el ser y el internet
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7/26/2019 El Ser y El Internet
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El ser y el Internet
Durante los ltimos aos hemos asistido a un proceso cada vez ms acelerado
de idiotizacin de nuestro ser. El Internet, el mdem, la informtica y ms
recientemente el llamado cierespacio se han apropiado simlicamente del
yo. !uestra ma"ia en carne y hueso. #eide""er uscaa all$ el misterio ltimo
de la fundacin precisa de una metaf$sica. %na sensacin ontol"ica de
comunicacin de uno con el mundo.
&ues ien, 'hay al"una morada posile de coe(tensin en los mr"enes en
lanco de la vida y su errtico destino) El cierespacio crea una inicua variale
de soledad, e(pansin y de muerte en el reposo. %na sensacin tal vez ilusoria
de cohaitancia y comunin.
*o soy el primer hipnotizado ante el hechizo y la teatralidad de la ima"o de esa
transparencia. Empero, el aliento de mi transcendencia, seducida por la
fantas$a de esa transparencia, no hace metstasis ni en asoluto me inhie.
E(+uisita e in"enua forma de seduccin fatal. Eni"ma +ue +uizs enmascara el
fundamento del ser. Este es el autntico rostro de la muerte ultramoderna,
hecha de la cone(in o-etiva, sin falla, ultrarrpida, de todos los trminos de
un sistema.
e"n /ean 0audrillard, las verdaderas necrpolis ya no son los cementerios,
los hospitales, las "uerras, las hecatomes, la muerte no est en asoluto
donde se cree1 no es iol"ica, psicol"ica, metaf$sica, no es ni si+uiera mortal.
us necrpolis son los stanos o los halls de computadoras, espacios lancos,
e(pur"ados de todo ruido humano. 2tad de cristal donde se con"ela toda la
memoria esterilizada del mundo. olo los muertos se acuerdan de todo.
2l"o como una eternidad inmediata del saer, una +uintaesencia del mundo+ue hoy soamos con enterrar en forma de microfilms y de archivos, archivar el
mundo entero para +ue sea redescuierto por al"una civilizacin futura1
refri"eracin de todo el saer a fin de +ue resucite, paso de todo el saer a la
inmortalidad como valor3si"no.
En el anlisis de este nuevo pataf$sico del yo, las computadoras son esa
muerte miniaturizada a la +ue nos sometemos con la esperanza de sorevivir.
4os museos estn ya ah$ para sorevivir a toda esta civilizacin, para
testimoniar5 '+u) &oco importa. El solo hecho de +ue e(istan atesti"ua +ueestamos ante una cultura +ue no tiene sentido para s$ misma y +ue no puede
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sino soar con tener al"o posteriormente para al"uien. 6odo se vuelve as$
entorno de muerte desde el instante en +ue no es ms +ue un si"no
miniaturizale en un con-unto "i"antesco. El uso de la computadora ha
alcanzado un "rado tal +ue frente a esa pantalla podemos e(perimentar
precozmente nuestra autodestruccin como un placer esttico de primer orden.Esta actitud inducida o radicalmente alienante, ha venido a desarrai"ar toda
nuestra tradicin. 4as in"entes ener"$as +ue derrochamos en ese tipo de
tecnolo"$a no deen ocultarnos +ue no se trata en el fondo, sino, de lo"rar esa
reproductiilidad indefinida, +ue es, sin emar"o, un desaf$o al orden actual
+ue vivimos1 pero +ue, finalmente no se trata ms ien +ue de un cierto modo
de simulacro. %na solucin deshumanizada y poco misteriosa para el nuevo
eni"ma del mundo.
4a crisis actual es una uena seal y no una simple metfora del ocasoincipiente de nuestra sociedad. Del mismo modo +ue se ha venido produciendo
una nueva alienacin propiamente moderna, nacida de la cuantificacin,
verti"inosidad y astraccin del Internet.
El Internet opone a lo real astracto y cosificado la revancha ima"inaria de la
calidad y de lo concreto. #umaniza, mediante la tcnica, contra la tcnica,
polando el mundo tcnico de presencias7 voces, msicas, im"enes. I"ual +ue
los arcaicos viv$an rodeados de fantas$as, de esp$ritus, de doles
onmipresentes, de la misma manera vivimos nosotros, los civilizados de este
si"lo, en un universo en el +ue la tcnica resucita esa anti"ua ma"ia. 2s$, la
modificacin de las condiciones de vida a-o el efecto de las tcnicas, la
elevacin de las posiilidades de consumo y la promocin crean un "rado
$"neo de fantas$a e(cesiva para el desarrollo futuro y las propensiones
espirituales del universo. &ara al"unos tericos de la posmodernidad vivimos
una era cie"amente posindustrial. Era del vac$o y la innovacin.
&ara 4ipovets8y vivimos en una sociedad fundada en el valor irremplazale,
ltimo, de cada unidad humana, en la +ue incluso el arte propone formas
dislocadas, astractas, hermticas1 se presenta como inhumano. De repente
nos invaden los cierpun8s y a"otan nuestras posiilidades de infinito. Esos
terriles chicos nos desemarazan de lo irracional y la ma"ia. Estamos
condenados, indefectilemente, a camiar de conducta. !o hay salida posile a
esta "uerra de las parolas verti"inosas y las leyes cie"as de Internet. in
recuperar lo simlico del alma, esos mismos tatuados del destino, le"itiman y
refuerzan nuestra incertidumre.