el romántico voivo de drácula

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Bram Stoker, escritor irlandés, autor de "Drácula" -la obra maestra del terror romántico de la que Oscar Wilde dijo que a su parecer era la mejor novela del siglo IXX-, murió sifilítico ...

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Page 1: El romántico Voivo de Drácula

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El romántico Voivo de Drácula

04/07/2010

JUAN ARIAS BERMEO

Page 2: El romántico Voivo de Drácula

Bram Stoker, escritor irlandés, autor de “Drácula” -la obra

maestra del terror romántico de la que Oscar Wilde dijo que

a su parecer era la mejor novela de habla inglesa del siglo

IXX-, murió sifilítico en un miserable cubil Londinense a

principios del siglo XX. Acorde con el testimonio que dejó la

viuda de Bram, éste, tumbado en su lecho de muerte,

señalaba insistente a una esquina bajo la penumbra del

cuarto de alquiler, musitando con fervor, “¡vampiro…

vampiro!”.

Es agradable suponer que el mentado conde estuvo

presente en la cámara mortuoria de su creador, con el

propósito de darle la paz al hombre que languidecía en

medio de la miseria, diciéndole: No vengo a despedirme de

ti, ¡oh Bram!, esto no es un adiós sino un hasta pronto

porque tú a través de mí serás un clásico, no sucumbirás

ante el tiempo astronómico y te perennizarás en la memoria

mágica de los hombres allende los intentos chapuceros de

otros por emular a tu producto genial, yo, tu criatura, el

romántico Voivo de Drácula.

Generaciones de lectores crecieron y aún medran a la

sombra del conde Drácula, de B. Stoker, allende la imagen

de asesino en serie que le infirió la industria

cinematográfica –salvo dos honrosas excepciones que son

fieles al legado del irlandés, el Nosferatu, de Herzog, y

Dracula, de Coppola-, al punto de pretender opacar al

Page 3: El romántico Voivo de Drácula

auténtico aristócrata del castillo gótico que se contempla

incólume tras el Paso del Borgo. La majestad del rey de los

vampiros ha sido distorsionada en rodajes que han

alcanzado la excelencia en el arte de exacerbar lo

sangriento mórbido, ofreciendo una sarta de

descuartizadores y pica-cuerpos infatigables, máquinas de

torturar y con licencia ilimitada para poner quietos del

pánico a sus avezados seguidores, los que anhelan sufrir

miedo percibiendo mejor la sangre que brota generosa de

los cadáveres de película, aquellos que desean de una vez

se invente la sala de cine que proporcione los olores

putrefactos del tormento de la carne ajena, para de esto

aullar con respeto: ¡Qué real que fue eso… qué real!

La moda de consumir carnicerías en los rectángulos

de la alienación, tiene la gracia de hacer que se nos

despierte el apetito por lo original vampírico, y, en

consecuencia, buscamos con ganas el rencuentro, sobre el

lugar mismo donde trabamos amistad con ese portentoso

conde. ¿Cuántos lustros sin visitar la ayer hórrida cueva

colgante, hoy la sagrada morada del vampiro inimitable?

Qué importancia tiene aquello si entretanto uno ha sabido

desarrollarse para comprender mejor el arte de vivir, y

entender que Drácula está más allá del bien y del mal,

como todo ácrata enamorado de las posibilidades lejanas

que juntas forman lo imposible inmediato. Sentir un

Page 4: El romántico Voivo de Drácula

profundo asco y temor por el Voivo era lo normal de ayer, y

un hecho real el apreciarlo como a un amigo del alma hoy.

Volvimos a viajar al reino perdido del boyardo con la

misma tensión adolescente, para que desde el inicio se

note la diferencia de la lectura que hizo el imberbe aprendiz

con la lectura del barbado vividor. Mantenerse adolescente

es tener lubricada la vocación por aprehender, y esta vez

hicimos la travesía ya en calidad de huésped de la regia

hospitalidad del castillo donde el conde es amo anfitrión y

servidor a la vez, quien nos abrió su portal recitando: Eres

bienvenido a entrar por tu voluntad a mi morada, ven en

paz a disfrutar de ella dejando tus preocupaciones afuera, y

dispuesto a darnos algo digno de tu ser… El retorno a la

novela de Bram tuvo la ventaja de hacerlo como si fuese el

coautor de la misma puesto que, una vez que el irlandés la

escribió y la donó al mundo, ésta dejó de ser toda suya

para que sus lectores pasen a reinventarla a su albedrío.

Las novedades que se hallan en la agreste

Transilvania, después de larga ausencia, son magníficas.

Ya no era el paisaje indómito que circunda al castillo un

abreboca para el terror del muchacho de ciudad que

apareció por primera ocasión allí; tampoco la suerte vertical

de las paredes del castillo nos dio náusea, ni venía a ser

una cárcel inexpugnable montada sobre el filo de lo

monstruoso. Encontramos aire renovado de montaña, y la

Page 5: El romántico Voivo de Drácula

noche nos invitaba a vivaquear bajo el titilar de astros

refulgiendo sobre el dosel de un bosque templado

proyectándose inconmensurable al amparo de creciente

luna, todo ello matizado con el canto alegre de lobos

rodeando a la hermosura de las hijas de la oscuridad. El

trueno de los rápidos que nos ahuyentaba como una

música lúgubre, devino en melodía de agua corriente que

arrulla. Las imágenes siniestras que aupaba la naturaleza

virgen de los Cárpatos, se transformaron en oleos de

ecosistemas primordiales para admirarlos a placer desde el

soberbió palacio del anfitrión, siendo en sí mismo una

maravilla arquitectónica asimilada a la abrupta cordillera.

¿Cómo no embriagarse con la soberbia vista de esa

construcción aérea, a pique, que viene a ser una

prolongación del peñón de granito que la sustenta? Tal

grado de exposición lo tentaría aun al mago del alpinismo,

Reinhold Messner, haber si arriesga una escalada por libre

desde la base del cañón que aloja un río fogoso de aguas

verdes producto del deshielo de los glaciares de las

cumbres. Lo que sí querría por firme Reinhold, es que ese

castillo, y el alucinante escenario que lo circunda, fuesen

suyos para instalar ahí la sede principal de los museos de

montaña que levantó en el Tirol del Sur.

MEMORIA

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El conde no ha salido de su hogar algunos siglos, desde

que dejó de hacerles la guerra santa a los turcos para ser

un vampiro aristócrata en usufructo del ocio salvaje de su

lugar. Una renuente pena de amor lo ancló al tiempo-

espacio del voivodato de Transilvania. De repente, se le

presenta la oportunidad de experimentar a tope en el

Londres del siglo IXX, donde reside la sin par belleza de

Mina, quien reencarna a su pasado amor posible pero ésta

no tiene memoria de aquello por lo que se constituye en

una pieza clave para la cacería y destrucción del

“monstruo”, encabezada por el doctor Van Helsing.

Voivo, una vez saciado del goce del cuerpo y el alma

de su antiguo amor, bebiendo de la sangre juvenil de Mina,

le reclama a ésta por su vil traición al ponerse de lado de la

jauría humana que lo acorraló sin remedio, y, para

escarmentarla y lo recuerde para el resto de sus días, se

abrió cual bisturí con la uña del índice una pequeña vena

del pecho obligándola a succionar de esa sangre ancestral.

La implacable persecución del “monstruo” que bajo el

sol pierde su poder nocturnal convirtiéndose en un vulgar

ciudadano, hace que éste vaya perdiendo a sus féretros

rellenos de tierra bendita por los pontífices de la fe

cristiana, tierra que durante centurias ha preservado por ser

el único lecho al que puede acudir para dormir en paz. El

médico holandés, Van Helsing, devino en un experto

Page 7: El romántico Voivo de Drácula

exterminador de vampiros, deduciendo que una sobredosis

de santidad sobre la tierra sagrada le haría perder su valor

para el imprescindible reposo del vampiro, de ello que una

hostia bendita dentro de cada cofre fue suficiente para

echar a perder el descanso de Drácula, y éste apenas logró

conservar una de las tantas cajas que trajo consigo por lo

que se ve obligado a emprender una heroica retirada a sus

lares. Ante la desigual batalla que venía librando con Van

Helsing y su tropa de valientes, no tenía más opción que la

de huir, pues el experimento de Londres se convirtió en una

lucha de un solo caballero feudal contra la organización del

mundo moderno.

Escapó de Londres en estampía, con lo puesto y

cargando el sarcófago remanente sobre los hombros,

rumbó a los Cárpatos vía marítima surcando las aguas del

océano Atlántico, del mar Mediterráneo y, tras cruzar el

estrecho del Bósforo, por el mar Negro. El barco de la

huida del conde se abría paso como alma que empuja el

demonio, siendo que el dueño y capitán del mismo –un

políglota a la hora de maldecir y proferir, de proa a popa,

dicterios en diferentes idiomas-, ante el insistente reclamo

de la tripulación para que eche al agua el siniestro ataúd

que los atemorizaba y al cual imputaban los extraños

sucesos que acaecían en el viaje, se excusaba diciendo

que él no era nadie para contradecir los designios del señor

Page 8: El romántico Voivo de Drácula

Diablo. Lo cierto es que la nave, durante los días y noches

que cumplió su cometido de trasladar al decrépito cliente

que la alquiló, de corrido estuvo invisible para otras

embarcaciones, iba envuelta en una nube plomiza y

próxima a la tempestad, como volando sin tropiezo sobre

las aguas, subida en aires traídos del averno que no

cejaron de animarla hacia delante.

Todo el poder de Drácula resultó impotente para

enfrentarse a la tenacidad del doctor Van Helsing, quien,

anticipándose al arribo de éste al Paso del Borgo,

incursionó con la salida del sol en el castillo donde

reposaban las compañeras del conde. Una vez dentro del

dormitorio de las vampiras procedió a eliminarlas a las tres

beldades de la noche con el ritual de rigor, estaca bendita

partiendo el corazón, posterior degollamiento y embutir de

ajos sus fauces. Y es aquí donde sufre el exterminador

para realizar su cometido, duda ante la belleza terrible de

las vampiras; se enamoró de la principal de ellas, una rubia

que lo embelesó con su potente feminidad medieval.

Sueña, no sé sabe qué tiempo, con la dama de hipnóticos

ojos de azul eléctrico; sueña con el peligro de quedarse ahí

petrificado hasta que caigan las sombras, y una vez que

despierte la agradecida vampira se dejaría amar por ella a

morir. ¡Qué desperdicio!, habrá mascullado el implacable

Page 9: El romántico Voivo de Drácula

Van Helsing mientras, con lágrimas brotándole a raudales

de los ojos, daba fin a su abominable trabajo.

Voivo de Drácula, segundos antes que la oscuridad le

devuelva sus poderes sublunares, fue ajusticiado a unos

metros de su palacio. Y, cual Quijote vencido, empezó su

larga carrera de vencedor a través de los siglos que lo

contemplan. En sus dolores y carencias reside el

romanticismo del vampiro adolescente, el que nunca se

cansa de conocer porque jamás madura para ser una fruta

podrida, el que es amando a la naturaleza silvestre tanto

como a la feminidad que esta encierra en su forma racional,

de Mina.