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Nadie mejor que María nos enseña a preparar el nacimiento de Jesús. María, al igual que otros muchos buenos judíos de Israel, esperaba con gran ilusión la venida del Señor, pero no podía imaginar que vendría por medio de ella misma. Ella es la persona gracias a la cual se realizó de un modo único y singular la venida del Señor. Con un gran acto de fe y de obediencia, María aceptó ser la Madre del Hijo de Dios, diciendo: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra”. Confió plenamente en Dios y con amor de madre esperó. Así se convirtió en "morada" del Señor, en verdadero "templo" en el mundo y en "puerta" por la que el Señor entró en la tierra. Por ella vino la Salvación al mundo. El tiempo de ADVIENTO ORACIÓN María, madre de Jesús y madre nuestra, tú que llevaste en tu vientre al Hijo de Dios y preparaste tu corazón para recibirlo con inmenso amor, haz que también nosotros nos preparemos a recibirle en esta Navidad y podamos compartir el gozo del nacimiento de Jesús con nuestros familiares y amigos, como tú lo compartiste con san José, tu esposo, con los pastores y los Magos que fueron a Belén. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. ORACIÓN El Adviento es el tiempo litúrgico que recorre las cuatro semanas que preceden a la Navidad y en el que se nos invita a preparar el corazón para la llegada del Señor. El primer día de Adviento coincide con el cuarto domingo antes de la Navidad (a finales de noviembre o primeros días de diciembre) y es el comienzo del año litúrgico en la Iglesia Católica. El color litúrgico de este tiempo es el morado, que indica penitencia. El Adviento nos enseña y recuerda que nos hallamos en un tiempo intermedio entre la primera venida de Cristo y la futura y definitiva venida al final de los tiempos. Es el tiempo en el que los cristianos celebramos que Jesucristo vino, viene y vendrá. El Adviento es un período privilegiado ya que nos invita a recordar y celebrar el pasado, nos impulsa a vivir el presente con alegría y vigilancia, y nos anima a preparar el futuro con esperanza. Dios todopoderoso y Padre lleno de bondad, concédenos esperar con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; limpia nuestro corazón de todo pecado, de modo que los afanes de este mundo no nos impidan descubrir la cercanía del Salvador, y podamos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, dispuestos a celebrarla con fe, sencillez y alegría profunda. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén. La palabra “adviento” viene del latín adventus, y significa "venida", “advenimiento”. Es la traducción de la palabra griega parusía, que significa "llegada", "retorno". Es el precursor inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino. Testigo de la Luz, Juan el Bautista anuncia al pueblo de Israel la inminente llegada del Mesías. Esta fue su vocación y a esta misión se dedicó por entero, llevando una vida de austeridad, de ayuno y de oración. Precediendo a Jesús, dio testimonio fiel de él mediante su predicación, mediante su bautismo de conversión y finalmente con su martirio. San Juan Bautista nos habla de la necesidad de la conversión y del cambio de mentalidad, para poder hallar y seguir a Jesucristo. También el cristiano ha de ser luz ante los demás y preparar los corazones de muchas personas para que escuchen y acojan la palabra de Dios. 1. San Juan Bautista 2. La Virgen María La liturgia de la Iglesia, en los textos bíblicos y en las oraciones de este tiempo, resalta las figuras de algunos Profetas del Antiguo Testamento y también de San José, el esposo de María. Pero, sobre todo, destaca a dos personas que son prototipo y ejemplo de cómo ha de vivirse el Adviento: Juan el Bautista y la Virgen María. Ambos nos enseñan cómo hemos de preparar la venida del Señor.

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Nadie mejor que María nos enseña a preparar el nacimiento de Jesús.

María, al igual que otros muchos buenos judíos de Israel, esperaba con gran ilusión la venida del Señor, pero no podía imaginar que vendría por medio de ella misma.

Ella es la persona gracias a la cual se realizó de un modo único y singular la venida del Señor.

Con un gran acto de fe y de obediencia, María aceptó ser la Madre del Hijo de Dios, diciendo: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra”. Confió plenamente en Dios y con amor de madre esperó.

Así se convirtió en "morada" del Señor, en verdadero "templo" en el mundo y en "puerta" por la que el Señor entró en la tierra. Por ella vino la Salvación al mundo.

El tiempo de ADVIENTO

OR

AC

IÓN

María, madre de Jesús y madre nuestra, tú que llevaste en tu vientre al Hijo de Dios y preparaste tu corazón para recibirlo con inmenso amor, haz que también nosotros nos preparemos a recibirle en esta Navidad y podamos compartir el gozo del nacimiento de Jesús con nuestros familiares y amigos, como tú lo compartiste con san José, tu esposo, con los pastores y los Magos que fueron a Belén. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

OR

AC

IÓN

El Adviento es el tiempo litúrgico que recorre las cuatro semanas que preceden a la Navidad y en el que se nos invita a preparar el corazón para la llegada del Señor. El primer día de Adviento coincide con el cuarto domingo antes de la Navidad (a finales de noviembre o primeros días de diciembre) y es el comienzo del año litúrgico en la Iglesia Católica. El color litúrgico de este tiempo es el morado, que indica penitencia.

El Adviento nos enseña y recuerda que nos hallamos en un tiempo intermedio entre la primera venida de Cristo y la futura y definitiva venida al final de los tiempos.

Es el tiempo en el que los cristianos celebramos que Jesucristo vino, viene y vendrá.

El Adviento es un período privilegiado ya que nos invita a recordar y celebrar el pasado, nos impulsa a vivir el presente con alegría y vigilancia, y nos anima a preparar el futuro con esperanza.

Dios todopoderoso y Padre lleno de bondad, concédenos esperar con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; limpia nuestro corazón de todo pecado, de modo que los afanes de este mundo no nos impidan descubrir la cercanía del Salvador, y podamos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, dispuestos a celebrarla con fe, sencillez y alegría profunda. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.

La palabra “adviento” viene del latín adventus, y significa "venida", “advenimiento”. Es la traducción de la palabra griega parusía,

que significa "llegada", "retorno".

Es el precursor inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino.

Testigo de la Luz, Juan el Bautista anuncia al pueblo de Israel la inminente llegada del Mesías. Esta fue su vocación y a esta misión se dedicó por entero, llevando una vida de austeridad, de ayuno y de oración.

Precediendo a Jesús, dio testimonio fiel de él mediante su predicación, mediante su bautismo de conversión y finalmente con su martirio.

San Juan Bautista nos habla de la necesidad de la conversión y del cambio de mentalidad, para poder hallar y seguir a Jesucristo.

También el cristiano ha de ser luz ante los demás y preparar los corazones de muchas personas para que escuchen y acojan la palabra de Dios.

1. San Juan Bautista 2. La Virgen María

La liturgia de la Iglesia, en los textos bíblicos y en las oraciones de este tiempo, resalta las figuras de algunos Profetas del Antiguo Testamento y también de San José, el esposo de María. Pero, sobre todo, destaca a dos personas que son prototipo y ejemplo de cómo ha de vivirse el Adviento: Juan el Bautista y la Virgen María. Ambos nos enseñan cómo hemos de preparar la venida del Señor.

Primera Venida: La Encarnación del Hijo de Dios

AD

VIEN

TO

¿Qué podemos hacer durante el Adviento? Inspirándonos en Lc 3, 10-18, pensemos qué regalo podemos hacerle al Señor por Navidad.

Leer y comentar la parábola de las diez doncellas: Mt 25, 1-13. ¿Por qué a veces dejo a Dios y las necesidades de mi alma en último lugar?

¿Estoy alegre? ¿Pongo mi alegría sólo en los estados de ánimo según las cosas me afecten o la pongo en la cercanía de Dios y en su amor?

¿Me desanimo con facilidad ante las contrariedades de la vida? ¿Qué es la esperanza cristiana?

Leer y comentar el Cántico de Zacarías (Benedictus): Lc 1, 67-79.

¿Sigues la costumbre de colocar en un lugar visible de la casa la Corona de Adviento? ¿Sabes por qué son cuatro velas y lo que significan?

DIA

LOG

AM

OS

1º Conversión: No podemos salir con el alma sucia al encuentro de Cristo que viene, hemos de ir acompañados por las obras buenas. Tenemos cuatro semanas para preparar el corazón, para quitar lo que estorba y llenarnos de la gracia de Dios. Dios quiere ver en nosotros obras de caridad y de misericordia. Textos bíblicos: Mt 3, 1-12; Mc 1, 1-8; Lc 3, 10-18.

Hace unos dos mil años, en Nazaret, María concibió a Jesús por obra de Dios Espíritu Santo; en Belén lo dio a luz. El Hijo de Dios se hizo así hombre y habitó entre nosotros.

D i o s , que es invisible, se hizo visible y vino al mundo en la debilidad de la carne, semejante a nosotros en todo, menos en el pecado. Con su vida, muerte y resurrección nos ha salvado.

JESUCRISTO: VINO VIENE VENDRÁ

Jesús, en esta venida intermedia, no viene físicamente sino de forma espiritual, pero real y verdadera.

Viene en la Eucaristía y demás sacramentos; viene en lo pobres y pequeños; viene en el enfermo y en el que sufre; viene en los acontecimientos.

Quiere venir cada día a tu corazón y entrar en tu vida, si le dejas. Textos: Mt 18, 20; Mt 25, 31-46.

Será la última y definitiva venida de Cristo. Marcará el fin de la historia y Jesucristo vendrá en el esplendor de su gloria, como juez y Señor de todas las naciones. Ese momento es conocido como la “Parusía”.

No sabemos cuando será, pero ciertamente vendrá. Siempre hemos de estar preparados, como miembros de la Iglesia a la espera del retorno de Cristo.

Segunda Venida: Jesucristo glorioso al final de los tiempos

Venida Intermedia: Presencia en nosotros por medio de la gracia 2º Vigilancia:

Tiempo de vigilancia y preparac ión, para no sucumbir al espíritu del mundo ni dar la espalda a Dios, para ser luz ante los que viven en la oscuridad. La tentación de pensar que el Señor tarda en llegar hace que retrasemos la conversión y no cambiemos nuestro estilo de vida. Hemos de perseverar en la fe, orar, ser fieles, levantándonos cada día. Textos bíblicos: Rom 13, 11-14; Mt 24, 37-44; Mc 13, 33-37; Pe 3, 8-14; Lc 21-25-36; St 5, 7-10.

3º Alegría: Tiempo de crecer en alegría. No se trata de la alegría superficial de poseer cosas sino del gozo profundo de estar cerca de Jesús y de saber que él siempre está a nuestro lado. La verdadera alegría es la presencia

de Dios en nuestra alma. Es una alegría que subsiste en las dificultades. “Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar” (Jn 16, 22). Textos bíblicos: Tes 5, 16-24; Lc 1, 26-38; Flp 4, 4-7.

4º Esperanza: Tiempo de crecer en esperanza, de esperar el futuro superando

los obstáculos con la confianza de que Dios no nos abandona; con la esperanza de que la Palabra de Dios se cumple y nuestra salvación está cerca; con la seguridad en obtener, si somos fieles, los bienes que el Señor nos promete. Nuestra fortaleza está en Él. Textos bíblicos: Mt 11, 2-11; Mt 1, 18-24; Lc 1, 39-45.

El pueblo de Israel esperó durante siglos la venida del Mesías: Jesucristo

El Antiguo Testamento fue un tiempo de espera. A causa del pecado original se cerró el Cielo, y Dios, siempre bueno y providente, prometió redimir a los hombres. Miles de años transcurrieron desde la promesa hasta su cumplimiento. Israel, el pueblo elegido por Dios, vivió su propio “adviento”, suspiraba por la venida del Mesías anunciada por los Profetas.

1. Nos preparamos para la venida de Jesús a nuestra alma por la gracia en el día de Navidad.

2. Hacemos memoria y agradecemos la venida del Hijo de Dios a la tierra hecho hombre por la Encarnación.

3. Nos preparamos para su venida al fin del mundo como juez supremo de vivos y muertos. D

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