el riesgo

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EL RIESGO DEFINICION Riesgo es uno de los elementos esenciales para que exista un sistema de seguros. El concepto de riesgo puede interpretarse de dos maneras: 1. Se denomina riesgo a la persona u objeto protegido por ejemplo, la propiedad asegurada contra incendio, la mercancía cubierta contra pérdida total, la construcción amparada contra las pérdidas o daños causados por hechos o acontecimientos imprevistos y aún la persona titular de un seguro de vida o accidentes personales. 2. Así mismo el riesgo se identifica como el peligro que amenaza la vida o el patrimonio de las personas. El fuego, el hurto, la rotura de maquinaria y la fecha de la muerte. Por esto se habla de la propiedad asegurada contra el riesgo de incendio o de la persona protegida contra el riesgo de accidentes personales. Puesto que el riesgo se define como la posibilidad de pérdida o daño, se concluye que: No existe riesgo cuando no hay la posibilidad de pérdida o daño. Tampoco existe riesgo cuando se sabe que el suceso ocurrirá de todas maneras. De lo imposible a lo cierto se da toda una serie de peligros o azares, cada uno de los cuales es mas o menos intenso, según la distancia a que esté de cada uno de los extremos. Mientras más se aproxima a la certeza la posibilidad de pérdida o daño, el riesgo es más azaroso. Y es menos azaroso a medida que se acerca a la imposibilidad. Esta es una forma fundamental que regula la graduación del riesgo. Una casa edificada en Bogotá, o en Cúcuta, no es susceptible de destrucción por un maremoto, ya que no está afectada por los riesgos del mar; pero esto no significa que no esté expuesta a otros peligros como el fuego o el terremoto.

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Page 1: EL RIESGO

EL RIESGO

DEFINICION

Riesgo es uno de los elementos esenciales para que exista un sistema de seguros. El concepto de riesgo puede interpretarse de dos maneras:

1. Se denomina riesgo a la persona u objeto protegido por ejemplo, la propiedad asegurada contra incendio, la mercancía cubierta contra pérdida total, la construcción amparada contra las pérdidas o daños causados por hechos o acontecimientos imprevistos y aún la persona titular de un seguro de vida o accidentes personales.

2. Así mismo el riesgo se identifica como el peligro que amenaza la vida o el patrimonio de las personas. El fuego, el hurto, la rotura de maquinaria y la fecha de la muerte. Por esto se habla de la propiedad asegurada contra el riesgo de incendio o de la persona protegida contra el riesgo de accidentes personales.

Puesto que el riesgo se define como la posibilidad de pérdida o daño, se concluye que:

• No existe riesgo cuando no hay la posibilidad de pérdida o daño.

• Tampoco existe riesgo cuando se sabe que el suceso ocurrirá de todas maneras.

De lo imposible a lo cierto se da toda una serie de peligros o azares, cada uno de los cuales es mas o menos intenso, según la distancia a que esté de cada uno de los extremos. Mientras más se aproxima a la certeza la posibilidad de pérdida o daño, el riesgo es más azaroso. Y es menos azaroso a medida que se acerca a la imposibilidad. Esta es una forma fundamental que regula la graduación del riesgo.

Una casa edificada en Bogotá, o en Cúcuta, no es susceptible de destrucción por un maremoto, ya que no está afectada por los riesgos del mar; pero esto no significa que no esté expuesta a otros peligros como el fuego o el terremoto.

La muerte es un hecho cierto y por tal motivo no configura un riesgo a la luz de estos principios. La fecha de la muerte si representa una amenaza, un riesgo más o menos azaroso según la edad, las condiciones físicas u orgánicas y la ocupación de cada persona.

DIVISION DEL RIESGO:

El riesgo puede dividirse en dos grandes ramas:

• Riesgo Especulativo

• Riesgo Puro

1. Riesgo Especulativo

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Implica unas consecuencias que pueden ser favorables o adversas, es decir que se tiene la posibilidad de pérdida o de ganancia. El juego es un ejemplo de riesgo especulativo; desde la apuesta, en que se compromete una suma grande o pequeña (posibilidad de pérdida), a cambio de obtener otra igual o mayor (posibilidad de ganancia).

2. Riesgo Puro

Los riesgos puros acarrean siempre consecuencias adversas, no sólo para el que las sufre, sino también para la sociedad en conjunto: el incendio que destruye propiedades, el robo, las lesiones personales por accidente, la enfermedad o la muerte, el terremoto, el terrorismo.

Algunos de estos riesgos no pueden calcularse, pero la mayoría sí. La amplitud de muchos riesgos similares puede calcularse muy aproximadamente para permitir que se tomen por anticipado las precauciones adecuadas. De este modo las consecuencias de un fallecimiento prematuro pueden predecirse con la ayuda de tablas de mortalidad; las pérdidas que acarrearía un incendio pueden ser calculadas por adelantado. Como consecuencia, muchos de esos riesgos son asegurables por las compañías de seguros.

CLASIFICACION DE LOS RIESGOS

Los riesgos se clasifican en dos grupos:

1. POR LOS INTERESES QUE AFECTAN

Estos se agrupan en tres (3) clases:

a. Riesgos Personales: Son aquellos que amenazan la integridad física de las personas, o reducen su capacidad de trabajo. La muerte natural o accidental, la enfermedad, la invalidez, la desmembración, la hospitalización, etc..

b. Riesgos Reales: Aquellos que afectan la integridad de las cosas corporales, sean muebles, o inmuebles, o afectan los derechos radicados en ellas. El incendio, el terremoto, la inundación, el hurto, etc..

e. Riesgos Patrimoniales: Los que implican una pérdida económica y no propiamente física. La responsabilidad civil, el lucro cesante, manejo y cumplimiento.

El riesgo de responsabilidad civil es un ejemplo típico de riesgo patrimonial. La persona es civilmente responsable de los perjuicios que ocasione por su delito o por sus culpas. Esa responsabilidad constituye un riesgo en cuanto implica una posibilidad de pérdida económica.

Los seguros que amparan contra riesgos reales o patrimoniales también se conocen con el nombre general de SEGUROS DE DAÑOS. Mientras que los riesgos reales originan pérdida o DAÑO físico en los bienes concretamente considerados, los riesgos patrimoniales golpean el patrimonio económico de las personas.

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2. POR LA VARIABILIDAD DEL PELIGRO

Se dividen en:

a. Constantes: Si la amenaza se presenta con la misma intensidad a través del tiempo, no importa que ocasionalmente pueda ser mayor o menor: los riesgos de incendio, robo, explosión, etc.

b. Progresivos: Son los que en el transcurso de los días, el peligro se hace cada vez más próximo: el riesgo de muerte, el de vejez.

e. Decrecientes: Son los que a medida que pasa el tiempo, disminuye la intensidad de la amenaza: el riesgo de supervivencia, el cumplimiento de contratos.

TECNICAS PARA ENFRENTAR EL RIESGO

Una vez se ha identificado el riesgo, éste se puede enfrentar mediante varias técnicas. El propósito primario es minimizar la incertidumbre de pérdida.

1. CONOCER EL RIESGO

Esta primera técnica tiene que ver más con el estudio precontractual que debe hacer el cliente (posible asegurado) con la asesoría de su intermediario de seguros, y es base primordial para adquirir un seguro adecuado, es decir que se identifique con sus necesidades de protección.

Para enfrentar el riesgo, lo primero que tenemos que hacer es descubrirlo, conocerlo, ubicarlo. Conociendo con certeza los riesgos que afectan la vida o los bienes, y estableciendo las causas que los generan, reducimos la incertidumbre que trae consigo dejarlo al azar.

2. PREVENIR EL RIESGO

Esta técnica no sólo reduce y/o elimina el riesgo, sino también la pérdida misma. La prevención es la mejor solución al problema del riesgo por ser la más eficaz y económica: el cierre de las puertas y ventanas para evitar el acceso de los ladrones, por ejemplo. También hay medidas extraordinarias de prevención como resultado de la avanzada técnica moderna: equipos de bomberos, alarmas automáticas contra incendio, alarmas con sensores o detectores de movimiento (infla - rojos), sistemas electrónicos monitoreados, etc.

3. RETENER EL RIESGO

Identificando plenamente el riesgo, no se realiza una acción positiva para reducirlo o eliminarlo, ya que la persona que recibe el impacto de la pérdida considera que su cuantía no es suficientemente importante para tomar una acción: sufre el suceso y paga.

4. AUTOSEGURO

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La persona expuesta al riesgo establece una reserva de dinero, para anticiparse a las consecuencias de una pérdida que puede o no ocurrir.

En la realidad este ideal no se cumple, debido a que:

• Las reservas pueden ser demasiado reducidas.

• Un suceso puede ocurrir antes de que los fondos acumulados sean suficientes para cubrirlo; o sea tan alto que descapitalice o quiebre a la persona o industria.

• Esta técnica exige tener las reservas con disponibilidad inmediata, lo que acarrea mantener sumas de dinero improductivas; ‘situación que ningún empresario estaría dispuesto a permitir.

• La mayoría de estas reservas no son deducibles de impuestos.

5. TRANSFERIR EL RIESGO

Existe también la técnica de enfrentar el riesgo transfiriéndolo total o parcialmente a otros. Probablemente la forma más importante de transferir el riesgo, y la más usada, es el Seguro, si bien no es la única.

Confiar a un banco la custodia de joyas y valores es una forma de transferir el riesgo; pero en el seguro se eliminan muchos de los inconvenientes que se presentan en estas técnicas, y se obtiene una protección inmediata a un costo bajo.

LA SELECCIÓN DE LOS RIESGOS

Una compañía de seguros tiene que estar siempre alerta para descubrir y no aceptar riesgos que puedan aumentar sus pérdidas por encima de los márgenes previstos. Las tarifas se calculan tomando como base factores de riesgo conocidos; pero si se otorga un seguro, sin que se detecten ciertos peligros adicionales que afectan los bienes asegurados, es evidente que sufrirá pérdidas funestas para su estabilidad.

La selección de riesgos cumple dos funciones primordiales: clasificarlos y encasillarlos dentro de determinados grupos, para hacerlos lo más homogéneos posible, a fin de que los siniestros, que inevitablemente se presentarán, no excedan los límites de pérdida esperados y por otro lado, fijar la tasa justa de manera que la contribución del asegurado tampoco vaya a ir más allá de la que le corresponde en relación con el riesgo que traslada.

La selección del riesgo adquiere mayor importancia si se tiene en cuenta la tendencia del a trasladar sus riesgos mientras mayor sea la peligrosidad que ellos envuelven. Es necesario, examinar no sólo el aspecto físico de los bienes a asegurar y de los inmuebles que los contienen, sino también el riesgo moral de los asegurados, antes de otorgar cualquier seguro, porque uno u otro pueden influir en la ocurrencia del siniestro.

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1. EL RIESGO FÍSICO (Objetivo)

Es el conjunto de circunstancias de orden físico que rodean el objeto del seguro; es decir, el interés sobre el cual recae la posibilidad del peligro. Se le conoce como riesgo objetivo porque se refiere a los aspectos concretos que enmarcan el riesgo.

Todo aquello que cae bajo la percepción de los sentidos, no importa si aumenta o reduce la posibilidad de pérdida, corresponde a la noción de riesgo físico.

El riesgo físico lo podemos ver, entre otros, a través del seguro de incendio, que está orientado únicamente hacia el resarcimiento de las pérdidas físicas directas que ocasione cualquiera de los hechos o acontecimientos cubiertos por este seguro.

La naturaleza más o menos combustible de los materiales con que está construido el edificio que se va a asegurar; la mayor o menor susceptibilidad a incendiarse de los objetos o mercancías depositadas en él; los peligros que lo circundan, (inmuebles vecinos y sus contenidos), lo mismo que los medios de comunicación existentes, las protecciones públicas (acueducto, hidrantes, cuerpo de bomberos) o privadas (extintores debidamente instalados, alarmas, celadores) que reduzcan las probabilidades de propagación de un incendio, son factores que hacen parte del llamado riesgo físico, y deben tenerse en cuenta para decidir si se acepta o no la solicitud de seguro. En caso afirmativo, se calcula la prima que deberá pagar y si es prudente aplicarle recargos especiales o inclusive, descuentos, porque la calidad del riesgo así lo amerita.

2. EL RIESGO MORAL (Subjetivo)

El riesgo moral, también denominado riesgo subjetivo, puede considerarse como el conjunto de cualidades psíquicas o anímicas inherentes a la persona del asegurado, que pueden influir positiva o negativamente en la ocurrencia del siniestro. Hace referencia a conceptos abstractos de variada interpretación; honorabilidad, prudencia, diligencia, carácter, temperamento, pericia, son condiciones subjetivas que hacen parte del riesgo moral.

En ciertos seguros, como los personales, es necesario examinarlas en el sentido de atributos del asegurado. La agresividad, el carácter pendenciero, el temperamento exaltado, son condiciones morales que afectan la exposición al peligro de muerte o incapacidad.

F. BASES PARA LA SELECCIÓN DE RIESGOS

La compañía de seguros examina, selecciona y evalúa los riesgos, de acuerdo con los criterios anotados atrás, por medio de asesores especializados llamados “evaluadores o inspectores de riesgos”. Ellos ejercen su tarea valiéndose de elementos de juicio que les proporcionan una visión de conjunto sobre el grado de peligrosidad del riesgo.

Las principales fuentes de información que el asegurador utiliza para seleccionar los riesgos son:

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1. LA SOLICITUD DE SEGURO

Es la base del contrato de seguro. Suele ser un formulario impreso que contiene las preguntas que el asegurador considera esenciales para la correcta calificación y selección del riesgo.

2. LA INSPECCIÓN DEL RIESGO

Se usa en algunos tipos de seguro (incendio, sustracción, automóviles), y aún en los seguros de personas los exámenes médicos que se practican al solicitante cabe dentro de este campo. Tiene como objetivos confrontar la veracidad de las declaraciones que el cliente consignó en la solicitud y examinar, en forma objetiva, las circunstancias y condiciones especificas del riesgo, para tener elementos más sólidos de juicio.

En esta inspección queda constancia del estado físico del riesgo, en el momento que lo asume la aseguradora. Algunas veces surgen recomendaciones de carácter técnico a fin de reducir el riesgo, por ejemplo: separar los combustibles del área de proceso, o bien, para hacerlo asegurable, instalación de alarmas, entre otros.

3. INFORMACIÓN GENERAL

El asegurador suele allegar múltiples informaciones de todo orden para completar su concepto sobre el riesgo moral, que tiene una influencia decisiva en la probabilidad del siniestro. Una de las fuentes primordiales es el informe (confidencial) del Intermediario de Seguros, ya que se supone, es el que más debe conocer sobre sus clientes y de las actividades personales y comerciales que ellos realizan.

DISEMINACION DE LOS RIESGOS

Los riesgos no deben estar físicamente concentrados, sino diseminados en el espacio. A mayor amplitud en el radio de acción del seguro, corresponde una mayor precisión en el funcionamiento de la ley de probabilidades.

Estaría lejos de toda técnica una compañía de seguros que tuviera todos sus riesgos de incendio concentrados en una sola manzana, por extensa que fuese; porque en el caso de un incendio, sobre todas las propiedades allí concentradas pesaría la amenaza del fuego y la destrucción, y todas ellas podrían sucumbir en el mismo siniestro. También debe evitarse la concentración de los peligros. En una zona expuesta a frecuentes terremotos, por ejemplo, puede no ser prudente asumir la protección de estos riesgos, porque, aunque sean muy esporádicos normalmente cuando se presentan conllevan proporciones de catástrofe.

El asegurador debe mantener control de los riesgos que asume, no sólo en lo concerniente a su mayor o menor grado de peligrosidad, sino en lo que respecta a la ubicación de ellos y a su concentración. Porque un conjunto de riesgos puede constituir un solo riesgo desde el punto de vista técnico del seguro.

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