr,laLunaNueva,BlairWater».Pero…

—¡Lahasabierto!—exclamó,indignada.—Claroquesí.Ustednovaarecibirningunacartaqueyonovea,señorita.Lo

que quiero saber es por qué te escribe el padreCassidy, y por qué te escribe esastonterías.

—Elsábadofuiaverlo—confesóEmily,dándosecuentadequenopodíaguardarelsecreto—.YlepedíqueintercedieraparaqueJohnelAltivonotalaraelbosque.

—¡Emily…Byrd…Starr!—Yo le dije que era protestante —exclamó Emily—. Él lo sabe. Y es como

cualquierotrapersona.AmímegustamásqueelseñorDare.La tíaElizabeth no dijomuchomás.No parecía que hubieramucho que decir.

Además, no iban a talar el bosque. Al mensajero de buenas noticias se le sueleperdonar casi todo. Se conformó con mirar severamente a Emily, que estabademasiadocontentayentusiasmadaparamolestarsepormiradamásomiradamenos.Sellevólacartaalaventanadelabuhardillaysedeleitóconlaestampillayelsello,antesdesacarelcontenido.

Querida Perla de las Emilys—escribía el padre Cassidy—. He visto anuestroaltivoamigoyestoysegurodequetumoradaverdeenelpaísdelashadasquedaráasalvopara tus sueños iluminadosa la luzde la luna.Yoséquetúdanzasbajolaluzlunar,cuandolosmortalesroncan.Creoquetendrásque cumplir la formalidad de pedirle al señor Sullivan que perdone a esosárboles, pero descubrirás a una personamuy razonable. Todo está en sabercómoy cuándo. ¿Cómovan la epopeyay el idioma?Espero queno tengasproblemasen liberar a laHijadelmarde susvotos.Sigue siendoamigade

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todosloselfosbuenosydetuamigoqueteadmira

JamesCassidy.

P.D.Chico temandasus respetos.¿Cómosedice«gato»en tu idioma?Aunqueserádifícilencontraralgomásgatunoquegato,¿no?

JohnelAltivocontóportodasparteslahistoriadelapeticióndeEmilyalpadreCassidy,disfrutándolocomounabuenabromaasusexpensas.RhodaStuartdijoqueella siemprehabía sabidoqueEmilyStarr eramuyatreviday la señoritaBrownelldijoquenadadeloquehicieraEmilyStarrpodíasorprenderla;eldoctorBurnleylallamó «diablillo» con más admiración que nunca, Perry afirmó que tenía valor yTeddyrecibiósupartedelpastelporhaberlosugerido,ylatíaElizabethlosoportóylatíaLaurapensóquepodríahabersidopeor.PeroelprimoJimmylahizosentirmuyfeliz.

—Eljardínsehabríaestropeadoyamísemehabríapartidoelcorazón,Emily—ledijo—.Estuvistemaravillosa.

Unmesdespués,undíaquelatíaElizabethhabíallevadoaEmilyaShrewsburyacomprarleunabrigodeinvierno,seencontraronconelpadreCassidyenunatienda.La tía Elizabeth le hizo una inclinación de cabeza con gran señorío, pero Emilytendiósumanitadelgada.

—¿QuépasóconladispensadeRoma?—susurróelpadreCassidy.UnaEmilysehorrorizódemiedoantelaideadequelatíaElizabethescucharay

pensara que ella estaba en tratos ocultos con el Papa, lo cual estaba vedado paracualquierpresbiterianomedioMurraydelaLunaNueva.LaotraEmilyseestremeciódeplacerconelencantodramáticode tenerunentendimientosecretodemisterioeintriga.Asintióconseriedadysusojoshablaronconelocuencia.

—Laobtuvesinproblemas—susurró,asuvez.—Bien—dijoelpadreCassidy—.Tedeseobuenasuerte,y te ladeseode todo

corazón.Adiós.—A Dios os encomiendo —respondió Emily, considerando este saludo más

apropiado con los oscuros secretos que «adiós».Todo el camino de regreso a casasaboreóaquellaentrevistarobadaamedias,sintiéndosecomosiellamismaestuvieraviviendounaepopeya.NovolvióaveralpadreCassidyenaños,puesalpocotiempolocambiaronaotraparroquia,perosiemprepensóenélcomoenunapersonamuyagradableymuycomprensiva.

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CAPÍTULOVEINTE

Porcorreoaéreo

Queridísimopadre:

Estanochemeduelemuchoelcorazón.EstamañanasehamuertoMike.ElprimoJimmydiceque tienenquehaberloenvenenado.Ay,papáquerido,quémalmesiento.Eraungatitotanbonito…Helloradomuchísimo.LatíaElizabethsehaenfadado.Mehadicho«noarmaste tantobarullocuandosemurió tu padre». Qué crueles palabras. La tía Laura fue más buena, perocuandomedijo:«Nollores,querida.Teconseguiréotrogatito»,medicuentadeque ella tampocome entendía.Yonoquierootrogatito.Aunque tuvieramillonesdegatitos,nomecompensaríanporlafaltadeMike.

Ilseyyo lohemosenterradoenelbosquedeJohnelAltivo.Agradezcoquelatierranosehallacongeladotodavía.LatíaLauramehadadounacajadezapatosparausardeataúd,yunpocodepapeltisúrosadoparaenvolverelcuerpecito. Y hemos puesto una piedra sobre la tumba y yo he dicho«benditoslosmuertosquemuerenenelSeñor».Cuandoselohecontado,latíaLaurasehahorrorizadoymehadicho:«Ay,Emily,esoestámuymal.Notendríasquehaberdichoesoporungato».YelprimoJimmyhadicho:«¿Noteparece,Laura,queunanimalitoinocentetambiénespartedeDios?EmilyloamabayelamorespartedeDios».YlatíaLaurahadicho:«Talveztengasrazón,Jimmy.PeromealegrodequeElizabethnolosepa».

AlprimoJimmypuedefallarlealgo,peroloquenolefallaesmuybueno.Pero, papá, esta noche me siento muy sola sin Mike. Anoche estaba

jugandoconmigo,taninteligente,tanbonito,ytanesmitoyahoraestáfríoymuertoenelbosquedeJohnelAltivo.

18dediciembre.

Queridopapá:

Estoyaquíenlabuhardilla.LaSeñoraVientoestámuytristeporalgoestanoche.Suspira con tanta tristeza alrededor de la ventana…Sin embargo, laprimeravezquelaheoídomevino«eldestello»,hesentidocomosiestuvieraviendoalgoquesucedióhacemuchísimotiempo,algotanhermosoquehastadolía.

ElprimoJimmydicequeestanochevaahaberunatormentadenieve.Me

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alegro. Me gusta oír las tormentas de nieve de noche. Es muy agradablearreyanarse entre las mantas y saber que no te pueden alcanzar. Aunquecuando me arreyano la tía Elizabeth dice que me muevo. Qué cosa quealguiennosepaladiferenciaentrearreyanarseymoverse.

MealegroporquetendremosnieveparaNavidad.EsteañolacenadelosMurrayesenlaLunaNueva.Nostocaanosotros.Elañopasadofueencasadel tíoOliver,peroelprimoJimmyteníagripeynopudo ir,asíqueyomequedé en casa con él. Este año voy a estar en toda la fiesta y me pareceemocionante.Despuéstelocontarétodo,papaíto.

Quierocontartealgo,papá.Medavergüenza,peromesentirémejorsitelocuento.ElsábadopasadoEllaLeediounafiestaporsucumpleañosyyoestaba invitada. La tía Elizabeth me dejó ponerme mi nuevo vestido decachemira azul. Es un vestido precioso, La tía Elizabeth quería comprarmeunocastañooscuroperolatíaLaurainsistióenquefueraazul.Memiréenelespejo y me acordé de que Ilse me había dicho que su padre le habíacomentadoqueyoseríaguapasituvieramáscolor.Asíquemepellizquélasmejillasparaquesemepusieranrojas.Estabamuchomásguapaperonodurómucho.Asíquecogíunaviejaflordeterciopelorojoquehabíapertenecidoaunsombrerode la tíaLaura, lamojéyme lapasépor lasmejillas.Fuia lafiesta y todas las niñasmemiraban; nadie dijo nada pero Rhoda Stuart noparabadereírse.Yoqueríalavarmelacaraencuantollegaraacasa,antesdeque me viera la tía Elizabeth. Pero a ella se le ocurrió pasar a buscarmecuandoregresabadelatienda.Nodijonada,perocuandollegamosacasamedijo:«Emily,¿qué tehashechoen lacara?».Se lodijeyesperéunabuenabroncaperotodoloquedijofue:«¿Nosabesqueesoesmuyvulgar?».Yolosabía. Lo había sabido siempre aunque no podía encontrar la palabraadecuada.«Noloharénuncamás,tíaElizabeth»,ledije.«Serámejorquenolohagas—dijoella—.Vealavartelacaraenseguida».Melavéynoquedénilamitaddeguapaperomesentímuchomejor.Loextraño,queridopapá,esquedespuésoíalatíaElizabethriéndoseenladespensaconlatíaLaura.Esimposiblesaberquépuedehacerreíra la tíaElizabeth.Estoyseguradequefuemuchomásgraciosoloquepasóelmiércolespasadoporlanoche.SaucySalme siguió a la reunión de oración, aunque a la tíaElizabeth no le hizoningunagracia.YonovoysiempreaestasreunionesperoaquellanochelatíaLauranopodíairylatíaElizabethmellevóporquenolegustairsola.Yonosabía que Sal nos seguía hasta que la vi entrar en la iglesia. La eché, perosupongoqueseescabullócuandoalguienabriólapuerta,ysubióalagalería.Y justo cuando el señor Dare empezó a orar, Sal se puso a maullar. Eraespantoso en aquella inmensa galería vacía. Me sentí muy culpable ydesdichada.Notuvenecesidaddepintarmelacara.Mepuseroja.Ya la tíalosojoslerelampagueabandeira.ElseñorDarerezóunlargorato.Essordo,

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asíquenooíaaSal, igualqueaquellavezcuandose le sentóencima.Perotodoelmundolaoíayloshombressereían.Despuésdelaoración,elseñorMorris subió a la galería y se puso a perseguir a Sal. La oíamos saltar porencimade losasientosconel señorMorrisdetrás.Amímedabapánicodequelehicieradaño.Pensabacastigarlaaldíasiguienteperonoqueríaqueélledieraunapatada.AlcabodeunratoconsiguiósacarladelagaleríayellabajólasescalerasycorrióporunoyotropasillodelaiglesiaatodavelocidadconelseñorMorrissiguiéndolaconunaescoba.Ahoramehacemuchísimagraciapero en aquel momento no me pareció tan gracioso porque estabaavergonzadayademásteníamiedodequelastimaraaSal.

Por fin el señorMorris la sacó.Cuando se sentó lehiceunamuecapordetrásdemi librodehimnos.Enelcaminoacasa, la tíaElizabethmedijo:«Supongoqueporestanocheyanoshasavergonzadobastante,EmilyStarr.No volveré a llevarte a las reuniones de oración». Yo lamento haberavergonzadoa losMurrayperonoentiendoquéculpa tuveyo.Además, lasreunionesdeoraciónnomegustanporquesonaburridas.

Peroaquellanochenofuenadaaburrida,queridopapá.¿Has visto que hemejorado la ortografía? Seme ocurrió un buen plan.

Primero escribo la carta y después busco todas las palabras de las que noestoyseguraylascorrijo.Aveces,sinembargo,meparecequeunapalabraescorrectaynoloes.

Ilseyyohemosabandonadonuestroidiomanuevo.Nospeleamosporlosverbos. Ilse no quería tiempos para los verbos. Sólo quería una palabracompletamentediferenteparacada tiempo.Yo ledijequesivoyahacerunidioma lo voy a hacer bien y ella dijo que la gramática ya era unacomplicación en inglés y que, si quería, que siguiera sola con mi benditoidioma.Perosolanotienegracia,asíquelohedejado.Mediopenaporqueerainteresanteyademásmuydivertidointrigaralasotrasniñasdelaescuela.Nopudimosvengarnosdelosmuchachosfranceses,despuésdetodo,porqueaIlseledoliólagargantadurantetodalatemporadadelacosechadelapatataynopudovenir.Meparecequelavidaestállenadedesilusiones.

Estasemanahemos tenidoexámenesen laescuela.Mefuemuybienentodo menos en aritmética. La señorita Brownell explicó algo sobre laspreguntasperoyoestabaocupadaescribiendounahistoriamentalmenteynola oí, así que saqué mala nota. La historia se llama El secreto de MadgeMacPherson. Voy a comprar cuatro resmas de hojas con el dinero de mishuevosylascoseréenformadecuadernoparaescribirenélmihistoria.Coneldinerode loshuevospuedohacer loqueyoquiera.Creoquecuandoseamayorescribirénovelasademásdepoesía.Pero la tíaElizabethnomedejaleer novelas así que, ¿cómo voy a poder escribirlas? Otra cosa que mepreocupa:sicrezcoyescribounpoemamaravilloso,puedeserquelagenteno

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sedécuentadelomaravillosoquees.El primo Jimmydice que un hombre dePriest Ponddice que el fin del

mundovendrápronto.Esperoquenohastaqueyohayavistotodoloquehayaquever.

ElpobreElderMcKaytienepaperas.La otra noche me quedé a dormir en casa de Ilse porque no estaba su

padre.Ilseahorarezasusoracionesymedijoqueapostabacualquiercosaaquepuederezarmásratoqueyo.Ledijequenopodíayrecésobretodaslascosas que se me ocurrieron y cuando ya no se me ocurría nada pensé enempezar otra vez desde el principio. Pero entonces pensé: «No, eso no essinzero.UnaStarrtienequesersinzera».Asíquemelevantéyledije:«Hasganado»peroIlsenomecontestó.Fuiporelotroladodelacamayahíestaba,dormidaderodillas.Cuandoladespertémedijoqueteníamosquecancelarlaapuesta porque si no se hubiera quedado dormida ella habría podido seguirrezandotodalavida.

Despuésdemeternosenlacamalecontémuchascosasdelasquedespuésmearrepentí.Secretos.

ElotrodíaenlaclasedehistorialaseñoritaBrownellleyóqueSirWalterRaleightuvoqueyacerenlaTorredurantecatorceaños.Perrydijo:«¿Nuncalo dejaban levantarse?». Entonces la señorita Brownell lo castigó porimpertinencia,peroPerryhabíapreguntadoenserio.IlseseenfurecióconlaseñoritaBrownellporpegarleaPerryyconPerryporhacerunapreguntatantonta,comosinosupieranada.PeroPerrydicequevaaescribirunlibrodehistoriaalgúndíasincosastanraras.

EstoyterminandolaCasaDesilusionadamentalmente.Estoyamueblandolas habitaciones con flores. Tengo un cuarto de las rosas todo rosado y uncuarto lirio todo blanco y plateado y un cuarto pensamiento azul y dorado.Ojalá la Casa Desilusionada pudiera celebrar la Navidad. Nunca tieneNavidades.

Ay,papá,acabadeocurrírsemealgomuybonito.Cuandocrezcayescribaunagrannovelayganemuchodinero,compraré laCasaDesilusionaday laterminaré.Asíyanoestarádesilusionada.

LamaestradelaEscuelaDominicaldeIlse,laseñoritaWilleson,leregalóunaBiblia por aprenderse doscientos versos. Pero cuando ella la llevó a sucasaelpadrelapusoenelsueloydeunapatadalamandóalpatio.LaseñoraSimmsdicequeelcastigocaerásobreél,perotodavíanohapasadonada.Elpobrehombreestádesorientado.Poresohizounacosatanmalvada.

LatíaLauramellevóalfuneraldelaancianaseñoraMasonelmiércolespasado.Mímegustanlosfunerales.Sontandramáticos.

La semana pasada se murió mi cerdo. Fue una gran pérdida finanzierapara mí. La tía Elizabeth dice que el primo Jimmy le daba demasiado de

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comer. Supongo que no tendría que haberle puesto el nombre de John elAltivo.

Ahora tenemos que dibujar mapas en la escuela. Rhoda Stuart siempresacalasmejoresnotas.LaseñoritaBrownellnosabequeRhodaponeelmapacontra el vidriodeunaventana, el papel encimay lo calca.Amímegustadibujarmapas.NoruegaySueciaparecenun tigreconmontañasde rayasyIrlandapareceunperritodeespaldasa Inglaterracon laspatitas enrrolladascontra el pecho. YÁfrica parece un inmenso jamón. Australia es unmapapreciosoparadibujar.

AhoraaIlselevamuybienenlaescuela.Dicequenovaapermitirqueyolegane.Puedeaprenderenunsantiamén,dicePerry,cuandoquiere,yganólaMedalladeplatadelcondadodeQueen.LaotorgabalaUniónfemeninadetemplanzacristianadeCharlottetownalamejorrecitadora.ElconcursofueenShrewsburyy la tíaLaura llevóa IlseporqueeldoctorBurnleynoqueríayIlseloganó.LatíaLauraledijoaldoctorBurnleyundíaqueélvinoaquíquetendríaquedarleunabuenaeducaciónaIlse.Éldijo:«Novoyadesperdiciardinero educando a una hembra». Y parecía tan lóbrego como una nube detormenta.Ay,cómoquisieraqueeldoctorBurnleyquisieraaIlse.Mealegrotantodequetúmehayasquerido,papá.

22dediciembre.

Querido papá: Hoy hemos tenido examen en la escuela. Fue una granocasión. Estaba casi todo el mundo, excepto el doctor Burnley y la tíaElizabeth.Todas lasniñas sehabíanpuesto susmejoresvestidosmenosyo.YosabíaqueIlsenoteníanadaqueponersemásqueunviejovestidotableadodelañopasadoquelequedademasiadocortoy,paraquenosesintieramal,yo también me puse mi viejo vestido marrón. La tía Elizabeth no queríadejármeloponeralprincipio,porquelosMurraydelaLunaNuevatienenqueir bien vestidos, pero cuando le expliqué lo de Ilse miró a la tía Laura yentoncesdijoquesí.

Rhoda Stuart se burló de Ilse y de mí pero yo le arrojé carbonesencendidos sobre la cabeza. (Eso se llama una metáfora). Se atascó en lamitaddesurecitado.Sehabíadejadoellibroencasaynadiemássabíaaqueltexto,sóloyo.Alprincipiolamiréconexpresióndetriunfo.Perodespuésmesentí rara y pensé: «¿Cómome sentiría yo si estuviera atascada ante tantacantidaddegente,comoella?Además,estabaenjuegoelonordelaescuela».Asíque,comoestabacercadeella,selosusurré.Despuéspudoseguirconelresto.Loextraño,papáquerido, esqueyano sientoque laodio.Mesientoconganasde serbuenaconellay esmuchomejor.Es incómodoodiar a la

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gente.

28dediciembre.

Queridopapá:

SehaterminadolaNavidad.Hasidomuybonita.Nuncahevistococinartantascosasricasalmismotiempo.EltíoWallace,latíaEva,eltíoOliver,latíaAddieylatíaRuthestuvieronaquí.EltíoOlivernotrajoaningunodesushijosyparamífueunadesilusión.EldoctorBurnleyeIlsetambiénvinieron.Todosibanvestidosdegala.LatíaElizabethllevabapuestosuvestidoderasonegroconcuelloycofiadeencaje.Estabaguapayyoestabaorgullosadeella.Esagradablequelosparientesesténguaposaunquenoselosquieramucho.LatíaLaurasepusosuvestidodesedamarrónylatíaRuthunvestidogris.La tía Eva estaba muy elegante. Su vestido tiene cola. Pero tenía olor anaftalina.

Yo sólomepusemivestidode cachemira azul yme recogí el pelo concintasazules,ylatíaLauramepermitióponermeelcinturóndesedaazulconlasmargaritasrosadasdemamá,queteníacuandoerapequeñayvivíaenlaLuna Nueva. La tía Ruth carraspeó al verme. Dijo: «Has crecido mucho,Emily.Esperoqueseasunaniñamásjuiciosa».

Pero en realidad espera que no. Lo vimuy claro.Despuésme dijo queteníaunabotadesatada.

«Parece que estámejor—dijo el tíoOliver—.Nome sorprendería quedespuésdetodoseconviertaenunamuchachafuerteysana».

LatíaEvasuspiróysacudiólacabeza.El tíoWallacenodijonadaperomeestrechólamano.Tienelamanofríacomounpescado.Cuandoentramosen lasalaparacomer,pisé lacoladelvestidode la tíaEvayoíquealgunacosturasedescosíaenalgún lado.La tíaEvameempujóy la tíaRuthdijo:«Eresunaniñamuytorpe,Emily».YomepusedetrásdelatíaRuthylesaquéla lengua. El tío Oliver hace ruido al sorber la sopa. Sacamos todos loscubiertosdeplata.ElprimoJimmytrinchólospavosyamímediodostrozosdepechugaporquesabequeamímegustamáslaparteblanca.LatíaRuthdijo:«Cuandoyoeraniñameconformabaconelala»yelprimoJimmymepusootrotrozodepechugaenelplato.LatíaRuthnodijonadamáshastaqueel primo Jimmy terminó de trinchar y entonces dijo: «Vi a tu maestra elsábadopasadoenShrewsbury,Emily,ynomedioinformesmuybuenosdeti.Sifuerashijamíaexigiríauninformediferente».

«Mealegromuchodenosertuhija»,dijementalmente.Nolodijeenvozalta,porsupuestoperola tíaRuthdijo:«Porfavornopongasunaexpresión

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tan impertinente cuando te hablo, Emily». Y el tío Wallace dijo: «Es unalástimaquetengaunaexpresióntanpocoatractiva».

«Túeresengreído,dominanteytacaño—dije,siempreparamí—.SelooídeciraldoctorBurnley».

«Tieneunamanchadetintaeneldedo»,dijolatíaRuth.(Yohabíaestadoescribiendounpoemaantesdelalmuerzo).

Y entonces sucedió una cosa asombrosa. Los parientes siempre tesorprenden. La tía Elizabeth dijo: «Me encantaría, Ruth, queWallace y túdejarais tranquilaa laniña».Yonopodíacreer loqueestabaoyendo.LatíaRuthparecióalgoofendidaperodespuésmedejó tranquilaysólocarraspeócuandoelprimoJimmyvolvióaservirmepechuga.

Despuésdeesoel almuerzoestuvobien.Ycuando llegaronalpostre sepusieron todos a hablar y era precioso escucharlos. Contaron historias ybromas de losMurray.Hasta el tíoWallace rió y la tíaRuth contó algunascosasde la tíaabuelaNancy.Eranhistoriassarcásticaspero interesantes.LatíaElizabethabrióelescritoriodelabueloMurrayysacóunviejopoemaqueun enamorado escribió a la tía abuelaNancy cuando ella era joven y el tíoOliver lo leyó. La tía abuela Nancy tiene que haber sido muy hermosa.¿Algúndía alguienmeescribiráunpoemaamí?Simedejarancortarmeelflequillopodríaser.Yopregunté:«¿LatíaabuelaNancyeramuyguapa?»,yel tíoOlivermedijo:«Dicenquehacesetentaaños loera»yel tíoWallacedijo:«Seconservabien,aúnllegaráaloscienaños»yeltíoOliverdijo:«Ah,estátanacostumbradaavivirquenosevaamorirnunca».

EldoctorBurnleycontóunahistoriaquenocomprendí.EltíoWallaceserióacarcajadasyeltíoOliversellevólaservilletaalaboca.LatíaAddieylatía Eva se miraron de soslayo, luego miraron sus platos y sonrierontímidamente.La tíaRuthparecióofendersey la tíaElizabethmiróaldoctorBurnleyconfrialdadydijo:«Creoqueteolvidasdequehayniños».EldoctorBurnleydijo:«Tepidodisculpas,Elizabeth»muyamablemente.Sabehablarmuypomposamentecuandoquiere.Esmuybuenmozocuandosevistebienyseafeita.Ilsedicequeellaestáorgullosadeél,aunqueéllaodie.

Después del almuerzo se distribuyeron los regalos. Es una tradiziónMurray. No ponemos medias ni colocamos arbolitos sino que hay un granpasteldesalvadoconlosregalosenterradosdentro,concintascolgandoconlosnombresdetodos,ynoslovamospasando.Fuedivertido.Misparientesmedierontodosregalosútiles,menoslatíaLaura.Ellameregalóunfrascodeperfume.Me encanta. Me encantan los olores ricos. A la tía Elizabeth losperfumesnoleparecenbien.Ellameregalóundelantalnuevoperomealegradecirquenoesdebebé.La tíaRuthme regalóunNuevoTestamentoymedijo: «Emily, espero que leas un fragmento todos los días hasta que lotermines»yyo ledije:«Pero tíaRuth,yoyahe leídoelNuevoTestamento

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unadocenadeveces»(yescierto).MeencantaelApocalipsis.Cuandoleíelversículo«Ylasdocepuertaserandoceperlas»lasviymevino«eldestello».«NohayqueleerlaBibliacomosifueraunlibrodecuentos»,dijofríamentelatíaRuth.EltíoWallaceylatíaEvameregalaronunpardeguantesnegrosyel tíoOlivery la tíaAddieme regalaronundólarenteroenmoneditasdeplata nuevas y el primo Jimmyme regaló una cinta para el pelo. Perrymehabíadejadounseñaladordeseda.SehabíaidoasucasaapasarlaNavidadconsutíaTomenStovepipeTownperoyoleguardéunmontóndenuecesypasas.ATeddyyaéllesregalépañuelos(eldeTeddyeraalgomásbonito)yaIlseunacintaparaelpelo.Estosregalosloscompréyomismaconeldinerodemishuevos.(Duranteuntiemponotendrémásdineroporquemigallinahadejadodeponer).TodosestabancontentosyunavezeltíoWallacemesonrió.Cuandomesonriónomepareciótanfeo.

DespuésdelalmuerzoIlseyyonosfuimosajugaralacocinayelprimoJimmy nos ayudó a hacer caramelo. La cena era abundante pero como elalmuerzo había sido tan copioso, nadie pudo comermucho.A la tíaEva ledolíalacabezaylatíaRuthdijoquenoentendíaporquéElizabethhacíalassalchichastanpesadas.PerolosdemásestabandebuenhumorylatíaLauraconsiguió que la velada fueramuy agradable. Es estupenda para hacer quetodoseaagradable.YcuandotodohuboterminadoeltíoWallacedijo(otradelastradizionesMurray):«Pensemosunmomentoenaquellosquesehanido».Megustócómolodijo,solemneydulcemente.FueunodeesosmomentosenlosquemealegrodequelasangreMurraycorrapormisvenas.Yyopenséenti,papáquerido,enelpobrecitoMike,enlatata-ra-tatarabuelaMurray,enmiviejocuaderno,elque la tíaElizabethmequemó,porqueparamíeracomounapersona.YdespuéstodosnosdimoslamanoycantamosForAuldLangSyne antes de que se fueran a sus casas.Ya nome sentí como una extrañaentrelosMurray.LatíaLaurayyonosquedamosenelporcheobservándoloscuandoseiban.LatíaLauramepasóelbrazoporloshombrosymedijo:«Tumadreyyosiemprenosquedábamosaquí,Emily,hacemucho tiempo,paraver cómo se iban los invitados que habían venido a pasar laNavidad». Lanievecrujíaylascampanasrepicaronentrelosárbolesyeltejadoheladodelapocilga resplandecía a la luz de la luna. Y todo era tan hermoso (lascampanas, la helada y la gran noche blanca y reluciente) queme vino «eldestello»yesofuelomejordetodo.

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CAPÍTULOVEINTIUNO

Románticoperonocómodo

EnlaLunaNuevasucedióalgoporqueTeddyKentledijouncumplidoaIlseBurnleyundíayaEmilyStarrnolegustónada.Imperioshancaídoporlamismarazón.

TeddypatinabaenelhielodelestanquedeBlairWateryllevabaaIlseyaEmilyalternativamente«adarunavueltita».NiIlseniEmilyteníanpatines.NadieestabalobastanteinteresadoenIlsecomoparacomprarlepatinesy,encuantoaEmily,alatíaElizabethnolegustabaquelasniñaspatinaran.LatíaLaurateníalarevolucionariaidea de que patinar sería un ejercicio sano para Emily y, además, impediría quegastara las suelas de las botas al deslizarse por el hielo. Pero ninguno de estosargumentos bastó para convencer a la tía Elizabeth, a pesar del legado de espírituahorrativoqueleveníadelosBurnley.Sinembargo,esteespíritulallevóadecretarqueEmilynodebía«deslizarse».AEmilylesentómuymal.Andabacabizbajayleescribió a su padre: «Odio a la tía Elizabeth. Es tan injusta.Nunca juega limpio».PeroundíaeldoctorBurnleyasomólacabezaporlacocinadelaLunaNuevaydijo,conrudeza:

—¿Quéesesoqueheoídodequenodejas«deslizarse»aEmily,Elizabeth?—Destrozalassuelasdelasbotas—replicólaElizabeth.—A lam…miércoles con las botas—dijo el doctor, recordando a tiempoque

estabaenpresenciadedamas—.Dejaqueesacriaturasedeslicetodoloquequiera.Tendríaqueestaral aire libre siempre.Tendría…—eldoctormiróaElizabethconaireferoz—,tendríaquedormirfuera.

Elizabeth tembló de miedo ante la idea de que el médico persistiera en aquelinsólitoprocedimiento.Sabíaqueteníaideasabsurdassobreeltratamientoapropiadoparalostuberculososyparaaquellosquepodíancontraerlaenfermedad.Sealegródecalmarlo permitiendo que Emily estuviera fuera durante el día e hiciera lo que lepareciera,contaldequenodijeranadasobrequesequedarafueratambiéndurantelanoche.

—SepreocupamuchomásporEmilyqueporsupropiahija—ledijoaLauracondisgusto.

—Ilseesunaniñamuysana—opinólatíaLauraconunasonrisa—.Sifueraunaniñadelicada,Allanpodríaperdonarlapor…porserlahijadesumadre.

—Chitón—espetóla tíaElizabeth.Perohabíachistadodemasiadotarde.Emily,queentrabaenlacocina,habíaoídoalatíaLaurayestuvotodoeldíaenlaescuelaintrigadaporloquehabíaoído.¿PorquéteníanqueperdonaraIlseporserlahijadesumadre?Todas las personas eran hijas de susmadres, ¿no? ¿En qué consistía eldelito?Emilypensótantoenestetema,quenopudoprestaratenciónalaclaseyla

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señoritaBrownelllabombardeótodoeltiempoconsusarcasmo.EralahoradevolveraBlairWater,dondeTeddytraíaaEmilydeungiroglorioso

porelinmensocírculodehielo.Ilseesperabasuturnoenlaorilla.Lanubedoradadesus cabellos formaba una aureola alrededor del rostro y caía en una ondaresplandeciente sobre la frente por debajo de la boina roja descolorida que llevabapuesta. El beso cortante del viento le había ruborizado las mejillas y los ojos lerelucíancomoestanquesdeámbarconfuegoenelcorazón.LapercepciónartísticadeTeddyviosubellezayseregodeóenella.

—EshermosaIlse,¿verdad?—dijo.Emily no era celosa.Nunca le había dolido oír elogiar a Ilse. Pero, por alguna

razón, el comentario no le gustó. Teddymiraba a Ilse con demasiada admiración.Todo,creíaEmily,porelresplandorquerodeabalafrenteblancadeIlse.

«SiyotuvieraflequillotalvezTeddymeencontraríahermosa,también—pensó,con resentimiento—. Claro que los cabellos negros no son tan bonitos como losdorados.Peromifrenteesdemasiadoalta,lodicetodoelmundo.YeneldibujodeTeddyestabaguapaporquemedibujóunosrizosquemetapabanlafrente».

El temafuecogiendofuerza.Emilypensabaenélal regresaracasacaminandosobre el brillo de la tierra cubierta de nieve que recibía la luz del atardecer deinvierno; no pudo ni cenar porque no tenía flequillo. Su deseo de llevar flequillo,tanto tiempodisimulado, pareció volver por sus fueros. Sabía que no tenía sentidodecírseloalatíaElizabeth.Pero,cuandoaquellanochesepreparabaparaacostarse,se subió a una silla para poder ver a la pequeñaEmily, del espejo, levantó la colarizadadesu larga trenzayse lapusosobre la frente.Elefecto,almenosaojosdeEmily,eramuyatractivo.Deprontopensó:¿ysisecortabaellamismaelflequillo?Notardaríamásdeunminuto.Y,unavezhecho,¿quépodríahacerlatíaElizabeth?Se enfadaría mucho y sin duda la castigaría de alguna manera. Pero el flequilloestaríaallí,almenoshastaquevolvieraacrecer.

Conloslabiosapretados,Emilyfueabuscarlastijeras.Sedeshizolatrenzaysepeinólosrizossobrelafrente.Ylastijerasentraronenacción.Unosrizosrelucientescayeronasuspies.Enunminuto,Emilytuvoeldeseadoflequillo.Lecaíajustosobrela frente, conuna suave curva, cambiándole por completo el carácter a la cara.Lahacíatraviesa,provocativa,interesante.Porunafraccióndesegundo,Emilymirósuimagenconairedetriunfo.

Pero,entonces,elterrormásespantososeapoderódeella.Ay,¿quéhabíahecho?¡CómoseenfadaríalatíaElizabeth!Laconcienciadespertó,depronto,yagregósucuotadetormento.Sehabíaportadomuymal.Estabamuymalcortarseelflequillo,sabiendoquelatíaElizabethselohabíaprohibido.LatíaElizabethlehabíadadounhogarenlaLunaNueva;aquelmismodía,enlaescuela,¿nosehabíavueltoaburlarRhodaStuartdiciendoque«vivíadecaridad»?Yellalepagabaconladesobedienciay la ingratitud.UnaStarrno tendríaquehaberhechoeso.Enmediodelpánicodemiedoylosremordimientos,Emilycogiólas tijerasycortóelflequillodel todo, lo

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cortóenelnacimientodelpelo.¡Peorypeor!Emilycontemplóelresultadodesolada.Cualquierapodíadarsecuentadequesehabíaqueridodejarelflequillo,demodoqueaún debía enfrentarse a la ira de la tía Elizabeth. Y había quedado hecha unmamarracho.Emilyestallóenllanto,recogiólosrizoscaídos,losmetióenlacanastadelabasura,apagólavelaysemetióenlacama,justoenelmomentoenquelatíaElizabethentraba.

Emilyhundiólacaraenlaalmohadayfingióestardormida.Teníamiedodequela tía Elizabeth le preguntara algo e insistiera en que la mirara a la cara alresponderle. Ésa era una tradición Murray: mirar a la gente a la cara cuando lehablaban. Pero la tía Elizabeth se desvistió en silencio y se acostó. La habitaciónestabaaoscuras,unaoscuridadespesa.Emilysuspiróysedio lavuelta.Habíaunabolsa caliente en la cama, lo sabía, y ella tenía los pies fríos. Pero no se creíamerecedoradetalprivilegio.Eraunaniñamuymala,muydesagradecida.

—¡Dejademoverte!—soltólatíaElizabeth.Emilynosemoviómás,almenosfísicamente.Peromentalmentesiguióagitada.

Nopodíadormir.Lospiesolaconciencia(oambos)lamanteníanenvela.Yelmiedotambién.Temíalallegadadelamañana.LatíaElizabethveríaloquehabíasucedido.Siyahubierapasado, si la sorpresahubierapasado…Emily seolvidódequedarsequietaysemovió.

—¿Por qué estás tan inquieta esta noche? —preguntó la tía Elizabeth, muyirritada—.¿Teestásenfriando?

—No,señora.—Entoncesduérmete.Nosoportoqueteretuerzasasí.Escomotenerunaanguila

enlacama.¡Ayy!La tía Elizabeth, al moverse ella misma, había apoyado los pies en los pies

congeladosdeEmily.—Diossanto,niña,tieneslospieshelados.Toma,ponlossobrelabolsa.La tía Elizabeth empujó la bolsa hacia los pies de Emily. ¡Qué agradable, qué

reconfortanteera!Emilyacomodólosdedoscontralabolsa,comoungato.Pero,depronto,sedio

cuentadequenopodíaesperarhastamañana.—TíaElizabeth,tengoqueconfesarteunacosa.LatíaElizabethestabacansadayconsueñoynoteníaganasdeconfesionesen

aquelprecisomomento.Connomuchagentileza,dijo:—¿Quéhashecho?—Me…mehecortadounflequillo,tíaElizabeth.—¿Unflequillo?LatíaElizabethsesentóenlacama.—Perome lo he vuelto a cortar—exclamóEmily, de prisa—.Del todo, en el

nacimientodelpelo.LatíaElizabethsebajódelacama,encendióunavelaymiróaEmily.

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—Bueno, carambahas quedadopreciosa—dijo, severa—.Nunca había visto aunaniñatanfeacomolaqueestoyviendoenestemomento.Ademáshasactuadoaescondidas.

Enestaocasión,EmilysesintióobligadaaestardeacuerdoconlatíaElizabeth.—Losiento—dijo,levantandolosojosplañideros.—Duranteunasemanacenarásenladespensa—ordenólatíaElizabeth—.Yla

semana próxima, cuando vaya a casa del tío Oliver, no vendrás conmigo. Habíaprometidollevarte.Peronovoyairporahíconalguiencontuaspecto.

Aquello era duro. Emily había estado esperando la visita a casa del tíoOliver.Pero,entérminosgenerales,sesintióaliviada.Lopeorhabíapasadoyseleestabancalentando los pies. Sin embargo, quedaba otra cosa. Ya que estaba, bien podíaquitarsetodoloquelepesabaenelcorazón.

—Creoquedebodecirteotracosa.LatíaElizabethvolvióameterseenlacamaconungruñido.Emilylotomócomo

unpermisoparacontinuar.—TíaElizabeth,¿recuerdasaquel libroqueencontréen labibliotecadeldoctor

Burnley,quetrajeacasaytepreguntésipodíaleer?SellamabaLahistoriadeHenryEsmond.Lomirasteymedijistequenoteníaslamenorobjecióndequeleyeralibrosdehistoria.Entoncesloleí.Peronoeradehistoria,tíaElizabeth,eraunanovela.Yyolosabíacuandolotrajeacasa.

—Sabesbienque te heprohibido leer novelas,EmilyStarr. Son libros dañinosquehanarruinadomuchasalmas.

—Era muy aburrido—alegó Emily, como si lo aburrido y lo malvado fueranabsolutamenteincompatibles—.Ymehizosentirmal.Todosestabanenamoradosdequiennodebían.Yoyahetomadounadecisión,tíaElizabeth:nuncameenamoraré.Esdemasiadocomplicado.

—Nohablesdecosasquenopuedesentenderyquenosonapropiadasparaquelos niños piensen en ellas. Ése es el resultado de leer novelas. Le diré al doctorBurnleyquecierresubibliotecaconllave.

—Ay,nohagaseso,tíaElizabeth—exclamóEmily—.Nohaymásnovelas.Peroestoyleyendounlibromuyinteresanteensucasa.Habladetodoloqueunotienepordentro.Lleguéhastaelhígadoysusenfermedades.Losdibujossonmuyinteresantes.Porfavor,déjameterminarlo.

Aquello era peor que las novelas. La tía Elizabeth se quedó verdaderamentehorrorizada.Noestababienleersobrelascosasquesetienendentro.

—¿Notienesvergüenza,EmilyStarr?Sitúnotienes,yotengovergüenzaporlasdos.Lasniñaspequeñasnoleenesetipodelibros.

—Pero, tía Elizabeth, ¿por qué no? Yo tengo hígado, ¿no?, y corazón, ypulmones,yestómagoy…

—Essuficiente,Emily.Niunapalabramás.Emilysedurmióapenada.OjalánohubieradichonadadeEsmond.Sabíaqueno

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tendríaoportunidaddeterminareseotrolibrofascinante.Yasífue.Labibliotecadeldoctor Burnley fue cerrada con llave y el doctor les ordenó a ella y a Ilse, conaspereza, que no entraran en su despacho. Se puso de muy mal humor con elincidente,porquetuvounintercambiodepalabrasconElizabethMurrayalrespecto.

Emily no pudo olvidar su flequillo. Se burlaban de ella en la escuela y la tíaElizabethselomirabacadavezqueobservabaaEmily,yeldesprecioqueleaparecíaenlosojosquemabaaEmilycomounallama.Sinembargo,amedidaqueelcabellomaltratadocomenzóacreceryarizarse,Emilyhallóconsuelo.Elflequilloquedabatácitamentepermitidoyellaestabaseguradequelahacíamuchomásguapa.Desdeluego sabía que, apenas creciera un pocomás, la tía Elizabeth se lo haría cepillarhaciaatrás.Pero,porelmomento,seconsolóconsunuevabelleza.

ElflequilloteníalamedidajustacuandollególacartadelatíaabuelaNancy.EstabadirigidaalatíaLaura(latíaabuelaNancyylatíaElizabethnosetenían

muchocariño)yenella la tíaabuelaNancydecía:«Si tenéisuna fotografíadeesaniña Emily, enviádmela.No quiero verla a ella, sé que es una niña estúpida. Peroquiero saber cuál es el aspecto de la hija de Juliet y de aquel hombre fascinante,DouglasStarr.Qué fascinanteeraaquelhombre.Qué tontos fuisteis todosvosotrosporarmartantoescándalocuandoJulietsefueconél.SiElizabethytúoshubieraisidoconalguiencuandoteníaisedaddehacerlo,habríasidomejorparalasdos».

AEmilynolemostraronestacarta.LatíaElizabethyla tíaLauratuvieronunalarga conversación secreta y luego le dijeron a Emily que iban a llevarla aShrewsburyaquelehicieranunafotografíaparalatíaNancy.Emilyseentusiasmó.La vistieron con el vestido de cachemira azul y la tía Laura le puso un cuello deencajedepuntoy,sobreéste,elcollardecuentasvenecianas.Y,paralaocasión,lecompraronunparnuevodebotasabotonadas.

«Mealegro tantodequeestohayasucedidocuando todavía tengoel flequillo»,pensóEmily,contenta.

Pero,enelestudiodelfotógrafo,lainflexibletíaElizabethprocedióacepillarleelflequillohaciaatrásyasujetárseloconhorquillas.

—Ay,porfavor,tíaElizabeth—rogóEmily—déjamelosobrelafrente.Sóloparalafotografía.Despuésmelopeinaréhaciaatrás.

LatíaElizabethfueinexorable.Primerolecepillóelflequillohaciaatrásyluegole hicieron la fotografía. Cuando la tía Elizabeth vio el resultado final quedósatisfecha.

—Estáenfurruñada,perolimpia,ytieneunparecidoconlosMurrayquenuncalehabíavistoantes—ledijoalatíaLaura—.EsolegustaráalatíaNancy.Bajotodassusextravaganciasseadvierteunairemuyfamiliar.

Emily habría querido arrojar al fuego todas y cada una de las fotografías. Lasdetestaba.Lahacíanfeísima.Sucaraparecíatodaunafrente.SilemandabanesoalatíaNancy,ibaapensarqueeramásestúpidatodavía.CuandolatíaElizabethcolocólafotografíaenuncartónyledijoaEmilyquelallevaraalcorreo,Emilyyasabíalo

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que iba a hacer.Fuedirectamente a la buhardilla y sacóde la caja la acuarela queTeddy le había hecho. Era delmismo tamaño que la fotografía. Emily la sacó delenvoltorioylapisoteó.

—Ésanosoyyo—dijo—.Salíenfurruñadaporqueestabaenfurruñadaporlodelflequillo.Peronuncaloestoy,asíquenoesjusto.

PusoeldibujodeTeddyenelcartónysesentóaescribirunacarta.

QueridatíaabuelaNancy:LatíaElizabethmehahechosacarunafotografíaparaenvíaselaperohe

quedado horrible y en su lugar he puesto un dibujo.Me lo hizo un amigoartista.Esidénticoamícuandosonríoyllevoflequillo.Selopresto,noseloregalo,porquelobaloromucho.

SuobedientesobrinanietaEmilyByrdStarr.

P.D.:Nosoytanestúpidacomoustedpiensa.E.B.S.

P.D.2:Nosoyestúpidaenabsoluto.

Emilypusolacartaconeldibujo(estafandoasí,sinsaberlo,alcorreo)ysaliódelacasaparadespacharla.Unavezqueelsobreestuvoasalvoenlaoficinadecorreos,Emilyexhalóunsuspirodealivio.Elcaminoderegresoacasaleparecióprecioso.Eraundíasuaveaprincipiosdeabrilylaprimaveraespiabadesdetodoslosrincones.La Señora Viento reía y silbaba por los dulces campos, los cuervos manteníanconferencias en las copas de los árboles, los rayos de sol se reflejaban sobre elmusgo, elmar relucía comoun zafiromás allá de las dunas doradas, los arces delbosquedeJohnelAltivohablabandecapullosrojos…TodoloqueEmilyalgunavezhabíaleídosobresueños,mitosyleyendasparecíaformarpartedelencantodeaquelbosque.Sesintióplenadelafascinacióndevivirhastalayemadelosdedos.

—¡Ah, siento olor a primavera!—exclamó,mientras bailoteaba por el senderodelarroyo.

Entoncessepusoacomponerunpoemasobrelaprimavera.Cualquieraquehayavividoenelmundoyhayasidocapazdecomponerdosversosseguidoshaescritounpoema sobre la primavera. Es el temamás rimado del mundo, y lo será siempre,porqueeslapoesíaencarnada.Nosepuedeserpoetadeverdadsinosehahechoalmenosunpoemasobrelaprimavera.

Emilydudabaentreelegirelfosquebailaranjuntoalarroyoalaluzdelalunaoduendesquedurmieranenunlechodehelechosparasupoemacuando,enunrecodo

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del sendero, se vio frente a algo que no era elfo ni duende, pero que parecía losuficientementeextrañoymágicoparaperteneceraalgunasdelastribusdelaGentePequeña. ¿Era una bruja? ¿O un hada vieja demalas intenciones, el hadamala detodosloscuentos?

—SoylatíaTom,latíadelmuchacho—dijolaaparición,alverqueEmilyestabademasiadoasombradaparahacerotracosaquequedarseparada,mirándola.

—¡Ah!—dijoEmily,aliviada.Yanotuvomiedo.PeroquéseñoratanraraeralatíadePerry:vieja,tanviejaqueparecíaimposiblequehubierasidojovenalgunavez,llevaba una caperuza de color rojo brillante sobre unos rizos grises, rebeldes, debruja;teníaunrostropequeñoysurcadopormilarrugasentrecruzadas;narizlargayabultadaenlapunta;ylosojospequeños,grises,ávidos,debajodelascejashirsutas;lucíaunharapientoabrigodehombrequelacubríadelcuelloa lospies;ysosteníaunacanastaenunamanoyunpalonegroynudosoenlaotra.

—Enmiépocaerademalaeducaciónquedarsemirandoalagente—dijola tíaTom.

—¡Ah!—volvió a decir Emily—. Perdóneme. ¡Encantada!—añadió, lograndovagamentecorregirsusmalosmodales.

—Amable…ynodemasiadoorgullosa—precisólatíaTom,escudriñándolaconcuriosidad—.Vengodelacasagrandedellevarunpardemediasparaelmuchacho,peroerastúquienmeinteresaba.

—¿Yo?—preguntóEmily,curiosa.—Sí.Elmuchachohahabladomuchodetiysemehaocurridounplan.Nome

parecequeseamalaidea.Peroquieroestarsegura,antesdegastarelpocodineroquetengo. Tu nombre es Emily Byrd Starr y Murray es tu naturaleza. Si le doy unaeducaciónalmuchacho,¿tecasarásconélcuandoseáismayores?

—¡Yo!—repitióEmily.Parecíaquenopodíadecirotracosa.¿Estabasoñando?Sí,seguramente.

—Sí,tú.EresmedioMurray,yesoseríamuyconvenienteparaelmuchacho.Esinteligente; algún día será rico y gobernará este país. Pero no voy a gastar ni uncentavoenélsinohacestupromesa.

—LatíaElizabethnomelopermitiría—exclamóEmily,demasiadoasustadadelaviejacomoparanegarseporsímisma.

—SitienesalgodelosMurrayenti,harástupropiaelección—dijolatíaTom,acercandotantolacaraaladeEmilyquesusespesascejaslehicieroncosquillasenlanariz—.Diquetecasarásconélylomandoalauniversidad.

Emilyparecióperder el dondelhabla.No se leocurríanadaparadecir, ¡ay, sipudieradespertar!Nisiquierapodíasalircorriendo.

—¡Dilo!—insistiólatíaTom,pegandoconfuerzasobreunapiedradelsenderoconelbastón.

Emilyestaba tanaterrorizada,quehabríadichocualquier cosa, cualquiera,paraescapar. Pero en ese momento, saltando desde el bosquecillo de abetos, apareció

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Perry, blanco de rabia, y cogió a su tía Tom por el hombro con muchadesconsideración.

—¡Veteacasa!—dijo,furioso.—Bueno, cariño—balbuceó la tíaTom,en tonodedisculpa—.Sólo tratabade

haceralgoporti.Leestabapidiendoquesecasaracontigodentrodeuntiempoy…—¡Cuándoquiera,yomedeclararé!—Perryestabamásenfadadoquenunca—.

Lohasestropeadotodo.Veteacasa.¡Veteacasa,tedigo!LatíaTomsemarchó,arrastrandolospiesymurmurando:—Entoncesnopiensoderrocharmidinero.SinohayunaMurray,nohaydinero,

muchacho.Cuando desapareció por el sendero del arroyo, Perry se volvió a Emily. Del

blancohabíacambiadoporcompletoalrojo.—No lehagas caso, está loca—dijo—.Claroque cuandocrezcavoyapedirte

quetecasesconmigopero…—Nopodría,latíaElizabeth…—Ah,peroentoncesaceptará.AlgúndíaseréPrimerMinistrodeCanadá.—Peroyonoquerré,estoyseguradequenovoyaquerer.—Querráscuandoseasmayor.Ilseesmásguapa,porsupuesto,ynoséporqué

megustasmástú,peroesasí.—¡No vuelvas a hablarme así! —ordenó Emily, comenzando a recuperar la

dignidad.—No,claroqueno.Nohastaqueseamosmayores.Amímedatantavergüenza

comoati—dijoPerryconunasonrisitatímida—.TeníaqueexplicaralgodespuésdequelatíaTomseentrometieraasí.Pero,yonotengolaculpa,asíquenoteenfadesconmigo.Yrecuerdaquealgúndíatelopediré.YcreoqueTeddyKenttambién.

Emily se alejaba con altivez pero, ante eso, se volvió y dijo por encima delhombro,fríamente.

—Simelopide,mecasaréconél.—Silohaces,lepartirélacabeza—gritóPerry,furiosootravez.PeroEmilysiguiócaminandohaciasucasaysubióalabuhardillaapensar.«Fue romántico pero no cómodo», fue su conclusión. Y no terminó nunca su

poemasobrelaprimavera.

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CAPÍTULOVEINTIDÓS

GranjaWyther

NohuborespuestaniacusedereciboporpartedelatíaabuelaNancyPriestsobreeldibujodeEmily.LatíaElizabethylatíaLaura,conociendobastantebienelcarácterdelatíaabuelaNancy,nosesorprendieron,peroEmilyestababastantepreocupada.TalvezalatíaabuelaNancynolehabíagustadoloqueellahabíahecho,otalvezseguíaconsiderándolademasiadoestúpidaparapreocuparseporella.

A Emily no le gustaba que la consideraran estúpida. Le escribió una mordazepístola a la tía abuelaNancy enunahoja en la cual no escatimóopinión sobre elconocimientodelaancianaseñoradelasreglasdeetiquetaepistolar.Doblólacartaylaguardóenelestantedelsofá;habíacumplidosupropósitodealiviarsuirayEmilyhabíadejadodepensarenelasuntocuando,enjulio,llegóunacartadelatíaabuelaNancy.

Elizabeth y Laura hablaron del asunto en la cocina exterior, olvidándose oignorando el hecho de queEmily estaba sentada en el escalón de la cocina, fuera.EmilyestabaimaginándoseentrandoenlasaladevisitasdelareinaVictoria.Vestidade blanco, con un velo de plumas de avestruz y vestido con cola, acababa deinclinarseparabesarlelamanoalareina,cuandolavozdelatíaElizabethsacudiósuensueñocomounapiedralanzadaalaguaquedestruyelaimagendeunhada.

—¿Quéopinas,Laura—decíalatíaElizabeth—,dedejariraEmilyavisitaralatíaNancy?

Emilyagudizóeloído.¿Quéeraaquello?—A juzgar por su carta, parecemuy interesada en que la niña la visite—dijo

Laura.Elizabethgruñó.—Uncapricho,uncapricho.Yasabescómosonsuscaprichos.Esprobableque,

cuandoEmilyllegueasucasa,yaselehayapasadoynotengaganasderecibirla.—Sí, pero, por otro lado, si no la dejamos ir, se ofenderámucho y no nos lo

perdonaránunca,nianosotrasniaEmily.HayquedarleunaoportunidadaEmily.—Nosésivalelapena.SiesciertoquelatíaNancytienedinero,ademásdesu

rentaanual,yesoesalgoquenitúniyoniningunaalmavivientesabe,amenosquelosepaCaroline,lomásprobableesqueselodejetodoaunodelosPriests;LesliePriestessupreferido,segúntengoentendido.AlatíaNancysiemprelegustómáslafamilia de su marido que la suya propia, aunque siempre hable mal de ella. Peropodría encariñarse con Emily, las dos son tan raras que puede que se entiendan,aunquetúyasabescómohablanellayesaodiosaCaroline.

—Emilyesdemasiadopequeñaparaentender—dijolatíaLaura.

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—Entiendomásdeloquecreéis—exclamóEmily.LatíaElizabethabrióparaatráslapuertadelacocina.—Emily Starr, ¿todavía no has aprendido que no tienes que escuchar las

conversacionesdelosdemás?—Yo no estaba escuchando. Pensaba que sabíais que estaba sentada aquí. No

puedoevitarquemisoídosoigan.¿Porquénohabláisensusurros?Cuandohabláisensusurros séquese tratadesecretosyno tratodeescuchar.¿Voya irdevisitaacasadelatíaabuelaNancy?

—Nolohemosdecidido—contestólatíaElizabethconfrialdad;yesofuetodoloque Emily supo por una semana. Ni ella misma sabía si quería ir o no. La tíaElizabethhabíaempezadoahacerqueso(laLunaNuevaerafamosaporsusquesos)yaEmily todoelprocedimientoleparecíafascinante,desdeelmomentoenqueseponía el cuajo en la leche fresca hasta que se colocaba el requesón en los aros yluego,debajodelaprensa,eneljardínviejo,conunainmensapiedraredondaygris,«lapiedradelqueso»paraaplastarlocomoveníanaplastandolosquesosenlaLunaNuevadesdehacíacienaños.Además,Ilse,Teddy,Perryyellaestabanabocadosencuerpoyalmaa«escenificar»SueñodeunanochedeveranoenelbosquedeJohnelAltivoyera fantástico.CuandoentrabanenelbosquedeJohnelAltivo, salíandelreino de la luz del día y las cosas conocidas y entraban en el de lamedia luz, elmisterioyelencantamiento.TeddyhabíapintadounaescenografíamuyhermosaenunastablasviejasyteníanpedazosdevelasquePerryhabíaconseguidoenelpuerto.IlsehabíadiseñadounasalasdehadapreciosasconpapeltisúehilodoradoyPerryhabíahechounacabezadeasnoparaLanzaderaconunaviejapieldecorderoqueeramuyrealista.Emilyhabía trabajadomuycontentadurantevariassemanascopiandolosdiferentespapelesyadaptándolosalascircunstancias.Había«cortado»laobradeunamaneraquehabríaatormentadoelalmadeShakespearepero,despuésdetodo,elresultado fue bastante bonito y coherente.No les preocupaba que cuatro pequeñosactorestuvieranqueadoptarseispersonajescadauno.EmilyeraTitaniayHermiayvariashadasmás, y losvarones eran cualquier cosaque el diálogo exigiera.La tíaElizabeth no sabía nada; habría puesto fin a todo el asunto enseguida, puesconsiderabaquelaactuacióneraalgomaligno,perolatíaLauraconocíaelsecretoyelprimoJimmyyJohnelAltivoyahabíanasistidoaunensayoalaluzdelaLuna.

Irseydejartodoesto,aunquefueraporpocotiempo,seríadolorosopero,porotrolado, Emily tenía una ardiente curiosidad por ver a la tía abuela Nancy yWytherGrange,suextrañayviejacasadePriestPondylosfamososperrosdepiedraenlaentrada.En términosgenerales,decidióque teníaganasde ir,ycuandovioa la tíaLaura remendando sus enaguas almidonadas y a la tía Elizabeth en la buhardillalimpiandocongestoadustounbaúlpequeño,negroytachonado,supo,antesdequeselodijeran,quelavisitaaPriestPondserealizaría,demodoquesacólacartaquelehabíaescritoalatíaNancyyagregóunapostdatadedisculpa.

IlsedecidióenfadarseporqueEmilyseiba.Enrealidad,Ilseestabaaterradaante

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la perspectiva de un mes o más de soledad sin su inseparable compinche. Ya notendríamásdivertidasveladasdeactuaciónenelbosquede JohnelAltivo,nimáspunzantes peleas.Además, Ilse nuncahabía idodevisita a ningún lado en toda suvidayestolemolestaba.

—YonoiríapornadadelmundoaWytherGrange—dijo—.Estáembrujada.—Noescierto.—¡Sí!Estáembrujadaporunfantasmaquesepuedesentiryoír,peronuncaver.

Tu tía abuela Nancy está completamente loca y la vieja que vive con ella es unabruja.Tehechizará.Vasaconsumirtehastamorir.

—¡No!¡Noescierto!—¡Sí!Todaslasnocheshaceaullaralosperrosdepiedradelaentradasialguien

seacercaalacasa.Hacen¡Aúuuuu!NoenvanoIlseeraunarecitadoranata.Su«aúuuuu»fueenextremoaterrador.

Peroeradedía,ydedíaEmilyeravalientecomounleón.—Estáscelosa—dijo,ysefue.—Mentira,centípedacharlatana—legritóIlse—.¡Tedasairesporquetutíatiene

perrosdepiedraen laentradade lacasa! ¡YoconozcoaunamujerdeShrewsburyquetieneunosperrosenlapuertadiezvecesmásgrandesquelosdetutía!

Pero a la mañana siguiente, Ilse fue a despedir a Emily y a rogarle que leescribiera todas las semanas. Emily iría a Priest Pond con el Viejo Kelly. Iba allevarlalatíaElizabeth,peronosesentíabienesedíaylatíaLauranopodíadejarlasola.ElprimoJimmyteníaquetrabajarconelheno.Parecióquenopodríair,locualeraungraveproblemaporqueyahabíandichoala tíaNancyquelaesperaraaqueldía y a la tíaNancy no le gustaba que la decepcionaran. Si Emily no aparecía enPriestPondeldíafijado,latíaabuelaNancyeramuycapazdecerrarlelapuertaenlasnaricescuandoaparecieraydedecirlequesevolvieraasucasa.TalconvicciónindujoalatíaElizabethaaccederalofrecimientodelViejoKellydellevaraEmilyaPriestPondconél.Sucasaquedabaalotroladodelaciudadyélibaasucasa.

Emilyestabaencantada.LecaíabienelViejoKellyypensabaqueunviajeensupreciosacarreta roja sería todaunaaventura.Pusieronelpequeñobaúlnegroeneltecho,loataronysefueronentretintineosyrelumbres,congranestilo,porelcaminode laLunaNueva.Las latasque llevabanen lasentrañasdel carro, a susespaldas,ronroneabancomounincipienteterremoto.

—Arre,caballito,arre—dijoelViejoKelly—.Sí,amísiempremehagustadollevaraniñasbonitas.¿Ycuándovaaserlaboda?

—¿Québoda?—¡Quédisimuloeldelaseñorita!Latuya,porsupuesto.—Notengointencionesdecasarme…porahora—respondióEmily,imitandoel

tonoylosmodalesdelatíaElizabeth.—Comono,detalpalotalastilla.LaseñoritaElizabethnopodríahaberlodicho

mejor.Arre,caballito,arre.

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—Quisedecir—aclaróEmily,temiendohaberofendidoalViejoKelly—,quesoydemasiadojovenparacasarme.

—Cuantomásjoven,mejor,menosdañoharásconesosojazos«teespero».Arre,caballito,arre.Elpobreanimalitoestácansado.Lodejaremosquevayaalpasoquequiera.Aquítienesunabolsadecaramelosparati.ElViejoKellysabecómotrataralasdamas.Vamos,cuéntamedeél.

—¿Dequién?—preguntóEmily,perosabíabienloqueelotroqueríadecir.—Detunovio,porsupuesto.—Notengonovio,señorKelly.Nomegustaquemehabledeesascosas.—Meimagino,ynohablarémássieltematemolesta.Peronotepreocupespor

notenernovio,yatendráspretendientesapatadasdentrodepoco.Ysielelegidonosabeloqueleconviene,venaveralViejoKellyquetedaréunpocodeungüentodesapo.

¡Ungüento de sapo! Qué horrible sonaba. Emily se estremeció. Pero preferíahablardeungüentodesapoantesquedenovios.

—¿Yesoparaquésirve?—Esunhechizoparaelamor—dijoelViejoKelly,misterioso—.Leponesun

poquitoen lospárpadosyes tuyopara toda lavida.Nuncamáspondrá losojosenotramujer.

—Noparecemuyagradable—dijoEmily—.¿Cómosehace?—Se hierven cuatro sapos vivos hasta que están tiernecitos, después se los

aplasta…—¡Ay,basta,basta!—rogóEmily,llevándoselasmanosalosoídos—.Noquiero

oírmás,¡nopuedesertancruel!—¿Cruel?Hoyestuvistecomiendolangostasquefueronhervidasvivas.—No lo creo.No lo creo.Y si es cierto, nuncamás en todamividavolveré a

comer langostas. ¡Ay, señor Kelly, yo pensaba que usted era un hombre bueno!¡Pobressapos!

—Niña,eraunabroma.Ytampoconecesitarasungüentodesaposparaganarteelcorazóndetuenamorado.Peroesperaunpoco,tengoalgoenesacaja,unregaloparati.

El Viejo Kelly atrajo hacia sí una caja y se la puso en la falda a Emily. Ellaencontróunpreciosocepillitoparaelpelo.

—Mírale la parte de atrás —prosiguió el Viejo Kelly—. Vas a ver algo muybonito,elhechizodeamorquevasausarcuandoseasmayor.

Emilylovolvió.Supropiorostrolamiródesdeelespejitoinsertoenlapartedeatrás,rodeadodeunbordederosaspintadas.

—Ay,señorKelly,québelleza,lasrosas,quierodecir,yelespejo—exclamó—.¿Deverdadesparamí?¡Ay,gracias,muchasgracias!AhorapuedoteneraEmilyladelespejocuandoquiera.Podréllevarlosiempreconmigo.¿Deverdadlodelossaposeramentira?

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—Porsupuesto.Arre,caballito,arre.¿AsíquevamosavisitaralaancianaseñoradePriestPond?¿Estuvistealgunavezensucasa?

—No.—EstállenadePriest.Nopuedestirarunapiedrasindarleaalguno.Y,cuandose

lepegaauno,selespegaatodos.SontanorgullososyaltivoscomolosMurray.ElúnicoalqueconozcoesaAdamPriest;losotrosnosetratanconnadie.AdamPriesteslaovejanegrayesmuysociable.PerosiquieressabercómoeraelmundoeldíadespuésdelDiluvio,veasugraneroundíadelluvia.Mira,pequeña—elViejoKellybajólavozmisteriosamente—,nuncatecasesconunPriest.

—¿Porquéno?—preguntóEmily,aquiennuncaselehabíaocurridocasarseconunPriest,sibien,deinmediato,sintiócuriosidadporsaberporquénodebíahacerlo.

—Es malo casarse con ellos, y es malo vivir con ellos. Las esposas muerenjóvenes. La anciana señora de Wyther Grange luchó contra su esposo y logróenterrarlo,peroellateníalasuertedelosMurray.Yonoconfiaríademasiadoenesasuerte.ElúnicoPriestdecenteesunoalquellamanelGibosoyesdemasiadoviejoparati.

—¿PorquélollamanelGiboso?—Tiene un hombro un poco más alto que el otro. Posee algo de dinero y no

necesita trabajar. Es muy aficionado a los libros, creo. ¿Tienes algún pedacito dehierroencima?

—No,¿porqué?—Tendrías que tenerlo. La viejaCaroline Priest, que vive en la casa, es bruja,

nadieloignora.—EsomedijoIlse.Pero,enrealidad,lasbrujasnoexisten,señorKelly.—Puede que sea cierto, pero es mejor asegurarse. Toma, ponte este clavo de

herraduraenelbolsilloynotecrucesconella,sipuedesevitarlo.¿Notemolestaquefume,verdad?

A Emily no le molestaba en absoluto. La dejaba libre para seguir sus propiospensamientos, que eran más agradables que la charla de sapos y brujas del ViejoKelly.ElcaminodesdeBlairWaterhastaPriestPonderaprecioso:serpenteabaalolargodelacostadelgolfo,cruzabaríosyarroyitosbordeadosdeabetosblancosyseencontraba,decuandoencuando,conalgunosdelosestanquesporloscualesaquellapartedelacostadelnorteeraconocida:BlairWater,DerryPond,LongPond,ThreePonds,donde tres lagospequeñossesucedíancomo tresgrandeszafirossostenidosporunhilodeplata,y luegoPriestPond,elmásgrandede todos,casi tanredondocomoBlairWater.Amedidaqueavanzabanhaciaél,Emilyabsorbíaelpaisajeconojosávidos;teníaqueescribirunadescripcióndetodocuantoantes;habíaguardadoelcuadernodeJimmyenelbahúlparaesepropósito.

El aire parecía colmado de polvo opalino, por encima del gran estanque y lasemparradas casas de verano que lo rodeaban. Un cielo occidental de un rojohumeantesearqueabaporencimadelagranbahíaMalvernBay,másallá.Unasvelas

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pequeñasygrises,sedeslizabanjuntoalascostasfestoneadasdeabetosblancos.Uncaminolateralapartado,llenodejóvenesarcesyabedules,llevabaaWytherGrange.¡Quéhúmedoy frescoerael aireen lashondonadas! ¡Yel aromade loshelechos!Emily lo lamentó cuando llegaron aWytherGrange.Subieron al pórticodonde losgrandesperrosdepiedraestabansentados,pétreosyadustosalaluzdelatardecer.

Laampliapuertadelvestíbuloestabaabiertayunmanantialdeluzsederramabasobre el parque. Había una viejecita de pie en la puerta. El Viejo Kelly pareciórecordar,depronto,queteníaprisa.BajóaEmilyysubaúlalsuelo,lediolamanoapresuradamenteysusurró:

—No pierdas ese pedacito de hierro que te he dado. Adiós. Te deseo quemantengas la cabeza fría y el corazón caliente —y desapareció antes de que laviejecitallegaradondeseencontraban.

—¡Conque ésta es Emily de la Luna Nueva!—Emily oyó una voz chillona ycascada.Sintióunamano flaca, comounagarra, que tomaba las suyasy laguiabahacia la puerta. Las brujas no existían, de eso Emily estaba segura, perometió lamanoenelbolsilloytocóelclavodeherradura.

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CAPÍTULOVEINTITRÉS

Tratoconlosfantasmas

Tutíaestáenlasaladeatrás—dijoCarolinePriest—.Venporaquí.¿Estáscansada?—No—dijoEmily, siguiendoaCarolineyobservándola concienzudamente.Si

era bruja, era una bruja muy pequeña. En realidad, no era más alta que Emily.Llevabaunvestidodesedanegrayunapequeñacofiaderedecillatambiénnegraconunbordedevolantessobreloscabellosblancosamarillentos.TeníamásarrugasenlacaradeloqueEmilyhubieracreídoposibleyunosextrañosojosverdegrisáceosque,comosupoEmilyluego,abundabanenelclanPriest.

«Tal vez seas una bruja —pensó Emily—, pero creo que puedo vérmelascontigo».

Atravesaronelespaciosovestíbulo,yEmilypudoatisbar,aamboslados,grandeshabitaciones oscuras y espléndidas; luego pasaron por la cocina y entraron en unaextraña salita.Era largay estrechay teníapoca luz.Aun ladohabíaunahileradecuatro ventanas cuadradas de vidrios pequeños y, al otro, había armarios desde elsuelohastaeltecho,conpuertasdeunamaderanegrabrillante.Emilysesintiócomouna heroína en una novela gótica, vagando a la medianoche por una mazmorrasubterráneaconunaguíamalvada.HabíaleídoLosmisteriosdeUdolfoyLanoveladel bosque antes de que la biblioteca del doctor Burnley se volviera tabú. Seestremeció,Eraespantoso,perointeresante.

Alfinaldelasala,unaescalerallevabaaunapuerta.Juntoalaescalerahabíauninmensorelojdepiequellegabacasihastaeltecho.

—Ahíencerramosa lasniñasqueseportanmal—susurróCaroline,haciéndoleunaseñaconlacabezaaEmilymientrasabríalapuertaquedabaalasalitadeatrás.

«Mecuidarébiendequeamínomeencierrenahí»,pensóEmily.Lasaladeatráseraunaantiguahabitaciónmuybonitaycálida.Habíaunamesa

preparadaparalacena.CarolinellevóaEmilyhastaotrapuertadondegolpeó,usandoundelicadollamadordebroncequeteníaformadegatodeCheshireconunasonrisatanirresistiblequedabanganasdesonreíralverlo.Alguiendijo:

—Adelante.—Ylasdosbajaronotroscuatroescalones.¿Habríaalgunacasamásextraña que ésta?Y entraron en un dormitorio.Y allí, por fin, estaba la tía abuelaNancyPriest,sentadaensusillón,conelbastónnegroapoyadoenunarodillaylaspequeñas manos blancas y aún bonitas, y resplandecientes de hermosos anillos,apoyadassobreeldelantaldesedapúrpura.

Emily sintió una sacudida de decepción.Después de oír aquel poema sobre labellezadeNancyMurrayconsuscabelloscastañosclaros,susresplandecientesojoscastaños y susmejillas de raso rosado, Emily esperaba que la tía abuelaNancy, a

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pesar de sus noventa años, siguiera siendo hermosa. Pero la tía Nancy tenía loscabellos blancos y la piel amarilla, arrugada y encogida, si bien los ojos castañosseguían siendo resplandecientes y despiertos. En cierto sentido, parecía una viejahada (una vieja hada traviesa y tolerante, que podría intempestivamente volversemala si uno no la trataba como correspondía) aunque las hadas no usaban largospendientes con borlas de oro que casi le tocaban los hombros ni gorros de encajeblancoconpensamientoscolorpúrpura.

—¡Asíqueéstaes lahijadeJuliet!—exclamó, tendiéndoleaEmilyunadesusmanos relucientes—. No tengas miedo, niña. No voy a darte un beso. No soypartidariadeinfligirlesbesosalascriaturasindefensas,sencillamenteporquetienenladesgraciadeserparientesmíos.Bien,¿aquiénseparece,Caroline?

Emily hizo unamueca.Ahora se vendría otra odisea de comparaciones, en lascualesseconvocabanycolocabanensurostronarices,ojosy frentesdemuertosyenterrados. Estaba harta de que se hablara de sus facciones en cada reunión defamilia.

—NoesmuyparecidaalosMurray—dijoCaroline,escudriñándolatandecercaque involuntariamente Emily dio un paso atrás—. No es tan hermosa como losMurray.

—NitampococomolosStarr.Supadreeraunhombreguapo.Tanguapoqueyomehabríafugadoconéldehabertenidocincuentaañosmenos.NohaynadadeJulietenella,esoesclaro.Julieteraguapa.Túnoerestanbonitacomoparecíasenaqueldibujo,peroyonoesperabaquelofueras.Jamássedebeconfiarenlosdibujosyenlosepitafios.¿Dóndequedótuflequillo,Emily?

—LatíaElizabethmelopeinóhaciaatrás.—Bueno,mientrasestésenmicasatelopeinashaciadelante.Tienesalgodetu

abueloMurray en las cejas. Tu abuelo era un hombre bien parecido, pero con uncarácterdeldiablo,casitanmalocomoelcarácterdelosPriest,¿no,Caroline?

—Por favor, tía abuela Nancy—dijo Emily, decidida—.Nome gusta quemediganquemeparezcoaotraspersonas.Meparezcoamímisma.

LatíaNancyrió.—Rebelde, eh. Bien. Nuncame gustaron los jóvenes dóciles. Así que no eres

estúpida,¿eh?—No,nolosoy.EstavezlatíaabuelaNancysonrió.Losdientespostizosseleveíanextrañamente

blancosyjóvenesenlacaraviejayoscura.—Bien.Tenercerebroesmejorquetenerbelleza;elcerebrodura;labelleza,no.

Como enmi caso.Caroline, por ejemplo, nunca tuvo ni cerebro ni belleza, ¿no escierto, Caroline? Vamos, vamos a cenar. Gracias a Dios que mi estómago no meabandonócomolabelleza.

Conlaayudadelbastón,latíaabuelaNancysubiócojeandolosescalonesyllegóalamesa.SesentóenunacabecerayCarolinesesentóenlaotra.Emilyquedóenel

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medio, sintiéndose bastante incómoda. Pero su pasión predominante seguía siendofuerteyyaestabacomponiendounadescripcióndeambasparasucuaderno.

«Me pregunto si alguien lo lamentará cuando te mueras», pensó, mirando elrostroviejoycurtidodeCaroline.

—Bueno, cuéntame —dijo la tía Nancy—. Si no eres estúpida, ¿por qué meescribisteunacartaestúpidaaquellaprimeravez?¡Dios,quéestúpidaera!CadavezqueCarolineseportamalselaleocomocastigo.

—NopodíaescribirotracosaporquelatíaElizabethmedijoqueibaaleerla.—TípicodeElizabeth.Bueno,aquípuedesescribirloquequieras,ydecirloque

quieras,yhacerloquequieras.Nadieinterferirácontigonitrataráde«educarte».Teheinvitadoaquemevisitaras,noparadarteclasesdedisciplina.MeparecequeenlaLunaNuevatienesmásquesuficiente.TieneslacasaatudisposiciónypuedeselegirelnovioquetegustedeentrelosmuchachosPriest,aunquelosjóvenesnosonloqueeranenmijuventud.

—Noquieroningúnnovio—replicóEmily.Sesentíabastanteasqueada.ElViejoKellynohabíaparadodehablardenoviosdurantelamitaddelcaminoyahoralatíaNancyempezabaotravezconesetemainnecesario.

—Nomedigas—dijo la tíaNancy, riendohastaque le temblaron losaretesdeborlas de oro—.Nunca hubo unaMurray de laLunaNueva que no quisiera tenernovio.Atuedad,yoteníamediadocena.TodosloschicosdeBlairWatersepeleabanpormí.Carolineno,ellanuncatuvonovio,¿verdad,Caroline?

—Niquise—exclamóCaroline.—Ladeochentayladedocedicenlomismoylasdosmienten—afirmóla tía

Nancy—.¿Quésentidotieneserhipócritasentrenosotras?Nodigoquenoestébiendecirlo cuandohayhombrespresentes.Caroline, ¿te has dado cuenta de lo bonitasque son lasmanos deEmily? Son tan bonitas como lasmías cuando era joven.Ytiene los codos como los de los gatos.LaprimaSusanMurray tenía codos así.Esraro,tienemásrasgosdelosMurrayquedelosStarry,sinembargo,separecemásalosStarrquealosMurray.Quéextrañassumassomostodos;elresultadonuncaesloque uno espera. Caroline, qué pena que Giboso no esté en casa. A él le gustaríaEmily,estoyseguradequeaéllegustaríaEmily.GibosoeselúnicoPriestquevaairalcielo,Emily.Enseñamelostobillos,gatita.

Demala gana, Emily sacó el pie de debajo de la mesa. La tía Nancy asintió,aprobadora:

—LostobillosdeMaryShipley.Sólounapersonadecadageneracióntieneesostobillos.LostobillosdelosMurraysongruesos.Hastalostobillosdetumadreerangruesos. Mira el arco del pie, Caroline. Emily, no eres ninguna belleza pero, siaprendesausardemaneraadecuadatusojos,tusmanosytuspies,pasarásporbella.Loshombressonfácilesdeengañar,ysi lasmujeresdicenquenoeresbella, todosdiránqueesenvidia.

Emily decidió que ésa era una buena oportunidad para averiguar algo que la

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intrigaba.—ElViejoseñorKellydijoqueyoteníaojos«teespero»,tíaNancy.¿Escierto?

¿Yquésonojos«teespero»?—JockKellyesunviejoburro.No tienesojos«teespero»,noesuna tradición

Murray.—LatíaNancyrió—.LosMurraytienenojos«niteacerques»,ytútambién,aunquetuspestañasloscontradicenunpoco.Peroavecesunosojoscomolostuyos,combinadosconotrascosas,sontanefectivoscomolosojos«teespero».Lamayoríadelasvecesloshombresseguíanporlocontrario,silesdicenqueniseacerquen,ahívienen.MiNathaniel, por ejemplo. La únicamanera de conseguir que hiciera unacosa era conminarlo a que hiciera lo contrario. ¿Te acuerdas, Caroline? ¿Otragalletita,Emily?

—Todavíanohecomidoninguna—dijoEmily,algoresentida.Lasgalletitasparecíanmuytentadorasyellaestabaesperandoaquelaspasaran.

No supo por qué tanto la tíaNancy comoCaroline rieron.La risa deCaroline eradesagradable, una risa seca, áspera, «sin regusto», pensóEmily. En su descripciónescribiríaqueCarolinetenía«unarisadelgadayestrepitosa».

—¿Qué piensas de nosotras? —preguntó la tía Nancy—. Vamos, dinos, ¿quépiensasdenosotras?

Emily se sintiómuy incómoda.En aquelmomento estaba pensando en escribirquelatíaNancyparecía«mustiaymarchita»,peronopodíadecirlo,sencillamentenosepodía.

—Dilaverdadyavergüenzaaldiablo—dijolatíaNancy.—Noesunapreguntajusta—exclamóEmily.—Piensas—dijolatíaNancy,sonriente—queyosoyunaarpíaespantosayque

Carolinenoesdeltodohumana.Noloes.Ellanuncalohasido,peroamítendríasquehabermevistohacesetentaaños.EralamáshermosadelasmáshermosasdelasMurray.Loshombressevolvían locospormí.CuandomecaséconNatPriest, sustreshermanoslehubierancortadoelcuello.Unosecortóelsuyo.Ah,quéestragoshiceenmistiempos.Loúnicoquelamentoesnopodervivirlotodootravez.Fueunavida maravillosa, mientras duró. Yo era la reina. Las mujeres me odiaban, porsupuesto; todas, menos Caroline. Tú me idolatrabas, ¿verdad, Caroline? Caroline,cómomegustaríaquenotuvierasesaverrugaenlanariz.

—Amímegustaríaquetútuvierasunaenlalengua—dijoCaroline,incisiva.Emilycomenzabaasentirsecansadayapabullada.Erainteresante,ylatíaNancy

erabuena,apesardesusexcentricidades,peroencasaIlse,PerryyTeddyestaríanreuniéndose en el bosque de John elAltivo para la velada vespertina, ySaucySalestaría sentada en los escalonesde la lechería, esperando a que el primo Jimmy lediera lanata.Depronto,Emilysediocuentadequeañoraba laLunaNuevacomohabíaañoradoMaywoodlaprimeranochequepasóenlaLunaNueva.

—Laniñaestácansada—dijolatíaNancy—.Llévalaalacama,Caroline.Daleelcuartorosa.

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Emily siguió aCaroline a través de la sala de atrás, atravesando la cocina y elvestíbulo; luegosubieron laescalera, cruzaronungran salónyun saloncito lateral.¿Dónde la llevaban? Por fin llegaron a una gran habitación. Caroline encendió lalámparaylepreguntóaEmilysiteníacamisón.

—Claro que tengo. ¿Se imagina que la tía Elizabeth iba a dejarme venir sincamisón?

Emilyestabaindignada.—Nancy dice que puedes dormir hasta la hora que quieras—dijo Caroline—.

Buenas noches. Nancy y yo dormimos en el ala vieja, por supuesto, y el resto denosotrosduermebienensustumbas.

Conesecomentariocríptico,Carolinesaliórápidamenteycerrólapuerta.Emilysesentóenunaotomanabordadaymiróasualrededor.Lascortinasdelas

ventanaserandeunbrocadorosadesleídoy lasparedesestabancubiertasdepapelrosa,decoradocondiamantesformadosconcadenasderosas.Eraunpreciosopapeldehadas,comopudodescubrirEmilymirándoloconlosojosentornados.Enelsuelohabía una alfombra verde, tan pródigamente cubierta de rosas queEmily casi tuvomiedodecaminarsobreella.Decidióquelahabitacióneraespléndida.

«Pero tengo que dormir aquí sola, así que debo decir conmucho cuidadomisoraciones»,reflexionó.

Sedesvistióatodaprisa,apagólalámparaysemetióenlacama.Setapóhastalabarbilla y se quedó boca arriba, mirando el techo blanco y alto. Se habíaacostumbrado tanto a la cama con baldaquín de la tía Elizabeth, que se sentíaextrañamente desprotegida en aquella cama moderna y baja. Pero, al menos, laventanaestabaabierta;eraevidentequelatíaNancynocompartíaelhorrordelatíaElizabethalairedelanoche.Atravésdelaventana,Emilyveíaloscamposestivalesbajo la magia de una luna amarilla que se levantaba en el cielo. Sin embargo, lahabitacióneragrandeyfantasmagórica.Emilysesintióterriblementelejosdetodoelmundo;solaynostálgica.PensóenelViejoKellyysuungüentodesapos.Talvez,después de todo, sí hervía a los sapos vivos. Aquel horrible pensamiento laatormentaba.Eraespantosopensar enun sapo,o encualquierotroanimal,hervidovivo.Emilynuncahabíadormidosola.Depronto,sintiómiedo.Quéruidohacía laventana.Hacíaunruidohorrible,comosialguien(oalgo)trataradeentrar.Pensóenel fantasmadelque lehabíahablado Ilse:un fantasmaalquesepodíaoíry sentir,peronovereraalgoespecialmentetétrico.Pensóenlosperrosdepiedraquehacían«auuuu»alamedianoche.Enalgúnlugar,unperrosepusoaaullardeverdad.Emilysintióunsudorfríoenlafrente.¿QuéhabíaqueridodecirCarolineconesodequeelrestode ellos dormíabien en sus tumbas?El suelo crujió. ¿Había alguien (o algo)caminandodepuntillasalotroladodelapuerta?¿Nosehabíamovidoalgoenaquelrincón?Escuchoruidosmisteriososenellargocorredor.

—Novoyatenermiedo—dijoEmily—.Novoyapensarenesascosasymañanaescribirétodoloquesientoahora.

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Peroentoncessíoyóalgo,justoalotroladodelapared,alacabeceradesucama.No era su imaginación.Oyó con claridad un ruido extraño, unmurmullo comodevestidosdesedaqueserozaranentresí,comoalasquecortabanelaire,yotrosruidossuaves, bajos, ahogados, como grititos o gemidos de niños pequeños. Duraron unrato,ynocesaban.Avecesseacallaban,perovolvíanacomenzar.

Emilysearrebujódebajodelasmantas,muertademiedo.Antes,sumiedoeraunmiedosuperficial,ellasabíaquenohabíanadaquetemer,auncuandotuvieramiedo.Algo en ella la obligaba a soportarlo. Pero esto no era un error, no era suimaginación. Losmurmullos, los aleteos, los gritos y los quejidos eran demasiadoreales.Depronto,WytherGrange se convirtió enun lugar espantoso, sobrenatural.Ilseteníarazón:lacasaestabaembrujada.Yellaestabacompletamentesolaallí,conkilómetrosdehabitacionesycorredoresentreellayelserhumanomáscercano.Erauna crueldad de parte de la tía Nancy haberle dado un cuarto embrujado. La tíaNancy seguramente sabía que estaba embrujado, la cruel tíaNancy con su orgullotruculentoporloshombresquesehabíanmatadoporella.Ay,sipudieraestarenlaLunaNueva,conlatíaElizabethallado.LatíaElizabethnoeraunacompañeradecama ideal, pero era de carne y hueso. Y si las ventanas estaban herméticamentecerradas,almenosevitabanque,juntoconelairedelanoche,entraranlosfantasmas.

«Talveznoserátanmalosivuelvoadecirmisoraciones»,pensóEmily.Peronisiquieraesolaayudómucho.Hasta el final de sus días Emily nunca pudo olvidar aquella primera noche

espantosa en Wyther Grange. Estaba tan cansada que se adormecía durante unosmomentos,peroa lospocosminutossedespertaba llenadepánicoyescuchaba losmurmullos y los gemidos sofocados detrás de su cama. Cada fantasma y cadagemido, cada espíritu atormentadoymonja sangrante de los libros quehabía leídoalgunavezlevinieronalamente.

«La tía Elizabeth tenía razón, es malo leer novelas—pensó—. Ay, me voy amoriraquí,mevoyamorirdemiedo, losé.Séquesoyunacobarde,nopuedoservaliente».

Cuando llegó lamañana, lahabitaciónbrillabacon la luzdel solyyanohabíaruidosmisteriosos.Emilyselevantó,sevistióyencontróelcaminohastaelalavieja.Estabapálidayojerosa,perodecidida.

—Bien,¿quétalhasdormido?—lepreguntólatía,bondadosa.Emilyignorólapregunta.—Quieroirmeacasahoy—dijo.LatíaNancyselaquedómirando.—¿Atucasa?¡Quétontería!¿Eresunaniñatonta,deesasquesientenañoranza?—Nosientoañoranza;almenos,nodemasiada;perotengoqueirmeacasa.—Nopuedes,nohaynadieparallevarte.NopensarásqueCarolinepuedellevarte

hastaBlairWater,¿no?—Entoncesmevoyandando.

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LatíaNancygolpeófuriosamenteenelsueloconelbastón.—Tequedarásaquíhastaqueyolodecida,señorita.Notolerootroscaprichosque

losmíos.Carolinelosabe,¿verdad,Caroline?Siéntateadesayunarycome,¡come!LatíaNancymirócondurezaaEmily.—Nomequieroquedaraquí—replicóEmily—.Novoyapasarotranocheenesa

habitaciónembrujada.Fueunacrueldadsuyaponermeallí.Si…—EmilyrespondióalamiradaduradelatíaNancyconotramiradadura—siyofueraSalomé,pediríasucabezaenunabandeja.

—¡Caramba! ¿Qué son esas tonterías de habitaciones embrujadas?No tenemosfantasmasenWytherGrange.¿No,Caroline?Nonosparecenhigiénicos.

—Hay algo espantoso en esa habitación; estuvo toda la noche murmurando,gimiendoyllorandoalotroladodelapareddelacabecerademicama.Nomevoyaquedar,no.

A pesar de los esfuerzos de Emily por contenerlas, las lágrimas la ahogaron.Estabatanalteradaquenopudoevitarllorar.Loúnicoquelefaltabaeraunataquedehisteria.

LatíaNancymiróaCarolineyCarolinemiróalatíaNancy.—Tendríamos que habérselo dicho, Caroline. Es culpa nuestra. Lo olvidé por

completo, hace tanto que nadie duerme en el cuarto tosa… Con razón se asustó.Emily, pobrecita querida, es una vergüenza. Me tendría bien merecido que mepusieranlacabezaenunabandeja.Tendríamosquehabértelodicho.

—¿Habermedicho…qué?—Haygolondrinasenlachimenea.Esoesloqueoíste.Lagranchimeneacentral

sube justo por la pared detrás de tu cama. No se usa nunca desde que pusimoschimeneas nuevas. Las golondrinas han anidado allí, son cientos. Y es cierto quehacenunruidosobrecogedor,aleteantodoeltiempo,ysepelean.

Emily se sintió tonta y avergonzada, excesivamente avergonzada, pues suexperienciahabíasidoenrealidadmuydura,ypersonasmayoresqueellasehabíanasustado por la noche en el cuarto rosa deWyther Grange. En algunas ocasiones,NancyPriest había alojado en aquella habitación a ciertas personas con el expresopropósitodeasustarlas.Pero,parahacerlejusticia,realmentelohabíaolvidadoenelcasodeEmilyylolamentaba.

Emilynohablómásdeirseasucasa.AqueldíaCarolineylatíaNancyfueronmuy buenas con ella.Durante la tarde durmió una buena siesta y, cuando llegó lahora, fue directamente al cuarto rosa y durmió profundamente toda la noche. Losmurmullos y los gritos se oyeron con igual claridad, pero las golondrinas y losespectrossoncosasbiendiferentes.

—Despuésdetodo,creoqueWytherGrangemevaagustar—dijoEmily.

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CAPÍTULOVEINTICUATRO

Unafelicidaddiferente

20dejulio.Queridopapá:HacequincedíasqueestoyenWytherGrangeytodavíanoteheescritoni

unavez.Perotodoslosdíaspenséenti.TuvequeescribirlealatíaLaura,aIlse,aTeddy,alprimoJimmyyaPerryyademásmeestoydivirtiendotanto.Laprimeranochequepaséaquícreíquenoloibaapasarnadabien.Perosoyfeliz,aunqueesunafelicidaddiferentedeladelaLunaNueva.

LatíaNancyyCarolinesonmuybuenasconmigoymedejanhacertodolo que quiero. Esmuy agradable. Sonmuy sarcásticas entre ellas. PeromeparecequesonunpococomoIlseyyo,quesepeleanmuchoperotambiénsequierenmuchoentreunapeleayotra.EstoyseguradequeCarolinenoesunabrujaperomegustaríasaberenquépiensacuandoestásola.LatíaNancyyano es guapapero esmuy aristocrática.No caminamuchopor el reuma, asíquecasitodoeltiempolopasasentadaenlasalitadeatrásylee,tejeencajeojuega a las cartas con Caroline. Hablo mucho con ella porque dice que ladivierte y le he contado muchas cosas pero no le he contado que escribopoesía.Sise lodigo,séquemevaahacerrecitarymeparecequenoes lapersonaadecuadapara recitarlemispoesías.Yconellanohablode tinidemamá,aunqueellaquiere.LehablédeJohnelAltivo,delodelbosqueydecuandofuiaveralpadreCassidy.Seriómuchoymedijoqueaellasiemprelehabíagustadohablarconloscurascatólicosporquesonlosúnicoshombresenelmundoconlosqueunamujerpuedehablarmásdediezminutossinquelasotrasmujeresdiganqueseestáechandoensusbrazos.

La tía Nancy dice muchas cosas así. Caroline y ella hablan mucho decosasquesucedieronenlasfamiliasPriestyMurray.Amímegustasentarmea escucharlas.No se interrumpen justo cuando las cosas se están poniendointeresantes,comola tíaElizabethy la tíaLaura.Haymuchascosasquenoentiendo pero las recordaré para averiguarlas algún día. He escritodescripcionesdelatíaNancyydeCarolineenelcuadernoquemeregalóelprimo Jimmy. Escondo el cuaderno detrás del guardarropa en mi cuartoporque un día encontré a Caroline revisando mi baúl. No debo decirle tíaabuelaalatíaNancy.DicequelahacesentircomoMatusalén.Mehabladeloshombresqueestuvieronenamoradosdeella.Amímeparecequetodossecomportaronmásomenosigual.Nomeresultanadadivertidoperoelladiceque lo era.Mehabla de las fiestas y los bailes que había aquí hacemucho

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tiempo.WytherGrangeesmásgrandequelaLunaNuevaylosmueblessonmuchomásbonitosperoesdifícilacostumbrarseaellos.

En esta casahaymuchas cosas interesantes.Meencantamirarlas.En lasala hay una copa jacobita sobre un soporte. Era una copa que un antiguoanzestrodelosPriestteníahacemuchotiempoenEscociaytieneuncardoyuna rosay lausabanparabeber a la saluddelpríncipeCharlieyparanadamás.EsunlegadomuyvaliosoylatíaNancyloquieremucho.Tambiéntieneunavíboraembalsamadaenunjarrodevidrioenelarmariodelaporcelana.Es espantosa pero fascinante.Yome estremezco cuando la veo pero voy amirarlatodoslosdías.Parececomosiatrajeramimirada.LatíaNancytieneunacómodaensuhabitacióncontiradoresdevidrioyunfloreroconlaformadeunpezverdesentadosobrelacolayundragónchinoconlacolaenroscadayunacajitaconunospreciosospajarillosdisecadosyunrelojdearenaparahacerhuevospasadosporaguayunacoronaenmarcadahechaconcabellosdetodoslosPriestmuertosycantidaddeviejosdaguerrotipos.Peroloquemásme gusta de todo es una gran bola plateada y brillante que cuelga de lalámpara de la sala.Refleja todo como un pequeñomundo de hadas. La tíaNancylallamalabolaquemiraydicequecuandoellasemueravaaserparamí.Meencantaríaquenohubieradichoesoporquequierotantoesabolaquenopuedoevitarpensarcuándosevaamorirellayesomehacesentirmuymalvada.TambiénmevaadejarelllamadorenformadegatodeCheshireysuspendientesdeoro.Esascosassonherenziade losMurray.La tíaNancydicequelaherenziadelosPriesttienequeiralosPriest.ElgatodeCheshiremegustaperolospendientesno.Nomegustaríaquelagentememiraralasorejas.

Tengo que dormir sola.Me damiedo pero creo que si seme pasara elmiedome gustaría.Ahora las golondrinas nomemolestan. El problema esqueestoysolaymuylejosdetodos.Peroesmaravillosoestirarlaspiernasatuairesinquenadietereprendaporquetemueves.Ycuandomedespiertoamedianocheysemeocurrealgúnversoespléndido(porquelascosasquesepiensanasísonsiemprelasmejores)puedolevantarmedelacamayescribirloenmicuaderno.Encasanopodríahacerloycuandollegaralamañanalomásprobable es que se me hubiera olvidado. Anoche se me ocurrió un versoprecioso:«Loslirioslevantabansuscálizesperlados(uncalizesunaespeciedecopasóloquemáspoético)dondelasabejasseahogabanensudulzura»ymesentímuyfelizporqueestoyseguradequesonlosdosmejoresversosqueheescritoenmivida.

AquímedejaniralacocinaaayudaraCarolineacocinar.CarolineesunabuenacocineraperoavecescometeunerroryesoirritaalatíaNancy,porqueaella leencantacomerbien.ElotrodíaCarolinepreparólasopadecebadademasiadoespesaycuandolatíaNancymirósuplato,dijo:«Señor,¿quées

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esto,unacomidaobosta?».Carolinedijo:«EsbuenoparaunaPriestyloquees bueno para una Priest es bueno para unaMurray» y la tía Nancy dijo:«Mujer,losPriestcomenlasmigajasquesecaendelamesadelosMurray»yCaroline se puso tan furiosa que empezó a llorar. Y la tía Nancyme dijo:«Emily,nuncatecasesconunPriest»,lomismoquedijoelViejoKelly,yyono tengo intención de casarme con ninguno de ellos. No me gusta muchoningunode losquehevistoperomeparecen iguales a las demáspersonas.Jimeselmejordetodosperoesundescarado.

Los desayunos de Wyther Grange me gustan más que los de la LunaNueva.Comemostostadascontocinoymermelada,muchomássabrosoquelaavena.

AquílosdomingossonmásdivertidosqueenlaLunaNuevaperonosontan sagrados.Esbuenoparavariar.La tíaNancynopuede ir a la iglesianitejer,asíqueCarolineyellajuegantodoeldíaalascartas,peroelladicequeyo no debo hacer lomismo, que ella es unmal ejemplo.Amíme encantamirarlaBibliadelasalagrandeporquehaycantidaddecosasinteresantesenella: recortes de periódico con vestidos y peinados, y trozos de poesía yfotografías y descripciones de muertes y casamientos. Encontré un recortesobremipropionacimientoymecausóunasensaciónextraña.

Por la tarde algunos de los Priest vienen a visitar a la tía Nancy y sequedanacenar.LesliePriestvienesiempre.SegúnJim,eselsobrinopreferidode la tía Nancy. Creo que es porque le dice cumplidos pero vi cómo leguiñabaelojoaIsaacPriestdespuésdehacerleuno.Nomegusta,ymetratacomosiyofueraunacriatura.LatíaNancylesdicecosasespantosasatodosperoellosseríen.Cuandosevan,latíaNancyseburladeellosconCaroline.ACarolineno legusta,porqueellaesunaPriest,yentonces la tíaNancyyellasiempresepelean todos losdomingosdenocheynosehablanhastaellunesalamañana.

PuedoleertodosloslibrosdelabibliotecadelatíaNancymenoslahileradel último estante. ¿Por qué será? La tía Nancy me dijo que son novelasfrancesas pero yo espié una y estaba escrita en inglés. ¿La tía Nancy dicementiras?

El lugarquemásmegusta es la costade labahía.Algunaspartesde lacostasonmuyprofundasyhay,alolargo,unossitiospreciosos,conbosquesylugaresinesperados.Yosalgoacaminarporallíycompongopoesía.AñoromuchoaIlse,aTeddy,aPerryyaSaucySal.HoyherecibidocartadeIlse.Me escribe que no pueden seguir haciendo Sueño de una noche de veranohastamiregreso.Esbonitosentirsenecesario.

A la tía Nancy no le gusta la tía Elizabeth. Un día dijo que era una«tirana» y después dijo: «Jimmy Murray era un muchacho inteligente.ElizabethMurray lematóel intelectoporuna rabieta,ynadie lacastigó.Si

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hubieramatado su cuerpo habría sido una asesina. Lo otro fue peor, enmiopinión».AmíhayvecesquetampocomegustalatíaElizabeth,perosentí,papáquerido,que tengoquedefenderamifamiliay ledije:«NoquierooíresascosassobrelatíaElizabeth».

Y le dirigí una mirada a la tía Nancy. Ella me dijo: «Caramba, niñainsolente,mihermanoArchibaldnoestarámuertodeltodomientrasvivastú.SinoquieresoírciertascosasnoandescercacuandoCarolineyyohablamos.Meparecequehaymuchasquesítegustaoír».

Esofueunsarcasmo,queridopapá,perodetodasformasyocreoquelatíaNancymequiere, aunque no sé sime seguirá queriendomucho tiempo.Jim Priest dice que es voluble y que nunca quiso a nadie, ni siquiera a suesposo, durante mucho tiempo. Pero después de ser sarcástica conmigosiempre le dice aCaroline queme dé un pedazo de pastel, así que amí elsarcasmonomeimporta.Tambiénmepermitetomartédeverdad.Megusta.EnlaLunaNuevalatíaElizabethnomedaotracosaquetéconmuchalecheporqueesmejorparalasalud.LatíaNancydicequelamejormaneradeestarsanoescomerloqueunotieneganasynopensardemasiadoenelestómago.Peroellanuncaestuvoamenazadapor la tuberculosis.Dicequeyonodebotener miedo de morir de tuberculosis porque tengo mucho espíritu. Es unpensamientoreconfortante.LasúnicasvecesenquenomegustalatíaNancyes cuando empieza a hablar de las diferentes partes de mí y el efecto quetendránenloshombres.Mehacesentirmuytonta.

Ahora tevoyaescribirmásseguido,queridopapá.Creoque te teníaunpocoabandonado.

P. D. Me temo que hay algunas faltas de ortografía en esta carta. Meolvidédetraereldiccionario.

22dejulio.

Ay,queridopapá,estoyenunaprietoterrible.Noséquévoyahacer.Ay,papá, he roto la copa jacobita de la tía Nancy. Me parece una horriblepesadilla.

Hoyheidoalasalaamirarlavíboraembalsamadayjustocuandomeibasemeenganchólamangaenlacopajacobita,quesecayóalsueloysehizoañicos.Alprincipiosalícorriendoydejélospedazosallíperodespuésvolví,juntétodoyloescondíenunacajadetrásdelsofá.LatíaNancyahoranovanuncaa lasalayCaroline tampocosuele iry talveznonoten la faltade lacopa hasta que yome vaya a casa. Perome atormenta.No puedo dejar depensarlo todo el día y no puedo disfrutar de nada. Sé que la tía Nancy sepondrá furiosa y no me lo perdonará nunca si se entera. Anoche no pude

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dormirdelapreocupación.HoyhavenidoJimPriestajugarconmigoperomedijoqueestabamuysosaysevolvióasucasa.LosPriestcasisiempredicenloquepiensan.Claroqueestabasosa.¿Cómovoyapoderdivertirme?Estabapensandosiserviríadealgorezar.PeronomeparecebienrezarporqueestoyengañandoalatíaNancy.

24dejulio.

Queridopapá,ésteesunmundomuyextraño.Nadasucedenuncacomouno lo espera. Anoche tampoco pude dormir de lo preocupada que estaba.Penséqueeraunacobarde,haciendoalgosolapadoynoviviendodeacuerdoconmistradiziones.Alfinalmepusetanmalquenopudesoportarlo.Puedosoportar que otras personas tengan unamala opinión demí perome duelemuchotenerunamalaopinióndemímisma.Asíquemelevantédelacamayrecorrí todas las habitaciones hasta la salita de atrás. La tía Nancy todavíaestabaallí,sola,haciendosolitarios.Mepreguntóquédiablosestabahaciendolevantadaaesahora.Yoledije,rápidamenteparaquepasaralopeordeunavez: «Ayer rompí su copa jacobita y escondí los pedazos detrás del sofá».Entonces esperé a que estallara la tormenta. La tía Nancy dijo: «Québendición.Yohequeridoromperlamuchasvecesperonuncameatreví.Todoel clanPriest estaba esperando a que yomemuriera para quedarse con esacopaypelearseporellaymeencantapensarqueahoranovaaserparanadiey,porotrolado,nopuedenacusarmedenadaporquenolarompíyo.Vealacama y descansa para ponerte más guapa». Yo le dije: «¿No está furiosaconmigo, tíaNancy?». «Si hubiera sido una herenzia de losMurray habríapuestoelgritoenelcielo—dijolatíaNancy—.PerolascosasdelosPriestmeimportanunbledo».

Así que me volví a la cama, querido papá, sintiéndome muy alibiada,aunquenomuyeroica.

HoyherecibidocartadeIlse.DicequeSaucySalporfinhatenidogatitos.Creoquetendríaqueestarencasaparaverlos.ProbablementelatíaElizabethloshagaahogaratodosantesdequeyoregrese.TambiénherecibidocartadeTeddy.ComocartanoesmuchoperoestállenadedibujitosdeIlse,dePerry,deTansyPatchydelbosquedeJohnelAltivo.Mehicieronechardemenosmicasa.

28dejulio.

Ay,padrequerido,heaveriguadotodolodelmisteriodelamadredeIlse.

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Estan terriblequenopuedoescribirlo,nisiquieraa ti.YonopuedocreerloperolatíaNancydicequeesverdad.Nocreoquepasencosastanespantosasenelmundo.No,nopuedocreerloynovoyacreerloaunquediganqueescierto.Yoséque lamadrede Ilsenopudohaberhechoalgoasí.Tienequehaberunerrorenalgunaparte.Mepusetantristequesientoquenuncamáspodré ser feliz. Anoche lloré sobre la almoada, como las eroínas de lasnovelasdelatíaNancy.

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CAPÍTULOVEINTICINCO

«Nopudohaberhechoalgoasí»

LatíaabuelaNancyyCarolinePriesterandadasacolorearsusdíasgrisesconelrojodelrecuerdodeantiguasdiversiones,desaparecidashacíatiempo,peroibanmásalláyhablabandelantedeEmilydetodaclasedehistoriasfamiliaressintenerencuentasu corta edad.Amores, nacimientos,muertes, escándalos, tragedias, cualquier cosaque pasara por sus viejas cabezas. Y no escatimaban detalles. La tía Nancy seregodeaba ellos. No olvidaba nada, y los pecados y las debilidades que lamuertehabía cubierto, y para los cuales el tiempo había mostrado su misericordia, erancruelmentedesenterradosyanalizadosporestatruculentaanciana.

Emily no estaba muy segura de que realmente le gustara. Era fascinante,alimentabaundeseooculto,pero,enciertosentido,lahacíasentirdesdichada,comosihubieraalgomuyespantosoescondidoenlaoscuridaddelpozoqueabríanantesusojos inocentes.Comohabíadicho la tíaLaura, su juventud la protegíahasta ciertopunto,peronopudosalvarladecomprender,contristeza,lalastimosahistoriadelamadre de Ilse la tarde en que a la tía Nancy le pareció propicio resucitar aquellahistoriadeangustiayvergüenza.

Emilyestabaarrellanadaenelsofádelasaladeatrás,leyendoLosjefesescocesesporque era uno de esos días sin vida delmes de julio… demasiado caluroso paraperderse por la costa de la bahía. Emily se sentía feliz. La Mujer Viento estabaagitandolagranarboledadearcesquehabíatraslacasa,doblandolashojashastaquecada árbol parecía estar cubierto de flores extrañas, pálidas y plateadas; desde eljardínentrabanunsinfíndefragancias.Elmundoeramaravilloso.HabíarecibidounacartadelatíaLauraenlacualéstaledecíaquehabíanconservadounodelosgatitosdeSaucySalparaella.Emilysintió,cuandosemurióMikeII,quenuncaquerríaotrogato.Peroahoradescubrióquesíloquería.Todoleparecíabien.Estabatancontentaque, si hubiera sabido algo de esa creencia pagana, habría sacrificado su posesiónmáspreciadaaloscelososdioses.

La tíaNancy estaba cansada de jugar al solitario. Apartó las cartas y cogió eltejido.

—Emily—dijo—,¿tutíaLauratieneintencióndecasarseconeldoctorBurnley?Emily,arrancadaabruptamentedelcampodebatalladeBannockburn,pusocara

dehastío.LoschismososdeBlairWateramenudohacíanosugeríanesapregunta,yahoralapreguntaveníaabuscarlaaPriestPond.

—No,seguroqueno—respondió—.Además,tíaNancy,eldoctorBurnleyodiaalasmujeres.

LatíaNancylanzóunarisita.

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—Pensaba que se le había pasado. Ya hace once años desde que su esposa sefugó.Pocoshombresseaferranasíaunaideaduranteonceaños.PeroAllanBurnleysiempre fue muy necio, tanto para el amor como para el odio. Todavía ama a suesposa,poresoodiasurecuerdoyatodaslasdemásmujeres.

—Nuncaheconocidobienlosdetallesdeesahistoria—dijoCaroline—.¿Quiénerasuesposa?

—BeatriceMitchell,delosMitchelldeShrewsbury.Teníaapenasdieciochoañoscuando Allan se casó con ella. Él tenía treinta y cinco. Emily, nunca cometas latonteríadecasarteconunhombremayorquetú.

Emily no dijo nada. Había olvidado Los jefes escoceses. Se le comenzaron aenfriarlasyemasdelosdedos,comolesucedíasiempreensituacionesdeemoción,ylosojosseleoscurecieron.Sintióqueestabaapuntodesaberelmisterioquelahabíapreocupado e intrigado durante tanto tiempo. Temió desesperadamente que la tíaNancycambiaradetema.

—Oídecirqueellaeratodaunabelleza—dijoCaroline.LatíaNancygruñó.—Dependedelosgustos.Erabonita,sí,unamuñequitarubia.Teníaunamarcade

nacimientoenlacejaizquierda,uncorazoncitorojo,ycuandolamirabayonopodíaverlemásquelamarca.Perosusadmiradoresledecíanqueeraunlunardebelleza;lallamaban«elasdecorazones».Allanestabalocoporella.Ellaeramuycoquetaantesdecasarse.Perodebodecir,porquelajusticiaentrelasmujeresesraradeencontrar(sinirmáslejos,Caroline,túeresunaviejabrujainjusta),que,despuésdecasarsenocoqueteó con nadie, al menos abiertamente. Beatrice era traviesa, siempre estabariendo,cantandoybailando,enabsolutolaesposaidealparaAllanBurnley,claro.YpensarqueélpudohaberelegidoaLauraMurray.Peroentreunatontayunamujersensata,¿hayhombrequedude?Lastontasganansiempre,Caroline.Poresotúnuncaencontrastemarido.Erasdemasiado sensata.Yoencontré elmíoporque simulé sertonta. Emily, recuerda eso. Si tienes cerebro, disimúlalo. Tus tobillos te serviránmejorquetucerebro.

—LostobillosdeEmilynoimportan—dijoCaroline,entusiasmadaconelchisme—.SigueconlodelosBurnley.

—Bueno,ellateníaunprimo,untalLeoMitchell,deShrewsbury.TúteacuerdasdelosMitchell,¿no,Caroline?EltalLeoeraunhombremuybienparecido,capitánde barco. Había estado enamorado de Beatrice, según decían las malas lenguas.Algunos decían que Beatrice lo habría aceptado, pero que la familia la obligó acasarse con Allan Burnley porque era mejor partido. ¿Quién lo sabe? Las malaslenguas mienten nueve veces de cada diez y cuando dicen la verdad es sólo unaverdadamedias.Detodasmaneras,ellaaparentabaestarenamoradadeAllanyéllacreyó.CuandoLeovolviódespuésdeunviajeyencontróaBeatricecasada,lotomóconmucha calma. Pero se pasaba el tiempo enBlairWater.Beatrice teníamuchasexcusas.Leoerasuprimo,sehabíancriadojuntos,erancomohermanos,ellaestaba

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muysolaenBlairWaterdespuésdevivirenunaciudad…,élnoteníacasa,vivíaconun hermano. Allan lo admitió todo, estaba tan enamorado que ella podría haberlehechocreercualquiercosa.LeoyellasiempresequedabanjuntoscuandoAllansalíaaverasuspacientes.HastaquellególanocheenqueelbuquedeLeo,LadamadelosvientoszarpabadelpuertodeBlairWaterhaciaAméricadelSur.Élsefue…ysudamaBeatricesefueconél.

UnextrañoruidoahogadosurgiódelrincóndondeestabaEmily.SilatíaNancyyCarolinehubieranmiradohacíaallíhabríanvistoquelaniñaestabablancacomounamuerta,conlosojosmuyabiertos,llenosdeterror.Sinembargo,ellasnolamiraron.Siguierontejiendoyhablando,divirtiéndosemucho.

—¿Cómolotomóeldoctor?—Comolotomó,nadielosabe.Loquetodoelmundosabeeseltipodehombre

quehasidodesdeentonces,esosí.Aqueldíavolvióasucasaalanochecer.Lareciénnacidaestabadormidaenlacunaylasirvientaestabacuidándola.EllaledijoaAllanquelaseñoraBurnleyhabíaidoalpuertoadespedirsedesuprimoyqueregresaríaalasdiez.Allanlaesperócontodatranquilidad(nuncahabíadudadodeella)peroellanoregresó.Yahabíadecididonoregresar.PorlamañanaLadamadelosvientos sehabíaido,habíazarpadolanocheanterior.Beatricehabíasubidoabordoconél,esoeraloquetodoelmundosabía.AllanBurnleynodijonada,selimitóaprohibirquevolviera a mencionarse el nombre de ella en su presencia. Pero La dama de losvientosseperdiócontodoslosqueestabanabordoalsalirdeHatterasyaquélfueelfindelafuga,yelfindeBeatriceconsubelleza,surisaysuasdecorazones.

—Peronofueelfindelavergüenzayladesgraciaquehizocaersobresucasa—puntualizóCaroline, agudamente—.Yoexhibiría enunaplazapública aunamujerasí.

—Tonterías, si un hombre no puede cuidar a su esposa, si se venda los ojos…Diosnosbendiga,niña,¿quépasa?

Emilyestabadepie,conlasmanosextendidascomosiquisieraapartardesíalgoespantoso.

—Nolocreo—gritó,conunavozchillonayextraña—.NocreoquelamadredeIlsehayahechoeso.Nolohizo,nopudohaberhechoalgoasí,lamadredeIlseno.

—¡Cógela,Caroline!—gritólatíaNancy.PeroEmily,aunqueporunsegundolahabitaciónhabíagiradoasualrededor,se

habíarecuperado.—¡Nometoque!—exclamó,conpasión—.¡Nometoque!¡Legustó…legustó

escucharesahistoria!Saliócorriendodelahabitación.PorunmomentolatíaNancysintióvergüenza.

Por primera vez se le ocurrió que su vieja lengua adoradora de escándalos ajenoshabíahechoalgomalo.Peroenseguidaseencogiódehombros.

—Nopuedeirporlavidaenvueltaenunanubedealgodón.Enalgúnmomentotienequeaprenderquelasespadassonespadas.Yopensabaquehabíaoídolahistoria

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hacemucho,silosrumoresenBlairWatersiguensiendoloqueeran.Perosicuandovuelvaasucasacuentaesto, las indignadasvírgenesdelaLunaNuevavanavenirllenasdesantaindignaciónaacusarmedecorruptoradelajuventud.Caroline,nomepidas que te cuente más horrores de la familia delante de mi sobrina nieta, viejachismosa.¡Atuedad!¡Mesorprendes!

LatíaNancyyCarolineretomaroneltejidoysusjugosasreminiscenciasyarriba,enelcuartorosa,bocaabajosobrelacama,Emilylloródurantehoras.Eraespantoso:lamadredeIlsesehabíafugadoylahabíaabandonadocuandoerapequeñita.ParaEmilyesoeraloespantoso:quelamadredeIlsehubierahechoalgotanextraño,cruelydespiadado.Nopodíacreerlo,habíaunerrorenalgúnlado,teníaquehaberlo.

—Alomejorlasecuestró—dijoEmily,tratandocondesesperacióndeencontrarunaexplicación—.Subióabordoparamiraryéllevóelanclayselallevó.Ellanopudohaberseidoporvoluntadpropiadejandoasuhijitaquerida.

La historia atormentó a Emily. Durante días no pudo pensar en otra cosa. Laaflicciónseapoderódeellacorroyéndolacasicondolorfísico.Sentíapavoralpensarque volvería a la LunaNueva y se encontraría con Ilse consciente de que deberíaocultarleeseoscurosecreto.Ilsenosabíanada.Unavezlehabíapreguntadodóndeestaba enterrada su madre, y su amiga había contestado: «Oh, no lo sé. EnShrewsbury,creo…dondeestánenterradostodoslosMitchell».

Emily se retorció lasmanos.Era tan sensible a la fealdadyaldolor comoa lahermosurayalplacer,yaquelloerahorribleydoloroso.Elcasoesquenopodíadejardepensarenellotodoeltiempo,díaynoche.Depronto,lavidaenWytherGrangeseestropeó.LatíaNancyyCarolinedejaronsúbitamentedecontarhistoriasfamiliares,incluso las inofensivas, en su presencia. Y como para ellas era una represióndolorosa,nolaalentabanaquesequedaraconellas.Emilycomenzóasentirquesealegraban cuando ella estaba lejos, de modo que se mantenía aparte y pasaba lamayorpartedeltiempocaminandoporlabahía.Nopodíacomponerpoesía,nopodíaescribir en sucuaderno,ni siquieraescribirlea supadre.Algoparecía interponerseentre ella y sus viejos placeres. Había una gota de veneno en cada copa. Ni lasdelicadas sombras de la gran bahía, el encanto de los acantilados llenos de abetosblancosolaspequeñasislascolorpúrpuraqueparecíanavanzadasdelatierradelashadaspodían llevarla«aléxtasisdelicadoydespreocupado».Laprimerarevelacióndelpecadoyeldolordelmundohabíasidotanintensaquetemíanovolveraserfelizjamás.Y, por debajo de todo, persistía lamisma incredulidad (lamadre de Ilse nopodía haberlo hecho) y el deseo impotente de probar que no lo había hecho. Pero¿cómoprobarlo?Nopodía.Ellahabíaconocidoun«misterio»,perosehabíatopadoconotromásinsondable:larazónporlacualBeatriceBurnleynohabíaregresadoasucasaenaquelanochecerdeveranodehacíatantotiempo.Pues,apesardetodaslaspruebas en contra, Emily insistía en su secreto convencimiento de que, fuese cualfueselarazón,nosehabíaescapadoenLadamadelosvientoscuandolanavezarpóhacialamaravillailuminadaporlasestrellasqueeraelgolfo,másalládeBlairWater.

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CAPÍTULOVEINTISÉIS

Enlacostadelabahía

«Mepregunto—pensóEmily—,cuántomásmequedaporvivir».Aquella tardesehabíaaventuradomás lejosquedecostumbrepor lacostaque

rodeabalabahía.Eraunatardecálidayventosa;elaireolíaaresinayadulzuraylabahíaeradeunturquesaneblinoso.Lapartedelacostadondeseencontrabaparecíasolitariayvirgen,comosijamáshubierasidoholladaporpiehumano,aexcepcióndeunsenderodiminutoyretozón,delgadocomouncordónrojoybordeadodegrandessábanas de musgo verde y aterciopelado, que serpenteaba entre grandes abetosblancosyrojos.Laorillasehacíamásescarpadayrocosaamedidaqueellaavanzabay,alfinal,elpequeñosenderodesaparecíadeltodoenunmatorraldehelechos.Emilysevolvíapararegresar,cuandoviounamataesplendorosadeasterquecrecíalejos,enelbordedelacantilado.Teníaquearrancaruna,nuncahabíavistounasterdeuncolor púrpura tan oscuro e intenso. Se estiró para alcanzarla, pero el traicioneroterrenomohoso cedió ante suspies yEmily se resbalópor la escarpadapendiente.Hizounintentodesesperadoporsubir,pero,cuantomáslointentaba,másrápidosedeslizabahaciaabajo,arrastrándolaconsigo.Lapendienteterminabaenuncorteenpicado de rocas que caía hasta la costa rocosa, diez metros más abajo. Emilyexperimentóunespantosomomentodeterrorydesesperación,peroentoncesvioqueel pedazo de tierra mohosa que se había desprendido se había enganchado en unestrechosalienterocoso,colgadoamedias,yellaestabaencima.Sediocuentadequeelmenormovimientoporsupartelaprecipitaríaalvacío,directamentealascruelesrocasdelacosta.

Permanecióinmóvil,tratandodepensar,tratandodenotenermiedo.Estabamuylejosdecualquiercasaynadielaoiríasigritaba.Aunquetampocoseanimabaagritarportemoraqueelmovimientodesucuerpodesalojaraelfragmentodetierrasobreelquesesostenía.¿Cuántotiempopodríaaguantarallí,sinmoverse?Caíalanoche.LatíaNancysepreocuparíacuandooscurecierayenviaríaaCarolineabuscarla.PeroCarolinenuncalaencontraríaallí.AnadieseleocurriríabuscarlatanlejosdeWytherGrange. Permanecer allí sola toda la noche, pensar que la tierra comenzaba adeslizarse, esperar una ayuda que no llegaría nunca… Emily no pudo evitar unestremecimientoqueestuvoapuntodeprovocareldesastre.

Yaunavezsehabíaenfrentadoalamuerte,oesocreyó,lanocheenqueJohnelAltivoledijoquehabíacomidounamanzanaenvenenada;peroesoeramásdifícil.¡Morirallí,sola, lejosdesucasa!Talveznosesupieranuncaloquehabíasidodeella, tal vez no la encontraran nunca.Los cuervos o las gaviotas le arrancarían losojos.Dramatizótanvivamentelasituaciónqueestuvoapuntodeponerseagritarde

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espanto.DesapareceríadelmundocomohabíadesaparecidolamadredeIlse.¿QuéhabíasidodelamadredeIlse?Inclusoensudesesperadasituación,Emily

seformulóesapregunta.YnovolveríaavernuncalaqueridaLunaNueva,Teddy,lalechería,TansyPatch,elbosquedeJohnelAltivo,elviejo relojdesolmohoso,supreciadomontoncitodemanuscritosdelestantedelsofádelabuhardilla.

«Tengo que ser muy valiente y paciente —pensó—. Mi única oportunidad esquedarmequieta.Ypuedo rezarmentalmente, seguroqueDios puede escuchar lospensamientosigualquelaspalabras.EsbuenopensarqueÉlpuedeoírme,yaquelosdemásno.Ay,Dios,Diosdemipadre,porfavorhazunmilagroysálvamelavida,porquenocreoquedebamorirahora.Perdónamepornoestarderodillas,nopuedomoverme.Y, por favor, simemuero, que la tía Elizabeth no encuentre nuncamisescritos. Por favor, que los encuentre la tía Laura. Y, por favor, que Caroline nomuevaelguardarropacuandolimpielacasa,porqueencontraríaelcuadernoyleeríalo que escribí de ella. Por favor perdóname todosmis pecados, en especial no seragradecidayhabermecortadoel flequillo,ypor favorquepapánoestémuy lejos.Amén».

Entonces,comoeradeesperar,pensóenunaposdata:«YqueporfavoralguienaverigüeporquélamadredeIlsehizoaquello».

Sequedómuyquieta.Laluzdelaguacomenzóavolversedeuntonoorocálidoyrosado. Un gran pino sobre un farallón, frente a ella, extendía sus ramas oscurascontraelesplendorámbardelfondo,partedelabellezadelhermosomundoqueseleescapaba.Lafrescabrisavespertinadelgolfocomenzóarodearla.Enunmomento,un pedacito de tierra se quebró a su lado y cayó:Emily oyó el ruido sordo de losterronessobrelasrocasdeabajo.Laporciónsobrelaqueapoyabaunapiernaestababastante floja y pendía de un hilo. Ella sabía que, en cualquiermomento, tambiénpodíadesprenderse.Seríahorribleestarallí cuandooscureciera.Alcanzabaaver lagranmata de aster, que la había atraído a su perdición, meciéndose incólume porencimadeella,maravillosamentepúrpurayhermosa.

¡Entonces,juntoalaflor,violacaradeunhombrequelamiraba!Looyódecir:—¡Diosmío!—envozbaja,parasí.Vioqueeradelgadoyqueteníaunhombro

unpocomásaltoqueelotro.TeníaqueserDeanPriest,elGibosoPriest.Emilynoseatrevióallamarlo.Sequedóquietaysusinmensosojosdeungrispurpúreodecían:«Sálveme».

—¿Cómo puedo ayudarte?—dijoDean Priest, ronco, como si hablara consigomismo—.Nopuedollegaratiymeparecequeelmenortoqueoroceharáqueesepedazodetierrasevayaporelborde.Tengoqueirabuscarunasogaydejarteaquí,así.¿Puedesesperar,criatura?

—Sí —musitó Emily. Le sonrió para alentarlo, con su suave sonrisita quecomenzabaenlascomisurasdelabocayseleextendíaportodalacara.DeanPriestnuncaolvidóaquella sonrisay losojos firmesde laniñaque lomirabandesdeesa

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caritatanpeligrosamentecercadelborde.—Vendré lo más rápido posible —dijo—. No puedo caminar rápido, soy un

poquitocojo.Perono tengasmiedo, te salvaré.Dejaréamiperroparaque tehagacompañía.Aquí,Tweed.

Silbóyaparecióuninmensoperrodecolorrojizo.—Quédate sentado aquí,Tweed, hasta que yo vuelva.Nomuevas una pata, no

muevaslacola,háblalesóloconlosojos.Tweedsesentó,obediente,yDeanPriestdesapareció.Emily se puso a expresar mentalmente en palabras todo el incidente para su

cuaderno. Seguía un poco asustada, pero no tanto como para no imaginarseescribiéndolotodoaldíasiguiente.Seríamuyemocionante.

Le gustaba saber que el perrazo estaba allí. No sabía tanto de perros como degatos. Pero aquél parecía tan humano y fiable, y lamiraba con unos grandes ojosllenosdebondad.Ungatitogriseraalgoadorable,peroungatitogrisnosehabríaquedado sentado allí alentándola. «Creo —pensó Emily—, que cuando se tienenproblemasunperroesmejorqueungato».

DeanPriestvolvióalcabodemediahora.—GraciasaDiosquenotehascaído—murmuró—.Nohetenidoqueirtanlejos,

despuésdetodo.Heencontradounasogaenunbotevacíoenlacostaylahecogido.Yahora,sitetirolasoga,¿tendrásfuerzasparasujetarteaunquelatierrabajotuspiessedesmorone,yluegopodrássostenertemientrastesubo?

—Lointentaré—dijoEmily.Dean Priest hizo un lazo en un extremo y le deslizó la soga. Luego la ató

alrededordeltroncodeungruesoabeto.—Ahora—dijo.Emily dijo para sus adentros: «Ayúdame, Dios mío» y aferró la soga, que se

balanceaba.Alsegundo,todoelpesodesucuerpocolgabadelasoga,puesalprimermovimientoquehizo, la tierraqueteníabajolospiessedeslizóhaciaabajoycayóporelborde.DeanPriestseestremeció.¿Podríaseguiraferradaalasogamientraséllasubía?

Entonces, vio que ella había encontrado un diminuto saliente donde apoyar larodilla. Con cuidado, tiró de la soga. Emily, llena de resolución, lo ayudabahundiendolosdedosdelospiesenelterrenoblando.Alpocorato,estuvoalalcancedelhombre.Éllacogiódelosbrazosy,levantándola,lapusoasalvo.Enelmomentoenquepasabajuntoalamatadeaster,Emilyestirólamanoycortóunaflor.

—Laconseguí—dijo,contenta.Entoncesseacordódelosbuenosmodales—.Seloagradezcomuchísimo.Mesalvólavida.Y…y…creoquemevoyasentarunrato.Metiemblanlaspiernas.

Emilysesentó,temblandomuchomásquecuandoestabaenpeligro.DeanPriestserecostócontraelviejoabetonudoso.Éltambiénparecíatemblar.Sesecólafrentecon el pañuelo.Emily lomiró con curiosidad. Sabíamucho de él por comentarios

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casualesdelatíaNancy,nosiemprebienintencionados,pueslatíaNancy,alparecer,noloqueríamucho.Siemprelollamaba«Giboso»conalgodedesdén,mientrasqueCarolineescrupulosamentelollamabaDean.Emilysabíaqueélhabíaestudiado,queteníatreintayseisaños(locualparaEmilyeraunaedadvenerable)ymuchodinero,queteníaunhombrodefectuosoycojeabaligeramente,quenoleimportabaninuncale había importado otra cosa que los libros, que vivía con un hermano mayor yviajabamucho, y que todo el clanPriest temía su lenguamordaz.La tíaNancy lohabía llamado«cínico».Emilynosabíaquéerasercínico,perosonaba interesante.Lo miró con interés y advirtió que tenía rasgos delicados, pálidos, y los cabelloscastañooscuro.Loslabioseranfinosysensibles,yexhibíanunacurvagraciosa.Legustósuboca.Dehabersidomayor,habríasabidoporqué:porquedenotabafuerza,ternurayhumor.

Apesardelhombrodefectuoso,habíaenélunadistantedignidadensuaspectoqueeracaracterísticademuchosdelosPriestyqueamenudoeratomadapororgullo.LosojosverdesdelosPriest,queeranagudosyextrañosenelrostrodeCarolineeinsolenteseneldeJimPriesterannotoriamentesoñadoresyatractivoseneldeDean.

—¿Qué? ¿Te parezco buen mozo?—preguntó él, sentándose en otra piedra ysonriéndole.Lavozerahermosa,musicalyacariciadora.

Emilyseruborizó.Sabíaqueobservaralagentenoeradebuenaeducaciónynoleparecíaunbuenmozo,poresoagradecióqueélnoinsistieraconlapreguntasinoqueleformularaotra.

—¿Sabesquiénestugalantepaladín?—Usted tienequeserGi…el señorDeanPriest.—Emilyvolvióa ruborizarse,

muerta de vergüenza. Había estado a punto de hacer otro terrible agujero en susbuenosmodales.

—Sí,GibosoPriest.Notepreocupesporelapodo.Loheoídomuchasveces.Esla idea que tienen los Priest del sentido del humor. —Rió con una risa no muyagradable—.Larazónparaeseapodoesbastanteobvia,¿no?Enlaescuelanuncamellamarondeotramanera.¿Cómotecaísteporelacantilado?

—Queríaesto—dijoEmily,agitandosuaster.—¡Ylatienes!¿Siempreconsiguesloquequieres,aunquelamuerteteespereal

alcancedelamano?Creoquehasnacidoconsuerte.Veolasseñales.Siesteinmensoaster te ha arrastrado al peligro, también te ha salvado, porque te he visto porasomarmeparaobservarlo.El tamañoyelcolormehanllamadolaatención.Delocontrariohabríapasadodelargoytú…¿quéhabríasidodeti?¿Dequiéneresquetedejaarriesgarteporestaspeligrosasorillas?¿Cuálestunombre?¡Siesquelotienes!Empiezoadudardeti,veoquetienesorejaspuntiagudas.¿Meheenredadoentratosconlashadasydentrodeunmomentodescubriréquehanpasadoveinteañosyquesoyunancianoperdidoyaparalavidadeestemundo,acompañadosolamenteporelesqueletodemiperro?

—SoyEmilyByrdStarr,de laLunaNueva—dijoEmily, conalgode frialdad.

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Empezabaasersusceptibleconrespectoasusorejas.ElpadreCassidyhabíahechouncomentariosobreellas,ahoraGibosoPriesttambién¿Tanraraseran?

Y sin embargo, había algo enGibosoque le gustaba, le gustabamucho.Emilynuncadudabasobrelaopiniónquelemerecíalagentequeconocía.Enpocosminutossiempre sabía si esapersona legustaba, ledisgustabao le era indiferente.Tenía laextrañasensacióndequeconocíaaGibosoPriestdesdehacíaaños,talvezporqueeltiempo había parecido eterno mientras estaba sobre aquel pedazo de tierra suelta,esperando su regreso. No era guapo, pero a ella le gustaba su rostro delgado einteligenteconsusmagnéticosojosverdes.

—¡Así que eres la joven huésped deWyther Grange!—exclamó Dean Priest,bastante asombrado—.Entoncesmi tíaNancy tendría que cuidartemejor,mimuyqueridatíaNancy.

—YaveoquenolegustalatíaNancy—dijoEmily,confrialdad.—¿Porquémevaagustarunaseñoraalaquenolegustoyo?Probablementeya

hayasdescubiertoquemedetesta.—Ah,nocreoqueseaparatanto—replicóEmily—.Seguramentetengaalguna

buenaopiniónsobreusted.DicequeeselúnicodelosPriestquevaairalcielo.—Esonoesningúncumplidoporpartedeella,aunquetú,entuinocencia,creas

quesí.¿AsíqueereslahijadeDouglasStarr?Conocíatupadre.EstudiamosjuntosenlaQueen’sAcademy.Alsalirnosseparamos:élsededicóalperiodismoyyomefuiaMcGill.Sinembargo,fueelúnicoamigoquetuveenlaescuela,elúnicochicoquesetomólamolestiadehacerseamigodeGibosoPriest,queeracojoyjorobadoynopodíajugaralfútbolnialhockey.EmilyByrdStarr,Starrtendríaquesertuprimernombre.Parecesunaestrella,tienesunapersonalidadradiantequefluyedeti,tucasatendría que ser el cielo del anochecer, justo tras el crepúsculo, o el cielo de lamañana,antesdelalba.Sí.Tevamáselcielodelamañana.CreoquetevoyallamarEstrella.

—¿Quieredecirquemeencuentraguapa?—preguntóEmily,directamente.—Bueno,nosemehabíaocurridopensarsieresguapaono.¿Teparecequeuna

estrellatienequeserguapa?Emilyreflexionó.—No—contestoporfin—,lapalabranoencajaconunaestrella.—Veo que eres una artista con las palabras. Claro que no. Las estrellas son

prismáticas, palpitantes, fugitivas. No siempre encontramos una hecha de carne yhueso.Creoqueteesperaré.

—Ah,yaestoylista,podemosirnos—dijoEmily,poniéndosedepie.—Humm. Nome refería a eso. No importa. Vamos, Estrella, si no te molesta

caminardespacio.Almenostesacarédeestassoledades.NocreoquemeaventureairaWytherGrangeestanoche.NoquieroquelatíaNancytereprendaati.¿Asíquenoteparezcobuenmozo?

—Yonohedichoeso—exclamóEmily.

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—Noenpalabras.Peropuedoleertuspensamientos.Estrella,nointentesnuncapensaralgoquenoquierasqueyosepa.Losdiosesmehandadoesedon,sibienmehannegadotodas lasotrascosasqueyoquería.Nomeencuentrasbuenmozoperomeencuentrasagradable.¿Tútecreesguapa?

—Unpoquito,ahoraquelatíaNancymedejausarflequillo—respondióEmily,confranqueza.

GibosoPriesthizounamueca.—Nolo llamesconesenombre.Esunnombrepeorquemiriñaque.Flequilloy

miriñaque,hastaduelen.Megustaesaondanegraquerompesobretufrenteblanca,peronolollamesflequillo,nunca.

—Sí,esunapalabrafea.Yonuncalausoenmispoesías,porsupuesto.ConloqueDeanPriestdescubrióqueEmilyescribíapoesía.Tambiéndescubrió

casi todo lo que había que saber de ella en aquel encantador camino de regreso aPriestPond,enelatardecerconaromaaabetos,conTweedcaminandoentreellos,tocando a su amo con el hocico, suavemente, de vez en cuando, mientras lospetirrojossilbabananimadamentedesdelosárbolesenlaluzmoribunda.

Con nueve de cada diez personas Emily era reservada, pero Dean Priest erafrancamente de su tribu y ella lo adivinó al instante. Él tenía derecho al santuariosecretoyellaloabriósinreservas.Conélhablólibremente.

Además, volvía a sentirse viva, volvía a sentir la emociónde vivir, después deaquel espantoso momento en que pareció balancearse entre la vida y la muerte.Sintió,comomástardeleescribióasupadre,«comosiunpajaritomecantaraenelcorazón».¡Ah,eramaravillososentirlatierraverdebajolospies!

Lecontótodosobreella,loquehacíayloqueera.Hubosólounacosaquenolecontó:supreocupaciónporlamadredeIlse.Deesonopodíahablarleanadie.LatíaNancynoteníaporquétemerquefueraallevarchismesalaLunaNueva.

—Ayer,queestaballoviendoynopudesalir,escribíunpoemaentero—dijo—.Comienza:

EstoysentadajuntoalaventanadeloestequedaaMalvernBay…

—¿Novoyaescuchartodoelpoema?—preguntóDean,quesabíaperfectamentebienqueEmilyestabadeseandoqueselopidiera.

Encantada,Emilyrepitiótodoelpoema.Cuandollegóalosdosversosquemáslegustaban:

Talvezenesasislasboscosasquecoronanelpechodelaorgullosabahía…

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Miró de reojo para ver si él los admiraba. Pero él caminaba con los ojos bajos yexpresiónabstraída.Ellasesintióalgodecepcionada.

—Humm—soltó, cuando ella terminó—.Me has dicho que tienes doce años,¿no?Cuandotengasdiezañosmás…peronopensemoseneso.

—ElpadreCassidymedijoquecontinuara—exclamóEmily.—Estabademás.Vasacontinuar,decualquiermanera,nacisteconlanecesidad

deescribir.Esincurable.¿Quépiensashacer?—Creo que seré una gran poetisa o una novelista distinguida —dijo Emily,

reflexiva.—Si no es más que cuestión de elegir —dijo Dean, secamente—, mejor sé

novelista,tengoentendidoqueseganamásdinero.—Lo que me preocupa de escribir novelas —le confió Emily— son las

conversaciones amorosas. Estoy segura de que nunca podré escribirlas. Lo heintentado—concluyó,concandidez—,ynosemeocurrenada.

—Deesonotepreocupes.Algúndíayoteenseñaré.—¿En serio? ¿En serio? —Emily estaba entusiasmada—. Te lo agradeceré

muchísimo.Creoquecontodolodemáspodréarreglármelasmuybien.—Entoncesesuntrato,noloolvides.Yquenoseteocurrabuscarotromaestro,

¿eh?¿QuéhacesenWytherGrange,ademásdeescribirpoesía?¿Notesientessolaconlaúnicacompañíadeesasdossobrevivientes?

—No.Disfrutodemipropiacompañía—dijoEmily,congravedad.—Nome extraña. Se dice que las estrellas viven apartadas.Que se bastan a si

mismas,envueltasensupropialuz.¿DeverdadtegustalatíaNancy?—Sí,deverdad.Conmigoesmuybuena.Nomeobligaaponermecofiayporla

mañana me deja andar descalza. Pero de tarde tengo que ponerme las botasabotonadas,yyoodiolasbotasabotonadas.

—Esnatural.Tendríasquecalzarsandaliasdeluzdelunayllevarunpañuelodenieblamarinaconalgunasluciérnagasprendidasaellasobreloscabellos.Estrella,noteparecesatupadre,perotienestantascosasdeél…¿Teparecesatumadre?Yonolaconocí.

De inmediato,Emily sonrió conmodestia.En aquelmomento nació en ella unverdadero sentido del humor. Ya nunca volvería a sentir de una maneraexclusivamentetrágicasobrenada.

—No—dijo—,sólolaspestañasylasonrisasoncomolasdemamá.Perotengola frente de papá, el cabello y los ojos de la abuela Starr, la nariz del tío abueloGeorge, lasmanos de la tíaNancy, los codos de la primaSusan, los tobillos de latatarabuelaMurrayylascejasdelabueloMurray.

DeanPriestrió.—Unabolsaderetazos,comolosomostodos—dijo—.Perotualmaessólotuya,

yreciénforjada,esoteloaseguro.—Ah,me alegro tanto de queme gustes—exclamóEmily, impulsiva—. Sería

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horriblepensarquealguienquenomegustamesalvólavida.Nomemolestaparanadaquemelahayassalvadotú.

—Mealegro.Porquedesdeestemomentoenadelante tuvidamepertenece.Yaquelasalvé,esmía.Noloolvidesnunca.

Emilysintióunaextrañasensaciónderebelión.Nolegustabala ideadequesuvida le perteneciera a nadie que no fuera ellamisma, ni siquiera a alguien que legustabatantocomoDeanPriest.Dean,quelaobservaba,lovioyesbozósusonrisaenigmáticaquesiempreparecíasermuchomásqueunamerasonrisa.

—Notehacemuchagracia,¿eh?Ah,cuandounoquieraalgofueradelocomún,tienequepagar.Llevatumagníficoasteracasaymantenlotodoloquepuedas.Tehacostadolalibertad.

Reía (era todo una broma, por supuesto) pero Emily sintió que la habíanencadenadocongrillosdeteladearaña.Cediendoaunsúbitoimpulso,arrojólagranfloralsueloylapisó.

Dean Priest la miró, divertido. Sus extraños ojos tenían una mirada muybondadosacuandoseencontraronconlosdeella.

—¡Estrella difícil de encontrar, estrella vívida, estrella! Vamos a ser buenosamigos,somosbuenosamigos.MañanairéaWytherGrangeaveresasdescripcionesqueescribisteentucuadernodeCarolineydemivenerabletía.Seguroquesonunadelicia.Túsigueporesecamino;notealejesdemasiadootravezdelacivilización.Buenasnoches,miEstrelladelaMañana.

Sedetuvoenlaencrucijadaylaobservóhastaqueellaseperdiódevista.—¡Qué criatura!—murmuró—.Nunca olvidaré sus ojos cuando estaba allí, al

bordedelamuerte,quéalmatanintrépida,jamásvianadietanllenadelaalegríadevivir.EslahijadeDouglasStarr;élnuncamellamóGiboso.

Seagachóyrecogiólaflorpisoteada.EltalóndeEmilylahabíapisadoconsañayestabaaplastada.Pero,aquellanoche,éllaguardóentrelashojasdeunviejotomodeJaneEyre,dondehabíamarcadounpárrafo:

Entodasugloriaseelevóantemivistaaquellacriaturadelloviznayluz.

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CAPÍTULOVEINTISIETE

EljuramentodeEmily

EnDean Priest, Emily encontró, por primera vez desde lamuerte de su padre, uncompañero completamente solidario. Siempre estaba del mejor de los humorescuandoestabaconél,yteníaladeliciosasensacióndesercomprendida.Amaresfácily,por lo tanto,común,perocomprender, ¡quépococomún!Juntosvagabanpor lastierrasmaravillosasde la fantasíaen losmágicosdíasdeagostoque siguierona laaventuradeEmilyenlacostadelabahía,hablabandetemasexquisitos,inmortales,ysesentíancómodoscon«lasviejasalegríasdelanaturaleza»,delasqueWordsworthhablacontantojúbilo.

Emily le enseñó todas laspoesíasy las«descripciones»de su cuaderno,que élleía con seriedad y, exactamente como había hecho su padre, le hacía pequeñascríticasquenolamolestabanporquesabíaqueeranjustas.EncuantoaDeanPriest,una fuente de fantasía que parecía haberse secado hacía mucho en él comenzó aburbujearotravez,resplandeciente.

—Me haces creer en las hadas, aunque no quiera—le dijo— y eso significajuventud.Mientrasunocreaenlashadasnopuedeenvejecer.

—Pero yo no puedo creer en las hadas —rezongó Emily, apenada—. Meencantaríapodercreer.

—Perotúeresunhada,delocontrario,nopodríasencontrarlatierradelashadas.Nosepuedecomprarelbilleteparair.Olashadastedanunpasaportecuandonacesono.Esasídesencillo.

—¿«Tierra de las hadas» no es una expresión hermosísima?—preguntóEmily,soñadora.

—Porquesignificatodoloquedeseaelcorazónhumano—dijoDean.Cuandoél lehablaba,Emilysesentíacomomirandounespejoencantadoenel

quesuspropiossueñosyesperanzassecretossereflejabanconunnuevohechizo.SiDean Priest era un cínico, no mostraba cinismo alguno con Emily. Pues, en sucompañíaélnosecomportabaasí;habíaolvidadosuedadyvolvíaaserunniño,conlasfantasíasinmaculadasdelosniños.Ellaloadorabaporelmundoqueleabría.

Enélhabíatambiénungransentidodelhumor,unhumorfino,sorprendente.Lecontaba chistes, la hacía reír. Le contaba extrañas historias antiguas de diosesolvidados que eran muy hermosos, de festivales en la corte y de bodas de reyes.Parecía tener la historia delmundo entero en la punta de los dedos. Describía lascosas con frases inolvidables mientras caminaban por la costa de la bahía o sesentaban en el viejo jardín descuidado y umbrío deWyther Grange. Cuando él lehablabadeAtenascomo«laciudaddelaCoronaVioleta»,Emilysedabacuenta,una

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vezmás, de lamagia que surge al hacer una correcta combinación de palabras; leencantabapensarenRomacomo«laciudaddelasSieteColinas».DeanhabíaestadoenRomayenAtenas,ycasientodaspartes.

—Nosabíaquealguien,fueradeloslibros,pudierahablarcomotú—ledijoella.Deanrió,con laamarguraque tanamenudoestabapresenteensurisa,aunque

eramuchomenosfrecuenteconEmilyqueconotraspersonas.Era,enrealidad,conla risa con loDean se había ganado su fama de cinismo. Con frecuencia la gentepensabaquesereíadeellaynoconella.

—Casi toda mi vida mis compañeros han sido los libros —dijo él—. ¿Es deextrañarquehablecomoellos?

—Estoy segura de que ahora me gustará estudiar historia —terció Emily—,excepto historia del Canadá. Ésa no me va a gustar nada. Es aburridísima. No alprincipio, cuando pertenecíamos a Francia y había muchas batallas, sino después,cuandonohabíamásquepolítica.

—Lospaísesfelices,comolasmujeresfelices,notienenhistoria—dijoDean.—Yoespero tenerunahistoria—exclamóEmily—.Quiero tenerunaprofesión

emocionante.—Todosqueremoslomismo,tontitamía.¿Sabesdeloquéestáhechalahistoria?

Dedolor,devergüenza,de rebeldía,dederramamientode sangreyde sufrimiento.Estrella, pregúntate cuántos corazones sufrieron y se quebraron para hacer esaspáginasrojasypúrpurasdelahistoriaquetúencuentrastanemocionantes.ElotrodíatecontélahistoriadeLeónidasysusespartanos.Teníanmadres,hermanasynovias.Habría sidopreferiblequehubieranpodido librarunabatalla sinderramamientodesangre,enlasurnas;aunquenohabríasidotanespectacular.

—No…nopuedoestardeacuerdo—dijoEmily,confusa.Noteníalasuficienteedad para pensar o decir, como diría diez años después: «Los héroes de lasTermópilas han sido fuente de inspiración para la humanidad durante siglos. ¿Quéjuegoalrededordeunaurnapodráserlo?».

—Ycomotodaslascriaturasdetusexo,formastusopinionessobrelabasedelaemoción.Bien,deseaunaprofesiónemocionante,pero recuerdaqueparaquehayaemociónentuvidaalguiendeberápagarlealflautistalamonedadelsufrimiento.Sinoerestú,tendráqueserotrapersona.

—Ah,no,esonomegustaría.—Entonces confórmate con menos emociones. ¿Te acuerdas del accidente del

acantilado? Eso estuvo a punto de ser una tragedia. ¿Y si yo no te hubieraencontrado?

—Perome encontraste—exclamóEmily—.Amímegusta el peligro, unavezpasado—añadió—.Además,sitodoelmundohubierasidosiemprefeliz,nohabríacosasqueleer.

Tweed era el tercero en sus caminatas, y Emily se encariñómucho con él, sinperdersulealtadhacialarazagatuna.

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—Conunapartedemimenteamoalosgatos,yconlaotraalosperros—decía.—A mí me gustan los gatos, pero nunca he tenido uno —dijo Dean—. Son

demasiadoexigentes,pidendemasiado.Losperrosnoquierenmásqueamor,perolosgatosexigenadoración.NuncasuperaronlacostumbredeserdiosesenBubastis.

Emilycomprendióelcomentario.ÉllehabíacontadodelantiguoEgiptoydeladiosaPasht,peronoestabadeacuerdoconél.

—Los gatitos no quieren que los adoren —replicó—. Sólo quieren seracariciados.

—Por sus sacerdotisas, sí.Sihubierasnacidoen lasorillasdelNilohace cincomil años, Emily, habrías sido una sacerdotisa de Pasht, habrías sido una adorablecriatura de piel oscura, delgada, con una banda de oro en los cabellos negros ypulseras de plata en esos tobillos que la tía Nancy admira, y con docenas dediosecitossagradosretozandoa tualrededor,bajo laspalmeras,enlospatiosdelostemplos.

—Ay—exclamó Emily, extasiada—, acabó de ver «el destello». Y—añadió,intrigada—porunmomentomehahechoañorarmicasa.¿Porqué?

—¿Por qué? Porque no me cabe la menor duda de que, en una encarnaciónanterior,fuisteunasacerdotisaymispalabrasselorecordaronatualma.¿Creesenladoctrina de la transmigración de las almas, Estrella? Claro que no, criada por losfielescalvinistasdelaLunaNueva…

—¿Quésignificaeso?—preguntóEmily.CuandoDeanse loexplicó leparecióunacreenciapreciosa,peroestabaseguradequealatíaElizabethnolegustaría.

—Poresonovoyacreerenella,porahora—dijo,conseriedad.Hastaquetodollegóasufindemaneraabrupta.Todoslosinvolucradoshabían

dadoporsentadoqueEmilysequedaríaenWytherGrangehasta finalesdeagosto.Peroamediadosdeagosto,latíaNancyledeprontoledijo:

—Veteatucasa,Emily.Mehecansadodeti.Megustasmucho,noeresestúpida,erespasablementeguapaytehasportadoespléndidamentebien.DiaElizabethquehonrasalosMurray,peromehecansadodeti.Veteatucasa.

Emily tenía sentimientos encontrados. Le dolía que la tía Nancy le dijera queestabacansadadeella;acualquieraledolería.Estuvoresentidavariosdías,hastaquese le ocurrió una respuesta tajante que podría haberle dicho a la tía Nancy y laescribióenel cuaderno.Se sintió tanaliviadaal escribirlacomosideverdad se lohubieradicho.

YlamentabatenerquedejarWytherGrange;habíallegadoaquereresacasaviejay hermosa, con su sabor de secretos ocultos, un sabor que era sólo un trucode suarquitectura,puesenellanuncahabíahabidonadamásquelassencillashistoriasdenacimientos, casamientos, muertes y la vida cotidiana que tienen que tienen casitodaslascasas.Lamentabadejarlabahía,elpreciosojardín,labolaquemira,elgatodeCheshire y el cuarto rosa de la libertad; sin embargo, lamentabamás que nadadejaraDeanPriest.Aunque,porotraparte,leencantabapensarenvolveralaLuna

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Nueva y a todos los que quería: Teddy y su querido silbido, Ilse y su estimulantecamaradería,Perryconsuresolucióndellegaracotasmáselevadas,SaucySalyelgatitonuevoqueyaestaríanecesitandounpocodeeducación,yelmundodehadasdel Sueño de una noche de verano. El jardín del primo Jimmy estaría en plenoesplendor;lasmanzanasdeagostoestaríanmaduras.Depronto,aEmilyleentraronmuchasganasdeirse.Guardósuscosasenelpequeñobaúlnegroconalegríayhallóunaexcelenteocasiónparaintroducir,consentidodelaoportunidad,ciertoversodeunpoemaqueDeanhacíapocolehabíaleídoyquehabíacautivadosufantasía.

—«Adiós,mundoorgulloso,mevuelvoacasa»—declamó,consentimiento,depieen loaltode la largaescaleraoscuray reluciente,yapostrofandoa lahileradeadustasfotografíasdelosPriestquecolgabandelasparedes.

Perohuboalgoquelairritó.LatíaNancysenegóadevolverleeldibujoquelehabíahechoTeddy.

—Meloquedo—dijolatíaNancy,sonriendoysacudiendolospendientesdeoro—. Algún día ese dibujo tendrá valor como uno de los primeros esfuerzos de unartistafamoso.

—Yosóloselopresté,ledijequesóloseloprestaba—dijoEmily,indignada.—Soyunviejodemoniosinescrúpulos—dijola tíaNancy,sinalterarse—.Así

mellamantodoslosPriestamisespaldas.¿Noescierto,Caroline?Yaquemellamanasí,bienpuedoserlo.Sucedequemegustaesedibujo,esoestodo.Voyaenmarcarloy colgarlo aquí, en mi salita. Pero te lo dejaré en mi testamento, eso, el gato deCheshire,labolaquemiraymispendientesdeoro.Nadamás,novoyadejarteniuncentavodemidinero,conesonocuentes.

—Noloquiero—replicóEmily,altiva—.Voyaganarmontonesdedinero.Peronoesjustoquesequedeconmidibujo.Meloregalaron.

—Yonuncahesidojusta—puntualizólatíaNancy—.¿Verdad,Caroline?—Nunca—dijoCaroline,demalhumor.—¿Ves?Ahora,nomontesunescándalo,Emily.Hassidounaniñamuybuena,

perocreoqueyahecumplidoconmideberporloquehaceaesteaño.RegresaalaLunaNuevaycuandoElizabethnotedejehaceralgodilequeyosiempretedejaba.Nosésiservirádealgo,perointéntalo.Elizabeth,comotodoslosquetienenalgúnparentescoconmigo,siempresepreguntaquévoyahacerconmidinero.

ElprimoJimmyfueabuscaraEmily.¡Cuántosealegróelladeverotravezsurostrobondadosoconsusdulcesojosdeelfoylabarbaterminadaendospuntas!PerosesintiómuymalcuandosevolvióaDean.

—Siquieres,tedoyunbesodedespedida—dijo,ahogada.AEmilynolegustabadarbesos.Enrealidadnoteníaganasdedarleunbesoa

Dean,peroloqueríatantoquepensóquedebíatratarleconcortesía.Deanmirósonriendosujuventud,supureza,sussuavescurvas.—No,noquieroquemebeses…todavía.Ynuestroprimerbesonodebetenerel

gustodeunadespedida.Seríaunmalpresagio.EstrelladelaMañana,lamentoquete

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vayas.Peroteverépronto.MihermanamayorviveenBlairWater,¿sabes?,ysientoun súbito arrebato de cariño fraternal hacia ella.Creo que la visitaré amenudo deahora en adelante. Entretanto, recuerda que me prometiste escribirme todas lassemanas.Yyoteescribiréati.

—Hermosascartasmuygordas—señalóEmily.Meencantanlascartasgordas.—¡Gordas!Seránverdaderamenteobesas,Estrella.Ahora,nisiquieravoyadecir

adiós.Hagamosunpacto,Estrella.Nuncanosdiremosadiós.Sólonossonreiremosynosiremos.

Emily hizo un galante esfuerzo, sonrió y se fue. La tía Nancy y Carolinevolvieronalasaladeatrásyasujuegodecartas.DeanPriestllamóaTweedconunsilbidoysefuealacostadelabahía.Sesentíatansoloqueseriódesímismo.

EmilyyelprimoJimmyteníantantascosasdequéhablarqueelcaminoacasapareciómuycorto.

La Luna Nueva resplandecía al sol del atardecer, que también brillaba consuavidadsobrelosviejosgranerosgrises.LasTresPrincesas,queseerguíanbajoelcielo plateado, parecían tan remotas y principescas como siempre. El viejo golfocanturreabadetrásdeloscampos.

LatíaLaurasaliócorriendoarecibirlos,consuspreciososojosazulesbrillandodeplacer.LatíaElizabethestabaenlacocina,preparandolacenayselimitóatenderlamanoaEmily,peroparecíaalgomenosaltivayceñudaquedecostumbre,yparalacenahabíapreparadolasbombasdecremapreferidasdeEmily.Perryandabaporallí,descalzoytostadoporelsol,esperándolaparacontarletodaslasnoticiassobregatos,terneros,cerditosylapotrillanueva.IlsevinocorriendoyEmilydescubrióquehabíaolvidadolovitalqueeraIlse,cuántolebrillabanlosojosámbar,cuándoradaerasumelenadecabellosdeseda,másdoradosquenuncabajolaboinadesedaazulquelaseñora Simms le había comprado en Shrewsbury. Como prenda de vestir, aquellaboinaestridentehacíaqueaLauraMurrayledolieranlosojosylasensibilidad,peroel color resaltaba los maravillosos cabellos de Ilse. Ésta sumergió a Emily en unabrazoextasiadoysepeleóferozmenteconelladiezminutosdespués,porelhechodequeEmilysenegóaregalarleelúnicogatitosobrevivientedeSaucySal.

—Tendríaquesermío,hienatambaleante—tronóIlse—.¡Estanmíocomotuyo,cerdita!Elpadreeselviejogatodenuestrogranero.

—Ese tipo de conversación es indecente—intervino la tíaElizabeth, pálida dehorror—.Ysiosvaisapelearporesegato,loharéahogar,noloolvidéis.

Porfin,IlsesedejóapaciguarporelofrecimientodeEmilydequeellalepusieranombre al gatito y tuviera lamitad de los derechos sobre él. Ilse le llamóFlor.AEmily no le pareció un nombre apropiado pues, como el primo Jimmy se habíareferidoaélcomo«elgatito»,sospechabaquepertenecíaalsexofuerte.Peroprefirióestar de acuerdo a volver a provocar la ira de la tíaElizabeth por hablar de temasprohibidos.

—PuedollamarloFloro—pensó—.Suenamásmasculino.

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Elgatitoeraunacositadelicada,conrayasgrises,queaEmilylerecordabaasuqueridoMikeperdido.Yolíadeliciosamenteapielcalentitaylimpia,conunaromaalhenodetréboldondeSaucySalhabíahechosuniditodematernidad.

Después de la cena, oyó el silbido de Teddy en el jardín viejo, la encantadorallamada de siempre. Emily salió corriendo a buscarlo; después de todo, no habíanadie como Teddy en el mundo. Fueron corriendo hasta Tansy Patch para ver elnuevocachorritoqueeldoctorBurnleylehabíaregaladoaTeddy.LaseñoraKentnoparecióalegrarsemuchodeveraEmily, estuvomás fríaydistantequenuncay sesentóaobservarcomolosdosniñosjugabanconelcachorritogordezuelo.SusojososcurosresplandecíanconunfuegotenebrosoqueaEmilylahacíasentirvagamenteincómodacadavezquelevantabalamiradayseencontrabaconellos.NuncahabíapercibidoelrechazodelaseñoraKenthaciaellacontantaintensidadcomoaquellanoche.

—¿Por qué no le gusto a tumadre?—le preguntó a Teddy sin rodeos cuandollevabanalpequeñoLeoalgranero,dondepasabalanoche.

—Porquemegustasamí—dijoTeddy,conciso—.Nolegustanadadeloquemegustaamí.TengomiedodequeprontoenveneneaLeo.Megustaría…megustaríaquenomequisieratanto—añadióél,enloqueeraelcomienzodesurebeldíacontraaquelloscelosanormalesdeunamorqueélsentía,másquecomprendía,comounacadenaquecomenzabaamortificarlo—.Dicequenomevaadejariraclasesdelatínyálgebraesteaño,yasabesquelaseñoritaBrownelldijoquepodíahacerlo,porquenoquierequesigaestudiando…Dicequenosoportaestarlejosdemí,nunca.Nomeimportamuchoporellatín,peroquieroaprenderaserunartistayalgúndíaquieroira lasescuelasdonde loenseñan.Nomevaadejar.Ahoraodiamisdibujosporquepiensa que los quieromás que a ella.No es cierto, yo quiero amimadre, esmuydulceymuybuenaconmigoentodolodemás.Peroellacreequenolaquiero,yyame ha quemado algunos. Estoy seguro.No están en la pared del granero y no losencuentroporningúnlado.SilehacealgoaLeo,la…lavoyaodiar.

—Díselo —dijo Emily, ecuánime, con algo de la astucia de los Murrayprevaleciendoenella—.EllanosabequetúsabesqueenvenenóaHumoyaBotóndeOro.DilequelosabesyquesilehacealgoaLeonolaquerrásmás.Ledarátantomiedo de que no la quieras, que no le hará nada a Leo, estoy segura. Díselo conamabilidad, no hieras sus sentimientos, pero díselo. Serámejor—concluyóEmily,con una imitación brillante de la tía Elizabeth cuando daba un ultimátum— paratodos.

—Creo que lo haré—dijoTeddy, impresionado—.Nopuedo permitir queLeodesaparezcacomodesaparecieronmisgatos,eselprimerperroquetengo,ysiemprehequeridounperro.¡Ay,Emily,cómomealegrodequehayasvuelto!

Era muy bonito que le dijeran aquello, especialmente que se lo dijera Teddy.Emilysefueacasamuycontenta.Enlacocinaviejaestabanencendidaslasvelas,ysusllamasdanzabanalvientodeagostoqueentrabaporlapuertaylaventana.

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—Supongo que no te gustarán mucho las velas, Emily, ahora que te hasacostumbradoa las lámparasenWytherGrange—dijo la tíaLauraconunsuspiro.Unade laspequeñasamargurasde lavidadeLauraMurrayeraque la tacañeríadeElizabethllegarahastaalasvelas.

Emilymiróasualrededor,pensativa.Unavelachisporroteóylallamaseagitó,comosaludándola.Enotra,depabilomuylargo,lallamasubíayseachicabacomoun diablito malhumorado. Otra tenía una llama pequeñita: era una vela callada ymeditabunda.Otraseagitabagraciosamente,sacudidaporlabrisaqueentrabaporlapuerta.Otraardíaconunallamafirmeyderecha,comounalmaleal.

—No…nosé,tíaLaura—respondió,despacio—.Unopuede…hacerseamigodelasvelas.Creoque,despuésdetodo,megustanmáslasvelas.

LatíaElizabeth,queveníadelacocinaexterior,laoyó.Algoparecidoalplacerresplandecióenlosojosazulescomoelaguadeunlago.

—Tienessentidocomún—dijo.«Eselsegundocumplidoquemehace»,pensóEmily.—CreoqueEmilyestámásaltadesdeque fueaWytherGrange—opinó la tía

Laura,mirándolaconmelancolía.La tíaElizabeth apagó las velas y dirigió unamirada rápida por encimade los

anteojos.—Amínomeloparece.Elvestidolequedaigualdelargo.—Yoestoyseguradequehacrecido—insistióLaura.Para resolver ladisputa,elprimoJimmymidióaEmilyen lapuertade lasala:

tocójustolamarcaanterior.—¿Ves?—dijolatíaElizabeth,triunfante,porqueleencantabatenerrazón,aun

enunasuntoinsignificante.—Está…diferente—dijoLaura,conunsuspiro.Laura,despuésdetodo,teníarazón.Emilyhabíacrecido,estabamásaltaymayor

enalma,sinoencuerpo.EraestecambioelquenotabaLaura,pueselafectointensoytiernosiemprepercibeesascosas.LaEmilyquevolviódeWytherGrangenoeralaEmilydeantes.Yanoerasólounaniña.LashistoriasdefamiliadelatíaNancysobrelasquehabía reflexionado, supersistente angustia sobre la historia de lamadredeIlse, aquella hora de horror en la que había visto la muerte cara a cara en losacantilados de la costa de la bahía, su relación con Dean Priest: todo se habíacombinadoparamadurar su inteligenciay susemociones.Cuando fuea lamañanasiguientefuea labuhardillaysacósupreciosopaquetedemanuscritospara leerlosconamorseasombróysesintióhastadecepcionadaporquenoeranni lamitaddebuenos de lo que ella había creído. Algunos eran una solemne tontería, pensó; seavergonzabadeellos,tantoquelosllevóensecretoalacocinaylosquemó,congranenfado de la tía Elizabeth que, cuando fue a preparar el almuerzo, se encontró elfogónllenodepapeleschamuscados.

AEmilyyanolellamabalaatenciónquelaseñoritaBrownellsehubieraburlado

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de ellos, aunque esto no apaciguaba nada el resentimiento al recordar aquellaseñorita.Elrestolodevolvióalestantedelsofá,incluidoLahijadelmar,queseguíapareciéndolebastantebueno,sibienyanolamagníficacomposiciónqueleparecieraenotrotiempo.Sintióquemuchospasajespodíanmejorarse.Entonces,comenzódeinmediato a escribir un nuevo poema, «Volviendo a casa después de semanas deausencia». Como en éste debía mencionar todas las cosas y todas las personasrelacionadas con la Luna Nueva, prometía ser muy largo y proporcionarle unaagradableocupaciónpara los ratos libresdurantemuchassemanas.Eramaravillosoestarotravezencasa.

«NohayningúnlugarcomolaqueridaLunaNueva»,pensóEmily.Algo que marcó su retorno (una de esas pequeñas «épocas» en una casa que

causan una impresión más fuerte en la memoria y la imaginación de lo que enrealidadsugeriríasu importancia real) fueelhechodeque ledieranunahabitaciónpropia.LatíaElizabethhabíadescubiertoquedormirsolaeraunadeliciademasiadogrande para volver a renunciar a ella. Decidió que ya no quería soportar unacompañera de cama que no dejaba de moverse y hacía preguntas inconcebibles acualquierhoradelanocheenquelevinieraengana.

De modo que, tras una larga conversación con Laura, se decidió que Emilydormiríaen lahabitaciónde sumadre, el«mirador»,como la llamaban,aunqueenrealidad no era un mirador. Pero estaba situada encima de la puerta delantera ymirandoaljardín,loqueenlasotrascasasdeBlairWaterocupabanlosmiradores,demodo que se la conocía con ese nombre. La habían preparado para Emily en suausenciay,laprimeranochedesuregreso,cuandollególahoradeirsealacama,latíaElizabethledijobrevementequeibaadormirenlahabitacióndesumadre.

—¿Sola?—exclamóEmily.—Sí.Esperamosquelamantengasordenadaylimpia.—Nadiehadormidoallídesdelanocheantesdequetumadre…sefue—dijola

tíaLaura,conunsonidoraroenlavoz,unsonidoquelatíaElizabethnoaprobó.—Tumadre—dijo,mirandoaEmilyconfrialdadporencimade la llamade la

vela,actitudquedabaunairetétricoasusrasgosaguileños—seescapó,burlándosede su familia y destrozando el corazón de su padre. Fue una chica tonta,desagradecidaydesobediente.Esperoquetúnuncaavergüencesatufamiliaconunaconductasemejante.

—¡Ay,tíaElizabeth—dijoEmily,sinaliento—,cuandotieneslavelaasí,baja,tucarapareceunacalavera!Ah,estaninteresante.

LatíaElizabethsevolvióyencabezólamarchasubiendoporlasescalerasenunadusto silencio. No tenía sentido desperdiciar buenos consejos en una niña comoaquélla.

Cuando ladejaron sola en sumirador, apenas iluminadoporunavelapequeña,Emilymiróasualrededorconuninterésintensoyemocionado.Nopudoacostarsehasta no haber inspeccionado cada rincón.La habitación eramuy anticuada, como

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todas las de la Luna Nueva. Las paredes estaban empapeladas con un diseño dedelgadosdiamantes que encerraban estrellas doradasy, sobre el empapelado, habíacolgadasfrasesydibujoshechosenlanaquehabíansidounodelosentretenimientosde la niñez de sus tías. Uno de ellos, que colgaba sobre la cabecera de la cama,representabaadosángelesguardianes.Ensuépocahabíasidomuyadmirado,peroEmilylomirócondesagrado.

—Nomegustanlasalasdeplumasenlosángeles—dijo,conmuchaseguridad—.Losángelestienenqueteneralasdearcoiris.

Enelsuelohabíaunabonitaalfombratejidaamanoyotrasalfombritasredondastrenzadas.Habíaunacamanegrayaltaconbarrotes tallados,uncolchóngordo,deplumas,yunacolcha irlandesa,pero, congranalegríadeEmily,nohabíacortinas.Habíaunamesitaconunasgraciosaspatasenformadegarrasycajonescontiradoresdemetal,ycubiertaconvolantesdemuselina,queestabajuntoalaventana.Unodelospanelesdelaventanadistorsionabaelpaisajedeunamaneragraciosa,haciendounacolinadondenohabíaninguna.AEmilyestolegustaba,nosabíaporqué,peroenrealidaderaporqueledabaindividualidadalpanel.Sobrelamesahabíaunespejooval en un marco dorado y descolorido. Emily quedó encantada al ver que podíamirarse en él (entera excepto las botas) sin estirarse ni ladear el espejo. «Ynomedeformalacaranimereflejaverde»,pensó,feliz.Dossillasnegrasderespaldoaltoyasiento de crin, un palanganero con una jarra azul y una otomana descolorida conunas rosas bordadas en lana en punto cruz completaban los muebles. Sobre lapequeñarepisadelachimeneahabíaflorerosconhierbasecaycoloreadayunfrascofascinantedebarrigaancha llenodecaracolasde las IndiasOccidentales.Aamboslados, había unos preciosos armarios pequeños con puertas de vidrio metalizado,comolosdelasaladeestar.Debajo,habíaunpequeñohogar.

«MepreguntosilatíaElizabethalgunavezmedejaráencenderunfuegoaquí»,pensóEmily.

La habitación rebosaba de ese indefinible encanto que se halla en todas lashabitacionesdondelosmuebles,yaantiguosomodernos,seconocenbienentresíylasparedesylossueloscongenian.Emilylosintióasualrededor,mientrasibadeunlado a otro revisándolo todo. Ésta era su habitación, y ya la quería; se sentíatotalmenteasusanchas.

—Ésteesmisitio—susurró,feliz.Sesentíadeliciosamentecercadesumadre,comosideprontoJulietStarrsele

hubierahechoreal.Laemocionabapensarqueprobablementesumadrehabíatejidolatapadeencajedelalfileteroquehabíasobrelamesa.Yaquelfrascollenodefloressecas que había en la repisa de la chimenea tenía que haberlo llenado su madre.CuandoEmily levantó la tapa,unaromaespesosediseminópor lahabitación.Lasalmasdetodaslasrosasquehabíanflorecidoalolargodetantosveranosdoradosenla Luna Nueva parecían estar prisioneras allí, en una especie de purgatorio paraflores.Algoenaquelaromamísticoyevasivo,lehizollegar«eldestello»aEmily,y

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suhabitaciónquedó,así,consagrada.Sobrelarepisadelhogarhabíaunafotografíadesumadre,ungrandaguerrotipo

tomadocuandoeraniña.Emilylamiróconamor.Ellateníalafotografíaquelehabíadejadosupadre,hechadespuésde laboda.Perocuando la tíaElizabeth la trajodeMaywood a la LunaNueva, la colgó en la sala, dondeEmily rara vez la veía. Lafotografíade suhabitación,deunaniñadecabellosdoradosymejillas sonrosadas,eratodasuya.Podíamirarlayhablarconellacuandoquisiera.

—Ay,mamá—dijo—,¿enquépensabascuandoerascomoyo?Cómomehabríagustadoconocerteenesaépoca.Pensarquenadiehadormidoaquídesdedeque teescapasteconpapá.LatíaElizabethdicequeteportastemalescapándote,peroamínomeloparece.Noteescapasteconundesconocido.Además,mealegrodequelohayashecho,porquesinoyonoexistiría.

Emily,muycontentadeexistir,abriólaventanadesumiradortodoloquepudo,semetió en la camay se quedódormida, sintiendouna felicidad tanprofundaqueresultabacasidolorosa,mientrasescuchabaelsusurrosonorodelvientonocturnoquesoplabaentre losgrandesárbolesdelbosquedeJohnelAltivo.Cuando,pocosdíasdespués,leescribióasupadre,comenzólacartacon«queridospapáymamá».

Ydeahoraenadelante,siempreteescribirélacartatambiénati,mamá.Perdonaquetehayaomitidodurantetantotiempo.Peronomeparecisterealhasta lanocheenquevolvíacasa.A lamañanasiguientehice lacamaconmuchocuidado(latíaElizabethnopudoencontrarelmenordefecto)yquiteelpolvoatodoyalsalirmearrodilléylediunbesoalumbral.YocreíaquelatíaElizabethnomehabíavisto,peromevioydijoquemehabíavueltoloca.¿PorquélatíaElizabethcreequeunoestálocoporquehacealgoqueellanohace?Ledije:«No,esquequieromuchomihabitación»yellagruñóydijo:«Sería mejor que quisieras a tu Dios». Pero yo lo quiero, querido papá (ymamá)yloamomásdesdequetengomiqueridahabitación.Desdeellaveotodoeljardín,hastaelbosquedeJohnelAltivoyunpedacitodelestanquedeBlairWatera travésdeunclaroentrelosárbolespordondepasaelCaminodelAyer.Ahorame gusta irme a la cama temprano.Me encanta quedarmeacostada sola, en mi propia habitación y hacer poesía y pensar endescripcionesdecosasmientrasmiro,porlaventanaabierta,lasestrellasylosárbolestanhermosos,tangrandesytanquietos,delbosquedeJohnelAltivo.

Ay, papá y mamá queridos, vamos a tener maestro nuevo. La señoritaBrownellnoregresará.SevaacasareIlsedicequecuandosupadreseenteródijo:«Diosampareaesepobrehombre».YelnuevomaestroesuntalseñorCarpenter.Ilseloviocuandoélfueaverasupadre(porqueeldoctorBurnleyesdelConsejoesteaño)ydicequellevapatillasytieneloscabellosespesosygrises.Estácasadoyvaavivirenlaviejacasitadelahondonada,másalládela escuela. Me parece muy gracioso pensar en un maestro con esposa y

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patillas.Mealegrodeestarencasa.PeroechodemenosaDeanylabolaquemira.

LatíaElizabethpusocaradeenfadocuandomevioelflequilloperonodijonada.LatíaLauradicequeyotampocodiganadayquesigausándolo.PeronomesientocómodayendocontralosdeseosdelatíaElizabethasíquemelopeinétodoparaatrásexceptounmechónpequeñín.Inclusoasínomesientocómodadeltodoperotengoquesoportarunpocodeincomodidadenarasdemiaspecto.LatíaLauradicequelosmiriñaqueshanpasadodemodaasíquenunca podré tener uno pero nome importa porqueme parecen espantosos.RhodaStuart se va a poner furiosaporque estabadeseando ser grandeparaponerseuno.Esperoque,cuandoempieceahacerfrío,medenunbotellóndeaguacalienteparamísola.Enelestantemásaltodelacocinadefuerahayunmontón.

Ayer Teddy y yo tuvimos una aventura preciosa.Vamos a guardarlo ensecreto,enparteporquefuemuybonitoyenparteporquetenemosmiedodequenosreprendanmuchoporunacosaquehicimos.

Fuimos hasta la Casa Desilusionada y encontramos suelta una de lasmaderasdeunaventana.Asíquelaarrancamos,entramosyrecorrimostodalacasa.Tienetodoslostabiqueshechosperolefaltaelrevoque,yhayvirutaspor todaspartes, talcomo ladejaron loscarpinteroshaceaños.Parecíamásdesilusionadaquenunca.Amímedieronganasdellorar.Habíaunachimeneapreciosaenunahabitaciónasíquepusimosmanosalaobrayencendimosunfueguito con virutas y astillas (esto es por lo que podrían reprendernos,probablemente)ydespuésnossentamosfrentealfuegosobreunviejobancode carpintero y charlamos. Decidimos que cuando seamos mayores,compraremos la Casa Desilusionada para vivir juntos allí. Teddy dijo quesuponía que tendremos que casarnos, pero a mí me parece que podremosencontrar lamaneradearreglarnossin todaesacomplicación.Teddypintarácuadros, yo escribiré poesía y comeremos tostadas con tocino ymermeladatodas las mañanas para desayunar (como en Wyther Grange) pero nuncacereales.YsiempretendremosmuchascosasricasparacomerenladespensayyoharécantidadesdemermeladayTeddysiempremeayudaráalavarlosplatosycolgaremoslabolaquemiraenelmediodel techoenlahabitacióndelhogar,porque lomásprobableesqueparaeseentonces la tíaNancysehayamuerto.

Cuandoseconsumióelfuegopusimoslatabladelaventanaensulugarysalimos. Hoy, durante todo el día, de pronto Teddy me decía de pronto«Tostadas, tocino ymermelada» con un tono de lomásmisterioso e Ilse yPerryestánfuriososporquenopuedenaveriguarquésignifica.

El primo Jimmy ha traído a Jimmy JoeBelle para que lo ayude con lacosecha. Jimmy Joe Belle viene de cerca de Derry Pond. Hay muchos

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francesesallíycuandounamuchachafrancesasecasa,casisiemprelallamanporelprimernombredelesposo,enlugardeseñoradetal,comoeninglés.Siunamuchacha llamadaMarysecasaconunhombre llamadoLeon,despuésella pasará a llamarse siempreMary Leon. Pero, en el caso de Jimmy JoeBelle es al revés, porque a él lo llaman con el nombre de su esposa. LepreguntéalprimoJimmyporquéymedijoqueesporqueJimmyJoeesunpobre desgraciado y la que lleva los pantalones es Belle. Pero sigo sinentender,porqueJimmytambiénusapantalones,¡ynoentiendoporquéaélle dicen Jimmy JoeBelle en lugar de llamarla a ellaBelle Jimmy Joe sóloporqueellatambiénllevapantalones!Novoyadescansarhastaaveriguarlo.

Ahora el jardín del primo Jimmy está espléndido. Han florecido lasazucenas.Yoestoytratandodequemegustenporqueparecequenolegustananadiepero,enlomásprofundodelcorazón,séquemegustanmáslasrosastardías.Nopuedoevitarquemegustenmáslasrosas.

HoyIlseyyorevisamostodoeljardínviejobuscandotrébolesdecuatrohojasperonohemosencontradoninguno.Despuésyoencontréunojuntoalaescalera de la lechería por la noche, cuando estaba colando la leche y nipensabaenlostréboles.ElprimoJimmydicequeasívienesiemprelasuerteyquenosirvebuscarla.

Es hermoso estar otra vez con Ilse. Nos hemos peleado sólo dos vecesdesdequehevueltoacasa.Voyatratardenopelearmemásconellaporquenomeparecedigno,aunqueesinteresante.PeroesdifícilnopelearseconIlseporque,aunqueyomequedetranquilaynodigaunapalabra,Ilsepiensaqueesunamaneradepelearyseponemásfuriosatodavíaymedicecosaspeoresquenunca.LatíaElizabethdicequeparapelearsehacenfaltadosperoellanoconoceaIlsecomoyo.HoyIlsemehallamadoalbatrosrastrero.Mepreguntocuántos nombres de animales le quedarán para insultarme. Nunca repite elmismo animal dos veces. Me gustaría que no atosigara tanto a Perry.(Atosigar es una palabra que aprendí de la tía Nancy. Es muy fuerte, meparece).Creoquenoloaguanta.ÉldesafióaTeddyasaltardesdeelgallineroporencimadelapocilga.Teddynoquiso.Dijoque,sihabíaquehacerlo,éllointentaríaperoquenoibaahacerlosóloparahacersever.Perrylohizoynosehizonada.Sepodríahaberrotolacrisma.DespuéssepusoaalardearydijoqueTeddyteníamiedo.Ilsesepusorojacomounaremolachayledijoquesinosecallabaleibaaarrancarlanarizdeunmordisco.NosoportaquenadiediganadamalodeTeddy,peroamímeparecequeélpuedecuidarsesolo.

IlsetampocopuedeestudiarparaelingresoenelColegio.Supadrenoladeja.Peroelladicequenoleimporta.Dicequecuandoseaunpocomayorseescaparádecasaparaestudiarteatro.Suenamuypecaminosoperointeresante.

MesentímuyrarayculpablecuandovolvíaveraIlse,porqueyosabíalodelamadre.Noséporquémesentículpable,porqueyonotuvenadaquever.

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Ahora el sentimiento seme está yendounpocopero a vecesmehacemuydesdichada. Me gustaría olvidarme de todo o averiguar la verdad. Porqueestoyseguradequenadiesabelaverdad.

HoyherecibidocartadeDean.Escribeunascartaspreciosas,comosiyofuera mayor. Me mandó un poema que recortó de un diario llamado Lagenciana orlada. Dice que le hizo recordarme. Es todo precioso, pero laúltimaestrofaeslaquemásmegusta.Diceasí:

Susurra,pues,capullo,entussueños,ydimecómopuedoescalarelSenderoAlpinotanempinadoyarduoquellevaalasalturassublimes.Cómollegaralametalejanadeunafamahonrosayverdaderayescribirsobreelpapirorelucienteelhumildenombredeunamujer.

Cuandololeímevino«eldestello»ycogíunahojadepapel(semeolvidócontar que el primo Jimmy me regaló una cajita con hojas y sobres, aescondidas)yescribí:

Yo,EmilyByrdStarr,prometosolemnementeenestedíaquetreparéelSenderoAlpinoyescribiréminombreenelpapirodelafama.

Entonceslopuseenunsobre,loselléysobreélescribí«EljuramentodeEmilyByrdStarr,de12añosy3meses»yloguardéenelestantedelsofáenlabuhardilla.

Ahoraestoyescribiendolahistoriadeuncrimeny tratodesentir loquesentiríaun asesino.Es escalofriante, pero emocionante.Casi siento como siyohubieraasesinadoaalguien.

Buenasnoches,queridospapáymamá.Vuestrahijaqueosquiere,

Emily.

P.D.Heestadopensandoencómofirmarécuandoseamayorypubliquemistrabajos.Noséquéquedarámejor,siEmilyByrdStarrcompleto,oEmilyB. Starr oE.B. Starr, oE.Byrd Starr.A veces pienso que puedo tener unseudónimo,esdecir,otronombrequeunoseelige.Lovieneldiccionario.Sihagoeso,podríaoírloquelagentedigademistrabajosenmimismacara,sinsospecharqueyosoyyo,ydecirloquedeverdadpiensan.Seríainteresante

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aunquetalveznodemasiadocómodo.CreoqueseréEByrdStarr.

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CAPÍTULOVEINTIOCHO

Unatejedoradesueños

EmilytardóvariassemanasdecidirsielseñorCarpenterlegustabaono.Sabíaquenoledisgustaba,nisiquieracuandoelprimersaludodelmaestro,queleespetóconvoz áspera el primer día de clase, acompañado de un asombroso levantar de lashirsutas cejas, fue: «Así que tú eres la niña que escribe poesía. Seríamejor que tededicarasalaagujayalaescoba.Haydemasiadostontosenelmundoquequierenescribirpoesíayfracasan.Younavezlointenté.Ahorasoymássensato».

«Tieneslasuñassucias»,pensóEmily.Peroélpusopatasarribatodalatradiciónescolartanrápidaycompletamenteque

Ilse,quesevanagloriabadeponerlopatasarriba todoyqueodiaba larutina, fue laúnica alumna que lo quiso desde el primer momento. Algunos nunca llegaron aquererlo (los del tipo de Rhoda Stuart, por ejemplo) pero casi todos terminaronencariñándose con él cuando pudieron acostumbrarse a no acostumbrarse nunca anada.YEmily,porfin,decidióqueelmaestrolegustabamuchísimo.

El señorCarpenter tenía entre cuarentay cincuenta añosy eraunhombre alto,con abundantes cabellos grises y espesos, bigote y cejas grises e hirsutos, barbatruculenta, luminosos ojos azules en los cuales su vida turbulenta no había aúnapagadoel fuegoyunrostro largo,delgado,grisáceo,conprofundasarrugas.Vivíaenunacasadedoshabitacionescercadelaescuela,conunaesposaqueparecíaunratoncitotímido.Nuncahablabadesupasadonidabaexplicacionesporelhechodequeasuedadnotuvieraunaprofesiónmejorqueladeenseñarenunaescuelaruralporunsalariomagro,peroalpocotiemposesupolaverdad.LaIslaPríncipeEduardoesunaprovinciapequeñaytodossushabitantessabenalgodetodoslosdemás.Demodoquealfinal,lagentedeBlairWateryhastalosniñosdelaescuelasupieronqueelseñorCarpenterhabíasidoensujuventudunbrillanteestudianteyqueaspirabaaformarpartedelgobierno.Sinembargo,enelcolegiosehabíajuntadocon«ungrupodedisolutos»(lagentedeBlairWaterasentíadespacioysusurrabaconsolemnidadladesagradable frase) y aquel grupo lo había arruinado. «Se dio a la bebida» y, entérminos generales, destrozó su porvenir.Y el resultado era queFrancisCarpenter,queensusdosprimerosañosenMcGillhabíasidoelprimerodesuclaseyaquiensusprofesores lepronosticaronunbrillanteporvenirera,a loscuarentaycinco,unmaestro de escuela rural sin perspectivas de ser nunca otra cosa. Tal vez estabaresignado; tal vez no. Nadie lo supo nunca, ni siquiera el ratoncito tímido de suesposa.AlagentedeBlairWaterletraíasincuidado:eraunbuenmaestroyesoeralo que importaba. Aunque de vez en cuando se «agarraba una buena», siempre lohacía los sábados y el lunes estaba completamente sobrio. Sobrio y especialmente

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digno,vestidoconunaamericanadeunnegrodesleídoquenoseponíanuncaotrodíadelasemana.Noinvitabaalaconmiseraciónniadoptabaposestrágicas.Peroaveces,cuandoEmilylomirabaalacara,inclinadosobrelosproblemasdearitméticaenlaescueladeBlairWater,sentíaunapenaenormeporélsincomprenderenlomásmínimoporqué.

Teníauntemperamentoexplosivoqueporlogeneralentrabaencombustiónunavezaldía,momentoenelcualtronabadurantealgunosminutos,mesándoselabarba,implorándole al cielo que le diera paciencia, maltratando a todos en general y aldesdichado objeto de su ira en particular. No obstante, aquellos ataques nuncadurabanmucho.A los pocosminutos, el señorCarpenter le sonreía al alumnoqueacababa de reprender, con tanta gracia como el sol que atraviesa una nube detormenta.Nadieleguardabaelmenorrencorporsusgruñidos.NuncadecíalascosashirientesquesolíadecirlaseñoritaBrownell,queseenconabaneinfectabandurantesemanas; elgranizode suspalabras caíapor igual en justosqueenpecadoresy sediluíasincausardaño.

Admitíadebuengrado lasbromassobresímismo.Undía, leestabagritandoaPerryMiller:«¿Meoye?¿Meestáoyendo,señor?».«Claroquelooigo—respondióPerry, sin inmutarse—. Seguro que lo oyen hasta en Charlottetown». El señorCarpenterlomiróunsegundoyenseguidaestallóenunaestentóreacarcajada.

SusmétodosdeenseñanzaerantandiferentesdelosdelaseñoritaBrownell,quealprincipiolosalumnosdeBlairWatersintieroncomosiloshubierapuestocabezaabajo. La señorita Brownell era una fanática del orden. El señor Carpenter nuncaintentaba, en apariencia,mantener el orden. Pero, de algunamanera,mantenía tanocupados a los niños que no les dejaba tiempo para travesuras. Durante un mesenseñóhistoriatempestuosamente,haciendoquesusalumnosinterpretarandiferentespersonajes y representaran los incidentes. Nunca le pedía a nadie que aprendierafechasdememoria,pero igual las fechasse fijabanen lamente.Si,comoMaría laReinadelosEscoceses,erasdecapitadaconelhachadelaescuela,arrodilladayconlos ojos vendados sobre el escalón, con un verdugo que era PerryMiller con unamáscara hecha con un pedazo de la vieja seda negra de la tía Laura, mientras tepreguntabasquépasaríasiPerrybajabaelhachacondemasiadafuerza,noolvidabasenquéañohabíasucedidoeso.YsilibrabaslabatalladeWaterlooportodoelpatiode la escuela y escuchabas aTeddyKent gritando: «¡Arriba, guardias, y a ellos!»,mientras dirigía la última furiosa carga, te acordabas de 1815 sin ni siquieraintentarlo.

Al mes siguiente, la historia se dejaba de lado por completo y la geografíaocupabasulugar;entonceslaescuelayelpatiosedividíanenmapasdepaísesyunose vestía como los animales que los habitaban o comerciaba con sus diversosproductos a través de ríos y ciudades. Cuando Rhoda Stuart te ha estafado en unnegocio de pieles, recuerdas que ella había comprado la carga en la RepúblicaArgentina.Y siPerryMiller se abstenía de tomar agua en todoundía deun calor

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sofocanteporqueestabacruzandoeldesiertoarábigoconunacaravanadecamellosyno encontraba un oasis, y después bebía tanta agua que le habían dado unoscalambres horribles y la tíaLaura había pasado toda la noche levantada a su lado,jamás olvidabas dónde quedaba el dichoso desierto. Los miembros del consejoestabanbastanteescandalizadosporalgunosdelosacontecimientosyestabansegurosde que los niños se estaban divirtiendo demasiado para que de verdad pudieranaprenderalgo.

Para aprender latín y francés había que decir los ejercicios en voz alta, noescribirlos, y las tardes de los viernes todas las lecciones quedaban a un lado y elseñor Carpenter les hacía recitar poesía a los niños, o decir discursos o declamarpasajesdeShakespeareodelaBiblia.Ilseadorabaaqueldía.ElseñorCarpenterselanzaba sobre la habilidad de Ilse como un perro sobre un hueso y le exigía sinclemencia.TeníanluchasinterminablesenlascualesIlsedabapatadasenelsueloyloinsultaba,mientrasquelosotrosalumnossemaravillabandequenolacastigara,peroalfinalIlseteníaquecederyhacerloqueélquería.Ilseibaconregularidadalaescuela, algo que no había hecho nunca. El señor Carpenter le había dicho que sifaltabaunsolodíasinunabuenaexcusa,nopodríatomarparteenlos«ejercicios»delosviernes;yesolahabríamatado.

Undía,elseñorCarpentercogiólapizarradeTeddyyencontróenellaundibujode sí mismo, en una de sus actitudes preferidas, aunque no precisamentefavorecedora.TeddylohabíatituladoLapestenegra,puesaquelmismodíaenelañode la Gran Peste la mitad de los alumnos de la escuela había muerto y losaterrorizadossupervivientesloshabíanllevadoencamillasalafosacomún.

Teddyesperóunrugidodeira,yaqueeldíaanteriorhabíahechopapillaaGarrettMarshallporhaberlodescubiertoconeldibujodeunainofensivavacaensupizarrao,almenos,loqueGarrettdecíaqueeraunavaca.Sinembargo,elasombrososeñorCarpentersólo juntó lashirsutascejas,mirómuyserio lapizarradeTeddy, lapusosobreelpupitre,miróaTeddyydijo:

—Nosénadadedibujoynopuedoayudarte,pero,porDios,creoquedeahoraenadelante puedes dejar esos problemas de aritmética extra de las tardes y ponerte adibujar.

Así pues, cuando llegó a su casa,GarrettMarshall le contó a su padre que«elviejoCarpenter»noerajustoyqueTeddyKent«erasupreferido».

Aquella tardeelseñorCarpenterfueaTansyPatchaver losdibujosdelapartesuperiordelviejogranero.LuegoentróenlacasayhablóconlaseñoraKent.Loquedijo él y lo que dijo ella, nadie lo supo jamás. Pero el señor Carpenter se fuemalhumorado, como si se hubiera topado con un obstáculo inesperado. A raíz deaquel episodio se preocupó muchísimo por las tareas escolares de Teddy y leconsiguió textos de dibujo elementales que le regaló, advirtiéndole que no se losllevaraasucasa,loqueparaTeddyestabademás.Éstesabíaperfectamenteque,silosllevaba,desapareceríandemaneratanmisteriosacomosusgatos.Habíaseguido

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elconsejodeEmilyylehabíadichoasumadrequenolaquerríamássileocurríaalgoaLeo,yLeoaumentódepesoycrecióhechotodounperrazosaludable.Pero,enelfondodesucorazón,Teddyerademasiadobuenoyqueríademasiadoasumadreparaproferirsemejanteamenazamásdeunavez.Sabíaque,despuésdelavisitadelseñor Carpenter, ella había llorado toda la noche y había pasado casi todo el díasiguiente rezando de rodillas en su pequeño dormitorio. Lo habíamirado con ojosapenadosyatormentadosduranteunasemana.Élhabríaqueridoquesumadrefueracomo las de los demás, pero se querían mucho y pasaban horas muy agradablesjuntos en la casita gris, que se hallaba en la colina de hierba lombriguera. Sólocuandohabíaotraspersonascerca,laseñoraKentseponíacelosayrara.

—Cuandoestamossolosesbuenísima—lehabíadichoTeddyaEmily.Encuantoa losotrosmuchachos,PerryMillereraelúnicoconelqueel señor

Carpenterinsistíaconeltemadelosdiscursos,yeratandespiadadoconélcomoconIlse.Perrytrabajabamuchoparacomplacerloypracticabasusdiscursosengranerosycampos, e incluso, durante las noches, en el altillo de la cocina, hasta que la tíaElizabethlepusopuntofinal.EmilynoentendíaporquéelseñorCarpentersonreíadulcemente y decía «muy bien» cuando Neddy Gray balbuceaba un entrecortadodiscurso,sinlamenorexpresividad,yluegoseponíafuriosoconPerryyloacusabadetontoydebobo,porDios,porquenolehabíadadoelénfasisexactoadeterminadapalabraohabíahechoungestounafraccióndesegundoantesdeloperfecto.

Tampoco entendía por qué hacía correcciones en rojo en sus redacciones y lareprendíaporfrasesverbaleslargasoporsuusoabusivodelosadjetivos,caminandoporelpasillode laclase,dearribaabajo, increpándolaácidamenteporqueella«nopodíaponerpunto,porDios,cuandosabíaquedebíaponerlo»ydespuéslesdecíaaRhodaStuartyaNanLeequesusredaccioneseranmuybonitasyselasdevolvíacasisin correcciones.A pesar de todo, ella lo queríamás cada día que pasaba. Pasó elotoñoyllegóelinvierno,consushermososárbolesdesnudosysuscielosdeunsuavegrisperlado,atravesadosdeflechasdoradasporlastardes,yclaroshastaconvertirseen un cuadro de estrellas por encima de las amplias colinas y valles blancos querodeabanlaLunaNueva.

Aquel invierno, Emily creció tanto que la tía Laura tuvo que alargarle losvestidos. La tía Ruth, que había ido una semana de visita, dijo que había crecidodemasiadoparalapocafortalezaquetenía,típicoenlosniñostuberculosos.

—Yonoestoytuberculosa—dijoEmily—.LosStarrsonaltos—añadió,conundejodesutilmaliciaquenocorrespondíamuybienasuscasitreceaños.

LatíaRuth,queeramuysusceptibleconrespectoasuescasotamaño,gruñó.—No estaría mal si eso fuera lo único en que te parecieras a ellos—dijo—.

¿Cómotevaenlaescuela?—Muybien. Soy lamás inteligente de la clase—respondióEmily, conmucha

compostura.—¡Eresunaniñaengreída!—dijolatíaRuth.

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—Nosoyengreída—respondióEmilycondesdeñosa indignación—.LodijoelseñorCarpenteryélnoadulaanadie.Además,nopuedoevitarserquiensoy.

—Bueno,esdeesperarquetengasalgodeinteligencia,porqueloqueesbelleza,no tienesmucha—dijo la tíaRuth—.No tienescoloresyesoscabellos tannegrosalrededordeunacaratanblancacausanunefectomuyfuerte.Porloqueveo,vasaserunamuchachafea.

—Túnolediríasesoenlacaraaunadulto—replicóEmily,conunaplomoserioquesiempreexasperabaalatíaRuthporquenopodíacomprenderloenunaniña—.Creoquenoseríaunesfuerzotangrandeseramableconmigocomoloeresconotraspersonas.

—Te señalo tus defectos para que puedas corregirlos —dijo la tía Ruth, confrialdad.

—No es culpamía ser pálida y tener el cabello negro—protestóEmily—.Nopuedocorregireso.

—Sifuerasunaniñadiferente—añadiólatíaRuth—,yo…—Pero no quiero ser una niña diferente—dijo Emily, convencida.No tenía la

menorintencióndebajar labanderadelosStarrantela tíaRuth—.Noquisierasernadiemásqueyomisma,aunqueseafea.Además—añadióconairemajestuoso,altiempoquesevolvíaparasalirdelahabitación—,aunquepuedeserqueahoranoseamuyguapa,creoquecuandovayaalcieloseréhermosa.

—HaygentequeencuentraaEmilymuybonita—terciólatíaLaura,sibiennolodijo hasta queEmilynohubo salidode la habitación.Era lo bastanteMurrayparaeso.

—Noséqué leven—soltó la tíaRuth—.Es engreída e insolenteydice cosasparaquelacreaninteligente.Túacabasdeoírla.Peroloquemásmedisgustaenellaesqueestanpocoinfantilytaninsondablecomoelmar.Sí,Laura,insondablecomoelmar.Undíadeéstoslovasaaveriguaratuspropiasexpensassinohacescasodemis advertencias. Es capaz de cualquier cosa. La palabra astuta le queda corta.Elizabethytúnoleatáislasriendaslobastantecortas.

—Yohehecholoposible—dijoElizabeth,rígida.EllatambiénconsiderabaquehabíasidodemasiadopermisivaconEmily;conLaurayJimmy,erandoscontrauna,perolairritabaquelodijeraRuth.

AquelinviernoeltíoWallacetambiéntuvounataquedepreocupaciónporEmily.Undía,estandoenlaLunaNueva,lamiróydijoqueseestabahaciendomayor.—¿Cuántosañostienes,Emily?—Lehacíalamismapreguntacadavezqueibaa

laLunaNueva.—Enmayocumplotrece.—Ajá.¿Quévasahacerconella,Elizabeth?—Noentiendoquéquieresdecir—respondió la tíaElizabethcon frialdad,o al

menoscon toda la frialdadconquesepuedehablarcuandounoestáechandoseboderretidoenmoldesdevelas.

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—Bueno,prontoserámayor.Noesperaráquelamantengastodalavida.—Claroqueno—susurróEmily,conresentimiento,envozmuybaja.—…yeshoradequedecidamosquéserámejorparaella.—LasmujeresMurray nunca tuvieron que salir a trabajar para mantenerse—

replicólatíaElizabeth,comosiesopusierapuntofinalaltema.—EmilyessólomedioMurray—dijoWallace—.Además,lostiemposcambian.

Lauraytúnovaisavivirsiempre,Elizabeth,ycuandoosvayáis,laLunaNuevaseráparaelhijodeOliver,Andrew.Emilytendríaqueestarcapacitadaparamantenerse,sillegaasernecesario.

A Emily no le gustaba el tíoWallace, pero en aquel momento le estaba muyagradecida.Cualesquierafueransusmotivos,estabaproponiendoexactamenteloqueelladeseabaensecreto.

—Yosugeriría—dijo el tíoWallace—que lamandes a laQueen’sAcademyaestudiar para ser maestra. Enseñar es una ocupación muy apropiada para lasmuchachas.Yocontribuiréapagarlosgastos.

Hastaunciego sehabríadadocuentadequeal tíoWallace leparecíaungestomuygenerosodesuparte.

«Si lohaces—pensóEmily—, tedevolverécadacentavoquegastes encuantopuedaganarmelavida».

Noobstante,latíaElizabetherainexorable.—Noestoydeacuerdoconquelasmuchachassalganalmundoaganarselavida

—dijo—.NovoyamandaraEmilyaQueen’s.SelodijealseñorCarpentercuandovino a vermepara hablar de prepararla para los exámenes de ingreso.Estuvomuygrosero;entiemposdemipadre,losmaestrossabíancuálerasulugar.Perocreoqueselohiceentender.Mesorprendedeti,Wallace.Atuhijanolamandasteatrabajar.

—Mihija teníapadresparaque seocuparandeella—respondióel tíoWallaceampulosamente—. Emily es huérfana. Pensé, por lo que he oído, que ella mismapreferiríaganarselavidaquevivirdecaridad.

—Yasíes—exclamóEmily—.Yasíes,tíoWallace.Ay,tíaElizabeth,porfavor,déjame estudiar para el examen de ingreso. ¡Por favor!Te devolveré cada centavoquegastes.Tedoymipalabradehonor.

—Resulta que no es un asunto de dinero —replicó la tía Elizabeth con susmodales más majestuosos—. Me comprometí a mantenerte, Emily, y eso haré.Cuandoseasmayor,puedequeteenvíealcolegiosecundariodeShrewsburyunparde años. No me opongo a la educación. Pero no vas a ser una esclava de nadie,ningunamuchachaMurraylohasido.

Dándose cuenta de la inutilidad de implorar,Emily salió con lamisma amargadesilusión que sintió tras la visita del señor Carpenter. La tía Elizabeth miró aWallace.

—¿Te olvidas de lo que sucedió cuando Juliet fue a estudiar a Queen’s? —preguntóconuntonosignificativo.

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AEmily no se le permitió asistir a las clases preparatorias para el examen deingreso,peroPerryno tenía anadieque ledijeraqueno,demodoquecomenzóaasistiraellascon lamismaempecinadadeterminaciónquedemostrabaen todo.Laposición de Perry en la Luna Nueva había cambiado sutil y firmemente. La tíaElizabeth había dejado de referirse a él desdeñosamente como «el muchachocontratado». Hasta ella reconocía que, aunque aún era, sin duda, un muchachocontratado, no seguiría siéndolo, y ya no ponía objeciones cuando Laura leremendaba la ropa rotanicuandoEmily loayudabacon las leccionesen lacocina,despuésdelacena;nisiquieraseenfadocuandoelprimoJimmycomenzóapagarleun pequeño salario, aunque muchachos mayores que Perry se conformaban contrabajar durante losmeses de invierno por el alojamiento y la comida en una casaconfortable.Sihabíaun futuroprimerministroenciernesen laLunaNueva, la tíaElizabeth quería tener alguna participación en el proceso. Era digno de crédito yencomiablequeunmuchacho tuvieraambiciones.Enelcasodeunamuchacha, lascosaserandiferentes.Ellugardeunamuchachaeralacasa.

EmilyayudabaaPerryaresolverlosproblemasdeálgebrayleechabaunamanoenlasleccionesdefrancésylatín.Deestamanera,ellamismaaprendíamásdeloquelatíaElizabethhabríaencontradoconveniente;tambiénaprendíacuandolosalumnosdelexamendeingresohablabanesosidiomasenlaescuela.Erafácilparaunaniñaque en ocasión había inventado un idioma propio. Cuando George Bates, paraalardear,lepreguntóundíaenfrancés(sufrancés,delcualundíaelseñorCarpenterhabíadichoquedudabadequeelmismoDiospudieracomprender):«¿Tieneslatintade mi abuela y el cepillo de mi primo y el paraguas del esposo de mi tía en tuescritorio?», Emily le respondió con la misma soltura y casi el mismoafrancesamiento:«No,perotengolaplumadetupadreyelquesodelposaderoylatoalladelacriadadetutíoenlacanasta».

Para consolarse de su desilusión, Emily, escribía más poesía que nunca. Legustaba escribir especialmente en las tardes de invierno, cuando los vientostormentosos rugían fuera y amontonaban en el jardín y el parque cosasfantasmagóricas, coronadas por las luciérnagas. También escribió varios cuentos,desesperadosromancesenloscualesluchabaheroicamentecontralasdificultadesdelos diálogos amorosos, cuentos de bandidos y piratas (a Emily le gustaban estosúltimos porque no había necesidad de que los bandidos y los piratas hablaranafectuosamente),tragediasdecondesycondesascuyaconversaciónadorabasalpicardefrasesenfrancésyunadocenadeotrostemasdeloscualesellanosabíanadaenabsoluto.Tambiénconsiderólaposibilidaddeescribirunanovela,perodecidióqueseríamuydifícilconseguirelpapelsuficiente.Lasplanillasyasehabíanterminadoyloscuadernosnoeranlobastantegrandes,aunquesiempreaparecíaunonuevo,comoporartedemagia,ensucanastadelaescuela,cuandoelanteriorestabacasilleno.ElprimoJimmyparecíatenerunararacapacidaddeadivinacióndelmomentoadecuado:esoerapartedesuesencia.

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Una noche, acostada en la cama del mirador, observando una luna llena querelucía en un cielo despejado y se derramaba por el valle, Emily tuvo una idearepentinayasombrosa.

EnviaríasuúltimopoemaalEnterprise,deCharlottetown.ElEnterpriseteníaunRincóndelospoetas,dondeconfrecuenciasepublicaban

poemas «originales». Para sus adentrosEmily pensaba que los suyosmerecían serpublicados,yprobablementelomerecieran,porquelamayoríadelos«poemas»delEnterpriseerantristesgarabatos.

Emilyseentusiasmótantoconlaideaquenopudodormirencasitodalanoche,nitampocoquería.Eramaravillosoestaracostada,llenadeemoción,enmediodelaoscuridad, imaginándoselo todo. Veía sus poemas impresos firmados por E. ByrdStarr,veíalosojosdelatíaLauraresplandecientesdeorgullo,veíaalseñorCarpenterseñalándoles los poemas a desconocidos («la obradeuna alumnamía, porDios»),veía a todos sus compañeros de escuela envidiándola o admirándola, según lasnaturalezas, se veía a sí misma al menos con un pie firmemente plantado en laescalera de la fama, una colina coronada del SenderoAlpino, con una perspectivanuevaymaravillosaabriéndoseantedeella.

Llególamañana.Emilyfuealaescuela,estabatandistraídaconsusecretoquelefuemalentodoyfuereprendidaporelseñorCarpenter.Perotodoleresbalabacomoelaguaporellomodeunpato.SucuerpoestabaenlaescueladeBlairWater,perosuespírituestabaenelreinocelestial.

Apenasterminólaescuela,sefuealabuhardillaconmediahojadeunpapeldenotas color azul.Conmuchoesmerocopióelpoema, teniendoespecial cuidadoenponerle lospuntosa todas las íesy lospalitosa todas las tes.Loescribióaambosladosdelahoja,siendoinocentementeignorantedelasreglasaluso.Luegololeyóenvozalta,encantada,sinomitireltítulo,Sueñosdelatardecer:HabíaunversoqueEmilydegustódosotresveces:

Lapersistentemúsicadeelfosdelaire.

—Creoqueeseversoesmuybueno—dijoEmily—.Ahoramepreguntocómosemehabráocurrido.

Aldíasiguiente,mandóelpoemayvivióenundeliciosoéxtasismísticohastaelsábadosiguiente.CuandollegóelEnterprise,loabriócontrémulaansiedadydedoscongelados,ybuscóElRincóndelospoetas.¡Habíallegadoelgranmomento!

¡NohabíaseñalesdeningúnSueñodelatardecer!EmilytiróelEnterpriseycorrióalabuhardilladonde,bocaabajosobreelviejo

sofá de crin, lloró su amargura y su desilusión.Apuró la copa del fracaso hasta elfinal.Fueespantosamenterealytrágicoparaella.Sesentíacomosilehubierandadounabofetadaenplenacara.Sesentíaaplastadaenelpolvodelahumillaciónyestabaseguradequenopodríavolveralevantarsejamás.

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Daba gracias de no haberle dicho nada a Teddy, había estado tan tentada dehacerlo.Secontuvosóloporquenoqueríaestropearlasorpresadelmomentoenquele enseñara el poema con su firma.APerry sí se lo había contado, y éste se pusofuriosocuando,mástarde,enlalechería,leviolacaraconelrastrodelaslágrimas,mientraslosdoscolabanlaleche.Normalmente,aEmilyleencantabahacerlo,peroaquella noche el mundo se había quedado sin sabor. Ni el esplendor lechoso delatardecerinvernalsilenciosoysuave,nielpúrpuraqueseadvertíasobrelosbosquesde la ladera de la colina y que presagiaba deshielo, le proporcionaron la emociónhabitualasualma.

—IréaCharlottetownaunqueseacaminandoy learomperé lanarizaldirectordelEnterprise—soltó Perry, con la misma expresión que, treinta años más tarde,advertiríaalosmiembrosdesupartidoqueeramejorcorreraresguardarse.

—No serviría de nada—dijo Emily, melancólica—. No le pareció lo bastantebueno como para publicarlo, eso es lo que me duele, Perry, no le gustó nada.Romperlelanariznoloarreglaría.

Tardounasemanaenrecuperarsedelgolpe.EntoncesescribióunahistoriaenlacualeldirectordelEnterprisehacíaelpapeldeunvillanooscuroydesesperadoqueal final hallaba alojamiento detrás de los barrotes de una prisión. Esto le sacó elresentimiento del cuerpo y Emily se olvidó de todo en medio de las delicias deescribirunpoemadirigidoa«LadulcedamaAbril».Peromepreguntosialgunavezloperdonódeverdad,nidespuésdedescubrirquenosedebeescribiraambosladosdelahoja,nidespuésdeleer,unañomástarde,Sueñosdelatardecerypreguntarsecómoenalgúnmomentopudohaberleparecidobueno.

Este tipode cosas sucedía ahora con frecuencia.Cadavezque leía supequeñotesoro de manuscritos encontraba algunos en que el oro de las hadas se habíaconvertidoenhojassecas,aptassóloparaserquemadas.Emilylasquemaba,peroledolíaunpoquito.Dejaratráslascosasqueamamosnuncaesunprocesoplacentero.

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CAPÍTULOVEINTINUEVE

Sacrilegio

Ese invierno y esa primavera, había habido varios encontronazos entre la tíaElizabethyEmily.Engeneral,salíavictoriosalatíaElizabeth;habíaalgoenellaquesenegabaarenunciaralasatisfaccióndehacersuvoluntad,aunenasuntostriviales.Pero, de vez en cuando, se había encontrado con esa extraña veta de granito en elcarácter de Emily que no se rendía, no se doblaba, ni se rompía. Mary Murray,fallecidahacíayacienaños,habíasido,segúnconstabaenlascrónicasdelafamilia,una criatura gentil y sumisa, pero ella también tenía esa veta, como atestiguabaampliamentesu«Aquímequedo».CuandolatíaElizabethintentabamanejaraquellacualidaddeEmily,siemprellevabalapeorparte.Sinembargo,noaprendíalalecciónsinoquepersistíaaunconmayorrigorensupolíticadeseveridad,pues,amedidaqueLaurabajabadobladillosy soltaba frunces, sedaba cuentadequeEmilypronto seconvertiría en una persona adulta; veía las olas y los arrecifes amenazando suporvenir,magnificadosporlastinieblasdelosañosdesconocidos.NopodíapermitirqueEmilyselefueradelasmanosahora,paraquemásadelantenaufragaracomolehabíasucedidoasumadre,ocomoElizabethMurrayfirmementecreíaquelehabíasucedido.Ensuma:nohabríamásfugasdelaLunaNueva.

UnadelascosasporlasquediscutíaneraelhechodequeEmily,segúndescubriólatíaElizabethundía,teníaporhábitoutilizareldinerodeloshuevosparacomprarpapelencantidadessuperioresaloqueaprobabalatíaElizabeth.¿QuéhacíaEmilycontantopapel?Discutieronalrespectohastaque,alfin, la tíaElizabethdescubrióqueEmilyescribíacuentos.Emilyhabíaestadoescribiendocuentostodoelinviernobajo las narices de la tía Elizabeth sin que ella lo sospechara.Había supuesto queEmily escribía redacciones para la escuela. La tía Elizabeth vagamente sabía queEmily escribía rimas tontas que ella llamaba «poesía», pero esto no la preocupabamucho.Jimmytambiéninventabatonteríassimilares.Eratonto,peroinofensivoyaEmilysindudaselepasaríaalgúndía.AJimmynoselehabíapasado,porsupuesto,pero, claro, su accidente (a Elizabeth siempre se le encogía un poco el alma alrecordarlo)lohabíadejadomásomenosconvertidoenunniñoparatodalavida.

Peroescribircuentoseraunasuntodiferente,ylatíaElizabethestabahorrorizada.Laficcióndecualquiertipoeraalgoabominable.ElizabethMurrayhabíasidocriadaen esa creencia y a sus años no se había apartado de ella. Pensaba, con todasinceridad,queeraperniciosoypecaminoso jugar a las cartas,bailaro ir al teatro,leeroescribirnovelasy,enelcasodeEmily,habíaun rasgopeor:era suherenciaStarr que salía a la superficie, en especial la herencia de Douglas Starr. NingúnMurray de la Luna Nueva había sido culpable de escribir «cuentos» ni de querer

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escribirlos. Era un brote extraño que había que podar sin piedad. La tía Elizabethaplicólastijerasdepodarynoseencontróconunadébilysuperficialraízsinoconlaveta de granito enraizada. Emily se mostró respetuosa, razonable y sincera; nocomprómáspapelconeldinerodeloshuevos,peroledijoalatíaElizabethquenopodía renunciar a escribir cuentos y siguió escribiéndolos, en pedazos de papel deestraza, de envolver y en la parte de atrás de las circulares que las firmas demaquinariaagrícolaleenviabanalprimoJimmy.

—¿Nosabesqueesabsurdoescribirnovelas?—lepreguntólatíaElizabeth.—Ah,peroyonoescribonovelas…todavía—contestóEmily—.Notengopapel

suficiente.Sonsólocuentos.Ynoesabsurdo.Apapálegustabanlasnovelas.—Tupadre…—comenzóadecirlatíaElizabeth,perosedetuvo.Recordóqueya

enotrasocasionesEmilyhabíareaccionadomalcuandosedecíaalgodespectivodesu padre. Sin embargo, el hecho de haberse sentido misteriosamente obligada ainterrumpirse irritó a Elizabeth, que durante toda su vida había dicho en la LunaNuevaloquelehabíadadolagana,sinmuchaconsideraciónhacialossentimientosdelosdemás.

—No vas a escribir más cosas como ésta. —La tía Elizabeth agitódesdeñosamenteEl secretodel castillo bajo las narices deEmily—.Te lo prohíbo,recuérdalo,teloprohíbo.

—Ah, pero yo tengo que escribir, tía Elizabeth —dijo Emily, con seriedad,doblandosusmanoshermosasydelgadassobrelamesaymirandodirectamentealacara llena de ira de la tíaElizabeth, con esamirada firmey sólida que la tíaRuthllamaba poco infantil—. Así son las cosas. Es algo que llevo dentro. No puedoevitarlo.Y papáme decía que tenía que seguir escribiendo siempre.Me decía quealgúndíaseríafamosa.¿Notegustaríatenerunasobrinafamosa,tíaElizabeth?

—Novoyadiscutiresteasunto—replicólatíaElizabeth.—Yo no estoy discutiendo, sólo explicando. —Emily era exasperante en su

respeto—.Sóloquieroquecomprendasporquétengoqueseguirescribiendocuentos,aunquesientomuchísimoquetúnoloapruebes.

—Sinolodejas,Emily,esto,queespeorqueunatontería,yo…La tía Elizabeth se detuvo, sin saber decir qué haría. Emily era ya demasiado

grande para que la castigaran físicamente o la encerraran y era inútil soltar, comoestuvo a punto «te echaré de laLunaNueva», porqueElizabethMurray sabía a laperfecciónquenoecharíaaEmilydelaLunaNueva,quenopodíaecharla,aunqueesta certeza estaba todavía en sus sentimientos y aún no había sido pasada a suintelecto.Sólosesintióimpotenteyesolaenfurecía,elcasoesqueEmilyeradueñade la situacióny, con toda calma, siguió escribiendocuentos.Si la tíaElizabeth lehubierapedidoquedejaradehacerencajeodeprepararcaramelosdemelaza,odecomer las deliciosas galletitas de la tía Laura, Emily lo habría hecho obediente ysumisa, aunque todas esas cosas le encantaban. Pero dejar de escribir cuentos,caramba,eracomosi la tíaElizabeth lehubierapedidoquedejaraderespirar.¿Por

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quénopodíacomprenderlo?AEmilyleparecíasencilloeindiscutible.—Teddynopuedeevitardibujar,Ilsenopuedeevitarrecitaryyonopuedoevitar

escribir.¿Tedascuenta,tíaElizabeth?—Deloquemedoycuentaesdequeeresunaniñadesagradecidaydesobediente

—dijolatíaElizabeth.AquelloledolióterriblementeaEmily,peronopodíaceder,ysiguióhabiendoun

encono y una desaprobación entre ella y la tía Elizabeth en todos los pequeñosdetallesdelavidacotidianaquemásomenosenvenenaronlaexistenciaalaniña,tansensible a su entornoy a los sentimientosque sus allegados expresabanhacia ella.Emily lonotabasiempre,exceptocuandoescribíacuentos.Entoncesseolvidabadetodo,vagabundeandoporalgúnpaísencantadoentreelsolylaluna,dondeveíaseresmaravillosos a los que intentaba describir y hechos maravillosos que intentabaregistrar,yvolvíaalacocinailuminadaporlaluzdelasvelasconunasensacióndeaturdimiento,comosihubierapasadoañosenlaTierradeNadie.

NisiquieralatíaLauralaapoyabaenestetema.LatíaLaurapensabaqueEmilydebíacederenunasuntotanpocoimportanteycomplaceralatíaElizabeth.

—Pero no es poco importante—decía Emily, desesperándose—. Paramí es lomásimportantedelmundo,tíaLaura.Ay,yoesperabaquetúmeentendieras.

—Entiendoque teguste escribir, querida, y amímepareceun entretenimientoinofensivo.PeroporalgunarazónaElizabethnolegustayporesocreoquedeberíasdejar de hacerlo. No es algo demasiado importante, en realidad es una pérdida detiempo.

—No, no —replicaba la desolada Emily—. Ya verás, tía Laura, algún díaescribiré libros de verdad, y ganaré mucho dinero —añadió, percibiendo que losprácticosMurraymedíanlanaturalezadecasitodaslascosasconlavaradeldinero.

LatíaLaurasonrióconindulgencia.—Dudo de que te hagas rica de esa manera, querida. Sería más sensato que

emplearastutiempopreparándoteparaalgúntrabajoútil.Eraenloquecedorquelatrataranconcondescendencia,enloquecedorquenadiese

dieracuentadequeellateníaqueescribir,enloquecedorquelatíaLauraadoptaraunaactitudtandulce,tancariñosaytanestúpida.

«Ay—pensóEmilyconamargura—,sieseodiosodirectordelEnterprisehubierapublicadomipoema,entoncescreeríanenmí».

—Porlomenos—leaconsejólatíaLaura—,queElizabethnoteveaescribiendo.Pero, por alguna razón, Emily no podía seguir ese prudente consejo. En otras

ocasiones, había conspirado con la tía Laura para engañar a la tía Elizabeth sobrealgúnasuntillosinimportancia,perosabíaqueconestetemanopodíahacerlo.Teníaquehacerloa lasclaras.Ella teníaqueescribircuentos,y la tíaElizabeth teníaquesaberlo,asídebíaser.Enestonopodíaserfalsaconsigomisma,nopodíasimularserfalsa.

Leescribiótodoasupadre,volcóenéltodasuamarguraysuperplejidadenla

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que,aunqueellanolosupoenesemomento,seríalaúltimacartaqueibaaescribirle.Yahabíaungranpaquetedecartasenelestantedelviejosofádelabuhardilla,puesEmily le había escrito muchas cartas a su padre además de las que han quedadoregistradas en esta historia.Habíamuchos párrafos dedicados a la tíaElizabeth, lamayoría, pocohalagadores y algunos, comoEmilymismahabría admitidodespuésdelenfadoinicial,desmedidosyexagerados.Fueronescritosenmomentosenlosquesu alma herida y furiosa exigía una válvula de escape a la emoción y mojaba suplumaenveneno.Cuandoquería,Emilyeradueñadeunestilosutilmentemalicioso.Despuésdeescribiresospárrafos,lapenacesabayyanopensabamásenelasunto.Perolospárrafossíquedaban.

Y un día de primavera en que Emily jugaba alegremente con Teddy en TansyPatch,latíaElizabethsepusoalimpiarlabuhardillayencontróelpaquetedecartasenelestantedelsofá,sesentóylasleyótodas.

ElizabethMurrayjamáslashabríaleídodehabersidoescritasporunadulto.Sinembargo, en ningúnmomento se le ocurrió que había algo deshonroso en leer lascartas en las queEmily, solitaria y, a veces, incomprendida, volcaba su corazón alpadrealquehabíaamadoyquelahabíaamado,tanapasionadaycomprensivamente.LatíaElizabethconsiderabaqueteníaderechoasabertodoloqueestapensionistadesu generosidad hacía, decía o pensaba. Leyó las cartas y averiguó lo que Emilypensaba de ella… de ella, Elizabeth Murray, autócrata indiscutida, a quien nadiehabía osado nunca criticar. Una experiencia semejante no es más agradable a lossesentaquea losdieciséis.Mientrasdoblaba laúltimacarta,aElizabethMurray letemblabanlasmanos,deiraydealgomásprofundoquenoeraira.

—Emily,latíaElizabethquiereverteenlasala—dijolatíaLauracuandoEmilyvolviódeTansyPatch,empujadaporladelgadalloviznagrisquecomenzabaacubrirlos verdes campos. El tono el gesto apenado, advirtieron a Emily que el airepresagiabatormenta.Emilynoteníaideadequépodíaser,norecordabahaberhechonadarecientementequepudierallevarlaanteeltribunalquelatíaElizabethpresidíaenocasionesenlasala.Sieraenlasala,debíadeserserio.Porrazonesquesóloellasabía, la tía Elizabeth celebraba las reunionesmuy serias en la sala. Posiblementefuera porque sentía, de alguna manera oscura, que las fotografías de los Murraycolgadas de las paredes le daban el apoyo que necesitaba para tratar con aquellaparientacercana;porlamismarazón,Emilydetestabalosjuiciosenlasala.Entalesocasiones siempre se sentía como un ratoncito rodeado de un círculo de gatosamenazadores.

Emily cruzó el gran vestíbulo, se detuvo, a pesar de su alarma, para mirar elmaravillosomundorojoqueseveíaatravésdelvidrioencarnadoyabriólapuertadela sala. La habitación estaba en penumbras, pues sólo una de las persianas estabalevantada.La tíaElizabethestabasentadamuyerguidaen lasilladecrinnegradelabueloMurray,Emilyprimeromirósurostrosevero,llenodefuriayluegosuregazo.

Emilycomprendió.

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Loprimeroquehizofuerecuperarsuspreciosascartas.Conlarapidezdelaluz,llegó a la tía Elizabeth, le arrebató el paquete y volvió a la puerta. Desde allí seenfrentó a la tía Elizabeth, roja de indignación y cólera. Se había cometido unsacrilegio;elaltarmássagradodesualmahabíasidoprofanado.

—¿Cómo has podido hacer esto?—preguntó—. ¿Cómo has podido tomarmispapelesprivados,tíaElizabeth?

LatíaElizabethnoseesperabaaquello.Habíaesperadoconfusión,desesperación,vergüenza,miedo, cualquier cosa, pero no justa indignación, como si ella fuera laculpable.Sepusodepie.

—Dameesascartas,Emily.—No,notelasdaré—dijoEmily,blancadeira,aferradaalpaquetedecartas—.

Sonmías y de papá, no tuyas. No tenías ningún derecho a tocarlas. ¡Nunca te loperdonaré!

Lehabíadadolavueltalasituación.LatíaElizabethestabatanconfundidaquenosabía qué decir o hacer. Lo peor de todo era que de pronto se vio asaltada por unsentimientomuydesagradablededudaconrespectoasupropiaconducta,puestaenevidenciaquizásporlaintensidadylaseriedaddelaacusacióndeEmily.Porprimeravezensuvida,aElizabethMurrayseleocurriópreguntarsesihabíahechobien.Porprimera vez en su vida se sintió avergonzada, y la vergüenza la puso furiosa. Eraintolerablequelahicieransentiravergonzadaaella.

Porunmomento,semiraronnocomotíaysobrina,nocomoniñayadulta,sinocomodossereshumanosconodioenelcorazón:ElizabethMurray,alta,austera,conloslabiosapretados;EmilyStarr,pálida,conlosojoscomopozosdellamasardientesylosbrazostemblorososapretandosuscartas.

—Asíqueéstaestugratitud—dijolatíaElizabeth—.Erasunahuérfanasinuncentavo;yotetrajeamicasa,tehedadoabrigo,alimento,educaciónycariñoyéstassonlasgraciasquemedas.

LatempestaddeirayresentimientoleimpidióaEmilysentirelaguijóndeestaspalabras.

—Tú no querías traerme contigo—dijo—.Lo echasteis a suertes yme trajisteporque te tocó a ti. Sabíais que alguno tenía que recogerme porque erais losorgullosos Murray y no podíais permitir que una pariente fuera a un asilo dehuérfanos.LatíaLauramequiereperotúno.¿Porquétengoquequererteyo?

—¡Niñadesagradecida!—Nosoydesagradecida.Hetratadodeserbuena,hetratadodeobedecerteyde

complacerte,hagotodoloquepuedoparaayudarapagarporloquemedan.Peronoteníasderechoaleermiscartasapapá.

—Esascartassonunavergüenzayserándestruidas—dijolatíaElizabeth.—No.—Emilylasapretóconmásfuerza—.Prefieroquemarlasyomisma.Túno

lastendrásnunca,tíaElizabeth.Sintióquelascejasselejuntaban,sintiólamiradaMurrayensucara;supoque

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estabavenciendo.ElizabethMurraysepusomáspálida,siesqueestoeraposible.Enocasiones,ella

mismapodíamirarconlamiradaMurray.Noeraesoloquelaconsternaba,sinoesealgo extraño que parecía asomar por detrás de la mirada Murray que siemprequebrabasuvoluntad.Tembló,seestremeció,cedió.

—Quédate con tus cartas—dijo, con amargura—y desprecia a la vieja que teabriólaspuertasdesucasa.

Salió de la sala. Emily quedó dueña del campo de batalla. Y de inmediato suvictoriaseconvirtióenpolvoycenizasensuboca.

Subióasuhabitación,escondiólascartasenelarmario,encimadelarepisadelhogar,semetióenlacamaysehizounovillitoconlacarahundidaenlaalmohada.Todavía ledolía la sensacióndehumillación,peropordebajohabíaotrapena,unapenaquecomenzabaadolerterriblemente.

Ledolíahaber lastimadoa la tíaElizabeth,porquesintióque,pordebajodesuindignación, su tía se sentía herida. Esto sorprendió a Emily. Habría esperado laindignacióndelatíaElizabeth,porsupuesto,peronuncahabríasupuestoquepodríaafectarla.Sinembargo,habríavistoalgoenlosojosdeellacuandolearrojólaúltimafrasehiriente,algoquehablabadeunaprofundaherida.

—¡Ay! ¡Ay!—gimióEmily. Se puso a llorar, ahogada, contra la almohada. Sesentía tanmalquenopodíasalirdesímismayobservarsupropiosufrimientoconuna especie de disfrute de lo teatral, no podía hacer que su mente analizara sussentimientos,ycuandoEmilysesentíaasídedesgraciadaeraporqueelsentimientoeramuy fuerte y no hallaba ningún consuelo en sí mismo. La tía Elizabeth no laretendría en la Luna Nueva después de una pelea tan envenenada como ésta. Laecharía, por supuesto.Emily estabaconvencida.Nohabíanadapeor. ¿CómopodíavivirlejosdesuqueridalaLunaNueva?

—Ytalvezmequedenochentaañosdevida—gemíaEmily.PerolopeoreraelrecuerdodeaquellamiradaenlosojosdelatíaElizabeth.El sentimiento de su propia humillación y del sacrilegio se esfumaron ante ese

recuerdo. Pensó en todas las cosas que le había escrito a su padre sobre la tíaElizabeth, cosas tajantes, desagradables, algunas justas, otras injustas. Comenzó asentirquenotendríaquehaberlasescrito.EraciertoquelatíaElizabethnolaquería,quenohabíaqueridollevarlaalaLunaNueva.Peroelhechoeraquelahabíallevadoy,sibienlohabíahechoporsentidodeldeberynoporamor,asíhabíasido.Noteníasentidodecirseasímismaquenohabíaescritolascartasparaningúnservivo,paraque lasvierany leyeranotros.Mientras estuvierabajo el techode la tíaElizabeth,mientras ledebiera lacomidaquecomíay la ropaquevestíaa la tíaElizabeth,nodebíadecir,nisiquieraasupadre,cosasdesagradablesdeella.UnaStarrnolohabríahecho.

«Tengoque ir apedirleperdóna la tíaElizabeth—pensóEmily al fin, cuandotodalapasiónlaabandonóyensulugarquedaronsóloelpesaryelarrepentimiento

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—.Seguroquenuncameperdonará,deahoraenadelantevaaodiarme.Perotengoqueir».

Sepusobocaarriba,peroenaquelmomentoseabriólapuertayenellaaparecióla tía Elizabeth. Cruzó la habitación, se detuvo junto a la cama y miró la caritadoloridasobrelaalmohada,unacaritaque,alaluzescasadeunatardecerlluvioso,conelrastrodelaslágrimasylosojosensombrecidos,seveíaextrañamentemaduraysufrida.

Elizabeth Murray seguía austera y fría. La voz sonó severa, pero dijo algoasombroso.

—Emily,noteníaningúnderechoaleertuscartas.Admitoqueestuvomal.¿Meperdonas?

—¡Ay!—Lapalabra fuecasiungrito.La tíaElizabethhabíahalladopor fin lamaneradeconquistaraEmily.Laniñaselevantó,leechólosbrazosalcuelloydijo,ahogada:

—Ay, tía Elizabeth, perdóname, perdóname, no tendría que haber escrito esascosas,perolasescribícuandoestabadolorida,ynocreíaentodoloqueescribía,deverdad,nocreíaenlascosaspeoresqueescribí.Ay,¿mecrees,verdad,tíaElizabeth?

—Megustaríacreerte,Emily.—Unestremecimientosacudiólaformatiesayalta—.No…nomegustapensarquemeodias, tú, lahijademihermana, lahijadelapequeñaJuliet.

—¡No,noteodio,noteodio!—sollozóEmily—.Ytequerré,tíaElizabeth,simedejas,si túquieresqueyotequiera.Pensabaquenoteimportabanada.QueridatíaElizabeth.EmilyledioalatíaElizabethunabrazoimpetuosoyunbesoapasionadoen la blancamejilla surcada por delgadas arrugas. La tía Elizabeth le dio un besocontenidoenlafrenteyluegodijo,comocerrandolapuertasobretodoelincidente:

—Serámejorquetelaveslacaraybajesacenar.Perohabíaaúnotracosaporaclarar.—TíaElizabeth—susurróEmily—.Nopuedoquemaresascartas,¿sabes?, son

de papá. Pero te diré lo que voy a hacer.Voy a revisarlas todas y voy a poner unasteriscoentodoloquedecíadetiydespuésañadiréunanotaexplicativadiciendoqueestabaequivocada.

Durante varios días, Emily pasó sus momentos libres poniendo sus «notasexplicativas» y entonces su conciencia tuvo reposo. Pero, cuando quiso volver aescribir una carta a su padre descubrió que ya no significaba nada para ella. Lasensaciónderealidad,decercanía,deestrechacomunión,habíadesaparecido.Talvezhabíaestadoocurriéndoledemaneragradual,mientraslaniñezcomenzabaafundirsecon la adolescencia, tal vez la amarga escena con la tía Elizabeth sólo habíaconvertidoenpolvoalgoquehabíaperdidohacíatiempoelespíritu.Pero,fueracualfueselaexplicación,yanoeraposibleseguirescribiendoaquellascartas.Lasañorabaterriblemente,peronopodíavolveraellas.Unapuertadelavidasehabíacerradoasusespaldasynopodíareabrirse.

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CAPÍTULOTREINTA

Cuandosealzoeltelón

Sería agradable poder dejar registrado que, después de la reconciliación en elmirador,Emilyy la tíaElizabethvivieronenabsolutaconcordiayarmonía.Perolaverdad es que las cosas siguieron más o menos igual que antes. Emily avanzabadespacio,ytratabademezclarlasabiduríadelaserpienteylainocenciadelapalomaenproporcionesprácticas,perolospuntosdevistadelasdoserantandiferentesqueno podía no haber choques. No hablaban el mismo idioma: no podía no habermalentendidos.

Ysinembargohabíaunadiferencia,unadiferenciavital.ElizabethMurrayhabíaaprendido una lección importante: que no hay una ley de lo que es justo para losniñosyotrade loquees justopara losadultos.Siguió siendo tanautoritariacomosiempre,peronolehacíaniledecíaaEmilynadaquenolehabríahechoodichoaLaura,dedarselaocasión.

Emily,porsuparte,habíadescubiertoelhechodeque,pordebajodesusuperficiede frialdad y severidad, la tía Elizabeth en realidad sentía afecto por ella, y eramaravillosaladiferenciaqueellosuponía.Lequitabaalas«manías»yalaspalabrasde la tíaElizabeth todo sarcasmoy curaba por completo una herida no demasiadoconsciente que Emily guardaba en el corazón desde que la echaran a suertes enMaywood.

«YanocreoquesoyundeberparalatíaElizabeth»,pensóEmily,feliz.Aquel verano,Emily creció rápidamente en cuerpo,mente y alma.La vida era

deliciosa,ysehacíacadavezmásinteresante,comounarosaqueseabre.Lasformasdelabellezallenabansuimaginaciónyellalastransferíadelamejormaneraposibleal papel, aunque en éste nunca eran tan hermosas, y Emily experimentaba losdolorososmomentosenqueelverdaderoartistadescubreque:

Nuncasobrelateladelpintorviveelencantoquehasoñadosufantasía.

Quemómuchasde las«cosasdeantes», inclusoLahijadelmar fuereducidaacenizas.Peroelpequeñomontóndemanuscritosqueestabaenelarmario,encimadela repisa del hogar, en elmirador, crecía día a día. Emily ahora guardaba allí susgarabatos, dado que el estante del sofá de la buhardilla había sido profanado y,además,dealgunamanerasentíaquelatíaElizabethnovolveríaainmiscuirseensus«papelesprivados»,losguardasedondelosguardase.Ahoranoibaalabuhardillaaleer o a soñar. Para eso, el mejor lugar era su querido mirador. Adoraba aquella

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pequeñahabitación,paraellaeracasialgovivo,alguienquecompartíasualegríayquelaconsolabaensudolor.

Ilsetambiéncrecía,yflorecíahaciaunabellezayunbrilloextraños,sinconocermásleyquesupropioplacer,sinreconocermásautoridadquesupropiocapricho.LatíaLaurasepreocupabaporella.

—Serámujertanpronto…y,¿quiénvaacuidardeella?Allanno.—Yoya no tengo paciencia conAllan—dijo la tíaElizabeth, cortante—.Está

siempre dispuesto a reprender y aconsejar a los demás. Pero nomira dentro de supropiacasa.Aquívieneymeordenaquehagaestooaquello,oquenolohaga,conEmily,perosi ledigounasolapalabrasobreIlse,seponehechounafuria.QueunhombresevuelvacontrasupropiahijayladesatiendacomoélhadesatendidoaIlsesencillamente porque la madre no resultó ser lo que debió haber sido, como si lapobrecriaturatuvieralaculpa…

—Chitón—soltó la tíaLaura, justoenelmomentoenqueEmilyatravesaba lasala,caminodesuhabitación.

Emily sonrió para sus adentros, con tristeza. No hacía falta que la tía Laurachistara. A Emily no le quedaba nada por averiguar sobre lamadre de Ilse, nada,exceptolomásimportante,loqueniellaniningúnservivientesabía.EmilynohabíaabandonadosuconviccióndequenadieconocíalaverdadsobreBeatriceBurnley.Amenudopensabaenesetemacuandoestabaacostadaenlanueznegradesusnoches,escuchandoelgemidodelgolfoyalaSeñoraVientoquecantabaenlosárboles,ysequedaba dormida deseando intensamente poder resolver aquel misterio antiguo yoscuroydestruiraquellaleyendadevergüenzaydolor.

Emilysubió,algolánguida,almirador.Ibaaescribirunpocomásdesucuento,Elfantasmadelpozo,enelqueestabatejiendolaviejaleyendadelpozoenelcampodeLee,pero,poralgunarazón,lefaltabanganas.VolvióaponerelmanuscritoenelarmariodelarepisaysepusoareleerunacartadeDeanPriestquelehabíallegadoaqueldía,unadesuscartasgordas,divertidas,caprichosas,deliciosas,en lacual lecontabaqueibaapasarunmesconsuhermanaenBlairWater.Lellamólaatenciónque este anuncio no la alegraramás. Estaba cansada; le dolía la cabeza. Emily norecordaba haber tenido dolor de cabeza nunca. Ya que no podía escribir, decidióacostarseyserLadyTrevanionunrato.AquelveranoEmilyeraLadyTrevanionconmuchafrecuencia,enunadelasvidasdefantasíaquehabíacomenzadoainventarse.Lady Trevanion era la esposa de un conde inglés y, además de ser una novelistafamosa,eramiembrodelaCámaradelosComunesbritánica,dondesiempreaparecíavestidadeterciopelonegroyconunamajestuosadiademadeperlasenloscabellososcuros.EralaúnicamujerenlaCámaray,comoestosucedíaantesdelaépocadelas sufragistas, tenía que soportar muchos desprecios, insinuaciones e insultos departedelospocogalantesvaronesquelarodeaban.Laescenafavoritadelsueñoera,paraEmily,unaenlaqueellaseponíadepieparapronunciarsuprimerdiscurso,unacontecimiento emocionante.Como aEmily se le hacía difícil hacerle justicia a la

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escena con ideas propias, siempre recurría a La respuesta de Pitt a Walpole, quehabíaencontradoensuRoyalReader,y ladeclamaba,convariantesapropiadas.EloradorinsolentequehabíaprovocadoaLadyTrevanionobligándolaahablarlahabíadespreciadocomomujeryLadyTrevanion,magníficaensuterciopeloysusperlas,sehabíapuestoenpie,entrechitonesyunsilencioespeso,ydijo:

«No intentaré paliar ni negar el atroz delito de ser una mujer, del cual elhonorablemiembromehaacusadocontantoespírituytantadecencia,sinoquemeconformarécondesearserunadeaquellascuyastonteríascesanconsusexoynounodeesosquesonignorantesapesardesuvirilidadysuexperiencia».

Aquísiempreerainterrumpidaporunaovación.Pero aquel día la escena estaba totalmente desprovista de encanto, y cuando

Emilyllegóalafrase«perolafemineidad,señor,noesmiúnicodelito»,abandonóelsueño, disgustada, y se puso a pensar otra vez en lamadre de Ilse,mezclando suspensamientosconinquietantesespeculacionessobreelclímaxdesucuentosobreelfantasmadelpozo,confundidasconsusdesagradablessensacionesfísicas.

Cuandomovió losojos, ledolieron.Tenía frío, aunqueaqueldíade juliohacíacalor.SeguíatendidaenlacamacuandolatíaElizabethsubióapreguntarleporquénohabíaidoatraerlasvacasdelpasto.

—No…nosabíaqueeratantarde—dijoEmily,confusamente—.Yo…meduelelacabeza,tíaElizabeth.

LatíaElizabethcorriólacortinadealgodónblancoymiróaEmily.Laviomuycoloradayletomóelpulso.Entoncesleindicóquesequedaraallí,bajóymandóaPerryabuscaraldoctorBurnley.

—Probablemente sea sarampión —dijo el doctor, tan enfurruñado como decostumbre.Emilynoestabatodavíatanenfermacomoparaqueélsepusieracariñoso—.HayunbroteenDerryPond.¿Pudohabersecontagiadodealguien?

—HaceunosdiezdíasestuvieronlosdoshijosdeJimmyJoeBelle.Ellajugóconellos, siempre juega con gente con la que no tendría que tratarse. Pero no he oídonadadequeestuvieranenfermos.

Jimmy Joe Belle, cuando se lo preguntaron directamente, confesó que sus«pequeños»habíancaídoencamaconsarampiónaldíasiguientedeestarenlaLunaNueva.Porlotanto,nocabíadudasobrelanaturalezadelaenfermedaddeEmily.

—Alparecer esun sarampiónmuy fuerte—dijoeldoctor—.MuchosniñosdeDerryPondhanmuerto.Aunquecasitodoseranfranceses,losdejabanlevantarsedelacamaantesdetiempoycogíanfrío.NotepreocupesporEmily.Esmejorquepaseelsarampióndeunavezportodas.Mantenlacalentitayconlahabitaciónaoscuras.Vendréaverlamañanaporlamañana.

Enloscuatroocincodíassiguientes,nadieseasustómucho.Elsarampiónesunaenfermedadquehayquepasar.LatíaElizabethcuidabamuchoaEmilyydormíaenunsofáquepusieronenelmirador.Hastadejabalaventanaabiertadurantelanoche.Apesardeeso(talvezlatíaElizabethpensóquearaízdeesto)Emilyestabacadadía

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másenfermayalquintodíaempeoró.Lafiebrelesubiómuchoycomenzóadelirar.EldoctorBurnleyfueaverla,cambiódeexpresión,fruncióelentrecejoycambióelremedioquelehabíadado.

—MehanmandadollamardeWhiteCrossporuncasogravedeneumonía—dijo—ymañanapor lamañana tengoque ir aCharlottetownpara estarpresente en laoperaciónde laseñoraJackwell.Leprometíque iría.Regresaréalatardecer.Emilyestámuyinquieta.Esevidentequesuorganismotanexcitableesmuysusceptiblealafiebre.¿QuésonesastonteríasquedicedelaSeñoraViento?

—Ay, no sé —respondió la tía Elizabeth, preocupada—. Se pasa el tiempodiciendo esas tonterías, incluso cuando está bien.Allan, dímelo francamente, ¿hayalgúnpeligro?

—Siemprehaypeligroconestetipodesarampión.Nomegustanlossíntomas.Laerupcióntendríaquehaberaparecidoyay,sinembargo,nohayseñales.Tienemuchafiebre,peronocreoquedebamosalarmarnosporahora.Sicreyera locontrario,noiría a la ciudad.Mantenla lomás quieta posible, complácele cualquier capricho sipuedes,nomegustaesaintranquilidadmental.Parecemuyalterada,comosialgolapreocuparamucho.¿Hatenidoalgoenlacabezaúltimamente?

—No,queyosepa—dijolatíaElizabeth.Deprontosediocuenta,conpena,deque en realidad no sabíamucho de lamente de la niña. Emily nunca habría ido acontarleaellasusproblemasypreocupaciones.

—Emily,¿quéesloquetepreocupa?—preguntóeldoctorBurnleyconsuavidad,conmucha suavidad. Cogió lamanita caliente y agitada con su granmanaza, conmuchadelicadeza.

Emilylevantólamiradaconlosojosmuyabiertos,brillantesporlafiebre.—Ellanopudohaberhechoeso,nopudohaberhechoeso.—Claroquenopudo—dijoeldoctor,animadamente—.Notepreocupes;nolo

hizo.Sus ojos le enviaron un mensaje a Elizabeth: «¿Qué quiere decir?», pero

Elizabethnegóconlacabeza.—¿Dequiénhablas,querida?—lepreguntóaEmily.Era laprimeravezque le

decía«querida».Sinembargo,Emilyestabaenotraparte.ElpozodelcampodelseñorLeeestaba

destapado,dijo.Alguienpodríacaersedentro.¿PorquéelseñorLeenolotapaba?EldoctorBurnleydejóalatíaElizabethtratandodetranquilizaraEmilysobreelpozoysaliórápidamenterumboaWhiteCross.

Junto a la puerta casi se tropieza con Perry, que estaba acurrucado sobre elescalóndepiedra,aferradocondesesperaciónasuspropiaspiernas.

—¿CómoestáEmily?—preguntó,agarrandoalmédicoporelabrigo.—Nomemolestes,estoyapurado—bramóeldoctor.—OmedicecómoestáEmilyomecuelgodesuabrigohastaque lesalten las

costuras—soltóPerry,empecinado—.Nopuedosacarlesniunapalabraconsentido

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aesasviejasseñoritas.Dígamelousted.—Estámuy enferma, pero creo que todavía no hay razón para asustarse.—El

doctor lediootro tironcitoasuabrigo,peroPerryno losoltóhastano terminardehablar.

—Tienequecurarla—dijo—.SilepasaalgoaEmily,meahogaréenelestanque,recuérdelo.

Lo soltó tan súbitamente que el doctor Burnley estuvo a punto de caerse decabeza al suelo. Entonces, Perry volvió a acurrucarse en el escalón. Se quedó allíhastaqueLaurayelprimoJimmysefueronalacamayentoncessemetióenlacasay se sentó en la escalera, desde donde podía oír cualquier ruido procedente de lahabitacióndeEmily.Permaneciósentadoallítodalanoche,conlospuñosapretados,comohaciendoguardiacontraunenemigoinvisible.

ElizabethMurraycuidóaEmilyhastalasdosyentoncesLauraocupósulugar.—Ha deliradomucho—dijo la tíaElizabeth—.Cómo quisiera saber qué es lo

quelapreocupa.Hayalgo.Estoysegura.Noesnadamásqueundelirio.Nodejaderepetir«ellanopudohaberlohecho»conunaentonacióntanimplorante…Ay,Laura,¿teacuerdasdecuandoleísuscartas?¿Teparecequesereferiráamí?

Lauranegóconlacabeza.NuncahabíavistoaElizabethtanconmocionada.—Si la niña no… no se cura…—dijo la tía Elizabeth. No dijo más y salió

rápidamentedelahabitación.Laura se sentó junto a la cama. Estaba pálida y agotada por su propia

preocupaciónyelcansancio,porquenohabíapodidodormir.QueríaaEmilycomosifuera su hija, y el miedo espantoso que se había apoderado de su corazón no laabandonaba ni un instante. Se puso a rezarmentalmente. Emily cayó en un soporagitadoqueduróhastaqueelgrisdelalbapenetróporelmirador.EntoncesabriólosojosymiróalatíaLaura,atravésdelatíaLaura,másalládelaella.

—La veo venir por los campos —dijo con voz alta y clara—. Viene muycontenta,cantando,pensandoensuhijita,¡ay,apartadla,apartadla,noveelpozo,estátanoscuroquenolove,ay,sehacaído,hacaídodentrodelpozo,sehacaído!

LavozdeEmilysubióhastaconvertirseenunalaridopenetrantequellegóhastala habitación de la tía Elizabeth y la hizo venir corriendo por el vestíbulo con sucamisóndefranela.

—Laura,¿quépasa?LauratratabadecalmaraEmily,queluchabaporincorporarseenlacama.Tenía

lasmejillasrojasylosojosseguíanconunamiradadistante,enloquecida.—Emily,Emily,querida,has tenidounapesadilla.ElviejopozodeLeenoesta

destapado,nadiehacaídodentrodelpozo.—Sí,secayó—dijoEmily,convozaguda—.Ellasecayó,lavi,yolavi,conel

asdecorazonesenlafrente¿Piensasquenolaconozco?Cayó sobre la almohada, gimió y agito las manos que LauraMurray le había

soltadoporlasorpresa.

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LasdosmujeresdelaLunaNuevasemiraronporencimadelacama,desoladasyhastaaterrorizadas.

—¿AquiénhasvistoEmily?—preguntólatíaElizabeth.—AlamadredeIlse,alamadredeIlse.Yosiempresupequeellanohabíahecho

algo tan espantoso. Se cayó en el viejo pozo, está allí ahora, ve, ve a sacarla, tíaLaura.Porfavor.

—Sí,sí,claroquelasacaremos,querida—dijolatíaLaura,tranquilizadora.EmilysesentóenlacamaymiróotravezalatíaLaura.Estaveznomiróatravés

deella,sinodentrodeella.LauraMurraysintióqueaquellosojosardientesleleíanelalma.

—Meestásmintiendo—gritóEmily—.Novasairatratardesacarla.Lodicesparaquemecalle.TíaElizabeth…—Rápidamentesevolvióy lecogiólamano—.Túloharáspormí,¿verdad?Vasairylavasasacardelviejopozo,¿verdad?

ElizabethrecordóqueeldoctorBurnleyhabíadichoquehabíaquecomplacerloscaprichosdeEmily.Estabaaterradaconelestadodelaniña.

—Sí,lasacarésitodavíaestáallí—respondió.Emilylesoltólamanoysedejócaer.Lamiradadesesperadadesapareciódesus

ojos.Unagrancalmarepentinaseapoderódesucaritaangustiada.—Sé que mantendrás tu palabra —dijo—. Eres muy severa, pero tú nunca

mientes,tíaElizabeth.ElizabethMurrayvolvióasuhabitaciónysevistiócondedostemblorosos.Poco

después, cuando Emily había caído en un sueño tranquilo, Laura bajó y oyó aElizabethdándolealgunasórdenesalprimoJimmyenlacocina.

—Elizabeth,¿noestaráspensandoenseriohacerrevisareseviejopozo?—Sí—dijoElizabeth,resuelta—.Séqueesunatontería,losétanbiencomotú.

Perotuvequeprometérseloparatranquilizarla,ycumplirémipromesa.Yahasoídoloquehadicho,queestaba seguradequeyono lementiría.Yno loharé. Jimmy,despuésdedesayunarveacasadeJamesLeeypídelequevenga.

—¿CómoseenteróEmilydelahistoria?—preguntóLaura.—Nolosé,ay,alguienselacontó,sinduda,talvezeseviejodemoniodeNancy

Priest.Noimportaquiénfue.Laconoceylacuestiónesmantenerlatranquila.Noestancomplicadoponerescalerasenelpozoyhacerquebajealguien.Loquepasaesqueesmuyabsurdo.

—Se reirán de nosotras por tontas —protestó Laura, cuya porción de orgulloMurrayserebelabaviolentamente—.Además,esreabrirtodoelescándalo.

—No importa. Cumpliré la palabra que le he dado a la niña—dijo Elizabeth,empecinada.

AllanBurnleyfuealaLunaNuevaalatardecer,cuandoregresabaasucasadesdelaciudad.Sesentíacansadoporquehabíatrabajadonocheydíadurantemásdeunasemana;estabamáspreocupadoporEmilydeloquequeríaadmitir.CuandoentróenlacocinadelaLunaNuevaseleveíaviejoybastanteabatido.

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SóloelprimoJimmyestabaallí.Noparecía tenermuchoquehacer,aunqueeraunbuendíaparaguardarpajayJimmyJoeBelleyPerryestabanapilandolosgrandesyfragantespaquetessecadosporelsol.Élestabasentadojuntoalaventanaquedabaaloeste,conunaextrañaexpresiónenelrostro.

—Hola,Jimmy,¿cómoestánlaschicas?¿YcómoestáEmily?—Emilyestámejor—respondióelprimoJimmy—.Lehaaparecidolaerupción

ylehabajadolafiebre.Creoqueestádormida.—Bien.Nopodemospermitirnosperderaesapequeñita,¿verdad,Jimmy?—No—contestó Jimmy. Pero al parecer no quería hablar del tema—.Laura y

Elizabethestánen lasala.Quierenverte.—Hizounapausay luegoañadió,conuntonoextraño—:Nohaynadaocultoquenohayadeserrevelado.

AllanBurnleypensóqueJimmyestabaactuandomisteriosamente.YsiLaurayElizabeth querían verlo, ¿por qué no venían? No era típico de ellas guardar tantaceremonia.Abrióconimpaciencialapuertadelasala.

LauraMurrayestabasentadaenelsofá,conlacabezasobreelbrazodelmueble.Él no le veía la cara, pero supoque estaba llorando.Elizabeth estaba sentadamuyerguidaenunasilla.Llevabaunodesusmejoresvestidosdesedanegrayunadelasmejorescofiasdeencaje.Yellatambiénhabíallorado.EldoctorBurnleynuncadabademasiadaimportanciaalaslágrimasdeLaura,fácilescomolasdelamayoríadelasmujeres,peroqueElizabethMurrayllorara…¿lahabíavistolloraralgunavez?

LaimagendeIlseselecruzóporlacabeza,suhijitatanabandonada.¿LehabíapasadoalgoaIlse?Duranteunmomentoespantoso,AllanBurnleypagóelpreciodesumaneradetrataralaniña.

—¿Quépasa?—preguntóconlamayorrudeza.—Ay,Allan—dijoElizabethMurray—.¡QuéDiosnosperdone!¡QuéDiosnos

perdoneatodos!—Ilse…—dijoeldoctorBurnley,balbuceando.—No,noesIlse.Entonces se lo contó, le contó lo que habían encontrado en el fondo del viejo

pozodeLee,lecontócuálhabíasidoeldestinoverdaderodelajovenesposaamante,risueña, cuyo nombre no había salido de los labios de aquel hombre durante doceamargosaños.

Hastaelatardecerdeldíasiguiente,Emilynovioaldoctor.Ellaestabaacostadaen la cama, débil y laxa, roja comouna remolacha con la erupcióndel sarampión,perootravezella.AllanBurnleysedetuvojuntoalacamaylamiró.

—Emily,queridaniña,¿tienesconcienciadeloquehashechopormí?SóloDiossabecómolohashecho.

—YopensabaqueustednocreíaenDios—dijoEmily,intrigada.—TúmehasdevueltolafeenÉl,Emily.—¿Porqué?¿Quéhehecho?EldoctorBurnleysediocuentadequeellanorecordabasudelirio.Lauralehabía

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dicho que había dormidomucho ymuy profundamente después de la promesa deElizabeth y que, cuando se despertó, ya se le había ido la fiebre y la erupción leestaba apareciendo rápidamente. No había preguntado nada y no le habían dichonada.

—Cuandoestésmejortelocontaremostodo—dijoél,sonriéndole.Habíamuchatristezaensusonrisa,perotambiénmuchadulzura.

«Ahorasonríeconlosojos,ademásdeconlaboca»,pensóEmily.—Pero¿cómolosupo?—lesusurróLauraMurraycuandoelmédicobajó—.No

puedoentenderlo,Allan.—Tampocoyo.Estascosasestánmásalládenosotros,Laura—lerespondióél,

serio—.LoúnicoqueséesqueestaniñamehadevueltoaBeatrice,sinmanchayadorada.Talvezpuedaexplicarseracionalmente.EsobvioqueaEmily lehablarondeBeatriceylepreocupabalahistoria,esolodemuestraesafrasequerepetía:«Ellanopudohaberlohecho».Y lashistoriasdelviejopozodeLeenaturalmentehabíancausadounafuerteimpresiónenlamentedeunaniñatansensibleytanpendientedelosvaloresdramáticos.Ensudelirio,mezclótodoconelhechociertodelacaídadeJimmy en el pozo de la Luna Nueva, y el resto fue pura coincidencia. En otrostiemposyo lohabría explicadoasí, pero ahora…ahora,Laura, sólodigo, con todahumildad:«Unniñolosguiará».

—Lamadredenuestramadrastraeraescocesa,delasHighlands.Parecequeteníaunasegundavisión—dijoElizabeth—.Yonocreíaeneso…antes.

CuandoseconsideróqueEmilyestabalobastantefuertecomoparaenterarsedela historia, la conmociónhabía pasado enBlairWater.Loque hallaron en el viejopozodeLeefueenterradoenlaparceladelosMitchellenShrewsbury,ylevantaronuna lápida demármol blanco: «A la sagradamemoria deBeatriceBurnley, amadaesposadeAllanBurnley».LasensacióncausadaporlapresenciadeldoctorBurnleytodos los domingos en el antiguo banco de los Burnley había pasado. La primeratardequeselepermitióaEmilylevantarse,latíaLauralecontótodo.SumaneradecontarlolequitóparasiemprelasinsinuacionesylamáculadejadasporlatíaNancy.

—YosabíaquelamadredeIlsenopodíahaberhechoeso—dijoEmily,conairetriunfal.

—Ahora nos sentimos culpables por nuestra falta de fe—dijo la tía Laura—.Nosotrostambiéntendríamosquehabernosdadocuentadequenoeraposible,peroen aquelmomento, Emily, todo parecía en su contra. Era unamuchacha hermosa;vivaz, alegre. La amistad con su primo nos parecía natural e inofensiva. Ahorasabemosqueasíera,perotodosestosañosdesdesudesaparición,hemospensadodeforma diferente. El señor James Lee recuerda claramente que el pozo estabadestapadolanochedeladesaparicióndeBeatrice.Aquellanocheelhombrequeteníacontratado había retirado las tablas podridas que lo cubrían pensando poner otrasnuevasenseguida.PeroentoncesempezóaarderlacasadeRobertGreersonyélfuecorriendo con todos los demás a ayudar a apagar el incendio. Cuando terminaron

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habíaoscurecidoyelhombrenodijonadasobreelpozohastalamañanasiguiente.ElseñorLeeseenfadóconél,ledijoqueeraundisparatedejarunpozodestapadodeesamanera.Fueatodaprisayélmismocolocólastablasnuevas.Nomiródentrodelpozo. Aunque de haberlo hecho, no habría visto nada, porque los helechos quecrecíanenlasparedesocultabanelfondo.Fuedespuésdelacosecha.Nadievolvióalcampohasta laprimavera siguiente.Élnunca relacionó ladesaparicióndeBeatriceconelpozodestapadoyahoranopuededejardepensarcómonoseleocurrió.Pero,querida, había habido tantos rumores maliciosos y, además, se sabía que BeatricehabíasubidoabordodeLaDamadelosVientos.Sedioporsentadoquenovolvióatierrafirme.PerohabíavueltoyseencaminóasumuerteenelviejocampodeLee.Fueun finhorribleparaunavida tan luminosay tan joven,perono tanespantoso,despuésdetodo,comosehabíacreído.Alolargodedoceañoshemossidoinjustosconlosmuertos.Pero,Emily,¿cómopudistesaberlo?

—Nolosé.Cuandovinoeldoctoraqueldíayonopodíaacordarmedenada,peroahoramepareceque sí recuerdoalgo, comosi lohubiera soñado, comosihubieravisto a la madre de Ilse caminando por el campo, cantando. Estaba oscuro, y sinembargo yo alcanzaba a ver el as de corazones. Ay, tía, no sé, pero, nome gustapensareneso.

—Novolveremosatocareltema—dijolatíaLaura,consuavidad—.Esunadeesascosasdelasqueesmejornohablar,unodelossecretosdeDios.

—Quiero saber cosas de Ilse. ¿Ahora su padre la quiere? —preguntó Emily,ansiosa.

—¡Quererla!Nopuedequererlamás.Parecequequisieradarletodoelamorquehacontenidoduranteestosdoceaños.

—Lomásprobableesqueahoralaestropeeconsusindulgencias,comolohizoantesconsuindiferencia—dijoElizabeth,quellegóconlacenadeEmily,atiempoparaoírlarespuestadeLaura.

—Haría falta demasiado amor para estropear a Ilse —rió Laura—. Lo estábebiendocomounaesponjasedienta.Y,acambio,ledaasupadreunamorfrenético.Nolehaquedadoelmenorresentimientoporsulargoabandono.

—Detodasmaneras—tercióElizabeth,adusta,acomodandoconmanogentillasalmohadasdetrásdeEmily,enungestoquecontradecíasuseveraexpresión—,aélnolevaasertanfácil.Ilsehaandadosueltadurantedoceaños.Noleseráfácilhacerqueahorasecomportecomocorresponde,siesquealgúndíalologra.

—Elamorhacemilagros—dijo la tíaLaura,consuavidad—.ClaroqueIlsesemuereporveniraverte,Emily.Perotienequeesperarhastaquenohayapeligrodecontagio. Le dije que podía escribirte, pero cuando se enteró de que yo tenía queleerte la carta porque todavía tienes la vista débil, me dijo que esperaría a quepudieras leerla tú. Evidentemente—dijoLaura, riendo otra vez—, Ilse tiene cosasmuyimportantesquedecirte.

—Nosabíaquesepudierasertanfelizcomolosoyyoahora—dijoEmily—.Ay,

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tíaLaura,estanhermosotenerhambreyteneralgoparamasticar.

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CAPÍTULOTREINTAYUNO

ElgranmomentodeEmily

La convalecencia de Emily fue lenta. Físicamente se recuperó con una rapideznormal, pero durante un tiempo persistió una especie de languidez espiritual yemocional. No se puede descender a las profundidades de lo oculto y eludir elcastigo. La tía Elizabeth decía que estaba holgazaneando. Pero Emily no secontentabaconholgazanear.Eracomosilavidahubieraperdido,porunatemporada,susabor,comosiunafuentedeenergíavitalsehubieraagotadoytuvieraquevolverallenarpocoapoco.

Enaquellosmomentos,noteníaconquienjugar.Perry,IlseyTeddyhabíancaídolostresconsarampiónelmismodía.Alprincipio,laseñoraKentdeclaró,resentida,que Teddy se había contagiado en la Luna Nueva, pero en verdad los tres secontagiaronenunameriendadelaEscuelaDominicalalaquehabíanexistidoniñosdeDerryPond.AquellameriendainfectótodaBlairWater.Hubounaplagacompletade sarampión. En el caso de Teddy e Ilse fue suave, pero Perry, que apenasaparecieron losprimeros síntomas insistió en ir a su casacon su tíaTom,estuvoapunto demorir.AEmily no le dijeron nada del peligro que corríaPerry hasta quepasó,paranopreocuparla.HastalatíaElizabethestabapreocupada.SesorprendióaldescubrircuántoechabademenosaPerry.

Fue una suerte para Emily que Dean Priest estuviera en Blair Water duranteaquellosdíasdesoledad.Sucompañíaeraprecisamenteloquenecesitabaylaayudódeunamaneramaravillosaenelcaminohaciaunarecuperaciónabsoluta.Compartíanlargas caminatas por toda Blair Water, con Tweed olisqueando entre ellos, yexploraronlugaresycaminosqueEmilynohabíavistoantes.Observaroncómounaluna nueva se hacía vieja, noche a noche; hablaron en el crepúsculo, umbroso yfragante, recorriendo largos caminos rojosdemisterio; siguieron el embrujode losvientosdelascolinas;vieronsalirlasestrellas,yDeanlecontótodosobreellas:lasgrandesconstelacionesdelosmitosantiguos.Fueunmesmaravilloso,peroelprimerdíade laconvalecenciadeTeddy,Emily se fueaTansyPatchapasar la tardeyelGibosoPriestcaminó,siesquelosuyopodíallamarsecaminar,solo.

La tía Elizabeth estuvomuy amable con él, aunque no le gustabanmucho losPriestdePriestPond,ynuncasesentíadeltodocómodabajolamiradaburlonadelosojos verdes deGiboso y la sutilmofa de su sonrisa, que parecía hacer del orgulloMurray y de las tradiciones Murray algo mucho menos importante de lo que enrealidaderan.

—TieneesetonodelosPriest—ledijoaLaura—,aunqueenélnoestanfuertecomoenlamayoríadeellos.YesciertoqueestáayudandoaEmily;desdequellego,

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esaniñahacomenzadoaanimarse.Emily siguió «animándose» y, en diciembre, cuando la epidemia de sarampión

habíapasadoyDeanPriesthabíapartidoenunode sus repentinosviajesaEuropaparapasarelotoño,estuvootravez listapara ir a laescuela,unpocomásalta,unpocomásdelgada, unpocomenosniña, con susgrandesojosgrises y sombreadosque habían visto la muerte y habían leído el acertijo de algo enterrado y que deentonces en adelante siempre recordarían elmundo que hay detrás del velo.DeanPriest lo había visto, el señor Carpenter lo vio cuando ella le sonrió a través delescritorio,enlaescuela.

—Yahadejadoatráslainfanciadelalma,aunquesigateniendocuerpodeniña—murmuró.

Una tarde, entre los días dorados y los resplandores de octubre, él le pidió,refunfuñando,quelepermitieraveralgunosdesuspoemas.

—Nunca quise alentarte—dijo—. Ni quiero hacerlo ahora. Probablemente noseascapazdeescribirniunversodepoesíaverdaderaynuncapuedas.Perodéjamevertusescritos.Sinotienenremedio,telodiré.Notedejarédesperdiciarañosdetuvidaluchandoporalcanzarloinalcanzable.Noquieroesacargasobremiconciencia.Si hay algo prometedor en lo que escribes, te lo diré con lamisma sinceridad. Ytráeme también algunos de tus cuentos. Por ahora son pura tontería, estoy seguro,peroverésihayseñalesdequepuedescontinuar.

Aquellatarde,Emilypasóunahorademuchasolemnidad,sopesando,eligiendo,rechazando. Al paquetito de poemas añadió uno de los cuadernos, que contenía,según ella, sus mejores cuentos. Al día siguiente fue a la escuela con un aire tansecretoymisteriosoqueIlseseofendióyempezóa insultarla,perose interrumpió.Ilse le había prometido a su padre que trataría de dejar el hábito de pelear.Estabaadelantando mucho y su conversación, si bien era menos intensa, comenzaba aaproximarsealospatronesdelaLunaNueva.

Aqueldía,Emilysehizounlíoconsuslecciones.Estabanerviosayasustada.Laopinión del señorCarpenter lemerecía un gran respeto. El padreCassidy le habíadichoquesiguiera;DeanPriestlehabíadichoquealgúndíapodríaescribirbien,perotal vez sólo habían querido alentarla porque la querían y no deseaban herir sussentimientos.Emily sabíaqueel señorCarpenternoharía eso.Aunque laquisiera,amputaríasusaspiracionessinpiedadsiconsiderabaquenohabíaenellaraícesquevalieranlapena.Si,porelcontrario,ledabaánimos,ellasesentiríasatisfechaeiríacontraelmundo,sinperderfuerzasantecualquiercríticafutura.NoeradeextrañarqueesedíaparecieracargadodeunaimportanciaenormeparaEmily.

Cuando terminaron las clases, el señorCarpenter le pidió que se quedara. Ellaestaba tanblancay tensaque losotrosalumnospensaronqueelseñorCarpenter lahabíapescadoenalgoespecialmentemaloyqueella sabíaque ibaa sercastigada.RhodaStuartledirigióunasonrisasignificativamentemaliciosadesdeelporche,queni siquiera vio. En aquelmomento Emily estaba en un gran tribunal, en el que el

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señorCarpenterera juezsupremo,y todasucarrerafutura(creíaella)pendíadesuveredicto.

Los alumnos desaparecieron y un suave silencio soleado se instaló en la viejaaula.ElseñorCarpentersacódesuescritorioelpaquetitoqueellalehabíadadoporlamañana,avanzóporelpasilloysesentóenelasientodelantedeella,mirándola.Con gesto deliberado se caló los anteojos sobre la nariz ganchuda, sacó losmanuscritosycomenzóaleero,mejordicho,ahojearlos,dejandocaercomentarios,mezcladoscongruñidos,carraspeosyexclamacionesdirigidosaella,mientras leía.Emilycruzólasmanos,heladas,sobreelpupitreypasólospiesalrededordelaspatasdelasillaparanotemblar.Eraunaexperienciaterrible.Deseabanohaberledadosusversos al señor Carpenter. Eran malos, por supuesto que eran malos. Recuerda aldirectordelEnterprise.

—¡Ajá!—dijoelseñorCarpenter—.Crepúsculo.Señor,cuántospoemassehanescritoal«Crepúsculo».

Lasnubessejuntanespléndidasenelportónsinrejasdelcielo,aloeste,dondeesperanlasbandasdeespíritusdeojosestelares.

Diosmío,¿quéquieredecir?—No…nolosé—balbuceólasorprendidaEmily,cuyacomposturahabíahuido

antelaarremetidasúbitadelamiradapunzantedelmaestro.ElseñorCarpentergruñó.—Por loquemásquieras, niña, no escribas algoqueni túmismaentiendes.Y

éste,Alavida.«Vida,no tepidoquemeobsequies laalegríadeunarco iris», ¿essinceroeso?¿Loes,niña?¿Deverdadno lepides a lavida«la alegríadeunarcoiris»?

La traspasó con otra mirada. No obstante, Emily comenzaba a recuperarse enparte. De todas maneras, se sentía extrañamente avergonzada de los deseos tanelevadosyaltruistasexpresadosenesesoneto.

—No…—respondiócondesgana—.Síquieroalegríasdearcoiris,ymuchas.—Claroquesí.Todoslasqueremos.Nolasconseguimos,túnolasconseguirás,

perono seas tan hipócrita comopara simular queno las quieres, ni siquiera enunsoneto. Versos a la cascada de una montaña. «Sobre las rocas oscuras como lablancuradelvelodeunanovia».¿DóndehasvistounacascadaenunamontañaenlaIslaPríncipeEduardo?

—Enningúnlado;hayunafotoenlabibliotecadeldoctorBurnley.—ArroyoenelBosque:

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Tiemblanlosrayosdelsoldoradoyestremecenlosarbustosencorvadossobreelpequeñoríosombreado.

Semeocurreotrabuenarimaparaestepoema,yes«degollado».¿Porquénolaincluiste?

Emilyseencogió.—Cancióndelviento:

Hesacudidoelrocíodelospradosdelsayocolorcremadeltrébol…

Bonito,perodébil.Junio.Junio,porDiostodopoderoso,niña,noescribaspoemassobrejunio.Eseltemamásaburridodelmundo.Sehaescritohastamorirsobreél.

—No, junioes inmortal—exclamódeprontoEmilyconunachispaderebeldíaqueocupóellugardelatensiónensusojos.NoibaapermitirqueelseñorCarpentertuvierasiemprelarazón.

PeroelseñorCarpenterhabíaapartadoJuniosinleerniunverso.—Cansadadelmundohambriento, ¿quésabes túdelmundohambriento, tú,en

eserefugiodelaLunaNueva,entreárbolesviejosyviejasdoncellas?,aunquesíeshambriento.OdaalInvierno,lasestacionessonunaenfermedadquetienenquetenertodos los poetas jóvenes, parece, ¡ja! «La primavera no olvida», eso es bueno, elúnicoversobuenoenelpoema.Ajá,Divagaciones:

Heaprendidoelsecretodelatonadaquecanturreanlospinossombríosenlaladera…

—¿Lohasaprendido?¿Hasaprendidoesesecreto?—Creoquelohesabidosiempre—respondióEmilyconexpresiónsoñadora.«El

destello»dedulzura inimaginablequeaveces la sorprendíaacababade llegarydeirse.

—Propósito y Esfuerzo, demasiado didáctico, demasiado didáctico. No tienesderechoaintentarenseñarnadahastaqueseasvieja,yentoncesnotendrásganasdeenseñar.

Surostroeracomounaestrellapálidayclara.

—¿Teestabasmirandoalespejocuandoescribisteeso?—No…—contesto,indignada.—«Cuandolaluzdelamañanaseestremececomounabanderaenlacolina»,un

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buenverso,unmuybuenverso…

Ah,enunamañanatandorada,viviresundeleite…

Suena demasiado a Wordsworth. El mar en septiembre, «azul y de un brilloaustero», «de un brillo austero», niña, ¿cómo haces para combinar tan bien losadjetivos?Mañana,«todoslostemoressecretosqueacosanalanoche»,¿quésabestúdelostemoresqueacosanalanoche?

—Algosé—respondióEmily,decidida,recordandosuprimeranocheenWytherGrange.

—AunDíaMuerto…:

Conesacalmafríaenlafrentequesólolosmuertospuedenllevar…

—¿Hasvistoalgunavezlacalmafríaenlafrentedelosmuertos,Emily?—Sí—dijoEmily,consuavidad,recordandoaquelamanecergrisenlaviejacasa

delahondonada.—Me imagino, de lo contrario no podrías haber escrito eso, pero incluso así,

¿cuántosañostienes,pequeña?—Cumplítreceenmayo.—¡Ajá! Versos al niño pequeño de la señora de George Irving, tendrías que

estudiarelartedelostítulos,Emily,hayunamodaparalostítulos,comoparatodo.TustítulossontananticuadoscomolasvelasdelaLunaNueva.

Profundamenteduermeconlosrojoslabiosapretadoscomounhermosocapullojuntoalpechodesumadre.

Elrestonovalelapenaleerlo.Septiembre,¿tequedaalgúnmesalquenolehayashechounpoema?«Pradosventososhondosenlacosecha»,buenverso.BlairWateralaluzdelaLuna.Teladearaña,Emily,nadamásqueteladearaña.ElJardíndelaLunaNueva:

Risasilusoriasyviejascancionesdehombresymuchachasfelices…

Buenverso,supongoquelaLunaNuevaestállenadefantasmas.«Lamuerte,suamante,hizobiensupapel»,esopodríahaberpasadoentiemposdeAddison,perono

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ahora,Emily,noahora…

Tushoyuelosazulessonlastumbasdondejueganunmillónderayosdesolenterrados…

—Atroz, niña, atroz. Las tumbas no son campos de juego. ¿Tú jugarías siestuvierasenterrada?

Emily se encogió y volvió a ruborizarse. ¿Cómo no se había dado cuenta?Cualquieridiotasehubieradadocuenta.

Navegad,barcos,velasblancas,navegad,hastamásalládelhorizontepúrpura.Desaparecéisdelavista.Enelrubordelalba.Navegad,bajolaestrellavespertina.

—Tonterías,sólotonterías,ysinembargoaquíhayunaimagen:

Lamedconsuavidad,olaspúrpuras.Sueñoylossueñossondulces.Yanodespertaré.

—Ah, pero tendrás que despertar si quieres conseguir algo. Muchacha, hasutilizadolapalabrapúrpuradosvecesenelmismopoema.

Botonesdeoroenundoradofrenesí…

—«Undoradofrenesí»,muchacha,puedoverelvientosacudiendolosbotonesdeoro.

Delosportonespúrpuradeloestevengo…

—Tegustademasiadoelpúrpura,Emily.—Esunapalabratanbonita…—dijoEmily.

Sueñosqueparecendemasiadobrillantesparamorir…

—Loparecen,peronuncaloson,Emily…

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Vozseductoradeleco,lafama…

—¿Demodo que tú también la oíste? Es una seducción y, para lamayoría denosotros,sólouneco.Yestoestodo.

El señorCarpenter apartó las hojas, dobló los brazos sobre el pupitre ymiró aEmilyporencimadesusanteojos.

Emily le devolvió la mirada, muda, sin nervios. Toda la vida parecía haberabandonadosucuerpoyhaberseconcentradoensusojos.

—Diezversosbuenosencuatrocientos,Emily,comparativamentebuenos,quierodecir,ytodoelrestonosirveparanada,Emily,paranada.

—Me…loimagino—dijoEmily,enunhilodevoz.Losojosselellenarondelágrimasyletemblaronloslabios.Nopudoevitarlo.El

orgulloquedabadesesperadamentehundidoenlaamarguradesudesilusión.Sesintióexactamentecomounavelaquealguienacabadeapagar.

—¿Porquélloras?—preguntóelseñorCarpenter.Emilysesecólaslágrimasytratódesonreír.—Lamento…lamentoquelehayanparecidomalos—dijo.ElseñorCarpenterdioungolpesobreelescritorio.—¡Qué me parecieron malos! ¿No te dije que había diez buenos versos?

Muchachita,pordiezbuenoshombresSodomasehabríasalvado.—¿Quieredecirque…despuésdetodo…?—Lavelavolvíaaarder.—Claro que quiero decir eso. Si a los trece años eres capaz de escribir diez

buenos versos, a los veinte escribirás diez veces esa cantidad, si los dioses sonbondadososcontigo.Perodeja tranquilosa losmeses,y tampoco tecreasungenioporquehayasescritodiezversosbuenos.Yocreoquehayalgoquequiereexpresarseatravésdeti,perotendrásqueconvertirteatimismaenunbueninstrumento.Tienesque trabajar mucho y sacrificarte y, por Dios, niña, has elegido a una diosa muycelosa. Una diosa que nunca deja escapar a sus devotos, ni siquiera cuando haceoídossordosparasiempreasusruegos.¿Quétienesahí?

Con el corazón estremecido, Emily le dio el cuaderno. Estaba tan feliz que sufelicidad salía de todo su ser como un verdadero resplandor. Vio su futuromaravilloso, brillante (ah, su diosa la escucharía): «Emily B. Starr, la distinguidapoeta»,«E.ByrdStarr,laprometedorajovennovelista».

La risilla del señor Carpenter la trajo de su ensueño. Emily se preguntó, algoincómoda, de qué se reiría. No le parecía que hubiera nada gracioso en aquelcuaderno. Contenía sólo tres o cuatro de sus últimos cuentos: La Reina de lasmariposas,uncuentodehadas;Lacasadesilusionada,enlacualEmilyhabíatejidoun sueñode esperanzas que se convertían en realidaddespués demuchos años;Elsecretodelvalleque,apesardesutítulo,eraunfantasiosodiálogoentreelEspíritudelaNieve,elEspíritudelaLluviaGris,elEspíritudelaNieblayelEspíritudelaLuzdelaLuna.

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—¿Asíquepiensasquenosoyhermosocuandorezo?—dijoelseñorCarpenter.Emily abrió la boca, la cerró, se dio cuenta de lo que había sucedido, hizo un

gestodesesperadoporarrebatarleelcuadernoynoloconsiguió.ElseñorCarpenterlomantuvolejosdesualcanceyseriódeella.

¡Lehabíadadouncuadernoequivocado!Yéste,¡ay,quéhorror!¿Quécontenía?Mejor dicho, qué no contenía. Bosquejos de todo elmundo de BlairWater y unadescripción completa (muy completa) del mismo señor Carpenter. Decidida adescribirlo con exactitud, Emily había sido tan despiadadamente lúcida comosiempre, en especial con lasmuecas que él hacía por lasmañanas cuando abría laescuelaconunaplegaria.Graciasasugranhabilidadparapintarconlaspalabras,elseñorCarpenterestabavivoenaquelbosquejo.Emilynolosabía,peroélsí.Seviocomo en un espejo y el arte de esas palabras le gustó tanto que no le importó lodemás.Además,ellahabíadibujadosusvirtudesconigualclaridad.Yhabíaalgunasoraciones:«Dalaimpresióndequesabemuchascosasquenuncapuedenservirledenada»,«Creoqueloslunesseponelachaquetanegraporquelehacesentirquenosehaemborrachado».¿Quiénoquélehabíaenseñadoesascosasaaquellacría?¡Ah,sudiosanoabandonaríanuncaaEmily!

—Losiento—dijoEmily,rojadevergüenzasobresupalidez.—Pero¿porqué?¡Nohabríaqueridoperdermeestoniportodoslospoemasque

hasescritooqueescribirásentuvida!Pordios,es literatura, literatura,ynotienesmás que trece años. Pero no sabes lo que te espera, las colinas pedregosas, losascensosempinados,losembates,losdesalientos.Quédateenelvallesieressensata.Emily,¿porquéquieresescribir?Dameunarazón.

—Quieroserricayfamosa—contestóEmily,concalma.—Comotodoelmundo.¿Esesotodo?—No.Meencantaescribir.—Esunarazónmásválida,peronoessuficiente,noessuficiente.Dimeunacosa,

sisupierasquevasaserpobrecomounaratatodatuvida,sisupierasquenuncatevanapublicarunalínea,¿igualseguiríasescribiendo?

—Claroquesí—dijoEmily,desdeñosa—.Esque…tengoqueescribir;avecesnopuedoevitarlo,tengoqueescribir.

—Ah,entoncesseríaperdereltiempoquemepongaadarteconsejos.Siestáentisubir, debes hacerlo. Hay quienes deben levantar sus ojos a las colinas porque nopuedenrespirarenelvalle.QueDioslosayudesialgunadebilidadlesimpidesubir.Noentiendesunapalabrade loque estoydiciendo…por ahora.Pero sigue, ¡sube!Bueno,tomatucuadernoyveteacasa.DentrodetreceañospodréaspiraralafamaporhabertenidoaEmilyByrdStarrdealumna.Ve,ve,antesdequemeacuerdedeloirrespetuosaqueeres,escribiendoesascosassobremí,ymeenfadedeverdad.

Emily se fue, todavía un poco asustada, pero extrañamente feliz debajo de sumiedo. Se sentía tan feliz que su felicidad parecía irradiarse al mundo con unesplendorpropio.Todoslosdulcessonidosdelanaturalezaquelarodeabanparecían

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laspalabrasquebradasdesupropiadicha.ElseñorCarpenterlaobservódesapareceratravésdelgastadoumbral.

—¡Aire, fuego y agua! —murmuró—. La naturaleza siempre nos coge porsorpresa. Esta niña tiene lo que yo no tuve nunca, eso por lo que habría hechocualquiersacrificio.Pero«losdiosesnonosdejanquedarendeudaconellos»,pagaráporello,pagará.

Al atardecer, Emily se sentó en el mirador. Estaba inundado de un suaveresplandor. Fuera, en el cielo y en los árboles había delicadosmatices y el vientomurmuraba.Abajo,eneljardín,Florcorreteabaporlossenderosrojosdetrásdelashojassecas.Versuspatasdelgadas,rayadasylagraciadesusmovimientosledabaplacer,comolossurcoshermosos,paralelos,brillantesdeloscampossembrados,másalládelcamino,ylaprimeraestrellablancaydébilenelcielocolorverdecristal.

El viento de la noche de otoño soplaba en las trompetas del país de las hadassobrelascolinasy,enelbosquedeJohnelAltivo,habíarisas,comolasrisasdelosfaunos.Ilse,PerryyTeddylaesperabanallí;habíanconcertadounacitaparajugarenlapenumbradelocaso.Iríaconellosdentrodeunratito,todavíano.Estabatanplenadeéxtasisqueteníaqueescribirantesderegresardesumundodesueñosalmundodelarealidad.Enotrotiempo,lohabríavolcadoenunacartaasupadre.Yanopodíahacerlo.Peroanteella,sobrelamesa,habíauncuadernoflamante.Loatrajohaciasí,tomóellápizy,sobrelaprimerapáginavirgen,escribió:

LaLunaNuevaBlairWater

IslaPríncipeEduardo8deoctubre

Voyaescribirundiario,paraqueseaeditadocuandoyomuera.

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LUCYMAUDMONTGOMERY, nació en 1874 enClifton, islaPríncipeEduardo,Canadá.Quedó huérfana demadre a los dos de años de edad y se educó con susabuelosmaternosenCavendish.En1890fueavivirconsupadre,quesehabíavueltoacasar,peronologróadaptarse.Cursóestudiosuniversitariosytrabajócomomaestraen su isla natal. En 1898 regresó aCavendish para vivir con su abuela. Se dedicóentonces al periodismo, escribiendo en el Daily Echo de Halifax. Contrajomatrimonio con el reverendo Ewen Macdonald, estableciéndose en Ontario yfinalmenteenToronto.Tuvierondoshijos.

PrimeroenCavendishyposteriormenteensussucesivoslugaresderesidencia,L.M.Montgomery escribió más de veinticinco libros, convertidos ya en clásicos de laliteraturajuveniluniversal.

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Notas

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[1]Sembradíodehierbalombriguera.<<

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