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E n campaña electoral vemos que hay políticos a los que les gusta celebrar encuentros y rodearse de científicos. Sin embargo, uno de los males endémicos de este país es la politización y falta de perspectiva científi- ca de la vida diaria. Decisiones que deberían ser técnicas se realizan por políticos que no tienen conocimiento de la materia sobre la que toman dichas decisiones y que van cambiando el área de conocimiento que gestionan. En 1955, Albert Einstein y Bertrand Russell escribieron un manifiesto advir- tiendo del peligro de las armas de destruc- ción masiva, lo que llevó a la Conferencia Pugwash sobre ciencia y aspectos relevan- tes a nivel internacional. Una reunión de investigadores de todo el mundo para discutir un problema relevante desde una perspectiva científica despolitizada. El método científico es muy sencillo, se debe falsear la hipótesis nula. Esto es, se evalúa algo sin apriorismos y sin sesgos, es la evidencia la que marca el resultado, no lo que piensa el científico. Todo lo contrario de lo que sucede en la política española. La penetración de la política en capas CELSO ARANGO Presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría OPINIÓN MÁS CIENCIA, MENOS POLÍTICA (DE LA MALA) cada vez más inferiores de la Administra- ción pública española hace que para encontrar el primer técnico en la materia haya que ir muy abajo en la organización de las instituciones u organismos públi- cos, donde hay ya poca capacidad de gestión. Y esto es porque en España, después de unas elecciones, el número de personas de la Administración que son sustituidas en sus cargos es muy superior al de los países de nuestro entorno. En nuestro país son cargos políticos trabajos tan técnicos como el de gerente de hospital o incluso el de director médico o de enfermería. Es triste decirlo, pero dependiendo de la adscripción política de un médico, este tiene más posibilidades de convertirse en jefe de servicio en una Comunidad Autónoma o en otra, según el signo político de esta. Cuanto mayor sea la penetración de la política en capas de decisión técnicas menos eficiente será un país y un ejemplo claro de esto son las dictaduras. Las decisiones cortoplacistas, en las que solo se mira el rédito ante las próximas elecciones, explican que no se tomen medidas preventivas a largo plazo o que haya cambios continuos en sistemas sanitarios y educativos al margen de lo que se conoce que funciona de forma más eficiente. La combinación de anhelo de poder y ambición es buena para la prosperidad cuando viene acompañada de conoci- miento, preparación e inteligencia. Si miramos a muchos de los políticos de nuestro país hay más de los primeros ingredientes que de los segundos. Los votantes deberían saber que cuanto más despolitizadas estén las instituciones y organismos públicos y más decisiones basadas en los hechos se tomen, lo cual atañe a la mayoría de las decisiones que se toman en el día a día de la gestión pública, más posibilidades tiene un país de prosperar en el amplio sentido. Muchos países cuentan con comités de asesores y expertos que son científicos de reconocido prestigio en aquello sobre lo que asesoran. En nuestro país los asesores de los políticos son otros políticos del mismo signo y afinidad (¡y en ocasiones hasta familia!). Así nos va. MARTA DE ANDRÉS A yer, hoy y siempre, el modelo de enfermar masculino se toma como norma para el resto de la población. «Y no somos un co- lectivo, somos la mitad de la humanidad», afirma Margari- ta Sáez, psiquiatra del Hospital de Cruces, de Bilbao. Las mujeres han permanecido invisi- bles como ser diferente en la Biología y en la Psicología. No se ha incluido en las investi- gaciones sobre salud, sobre patologías o so- bre fármacos, ni se ha valorado qué influen- cia tienen la cultura, las relaciones de poder y los estereotipos de género en la salud. «Tam- poco se ha incluido en los trabajos de inves- tigación sobre las causas de enfermar ni la violencia de género que está ampliamente ex- tendida en las capas más profundas de la so- ciedad. Los malos tratos también están pro- duciendo graves consecuencias sobre la sa- lud psicológica y física. Y no se tiene en cuenta tampo el impacto que tiene el papel de cui- dadoras en la salud», añade la psiquiatra. Esta opinión es corroborada por la docto- ra Carmen Valls Llobet, directora del progra- ma Mujeres, Salud y Calidad de Vida del CAPS, Centro de Análisis y Programas Sanitarios, de Barcelona. «La Medicina es aún androcén- trica porque en la mayoría de trabajos de in- vestigación no se incluyen mujeres. Sólo se incluye a mujeres para estudiar patologías como la ansiedad y depresión, como si estas fueran enfermedades innatas en ellas, sin que se valore hasta qué punto la doble jornada, la doble presencia, la violencia de género, el cuidado de enfermos, e hijos son causa de an- siedad y depresión». Ansiedad, diagnóstico rápido Un ejemplo claro. Una mujer de 40 años, ma- dre de tres hijos y con su padre enfermo acu- de a su médico de Atención Primaria aque- jada de dolor de cabeza, insomnio, cansan- cio crónico… el diagnóstico es rápido: ansiedad. «¿Por qué no les mandan una analítica? Pue- de ser una ferropenia, que cursa con los mis- mos síntomas», apunta Sáez. No pasaría con un hombre de la misma edad. Lejos de tópi- cos machistas, parece un tema de formación. «Los profesionales sanitarios diagnostican y tratan según el entrenamiento recibido y la información de la que disponen. En Biome- dicina y Epidemiología, la diferenciación en- tre sexo y género es difícil y a veces confusa, incluso llegando a utilizarse género cuando ELLAS ENFERMAN DE FORMA DIFERENTE La Medicina también tiene GÉNERO Hasta hace solo dos décadas, no se hacían ensayos clínicos con mujeres, las conclusiones que se sacaban con los hombres se extrapolaban a toda la población. Este solo es un ejemplo de cómo la Medicina sí distingue por género simplemente se desagregan los datos por sexo, o considerando ambos términos como sinó- nimos y por tanto, intercambiables», añade. Un infarto distinto «En las facultades nos enseñaron cómo era un infarto de miocardio (opresión precordial, irradiado al brazo izquierdo...) pero no nos dijeron que, en las mujeres, en muchas oca- siones aparece como dolor epigástrico, ma- En opinión de Valls, «creo que la atención primaria intenta hacer grandes esfuerzos para el diagnóstico, pero le falta tiempo para realizar un buen seguimiento y por ello de- ben citarse repetidamente a las pacientes, a veces cada semana, por la falta de psicólogos de acompañamiento. Además, falta una cien- cia de la diferencia, que forme bien a los pro- fesionales de Primaria y a los especialistas en las enfermedades que pueden tener rela- ción con la ansiedad y depresión, como las ti- roideas, la falta de hierro y el dolor crónico». La publicidad ha ayudado a mantener esa imagen de que algunas «enfermedades» son cosa de mujeres, proyectando la idea de que, en general, nuestro género está asociado a «pequeñas taras» con las que tenemos que vivir. «Todos los anuncios de mala salud es- tán destinados a las mujeres. Compresas para las pérdidas de orina (pese a que pueden ser más frecuentes en varones); cremas para el olor de la zona íntima como si también fue- ra un problema de ellas» explica. Más diagnósticos psiquiátricos Un claro ejemplo del sesgo de género se pro- duce en Psiquiatría. «Hay una psiquiatriza- ción de la salud mental de las mujeres a lo largo de la Historia. A las mujeres se les pres- criben más psicofármacos, tanto antidepre- sivos como ansiolíticos, en mayor proporción que a los hombres, incluso en ausencia de un diagnóstico psiquiátrico. Se psiquiatrizan procesos fisiólogicos normales como la mens- truación y la menopausia», apunta Sáez. Valls añade: «Hay un incremento de medicaliza- ción de la salud mental de la mujer a partir de los 45 años que se queje de alguna cosa, en especial si está cansada o tiene dolor. Aquí sí hay un diferencia por sexos». «La razón fundamental para acabar con esta desigualdad debe ser la justicia social» apunta Sáez. Así lo explican en un especial de la revista médica «The Lancet», donde se alude a la desigualdad de género generaliza- da e inexcusable respaldada por prejuicios y sexismo que aún persisten hoy, una estruc- tura en la que la investigación y la atención médica no son una excepción. El objetivo de la investigación a la que se dedica el ejemplar ha sido mostrar estudios, comentarios y aná- lisis (más de 300 de 40 países) que brinden explicaciones y evidencia para la acción ha- cia la equidad de género. El artículo conclu- ye que la equidad de género no es solo una cuestión de justicia y derechos, sino que es crucial para producir la mejor investigación y brindar la mejor atención a los pacientes. lestar general… La realidad es que, en gran parte de los ca- sos, son etiquetadas como «an- siosas» cuando están sufriendo un infarto agudo de miocardio (IAM). Tam- poco se ve de manera adecuada la enferme- dad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cuando ahora las mujeres fuman tanto como los hombres y hay la misma prevalencia del cuadro», matiza. ABC SÁBADO, 16 DE NOVIEMBRE DE 2019 SALUD 15 14 SALUD abc.es/salud abc.es/salud SÁBADO, 16 DE NOVIEMBRE DE 2019 ABC

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En campaña electoral vemos que hay políticos a los que les gusta celebrar encuentros y rodearse de científicos. Sin embargo, uno de

los males endémicos de este país es la politización y falta de perspectiva científi-ca de la vida diaria. Decisiones que deberían ser técnicas se realizan por políticos que no tienen conocimiento de la materia sobre la que toman dichas

decisiones y que van cambiando el área de conocimiento que gestionan.

En 1955, Albert Einstein y Bertrand Russell escribieron un manifiesto advir-tiendo del peligro de las armas de destruc-ción masiva, lo que llevó a la Conferencia Pugwash sobre ciencia y aspectos relevan-tes a nivel internacional. Una reunión de investigadores de todo el mundo para discutir un problema relevante desde una perspectiva científica despolitizada. El método científico es muy sencillo, se debe falsear la hipótesis nula. Esto es, se evalúa algo sin apriorismos y sin sesgos, es la evidencia la que marca el resultado, no lo que piensa el científico. Todo lo contrario de lo que sucede en la política española.

La penetración de la política en capas

CELSO ARANGO Presidente de la

Sociedad Española de Psiquiatría

OPINIÓN

MÁS CIENCIA, MENOS POLÍTICA (DE LA MALA)

cada vez más inferiores de la Administra-ción pública española hace que para encontrar el primer técnico en la materia haya que ir muy abajo en la organización de las instituciones u organismos públi-cos, donde hay ya poca capacidad de gestión. Y esto es porque en España, después de unas elecciones, el número de personas de la Administración que son sustituidas en sus cargos es muy superior al de los países de nuestro entorno.

En nuestro país son cargos políticos trabajos tan técnicos como el de gerente de hospital o incluso el de director médico o de enfermería. Es triste decirlo, pero dependiendo de la adscripción política de un médico, este tiene más posibilidades de convertirse en jefe de

servicio en una Comunidad Autónoma o en otra, según el signo político de esta. Cuanto mayor sea la penetración de la política en capas de decisión técnicas menos eficiente será un país y un ejemplo claro de esto son las dictaduras. Las decisiones cortoplacistas, en las que solo se mira el rédito ante las próximas elecciones, explican que no se tomen medidas preventivas a largo plazo o que haya cambios continuos en sistemas sanitarios y educativos al margen de lo que se conoce que funciona de forma más eficiente.

La combinación de anhelo de poder y ambición es buena para la prosperidad cuando viene acompañada de conoci-miento, preparación e inteligencia. Si

miramos a muchos de los políticos de nuestro país hay más de los primeros ingredientes que de los segundos. Los votantes deberían saber que cuanto más despolitizadas estén las instituciones y organismos públicos y más decisiones basadas en los hechos se tomen, lo cual atañe a la mayoría de las decisiones que se toman en el día a día de la gestión pública, más posibilidades tiene un país de prosperar en el amplio sentido.

Muchos países cuentan con comités de asesores y expertos que son científicos de reconocido prestigio en aquello sobre lo que asesoran. En nuestro país los asesores de los políticos son otros políticos del mismo signo y afinidad (¡y en ocasiones hasta familia!). Así nos va.

MARTA DE ANDRÉS

Ayer, hoy y siempre, el modelo de enfermar masculino se toma como norma para el resto de la población. «Y no somos un co-lectivo, somos la mitad de la humanidad», afirma Margari-

ta Sáez, psiquiatra del Hospital de Cruces, de Bilbao. Las mujeres han permanecido invisi-bles como ser diferente en la Biología y en la Psicología. No se ha incluido en las investi-gaciones sobre salud, sobre patologías o so-bre fármacos, ni se ha valorado qué influen-cia tienen la cultura, las relaciones de poder y los estereotipos de género en la salud. «Tam-poco se ha incluido en los trabajos de inves-tigación sobre las causas de enfermar ni la violencia de género que está ampliamente ex-tendida en las capas más profundas de la so-ciedad. Los malos tratos también están pro-duciendo graves consecuencias sobre la sa-lud psicológica y física. Y no se tiene en cuenta tampo el impacto que tiene el papel de cui-dadoras en la salud», añade la psiquiatra.

Esta opinión es corroborada por la docto-ra Carmen Valls Llobet, directora del progra-ma Mujeres, Salud y Calidad de Vida del CAPS, Centro de Análisis y Programas Sanitarios, de Barcelona. «La Medicina es aún androcén-trica porque en la mayoría de trabajos de in-vestigación no se incluyen mujeres. Sólo se incluye a mujeres para estudiar patologías como la ansiedad y depresión, como si estas fueran enfermedades innatas en ellas, sin que se valore hasta qué punto la doble jornada, la doble presencia, la violencia de género, el cuidado de enfermos, e hijos son causa de an-siedad y depresión».

Ansiedad, diagnóstico rápido Un ejemplo claro. Una mujer de 40 años, ma-dre de tres hijos y con su padre enfermo acu-de a su médico de Atención Primaria aque-jada de dolor de cabeza, insomnio, cansan-cio crónico… el diagnóstico es rápido: ansiedad. «¿Por qué no les mandan una analítica? Pue-de ser una ferropenia, que cursa con los mis-mos síntomas», apunta Sáez. No pasaría con un hombre de la misma edad. Lejos de tópi-cos machistas, parece un tema de formación. «Los profesionales sanitarios diagnostican y tratan según el entrenamiento recibido y la información de la que disponen. En Biome-dicina y Epidemiología, la diferenciación en-tre sexo y género es difícil y a veces confusa, incluso llegando a utilizarse género cuando

ELLAS ENFERMAN DE FORMA DIFERENTE

La Medicina también tiene

GÉNERO

Hasta hace solo dos décadas, no se hacían ensayos clínicos con

mujeres, las conclusiones que se sacaban con los hombres se

extrapolaban a toda la población. Este solo es un ejemplo de cómo la

Medicina sí distingue por género

simplemente se desagregan los datos por sexo, o considerando ambos términos como sinó-nimos y por tanto, intercambiables», añade.

Un infarto distinto «En las facultades nos enseñaron cómo era un infarto de miocardio (opresión precordial, irradiado al brazo izquierdo...) pero no nos dijeron que, en las mujeres, en muchas oca-siones aparece como dolor epigástrico, ma-

En opinión de Valls, «creo que la atención primaria intenta hacer grandes esfuerzos para el diagnóstico, pero le falta tiempo para realizar un buen seguimiento y por ello de-ben citarse repetidamente a las pacientes, a veces cada semana, por la falta de psicólogos de acompañamiento. Además, falta una cien-cia de la diferencia, que forme bien a los pro-fesionales de Primaria y a los especialistas en las enfermedades que pueden tener rela-ción con la ansiedad y depresión, como las ti-roideas, la falta de hierro y el dolor crónico».

La publicidad ha ayudado a mantener esa imagen de que algunas «enfermedades» son cosa de mujeres, proyectando la idea de que, en general, nuestro género está asociado a «pequeñas taras» con las que tenemos que vivir. «Todos los anuncios de mala salud es-tán destinados a las mujeres. Compresas para las pérdidas de orina (pese a que pueden ser más frecuentes en varones); cremas para el olor de la zona íntima como si también fue-ra un problema de ellas» explica.

Más diagnósticos psiquiátricos Un claro ejemplo del sesgo de género se pro-duce en Psiquiatría. «Hay una psiquiatriza-ción de la salud mental de las mujeres a lo largo de la Historia. A las mujeres se les pres-criben más psicofármacos, tanto antidepre-sivos como ansiolíticos, en mayor proporción que a los hombres, incluso en ausencia de un diagnóstico psiquiátrico. Se psiquiatrizan procesos fisiólogicos normales como la mens-truación y la menopausia», apunta Sáez. Valls añade: «Hay un incremento de medicaliza-ción de la salud mental de la mujer a partir de los 45 años que se queje de alguna cosa, en especial si está cansada o tiene dolor. Aquí sí hay un diferencia por sexos».

«La razón fundamental para acabar con esta desigualdad debe ser la justicia social» apunta Sáez. Así lo explican en un especial de la revista médica «The Lancet», donde se alude a la desigualdad de género generaliza-da e inexcusable respaldada por prejuicios y sexismo que aún persisten hoy, una estruc-tura en la que la investigación y la atención médica no son una excepción. El objetivo de la investigación a la que se dedica el ejemplar ha sido mostrar estudios, comentarios y aná-lisis (más de 300 de 40 países) que brinden explicaciones y evidencia para la acción ha-cia la equidad de género. El artículo conclu-ye que la equidad de género no es solo una cuestión de justicia y derechos, sino que es crucial para producir la mejor investigación y brindar la mejor atención a los pacientes.

lestar general… La realidad es que, en gran parte de los ca-sos, son etiquetadas como «an-siosas» cuando están sufriendo un infarto agudo de miocardio (IAM). Tam-poco se ve de manera adecuada la enferme-dad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cuando ahora las mujeres fuman tanto como los hombres y hay la misma prevalencia del cuadro», matiza.

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