el rifle varios

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  • 8/18/2019 El rifle Varios

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    “El rifle” ('hffi, “Shoujfl”, 1952)

     Nobuo Kojima

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    Me gustaba mirar mi sombra al marchar con el rifle al hombro. Solía entreverla una y otra vez en el bosque lleno de sombras de rifles, visible a travs de las nubes de !olvo que se levantaban de nuestrosza!atones abotinados. "l bosque avanzaba con nuestros !asos. "l suelo sobre el que se arrastraba lasombra de mi rifle me !arecía tan !reciado como mi hogar.

    #urante la tem!rana !rimavera del noroeste de $hina y la vecina Mongolia, los torbellinos de !olvovuelan y cruzan corriendo el cielo. Siem!re que una de stas nos barría, sin im!ortar que noscubrisemos con mantas, una fina ca!a de arena se situaba en la su!erficie de nuestros rifles como unaflor de es!oras, de modo !asar los dedos !or el abovedado armaz%n dejaba una fina y delgada marca.&ambin bajo techo, !or su!uesto, una gruesa ca!a de !olvo cubría nuestras armas, !or lo cualmantenerlas lim!ias era todo un desafío.

    Siem!re me sentía un !oco mareado cuando levantaba la mira de mi rifle hacia el cielo brillante !aralim!iarlo. 'uego quitaba el cargador (la b%veda del tesoro( tan !ulido como los lugares m)s secretos deuna mujer, y firmemente agarrando la em!u*adura le quitaba el !olvo en línea recta desde el !unto demira hasta el martillo+ luego aceitaba y lim!iaba todo el ca*%n. inalizado eso, res!iraba !rofundamentey lim!iaba !or com!leto los bordes del mismo, y luego un !oco m)s adentro. No !odría describir cu)ntasatisfacci%n me daba esto. -odía detallar de memoria cada marca de mi rifle, cada una con su !ro!iahistoria el im!reciso corte circular en la base del ca*%n+ y arriba, la estril y ce*ida herida que !arecíala cicatriz de una o!eraci%n+ el tajo angosto, como los ojos de un /uda, en el lado izquierdo de laem!u*adura+ y, el m)s e0tra*o, un chich%n en la base de la misma que salía como un to!o+ durantealgn tiroteo, quiz)s un caramelo qued% allí atra!ado entre la madera y el metal, deshacindose bajo mitrans!irada mano. 2na y otra vez durante cada día tocaba mi rifle en un lugar, luego en otro. 3 cada vez

    que lo hacía la recordaba a ella. &ocaba el arma !ara recordarla a ella.

    4 mis veintin a*os, cuando estaba !or dejar las islas centrales de 5a!%n, quise de una mujer deveintisis (una mujer casada cuy! marido había ido a la guerra( el regalo m)s generoso que !odríahabrsele !edido. "staba escoltando a la casa de sus !adres a esta mujer, embarazada con el ni*o de sumarido, y me encontr de !ronto acariciando su blanco e hinchado vientre de siete meses, en una !osadadel cam!o en la cual debimos !arar. -asamos un rato y luego me des!edí, sin hacer m)s que hundir mirostro en las ondulaciones y huecos de su cuer!o. 4nte mis ruegos de tocarla an m)s, tras decirle queaquella era nuestra ltima noche juntos, ella sim!lemente cerr% los ojos y los mantuvo así, comoaturdida, y finalmente se neg% mientras agarraba con fuerza mis manos. &uve que conformarme con suaroma, con unas cuantas formas indefinidas !or el tacto y con un nico lunar en su cuer!o.

    Siem!re que agarraba mi rifle, confirmaba la e0istencia de aquella mujer. "ra como si su vida fluyese amí desde el mismo. 'a em!u*adura me hacía !ensar en c%mo habría sido su cintura antes de quedar embarazada. Solía agarrar la delgada cintura de aquel rifle de modelo Meiji con tanta tristeza en micoraz%n...

    ¡Eso duele, Shin! ¡Deténte, no va a funcionar!, estaba seguro que me decía. #escargaba toda la fuerza bruta que no había !odido dirigir hacia ella contra mi rifle. 3o tenía bastante fuerza entonces, y no mecostaba mucho levantar el rifle de la em!u*adura, mantenerlo !er!endicular al suelo y dejarlo en esa !osici%n !or un buen rato.

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    "l rifle se convirti% en mi mujer. 3 era una mujer mayor, llena de cicatrices, de buena familia,indiscutiblemente madura. 2n rifle brillante !or el tacto de otros hombres.

     No quise devolver mi rifle, nmero de serie 476899, !or uno nuevo. 3 me dejaron qued)rmelo. "sto fue !orque cuando se trataba de la !untería, nadie en todo el batall%n era mejor que yo. Soy hijo de uncar!intero y cuando era chico solía jugar con las reglas de mi !adre, hecho que me dio un ojo !rivilegiado. 3 siem!re que a!untaba a un objetivo con mi rifle, sus labios me decían cosas.

    Shin, apuesto a que las mujeres caen rendidas por vos, ¿no es así? Sos del tipo que atraen a lasmujeres. Eso es un alivio. Dio, no so la "nica, ¿verdad? De hecho es un ran alivio. #o me sientoculpa$le por él. % no se lo he contado a nadie, pero no creo que sea su $e$é. Espero que no lo sea. Si esun var&n tendr' tu nom$re. (unque no es una $uena idea, para serte honesta. ( veces me olvido que so m's rande, que si hiciera eso todo se terminaría. )odavía m's si descu$riese que te hasenamorado de mí... *uiero que entiendas eso. +ero siempre estaré contio. ¡o sé! Seré tu arma.

    'uego dis!araba al objetivo con absoluta concentraci%n. 3 al hacerlo, cinco agujeros de bala a!arecíanen !erfecto alineamiento.

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    'os soldados regresaron de la cam!a*a, sus sangre an caliente, durante el tiem!o en que los reclutasest)bamos terminando nuestro entrenamiento. 4l día siguiente, como era usual, salímos hacia loscam!os de entrenamiento en las afueras de la ciudad. /lancas ama!olas de o!io florecían !rofusamentecomo yuyos, rodeando los cola!sados muros de la ciudad. "n una serie de ollas en los !uestos alcostado de la ruta, se hervían !atas de cerdo cuyos va!ores se mezclaban con las nubes de !olvo. "l bosque de rifles avanzaba en su camino. 3 una vez m)s me absorbi% mi !lacer secreto. #esde mihombro, mi rifle gritaba de alegría.

    :ya, el líder del !elot%n, dibuj% un círculo con un !alito, nos mir% y nos dio sus %rdenes ; 4sí de grande. #os metros de hondo. &iem!o asignado dos horas?.

    )eno que cavar un po-o, le dije a mi rifle. e vas a tener que esperar. #o vo a tardar mucho. Somucho m's r'pido que los dem's. "m!ec a !alear. "n ese entonces disfrutaba de todo ti!o de trabajoduro, sin im!ortar cu)l fuera.

    $uando est)bamos !or terminar nuestra labor, un curioso gru!o se a!areci%. @ombres en ro!as yza!atos chinos, tambin mallas, y una nica mujer china. Sus manos estaban atadas !or detr)s y dos deellos tenían !alos sobre sus hombros. Anmediatamente unasensaci%n de !arentezco me brot% y sentí la necesidad de decirles algo. -odía ver a mi mujer en ella. 4bru!tamente dej de cavar el !ozo y la mir

    fijo, devor)ndola con mis ojos. "staba aturdido y sin !alabras.

    $uando el gru!o se acerc%, se detuvieron com!letamente. Ninguno se movi%. ;?,mir la sonrisa del líder del !elot%n que mostraba un aire intranquilo. Me !areci% una sonrisa idntica ala que solía !oner cuando tomaba mi rifle, lo daba vuelta, gol!eaba la em!u*adura y luego me lodevolvía. ;"s muy bueno?, solía decir. ;"s como si hubiese un demonio en su rifle, Cme entiendeD#jeme ver ese bebito otra vez. !arece tan vivo el hijo de !uta?.

    'os siete !risioneros se mantuvieron est)ticos ante el !ozo. Se resistían a acercarse, como ni*osca!richosos que no quiere moverse ni un centímetro. 2nas bayonetas ajustadas a las !untas de nuestros

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    rifles los obligaron a avanzar. "sos !inchazos no los matarían !ero una vez que estuvieran bien cerca del !ozo, era m)s o menos lo mismo. 4lgunos se mantenían con las es!aldas arqueadas y gritando cosas enchino. #ebí de ser el nico que estaba mirando a la mujer. "lla me miraba con un gesto de s!lica yruego. Sin advertirlo, asentí con la cabeza. 2na vez que hice eso no !ude evitar mover mi cabeza. S%lome miraba a mí+ sus ojos no se des!egaban de mí. 2nos rodetes decoraban su cabeza, !or encima de sufrente llena de !olvo. C-ara quin se había !einado tan bellamenteD Su rostro, sí, era el rostro de mi

    mujer all) en casa. -ero no se trataba tan s%lo de su rostro. "staba embarazada. "sta mujer, quien habíasido traída como un animal !or decenas de millas sin las raciones adecuadas y a la velocidad de lossoldados, vestía un !ar de mugrientos !antalones que estaban levente estirados adelante. Me dio laim!resi%n de que no se trataba de una soldado sino una miembro de la resistencia.

    ;?. Mi fuerza sobrehumana se había transformado, en un santiamn, en !ura agitaci%n."l líder del !elot%n dio media vuelta, tom% una !iedra y me la arroj%. ;?, ri%. ;"sel nico an allí. CEuiere que lo enterremosD?.

    Sí, tenía raz%n, yo todavía estaba en el !ozo. "l sargento de seguro sabía e0actamente lo que yo queríadecir !ero, Cqu !odía hacerD "staba contento conmigo, yo le servía bien, aunque jam)s me mostr%debilidad.

    ;/ueno, CEu es lo que quiere decirD CEu es lo que tiene !ara decirmeD?.

    3o amaba al sargento :ya. "ra el !erfecto soldado. $omo soldado no había nada que no !udiese hacer.3o había llegado al segundo nivel de Fendo cuando estudiaba administraci%n de em!resas y había sidoca!it)n del equi!o, !ero no era com!etencia !ara su uso de la es!ada, que tan bien había a!rendido en elejrcito. 4n en el uso del )baco, que yo consideraba mi fuerte, no tenía chance alguna.

    ;CNo !uede decir nada, ehD /ueno, entonces usted  la matar)?.

    Me dio vuelta y la mir a !esar de mí mismo.

    ;#is!)rele de a 1GG metros. 2na vez que le dis!are, coloque su bayoneta y cargue desde una distanciade HG metros y atravisela. ?.

    #i media vuelta y em!ec a correr. 'a tierra caliente se sentía !or debajo de mis za!atos. 2na grancantidad de fruta madura se encontraba dis!ersa !or todo el cam!o de melones. Mientras corría, deseque esos 1GG metros se e0tendiesen !ara siem!re.

    ;?.

    Su voz recorri% el viento caliente en mi bsqueda. #i otra media vuelta.

    ;-%ngase en !osici%n. ?.

    Anstintivamente detuve mi aliento. ue entonces cuando com!rendí que estaba a!untando mi rifle no aun objetivo sino a una mujer atada a un !alo. 4!unt. Su orden sería el detonante de la acci%n. "l armaestaba im!aciente de encontrar su objetivo. 3 cuando lo encontr%, los labios de la mujer se !artieron ysu voz em!ez% a susurrar.

     Desearía que este $e$é fuese tuo. +ero esto tiene que terminar. Sé que querré que empieces a amarme. +ero si eso pasa, todo terminaría peor. )odo terminaría. ¿Entiendes eso, Shin?

    Mi cabeza navegaba. "m!ec a marearme y com!rendí que lo nico que me unía a esa mujer era el

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    camino que habría de recorrer la bala al dis!arar. 2n camino que habría de seguir sin desviarse, uncamino que llegase al centro de su !echo, al centro de su alma. 3 a su vientre.

    ;?.

    "l rifle, 476899, em!uj% mi hombro. Anmediatamente le aferr la bayoneta y em!ec a correr. 4lhacerlo !ude ver c%mo su cabeza em!ezaba a encorvarse y su !echo a llenarse de sangre. Su figura asehacía m)s grande a medida que yo corría. Mientras continuaba corriendo me convertí en !arte del rifle,una mera herramienta que le daba !eso y fuerza y direcci%n. $omo había a!rendido durante elentrenamiento, di un !aso hacia delante y luego e0tendí lo brazos !ara el !inchazo. Mi misi%n y miataque habían terminado.

    ;?.

    ;?.

    "l sargento :ya !alme% mi hombro con orgullo ;?.

    ue el rifle quien me hizo !oner una cara de alivio y ace!tar los reconocimientos. 476899, cubierto conla sangre de la víctima, intentaba alegrar a su !oseedor mientras lo sostenía. 2na furia hervía dentro demí. No estaba dirigida al sargento :ya sino al arma que me había enga*ado, que tan enga*osamentehabía cambiado lo que hacíamos durante los ejercicios. No se había convertido en un hombre ( nada deeso. 'lamado !or la ira que hacía fluir mi sangre en otra direcci%n, caí inconsciente en ese !recisomomento.

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    'os días avanzaron con r)fagas de actividades. #urante el día íbamos de aquí !ara all), comiendomientras corríamos, !ractic)bamos Fendo y march)bamos+ !ero durante la noche, el e0ceso de energía

    se había transformado de afecto !or mi amada a terror !or la mujer china. 'ejos de haberme convertidoen un hombre, era ahora un medio(hombre. Sin im!ortar cu)nto intentase los sentimientos !or mi rifle,nada de la !asi%n anterior se encendía, y cuando no había nadie cerca lim!iaba su ca*%n con furia yviolencia. Anclus% dej que la em!u*adura se o0idase y que el gatillo se gastase. Saltaba sobre l contoda el odio de haber !erdido a la mujer que había amado, y luego lo dejaba tirado sobre una alfombra.Sos como una !uta chu!a(sangre, !ensaba. Mi rifle !ermanecía en el !iso.

    ;?, le gritaba, ;?.4garr el rifle y em!ec a agitarlo, !ero lo nico que conseguía de su !arte era una sonrisa diab%licadesde su ca*%n. "ntiendo, !ens, si así es como va a ser. y la embadurn de aceite.

     No !as% mucho tiem!o !ara que la mujer que amaba muriese dentro de mí. 'a mujer china ya no meatormentaba. Me había entumecido. 3 gracias sin dudas a los ca!richos que !ueden encontrarse en uncoraz%n de veintin a*os como el mío, elegí !ronto otra mujer de la ciudad. Me volví devoto a darle !lacer a una mujer coreana, !lacer que s%lo limitaba mi vigor.

    'o malo fue que !ronto me agarr una enfermedad de muy mala re!utaci%n y, aunque recluta, meenviaron a un hos!ital lejando en la ciudad de &atong. Me quitaron el rifle 476899 y me dieron unonuevo con descuidadas terminaciones cuya tosquedad estaba a la vista de cualquiera. Ni bien tom esterifle en mis manos me di cuenta de que su centro de gravedad estaba desequilibrado y cuando lo sostuveun rato not que estaba desviado. Si bien era nuevo, su boca estaba corroída, y cuando mir a lo largo desu ca*%n los !atrones de luz y de sombra eran irregulares. "ste rifle ni siquiera se merecía el !ersistente

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    aborrecimiento que yo todavía sentía.

    Jegres a mi !elot%n, con mi deforme rifle, y con mi deformes cuer!o y mente.

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    2n día, mientras regresaba del comedor de re!artici%n, uno de los cocineros me orden% llevarle alsargento su comida. 3o había hecho esto antes bajo mi !ro!ia iniciativa. 'o había disfrutado. -arasu!erar a los dem)s, !ara estar siem!re !or sobre las circunstancias, y !ara que me creyesen mejor, estascosas contentaban al soldado de veintn a*os que yo era entonces. $omo era la costumbre en aquelentonces, el sargento leía las cartas que nos enviaban de 5a!%n, en mi caso, había leído muchas cartas demi amada. Siem!re se burlaba de mí.

    ;$uando regrese a 5a!%n en busca de m)s reclutas, la ir a visitar?, me dijo una vez. ;4sí me !resentauna linda jovencita. CNo tiene acaso una hermana menorD?.

    -or su!uesto que yo ya no había recibido m)s cartas de ella !ara entonces. 3 en eso haya tenido que ver,

    quiz)s, el sargento. -ero no !odía cul!arlo ni odiarlo !or eso.

    ;'e traje su comida, se*or?.

    'a res!uesta del sargento fue cerrar la !uerta desde dentro y dejarme afuera. $reo que esto se debi% aque mi voz había !erdido todo rasgo militar, !or lo que tuve que gritarle varias veces m)s. 'a !uerta seabri% abru!tamente y a!areci%, casi sin e0!resi%n, el rostro del sargento. 4garr% la bandeja y la revole%contra el !iso de !iedra. -er!lejo, me agach y em!ec a lim!iar el desorden. 2n soldado se acerc%corriendo desde las barracas y me em!uj%. Si un soldado hubiese intentado eso antes, yo no lo habríadejado !or ninguna raz%n, !or mi fuerte car)cter y la confianza que tenía en mi fuerza. 4hora, sinembargo, sim!lemente volví a !ararme, estu!efacto. #ado que el sargento se neg% a comer, la comidafue cancelada !ara todo el !elot%n, y tuve que llevar de vuetla a la cocina toda la comida que nadiehabía siquiera tocado, e0!uesto a las miradas furiosas de mis camaradas. 'uego me enter que la raz%nde este hecho fue que se había !erdido un tornillo de mi rifle nuevo+ a!arentemente se había mezcladocon otros tornillos. 3o no recuerdo haber hecho ningn cambio. Euiz)s había sucedido antes de que mediesen el arma. $uando tenía mi 476899 !odía identificar sus tornillos !or casi cualquier otro. -eroahora no lo sabía y no contaba con la ayuda del sargento :ya. #e hecho, el sargento termin%envi)ndome a la estacada !or esto. Se leyeron mis cargos y yo tuve que !resentar mi rifle (ahora sin eltornillo( !ara ins!ecci%n+ un !a*uelo rojo colgaba de su ca*%n. Me habían dicho en el entrenamiento b)sico que mi !resentaci%n de armas era e0celente, y que era yo un modelo a seguir !ara los dem)s. 3ahora tambin !resent mis armas !untillosamente. 'a nica e0!resi%n de !rotesta era ese !a*uelo rojocolgando. -ertenecía al Fimono de la mujer que yo había amado, !ero !ara mis ojos lleno de ira no erasino la sangre de la joven china.

    &odo fue desa!areciendo. Mis armas, mi ro!a, los dem)s soldados, incluso los recuerdos de casa. 4sí deconfundido me encontraba. 3 se me cul!a de todo lo que sucedía. Si se !erdía una aguja o si leencontraban un !iojo a alguien, inmediatamente todas las sos!echas caían sobre mí. "l gru!o que meadmiraba !or mi !untería ahora se deleitaba !or mi inferioridad. 'os e0)menes de liderazgo vinieron yse fueron. No los tom !orque me dejaron tomarlos, !ero tam!oco tenía tantas ganas de hacerlos. uiabandonado en el !olvo, como un muerto.

    Sí me seleccionaron !ara la com!etencia de !untería. Su!ongo que ste fue el timo momento en que elsargento es!eraba cualquier cosa de mí. 'e !edí que me devolviese mi antiguo rifle, 476899. 2n

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    sargento mayor, que había estado en la milicia !or muchos a*os, lo tenía. "l sargento :ya se lo !idi% !restado y me lo dio, con su característica sonrisa.

    ;Si sac)s un !untaje alto esta vez estar)s de nuevo en camino. "scuche, CJecuerda cu)n bueno eras enel entrenamientoD "ras un muy buen recluta entonces y !or eso le he !edido al $: que haga lo que !ueda !or tí. ?, le dije mientras me tir% al !iso y !resion% su za!ato contra mi cachete,; ?.

    ; CEu est) diciendoD?.

    ;Nada, se*or. "staba en falta. -ero de todas formas no !uedo re!resentar al !elot%n en la com!etencia?.

    ;CEue no puedeD

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    #e !ronto escuch la voz del sargento :ya desde el medio del bosque ;'a verdad es que me sentiría la !ersona m)s indefensa del mundo dentro de este bosque olvidado !or #ios. Mi rifle es mi !rotector sagrado?. -ero !ara mí era !recisamente !or mi rifle que yo me sentía tan solo. Mir mi reflejo en el río.=i una joven con la cara llena de cenizas, con quemaduras en su es!alda, su!lic)ndome.

    'a fiebre ya se había adue*ado de mí !or ese entonces. Mis !iernas se habían convertido en caucho, y alver mi rostro al tomar agua del río me di cuenta de que !arecía un cad)ver. "ntr en deses!eranzacuando vi una monta*a de gigantescas rocas negras que se elevaban delante nuestro, algo así como enuna !intura de Sung. 'os rifles avanzaban verticales con sus !untas de bronce, cada uno con unaa!ariencia distinta. 4lgunos llevaban za!atos con medias altas, algunos llevaban vendajes, otros estabantotalmente cubiertos !or bolsas y mochilas, y todos retozaban como en el festival de una aldea. 4l subir la monta*a negra y desde el borde, mi coraz%n grit% ¡+ronto ser'n consumidos por el fueo,destruídos!

    Me había se!arado de la fila y estaba ahora en la !arte trasera. 'os c)nticos motivadores de los dem)scaían desde arriba en la monta*a sobre mí con toda la fuerza de un re!roche. -ara mí, eran las voces delos malvolos es!íritus de los rifles, em!e*ados en atormentarme. Euise maldecir esos c)nticos, !ero mivoz me fall%.

    #e !ronto not que alguien me em!ujaba hacia arriba. Mir hacia atr)s y casi !ierdo la conciencia. 'a base de mi rifle me estaba em!ujando la es!alda, y el sargento :ya lo tenía en sus manos. "ra el rifle elque nos movía a ambos. 'e dije con miedo e indignaci%n ;?. Su rostro semantuvo im!asible y no me ofreci% res!uesta alguna, s%lo un gesto que !arecía transmitir un mensaje (lunas personas se suicidan.

    'uego de esto me subi% a un burro. $uando escuch su rebuzno su!e que me encontraba ya lejos del !iso y que era el burro el que caminaba y no yo. 3 !ude sentir una vez m)s, como guiado !or el destino,al rifle mordindome la es!alda.

    Mientras se acercaba el atardecer y el res!landor rojizo del sol !oniente ardía !resagiosamente sobre lamonta*a de rocas negras, una aldea, la mitad de la cual estaba totalmente derruída, a!areci% frente anosotros como en un sue*o. Nuestra e0!edici%n fue recibida !or unas !aredes en las cuales seencontraban escritos slognas anti(ja!oneses. #e !ronto el estallido de ametralletas checas se escuch%desde la cima y reson% dentro del desfiladero.

    Anstant)neamente el bosque de rifles col!as% y em!ez% a dis!arar contra una monta*a de roca quetragaba una a una las balas. ¡El festival empe-&! ¡u $ien, escuchemos los cantos! /sta es la verdad a$soluta. ¡( $ailar, a $ailar! Sin !revio aviso, me bajaron del burro que me estaba llevando.

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    @ay algunos quiebres en mi memoria luego de eso. $uando la guerra termin%, yo todavía tenía 19 a*os !ara cum!lir en la !risi%n militar.

    #icen que quise incendiar mi rifle haciendo un fuego con !aja y !asto. $uando el sargento :ya quienhabía estado custodi)ndome se acerc% a mí !ara detenerme, yo agarr mi rifle !or !rotecci%n. ue muyr)!ido el seguro estaba destrabado y mi dedo a!arentemente jal% el gatillo accidentalmente. 2narociada sali% y le !eg% desde el est%mago hasta los hombros.

    "l a*o des!us de que terminase la guerra yo estaba en un de!%sito de mercadería en &ianjin, es!erandoel día !ara regresar a 5a!%n. "n la !risi%n militar había tenido que mantenerme en cunclillas y solo

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    durante tanto tiem!o que ahora me dolían las rodillas al estar !arado. $uando dej la !risi%n llen mimochila con objetos !ersonales del guardia, quien había sido enviado a un centro de internaci%n !aracriminales de guerra en Nanjing+ finalmente me fui a &ianjin, escoltado !or un sargento mayor de laoficina del 5uzgado Militar, y luego, día tras día, realic trabajos forzdos !ara los chinos.

    &odos los días llegaban camiones re!letos de rifles modelo Meiji !ara ser a los !uestos de desarme ja!ons. Su!uestamente habrían de ser entregados al ejrcito chino. $ada día agarraba los rifles amedida que los tiraban de los camiones, siguiendo el canto de los dem)s trabajadores !ara mantener a!)ticamente el ritmo. 2n día al agarrar uno, me !areci% que estaba lleno de vida. Sin siquiera mirarlome di cuenta de que se trataba de 476899. %o me había olvidado, !ero mis manos lo recordaban. Sindudas fue un encuentro fortuito, luego de habernos se!arado !or tanto tiem!o.

    $uando ins!eccion sus !artes de acero, desde la em!u*adura hasta la !unta (tornillo incluído, claro(,estaban todas o0idadas. "l gatillo fallaba y la madera de la base, colgaba.

    ¿*ué le ha$r' pasado a esa mujer? ¿0a$r' finalmente a$ra-ado a su mujer all' en 1ap&n? ¿2 estar'muri$unda como este rifle? Me decía a mí mismo mientras agarraba las armas que iban tirando una trasotra. Shin, no quiero que me ames. %o quiero amarte a tí. +or favor entiéndelo.

    'os ojos descontrolados y llenos de ira de un soldado chino avanzaron sobre mí, mientras su l)tigocentellaba en el aire.