elecciones en guerrero: equilibrio bipartidista recurrente

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La elección de diputados y presidencias de ayuntamientos, en octubre 2008 en Guerrero, ha ratificado un sistema bipartidista recurrente, donde el PRI y el PRD alternan en los espacios de representación popular

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Fecha de impresión: junio de 2009Año VIII, número 36abril-junio 2009, trimestral

No. de Certificado de Reserva de Derechosde Uso Exclusivo de Título: 04-2008-051319002200-102No. de Certificado de Licitud de Título: 11490No. de Certificado de Licitud de Contenido: 8071ISSN No.:1665-0921

Domicilio de la Publicación: Paseo Tollocan no. 944, Col. Santa Ana Tlapaltitlán, C.P. 50160, Toluca, Estado de MéxicoTel. (01722) 2757300, ext. 4300.

Instituto Electoral del Estado de México Paseo Tollocan no. 944, col. Santa Ana Tlapaltitlán, C.P. 50160.Toluca, Estado de México. Tel. (01722) 2757300, ext. 4300.

www.ieem.org.mx

Los juicios y afirmaciones expresados en los artículos aquí publicados son responsabilidad de los autores, y el Instituto Electoral del Estado de México no los comparte necesariamente.

Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenidode la revista sin la autorización de los editores.

Impreso en México

Publicación de distribución gratuita

PRESENTACIÓN 5

EXPEDIENTE ELECTORAL

Laberintos partidistas en México. Procesos de selección 11de candidatos a gobernadores en el PAN, el PRI y el PRDde 2000 a 2007Gustavo Martínez Valdez

PLUMAS Y LETRAS

Participación y abstencionismo electoral en los 49municipios del Estado de MéxicoRafael Cedillo Delgado

Elecciones en Guerrero: equilibrio bipartidista recurrente 85Gabino Solano Ramírez

Margarita Jiménez Badillo

Guerrero: municipios y parlamento. 107Impacto de la nueva legislación electoral en la equidad de géneroRosa Icela Ojeda Rivera

Rogelio Ortega Martínez

Las elecciones autonómicas en España: 131Galicia y País Vasco, un análisis pormenorizado de los comicios del 1 de marzo de 2009Gema Sánchez Medero

Rubén Sánchez Medero

TEXTOS DE ACTUALIDAD

La democracia en treinta píldoras 165Miguel Carbonell

UN CLÁSICO DE LA CULTURA POLÍTICA

Persona y democracia. La historia sacrificial 177María Zambrano

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En este momento la maquinaria elec-toral de organismos locales y del propio Instituto Federal Electoral se encuentra trabajando de manera fe-bril, pues el próximo 5 de julio se celebrarán elecciones concurrentes en 11 estados de la república, así como en el ámbito nacional, en un contexto marcado por varios factores de suma relevancia: la aplicación de una nueva ley electoral, la polariza-ción de las posiciones políticas y el llamado de una parte de la sociedad a votar en blanco; además de la in-certidumbre que arroja el fantasma del abstencionismo.

Apegados a la premisa de incluir te-mas de actualidad y trascendencia, en este fascículo de Apuntes Electora-les ofrecemos varios trabajos, que a continuación reseñamos brevemente.

Comenzamos con el artículo de Gus-tavo Martínez Valdez que integra la sección Expediente Electoral; este trabajo tiene el objetivo de identificar el tipo de procedimientos de selec-ción de candidatos a gobernador que han utilizado las 3 principales fuerzas políticas de nuestro país, con la finalidad de observar el fun-cionamiento de estas organizaciones partidistas en cuanto a sus métodos de selección y la integración de sus instancias encargadas de calificar dichos procedimientos. El trabajo

está estructurado en 3 apartados y se intitula: “Laberintos partidistas en México. Proceso de selección de can-didatos a gobernadores en el PAN, el PRI y el PRD de 2000 a 2007”.

Por otra parte, la sección Plumas y Letras está compuesta por 4 artí-culos que tienen como común de-nominador el análisis electoral. En primer lugar podremos encontrar el de Rafael Cedillo Delgado “Partici-pación y abstencionismo electoral en los municipios del Estado de Méxi-co”; en el que, a través del método comparativo, se estudian los factores que posibilitan u obstaculizan la par-ticipación electoral en algunos mu-nicipios mexiquenses, contrastando aquéllos en los que se registra una mayor votación con los que muestran una menor afluencia de votantes. Así, Rafael Cedillo busca establecer algu-nas perspectivas de explicación sobre la participación y el abstencionismo en municipios en los que se viven condiciones sociales opuestas.

A continuación, se presenta el traba-jo “Elecciones en Guerrero: equilibrio bipartidista recurrente”, de Gabino Solano y Margarita Jiménez; artículo que se circunscribe al estudio de los resultados electorales del proceso de renovación de diputados locales y miembros de los ayuntamientos en el estado de Guerrero, efectuados en

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octubre de 2008, mismos que con-firmaron la existencia de un sistema político bipartidista. Este apartado se divide en 3 secciones: la prime-ra expone las reformas efectuadas a la legislación electoral en 2007; después, se realiza un comparativo sobre los últimos 3 procesos electo-rales guerrerenses y, finalmente, se presentan algunas consideraciones sobre el espectro político institucio-nal de aquel estado.

“Guerrero: municipios y parlamen-to. Impacto de la nueva legislación electoral en la equidad de género” es la propuesta de Rosa Icela Ojeda y Rogelio Ortega; quienes, basados en las elecciones guerrerenses de 2008 y el impacto que tuvieron sobre ellas las reformas electorales del año que las antecedió, estudian el avance femenino en la adquisi-ción de representación política ante el Poder Legislativo y el ámbito municipal. De esta manera, ofrecen una visión sobre qué tan efectivos fueron los cambios a la ley para otorgar a las mujeres mejores con-diciones de acceso al poder, así como la actitud que tomaron las cúpulas partidistas para darle cum-plimiento a la nueva normatividad.

Gema Sánchez Medero y Rubén Sán-chez Medero nos ofrecen el trabajo

“Las elecciones autonómicas en Es-paña: Galicia y País Vasco, un aná-lisis pormenorizado de los comicios del 1 de marzo de 2009”, en el que brindan una lectura vasta del esce-nario político electoral español ya que, según los autores, los recientes comicios en estas 2 comunidades autónomas son el reflejo de lo que posiblemente sucederá en la elec-ción nacional por venir. En el centro del análisis están los partidos clave: el Partido Obrero Socialista Español (PSOE) y el Partido Popular (PP).

En otro orden de ideas, nos compla-ce presentar la reseña que Miguel Carbonell elaboró para la sección Textos de Actualidad sobre el libro “La democracia en treinta leccio-nes” del reconocido politólogo ita-liano Giovanni Sartori; esta obra se refiere a las treinta cuestiones más importantes que giran alrededor del debate sobre la democracia, al respecto Carbonell ofrece a nues-tros lectores acertados comentarios que acercan los temas en cuestión a nuestra realidad, es decir, al con-texto político y social mexicano y de otros países de este continente. La conjunción de estos elementos, una magnífica obra y un excelente comentario sobre la misma, dan como resultado este texto sencillo, profundo y de gran actualidad.

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El clásico de la cultura política para este número, es de María Zambrano, importante filósofa y ensayista es-pañola, figura clave y representativa de la cultura hispánica del siglo XX; aquí citamos un breve fragmento de su trabajo Persona y democracia. La historia sacrificial.

De elecciones, democracia y otros temas, se compone este número, que dejamos a su consideración y esperamos que la diversidad de los puntos de vista aquí planteados le enriquezcan.

Ángel Gustavo López MontielCoordinador de la revista

expediente electoral

expediente electoral

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partir del criterio del eje de inclu-sión para identificar quién puede ser candidato; así como la integra-ción de los órganos encargados de su selección. Al final se plantea que las decisiones en cada partido para definir los métodos a utilizar res-ponden a factores intraorganizacio-nales, por encima de los incentivos que generan los diversos niveles de competitividad electoral.

Palabras clave: selección de candi-datos, métodos de selección, candi-datos a gobernadores, inclusión, PRI, PAN, PRD, partido en el gobierno, nivel de competitividad electoral.

Laberintos partidistas en México. Procesos de selección de candidatos a gobernadores en el PAN, el PRI y el PRD de 2000 a 20071

Gustavo Martínez Valdez*

1 Una primera versión de los datos fue presentada en el XX Congreso Nacional de Estudios Electorales organizado por la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales realizado del 12 al 14 de noviembre de 2008 en Morelia, Michoacán, bajo el título “Los procesos de selección de candidatos a gobernadores en el PAN, PRI y PRD durante 2000 a 2007”.

* Maestro y candidato a Doctor en Investigación en Ciencias Sociales con mención en Ciencia Política por la Facultad Latinoamerica-na de Ciencias Sociales (FLACSO), sede académica de México. Especialista en temas sobre partidos políticos, institucionalización y selección de candidatos.

Los juicios y afirmaciones expresados en este artículo son responsabilidad del autor, y el Instituto Electoral del Estado de México no los comparte necesariamente.

Resumen

La estabilización de los niveles de competitividad electoral y la alter-nancia en los gobiernos estatales experimentados en México se ha fortalecido, generando expectativas reales para acceder al gobierno en el PAN, el PRI y el PRD. Por su par-te, los partidos se han enfrentado al reto de seleccionar a sus candidatos a gobernadores, sin embargo, sus formas de nominación han sido di-versas. El presente estudio analiza los procesos de selección de can-didatos a gobernadores en el PAN, el PRI y el PRD de 2000 a 2007 a

expediente electoral

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Abstract

The stability of the electoral competi-tiveness and the experience of differ-ent party candidates to the excersise of state goverments in Mexico is now more common, growing the future ex-pectations of party politicians —PAN, PRI and PRD— to access to state office. However, the party organiza-tions have experience the challenge of selecting their candidates to state office. The article reviews the can-didate selection process for states governorns during the year 2000 to 2007. For it we use the inclusion axis criteria to identify who can become party candidate and who chose him as candidate. We propose the party decisions for adopting a selection method instead of others depends in large on the intra party organization factors above the incentives generat-ed by the electoral competitiveness.

Key words: candidate selection, se-lection methods, governors candi-dates, inclusion, PRI, PAN, PRD, party in government, electoral com-petitiveness.

1. Presentación

El objetivo del estudio consiste en identificar el tipo de procedimientos de selección de candidatos a go-

bernadores a que han recurrido los tres principales partidos políticos en México: Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) du-rante el periodo de 2000 a 2007.

El estudio de los procesos de selec-ción de candidatos a gobernadores permite, por un lado, observar el fun-cionamiento de las organizaciones partidistas que se encuentran “más cercanas” a las bases de los parti-dos y del electorado, por otra parte, también ofrece un mayor número de casos de observación para someter al análisis comparativo.

El periodo abordado (de 2000 a 2007) se caracteriza por la percep-ción del fortalecimiento del funcio-namiento democrático del régimen político mexicano (Camp, 2008: 292-293), además se encuentra una ten-dencia hacia la estabilidad electoral caracterizada por comicios media-namente competitivos en el grueso de los estados (Méndez, 2006: 157). Esto permite considerar cierta esta-bilidad de las condiciones compe-titivas en las que se desenvuelven los partidos y, así, intentar controlar efectos disruptivos externos en las decisiones de dichas organizacio-nes políticas a partir de inferir su creciente interés por acceder a los cargos públicos. Sin embargo, uno

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de los principales retos del análisis radica en la gran multiplicidad de particularidades que mostró cada proceso interno, así como la falta de fuentes de información claras sobre la vida interna de los partidos que permitieran obtener los datos necesarios de manera transparente, para lo que se recurrió a la revisión hemerográfica sobre los distintos procesos realizados en dicho periodo de estudio.

Para avanzar en el estudio comparati-vo de estos procesos intrapartidistas en nuestro país se recurrió al marco teórico del eje de inclusión (Rahat y Hazan, 2001; Freidenberg, 2003) en la selección de los candidatos con el fin de sistematizar las característi-cas generales de los procesos a nivel estatal y, de esta manera, intentar comprobar las propuestas intuitivas que guiaron dicho estudio.

Las preguntas básicas al analizar este tipo de procesos al interior de los partidos suelen ser sobre: ¿quién puede ser elegido como candidato?, ¿quién elige a los candidatos?, ¿exis-ten restricciones a la participación en dichos procesos?; ¿dónde son seleccionados los candidatos?, ¿el cuerpo que los elige es de corte nacional o subnacional?; y ¿cómo son nominados los candidatos?, ¿se realizó un proceso de votación inter-

na o solamente fueron designados? (Rahat y Hazan, 2001: 299).

La intención de este estudio se centra en presentar una respuesta tentativa a la última pregunta cen-trada en el tipo de procedimientos de selección de candidatos de go-bernadores en los tres principales partidos políticos de México. De esta manera se busca observar el comportamiento de dichas organi-zaciones en contextos generales de competencia democrática electoral, así como ubicar algunos elemen-tos claves que permitan obtener respuestas que expliquen por qué los partidos deciden utilizar unos métodos de selección y no otros, así como, de manera descriptiva, observar el comportamiento electo-ral de cada partido en función del proceso interno celebrado.

Los supuestos intuitivos, no ex-haustivos, con los que se ha guiado este estudio proponen que: 1) a medida que la competencia demo-crática electoral se incrementa, los partidos seleccionarán a sus can-didatos mediante procedimientos más participativos, que incluyan al grueso del electorado; 2) ante la presencia de un gobernador en turno, el partido de su afiliación recurrirá a procedimientos centra-lizados de selección.

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en la meta principal y el nombra-miento como candidato significa la perspectiva de un cargo político” (Kirchheimer, 1980: 344). Su rele-vancia organizacional puede motivar el surgimiento, o aumentar el encono y los conflictos existentes entre los políticos en búsqueda por avanzar en el desarrollo de sus carreras políticas (Gallagher, 1988: 2; Ware, 1996: 257; Rahat y Hazan, 2001: 297; Billie, 2001: 364; Freidenberg, 2002, 2005).

La importancia analítica de este tipo de procesos intrapartidistas se encuentra en que abre una ventana para asomarnos a los procesos de toma de decisiones, así como al funcionamiento de la vida política de los partidos. La forma por medio del cual se llega a esta decisión es uno de los momentos más significativos en cualquier organización partidista (Schattschneider, 1964: 89; Gallag-her, 1988: 1; Katz, 2001: 277; Frei-denberg, 2002, 2003, 2005, 2006).

Sin embargo, uno de los principales retos para el estudio de este tipo de procesos intrapartidistas radica en la dificultad de generar un marco analítico, que permita la compara-ción entre la enorme diversidad de procedimientos adoptados por los partidos al momento de tomar sus decisiones en torno a la designación

El trabajo está estructurado en tres apartados. Inicialmente se presen-tan los principales conceptos teó-ricos del eje de inclusión con los que se pretenden, posteriormente, analizar comparativamente los pro-cesos de selección de candidatos a gobernadores del PRI, el PAN y el PRD durante el periodo referido. Por último se presentan las principales conclusiones, así como las líneas de investigación que se pueden des-prender sobre el tema.

2. Marco teórico

Cuando los partidos políticos co-mienzan a tener posibilidades reales de acceso al ejercicio de los gobier-nos, una de las funciones principales de estas organizaciones se centra en la selección de sus candidatos a cargos de elección pública. La im-portancia de los candidatos está en que serán los representantes de su partido ante el electorado, de ellos dependerá, en muchos casos, el éxi-to o derrota electoral, así como el ejercicio del gobierno (Freidenberg, 2002, 2003, 2005).

Al mismo tiempo, las candidaturas se vuelven “recursos de poder claves en una organización partidista, en particular, cuando para sus miem-bros ganar elecciones se convierte

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de los políticos que los representa-rán en las elecciones.

Una de las principales respuestas al reto del estudio comparativo de los partidos proviene de la propuesta del eje de inclusión (Rahat y Hazan, 2001; Freidenberg, 2003: 13),2 con el que se busca responder las pre-guntas de: ¿quién puede ser candi-dato de un partido?, ¿quién elige a los candidatos del partido?, ¿cómo son nominados los candidatos?, ¿ha habido cambios en esos procesos y cuál es su tendencia?

El criterio principal del que parte dicha propuesta gira en torno a la identificación del grado de apertura a la participación de los individuos, tanto en la dimensión de aquéllos que pueden convertirse en candida-tos de un partido, como en la inte-gración de los órganos responsables de seleccionar a sus abanderados.

La propuesta del eje de inclusión pre-tende responder dos dimensiones bá-sicas de los procesos de selección de candidatos: 1) la referente a quienes

pueden presentarse como candidatos a las elecciones, y 2) aquélla del pro-ceso de nominación utilizado.

Al referirse a la dimensión de los que pueden convertirse en candidatos a elecciones, inicialmente, se pueden identificar dos subdimensiones: a) las restricciones externas al partido re-lacionadas, principalmente, con las normas electorales3 y b) las normas y requisitos formales establecidos por los partidos en sus estatutos, reglamentos y normas de comporta-miento interno.

El eje de inclusión atraviesa estas dos subdimensiones al preocuparse por identificar las restricciones existen-tes, así como los requisitos estable-cidos formalmente a los políticos que aspiran a convertirse en candidatos y presentarse a las elecciones.

Las restricciones en ambas dimen-siones pueden ubicarse en un conti-nuo que va desde la mayor inclusión de participantes cuando no hay li-mitaciones formales y que, a su vez, permiten postularse como candidato

2 Hay que hacer notar que el estudio de los procesos intrapartidistas, a partir de la propuesta teórica del eje de inclusión, tiende a centrarse en gran medida en el marco institucional formal de dichas organizaciones, lo que limita la observación de las particula-ridades experimentadas en cada caso, sin embargo, facilita la comparación analítica. Reconociendo las limitaciones de este marco teórico es como se pretende, en dicho estudio, complementar el análisis a partir de recuperar los factores del partido en el gobier-no en turno, así como el nivel de competitividad y los resultados electorales, para avanzar en la investigación del comportamiento de la vida interna de estas organizaciones en las entidades del país.

3 Aquí vale aclarar que las restricciones a las que se refiere con este marco analítico giran en torno a los requisitos, normas y reglas formales del sistema político dentro del que se desarrolla el partido político. No se deja de reconocer la existencia del nivel infor-mal de la institucionalización del partido y sus prácticas internas, sin embargo, estas características institucionales suelen presen-tar mayor complejidad para su estudio y comparación (Levitsky, 1998; Levitsky y Freidenberg, 2007), por lo que se optó por dejarla fuera de este estudio.

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a todo ciudadano que así lo solicite, pasando por niveles de restricción moderados, como puede ser en el caso de que se requiera pertenecer a una organización partidista patro-cinadora para presentarse a eleccio-

nes, y hasta llegar al extremo de la baja inclusión, particularmente don-de los partidos establecen requisitos adicionales, además de la militancia para convertirse en abanderados de su organización (Figura 1).

Figura 1. ¿Quién puede ser candidato segúnel eje de inclusión?

Mayor inclusión Mayor exclusión

Fuente: Rahat y Hazan, 2001: 301; Freidenberg, 2003: 13.

Todos los ciudadanos Miembros partidistas Miembros de los partidoscon algunos requisitos

La segunda dimensión del eje de inclusión se centra en identificar el proceso de nominación del candi-dato, con lo que se aborda el tema de la toma de decisiones al interior del partido y el grado de apertura a distintos participantes en su defini-ción. Se vincula estrechamente con el cuerpo (o instancia) que elige a los candidatos (Freidenberg, 2003: 15), ya sea que se trate de un órgano cerrado del partido o uno en donde se permite la participación de sus bases y ciudadanos en general.

El nivel de inclusión de los partici-pantes en el proceso de nominación de candidatos permite ubicarlo den-

tro de un continuo que va desde la alta hasta la muy baja participación en la toma de decisiones en el parti-do (Figura 2).

Un partido puede experimentar al-tos niveles de inclusión al permitir la participación de sus cúpulas di-rigentes, militantes, así como de sus simpatizantes y ciudadanos en general a través de métodos de la elección directa en el proceso de selección interna. A este tipo de nominación se le puede clasificar como de internas abiertas.

Por otro lado, se pueden encontrar procedimientos de internas cerradas

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en las que se abre de manera modera-da la participación directa solamente a los miembros y militantes registra-dos de la organización partidista.

A medida que la inclusión y la par-ticipación se hacen más estrechas éstas se realizan por vías indirectas: un órgano partidista, bien definido y que es un subconjunto del universo de los miembros del partido, es el en-cargado de seleccionar al candidato. Independientemente de la forma en que se haya integrado dicho órgano decisorio del partido —ya sea que sus miembros se presentan como de-legados de las bases, que los votaron o como consejeros consultivos sin responsabilidad ante las bases pues no fueron elegidos previamente— la principal característica de este mé-todo de selección está en el reducido número de participantes, considera-dos como notables, en la designación del abanderado a las elecciones. Es-tos procedimientos pueden identifi-carse como reuniones de los consejos políticos, convenciones de delegados o asambleas del partido.

Por último, en el extremo del bajo nivel de inclusión se plantea que la decisión puede recaer en una perso-na, el líder o dirigente del partido, que puede a su vez apoyarse en su

equipo cercano, como los miembros que forman parte del gabinete ejecu-tivo del partido, tanto a nivel nacio-nal como local. En este caso es difícil pensar que una sola persona, el líder o el dirigente formal, sea quien tome todas las decisiones de la organiza-ción sin consultar o, tal vez, negociar con otros actores del partido, sin embargo, con esta caracterización se pretende resaltar la importancia de estos individuos en la definición de las líneas políticas internas.

Un elemento que también influye en la definición del tamaño del órgano decisorio radica en la división de la estructura organizativa del partido dentro de un territorio en el que se puede dar la descentralización o no de los procesos de selección de sus candidatos, en función de los órga-nos y cargos públicos a que aspira acceder. De esta manera, se puede dar el caso de que la organización partidista opte por descentralizar sus decisiones al seleccionar a sus candidatos a cargos subnacionales o locales; como los dirigentes na-cionales pueden carecer de informa-ción necesaria para designar a los abanderados pertinentes; de ahí la importancia, también, de identificar si el órgano decisorio es de corte nacional o local.

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4 El proceso de la transición a la democracia del régimen político mexicano se ha caracterizado por una diversidad de fenómenos. Aquí se resalta la importancia de las elecciones de los gobiernos estatales que se les agrupó bajo el término de la vía periférica de la transición, o transición por la vía centrípeta, o la vía federalista a la democracia (Espinoza, 2000: 9).

5 El término de concertacesión se refiere en el sistema político mexicano a cuando el PRI había logrado el triunfo electoral (como suce-dió en los comicios estatales de Guanajuato y San Luis Potosí durante los primeros años de la década de los 90), pero posteriormente los candidatos ganadores renunciaron a sus cargos públicos por presiones ejercidas desde la Presidencia de la República, particular-mente bajo el mandato de Carlos Salinas de Gortari. Esta negociación permitía el acercamiento entre el gobierno con los partidos de oposición, reducía las tensiones y críticas al régimen y se facilitaba el acceso de un “opositor” moderado al gobierno en un nivel subna-cional, estatal, como sucedió con la designación de Carlos Medina Plascencia al frente de la gubernatura de Guanajuato. En San Luis Potosí se sustituyó al gobernador priista por alguien de las filas del mismo partido.

Figura 2. ¿Quién elige a los candidatos segúnel grado de inclusión?

Mayor inclusión Mayor exclusión

Fuente: Rahat y Hazan, 2001: 301; Freidenberg, 2003: 16.

Electorado

Internas abiertas

Internas cerradas

Miembros delpartido Selección por

órgano colegiadodel partido

Selección por órgano ejecutivo

del partido

Liderazgopartidista

3. Selección de candidatos a gober-nadores en México de 2000 a 2007

3.1. Alternancia de los gobiernos esta-tales en la transición mexicana

La alternancia en el gobierno pre-sidencial, encabezada por el candi-dato panista Vicente Fox, no fue un fenómeno extraño en las entidades del país. A nivel subnacional los cam-bios de los partidos al frente de las gubernaturas se venían experimen-tando con gran fuerza desde 1989,4 particularmente tras las elecciones estatales en que triunfó el panista

Ernesto Ruffo Appel, reconocido por el entonces presidente tricolor Car-los Salinas de Gortari.

En 1991, Carlos Medina Plascencia fue el segundo panista en acceder a la gubernatura, esta vez en Gua-najuato, pero no lo logró por la vía electoral sino por medio de la ne-gociación política con el partido del régimen, a dicho suceso se le deno-minó como concertacesión.5

La tercera gubernatura a que acce-dió el PAN fue en Chihuahua en 1992 (la segunda por la vía electoral) con

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su candidato Francisco Barrio Terra-zas y tres años después, en 1995, se ratificaron Baja California y Gua-najuato; también se agregó Jalisco. Así, para este último año había 4 gobiernos estatales panistas.

Dos años más tarde, durante los comicios estatales de 1997, el PAN cosechó triunfos en Nuevo León y Querétaro, llegando a seis guberna-turas. Por su parte, el PRD también logró ganar las elecciones que por primera vez se realizaron en el Dis-trito Federal, con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas, subiéndose a la palestra de los partidos gobernan-tes en el país.

En el año de 1998 el PAN se estancó en el número de gubernaturas bajo su control, pues aunque había triunfado su candidato en el estado de Aguas-calientes, Felipe González, no logró retener el gobierno de Chihuahua. En contraparte, el PRD ganó los comicios en los estados de Zacatecas, median-te una coalición con el Partido del Trabajo (PT), así como en Tlaxcala, en donde se alió con el PT y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Estos procesos se caracterizaron por que en ambos el PRD postuló a polí-ticos que se habían separado del PRI tras la realización de sus procesos de selección de candidatos respectivos:

Ricardo Monreal y Alfonso Sánchez Anaya, respectivamente.

Rumbo a los comicios estatales de Nayarit de 1999, el PAN y el PRD formaron una coalición electoral me-diante la que postularon al ex priis-ta Antonio Echevarría Domínguez y lograron el triunfo sobre el PRI. Ese mismo año, el PRD ganó la guberna-tura de Baja California Sur, de nuevo en coalición con el PT, y también con un candidato que recién había renun-ciado a las filas del PRI.

A finales de 1999, el PAN ejercía el gobierno en seis estados de la República (Baja California, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Aguasca-lientes y Querétaro), uno en coalición (Nayarit). Por su parte el PRD con-trolaba 3 gobiernos estatales (Baja California Sur, Tlaxcala y Zacatecas) y el gobierno del Distrito Federal.

Tras la alternancia en el gobierno presidencial en 2000, la dinámica política en los estados pareció en-contrar un nuevo sentido en torno a los incentivos generados por las po-sibilidades reales del PAN y del PRD para acceder a las gubernaturas, marcadas por una tendencia hacia la estabilidad electoral caracterizada por comicios medianamente compe-titivos en el grueso de los estados

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(Méndez, 2006: 157). Una vez que el PRI ya no ejercía el control al frente de la presidencia nacional, la percepción sobre el funcionamiento democrático del régimen político era más claro, a la vez que la alternancia en los distintos niveles de gobierno era una realidad constante en el país (Camp, 2008: 292-293).

En 2000 el PAN retuvo el gobierno en los estados de Jalisco y Guanajuato a la vez que incorporó en sus filas las gubernaturas de Morelos y Chiapas (este último en alianza con el PRD).

Para el siguiente año, de nuevo el albiazul se mantuvo en el gobierno de Baja California a la vez que triunfó en los comicios de Yucatán. Por su parte, el PRD había logrado acceder, por primera vez, al gobierno de Mi-choacán con un candidato emanado de las filas de dicho partido, Lázaro Cárdenas Batel.

Durante las siete elecciones celebra-das en 2003, el PAN solamente logró ganar en los comicios de Querétaro, por segunda vez, y en San Luis Poto-sí, por primera vez. A su vez perdió el control del gobierno de Nuevo León.

En 2004 se realizaron 10 elecciones a gobernador de las que el PAN sólo logró triunfar en 2: Aguascalientes y Tlaxcala.6 Este último estado era go-bernado por el PRD. A su vez, el par-tido del sol azteca retuvo el control del gobierno de Zacatecas. En este mismo año el PAN también fue de-rrotado del gobierno de Chihuahua por parte del PRI.

Para el PAN 2005 fue fatídico, pues no logró controlar nuevos gobiernos estatales, además de que fue derro-tado en Nayarit. Por su parte, el PRD solamente logró triunfar en los comi-cios de Guerrero.

Por último, entre 2006 y 2007 se celebraron comicios para renovar 9 gubernaturas. El PAN observó una estabilidad diferenciada de su voto en los estados en que ejercía el go-bierno; durante el primer año, de 6 comicios sólo logró retener el control en las 3 entidades que gobernaba (Guanajuato, Jalisco y Morelos). En el último año, de las tres elecciones realizadas sólo retuvo el gobierno de Baja California, perdió la gubernatu-ra de Yucatán y lograría posicionarse como segunda fuerza electoral en Michoacán (Tabla 1).

6 En el caso de Tlaxcala, el PAN se caracterizó por postular a un candidato externo proveniente de las filas del PRI: Héctor Ortiz Ortiz.

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Tabla 1Distribución de las entidades gobernadas por los partidos políticos por

años en que ganaron las elecciones estatales de 2000 a 2007

Fuente: elaboración propia a partir de los datos electorales de CIDAC, 2008, y datos de La Jornada, Reforma y El Universal.* El PAN compitió en coalición electoral con el PRD.** Elecciones extraordinarias de gobernador.

Baja California (2001, 2007) Tabasco (2001**, 2006) Distrito Federal (2000, 2006)

Guanajuato (2000, 2006) Campeche (2003) Zacatecas (2004)

Jalisco (2000, 2006) Colima (2003, 2003**, Baja California Sur (2005)

Querétaro (2003) 2005**) Guerrero (2005)

Aguascalientes (2004) Nuevo León (2003) Michoacán (2001, 2007)

Morelos (2000, 2006) Sonora (2003)

Chiapas (2000)* Durango (2003)

Yucatán (2001) Chihuahua (2004)

San Luis Potosí (2003) Oaxaca (2004)

Tlaxcala (2004) Veracruz (2004)

Tamaulipas (2004)

Sinaloa (2004)

Puebla (2004)

Quintana Roo (2005)

Hidalgo (2005)

Nayarit (2005)

Estado de México (2005)

Coahuila (2005)

Yucatán (2006)

Entidades gobernadaspor el PAN

Entidades gobernadaspor el PRI

Entidades gobernadaspor el PRD

3.2. Los procesos de selección de candi-datos a gobernadores de 2000 a 2007

De 2000 a 2007 se celebraron 44 elec-ciones para renovar a los gobiernos estatales en el país, lo que implicó, a su vez, la celebración de algún tipo de proceso al interior de los partidos para seleccionar a sus candidatos.

Una primera fotografía para carac-terizar los procesos de selección de candidatos al interior del PAN, el PRI y el PRD, apoyada en el marco teó-rico del eje de inclusión referido, se centra en identificar a quienes pue-den convertirse en candidatos. Para ello a continuación se analizan las restricciones y requisitos formales,

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estatutos y normas de dichos parti-dos para nominar a sus abanderados (Figura 3).

Los estatutos del PAN establecen que son los miembros activos quienes cuentan con los derechos al interior de la organización para ser postula-dos como precandidatos o candida-tos a cargos de elección popular.

Por otra parte, también se estable-cen diferenciaciones sobre 2 tipos de estatus o calidad de sus afilia-dos: i) los miembros activos y ii) los miembros adherentes (PAN, 2004: artículos 8 y 9).

Los primeros pasan por una etapa en la que se inscriben como adhe-rentes y que después de 6 meses ya pueden ser considerados como activos, sin embargo deben solicitar su inscripción en el Registro Federal de Electores interno del PAN.

Comparativamente, el PRI identifica 4 tipos de estatus de sus integrantes: los miembros, militantes, cuadros y

dirigentes (PRI, 2004: artículo 23), y sólo a los 3 últimos les está permiti-do convertirse en futuros candidatos a cargos electivos.

También se establecieron ciertos can-dados que aumentan aún más los requisitos para postularse a alguna gubernatura y que consisten en “acre-ditar la calidad de cuadro, dirigente y haber desempeñado un puesto de elección popular a través del partido, así como diez años de militancia” (PRI, 2004: artículo 166).

Por su parte, el PRD sólo recono-ce la calidad de “militante” a todo aquel afiliado a la organización y les otorga a todos el “mismo de-recho a votar y ser votado” en su interior (PRD, 2005: artículo 4). Sin embargo, las condiciones para ser postulado a gobernador plantean una antigüedad mínima de 6 meses, no ser dirigente partidista durante la realización del proceso interno. También se explicita la aceptación de “candidaturas externas” (PRD, 2005: artículo 14.7).

23

PRD: Afiliados y candidatos externos.

PAN: Miembros activos con de-rechos vigentes al interior y re-gistrados en el Registro Federal de Electores del CEN del PAN.

PRI: Sólo militantes, cuadros y dirigentes; acreditar la calidad de cuadro y haber ejercido un puesto de elección popular a través del partido, así como de-mostrar 10 años de militancia.

Figura 3. ¿Quién puede ser candidato a gobernador en México,según el PRI, el PAN y el PRD?

Mayor inclusión Mayor exclusión

Fuente: Freidenberg, 2003: 20; elaboración propia a partir de los estatutos del PAN, 2004; PRI, 2004; y PRD, 2005.

Todos los ciudadanos Miembros partidistas Miembros de los partidoscon restricciones internas

De manera general, se observa que el PAN mantiene filtros formales para restringir a los aspirantes que desean buscar la candidatura por es-te partido, pues tienen que pasar un periodo de “prueba y socialización” que les permita cambiar su estatus de miembro adherente a activo; esto a su vez ofrece ciertas ventajas a los afiliados de larga permanencia, respecto de externos o los recién llegados al partido, para disputar la selección de las candidaturas a la vez que incentiva la lealtad o niveles moderados de conflicto.

Los conflictos internos suelen ex-presarse mediante quejas internas o declaraciones de inconformidad, así como recursos de revisión ante

los órganos partidistas, que pueden agruparse bajo el uso de la voz; en el PAN ha sido poco recurrente la sali-da de sus miembros inconformes.

En el PRI los estatutos presentan mayores restricciones para convertir-se en candidato, si bien no se requie-re un periodo de socialización para ser incluido en el partido, el acceso a las candidaturas a gobernador re-quiere de una importante trayectoria partidista que facilita la estabilidad y permanencia de las élites dirigentes, así como de los integrantes de la coalición dominante en turno. Esto puede incentivar una mayor lealtad a la organización tricolor por parte de los miembros que acceden a la élite dirigente, pero también puede

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fomentar mayores inconformidades, el uso de la voz o, inclusive, llegar a la ruptura y la salida del partido por parte de los aspirantes que no lograron acceder a los altos círculos, particularmente cuando no cuentan con el apoyo de fracciones dentro de la coalición dominante.

En contraste, el PRD muestra ma-yor apertura formal en el perfil de los que pueden convertirse en sus candidatos a gobernadores, pues se requiere inscribirse por un periodo previo de 6 meses a la selección, a la vez que se amplía la inclusión de los aspirantes al aceptar la posibilidad de candidaturas externas. Esto es un fuerte incentivo para fomentar mayor lealtad de los políticos a las fraccio-nes por encima del partido, pues estos subgrupos son los encargados de impulsar las precandidaturas al interior de la organización como re-sultado de su reconocimiento en los estatutos, además de que de esta manera sus instituciones formales pueden ser “sobrepasadas” por al-gún político no necesariamente afi-liado al PRD.

Se puede inferir que se generan altos incentivos para la inconformi-dad, quejas y uso de la voz en sus

procesos internos, si es que éstos son muy competidos, o inclusive pueden llegar a la ruptura y salida del partido en caso de que la orga-nización no cuente con capacidades institucionales (formales o informa-les) para fomentar la aceptación del resultado, el acatamiento o un mí-nimo de lealtad al partido entre sus aspirantes ya que la militancia en el perredismo parece tener un “bajo costo” de inscripción.

La segunda dimensión se refiere al grado de apertura o cierre a la parti-cipación de distintos actores al mo-mento de la selección del candidato. La clasificación del tipo de procesos celebrados que a continuación se presenta sobre el PAN, el PRI y el PRD considera un bajo grado de par-ticipación, un mayor nivel de aper-tura o inclusión de distintos actores en el proceso de nominación para su comparación. A la vez, se facilita la identificación del cuerpo del partido encargado de tomar la decisión en dichos procesos internos.

Se elaboraron las siguientes catego-rías para caracterizar los procedi-mientos de selección de los candi-datos a gobernador: i) designación del CEN-CDE,7 ii) candidatura de

7 Por CEN o Comité Ejecutivo Nacional, se entiende un dirigente acompañado de su grupo cercano de presencia nacional al momen-to de la toma de decisión; por CDE (Comité Directivo Estatal) se identifica al dirigente estatal del partido y su círculo cercano de di-rección. Ambos órganos del partido no son excluyentes entre sí, pues se puede dar el caso de que la decisión de alguno de ellos sea ratificada por su complementario.

25

unidad,8 iii) convención de delega-dos9, iv) interna cerrada10 y v) inter-na abierta.11

Inicialmente se observa de manera agregada (Gráfica 1) que los méto-dos de selección de candidatos más recurrentes durante los 131 procesos internos realizados en este periodo fueron: la designación por parte de las dirigencias del partido (naciona-les y estatales), las internas abiertas y la convención de delegados. En el primer caso se registraron 35 proce-sos de este tipo (correspondientes al 27% del total de casos observados); los dos últimos procedimientos se realizaron en 30 ocasiones cada uno (correspondientes al 23% del total).

Lo que llama la atención de estos rubros es que son los métodos ex-tremos del continuo de inclusión los que registraron mayores frecuencias agregadas. Esto hace suponer que los partidos en México cuentan con estructuras organizativas relativa-mente centralizadas en la toma de

decisiones, así como que, en contra-parte, encuentran en la apertura a la participación —en el extremo de la mayor inclusión— una forma de so-lucionar los problemas internos para agregar las preferencias que surgen entre sus élites.

Otro aspecto de estos resultados permite suponer que la celebración frecuente de procesos abiertos a la participación general es fomen-tado, en parte, por una falta de conocimiento claro por parte de las dirigencias partidistas respecto al perfil de los militantes y afiliados; la estrategia de abrir la puerta a la participación de la ciudadanía es más “sencilla” de operar que dedicar recursos para delimitar el universo de militantes y simpatizantes que votarían exclusivamente al interior del partido.

En contraste, el método de la can-didatura de unidad fue el menos utilizado de manera agregada. Se llegó en 15 ocasiones (el 11% de los

8 La candidatura de unidad no suele estar establecida en los estatutos de los partidos como un método de nominación de candida-tos, sin embargo, se presenta como una práctica común que asemeja a un acuerdo logrado entre los mismos aspirantes o precan-didatos, puede incluir o no la intervención de liderazgos o dirigentes del partido con el fin de beneficiar a alguno de entre ellos pa-ra designarlo como el abanderado a las elecciones.

9 Delegados se refiere a aquellos miembros del partido con derechos y obligaciones, así como con capacidad de voto al momento de la decisión del candidato, pero que, a su vez, previamente pasaron por un proceso de selección que les imprime tintes de represen-tatividad a sus decisiones, pues fueron elegidos como tales por otros miembros o militantes del partido.

10 Por interna se refiere a un proceso que rememora los procedimientos de los partidos norteamericanos para la selección de sus can-didatos presidenciales y en donde se abre la participación directa de sus miembros en la decisión. El adjetivo de cerrada plantea que dicha participación está restringida en número, pues sólo está garantizada para los miembros de la organización, excluyendo a individuos externos al partido.

11 Por interna, al igual que el procedimiento anterior, se hace referencia a un método que implica la participación directa de los encar-gados de la selección, tipo primaria. El adjetivo de “abierta” refiere a la ausencia de restricciones para la participación de cualquier votante interesado en ejercer su sufragio en dicho proceso intrapartidista.

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casos) al acuerdo entre los aspiran-tes a las candidaturas. En parte esto permite suponer que al interior de estos partidos se ha complicado ca-da vez más la posibilidad de generar acuerdos entre los participantes en

este tipo de procesos en donde se disputa la oportunidad de acceder a un recurso de poder dentro de la organización, así como a un cargo público muy relevante a nivel estatal y nacional.

N= 131 procesos internos.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de La Jornada, Reforma y El Universal.

Gráfica 1Distribución agregada de los procesos de selección de candidatos

a gobernadores en el PAN, el PRI y el PRD de 2000 a 2007

0.05

0.00

0.10

0.15

0.20

0.30

0.25

Designación Unidad Delegados Cerrada Abierta

%

Métodos de selección

Tras desagregar la distribución de los procedimientos de selección entre los 3 partidos (Gráfica 2) el PAN fue el partido que menos recurrió al método de las internas abiertas (tipo prima-rias) para seleccionar a sus candida-tos. Solamente lo utilizaría una vez (el 2% del total de sus métodos de postu-

lación) para nominar a su candidato al gobierno de Chihuahua en 2004, del que resultó electo el entonces senador Javier Corral.

En contraparte, el PRI experimentó la mayor cantidad de internas abier-tas con un total de 19 candidatos

27

mientos al momento de seleccionar a sus abanderados.12

El método de la convención de de-legados, si bien funcionó en el pa-sado como el principal método de selección de los candidatos particu-larmente en el PRI y el PAN, siguió manteniendo una frecuencia impor-tante al interior de los tres partidos como forma de agregar sus prefe-rencias sobre el candidato a selec-cionar. El partido albiazul fue el que la experimentó en el mayor número de veces, en 13 ocasiones (el 30% de sus procesos), mientras que el PRI y el PRD lo celebraron 8 y 9 veces cada uno (lo que representó el 18% y el 21%), respectivamente.

Otro dato que resalta está en el núme-ro de ocasiones en que se acordaron candidaturas de unidad. Inicialmente, se encuentra que en ninguna ocasión el PAN postuló alguno de sus candi-datos por esta vía. Aparentemente es-to se debe a que cuando un aspirante panista se presenta solo ante el grupo del partido encargado de seleccionar al abanderado, estatutariamente es-tá obligado a ser votado, por lo que compite contra sí mismo.13

seleccionados por esa vía (el 43% de sus procesos). El partido tricolor fue el que recurrió con más frecuencia a métodos participativos en los que in-cluía a sus bases de militantes, sim-patizantes y de votantes en general.

Por su parte, el PRD celebró 10 procesos de internas abiertas para nominar a sus abanderados a los gobiernos estatales. Esta cantidad representa el 23% de los procesos internos que registró el perredismo en los estados, convirtiéndose en el segundo método más utilizado den-tro del sol azteca para agregar sus preferencias y tomar sus decisiones.

En un segundo plano resalta que el PAN fue el único partido en celebrar procesos de internas cerradas o limi-tadas a sus militantes en activo. Lo llevó a cabo en 21 ocasiones (corres-pondientes al 48% del total). Esto puede llevar a pensar que el panismo estuvo preocupado por la inclusión de sus afiliados en la definición de estas decisiones; también que en po-co menos de la mitad de sus proce-sos internos la estructura partidista estaría suficientemente organizada para celebrar este tipo de procedi-

12 Aquí cabe mencionar que el PAN, a diferencia del PRI y el PRD, es el único partido en México que cuenta con un padrón de militan-tes confiable y que está relativamente actualizado y es de acceso público. Se puede consultar en www.pan.org.mx

13 Existen dos casos paradigmáticos de procesos de selección de candidatos panistas en donde a pesar de que se presentó un solo precandidato a las votaciones internas, éste tuvo que ser votado y compitió contra sí mismo; compitieron contra su reputación y el agrado o no de los miembros panistas. Un ejemplo de esto fue la nominación de Vicente Fox como abanderado presidencial del PAN en 1999, y en el proceso no obtuvo el 100% del apoyo de los militantes y simpatizantes, sino que logró el 95% de los votos. El otro caso ocurrió en Puebla en marzo de 2004 donde Francisco Fraile, entonces senador, registró 2426 votos en su contra a pesar de ser el único precandidato registrado (Reynoso, 2005: 149-151).

28

el método menos utilizado en el par-tido del sol azteca (sin considerar a las internas cerradas).

Por último, llama la atención que el PRD nominaría a la mayoría de sus candidatos a través de métodos con alto nivel de centralización en la toma de decisiones, con poca participación de sus afiliados. Este partido recurrió en 21 ocasiones (el 49%) a procedimientos reservados estatutariamente a sus dirigentes. Esto pudo ser producto de la fragi-lidad organizativa que muestra el sol azteca en distintas regiones del país, principalmente en el norte y el occidente.

En contraposición el PRI fue el parti-do que nominó a la mayor cantidad de sus abanderados a través del acuerdo entre los precandidatos par-ticipantes. En 12 ocasiones (el 27% del total priista) postuló a candida-tos de unidad. Esto hace suponer que, aunque no está establecido formalmente, esta práctica es recu-rrente e importante al interior de la organización tricolor para postular a sus candidatos.

El PRD también experimentó este tipo de formas de selección interna, sin embargo, sólo se logró concretar en 3 ocasiones (el 7% de los ca-sos perredistas), convirtiéndolo en

29

N: PAN= 44; PRI= 44; PRD= 43.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de La Jornada, Reforma y El Universal.

Gráfica 2Tipos de procesos de selección de candidatos a gobernador

celebrados en el PAN, el PRI y el PRD de 2000 a 2007

0.10

0.00

0.20

0.30

0.40

0.60

0.50

Designación Unidad Delegados Cerrada Abierta

%

PAN PRI PRD

3.3. La selección de candidatos, los partidos en el gobierno, la competen-cia electoral y sus resultados

A continuación se presenta la fre-cuencia de los procesos de selección de candidatos utilizados por el PAN, el PRI y el PRD y su distribución respecto a la presencia del partido en el gobierno en turno, así como del nivel de competitividad electoral previo a las distintas elecciones a las gubernaturas (Tabla 2).

Con esto, se busca generar aproxima-ciones para avanzar en el estudio de las posibles causas que influyen en las decisiones de estos partidos para decidirse a utilizar alguno de los méto-dos de selección que permiten distin-tos niveles de participación interna.

Inicialmente se observa que se ce-lebraron la mayor cantidad de pro-cesos internos bajo la presencia de un gobierno del PRI en turno (en el 56% del total agregado) y la menor

30

cantidad de los casos sucedió con un gobernador perredista (el 11%).14

Por otra parte, también se observó que bajo la presencia de gobiernos priistas se realizaron la mayor can-tidad de designaciones por parte de la dirigencia, convenciones de delegados y, en menor medida, las internas abiertas con una frecuen-cia de 22 (17% del total agregado),

20 (el 15%) y 13 casos (el 10%), respectivamente.

Los métodos más recurrentes bajo un gobierno del PAN en turno fueron las designaciones de la dirigencia y las in-ternas abiertas, ambas en 9 ocasiones (el 7% del total), respectivamente. Y con gobiernos del PRD, el método de selección más recurrente fue el de “in-ternas abiertas” en 7 ocasiones (5%).

14 Se optó por presentar separadamente a los procesos de selección de candidatos bajo gobiernos estatales que surgieron de una coa-lición electoral conformada por el PAN y el PRD, como en los casos de Nayarit (periodo 1999-2005) y Chiapas (2000-2006), aun-que posteriormente se observaría que cada uno de los gobernantes optaba por alejarse políticamente de alguno de los partidos de las alianzan que los postularon. En el primer caso, Antonio Echevarría Domínguez había decidido apoyarse en el PAN, aunque al fi-nal no logró imponer al aspirante a la candidatura de su preferencia, a su esposa Martha Elena García. En el caso de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía había mostrado posturas políticamente difusas, sin embargo fueron los candidatos del PRD en las elecciones intermedias (legislativas) durante este periodo los que lograron la mayoría de escaños respecto de aquéllos del PAN, sin embargo pareció que no contó con el control suficiente dentro del partido del sol azteca para influir decisivamente en la selección del candi-dato a sucederlo en el cargo, a la vez que se mostró cercano al PAN.

Tabla 2Distribución del tipo de procesos de selección de candidatos a

gobernadores en el PAN, el PRI y el PRD en relación con elgobierno en turno de 2000 a 2007

PAN 9 (7%) 8 (6%) 8 (6%) 2 (2%) 9 (7%) 36 (27%)

PRI 13 (10%) 9 (7%) 20 (15%) 10 (8%) 22 (17%) 74 (56%)

PRD 7 (5%) 4 (3%) 1 (1%) 2 (2%) 1 (1%) 15 (11%)

PAN-PRD 1 (1%) 0 (0%) 1 (1%) 1 (1%) 3 (2%) 6 (5%)

Total 30 (23%) 21 (16%) 30 (23%) 15 (11%) 35 (27%) 131 (100%)

Fuente: elaboración propia a partir de datos de La Jornada, Reforma y El Universal.

Partido enel gobierno

Internasabiertas

Internascerradas

Convenciónde delegados

Candidaturade unidad

Designacióndel CEN-CDE

Total

Tipo de proceso interno

31

Sin embargo, esta manera de agru-par los datos deja espacios poco claros para interpretarlos, por eso a continuación se desagrega la distri-bución de los tipos de procesos in-ternos realizados entre los partidos analizados (Tabla 3).

Por un lado, en el caso del PAN, cuan-do este partido se encontraba en el gobierno, se caracterizó por utilizar solamente dos tipos de procedimien-tos para seleccionar a sus candida-tos: el método con más frecuencia fue el de las internas cerradas y el otro se centró en las convenciones de de-legados, en 8 ocasiones (el 18% del total de procesos panistas) y 3 (7% del mismo). A su vez, cuando el go-bierno estatal estaba controlado por la oposición, dentro del panismo los procedimientos antes mencio-nados siguieron manteniéndose como las principales vías de selección de sus abanderados, en 13 (30%) y en 10 ocasiones (23%), respectivamente.

El PAN solamente experimentó en una ocasión con un proceso de la in-terna abierta que se llevó a cabo bajo un gobierno priista. También durante las gubernaturas del tricolor, el pa-nismo registró la mayor cantidad de designaciones de sus abanderados de parte de las dirigencias nacio-nales del partido en 7 ocasiones (el 16% de sus nominaciones).

La regularidad en los procedimien-tos de selección de los candidatos del PAN mediante los procesos de internas cerradas y convenciones de delegados hace pensar que estos métodos están bien institucionaliza-dos en las prácticas y costumbres de sus afiliados, así como que en este tipo de decisiones fueron los órganos locales del partido los principales encargados de realizarlas durante este periodo.

Por otro lado, si bien ya se había se-ñalado que en el PRI el método más frecuente de selección fue el de las in-ternas abiertas, ahora se observa que la mayoría de estos procedimientos (en 10 casos, es decir, 23% del total al interior del tricolor) ocurrieron bajo gubernaturas priistas. Otro aspecto a resaltar es que bajo estos mismos gobiernos la candidatura de unidad fue el segundo método más utilizado, en 7 ocasiones (16% del PRI), y la convención de delegados en 6 casos (14%); las designaciones de candida-tos por parte de las dirigencias na-cionales se registraron con la menor ocurrencia, pues sólo se celebró en 2 ocasiones (el 5%).

Estos datos permiten inferir que en condiciones gobernadas por el trico-lor durante este periodo, las dirigen-cias nacionales ejercieron (voluntaria o involuntariamente) poca influencia

32

en la definición del método de se-lección del candidato a gobernador; también se puede suponer que los gobernadores priistas cuentan con importantes márgenes dentro del partido a nivel estatal para definir los métodos de selección a utilizar, pues, aparentemente, cuentan con mayores recursos que les facilitan un mayor control político al interior de la organización partidista local (Katz, 2001).

En contraparte, bajo condiciones de un gobierno estatal de un partido distinto, el PRI siguió recurriendo al método de las internas abiertas (en 9 ocasiones, un 20% de los procesos del tricolor), en menor medida a las candidaturas de unidad (5 veces, 11%), y solamente se designaron a 3 abanderados por las dirigencias nacionales (7%). Se infiere que a nivel estatal, una vez que se ha de-jado de contar con la presencia de un fuerte liderazgo local, como lo es un gobernador priista, al interior de la organización las facciones se disputan las “zonas de incertidum-bre” y encuentran en el método de las internas abiertas una forma para dar salida a sus conflictos internos. Las fracciones compiten por los cargos y candidaturas del partido con base en sus recursos basados en las capaci-dades y su fuerza de movilización.

Por último, en el caso de la selección de los candidatos por el PRD se ob-servó que en aquellas entidades en donde el partido se encontraba en el gobierno solamente se recurrió a un método: el de las internas abier-tas en 5 ocasiones (el 12% de sus procesos internos). Aquí resalta que a pesar de que este partido fue el que registró en un mayor número las designaciones por parte del CEN, en las entidades donde se encontraba gobernando no se observó ninguna imposición nacional del candidato sobre el perredismo estatal. Sin em-bargo, también resalta la muy baja cantidad de candidaturas de unidad, lo que puede implicar la falta de acuerdos entre las facciones inter-nas alrededor de un precandidato en particular, no obstante que se encuentre presente un gobernador perredista en turno.

Una de las propuestas es que las fracciones locales lograron fortale-cerse en estas entidades perredistas al grado de decidir entre ellas la nominación del candidato a la guber-natura; a su vez, también resalta el bajo número de candidaturas de uni-dad, lo que puede servir para indicar la fragilidad del liderazgo de los go-bernadores del sol azteca en turno sobre las decisiones de su partido, por lo que buscaría negociar con el

33

resto de las facciones o, posiblemen-te, competir en contra de ellas por los recursos de la organización.

En contraposición, en contextos en-marcados por un gobierno distinto al PRD fue en donde este partido registró la totalidad de las designa-ciones de sus candidatos desde el “centro”, en 20 ocasiones (el 47% de sus abanderados). A la par, el procedimiento de las convenciones de delegados y las internas abier-tas fueron recurrentemente utiliza-dos bajo estas condiciones en 8 y 5 veces (que representan el 18% y el 11% respectivamente). A su vez, las candidaturas de unidad registradas en el PRD durante dicho periodo se llevaron a cabo bajo los gobiernos opositores en 3 casos solamente.

Tentativamente se propone que la fre-cuencia de estos métodos indica, res-pectivamente, que la dirigencia tuvo que intervenir en la designación de los candidatos ante las dificultades orga-nizativas de su partido (caracterizado por la fraccionalización consolidada al interior, una débil estructura del voto del partido en las entidades, estruc-turas organizativas pequeñas y poco institucionalizadas, etcétera) a través de la imposición de candidaturas ex-ternas como una forma de resolver los conflictos estructurales y entre sus facciones, por un lado; mientras que en otros lados los grupos perredistas aceptaron someterse a la competen-cia interna de manera directa como forma de resolver sus disputas por las candidaturas ante el ambiente hostil que significaba la presencia de un go-bierno opositor en turno.

34

Fuente: elaboración propia a partir de datos de La Jornada, Reforma y El Universal.

Tipo de proceso de selección de candidatos

Tabla 3Distribución de los tipos de procesos de selección de candidatos a

gobernadores celebrados por el PAN, el PRI y el PRD en relación con el gobierno en turno de 2000 a 2007

Partido que celebra la selección

interna

Internasabiertas

Internascerradas

Convenciónde

delegados

Candidaturade unidad

Designacióndel

CEN-CDETotal

Partido enel gobierno

en turno

PAN PAN 0 (0%) 8 (18%) 3 (7%) 0 (0%) 0 (0%) 11 (25%) Oposición 1 (2%) 13 (30%) 10 (23%) 0 (0%) 7 (16%) 31 (70%) PAN-PRD 0 (%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 2 (5%) 2 (5%) Total 1 (2%) 21 (48%) 13 (30%) 0 (0%) 9 (20%) 44 (100%) PRI PRI 10 (23%) 0 (0%) 6 (14%) 7 (16%) 2 (6%) 25 (57%) Oposición 9 (20%) 0 (0%) 2 (6%) 5 (11%) 3 (7%) 19 (43%)

Total 19 (43%) 0 (0%) 8 (18%) 12 (27%) 5 (11%) 44 (100%) PRD PRD 5 (12%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 5 (12) Oposición 5 (12%) 0 (0%) 8 (19%) 3 (7%) 20 (47%) 36 (84%) PAN-PRD 0 (0%) 0 (0%) 1 (2.5%) 0 (0%) 1 (2.5%) 2 (4%)

Total 10 (24%) 0 (0%) 9 (21%) 3 (7%) 21 (48%) 43 (100%)

Otro aspecto exploratorio para anali-zar intuitivamente el comportamien-to de los procedimientos de selec-ción utilizados por los candidatos que aquí se presentan, recupera el

15 Existe una diferenciación entre los conceptos de Competencia y Competitividad que hay que aclarar. La competencia tiene que ver con las condiciones para garantizar una contienda genuina, las cuales quedan comprendidas dentro de las reglas que gobiernan la arena electoral, plasmadas en leyes o reglamentos. Por competitividad se refiere a qué tan reñidas son las elecciones, esto es, a la intensidad de la competencia y a la fuerza de los partidos, de acuerdo con los resultados electorales. Así, la competitividad es una dimensión cuantitativa de la competencia y mide la intensidad de la contienda entre partidos y, de manera más precisa, la distribu-ción de fuerza electoral entre éstos en una elección determinada (Méndez, 2006: 107).

factor del nivel de competitividad electoral15 de las elecciones a las gubernaturas disputadas en el perio-do. Para ello se agregó en 3 grupos al nivel de competitividad electoral

35

(en Alto, Medio y Bajo)16 correspon-diente a las elecciones para renovar al cargo inmediatamente previo17 al año en que se celebraría la selección del candidato a la gubernatura en los tres partidos durante el periodo de análisis (Tabla 4).

En el caso del PAN resalta que, inde-pendientemente del nivel de compe-titividad, se tendió a recurrir de ma-nera sistemática en mayor medida a los métodos de las internas cerradas y de la convención de delegados; a su vez, entre ambos tipos de proce-dimientos de selección, las internas cerradas fueron las que mostraron una mayor frecuencia respecto de las convenciones partidistas. En por-centajes agregados del PAN se ob-servaron a las internas cerradas en un 45% (20 procesos panistas) y a las convenciones de sus delegados en un 30% (en 13 ocasiones).

También resalta que, en altos niveles de competitividad, el PAN registraría su mayor número de intervenciones de la dirigencia nacional al designar a 7 de sus candidatos (un 16% del total panista). Por su parte, la única elección interna abierta que celebró fue bajo un grado de competitividad medio.

Estos datos sobre los procesos al interior del albiazul pueden llevar a pensar que las normas y proce-dimientos para tomar este tipo de decisiones están bien establecidas y cuentan con un amplio arraigo en el funcionamiento de la vida intrapar-tidista; tienen un alto nivel de insti-tucionalización en las formas para resolver sus tomas de decisiones. Aunque no hay que dejar de lado la posible influencia del contexto electoral, particularmente donde se registró la alta competitividad, pues

16 Se utilizó al Margen de Victoria (MV) como el indicador para medir el nivel de competitividad electoral de los comicios a las guber-naturas estatales del periodo 2000 a 2007. El MV mide la distancia en votos o porcentaje de votos entre el primero y segundo par-tidos. Se calculó a partir de restar el porcentaje del voto del segundo partido al del partido mayoritario. Este indicador permite des-cribir: 1) la proximidad de los principales partidos en el sistema; 2) el grado en que el principal partido de oposición es en verdad un antagonista independiente del partido mayoritario; 3) la imparcialidad de las reglas de la competencia. La idea básica de la mar-ginalidad es mostrar dónde la competencia entre partidos es tan cerrada que los principales contendientes enfrentan el riesgo de ganar o perder (Sartori, 2002; Méndez, 2006: 109-110).

Una vez obtenidos los distintos datos del MV para cada una de las 44 elecciones estatales a gobernador entre 2000 y 2007 se calculó el rango entre el valor mínimo y el máximo registrados. El valor mínimo fue de 0.55% y el máximo de 36.76%. El rango entre estos valores fue integrado en tres grupos por el método de Ward que permite formar grupos muy homogéneos al interior y distintos al exterior.

Así se formaron tres grupos de los que se elaboraron tres niveles de competitividad electoral: 1) el nivel de alta competitividad se carac-teriza por un límite mínimo de 0.55% y el máximo de 9.80%, con una media de 4.18% y una desviación estándar de 2.70; 2) el nivel me-dio tiene un límite mínimo de 12.33% y uno máximo de 15.42%, su media es de 13.70% y la desviación estándar de 1.1; 3) el nivel de baja competitividad registró un límite mínimo de 20.41%, su máximo de 36.76%, media de 25% y desviación estándar de 4.70.

17 Se utilizaron los resultados electorales de las elecciones a gobernador inmediatamente previas a los procesos de selección de can-didatos abordados a partir de considerar que el rendimiento electoral histórico del partido en un distrito o región, se presenta como uno de los principales factores contextuales de los políticos para basar sus expectativas de los resultados en los comicios futuros. Esto es, los resultados de elecciones previas son una de las principales fuentes de información de los políticos para tomar decisio-nes al interior de sus partidos. La relación entre incentivos electorales y presentación de candidaturas parecería ser clave en el mo-mento en que se definen las nominaciones, ya que los dirigentes del partido apoyarán al candidato que les genere mayor confianza respecto a la posibilidad de ganar la elección (Freidenberg, 2002: 8).

36

ahí fue donde el partido experimen-tó en mayores ocasiones con otros métodos, como las designaciones del centro o las internas abiertas, orientados por el objetivo de mejorar su posición en el escenario electoral y lograr el triunfo.

En el PRI los métodos de selección más utilizados en contextos de al-ta competitividad fueron las inter-nas abiertas, las candidaturas de unidad y las convenciones de sus delegados, en 13 (30% de sus pro-cesos), 7 (16%) y 4 ocasiones (9%) respectivamente. Aquí resalta que bajo estas condiciones electorales la influencia del ambiente se reflejaría en la necesidad de presentar a un candidato atractivo para poder triun-far en los comicios. Si se acepta la suposición de que mediante proce-sos de internas abiertas se pueden elegir candidatos más cercanos a las preferencias de los votantes y, por tanto, electoralmente más atracti-vos, entonces parecería que el PRI tomó en consideración el nivel de competitividad electoral para definir sus procedimientos de selección.18 A su vez, comparativamente, el tricolor registró el mayor porcentaje (16%)

de candidaturas de unidad en estas condiciones, así como a través de las convenciones de delegados (9%) con lo que se supone que los candidatos postulados están más cercanos a “las preferencias del partido” por encima del electorado.

Hace falta realizar investigaciones más a fondo sobre el funcionamiento de dicho partido en este apartado; en lo particular me inclino a pensar que la presencia de los gobernado-res priistas tiene gran importancia para analizar el funcionamiento de la organización partidista, que, a su vez, parece estar lejos de revivir el modelo del presidencialismo priista en los estados, al momento de de-finir el proceso de selección de sus candidatos, especialmente de su po-sible sucesor.

Por último, en el caso del PRD se observó que bajo condiciones de al-ta competitividad se postularía a la mayor cantidad de sus abanderados mediante la designación por parte de sus dirigentes nacionales, lo que ocurrió en 12 veces (28% de sus candidatos). Los otros métodos utili-zados en este nivel de competitividad

18 Richard Katz presentó un argumento en contra de esta suposición al plantear que los procedimientos de selección de candidatos ti-po internas abiertas también han abierto la puerta a una mayor influencia de los gobernantes al interior de sus partidos, pues és-tos disponen de suficientes recursos para movilizar en su favor a afiliados y simpatizantes que habrían de participar en la toma de decisiones, en detrimento de los políticos y grupos opositores al interior de las organizaciones partidistas. Según el autor este fenó-meno se agravaría al interior del modelo del partido cártel ya que “la expansión del electorado puede ser una estrategia de la élite para derrotar a la base” (Katz, 2001: 277-296).

37

electoral fueron las convenciones de delegados en 7 ocasiones (16%), las internas abiertas en 5 casos (12%) y las candidaturas de unidad en 2 oportunidades (5%). Así, la estructu-ra organizacional del PRD muestra un importante grado de centralización en la definición de la toma de deci-siones, aún a nivel estatal; esto se ha podido observar en las distintas ocasiones en que este partido optó por postular a un candidato externo que requería de la aprobación de la dirigencia nacional y que implicó, a su vez, cerrar la oportunidad a algún afiliado del partido a nivel estatal pa-

ra presentarse a las elecciones con el apoyo del sol azteca.

En situaciones de baja competitividad este partido también experimentó la intervención de su dirigencia nacio-nal para postular a 6 (14%) de sus abanderados a la gubernatura. Intuiti-vamente se puede plantear que en es-tas condiciones los líderes del partido decidieron intervenir para presentar a candidatos que les permitieran au-mentar la presencia electoral del sol azteca ante los magros resultados que las estructuras estatales y sus miembros habían logrado.

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N=42 para los tres partidos, debido a que faltaron los datos de competitividad electoral para dos elecciones correspondientes a los co-micios extraordinarios de Colima de 2003 y 2005.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de La Jornada, Reforma y El Universal, y CIDAC, 2008.

Tipo de proceso de selección de candidatos

Tabla 4Distribución de los tipos de procedimientos de selección de candidatos a gobernadores celebrados en el PAN, el PRI y el PRD, agrupados por nivel

de competitividad electoral de 2000 a 2007

Partido político

Internasabiertas

Internascerradas

Convenciónde

delegados

Candidaturade unidad

Designacióndel

CEN-CDETotal

Nivel decompetiti-

vidadprevia

PAN Alta 0 (0%) 12 (28%) 7 (17%) 0 (0%) 7 (17%) 26 (62%)

Media 1 (2%) 2 (5%) 3 (7%) 0 (0%) 0 (0%) 6 (14%)

Baja 0 (0%) 6 (15%) 3 (7%) 0 (0%) 1 (2%) 10 (24%)

PRI Alta 13 (31%) 0 (0%) 4 (10%) 7 (17%) 2 (5%) 26 (62%)

Media 2 (5%) 0 (0%) 1 (2%) 3 (7%) 0 (0%) 6 (14%)

Baja 3 (7%) 0 (0%) 3 (7%) 2 (5%) 2 (5%) 10 (24%) PRD Alta 5 (12%) 0 (0%) 7 (17%) 2 (5%) 12 (28%) 26 (62%)

Media 2 (5%) 0 (0%) 0 (0%) 1 (2%) 3 (7%) 6 (14%)

Baja 3 (7%) 0 (0%) 1 (2%) 0 (0%) 6 (15%) 10 (24%)

Por último, se presenta a continuación de manera descriptiva el comporta-miento de los métodos de selección utilizados respecto del partido gana-dor en los comicios electorales para los que se postuló a sus candidatos (Tabla 5). Con esto no se pretende establecer que el procedimiento de

selección sea la variable por la que se expliquen los resultados electorales, sin embargo, mi pretensión se orien-ta a identificar los posibles incenti-vos futuros que pueden observar los partidos al decidirse adoptar algún método interno en particular tras el rendimiento electoral registrado.

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N: PAN=44; PRI=44; PRD=43.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de La Jornada, Reforma y El Universal, y CIDAC, 2008.

Tabla 5Distribución de los métodos de selección de candidatos a gobernadores

en el PAN, el PRI y el PRD y los partidos ganadores de los comicios electorales respectivos de 2000 a 2007

Partido ganador de las elecciones a gobernador

Partidopostulante

Método deselección interna Total PRI PAN PRD PAN-

PRD% % % %

PAN Designación 9 (100%) 8 89 0 0 1 11 0 0

Unidad 0 (0%) 0 0 0 0 0 0 0 0

Delegados 13 (100%) 3 23 5 38 4 31 1 8

Interna cerrada 21 (100%) 10 48 8 38 3 14 0 0

Interna abierta 1 (100%) 1 100 0 0 0 0 0 0 PRI Designación 5 (100%) 2 40 2 40 1 20 0 0 Unidad 12 (100%) 7 58 1 8 4 33 0 0

Delegados 8 (100%) 3 38 3 38 2 25 0 0

Interna cerrada 0 (0%) 0 0 0 0 0 0 0 0

Interna abierta 19 (100%) 10 53 7 37 1 5 1 5 PRD Designación 21 (100%) 14 67 7 33 0 0 0 0

Unidad 3 (100%) 1 33 0 0 2 67 0 0

Delegados 9 (100%) 4 44 3 33 1 11 1 11

Interna cerrada 0 (0%) 0 0 0 0 0 0 0 0

Interna abierta 10 (100%) 2 20 3 30 5 50 0 0

De manera breve, se pueden resal-tar algunos datos presentados en la última tabla. En el caso del PAN se observa que de los 9 candida-tos designados por las dirigencias, ninguno de ellos logró el triunfo en

los comicios electorales en que se presentaron. Por su parte, los mé-todos referentes a las convenciones de delegados y a las internas abier-tas fueron mediante los que el PAN pudo acceder a las gubernaturas

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aunque con porcentaje bajo de éxito electoral (en el 38% de sus candi-datos nominados por cada uno de ambos procedimientos).

Los candidatos del PRI postulados mediante los métodos de la can-didatura de unidad y las internas abiertas fueron los que mostraron mayores porcentajes de triunfo en las elecciones en que participaron. De los 12 candidatos de unidad, 7 de ellos (el 58% relativo de los candi-datos nominados por dicho método) ganaron en sus estados; mientras que de los 19 abanderados selec-cionados por la vía de las internas abiertas, 10 de ellos (53% relativo) logró el triunfo.

Un dato a resaltar del caso del PRD consiste en que de los 21 candida-tos designados por las dirigencias del partido, ninguno de ellos logró el triunfo electoral en que compitió. En cambio, aquellos abanderados perredistas que fueron nominados por la vía de la candidatura de unidad y de las internas abiertas fueron los que, relativamente, más porcentajes de triunfos electorales mostraron. Esto es, de los tres can-didatos de unidad del sol azteca, 2 de ellos (67% relativo) ganaron sus comicios; así como de los 10 que fueron seleccionados mediante las

internas abiertas, 5 de ellos (50% relativo) accedieron a la gubernatu-ra a renovarse.

Si bien se reconoce que el méto-do utilizado por cada partido para postular a sus candidatos no es una base firme para explicar los resultados electorales de cada pro-ceso celebrado, al menos considero que genera incentivos al interior de las organizaciones partidistas pa-ra reflexionar sobre la pertinencia del procedimiento para resolver los problemas de la agregación de sus preferencias en estos momentos decisivos. Al final habría que con-siderar los factores que intervienen en la vida interna de los partidos al momento de analizar su com-portamiento en la selección de sus candidatos a cargos públicos, como lo son las gubernaturas, además de tener en cuenta los diversos incenti-vos electorales e institucionales.

4. Conclusiones

Los partidos políticos en México, a diferencia de varios casos de Améri-ca Latina, cuentan con un alto nivel de organización e institucionaliza-ción. Sus reglas y normas internas son elementos organizativos muy importantes que rigen la vida intra-

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partidista, les ayudan a legitimar las decisiones adoptadas en su interior, así como a resolver conflictos entre sus afiliados.

Los procesos de selección de los can-didatos a gobernadores en el PAN, el PRI y el PRD han sido un espacio or-ganizacional en donde sus institucio-nes han ejercido gran influencia para definir la forma de tomar decisiones sobre quiénes se presentaron como candidatos, mediante qué mecanis-mos se eligieron y quiénes fueron los encargados de elegirlos.

Al observar la frecuencia de la distri-bución de los métodos de selección de los candidatos a gobernadores se observó que, durante el periodo abor-dado, la designación por parte de las dirigencias nacionales y las internas abiertas fueron los más utilizados. Lo particularidad de este dato agre-gado es que los partidos optaron por procedimientos extremadamente contrapuestos en términos de aper-tura a la participación, inclusión de afiliados y simpatizantes, para defi-nir a sus abanderados.

Por otra parte, resalta que los mé-todos de la candidatura de unidad y la convención de delegados se sigan utilizando con frecuencia; estos pro-cedimientos se caracterizaron por

su recurrencia durante el régimen priista de corte autoritario.

Uno de los principales datos des-agregados a considerar es que el PRI fue el partido que celebró la mayor cantidad de internas abiertas, mientras que el PRD registró el ma-yor número de designaciones de sus abanderados por parte de su diri-gencia nacional. Sin embargo, estos datos tienen que ser analizados con mayor cautela antes de retomarlos como indicadores de los niveles de apertura de dichas organizaciones a la participación ciudadana.

Otro dato que resalta es que el PAN fue el único partido capaz de realizar elecciones internas cerradas. Apa-rentemente esto fue facilitado por las restricciones para convertirse en miembro activo del partido, pues le permite mantener un registro con pocos afiliados y más fáciles de iden-tificar. Al final, en el albiazul estuvo presente el interés por la participa-ción de sus miembros activos en la definición de sus abanderados du-rante dicho periodo; sin embargo es-ta decisión, que en primera instancia es tomada por muy pocos afiliados de una organización partidista, pue-de afectar a una gran cantidad de ciudadanos si es que su candidato llega a ejercer el gobierno, generan-

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do problemas de representatividad de los nominados.

Al intentar analizar cuáles son los factores que motivaron a estos parti-dos a adoptar alguno de los distintos métodos para seleccionar a sus can-didatos se observaron distintas dis-tribuciones de los casos registrados, según la presencia del gobernador en turno, así como respecto de los nive-les de competitividad.

En el caso del PAN existe un impor-tante nivel de institucionalización y definición de sus procesos internos. Los principales métodos utilizados fueron: las internas cerradas y las convenciones de delegados, indepen-dientemente de si el ambiente esta-ba caracterizado por un gobernador del mismo partido o por un alto nivel de competitividad. Resalta que las designaciones de los candidatos panistas desde la dirigencia nacional ocurrieron bajo gobiernos priistas con medio o alto grado de compe-titividad, por lo que la intervención del CEN tendría fines electorales, en primer lugar, y para solucionar con-flictos internos, en segundo lugar.

El PRI recurrió en mayor medida a las internas abiertas y a las candi-daturas de unidad particularmente cuando este partido estaba en el gobierno, así como cuando enfrentó

elecciones con alto nivel de competi-tividad. A su vez fue el que registró la menor cantidad de designaciones de candidatos por parte de sus diri-gencias locales en comparación con el PAN y PRD; esto puede servir para indagar en torno a la fuerza de los gobernadores en las estructuras lo-cales del tricolor y la manera en que ejercen su influencia.

El PRD se caracterizó por contar con el mayor número de designaciones de parte de su dirigencia nacional, sin embargo, la mayoría ocurrió bajo gobiernos distintos al del sol azteca y con altos niveles de competitividad electoral. Ante la presencia de un gobernador perredista no se expe-rimentaron designaciones desde la cúpula, ni candidaturas de unidad; estos candidatos se eligieron por medio de internas abiertas. Esto llama a reflexionar sobre la “débil” influencia de los gobernadores de este partido para lograr acuerdos cercanos a sus preferencias en la organización del sol azteca.

Por último, llama la atención que ninguno de los candidatos que fue-ron designados por las dirigencias del PAN y del PRD logró ganar los comicios electorales en que partici-pó, a diferencia del PRI que de los 5 abanderados que postuló por este método, al menos 2 de ellos sí acce-

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dieron al gobierno estatal. Además, los métodos de las candidaturas de unidad, así como las internas abier-tas mostraron buenos porcentajes de efectividad para el tricolor. Caracte-rizados por espacios de negociación partidista en donde los gobernadores en turno de dicho partido pueden ejercer fuerte influencia.

A partir de los datos presentados no es posible establecer una relación clara de la influencia de la compe-titividad electoral en el tipo de pro-

cedimientos que utilizaron el PAN, el PRI y el PRD para designar a sus abanderados. Sin embargo, se con-sidera que los resultados obtenidos sirven para llamar la atención sobre la necesidad de profundizar en los estudios de la vida interna de estos partidos pues, aparentemente, los factores internos siguen teniendo gran relevancia en el comportamien-to y en las decisiones adoptadas por estas organizaciones respecto de los factores externos del entorno político y electoral.

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plumas y letras

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Resumen

Este trabajo explora algunas perspec-tivas de explicación sobre las diferen-cias que existen entre los municipios con alta participación electoral, que registran bajos niveles de concentra-ción de población, desarrollo y urba-nización y aquéllos con baja afluencia electoral, que relevan gran densidad de población, urbanización y de-sarrollo económico. Busca verificar que el mejoramiento de condiciones sociales y educativas no generan au-tomáticamente mayor participación política, pues se requiere además transformar las formas en que los ciudadanos conciben, se identifican y se relacionan con sus instituciones y actores políticos.

Palabras clave: participación elec-toral, abstencionismo, municipios, elecciones, niveles de desarrollo.

Abstract This paper explores some perspec-tives on explanation of the diffe-rences between municipalities with high electoral participation, which recorded low levels of concentration of population, urbanization and deve-lopment and those with low electoral influx, which reveal high population density, urbanization and economic development. Seeks to verify that the improvement of social conditions and educational not automatically generate more political participation,

Participación y abstencionismoelectoral en los municipiosdel Estado de MéxicoRafael Cedillo Delgado*

* Doctor en Ciencias Sociales. Profesor de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Amecameca. Adscrito a la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública. Este trabajo se realizó en el marco del proyecto de investigación “Capital social y desarro-llo democrático en los municipios del Estado de México: 2000-2009”, auspiciado por la UAEM.

Los juicios y afirmaciones expresados en este artículo son responsabilidad del autor, y el Instituto Electoral del Estado de México no los comparte necesariamente.

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as it also requires transforming the ways in which people conceive, iden-tify and relate to its institutions and political actors.

Key words: electoral participation, abstention, counties, elections, le-vels of development.

La participación política en elEstado de México

En las elecciones para renovar los 125 ayuntamientos de 2006, la par-ticipación ciudadana en la entidad mexiquense fue de 43.06%; es decir, sólo acudieron a votar 3 881 973 ciu-dadanos de los 9 015 253 registra-dos en la Lista Nominal de Electores (LNE) del Estado de México (IEEM, 2006: 66). El dato es inquietante porque revela que un 56.94% del total de los posibles votantes se abs-tiene de participar electoralmente.

Resulta preocupante que alrededor del 60% de los ciudadanos del Es-tado de México, en edad de votar, se abstengan de participar en las elecciones. Tales cifras son alar-mantes, pues indican que los niveles de credibilidad en las instituciones políticas se han ido deteriorando y la confianza en gobernantes, represen-tantes, partidos políticos y órganos electorales, se desvaloriza día con

día. Si la situación sigue agravándo-se, entonces no llegará la tan anhe-lada democracia de calidad.

La ausencia de los ciudadanos en el acto de sufragar, social y políti-camente, representa un problema porque es una señal de que algo está fallando en la comunicación entre gobernantes y gobernados.

El abstencionismo constituye, per se, un déficit democrático que se incrementa en la medida en que la ciudadanía se aleja de las urnas. En términos reales, si sólo acuden a votar la mitad de los ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de Elec-tores y el candidato ganador en las elecciones triunfa con el 50% de los sufragios, entonces se concluye que éste, en el mejor de los casos, obtie-ne el puesto público con el consenso de apenas el 25% de los electores. Así, se toman decisiones adoptadas por la representación mayoritaria de una minoría política que, en los he-chos, se imponen a todos los demás (Córdova, 2007: 43).

El abstencionismo es un fenómeno que afecta la credibilidad de las instituciones políticas y frena el de-sarrollo democrático de un país; por lo que la falta de participación ciu-dadana en los procesos electorales entorpece el pleno desarrollo de los

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canales de mediación entre gober-nantes y gobernados.

Es evidente que el abstencionismo distorsiona la representación política y exhibe una ciudadanía imbuida en el conformismo, el desinterés y la apatía por las actividades políticas. Los motivos de la falta de participa-ción son diversos, pues el ciudadano decide no acudir a emitir su sufra-gio por circunstancias del momento, como lejanía de las urnas, falta de documentación o condiciones climá-ticas. De igual forma, suele abstener-se por factores estructurales, como falta de confianza en las institucio-nes o por razones religiosas, econó-micas, sociales o culturales.

En el Estado de México el absten-cionismo ha crecido en los últimos años, a pesar de que los niveles de vida y bienestar social han mejorado considerablemente. Parece no haber una relación intrínseca entre desa-rrollo social y participación política (Salazar, 1993: 56).

Las estadísticas de 2006, publicadas por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), señalan que los municipios que tienen votaciones por debajo del 43% de participación ciudadana son aquéllos densamente poblados, urbanizados y desarro-llados de la entidad. Los 12 ayun-

tamientos que cuentan con dicha característica son: Chicoloapan, La Paz, Texcoco, Tlalnepantla, Valle de Chalco, Atizapán de Zaragoza, Zum-pango, Ecatepec, Tultitlán, Naucal-pan, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán (IEEM, 2006: 67-69).

Las zonas del Estado de México en donde es evidente el mejoramiento de los niveles de vida, el aumento de oportunidades de educación, tra-bajo, salud y bienestar, así como el mayor contacto con los medios de comunicación y recursos tecnoló-gicos, es en donde la población se desatiende de los deberes cívicos y presenta mayores indicios de des-confianza sobre quienes participan en las actividades político-electo-rales: gobierno, partidos políticos, candidatos y órganos electorales.

Por el contrario, aquellos municipios que registraron en 2006 participa-ción electoral que ronda en el 70% del total, fueron aquéllos que no son considerados urbanos, con baja densidad de población y con media-nos niveles de desarrollo. Las loca-lidades, que tienen entre 26 y 30% de abstencionismo, son: Papalotla, Donato Guerra, San Simón de Gue-rrero, Chapa de Mota, Chapultepec, Ecatzingo, Axapusco, Isidro Fabela, Timilpan, Ayapango, Santo Tomás y Rayón (IEEM, 2006: 71).

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Dicho contexto permite señalar que el abstencionismo en el Estado de México está asociado con altos nive-les económicos, de urbanización y de estudios. Por el contrario, la partici-pación está vinculada a factores de tipo socio-cultural, como la interre-lación de los actores políticos con la ciudadanía, por los patrones de so-cialización política y las acciones que emprenden los gobiernos locales.

Visto de esa forma, la problemática del abstencionismo en el Estado de México tiende a crecer en las próxi-mas décadas, pues el proceso de ur-banización, desarrollo y crecimiento poblacional es la propensión en la entidad. La migración poblacional que provoca el crecimiento de la mancha urbana en la Zona Metropo-litana a la Ciudad de México y en la región oriente de la entidad puede causar que la región con altos índi-ces de abstencionismo sea mayor y el problema de representación y cre-dibilidad institucional se agudice.

Por lo anterior, es necesario encon-trar y revelar aquellos factores que generan una gran participación polí-tica en las localidades de menor ta-maño, baja densidad de población y desarrollo económico (Cortés, 2008: 135). El reconocimiento de elemen-tos que propician incentivos, moti-vaciones y estímulos para intervenir

en los asuntos públicos permitirán buscar nuevos mecanismos para propiciar la participación ciudadana en los procesos electorales.

La hipótesis de trabajo está encami-nada a verificar que el mejoramiento de condiciones sociales y educativas no generan automáticamente mayor participación política, pues se re-quiere además modificar las formas en que los ciudadanos conciben, se identifican y se relacionan con sus instituciones y actores políticos.

Debido al contraste entre municipios mexiquenses densamente poblados con baja participación y aquellos municipios poco poblados pero con gran participación electoral, es de gran importancia explicar las moti-vaciones que inducen o inhiben a los ciudadanos a votar en las elecciones. El examen de condiciones sociode-mográficas y socioculturales de las distintas comunidades del Estado de México permitirá encontrar mecanis-mos que incentiven el interés ciuda-dano por las actividades públicas, fortalezcan los medios empleados para renovar los cargos públicos y contribuyan a la consolidación de la democracia en México.

Por ello, aquí se analizan los factores que posibilitan u obstaculizan la par-ticipación electoral en los municipios

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del Estado de México, contrastando aquéllos en donde la votación es baja con aquéllos que registran mayor concurrencia en las elecciones. Con-siderando un 10% de los 125 ayun-tamientos mexiquenses, sólo se revi-san 12 municipios, ya mencionados, con alta participación electoral y 12, igualmente señalados, que tienen los más bajos niveles de participación.

Utilizando el método comparativo, en primer lugar se revisan los gra-dos de concentración de población, urbanización y niveles de desarrollo económico, entre los 2 grupos de municipios del Estado de México. En otro apartado, se contrastan los resultados electorales en los muni-cipios seleccionados, con el fin de establecer que no hay una relación clara entre alternancia y competiti-vidad política con la participación electoral. En un tercer momento se realiza una exploración de los facto-res socioculturales relacionados con el arraigo de residencia y la inmigra-ción poblacional, como factores que influyen en el abstencionismo.

Los municipios con alta participa-ción electoral

Los 12 municipios con mayores ín-dices de participación electoral, en el Estado de México, son: Papalotla, Donato Guerra, San Simón de Gue-rrero, Chapa de Mota, Chapultepec, Ecatzingo, Axapusco, Isidro Fabela, Timilpan, Ayapango, Santo Tomás y Rayón; quienes en las elecciones mu-nicipales de 2006 registraron vota-ciones que oscilan entre el 68% y el 75%. Aproximadamente tres cuartas partes de la Lista Nominal de Electo-res (LNE) acudieron a sufragar.

Geográficamente 3 municipios (Ti-milpan, Chapa de Mota e Isidro Fabela) se ubican al norponiente del Estado de México; otros 5 (Donato Guerra, Santo Tomás, San Simón de Guerrero, Chapultepec y Rayón) se localizan al surponiente de la enti-dad; 2 ayuntamientos (Axapusco y Papalotla) se encuentran al nororien-te y 2 más (Ayapango y Ecatzingo) en el extremo sur del oriente mexiquen-se (Ver Mapa 1).

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Fuente: elaboración propia con información de Salazar y Emmerich (1993: 12).

Mapa 1Ubicación de los municipios mexiquenses con

alta participación electoral

AXAPUSCO

ISIDRO FABELA

TIMILPAN

DONATOGUERRA

D.F

REGIÓN NORPONIENTE

REGIÓN SURPONIENTE

REGIÓN NORORIENTE

REGIÓN SURORIENTE

METROPOLITANATOLUCA-LERMA

SANTO TOMÁS

CHAPA DE MOTA

SAN SIMÓNDE GUERRERO

AYAPANGO

ECATZINGO

CHAPULTEPECRAYÓN

PAPALOTLA

55

Todos los municipios con alta partici-pación electoral se localizan fuera de las regiones del Estado de México en donde se concentra la urbanización, industrialización y desarrollo de la entidad, en la Zona Metropolitana a la Ciudad de México (ZMCM) y la Metropolitana Toluca-Lerma.

Poblacionalmente, los 12 munici-pios mencionados tienen menos de

30 000 habitantes. Tres de los 12 (Papalotla, Axapusco y Chapa de Mota) registran una cantidad de población de 20 000 a 30 000; 2 ayuntamientos (Timilpan y Rayón) tienen entre 10 000 y 20 000; mien-tras que 7 (Papalotla, San Simón de Guerrero, Chapultepec, Ecatzingo, Isidro Fabela, Ayapango y Santo To-más) no superan la cifra de 10 000 (Véase Cuadro 1).

Cuadro 1Municipios del Estado de México con alta participación electoral

Papalotla 3776 430.89 2679 2001 74.69 25.31

Donato Guerra 29 631 98.38 16 105 11 954 74.23 25.77

San Simón de G. 5408 81.67 3398 2505 73.72 26.28

Chapa de Mota 21 746 72.53 14 151 10 330 73.01 26.99

Chapultepec 6581 350.98 3759 2726 72.52 27.48

Ecatzingo 8247 150.02 4859 3409 70.16 29.48

Axapusco 21 915 76.94 12 908 9036 70.02 29.98

Isidro Fabela 8788 149.65 5341 3707 69.42 30.58

Timilpan 14 335 76.49 9536 6610 69.31 30.58

Ayapango 6361 110.68 4000 2767 68.18 30.82

Santo Tomás 8888 36.29 5617 3885 69.17 30.83

Rayón 10 953 417.57 6110 4179 68.41 31.59

Municipio VotosPoblaciónTotal

%Part.

%Abs.

Densidad(Hab/Km2)

Lista Nominalde Electores

Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008) y del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM, 2006).

56

La densidad de población en los municipios es realmente baja, pues ninguno rebasa la cantidad de 500 hab/km2; ello indica que los habi-tantes concentrados en la superficie municipal no son significativos. Tres ayuntamientos de los 12 (Papalotla, Chapultepec y Rayón) registran una concentración de entre 350 y 430 hab/km2; otros 3 (Ecatzingo, Isidro Fabela y Ayapango) asientan una con-densación de entre 100 y 150 hab/km2; los 6 restantes (Donato Guerra, San Simón de Guerrero, Chapa de Mota, Axapusco, Timilpan y Santo To-más) no rebasan los 100 hab/km2.

Los datos expuestos en el Cuadro 2, indican que en la mayoría de estos municipios los habitantes se dedican a actividades económicas del sector primario; lo que revela que la agri-cultura, la ganadería y la vida rural tienen gran presencia. En el grueso de los ayuntamientos hay un número considerable de habitantes que se dedican a actividades vinculadas al campo; destacan Ecatzingo y Donato Guerra, en los cuales el sector pri-mario ocupa el primer lugar de las actividades económicas.

Cuadro 2Ocupación económica en municipios con alta participación electoral

Papalotla 84 6.90 436 35.82 680 55.87 17 1.41 1217

Donato Guerra 2254 36.13 1897 30.41 1842 29.53 244 3.93 6237

San Simón de G. 431 36.77 245 20.90 460 39.24 36 3.09 1172

Chapa de Mota 1844 33.15 2075 37.31 1418 25.49 224 4.05 5561

Chapultepec 264 13.25 769 38.61 909 45.63 50 2.51 1992

Ecatzingo 1064 45.82 322 13.86 882 37.98 54 2.34 2322

Axapusco 1172 19.28 2504 41.19 2234 36.75 168 2.78 6078

Isidro Fabela 521 20.11 701 27.06 1307 50.46 61 2.37 2590

Timilpan 1155 29.02 1298 32.61 1451 36.45 76 1.92 3980

Ayapango 684 34.80 441 22.44 799 40.66 41 2.1 1965

Santo Tomás 510 27.25 465 24.85 801 42.81 95 5.09 1871

Rayón 384 12.64 1322 43.52 1256 41.35 75 2.49 3037

Municipio Primario %

Sectores económicos

Secundario % Terciario % No definido %PEA

Ocupada

Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008).

57

En Papalotla, Chapultepec, Axapus-co, Isidro Fabela y Rayón las labores del campo han disminuido; mientras que el sector terciario, comercio y servicios, ha crecido considerable-mente. Económicamente, son muni-cipios que se dedican a actividades propias de ayuntamientos rurales o semi-urbanos.

En cuanto a las percepciones econó-micas que tiene la población de los 12 municipios, en salarios mínimos (SM), se propone la siguiente catego-rización, tomando en cuenta que el SM fue de $54.80 en la zona A, para el año 2009.

• Baja. Menos de 2 SM = Hasta$109.60 por día (Equivalente a menos de $3288 por mes).

• Media. Entre 2 y 5 SM. Entre$109.60 y $274 por día (Hasta $8820 por mes).

• Alta. Más de 5 SM. Mayor de$274 diarios (Superior a $8820 mensuales).

En los 12 municipios de mayor par-ticipación electoral, más del 35% del total de la población tiene percep-ciones económicas por debajo de 2 salarios mínimos, lo que indica que un importante sector de la población tiene ingresos económicos conside-rados como ínfimos (Ver Cuadro 3). En 5 ayuntamientos (Chapa de Mota, Ecatzingo, Axapusco, Timilpan y Aya-pango) más del 50% de la población se encuentra en el rango de muy baja percepción económica. Con la excepción de San Simón de Guerre-ro, en los 11 municipios restantes la mayoría de la población tiene remu-neraciones monetarias por debajo de $274 diarios.

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Cuadro 3Percepciones económicas en municipios con alta participación electoral

Papalotla 565 46.42 415 34.10 237 19.48

Donato Guerra 3052 48.92 1185 18.99 2000 32.09

San Simón de G. 442 37.70 260 22.18 470 40.22

Chapa de Mota 3002 53.98 1151 20.69 1408 25.33

Chapultepec 866 43.58 649 32.66 472 23.76

Ecatzingo 1250 53.81 411 17.70 661 28.48

Axapusco 3441 56.60 1525 25.09 1112 18.31

Isidro Fabela 1273 49.14 789 30.46 528 20.40

Timilpan 2118 53.21 773 19.42 1089 27.37

Ayapango 1091 55.61 435 22.13 439 22.36

Santo Tomás 744 39.76 507 27.09 620 33.15

Rayón 1430 47.08 1083 35.66 524 17.26

Municipio % % %Bajahasta 2 SM

Mediaentre 2 y 5 SM

Altamás de 5 SM

Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008).

Cabe aclarar que el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita se establece en dólares y sirve como indicador del nivel de ingresos de la población. En este sentido, según el Fondo Mone-tario Internacional, México se ubica en el lugar número 59 en el ámbito mundial, con un PIB per cápita (en 2007) de 8478 dólares (FMI, 2008).

Estimación que nos permite señalar que la mayoría de los municipios con alta participación electoral registran un nivel de ingresos muy por debajo del PIB per cápita nacional; la excep-ción es Papalotla, pues sus habitan-

tes tienen percepciones económicas de 10 271 dólares. Ayapango, Rayón, Santo Tomás, Chapultepec y Axapus-co tienen ingresos ligeramente por debajo de los 8000 dólares; mientras que la mitad de los ayuntamientos (Donato Guerra, San Simón de Gue-rrero, Chapa de Mota, Ecatzingo, Isidro Fabela y Timilpan) tienen un PIB per cápita de 5000 dólares o menos.

En relación con los niveles de margi-nación, en términos generales, los 12 ayuntamientos presentan grados que oscilan entre alta y media (Ver Cua-

59

dro 4). Cuatro municipios (Donato Guerra, San Simón de Guerrero, Cha-pa de Mota y Santo Tomás) tienen un alto grado de marginación; lo que significa que todavía tienen atraso en materia de salud, educación, vivien-da e ingresos. Otros 4 (Ecatzingo,

Axapusco, Isidro Fabela y Timilpan) se encuentran en un nivel medio de marginación; un par de ellos (Papa-lotla y Ayapango) en un grado bajo y sólo 2 (Chapultepec y Rayón) con un nivel muy bajo, quienes registran más y mejores satisfactores.

Cuadro 4Marginación en municipios con alta participación electoral

Papalotla -1.195 Bajo 10 271

Donato Guerra 0.994 Alto 3544

San Simón de G. 0.077 Alto 4544

Chapa de Mota 0.147 Alto 4258

Chapultepec -1.422 Muy bajo 6781

Ecatzingo -0.301 Medio 3608

Axapusco -0.592 Medio 6017

Isidro Fabela -0.512 Medio 5134

Timilpan -0.189 Medio 4872

Ayapango -0.820 Bajo 7962

Santo Tomás -0.071 Alto 6378

Rayón -1.297 Muy bajo 6516

Municipio Índice demarginación

Grado demarginación

PIB per cápita endólares ajustados

Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008).

Recapitulando, los municipios con altos niveles de participación regis-tran baja densidad de población; su actividad económica preponde-rante es la agricultura, el comercio y los servicios; amplios sectores de su población reciben bajos ingresos

económicos y el grado de margina-ción oscila entre alta y media. Son localidades rurales o semiurbanas, con población ocupada en activida-des del campo o del comercio, con bajos niveles de percepciones eco-nómicas, en donde la urbanización

60

está en proceso de consolidarse y con problemas en la implementación de servicios educativos, de salud, vivienda y de esparcimiento.

Los municipios con baja participa-ción electoral

Los 12 municipios con menores ni-veles de participación electoral, en el Estado de México, son: Chimal-huacán, Nezahualcóyotl, Naucal-pan, Ecatepec, Atizapán de Zara-goza, Valle de Chalco Solidaridad, Tultitlán, Tlalnepantla, Zumpango, Texcoco, La Paz y Chicoloapan. És-tos en las elecciones municipales

de 2006 registraron votaciones que oscilan entre el 28 y 41%. Aproxi-madamente sólo una tercera parte del total de la Lista Nominal de Electores (LNE) acudió a votar en las elecciones locales.

Geográficamente los 12 municipios se localizan en la Zona Metropolitana a la Ciudad de México: 4 (Naucalpan, Atizapán de Zaragoza, Tultitlán y Tlal-nepantla) se ubican al norte del Dis-trito Federal; 7 (Chimalhuacán, Neza-hualcóyotl, Ecatepec, Valle de Chalco, Texcoco, La Paz y Chicoloapan) se encuentran al oriente de la Ciudad de México y 1 está al norte del oriente mexiquense (Ver Mapa 2).

61

Fuente: elaboración propia con información de Salazar y Emmerich (1993: 12).

Mapa 2Ubicación de los municipios mexiquenses con baja

participación electoral

D.F

REGIÓN NORPONIENTE

REGIÓN SURPONIENTE

REGIÓN NORORIENTE

REGIÓN SURORIENTE

TOLUCA-LERMA

NAUCALPAN

TLALNEPANTLA

ATIZAPÁN Z.

TULTITLÁNZUMPANGO

ECATEPEC

NEZAHUALCÓYOTL

TEXCOCOCHIMALHUACÁN

CHICOLOAPAN

LA PAZVALLE DE CHALCO

62

Los municipios con baja participa-ción electoral se localizan en la Zona Conurbada a la Ciudad de México y con mayor incidencia al oriente del Distrito Federal. Sólo Zumpango se encuentra en los márgenes de la denominada Zona Metropolitana a la Ciudad de México, hacia el nororien-te de la entidad.

Poblacionalmente, los 12 municipios mencionados rebasan los 100 000 habitantes. Dos de los 12 (Zumpan-

go y Chicoloapan) registran entre 100 000 y 200 000 habitantes; 5 ayuntamientos (Atizapán de Zarago-za, Valle de Chalco Solidaridad, Tul-titlán, Texcoco y La Paz) tienen una población de 200 000 a 500 000; 3 de ellos (Chimalhuacán, Naucalpan y Tlalnepantla) cuentan aproxima-damente con 500 000 y un millón de habitantes y 2 ayuntamientos (Nezahualcóyotl y Ecatepec) reba-san el millón de pobladores (Véase Cuadro 5).

Cuadro 5Municipios del Estado de México con baja participación electoral

Chimalhuacán 523 389 15 599.43 305 471 87 013 28.48 71.52

Nezahualcóyotl 1 140 528 18 395.61 902 031 269 838 29.91 70.09

Naucalpan 821 442 5 303.04 645 093 206 949 32.08 67.92

Ecatepec 1 688 258 13 380.04 1 097 815 385 398 35.10 64.90

Atizapán de Z. 472 526 6304.54 332 999 117 444 35.27 64.73

Valle de Chalco 332 279 7455.21 203 108 72 809 35.84 64.16

Tultitlán 472 867 8445.56 281 397 107 470 38.19 61.81

Tlalnepantla 683 808 8295.60 541 036 210 411 38.89 61.11

Zumpango 125 988 613.46 72 161 28 596 39.63 60.37

Texcoco 209 308 415.68 136 967 55 430 40.47 59.53

La Paz 232 546 6 345.04 128 326 52 512 40.92 59.08

Chicoloapan 170 035 2 676.40 79 405 32 928 41.47 58.53

Municipio VotosPoblaciónTotal

%Part.

%Abs.

Densidad(Hab/Km2)

Lista Nominalde Electores

Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (2008) y del Instituto Electoral del Estado de México (2006).

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La densidad de población en los municipios es realmente alta, pues sólo 2 de éstos (Zumpango y Texco-co) se encuentran cerca del umbral de los 500 hab/km2; lo que quiere decir que el número de habitantes aglutinados en estos ayuntamientos es muy significativo. Siete de los 12 (Naucalpan, Atizapán de Zaragoza, Valle de Chalco Solidaridad, Tultitlán, Tlalnepantla, La Paz y Chicoloapan), registran una concentración de 2000 a 10 000 hab/km2 y 3 (Chimalhua-cán, Nezahualcóyotl y Ecatepec) re-basan los 10 000 hab/km.2

En cuanto a las actividades econó-micas es de destacar que en los 12 municipios las labores vincula-das al sector primario (agricultura, ganadería y vida rural) son casi inexistentes. En 10 municipios los habitantes que se dedican a ac-tividades vinculadas al campo no reúnen ni el 1.0% de la Población Económicamente Activa (PEA). Só-lo en Zumpango y Texcoco hay un sector poblacional que se dedica a actividades del sector primario; aunque en ninguno de éstos llega al 10% del total (Véase Cuadro 6).

Cuadro 6Ocupación económica en municipios con baja participación electoral

Chimalhuacán 867 0.53 54 686 33.55 102 129 62.66 5305 3.26 162 987

Nezahualcóyotl 694 0.14 114 497 24.33 335 385 71.26 20 012 4.27 470 588

Naucalpan 1283 0.38 97 936 29.49 214 169 64.49 18 671 5.64 332 059

Ecatepec 1426 0.24 174 896 30.11 380 664 65.54 23 812 4.11 580 798

Atizapán de Z. 451 0.25 54 879 31.51 108 948 62.55 9873 5.69 174 151

Valle de Chalco 401 0.35 37 991 33.98 69 808 62.43 3603 3.24 111 803

Tultitlán 610 0.40 52 632 34.89 91 727 60.81 5865 3.9 150 834

Tlalnepantla 482 0.17 83 334 29.99 178 334 64.31 15 352 5.53 277 502

Zumpango 2367 7.12 13 869 41.76 16 057 48.35 914 2.77 33 207

Texcoco 4869 6.98 19 191 27.54 43 354 62.23 2254 3.25 69 668

La Paz 300 0.39 23 736 31.56 48 561 64.57 2601 3.48 75 198

Chicoloapan 409 1.49 9468 34.52 16 610 60.57 993 3.42 27 480

Municipio Primario %

Sectores económicos

Secundario % Terciario % No definido %PEA

Ocupada

Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008).

64

Es de subrayar que en todos los municipios el sector económico ter-ciario (de comercio y servicios) es la actividad preponderante, pues dos terceras partes de la población se de-dican a este rubro; con la excepción de Zumpango, el cual llega al 50% de la PEA. En el sector secundario (de la industria) se ocupa a un sector pobla-cional que oscila entre el 24 y el 35%; sólo en Zumpango la PEA insertada en el ramo industrial llega al 41%.

En los 12 municipios con baja partici-pación electoral, más del 35% del to-tal de la población tiene percepciones económicas por debajo de 2 salarios mínimos. Lo cual no es muy significa-

tivo, pues ése es el signo característico de la mayoría de los municipios mexi-quenses, que tienen remuneraciones monetarias por debajo de $274 dia-rios (Véase Cuadro 7).

El número de ayuntamientos en los cuales más de la mitad de la po-blación recibe esos magros ingresos se reduce sólo a 3: Chimalhuacán, Ecatepec y Valle de Chalco; quienes, también, registran bajos porcentajes de población con altos ingresos. Ne-zahualcóyotl, por su lado, es el único municipio en donde el mayor porcen-taje de población obtiene ingresos de 2 a 5 SM, entre $109.60 y $274 por día o entre $3288 y $8820 por mes.

65

Cuadro 7Percepciones económicas en municipios de baja participación electoral

Chimalhuacán 86 580 53.11 56 584 34.71 19 823 12.18

Nezahualcóyotl 182 469 38.94 189 234 40.21 98 885 21.02

Naucalpan 149 729 45.08 95 773 28.84 86 557 26.08

Ecatepec 300 526 51.73 182 448 31.41 97 824 16.86

Atizapán de Z. 77 046 44.23 49 463 28.40 47 642 27.37

Valle de Chalco 59 752 53.43 38 908 34.80 13 143 11.77

Tultitlán 71 848 47.63 51 308 34.01 27 678 18.36

Tlalnepantla 121 215 43.62 86 605 31.16 70 051 25.22

Zumpango 14 465 43.55 12 105 36.45 6637 20.00

Texcoco 29 685 42.60 23 568 33.83 16 409 23.57

La Paz 33 701 44.81 29 488 39.21 12 009 15.98

Chicoloapan 13 563 49.45 9722 35.45 4135 15.10

Municipio % % %Bajahasta 2 SM

Mediaentre 2 y 5 SM

Altamás de 5 SM*

* Este rango contempla subdivisiones de aquéllos que ganan entre 5 y 10 SM o más. Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008).

El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, que sirve como indicador del nivel de ingresos de la pobla-ción, en México es de 8478 dólares. Debemos señalar que sólo 2 de los municipios con baja participación electoral (Chimalhuacán y Valle de Chalco Solidaridad) registran un ni-vel de ingresos ligeramente por de-bajo del PIB per cápita nacional. De los 10 restantes, 1 (Chicoloapan) se ubica apenas en el nivel nacional; 2 más (Zumpango y La Paz) apenas rebasan el umbral y los otros 7 (Ne-zahualcóyotl, Naucalpan, Ecatepec,

Atizapán de Zaragoza, Tultitlán, Tlalnepantla y Texcoco) rebasan un PIB per cápita de 10 000 dólares (Véase Cuadro 4).

Con relación a los niveles de margi-nación, 10 de los 12 ayuntamientos presentan un grado de marginación muy bajo; lo que significa que tienen buenas condiciones en materia de salud, educación, vivienda e ingresos. Chimalhuacán y Valle de Chalco re-gistran un nivel bajo de marginación, lo cual no los excluye de observar buenos niveles de bienestar social.

66

Cuadro 8Marginación en municipios con alta participación electoral

Chimalhuacán -1.123 Bajo 7093

Nezahualcóyotl -1.749 Muy bajo 10 137

Naucalpan -1.730 Muy bajo 14 171

Ecatepec -1.598 Muy bajo 10 814

Atizapán de Z. -1.803 Muy bajo 15 013

Valle de Chalco -1.222 Bajo 7487

Tultitlán -1.769 Muy bajo 11 110

Tlalnepantla -1.823 Muy bajo 14 702

Zumpango -1.323 Muy bajo 9924

Texcoco -1.549 Muy bajo 10 157

La Paz -1.436 Muy bajo 9567

Chicoloapan -1.429 Muy bajo 8474

Municipio Índice demarginación

Grado demarginación

PIB per cápita endólares ajustados

Fuente: elaboración propia con información del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008).

Recapitulando, los municipios con bajos niveles de participación elec-toral se encuentran en la Zona Me-tropolitana a la Ciudad de México, la cual tiene una gran concentración de población, pues la mayoría ha sido receptora de habitantes emigrados del Distrito Federal y de otras regio-nes del país; su actividad económica preponderante es el comercio, los servicios y la industria; el grado de urbanización es completo y, econó-micamente, sus niveles de ingresos son buenos y el índice de margina-

ción es muy bajo, lo que significa que los satisfactores de bienestar social son muy completos.

Es en estos municipios mexiquen-ses donde se concentra el grueso de la población de la entidad y es el espacio donde se ubica prepon-deradamente la planta industrial, comercial, de servicios educativos y de desarrollo urbano. Por ello resulta paradójico que en éstos se presenten los mayores índices de abstencionismo.

67

Competitividad, alternancia y parti-cipación electoral

La revisión de las cifras electorales nos lleva a determinar que la partici-pación electoral no está directamen-te asociada con la competitividad partidista. La participación electoral es un fenómeno que parece correr en forma independiente de la competi-tividad partidista que en los últimos años ha caracterizado la vida política del Estado de México.

El grado de competitividad electoral se establece con base en el margen de victoria (MV) que tiene el par-tido ganador respecto al segundo lugar, en porcentaje de votos. Los niveles que establece el Instituto Electoral del Estado de México son los siguientes:

• Muyalta.SielMVesmenora5%de votos.

• Alta.SielMVoscilaentre5.1%yel 10% de los votos.

• Media. Si el MV oscila entre10.1% y el 15% de los votos.

• Baja.SielMVoscilaentre15.1%y el 20% de los votos.

• Muy baja. Si el MV oscila entre20.1% y 25% de los votos.

• Nula.SielMVesmayoral25%de los votos.

Si exploramos los municipios con alta participación electoral, encontramos que no hay un grado de competiti-vidad que predomine, ya que de los 12 ayuntamientos, 2 registran una competitividad muy alta (Axapusco e Isidro Fabela); otros 2 una alta (Aya-pango y Rayón); 3 tienen un grado medio (Donato Guerra, San Simón de Guerrero y Timilpan); otros 3 re-gistran un nivel bajo (Chapa de Mota, Chapultepec y Ecatzingo) y 2 con con-dición muy baja (Papalotla y Santo Tomás). No hay un solo municipio de este grupo que registre un nivel nulo de competitividad (Véase Cuadro 9).

Los municipios con baja participa-ción electoral registran una situación similar a los de muy alta inciden-cia ciudadana en las urnas, pues no tienen un nivel que sobresalga en el grupo. Tres municipios (Chi-malhuacán, Tultitlán y Chicoloapan) registran una competitividad muy alta; 2 ayuntamientos (Naucalpan y Ecatepec) revelan un nivel alto; otros 2 (Tlalnepantla y La Paz) tienen un grado medio; uno de ellos (Valle de Chalco Solidaridad) registra un valor bajo y otro más (Atizapán de Zarago-za) uno muy bajo. Lo destacado es que hay 3 municipios (Nezahualcó-yotl, Zumpango y Texcoco) que regis-tran una nula competitividad.

68

Cuadro 9Competitividad en municipios con alta y baja participación electoral

Papalotla 27.79 Muy baja Chimalhuacán 4.96 Muy alta

Donato Guerra 14.13 Media Nezahualcóyotl 31.35 Nula

San Simón de G. 10.14 Media Naucalpan 7.68 Alta

Chapa de Mota 19.44 Baja Ecatepec 5.37 Alta

Chapultepec 15.08 Baja Atizapán de Z. 24.70 Muy baja

Ecatzingo 16.66 Baja Valle de Chalco 18.20 Baja

Axapusco 2.86 Muy alta Tultitlán 1.24 Muy alta

Isidro Fabela 4.13 Muy alta Tlalnepantla 12.12 Media

Timilpan 13.37 Media Zumpango 26.86 Nula

Ayapango 6.69 Alta Texcoco 31.22 Nula

Santo Tomás 22.81 Muy baja La Paz 11.19 Media

Rayón 7.68 Alta Chicoloapan 3.80 Muy alta

Municipio

Municipios con alta participación Municipios con baja participación

MunicipioMargen devictoria

Margen devictoria

Nivel decompetitividad

Nivel decompetitividad

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de México (2006).

Uno de los supuestos que común-mente se esgrimen respecto a la participación electoral es que ésta es mayor en elecciones que son más competitivas, ya que la ciudadanía tiende a involucrarse más con los candidatos y partidos políticos que se encuentran en competencia polí-tica. Si embargo, para el caso de los municipios analizados, tanto para los de gran participación como los de poca concurrencia a las urnas, es evidente que no hay una relación cla-ra con la competitividad electoral.

Como se observa en la gráfica 1, no hay un grado de competitividad que sea característico para el grupo de municipios que manifiestan una alta participación electoral. Ninguno de los rubros rebasa en forma unitaria el 25% del total. Si juntamos el ru-bro de alta y muy alta, apenas llegan al 35% y si lo hacemos con la baja, muy baja y nula competitividad, se obtiene un 42%. En ninguno de los dos extremos (hacia la alta o baja competitividad) es significativa la representatividad.

69

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de México (2006).

Gráfica 1Grados de competitividad en municipios con alta participación electoral

Para el caso de los municipios con alta participación electoral, se enfa-tiza que éstos no registran una eleva-da competitividad y que ése no es el factor primordial que propicia que la población se vuelque masivamente a las urnas el día de la elección; por lo que no podemos establecer que hay una relación de alta competitividad con alta participación.

En contraparte, como se observa en la gráfica 2, tampoco hay un grado de competitividad que sea característico para el grupo de mu-nicipios que manifiestan una baja

participación electoral. Ninguno de los rubros rebasa en forma unita-ria un tercio del total. Los niveles que mayor porcentaje registran se contraponen, el rubro de nula y el de muy alta participación, quienes reúnen el 25% cada uno. Si junta-mos el rubro de alta y muy alta, se obtiene el 42% y si lo hacemos con la baja, muy baja y nula competiti-vidad, reúnen en forma conjunta un 41%. Igual que con el otro grupo de municipios, en ninguno de los dos extremos (hacia la alta o baja competitividad) es significativa la representatividad.

Baja25%

Muy baja17%

Nula0%

Muy alta17%

Alta17%

Media24%

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Gráfica 2Grados de competitividad en municipios con baja participación electoral

Para el caso de los municipios con baja participación electoral, se enfa-tiza que éstos no registran una eleva-da competitividad y ése tampoco es un factor determinante que inhibe o aliente a la población para que acu-da a las urnas el día de la elección.

En cuanto a la alternancia política en municipios con elevada participación electoral, es relevante el dato de que todos los ayuntamientos han tenido cambio de partidos en los gobiernos locales. Nueve casos presentan una mediana alternancia política (Papa-lotla, Donato Guerra, San Simón de Guerrero, Chapa de Mota, Cha-

pultepec, Axapusco, Isidro Fabela, Timilpan y Santo Tomás), ya que han registrado cambios de partidos go-bernantes, en dos o tres ocasiones, en lo que va de la década de 1996 a 2006 (Cedillo, 2006: 130-134).

Tres son los ayuntamientos que pre-sentan un nivel bajo de alternancia política, quienes apenas en las elec-ciones de 2006 se estrenaron con dicho fenómeno electoral (Ecatzingo, Ayapango y Rayón). Estos ayuntamien-tos, que por varias décadas estuvieron bajo el control hegemónico del PRI, han variado de partido gobernante por una sola ocasión (Véase Cuadro 10).

Baja8%

Muy baja8%

Nula25%

Muy alta25%

Alta17%

Media17%

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de México (2006).

71

Cuadro 10Alternancia política en municipios con alta participación, 1996-2006

Papalotla PAN PRI PRI-PVEM* PAN

Donato Guerra PRI PRI PRD PRD

San Simón de G. PRI PRI PT PRI-PVEM

Chapa de Mota PRI PAN PRI-PVEM PAN

Chapultepec** PRI PRI PAN PRI-PVEM

Ecatzingo PRI PRI PRI-PVEM PAN

Axapusco PRI PAN PRI-PVEM PRI-PVEM

Isidro Fabela PRD PRD PSN PRI-PVEM

Timilpan PRI PAN PRI-PVEM PAN

Ayapango PRI PRI PRI-PVEM PRD

Santo Tomás PRI PAN PRI-PVEM PRD

Rayón PRI PRI PRI-PVEM CONVERGENCIA

Municipio 1996 2000 2003 2006

* El PRI-PVEM integraron la Coalición Alianza para Todos en 2003 y Alianza por México en 2006. ** En 1993 ganó el Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN).

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de México (2006).

Una revisión de los municipios con alta participación electoral nos indi-ca que la rotación en la titularidad del gobierno local, por partidos de distintos colores e ideología, es una constante en casi todos ellos. Lo sobresaliente es que no sólo han gobernado los tradicionales partidos —como el PRI, el PAN y el PRD— que hegemonizan las simpatías políticas en la entidad mexiquense; sino que algunos partidos políticos denomi-nados chicos (PT en San Simón de Guerrero y Convergencia en Rayón) o

nuevos (PSN en Isidro Fabela) han lo-grado ganar algunos ayuntamientos.

Los municipios con elevada partici-pación electoral tienen como carac-terística singular la presencia cons-tante de alternancia partidista en los ayuntamientos; tan es así que, en la elección de 2006, 11 de los 12 ayuntamientos tuvieron cambio de partido gobernante. Sólo en Axa-pusco, la Coalición PRI-PVEM pudo repetir en los comicios locales; lo que revela que sí hay una relación

72

entre alternancia política y elevada participación electoral.

Por su parte, los municipios con baja participación electoral registran un nivel bajo de alternancia política, pues hay mayor estabilidad de los partidos políticos que gobiernan en las localidades, aunque sean de dis-

tinta bandera política; incluso, hay uno que todavía es conservado por el PRI (Chimalhuacán) y nunca ha tenido alternancia. Sólo Ecatepec presenta una situación reiterada de cambio de partidos gobernantes, pues en las últimas elecciones se han turnado el poder el PRI, el PAN y el PRD (Véase Cuadro 11).

Cuadro 11Alternancia política en municipios con baja participación, 1996-2006

Chimalhuacán PRI PRI PRI-PVEM* PRI-PVEM

Nezahualcóyotl PRD PRD PRD PRD

Naucalpan PAN PAN PAN PAN

Ecatepec PRI PAN PRI-PVEM PRD-PT**

Atizapán de Z. PAN PAN PAN PAN

Valle de Chalco PRI PRI PRD PRD

Tultitlán PRI PAN PRD PRD-PT

Tlalnepantla PAN PAN PAN PAN

Zumpango PRD PRI PRI-PVEM PRI-PVEM

Texcoco PRD PRD PRD PRD

La Paz PRD PRD PRI-PVEM PRD

Chicoloapan PRI PRD PRD PRD-PT

Municipio 1996 2000 2003 2006

* El PRI-PVEM integraron la Coalición Alianza para Todos en 2003 y Alianza por México en 2006.** El PRD-PT presentaron candidatura común en Ecatepec, Tultitlán y Chicoloapan.

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de México (2006).

Entre estos ayuntamientos hay 7 que son considerados como de nue-va hegemonía, que se caracterizan porque una vez que accede al poder un partido político distinto al PRI

se mantienen por varias elecciones consecutivas en el poder (Cedillo, 2006: 132-133). Como ocurre con Naucalpan, Atizapán de Zaragoza, Tlalnepantla, Nezahualcóyotl, Texco-

73

co, La Paz y Chicoloapan, los 3 pri-meros con el PAN y los otros 4 con el PRD. Bajo el mismo argumento, podríamos señalar que en Tultitlán y Valle de Chalco se está formando una nueva hegemonía del PRD y en Zumpango un restablecimiento polí-tico del PRI.

Los municipios con baja participación electoral revelan como característica principal una mayor estabilidad de las preferencias partidistas, al grado de que, en la elección de 2006, 10 de los 12 ayuntamientos no presentaron cambio de partido gobernante. Sólo en Ecatepec y La Paz el PRD logró desbancar del poder a la Coalición PRI-PVEM; lo que revela que la baja participación electoral está relaciona-da con la mínima tendencia a que se presente alternancia política en los municipios mexiquenses.

Factores socioculturales de la parti-cipación electoral

Ante tal situación, surge la pregunta: ¿qué factores propician o inhiben la participación electoral en los mu-nicipios del Estado de México? Con las salvedades de que aquí sólo se revisan aquellos municipios que registran los mayores y menores porcentajes de participación, se es-

bozan algunas vertientes de explica-ción que tienen que ver con aspectos socioculturales de los habitantes de dichos ayuntamientos.

En primer lugar, se revisan los mu-nicipios con baja participación elec-toral, que están ubicados en la Zona Metropolitana a la Ciudad de México (ZMCM). La pregunta clave es ¿por qué los municipios de la ZMCM re-gistran los mayores porcentajes de abstencionismo electoral? A manera de argumento se señala que la mo-vilidad poblacional que caracteriza a la ZMCM lleva implícito un largo proceso de asentamiento, arraigo e identidad con su nuevo lugar de residencia, lo que produce apatía y desinterés por los comicios electora-les locales.

Si se revisan los 12 municipios con baja participación electoral, se en-cuentra que éstos han registrado un crecimiento considerable de po-blación en las últimas décadas. La dinámica del crecimiento poblacio-nal, en los municipios mexiquenses ubicados en la ZMCM, fue, primero en la década de 1970, con la migra-ción masiva a los ayuntamientos de Naucalpan, Tlalnepantla, Ecatepec y Nezahualcóyotl; segundo, con el gran poblamiento en los 80 de Ati-zapán de Zaragoza, Chimalhuacán,

74

Tultitlán y La Paz y, tercero, con los grandes asentamientos en Texcoco, Chicoloapan, Zumpango y en el re-

cién creado (en 1994) Valle de Chal-co Solidaridad (Véase Cuadro 12).

Cuadro 12Crecimiento poblacional en municipios mexiquenses con baja

participación electoral: 1970-2000

Naucalpan Atizapán de Zaragoza Valle de Chalco S. Tlalnepantla Chimalhuacán Texcoco Nezahualcóyotl La Paz Chicoloapan Ecatepec Tultitlán Zumpango

1. Poblados en 1970 2. Poblados en 1980 3. Poblados en 1990

Fuente: elaboración propia con información de García (2004: 23-26).

En el proceso de poblamiento de los municipios de la ZMCM, que se analizan destaca el fenómeno de mi-gración interna; es decir, el desplaza-miento de población de municipios densamente poblados a otros en vías de crecimiento.

Las siguientes consideraciones per-miten conocer mejor el proceso:

1. Los municipios de Tlalnepantla y Nezahualcóyotl registran un fre-no, incluso una reducción de su población a partir de 1980; mien-tras que Ecatepec y Naucalpan mantienen su crecimiento de ha-bitantes en las siguientes déca-das (García, 2004: 24).

2. Los municipios que aumentan su población en los 80, forman un segundo grupo, debido a que és-tos no colindan directamente con el Distrito Federal (Tultitlán, Ati-zapán de Zaragoza, Chimalhua-cán y La Paz). Su crecimiento se debe a la migración de capitali-nos y de habitantes de los mu-nicipios del primer grupo, prin-cipalmente de Tlalnepantla y de Nezahualcóyotl.

3. Tlalnepantla, Nezahualcóyotl y Naucalpan registran en 1990, una consolidación urbana y una saturación poblacional impor-tante; por lo que sufren un fre-no al crecimiento poblacional

75

(Cruz, 2000: 51-52). Después de 2000 registran una notable dis-minución de habitantes (Véase Gráfica 3).

4. A partir de 2000, Ecatepec, Tul-titlán, Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Valle de Chalco, La Paz, Texcoco, Chicoloapan y Zumpango registran un evidente crecimiento poblacional.

6. La Zona Metropolitana de la Ciu-dad de México es receptora y ex-pulsora de población, en donde la mayor parte de sus movimientos ocurren al interior de la misma región. En un principio emigraron del Distrito Federal al Estado de México, en un segundo momento de dicha entidad a la Ciudad de México o de algunos municipios metropolitanos a otros.

76

Fuente: elaboración propia con datos del Sistema Nacional de Información Municipal (Segob, 2008).

0

200 000

400 000

600 000

800 000

1 200 000

1 400 000

1 600 000

1 000 000

1 800 000

Ecatepec 784 507 1 218 135 1 457 124 1 622 697 1 688 258

Nezahualcóyotl 1 341 230 1 256 115 1 233 868 1 225 972 1 140 528

Naucalpan 730 170 786 551 839 723 858 711 821 442

Tlalnepantla 778 173 702 807 713 143 721 415 683 808

Chimalhuacán 61 816 242 317 412 014 490 772 525 389

Tultitlán 136 829 246 464 361 434 432 141 472 867

Atizapán de Z. 202 248 315 192 427 444 467 886 472 867

Valle de Chalco --- --- 287 073 323 461 332 279

La Paz 99 436 134 782 178 538 212 494 232 546

Texcoco 105 851 140 368 173 106 204 102 209 308

Chicoloapan 27 354 57 306 71 351 77 579 170 035

Zumpango 51 393 71 413 91 642 99 774 127 988

1980 1990 1995 2000 2005

Gráfica 3Crecimiento poblacional en municipios con baja participación electoral

Los migrantes que llegan a los muni-cipios mexiquenses de la ZMCM son, en su mayoría, familias que buscan satisfacer su necesidad de vivienda y, en menor medida, por necesidad laboral. El crecimiento poblacional

de Ecatepec, Tultitlán, Atizapán de Zaragoza, Chimalhuacán, Valle de Chalco y Chicoloapan, se debió a una creciente demanda de vivienda popular, que encontró su mayor ex-pansión a raíz del establecimiento de

77

numerosos conjuntos habitacionales (Cruz, 2000: 52). Nos encontramos ante una gran cantidad de población que estableció su residencia en estas localidades, la mayoría expulsados del Distrito Federal y de Naucalpan, Tlalnepantla y Nezahualcóyotl.

Por dicha circunstancia, a este con-junto de ayuntamientos se les ha denominado “ciudades dormitorio”, ya que un amplio grupo poblacional tiene su empleo en las zonas indus-triales y su hogar en las zonas de la periferia, principalmente en los muni-cipios mexiquenses de la ZMCM. Los estudios que analizan dichos fenó-menos poblacionales consideran que tienen las siguientes características:

El carácter de “área dormitorio” se debe a que grandes contingen-tes poblacionales encuentran su residencia en algunas de las zo-nas del ámbito metropolitano es-pecializadas en el uso residencial obrero, mientras que trabajan en otros distantes lugares, también integrantes de la periferia metro-politana. Ello produce una diná-mica interna propia de la perife-ria cuyo principal rasgo son los “desplazamientos diarios hogar-trabajo”. Tales desplazamientos se prolongan como distancia físi-ca y distancia-tiempo, transitada en condiciones deficientes. Así,

estos movimientos diarios pro-longan la jornada de trabajo de la población periferia y contribuyen a que:

• Los individuos construyan un“modo de vida” particular, en el que el jefe de familia —quien usualmente realiza desplaza-mientos diarios por trabajo— se hace cargo de una parte de la reproducción familiar a tra-vés de su inserción en una re-lación salarial.

• Elhogar seconstituyeenun“espacio vivencial de tipo dor-mitorio”, al menos para los miembros que se insertan en las relaciones salariales.

• Aescaladelconjuntourbanose construye un mosaico es-pecializado funcionalmente. El espacio urbano se fragmen-ta en áreas que corresponden a distintas funciones, siempre vinculadas, directa o indirec-tamente, a la producción (Lin-don, 1997: 17) .

Lo que interesa del carácter de los municipios ubicados en “áreas dor-mitorio” es lo referente al modo de vida urbano que la población de estos lugares construye. La migración de un lugar y el establecimiento en otro para residir, motivada por la necesi-dad de vivienda, no sólo depende de

78

las modalidades de consumo, sino que está atravesado por una serie de patrones socioculturales que influ-yen en los comportamientos necesa-riamente (Gracia, 2004: 120).

Dos modelos socioculturales son los relevantes para fines de este trabajo: 1) el modo de vida vinculado al lugar de procedencia y 2) el modo de vida referido al lugar de residencia. Los comportamientos de los habitantes que poblaron aquellos municipios, que en las últimas décadas han crecido aceleradamente, tienen una singular característica: mayor iden-tificación y arraigo con el lugar de procedencia y un débil interés por el lugar de residencia.

Debido a los contrastes en desarrollo urbano, servicios y comodidades que tienen los municipios de residencia con aquellos lugares de donde pro-ceden (Distrito Federal, Naucalpan, Tlalnepantla o Nezahualcóyotl), los nuevos habitantes siguen conside-rándose “capitalinos”, “defeños” o “chilangos”, antes que “chalquen-ses”, “chimalhuaquenses” o “chico-loapenses”. En los migrantes suele haber sentimientos de anhelo por el lugar de origen, pues su modo de vida se construyó en gran medida en ese lugar y la adaptación, arraigo e

identidad con el nuevo lugar de resi-dencia es lento y difícil.

La situación se complica cuando las familias que llegan a residir en estos municipios tienen una raíz de parentesco fuerte en su lugar origen; es decir, si los abuelos, padres, her-manos y parientes viven todavía en ese sitio de procedencia. El nuevo habitante de estos municipios suele pasar por un largo proceso de des-arraigo y desapego con las tradicio-nes, formas de vida y vínculos con su lugar de origen, más si éste es considerado mejor, en términos de urbanización, servicios y calidad de vida. Éste suele pasar mayor tiempo en el lugar de donde viene que en donde vive, suele interesarse más por lo que ocurre ahí donde nació o vivió por mucho tiempo que en don-de tiene su nuevo domicilio.

Bajo dicho contexto, surge la pre-gunta evidente ¿en materia de par-ticipación política qué implicaciones tiene? Con fines de responder dicha interrogante se realizó una serie de entrevistas a varios residentes de la ZMCM que llegaron a alguno de los municipios con baja participación electoral en las últimas décadas. Los entrevistados fueron cuestionados sobre algunos aspectos esenciales:

79

• TiempoderesidenciaenelEsta-do de México.

• Arraigo y conocimiento sobreasuntos políticos de su lugar de procedencia.

• Tiempoparaobtenersucredencialde elector de su actual domicilio.

• Motivos para abstenerse o votaren su nuevo lugar de residencia.

• Proceso de identificación e invo-lucramiento con asuntos políticos de su nuevo lugar de residencia.

Sin querer ser definitivos sobre el tema, se presentan algunas ideas obtenidas de los entrevistados que permiten explorar vertientes de ex-plicación sobre la baja participación en los municipios revisados.

De los entrevistados una pareja es residente de Atizapán de Zaragoza, la procedencia de la mujer fue el Distrito Federal y el hombre del mu-nicipio vecino de Naucalpan. Otro es avecindado en la Unidad Habi-tacional Geo-Villas en Chicoloapan, proveniente de Nezahualcóyotl. Una más que habita actualmente en Chi-malhuacán, proveniente de la capital del país. Uno más que vive en Los Reyes La Paz, proveniente de la de-legación Iztapalapa, Distrito Federal. Otro residente en Valle de Chalco, que nació en Nezahualcóyotl. Final-mente, uno que nació en el Distrito Federal vivió 10 años en Chicoloa-

pan, actualmente vive en el Distrito Federal, pero tiene credencial de elector de Chicoloapan.

Desde el perfil de los entrevistados se observa la movilidad poblacional, pues éstos se trasladaron del Distrito Federal o de algún municipio metro-politano para establecerse en su ac-tual domicilio. Todos ellos tienen un tiempo de residencia que oscila entre 10 y 20 años, y su motivo de cambio de domicilio fue la falta de vivienda.

Las ideas principales que nos hablan de los posibles motivos del absten-cionismo son las siguientes:

• Losnuevosresidentesdelosmu-nicipios de la ZMCM tardan va-rios años en tramitar la creden-cial de elector, incluso, prefieren votar en su lugar de origen antes que en su nuevo domicilio.

• Se encuentranmás atentos a loque ocurre, políticamente, en aquel lugar del que proceden an-tes que donde residen. El arrai-go al Distrito Federal o al munici-pio metropolitano procedente es muy profundo.

• Obtenerlacredencialdeelectoryestar incluido en la Lista Nominal de Electores de su nuevo lugar de residencia no se traduce en acudir

80

a las urnas, ya que no se sienten identificados con la problemática del municipio al que llegaron.

• Hayen losnuevosresidentesundesapego e indiferencia con la problemática local, desconoci-miento de la vida política del mu-nicipio al que llegan y apatía por los candidatos y partidos políti-cos que se disputan la alcaldía correspondiente.

• Aquéllosqueprovienendemuni-cipios metropolitanos y que no han realizado el trámite de cam-bio de domicilio suelen regresar a votar a su lugar de origen, pero si no pueden o tienen otro com-promiso, entonces no sufragan el día de la elección.

• Despuésde2ó3procesoselec-torales locales es como los nue-vos residentes deciden empezar a participar electoralmente en los comicios locales.

Como se puede deducir, los habi-tantes que recién se instalan en los municipios ubicados en la Zona Metropolitana a la Ciudad de México tienen mayor conocimiento, arraigo, identidad e involucramiento con la vida política de su lugar de origen y sólo después de varios años em-piezan a involucrase en los procesos

locales (De la Torre, 1994: 221-223). Ese largo proceso de establecimien-to y avecinamiento en su nuevo lugar de residencia, provoca en dichos ha-bitantes desapego, desconocimiento y apatía por lo que ocurre política-mente en el municipio al que llegan. No conocen lo que ocurre en la loca-lidad, no se involucran mucho en su problemática, y las propuestas y los candidatos que luchan por el poder municipal no les producen interés y atracción para acudir a las urnas el día de la elección.

En contraparte, en aquellos muni-cipios que tienen altos niveles de participación hay mayor estabilidad en movimiento de población. Su po-blación es más permanente, con ma-yor involucramiento en los asuntos locales y con gran interés por lo que ocurre, en el ámbito municipal, con la renovación de sus autoridades y de la lucha partidista. La identidad y el arraigo de los habitantes de los municipios de pequeño y mediano tamaño tienen como consecuencia mayores niveles de involucramiento en los comicios municipales.

La cercanía de los ciudadanos de los municipios con gran participación por la problemática local, la atención que les genera la lucha entre candidatos y partidos políticos, y las expectativas que producen los gobiernos munici-

81

pales parecen ser motivos suficientes para que acudan masivamente a las urnas el día de la elección.

Reflexión final

Los factores que determinan la alta o baja participación electoral son com-plejos y de difícil especificación. Sin embargo, es necesario buscar nue-vas vetas de explicación que contem-plen factores socioculturales poco explorados, pues la mayoría de los estudios se centran en aspectos co-yunturales, como por lejanía de las urnas o condiciones climatológicas del día de la elección. Otros señalan que son los elementos sociodemo-gráficos, como la educación, el nivel económico o el contexto urbano o ru-ral. Pero pocos han indagado sobre los factores socioculturales, que tie-nen que ver con movilidad poblacio-nal, arraigo, costumbres, prácticas e identidades de las comunidades, como ingrediente que influye en la decisión ciudadana de acudir o no a las urnas.

La revisión de los municipios con ma-yores índices de participación y aqué-llos con bajos niveles de participación electoral permite señalar que, más

allá de los contrastes en densidad de población, desarrollo económico y gra-dos de urbanización, hay factores de modos de vida, como el apego al lugar de origen o de residencia, que pue-den ser más importantes para votar o abstenerse. La mayor información, educación y formación política de los ciudadanos no se traduce, necesaria-mente, en una afluencia copiosa a las urnas; ni los fenómenos estrictamente electorales, como la competitividad ni la alternancia, desencadenan mayor cantidad de votos.

La revisión de los municipios con ma-yor y menor participación electoral nos invita a reinventar las perspecti-vas de explicación, a explorar nuevas vertientes de análisis y comprensión. La movilidad poblacional es un fac-tor que poco se ha considerado para explicar el abstencionismo, pues su verificación requiere de gran esfuer-zo analítico y de gran cantidad de datos empíricos. Aquí se ha expuesto un acercamiento a tal problemática que, si se sigue explorando, arrojará nuevas teorizaciones de la participa-ción electoral en los municipios del Estado de México. Los retos son mu-chos, las certezas se conseguirán si se sigue avanzando; por ese camino vale la pena continuar.

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Resumen

La elección de diputados y presiden-cias de ayuntamientos, en octubre 2008 en Guerrero, ha ratificado un sistema bipartidista recurren-te, donde el PRI y el PRD alternan en los espacios de representación popular. A pesar de la nueva nor-mativa electoral, el incremento de fuerzas políticas en competencia no ha alterado este mapa político, sin embargo, se han abierto nuevas interrogantes sobre la vigencia de este equilibrio político, pues frente al empate en el número de escaños entre estos partidos, otras fuerzas minoritarias tienen un mayor poder de veto en el Congreso local, ade-más de una creciente responsabili-dad en gobiernos municipales.

Palabras clave: procesos electorales, bipartidismo, reforma electoral, par-tidos políticos.

Abstract

The election held in October of 2008 for council heads and local deputies has ratified a recurrent two-party system in Guerrero, where the PRI (Institutional Revolutionary Party) and the PRD (Party of the Demo-cratic Revolution) have been sharing the majority of representation seats for a number of years. Despite the election new rules recently set in place the rise of competing political parties has failed to fracture the bipartisan system. Notwithstanding, new questions arise about the en-

Elecciones en Guerrero: equilibrio bipartidista recurrente1

Gabino Solano Ramírez*

Margarita Jiménez Badillo**

1 Una versión preliminar de este estudio fue presentada en el XX Congreso Nacional de Estudios Electorales de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (SOMEE), realizado del 12 al 14 de noviembre de 2008 en Morelia, Michoacán.

* Profesor-investigador del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados, Universidad Autónoma de Guerrero. Doctorante en Ciencia Política por la misma Universidad. Miembro del Padrón Estatal de Investigadores del Consejo de Ciencia, Tecnología e Inno-vación del Estado de Guerrero.

** Profesora-investigadora del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados, Universidad Autónoma de Guerrero. Nivel 1 del SNI-CONACYT. Doctorado en Ciencia Política y de la Administración por la Universidad de Salamanca.

Los juicios y afirmaciones expresados en este artículo son responsabilidad de los autores, y el Instituto Electoral del Estado de México no los comparte necesariamente.

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durance of this precarious political balance while minority forces obtain more veto power in the local con-gress and increasing influence in the local councils.

Key words: electoral processes, two-party systems, electoral reform, po-litical parties.

Presentación

El propósito de este trabajo es ana-lizar los resultados electorales de octubre de 2008 en Guerrero y ar-gumentar sobre sus resultados más relevantes para el juego político lo-cal: a) la recurrencia del sistema de partidos bipartidista —Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Demo-crática (PRD)— en la distribución del poder político; b) la constante al-ternancia partidista de los espacios en disputa; y c) la mayor presencia de partidos minoritarios con poder de veto en el Congreso local y en gobiernos locales, situación política que abre nuevas interrogantes sobre la vigencia del esquema bipartita.

El proceso electoral que aquí se-guimos confirmó la concentración de la representación parlamenta-

ria y de gobierno entre el PRI y el PRD, tanto en el Congreso del Estado como en la titularidad de las presidencias municipales. No obstante, los resultados electorales también reafirman una consistente tendencia hacia un pluripartidismo moderado, con 2 grandes partidos: PRI y PRD y, 4 con menor represen-tatividad: Partido Acción Nacional (PAN), Convergencia, Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Par-tido del Trabajo (PT).

Esta condición bipartidista se man-tiene a pesar de: la creciente partici-pación de otras fuerzas políticas con posibilidades de disputar de forma efectiva el poder político; la alta in-cidencia de alternancia de partidos en los espacios de gobierno y repre-sentación; y el constante reacomodo de grupos políticos y de liderazgos entre los diferentes partidos. Los realineamientos y emergencia de nuevos actores políticos, así como las reformas a las reglas del juego electoral han hecho más disputable esta elección, pero aún sin modificar su predominancia bipartita.

El proceso electoral de 2008 es, formalmente, el segundo que se celebra en Guerrero después de la primera alternancia en el Ejecutivo

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estatal2 y el primero que se desarro-lla bajo nuevas reglas electorales, aprobadas en 2007.

El estudio está dividido en 3 seccio-nes. En la primera parte exponemos las adecuaciones que tuvo la legis-lación electoral en 2007; desde nuestra perspectiva, esta reforma refuerza la tendencia centralizado-ra del juego político local, así como la limitada autonomía y ciudadani-zación de los órganos electorales. En la segunda, presentamos los resultados electorales de las elec-ciones para ayuntamientos y dipu-tados; comparamos los últimos 3 procesos electorales para mostrar en dónde se ha mantenido un solo partido como predominante y en dónde se ha producido la alternan-cia en los espacios de poder políti-co. En la última sección hacemos algunas consideraciones sobre las dificultades político-institucionales que favorecen la centralización de la disputa electoral o, en otros tér-minos, limitan la ampliación de la competencia política.

La nueva ley electoral en Guerrero

Con el primer gobierno de alternan-cia en el Ejecutivo estatal3 en 2005, adquirió mayor fuerza la aspiración de transformar en clave democráti-ca las reglas del juego político-ins-titucional heredadas del régimen anterior. Con este propósito, gober-nantes, partidos políticos, institu-ciones autónomas, organizaciones sociales y civiles, suscribieron en 2006 una amplia convocatoria para la Reforma de Estado en Guerrero. Después de un periodo de con-sultas, foros, cabildeos y negocia-ciones, los resultados alcanzados fueron mínimos. Así, este proceso en Guerrero tuvo este mismo re-sultado que la Ley para la Reforma del Estado en la federación, sólo produjo una nueva normatividad electoral: la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Es-tado de Guerrero (LIPEG). El espe-ranzador cambio político de 2005 —cuando la oposición encabezada por el PRD conquistó el gobierno del estado, la mayoría congresional

2 En Guerrero, hasta el proceso electoral de 2008, las elecciones locales no fueron concurrentes, la renovación del Ejecutivo esta-tal sucedía 8 meses antes de la elección de legisladores y alcaldes, así en el mismo año del cambio de gobernador se celebraban dos procesos electorales en la entidad. Con la nueva legislación los procesos locales se unificarán en 2012, junto al proceso elec-toral federal.

3 En Guerrero, como en la República Mexicana, existió una larga trayectoria de poder hegemónico del PRI, gobernando por más de 70 años. En 2005 el PRD logró la alternancia en el Ejecutivo estatal.

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y las presidencias municipales más importantes— no se tradujo en la adecuación democrática del marco normativo e institucional vigente.

El cambio electoral alcanzado en Guerrero adoptó, en buena medida, las disposiciones aprobadas por la reforma constitucional federal en materia electoral de 2007. Consis-tente con los lineamientos constitu-cionales, la nueva ley local actualiza lo relativo al financiamiento de los partidos políticos; la participación de las autoridades electorales en la vida interna de los partidos; los límites al gasto de precampañas y campañas; el acceso a radio y televi-sión; la regulación de precampañas y campañas; las bases de coordina-ción entre el IFE y las autoridades electorales locales para fiscalizar a los partidos políticos; la liquidación de los partidos que pierden su regis-tro; el establecimiento del sistema de medios de impugnación a nivel local y las bases para el recuento de votos en los ámbitos administrativo y jurisdiccional (Báez y Cienfuegos, 2007). Otras modificaciones tienen su origen en experiencias de dis-

tintas legislaciones locales, entre las más relevantes: los cambios a la estructura e integración de la autoridad electoral, y la integración y acceso a los puestos de represen-tación, tanto de los cabildos como del Congreso.

En lo relativo a las autoridades elec-torales, lo más significativo fue la transformación del Consejo Estatal Electoral (CEE) en Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG). Entre los cambios a esta institución sobre-sale la desaparición de los consejos municipales; la reducción del número de consejeros estatales y distritales; y la reorganización de su integración y funcionamiento.4 Las modificaciones al desarrollo del proceso electoral más relevantes son: la reducción de los periodos de campaña; reglamen-tación de las precampañas para la selección de candidaturas internas; reducción del 5% al tope de gastos de precampañas, el gasto permiti-do en precampañas bajó del 20% al 15% respecto del financiamiento público en la elección inmediata ante-rior; la homologación y concurrencia de las elecciones locales.

4 La estructura del IEEG está compuesta por: 1) un consejo general, integrado por 7 consejeros electorales con voz y voto, entre los cuales se elige al consejero presidente, además de un representante por partido político y un secretario general únicamente con voz; 2) una junta estatal presidida por el presidente del Instituto Electoral, la integra además el secretario general, el presidente de la Comisión de Administración, el contralor interno del Instituto Electoral y los directores ejecutivos de Organización y Capacitación Electoral, de Asuntos Jurídicos, Prerrogativas y Partidos Políticos, de Administración, de Sistemas y Estadística; 3) un consejo distri-tal electoral por cada distrito electoral uninominal (28), integrado por 5 consejeros entre los cuales se elige al consejero presidente, todos con voz y voto, además de los representantes de partidos y un secretario técnico únicamente con voz; 4) mesa directiva de ca-sillas, encargada de recibir la votación durante la jornada electoral, la integran un presidente, un secretario, dos escrutadores y tres suplentes generales.

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En cuanto a la integración del poder político, reduce el número de regido-res en los ayuntamientos, por ejem-plo, en los municipios más grandes se reduce de 28 a 20, mientras que los más pequeños tendrán sólo 6 re-gidurías; además, se establece que la mitad de los regidores serán electos por el principio de mayoría relativa y la otra mitad serán asignados por el principio de representación propor-cional; también incrementa el por-centaje de acceso a la distribución de espacios por la vía plurinominal a 3%; establece que los partidos de-ben garantizar la paridad de género en la postulación de candidatos en las listas de representación propor-cional, mas no definió la obligatorie-dad de que las listas respetaran el 50% de hombres y 50% de mujeres en cada dos lugares.5 La ley tam-bién otorga facultades a los consejos distritales para realizar el recuento administrativo parcial o total de una elección en caso de dudas sobre la certeza del voto.

En suma, el cambio electoral en Gue-rrero significó adoptar algunas dis-posiciones de la legislación electoral

federal de 2007, así como modifica-ciones a la estructura administrativa de la autoridad electoral. Sin embar-go, al igual que a nivel federal, esta reforma institucional no satisface la aspiración del “modelo de ciudada-nización” de los órganos electorales, pues mantiene el control de los par-tidos políticos en su integración. En el caso de Guerrero, la manipulación de los legisladores y del Ejecutivo estatal fue evidente durante el proce-so de ratificación del nuevo Consejo General del IEEG, el nombramiento de los consejeros distritales y la designación de los magistrados del Tribunal Estatal Electoral (TEE). Así, de los 7 consejeros del IEEG, 4 los designó el PRD (primera minoría en el Congreso), incluido el presidente a propuesta del Ejecutivo estatal; y 3 fueron propuestas del PRI. La misma lógica se presentó en la designación de los 28 consejos distritales. Este procedimiento debilita la autonomía de los organismos electorales, pues facilita una relación clientelar entre sus integrantes y los actores políti-cos que los designan, a los cuales vigila y regula durante la competen-cia electoral.

5 Este criterio pasado por alto en la legislación tuvo como resultado, por ejemplo, que el Partido Convergencia haya podido registrar en los dos primeros lugares a varones, a la postre, los únicos lugares que obtuvo este partido en la distribución de los diputados por representación proporcional, dejando fuera a las dos mujeres que seguían en la lista.

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El proceso electoral y sus resultados

La competencia electoral fue para renovar 81 presidencias municipa-les distribuidas en 7 regiones que integran el estado, y 46 asientos del Congreso local, entre una ofer-ta electoral de 9 partidos políticos y 2 coaliciones.6 La lucha por los ayuntamientos se centró en los más importantes en número de electores, actividad económica e ingresos fis-cales: Acapulco, José Azueta (Ixtapa-Zihuatanejo), Chilpancingo (capital del estado), Iguala, Taxco, Chilapa y Tlapa.

La disputa por el control político de estos espacios es fuente de constan-tes tensiones político-institucionales que permean el juego político gue-rrerense, tanto en el ámbito parti-

dista como en las relaciones entre estructuras de poder, en particular entre los gobiernos local y estatal. La mayor relevancia que tuvo la contienda por Acapulco constituye —después del Ejecutivo estatal— el espacio político de mayor importan-cia por su atractivo turístico, activi-dad comercial, auge económico y de dominancia política, pues por ser la ciudad más poblada de la entidad, se distribuye en 7 distritos electora-les locales.7

El Congreso de Guerrero lo integran 28 legisladores por el principio de mayoría relativa y 18 por el principio de representación proporcional. El resultado más significativo de esta elección fue la reafirmación del for-mato bipartidista de la representa-ción legislativa (Tabla 1).

6 Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN), Convergen-cia, Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Partido del Trabajo (PT), Partido Nueva Alianza, Alternativa Socialdemócrata (ASD), Alianza por Guerrero y coaliciones: Juntos para Mejorar (PRI-PVEM) y Juntos Salgamos Adelante (Convergencia-PT).

7 Acapulco es el municipio más importante del estado de Guerrero: concentra el 23% de la población estatal; produce cerca de un tercio del PIB estatal, derivado de su actividad turística, comercial y de servicios; registra los índices más altos de bienestar y desa-rrollo humano (INEGI, II Conteo de Población y Vivienda, 2005).

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Tabla 1Resultados electorales de diputados por mayoría relativa (octubre 2008)

Porcentajes sobre votos válidos.Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de Guerrero.

PAN 9.12 1

PRI 29.72 11

PRD 34.06 13

Convergencia 1.78 0

PT 2.14 0

PVEM 2.04 0

Nueva Alianza 2.17 0

ASD 1.41 0

Alianza por Guerrero 1.10 0

PRI-PVEM Juntos para Mejorar 8.66 2

CONV-PT Juntos Salgamos Adelante 7.73 1

Total 100 28

% de votación EscañosPartido o coalición

Los espacios legislativos fueron ga-nados mayoritariamente por el PRI y el PRD, reeditando el panorama bipartidista de las últimas legislatu-ras. De 9 partidos y 2 coaliciones, la concentración de la votación quedó en dichos partidos que obtuvieron exactamente el mismo número de escaños, considerando que el PRI alcanzó 11 más 2 en coalición con el PVEM. En total, ambos partidos con-quistaron 18 diputados cada uno, 13 por la vía uninominal y 5 plurino-

minales. Sólo el PAN y Convergencia rompieron esta hegemonía obtenien-do un distrito uninominal cada uno, el primero en el distrito XIX de Taxco8 y el segundo en el XVII de Acapulco. Dichos partidos igualmen-te quedaron en empate al obtener 3 escaños en total (mayoría relativa y representación proporcional), si-tuación que alienta la necesidad de redefinir apoyos entre los partidos representados en el Congreso para el ejercicio de sus funciones.

8 Posición que ganó el PAN por primera vez en la elección de 2005 y volvió a ganar al PRI en 2008 con un escaso margen de 355 votos.

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Obligados por la nueva legislación, los partidos Socialdemócrata, Nueva Alianza y Alianza por Guerrero se presentaron por primera vez solos a la elección.9 Únicamente el PRI (PRI-PVEM) y el PRD presentaron candidaturas a todos los puestos en disputa, es decir, son los únicos partidos con estructura y penetra-ción ideológica estatal que cuentan con una oferta política diferenciada y por la que los ciudadanos se han pronunciado con su voto.

En la elección municipal, el PRI obtu-vo una amplia ventaja, pues ganó 40 ayuntamientos, más 4 coaligado con el Partido Verde, entre éstos los más importantes,10 lo cual le permite go-

bernar a más del 70% de los guerre-renses. El PRD obtuvo 25 presidencias municipales, aunque perdió frente al PRI la mayoría de los gobiernos que tenía bajo su poder, de 40 plazas que ostentaba, sólo retuvo 8, lo que signi-fica que el 85% de los municipios son controlados por el PRI-PV y el PRD.

La gráfica 1 muestra la distribución de alcaldías, que corresponde a los principales partidos de acuerdo con su participación electoral, en el caso del PRI y de Convergencia se conside-ra su resultado sumando sus triunfos en coalición con el Partido Verde y el PT respectivamente, en tanto que el porcentaje del PAN y el PRD es consi-derado de forma individual.

9 Alianza por Guerrero es el único partido con registro local y surgió de una escisión del PRI. En anteriores elecciones, como agrupa-ción política, había establecido alianzas con el PRD.

10 Acapulco, Chilpancingo, Chilapa, Iguala, José Azueta, Taxco, Tecpan de Galeana, Tixtla de Guerrero, Ixtapa-Zihuatanejo, entre otros.

Gráfica 1Ayuntamientos ganados por partidos (5 de octubre de 2008)

5%

32%

56%

7%

PRI

PRD

PAN

Convergencia

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Los partidos minoritarios lograron 12 alcaldías: PAN 4; la coalición Convergencia-PT 3; los partidos Ver-de y Convergencia 2 ayuntamientos cada uno; y el PSD, 1. Este último partido perdió el registro estatal por no alcanzar el umbral fijado por la normativa electoral.

La votación total también se distribu-yó de forma bipartidista, el PRI obtu-vo el 30.29% y el PRD 33.14%. Nóte-se que el PRD obtuvo mayor votación, sin embargo, ésta se incrementó para el PRI al sumarse las obtenidas de su coalición con el Partido Verde (9.85%, que hace un total para el PRI de 40.14%); los otros partidos que lograron triunfos municipales tuvie-ron el 26.76% de la votación total.

Los resultados de la elección de le-gisladores para la LIX Legislatura, dieron al PRD una ligera ventaja con 34.06%, seguida del PRI con 29.72%. No obstante la alianza del PRI con el Verde, que fue del 8.66%, le dio una votación total del 38.38%, esto es una ventaja respecto al PRD de 4.32%. Los partidos minoritarios alcanzaron, en conjunto, el 27.49%.

En el siguiente apartado exponemos la posición electoral que han logra-do los principales partidos con el fin de argumentar en dónde se ha man-

tenido un solo partido como predo-minante y en dónde se ha producido la alternancia en los espacios de poder político.

Equilibrio bipartidista recurrente

Hasta aquí se han expuesto los re-sultados electorales de la última elección en Guerrero, celebrada el 5 de octubre de 2008. Enseguida se explora la tendencia electoral del sistema de partidos en la entidad, mostrando su reiterado bipartidismo a pesar de la competencia de otras fuerzas políticas.

La evolución de los partidos en el reparto de las presidencias muni-cipales, mostrada en la Tabla 2, ratifica la predominancia del PRI y el PRD, sin embargo, sus mayores triunfos electorales del primero han sido en los últimos comicios, con el 54.2%, en la suma del porcentaje obtenido por sí mismo (49.3%) agregado al de su coalición con el PV (4.9%). El PRD, sin embargo, tuvo su mejor momento político en 2005 cuando se posicionó con el 52% de ayuntamientos al sumar sus votos propios y de coalición. Un gran avance si se considera que en ese mismo año también obtuvo la gubernatura del estado.

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Tabla 2Presidencias municipales en Guerrero

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de Guerrero.

PRI 40 52.6 33 42.8 40 49.3

PRI-PVEM 4 4.9

PRD 30 39.4 29 37.7 25 30.9

PRD-PT 11 14.3

PAN 5 6.6 3 3.9 4 4.9

Convergencia-PT 3 3.7

Convergencia 2 2.5

PVEM 1 1.3 2 2.5

PT 1 1.3

ASD 1 1.2

Total 76 100 77 100 81 100

% % % Partido o coalición 2002-2005 2005-2008 2008-2012

Por cuanto a las presidencias muni-cipales obtenidas por los partidos minoritarios, es sólo hasta la elec-ción de 2008 que lograron 12, lo que equivale al 14.8% del total. La Grá-

fica 2 da una mejor representación de la evolución de ayuntamientos controlados por el PRI, el PAN y el PRD de 2002 a 2008.

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Gráfica 2Presidencias municipales en Guerrero (porcentajes)

6.6 3.9

42.8

52

30.9

54.2

4.9

52.6

39.4

2002 2005 2008

0

10

20

30

40

50

60

La tendencia ha sido que en 2005 se dio una mayor competencia entre el PRI y el PRD, mientras que el margen de triunfo para el PRI ha sido superior en la última elección. El PAN en cam-bio ha reducido su posición en la enti-dad con relación a 2002, lo cual indica que se trata de un partido que si bien controla a nivel nacional la Presiden-cia de la República, en Guerrero no logra despuntar entre los ciudadanos, pues está muy alejado en el espectro político respecto a sus dos principales contendientes, PRI y PRD.

En relación con la alternancia en los gobiernos locales, se observan nu-merosos espacios en disputa (Tabla 3). En el 68% de los municipios (55) gobierna un partido diferente al del periodo de 2005, lo cual indica que la ciudadanía apostó por una opción alternativa al partido gobernante. En esta alta tasa de intercambio, el PRD perdió 32 de los 40 municipios que gobernaba (80%); en tanto que el PRI tuvo derrotas en 21 de 32 ayun-tamientos gobernados (66%).

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Tabla 3Municipios que presentaron alternancia

1 Acapulco de Juárez 20 Cuautepec 39 San Luis Acatlán

2 Acatepec 21 Cuetzala del Progreso 40 San Miguel Totolapan

3 Ahuacuotzingo 22 Florencio Villarreal 41 Taxco de Alarcón

4 Ajuchitlán del Progreso 23 General Canuto A. Neri 42 Tecoanapa

5 Alcozauca de Guerrero 24 Gral. Heliodoro Castillo 43 Tecpan de Galeana

6 Alpoyeca 25 Huitzuco de los Figueroa 44 Teloloapan

7 Apaxtla de Castrejón 26 Iguala de la Independencia 45 Tetipac

8 Atenango del Río 27 Ixcateopan de Cuauhtémoc 46 Tixtla de Guerrero

9 Atlixtac 28 José Azueta 47 Tlacoachistlahuaca

10 Ayutla de los Libres 29 Marquelia 48 Tlacoapa

11 Azoyú 30 Mártir de Cuilapan 49 Tlalchapa

12 Benito Juárez 31 Mochitlán 50 Tlapa de Comonfort

13 Buenavista de Cuéllar 32 Olinalá 51 Tlapehuala

14 Coahuayutla de J. Ma. Izazaga 33 Ometepec 52 Xochihuehuetlán

15 Cocula 34 Pedro Ascencio Alquisiras 53 Zapotitlán Tablas

16 Copala 35 Petatlán 54 Zirándaro de los Chávez

17 Copalillo 36 Pilcaya 55 Zitlala

18 Coyuca de Benítez 37 Pungarabato

19 Cuajinicuilapa 38 Quechultenango

Los casos más relevantes fueron las derrotas del PRD en los municipios urbanos y de mayor aportación a la producción estatal, entre ellos el Puerto de Acapulco, es decir, don-de radica la población de mayores ingresos de la entidad. El hecho de que el votante mejor informado ya no ve en este partido una opción confiable de gobierno tiene un sig-nificado cualitativo para el proceso

político local. La crisis de hegemonía perredista se asocia a sus conflictos y divisiones internas, un comporta-miento recurrente que muestra a un partido con baja institucionalidad (Panebianco, 1984); al rompimiento con sus aliados tradicionales, Con-vergencia y PT, con quienes había conformado la coalición electoral para los comicios presidenciales de 2006 y la elección de goberna-

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dor en 2005;11 y, tal vez la variable más importante, el rendimiento de los gobiernos perredistas, tanto en el ámbito municipal como estatal (Ortega, 2008). Aunque es objeto de otra línea de investigación, la alta tasa de alternancia sugiere problemas de desempeño de las administraciones municipales, que puede estar vinculado a un funcio-namiento institucional que ofrece incentivos para la opacidad, la co-rrupción e ineficiencia en el ejercicio de gobierno.

Los cambios en la correlación de fuerzas en la entidad influirá en reaco-

11 La alianza PRD-Convergencia-PT para la elección presidencial de 2006 se denominó “Por el bien de todos primero los pobres”, pos-terior al proceso electoral se constituyó como Frente Amplio Progresista. En la elección para gobernador en Guerrero esta coalición se presentó como “Guerrero será mejor”. Los conflictos posteriores a la elección presidencial y la disputa por la presidencia nacio-nal del PRD derivaron en la fractura de este acuerdo, de modo que a la elección local de 2008 en Guerrero el PRD perdió a sus dos aliados, Convergencia y PT, quienes fueran coaligados al proceso electoral.

modos al interior de los principales partidos; ajustes en la coalición gober-nante al frente del Ejecutivo estatal, la mayor parte originaria de Acapulco; la emergencia de un tercer partido político que disputa la hegemonía bipartidista; y el reposicionamiento de la oposición (PRI) rumbo a la suce-sión gubernamental de 2012.

Menos significativa fue la alternancia en los distritos electorales unino-minales, donde en el 25%, esto es, apenas 8 de los 28 distritos, la titula-ridad del poder la obtuvo un partido distinto respecto a los comicios de 2005 (Tabla 4).

Tabla 4Distritos electorales uninominales con alternancia en 2008

II Tixtla de Guerrero PRD PRI-PVEM

VI Ometepec PRD PRI

XII José Azueta PRD PRI XVII Acapulco de Juárez PRD Convergencia-PT XVIII Acapulco de Juárez PRD PRI-PVEM XXII Huamuxtitlán PRI PRD XXIII Pungarabato PRI PRD XXV Chilapa de Álvarez PRI PRD

2005 2008Distrito

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La limitada alternancia en elecciones legislativas conllevó a un resultado inusitado en la entidad: un equilibrio entre PRI y PRD, que quedaron en empate en el número de diputaciones, situación que coloca a los partidos mi-noritarios con un mayor poder de veto que en legislaturas anteriores. Este resultado político pondrá a prueba las reglas de funcionamiento del propio Congreso, en primer lugar para defi-nir la distribución de sus órganos de gobierno; así como los mecanismos de frenos y contrapesos que regulan su relación con el Poder Ejecutivo local, los poderes municipales y las instituciones autónomas. Una línea de

trabajo a la que será significativo dar seguimiento en los próximos años.

La Tabla 5 concentra información de tres comicios para diputados de mayoría relativa, agrupada por dis-trito. El dato relevante sigue siendo la escasa presencia del PAN en la entidad. Su penetración territorial es muy limitada y no se observa un crecimiento del partido con más posiciones de representación par-lamentaria. En la elección de 2002 no obtuvo ningún distrito; mientras que en 2005 apenas logró el triunfo en el Distrito XIX (Taxco de Alarcón), conservándolo en 2008.

Tabla 5Resultados electorales para diputados de mayoría relativa en Guerrero

2002-2008 (en porcentajes obtenidos por el partido o coalición ganadora)

I Chilpancingo de los Bravo PRI-PVEM 44.04 PRI 47.44 PRI 54.42

II Tixtla de Guerrero PRI-PVEM 39.86 PRD 43.07 PRI-PVEM 45.58

III Chilapa de Álvarez PRI-PVEM 49.02 PRI 39.68 PRI 35.02

IV Tecpan de Galeana PRI-PVEM 40.39 PRD 50.12 PRD 46.88

V Acapulco de Juárez PRD 58.28 PRD-PT 43.88 PRD 31.58

VI Ometepec PRI-PVEM 40.72 PRD 40.14 PRI 32.03

VII Coyuca de Catalán PRI-PVEM 42.69 PRD 45.54 PRD 42.59

VIII Teloloapan PRI-PVEM 47.21 PRD 39.52 PRD 37.71

IX Iguala de la Independencia PRD 45.09 PRI 42.33 PRI 49.23

X Taxco de Alarcón PRI-PVEM 50.80 PRI 40.38 PRI 44.97

XI Tlapa de Comonfort PRD 46.03 PRI 43.03 PRI 43.70

XII José Azueta PRD 51.95 PRD 53.66 PRI 47.93

2002 2005 2008% % %Distrito

99

XIII Acapulco de Juárez PRD 48.29 PRD-PT 47.24 PRD 32.58

XIV Ayutla de los Libres PRI-PVEM 37.92 PRD 40.68 PRD 35.60

XV Chilpancingo de los Bravo PRI-PVEM 57.30 PRI 51.66 PRI 51.30

XVI Acapulco de Juárez PRD 48.21 PRD 37.93 PRD 32.94

XVII Acapulco de Juárez PRD 56.42 PRD 42.02 CONV-PT 32.62

XVIII Acapulco de Juárez PRD 40.24 PRD 34.51 PRI-PVEM 34.25

XIX Taxco de Alarcón PRI-PVEM 44.33 PAN 39.57 PAN 41.48

XX Arcelia PRI-PVEM 43.24 PRI 50.42 PRI 49.38 XXI Iguala de la Independencia PRI-PVEM 45.46 PRI 45.34 PRI 45.58

XXII Huamuxtitlán PRI-PVEM 49.95 PRI 45.92 PRD 37.26

XXIII Pungarabato PRI-PVEM 51.58 PRI 46.44 PRD 41.35

XXIV San Luis Acatlán PRD 49.36 PRI 38.34 PRI 42.50

XXV Chilapa de Álvarez PRI-PVEM 40.04 PRI 47.58 PRD 46.96

XXVI Acapulco de Juárez PRD 55.53 PRD-PT 47.54 PRD 34.58

XXVII Tlapa de Comonfort PRD 45.34 PRD 47.83 PRD 38.79

XXVIII Acapulco de Juárez PRD 52.68 PRD-PT 51.30 PRD 36.23

2002 2005 2008% % %Distrito

Estos datos también muestran que, en elecciones legislativas, los distritos donde tradicionalmente ha ganado el PRI sin presentarse alternancia desde 2002 son: Chilpancingo I y XV; Chila-pa III; Arcelia XX; Iguala XXI; Taxco X. Asimismo, el PRD también ha mante-nido constantes sus triunfos electora-les en los 3 comicios en Acapulco en los distritos V, XIII, XVI, XXVI, XXVIII y en Tlapa, distrito XXVII. En términos generales, la competencia electoral ha sido prácticamente entre el PRI y el PRD, con limitada presencia de los partidos minoritarios como PVEM, PT

Porcentajes calculados sobre votos válidos.Fuente: elaboración propia con los resultados oficiales del Instituto Electoral del Estado de Guerrero (IEEG).

y Convergencia, que sólo en coalición han mantenido su presencia política en la entidad, lo cual es muy signi-ficativo porque, de no ir en coalición en los distintos procesos electorales, la competencia se cerraría más, ge-nerando abiertamente un sistema bi-partidista en Guerrero, ya que dichos partidos desaparecerían al no cubrir el umbral establecido por sí mismos, como fuerzas independientes. Excep-ción es Convergencia que se está perfilando como una tercera fuerza con capacidad de demarcar espacios políticos propios.

100

El reparto de escaños se muestra en la Tabla 6, considerando el número y porcentaje obtenido por cada fuerza

política, igualmente en el periodo de 2002 a 2008.

Tabla 6Representación parlamentaria mayoría relativa yrepresentación proporcional (escaños de origen)

PAN 4 4 8.7 1 3 4 8.7 1 2 3 6.5

PRI 16 4 20 43.4 10 4 14 30.4 13 5 18 39.1

PRD 12 5 17 36.9 17 4 21 45.6 13 5 18 39.1

PT 1 1 2.2 2 2 4.3 1 1 2.2

PVEM 1 1 2.2 2 2 4.3 2 2 4.3

Conv. 2 2 4.3 3 3 6.5 1 2 3 6.5

PRS* 1 1 2.2

PANAL 1 1 2.2

Total 28 18 46 100 28 18 46 100 28 18 46 100

MR RP Total

LVII Legislatura (2002-2005) LVIII Legislatura (2005-2008) LIX Legislatura (2008-2011)

% MR RP Total % MR RP Total %

* PRS = Partido Revolucionario del Sur.Fuente: elaboración propia.

Nótese que en las tres legislaturas los resultados no favorecieron una mayoría absoluta del partido en el gobierno local, esto es, en 2002 cuando aún gobernaba el PRI y en 2005 cuando llega el PRD al poder con el gobierno que actualmente está en funciones. Los partidos mi-noritarios sólo han tenido represen-tación parlamentaria mediante la fórmula de representación propor-cional, salvo un distrito que ganó

el PAN en la LVIII Legislatura y que conservó en la LIX; también Conver-gencia logró un escaño de mayoría relativa en la última elección.

En la Gráfica 3 se observa la evo-lución de cada fuerza política en el Congreso, considerando el total de escaños (mayoría relativa y represen-tación proporcional) en un lapso más amplio que va de 1990 a la elección de octubre 2008.

101

Fuente: Calvo, 2007: 60 y <http://www.congresogro.gob.mx/congro/index.php>

Gráfica 3Representación parlamentaria en el Congreso de Guerrero

1990-2008 (en porcentajes)

Los datos, hasta aquí, ratifican que en Guerrero ha prevalecido consis-tentemente un bipartidismo y aun cuando el sistema de partidos se fragmenta cada vez más en tanto hay mayor competencia de partidos minoritarios, éstos no alcanzan la su-ficiente penetración ideológica en la

entidad como para representar una alternativa que ponga en riesgo la posición mayoritaria de los dos par-tidos predominantes. Lo que sí han logrado las fuerzas políticas minori-tarias es reducir la concentración del voto entre el PRI y el PRD a lo largo de la última década (Tabla 7).

6.5

15.215.1

8.74.4

22.2

6.56.5 4.3 2.2 2.2

10.98.7

43.439.1

39.1

45.6

36.930.4 30.426.1

17.4

8.3

69.569.4 65.2

65.2

0

10

20

30

40

50

60

70

80

1990 1993 1996 1999 2002 2005 2008

102

Tabla 7Índice de concentración del voto en Guerrero

1999-2002 PRI-PRD 93.4 95.6

2002-2005 PRI-PRD 83.3 80.3

2005-2008 PRI-PRD 66.5 76.0

2008-2011 PRI-PRD 63.8 78.2

Periodo legislativo Partidos mayoritarios Concentración electoral Concentración parlamentaria

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral del Estado de Guerrero.

Esto es, en 1999 lograron captar al 93.4% de los votos, mientras que en 2008 descendió a 63.8% en la arena electoral, lo cual da cuenta de que ha habido mayor competencia partidista y no son ya las únicas fuerzas políticas que controlan la oferta política en la entidad. En otros términos, se han venido reafirmando fuerzas políticas minoritarias que han desviado el voto para los principales partidos y que no sólo llegaron a convencer a un sector ciudadano, sino que, incluso, son par-tidos que han llegado a ocupar una curul de mayoría relativa, como ha sido en 2008 el caso del PAN y Conver-gencia, pauta de mayor competencia para las fuerzas relevantes que habrán de redefinir estrategias de acerca-miento mayor con su electorado.

Consideraciones finales

En este trabajo hemos mostrado la recurrencia del bipartidismo en Gue-

rrero, como un resultado constante de los últimos 3 procesos electorales locales. Con esto es posible ensayar una periodización preliminar de la evolución del sistema de partidos en la entidad. Hasta 1989 es amplia-mente aceptado designarlo como un sistema de partido hegemónico, pues el PRI concentraba el poder político sin competencia. Dicho estatus fue modificándose hasta 2002, tras el crecimiento de la fuerza política del opositor Partido de la Revolución De-mocrática; y de 2002 a 2008 se puede definir como un sistema bipartidista, donde la distribución del poder políti-co se da prácticamente sólo entre dos fuerzas políticas.

Siempre vinculados a esta evolución, están los cambios a las reglas del juego electoral. Por iniciativa local o influencia federal, la entidad ha tran-sitado de un sistema electoral cerra-do a la oposición y controlado por el Poder Ejecutivo a uno más inclusivo

103

y relativamente autónomo del poder político, que ha permitido una cre-ciente pluralidad (Fernández, 2006).

Con la elección de 2008, la emergen-cia de nuevos actores partidistas con capacidad real de disputar el poder político y una nueva legislación electo-ral, nos hace suponer que el sistema de partidos transita, nuevamente, ha-cia un multipartidismo moderado de 3 o más partidos. Si esta tendencia se confirma en los próximos años, la transformación del sistema partidista tendrá implicaciones previsiblemente relevantes en el juego político local. Tal como sucede en todo proceso de cambio político.

Estas 2 tendencias del proceso polí-tico guerrerense corresponden a las características que ha tenido la tran-sición democrática en el país: por un lado, la emergencia del pluralismo o de actores políticos y sociales que encuentran cerrados los espacios de expresión y participación; y, por otro, la secuencia de cambios insti-tucionales a las reglas del juego que regulan la disputa del poder político. No obstante, estos cambios no han significado la normalización y ga-rantía de procesos institucionales en clave democrática. Estamos, pues, frente a un periodo de cambios y, por tanto de incertidumbres. Los princi-pales desafíos del sistema político

guerrerense se ubican en los déficit de certidumbre institucional y des-empeño en el ejercicio del gobierno. Un ejemplo de las asignaturas pen-dientes en materia electoral consti-tuye la dependencia de origen que tienen los integrantes de los órganos electorales respecto al poder políti-co, normatividad que limita la plena autonomía de estos organismos, ba-jo la perspectiva de un modelo ideal de ciudadanización.

Por último, consideramos que se debe evaluar desde perspectivas diferentes la elección municipal y la legislativa, pues, aunque concurrentes, son pro-cesos que siguen lógicas distintas.

Toda disputa electoral en una de-mocracia puede ser considerada, en parte, una evaluación de los actores políticos que detentan los puestos en disputa; así, ceteris paribus, se acepta que un buen desempeño de gobierno y de la representación política favore-ce la posibilidad de que el partido en el poder vuelva a ganar la elección; lo contrario, una percepción negativa de su mandato, favorece la alternancia. Desde esta perspectiva, el resultado de estos comicios puede tener 2 interpretaciones —parciales y, si se quiere, arbitrarias—, una vinculada a la renovación de las alcaldías y otra al plano legislativo. En el primer caso, de forma retrospectiva, los electores

104

hacen una evaluación indirecta hacia el alcalde saliente, votando o no por el partido que lo postuló, para efectos prácticos este tipo de valoraciones resulta irrelevante. La ausencia de reelección inmediata de presidentes municipales hace imposible una eva-luación prospectiva y directa.

En el caso de los diputados uni-nominales pueden calificarse en el mismo sentido, de manera retrospec-tiva, igualmente por la ausencia de reelección inmediata. No obstante, es posible hacer una interpretación prospectiva, si el desempeño del Con-greso se asocia a la política que sigue el Ejecutivo estatal, cuando la mayoría congresional coincide con el partido gobernante, como es nuestro caso. Así, en una elección intermedia, la elección del Congreso es de alguna manera una evaluación del partido gobernante o del Ejecutivo del es-tado. De tal modo que los electores tienen oportunidad de evaluar, juzgar y de manera limitada, condicionar la conducción política del gobierno del estado en lo que resta de su sexenio.

Estas 2 interpretaciones permiten evaluar de manera distinta el resul-tado municipal y el legislativo. El

hecho de que el PRD haya perdido más espacios y votos en la elección municipal que para el Congreso apo-ya esta tesis. La diferencia en ambos resultados es, entonces, producto de una visión distinta de los electores hacia los ejecutivos municipales y el Ejecutivo estatal. Aunque en ambos fue negativa, los votantes dieron una mayor desaprobación a las presiden-cias municipales, pues es donde se dio la mayor frecuencia de alternan-cias, que al Ejecutivo estatal.

El Poder Ejecutivo estatal puede to-mar esta lectura como una oportuni-dad de reorientar sus decisiones de gobierno, atendiendo los factores que le significaron derrotas en los espa-cios en disputa. Aquí sólo enuncia-mos como causales de estos fracasos las divisiones y fracturas internas, las alianzas externas, el desempeño de gobierno y la ausencia de cambios de fondo a la estructura institucional y normativa de la entidad. De otro mo-do, seguiremos registrando una alta incidencia de alternancia en los espa-cios de gobierno y representación po-lítica, reacomodos partidistas, y una disputa electoral sujeta a anclajes pre-democráticos. Nuestra aparente normalidad política local.

105

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• Instituto Electoral del Estado deGuerrero <http://www.ceegro.org.mx/> [Consultado el 5 de diciem-bre de 2008].

107

Resumen

El artículo aborda el avance de las mujeres en la representación políti-ca, particularmente su acceso al Po-der Legislativo y al municipal en las elecciones locales de 2008; en estas elecciones, las mujeres participaron bajo un nuevo marco normativo que estableció la igualdad de oportuni-dades para los cargos de mayoría relativa y la paridad para los de re-presentación proporcional. El trabajo permite constatar el magro impacto de las modificaciones jurídicas en los resultados electorales, así como el grado de cumplimiento y actitud de las élites políticas partidarias.

Palabras clave: representación polí-tica femenina y equidad de género.

Abstract

This article examines the progress of women in political representa-tion, particularly their access to the legislature and the local municipal elections on 2008. In this elections women took part in a new regulatory framework that established equal op-portunities for the positions of rela-tive majority and parity in proportio-nal representation. This essay shows the low impact of legal reforms on election results and the degree of observance and attitude of political elites in favor. Key words: political representation of women and gender equality.

Guerrero: municipios y parlamento.Impacto de la nueva legislación electoral en la equidad de géneroRosa Icela Ojeda Rivera* Rogelio Ortega Martínez**

* Doctora en Derecho Constitucional y en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, UCM, de España. Directora fundadora del IIEPA-IMA y Directora del Observatorio de Violencia contra las Mujeres “Hanna Arendt”.

** Doctor en Ciencias Políticas y Sociología y Magíster en Estudios Iberoamericanos por la Universidad Complutense de Madrid, UCM, de España. Profesor investigador de la UAG con perfil PROMEP y Director del IIEPA-IMA.

Los juicios y afirmaciones expresados en este artículo son responsabilidad de los autores, y el Instituto Electoral del Estado de México no los comparte necesariamente.

108

Presentación

Con los comicios del 5 de octubre de 2008 en el estado de Guerrero, se renovaron 81 ayuntamientos y 46 diputaciones locales; para este proce-so electivo los guerrerenses contaron con una nueva legislación electoral, la Ley de Instituciones y Procesos Electorales (LIPE), aprobada en di-ciembre de 2007 y publicada en el Periódico Oficial del Estado el 1 de enero de 2008.

La expectativa que genera una nueva legislación, en el tema que trate, es, entre otras cosas, que contribuya a mejorar las condiciones de vida en todos los ámbitos y, en el entorno de lo político el avance de la conso-lidación y calidad de la democracia. En este caso y desde una posición progresista se apostó a que esta nueva legislación electoral fuera un soplo de viento en favor de la repre-sentación política de las mujeres, que contribuyera a romper el umbral máximo alcanzado anteriormente, el 17.3% en la Cámara de Diputados y el 13.1% en las presidencias mu-nicipales, y a conformar la “masa crítica” que tanta falta hace para impulsar el cambio, esto finalmente no ocurrió a pesar de que fue en lo

electoral donde se condensó la Re-forma del Estado.1

Distinguidas mujeres guerrerenses realizaron, durante los trabajos de la Reforma del Estado, un gran ac-tivismo político que se reflejó en los resultados de la Mesa Temática de Género, en ella participaron con denodado entusiasmo mujeres de va-rios partidos políticos, funcionarias de distintas instancias y dependen-cias, académicas de diferentes insti-tuciones, activistas de movimientos sociales, así como diputadas de la LVIII Legislatura del H. Congreso del Estado, con el liderazgo de la Presi-denta de la Comisión de Equidad y Género, Aurora Marta García Martí-nez y, las perseverantes integrantes de la Asamblea Estatal de Mujeres. A pesar del esfuerzo realizado a favor del aumento de mujeres en los cargos de representación política, los datos duros indican que este anhelo peri-clitó, primero en la reforma misma y luego en los procesos internos de los partidos políticos, a la hora de la selección de sus candidatos.

Veamos los términos de la reforma electoral, concretamente, el artículo 25 de la Constitución Política lo-cal2 que estableció la obligación de

1 El proceso de la Reforma del Estado inició de manera formal el 13 de septiembre de 2006; la Mesa de Alto Consenso, responsable de la conducción del proceso en sus inicios, no incluyó a ninguna mujer.

2 La reforma a la Constitución local fue publicada en el Periódico Oficial del Estado de fecha 28 de diciembre de 2007.

109

los partidos políticos de garantizar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la postulación a cargos de elección popular de ma-yoría relativa y en la integración de sus órganos internos, así como ase-gurar la paridad en la postulación de candidatos de representación propor-cional. La nueva Ley de Instituciones y Procesos Electorales del estado de Guerrero, en su artículo 192 ratificó esta disposición, estableciendo que los partidos políticos están obligados a que las candidaturas a diputados y regidores de mayoría relativa garan-ticen la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y para el caso de las candidaturas a diputados y regidores de representación propor-cional estableció, como obligación de los partidos políticos, la paridad en la postulación de candidatos, pero exceptuó de forma explícita las candi-daturas de mayoría relativa y las que fueran resultado de un proceso de elección directa de candidatos en los procesos internos de selección reali-zados por los partidos políticos.

Para el caso de la asignación de los porcentajes por cuestión de género, incluyó la integración de fórmulas de candidaturas de propietario y suplente del mismo género y en las sanciones por incumplimiento de estos preceptos, estableció en su ar-tículo 193 que cuando se verifique

sobre representación del registro de candidaturas a favor de un género, se apercibirá al partido para que sustituya el número de candidatos excedentes dentro de las 48 horas siguientes de su notificación, en caso de no hacerlo se faculta al Consejo General del Instituto para que lo sancione con amonestación pública y la reducción de hasta el 50% de las ministraciones de finan-ciamiento público por actividades ordinarias que le correspondan por el periodo que señale la resolución.

Las páginas siguientes dan cuenta de la forma que impactó la nor-ma electoral en el proceso electoral de 2008; en las siguientes páginas analizamos la equidad de género en las candidaturas a las presidencias municipales, en las diputaciones por ambos sistemas de representación y la composición de las regidurías.

Igualdad de oportunidades para la equidad de género

En las elecciones de 2008, sólo 2 partidos políticos tuvieron la capa-cidad de presentar candidaturas en la totalidad de los municipios, estos partidos fueron el PAN y el PRD, y a pesar de que presentaron 81 planillas, ninguno de ellos postuló candidaturas de mujeres en por lo

110

menos el 30% de las presidencias municipales, lo que evidencia la ausencia de la igualdad de oportu-nidades establecida en la ley.

En el municipio de Acapulco, 2 de los partidos contendientes, el PRI y el PRD han establecido en sus esta-tutos la obligatoriedad del 50% para las candidaturas de hombres y 50% para las mujeres, pero en la prácti-ca la presencia de las mujeres fue mínima, no parece haber operado la igualdad de oportunidades ni la equidad, como marca la constitución local y la ley electoral.

En el periodo previo al registro de candidaturas se logró visualizar a 2 destacadas priistas: la diputada Erika Lurhs y la profesora universi-taria Irma Ferrusca Muñiz, ambas tuvieron alguna presencia en medios electrónicos y en eventos cerrados de su partido, pero al parecer final-mente fueron avasalladas por los 2 precandidatos varones: el diputado Fermín Gerardo Alvarado Arroyo y Manuel Añorve Baños. Manuel Añor-ve Baños venía trabajando la candi-datura desde un año antes y fue no-minado sin fisuras superlativas,3 lo que abonó el resultando de su triunfo en el proceso constitucional.

En el PRD Gloria María Sierra López ganó la elección interna, pero 4 de los contendientes perdedores: César Flores Maldonado, Florentino Cruz Ramírez, Ramiro Solorio Almazán y Alberto López Rosas, se negaron a reconocer su triunfo, sólo Ramón Amonte, quien quedó en cuarto lugar reconocio, apoyó el triunfo interno de la perredista y preservó su militancia. Dada la escasa insti-tucionalización de ese partido y la ausencia de liderazgos fuertes, los inconformes pasaron a apoyar a los candidatos de otras formaciones políticas partidarias. En apoyo del candidato del PRI se expresó César Flores Maldonado; por el candidato del Partido Convergencia se expre-saron públicamente, Florentino Cruz Ramírez, Alberto López Rosas y Ramiro Solorio Almazán. La impo-sibilidad de reconstruir consensos alrededor de la candidatura triunfa-dora en la elección interna del PRD, sin lugar a duda, fue uno de los fac-tores fundamentales para la derrota electoral del PRD en la lucha por la alcaldía de Acapulco.

El Partido Acción Nacional no tiene establecido el sistema de cuotas. Pe-ro pudimos observar que, a pesar de ello, una mujer, la entonces diputada

3 La contadora Irma Ferrusca abandonó el PRI y apoyó la candidatura de la perredista Gloria Sierra.

111

Jessica García Rojas, expresó su de-seo de contender internamente para ser nominada como candidata a la alcaldía por su partido, por ello re-gistró su candidatura, sin resultados positivos ya que se canceló el proceso interno, de manera que fue descarta-da como candidata a la alcaldía por la vía de los hechos. Los dirigentes nacionales del PAN determinaron que el candidato fuera el comunicador Héctor Nájera Galindo, sin trayectoria en el blanquiazul, a pesar de ello al

PAN no le significó rupturas o des-acuerdos, como sucede en un partido de fuerte institucionalización. La di-putada García Rojas acató la resolu-ción de la oligarquía de su partido.4

En el Cuadro 1 podemos obser-var cuántas planillas registraron los partidos para contender en los mu-nicipios, qué partidos postularon mujeres, cuántas y en qué porcen-taje de acuerdo con el número de planillas registradas.

4 Usamos el concepto de oligarquía de los partidos en el sentido que lo emplea Robert Michels en su obra clásica Los partidos políti-cos. Otra acepción, en este mismo sentido, es la que acuñó para ciencia la política moderna Angelo Panebianco con el concepto de coalición dominante de los partidos. Se puede hacer una asociación también con el concepto de élites políticas de Wilfredo Pareto o el de clase política de Gaetano Mosca.

Nota: los datos de la última columna corresponden al porcentaje de planillas encabezadas por mujeres que postuló cada partido político.

Cuadro 1

PAN 81 8 9.8

PRI 75 3 4.0

PRD 81 7 8.6

PT 32 5 15.6

PVEM 32 2 6.25

PC 35 3 8.5

PNA 51 9 17.6

PASD 19 3 15.7

PAPG 18 1 5.5

Total 424 41 9.6

Partido Planillas encabezadas por mujeresPlanillas registradas %

112

Como podemos ver en este cuadro, ningún partido de los 9 que conten-dió en la elección para renovación de ayuntamientos municipales pre-sentó un número de planillas enca-bezadas por mujeres en porcentaje siquiera cercano al 30%, en prome-dio los partidos políticos postularon menos del 10% de mujeres enca-

bezando las planillas con las que contendieron en esta elección.

El Cuadro 2 muestra los resultados después de la elección, es decir, cuán-tos triunfos obtuvo cada partido polí-tico y cuántas mujeres de las postula-das resultaron triunfadoras; así como el porcentaje que representan.

Cuadro 2

PAN 4 8 0 0

PRI 40 3 1 2.5

PRD 25 7 2 8

PVEM 2 2 0 0

PC 2 3 1 50

PASD 1 3 0 0

Coalición PRI-PVEM 4 0 0 0

Coalición PC-PT 3 0 0 0

Totales 81 26 4 4.9

Partido Ayuntamientos ganados Mujeres postuladas Mujeres triunfadoras %

Como se puede observar en este cuadro, de 81 municipios que con-forman la geografía política del es-tado de Guerrero, sólo 4 son gober-nados por mujeres: una del PRI; dos del PRD; y una de Convergencia. El porcentaje de mujeres triunfadoras respecto de la totalidad de los mu-nicipios apenas representa el 4.9%, por tanto podemos decir que las modificaciones en el ordenamiento

electoral y en la Constitución Política local, apenas significaron un avance respecto de la elección de 2005 en la que triunfaron dos mujeres, ambas del Partido Revolucionario Institucio-nal: Alicia Zamora Villalba, en Chi-lapa de Álvarez, y Aceadeth Rocha Ramírez, en Xochistlahuaca.

El número de presidentas municipa-les pasó de 2 a 4, y aumentó la plu-

Nota: los datos de la última columna corresponden al porcentaje de planillas triunfadoras que estuvieron encabezadas por mujeres.

113

ralidad, de 2 presidentas municipales del PRI, en esta elección es una del Partido Revolucionario Institucional, PRI; 2 del Partido de la Revolución Democrática, PRD y; una del Partido Convergencia, PC.5 Los municipios gobernados por las dos mujeres del PRD, son Huamuxtitlán y Olinalá, am-bos en la región de la montaña; la del PRI, en Cocula en la zona norte y; la del PC, en Mártir de Cuilapan en la región centro; es notoria la ausencia de mujeres gobernando municipios en las regiones costa grande, costa chica, tierra caliente y Acapulco, es decir, en la mayoría de las regiones.

Como podemos advertir en el Cuadro 1, el partido que obtuvo más triunfos en esta elección fue el PRI, ganó 40 ayuntamientos, este partido postuló únicamente a 3 mujeres, en los mu-nicipios de Arcelia, Cocula y Tetipac; y de ellas sólo ganó la postulada en Cocula en la región norte del estado, de nombre Teresa de Jesús Manja-rrez Segura.

El PRD obtuvo triunfos en 25 ayun-tamientos, postuló sólo a 7 mujeres en los municipios de Acapulco, Huamuxtitlán, Olinalá, Pungaraba-to, Pilcaya, Tepecoacuilco de Tru-jano y Tlalchapa; sólo 2 de ellas ganaron en los municipios de Hua-muxtitlán y Olinalá, ambos de la Región de la Montaña, sus nombres son, Soledad Romero Espinal y Lui-sa Ayala Mondragón.

El Partido Convergencia postuló mu-jeres en tres municipios, Atoyac, Copalillo y Mártir de Cuilapan, en este último, de la región centro, ganó Felícitas Muñiz Gómez.

La representación de las mujeres al frente de los ayuntamientos, durante 2005 y 2008, no rebasó el número de mujeres postuladas en los gobier-nos anteriores a la alternancia, que hasta donde hemos podido docu-mentar el mayor número por sexenio han sido 10:

5 Felícitas Muñiz y su familia provienen de una larga militancia en el Partido Revolucionario Institucional, su padre y hermano fueron previamente presidentes del mismo municipio, postulados por el PRI, por lo que podemos afirmar que se trata de una ruptura de la coalición dominante del municipio de Mártir de Cuilapan.

114

Israel Nogueda Otero 1 de abril de 1971 a enero de 1975. 1 del PRI (Gobernador sustituto del Prof. Caritino Maldonado Pérez; su periodo terminó con la desaparición de poderes).

Xavier Olea Muñoz Gobernador provisional en 1975 0

Rubén Figueroa Figueroa 1975-1981 10 del PRI

Alejandro Cervantes Delgado 1981-1987 8 del PRI

José Francisco Ruiz Massieu 1987-1993 4 del PRI

Rubén Figueroa Alcocer 1993-1996 7 del PRI*

y Ángel Heladio Aguirre Rivero 1996-1999 2 del PRD*

(sustituto)

René Juárez Cisneros 1999-2005 5 del PRI 1 del PRD Carlos Zeferino 2005-2011 3 del PRITorreblanca Galindo 2 del PRD 1 del PC

Gobernador Periodo de gobierno No. presidentas municipales

El Cuadro 3, nos muestra las fórmu-las de mayoría relativa que obtuvie-ron el triunfo por partido, coalición y género; como podemos apreciar, sólo 3 mujeres ganaron la elección por el sistema de mayoría relativa, de las cuales 2 fueron postuladas por el Partido de la Revolución Democrática, y una por el Partido Revolucionario Institucional. Una mujer de 13 diputaciones ganadas por el PRI6 representa apenas el 7.6% y en el caso del PRD, las 2

6 El porcentaje se obtuvo sumando las diputaciones obtenidas por el PRI en coalición con otro partido.

diputadas que obtuvieron el triunfo de 13 escaños obtenidos por el PRD, representan el 15.3%, am-bos casos muy lejos del 30%. La eventual e hipotética ausencia de 3 diputados propietarios podría significar el aumento de 3 mujeres que hoy figuran como suplentes en la LIX Legislatura, 2 del PRD y una de la Coalición PRI-PVEM, lo que no ocurrirá de modo consciente ni por voluntad política, quizá por alguna contingencia.

* De éstas, 5 correspondieron al trienio de Rubén Figueroa y 4 al de Ángel H. Aguirre.

115

Cuadro 3

I Chilpancingo PRI H H

II Tixtla PRI-PVEM H H

III Chilapa PRI H H

IV Tecpan PRD H H

V Acapulco PRD M M

VI Ometepec PRI M M

VII Coyuca de Catalán PRD H H

VIII Teloloapan PRD H H

IX Iguala PRI H H

X Taxco PRI H H

XI Tlapa PRI H H

XII José Azueta PRI H H

XIII Acapulco PRD H H

XIV Ayutla PRD M M

XV Chilpancingo PRI H H

XVI Acapulco PRD H H

XVII Acapulco PC-PT7 H H

XVIII Acapulco PRI-PVEM8 H M

XIX Taxco de Alarcón PAN H H

XX Arcelia PRI H H

XXI Iguala PRI H H

XXII Huamuxtitlán PRD H M

XXIII Pungarabato PRD H M

XXIV San Luis Acatlán PRI H H

XXV Chilapa PRD H H

XXVI Acapulco PRD H H

XXVII Tlapa de Comonfort PRD H H

XXVIII Acapulco PRD H H

Total 28 25 3 10.7%

Distrito Cabecera Partido ganador Propietario Suplente

7 La coalición se llamó “Juntos salgamos adelante”.8 El nombre de la coalición en esta elección fue “Juntos para mejorar”.

116

El Cuadro 4 proporciona la infor-mación de los diputados de repre-

sentación proporcional por partido y género.

Cuadro 4

PAN 2 1 1 HM MH

PRI 5 3 2 HH MM HH MM HH

PRD 5 3 2 HH MM HH MM HH

PT 1 1 0 HH

PVEM 2 2 0 HH HH

PC 2 2 0 HH HH

PNA 1 1 0 HM

Total 18 13 5 27.7%

Partido No. de diputados obtenidos Hombres Mujeres Fórmulas

Como se aprecia en este cuadro, el hecho de que el primer lugar de la lista se asigne a un varón, genera una sobre representación en su fa-vor, si a ello se suma que 2 partidos políticos, Convergencia y Verde Eco-logista negaron la asignación de la segunda candidatura a una mujer, en lugar de 7 diputadas por el sistema de representación proporcional, ape-nas quedaron 5 que representan el 27.7% de los diputados electos por el sistema de representación propor-

cional, porcentaje aún lejos de la pa-ridad establecida en la constitución y en la nueva ley electoral.

La LX Legislatura cuenta con 3 diputa-das electas por el sistema de mayoría relativa y 5 por el sistema de repre-sentación proporcional, lo que da un total de 8 mujeres de 46 diputados, es decir, una vez más el tope de re-presentación femenina del 17.3% no logró romperse a pesar de los cam-bios en la legislación electoral. Los

117

datos analizados indican que en cada elección el número máximo de mu-jeres postuladas por partido político para contender por las diputaciones de mayoría relativa son 3, lo cual parece constituir también un tope inamovible.

El impacto de la nueva ley en las regidurías

En esta elección las mujeres que aspiraban a ocupar un espacio en el poder municipal tuvieron mejor suerte, ya que hubo un aumento sig-nificativo de regidoras.

Para apreciar el impacto de la nueva ley en el ámbito de las regidurías,

hicimos un comparativo entre el nú-mero de regidoras electas en el pe-riodo 2005-2008 y las electas para el periodo 2009-2012; para facilitar su análisis clasificamos a los muni-cipios en 4 categorías, en función del porcentaje de representación femenina, el número 1 correspon-de a los municipios en los que las mujeres están mejor posicionadas, ya que representan el 50% o más de regidoras; en el número 2 están los municipios que tienen más del 30% de representación femenina, pero que no llegan al 50%; en el 3 los municipios que tienen hasta el 30% de representación femenina; en la categoría 4 se encuentran los municipios que no tienen represen-tación femenina.

Cuadro 5Municipios categoría I, con nivel de representación femenina de un 50%

o más, durante los trienios 2005-2008 y 2009-2012

Apaxtla de Castrejón 50% 3 3

Eduardo Neri 50% 4 4

Florencio Villarreal 50% 3 3

Igualapa 50% 3 3

La Unión 50% 3 3

Zitlala 66% 2 4

Alpoyeca 50% 3 3

Arcelia 50% 4 4

Azoyú 50% 4 4

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

118

Benito Juárez 66.7% 2 4

Copalillo 50% 3 3

Copanatoyac 50% 3 3

Coyuca de Catalán 50% 4 4

Cuajinicuilapa 66.7% 2 4

Chilapa 58.3% 5 7

Huitzuco de los Figueroa 62.5% 3 5

Ixcateopan de Cuauhtémoc 50% 3 3

José Azueta 50% 6 6

Ometepec 62.5% 3 5

Pilcaya 50% 3 3

Pedro Ascencio Alquisiras 83.3% 1 59

Pungarabato 50% 4 4

Quechultenango 50% 4 4

Tecpan de Galeana 50% 4 4

Tepecoacuilco 62.5% 3 5

Tetipac 50% 3 3

Tlacoapa 66.7% 2 4

Tlalchapa 66.7% 2 4

Tlalixtaquilla 50% 3 3

La Unión 50% 4 4

Xochihuehuetlán 50% 3 3

Marquelia 50% 3 3

Juchitán 50% 3 3

Iliatenco 66.7% 2 410

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

El Cuadro 5 evidencia que en el trie-nio 2005-2008, sólo 6 municipios tuvieron un número de regidoras del 50%, mientras que en el trienio 2009-2012 los municipios con más del 50% de representación femenina

9 Sólo existe un regidor varón.10 El número de mujeres es mayor que el de los hombres.

aumentaron a 28; es decir, más de 4 veces, lo que representa un tercio de los municipios de Guerrero. El núme-ro de regidoras en 2005 fue de 20 y en 2009 subió a 102, lo que significa que aumentó el número de munici-

119

pios en el que las mujeres tendrán un espacio de poder en términos de paridad y que en esos municipios el número de mujeres que pasaron a ejercer el poder municipal a nivel de

regidurías creció significativamente. Mención especial merece el muni-cipio de Pedro Ascencio Alquisiras, único municipio en el que las muje-res son mayoría.

Cuadro 6Categoría II, municipios en los que la representación femenina

está por arriba del 30%

Acapulco 32% 19 9 46.4% 15 13

Ajuchitlán del Progreso 37% 5 3 37.5% 5 3

Alpoyeca 40% 3 2

Atlamajalcingo del Monte 33% 4 2

Atlixtac 33% 4 2

Azoyú 40% 3 2

Benito Juárez 40% 3 2

Buena Vista de Cuéllar 33% 4 2 33.3% 4 2

Copala 40% 3 2

Coyuca de Catalán 33% 4 2

Cutzamala de Pinzón 33% 4 2 33.3% 4 2

Chilapa de Álvarez 41% 7 5

Chilpancingo 38% 8 5

Huamuxtitlán 33% 4 2

Huitzuco 37% 5 3

Ixcateopan 40% 3 2

Juan R. Escudero 33% 4 2

Marquelia 33% 4 2

Metlatónoc 37% 5 3

Mochitlán 40% 3 2 33.3% 4 2

Pedro Ascencio 40% 3 2

Taxco de Alarcón 33% 8 4 41.7% 7 5

Tecoanapa 37% 5 3

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

120

Tecpan de Galeana 33% 4 2

Tetipac 33% 4 2

Tlacoachistlahuaca 33% 4 2

Tlapa de Comonfort 37% 5 3

Tlapehuala 33% 4 2

Xalpatláhuac 33% 4 2

Zirándaro 33% 4 2 33.3% 4 2

Ahuacuotzingo 33.3% 4 2

Alcozauca de Guerrero 33.3% 4 2

Apaxtla 33.3% 4 2

Atenango del Río 33.3% 4 2

Atlamajalcingo del Monte 33.3% 4 2

Atoyac de Álvarez 37.5% 5 3

Cocula 33.3% 4 2

Coyuca de Benítez 37.5% 5 3

Cuetzala del Progreso 33.3% 4 2

Florencio Villarreal 33.3% 4 2

Canuto A. Neri 33.3% 4 2

Iguala de la Independencia 42.9% 8 6

Igualapa 33.3% 4 2

Juan R. Escudero 33.3% 4 2

Leonardo Bravo 33.3% 4 2

Malinaltepec 37.5% 5 3

Olinalá 33.3% 4 2

San Luis Acatlán 37.5% 5 3

San Marcos 37.5% 5 3

San Miguel Totolapan 37.5% 5 3

Teloloapan 37.5% 5 3

Tixtla de Guerrero 37.5% 5 3

Zapotitlán Tablas 33.3% 4 2

Acatepec 37.5% 5 3

Cochoapa el Grande 33.3% 4 2

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

121

Como lo evidencia el Cuadro 6, el mayor número de municipios se encuentra en esta categoría, que es por cierto la más estable, en 2005 hubo 30 municipios que tuvieron arriba del 30% de representación femenina y en 2009 fueron 32 mu-nicipios, podemos pensar que el au-mento se debió a la inclusión de los 2 nuevos municipios, Acatepec y Co-choapa el Grande; los municipios de

Acapulco, Iguala y Taxco aumentaron su porcentaje de manera importante hasta acercarse al 50%; en los mu-nicipios de Ajuchitlán del Progreso, Buena Vista de Cuéllar, Cutzamala de Pinzón y Zirándaro, el porcentaje se mantuvo; Mochitlán, decreció; y Chilpancingo desapareció de esta categoría y pasó a la siguiente con disminución de la representación femenina.

Cuadro 7Municipios de la categoría III.

La representación de las mujeres llega al 30% como máximo

Acatepec 25% 6 2

Ahuacuotzingo 16% 5 1

Alcozauca 16% 5 1

Arcelia 14% 6 1

Atoyac de Álvarez 25% 6 2

Ayutla 28% 5 2

Coahuayutla 20% 4 1

Cocula 20% 4 1

Copalillo 16% 5 1

Copanatoyac 16% 5 1

Coyuca de Benítez 25% 6 2

Cuajinicuilapa 25% 6 2

Cualac 20% 4 1 16.7% 5 1

Cuautepec 16% 5 1 16.7% 5 1

Cuetzala del Progreso 20% 4 1

Canuto A. Neri 20% 4 1

Heliodoro Castillo 25% 6 2 25% 6 2

Iguala 28% 10 4

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

122

José Azueta 30%11 7 3

Leonardo Bravo 16% 5 1

Malinaltepec 25% 6 2

Mártir de Cuilapan 16% 5 1 16.7% 5 1

Olinalá 20% 4 1

Ometepec 25% 6 2

Petatlán 14% 6 1 25% 6 2

Pilcaya 16% 5 1

Pungarabato 25% 6 2

Quechultenango 25% 6 2

San Luis Acatlán 25% 6 2

San Marcos 25% 6 2

San Miguel Totolapan 25% 6 2

Teloloapan 25% 6 2

Tepecoacuilco 25% 6 2

Tixtla 25% 6 2

Tlacoapa 16% 5 1

Tlalchapa 16% 5 1

Tlalixtaquilla 16% 5 1

Xochistlahuaca 16% 5 1 25% 6 2

Xochihuehuetlán 16% 5 1

Zapotitlán Tablas 15% 5 1

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

En las elecciones de 2005, 40 muni-cipios se ubicaron en esta categoría en cambio, en 2008, sólo quedaron 19. Los municipios que se mantu-vieron en ambos periodos con si-milar porcentaje de representación

11 Éste es el único municipio que alcanzó el 30% de representación de mujeres.

femenina son: Heliodoro Castillo, Cuahutepec, y Mártir de Cuilapan; Petatlán y Xochistlahuaca, aumen-taron; Cualac, disminuyó y se in-corporó el nuevo municipio de José Joaquín de Herrera.

123

Ayutla de los Libres 25% 6 2

Copala 16.7% 5 1

Chilpancingo de los Bravo 28.6% 10 4

Huamuxtitlán 16.7% 6 1

Metlatónoc 16.7% 5 1

Tecoanapa 25% 6 2

Tlacoachistlahuaca 16.7% 5 1

Tlapa de Comonfort 25% 6 2

Tlapehuala 16.7% 5 1

Xalpatlahuac 16.7% 5 1

Zitlala 16.7% 5 1

Eduardo Neri 25% 6 2

José Joaquín de Herrera 16.7% 5 1

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

Cuadro 8. Municipios de la categoría IVEn los que las mujeres no tuvieron representación

Atenango del Río 0% 5 0

Atlixtac 0% 6 012

Municipio 2005-2008 2009-2012H HM M

En el año 2005 el cabildo del munici-pio de Atenango del Río no contó con ninguna mujer, para la elección de 2008 el único de los 81 municipios que no contarán con la presencia de una mujer como regidora es Atlixtac, en la Región de la Montaña.

Conclusiones

Como podemos advertir del análisis realizado en este trabajo, la mo-dernización del marco electoral es parte importante para el estímulo de la construcción de una sociedad

12 El partido gobernante es el PAN.

124

equitativa, pero las acciones pos-teriores para la materialización de la norma y el cumplimiento de los objetivos son esenciales y, a la vez, complejas en tanto requieren de la acción de las instituciones, en este caso juegan un papel fundamental, en orden de importancia, la organi-zación autónoma de las mujeres, la vigilancia de los organismos electo-rales respecto del cumplimiento de la norma y la voluntad de cambio de las oligarquías partidarias, para convertir en realidad el sueño de la equidad de género.

14 En 2005 se eligió un total de 382 regidores, de ellos 159 fueron mujeres, un 29.3%; en las elecciones de 2008 se eligieron 545 re-gidores, de ellos 263 son mujeres y representan el 48.2%.

Podemos concluir que las modifi-caciones a la norma electoral, en la que se estableció igualdad de oportunidades y equidad, propició el aumento de la presencia de las mujeres en los cabildos, 263 mujeres que representan el 48.2% de los regi-dores electos,14 puede ser, con visión optimista, un factor decisivo para la construcción de la transversalidad de género que permita la construc-ción de una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres, la eliminación de la discriminación y por ende la cons-trucción de una sociedad justa.

125

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131

Resumen

Las elecciones autonómicas, cele-bradas el 1 de marzo en Galicia y el País Vasco, han sobrepasado el ám-bito autonómico para ser analizadas en clave nacional. Por este motivo, a lo largo de este artículo hemos analizado los resultados que se han producido en ambas comunidades autónomas y las consecuencias que van a ocasionar éstos, tanto a nivel autonómico como nacional. No obs-tante, estos comicios han servido pa-ra medir la capacidad electoral que

realmente poseen unos y otros antes de las elecciones europeas, saber si la crisis económica ha supuesto una pérdida de votos para los socialistas y si los presuntos casos de corrup-ción que han afectado al PP han podido influir en los resultados que éstos han obtenido, y averiguar si los resultados cosechados en ambas co-munidades autónomas condiciona-rán lo que resta de legislatura para el gobierno de España.

Palabras clave: elecciones autonómi-cas, Galicia, País Vasco, PP y PSOE.

Las elecciones autonómicas en España: Galicia y País Vasco, un análisis pormenorizado de los comicios del 1 de marzo de 2009Gema Sánchez Medero*

Rubén Sánchez Medero**

* Doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Profesora Titular Interina del Departamento de Ciencia Po-lítica y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid. Especialista en análisis electoral, partidos políticos, campañas electorales, administración pública, evaluación y políticas públicas, y nuevas formas de guerra.

** Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. Doctorando del Departamento de Ciencia Política y de la Administración. Profesor Ayudante de Universidad del Departamento de Ciencia Política y Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, Universidad Carlos III. Especialista en análisis electoral, campañas electorales, comu-nicación en organizaciones, marketing público, administración pública y políticas públicas.

Los juicios y afirmaciones expresados en este artículo son responsabilidad de los autores, y el Instituto Electoral del Estado de México no los comparte necesariamente.

132

Abstract

The elections held on March 1 in the Basque Country and Galicia has exceeded the autonomous area to be analyzed in key national. For this reason, throughout this article we have analyzed the results that have occurred in both regions and the con-sequences that will cause them both autonomous and nationally. However, these elections have served to meas-ure the capacity they actually have elections and a few others before the European elections, whether the eco-nomic crisis has meant a loss of votes for the Socialists and the alleged cor-ruption cases that have affected the PP could influence the results they have obtained, and whether the re-sults produced in both regions would shape the remainder of legislature for the government of Spain.

Keys words: autonomic elections, Gali-cia, Basque Country, PP and PSOE.

I. Introducción

En España, el 1 de marzo se celebra-ron elecciones autonómicas en Ga-licia y el País Vasco. Comicios que, pese a tener carácter regional, se han analizado en clave nacional por

todos los partidos que participaron en los mismos. Todos ellos se han implicado de una manera integral, poniendo en funcionamiento su ma-quinaria electoral, como si se tratase de unas elecciones generales, hasta tal punto, que los líderes nacionales han participado activamente en las mismas para dar apoyo a los candi-datos de su partido. Asimismo, los debates que se han producido han sido básicamente sobre temáticas que afectan más bien al ámbito na-cional que al territorial de cada una de las comunidades, y se ha aludido a la buena o mala gestión guber-namental para pedir el voto en un sentido u otro, incluso el Presidente de Gobierno español, José Luis Ro-dríguez Zapatero, llegó a advertir que “votar a Touriño, candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Galicia, era lo mismo que votar a Zapatero en las Generales”.1 Todo porque estas elecciones, junto con las europeas que celebrarán en junio de 2009, van a suponer una revalidación tanto para el Presidente del partido de la oposición, Mariano Rajoy, como una prueba de la capaci-dad electoral del PSOE, tras la crisis económica y el empate técnico que anuncia la encuesta de opinión del Centro de Investigaciones Sociológi-cas (CIS).

1 El Periódico, 28/2/2009. También en: http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=591079&idseccio_PK=1008

133

Por todo ello, la campaña electoral no estuvo exenta de polémica. Pri-mero, fue la ilegalización de las can-didaturas de Demokrazia Hiru Milioi (DHM) y Askatasuna, como parte de la aplicación de la Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos, que contempla la anula-ción de todas aquellas candidaturas que no condenen expresamente el terrorismo y de todas aquellas orga-nizaciones que circunden el entorno de Euskadi Ta Askatasuna (ETA).

Posteriormente, con una naturaleza judicial pero una lectura netamente política, se incorporó al escenario electoral la investigación que abrió el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, por una supuesta trama de corrupción que operaba en Madrid, Valencia y la Costa del Sol, en plena precampaña electoral. El hecho hubiera pasado desapercibido si no fuese porque entre los presun-tos implicados que estaban siendo investigados por blanqueo de capita-les, fraude fiscal, cohecho y tráfico de influencias había destacados miem-bros del Partido Popular (PP), por ejemplo: Alberto López Viejo, Con-sejero de Deporte de la Comunidad de Madrid; Arturo González Panero, Alcalde de Boadilla de Monte; o Je-sús Sepúlveda, Alcalde de Pozuelo de

2 Encuesta que se dio a conocer el 12/02/2009. La encuesta a la que se hace alusión es el Barómetro Enero de 2009, del CIS, con nú-mero 2 782, del 9/01/2009.

Alarcón. Esto era una instrucción de carácter secreto que fue debidamente infiltrada desde la propia Audiencia a la prensa. Un hecho que, indudable-mente, generó cierto malestar entre las filas populares, que acusaron al juez de la Audiencia Nacional de estar articulando una operación de des-prestigio contra el partido en plena precampaña electoral. Además, este suceso produjo una total inquietud entre la cúpula dirigente del PP, más aún cuando se encontraban ante la obligación de obtener unos buenos resultados para reforzar su liderazgo y demostrar que eran capaces de res-tar votos al Partido Socialista.

Esta serie de hechos no hicieron más que acrecentar la tensión a medida que se aproximaban los comicios. Fomentada por la encuesta del CIS que pronosticaba un empate técnico entre los dos grandes partidos nacio-nales, PP y PSOE, con unos porcen-tajes de voto del 39.5 y 39.7%, res-pectivamente.2 De ahí, que en este artículo nos hayamos decantado por un análisis de estos comicios desde una doble perspectiva: la correspon-diente al ámbito territorial de cada una de las dos comunidades autó-nomas objeto de estudio, y la propia que hace relación al panorama polí-tico nacional de España.

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II. Los procesos electorales autonó-micos en España

Desde la instauración del Estado Au-tonómico en España se han celebrado 17 elecciones autonómicas, una para cada comunidad autónoma. Sin em-bargo, y dado que el ritmo de configu-ración que han tenido las autonomías no ha sido el mismo para todas las comunidades autónomas (CC. AA), tampoco lo ha sido el número de elecciones autonómicas celebradas en las distintas CC. AA, ni ha coinci-dido en todas ellas la fecha de reali-zación de la elección (Pallares, 1991: 284). Todo ello se debe a que las CC. AA. que alcanzaron la autonomía por la vía rápida del artículo 151 de la Constitución Española (CE) siguieron un proceso político-electoral propio para cada una de ellas.3 Mientras que las CC. AA. que apostaron por la vía ordinaria del artículo 143 y 146 de la CE tuvieron un proceso político elec-toral coincidente en el tiempo para todas ellas.

III. Las elecciones autonómicas de Galicia

Las elecciones autonómicas de Gali-cia han supuesto la primera derrota

electoral de José Luis Rodríguez Za-patero desde que la crisis económi-ca ha irrumpido en la escena políti-ca española. En estos comicios, los socialistas han perdido un escaño respecto a los anteriores comicios y han pasado de 25 a 24 escaños. Lo mismo le ha sucedido a su socio de gobierno, el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), que se ha quedado con 12 diputados. Mientras que el candidato popular, Alberto Núñez Feijóo, ha obtenido 39 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta, lo que le ha permitido recuperar el gobierno de Galicia y brindar a Mariano Rajoy, presidente del PP, un triunfo en esta comunidad autóno-ma. Algo que, en un principio, las encuestas no vaticinaban.4 No obs-tante, la suma de votos del PSOE y del BNG ha sido superior a la del PP. La explicación se encuentra en que hace 4 años la coalición conta-ba con casi 110 995 votos más que los populares, mientras que ahora la diferencia es de 9603 votos, sin embargo, no le ha posibilitado tener más escaños.

Las causas que podrían explicar el triunfo del PP son la crisis económi-ca y la escasa capacidad de respues-ta del Gobierno socialista. Tampoco

3 El artículo 151 hace referencia a las CC. AA. históricas, es decir, País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía.4 El sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas, difundido en febrero de 2009, realizó unas valoraciones favorables al Partido

Socialita que, con 27 escaños, podría gobernar de nuevo en Galicia en coalición con el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), con 12 ó 13. El PP obtendría entre 35 y 36 escaños, según la encuesta oficial, realizada en la segunda quincena de enero.

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podemos pasar por alto los exorbi-tantes costes de la reforma y acceso-rios de la Presidencia de la Junta de Galicia. De ahí que, por ejemplo, en Pontevedra, que ha sido la provincia que ha sufrido el mayor incremento de luchas huelguísticas durante esta última Legislatura, el PP ha recupe-rado votos mientras que la izquierda los ha perdido. En esta provincia, los populares han crecido gracias a que 17 574 electores más han deposita-do en ellos su confianza, mientras que los socialistas y los nacionalistas gallegos han dejado de contar con el apoyo, 72 226 y 44 323, respectiva-mente. No obstante, si continuamos profundizando en nuestro análisis, debemos preguntarnos a dónde han ido a parar los 116 569 votos que han dejado por el camino el PSOE y el BNG. Una pérdida que no se puede justificar por un incremento de la abstención, pues la participa-ción ha aumentado respecto a los comicios autonómicos de 2005. Por tanto, esos votos han ido a parar a otros partidos. Sin duda, todo nos haría pensar en la Unión, Progreso y Democracia (UPyD) que, pese a no conseguir representación parlamen-taria, ha entrado con fuerza en el pa-norama gallego con 23 529 votantes, además de otras fuerzas políticas; ya que si no, cómo poder explicar este fenómeno, cuando la abstención no sólo no ha crecido sino que ha dis-

minuido en relación con las eleccio-nes autonómicas de 2005. Además, cabe mencionar que el BNG también ha sufrido la aparición de la Tierra Gallega (TEGA), partido con el que compite en el mismo espacio político y que ha obtenido 18 802 votos.

En todo caso, habría que decir que los resultados de estas elecciones autonómicas en Galicia muestran las siguientes características generales: a) predominio del voto de centro-de-recha, b) predominio del voto de los partidos de ámbito estatal, c) existen-cia de voto diferencial, d) tendencia a la concentración del voto en las dos opciones mayores, e) el incremento de las tasas de participación no ha perjudicado al PP, y f) la integración de casi 100 000 nuevos votantes en este procedimiento electoral.

a) Predominio del voto centro-derecha

Para realizar este análisis vamos a articular el espacio partidario so-bre la dimensión izquierda-derecha, reconociendo dos grandes subespa-cios: el centro-derecha y el centro-izquierda. Somos conscientes de que se podrían hacer muchas otras divi-siones, pero la aquí presentada pue-de ser igualmente válida para el es-tudio que estamos realizando. Pues bien, siguiendo estos parámetros

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se podría decir que en las últimas elecciones celebradas en Galicia, es decir, las autonómicas de 2005 y 2009 y las generales de 2008, el partido con mayor número de votos y de escaños ha sido una opción de centro-derecha, el PP. Por ejemplo, en las elecciones autonómicas de

2005 recibió 756 562 votos, en las generales 809 879 y en las autonó-micas de 2009, 760 591 (Ver Tabla 1). Una tendencia que se ha visto re-forzada en estos comicios en los que ha logrado incrementar en 4029 vo-tantes su respaldo electoral respecto a las anteriores autonómicas.

Tabla 1Resultados de las elecciones autonómicas

y generales en Galicia (2005-2009)

PP 39 760 591 47.09 11 809 879 43.86 37 756 562 45.03

PSOE 24 483 357 29.93 10 750 492 40.64 25 555 603 33.07

BNG 12 267 631 16.57 2 212 543 11.51 13 311 954 18.57

UPyD --- 23 529 1.46 --- 10 110 0.55 --- --- ---

TEGA --- 18 402 1.14 --- --- --- --- --- ---

EU-IU --- 15 948 0.99 --- 25 308 1.37 --- 12 419 0.74

Participación --- 1 629 555 70.45 --- 1 859 754 70.48 --- 1 680 202 68.1

Abstención --- 683 408 29.55 --- 779 062 29.52 --- 936 591 31.9

Blancos --- 27 813 1.71 --- 19 289 1.04 --- 28 558 1.3

Nulos --- 14 513 0.89 --- 13 266 0.71 --- --- ---

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de la Junta de Galicia y el Ministerio de Interior.

Este predominio electoral no se ve acompañado por una hegemonía en el poder. Pues para que esta op-ción política pueda gobernar nece-sita vencer por mayoría absoluta, si no la aritmética parlamentaria juega a favor de los partidos po-

líticos de izquierda, ya que desde que la Coalición Gallega (CG) y el Centro Democrático y Social (CDS) desaparecieran, el PP se ha quedado solo en la Asamblea Gallega, es de-cir, no tiene ninguna otra formación política para poder pactar en caso

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de no obtener mayoría absoluta. Al-go que le ha impedido gobernar en la Legislatura anterior. Pero en esta ocasión, el centro-derecha ha vuelto a conseguir una mayoría absoluta que le permite recuperar el Gobierno de la comunidad que había perdido a favor de la izquierda en 2005. Esto confirma que, salvo en contadas oca-siones en las que se ha producido un giro moderado hacia la izquierda, el centro-derecha ha sido la fuerza pre-dominante en Galicia, gobernando en dicha comunidad desde 1977 hasta 2009, con dos únicas excepciones: el gobierno de Fernando Ignacio Gonzá-lez Laxe (Partido dos Socialistas de Galicia-PSOE) entre 1987-1990 y el de Emilio Pérez Touriño (Partido dos Socialistas de Galicia-PSOE y BNG) entre 2005-2009.

No obstante, es cierto que las fuer-zas de centro-derecha han sido las predominantes en la Cámara galle-ga, pero si sumásemos todos los porcentajes de votos de los partidos de izquierda, es decir, todas las for-maciones políticas de este espectro que hayan obtenido representación o no, la relación de fuerzas cam-biaría a favor de las organizaciones de izquierda. Eso significa que la dispersión del voto en la izquier-da perjudica considerablemente sus opciones para gobernar en la comu-

nidad gallega. Más cuando nuestro sistema electoral tiende a favorecer a las 2 formaciones políticas que con-centran mayor número de votos en una circunscripción electoral, debido al empleo de la Ley D´Hont. En todo caso, como ya hemos mencionado, la preponderancia de las fuerzas de izquierda sólo se ha producido en dos ocasiones, una de ellas en las elecciones autonómicas de 2005. En estos comicios, los partidos de izquierda, PSOE/BNG, consiguieron el 51.65% de los votos, lo que se tradujo en una representación de 38 escaños que les otorgaban la mayo-ría absoluta y el Gobierno de la Junta de Galicia.

Pero esta correlación de fuerzas tam-bién se ha reproducido en las eleccio-nes generales. Si nos fijamos en los datos que nos aporta la tabla 1, por lo menos en las generales de 2008, fueron los partidos de izquierda los que dominaron la escena política con el 52.15% de los votos. Sin em-bargo, si dispusiéramos de los datos de todas las elecciones generales podríamos comprobar, como en to-dos los demás comicios, salvo en las generales de 2004, que la relación de fuerzas ha sido exactamente la misma que las anteriormente descri-tas, es decir, los partidos de centro-derecha han sido los predominantes en este tipo de elecciones.

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Tabla 2Resultados de elecciones autonómicas y generales

(2005-2009) en Pontevedra

PP 11 256 524 47.23 3 268 446 43.69 10 238 950 43.90

PSOE 7 160 443 29.54 3 249 086 40.53 8 182 207 33.48

BNG 4 95 065 17.50 1 70 735 11.51 4 103 767 19.06

UPyD --- 8277 1.52 --- 3373 0.55 --- --- ---

TEGA --- 721 0.13 --- --- --- --- --- ---

EU-IU --- 6301 1.16 --- 9623 1.57 --- 4126 0.76

Participación --- 548 385 70.72 --- 619 118 71.28 --- 548 385 63.58

Abstención --- 227 080 29.28 --- 249 442 28.72 --- --- 36.42

Blancos --- 8731 1.59 --- 6471 1.05 --- --- 1.31

Nulos --- 5238 0.96 --- 4617 0.75 --- --- 0.48

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de la Junta de Galicia y el Ministerio de Interior.

Si atendemos a la distribución de vo-tos por provincias, en función de las tablas 2, 3 y 4, podremos compro-bar cómo los populares han vuelto a ser la fuerza política más votada en todas ellas. Aparentemente sólo en la provincia de Pontevedra se podría hablar de cierta tendencia hacia la aproximación entre las 2 grandes fuerzas políticas, ya que en esa provincia el PP sólo ha obtenido 2 y 4 escaños más que el PSOE en las elecciones autonómicas de 2005 y 2009, respectivamente (ver Tabla 2). No obstante, si nos fijamos en el número de votos totales, podemos comprobar que esa proximidad no

ha sido tal como parece, ya que ambos se encuentran separados por 100 000 votantes, aproximadamente y, por tanto, ha sido una diferencia más amplia a la que ha conseguido el PP en otras provincias donde ha logrado un número mayor de diputa-dos. Sin embargo, si tomamos estos datos y los analizamos por bloques ideológicos la situación se torna di-ferente, ya que en esta provincia las fuerzas de izquierda han vencido a los partidos de centro-derecha. En las elecciones autonómicas de 2009 se ha producido un empate técnico entre ambos bloques, con 11 dipu-tados cada uno de ellos. En cambio,

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en las elecciones generales de 2008 y las autonómicas de 2005 fueron los partidos de izquierda los que resultaron vencedores respecto a las fuerzas de centro-derecha. En las

primeras la correlación de fuerzas eran de 4 a 1 a favor de los partidos de izquierda, mientras que en la segunda era de 12 a 10 también a favor de la izquierda.

Tabla 3Resultados de las elecciones autonómicas y generales

(2005-2009) en Ourense

PP 8 103 160 49.00 2 114 433 47.29 8 115 684 50.60

PSOE 4 64 165 30.47 2 94 315 38.98 4 70 251 30.72

BNG 2 35 331 16.78 --- 26 235 10.84 2 37 141 16.24

UPyD --- 1491 0.71 --- 1101 0.45 --- --- ---

TEGA --- 520 0.25 --- --- --- --- --- ---

EU-IU --- 1113 0.53 --- 1658 0.69 --- 766 0.34

Participación --- 212 209 75.47 --- 243 639 68.57 --- 212 209 75.47

Abstención --- 68 985 24.53 --- 111 650 31.43 --- --- 35.55

Blancos --- 2398 1.13 --- 1783 0.74 --- 2398 0.85

Nulos --- 1658 0.78 --- 1653 0.68 --- --- 0.44

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de la Junta de Galicia y el Ministerio de Interior.

Ourense y A Coruña han sido, en cambio, las dos provincias en las que el PP ha marcado una mayor diferencia en escaños respecto al PSOE. En Ourense, los populares han alcanzado el doble de escaños que los socialistas, es decir, 4 más. Los mismos en los que se sitúa la

diferencia entre uno y otro partido. Y esto ha sucedido en las dos elec-ciones autonómicas aquí estudiadas, tanto en 2009 como en 2005. En cambio, de nuevo, en las elecciones generales de 2008 se ha producido un equilibrio de fuerzas ligeramente a favor del centro-derecha.

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Tabla 4Resultados de las elecciones autonómicas y generales

(2005-2009) en A Coruña

PP 12 294 683 45.86 4 316 688 42.67 11 286 278 42.76

PSOE 8 189 971 29.56 3 304 398 41.01 8 221 436 33.07

BNG 4 104 201 16.22 1 88 830 11.97 5 136 696 20.42

UPyD --- 11 214 1.75 --- 4468 0.6 --- --- 1.00

TEGA --- 15 532 2.42 --- --- --- --- --- ---

EU-IU --- 7158 1.11 --- 11 669 1.57 --- 6691 ---

Participación --- 648 028 67.93 --- 747 463 69.96 --- 648 028 67.93

Abstención --- 305 950 32.07 --- 320 970 30.04 --- --- 36.79

Blancos --- 12 965 2 --- 8783 1.18 --- 12 985 1.41

Nulos --- 5431 0.84 --- 5232 0.7 --- --- 0.42

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de la Junta de Galicia y el Ministerio de Interior.

En A Coruña, al igual que en Ouren-se, el PP ha sacado 4 escaños de ventaja al PSOE. Sin embargo, si tomamos en relación los diputados que han obtenido PSOE/BNG, se ha producido un empate técnico en-tre el centro-derecha y la izquierda. Aunque en las autonómicas de 2005, los partidos de izquierda obtuvieron más escaños que el centro-derecha, con una correlación de fuerzas de 13 a 11 a favor de la izquierda. Esto nos indica que ha sido en esta pro-

vincia donde la izquierda consigue sus mejores resultados. No obstante, las dos grandes ciudades de esta provincia, Santiago de Compostela y A Coruña, han sido gobernadas du-rante años por partidos o coaliciones de izquierda. Y si en las elecciones autonómicas de 2009 se ha dado un empate entre ambas fuerzas, ha sido porque el BNG ha perdido un diputa-do que ha ido a parar al PP, con lo cual el poderío de uno y otro bloque se ha situado en 12 diputados.

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Tabla 5Resultados de las elecciones autonómicas y generales

(2005-2009) en Lugo

PP 8 106 224 48.56 2 110 312 44.52 8 115 650 48.65

PSOE 5 68 778 31.44 2 102 693 41.45 5 81 709 34.37

BNG 2 33 034 15.10 --- 26 743 10.79 2 34 350 14.45

UPyD --- 2547 1.16 --- --- --- --- --- ---

TEGA --- 1629 0.74 --- 1168 0.47 --- --- ---

EU-IU --- 1376 0.63 --- 2358 0.95 --- 836 0.35

Participación --- 220 933 73.08 --- 249 534 72.01 --- 220 933 73.08

Abstención --- 81 393 26.92 --- 97 000 27.99 --- --- 31.34

Blancos --- 3719 1.68 --- 2252 0.91 --- --- 1.02

Nulos --- 2186 0.99 --- 1764 0.71 --- --- 0.50

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de la Junta de Galicia y el Ministerio de Interior.

En Lugo, en cambio, la situación ha sido totalmente diferente. En esta provincia el predominio de las fuer-zas de centro-derecha siempre ha sido la tónica dominante. Es más, se puede decir que esta provincia, junto a Ourense, ha sido uno de los fortines electorales de los populares. Aunque aparentemente la diferencia sólo haya sido de un diputado y algo más de 4000 votos. Pero sí es nota-ble el número de votos y de escaños que han separado a los 2 grandes partidos de ámbito nacional, que ha sido 3 escaños y unos 37 000 votan-tes. Por tanto, las fuerzas de centro-derecha han sido las predominantes

en Galicia, y en las elecciones auto-nómicas de 2009, la victoria del PP se ha fundamentado en Ourense y Lugo. Un hecho que confirma la ten-dencia de esta región sólo rota por la dispersión que pudiera producirse en este tipo de elecciones, perdiendo terreno en las elecciones generales.

b) Predominio del voto de los partidos de ámbito estatal

Los partidos de ámbito estatal —PP, PSOE, Izquierda Unida (IU) y UPyD— han continuado acaparando el mayor porcentaje de votos, en concreto

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el 79.47% de los votos, 0.63 pun-tos más respecto a las elecciones autonómicas de 2005, pero 6.95 puntos menos que en las elecciones generales de 2008. Aunque no es de extrañar, debido a la incidencia que en Galicia, como podremos ver en el apartado siguiente, tiene el voto di-ferencial. Mientras tanto, las fuerzas nacionalistas sólo han logrado el apo-yo del 18.03% de los electores. Una cifra que evidencia que los partidos nacionalistas han sufrido un deterioro de sus aspiraciones. Más en aquellos lugares en los que, como Galicia, han ejercido labores de Gobierno, una res-ponsabilidad que no les ha reportado el beneficio electoral esperado. El BNG ha visto reducido, respecto a las elecciones autonómicas de 2005, su respaldo electoral en 47 323 votan-tes, sin embargo, ha experimentado una ligera mejoría en relación con los comicios generales de 2008 en los que 99 411 electores dejaron de prestar su voto al partido nacionalista gallego. No obstante la traducción de votos y cuotas de representación, sólo ha cedido un diputado, y sus votos no han recaído ni en los socialistas ni en los populares, ya que los primeros han sufrido un descenso electoral y los segundos sólo han incrementado su cuota de voto en 4029, por lo tan-to, lo lógico es pensar que éstos han ido a parar a TEGA, y, sobre todo, a la abstención.

También debemos tomar en conside-ración que, en el panorama político gallego actual, los partidos nacio-nalistas se encuentran únicamente representados por el BNG, mientras que en los 80 también competían en este espectro político, con la Coali-ción Gallega (CG), el Partido Galle-guista (PG), el Partido Nacionalista Gallego (PNG), y el Bloque Nacional Popular Gallego (BNPG). Aunque esto no tiene por qué significar un mayor o menor apoyo. Pero sí puede ser sin-tomático de que en aquellos años el mensaje nacionalista tenía un mayor calado en la sociedad gallega que en la actualidad. Del mismo modo que el BNG ha terminado siendo víctima de su propia estrategia de agrupar en su organización todas las opciones na-cionalistas, concentrando, lógicamen-te, sus votos. Lo que está dificultando su consolidación electoral y diluye en gran parte el debate.

Bien, estamos realizando nuestro análisis desde una perspectiva glo-bal, pero qué ha acontecido en cada una de las provincias. Lugo ha sido donde los partidos estatales han alcanzado el mayor porcentaje de representación, el 80%, después le han seguido Ourense, Pontevedra y A Coruña, con 79.47%, 76.77% y 75.42%, respectivamente. Mientras que las fuerzas nacionalistas han cosechado sus mejores resultados

143

de 2005. En cambio, el BNG ha visto cómo su porcentaje de voto dismi-nuye en las elecciones generales. No es de extrañar, es posible que los vo-tantes nacionalistas consideren que a nivel nacional sus intereses pue-den ser defendidos mejor por una fuerza con una mayor presencia en el Congreso de los Diputados como puede ser el Partido Socialista y, por tanto, pueden variar su opción polí-tica según la elección de la que se trate. Esto puede explicar en buena medida por qué los socialistas han aumentado en 194 889 sus votos respecto a las elecciones autonómi-cas de 2005 mientras que el BNG ha dejado de contar con el apoyo de 99 152 electores.

d) Tendencia a la concentración del voto en las 2 opciones mayores

Derivado de lo anterior, decir que en las elecciones autonómicas gallegas se ha evidenciado una tendencia, que, aunque con excepciones muy características, parece dominante en la mayor parte de España (Mon-tero, 1988: 15 y 16), a la concen-tración del voto en las 2 opciones principales. Si nos centramos en las 5 tablas que hemos presenta-do, podemos ver cómo entre el PP y el PSOE representan el 78% de los diputados de la Asamblea ga-

en Pontevedra y, paradójicamente, en Ourense. Eso, que esta última ha sido uno de los feudos más fie-les del PP, que precisamente no se ha caracterizado por un marcado nacionalismo; pero ha sido la pro-vincia en la que el nacionalismo ha descendido menos respecto de las elecciones autonómicas de 2005, en concreto sólo lo ha hecho en 0.54 puntos, mientras que en Pon-tevedra ha disminuido su porcentaje de votos en 1.56 puntos y en 4.2 en A Coruña, aunque eso sí en Lugo lo ha incrementado en 0.65 puntos.

c) Existencia de voto diferencial

Otro elemento que ha estado en juego en los resultados electorales es la diferenciación que hacen los electores entre las elecciones auto-nómicas y las generales. Si observa-mos la Tabla 2 podemos comprobar cómo las fuerzas políticas estatales han visto aumentar su porcentaje de votos en las elecciones generales. En las de 2008 estos partidos políticos consiguieron el 84.5% de los votos, mientras que las fuerzas nacionalis-tas sólo pudieron recabar el apoyo del 11.51% de los gallegos. Con lo cual, las formaciones estatales han conquistado un 7.48% más de votos que en las elecciones autonómicas de 2009 y un 6.4% más que en las

144

llega, porcentaje que se repitió en las elecciones autonómicas de 2005, mientras que cuando se ha tratado de elecciones generales los 2 han acapa-rado el 84% de los diputados que se han repartido en esa comunidad au-tónoma. Y exactamente lo mismo ha sucedido en las 4 provincias gallegas, ya que en ninguna de ellas, la suma de ambos partidos ha bajado del 75% en las elecciones autonómicas y del 80% en las nacionales. Eso sí, hay que señalar que Pontevedra y A Coru-ña han sido las 2 provincias donde la suma de los 2 grandes partidos ha obtenido unos resultados inferiores a los que han conseguido en Lugo y Ourense. En concreto, en aquellas 2 provincias estos partidos han sacado 5 puntos menos que en estas 2 últi-mas provincias. Pero lo mismo ocu-rrió en las elecciones autonómicas de 2005, lo que nos indica de nuevo que A Coruña y Pontevedra son 2 pro-vincias en las que el nacionalismo ha logrado sus mejores resultados.

e) El incremento de las tasas de partici-pación no ha perjudicado a la fuerza de centro-derecha

Para terminar, sólo nos resta men-cionar que en estas elecciones la participación ha aumentado en 2.35 puntos si la comparamos con las

autonómicas de 2005 y en 0.3 si lo hacemos con las elecciones ge-nerales de 2008. Sin embargo, no parece que una mayor participa-ción haya beneficiado al PSOE, sino más bien ha producido el efecto contrario puesto que los populares han visto cómo su número de vo-tos ha crecido en unos 4000 y en 2 diputados. Si nos detenemos en Ourense, la provincia en la que el PP ha obtenido su mejor porcentaje de votos, los niveles de participación se han incrementado en 11.02%. Asimismo, en Pontevedra, donde los populares han recuperado un esca-ño y la participación se ha ampliado en 7.14 puntos.

Entonces, la alta participación de estas elecciones, con un 70.46%, la cifra más alta de toda la historia de las elecciones autonómicas de Gali-cia, no ha perjudicado al PP, ya que ha alcanzado una mayoría absoluta que le ha permitido recuperar el go-bierno de la Junta de Galicia. Esto significa que una alta participación no siempre beneficia a los partidos de izquierda, que los posibles casos de corrupción que han salpicado a algunos miembros del PP no han pasado factura al partido de Maria-no Rajoy, y que su liderazgo se ha visto reforzado como consecuencia de esta victoria electoral.

145

f) La integración de casi 100 000 nuevos votantes en este procedimiento electoral

Según los datos facilitados por la Con-sejería de Presidencia y el Instituto Nacional de Estadística, el 1 de marzo estaban convocados a las urnas más de 2.6 millones de gallegos, de los cuales 2 311 515 (83.3%) residían en Galicia y 335 357 (12.7%) formaban parte del Censo Electoral de Residen-tes Ausentes y, de ellos, un total de 92 110 jóvenes gallegos ejercían por

primera vez su derecho a voto en unas elecciones autonómicas.

En todo caso, es difícil averiguar có-mo ha podido influir la participación de estos nuevos votantes en el resul-tado final, si es que lo ha hecho. Para ello, vamos a tomar como base de nuestro análisis la evolución de votos que han experimentado cada uno de los partidos políticos en las 4 provin-cias gallegas, tomando en considera-ción el número de nuevos electores que existen en cada una de ellas.

Tabla 6Nuevos electores del CER por haber cumplido 18 años

desde procesos electorales anteriores

Fuente: Instituto Nacional de Estadística.

A Coruña 36 771

Lugo 11 087

Ourense 9947

Pontevedra 34 315

Total 92 120

Provincia Número de nuevos electores

Las provincias en las que ha existido mayor número de nuevos votantes han sido, según la tabla 6, Ponte-vedra y A Coruña. En la primera, los populares han incrementado su presencia en la Cámara gallega en un escaño y su número de votos

en 17 574. Mientras que los socia-listas han perdido 21 764 votos y 1 diputado, y los nacionalistas 8702 votos, aunque han mantenido sus 4 escaños. Si sumamos los votos con los que han dejado de contar unos y otros, tenemos 26 276. Si además

146

consideramos los votos que han ob-tenido la TEGA y la UPyD, que han podido ser restados a estas 2 fuerzas políticas, más los que ha aumentado la IU en esta provincia, tenemos 11 173. Con lo cual, se podría decir, no sin cierta prudencia, que los nuevos votantes han apoyado mayoritaria-mente al Partido Popular. Téngase en cuenta que si, por ejemplo, conside-ramos que los votos que han obteni-do la TEGA, la UPyD y la IU han sido a costa de los socialistas, mientras que los restantes de los votos que han perdido los socialistas ha ido a parar al PP, porque al menos 2400 personas han votado por primera vez a los populares. En la segunda, el PP ha aumentado su respaldo en 8405, lo que le ha propiciado un escaño más. Pero en este caso, ha sido el BNG el que ha perdido un diputado en la Asamblea gallega, además de 32 495 votantes y, en esta ocasión, el PSOE sólo ha sufrido un descenso de votos, en concreto, 31 465. En este caso, podemos decir que los grandes beneficiados de la inclusión de los nuevos votantes han sido la UPyD, la TEGA, y el PP que son las únicas fuerzas políticas que han vis-to incrementado su número de votos en esta provincia.

IV. Las elecciones autonómicas del País Vasco

El Partido Nacional Vasco (PNV) ha sido el vencedor de las elecciones autonómicas celebradas en esta co-munidad autónoma el 1 de marzo de 2009. Sin embargo, ésta será la primera vez que en el País Vasco las fuerzas nacionalistas no cuentan con mayoría absoluta en el Parla-mento de Vitoria, lo que ha dejado la puerta abierta a la posibilidad de que el candidato socialista, Patxi López, sea elegido lehendakari5 con el apoyo del PP. Aunque, sin duda, la apuesta de la burguesía vasca sería un gobierno estable PNV/PSOE. Sin embargo, un gobierno de coalición entre socialistas y peneuvistas pa-rece, al menos de momento, poco probable. Menos aún, cuando el PP y el PSOE han suscrito un pacto de Legislatura, en virtud del cual Patxi López será proclamado lehendakari con el apoyo del Grupo Popular.

En lo que se refiere estrictamente a los resultados, el PNV ha mejo-rado los resultados de las pasadas elecciones autonómicas de 2005, en las que se presentó en coalición

5 Lehendakari es el nombre que recibe el Presidente del gobierno vasco.

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con Eusko Alkartasuna (EA), ya que en esta ocasión ha incrementado su presencia en la Cámara vasca en un diputado, situándose en 30. Pese a ello, ha retrocedido en número de votos, perdiendo 71 560 votantes. Los grandes triunfadores han sido el PSOE y Aralar, los socialistas han experimentado el mayor ascenso, pasando de 18 a 25 escaños, gracias a los 41 347 votos que han obteni-do de más. Por su parte, Aralar ha aumentado su número de escaños en 3, contando en esta legislatura con 4 diputados. Otro de los que ha triunfado ha sido el UPyD, que se ha incorporado a la escena política vas-ca con fuerza, ya que en la primera vez que se ha presentado a unos co-micios autonómicos ha conseguido un representante en el parlamento vasco. Por otra parte, el PP ha sido una de las 3 fuerzas políticas que ha sufrido un retroceso electoral, las otras 2 han sido Euzkadi Buru Batzar (EB-B) y Eusko Alkartasuna (EA). La primera ha experimenta-do un ligero descenso, que se ha plasmado en 2 diputados y 65 670 votantes menos. La segunda se ha quedado únicamente representada por un solo diputado. Y la tercera ha pagado las consecuencias de haberse presentado en coalición con el PNV en los anteriores comi-cios autonómicos.

Una de las claves, por tanto, de estas elecciones, es averiguar cómo se ha fraguado el crecimiento socialista. El éxito del PSOE se ha basado en la pér-dida de votos del PP y de los votantes de otras fuerzas nacionalistas que, en esta ocasión, han decido cambiar el sentido de su voto al estar en des-acuerdo con la postura soberanista que han defendido. Una radicaliza-ción que puede explicarse, en parte, porque el PNV ha sufrido un descen-so electoral en el número de votantes que no de escaños. La irrupción de la UPyD en la política vasca ha restado votos, principalmente al PP, que ha visto mermado su respaldo como consecuencia de estos 2 hechos. El fracaso de EB-B ha sido producto de su participación durante 7 años en los gobiernos del PNV, ya que su electorado no le ha sabido perdonar su apoyo a un gobierno de derecha. Asimismo, y como consecuencia de todo ello, el incremento de votos de Aralar ha podido deberse a que se ha convertido en la única opción legal de la izquierda abertzale, y que además no se había implicado en el gobierno tripartido vasco, como EB-A y EA.

En suma, se pueden extraer una serie de características de estas elecciones: a) predominio del voto por los parti-dos de centro-derecha, b) predominio del voto de los partidos nacionalistas,

148

c) tendencia a la concentración del voto en 2 opciones políticas de ideolo-gía distinta, d) orientación diferencial del voto, e) el voto abertzale no ha ido a parar a ninguna otra formación política, y f) el descenso de las tasas de participación ha beneficiado a los partidos constitucionalistas.

a) Predominio del voto por los partidos de centro-derecha

En el País Vasco las fuerzas de centro-derecha, que se encuentran

representadas por el nacionalismo burgués vasco (PNV-EA) y la opción nacional del PP, son predominan-tes. No obstante, el Gobierno de la comunidad está lejos de garantizar esta mayoría, pues existe una total incapacidad de entendimiento entre los nacionalistas y el PP, hasta el punto que entre ambas fuerzas polí-ticas sólo han sido posibles 2 acuer-dos, y ambos se han producido a nivel nacional.6 Sin duda, derivado de los discursos, se confortan en torno a una cuestión primordial, la autodeterminación.

6 El primero fue cuando los populares ganaron por mayoría simple las elecciones generales de 2006 y buscaron al PNV, Convergència i Unió (CiU) y Coalición Canaria (CC) para suscribir un pacto de legislatura que diera la estabilidad necesaria al gobierno de la nación. Y el segundo fue tras las elecciones generales de 2000, cuando el PP pese a vencer en la misma con mayoría absoluta pretendió lle-gar a un acuerdo con otras fuerzas políticas para no romper el clima de diálogo que pareció caracterizar a la legislatura anterior.

149

En cualquier caso, si observamos la Tabla 7, se podría decir que los partidos de centro-derecha, en todas las elecciones aquí estudiadas, han sido el bloque de fuerzas más votado y con mayor número de escaños. En las elecciones autonómicas de 2009, por ejemplo, los partidos de centro-derecha han sumado 44 escaños y 577 635 votos. Lo que supone un respaldo del 56.16% de los electo-res. Mientras que las fuerzas de iz-quierda están representadas por 31 diputados y 437 929 electores. En las autonómicas de 2005 se produjo

prácticamente la misma relación de fuerzas. En estos comicios las fuer-zas de centro-derecha consiguieron 44 escaños y 678 731 votantes, mientras que los partidos de izquier-da obtuvieron 31 escaños y 518 393 votantes. Pero esto no sólo ha ocu-rrido en el ámbito autonómico, sino también en las elecciones generales. En ellas, las formaciones de centro-derecha han logrado 9 diputados, los mismos que el PSOE, sin embargo, su respaldo electoral ha sido mayor con 515 372 votantes, 84 682 votos más que los socialistas.

Tabla 7Resultados de las elecciones autonómicas y generales

en el País Vasco (2005-2009)

EAJ-PNV 30 396 557 38.56 6 306 128 27.11 29 468 117 38.67

PSE-E 25 315 893 30.71 9 430 690 38.14 18 274 546 22.68

PP 13 144 944 14.09 3 209 244 18.53 15 210 614 17.40

ARALAR 4 62 214 6.05 --- 29 989 2.66 1 28 180 2.33

EB-B 1 37 820 3.68 --- 50 403 4.46 3 65 023 5.37

EA 1 36 134 3.51 --- 50 371 4.46 --- --- ---

UPyD 1 22 002 2.14 --- 10 636 0.94 --- --- ---

PCTV-EHAK --- --- --- --- --- --- 9 150 644 12.44

Participación --- 1 141 219 65.88 --- 1 140 511 64.03 --- 1 223 634 68

Abstención --- 634 833 34.12 --- 640 629 35.97 --- 575 889 32

Blancos --- 11 740 1.03 --- 20 682 1.83 --- 9001 0.7

Nulos --- 100 924 8.84 --- 11 190 0.98 --- 4035 0.33

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de Euskadi net y el Ministerio de Interior.

150

En cuanto a la distribución del voto por provincias, cabría mencionar que se ha repetido el mismo equilibrio de fuerzas que el anteriormente expues-to. Sólo en el caso de la provincia de Guipuzcoa ha existido cierta aproxi-mación de los partidos de izquierda, aunque de momento los partidos de centro-derecha continúan siendo los más votados y los que obtienen una mayor representación. En las eleccio-nes autonómicas de 2009 las fuerzas de centro-derecha han conseguido 13

escaños y 158 511 votos, mientras que las formaciones de izquierda han obtenido 11 diputados y 139 167 vo-tos, justo 19 344 votantes menos que los partidos de centro-derecha. Mien-tras que en las elecciones autonómi-cas de 2005 las formaciones políticas de centro-derecha sólo sumaron 13 escaños frente a los 12 que lograron los partidos de izquierda. Cifra que abre la posibilidad de hablar de un empate técnico, declinando, ligera-mente, al centro-derecha.

Tabla 8Resultados de las elecciones autonómicas y generales

en Guipuzcoa (2005-2009)

EAJ-PNV 10 110 942 36.94 2 77 903 23.76 10 148 884 38.31

PSE-E 8 91 799 30.56 3 127 840 39 5 78 871 20.29

PP 3 31 817 10.59 1 47 858 14.6 3 51 780 13.32

ARALAR 2 31 043 10.34 --- 17 332 5.29 1 15 396 3.96

EB-B 1 11 098 3.75 --- 15 812 4.82 1 20 388 5.24

EA 1 15 752 5.24 --- 25 455 7.77 --- --- ---

UPyD --- 5227 1.74 --- 2620 0.8 --- --- ---

PCTV-EHAK --- --- --- --- --- --- 5 70 834 18.22

Participación --- 351 927 63.06 --- 330 773 57.38 --- 388 779 68.59

Abstención --- 223 059 36.94 --- 245 728 42.62 --- 188 122 32.38

Blancos --- 3781 1.07 --- 7513 2.29 --- 2832 0.73

Nulos --- 47 803 13.50 --- 2958 0.89 --- 1170 0.3

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de Euskadi net y el Ministerio de Interior.

151

En el resto de provincias, es decir, Vizcaya y Álava, el centro-derecha ha marcado diferencias con la izquierda. En la primera, el centro-derecha ha cosechado excelentes resultados con 16 escaños. Exactamente los mismos que cosecharon en las elecciones au-tonómicas de 2005. Lo que demues-tra que Vizcaya sigue siendo el gran feudo del nacionalismo vasco, a pesar de que los socialistas han recortado distancias al pasar de 6 a 8 escaños. Al mismo tiempo que los socialistas veían cómo se incrementaba su por-centaje de votos, también lo hacía el

de los nacionalistas vascos que han crecido en 24 240 votos. Respecto a las elecciones generales, únicamente cabe mencionar que sucede exac-tamente lo mismo. Los partidos de centro-derecha han sido mayoritarios en votos y escaños. En Álava han presentado rasgos similares a los anteriormente descritos. Las únicas diferencias que podemos advertir son que en esta provincia el centro-derecha ha tenido porcentajes algo más bajos que en la anterior, en concreto 2.67 puntos menos, y que aquí el centro-derecha ha retrocedi-

Tabla 9Resultados de las elecciones autonómicas y generales

en Vizcaya (2005-2009)

EAJ-PNV 12 240 015 41.53 3 196 242 31.1 11 267 247 40.97

PSE-E 8 176 699 30.58 4 233 371 36.99 6 152 459 23.37

PP 4 81 015 14.02 1 116 110 18.4 5 114 845 17.61

ARALAR 1 24 586 4.25 --- 9740 1.54 --- 10 242 1.57

EB-B --- 19 893 3.44 --- 27 471 4.35 1 36 226 5.55

EA --- 16 801 2.91 --- 19 605 3.11 --- --- ---

UPyD --- 10 801 1.87 --- 5997 0.95 -- --- ---

PCTV-EHAK --- --- --- --- --- --- 2 65 623 10.06

Participación --- 628 154 67.58 --- 637 094 66.59 --- 652 897 68.73

Abstención --- 30 891 32.42 --- 319 615 33.41 --- 318 060 31.27

Blancos --- 6162 0.98 --- 10 581 1.68 --- 4818 0.74

Nulos --- 44 073 7.02 --- 6177 0.97 --- 2162 0.33

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de Euskadi net y el Ministerio de Interior.

152

do 16 468 electores. No obstante, y fruto de los nuevos escaños a repar-tir, ha incrementado su número de diputados en 1, y se ha situado en la Asamblea vasca con 15 diputados

procedentes de esta provincia. Por tanto, a raíz de estos datos, Guipuz-coa ha sido la provincia en la que las fuerzas políticas de izquierda han al-canzado su mayor apoyo electoral.

Tabla 10Resultados de las elecciones autonómicas y generales

en Álava (2005-2009)

EAJ-PNV 9 47 395 31.54 1 31 983 18.75 8 51 986 30.67

PSE-E 8 45 600 30.34 2 69 479 40.73 7 43 216 25.49

PP 6 32 112 21.34 1 45 276 26.54 6 43 989 25.95

ARALAR 1 6585 4.38 --- 2917 1.71 1 6585 4.38

EB-B --- 5143 3.42 --- 7120 4.17 1 8409 4.96

EA --- 5267 3.5 --- 5311 3.11 --- 5267 3.5

UPyD 1 5974 3.97 --- 2019 1.18 --- --- ---

PCTV-EHAK -- --- --- --- --- --- 2 14 161 8.39

Participación --- 161 138 65.84 --- 172 644 69.63 --- 170 668 69.89

Abstención --- 87 093 34.16 --- 75 286 30.37 --- 76 898 30.17

Blancos --- 1797 1.12 --- 2588 1.52 --- 1284 0.75

Nulos --- 9048 5.62 --- 2055 1.19 --- 688 0.4

Partido

2009 2008 2005

Escaños Votos % Escaños Votos % Escaños Votos %

Fuente: elaboración propia en función de la base de datos de Euskadi net y el Ministerio de Interior.

b) Predominio del voto de los partidos nacionalistas

Con independencia de lo anterior-mente expuesto, también habría que decir que han sido los partidos na-cionalistas los que mayor número de votos y escaños han obtenido en los

comicios autonómicos. Lo que impli-ca que el nacionalismo está fuerte-mente arraigado en esta comunidad autónoma. Tan es así que, desde la instauración del Estado de las Autono-mías en España, el País Vasco no ha conocido ningún gobierno no nacio-nalista. Si nos centramos en la tabla

153

7 podremos comprobar cómo en las elecciones autonómicas de 2005 las fuerzas políticas nacionalistas estuvie-ron representadas por 42 diputados mientras que los llamados “partidos constitucionalistas”7 sólo pudieron sumar 35. Pero esta tendencia pare-ce haberse modificado por primera vez en las elecciones autonómicas de 2009, en las que los partidos estatales han sumado más diputados que las fuerzas nacionalistas. En estos comi-cios, los partidos constitucionalistas han logrado situarse en una mayoría absoluta de 39 escaños, frente a los 36 de las fuerzas nacionalistas. Aun-que en porcentaje de votos, la diferen-cia ha continuado manteniéndose a favor de los partidos nacionalistas que han contado con el 51.8% de los votos emitidos frente al 46.94% de los cons-titucionalistas. La cuestión de que es-tos últimos hayan tenido más escaños que los nacionalistas se ha debido al sistema de transformación de votos por representantes en la Cámara, la Ley D´Hont, gracias a la cual, la victo-ria en Álava de los partidos estatales se ha visto sobredimensionada en con-tra de los partidos nacionalistas.

Si desprendemos de los datos ge-nerales el comportamiento por pro-vincias, esta tendencia sólo se ha repetido en Álava. Provincia en la

que el apoyo a las fuerzas naciona-listas es menor y en la que el PP ha logrado su mayor número de votos. En esta provincia, los parti-dos constitucionalistas siempre han obtenido buenos resultados elec-torales, situándose por encima de los partidos nacionalistas. Pero no sólo en las elecciones autonómicas aquí estudiadas, sino también en las anteriores. Téngase en cuenta que en las autonómicas de 2005 la correlación de fuerzas fue de 13 a 12 a favor de los constituciona-listas. Aunque en esta ocasión ha sido todavía más favorable para los partidos de carácter estatal, con una relación de 15 a 10. En cambio, en las otras 2, Guipuzcoa y Vizcaya, los partidos nacionalistas han con-tinuado ostentando la hegemonía que llevan practicando en el País Vasco desde hace 3 décadas. Ten-dencia que se ha visto modificada en las elecciones generales, ya que en este tipo de comicios los parti-dos constitucionalistas han sido los predominantes. Por ejemplo, en las elecciones generales de 2008, los partidos estatales estaban represen-tados por 12 diputados frente a 6 de los partidos nacionalistas, es decir, los partidos estatales conseguían el 56.67% de los votos mientras que el PNV lograba el 27.11%.

7 Reciben tal denominación los partidos de ámbito nacional, como el PP, el PSOE y la UPyD.

154

c) Tendencia a la concentración del voto en 2 opciones políticas de ideo-logía distinta

En el País Vasco las fuerzas políti-cas que elección tras elección han sido las que más respaldo electoral han cosechado han sido el PNV y PSOE. Dos partidos políticos de características e ideología en princi-pio antagónicas. Uno es un partido de ámbito nacional y de izquierda, que defiende la autonomía del País Vasco dentro del Estado español. Y otro es un partido nacionalista y de derecha, que pretende la autodeter-minación e independencia de Eus-kadi. En todo caso, ambas fuerzas políticas han sido las que han obte-nido un mayor número de escaños y porcentaje de votos. En las eleccio-nes autonómicas de 2009, estos 2 partidos políticos han alcanzado 55 de los 75 diputados que estaban en juego, lo que ha supuesto el 69.27% de los votos emitidos. Tendencia que se reproduce en las 3 provin-cias vascas. Únicamente en Álava, el PSOE ha situado a un diputado de diferencia respecto a los na-cionalistas (ver Tabla 9). También hay que tener en consideración otro hecho, en Guipuzcoa y en Vizcaya los socialistas han mejorado considera-blemente sus resultados electorales. Dada cuenta que en las elecciones

autonómicas los socialistas alcan-zaron 5 y 6 escaños en Guipuzcoa y en Vizcaya, mientras que las autonó-micas de 2009 han crecido en 3 y 2 diputados, respectivamente.

d) Orientación diferencial del voto

Los vascos han variado, de forma tra-dicional, su voto según la elección de la que se trate. En función de los da-tos que nos aporta la tabla 7, se pue-de verificar este hecho. Por ejemplo, en las elecciones generales de 2008 el Partido Socialista ha resultado ser la fuerza política más votada con el 38.14% de los votos y 9 escaños. Lo que nos indica que los socialistas lograron incrementar su porcentaje de votos respecto a las elecciones autonómicas de 2005 en 15.46 pun-tos. En parte por el descenso que experimentó el PNV en este tipo de convocatorias electorales, que ha sido de 11.56 puntos, y porque, nor-malmente, en este tipo de comicios se produce también un trasvase de votos del resto de las fuerzas políticas nacionalistas al Partido Socialista. Pero este voto diferenciado también se ha manifestado en el aumento, aunque sea en mucha menor medida que el de los socialistas, en el porcen-taje de votos del PP, siendo éste algo superior al 1%.

155

En cuanto a la distribución del voto por provincias, en las elecciones generales habría que decir que en las 3 provincias el PSOE ha sido el partido más votado y con mayor número de escaños. Resultados que, en caso de sumarse a los obtenidos por el PP, los partidos constitucio-nalistas aventajan al PNV en todas las provincias. Es más, en Álava el PP, en solitario, ha conseguido unos porcentajes de voto superiores a los de los nacionalistas vascos, al tener 7.79 puntos más que el PNV (ver Tabla 8). En cualquier caso, habría que mencionar que los partidos es-tatales han obtenido en este tipo de comicios el 55.39% de los votos en Vizcaya, el 62.27% en Álava, y el 53.6% en Guipuzcoa. Lo que de nue-vo corrobora los 3 hechos anterior-mente mencionados: 1) Álava es la provincia menos nacionalista, 2) los vascos que en las elecciones auto-nómicas tienden a apoyar al PNV y a otras fuerzas nacionalistas vascas, en las elecciones legislativas suelen cambiar, en muchas de las ocasiones, su sentido del voto a favor del PSOE y, en mucha menor medida, del PP, y 3) en todos los casos, los partidos constitucionales incrementan su por-centaje de votos de las elecciones au-tonómicas a las elecciones generales, mientras que el PNV desciende entre 9.27 puntos en Vizcaya y 14.55 pun-tos en Guipuzcoa.

e) El voto abertzale no ha ido a parar a ninguna otra formación política

La ilegalización del Partido Comu-nista de las Tierras Vascas (PCTV-EHAK), y su imposibilidad de pre-sentarse a los comicios autonómicos del 1 de marzo de 2009, abrió un debate político sobre dónde irán a recaer los 150 644 votos que cosechó esta fuerza política en las elecciones autonómicas de 2005. En principio, todo hacía pensar que los grandes beneficiados serían las fuerzas nacionalistas, sobre todo, Aralar, incluso, por qué no, el PNV. Sin embargo los resultados no nos inducen a seguir sosteniendo tal afir-mación. Es cierto que, por ejemplo, Aralar ha incremento su número de votos en 34 034 electores, y que el PSOE lo ha hecho en 41 347 y que la UPyD ha irrumpido en la escena vas-ca con 22 002 votantes. Aunque no podemos considerar que el aumento de votos de estas 2 últimas fuerzas políticas haya sido consecuencia de un trasvase de votos de la formación abertzale.

De acuerdo con los datos de la ta-bla 7 se podría decir que el hecho de que la abstención haya crecido en 2.12 puntos y 58 944 votantes puede haberse debido a la ilegali-zación de PCTV-EHAK. Si a estas cifras le sumamos los votos que ha

156

aumentado Aralar en estas eleccio-nes autonómicas, podemos obtener una primera pista de dónde han ido a parar los votos de la formación ilegalizada. No obstante, ni siquiera con esto llegaríamos al número de votantes que cosechó el Partido Co-munista de las Tierras Vascas en las elecciones autonómicas de 2005, que fue de 57 666 votantes menos.

Pero sigamos profundizando más en los datos con los que contamos. Si ahora nos centramos en los votos nulos y en blanco que se han produ-cido en las elecciones autonómicas de 2009, podemos obtener la clave de este asunto. Ni siquiera en las elecciones generales, donde suele haber un número más alto de votos nulos o blancos, como una forma de protestar contra el sistema, se han llegado alcanzar las cifras que se han dado en estos comicios autonómicos. En esta ocasión, los votos nulos han llegado a 100 924, lo que ha representado el 8.84% de los votos emitidos. Un número nada despreciable, sobre todo si lo comparamos con las elecciones ge-nerales de 2008 y las autonómicas de 2005, donde los votos nulos fue-ron 11 190 y 4 035, respectivamen-te. Mientras que los votos en blanco

en estos comicios autonómicos han sido 11 740. En cambio, en las ge-nerales de 2008 y las autonómicas de 2005, fueron 20 682 y 9001, respectivamente.

Por tanto, si sumamos los votos nu-los y blancos, tenemos un total de 112 664 votos. Si a esto le añadimos que la abstención ha aumentado y que Aralar también ha experimenta-do una mejora en su respaldo electo-ral, tenemos una visión de conjunto que explica la ubicación de los votos de PCTV-EHAK, los votantes de la izquierda abertzale, mayoritariamen-te, han votado nulo o en blanco y, en menor medida, se han decantado por la abstención o por depositar su voto a favor de Aralar.8 Hipótesis que se ve reforzada si observamos el número de votos nulos y en blanco que se han producido en Guipuzcoa, el feudo tradicional de las fuerzas abertzale. En esta provincia los vo-tos nulos y en blanco han sumado 51 584, lo que equivale al 14.57% de los votos emitidos y 5.73 puntos más que la media en toda la comu-nidad autónoma. En Álava, en cam-bio, una provincia donde las fuerzas abertzale siempre han tenido menor número de votos, el porcentaje de votos nulos y en blanco se ha situado

8 Es un partido que pertenece al ámbito de la denominada “izquierda abertzale”, aunque a diferencia de otros partidos políticos del mismo espectro político rechaza y condena la violencia de ETA. Todo porque Aralar es una extensión política de Herri Batasuna, y posteriormente de Euskal Herritarrok, dos formaciones políticas muy próximas a la banda terrorista.

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en 6.74, justo 2.1 menos que la me-dia, e igual ocurre en Vizcaya, donde este tipo de votos representan el 8% de los votos emitidos, es decir, 0.84 puntos menos.

Si nos detenemos en el poder local, descendiendo de la provincia a los feudos de poder de la izquierda abertzale como son, por ejemplo, Lizartza, Elduain, Iurreta y Hernani. Podemos observar que en virtud de los datos que arroja la Tabla 10, no cabe lugar a duda, los votantes abertzale en estas elecciones han

votado nulo y en blanco, como una medida de protesta por la ilegaliza-ción de su opción política. Si nos centramos en el porcentaje de votos nulos que ha presentado un pueblo como Hernani en estas elecciones autonómicas de 2009, los votos nu-los han sido 2494 mientras que en las autonómicas de 2005 sólo fue-ron 17. Y lo mismo ha ocurrido en Lizartza, Elduain e Iurreta, donde los votos nulos han alcanzado por-centajes elevadísimos. Mucho más si los comparamos con las anterio-res elecciones autonómicas.

Tabla 11Votos en blanco y nulos en los cuatro pueblos vascos

Lizartza 5 1.45 205 59.42 3 0.77 2 0.51

Elduain 1 0.81 55 44.72 0 0 0 0

Iurreta 15 0.73 293 14.29 11 0.47 13 0.55

Hernani 102 1.16 2494 28.3 71 0.7 17 0.17

Pueblo

Blancos BlancosNulos

Autonómicas 2009 Autonómicas 2005

Nulos

Votos % Votos % Votos % Votos %

Fuente: elaboración propia en función de los datos facilitados en Euskadi.net.

f) El descenso de las tasas de partici-pación ha beneficiado a los partidos constitucionalistas

Las elecciones autonómicas de 2009 han presentado una tasa de partici-pación inferior a las de 2005, en con-

creto, 2.12 puntos menos, pero 1.85 más que en los anteriores comicios generales de 2008. Precisamente esta disminución de la participación en las elecciones autonómicas ha coincidido con la primera victoria de los partidos constitucionalistas,

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con un retroceso del PNV respecto a las elecciones autonómicas de 2005 y el debacle electoral de EA y EB-B. El descenso de estas fuerzas políticas puede haberse debido a una mayor abstención, y, por tanto, una menor participación. Y esto, indudablemente, ha beneficiado a los partidos estatales, ya que si los partidos nacionalistas hubieran mantenido el número de votos de las elecciones autonómicas de 2005, habrían vuelto a vencer en conjunto, aunque los partidos constitucionalis-tas hubieran presentado las cifras de las elecciones autonómicas de 2009. Si ése hubiera sido el caso, los par-tidos nacionalistas representarían el 56.25% de los votos, mientras que las fuerzas constitucionalistas ha-brían obtenido el 43.75%.

Asimismo, allí donde los niveles de participación han sido mayores a la media de la comunidad, los resultados del PNV también han sido superiores. Por ejemplo, en Vizcaya los porcenta-jes de participación son de 67.58%, y en esta provincia el PNV ha tenido un respaldo electoral de 2.97 puntos más que el cómputo global de la comuni-dad autónoma. Pero allí, donde los niveles de participación han sido me-nores o similares a la media, el PNV ha sacado unos porcentajes de voto inferiores a la media que presentan en la comunidad autónoma.

V. Conclusiones

Sin duda alguna, el resultado de las elecciones gallegas y vascas van a dificultar al gobierno la suma de una mayoría consolidada en el Congreso de los Diputados. Se puede decir que estos comicios han producido una do-ble consecuencia para el PSOE a nivel nacional. La primera es que los socia-listas pierden aliados, tanto si gana o no. La derrota en Galicia y la ruptura del bipartito lo alejan del BNG, hasta ahora fiel aliado en Madrid y socio de Gobierno en la comunidad gallega. Además, los buenos resultados en el País Vasco los van dejar también sin el apoyo del PNV en el Congreso de los Diputados, porque el pacto que van a protagonizar el PSOE y el PP va a desalojar a los nacionalistas del poder tras 3 décadas de hegemonía en esa comunidad autónoma. Esto le va a obligar a buscar el apoyo de otros partidos parlamentarios para alcanzar los escaños suficientes para poder aprobar sus propuestas.

Y la segunda es que al Presidente del Gobierno le va a resultar mucho más difícil gobernar con 169 diputados que con los 164 de la Legislatura anterior. Ya que CiU, que podría ser otra de las fuerzas políticas que le podría prestar sus 10 escaños para alcanzar la mayoría absoluta, parece que no va estar dispuesta a ello, so-

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bre todo con la crisis económica que está atravesando el país, y eso que en la anterior Legislatura lo habitual era que todo el Congreso votara con-juntamente con el PSOE, dejando aislado al PP. Por tanto, en el Congre-so sólo les queda el apoyo de Esque-rra Republicana de Catalunya (ERC) e Izquierda Unida (IU), que cuentan con 5 diputados en la Cámara baja. El problema es que Izquierda Unida ya pagó caro su apoyo a los socialis-tas en la anterior Legislatura y, por ello, ha visto reducida su presencia en la Cámara de 6 a 2 escaños. Algo similar le ha ocurrido a ERC, que ha pasado de tener 10 diputados a 3 en la actual legislatura, la novena (2008/2012).

Respecto al Partido Popular, habría que decir que los resultados obte-nidos en estas 2 elecciones autonó-micas, aunque han sido dispares, han supuesto un reforzamiento del liderazgo de Mariano Rajoy y han impedido que vuelvan a surgir voces discrepantes que pidan la celebra-ción de un congreso extraordinario del partido para buscar una alter-nativa. Más cuando los populares han afrontado la campaña en una situación sumamente complicada, la posible implicación de cargos del partido en una trama de malversa-ción de fondos públicos. Con lo cual, si los resultados no hubiesen acom-

pañado a esta formación política, el clima interno se hubiera enrarecido, porque Mariano Rajoy habría demos-trado que no es capaz de arrancar votos a los socialistas ni siquiera cuando el país se encuentra en plena crisis económica y, lo más importan-te, le hubiese impedido tomar las medidas oportunas para desvincular totalmente a los presuntos implica-dos y sus acciones con el partido que dirige.

Es cierto que en la comunidad galle-ga los populares han ganado clara-mente y han logrado su principal ob-jetivo, alcanzar la mayoría absoluta que les proporcionara el Gobierno de Galicia. Pero su crecimiento en esta comunidad ha sido más bien limita-do, ya que en realidad sólo ha incre-mentado su cuota de votos en 4029 electores. Tal vez en parte por la entrada de la UPyD en la escena po-lítica gallega y una mayor dispersión del voto, porque si no cómo explicar el incremento de la participación en 2.35 puntos y el descenso electoral que ha experimentado el PSOE y el BNG de 72 246 y 44 323 votantes, respectivamente. En todo caso, en Galicia el PP ha conseguido una sonora victoria al volver a recuperar el gobierno de esta comunidad autó-noma, y lograr una mayoría absoluta que no parecía vaticinar ninguna de las encuestas de intención de voto

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que se realizaron durante la campa-ña electoral.

En cambio, en el País Vasco ha su-frido un retroceso electoral que le ha supuesto la pérdida de 2 escaños y de 65 670 votantes. La crisis interna que vivió el partido, cuando María San Gil abandonó esta formación política y la Presidencia de la misma en el País Vasco, fruto de las desave-nencias con la cúpula nacional del partido y, sobre todo, con Mariano Rajoy, obligó a los populares vascos a proclamar un nuevo presidente de la organización cuando las eleccio-nes autonómicas estaban a un año vista. La designación de Antonio Basagoiti como presidente del PP vasco y candidato a lehendakari su-puso una apuesta arriesgada, por ser un gran desconocido para el gran público. Sin embargo, pese al descenso electoral parece que ha podido superar la situación gracias a la aritmética parlamentaria que le ha colocado en un lugar privilegiado para decidir el Gobierno del País Vasco. Y esto, en gran medida, le ha permitido maquillar los resultados electorales y proyectar una imagen de fortalecimiento del PP vasco. Hecho que también, junto con la vic-toria en Galicia, ha sido aprovechado por la cúpula nacional para seguir reforzando su liderazgo y transmitir al electorado que el PP es una fuerza

en ascenso y, por tanto, la que ha resultado vencedora de esta confron-tación electoral aunque habrá que saber lo que ocurrirá en las eleccio-nes europeas que se celebrarán en junio de 2009.

Otro dato a tener en cuenta en estas elecciones ha sido la consolidación de la UPyD en el panorama político español. Tras su irrupción en el Con-greso de los Diputados, eran muchos los que se atrevieron a aventurar efímera vida a esta nueva formación política. Sin embargo, estos comicios autonómicos parecen haber venido a contradecir estas suposiciones, ya que en el País Vasco, la UPyD ha lo-grado un representante y en Galicia se ha quedado próximo a ello. Esto significa que el partido dirigido por Rosa Díez ha afianzado su posición en la arena política española con una tendencia alcista. De momento, en la primera cita electoral tras las elecciones generales de 2008, ha ob-tenido más votos en Galicia y el País Vasco que la IU, lo que puede ame-nazar la posición al tercer partido de la coalición de izquierdas.

En lo que respecta a las fuerzas nacionalistas, en Galicia, el BNG ha sufrido un descenso no sólo en nú-mero de votos, 44 323, sino también en número de escaños, 1. La pérdida de votos le va a impedir repetir el go-

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bierno de coalición que hasta ahora estaba protagonizando con el PSOE. Con lo cual, evidentemente, dejaría de tener la notoriedad que suele atribuírseles a aquéllos que ejercen labores de gobierno. Al mismo tiem-po, verá disminuir su protagonismo a nivel nacional, al no prestar, pre-sumiblemente, su apoyo al Gobierno de la Nación. En el País Vasco, en cambio, los partidos nacionalistas han continuado siendo la opción mayoritaria de los electores. No ol-

videmos que, como hemos podido comprobar a lo largo de este artícu-lo, han sido el bloque de fuerzas con más número de votos pero no de es-caños y, gracias a este hecho, serán los partidos constitucionalistas los que gobernarán en esta comunidad autónoma. Lo que, indudablemente, traerá consecuencias para el Gobier-no de la Nación, al no contar ya con el respaldo del PNV en el Congreso de los Diputados como medida de presión y protesta.

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textos de actualidadtextos de actualidad

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La democracia en treinta píldorasMiguel Carbonell*

La democrazia in trenta lezioniGiovanni Sartori

Milán: Mondadori, 2008, IX-110 páginas

(traducción al castellano, Taurus, Madrid, 2009)

Giovanni Sartori ha dedicado mu-chas horas de su vida al estudio de la democracia, de los partidos políticos, del método en las ciencias sociales, de la opinión pública y del pluralismo. En La democracia en treinta lecciones nos ofrece una sínte-sis muy apretada de los principales temas alrededor del debate demo-crático contemporáneo. Se trata, en realidad, de la transcripción de los guiones utilizados por Sartori para breves comentarios que la televisión pública italiana le pidió a fin de transmitirlos en horario de máxima audiencia, con una duración hasta de 4 minutos por comentario.

La edición de los textos corrió a car-go de Lorenza Foschini, la produc-tora de los programas, quien en la introducción del libro que estamos

comentando apunta que es posible elevar el nivel de la programación televisiva sin por ello tener que caer en programas inútilmente doctos y aburridos. Es algo que deberían advertir los encargados de los sis-temas televisivos mexicanos, que más bien parecen sostener la tesis contraria: se puede siempre bajar el nivel de los programas, sin tomar en cuenta si son o no aburridos (ya no digamos formativos).

Sartori comienza sus “píldoras de-mocráticas” haciendo referencia a cuestiones conceptuales. Nos recuer-da que la democracia es el gobierno del pueblo, pero se pregunta ¿quién es el pueblo? Puede parecer una pre-gunta obvia, o incluso retórica, pero me parece que tiene un interés tanto histórico como estrictamente actual.

textos de actualidad

* Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, España. Investigador de tiempo completo en el Instituto de Investi-gaciones Jurídicas de la UNAM. Es especialista en derecho constitucional y derechos fundamentales.

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Históricamente lo que entendemos por pueblo para efecto de la participa-ción democrática no ha sido lo mismo que lo que entendemos hoy en día. La exclusión durante siglos de las muje-res, los pobres o las personas de color fue la regla y no la excepción. Hoy en día todavía mantenemos inaceptables exclusiones para los inmigrantes, los cuales reciben —en el mejor de los casos— un trato como personas de segunda clase, pero que incluso lle-gan a ser considerados como “no personas” en muchos sitios, para ver-güenza de nuestras sociedades tan supuestamente liberales y abiertas. Basta mirar a la Constitución mexica-na, que en ninguna de sus más de 600 modificaciones ha podido sacudirse el tufo xenofóbico de muchos de sus artículos (Carbonell, 2006: 189-204). Y si la discriminación comienza por el texto de la Carta Magna ya podrá imaginar el lector el estado en el que se encuentra el resto del ordenamien-to jurídico.

Sartori nos habla también del rea-lismo y el idealismo como formas de acercarse a la comprensión de lo que es la democracia. La tradición realista, nos recuerda, se remonta a Nicolás Maquiavelo, el príncipe de los realistas. La tradición idealista cobra fuerza mucho después y al-canza su máximo esplendor con el pensamiento de Carlos Marx, que se

atreve a proponer la última utopía: la desaparición del Estado. Desde luego, no es que fuera una utopía de-mocrática, pero hay que aceptar que las consecuencias de su idealismo fueron inconmensurables.

Sartori, pese a su tendencia fuer-temente realista, reconoce que los ideales son importantes para cual-quier régimen democrático. Los ideales democráticos se expresan en valores importantes, que nos hacen cuestionar el estado actual de nues-tros sistemas políticos y que sirven como motor para su mejoramiento.

Los ideales democráticos se con-cretan en valores como la libertad, la igualdad, la tolerancia, el respeto por el pluralismo, los derechos hu-manos en general, la dignidad de las minorías, etcétera.

Sartori se detiene en el tema de la opinión pública, a la que califica como la base sobre la que se sos-tiene todo el edificio democrático. Las elecciones deben ser libres en una democracia, apunta nuestro au-tor, pero también debe ser libre la conformación de las opiniones. El problema es que esa libertad exige una cierta dosis de compromiso por parte de la ciudadanía. Y es probable que en muchas sociedades ese com-promiso simplemente no exista.

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Sartori se muestra pesimista (en ésta y en otras partes de su libro) sobre la calidad de la ciudadanía. No le ahorra críticas al ciudadano que ni entiende ni quiere entender nada de la de-mocracia, que no se preocupa por las elecciones y los partidos, que ni siquiera participa a través de su voto. Quizá no se trate de ideas política-mente correctas, pero seguramente Sartori tiene buena parte de razón. Diversos estudios empíricos consta-tan una permanente disminución del compromiso cívico en general y del compromiso con las actitudes y valo-res democráticos en particular.

En efecto, en el mundo del siglo XXI se ha producido un tránsito cuando menos paradójico en los escenarios de la participación política: cuanto más se han ensanchado esos esce-narios (a través de la universaliza-ción del sufragio activo), tanto más se han multiplicado las actitudes displicentes o claramente abstencio-nistas por parte de los votantes.

La participación política no está muy bien considerada: quien milita en un partido o en un sindicato es visto con sospecha por sus amigos y vecinos. No solamente la militancia, sino las instituciones mismas que caracterizan a la participación polí-

tica han sido puestas en cuestión. El caso de Estados Unidos es muy sin-tomático: a partir de la década de 1960, se ha producido un constante aumento de la abstención electoral, tanto en las elecciones federales como en las locales. Menos del 50% de los posibles votantes decidieron en 1996 acudir a las urnas para votar por Bill Clinton, Ross Perot o Robert Dole (Putnam, 2002: 34).1 En México la participación electo-ral no suele rebasar el 50% de los inscritos en el padrón, sobre todo tratándose de elecciones locales.

Los estudios sociológicos demues-tran además que las personas que se suelen abstener de votar en las elec-ciones también tienen menor predis-posición a cooperar con los demás en temas distintos de los electorales. Robert Putnam apunta lo siguiente: “Frente al sector demográficamente equiparable a los no votantes, los votantes tienden más a interesarse por la política, hacer donativos de caridad, practicar el voluntariado, formar parte de los jurados, asistir a las reuniones del consejo escolar, participar en manifestaciones pú-blicas y cooperar con sus conciuda-danos o en asuntos comunitarios” (Putnam, 2002: 38). No se trata, por tanto, de que la abstención afecte

1 Habrá que ver si el fenómeno de movilización que se produjo en la campaña y en la toma de posesión del Presidente Barack Obama se sostiene a largo plazo y es capaz de modificar el patrón de conducta que acabamos de apuntar.

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solamente a la tasa de votantes, sino que se proyecta en múltiples manifes-taciones de la vida comunitaria.

Pero los problemas de la “esfera pú-blica” a los que se refiere Sartori no se agotan en el tema de los instru-mentos de la representación política, sino que incluyen todas las formas de “activismo cívico” y de colabora-ción con extraños. En los países en los que se han realizado los estudios pertinentes para medir la participa-ción asociativa de las personas, se ha constatado una disminución no solamente importante, sino cons-tante a partir de la Segunda Guerra Mundial. Todo parece indicar que las personas prefieren privilegiar la experiencia privada, los quehaceres familiares y lúdicos, antes que el intercambio de esfuerzos y experien-cias con personas que no pertenecen al núcleo familiar.

Son muchas las causas de este “re-torno a la privacidad”, pero una de ellas —identificada en otros países— sin duda que existe y se manifiesta en México: la menor confianza hacia los demás. En Estados Unidos Ro-bert Putnam ha documentado que, para 1996, solamente el 8% de los encuestados decía que la honradez y la integridad de sus compatriotas estaban mejorando, contra un 50% que pensaba que se estaban convir-

tiendo en personas menos dignas de confianza (Putnam, 2002: 24). ¿Có-mo podemos participar en iniciativas comunitarias, en asociaciones cívi-cas, si no confiamos en los demás? ¿Cómo no vamos a preferir recluir-nos en la esfera privada si vemos en nuestros vecinos a potenciales agre-sores contra nuestros derechos?

Veamos más datos e imaginemos qué resultados obtendríamos si los intentáramos aplicar a países de América Latina. En Estados Unidos el interés por lo político disminuyó en un 20% entre 1975 y 1999 (Putnam, 2002: 40). El número de lectores de diarios entre la gente de menos de 35 años cayó de dos tercios en 1965 a un tercio en 1990 (y la proporción seguramente ha disminuido desde entonces, como efecto del internet, los chats y los blogs) y en ese grupo de edad solamente el 41% de los encuestados afirma ver noticieros televisivos (Putnam, 2002: 41). Las personas que aspiran a un cargo público en los distintos niveles del gobierno norteamericano se redu-jeron en un 15% en los últimos 20 años, de modo que los ciudadanos de ese país han perdido la posibili-dad de elegir a 250 000 personas como sus representantes (Putnam, 2002: 48). Entre 1973 y 1994 el número de norteamericanos que asistieron a una asamblea pública

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sobre asuntos municipales disminu-yó en un 40% (Putnam, 2002: 49). En ese mismo periodo de 20 años el número de miembros de “algún club interesado en mejorar la ad-ministración” se redujo en un 33% (Putnam, 2002: 50).

Para un país del tamaño y de la im-portancia de los Estados Unidos es-tas cifras son apabullantes. Putnam lo sintetiza con un dato impresio-nante: cada punto porcentual de los aspectos que se han citado supone anualmente 2 millones de ciudada-nos menos que participan y están comprometidos con algún aspecto de la vida comunitaria, de tal suerte que se tienen 16 millones menos de personas participando en asambleas públicas sobre asuntos locales, 8 millones menos de personas partici-pando en comités cívicos y organiza-ciones de base, así como 3 millones de personas menos trabajando en asociaciones para mejorar la admi-nistración (Putnam, 2002: 50). Una enorme sangría cívica, sin duda.

Pero hay una cifra, de entre las muchas que cita Putnam, que es muy reveladora: mientras que la participación como votantes y como miembros de los partidos políticos ha disminuido, ha aumentado de modo significativo el dinero recau-dado y gastado en las campañas po-

líticas. En 1964 se gastaron en las campañas electorales 35 millones de dólares, pero esa cifra alcanzó los 600 millones de dólares para 1996 y seguramente ha seguido subiendo desde entonces. ¿Por qué se deja de participar personalmente en los partidos y sin embargo se les da más dinero?

La hipótesis de Putnam es que se sustituye el tiempo por el dinero. Putnam lo explica con las siguientes palabras: “A medida que el dinero sustituye al tiempo, la participación en política se basa cada vez más en el talonario de cheques. La afiliación a clubes políticos se redujo a la mitad entre 1967 y 1987, mientras que la proporción de público que contribuyó económicamente a una campaña política llegó casi a doblar-se” (Putnam, 2002: 46).

Y un dato final que nos debería po-ner a pensar: la disminución más drástica en la participación cívica se produjo entre las personas con mayor formación académica (Put-nam, 2002: 54-55). Esto puede re-sultar sorprendente, pues podría razonablemente suponerse que a mayor formación académica mayor disposición a integrarse en asuntos públicos y a asumir un punto de vista protagónico y no el de un mero espectador. Los datos, sin embargo,

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demuestran lo contrario y nos per-miten aventurar la hipótesis de que hace falta algo más que formación académica. El haber pasado por un aula universitaria no garantiza en modo alguno ciertos niveles de com-promiso cívico.

De forma casi proporcional, la dismi-nución de la participación política y del compromiso cívico se ha corres-pondido con un aumento del papel de consumidores de las personas. Las “necesidades” de consumo se han multiplicado hasta el infinito y hoy en día abarcan no solamente una parte muy significativa del pre-supuesto individual y familiar, sino también nuestro tiempo y nuestros ideales de vida. Lipovetsky apunta que la fiebre del confort desatada por el consumismo “ha sustituido a las pasiones nacionalistas y las diversiones a la revolución” (Lipovet-sky, 2007: 7). La oferta de productos a nuestro alcance se ha multiplicado hasta el infinito. Los responsables del marketing han sabido crear un escenario en el que todos somos consumidores y en el que lo ideal es que lo seamos durante la mayor par-te de nuestro tiempo. Cada grupo de edad y cada experiencia vital pueden ser reconducidos hasta la lógica con-sumista y encontrar una necesidad por satisfacer, de forma continua. El consumismo ha dejado de ser una

fuente de satisfacción de necesida-des vitales para pasar a formar parte de nuestra identidad psicológica y de nuestro estilo de vida.

Es imposible reflexionar sobre la de-mocracia de nuestros días sin tomar en cuenta los datos que se acaban de apuntar y con los que Sartori seguramente coincidiría. Hablamos de democracia teniendo en mente a una ciudadanía informada, parti-cipativa, preocupada por los proble-mas comunes de la polis y dispuesta a aportar su parte de sacrificio y colaboración para solucionarlos. Lo cierto es que esa ciudadanía hoy en día no existe.

Ahora bien, Sartori nos advierte que los problemas sin duda importantes que afectan el funcionamiento coti-diano de las democracias no se deben utilizar como pretexto para hacer una crítica a la idea misma de democra-cia. Sartori apunta que el peligro más fuerte al que se enfrentan hoy en día las democracias proviene de su inte-rior y consiste en confundir la crítica al funcionamiento democrático con la crítica al sistema democrático como tal. En este sentido, apunta el autor, habrá que moderar las apelaciones a lo que puede ser la “verdadera democracia” oponiéndola a la de-mocracia que tenemos, pues de esa manera se mina el funcionamiento

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y las posibilidades de consolidación democrática, pavimentando la ruta hacia regresiones autoritarias. Sartori nos exige, por tanto, un balance en las críticas contra las democracias existentes y una distinción entre la crítica a su funcionamiento y la crí-tica de su fundamento y de su valor. Tiene razón, si bien es cierto que alcanzar ese equilibrio en escenarios de democracias tan mediocres como algunas de América Latina no parece una tarea fácil.

Sartori emprende en su libro una consistente defensa de la idea del pluralismo. Las dictaduras y los sistemas autoritarios, indica, son monocolores. Las democracias son plurales, multicolores. El pluralismo como valor nos exige poner en el centro del debate democrático la noción de tolerancia y nos obliga a mantener separados a la iglesia y al Estado. No puede haber pluralismo ni tolerancia cuando se acepta que la cosa pública esté gobernada por verdades reveladas, cuya interpre-tación corre a cargo de las cúpulas religiosas. La religión debe tener su lugar y su respeto en toda demo-cracia, pero no puede ser un instru-mento para gobernar.2

Sartori critica en su libro las pos-turas irreductiblemente ideológicas, desacreditando a quien se esconde tras una ideología para evitar pensar, confrontar ideas, formarse opiniones propias de manera libre. Y critica también al pensamiento políticamen-te correcto, que empobrece y reduce el debate democrático. Lamentable-mente, parece que lo políticamente correcto se ha convertido en la línea de acción y de pensamiento de la política de nuestros días, y también de la teoría democrática que se hace en muchos países.

Sartori se refiere también a los con-ceptos de izquierda y derecha y vuelve a una tesis que había anun-ciado luego de la caída del Muro de Berlín, cuando le preguntaron ¿qué es la izquierda? La izquierda, dice Sartori, es la ética y el rechazo de la injusticia (Sartori, 1996: 99ss). La izquierda son los valores de todos, frente al egoísmo que caracteriza a la derecha. Tiene razón Sartori, aunque en el mundo contemporáneo habrá que preguntarse qué es lo justo (Zagrebelsky y Martini, 2006). Si observamos muchos debates en nuestros días veremos que hay pro-fundos desacuerdos en temas bási-

2 Ver, al respecto, el interesante argumento de Rodotá, Stefano, Perché laico, Roma, Laterza, 2009.

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cos: los alcances de la libertad de expresión, los derechos de las per-sonas homosexuales, las políticas de acción afirmativa, el ejercicio de la libertad de la mujer sobre su propio cuerpo y el tema del aborto, la dis-posición de la propia vida a través de la eutanasia, los alcances de la clonación, la forma de combatir el cambio climático y de relacionarnos con la naturaleza, etcétera.3 Lo que parece justo a unos es calificado co-mo el peor de los mundos por otros. Hay quien afirma que la definición de justicia no puede hacerse de for-ma teórica, ofreciendo un concepto o una construcción en forma de máximas o principios, sino que se debe atender a la “experiencia de la injusticia” para darnos cuenta de lo que debemos evitar y de lo que debemos promover (Zagrebelsky y Martini, 2006). Al respecto Gustavo Zagrebelsky advierte que:

“toda la historia de la humani-dad es la de la lucha por afirmar concepciones diferentes e, inclu-so, antitéticas de la justicia; ‘ver-daderas’ sólo para aquéllos que las profesan... Detrás de la ape-lación a los valores más elevados

y universales es fácil que se ocul-te la más despiadada lucha políti-ca, el más material de los intere-ses… La historia enseña que, pre-cisamente, los grandes proyectos de justicia son los que han dado lugar a las mayores discrimina-ciones, persecuciones, masacres y mistificaciones, haciendo apa-recer a los oprimidos como opre-sores y viceversa” (Zagrebelsky, 2005: 3).

Hay algunas afirmaciones en el libro de Sartori que resultan desconcer-tantes y que, al menos en el caso de una de ellas, probablemente sean falsas. Me refiero a la idea que sos-tiene, cuando estudia la relación en-tre democracia y crecimiento econó-mico, al afirmar que la democracia puede generar un empobrecimiento económico de los países y pone co-mo ejemplo a América Latina. Dicha afirmación, como digo, no tiene base empírica. Por el contrario, América Latina nunca había visto tanta rique-za como la que se ha generado a par-tir de las transiciones democráticas de los años 80 del siglo pasado. Otra cosa es que esa riqueza esté mal dis-tribuida (que lo está, sin duda), pero

3 Gustavo Zagrebelsky completa este listado con los siguientes temas: “la pena de muerte, la edad o el estado psíquico de los con-denados, las modalidades incluso temporales de las ejecuciones; los derechos de los homosexuales; las ‘acciones afirmativas’ a fa-vor de la participación política de las mujeres o contra discriminaciones raciales históricas, por ejemplo en el acceso al trabajo y a la educación; la limitación de los derechos por motivos de seguridad nacional; la regulación del aborto y, en general, los problemas suscitados por las aplicaciones técnicas de las ciencias biológicas a numerosos aspectos de la existencia humana; la libertad de conciencia respecto a las religiones dominantes y a las políticas públicas en las relaciones entre escuelas y confesiones religiosas; los derechos de los individuos dentro de las relaciones familiares y así por el estilo”, Zagrebelsky, Gustavo, “Jueces constituciona-les” en Carbonell, Miguel (editor), Teoría del neoconstitucionalismo. Ensayos escogidos, Madrid, Trotta, 2007, p. 93.

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afirmar que la región es más pobre desde entonces no es verdad. Las libertades democráticas han traído a América Latina mayor prosperidad y mayor crecimiento económico, sin que esto signifique que las crisis económicas recurrentes no hayan afectado el poder adquisitivo de mi-llones de personas. Esa afectación desde luego existe, pero el conjunto de las economías de América Latina nunca había tenido desempeños tan buenos como los que se observan en los últimos 30 años.4 Simplemente en México, el PIB per cápita llegó a situarse en 2007 levemente por de-bajo de los 10,000 dólares, algo im-pensable unos cuantos años antes.

También resultan polémicas las afir-maciones de Sartori sobre el multi-culturalismo y sobre la senda suicida del crecimiento demográfico. El mul-ticulturalismo es pintado por Sartori como incompatible con la democra-cia, por oponerse al pluralismo. El exceso de población nos conduce hacia el agotamiento de los recursos naturales y hacia una crisis ecológica de enormes dimensiones, nos dice.5 Ambas afirmaciones son, cuando menos, discutibles. Para empezar, habría que pedirle a Sartori que sea más claro al explicar lo que entiende por multiculturalismo. Esa explica-

4 Los datos correspondientes pueden verse en: http://www.eclac.org/estadisticas/bases/5 La tesis es ampliamente desarrollada en Sartori, Giovanni y Mazzoleni, Gianni, La tierra explota, Madrid, Taurus, 2003.

ción no aparece ni en el libro que estamos comentando ni en el que el propio autor le dedicó al tema hace unos años (Sartori, 2001). Respecto del potencial de daño ecológico que comporta el crecimiento demográ-fico, desde luego que es imposible negarlo, pero algunos científicos han señalado que la tierra puede perfec-tamente acomodar una población de más de 12 000 millones de per-sonas (poco menos que el doble de la población actual) sin caer en un cataclisma que ponga en riesgo la supervivencia de la especie humana. Es decir, hay que escuchar la adver-tencia de Sartori, pero dejando a un lado su tono apocalíptico.

Como quiera que sea, siempre resulta interesante, útil y formativo recorrer los libros de Sartori, que es un autor con el que se puede o no estar de acuerdo, pero al que no se puede de-jar de lado. Tanto sus iniciales obras de mayor calado teórico como sus re-cientes “panfletos” (la denominación es utilizada por el propio autor), en los que se interna en temas canden-tes de las sociedades del siglo XXI, son referentes obligatorios para el de-bate democrático y para comprender las posibilidades que tenemos frente a un futuro inevitablemente incierto y plagado de peligros.

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Bibliografía

• Carbonell,Miguel.2006.“Laxe-nofobia constitucionalizada”. Re-vista de la Facultad de Derecho de México, número 246, México, ju-lio-diciembre, pp. 189-204.

• Lipovetsky,Pilles.2007.La felici-dad paradójica. Ensayo sobre la so-ciedad de hiperconsumo, Barcelo-na: Anagrama.

• Putnam, Robert D. 2002. So-lo en la bolera. Colapso y resur-gimiento de la comunidad norte-americana, Madrid: Galaxia Gu-temberg/Círculo de lectores.

• Sartori,Giovanni. 1996. “¿La iz-quierda? Es la ética”. Compilado por Giancarlo Bosetti, Izquierda punto cero. Barcelona: Paidós.

• Sartori,Giovanni.2001.La socie-dad multiétnica. Pluralismo, multi-culturalismo y extranjeros. Madrid: Taurus.

• Zagrebelsky, Gustavo. 2005. “Lajusticia como ‘sentimiento de in-justicia’”, traducción de Roberto Pérez Gallego, Jueces para la demo-cracia, número 53, Madrid, julio.

• Zagrebelsky,GustavoyCarloMa-ria Martini. 2006. La exigencia de justicia. Madrid: Trotta.

un clásicode la cultura política

un clásicode la cultura política

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Persona y democraciaLa historia sacrificial

María Zambrano

Siruela, Madrid, 1996, 212 pp.

La democracia

IVFragmento

"Pueslagrannovedaddelordende-mocrático es que ha de ser creado entre todos. El orden de algo que es-tá en movimiento no se hace presen-te si no entramos en él. Es la diferen-cia entre el orden que se nos revela

solamente cuando a él nos incorpo-ramos. Por ello las gentes hostiles a la democracia la encuentran siempre desordenada o abocada al desorden, aunque en los países donde existe aún en forma incipiente muestra mayor estabilidad y equilibrio que en los sometidos a regímenes de “orden y autoridad”. Y aun llegan algunos a justificar y agradecer al cielo millo-nes de muertes habidas para librar a

un clásico de la cultura política

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un país del “desorden” de una demo-cracia que no había costado vida hu-mana alguna para instaurarse y que no había ejecutado sentencia alguna de muerte para mantenerse. Es sim-plemente que al negarse a participar en su orden, confunden ese orden viviente, fluido con el caos, como al-guien cuyo oído no pudiera seguir el fluir de una melodía o la complejidad del contrapunto; alguien que quisie-ra encontrar el orden y la armonía en el sonido continuo de una nota. Es el quietismo del que tenemos que librarnos los occidentales.

El orden democrático se logrará tan sólo con la participación de todos en cuanto persona, lo cual corresponde a la realidad humana. Y que la igual-dad de todos los hombres, “dogma” fundamental de la fe democrática, es igualdad en tanto que personas hu-manas, no en cuanto a cualidades o caracteres, igualdad no es uniformi-dad. Es, por el contrario, el supuesto que permite aceptar las diferencias, la rica complejidad humana y no sólo la del presente, sino la del porvenir. La fe en lo imprevisible.

¿Será utópico pensar que este orden, en lugar de excluir realidades, las irá incluyendo todas? Orden es límite y límite es exclusión. Pero el límite y su excluir inevitable puede funcionar de otra manera, en una futura situa-

ción que hoy solamente podemos vislumbrar. Mas, de aquello que se vislumbra, pueden nacer algunas indicaciones, como flechas que mar-can una dirección.

Vivir humanamente es tener que ele-gir entre las circunstancias, dice el filósofo español Ortega y Gasset, al enunciar la Razón Vital. Mas hay una elección previa, decisiva entre todas: la que se hace de sí mismo. Siempre he entendido la afortunada fórmula de Ortega: “somos necesariamente libres” como equivalente a ésta: “so-mos necesariamente persona”. Mas no es lo mismo, si además de serlo necesariamente, se quiere serlo, pues entonces se coincide con el propio ser libre. Se actualiza la libertad; sólo entonces la común, la propia.

Y en esta situación de libertad ac-tualizada, la realidad se aparece de diversa manera que cuando sólo se es “necesariamente libre”. Diferencia que se hace abismática cuando se es libre sin quererlo ser, y cuando se es persona tan sólo por el hecho del nacimiento. La realidad se deforma en la mente de quien es persona “a la fuerza”; no otra raíz ha de tener el hecho de la calumnia. El que sólo es persona necesariamente teme a la realidad y la planifica plana, esque-lética, casi imagen de muerte. Mien-tras que la realidad se hace más real

179

al par que se ordena, para el que se ha aceptado a sí mismo como perso-na. La realidad es vida para ella.

Mas hay un modo de afirmarse como persona, un modo trágico que es afirmarse en personaje; el personaje es siempre trágico; bajo él gime la persona y para liberarse un día se precipita en tragedia, después de haber precipitado a lo que de ella

dependió. Si el hombre occidental arroja su máscara, renuncia a ser personaje en la historia, quedará dis-ponible para elegirse como persona. Y no es posible elegirse a sí mismo como persona sin elegir, al mismo tiempo, a los demás. Y los demás son todos los hombres.

Con ello no se acaba el camino: más bienempieza"(pp.206-208).

normas editoriales

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El Comité Editorial del Instituto Electoral del Estado de México sólo someterá a dictamen escritos que no hayan aparecido en otros me-dios impresos o en línea, y que no estén en proceso editorial en otra publicación.

Formato

Las colaboraciones deberán enviarse vía correo electrónico o entregar un ejemplar impreso y en medio magné-tico. Los originales escritos en otro idioma deberán enviarse ya traduci-dos al español.

La impresión deberá presentar las si-guientes especificaciones formales:

• Elpapelserátamañocarta(21.5por 28 cm) e impreso por un cara. Se aceptarán trabajos con un mí-nimo de 20 cuartillas y un máxi-mo de 40, en el mismo formato.

• En caso de tratarse de reseñasde libros, no podrán exceder de 5 cuartillas.

• Elmargen izquierdoseráde2.5cm y el derecho de 3.0 cm.

• Los párrafos deberán ir sin es-pacio, con sangría, salvo cuan-do sean los que siguen a títulos o subtítulos.

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• Presentar numeración ininte-rrumpida.

• La primera hoja incluirá título ynombre del autor o autores, así como sus datos personales: a) la institución donde laboran, b) te-mas en los que se especializan, c) datos curriculares más importan-tes, d) la dirección de correo elec-trónico, e) número telefónico.

Normas editoriales de la revista del Instituto Electoral del Estado de México Apuntes Electorales

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• Noseaceptarándedicatorias.

• Esimprescindibleentregarunre-sumen de la colaboración (Abs-tract), que no deberá rebasar 100 palabras, tanto en inglés co-mo en español.

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Referencias

• Bibliografía:sepresentaráenor-den alfabético, comenzando con el apellido de los autores; cuan-

do aparezcan varias obras de un mismo autor, se acomodarán en orden cronológico: de la publica-ción más alejada en el tiempo a la más reciente. En cualquier ca-so se tomarán los criterios esta-blecidos por The Chicago Manual of Style. Ejemplos:

A) Un autor

Armstrong, Paul. 1992. Lecturas en conflicto. México: Universidad Nacio-nal Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales.

B) Dos autores

Wellek, René y Austin Warren. 1966. Teoría literaria. Madrid: Editorial Gre-dos, Biblioteca Románica Hispánica.

C) Compiladores

Diamond, Larry, y Marc F. Plattner, comps. 1996. El resurgimiento global de la democracia. México: Universidad Nacional Autónoma de México-Insti-tuto de Investigaciones Sociales.

D) Organismo, institución o asociación como autor(a)

Comisión Económica para Améri-ca Latina (CEPAL). 2000. Inversión extranjera directa en América Latina, 1999. Santiago de Chile: CEPAL.

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E) Artículo en un libro compilado por otro(s) autor(es)

Black, Max. 1983. “¿Cómo represen-tan las imágenes?”. Arte, percepción y realidad. Compilado por Maurice Mandelbaum. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, pp. 127-169.

F) Artículo de publicación periódica

Frey, Herbert. 1991. “Las raíces de la modernidad en la Edad Media”. Revista Mexicana de Sociología, LIII (octubre-diciembre): 3-44.

G) Artículo de periódico

Finnonian, Albert. 1990. “The Iron Curtain Rises”. Wilberton Journal. 7 de febrero, última edición.

H) Materiales no publicados

1.Tesis Contreras, Óscar. 1999. “Empresas globales, actores locales. Producción flexible y aprendizaje industrial en las maquiladoras”. Tesis de doctora-do en Ciencias Sociales, México: El Colegio de México.

2.Ponencias Gereffi, Gary, y Jennifer Bair. 1999. “Mexico’s Industrial Development in the Past 25 Years: Climbing Ahead or Falling Behind in the

World Economy?”. Ponencia pre-sentada en el encuentro Mexico in the Integration XXX, Center for the U. S.-Mexican Studies, Universidad de California en San Diego, La Jo-lla, 3-5 de junio, 1999.

I) Citas de material obtenido de Internet

En el interior del texto, las referen-cias se citan de la manera habitual: Gibaldi (1998), (Gómez et al., 1999).

Si se desconoce el nombre del autor del documento, se pondrá la direc-ción de Internet encerrada entre los símbolos < >. Deberá transcribirse exactamente igual que el original, respetando las mayúsculas y las mi-núsculas. Ejemplo:

Haro De, J. J. y Melic, A. 1998. Taxonomía, Sistemática, Filogenia y Clasificaciones. [Documento en lí-nea]. Disponible desde Internet en: Formato rtf. También disponible en formato HTML en: < >

Las gráficas, los mapas, los esque-mas e ilustraciones deberán incluir su fuente correspondiente y apa-recerán en las hojas numeradas, después de la bibliografía. El autor enviará también los datos numéricos a partir de los cuales se generaron las gráficas.

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Dictamen

Todas las colaboraciones serán dictami-nadas por un miembro del Comité Edi-torial, quien emitirá un documento por escrito bajo los siguientes criterios:

• Publicación.• Publicacióncondicionada a cambios.• Nopublicación.

En caso de acordar la publicación condicionada a cambios, se remi-tirán al autor las recomendaciones emitidas por el Comité Editorial para que realice lo propio. Posteriormen-te, el artículo ya modificado, será verificado por el mismo para evaluar si sus requerimientos fueron atendi-

dos. Cuando se trate de no publica-ción el autor podrá solicitar, por una sola vez, reconsideración por escrito del dictamen.

Los autores recibirán a vuelta de correo cinco ejemplares del núme-ro de la revista en la que aparezca publicado su trabajo. La Revista Apuntes Electorales no se hace responsable por la devolución de originales no solicitados.

Los artículos deberán enviarse a la dirección de la Revista Apuntes Elec-torales: [email protected]

Paseo Tollocan No. 944, Santa Ana Tlapaltitlán, C. P. 50160, Toluca, Estado de México.

Comité Editorial del Instituto Electoral del Estado de MéxicoPresidente Mtro. Marco Antonio Morales Gómez, Consejero Electoral del Instituto Electoral del Estado de México. IntegrantesDr. Javier Arzuaga Magnoni, Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Dr. Pablo Castro Domingo, Profesor-investigador de la Universidad Au-tónoma Metropolitana, Unidad-Iztapalapa.

Dr. Lorenzo Córdova Vianello, Profesor-investigador del Instituto de Inves-tigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Dra. Laura Leticia Heras Gómez, Profesora-investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Ing. Francisco Javier López Corral, Secretario Ejecutivo General del Instituto Electoral del Estado de México.

Dr. Víctor Rojas Amandi, Director del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana.

Lic. Julián Salazar Medina, Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Secretario Técnico Dr. Ángel Gustavo López Montiel, Titular del Centro de Formación y Do-cumentación Electoral del Instituto Electoral del Estado de México.

Coordinador de la revistaÁngel Gustavo López Montiel

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Los juicios y afirmaciones expresados en los artículos aquí publicados son responsabilidad de los autores, y el Instituto Electoral del Estado de México no los comparte necesariamente.

Revista del Instituto Electoral del Estado de México, Apun-

tes Electorales No. 36. Se terminó de imprimir en el mes

de junio de 2009. En los talleres de

La edición estuvo a cargo del Departamento de Promoción

Editorial del Centro de Formación y Documentación Electo-

ral del Instituto Electoral del Estado de México. Esta edición

consta de 2,000 ejemplares.

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