el totalitarismo el mal del xx todorov

Upload: andres

Post on 23-Feb-2018

224 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    1/33

    TZVETAN TODOROV - El mal del siglo

    El mundo enterotoda la inmensidad del Universorevela la sumisinpasiva de la materia inanimada, slo la vida es el milagro de la libertad.

    Vassili Grossman, La Madona sixtina

    Nuestras democracias liberales

    Primera Guerra Mundial: ocho millones y medio de muertos en losfrentes, casi diez millones en la poblacin civil, seis millones de invlidos.Durante el mismo tiempo: genocidio de los armenios, un milln y medio de

    personas llevadas a la muerte por el poder turco. La Rusia sovitica, nacida en1917: cinco millones de muertos a causa de la guerra civil y la hambruna de1922, cuatro millones de vctimas de la represin, seis millones de muertosdurante la hambruna organizada de 1932-1933. Segunda Guerra Mundial: msde treinta y cinco millones de muertos slo en Europa, de ellos al menos

    veinticinco en la Unin Sovitica. Durante la guerra, exterminio de los judos,los gitanos, los deficientes mentales: ms de seis millones de vctimas.Bombardeos aliados de la poblacin civil en Alemania y Japn: varioscentenares de miles de muertos. Sin mencionar las sangrientas guerrasllevadas a cabo por las potencias europeas en sus colonias, como Francia en

    Madagascar, en Indochina, en Argelia.sas son las grandes hecatombes del siglo XX, reducidas a fechas,lugares y cifras de las vctimas. El siglo XVIII fue designado por loshistoriadores como el siglo de las Luces, acabaremos algn da llamandoal nuestro el siglo de las Tinieblas? Escuchando esa letana de matanzas ysufrimientos, esos nmeros desmesurados que ocultan rostros de personasque deberan evocarse, una a una, la primera reaccin es la del desaliento. Sinembargo, no podemos quedarnos ah.

    La historia del siglo XX, en Europa, es indisociable de la deltotalitarismo. El Estado totalitario inaugural, la Rusia sovitica, naci durante

    la Primera Guerra Mundial y muestra su huella; la Alemania nazi sigui pocodespus. La Segunda Guerra Mundial se inici cuando los dos Estados

    http://./Estafeta_%20TZVETAN%20TODOROV%20-%20El%20mal%20del%20siglo_files/todorov-300x181.jpg
  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    2/33

    totalitarios se haban aliado y prosigui con una lucha sin cuartel entreambos. La segunda mitad del siglo se desarroll a la sombra de la guerra fra,que opuso Occidente al bando comunista. Los cien aos que acaban detranscurrir estuvieron dominados por el combate del totalitarismo con lademocracia o por el de ambas ramas totalitarias entre s. Ahora que losconflictos han terminado, podemos identificar el guin: todo ocurri como si,

    para curarse de sus anteriores males, los pases europeos hubieran probadoun remedio y, luego, hubiesen advertido que era peor que el mal: lorechazaron. Desde este punto de vista, el siglo puede ser considerado comoun largo parntesis; el XXI retoma las cosas donde las haba dejado el XIX.

    En lo esencial, el totalitarismo pertenece ya al pasado, ese mal enparticular ha sido vencido. Pero necesitamos comprender lo que ocurri:antes de volver una pgina, deca el antiguo disidente Yeliu Yelev, que fuedurante cierto tiempo presidente de Bulgaria, hay que leerla. Y para nosotros,

    que la vivimos, esa necesidad representa una imperiosa urgencia personal.No se prepara el porvenir sin aclarar el pasado, escribe Germaine Tillion.Quienes conocen el pasado desde el interior tienen el deber de transmitir laleccin a quienes la ignoran. Pero cul es esta leccin?

    Para empezar a responder la pregunta, es preciso hacer previamente otra:qu significan exactamente los trminos totalitarismo y democracia?

    Se trata ah, se ve de entrada, de dos instancias de lo que hoy sedenomina un tipo ideal de rgimen poltico. Esta primera delimitacincomporta dos elementos. El tipo ideal: as se designa, desde Max Weber, laconstruccin de un modelo destinado a hacer ms inteligible lo real, sin que

    por ello sea necesario poder observar su encarnacin perfecta en la Historia.El tipo ideal indica un horizonte, una perspectiva, una tendencia. Los hechosempricamente observables lo ilustran en un grado ms o menos alto, todossus rasgos constitutivos se encuentran en l, o slo algunos, a lo largo de todoun perodo histrico o slo en una de sus partes, y as sucesivamente. Hayque insistir en ello, pues algunos historiadores y socilogos creen poder

    prescindir de esas construcciones conceptuales, apoyndose en lo que lesparece ser un gran sentido comn emprico. En realidad aceptan, sin darsecuenta y sin poder criticarlos, los conceptos y los tipos ideales comunicados

    por el lenguaje comn. El tipo ideal no es, en s mismo, verdadero; slo puede

    ser ms o menos til, sugerente, ilustrador.Por otra parte, se trata cada vez de un rgimen poltico, no de una

    sociedad tomada en su conjunto ni, menos an, de otra de sus dimensiones,como la economa: est muy claro, en particular, que el sistema econmico,que la composicin social de los grupos polticos son distintos en la Alemanianazi y en la Unin Sovitica, y que nada se gana designndolos con untrmino comn.

    La democracia moderna, como tipo ideal, presupone la copresencia dedos principios, que se encuentran ya enunciados conjuntamente por JohnLocke en el siglo XVII, pero que fueron articulados con claridad, sobre todo,tras la Revolucin Francesa, cuando, en suma, los trabajos prcticos

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    3/33

    realizados entre tanto obligaron a poner a punto la teora. Esa articulacinfue, en particular, obra de Benjamn Constant, en su tratado Principios de

    poltica (1806). Los dos principios podran denominarse: autonoma de lacolectividad y autonoma del individuo.

    La autonoma de la colectividad es, claro est, una exigencia antigua, esla misma que contiene la palabra democracia o poder del pueblo. Lacuestin pertinente aqu es saber, primero, si es el pueblo quien detenta el

    poder o slo una de sus partes, un nico individuo incluso (el rey o el tirano),y, luego, si ese poder procede slo de la voluntad humana o si es atribuido poruna fuerza sobrehumana, Dios, la propia estructura del Universo o lastradiciones. La autonoma poltica, en este sentido de la palabra, consiste enque la colectividad viva bajo unas leyes que ella misma se ha dado y que

    puede modificar cuando lo desee. Atenas es, desde este punto de vista, unademocracia, aunque su definicin de pueblo fuera muy restrictiva, puesto

    que exclua a las mujeres, los esclavos y los extranjeros, es decir, tres cuartaspartes de la poblacin.

    Los Estados cristianos, tras la cada del Imperio Romano, no reconocanla autonoma poltica, llamada tambin soberana del pueblo: el poder tenaentonces su origen en Dios. Sin embargo, ya en el siglo XIV, Guillermo deOccam afirm que Dios no es responsable del orden (o el desorden) delmundo; Guillermo reanudaba as con el principio cristiano original (mi reinono es de este mundo). El poder humano, declar, pertenece slo a loshombres. Por eso tom partido por el emperador en su conflicto con el Papa,que intentaba acumular poder espiritual y poder temporal. Desde esa poca,

    la afirmacin de la autonoma poltica adquiri cada vez ms fuerza, hasta sutriunfo en las revoluciones americana y francesa. Todo gobierno legtimo esrepublicano, declaraba Rousseau en su Contrato social, y aada en unanota: Entiendo por esta palabra todo gobierno guiado por la voluntadgeneral que es la ley;1 la propia monarqua puede ser republicana en estesentido. Dicho de otro modo: slo es legtima la repblica, el rgimengobernado por la voluntad general del pueblo. Democracia, autonomacolectiva, soberana del pueblo, voluntad general y repblica son, desde este

    punto de vista, trminos emparentados.

    La Revolucin Francesa arranca el poder de las manos de los monarcas y

    lo devuelve a las del pueblo (aunque ste siga siendo definido de modorestrictivo); sin embargo, el resultado no es brillante: reina el terror en lugarde la libertad. Dnde se equivocaron?, se preguntan los grandes ingeniosliberales, los que se adhieren a la idea de la soberana popular. Y es queolvidaron limitar el principio de la autonoma colectiva con el de la autonomaindividual: el uno no se desprende del otro, son efectivamente dos. Nuncadebe presumirsedeca sin embargo Lockeque el poder de la sociedad seextiende ms all del bien comn. Al da siguiente de la Revolucin, losespritus liberales, Siyes, Condorcet, Benjamin Constant sobre todo, loadvierten: el poder ha pasado de las manos del rey a las de los representantes

    del pueblo, pero sigue siendo igual de absoluto (si no ms an). Losrevolucionarios creen romper con el Antiguo Rgimen pero en realidad

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    4/33

    perpetan uno de sus rasgos ms nefastos. Ahora bien, el individuo, nomenos que la colectividad, aspira a la autonoma; para preservarla, no slohay que protegerle de los poderes en los que no participa (est excluido delderecho divino de los reyes), sino tambin de los poderes del pueblo: stosdeben extenderse hasta cierto lmite (el bien comn), pero no ms all.

    Esta conjuncin de los dos principios que designa la expresindemocracia liberal es la que corresponde a los Estados democrticosmodernos. Podemos tambin hablar de una vertiente republicana y una

    vertiente liberal de nuestras democracias; Constant, por su parte, se referaa ello como a la libertad de los antiguos y la libertad de los modernos.Cada una de ellas pudo existir independientemente de la otra: soberana del

    pueblo sin garantas para la libertad del individuo, como en la Grecia antigua;regmenes liberales en el seno de una monarqua de derecho divino. Sureunin es la que marca el nacimiento de la modernidad poltica.

    Significa eso decir que nuestras democracias son Estados que noconocen nada superior a la expresin de la voluntad, ya sea colectiva oindividual? Podra el crimen hacerse en ellas legtimo porque el pueblo lo hadeseado y el individuo lo ha aceptado? No. Algo est por encima tanto de la

    voluntad individual como de la voluntad general, algo que, sin embargo, no esla voluntad de Dios: es la propia idea de la justicia. Pero esta superioridad noes slo propia de las democracias liberales, se presupone en toda asociacin

    poltica legtima, en todo Estado justo. Sea cual sea la forma de estaasociacin, asamblea tribal, monarqua hereditaria o democracia liberal, es

    preciso, para que sea legtima, que se d por principio el bienestar de sus

    miembros y la justa regulacin de sus relaciones. Michael Kohlhaas, en laclebre novela de Kleist, no vive en democracia; puede sin embargo rebelarsecontra la injusticia de la que es vctima y reclamar su justo derecho: loarbitrario y el reino del inters personal no son tolerables en ningn Estado.La democracia, como cualquier Estado legtimo, reconoce que la justicia noescrita, la que pone la propia asociacin poltica al servicio de sus miembros yafirma con ello el respeto que les es debido, es superior a la expresin de la

    voluntad popular o a la autonoma personal. Por eso, en efecto, podemoscalificar de crimen lo que las leyes de un pas particular autorizan,recomiendan inclusola pena de muerte, por ejemplo, o de desastre una

    expresin de la voluntad popular (como la que instal a Hitler en el poder).se es el gnero cercano de las democracias liberales (son Estados

    legtimos); por lo que se refiere a su diferencia especfica, consiste en unadoble autonoma, colectiva e individual. En torno a esos dos grandes

    principios se acumulan, por aadidura, varias reglas, que dependen ms omenos directamente de ellos y que forman, juntas, nuestra imagen de lademocracia. As, para la autonoma colectiva, la idea de igualdad de derechos

    y todo lo que implica. Si el pueblo es soberano, entonces todos debenparticipar en el poder, y por la misma razn unos u otros (como partesconstitutivas de ese pueblo). En una democracia, pues, las leyes son las

    mismas para todos, sean o no ricos, clebres y poderosos. Puede verse quimperfectas son, desde este punto de vista, las democracias reales, aun siendo

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    5/33

    conformes a su tipo ideal, puesto que mantienen a veces marginados agrandes grupos de poblacin (en Francia, a los pobres hasta 1848; a lasmujeres, hasta 1944). El sufragio realmente universal forma parte, paranosotros, de la definicin de democracia, por ello el rgimen del apartheid enSudfrica estaba excluido de ella. Adems, este sufragio conduce a la eleccinde diputados en vez de decidir, directamente, cada cuestin planteada: lademocracia liberal es representativa y slo excepcionalmente recurre a laconsulta directa o referndum.

    Por lo que se refiere a la autonoma individualque nunca es total sinoque se refiere slo a un campo previamente delimitado, el de la vida privada, se advirti que poda asegurarla un medio ms que todos los otros, hasta el

    punto de que este medio ha podido convertirse en un sinnimo de libertad yser percibido como un fin en s mismo: se trata del pluralismo. El trmino seaplica a mltiples facetas de la vida en sociedad, pero su sentido y su destino

    son siempre los mismos: la pluralidad asegura la autonoma del individuo. Yeso hace tambin la propia separacin entre lo teolgico y lo poltico, lodivino y lo humano, iniciada por Guillermo de Occam. Se trata, advirtmoslo,de una separacin y no de una victoria de lo uno sobre lo otro. La democraciano exige que sus ciudadanos dejen de creer en Dios, slo les pide quemantengan sus creencias encerradas en el espacio de su vida privada y tolerenque las del vecino sean distintas. La democracia es un rgimen laico, no ateo;se niega a fijar la naturaleza del ideal de cada vida particular y se limita aasegurar la paz entre esos diversos ideales, a condicin, sin embargo, de queno contravengan las ideas subyacentes de justicia.

    Las esferas en las que se implica la existencia de cada individuo tambindeben permanecer separadas. La primera separacin, aqu, es la de lo pblicoy lo privado, lo que prolonga la distincin entre lo colectivo y lo individual.Constant lo haba advertido ya: estas dos esferas obedecen a dos principiosdistintos. Al igual que la autonoma personal no se desprende de laautonoma colectiva, el mundo de las relaciones personales no se confundecon el de los contactos que se establecen entre los hombres por el mismohecho de que viven en sociedad. Esta ltima parte de la existencia humana esla que debe encargarse, de modo ms o menos perfecto, del Estado; y el idealde su accin es la justicia. Pero no ocurre del mismo modo con las relaciones

    personales, aquellas en las que los individuos se convierten en seres nicos,unos con respecto a otros, seres irreemplazables. Este mundo, en vez deobedecer a los principios de igualdad y de justicia, est hecho de preferencias

    y rechazos; su punto culminante es el amor. El Estado democrtico, y esto esesencial, no legisla sobre el amor; idealmente, debiera ser lo contrario: Elamor debe vigilar siempre a la justicia, escribe Levinas al describir elhumanismo como filosofa de la democracia. Es preciso poder adaptar la leyimpersonal al contacto de las personas reales.

    En el propio seno del mundo pblico se mantiene la separacin de lopoltico y lo econmico: los poseedores del poder poltico no deben controlar

    tambin, enteramente, la economa. Vemos entonces por qu cierta ortodoxiamarxista es incompatible con la democracia liberal: la expropiacin de los

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    6/33

    medios de produccin pone el poder econmico en manos de quienesdetentan ya el poder poltico. El mantenimiento de la propiedad privada, en lamedida en que asegura la autonoma del individuo, est de acuerdo con elespritu democrtico, aunque no baste para hacerlo triunfar. Recprocamente,una poltica por completo dictada por consideraciones econmicas es ajena alespritu de la democracia liberal, diga lo que diga, hoy, un discursoultraliberal, que pretende resolver todos los problemas sociales gracias a laeconoma de mercado.

    La propia vida poltica, en democracia, obedece al principio delpluralismo. Primero, el individuo es protegido por leyes contra toda accinprocedente de quienes detentan el poder: es un efecto de la famosaseparacin de los poderes ejecutivo y legislativo (y judicial), exigida porMontesquieu. Lo que ste denomina la moderacin y que constituye su idealde rgimen poltico, sea cual sea, por lo dems, el origen o la forma, repblica

    o monarqua, es slo otro nombre para el pluralismo que asegura laautonoma del individuo. El derecho y el poder permanecen aqu claramenteseparados, y el primero controla al segundo; la sociedad no es slo un campode batalla entre las distintas fuerzas que la habitan, se constituye en Estadode derecho, regido por un contrato tcito que obliga a todos los ciudadanos.

    El mismo principio exige una pluralidad de las organizaciones polticas,llamadas partidos, entre las que el ciudadano puede elegir libremente. Auncuando, durante las elecciones, uno de los partidos conquiste el poder, los

    partidos vencidos, convertidos en oposicin, tienen tambin derechos; aligual que las minoras, en la propia sociedad, aunque deban someterse a la

    voluntad de la mayora, no pierden el derecho a organizar su vida privadacomo deseen. Las diversas organizaciones y asociaciones pblicas tampocodeben pertenecer a una sola tendencia poltica, ni siquiera reivindicarnecesariamente una tendencia poltica cualquiera. Finalmente, los medios dedifusin de la informacinprensa, radio y televisin, bibliotecas y demssiguen siendo tambin plurales, para escapar de una tutela poltica nica.

    Este pluralismo que limita el poder poltico y asegura la autonoma delindividuo est, a su vez, limitado. As, el Estado democrtico no admite

    pluralismo alguno en el uso legtimo de la violencia: es el nico que posee unejrcito y una polica, y reprime cualquier manifestacin privada de esta

    misma violencia, cualquier incitacin, incluso, a tomar ese camino. Delmismo modo, mientras que el Estado no impone ideal alguno de vida buena asus ciudadanos, excluye algunos que contradicen sus principios: castiga, porejemplo, a quienes predican la violencia o quienes practican la discriminacinhacia algunos grupos y contradicen as la igualdad ante la ley. La negativa del

    pluralismo puede extenderse a otros campos sin por ello poner en cuestin laidentidad democrtica. De ese modo, en Francia, existe slo una lenguaoficial, el francs, y un solo examen de fin de estudios secundarios, el examende bachillerato. Las formas de pluralismo anteriormente enumeradas, encambio, son indispensables.

    La Revolucin Americana y la Revolucin Francesa, a finales del sigloXVIII, inauguraron la era de las democracias liberales en Europa y en

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    7/33

    Amrica del Norte, aunque el camino de su triunfo estuviese sembrado deceladas. El siglo XIX dio, indiscutiblemente, una afirmacin de ese tipo dergimen poltico. Al mismo tiempo, se acentu la separacin entre fe y razn,se autonomizaron progresivamente la Iglesia y el Estado. Eso no quiere decirque todos aprobaran esta evolucin; en Francia, los partidarios del AntiguoRgimen eran numerosos y, a menudo, preferan una u otra faceta de laantigua sociedad a lo que vean con sus propios ojos. Debe decirse que notodo era perfecto en aquel mundo nuevo: la gozosa autonoma personal se

    paga con la prdida de las orientaciones tradicionales y tambin con unamiseria de formas inditas.

    Dos reproches, en particular, solan dirigir los conservadores (los quepreferan el pasado al presente) a los demcratas. Ambos reprochescorrespondan a caractersticas reales de las sociedades nuevas, en las queesos crticos slo ven los efectos nefastos. El primero es el debilitamiento del

    vnculo social: la sociedad democrtica es individualista; aunque asegura laautonoma de las personas, lo hace a costa de lo que constituye su propiaexistencia, la interaccin social. El espacio pblico se reduce y periclita enbeneficio de una esfera privada hipertrofiada, la sociedad se ve amenazada

    por la atomizacin. Los Estados democrticos, profetizaban losconservadores, se vern poblados de solitarios infelices. La segundacaracterstica es la desaparicin de los valores comunes (la sociedaddemocrtica es nihilista): comenz disociando el Estado y la Iglesia,terminar por privar a los individuos de cualquier orientacin comn,

    pudiendo cada uno de ellos elegir sus propios valores, sin preocuparse de los

    valores de los dems.Ambas crticas se reiteraron constantemente a lo largo del siglo XIX;debemos recordar hasta qu punto quienes nos parecen hoy los mejoresingenios de su tiempoen Francia Baudelaire, Flaubert, Renn y tantosotrosdespreciaron y denigraron la democracia. No conducen por ello, sinembargo, a una accin poltica violenta: se trataba ms bien de la nostalgia deun pasado en parte imaginario. Las cosas cambiaron en la segunda mitad delsiglo, cuando el ideal fue extrado del pasado y proyectado hacia el porvenir.En este contexto se prepar el proyecto totalitario. Retom, en efecto, lascrticas que los conservadores dirigan a la democraciadestruccin del

    vnculo social, desaparicin de los valores comunes, y se propuso ponerremedio a ello con una accin poltica radical.

    Totalitarismo: el tipo ideal

    Qu entendemos por rgimen totalitario? Los especialistas en polticae historiadores del siglo XX, de Hannah Arendt a Krzystof Pomian procurarondescubrir y describir sus distintas caractersticas. Lo ms sencillo sera cotejarese nuevo fenmeno con el tipo ideal de democracia precedentementeevocado. Ambos grandes principiosautonoma de la colectividad,autonoma del individuoreciben tratamientos distintos. El totalitarismorechaza abiertamente el segundo, que era tambin objeto de crtica por partede los conservadores. Ya no es el yo de cada individuo lo que aqu se valora,

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    8/33

    sino el nosotros del grupo. Lgicamente, el gran medio para asegurar estaautonoma, el pluralismo, es desdeado a su vez y reemplazado por sucontrario, el monismo. Desde este punto de vista, el Estado totalitario seopone, punto por punto, al Estado democrtico.

    Este monismo (un sinnimo de la propia palabra totalitario) debeentenderse en dos sentidos que, complementarios, no siempre fueron tanexplotados el uno como el otro. Por una parte, toda la vida del individuo se vereunificada, ya no est dividida en esfera pblica con obligaciones y esfera

    privada libre, puesto que el individuo debe hacer que la totalidad de suexistencia se conforme a la norma pblica, incluyendo sus creencias, susgustos y sus amistades. El mundo personal se disuelve en el ordenimpersonal. El amor no tiene aqu un estatuto aparte, un territorio reservadoen el que reinar como dueo indiscutido; y menos an puede pretenderorientar la propia accin de la justicia. La degradacin del individuo acarrea

    la de las relaciones interpersonales: Estado totalitario y autonoma del amorse excluyen mutuamente.

    Por otra parte, para alcanzar el ideal de unidad, de comunidad, de vnculoorgnico, el Estado totalitario impone el monismo en toda la vida pblica.Restablece la unidad teolgico-poltica, erigiendo un ideal nico en dogma deEstado, instaurando pues un Estado virtuoso y exigiendo la adhesinespiritual de sus sbditos (es como si, en el ms lejano pasado, el Papa sehubiera convertido, al mismo tiempo, en emperador). El totalitarismo sometelo econmico a lo poltico, procediendo a nacionalizaciones o controlandoestrechamente todas las actividades en este sector, al tiempo que defiende la

    teora segn la cual es la economa lo que rige la poltica (en el caso delcomunismo). Establece un rgimen de partido nico, lo que supone suprimirlos partidos, y somete tambin todas las dems organizaciones oasociaciones. Por esta razn, el poder totalitario es hostil a las religionestradicionales (en eso se opone tambin a los conservadurismos), a menos questas le hagan un acto de sumisin. La unificacin condiciona la jerarquasocial: las masas estn sometidas a los miembros del Partido, stos a losmiembros de la nomenklatura (los miembros del personal dirigente),subordinados a su vez a un pequeo grupo de dirigentes, en cuya cima reinael jefe supremo o gua. El rgimen controla todos los medios de

    comunicacin y no permite la expresin de ninguna opinin disidente.Mantiene, claro est, los monopolios que se reservaba tambin el Estadodemocrtico: el de la educacin, el de la violencia legtima (los trminos deEstado, Partido y polica acaban as convirtindose en sinnimos).

    Debo precisar aqu que, en la prctica del comunismo, encarnadaprimero por Lenin y Stalin, ms tarde por sus discpulos en otros pases, laideologa no se distingue slo por su contenido sino tambin por su estatuto.En efecto, a partir de la Revolucin de Octubre, la propia separacin entreideologa y poltica, fin y medio, comienza a perder su sentido. Antao podacreerse que la revolucin, el Partido, el terror eran los instrumentos necesarios

    para desembocar en la sociedad ideal. En adelante, la separacin ya no esposible y el monismo caracterstico de los regmenes totalitarios se revela aqu

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    9/33

    en su plenitud. El propio trmino de ideocracia se convierte en unpleonasmo, puesto que la idea en cuestin no es ms que la victoria delpoder comunista. No hay verdad del comunismo a la que pueda accederseindependientemente del Partido; todo ocurre como si la Iglesia se pusiera enel lugar de Dios.

    Este singular estatuto de la ideologa hace un poco ms inteligible larepresin que se abate sobre el propio aparato bolchevique entre 1934 y 1939.

    A menudo nos hemos preguntado cmo es posible que, durante este perodo,fueran los comunistas ms convencidos las vctimas de la represin. Elmismo enigma vuelve a plantearse despus de la guerra en la Europa delEste. Las vctimas de las purgas de la poca (1949-1953) no fueron, en efecto,los moderados o los indecisos sino, precisamente, los ms combativos entrelos dirigentes: Kostov en Bulgaria, Rajk en Hungra, Slansky enChecoslovaquia. Podra creerse que, desde el punto de vista del propio

    comunismo, stos eran sus mejores servidores y que sus desgracias sonsemejantes, salvando todas las proporciones, a las que abrumaron a Job,hombre perfecto y recto. O pensar tambin en los virtuosos estoicosdescritos por Sneca. Dios acosa a quienes favorece, llena de aflicciones a losmejores, pone duramente a prueba las almas generosas. Decidi Stalin, Diosen la tierra, actuar del mismo modo? Es esta persecucin signo de unadistincin, el privilegio de la virtud? La pregunta merece ser planteada pues,hoy lo sabemos, esos procesos en la Europa del Este no fueronindependientes los unos de los otros, obedecieron a un impulso y a unaintencin nicas, procedentes de Mosc.

    Podemos entrever ahora las razones de esta poltica. Si el rgimen queraque cada cual siguiese su propio camino hacia el ideal, que propusiera supropia interpretacin, los viejos bolcheviques compaeros de Lenin o losdirigentes condenados en la Europa del Este habran sido los mejorescandidatos. Pero no era se el sentido profundo del compromiso comunista.Cualquier autonoma individual, de pensamiento o de accin, es condenable

    porque slo el Partido puede tener razn. Si bastaba, para ser un buencomunista, con buscar personalmente el mejor camino hacia el ideal, seintroducira una brecha en el monismo totalitario, puesto que uno mismo sehabra convertido en fuente de la propia legitimidad, en vez de recibirla de las

    manos del poder, dicho de otro modo, del Partido y de su jefe supremo. Esainfraccin al monismo hubiera sido inadmisible para el gua, que procura

    pues eliminar o quebrar todos los miembros del aparato dirigentesospechosos de querer pensar y actuar por s mismos. La relacin entreideologa y poder es comparable en la Alemania nazi: tambin all Hitlerelimin muy pronto a los camaradas de combate cuyo fervor ideolgico noestaba, en absoluto, en cuestin y exigi la fidelidad absoluta, no a unadoctrina nazi abstractaMi lucha nada tiene, por lo dems, de tratadofilosfico, sino al propio poder, encarnado en la persona del Fhrer. Ese fueen particular, y de modo explcito, el compromiso de los SS. La concentracin

    y la personalizacin del poder son semejantes aqu y all.

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    10/33

    Por lo que se refiere al otro principio de los Estados democrticos, laautonoma colectiva, y a sus consecuencias, el Estado totalitario afirma quelos mantiene; en realidad, los vaca de cualquier contenido. La soberana del

    pueblo se preserva en el papel, pero la voluntad general se ve, de hecho,alienada en beneficio del grupo dirigente, que ha transformado las eleccionesen plebiscito (un nico candidato, elegido por el 99 por 100 de los votantes).Se afirma que todos son iguales ante la ley, pero, en realidad, sta no se aplicaa los miembros de la casta superior y no protege a los adversarios delrgimen, que sern perseguidos de un modo arbitrario. El ideal proclamadoes la igualdad; sin embargo, la sociedad totalitaria suscita en su senoinnumerables jerarquas y privilegios: una categora social tiene derecho atener pasaporte, a pasar por ciertas calles, a aprovisionarse en ciertas tiendas,a enviar a sus hijos a determinada escuela especializada, a pasar sus

    vacaciones en cierta estacin estival; otra no. Esa diferencia entre el discursopoltico y su objeto, este carcter ficticio, ilusorio de la representacin delmundo, se convirti en una de las grandes caractersticas de la sociedadestalinista.

    Desde este punto de vista, pues, aunque la oposicin entre democracia ytotalitarismo no sea menos real, est camuflada. En cambio, existe ciertacontinuidad entre ambos tipos de rgimen en la poltica exterior y lasrelaciones entre Estados. Debemos decir que el proyecto de la democracialiberal se refiere, ante todo, al funcionamiento interno de cada Estado y noespecifica realmente la conduccin de los asuntos exteriores. De hecho, stacorresponda, en el siglo XIX, a lo que los filsofos de los siglos precedentes

    denominaban el estado natural, es decir, un campo de puro enfrentamientode fuerzas, sin ninguna referencia al derecho. En aquella poca, lasdemocracias ms avanzadas en el plano interior, Gran Bretaa y Francia,fueron al mismo tiempo los Estados punteros de la poltica colonial, queaspiraban a una supremaca mundial. En el siglo XX, renunciaron a lasconquistas militares, pero intentaron asegurarse el control econmico de unespacio mximo. Los Estados totalitarios no actuaron al principio de unmodo distinto: cada vez que pudieron, se anexionaron territorios y pasesenteros, al tiempo que cubran esa poltica imperialista, al igual que losEstados democrticos, con generosas declaraciones. Cierto es que el rgimen

    que instalaron, una vez llevada a cabo la anexin, fue de tipo distinto: ladictadura totalitaria no se confunde con la dominacin colonial.

    Ese nuevo tipo de Estado se cre pues, en Europa, en el contexto de laPrimera Guerra Mundial: primero en Rusia, luego en Italia, por ltimo, en1933, en Alemania.

    Claro est que una presentacin de los dos grandes tipos de regmenes,aunque sea tan esquemtica como la precedente, revela las preferencias por elrgimen democrtico del que escribe. Habra que sealar aqu otra diferenciasignificativa entre ambos, que en parte puede explicarse porque las opinionessobre el tema siguen sin embargo divididas. El totalitarismo contiene una

    promesa de plenitud, de vida armoniosa y de felicidad. Cierto es que no lacumple, pero la promesa est ah y siempre podemos decirnos que la prxima

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    11/33

    vez ser la buena y estaremos salvados. La democracia liberal no comportasemejante promesa; slo se compromete a permitir que cada cual busque, pors mismo, felicidad, armona y plenitud. Asegura, en el mejor de los casos, latranquilidad de los ciudadanos, su participacin en la conduccin de losasuntos pblicos, la justicia en sus relaciones entre s y con el Estado; no

    promete en absoluto la salvacin. La autonoma corresponde al derecho debuscar por s mismo, no a la certidumbre de hallar. Kant pareca creer que alhombre le gusta ese Estado que le permite salir fuera del estado de minoradonde se mantiene por su propia falta; pero, a decir verdad, no es seguro quetodos prefieran la mayora a la minora, la edad adulta a la infancia.

    La promesa de felicidad para todos permite identificar la familia a la quepertenece la doctrina totalitaria, contemplada ahora en s misma y ya no en suoposicin con la democracia. El totalitarismo terico es un utopismo. A su

    vez, visto en la perspectiva de la historia europea, el utopismo aparece como

    una forma de milenarismo, a saber, un milenarismo ateo.Qu es el milenarismo? Es un movimiento religioso en el seno delcristianismo (una hereja) que promete a los creyentes la salvacin en estemundo, y no en el reino de Dios. El mensaje cristiano original exige laseparacin de ambos mundos; por ello, san Pablo pudo proclamar: No hayjudo ni griego; no hay esclavo ni hombre libre; no hay varn ni hembra, puestodos sois uno en Cristo Jess,sin por ello poner en cuestin el estatuto dedueo y esclavo, por no hablar de otras distinciones: desde este punto de

    vista, la igualdad y la unidad de los hombres slo se obtendrn en la ciudadde Dios, la religin propone no cambiar nada del orden del mundo aqu

    abajo. Cierto es que el catolicismo, convertido en religin del Estado, infringeeste principio y se entromete en asuntos intramundanos; no por ello prometela salvacin en esta vida.

    Ahora bien, eso es lo que predicaron los milenaristas cristianos queaparecieron en el siglo XIII. Un tal Segarelli, por ejemplo, anunci la

    proximidad del Juicio Final y, antes, el advenimiento inmediato de unmilenio, reinado de mil aos inaugurado por el regreso del Mesas; susdiscpulos decidieron que era ya hora de despojar a los ricos e instaurar la

    perfecta igualdad sobre la tierra. Los taboritas de Bohemia, una secta radical,crean a su vez, en el siglo XV, que el regreso de Cristo era inminente y, con

    l, el comienzo del reino milenario marcado por la igualdad y la abundancia;era pues hora de prepararse. En el siglo siguiente, Thomas Mntzer encabezuna revuelta milenarista en Alemania, condenando tanto la riqueza de los

    prncipes como la de la Iglesia e incitando a los campesinos a apoderarse deella, para acelerar el advenimiento del reino celestial en la tierra.

    A diferencia de los milenaristas medievales o protestantes, el utopismoconsiste en querer construir una sociedad perfecta slo con el esfuerzo de loshombres, sin ninguna referencia a Dios; se desva pues dos grados conrespecto a la doctrina cristiana original. El utopismo extrae su nombre de lautopa, que es slo una fabricacin intelectual, una imagen de la sociedad

    ideal. Las funciones de la utopa pueden ser mltiples, pueden servir paraalimentar la reflexin o criticar el mundo existente; slo el utopismo intenta

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    12/33

    introducir la utopa en el mundo real. El utopismo est forzosamentevinculado a la coercin y a la violencia (presentes tambin en losmilenarismos cristianos que no se limitan a aguardar la accin divina), pues,aun sabiendo que los hombres son imperfectos, intenta instaurar la perfeccinaqu y ahora. Por eso, advierte (en 1941) el filsofo religioso ruso SmionFrank, el utopismo, que presupone la posibilidad de realizar plenamente elbien por medio del orden social, tiene una tendencia inmanente aldespotismo. Las doctrinas totalitarias son casos particulares de utopismolos nicos que se conocen en la poca modernay, por ello mismo, demilenarismo, lo que significa que pertenecen (como cualquier otra doctrinade salvacin) al campo de la religin. No fue una casualidad, claro est, queesta religin sin Dios prosperara en un contexto de declive del cristianismo.

    La base de ese utopismo es, sin embargo, por completo paradjica parauna religin. Se trata de una doctrina constituida antes del advenimiento de

    los Estados totalitarios, antes del siglo xx, una doctrina que, a primera vista,nada tiene que ver, precisamente, con la religin: es el cientificismo. Ahora,por lo tanto, debemos volvernos hacia l.

    Cientificismo y humanismo

    El punto de partida del cientificismo es una hiptesis sobre la estructuradel mundo: ste es por completo coherente. En consecuencia, el mundo escomo transparente, puede ser conocido completamente por la razn humana.La tarea de este conocimiento se confa a una prctica aplicada, llamada laciencia. Ninguna parcela del mundo, material o espiritual, animada oinanimada, puede escapar al imperio de la ciencia.

    De este primer postulado se desprende, evidentemente, unaconsecuencia. Si la ciencia de los hombres consigue desvelar todos lossecretos de la naturaleza, si permite reconstruir los encadenamientos quellevan a cada hecho, a cada ser existente, debiera entonces ser posiblemodificar estos procesos, orientarlos en la direccin deseada. De la ciencia,actividad de conocimiento, se desprende la tcnica, actividad detransformacin del mundo. Ese encadenamiento nos resulta a todos familiar:as, ya el hombre primitivo, tras haber descubierto el calor del fuego, lodomina y caldea su habitat; el clima natural queda transformado. O, muchoms tarde, tras haber comprendido que algunas vacas daban ms leche queotras, o algunas semillas ms trigo por hectrea, el hombre moderno practicasistemticamente una seleccin artificial, que se aade a la seleccinnatural. No hay, aqu, contradiccin alguna entre el determinismo integral delmundo, que excluye la libertad, y el voluntarismo del sabio-tcnico que, por elcontrario, la presupone. Si la transparencia de lo real se extiende tambin almundo humano, nada impide pensar en la creacin de un hombre nuevo, unaespecie liberada de las imperfecciones de la especie inicial: lo que es lgico

    para las vacas tambin lo es para los hombres. La salvacin la aporta elsaber, resume Alain Besancon.

    Pero en qu direccin debe orientarse esa transformacin de la especie?Quin estar preparado para identificar y analizar el sentido de las

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    13/33

    imperfecciones y, tambin, la naturaleza de la perfeccin a la que aspiramos?La respuesta era simple en los primeros ejemplos: los hombres quieren estarcalientes y comer cuando tienen hambre; aqu, lo conveniente cae por su

    propio peso. Es bueno a secas lo que es bueno para los hombres. Pero setrata de modificar la especie humana como tal? El cientificismo responde: denuevo ser la ciencia la que aporte la solucin. Los fines del hombre y delmundo son como un producto secundario, un efecto automtico de la propialabor de conocimiento. Tan automtico que, a menudo, el cientificista nisiquiera se toma el trabajo de formularlo. Marx, en su famosa undcima tesissobre Feuerbach, se limita a declarar: Los filsofos, hasta aqu, slo handado del mundo distintas interpretaciones; lo que importa es transformarlo.

    As no slo la tcnica (o transformacin) sigue inmediatamente a la ciencia (ointerpretacin), sino que, adems, la naturaleza de la transformacin nomerece ser mencionada: es producida por el propio conocimiento. Unasdcadas ms tarde, Hippolyte Taine lo dir con todas sus letras: La cienciadesemboca en la moral buscando slo la verdad.

    Que los ideales de la sociedad o del individuo sean producidos por laciencia, como los dems conocimientos, acarrea a su vez una consecuenciaimportante. Si los fines postreros fueran slo efecto de la voluntad, todosdebieran admitir que su eleccin podra no coincidir con la del vecino; as

    pues, habra que practicar cierta tolerancia, buscar compromisos y acomodos.Podran coexistir varias concepciones del bien. Pero no ocurre as con losresultados de la ciencia. Aqu lo falso es implacablemente apartado y nadie

    piensa en pedir algo ms de tolerancia para las hiptesis rechazadas. Como

    no hay lugar para varias concepciones de lo cierto, apelar al pluralismo no esprocedente: slo los errores son mltiples; la verdad, por su parte, es una. Si elideal es el producto de una demostracin y no de una opinin, hay queaceptarlo sin protestar.

    El cientificismo descansa sobre la existencia de la ciencia, pero no es ens mismo cientfico. Su postulado de partida, la transparencia ntegra de loreal, es improbable; y lo mismo ocurre con su punto de llegada, la fabricacinde los fines ltimos por el propio proceso de conocimiento. Tanto en la basecomo en la cima, el cientificismo exige un acto de fe (La fe tiene razn,deca Renn); por ello no pertenece a la familia de las ciencias, sino a la de las

    religiones. Basta, para convencerse de ello, con ver qu actitud adoptan laspropiedades totalitarias, que reposan sobre premisas cientificistas, ante supropio programa: mientras que la regla corriente de la ciencia es dejarperfecta latitud a la libre crtica, estas sociedades exigen que se callen susobjeciones y se practique la sumisin ciega, como se hace en las religiones.

    Hay que insistir en ello: el cientificismo no es la ciencia, es ms bien unaconcepcin del mundo que creci, como una excrecencia, en el cuerpo de laciencia. Por esta razn, los regmenes totalitarios pueden adoptar elcientificismo sin favorecer, necesariamente, el desarrollo de la investigacincientfica. Y con razn: sta exige someterse slo a la bsqueda de la verdad,

    no al dogma. Los comunistas, como los nazis, se prohibieron este camino:unos condenaron la fsica juda (y por lo tanto a Einstein), los otros la

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    14/33

    biologa burguesa (y por tanto a Mendel); en la Unin Sovitica, discutir labiologa de Lyssenko, la psicologa de Pavlov o la lingstica de Marr podallevarte a un campo de concentracin. Por lo tanto, esos pases se condenaronal provincianismo cientfico. Los totalitarios tampoco necesitaninvestigaciones eruditas y punteras para llevar a cabo sus grandes hazaas:las armas de fuego, el gas venenoso o los golpes no son precisamente un

    prodigio del espritu. Sin embargo, la relacin con la ciencia est, en efecto,ah. Se ha producido una mutacin: se ha hecho posible aprehender elUniverso en su totalidad e intentar mejorarlo de un modo tambin global.Esta mutacin es la que transforma el mal humano eterno en un indito maldel siglo. Por ah se introduce, tambin, una novedad radical en la historia dela humanidad.

    El monismo de estos regmenes se desprende de este mismo proyecto:puesto que un solo pensamiento racional puede dominar el Universo entero,

    no hay ya lugar para mantener distinciones ficticias, ni entre grupos de lasociedad, ni entre esferas en la vida del individuo ni entre opiniones distintas.La verdad es una, el mundo humano debe ser uno tambin.

    Cmo situar el cientificismo en la historia? Si nos atenemos a latradicin francesa, sus premisas se encuentran en Descartes. ste, es cierto,comenz excluyendo del campo del conocimiento racional todo lo que serefiere a Dios; pero, para lo dems, para la parte del mundo en la que no semezcla la teologa Descartes considera posible el conocimiento ntegro,siempre que se confe slo a la razn y a la voluntad. Por consiguiente, noest prohibido al hombre pensarse como un dueo de la naturaleza y dueo

    de s mismo, en cierto modo semejante a Dios. A partir de esteconocimiento, un arquitecto nico podra repensar la nueva organizacinde los Estados y de sus ciudadanos (una consecuencia que Descartesconsidera indeseable aunque posible). Por ltimo, la direccin del cambioestar indicada por ese mismo trabajo de conocimiento, el bienestar comnse desprender automticamente de los trabajos de los sabios: Las verdadesque contienen dispondrn los espritus a la dulzura y a la concordia.

    Estas ideas fueron retomadas, ampliadas y sistematizadas por losmaterialistas de los siglos XVII y XVIII. Sigamos en todo a la naturaleza en

    vez de cargarnos con reglas morales, dice sonriendo Diderot: ello implica,

    primero, que se conozca esta naturaleza (ahora bien, quin podraprocurarnos este saber mejor que los cientficos?) y, luego, que se obedezcanlos preceptos que se desprenden automticamente de este conocimiento. Perofue sobre todo tras la Revolucin cuando el cientificismo se introdujo en la

    poltica, puesto que el nuevo Estado, al parecer, no se basaba ya entradiciones arbitrarias sino en las decisiones de la razn. Se desarroll en elsiglo xix entre los ms variados pensadores, amigos y enemigos de laRevolucin, tan grande era el prestigio de la ciencia que esperaban poderinstalar en lugar de la desfalleciente religin. Lo reivindican, en Francia, tantolos utopistas y positivistas, como Saint-Simn y Auguste Comte, como los

    conservadores diletantes, como el conde Gobineau o los historiadores cultos,directores espirituales de la intelligentsia liberal y crticos de la democracia,

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    15/33

    Renn y Taine. Entonces, tambin, se dibujaron sus dos grandes variantes, elcientificismo histrico, cuyo pensador ms influyente es Karl Marx; y elcientificismo biolgico, al que el nombre de Gobineau puede servirle deemblema.

    El cientificismo pertenece, pues, indiscutiblemente a la modernidad, sidesignamos con esta palabra las doctrinas que afirman que las sociedadesreciben sus leyes no de Dios ni de la tradicin, sino de los propios hombres;implica tambin la existencia de la ciencia, un saber que, a su vez, esconquistado slo por la razn humana, ms que ser mecnicamentetransmitido de generacin en generacin. Pero no es por ello, como seobstinan en pensar tantos elevados ingenios, la culminacin inevitable, la

    verdad oculta de cualquier modernidad; el totalitarismo, rgimen inspirado ensu principio, no es la propensin secreta y fatal de la democracia. Y es quehay ms de una familia de pensamiento en el seno de la modernidad, y ni el

    voluntarismo como tal, ni el ideal igualitario, ni la exigencia de autonoma, niel racionalismo conducen automticamente al totalitarismo. La doctrina delcientificismo es combatida, sin cesar, por otras doctrinas, que tambinreivindican, sin embargo, la modernidad, tomada en su sentido amplio. Demodo especialmente revelador, este conflicto opone los cientificistas aquienes podemos considerar como los pensadores de la democracia, a loshumanistas.

    Los humanistas discuten el postulado inicial de la total transparencia delo real, la posibilidad, pues, de conocerlo por completo. Montesquieu, surepresentante en la primera mitad del siglo XVIII, formul una doble

    objecin. En primer lugar, y por lo que se refiere a cualquier parcela delUniverso, hay que someterse a lo que, a veces, hoy se denomina el principiode precaucin. El Universo posee, es cierto, una coherencia que en principioes cognoscible; pero hay mucha distancia del principio a la prctica.Concretamente, las causas de cada fenmeno son tan numerosas, tancomplejas las interacciones, que nunca podemos estar seguros de losresultados de nuestros conocimientos; y, mientras subsista la duda, ms valeabstenerse de acciones radicales e irreversibles (lo que no quiere decir: detoda accin). Ms fundamentalmente, ningn saber puede jams afirmarseabsoluto y definitivo, so pena de dejar de serlo y convertirse en un simple acto

    de fe. Por eso mismo quedan ya arruinadas las ambiciones de cualquierutopismo: la ausencia de una transparencia global slo autoriza unas mejoraslocales y provisionales. La universalidad que reivindican cientificistas yhumanistas no es, por consiguiente, la misma: el cientificismo se basa en unauniversalidad de la razn, las soluciones halladas por la ciencia convienen,

    por definicin, a todos, aunque provoquen el sufrimiento e, incluso, laperdicin de algunos. El humanismo, en cambio, postula la universalidad dela humanidad: todos los seres humanos tienen los mismos derechos ymerecen un igual respeto, aunque sus modos de vida sigan siendo distintos.

    Y hay algo ms. El mundo humano, ms especficamente, no es slo una

    parte del Universo, tiene tambin su singularidad. Esta consiste en que loshombres tienen una conciencia de s mismos que les permite desprenderse,

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    16/33

    en cierto modo, de su propio ser y actuar contra las determinaciones quesufren. El hombre, como ser fsico, est, al igual que los dems cuerpos,gobernado por leyes invariables. Como ser inteligente, viola sin cesar las leyesque Dios ha establecido y cambia las que l mismo establece, escribeMontesquieu. Tocqueville, por su parte, respondi a su amigo Gobineau, quele explicaba que los individuos obedecen a las leyes de su raza: A mientender, las sociedades humanas, al igual que los individuos, slo son algo

    por el uso de la libertad.Creer que se conoce por completo al hombre esconocerlo mal. Incluso el conocimiento de los animales es imperfecto, y

    puede suceder que las vacas lecheras de hoy se vuelvan maana estriles.Pero el de los hombres es, por principio, inacabable, en la medida en que loshombres son animales dotados de libertad. Por eso nunca podr preverse concertidumbre su conducta de maana.

    Hay, adems, un salto lgico acrobtico en la pretensin de derivar lo que

    debe ser de lo que es. El mundo de la accin humana revela ante todo, alobservador, no el derecho sino la fuerza: los ms fuertes sobreviven aexpensas de los ms dbiles. Pero la fuerza no fundamenta el derecho yresponderemos con Rousseau a cualquier deduccin de este tipo: Podraemplearse un mtodo ms consecuente, pero no ms favorable a los tiranos.Para decidir la direccin del cambio, pues, no basta con observar y analizarlos hechos, algo para lo que la ciencia est especialmente bien provista; hayque apelar a objetivos que dependen de una eleccin voluntaria, que suponeargumentos y contraargumentos. Los ideales no pueden ser verdaderos ofalsos sino slo ms o menos elevados.

    El conocimiento no produce la moral, los seres cultos no sonnecesariamente buenos: sa es la gran crtica que dirigi Rousseau a suscontemporneos cientificistas y hombres de las Luces (Rousseau pertenecetambin, claro est, a las Luces, pero en un sentido mucho ms profundo que

    Voltaire o Helvtius). Podemos ser hombres sin ser sabios, dice una de susfrases memorables. Y, regresando a los regmenes polticos: la democracia esla de todos los ciudadanos, no slo la de las personas sabias y cultivadas. Su

    poltica implica no el conocimiento verdadero, sino la libertad (la autonoma)de la voluntad. Por ello cultiva el pluralismo, no el monismo: no slo loserrores son mltiples, sino tambin los deseos humanos.

    El proyecto democrtico, basado en el pensamiento humanista, no lleva ala instauracin del paraso en la tierra. No es que ignore el mal en el mundo yen el hombre, ni que quiera resignarse a l; pero no postula que ese mal

    pueda ser extirpado radicalmente y de una vez por todas. Los bienes y losmales son consustanciales a nuestra vida, escribe Montaigne, y Rousseaudice: El bien y el mal brotan de la misma fuente. Bien y mal sonconsustanciales a nuestra vida porque resultan de la libertad humana, de la

    posibilidad que tenemos de elegir, en cualquier instante, entre variasopciones. Su fuente comn es nuestra sociabilidad y nuestra inconclusin,que hacen que necesitemos a los dems para asegurar el sentimiento de

    nuestra existencia. Ahora bien, esta necesidad puede satisfacerse de dosmodos opuestos: se quiere a los dems y se intenta hacerlos felices; o se los

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    17/33

    somete y humilla, para gozar del poder sobre ellos. Tras haber comprendidoeste carcter inseparable del bien y del mal, los humanistas abandonaron laidea de una solucin global y definitiva de las dificultades humanas: loshombres slo podran ser liberados del mal que est en ellos siendoliberados de su propia humanidad. Vano es esperar que un rgimen polticomejorado o que una tecnologa ms efectiva puedan aportar un remediodefinitivo a sus sufrimientos.

    Por ltimo, cientificismo y humanismo se oponen en su definicin de losfines de las sociedades humanas. La visin cientificista excluye cualquiersubjetividad, la contingencia, pues, que constituye la voluntad de losindividuos. Los fines de la sociedad deben desprenderse de la observacin de

    procesos impersonales, caractersticos de la humanidad entera, incluso delUniverso en su conjunto. La naturaleza, el mundo, la humanidad mandan; losindividuos se someten. Para el humanismo, por el contrario, los individuos no

    deben ser reducidos, pura y simplemente, al papel de medios. Esta reduccin,deca Kant, es posible de modo puntual y parcial, con vistas a alcanzar unobjetivo intermedio; pero el fin ltimo son, siempre, los seres humanos

    particulares: todos los hombres, pero tomados uno a uno.

    Nacimiento de la doctrina totalitaria

    La violencia como medio para imponer el bien no est intrnsecamentevinculada al cientificismo, puesto que existe desde tiempos inmemoriales. LaRevolucin Francesa no necesit una justificacin cientificista para legitimarel Terror. Sin embargo, a partir de cierto momento, se oper la conjuncin de

    varios elementos que hasta entonces subsistan por separado: el espritu

    revolucionario que implicaba el recurso a la violencia; el sueo milenarista deedificar el paraso terrenal aqu y ahora; y por ltimo, la doctrina cientificista,que postula que el conocimiento integral de la especie humana est al alcancede la mano. Este momento corresponde a la partida de nacimiento de laideologa totalitaria. Aunque la propia toma del poder se lleve a cabo de modo

    pacfico (como la de Hitler, a diferencia de las de Lenin y Mussolini), elproyecto de crear una sociedad nueva, habitada por hombres nuevos, deresolver todos los problemas de una vez por todas, un proyecto cuyarealizacin exige una revolucin, se mantiene en todos los pases totalitarios.Es posible ser cientificista sin sueo milenarista y sin recurso a la violencia

    (muchos expertos tcnicos lo son hoy), como se puede ser revolucionario sindoctrina cientificista, como tantos poetas de comienzos de siglo quereclamaban, con sus votos, el desencadenamiento de los elementos. Eltotalitarismo, por su parte, exige la conjuncin de esos tres ingredientes.

    Ni la violencia revolucionaria ni la esperanza milenarista llevan, por ssolas, al totalitarismo. Para que se establezcan sus premisas intelectualesdebe aadirse, adems, el proyecto de dominio total del Universo, portado

    por el espritu cientfico y, ms an, por el pensamiento cientificista.Preparado por el radicalismo cartesiano y el materialismo del siglo de lasLuces, aqul florece en el siglo xix: slo entonces el proyecto totalitario podanacer. Recuerdo que aqu slo tratar de las races ideolgicas del

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    18/33

    totalitarismo, pues ste, es evidente, tiene tambin otras: econmicas,sociales o estrictamente polticas.

    De cundo datan los primeros esbozos de la sociedad claramentetotalitaria? Los escritos de Marx, por una parte, y de Gobineau, por la otra,fueron publicados a mitad de siglo; ilustran el cientificismo, pero no ofrecenun cuadro detallado de la futura sociedad (Gobineau no es en absoluto, por lodems, un utopista, slo prev la decadencia). Los textos tericos y literariosde Nikolai Chernychevski, el gran inspirador de Lenin, proceden de los aossesenta del siglo xix: el Principio antropolgico en filosofa, su manifiestocientificista, es de 1860; Qu hacer?, su novela de tesis, de 1863. ElCatecismo revolucionario de Nechiev, que se refiere ms a la prcticarevolucionaria que al proyecto de la sociedad que debe crearse, se redact en1869 y se hizo pblico en 1871. Uno de los textos ms reveladores en estecontexto, y al mismo tiempo uno de los menos conocidos, es el tercer Dilogo

    filosfico de Ernest Renn, que data de 1871. Un personaje llamadoThoctiste expone all, por primera vez al parecer, los principios del futuroEstado totalitario.

    En primer lugar, los fines ltimos de la sociedad no se deducen de lasexigencias de los seres individuales, sino de las de toda la especie, incluso dela naturaleza viva en su conjunto. Ahora bien, la gran ley de la vida no es sinoel deseo de existir, ms poderoso que todas las leyes y convencioneshumanas; la ley de la vida es el reinado de los ms fuertes, la derrota y lasumisin de los ms dbiles. En esta ptica, el destino de los individuos notiene importancia, stos pueden ser inmolados al servicio de un designio

    superior. El sacrificio de un ser vivo a un fin deseado por la naturaleza eslegtimo. Puesto que es preciso seguir en todo las leyes de la naturaleza, seimpone un trabajo preliminar: el de conocer esas leyes. sta ser pues la tareade los sabios. Dominando el saber, a stos les ser naturalmente atribuido el

    poder. La lite de los seres inteligentes, duea de los ms importantessecretos de la realidad, dominara el mundo por medio de los potentes mediosde accin que estaran en su poder, y hara reinar en l el mximo de razn

    posible. El mundo sera pues dirigido no por los reyes filsofos, sino portiranos positivistas. stos, una vez iniciados en el secreto de la marchanatural del Universo, no estaran obligados a respetarla, deberan, por el

    contrario, al igual que todos los tcnicos, prolongar el trabajo de la naturalezamejorando la especie. La ciencia debe encargarse de la obra en el puntodonde la ha dejado la naturaleza. Hay que perfeccionar la especie, crear unhombre nuevo, provisto de capacidades intelectuales y fsicas superiores,eliminando si es necesario todos los ejemplares defectuosos de la humanidad.

    El futuro Estado basado en estos principios se opondra, punto porpunto, a la democracia. Su objetivo, en efecto, no es dar el poder a todos, sinoreservarlo para los mejores; no cultivar la igualdad sino favorecer el desarrollode los superhombres. La libertad individual, la tolerancia, la concertacin notienen papel alguno que desempear all, puesto que disponemos de la verdad

    y sta es una y exige la sumisin, no el debate. La gran obra se realizar porla ciencia, no por la democracia. De ese modo, el nuevo Estado defender su

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    19/33

    eficacia, mucho mayor que la de las democracias, las cuales estn obligadas,por su parte, a consultar siempre, a comprender, a convencer. Esta cuestin,que podra sorprender, es reveladora. Ciencia y democracia son hermanas,nacen en el mismo movimiento de afirmacin de la autonoma, de liberacincon respecto a la tutela de las tradiciones. Sin embargo, si la ciencia deja deser una forma de conocimiento del mundo y se transforma en gua de lasociedad, en productora de ideales (dicho de otro modo, si la ciencia seconvierte en cientificismo), entra en conflicto con la democracia: la bsquedade la verdad no se confunde con la del bien.

    Para asegurar la buena marcha de los asuntos en el interior del pas, elEstado cientificista tendr que proveerse de un til apropiado: el terror. El

    problema de las antiguas tiranas asociadas a la religin es que disponen deuna amenazasi desobedecis iris al infierno!demasiado frgil,lamentablemente: cuando los hombres no creen ya en el infierno ni en los

    diablos, creen que todo les est permitido. Hay que poner remedio a estacarencia creando no un infierno quimrico, de cuya existencia no se tenganpruebas, sino un infierno real. La creacin de ese lugarde ese campo de lamuerte que hara nacer el espanto en todos los corazones y producira lasumisin incondicional de todosse justifica, pues servira para el bien de laespecie. El ser en posesin de la ciencia pondra un terror ilimitado alservicio de la verdad. Para establecer esta poltica de terror, el gobiernocientfico tendr a su disposicin un cuerpo especial de individuos bienentrenados, mquinas obedientes liberadas de repugnancias morales ydispuestas a todas las ferocidades. Encontraremos de nuevo esta exigencia,

    cincuenta aos ms tarde, en Dzerzhinski, el fundador de la polica polticasovitica, la Cheka, que describi a sus subordinados como camaradasdecididos, duros, slidos, sin estados de nimo.23

    Por lo que se refiere a la poltica exterior, prosigue Renn, los cientficosen el poder deberan encontrar el arma absoluta, la que asegura la destruccininmediata de gran parte de la poblacin enemiga; tras haberlo hecho,tendran asegurada la dominacin universal. El da en que algunos

    privilegiados de la razn poseyeran el medio de destruir el planeta, susoberana estara creada; estos privilegiados reinaran por el poder absoluto,

    puesto que tendran en sus manos la existencia de todos. El poder espiritual

    llevar as al poder material.stas son las lneas generales de la utopa de Renn; forzoso es reconocer

    que los utopismos que comenzaron a implantarse medio siglo ms tarde seadaptan a ella hasta en los detalles. La proximidad es particularmente grandecon el nazismo, donde el proyecto de produccin de un hombre nuevo recibela misma interpretacin biolgica. Por lo dems, el propio Renn prevea larealizacin de su utopa no en Francia, donde habra chocado con otrastradiciones, sino precisamente en Alemania, un pas que muestra poca

    preocupacin por la igualdad e incluso por la dignidad de los individuos.Pero la distancia con respecto a la sociedad comunista no es mayor, slo est

    mejor escondida. sta reivindica un ideal igualitario, pero, como hemosrecordado, no se adecua a l en absoluto. En la prctica, el papel de

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    20/33

    vanguardia atribuido al Partido y la exigencia, en el seno de ste, de sumisinincondicional a los dirigentes revelan, a su vez, el culto a los superhombres,que acta en todas las sociedades totalitarias. La propia vida cotidiana sedesarrolla, pese a las consignas igualitarias, de acuerdo con un rito jerrquicobien establecido.

    El utopismo cientificista est en el corazn del proyecto totalitario.Podemos afirmar que es por completo ajeno a la democracia? A decir verdad,el cientificismo est tambin presente en ella, como una tendencia entreotras. Cada vez que creemos conocer el mundo de un modo exhaustivo ytener que cambiarlo en una direccin que se desprende del propioconocimientoen fsica, en biologa o en economaactuamos con unespritu cientificista, sea cual sea la forma de rgimen poltico en el que

    vivimos. Los excesos cientificistas en un pas democrtico son, incluso,bastante frecuentes: podemos ver un ejemplo de ello cuando las decisiones

    polticas se presentan como el efecto ineluctable de las leyes econmicasestablecidas por los sabios, o de las leyes naturales slo accesibles a mdicosy bilogos. A los polticos les gusta refugiarse tras la competencia de losexpertos. Sin embargo, la diferencia fundamental perdurar mientras estecientificismo no se haya convertido en un utopismo, un proyecto de sociedad

    perfecto que debe realizarse de inmediato. La gran obra, defendiendo laopinin contraria a Renn, se realiza aqu por la democracia, no por laciencia. En vez de que la sociedad est a sus rdenes, la ciencia est ahora alservicio de la sociedad. Por eso, tambin, la democracia no predica larevolucin, no se sirve del terror y favorece, por lo general, el pluralismo en

    detrimento del monismo.Es una suerte, para nosotros, que las democracias modernas no aspiren ainstaurar el reinado de la perfeccin en la Tierra ni a producir una especiehumana mejorada, pues, a diferencia de los totalitarios del siglo XX, esosaprendices de brujo, seran capaces de ir muy lejos por este camino.Disponen de medios de vigilancia y de control incomparables, poseen armascapaces de destruir todo el planeta, tienen en su seno cientficos capaces dedominar el cdigo gentico y, por lo tanto, de fabricar en sentido estricto unanueva especie. Comparados con las manipulaciones genticas, los groserosmedios de los comunistas, que intentaban alumbrar un hombre nuevo por la

    reeducacin y el terror, o de los nazis, por el control de la reproduccin y laeliminacin de las razas y de los individuos considerados inferiores,

    parecen pertenecer a la prehistoria.

    Volviendo resueltamente la espalda a cualquier utopismo, debe lademocracia renunciar a cualquier utopa? En absoluto. La democracia no esun conservadurismo, una aceptacin resignada del mundo tal cual es. No hayrazn alguna para encerrarse en la lgica de la exclusin de los otros, que lostotalitarios intentaron imponer en los espritus: no es necesario elegir entre larenuncia a cualquier ideal y la aceptacin de cualquier medio para imponerlo.

    A su vez, la democracia puede sustituir lo que es por lo que debe ser, pero no

    pretende que la razn pueda deducir esto de aquello. Lenin practicaba elmonismo y, por consiguiente, someta lo econmico a lo poltico. En

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    21/33

    democracia, ambos poderes permanecen separados, pero ello no quiere decirque estn condenados al aislamiento. Las fuerzas econmicas intentansometer a los actores polticos; stos, a su vez, pueden y deben imponerlmites a aqullos, en nombre del ideal de la sociedad. La utopa democrticatiene derecho a existir, siempre que no intente encarnarse por la fuerza, aqu yahora.

    Qu es lo que el hombre necesita? Los habitantes de los pasesdemocrticos o, al menos, sus portavoces, han credo a menudo que elhombre slo aspiraba a la satisfaccin de sus deseos inmediatos y de susnecesidades materiales: ms comodidad, ms facilidades, ms ocio. A esterespecto, los estrategas del totalitarismo resultaron mejores antroplogos ymejores psiclogos. Los hombres tienen, es cierto, necesidad de confort y dedistracciones; pero, de modo menos perceptible y, sin embargo, msimperioso, necesitan tambin bienes que el mundo material no les procura:

    quieren que su vida tenga sentido, que su existencia encuentre un lugar en elorden del Universo, que se establezca un contacto entre ellos y lo absoluto. Eltotalitarismo, a diferencia de la democracia, pretende satisfacer estasnecesidades y, por esta razn, fue libremente elegido por las poblacionesafectadas. No debe olvidarse que Lenin, Stalin y Hitler fueron deseados yamados por las masas.

    Las democracias, a riesgo de poner en peligro su propia existencia, notienen derecho a ignorar esa necesidad humana de trascendencia. Cmoevitar que conduzcan a catstrofes comparables a las que provoc eltotalitarismo en el siglo XX? No ignorando esta aspiracin, sino separndola

    resueltamente del orden social. Lo absoluto casa mal con las estructuras deEstado; lo que no significa que pueda desaparecer. El mensaje original deCristo era claro: Mi reino no es de este mundo, lo que no significa que elreino no exista, sino que se encuentra en el espritu de cada cual ms que enlas instituciones pblicas. Este mensaje fue puesto entre parntesis durantelargos siglos, convirtindose el cristianismo en una religin de Estado. Hoy,la relacin con la trascendencia no es menos necesaria que antao; para evitarla deriva totalitaria, debe seguir siendo ajena a los programas polticos (nuncaedificaremos el paraso en la tierra), pero iluminar desde el interior la vida decada persona. Podemos vivir el xtasis ante una obra de arte o un paisaje,

    orando o meditando, practicando la filosofa o mirando cmo re un nio. Lademocracia no satisface la necesidad de salvacin o de absoluto; no por ello

    puede permitirse ignorar su existencia.

    La guerra, verdad de la vida

    La ideologa totalitaria encuentra en el cientificismo contemporneo sutesis fundamental referente a las sociedades humanas: la ley de la vida es laguerra, el combate sin piedad. Las ideas de Darwin sobre la seleccin natural

    y la supervivencia del ms apto fueron simplificadas y endurecidas para seraplicadas a las sociedades humanas. La ley de su evolucin se expresa a su

    vez en los mismos trminos: lucha de clases, guerra de sexos, conflicto derazas, guerra de naciones. Sea cual sea el grupo humano elegido, su

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    22/33

    existencia est siempre regida por la voluntad de poder (el deseo de existir,segn la frmula de Renn) y los inevitables conflictos. Como haran mstarde los idelogos del racismo, Marx reivindica las ciencias de la naturaleza ya Darwin: Veo en el desarrollo de la formacin econmica un proceso dehistoria natural, escribe, y no por azar, como recuerda Arendt, Engels lellama el Darwin de la historia. Pero fueron sobre todo Lenin y Hitlerquienes adoptaron, del darwinismo, la idea de la lucha sin cuartel como leygeneral de la vida y de la historia. Toda vida es poltica, toda poltica esguerra. Alain Besancon advierte que Lenin, gran admirador de Clausewitz,invirti en realidad su mxima para afirmar: La poltica es slo unacontinuacin de la guerra por otros medios.

    No es que la idea haya nacido con Darwin, o con sus vulgarizadoresentre los pensadores del pasado, algunos la haban defendido ya (El hombrees un lobo para el hombre), pero se presenta aqu aureolada por el

    prestigio de la ciencia y escapa pues a la discusin. Una vez ms, sin el avalcientfico, el totalitarismo no hubiera podido nacer. La verdad del mundo,se dice ahora, es que est dividido entre nosotros y ellos, amigos y enemigos:dos clases, dos razas, etc., envueltas en un implacable combate; lo mejor que

    podemos hacer, una vez reconocida esta verdad, es secundar los esfuerzos dela naturaleza, tomar la obra en el punto donde la dej la naturaleza, denuevo segn la frmula de Renn, y aadir la seleccin artificial a la seleccinnatural: las rampas de Auschwitz y las ejecuciones de los kulaks se inscribenen este programa. El fin del conflicto es la eliminacin del enemigo. A esterespecto, tambin, el vocabulario de Lenin y de Hitler es revelador: se

    empieza deshumanizando al que se intenta vencer, convirtindolo en laescoria, el reptil, el chacal; su eliminacin se hace as aceptable paratodos. Es preciso, dice Lenin, exterminar sin piedad a los enemigos de lalibertad, hacer una sangrienta guerra exterminadora, acabar con la purriacontrarrevolucionaria.25 Todo totalitarismo es, pues, un maniquesmo quedivide el mundo en dos partes mutuamente excluyentes, los buenos y losmalos, y que se fija como objetivo la aniquilacin de estos ltimos.

    La traduccin de estos principios en la poltica del da a da acarrea, en elplano interior, la prctica generalizada del terror. Lenin lo introdujo desde elcomienzo del Estado sovitico y lo defendi sin ambages: Hay que plantear,

    abiertamente, que el terror es justo en principio y en poltica, que lofundamenta y lo legitima su necesidad. En los pases comunistas, dictaduradel proletariado se volvi un nombre en clave para referirse al terror

    policaco. Por ello hay que entender los asesinatos en masa, la tortura y lasamenazas de violencias fsicas; a lo que se aade esa institucin especfica y

    particularmente cmoda, los campos de concentracin: todos los pasestotalitarios disponen de ellos. La vida en los campos es, al mismo tiempo, una

    privacin de libertad y una tortura, son colonias penitenciarias; los detenidosnunca estn seguros de salir de ellos. En el resto de los pases reinan otrasformas de terror: gracias a una vigilancia constante y omnipresente, cualquier

    acto de insubordinacin o, incluso, la simple desviacin con respecto a lasnormas en curso puede ser denunciado y su agente condenado a la

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    23/33

    deportacin, a perder su trabajo, su alojamiento o el derecho, para l y parasus hijos, de inscribirse en la universidad o de viajar al extranjero, y assucesivamente; el nmero de vejmenes posibles es infinito.

    El terror no es una caracterstica facultativa de los Estados totalitarios,forma parte de su mismo fundamento. Por eso es baldo querer estudiar esosEstados, como han hecho distintas escuelas revisionistas, sin tenerlo encuenta como si se tratara de sociedades animadas por los conflictos y lastensiones clsicos. Pudo verse en 1989: en cuanto el terror fue suspendido (la

    polica y el ejrcito no haban recibido rdenes de disparar contra losmanifestantes), los Estados totalitarios comunistas se derrumbaron como uncastillo de naipes.

    Ms all de las fronteras, el terror toma el rostro ms familiar de la guerra(o, en posicin de repliegue, de la guerra fra); los pactos son forzosamente

    provisionales. El objetivo es siempre la dominacin; los medios se adaptan a

    las circunstancias del momento. A fin de cuentas, la violencia recibe, en elmarco totalitario, una legitimacin mltiple. Es, en primer lugar, la ley devida y de supervivencia, pero sta conviene, adems, a quien posee la verdadcientfica: para qu andarse con discusiones cuando se sabe adonde hay queir y lo que debe hacerse?

    La divisin de la humanidad en dos partes mutuamente excluyentes esesencial para las doctrinas totalitarias. No hay lugar aqu para las posicionesneutrales: cualquier persona moderada es un adversario; cualquier adversario,un enemigo. Reduciendo la diferencia a la oposicin e intentando luegoeliminar a quienes la encarnan, el totalitarismo niega radicalmente la

    alteridad, la existencia de un t a la vez comparable al yo, inclusointercambiable con l, y que sin embargo sigue siendo irreductiblementedistinto a l. Tenemos aqu una definicin del pensamiento totalitario, muchoms extendido que los Estados totalitarios: aquel que no deja lugar legtimoalguno a la alteridad y a la pluralidad. Su emblema podra ser esta perla deSimone de Beauvoir, que no nos cansaremos de citar: La verdad es una, elerror es mltiple. No es una casualidad que la derecha profese el

    pluralismo. No diremos por ello, imitando su espritu, que la izquierda esnecesariamente totalitaria; sino ms bien que, en el pensamiento que estafrase ilustra, los principios de la guerra se ven extendidos a la vida civil; el

    enemigo del interior no merece menos la muerte que el del exterior. En estesentido, el totalitarismo es hostil al universalismo que cultiva, por el contrario,el ideal de paz.

    Este punto merece que nos detengamos ms extensamente. Se afirma amenudo que el comunismo se basa en una ideologa universalista y se ve eneste hecho la gran dificultad para agrupar, bajo la misma etiquetatotalitaria, al comunismo y al nazismo, puesto que este ltimo esexplcitamente antiuniversalista. Raymond Aron, uno de los adversarios msintransigentes y ms lcidos tanto del pensamiento como de la polticacomunistas, en su exposicin de la cuestin, que se ha hecho clsica en

    Francia, plantea de entrada que una de las ideologas es universalista yhumanitaria,28y la otra, nacionalista, radical y todo salvo humanitaria, lo

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    24/33

    que le permite hablar, con respecto al proyecto comunista, de noblesaspiraciones, de la creencia de los comunistas en valores universales yhumanitarios, de su voluntad inspirada por un ideal humanitario.

    Ante esas frmulas nos quedamos perplejos. Slo hay dos posibilidades.O se aplican a la idea comunista tomada en su mayor generalidad, como

    puede observarse en perodos muy distintos de la historia, una idea deigualdad, de justicia y de fraternidad (y el comunismo apenas se distingueentonces del cristianismo); aunque no se ve cmo es posible limitarse a eso

    para caracterizar el rgimen nacido de la Revolucin de Octubre, ni tampocosu programa. O se trata realmente de la ideologa del Estado soviticoemplazado por Lenin, pero entonces no se comprende por qu extraaseleccin Aron consigue recordar slo, de esta ideologa, la imagen

    propagada por sus partidarios. Pues lo propio del leninismo, rompiendo eneste punto con la tradicin socialista e, incluso, marxista (a la que Lenin trata

    de socialdemcrata, cuando no de socialtraidora, y a sus sucesores desocialfascistas), es precisamente este abandono de la universalidad, puestoque la victoria pasa ahora por la derrota y la eliminacin fsica de una parte dela poblacin, llamada, por necesidades de la causa, la burguesa, o losenemigos.

    El comunismo pretende la felicidad de la humanidad, aunque a condicinde que los malos hayan sido previamente apartados, algo que, a fin decuentas, sucede tambin con los nazis. Cmo puede creerse an en eluniversalismo de la doctrina cuando sta afirma que se apoya en la lucha, la

    violencia, la revolucin permanente, el odio, la dictadura, la guerra? Se da la

    justificacin de que el proletariado es la mayora, y la burguesa una minora,lo que nos lleva ya lejos del universalismo; pero cuando, adems, se sabe quela otra gran contribucin de Lenin a la teora comunista se refiere al papeldirigente del Partido, destinado a someter a las masas proletarias, vemos queni siquiera el argumento de la mayora se sostiene. Lenin se habra redomucho de ese intento de Aron de presentarle como un humanista.

    Puesto que el texto de Aron data de 1958, podemos preguntarnos siincluso un observador tan lcido como l dispona, por aquel entonces, de lasinformaciones necesarias referentes no slo a las prcticas de los comunistasen el poder sino tambin a su programa. Sin embargo, en las mismas pginas

    de Democracia y totalitarismo, Aron describe a los comunistas soviticoscomo un partido [que] se reconoce el derecho a emplear la violencia contratodos sus enemigos, en un pas donde, en el punto de partida, se encuentra enminora. Pero cmo logra entonces ver en esta violencia sistemtica eindispensable un ejemplo de los valores universales y humanitarios? Setiene la impresin de que el contexto de guerra fra en el que su libro fueescrito le oblig, curiosamente, a tomarse demasiado en serio la propagandasovitica, y a no tener en cuenta ciertas caractersticas de la ideologacomunista que, por lo dems, saba observar.

    Por ello, la reflexin de Aron sobre la comparacin de los regmenes

    totalitarios se ve un poco comprometida. Concluye, en efecto, que entre ellosla diferencia es esencial, sean cuales sean las similitudes, pues en un caso

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    25/33

    acta una voluntad de construir un rgimen nuevo y, tal vez, otro hombre, porcualesquiera medios que sea; en el otro, una voluntad propiamente diablicade destruccin de una seudorraza. Ahora bien, la diferencia slo procede,aqu, de la presentacin tendenciosa que hace Aron de los dos regmenes, enla que retiene, para uno, los objetivos autoproclamados y, para el otro, losmedios utilizados. No pueden compararse as fines y medios. Hitler queradestruir la seudorraza juda para purificar a su pueblo y obtener as una mejorraza aria, otro hombre por tanto y, claro est, un rgimen nuevo; de nada sirveaqu evocar a los demonios. Recprocamente, Stalin persigue su objetivoconsiderando necesaria la destruccin de una seudoclase, los kulaks,condenados deliberadamente al fusilamiento o a la muerte por hambre: son,en efecto, cualesquiera medios que sea. Son pues los ideales de ambosregmenes los que rompen con el universalismo: Hitler quera una nacin y,ulteriormente, una humanidad sin judos; Stalin pide una sociedad sin clases,sin clase burguesa. Una parte de la humanidad pasa, cada vez, por prdidas yganancias. Aqu difieren, simplemente, las tcnicas utilizadas para llevar acabo una misma poltica.

    De modo que cuando Aron, creyendo aportar la prueba de laespecificidad del rgimen hitleriano, concluye: En la historia moderna,nunca un jefe de Estado haba decidido, a sangre fra, organizar el exterminioindustrial de seis millones de sus semejantes, podemos replicarle: en 1932-1933, un jefe de Estado llamado Yosiv Stalin decidi, a sangre fra, organizarel exterminio artesanal de seis millones de semejantes, campesinos deUcrania, del Cucaso y de Kazajistn. Cierto es que Aron no parece estar al

    corriente de esta matanza, la mayor de las que organiz el poder sovitico.Es preciso pues insistir en ello: la ausencia de universalismo no slo espatente en el nazismo, que, brotado de los movimientos nacionalistas, exponeabiertamente su particularismo, sino tambin en el comunismo, quereivindica un ideal internacional. Y es que internacional no quiere deciruniversal. En realidad, el comunismo es tan particularista como elnazismo, pues afirma, de modo explcito, que no toda la humanidad se veconcernida por este ideal: transnacional no significa transclases, se exigesiempre la previa eliminacin de una parte de la humanidad. Una frmula deKaganovich, uno de los ntimos colaboradores de Stalin, lo expresa muy bien:

    Debes pensar en la humanidad como en un gran cuerpo, pero que necesitapermanente ciruga. Debo recordarte que la ciruga no puede realizarse sincortar las membranas, sin destruir los tejidos, sin hacer correr la sangre?.29Sencillamente, la divisin no es ya territorial u horizontal (delimitada porlas fronteras del pas), sino vertical, entre estratos de una misma sociedad.Donde en unos aparece la guerra de las naciones o la de las razas, en los otrosse sita la lucha de clases.

    Ni siquiera esta ltima oposicin tiene nada de irreductible. Poco tiempodespus de la Revolucin de Octubre, y en todo caso despus de la muerte deLenin, se opera una singular fusin entre los intereses de la revolucin

    mundial y los de la Rusia sovitica que la encarna: todo lo que sirve a unaaprovecha a la otra, y a la inversa. Gracias a esta equivalencia, los objetivos

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    26/33

    internacionalistas comenzaron a confundirse con los intereses de un solo pas.El Komintern, que deba ser la expresin del internacionalismo, era al mismotiempo un instrumento al servicio tanto del espionaje ruso como de la

    voluntad sovitica de expansin y hegemona. Los kominternianos quetienen dificultades para comprender esta fusin acaban, rpidamente, en elcampo o ante el pelotn de ejecucin. El internacionalismo sovitico en nadase diferencia de la defensa del inters nacional ms all de las fronteras. En laSegunda Guerra Mundial, esta poltica sali a la luz del da: como en lahermosa poca del imperialismo de la Gran Rusia, la Unin Sovitica seanexion vastos territorios que pertenecan, hasta entonces, a los pases

    vecinosRumania, Polonia o Finlandiao pases enteros, como los Estadosblticos, y todo para hacerles avanzar ms rpidamente por el camino delsocialismo. Durante la guerra, grupos tnicos, incluso naciones enteras,fueron asimilados por Stalin con el enemigo de clase y, por esta razn,oprimidos, deportados, erradicados. Lo mismo ocurri, aproximadamente, enel lado nazi, donde se pas tambin con facilidad del genocidio de raza algenocidio de clases cuando se trat de eliminar, no ya a los judos o losgitanos, sino a ciertas categoras de polacos y de rusos.

    Debo aadir que el propio Aron cambi de opinin en este punto y que,en lo que puede considerarse como su testamento poltico, el Eplogo desus Memorias (1983), escribe: El comunismo no me resulta menos odioso delo que era el nazismo. El argumento que emple ms de una vez paradiferenciar el mesianismo de clase del de raza, no me impresiona mucho ya.El aparente universalismo del primero se ha convertido, en un postrer

    anlisis, en un espejismo. [...] Sacraliza los conflictos o las guerras, muy lejosde salvaguardar por encima de las fronteras los frgiles vnculos de una fecomn.

    Tambin en ello el totalitarismo se opone a la democracia y alpensamiento humanista que la sostiene y que, en cambio, es efectivamenteuniversalista. Este principio se ejerce dbilmente fuera de las fronterasnacionalistas, donde las relaciones entre pases democrticos siguen estandosometidas a la fuerza, aunque ya no conduzcanen principioal inicio de laguerra, siendo la dominacin buscada de orden esencialmente econmico. Laexigencia universal es, en cambio, obligatoria en la poltica interior, que debe

    dirigirse en nombre de todos y con vistas al bien de todos. De ah la constantebsqueda de lo que puede servir para los intereses comunes, pero tambin lanecesidad, para cada uno de los componentes de la sociedad, de renunciar

    parcialmente a la satisfaccin de sus intereses; la poltica democrtica es unarte del compromiso. En democracia, no se intenta resolver los conflictoseliminando fsicamente a uno de los adversarios, sino que se transforman losantagonismos, inevitables en cualquier grupo humano, encomplementariedades. Contrariamente a la idea recibida, el universalismo notraba el reconocimiento de la alteridad; muy al contrario, lo hace posible. Loque la destruye es la reduccin de la diferencia a la oposicin y la necesidad

    de aniquilar al enemigo, movimientos consustanciales al totalitarismo. Aqu,el ideal lejano puede ser la paz y la armona universal, pero para alcanzarlo es

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    27/33

    preciso, primero, eliminar a todos los que, al parecer, se oponen a ello. Lavictoria inicial de la revolucin no basta en absoluto: la lucha de clases nohace ms que exacerbarse con el paso de los aos, segn Stalin, incluso en la

    propia patria del comunismo; y, adems, sta se halla siempre rodeada deenemigos.

    La gramtica del humanismo implica la distincin de tres personas: elyoque ejerce su autonoma; el t, a la vez distinto a l y colocado en el mismo

    plano que l (cada t se convierte, a su vez, en yo, y viceversa), un t queasume sucesiva o simultneamente los papeles de colaborador, rival,consejero, objeto de amor y as sucesivamente; por fin, los ellos, la comunidadde la que se forma parte, la humanidad entera, incluso, concebida fuera de lasrelaciones personales, donde todos los individuos estn provistos de la mismadignidad. La gramtica del totalitarismo, en cambio, slo conoce dos

    personas: el nosotros, que ha absorbido y eliminado las diferencias entre yo

    individuales, y los ellos, los enemigos que deben combatirse, eliminarseincluso. En el lejano porvenir, cuando se haya realizado la utopa totalitaria,los ellos ya slo sern esclavos sumisos (como en el nazismo) o acabarnsiendo eliminados (la gramtica del comunismo tiene una sola persona).

    Planteando la unidad como ideal supremo, la ideologa totalitariacoincide paradjicamente con la crtica conservadora de la democracia. Elrgimen democrtico era vctima, al modo de ver de los conservadores, comorecordaremos, de su individualismo y su nihilismo. Sometiendo toda lasociedad a una regla nica, exigiendo la obediencia de todos los individuos alas directrices del Partido, el Estado totalitario hace imposible el

    individualismo; al extraer sus valores de la ciencia e imponrselos a todos,debe eliminar tambin, al parecer, el nihilismo.

    Ambivalencias totalitarias

    La ideologa totalitaria es una construccin compleja; podramos decirincluso que intenta reconciliar exigencias incompatibles, lo que es a la vezuna mente de debilidadcierto da, sus contradicciones estallan y todo eledificio se derrumbay de fuerza: mientras llega el hundimiento final, los

    principios dispares permiten rastrillar con tanta mayor amplitud o compensaraqu un fallo, afirmando all lo contrario. Las tensiones internas de la doctrina

    podran, creo, resumirse en tres.

    La primera encuentra su fuente en la antinomia filosfica fundamental dela necesidad y del libre albedro. Por una parte, el curso del mundo obedece auna causalidad rigurosa, histrica y social segn unos, biolgica segn otros.Todo lo que sucede deba suceder, pues todo est determinado de antemano

    por unas causas irresistibles. Pero, por otra parte, el porvenir est en nuestrasmanos: se propone un modelo ideal y se harn los esfuerzos necesarios paraalcanzarlo. Se est dispuesto a hacer tabla rasa con el pasado para edificar unmundo mejor e, incluso, un hombre nuevo. El cientificismo resuelve estaantinomia gracias a la intervencin de un tercer trmino, el conocimiento

    cientfico. Si, en efecto, el mundo es por completo cognoscible, si elmaterialismo histrico nos revela las leyes de toda sociedad y la biologa, las

  • 7/24/2019 El Totalitarismo El Mal Del XX Todorov

    28/33

    leyes de toda vida, se nos hace posible, a los que dominamos los secretos dela ciencia, no slo explicar las formas existentes, sino tambin orientar sutransformacin en la direccin que elijamos. De ese modo, en efecto, latcnica, que pertenece al dominio de la voluntad, puede reivindicar la ciencia,que intenta conocer las necesidades.

    La tensin, sin embargo, es menos fcil de resolver a partir del instante enque el objeto que debe conocerse es la historia unidireccional y no un eternorecomienzo: si el curso de la historia humana es, de todos modos, ineluctable,estn justificados los sacrificios que exige su nfima aceleracin? Pues bien,comunistas y nazis a la vez afirman conocer de antemano el desenlace de losacontecimientos e intervienen, del modo ms activo (la revolucin) paramodificar su curso.

    La segunda gran ambigedad en las premisas fil